Proyecto drecién: EDESE
La Odisea
contada a los niiios
por Rosa Navarro Duran
con ilustraciones de Francese Rovira
ese edebéEN EL OLIMPO LOS DIOSES
Hacia ya tiempo que la guerra de Troya habia acabado. Los
agriegos habian vuelto a su tierra después de vencer a los tro-
yanos.
Sin embargo, Ulises, cuyo nombre en griego era Odiseo,
uno de los mejores guerreros griegos y el mas astuto, no habia
Hegado arin a a hermosa isla de ftaca, donde le estaban espe-
rando desde hacia aiios Penélope, su mujer, y Telémaco, su
hij.
Yes que la ninfa Calipso retenta en la isla Ogigia a Ulises,
convencida de que con el tiempo accederia a casarse con ella
Ulises lloraba de rabia, porque no veia el momento de vo
<< |aida Osi taba
° el sente del mae 7
su tierra y abrazar a su mujer, Pero gcémo salir de la isla si no
habia ninguna barca en ella?
La isla Ogigia estaba en el centro del mar, azotada por el
viento, y tenia arboles muy altos. En una gruta de aquella isla
vivia la hermosa Calipso, hija del gigante Adlante, el que soste-
nia con sus hombros la esfera del cielo.
En el Olimpo, por supuesto, todos los dioses conoctan la si
tuacion de Ulises y a ninguno le gustaba, salvo @ Poseidon, el
dios del mar, que estaba muy enfadado con el heroe porque ha-
bia vencido a su hijo, el gigantesco ciclope... Pero ésa es una
historia que contaré mas adelante.
La que estaba mas preocupada por Ulises era Atenea, la dio-
sa de ojos verdes, porque le queria mucho.
Un dia que Poseidon se habia ido a Egipto, Atenea aprove-
cho su ausencta para pedile a su padre Zeus, e dios de los dio
ses, que tuviera lastima de Ulises y le ayudase a salir dela isla
Ogigia y a volver a su tierra
16 que enviara ala al dios Hermes, su mensajero, pa
lipso que dejara marchar a Ulises, Mientras tantolla iia a ftaca a dar animos a Telémaco. Le diria que fuera a
Esparta a buscar noticias de su padre al tiempo que se daba a
‘conocer por otras tierras.
Ya Zeus le parecio bien lo que le pedia su hija
‘Atenea se calz6 las sandalias con alas que le permitian volar a
la velocidad dl viento sobre el mar y la tierra, Luego cogié la
larga lanza, que tenia una aguda punta de bronce, con la que
dlestruta filas enteras de heroes cuando se enfadaba con ellos, ¥
bajo del alto monte Olimpo hasta llegar a la isa [taca
Se detuvo a las puertas del palacio y cambio su aspecto para
{que nadie pudiera reconocerla. Tomé la apariencia de un ex-
tanjero, pero no de uno cualquiera, sino de Mentes, rey de
tuna isla vecina
En los porches del palacio estaban los pretendientes de la
reina Penélope. Eran los soberbios hijos de los reyezuelos
sdde Troya y que esos
zas comiendo y bebiendo4
‘a en el campo, cuidado por march, dandole fuerza y sudaca al joven para que sara de
tina anciana criada, Tambien le dijo que sabia que Ulises no su tetra a preguntar por su padre
hhabia muerto, que estaba en una isla en medio del mar, don- Cuando el ya no la veia, empezs a volar como un pajaro y
“a que en- se dirigio de nuevo al Olimpo.
ahora, ya muy viejo, el rey
de lo etenfan contra su voluntad; pero que él
cont
fa algun medio para escapar porque era un hombre
muy ingenioso,
YY por tiltimo se lament6 diciendole a Telemaco:
idy, si él volviera y viera en su palacio a las soberbios pre-
tendientes comiendo y bebiendo de lo suyo! Qué conta iba a
ser su vidal Pero ya decidiran los dioses si vuelve 6 no y como
se venga de esta gente. Lo que ta tienes que hacer es reunitlos
mahana y deciles que se vayan a sus casas. Y luego manda que
te preparen la mejor nave que veas, con veinte remeros, y vete
‘a preguntar por tu padre. Primero, a Pilos, donde esta el ancia-
nno Néstor; y despues a Esparta, a ver al rey Menelao, que es
quien lego el ultimo a Grecia después de que los griegos se
fueron de Troya, Ya que veo que eres alto y gallardo, sé fuerte y
valiente para que hablen bien de ti
Y Atenea, sin querer los regalos que le ofrecia Telémaco, seindo muchas cosas, se fue a su aposento. Le
yn una antorcha encendida, una vieja y p
gues, Ia colge de
certs,
El joven se ci
1 pensando en el
por que razén,
Ala manana siguiente, mando reunir en la plaza a toda la
Estaban todos asombrados porque, desde que se habla mar
chado
reunido,
ses, hacta ya muche
npo,
nea nadie los habsot
aco le contest6
Yo no pueda decir a mi madre que haga lo que me pides.
sPor qué no os vais
Pero si os gusta mas devorar lo que es de mi padre, yo rogaré a
tras casts y coméls de lo vuestro?
los dioses que os castiguen, y tal vez algun dfa moriréis en este
palacio.
En ese momento, aparecieron en el cielo dos éguilas. Vola-
ban muy juntas y tan raipidas como el
as encima de la gente, en la plaza, batiendo las
pronto las dos se atacaron picoteandose cabeza y cull
se marcharon por la derecha, por encima de las casas
Todos se quedaron asustados al ve
bia interpretar el vuelo de las aves, les di
‘Yum anciano, que sa-
Una gran desgracia les espera a los pretendientes, porque
Ulises no tardara en llegar. Tal vez ya no esté muy lejos por-
que, cuando los griegos se embarcaron hacia Troya, le predi
je que, despues de pasar muchos peligios, a los veinte aftos
volveria a su patria y que lo harfa sin que nadie lo reconociera
Ya no falta mucho para que regreseip
Pero los prete!
fuera a su casa y que se dedicara a losos que comen
5 que estas ah,
en silencio, viendo lo que hacen, y no les decis:
sesaran inmedliatamente a sus casas.26
Empez6 a soplar un fuerte viento que empujaba las velas, y
la nave navegaba muy deprisa por el mar,
Amanecta ya cuando lego Telémaco a Pilas y se dirigio con
sus companeros al palacio de Néstor, que estabs
rodeado de sus
ida. Luego les pregunts
sénes sois? De donde venis? {Navegals
buscando algo o vais sin destino, como los piratas, sélo ha-
ciendo dano a la gente?
Telemaco le contests:
Nenimos de ftaca. Voy buscando noticias de mi padre, el
lises. He venida a verte porque me dijeron que luchaste
ccon él en Troya, No sé si ha muerto o donde esta. Vengo a pre
_guntarte que sabes de l, si le viste morit o si alguien te ha con-
tado algo de el. Y te ruego que no tengas pena de mi y que me
igas la verdad aunque sea dura
Nestor, al oirle, suspirando, le dijo
migo! Me haces recordar las calamidades que pasamos
los griegos luchando para conquistar la gran ciudad de Troya,28 Oreste
te pareces tanto. Si cuando regres6 a su pa
» Orestes vengé a su padre matando al trador asesino, ;Una
‘mas a los griegos buenos consejos,
9B
o cuando qui
ara regresat a Grecia, e
Cuando sali el sol, unos nos fuimos con Menelao, y otros se
quedaron con Agamendn. Pero no acabsron aqui las peleas, por
sgresaro a Agamendn, y los:
ay
»Empez6 a soplar un fuerte viento, y las naves naveg;
mevegaciones.Yo te aconsejo que vayas a verle y le
que, como no hace mucho que ha vuelto, igual tiene noticias
de tu padre. Te daré un carro y caballos para que vayas port
eguntes a él, por:
rra a Esparta, a su reino. Y uno de mis hijos,el joven Pisistra
to, te acompanara para que no te pierdas.
