origen de la violencia
segin E. Lévinas
Manuel Losada Sierra
Filbsofo Universidad GregoriansRoma
Magister en Filosofia-U. Javeriana
Doceate U. Javeriana
Resumen:
El presente articulo quiere mostrar la critica que el filésofo Emmanuel Lévinas hace a la filosofia
‘occidental, ala que acusa de violent e injusta por colocar al sujeto como dador de sentido, apartir del
‘cual se comprende lo exterior al. E] Otro queda reducido y se pierde en latotalidad y universalidad del
ser, Frente ala ontologla, Lévinas propone recuperar al Otro como fuente de sentido y, atin mis,como
principio constitutivo dea subjetividad por la responsabilidad queel sujeto debe asumir frente él. El
‘Otro se revelaen el rostro que pronuncia como primera palabra: «No mataris»,
Palabras clave: violencia, ontologla, rostro, otro, relaciba, responsabilidad.
Abstract:
‘This article intends o show philosopher Emmanuel Levinas’ criticism of Western philosophy, which
he strongly condemns as violent and unfair because it places the subject as giver of meaning from which
the world outside him is understood. The Other, therefore, is reduced and lost in the totality and
universality of being, Regarding ontology; Lévinas proposesto recover the Other as asource of meaning
and, even more, asa constitutive principle of subjectivity due to the responsibility that the subject has
to take on in front of him/her. The other, therefore, is revealed in the face that utters «Thou shalt not
kills asthe very first words.
Key words: violence, ontology, face, other, relationship, responsibility.
experiencia de un pueblo perseguido que se
ha considerado en exilio durante gran parte
125 de diciembre de 1995 morfa en
Paris, a los 90 afios de edad, uno de
los fildsofos contemporineos cuya
voz se ha alzado con mas impetu para
denunciar el poder destructor del ser humano
cuando se cierra en si mismo, y no reconoce
la presencia del Otro. Seguramente que esta
protesta de Emanuel Lévinas tiene su origen
en su condicibn de hebreo, es decir, en la
de su historia y, muy especialmente, en su
‘experiencia dela Segunda Guerra Mundial en
donde particips como soldado vistiendo el
uniforme francés. La postura de Lévinas ha
amado la atencién de distintos sectores del
pensamiento contemporinco porla invitacién,
a pensar desde una perspectiva original en
Elorigen de la violencia segiin Lévinas P. 81-90filosofia. Pretendo mostrar en este escrito que
Ta rafz de esta violencia Lévinas la ubica en la
‘misma historia de la filosofia occidental, que
ha sido fandamentalmente ontologia y, por
‘tanto, egologica. Por esta razdn, para nuestro
filésofo el mal es exceso de ser y no carencia
de él. Analizaremos la forma como Lévinas
imenta la recuperacién del Otro, que con
persistencia y coraje nuestro filésofo ubica en
lametafisica como finico camino para respetar
el cardcter absoluto de la alteridad.
Descubriremos luego que el Otro se revela
fundamentalmente a través del rostro, que
promuncia como primera fraseel «no maar,
afin permaneciendo realmente la posibilidad
delasesinato.
1. La violencia de Ia filosofia
Emanuele Severino recuerda que mientras
asistfa con Lévinas a una discusién publica en.
Bérgamo (alia), los dos se encontraron de
acuerdo en buscar muy lejos In raiz. de la
violencia y, mas precisamente, en la filosofia'.
Las razones que justifican esta conclusién se
discancian notoriamente en los dos filésofos.
Para Lévinas el origen de esta violencia se
encuentra en una tradicién filosdfica que ha
centrado su reflexién en el ser con un olvido
delente en susituacién concreta En efecto, la
palabra que describeesta historiaes «otalidad>
porque ha sido la tentativa de una reducei6n
detoda laexperiencia a una totalidad en donde
la conciencia abarca el mundo y no deja nada
fuera de ella, y asi lega a ser pensamiento
absoluto, Ha sido la primacia de ser sobre el
existente, de la totalidad sobre el individuo,
del dicho sobre el Decir.
1 Severino, Emmanuel. «Lévinas, contro la violenza
dei filosofis. En: Corrire dala Sera, 27 de Dicembre
1995, p. 25.
