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ee SAPTENTTA FIDEI Serie de Manuales de Teologia ARQUEOLOGIA oY UREN desis Alvarez BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS L’ RCO an mesa enna Croat ees nn etree nT Cees Pree rencencan terete (arcane ny RUraron CM Taree ech Cnnem otra) deberia ser asi, porque la arqueologia, Seneca on ran aren cheat) tiempo como el nuestro en el que se esta MOOR ORS RSC Om ecu SRC cen MEM TT Canes NTR TOC 4 RETO Ua orca oR ance Oa rotten re teren en (tram rere Cc Prec eran Ceara can Con Courcnn tT) AON MN rw aren oT cnt nmr en la perspectiva del Tercer Milenio. bSAS ae em emcee ULtn CSCO CTU cea Tay Tourn tt CMT ee tT US RCom rts iene core cnt Te Tenn Peace Ca eT Ce men CE TTT RrOStNTT Rar Eee mar cans Cec Tatty arqueologicos, a la vida de los primeros Perr RT eee treme Te hes CeCe TCero ane hTanT los cristianos de hoy sobre cémo se ha de SIS nara Cn RM Ice he CRUE CMe! PO Ue nee a tacO Uren On CC COn aman cnt tt) PPM UU aCODC CS Mote cea IBRRU UU Ce aC Leer Meteo Sree ee Cone eee SCO San Pedro de Trones (Leon) en 1934, Es doctor en PSEC AR ns Fe eR TR MOC ROTO ELATOY Oneonta Crs Re ere dc Teologia «San Damaso» de Madrid. Entre sus SUS NAIC eTC OMS CR SC ee eee) A RQUEOLOGIA CRISTIANA SAPIENTIA FIDEI Serie de Manuales de Teologia COMITE DE DIRECCION DIRECTOR vot JUAN LUIS RUIZ DE LA PENA CQQROMNADORES DE AREA Teologia fundamental: SALVADOR Prt Teologia sistemdtica: SANTIAGO DEL Cura y ANTONIO MATABOSCH Teologia sacramental: RAMON ARNAU Teologta moral: Javier GAFO Teologta pastoral y espiritual: SATURNINO GAMARRA SECRETARIO José Luis Bravo I. ul. Vi PLAN GENERAL DE LA SERIE +. *; Barina a ae Ce Teologia fundamental 1. Introduccién a la Teologta, por J. M.* Rovira Belloso. (Publi- cado, n.14.) 2. Dios, horizonte del hombre, por J. de Sahagdn Lucas. (Publi- cado, n.3.) Fenomenologia de la religién, por J. Martin Velasco. Teologia de ia revelacion y de la fe, por A. Gonzdlez Montes. Historia de a Teologia, por J. L. Manes y J. I. Saranyana. (Publicado, n.9.) 6. Patrologia, por R. Trevijano. (Publicado, n.5.) ee Teologia sistematica 7. El misterio del Dios trinitario, por S. del Cura. 8. Cristologia fundamental y sistemdtica, por O. Gonzalez de Cardedal. 9. Antropologia teolégica fundamental, por A. Matabosch. 10. Teologia del pecado original y de la gracia, por L. F. Ladaria. (Publicado, n.16.) 11. La pascua de la creacién, por J. L. Ruiz de la Pefta. (Publi- cado, n.16.) 12. Eclesiologia, por E. Bueno. 13. Mariologia, por J. C. R. Garcia Paredes. (Publicado, n.10.) Teologia sacramental 14. Tratado general de los sacramentos, por R. Arnau. (Publica- do, n 15. Bautismo y Confirmacién, por 1. Ofiatibia. 16. La Eucaristia, por D. Borobio. 17. Orden y Ministerios, por R. Amau. (Publicado, n.11.) 18. Penitencia y Uncién de enfermos, por G. Fldrez. (Publica- do n.2.) 19. Matrimonio y familia, por G. Flérez. (Publicado, n.12.) 20. La liturgia de la Iglesia, por Mons. J. Lopez. (Publicado, n.6.) Teologia moral 21. Moral fundamental, por J. R. Flecha. (Publicado, n.8.) 22. Moral de la persona, por J. R. Flecha, 23. Bioética fundamental, por N. Blézquez. 24. Moral socioeconémica; pot A. Galindo. (Publicado, n.15.) 25. Moral sociopolitica, por R. M.* Sanz de Diego Teologia pastoral y espiritual 26. Pastoral catequética, por A. Cafizares. 27. Teologia espiritual, por S. Gamarra. (Publicado, n.7.) 