‘Telemaco le dio las gracias por su ayuda. Y Néstor decidio
que se pondrfan en camino al dia siguiente para que
pudiera descansar. Lo alojé en su palacio, y al dia siguiente le
dio pa strato tom6 las rien
das del carro tirado por veloces caballos, y los dos se alejaron
vino y manjares para el viaje
ripidamente de
Tardaron dos dias en llegar cabalgando a través de una gran
anura. Cuando vieron trigo plantado, supieron que habian
egado a Esparta
EMACO
LY MENELAO
LA VISI
Al
Al llegar a Esparta, Piststrato y Telémaco se fueron al palacio
del rey Menelao, donde estaban celebrando las bodas de sus hi-
jos, Detuvieron el catto delante del vestbulo.
fiel servidor de Menclio y fue a decirselo inmediatamente al
rey. Menelao mandé que hicieran entrar al banquete a los dos
forasteras y que dieran cebada a sus caballos.
‘Telémaco qued6 admirado de la riqueza de las salas de pa-
lacio. Menelao les invi6 a compartir con ellos comida y bebi
da, ¥, viendo la admizacion pintada en la cara del joven ex-
tranjero, le conto cOmo estuvo navegandlo ocho ais enteros ysa, Por ella
un principe86
palacio? jParece Telemaco,
hijo de Ulises! Nunca vi a nadie
tan parecido a éste!
Ya habia pensado yo lo mismo -le dijo el rey. Tiene sus
rmismos pie
de los trabajos que paso Ulises, se ha puesto:
manos, y la snirada de ojos. Ahora, al hablar yo
llorar y, para que
no le viera, se ha tapado el rostro con el manto,
Pisistrato, oyéni
s, ne quiso callar mas y les confes6 a
we €1 acompanaba era
{que tenfan razén, que el joven
‘Telémaco, el hijo de Ulises
‘Menelao, al saberlo, volvio a recordar todo
sado Ulises en la guerra de Troya, donde habia
e habia pa-
sa, Y dijo que habia pensado en darle una ciudad en
para que alli gobernara y ou
nada de eso era posible ya, porque Ulises era el unico que no
haba vuelto atin a su patria
Al oftle, todos se pusieron a llorar desconsoladamente.
el poder
Entonces, Helena, que habia aprendido en Eg)
de algunas drogas, echo en cl vino que estaban bebiendo una
que hacta olvidar todos los males y les dij:40
Telémaco, al oft lo que contaban de su padre, se laments:
=i a pesar de su astucia, nadie pudo evitar que muriera no
se sabe donde!
Helena mando entonces que las criadas preparatan las ca-
‘mas debajo del portico para que los jovenes huéspedes pudie~
ran descansar. ¥ ella y el rey se fueron a dormir a su aposento.
‘Al amanecer, todos estaban ya en pie, y Menelao le pregun-
16 a Telémaco que le habia levado a su palacio. El
testo que venta buscando noticias de su padre y le comnts como
los pretendiientes est
an comigndase todo su patrimonio es-
perando que su madre se casara con uno de ellos Eno podia
hhacer nada sin saber si Ulises estaba vivo o muerte
Menelao le dijo que le iba a contar todo lo que sabia,
Y¥ empezo el rey asi su historia:
“Al regresar a mi pat
las tormentas me llevaron a Exipto,
ylos diases no me dejaban salir de alt. Frente a Egipto hay una
‘sla, Faro, que esta a un dia de navegacion de tierra firme. Tie
ne la isla un puerto resguardado para las naves, alli me tuvie-
ron los doses veinte dias sin mandarme vientos que pudieran,
‘empujar las velas de mis naves.
Se me estaban acabando las provisiones y los animos, pero
le di pena a una diosa, Idotea, hija de Proteo. Y un dia, mien~
tas mis hombres pescaban para poder comer y yo caminaba
solo por la playa, ellaHablamos, le conté mi loquete
‘nia que hacer para lograr salir de all
~Forasteto, por aqui suele venir mi padze, Proteo, que co:
noce el fondo del mar y sirve a Poseidon, su dios. Si consiguie~
ras agarrarlo, él te diria el camino q
facil hacerlo porque puede trans
Yore dite que
debes seguir, pero no es
rmarse en muchos animales,
s focas; escoge
ue te ayuiden a sul
is ovejas, Cuando |
las vuestras fuerzas para que no se escaj insforma-
rien todos los seres que se arrastran ra y_van por el
asustar, y man-
lo agarrado. Cuando os hable y os pregunte com
mar, e incluso en fuego; pero no os tenets q
lo dormido, lo soltais; y entonces le pides que te diga
‘como volver a tu patra,
Después de decirme est
desapare
1s se suumergio en el agua y
Al dia siguiente, con mis tres mejores hor46 ama hci
rado en esta isla mucho tiempo y no sé como volver a mi pa-
tria, Ta puedes decirme qué tengo que hacer para salir de aqui
Y Proteo, entonces, me revelé que sélo cuando volviers a
Egipto y os a los dioses, éstos me dejarian
regresar a casa,
Le dije que ast lo haria, y aproveché para preguntar pot los
capitanes griegos, si todos habian podido ya regreser a sus tie-
Me conta entonces que Ayax habla muerto en el mar y como
‘mi hermano Agamen6n, al llegar a su terra, habia sido asesi-
que le habia quitado antes el reino
El anciano Proteo intents
jera sa
nado por un raider,
yy la esposa,;Cudnt
consolarme diciendo que, sime daba prisa,llegariaa ver como
dor.
joré al saber
su hijo Orestes lo vengaba dando muerte
Luego le pregunte por Ulises, y Proteo me dij:
Le vi en una isla, orando. La ninfa Calipso no le deja sa-
lirde
escapat.
Después de decirme todo esto, se sumergié en el mar, Yo
€1 no tiene ni nave ni companeros que ke ayuden a48
‘volvia las naves y las encamine a Egipto. Hice alla stcrficios a
los dieses, y empez6 a soplarel viento que me trajo hasta aqut
‘hasta mi versa,
Asi acabo su relato el rey. Quiso que Telémaco se quedara
doce dias en palacio, pero el joven tenia ya ganas de volver a
fhaca para llevarle estas noticias a su madte
Mientras Telémaco iba a Pilos y a Esparta los pretendientes se-
guian comiendo y bebiendo en palacio,
Undia
hombre bueno de ftaca, Noemén, les pregunto st
sabian cuando volveria Telemaco, porque se habia llevado st:
nave y la necesitaba. Ellos no se habian enterado del viaje de
‘Telemaco; crefan que estaba en el campo, con el fiel porquero
Eumeo,
Al saberlo, decidieron tenderle una emboscada. Fue Antt-
rno9, el mas soberbio de los pretendientes, quien dijo que con.
lun bajel igero se pondria a esperatle, oculto en el esiret
separa aca de Samos, yl atacara
Ls52
{que tenia la apariencia de una mujer conocida de la rina y se
lo envio,
El sueno se destiz6 por la cerradura y se le puso sobre la ca-
beza diciendole:
Ten animo, Penélope, y no te desesperes, La diosa Atenea
protege a tu hijo y quiere que lo sepas. No te preocupes por él:
salvo,
ela, le pregunto tambien por Ulises, si vivia o
Jhabta muerto ya, Pero el oscuro fantasma no quiso contestarle
y se marché por la cerradura de la puerta como un soplo de
Al despertarse, Penélope se sinti feliz por haber tenido un
suo tan claro en la escuridad de la noche.
