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Capitulo 2 La Constituci6n de 1886 Jorge Orlando Melo Un nuevo mundo politico Cm NGfiez pudo anunciar en 1885 que la Constitucion de 1863 habia muerto, estaba efectuando una verdadera revolucion en la organiz cién politica del pais. Entre 1878 y 1885 habia tratado de lograr una re- forma constitucional cuyo contenido apenas vino a precisarse hacia 1884, pero sin que fuera facil advertir me- diante qué mecanismos podfa lograr- Se. Los radicales, aunque a veces ad- mitfan la conveniencia, 1a necesidad misma de la reforma, nunca aceptaron realmente contribuir a una modifica- cién inspirada por Nafez. Los conser- vadores estaban de acuerdo en mu- chas cosas con el politico cartagenero, pero les importaba mucho més, en el Plazo cercano, echarle mano’ a las tiendas del poder. La salida final del impasse la cho la torpeza politica de los radicales, En primer lugar, por su- puesto, de los guerreristas Santande- Teanos, més amigos de gestos y acti- tudes de valor y dignidad que de es- trategias calculadas. Pero los guerre- ristas eran una minoria, y la mayoria Pacifista acabé presa de los partidarios de la guerra, como ocurriria después, en 1895 y 1899. Para los radicales par- tidarios de una negociacién con Ni- fiez, de un acuerdo que habria impe- dido una reforma muy brusca de la Constitucién, la situacién era inma- nejable: para impedir todo acuerdo bastaba un pequefio grupo de oposi- tores, el cual tenia por un lado el de- recho de decir que no colaboraria en la reforma constitucional, lo que la ha- la imposible, y por el otro, el de enar- bolar la bandera del honor, la tradi- cidn liberal, 1a dignidad. Y’ entre los mismos pacifistas, la desconfianza ha- cia Niiiez estaba ya demasiado arrai- gada para seguir a aquellos que con- Sideraban viable una transaccién con el presidente. De este modo, los ra- dicales, sin flexibilidad ni capacidad de maniobra, se fueron al desastre, y proyocaron la guerra de 1885, ‘Triunfador el gobierno, habria po- dido mantener 1a ficcién de Ia legiti- midad, y aprovechar el triunfo para convocar, de acuerdo con la Consti- tucion vigente, una conyencién que la reformara: contaba con la unanimidad de los estados, pues aquellos que ha- bian secundado Ia rebelién habfan sido derrotados y sus jefes civiles y mi- litares habfan sido nombrados por el gobierno central. Como se ha visto, Niiiez prefirié romper toda continui- dad con el 63 y evitar los riesgos de un resurgimiento de la oposicidn antes de que una nueva Constitucion estuviera expedida. Por eso, convocé més bien a un Congreso de Delegatarios, que deberia estar compuesto por dos re~ presentantes por cada estado, uno in- dependiente y otro conservador. Estos deberian ser nombrados por los jefes civiles y militares estatales, que a su vex habian sido nombrados por Nie fiez. Por lo tanto, el Congreso de De- legatarios estaba’ compuesto por die- clocho prohombres que habfan sido escogidos realmente por el presidente de la Republica. Este procedimiento, como fécil- mente se ve, permitfa la més completa ruptura con la Constitucién del 63, con el federalismo y con el radicalis- mo. Ninguno de los representantes de este grupo tendria representacién en el Consejo de Delegatarios: habjan sido derrotados y la nueva Constitu- cién serfa Ia de fos vencedores. Ni quiera se dio una representacin di- recta a los conservadores de Antio- quia, cuyo federalismo era sospecho- so; los representantes de este estado fueron inicialmente José Marfa Cam- po Serrano y José Domingo Ospina Camacho, el primero costefio y el se- gundo bogotano, Panama tampoco era muy confiable, y se nombré dele- gatarios al bogotano Miguel Antonio Caro y a Felipe Paul, este si del Istmo, pero hombre muy cercano personal mente a Niiiez. Es