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Bae ii Ge te eget er | alcance y la complejidad del fenomenc paramilitar. Su lectura aiyetgoetl tates) reel (teeteet storage nueva y muy sugerente vision de Ia Nicer ese otrsir as ALFREDO RANGEL Director de fa Fundacion erate mastitis! TE Mineeslese(dees eel eelo atte y COC eA car ig pe GTS fetget ore BCU tla ee UM oe) construir un nuevo orden social Pte eestt (salons hol legl tid e\lgrel Teel ate Color sy Cate [ogra tats fol Beige KC Ea letters ee y, lo mas importante, de la creacion de una nueva forma de Estado local. | fi GUSTAVO DUNCAN Dye IBA GuERRA Dy ENORES \UTODEFENSAS EN COLOMBIA Capitulo 9 La escuela y la secuela de los paramilitares La figure de los bandoleros y pijaros que habian quedado como un resabio de la Violencia y que habian sido casi exterminados tendrla tuna nueva oportunidad para actuar como mercaderes de la violencia en la definicién del poder local. La expansién guertillera la préctica masiva de secuestros, ol anticomunismo y la flexibilidad invernacio- nal ante las violacioncs a los dercchos humanos cn el cutuiny de la guerra fila, las disputas electorales en las localidades y la necesidad de los narcotraficantes de contar con algtin tipo de proteccidn en sus nuevas propiedades rurale le daria una nueva forma als bandas de asesinos y ctiminales. Lejos estaban ain de consticuit los ejércitos con doctrina, mando, campamentos y Ja respectiva iconografia que crearfan los hermanos Castafio una década més tarde. Pero se habia trazado el sendero del ascenso social de unas figuras violentas que se hhabfan estancado en las comunidades por la ausencia de una fuente de riqueza que permitiera su expansién y por el fortalecimiento de la capacidad de coercién del Estado central. Tiadicionalmente se sefala el inicio de los grupos paramilitares en 1982 con la conformacién del movimiento Mas (Muerte a Secues- tradores), como respuesta al secuestro de una hermana del clan de los Ochoa. Pero en la prictica resulta dificil precisar el momento, en la medida que conceprualmente no es claro lo que significa el término Paramilcary en la prctica sus caracteristias rebasan o se quedan cortas con tespecto a las distinciones que comtinmente se le atribuye al concepto. Se ha referido 2 los paramilitares como fuerzas que el Los seviones De vA GUERRA 241 Estado organiza para llevar a cabo asesinato selectivo de opositores Politicos, como grupo de mercenarios anticomunistas propios de la guerra fifa, como ejércitos adscritos a un grupo de interés del corte de cerratenientes 0 gamonales y como escuadrones de la muerte al servicio de narcotraficantes. Mi ali de la discusidn sobre su signifi- cado exacto, los hechos histéricos muestran que existieron en el caso colombiano rasgos de cada una de ls defnicioncs anteriores, aunque estos rasgos variaban de acuerdo con el momento histérico, losactores involucrados y las regiones donde operaban, Cada una de las manifescaciones de los paramilitares seria un pre- cedente importante en la aparicién de los sefiores de la guetta. Desde la ‘espuesta armada local frenteal secuesteoy la extorsién gencralizada de fas guerrillas yel Gaomdelaadquisicién detierras porlos narcotraficantes (finales de los serenta y principio de los ochenta), hasta la experiencia de los Pepes que precede a la confotmacién de ejércitos repulases por Castafio, consticuye un acumulado de experiencia organizacional, politica y militar, sin el cual no huhiera sido posible la construccivu, de los grupos de autodefensa adscritos al posterior proyecto de las ‘ue. Cuando las familias de colonos que llevaban ya algtin tiempo asentados en un cerritorio y habian logeado ttularizar su propiedad sobre unos euantos centenares de hectéreas, decidieron organizatse y atmarse para responder a la intensificacién de las “vacunae”™® y Jog plagios de la guerilla, en muchos casos con el apoyo de la Feerza Pablica, no imaginaron el répido desarrollo que tenda su respuesta Mucho menos imaginaron el significado politico queadquirtia su idea de organizacién armada. Era dificil prever que tras la reaccién de unos terratenientcs, colonos y comunidades agrarias, con algain pasado de violencia bandolera o méximo de mafias campesinas, se iban a sentar fas bases de lo que serfan unos estados regionales controlados pot «jércitos privados articulados alrededor del control del narcotréfico y a desencadenar und revolucién en el orden social de las regiones y en {as relaciones entre el Estado central y los estados regionales. De todas maneras, los paramilitares, como grupo armado, estaban zmarcados por su carécter de subordinacién a otros actores del conflicto, eran estructuras de guerra construidas en paralelo a otras