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capfTULO 1V LA GENERACION DE VERSALLES (1670) Pxnowinto pe Boies gn del Rey Sol y de la etiquets = 1e de 10a Te es doe Biorigrafon reales: Bele Racine. eet ats eRe pa dnl ae ak ace ee e $2) Shop) ner de Hen 17S (pad Sect PE es 8) Puller do Orange ¥ su conics cont i Sieh hata wit ea ea i oe rie Nec ingen rae een a Cleo meee pcm ton see aceah at mew on quer, prestigio. fet Tois XIV guia ba 1a claus dee cost ns bien a cna do lk regimented edo oom ry lec, my a2 icy a oy ani a ie a cntumbres mde Biot 36 labret de habler demasiado”; “no at fe ee ies mere tae ot i Rie ol saa Gu sa rin cece be teen 2 se pasa al rey-idolo. La preocupacién de su gloria so vuclve vanidad. Luis seré hecho estatua en vida (1686); en Ia capilla de Versalle, los cortesanos estin yueltos hacia él y no hacia el altar, Una etiqueta stricta codifica esta vida suntuota: entrar, levantarse, ‘comers el servicio personal del rey ocupa a doscientor sgentileshombres. La nobleze esta reducida al servi Tismo, pese & los cambios de humor de un Lanzun, Esta vida tiene ou inareo grandioso: el castillo de Versalles es agrandado sin cosar 1. Alli ce desenvuelven, fiestas suntuosas y variedas: por ejemplo, en ocasién, do casamiontos principescos 0 de victorias. Eu 1674, por la conquista del Franco Condado, se interpreta juntos a Moliére, Racine y Quinault. Sobre esta corte, no es Maria Teresa la que reina con Luis. Esta os la época de las grandes favoritas, EL rey amé sin duda a Enriqueta de Inglaterra, No hhay que olvidar que en 1670, Lixis es un principe de ‘reinta y dos afos. Es la hora, ademds, de las amigne pasajeras, de las grandes favoritas oficiales, Mlle de La Valliére (1061-74), Mme de Montespan (eobre todo entre 1657-77), en esjrra de Ia hora juieiosa de Mme de Maintenon. La ctiqueta mundana. Al lado de la corte, los sa Jones. Hecia 1670, los de la princesn de Comti, Mme do Longueville; los de Mme du PlessisGuénégaud (en el hotel de Nevers), Mme de La Sabliére y Mme do La Fayette, continden una tradicién, Mme de La Fayette (16341693) ofrece con La princeso de Cleves la gran novela clésiea (1678). La finura del anliss psicolégico y la delicadeza de la ‘expresién conctituyen el erédito de cata obra, graties f Ta cul la autora continia gozando dulcemente do tune disereta notoriedad La etiqueta en Ins artes. La pintura ios da un ‘curios ejemplo de la etiqueta artistica, Profundaments influida por Jas letras, la pintura no ee dirige més que al entendimiento, Escudrifia los sentimientos ex- 1 Hacia 1660 (Le Vau, Le Nétre), 1670 (Le Vau), 1680 (Mansars) 2 Muerta a los veintisdis afios, en 1670, 13. —_—_— co eg ou in srt 0 om aie cmon In monn, Pres pmo peu iis, dee Ha 75 Sam ne Hae Ponere “Vo tran: a ol nore unin ate he ¢ abuso te Sins ties uniiads, sep Testelins aeben i ra JO eden be Bron ech # cere penis e am o Gari a te cher os tl 2557, “Dona (11005) on 08 Coreen cin Ps (110 nose dicen en on ae Din edad corentacién. i f Je. HL longue eth Ls erkcta en el Tenguale. EL in eae St go unt en Ys aes 1670 sian 36 eos contin por 1s remeratrt 3 sigan. feneaciou, Ménage (1613-92) ¥ Bow. 1 a teh mt Sth ees se ee el alae sigue on 7 Tos afios 1680 ¥ : rot, er tla on Ket oe Ne atic de Poreforel oe sat do 10 Gy Aron ta ea dee oe Conn, ma tre Dor orient ies sobre wo (1708) presados, prefie singin dominio, sn embre, eda at el exterior no presenta ‘cide que iaueted 7 aes wine ens ae ‘otros en los que ee 1h ms ee am ace = licenciosos (los Vendéme)- = ee ep a mm