evidente que Né- fiez habja legado a la conclusion de que no habfa mucho que hacer con el radicalismo, y que era indispensable desarraigar por completo del pafs la tradicién federal. Es muy probable que hasta mediados de 1884 todavia dominaran en él algunos de los ele- mentos liberales que lo llevaron a de- cir, al posesionarse de 1a presidencia en agosto, que era irrevocablemente liberal. Los acontecimientos de fines de ese afio no sélo lo entregaron, ob- jetivamente, en manos de los conser- Vadores, sino que Io convencieron de que el radicalismo no debia volver a Jevantar cabeza. Y los elementos del pensamiento conservador, el autori- tarismo, la utilizacion del Sentimiento religioso como elemento de control Nueva Historia de Colombia. Vol. 1 social, el rechazo a la politica apoyada en Jas movilizaciones de los sectores plebeyos, entraron a dominar clara- mente su pensamiento. Era un cambio que venia de antes, es cierto, y existen muchos antecedentes de este pensa- miento en los escritos de Nuitez de 1880 a 1885. Pero es un cambio que toma un ritmo desbordante a partir de finales del 84. El fracaso radical dejaba en manos de Niifiez un inmenso poder, que uti- 1iz6 sin reatos en Jos afios siguientes. El Regenerador, asf como habia sido 1a voz incontrovertible de los indepen- Gientes, pas6 a ser el ordculo indiscu- tido del nuevo sistema politico. El conservatismo Ie debfa la recupera~ cin del poder, y aport6 en los pri- meros afos algunos politicos de im- }ortancia, como don Miguel Antonio 10, el idedlogo constitucional del nuevo régimen, y don Carlos Holguin, el politico por excelencia, el caballero sin tacha, €] amigo personal de libe- rales y conservadores, y el hombre ca- paz de transar y encontrar salida po- Iitica a las situaciones més dificiles Entre ellos y Nailez se sell6 una alian- za que resuitaba imbatible y que poco fa poco desplaz6 Ja influencia de los antiguos amigos de Nuifiez, los inde- pendientes. A ellos se sumaron los ge- nerales conservadores que confirma- ron su prestigio en Ia guerra: Rafael Reyes, José Marfa Gonzalez Valencia y Antonio B. Cuervo. ‘Los independientes, como se vio en el capitulo anterior, tenfan un proble- ‘ma: su liberalismo los hacia proclives a volver al radicalismo, a transar con ély a buscar la unidad liberal, Esto los hacia sospechosos para Niiez y sus hombres més fieles, y durante todos los afios de 1875 a 1885 se vio cémo muchos importantes independientes volvfan al liberalismo tradicional, En 1885, entre los que se mantenfan como independientes tenian_ importancia propia los politicos militares con una base regional poderosa, como Eliseo Payan, de! Cauca, José Marfa Campo, Serrano, del Magdalena, 0 Daniel Al- dana, de Cundinamarca. Justamente | Captuilo 2 su poder los hacfa sosy yan y Aldana se mostr a una reforma constity tralista que los dejara ; del poder que habjan hay que olvidar que Ic ques regionales eran i el poder de los radicale Ja prensa y el debate q\ guinarias regionale. lientes que sobrevivie: de la guerra fueron alg ministradores mas cere Felipe Angulo, quien h tre los arquitectos de 1a conservadores, serfa p pege a su juventud, e} con mayor influencia Otros independientes, bién muy jévenes, que zadio sus carreras al Ja des seflores estatales Otilora o de Wilches, eran Luis Carlos Rico dan © Carlos Calderon heredaban un importar nal, pero mas que elle fidelidad a Nifiez y a ciente y met6dieo trabe Roldan, Rico y Calder ron en los ministros los proximos quince af Lo anterior apunta en la que el poder de politicos, partidos o clu diluido, Los conservac amago de organizacio: suelia después del tri mitir el trabajo sin sos independiente. No e ios, cfrculos ni conven generadores principale: sistema se ponia er Pronto este grupo com «partido nacional» y pc se