estructuras con Nombre que se le da a los pagos de las extorsiones en Colombia. ae Gustavo Dean intereses superiores a los suyos, Consticutan el misculo de la violencia, Ja intimidacién y la proteccién de los intereses de tetceros, como :e- sratenientes, élite regionales, politicos profesionales, narcotraficantss, sectores de extrema derecha en el establecimicnto, las Fuerzas Armadas, etc. Sin embargo, no puede afirmarse que fueran parte dominance dela eseructura a la que prestaban sus servicios de violencia ¢ intimidacién, El poder de los paramilicares estaba limitado por los intezeses de bs fupDE que los financiaban y que los habianayudado a onfoxma ‘Terratenientes, narcotraficantes, politicos del establecimiento, mili res y demas grupos de interés definfan el propésito de la violencia de los grupos paramilitares. Esto no quiere decir que no llevaran a cabo acciones criminales independientes de sus patrones. La masacre de los contrabandistas en La Rochela (Magdalena Medio) y el posterior asc- sinato de la comisidn investigadora desvirtuarfan cualquicr hipStesisal fspecto, Lo que se argumenta esque por ser todavia grupos armadbs Con niveesorganiatves muy limitados, dependientsen su fnanc cién y armamento de otras fuerzas sociales, los paramilitares no habjan alcanzado una autonomia suficiente para imponer los interescs de la Oorganizacion armada sabre el stn de sociedad. Eran part del orden social que estaban moldeando otras fuerzas, y su capacidad miles, politica y econémica no era suficiente para librarse de la subordinacién de actores mas poderosos. Solo cuando evoluicionaron, y conformarcn estucturasarmadkscomplgjas, los efeitos paramiiares ahora gro pos de aurodefensas comandados por sefiores de la guerra, tendrian suficiente poder auténomo. De momento tendrian que esperar a ate faguaran cambios hist6ricos definitivos como el fin de la guerra fra, ta descentralizaci6n administrativa del Estado y la captura de los capos urbanos del narcomrfico, para que el poder de los “patrones” de los grupos paramilicares fuera comparable al poder que emanaba de poseer un verdadero ¢jército sin subordinacién a los intereses de terceros, Los nvictos, ENTRE LA EXPANSION GUERRILLERA, LA GUERRA rRfA ¥ LA RESPUESTA DE LOS HACENDADOS Y, AL FINAL, SIEMPRE LOS NARCOS ‘Mientras en un principio los grupos guerrilleros se asentaron e1 las regiones rurales, pobres y sin presencia del Estado, a finales de los setenta y principios de los ochenta, se dio una expansién hacia Los SeNORES DE LA cuERRA 243 ‘egiones mas ricas. En parte buscaban encauzar sectores desafectos dentro de su lucha arnsada y, por otra parte, la expansidn significaba tin incremento en sus posibilidades de financiacién a traxés de la tribuescién ola produccién econémica local. Los débilesequilibyios ue s¢ habfan construido con la poblacién local, que garantizalan Ua convivenciaestable con sectoresterratenientesy decampesinos de clase media, se quebraron cuando la exigencia de recursos medinans [a extorsin y el secuestro comenzaron a rebosar la tolerancia de Ing Pobladores. Hlsostenimiento dclaescaladadelaguerracontrsel Brtade demandaba demasiados recursos, y quienes sintieron con mis fuse, {a presin econémica fueron los miembros delas comunidades dene las guerrillas tenfan alga tipo de presencia. ¥ no se trat6 columeres de la expropiacién de los ricos y poderosos locales, la mayoria de lag Gualesvendieron sus haciendasy mudaron a ciudades capitales mie Seguras, sino de aquellos campesinos que habian logrado haceree a lunos cuantos centenares de hectiseas y mejorar sus condiciones de Vida y de los jornaleros y aparestos que viewun e6mo sus condiciones de vida y su seguridad personal se detctioraban progresivamente ‘Se encontraron asi una serie de actores sociales unidos en torno {uns realidad comin, lade ser victimas directas de las guerrllae en las regiones. Ante el dilema de armarsc y asociarse para protegerse 0 de desplazarse y perder sus bienes, politicos profesionales, caciques locales, cerratenientes y capitalitasruralesoptaron por formar, ‘grupos de aucodefensa compuestos por cuadiillas de peones labriegos. Lat ‘armas con que contaban estos primeros grupos de autodefensa ane subversiva eran en sus principios bastante precaras y la efectvided de Proteccidn dependia en gran medida del respaldo con que contaran cn las fuerzas de seguridad del Estado, Este respaldo se manifereabe cat los salvoconductos, alguna capacieacién militar, apoyo frente {a ofensiva de concentraciones guersilleras y soporte en telecomani, se interesaban en el negocio de la droga sino en el control del resto de wansacciones politicas y econémicas de Ia sociedad, mediante amena- zas, excorsiones y asesinatos. El