CAPITULO I
LA LOGICA COMO CIENCIA (1)
1. LA LOGICA ESPONTANEA
La razon humana procede de acuerdo con un cierto orden en
todos sus actos. Al dirigir la ejecucién de un trabajo, un juego, un
deporte, o cualquier otra actividad humana, la inteligencia impone
una ordenaci6n de unos actos con otros. El hombre no acttia, como
los animales, por el simple impulso de sus instintos. Y para
conocer la verdad, acto que méximamente compete a la
inteligencia, el hombre ha de seguir también un orden, al que
llamamos orden ldgico, orden racional, o ldogica espontanea.
La légica espontanea es el orden que la razén humana sigue
naturalmente en sus procesos de conocer las cosas. Ante la verdad
caben varias actitudes: para ensefiarla, es preciso seguir un orden
pedagégico (por ejemplo, partir de lo que sabe el alumno); para
convencer a otros, existe un orden retdrico o persuasivo, en el que
se ha de captar la atenci6n, los sentimientos y el gusto de quienes
nos escuchan; para conocerla, se ha de seguir el orden Idgico (de
logos, en griego: razon). Orden que primariamente brota de nuestra
misma naturaleza: se trata de un modo de discurrir adecuado a
nuestra inteligencia y a la realidad de las cosas, que se adquiere
espontaneamente, por el uso natural de nuestra razon. Es la ldgica
natural humana, que si no se sigue, da lugar a un pensamiento
confuso, ambiguo, o falso.
El orden légico espontdneo es comin a todos los hombres. El
uso de la inteligencia es muy variado, segun las diferentes ciencias,
17LOGICA
caracteristicas individuales, culturales, etc. En la légica esponta-
nea, ciertamente, se mezclan muchos elementos culturales, que
son resultado de nuestra civilizacién y de la educacién recibida; el
hombre primitivo tiene menos desarrollados los recursos légicos.
Aun asi, todo hombre naturalmente conoce, tiene ideas, y razona
de alguna manera: existe un modo de pensar comun —base de la
comunicabilidad humana que se desprende de nuestra naturaleza,
y que sin duda puede cultivarse y desarrollarse en sus virtualidades.
EI fin de la légica espontdnea, asi como de cualquier Idgica
cientifica, es el conocimiento de la verdad. Esto es obvio, mas
conviene tenerlo presente desde el principio: los procesos de
pensamiento se ordenan a la verdad, a conocer las cosas como son.
Por la debilidad de su inteligencia, puede el hombre apartarse de
este orden, alejarse de la realidad y caer en el error. Pero con la
reflexion, el que se ha equivocado podra examinar sus actos y
rectificar, volviendo a la verdad.
2. EL ARTE DE LA LOGICA
A partir del modo esponténeo de discurrir, el hombre es
capaz de adiestrarse para razonar con habilidad y maestria, y puede
también tomar sus procesos cognoscitivos como objeto de estudio.
En el primer caso tenemos la légica como arte, y en el segundo
como ciencia'. La légica es una y otra cosa a la vez: como arte
tiene un fin practico, que es el de servir de instrumento para
conocer rectamente, para lo cual se constituye como saber
normativo; como ciencia tiene un fin especulativo, pues intenta
describir y desentrafiar la manera de pensar del hombre.
Arte, para los antiguos, es sinénimo de lo que hoy
entendemos por habilidad personal para realizar un tipo de
actividades, como pueden ser el hablar un idioma, conducir un
automévil, o ejecutar cualquier oficio.
En este sentido, Santo Tomas define a la légica como e/ arte
por el que se dirigen los actos de la razén, para proceder en el
conocimiento de la verdad ordenadamente, con facilidad y sin error
(cfr. In I Anal.Post., prooemium). Asi entendida, es una habilidad
que puede y debe mejorarse con el ejercicio, para que aprendamos
a discurrir con soltura, a distinguir, concretar, sacar consecuen-
1. Cfr. H.D Garpei, Iniciacién a la filosofia de Santo Tomds de Aquino,
1-Introduccién y légica, Ed. Tradicién, México 1973, pp. 59-60.
18INTRODUCCION
cias, etc. Todos necesitamos de la logica, en la medida en que
hemos de utilizar la inteligencia en cualquier faceta de la vida.
Necesidad que es mayor para las ciencias, pues éstas emplean
operaciones racionales con mas amplitud y rigor.