le dio un director: dancia to disolvi6. Nit ado la importancia de respaldara la Regeners dio el mayor impulso. tener propiamente un politica independiente se concebia a si misme tido tinico, Por tanto, ¢ a 8 > 1 Capitulo 2 su poder los hacfa sospechosos, y Pa- yan y Aldana se mostraban renuentes 4 una reforma constitucional an cen tralista que los dejara sin buena parte del poder que hablan adquirido, No hay que olvidar que los grandes eaci- ques tegionales eran independientes: el poder de los radicales era mis el de la prensa y el debate que el de las ma- juinarias regionales. Otros indepen- dientes que sobrevivieron & la pracba de la guerra fueron algunos de los ad- ministradores mas cercanos a Niifez: Felipe Angulo, quien habia estado en- tre los arquitectos de la alianza con los conservadores, scrfa por varios afios, pese a su juventud, el independiente con mayor influencia del régimen. Otros independientes, casi todos tam: bién muy jovenes, que habfan comen- zado sus carreras al lado de los gran- des sefiores estatales nufistas —de Otélora o de Wilches, por ejemplo—, eran Luis Carlos Rico, Antonio Rol: diin o Carlos Calderon Reyes. A veces heredaban un importante poder regio- nal, pero mas que ello los sostuvo su fidelidad a Nofez y a Caro, y su pa- Giente y met6dico trabajo burocrético. Roldan, Rico y Calderén se convirtic~ ron en los ministros permanentes de los préximos quince anos, Lo anterior apunta a una situacion fen Ja que el poder de los organismos politicos, partidos o clubes estaba muy diluido, Los conservadores tenfan un amago de organizaci6n, pero fue di- suclta después del triunfo para per- mitir el trabajo sin sospechas con los independientes. No existian directo- nos, circulos ni convenciones. Los re- generadores principales hablaban, y el sistema se ponfa en movimiento, Pronto este grupo comenzé a Hamarse partido nacional» y por un momento se le dio un directorio, cuya redun- dancia lo disolvi6, Naiez habia sefia- Jado la importancia de un partido que tespaldara la Regeneracion, y Caro le dio el mayor impulso, Pero ‘no logré tener propiamente una organizacion politica independiente del gobierno, y Se concebfa a sf mismo como un par- tido tinico. Por tanto, quien se opusie~ as a al partido, se oponfa al mismo tiem- po al Estado y a la nacion. Los radicales tardarfan bastante tiempo en reorganizarse, La brusque- dad de la derrota los dejé sin estrate- Bias, sin periddicos, sin direccién. Y mientras no aceptaran Ja inevitabili- dad de Ia nueva Constitucién, sus po- sibilidades de accion politica Scien realmente muy reducidas. Los historiadores han tratado de es- tablecer las relaciones entre los alin- deramientos polfticos de la Regene- racién y las estructuras sociales del pais, con resultados todavia muy pre- carios. La politica era ante todo asun- to de una élite social. No hay que ol- Mosca de miembros ‘del Consejo Nacional de Delexataries, reunido en Bogott e111 de noviembre de 1885 con el fin de expedir wna reve Consituelin. Las delegatarios fueron eteghlos Dor lo Jefes de cada estedo, que “8 ves Iba nombres Nui sine, ‘olgutn Anronio Incipates de la "ci6n, ftzadoe arberon, ie 1892, folguit Final odo de ode le ia por det Ines. vidar que el alfabetismo era todavia un privilegio, que la poblacién vivia en tun medio rural, que el acceso a la es- cuela s6lo lo tenfa un porcentaje muy reducido de los habitantes. Por su- esto, no s6lo los educados y alfa- etas participaban de las pasiones y entusiasmos politicos, Los periddicos podian en épocas candentes leerse en Yor alta para que todos se enteraran, Pero los periédicos eran, aunque mu- chos, dle poca cireulacién; los diarios més exitosos apenas alcanzaban dos 0 tres mil ejemplares. Ademds, pocas cosas de la politica interesaban a los grupos