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20 iu Chrang-sheng Mego a la region de Su-hang, una zona del sur de China, Esta regidn e1a conocida por sus hermosas mu- jetes y en sus burdeles habia cartesanas que no solo eran hermo- en Ia mosica, en la pintura y en la porsta, De camino a fa ciudad, Liu Chvang-sheng recogid al- gunas piedras y las convirtio en piczas de oro. Caml ment de monje por hermosos vestidos de mereader rico y enird en uno de los burdeles mits exquisitos de la ciudad. Busco a la propie —Mi nombre es Chvang Sheng-tau, Soy un comerciante en joyas del norte. He ido que en tu casa estan las damas mis her mosas de [a zona, Quisicra ener la compana de una que toque el lauel, haga poesia y venga una conversacién inteligente. 1 propictaria, al cnterarse de que Liu Ch'ang-sheng era co mereiante en joyas, se apresuré a contestar Wor, cso no sect dificil. Te presentaré a Madame Ya. Es excelente en la danza, la musica, la poesta, la piniura y el ajedree, y ademas es hermosa y amable Condujo a Liu Chrang-sheng hasta la habitacto Yu y dijo: —Sciior, eres bienvenido y puedes quedarte aqui todo el tiempo que desees. Si ncecsitas algo, haz sonar la campanilla para que venga la eriacl Madame Yu miro a Liu Chiang-sheng y vio que no solo era bello, sino que tenia un porte regio que le diferenciaba de sus otros clientes. Mientras que éstes dleseaban su cuerpo ya menuclo sas, sino que también tenian ta 6 su vest ia y hablo con ella de Macame 150 se le acercaban con violentas insinuaciones, este hombre la respe- 4 taba y le hablaba con amabilidad, traténdola no como un objeto sexual sino como a una at templa con calma todo lo que hay ante ti, La verdadera quietud se - da cuando puede producirse ante tl un cerrjmiento de tras sin que ello te turbe.» Por ello, Liu Ch'ang-sheng trataba a la hermo- ‘sa mujer que tenfa delante como si fucta una forma vacta, Su co= razOn no se conmoyia, por lo que su cuerpo no la deseaba. Como sus intenciones eran puras, sus sentidos no se aferraban a los watractivos» que tenia delante, Liu Clvang:sheng y Madame Yi disfrutaron de su mutua companta como amigos. Comfan juntos, interpretaban musica juntos ¢ incluse doaufan juntos en la mis- ima cama, pero en lo que concernia a Liu Ch’ang-sheng era como si durmiera junto a una plancha de madera. Durante todo ese tiempo, Liu Ch'ang-sheng le decia a sus ojos que miraran pero'ng vieran la belleza de Madame Ya, y a sus oldos que oyeran pero no escucharan su vor seductora. Cualquiera que les viera dirin que eran dos personas jugando como niftos. ‘Cuando las otras damas del burdel se enteraran de la cxtratia relacion de Liu Ch’ang-sheng con Madame Ya, sintieron curiosi- . dad y pidieron que se les permitiera atender también a Liv Ch'ang-sheng, La propietaria, que se sentia feliz con el suministio aparcntemente interminable de oro de Liu Chiang:sheng, deseaba . * complacer a su rico cliente preacupanclose dle nal conducta sexual de Liu Chvang-sheng. Asi, Liu Ch'ang-sheng ert acompaiiado a menudo por cinco o seis dantas que se divertian por su falia le interés sexual hacia clas, y por la manera amistost y comprensiva con que las trataba; no como abjetos de placer sino como seres humanos inteligentes. Un dia, las damas habian Hevade unas flows a Liu Cl sheng y le persuadicron para que se vistiera de mujer. Liu Chiang sheng se echo a reir y consiniio, Cuando las damas empezalan a vestirle con ropa de mujer y ponerte lores en el eabello, se abrid la puerta de la habitacidn y ented un monje barbudo de largos eabes , BA Bee 1st a. Liu Ch’ang-sheng se conducta de... acuerdo con lo que Wang Ch'ung-yang le habia enseftado: «Cony. . } (Cet CS Hos. EL monje tenia cejas pobladas y fa tz y los rasgos de que viene rt de tierras que esta ‘ Aquel monje no era otto que Bodhidharma, el gran patriaica del bu- mo, que recorria tods China visilando los monasterios budistas Habta pasado por la region de Su-hang, donde vio una nube morada suspendida sobye el buidel en donde estaba Lin Chiang-sheng, 5 biendo que el morado podia significar Ia presene Bodhidharma decidio buscar a esa perso Cuando Bodhidharma irrumpid et by he se sorprendieron dle stt apariencia extrana y se ocultaron nipida mente detrés de Liv Ch'eng-sheng, buscando proteceién. En cuanto éste vio a Bodhidharma, supo que se trataba dle unt perso: nw dluminada, Un bodhisattva que habia rote todas sus atadharas con el ansia y el deseo. Se levants de st asierto y pid respetue samente a Bodhidharma que tomara el i¢ con él. No habi caliente para hacer piente con agus fria y lo apreté contra su tun-tien inferior. En un momento, el agua del recipiente comenzé « hervir, Liv Chrang, sheng puso algunas hojas de té en el agua caliente y te entrego ts infusign a Bodhidharma. Las damas que se ecultaban detnis de Liu Chang-sheng quedaron asombradas. Nunca habian visto a nadie que calentara el agua con su cuerpo. Viendo su asombre, Liu Ch'ang-sheng les hablé: : —Calentar ef agua con mi vientre no es Ved, mi vientre también puede hornear tortas Liu Chang-sheng tomo unas tortas y las apreto contra su tant- Vien, Hizo brotar fuego de su cuerpo y 2 les pocos segundos las tor tas estaban horneadas, Aunque las damas se maravillaran, Bodhid- f harma actuaba como si no hubiera sucedido nada fuera de lo ordinario, ya que se Urataba de un ser iluminado. No se sintié desa- fiado por el teoista, ni sintid Ia necesidad de demostrar algunas de sus habilidades. Al contrario, Bodhidharma dijo con buen humor: —jTu metodo de cocinar es maravilloso! Quizds alyun dia * nos juntemos y puedas enseriarme. —Bodhidharma terminé el té y se despidié de Liu Ch’ang-sheng. Cuando iba a salir de Ia habi al oeste, més alla de las grandes me lintels, eidn, las damas apa por lo que Liu Chiang-sheng toms un reel Liu chren en controla sus deseos sexuales vivienda en un bunt Los SIETE MAESTROS 140ISTAS tacion, dijo— Tu que conoces el camino del Este del que proce- des, {por qué no tomas el del Oeste y te vas? Antes de que tu na- turaleza original se contamine, lebes regresar velozmente a casa En el vacio no hay direecién y no hay ir y venir —tespon- did Liu Ch’ang-sheng—. {Como una naturaleza original que es pura puede contaminarse? Mi cuerpo no tiene un maestro. ¢Don- de ibaa encontrar su hogar? Al escuchar esis palabras, Bodhicharma supo que solo podia haberlas pronunciado uit hotubre iluminado. Se incliné respetuo samente ante Liu Ch'ang-sheng y se marché. Liu Chang-sheng levaba en el burdel més de un aio cuando Wang Ya-yang cruzo la region de Su-hang de camino al sur, Deseo- so de saber como le iba a su hermano, Wang Yu-yang decidis bbusearle, Cuanco lego al burdel en donde estaba Liu Ch’ang- sheng, las damas le dieron la bicnvenicl y le dijeron: —Sertor, gestis buscando al hombre que puede cocinar tortas en su vientie? ‘Asi cs —respondid Wang Yu-yang echandose a reir- Epero como lo sabeis? —Hace un tiempo, un monje budisia visité a nuestro hugs ped, Como ti también eres monje debes de estar buscando tam: bién a Chiang Sheng. zu. Condujeron a Wang Yu-yang a encontraba Liu Ch’ang-sheng. Aquel escuchd unas risas y bromas on una de las hbitaciones y en una de las vores reeonacis a su herinano. Se dirigio despacio hacia una ventana abierta y utilizo la energia interior para avivar las lamas de las velas, iluminando la habitacién como si las llamas se hubieran convertido en una tormenta, Las damas gritaron horrorizadas, pero Liu Ch'ang- sheng se eché a reir y dijo: —No tengais mitedo, Es solo que los monstruos estan jugatt do conmigo —No —lijo Wang Yu-yang abriendo la puerta y sontiendo- soy yo el que estoy jugando con los monstruos. 