28. Teologia pastoral, por J. Ramos. (Publicado, n.13.) Historia y arte cristiano 29. Arqueologia cristiana, por J. Alvarez. ARQUEOLOGIA CRISTIANA POR JESUS ALVAREZ GOMEZ BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID + 1998, Con licencia eclesidstica del Arzobispado de Madrid (26-V-98) © Biblioteca de Autores Cristianos Don Ramén de la Cruz, $7, Madrid 1998 Depésito legal: M. 29.251-1998 ISBN: 84-7914.371-1 Impreso en Espafia. Printed in Spain INDICE GENERAL «& Mloanw Pags. PRESENTACION BIBLIOGRAFIA GENERAL .. SIGLAS Y ABREVIATURAS . Intropuccion: Arte y religién La obra de arte La creacién artstica como regio deta creaciin de El valor religioso del arte .. Arte religioso y arte sacro La Iglesia no tiene un estilo artistico propio .. La Iglesia y la formacién artistica ee eee Captruvo I. Nociones preliminares de arqueologia cristiana Definicion .... ‘Ambito cronolégico - La arqueologia cristiana como ciencia Objeto de la arqueologta cristiana Fuentes de la arqueologia cristiana Topografie de la arqueologia cristiana Relacién de la arqueologia cristiana con otras ciencias La arqueologia cristiana, lugar teolégico . Inculturacién de la fe ..... PPAAWEYHe Captruto HI. Los cementerios paleocristianos Los cementerios: hecho cultural y religioso .. Sepultura judia, pagana y cristiana Cementerios cristianos a cielo abierto Las catacumbas romanas . a) Origen .. 6) El nombre de catacumbas ¢) Los fossores cs... d) Elementos particulares e) Muminacién f) Clausura e inscripciones de las tumbas 8) Algunas inscripciones célebres .. h) Plano de las catacumbas de Roma .. oe i) Algunos monumentos més notables de las catacumbas . J) Leyendas en tomo a las catacumbas romanas &) Decadencia y recuperacién de las catacumbas 1) La decoracién de las catacumbas ... eRe 5. Cementerios paleocristianos en Espana Cariruto III. 1 a aa 8. 9. Capituto IV. 1 Indice general Arquitectura paleocristiana .. Significado de la palabra Iglesia ... Origen del edificio destinado al culto cristiano a) Ecclesia domestica . b) Domus Ecclesiae . Origen de la ecclesia basilicalis a) Teoria de la derivacién material b) Teoria litirgica .... c) Moderna teorfa eclé a. Elementos estructurales de la basitica paleocristiana Multiplicacin de basilicas en el Imperio Romano Basflicas romanas 5 a) Titulos .......... b) Basilicas cementeriales c) Basilicas votivas d) Diaconjas ... e) Edificios de planta circular La basilica constantiniana y la tumba de san Pedro en el Vaticano Bate a) Las excavaciones en el subsuelo de la basilica vaticana, 4) Basilica constantiniana del siglo tv . c) Necrépolis vaticana d) Otros elementos descubiertos en las excavaciones e) La tumba de san Pedro . f) La autenticidad de las reliquias san Pedr Basilicas paleocristianas en Palestina .. Basilicas paleocristianas en Espana .. Iconografia paleocristiana Uso de imégenes en la Iglesia primitiva . a) Una acusacién injustificada .... b) Una distincién necesaria entre uso y culto de las imé- genes .. c) El culto a las imagenes en la Igiesia primitiva d) Eliconoclasmo .. e) El decreto dogmético det Conci le Nicea El arte cristiano primitivo, una provincia del arte con- temporéneo del Imperio Romano a) El impacto espiritual del cristianismo b) EI arte paleocristiano dependié del ambiente artistico circundante .... MAWAw wee 10. Capfruco V. Arte bizantino paleocristiano 1 ae ae 4. a ms Carfruto VI. 1. a Indice general Pags. c) Los primeros balbuceos del arte paleocristiano d) Una sensibilidad artistica comin . Definicién de iconografta paleocristiana Los temas decorativos de las catacumbas Interpretacién de la iconografta catacumbal . Claves interpretativas de la pintura catacumbal Escultura paleocristiana a) Caracteristicas generales b) Los