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Formas légicas realidad. y significade Thomas Moro Simpson EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES TEMAS. CAPITULO UL BL PROBLEMA ONTOLOGICO: MEINONG Y RUSSELL § 15. BL “PROBLEMA onToLGerco” ‘Lo que se denomina “problema ontolégica” ha sido formulade yor W.V.0. Quine con una pregunta breve: "zQué es lo que hay?” Esta pregunta cubre cualquier néimero de especificaciones: ;Existen nnimetos? gExisten en. algén sentido Hamlet y Don Quijote, de quie- ns tanto te habla todavia? gExisten los cuadtados redondos? Dicho en forma mas general: zQué tipo de entidades pueblan el wniverso? fasta que una expresién sea el sujeto gramatical de una frase signi- fieativa para que nos veames obligndos a admitir Ia existencia de un objeto designado por ella? Supongamos que alguien nos da la si: guiente fnformacién: “El actual rey de Ta Argentina es narigudo”; basta que extn oracién tenga sentido (ya que entendemos lo que fpreta)_y que la frase “El actual rey de la Argentina” figure en ella como sujeto gramatical, para que tengamos que admitir la existencia del rey de la Argentina? Este problema es viejo como Platén; y Quine lo ha lamado, precisamente, “la barba de Plat6n”, sugitiendo la con- scniencia de afeitarla con la “navaja de Ockam”2” Presentado de este modo, el problema puede parecer algo ridiculo desde el punto de vista del sentid comiin, pero st apariencia inocente constituye una tram- pa para filésofos: como veremos en seguida, la barba de Platén no es tan fil de afeitar Bl problema puede formularse claramente (y con cierto matia dramatico) mediante una ligera modificacién de un didlogo del Peoteto: Sscmves, Y si alguien formula un juicio, piensa facerea de] algo, gno os asi? ‘Terrero. Necesariamente. 1 Se denomina asi la méxima enunciada por Ockam: "No deben mul. Gplicasse innccesariamente las entidades”, 81 PORNAS LOCICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO ws, Y cuando piensa [acerca de] algo, gpiensa [acerea de] una ora que ea? erE70, Si Séonares, De modo que pensar {acerca de] lo que no es, es pensar {acerca de] nada, Teeraro, SScreves. Pero, seguram absolato? te, pensar facerea de) nada es no penser en Aplicado a nuestro ejemplo, esta version del texto platénico podria parafrasearse diciendo que si “el rey de la Argentina es narigudo” ex- presa un juicio (y parecerfa que sf), entonces ¢s un juicio acerca de algo (en ste caso, el rey de la Argentina) ; pero ese algo debe ser algo que existe, pues un juicio acerca de lo que no existe seria un juicio acerca de nada, y en rigor no seria un juicio en modo alguno, por lo ena! la oracién “EL rey de la Argentina es narigudo” careceria de sentido, Y si este razonamiento es correcto y la mentada oracién tiene sentido, entonces debe existir el vey de Ia Argentina En la filosotia contempordnea Ia barba de Platin_adquitié un aspects alarmante con la “ieoria de los objetos” de (A. von quien sepia en su oniologia cualquier cle de eulide, Ticlaive objetos “ontradictorios, como tos cuadrados redondos o Ia ‘nariz que no es rssiz, Dice también Meinong que “los juicios son imposibles si no son acerca de algo”? lo cual parece implicar que si “EI cuadiado redondo es redondo” expresa un juicio, se trata de un juicio acerca del cuadsado reondo, y por lo tanto hay’ un cuadrado recondo, Se con- cluye entonces —al parcect— que “El caadsado ssdonde mo existe” 4s una aficacisn falsa, Esto, sin embango, no es tan grave : lo slarnuante 65 que, si el razonamiento es correcio, cualyuier oraciéa de la forma “A no existe” es igualnente falsa, pues si A no existe, acerca de quién afirmo que no existe? Una formmulacién ands tajante y general ¢s la siguiente: “El no ser de algiin modo tiene que ser; de lo contratio; squé 5 lo que no es?”* ford, Plates Theory of Knowledge (Nuva Wont, Fe Libesd Ast Prey 37) En rigor, Platén expone un arguments destinado a proba la imposibilidad de wise Samim ee “hagas as) ely acc ion vin, Cai teeta) re Vel 188 58 BL PROBLEMA ONTOLOGICO: WEINONG ¥ RUSSELL Estas dos cuestiones, la de la existencia de entidades correspondien- tes alos sujotos de cualyuier afirmacion y la de la falsedad te todas les proposiciones existenciales negativas, son dos carss de un mismo Problema, Para mayor claridad, codificaremos en dos esquemas los ‘ugunientos que Hevan a las conclusiones parad6jicas mencionadas, para ello simbolizaremos con la letra “S” la oracién “El rey de la Ate {gentina es narigudo” y con “K” la oracién “Bl rey de la Argentina no cniste”, Esquema 1 (1) “DI rey de la Argentina” es el sujeto gramatical de 5; (2) S es signficativa; (8) Si-se cumplen (1) y (2), entonces es acerca de el my de Ja Argentina; (4) SiS es acerea de el rey de la Argentina, entonces el rey de la Argentina existe; (5) El rey de la Argentina existe, Erquema 2 (1) “EL rey de la Argentina” es el sujeto gramatical de K; (2) Kes significativa; (8) Sise cumplen (1) y (2), entonces K es acerca de el rey de Ia Argentina; (4) Si K es acerca de el rey de Ia Argentina, entonces el rey de Argentina existe; (5) Sil rey de la Argentina existe, entonces K es falas (6) Kes false, La conclusién obtenida mediante el Exquema 1 puede derivarse también mediante un razonamiento algo més complejo que hace uso [+ de supuestos plausibles concernientes a la relacién entre ser una orm cién significativa y poser un valor veritativo {premisa 3], y a la felacidn entre ser una oracién verdadera-o-falsa y la existencia de ciertas entidades [premisa 5] Esquema 3 (1) 5 es (gramaticalmente) de la forma Sujeto-Predicados (2) “EI rey de In Argentina” es el sujeto gramatical de S} (3) S es significante; (4) SiS es significante, entonces $ es