194 pondié Liu Ch'ang-sheng— Sin embargo,es monstruoso utilizar cl fuego para danar a la gente. ~-Wang Ya-yang iba a formular'! una respuesia, cuando Liu Ch'ang-sheng afadio— Hermano, de bes apresurarte, Debes ir inmediatamente al sur. Hay alguien aguardandote para que le acompanes a la esfera inmoral, 3 Al darse la vuelta para irse, Wang Yu-yang le dijo a Liw Ig: KS —Hermano, :eusindo piensss abandonar este lugar? —Me iré cuando me vaya. i Wang Ya-yang asintio, se inclind y se fue, De camino al sur,’ se encontré con T'an Chang-chen. Juntos decidieron ira las mon, tanas del sudoeste para pasar algon tiempo en soledad y medita: cidn, Se dice que en las eumbres eubierias de nubes de la r del sudoeste de China, Wang Ya-yang y Tan Chang-chen alcan- zaron el Tao y se hicieron inmoriales, En cuanto a Liv Chiang, sheng. abandoné el burdel paco después ce a visita de Wang Yas 9) yang, Sus deseos sexuales estaban completamente disuelios y ya) estaba listo para aba ‘mortal. Liu Chiang-sheng se”, retiro a las montanas cercanas a la costa oriental y, tras ies anos de meditacidn, se volvid inmortal y aszendid a los cielos. Hao T’ai-ku alcanzo la inmortalidad en los riscos de Hua Shan, abandonanda su ewerpo mortal cuando salté del risco de la mon- taia en forma de mano ch lonar Ia esfe ws tg Ue Ve ve un Purerh vivid en la ciudad de Loyang durante doce afos Alcanz6 el Tao y adquitié eapacidaces magicas pocerosas. Un din, se dijo a sf misma: #He vivido en Loyang durante mucho uempo. Ahora que he aleanzado el Tao, deberia mostrar los poderes del Tao a la gente.» Sun) sth tom dos ramas marchitas y soplé sobre ellas sun vemente. Al instante, las dos ramas se convirtieron en un hombre y una mujer. La mujer se parecfa a Sun Pu-erh y el hombre pare- fa tener treinta aos y era hermoso, La pareja fue a las abarrota- das calles de la ciudad y empezaron a reir, abrazdndose y gastén- dose bromas uno a otro. En aquellos das Loyang era el cerstro det aprendizaje y la cultura, y esa conducta vergonzosa en piblico en- tre un hombre y tna mujer no se toleraba, Pero a pesar de las re- primendas de los funcionarios de la cindad y de los maestros de la comunidad, Ia pareja continuaba con sus juegos un dia tras otto tneluso cusndo fos guarias les expulsaron de la ciudad, regress- ton a las abarrotadas calles al siguiente dia, Cuando tos miembros influyentes de la comunidad vieron que suis es{ucrzos por expulsar a la pareja de la ciudad eran va- nos, celebraron un consejo entre ellos y-fueron a ver al alcalde, hablindole ast: Hace muchos altos, una loca se refugié en una casa abando- rrada en el limite de ls ciudad, Nos apiadamos de ella y le dimos co- rida cuando mendigaba, Ahora no sélo olvida nuestra amabilidad hacia ella, sino que se ha conivertido en una molestia para la cecen- cia y la paz puiblicas. Queriamos pedirte que arrestaras a esa pareja Loy ster MAESTROS TaOfsTAS desvergonzada y los quemaras en piiblico. Hemos egado a esta th lima solucion porque han ignorado nuestras suplicas y ame —Sentor —asadlié uno de los jefes mis poderosos de li co. munidad—, como jefe de esta ciudad eres et responsable de la buena conducta de nuestros ciudadanos, Debemos hacer algo con cosa pareja desvergons Como no queria ofender a los ciudadanos poderoses de ki co- munidad, el alealde redacté un decreto € hizo que lo pusicran por toda Ia ciudad. Decia ast: «La Tocura es cl resultado de la perclicla cle Ja raz6n. Sin la razon, todos los actos se yuelven irracionales. Que un hombre y una mujer se abracen y acaricien en publico es romper las normas del decoro. $i muestran esa conducts desvergonzada dh rante el dia, no hay nada que no puedan hacer durante la noche. Las calles de la ciuciad no son lugar para bron. Mostrar es0 conduct olensiva en piblico es abominable. Les hemos pediddo que se vayan, pero se han negado. Les hemos expulsado de la ciudad, pero han re: sgresado, Sdlo nos queda una cosa por hacer. Les arrestaremos y les ‘quemaremos en publico. Ast nos liberaremos de esos malvados.» Junto con lor guardiss de fa ciudad, los jefes de la comunidad y una gran mulutud, el alcalde fue a ta casa abandonada de las afueras de Ia citedad donde se decia que estaban el hombre y Is mujer locos. Al acercarse a la casa, hablo el alcalcle: —Que todo el mundo tome algunas ra latemos alrededor de la casa y quemaremos cl abominable Iu- gar junto con la mujer loca y el hombre desvergonzado Los integrantes de la multitud api as y madera seea, La ron tamas secas alrededor del edificio y las prendicron fuego. El edificio se oculto tras las Hamas y el humo. De pronto, el humo gris se convirtié en una ne. blina de multiples colores y se vio a Ia mujer loca sentada sobre un dosel de nubes, rodesda por el hombre y ln mujera quienes la gente habia visto bromeando en las calles. Sun Pu-cth hablo a ta multitud que estaba abaj —Soy In buseaclora det Tao, Mi casa estd en la provincia de Shantung y mi rtombre es Sun Pu-erh, Hace diez aos Hlegue a Lo yang, me dislracé de loca para poder seguir en paz el camino del Los ster E MAESTAOS TAOISTAS Los SieTE MAESTROS TAOISTAS si cenwestea los poderes del Tao a los residentes de Loyang y asciende al cieto en wna ube de hume, 158 Tao. Finalmente he alcanzado el Tuo y hoy seré conducida 9 los cielos por e! fuego y el humo, Transformé dos ramas en un hom- bre y una mujer para que las circunstancias os trajeran hasta aqut para presenciar e! misterio y los poderes de! Tao. A cambio de vuestra amabilidad y hospitalidad para conmigo durante esos aihos, os dart a esta pareja, Sern vuestros uutrdianes y yo proves re de que vuestras cosechas sean abundantes y de que ta ciudad esté protegida de las pestes y desastves naturales, Sun Pu-erh empujé sl hombre y a la mujer, quienes eayeron entre la multitud que habia abajo. Al instante, la pareja se trans- formé en su forma original. Ls multitud recogié las dos ramas, pero cuando volvieron a mirar al ciclo sole vieron ina figura pe= quena y negea que se iba h: se elevaba, La figura se convirtio en un panto negro y finalmente desaparscis. La ywultitud inclind la cabeea eon respeto y se dis pers6. Durante los cinco aftos sigu prosperidad sin igual en ninguna ov