populares. Los artesanos bo- Nueva Historia de Colombia. Vol. { gotanos, por supuesto, se dejaban atracr con las promesas de proteccio- nismo, y amplios sectores de pobla- cién, ante todo rurales pero también ‘urbanos, respondian con solidaridad a Jas Hamadas en defensa de la religion. ‘Los valores liberales, la creencia en Jos derechos individuales, en las nor- mas legales, habfan empapado a una amplia porcidn de la sociedad, pero en general, aparte de la élite, la politica x6lo tena sentido para la mayorfa de la poblaci6n en situaciones criticas: en Ja guerra, cuando se presentaba el fan- tasma del reclutamiento, se ofa en los metcados , publicady en Cartagena bajo le crieniacion de Mi que expresabe posicin ofclal Ul presidente en su retro del Cabrero, 31 «Correo Liberal» rsertS ast la roticia de ta sasesion de Nites, m Girardot, et 8 de febrero de 1888, ejando del poder 4 vicepresidemte Flseo Paydin. quien sala decretado un indulo a los sailados liberates bia sido elegido primer designado, El Gabinete ministerial ten{a 4 indepen- dientes y tres conservadores, Varios incidentes tlevaron entonces al secre- tario de Guerra, Felipe Angulo, y al de Hacienda, Antonio Roldan, a re- nunciar y a anunciar que tos indepen- dientes abandonaban toda participa- cidn en el gobierno y preferfan que este estuviera «exclusivamente en ma 1nos de los conservadores, El inciden- te se super6, y los gabinetes de Eliseo Payén, quien asumi6 la presidencia en su caracter de vicepresidente en enero de 1887, y del mismo Rafael Naiiez, quien sé posesion6 en junio de ese aio, tenfan un leve predominio de los independientes Nitfez volvio a viajar a la Costa en diciembre del 87, y Payén reasumié la presidencia, Los liberales habian in- tentado hacer una reunién para reor- ganizarse a finales de septiembre, y Nunez habia decidido exiliar algunos Nueva Historia de Colombla. Vol} de ellos, como el ex presidente Aqui. . leo Parra y el antiguo independientet Daniel Aldana. Evidentemente, Pa- yan consideré que era posible dismi. nuir la tensién con los liberales, y poco tiempo después de su posesién derogo un represivo decreto sobre la prensa expedido un afio antes. En enero de 1888, ademds, expidié un decreto in- dultando a los exiliados. Felipe An- gulo, ministro de Guerra, se enfurecio y decidi6 renunciar y plantear el im- pase directamente, en Cartagena, a Niiiez, Los liberales probablemente se ilusionaron més de lo necesario e hicieron en Bogota manifestaciones contra Nitiiez y Angulo. Nitiiez, por su arte, considers que la conducta de ayn creaba el riesgo de la «disolu- cién del partido nacional y abria las compuertas a los peligros de la prensa, E] 27 de enero salié para Bogota, y el 8 de febrero, en Girardot, anuncié que asumfa desde ese momento la pre- sidencia, Payan entregd ¢! mando sin objetar, y poco después la Asamblea Nacional declar6 yacante 1a vicepre- sidencia, para que Najez pudiera re- gresar tranquilo a Cartagena. Para compensar a Payén, después de ha- berlo confinado en Medellin, se le sprobs- une penaién “vialcn, de 10,000,00 pesos. Curiosamente, se de- cia que el cargo de vicepresidente ha- bfa sido establecido en la Constitucién justamente para Payiin, con el objeto de que admitiera el centralismo de la Carta, al cual se oponia. Ademés de expedir un nuevo y drdstico decreto contra la prensa, Né- fez. decidi6 disminuir la participacion de los independientes en el gobierno. E| ministerio de Gobierno fue por pri- ‘mera vez a un conservador, don Car- Jos Holguin (quien fue ademés elegido designado en mayo de este mismo aio), asf como los ministerios de Re- laciones, Tesoro y Fomento. Mientras los conservadores del gabinete eran fir as de primer orden como Holgi, ‘arlos Martinez Silva o Rafael Reyes, los independientes eran Felipe