verdadera o falsa ; (5) Una orncién de la forma (gramatical) SujetoPredicado es yerdadera si, y sélo si, existe un objeto, nombrado por el sue jeto gramatical, que posee el atributo simbolizado por el pre- 59 FORMAS LEGIAS, REALIDAD ¥ SIGHIFICADO dicado ; y ¢5 fal si, y sblo si, existe un objeto, nambredo por el sujeto gramatical, que no posee tal atributo; (6) Bley de Francia existe El rasgo comin a estos esquemas es la detivacién de conclusiones pplausibles que encuentran variades eces en la tradiciin filoséfica. La Conexiéa postulada entre ser una oracién (aseverativa) significante y pposeer un valor veritative (Esquema 8, premisa (4) } suele formulare en Ip. tricotomia Verdadero-Falso-Sin sentido, tricotomia que al pare: cet deja una tinien escapatoria para evitar la conclusién de que el vey ce Ja Argentina existe: negar Ia significatividad de § en raxéa de que su aujeto gramatical carece de referencia; pero la aplicaciéa general de este priucipio arrojarfa al reino del sinsentido toda Ta lite Tatura de ficcién y aun ciertas oraciones cientificas.® En los casos ext- minados resalta natural considerar que una oracién dice algo acerca Je una entdad nombrada por ei sijelo gramatial 7 parece oto también que si S dice algo acerca de una entidad 2, entonces = exist. “Antes de continoar conviene agregar algo sobre ia solucin dréstica sugerida antes, consistente en negar significatividad a las oraciones nyos sujetos gramaticales carecen de referencia. Bs importante advertir jgue una soluciin de este tipo borra la distincién esencial entre “cus tiones empticas” y “cuestiones de significado”, distineién euyo mante nimiento puede comsiderarse un eriterio de adecuacién para toda teorla feméntica. Pues pars decidir si una oraciin (p. ej. “Bi sey del Cox go rie, Tle, rie) cs significativa, deberiamos efectuar une investiga Gion expitica (p. e]. viajar al Congo y Ueterminar si tal rey existe) 5 y podria ccurrir que siendo significativa un miércoles, dejara de serlo fl jueves siguiente, Pero la propuesta es ademés impracticable: si ig- nnotamos si la oracién maencionada es significante, entonces no la com- prendemos; y si no la comprenclemos, ignorames también el tipo de juvestigaciones necesarias para eslablecer si es significativa 0 no (p. ej., epor qué ir al Congo? ¢No seria mejor combinar cides en una probeta?). ; En iesumen: aunque les esquemas 1-3 presentan razonamientos bbasados en supuestos intuitivamente plausibles, sus conclusiones son sin 5 Los esquemas 1_y 3 son modificaciones de otos dos presentados sor 1B, Sisguoony ch, BF Stranson, "On salersing” (em. Eisayt in Conerplaa! Analysis, Lowdies, MacMiillay, 1966, pg. 32). Tl Esyuema 2 ee una odie gation de cus urado por Richard L. Cartwright en sw articulo "Negative ex CGneiss” (Fle Journal of Philosophy, vel. LVL, nos. 20 y 21, 1960) @ ms Gant try de gue ha raion eaten pind plein 8 uo objets que en realidad no este, por ejemplo, al supueato planeta Vleno GEG E. Mi Acsconbey stv Fotonduction to Wittgenstein's Practtes (Londies, Fhutchinson University Library, 1989, pag. 97, nota 2) 60 EL PROBLEMA ONTOLOGICO: HEINCHG ¥ RUSSELL duda paradéjicas, pues es obvio que ro todas las oraciones existenciales negativas son falsas, y es verdad que el rey de Ia Argentina no existe eDénde reside, si ¢s posible saberlo, el secreto de Ia falacia? § 16. La sovuciéw pe Meione: extsTeNcla ¥ supsisTaNGI ‘Con el propésito de facilitar la exposiciém, he presentado Ia opi- niin de Meinong de una mantra algo equivoca, como x de su "leon de tos objetos” se pudiese inferir la axistencia del rey de la Argentina. En realidad, Meinong propone desvanecer Ia paradoja estableciendo tna distincién entre “exist” y “subsist”, que comstituirian formas distintas de ser: él disfa que el rey de ta Argentina “subsiste™, pero no existe, de igual modo que 1os Hamades objetos ideales (por ejemplo: Ja raz cuadrada de 3) tampoco existen, pues no Jos encontraremos en el univetso espacio-temporal en que se mueven los gatos y los perros, pero indudablemente “Subsisten”. Las relaciones de “similaridad y di- fewncia —dice Meinong— son objetos de este tipo: quizés, en ciertas ciroumstancias, subsisten entre realidades, pero ellas mismas no son parte de fa realidad" Si y B son dos objetos reales que se parecen, 4 temejansa entre A y B no es un objeto real como A y B, sino una tntidad que subsiste entre A y B, sin por ello existir. En esta pers pectiva, Iz paradoja se explica por el hecho de que en el lenguaje coti- diano no distinguimos entre “existir” y “subsistir™ (mero ser sin existen- sla). Le posicién de Meinong puede ahora formularse as 1) SiS es una oracién significativa, y A es ol sujeto grametical de S, enlonces A designa tin objeto qur este 0 un objeto que subsite fo tea un objeto que es, pero que no existe). 2) Hay juic enciales negativos verdaderos: son los que nie- gon Ia csistoncia de objetos meramente subsistentes, como “el actual vey de la Argentina no existe” 1s tovia de fos objotes de. A. von Meinong. L de A. von Meinong. La tcoria de Meinong* cortesponde Vistiricnmeute a fa versién simplifieads que dio Russell en "On Denoting” cot shjeto de sefotaria. Para una expesiciin breve y clara de le tecvie ie hoe histor fontascada” por el von Meineng teal, yew’ Re Orayens ke Consotentn dela entalogia de Meinong” on Cundemos de Floafa, Faceleel ie Filosofia y Letras, Universidad de Buenos Aires, afio X, n? 14, julio cierbre de 1970, * Aes iil des ol [FORMAS LOGICAS, REALIDAD Y SIGNIFICADO Por ‘o tanto, si bien es cierto, en opinién de Meinong, que la oracién “BI rey de la Argentina es narigudo” es acerca de (se refiere 2) el ey de la Argentin, ello no implica que el mencionado rey exis, Sino