Como arte, la logica es instrumento de las ciencias. Los
escolasticos la Ilamaban ars artium, arte de las artes, pues
interviene en cualquier otra ciencia o tarea practica del hombre.
Pero como todo instrumento, debe usarse en funcidn del fin, sin
rigideces o abusos que obstaculizan el curso espontaneo del pensar.
Para razonar bien no siempre es preciso formular explicitamente
todos los pasos légicos que se estan dando.
La l6gica artistica puede desarrollarse también como una
técnica. Arte es una cualidad personal, subjetiva; pero toda
habilidad supone un conjunto de procedimientos objetivos, a los
que llamamos ‘écnica. Estos procedimientos muchas veces van
mas alla del alcance ordinario de cualquier persona, utilizan
recursos ingeniosos, instrumentos aptos que son fruto de la
inventiva humana (por ejemplo, los métodos mnemotécnicos para
recordar). La légica puede apelar también a ciertas técnicas
objetivas -como hace la actual légica simbélica— no para sustituir
el pensamiento espontaneo, sino para potenciarlo y permitirle
realizar procesos racionales particularmente arduos.
3. LA CIENCIA LOGICA
Dejamos de lado el aspecto practico de la logica, para centrar
nuestra atencion en la légica como ciencia. Y como una ciencia se
especifica por su objeto propio, hemos de determinar el objeto de
la ldgica cientifica.
En una primera aproximacion, digamos que la logica se
ocupa del complejo mundo de nuestras ideas, juicios, razonamien-
tos, procesos de distinguir, abstraer, concretar, relacionar, etc., en
la medida en que con esas operaciones conocemos las cosas 0 nos
acercamos a su conocimiento.
Mas precisamente, e/ objeto de la légica son los actos del
pensamiento en cuanto éste se ordena a conocer la realidad. Al
conocer las cosas externas, éstas entran de algun modo en nuestra
mente y adquieren en ella un nuevo status. A su vez, nuestros actos
de pensamiento al conocer las cosas externas tienen ciertos
contenidos que sdlo existen en el pensamiento. En ambos casos,
se obtiene como consecuencia del conocimiento algo que no existe
en las cosas reales, sino unicamente en nuestro conocimiento. Por
ejemplo, en el juicio «la piedra es redonda», piedra adquiere el
19LOGICA
Status de sujeto, y redonda el de predicado. En la realidad, la piedra
no es un sujeto, ni su redondez un predicado. En el mundo real
no hay predicados, premisas, ideas univocas o andlogas, etc. Mas
aun: hay también ideas que ya nada significan en la realidad, sino
que sirven para enlazar unas ideas con otras (por ejemplo, 0, y, por
tanto). Estas propiedades nada serian sin el conocimiento racional.
Son consideradas, por ello, como un efecto especifico de la razén.
Por eso se Ilaman propiedades légicas (propiedades exclusivas de
nuestro conocimiento de las cosas, inexistentes en las cosas
mismas) y son sin duda alguna el objeto propio de la légica como
ciencia.
La ldgica se propone, pues, profundizar en el conjunto de
relaciones que se producen en nuestro pensamiento al conocer las
cosas: relaciones entre los conceptos o con la misma realidad. Se
puede decir en pocas palabras que su objeto son las propiedades o
las relaciones légicas?.
Las propiedades o relaciones logicas son un tipo de entes de
razon. Entes de razén son las elaboraciones de la mente que sdlo
pueden existir en la inteligencia humana (por ejemplo, los
numeros negativos). La logica no estudia todo ente de razon, pero
su objeto —las entidades o propiedades ldgicas, como hemos dicho—
constituye una clase de entes de razon (cfr. In IV Metaph., lect.
4). Una proposicion, por ejemplo, no puede existir en la realidad,
sino solo en el espiritu humano. Como es obvio, las propiedades
légicas tienen una correspondencia con la realidad, pues sirven
para conocerla: la frase «Pedro corre» significa el correr natural
de Pedro.
El método de la légica es reflexivo. Nadie empieza cono-
ciendo ideas, y mas tarde alcanza la realidad. Al revés, el primer
movimiento de la inteligencia es directo, tendiendo a las cosas
mismas, y sdlo en un segundo movimiento de orden reflexivo
podemos explorar los propios actos de conocer, para conocer como
conocemos (cfr. ibidem). El acto por el cual investigamos nuestros
modos de conocer se llama reflexién légica (por ejemplo, estudiar
las caracteristicas de nuestra idea de Dios, como demostramos que
el alma humana es inmortal, etc.).
