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LIBROS DEL TALLER EL ZUMBIDO ig EL MOSCARDON Taller y consultorio ‘de ética periodistica NUEVO PERIODISMO Construyendo el concepto de ética En véspetas de iniciar un nuevo encuentro con periodistas, con- vocados por la Fundacién para un Nuevo Periodismo (rvr1), repa- so las tres acepciones de la palabra “taller” en el Diccionario de la Real Academia Espanola: “\ugar en que se trabaja una obraide ma- nos’; “escuela o seminario de ciencias o de artes”; “conjunto de colaboradores de un: maestro”. Por una maravillosa coincidencia, en uno de los apartados del texto con el que se invité a partici- par en este nuevo taller hay una metéfora relacionada con el pri- mer significado. En efecto, en algtin lado dice “obra de manos”, e intuyo que se refierea los textos con que trabajaremos a lo largo de estas jornadas, que se reviven en estas paginas, y a una serie de actividades relacionadas con la discusién en grupos; el debate co- lectivo, la elaboracién de listados de ideas, definiciones 0 conclu- siones, y las respuestas a retos creativos y a problemas extraidos de la experiencia profesional de cada uno de los participantes. Estamos por empezar y observo rostros atentos, aunque algo tensos. Es seguro que no se conocen entre sf y a la mayorfa les debe crear expectativa saber cémo transcurrird esta primera jor- nada. A muchos de ellos la palabra “¢tica” puede sonarles a dis- cusién religiosa, a condena moralista 0 a la densa parrafada de un profesor de filosofia. En las autobiografias que escribieron para ser elegidos becarios de la rnvi, algunos expusieron dilemas éticos 7 18 que se les habian presentado en el camino profesional. Ahora es- peran esclarecer si obraron bien o mal. Otros tienen la mente abierta porque intuyen que pueden encontrar claves; asi lo mani- fiestan a medida que van haciendo su presentacién ante el grupo. Hay aqui redactores de medios grandes y pequefios. Repor- teros jévenes sentados junto a veteranos del oficio con hojas de vida cargadas de méritos. Pero no se siente ningtin signo de supe- rioridad, todos parecen coincidir en la conviccién de que en perio- dismo siempre hay algo para aprender: ya sea en la lectura de tex- tos o en las experiencias ajenas. Cada uno de los que estan senta- dos frente a mies portador potencial de material para el taller, sus vivencias pueden ser decisivas para los demas. De hecho, muchos de los elementos que se utilizardn esta vez han sido tomados de los hallazgos de encuentros similares. Inicio contindoles que cada taller me trae ensefianzas y sien- to que asumen mis palabras como una expresién de cortesia. Sin embargo, sus gestos se tornan serios cuando hago la siguiente obscrvacién convertida ya en ritual: “En la vida, pero especial- mente en periodismo, se aprende de los errores, no tanto de los aciertos. Los viejos hemos tenido mds tiempo para equivocarnos y ese saber es el que vamos a compartir”. Luego de un pequefio silencio y de algun cruce de miradas escribo las reglas de juego de este taller: * Vayan al grano. Eviten introducciones y rodeos. Llamen pan al pan y vino al vino. *. Limitense al tema. Al intervenir héganlo sobre el asunto que se esté tratando. Estén seguros de que en el taller se cubrirdn todas las inquietudes que tengan sobre ética pe- riodistica. * Sean breves. Tengan en cuenta que todos sus compafieros quieren aportar. PRIMERA PARTE: Talller de ética periodistica * No repitan. Si sus ideas fueron expuestas anteriormente por otro, cedan el curno. * Sean positivos. Aprovechen sus intervenciones para pro- poner soluciones y alternativas. * Respeten las opiniones distintas. Es natural que en estas reuniones existan mds opiniones disimiles que undnimes. Enriquezcan con ellas sus puntos de vista o sométanlos a examen. © Apaguen sus celulares. HISTORIA DE QUIJOTES Y UTOPIAS Avuno-de'los’primeros talleres convocados en Cartagena por el Instituto Interamericano para el Desarrollo Social (ves), del Banco Interamericano de Desarrollo, asistieron periodistas de 12 pafses. Durante los tres primeros dias trabajaron con pasidn sobre las técnicas para comunicar de modo eficaz la realidad econémi- cay social de sus pafses. Yo asisti a uno de esos ejercicios de redac- cién, respiré el ambiente de entusiasmo de la sala y luego lef los trabajos resultantes. Pocas veces como aquella yi un grupo de pe- riodistas tan convencidos de su misién: iban a reparar agravios, a proteger viudas y a castigar malandrines. Mi intoduccién parece confundir al grupo. No sé si los estoy ofendiendo por la comparacién, 0 tal vez piensan que me es- toy burlando de ellos o tomandoles el pelo con el ejemplo. Antes de que me hagan alguna pregunta les explico que resulta