po daba abundantes cosechas y cl g ‘endo mals y mas pequena mientras ntes, Loyang disfrutd ce una ciuclad de China, El eam- adlo era saludable y numes roso. La uvia Hegaba en el momento adecuaclo y la ciudad y su n circundante parcefan immunes a los desastres naturales, Como gratitud a Sun Pu-crh, los cindadanos te crigieron wn san tuatio. En él habfa una estatuia que se le parecia, y a st laclo estae ban las estatuas del hombre y la mujer que ella habia ereado a partir de dos ramas. Dieron al santuario el nombre de El Sanu rio de los Tres Inmoriales. Se dice que quienes Hevaban alli ofrendas con sinceridad recibfan bendiciones de los ues inmor- tales. Después de que Sun Pu-erh ascendiera a los ciclos, regress a la esfera terrenal. Querfa conocer el progreso de Ma Tan-yang y. ofrecerle ayuda si la necesitaba ‘Cuando Sun Pu-erh aparecid en ts mansion Ma, los erlados no podian creer que la dama de la mansién hubicra regresado, Fueron cortiendo a decirselo a Ma Tan-yang y este se apresuré a saludar a su esposa. Le dio la bienvenida al hogar y dijo: —Anniga en el Tao, debes haber sufrido mucho estos ais, 4 Los siete matstnos tao{stas —Quienes cultivan el Tao deben aftontar cualquier dificultad aque les acose —respondid Sun Pu-erh—. De otra manera, no po difamos alcanzar cl Tao, Aguella noche Ma Tan-yang invité a Sun Pu-erh a meditar con él. Sun Pu-erh mantuvo la postura de meditacién toda la no- che, peto Ma Tan-yang no pudo hacerlo, A la mariana siguiente, hablé con ella —Amiga en el Tao, tu habilidad en la meditacion es mucho is avanzada que la mia, —Hermano, puedo ver que tus poderes migicos no parecen tan fuertes como debieran, —Te equivocas, mis poderes magicos son fuertes. Pueclo trans- formar las picdras en piczas de plata; déjame que te lo muestre. —Yo puedo transformar las piedras en oro, pero no deseo ha- cerlo, pues el oro y la plata son cosas materiales que debemos de- jar atrds. Por tanto, no es importante que puedan convertirse en plata o en oro, Déjame que te cuente una historia, Sun Pu-erh relaté entonces a Ma Tan-yang una hisioria acer- ca de los inmortales La Tung-pin y Chung-lt Chitan, Cuando el inmortal La Tung-pin estaba estudiando con su maestro Chung-li Gh'aan, éste le dio un saco grande y pesado para que lo transpor- tara. El inmortal Lo transports el s1co durante tres aos sin que- jas ni resentimientos. Al cabo de tres antos, Chung-li Ch'tian le dijo al inmortal La que abriera el saco. —Durante estos aiios con el saco a cuestes, ;no sabfas lo que habia dentro? —Si—contesté él inmortal La—, sabia que el saco estaba Ile- no de piedras, ‘ —{Sabes que las piedras que has estado Hevando todos estos aiios pueden convertirse en oro? Como has mosirado sinceridad y humildad, y nunca has pronunciado una palabra de queja, te enseiiaré a convertir estas piedras en oro si asf lo deseas. —Cuando estas piedas se hayan transformado en oro —pregun Wel inmortal Lt a Chung Ch’dan—, gserdn identicas al oro real? —No —contestd Chung-li Ch'tan—, el oro que ha sido Los siere maesta0s 1a0teras ransformado a partir de piedras 0 de otros objetos solo durara quinientos aos. Después, volverd a su forma original mtonees no deseo aprender ta técnica para convertir las piedras en oro. Si el oro no es permanente, lo que yo hage ahora tendra efectos perjudiciales dentro de quinientos aios. Prefiero ignorar una técnica que podria hacer datio a la gente. Tas fundamentos son mas fuertes que los mios —dijo Chung-It Ch'van—.Tu nivel de iluminacion sera superior al mio, Como me has iluminado, shora comprenco que esta técnica de convertir las piedras en oro, plata o gemas preciosas no merece la pens aprenderse ni ensenerse. Alescuchar Ia historia de Sun Pu-erh, Ma Tan-yang se sintio avergonzado y no dijo nada mas. Al dia siguiente, Sun Pu-eth in- vité a Ma Tan-yang a tomar un bafto de agua hirviente, Ma Tan: yang miro el agua burbujeante, la probd con el dedo y exclame: “Esta agua estd tan caliente que casi me quemo el dedo {Como voy a sentarme en ella y tomar un bano? Sun Pu-eth entrd en In bahera de agua hirviente como si sim- plemente estuviera tibia, Se volvié hacta Ma Tan-yang y dijo: —Hermano, después de todos estos aftos deberies haber cul tivado un cuerpo al que nada alectasen el calor y el frio, ;Cémo es que no has progresado mis en (u entrenamiento? No lo sé. Recibimos las mismas insirucciones del mismo maestro, {Como es que tw capacidad para kt meditacion, tus po- deres mégicos y tu desarrollo fisico superan en tanto los mios? Sun Pu-erh se sec, se puso ropa limpia y se lo explico a Ma Tan-yang —Fstos doce aitos he Hevado una vida dura, Hice mi entrena- imiento en las condiciones mas adversas. Ademds, como tenfa que mendigar y vivir en el mas austero de los alojamientos, mi cuerpo y mi mente no se velan distratdos ni estorbados por la vida como- da, En cambio ti has vivido en una casa comoda, con criados que atendfan tus necesidades, y no te enfrentaste a 1a vida dura. Por so tus sentidos, tu mente y tu cuerpo se han hecho perezosos y no te entrenaste con tanta dureza como yo. Los SIETE MAESTROS TAOISTAS —Tienes razon —le dijo Ma Tan-yang 4 Sun Pu-eth—, Deja- ré este lugar y viajaré. Buscaré e| Tao en mis viajes. Aquella noche, Ma Tan-yang se puso la tinica taofsta y se fue de su mansi6n. Al dia siguiente, Sun Pu-eth reunio a los criados y les dijo que vendieran la propiedad y distribuyeran el dinero y los bienes de la casa entre los necesitados, pues sabla que Ma Tan- yang nunca regresaria a su mansion y sus tierras, ; Ma Tan-yang abandoné el condado de Ning-hai y viajé hacia cl Oeste hasta Shensi, donde deseaba visttar ka tumba de su macs- ro antes de iniciar los viajes, Cuando se acercaba al monte Chung-nan, vio uns figura arrodillada junto a la tumba de su macs- tuo. Al acercarse, reconocid a su hermano Chiu Ch'ang-ch'un Corrié hacia él, le salude y te dijo: Hermano, gcomo te ha ido? Cuando el maestro se fue, decidé quedarme en esta zona y he atendido su tumba —replico Chiu Ch’ang-ch'un—. Pera no he olvidado las ensefanzas de! macstra, Durante todo este tiempo he intentado domesticar mi coraz6u y cultivar mi naturaleza ori- ginal —Nuesiro maestro alea 26 el Tao y consiguié la inmortal dad —anadio Ma Tan-yang—. Si todavia sigues unido al capara z6n que él dejé at perdido el tiempo y el esfuerzo que em pleo él en ensenarte. Su «muerte» fue una manera de liberarse de su caparazon para que su espiritu pudiera ascender al reino de la inmortalidad, Recuerda lo que dijo nuestro maestro, La natur za original se culiiva externumente mediante actos virtuosos, ¢ internamente mediante la ruptura del compromiso con las cosas, Si'no puedes romper tu atadura con las formas, nunca domestica ris tu mente -—Hermano —dijo Chiu C norancia y dando las gracias a Ma ine habria muerio aqut en la ignorancia, —El maestro dijo que encontrarias mas dificultades que el resto de nosotros y necesitarias mas tiempo y entrenamiento an- tes de pader alcanzar el Tao, Pero debes ser paciente, Humilla tu ig-ch'un comprendiendo st ig- yang, si no fuera por ti loz Los steve MAEsTROS TAOKTAS inteligencia, deja a un lado tw orgullo y yo tc ensenaré lo que el maestro me ensens. 