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BIBLIOGRAFIA BIBLIOGRAFIA AGUSTINIANA AvRELIus Avcvstinvs: Obras completas Tomo XLI. Escritos atribuidos. Introducciones, versién, notas e indices de Teodoro C. Madrid, Madrid (BAC) 2002, xxxvii, 944 pp. El tomo XLI de las Obras completas de san Agustin, completa el gran proyecto comen- zado en el afio 1946 en cooperacién con la casa editorial ‘Biblioteca de Autores Cristianos’. Con el transcurso de los afios, el proyecto recibié el apoyo de la Federacién Agustiniana Espafiola (FAE) en representacién de las familias religiosas agustinianas. Ha sido una labor de més de medio siglo, prolongada e intensa, que ha involucrado los talentos de varios agustinélogos y traductores. La idea de una edicién critica y bilingiie result6 en una coleccisn fidedigna de los escritos del gran Padre de la Iglesia, Agustin de Hipona. Se tra- ta de una serie de libros organizados segin el género literario empleado por el obispo afti- cano, respectando tambien el enfoque doctrinal del autor ala hora de las controversias en cuestién. No se puede, sino agradecer a los responsables por haber puesto semejante coleccisn al alcance del gran piiblico con precios accesibles y con una traduccién al espa- fiol de aquel latin tan particular de gran santo. Es importante recordar que se trata de una de las lenguas internacionales de mas extensién en cl dia de hoy. Pero, en cuanto a la figura y la herencia religiosa y cultural del incomparable Agustin, nunca se acaba la investigacién de las fuentes y de la literatura derivada de su inspiracién. ‘Aparece y reaparece el agustinismo ¢ través de los siglos, de tal manera que atin en el dia de hoy la bibliografia crece en miiliples estudios en todas las lenguas modernas. Un importante y peculiar eslabén en esta cadena de la herencia agustiniana se puede localizar en una tradicién literaria poco reconocida o comprendida. Se trata de los escritos apécri- fos, atribuidos a san Agustin. Como el editor responsable de este libro, Teodoro C. Madrid, explica con gran detalle en su Introduccién, existe una amplia variedad de escritos y de .géneros literarios que caen bajo esta ribrica. En general, se trata de algo escondido u ocul- to y, en este caso, se reconoce que, aunque estos escritos se atribuyen a Agustin, no son obras suyas. No hay que juzgar precipitadamente esta practica de atribucién, tan popular en la Baja Edad Media. No se intenta engaiiar o defraudar, pues la nocién de plagio tiene poca ascendencia en una época que prestaba poca atencién a los derechos del autor, Los esctitos de las grandes autoridades literarias formaron una propiedad comin, utilizable sin necesidad de citar directamente al autor original o el escrito del que se tomaba una cita, Pero més que citar, los autores de los apécrifos buscaban situarse en la casa de la autoridad que acompaiiaba la invocacién de uno como Agustin. Normalmente la finalidad de estos cscritos era crear una literatura piadosa de dichos o de sentencias, que reflejara los pensa- mientos del santo y accesible a la poblacién en general. 148 BIBLIOGRAFIA El autor de este libro ofrece 14 ejemplares seleccionados de entre los muchos escritos de esta indole atribuidos a san Agustin. Tales muestras forman parte de la tradicién espi- ritual agustiniana transmitida a Jos ficles de la época. La Introduccién general es un ver- dadero tratado sobre las fuentes, la variedad de estilos y os destinatarios de esta literatura, Se afiade una introduecién breve a cada una de las muestras, En la obra se encuentra el tex- to latino, notas aclaratorias y bibliografia, més indices biblicos y generales al final. ;Felic- dades tanto a la editorial como al editor por tan rica clausura del proyecto de las Obras completas de san Agustin!—John J. OLDFIELD. BARROS, Paulo César: «Commendatur vobis in isto pane quomodo unitatem amare debea- tis». A eclesiologia eucaristica nos Sermones ad populum de Agostinho de Hipona eo movimento ecuménico, Roma (EDITRICE PONTIFICIA UNIVERSITA GREGORIANA), Tesi Gregoriana, Serie theologica 83, 2002, 338 pp. Como adelanta el autor en el prélogo, este estudio sobre la eclesiologia eucaristica tiene su origen en la experiencia del autor, cuando participaba con las fraternidades en la ceucaristia de cada domingo. Este sentir con la Iglesia desde la Eucaristia, tan agustiniano, es el cimiento firme que le va a sostener desde el principio de su formacién hasta descu- brir la formulacién genial del santo Doctor en sus Sermones al pueblo, que condensan el realismo vivo de la eclesiologia cucaristica en la unidad suplicada por Cristo para que todos la vivan y la compartan en el movimiento ecuménico. Este principio le fue orien- tando en su formacién teol6gica a profundizar en la unidad invisibe de la Iglesia, y a des- cubrir en élla la sintonfa entre Iglesia-Eucaristfa y movimiento ecuménico hasta conseguir Ja unidad cristiana indivisible. Precisamente ha acertado al encontrar que los Sermones al pueblo de san Agustia encierran un rico pattimonio littirgico pastoral para iluminar el movimiento ecuménico actual y la sensibilizacién de los fieles laicos. Este empefio en san Agustin es excepcional por su experiencia y su ensefianza sobre la Iglesia indivisible de Cristo, trabajando continuamente en didlogo y vigilia permanente con la secta donatista para atracr a todos ala unidad. En este sentido san Agustin es intérprete privilegiado y maestro excepcional que animaba siempre a sus fieles a que amaran la unidad y su rela- cién intima con la eucaristia-unidad, El autor acentia el estudio entre la sensibilizacin y el acercamiento del fiel cristiano a esta tarea apostélica del movimiento ecuménico actual para conseguir cuanto antes la unidad de todos los cristianos. Y el celo de san Agustin por Ja unidad le estimula, porque la profesién de fe de todo fiel cristiano tiene que reflejarse y resonar en la vida ardctica, buscando siempre Ia verdad en la caridad como manera ‘especial de vivir la celebracién eucaristica de cada dia. ¥ como para san Agustin la preo- cupacién de la unidad de la Iglesia no es sélo preocupaci6n de los pastores y de la comu- idad, sino también de cada cristiano laico el autor fija correctamente los términos del estudio desde la historiografia por orden cronolégico de los estudios principales apare- cidos desde 1929 a 1994. Lo cual es importante para tratar bien el tema elegido, porque en ese recorrido se percibe en seguida que la visién eclesial de la Eucaristia, como peda- gogia ecuménica no ha sido estudiada de una forma sistemética hasta el siglo viente por diversas causas Por eso es acertada la visién del autor al descubrir en la predicacién de san Agustin, sobre todo en los sermones 227 y 272, la sefial eclesial que orienta la tarea ecu- ménica en busca de la unidad cristiana. Desde esta perspectiva el autor centra Ja fuente principal de su estudio en los Ser- mones al pueblo, y como fuentes complementarias textos de los Comentarios al Evangelio y Espistola a los Partos de san Juan, Comentarios a algunos salmos y obras antidonatistas. BIBLIOGRAFIA 149 En cuanto al método de la investigacién parte del anilisis de los Sermones al pueblo para estudiar los textos eclesiol6gicos de su predicacién que reflejan el celo de san Agus- tin a favor de a unidad, y a partir de abi reconstruye la coherencia interna del pensamien- t0 teol6gico sin preocuparse del orden cronolégico todavia inseguro e incompleto. La estructura de la obra es sencilla y clara: Después del prélogo y la introduccién general, distribuye la obra en tres partes, cada una dividida en capitulos con su intro- duccién y conclusién. La primera parte San Agustin y el donatismo, para fijar el contex- to histérico en el que san Agustin fue elaborando sus ideas eclesiolégicas en la controversia con una secta separatista y puritana, procurando a la vez atraer a los cisma- ticos a la Catdlica; la segunda parte, La predicacién sobre la unidad de la Iglesia como manifestacién de la experiencia trinitaria de Agustin de Hipona, con capitulos en torno ala unidad que procede del Padre en la Trinidad del Seior Dios uno y trino, que por el Espiritu Santo construye la unidad eclesial por la caridad, de manera que quien no vive en caridad no vive en la unidad; Ia tercera parte, sobre La eclesiologia eucaristica, que es la experiencia del Cuerpo y Sangre de Cristo, que ayudard al cristiano fiel a perseverar en la unidad de la Iglesia. En el epilogo recoge diversas cuestiones en torno ala participacién del cristiano laico en el didlogo teclégico ecuménico, sefala las dificultades, y saca las con- clusiones sobre los distintos movimientos religiosos; ademés declara algunas limitaciones en la reflexién eclesiolégica de san Agustin. Finalmente, la conclusién general pone de manifiesto la influencia de los Sermones de san Agustin en la teologia occidental, que, a pesar de algunas limitaciones muy propias del tiempo y el ambiente en el que el santo doctot los predicé, siguen siendo plenamente actua- les, con el celo y método de sensibilizacién de los fieles laicos para despertar en éllos el inte- 16s por la unidad de la Iglesia ante el grave problema de la separacién de comunidades cristianas. Termina con seis paginas de siglas y abireviaturas, abundantisima bibliografia y el indice general —T. C. MADRID. BERMON, E.: Le cogito dans la pensée de saint Augustin, Pacis (LIBRAIRIE PHILOSOPHIQUE J. Vain) 2001, 432 pp. Hay una poderosa afirmacién del yo conocedor del mundo en las respuestas que da Agustin sobre la maquina del mundo y sus seres, que apuntan a un Creador, cuando dice enfiticamente: «Yo interior conozco estas cosas; yo, yo, él énimo, por medio del sentido de mi cuerpo conf. 10, 9. Tan catcgérica afirmacién, ego, ego animus, se refiere especifica mente a un cogito que no solamente cuestiona a las criaturas acerca del origen de su ser, sino que constituye el mismo ser intimo del Agustin que interroga y descubre. El yo des- cubierto por Agustin es uno de los grandes logros filoséficos en la historia de les ideas, que no ha desaparecido de la escena filosofica, sino que queda presente y constantemente revitalizado en la bésqueda perenne del ser del hombre y del origen del mismo. Charles Taylor, uno de los mas destacados filésofos contemporéneos, sitia a Agustin, en su obra magistral, Sources of Self (1986), entre Platén y Descartes, como un eslabén imprescindible en la evolucién del pensamiento sobre lo que sera la siempre elusiva y inquietante identidad de aquel yo que define lo que es ser persona. El «proto-cogito», como lo describe Taylor, del pensamiento agustiniano entré en el rio del pensar filos6fi- co como producto de una «reflexividad radical» (radical reflexivity) 0, como es més comin decir, Ia interioridad privilegiada del autoconocimiento que tanto cultivaba el Santo. Pero gtienen algo que ver entre si el si enim fallor, sum de Agustin y el cogito ergo sur de Descartes? 150 BIBLIOGRAFIA Con esta cuestisn se enfrenta Bermon, profesor de filosofia, en este extraordinatio estudio filoséfico sobre el cogito de Agustin y la posible influencia del mismo en Descat- tes, el progenitor dela modernidad filosofica. Digo extraordinario, porque lo es por la maestria de las materias, la légica del desarrollo del tema y la claridad de expresién. Se tra- ta de un nivel de pensar filoséfico que sabe elegir textos y penetrar en el sentido de los mis- mos, hasta llegar a unas interpretaciones ricas y fieles a los pensamientos de los protagonistas. No se zestringe el estudio a un didlogo entre Agustin y Descartes, sino que entra en juego un tercer participante, Hussedl, el gran crtico y renovador de las Méditations de Descartes. Como punto de partida, el autor establece la reaccién de Descartes a las sugerencias de sus contemporéneos, que suponian alguna conexién temitica o dependencia légica entre su renovacién redical de la flosofia a partir del cogito y la obra agustiniana a favor de tuna semejante afirmazién de la prioridad epistemolégica del autoconocimiento irrenun- ciable. En su amplia «Introduction», el autor revisa la documentacién existente, particu- larmente la correspondencia de Descartes, y encuentra que Descartes rechaza la idea de una conexién. Quiso distanciarse de lo que percibia ser la intencién teolégica de la famo- sa frase si enim fallor sum (ciu. 11, 16) y, por esta raz6n, de poca utilidad para su propio empefio filosofico. Descartes, dedicado a su misién de superar el pasado escoléstico y de encontrar nuevos comienzos en la razén pura, prestaba poca atencién a Agustin. La tesis de Bermon, sin embergo, rechaza tal distanciamiento, mostrando la riqueza filoséfica agustiniana y precartesiana en su propio desarrollo de una filosofia del cogito de gran cenvergadura, Tras Ia esclarececora «lntroduction», la obra estd divida en ocho capitulos subdivi- didos, a su vez, en titulos que identifican los temas relacionados con la proposicién trata- da en los respectivos capitulos. Comenzando con «L’homme et les bétes», se dedica el autor a elaborar la tesis de Agustin sobre la innegable verdad de la vida, la certeza de que uno vive y sabe que vive: una respuesta firme alos escépticos. Emplea los textos de De libe- ro arbitrio como piedres sélidas en la edificacién de un argumento que va a repetirse en los escritos de Agustin, y que alcanzaré una elaboracién filos6fica madura en irin. 10. En los capitulos siguientes, exe yo, el cogito de las cogitationes, es lo fundamental del hombre, es decir, que existe, vive y piensa. Este conocer de varias maneras recibe atencién en el capi- tulo IT, aa vie et la sciences, en el que se consideran los sentidos y el mundo exterior al hombre. Se llega, en certo sentido, al meollo del discurso en el muy kicido capftulo TIT, «La connaissance de soi». El punto de arranque para descubrir el horizonte de conoci- mientos derivados de y relacionados con el primordial autoconocimiento se encuentra en trin. 10. Lejos de ser un trampolin para saltar a conclusiones teol6gicas, el contenido de ese libro revela, segiin Bermon, los componentes del conocer humano en general y Jos del conocimiento de si. Explica, desde Agustin, cémo es posible que el hombre tenga conoci- miento total de si mismo y, a la vez, sigua buscando conocer. Importante ciertanente en cualquier investigacién epistemoldgica es el papel de la imagen o la representaci6n, materia del capitulo IV, «Le probléme de la représentation compréhensiven. De nuevo avanza més allé de la intuicién original de la presencia inne- gable de uno a si mismo hacia un estudio de la relacidn «interiorexterior, y lo hace en capitulo V, «La pensée objective de soi». Interesante en este contexto es la relacién entre alienacién y caida primordial, vistas como una realidad de consideracién no solamente moral, sino también filosdfica. Entra en este capitulo el argumento de Agustin contra el materialismo que tante dominaba su pensamiento anterior al descubrimiento de la via interior. Esta interioridad se identifica con un conocimiento descrito como ‘presencia’, mientras los conocimientos que se va acumulando son productos del hallazgo, una rela- cién estudiada en capitulo VI, «Présence et Invention». En breve, se trata de la realidad BIBLIOGRAFIA 151 inmanente al cogito del hombre, y de Ia trascendencia del autoconocimiento abierto a Dios o al infinito cartesiano, una semejanza, pero no la misma cosa que la presencia agustiniana. No puede faltar un espacio dedicado a un tema de gran trascendencia en el pensa- miento moderno, el del conocimiento del otro, estudiado en capitulo VII, «La perception dautruin, Se reconoce que en los tiempos de Agustin no se planteaba este problema como actualmente. La creencia uniforme en una naturaleza humana hacia posible presumir el conocimiento del otro, aunque se trata de una relacién asimétrica. El autor compara el modo husserliano de afrontar el problema del conocimiento del otro, con el acercamien- to agustiniano al misterio de este conocimiento y de la comunicacién social. Para realizar dicha comparacién se apoya en la posibilidad de una comunidad espiritual de conciencias. Muy presentes en esta discusién estin el valor y la importancia de los signos, que funda- mentan el mundo social. En este apartado se encuentra un excelente estudio de las doc- trinas estoicas acerca de la amistad universal y del conocimiento por «simpatia» o «similitudy que tienen resonancia en el pensamiento de Agustin. Vuelve el autor al tema de la muy rica antropologia agustiniana, en el tiltimo capitu- Jo del libro dedicado a «Intelligence, Volonté, et Mémoire». Siguiendo las pautas deriva- das del estudio del misterio de la Santisima Trinidad, Agustin busca ahondar en las posibilidades filoséficas que ofrece la nocién de la imagen de Dios en el hombre. Es un ‘magnifico ejemplo del uso de la raz6n filoséfica para acercarse al misterio, y de la aplica- cién de lo revelado para ilustrar el cardcter tripartito y, ala vez, unitario del alma presen- tea si misma y abierta ala trascendencia. ¢Dista mucho Agustin de Descartes? El autor, en una conclusién magistral, percibe les lineas comunes y las fronteras de demarcacién. No hay para Agustin una res cogitans preliminar, ninguna disyuncién entre «ser» y «pensar, porque el espiritu del hombre, ya en el vivir, existe presente a si mismo. Si, en cambio, hay comunicacién de ideas como, por ejemplo, el lazo ideolégico que ata a Anselmo tanto con ‘Agustin como con Descartes. Es dificil resefiar en lineas breves un libro de tanta envergadura filoséfica. Esta obra merece un estudio detallado y cercano. El resultado de una lectura inicial proporciona al Jector un gran aprecio por el talante del autor como erudito y filésofo, y un reconocimiento del proyecto filoséfico perenne, que exige que uno vuelva constantemente a los grandes pensamientos y pensadores para recobrar el sentido de la grandeza del espftitu humano. No debe estar ausente este libro de ninguna biblioteca universitaria y, por supuesto, de nin- guna coleccién agustiniana. No hace falta tampoco resaltar la fina calidad del aparato cri- tico, de la bibliografia o de los indices. Estn presentes y consonantes con la alta calidad del libro —John J. OLDFIELD. DrosNer, Hubertus R.: Augustinus von Hippo. Predigten zum Weibnachtsfest (Sermones 184-196). Einleitung, Text, ibersetzung und Anmerkungen, Frankfut am Main (PETER LANG) 2003, pp. 322. La obra magistral del profesor Drobner presenta en latin y aleman quince predica- ciones agustinianas, habidas el 25 de diciembre, en la solemnidad del nacimiento del Seftor. Precede a cada pieza una introducci6n que, tras investigar con rigor dénde y cudn- do fue pronunciado el sermén, presenta su contenido, estructura y, a veces, su estilo, Respecto al lugar y fecha de las predicaciones el autor se atiene escrupulosa y modélica- mente al aforismo agustiniano «Mejor que errar es no saber» (Io. eu. 4r.21, 1). Por eso, con la sensatez propia de un investigador honrado, tras repasat las diversas opiniones sobre esos asuntos, concluye el correspondiente anélisis no con escepticismo soberbio y sabion- 152 BIBLIOGRAFIA do, sino con modestia sabia, pues no hay resultados concluyentes en ninguno de los dos puntos. A dicha introduccién siguen el texto y notas que lo explican. Estas son de caréc- ter biblico, retérico, histérico, tealdgico y lingiiistico: un ejemplo de cémo la erudici6n sir- ve a la fe. En estas condiciones, Agustin encantado de que sus sermones sean hoy lefdos. Las pp. 13-31 recogen bibliografia auxiliar sobre traducciones de estas piezas y acer- ca de asuntos relacionados con la predicacién agustiniana en general. Las pp. 33-85 con- tienen un estudio sobrela fiesta de Navidad, les homilias agustianas motivadas por ella, el mensaje navidefio agustiniano y la retérica de que el predicador se sirve para transmitirlo a su feligresia. La agudeza y laboriosidad de Drobner se ha puesto de nuevo a disposicién del genio de Agustin y, asi al servicio de sus oyentes de hoy. Los indices, ademas del gene- ral dela obra al principio de libro, recogen los textos biblicos citados por Agustin en estos sermones, los autores antiguos ymodemos mencionados a lo largo de la obra, incluido el Hiponense, los vocablos hebreos, griegos y latinos a los que ella ha prestado atencién y los nombres y asuntos que han merecido alguna aclaracién del editor, Salpican el texto, impre- so claramente, seis reproducciones de antiguas escenas navidefias. Como he escrito en algu- na otra ocasién al resefiar otro trabajo similar de Drobner, es una pena que no todos los amantes de Agustin puedan leer aleman.—José ANOZ. PINOL, Jorge: Cristo Rey. Su Cindad y ef Camino. La bumildad de Jess en ‘La Ciudad de Dios’, Buenos Aires - México (LUMEN) 2003, 192 pp. El propésito del autor es el de ahondar en el significado de uno de los titulos o nom- bres de Cristo, que le pertenecen de tal manera que es Cristo mismo quien a si mismo se consideré como Rey. Esto responde a la vez a la idea de enriquecer la espiritualidad del Ins- tituto ‘Cristo Rey’, al que pertenece el autor. En esta tarea, el autor sigue los pasos y se ins- pira en la obra de san Agustin, De hecho, es el propio autor quien nos adelanta en el prélogo que «el primer propésito es ayudar a entrar en relaci6n directa con la perenne sabi- duria dela Madre Iglesia por medio del acercamiento a una de sus més grandes luminarias, san Agustin, Obispo de Hipona» (p. 15). El segundo subtitulo del libro acota la fuente principal agustiniana en que se inspira el autor, que es el libro de La ciudad de Dios. Sin ser un trabajo de alta investigacién sobre el tema, cefiido a este libro de La Ciudad de Dios, sin embargo, ofrece un buen compendio y desarrollo sobre el titulo de Cristo Rey, sin excluir tampoco abundantes referencias al pensamiento de san Agustin esparcidas en ‘otras muchas de sus obras. El tema de este libro, elegido por el autor para la disertacién exigida para la obtencién del titulo de licenciatura en teologia, lo concreté sobre la doctrina de san Agustin en el libro de La Ciudad de Dios, porque, al decir del autor, «es una obra de plenitud y de sintesis, en la que se dan cita los grandes temas teolégicos, reflexionados incansablemente por el Santo» (p. 35-6). El autor enmarca acertadamente este titulo de Cristo Rey en la soteriologia agusti- niana, y particularmente en el cristocentrismo de san Agustin. El titulo de Rey le corres- ponde a Cristo, segiin san Agustin, no sélo porque El mismo se lo adjudicé, sino por la raz6n que adujo ante Pilatos: «Yo para esto he venido, para dar testimonio de la verdad», Tiene que ver, por tanto, con su misién, y esa misiOn es la de salvar, liberar, redimir, dar vida y ser luz para los hombres, términos, cuya pista sigue el autor alo largo de su exposi- cién, y que constituyen para él «el niicleo y corazén de la historia salifica» (p. 30). El concepto agustiniano ce la realeza de Cristo, segiin el autor, tiene sus apoyos y se inspira en el frecuente uso del término, aplicado a Dios y a Cristo, en las fuentes biblicas del antiguo y del nuevo testamento. El titulo de rey tiene parentesco seméntico con el con- cepto de pastor, guia, caudillo, fundador, salvador y padre del pueblo. Al aplicarlos a BIBLIOGRAFIA 153 Cristo, se convierten facilmente en expresiones tan tipicas y queridas para san Agustin como mediador, camino, médico y maestro, considerados como equivalentes. Para el autor, la afirmacién explicita y privilegiada de la realeza de Cristo en La ciu- dad de Dios es como «a idea-luz que esta en el corazén de esa gran obra». Son, efectiva- mente, bien frecuentes las alusiones a Cristo como «tey humilden, «eterno», chermoson, cauniversal» y «ungidon. A veces, deriva Agustin este titulo de la dignidad sacerdotal de Cristo, otras lo encuentra en relacién con su cardcter de fundador de la Iplesia-Ciudad de Dios. ‘Como podemos ver, el autor ha sabido extraer acertadamente el hondo contenido cristolégico, que constituye algo asi como la trama central de esa gran obra agustiniana de La ciudad de Dios —JavieR Ruiz. QUINN, J.M.,O.S.A: A Companion to the Confessions of St. Augustine, New York (PETER LANG) 2002, 967 pp. Sin duda alguna, el libro, escrito por el sacerdote agustino, J.M. Quinn representa una muy relevante contribucién a los estudios contempordneos de las Confesiones de san Agus- tin y al amplio campo de la agustinologia. Se abarca en esta obra nada menos que un comentario exhaustivo de cada capitulo con sus subdivisiones enumeradas de los trece libros que constituyen esta obra clisica y inmortal del gran obispo de Hipona. Al lector que se interesa por las investigaciones agustinianas se le puede suscitar la duda acerca de la rele- vancia de un estudio mas y de tanta extensién, casi mil péginas, sobre un campo ya lleno al tope de abundante bibliografia. Pero, como el santo de Hipona es una de las fuentes ori- ginales y inagotables del pensamiento filoséfico y teolégico del Occidente se presta a un estudio siempre renovado, examinado, y innovador. Conviene, sin embargo, que revele el autor que se atreve meterse en este laberinto de tanto abolengo, que es el genio de Agustin, tanto la finalidad como Ja perspectiva meto- dolégica que propone en escribir tal obra. Y este autor propone que quiere ser como un acompaiante (companion) del lector en lo que el mismo llama una exégesis (p. 1), punto por punto de todos los capitulos de las Confesiones. Quiere investigar los textos afiliados ideolégicamente («ideationally affiliated texts», Ibid.) del corpus agustiniano y usar los mis- mos como herramientas hermenéuticas lo que supone desde el principio un conocimien- to amplio y erudito de las miiltiples obras del santo, La lectura misma de este «Companion» proporciona evidencia de sobra acerca del talante del autor en cuanto a sus conocimientos agustinianos. Su maestria de los abundantes textos de san Agustin no se limita a estas obras sino se extiende a un dominio de la literatura clésica y actual sobre ‘Agustin y el agustinismo. En medio de tantos cotos hablando de san Agustin, se justifica ‘J.Qen su empefio a contribuir a esta ciencia porque, a su modo de opinar, existe un vacio en los estudios sobre las Confesiones que es la ausencia de un comentario detallado y cien- tifico, punto por punto, de toda la obra. Ha habido otros comentarios patciales o restrin- gidos a algunos libros pero no de todos. Menciona el muy apreciado trabajo de J. O'Donnell, Augustine Confessions, que si, es un comentario lineal pero el enfoque de estos tres tomos es principalmente filolégico mientras, como se hace palpablemente claro en el desenlace de la obra de J. Q., lo que se busca es el contenido filos6fico y lo que emplea como método en sus pesquisas es aquel de un flésofo de oficio. ‘Ademés de su profesién filosdfica y obvia competencia en este campo, J. Q. guarda su perspectiva religiosa