ser tan alarmante la’situacién econémica y social del continente, tan es- cdndalosa la:cifta de pobres y miserables, y tan grande la magni- tud de los poderes ¢ intereses que los generan, que los trabajos de radio, prensa o televisién parecen tan insignificantes como el in- tento quijotesco de vencer las aspas de un molino con una lanza. (CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 19 20 En realidad se necesita en esta profesién una dosis de idealismo tan grande como la del Quijote para mantenerse en la conviccién de que las palabras impresas o habladas de un periodista pueden cambiar ese panorama de injusticia. Siempre hemos creido —digo al grupo— que somos la parte realista y pragmdtica de la sociedad porque nos atenemos a los he- chos. No le creemos a nadie si antes no hemos comprobado la verdad de sus palabras. Y sentimos, a veces con demasiada sober- bia, que ante nuestros ojos ha corrido el rio de la historia. Pese a ese perfil de hombres duros, somos en el fondo idealistas con alma de Quijotes. Les pregunto si creen que esto es bueno o es malo. Antes de que se desate una ronda de preguntas y reflexiones, les explico que intento establecer desde el principio un puente entre sus experiencias inmediatas y el tema central del taller para dejar sentado, desde el comienzo, que vamos a hablar de la reali- dad cotidiana. En otros talleres, el puente se ha construido a par- tir de noticias coyunturales, pero no sera ése el método que aqui vamos a utilizar. ‘Tras esta explicacién pronuncio la palabra utopia y de inme- diato invito a los asistentes al primer ejercicio, a pensar. Bjercicio 1..;Qué significa\para ustedes’ la. palabra utopla? Les pido que hagamos una lista de todos los significados posibles. De inmediato aparece un listado de palabras: suefios, ilusiones, fantasfas, ideales, metas altas, imposibles, a la que agrego nefeli- batas, que significa personas sofiadoras que andan por las nubes. Luego de la ronda de definiciones se genera la primera discusién entorno a si se puede o no aplicar a esta profesidn la utopia. Al final acuerdan que el sentido de la palabra no se ajusta al talante quijotesco del periodista cuando se entiende como ilusién, suefio PRIMERA PARTE: Talller de ética periodistica o fantasia. En cambio, si es concebida como un ideal, como una meta alta, entonces’si corresponde al propésito permanente de cambiarlo todo, de eliminar la corrupcién y la injusticia. De ma- nera que la’ utopia del periodista es una insubordinacién, una rebeldia frente a las realidades que hieren a los inocentes. Para ampliar atin mds la lista de acepciones, me uno con una cita del filésofo colombiano Dario Botero’ Uribe, seguin la cual: “La utopfa es sensibilidad, es goce, arte; creacién, juego”. Ellos me siguen con otras definiciones mds elaboradas que las iniciales: “Es la subversién de la imaginacién contra la racionalidad domi- nante”, dice uno. Ouro agrega que “la utopfa explora lo posible y libera de los dogmas establecidos porque revela que mds all4 de eso hay otras posibles verdades”. En este punto de la reflexién es claro que la utopfa es una necesidad de los hombres. Es el momento de escribir el siguiente esquema elemental para que todos lo vean: Re ae En un extremo estd la realidad (R) y en el otro la utopia (U); dos puntos de la vida humana que siempre estaran separados. El esfuerzo por alcanzarla —que puede ser’ una meta personal de Progreso econémico, de ascenso profesional o comodidad—es lo que le imprime dinamismo a la vida. A ello puede llamarsele ambicién, voluntad de progreso o idealismo, pero en el fondo son lo mismo: la biisqueda de una utopia personal. Ahora le formulo al grupo la siguiente hipotesis: Es 0 no de- seable que la realidad y la utopia se encuentren? El silencio domina el lugar. Todos estén pensando qué res- ponder: casi se puede sentir el susurro de la maquinaria fina de sus cerebros en movimiento, pensando. Alguien vence la timidez y lanza la primera respuesta: “Seria la realizacién de los ideales de CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 21 22 uno”. De inmediato otro le pregunta: “:Y después qué?”