narcotréfico se mezclé asi con una vieja uwadicién en la configuracién del poder local en Colombia, el uso de la violencia para acceder y preservarse en el rope de la estructura socia.. Aligual quelos viejoscaciques politicos gamonales, aquellosindividuos con mayor visién se proyectaron en una escala de poder superior, desde lo regional hacia lo nacional, a través de alianzas entre congresistas, burocracia y votos provenientes de lo local, que actuaban segiin los intereses comunes de esta nucva casta de jefes mafiosos. Aun asi la caracterfstica de ese control mafioso tenfa mucho d= incstabley limitado debido a que la organizaci6n de aparatos armados cn las regiones apenas estaba en su fase germinal. Los grupos parami- litares no posefan Ja doctrina, ni el entrenamienco, ni la iconografla de verdaderos ¢jércitos, Todavia no eran estructuras de tropas que reunieran bajo un solo mando los suficientes soldados para imponer eu control territorial sobre extensas rgioncs, siuu que sc limitaban a los espacios y a los habitantes de rcas vitales para la produccién y el trifico de cocaina y para al refugio de los empresarios. Se trataba més que todo de escuadrones de mercenarios al servicio de algén narcotraficante, lo que implicaba su especializacién en operaciones de vigilancia de las propiedades y los negocios de sus patrones, y al ataque de las propiedades y negocios de narcos competidores. Las armas, vehiculos y tecnologias de comunicacién que posefan sin duda ‘eran muy sofisticados para eliminar ala poblacién ya los infilteados de laguerrilla, pero no existfa una organizacién que cohesionata bajo cl control de un solo ejército una base poblacional amplia y se impusicre como regulador de un grupo significativo de empresarios de la droga La ausencia de ejércitos con la escala minima suficiente para somcter bajo una sola unidad al resto de narcotraficantes y grupos armadot propiciaba situaciones de guerra constante. Ademds, la infiltraciér, del narcotrifico dentro del proyecto paramilitar degradé la identidad inicial de autodefensas campesinas contrainsurgentes que unificaba a {os cuadros armados surgidos en respuesta a los excesos de la guerrilla Se tomné inocultable la codicia de los comandantes paramilitares y su Los seiiones De La Gun 267 n dentro de los parémetros de consumo, de ostentacién y de comportamiento de los narcotraficantes. Hasta cl personaje més representativo de los movimientos paramilitares, Henry Pérez, se habitus a estilos de vida que de lejos negaban cualquier justificacién de la violencia como defensa de las propiedades y las empresas de campesinos honestos: Comenaé a construir fincas al estilo narco. Levancé una en Calderén, al lado del Bérbula [Batallén del Ejército Nacional], con tun lago artificial y un kiosco en la mitad para atender a las vistas. Construyé una pista para sus finos caballos. Slo le faltaba la plaza de toros, para aquel tiempo, mafioro que se respetara construla una. ‘Yo peor de todo era que a “Henry le comenzé a gustar el perico"| pero no para exportatlo sino para consumo personal. La penctracién de las drogas en las autodefensas era inocultable™, Ladegradacién dea unidad alrededor dela causa contiainsurgente llegé a su maximo extremo cuando eapos medianos del narcotrdfico incitaron toda una serie de vendetcas internas. Numerosos comandan- tes, empresarios de la droga, politicos afines a algunas de las facciones Yy paramilitares sos serian climinados sin que las guerrillas hubicran tenido que gastar una sola bala. Por ese entonces se hizo famosa la expresién de Jacobo Arenas, maximo comandante de las ranc: “A mi los paramilicares no me preocupan, ellos terminan matdndose cntre cllos mismos”. La degradaci6n, producto del narcotrifico, traerfa una fragmencacion y una desconfianzaal interior delos grupos paramiliarcs que los llevarfa a su divisin en unidades de combatientes agrupados cn un momento dado segtin los requerimientos de violencia de una figura patronal muy concreta. Esta figura no tenia una estabilidad de ‘mando asegurada por el propio descontral de unos pequeios jézcitos en constante disputa y por su vulnerabilidad a delaciones y atentados personales. A las reuniones entre los jefes paramilitares, os “escoltas Ilcgaban con las armas desaseguradas y con un tiro én la recdmara”!, Pata los combatientes rasos las guerras inrestinas entre sus comandantes “Sanchez Jt 2003, op. cit. p.126, " [bid 0. 