You are on page 1of 17
CAPITULO 1. TEORIA DE LA ORGANIZACION: LAS CONSTRUCCIONES CLASICAS. El concepto de organizacién adquiere un perfil mas preciso recién en la segunda tmitad del siglo XIX. En el medioevo era innecesario un concepto especial para designar lo que hoy llamamos organizaciones. Tal concepto no habria tenido obje- to alguno, porque el orden social estaba garantizado por la estratificacion de las economias domésticas familiares y por las corporaciones; estaba, ademas, sujeto ‘a una multiplicidad de regulaciones juridicas.' Recién al correr el siglo XIX, se consolida un uso lingaistico que distingue a las organizaciones, como formaciones sociales de tipo particular, de otros érdenes sociales (por ejemplo, de comunida- des 0 clases sociales). Solamente desde entonces, el concepto de organizacién es usado tanto en la vida cotidiana normal como ex el lenguaje cientifico, para desig nar un objeto de tipo particular, Su uso se registra con cierta frecuencia ya en el siglo XVII, aunque entonces designaba esencialmente el orden de la vida orgénica a diferencia de artefactos y mecanismos.* Aun Jean Paul considera una metéfora lin- _giistica? Ja aplicacién del concepto de organizacién a fenémenos de naturaleza no “ Bsto vale también para aquellas empresas productivas que hoy enlistariamos como orga nizaciones. Véase, sobre el ejemplo de las salinas de Lineburg, Egbert Kable, Die Organisation er Satine Loneburg vom Mittelalter bis ing 19. Jahrsunder, Zeitschrift flr Unternehmens~ igeschichte 1 (1987), pp. 1-22; Egbert Keble, interrelations between Corporate Culture and Mu~ nicipal Culture: The Luneburg Saltworks as a Medieval Example, en: Barry A. Tumer (Ed). ‘Organizational Symbolism, Berlin 1990, pp. 33-41. * éase, por ejemplo, Pierre-Louis Moreau de Maupermis, Essai sur la formation des coms organises, Berlin 1754; Abbé Joannet, De la conncissance de homme dans son étre et dans ses ‘apport, 2 tomos, Pars 1775, en particular tomo 1, pp. 180 s. («organisation du corps humains). * Vorschule der Asthetik, etado segin la edicion de Jean Paul, Werke, vol. 5, Miinchen 1963, p. 296, 29 ‘orgénica, aunque él mismo habla de la organizacién de textos y utiliza dicho con- cepto en el sentido de produccién activamente ordensdora.* Acaso sea, entonces, el aso a un uso activo de la palabra, referido a la actividad, el hecho que generaliza el concepto. En todo caso, el concepto de organizacién tiene, por dé pronto, un alcance cosmolégico y queda referido al esquema “orgénico” del todo y sus partes, pero oftece la posibilidad de indicar, al mismo tiempo, una actividad y sus efec- tos, sin aventurarse en esta diferencia, Dado que el siglo Xviil, en general, tiende a sustituir las diferencias jerérqui- cas por la distincion entre “adentro” y “afuera’, tambien en el campo semantico de ‘organizacién se encuentra ya la distincion entre referencia interna y extema, Esto permite, adeinds, introducir también el concepto de desorganizacién ~separado de toda arquitectura jerdrquica del mundo y referido a defectos intemnos de un orga- nismo. Casi simulténeamente, la biologie y la demografia llegan a un nuevo con- cepto de “population” (poblacién), referido a los individuos, que priva en gran medida de su significado al viejo esquema de géneros y especies y anticipa la teoria de la evolucién del siglo xix. Sin embargo, para explicar la organizacién interna, se permanecia ain ligado al esquema de un todo compuesto por partes, esto es, al supuesto de una armonia ajustada, casi en el viejo sentido de una ordina- ta concordantia. Entonces se podia usar también la distinci6n entre fines y me- dios y decir que la subordinacién a un todo constituye el fin, mientras la relacién de las partes constituye el medio. Esto, a su vez, permite a Kant introducir con- ceptos imprecisos como aquel de “efecto reciproco” entre las partes y formular la 4 $iscorganizascalguna vezun volumen deepigramas!” Jean Paul1963,p.357.Tambiénen Friedrich Sehlegel se encuentran todos los usos imaginables de lapalabra organizacion: “de la obra bienorganizadayquesevaorganizando” (refiriéndoseal HithelmMeister), “organizacionfemenina”. “filosofia, que se debe organizar y desorganizat ain”, “orpanizacién del niverso” etc. Citas seg Is ecicin de Werke i zwei Banden, Weimar 1980, vol 1, . 