2 Chiu Ch'ang-chrun dio las gracias a Ma Tan-yang y dijo: —Recordaré tus palabras y me mostraré digno de tus ense- nanzas. Ese mismo dfa, més tarde, Ch'iu Ch'ang-ch'un condujo a Ma ‘Tan-yang al santuario levantado por los'aldeanos de Ta-wel en memoria de Wang Ch'ung-yang. Los dos diseipulos prescntaron, sus tespetos al maestro y viajaron un tiempo entre las colinas de ‘Chung-nan, Ch'iu Ch'ang-ch'wn guardaba las palabras de su her- mano mayor en la mente y en todos los aspectos se comportaba = con humildad, no permitiendo que su mente perversa dominara sus pensamientos. Viendo la sinceridad y In mativacién para aprencler de Chita Ch’ang-ch’un, Ma Tan-yang finalmente le trans- mitié todo lo que habia aprendido de Wang Ch'ung-yang, Aquel practicd con diligencia y consiguid progresar todos los dias. —El invierno estard pronto aqui —le dijo un dia Ma Tan yang—. Ha Ilegado el momento de que viajemos hacia el sur. Recogieron lo que tenian y siguieron el camino del sur, Nin- guno de los disefpulos tenfa muchas pertenencias. Chiu Change celvun tenfa lo que habia llevado con él cuando acompand el ataid del maestro hasta Shensi. Ma Tan-yang se hab(a ido apresuradae mente de Ning-hai y ni siquiera se habla llevado su cojfn de mer ditacién. Los dos disefpulos solo tenfan un cojin y se seniaban es- palda con espalda cuando meditaban, De camino al sur, llegs el invierno. Una noche que descansa- ban en las ruinas de un santuario, nevé mucho. A la manana si guiente se habia acumulado un meuo de nieve en el suelo. Chiw Chiang:ch’un salié, esperando encontrar alguna casa cerca en la que pudicran mendigar comida, Pero esiaban en una region des- habitada, un alo valle rodeado de altas montafas. La nieve seguta cayendo y era diffell caminar debido a las fuertes rifagas de viens to. Los dos discipulos decidieron aguardar a que pasara la tor- menta y se quedaron en el ssntuario abandonado durante tres: dias con sus noches, 163 } i3 ) ee Cy 22 ; hviu Ch'ang-ch'un mid el suelo eubierto de nieve y pen- , 86 para si: «Mi hermano procede de una familia rica, No est4 ha- bituado ala dureza de la vida, como el hambre y el frfo, Debo sa- lir para ver si puedo encontrar algo caliente para que coman. Ast, qimientras Ma Tan-yang meditaba, Chiu Chrang-ch’un salié del 5) jsantuario, Se habfan acumulado montones de nieve de més de a; metro y medio de altura por todas partes. El camino que habian 2 ) + 2 >. 2 ty > ¢ ) ) ie 2 , Seguido hasta all{ se habla ocultado, No solo Chiu Chrang-ch'un si), No podfa avanzar por camino alguno, sino que de vez en cuando ot habfa avalanchas de nieve en las pencientes. Con tristeza, Chiu (22) Chiang ch'un regress al santuario sbsndonado, No habia neda ‘\y{ que hacer sino esperara que la nieve se findicra EE Chiiu Clvang 4 po habfa abandonado las montanas del sudoeste de China /,( y Hegado a los montes Kao de la provincia de Honan, en el area) central de China. Alli alcanz6 el Tao y sbandons la esfera te-i- renal. se Civiu Ch'ang-chiun sabia que con le partida de Ma Tan-yang <4 era el tnico de los siete discipulos de Wang Chiung-yang que. quedaba. Ya no podta confiar en que los otros te ayudaran, Recor sf 4 1 dando las palabras de Ma Tan-yang, decidié cul i sul pensamiento, sus sentimiento y sus sensaciones. Para recor | dase as! mismo su objetivo, compuso un poema: Que mi mente se olvide de comer y beber. Si pi 80 en comodidad y riquezas, que mis huesos y tendo- nes se marchiien. Si pienso en comida y agua, que mi bocs se llene de llagas, Que mii cuerpo sea un receptéculo vacfo en el que nada pue- da almacenarse. Esctibié el pocma en un trozo de midera y lo colocd ante él. Todos los dfas meditaba delante de esas palabra ) Un dta, cuando pasaba junto a una pequena cludad vio una ¢gr2n niansidn junto al camino principal, Fue hasta fa puerta, lla- Ind y grit a los residentes que fuera habia un monje mendigando comida. Se abrié ls puerta y una Joven cada le entregé un cuen- code artoz y verduras, Ch’iu Ch’ang-ch’un se habia sentado en el , } Los sieTE MAESTROS TAOISIAS umbral e tba a comer cuando salid un anciano y le quité el cuen- co, Ch'iu Ch'ang-ch'un se inelind ante el hombre y dijo: —Seftor, si te he ofendido, hazme saber en qué para que pue- da excusarme, ¥ si no te he ofendido, gpor qué me quitas la comi- da? 2Es porqne no soy digno de recibir tu amabilidad © porque no te gustan los que son como yo? —Monje —respondié el anciano echandose a refr—, no soy yo quien no desea ayudar, Eres tii el que esti destinado a no reci- bir la ayuda. —Explicate, seftor. {Por qué no estoy dlestinadlo a recibir co- mida de ti? —He estudiado la adivinacidn desde que era nifio—contesté el anciano—, Puedo decirte por tu mirada que estas destinado a morir de hambre, Ademas, cada trozo de comida que tomes te pondrd las cosas mis dificiles. Si esa es Ia voluntad del cielo, gpor qué no cumplirla? Senor, puesio que eres un hombre que puede predecir el futuro, ypuedes decirme si alcanzaré el Tao en esta vida? Elanciano examine de cerca a Chiu Chiang-ch’un, sacuio la cabeza y dijo: —En tu rostro esta escrito que no podras cumplir tu tarea mientras vivas, —Sefor, zno hay otro resultado? Lo que esi escrito por el destino debe suceder, por incret- ble que pueda parecer cuando se predice. Permiteme que te dé al- ‘unos ejemplos y quizts lo enitendas, En los tiempos de los Estados Combatientes |475-221 a. C.], del gobernante del reino de Chu se dijo que moritta de ham: bre. Se echd a retr y dijo que era imposible que un rey mu hambre. Atos mas tarde, sus dos hijos lucharon el uno conta el otro por el derecho a la herencia de su padre. El anciano rey que- dé cautivo en el palacio por el principe, que tenia miedo de que el padre pudieta favorecer a uno u otro, La pelea por la sucesi plicé « todos lor que habitaban el palacio. Incluso los etiados y cocineros fucron atrafddos a la lucha por un principe o por el otto rade len ESTOS TAOISTAS Elanciano rey quedo encerrado en su camara y se le privo de co- mida durante siete dias. Al octavordia, el rey descubrid que un ave habia puesto varios huevos en un nido que colgaba de las vi- gas del techo. Subié « las vigas, y cuando se disponia a tomar los huevos, el ave tegresé al nido. Lo defendié furiosa. Tratando de alcanzarlo con la mano, el rey golped el nido que habia sobre ta vviga, los huevos eayeron al ielo y antes de que el rey puciera Me- gar a ellos se los habia conudo una rata, En el noveno dia, el an- ciano rey murié de hambre. »Hay otta historia acerca de un noble tlamado T'ang que vivié durante Is dinastia Han [206 a, €.-219 d.C.