190 268 Gustavo Duncan, con sus respectivas alianzas entre narcos, politicos y terratenientes, quienes también vivian en enfrentamientos permanentes, significaba tuna gran inestabilidad accrca de su afiliaci6n a una faccién paramiliar y acerca de los objetivos de la organizacién, Ya no era la guerrilla el Principal enemigo, sino los combatientes de un narcotraficante que competia con el patrén. Las tieras, los laboratotios y el ganado de un narco que un dia se atacaba sin piedad, al dia siguiente habia que puotegerlas desus antiguos compafieros de armas. La frase de Llovizna, tun antiguo soldado de los paramilitares, en las ctnicas de Sénchez Jr. (2003) resumiria la situacién; “Uno se acostaba hoy con un patron y amanecia con otro!®”, La descomposicién del proyecto paramilitar en manos de un sinniimero de narcotraficantes en constantes vendettas involucrados con muchos de los magnicidios mas repudiados por el pafs lleva un debilitamienco de las relaciones de sectores del centro con un proyec- ‘© contrainsurgente civil. La intolerancia de la opinién publica ante hhechos como la masacre de 12 funcionarios judiciales en La Rochela, que fueron a averiguar por el crimen de 19 contrabandiscas en Puerto Royac, terminaria de aielar y fragmentar los cjéccitos privatluy cu las regiones. La desorganizacién y la indisciplina al interior de los geupos armados sefalarian el final de las Aurodefensas Campesinas de Puerto Boyacd. El momento de mayor indignacién por aquellos que todavia tenian alguna esperanza en revivir el proyecto de contrainsurgencia campesina ocurrié inmediatamente después del asesinato de Henry Pérez por dos sicarios de Pablo Escobar. En una asamblea para definir elrumbo de la organizacién, su viuda haria elegir como nuevo coma- danteasu amante, ademés traspasaria su nombre las propicdades del difanto, Luis Meneses, un ex oficial del Ejército, conocido como Ariel Otero en el entorno paramilitar del Magdalena Medio, era el segundo a bordo del aparato de guerra de Henty Pérez. Pero para todos en el ambiente era sabido que Otero engaiiaba a Pérez con su mujer y que jugaba a varias bandas con los narcotraficantes de Cali y Medellin, Eiacumulado detraicionesy degradacién interna no dejarfa que Otero comandara el movimiento por mucho tiempo, pocos meses después * Tidy p. 190. Los sewones DE LA GuEReA 269 apareceria asesinado en las afueras de Puerto Boyacé con un letrero ue decfa: “Por traidor, ladrén y asesino.” De las Autodefensas de Puerto Boyacd solo quedarian en ese momento algunos grupos aislados como el de Jaime Rueda Rocha, Jefe del comando de sicarios que asesiné al candidato presidencial is Carlos Galin. Después de la muerte de su pattéin, El Mejicano Rodriguez. Gacha, habla formado un grupo paramilitar “que puso al servicio del mejor postor.[...] Se llegé.adecir queestuvo en la némina de esmeralderos, del Cartel de Cali y Escobat™?, Rueda Rocha seria asesinado en abril de 1992 por otros comandantes paramilitares come reraliacién por el crimen de Gustavo Londofio, alcalde de Puerto Bo. yack, y por temora ser ellos sus préximas victimas. Pero las muertes de comandantes no pararon, el Zarco, Santomano y Policta los préximos en figurar, fueron ultimados en menos de dos alos. La situacidn se ‘omaria tan volétil que “los lideres que se salvaron se metieron al monte con sus muchachos. All se senvlan ms seguros, y cualquier forastero 0 mensajern que llegara ce moria. Ya uw eran paramilitares ni autodefensas ni grupos ni frentes(..] slo unas cuantos hombres enfusilados para no dejarse matar de los enemigos"”, Algunos de estos paramilitares como El Vigo Ramén Isaza que sobrevivieron a la arremetida de Escobar, Rodifguez Gacha, y que se csforzarfan en preservar un cardcter més organizado y compro- metido con el proyecto contrainsurgente, descmpefiarfan un papel importance en la futura configuracién de los ejércitos de sefiores de 4a guerra. Numerosas y trascendentale lecciones surgirlan de toda la ctisisy degradacién del proyecto original deautodefensas campesinas. En primer lugar, el compromiso adquitido con las facciones narcote. ‘roristas demostratla la importancia de no traspasar aquellos espacios de poder del Estado y las élites del centro que conducitian a setalia, ciones contra los ejércitos regionales, su base politica y sus fuentes de Binanciacidn. Ademds, habia que tener en cuenta los intereses de Estados Unidos en Colombia, ciertas decisiones y actuaciones podtan no afectar directamente al establecimiento pero la presidn de la em- bajada americana conllevaba persecuciones demasiado costosas para *© Ibid, p. 191. “ Thid, p. 194, 270 Gustavo Duncan el movimiento. En segundo lugar, la fragmentacién de los aparatos armados bajo mandos poco cohesionados y sin suficientes apoyes en la poblacién propiciaba situaciones de alto riesgo de enfrentamien:osy vendettas internas. Era necesario organizarejércitos a escalas superiores desimples escuadrones dela muerte, que estuvieran en condiciones de someter al resto de aparatos armados y de