y catdlica. Espera que la intencién recordada por Agustin a la hora de escribir sus Retractaciones, es decir, «los trece libros de mis Confesiones alaban la justicia y bondad de Dios tanto por mis obras malas como por las buenas, y mueven hacia El el 154 BIBLIOGRAFIA espiritu y el corazén humano» (2, 1) influya también en el lector moderno, al menos, «con una medida de satisfaccién espiitual» (p. 9). La lectura del libro no es facil ni éste puede leer en un tirén; es una obra con ambi- ciones casi enciclopédicas. En parte, lo dificil del libro nace de la misma profundidad de los temas tratados y, en parte, también por lo enredado de la prosa empleada por el autor. Luce en el texto del autor lo que se puede llamar un cierto estilo barroco, es decir, a veces, un estilo demasiado rebuscado en suafin de lucir con una cierta elegancia al pre- cio de la simplicidad de expresién tan accesible en el inglés americano, Se nota el extra- fio empleo de adjetivos o sustantivos como verbos (athey help negative the terrible pain of loss» p. 211, 0 bien «that joyed him» p. 430). Parece, también, una cierta propensién por inventar nuevas palabras, e.g. «nuancive commentary» p. 413, n. 48, Més pesada, sin embargo, no es tanto la prosa, sino la prolijidad del contenido. Sin duda, tenemos en mano una obra que representa toda una vide de estudio de san Agustin y de ejercicio de la profesién filos6fica. E] autor tiene mucho que deci, y, en el proceso creativo que se supone en la confeccién de la obra, Agustin y Quinn se mezclan. ¢Hasta dénde Agustin por sisdlo y hasta dénde J. Q.? Nuestro acompafiante en esta lectura pausada y penetrante de las Confesiones desen- trafia habilmente el pensamiento contenido en el texto mas el contexto del mismo. Hace el trabajo de exégesis con gran dominio de las fuentes pero, més allé de este descubri- miento del sentido de lo explicado, se salta al plano de las controversias filosoficas actua- les. El resultado es unos ensayos muy abultados que desvian la atencién de! lector del texto original. Indudablemente, el género literatio que es el ‘comentario’ permite tales saltos pero afiade esta practica un desarrollo del tema detal modo que los comentarios se convierten en tesinas, algunas de las cuales son brillantes. Hay que cuestionar, sin embargo, el lugar de tanta prolijidad en un ¢jercicio que, segiin el autor mismo, es dejar que Agustin comente a Agustin (p. 6). En resumidas cuentas, a pesar de algunas reacciones negativas indicadas en esta rese- fia, no se quita nada del valor de este muy erudita y original contribucién al estudio de Agustin y sus Confesiones. Es un libro de oro que explorar en busqueda del pensamiento y del espiritu que no deja de manifestarse a lo largo de los tiempos. Aunque se hubiera agradecido ver los mismos textos a la cabeza de cada comentario, se entiende que una adi- cién de estos textos de todo un libro hubiera exigido la publicacién en varios tomos en vez del muy bien presentado tomo tinico. El aparato critico es extenso y muy rico en notas acla- ratorias; a bibliografia esté al dia y los indices varios facilitan las tareas de lectura, Una muy buena encuadernacién y una letra grande son también unos atributos de la publicacién de este libro que es digno de toda alabanza. No debe haber ninguna biblioteca agustina sin este acompafiante amigo de lo agustiniano—John J. OLDFIELD. VAN Oort, Johannes - WERMELINGER, Otto - Wurst, Gregor (Ed.): Augustine and Mani- chaeism in the Latin West. Proceedings of the Fribourg-Utrecht International Sympo- sium of the IAMS, Leiden (BRILL) 2001, x, 337 pp. La International Association of Manichaean Studies (IAMS) no s6lo organiza desde 1987 los grandes congresos sobre temas que tratan del fenémeno maniqueo en su amplia difusién geografica y histérica, sino que también fomenta la celebracién de varios simpo- sios de una concentracién temitica més particularizada. El libro que tenemos a mano recoge los estudios de un tal simposio dedicado a un tema muy oportuno por todos los estudiosos interesados en la relacién entre Agustin de Hipona y el maniqueismo. No hace falta cuestionar la contemporaneidad del asunto, La revitalizacién del interés en Agustin y BIBLIOGRAFIA 155 su patrimonio ideoldgico ha despertado, en los afios recientes, una proliferacién de libros sobre el santo de a iglesia africana. Una gran parte de esta abultada bibliografia tiene que ver con las fuentes del pensamiento agustiniano entre las cuales se encuentra su experien- cia maniquea y las consecuencias de la misma en el desarrollo de su teologfa. Durante siglos, como es bien sabido, es Agustin con otros Padres de la iglesia que han sido las fuentes del conocimiento del maniqueismo, pero, a raiz de estudios nuevos ali- mentados por descubrimientos lingiiisticos, filolégicos, arqueol6gicos, y histéricos, el panorama ha cambiado radicalmente. Ya, como indica un autor, en 1739, I. de Beausobre Tevanté dudas acerca de la confiabilidad de estas fuentes catélicas y latinas. Las necesarias cotrecciones debfan esperar casi dos siglos para realizarse. En breve, los 22 ensayos recogidos en este fascinante libro representan una labor de investigacién de fuentes no previamente a la disposicién de los investigadores. La nueva éptica consiste en un esfuerzo a ver el maniquefsmo no solamente desde la perspectiva de Agustin sino a ver Agustin desde aquella de los maniqueos. Se hace referencia al trabajo pionero de Pierre Jean de Manasce, profesor de le Historia de la Religi6n de la Universi- dad de Fribourg entre 1938 y 1948. Esta universidad que es anfitriona de este simposio. El método empleado por de Manasce consistia en crear un modelo de investigaci6n que era confrontar los escritos autobiograficos de san Agustin con los textos c6ptico-maniqueos recientemente descubiertos. Semejante modelo dic a luz toda una revisién en el estudio de Agustin y su experiencia maniquea. ‘Adentrarse en esta relacién tan significante entre Agustin y esta religién persa y gnéstica con herramientas hermenéuticas contemporaneas es la meta de estas conferencias dadas por reconocidos eruditos en estas materias, Responden a una necesidad histérica que es seguir aclarando la experiencia maniquea de Agustin y de otros padres de Ia igle- sia latina, Destaca Agustin, como la fuente principal de los tradicionales conocimientos sobre Mani y su doctrina, y, también, como una figura que sufre aun en el dia de hoy las acusaciones de pseudomaniqueismo. El debate entre Agustin y Pelagio sigue hasta nues- tros dias con la sombra de maniqueismo en el aire. Hay que alabar a los editores de este gran libro y también a los conferencistas por habernos preparado unas investigaciones de tanta envergadura. Y, como siempre, un libro publicado por la casa Brill, nos llega en una excelente encuadernacién, con letra clara y con un muy legible aparato ctitico. Se trata de un libro para las bibliotecas universitarias, jFelicidades!—John J. OLDFIELD. BIBLIOGRAFIA GENERAL Aa. Wz Fe en Dios y Ciencia actual. III jornadas de teologia, Santiago de Compostela (INS- ‘TITUTO TEOLOGICO COMPOSTELANO) 2002, 284 pp. Aa. Vv Antropologia y fe cristiana. IV jornadas de teologia, Santiago de Compostela (INS- TITUTO TEOLOGICO COMPOSTELANO) 2003, 359 pp. Presentamos las terceras y cuartas Jornadas de teologia promovidas por el Instituto ‘Teolégico Compostelano, acontecidas durante los afios dos mil dos y dos mil tres. Aunque aparentemente de temética diversa, consideramos que es mucho més lo que las une que lo que las diferencia, y por ello las abordamos de menera conjunta. Como problemética de fondo subyace la no siempre ficil relacién fe-razén y el necesario didlogo que reclama el mundo contemporéneo entre ellas, a fin de solventar la crisis de inhumanidad que parece 156 BIBLIOGRAFIA darse en nuestra sociedad (de abi el lugar significativo de la constitucién Fides et ratio en las reflexiones de las cuartas jornadas: La persona a la luz de la enciclica Fides et Ratio, asi como sus derivaciones en otras colaboraciones: Presupuestos filoséficos de la fe; La antro- pologia cristiana como propuesta de un nuevo humanismo; Unicidad y universalidad salvi- fica de Jesucristo como universale concretum personale). En un caso, la interlocutora de la fe es la raz6n en su vertiente cientifica; en el otro, en su vertiente més filoséfica. Como telén de fondo de ambas, la realidad antropolégica y las riquezas que este fructifero did- Jogo puede aportar a una més actualizada y experimentada reflexién antropoldgico-teo- légica. Al fin y al cabo, tan antropolégicas resultan, ademés de las aparecidas en los articulos expresos sobre el ser humano (Las antropologias cientificas y la metafisica del hombre; La cultura contemporénea y el sentido de la vida; Retos de la bioética a la fe cris. tiana) las referencias en torno a lo que los creyentes denominamos creaci6n (verdadero gozne de las terceras jomadas: El universo, ciencia y Dios; Los modelos cosmolégicos y sus interrogantes; Implicacicnes teolégicas de la fisica moderna; Temas actuales del didlogo teo- logia-ciencia; El becho de la creacién a la luz de la fe y de la teologia; El Dios de la creacién la creacién de Dios), como las reflexiones de las cuartas, citadas en parte, donde las pro- ppuestas racionales y vivenciales postmodernas se constituyen en un interlocutor mas que interpelante (La cuestiéa religiosa en la filosofta espaitola actual; Postmodernidad, finitud xy sentido). Se reconoce que dicho dislogo se ha dado, que es posible y que todavia le fal- ta mucho a la teologia catdlica para profundizar en el mismo, tanto con la racionalidad cientifica como con la postmoderna. De ahi que se reivindique una nueva metodologia teolégica y una mayor «originalidad» en nuestro estatuto fiducial (ademas del articulo expreso al respecto, véanse en esta vertiente las reflexiones sobre la fe: La fe en la sagra- da escritura; Homo credens-para una teologia de la fe; La sola fides y la fundamentaci6n de la fe en la teologta protestante actual; El cardcter antropolégico de la fe cristiana, asi como Ia reivindicacién de la alegria desde la experiencia comunitaria de esta vivencia: Dimen- sién eclesial de la fe y susdificultades). A sabiendas de la indole de obras como éstas (dife- rentes estilos, diversos enfoques e itregularidad de extensin), en ambas jornadas se ha procurado un elenco de autores que abordan los temas propuestos con sobrada solven planteando cuestiones, sugiriendo propuestas y abriendo horizontes en tan deseado dié- logo. Sélo oscurece el proyecto su descuidada edicién: el excesivo ntimero de errores (bien falta de acentos, bien fallidas puntuaciones; ora traslaciones, ora malas concordan- ccias) distrae al lector —Enrique GOMEZ. AA. Wv:: ‘Mysterium Redemptionis'- do Sacrificio de Cristo é dimenséo sacrificial da existén- cia crista, Actas do Congresso Internacional de Fétima, 9 2 12 de Maio de 2001, Fati- ma 2002, coordenegio cientifica: Faculdade de Teologia da Universidade Catélica Portuguesa, 717 pp. Este bien cuidado volumen recoge las ponencias de un Congreso celebrado a la sombra del Santuario mariano més importante del mundo lusofono, centro entraiiable de espiritualidad para muchos peregrinos, de cobijo materno y de solaz en medio de las penas de la vida. Estaba por cumplirse un aiio del peregrinaje del Santo Padre a las tierras. de Leitia, enmarcado er el Gran Jubileo, durante el cual habia tenido él ocasién de bea- tificar a los Pastorinbos Francisco y Jacinta y de revelar, por intermedio del Sefior Carde- nal Secretario de Estado, el tantas veces hablado y discutido tercer secreto revelado por Ja Santisima Virgen a la entonces nifia Lucia 1917. El mensaje de Fatima trae consigo una mirada a la realidad del suftimiento, una mirada ciertamente lena de esperanza en cuan- to cristiana, La revelacién del tercer secreto, segiin se aclara en el documento emanado de BIBLIOGRAFIA 157 la Congregacién para la Doctrina de la Fe, no es més que una invitacién a miar al suf miento como asociacién de los dolores de esta vida y de las penas de la existencia cri na a los dolores redentores de Jesucristo para la salvacién del mundo. Seria & raz6n por la cual, mientras va pasando el tiempo después de una de las revelaciones publicas mds esperadas de los ultimos afios, Fatima cae en el olvido del mundo mediati- co? Se esperaba algo fantastico y el munch, reacio a todo lo que signifique dolor, se ha despertado con la realidad, ya patente en Ja misma Escritura, que nos invita a no obviar- lo, ano tergiversarlo, sino a mirarlo de frente, aceptindolo como complemento de lo que falta a la pasion de Jesucristo (cf. Col 1,24). En tal contexto, los profesores de la Facultad de Teologia de la Universidade Catéi- ca Portuguesa han querido organizar dicho Congreso Internacional para reflexionar acer- ca de la realidad cristiana del sufrimiento, ea perspectiva filos6fico-teol6gica, con apertura ecuménica a conferencistas cristianos no-catdlicos de renombre yen un clima de vivencia. espiritual que hacia concluir los trabajos de cada jornada con el canto de Visperasy la cele- bracién de la Santa Misa. Una «pequeiia contribucién, en palabras del P. José Jacinto Ferreira de Farias, Scj, presidente de la comisién cientifica organizadora, en el sentido de humanizar y cristianizar a una sociedad que vive de lo inmediato y placentero. El primer dia de Congreso se ha dedicado a la dimensién antropolégica y filos6fica del enigma dela muerte, llegando a las raices del pensamientw biblico veterotestamentario acerca del tema, con destaque especial para la ponencia del jesuita espaiiol José Allemany, fallecido hacia pocos dias y que, al ser lefda, conmocioné a los asistentes, El segundo dia se ha centrado en el misterio redentor del sacrificio de Cristo, destacindose la conferencia del Prof. Har- ding Meyer, del Instituto Ecuménico de Strasbourg (Francia), acerca de las relaciones entre la doctrina de la justificaci6n y el didlogo ecuménico. El tercer dia ha enfocado la actualizacién eucaristica de este sacrificio en la vida cristiana, con mencién especial a la ponencia sobre la unicidad y universalidad de la mediacién de Cristo, proferida por el famoso tedlogo Bernard Sesboiié del Centro Sevres (Patis, Francia) y, finalmente, el dlti- mo dia ha ofrecido la oportunidad de reflexionar sobre el mensaje de Fétima como parte de la mediacién eclesial de aque! acontecimiento redentor, destacandose en el tema el Prof. José Eduardo Borges de Pinho, del claustro de la UCP. Dada la preocupacién inte- gtadora del equipo coordinador, se ha dado espacio a as representaciones artisticas con inspiracién en el fenémeno del sufrimiento, bien como a las repercusiones pastorales del mismo, las cuales, a modo de conclusién de las conferencias, han estado a cargo del Car- denal José da Cruz Policarpo, Patriarca de Lisboa. El volumen trae ademés, en apéndice, las traducciones portuguesas de las confe- rencias pronunciadas y publicadas en idioms original distinto, El presidente de la comi- sién cientifica organizadora se preguntaba, al inicio de los trabajos, si seria verdad que el hombre post-moderno estarfa todavia en condiciones de escuchar el mensaje de sabi- duria que brota del evangelio y que asume, desde un salto cualitativo, la violencia en cuanto elemento constitutivo de la antropologia de las religiones, proponiéndola, desde Ia nueva luz de la representacién sacrificial sustitutiva, como requisito de la humana rea- lizacién. La respuesta a esta cuestin que, auna simple vista, se sugeriria negativa dado el panorama actual, a Jos ojos del cristiano que reflexiona su fe se dibujard con rasgos més esperanzadores. Lugar de encuentro con Cristo sufriente y glorioso, lugar teol6gico pues, son las voces de aquellos que sufren aquellos que, segiin el profesor Ferreira de Farias, més hacen por el mundo y la humanided que los que se pregonan como defen- sores de una paz armada, He aqui la misién especifica de la reflexin filos6fico-teol6gi- ca, de modo particular vivida en este Congreso y reflejada en cada una de sus ponencias, abrir al hombre de todos los tiempos las perspectivas desde las cuales pueda constatar que siempre estar en condiciones de escuchar dicho mensaje, de leerlo en las entrelineas 158 BIBLIOGRAFIA de la historia y de asumirlo como fuente renovadora de la propia existencia.—Luciano Rouanert Bastos. ALONSO, C.: Os Agostinhos em Portugal, Madrid (RELIGION Y CULTURA) 2003, 184 pp. Hace algo més de 25 afios, la Provincia de Espafia de los Agustinos volvié a Portu- gal motivados por el Prior General de Ia época a restaurar la presencia agustiniana en el pais vecino. Se trata de una presencia bien antigua que se interrumpié con la retirada de las ordenes religiosas debida a a supresién de las mismas en aquel pais en 1834. Los ori- genes de los primeros ministerios de los Agustinos en Portugal tienen el afio 1243 como fecha. En plena edad media, los frailes agustinos hicieron varias fundaciones conformes ala popularidad de los movimientos mendicantes de la €poca, de modo que fundaron las instituciones normales de la Orden como, primero, vicariato y, luego, una provincia aparte. . Se divide el libro en once capitulos segtin el orden cronolégico; cada capitulo con las convenientes subdivisiones facilita el reconocimiento rapido y acertado de los principales temas en cada periodo. Dentro de los casi seis siglos de la presencia agustiniana en Por- tugal previos a la supresién, hubo periodos «de esplendor», como dice el autor, que incluyen las misiones en tierras del entonces imperio portugués, notablemente, Ia Con- gregaciGn de la India Oriental, escritores y personalidades destacadas en ls letras, la rama femenina agustiniana, y Ia poca conocida presencia de los descalzos agustinos italianos. La extincién de los agustinos en Portugal comenz6 mas temprano que la semejante supresién en Espafia debido a las politcas liberales ya en auge en la segunda mitad del siglo XVII La restauracién de la provincia portuguesa es evidentemente una labor que tenia que pat- tir de cero en términos de recursos locales y representa una gran fidelidad a la memoria colectiva de la Orden. El libro es de una hermosa presentacién, muy legible, y con unas fotografias ¢ ilus- traciones al final que ayudan al lector a visualizar los lugares distinguidos que se mencio- nan en el texto. Es una contribucién a Ia historia de la obra y presencia de la familia agustiniana en la vida de Ja Iglesia —J. OLDFIELD. BARKER William: The Adages of Erasmus. Selected by, Toronto (UNIVERSITY OF TORONTO PRESS) 2001 li + 405 pp. A pesar dela abundancia de diccionatios, éxicos y otros materiales de que dispone el escritor en tiempos més recientes, Adages, la famosa compilacién de Erasmo, deberia seguir siendo lectura favorita no sdlo en su objetivo primario, sino también para conocer al genial recopilador, traductor y comentarista. El gran humanista recogié y escribié un comentario a mas de cuatro mil proverbios de la antigiiedad griega y latina, de los cuales algunos son brevisimos y otros extensos ensayos, modelos perfectos de incisivo comenta- rio social, politico y religioso. En esta seleccién de William Barker, que también ha escrito una introduccién, se reco- gen sdlo 116 pero suficientes para admirar a Erasmo, mostrando su erudicién clasica, su conocimiento filolégico y, a menudo, su alma. En el origen de esta famosa coleccién esta- ba su deseo de contribuir a las letras y humanidades, es decir, a la clegancia y riqueza de estilo; pero algunos acabaron siendo también pequefias obras maestras como su ensayo les de monasticismo se debe a conflictos que este estilo de vida era proclive a ocasionar con los obispos y con otros monjes. Un apéndice del libro recoge una versién de la vida de Alejandro Akoimetos, «el monje que nunca dormia»; pero todo el libro no resulta menos fascinante que esta extrafia historia—Alvaro DE Siva. CaPucct, Flavio: Milagros de nuestro tiempo, Madrid (RiatP) 2002, 180 pp. Flavio Capucci, a través de estas 180 paginas, que componen el cuerpo del presente volumen, ofrece al lector 19 curaciones atribuidas a Josemaria Esctiva. Tras la presentaci6n, el autor abre el contenido del libro con el relato de la primera de las curaciones; permi- tiendo que sean las mismas personas curadas y los mismos médicos quienes expresen sus sentimientos y opiniones sobre estas sanaciones, milagros declarados cientificamente inex- plicables por los doctores. El modo de presentar cada una de estas 19 curaciones es siempre el mismo resulta- do, ademas, una breve sintesis (otros datos més detallados y extensos de tales casos estén recogidos y documentados en la positio super miraculo y de fama signorum del proceso canénico, en el que se contienen las declaraciones de los testigos, los informes de los médi- cos y todas las pruebas requesidas: para su demostracién en el proceso beatificacién- canonizacién). Aqui el lector encuentra un resumen exacto pero, deliberadamente, no de caricter técnico, para que resulte agradable su lectura y hecho comprensible por cualquier lector. Las historias narradas aqui ayudarén con absoluta seguridad al lector a revitalizar su empefio de coherencia cristiana, con un optimismo que no nace de la autosugestién sino de la evidencia. Si algunos nostilgicos lamentan frecuentemente el imparable proceso de degeneracién moral de la sociedad, y niegan obstinadamente que existan motivos de esperanza, a través de la lectura de estas paginas podrén constatar con gozo cémo, en este mundo, hay motivos de esperanza, hay mucha gente buena, mucha gente que teza. Y, Dios les escucha: el nuestro sigue siendo todavia un mundo de milagros. Es mas facil luchar cuando se tiene certeza en la victoria. También en nuestros tiempos Dios sigue obrando prodigios. Escribié san Josematia: «Dios es el de siempre. Hombres de fe hacen falta y se renovaran los prodigios de Ja Santa Escrituca, ecce non est abbreuiata manus Domini, el brazo de Dios, su poder, no se he empequeiiecido» BIBLIOGRAFIA 161 En conclusién, el lector hallard en este libro, por una parte, conviccién personal y eclesial, que los milagros son una prueba mas de ese poder y grandiosidad de Dios, que atiende las siplicas mas atrevidas de sus hijos, cuandolle son dirigidas con fe amorosa y con sumisién plena a su Voluntad; y, por otra parte, constatacién, con certeza y satisfaccién, que Jos milagros existen también para nosotros —Alfredo MARTIN CUBILLA. CARVALHO, Maria M.: A Consumagdo do Homem e do Mundo, Lisboa (UNIVERSIDADE CatOLIca EDrToRA) 2002, Coleccio Estudos Teolégicos n° 11, 212 pp. El volumen corresponde al manual teolégico concerniente al tratado de Escatologia en la serie, ya voluminosa, que se viene editando por la Universidade Catélica Portugue- sa. Su autora la profesora Maria Manuela da Conceigio Dias de Carvalho, es lisboeta, licenciada en Servicio Social y doctora en Teologia, con especializacién en la Escatologta de Hans Urs von Balthasar y larga experiencia tanto docente como en la produccién de articulos para revistas teol6gicas. Asumiendo una actitud critica en relacién a cémo se venia abordando al tratado de las realidades ilkimas hasta mediados del pasado siglo, a modo casi de una eisica dela eternidad>, o sa, como una serie de disquisiciones sobre los detalles de qué pasard entonces en el mas alli a autora llama la atencién sobre la necesi- dad de su reformulacién. Ella percibe que, en la herencia judeocristiana, las realidades ilti- mas, como meta del peregrinaje terreno, se parecen mucho mds a un encuentro, a una comunién lena de plenitud, que a un casillero, Tal encuentro, ya en el Antiguo Testa- mento, comprendido por el hombre como comunién con el tinico Dios, se vive, entre los cristianos, de modo particularmente vinculado a la persona de Jesucristo. El concepto de encuentro» es asi la base que apunta la profesora para una reformulacién del tratado de novissimis, un tratado que, segin ella, tiene mucho que decir a nuestro mundo sediento de plenitud, como si se tratase de redimensionar de la misma historia humana, de un ofreci- miento de sentido definitivo al tiempo y a su inexorable suceder, orientado al verdadero eschaton, Cristo mismo. La obra se divide en tres grandes apartados. En el primero, de caricter positivo, se analizan las manifestaciones de la esperanza humana, una bisqueda de encuentro, fuera de la misma revelacién cristiana en las grandes cotrientes religiosas de la humanidad— y también dentro de ésta. En el segundo apartado, ya de naturaleza mas especulativa, se exponen las clisicas tesis del tratado desde esta perspectiva y, en fin, el tercer apartado se dedica al estudio de autores contemporéneos que en el curso del siglo XX se han dedi- cado a dar este nuevo enfoque a Ia escatologia como tratado teolégico, dejando de lado la mera curiosidad sobre qué pasaré y abriendo paso en la historia a la construccién since- ray responsable de lo que esté por venir y, sin embargo, ya se hace presente tanto y sobre todo en la vida sacramental como en las opciones morales tomadas. Acuciante es la pregunta con la que la autora, espectadora de los tragicos aconteci- mientos nacidos de un no menos trégico resurgir del fundamentalismo religioso en este comienzo de milenio, ha querido concluir su brillante texto: mientras el discurso funda- mentalista y fatalista, basado exactamente no en la plenitud, sino en la mezquindad, inten- ta imponer su historia, su sentido dela vida, «gsabremos nosotros, los cristianos, pensar y hacer una historia dinamizada por la plenitud?». La Escatologia se revela asi un tratado sumamente actual ¢ interesante, comprometedor y leno de esperanza auténtica, respues- ta de la ciencia teolégica al hombre que peregrina con sus hermanos hacia la plenitud, cuando serd todo en todos el Dios que nos ha rescatado en Cristo y nos conduce hacia la consumacién.—Luciano ROUANET BASTOS. 162 BIBLIOGRAFIA Corio, J. L. - Ceja, J. M.: Ernesto Cofitio. Perfii de un hombre del Opus Dei, 1899-1991, Madrid (RiaLP) 2003, 235 pp. Escrito en la forma de una coleccién de cartas de un padre asus hijos, para recordarle la vida del padre del autor y abuelo de los pequefies, ese libro respira un are de fe religiosa y de intimidad familiar. Se trata de la vida ejempla: de un miembro del Opus Dei cuya cau- sa de canonizacién ya esté introducida segtin las exigencias de las normas canénicas de la Iglesia, El hijo del biografiado recuenta la larga vida de su padre médico asistido por un periodista profesional, José Miguel Ceja. El resultado es una lectura amena y bien ordenada de las etapas de la vida profesional y religiosa de un pediatra de Guatemala que supo encar- nar la meta de los hijos espirituales de san Josemaria Escriva, es decir, ser «alma contem- plativa en medio del mundo». Presenta el hijo-autor el trasfondo de una pais del tercer mundo durante el casi un siglo de existencia de su padre. Incluye el desarrello de una vocacién profesional, forma da en Francia en los afios 20, dedicada al mejoramiento de los servicios de la salud en su pais, especialmente, a los pobres y alos nifios. Es la historia de un hombre cristiano de una familia burguesa que descubrié nuevos horizontes espitituales a rafz de su encuentro con el Opus Dei y una espiritualidad adoptada a su vocacién como médico y padre de familia. Entrega este hijo a sus hijos, los nietos del «siervode Dios», un entraiiable recuerdo de su abuelo, y al lector un memorial edificante de cémo andar con Cristo y su Santa Madre en medio las exigencias multiples de una vida al servicio de los demas.