Angu- lo, cuya fidelidad al partido nacional ya era incuestionable, Felipe Paul y | Capin Jestis rame cu presi TS88 ogra lo es pur meic todo escrt berlc de G dad (Jose Ant de ly dicac bern toda dor: Dd pod dore Mig tens part nom dep desa bian ron part de 1 com dan fian dot pud mer den elp date Hol que los vice nio Joa pe de « tent pub ac Captus 2 Testis Casas Rojas, independiente pu- ramente nominal. ‘Cuando Holguin se posesion6 como presidente en ejercicio, en agosto de 1888, muchos conservadores vieron ya Jogrado el triunfo total: «nos lisonjea Ja esperanza de que esto significa el pumo definitivo de nuestro partido, 0 mejor dicho, que el poder esta del todo en manos de los nuestros como escribié don Rufino José Cuervo al sa- berlo, Los ministerios de Gobierno y de Guerra, que eran los claves, fueron dados a conservadores importantes (José Domingo Ospina Camacho y Antonio B. Cuervo) y solamente dos de Jos siete ministerios fueron adju- dicados a independientes. En Ins go- bernaciones a situaci6n era similar y todavia més definidamente conserva- dor era el ejército, Desde mediados de 1888, pues, el poder pas6 a manos de los conserva- dores, con la anuencia de Nonez. Don Miguel Antonio Caro mantuvo su pre- tensiOn de que se trataba de un nuevo partido, el «partido nacionals, y el nombre se sigui6 usando. Pero los in- dependientes pricticamente habfan desaparecido, y s6lo aquellos que ha- bian hecho toda la evoluci6n queda- Ton como representantes del antiguo partido liberal. Sin embargo, a pesar de la fidelidad probada de personas como Felipe Angulo 0 Antonio Rol- dfn, a los cuales se les siguieron con- Santo cargos en el gabinete, eu pass- do liberal hacia que, por ejemplo, no pudiera pensarse en\ ellos razonable- mente para la designatura o la presi- dencia. Asi, en 1890, cuando se venefa. el perfodo de Holgufn, los dos candi- datos fueron conservadores (e] mismo Holguin y el general abogado antio- quefio Marceliano Vélez), y en 1892 los candidatos que figuraron para la Vicepresidencia fueron Miguel Anto- nio Caro, Marceliano Vélez y José Joaquin Ortiz, todos de probada estir- Pe conservadora. Incluso el término de xconservador» volyié a ser frecuen- te, al menos desde 1889, aunque no en PUblico, para no contrariar a Nifez y 8 Caro. El gobierno y la oposicién Desde el momento de su derrota, el partido liberal trat6 de buscar formu- las para reorgantzarse y recuperar algo de su poder. Sin embargo, la desmo- ralizacion era amplia, y los esfuerzos todavia timidos por conformar nuevos directorios o crear una prensa liberal tropezaban con la represiGn oficial. Ya se menciond cémo en 1887 Niifiez ordend el destierro de Parra y Aldana. La prensa, por su parte, quedaba su- jeta auna situaci6n de imprevisible ar- bitrariedad. Como se dijo antes, la Constitucién dio amplios poderes. al gobierno para «prevenir y reprimir» a Ja prensa, mientras se expidiera una Jey de acuerdo con los principios cons- titucionales, Aunque parece evidente que estos no daban al gobierno dere- cho a censurar, suspender o cerrar pe- riddicos, pues garantizaban la libertad de prensa sometiendo a los periodistas a las responsabilidades legales, los go- biernos de Niifez y de sus sucesores prefirieron que nose expidiera la ley Carlos Hoigutn, designado y presidente on reemplaso de Nites (1888-1892), {fue garantfe det dominio conservador ‘al presentarse y ser elegide pare a designate, ‘en tanto que tos Uberales Independiente ‘ren visi on reed. arlos martine: Iva, Rafael Reyes Felipe J. Pa instros de Nithes +1988, En fa ‘a de abajo ‘arceliano Vélez, andidato a ta ssignatura en 1890; san Marcelino ‘bert, rganizador del tterpo de gendarmes, Miguel Antonio, ‘aro, en 1892, fio de iniciacién fe su mandato residencial. prevista en el articulo K. De este modo, obraban