escultores cristianos c) Cronologia de los sarcéfagos cristianos .. d) Sarcéfagos paleocristianos en Espafia e) Algunos sarcéfagos especiales Otras obras escultéricas paleocristianas .. Las vestiduras en la interpretacion de la iconografia paleo- cristiana ... a) Para las mujeres b) Para los hombres .. Los instrumentos en la interpretacién iconogréfica pa- leocristiana Los gestos en la interpretacion iconogréfica paleocristiana a) Gestos naturales ... b) Gestos convencionales Bizancio-Constantinopla .... ¢Qué es el arte bizantino? El arte bizantino paleocristiano . Caracteristicas del arte bizantino paleocristiano Arquitectura bizantina paleocristiana a) La basilica constantinopolitana ....... b) Primitivas basilicas de Constantinopla .. c) La basilica de Santa Sofia .... Las basilcas paleocrstianas de Révena Los mosaicos a) Una antigua tradicion clésica . 6) En Constantinopla y Ravena .. c) En Roma Epigrafia paleocri Definicion Algunas consideraciones técnicas 102 112 112 xm Indice general Pags. 3. Algunas noticias sobre la vida de los cristianos primitives aportadas por la epigrafia .. 145 4, Algunas inscripciones mds significativas 146 5. Inscripciones paleocristianas en Espafa .. 149 Cartruo VI. El arte cristiano de los «pueblos barbaros» ........._ 151 1. La Iglesia se libera de la cultura romana . 151 2. Las invasiones de los pueblos barbaros . 152 3. El cristianismo occidental después de las invasiones 154 4, Cuando las tinieblas invadieron Europa .. 157 5. Una manera nueva de expresar la fe a través del arte . 158 6. Elarte cristiano visigodo .. 159 a) Arquitectura cristiana visigoda 161 b) Escultura cristiana visigoda . 162 7. Elarte asturiano ... ee 163 8, Algunas muestras del arte cristiano de los demds pueblos invasores 165 CarttuLo VIII. Del arte paleocristiano al arte medieval .. 169 1. Significado del arte paleocristiano 169 2. Significado particular del arte bizantino 171 3. Del arte paleocristiano al arte roménico 172 4, Del arte romédnico al arte gético . 175 Carfruto IX. Simbolos paleocristianos 17 1. El lenguaje de los simbolos . ei 17 2. Descripcién de los simbolos paleocristianos . 179 fypice DE 1LUSTRACIONES. 187 1. Mapas y dibyjos .. 187 2. Léminas 188 INDICE ONOMASTICO ....--esecesseeee 191 fypice TEMATICO Y DE MONUMENTOS 195 fnvice TopoNtimaco 199 PRESENTACION La Arqueologia es una de las asignaturas que pertenecen al drea de los estudios histéricos en las Facultades de Historia de las univer- sidades civiles, y también en las de las universidades eclesidsticas, aunque en éstas se haya restringido su estudio al drea cristiana; pero tanto en un ambito como en otro, la arqueologia ha sido considerada tarea reservada més bien a los investigadores de campo; de modo que el eco de sus investigaciones solamente alcanza al gran ptblico cuan- do se producen descubrimientos de resonancia especial. La arqueologia en general tiene una gran importancia para la his- toria de la cultura; y la cristiana es de sumo interés para un tiempo como el actual, en el que se impone el «retorno a las fuentes» de toda vida cristiana, a fin de recabar en aquellos primeros siglos de la ex- pansién del Evangelio modelos de identificacién que introduzcan a los cristianos de hoy en una nueva manera de vivir y testimoniar la fe en la coyuntura hist6rica del Tercer Milenio de la era cristiana, que esta planteando a la Iglesia de hoy el problema de la inculturacién del Evangelio en las nuevas culturas; y de una manera mas apremiante atin de lo que pudo ser respecto a la cultura grecorromana de los orfgenes. La