solamente que 3, razén por la cual no hay esperanza alguna de tnconare tonando tafe en Coren y Tanealla, Y con exo esvanece la paradoja, pues no hay paradoja alguna en neger le Crhtenea de una entidad que mneramente ex Vemos, pues, que Mek ong niega la premisa (4) del Esguema I, y la premisa (4) del Bs queria 2; anglogamente, su teoria implica el rechazo de la premisa (5) Get Rsquema 3, en virtud de que, seein él, tal premisa aélo resulta ver dadera si reemplazamos “existe” por “existe o subsiste”. De este modo, ‘al negar una de Iss premisns, no se ve obligado a aceptar la verdad de Tas conclisiones derivadas mediante tos mencionados esquemas. aero puede ser verdadera una afirmaciOn de la forma “A no es"? Se ve ficilmente que el problema anterior asoma de nuevo la cabeza La posiciin de Meinong (cf. n. 8) debe completarse con una tereera afirmacién: 3) Las oraciones significativas de Ja forma “A no es” son todas falsas Bertiand Russell expuso esta doc cen Ta époza en que atin la compartia: con claridad paradigmitica, see dice o] Rowell de entoees-— es aquellos que erence da th ino See 2 Ee NS ERE de etn; on nen ated aie er tctage pnpnciy verases fain, cod 2 Sere J eStore wai que ple coneioe come noes See oe ta ed noe fae sr doje an fn Sl As re to hort made pola ine ge 2 eT ere, Per Manin Ca ao egy or Io tne 4 {ics ener auc SE ne enn eto wn, ete set fal, pts Sa a certo dine hoc a rls gues a fae ergata nts set ong a nose endni de ig Sean eet propaionan acres slam A os eo "ils PA cigs etry eclno le uta Shoe cee De tale ase Selle Zee tan einen er se ee RS sits "ee ain Snclddtsonte dead checsmel &@ O25, Mee gue te ers hee Pe ee ett ain aoniice propane we tusks Baie ne seen 7 tr mec er no oes CI ae cuca cate debe orale Seda tn The Principles of Mothematics, 64 EL PRODLEMA ONTOLOGICO: MBINONG ¥ RUSSELL Hebvia que distinguir, pues, entre negar el ser y negar la existen- tia. La expresién “No hay centauros® es ambigua: como negacién de ta existencia es verdadera, pero es falsa como negacién del ser. No es ytierto que si juzgamos acerca de algo inexistente no juzgamos acerca (fp. ‘de nada; si juzgamos, juzgamos acerea de alyo, aunque ese algo sea tua objeto inreal. EI desconocimiento de este hecho ha sido considerado. Por Meinong como un “prejuicio en favor de lo existente”. § 17. Osyeciones 4 kere tivo pe sonvaron La distincién entre los modos de ser comstituye sin duda un re miendo te6rico de estas antiguas paradojas, al reconciliar a la filosofia son el hecho (obvio?) de que el rey de la Axgentina no existe, Pero plantea por lo menos tres dificultades: 1) Vialaciin det principio de contradiccién® “B1 cuadrado re- dondo que no es redondo” designa un objeto ifteal; si simbolizamos ssia expresion con a letra “X”, tendriamos entonces que los enuncia- dos “X es redondo” y "X no es redondo” son ambos analiticos (§ 42), ¥ por lo tanto verdaderos, lo cual viola claramente el principio dé contradieeién, Esta situacin no deja de ser curiosa : ambos enunciades serian verdaderos en virtud del principio de identidad (§ 42), que ase- fur Ia verdad de todo juicio de Ia forma “XY es X”, pero violaiian tl principio de no contradiceién, 2) Bl problema de los conejos. :Qué clase de objeto designs Ja expresién “El existente rey de la Argentina”? Dijimos antes que Ia dlitincién entre “existir” y “subsistie” permite negar’ In existencia de bjetos irreales; sin embargo, nos encontramos ahora con una situa- iin dificil: si'Ia teorfa expuesta es correcta, “el existente rey de la Argentina” tiene tanto derecho a designar wn objeto como “EI rey de la Argentina”; pero mientras “EL rey de la Argentina existe” es una oracion falsa, “El existente rey de la Argentina existe” parece anallti camente verdadera, La distincién entre “existit” y “subsistit™ no nos permite desembarazarnos de este fantasma extrafio: gquién afirmncia que el existente rey de Ia Argentina no existe? Con este método pore of Objecu”, fee, eit, phe, 7h ne, més exactamente, “el principio de ne contradiceién" ‘de contradiccién es el de lot hegeliancs, para quienes raracterstica fandamental dela realidad, por jpio clisico de no contradiectén, 3 FORMAS tocrcas, REALIOAD ¥ steNterCADO ros fabricar una infinidad de objetos reales muy curfosos, median el simple egregade del término “existente” a cualguier expresion que designe un objeto subsistente, "Tenemos asi una aplicacién filoséfica dd procedimieato de extracr conejor reales de un sombrero vacio. : 3) Regreso al funto de partida. Consideremos la proposicién “A es distinto de BY. Si es verdadera, entonces hay una diferencia ente ft 4 y B, hecho que puede expresarce diciendo! “La diferencia entre A 1) 9 B subsiste*. Pero si es {also que A es diferente de B, entonces no hay diferencia entre y B, hecho que puede explicarse diciendo: “La dh ferencia entre Ay B no subsiste”. ¥ con esta afirmacién volvemos al problema jnicial: ge6ino es posible que una no entidad sea el sujeo + dc una proposicién? Ahora el verbo “nubsistie” no nos ayuda en nada, | porque si 4 y B no difieren, parece igualmente imposible suponer 0 bien que hay (subsite) un objeto tal como “la diferencia entre A y I", © bien que no lo hay. i § 18. La Teoais ne tas nEscnirciones’ pe Russett 4 Cédxo hemes legado a esta situscién ? Si modificamos el Eig ma I de! § 15 atendiendo a la distincién entre existencia y subsistenc, © obtenemos un esquema del yazonamiento por el que Uegames al muunlo Jantasmal de Meinong. Esquema (1) “St rey de la Argentina” es el sujeto gramatical de (2) Ses significativa; (3) Si se cumplen (1) y (2), entonces $ es acerca del rey de ls Argentina; (4) SiS es acerca del rey de la Argentina, entonces el rey dela Argentina existe o subsiste; (5) El