145, v0. fp. 230, vol. I, p. 113. Véase, ademis, Karl Philipp Moritz, Schriften zur Asthetik und Poet: Kritische Ausgabe, Tobingen 1962, por ejempio, p.76, 82 donde se exige que la organizacién sea un tejido tan fino, que si all seinen Berthrunspunkten ein Abdruck der Verhalnisse des groBen Ganzen YY: "Por eso aprehende cada organizacién mayor, siguiendo su naturaleza, ala que le est subord nada ylatrasplants dentro de su propio ser” (p. 82), 0 Johann Gotti Fiehte: "Me encuentro ami ‘mismo como producto natural organizaéo”, en Das System der Sitenlehre, Zweites Hauptstck § 9, citado segin Werke vol Il, Darmstadt 1962, p. 516. 30 idea de que el todo seria su propio fin.* De este modo se prepara el aislamiento conceptual, en si mismas, de unidades organizacas y se da contenido a la distincién centre “interno” y “externo” Después de este primer inicio, y con esta coloracién absolutamente positiva, el siglo xrx utiliza el concepto de organizacién esencialmente a nivel de la teoria de: la sociedad. La sociedad modemna, post revolucionatia, busca su propia forma: en parte como diferencia respecto de las sociedades aristocriticas de la tradicién euro- pea, en parte como concepto que le permita defenderse de las agitaciones acarrea~ das por la Revolucion Francesa, Se trata de una reconstruccién sobre fundamentos nuevos, cargados de futuro, “La philocophie du siécle dernier a été revolutionnai- 12, celle du XIXe siécle doit éire organisatrice” (La filosofia del siglo pasado fue revolucionaria; la del siglo x1x debe ser organizadora),$ anuncia Saint-Simon en su programa, mientras Auguste Comte utilizard la misma idea, dandole caracteristicas tales como “cientificidad”, *positividad” y “Sociologia”, Pese a la busqueda cons- ciente de distancia histérica y de caracteres programéticos nuevos y confiables, se conservan inmutables los elementos conceptuales del orden de las partes en un todo capaz de desarrollar funciones. En efecto, el concepto de organizacién separa com- plejos de deseos orientados a lo “social” y a ls "solidaridad”,? que tienen buena * Véase, en particular, el § 65 de In Crtia del Juicio (Kant 1790), cone! titulo “Las cosas, ‘en cuanto fines de la naturaleza, son seres organizados”. Aili, en una larga nota, se encuentra también una indicacién sobre las reformas al cuerpo del Estado: “Asi, en una recientemente femprendida transformacién {otal de un gran pueblo en un Estado, se ha hecho uso, en forma frecuente y muy oportuna, de la palabra organizacion para designar el establecimiento de las rmagistraturas etc, ¢ incluso de todo el cuerpo estatal. Porque, desde luego, cada miembro n0 debe ser sélo medio ental todo, sino al mismo tiempo tambien fin y, al concurir ala posibilidad ‘del todo, es determinado a su vez, mediante Is idea del todo, en relacién a su puesto y funcién”, ‘Alablar de “miembro” aqui se piensa evidentemente en seres humanos, los cuales, sgn Ia ley ‘moral, no pueden ser degradados a simples medios, sino que deben tenet a oportunidad de reali- ‘zat su ser como seres humanos en relacién aun todo * et Claude Henri de Rouvzoy, Conde de Saint-Simon, De la séorganization de la eovisté européenne, Paris 1814, ctado segin (Euvres, Paris 1863, reimpreso Paris 1986, vo. pp. 153+ 248 (158). > Véase por ejemplo, Alfred Fouillée La science sociale contemporaine, Paris 1880; Charles Gide, Lidée de solidarité en tant que programme économique, Revue internationale de sociolo- sie 1 (1983) y, para una reconstruccién de In historia del concento, JES. Hayward, Solidarity: ‘The Social History ofan Idea in 19th Century France, Internacional Review of Social History 4 (0959), pp. 261-284. 31 oportunidad de expresar la insuficiencia de la simple organizacién y de transfor- ‘arse en conceptos de expresian de anhelos ¢ incluso de oposicién. Una empresa, como se dice hoy, deberia preocuparse tambiéa de 1a importancia social de sus colaboradores - como si un trabajo desempefiado en comin no fuese ya “social”. ese a conservar sus caracteristicas originales, al ser aplicado ahora a la sociedad, el ‘concepto de organizacién llega a una bifurcacién, Pone de relieve una insuficiencia, una insatisfaccién con las caracteristicas tipicas de la sociedad modema, junto con conceptos como mercancia, mercado, intercamtio y, por dikimo, dinero. En 1887 aparece Comunidad y socledad de Ténnies, publicacién que en su peculiar concep- tualidad tiene poco éxito, pero que, con su