. “Des- pues vendrfa el aburrimiento”, concluye un tercero. El debate genera més conclusiones: <> Hay un encuentro env realidad y utopia cuando ésta es pequefia o de bajo costo, es decir, facilmente alcanzable. © Quienes se contentan con poco, no miran hacia la utopia sino hacia pequefias metas. <® Una vida activa y en constante progreso se explica por un alto nivel de utopia. No se trata de perseguir la propia sombra, sino de ira la caceria de una estrella que se puede ver pero no tocar. © La utopia es necesaria porque impide el estancamiento y la resignacién. Al final, todos nos ponemos de acuerdo en una afirmacién central: “La ética es una utopfa”. La anterior es la primera aproximacién al tema de la sesién. Su propésito es dejar atrds la concepcién de la ética como una im- posicién reglamentiria.0:como tin conjunto de normas de abu- trido cumplimiento, Es una busqueda mds cercana a la realidad en la que la ética es entendida como un impulso a la excelencia, como la decisién individual de hacerse feliz intentando alcanzar esa maxima meta. EL GRAN PERIODISMO ES ETICO. Ya entramos en el calor del taller. Siento que el grupo esté’ mds eémodo después del primer trabajo colectivo de reflexién y buisqueda. Entre todos encontramos la nocién de ética como utopfa. Ahora es conveniente detenerse en algunos hechos con- PRIMERA PARTE: Taller de ética:periodistica cretos. Para que no pierdan el ritmo, les propongo un segundo Ejercicio 2. Organicense en grupos de cuatro. Cada uno tome la primera pégina del diario local y Kkanla. Luego discutan con los demas sobre cudles fueron los posibles dilemas éticos que se les plantearon’a los editores o periodistas que decidieron elaborar sas primeras planas. Empiezo a recorrer el lugar y a pararme, cada tanto, junto a los grupos. Los oigo discutir entre ellos utilizando sus propias ideas sobre ética. Aspectos técnicos como la ubicacién, el tamajio o el Angulo de una fotografia empiezan a ser analizados bajo una dimensién ética: Hablan de justicia y de responsabilidad —valo- res éticos— mientras se detienen en los titulares y la redaccién de los encabezados. Han pasado 10 minutos y ahora la discusién gira en torno a una pagina que le da todo el despliegue a un hecho deportivo y deja arrinconado un doloroso drama social. Parecen estar vislum- brando que todo en el proceso de decisién de una primera pégina implica valores éticos. Es una percepcidn atin vaga y sin contor- nos precisos, pero el panorama entero parece aclararse cuando, tras la presentacién y-discusién de los resultados del ejercicio, surge la idea de que la ética y la técnica son indisolubles en el periodismo. La primera es el alma de la segunda e impone actitudes: quien se proponga ser el mejor periodista, tendr4 que ser también el mas ético. De la misma manera, el periodista ético serd también técnico. Esta relacién no se encuentra en todas las profesiones, pero sien el periodismo. Les pregunto por qué. Alguien hace una aproximacién vilida: “Esta no es una pro- fesién como las dem4s, que también sirven a la sociedad y a la CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 23 24 gente pero no como un objetivo absorbente. En periodismo ese servicio condiciona todo lo demis”. Cédigos de ética como los de Israel y Liberia nos sirven de apoyo pues ambos coinciden con el centro de la anterior idea: “Un alto nivel de conducta profesional requicre devocién por el interés puiblico”. El utépico enunciado hace pensar en los periddicos, canales de televisidn, y estaciones de radio que, o estén al servicio de in- tereses politicos y personales, o estén en funcién del negocio de sus duefios y directores. Esta realidad hace todavia més distante la utopfa ética que se ha comenzado a entrever. La degradacién de los objetivos del ejercicio periodistico nos aleja de una defini- cién para el quehacer del periodista. A partir de la afirmacién: “La ética de una profesién se revela sobre una clara identidad profesional”, el taller entra en una nue- va fase, la de encontrar esa identidad. Pero primero es necesario definir términos y conceptos. ¢Son dos éticas distintas la periodistica y la general? La primera, también llamada deontologfa periodistica, menciona los deberes de quien opta por el periodismo. Igualmente hay deontologia para médicos, para abogados, para arquitectos. Cada profesién tiene sus deberes propios, pero todos tienen una base comin: los valores éticos de una buena persona. No se puede pretender for- mar aun periodista ético si previamente no se ha formado a un buen ser humano, eso seria como intentar construir una casa en el aire. Ejercicio 3. Armen grupos de tres personas y respondan la si- guiente pregunta: ;Qué es un periodista? Esta pregunta, obvia y simple, los pone en una situacién distinta a la que estan acostumbrados: hacer preguntas y analizar respues- tas. Se esfuerzan por hacer definiciones concisas que diferencien PRIMERA PARTE: Taller de ética periodistica claramente su oficio de otros. Tras cinco minutos de discusién aparecen las siguientes frases: <® El periodista es el intermediario entre los hechos y los lectores. c® El periodista es el profesional que sirve a la comunidad a través de la informacién. =® El periodista es:un relator de historias. <® El periodista es un testigo de la actualidad. = El periodista es la voz, los ofdos-y la lengua de la comu- nidad. Mientras trabajamos en la busqueda de semejanzas entre estas frases, alguien me pregunta: “;[.a tarea del periodista es la de in- termediario o la de mediador?”