—J. OLDFIELD. Consin DE ORDEIG, M.: Historia de la Sdbana Santa, Madrid (Rialp) 2004, 245 pp. Fallecida la autora de este libro, publicado por primera vez bajo el titulo de Histo- ria del Sudario de Cristo, se ha decidido esta segunda edicién puesta al dia por Celestino A. Cano Tello. Ha guardado lo esencial en el orden de temas del original, con la adicién de una seccién «Quince afios después», como continuacién de un estudio que avanza con los afios de investigaci6n. Sin duda, se trata de un objeto de gran veneracién dentro de la tradicién cristiana pues este lienzo tan antiguo podia de haber sido la misma tela que envolvia el cuerpo de Jesucristo después de la crucifixién. Es una larga historia de tras- lado y de veneracién protegida que ha llegado a nuestro tiempo en lo cual se busca la autenticidad de la tradicién y la verdadera naturaleza del lienzo que parece contener dencias de un sudario mortuorio. El propésito de la autora puesto al dia en esta edicién era informar al lector sobre el progreso que ha resultado del empleo de «todos los medios que la ciencia humana nos brinda» para alcanzar una opinién verdadera sobre esta obje- to venerado. A través de congresos de expertos es posible seguir los esfuerzos que se han hecho para penetrar los secretos de la Sabana Santa de Turin, Hay fotografias e ilustra- ciones para ayudar al lector a apreciar mejor las técnicas aplicadas—W. COUNTY. DANIELOU, J.: Dios y nosotros, Madrid (CRrISTIANDAD) 2003, 241 pp. Ediciones Cristiandad sigue la laudable préctica de publicar libros de pensamiento cristiano del pasado, que no se debe dejar caer en el olvido. Publicado originalmente en francés en el afio 1956, Dios y nosotros, bien merece él titulo de «clasico de teologia del siglo XX» como explica Cesar Izquierdo en su sutstanciosa introduccién a la obra. La relacién entre Dios y el hombre es un tema coetdneo con la duracion de la mis- ma raza humana, desde los oscuros comienzos hasta la infinita complejidad de nuestras BIBLIOGRAFIA 163 culturas posmodernas. Ya en los afios siguientes al horrible conflicto que era la Segunda Guerra Mundial, el entonces joven jesuita, Jean Daniélou, inicié una serie de conferencias dirigidas, primero, al Circulo de san Juan Bautista y continuadas en el Centre Richelieu de Ja Sorbona sobre el tema de la religin. Comenzando con «El Dios de las religiones» (cap. 1) y terminando con «El Dios delos misticos» (cap. VI), Daniélou hablaba de la percep- cién o de la no percepcién del Ser Divino en todas las etapas intermediarias desde el ani- mismo pagano hasta la iluminacién privilegiada del alma misticamente dotada, Sin duda alguna, se trata de Dios desde el principio hasta el fin de la obra, con reconocimiento ple- no del hecho de que todo lo quese dice de Dios es de por sf inadecuado e incluso, citan- do a Origenes, «peligroso». El misterio y la absoluta otreidad de Dios no obstaculizan, sin embargo, la sed de Dios y el deseo de conocerle que hay en el hombre. Captar en siete capitulos, bien densos y resonantes con la erudicién del autor, algo de esta biisqueda inmemorial y universal desde de la historia misma del pensamiento teolgico, es decir, teo- logia en sentido amplio, es la finalidad de esta exposicién. Ya no se trata de investigacio- nes monogrificas, restringidas y técnicas, sino de una visin comprensiva y progresiva de la relacién representada en él titulo de libro, Dios y nosotros. Analiza el autor tanto los valores y las penetrantes intuiciones de las religiones paga- nas como sus limitaciones intrinsecas. Aunque sean manifestaciones imperfectas de un cierto acercamiento a Dios, enriquecen la biisqueda de Dios con sus testimonios fieles a aquella revelacién anénima que inspira un mundo de creencias, simbolos y ritos deriva- dos de la naturaleza césmica y de sus propias conciencias. Al faltar una revelacién posi- tiva, el paganismo facilmente se convierte en idolatria. De modo semejante, Daniélou se dirige a los fildsofos en el segundo capitulo, «El Dios de los filésofos» en unas 36 paginas de brillante discurso sobre la filosofia como medio de acercamiento a Dios. La labor filo- s6fica, noble y exigente, alcanza un cierto umbral de conocimiento de Dios sin poder, sin ‘embargo, entrar en el templo. El constante riesgo para los fildsofos, clisicos y modernos, es definir a Dios metafisicamente e intentar someterle a su légica. No desprecia el talante filoséfico —de hecho Daniélou era un tedlogo con esmerada formacién filoséfica—; mas bien, con pleno aprecio de la tradicién catélica que favorece Ja relacién entre la razén y la fe, resonoce la limitacidn de un modo de pensar que no arran- ca de la realidad de Dios-Persona, un don de la revelacién positiva. Aqui entran todos los grandes temas que han sido preocupaciones filoséficas a través de los siglos, como el dela libertad humana y la omnipotencia eterna de Dios. Aunque contribuya la filosofia y, como dice el autor, no hay «nada més peligroso que una religién que pretende prescindir de la raz6n» (p. 78), el conocimiento del Dios verdadero exige algo més. Este algo mas es «El Dios de la fe» (cap. III). La fe que supera la razén es la «via de acceso a las realidades superiores» (p. 122). El capax Dei del filésofo se abre a otro hori- zonte cuando se encuentra con el Dios de Abrahn, el Dios que se revela en la expetien- cia religiosa de la Alianza. La experiencia de Dios de la fe en el Antiguo Testamento es preparatoria para la gran revelacién en «El Dios de Jesucristo» (cap. IV). En este capitu- Jo el futuro cardinal se concentra casi exclusivamente en el misterio de la Santisima Trini- dad, la incomparable revelacién zealizada en Jestis encarnado. Es un capitulo magistral nutrido por una exégesis biblica, particularmente, de los textos juaninos y por los escritos de los Padres de la Iglesia, particularmente, san Gregorio de Nisa, el sujeto de la tesis doc- toral del joven Daniélou. «E] Dios de la Iglesia» (cap. V) trata de la continuidad de los acercamientos a Dios por medio de la comunidad de fe apoyada en las Escrituras y la Tradicién. No piensa el autor en términos de un deposito de la fe, sino de una dinémica de progreso teol6gico fiel al fides queerens intellectum anselmiano. El tedlogo que tiene la misién, llamada «trégica» por el autor, de «hablar de lo que esta més alld de la palabra» (p. 89), contribuye a este 164 BIBLIOGRAFIA proceso de biisqueda ayudado también por los santos y los misticos que hablan de otras. avenidas de acercamiento a Dios. La experiencia religiosa es el tema del iltimo capitulo (VD, «El Dios de los misticos». Se sigue de la revelacién de Dios Trino en el Nuevo Tes- tamento, que el Espiritu Santo entra en la escena como dispensador de los dones de Dios alas almas, los dones de las virtudes teologales que abren el alma a las experiencias per- sonales y sujetivas de la presencia de Dios que proporcionan el dominio de la mistica. Los testimonios de los misticos ofrecen enriquecedoras aportaciones a la teologia y ala peren- ne biisqueda de Dios, el siempre conocido y desconocido que ha buscado, tambien, Jean Daniélou. jFelicidades a la editorial por habernos regalado tan gran libro!—J. OLDFIELD. Das NEVES, Joaquim C.: Evangelbos Sindpticos, Lisboa (UNIVERSIDADE CaTOLICA EDITO- Ra) 2002, Colecgao Estudos Teolégicos n° 16, 405 pp. Sacerdote y religioso franciscano, el profesor Joaquim Carreira das Neves, doctor en Teologia Biblica, autor de numerosos libros ¢ incluso participante esporddico de un pro- grama de temas catélicos en la Radio Televisdo Portuguesa, aclarando alli precisamente Jo relacionado con Ia Sagrada Escritura, nos ofrece este volumen dedicado a expon modo de introduccién, la problemética concerniente a los asiIlamados evangelios sing} ticos. El volumen como tal forma parte del proyecto més amplio de manuales editados por la Universidade Catdlica Portuguesa con el objetivo didactico de servir a los cursos de formacién teol6gica en sus diferentes ramas. En la rama especifica de Sagradas Escri- turas, se propone como el primer volumen de una serie dedicada a la introduccién al Nuevo Testamento. Siguiendo los dictémenes de la exégesis moderna y del método hist6rico-critico, el autor presenta, en el primero de sus siete capitulos, una consideracién historica del ambiente que se va a estudiar, el judaismo posexilico, base humana de los mismos textos biblicos en él compuestos y nocién preliminar indispensable, por lo tanto, para compren- derlos adecuadamente. Los demés capitulos tratan los temas clisicos en este tipo de intro- ducciones, a saber, la llamada cuestién sinéptica, el origen del texto como tal, su hermenéutica o clave interpretativa y, finalmente, una introduccidn especifica a cada uno de los tres sinépticos en separado. Merece destacarse el capitulo cuarto, dedicado a la her- menéutica biblica, donde el autor, en un lenguaje sencillo y claro, presenta una verdadera hasta los dltimos hallazgos del método ico-critico y las contribuciones de Ja semiética. En este largo recorrido, valora con justicia la aportacién de las distintas épocas a la ciencia exegética, sin juicios aprioristicos y anacrénicos, a veces infelizmente observados. Quizé haya faltado una presentacién més precisa del libro de los Hechos de los Apéstoles, ciertamente afin al texto y a la teologia de Lucas, en el capitulo dedicado a este evangelio, aunque si haya menciones del mismo. Se trata, en fin, de una obra no sélo destinada al pablico estudiante de teologia, sino abierta a distintos cristianos, incluso no catélicos, que quieran conocer més a la Biblia, con tun empleo minimo y estrictamente necesatio de tecnicismos, acompafiada, en su parte final, de un largo elenco de sugerencias bibliogréficas modernas en diferentes lenguss verndculas e igualmente de fuentes literarias antiguas, tanto griegas, como latinas y hebre- as. He aqui, ademas de lo dicho, un mérito més para este ilustre autor: acostumbrado al contacto con el piblico y ala divulgacién de las Sagradas Escrituras en el nivel popular, ha decidido emprender una obra tan importante y tan necesaria como ésta en portugués, pese a las siempre aludidas perspectivas econémicas desfavorables, que han llevado una y otra vez a que los lectores lus6fonos no pudieran leer un escrito de esta naturaleza concebido y producido en su lengua madre.—Luciano ROUANET BASTOS. BIBLIOGRAFIA 165 ‘Diez MACHO - PINERO SAENZ, (eds.): Apdcrifos del Antiguo Testamento III, Madrid (Cris- ‘TIANDAD) 2002, 612 pp. Es particularmente llamativo el interés que ha suscitado la literatura apécrifa biblica en las tltimas décadas, de tal manera que la edicidn clasica de Cristiandad hecha por estos dos estudiosos hace ya més de veinte afios (1982) no sélo se encontraba agotada, sino que en este lapso habian surgido diversos estudios y ensayos que invitaban a hacer una revi- sién completa de lo editado en el pasado. Afortunadamente la editorial Cristiandad ha asumido esta labor y ha reeditado este tercer tomo de los Apécrifos del Antiguo Testamento, mejorando con mucho, la editio prin- ceps de 1982 de esta misma obra. Para ello ha encomendado a A. Pifiero Séenz, estrecho colaborador de A. Diez Macho en la editio princeps, esta nueva edicién, En ella no sélo se ofrecen los textos de algunos de los apécrifos veterotestamentarios, sino que cada uno de ellos viene acompafiado de una prolija y acertada introduccién, en la que no sélo se hace la contextualizacién del escrito a presentar, sino que se hace un detallado estudio estilis- tico del mismo, para que el lector descubra las principales claves del texto y pueda situar Ia pieza literaria dentro de su contexto hist6rico, lingiistico y seméntico. A continuacién se oftece el cuerpo del texto copiosamente anotado, con lo que la lectura de las obras apé- crifas del Antiguo Testamento resulta no sélo interesante —pues esto siempre lo ha sido—, sino apasionante, al enriquecer la propia lectura con los comentarios criticos de Jos mismos editores, quienes proporcionan un elenco de notas tanto referenciales o biblio- graficas, como explicativas, filolégicas, ecdéticas, de lugares paralelos biblicos y extrabi- blicos, etc. De este modo en Ia reedicién de este tercer tomo aparecen, en primer lugar, Los Sal- mos de Salomén (con introduccién y notas de A. Pifiero); Las Odas de Salomén (con intro- duccién y notas de A. Peral y X. Alegre); La Oracién de Manasés (con introduccién y notas de L. Vega Montaner); el Libro cuarto de los Macabeos (con introduccién y notas de M. Lépez Salva); el Libro Aramco de Ajicar (con introduccién y notas de E. Martinez Borobio); José y Asenté (con introduccién y notas de R. Martinez Fernéndez); Los Ordculos sibilinos (con introduccién y notas de E. Sudrez de la Torre). Se trata pues en conjunto, de una obra muy valiosa, y que supera ala edicién anterior por todos los elementos que anteriormente hemos resefiado. Es una obra que resultard de tun gran interés no sélo para los estudiosos de la literatura extracanénica biblica vetero- testamentaria, ni sélo a los expertos en la literatura de la antigiiedad de! oriente préximo, sino que es una obra que puede interesar tanto a los escrituristas como a los tedlogos, asi como a las personas cultas, filélogos, historiadores de la religién, que estén interesados en conocer la literatura hebrea de la tiltima etapa del segundo Templo. Cabe encomiar, asimismo la labor que la editorial Cristiandad ha hecho por reeditar estos apécrifos y por ofrecer a los lectores en castellano una versin tan cuidada y pulida de los mismos.—Enrique EGUIARTE. Dotz, M.: San Josemaria Escriva. 6 de octubre de 2002, Madrid (RIALP) 2002, 143 pp. Con motivo de la canonizacién de san Josemarfa Escrivé, resume el autor en esta limi- tada edici6n las principales etapas en la vida del santo y en la evolucién de su inspiracién carismitica como fundador del Opus Dei. Entrelos textos breves y, ala vez, iluminadores se encuentra citas de las obras y cartas del Fundador que ofrecen al lector un amplio vis- tazo de los caminos que abrieron paso al 6 de octubre de 2002, el dia de la canonizacién del mismo, Las fotografias yliminas expertamente empleadas a través de libro afiaden un 166 BIBLIOGRAFIA toque de elegancia y buen gusto a la obra, Rinde honor al santo y, més ain, asus hijos espi- rituales del Opus que lograron recordalo de modo tan excelente.—A. CANPO. DULaey, Martine: Bosques de simbolos, Madrid (CistiaNDab) 2003, 337 pp. Para cualquier conocedor o amante de la poesia francesa del siglo XIX quedara cla- ro que el titulo de la presente obra ¢s una alusién al hermoso poema de Charles Baudelai- re, en donde este poeta habla de que el hombre es como un peregrino, que va caminando por el mundo rodeado de un «faré! de symboles», pot un bosque de simbolos, que le obser- van con miradas familiares (de hecho un fragmento de este poema sirve de epigrafe a la obra). El arte y la cultura occidental esta Ilena de simbolos y de metarrelatos que van més allé de las imagenes que les dan cuerpo y visibilidad. Estos simbolos tienen principalmen- te un doble venero —que frecuentemente se hibrida y se entremezcla bizarramente—, tan- to el clésico grecorromano, como el cristiano. No obstante a los ojos de muchos espectadores cotidianos del arte y de las manifestacicnes simbélicas de la cultura del pasa- do, muchos de estos correlatos, que dan pleno sentido a las representaciones plisticas 0 artisticas, les quedan ocultos velados y vetados por Ia ignorancia y el desconocimiento de Ja fmmago pristina que les dio origen y entidad. De este modo una representacién de la Vir- gen Maria con el nifio Jestis en brazos no pasa de set, por poner un ejemplo, la represen- tacién de una mujer con un nifio, simplemente. Y no se diga nada de los simbolos que suelen acompafiar a estas representaciones, tanto los cromaticos como los vegetales, espa- ciales, c6smicos u oniicos. De esta manera las representaciones artisticas se convierten en significantes hueros, en significantes a los que el paso de los afios y los cambios de para- digmas han despojado de su propia significacién y que por tanto dejan de ser verdadera- mente simbolos, para convertirse en jeroglificos hermosos por su apariencia externa, pero desvinculados de su propia capacidad narrativa, bien sea ésta religiosa o pagana, quedan pues desvinculados de su cualidad primaria de ser mitopoéticos. La presente obra es un excelente acercamiento al arte desde la perspectiva del con- texto cristiano que le dio el ser. De este modo la autora repasa en los primeros capitulos, Jo que fue la formacién y la enseBanza religiosa en los primeros siglos de la cristiandad, para acentuar la importancia que tuvo en la antigua formacincristana, Ia imagen y la ale- jerpretacién de las Escrituras, como en la propia represen tacién de los diversos misterios de la vida del hombre y de la fe. De este modo la autora, siguiendo un esquema diacrénico, va presentado los diversos hitos y escritores que dentro de la antigua patristica dieron cuerpo a la interpretacién alegérica, partiendo de sus prin- cipios fundamentales y ejemplificando la exégesis alegSrica y mistagégica con abundantes textos y autores. Destaca, y esto es un acierto de la autora, la figura de san Agustin, quien es presenta- do como un autor que se acercé a la Biblia con todo su acervo de conocimientos paganos y que supo leer las Escritura no sélo en un sentido literal, sino también alegérico, tipolé- ico y simbélico. Cabe sefialar, con respecto a este doctor de la Iglesia, que la autora se refiera a su obra De catequizandi rudibus como «Primera catequesis» (p. 39), cosa que no deja de ser llamativa, y creemos que poco fil al sentido y a la tradicién agustiniana con res- pecto a esta obra. Una vez que ha sentado las bases de lo que fue la interpretacién alegérica, va a seguir un orden temético para hacer el elenco de las principales figuras dentro del pensamiento y la iconografia cristina. De este modo, sin pretensién de ser exhaustiva, hace la pre- sentacién de la figura del pastor, de Jonés, Noé, Moisés, Daniel, el sacrficio de Abraham, Lot y su mujer, Adin y Eva y los combates de David. En cada uno de los apartados que BIBLIOGRAFIA 167 dedicada los personajes biblicos anteriormente citados, se entretiene en presentar no sélo las alusiones patristicas més representativas, sino también los vestigios de las mismas den- tro del arte y de la iconografia principalmente del atte paleocristiano y del propio de la Edad Media. ‘Al final de la obra se oftece al lector una riquisima bibliografia dividida por capitulos yala que acompafian unos asteriscos mediante los cuales se sefialan las obras que son mas accesibles al lector. Cabe mencionar que la mayor parte de la bibliografia estd en francés y ene caso de que la obra mencionada esté traducida al castellano, esto viene indicado entre paréntesis, lo que no deja de ser una ventaja y una cortesia intelectual. Se trata de una obra interesante y amena. La obra en general puede resultar de un gran interés para los estudiosos del arte y de la patristica. No obstante no se trata de una ‘obra técnica ni dirigida especificamente a los patrdlogos, ya que la citacién de las obras patristicas, entre otras cosas, viene hecha de una manera informal-, sino més bien a los estu- diantes de arte o bien de la cultura cristiana, como un vademécum que les ayude a desci- frar y a comprender el texto que subyace a los metatextos pictéricos, escultéticos 0 arquitecténicos de las representaciones cristianas en general, fundamentalmente las corres- pondientes al arte paleocristiano y medieval —Enrique EGUIARTE. Duque, Joao: Homo credens: Para uma Teologia da Fé, Lisboa (UNIVERSIDADE CATOLICA EpITORA) 2002, Colecgao Estudos Teoldgicos n° 3, 278 pp. El volumen quiere ser, en el érea de la teologia fundamental, una contribucién a la serie ya prestigiosa de estudios teol6gicos de In Universidad Catélica de Lisboa. Su autor parte de lo que llama «mutua e itrecusable» relacién entre el sujeto creyente y la propia fe, relacién de la que da testimonio la propia reflexidn teol6gic;y observa que asimismo fe y teologia estén reciprocamente implicadas sin reducirse una ala otra. Asi pues, se presen- taria en lineas generales el terreno especifico de la teologia fundamental, precisamente como la reflexién teolégica acerca de la fe, en guardia, sin embargo, en relacién alos men- cionados reduccionismos. En una breve visién panordmica del desarrollo hist6rico de dicha disciplina, el profesor Duque se acoge a las tres fases enunciadas por la tedloga Fio- renza Schiissler: la teologia fundamental vista, en el Renacimiento, como fundamento 0 establecimiento de datos para el posterior trabajo de la dogmitica, mis tarde, en el Humi- nismo, como apologética en defensa de la religién revelada contra el deismo o racionalismo tipico de la época y, inalmente, en el siglo XIX, bajo influencia del modelo kantiano y en paralelo con lo que se llamé ‘filosofia fundamental’, como jundamentacién del estatuto cientifico de la teologia. En esta iltima fase se acentué una especie de «extrinsecismo» heredado, segin él, de Ia época asi lamada apologética, el cual consistfa en una reaccién contra una supuestamente excesiva cercania de la disciplina teolégica alas categorias de la filosofia modema, que en la practica se traducia en la dicotomia siempre mas marcada entre lo natural y lo sobrenatural. Siguiendo, sobre todo, al pensamiento de Blondel y Rousselot, la reflexién teolégica del siglo XX habria buscado superar tal dicotomia a través de diversas modalidades de con- cebir una tcologia fundamental, tendiendo siempre a acentuar sus caracteristicas antropo- céntticas. Entre las muchas corrientes consideradas, el autor hace su opcién por la propuesta de Max Seckler y lo que se tiene por una teologia fundamental de tipo integra- dor que hace interactuar, como el mismo nombre sugiere, las que son para é las dos fun- ciones principales de la disciplina considerada, a saber: le fundante o estrictamente fundamental, como una mirada ad intra, vale decir, de autocomprensién o investigacién elemental de la fe cristiana y, por otra parte, la apologética, como una mirada ad extra, 0 168 BIBLIOGRAFIA sea, de cara a los desafios que se plantean a la misma fe. Ambas funciones mutuamente se implican y unifican en cuanto teologfa, 0 sea, en cuanto se encuentran profundamente mar- cadas sea por la cuestién de Dios como por la Verdad en si misma, y explicitan la referen- cia de toda la teologia a estas dos cuestiones. La teologia fundamental aparece entonces considerada como ‘metateoria’ de la teo- logfa, teorfa de las teorias de los distintos tratados, la cual para no caer en puro extrinse- cismo o formalismo, debe necesariamente partir de la fe, como categoria fundamental de toda la ciencia teolégica y constituirse en una teoria de la fe. «Teoria», en el sentido grie- g0 del término, en cuanto contemplacién participativa en lo que se le manifesta al sujeto, llamado a salir, a trascenderse, a relacionarse con la realidad por conocer. Este acerca- miento, inicialmente filoséfico y fenomenolégico, se hace teol6gico al contemplar especi- ficamente la fe cristiana y se enfrenta con la necesidad de su fundamentacién, que si no deberd ser extrinseca, tampoco se podré reducir a mera tautologia fideista. Lo inaferrable de la gratuidad y lo excesivo del don se hacen entonces patentes a los ojos de quien se aven- tura por los caminos de la teologia fundamental y tiene que contentarse con formulaciones provisionales que tienden a una plenitud no alcanzada, la cual es meta de la teologia como tal, cuya biisqueda se revela un inestimable servicio al ser humano de todos los tiempos, omo credens, abierto al infinito, «mas alld de apariencias cémodas».