|. Un dia, el se hor Tang se encontro con un aehvino que te dijo que se moricia de hambre. Tang era un hombre super: 0s0 "las palabras det adivino le motestaron, Acudio al emperacor para decile: “Senor, un adivino me dijo que moriria de hambre. Toda mi vida he servi do al pats. Nunca he tomado mids de lo que se me asignd. He dado en abundancia a los pobres, y en consecueneia nunea he podido acumular riqueza. Tengo miedo de que cuando me retire del ser victo al gobierno mi familia y yo perezeainos de hambre,” El em- perador del contesié: "Eres un hombre educado, gpor qué crees las palabras de un adivino? Ademas, le creas 0 no, no necesitas preocuparte. Me has servielo bien y te reeompensaré. Te daré unas liertas en Iss que hay un mina riea en hiceto, Ni a ti nia tus des: cendientes os faltara riqueza y prosperickad »A los diez aiios les ingresos anuales del senor Tang pasaron de mil piezas de oro a un millon, Se convirtio en el motivo de conversacién de Ia capital y In envidia de la nobleza. Quizas te preguntes como un hombre tan rico tba a morir de hambre. Sin embargo, doce anos mis tarde el empersdor murid de una enfer medad Incurable y su hijo ascendi al trono, Muchos nobles pen: saron que ers In oportunidad de acabar con la riqueza y el poder del senor Tang. Abordaron al joven emperador y le dijeron que el sefior Tang estaba usando su riqueza para comprar armas y for- mar un gran ejército y que tramabs reivindiear el trono pata st Influido por los consejeros de su corte, cl emperador ordeno que Los SIETE NAESTHOS TAUISTAS Los SIETE MAESTROS TADISTAS el senor Tang fuera arrestado y encarcelado, Los adversarios so- bornaron a los guardias de la prision y el sefior T'ang no recibié comida ni agua durante siete dias. En el dia octavo, un carcelero arable que no tenia corazén para dejar que el anciano muriera de hambre, le entregd un cuenco de sopa. Pero antes de que el senor Trang pudiera tomar la sopa, el capitin de la guardia le quits de un golpe el cuenco de las manos. Asi, el senior T'ang murio de hambre en prision, Tambien esta la historia de dos eremitas, Po | y Shu Chi, que sabian que su destino era morir de hambre. Los dos rechazaron la orden de caballeros que les ofrecta el empera- dor y se dejaron morir de hambre en las montafas. Por eso, 5i el destino prescribe que uno va a morit de hambre, no hay escapa Loria.» : nsion sumido en sus pensa dio seguir el destina del cielo y el ejemplo de los dos eremitas que vivieron su corta vida de acuerdo con to que los dioses habian planeado para ellos, Fue, ast, al Oeste, hacia las montanas donde Po Ly Shu Chi habfan muerio de hambre. Vio allt una profunda garganta abierta por un torrente. Los cantos rodados revestfan la orilla, y grandes salientes de roca aparecian en la cuenca del rio, estorbando cl camino de las blaneas y furiosas aguas. Ch'iu Ch'ang-ch'un bajo a la garganta, en las profundidades del cation. Durante nueve dias con sus noches estuvo seniado sobre un can- to rodado junto al rio, esperando morir de hambre y sed. La ma- yor'a de las personas habria muerto en esas circunstancias, pero Chiu Chang. ch’un tenia fuertes [undamentos en el entrenamien- to taoisia. Nueve dias sin comida ni agua no le debilitaron, y et ayuno simplemente aclaré su mente y afilé sus sentidos. En el dé cimo dia, una tormenta en la parte superior del curso del rio pro: dujo una inundacion en el canon. El rio se elevo varios metros, produciendo un gran estruendo en la garganta por su fuerza, Las aguas se precipitaron a donde estaba sentado Chiu Ch’ang-ch'un, pero éste no se inovid. Estaba decidido a perecer en la inundacién sino moria de hambre. Seguin ofa como las aguas se acercaban, 170 observé un rama que flotaba préxima a él, Cuando ésta se detu- vo, vio que de ella colgaba un melocotén rojo y grande. «Que exe | (rafiom, pensd, «La rama parece venir de ninguna parte, pero fue.) traida por las olas de estas enfurecidlas aguas para detenerse dey 4, lante de mi, Me pregunto si no significard que debo comerloy Mordié un poco y el melocotén era tan delicioso que se lo yragh de un bocado, De pronto su cuerpo sellenc cle energia. Al mame tiempo, las aguas retrocedieran y el sol brillo, Ch'in Chiang-ehan lo tomo como un presagio de los dioses de que no debia morir junto al rio. Se levante y fue hasta el sendero que le sacarta fucri del canén. if Therese: a Ak a = S.C Cee ere ene 23 hriu Chrang-ch'un salié de ta garganta del rfo y se fue al Este, hacia las montaras lamadas T'ai Shan. Subié por el sendero y enconiro en Ia montana un santuario oculto en unas cumbres solitarias. Allt se senté junto al altar y ceré los ojes. Durante ) nueve dias y nueve noches no tocé alimento ni agua. Al décimo. ) dia escuché voces fuera del santuario. Las vores, iniciolmente apagadas, se [ueron haciendo cada ver mds intensas, y poco des- pués escuchd unos pasos. Cuando Ch'iu Ch'ang-ch'un se volvié ) hacia la puerta, vio un hombre fornide que entraba en el patio del 2, santuario diciendo que iba a limpiar un poco aquel lugar para co- 5) cinar alla cena. El hombre mlc6 a Chu Chiang-eh'n yin s4- > ber que hacer con un monje que se morfa de hambre en un san- j- luario remoto, salié para recoger lefia, Entre tanto ce escucharon 2 otras voces en el patio y llegaron mas hombres, trayendo' con ) ellos utensilios de cocina y caza. Los hombres se quederon en el 2 patio y comenzaron a cocinar. Fl olor a la comida Ilegs a Ch'iu ) Clvang-clvun, pero miantuvo su vigilia junto al altar, Podta ott a los hombres hablando y bromeando sobre Ia cena. . —Hermanos —dijo uno de ellos—, bebamos y celebrémosto. 2 No habfarnos:conseg’ 2 Creo que todas estaremos satisfechos con nuestra parte. {El hombre que hablabs se Hamaba Chao Pi; era el jefe del *) grupo. Con los dems formaban una banda de asaltantes que oca- sionalmente utilizaban ese santuario de montana como escondite. PY Aquel dla habian conseguido asltar un caravnna de cometian- les y ahora estaban pensando en dividir el botin tras celebrar stu d ) ) ) ) > ) ) ) ) > ) ido un botin tan grande en mucho tiempo. [Los SIETE MAESTROS TAOISTAS éxito. Chao Pi y sus amigos se hab(an convertido en ladrones tras haber sido expulsados de su casa por funcionarios corruptos en una serie de injustos juicios. Al principio se habfan dedicado al robo porque no tenian dinero para llevar una vida honesta. Pero ahora, acostumbrados a vivir fuera de la ley, ya no deseaban regre sar a.un modo de vida mas honrado. Después de varios brindis, uno de ellos, el hombre fornido que st habia visto a Ch'in Ch'ang-ch'un, le dijo a Chao Pi —Hermano, hemos hecho muchas cosas contra la voluntad del cielo. No dudo de que seremos castigados tras la muerte. Realice- mos una buena accién para que nuestro castigo sea menor. Hay un monje taofsta muriéndose de | ambre en el santuario. Démosle un poco de nuestra comida y salvemosle la vida, pues se dice que ayu- dar aun hombre santo ¢5 una buena accion que el cielo no olvidara —Es una buena idea —respondié Chao