dualismo, capta la atmésfera del tiempo y por un largo perfodo tendré una infiuencia determinante. An Parsons ordenaré sus “pattern variables” (variables pautas) segin este modelo." La primera distincién del concepto modemo de organizacién serd entonces la distincién entre orden y organizacién, ambos referidos a fendmenos de la sociedad. ‘Sobre este fundamento, en los primeros decenios del siglo Xx, se publican todavia doctrinas generales de la organizacién, las cuales, sin embargo, ya no se ocupan de los problemas de la sociedad que interesan a Ia sociologia, limitindose a cuestio- nes especificas de Ia buena organizacién del trabajo o @ andlisis altamente formales de las relaciones. “Organizaci6n” y también “administraciéa” (management) son ahora palabras que permiten obtener conocimiento a partir del proceso de trabajo inmediato y hacerlo auténomo como saber relativo a las instituciones y la supervi- sién. El saber referido a las organizaciones y al scientific management pretend ser ahora algo mas que la suma de conocimientos del trabajo que son necesarios para ejecutar las actividades. En sustancia, se trata de publicaciones de autores individuales quienes, por su escaso nimero y por el hecho que estén esparcidos a nivel intemacional, no pue~ den fundar ningin érea disciplinaria orientada ala investigacién.* Sélo la doctrina * véase Talcott Parsons, Patter Variables Revisited, American Sociological Review 25 (1960), pp. 467-483. *Véese, por ejemplo, Johannes Plenge, Drei Vorlesungen Ober die allgemeine Organi. sationsleire, Essen 1919; Henri Fayol, Administration industrielle et générale, Paris 1925; A. Bogdanow, Allgemeine Organisationsletre (Tektologie), vol, Berlin 1926; Luther Gulick! Lyndall Unwiek (Eds.), Papers on the Science of Administration, New York 1937; Ker] Stefanic- Allmayer, Allgemeine Organisationslehre: Ein Grundiid, Wien 1950. 32 microscépica de la organizacién del trabajo de Taylor” provoca una resonancia més amplia, aunque a partir de los affos veinte encontraré también une creciente oposicién antropolégica y sociolégica." Mientras esta critica “humanista” hoy re- ‘rocede ante la preocupacién por los puestos de trabajo, se nota con mayor claridad cudn condicionado esté el taylorismo por su propia época: su dependencia de los ‘mercados de masas para productos estandarizados que permanecen pot largo plazo iguales. Esta limitacion ha cambiado, sobre todo por la introduceién de la micro- electronica en el proceso productivo."? Teorias de la organizacién de este nivel de abstraccién hoy ya no tienen més continuadores. {De qué deriva este hecho? Se trata evidentemente de modelos que se van agotando y que no vuelven a ser reeditados. Por una parte, se ha perdido la confianza en Ia posibilidad de organizar racionalmente (en el sentido de! mejor ‘modo posible) sobre la base de principios, y esta confianza ha desaparecido tanto en las teorfas empresariales de la industria, como en la investigacién sociolégica sobre la orgenizacién. Por otra parte, ya no es posible ordenar, en las viejas formas teéricas, la complejidad que ha sido producida por una muy abundante investigacién ‘empirica sobre la organizacién y por un torbeltino de consultoria empresarial que, ensu vivacidad, continuamente aporta al mercado nuevos eslogans. Para hacer aun mis dificil esta situacién, se agrege el hecho que ya no basta con orientarse por ‘un niimero limitado de tipos, esencialmente 1a empresa productiva y Is adminis- tracién publica, sirviéndose de Ias viejas doctrinas de la organizacién. Cuando se habla de organizacién, se debe pensar también en las orquestes sinfénicas,en las re~ dacciones de periddicas, en los bancos, en los partidos politicos, en las asociaciones "© Véase Frederick Winslow Taylor, The Principles of Scientific Managemen, original~ ‘mente Norwood Mass. 1911; Frederick Winslow Taylor, Shop Management (1903), citado segin Ia edicién de New York 1912. " Véase, por Ia considerable influencia que a ejercido sobre la investigacién uterior, Elton Mayo, The Human Problems ofan Industrial Civilization, New York 1933; en Alemania, por ejem- plo, R. Lang/W. Hellpach, Gruppentibrikation, Berlin 1922; Eugen Rosenstock, Werkstaaus- siedlung, Berlin 1922; Heinrich Nicklisch, Grundtragen fr die Betriebswirtschaf, Stutgart 1928; Walter Jost, Das Sozialleben des industricllen Betriebs: Eine Analyse der soziaien Prozesse im Betreb, Berlin 1932, en particular pp.10 ss. Pare la continuacién de esta ideas ani taylorsts, ‘incadas en la comunidad, bajo el regimen nacionalsocialist, véase Theodor M. Bardmann, Wenn, ‘aus Arbeit Abfll wird: Aufbau und Abbau organisatorscher Realititen, Frankfurt 1994, pp. 3038. Cif, entre muchos Richard Hyman/Wolfgang Streek (Eds.), New Technology and Indus trial Relation, Oxford 1988, 3 para el tiempo libre, en las escuelas, en los hospitales, en las cérceles. {Cémo se organiza una terapia antialcohélica? 