You are on page 1of 72
cuerpo salud El cuerpo tiene sus razones Thérése Bertherat / Carol Bernstein Por lo general confiamos la responsabilidad de nuestra vida y de nuestro cuerpo a los demas, pero a veces esta confianza no se ve recompensada con més salud y libertad, sino con la represién de nuestros instintos. ;Cémo tomar las. riendas de la situacién para recuperar la salud, la vitalidad y la autonomia a que tenemos derecho? No, desde luego tratando de fortalecernos mediante la gimnasia, que sdlo considera el cuerpo como un animal al que hay que domesticar. En este libro, uno de los més exitosos de la autora, se exponen los métodos naturales apropiados para quienes consideran que el cuerpo es una unidad proponen también ejercicios que desarrollan la intel muscular y exigen una gran agilidad mental. won paides.com ‘worm paldosargentina.comar Isex oreasacesacse lelieged wena les 5 i oO 3 a & a A Eee rselaics cuerpo. salud Thérése Bertherat Carol Bernstein El cuerpo tiene sus razones Autocura y antigimnasia euRlaIse0 Uo} at PL6| ‘fe ‘Seq aon aug, 27 “HT *AKRYDS “(e861 ‘sopieg "wuojsoieg “ououiny odianajop BXUaLd 4 ua 1) ‘Suog, 3d109 np a8ouuy7 “a “2pL9S “Us61 9 -teq ‘euojsoieg ‘sypuvoossd « uproolopeu ap sooquapy, :2u8||2}889 U9ISI2A) ‘SUL ‘POUNG] ‘Sed 2nbudjouoyaced sysauddo wos ‘uomoxOpry TT WN "UIdES « seUE]|OISe> UOISI9A) “E61 “24! 36 Irontu: Voted | EL CUERPO TIENE SUS RAZONES sodivad é ‘upisuag fore ap up}es0qej09 x] wo) nispuuutun & vanooiny SHNOZV¥ SNS ANSLL OdWAND Ta qeroyLag aseiayy, diana pap onustunzuasues jo uo - Buna ef & wI2qROG “, WIDHUOG “WBE affyorauougsy - BI2qUSPIOD “T ‘LS £50] 2p spndsop oxnenquaa 1g - 33S [ASIN *G"D 9S ‘poyoxayos ap Sortounag - saawUrceyy f"66 epnprs ny vind ouang 592 ‘suodep 13 - Bn25° "5°46 weap ap agus us amy, - 21yy “[K weg“ "CS osusying ap popowssfua v7 - son0 & soup “f \'ZS sauaanpqy ap pepauuafua 77 - TampTrD a & KOH "TS seonipaa Sepopauuafg ~ sa866 "H{°5) &ayenb reg 7 [ “OS sauonf soseng ‘auan{ shag -YPIOIRYR "SK UOSPPN “ZW GE dapuoxayy seigiay 2p oxdiousdj3 ~ NOPD \'Se pode op soqop jap gy esd 1g - POHL nudogy onuary sepourspana sonunyd 2p buoy, - exdou "CA vous “C9 souoteu sat aus odsana J» SSO “> A RINPIOG ‘E.Sh solar sand mydeusqowory ~PUBLeSIL Wb openuos slosou 1 - UBUINON “Ch diana pop oauoy - upisuIog"D & WIIG Leh puso uo safe JpIUD “SA WOSPNT'S WTr diana jap vpsuaptaa 7] - QuUNY “Y “Ob oneness bso ry“ won {6 souaasd ss ap pres oy 40pop fo warequa and sosuana sonpdootuag sorppte muatoue 9 ap nDwas - SEATHONRN “S"9¢ ysunsou Baoxpow 7 v upwonpou] - 205 BIOUES BY “sonjoumyyu90 591) oproato ey A "> (emnqypueur 2 ou &) ezaqeo vj eye souayueUr e ‘rendsox v oprpuaide ey ‘omar Jep pepo vf 2089] Te Opmunustp asopuptiuts anb ‘g oquesue Ty ‘our 9p UsBeUl! ns uoD vulsTU Fs op UasEUN b| apuryiioD anb A onsor ns ap walsorde uotsaxdxe v] & vonu ns op zapifix y wuopueqe 1S pepuioyne roprod auioy anb “epeBoge a1qajzo ““y woUss BY SVRIOLVOIGaa turoo-erseuuNsAe mn nesaypaog 259494, 9p Gam BUIAYA B| XeyPHsuOD UEULIO;LY syUN BIE -szazafa ¥ sopezuone up) 2 aiuatpuodsa1ios ewofdip [ep sosstsaid sepeuoysayoud so] a1uaWE|OS “9861 @P ‘qe apsap emaofaruy pepatdaid ows openstar ys eiseuUNNBNLe ap OPOrzU TH seuai@rojolaaupzaipes ;o>1u9sns9)9 eaL109 Lp 98 TOW I6 ¥E 00 Kea TeL rerotpuog asai9411 viseuusSnuy op ejouedsa Uw 1 asefinp ‘jeuotsoyoud uo owistut p> saoysayoud ap isi ¥] 129009 e=sap Pa1sn IS -C1ON INTRODUCCION ‘SU CUERPO, ESA CASA QUE USTED NO HABITA En este momento, en el lugar preciso en que usted se encuentra, ‘hay una casa que lleva su nombre, Usted es su tnico propietario, pero hace mucho tiempo que ha perdido las laves. Por eso permanece fuera y no conoce mas que la fachada. No vive en-ella, Esa casa, albergue de sus recuerdos mas enterrados, mds rechazados, es su cuerpo. ‘Si las paredes oyesen...” En la casa que es su cuerpo, sfoyen. Esas paredes que lo han ofdo todo y no han olvidado nada son sus misculos. En el envaramiento, en las crispaciones, en la debilidad y dolores de los muisculos de la espalda, del cuello, de las piernas, de'los brazos, del diafragma, del corazén, y también en los de la cara y en los del sexo, se revela toda sw historia individual, desde el naci- miento hasta el dia de hoy. Sin siquiera darse cuenta, desde sus primeros meses reaccioné a las presiones familiares, so asd. No toques eso. No te toques. Portate bien. tel Date prise. ;Adénde vas tan de prisa...?” Confundido, se plegaba todo como podta. Para conformar, tuvo que deformarss. Su verda- dero cuerpo, naturalmente armonioso, dindmico, alegre, fue sustitui- do por un cuerpo extrafio al que acepta mal, que en el fondo de sf mismo rechaza. “Es la vida —dice-. {Qué le vamos a hacer!” Pues yo le digo que si, que se puede hacer algo y que s6lo usted puede hacer- Jo, Aiin no es demasiado tarde. Nunca es demasiado tarde para libe- arse de la programacién del pasado, para hacerse cargo del propio ‘cuerpo; para descubrir posibilidades todavia insospechadas. Existir significa nacer continuamente, Pero jcuintos hay que se dejan morir un poco cada dia, integréndose tan bien en las estructu- uw et -195 our 0 anb jap afdums ourmi9) un ‘unUOD axquIOU OUW!OD OPLAIES eyqey oquouroNs|qUe ob A BA eyAsIxo anb oUNMLD) UN ‘eIp uN ‘oJUOI 9p A “SOUOJLJsIIeS OPO} [9p EouNU ‘sopetdosde o}UE Sope}|nses Soy SOPs, ‘SRUNE] A SeRALA sooseL ap pranynus B
    10d of © wiseuug 2p sese[o equp— sof Eun op axquIOU [2 opellojoiodosd PEQeY ou OBlUE UP “SarwMalzsed suse sEA}UOOUD ap PUpHT e4qe9 apuop ue safes op eqs PUN WOO sfreq e JALNIp aur amt “eusqur Tu 30d ef eyspus; ‘vyJe uo uaIq suuTUNs xed ‘onb exqes x “aussi peprssoau ‘Bun ey]uos ‘oasep anb seyy'*esw asony onb ese BUN UD seHIGEH “Pepnip vy Uo UI] Jod souLeTEysUE 9 SpE B 19AI0A ‘SUCH “208A Se[ JEUTULIO) Je SOLLIEPNUT soMeqpsUiaY “eS2ouEI) UOHENSTULUPY 8] op esaudxo uoroezuoyne vy wis posed oun reyMTd-opqisoduxy equines anb [a us ‘syreg op soxopepayye Soy us [eIoyo OjOWEUEde uN e OUD -o10p sourestis} exouy “sofeytdsoy sosraagp Us SoUsayU SO] B-sepeURISE souoregey Se{ ap ‘sepelPIEyNge souOIDEyIqeY se] ap BIE vOISEIO P| openiodjo soureyqey soquNy “eUIoIPoU! ap aUEIpMISe uM ‘qUELIA ‘BW es10 VOD OpEsED EIqEY 9 “OM JEN UN “eBoy UN OPTUS) B;qEY POUNNY “Epungesea Eun OWOD OpIAIA eIqey Of ‘esp anbe wISeY NOFATIVO TAC VSVO VT T ojnayde, fos, las piernas de la Dietrich o las nalgas de la Bardot. Hojeé esas paginas muy rdpidamente. Solo pensar en la gimnasia me producia tun gran cansancio y me recordaba automdticamente las salas ruidosas y malolientes del instituto. Examiné con mayor interés un articulo sobre el maquillaje recomendado para aquella semana. ‘Al salir del bar, compré el producto de belleza cuyas maravillas acababa de leer. Me lo apliqué inmediatamente, asf como un maq Ilaje de fondo que me concedié en el acto una tez bronceada. Oculta tras mi nuevo rostro, decidf visitar a Suze L. escubri un tilo! ;Descubrf incluso un melocotonero! Al fon- callején de pequefios jardines rebosantes, vi una casa con los, postigos cerrados. ;Estaria deshabitada? Dulce, baja, la voz parecia venir de lejos. Al darme Ia vuelta, me frente a frente con una mujer cuya belleza parecia desafiar al tiempo. En su mirada, en la que hubiera podido leerse la coquete- se lefa la generosidad. En este momento parece triste, pero, cuando se muestra abier- ta, es muy bonita, — je qué me habla? —De la casa que usted miraba, naturalmente. ~Estd ocupada? Si. No encontré nada mejor para ocultar mi decepci6n que cambiar de tema, —;Conoce usted a Suze L.? La mujer sonrié levemente. Muy bien. Asf lo creo, por lo menos. “Ella se dedica a ensefiar gimnasia, ;n0? —dije, sin lograr evitar uha pequefia mueca. —Efectivamente, se dedica a ensefiar una especie de gimna- sia, Pero sin muecas. Un muido de pasos sobre el pavimiento. Se volvié e hizo una sefia con Ia mano a dos muchachas que se encaminaban a una de las, casas. Dentro de diez minutos empieza una clase. {Quiere probar? No se me ocurrié decir otra cosa que: “*jPero si no tengo la ropa adecuada!” —Le prestaré un bombach6n —respondid. E inmediatamente se dio vuelta y se fue, La segui hacia una casa de ladrillos 0, més bien, de diversos materiales, escondida detrés de los drboles y los arbustos. 18 Una gran sala cuadrada, tapizada de libros, pinturas y fotos. En el suelo, varios cestos de mimbre repletos de pelotas de tenis y otras de Vivos colores. Un alto taburete de madera clara. Alli se hallaban las dos muchachas que habia visto en el callej6n, un hombre al que en el primer momento tomé por Bourvil* y una mujer rolliza y sontiente que representaba al menos. sesenta y cinco afios. Todos ellos, vesti- dos con bombachones y descalzos, estaban sentados en el suelo, apa rentemente felices de encontrarse en aquel lugar. Embutida en unos bombachones demasiado grandes para mi, con un dolor de cabeza espantoso y los dedos de los pies crispados y doloridos, me preguntaba qué estarfa yo haciendo alli. Lo que queria era descansar, no hacer gimnasia, jGimnasia! Una palabra para la boca, no para el cuerpo. Desde luego, no para el mio. Me consolé diciéndome que Suze L. no era ya muy joven y que la mitad de sus ‘alumnos tenia alin mds edad que ella. Por eso quiz no nos obligase a demasiadas contorsiones. Entr6 vestida también con bombachones.y un ampli color arena. — {Se encuentran bien? Le respondieron con sendos movimientos de cabeza. Cogié uno de los cestos y distribuyé pelotas. A mi me tendié una verde. Tome, puesto que le gustan los arboles... —dijo con una son- risa. Y se senté en el taburete—. Ponganse en pie y mantengan los pies paralelos. Dejen las pelotas en el suelo. Ahora hagan rodar la pelota bajo el pie derecho. Imaginen que esté cubierta de tinta y que quieren entintarse todo el pie, bajo los dedos, toda la planta y en los bordes, Entintenlo bien. No se apresuren. Hablaba lenta, dulcemente. Su vor penetraba el silencio de la sala sin romper. —Basta ya. Ahora, dejen la pelota y sacudan el pie en que se apo- yaban. Bien. Junten los pies. Muy bien. Ahora diganme lo que sien ten —Me da a impresién de que el pie derecho se hunde en el suelo, como si caminase sobre arena ~contest6 la anciana. =Me parece como si los dedos del pie derecho se hubiesen ensan- chado. blusén mos coiediante francés, intérprete de excelentes filmes, muerto en 1981. Iz $8 & ‘Sojnasu soj ap sauopuay soy Uog “sosany ap BIEN) 28 ON~ “sazanof se] ap eun ouLILye— ope] epeo ap osanty up) — {uejou anb of s9 9nd? “eypazap eITEPOE B ap "J 2ng orpuodses— TeAmog 9p 9{q0p [9 offp— spre asuadigg “osuoqupy Te ope| un 2p spoy “oood nut ‘oood un uorerysa os seUIALd SIP ‘uaoroNy 28 OU OJaq ‘SeULOIK SEI sEIISO 9p waqeN} seouowug {seid so] 2p sopap so] soyafhs uorq UaUaLL?