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Sree UN LUGAR SEGURO Mafianas como est las psisbamos tumbads, eseuchando Firik Sate, Peseadlo Raioso o solo nuestra respiracion Alscle eli al dormir me aliviaba el mundo) ¥ eso es lo mis cerca gue he estado del satort IWAN PALACIOS OCARA Se habré notado en ef contenida de este libro un olvido que permea lo escrito. Se escabulle entre las palabras, se oculta en imagenes, se olv.da a propésito en las referencias. Me refiero a mi padre. Adin nos vemos, pero no somos tan cercanos. A veces me pregunto si mi relacién con él no determina de desproteccién que me invade a cada rato. Ese impulso por ‘encontrar un maestro. Un gufa Hace algunos afios, cuando legué a vivir a Puebla, cchaula de José Agustin, De él, solo habia lefdo en ese entonces La Tumba y Cémo se llama ta obra, Acababa de entrar aun diplo- lo de escritun de que se puede estudiar para ser escritor; es mas, hay gente que, vive de eso y no son genios tocados por alguna divinidd. Estaba entusiasmada, La presentacién fue en el Teatro de ta Ciudad. Un edificie de estilo barroco y con asientos acolchados, vestigios dle una an- tigua pretensién de lyjo, tan comiin en la capital poblana. Me senté en un paleo: el lugar estaba abarrotado, Yo, sorprencil de que tanta gente quisiera ver hablar « un escritor. Mi inge- nuidad era reak el periodo en que cree fue uno de los menos activos para la cultura en ‘Tlaxcala, Algdn funcionario sin en- tusiasmo gastaba ef presupuesto en el carnaval y las orquestas regionales. Por eso me costaba tanto imnaginar eventos mi en tomno a la literatura. censacin, ia una creativa donde me enteré, a Jos veinte altos, 8 La charla comenz6 y se podta sentir un ambiente de emocion creciente que llevaria todo a consecuencias funestas, propias le un cuento de Yasutaka Tsutsui, Podia notar, a mi alrededor, la energia expectante y casi aloratoria de los asistentes. A mi me gustaba (me gusta) José Agustin, pero, ztanto como para mi- rar con los ojos casi hiimedos de emocién una entrevista pi blica, aprobando cada afirmacién con un gesto de la cabeza y sonriendo ante cada ironta y cada pinche o puto que el escritor ? pronuny La historia dela contracultura en Puebla es tan intensa como cl impulso conservaclor de sus habitantes, Por algo la tinica co- rriente de vanguardia mexicana surgié en dicha ciudad. De he- cho, recucrdlo haber visto entre el paiblico al nico punk que iba a a misma facultad que yo. Siempre quise hacerme amiga de Ly su novia, pero nunca he podido estar del todo a contraco- rriente, Aunque miles de cosas en el mundo me molestan, mi tendencia a la ealma me lleva a sarecer mis bicn convencional. ‘Verminé la presentacién con un bramido de aplausos. Mus cchos se levantaron de sus asientos, ansiosos porque el escritor les firmara sus libros, viejes y manoseados. Yo habfa leido la obra de José Agustin en copias, hacia varios afios, No tenia (no tengo) la costumbre de pedir que me firmen los libros. No en- tiendo el mérito de tener un libro gurabateado por un extratio, cuando en realidad intimamos con el autor al leerlo, Quiz nos enteramos de cosas que no cuenta nia su compafiero de eam: gPara qué una firma Sin embargo, todos corrian iI escenario para asediar a José Agustin con los libros abiertosen la primera pagina. El, pelo gris, mezelila, suéter amarillo brillante, cordial y paciente, firmaba, de pie, como podia, a toda prisa, para que el tumulto fuera calmiin- dose. A esas altura la gente formaba ina mares, un leve terremo- to, una ventisea, no trazaba s algiin ejemplar y con la otra intentaba, al mismo tiempo, detener ‘ala muttitud Adin en el paleo, yo miaba la escena y me preguntaba si de- bberfa gastar ciento cincuenta pesos