Arqueologia cristiana, como ciencia empirica, se distingue neta- mente de otras ciencias mds o menos afines, como pueden ser, especial- mente, la Historia de la Iglesia 0 la Historia del Arte; pero tiene con ellas algunos puntos de contacto que es preciso tener en cuenta. Sin duda alguna, la Arqueologia puede aportar a la Historia de la Iglesia muchos puntos de vista que la salven de ciertas encrucijadas: la aparen- te contradicci6n entre algunas afirmaciones rotundas de la Sagrada Es- critura, relativas a la carencia de templos, porque a Dios no hay templo que lo pueda albergar, y porque «a Dios hay que adorarlo en espiritu y en verdad», y la progresiva aparicidn en la Iglesia de lugares de culto que van, desde las minimas dimensiones de una habitacién de cualquier casa familiar, hasta las grandiosas basilicas levantadas a lo largo de los siglos; o la prohibicién veterotestamentaria de esculpir o pintar image- nes, y la presencia de imagenes, que se extiende desde el uso privado personal, hasta el abigarrado mundo de esculturas y de colores que inun- dan los retablos de tas catedrales. El arte paleocristiano que la arqueologia nos muestra, desde unos simbolos trazados por manos inexpertas sobre la lapida de una tumba, XIV Presentacién hasta la imagen grandiosa, impresionante de un Pantocrator que nos acoge amorosamente, pero que también nos amonesta con el gesto de su mano y con sus ojos desmesuradamente abiertos, en el dbside de las basilicas paleocristianas, es el testimonio més bello y el reflejo mas nitido de lo que aquellos primeros hermanos nuestros en la fe crefan, sentfan y esperaban en su vida cada dia, jalonada, no pocas veces, de persecuciones por su fidelidad a Cristo. Lo que aquellos primeros cristianos experimentaban y sentian no pudo por menos de manifestarse en expresiones de arte; porque entre el arte y la religién ha existido siempre, desde los primeros balbuceos del hombre més primitivo, un parentesco natural; es lo que el Concilio Vaticano II expresa cuando habla de aquella «armonia» que existe necesariamente entre el cristianismo y todas las formas de verdadera cultura humana. Sin que por ello se quiebre lo mas minimo la «auto- nomia del orden temporal». Por eso, la Iglesia no ha impuesto jamés un «estilo artistico» como especificamente suyo, sino que ha adoptado y bendecido aquel que en cada circunstancia de pueblo y de lugar expresaba adecuadamente los sentimientos de fe y esperanza de los cristianos. Este libro no esta destinado, por supuesto, a los arquedlogos pro- fesionales, sino a un publico més amplio. En primer lugar, como lo exige la finalidad misma de la coleccién Sapientia Fidei, a quienes en los Seminarios y en las Facultades de la Iglesia, se preparan para ser pastores del Pueblo de Dios. En segundo lugar, a quienes en los Ins- titutos de Ciencias Religiosas desean adquirir un conocimiento més profundo de lo que ha sido la experiencia cristiana de los primeros siglos, como santo y sefia de la experiencia cristiana de todos los tiempos. Y en tercer lugar, a todos aquellos que sientan alguna inquie- tud por conocer las aportaciones que al arte y a la cultura hicieron los cristianos de la Iglesia primitiva. Este tratado de Arqueologia cristiana, en una palabra, y como decia san Benito en su Regia a los monjes, no tiene otra pretensién que ser una «minima escuela» en la que, no a través de la disciplina mondstica, sino de los vestigios arqueolégicos de los primeros siglos de la Iglesia, podamos recabar los cristianos de hoy el ejemplo de cémo podemos vivir y expresar, inculturar, nuestra propia fe y nues- tra propia esperanza en la cultura de nuestro tiempo. BIBLIOGRAFIA GENERAL ALcINA FRANcH, J., Arte y antropologia (Madrid 1988). Battie Husuet, P., Arte paleocristiano (Madrid 1947). BeiGBEDER, O., La simbologia (Barcelona 1971). BERGAMO, M., Spazi celebrativi, figurazione architettonica, simbolismo liturgico (Venecia 1994). Boursuer, P. pu, La pintura paleocristiana (Barcelona 1967). Brune, E. pe, Materia e spirito nella plastica paleocristiana: Riv. de Arch. Crist. 