Wee ter ga tae imeem Se dea pe cs a re in oe Boat aa sino tambin @ Mine do Montspan, y hasta se cree iplindo a Racine Contesores, pre cstntres sy libres. Preocpscisn por la conveniences, pero igne- Fancin y grosriay no se encuentra ada, de tear elt Mermorias entre 160 1700, Reglas de Tenguaj, Pero alqunes génerosecapon 0 las rplas do lengua, como in fibula Ta comedia, Alguosecrtres son mds independents de lo ae so cron: arnt etn fbrecen en Booch tee ‘sos Taare giro audaces se allan en Race, tgueta ‘en lat letras. Pero no tl 6) Yegular ea Jos aos 105580. Se atacan ls relax. Méré ce ropone, cone ra Ming, turin remo opone a ls regis particulars l veredito ela rezin universal, entendide en un sentido nuevo, Tis chaneas verso yh prosasoeviveny en espe: Cia en las recopllaciones colectvas: at se hacen to racer Mmo Deshoulites, Fontonslle, Supervvehea dal realisno, también en ns canciones yfeeplaco: hos humorstins; en Tas obras buslscs, en la novela realist, que dim tin inerrpciones desde le Novela Durguese (1055) hasta ef Gil Blas Por doquier, wo el miirmel (no digamos, @ Ia in terse, una mdicarn sabre un rete), saw a eomglcf aud msi de lve, * I. Jean Racine (1639.99) Contra las leyendas, Racine no es aquel impasible cortesano de alta peluca, aquel ani lista inexorable que nos presenta una tradi- cidn escolar que podria tomar su autoridad de Musset: Racine, con una Iimpara en la ma- no, escudrifiando el corazén humano con su pluma de oro. Racine no es un sombrfo “reprimido”, im- plicado en el asunto de los venenos, a quien Ja tragedia le habria permitido sublimar sus instintos crueles. Se han escrito tiradas exce- 15, —_—-— sivas sobre la ferocidad de esta alma. ‘Racine no es el artesano perfecto, que {ja como para embalsamaria wna forma de arte bien pronto. es Racine no es ese penitente contrto, 2 orment conciencia turbia ‘empapada en su ae Ghia cual Mauriac ha trazado el retrato més fino diciendo: “Admiramos que heya. sabi = tomar partido contra s{ mismo”, pues & 2 cada uno le lega el turno de Se eas eaMGado. a todo el mando perseverar en & cio y en ose disqusto. So ‘an sefior turbulento y de mal ¢e- nae abe, inguieto, celso y voluptue Ao", dice Boileau; y que escribié versos inol- Gables sin ver jamés en su oficio una voce mn patética. srectéa, De Connie «Racine, Ia moda £7o- eee oe es mantee atid « C= see entapdo. In ver lon dee de Qunmalt pale fomertamne heron, del ote, el SBOE PE, Pe lon De no wage os tienda dospojrse, Ho tay he Small rea ty Pets preciosa, ol gua owe ‘ee iets pear Sen oy peli Gorell ar ube do lox tri, 2 Me de essa, EL problema de Ta ds Bere, sears ia ers una influncin ree SE Racine sobre su antecesor, en wma analogio a Racing peyaceto (102) y Surena (1614) Ct ar tact tivo de una querella en Ta que ee ee Sot ‘un abate de Villars. ‘encontrar, —dice Cal- Tidad on 1695: “Es neceario encontrar —iiee Got litres a Corneille gigantesco 0.8 ue ‘rece afios de teatro. Tres afios de estu- dios en Granges, bajo los sofiores de’ Port- Royal (1655.58), dan a Racine una fina cul- tura, sobre todo griega. Una esiada en Uzés (1663) 1no Jo convence de tomar las érdenes. Desde 1660 pensaha en el teatro, La Tebaida (1664) es una pieza cornel na, Alejandro (1965), una pieza preciosista, Andrémaca (1667) se inspira en los Precio- sos; Racine renuncia a la politica y a la gloria heroica, en beneficio de una intriga novelesca poco ordinaria, pero también aqui se ha dis- cernido la influencia de Corneille, de Perta- rita, de Sofonisha. Después, se alternan