LOS DIO:
Amanecia cuando los dioses se reunieron de nuevo. Atenea
volvio a hablar de la situacion de Ulises, El heroe seguia en el
Palacio de la ninfa Calipso sin poder salir dela isla porque no
tenia nave para
yyadems ahora los pretendientes de su
‘mujer querian matar a su hijo, que habia ido a Pilos y a Fspar-
ta. preguntar por su padre,
Zeus, al escuchar sus palabras, mando a Hermes que fuera
fa Calipso que dejase regresar a
Ulises a su patria, En veinte dias podria llegar en una balsa a
tierra de los feacios, que le tratarian muy bien y
inmediatamente a decir ak
una rapida nave a Itaca,
| — [i iHermes se calz0 las sandalias con alas, que le permitian vo-
la vara
lar sobre mat y tierra a la velocidad del viento, y ¢
que adormece a los hombres, Volaba sobre las olas como la ga-
viota que, al pescar peces del mar, moja en él sus alas.
Al llegar ala isla de Cs
nfa. El
hacia la gran gruta donde
a. Altededo
'scon muchas aves ma:
sa mientras la eve
va habia un bosque de hermosos ai
rinas; yjunto a él, una vina llena de uvas y prados de violetas y
de apio.
Hermes entro en la gruta, y Calipso le reconocio enseguida:
los dioses se conocen toclos aunque vivan apartados
la orilla del
lises, porque siempre se
lejos ou anorada patra,
le pregunté a Hermes per qué habia ido a
dios le contesto:
~Zeus me ha m
ndado que t
liga que dejes marchar a Uli
ses, ese hombre tan desgraciado que vive con
dest
‘A Calipso no le gusto nada ofr la orden de Zeus, pero sabia
que no tenia mas remedio que obede
Yo salve a Ul
porque su
10 no es morir lejos de su patria.
la, y
respondio:
es de la muerte al ver que estaba a merced de
las olas agartado a un venta hae
o de su nave, que una tai
bia destruido. Yo le acogi en mi gruta y le dije que, si se quedaba conmigo, no enve)
lo otra casa, No tengo yo naves paca
y no se moriria, Pero ya veo que
tengo criadas que puedan
dios se fue, Calipso se dirigio a la orlla del mar
a buscar a Ulises, donde se pasaba el tiempo
fndo el mar y
llorando porque echaba de menos a su tierra y asu espass Al
prometio que no era ast se puso a trabajar
todas sus fuerzas. Corto vei
sroncos ¥ luego los pul
con el hacha, La diosa le dio unos barrenos y con ellos hizo
tablones,
inde puso clavos y clavljas para sujetaPoco a poco fue tomando forma la balsa, a la que puso un ULISES A MERCED
rmastil para la vela un timon para guiarla por el mar. Calipso DE LAS
smbien cela para la vela
‘Al cuarto dia estaba la alsa acabada, y al quinto se despidio
ledio
de la ninfa y se hizo a la mar. Ademas de darle ella provisiones,
le dijo que, al navegar, siempre tuviera Ia constelacion de la
(Osa ala mano izquierd
Navegs ho vio a lo
jecisiete dias sin ver tierra, pero al dec
Igjos los montes del pais de los feacios.
En ese momento regresaba Poseidén del pais de los etiopes
¥ vio a Ulises en la balsa a punto de Megara tierra, ;Cuamto se
cenfurecio el temible dios del mar!
Inmediatamente, con su tridente, re
las nubes, provocs
‘grandes torbellinas de vientos y levanto una terrible tormenta,
‘Una enorme ola cays sobre Ulises y lo e¢0 lejos de la bal-
sa. Estuvo a punto de irse del mar porque sus vestidos
‘mojados le pesaban mi i olas unas veces le levantaban
y
y otras le hundian, Con gran esfuerzo consiguié agarrarse otrasgaviota, se posé en
~iPor que Pos
te voy a dec
los vi
Despues de darle el velo, la gaviota se sumergio en el mar.
osa, aunque tet
Ulises hizo todo lo que le habia dicho la
do de que fuera una trampa para acabar con él, Pero como
para intentar salvar su vida, se quito
debajo de
y se puso a nadar con todas sus fuerz
-cho, se ano al agua e
sin descansar, y cuando estaba
yaa punto de desfa
cl
al tercer dia, als
se calma8
Desde lo alto de una gran ola, Ulises pudo ver que l
estaba muy cerca, Y volvie a nadar con mas fuerzas para llegar
alla
{Cal fue su espanto cuando vio s6lo rocas! Si se acereaba
mucho, la fuerza del mar lo lanzeria contra ellas y destrozaria
su cuerpo.
Mientras estaba pensando que hacer para tocar terra, una
enorme ola le
126 contra una roca, pero él se abraz6 a ela y
d5j6 pasar Ia ola Cando el agua regress, la tird con fuerza de
nuevo al mar, De la misma forma que, cuando se arranca al
pulpo de su escondrij, leva pegadas piedras en los tentaculos,,
ast quedaron en la roca troz0s de piel de las manos de Ulises,
Pero no perdis las fuerzas y siguio nadando a lo largo de la
orilla mirando la tierra por si encontraba una playa. Vio por fin
que un rio desembocaba en el mar y se acere6 a su orilla. |
Cuando consiguio tocar terra, se quedo tendido sin fuer-
zas; tenia el cuerpo hinchado, las manos destrozadas, y le alia,
‘agua por boca y nariz, Paco a poco comenz6 a respirar mejor y
1 recobrarse un poco.64
Entonces tiro el velo de la diosa dentro del rio, y sus aguas ISES LLE \ AL PAIS
se lo levaron al mar E | I
Ulises no sabia st quediarse en la olla del rio, porque tema
€l fro de la noche, o meterse en el bosque, donde podia haber
fieras, Al final, busco un escondite entre dos arboles, se
cn hojas secas y se quedé dormido. Estaba agotad
Mientras Ulises dormia, rendi
o por el suena y el can
isima hija del rey Aleinoo, le pidio a su padre
Nausteaa, la b
que le dejara ira lavar al r1o sus vestidos sucios y que l
un carro, de fuertes ruedas, tirado por mulas, pata llevatlos
all
5u pacire le dio lo que le pedia, y su madte afadis todo tipo
de comida, agua y
oro para que e
Nausicaa tomo las riendas del carro y azote a las mulas para
{que se pusieran en camino. tba acompanada de sus et
Al
no, y también aceite en una ampolla de
€1 se frotara el cuerpo al lavarse,
das,
gar a la olla del
fo, soltaron las mulas para que pa.66 xg una rama con muchas bas @
cleran a gusto y se fueron a lavar la ropa a unos lavaderos que Después se banaron, s
ssieron el aceite oloroso y comie-
las del rio mientras se secaban los vestides que habian
frotarlos, se les fue- ronao1
a, Pisaban los vestidos para que asi
ra la suciedad ‘puesto encima de la hierba, Luego se pusie!
jugar a pelota
Nausicaa cantaba,
Cuando ya habian recogido y doblado Ia ropa y estaban a
punto de regresar a palacio,
sus criadas con dema:
princesa
fuerza y cayo a un ret
agua. Al verlo, las muchachas gritaron, y con los ge
que dormia muy cerca, se despert.