— "BUEIOUE PI OUIBfOXa— joprzaaIp and! — "BIMoyHI BIqUOS OW! “OA OLLEZFTLAL [B OLag “aI 2] Of “oys08 280 eyORY 8p sopap soy asueloo & ayuByap efoey sozerq soy wepuoNXg “seu Uus[goq ‘sepredse ap sopeysa uonunu0D ‘spe oder oyonur opsop ‘oypay wey ou ajuisuroyqeqord anb o8e ueSey onb saynped v Koa ws “oy "of owoo eysaystrEs wey “| azng oftp— opuesB0 yIso OT— “ooanty [2 ua Uesqeo Sopap sot op seyund soy seuddy “oueur ef ayuaureIUD] 70989 ‘eau wy A? — ‘odzono fur opo} 40d groredsa 9s s0[e0 alqupesie un ‘eptiosar ‘epemes eqeiou a ‘J99P3q0 “ojans P to wpjedso ef epon axody “epredse ¥] afody “wiojad e amoy— “ody quo {ur too #08 eryuas ayy “oxNsNs tn oUOD “eUefe] wjooxed at Zon ng “Ip UOo apuaFosep anuata fa A ‘ojans [a BIDE apUa!osap OBI|QUIO 1g yqwo je Ue opap jo auouTEwa] apuny as anb asauyfeun “eIOY “xofow wa fse ‘so os “vys9 xerorde [HptH so anb opour ap ‘yngypueU ns too esmut ns wun anb upeu fey OM “Zes00 wun aqes? ‘Oleg “TENG Sox Je uasanur 25 ow9D sofour reIoaide exed seTSoO se] ofeq soueUE Se] Poy ‘andsox & eIysod eso uo aseBugIUEW “Opo) so osy— “seBqeu sey ofeq eOTed vf gouTsop our ‘oaTLMy 03828 tn LOD, “euuunjoo ef ap JOHoJUr Syred jo ua v}o[8d B anbojOS— “ojewiod un owioo epucia X opues8 ‘oyonwo op HOEY Zen OZR “7 azng “Tou fur eqeArasUCO OK qesoue opens Jo 290} emIUTD wT? “oper Jo eOEY xPDOgo Jo AALNP ap OP -teye4} ‘ojans ja ue epredso e] op 1oHOuT oued v| usdody “uoig— ‘auoUreyoqduos opeptArO ur Jo Ua epEsUaDUIOD ‘042959 Ug pjojad But ‘BIqey Of ‘Stated rw ap oyu i oz. épepros? ‘sondses ap opeptaro UpIqet| as ON “¥BtBALIOD sof anb OWE Tp Fenuooua op uoqes] “oloedsagl“s90aA SeHIEA UEpUo!sap A asuoAgTA ‘uepustoseq ‘ound yo edanb anb exed o1oedse [a-oysnt ‘opersewisp oN “seSyeu sej ap so1s2yur oyred ey ood un uoyuEAgy A ofans [> UD satd so} @P sopap Soy sopo} A equreyd e aquourouuy uafode ‘Ise $9 Ou IS— fry tux eBanf ab sof WOD sox oypod soy ajuaureymMbuest sesed ueyspod exmquo fur ap ofeqap 10a GBLION uo exode as waNyUTS Ng? jsofour EA WENUaNOUa ag?— “eyoey 3] ‘8 uaqq spur odiano Jo equzz0j as spur oyun onb wjaio OX {pEpIpPOUL ~09 8] ap uqednaoead as anb ‘eys9 exo eyseuUNTs 9p asejo gnb o10g? ‘SOpoUI9 Spur URIIIOS 98 JSY “SEIEPOE Se] Ua]qoq(— “opseoey uezrpod pour grb ap efor ow A “ofan Jo eqvooy seIqavI9A slut op wUNUENY {JoTeMs [2 Uo o3e}tIO9 wa UpISe SeaqazADA sus Op SeIUEND? — ‘se3eu sej & soyeydouto soj ap vund yy “ez -0qv0 Bf ep soL1ejsod ayzed Bf argos oLARIbe ua wDauEUITIG OX {o[9hs Jo ue odzeno ns ap Ofode ap sortind soy wos sareny? “odrono ins OJans |p UD]IS0S OWIOD seAIOSqO OP WORT “worg {pISe BA? “od ~fono [ep OB: OF ¥ 5078Iq SO] oD ‘eqLITe Bog asUIyOD “BIOYY— “ojans [2 wore90) soueur sop set ‘ortejap eoey spndsop ouxeuqour py “oprainbz: oid BP ofeq ti0[ed ef supor sourosprory enb orprd sou uofsenuTUOD y ‘soUaly Owt09 uenjoe ou eX “uptqurey opefejar wey 2s osrop [ap & wuroId BI ap OF 28] OF 8 soqnosput 50] SOp03 ‘po un euLIO] Odzan9 Jo OMOD A “ald [oP sojnosnus soy xefejox 8 OpEpNAe ey sof erojad wy “oruaureAND9y— ‘eomyD Sb] 9p Bun orpuodso1— eOIOd Bf BSeIORID— jopramb 71 [9 anb ofege spur eBoy] oyparep o7e1q ns and sod uaqeg?— “sourmnifza Sou sopoy, -asrezaapua uapand ex— “s-eqeo0} of yap By OFquIEO UA “Ofans [ap SoNoUI 00 zarp sotn & eqepanb eprambzt oueus Fy “sozesq $0] 927 ap SOzeIQ SO] 18809 uuofop A seyipor st sejqop wis artejope eIOEY asueUsToUy “soptoaua sopap sa1qod sns woo ‘opzombzy Jo onb spur vio oypozop ord [9 onb eqenuosU “oIsIA eZaIGnY so] s2ouO Uo bey SEU IS oWNOD sard stur equJduIayUO; “epeU aftp ou OX “e1opeur 9p osony oprornbzt Jo 1s ollio9 A oft 04 -tourezopepzoa so oypazap atd ja anb 9p uoroesuds Py ep aur yu y— posible flexibilizarlos. Pueden hacerlo ustedes mismos. Cojanlos y manéjenlos como si fueran ustedes misicos de jaz y los tendones, las cuerdas de un contrabajo. Sin prisas. Empecé a interpretar Blue Moon a un tempo lento y sin creer en ningiin momento que aquello sirviese para nada. —{Va bien? Vuélvanse a echar de espaldas. Cojan los dedos del pie derecho. Traten de estirar un poco la pierna y luego déblenla de nuevo. Después, vuelvan a empezar. Héganlo varias veces, sin esfor- zarse. Esperen a que su cuerpo les dé permiso para llegar més lejos. ‘Mi pierna se desplegaba un poco més cada vez. Pero no conse- ‘guia guardar el equilibrio y rodaba de un lado al otro. Se cae usted porque no respira. Expulsé una bocanada de aire, con un ruido de viento como para abatir un roble. jPor la boca no! La boca tiene muchos usos agradables, pero ¥y espirar no le incumbe en absoluto. Hay que respirar siempre fa. mds sobre la respiracién, me dije. Sin embargo, espiré por la nariz, ;Y en ef acto me estabilicé! Muy bien. Desplieguen, replieguen. Despacio. iNotan ustedes progresos? —jLo he conseguido! —grité una de las muchachas. Se sujetaba Jos dedos de los pies, y su pierna se mantenfa perfectamente recta. Bien. :Y los demés? Yo desplegaba. Replegaba. Respiraba por la nariz. Comenzaba a sentir un cierto placer que no acertaba a explicarme. ¥ de pronto, 1o logré. Mi pierna se despleg6 casi por completo. Muy bien —dijo Suze L.—. {Comprenden lo que ha ocurrido? AL flexibilizar los tendones, al aflojar la parte posterior de la pierna, la espalda se ha distendido también, se ha alargado. El cuerpo es una cobra completa; no se puede acceder a él por pedazos seleccionados. Ahora vamos a trabajar el lado izquierdo. Lo hicimos con los mismos resultados. Luego, nos pusimos en pie. Pero en pie como no lo habfa estado nunca en mi vida: con los talones clavados en el’suelo, todo el pie, la planta, los dedos, apoya- dos en él. Me sentia estable, lena de ener A continuacion, Suze L. nos obligé a realizar yarios otros movi- mientos sin pelotas ni accesorios. Mi cuerpo, confiado, seguia la voz guiaba: Yo sabia que se trataba de la vor de Suze L., pero pa- recfa proceder’dél interior de mf misma, expresando las necesidades de mi cuerpo y ayudandole a satisfacerlas. 22 Transcurrido algin tiempo, Suze L., distribuy6 una nueva serie de pelotas, esta vez del tamafio de manzanas. Eran bastante pesadas, alrededor de quinientos gramos. —Coloquen la pelota a su derecha. Echense de nuevo boca arri- ba, con los-brazos extendidos a lo largo del cuerpo, los dedos estira- dos también. Toquen la pelota con la punta de los dedos. Empiijen- Jun poco hacia los pies, luego atréiganla otra vez ligeramente hacia la palma de la mano. Héganlo lentamente y con pequefios movimien- tos. Empujen. Recojan. Como si el brazo fuese eléstico. Su voz flotaba por encima de nuestras cabezas, como una nube. —Ahora, recojan la pelota en la palma. Eso es. Dejen correr len- tamente la pelota sobre Ia palma y busquen el punto de equilibrio en que la pelota se mantiene por si misnia, sin necesidad de crispar el bbrazo o la mano. Conviertan su palma en un lecho en el que repose pelota. {Sus dedos no la tocan? Bien. Ahora, vuelvan a coger la pelo- ta y deposttenta al lado de su cuerpo. Dejen reposar también el bra- zo. Bien. No dijo nada més. Nadie dijo nada. En aquel silencio, un bienes- tar del que yo no habia disfrutado desde el titimo verano en que, sola en el mar, flotaba de espaldas en un agua clara e inmévil... 0 qui- zs, en ciertas ocasiones, tras el acto sexual. — {Como se encuentran? —Mny bien —respon 1 hombre~. Me siento relajado. El hom- bro, el brazo, la mano, tienen un peso agradable, Noto su volumen. Me doy cuenta de que existo en el espacio, de que tengo tres dimen- siones... Bueno, usted sabe lo que quiero decir. —Desde luego. ;Y usted? Suze L., est de pie, a mi lado. Le respondo: Me da la impresién de que mi ojo derecho es mayor que mi ojo izquierdo y de que tengo la comisura derecha de la boca relajada, mientras que el lado izquierdo estd torcido en una mueca. =Es algo més que una impresién. Su ojo derecho es efectivamen- te més grande y su boca presenta exactamente el aspecto que usted describe. Marianne, por favor, dése vuelta y mire a nuestra amiga. — iQué cosa més loca! —exclamérla joven Marianne. El ojo de- recho esté completamente abierto. El izquierdo parece muy peque- io y muy apagado. —No dejemos el lado izquierdo en desventaja —dijo Suze L. ¥ nos orden6 efectuar los mismos movimientos hacia la izquierda. —Levantense ahora y desperécense. Mi espalda se desplegé en toda su longitud. Pero jqué larga es 23 st so] anb so} w1}U09 S090] owlod ‘, S0s¥2,, OOD Ou “equsDpIStIOD soy Tg ‘Soumrayus sms uoo sefeqesy ered ‘ooufigibisd peydsoy Jo UD O1oIA 188 ns auzEUIO} EpApod anb Eqestiad SNOUT “BHTESa0aU UO!eULIOS BI "T 82g ap asezioyfos anb oysip wsqey aul opianse ap opensour wget as ‘ondrasap erqey aj anb sas \f opesazayuy Anu ‘opureur IA “Ofns Jo owod ofeqen un seUAIUT elLNd “sefeqeN EIN “20 ap ejsanb anb oj ap autrepiooe ap sayue aja0o Je Ua axuoaUs oy ‘My aur A “SOUeUE SB SOLUTEYDATTSO SON “OLTIOS a “opot $0 Osg “so1vess sty aEUP B}sOND— “ojafduroo 10d oprayo aur 2s ‘o7 -uowour [9 opefay ‘onb o8ty ‘ayueyodu Knut oproared exqey aur anb o8fy “O8fe aptoap ered opeiadse esqey ‘aqauayuapiAg “wereyorer os sono so] anb & prone ‘epeioduro} Bf op asefo BUMITN EI TeqEDE TY ‘oyOUATG ystsam eyene sou anb £ 428 sourespod anb of ap ua8eun Bf equyUDS jar eyo ‘Sofodsa UIs wesw UY “eNSOMUE BI EqBUTULIOJap Pepruaros ng “] azng woo souregysed anb exoy vy 9p osinosuen jo ue —upIqurE) OK weqeues 95 sopoy ‘se80I|-[@ sopedsyo ‘sopeyse opnusur y ‘SOUR OOUIO oP Pepe FT F —,,0u,,— BIgeTed EUIN ns owpip eyqey anb ‘opeoride ‘axes aqusasafope un & zon