Pi—. Alimentemos a ese monje. Quiz pueda rezar a los dioses por nosotros y reducit nuestro castigo karmico. Chao Pi y sus hombres fueron a donde estaba Ch'in Ch’ang. chun y le ofrecieron un cuenco de arror con tallarines, pero éste se nego a comer, Viendo que el monje estaba-decidido 2 no co- mer, Chao Pi cogié la comida y abrio Ia boca de Ch'iu Chang, clvun. Este tragé un poco involuntariamente; después esctipié el resto y dijo: {Por qué me atormentis? Cada boeado que trague aumen- tard mi desgracia, Si queréis ayudarme, dejadme solo. —iMonje desagradecido! Estamos tratando de ayudarte y no aceplas nuestra amabilidad. Bueno, si te emperas en eso, le mata- vemos y satisfaremos tu desco de mori Sacd un cuchillo y sefiald con él la garg: chun. —Si deseas matarme, mete tu cuchillo en mi vientre. Me obligaste a aceptar fa comida que no querfa, Ahora puedes abrir imi estdmago y sacarla, jacdron iba a acuchillar a Chiu Ch’a Pi learrebaté ef cuchillo de la mano. ta de Chiu Chrang- clun cuando Chao * LOS SITE MAFSTHOS TAOISTAS Los SIETE MAESTROS TAOISTAS ) = — — emer fed —Hermanos — a sus hombres—, no mataremos a este ‘4 monje. Es un hombre valiente y el karma que acumularfamos por <4 unatar a un hombre santo acosaria # nuestras familias durante ge- neraciones, Monje taoista —afadio dirigiéndose a Chiu Ch'ang- ch'un—, parece que estas decidido a morit, {Puedes deciinos al menos por qué deseas la muerte? —Conoci a un adivino que me dijo qae estaba destinado a morir de hambre; y @ lo que estd escrito por el destino no se le | debe oponer la accién del hombre, Por tanto, como los sabios Po, Liy Shu Chij, estoy decidido a dejarme morir de hambre, Weng Maestro, realmente erees en las palabras vacias de un adi no? Deja de buscar la muerte, Busca un santuario remoto. Consigue un disefpulo, Te daremos algo de dinero para que puedas vivir en un santuario y meditar para la alegria de tu corazon, ¢ Chao Pi tomé unas monedas de plata y las puso en un peque- io saco que entregd a Ch'iu Ch’ang-ch'un, pero éste sacudié la cabeza y dijo: —Aprecio tu amabilidad, pero hice el juramento de no acep- tar las pertenencias o el dinero de otras personas. : Adelanté Ia pequena placa de madera y se lx mosiré a los if bandidos, Anos atras, cuando se separé de Ma Tan-yang elaboro ln placa y eseribié en ella as palabras que le recordarfan el objeti~ vo de su entrenamiento: vaciarse de deseo y pensamientos. —Te damos dinero porque asf lo queremos —dijeron los lay, drones tras mirar lo que estaba escrito—. No tiene nada que ver, con que ti quieras lo que tenemos, ,Por qué no aceplar nuestro, regalo? 5 —No merezco vucsiro regalo porque en mi vida pasada no?) {ui generoso con los que tenian necesidad. Por eso en esta vidahe de pagar las deudas que debo de mis vidas anteriores. Si recibo! algo de vosotros, sdlo conseguiré aumentar mi castigo kérmico. | of Chriw Chrangecl'un se encuentra con los ladrones fuera de wt Laley del karma dice que lo que haces debes pagarlo. Sile quitas > w scunuario de montana en Tai Shan elgo a alguien, debes devolverla, Si ayudas «alguien, veebits lJ 4 recompensa por ello. Senor —alijo Chao Pi al escuchar esto—, si es ast, entonces 14 | 175, Los SIETE MAESTROS TAOISTAS todos nosotros recibiremos un grave castigo kirmico en nuestra vida futura, puesto que hemos robaclo en ésta. ~Sois ladrones ahora porque en vuestra vida anterior fuisteis robados e injustamente tratados —contesté Ch'iu Ch'ang-ch’un—. Los que os trataron asf en su vida anterior lo estin pagando aho- 1a, Sin embargo, si continusis robando a otros después de haber- les hecho pagar plenamente sus malos actos, recogertis el castigo Icdemico para vosotros y vuestras familias —Hemos recuperado plenamente lo que se nos debia de vidas anteriores —dijo Chao Pi—. $i seguimas robando, tendremos que pagar por nuestros actos en nuestra vida futura, Es el momento de dejarlo. —Y volviéndose hacia Chiu Ch'ang-ch'un afadio— Maes: to, te damos las gracias por tu consejo. Sino nos hubiéramos en- contrado contigo, habriamos acumulado un grave castigo para no- sotros y nuestras familias. Hermanos —aiiadié en tono autoritario y levanténdose—, tenemos que dejar de ser ladrones. En los afios en los que hemos vivido fuera de la ley heros conseguide acumu- lar algunas riquezas. Pongamos nuestro dinero en una empresz y Mevemos una vida honesta a partir de ahora Los hombres asintieron. Cuando los ladrones se preparaban para marcharse, Chao Pi se despidio de Ch'tu Ch’ang-ch'un, Maestro, te estaré agradecido el resto de mi vida. Quizis en otra vida volvamos a encontrarnos y me convierta en tu discipulo. Chiu Chrang-ch'un descendié la pendiente solo y abatido. Por dos veces habta querido morir de hambre, pero por cos veces, s¢ lo habian impedido. En los meses siguientes, mendigé algunas monedas en las ciudades cercanas. Después, se compré una cade- nade hierro, Fue corfella.a una region muy boscosa de Tal Shan y encontré un lugar en donde los Arboles eran altos y las ramas es pesas. Subio a un arbol y ato un extremo de la cadena en una gruesa rama y el otro en su cuello. «lista vez seguro que moriré, pues no hay nadie aqu{ para delenerme», penso. Pero mientras Chiu Ch'ang-ch'un planesba su qutoinmolacién, el sefior de ta estrella Tai-pai fue alertado por el dios de la Tierra lestial asumio in seiior ce- nediatamente la forma de un tecolector de hier- Los SIETE MAESTROS TAOISTAS bas y se presenté bajo el arbol en el que Chiu Ch’ang-ch’un iba dejarse la vida. Estaba tan absorto en los preparativos que no 1e- paré en Ia figura que tenfa debajo, El recolector de hierbas llamo a Chiu Chrang-ch'un: —{Por qué intentas poner fin a tu vida? {Qué has hecho para merecer este fin? —Lo que he hecho no es de tw incumbencia —respondio molesto Chiu Ch'ang-ch'un mirande haeta abajo. —Soy un seguidor del Tao —dijo el recolector—, y Ia vida y Is muerte de los seres es den por encima de todas las cosas. {Por qué no me dices la razon de que desees quitarte fa tuya? —De acuerdo, te diré por qué necesito morir. Hace algun tiempo conoct a un adivino que me dijo que estaba destinado a en esta incumbeneia, El Tao valora la vida morir de hambre y que nunca aleanzaria ta iluminae vida, Mis dos intentos de mortr de hambre han fracasado, Por eso vine aqui a ahorcarme. Deseo poner fin a mi vida ahora, antes de que nadie pueda interferir. Asi que quisiste morir tras escuchar las palabras de un hombre. Quizds las palabras de otro te devuelvan el senticlo. Tu mente esta invadi os y tw sabjduria esta nublada Tw locura no sélo te quita casi Ia vida, sino que ha estado a punto de arruinar tus posibilidades de converiirte en inmortal en esia vida, Escucha lo que tengo que decirte y los 1 capturado tu mente te dejaran libre —dijo el recolecior de hier- dicandlo a Chiu Chang-ch'un que se sentara junto a él, Las Iineas escritas en tu rosiro tio son verdaderos in- dicadores de tu dest sino el de tu