fuerzas sociales en una regién. La capacidad de ejecutar violencia y terror en determinadas Situaciones er crucial para asegurr el rexpaldo de una base cliente lista, pero igual de crucial era la disponibilidad de una organizacién politica que atendiera las demandas de la poblacién propias de una relacién de intercambio entre clientelas y patrones. Y por iiltimo era posible —e indispensable para competir con los demds aparatos arinados— financiarse con el narcotéfico, pero sempre ycuanco se dispusiera de una organizacién armada capaz de imponer su hegemonta Violenta sobre cualquiera de los grupos de sicarios y guardacspaldas de los narcos que ubicaban sus negocios y su refugio en la regidn >ajo control. Es decir, el ejércita privado del hombre fuerte en un territorio tenia que estar por encima de los intereses y de la capacidad militar de los narcotraficantes. Las lecciones anteriores darian la clave para pasar de organizaciones especializadas en la proteccién de determinadas tansacciones 0 de Areas geogrificas muy focalizadas, a verdaderos ejércitos capaces de apropiarse del Estado en regiones enteras, Podeia pasarse asf del umbral de lo mafioso a sefiores de la guerra. DE UN MODELO DE GRUPOS SUBORDINADOS A EJERCITOS CON PERSPECTIVAS DE AUTONOMLA El auge y ocaso de El Mejicano Rodriguez Gacha, el principal socio militar de Escobar en su guerra contra el Estado, sefialarfan los limites de la violencia y la criminalidad tolerable por los poderes centrales del pais y por la comunidad internacional, cuando se wrata- ba de conformar ejércitos privados. Postetiormente, la tolerancia de Jas agencias gubernamentales con los paramilitares de los Pepes en Ja persecucién de Pablo Escobas, confirmaria la conyeniencia de no traspasar esos limites. Las lecciones della degradacidn paramilicarinci- dirfan en la estrategia que tomarfa la futura expansién de los cjércivos privados: no volverfan a dejarse comprometer en una guerra abizrta con el Estado por intereses de terceros. El traspaso de los limites del Los senones De LA cuEneA 271 poder del centro sucederia de una manera més sutil, mediante la coopracién de muchos poderes locales para sumar la representacién cle regiones enteras y articular a representantes de ese poder en las instituciones democriticas donde se definen y se cjecutan las politi cas de gobiemo, También fue imprescindible mantener a raya a los grandes capos urbanos, su riqueza era una amenaza demasiado alta de subordinacion del ejército a sus intereses. Ademis, su visbilidad ¥ dificulad para asumir una fachada conteainsurgence originaba des- encucntros con ciertos sectores de las fueroas de seguridad del Estado, Se podian realizar trabajos por encargo a los grandes narcotraficantes de las ciudades, era muy buen negocio, pero no se podia dejar que cntraran a dar érdenes y a controlar sus actuaciones. El poder de los Brupos armados y de los narcotraficantes locales, primordialmente el de aquellos ubicados en las éreas rurales y semiurbanas, comenzd entonces una expansién silenciosa, sin necesidad de grandes batalla, A través de la infltacién de las instituciones regionales y nacionales dol Eseado sc aumplid el espectro de su espacio de poder hasta trans. formar radicalmente la estructura politica nacional. 1a época dorada de los grupos paramilicares haba llegado a su fin como consccuencia de su subordinacién a los capos de las grandes ciudades. El grupo paramiliar quizs mas represencativo de la década del ochenta, as autodefensas del Magdalena Medio, no pudo mantener por mucho tiempo su proyecto contrainsurgente libre de la influencia de Rodriguez Gacha y Escobar, quienes habian encontrado en la re. sién un terreno propicio para refugiarse y ditigir su guerra contra el Estado. Aun asi, no todo el legado de Puerto Boyaci se habia disipado, {a escuela y Ia secuela de los paramilitares que crearon Henry Pérez y Pablo Guarin tendrfan su semillero en otras regiones del pais. En un rea geogrifica en particulay, la comprendidla en los alrededores de Tierralta, Valencia y Montelibano, Fidel y Carlos Castaio, antiguos miembros del Cartel de Medellin, compraron miles de hectéreas justo cuando se desintegraban las autodefensas del Magdalena Medio, en 4a que habjan tenido una participacién activa, Alli pusieron a prueba los conocimientos sobre guerra contrainsurgente que habian sido de- sarrollados durante diez afios de violencia paramilitary, entre 1988 y 1990, llevaron.acombatientes de Puerto Boyacd, Medellin y Magdalena ‘Medio a barrerlazona. A punta deasesinatos de delincuenteccnmnnee 272 Gustavo Duncan colaboradores de la guerrilla y activistas de izquierda, de masacres y desplazamiento de comunidades asociadas al control insurgente, y de toda