Salio de su escondite y cogi6 una rama con muchas hojas
6 la pelota a una de
para taparse un poco, porque iba desnudo,
| ‘Cuando las muchachas le vieron, se asustaron mucho, por-
que tenia un aspecto horrible, sucio por la sal del mar.
Las criadas huyeron y se escondieron, pero Nausicaa no lo
), mirando al extrano hot
hizo, Se quedo sola, inmo
Ulises no sabia si acercarse o no, por miedo a asustarla tam-
bien a el
.¥ desde lejos le roge que le ayudara. Le dijo que el
dia anterior habia logrado llegar a tierra despues de veinte dias
de estara merced de las olas. Le pidi¢ un trapo de los de en-Cuando acabo, Nausicaa le dijo:
=Vamonos ya. Yo te guiaré a casa de mi padre. Te ensentaré
dad, que esta cercada por un m
fe resguardamos las70
das, No quiero que alguien me vea en el carro contigo y hable F
‘mal de mi. Que crea que yo, que todavia no he escogide a nin- E
_gun Ieacio como esposo, he preferido a un extranjeto. Te deja-
remos en un bosque que hay junto a la ciudad. Alle verés an
prado con una fuente, donde mi padre tlene un campo y una
vina lena de uvas. Signtate abt y espera un poco. Cuando cal-
cules que nosotras hemos entrado en la ciudad, vete a ella y
pregunta por el palacio de mi padre, del rey Aleinoo.
Ulises hizo todo lo que
dijo la prudente Nausicaa, Cuando
penso que ya estarian de vuelta en palacio la princess y sus
crladas, el héroe se dirigié a la ciudad.
‘Atenea, para que los feacios no atacaran 3 Ulises, lo envol-
vio en una nube, y ast nadie podia verlo; pero él no se dio
cuenta. La diosa tomé la forma de una muczacha que llevaba
tun céntaro y fue a su encuentro,
Al verla, Ulises le dij:
~iJoven! ;No podria Hevarme al pa
ic del rey Alcinoo?
Soy un forastero que he
sgado a esta
mucho y no conozco a nadie
erra después de sufrirhagas preguntas, porque no les
Y se puso a andar a buen paso.
Ulises siguis a la diosa, y nadie le vio por la cludad porque
tuna ube lo bi
um banquete, pero entra sin miedo, Al hombre atrevido la for
le sonrie, Cuando veas a la reina, Arete, que es una mujer
mu gente y prudente, y ala que todo el mundo resi
pontea
volver a tu pat
Después la diosa se ma
pies y pidele que te ayude. Si
Ulises ent
fue p sus estancias sin ser visto, Sélo cuando estuvo
delante de los reyes, la nube desaparecia. La gente vio de pron-TA
mucho, Vengo a pedirte que me ayudes a volver am
Necesito una nave y hombres que me gui
inoo le dijo que selevantara y lo
tar en una silla espléndida, que ocupaba uno de sus
que le pidio que se la cediera al forastero. Luego le
yemos con este forasteto y veremos cémo
‘A todos les parecié muy bien y se fueron a dormir.»Desperté cuando se estaba poniendo el sol y via tu hija ju-
imal
sgando con sus criadasa pelota; parecia una diosa, es b
Le rogué que me ayudara, y ella lo hizo. Me dio pan y vino,
‘me regalo unas vestiduras y me dijo que me lavara en el rio y
‘me untara con aceite.
Aloir su relato, Al
‘habia llevado hasta su presencia pues le parecta que no habia
00 quiso saber por qué su hija no le
twatado del ses le conto de-
bien a un extranjero; pero
{que hizo la prudente Nausicaa.
talladamente
El rey le dijo que al dia siguiente le daria una nave y reme-
10s pata que pudiera regresara su patria. Yl reina mando a las
criadas que prepararan una cama para el huésped en el porti-
0, con una hermosa colcha roja y piel
para que no pasara
fio.
Alotro dia, el rey Aleinoo convacd a los feactos en la plaza pata
resent
lesa su huésped y decirles c6mo tenian que ayudarle
Escogid a cincuenta y dos jovenes para que |
hermosa nave a su tierra, Y luego prepararon el barco, con ve-
las y remos atados con correas, dispuesto para navegar.
Después fueron todos a comer a palacio. El rey habia man:
dado matar doce ovejas, ocho cerdos y das bueyes para el ban-
quete.
Un juglar ciego, Demsdoco, que cantaba maravillosamente
y tocaba la citara, empez6 a contar la discusin entre Ulises y
Aquiles en la guerra de Troya y como el rey Agamendn se ale~Entonces Ulises, mirandole con muy mala car
Eres un insensato, Los dioses no han re
E r que el que
los feacios, dio con él algunas yueltas y lo lanz6.
6 con tal fuerza que
feacios se agacharon, El disco fue
ambio, otras muy
Eso es lo que te
mucho mas les de los otros lanzamnientos
Todos se
[pasa a ti: eres apuesto, pero no inte
njero,
tando fui
Conozco muy bien estos juegos y los practiqué
joven; pero las penalidades que he sulrido me han quitado
Y Alcinoo, para que se
De
fuerza, Sin embargo, para que veas lo insensato que has sido,
loco, que cantara otra ve2 con su ciara,le Troya, engano que les per
El juglar empez6 a cantar ento
‘ganar la guerra
‘como los griegos incen-
« diaron el campamento y volvieron a las naves para simular que
se marchaban. Mientras tanto, el caballo de madera que
s y alos mejores guerreros griegos ¢s~
taba ya dentro de Toya. Los troyanos no sabian si atravesar su
panza de madera con sus espadas 0 dejarlo como regalo para
los dioses.
fentras Ulises admiraba la rapidez de los movimnientos de los, Luego el juglar canto como de noche salieron de la panza
bailarines, Demodoco empez6 a cantar de nuevo muy bellas del caballo los griegos y atacaron a la ciudad desprevenida
historias
Luego el rey pidio Tos feacios que le dieran regalos al hués- De nuevo Alcinoo, que estaba junto a él, se di
¥ todos le
0 de hal
dido, le regalo una hermosa espada de bronce con vaina
cuenta y dijo
Que Demedoco cese de tocar la eitara, porque lo que can-
ped para que cuviera buen recuerdo de
ron objetos preciosos, y Furtalo, arreper ta
fez no les gusta a todos los que le escuchan. Veo que
nuestro huésped no deja de
y puno de plata de alge doloroso
En la cena, mientras comian y bebian, Ulises quiso que De Y luego, ditigiéndose a Ulises, le preg
le pidio que narrara cémo los g
madera leno de guerveros dent
rar; seguro que se ha acordado
maddoco can
a otra vez —Huesped, dinas tu nombre y
arco pueda levarte alla,
tu pais para que nuestro
gos metieron el cabalLOTOFAGO:Pero voy a contarte el regreso a mi tierra,
eno de pent
des, Cuando sali
le Troya, el viento nos Ilev6 al pais de los ci-
ccones, en donde perdi a varios companteros que lucharon con
ellos para conseguir comida,
Luego una tempestad nos llevé a la deriva por el mar du-
rante nueve dias hasta que, al décimo, legamos a la isla de los
locotagos, que se llaman ast porque comen Loto.