mente, ¥ es en éste donde esti escrito el auténtico destino, Por eso, cuandy los adivings dicen que wna persona tiene una disposieién amable 0 cruel eserita en el rostro, se estan refi riendo simplemente a un determinante menor del destino. El determinante importante esti en el cor es domesticado, 0 in corazon amable se vuelve cruel, los rasgos externos cambiardn. Por tanto, el aspecto facial es simplemente por mon: bas sentindose . pues el rosie verdadero no es el lisieo, on. Sian corazdn cruel cists Los sieté mastieas un indicador del destino escrito en el rostro interior, que es tu co- raz6n, Nuestro destino esta delerminado por nuesiros actos, Per- sonas que inicialmente estaban destinadas a morir pacificamente pueden terminar su vida con violencia si realizan malos actos. Personas que inicialmente estaban destinadas a una muerte vio- Jenta pueden morir pacificamente si realizan buenos actos. Nues- tro destino esta en nuestras manos. Los que no podian escapar a la muerte por hambre eran personas que hubian acumulado ce- reales, que habian robado almacenes o se habfan negado a aliviar el hambre de oiros. No podian escapar al castigo, Pero en cuanto ati, se supone que has sido entrenaco en el camino del Tao. Y sin embargo sigues apresado por las formas externas y dejas que 1 atadura a las apariencias te arnuine. Como adepto tacista, debe- rias saber que la inmortalidad esta al alcance de todos y que es con nuestros es{uerzos como podemos hacerla realidad. Deberias saber que no es el destino escrito en tu rostro lo que determina si conseguirds la thuminacién, sino el esfuerzo que hagas, Las palabras del recolector de hierbas golpearon a Ch'iu Ch'ang-ch'un como si fueran agua (ria. Sintio come si le hubietan sacado bruscamente de una pesadilla. Ahora todo tenia sentido. Penso para sf; «j Qué estopido he sido! ¢Como pude estar tan ci go? Desde ahora me liberaré de mi preocup: Completaré mi formacion y alcanzare el Tao.» n por la muerte, 178 24. Irecolecior de hicibas ayudé a Chiu Ch'ang-eh'un a qui- tarse la cadena del cuello, Ch'iu Ch’ang-chiun le dio las gracias y dijo: 3 — Senor, de no ser por ti seguitia cautivo de los monstruos de mi mente, Nunca olvidaré lo que has hecho por mt —No tienes que darme las gracias. No te di dinero ni comida, Solo pronuncié algunas palabras, De ti dependia creerlas 0 no. Te liberaste de los monstiuos de la mente al comprender que era tw locura la que te habia atrapado en tu preocupacién por la muerte, ‘Tras decir aquellas palabras, el recolector de hierbas desapar recid, Chiu Ch'ang-ch'un miro a su alrededor y lo vio todo bajo una juz nueva, EI bosque danzaba bajo lt luz del Sol y el aire era puro y fragante. Era como si se hubiera levantaclo la niebla y ante dl se extendiera ahora una vista ilimitada, Desde ese momento Clin Cl'ang-ch’un abandoné sus macabros pencamientos y em- pezd de nuevo su entrenamiento, con vigor y fuerza renovados, Como muestian las experiencias de Ch'in Ch'ang-ch’un, los ‘monstruos de la mente nos hacen peligrosas trampas a través de nuestros pensamientos, Si no se corta la raiz del mal, ni siquiera un eército celestial podré derrotarlos. No importa hacia donde corra uno, pues los monstruos le seguirin, Pero por suerte para Clin Ch’ang-ch'un, el senior de la estrella T'si-pat le ayuds a libe- rarse de la rafz del mal y Chviu Ch'ang-ch'un pudo liberarse de las llusiones que el mal es capaz dle tejer. Abandond los bosques de T'ai Shan y se dirigié al sur. Un dia, en mitad de un caluroso verano, legé a un rfo cuya orilla estaba 179 { | ) ) ), Los sere aassrace taoleras ye cublerta de pequenas piedras. El rio era ancho y tranquilo, pero eta diffeil ealeular, por su aspecto, ls profundidad de las aguas, Chiu Chiang-ch’un caminé mucho tiempo por la otilla y se asombrd de que no hubiera puentes ni barcas para cruzatlo, Al tiempo que se preguntaba cémio hacerlo, pudo ver que unos hom- bres se le acercaban, Ch'iu Chiang-ch’un se ditigié hacia ellos y lee hablé con respeto. —Sehiores, estoy tratando de ciuzar el rio. @Podeis decirme Adnde puedo encontrar un puente o una barce? Maestro tao(sta —respondieron los hombres dibujando ) una sonrisa complice—, Debes de ser extranjero en esta zona, El ) tfo es muy poco profundo en algunos lugares. Lo puedes vadear fcllmente, Nunca hemos tenido necesidad de puentes ni de bar- “tas. Ven, te ensefiaremee el lugar en que lae aguas son poco pro- > findas. } Tal y como le habian dicho los hombres, hab(a una parte del ) ) ) ) y ) > ie {,tfo en la que el agua sdlo legaba hasta le cintura. Chiu Ch'ang- chun lo cruzé y se senté en las rocas, De repente, tuvo una idea: {i as aguas poco profundas sélo las conocen Ins gentes del Iu- Bah puede suponer un problema para los extranjeros encontrar glitha manera de crazar el rio, Ademds, a los ancianos y los débiles les sera dificil vadearlo. Puedo ser util a los demas facilitandoles jel ttaslado. Asf, Chiu Ch'ang-ch’un constrayo una pequena choza junto al vado y comenzé a cruzar a la gente diariamente, Se ganaba la ‘vida mendigando en los pueblos cer 1n0s y con las pequetias mo- Dnedas que los viajeros agradecidos le daban por transportattes. Pero Chiu Chtang-ch'ut nunca pedia que le pagaran, Aceptaba lo Aue le dieran, Incluso aunque no recibiera nada a cambio, seguia jhaciendo su trabajo alegremente, Durante los ses acs que Chiu eo Civ'ang-ch’un estuvo transportando gente por el rio, ni el viento, Aa luvin, nila nieve pudieron deienerle. Su fama se extendid y Intichas personas le consideraron un inmortal. Un dia, mientras * Sneditaba, su espiritu se libers y reeorrié una gran dist antes fe regtesar. Ahora st pudo entender las palabras de Wang Ch'ung- ves Los SITE MAESTROS TAO Chiu Chie Chiu Chang-ch'nn es visttdto por Los monsty os ce las ataeluras igecl'un transporte a los tres capitames « través del rio. LoS StETE MAESTROS TAOISTAS yang: «La dureza de (u vida no terminard hasta que hayas llegado al rio que corre subre muchas piedras», Al lado de un rio que de jaba muchas piedras en sus arillas, Ch'iu Chang-ch'u iluminacion, Un dia [ue excepcionalnente tormentoso, Fl viento azotaba el rio creando una espuma feroz, Chiu Ch’ang-ch'un miro por la ventana de su choza y pensé: «Nadie viajari en un dia como este», Apenas habia pensaclo eso, cuando oy que alguien Harn ba, Abrio In puerta y vio a tres hombres aiaviados con el uniforme de capitan de polcia —Quisigramos que nos ayudaras a cruzar el rio —dljo uno de ellos—. Estamos cumpliendo una misidn y necesitamos llegar manana a la corte del magistrado, Hemos matado al bandido mas famoso de esta zona y Me- vamos su cabeza para mostratla en la corte —dijo el segundo de los hombres, El tercero levantd un ato sangrieato para ensenarselo a Clviw Ch'ang-ch’un, —Muy bien —dijo Ch'iu Ch’ang-ch'un—, os ayuclaré, Al llegar al vado, el rio habia crecido mucho y cubria muy por encima de la cintura, Cruze a los dos primeros capitanes con cl agua al cuello, EI vercer eapitin se subjo sobre su espalda, y cuando Chiu Ch’ang-ch'un iba a meterse en el rio, aquél gi con horror: —Sulro de panico al agua y tengo miedo de ahogarme. ‘Ten cuidado, por favor. —No te preocupes —respondid Chiu Ch te con los brazos a mi cuello y sujétate fuerte Mientras caminaba, Ch'iu Ch'ang-ch'un pudo sentir como el hombre que llevaba a la espalda temblaba de miedo, A mitad del ro, el capitan se solto y cay6 al agua. Chiu Ch'ang-ch'un le arras- iré rdpidamente hacia la orilla y lo puso boca arriba, —Tranquilizate y no tengrs miedo —le dijo Ch'in Chiang: ch —De momento has salvado mi vida ng-ch'un Cope —eontesté el hombre 182 Los SICTE MAESTHOS 4OISTAS pero el ato con la cabeza del bandido lo perdi al caer. Si no pre- sento al magisirado Ia prueba de que ef bandido ha muerto, me decapitardn Civiu Chvang-chvun respondio con firmeza; —Necesitas una cabeza para salvarte de ser castigado. Conta la mia, Untala con sangre y Hévasela al magisirado. 