una serie de politicas dirigidas a ganarse el apoyo y la lealtad dela poblacién local, como la reparticién de tierras, Ia construecién de pozos y fuentes de agua y la dotacién de escuelas y puestos de salud, se hicieron a una base social propia desde la cual extender su conteol del teritorio, Las escrategias dieron resultados ylos hermanos Castazo capitalizaron varias veces el valor de las inversiones en tierras luego que recuperaran su precio por efectos del retorno dela seguridad. Los ganaderosy hacendados tradicionales estaban ms que satisfechos, aho:a existia un grupo armado que a cambio de un “impuesto razonable” garantizaba la seguridad de los miembros de las lites rurales. Lo més valioso era que las clientelas que habian ganado con su estrategia les permititian tener una fuente de reclutamiento de combatientes rasos y de informacién sobre cualquier movimiento extrafo en sus domi- nos. Y no era menos que predecible esperar ese grado de lealtad, ce ahora en adelante la proteccién de los habitantes de todas las clases sociales iba a depender de la hegemonia de los Castaiio como nuevos patrones del lugar, Si la guerrilla u otra faccién armada era capaz de copar territorios, muchos de los campesinos y sus familias que haban twabajado para los paramilitares serian masacrados 0 desplazados. El érea geogrifica de dominio de los hermanos Castafio, Cérdobay elnorte de Antioquia, desde antes de que ellos llegaran era famosa por la presencia de pistas clandestinas que tomaban el nombre de las fincas dor- dcestaban ubicadas, Caballo Blanco, Brasiliay Mundo Nuevo, por mer cionar solo algunas, eran pistastestratégicas para el despegue de avionetss cargadas con cocaina hacia el mercado estadounidensey el aterriaje con bultos de délares traidos de regreso. Al expulsar al zPL, los paramilitares comenzaron arecibis los pagos por proteger ls pistasylaboratorios, pera a diferencia del cardcter de subordinacién que tenian lasautodefensas del fracasado proyecto de Puerto Boyacd, los escuadrones de Fidel Castafia exan capaces de poner orden y someter a los narcos que habitaban en la regién o quc la usaban para producir y traficar drogas. Por supuestc, {os principales narcotraficantes eran Fidel y Carlos Castatio, solo que el poderdedecisién sobre el aparato armado que ejercia el control territoricl reposaba efectivamente sobre una organizaciGn que no eraesttictament= delincuencial, sino que al mismo tiempo cumplia funciones de control Los SeNonss De LA cuEneA 273 del Estado y del orden social del terstorio, Se trataba sin duda de un modelo de control tipico de sociedades agrarias de corte latfundisa, basadoen lacie cientelsa con micleos de poblacin bastante apar, tados, sin mayores conexiones a vias, energiay demés servicios piblicos, Bi trabajo y los ingresos de las clases campesinas pobres dependlian de los pocos jornales generados por las haciendas ganaderas'y por una economia de subsistencia, No obstante, ese modelo de dominacién patronal funcionaba, las condiciones de vida més que precatias de la poblacién hacfan poco costoso ganar su lealtad, bastaba la colocacién, en algiin trabajo, Ia cesidn de un pequefio predio o el patrocinio de un puesto de salud para asegucar una bas socal propia. Y les parantizaba a {os paramilitars cl apoyo de los habitantes para mantener ala guerilla fera del tectitorio y para no permitir que los narcos se hicierar al con trol del aparato armado, y su poder de fuego se dispersara en rencillas y vendettas internas. La cobesién del aparato militar de los Castafo, atticulade con el respaldo de una base clicscliste organizada, demostraria que los Daramilitares en sf mismos podian adquirir autonomia sobre el rests de poderes que anteriormente poselan un mando supetior sobre los cuadros armados. Y a principios dle los noventa, ciertos hechos en la historia politica y del narcorréfico en Colombiainfluyeron en la profun. dizacién del carécter auténomo de los ejézcitos privados. Los grandes barones electorales perdieron mucho de su poder debiclo a las reformas del sistema politico, La implementaciOn de a ley de enciente electoral, 'a descentralizaci6n administrativa y el incremento de las transferen. clas hicieron posible la apaticién de politicos independientes con un capital electoral relativamente peque‘io, La fragmentacién de la clase Politica profesional facilité el control de los aparatos armadas sobre las estructuras partidistas regionales, era mucho mds sencillo amedrentar ¥ hacerse al control de unos ‘pequesios propictarios de votos” que ala Imaquinariajerarquizada ¢ influyente de los vgjos caciques. La perse- cin de las autoridades al Carte! de Medellin produjo, de manera similar a la fragmentacién de las estructuras