erountid 10d vy -uowe aytauresoHo[s soue eWworeNo op zafnur eum “eySsIUTeD WO eqRISA ‘opureno osnjour eysand eyeqtoo e Woo Ames wfoamEd anb sojoOBaU ap aiquloy un uod Fprouroo ‘exp sound [ap soUUINTE Soy ap si a epoey empsode wun uo opr r9auoo ‘uof sajoa ered rystdoyne z eqeUIOy Of eUIeUaS EpeD o> Jog “TeySOUATG [9 ‘asararoaap af anb exBixe our exoye wamnb Ip era ‘1aq2q 0 YaULOD “TOUTE Je s20ey eqeasep odiono tur opueno anb oustur of aqueurEyoexg WZH1VLUOd OdUAND TA comnséeg we jodrono ordoud rus exony epta rar ap wse9 wx -sumrid eso 1s 4? jopenuooue erqeu B popreer ua IS x? jopenucoue soquy ou jau9 A sLieg & seosnq B OpiueA BIqey onb By “ese Tur x? 3° 9zng op eseo vf uo equrey aut sexjuoru opezuswios eyqey exoaewstid vj anb sq? zoquala opesad jonbe “exieH s010[0 sojjenbe sopor X? {s010u spur sefOy se] ap SOUsO3UOD $0} ‘SOAIA Spur uer9 SoJOqiR 0] 3p'sOUO} So] O UOIoeUTReU Tur v EIqop og? se9e[d un winynsuoo ZeuTUTED apd yo “reurure “ofq “ay & vase] vont eum op uoIsesod uo ouD|TeY woased ayy “opelefaT Uuesqey 95 souquIOY S07] “ooNsFIO BID Osed MK ‘SoId So] 9p sopap SOT 21qos bqudode apy “opespaduus [a a1qos BA wes010} a8 OU Soxd SHyy “UOT ~a1189 fe S18 ‘9Yoasede ou ord “] ozng v gnbsng “epnsoA ZaA BU “opeuruue erqary astro je eqenuOoUa 9s OU B weqezuewos “Iopapose ru y ua | Jemnosto BAIUes onb eqeynsar Boye A vpeode vfs aur ‘re8oq] Ty jeusatd eun o ozesq un se oBse] anb A! jepfedse eun hombres cuerdos se protegen, sino-como seres humanos, cuya verdad profunda hay que respetar en su expresin verbal y corporal. {Como era posible que hubiese “olvidado” todo eso hacia un momento? ‘Las largas vacaciones de verano. Sintiéndome perfectamente bien, vefa jugar a mis hijos y a mi marido en la pineda que domina Niza y me decia que éramos los privilegiados de la tierra, los invulnerables. 15 de octubre. Las seis de la maftana. Un domi teléfono que no conozco, una voz. de circunstanci matido... ha sido alcanzado por una bala.” Estoy sentada en el borde de la cama, tibia atin del calor de su cuerpo. Bajo las contraventanas, la uz comienza a penettar en la habitaci6n. Todavia era de noche have un cuarto de hora, cuando lo amaron urgentemente a su servicio en el hospital, donde un enfermo amenazaba a los enfermeros con una pistola. Hace un cuarto de hora, era todavia ayer. Ayer hacfamos proyectos con los nifios para una fiesta: mi santo, Corro por el pasillo de un hospital en los alrededores de Paris Paso ante una sala de espera, un despacho, un office. No oigo otra cosa que mis pasos. No veo mas que mi sombra. No hay un alma. {Dénde esta todo el mundo? ;Dénde esté él? {Por qué lo han ‘do aquf? no estd en ninguna parte... Todos esos hospitales de tan bien equipados, tan cercanos gracias a la autopista, desierta a estas horas... Al fondo del pasillo se abre una puerta. Una mujer vestida de blanco avanza sin apresurarse. seflora Bertherat. ;Doride esta mi marido? sala de operaciones. ‘Sigo la direccién de su mirada hacia las escaleras. Una flecha y las palabras: Sala de Operaciones. —La sala de espera estd enfrente. = gDonde lo han herido? * —Cerca del corazén Sentarme. En el rincén que forman el primer escalén y Ia pared Aquf aiin es de noche, Aqui es ayer. Nadie me habla. Nadie ha habla- do todavia EI pasillo esté otra vez desierto. Luego, por una-ventanilla, pese a hallarse cerrada, entra la fuz, como por.error. Sin embargo, el mal esta hecho. Ya no le es posible retroceder. Y avanza, aunque rozando Ia pared. Una voz al 2 *Sefiora... su 26 ‘A mis espaldas, una enfermera baja la escalera. Me acurruco contra Ia pared. Su reloj pasa ante mis ojos. Las ocho. Las seis, y ahora las ocho. “Soy la sefiora Bertherat.” Continéa su camino. Toda- via ayer, bastaban estas palabras en el hospital donde mi marido tra- bajaba como médico. Me sonrefan. Me trafan una silla. Se apresura- ban a atenderme. Hoy tengo que mendigar. Tiendo la mano hacia la ‘ata blanca, que se vuelve bruscamente: =Todo el mundo esté con él. Un hombre en traje de calle surge del pasillo.y me empuja al subir corriendo las escaleras. El cirujano —cuchichea la enfermera. El pinico, abrasador, me penetra por la muca, se me aloja en la garganta. Las seis, y ahora las ocho. Dos horas con una bala cerca de! corazén. —jEs que no habia ningén cirujano? —Hoy es domingo... —jAiin no lo han operado? — jPues claro que si! Ya ha perdido bastante tiempo conmigo. Una ditima informa- ci6n, por amabilidad: El interno de guardia. La pared esté fria, viscosa. Rezuma. Me voy a quedar aqui. Bajo la flecha. Bajo las palabras. Ahora estoy dentro de la pared. Enfrente de mf, la luz avanza, verdosa, Una taza caliente contra mis dedos. El olor del café. En el pasillo, pasos, voces. = iY ese grupo sanguineo? —Todavia no han llamado del laboratorio. Me aferro a una bata azul. = {Qué grupo sanguineo? El otro tira de su bata. No hay nada que hacer. Mi mano ha com- prendido que s6lo podré arrancar las palabras del silencio, del azar. de su marido, Han Ievado una toma a la ciudad. iA la ciudad! Hoy es domingo. Hoy es domingo. En un hospital. Yo crefa... Yo siempre habia crefdo... No pasa nadie més. El tnico que pasa es el tiempo. La luz avanza a lo largo de la pared en el pasillo de enfrente. Alguien corre. Alguien resbala al dar la vuelta. Zapatos blancos que me rozan al subir las es- 27 “KOA 9Ut ‘o1rx9 un opts wy uoroetodo ey — E dso ap sequnoad sey 8 opuodsay, jo1uarunoaquoar ue vA opraAttOD eY of “SIqUIOY TP ase ~Bo08 B ssopupIADNE OU “UgINg? {soeWIE| eed od ‘pews ey 9s up}? “serstpoLtog “e1quINPaY}onW BLepEpIEA wUA “offsed [O up aquo8 Koy Za4 eysq “Tesed vfap aur A euede as opso8 oueyny 1g “epetsuioa & ejnpaio 19s © 319AJ0A spur vountt anb x “aoxdugD 406 ¥ puBATOA spur eoUnKE anb A “aoyidusgo opys ay anb jap A 081982} opis at Js anb Jap oyeusase un A (081380) opis a4 ot anb Jap oyeuISase UN OpriowoD ey as on 98 A -soiadso onb ppeu vA o8ua3 ou anb 9s ‘sedi sey ua apuny aur 28 ou opiteno ‘e009 by & exes au Ou OpuEno “eIUEALES w B aqns UT aS Ot ‘opueno ‘seis09 sej ws}Uos ex vadjo8 au ou wOZEIO9 Ja opueN) ‘ronut [9 onb v orodso senuorus auuseys9]our auaie axpeu A ‘oyuaIs aut osa Jog “2oey| 2S anb Js seiodsq “2oey as anb Js asrequag “soe 98 ooodurey posed Bf BNUOD tzaqeD Pf asrEadIOD, 208 9 ooduue) sound So] Woo IeBeq “aoe 3S oooduIEy LeIIRY “ugoey as OU se500 ses — eundos “epsos $9 04 ng jouefrura ono ® paisn awry! jouefhno un-y! joomppur un e poysn ower! — “opeurjsap ‘ounssry ‘opso8 ody Un “pagum ‘eysend ap wai) ‘ons ofure B19 ox — ‘ugfoerado ey ~~“opys ty uotoesado BY, ru ‘soprouaatios so} Sopo} owiod ‘Sodiano soz}0 ® Sopseuasta ap sazue odran9 Tur uoD so} ~topuoidusos anb o8uay “souumye stu © oyosua anb sojuarutaou so] euisius fur uo OAesUy “SFP So] SOpOr OpuEfeqeN onuTUOD— desu A? — ‘eziany ns ag0ti00at anb odrano un sunaysuo9 o8:9] exnsay jeqeg? “r20ey 40d eqeysa opoy “uo!oezidsos eaqeqien euUmnyoo fur ‘SeureEd sur ‘satd STH “BsCO ENO EjoeY ON, ‘SOHTIp slas 0 oouin ‘sodnuf soy sopor e JepnAe z anbIpap ofX— srenjoe ourgo eo anb sofeu soqus 1 ‘peprun ns sa09]qeysex op seye11 O1sared anb jo odrano ows ‘ouosy “Pyuodur ‘nb peyunjoA By e eqeiUEjope as odseno [> anb ap uotsoudum e] oI 2] osnjouy “¥ztEYUCD g1qoD ‘sosexoId souenb ad sns ap ayuarostioo ‘odzana ns oyuord & ‘ounsqo a8 org “odsono [pp Peprm vj ap exory ‘oprede ssquPunsad sa1anb opuorsuy ‘soquerut -Hyns soaomur opuoqusoy “squoULIOLAIUE OpIALA ByqBy SPUN -rez10y ours ‘oyrenut 1od seuopuege ou ostoard 19 onb Je ‘optisy, ope Te sed ueyqop ‘uerpod ouang ope ns zeuUe ¥jjUas anb zeysoUOTq {9p squo[2309 Bfjonbe ‘e/B1eue eyjonbe anb ap “Uy uD ‘BIUEND oIp 9g “1S aued anb pany run Weqe}s9 seys09 sn onb ‘OpLioqop oxqwoy [e ‘sojnosqu Jod ‘sousrour sod oprun eqeyse ous o1quioy rs anb gliqnosep opo} 83908 o1aq “efa10 eyo enb of ap sofour exo ,,ouaNg opel, ns anb O1P -uaidusoo ‘osuaqur 2 osjsaid ofeqen ap sessiu sorta 2p’ spaesy y ‘sopinyy‘sounges wosarory 28 90)S08 sn ‘ayed pun 249A uIS B99 ¥¥ 3peO ap Eze BUN dBxBADI[ BP 0 OSA tN 1adwlO4 UIS soureypea so} reHaxy ap zedeour ‘pqpuT solUY “ugHoejeU e| UD s20U1d sexiuoouo f repeu eqs onb oUGnasep & epunRJoId Ende je opetelai diana ns seijuoo & uly Jod olAarIe 96 ‘TEpeU 1aqeS OU B SOYE BOLT, apsop epeudisay “wie[99 ns ‘SeuoOUND sns JoUDyOI v vqvIqUINYsOoy anb oustur of O1uoye fo esuaroy “epeyooanus € yerouradns wsoueUL bun op opeatdsaz exqey soouoiue eysey, anb ap eyuano orp as ‘sa1ojop 2p ojuony pun wo v2 vied opraseauod asaiqny as anb ap sayue odran2 ‘ordoad ns axqos souonsono opvaue(d erqzu 9s vounu anb ‘| azng “BuUne OwOD ours ‘2qUDISISe OWIOD OIStA eyqey vf ou onbsog “eo Uo esefeqe anb “7 azng ¥ o§LEns opuEna ‘soque soue snueape 9p o1qap polssuaIY{Y eIOUOS yond sezadio} Sef uy sod ss90uovar ¥ A ‘seuoisnit urs ‘wsnf BrouRWI ap-2si9A v gIpUaZdy ‘opeyadsos exqey vounu nb sapepmqisod ap sous ‘sa}sony & sours we ope] un ‘ozz1g un ‘orquioy tn st01 anb orpuaidy “eyooUIG9 2 ou and BySsou9 Bun se12gHt ¥ ‘So|nsnU So] IeqeNsap e UOLEpNAE BL anb sosiD -aid A soaens soyuatutaour orpuasde ‘Sopejfossesaprodns eA sojnosnat sejjouesap ap 8yex} enb ‘eorspIo wSeUUNTS B] Ua oMb o-ENUOD Ty “Teunsou oper ja aigos osumid oxjusou09 26 A opelfynus Opel ns us aytoUreoruN sesuOd 9p ofop “7 a2ng ‘patyjuamig BxOUes B] 2p Oporgtr Top spAEN e ‘ISy » NS op BZUEYOSUD ef ered a1qqUOdstp ua eULIOJ -suen 9g “pepHOHdzut ns vf eyodos ou ono [a “equoUNBUa|d aALA Ope tun opuena ‘anb ozarqnosap exqey anbsod ‘oxj0 Jo ofony A odsano [ap ope] un oxowid sefeqeny & eidurois eqeSiigo patiquamyg wzouss eT “sejse}snutia souMNpe ap saretIgyua9 oD eqeiuoo eioye A vod Ue E90g 9p OpIsIOD eFGel{ OpLoarE|NsO 0911923 ap ugroeyndar ng “sofour exqured op ey[ey-e , eISPUUNS,, JeUrET, B EpUTT|GO ‘ea 2s enb of ap oporpur un opeinpeu eFqey ‘oyuauE;us] “odiono oydoud ns exo of8ryer rauLd ns enb ap eIuaND OpEp BIqRY 35 “eIog ‘roUesy Uo 2IgeZTANUT eUTOTPAUE Ua 10100p 9p OfMAs UN UoD seg Wa openuooue eyqey 2s ‘E61 ua OWSIZEU [ap OpuDxny ‘anb eLeH proeN}xe Jofnur vjfonbe e 9A e F9ATOA wo QsuOd pre} SEU og “seo ns ¥ Spur giajon ou K dou 95 “| 2ang ‘eqeie11 onb soure sot ap saxped so] os eqezifear an sejstaonuio