— Luciano ROUANET Bastos. Farrow, Douglas: Ascension and Ecclesia: On the Significance of the Doctrine of the Ascen- sion for Ecclesiology and Christian Cosmology, Grand Rapids, Michigan (WALLIAM B. EERDMANS) 1999. Las verdades cristianas esenciales, lis del Credo, tienen aplicacién inmediata en la vida personal, social y eclesial, de modo que cualquier desviacién por minima que sea, o una deficiencia de entendimiento, tendré siempre resultados devastadores en la correcta inte- ligencia cristiana de las cosas y en sus consecuencias pricticas. Por eso, me parece que Farrow ha escrito un libro de extraordinaria importancia. No es posible imaginat la esce- na de la Ascensién sin darse cuenta de que tiene inmediata consecuencia en la configura- cién cristiana del tiempo y del espacio, 9 Boe upust, la idea sobre el movimiento social que el cristianismo fue en su ini stitucin en la que se fue consolidando, Ver én el indice del libro de Farrow que habia més de cen paginas dedicadas a la pregunta esencial «gDénde esta Jestis?», aumenté mi esperanza de que podria tratarse quizis de una obra teoldgica que remediase mi desconcertante inquietud sobre esta verdad del Credo cristiano. Farrow muestra que la doctrina de la Ascensién aparece entretejida en todas las grandes aventuras teol6gicas, desde los Padres de la Iglesia hasta la teologia contemporé- nea. Farrow ha escrito una obra importante, una ‘resurreccién’ dela doctrina de la Ascen- sién como verdad cristiana relevante tanto en teoria, es decir, a la hora de hacer teologia (obre todo, eclesiologia), como en la prictica, a la hora de vivir la fe. El largo y arduo viaje teolégico en este libro empieza «Pensando sobre la Iglesia», «El hecho eucaristico», escribe Farrow, «como un movimiento de ausencia a presencia, es como tal un movimiento del caos al orden, dela oscuridad a la luz, dela muerte a la vidan. Pero el Christus praesens es y permanece para nosotros Christus absens, y el Espiritu San. to, invocado con humildad para hacer posible la celebracién litirgica, es una prenda y no la definitiva realidad. Cuando la institucién eclesiéstica olvida esto, con facilidad se trans- fiere a Cristo mismo «la ambigiiedad de la Iglesia» olvidando que es la Eucaristia la que edifica la Iglesia y no al revés. BIBLIOGRAFIA 169 -Con la Ascensién, la historia de Jesis sigue una trayectoria que diverge de la nuestra y el hecho eucaristico es el eslabén que une a las dos. La verdad de la Ascensién sefiala y subraya tanto la ausencia como la p:esencia, la radical continuidad con el mundo y, al mis- mo tiempo, la radical discontinuidad, Pero hay otra razén imperiosa que lleva ala investi- gacién teolégica de la Ascensidn. Aunque parezca lo contratio, el gran obsticulo en el sistema de verdades cristianas no esla divinidad de Jesiis sino su humanidad y, de manera coherente, la doctrina de la Ascensién debe reafirmarla sin temor ni vergiienza doceta. Farrow concede absoluta prioridad a eda historia de Jest» y defiende que Ia Ascensién debe tener profundas implicaciones en cristologia, eclesiologia y cosmologia. EI libro de Farrow es un fascinante estudio histérico cuyo héroe es san Ireneo de Lyon, el formidable escritor cristiano al que siempre volvemos con provecho spiritual y teoldgico. Otros dos grandes maestros, Origenes y san Agustin, son otras dos paradas obli- gadas en este itinerario; pero en el primero, Farrow ve cierta desvirtuacién de ese equilibrio y en el segundo un cierto paso en falso que, aunque corregido después a favor de Ireneo, supone un retroceso. Ningiin auto: de la antigiiedad cristiana ha hablado tanto de la Ascensién como el obispo de Hipona; y siento no poder hablar con la autoridad critica de un especialista en Origenes o en Agustin, pero la exposicién de Farrow me parece de gran perspicacia teolégica. ‘Agustin vacilé entre Ireneo y O-igenes. Aunque se decide al final por Ireneo, Farrow piensa que Agustin representa un paso atrds en la cuestién, 0 al menos, juzga que no con- trarrest6 el proceso peligroso iniciado con Clemente y Origenes. En primer lugar, la Ascen- sin deja de ser la presentacién gozosa del hombre delante de Dios y no es sino la remocién. de un obstaculo a la fe pues al no vera Jestis en su humanidad es mas facil creer su dix dad. Aunque Agustin afirma la ascersién corporal de Jests, le asigna un valor o una fun- cién de tipo negativo, como si la naturaleza inferior de Cristo diera paso en la Ascensién algo muy superior. Su humanidad, decia san Agustin, se hizo necesaria por causa de la debilidad humana. La brisa neoplaténica continia soplando y penetra insidiosa ¢ insistente esta interpretacién de la Ascensién. Agustin vié en este misterio central el punto de partida tanto del proceso de santifi- cacién personal como de la propagacién de la Iglesia entre las naciones. Con la Ascensién, Cristo se difunde por todo el cuerpo del cual él mismo es la cabeza y lo arrastra entero, como un solo cuerpo, al cielo. Es la imagen espléndida del Christus totus, esencial en la eclesiologia agustiniana, Tanto la idea como el sentimiento son perfectos, sin duda, pero Farrow observa, y de nuevo con gran acierto, que el énfasis en la unién es tan fuerte que tiende a oscurecer la distincién entre Cristo y la Iglesia. Esta aparece asi como una pro- Jongacién de la encarnaci6n y Agustin dird también que «a Cristo no le hemos visto pero a la Iglesia si». No vemos la Cabeza pero vemos el cuerpo. Con esta afirmacién ya casi hemos caido en la tentacién y no queda sino transferir la gloria triunfal de Jest sentado a Ia derecha del Padre en los cielos a la Iglesia peregrina que camina, y con frecuencia se arrastra, por el polvo sucio de la tierra. El triunfo glorioso de Cristo en la Ascensi6n ter- mina en el triste y penoso triunfalismo eclesiéstico que traiciona su propia mis misién de la Iglesia no es continuar a Jesiis sino servirle y amarle». Y por eso la Iglesia debe existir con didfana clatidad en el mundo y por el mundo antes que estar, y sélo si es en absoluto necesario, contra el mundo. El Cristo humillado es el mismo Cristo exaltado y, de ninguna manera, puede inter- pretarse la Ascensién como licencia para cambiar uno por otro. Son uno y el mismo Cris- to, «este mismo Jestis». La Ascensién no puede ser la sefial de que se ha iniciado una marcha triunfal en «nuestra» historia mundana. La «co-existencia» con Jestis no exige una prolongacién o repeticién de la encamacién sino el cardcter absoluto que la historia de Jesis tiene en el tiempo. Jestis estd con nosotros como una pregunta sobre nuestra propia 170 BIBLIOGRAFIA existencia, “de modo que también nosotros debemos decidir con Pilatos: Qué voy a hacer con Jestis, al que llaman el Cristo? Farrow ha escogido terminar su fascinante recorrido histérico-teoldgico con un capi- tulo sobre de Ja encrucijada en la que se encuentra la comunidad cristiana como Iglesia peregrina en el tiempo. En luger de aguantar en la esperanza, podemos en un intento vano agarrar algo que acaba en polvo nada més abrir la mano. Sélo en esta perspectiva, la paru- sia aparece como un tercer elemento que rompe la simetria y «el circulo sofocante» para ‘mostrar el triunfo de un hombre en particular, Jestis, y «con él de todo un mundo de par- ticulares tal como son recreados por Dios». Un crescendo formidable arrastra las tltimas paginas de este libro. Como ls nube del relato evangélico, la Ascensién cubre la existen- cia de Jestis en un misterio recéndito ¢ inefable pero esencial para la vida cristiana tanto personal como eclesial. «A uns tal visiGn, a la visién de una nueva creacién en la que Dios 5 Dios y la humanidad auténticamente humana, y el mundo un lugar Ileno de frutos, a esta visién conduce la doctrina de la ascensién en la carne». Siguiendo a otro autor, J. G. Davies, Farrow ve en la Ascensin el ecce homo, esta vez pronunciado por Dios Padre. En las tiltimas paginas de este libro indispensable el autor cambia de género literario y pre- senta su conclusién con ropsje homilético. Resisti la tentacién de traducir esas cuatro paginas formidables para acabar esta resefia, porque no dudo que el libro entero merece pronto una buena versién espafiola.—Alvaro DE SILVA. Espeja PARDO, J.: Los sacramentos cristianos. Encuentros de gracia, Salamanca (SAN ESTE- BAN) 2003, 238 pp. «Que los cristianos celebremos los sacramentos no sélo con validez canénica, sino también con verdad evangélict» (p. 7). He aqui el objetivo primario de esta reflexién pas- toral que Jestis Espeja acomete una vez mas (después de...) con el firme propésito de hacer crecer a Ja comunidad cristiana en personalizacién y comunicacién de su fe, tal como siempre ha denotado su talante teoldgico. Sus destinatarios son tanto los cristianos de las j6venes iglesias latinoamericanas como los de las un poco esclerotizadas europeas. Explicitamente hallamos referencias a las gentes sencillas de Cuba (p. 15), lugar desde don- de reflexiona desde hace algunos afios, lo que nos sumerge en una circunstancia eclesial muy concreta; ya los secularizados espafioles (pp. 40-41), lo que también imprime un reto bien preciso a estas paginas. Desde su larga experiencia creyente, estas reflexiones contienen una vilida critica a dos unilateralismos emergentes en la actualidad: la de un catolicismo liturgista canénico, que absolutiza un ex opere operato descontextualizado, y la de un protestantismo que volatiliza la fe al espiritualizarla tanto. La comprensién y, ante todo, la vivencia del sacra- mento como simbolo de un encuentro gratuito y amoroso nos debe ayudar a resituarlo en su contexto cristolégico, eclesio-pneumatico y antropolégico-pascual, huyendo asi de ambos fundamentalismos. Asilo piensa un catedratico emérito de cristologia, un pastor égil que construye iglesia y un ser aumano que intenta transmitir esperanza en unos contextos fisicos aparentemente insalvables. En estas paginas, y éste es otro de sus grandes aportes, tiene muy en cuenta un quchacer teolégico que se renueva (y renueva) la tradici6n: gran conocedor de la patristica y teologia medieval, se sirve de ellas para oftecer esta visién reno- vada de los sacramentos. Tiene ademas muy en cuenta, y es de agradecer, la teologia y orientaciones pastorales emansdas del Vaticano II, bien directa e indirectamente. Digo esto tiltimo porque, en la medida de los limites impuestos por su paginacién, explota tanto la teologia como las sugerencias celebrativo-pastorales presentes en los diversos rituales, tan ignorados por gran parte de los creyentes. BIBLIOGRAFIA. 171 Estructuralmente, el lector se hallaré con la divisiGn tomasiana de los sactamentos, que facili subrayar el cardcter dinémico de la vids sacramental: de iniciacién, de cura- cién y para el servicio de la comunidad. Cada bloque da paso al desarrollo de los siete sacramentos, precedidos todos ellos por una introducci6n general y recopilados por unas referencias para discern la verdad de una celebracién: celebrar la gracia, en la memoria dela cruz, desde una eclesialidad de comunién en funcién del reino, que aproveche a los hombres, primando la fe sobre el rto, pero rescatando la pedagogia de lo visible que nos eve ala comunién con lo invisible. Edicién correcta, aunque en algunas ocasiones deno- ta apresuramiento. Asi, os tres simbolos alos que se alude en las pp. 48-49 no son muy explicitos. Ambiguo también permanece el epigrafe de la p. 98, sin saber exactamente cual es su puesto en el organigrama general del capitulo. A ello hay que afiadir los acen- tos, signos de puntuacion y comillas ausentes 0 descolocadas.—Enrique GOMEZ. FERNANDEZ, Aurelio: Pensar el futuro, Apostar por la verdad y el bien: La Moral en el siglo XXI, Madrid (PaLaBRa) 2003, 281 pp. Nuestra era y tiempo a pesar de su complejidad, es una era de desorientacién en lo referente a los valores mis elevados del hombre y con respecto a sus primeros principios y metas dltimas. De este modo nuestro mundo vive la sorprendente paradoja en la que al gran avance cientifico, ha correspondido un desinterés o una «amnesia deliberada» en lo referente a la esencia propia del hombre, a su propio ser, quehacer y a las ultimas pregun- tas sobre el sentido més profundo de su propia existencia. La presente obra del Profesor Fernandez es un extenso e interesante didlogo en este sentido. La obra consta de dos partes. En la primera de ellas, el autor hace un planteamien- to del problema, nos sitdia ante el status quaestionis del conflicto contemporéneo, en lo relativo a la desorientacién ética y moral, asi como de la actual paganizaci6n del mundo cn el que vivimos. Para ello el autor parte de un esquema sencillo y claro, que es ilustra- do y explicado con una maestria verdaderamente encomiable. Asi, expone que en el mundo posmoderno actual es preciso reencontrar cuatro conceptos y realidades que ayu- den al hombre a situarse en su propio contexto, para poder partir de un sustrato seguro yy no cimentat la propia existencia sobre quimeras, fantasias o mentiras, De este modo, los cuatro conceptos fundamentales son las dos parejas formadas por el binomio verdad-men- tira y bien-mal, Son si, dos pares elementals, pero que, como acertadamente expone el autor, han sido olvidados incluso alterados desde el nacimiento de la modernidad, lo que ha provocado en el mundo contempordneo una gran desorientaci6n y una pérdida del sentido profundo de lo que es el propio hombre, su vida, y la esencia mas profunda de ella, en la que se descubre la irrenunciable referencialidad Gntica a Dios. El autor expo- ne en capitulos sucesivos, muy bien desarrollados y fundamentados, estos cuatro con- ceptos esenciales. abe destacar de esta primera parte dela obra, a relectura tan interesante que hace el autor de la Historia de la Filosofia y del Pensamiento occidental. Ademés, las notas de pie de pégina son de un gran valor pues ofrecen al lector no sélo una abundante referen- cia bibliogrifica, sino que todas y cada una son trafdas a colaci6n con mucha oportunidad. Cabe comentar, asimismo, que a diferencia de otros autores, estas referencias bibliografi- cas se distinguen no sélo por su cantidad, sino también por su calidad y actualidad, ya que, ademis de las referencias clisicas obligadas, el autor ofrece un amplio abanico de lecturas absolutamente actuales, con lo que se refleja no sélo la profusa investigacién que ha lleva- do a cabo el autor, sino también sus abundantes lecturas de un gran ndmero de publica- ciones recientes en diversas lenguas. 172 BIBLIOGRAFIA La segunda parte es el colofén obligado a las reflexiones ofrecidas en la primera sec- cién de la obra. En ella hace la presentacién del anuncio del mensaje moral cristiano en este nuevo milenio. Para ello parte de las conclusiones de lo presentado en la primera parte, en Ja que, como hemos mercionado, hace un largo Ex ergo, y se aboca a un desarrollo siste- mitico y claro de los prircipios morales cristianos. De este modo sitdia la moral dentro del conjunto moral cristiano y propone, dentro del estado de crisis que se vive en la actualidad, una revalorizacién de la Metafisica y un replanteamiento de la importancia que debe tener la misma Antropologia. Posteriormente expone la gran novedad que Ia Moral cristiana aporta a la Etica y a las diversas normas de comportamiento humano, para plantear una serie de cuestiones que requieren una respuesta acuciante y urgente desde la Moral cris- tiana en el mundo contemporineo, tanto en lo referente al respeto a la vida, como en la veracidad de las relaciones humanas, en la aplicaciGn de la virtud de la justicia, etc. La obra concluye, y no podia ser menos, con una exhortacién a los lectores a vivir su propio com- promiso de santidad, como una llamada apremiante en el contexto de relativismo en el que vivimos. Esta segunda parte discurre al ritmo de diversas citas de los documentos del magisterio de la Iglesia y cel Catecismo de la Iglesia Catdlica, lo que le da a la obra una gran solidez y solvencia doctrinal. Es obvio decir que las dos enciclicas més citadas son la Veri- tatis Splendor y Fides et Ratio. La obra termina con un interesantisimo epilogo que no tie- ne desperdicio, y que en sf mismo, como un excelente resumen, avalaria la obra completa. Finalmente se ofrece al lector un indice de autores y el acostumbrado indice general. A pesar de ser una obra excelente se han colado algunos gazapos y errores en la edi- cién como son los de las paginas 14, en donde se escribe ‘valance’ (por balance); la p. 36 se cita a Pérez Reverter (por Reverte); p. 37 ‘vanalizar’ (por banalizar); p. 270 ‘no’ por ‘nos’. A pesar de ello, se trata de una obra excelente, dirigida a todo tipo de lectores, ya que todos, tanto los especialistas como el puiblico en general, encontrariin dentro de la obra ele- mentos para su propia formacién intelectual, humana y cristina. De este modo, el texto leido, haciendo caso omiso de las notas de pie de pagina, puede ser muy interesante para un lector poco avezado. Las notas de pie de pagina no dejarén de interesar ¢ incluso de ins- truir a los lectores mas atentos y expertos. Una obra verdaderamente recomendable— Enrique EGUIARTE. FLECHA, José-Roman: Moral de la Persona, Madrid (BAC) 2002, 304 pp. Es verdaderamente encomiable el proyecto que desde hace ya algunos afios ha asu- mido la Biblioteca de Autores Cristianos de recoger dentro de la coleccién Sapientia Fidei, tuna setie de manuales sobze las principales disciplinas teolégicas, Todas las obras que for. man parte de esta coleccién tiene como lectores implicitos, y por supuesto como destins- tarios primigenios, a los estudiantes del primer ciclo de Teologia. Esta primera determinacién intencional, les da un perfil muy particular, ya que hace que se conviertan en grandes sintesis de la doctrina cristiana, ya la vez, les hace ser obras de consulta, e inclu- so una valiosa herramienta en la obra de la formacién en todos los émbitos que esta pue- da tener en Ia actualidad, desde la actualizacién, propia de la formacién continua de los sacerdotes, religiosos y religiosas, como en la labor de la formacién de los laicos cristianos, bien sean catequistas, profesores de religin o simplemente laicos interesados en profun. dizar su propia fe. El presente volumen toca uno de los temas més delicados dentro del campo teolégi- 0, y dentro de la Moral, un aspecto que es preciso tratar con claridad y sin cortapisas. Se trata de la Moral de la persona, la Moral sexual. De este modo el autor ha dividido su obra cen tres partes. La primera de ella sirve de preémbulo y de introduccién. En la segunda, va BIBLIOGRAFIA 173 a presentar la Etica general de la sexualidad. Para ello comienza hablando de la Antropo- logia de la sexualidad, denunciando los reduccionismos a los que se ha visto sometida la sexualidad en diversas etapas de la historia, asi como las tergiversaciones que se han teni- do sobre la misma, para llegar a concluir sobre lo que es esencialmente la ética sexual cris- ana, Una vez fudamentado este punto, pasa a estipular los principales criterios para una ica de la sexualidad, basando sus argumentaciones en la doctrina de la Iglesia. Poste- riormente hace un sucinto pero acertado recorrido de la Biblia, para ofrecer la compren- sién que la Sagrada Escritura tiene de la sexualidad. Finaliza este segundo apartado con una reflexién sobre la responsabilidad, tanto ante el cuerpo y el placer, como ante amor y la vida. La tercera parte de la obra es una sintesis de la Moral sexual especifica. De este modo, se abordan con claridad, y siguiendo un esquema muy didactico, los temas del autoerotismo y la masturbacién, asi como el del homoerotismo, las relaciones sexuales fuera del matrimonio, la procreacién responsable y el celibato. Para desarrollar todos estos temas, hace en primer lugar una presentacién de los elementos antropolégicos y sociales, que sirven de predmbulo e introduccién al tema en cuestidn. A continuacién pre- senta la perspectiva biblica, canto la veterotestamentaria como la relativa al Nuevo Testa- mento. A continuacién hace un breve excursus sobre la doctrina de los Padres y la tradicién de la Iglesia, para exponer a continuacién la Doctrina de la Iglesia sobre el tema presentado y ofrecer finalmente unas conclusiones. Nos parece que la exposicién que hace de los temas es sumamente cara y a la vez pedagégica, ya que procura deslindar con niti- dez los elementos esenciales de los accidentales y propone, en algunos temas, una serie de matizaciones que es preciso considerar para poder abordar la cuestién con una nueva perspectiva, siempre, por supuesto, dentro del émbito de la doctrina cristiana y en la orto- doxia de la Iglesia, Antes de cada uno de los capitulos ofrece una abundante y actualiz da bibliografia para que los estudiantes o los receptores de este manual puedan ampliar sus conocimientos sobre el tema tratado. Nos ha resultado particularmente interesante el capitulo dedicado al celibato y a la vir- ginidad por el Reino de los Cielos, especialmente la lectura que hace de san Agustin y de sus escritos. No obstante posiblemente por la poca familiaridad que el autor puede tener con Ja doctrina agustiniana, cita algunos de los pasajes mas conocidos del santo en lo refe- rente a la virginidad consagrada, de lo que podria ser calificado como “doctrina exotérica”, es decir de los textos que él escribié para la difusién y popularizaci6n de sus ideas, y no de Jos que escribi6 para sus propias comunidades, concretamente, el texto mismo de su Regu- Ja Monéstica. Es verdad ambos textos son esencialmente los mismos, no obstante es curio- so ver cémo el autor ha preferido unas fuentes en detrimento de otras. Su conclusién, en este capitulo en concreto, creemos que no tiene desperdicio y que va més alli de lo que requeriria un mero manual de teologia Moral, ya que invita a la reflexién y a la profundi- zacién de la propia vivencia de la castidad por el Reino de los Cielos, desde la perspectiva del desprendimiento y de la pureza de coraz6n. En conjunto podemos decir que se trata de una obra excelente, una magnifica herra- mienta para trabajar en las aulas de teologia con Jos alumnos, ya que se hace un compen- dio completo de los temas y de su fundamentacién teol6gica, biblica y doctrinal. Es también un libro excelente para todos aquellos sacerdotes, religiosos y religiosas que dese- en actualizar sus conocimientos en el proceso de la formacién continua, ya que la exposi- cién es tan clara y ordenada que hacen que este manual sca un libro que puede ser estudiado y reflexionado sin necesidad de facilitador. Es pues una obra que muy digna- mente puede formar parte de esta coleccién teol6gica, Sapientia Fidei en este laudable deseo de propotcionar herramientas y manuals alos estudiantes de la Teologi EGUIARTE. 174 BIBLIOGRAFIA Garcia-MoRENO, Antonio: Pueblo, Iglesia y Reino de Dios, Madrid (RIALP) 2003, 248 pp. El lector tiene entre sus manos un libro que no puede ser catalogado sino de exce- lente. Se trata de una magnifica reflexién en torno al Reino de Dios, su presencia dentro de las Sagradas Escrituras y las consecuencias que de ello se derivan para la vida de todo cris- tiano, Todo ello es presentado por el Prof. Garcia-Moreno de una manera serena y pro- funda a la vez, con la solera que dan los largos afios de docencia, la reflexién, estudio, ast como la vida pastoral y secerdotal, dedicada al servicio del pueblo de Dios. De este modo este libro no sélo es un excelente instrumento para que los estudiosos de la Biblia o de la Teologia repasen y revisen ciertos conceptos a la luz de Reino de Dios, sino que también ha sido escrito pensando en cl pueblo fiel y en todo cristiano que desee ampliar sus propios conocimientos y profundizar su fe. De este modo la obra esta dividida en tres capitulos. En el primero de ellos, el autor propone, como el mismo titulo del capi- tulo sefiala, una «panordmica sobre el Reino». De este modo se hace un recorrido diacré- nico, lingiifstico y teol6gico desde las concepciones veterotestamentarias de lo que era el Reino y sus acepciones dentro del antiguo pueblo de Dios, para centrarse de una manera particular, en Ja recepcién y presentacion de este concepto dentro de los Evangelios sin« ticos. Junto con ello se proponen a la consideracién del lector, los momentos més lgidos del Reino dentro de la predicacién de Jesiis, como pueden ser las parabolas 0 el mismo ser- mén de las bienaventuranzas. Como un modelo de la aceptacién y vivencia gozosa de las paradojas y riquezas del Reino, se nos ofrece un acercamiento a la figura de la Virgen ‘Maria, en las que el autor nos brinda unas paginas de profundas reflexiones, tamizadas por tuna particular belleza nar:ativa, muy cercana, por su ritmo y su expresividad, a lo poético. En un segundo capitulo hace la presentacién de la relacién existente entre el Pueblo y el Reino, sefialando las diversas actitudes que han quedado plasmadas dentro de las Sagradas Escrituras. Finalmente en un tercer apartado desarrolla lo que el autor ha deno- minado «los bienes del Reino», en donde hace una larga ¢ interesante glosa de las biena- venturanzas, presentado los diversos beneficios que el mismo Reino de Dios trae consigo mismo, como pueden ser la vida, la salvacién, la unién con Dios, etc. Cada uno de los capi- tulos de la obra va a acompafiado por un conjunto ilustrador de citas, que ha sido coloca- do al final del mismo, posiblemente con la idea de aligerar la lectura del texto, y de no «entorpecerla» con el cuerpo de las notas de pie de pagina, con lo que el libro implicit mente sefiala sus dos lectores potenciales: tanto aquellos que no poseen una formacién cientifica teolégica y que desean alimentar ¢ iluminar su fe —para quienes las notas de pie de pagina, més que ayudarles en su comprensién Ia entorpecerfan—, y por otra parte los. estudiosos de las ciencias sagradas, quienes encontraran en las notas una serie de referen- cias ilustradoras e iluminadoras para sus propias investigaciones y reflexiones. En conjunto podemas afirmar lo que deciamos al principio. Se trata de una obra excelente, de facil y amena lectura, pero no por ello exenta de profundidad, ya que todo lector que se acerque a ella, o recordaré algiin dato que ya sabia, pero que habfa olvida- do, o bien lo aprender, pues su método es sumamente pedagégico, pero a la vez agra- dable y edificante, . Es verdad lo que el Prof. Rodriguez afirma en el prologo, que el libro podria perfec- tamente subtitularse “el tesoro escondido”; y en esa misma linea se encuentra el epigrafe {que orienta todas las refleziones de la obra, una frase de san Josemaria Escrivé que no nos resistimos a citar: «Quien entiende el reino que Cristo propone, advierte que vale la pena jugarse todo por conseguitlo: es la perla preciosa que el mercader adquiere a costa de ven- Yer lo que posee, es el tesoro hallado en el campo», Una obra pues magnifica y cuya lec- tura es recomendada para todo tipo de lectores que deseen profundizar en su propia fe —Enrique EGUIARTE. BIBLIOGRAFIA 175 GELABERT BALLESTER, M.: Teologéa dialégica. Ante la fe desafiada, Salamanca (SAN ESTE- BAN) 2004, 203 pp. En los ambitos teolégicos se tiene més o menos asumido que uno de los grandes retos de la teologia, y por consiguiente uno de los fructiferos caminos abiertos a la misma en este nuevo milenio, es el del didlogo interreligioso. De ahi la multiplicidad de estudios sobre el tema que empieza a inundar las librerias. Sin embargo, parece que se ha perdido de vista que dicho reto toca de manera especial, no sélo a los cristianos no versados en cuestiones teolégicas, sino a tantos seres humanos que quieren construir a su alrededor un espacio de convivencia segura. Atentados como el 11S o el 11M obligan ala teologia a hacer suyos la confusién, el miedo y el suftimiento de las personas y a revertit la espiral de odio genera- da, Ha de dar respuestas firmes, abiertas y asequibles a las que todo hombre pueda acer- carse para hallar un poco de luz en un panorama de sopeton tan tétrico. Considero que éste es el gran mérito de este nuevo libro de Martin Gelabert, maestro en las lides de la antro- pologia teolégica y teologia fundamental. ‘Aunque la materia de reflexién no esté estructurada en partes, sino en capitulos, la temética de los mismos y el apartado éransicin permiten resefiar estas paginas atendiendo a dos grandes apartados, que se corresponden con el titulo y subtitulo de la obra. Asi, los tres ptimeros capitulos responden a la propuesta de una tcologia dialégica, asentada en la conciencia de identidad cristiana, sin lugar a dudas objetivo primario de estas pginas (p. 199). A la pluralidad de manifestaciones religiosas, que a algunos les lleva a sucumbir ante el més craso relativismo y, a otros, ante el més violento fundamentalismo, el autor respon- de con la propuesta de una teologia que, apropiéndose de la antropolégica circularidad realizativa identidad-alteridad, permite a los creyentes (especialmente cristianos, destina- tarios primeros del libro, pero también a musulmanes y judios) una autocomprensién tal que, en vez de diluirse en los otros o encerrarse en uno mismo, profundiza en su identidad parar abrirlos a los demas, desechando cualquier brote de violencia 0 de imposicién. Para aquilatar la identidad cristiara, el autor profundiza, desde una vertiente profético-sapien- cial, en el acontecimiento histrico de Jestis de Nazareth (histérico también en el sentido de su repercusién histérica) 5, asumiendo la mayéutica histérica de Torres Queiruga, en el sentido de la revelacién positiva cristiana necesitada de la complementacién de las revela- ciones universales (cteacién y conciencia) y positivas (especialmente las monoteistas). De esta manera, se puede atajar la corrupcién religiosa que supone cl fundamentalismo. El tra- tamiento directo y claro de algunas cuestiones espinosas (especialmente, la comprensi6n de la verdad, de la absolutez y necesariedad de Jess) permiten apostar por un modelo inclu- sivista, dialdgico y respetuoso, que rezuma un buen calado evangélico (siempre con Jestis al fondo) y un esclarecedor aire pneumatico, de manera que el realismo antropolégico se impone al idealismo de cierta institucionalizacién religiosa. Los dltimos capftulos atafien més al subtitulo (Ante la fe desafiada) y nos abren ala alteridad. La identidad cristiana anteriormente descrita y posibilitada para el didlogo tie- ne que enfrentarse a dos grandes desafios: el didlogo interreligioso (contextualizando el fenémeno religioso en el dmbito cultural que le es propio) y la secularidad. Para ello se requiere: valorar teolégicameate la positividad tanto de las religiones no cristianas como de Ja secularidad; tratat los limites de la revelacién cristiana, dada su sacramentalidad o his- toricidad; clarificar el punto de partida y la metodologia que hacen posible e! didlogo (aqui resulta innegable la apuesta ror la racionalidad). Quisicra agradecer, finalmente, las enri- quecedoras alusiones a la literatura mallorquin, catalana y valenciana que ilustran ciertas reflexiones, especialmente la referencia a Ramén Llull. Por lo que a la presentacién se refiere, llamar la atencién sobre algunas erratas —1ala formulacién de proncmbres interrogativos (pp. 27, 65), alteracién de pero en para 176 BIBLIOGRAFIA (p. 102)—; la falta de uniformidad (muchas veces incurriendo en falta ortogréfica) en el uso de la tilde diacritica, del uso de maydscula o miniscula después de dos puntos, de citar el nombre de los autores (tan pronto de manera completa, tan pronto con las ini- ciales); la insercién de punto después de interrogacién o de dos puntos, en vez de puntos suspensivos.