politicas, una atomizacién ‘empresarios del natcotrifico, lo que iia a faciltar su contral pot teitos iregulares. Las rane y el sun también habfan aprovechado {os recursos del narcotrificoy los cambios en el sistema electoral para expandirsu control territorial y su capacidad de combate, Su crecimien- 274 Gustavo Duncan to progresivo obligaba a cualquier grupo contrainsurgente irregular a organizarse como un ¢jército disciplinado y de un tamafio significative, de modo contrario serfa aniquilado sin mayor resistencia Una ciscunstancia concreta, el proceso de biisqueda y elimi- nacién de Pablo Escobar, auspici6 el establecimiento de estrechas alianzas entre miembros de la Fuerza Piblica y narcotraficantes con los hermanos Cascafio. Los Pepes eran un grupo hererogéneo de narcotraficantes que, liderados por Fidel Castafo, se dieron a la ta- sca de colaborar con la persecucién de la Fuerza Pablica entregando inteligencia y ascsinando sicatios, abogados, socios y testaferros del capo del Carrel de Medellin. Anve la amenaza que suponiael lider ded Cartel de Medellin, la agencia antidrogas de Estados Unidos (Dea) no reparé en que la Policfa y el Ejército colombiano acepraran la ayuda de reconocidos narcotraficantes y criminales para dar de baja Escobar, ral como ha quedado revelado en informes de inteligencia desclasificados, Con el tiempo, la ayuda se transformarfa en vinculos que corromperian a muchos funcionarios encargados de persegui: a los sefiores de la guerra. Muchos de ellos terminarlan incluso ha- ciendo parte de lao files de los grupos parauilitaicy que por entonces comenzaban su transformacién hacia ejércitos de aurodefensa. Aunque la guerra de los Pepes contra Pablo Escobar selibrd en st. mayor parte en ambientes urbanos, su experiencia serfa fundamenta para la consolidacién de los ejércitos privados en las periferias rurales del pais. Sefialara la independencia de unos narcotraficantes que hae bian sentado las bases de su poder en regiones rclativamente atrasadat con respecto a aquellas de los narcotraficantes de los grandes carteles turbanos. Era posible la independencia por dos razones, la primera tenia que ver con la posibilidad de manejar desde la periferia los ser- vicios y tecnologias de las ciudades a través de redes criminales, que les permitieran trasladar los excedentes necesarios para la preservaci6n de un poder local basado en ejércitos privados. La segunda razén se debia ala disminucién de los riesgos inherentes al negocio que se dex prendia de la inmunidad de estar ubicado en un territorio bajo control Yaaislado de las fuerzas de seguridad eseatales. Mientras un capo de Ciudad tenia que recurrir a escondites de doble fondo tras las parcdes de su casa cada vez que surgla el rumor de tun operativo policial, un patrén rural disponia de cientos de miles de hectdreas habitadas por Los seNORES DE LA GUEREA 275 Poblacién leal dénde refugiarse y donde su espacio de poder no era Incémodo pata las ites del centro del pals. Tacliminacién de Escobar significara una victoria doble pars Fidel Castaho y sus paramiltares. Por tun lado, haber derrotado al “capo de apos” de los grandes careles urbanos demosir6 que una orpanizacion armada rural con el apoyo de los recursos del narcotréfico urbano ens ‘apa, de someter las estructurassicariales y de guardaespaldas de una Giudad, Por otro lado, Ja manera como se conformaron los Pepes y la clisciplina que el aparato atmado de los Castafo impuso sobre el resto de narcotrafcantes amenazados por Escobar no dejarfa dudas sobre la ascendencia y el control que los paramilitarcs iban a lograr sobre los snarcos. Era clerto que el Cartel de Cali ponia el dinero y sus servicios de inteligencia, pero en ningiin momento el hecho de ser el principal financiador de a guerra contra Escobar se traducira en un mando directo sobre las operaciones. Segiin los relatos de Carlos Castafio en Mi Confésién, a finales de 1992 su hermano Fidel, Niegn Murillo Bejarano alias Dun Berna, tun sobreviviente de las purgas de Escobar durante su cstadfa en le cltcel de la Catedral, y él, decidieron crear los Pepes. Con Escobar sueleo sabfan que no iba a pasar mucho tiempo antes que tratara de asesinarlos, como ya lo habia hecho con los Moncada y los Galeano, para quienes trabajaba Don Berna, por consiguiente la organizaciGn de una respuesca militar era cuestién de vida o muerte. Contaban con tuna ventaja, el Cartel de Cali y muchos otros narcos temerosos de los robos, secuestros y asesinatos que los sicatios de Escobar realizaban para contribuir a la financiacién de la guerra contra el Estado, iban 4 convertise en sus allados, lo mismo que el Gobierno y la Dea, que estaban desesperados por eliminar a Escobar. A la primera reunién asistié ademés Rodrigo Doble Cero, ex militar cercano a Carlos Castatio, ‘quien se convertiria en un cuadro clave para la formacién y enerena. zmicnto dela tropa delos ejéritos de autodefensa, Luego dela reunién Don Berna viaj6 a entrevistarse con el Cartel de Cali en busca de una alianza en la guerra contra el capo del Cartel de Medellin, cl cual, segiin sus propias palabras, después de lograda “seria determinante, especialmente en dinero y contactos""®. La vocerfa y la direccién de “ Aranguren, 2001, ibid. 0. 