rey dela Argentina existe 0 subsist. €e este exquema, por razones gue Russell rechaza Ja premisa ( también parte dd veremos en detalle; y como la premise. (3). fo Exquema 1, no se ve obligado a aceplar pi la existenciz (Esquema I) ni la subsisencia (Ezguenia 2) dal rey de la Argentina Antes de considerar Ia solucién de Russell detengémonos wn me mento ands en el Exguema 1, Para repetilo ota vez, pareceria que s ot tomo meras “marcas” EL PROBLEMA ONTOLOGICO: MEINONG ¥ RUSSELL tl aujeto grammatical no denota, entonees Ia eracién no se refiere a nada y por lo tanto carece de sentida, En opinién de Russell, nos enfreo- amos con esta allernativa: © bien a) proveemos al sujeto gramatical de una denotacién atificiosa, sosteniendo, por ejemplo, que designa un objeto subsistente {lo cual, como hemos visto, tio resuelve In dificultad 3 del par rgrafo anterior], o bien debeinos abandonar el punto de vista de que las oraciones de Ja forma ilustrada por S dieen algo acerca de un objeto denotado por el sujeto gramatical. Esto implica rechazar ia promisa (3) de los esquemas 1 y 2 y negar, como se veré en Seguida, que el sujeto grematical de S represente un sujeto 1é- ico (ver, mas abajo y § 19). Adoptar el segundo término de Ta altemativa obliga, naturalmente, 4 presentar na teoria sobre el significado de este tipo de oraciones que permita distinguir claraments entre ef sujeto gramatical y el Ila- inado sujeto logico. | Frases como “el autor del Quijote”, “el actual rey de Francia”, “ia hija de Nepolesn", ete. que parecen referirse a un objeto indicando | alguna caracterSstica que les pertenece de manera exclusiva, se denomi- a Pp , san “descripciones”, y en cate modo de referencia se distinguen de los twombres propios como “Pedro” o “Juan”, que prima facie funcionan fe los objetos nombrados. Estas frases se carac- fesian por In presencia de tos articulos definides “el 0 “la”, y por tlle se denominan, més particwlarinente, “descripeiones detinidas”, die nidose asi de las frases de Ja forma “un tal y tal”, conqcidas como descripefones “indefinidas”, La teoria de las descripeiones de Russell intenta fundasmentar el rechazo de Ja doctrina de Meinong nediante tun especial andlisis de las oraciones cuyos sujetos gramatica- lesson descripciones definidas, 0 sea de las araciones de la forma “El {aly tal es B” 0 “La tal y tal es BY. Bl efecto neto de este analisis es Teducir de tin medo razonable Jos compromisos ontolégicos que. de- emos aceptar por razones seméntiens (ef. cap. VILL). En sintesis, su Hla es que los fildsofos se han dejado engaviar por las apariencias line gists, Es un erver considerar que las oraciones del tipo “El tal y tales B” son de Ja forma sujeto-predicado, como “Sécrates es mortal”, “Bi actual rey de Francia” es un sujeto engafioro ; figura en In expre siéa verbal de Ja proposicién, pero puede mostrarse, mediante un anélisis adecuace, que la verdadera forma légica de estas oraciones eelra, donde ya no figura la descripeién “el tal y tal ePero qué signifies decir que “el tal y tal” no representa un sujoto ligco y que ta oracién “El tal y tal es BY no es, en realidad, acerce del tal y tal? Bs dificil ofrecer una respuesta breve; diremos que, dada 65 FORMAS LOGICAS, REALIDAD Y SIGNIFICADO una oracién de la forma “X es BY, la expresin “X" no representa un sujeto Idgico, y, por lo tanto, lu oraciin uo es “acerca de” X, si wn andlisis correcio de ta oracién “X es B? permite obtener una oractén S que exprese exactanente al mismo significado, pero en la cwal wo figure ya la expresién “X” ni ninguna otra extresion gue pueda tomarse como nombre de X. Ahora bien: cn opiniSn de Rusell, afirmar que et rey de la Argentina es narigudo e: lo mismo que afitmar la conjuncién de ls tres proposiciones siguientes: 1) Existe al menos un individuo que es rey de la Argentina, 2) Existe a Jo sumo un individuo que #3 vey de la Argentina, 5) Si alguien es rey de la Argentina, entonces es uarigudo, Consideradas en forma conjunta, 1) y 2) afisman que Day un Ainico individuo que es rey de la Aryentina, Por cousiguiente, el enun- indo en cuestién es verdadeto si y sélo si existe un Gnico individuo que es rey de la Argentina y si ese individuo es narigudo; en cas conttario el enunciado es fako. En otros términos: para que “El rey de la Axgentina es naxiguda” sea verdadera se requiere que sean verdaderas las {res proposiciones enumeradas, y baita la falsedad de una de ellas pava que la afivmacin sobre el ey de Ja Argentina conutitaya también una falsedad Este requerimiento parece bastante razonable,!* pues se conviene generalmente en que el articulo “el” expresa existencia y unicidad : no divéamos, en efecto, que “El rey de la Argentina es narigudo” es ver~ dadera si sabemos: a) que no existe ningtm rey semejante; 0 b) que lay més de uno; 0 ¢) que luce una naciz respingeda, . De acuerdo con este andlisis, decir que el rey de Ia Argentina ex natigudo no es expresar una proposiciin singular atributiva, por mis que sea ésta su apariencia geamatical. La proposicién expresala serfa fen realidad la siguiente : “Existe un individuo, y sélo uno, que es rey Ge Ia Argentina, y esc individuo es narigudo”. Diclo de manera mis 5 “Exdste al menos un individuo x tl que x es sey de la Argentina y cualquiera sea z, si z es rey de le Argentina entonces z= x, y ademas ees narigudo”, En esta versién ha desaparecido el sujeto grammatical “el rey de Is “Argentina”: la nueva oracién s6lo contiene el predicado “es rey de a Argentina”; habriamos mostrado asi que el sujeto gramatical no representa un sujeto légico, pues si este andlisis es correcto, la nueva 22 Véase ifs adelante a critica de Strawson a Russell (§ 49) . 