las tragedias de amor (Berenice, Fedra) con aguellas donde domina el gran interés (Bri- tanico, Bayaceto, Mitridates, Iigenia). Consagracién oficiel del éxito: Racine es académico en 1673, y consejero del rey al afio siguiente. Ais de mal cardcter tarabién. En 1663, le quita su Alejandro a Molitre (y lo lleva al Hotel de Borgofia), soplindole de paso a su mejor actriz, la du Parc, Habiendo Nicole ‘tratado a los autores draméticos de “envene- nadores piiblicos” de las almas, Racine lanza contra Port-Royal una carta virulenta: Boi- Teau detiene una segunda, Su querella con Corneille, a quien trata con desprecio de ‘malevolus poeta esté, en fin, despravista de cortesfa, En 1670 se enfrentan las Berenices de ambos, 4 Ta historias osenra. La exineidencia fue fort 4a? Enriqueta de Inglaterra hizo rivalizar alos doe Poetas? Nosotros ereemos que Racine tomé sin dada el tema de Comeille. 7 — — ne ronda por i ver, on fin, Racine ron: aes su teatro: es unido a 18 du Pare (1665-68), quo monte eos, tcias poco claras*; luego a J¢ hhasta 1677. La retirada. Una cibala, diriida po ae princeve de Bouillon y la duquesa ds Never ‘hace fracasar la Fedra de Racine en bee = wety de Prodon (1677). Es ol tiempo, Dare Racine, de un vuelco de concient ae — al teatro, se reconcilia Con Port-Roy: ae a con Mile de Romanet. Terminard i ee Soo istridgrafo del rey y padre de fannie, dando al teatro solamente Ester y Atalia, e Madame de Mainiron 7 ‘gos. alumna: jint-Cyr (1687-91). s Te, hablando con propiciad, ee versién? Es el tiltimo enigma ¢ esta | =n po movimiento esponténen, sin dude, 5 ‘ese matrimonio era eane buen negocio y s& yarecia a un “salvataje - Sr fracaso de Pedra ox més importante, 2° to que se ha dicho a veces. Pues al vee ico Gel piblico ex soberano: no se puedo SPOay strc al posteridad. Es novesario cheer © ia opinion: Boileau insistira ex a Prefacio de 4701. Racine, a la Juz de ee elie gamiina su carrera en él arte y se ims: ge eo a ee mie ee co eo ae {ilided impulsiva hace creer em wu evens ta 4+ Le a « Racine un hij maids 1669 6 1 se ood cia enero do 167. y ave mur us. ‘brusco hacia la religién y la estabilided bur- guesa. Pero Racine no ha hecho més que se- guir Ja linea del menor esfuerzo. Una posi- ciéa muy alta le era ofrecida: la remmeia a2 teatro no es un asunto patético, sino que re- vela Ja moderacién de Ia edad. La tragedia raciniana. Se clogia a Racine por haber despojado su intriga, escogiendo “sma accién simple, cargada con poca materia ¥ que, avanzando gradualmente hacia su fin, uo esté sostenida nada més que por loc inte- reses, los sentimientos y las pasiones de los personajes"; y por la elegancia de Ia expre- sién. Tal es la evolucidn desde Corneille hasta 41, De aht la mayor facilidad para moverse en el marco de las unidades. No creamos, sin enibargo, que el debate raciniano se ocupa de un asunto muy co- min, segin la férmula corriente. Aun el caso de una Berenice no es tan banal. Y, a Dios gracias, no hallamos més a menudo el caso de Roxana que e! de Horacio. La vero- similitad, la verdad psicolégica, es cosa ca- prichosa. Jules Lemaitre decia muy bien: “glisto es verdadero? Histo es falso? ¢listo es. conforme o contrario a la verosimilitud psi- colégica? Lo ignoro, pues el corazén hurnano, y mas todavia el corazén femenino, es todo lo {que se quiera y jams se sabe lo que de él va a salir, ni si ser4 raciniano 0 corneliano u otra cosa...” Muy al contrario del héroe corneliemo, ef héroe de Racine se encuentra ciego: indeciso, ‘cobarde, esclavo de