25 (1949) 25-46. — Historia de la estética (Madrid 1963). Bruyne, L. pe, Sarcofagi, EC X, 1905-1911. 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Teorta. Panorama. Documentos (Madrid 1965). — Futuro del arte sacro (Bilbao 1973). — «E] arte sagrado», en B. Bartotomé (dir.), Historia de la accién educadora de la Iglesia en Espana 1 (Madrid 1996) 383-392. Rossi, J. B. pe, Inscriptiones christianae Urbis Romae septimo saecu- lo antiquiores (Roma 1857). Suapiro, M., Estudios sobre el arte de la antigiiedad tardia, el cris- tianismo primitivo y la Edad Media (Madrid 1980). Testini, P., Archeologia cristiana (Roma 1958). Urecu, E., Dictionnaire des Symboles Chrétiens (Neuchatel 1972). Verzone, P., L’art du Haut Moyen Age en Occident. De Byzance a Charlemagne (Paris 1976). Vives, J., Las inscripciones cristianas de la Espafia romana y visigo- da (Barcelona 1942). Vorsach, W. F.-Hirmer, M., Arte paleocristiano (Florencia 1958). VV.AA., Comprender el arte (Madrid 1976). WOLELIN, E., Conceptos fundamentales en la historia del arte (Madrid 1985). AnBoll AnGr BAC BIFAO BHG BollAC CahArch cIL Dz. DAChL. DIEHL d. nat. DthC 1930ss). EC ip. NRTh PG PL RH RivAC RHE sc SIGLAS Y ABREVIATURAS Analecta Bollandiana, Bruselas 1882s. Analecta Gregoriana, Roma 1930ss. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 1945. Bulletin de l'Institut d’Archéologe Oriental, El Cairo 1901ss. Bibliotheca hagiograhica Graeca, Bruselas 1957 Bolletino di archeologia cristiana, Roma 1893-1994. Cahiers archéologiques, Paris 1945ss. Corpus Inscriptionum Latinarum, Berlin 1863ss. H. Denzicer, Enchiridion Symbolorum (Friburgo de Bris- govia 1960). F. CaBrot-H. LeKxierca, Dictionaire de Archéologie chré- tiene et Liturgie (Paris 1924ss). E Dent, /nscriptiones christianae latinae veteres, 3 t. (Berlin 1925-1931). Dies natalis. E Vacnt, Dictionaire Théologie Catholique (Paris Enciclopedia Cattolica (Florencia 1948-1954). In pace. Nouvelle Revue Théologique (Lovaina-Paris 1879ss). I Micve (ed.), Patrologiae cursus completus: series graeca (Paris 1857-1866) J. Micne (ed.), Patrologiae cursus completus: series latina (Paris 1878-1890). Revue Historique (Paris 1876s). Rivista di Archeologia cristiana (Roma 1924ss) Revue dhistoire ecclésiastique (Lovaina 1900s). Sacrosanctum Concilium (Constitucién sobre la Sagrada Liturgia, del Concilio Vaticano Il). ARQUEOLOGIA CRISTIANA sees Rue ee sou INTRODUCCION ARTE Y RELIGION BIBLIOGRAFiA Acuuar, J. M., Liturgia. Pastoral. Arte sacro (Madrid 1958); ALcINA FRANCH, Arte y antropologia (Madrid 1988); Bruyne, E. ve, Historia de la estética (Madrid 1963); Canto Rusio, J., Evangelizar con el arte (Madrid 1990); Dusrret, J., L'Herne (Paris 1973); ELsen, A., Los propésitos del arte. Introduccién a la historia y a la apreciacién del arte (Madrid 1971); Fiscuer, E., La necesidad del arte (Barcelona 1970); Grasar, A., Las vias de la creacién en la iconografia cristiana (Madrid 1958); PLAZAOLA, J., Historia y sentido del arte cristiano (Madrid 1996); Ib., El arte sacro actual (Madrid 1965}, Io., Futura det arte sacra (Bilbao 1973); lo., «El arte sagra- do», en B. BARTOLOME (dir.), Historia de la accién educadora de la Iglesia en Espaiia 1 (Madrid 1996) 383-392; Marin VeLasco, J., El malestar reli- gioso de la cultura (Madrid 1993); Rossotato, G., Ensayos sobre lo simbé- lico (Barcelona 1974); Tapes, A., Arte y contemplacién interior (Madrid 1990); VV.AA., Comprender el arte (Madrid 1976); Wourun, E., Conceptos fundamentals en la historia del arte (Madrid 1985). 