Lévinas llega a esta conclusién en diélogo
critica con toda Ia filosofia occidental, pero
de manera especial con Huser] y Heidegger.
Esta ha sido por antonomasia una efilosofia
del Mismo», ontologfa egoista: Filosofia del
poder, la ontologfa, como filosoffa primera
queno cuestiona el Mismo, es una filosofia de
la injusticia. La ontologia heideggeriana que
subordina la relacién con el Otro alla relaci6n,
con el ser en general ~atin si se opone a la
pasién téenica, salida del olvido del ser oculto
por el ente~ permanece en la obediencia de
Joanénimo y lleva, fatalmente,a otra potencia,
a ladominacién imperialista, a la tiraniay?, La
critica fundamental apunta ala reduceién que
hace la filosofia occidental de lo Otro al
Mismo, porque ésta ha poseido una especie
de alergia hacia lo Otro en cuanto Otro, hacia
la alteridad: en el ser se reducen todas las
diferencias, all{ se suprime la alteridad y se
reduce el sujeto a la inmanencia. Esto se da
porque el Otro se convierte en un tema u
objeto de conocimiento, lo que da como
resultado la compresién violentade locxterior
enelsujeto que piensa y conoce. sel resultado
de una iniciativa del yo, de una espontaneidad
que no respeta la absoluta alteridad porque
busca comprender lo incomprensible.
Lévinas considera que la comprensién es
insuficiente para aleanzar al Otro en su
alteridad, Esta insuficiencia ha sido puesta de
‘manifiesto también por Karl Rahner cuando
ctitica la forma tradicional de entender el
conocimiento como «méxima comprensién».
A este propésito dice:
Jo que es llamado conocimiento de acuerdo
con el uso comin originado por la tadicién
2 Cf, Lévinas, Emmanuel. Totalided ¢ infinito,
Salamanca, Sigueme, 1987, p. 70.
\Guestionss de Filosofia No. 7 Afio 2005 ISSN 0123.5095 Tunja-Colombiaoccidental dela filosfia, p. ej, comprension
y méximo catendimiento, consiste en el
ordenamiento de datos en un horizonte de
centendimiemto y un sistema de coordenadas
‘que nos es tan evidente como el objeto que
oscemos idénticamente con nosotros
rismos. Pero esto es una forma defectiva de
1a real naturaleza del conocimiento.en el cul
serevelael mismo miserio
1 conocimiento comprensivo es un modo
deficiente de conocer cuando es medido con
quel conocimiento que est4 misalli de toda
duda, el mis grande, el mis intenso y aquel
que nos concede la mayor bendieién, ese que
tiene lugar en a visiém inmediata de la
incomprensibilidad de Dios’
Para Lévinas Dios no puede ser objeto de
conocimiento racional, tal vez por
conocimiento se accederia al Dios de la
filosofia pero no al Dios de la Biblia que est
_misalli del ser. En sintess, detris dela filosofia
occidental, segiin Lévinas, ests presente esta
coaccién ontoldgicocomprensiva. Ames de
continuar, vale la pena aclarar que cuando
Lévinas habla del Otro (en mayiiscula), no se
ext4 refiriendo a Dios, si bien Dios viene ala
idea precisamente en la relacién con el Otro,
Pero este tema sobrepasa el propésito de
muestro escrito.
En sueriticaa la filosofia, nuestro filésofo tiene
en mente, en primer lugar, a su maestro
Hiusserl que en su fenomenologfa da primacia
3 Raber, Karl. «The hiddenness of God», en:
‘Theological invetigations XVI, New York, Seabury
Press, 1979, p. 234.
4 Rahner, Karl. «Reflections on methodology in
theology» en: Thenlogidimestigaions XI, London,
Darton, Longman & Todd, 1974, p. 104.
a la conciencia, En efecto, lo real no tiene
sentido sino en la conciencia y una conciencia
intencional (el pensamiento piensa algo, la
conciencia es conciencia de), activa,
idemtificadora, representadora, luminosa,
originaria, libre. De Greef expresa asi esta
objecién: «Fusserl esté abocado a buscar una
evidencia absoluta, encerrindose asi en un
pensamiento de tipo egolégico, pues desde
Descartes la conciencia se ha convertido en el
nico dato absoluto adecuado en su modo
de donacién. Ast se abre camino la idea de
una alteridad consistente en la irredluctibilidad
den dato originario, otro quela conciencia, a
la presencia adecuada de este dato a la
conciencia»’. Levinas, por tanto, descalifica a
Hiusserl por su concepcién de la intuicién,
segiin a cual este acto es siempre identificador.