los impalsos; 110 sabe ele- sir, se arrepiente y se desprecia. Es Ja otra us cara del hombre doble. No digamos que ¢ més verdadero 0 més cotidiano que el héroe de Corneille® .Son dos criaturas de teatro y el teatro empieza con la convencién, con cier- ta forma de parti pris. En el teatro, cada de- finicién del hombre vale por ella misma més ‘que con relacién a otras. : Gon el don de poesia, Racine poseyé el del escalofrio tragico, el de frecuentar las penum- bras. Esto es lo que lo hace él mismo. I. Nicolds Boileau (1636-1711) Contra Ias leyendas. Para sus contempo- raneos, Boileau es el modelo del mal gnsto, del frenesi, de la incorreceién: ast juzgan Goin, Boursault, Pradon, Huet. ‘Ame la tradicién escolar, Boileau es un pedagogo imperturbable; el maestro del gusto francés: “aprendemos a leer en sus obras —dice Nisard—; en Francia no se esté libre de no leer a Boileau; el padre del clasicismo, segin Daunou, Sainte-Beuve y los demés’ Triple tradicién de didactismo, ya preparada por el propio Boileau y su escoliasta Brossette, proseguida por Batteux, La Harpe y sus s0- cesores. El personaje es bastante menos simple. El hombre era vanidoso, afirmativo y éspero, nervioso y sensible, leal y de una sola pieza. El artista no es ni un psicblogo ni un filésofo, sino un excelente poeta realista y satiric, y tun obrero del verso. Pocas ideas 0 emociones, 8 En su célebre férmula, “Cornaille pinta « los vs vn sr Rae fos pital 60 son", La Brayére va demasiado lejos. 120 pero un golpe de vista agudo y una suerte de instinto, En fin, é.no ha creado ni gobernado una escuela clisica. Conoce a Molire en 1662, y defenderd Tartufo. Conoce hacia 1663 a La Fontaine y Racine, con quien sus relaciones se estrecharén un poco en casa de Ninén y de la Champmeslé. Pero no hubo en él ni escuela ni sociedad ® El satirice (1657-69). Tonsurado, Nicolés Boileau-Despréaux abandona la teologia; abo- gado, descuida el foro. La herencia de su ‘pa- dre (1657) va a proporcionarle una pensién vitalicia suficiente, de 1.500 libras. Y aborda Jas letras. Da, ante todo, las Sétiras: I a VII, publi- cadas en 1666; VIIL-IX, en 1668. Satira moral en Las molestias de Paris (VI), La comida ridicula (II), imitada de Juyenal y de Regnier; pero Boileau fustiga en ellas Jos escéndalos del dia. Se las toma espe- cialmente, no sin coraje, con los intrigantes y advenedizos. La primera satira zahiere quizé a Colbert; bajo los nombres de Monleron, George, Jacquin, ataca a tres financistas per- seguidos en la gran encuesta de 1663 sobre Jos recaudadores: Monnerot; Dalibert, un marqués de fresca data; Jacquier, fraudulen- tamente enriquecido como proveedor de los ¢ Jamis hubo una sociedad de los Cuatro Ami gaara? ace oe Pin, Los custro amigos de quienes habla La Fon sate en Paiguis (Acante, Aviste, Gélaste, Poliphile) 1 son, junio con él mismo, Racine, Belceu y Molise. Apa: entemente piensa en Mauecroix y Pallison 121 —_—_—— ejércitos. La misma sitira la emprencie contre tl arzobispo de Paris, Hardouin de Pérét quien empleé el rigor en 1664 contra les re Giosas de Port-Royal, culpables de no querer firmar el Formulario de obediencia; que el mismo afio vefa a la cabeza de la cdbala de los Devotos contra Tartufo. La imitacién de los modelos no sofoca jamés lo que corresyonde 2 la actualidad, el arte no sofoca jamais Ta inspiracién sincera. Bajo el eterno d ‘mo, asomaré siempre en Boileau la crénica satirica. ‘Sitiras literarias también, como La Rima la Razin (1), que provocan poléznicas per- tonales con