Saltamos a tierra, y en la orlla comimos y bebimos. Luego
‘mandé a tres companeros a explorar el pais y a ver que gente lo
poblaba,
Los latofagos les dieron para comer
10, dulee como la mi
TTave que llevarlos a la fuerza, arrastrando, a las naves y los
hice atar en los bancos para que no se escaparan, jLloraban
10, yal probar ese fru-
se olvidaron de todo.
porque querian quedarse en la isla del
Ast que mandé que los remeros empezaran a remar ense-
‘guida para alejar las naves de la isla
POLI
LOPE
=MO
Llegamos poco
espués a las tierras de los clclopes.
Son gigantes soberbios, que no se rigen por leyes y que no
‘rabajan porque la terra les da todos los frutos sin necesidad,
de que
ven, Viven en cuevas, en los montes, y no se re-
yan apenas.
Delante de su tierra hay una peque' lena de bosques
y con muchas cabras monteses; tiene un pequefo puerto muy.
resguardade. En lo alto del puerto hay wna fuente de agua
‘muy clara que mana de una cueva rodeada de arboles.
Emu
foscura, con niebla cerrada, legamos a ese i=
gat. Saktamos a terra y esperamos a que amaneciera. Luego ¢a-zamos cabras y pudimos comer y beber con t
Alolejosse
de los ciclopes y
queria saber
fe
yqueesVenia cargado con lena seca para preparar su co-
‘micla, La dejo caer en Ia cueva ¢ hizo tal estruendo que nos
mos todos al fondo de la cueva, asustados,
ibieran podido mover
rados por bueyes, Acto seguido empez6 a ordenar las ovejas y
fuego, nos vio y nos pregunts c
2 {De donde habeis {Donde habeis
cas de su tierra y qu
El ciclope, que s
ran animales, los mat6 dandoles un golpe brutal contra elsuelo, Luego los devoro sind
vasos de leche
bebio grandes
Nosotros lo contemplabamos todo, aterrorizades, y Horan
lo por nuestros companeros muertos.
se acosto en la cue-
pe
los encerrados
Despues de comer, el gigante Polife
va, en medio de sus ovejas, Pensé ent ravesarle
cho con mt espada, pero hubiéramos muerto t
cen la cueva porque no tentamos suficiente fuerza para mover la
‘enorme roca que la cerraba,
Pasamos la noche
ando sin poder hacer nada,
Alamanecer, el ciclope encendi fuego, orden las ovejas y
devord a otros dos companeros nuestros. Luego quité la enor-
‘me roca de la boca de la cueva, hizo salir a su ganado y volvis
a cerrarla dejandonos dentro.
‘Yo me quedé pensando qué podiamos hacer para librarnos,
de esa muerte terrible. Se me ocurrié enseguida una idea y la
puse en practica
Habja en el suelo una enorme rama de olivo verde que el ciclo-
pe tenia al
hombres que la pulieran, Despues pasé por el fuego uno de sus.
para que se secase. Le corté una estaca y dije a mis
cextremos para que se endureciera y la escondi debajo del mu-
cho estiércol que habia en la cueva.
Polifemo volvie al atardecer e hi
anterior, Cuando acabo su tarea, co}
lo mismo que la noche
‘otros dos de mis com:
los devors.
paneros, los estrello contra el suelo
Cuando vi que habia acabado, me acerqué a él y le oftect el
dulce vino que llevabamos, Le llené un vaso, y él se lo bebio de
‘un trago y pidio mAs. Pero antes me pregunt6 como me Ilama-ala puerta dela
‘que seguia cerra-
y le preguntaron qué le pasaba, si al
~Pues si nadie te mata, es que estas enfermo y no podemos
hacer nada, Ruega a Zeus que te cure,
lo que saliera de la cueva,
orma de escapan
lana espesa y oscura, y los até ju
Debajo del carneto del medio, até a uno de mis comparteros
a,
ismo con los otros. Yo cogi el carnero
rns grande y con ms ime agarré a su panza.y conseguimos volve
gar mar aden-Estabamos ya bastante alejados y, aunque mis companeros
Un gran adivino me
ria ciego. Pero yo
ardo, de muc
que me engano con el
yeraba que llegara un hombre como yo, ga
2a, y no un hombre pequeno como tt,
Y entonces, a grandes voces, el ciclope le roge a su padre
hiciera tarde y mal, en una nave que no fuera suya y despues
de haber perdido a todos sus companeros,
Aun volvie a lanzamo
tro enorme peftasco; pero como es-
\abamos mis lejos, cay6 detnis de la nave, y el agua nos empu-
{6 hacia del
‘otros companeros.
hac
donde nos esperaban nuestros106
i repartimos los carneros de Polifemo, comimos abun-
dante carne y bebimos hasta que se puso el sol. Luego descan-
samos y,en cuanto amaneci6, embarcamos y nos fuimos con el
corazon muy triste por los amigos desaparecidos,
.gamos a la isla Eola, isla flotante rodeada por un alto muro
y con una enorme y escarpada roca en su interior. Al
olo, que me trato como un amigo. Me pregunto sobre muchas
cosas: sobte Troya, sobre la vuelta de los grlegos... Estuvimos
Cuando quise marcharme, me dio los soplos de los vientos
encerrados en un odre, un cuero de un buey de nueve aos.
Eolo mandaba sobre ellos y los podia calmar o hacer soplat con,
fuerza. Si alguien
abria, saldrian todos los vientos, y se d
sencadenaria un huracan.
At6 el cueto en la nave con un reluciente hilo de plata para109
vuelto ¢s porque al
gn dios te quiere mal
para ver siera asi, pensando
En cuanto deshicieron el
fuerza inmensa todos los
ble tempestad que empujo las.
Despues de estar a punto de naufraga
Iaisla Eolia
Cuando Folo supo
jSal de la isla
habia pasado, me
ente! No puedo ayudar a un1 dade bate i
os a las naves y nos pusimos de nuevo a remar sin des-
Estabamos todos agotados, Al séptimo dia de navega-
antes lestrigones
co de proa azulada y me bce lo més deprisa
enormes pedruscos, que amarras
onté con mi espada las ‘que pude a la mar
Ceuz
Solo se salvo del desastre mi nave; todas las demas y mu-
chos hombres quedaron sepultados en el puerto de los lest
ones.
Navegando, llegamos luego a Ia isla Eea,
lade hija del Sol y nieta del
Océano.
Entram
\das trenzas, una poderosa
sin hacer ruido en el puerto, amarramas la nave y,
tot en la terra, donde dormi
te agotados, nos echar
‘mos dos dias seguidos, no podiamos mas con el cansancio y las
penas.
Al tercer dia, subi, armado con mi lanza y mi espada, a lo
alto de un monte para intentar ver sivivia alguien en esa tierra,
Vi salir humo entre un encinar y una espesa selva,
Quise dirigitme yo soto allt para ver quien habia encendido
al fuego:
taban mis companeras, con
ero pensé que era mis prudente regresar donde es-
uir comida para todos y enviar a
algunos de ellos a que lo averiguasen,
Cerca ya de la nave, vi un gran ciervo de altos cuernos que
bajaba al rio a beber; me acerqué a él y lo maté clavandole la
lanza en el espinazo. Luego até las patas dela enorme bestia y,
poniéndomelo a los hombros, bajé a la playa con gran esfuer-
1s comer todos.
20. Asi pudiEurtloco, al verlo todo, volvi6 enseguida a contarnos la te-
rrible desgracia, Querta que huyéramos todos inmedliatamente.