. Yo le respondo con la cita de Jestis Martin-Barbero, que dice: E] intermediario establece relaciones entre creadores y ptiblicos, entre politicos y electores, 0 entre gobernantes y gobernados. Las relaciones que proponé no son de uso, de apropiacién ode goce, sino de obediencia, reverencia y culto: El mediador, en cambio, se sabe socialmente necesario; busca la participacién de la gente en la historia comin. Descentra la cultura, la politica y la economia; activa la capacidad de la gente para analizar, criticar, y proponer. Como era mi intencién, veo que cada uno hace un examen del oficio buscando la definicién de su identidad profesional. Pero es necesario que amplien su propia indagacién, asi que les ofrezco cinco posibilidades, que proyecto en una de las paredes. El cjetcicio que les propongo consiste en que cotejen cada una de las frases y escojan la mds préxima a sus propias defini- ciones. CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 25 Un periodista es: © El profesional que potencia la palabra ciudadana. © El profesional que pone al servicio de la ciudadania el podleesie basin farmecsous * El notario de la historia diaria de la sociedad. * El trabajador de una empresa de prensa que participa en la realizacién de la produccién intelectual del medio de comunicacién. (Tomada de un texto de ética periodistica de Niceto Blazquez). * La persona que profesionalmente prepara o presenta las noticias en un periddico o en otro medio de difusién. (Diccionario de la Real Academia Espanola.) Se toman su tiempory luego todos opinan acerca de cada una de las frases. La primera los convence poco; les gusta mds la se- gunda, porque coincide con algunas de sus propias definiciones. La tercera les suena ret6rica y poco realista: “Parece sacada de un discurso para el Dia del Periodista’, dice una redactora. Son pocos quienes se inclinan por las dos uiltimas definiciones. Sien- ten, a pesar de la precisién verbal, que describen més a un ofici- nista o a un burécrata que a un periodista. Para ahondar mds en la identidad profesional, menciono un caso real que ha provocado nutridas discusiones en otros talleres. Lo vivid un periodista mexicano, del que todavia recuerdo sus pa- labras de introduccién:' Han pasado muchos afios de lo que les voy a contar y atin no sé si obré bien o mal. Espero que me ayuden. Camino a ciudad de México, para retornar a su trabajo en una emisora radial, nuestro amigo pasé por una poblacién en la que acababan de estallar unas tuberfas de gas. Aquel lugar se hallaba PRIMERA PARTE: Taller de ética periodistica estremecido por la tragedia, los destrozos y los heridos. Como buen periodista, nuestro amigo conccté su celular, llamé a la emisora y empez6 a relatar todo lo que ocurrfa, hasta que se le agotaron las baterias del teléfono. Para entonces la emisora habia enviado una unidad mévil en la que venia un joven reportero, que por casuali- dad habia tomado un curso de socorrismo, para que apoyara el tra- bajo de su compaiiero. Poco antes de que el vehiculo de la emisora Ilegara a la pobla- cidn, se produjo una segunda explosién que aumenté el mimero de heridos. Cuando el reportero que veniaen el automévil vio la esce- na quedé impresionado por la cardstrofe y sin pensarlo dos veces, Je propuso a su compafiero que abandonaran temporalmente el tra- bajo periodistico y se dedicaran a socorrer a la gente: Aqui nuestro deber es olvidarnos de la transmisién y convertir esta unidad mévil en ambulancia para trasladar heridos, le dijo. Nuestro amigo, mucho mds experimentado que aquel joven, decidié no hacerle caso: “Lo nuestro —dijo— es transmitir y eso es lo que haremos desde esta unidad mévil”. Asombrado por la respuesta, el joven reportero lo miré a los ojos y le dijo: “No estoy de acuerdo. Voy a atender a los heridos, all4 ni con tu conciencia”. Al final, la unidad mévil terminé convertida cn ambulancia y quien nos conté esta vivencia continué con la transmisién. Les propongo un cjercicio a partir de este relato: Ejercicio 4. En el lugar de esos periodistas ustedes qué harian. No se trata de hacer teorfas ni discursos moralistas, sino de actuar. 2Cémo actuarian? Apremiados: asi se ven los 15 periodistas después de ofr la histo- ria. Muchos intentan situarse mentalmente en el lugar de los hechos. Otros recuerdan situaciones parecidas en las que fueron (CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DEETICA =. 