Chapelain, Cotin, Boursauit, Con- tra Chapelain, Boileau redacta (con Chapelle, Racine, Gilles Boileau, Lini&e) el burlesco Chapelain despeinado (1665), una parodia des Cid que narra una dispata entre La Serre y Chapelain defendido por Cassagn® Gritico literario, Boileau compone (hacia 1665) el Didlogo de los héroes da novelas, contra las aventuras heroico-galantes “a la Scudéry”, y la Disertacién sobre Joconde (1664), defendiendo la traduccidn de Ariosto por La Fontaine contra la de Bouillon. Ya Boileau establece alli sus principios: 1a imi- tacién de los antiguas, la separacién de los. igoneros; la dable necesidad de las reglas y del gens Ja exigencia de lo natural, contra ol slesco y el realismo. El cortesano pontifice (1669 burlesque (1671) es une recaida sat carga contra Aristiteles y esa Sorbons que persigue al pensamiento libre, el de los carte: 122. SSS sianos, los gassendistas y los escépticos. Boi Jesu ordena burlonamente que los ee wan més que Arist6tcles, “sin que por ello estén obligados a leerlo ni a conocer su Tenguaje y sus sentimientos", y destierra a perpetiidad Ja Razén de las escuelas, prohi- Biendole que venen a fosiar a Arittles ajo pena de ser declarada janseni : unanee ee Pero hacia 1669, Boileau, conocido ya, y ioe paeeentiat deteretaines ind sobre Be ees aes oa la epistola y preparaba obras més fuertes, Las Epistolas (La V. 1669-74, VIX, 1675- 78) son, como en Horacio, cartas en vers0 sobre asuntos de moral o de filosofia. Moral simple y sumaria, pero adornada con escenas vivacesBoleau aprovecha del génro para acer core cs estas sobre nue sm actos de cortesano. La epistola T canta la de Aix-la-Chapelle; la episto el eee El Arte poctica, inspirada por las conferen cias Lamoignon, donde reinaban los. doctos jesnitas, muy cerca, por ejemplo, de las Fe- fleriones de Rapin (1674).,es wn repertorio no sistemitico de las principales ideas de postica admitidas en la época, inspirada por Horacio y los teéricos franceses (Aubigrac, Corneille, Saint Sorin). Mediocre historiadr. critica superficial, pero teérico slid, Boileau busca sobre todo agradar a las gentes de bien: de donde la flexibilidad del plan, las digresio- srs elo de os rts retro Sai, combate siempre el estilo heroi cock Seo eee ar 128 1 Facistol (compuesto hacia 1669) evoca una querella sobrevenida entre dos dignata- rios del capitulo de Ia Santa Capilla (1667) Bl tesorero Auvry, hombre sin cuna ni cul- tura, celoso del chantre Barrin, hizo un dia colocar frente al asiento de este vltimo, un pupitre que le ocultaba el coro; y el capitulo protesté, De ahi deriv un largo procedi- ‘mionto, hasta la sancién del Primer Presiden ‘te del Parlamento de Paris, Lamoignon, quien hizo quitar el pupitre e invité sin duda a Boi Teau a extraer algo de esta historieta. ste hizo de ella una epopeya fantasista pero de complejo disefio. Boileau quiere, elevindose por encima de la poesia familiar, para eon fundir a sus detractores, intentar de verdad el gran género; aunque sea en forma bur lesca, quiere probarse en ello; luego, t desea probar que la epopeya requicre poco material. Pronto a contradecir, por otra parte. sus propios principios, parodiando a Homero. Virgilio, Corneille, Racine; desarrollando un maravilloso pagano sobre un tema cristiano. El Tratado de lo sublime, traducido del seudo-Longino (quiz4 Dionisio de Halicarna- so) es una obra de divulgacién: en su texto griego, el libro no era hasta entonces Teido ¥ estimado sino por los eruditos. No se lo habia traducido mas que al latin. Libro de retérica. que trata sobre todo del estilo pero que da wna firme definicién de la belleza pura, hecha de grandeza y simplicidad, contra el falso gusto que Boileau justamente reprocha a st Gpoca, Esta obra le daba, en fin, la oportuni dad de ridiculizar a sus censores, elevandose por sobre el sermo pedestris de las sitiras has ta ct estilo noble. 