2O una biblioteca? ZY qué decir adems del ransporte de mereancfas en contenedores, quc ha transformado de manera profun- da tanto la organizacién de los puertos como la de los navios? ,O de Ia eliminacién de desperdicios, con las tareas actuales de clasificacion y reciclaje? Si frente a esta ‘multiplicidad es posible, después de todo, elaborar una teoria general de los siste- ‘mas sociales organizados, de seguro esta teoria ya no puede ser construida sobre la base de los instrumentos conceptuales que han estado en discusién hasta ahora, El pensar en todos y sus partes se ha disuelto, sin haber sido reemplazado en su papel de teoria de los sistemas complejos. A este punto, la cuestion es si nos deberia- mos detener aqui o si es posible formular una teoria general de la organizaci6n, utilizando modelos te6ricos completamente distintos. 4, Desde el fin de la segunda guerra mundial, la investigacién sobre la organizacion hha alcanzedo tan amplias proporciones, que no es posible dar una informacion adecuada sobre tendencias, resultados, autores y publicaciones. Informes suma- rios de las teorfas pueden ser confiados a los manuales, que a menudo se limi- tan casi exclusivamente a eso.” Elegimos otro camino: el de presentar aquellas distinciones que han tenido un cierto rol en la investigacién. Cuando, luego de algin tiempo, una distinci6n se ha agotado, es sustituida por otra. De ninguna ‘manera acontece esto arbitrariamente. Més bien, en Ia literatura disponible hasta ‘ese momento se descubren problemas fenémenos que no han sido tomados sufi- ccientemenre en consideracién y que requieren un cambio de “frame” (marco). Los resultados de la investigacién desarrollada hasta ese instante son redescritos con expresiones tales como “conventional wisdom” (sabiduria convencional) o “teoria, clisica”, y con esto se da a entender que se quiere y se esté en condiciones de su- pperar las limitaciones de ésta. * Véase, por ejemplo, Charies Perrow, Complex Organizations: A Critical Essay, citado se- arin lnedicion de New York 1986, o Alfed Kieser (Ed), Organisationstheorien, Stuttgart 1993. Para uoa exposiciGn, pensada expresamente como historia dela teoria, véase también Giuseppe BBonazsi, Storia del pensieroorganizzativo, *edicin Milano 1993. 34 ‘Nuestra resefia teérica dejaré de lado aquelles investigaciones que siguen una linea normativa en busca de la racionalidad; que persiguen, por lo tanto, constatar como es posible alcanzar determinados resultados del mejor modo posible, en el modo més seguro posible o con los costos minimos. Nos limitaremos a enfoques que estin formulados, implicita 0 explicitamente, con el auxilio del concepto de causalidad. A partir de la ambicién teérica y metodolégica, estos planteamientos se preocupan de coordinar la distincién entre causa y efecto con otras distincio- nes, por ejemplo, la de medio y fin o de orden y obediencia o de formacién de grupos y motivacién. En este sentido, se trata de una sociologfa con intencién ex- plicativa que trata, donde sea posible, de elaborar prognosis; 0 también: que busca ofrecer una ayuda técnica, asesora, en planificaciones orgentzacionales. A tal fin también adquieren significado las investigaciones de economia empresarial 0 los desarrollos que se registran en el émbito de la teorfa de la empresa (iheory of the _firm), aunque hasta el dia dé hoy su aprovechamiento en la sociologia se encuen- tre impedido por limites disciplinarios y de especializacién o, también, simple- mente por el puro volumen de la literatura existente. En la actualidad, la sociologia se abre camino principalmente mediante anélisis de la relacién entre estructuras y decisiones. Volveremos sobre esto més adelante. De la literatura mas antigua, la sociologia de la organizacién adopta ante todo Ja distinci6n - propia de la sociologia