para conseguir ese amuleto: ‘un libro firmado, gLo queria de verdad? {Seria algo tan bueno como Lat tumba? Como se Hana ta obra nv me habia gustado nombre en cescritor con una m: tanto. :Deberfa decirle al chico punk que me recomendara otro libro que comprar? A fin de cuentas, dl eseritor estaria abt por horas, hasta que terminara con los cientos de ejemplatres que destilaban ante él Entonces escuché un golpe seco. Y silencio. Y murmullos. ‘Aleé la vista y el autor ya no estaba en cl escenario. Todos mira- ban hacia el foso de orquesta. Tuve una sensacién pesada, de ur- sgencha, de que debia hacer algo. Pero me quedé quicta, mirando desde arriba el ajetreo confuso dela gente. En el piso, sin poder moverse, estaba José Agustin, Uno de los organizadores tomé el micréfono. Estoy segura de que las manos le temblaban tanto como Ia vox, Nos pidié ‘evacuar el e¢ Tuera, escuché conversaciones. Algunos lo habian visto mas de corcao mis lejos. Alguien dijo que hubo sangre. Me encontré al chico punk. Le ment y le die que yo estaba a punto ce bajar por mi firma cuando pasd, fil me respondié que vio todo de le: in subido estaba io, jos, pero qué pedo con esos >inches locos que se hal as{ al escenario. Qué idiotas, respond, Y me fui a cast asustada, loré un poco, Hace unos dias lef por casualidad Memorial de nuestra amne- sia, un adelanto de la novela de José Agustin Ramirez, hijo del esctitor José Agustin. Y me enteré de quela caida Fue mucho mas grave de fo que se anuncid, seguro para no dejar mal al gobierno en turno. José Agustin se dio un golpe en la cabeza. Perdié la memoria temporal. Empez6 a beber mas delo que ya bebia. Vol- vieron los arranques de fia Ramirez habla de su padre y se vuelve a ratos su sombra, Esa necesidad de hombre de medirse con el padre: Desde Lutke Skywalker hasta Juan Rulfo, Le cuento a un amigoy me recuer= da que Pitol buscaba a su madre. Y me pregunto por qué tantos hombres buscando costs. Y a toclo esto, znosotras. bus qué busco yo? {Busco acaso a mi padre, en est necesidad permanente de riffo y condescendencia? ¢Me harfa feliz acercarme masa él? Su falta de fe se ha vuelto la mia? En el divorcio, mi papa se puso mal. Me decia que a veces vefa figuras moverse en las paredes Dormfa en un cuarto sin ventanas, una budega en case de su amos! madre, mi abuela. Lefa como desesperado, buscando unit soltt- jén al enigma de su separacidn, Sus padres, mis abuelos, nunca se separaron, :Por qué él habla fallado?, me imagino que se pre- guntaba. Entonces escribié su primeryy hasta ahora tinico libro: Cien pruebas de fa no existencia de Dios. Me presents unas copias impresas, y no lo entend!. Hira de- masiado abstracto, Mi padre ense?'a matemticas y isica en una secundaria, Le gusta leer filosoffa, ¥ cle todo eso, habia extraido una s mos, algunas firmulas, cnunciados, que de- mostraban que Dios no existe. En esos tiempos, yo estaba en plena crisis espiritual, Como toda pers ciséis afios que vive en una familia disfuncional, Sentfa cierta inclinacién hacia lo espirituall, pero no crefa en fa iglesia. Fui a una escuela de monjas un_par de aifos, y el excesivo rigor y lo tedioso de las ceremonias me habfan hecho descreer. A la ver, lefa libros de autoayuda que se inelinaban por un catolicismo new age o una vuelta a Ja tradicién prehispinica mediante sustancias p En fin, estaba perdida, El libro que escribié mi padre vino a confundirme més. mero, porque no comprendia el contenido, pero lo peor era que no entendia el gesto. No Ie hastaba ser ateo; mi papa que- ra convencernos a todos, Demostrar que habia descubierto un hilo negro. Intenté publicarlo y lo rechazaron varias veces. Yo pensé en ayudarlo, pero estaba may ocupada con mis clases de