1. LA OBRA DE ARTE El arte y la religion son dos expresiones del hombre que estan muy préximas y estrechamente relacionadas entre si. La historia de la humanidad es el mejor testigo de esta afirmacién. Desde las épocas més remotas de la prehistoria, las artes en su conjunto han germinado y se han desarrollado sobre el terreno del sentir religioso; y es sobre este mismo terreno donde las artes han alcanzado sus cotas més ele- vadas de expresion. Esto mismo, pero en un nivel mucho més alto, ha acaecido tam- bién con la religién cristiana; porque, superada su inicial hostilidad hacia cualquier representacién figurativa, se fragué muy pronto entre el arte y el cristianismo una perfecta armonia que perdura hasta nues- tros mismos dias. Desde muy pronto, el arte cristiano alcanzé cotas mucho més elevadas que las artes profanas; hasta el punto de poder afirmar que en la historia del arte no existe ninguna otra rama tan viva y floreciente como el arte cristiano. De ahi se deriva la necesidad de conocer, desde todas sus vertien- tes, el arte cristiano primitivo 0 paleocristiano porque en él ahonda sus Taices todo el dinamismo del arte cristiano posterior. Juan de Domi- 4 Introduccién nici, que fue quien impuls6 al més genial de los pintores cristianos, Fray Angélico, a dedicarse al estudio de las artes, decia que el arte es el medio més poderoso para elevar el alma y para desarrollar los pensamientos santos del coraz6n. Conocer aquellas primeras fuerzas religiosas que dieron origen a las primeras manifestaciones artisticas cristianas ser siempre de capi- tal importancia, por aquello de que «los reinos se conservan siempre con las mismas fuerzas que les dieron origen». Esto vale también para una época como la actual, en la que, por el predominio de la civi zacion cientifico-técnica, parece que se prescinde de los valores del espiritu, los cuales no encuentran un camino facil para su expresién y desarrollo. El denominador comin de la cultura actual, que todos los pueblos se aprestan a hacer suyo como el tesoro mas valioso, es la técnica. La mentalidad pragmatica y positivista es la consecuencia inmediata de la inmolacién que en el ara de la técnica se ha hecho de los valores humanisticos; y entre éstos ocupan un puesto destacado los valo- res artisticos, sobre todo si tienen algun matiz explicitamente reli gioso. Para que pueda captarse el sentido de cualquier obra de arte se precisa una intima y escrupulosa toma de contacto con el medio ambiente en el que ha surgido; pero se ha de tener en cuenta que lo verdaderamente importante no son tanto las condiciones circunstan- ciales cuanto la obra en s{ misma: lo que en ella procede en linea directa de un valor humano que rebasa, a pesar de las posibles apa- riencias, cualquier tipo de presién, influencia 0 condicionamiento extemno, y el contacto existente, en alguna region del espiritu, entre la obra y el que la contempla, como consecuencia de la raiz mas profun- da de quien la realiz6 o de quien tuvo la idea primigenia de la misma y la mand6 realizar. Toda verdadera obra de arte que, en principio, deba considerarse como