4 —Te agradezco tw amabitided, Pero ni mataré a un hombre inocente, y menos a aquel que me ha silvado la vida. ‘ —Si no puedes cortar mi cabeza, yo lo hare por ti ‘Tras sacar de la vaina la espada del capitin, se dispuso a core | turse el cuello, momento en que oy6 una voz procedente del clee- Jo: «Chiu Chiu Chang-ch’un miro hacia arriba y vio una nube con los co lores del arco iris. En ella estaban los tes capitanes a los que ha fa eruzado el rfo. —Civin Chiang:ch'un —e dijeror—, Somos los setores dg 2h las tres estaciones y los mantenedores de las esferas del cielo, 1g" tierra y el agua, Tu sactificio personal ka conmovido a los senores del cielo, Cambiaran tu cuerpo mortal por otro inmortal y tu es pititu mortal por uno inmortal. Dentro de siete anos ascenderas al palacio de la emperatriz del cielo. Chiu Ch'ang-ch’un dio un paso y descubrio que habla sido transportado inmediatamente al palacio de los senores celestiales, Se inclind ante los seitores de las tres estaciones y les devolvi6 k espada Cuando Ch'iu Ch'ang-ch'un regres6 al reino terrenal, pens6 para si: «Ahora que finalmente he alcanzado un cuerpo inmortal, quisiera trarme de nuevo al adivino para ver que puede decirme. Hace unos aitos estaba seguro de que moriria de hambre.» ‘Ast, Chiu Ch'ang-ch'un viajé al pueblo donde se habfa en- contrado con el adivino. Llamé a la puerta y aparecié un hombre joven, No era otro que el muchacho que le habia dado alimento cuando él mendigs en Ia misma puerts aos atras, El joven se sor- prendié de ver a Chiu Ch’ang-ch'un y te saludo —Me alegro de que sigas vivo. Yang-ch'un, no te mates, Devuélvenos la espaday, | | Los sieve mArsTROS TAOISTAS —pPuedes Hevarine junto a tu maestro? Hay unas cosas que me gustaria aclarar con é| ‘Cuando Chiu Ch’ang-chiun vio al adivino, le dijo: —Seior, pme recuerdas? —Istoy perdienclo memoria —contest6 el adivino—. Me re- cuerdas algo, pero no sé exseiamente quign eres. —Seflor, hace unos afios pasé por este pueblo y mendigué co- mida en tu puerta, Me mitaste al rostro y me dijiste que estaba destinado a morir de hambre —Ah, sf, eres el monje taoista, —Seilor, te equivocaste en tu adivinacién. No s6lo no he muerto, sino que he alcanzedo la ilurninacion, Maestro taoista —dijo el adivino riendo—, no me equ voqué entonces, Hace unos ailos tu rostro tenfa las caractertsticas que te sefialaban como quien iba a morir de hambre, pero ahora esas caracteristicas han desaparecido, En realidad, tu rostro me indica que ests destinado @ convertirte en un inmorial y que te- cibirds un gran monasterio del emperador y tus disctpulos Heva- rn tus enscitanzas a todos los confines del mundo. Chiu Chiang-ch'un se sintié de pronto avergonzado, ya que habla ido con Ia intencién maliciosa de demestrarle al adivino que se habia equivocado, Ahora entendia lo que el recolecior de hierbas querfa decir cuando hablé de que el corazdn determina los raagos del rosteo, y que si el corazén cambla, también To hacen tsos rasges. El destino y el karma no estin determinados por el cielo, sino creados por las acciones humanas. Chiu Ch'ang-ch'up abandoné la mansién del adivino y se re- (ugio aquella noche env un santuario abandonado, Mientras medi- taba, una fuerte réfoga de viento entro por la ventana y la niebla le envolvis. Como habia albergado un rastro de intencién mali- ) Gloss hacta el adivino, los monstruos de la mente volvieron a aco- sacle. Un tigre feroz aparecié frente a Ch'iu Ch'ang-ehiun y rugis, Recordando las enseftanzas dt Wang Ch'ung-yang, siguié medi- tando como si nada hubiera sucedido. Desaparecié el tigre y un ') Joven aprendiz taotsta aparecié en la puerta del santustio.. UA ae ) ) ) ) CULL e ULAR UU ELL ) ) Los SIETE MAESTROS TAOISTAS Mi maestro Ma Tan-yang viene de camino hacia aqui 2Quieres levantarte para encontrarte con el fuera? El muchacho desaparecis y Chiu Chang-ch'u vio la figura co: nocida de Ma Tan-yang que caminaba por un senclero de montana. Chiv Chiang-ch’ien dijo en voz alta: «En el Tao no hay ataduras. Si viene, que venga. Si se va, que se vaya.» La imagen de Ma Tan-yang desaparecio y en su lugar suygio una gran multitud de gente, hom: Dies y mujeres, jovenes y ancianos. Le dije nos transportaste a través del r1o bajo el sol y la Hluvia, H downa carreta de arroz y un saco de oro. Ven a por ti rece tendrs suliciente para velerte durante el resto de wu vida.» Chriu Ch'ang-ch’an les ignoré y siguié meditando. La imagen de la multitud se disolvié y aparecis wna joven ante el. Tha vestida de ha tapos y tenfa los brazos y las piernas cubicrins de magulladuras. Chin Chang-ch'un le oy6 decir: wAmable senor, acompaname por favor ala casa de mi tio, Misuegra me ha golpeado y me ha arrojado de casa. Si me ayuidas, mi tfo te recompensara bien.» Chiu Chiang. chun aeiud como si nada hubiera sucedilo, Desaparecié la imagen de Ia joven y aparecié su cuhada diciendo: «Tu hermano mayor ha miuerto de tna enfermedad desconocida y tu Uo se hia quedado con la propiedad dle ts padre. Nos ha dado tres ilias para irnos. Mis hijos y yo no tenemos a donc it. Vuelve pronto y arvegla las cosas.» Al tmisino tiempo, aparecicron los sobrinos y sobrinas de Chiu: Chiang. chitin, quienes tirdndole de las mangas decfan: «Tio, por favor, ven a casa, Nuestro padie ha muesto. Nos convertircimos en mendigos si no nos ayudas.» Chiu Chang-chin siguié meclitando. La imagen de los ntiios y su cuftada desaparecio, Poco después, se Levanto Ia nie- bla. Solo se podia escuchar el erujide ocasional de las hojes secas. En la quietud de la noche, Chri Ch’ang-cl'tmn escuchd de pronto un trweno. Miro hactael cielo y vio abierias sus pucrtas. Aparecicron dos nines que se montaron en los lomos de una cigdena, La cigiena volo hasta donde estaba sentaclo Chiu Clvang-ch’'un y tos ninos le invita ron a ascender cor n: «Maestro taoista, tt jos hacia las puertas del cielo

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