karate, yaclemis, aunque ya habfa descubierto mi habilidad con las palabras, no sabfa si querfa hacer legible un libro ast. Me pregunto en qué creo, Hstos das, en el zen, Estoy leyendo Elcamino total, de Salvador Benesdra, EI libro es un intento por crear una filosofta intima, personal, que utiliza précticas zen, enfocadas en situarse en el momento presente y buscar lt con- centracién maxima del individuo a través dela aceptacion de su entorno. Intento aplicar esa forma de pensamiento a mis pro- blemas familiares. De todas forntis, ze6mo podrfa solucionar el pasado? fTiene sentido obsesionarse con eso? Un poema de Cecilia Pawon dice: «A veces / cuando paso por Ii Iglesia de San Expedito prendo una vela verde /y roja y pido algo, el otro dia ped paz / una vez hace tres afios pedi claridad», Con eso para mf serfa suficiente. ie de aon lis Hace unos dias, una amiga tuvo una crisis nerviosa a la mitad de una fiesta. Ya nos habia contado que estaba asustada por los Tumores de secuestros a chicas cerca de nes del metro, acd en la Ciudad de México. Yo le dije que no era bueno tener miedo. Afiadi —hablé de mis porque estaba borracha— que es taba escribiendo un libro sobre eso, sobre cémo crear un lugar seguro. Al menos en nuestro 1a dejé hablando eon otros ami a hago terior, (porate cuando estoy bo- $ conversaciones, sin mucho nba gritando, Le grtaba a uno de ellos que él no entendfa, por ser hombre. Que élno enter e miedo a ser acosada, volada,secuestrada, Gritaba para cefender- sede un enemigo, en aquel momento representa por él. Inten- tacercarme a lla me rechaz, Dijo que la estibamos tratando ra loca, Que ninguno de nosotros entendia, Yo traté de contarle todo lo que he pasado, lo que he visto. Los aeosos, el alto, Las robos, pleitos con violencia ¢ incluso asesinatos que ocurren cada tanto en mi colonia, conocida por ser una colonia brava, Pero no podemos dejar de vvi. decitle, pero lo dije mal y ya era tarde, HI asustada, imposible de consolar, Me fui a casa triste, Pensando en emo transmititle, Después de viajar un par de meses de mochilera, conclut que hay dos eh ves pa el trayecto: confanzay cuidalo, Confianza porque la pa ranoia nos hace mis débiles. ¥ cuidado porque el mundo es un) lugar peligroso. ¥ la vida es frigil y por lo tanto hay que csidarla, Pero suypongo qe cael na lo descubre a sti momento, eon dlistintas palabras. Me gusta céme lo dice Lydia Cacho: «ll mie- do no color mi espirituo. ¥ vaya que ella sabe del tema. Ha sido torturada y es amenazada constantemente por su labor period a veo tan entera y pienso que quiizt no podemos dejar de tener miedo, menos en este entorne conde es cas im- posible ignorar las constantes amenazas que se cicrnen sobre nosotras. No obseante, podemos procutat los espavios donde os sintamos a salvo, y si no existen, conformarlos a partir de relnciones de afecto. Bsa noche lleguéa casa a hacerme un té, Me dolia la garganta, asf que lo preparé dle canela con jengibre. Le puse un povo de |. Siempre que tomo esa infusién en particular me invade una sensacién de gratitud. Hay algo reconfortante en la combi- nacidn de sabores, suaves y cilidos, Agradezco estar viva, aun- que el cuerpo me duela. Agradezco que mis seres queridos “9 bien, aunque a veces no sepamos como acercarnos unos a otr { Agradezco tener amigas y amigos en quienes confiar. Agradezco que en la calle haya también gente buena, Agradezco que un dia mis me haya librado de todo mal. Agradezco escribir. cpmx, agosto de 2018 INDICE TH DESOCUPARSE 19 OGRA NEGRA 25 LACULPA 31 HOMETOWN 17 FLRUIDD QUE HACE UN ARBDL AL CRER 39° MEDIN LA TRISTEZA 45 PRESENTE SIMPLE Si EL Uaro oLviuaoa q 57 NOVIAJABAN SOLAS 63 UN LUGAR SEGURO

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