ALEJANDRO DAUMAS
Mae
MOEN TLDestino, estilo y singularidad
Clasificacién
Podriamos considerar el diagnéstico como una lectura de
lo universal, y decir Ja manera en que ahi se extravian las dra-
maticas encrucijadas de nuestro tiempo. Sigo en este punto
a Philippe Sollers, quien —quitandole dramatismo a esas en-
crucijadas- afirma que, o bien entramos en la combustién de
la contaminacién y de las mezclas, o bien procuramos, de la
mejor forma, aventurarnos a ser ingenieros del alma," Ahora
bien, el psicoandlisis no es una ingenierfa, sino que se elucu-
bra al ras del sintoma, lo mas cerca de la localizacién original
1 Hamaba el sinthome es un ciclo de saber-goce
na a partir de un acontecimiento en el
Jos) nifios, tenemos la suerte de poder inter-
Jos efectos de esa repercusién hayan
de un ciclo definitivamente establecido e
eda un margen que permite todavia
thome a fin de que el sujeto pueda
Ly una seguridad a su medida.*
Ja experiencia de los limites, Buenos Aires, -
saber”, en Carretel, 11 (2012).Orly
en evidencia la primact? de la rela
{el Otro”,’ de manera tal que
io, enredado, en el destino que
» de su época
Con el nifio se pone
cidn del sujeto con el discurso
6l muerde su epoca. Esta tomac
se ha figurado en la pareja parental
que el nifio es el su
por el estile
aelciend to contemporaneo por
excelencia
»resente un tro:
Muchos pasardn por la nifte7
fntoma (grane
in que se le |
Je @ pequeno); sin esas
6, un obstéculo 0 un
1o de articularse a su
Pic
piedras en el camino, encontraran el moc
sn la aparicién de un sin
porvenir, Otros, en cambio, padect
pe la armonia, y asf comienza el
toma, de un acaecer que rom
El sintama, evidentemente, obstruye,
amidad
- no funciona en lo real, y da cuenta de
tapiz de su ca
al denotar aquello que
la restriccién del margen de libertad del parlétre
Entre el tapiz y las restricciones, el nino es el mas evalua:
do, el mas observado, el mas clasificado. Como siempre, se
ensayaran todas las maneras de hacerlo entrar en alguna tera
péutica, a fin de encontrar una solucion
Por ello, considero que los t6picos que debemos interrogar
cada Wez qué nos encontramos con un-nifo son: destino, estilo
y singularidad
Singularidad
“El destino es el contexto de culpa de lo vivo.” Si el sinto-
ma en los nifios es la respuesta al discurso parental, también
3 Jacques-Alain Miller, “Desarrollo y estructura”, en Confer porteiias, Buc
nos Aires, Paidds, 2009, t
Hay clasificaciones que caducan con cada golpe de timén del discurso rei
exe cdlculo de la relacién con el Otro~ es, hoy, el
(-V propondra terapeutizar y medicar (véase
* Macedonio Fernandez (Obra
nante. Incluso la timidez
gnis de un trastorno, que el 0»
palabra
pala
infra, p, 80). Valen aqui las
Corregidor, 1990, t. m1, p. 226); “Terapéutica es por mi
pletas, Buenos Aa
definicién todo procedimiento de intencién curativa recibido con desagrade
mbos casos significa que no hay antes
¥ por la menos sin agrado, lo que en
Apetiio por ese acto” ~inc
Walter Benjamin, “Las afinidades ele
the, Barcelona, Gedisa, 2000, p. 29
ficado,
tidoel acto de ser cla:
ws de Goethe”, en. Dos ensinyos &LA BIGNIDAD DEL NIN
a 1D DEL NINO ANALIZANTH 25
es el modo de corregir, de tomar distancia y de reparar, para
si, su lugar de enunciacién, sin que éste se apoye en la lengua
familiar. El estrago deja al nifio amatrado al destino, de ma-
nera tal que sdlo el sintoma como parte}
crarce ta hietorin ie suconaies naire, como. ruptura,
: ony ese fatum de la familia
en el inconsciente, para producir un sujeto del inconsciente
que posibilite al nifio entrar en el trabajo propio del incons-
ciente y Salir un poco de esa relacion con la novela familiar.
Lo singular del sintoma realiza un aspecto, el creativo: la
produccion de “lo que sea”, con tal de que encadene benefi-
ciosamente al sujeto al mismo bagaje que con anterioridad de-
termin6 su sintoma, provocando ahora un efecto novedoso,
Se trata de un hacer ligado al saber de algo que, proviniendo
de To real, se desliza e irrumpe en un punto de la estructura,
artifice sin palabras que repara, cose y une lo que esté suelto
en ella.
El saber hacer es como una marca contraria al destino, Uno
de 168 éleméntos que se pone én juego’en el andlisis -con un
nino y con cualquier sujeto— es el recorrido que va del maxi-
mo del sentido del Otro (donde queda atrapado en un no sa-
ber hacer) hasta la tensi6n irreductible de lo mas particular.
