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MISIONES DEL NOROESTE DE MEXICO Origen y destino 2007 José Romulo Félix Gastéum Raquel Padilla Ramos compiladores CONACULTA Fondo Regional para fa Culeura y las Artes ‘Jost Rason Meza Fane 193b, 60-94; Navarro 1967,168-184, 1. ‘pe Mazza (en adelante B°GM),f, 44.77y; Biblioteca (en adelante Bot), 48-72, ‘CLAROS ¥ OSCUROS 'DE-LA POLITICA DE MISIONES DE {10S JESUTTAS IN SINALOA; SONORA Y BAJA CALIFORNIA Ignacio del Rio vada, Florencia, lala, 48: , Universidad Nacional Autinoma de Mécico bid, 6. 22-48, a ién un dato fundamental: el reconoc- to papal de la Compatia de Jesis ocurtié en septiembre de 1540, co afios antes de ques iniciar el Concilio de'Trento, que mate ini. el movimiento conocido como la Contrareformacon el quel Iglesia traté de contener el expecticular y continuo avace dl protes- luterano en el mundo dela ctstandad. Formado en tiempos en ‘a unidad catslic de Buropa'se facturaba pravemente y convencidos ‘miembros de que estaban obligados a ser beligerantesy astuitos;l ins. teuoignaiano encaj petectamente en las meas poltcas del Papado y vino a set desde un principio uno de los instrumientos mds efcaces de lx Contrareforma, 0 sea de la defensa a ultranza de la C su Sumo Pontiice, Recordemos a ete especto que hacen un cuarto voto, porel que se compromicten a guatdar una fdelidad absoluta al Papa. ‘Tavo el movimiento dela Contratrefoinia una vertiente abiertamente erante encaminada a combatir los disidentesy alos crticos de la Calica, pero también tuvo otra mas discret a la que puede tr- tse un sentido de regenetacién intraeclesidstica. Si considetamos que de las acciones dela Compafia de Jess se dieron en esta itima ver, fete, no ha de'eitraiamos que, contacto éon el mundo autdetono canon poeos operais estas tendicranaidealizar las posbilidades is trabajos de evangelizacién, La leeura de textos como él quesettula Texaco oa R10 De procurandaindarwon salute (“De la bisqueda de la salvacién de los in- My dios"), det padre José de Acosta, escito en el Ten hacia 1576 y publicado ‘en Madrid poco mds de una década después,' hace ver que desde tiempos ‘muy tempranos ls jesuitas que misionaron en América asumieron que | con ls indios,y, més especficamente, con ls itdios en aitamiento, po- cdrfan constituitse comunidades cist iplates que estuvieran a salvo de las corrupciones que se supontan araigadas entre los europeos. Las misiones que los miembros de las distintas agrupaciones del clero. regular formaron en el norte dela Nueva Espafa viniron a ser la cristal acim en estos tetitotios dela politica de reduccin y congregacién que | Ja Corona espafolaimpulsé desde mediados del siglo xvien sus posesiones as con mirasa facilitar el control ser viable, esa pofcca re- | una real cétulaexpedida, cl rey mandé que los indios que poblaran por inicativa de mi. religiosos quedaran exentos del pago de tributo por un lapso de diez ais, tempo en el queloscolonas espatioestendsfan prohibido entrar enlos dichos pueblos, se estado de excepcisn y relativo aislamiento previsto para los indios, «que se congregaran en los nuevos pueblos caracetié en general ahs siones del norte novohispano, furan ells franciscanas, esuticas o de guna otra agrupacién del clero regular, aunque ya en la préctica la concesién del rey se hizo valeren cada caso por un tiempo indeterminado, | y no nada mis por lo diez afosoriginariamentesefalados. Aliiniciar en 1591 sus trabajos de evangelizacién en el noroeste novo:, | hispano, coneretamente en la provincia de Sinaloa, los jesuitas tuvieron ‘que empefiarse desde luego en la reduccién de los indios a pueblos, esto n fa formacién de asentamientos