27 28 protagonistas. Entonces se escuchan las justificaciones con las que respaldaron las decisions que debieron:tomar en’ esos :mo- mentos. Y, claro, también aprovechan el momento para hacer consultas en voz alta sobre sus motivaciones éticas que les permi- tan decidir sobre el ejemplo. La mayorfa opta por transmitir des- de la unidad mévil, pero un grupo de cinco ha escogido darle ayuda directa a los heridos. Incluso hay quienes proponen una tercera via conciliadora: “Es posible —dicen— ayudar a los heri- dos al tiempo que se llevan a cabo las tareas de informacién”. El debate se hace mds intenso cuando los tres grupos exponen sus razones. Los que decidieron mantener la transmision desde la unidad mévil, argumentan: * La profesién no los capacita para atender con eficacia a los heridos. * Ellos slo estan habilitados para informar. * Aun en el caso de intentar ayudar a los heridos, esto sélo beneficiarfaa un ntimero muy limitado de personas. * La informacin emitida traeria ayuda a muchas mis per- El grupo que decide socorrer a los heridos expone los siguientes argumentos: * Antes que periodistas, se consideran seres humanos soli- darios. * Una vida salvada por su ayuda basta para justificar su accion. * Otros medios de comunicacién, alertados por las pri- meras informaciones, se encargarfan de convocar més ayuda. PRIMERA PARTE: Taller de ética periodistica * . Prefieren esa ayuda concreta aun trabajo sospechoso. En efecto, precisan, mantener la ansmisién podria ser visto como una actividad comercial y de competencia para mantener la sintonfa. El grupo de la tercera via —asi se llaman— propone conciliar las dos primeras elecciones fundado en estas razones: * Lacondicién humana y la solidaria son indivisibles en el ejercicio profesional de un periodista. * Es posible aportar ayuda inmediata y hacer del contacto con los heridos parte de la informacién. * (La voz y el testimonio de las victimas tienen fuerza de convocatoria, y es mds convincente que otra informacién. * La vida no se puede concebir en blanco y negro. Tiene grises que combinan lo humano y lo profesional. El debate se mantiene y ahora surgen las anécdotas de quienes han alternado su actividad profesional con el auxilio a victi- mas. De esa suma de reflexiones orientadoras quedan estos ar- gumentos: © Lajustificacién de no poder separar lo personal de lo pro- fesional es un artificio discursive muy stil. El periodista es un ser humano que sirve a los dems desde su ejercicio profesional. * El periodista esta preparado, bésicamente, para ayudar a la sociedad y su herramienta es la informacién. Llegar a afinar sus habilidades' para lograrlo: hace que su servicio sea eficaz ¢ irreemplazable. * Cuando el periodista duda o tiene una deébil conviccién acerca de su tarea, tiende a invadir otros campos profe- CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 29 30 sionales: actiia como juez y condena o absuelve porque quiere suplir la lentitud o la inoperancia de la justicia. Opera como maestro, como trabajador social o como pa- ramédico, porque desconfia de la: capacidad de ellos para ayudar. O incurre en politica, asumiendo que asi potcn- ciar4 la influencia que le dan los medios y el conoci- miento que ha obtenido de su contacto con la vida de la sociedad. * Encontraste, otros profesionales —piénsese otra vez en el caso de las explosiones de gas— no vacilarian a la hora de actuar. Los médicos atenderfan a los heridos, los inge- nieros examinarfan otras tuberfas que pudieran explotar, los bomberos apagarian incendios y ayudarfan a las per- sonas atrapadas entre los ‘escombros. "Todos ‘ellos tienen conciencia de su identidad profesional. ;Por qué duda el periodista? Al culminar el cruce de opiniones resulta evidente que el perio- dista, indeciso entre ser relacionista puiblico, publicista; periodis- ta institucional, locutor de ocasién o transcriptor de boletines, no tiene claro su papel en la sociedad y su identidad profesional es débil. Esta discusién sirve; ademas, para observar una caracterfstica propia de los dilemas éticos. La escena ambientada demanda una eleccién entre dos extremos buenos: era bueno informar para convocar toda la ayuda posible y también era bueno atender a los heridos. Los dilemas éticos no se mueven entre el extremo de lo bueno y el extremo de lo malo como usualmente se" piensa. Se mueven entre lo bueno y lo mejor: De esta manera'la ética impul- sa a la excelencia y siempre dignifica. PRIMERA PARTE: ‘Taller de ética periodistica \VENCIENDO OBSTACULOS Y ENCONTRANDO VALORES Tomamos un pequefio descanso, pero la discusién se mantiene afuera con la misma intensidad. Al regreso, les pido que revisen sus notas para destacar los hallazgos mds significativos en lo que va de la jornada. De manera que aparecen las siguientes conclu- siones: © La ética es una utopia. La ética dignifica porque impulsa a