124 Ayudado por sus amigos (Dangeau) y mis flexible que antes (por ejemplo respecto a Chapelain), pese a la escaramuza de Fedia donde si bilis se irrita defendiendo a Racine, Boileau esté bien en la corte. Entretanto se To saluda (ast lo hace Mme de Sévigné) como al gran drbitro? EI gran silencio (1678-92). Los honores no parecen poder sofocar esta voz. Si la Aca- demia Francesa (a la que entra en 1684) no Jo retiene casi, la corte retiene a Boileau hasta cerca de 1687; la Academia de las Inscrip- ciones conoce su asidua diligencia. Va a des- cansar a su villa de Auteuil (1685-1709) con Racine, después con Brossette, El satirico ha limado sus ufias: helo aqui reconciliado con Quinault, de quien clogia las éperas (1683), con Boursault en las aguas de Borbén (hacia 1694). Hace falta, en 1687, el apéstrofe de Perrault a los Antiguos para hacerlo reentrar en la lid, Sin embargo, Boileau se contenta con desencadenar en primer témino, ma campaiia de epigramas contra la Academia. El iiltimo florecimiento (1692-1711). Po- TIE 1675, Mine de Thinnees cient bri ee ee tacién de siaderadorada ela que e halla represen tao el joren duu; cerca de sh, La Rochofonenald y Boxset; no lejos, Mimes de Thiangesy de La Fayette Racine que hace soos de que entre « La Fontaine, y Despréairprotegiendo, triente en miano, eta edmara 2: fo Sublime conte los ssi de set ack alos nae, Hla age! conngrada gran levita Gel tomslo 125 emista, Boileau defiende a Pindaro contra Perrault componiendu, para demostrar las virtudes de la oda, la Oda a Namur; lanza la Sdtira X contra las mujeres, dfiende a los antiguos en las Reflexiones sobre Longino (1694). Las Epistolas X-XI, obras de apologia personal, se dirigen a desembarazar a la poe- sia de las “pequefias cosas”. Amauld recon- cilia a los adversarios, como lo demuestra la carta de Boileau a Perrault (1701) Teorizador, profundiza su pensamiento, cu- yo balance hace en el Prefacio de 1701 Moralista, en fin, ataca a Ja moral jesuita, Ja casuistica, en tanto que peligro social, sin escoger. por otra parte. una posicién teold- gica: y son la epistola XII Sobre el amor de Dios (1695), las satiras XI y XII (Sobre el ‘equivoco, 1705), Destino. Boileau no tuvo mas que un solo discipulo glorioso, Regnard ®, A pesar de la polémica, a pesar de pesadas reticencias (no era demasiado sabio para Chapelain, no lo bastante mundano para Segrais, no bastante ‘ni lo uno ni Io otro, no Jo bastante Huet para Huet), Boileau conocié un gran éxito, pero tuvo poca influencia. Los géneros que mata ya estaban muertos antes de él, 0 sobreviven a pesar de él, o son matados también por otros. Es la escuela la que ha salvado a Boi- Jeau, cuya obra cuenta con un término medio: de dos o tres ediciones por aiio, desde su época hasta nuestros dias. ® Rpistola que encabera su comedia de los Ménech- mes. 1906, 126 co « 3 Se han muerto de olvido, critico mas severo mds decisive que Boileau. Pero él condena también os estilos: el trabajo’ sin (Chapelain), la abundancia estéril (Si al falso brillo preciosista (Cotin): ahi esta sobre todo su leccién, que sobrepasa a su siglo. 127

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