Pero yo le dije que se quedara alli, junto a la nave, porque yo
ia al palacio de la diosa maligna,
Cuando me dirigia alld, me salié al encuentro el dios Hermes
en figura de un guapo joven y me di
~gAdonde vas por estos montes, solo y sin conocer esta tie-
ra? Tus amigos estan encerradas en pocilgas, en forma de cer-
dds, en el palacio de Circe, ;Vas a liberarlos? Pues no creo que
vyuelvas; pronto vas a tener su apariencia,
»Pera me das pena y voy a ayudarte: te daré un remedio que
te salvara de las malas artes de la diosa. Tomatelo antes de que
te dé a comer una mezcla apetitosa en la que pondra dro-
gas malignas,
Lego, cuando vaya.a tocarte con su larga varia saca la es-al Olimpo,
Y¥ cuando124
Fu a la playa a buscarlos. Cuando me vieron, todos me ro-
dearon, llorando, porque habian pensado que no iba a volver
nunca,
Les conté lo que habia pasado y les dije lo que tenian que
hacer. Obedecieron todos porque tentan muchas ganas de ver
a sus amigos, aunque Eurtloco les quiso convencer de que era
tuna nueva trampa y de que también iban a ser transformados
cen cerdas,
legar al palacio de Imos a nuestras companeras
8 y Wnicas que les habia dado la diosa, co-
miendo y bebiendo, muy felices. ;Que alegria tuvieron todas
de volver a verse! Entonces nos sentamos todos a comer y
beber.
Estuvimos allt un afto entero, comiendo buena care y be-
con bel
biendo dulce vino. Pero cuando empezaron de nuevo a suce~
derse las estaciones, mis companeros me recordaron que de-
Diamos volver a nuestra patra,
Fsa noche hablé con Circe y le recordé la promesa que me ha-
bia hecho un dia de no retenerme a la fuerza y de ayudarme ¢
regresar a mi terra
La diosa cumplio su palabra y nos dijo que ese dia comiéra
‘mos y bebieramos tranquilamente en palacio para embarcar a
dia siguiente.
Alcaer la noche, cuando todos se fueron a dormir, Citce st
sent6 a mi lado y me dijo lo siguiente:
Te voy a contar los peligros que was a encontrar para qi
‘puedas sortearlos y legar atu tierra
»Primero encontrarss alas sitenas, de grandes alas, porquy solo saca las cabezas y come d
Si pasa cere
guna nave, agarra a los128
Alot la del mar 129
‘ay ora enorme roa
Al otra lado del mar hay otra enorme roca. En ella veras
‘una higuera silvestre; a su ple, Caribdis sorbe la turbia agua
Tres veces al di
la echa fuera y otras tres la sorbe de modo es-
pantoso, No te acerques porque no podtias librarte de la muer-
te. Debes pasar cerca de Escila, porque es mejor perder a seis
companeros a que todos perezcais,
Aloft lo que me contaba, le preguntéa Circe si habia algun
rmodo de evtar que Escila devorara mis hombres.
No se puede hacer nada contra Escila, que no es
ino una plaga que nunca desaparece, Tenéis que huir
de ella cuanto antes, porque si os deteneis, tendré tiempo de
lanzarse por segunda vez contra la gente de tu nave.
Y continuo anunciandome peligros
Después legaras a Trinacria, donde pacen las setecientas
vvacas y ovejas del Sol; no se reproducen, pero tampoco se mue-
ren, No tienes que tocar el ganado; silo haces asi, atin podras
Iegar sin dano a tu tierra. Pero si alguien mata a alguno de los
animales, e amuncio que perderis a todos tus amigos y la nave.
Y¥ aunque tt escapes, llegaras solo, tarde y mal atu patria
Asi me anuncio Circe los enemigos con los que me iba a en-
‘contra.18
Al amanecer nos embarcamos
Mientras navegabamos, les dije a mis compafteres que te-
nnfan que hacer cuando egaramos a la isla de las sirenas,
Tardamos poco e
Yo cogt
rerla a lo lejos.
{que se derrtiera al sol, les tape los oidos
pafieros; luego me ataron con fuertes cuerda
Ui, Enseguida se pusieron a remar con fuerza
‘Como pasibamos cerca de la
las aladas sirenas nos
vieron y empezaron a eantar diciéndome:
Ulises, gloria de los griegos, acércate! Oirds nuestro bello
canto. Nadie que haya pasado por aqui
1a dejado de escuchar-
lo. Todos se marchan sabiendo mucho mas que antes, porqu
nosotras cantamos todo lo que sul
ron griegos y troyanos e1
la guerra de Troya y todo lo que pasa en la tierra, pues tenemo
ia de todo.
Al oir esto, movt las eejas para que mis companeros me de
sataran, Pero unos se pusieron a remar
mas fuerza, y otto
‘me ataron mis fuerte,18
Despues
«que nos escaparamos de los dos peitascos, de Esci-
lay de Caribdis, llegamos muy pronto a Trinacria, donde esta-
ban las vacas y las ovejas del Sol, hijo de Hiperion.
‘Auin en el mar, of los mugidos de las vacas y los balidos de
las ovejas. Me acondé de lo que me habia dicho Circe y les ad-
verti a mis companeros:
Circe me recomends que no nos detuviéramos en esta isla
donde pastan los ganados del Sol. Pero si lo hacemos porque
estamos agotaclos, tenéis que jurarme que nadie matara un solo
animal de la isla y que comeremos slo la comida que nos dio
Citee antes de sali
Todos lo juraron y saltaron a tierra, Comimos y bebimos I
que llevabamos y loramos mucho por los amigos muertos,
Allllegar la noche, descansamos
‘Antes de que amaneciera, Zeus mand6 una terrible tempes
tad a la isla; y al levantarnos, tavimos que meter en una cuev
la nave para que los vientos y las olas no la destrozaran.
Volvi a recordarles a mis comparieros que no podiamos to
car el ganado del Sol, que todo lo ve y todo lo aye, porque no
castigaria
Durante un mes entero, soplaron vientos contraries. Mien
tras tuvimos comida, nadie pens6 en las vacas y ovejas del Sol
Pero cuanda se acabo y tuvieron que empezar a pescar con an
zuelos, me di cuenta de que estaban pensando en el ganado.
Muy preocupado, fui al interior di
la para ver si encon,
taba a alguien que me dijera como volver a la pat
CCansaco de andar, me senté y me dorm,
Cuando volvia la playa, mis companeros estaban asando la
vacas mis hermosas, porque habjan decidide que no habt
desgracia mayor que morir de hambre.EI Sol, al ver lo que habian hecho con su ganado, se fue
vera Zeus, el padre de los dioses, y le dij:
~iPadre Zeus, castiga a los companeros de Ulises poral
aba verlas cuando subi
hhan matado a mis vacas! A mi me
al cielo y, después, al volver a
jerra, Si no me venga, bajar
al Hades, el reino de las sombras, y alumbrare a los muertos.
Zeus le contests:
Sol, sigue alumbrando a los que viven en la tierra
voy a castiga
ardiente rayo.
au
esos hombres. Yo hare pedazos su nave con w
Todo esto m
abia
is dias mis companeros hicieron banquetes con €
ganado del Sol. Al séptimo, amainé el viento y nos hicimosa
icho Hermes, el mensajero de los dioses
Durante
Cuando ya no se vela la
rrible tem
era alguna, empez6 una t
stad, y Zeus la ta la
oun Tayo)
ey la par
16 en dos, Todos mis amigos cayeron al mar y se ahogaron.
Yo me agarré ala quilla de la nave, que flotaba sola, y Ie juntah may oe Ble :
asia ye Caribais 18140
1é el palo del mastil, que andaba suelto, con una cuerda que te-
ada. Ytendido encima de los maderos, me dejé llevar
nla ent
por las olas.