dentificares concebir «esto.en tanto queeston,
pero de este modo se ejerce una primera
violencia sobre lo Otro, al encerrurlo en unos
limites definidos por la propia intuicién. Esta
violencia del lenguaje fenomenoldgico se
produce por su idealizacién del objeto, al
concebirlo en una identidad no dada, sino
impuesta por elactodela intuicién. Ellenguaje
fenomenolégico realiza también una funcién
de mediacién: el «esto en tanto que esto» se
expresa siempre como «esto en tanto que
aquello». Se realiza, por tanto, unaidentificacion
y una universalizacién, cuyo término tkimo
eselser',
En segundo lugar, Lévinas se siente atraido
por el proceso de revision de la filosofia
5 De Greef, Jan. «Lévinas et la phénoménologie».
En: Rewue de Mécaplysique et Morale, 76 (1971), p.
450.
6 Toda idemtificacibn supone, al menos implicita
mente, el recurso a ser: A. A;y la universalizaci6n
remite al trmino mis abstracto: el ser.
Elorigen de la violencia segin Lévinas P. 81-90
oecocidental que hace Heidegger, el cual llama
Iaatencién sobre el olvido del ser. A nuestro
autor, como hemos visto, le resulta igualmente
inaceptable!a posicibn de la filosofia occidental
que se muestra ineapaz de pensar la alteridad.
Pero hace una fuerte critica a este proceso
En efecto, las diferencias que establece
Heidegger para describir el olvido del ser
(especialmente a diferencia ontoldgica) son
relativas. Lo diverso no tiene cabida en esta
forma de pensar: «al imperio totaly totalitario
del ser critica Lévinas su incapacidad para
reconocer lo diverso; lo que lama ‘diferencia’
incluso ‘diferencia ontologica’ lo es siempre
dentro del ser y eso supone ya todo el trabajo
de violencia engullidora de la diversidady’.
Para nuestro fildsofo, la ontologia es incapaz
de reconocer lo exterior a ella sin violentarlo
en su carécter irreductible, con lo que la
trascendencia es siempre dentro del ser o en
‘lrima referencia al ser. Por esol esfuerzo de
Heidegger por revisar la filosofia anterior a él
seagotaen este punto. La diferencia omolégica
no consigue superar la concepcién clésica, en
Ta que ela idea de trascendencia se contradice.
El sujeto que trasciende se transporta en su
trascendencia, No se trasciende. Si, en ugar
de reducirse a un cambio de propiedades, de
clima o de nivel, la trascendencia
comprometise la identidad misma del sujeto,
asistirfamos a la muerte dea sustanciay'.
‘Lévinas rechaza de plano el pensamiento de
‘Heidegger cuando antepone la cuestién del
7 Pintor Ramos, Antonio, dntroduccién ala edicién
astellana. En Lévinas, Emmanuel. Deatro mado que
ser 0 més allé de la eencia, Salamanca, Sigueme, 1987,
P23.
8 Lévinas, Emmanuel. Toclidadeinfnio, p. 282.
sera lacuestidn del hombre. GonzAlez Arnaiz
oexpresa de esta manera: «la significaciSn no
«8 algo dado 0 prefjado de antemano, sino
mis bien un acontecimiento de la misma
existenciaen tanto en cuantola situacién es ya
significante y la significacién se da en la
existencia puesta como serahi (Déscin)». De
este modo, «en Heidegger no sélo la
significacién de toda situacién humana es
inmanente a esa situacién, sino que inchiso el
‘problema filosdfico mismo, propuesto como
‘pregunta sobre el ser, en su diferenciaci6n del
ente, se pone en el interior mismo de la
existencia»’.
La violencia aparece bajo la forma de una
nueva absolutizacion. El ser instaura un
nuevo orden, una totalidad que no admite
trascendencia. En esta recuperacién del ser
por Heidegger se ha producido una nueva
pérdida, un nuevo olvido: el olvido del Otro.