“Es preciso ver suibitamente la cosa en un solo golpe de
vista -dice Pascal-, y no con un razonamiento progresivo” *
En la practica, siempre una sutileza se capta sélo de un vis-
tazo, en un detalle, en un minimo signo. El encuentro con un
analista propicia al nifio la ocasién de adquirir una tonalidad
{intima e inconfundible donde su singularidad lo oriente en el
encuentro de la no relacién sexual, siendo el estilo, a la vez,
signo de la singularidad de un decir, de un hacer, o de un acto,
y constitutivo de esa singularidad cuyo advenimiento consti-
tuye un acontecimiento.
EI estilo no se imita, no se ensena ni se aprende. Incluso.
cuando es suscitado, se inventa, y eso implica que el acceso
al propio estilo supone, para cada uno, que el analista, frente
a él, también persiga el suyo. Miller consigna la necesidad de
6 Blaise Pascal, Pensamientos, 1.1.ero también el de la practica con
za y la sutileza
ar el estilo del nifio, p'
4s son la sobriedad, la juste
5 del saber hacer, tanto en
consider
nifios, cuyas boy:
Si el nino se extravia en las fallas
su pasaje necesario por la alfabestializacion one nae
de los lazos, en el consumo de objetos o en Ia rela
cuerpo, es necesario elucubrar, asegurar arate its
pueda servirle frente a los extravios del saber y se i
del Otro. El psicoandlisis dirigido al parlétre es efecto de una
extrafia obstinacién que intenta vivir sin apelacién
io, un saber que
Orientacién
Lo que signé una época de nuestra orientacién, en la prac-
tica con nifios, fue la formula: Dejar al nifio “hacer su neuro-
sis tranquilamente”.’ Durante décadas ya, la explotamos de
diversas maneras que van desde su sentido mas freudiano
hasta las ensefianzas de Laurent en el sentido de asegurarle
al nifio una ficcidn. En la reconfiguraci6n de la clinica, arnbas
f6rmulas se ordenan, a partir de allf, alrededor del concep-
to de singularidad,* junto con los puntos de capiton del nino
como objeto, como objeto a liberado, y como resto,
La singularidad es una orientaci6n fundamental de la
practica con nifos, y una singularidad muy peculiar, ya que
algo de eso que “tranquilamente” asegura una ficcién propia
operard en ese goce, en ese “coeficiente de goce” que le es
propio y que en nuestro tiempo podrd articularse, tal vez, a
un nuevo desciframiento del amor por el padre,
un padre singular que cada uno debera inventar. Cual-
quier familia (mono u homo parental) llevaré a cada sujeto
a inventar un nuevo amor por el padre, una nueva forma
de servirse del padre, a condicién de privarse de él. Pero
Michel Silvestre, “La neurosis infantil seguin Freud”, en Mariana ¢! psicoandli-
sis, Buenos Aires; Manantial, 1988, p. 156
Cf. Jacques-Alain Miller, Sutilezas analiticas, Buenos Aires, Paidés, 2012
7LA DIGNIDAD DEL NINO ANALIZANTE 7
seguro en singular. Un nuevo amor por el padre: cada uno
encontrard un padre para él o tendra que inventarlo®
E] “para todos” que seria garante de la justicia distributiva,
de la clasificacién y del diagnéstico, permanece sélo como un
semblante. Orientarse por el sintoma en la practica con nifios
es ofrecerse a resolver el goce doloroso por la via del sentido,
recordando que
quedarse en esto es chato. En su seminario E! sinthome La-
can invita a considerar un relieve, Siempre debe quedar
un relieve en la medida en que cada uno es sin igual y su
diferencia reside en la opacidad que siempre permanece.
Ese resto no es el fracaso del psicoanilisis. Ese resto es lo
que en sentido estricto constituye el valor de ustedes, por
poco que logren hacerlo pasar al estado de obra."
Inscribir ese “relieve” y “hacerlo pasar al estado de obra”
tmiten, en la practica con nifios, orientarse por otro orden
de credibilidad ligado al sintoma. Asi, el relieve producido
en un andlisis les permitiré hacer frente a la “repercusién”
del trauma en su existencia, “construir su antidestino” y, tal
vez, que su estilo no sdlo vehicule una forma de traducir en
je cierto pathos del cuerpo, sino que, siendo lectores de
oma, escriban lo singular -en otro momento, acaso.
“El padre y lo singular” (inédito).
Miller, Piezas sueltas, Buenos Aires, Paidés, 2013, pp. 51-
es “como, a partir del acontecimiento, hacer otra cosa que
de eternidad, Como hacer del acontecimiento algo
nose es uno mismo? De ese acontecimiento singular,
ntingente y que no se parece al de nadie, de ese acon-
‘su singularidad a cada parlétre, jcomo extreer algo
n, una leccién que valdré para los otros, que se
otros, es decir, para quienes ahora estan aqui y
es decir, para el tiempo por venir y, poten
fd,, p. 48). El acontecimiento singular de cada
a partir de la manera en que ciertos at de la
de elaborar y sintomatizar sus neurosis
aban los