Los conocimientos directos se denominan primeras inten-
ciones, pues responden al primer movimiento o intencién de la
2. Cfr. R. ScHmipT, The Domain of Logic according to Saint Thomas
Aquinas, Nijhoff, La Haya 1966. Ver también J.A. CAsauson, Logica y «légicas»
en «Estudios teoldgicos y filoséficos», Buenos Aires 1959, n.1, pp. 68-86, n.2, pp.
140-172, n.3 pp. 230-248.
20INTRODUCCION
mente (de tendere in). En segundo lugar vienen los conocimien-
tos reflejos, que resultan de la reflexién ldgica, y que reciben el
nombre de segundas intenciones. Por ejemplo, la frase «el cielo
es azul» es de primera intencién; en cambio el juicio «el cielo es
azul es una proposicién verdaderay es de segunda intencién.
Puede decirse entonces que la l6gica tiene por objeto las segundas
intenciones, o los entes de razon de segunda intencién?.
La légica realiza un andlisis del lenguaje. Como nuestro
conocimiento se expresa en el lenguaje, el método mas eficaz de la
reflexién légica es observar las estructuras del hablar del hombre,
determinar sus elementos y funciones, el modo en que tales
elementos se relacionan, etc. De ahi la necesidad continua de la
légica de expresar sus conclusiones con ejemplos tomados del
lenguaje ordinario o cientifico. La reflexion sobre el lenguaje la
entenderemos aqui en un sentido exclusivamente Idgico (no
gramatical, filolégico, etcétera).
Esto no hace a la légica relativa a un tipo de lengua. Se
toma la lengua no en sus aspectos convencionales, cultura-
les, etc., sino en cuanto sirve de base para analizar nuestro modo
de conocer, que es un fenémeno universal. Claro esté que unos
idiomas pueden poner de relieve ciertos aspectos del orden
racional con mas claridad que otros, pero esto es solo un
condicionamiento accidental. Si las diversas lenguas no tuvieran
algo en comin, no seria posible ninguna traduccién, ni los
hombres de hablas diferentes podrian comunicarse. Ademas la
légica no estd sujeta a la lengua, pues detecta modos de
expresarse confusos, inapropiados, imprecisos, etcétera.
4. UTILIDAD DE LA LOGICA
En su vertiente artistico-técnica, la légica por definicién
resulta util, ya que se propone asegurar la rectitud del conocimien-
to humano, su mayor simplicidad, claridad, eficacia demostrativa’.
Sin ser absolutamente necesaria, la légica es itil y conve-
niente para la perfeccién del quehacer cientifico. No es indis-
pensable estudiar légica para hacer ciencia (basta en muchos
casos la légica espontanea), del mismo modo que el artista no ha
3. Cf. R. VERNEAUX, /ntroduccién general y Logica, Herder, Barcelona 1964,
pp. 79-82 4, Cfr. A. Lizorre, La logique, instrument conjoint de l'intelligence,
en «Cahiers» del IPC, Paris 1974, n.9, pp. 29-43; ibidem J.B. ECHIVARD, Nécessité
de la logique, pp. 45-52.
21LOGICA
menester de reflexiones estéticas para realizar su obra, sino que le
es suficiente dejarse llevar por su inspiracién. Pero un cientifico
no podra elaborar con perfeccién los conocimientos de su
especialidad sin recurrir al instrumento de la légica. Su utilidad
concreta consiste en su aplicacién oportuna y eladstica a las
ciencias. Estas necesitan ordenar sus nociones, utilizar la
definicién, obtener conclusiones demostrativas, y eliminar los
errores sefialando los sofismas y ambigiiedades. La filosofia, la
matematica, la fisica, etc., necesitan -cada una en su modo
propio- del instrumento ldégico, cuando pretenden constituirse
como ciencias en su estado perfecto, apto para ser ensefiadas.
La légica no es el fundamento del conocer cientifico, sino sélo
su instrumento. Si el pensamiento humano fuera la base de la
realidad, entonces la ldgica ciertamente seria el criterio de validez
absoluto de las ciencias. Mas la experiencia demuestra que la
ldgica, la coherencia del discurso, no son suficientes: si se parte de
premisas falsas, el raciocinio concluira falsamente. La ldgica sélo
asegura la correccién formal, no la verdad. Ni sirve tampoco como
instrumento de investigacién o de descubrimientos cientificos: su
misi6n es organizar y precisar mejor los conocimientos adquiridos,
y sacar de ellos todas las consecuencias posibles.
22