més 0 menos compactos, dotados de una base econémica que les pecmitiera subsist, ‘ones para la actividad misionera formuladas por el padre Cabredo hacia 1610, convenia los relgiosos quel reduccién, (el (Quawos roscunos be tA rOL ICA De MISIONES De 105 ESUTAS se hiciera ‘con la mayor suavidad y menor viokencia que posible ee”? Con todos la activi dal presidio de Sinaloa hace ver que, desde un principio, la intervencién armada fe un recurso alternativo del que se e¢ ‘mano siempre que se hizo necesatio, ‘Mas de cen establecimientos misionales, entre cabeceras y pueblos de visita, lograron Fundar los jesutas en el noroeste continental en su primer sigl de trabajo misionero, En tratindose de pueblos cultvadores, nacianos procuraron antes que nada que las comunidades de nebfitos hi- eran'ajustes en sus sistemas de produccién agricola, se iniciaran en los cultvos pecuatios y adopraran ls thnicas hidedulicas y de cultivo que les | permiticran aumentar su productvidad, Ttataron también de involucrat en trabajos agricola alos cazadores-recolectores, aunque entre éstos os lo- ros fueron siempre més precarios. : Laatencién prestada alo elacionado con el mantenimicnto de los ca- tectimenos era ciertamente una medida tictica de los rcligiosos para atraigar alos indlios, tener cercanta con ellos yevangelzarlos; pero era tambiga uns includible exigencia desu politica misionera: ls integrantes dela “milicias de Dios” no parcoen haberseconformado con el encargo de ic a cristianizar indios para después deatlos al cuidado de ios marchaba al parejo de una «specie de redencién sociocultural, y de que tan obligados esaban los pa- 108 omo a hacerlos vivir despus “en como apuntaba en un escrito suyo el des a convert aos indios en cri Ja santdad de la sist padre Francisco Javier d A ceta doble obligicin de los misioneros se refefa al padre Pérez de Ribis cuando consigné que los misioneros de Sinaloa ttabajaban como ambidiestros, porque no sélo ponian las manos srendan al pital dela anes, ino bias lo temporal nd litico, que no se pued at Punwtaliae ae ayuda lo uno alo oo pots a ampoticin el hombre dala y cepo,y mea ‘espititu y medio barro, y tener las operaciones def alma en esta vida cdependencia de as del cuerpo 3 Pensada as Ia unidad de la nacuraleza dual del hombre, resulta expli- a cnlotempord, yvisotisa shah Za intervencién que tuvieron los padres jesuita en la ‘administracién § de las temporalidades de as comunidades indigenas no cesaba en mode alguno al quedarconformados los pucbls de msi antes bien tenn Perpetuarseyahacerse cada vez mis dcisiva lo quele ato alos regio S08 continus ataques de parte de los coloniosespafokes, que desde lapis mera mitad del sig xvi empezaron a acusalos de esta explotando, {nds en beneficio personal y de toda la Compas de fst Procuraron los teligiosos administridores Dicticas productiva de as comunidades porla efciencia y algo que pode ibutva. Bien sa: bemos qu, guia por eos principio, los jets immplantaron en ie, [ecult muy iustativa a ete especto una descipcién hecha pore bade Jost Rolf, en f queel miionero parece como un individ que | Gucenes a produocin de toda la comunidad y, ala ver, como el att <é unajustadstibucién de a misma. “Qué hacen los indies dectas ni ‘Stones para mantenetse a sf mesmos (y] mantener a sus ministros yasus ilesi, se preguntaba el mencionado religoso, par luego respondenes Siembran unas trabajan cada semana, ks. cry ata donde se puede: ya mis de odo eto el gasto de su persona y casa lo nevesatio, porque digma Apert mere sa. YAS 9 eesti, porque din et (Cuanos voscunos be 14 POLINCA DE MISIONES DE 106 JESUTAS Quizés una de as principales contadicciones del sistema