del poder - entre orden (command) y obedien- cia, as{ como la distincién referida a la racionalidad entre medio y fin. El dominio puede, en consecuencia, ser racional si plantea las érdenes de tal forma que, através de la obediencis, puede alcanzar sus fines. Este no es séto el mito vétero-curopeo de orden," que alcanzaa la teologia, sino que determina también el modelo de burocra- cia de Max Weber " luego de 1a transposicién, de naturaleza creada, en relaciones de valoryy necesidad de legitimacién. La condicién histérica para ello es, segin Max Weber, que los trabajadores pierden la propiedad de los medios de trabajo y son re- tribuidos con dinero. Por esto, terminan bajo la presién de una disciplina de trabajo impuesta y el sefior (que puede ser un detentador de poder politico 0 el propietario de 1a empresa) puede, entonces, confiar en la capacidad impositiva de sus érde- nes. Tal praxis del dominio y administracién sélo es racional si, en cada caso “ Cfz por ejemplo Santo Tomas de Aquino, Summa Theologiae, Iq. 65, 2. ' Véase Max Weber, Wirtschaft und Gesellschaft, 5* Edicién revisada Tabingen 1972, pp-125 ss. 35 singular, logra ahorrar el gigantesco dispendio comunicacional de érdenes y consi- gue formular reglas generales que el subordinado pueda aplicar, en forma logico- deductiva, a la situacién conereta 0, en el caso tipico, a través de su apropiada in- terpretacién para las circunstancias concretas. El modelo sobre el cual se basa esta teoria es la administracién pablica juridicamente fundada. Pero segin Weber la “burocracia”, con su racionalidad formal, se ha consotidado universalmente en la sociedad modema; en efecto, no sélo el poder politico, sino también la propie- dad es un posible fundamento de dominio. La mejor forma de explicar el éxito de este mouely de burocracia es re~ curriendo a consideraciones histéricas. El modelo se vuelve contra la arbi trariedad en todos los niveles del orden; concentra la arbitrariedad en la cuspi de, la cual luego se supone que se ha de disciplinar por su propia referencia a valores y por las condiciones ambientales -en la econom{a, por el mercado y ‘en la administracién publica, por Ia politica vinculada al Estado de Derecho. La burocracia significa también que pueden ser conformadas grandes unidades de tra- ‘ajo en las cuales muchas personas laboran juntas simulténeamente y, sin embargo, de manera coordinada, Y, ante todo, en esta forma el orden jerérquico preexistente en la Sociedad puede ser reemplazado por el principio de igualdad. Tento en sus relaciones con el exterior, cuanto en sus relaciones internas, la burocracia parte del supuesto de la igualdad, a menos que la organizacién misma haga una diferencia. Con todo esto se da cuenta de la inmensa complejidad de la sociedad moderna, tanto en Ia realidad como en la modelizacién tedrica - y esto acontece en una forma que, en términos de Ia teoria de sistemas, podria ser descrita como diferenciacién al interior de la sociedad, como diferenciacién de un sistema auténomo que sin embargo puede ser guiado, coordinado, “mantenido bajo control” y orientado ha- cia los intereses de la sociedad. Hay incontables objeciones contra este modelo europeo, si no “prusiano”, de burocracia. Especialmente en su aplicacién ¢ las empreses econdmicas, el modelo no haria justicia la especificacién de las relaciones de sper y subordinacién ‘que existen al interior de las empresas." No funcionaria fuera de Europa y no cconstituiria tampoco una norma apropiada para la modemnizacién de paises en vias Asi en Jost Op. cit, p. $5, en conexidn con el articulo del diecionerio de Gbtz Brief’, Betriebssoziologie, Handworterbuch der Soziologie, Stutigar 1931 36 de desarrollo."” Descuidaria el hecho de que cualquier orientacién por fines debe necesariamente garantizar un margen para la interpretacion.'" De esto se sigue, no por dltimo, que es dificil descubrir y también impedir “colusiones” ene fuerzas interoas y externas y que, sélo en caso de evidente violacién del derecho, tales colusiones son estigmatizadas como “corrupcién”. La organizacién, también y ¢3- pecialmente la organizacién de las administraciones estatales y locales, se pone en contacto a los niveles més bajos, mediante “negociaciones”” con sistemas exis~ tentes en su entoro, con el fin de generar la cooperacién que necesita.” Eviden- fr, por muchas