Por eso, «La ontologia heideggeriana que
subordina larelacién con dl Otroala relacidn
con el ser en general atin si se opone a la
pasidn técnica, salida del olvido del ser
oculto por el ente- permanece en la
obedienciadeloandnimo y lleva, fatalmente,
a otra potencia, aladominacién imperialista,
a la tirania»"®, Este Otro olvidado es lo
absolutamente Ouro, lo no reducible por
excelencia; no lo que es de otro modo sino,
ain mis radical, de-otromodo-queser. Sélo
Jarelacién con el Otro puede salvaral hombre
del anonimato en que le habja sumido su
comprensién.a partirdelhorizonte dal ser. S6lo
entendido como responsabilidad por el Otro,
dl sujeto encuentra su sentido y adquiere su
9 Gonzilez- Arnaiz, Graciano. Emmanud Lévines
Inumanisno y dian, Madrid, Cincel, 1988,p. 108.
10 Levinas Emanvel. Toxalidad einfniz, p. 70.
a (Custiones de Filosofia No. 7 Afio 2005 ISSN 0123-5095 Tunjsingularidad. El sujeto no se determina partir
de si mismo sino a partir del Otro, por el que
debe responder sin que nadie pueda relevarle
ni asumir por él esta responsabilidad.
Para Lévinas, la filosofia de Heidegger es una
filosoffa de o neutro, que parte de la diferencia
Gistincién ontolégica) pero que termina en
una reduccién alo Mismo: el ser. Para nuestro
autor, la pregunta por el hombre es siempre
anterior, pero no de forma anénimay general,
sino bajo Ia forma de responsabilidad por el
otro hombre. Plantea frente a la ontologia
fundamental una filosofia entendida como
ética, en donde la preocupacién por el otro es
anterior acualquier marco general, acualquier
horizonte. El ser deja de considerarse como
el horizonte de toda comprensién ya que se
establece un nuevo origen para lasignificacién:
Oro.
2. La recuperacién del otro
Lévinas propone un chumanismo del otro
hombre»!!, Su propuesta es el encuentro cara-
acara con el Otro. En este proceso
deconstructivo Lévinas critica la Supremacia
del sujeto como fuente y origen de sentido
para colocar en el Otro, y especificamente en
la responsabilidad por el otro el principio de
individuacién del sujeto.
Enuunacivilizacién que erige al sujetocomo el
que da razén de todo, como el supremo
legislador, Lévinas se manifiesta diciendo que
Ja verdadera novedad no proviene del sujeto
donador de sentido, que éste no es la éltima
instancia para entender la realidad. En el
mundo contemporineo, dice Lévinas, «todo
11 Lévinas, Emmanuel. Hiananismo dal oto homire,
Madrid, Caparrés, 1993.
se absorbe, se hunde, se amuralla en el Mismo
(..) salvo el Otro que, en medio de todo este
hastio, no se puede dejar caer»! Lévinas asi
establece una contraposicién entre a ontologfa
de la tradicién filoséfica como reduccién de
Jo Otro al Mismo y, por tanto, absoluta
inmanencia, y la metafisica como verdadera
trascendencia que sea algo més que un juego
noutro dentro del ser.
Fl Otro no admite conceptualizacién alguna,
es una dimensién sin objeto. Por encima de
as posibles caracterizaciones del Otro (sean.
étas sociales, poitias, histricas oculvarales),
Ja auténtica alteridad del Otro se descubre en
el otro despojado y desnudo, Aqui estin las
hhuellas de narelacién con el Otroen su forma
original. Esta idea la expresa Lévinas con
mucha fuerza:
Que el otro en tanto que otro no sea una
forma inteligible ligada a otras formas en el
proceso de un ‘develamiento’intencional, sino
‘un rostro, la desnudez proletaria la miserias
que el otro (Pare) sea otro (wend), que Ta
salida de si sea el acercamiento al prdjimos
que la erascendencia sea proximidad, que la
peoximidad sea responsabilidad por el otro,
sustituciSn por el oto, expiacidn, condicién
-0 incondicién- de prisionero; que la
responsabilidad como respuesta sea el Decir
previo (.); he aqui algunos términos éticos
por loscualeslatrascendencia significaa modo
de bumanidad”,
Seentiende la critica de Lévinas ala ontologia
occidental que centrindose en el ser ha
”.