sey uo asepnde ve] onb wjsonb popyuaryg exoues ye] onb opuasaip ‘vie uoo asefeqesy anb “] azng e opHesns erqey o8an7 “efry 1S ap oj[sodosd © opezmnbuen eIqey e] PolsyuaTyT efoUSs ".BPINzZ exOpepy9A eun,, 195 © Byproop 28 ou anb “efiy ns w sUTENIUOD Bfuiay anbiod “px -opinz zy ap seurayqord soy ue eysfefoadsa eun “panyuasyy exOUeS Bl B Opifisp esqety as ‘sajue Sour sounsye ‘onb ap saouoyus gpiooe og varan copied ‘ojqveyeux ‘Tgpl vEDIeUF eu ap OULOD OUTS ‘paoroUT ns ata, ibyur Bun ap OUOI OU ‘odson9 [9p Ip UO EqEIG BIL 9g “poLTuaN “| Jod opeuy omonze un OAEl esp uN “UY TY 19 sex Bjopuplep “esoxojop ayred e] asopug}ios anb 10]op [e edeoso op wioueuL E170 BjeA OU ‘edurEN UN Ya OpseD [eUNTUE uN OUIOD “IO[OP ns uuo9 vjos ‘epediaseo ‘epeyrumy “opsnde Ios un OUloo wFIUAS og “EDA Bf tua 84 eqedtonsed ou ‘odsono ns ap uorsesdo e] B epryeUtos “ouog ‘apsep ous “J0LI21x2 [> apsop ou ‘asiqnosep oqop oUWNIe [— ‘soyeotsnur seanynzed ap ‘sauewoye sojnas3 ap ‘sop -usopenaue Souq sofofa ap seajdai sejsojunise ‘separed sey Ug, | 9 {8880 ur ua ofadsa undunr Ley ou anb ap wiusno opep vy ag? “odsono 1pp [eHiostss wrouotsadxa vf se sowséosng anb oT spre oduay apsap A oquourerreyunjoatn sopernoala sortiaruntAow! so} uo £ Sopmanae Seq U9 ‘osonioayap ap Aey anb of uoionsuas vy biod aqudeo.ed uo s104Uoo 2p SOUIeEI) SONOSON “oqUSUIEPEIPIUIU EpIA|O oS sB]09s9 uoFavONE -x9 PT “sarqummysoo seniique sms v anjana odrano 9 ‘eanbey, uorousye {r{ owoo ojuosd wey, “oxapEIp peu IEG ‘ypeU BIE aAmts OW SayUaIO -Stio9uT sofaljor sns 9p exjtloo ua JeRyOE B odsano UN B IezIO, “OUST “JAou! un, 9p woqUpsaUL UOPHades v| spuref souz9ey OU sMby— Oporpuu ns op oywotEpUNy Top Ggrovondxo wun e OzUEy as & ‘aquourefly ostur aur ‘oprmbpe soqey eiarpnd o& anb swopr ses[ey se] aiduais ered uesaqparedesop anb aseodun 2| 1s ooo ‘ofan] A “ofeqes) wang un zezte—1 apusyaxd |s Ons |e uo msyxo ogop ou A ousenqza0A Tur uo aysfxo OM BaqEyEd BS— "Buns -o1d b| apmadar e yaanye aU ON “BA8}90 BUN OPIgnS eIqRY 204 ng janb soy? — a soy x? ~eredaid as paysn anb jo vied ofeqen, [pp 9uzed ues8 wun ouimsox as os9 ug “astoA B So}epRAE ‘oumyn 10d ‘A'sono so] & 104 B spndsap ‘asia9 ¥ sound xapuoide anb AEH {824 apand as ouiga oteg? — “oueur -oque 9p epMey uofooay wun auodns oueuroyuE op eperedo1d uo%D99] buf) “ueyseo0U anb of soa vied doqsestus woo eyseg “saquEdionzed so] ‘uoo opranoe ap xefeqen anb Avy ‘sauorsoa] stur oredard wouny— “-uorsoa] ns sezedaxd paysn asap pzing)— “oyuoid opeiseuiop opesoly, saquy sod gsnoxo out ‘gsoxdos opens “wis eURBUTE BIqeY OU OMB -2Sa1UgIg “O]UaUOU UN aUIZUOPIeg— “g1ajoa 0g [es] ap seuoalL so] Sopo} 4Jod ojans jo us sopeo0|0o sosasoy uo ‘ouvld 9 2190S ‘sO40]} ap BD “uspungesodns vun ‘sox015 x “$010[09 SoatA 9p sesquiOgte ‘Sapred Sepoy od A "boo ap olreld osuatuut un epqet| “esseUIRE HOH, O}AIUALUIOD [P 2190s SeISqA oo “UoroEHTgeY Exe A esoroedsa wy ap OPUO} TY “ejqnd 9p 204 paysn aut] — {oo1p owo?— “aqns poysn wysas anb Jiy— ‘ono ful ap soUadns ayzed 2[ uo gsod as wpemu ppne ng ‘ooue|a ojed O70 A OsouLIOU ap "EPH es la frontera entre el cielo y la tierra, ;Y Ia espalda? ;Advierten que se estira? la cabeza, pero ella no esperaba ninguna respuesta, , échense boca arriba, por favor. Pensé que, aun de pie, lendbamos ya suficientemente la habita- cién, Los otros se las arreglaron lo mejor que pudieron, creindose mi- rsculos territorios sobre, las alfombras de colores. Sdlo yo continua ba de pie, arrinconada contra el piano. —No e5 usted tan alta como se imagina. Meta la cabeza debajo del piano. Asi tendré espacio suficiente. ‘Asi empezé una leccién durante la cual descubri que mi cuello, que siempre habsa creido largo y, en consecuencia, elegante, estaba en realidad rigido, sin gr Una vez acostada boca arriba, la sefiora Ehrenfriéd me pregunt6 si sentia el peso de mi cabeza sobre el suelo. Estaba a punto de respon- der que naturalmente, puesto que sabia muy bien que la cabeza era pesada; incluso me habfan ensefiado que el peso medio de una cabe- za oscila entre los cuatro y los cinco kilos. Pero vacilé. Me tomé el tiempo suficiente para darme cuenta de lo que experimentaba y ave- verigié que apenas sentia el peso de mi cabeza sobre el suelo. Todo el peso de la cabeza se sostenia en la nuca. Me dijo entonces que per- mitiese a mi cabeza convertirse en una manzana que cuelga al extre- ‘mo de una rama. Siempre sentada en su taburete, a tres metros de ‘mi, me ayudaba simplemente con sus palabras a sentir c6mo la man- zana se volvia mds peseda y la rama més flexible. Me transmitié Ia sensacion de que mi nuca comenzaba, no yaa 1a altura de los hombros, sino entre losoméplatos y que podia doblar- se hacia adelante como el cuello de un cisne ‘Me gustaban esas imégenes anticuadas y sencillas, que atrafan toda mi atencién hacia Ia parte del cuerpo de que se trataba. Mas tar- de, con mis propios grupos, cuando me servia de ciertas versiones de esos movimientos para ayudar a mis alumnos a relajarse, trataba de no utilizar mas que palabras, de no tocar a y de no de- mostrar los movimientos. No queria que me imi pos obedeciesen a las presiones de mis manos, sino que lograsen por sf mismos el descubrimiento sensorial de su cuerpo. ‘Si se ve obli- gada a tocar, es que no es capaz de indicar™, decia la sefiora Ehren- fried. Pero las palabras son, también cuestin di Ehrenfried me hubiera aninciado simplemente: rigida”, no la hubiera crefdo, porque encontraba muy bien 38 en su posicién habitual. ¥ si me hubiera dicho que me preparaba con- tra los golpes que esperaba o que me negaba a conceder a mi cabeza su justo peso porque, hasta unas semanas antes, habia contado con otra cabeza que pensase por mi, hubiera desoido sus observaciones. i mes, quiz demasiado s, relacionadas con la acertadas. Decididamente rer el propio camino hacia las realidades del comportamiento psi- ‘quico y corporal En el transcurso de aquella primera leccion empecé a comprender que los movimientos que nos indicaba tenfan una finalidad. Como notas de musica que se afiaden unas a otras para formar una gama, | se desarrollaban, revelando al cuerpo la interdependencia de smbros. Otro de Jos alumnos, un joven compositor que habia estudiado con ella durante varios afios, ilevaba aun mas lejos la analogia musi- ‘que sus lecciones le recordaban las lecciones de armonia. i palabras que casi carecfan para mi de las para describir tantos estados anodi- 10 “armonta” conservaba su estricta defi nicién musical: la ciencia de los acordes y las simultaneidades. Més tarde, a medida que mis gestos cotidianos se volvian més “naturales”, gracias a que por fin me servia de los mmisculos y la energia apropia- dos, logré entender cdmo el movimiento de una parte del cuerpo es ivido” por ef cuerpo entero y como su unidad esté integrada por la simultaneidad de movimientos, no contradictorios, sino comple- mentarios. Con la sefiora Ehrenfried aprend{ también a reconocer y respetar el tempo particular de mi cuerpo, a dejarle tiempo para descubrir las ruevas sensaciones que éste buscaba. Un esfuerzo nuevo de un brazo o una piemna exige el empleo de conexiones nerviosas hasta ahora no empleadas. Si se apresuran, si se fuerzan, si sudan causa del esfuerzo, se impedirén a s{ mismos ofr su cuerpo. Estamos llevando a cabo un trabajo d ara Ia sefiora Ehrenfried, de'un cuerpo armonioso. Respiramos con economfa, dec propietario de un apartamento de seis habitaciones que clusivamente en la cocina, Yo me crefa més evolucionada que los dems. ;Acaso aprendido ya cémo hacer practicar la respiracin a los paral ours odiana TeP opeidoide oojdusa jap ous ‘soy.eyxe jap soywapaooid sowusTurey rns onb orpuaiduios x odiano ordosd ns reosng oprpaduut Byqey 3] ou ‘augtanoy jo wa opequosoxdax aoarede Owoo {e} ‘euIMbpurodrana [op eiusmmmsouon ns onb soorde opnd ‘poujuainig wioyss vy 2p p -euosiad | A ofeqenn J2 e1gos opueuorxayjox ‘apsey spur YONA, ‘equypadsos ou ‘odzequta Uys “uoIst93xXa Ano ‘SOpEpIIA -esuiodsor sexsnu sejUosye e Bysord “epeULTe Jofour JyUas ayy “SOIUUIOS “MI Sof uosoraredesaq “orjade yo g1qooy “seIofour sez aqosduios ‘sourysoqur so] e ‘oZeMOIsa [e ‘OpEayy Te ap ssoedeo voreny ‘onunuoo £ wus] o}WSTUNAOWE ns ayUeIpaur ‘anb & ounrxpu je uorefeqen euiBesyerp [> X satound soy anb ue ‘ayuout ~reynax A ayuetuaatioo puadxxo aur anb ua oytewour fap med ¥ “ous u9Iq wo eqeIgo anb «19084 anb Bua} anb O] ;QRS,, ‘anb eqensoup jeno [9 ‘odsono Jap pepuoine eI a Ue eIOYe UPy sax fur OpeuOJep uerqey ayuoULTOLIAIUE oNb sopEpalsue sey varduizs ered gasosuoo of ‘[emjeu ouoyestdsa: oun: ns osadnot odsono tur anb zaa eun ‘nb ang “epnp UIs ‘orreurproesy xe spur OT ‘ours “a vuyal3 spur rw opsop pzinb ‘odwion oyonur gory apsop eprutd al ane 9p pos Bun Jse assIoHsHES Is OUIoD ‘salqujomuooUT ‘seuLIOUa 80z0}80q soun woo ‘rezaysoq ¥ 7oaduWly sOHayUT zed vpuTyoId BUN 92 -uowtrodxa ‘sp1qe seueulos apsap zaa brauitsd 10g “2iUepeoaid woTDes sidsai vy 10d epeyrode ous81xo 9p uoistaosd v Ieajdura bied estoa1d odrono jo anb odurayy je wspuodsaiioo vsned visa onb spuerde ap 1e} Sp “oxen ap sendse exed aure ap pupissoou Joey v equiodsy ‘eqeiadso odiono mu ‘og X ‘aquounjojdwoo woye ‘eqesndse ‘og ‘eqendse ‘of 1 Son Uo resrdsoy v pousUIOD ‘oyUaUIEyEIpeUIUT TeNTdSE B J9AIOA A bourse uo sedso 2p ‘oquouresorouod sndse op r0Hny Uy “ora9]qeysos 9s [puLLou f iso ues wso op ‘omdsns aso ap ued y ‘omdsns opuryoid un sedvosa 9fop saouqua A “seueip!y09 soit -ofaednooaid se] ap sols] ues ou ‘oyuoMOoU un 10d “A 9fofas apy SOU] -Oufar So| ap feuy je wesedsq ‘ouryued un uo sIpuny sourefop anb sous ov -vfing,, ooo ‘se1iqi9 sns ua, opuesodar owtoo ous ‘ezaqev0 vy ap ues -21fes23gos 1s owod OU ‘sofo soxsonu SoMospUTBeuH SoU an offp sou ‘sesqered sns woo souopupioout ‘oyuowrequo] Anu opueiazH{ “SOF so] soumasp1iso anb ‘zaa wys9 ‘£ oans [a ua sourosgyfo9 Sou onb oaaTU ap otpid sou parxjuaryg exoues eT yoduren oye} aoey epsop wprpsad ‘Tex uugpoendser ns sesqtoous ® JoAjoA odiono [e anquied ow103? sosauioistid souseyTeY{ ap Seyue19 -su09 sowios ou anbiod souzeroqyt ap soureyenn ou anb ey ap edurex ‘ensotuig “vefopered aystiy “opesed