investigaciones similares: Onofre D. Corpuz, ‘The Bureaucracy in the Philippines, sin indicacién de ciudad, (Institute of Public Administration, University of the Philippines) 1957; Morroe Berger, Bureaucracy and Society in Modem Egypt: A Study ‘of the Higher Civil Service, Princeton 1957; Edgar L. Shor, The Thai Bureaucracy, Admi- nistrative Science Querterly 5 (1960), pp.66-68; Ralph Braibanti, Public Administration and Judiciary in Pakistan, en; Joseph LaPalombara (Ed,), Bureaucracy and Political Development, Princeton N.J, 1963, ap. 360-440; Lloyd A. Fallers, Bantu Bureaueracy: A Century of Polit ‘cal Evolution among the Basoga of Uganda, 2* Ed. Chicago 1965; Louis A. Zurcher, Jr et al., Value Orientation, Role Conflict, and Alienation From Work: A Cross-Cultural Study, Ame” rican Sociological Review 30 (1965), pp. 539-548. En ese periodo se encuentran muchas in vestigaciones bajo la denominacion “Coraparative Public Administration”, Iss cuales busean cexplicar, «nivel de la organizacién, las condiciones de ls modemnizacién. Véase, por ejemp, Ferrel Heady/Siby| L. Stokes (Eds), Papers in Comparative Public Administration, Ann Arbor Mich, 1962. A fines de los alos sesenta, estas tentativas fueron interrumpidas por la critica ‘eérice, tanto dura cuanto genérica, de la sociedad, En fa discusién reciente, a menido también ‘se objete que este modelo de burveracia no es adecuado pera dar cuenta de la dependencia de todas las organizaciones respecto al “human capital” o del “social capital”. Con esto se piensa ‘en acitudes e intituciones condicionadas por la tradici6n, las cuales seria posible utilizar con ‘algo mis de habilidad, por ejemplo, en el caso de proyectos de desarrollo. La ertiea, eviden- temente, se dirige contra el hecho de que la teoria simplemente presupone la diferenciacién, ‘mientras en le realidad precisamente ésta es el problema. Aqui la expresién “capi” traiciona la perspective “instrumental”, orientada al fin que, tal como antes, continua siendo el funda- roento de la teoria. "Beto es también un problema del ordenamiento juridico y de sx contro constticonal, vale ‘entonces también para la administreci6n publica que, en los paises industrializados, et crecient=~ ‘mente orientada por programas de fines, Como estudio de caso, véase Keith Hawkins, Environment ‘and Enforcement: Regulation and the Social Definition of Pollution, Oxford 1984; ademés Arthur Benz/Wolfgang Seibel (Eds.), Zwischen Kooperation und Korruption: Abweichendes Verhalten in der Verwalning, Baden-Beden 1992 y, para problemas juridieos de naturaleza censtitcional, Dieter Grimm, Die Zukunft der Verfassung, Frankfurt 1991 " De manera muy evidente, esto vale también para industias que, en fo dems, tienen una La publicecin definitive es Fritz J, Roethisberger/William J. Dickson, Management and the Worker, Cambridge Mass. 1939. Sobre el concepto ideot6gico eft. Mayo, op. cit (1933). 4 ‘organizacién formal y organizacién informal.” Esta distincién presuponia un con- Aicto estructural entre motivos individuales y fines organizacionales, y partia del hecho de que los motivos de los individuos podrian hospedarse en los grupos antes {que en la organizacién formal La distineién formal/informal considera la organizacién formal como dada. ‘Se puede pensar, por ejemplo, en una jerarquia de competencias de mando a la cual estin sujetos los miembros de la organizacién, El problema de imponer este orden es visto en el otro lado de la distincién, en la organizacién informal. Se ‘marca ~en el sentido del uso lingttistico de la pelabra— este lado de la distincién, porque aqui hay algo por hacer. La orgsnizacién informal, en efecto, puede apo- yar los fines de la organizacién formal 0 contraponerse a ellos; puede motivar a los miembros al rendimiento o empujarlos a abstenerse, segiin lo que el grupo considere correcto ¢ imponga a los individuos. La organizacién informal puede adaptar las transformaciones de la organizacién a las condiciones locales u opo- nerse a elles y hacerlas fracasat.” Como es ficil ver, el planteamiento se adap- ta bien a las posibilidades de la investigacién social empirica: se trata de los efectos medibles de diversas condiciones. Por esto, se podria esperar un interés favorable, de parte de las direcciones de las empresas, en tales investigaciones.