tal, ha surgido de las profundidades més intimas del hombre, en cuanto que participa de aquella evasion del tiempo y det espacio que es la condicién de lo espiritual. La sefial de ese primer instante de la concepcién de la obra de arte es lo que ha de primar en la consideracién de quien la contempla o la estudia, aunque no queden nada mds que unos leves vestigios ruinosos de la misma. Cualquier obra de arte, por muy distante que esté en el tiempo o en el espacio respecto al que la ide6 o la realiz6, si no fueron la misma persona, siempre lleva dentro de si la chispa del acto creador, aunque sea bajo las cenizas de unas ruinas arqueoldgicas. La verdadera obra de arte es tal porque esta siempre vinculada, no s6lo en sus ms intimas profundidades, al mundo intemporal del espiritu, sino también por su realizacion misma, por su instalacién en el mundo de las realidades fisicas que la circundan, y por su relacién al tiempo y al espacio. Introduccién 5 El intento de dar una definicién a las cosas, de poner nombre a las cosas, es tan antiguo como la aparicién del hombre sobre la tierra. Dice el Génesis que Dios hizo desfilar todos los animales ante el hombre, y éste le dio a cada uno el nombre que le correspondia: «Y Yahvé Dios formé del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llev6 ante el hombre para ver cémo los lamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre Ie diera. El hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales det campo» (Gén 2,19s). Poner nombre a una cosa o definirla es conocerla en su mas intima esencia. Pero, una vez definida una cosa, es preciso proceder a la explicacién de los términos de la definicion, lo cual induce instintiva- mente a la sospecha de que el intento de definir una cosa pertenece mds a esas tareas denominadas distracciones, que a una verdadera tarea intelectual. Definir es delimitar, poner fronteras exactas; pero al arte no se le pueden poner unas fronteras muy exactas. En el estudio de una obra de arte no se trata realmente de definir, porque la definicin leva aparejada ya la conclusién de que la comprensién de la obra de arte es algo que puede llegar a poseerse sin necesidad de proporcionar de antemano una definicién. En realidad, la multiplicidad de definiciones que se han dado del arte demuestran que ninguna sirve plenamente, porque los caminos que conducen al arte afectan mas a la sensibilidad que al entendimiento. Estaremos en presencia de una obra de arte si ésta es original; pero hay que tener en cuenta que original no quiere decir precisamen- te que haya de ser algo sorprendente, sin ninguna influencia o inusi- tado. Original significa sencillamente procedencia de origen. La ver- dadera obra de arte brota del puro acto creador que la pone en el mundo. Por eso, la copia de una obra de arte, aunque sea de la obra maestra de un verdadero artista, no posee la procedencia de origen; es decir, no posee aquel algo, indefinido y misterioso, que esta siem- pre més alla de la mera realizacion material, aunque ésta sea indispen- sable porque en ella descansa la originalidad de la obra de arte; una copia nunca tendré el sello de la originalidad por mas que el copista haya podido emplear las mismas técnicas que emple6 el autor. 2. LA CREACION ARTISTICA COMO REFLEJO DE LA CREACION DE DIOS Es evidente que, cuando se habla de creacién artistica, no se equi- Para —ni en extensién ni en significado— a la creacién de Dios, que es el autor original por excelencia. Dios crea de la nada; Dios es creador

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