eAcy —nAKK— oxSrfod jo onb zysey AUAMMargos Uo asansisuoD uo!oednooa1d sokeW EXSANU IS OWIOD “sant fp se0ey,, Jod soureuTuna) ‘Fsy “eaRjoUtD A peLrOstes eIouaLIad “x9 9p sapepygisod sey sonpar A wyUa] eyoreur & xefeqen eB SOUERIO somsanu sopor ® auaforgns of eua8pKO sou ou anb ufoEsdser BUN “SauoVoustas sot} OW ered ‘soureuIMOP eed zeoHJa spLE OpouL onjsonu 9 oyrorsuon 95 ‘oquouueyRBaust ‘aquaueronysadns ses1dsoy “oysaoey ap ,,oduar yo sourewo Pp esardxo ered sourendse of9s omtorg “ze1t8 [2 1p SOUMEyEN OpUreND UpIquIE) soUraUaysr Of ‘ap “181 SEIN {OwEP Sowrsoey SOU 0 Opatu SOUMTIUES OpUENO OTT [9 SOUL -ouaqar “epla enisenu ap saqueisut sosoUILId So] apsep BA ‘onb & aqop as ON? {lemyeu ouoyendsex ountr fo optpzad sowoy anb 10d x? “ouoyentdsar ountr o1dord ins reNuooUa B JOAIOA “t9|g spur ‘o TENUOUS anb atien anb [a odiano [Pp sq ‘Temueu 19s eqap UgIestdsar ey “uofsoesIp exouNsd By © S01 gpY sojoUr oj Uo OANU 9p I9eo ered ‘,osTEAUDDUIOD,, UO O “eUIBENy “Rip Jo 0 an1UaIA jo teonbo[g uo soiuaysisuog seurdrostp sesIeAKD SE eq, -euopsep paljuanyg eioyes PT irestdsox ¥ repuside owigd? o1og ‘uotoenidso v] se aque odust seus of ‘PEpHT eos Ug “71seU P| ap SeIOTE SEL FEIqUIDR JoORY “xEIO} Jo ZEYOUESHO “UOT sendse equorgusis uatq remdsor ‘fur exeg “aile [2 Jestndxe ap ortgey [2 oprprad uesqey A soprpuaysip aquouerazed Jee weyoaueunzad onb ‘satr -outrpid soy ua oate jo esuoiay “wqEstdso ON “opunut jo opor ap w anb ‘usr Bf a]UaUIE}ORXe ISeD to prIyN an ap wuano 1p a; ‘quauteuayd Ou ‘SOUSUr Ty “pA 90d. our— etiioy wsa ap opurestdsar pmlrOU as ON— ‘onan ap aitdse epingas ua & zizeu vf Jod 090d tn 9r1d39 ‘uOID -enumuoa VY “Boropio3 efeo P| opuEYouEsua ‘auoMIeoIsigUS guIdsy ‘opo so osq “seridsos SousTuL Js v asuafaq “epeu UesLY ON— ‘ojans [a ta SoUreyoo OpueUI SOU ParsyaTY EONS ET] {sore -soo1eyu soyriosnuu So} ap sootiyTesed soy & ‘so[bUIWOPAE SoqnosnLL So} ure) org “279 0} Capitulo 4 LA CASA ENCANTADA Es la hora, En mi sala de trabajo, espero a mis primeras alum nas. Son cuatro. La vispera habia recibido a cada una de ellas por separado, justo el tiempo para mirarlas, para empezar a verlas. Y a escucharlas. Las tres primeras fueron muy breves. La cuarta, V., habl6 durante largo tiempo, incansablemente. {| habla entrecortada: palabras como fuegos artificiales, que se detienen bruscamente, el tiempo de una mirada que os observa fija- ‘mente tras las pestatias aleteantes; para recomenzar en un nuevo chis- porroteo. El registro variable, imprevisible: una voz muy baja, agra- dable, que, a mitad de una frase y sin relacién alguna con el conteni- do, sube, chirrfa, se, estrangula y vuelve a bajar como si nada hubiese pasado, No hace ningiin esfuerzo por dominar su desencadenamiento ver- bal. Ni siquiera parece ser consciente de él. Me cuenta que, animada por su psicoanalista, que es amigo mio, ha aceptado asistir a mis cla- ses. La palabra del psicoanalista es sagrada. Me entero de que tiene un trabajo interesante pero que no le interesa. Que su matrimonio se desmorona. Que el hijo que esperaba no llega. —De modo que me dedico a comer bombones —concluye~. De- masiados bombones. Sorprendida ante su facilidad para explicarme su malestar, me hace pensar en una actriz levando a cabo una primera lectura, que no ha “entrado” todavia en su personaje. No sé cémo darle la réplica. Pero, en su mondlogo, no espera de mi nada de ese tipo. Ya en pie, ‘me tiende la mano y desaparece prestamente Después de su partida, su voz, sus voces, continitan resonando 42 en mis ofdos. En cambio mis ojos no se acuerdan de nada, s6lo de que es morena. Ha conseguido esconderse de mi, volverse invisible, detrés de su pantalla de palabras La entrevista con H., amiga de una amiga, ¢s, por el contrario, ta. A mi pregunta: “;Por qué quiere usted asistir a estas responde con un ligero acento que no alcanzo 2 localizar: ara eliminar el vientre.” Pero no tiene vientre; no se ve. grasa en ninguna parte de su cuerpo. Antigua maniqui, tiene las piernas y el cuello miuy largos y de una rigide extraordinaria. No parece cons- ciente en absoluto de este hecho: ‘Como tampoco de su manera de sostener la cabeza, que cuando ella se inclina, avanza como la de una tortuga fuera de su concha. Con un aire casi desenvuelto, me dirige ‘una desumbradora sonrisa profesional y se va. C., amiga mia de mucho tiempo, se esfuerza por relatarme di rante su primera entrevista “oficial” los detalles de una grave cai sufrida en su juventud y de una operacién de hernia discal eft tuada algunos afios antes, Todavia le hacen sufrir, y no le gusta en absoluto hablar de ellas. tuna -vecina de piso, viene a hacer “un poco de gimnasia”, por curiosidad y porque le resulta cémodo. Pero, ya en el umbral de la puerta, deja caer que se le habia “olvidado” decirme que a veces le duele la espalda y que incluso tienen que manipularle las vértebras varias veces al afio. Dado que he aprendido en la escuela la importancia de la patolo- fa vertebral, me parece evidente que debo conceder mi atencién sobre todo a mi amiga C. y a mi vecina N. Al fin legan las cuatro, con sus bombachones y sus jerseys lisos. Salvo V., due viste un jersey negro con rayas blancas en zigzag. Hace Gafio a Ta vista. Pero es ella la que guifia los ojos. Avanza con pre- caucién por la habitacion vacta. —Tengo vértigo —dice. {Sera quizé demasiado luminosa la habitacién? Tras algunos desperezos, pido a mis cuatro alumnas que se echen en el suelo. V. lanza un inmenso suspiro de alivio. ;Es que acostada encuentra la seguridad (relativa) del sill6n del psicoanalista? Les pido que imaginen que dibujan en hueco la huella de su cuer- po sobré el suelo. Terminado el alivio, V. parpadea. Molesta, levanta un hombro, lo golpea, lo aplasta contra el suelo. De pronto, se dobla en posicién de sentada y se aprieta los dedos del pie izquierdo con las dos manos. — {Me ha dado un calambre! —Y aflade—: Me dan con frecuencia. 3 Sb -nooard aur ou osg “98 ou ‘owang :—otaurour un sen A— jON!— assjoon1ioy ap aquauiaquanoay} 209pey?— jeaquwourur as odiono 1s anb soqap [9 40d epee oyund yey wasey yanUDS 98? ‘IaH WED EpLA un ouarrede wo easy] anb wasof euip “onb auon wg “anb o8uay, ‘nb ofa) eueyeU buen ow vzrony spur seapduro poysn apang— 30501 de souaur soye4d soy anb spur saf0089 ou fod epednooasd ‘seuLsA se] 2]uv opueyjoea ‘opeosaur [a tia "Hw OUBeuN our ayUSUE Un ZOq ‘opo} 2p salioo anb auaty, jou anb ayuawsjesnyeN! ~ {sopriajoad sorerd sns poysn vredazd a7]? — "BuO09 Bf OBON| A ‘opeoiou |e st $9 “2oIp paysn oUod “aeNuOD aur sp anb oT— enUumUoD “eonu ns ap Sopnt so] ap oquoureafsnyoxe odnso aut ox “uofsoeal tur Bradso x “aulatAtp alt 0s9 anb vaio oN :eaue] dur UO!IeNUTIUOD V ‘epresadso @ 31 anb o8tt93 Of x— iuv!— ‘quan anb oan orog “uA ou ered exo]] osnyouy -eysn8 of ou eII9 y “SoU EpeD ap SOpEarS soumlyp Soy Bse0 B muEA anb auaH Ola “Aspe YuK HOD data “ON jsouorseoea op eqeise onb sq? — “aque ex -—v% -uotoe so ef © eufiyns v zwosng v at onb ouoty ‘eproo eun seredord onb auoty, “opeoiour je a1 anb auaty “oueid ie) aszeyueAay anb aust) anbsog janb 10g? -ouresaoou aquoureynjosqe ofje sq ‘rueurur euLi0s uo osrenuosus spond onb eed opmesa9oU of ‘Gey anb ‘Soiuamurestus woo apue our ou anb xpuarwooes aur ‘eyoo19p BL 8 Soprenuoo Anur ‘cont ns.ap someden So[ Jepnuesap us ofeqest sexuotyy ‘seuzotd sey ap £ epredsa vj 9p OB] 0] B somasnus So] Sopor ‘ours ‘sosto3 upise anb so SOsqUIOY So] ap A ofjano [=p SoTnOsHUT SOT 0198 wos ou onb oxqnosap ‘eEeUTUTEXa TV “B}9]99 Ef OUIS “1O[OP [2 03] ou ynbueur ap exeospur eyjoq ns ug “oquourepidgy wseo TUB UBO[] 11159 oxoq "euID94 rus ©N 9p Bxeyen 98 onb oprpuazdzos asorqny aur ON “zox e] ooz0U0s—1 ON ‘tsouojop Anut stjoos120} eu eoeped onb eroUNUE aur sof LUD, “ouoyp{a1 [2 euans opuens oueiduiay oureisose v OBuodsID 3 “osoxitfed odureo un ua oprour aunzaqey op “esto -orduu epaepoy ‘uofsardur eys9 ejropuarduroo apres sew ogg “odie ob 12 ered oxBiyed upSu ueyuasardor ow ‘rojnosnut w2iany UaBrKO ou Sowuomsow soy anb aquourmoayiad 9s ‘aquersqo oN jososSifad pop -leax ua asony ofeqesn nurs x? “9puop ap aqus ou ‘o3staardum oxStjod lun fins anb e 0 oyep uedey as anb © oparu Jog “soyenbad sns ap sofo Soy oqmeysuy un fu eyzede ow anb axpeu eun owOD “wpfedse ef O}faNA exqoy so] wiomnbis yu ‘seuumye stu aque pAgWUT “ZoA vy op on spur ‘suiNIAIeS 9p wIoUa!oUOD opruay oy OU ‘oBIEqMD wig jserUE seq! “SOT -Snu Soj ap ‘Sosquioy so] ep ‘SozBIq So| ap sB}alnfe se] 10d A aseI9 | ap ofjosresop Ja 10d eisojou onuRuod ‘epse) spur seloy seuA, doqwaumepray wep apustyap orox00s 9nd? jopmwouTsTe ‘puazaud 9s onb 2010 ‘opupno apsap epeiinjua “epEsojuoa Ot PEPIOA 90? ‘soapedied sns sod ‘sorqureyeo So] ap vsneo v EYL onb ‘odtano [RS Jod opednoo yyse oroueyIs Ta “TequoA BMpeUe ns v OpIpeue uy 96 ‘equeysuco UgIDeFe ns ‘sezOpe8dd sofayjax op Aasiof ns “Bqfe azq0s vpenur fur seydeosoqur vied owloo ‘fur uo ely ojuswesuouT sped ng “odiono ns ap wsjoord uodeust wisn sousya1 ap zedvout Kos “eus1o to X 10J0p unsuru ap opefonb vy os exarnbys 1 anb ueaof wun z0d ep -2}d2o ops vy uorouote Tur epo} & ¢, oquouELOpepI0A, up eubzesytuo9ti09 ap Uorouo3U Bf 2q ‘oseoeY ap UOPDesUAS BUN OWN} roUa|!s [2 OpIoa|qeysad “BOS ‘Selo Sex} epeLI20 Z9A eumn “epeN) ua ap eyand By 9p seNep osnjour wpURUOD “seNO sel OpuEUTIZOD “A 9p 204 B] BjARPO} OBI0 ‘eNSLIUOD UOFDEIGeY e| Ua WaySTA 28 O1yENO Sel sexquagyy “(o8|e OYoIp ex of Seu se] ap uodeUN El “et eyed Sop ap wavjose bj A euonD Bf 294 PI ¥.s9 anb ap ‘seso9 seI}0 ax}UD ‘Soureraqua Son jousfoo 1g! "TequeA UoISoydxa BrapEps9A wUN OD BIN 98qo Sou “uolsas Bl epeumUe] ‘orag “seuM se] BIE 98 onb Opes un outoo seusayd sey ap sysye ap aysed vj 1089|ds0p uo 23U23stsU09 ‘ouart “Rou! ou[H Ja Us MATE ap o90d un es;UODUD Wy fe eared ~\ “wisisinb OA anb o| ap zapides zoAeu & ueuapeous 2s soquarus Hour soy KA ap UoLODIIEE Bf B OIsIsar OU OLE “SO}UOTUMTAOUH sot 9p Tenpes uoisaxdosd wun ‘oquay odwaz un s20919R 189 10d OzrONYSo 3 ‘oyumnluoa ns ua serd soz & said sot ap sopap So] ap souoTE INA SBI zefeqen ered soureques sou ‘soser) aquauresngred ‘aid [9p sopap sot 9p opuoneg “uoooqeaasd “A 9p