—Enrique GOMEZ. Goma Zusteta, C.: Recuerda que eres hombre, Madrid (RIALP) 2003, 182 pp. Recordar esté a la base de todo conocimiento y el olvido es el preludio al caos. Fino servicio de rememorarnos hace el autor de este libro de ejercicio filosdfico acerca del siem- pre presente misterio del hombre. ¢Quién es y cémo es? A cada ser humano, le viene de un modo u otro aquella inquietud agustiniana que provoca el cuestionarse acerca del sentido de las cosas, particularmente, el sentido de la vida de uno, Con gran destreza pedagégica y obvia formacién filoséfica, C.G.Z. divide su obra en cuatro grandes temas que abarcan tunos recuerdos esencidles para aquel buscador del ser del hombre. Se trata de acordarse el hombre que es animal, racional, libre y persona. Desarrolla lo que implica para el hombre cada uno de estos aspectos de su definicin, enfrentando el contenido debajo de estas pala- bras orientadoras con opiniones contrarias. Se construye una antropologia filoséfica como fundamento de una ética humana y una moral propia del hombre en proceso de su reali- zacién como persona. Toca una variedad grande de temas agrupados alrededor de los aspectos principales de su definicién empleando argumentacién légica y citando con gran facilidad varios autores y figuras de la cultura tanto antigua como modema. Esta capacidad de combinar tantos conocimientos con una prosa clara y atrayente, hace por una lectura amena y fructuosa—A. CAMPO. GuarDInt, Romano: La esencia del cristianismo. Una ética para nuestro tiempo, Madrid (CristiANDAD) 2002, 360 pp. Para un lector avezado de libros de teologia, Ia figura de Romano Guardini es més que conocida. Las dos obras que nos ofrece la editorial Cristiandad son dos opiisculos que fueron publicados hace més de setenta afios; no obstante ambos conservan su validez y su vigor. De entrada es preciso encomiar la labor de la editorial Cristiandad de reeditar estas dos valiosas obras del pensador veronés educado y afincado en Alemania. La primera de ellas intenta ser una clarificacién de lo que es la esencia y el meollo del cristianismo. En contraposicién con diversas posturas ¢ ideologias incorrectas, en las cuales se cifra el fun- damento del cristianismo en diversos fenémenos o elementos que podriamos calificar de periféricos o secundarios, Guardini desea asentar con claridad cudles son los principios basicos del cristianismo para evitar las tergiversaciones y las perspectivas erténeas, pro- venientes de una falsa fundamentacién de los principios cristianos. Sus pensamientos son claros y convincentes. Su método, a pesar de ser un método tradicional, va conduciendo al lector hasta el fondo de la cuestién para demostrar, por una parte, la falsedad de los planteamientos erréneos o por lo menos no del todo verdaderos, y dejar patente, por otra parte, la validez de los argumentos que él presenta. Su tesis no puede ser més sencilla, e incluso podria parecer de entrada una verdad de Perogrullo: La esencia del cristianismo, es la propia persona de Jesucristo. No obstante las diversas implicaciones y las tergiver- saciones que esta sencilla verdad ha tenido a lo largo de los siglos, y en la larga historia de Ja recepcién del mensaje cristiano, le ha llevado a Guardini a delimitar y a definir con cla- ridad qué es lo esencial del cristianismo y qué no lo es. En una época como la nuestra, en BIBLIOGRAFIA 177 Ja que se ha emprendido una devastadora critica y cuestionamiento post-deconstruccio- nista, y en la que se han minado los cimientos de las instituciones, valores y de los prin« pios més sélidos de la sociedad occidental, Ia reflexién de Guardini es muy oportuna, Jécida y esclarecedora, de tal manera que a través de ella resplandecen con mayor claridad y fulgor las verdades del cristianismo. Al mismo tiempo quedan también obnubilados los elementos accidentales que, a pesar de ser parte del mismo cristianismo, no son su centro ni su principal eje giratorio, Se trata pues de un ensayo que a pesar de haber sido escrito hace muchos afios, ha conservado intacto todo su vigor y su actualidad. La segunda obra que ha quedado recogida dentro de este volumen intenta ser una aplicacién practica de lo presentado en el opiisculo que anteriormente hemos resefiado. Se trata de la praxis que debe seguir al conocimiento y a la contemplacién de la «teoria» de Jo que es el cristianismo. En esta segunda obra, Guardini retoma un antiguo /opos litera- rio y filos6fico, el relativo al hombre virtuoso, haciendo la presentacién de lo que esto sig- nifica y significé, no sdlo en el contexto del mundo clisico grecolatino, sino también en el contexto de la moral y de la ética cristiana, Para ello va a hacer un breve, pero a la vez inte- resante anilisis de algunas de las principales virtudes antropolégicas que afectan la vida y el quehacer del cristiano. De este modo se aborda la virtud del silencio, la concentracién, el altruismo, la gratitud, la cortesia, la comprensién, la bondad, el dnimo, la fidelidad 0 otras muchas més. Se trata de una obra en la que los razonamientos teéricos y las refle- xiones teolégicas y biblicas van acompafiadas de una profunda experiencia y conocimien- to de la existencia humana, Su intencién claramente se centra no sélo en instruir, sino también en cuestionar y en exhortar, como en los antiguos tratados del mundo grecorro- mano, al bien obrar y al amor a la virtud, como camino de santidad. Dos obras pues, de una mena y fructifera lectura—Enrique EGUIARTE. HAMBURGER, Jeffrey F: St, John she Divine: The Deified Evangelist in Medieval Art and The- ology, Berkeley (UNIVERSITY OF CALIFORNIA PRESS) 2002, 323 pp., 156 ilustraciones en b/n y 26 en color. Las representaciones cristemérficas de san JuanEvangelista no tuvieron gran popu- Iaridad en la Edad Media (apenss se conservan dos docenas), pero son una curiosidad tni- caen la historia del arte. Hamburger, profesor de arte y arquitectura en la universidad de Harvard, estudia en este libro ese fenémeno artistico y lo hace con una genuina apreciacién de la esencia del arte cristiano. La imagen que despert6 su interés es un dibujo suelto (aho- ra en Friburgo) que no es parte de un evangelio ni hay por qué suponer que lo hubiera sido. La imagen es de Juan Evangelista en la guisa del Logos, como un discipulo «deifica- don» o divinizado. Hamburger esegura que la falta de reconocimiento de estas muestras artisticas se debe a que «tanto creyentes como agnésticos no tienen ojos para algo que pare- ce salirse de lo que se asume como una norma». Hamburger, conocido autor del excelente Nuns as Artists (1997) y The Visual and the Visionary (1998), muestra también aqui que estas imagenes, creadas en comunidades monasticas de vida contemplativa, no se limitan a confirmar una devocién religiosa o una teologia particular, sino que prueban un extraordinario dominio iconogréfico. La mayoria de las imagenes provienen de manuscritos iluminados, pero también entran en el argu- mento vidrieras, marfiles, obras en metal y algunas esculturas. «Juan deificado», escribe Hamburger, «no quedé en mero concepto personificado 0 cen una abstracci6n teolégica, sino que representaba la materializacién corporal y vital de una forma particular del deseo espirituab». Un monje francés del siglo catorce se refiere a Juan como «angel de angeles», y se entrevé una lectura del libro del Génesis en términos 178 BIBLIOGRAFIA cristianos. El In principioes ahora la aparicién de Dios en la carne (como en Mc 1, 1). «La imagen no es mera ilustracién del texto, sino que invierte sus términos, subrayando la para- doja de la Encarnacién, cuyo testimonio da». La deificacién tiene su raiz en la teologia oriental y, sin embargo, la iconografia correspondiente era desconocida en Bizancio. Los ctistianos orientales nunca la visualizaron, mientras que en el occidente aparece la imagen de Juan como testigo supremo de la divinidad de Cristo, y de esa proximidad o intimidad personal deriva una audaz representacién cristomérfica. El libro recorre una serie de temas iconogréficos, acompafiadas con profusién de im: genes de las que hasta este libro apenas se ha hablado, por ejemplo, la representacién de Juan como «Cristo-Logos», Juan como theologus noster, la relacién y comparacién de JuanEvangelista con Juan Bautista primero y con el profeta Ezequiel después, el culto a san Juan Evangelista, «el apéstol que no veria nunca la muerte, y el tema de a filiaci6n adop- tiva, concretado en el pasaje de Juan como «hijo de Maria» (Jn 19, 26-27). El dltimo capi- tulo, breve pero conmovedor, es sobre el Legatus divine pietatis, atribuido a Gertrudis de Helfta, pero obra de otra monja del convento, hacia 1300. Podemos imaginar a todo el con- vento de rodillas en humilde adoracién ante Cristo, y a Cristo haciendo lo mismo, ofte- ciendo su humanidad pata gracia y regalo de todos. Luego, la Virgen se acerca a cada una de las monjas para abrazatlas y grabar el sello de Cristo Nifio en su corazén, de modo que, al terminar, cada monja se parece a Ja Virgen, pues ha tomado a Jesiis en su coraz6n. El siguiente capitulo esta dedicado a Juan y a la sublimidad del cuarto evangelio. Aunque no parece que estas monjas conocieran imagenes cristomérficas jodnicas, Hamburger piensa que la meditacién de esta monja depende del mismo conjunto de ideas. «En esta antropolog'a de la imagen», escribe Hamburger, «la obra de arte no es sola- mente un adjunto 0 accesorio a las devociones, sino que sirve como un paso indispensable en el viaje del alma a Dios. La imagen in-corpora la presencia de Dios». Este Juan cristo- mérfico da una idea de le perfeccién posible para todos los cristianos, yendo més alld: de una retérica de imitacién, a una de identificacién, superando la distancia entre imagen y ejemplar.—A. DE SILA. Hann, Cynthia: Portrayed on the Heart: Narrative Effect in Pictorial Lives of Saints from the Tenth through the Thirteenth Century, Berkeley (UNIVERSITY OF CALIFORNIA PRESS) 2001, 442 pp., 149 ilustraciones en b/n y 8 en color. Este libro es otra prucba del gran interés actual por la hagiografia; pero en este caso se trata de una exploracién de la hagiografia pictérica, es decir, de las ilustraciones que acompaian «vidas de santos» escritas durante la Edad Media europea. La autora cita un escritor bizantino del siglo X que dice de una de esas vidas que «contiene ilustraciones her- mosas como estrellas». Uno de los efectos del culto alos santos es su glorificacién en obras. de arte. El acompafiamiento visual de una escena de la vida que se narra en la misma pagi- nna en prosa latina (casi siempre mas bien pedestre) sugiere un deseo de visualizar la santi- dad y gloria de la persons en cuestién. El arte «glorifica» alos santos. Para Ja mente medieval, el mundo estaba lleno de la belleza de Dios; y, si tal hermosura no era a menudo evidente por la presencia del mal, no dudaban de que brilla ccn esplendor en las vidas de sus santos. La modernidad no pien- sa asi, pero cada época tiene su estilo cristiano, su estilo de santidad y su estilo artistico, La abundancia de produccién literaria sobre un santo aumentaba su gloria y fama (por lo menos en la tierra), crecié su popularidad y, en consecuencia, crecia también el ntimero de peregrinos (otra caractetistica esencial de la espiritualidad medieval) a su sepulcro o al monasterio que fundé o en el que vivid. BIBLIOGRAFIA 179 El libro responde a tres preguntas: gpor qué hay tantas vidas de santos en la edad media? gpor qué hay tantas «vidas» ilustradas? gquién leia estos libros y cSmo hacian esa lectura? Los capitulos estan ordenados segin la tipica clasificacin de géneros hagiografi- cos, pues la misma clasificacién se repite en el tratamiento visual de las escenas escogidas para ilustrar la vida. Asi estudia la hagiografia pictérica en vidas de mértires, de virgenes, de obispos, monjes, abades, monjas, reyes y reinas. Cada capitulo esta muy bien ilustrado. El altimo capitulo se centra en las obras del monje inglés Matthew Paris, un gran ilustra- dor de vidas de santos —A. De SIVA. HeNarés Diaz, Francisco: Fray Diego de Arce. La oratoria sacra en el siglo de Oro, Murcia (Eprrortat. Espicas). Publicaciones Instituto Teolégico Franciscano 35, 2001, 722 pp. Se trata de un libro bien es:ructurado como tesis doctoral en Filologia Hispanica, que consigue una doble finalidad: primera, rescatar del olvido la relevante personalidad del francisano Fr. Diego de Arce (1553-1616), humanista, predicador, apdstol y obispo en el niicleo del siglo de oro con los reinados de Felipe II y Felipe ITT; segunda, a través de la pri- mera, descubrir el auge portentoso que la predicacién y ¢ lenguaje parenético alcanzaron en Europa, y de modo especial en Espaiia, enriqueciendo magnificamente el bien decir de la portentosa lengua de Cervantes, cuyo cuarto centenatio celebramos. Por otra parte, este trabajo, que es investigacién histérica, recuoera y sefiala a la vez un arsenal inmenso de conocimientos y de datos guardados en Ia biblioteca inexplorada de los sermonarios, como fuente para campos tan diversos como la historia, la teologia biblica, dogmatica, pas- toral, espiritual, la literatura patristica, y apologética; la politica, la retérica, la oratoria, la estilistica; y la relacién entre predicacién y teatro, sociologfa y formacién popuar, etc. Para darse cuenta del contenido polifacético de esta obra, y apreciar su importancia basta repa- sar el indice pormenorizado que la resume toda entera divida en cienco partes: La prime- ra parte, Biografia y contexto de fray Diego de Arce para encuadrar bien su figura, y el desarrollo de sus trabajos en distintos ministerios; la segunda parte, La obra no conciona- toria de Diego de Arce, donde recoge los estudios y trabajos diversos; la tercera parte, La obra concionatoria de Diego de Arce, que repasa uno por uno los sermones publicados y los ‘manuscritos; la parte cuarta, Los sermones del Diego de Arce en el contexto del siglo de oro, para valorar el arte ret6rico y la clocucién como predicador; finalmente, la parte quinta, E/ hecho retorico. La elocucién concionatoria en Diego de Arce, donde el autor se detiene a estu- diar la forma expositiva del sermén como arte oral y del bien decir, de manera que trans- mita al auditorio ya dispuesto lo que dice y cree con tantos matices de voz, gestos, pausas...; concluye con la Ubicacién de Diego de Arce en la oratoria sacra de su tiempo, para resaltar las virtudes personales y literarias del predicador sagrado, que evangeliza de pala- bra y por escrito, en defensa dela verdad catélica, para deleitar aprovechando. Las fuen- tes documentales de obras publicadas y de manuscritos; La bibliografia general y El indice de nombres de personas completan la obra, donde destaca en su predicacién las citas de san Agustin, de Arias Montano, de fray Luis de Granada y fray Luis de Leén, y de grandes humanistas de su tiempo; termina con el fndice general —T. C. MADRID. Jenico BeRMEjO, L: El Simbolo Apostélico, Historia y Comentario, Madrid (EDITORIAL. Revista AGUSTINIANA) 2002, 456 pp. Este excelente libro, que pertenece a la Coleccién Pensamiento de la Editorial Revis- ta Agustiniana, escrito por Ignacio Jericé Bermejo, que viene ocupandose desde afios en la 180 BIBLIOGRAFIA problemética teolégica del anticulo de fe en su caminar hacia el dogma de fe, esté com- puesto de 456 paginas y articulado en 12 sentencias, precedidos por una breve introduc- cién y un denso prélogo, pars concluir con un interesante epilogo; todo ello enriqu con una atil bibliografia general ya cada tema concreto junto con un prictico indice ono- mistico y general. El autor, a través de estas piginas presentadas con un lenguaje llano, comprensible para grandes y pequefios, entra en el vasto campo de los estudios de la exposicin de la fe, que, al principio del cristianismo se explanaba en la catequesis de modo oral y, a par- tir del siglo XVI, se impone ls préctica de los catecismos modernos; también ofrece una explicacién, o mejor exposicién de la fe segiin el Simbolo Apostélico para mentalidades y tiempos actuales. Es, por cierto, un estudio bastante amplio y quiere llevar al convenci- miento de lo importante y decisive que es en todo momento el conocimiento de la fe. Todo lo expuesto en su cuerpo doctrinal descansa en cuatro puntos basicos (como repi- te el mismo autor en su prdlogo y epilogo), que se hallan presentes en cada uno de los temas tratados. Por ello, los mismos (la fe catélica, la regla de fe, el articulo de fe, el dog- ma de fe) son ademés tematicay estudio de su seccién final. Por otra parte, como la expli- cacién aqui expuesta con ampiitud esté siempre mas cercana a lo que dicen los catecismos que lo que dicen los libros de teologia especializada, el autor dedica el prélogo a estas ‘obras modernas que Ilamamos adecuadamente catecismos. El cuerpo de este denso libro esté constituido por las explanaciones acerca de los doce articulos o sentencias del Simbolo Apostdlico. Pero podemos anotar con raz6n que Ia cuestién y estudio de estos 29 temas son los componentes de volumen y que son al mis- mo tiempo dependientes e independientes entre si. El mismo autor describe asi forma, presentacién y lenguaje de estos temas: “El trabajo aqui ofrecido no esté acabado. Sumi- nistrar las pruebas de cualquier afirmacién harfa esta obra inmensa y dificultaria su lec- tura, Se ofrece al principio ce cada tema una bibliografia sucinta y general. En ella encontraré el lector una exposicién mejor quizés que la que aqui se aporta. El lenguaje de esta obra es sencillo. Es algo siempre obligatorio. Lo es més cuando se habla de la fe. El libro consta de explanaciones de las sentencias del Apostélico. Da un total de veintinue- ve lugares coordinados y dependientes entre si Al final de cada uno de ellos se oftecen tres largos textos del magisterio. Se distribuyen en general asi: un texto del Catecismo de san Pio V, otro texto del Credo del Pueblo de Dios de Pablo VIy un tercer texto del Cate- cismo de la Iglesia Catélica de Juan Pablo II (p. 18). Un prdlogo precede, por supuesto, a este cuerpo doctrinal, en donde se estudia y ofre- ce la problematica del Simbolo Apostélico y de los Catecismos; déndonos, una vez més, el mismo autor la presentacién y nodos de esta parte: «E] Apostélico ¢s una explanacién 0 declaracién excesivamente sintética y pide ciertamente una ulterior instruccién. De esta explanacién de la del Apostdlico, es de la que va hablarse aqui a continuacién. Junto al anuncio de la Buena Nueva se desarrolla continuamente en la Iglesia una tarea de instruc- cién continuada. Al ser lo anunciado especialmente oscuro se hace precisa una ulterior explanacin 0 explicacién» (p. 35). El lector puede apreciar en estos apartados concretos del prélogo la historia y problematica delas principales ediciones de los mas famasos cate- cismos, a partir del Simbolo Apostélico ala aparicién del de Juan Pablo I; algunas de estas obras han entrado en la historia, aqui el autor se detiene principalmente en el Catecismo Romano de san Pio V, publicado tras la celebracién del concilio de Trento, en el Catecismo de la Iglesia Catélica, que publicé Juan Pablo Il en el 1992. De esta forma vienen estud dos también el conocido vulgarmente como el catecismo holandés o los catecismos de los obispos alemanes y franceses. El autor, finaimente, abre asi su epilogo con el que concluye el libro al que consagra cuatro apartados. «Se ha intentado sefialar ante todo y qué es y qué no es la fe catélica. BIBLIOGRAFIA 181 Nunca se ha querido perder de vista en la exposicién Ia regla de fe. También se ha traba- jado en destacar las verdades basicas o fundamentales de la fe catdlica; es decir, las que todos deben saber. Finalmente, se ha hecho un esfuerzo por distinguir entre fey teologia. Los cuatro pilares en los que descansa el edificio entero de este estudio son la fe catélica, a regla de fe, el articulo de fe y, finalmente, el dogma de fe» (p.399). En suma, el lector, por un lado, se encuentra con un volumen abierto y accesible a todos los deseosos de recibir una formacién sobre la fe catélice en su origen y en su fun- damento, de ahi el subtitulo de la obra. Por otro lado, «no hallard aqui el sentir de los te6- Jogos ni lo que muestran o sostienen los tediogos sobre la fe catdlica que todos deben saber, ni informaciones sobre la ultima hora de [a investigacién concreta llevada a cabo por los mismos tedlogos y entendidos; aqui, por tanto, descubrira sencillamente el contenido y, lo que vendria bien, conocer a un cristiano sobre la fe catélica, de forma que, permanecien- do al lado de la Iglesia Catdlica, conociera todavia mejor la fe y supiera al mismo tiempo de alguna manera valorar lo que sobre la fe catélica, esté admitido para todos. Por supues- to le serdn reveladas ademés informaciones sobre los pros y os contras que han surgido en el pasado y que surgen en la actualidad sobre determinadas exposiciones artiesgadas 0 defi- cientes sobre la fe» (p. 20). El lector ojeando detenidamente los cuatro apartados del epi- Jogo podrd sacar una idea cabal del presen:e libro sobre el simbolo de la fe catdlica. Para terminar, a diez afios dela apariciin del Catecismo de la Iglesia Catdlica, «es posi- ble que alguien se sorprenda al tomar en sus manos esta obra. Que sepa de salida que la misma no es un catecismo ni una parte de catecismo. Tampoco se ha escrito para reem- plazar o corregir catecismo alguno. Pensar 9 imaginar esto es todo un disparate. No resul- ta siempre facil su lectura. El lector precisa que se le muestre el ambiente o atmésfera que rodea lo que se dice en el catecismo de Juzn Pablo I. Es una de las pretensiones de esta obra. Quiere facilitar el acceso a lo que, en 1992, se expuso en Roma. Es posible que, tras Ja lectura, quiera uno volver a leer otra vez el catecismo. A este libro se le ama Aproxi- macién al simbolo. Es un intento por comprender lo que est detris de esas doce frases atri- buidas popularmente a los Doce» (p. 17).