35 Convieue disipar un posible equiveco: la desspasiciéa de la descrip eién definida uo implica la detaparicién del término general que, sigue al frdeulo, sino sneramente su absorcién por un predicado, Eu Introduction to 66 EL PROBLEMA ONTOLOGICO: MENIONG ¥ RUSSELL ori sgifen exnetamente lo mismo que "El rey de la Argentina es sasigudo™ {Ademés, este enunciado hace una afirmacién existencial explicita; | tomo tal, puede ser verdadero 0 falso, pero no hay nada en Ia forma de In oraciGn que nos chligue a aceptar la existencia (o subsistencia) dom objeto correspondiente a una deseripeién, pues la descripeiin ha sido diminada., Afitmamos irectamente que exists un objeto de Giertas earacteristicas, pero si el mundo no contiene mada semejante, ‘nuestra afiranacién es falsa y nada més, El problema planteado por descripeiones como “el objeto redondo y no redondo”, que harian referencia a pretendidos entes contradicto- rics, desapatece ffcilmente también; en Ia versién de Russell, las dos slfirmaciones: 1) “EI objeto redondo y no redondo es redondo” y 2) “EI objeto redondo y no redondo no es redondo”, resuttan ambas falas, pues expresan las siguientes proposiciones: ™* 1") Existe al menos un objeto x tal que x et redondo y no redondo, y cualquiera que sea 2, siz e2 tedondo y no redondo entonces f=, ¥ ademés x es redondo. 2) Existe al menos un objeto x tal que x es redondo y no redendo, y cualquiera que sea z, si z ¢s redonéo y no redondo entonces z=, 116 65 redondo, De acuerdo con el principio de contradiceién, dos oraciones de his fonnas “A es B” y “A no es.B” no pueden ser ambas verdaderas ; en thematic Philosophy, Russell tradujo “Scott ex el autor de Waverk ste un individuo y s6lo uno que eseribis Waverley, y ese individuo os Sra”, le que dio lugse a una curiosa observacin de ‘Maore, sgn. Ta cual 1 wadueciéa no es correcta, pues Scott hubiese sido el autor de Waverley tuinque TPoverley n0 hubiera sido escrite nunca; Homero, por ejtmaplo (0 qiies fuita haya sida el autor de La Illada) probablemente minea eteribid la obra {G:'E, Moore, “Russell's Theory of Descriptions”, en. The Philosophy of Ber- trend Russell, Nueva York, Tudor Publ. Ca). En’ realidad, Ia insroduccion det to “cseribie” no exth justiieada desde el punto de vista de Ia teoria; extic- Tanente, "Scott es ef autor de Waverley” ‘debe analizarse como "“Existe un fndvihio y s6t0 vo que es sulor de Waverley, y ese individuo ee Scott”, donde “tutor de’ Waverley” figura como parte del predieado. Lo que importa es I saparieiin del presenta nombre individual “el aster de Waveriey” (ef. 8.19) rigor, exta cuestiin debiera formolarse més detenidamente consideran- {do ty existeneia do idiomas que carecen del artieulo "el", lo que complica el problema (823). 14 Lp que sigue no es completamente exacto, pues la proposicién 2) pue- fe interpretase de dos mancras, segGn que Ta deserfpeién tenga aparicién “pri. sas" "iecundaria” (§45),” Por razones expesitivas, hemos supuesto, aqui ‘que “el objeto redondo y no redondo! tiene siempre aparicién ‘“primaria”. Eo 15 otra interpretaciém de 2), fsta renutta verdadera, y como 1) es falta, se ‘vigencia| del principio de contradiccién. santiene también BL PROBLEMA ONTOLOGICO: MEINONG ¥ RUSSEI FORMAS LOGICAS, REALIDAD Y SIGNIFICADO ° ‘o ue |. pespectiva més ampli, donde la ligica empalma con Ia teoria del 2 eonociniionto, Comemzaremes con lo que Haima Russell i. Principio epistemolégico fundamental del andiisis de las propo- fe siiones que contienen frases descriptivas: Pasa que podamos entender f)) um proposicién cualquiera, es preciso que se halle compuesta en su ‘oalidad por elementos coustitutives de los cuales tengamos conoci- ninco ditecto.18 En este principio extin involucradas dos cosas que convient tener ventes, pues adquitirén importancia crucial mas adelante (§ 60) + esta versa, ninguna de ellas posee forma predicativa, y ambas son Salsas (con la rezerva expresada en nota 14), por el hecho de que #0 existe ningin objeto redondo y no redondo. Ademés, [as proposiciones existenciales negativas no plantean ya Gificultad slguna; afirmar que el rey de Ja Argentina no existe sg. | nifica : “No es cierto que existe un individuo y sélo uno que e rey de Ja Argertina”. Obsérvese que no estoy afirmando, acerca de cierto objeto A, que A no existe, lo que puede originar la peligrosa pregunta: “Si A no existe, 2acerca dlc quidn niego 'a existencia?” Porque esta pir- Posiciéa no es de Ie forma ““A no es B”; no hace referencia & ningia objeto particular. Lo que afinma es en realidad To siguiente: “O bien entre los individuos del wniverso no hay ninguno que sea rey de la Argentina, 0 més de uno es rey de la Argentina”. Y éta es una pre Poticién general que so refiere ambiguamente @ los individwos dd | universo, pero no menciona a ninguno determinado. Asi, habrfamos resuelto un de:concertante problema ontolégico me diante la bisqueda de In verdadera forma légica de cierto tipo ce afiemacione:. La conexiéa de este andlisis con la ontologia se hart més clara si recordamos Ja definicién corriente de objeto como “to, lo que puede ser sujeto de un juicio”. Pues ast como Kant recursié a tabla de los juicios para efectunr Ia deduccién de las categoriae, resus | ain més netural tomar en cuenta Jos juicios para clasificar fas enih dades designadas por sus sujetes. Si abjeto es todo lo que puede sr sujeto de un juicio, entonces el némero x es un objeto, pues hay orm clones de la forma “EI nimero x es de ‘al o cual modo”, y también e un objeto, de algiin tina, a! filéeafo gue extd dentro de msl velo} pul pues sin duda puedo emitir un juicio “acerea de” ese filésofor per ejemplo, que cree ea la tzorla de los objetos de Meinong. Pero si vn andlisis l6gico adecuado me