sapeprurejeo seuonbed se] o1og “oso10ai93 oygadse tin £ sopessa9 sofo ‘gse vpr9a je epeuorooure opUAIS oY] “Sese Se] OpeHMD vy 98 “> f ojans ja ua assppuny B asopuyoride ‘Orouaps us ouaTIuCUE 3s Seuumnye s]uI ap OISar Tg "Edas Of OW OK anb ap aszeyes}Xe soazeg aueqep as anb y? ose vowyudis 9nd? “uersardsap apy “oyoou ap opor a1qog Si, si, tengo torticolis. Una vez al mes... No sé, puede que Pienso cambiar de tema diciéndole que tiene un acento muy bonito, pero que no logro situarlo. =Nadie lo consigue. Un largo silencio. Y luego, sin que yo le formule ninguna pregun- ta, me cuenta que ha nacido en Austria, pero que se ha criado en Argentina, —A la austriaca —precisa ‘Mas aun que su padre, fue su madre quien le ensen6 la di Aprendié a sumergir el cuerpo en agua helada, a caminar horas bajo un sol abrasador, a dormir en el suelo, a atravesar el vasto jardin por la noche sin linterna, a minimizar sus heridas, a no llorar nunca. =No tenia miedo a nada, ni siquiera a las hienas que aullaban or Ia noche. No encuentra nada que reprochar a esa educacién. Habla de ella con orgullo, mientras que siento endurecerse de nuevo los muisculos que acabo de relajar. Solo me daban miedo las serpientes. Las habia por todas partes. ~Y contintia—: Mi hija se asusta de todo. Ni siquiera mi madre con- sigue nada de — {Qué edad tiene? =Ya ha cumplido los cinco afios. Es un caso perdido, en mi opinion, Cae en un largo silencio, que yo respeto. {Como explicar a esta mujer que la rigidez de sus miisculos es inseparable de la rigidez de su educacién, de la que se siente tan orgullosa que quiere imponerla a su hija? Pretende hallarse satisfecha, pero su cuerpo protesta. Frena ante los obsticulos que ella considera como un deber franquear. Cree quererse sf misma, y lo tinico que ve imperfecto en su cuerpo es luna tripa que no existe. ,Como hacerle comprender que no se quiere a sf misma y que solo podré quererse y querer a su hija cuando haya tomado conciencia de su cuerpo amordazado, al que piensa estar obligada también a desafiar? ‘Aun en el caso de que H. fuese capaz, como méximo, de com- render y aceptar intelectualmente un tal razonamiento, eso no mo- trabajo sélo podia consistir en ayudar- la @ reconocer el envaramiento de su cuerpo. Acept6 venir regular- mente. Durante ef primer afio. las tort lis se reprodujeron todavia con 46 trecuencia, pero nunca con la violencia de la primera yez. A lo largo de meses de trabajo, me parecia advertir a veces que su méscara de desafio se dejaba reemplazar por una expresiOn de introspeccion, de turbacién. preguntaba nada, pero muchas veces, al mirarla, pensaba sim Reich: “Toda rigidez muscular inchaye la .cidn de su origen. Su disolucién, no solo libera Ia energia..., sino también trae a la memoria la situaci6n infantil en que se ha producido la inhibicién”’.! Y ese peligro que presenti con ocasién de mi primera clase... {no surgiria de la memoria? Desde mis primeras experiencias profesionales, y a través de aflos e comprobado que cada nuevo alumno tiene de su cuer- po una conciencia parcial, fragmentaria “Cada pie marcha por su cuenta”, se dice cuando uno pretende burlarse de alguien. Ahora bien, en la practica, la disociacién, no s6lo de 10s miembros, sino de todas las partes del cuerpo es habitual y se considera como normal. No sabemos cémo acttia cada parte de,nues- tro cuerpo en relacién con las.otras, ni sabemos tampoco cémo se organizan y cudles son sus funciones y sus verdaderas posibilidades. ‘Adquirimos muy pronto un repertorio minimo de gestos, en los que no volvemos a: pensar. Durante toda nuestra vida, repetimos e508 escasos movimientos, sin jamés tener conflictos con ellos, sin entender que no representan més que una muestra muy pequefia de nucstras posibilidades. Como si no hubiésemos aprendido més que las primeras letras del alfabeto y nos contentdsemos con las es- ‘casas palabras que podemos componer con ellas. Si asf fuera, no s6lo se reducirfa nuestro vocabulario, sino también nuestra capacidad de pensar, de razonar, de crear. Cuando una persona se sirve tinicamente de un centenar de palabras, que forman su lenguaje, se dice que se trata de un débil mental. Sin embargo, la mayorfa de nosotros no empleamos més que algunas variaciones de un centenar entre los dos mil movimientos (al menos) de que es capaz el ser humano. Pero nunca tomarfamos en serio a quien nos dijese que somos débiles motores. . Si no nos sentimos en relacién con nuestro cuerpo, jno seré Porque no sentimos la relacién de las diversas partes del cuerpo 'W, Reich, La Fonction de Vorgasme, Pari, L’Arche, 1970, pagina 236. Ver- sign castellana: La funcién del orgasmo, México, Paidés, 1984. 41 or ured ¥| ‘sououmnd sof ‘uozeio9 Ja uanaig ‘odien> [ep ope ‘owos ezaqeo ¥I soUreiOpIsuO: “Opoosdsep oxsontt 9p **“couRIq Us opniaauos ey 9s oxUED 29 ‘eIUapIOIO Uy “sa[eyualio soy sod onb spur opeyadsas 108 soared ou ouatA jo “eptA Bf HOO ‘eau uOpIOD Jap spe} v ‘OZe round “ey8i2u9 uo oysotauoD os o1uOIUNTe [2 anb uo [PHA N90 ‘safo Sms ap wjouedieauoo op ojtnd ‘cidrano jap pepeseid ap otis {uaumjoa ta Soureropistiod ostoaid so ou? *,.epiqro,, ex)sont ‘,pepioedvo,, wxsonu seo0u09 ereg {pnmua|d ns us odiond syuarp owos “uoumNjoa us £ osad us “ef uaeusr eu ap uoroduosap PI seouoIUa atiaTIqo ag “FOLIIx [a ‘psap ‘o1UR} oj 40d ‘esata 28 A BUNSTUE JS v opUOIy BSE LOOM 28 15 OULOD equosep os anb euosiad ¥ & pad us ajsisuco vloUaWodx Ty “s9n U2 ou “SouoIsueup sop ua sowlaa sou ob wedtpUt ‘souumpe stu e xeonoeid oyoey oy PouoNdaly oD anb opTTYOS [ed ap seioustiedxe sojuesoronur Ant Sey -souoodso.od senjsanut 9p soy AUNT So] ap pepHPAX Bf ¥ UaIquIE} oFad ‘SoyIMOO sopattA SoN|sanU e EP -uodseuioo vpeasop ue) euyjd usseu eso anb ojqssod so onbuny iugjooase ua oxes tis anb spur sofo soy zeleq je x94 OW ‘ered souyjd sos osteo upseasop ON? *, Jaf ap,, anuata tin z2u9} 10d Sopeyfrumy ejouencery woo UayWals 9§ ‘souquioy so] B oyuENS ug “oyonyonu ep anjuota tn :Yau1 wapond ou uo!oquyep 1od anb an wots je 12u9) ered opos v seisendstp upiso ‘uoorp “epou B ap sese Ug ‘OpEINge anuala un owod ‘ezefeINyeu 10d Opuopar “eNudIA ns UIA canuata ns srnuIwstp uo anb seul UEuaNS OU saxofhur ap souoHTM anb ‘ages as opuens oper aiqog ‘seuoHIsono sourmauy|d ooodwe} soureprd “UE SOU OU olog ‘setoISnou09 s9eENXe OpESeUIOp SOUIOIHOIMT ON : {euisj b][e Ue erouosoud ns op A aupeut 1s op wouanyyul e| op oszezerequuasap ‘PEpreal to ‘asRasap A ,oxPEw, [9 Bred aseapTuss ,exyuorA,, anb a[qIsod oj ua aqeo on? “pepmusayeut nidosd ns ap eqeBouar “elty ns & o4UaN] pryniov ns sod ‘owIgD & oxpeUt "ns sod vpeoqnout uotoeonpa Bf eNuOD eqzfaqar as odand ns oUlIg9 o¥sta sOw.oy BA “vzaqeo nS uo anb spur ‘Hap v BpIoAANE OU “BIASES ow onb oxquata tn seutunto epson anb "He Soureajo, jgnb 104? “OAJse0x0 OwI0 aA 2] 95 ‘ou O opEyinge Fes ‘opnuour ® Anu ‘A 9A 9 28 ‘oood un ayesazqos amuarA ja owoo ojuoud wey, “od ~4ono fap wioqUETOp axed B BIOeY A atueapE MoeY aBLsIp 96 EpEsTU v] 8 ‘anb vunios [1 ap sopenys uelrey 25 soueumny sofo so7 “ayuaMEsoIFT, "B09 BNO Wad OU anbiod s9 axustA ns uo well os SeUOSIOd SEI 1S ARMLNAIA Ta wong ‘seuojo00« soy oxo ouutof a assouod ‘vaiq sousjuas smuuod sou ou pupjuapas mpi m and -uod ojajoua[0 12004 ‘aaquaya f2 szonpes :sojuawsi09 sui $0y89doxd 50} Soumauruexg “epesoxdxe worouarUy eI B S904 sexeX apuodsess00 ,,e1s BUNT 1o90y,, B oUDIA on oY9fns Jap Opuryosd o2s9p Ja ‘ojo 30g “anbsog [9 72) -Jn20 apand joquy ojos un ‘saoaA y Teur ar2i8ip 0 oIUUIOsU ap avaped “,O80IMBU,, UN $2 OUN wat Q *ajanp anb aid fop opsp un ‘ou anb oye spur oxqwoy un ‘oquouTWOrd anuata un :uoIouaye B] ouoTIaR ‘anb al[eyep un Zod opeseoseuna eponb ua8i0 ng “se\Sa[EUF as9 ap $9] -Ba4 sesneo Se] Ja00u0 A souseztTeuE a1qNOduN oyuouTeONopIA By]nsar SoU ‘oBsequ WIS “ojuaRUTJNS [9 eySey osnjoUT 9 seYSo[EUL fo EISEY “ouodut sou anb souoyoorsysar se] ‘odrono jap zopi@u e] sounuag ‘sepeaytrejd [eur A sayeiouzodns souoyseno ap 00/90 of9s so odiono onjsanu ‘ez0qe ¥ 2p oIqEIO -OsIpur oYDay| ap so onb ‘,sowstUr SOz}OSOU,, SOUaUE $9 OU on ‘oso -oysiw souour s9 ou anb ‘Odrono jo o1ag “eula|qord a1s9 a1q0s soucp suydoxroyut epra of soureseg *,,ezaquo wxysontt tio ausm90 anb O},, 10qvs ‘ured zampeut A odwion v3[ej aoey sou anb peyynomip ws soupy ‘sopronoas sof & souoTooUre Se] ap ,,oouoseI=Ut,, one> anb oue} tua ezoqvo ¥ £ odrono Ja oxjuo UFOEFax B] soul2o9|qRSe oDOduTE, “osqai2o fap oquotureuOroUny [9 UaIqUIE) SoMIBIOFOUE “sornosnur soy A oxqaza0 {9 axjtta sesoraroU souOIXoUOD SBI OP UL BL A peproojea b| opuesofour ‘onb ap Bapr e| azino0 sou 2s bral ‘odiono O21sont ap sowroTURAOUK So| soUTEzTUEBIO OMIg9 ‘orDed’ souejuatio sou ouigo orsumsd opuatiqnosap sopemoojorut sapeptondes sexjsanit reyuaUINe afq}sod e}s0s sou ob soures0Ust ‘opour 3389 9q {seorpupde op orsadsa wun anb seus Hos ON? Zodrono Jo uakrysAsUOD ou soxquioqur soy A ezaqeo x onb sq? -seurord sey & sozeq soy onb Owstur of ‘Texqo}79A EUUINJoD eI & EpHuN wey a6 PzaqeD ENSeNUL onb ap setustostoo aquauretoyd sowios ON “OWIgD UaIq agus as OU Ip ¥ SOP {un ‘sorquroru oryeno 2asod onb ‘oouon J> Opor azqos so-odrono 13, “spur uny “odien fo 59 odzano fo A ezaqeo k] sa ¥zaqe9 eI ‘SoNosoU ap soxonu vieg ‘Sooty sazapod soj A soombssd sarapod so] axjus uo!o ~bredas v| ap uo!oou wspey Bf FUE aq "TeIO1 eINAdr BUN FoUINDeNy UO ep 98 ‘odrano fo A wzaquo Banus UofoRTod | B oIUEND Uy {IS aNUD joble”. Y después vienen las visceras, el vientre, los érganos genita- les y ese nervio al que se llama “‘vergonzoso” que los inerva: la parte inferior. Tan orgullosos nos sentimos de tener pensamientos y sen- timientos elevados como preferimos ignorar nuestras bajas sensacio- nes. Soportamos mal el vernos obligados a reconocer Ia existencia de nuestro vientre cuando se muestra a nuestros ojos o cuando se deja sentir, especialmente a través del dolor. Atin recuerdo | de un profesor de “urbanidad”” que tenfamos en el colesi transcurso de una comida, os sobreviene un c6lico 0 dolor de vientre, serd preferible abandonar la mesa Ievéndose la mano a le frente, para que se piense en una jaqueca.” Molestias digestivas, estrefimiento, dlceras nunca de enumerar las enfermedades psicosométicas que se sittan en la “parte inferior”. Somos conscientes de nuestro vientre porque Io vemos, y también porque nos causa sufrimiento. Porque la vista y l suftimiento son los principales medios de percepcion de aquellos que zo poseen més que una conciencia parcial de su cuerpo. "Todas estas consideraciones no pretenden, sin embargo, exchuir el hecho de que existen vientres deformes y fldccidos, y la voluntad vé- lida de reducirlos y darles firmeza. ;Pero como se actiia? Se pedalea en el aire, se hacen las “tijeras”, la “bomba”. Empe- andose en trabajar tinicamente los masculos abdominales — jay, los abdominales!