Lévinas rechaza igualmente la relacién por
empatis, vérmino que encontramos ya en
algunos rominticos como Herder y Novalis,
pero que la fenomenologia traspasa al campo
de a gnoseologia para hablar de la
intersubjetividad. Este término se entiende
como «experiencia de sujetos distintos de
19 Ibid, p. 109,
20 Lévinas, Emmanuel. De Dias que vieneca la ides, p.
235.
21 Ibid, p. 236.
El origen de la violencia segiin Lévinas P. 81-90nosotros, y de sus vivencias». La empatia es
tun acto que no corresponde a experiencias
ordinarias en las que se perciben colores,
formas, etc,sino mis bien un acto que consiste
en la experiencia de una conciencia ajena, con
independencia del tipo de sujeto cuya
conciencia es experimentada, Esta muy cerca
de la posicién levinasiana en donde el rostro,
por ejemplo, no se reduce a lo que percibe la
vista, las formas exteriores, sino la desnudez,
la exposicion extrema.
La empatia también se refiere directamente a
la corporalidad humana. En la tensién de una
mano, por ejemplo, pueden descubrirse
sensaciones miltiples, segsin una cierta co-
originalidad. Es decir, el sujeto asume esa
situacién y ese comportamiento del otro no
«como si» fueran suyos, sino «con» los suyos,
segiin el modo de la empatia®. Es posible
alcanzar el centro personal del otro, vivir cada
accin suya como algo que nace de un querer
y deun sentir. De este modo, una sola accién,
‘una sola expresién corporal, pueden dar al
sujeto una vivencia del néscleo de la persona™*
Scheler,p.¢)., hablade que el nimo amistoso
uhostil dealguien para conmigo lo aprehendo
en Ja unidad de la expresién de su mirada
mucho antes de que yo pueda indicar, por
ejemplo, el color o el tamafio de sus ojos".
Los actos de empatia permiten establecer
relaciones intersubjetivas incluso con
desconocidos y extranjeros.
22 Stein, Edith. L’ompatia, Milano, Angeli, 1986, p.
51.
23 Ibid, p. 126.
24 CE. Ibid, p. 191
25 Scheler, Max. Esencie y formas de le simpatia,
Buenos Aires, 1942, p. 338.
Estas son expresiones muy similares a Lévinas.
Sin embargo, para Lévinas la empatia es
insuficiente, porque sigue siendo un acto. En
cxras palabras, supone un sujeto yaconstituido.
“Mientras que para Lévinas la relacién oon el
‘Otro parte de la suprema pasividad. El sujeto
no puede tomar ninguna niciativacon relacién
al Otro, porque ya lo estaria conociendo a
partir de si, La responsabilidad es anterior a
cualquier ¢jercicio dela propia espontaneidad.
Asi, es el otro, en su anterioridad, el que
constituyeal sujetoasignandolea que responda
de si,
Enconsecuencia, la relacién conel Otro noes
algo que deba establecerse, ya que ". Es
importante no olvidar que el problema de
Lévinas no es cémo salir de la soledad, sino
‘como salir del ser. No se trata de estudiar la
relacién con el otro a partir de un sujeto ya
constituido; la significacién plena del sujeto se
encuentra precisamente en su sustitucién por
dOrr0,en a responsabilidad original -anterior
asa libertad que le Hama desde el rostro del
Oro.
3. El rostro, maestro y victima
«Xo me pregunto, dice Lévinas, si se puede
hablar de una mirada hacia el rostro, pues la
mirada es conocimiento,percepcién. Yo pienso
mds bien que el acceso al rostro es, de entrada,
ético, Cuando usted ve una nariz, unos ojos,
una frente, un mentén, y puede usted
describirlos, entonces usted se vuelve hacia el
26 Poirié, Francois. op. cit, p. 104.
Cuctiones de Filosfis No. 7 Adio 2005 ISSN 0123-5095 Tunja Colombiaotro como hacia un objeto». Y agrega con
fuerza: jLa mejor manerade encontraral otro
esa de ni siquiera darse cuenta del color de
sus ojosl»”, Este rostro es, en primer lugar,
pobreza y desnudez. Est permanentemente
expuesto, amenazado, Pero,en segundo lugar,
ordena, manda, pronuncia el «no mataris».