* A decir verdad, ya en los experimentos de Hawthorne se habia visto que la va- able interviniente “grupo” hacia dificil, si no verdaderamente imposible, for- ‘mular, bajo la forma de leyes, dependencias regulares entre condiciones y conse- cuencias. Con Heinz von Foerster se podria decir que el grupo es una méquina no trivial, una méquina histérica, que no trabaja sobre la base de reglas fijas (esto es lo que deberia asegurar la organizacién formal), sino que se orienta segiin el estado en el cual en cada momento se encuentra.”* Una mejor formulacién, tal ver, seria: “prescribed framework" y “emergent interac- tions". Asi C. R. Hinings / Royston Greenwood, The Dynamics of Steaegic Change, Oxford 1988, pp. 11s * Especialmente sobre esto Lester Coch/iohn RP. French, Jr, Overcoming Resistance to (Change, Human Relations I (1948), pp. 512-532. * La “erpiria” no protege entonces de los prejuicio ideolégicos w orientados por fas re ciones de poder. Asi en referencia al supuesto de un trabajador influenciable por condiciones, Dana BrameV/Ronald Friend, Hawthome, the Myth of the Decile Worker, and Class Bias in Psychology, American Psychologist 36 (1981) pp. 867-878. % Véase Heinz von Foerster, Principles of Self-Organization ~ In a Socio-Manegerial Context, en: Hans Uiricht / Gilbert J. B. Probst (Eds.), Self-Organization and Management 2 Lo cue se obtiene, entonces, es mas bien un modo de observar y no un saber ‘stable; un modo de observar que presta atencién a las condiciones sociales “Loca- les” del comportamiento de los individuos, sin clasificarlas apresuradamente como conformes 0 desviadas segin el esquema de la organizacién formal. Muchas inves- tigaciones, en efecto, muestran el sentido positivo del comportamiento desviado, ‘capez de estimular el trabajo; esto sin embargo, especialmente en conexién con las tecnologias de riesgo, que muestran también el peligro de desatender las reglas aunque normatmente funcione, Lo controvertido de los resultados de la investigacién ha quitado a la distin- cién formal / informal gran parte de su significado original.” Se ha reaccionado a esto ampliando la comprensién de las estructuras, de modo que se puede formular también la estrecha concomitancia entre organizacién formal ¢ informal. Desde los afios sesenta, la sociotogia de la organizacién vuelve a preferir el concepto de or- ‘ganizacién formal, afin de recuperar en este marco la distineién formal/informal.”" Esto se relaciona, no por iltimo, con el hecho que, en el contexto de las organiza- ciones, el concepto de grupo ha permanecido indeterminado en lo concemiente & pertenencia, limites, fiuctuaciones y tolerancia a diferenciaciones intemas. Salta a la vista, no obstante, que en el contexto de la consultoria organizacional, ha conser- vvado su significado el concepto de “dinémica de grupo” y hoy se presenta bajo la ‘etiqueta de “desarrollo organizacional”. Nacido originalmente como consecuencia, cercana ala praxis, del enfoque de relaciones humanas, hoy se trata més bien de la. autonomizacién de sectores organizativos frente al fuerte control jerirquico. Esto significa, por lo tanto, que se trata efectivamente de una modalidad de observacién socialmente més sensible, que se sustrae a la esquematizacién propia de la organi- zacién formal y a la esquematizacién propia de la idea que los superiores se hacen ‘of Social Systems: Insights, Promises, Doubts, and Questions, Bertin 1984, pp. 2-24; reim~ preso en: Heinz von Foerster, Wissen und Gewissen: Versuch einer Brilcke, Frankfurt 1993, pp. 233-268. > Vésse, por ejemplo, la critica de Martin Ile, Soziale Systeme: Bine kritsche Analyse der ‘Theorie von formalen und informalen Organisationen, Gottingen 1963. Una buena apreciaci retospectiva se encuentra en Anna Maria Theis, Organisationskommunikation: Theoretische Grundlagen und empirische Forschungen, Opladen 1994, pp. 123 s5. Cf. también H. Roy Ka~ plan/Curt Tausky, Humanism in Organizations: A Critical Appraisal, en: Amitai Etzioni/E, W Lehman (Eis. A Sociological Reader on Complex Organizations, New York 1980, pp. 44-55. 