permitiera probar que #, | trata de un sujeto lgico ilusorio, serfa nececario renumciar a cierts entidades ayarentemente nombradas, 0 dar otvas tazones para sorter su existencia, El anilisis de Russell no pretende probar, naturalmente, que no hay cosas como el rey de la Argentina o el cuadrado redondo s6lo_quieve probar que no kay razones légieas paca sostener su exie tenela (0 subsistencia) ) Si una palabra es significativa, entonces existe una entidad que eel significado de la palabra, b) Entender una palabra consiste en hallarse en una relacin de fotocimiento directo coa Ja entidad que Ia palabra significa, Ambos supuestos parecen trivialmente verdaderes, ¥ hasta tautolé- EP sic, pero el mismo Russell los rechazé més tarde, adoptando una con- ©, cepein causal del signiticado.'8 Considetemos ahora la afirmacién “Bl rey de la Argentina és un tnanifero”. Puesto que es evidente que Ia comprendemos, gcuiles son kes “elementos constitutivos” de los que debiéramos tener conocimiento diveeto? Antes de contestar vamos a retroceder un poco, En primer lugar, Russell define el conecimiento directo dé_un shieto como aquel en el cual nos percatamos direetamente del objeto |, fm cucstion, lo que sélo ocrirre euando estemos frente al objeto mismo t tengo un conccimiento directo del color azul que veo en este momento, pero no de Manuel Belgrano, a suien s4lo conosco a través de. sefe renvins histérieas. ‘Mi conocimiento de Manuel Belgrano es un cono- siniento “por descripeién”; to conazco como siendo “el creador de la lnndera” o “el vencedor de la batalla de ‘ucumén", pero no se halla A mismo “presente en mi espfritu”, como el color que veo junto a Ia miquina de escribir 0 el sonido que entra por la ventana, «Do qué clase de cosas tenemos conocimiento ditecto? Segiin el _ | Rusell de la época piatsvica (The Problems of Philosophy, 1912), ea | seguro que poseemos conocimiento directo de 4) Los datos sensoriales; b) Los universales o conceptos.? 1B Resell, “Kacwledge by Arquaintance aud Knowlelge by. Desceips tie’, en Alysticirm nd Logie, Londres, George Allemand “Umein, 158 rig. 159. ‘Trad. emp: Misiciomo y Iégiea, Bwenoe Alves, ed, Paidés, 1949, En alelante, “Myeticinn’ 0B. Russell, Inquiry into meaning and truth, Londses, Allen and Unwin, sei, 1956, § 19. Conextones cow sa Toa a Foasia Léo1ca ne La onnezicrs Gennitensr0, Rucell, The Problems of Philosophy, Londres, Oxford University Ei anslisie ruselliano de las fases descriptivas se balla Higado oe Nano de los plivas oe i Pres, reimp, 1962, pig. 48. EI plameo de Rosell toma’ en cuenta: mebien 8 consideraciones de Upo gnosealégico, que ubjean su teoria en unt 60 68 FORMAS LOGICAS, REALIDAD Y SIGNIFICADO Entendemos Ta oracién “El amarillo es ciferente del azul” porque nos hallamos en una relaci6n cognoscitiva inmediata con los wutiverst- es Amarillo, Diferente de y Azul, de igual moto que podemos tener una elacign cognoscitiva inmediata ‘eon loa eases particulares de Azul y Amarillo: el azul de esta mesa, el amarillo de este amancay, Una ore cidn como “esto es azul” sélo puede ser significativa para st si eo- neaco directamente esto y el universal azul. Esta concepcién se vincula | con wn determinado andlisis del acto de juzgar Un juicio (come suceso psicolégico) eorsiste para Russell en una relacién del sujeto con varias entidades. Si juzgo, por ejemplo, que ‘A ama a B, existe entonces una relacién de cuatro términos lamada “Juagar” (0 “relacién de creencia”) entre Yo, A, la relacién Amar a, y B (Afysticism, pig. 159). Podvia suponerse que, si Juan cree que A ama a &, el juicio es més bien una relacién entre Juan y et complejo Que A ama a B. gPero qué clase de cosa es Que A ama a B? En la hripdtesis de que la ereencia de Juan es verdacera, disfamos que se trata de un hecho. Y se seguiria entonces que la forma légica de una oracién dle creencia, como “Juan eree que A ama a 3", queda indicada por el esquema “KX eree que p”, donde “p” hace referencia a un hecho de complejidad arbitraria. Pero esta interpretacién, a pesar de su cavicter intuitive, deja sin explicar cémo es posible electuar un juicio falso, ya que si fuera falso que A ama a B, entonces nc existitia un hecho cores pondiente. Como la mayor parte de las ceencias son etréneas, el punto de vista considerado resulta inaceptable. Hay, sin embargo, otra interpretacién alternativa, adoptada por Frege-Chureh (§ 25), -que conserva el exquema “X cree que p” para la forma lgica de la ereenca; en esta interpretacién, ‘“p” no representa un hecho sino una entidad abstracta denominada “proposicién”, la cual no es otra cosa que el sentido de la sucesi6n de simbolos que lamamos oracién declarative) Pero Russell rechaza Ins proposiciones entendidas como entidades abs tractas, y por Io tanto no concibe la ereencia como una relacién di dica entre un sujeto y wna proposicién f, sino comio una relacién n-Adica (con n> 2) entre un sujeto y todas as entidades mencionadas en En Ja teorfa de Russell, la fonna l6giea de “Juan cree que A sma a BY es la que se exhibe claramente en la notacién: “Creer (Juan, A, Amar 2, BY”, donde Amar a es una relaci6n diddica, y Creer, una relacién fetridi¢a, que tiene como argumentos tres particulares y un univetsil (el universal es, precisamente, la relacién Amar a). De manera mit general, divfamos que, cuando Ia oracién subordinada se refiere a in hecho diédico, Ja forma légica de una oracién de creencia responde al esquema “C (a,b, R,¢)”, donde “G” simboliza en este caso la relaciéa Suan posibilidades (memoria, autoconcieneia, ete), que omitimos en heneli io de la unidad expositiva. Las cousideraciones que siguen son independies- tes de esta complicacién. P I 7 BL PROBLEMA ONTOLOGICO: SEINONG ¥ RUSSELL de creencia; “a”, el sujeto que cree, y “RY, una relacién diddica que puede unir’a b con ¢, lo que s6lo ocurre cuando la creeucia es ver~ « dideta, Es fundamental advertir que la relacién que une los tér sminos én un todo es Ia velacién de ereeneia, y que cvando ésta es fala, Jn telacién 2 s6lo interviene como un elemento mis en el hecho de que a cree que 6 Rc. (Obsérvese que estamos en plena sustancializa- Cin de las relaciones, lo que fue eriticado por Russell en una fase posterior (§§ 12 y 65]). En opinién de Russell, el principio epistemoligico anterior tiene caricter de evidencia, pues “no podemos jiszgar o suponer sin conocer qué es Ia cosa acerea de la cual juagamos © suponemos” (Mysticiss, ig, 159). Los que Russell llama “elementos constitutivos de la pro- posiciéa” no son otra cosa que los objetos vinculados por Ja relaci6n fa que consiste el juicio, ¢Cémo es posible entonces que efectuemos juitios acerca de el rey de la Argentina? ;Es éste un “elemento consti- tutivo” de la creeneia de que el rey de la Argentina no existe? IE] punto ts peligroso: si damos un paso més, eaeremos en las garras fantasmales de Meinong. ‘Como se adivina ficilmente, la solucién de Russell equivale a mos luar que para comprender una oracién como “El rey de la Argentina 6 un mamifero” s6lo es necesario que nos hallemas en una relacién cognoscitiva directa con universales, pues se trata en realidad de una proposicién general donde sélo se mencionan coneeptos, pero ningin particular. Los universales involucrados son los conceptos Rey de la Argentina y Mamifero, con los que presumiblemente tenemos una re- lacién de familiaridad. Consideraciones andlogas se aplican a “El rey de la Argentina no existe”, que de otro modo no podria ser verdadera, ‘A menos que se aceptara la dicotomfa Existencia-Subsistencia, Esta concepcién tiene derivaciones curiosas, que veremos’con més detalles al tratar la cuestién de los nombres propios (§ 21). Como el rey de la Argentina no existe, no puedo tener tuna relaciGn eagnose directa con el rey de la Argentina; zpero qué'es lo que ocurre cuando ‘reo en lo expresado por la oracién “Churchill es un politico inglés”? ‘Aunque Churchill existe todavia, yo munca lo he visto,® No poseo, ent ningtin sentido, algo que pueda considerarse un conocimento directo de Mr. Churchill. Sin embargo entiendo perfectamente la oracién “Churchill es un politico inglés", y ereo en lo que dice. @Cudles son los elementos constitutivos de ri ‘cteencia? Aparentemente la oracién * Winston Churchill evista, en efecto, cuando se publicé ia. primera cictin de sste Ubro. ¥songue mar eo. 1968 tal ver. pueda afirmaren a6 ‘uo Churchill existe, en un sentido del verbo "ex UBgisoe (ef § 62). Tal ver slo esté “lejos” de nosotren temporal que contituye el aniverso y tod To contiene. Ast penseba también Par- rnindes, Namado "EY Viejo", nm FORWAS LOGICAS, REALIDAD ¥ StaNiFICADO ombra a Churchill, y por lo tanto éte debiera ser uno de ellos (s fiponsmes que Churchill ese! Saucado de le plobee “Chua Pero Churchill no es un dato sensible (no tendiia sentido decir, al snos sin rigurosas aclayaciones, que un dato sensible es un politico inglés}, ai es un universal, y és son —de acuerdo con Russell fas ines cos de as quo pestle el eonseimiento ditto. Pox lo tin ni siquiera les amigos de Churchill lo conocen de manera directa, ya Que tuando conversan con slo tienen conociniento inedato de sonidos, forint y colores (oscurecidos par el humo del hebano); que en el mejor de lor casos no conetituyen mks que aspectos variables de Ia (otalidad de aspectes que pertenseen Mr. Churchill, ¢Cémo se explica entoness que cemptendames fa oracién™ Churchill es un pol inglés”? La respuesta de Russell seria que “Churchill” no e& en restidad un verdadero nome. propio, sine uma descripeién ahvevinda po! cjemplo: “el sycesor de Chamberlain”), do modo que en andlisis correct Ge esta oraciSn s6lo toperareinos con universal, como en el caso de “Bl rey de la Argentina es rarigudo”. Bn la costa, Rel odo nef saa cme de suciades de intencién més cotidiana y concrets, como “Juana es co tasicles, slo hablavan de eitidades abstractas (cf. § 0) Dejames sin vonteslar por el momento los dos interroganter: a) eque es tn verdadero nombie prepio?, yb) gdinde se los encuenta?, que mos en el pardgrefo siguiente, para prestar atencién a ott problema, g.Los elementos constitutivos de los juiefos no serdn mes bien les inistesigcor entes psicoligices yur lenatinawes usvalmente “ideas” {Par qué no decis, como parece obyio, que cuando juzgo que el tey de la Argentina no existe debe incluir entre los elementos constitutivas de mi creencia fa “clea” mental BF rey de la Argentina? El expedionte de recumir a las “ideas”, entendidas como entes psi colégicor, tiene larga tiadicién, y es responsable de algunas confusiones en Ia doctrina del concepto, que es pretentado a veces como una enti dad abstracta y @ veces como un contenido psiquico, sin que se sepa siempre con claridad cual es Ia posicién acoptada. Ya en Aristtles eemos que “los sonidos emitidos per la voz son los simbelos de los} escadlos del alma”, y que los extados del alma son imagenes de las cosas: 8 de este modo fos significados de las palabras sexfan entes psi quicos, que ronstituinfan a su vee imégenes de los objetos a los que pretendemos referimos mediante eb lenguaje. E! vineulo entre las palebras y las cosas no es diecto, sing a través de los estador del elma, 18 Dy Philosophig LTaterdretation. 