apoyandose més bien en los poderes provisionales de pre- vencidn y represiGn, los que se hicie- ron explicitos en varios decretos, de os cuales el més importante fue el 151 de 1888, expedido por Nufiez pocos dias después de reemplazar a Payan, y segiin el cual era subversivo atacar @ la Ialesia, a la religion, al gobierno y hasta al papel moneda. En desarrollo de este decreto, o de sus antecesores de 1886, se cerr6, por gpa de We Tato) asic de Antonio José (Nito) Restrepo, un regenerador arrepentido y Juan de Dios (cl Indio) Uribe. El afio siguien- te, El Liberal de Nicolés Esguerra fue cerrado, y Juan de Dios Uribe y otros fueron desterrados. Las primeras pro- testas de los regeneradores por el trato ala prensa se dieron en esta época. El general Marceliano Vélez escribid al gobierno afirmando que una actitud tan represiva, més que prucba de fuer- za, revelaba debilidad, y resultaba in- necesaria Los recursos repre: no recibieron un refuerz ‘os del gobier- en mayo de Nueva Historia de Colombia. Vol. 1 1888, cuando se aprobé la ley 65, que permitia al presidente confinar y des. ferrar cuando tuviera indicios de que se perturbaria el orden publico; esto se afiadia al poder constitucional dey retener a los posibles perturbadores, | sin que Ja norma sefialara limite al tiempo de retencidn. En general, el trato a la oposicion fue mas amedrentador que violento, al menos si se compara la conducta de Jos regeneradores con la de otros go- biernos latinoamericanos mas 0 menos: dictatoriales de la época. Los perié- dicos recibfan multas 0 suspensiones temporales, y esto se juzgaba suficien- te: raras veces se detenia a los direc tores, y s6lo ocasionalmente se les confinaba-a alguna poblacién mis 0 menos lejana. Durante los cuatro aflos de administracién de Jorge Holguin (1888-1892) esta politica se suaviz6, comparada con la de Niifiez, y no se dio acogida a las propuestas de éste de autorizar a los gobernadores a decre- tar los confinamientos. En total, du- rante el gobierno de Holguin, se ce- rraron siete periddicos, uno de ellos, La Regeneracion, de cardcter oficial. Por otro lado, el sistema policial era todavia bastante primitivo, aunque bajo Holguin se hicieron esfuerzos para organizarlo, En efecto, en 1888, se cre6 el cuerpo de gendarmeria, y para organizarlo e] gobierno contraté en 1891 al policia francés Juan Mar- celino Gilbert. Ya en 1892 habia 400 agentes y 40 oficiales en Bogota, que fueron desarrollando algunas habili- dades detectivescas e intimidatorias, Jas que alcanzaron su madurez.a fin de siglo, bajo Ia direccién del general Aristides Fernandez, Como ya se dijo, la oposicién era ante todo liberal. Se expresaba, en la medida de lo posible, en comentarios mis menos desapacibles sobre las fi- guras del gobierno, y en frecuentes protestas por sus arbitrariedades. La prensa era el canal favorito, y algunos periodistas, como Antonio José Res- trepo o el Indio Uribe, encontraron la forma de zaherir ¢ insultar a los re- generadores so capa de critica literaria ene supu litice la pr de de del 4 unar table nido. de de Ic dical gobi dec iret por proc valo duje mer mo inmy port cutic pros gobi mar de forn den ped 210 ron saci tral part regi Hol inte vive ta hizc des. pal cua x pro este te Capitulo 2 0 comentarios intrascendentes. Por supuesto, el primer motivo de la opo- sicidn era la ausencia de derechos po- liticos de los liberales y la represién a la prensa, Pero existian otros motivos de descontento. La politica econémica del gobierno no gozaba de una gran unanimidad. El Banco Nacional, es- tablecido por Niiez en 1881, habia te- ido desde el comienzo la oposicin de los banqueros bogotanos, muchos de los cuales tenfan vinculos con el ra- dicalismo. A partir de 1886, cuando el fobierno establesie el papel moneda de