—Alfredo Marti CUBILLA. Kennepy, George: Retérica y Nuevo Testamento, Madrid (CRristIANDAD) 2003, 317 pp. Si bien es cierto que la critica literaria cel siglo XX redescubris la Retérca, es también verdadero que la descubrié sélo de una manera parcial. Testgo de ello es el grupo Neo- rretérico lamado “grupo ‘mi’», en donde seempez6 a hacer una critica literati a parti del andlisis de la utilizacién de los diversos recursos retéricos dentro de un relto, tales como las metéforas, las andforas, las alegorias, etc. No obstante la Retérica clésica iba més alla, y Jo que en la actualidad se entiende por Retérica noes sno una de las cinco facetas que ra- dicionalmente tenia esta ciencia. De esta manera, la Retdrica era el arte de disefar, com- poner y presentar oralmente un discurso con un fin determinado, principalmente para tener un influjo sobre los oyentes y conducilos al fin que el mismo orador se habia pro- puesto. Aristételes nos diré més, para persuadir acerca de la verdad, No obstante otros. oradores no irdn tan lejos, sino solo buscarin en la Ret6rica el arte del bene dicere (Quin- tiliano) y otros como los sofistas hardn de le Retérica un arma con la cual se sentian capa- ces de mover a las multitudes en torno a casi cualquier idea. La presente obra es un interesante conjunto de ensayos en donde el gran especialista de la Ret6rica clasica, el profesor Kennedy, hace una aproximacién a los textos del Nuevo Testamento intentando descubrir en ellos su fuente primigenia, la oralidad, através de los recursos retéricos que han quedado plasmados dentro del cuerpo textual que los compo- ne. De este modo el autor nos regala un primer capitulo introductorio que merece la pena 182 BIBLIOGRAFIA Icersc con atencién y cuidado, pues en él Kennedy nos da un acertado y sucinto resumen de la Historia y de los principales componentes de lo que fue la Retérica clisica y de cué- les fueron sus principales categorias y herramientas. Se trata de un capitulo magistral en donde Kennedy resume en pocas pginas, y con una gran claridad, el tratado célebre de Lausberg, un tratado de mas de mil pdginas en unas treinta o cuarenta, sin resultar tedio- so ni abrumador. Una vez que ha sentado las bases y el marco teérico y conceptual de la Retorica clé- sica, dedica los restantes capitulos de su obra a aplicar esta antigua ciencia a los textos ncotestamentarios, con mayor o menor suerte, De esta manera, en un capitulo en donde trata acerca de la Retdrica de los evangelios, su aplicacién es impecable, pero a nuestro parecer le falta cohesién escrituristica y se queda demasiado en el esqueleto retérico sin llegar a una conclusién sobre cémo la forma y el dsefio propio del discurso, desde la pers- pectiva netamente retorica, apoya, ayuda o refuerza la intencionalidad del autor, y en este aso, su finalidad kerigmatica, parenética o bien soteriol6gica. A pesar de ello y de ser un capitulo que adolece de una tikima resignificacién ¢ interpretacién exegética, pues como hemos dicho la labor retérica es impecable, el resto de apartados de la obra son excelen- tes, especialmente los referentes a los Hechos de los Apéstoles y a la ret6rica judicial de Ja Segunda carta a los Corintios. Dos capitulos que verdaderamente enriquecen el punto de vista hermenéutico y exegético al poner de manifiesto de una manera clara y sencilla Jos esquemas clésicos ret6ricos seguidos por los autores de las piezas neotestamentarias anteriormente mencionadas. Una obra interesante que puede aportar una gran cantidad de datos ¢ iluminacién tanto para los estudiosos de la filologia clasica como para los estu- diosos de la Biblia Enrique EGUIARTE. Kivist6, Sari: Creating Anti-Eloguence. Espistolae obscurorum viroruns and the Humanist Polemics on Style, Helsinki (ACADEMIA SCIENTIARUM FENNICA) 2002, 242 pp. Una de las grades deudas que tiene la literatura con el Humanismo es el haber redes- cubierto el valor que la sétira yla parodia poseen para hacer una critica del mundo, las ins- tituciones y la cultura de un determinado momento de la Historia. Erasmo en su célebre Elogio de la Locura, deconstruye las instituciones de su tiempo, y con un estilo festivo y apa- rentemente informal ¢ inocente, hace una dura critica a la propia sociedad de su época. La presente obra se inscribe dentro de esta misma linea. Se trata de hacer un estudio de un grupo de cartas anénimas publicadas entre 1514 y 1518 en las que de una manera mordaz y carnavalesca se hace una dura critica a la falsa erudici6n escoléstica, sefialando algunos de sus més sonados vicios con los que, segin los humanista, ellos destruian el lenguaje y le hacian perder su sentido y hermosura. De este modo, con las Epistole obscurorum virorum, querian los humanistas ridicu- lizar el estilo escoldstico para desterrarlo de la literatura y poder implantar de este modo un dolce stil nuovo, un nuevo estilo elegante latino, en el que se tuviese como modelo no alos autores de la elucubracién escolistica, sino a los clasicos latinos, quienes, segin los humanistas, deberian ser los modelos a imitar en lo referente al arte de bien decir y escri- bir. La presente obra es un andlisis tematico del contenido de estas Epistole. En ellas se sistematiza la critica humanista en ocho puntos especificos y el autor va ejemplificando y desarrollando cada una de estas ocho lineas criticas, ofteciendo no sélo diversos textos, sino también su traduccién al inglés, asi como su propia glosa y explicacién del mismo texto. La obra resulta en general de un singular interés, pues se inscribe dentro de la polé- tan propia de la primera mitad del siglo XVI entre escolisticos y humanistas (basta BIBLIOGRAFIA 183 recordar la polémica contra Reuchlin) y es una herramienta muy ttil para comprender diversas piezas literarias posteriores, como pueden ser las obras de Rabelais e incluso el mismo Lazarillo (posiblemente fruto de un humanista) y a picaresca hispénica temprana en general. Una obra pues, rica, interesante, amena y que puede proporcionar al lector diversas ideas y revelar nuevos campos de estudio—Enique EGUIARTE. KoLakowski, Leszek: Metaphysical Horror, Chicago (UNIVERSITY OF CHICAGO Press) 2001, 129 pp. Las obras de Leszek Kolakowski envuelven al lector en un ambiente del todo peculiar. Este profesor, conocido exmarxista, filésofo e historiador de la filosofia, al que se le prohi- bid ensefiar en su pais de origen, Polonia, y del que tuvo que exiliarse en 1968, pasé por varias universidades en América del Norte, y por fin, se retiré de la universidad de Oxford en 1995. Su famoso estudio sobre el marxismo le Ilevé a concluir que era «la fantasia més grande». Desde que lef su Modernity on Endless Trial (1990), especialmente, el capitulo que se titula «Se puede salvar el diablo?», lo tengo en mi lista de invitados, A pesar de su brevedad, E! horror metafisico me parece uno de los més importantes de su autor. La larga y voluminosa historia de la filosofia no se ha traducido en conquis- tas apodicticas de verdades que nadie puede dudar, Fildsofo tras filésofo, la historia del «amor a Ja sabiduria» parece consistir mas en la simple interrogacién de la verdad, la exis- tencia, el bien y el mal, la eternidad, Dios, etc. Kolakowski llama «horror metafisico» a esa incertidumbre que, por otra parte, favorece la libertad de un proceso indispensable por el que la humanidad sigue haciéndose las preguntas esenciales del arte de la vida, como interpeléndose a si misma parano dormirse en un suefio de la razén que, sea del signo que sea, acaba siempre en pesadille y pesadumbre. En una cultura obsesionada por el dinero, la ganancia material, el mero avance tecnolégico, la ciencia como sumo conocimiento y juez dltimo de la realidad, la lectura de este libro es un salvavidas que arrima una vez més al trabajo propiamente filos6fico. Cada pagina es un encomio necesario y urgente de la dimensién espiritual de Ja realidad humana—Alvaro DE Siva. ‘LAMPE, Peter: From Paul to Valentinus: Christians in Rome in the First Two Centuries. Trad. Michael Steinhauser, Minneapolis (FORTRESS PRESS) 2003, 525 pp. La edicién original de este libro se publicé en 1987 y el texto ha sido revisado y pues- to al dia por el autor para esta primera edicién en inglés. El detalle empirico de la inves- tigacién de Lampe causé sensacin, mostrando que dentro de los limites es posible llegar a conclusiones de gran interés; y la ciudad escogida por Lampe hace el estudio atin més relevante. La fe cristiana entré en Is capital imperial, como tantas otras ideas y cosas, por las rutas comerciales, y desde el punto de vista sociogréfico la nota més caracteristica era la pobreza extrema de las comunidades cristianas. No todos los creyentes eran pobres, pero si lo era Ja inmensa mayoria, como lo era la mayoria de habitantes del imperio romano. Plerique pauperes, escribié Minucio Felix. Sin embargo, el deseo de ayudar a otras comu- nidades cristianas més pobres era tan extraordinario que segiin la carta de Clemente muchos cristianos se vendian como esclavos para obtener dinero. Esta ayuda romana a otras Iglesias tendra luego que ver con el prestigio y la importancia de la sede en la cris- tiandad. Siguiendo la evidencia que presenta Lampe, se trata en efecto de una primacia de la caridad que hubiera enorgullecido al mismo Jest, La primera sede en el amor a los her- 184 BIBLIOGRAFIA manos se convierte en la primera en autoridad. Ls figura que después, en la segunda mitad del siglo II empieza a dibujarse como monarcuia episcopal o papado, es la que en Ia primera mitad del mismo siglo tiene una funcién como «ministro de asuntos exterio- res», ayudando a otras comunidades mas allé de Roma. Amar a los demés no era un lujo sino una necesidad. Era tal la pobreza que, de un acto de caridad podia depender la sobrevivencia de un enfermo, por ejemplo, o una persona accidentada. La miseria uni- versal explica que la mayoria de los cristianos vivieraen zonas como el Trastevere y la Via Appia (Porta Capena). Lampe empieza con una exploracién topogrifica de Roma, ala que siguen dos sec- ciones diacrénicas que recogen (1) informacién general segtin testimonios literatios tanto cristianos como paganos; y (2) una investigacién prosopogrifica en la que desflan los cristianos romanos cuyos nombres conocemos: los mencionados en el capitulo 16 de la Carta a los Romanos, y otros como Claudio Efebo y Valerio Biton, Pomponia Graecina, Flavio Clemens y Flavia Domitlla, el autor de la Primera Carta de Clemente, Hermas, la mujer dela Apologia de San Justino, Marcién, Justino, los valentinianos, carpocracianos, el mértir Apolonio, miembros de la familia Cexsaris ec. En contra de cierta exégesis reciente que los dibuja como «empresatios», Lampe no ve raz6n seria para sacar de la pobreza comiin a Prisca y Aquila. La itima parte del ibro trata sobre el «fraccionamientom (aunque la palabra no sea la més exacta) de los cristianos en Roma y el desarrollo que lleva en la segunda mitad del siglo II a la monarquia episco- pal que llamamos los Papas de Roma. ‘Sdlo en el siglo III empieza a haber habitaciones rescrvadas de manera culto. En los dos primeros siglos, las iglesias romanas tienen cardcter domésti dominan los emigrantes cristianos griegos. Aunque se llevan bien con los paganos, con quienes viven y trabajan, los fieles muestran reticencia a hacerse visibles y prefieren el anonimato, una vida oculta en Ia que la fe se transmite antes que nada en el hogar (de hecho, las «iglesias» son casas privadas) y a través de la amistad. Los paganos no ven «iglesias», sino individuos o familias que «invitan» a otros a una celebracién privada en la casa. Por su formidable caricter empirico este libro es indispensable en la historia de los primeros cristianos, y un ejemplo para quienes exploren la misma cuestién en otras urbes de la antiguedad.—Alvaro SILVA. LAVIGNE, J-C. - BERTEN, I: Naciones y patrias. Ecos biblicos, Salamanca (SAN ESTEBAN) 2004, 122 pp. No podemos engafiar a la realidad. El proceso de globalizacién, tal como esta plan- teado, suscita el rechazo de muchas minorfas que reivindican sus identidades, en ocasiones cerriles e incluso asesinas. Asi se entiende el nuevo resurgir de los nacionalismos (integra- lismos los llaman los autores), a veces vinculados con el terrorismo. Conscientes de esta rea- lidad, los tedlogos (y los cristianos) no se pueden quedar con los brazos cruzados, Deben rastrear en su tradicién modelos de convivencia que vehiculen una fraternidad universal que respete las identidades personales y grupales. Algunos habran encontrado en el mode- Io eclesiolégico dicha solucién: cémo la Iglesia es universal partiendo desde el empuje y la identidad de las Iglesias locales. Otros han apostado par el paradigma pauperistico: la dni- ca manera de construir la familia humana viene dada por a integracién de los escorados de Ia sociedad; s6lo seremos familia cuando partamos de los extremos; en definitiva, se Hega a la universalidad desde la parcialidad. En este caso, los autores de este breve estudio se acercan a la Escritura, para hallar en ella ecos que orienten en momentos tan dramiticos. BIBLIOGRAFIA 185 Hay que dejar claro, por tento, desde le primer momento que no se trata de un estudio concordista, pues reconocea que la Biblia no da respuesta a la pregunta sociopolitica con- tempordnea que se le plantea: écémo construir la unidad sin destruir las identidades nacio- nales? Pero si se considera viable que, a través de la recreacién de un ciulo de relatos simbélicos, se pueda orientar hacia esa unidad de la familia humana desde el respecto de las singularidades. E] libro se divide en tres apartados. El primero, el mas extenso con diferencia, pro- fundiza en los relatos veterotestamentarios. Alli se propone como origen la unidad de la familia humana y, como decutso histérico, el surgimiento de las nacionalidades. Los cua- renta y seis libros estan transidos por una innegable tensign: la derivada del mismo con- cepto de alianza y de la consiguiente eleccién del pueblo. Exclusivismo-universalidad, aislacionismo-confusién, limpieza étnica-matrimonios mixtos son un continuum. Di tensién no logra una solventacién fiable debido a una nefasta comprensi6n de su matriz vital: la eleccién no ha de considerarse una arrogancia étnica individualista, sino que se abre a un proyecto de servicio e integracién. El segundo, mucho més breve, relee algunos pasajes del Nuevo Testamento, de los que se desprende una concepcién més universalis- ta que no niega la nocié: 6 disociacién entre lo étnico y lo religioso, que presenta una diversidad abierta tendente a Ia unidad. Interesante resul:a la cita de la Carta a Diogneto traida a colacién en la p. 101. Finalmente, se ciertan estas paginas con unos ecos, por tanto, con unas brevisimas in nuaciones de actuacién hoy, basadas en una triada: unidad del género humano, centrali dad de Ja identidad religiosa (y no étnica) y patriotismo (versus nacionalismo integrista). Sobre la segunda, verdadero ee trasversal propuesto, escriben. «Habiendo adquitido, gra- ccias al cristianismo, una cietta autonomfa respecto @ la identidad nacional, la identidad religiosa puede constituir una fuerza transversal en relacién con las naciones. Esta ofrece un lazo social distinto del lazo nacional; y valoriza el internacional o, més exactamente, el transnacional, puesto que Ia frontera no crea ruptura de las solidaridades que hay que mantener» (p. 111). Sobre dl tercero, unas paginas mostrando que la tradicién eclesial ha valorado dicha realidad y que no se contrapone patriotismo a universalidad en el amor. Sin embargo, visto desde fuera, es en estos dos asideros donde puede arrancar la critica ©, mejor dicho, el didlogo. Primero, porque la identidad religiosa solventa, cierto, un indi- vidualismo étnico, pero tiene que abrirse a su vez a la solventacién de un individualismo teligioso (el aspecto del pluralismo religioso, aunque insinuado en una pagina, no tiene cabida en la reflexién y resulta fundamental). Segundo, porque patriotismo no deja de ser una realidad tan integralists como nacionalismo. Todo depende de cémo se vivan. Por tanto, no existe una contraposicién tan explicita como pretenden los autores entre una y otra realidad. Debido a que los datos biblicos no son del todo claros (son ecos), no vienen nada mal los dos balances, donde los autores pretenden recomponer el mosaico. Son, cier- tamente, muy orientativos. Por lo que a la edicién se refiere, me ha llamado la atencién la designacién espacial dedicada a dar a conocer qué es Espaces: se inserta al final del libro, después del indice general. Mejor hubiera estado como anexo y antes de dicho indice. Asimismo, se siguen constatando erratas, de las que menciono algunas, por no entrar en acentos, puntu: nes y demas: contaco por contacto (p. 65), libo por libro (p. 69), epoepeya por epopeya (p. 76), respeto por respecto (p. 111). ¥ es el que ordenador no lo corrige todo—Enri- que Gomez, 186 BIBLIOGRAFIA LEAL, Jerénimo: La Antropologia de Tertuliano, Estudio de los tratados polémicos de los aitos 207 - 212 d.C,, Roma (INSTITUTUM PATRISTICUM AUGUSTINIANUM) 2001, 220 pp. Tal vez dentro de los autores de la antigiiedad cristiana no hay ninguno tan contro- vertido y polémico como Tertuliano. Se trata de un personaje cuyos escritos son conti- nuamente citados, y a quien se le considera como el forjador de una parte considerable del éxico latino referente ala elucubracién teolégica occidental. Un autor del que se ha escri- to mucho, y no siempre con acierto. No obstante, a pesar de la magnitud y de la trascen- dencia que tiene su figura y sus escritos. no existia en castellano, hasta la aparicién de la obra que presentamos, ningiin estudio prolijo y tan explicito en torno a la antropologia desarrollada por Tertuliano dentro de sus escritos polémicos. Es bien cierto que estén las obras clisicas de Hamman (L’bomime image de Dieu. Essai d’une anthropologie chrétienne dans UEglise des cing premiers siécles), de V. Grossi (Lineamenti di antropologia patristica) y los estudios invaluables de P. Siniscalco, asi como la magna obra de Osborn (Tertullian, first theologian of the West). No obstante sobre el tema planteado por el autor hay una gran ‘escasez bibliogrifica, por lo que la presente obra, de entrada, constituye una invaluable aportacién al estudio patristico, Ademés, la postura adoptada por el autor es interesante, ya que intenta, por una par- te, dar respuesta a las exégesis incorrectas que se han hecho en torno a la concepcién antropolégica de Tertuliano, y en segunda instancia, volver a los textos mismos, para extraer de ellos sus propias elucubraciones y conclusiones. El sistema de lectura y de inter- pretacién de textos, es decir la critica literaria emprendida, parte de un esquema convin- cente y sdlido. Se trata de hacer una labor de critica intratextual dentro del corpus de Tertuliano, para interpretar un texto con otto, siguiendo para ello un esquema neoes- tructuralista, segiin el cual todas las obras de Tertuliano formarian un magno continuum, como si fuesen un largo texto 0 escrito, dentro del cual se van utilizando los mismos tér- minos y conceptos, de tal modo que su sentido (lo semiolégico) y su significado (lo semintico) quedarfa esclarecido por la mutua contraposicién desde la relacién con sus propias implicaciones, tanto sintagmaticas (el eje de su relacién, lo propio semiolégico) como paradigmaticas (el eje de significecién o seméntico). De este modo e! autor se centra principalmente en el texto de la obra De resurrectio- ste, como texto principal y como textos darificadores y en didlogo intra-textual con él, a las obras propias del periodo comprendido entre los afios 207 al 212, es decir Adversus Mar- cionem, De anima y De carne Christi. Asi, el estudio entrelaza ¢ interpreta los textos ante- riormente mencionados para extraer de ellos una serie de interesantes conclusiones. De este modo emprende, en primera instancia, el estudio paradigmatico de un conjunto de palabras clave dentro de los escritos de Tertuliano, como son animus, spiritus, anima, cor- us, ratio, principale, cor, sensus. Postericrmente se centra de manera sintagmética en el tér- mino caro, para concluir con un interesante grupo de cuatro descripciones 0 «definiciones» de lo que es el hombre dentro de los escritos de Tertuliano. A continuacién hace lo propio con a visién del hombre y su relacién temporal (con el pasado, presente y futuro), en donde resaltan por su claridad y riqueza, los apartados referentes al pecado y la muerte de la ca:ne y, no podia ser menos, los que hablan del mile- narismo de Tertuliano, haciendo un interesante anilisis del texto de Adversus Marcionem TIL, 24, 2, en donde entre otros autores, 2s también citado san Agustin de una manera muy oportuna, Finalmente la obra oftece varios indices: de autores (antiguos y modernos), de térmi- 1nos (griegos y latinos), de materias, as{ como de textos escrituristicos, y de las obras de Ter- tuliano. Una obra bien trabada y metodolégicamente coherente. Es una valiosisima aportacién dentro de los estudios patristicos, pues como hemos mencionado, se trata de un BIBLIOGRAFIA 187 primer acercamiento, sélido y sistemético, en castellano, a la antropologia de Tertuliano. Una obra indispensable en toda biblioteca de estudios eclesidsticos, teolégicos, asi como en Ia propia de los estudios clésicos, de Ia antigiiedad latina y en la de todo hombre culto— Enrique EGUIARTE. LEMANN, Augustin y Joseph: La asamblea que condené a Jesucristo, (traduccién del francés por Carmelo Lépea-Arias Montenegro), Madrid (RIALP) 2004, 131 pp. Vale la pena recuperar escritos del pasado que contribuyen a nuestros conocimien- tos de materias que fécilmente pueden caer en el olvido. Los autores de este libro son especialmente interesantes debido a la trayectoria de sus vidas. Judios de nacimiento, los dos hermanos Lémann abrazaron la fe catélica y, con el tiempo, fueron ordenados sacer- dotes. Desde sus perspectivas de judios converses que lograron a dedicarse a la ensefian- za como profesores de la Universidad Catdlica de Lyon utilizaron sus conocimientos de la tradicién hebrea para alcanzar una comprensién mayor de la condena de Jesucristo, hijo también de Israel. Esta obra respira el espititu de la época en la cual fue escrita, es decir, el siglo 19, pues, aparece la versiGn original en 1881. Los mismos autores aluden al ambiente historicista de «este siglo de revelaciones hist6ricas» (p. 37). Su deseo es presentar un estudio histérica- mente riguroso conforme a las exigencias apologeticas de aquel tiempo cuando estallaron tantos esfuerzos para encontrar al Jess de la historia. Punto clave en la vida de Jestis de Nazaret es su condenacién por las autoridades que le conduce a la sentencia de Pilato y la ctucifixién. La cuestidn surge aun en los tiempos actuales acerca del papel del sanedrin judio en este proceso. Estos autores asumen el relato evangélico que cuenta la participacién del sanedrin en Ja condena de Jesis. Se compara rigurosamente la conducta de los jueces de Israel tal como la describe en los evangelios con las normas y restricciones que se encuentra en las fuentes hebraicas como el Talmud, la Mishna, y los comentarios de los rabinos. La confrontacién de los eventos con las leyes muestra, en la opinién de los autores, que, de hecho, habia unas 27 ittegularidades serias en el comportamiento de los jueces no solamente en el proceso legal sino, también, en cuanto a la calificacién moral de los mismos jueces que dejaba mucho a desear. Ha habido muchos estudios sobre el asunto de la responsabilidad moral por la con- dena de Jesis, o bien de la parte de los romanos o bien de los jueces del sanedrin, desde que los hermanos escribieron este libro. Se puede criticar el libro de anacrénico, debido a fos avances en las investigaciones del tema durante los cien afios que nos separan de la fecha de composicién de esta obra. Hay que apreciar, sin embargo, que contribuye a la cadena de conocimientos que se va alargando a través de las décadas. Es un libro breve escrito en el estilo de un sumario legal bien organizado y argumentado. Para los lectores de hoy servirfa para llenar unos huecos en sus conocimientos de lo que estaba detrés de la con- denacién y muerte injusta de Jests. Los hermanos Lémann invitan a sus hermanos judios 4 repensar el caso y abrirse a un didlogo sobre los hechos.—A. CAMPOS. LoartE, J. A.: Los misterios del Rosario. Textos para la meditacién, Madrid (RIALP) 2003, 221 pp. El rezo del rosario es, para mucho catélicos una préctica constante. Ha servido esta devocién mariana a muchas generaciones como el eslabén que mantiene la conexién de 188 BIBLIOGRAFIA uno con la fe. Los misterios aprendidos de joven constituyen una pequefia ¢ inolvidable catequesis. El libro de Loarte contribuye generosamente a esta tradicién del rezo del rosa- rio con estos muy ricos y sugerentes «textos para la meditacién». Afiade los «Misterios de la Luz», regalo del Papa Juan Pablo Il a los fieles en su Carta Apostélica, Rosarium Virgi- ‘nis Mariae (2002). Las meditaciones, variadas y ricas en contenido, vienen de las fuentes biblicas y de los escritos de los santos y de otros comentaristas cuyas vidas han sido enti- quecidas espiritualmente con la contemplacién de los misterios de este rezo tan cristol6gico y mariano.—A. CAMPO. Lopez-Escopar, E. - Lozano, P: Eduardo Ortiz de Landazuri. El médico amigo, Madrid (RIALP) 2003, 344 pp. Sin duda, la historia biografiada de Eduardo Ortiz de Landazuti presentada por la editorial RIALP es un libro escrito con mucho afecto de la parte de los autores, coleges de profesién del sujeto y compafieros de viaje en el Opus Dei. Se trata de la tercera edicién, ligeramente modificads, de lo que los autores llaman «esta historia novelada» (p. 15). Evi- dentemente, el nticleo o la materia prima de esta edicién formé la base de la solicitud hecha por el Postulador general del Opus Dei al Arzobispo de Pamplona a iniciar el proceso de la causa de canonizacién a favor del biografiado. De hecho tal causa fue introducida for- malmente el 11 de diciembre de 1998. Desde una perspectiva de la intimidad profesional y religiosa, los autores han capta- do la figura del médico Eduardo Ortiz tanto en su brillante carrera profesional emo en su vida espiritual inspirada por los consejos del Camino y por su entrega a los ideales de encontrarse con Dios en el mundo cotidiano de un padre de familia y de un médico aman- te desu profesién y delos enfermos que servia. Coincide la vida de Eduardo Ortiz con la fundacién y evolucién de la Clinica Universitaria de Navarra, ayudéndole a ganar fama internacional por su calidad como institucién, no solamente de tratamiento ejemplar y humano en cuanto a los enfermos sino, también, como centro de una formacién cabal de Ios candidatos a las profesiones varias del campo de la medicina. Mucho de este reconoci- miento se debe al maestro pedagogo Ortiz. Los autores han realizado lo que pretendian, es decir, escribir un libro que traza de modo intimo la vida deun amigo, una vida llena de acontecimientos reales y, a la vez, por raz6n de eventos tan dramaticos de la época resultan casi «novelescos» a la hora de con- tarlos. Ciertamente, con raz6n, estos amigos mas los muchos citados en 1a obra han sabi- do relacionar el hombre con su obra en el contexto de la espiritualidad del fundador de su comtin empresa, san Josemaria Escriva. Es una afirmacién més del hecho de que no faltan santos en nuestros tiempos ni en los quehaceres diarios de las gentes que comparten con nosotros el mundo de hoy—J. OLDFIELD. LupWiG JANSEN, Katherine: The Making of the Magdalen: Preaching and Popular Devo- tion in the Later Middle Ages, Princeton (PRINCETON UNIVERSITY PRESS) 2001, 389 pp. ilustrado en b/n. La obra magistral de monsefior Victor Saxer, Le culte de Marie-Madeleine en occident des origines a la fin du Moyen-Age (1959) parece insuperable; pero el intenso interés en la Edad Media y la nueva perspectiva de estudios hist6ricos feministas han producido algu- nas obras de gran interés sobre el espiritu religioso medieval y la devocion al famoso per- sonaje femenino de los evangelios, Katherine Ludwig Jansen, que ensefia en la universidad BIBLIOGRAFIA 189 Catélica de Washington, D.C., centra su estudio en la predicacién y devocién popular sobre «la Magdalena», ofreciendo de paso un retrato singular de la cultura religiosa medie- val. Sus fuentes documentales (manuscritos de sermones inéditos en su mayoria) terminan a principios del siglo XVI con la critica destructora de los reformadores protestantes a la popular intercesién de los santos. La devocién a Marfa Magdalena tuvo un auge sorprendente en la devocién popular y Jansen recorre el rico panorama de la imaginacién piadosa medieval. Conocida como la pecadora y prostituta que cambié de vida y se convirtié en leal seguidora de Jest, la May dalena s6lo fue inferior a la Virgen Maria en entusiasmo popular por los santos. Jansen observa y analiza el proceso de esta transformacién compleja en lo que uno podria llamar el horno de la religién real y concreta, La sencilla presencia de esta figura femenina en las paginas evangélicas dio pie a una imagen que representa toda una compleja gama de afec- tos, deseos, y necesidades, estas iltimas tanto espirituales como psicolégicas y politicas. Observar en este proceso la mente popular medieval y la de sus monjes predicadores con- vierte este estudio en un misterio casi detectivesco. La identidad de la Magdalena ya habia sido misteriosa. Pero sélo