2 Véase, como texto para uso universtario, Peter M. Blau/W. Richard Scort, Formal Orgs- nizations: A Comparative Approach, San Francisco 1962. a de la empresa. Las concepciones més avanzadas de la consultoria tienden también 4 vincular el desarrollo organizacional con la teoria de sistemas y a centrarlo en el desarrollo de las capacidades de autoobservacién y autodiagnéstico de una orga- nizacién.” El interés por la “organizacién informal” parece que, por lo contrario, se traslada desde los grupos - que pueden ser considerados por la direccién em- presariel como factores itiles © perturbadores - a los individuos, quienes, segin la organizacién de su trabajo y sus disposiciones individuales, desarrollan mayor ‘© menor interés por contacts sociales consolidados “‘benéficos”.” En cuanto hoy tin se trabaja con Ia distincién formal/informal, el interés se ha transferido @ fa cuestién de si y cémo la organizacién formal (= burocracia) esté en condiciones de controlar a la organizacién informal." la distincién formal / informal ya no separa teorias o preferencias de inves- tigacién, es posible plantear, finalmente, la pregunta de en qué modo manejan las mismas organizaciones esta distincién. Se indagaré, entonces, en qué ocasiones y segiin qué criterios se opta por la comunicacién formal o informal, Para este plan- teamiento del problema, un buen punto de partida probablemente sean los andlisis de redes, porque el concepto de red no esta definido de antemano por la organi- zacién formal, sino més bien por una especie de confianza que se apoya sobre intereses reconocibles y reiteradas verificaciones. Solicitar o iniciar una comuni- cacién formal es una posibilidad de evitar tests de confianza y de obtener mayor seguridad, no pocas veces en perjuicio de la red, que con ello queda caracterizada como propiamente superfiua. Viceversa, la eleccién de la comunicacién informal » Véase, por ejemplo, Rudolf Wimmer, Organisationsberatung: Eine Wachstumsbranche obne professionelles Selbstverstindnis: Uberlegungen zur Weiterfuhrung des OE-Ansatzes in Richtung ystemischer Organisationsberatung, en: Michael Hofmann (Ed.), Management Forom, Heidelberg 1991, pp. 45-136; Rudolf Wimmer, Was kann Beratung leisten: Zum Interventions repertoire und Interventionsverstindnis der systemischen Organisationsberatung, en: Rudolf ‘Wimmer (Eé.), Organisationsheratung: Neve Wege und Konzepte, Wiesbaden 1992, pp. 59 127; Rudolf Wimmer, Neuere Methoden der Orgenisetionsentwicklung zur Steigerung der Uberlebensfihigkeit mittelstindischer Unternehmen, en: Dieter Schwiering (Ed.), Mitelstindi- sche Unternehmensfuhrung im kulturellen Wandel, Stutgart 1996, pp. 182-205. ® Véase sobre esto Lothar Peter, leder irgendiwie Ur sich allein"? Probleme und Chancen sozialer Interaktion am Arbeitsplatz, Zeitschrift Mir Soziologie 22 (1993), pp. 416-432. “ Véase, por ejemplo, Charles Heckscher, Defining the Post-Bureaucratic Type, en: Charles Heckscher / Anne Donnelion (Eds.), The Posthureaucratic Organization: New Perspectives on Organizational Change, Thousand Oaks Cal. 1994, pp. 14-62 (21 s). 44 y Ia evitacion explicita de les formalizaciones (sin renunciar a su posibilidad) per- mite mantener abierta y reproducir Ia opei6n entre formal e informal. Mientras la reptesentacién oficial de la organizacién tiende a considerar la armazén formal de competencias y conductes regulares como condicién para que pueda ser elegida también la comunicacién informal, el andlisis de redes puede mostrar que domina la comunicacién informal y que el ceremoniat de la comunicacién formal se tiene preparado, por asi decir, s6lo para situaciones de emengencia 0 casos limites. Es claro que, sobre este punto, diverge la autodescripeién oficial del sistema de lo que se debe aprender para trabajar en una organizacién, Entretanto, se multiplican las sefales que indican que el concepto de organiza- Cr, Horst Stenger, Die toziale Konstruktion okeulter Wirklichkelt: Eine Soziologie des “New Age", Opladen 1993, Sobre esto W Graham Astley / Andrew H. Van de Ven, Central Perspectives and Debates: in Organization Theory, Administrative Science Quarterly 28 (1983), pp 246.273, ® No es abviemente de ayuda reaccionar criticando las "Grand Theories Vase sobre esto las contribuciones en Robert &. Quinn / Kim S. Cameron (Eds.), Pat ox and Transformation: Toward a Theory of Change in Organization and Management. Cam= bridge Mass. 1988, 39 tinguir las organizaciones de otros tipos de construccién de sistemas y, puesta que se trata de la teoria de los sistemas, tinicamente si se consigue indicar el modo par- sular en el cual los sistemas organizacionales producen la diferencia entre siste- ma y entorno.

You might also like