curso forzoso, y s6lo permitié a Circulacién del papel moneda emitido por el Barico Nacional, comenz6 un proceso, inicialmente lento, de des- valorizacién de Ia moneda, que pro- dujo el descontento de sectores co- merciales y bancarios. El proteccionis- mo también chocaba con los intereses inmediatos de los comerciantes y ex- portadores. Todos estos temas se dis- cutieron en la prensa de la época, y proyocaron con frecuencia Ia ira del gobierno. En general, los radicales to- maron todos estos motivos como tema de oposicion, pero muy pronto co- menz6 a esbozarse una division dentro del partido del gobierno. sta comenz6 simplemente bajo Ia forma de criticas moderadas y desde dentro a la politica del gobierno de im- pedir el uso de Jos derechos politicos |os liberales. A estas criticas se fue- ton superponiendo los motivos de de- sacuerdo derivados del creciente cen- tralismo y la velada tensiGn entre’ los partidarios de una amplia autonomsa regional y quienes velan, con Niiiiez Holguin, en el intento de defender la integridad territorial de los departa- mentos 0 su solidez fiscal una super- vivencia del funesto espiritu federalis- ta. La superposicién de estos motives hizo que durante los primeros afios los desacuerdos en el seno de los repe- neradores tuvieran ante todo el res- paldo de grupos regionales, entre los cuales el primero fue el antioqueno, ‘Ya desde 1886, como se dijo, habia Propuesto Niiiiez dividir los antiguos Estados, pero la oposicién de varios 57 constituyentes, encabezados por los caucanos (al no tener Antioquia re- presentantes propios), condujo a man- tener en la Constituci6n los limites de los antiguos estados. En 1888, el pre- sidente encargado, Carlos Holguin, propuso al Congreso la reforma de la Constitucién para hacer més facil la division de los departamentos, Apa- rentemente, se pensaba ante todo en Cariearuras de BI Zancudo» contra Carlos Holgutn, ‘ya al final de su ‘goblérno. En la segunda aparece ‘en brazos de Nides Billete del Banco Nacional, por valor de elnco peso: Techado al I" de septiembre de 1885 Los billees del ‘banco frndado por Rafael Nidlez eran de curso forzoso. satisfacer los anhelos del sur de} Cauca de conformar un departamento inde- pendiente, alrededor de Pasto. Aun- que no hay indicaciones de que Nufez u Holguin pensaran dividir a Antio- quia, muchos de los politicos de esta regidn entendieron el proyecto como un peligro, y ala oposiién nical de Rafael Reyes, muy asociado con el ‘Cauca, se sumé pronto la de los antio- ‘quenios. El Congreso aprobé en pi mera vuelta el proyecto, que debla yolver al afio siguiente; dos senadores antioquefios y uno caucano volaron.en contra. Pronio se advirtié la oposicién casi undnime de caucanos, antioque- fios y bolivarenses a Ia idea; en estos departamentos, los micleos favorables ‘se encontraban principalmente en Pas- to, Barranquilla y Manizales, posibles cnbezas de nuevos departamentos, En todo caso, ante el cteciente clamor, Niifiex recomend6 a Holguin dejar la cosa como estaba, y asf, en noviembre de 1889, el nuevo debate del proyecto fue aplazado indefinidamente. Sin em- argo, a comienzos del afio siguiente, cuando el Congreso empez6 a discutir Ja eleceion de nuevo designado, los dos aspectos se vincularon, Los antio- quefios, aunque muy irritados con Holguin, decidieron, después de al- gunas negociaciones, que lo apoya- rian, pero con la condicién de que se retirara indefinidamente el proyecto de divisin territorial. Asf lo hizo Holguin el 20 de julio de 1890, y seis dias después fue reelegido como designado. Sin embargo, 14 con- resistas no se sometieron al acuerdo y volaron por Marceliano Vélez, que Nueva Historla de Colombia Vol. | desde entonces quedé convertido en ef centro de los desacuerdos conserva- dores con el gobierno