Esta contradiccién la resuelve Lévinas con una
frase: «Me pide como se pide algo que se
cordena, como cuando se dice: ‘ise os ruega
que... 3,
Enel rostro aparece una exigencia: no mataris,
ese es el sentido del rostro, es una exigencia
ética que puede encontrarse con la trigica
realidad del asesinato. Sin embargo, ahi cobra
sentido la proclama ética de no matarle y de
no dejarle morir solo: «Segiin mi andlisis, el
rostro no es en absoluto una forma plistica
como un retrato; la relacién con el rostro es,
por una parte, una relacién con lo
absolutamente débil -lo que esta expuesto
absolutamente, lo que esta desnudo y
despojado, es la relacién eon Jo desnudo y, en
consecuencia, con quien estasoloy puede sufrir
ese supremo abandono quellamamos muerte;
axi pues, en el rostzo del otro esté siempre la
muerte del otro y también en cierto modo,
una incitacidn al asesinato, la ventacién de
Hegar hasta el final, de despreciar
completamente al otros y, por otra parte y
al mismo tiempo ~esto es lo paradéjico- el
rostro es también el No mataris®. Aparece
entonces, por un lado, el dominio del Otro
junto con su debilidadsy, por otra, la sumisiém
27 Lévinas, Emmanuel. Fear infinite, p. 79.
28 Ibid, p. 92.
29 Lévinas, Emmanuel. Entre nosotros, ensayes part
pensar an 0176, Valencia, Pre-textos, 1993, p. 130.
del sujeto con su riqueza, Esta es la manera
‘como tendremos que entender a relacién con
Otro.
El rostro prohibe su posesién y abuso. No es
algo que se muestra a la observacién, que
‘pueda ser representado, Esta oposicién no se
deriva de una resistencia insuperable: la
expresidn qued rostro introduce en el mundo
no desafia la debilidad de mis poderes, sino
mi poder de poder. El rostro, ain cosa entre
cosas, perfora la forma que, sin embargo, lo
delimita. Lo que quiere decir concretamente:
el rostro me habla y por ello me invita a una
relacién sin paralelo con un poder que se
gjerce»®, El rostro no es develacién sino
revelacion,es la manifestacion privilegiada del
Otro: habla, se expresa y pide respuesta.
Responder rostro que hablaes ya responder
dedi; aquél de quien tengo que responder es
también aquél a quien tengo que responder.
El rostro, por tanto, no es un fenémeno, una
imagen: «La nocién de rosto, que determina
Iaresistencia ética del otro al concepto,traduce
tuna significacién irreductible al para-s de la
conciencia representativa (..). El rostro del
otro es mi condicién ética y positivamente mi
responsbilidad por él. La relacién con un
rostro me asigna una responsabilidad radical
mis aca de toda conciencia y de todo
compromiso.
4, Conclusién
En las anteriores paginas hemos querido
mostrar la critica de Lévinas a la filosofia
occidental y su propuesta de pensar el sentido
a partir del Otro, La tradicién filoséfica de
30 Lévinas, Emmanuel, Toealided enfin, p. 211,
El origen de la violencia sein Lévinas P. 81:90cocidenteha sido violenta, ylamsjorexpresién
de esta afirmacién es la experiencia de
persecucién sufrida por el pueblo hebreo,
especialmente la experiencia tragica de la
Segunda Guerra Mundial.
Hay estrecha relacién entre lacritica filosbfica
y Iaexperiencia histérica de persecucién, dice
Lévinas: «Mi critica de la totalidad surgid, en
efecto, después de una experiencia politica que
nosotros ain no hemos olvidado»". ¥ en otro
texto: «El totalitarismo politico reposa sobre
un totalitarismo ontelégico. El ser seria un
todo. Ser en el que nada acaba y en al que
nada comienza, Nada se opone a él y nadie lo
juzga, Neutro andnimo, universo impersonal,
universo sin lenguaje (..). En este mundo sin
palabra se reconace el Occidente entero”.
Esta experiencia lo marcé tan profundamente
dquellleg6.a ver en a filosofia occidental el origen
de toda violencia, una filosoffa centrada en ell
sujeto que piensa y conoce. Una filosofia que
hace violencia al Otro, filosofia del poder,
filosofia que no cuestiona al Mismo, filosofia
dela injusticia.
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