la excelencia. © La ética de una profesiém se conoce si hay una clara con- ciencia de la identidad profesional. * Los dilemas éticos no se mueven entre lo correcto y lo incorrecto sino entre lo bueno, y lo bueno en busca de lo mejor. * La ética sefiala el deber ser de las personas y de las profe- siones. * El deber ser de las profesiones sc llama deontologia. © Para ser un periodista ético se requiere una etapa previa: la de ser buena persona. El recortido hecho nos conduce hacia la provocadora discu- sién sobre el periodismo que debe ser en contraste con el que se hace habitualmente. Hemos visto que, después de actuar, muchos periodistas sienten que no procedieron de la manera més correc- ta posible; por otro lado, entendemos que las decisiones se toman sorteando obsticulos. Para pensar en cémo actuar de la mejor forma y cudles son esos obstdculos, los invito a otra prictica. Ejercicio 5. Elaboren una lista de los obstaculos que el periodista encuentra cuando se propone hacer el periodismo que debe ser. CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 31 32 Répidamente van’ apareciendo los obstéculos que los periodistas conocen por experiencia. También otros de caricter personal, que surgen en la busqueda de soluciones. La lista es larga. Entre otros obsticulos estan: La falta de respaldo profesional y de recursos: La rutina. La pereza. Las polfticas informativas del medio. La rivalidad entre colegas. La preparacién deficiente. El miedo. Los malos sueldos. eer eee ee Ahora damos paso a la segunda parte del ejercicio, para lo cual les: propongo que califiquen los obsticulos entre externos, internos, 0 externos e internos. Luego de una discusién, la mayoria tiende a pensar que mu- chos de los obstéculos en nuestra profesién son de cardcter inter- no. Incluso, entre todos, llegamos a esta conclusién: “Hacer el periodismo que debe ser es, en gran parte, un asunto que esta bajo el control y Ia decisién de cada uno”. Mi experiencia a lo largo de estos talleres me ha ensefia- do que el periodista, como cualquier otro profesional obligado a hacer las cosas bien, suele tener como excusa, para no hacer su trabajo como debe ser, obstdculos externos. Mi conclusién es que teniendo en claro lo anterior damos ¢l primer paso para concentrarnos en los obstaculos que estén bajo nuestro control. Ya habré oportunidad para hablar de las relaciones del perio= dista con ‘su empresa, de la falta de recursos 0 los malos sueldos. En este momento lo urgente es preguntarse cémo superar, con PRIMERA PARTE: Taller de ética periodistica valores éticos, los diversos impedimentos. Para eso les propongo un nuevo ejercicio. Ejercicio 6. Examinen cada uno de los obstaculos y propongan valores que ayuden a superarlos. Mientras desarrollan el ejercicio, hago, un comentario sobre la naturaleza de los valores: digo que todos percibimos y atribuimos valores a las personas y a las cosas. Cuando preferimos, por ejem- plo, una prenda de vestir, una comida, una persona o un libro, estamos atribuyendo valores a esos objetos o seres. Preferir, recha- zany estimar 0, desestimar son acciones que implican. una valo- racién. Los filésofos estudian para esclarecer si esos valores son innatos a los hombres, si son nuestra creaci6n o si son el resulta- do de distintos descubrimientos. No todas las personas tienen un sistema de valoracién simi- lar. En casa, por ejemplo, mi esposa me reprocha la preferencia que tengo por una chaqucta vieja y remendada que siempre uso, porque con ella me siento.cémodo y abrigado. Prefiero ésa, a cual- quiera de las que estan colgadas en el ropero casi sin estrenar. Es evidente que sélo yo percibo en esa prenda valores que otros no handescubierto. Hay personas que no han desarrollado ciertas sensibilidades y no pueden percibir ni disfrutar, por ejemplo, valores estéticos. Puede ser que las obras de arte no les digan nada y que las sien- tan como parte de un mundo ajeno, pero al ponerse en contacto con pinturas, esculturas, obras de arquitectura, musica o literatu- raes posible que las empiecen a apreciar y disfrutar. Asf estarfan enriqueciendo su sensibilidad y su experiencia por medio de los valores estéticos que en esas obras se encuentran. Hay sensibilidades mds formadas y afinadas que otras. Los valores éticos estén en la categoria de los que pueden o no ser CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 33 percibidos: depende de la sensibilidad ética de cada quien. Como también existen personas con sensibilidades grucsas, medias 0 finas, y no faltan los insensibles. El ejercicio en desarrollo genera un despliegue de sensibili- dad. A medida que crece la columna con los valores propuestos para sortear obstaculos, se hace mds fina la percepcién del grupo. Pero es entonces cuando pregunto: “;Esos valores los inventamos, son innatos o deben ser descubiertos?”