—, no viendo més que a ellos, con una visi6n, por lo tan- to, fragmentaria del cuerpo, solo se consigue las més de las veces dafiar la region lumbar. Claro esta, a fuerza de pedalear centenares de veces se llega a conseguir un vientre duro. Pero, en la medida en que los ejercicios fuerzan a arquear Ia espalda, que, a su vez, empuja el vientre hacia adelante, se obtendré un vientre duro. .. y abultado. ‘Ademés, su dureza no seré duradera salvo a condicién de no parar nunca de “hacer ejercicio” y, en consecuencia, de no parar nunca de dafiarse la espalda. {Por qué? Porque sélo se tiene en cuenta el efecto —un vientre fléccido—, sin buscar més alld la causa. En realidad, no es en absoluto el vientre el que merece atericién. Lo urgente es relajar las contracciones de la espalda. Solo después de relajar los miisculos de la espalda se verd aplanarse el vientre. En el capitulo siguiente, daremos explicaciones ‘mas amplias a propdsito de la espalda, esa parte de nosotros mismos que nos es desconocida, que escapa a nuestra mirada y, por lo tanto, 4 nuestro control, es parte que los otros ven sin que sepamos lo que revela sobre nosotros. Pero hay que empezar a comprender desde ahora mismo la No se acabaria 30 “.. $e obtendré un vientre duro, aac aan ¥ abultado.” Picasso, EI haltersfito,® Spa- interdependencia entre los misculos anterio: i res y los posteriores, e- vando a cabo esa pequefia experiencia. Pongase de pie, con los i Paralelos y cuidadosamente juntos, los dedos gordos en contacto, 51 Tas es -Uzpep sued eso surBy0 ojsnu jap LOHIsod oured BI op uOIsUe eT “eonpoud oysnssip oyuer anb oquaurwosd oxjuata aso ap eneo e| so 1olaysod eanje|MosNU B| epor ap OIUATUTEIODE |g “aqUaH -PuLiod Zopisits ua EULOJSUEN 9§ OItKarLUELIOOE 9s9 OpuBND LEULIOJOP 98 souoioejnorye se] A ‘oprysooe uRY 9s sofmosntu Sot Optreno ofsas [e uensis 05 sosany soy] “ue)sonurop of sald So] ap souofoeinolsre se] op A se[[por se] ap souoroerasep se] “sen9p 10d OuIs ‘aUzIop 10d ,,01109 operseurap,, s2 98 oN “Said soy ap wyueyd v wISey ezoquD UI ap splIe op ‘used v| apsop “Pepreyo3 ns ua 1opso4s0d emyejnosnut eT op ¥| e apuod -seuioo seuLald Sv U2 9}UOIS 08 onb zaprsis e] anb se atrno0 anb oF, 1p opso8 opap 1p uorowused «{azina our 9nd? “pEPITIG “ROY O82} ON,, :ouIP BARY as FIND ‘SONaUIUID RUIN w oIUIDA ‘9p uey]Oy 2] anb ‘,,01109 opeReurap,, so anb aquaureyeIpauruT o:aIGno sop pigey onbrod odwon savy Bx opeuopuEge BABY SPZIND OF “epefefor ‘orqrvery s9 owaysod einyefnosnur ns epoy onb op A ‘opyos ‘opernosnur ‘owed ‘azquata tm aasod onb ap eines Korsq joxesq! ‘Soouojug jojuorpuod “cyons gisq? gezaqro el X7 jore_NSE [op oYadsas auauTesnaA sep -enais soppor Se] Uod ‘Se}oar upIse seuOId se]? jLOHONXe fo eORY Se -jana ‘Sesuay ‘SeqUNf wouaRUCUH 2s seIPOL sey? {odiano Jo UoD sepes Hoo wag ‘sewed ‘ofons jo ua weAods as soueUE se] ap seurTed sey? ‘op1o8 opap [ap 9seq FI ua pEpIsoTTeD eum o ,snBjoa xn]OY ‘a1qis0id un opuenzuace ‘ueredas a8 sopio8 sopap Soy] “sold soy asouyur -Exq jonuape MOEY aruaUIEJapduoo UpIse ‘O}Deya Ua A! “eNO eI RIDE ‘bun Bf oxfona wecey 9s Se[pOE sey anb op sopeprunpsodo seyonUr AEH ‘08a ered Sopenys Uatq sofo soy auaty, “SEIS Se] Uarg asoxyur ‘ojons 1p esey won soueur sey anb ap oseo To Uy {oTeNS Te EISEH? (SOITGO2 So] op winge Bf Y? yseTTOWUed set op wINITe eI W? {seITEPOI se] op eungye e| Vy? -uapuad onb soueus sey wedayt apuop vise eLOYR BoA, '220qe9 B| 9p osed Jo 30d wpensezre ayuoureyuay sary epledso ®{ por 1s woo zwfeq asof9p ‘oqusm|dung “sofa, spur se8>q] ropod red upafea ap soquaromAoW agyaaya OW ‘opotl unum ap soraryso 29s ou oto “opuefeg anuiwuos A “sozunf sard soy euazuEUr ToquaWOUL 2q "9pre} seus sowasep onb “Bsnf spur uoroeoM xe wun psIxo O10 “pup our 9s ‘ollgumba fo sesqooos wseg zoaniou grb 10g? “esseyede alain said soy anb ap eprnasua wuand prep 28 x “2fojad un ap so owioa ‘oyuejepe wort 1apuad waqep sozesq S07] "Epedsa BI ap ronadns aued ef Epo} v JemDe afep ‘aufour as wonu ns anb and}suoo Ig “epresa B| p03 u9 ‘Sa10}0p sozapEpIaA osnjouy 2 ‘sauoysio} upnonposd as ‘ojfeqeo un ap © ausjo un ap offano [P owto asreqqop Rao] eonM e] 8 Q ‘SOsqUIOY so] Arua ap -Tes anit suo OU vont Bf UoIG 0 ‘oInjosge wo efeq'oU £ as—peqO OU vz0qR0 BI “Squawopduns ‘uarg Q sezteas ap (op) Uey so OU OyUaTUTAOLY 2ys9 an ‘preqosduroo ozed ‘o[moap Novy eyNSSY “UoUTANSS Te eMGueG ef OpuEU! -txorde £ augur as eonu | anb opuotoey “oqwarumaout [a s18ip aqap caupio [ep souadne aysed ey “aquejape vloey wzaqeo | 1920 2feq ‘odiono [ep arco [¥ oj2adsou Woo sopEUeHIO Watg uas}UaNaUS as sord soy anb ogonsdwioy “ugiqurey souoqer so £ seuroiur sexo tera del muslo blanda y algodonosa que disgusta también (sin unos hermosos cuadriceps, no se disfrutaré tampoco de una hermosa pos- tura de la cabeza). ¥ la rotacién interna de las rodillas provoca los paquetes de grasa en las caderas que todos los masajes son incapaces de disolver, salvo de manera temporal. La flaccidez de la parte ante- rior se debe a una excesiva tension en la parte posterior. Quizas estas conclusiones puedan sorprender; me explicaré més ampliamente sobre ellas en el siguiente capitulo. No obstante, creo que se comenzaré ya a comprender que los ejercicios clésicos para ‘muscular los muslos o el vientre actéan en contra del resultado que se espera. Se_ve bien claro que no se puede trabajar separadamente la parte del cuerpo que parece necesitarlo. Al contrario, El “defecto” no es mas que la consecuencia de una causa que se sitia en otra parte y que permanece a menudo oculta porque se halla, literalmente, a ‘muestras espaldas. Percibirnos de manera fragmentaria nos deja, pues, tan vulnera- les como un avestruz y elimina la posibilidad de actualizar todos los, recursos de flexibilidad y belleza subyacentes en nuestro cuerpo, que es, lo sepamos 0 nd, una unidad indisoluble. Palpandose los misculos y tomdndose el tiempo necesario para darse cuenta de lo que uno siente, se empieza a conocer el cuerpo mejor que basindose s6lo en el testimonio de los ojos. Quiz la peque- fia explicacién de la organizacién y la simetria del cuerpo que voy a exponer serviré de ayuda para que cada uno comprenda mejor el suyo, Confieso que gracias aun dibujo de mi hijo de siete aftos qie representaba un monigote (0 un érbol) se me aparecié bien clara la analogia entre los miembros superiores y los miembros inferiores. Asi, tenemos un hueso en el brazo (el htimero, con una cabeza humo- ral que se articula con ef oméplato) y un hueso en el muslo (el férmur, con una cabeza femoral que se articula en el hueso ilfaco de la pek vis). El antebrazo y la pierna poseen dos huesos cada uno. La mano estd formada por veintisiete huesos y todas las articulaciones corres- pondientes, que le pe una muy amplia gama de mo de una maravillosa precision. El pie esté formado por huesos y todas las articulaciones correspondientes, que, normalmente, Je conceden posibilidades casi tan numerosas. (Pero cudntos de nosotros tenemos unas manos rigida unos pies que pare- cen fundidos en un solo bloque, como pedestales més bien?) Lo mis: mo que las ramas y las raices de un Arbol, las extremidades del ‘cuerpo humano van ramificéndose, afindndose. 54 Caja cranvana, caja toracica, pelvis tienen en comin, no sélo sus nombres de recipientes, sino el hecho de hallarse las tres articuladas can Ta enlumna vertebral iY Ia columna vertebral? Qué misterio para la mayoria de la gente! Se sabe quiza que la constituyen treinta y tres vértebras por que se acuerda uno de haberlo lefdo u ofdo. Pero cuando se pide a alguien que se eche boca arriba y diga cudntas vértebras siente contra lo, la respuesta oscila corrientemente entre dos y una docena. Olvidamos que la columna vertebral empieza en el créneo, que la pri ‘mera vértebra (el atlas) lo sostiene. Y que la nuca y sus siete vértebras forman parte de la columna. Con la misma frecuencia, a menos que algunas de las vértebras, més salientes, se hagan sentir dolorosamenté, se ignora la region dorsal, con sus doce vértebras, donde se articulan los doce pares de costillas. La regién lumbar parece la mejor conoc#= da, naturalmente porque se dafia con facilidad. Pero por regla general forma un arco de circulo y no hay manera de sentir cémo las cinco vértebras reposan sobre el suelo. El sacro si que reposa sobre el suelo. Incluso a veces se encuentra uno en equilibrio doloroso e inestable sobre él. Pero el mintisculo céccix s6lo puede notarse cuando uno “cae sobre el coccix”. Sin embargo, se le maltrata muy a menudo y aparece en extrafias posiciones —en forma de anzuelo 0 de sacacor- cchos— que afectan al resto de la columna. Raros son los que se dan cuenta de las semejanzas entre la cabeza y la pelvis, ambas redondeadas y capaces de enrollarse armoniosa- mente la una hacia la otra, con todas las ap6fisis espinosas aparen- tes... si alguna zona muerta no se lo impide. A veces, los que han empezado a trabajar su cuerpo se asustan (610 ellos saben por qué) y abandonan: “De acuerdo. Tengo una im- presion fragmentaria de mi cuerpo. Mala suerte. De todas maneras, no es como si padeciese una enfermedad.” No les contradigo. No es mi persuadirlos o ensefiarles con- tra su voluntad, Pero en ocasiones me dan ganas de decirles que si, precisamente, que la percepcién parcial del cuerpo se asemeja a una enfermedad... a una enfermedad mental ‘Lo que enel ser normal Ilamamos la fragmentacién de las percep- > Dellatin pelvis, tebrllo, barreno. [1.] 