176. 276 Gustavo Duxcan Jos Pepes la tomaria Fidel Castaiio desde su finca cn Cérdoba, los ddemés serian los jefes operativos encargados de las acciones armadas contra Escobar, las relaciones con los narcotraficantes, el Gobierno y las élires legales de Medellin, En enero de 1993 los Pepes citaron a una reunién en Medellin donde asistieron, de acuerdo con Carlos Castafo, “politicos, gober- nantes, ex gobernantes, industriales y gerentes de empresas. Aparte de losdolientes de los Moncada y Galeano, estaban también los represen: tantes de un grupo de ‘narcos’*”, El objetivo del encuentro de todos estos sectores de poder era fijar un compromiso y una estrategia de lucha contra Pablo Escobar. Al ir avanzando en su exposicién, varios de los presents le hicieron saber 2 Fidel Castafo que el apoyo que ellos habian prestado a Escobar se debia al terror que les producia y aque de hecho eran temerosos de ques le entraba dea asistencc ala reunién los asesinaria a ellos y a sus familias. La respuesta de Fi- del fue lapidaria: “Si Pablo les mata la familia por ayudarnos, yo lee ‘mato hasta el tiltimo de los parientes, si le ayudan a él". A partir de entonces, los Pepes iniciaron una campafia de eliminacin directe de los Jefes de sicarios de Escobar, de retaliacién con carros bombas a sus propiedades cuando cometia actos terroristas y de entrega de informacién de inteligenciaal Bloque de Buisqueda y demas miembros de las fuerzas de seguridad estatales. El desgaste, la entrega a las au. toridades y las deserciones de los cuadros sicariales y narcotraficantes del Cartel de Medellin, por la feroz persecuctén del Estado desde la legalidad y de los Pepes desde la ilegalidad, condujo a la eliminacién de Escobar en diciembre de 193. Pesca que ls Pepes se dsovieron enseguida fue dado de baja Escobar, su proceso de conformacién y experiencia operativa traeria consigo un forcalecimiento del proyecto de autodefensas de Carlos Castafio. A la consecuci6n de una autonomfa y un poder propio con xespecto alos narcotraficantes urbanos y al establecimiento de contac- tos valiosos en las fuerzas de seguridad del Estado, habria que sumar {a formacién de cuadtos vitales para la construccién de un ejército “6 Ibid p. 377. “Ibid. Los Sexionss DE 1A GuEneA 27 capas de organizar el Estado y ef orden social de regiones enteras bajo el mando de un “hombre fuerte”. Dos de los principales jefes operativos de los Pepes, Doble Cero y Don Berna, se convertitfan en comandantes de bloques de las auc. Serfa pataddjico que casi diez afios después sucederfa un enfrentamiento a muerce entre ellos por el control de los barrios marginales de Medellin y de los municipios del pororiente antioquefio. La disputa terminarfa con el triunfo de Don Bema y el ascsinato de Doble Cero en. una playa de Santa Marta on mayo de 2004, Ambos representaban los extremos de la fortaleza de las autodefensas, Doble Cero era el cuadro militar que se necesitaba pars proyectar el aparato armado delos paramilitares de escuadrones de ‘mercenarios un verdadero ecto con doctrina, mando eiconografta, capaa de desplegar operaciones egulares contra as guerrillas. Don Berna era fundamental para cl manejo de las finanzas provenientes de los Brupos de narcotraficantes que utlizaban los corredores estratégicos controlados por las autodefensas, para el manejo de las relaciones con el poder politica, rantw lus peyuenos electores clientelistas de vecindarios y veredas como los senadores y butécratas del Gobierno central, y para el sometimicnto de los grupos sicariales y “oficinas de cobro” del Valle de Aburra. Un mes después de la disolucién de los Pepes, Fidel Castafo serla asesinado por el Ept-en un combate en San Pedro de Uraba de acuerdo con versiones de las propias autodefensas. Pese a existir numerosas ver- siones que sostienen que Fidel utilizé esa coartada para irsea vivis como mereader de arte a Europa oa Israel, lo cierto es que su hermano Carlos tomié la direccién del movimiento. A partir de ese momento histérico las autodefensas suften una transformacién radical, Carlos Castano traeria una nueva visibn al movimicnto y le daria una identidad poli.

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