‘Toda la noche me tlevaron de aqut para
n
Al salir el sol, me di cuenta de que otra vez estaba muy cer-
ca de Escila y de Carbais, y enseguida éta se trag6 los trozos
de lanave.
En ese momento, me agarté ala higuera que crecia en las
rofas mas bajas de Caribdis como si fuera un murcilage, col-
gado de las manos, porque no podia apoyar Ios pies en parte
alguna
Espere que vo
caer en el agua y me volv a subir alos maderos.
la quilla y el masti, y entonces me dejé
Remé con los brazos para alejarme enseguida de aquel es-
ppantoso lugar.
Desde allt fut por el mar, sin rumbo, durante nueve dias, Al
la Ogigia, donde vive la ninta
ipso, que
me acogi y me cuids,
El resto ya lo conocéis porque os lo conte ayer.
Ulises habia acabado asi su relato, Todos estaban sin decir un
palabra por el gusto que les habia dada escucharle.
Entonces fue el rey Alcinoo quien hablo y le dijo que le ayy.
daria a regresar a su patria para que no tuviera que vagar ma
por el mar. Ademas le dio muchos tegalosy les pidio a sus ami
gos que tambien le regalaran muchas cosas para que no llegar
sin nada a su tierra
Le prepararon una gran nave, pusieron en ella todos los re
galos y escogieron a los mejores remeros.
De noche se hicieron a la mar. Pusieron una colcha y un143
pais,LA CONV
NE
A 4
ul
tuna playa que no reconoci, Atenea lo habia envuelto en una
snube para que no lo vieran los suyos y ast pudiera acabar con
los pretendientes; por esta razén lo veia todo distinto y no se
dio cuenta de que estaba en su patria,
Miro las riquezas que tenia en la playa y empez6 a lorar por
su amada tierra porque no sabia que hacer ni adonde ir
es desperto de su profundo suefio y se encontré solo en
Se le aceres entonces Atenea en figura de un joven pastor de
ovejas que llevaba en la mano una jabatina, Ulises se alegro
mucho de ver a alguien y le pregunto en qué tierra estaba y qué
sgentes la habitaban
EI pastor le dijo que estaba en Htaca, tetra de trigo y dt
vino, de cabras y de bueyes, y le pregunt6 quién era y come
‘habia llegado a la playa,
iQue alegria sitio
sabia quién era el pastor, y tampoco le dijo
sal ol
Pero disimulé, porque n
verdad, sino qu
Je conto una historia falsa
Le dijo que era de Creta, que habia huido porque habia ma
tado a un hombre que queria quitarle lo que habia ganado e1
Troya y que unos fenicios lo habian traido en su nave, Elles ha
bia pedido que lo levaran a Pilos; pero el viento los aparto d
la noche lo habian dejaco en esa playa con su
succamino y
riquezas,
Atenea, al off la sarta de mentiras que inventaba el astut
lises, se sonrio y al momento se transforms en una muje
hermosa y alta, Le habl6 ast al héroe:
iBres incansable inventando int
ligentes mentirast {Nie
tu patria renuncias a ellas! Pero dejemos esto, porque tt dest
‘cas entre Jos hombres por tus trazas y tu astucia, y yo lo hag
por la misma razon entre los dioses. :No me has reconocid146 147
Soy Palas Atenua sedis un palo
Ulises, al saberlo, le dio las gracias de que le protegiera, por:
que, de lo contratio, los pretendientes lo hubieran matado
‘como le paso al rey Agamen
Egisto al legar a su palaco,
que fue asesinado por el traidor
—Traza un plan para que los castigue y dame énimos y fuer=
zas—le pidio ala diosa,
Entonces Atenea arruge el rostro de Ulises y le dio el aspe
tode un anciano para que no lo reconociera nadie, le qu
rubios cabellos ensortijados y lo visti6 con unos sucios and
{os; le dio un palo y un viejo zurt6n Ileno de agujeros.
Ye dijo:
~Vete a ver primero al porquero, al guardian de los cerde
dente P
que te quiere muchisimo y adora a tu hijo y ala p
nélope. Quédate con él mientras yo voy a Esparta a decir a
hijo Telemaco que vuelva enseguida a reunirse contigo, Fue a
a preguntar por ti, pero tambien porque yo querta que adc
riera fama, Lo estan acechando algunos pretendientes, esco
didos en una negra nave, para matarle cuando vuelva; pero 1
Luego se separaron, Atenea se ue a Espartaa ver a Telemac16
Ulises se fue hacia un bosque, donde le haba indicado la dio:
st que encontrarts al porquero Eumeo, Cuando leg a la puer-
ta de la pocilga, los cuatro enormes perros que la guardaban,
ladrando, fueron corriendo hacia ¢l para atacatle; pero Eumeo,
al oltlos, salio enseguida y les dio voces y
Le dijo entonces al que creia un viejo
echo a pedradas,
~iAnciano, has estado a punto de ser despedazado por los.
perros! ;Sélo me hubiera faltado esta desgracia ademas de la
pena que me consume! Tengo que criar y engordar estos cerdos
para que se los coman los odiosos pretendientes de Penélope,
‘mientras no sé si mi sefior esta muerto o si esta en algun agar
pasando hambre. Pero ven conmigo; que te daré comida y be
bida, y ast me contaris quien eres, de donde vienes y las des
gracias que has suftido
YY Eumeo fue a buscar ua cerdo, lo mato y aso la carne pat
«que Ulises la comiera. Le dio también vino dulee como la mie
Y le conto cémo los pretendientes devoraban todos los dias le
cerdos mas gordos y bebian el mejor vino,
Ulises, mientras comia con mucha hambre, le pregunt6
porguero quién era su senor, jcomo si él no lo supiera! Le di
que, como habia andado por tantos lugares, tal vez hubie
otdo hablar de él
Eumeo le hablo asi
~Anciano, todo hombre que llega a ftaca le va a contar p
la les escucha,
tratias a mi seniora sobre su esposo Ulises.
hace preguntas y Hora, Pero ninguna de las noticias es cier
Sé que vas a inventar ti tambien cualquler historia para que
den un manto y una tnica. Yo sé que mi senor esta muerte
no hago més que lorar por ello. (Nunca encontraré a un ar
‘como él! jNadie me trataré con tanto afecto como el! ;Yo le153
for, me entra u inmensa
preacupado por su hijo, por Telém:
los y @ Esparta en busca de noticias de su padre y tengo miedo
de que le pase algo.
pa para cuando vuelva porque quieren acabat
Laertes, Pero dejemos esto y dime quien eres, de di
as legado hasta aqut'Y entonces Ulises volvi6 a inventar otra larga historia, distinta
4 la que le habia contado a Atenea, fingiendo ser un cretense
pobre que, gracias a su v:
1, se habia casado con una mujer
‘muy rica, pero que luego lo perdis todo,
Le dijo que habia sido un guerrero muy valiente y que estu-
vo en la guerra de Troya; que se fue a Egipto, donde vivid siete
afios y junto muchas riquezas. Luego un fenicio le engand, le
levo primero a su tierra y después a Libia, donde queria ve
derle como esclavo. ¥ terminé su relato diciéndole
“Una terrible tormen
cabo con la nave del fenicio, pero
yo pude agarrarme al palo del mastil y consegui llegar a la tie-
ib
tra de los tesprotos. Alli me hablaron de Ulises. Me dijeron qu
ley le alojaba en su palacio, me mostraron las muchas rique
‘2as que habia juntado. Ese dia habia ido él a consultar el oract
lo de Dodona para saber si tenta que volver a su pats de mane
ra oculta o de forma que le vieran todos nada mas llegar
tierra, Me aseguraron que tenian ya preparada la nave que |
iba a llevar a su pais.