35 Ls 1eP so4es) & 495 [B seproge Ty “aIpeur BI ap oLMIWOP je Waddueriad sodieno soxjsanyj *—sose[9 sfur ap cunt e opnsise ajqvy onb wyseue -oorsd un odwiar} oysnut aozy ofp au— odsana Jap ajjuoasoq— “pjonase Bf woo J20uaa BEspod oj9s anb [B OLsesIeApe UN OWIOD OUTS ‘opeTTE UN oWLOD ou eqeraprsuco our ‘Joa 2p opour tur e ‘anb e uo wlfeyeg “zeUNE sopod exed soprad eqestoaid eije anb eyeyeq enfiquie £ vinaso vljonbe ua opeiussesdar tyqey of onb jeded [a aiqos seyunfaid seyonur Dory 2A “Saxopod sns ap sarosuayap oqUDUISO[a0 seUIseIUR 10d ped ROO wsED BUN UO ESNIUL BUN OWLO OpENUD wOIGNY 1s OWOD “a|qedino ‘osnyour ‘epenysny ‘epeot ua40A anb epeu Bjt9g ou of onb & sopoqut syouayied 9f O791UOo Fe en efoap ay “sepuarduios op 91en odwioh oyonu s}UEM ““-outuueo ap stioy Sop seljonbe ‘spulape x “oped -noo opeisewep eqeyso anb ‘spur eyzpuaa ou anb auioop vied Q2uO} -9[9) our ayuomnas exp [e ‘ose po} Ug “eqeiodso Of anb [2 O1EuOD oyayo je ‘oules out ‘ofpord ,,onuse,, arsq “salquiouuy ‘sey uvjr9s souoroeunoysuex} sey ‘SouoIses seuNXoId sol ap arued v ‘onb ‘ofeqen onsanu ap ojnuy [9 1980001 ap oyund B sowgeifey sou anb gnbmunwos oj ‘ersSape tur ug -o}9[duloo sod opezesopuo v ‘oyUsUIOUL un sod ojos anbune ‘souredoq] osmfouy “sozsanysa somsontt & eypeo codrano ng “oajsioop ofesia un ofp aonb uo uoysos Bun oqny Uy TY ‘oBiwuoo eqused anb eioy eped 10d wysidoyne BI ua sexy sop ,erpiod,, edino ws sod anb wjoap aux opueno anb ousstur 07 “aypoudas ap otto} un equidope ‘edor x asreunioyar @ Epes “HIQO OYSIA. eIqQey 98 oMb owLTEIHOD TY “OIPaUL A ONaUNNVUAD OploatD BIgey "N “WequotIpoUL as eUUINjOD FI ap swIRyRAINO seUNISspEIaTEXD ‘se] anb aqwopras ozty as ‘oyualuieyen op oue OpUnFas Jap [RUN TV ‘oAns Jap onb spur Opey ,{Us,, 9P ‘ytiod os odrono ns ‘euwias epes sowreqpiqeius anb wyon] wsoued zy ua ‘anbiod ‘eyo ap sesed e ze1adood 10d odrana ojdoid ns exju09 equp -2yua es onb oystp e1oIgny ag “eAlsouBe spur UqDUIO} a6 “hy ‘SosarBord sns ap edeyo epeo ¥y “sesanbef sey ap wrounoay vf A vzopnde e| stonpa A soansaiip sowsoyseny soy seuruiye “epredso v ap wsowrwoso A woes [1d | 8 wpIA v| JoAjoxap ‘seusOId sel UD [eULIOU Ise eaUINBuES UOTE non UN Jo99]qu}SeI SOULEIBO] ‘TeUBUIAS OfeqeN op OME uN sexy ‘iouaseid ns opow oyse!9 ue sujdns op 1e}eN Bred ‘oquBpnce EU Je) -e1]U0o ¥ epenqo 14 our ‘uoroedionyied ep eifey Ns ap A sauo!BUNIOJap sns 9p pepaaess e ep esneo Y “esoIO[op ayuauepeUaTxS 10s anb eziony Jod Bua} odzono ns a1qos uo}senyoe ur anb aig Anus wIqes OX ‘anbune ‘sojop w)zu9s anb spwrel mrupe ou ap ound [2 wsey ‘odsano 9s 1s ap aquasne ejoared “Nog “1810 uOoRIadooo Ns ‘odieno ns ap oo By oUsIazUD [op oB1X anb ‘TesraeU opoxeu UN ep EIEN as ‘oquawout [> Jog “olnysdeo oumpxord jo wo aquow -wydiue 9261qey enb Jop ‘saratzayy oporgur [2 opuamnsis equren ey “Pul0} [2 B10 ON “BULO} ns wx OU Osg| ‘odzano ns azqos Mop ‘nb epeu esuoy ON “SeuLpUNU SEpEaA SMS ap ‘SeUEIUUNSeA sotOTD -jsimbpe seaenti sns op ‘Sepow ap anb spur equiqey ou ‘aquarayipu wos ua ‘ope| oxo Broey opuemyy “TeuLoW odsono un oxdwiars oprasod asargniy'o eA asagasod Js oioa eqe}Toduioo as oduwan oust [2 O10q yptioD NS JeLofoW & ouLTELESP ofased ‘ordroULId Jo opsoq “esreino expod anb aquayed ozry as anb ue o1wewrour oumstur ja ud ofeqesy ns OAndOp “N, “eureD IepreNs B weqezi0j Bf onb seoonbef sajqttion sopeysury sofo ‘sepeysz0ure seuzaid ‘sonnse8ip sourorsen sosouad “eqoxof uex8 tun exonpoid 91 anb jeiqayi9 euumnjoo e] ap UoFoeULIOJap VUNISJARsd wun EjOapEA “SOU wjusnouP ap safhur eun “Ny ap vf any viouoredxo tux spor ap tonpUr “Bip seul ug}oeoIpqe ey “soma[sIoa sareysopeur sovenbod uaiyns anb iodioo ofeqen ns wewopUEge aqUOWIE[Os Ou O14 rut s0}050U ¥ 0390dS91 1109 SoUtOt} on el 2p ZOXEUT ‘yoni pepmiqesuodsor sun seydaoe v osiefou eaytusis ou? odiano oydoid jap vjousqouco seo} v osseBoN LourU op OWS|YOUNU Te Pep -¥a1 uo uagap 98 ‘eoUoTaY e| e eoRYTR SoULZa}oud onb “—oyed op saz -epue ‘seals2oxe souojovamoun ‘sepyeo sezaqeo ‘sepeaiooua sepredso— souojoeWOJep seUEMD? “SoqqRIOUIMA spur so] Uos —ououTEIDedse ‘Soffy sns~ sopedoye sng “esorseuoo wynsas “epeyoodsosu niouonoa7] luo & epedejos “sjuo1oeu pepautioyuo ns onb se aaeid spur Of Otog “eysoUaTg ns esed wHIeSSO0U eyBz0u9 | ap uoroeInono exqy wf eanbo|q A uoroesuadutoo 0d seo Se] 9p esnge ‘Ip exed uojsixe ou onbsod odiano ns op saqied seqroto epinosap anb ua epipowr vf ua ‘[eoUa}od ouuzazua un ap epnp soUeK B] UIs ¥IeN os Oseq “eIOUs}Od OoMupxYozInbso UN sUOUESO7I05 59 $e “son seuoz sesoxotumu 9fnjout odiono okno © pepryeio} oUw.oD odin ns 2p elousouo9 Bun aasod ou anb fanbe po: ou ‘aquouqemIEN _esuuop |p senUdTU O}Ton BY, anb ‘ozzIq ns od Soyer -auuny ueiqezs0 96 anb reurejoer apand uoiq 0 ',op10ou0) e] ap ezeid {Bua ayooo un sod operjedone x98 ap eqoe ard ns,, enbiod zojop ap ‘ows un oyuoud ap sezue] pend “UoMTS ns ua opeyues ‘o[duiolo s0q ‘SEO ap seun seperedes ayuoUMOIS]] OwlOD ‘sepejeoted ouloD soqsed sesi9aip sts aqioiad anb ous ‘oausZowoy A osioasd zeny Un oWI0D ‘pepiun eun ap owioo odono ns 9p vlouiatoueo BI ap coors ous} “U9 [9 0198 ON “sool#ojoed sentus| & ze89] apand sajesodso9 sou0ID cuerpo, entra usted directamente en las capas arcaicas de la persona- lidad. ‘Transferencia, contratransferencia... Las etapas de la relacién entre el enfermo y el psicoanalista estén codificadas; hay que pasar por ellas. Pero en el trabajo del cuerpo, en este trabajo esencialmente no verbal, ,qué palabras utilizar? {Qué cédigo puede ser el apropia- do, sino el —secreto, indecible— de las sensaciones? HACER EJERCICIO PORQUE LA VIDA SEDENTARIA =” NONOS PERMITE SENTIRNOS BIEN Hemos visto ya que: tenemos una percepci6n parcial de nuestro cuerpo. Nos basamos principalmente en el testimonio de los ojos, en las sensaciones de dolor y en el tacto para informarnos sobre noso- ‘ros mismos. Al haber censurado nuestras sensaciones, al disminuir a nuestros propios ojos nuestras dimensiones reales, sentimos la impre~ sién de no existir suficientemente. Cuanto més extrafio nos es nues- tro cuerpo, mas extrafios permanecemos a la vida. No poseyendo el disfrute de nuestro cuerpo, no-podemos disfrutar de él. Nos falta confianza; hay un sinfin de cosas a las que no nos atrevemos. Nos creemos incapaces y, muy frecuentemente, no nos falta raz6n. Insatisfechos de’ nosotros mismos, jqué hacemos entonces? En lugar de profundizar en el conocimiento de nuestro cuerpo y de tratar de percibirlo desde el interior, afiadimos elementos a su super ficie. Ropa, sobre todo. Ponemos un gran cuidado en efectuar una eleccién juiciosa, halagadora, que proyecte una imagen satisfactoria de nosotros, que aparte la atencién de los defectos de nuestro cuer- po y los compense. En lugar de trabajar el cuerpo para desarrollar su elegancia natural, confiamos en el trabajo de los disefiadores, que nos proporcionardn una elegancia de confeccion. Antes que invertir en nuestro cuerpo, invertimos en ropa. Més que llevar la ropa, es la ropa la que nos Tleva, la que nos sostiene y’a la que se encarga de dar una apariencia de unidad, un es ‘Masculos agarrotados, movimientos mezquinos, no nos sentimos a nuestras anchas en el cuerpo. Entonces tratamos de desbordarlo, de prolongarlo, para que nos devuelva una imagen mejor. Lo hacemos cuando estamos solos, pero sobre todo elaboramos una imagen de nosotros mismos para aparecer en puiblico. Porque la imagen de no- sotros mismos la encontramos también, y a veces sobre todo, en la mirada de los demés. Por lo tanto, para ser ““mirables”, levamos ta 58 ni cones altos, peinados que sobrepasan la forma de Ia cabeza, joyas que captan la luz, pestafias postizas, rellenos en el pecho, falsas sonrisas de colores sintéticos. Rectificamos la forma de nuestra boca; busca- mos efectos de voz; adoptamos el modo de andar de tal o cual estre- Ila. de cine; paseamos perros elegidos, conscientemente 0 no, para subrayar muestra imagen de nosotros mismos © niflos vestidos y jestrados” para servir al mismo objeto. Intentando de mil mane~ ras animar el exterior de nuestro cuerpo, s6lo conseguimos la ma- fa de las veces alejarnos més del centro. “No es bella lz imagen que no expresa nada”, dice Elie Faure. Cuando la imagen de nuestro cuerpo no exprésa més que otra imagen —tomada del cine o de una revista de modas— no puede haber en ella verdadera belleza, puesto que estd alejada de la realidad, dé una ex- presiOn auténtica. Por lo demés, es esta expresi6n la que nos esforza- mos por disimmular. Pero, precisamente, en este esfuerzo por escondernos, por prote- ‘gemos, revelamos toda nuestra vulnerabilidad. Porque la imagen que ereemos proyectar no corresponde forzosamente a la que los demas reciben. Entre nuestra intencién y el efecto que realmente produci- mos existe a menudo una falla. Los demés no ven en nuestra més- cara imperfecta més que la necesidad de llevar una méscara, la nece- sidad de presentarnos como distintos de lo que somos. Pensamos crear una ilusién, pero somos nosotros los que vivimos en la ilusion de ser vistos como deseamos serio. En efecto, detrés de nuestros disfraces, continuamos encontrén- donos siempre a disgusto dentro de nuestro pellejo. Al no sentir nues- tro cuerpo, decimos que no nos sentimos bien. (Este doble sentido revelador existe en varias de las lenguas occidentale.) Nos quejamos secretos, inaceesibles. En realidad no los percibimos mejor de lo que nos percibimos a nosotros mismos. Si no conseguimos “tocar el fon- do” de otra persona, no se debe quizés a que flotamos en Ia superfi- cie de nuestra propia realidad? Si reprochamos a los demas no saber (© no querer ponerse en nuestro lugar, jno es porque muestro “Jugar”™ estd mal definido, nuestro “espacio” mal ocupado, porque nos halla- mos en una falsa posicién con respecto a nosotros mismos? ‘A menudo atribuimos nuestro malestar a la vida sedentaria. 'Y aunque el origen de nuestro envaramiento y de nuestra falta de sensaciones remonta mucho més lejos, no estamos completamente equivocados. Porque, efectivamente, la inmovilidad constituye un gran obsté- 59

You might also like