. Si analizamos lo hecho hasta el momento, podemos com- probar que todo ha sido un proceso de descubrimiento que, sin embargo, fue inducido. Para encontrar esos valores era preciso sentir su necesidad. El valor es una respuesta a una necesidad. Les propongo que escuchen el siguiente ejemplo, que es con- tundente: Un viajero est sediento y cansado, lleva dos dias caminando por un ardiente desierto y llega a un oasis en'el que no encuentra agua, slo una espléndida y deslumbrante barra de oro que en ese momento no necesita, que carece de valor. Si en cambio encontrara una mo- desta fuente de agua, esa sf que adquirirfa un valor tan grande como Ja necesidad que tiene de beberla: En'conclusién: los valores respon- den a dos clases de necesidades: las objetivas y las que uno se crea. Muchos quieren hablar. Varias manos se levantan. Hay pre- guntas y opiniones sobre el papel de'los valores en una sociedad que parece no necesitarlos. De la respuesta en comiin se despren- de que la funcién practica del valor es hacer de la vida y del cjerci- a gusto, rodeados de un ambiente y una compafia hechos a nues- tra medida. Existen dos palabras similares en griego: una es ethos, que sig- nifica costumbre; y la otra es nthos (en la que la épsilon ha:sido 34 PRIMERA PARTE: Taller de ética periodistica reemplazada por la 7), eta), que significa monada. Los hébitos y costumbres de la ética, construidos alrededor de valores, hacen de la vida algo bueno y amable, como una morada. Los valores son cualidades reales pero intangibles que le imprimen a la viday a la profesién un carécrer mds digno y humano. Sabiendo esto, el grupo emprende un ejercicio que busca dejar otras ideas claras para continuar con el desarrollo del taller. Ejercicio 7. No dudamos que el valor profesional esencial de los médicos es la vida humana, tampoco dudamos que el del aboga- does la. justicia’sGudl ex el valor profesiGbalide ui periodista? Organicense en grupos de tres y en 10 minutos digannos tres val- ores importantes para trazar el perfil ético del periodista. Este ejercicio es un paso mds hacia una definicién conjunta de la ética y de la identidad profesional de los periodistas. Decido hacer dos columnas con los listados de palabras. En el costado derecho estan los valores propuestos por el grupo. Y en la parte izquierda escribo los valores centrales que Rushworth Kidder, del Instituto para la Etica Global, anoté en. su libro Valores compartidos para un mundo en problemas, véase cuadro 1, ‘Tras haber hechos los listados y luego de trazar lineas de color rojo, establecemos las relaciones entre los valores del estudio espe- cializado y los que el grupo acaba de exponer. Esas coincidencias evidencian algo que a esta altura del taller siempre ocurre, y es que nuestras intuiciones tienen un buen grado de acierto. Finalmente, claboro una tercera lista de valores consagrados en 68 cédigos de ética periodistica del mundo (incluidos los de siete organizaciones internacionales). Luego de un breve repaso Beers ed accspsorcriacraha vesrendtaniapenseni bce aiee! y la independencia. CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 35 Grupo Kidder Amor Honestidad Verdad Imparcialidad. Imparcialidad Rigor Investigativo Tolerancia Independencia Vida Desinterés Responsabilidad Valentia Franqueza Estos, son universales porque derivan de la naturaleza huma- na. Aristételes definié la ética como “la obediencia a la propia naturaleza”, idea que inspiré a Immanuel Kant para formular su conocido enunciado: “Que tu norma de conducta pueda llegar a set ley universal”. La ética explora la naturaleza del ser humano, entonces los descubrimientos:y las revelaciones que resultan de esa constante biisqueda nunca terminan: La ética se convierte en un constante proceso de hallazgo de la naturaleza humana: CODIGOS QUE SIRVEN COMO AUXILIARES DE DUDAS- Ahora que entre todos hemos empezado a elaborar unos concep- tos de ética, a entender nuestros obstdculos y a saber los valores de este oficio, les pregunto: “;Tienen utilidad los cédigos de ética? 36 PRIMERA PARTE: Taller de ética periodistica {Sortsuna/aménazd pata la libertad’de exptedidn?’ ,Cudl serfa'un cédigo ideal?” El grupo, mucho mis apropiado: de la situacién, se lanza a dar opiniones'sobre los obdigos de ética que conoce. En shedio de esa suma de ideas surge una propuesta interesante: con los datos obtenidos hasta ahora y con los que aparecerén en lo que queda deb tiller,’el-grupio se encargaré de'elaborar‘el’borrador de un cédigo ético que al final ser4 presentado como una opcién indi- vidual 0 colectiva. Les recuerdo que para emprender esta tarea conviene recor- dar lo siguiente: *. Al contrario dela ley, que es heterénoma (es decir, que se imponc desde afucra), la ¢tica cs auténoma, sc adopta por una decisién personal, no puede ser impuesta. De mane- ra.que los cédigos deben tener el caracter de gufas parano olvidar valores esenciales. * En asuntos éticos nadie es juez de nadie. Uno sélo es juez de sf mismo porque nadie més conoce su circunstancia. No se puede afirmar que cada quien tiene su propia ética, sino que cada persona tiene una percepcién distinta de los valores éticos y experimenta circunstancias propias ¢ intransferibles:a la hora de aplicarlos. El cédigo de ética, de un modo muy distinto a lo que sucede con un cédigo penal, civil o'administrativo, s6lo da indicaciones genera- les, no se detiene en las aplicaciones. Los que fueron hechos como freno legal para los abusos estdn Ilenos de normas de aplicacién transitoria; como ‘si se tratara de un reglamento; esto les quita fortaleza ética y les da el cardcter de manuales de buena conducta. Hay otros redactados como estimulo e inspiracién para alcan- (CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DE ETICA 37 zar la excelencia: profesional: recuerdan. los principios esenciales y dibujan el perfil ideal del profesional. Suelen ser concisos y respetan la libertad del periodista para hacer su propio camino. 2 El cédigo debe guiar con la certeza de una brijula que siempre apunta al Norte, en eso consiste su ayuda: dar indicaciones precisas y permanentes. Recordar el Norte de los valores esenciales, para que cada quien resuelva sus dilemas éticos. Cuando se postularon a este taller, los periodistas debieron presentar como requisito un relato de un caso ético que les hu- biera tocado vivir. El ¢jercicio que acabamos de hacer les permite entender la frecuencia con que es necesario resolver dilemas éti- cos en el desempefio profesional. Ahora se ha descubierto la utili- dad practica a los cédigos como auxiliares en momentos de duda. COMO RESOLVER DILEMAS ETICOS Los dilemas éticos se pueden resolver con la aplicacién de distin- tos mecanismos. Uno de ellos es el que utilizé el grupo cuando se puso en el lugar del petiodista que transmitia la tragedia provo- cada por la explosién de tubos de gas. Ese reportero se pregunté cudl seria la accién que producirfa un mayor bien y qué era lo mejor para salvar un mayor ntimero de vidas. Sus decisiones éci- cas fueron motivadas por la utilidad. Ese mecanismo, aplicado en esa situacién especifica, pudo haber sido correcto. A propésito, pregunto qué opinan del siguiente caso: Suponga que usted llega con los minutos contados a la sede de su periddico y no encuentra dénde estacionar su vehiculo porque to- 38 PRIMERA PARTE: Taller de ética periodistica dos los espacios estin ocupados. En su libreta de apuntes tiene consignada la informacién de una importante noticia y la hora del cierre de edicién est4 muy cerca. De repente descubre un lugar va- cio, pero el pequefio auto de una anciana viene en reversa listo a ocuparlo. Usted no lo duda, entra de frente al espacio, salta de su auto y se marcha corriendo al periddico pensando que el beneficio de sus lectores justifica la arbitrariedad que acaba de cometer con- tra la anciana. Para sentirse mejor se dice a si mismo: {Todo sca por Tos lectores!. Una carcajada general delata cierta complicidad con el perio- dista. Es posible que alguna vez muchos de los que estamos aqui hayamos hecho lo mismo ovalgo parecido. Sin embargo, éste es el momento para mirar la situacién con frialdad. Luego de las risas surgen opiniones y al final todos estamos de acuerdo con que el argumento de la utilidad y beneficio de la mayoria es sofistico y poco convincente para este caso. Ademds, no siempre la opcién de la utilidad es la mejor via. Nada més peligroso —le digo al grupo— que argumentar que el fin (la noticia) justifica los me- dios (la injusticia con la anciana). Alguien comenta un caso similar en el que la publicacién de una noticia viola la intimidad de una persona o de una familia. El reportero puede suponer que esa divulgacién beneficia a un gran grupo de lectores, sin detenerse'a pensar que también podria perjudicar a algunos de ellos. No siempre la solucién de los dile- mas consiste en la aplicacién de férmulas. “Entonces qué?”, pregunta sonriente una teportera de tele- visién. Y la respuesta espontdnea le llega de parte del compafiero de al lado: “Las férmulas no se pueden usar mecdnicamente”. Otra manera de proceder en la resolucién de dilemas se fun- damenta en el:“imperativo categérico”, denominacién que se le debe al ya citado Kant. Para este fildsofo es correcta toda actua- CONSTRUYENDO EL CONCEPTO DEETICA 399

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