Yo me embarqué entonces con unos marineros tesprote
‘que me quitaron mis ropas y me dieron estos andrajos qu
ves porque querian venderme como esclavo en ftaca. Me dk
Jaron atado en Ia nave, y ellos bajaron a tierta; pero pude di
satarme facilmente y hui nadando. Luego me escond! y, aut
{que me buscaron, no consiguieron hallarme. Cuando vi qt
la nave se marchaba, cogi el camino que me ha trafdo has
aqui.
Al bueno de Eumeo le dio mucha lastima este viejo que
bia vivide tantas aventuras y habfa sufrido tanto; pero no
crey6 las noticias que le daba de su amo porque antes otros ¥
gabundos le habian contado otras historias,156 Alanache
cempessa lover macho
Ulises se qued6 todo el dia con el porquero, que le dio mt
de comer y de beber.
Alla noche empez6 a llover mucho y a soplar el viento co
furia, Eumeo puso cerca del fuego una cama para el viejo co
pieles de ovejas y de cabras para que no tuviera feto.
Else vistio con
pas mas gruesas que tenia y'se puso uw
y se fue a dormira
rmanto que lo protegiera del v
va donde estaban los cerdos, para vigilar que no los matars |
tempestad.‘La diosa lego a Esparta de noche: pero Telémaco no dormia
porque estaba pensando en su padre, Se detuvo junto a él y le
dijo que volviera enseguida a su err, que le pidier al rey Me
nelao que le dejara marcharinmediatamente.¥ ademas le avis6
~Algunos pretendientes esperan tu tegreso escondidos en
una nave para atacare en el mar. Estin en el estrecho que se-
para facade Samos. Ordena que tu nave pase a distancia de las
isls, ynavega de noche. Tendris el viento a favor. En cuanto
Nlegues a la costa de ftaca, vete primero a ver al porqueto Eu
reo, Duerme allt, pero mandale que vaya enseyuida a decir
tu madre que has legado sano y salvo
soo das amigas 156
Después se volvi6 al Olimpo,
‘Telémaco despento a Pisistrato diciéndole que debia volv
a su tierra; pero su amigo, prudentemente, le dijo que esper
ra.a que amaneciera porque de noche no podta guiar los cab
Hos.60
En cuanto
to el sol, Telémaco le pidio al rey Menelao que
le dejara marchar, y los dos amigos se pusieron en camino. Al
Iegat a Pilos, en vez de ir a ver al anciano Néstor, Telemaco le
0g0 a Pisistrato que le dejara en fa nave y le despidiera de
Se embarco enseguida y, gracias al viento favorable, la nave
legs de noche a aca y pudo escapar de los petendientes, que
no la veton
Mientras tanto, Ulises y el porquero cenaban en la cabara
Bhi sient apalaco, a
imosna alos pretendients para no sere molesto a él, Pero
Fomeo intents quitale la ies de la cabeza diciéndole que los
pretendientes eran muy insolentes y que lo maltrataran,
le dijo que querta i al dia
Al amanecer, Telemaco se fue a la cabaia del porquero
como le habia mandado Atenea,
ULISES SE DA
A SU HIJO
lero habian encendido fuego y estaban prep
syel
joel desayuno cuando Telémaco lleg@ a la cabana. Los y
ra
rros no ladaton, sino que movieron la cola al verle porque
conocian muy bien.
Ulises se dio cuenta y oy6 las pisadas de alguien que
acercaba, Le dijo a Eumeo:
“Ha llegado algun companero tuyo porque los perros mt
ven la cola y oigo ruido de pasos.
No acababa de decir estas palabras cuando aparecié Te
Al porquero se le cayeron las tazas con que mezclaba166
hijo para ver qué tactica seguirian para acabar con ellos, Ast
supo que eran muchos: jeiento ocho! No iban a poder los dos
con todos ellos a menos que un dios los ayudara,
Sin embargo, Ulises no se asust6. Le dijo a Telemaco que
volviera a palacio y que se mezclara con
pretendientes, EL
iria con su aspecto de anciano a pedirles limosna. Si lo maltra
taban, Telémaco no tenia que decir nada,
Cuando él viera que hab
legado el momento oportuno, le
vara todas las armas de la sala y las
cencerrara en un aposento; solo dejaria dos espadas, dos lanzas y
hhatia un gesto para que se
dos escuclos para ellos dos. Y adems no tenia que saber nadie
«que ¢] era Ulises, ni Penelope ni Eumeo: absolutamente nadie
ata la tarde. El porquero lego de regreso a la cabana des-
pues de darle la buena noticia a Penélope de que su hijo habia
legado a ftaca sano y salvo. Ulises y Telemaco estaban prepa-
rando la cena. Atenea habia vuelto a tocar con su vara al héroe
y tenfa de nuevo el aspecto del anciano andrajoso para que Eu-
‘meo no sospechara nada,
Al amanecer, Telémaco le dijo al porquero que se iba a la ctu
dad, a vera su madre, yle pidié que acompanara al al ancia
no para que pudiera ir sobreviviendo pid
0s, porque él no podia acuparse de él, tenia tantas preocy
paciones!
Mientras Telémaco vi
ddre y a contarle lo que el rey Menelao le habia dicho de su pe
de, Eumeo acompané a palacio al que él creta un viejo mend:
Hlises se apoyaba en un baston para andar y llevaba :
su zurron lleno de agujeros=Cuenta tales
contesté Eumeo-. M
de los tesprotos.
aque esta ya cerca, en
le Eumeo al mendigo que la rein
_ porque teria que |
despues de ponerssu padte se lo176
sé may bien Ww
gue Ulises et
~iHace ya veinte anos que lo vi y no me acuerdo muy bien!
Pero me parece que llevaba un manto de lana, de color rojo,
con un broche de oro. En el manto estaba bordado un perro
que apresaba con sus patas un cervatillo manchado y miraba
como intentabs
le, porque jese man-
to se lo habia regalado ella y le habia puesto ese broche! ;No le
quedaba ninguna duda de que el mendigo habia visto a
Yel anciano la animo diciendole:
~No llores mas porque sé muy bien que Ulises esta vivo y
‘muy cerca, en el pais de los tesprotos, y trae muchas riquezas,
Perdio a sus companeros en una tormenta porque ellos se co-
‘mieron las vacas y ovejas det Sol; pero él pudo salvarse y Hegar
al pats de los feacios. Fstos, muy buenos navegantes, quertan
traerle aqui, pero prefirio ir en busca de riquezas para traerlas
‘su casa. El rey de los tesprotos me juré que ya tenfa st barco
preparado para volver a ftaca y que se habia ido a consultar al
oriculo de Dodona para saber si tenia que volver a su pat
forma oculta 0 no. Yo me marché de alla un poco antes y, por
tanto, ya no debe de faltar mucho para que él regrese,
La reina, aunque no acababa de creer que fuera cierto todo
lo que le decia el mendigo, sintio que volvia a tener esperanza
YY les dijo a sus eriadas que le lavaran los pies, le dieran ropas
limpias y le prepararan una cama mullida para que pudiera
descansar.
Aloir a la reina, el viejo mendigo dijo:
“Reina, me acostaré en el stelo porque no estoy acostum-