misional de- tive de esta forma de producir comunalmente y de distribuie el prod voluntad del minisro, aunque se dijera que el producto se - forme ala necesidad de cada cua. Desde el siglo xv, los indios reclamaron insistentemente, a veces con violencia, el derecho a la autogestién econd- ‘mica en Sus respectivas comunidades)... El relativo éxito que fueron alcanzando los misioneros jesuitas en cuatito ala organizacién de los pueblos de indios sefpiramete afirmé en ellos fa idea de que la suya era una opcién lgtima, eficiente y bendfica para los indios, ‘nada més para los que se volvieran ctistianos, Esa 6 de apoyo a la del misionero-conquistador, también ‘mangjida ampliamente por los ignacianos. En un texto jesuftico de fines del siglo xvm se sostiene de manera épresa que a Conquista que realizaban los soldadas era siempre una “conquista aparente”, por cuanto que con cll lograba abate ls indios pero no ganadlos para la religidn y paral rey. En cambio, rmaba en ese mistio texto, los padres, ue se acercaban de paz. alos indios, que los hacfan ctistianos y que, en consecuencia, dispontan sus énimos para rendie cl debido vasllaje al ey, onsumaban tuna conquistaefeciva, completa y duradera Para dar mayor peso'a sus afirmaciones, el autor del texto attiba citado zo la siguiente idealzada desctipcién de lo que, segtin 4, lograban al fin hi Yo no sé qué indica el que [en la provincia de Sinaloa estén muichas anaciones quietsimas desde su primera conquiss, con un solo padre «en cada partido, solo y desarmado, con una florida crstandad, mucha dobservancia dela ley de Dios, mucha frecuencia Pefo, tras la presentacin de este cusdro idico, asént6 el autor una fase lp atrasd’#O sea que lo que, segin la visién ta, era un mundo armé- 63 ‘bso en cunt le colons espatolesempeaban ronda en ss crc as whee : Si consideramos que casi siempre sucedié que ls misiones quedaran establecdas en zonas que no habian so pobladas con antelacin por co- {onosespafioles, resulta comprensibles ks visiones complacentés y hasta idealzadas que los operatios jesuitas tuvierontespecto de su propia ba, 120 desplegacos por dichos religiosos para evita difriroatenat a accién directa que, sobre las comunidades indigenas, podia llamada “gente de ran", sentidos se hablaba de la destruccién de los por efecto, del contacto con los seglares de origen espati Inisioneros que se destrufan como unidades sociales, po zada de gente para los agobiantes trabajos que se imponfan en minas yh ciendas,, y que se destruian en. tanto colectividades. que: se. iban [..} todos los dias acontece en esta Nueva Vizcay {la provincia de Si- naloa perenccia a la Nueva Vizcaya] que viene algunos tnlasees de justices t0 que clamores como éste no exan'slo espeties de dentinca a (Cuanos voscunos pea roLtMcA De MisONES DELO eSUTAS eran ante todd recursos de defensa de las misionesy los misioneros en la confionticién ue se tena cot os colonos. En realidad, el temor que manifestaban los padres jesuitas de 4a influencia externa se perdier el proclamado ctistianismo dk de comunidad era un técito reconocimiento de que la'conversién de esos Indios fo era tan firme como los tligiosos declaraban én muchos de sus ssctitos, Pero, ademas, en sus argumentaciones en contra del libre contacto hispano-indigena los padres no dejaban de admits que uno de los factores de rieigo era la inconstancia de los mismos naturales. Aso reconocta el padre Migiel Venegas, quien deca que eft coimtin que los colonos espa- foes, necsitados de trabajadors,trataran de aficionar alos indios a estar fuera de sus comunidades, paralo que solfan reeurrit “al diabélico medio dd permits en las ininas y hacienda los vicos