en 1517, el humanista dominico Jacques Lefevre d’Et ples, usando las nuevas técnicas de critica de textos, mostré que no habia base sélida algu- na para la conflacién que san Gregorio Magno habia hecho de las tres Marfas del relato evangélico. Y con la més reciente reforma del calendario litirgico catdlico en 1969, «Maria Magdalena» quedé sencillamente como una de las discipulas del Sefior. La mujer que el espiritu religioso medieval habia admirado y celebrado como ejemplo excelente de vida apostélica (apostola apostolorum), como «predicadora» genial de Cristo y como muestra de armonia singular entre vica activa y contemplativa, acabé siendo celebrada en Ia sencillez litdirgica de una «memotien. El «encantamiento» medieval no tuvo mas reme- dio que ceder al rigor de la historiografia moderna. Lo que hemos ganado en precisién histérica lo hemos perdido en riqueza simbélica sin la que el espiritu religioso no puede vivir—Alvaro DE SILVA. Lusticer, Jean-Marie: La promesa, Madrid (CISTIANDAD) 2003, 288 pp. No se puede entender plenamente el Nuevo Testamento si no se toma en cuenta el influjo y los correlatos biblicos veterotestamentarios que estén presentes en él, de una manera explicita, déndole forma —literal o midréshica— o bien de manera velada, a manera de hipotexto que configura la entrafia del propio texto neotestamentatio. Por ello la presente obra del cardenal Lustiger es un intento, en la primera parte de Ja misma, de hacer una exégesis plena de una serie de textos neotestamentarios, siguien- do la Kinea conductora del tema teolégico de la promesa, tema que por otra parte, es uno de los leitmotiv fundamentales del Antiguo Testamento, y que da también titulo al libro. De este modo, de una manera sencilla, pero a la vez profunda y bien fundamenta emprende el autor la lectura y explicacid, exegética y espiritual, de ciertos pasos del Ni vo Testamento, poniendo de manifiesto su propia profundidad, y resaltando de una manera particular, el influjo y la presencia de diversos correlatos veterotestamentarios, cuya relectura y explicacién aportan una gran riqueza y profundidad al texto evangélico comentado. De este modo, el autor repasa los principales momentos de la vida de Cristo, comen- zando por su infancia y terminando con su pasién, muerte y resurreccién, haciendo hin- capié en el influjo e importancia de los textos veterotestamentarios, e invitando a los lectores a profundizar en el sentido que tiene el texto y en Ia insélita profundidad que éste mismo adquiere a la luz de la tradicién hebrea, tanto canénica como extrabiblica. El 190 BIBLIOGRAFIA enguaje seguido en esta primera parte de la obra es un lenguaje coloquial, ya que el origen de la primera parte de la obra fueron una serie de charlas que el cardenal Lustiger dio en el monasterio de Sainte Frangoise Romaine de Bec Hellouin en el afio de 1979, con moti- vo de la fundacién que estas religiosas pensaban hacer en Tierra Santa. Las conferencias tenidas en esa ocasién han sido enriquecidas con un conjunto de notas explicativas, en las, que queda puesto de manifiesto quién es el lector implicito de la obra: el gran piblico y todo creyente interesado por profundizar su propia fe, ya que las notas explicativas podei- an ser perfectamente obviadas por un lector avezado en los temas teol6gicos y biblicos. De este modo en las notas explicativas se hace la aclaracién de qué es el Qumran, quiénes son los esenios, quién fue Marcién, ete. La segunda parte de la obra sigue en la linea de las promesas y del tema del pueblo hebreo, recogiendo en ella cuatro conferencias pronunciadas por el cardenal Lustiger en diversas ocasiones y encuentros interreligiosos entre cristianos y judios. En todas ellas queda puesto de manifiesto el pasado judio del cardenal Lustinger (se convirti al cristia- nismo a los catorce afios), ya que maneja con una gran naturalidad y soltura la terminolo- gia propia del pueblo hebreo, como es el hacer alusién a diversas fiestas, asi como el deseo profundo de biisqueda de un acercamiento y de un didlogo entre cristianos y judfos, mas alld de los prejuicios y de los avatares histéricos de ambos pueblos. Mas alla de los pogroms, ghettos, ¢ incluso de la Shoah, que sea posible dialogar y juntos buscar la verdad, la paz y el Reino de Dios. Un libro que se lee con una gran facilidad y del que todos los lectores obtendran pro- vecho tanto intelectual como espiritual —Enrique EGUIARTE. Menisato - Sarastt, (ed.): Erudition and Eloquence. The use of Latin in the Countries of the Baltic Sea (1500- 1800), Helsinki (ACADEMIA SCIENTIARUM FENNICA) 2003, 242 pp. Es mucho lo que la cultura universal le debe al movimiento humanista del Renaci- miento. La revolucién intelectual y cultural que implanté serd definitiva para el desarro- Ilo de la que puede ser llamada la primera modernidad. Su influjo y trascendencia fue més alla de la frontesras de Europa, a pesar de que los estudios se centren casi siempre de una manera particular en las causas, los epigonos y su desarrollo en las diversas naciones ceuropeas. La presente obra pretende ser un tributo al humanismo, pero de una manera particular. Resaltando el impacto y el influjo que éste tuvo en los paises balticos y escan- dinavos. Por ello esta obra es sumamente original e interesante, ya que abre un nuevo campo de conocimiento ¢ investigacién, haciendo la presentacién de cémo el movimien- to humanista y renovador de la cultura no se quedé confinado a los limites de lo que tra- dicionalmente se ha conocido como Europa, sino que este movimiento fue més alld de estos confines y logré tener una influencia significativa dentro de los pueblos y las cultu- ras balticas y escandinaves. En esta obra se recogen un conjunto de catorce ensayos, fru- to del Encuentro Internacional levado a cabo en Tartu (Estonia) en agosto de 1999, bajo el lema que da titulo a la misma obra. Entre estos ensayos destaca por su claridad y luci- dez el de Annika Strém («Florilegia and progymnasmata: manuals linking theory with practice»). En él nos oftece la resefia y el estudio de varios libros que fueron utilizados durante el siglo XVII para la ensefianza del latin en los paises nérdicos. Ofrece asimismo unas fieles reproducciones de algunas de las paginas de estos manuales, en los que el lec- tor puede disfrutar, de primera mano, de las paginas de uno de los vademécum que eran utilizados por los estudiantes de Latin en el siglo XVII. Es singularmente curioso el ar- ticulo de Vibeke Roggen («A reading of Nils Thomasson’ rebus poem in his Neo-Latin work on marriage, Cestus sapphicus, Cristiana 1661») ya que oftece algunos ejemplos de BIBLIOGRAFIA 191 este epitélamo y se entretiene en la presentacién y en descifrar un emblema que se ofre- ce dentro del poema, en el que se juega con diversas figuras que completan las palabras del propio poema. Un articulo interesante y ala vez curioso por los elementos tan parti- culares que ofrece. En conjunto podemos decir que la obra es interesante y que puede aportar muchos datos para los estudioso de la lengua latina, para los conocedores del Humanismo o bien simplemente para toda persona interesada en Ia Historia del Latin y de su ensefianza en los albores dela modernidad. La encuademnacién es excelente y la por- tada pose un magnifico disefio que invita a la lectura de la misma—Enrique EGUIARTE. MEHTONEN, Paivi: Obscure Language, Unclear Literature. Theory and Practice from Quin- tilian to the Enlightenment. Helsinki (ACADEMIA SCIENTIARUM FENNICA) 2003, 228 pp. Las preceptivas clésicas invitaban a hacer un discurso claro y concreto que fuese capaz de mover a Jos oyentes o bien de persuadirlos acerea de la verdad. Como el mismo Auerbach sugiere, las fuentes literarias y de la poiesis misma se transforman, cuando la cul- tura clésica grecolatina se funde con la semita en el abrazo del cristianismo. A partir de ese momento, la literatura adquiere y potencia una serie de elementos que se encontraban latentes dentro de las preceptivas clasicas, como son los conceptos de oscuritas y el de la criptoescritura. La presente obra es un excelente ensayo en el que se hace el rastreo por una parte, de las sendas que la oscuritas sigue en las poéticas tradicionales precristianas, en un primer lugar. En segunda instancia hace la presentacién de este mismo concepto dentro de la recepcién que estas preceptivas tuvieron en el mundo cristiano, en donde paulatinamente se incorporé y enriquecié el concepto de ascurifas con diversas intencionalidades autoria- les, tanto las teol6gicas, comolas propias de cada creador literario, definiendo a través de la obscuritas, a su propio lector implicito ¢ incluso jugando con Ia diglosia, es decir, con dobles sentidos que laten detris de términos o de frases ambiguas que pueden pasar desa- percibidas para los legos pero no para los iniciados. Después de un recorrido por la antigtiedad, desemboca en la figura agustiniana, resal- tando su empefio por leer més alld de la literalidad y de desentratiar la oscuridad de cier- tos pasajes de la Escritura en busca siempre del sentido cristiano y de salvacién para si mismo y para sus fieles. La segunda parte de la obra es una aplicacién de estos principios literatios a la filo- sofia. Se trata de una parte en la que el interés suscitado por la primera, decae, pues a nues- tro parecer, el autor se pierde en ciertos meandros y no llega a conclusiones concretas y a reflexiones licidas como hace en la primera parte de su obra, Al final de la misma se ofre- ce una amplia y bien catalogads bibliografia asi como un indice de los autores citados den- tro del cuerpo del texto. Se trata de una obra que resultaré de interés a los estudiosos de la teoria literatia, asi como alos estudiosos de las figuras patrsticas y de la literatura cristiana temprana, pues las, alusiones a las poéticas antiguas y sus reflexiones sobre la obscuritas sirven de marco a una serie de reflexiones marginales que no son desdefiables. Una vez mas nos llama la atencién muy positivamente la encuademacién de las publicaciones de la Academia Fennica, ya que son excelentes y las portadas han cambiado el formato tradicional por un formato muy atractivo ¢ incluso con un exedlente diseiio, por lo que felicitamos a la Academia Fennica por sus excelentes publicaciones.—Enrique EGUIARTE. 192 BIBLIOGRAFIA MILLAN-PUELLES, Antonio: Léxi‘o filosdfico, Madrid (RIALP) 20022, 636 pp. La coleccién ‘Biblioteca del Cincuentenario’, de la editorial Rialp, al celebrar ésta sus cincuenta afios de andadura, se ha propuesto reeditar las obras més notables publicadas en 308 afios, para seguir ofreciendoa sus lectores aquellos libros ya agotados, pero que, a jui- cio de los editores, “son demasitdo buenos para ser olvidados”. Es lo que sucede con el libro que presentamos, que aparecié en su primera edicién en 1984. Este libro, que pertenece al género de los diccionarios de filosofia, nacié con la pre- tensién de servir como instrumento itil de consulta para ensefiantes y estudiosos de la filo- sofia sobre los temas mis enjundiosos del pensamiento filos6fico. Recoge hasta 58 entradas. Teniendo en cuenta las mas de 600 paginas del libro, nos da una idea de las caracteristicas que el autor quiso imprimir a es:a obra. Efectivamente, se trata en realidad de una selec- cin de los grandes temas de la fiosofia, traténdolos con una amplitud no habitual en otras obras 0 diecionarios. La seleccién de los temas ebedece a criterios personales del autor. Tienen un peso especifico mayor, y tratamiento més extenso los conceptos relativos a la metafisica, Mas de la mitad de las voces de este léxico tienen que ver con la metafisica. Un niimero alto de ellas provienen igualmente de la teologia natural; y esto, debido no debido simplemente una mayor extensién de esa parte de la filosofia sino a su mayor importancia dentro de ella. Por esa misma razén, ha excluido los temas pertenecientes a la Iégica formal, tanto clésica como moderna, incluyendo sélo algunos relativos a la l6gica filoséfica. Cuatro son Jos temas relacionados con la antropologia, y son més abundantes los temas extraidos de Ia filosofia moral. En resumen, encontramos en este libro una especie de compendio del pensamiento filoséfico del autor, que él ha sabido transmitir tanto en Ja forma del fecundo magisterio que ha ejercido en su dilatada v.da intelectual como catedrético de metafisica en la Uni- versidad Complutense de Madrid, como también a través de sus numerosas y valiosas publicaciones de filosofia Javier Ruiz. Monat eS, J.: Jessis de Nazaret, Madrid (RiaLP) 2003, 274 pp. Nuestro autor, profesor de Teologia Dogmitica en la Facultad de Teologia de la Uni- versidad de Navarra, se cuestiona acerca de la necesidad de publicar un libro mas sobre la vida de Jesus de Nazaret. Desde el siglo 19, con el tema de Jestis histérico tan presente en las facuitades de teologia, particularmente protestantes, hasta los tiempos contemporéne- 0s, ha habido casi una industria de libro acerca de la vida y del misterio del Hombre de Nazaret. Se refiere quizés a esta dimensién de inquietud histérica en escoger el autor el titu- Jo «de Nazaret», es decir, desea colocar a Jesiis dentro de la geografia humana. Este autor, sin embargo, no busca involucrarse en tantos rodeos especulativos. Aun- que respete los avances cientificos en el campo de los estudios biblicos y de las afiliadas ciencias hist6ricas, propone que su obra sea dirigida «al lector creyentes (p. 9), y que se ocupe «del significado de la historia de Jestis» (Ibid). Explica, pues, el alcance de su libro que no es preocuparse de las verificaciones de indole histérico sino es de natrarla vida de Jesiss desde la perspectiva de la Tradicion catélica y de las ensefianzas de la Iglesia, En bre- ve, se trata de una obra con fines catequisticos o bien de una reevangelizacién del lector creyente, En todo caso, se supore la compatibilidad entre este Jesiis, oriundo de Nazaret, ye llamado Cristo de la fe. Se divide el libro en 15 titulos que encabezan varios subtitulos cubriendo los desta- cados acontecimientos que, segin el orden presentado en los Evangelios, constituyen la BIBLIOGRAFIA 193 vida de Jestis desde su nacimiento hasta su ascensién. Semejante organizacién de materias facilita mucho la lectura del libro, sobretodo, si uno lo emplea como libro de meditacién diatia. La fidelidad al texto de Ia Sagrada Escritura lleva al lector al meollo del mensaje contenido en el Nuevo Testamento acerca del Hombre-Dios que ¢s Jesis. También, esta exégesis catequistica de los textos permite al autor cumplir con su intencién que es mar al lector cristiano a «reemprender un trabajo de descubrimiento espiritual que con- tintia siempre y nunca termina» (p. 9). Con esta publicacién, las Ediciones Rialp afiaden un valioso ejemplar a aquellos libros de espiritualidad que forman la coleccién “Pat- mos”—A. CAMPOS. ORLANDIS, José: Historia del Reino Visigodo Espaiiol, Los acontecimientos, las instituciones, 1a sociedad, los protagoniitas, Madrid (EDICIONES RIALP) 2003, 464 pp. Un libro que reiine muchas cosas, y resume a Ja vez otros escritos anteriores del autor, actualizando y ampliando la investigacién y la bibliografia. El autor, gran historia- dor de la Antigiiedad tarda, es el mejor especialista actual de la Espatia visigoda; en cuyo campo se desenvuelve con dominio y competencia, En este estudio abarca los tres siglos. de la presencia visigoda de la Peninsula Ibérica desde las invasiones venidas de lejos, de Centro Europa, a principios de siglo. Repasa la actividad inteligente y mancumunada de asentamientos con los nativos hispano-romanos, que catalizé el legado anterior indigena, romanizado con ciudadania de Provincia Romana, que acert6 a unificar la geografia, la politica, la religién, las actividades profesionales en todos los érdenes de toda la poblacién peninsular con la que se fusion6. Por todo ello, como dice el autor, la historia del Reino visigodo espafiol constituye propiamente el primer capitulo de la historia de la nacién espaiiola y de Europa; y con razén es el gran legado de los visigodos a la historia univer- sal. Tan profundo ¢ importante fue aquel periodo dela historia de Espatia, que a pesar de Ia invasién y aplastamiento militar del dominio islémico en la Peninsula desde principios del siglo VIII y durante siete centurias, su influencia en tantos campos sigue perdurando hasta nuestros dias. El autor lo refleja con acierto en el titulo y subtitulo del libro y lo desarrolla, Después de una breve introduccién, analiza las grndes lineas de su exposicién en cuatro partes. La primera, partiendo de las fuentes histéricas estudia la Evolucién politica general y la organizacion administrativa en seis capitulos fundamentales para conocer la Espatia del siglo V, la configuracién del reino visigodo espaiiol, y la realidad del reino visigodo catélico, hasta su ocaso y ruina; las instituciones politico-administrativas y el derecho, La segunda parte, Sociedad y economia con tres capitulos, analiza la poblacién de la Espafia visigoda, su estructura social, y la actividad econémica. La tercera parte La Iglesia y a cultura con cuatro capitulos sobre la realidad religosa espafiola, la administra ign eclesidstica, la vida de la Iglesia, la literatura y la cultura escrita. La cuarta parte Doce trotagonistas de la bistoria con doce capitulos biograficos correspondientes a personajes como Recaredo, Sisebuto, Tajén de Zaragoza, san Millén de la Cogolla, la ambiciosa viu- da de don Rodrigo, entre otros. Cada una de las cuatro partes tiene una conclusién sobre orientacién bibliografica muy estimable para conocer distintas perspectivas historiogra- ficas, y adquirir una vision més amplia de cada uno de los temas analizados. Concluye con indices onoméstico, de mapas, y general. Obra oportuna para desbaratar con documen- tos la falsedad y mentira de tanta patraiia que en algunos ambientes se empefian en difun- dir como historia, Hay que agradecerlo—T. CaLvo MADRID. 194 BIBLIOGRAFIA Ontiz Lopez, Jestis: Conocer a Dios I. La fe compartida. Madrid (RiALP) 2003, 287 pp. Dentro de la Iglesia ha sido siempre muy importante la formacién intelectual y espi- ritual de los fieles. Para ello, alo largo de la historia, se han utilizado diversos métodos y se han seguido diversas pautas. La presente obra se inscribe en esta linea, pues es un exce- lente compendio para conseguir este propésito. Se trata de una obra dirigida alos grupos cristianos, a los jévenes universitarios oa toda persona de buena voluntad que desee cono- cer mas su fe. ; E] esquema inicial de la obra es el mismo que sigue el Catecismo de la Iglesia Catéli- ca. De este modo, y siguiendo el insuperable esquema del Catecismo, se van exponiendo con sencillez, claridad pero ala vez con profundidad, las diversas verdades del Credo caté- lico. Para ello el autor echa mano tanto de los diversos textos biblicos que pueden ilustrar sus elucubraciones, como de unas citas muy adecuadas de los santos Padres, de los santos, entre los que destaca santo Tomas y san Josémaria, y del propio magisterio de la Iglesia. Cabe destacar que el uso de san Agustin es muy acertado y que lo cita en varios momen- tos de la obra, presentando las frases posiblemente mas conocidas y que més iluminan cier- tos elementos del miste:io cristiano. Es més, la misma obra se abre con una larga cita de las Confesiones de este santo, con lo que se le invita al lector a identificarse con los senti- mientos del doctor de Hipona, como prototipo del hombre que busca a Dios, No obstan- te, es una pena que en ha bibliografia final, no se cite a san Agustin, como seria de esperar, sino que se cite genéricamente la Patrologia Latina de Migne, con lo que, desde nuestro personal punto de vista, no se hace justicia a lo que el santo de Hipona aporta a la reflexion. teolégica de la Iglesia, asf como a la propia reflexién del autor y que el lector que desee pro- fundizar mas en su estudio agustinano se vera sin més recursos que las escasas pistas bibliograficas que se of:ecen el pie de pagina. Cada uno de los capitulos ofrecen un desarrollo arménico y bien estructurado y estén pensados para ser tratedos en diversas sesiones con los receptores y lectores que ante- riormente hemos explicitado. De este modo la presente obra se convierte en una excelente guia de trabajo o libro de texto para los grupos de profundizacién en la fe de las parro- quias, colegios o universidades, de tal modo que el responsable del grupo pueda partir de tn texto que ofrece a la vez, a riqueza del Catecismo de la Iglesia Catélica y una exposi- cién detallada, amena y pedagégica, sin caer en simplificaciones gratuitas, ni en elucu- braciones diletantes. Ademas al final de cada uno de los capitulos se ofrece una bibliografica basica de epoyo, tanto para el lector como para el facilitador del grupo —en el caso de que la obra sea utilizada grupalmente— para que ambos puedan profundizar més en Jas cuestiones tratadas dentro de cada uno de los apartados de la obra. A esta bibliografia particular, se une una muy completa y actualizada bibliografia final de la obra, en la que el lector évidoe inquieto podré encontrar obras que le ayuden en su propio estu- dio e investigacién de las verdades de la fe. No faltan en esta lista nombres de muchos de los excelentes profesores de la Facultad de Teologia de la Universidad de Navarra como son los profesores Bastero, Izquierdo, Illanes, Saranyana, Mateo-Seco y otros muchos més. Esta obra es, ademis, como el mismo autor aclara en la Introduccién de la misma, la primera parte de una trilogia, en la que el autor pretende exponer las diversas dimensio- nes de la vida cristiana. La presente obra es la primera ellas, ya que lleva por subtitulo «la fe compartida». Una segunda parte de esta obra estard dirigida a un estudio y andlisis de los sacramentos y levari por titulo «la fe celebrada». La tercera parte con la que se con- cluird esta trilogia, levard el titulo de «la fe vivida», como un compendio de las virtudes ctistianas y de las principales practicas espirituales que ayudan al bautizado a convertir- se, desde su propio ethos particular, en testigo del Reino de Cristo en medio de mundo, yen un colaborador conla gracia de Dios en la obra de su propia santidad. Una obra pues BIBLIOGRAFIA 195 excelente y muy recomendada para el trabajo de formacién e instruccién cristiana tanto de los Iaicos en los diversos ministerios eclesiales como de los mismos universitarios— Enrique EGUIARTE. PSEUDO Dionisio AREOPAGITA: Obras completas. Los nombres de Dios. Jerarquia celeste. Jerarquia eclesidstica, Teologia Mistica. Cartas varias, Madrid (BAC) 2002, 285 pp. Los «Prenotandos» indican que la traduccién espafiola de estas obras es la del texto sriego de su edicidn critica de la Universidad de Gattingen (1985). La presente publicacién ha sido preparada por Teodoro H. Martin, autor de la traduceién de la Jerarquta eclesc tica. La versién de las demas obras es del catedratico de griego Hipélito Cid Blanco. La «Presentacién» es de Olegario Gonzalez de Cardedal. Precede al texto una amplia biblio- grafia, y lo acompafian notas a pie de pagina. Los lectores hispanos de los Padres no andan sobrados de obras de éstos en su idio- ma; de ahi, el agradecimiento al responsable de esta publicacién. Por otra parte, hasta don- de he podido controlar, la traduccién es, como ha querido Martin, bastante literal. Los lectores actuales no estamos obligados a que nos agrade el estilo de los escritores antiguos; por tanto, no tenemos derecho @ presentar sus obras como si aquellos hubiesen escrito al modo de Azorin o Garcia Lorca. El respeto al texto es fundamental para que quien lo lee se acerque con garantias al pensamiento del autor, Por iltimo, invito a quien pueda hacer- loa leer el docto comentario que sobre este libro ha dado a luz José Rico Pavés en la revis- ta Verdad y Vida 238 (2003) 529-546,—José ANOZ. PHILivPc, Jacques: La libertad interior, Madrid (RIALP) 2003, 164 pp. Es de admirar el talante de un autor que sepa desenvolver un tema denso y lleno de grandes implicaciones filosoficas y teolégicas de una manera tan amena y accesible al lec- tor ordinario. Habla Philippe desde una perspectiva religiosa y cristiana de la libertad humana como un hecho existencal, antropolégico y psicolégico con matices espit Nose trata de un libro més sobre la filosofia del hombre sino de la dimensién ejercicio de la libertad. Explica el mismo autor: «la tesis fundamental de esta obra es la siguiente, es decir: sélo podremos adquirir la libertad interior en la medida en que desa- rrollemos el ejercicio concreto de estas virtudes (teologales)» (p. 107). El tema de la libertad como experiencia vivida en aquel interior del hombre donde esconde el lugar del encuentro entre lo divino y lo humano, esta elaborado en cinco capi- tulos mayores cada uno de los cuales esta dividido en subtitulos marcando los tépicos tra- tados. La libertad innegable del ser humano es el punto de partida de las meditaciones claramente delimitadas y estructuradas en un orden Iégico que sigue desde las manifesta- ciones psicolégicas de la agonia de las elecciones que uno hace hasta la progresiva incor- poracién de las virtudes teologales en este itineratio interior. El proceso de que se habla es aquel de Ja conversién continua, un proceso impulsado por la gracia gratuitamente dada para la divinizacién de lo humano. No nos agobia el autor con un complicado empleo de citas o de aparato critico. No ¢s el propésito de esta obra. Se trata de un libro de animacién y direccién espiritual, fina- lidades que realiza con creces. Tenenos a mano un libro que ficilmente se presta al uso como guia para las meditaciones diarias. Este sentido pastoral esta evidente en su modo de incorporar las devociones catSlicas tradicionales, como los misterios del Rosario, en el pro- ceso que conduce a la comprensién madura de lo que es realmente la libertad del hombre 196 EIBLIOGRAFIA. nuevo en Cristo. Como los otros libros en la coleccién Patmos, la publicacién de esta obra ofrece un gran servicio espiritual a los lectores de hoy—J. OLDFIELD. PONS, Guillermo (ed.): Los dngeles en los padres de la Iglesia, Textos patrsticos. Madrid (Cua Nueva) 2003, 127 pp. Ha habido durante los tiltimos tiempos un resurgir de interés en los angeles en varios, sectores de la poblacién, atin en el mundo dela televisin y del cine. Es un hecho curioso dado el olvido en Jo cual ha caido el tratamiento de estos seres espirituales en la teologia y devociones tradicionales. Para poner las cosas en su sitio, Pons ha preparado un excelen- te repaso de la angelologia partiendo de dénde se debe, en la Sagrada Escritura y en la patristica. Ofrece lo que el mismo au:or llama «un discernimiento putificador» (p. 12). Debido al interés en estos seres egpirituales en las religiones paganas y en las antiguas, mitologias y a la evidente presencia de ellos tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testa mento, el autor propone como fin de esta obra, «presentar la doctrina sobre los angeles buenos, de cuya ayuda misteriosa y poderosa se beneficia toda la Iglesia» (p. 21). Después de presentar una muy atl introduccién, marcando los jalones en el desarrollo del concep- to de los angeles a través de los siglos, divide el tratamiento del tema en 8 apartados en los cuales recoge los comentarios de los Padres de la Iglesia, 142 textos en total. En esta muy juiciosa seleccidn se pueden recobrar los elementos de una doctrina que conserva una ver- dad de fe que es la existencia de estas criaturas de Dios, que representan la providencia divina que no falla. Es un libro de buena presentacién y agradable lectura—A. CAMPO. RaHNeR, K.: Escritos de teologia, TomolV, Madrid (EDICIONES CRISTIANDAD) 2002, 473 pp. La nueva Ediciones Cristiandad sigue publicando la traduccién de la obra de Rahner mis amplia y seguramente més importante, esto es, Schriften Zur Theologie, basindose en Ja que ya habia realizado en los afios sesenta la Editorial Taurus. No estamos ante una obra determinada del tedlogo alemén, sino que este tomo, como los otros, se compone de diver- 0s articulos de diferentes temas publicados en su dia en distintas revistas alemanas. En este tomo se trata sobre teologia fundamental, doctrina de Dios (la Trinidad), cristologia, doctri- na de la gracia, doctrina de los sacramtertos, escatologia y vida cristiana, Uno de los articulos, segtin ya hemos indicado, trata sobre la doctrina acerca de la ‘Trinidad. Rahner hace al respecto varias observaciones interesantes que, sin duda, han contribuido a la actualizacién del tratedo. Aqui se contiene la formulacién del principio bisico tantas veces citado: «La Trinidad econémica es la Trinidad inmanente» (p. 110 y passim). Es legitima la acusaci6n del Rahner a la teologia de haber separado un aspecto y otro de la dnica Trinidad. Y lo es de un modo especial sise refiere a la teologta desde la Escoléstica hasta la actualidad, pero diicilmente se puede aplicar a san Agustin, ya que el Hiponense en su famosa obra De Triniate contiene en su primeros libros, especialmente el IV, una afirmacién muy clara respecto de esa identidad. Para Agustin, el Dios en que, para nuestra salvacién, el Padre envia al Hijo, y en que ambos envian al Espiritu Santo, es el mismo que se intenta barruntar, més que explicar, por medio de las relaciones y su teo- ria psicolégica. Mas todavia, Agustin continuamente se apoya en la Trinidad econémica para vislumbrar la Trinidad inmanente. También es dificil de sostener la afirmacién rah- neriana de que, segiin Agustin, «cada una de las personas divinas, si Dios libremente lo quisiera, podria hacerse hombre» (p. 102; cf. 114), ya que el Hiponense dice: «Pero el BIBLIOGRAFIA 197 Padre, aunque sea conocido por alguien en el tiempo, no se dice enviado, porque no tie- ne de quien proceder ni por quien ser enviado» trin. 4, 28. Respecto de la doctrina dela gracia, en la cuesti6n de la relacién entre naturaleza y gra- cia, Rahner preconiza una relacién intrinseca entre una y otra, as{ como la prioridad y pri- macfa de la gracia incteada sobre la creada, lo cual es acierto en el que ha sido seguido por todos los tedlogos. No obstante, Rahner, aunque supera la causalidad eficiente de la gracia de parte de Dios para llegar a a causalidad cuasi-formal, sigue estando todavia prisionero de las categorias fisicistas provenientes de Aristételes, claramente inadecuadas para con- tener y explicar una realidad tan espiritual y personal como la gracia. A este respecto sugiero al lector mi libro Compendio de la gracia, Valencia 19972, 21-22; 353-379, en el que se utilizan las categorias antropolégicas y estéticas para explicar la gracia. En todo caso, son tantas las ideas interesantes, de plena actualidad como de premo- nicién de lo que habria de ser Is teologia posterior, que no podemos menos de dar la bien- venida a la publicacién del cuarto tomo de los Escritos de Teologia de Rahner—José Antonio GALINDO. Ranner, K.: Escritos de teologés, Tomo V, Madrid (EDICIONES CRISTIANDAD) 20032, 507 pp. Anticipando la celebracién del centenario del nacimiento del gran teslogo Karl Rah- ner, (1904-2004), la nueva Ediciones Cristiandad publicé en 2003 otro de los tomos de su gran obra, Schriften zur Theologie. Los temas de que trata éste estén distribuidos en los apartados siguientes: Lo fundamental-teoldgico y teorético de la ciencia, lo teolégico de la bis- toria, cristologta, lo eclesiolégico y vida cristiana. Dentro del apartado «lo teolégico de la historia», destaca el articulo «El cristianismo y las religiones no cristianas». Sorprende la actualidad y apertura con que Rahner trata este tema tan dificil y debatido. Después de poner de relieve el peligro de la increencia, espe- cialmente para el cristianismo, lo primero que hace nuestro autor es poner de relieve que esta religién no pertenece a ningdn ser humano sino a Dios, que se revela en Cristo, por lo que los cristianos no tenemos ningiin mérito en serlo. Otra cosa que sefiala Rahner es que Ja universalidad de la salvaci6n se debe a Cristo (p. 133). Ciertamente que «el cristianismo se entiende a si mismo como la religin absoluta, determinada para todos los hombres, que no puede reconocer junto a si ninguna otra con igualdad de derechos» (p. 129), pero has ta que el Evangelio penetre realmente en la situacién historica de un hombre determinado, una religién con elementos de conocimiento natural de Dios aunque mezclados con ele- mentos negativos, también contiene momentos de gracia por causa de Cristo, y en ese sen- tido es para ese hombre una religidn /egitima (p. 133). En ese caso, se puede considerar a este hombre un cristiano anénimo, que en alguna forma ha sido tocado ya por la gracia y Ia verdad de Dios (p. 143). Por iltimo, Rahner observa que el pluralismo religioso no va a desaparecer en un futuro previsible, lo cual es obvio, pero dado lo anteriormente dicho, el conjunto de las otras grandes religiones ha de ser considerado como «una cristiandad de indole anénima» en la que es posible la salvacién (p. 144). Y acaba nuestro tedlogo: «Pue- de que al no cristiano le parezca pretencioso, que el cristiano valore en cada hombre la sal- vacién y lo salvado santamente como fruto de la gracia de Cristo y en cuanto cristianismo anénimo, y que considere al no cristiano como un cristiano que todavia no ha llegado a si mismo reflejamente. Pero a esta ‘pretensién’ no puede renunciar el cristiano. Propiamen- te es esta la manera de humildad més grande para él y para la Iglesia. Puesto que deja que Dios sea mas grande que el hombre y que la Iglesia. La Iglesia saldra al encuentro del no cristiano de mafiana en la actitud que pronuncié Pablo, al decir: lo que no conocéis y sin BIBLIOGRAFIA 199 CME, actual Prefecto de la Congregacién para las Causas de los Santos y tedlogo de renombre, especialmente en el érea de cristologia-mariologia y de sacramentos, habiendo sido incluso secretario especial dl Sinodo que abordé el tema de la penitencia el afio 1983. El texto ha sido preparado en los afios en que, como docente en la Pontificia Universidad jana de Roma, su autor se dedicaba especialmente a la sacramentologia y, en ella, a iacién cristiana. La exposicién sigue el método clésico —Escritura, Padres, Magisterio—, aplicado a a divisién sistemética de la teologia sacramental (origen, efectos, ministro y sujeto del sacramento considerado) con cleridad de ideas, abundancia de referencias a las fuentes y de juicios de naturaleza pastoral, El autor parte de la constatacién de la unidad teol6gica fundamental de los sacramentos de iniciacién durante los primeros siglos de la Iglesia, uni- dad que, con el correr de los tiempos, se vio un tanto disociada al menos en la practica livdrgica y que el Concilio Vaticano I ha querido, de alguna manera, rescatar y que se ve reflejada en las disposiciones de los nuevos rituales. De modo especial, este volumen dedi- cado a los dos primeros sacramentos de iniciacién ofrece una contribucién vilida para una renovacién de la pastoral del bautismo de adultos y de la confirmacién, una vez que acla- ra tanto la mutua implicacin de estos sacramentos, cuanto su orientacién natural hacia una més plena y consciente insercién eclesial de los cristianos—Luciano ROvANET Bastos. Ib. Ewcaristia, Lisboa (UNIVERSIDADE CATOLICA EpiTorA) 2002, Colecgao Estudos Teo- Iégicos n° 21, 289 pp. Este volumen completa la exposicién acerca de los sacramentos de iniciacién cristia- na comenzada ya por el mismo autor en el tomo dedicado al bautismo y a la confirmacién, conformando con aquél una unidad tematica. La obra se divide en una consideracién his- trica acerca del dato biblico y del aporte patristico sobre la materia, y en otra, de cardc- ter més sistemético, que trata inicialmente el tema de la presencia real de Cristo, culminando en Ja doctrina de la transubstanciacién y, a continuacién, el tema de la natu- raleza sacrificial y convivial de la Eucaristia. El tratado se clausura con la consideracién de los efectos del sacramento eucaristico en las esferas cristolégica, soteriolégica, eclesioldgi- cay escatolégica a la luz de sus implicaciones directas sobre una espiritualidad y una pas- toral genuinamente cristianas. El caracter clésico 0 tradicional de la presentacién del contenido no impide que el autor establezca una moderna interpretacién valida de la gran tradicién escolastica, patri- monio perenne de la vida de la Iglesia, examinando también, con la debida atencién, las més significativas corrientes del pensamiento contempordneo al respecto. El trabajo se oftece como subsidio sélido para Ia profundizacién teol6gica, en lo que concieme espe- cialmente al sacramento del altar, y para la vivencia de los fieles que en él y en la celebra- cién pascual del Dia del Sefior descubren el verdadero centro y culmen de su propia existencia cristiana y de toda accién apostdlica—Luciano ROUANET BASTOS. Toporov, Tzvetan: Imperfect Garden: The Legacy of Humanism, Trad, de Carol Cosman, Princeton (PRINCETON UNIVERSITY PRESS) 2002, 254 pp. Introduciendo su exploracién acerca de la importancia actual y los limites del huma- nismo, Todorov cuenta tres tentaciones. En la primera, Satands oftece a Jestis de Nazaret el mundo entero, con la tinica condicién de que el principe infernal le adore. Quince siglos después, Mefistofeles propone a Fausto el conocimiento sin limites a cambio de su 200 BIBLIOGRAFIA alma. Y en la tercera, el tentador otorga a la Humanidad Moderna la libertad, pero sin declarar antes el precio que tendré que pagar, dejando que se acostumbre a ella sin decla- rar la enorme deuda que contrae. De repente, el disblo quiere que se le pague de una vez y el precio es triple: separar al hombre de Dios, separarlo de los demés y separarlo de si mismo. Las respuestas de la humanidad son diversss. Unos, el clan de los conservadores, dicen que e! diablo tiene razén, que el precio de la libertad es demasiado alto, y es mejor renunciar a ella. Otras tres familias difieren: unos abrazan la ciencia como respuesta a todo problema o mal; otros, los individualistas, dicen que perder todo aquello (Dios y los demés) no es perdida alguna, sino liberacién. Por fia, los humanistas dicen que la libertad es algo precioso y que de ninguna manera podemos devolver, pero que, por otra parte, es necesario recuperar lo que estamos lamentablemente perdiendo. Todorov escribe de forma amena sobre los valores humanistas que hacen posible la persistencia de la libertad moderna sin menoscabo de otros valores esenciales, como la cohesién social, los valores comunes, la responsabilidad del yo personal. Su recortido del pensamiento humanista para en temas vitales como la persona, la vida social, el amor, la decisién moral, la creatividad de expresién, y se sirve del pensamiento expuesto en la tri- ada de Montaigne, Rousseau, Constant, y luego, en una segunda fila, Descartes, Montes- quieu y Alexis de Tocqueville. Los tres valores humanistas centrales, segiin Todorov, serfan Ia autonomfa del yo, la finalidad del td, y la universalidad de los demé Frente a una variedad de humanismos cerrados o crudos que niegan la transcenden- cia o rechazan cualquier otro limite, esta exposiciér. y defensa de un humanismo abierto, moderado, aparece como una herramienta que bien podria hacer que la humanidad recu- perara el tiempo perdido y avanzara hacia un auténtico progreso personal y social. No todos los lectores estardn de acuerdo en todo momento con Todorov; pero la idea central del libro, es decir, «la herencia del humanismoy» en sus valores esenciales a favor de la per- sona y de la sociedad, y en su apertura a la transcendencia y a la religién, es hoy tan bien- venida en el discurso moral, filos6fico y politico como la luvia tras una larga sequia. En este sentido, y al menos para quienes propugnamos un humanismo abierto, habria que mencionar otro libro reciente del filésofo inglés David E. Cooper que se titula La medi- da de las cosas, y que lleva en su subtitulo una esencid calificacién de esa medida, con pala- bras un tanto sorprendentes en el discurso filos6fico modemno: humanismo, bumildad y misterio. Humildad y misterio no tienen para este fil6sofo una clave cristiana y ni siquiera habla de un posible humanismo cristiano, sino que parece rechazar la nocién de misterio, si ésta implica una realidad transcendente, Es curieso, porque hubo un tiempo no muy remoto en el que bumildad y misterio eran precisamente las notas tipicas de un cristianis- mo despreciado ¢ insultado. La mejor teologia cristiana moderna lee la fe en clave humanista y hace posible un humanismo abierto a la transcendencia y practicado sin menoscabo de la fe o moral cristia- na, Tal vez s6lo esta variedad de humanismo que muchos académicos ignoran sea la tinica capaz de hacer temblar al mismo diablo, pues coincide en una nueva exclamacién moderna y tradicional de que el ser humano sigue siendo la gleria de Dios —Alvaro De SILvA. ‘VAzQuez DE PRADA, A:. El Fundador del Opus Dei. Los caminos divinos de la tierra, Tomo III, Madrid (RIALP) 2003, 796 pp. Sin duda alguna, este iltimo tomo de la trilogia biogréfica dedicada a la vida y la obra de san Josemaria Escriva completa dignamente una labor historica de un gran valor y una contribucién importante a la historia de la Iglesia contempordnea. Estos tres tomos cons- tituyen un punto de referencia imprescindible para futuros estudios sobre el fundador del BIBLIOGRAFIA 201 Opus y para las investigaciones sobre el origen y desarrollo del movimiento que se iden- tifica como la Obra de Dios. No importa la perspectiva en la cual se sitéa el lector frente al fenémeno floreciente de ia Obra fundada por el santo, hay que confesar que se trata de uno de los fenémenos de gran alcance religioso y espiritual en Ia historia contemporénea de la Iglesia catélica. El mismo éxito del Opus Dei ha suscitado una critica acerba fun- damentada a veces en una ignorancia de su verdadera doctrina y de su cardcter institu- cional o, lo que es peor, en una intolerancia ideolégica frente al resurgir de un modo de vivir cristianamente apto para un encuentro del Evangelio con los signos y las exigencias. de los tiempos actuales. El orden seguido por el autor en los nueve capitulos de esta obra es necesariamente cronolégico, algo que exige el enlace entre historia y vids, pues, en I persona de san Jose- marfa Esctiva, se encuentra con un actor que trasciende lo privado y particular debido a las implicaciones universalistas de su carisma y de su contribucién a la creacién de modalida- des institucionales que lograron a tener importantes resultados en el ambito de la relacin entre la Iglesia y la sociedad moderna. Participan y maduran los miembros del Opus en el desarrollo del drama de Concilio Vaticano TI acompaiiados siempre por el fundador y ayu- dados con sus consejos espirituales. Se trata de un concilio que, en gran parte, ratificd la teologia y la espiritualidad ddl laicado presentes en el mismo Opus. Pero, tampoco descarta el autor tomar en cuenta los sinsabores que suftia san Josemaria relativos a las manipula- ciones erréneas de las ensefisnzas conciliares que hicieron algunos en el periodo pos-con- ciliar. Es interesante ver como el santo guiaba su Obra durante estas décadas con gran prudencia y discrecién. El autor nos proporciona el cuadro histérico pero es el biografiado que habla, parti- cularmente, por medio de una correspondencia suya conservada y ampliamente citada en toda la obra. La recopilacién de estas cartas ofrece una fuente tinica de datos y de orienta- ciones que definen al fundador y, en conjunto, revelan los contornos de su espiritualidad. Ademés, la misma correspondencia como medio de comunicacién en varios niveles apunta una capacidad grande de la parte del santo de saber mantener una red de amistad y de parentesco espiritual entre él y sus discfpulos. El autor es uno de los amigos pero este hecho no quita nada del modo profesional y objetivo que emplea en su libro. Si uno, objetiva- mente, quiere saber lo que es el Opus Dei y como ha logrado, en tan poco tiempo, a tener un lugar tan destacado entre los movimientos catdlicos del mundo de hoy, le recomendaria la lectura de estos tomos. Es una produccién digna de la Obra, con una buena encuader- nacién, un esmerado aparato critico y unos indices ttiles y completos.—John J. OLDFIELD. VictANo, A.: Cristianizacién del imperio romano. Origenes de Europa, Murcia (UNIVERSI- DAD CATOLICA SAN ANTONIO) 2003, 442 pp. Nuestro autor es profesor titular de la Teologia Patristica en la Universidad de San Antonio (Murcia), Su esmerada preparacién académica en el campo de la Filologia Clisi- cay en las investigaciones de la Antigiedad tardia esta copiosamente reflejada en este extraordinario estudio sobre un asunto de pertenencia vital a las discusiones contempord- reas acerca de la futura Conscitucién europea. La busqueda de aque! ‘patrimonio comin europeo’ afirmado en el Tratado de Maastricht (1991) no ha logrado, hasta la fecha, iden- tificar un consenso comin acerca del mismo. Viciano oftece en este libro su bien funda- mentada opinién concerniente el origen de Europa como entidad que no es meramente una aglomeracién de hechos ristéricos o etapas de avances tecnolégicos, sino como una coalescencia espiritual forjada de «rafces culturales» (p. 365) nacidas del encuentro del cris- tianismo con el mundo clésico, heleno-romano, 202 BIBLIOGRAFIA Reconoce en el Prélogo, que su estudio gira alrededor del fendmeno de a incultura- cién de la fe cristiana en el imperio romano. Inculturacién es una palabra derivada de ‘enculturacién’, término empleado primero por los antropélogos para describir el proce- so de la formacidn de uno desde la infancia a la vejez dentro de su propia cultura. Incul- turacién, sin embargo, se refiere al encuentro de culturas distintas. Comienza aparecer en los documentos de la Iglesia a partir del afio 1977. A la hora actual, el concepto goza de gran vitalidad en los circules religiosos debido a la necesidad de encontrar el modo de insertar el mensaje del Evangelio en las miltiples culturas contemporneas. Por esta mis- ma razén, el trabajo de Viciano es un esplendido ejemplo de cémo se realiza la ‘incultura- cin’ histéricamente bien anterior al uso de la palabra. La cultura de la Biblia se enfrenta con la cultura del imperio, geémo y con qué resultado? Tiene muy presente el autor la tesis de A. von Harnack acerca de la helenizacién del cristianismo y la confronta con su proy tesis de la ‘cristianizaci6n del helenismo’. Para defender su tesis de la formacién paul y hist6rica de una cierta simbiosis de valores que lograria identificarse en la Antigtiedad ‘Tardia y que seria el origen de la cultura europea, Viciano recurre, con gran competencia, a los métodos histéricos. La obra esté dividida en tres partes con estos apartados: Primera: Cristianizacién del pensamiento y de la cultura; Segunda: Crstiantzaci6n de las costumbresy de ls instituciones, Tercera: CristianizaciOn del espacio del tiempo. La segunda parte, la mas extensa, est divi- dida sobre la base de los siglos previos al giro constantiniano, es decir, los siglos L-I, y los posteriores, IV-VI. En cada unos de los capitulos de la segunda parte siete en total, estu- dia en los respectivos periodos las dimensiones de la vida social, intelectual y legal de los cristianos dentro de la cultura dominante. Aclara muchos hechos quiz pocos conocidos acerca de las persecuciones de los cristianos y de la reaccién de la comunidad cristiana tan- to al pensamiento griego como a las instituciones del imperio. Rechaza, por ejemplo, la nocién de una comunidad de catacumbas. Entre persecucién y persecucion, esporddicas y a menudo locales, el cristiaao no huia de una vida insertada en el contexto social del imperio, Para aclarar el proceso de la inculturaci6n, introduce una nocién enriquecedora que es la «capacidad de discernimiento por parte de los agentes culturales» (p. 365). El cristiano, fiel a su fe en Cris:0 y comprometido con su comunidad, comenzé, a partir de Justino y Origenes, a dialogar, con debido discernimiento, con el mundo antiguo, Habia una cierta receptividad de Is parte de los cristianos de la cultura helena-romana pero, su més radical realizacién cultural fue la insercién de la Biblia como el «relato constitutivo» (p. 370) en Ia emergente cultura de la Antigtiedad Tardia. A taiz de sus detalladas investigaciones acerca de las transformaciones en las relacio- nes de los cristianos con el imperio y del imperio con ellos, percibe el autor la configura- cién de una cultura nuttida especialmente por los Padres de la Iglesia que daria origen a dos valores fundamentales para la Europa entonces forméndose. Estos valores son la nocién de la dignidad de la persona humana y una visin teleolégica de la historia (p. 370). Rechaza, pues, el autor y cor razones histéricas y culturales los otros reclamantes al titulo del ‘patrimonio’ o ‘origen’ de Europa que son la Antigiiedad clisica, la Edad Media y la Edad Moderna. Cada época tiene sus aportaciones de valor pero «el nticleo» de la cultu- ra europea, segiin el autor, tiene su rafzen la Antigiiedad Tardia, cuando el imperio se ago- taen el Occidente y el cristicnismo define el «relato constitutive» de la sociedad. ‘Ademés de un texto muy bien escrito con buena letra, el autor nos presenta un apa- rato ctitico muy completo yal final del libro, 67 paginas de bibliografia e indices. Es ver- daderamente un libro de peso que merece amplia distribucién no sélo entre el mundo académico, sino también entre todos lectores que se preocupan por el futuro de la Uni6n de Europa. jFelicidades al eutor y a la Universidad Catdlica de San Antonio!—John J. Oupriexp. LIBROS RECIBIDOS ACADEMIA SCIENTIARUM FENNICA: Viheriétie 5 Fin.—04310 Tuusula Kivist0, 8. Creating Anti-Eloquence. ‘Epistulae obscurorum virorurs’ and the Humanist Polemic on Style, Helsinki 2002, 256 pp. MeHTONEN, P: Obscure Language, Unclear Literature. Theory and Practice from Quintilian to the Enlightenment, Helsinki 2003, 228 pp. MeRisaLo, O. - Sarasti-WiLEntus: Erudition and Eloquence. The Use of Latin in the Coun- tries of the Baltic Sea (1500-1800), Helsinki 2003, 242 pp. BAC: Don Ramén de la Cruz, 57.—28003 Madrid. FLECHA, J. R: La moral de la persona, Madrid 2002, 304 pp. Pseupo Dionisio AREOPAGITA: Obras Completas, Madrid 2002, lix, 285 pp. San AGUSTIN: Obras completas Escritos atribuidos, Vol. XLI, Madrid 2002, xxxvii, 944 pp. BRILL ACADEMIC PuaLisHERS: P.O. Box 9000.—2300 PA Leiden AA. W.: Augustine and Manickaeism in the Latin West. Proceedings of the Fribourg-Utrecht International Symposium of IAMS, Leiden 2001, x, 337 pp. Ep. Ciupab Nueva: Andrés Tamayo 4.—28028 Madrid Pons, G. (ed.): Los dngeles en ios Padres de la Iglesia (Textos Patristicos) Madrid 2003, 116 PP. ED. CRis-IANDAD: Serrano 51.—28006 Madrid DantELou, J.: Dios y nosotros, Madrid 2003, 241 pp. Diz, A. - PINERO SAENZ, A.: Apécrifos del Antiguo Testamento, Ill, Madrid 2002, 473 pp. Dutaey, M.: Bosques de simbolos, Madrid 2003, 337 pp. Guarpint, R.: La esencia del cristianismo. Una ética para nuestro tiempo, Madrid 2002, 360 PP. Kenneby, G. A. étorica y Nuevo Testamento, Madrid 2003, 241 pp. romesa, Madrid 2002, 288 pp. scritos de teologia, IV (4* ed.) Madrid 2002, 473 pp. fp: Escritos de teologia, V (2* ed.) Madrid 2003, 507 pp. ED. PALABRA: Paseo de la Castellana 210.—28046 Madrid FERNANDEZ, A.: Pensar el futuro. Apostar por la verdad y el bien; la moral en el siglo XXI, Madrid 2003, 281 pp. 204 LIBROS RECIBIDOS Ep. RELIGION Y CuLTuRA: Columela, 12.—28001 Madrid ALONSO, C.: Os Agostinhos em Portugal, Madrid 2003, 184 pp. Ep. REVISTA AGUSTINIANA: Ramonet 3,—28033 Madrid JERICO BERMEJO, L.: El simbolo apostélico. Historia y comentario, Madrid 2002, 452 pp. Ep. Riap: Alcalé 290, 1°.—28017 Madrid CABRERO UcanrE, A.: Vivir sin Dios, Madrid 2003, 186 pp. Capucci, F: Milagros de nuestro tiempo, Madrid 2002, 180 pp COFINO, J. L. - CEJAS, J. M.: Ernesto Cofitio. Perfil de un hombre del Opus Dei, Madrid 2003, 235 pp. CorsINI DE ORDEIG, M.: Historia de la sdbana sana, Madrid 2004, 245 pp. Doz, M.: San Josemaria Excrivd 6 de octubre de 2002, Madrid 2002, 143 pp. Gancta MORENO, A.: Pueblo, iglesia y reino de Dios, Madrid 2003, 248 pp. Gon ZuBiETA, C.: Recuerda que eres hombre, Madrid 2003, 182 pp. LEMANN, A. y J: La asemblea que condené a Jesucristo, Madrid 2004, 131 pp. LoanTE, J. A.: Los maisterios del rosario. Textos para meditacién, Madrid 2003, 221 pp. ‘Lopez-Escopar E. - Lozano, P: Eduardo Ortiz de Landézuri, Madrid 2003, 344 pp. MILLAN PUELLES, A.: Léxico filoséfico (2* ed.) Madrid 2002, 636 pp. Moras, J.: Jesiés de Nazaret, Madrid 2003, 374 pp. ORLANDIS, J.: Historia del reino visigodo espatiol. Los acontecimientos, las instituciones, la sociedad, los protagonistas, Madrid 2003, 464 pp. Onrriz Lopez, J.: Conocer a Dios I. La fe compartida, Madrid 2003, 287 pp. PHILipPe, J.: La libertad interior, Madrid 2002, 164 pp. SANCHEZ-MIGALLON, S.: El personalismo ético de Dietrich von Hildebrand, Madrid 2002, 231 pp. ‘VAzQUEZ DE PRADA, A.: El fundador del Opus Dei, Tomo IIT. Madrid 2003, 796 pp. EDITRICE PONTIFICIA UNIVERSITA GREGORIANA: Piazza della Pilotta 35—00187 Roma BARROS, P. C.: «Commendatur vobis in isto pane quomodo unitatem amare debeatis». A ecle- siologia eucaristica ne los Sermones ad populum de Agostinbo de Hipona eo movimen- to ecurénico, Roma 2002, 338 pp. FORDHAM UNIVERSITY PRESS: University Box L.—Bronx, New York 10458 BaRtH, J.R. S.J. (ed.): The Fountain Light. Studies in Romanticism and Religion. Essays in ‘onor of Jobn J. Mahoney, New York 2002, 714 pp. Fortress PRESS LAMPE, Peter: From Paul to Valentinus: Christians in Rome in the First Two Centuries. Trad. 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