regenerador. Fuera del desacuerdo por la repre- sin a la prensa y los intentos de di- vision territorial, el manejo de los. bancos y el problema de la libertad electoral y los derechos de las mino- rias empezaron a surgit como temas de desavenencia. En Antioquia, el ni- cleo de estos cuestionamientos tenia bastantes vinculos con sectores empre- sariales (banqueros, comerciantes y ‘empresarios agricolas). Tipicos repre- sentantes de estos politicos empresa- rios eran Pedro Nel Ospina y Carlos E, Restrepo, pero en general los po- liticos y empresarios antioquefios del marco de Ia plaza empezaron a res- paldar a Marceliano Vélez como una alternativa a Holguin, y como alguien que podia «regenerar la Regenera- cién», que se habia corrompido por el retorno al fraude electoral y la repre- sin, contra los que habfa luchado. A fines de 1890 surgieron disidentes, bogotanos, cuando Antonio B. Cuer- vo, antiguo ministro de Guerra, en- cabez6 un memorial, firmado también por el presbitero Antonio José de Su- cre, en el que pedis la libertad elec- toral, neutralidad del gobierno en los elecciones, reconocimiento del dere- cho de las minorias y una reforma constitucional que estableciera la res- ponsabilidad del presidente. E] problema de los derechos de las minorfas se hizo m4s urgente desde cuando el partido liberal empezd a adaptarse a la nueva situacién. Sobre todo a partir de 1892, cuando se ave- cinaban las elecciones presidenciales, un importante sector liberal empezé @ promoyer un cambio de estrategia, buscando Ia participacién electoral, el reconocimiento de la Constitucién y la lucha bajo ella como un camino viable de accién politica. Aunque no se des- cartaba la guerra como medio de re- cuperacién del poder, liberales como ‘Aquileo Parra y Nicolds Esguerra en- contraban preferibles tacticas pacifis- tas, y contribuyeron a a conformacion del Centro Liberal, una especie de di- ap rec la cor Un coi La los A dis ely Na pre Ne ser Er na yo Ae at ve sir BO mi ya do pe an de nit do na Sit Hy pr cic ca de sic fic G gt ra lit pL de ci Capinito 2 rectorio politico, y, dado el control de Ia educaciGn superior por parte del conservatismo, @ Ja fundacién de la Universidad Republicana, en la cual se enseflarfan los principios politicos y constitucionales del liberalismo, La elecci6n presidencial de 1892 y Jos comienzos del gobierno de Caro ‘A comienzos de 1891 comenzaron a discutirse las nuevas candidaturas para el periodo presidencial de 1892 a 1898. Nadie tenia duda sobre el candidato presidencial, pues todos apoyaban a Niifiez y nadie habria podido enfren- tarsele. Lo importante era quién iba a ser el candidato a la vicepresidencia, En febrero, un comité de Cartage- ia, que se siponiacontaba con el spo- yo de Najfiez, propuso Ja lista No- fhez-Marceliano Vélez, que permitiria atraer a los vacilantes antioquefios ‘Vélez, sin embargo, era un candidato sin mucho peso nacional. Habfa sido gobernador de Antioquia durante la mayor parte del gobierno de Holguin, y se habfa resistido a ir al Congreso, donde tenfa un puesto de senador, a pesar de Ia reiterada solicitud de los antioquetios. Una amplia correspon- dencia, sin embargo, lo habfa mante- nido en contacto con otros regenera~ dores descontentos, como el gober- nador del Cauca, Juan de Dios Ulloa Sin embargo, sus desacuerdos con Holguin y con el nucleo de su gobier- no habjai sido demasiado obvios. Tan pronto se Janz6 su candidatura, se ini- cié un esfuerzo por encontrar otro candidato que padiera desplazarlo, y don Jorge Holguin, hermano del pre~ sidente, lanz6 Ia candidatura de don Miguel Antonio Caro. Para ellos, Ia candidatura Vélez era un claro desa- fio, um peligro para la Regencracién. Como dijo entonees don Carlos Hol- guin,

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