y desdrdenes que es im pedian yrefrenabai los padres en sus redicciones" ‘Aun quando ests sefialamientos de sentido moraltzante los hicieran fos jesuitas en el énimo de reforzar el alegato que sosteifan con sus detrac- ,revelan ellos que los padres consideraban que, para que nada curbara el cristinismo que querfan ver prosperar entre sus nedfitos, era indispen- sable tener a ét0s précticamente confinados en sus pueblos y alejados, por tanto; de todo inflyjo extermo que no fuera el de sus ministros teligiosos. Un inocultable autortaismo se manifest en la postura de los padres, que parccen haber esperado que sus ne6fitos fueran décles y bien portados porla sola dudosa virud de la inocencia, Necesazio complemento de la segregacién fue el tgidlo orden interno de las misiones, impuesto y sostenido también con el autoriaristno con ‘que los jesuitas se manejaban tanto en el eercicio de su ministetio como cn lo focanté au vida coxporativa, El padte l Ja mision californiana de la Pursima Concepeiin, cuyos nedfitos venian ddevuna tradicibni cultural de cazadoresrecolectores, puntual des- ctipcién de lo que eta el orden cotdiano en el extablecimiento a su cargo. ‘Vale fi pens citalo auingue teste algo exteiso: ; Ladistibucién ordinatia del tiempo —anoté—esésta,al querer ama- ‘necer se tocan las avemardas entonces toda familia doméstica acude a ‘a jglsia,rezan y aludan ala Sanisima Virgen, cantan el Aabado, pri- ‘meroloshombres, después las mujeres, después los dos cors, hombres 6 (Cuawos voscuos bata routick De Masons De 1 suas ve ctovicstenen ocupacét van ass aleaiadayun orden univera nak ay: facen el deayung | tendida como estado de realizaci6 lectividad, Nada de esto es aseq siquiera seria deseable. i 0 hombre de siempre se ha visto ataido porlosideales de perfeo- uid eto no sea malo en so atrrorizntees que en alguna situa clén histérica concreta, algunos hombres leguen a pensar que ya viven en tun mundo de perfecién, esto es ene pais de Utopia, porque entonces esoshombrespensarin que ya se legal culmen deo human y que, por fos humanos y yo ditfa que nl jo que se le ha encomendado CAL ane,” # Ap t@NtO Yarada debe cambiar all. Estas convicionts, cuando sedan, cone tocan las avemarla y, de rodilas,recan y saludati todos a | ducen necesariamente al autoritarismo.conseryador y abonan la certeza de mtb Vigra Como a mito di dept chem J que nada amenazari tanto la perfecién lograda como el contacto con las A gisia pacieiteyan, & cores ri, letanfas y cantan el socledades externas, siempre imperfectas, siempre contaminantes; Por eso fs] Después de sari one iP some i oo hana eT ae inp ieee MIME cca lay wp obvi cond eget deine ee espacios en total Fanauatiana fy] en lugares totalmente dstintos rezan li doctinay se | aislamiento, Pero volvamos a nuestra historia, van a recogen No escapé ala perspicaca de los jesuitas que el mejor aval que podrlan ‘ener sus petensiohes de hslr los pucblos misionales era el del propio cs- ‘ado mondrquico, Precisamente para buscar exe apoyo no dejaron de ma- lea de que lo que ellos propugnaban estaba previsto en la cde Indias y propuesto como el objetivo tiltimo que, en materia Y social, pesegufa la monarqufa. El auror de uno de los documen- tos que citamos anites decfa tajantemente: 8 de vida eae que se pretend saguatdar con Jesuits de muchos ecusos de persuasion > ero1o parece que hayan podide mantenedo po ago tempo ni que haya deja de haber esstencia por pte a lusrativo acculo de Sergio Ortega Noriega, titulo “Lame como eatin dcp, 1610-1720 aor dea ; ete say dase ema, que mo resulxen vent de lone La repiiblica que pretenden formar las leyes de estos renos es sa que omen ae een i sede pails sn perjuicio de os inion y de ic bistsment por er unapecto an important dela vilamional ul deespatsles enla gee} eee jnaleagen cane sus cas, sus poblaconesyus blenea Yo quisiera abrir aqui un paréntess para hacer una, pertinente tefleién.: aminada desde I perspectiva de nuesto tiempo, la politica de mis Serla dificil aceprar que esta idea de una replica marcada por lase- stegacion de indios y espafioles se compadecia con los propésitos de ‘monarquia y:menos ain, con fs intereses del colonialism. Seguramente Ex Jos padres no fueron tan ih escapado a su consideraciSn que la mejor manera de legjtimar su propia politica de segregacién de los pueblos de indios era declarar que esa politica ‘ra congruente con la voluntad de los soberanos espariole. Parece claro «que los jesuitas no aspiraban a transformar las condiciones sociales y eco- ‘como para cretlo as, pero no pudo haber o nnémicas de existencia de todo el mundo ‘empefios sorientaban a tratar de levantar de sus misiones sis respectivosespacios vi elascendiente econdmico, politico y mo: All tenemos, pues, los supties urépica: la segregacion y el autor ‘Dos preocupaciones esenciales Colonial espatiol, sino que sus bareras de proreecién en torno tals) paralclainence aafirmar ‘tuvieton los jesuitas en relacién con la primero pudicron evitarlo en gran medida has -xpulsiéns lo segundo nunca lograron conténedlo legaron autlizarsoldados para obligara ls in- us comunidades, Un easo extremo y verdadera. derecho de renunciat a Ia “felicidad” de ser nedfitos, esto ondicién, moti coi los suyos, aqui que ¢s evidente que la propensién a de renovacin radical del cristanismo po La idealizacion manifesta en certs ‘como las que aqui hemos citado, o muchas ‘scrtos de otros misionetas, como los padies 65, nuevos ctstianos,yde,en es pensar ls misiones como esos fue debilixindose al paso del expresiones de los misioneros, (Cuinos voscunos os LA roLIICA De MISONS De 108 jesUTAS de es08 movimientos, el hecho es que ellos constituyeron para experiencia impactantes, que scudieron las conciencias de los Y que seguramente los llevaron a poner en crisis algunas de sus m gadas convicciones, El examen de textos coin la erénica que redacté el padre Sigismundo Taraval sobre la rebelién dels ings califoenios, 8 crb- nica que no hay tiempo de examinar aquf, hace ver que, cuando se perdi porenterolaconfianza en el indi, el misionero ya no le ofrecié a ste otto destino que el del abandono o el de a total humillacién, Lo que entonces cmpezb a construire fue, por dectlo as, una “contrautopia’. ‘Termino aqu{ esta exposicién de un asunto que en su tiempo fue en- conadamente controvertido, que sigue siendo polémico hoy en dia, pero que tiene que ver con una expetiencia humana que llama continuamente ala reflexin, Referencias Archivos Biblioteca Nacional de México, México, D-E ‘Archivo Genefal de la Nacién: México, D.E. Bibliografa Barco, Miguel del, 1973, Historia natural ycbnica dela antigua California México: UNAM. Farla, Francisco Javier de. 1981. Apologéticodefensrioy pentual manifieto. Culiacin: Universidad Aurénoma de Sinaloa, Ortega Noriega, Sergio. 1992, La misién jesuitica como institucién disci- plinaria; 1610-1720, En Memoria del xv Stmposio de Historia y An- sropologta de Sonora, 169-180. Hermosillo: Universidad de Sonora. Dlésez de Ribas, Andrés. 1944. Historia de ls trwnfs de nuestra santa fe entre gentes las mas fleas y birbarasdel Nuevo Orbe. 3 voltimenes. Mé- xico: Editorial Layac ‘Venegas, Miguel. 1944. Noticia dela California y de su conguisea temporal yespiritual hasta el siempo presente. Volumen Il. México: Layac.

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