165 und. francesa de J. Trleot, Paris, Libre ‘Vein, 1359 nm “ plie) de Lalande, encontraremes que por sujet EL PROBLEMA ONTOLOGICD: NEINONG ¥ RUSSELL como to ilustra el siguiente esquema, donde las flechas indican Ia relaci6n de simbolizacién: palabras» estados del alma~>objetos Si on vec de “estados del alma decimos ahora “ideas”, tendre- twos el problema en los térmninos con que fo planteamos inicialmente, Russell rechaza esta concepcién; segrin él, “convierte a las ideas en un ‘elo entre nosotros y as cosas externas; reeultatia que en el conoci tniento nunca aleanzamos las cosas que se supone contocemes, sino s6lo las ideas de. esas cosas. Segvin esta opiniéa, la relacién entre mente, ilea y abjeto es completamente oscnra, y, hneta donde yo aleanzo, nada susceptible de ser descubierto por infrospecciin garantiza Ta intrusi’n de la idea entre la mente y et abjeta! (Mysticism, pay 160). Ta con. ceneiin de Russell puede representarse con un esquema més simple. palabras» ebjatos Ass, Ib palabra “bueno” no es el simbolo de una “idea” mental teferida 2 su vez a la propiedad ser-bueno, sino que nombra directa: hrente esta propiedad, la cual constituye su significado, En opinign de Rosell, Ia postulacién de “ideas” entre las palabras y Ins eoras, condu. Cita & un regtesn infinita: “Sospecho que este punto de vista ve apoya tn el decogrado por la relacion, y en el sentiento de tue neve te podria conocer chjetos x menes que hubiers algo eeny ella que Tedria Hamarse el estado de conocimiento del objeto. Pero esta opi sin contluce en seguice a 1m vieioeo semveto influito, puesta yuie ta telacion de Ia idea con el objeto tendré que ser explicada suponiendo ne To mia idee tiene va ido del ebjeto y ast ad infinitum” (Myst com, pag. 161). Estamos ahora en éptimas condiciones para comprender més cla- ramente Jo que entiende Rrvseell por “sujeto légico®. Si buscamos el téemino “sujet” en el Vocabulaire technique et critique de la Philaso~ to de una proposicién pueden entenderse tres cosas distintes: = 8) El sujeto gramatical : por ejemplo : tn palabra “Nada” en “Nae ae mis bello que ta virtua” b} Lo que podsia denominarse “el sujeto estrictaments logico, os deci, la fea a In cual se aplica Ja asercién”. Segin cl diccionario, en lejeniplo anterior el sujeto Iégico es fa vivtud ©) Bl sujeto real en sentido sristotélien, cl ser individual Se comprende que si “A” es el nombre de un objeto individual con clque me hallo en una relacién cognoseitica:inmediata (en euyo caso dliemos que se trata de un nombre propio en sentido ligico [§ 21), 2B FORMA 1OGICAS, REALIDAD Y SIGNTBICADO entonees lo que el diccionario lama “sujeto real” coincide con el “su | jeto Ioico” de la concepeién de Russell, donde los datus sensibles ocupan el lugar de las sustancias aristotélicas (§§ 8 y 9). Y si “AM es un tér- mino genético, entonces el sujeto légico es un universal ‘ La leoria de Russell posee wna sencillez seductora, pero da lugar a problems inquietantes. Wittgenstein la ha ciitieado por no hacer im- posible jugar sinsentidos: “La explicacién correcta de la forma de la oracién A juzga p> debe mostrar que es imposible juzgar un sin- sentido, y la teorfa de Russell no satisface esta condicién” (Tractatus, 5. 5428). Se ha dicho también gue no permite distinguir entre jugar @Rb y jugar bRa. Para valorar esta iitima objecién, que prima facie nos parece ine fundada, recuérdese que un hecho relacional no sélo se caracteriea por us componentes, sino ademés por el orden en que Jos vincula Ia 1e- ncién (§ 10); es el orden lo que distingue el hecho indicado por Rb’ del indicado por “b Ru”. El acto de juzgar 0 creer es tam bién un hecho, cuyos componentes estin unidos por la velacién de ia en un orden determinado, y es este orden To que distingue el hecho de que Juan cree que a R b (simbolizado en forma més abs- tracta: C (J,@,R,b)) del hecho de que Juan cree que bRa (C Ub Ra). En cuanto a Ia objecién primera, segiin la cual la teosfa de Russell no hace imposible juzear sinsentidos, podriamos convenir en que la relacién entre un individuo x y los términos a, Ry no es una relacién de creercia si el orden en que estos tres Gitimos términos cstin vinew Tados pe esa relacién no earacteriaa un hecho posible del que elles sean Jos componentes. Asi, de acuerdo con las reglas usuales de significacién, ef orden de los términos en la expresion “b aR” no puede caracteriaat tn hecho, porque “ba R” earece de sentido, contiariamente a lo que ocurre con “a R 6 En consecuencia, aunque haya un hecho de la forma H (x,6,4,R), donde Hes alguna relacién que vincula a x con | las restantes entidades en el orden dado, este hecho no es una. creencia, BE PROBLEMA ONTOLWCICO; MEIVoNG Y RUSSELL 20. Ta ° | «$20. Las nescxrctovss como sftenotos iNcoMmpLeTos El anilisis russeliiano de las. descr teoria més general acerca de lo que I frase denotativa —dice Russell— enti quiera de las siguientes: hie, cada hombre, el acts ipciones forma parte de una sma “frases denotativas®: “Por ndo una frase tal come cual- 7 hombre, algtin hombre, cualquier hom- vil rey de Francia, el actual rey de Ingles ‘slo, etc. La expresisnelegida para clsifiar estas frases abedec |, 9 motivaciones que no andlizaremos aqui (CE. Principles ero rpretarse como “frase que denota”, sino como una expresién técnica Cayo siglfcado so agota en la enurperacién dada, sobreentend:éndene urn lugar de “hombre” o ‘rey de Inglaterra™ pueden ir otros tr nos; de lo contratio, eré diffeil evitar los equivecos. Las frases des otativas son divididas’ por ; Faatghy fom eivididas por Russell en wes grupos (On Denoting, ph T) Las que denotan, como “el rey de Inglaterra” T1) Las que no denotan, como “el fey de la Argentina”, | TH) Las que denotan ambiguamente, como “un hombre” Algunas frases derjotativas funeionan en el lenguaje natural come sedosnjetos, lo que podvia dar nacimiento a entidades ilusorias, de Sinadas por “todo H™, “cualquier H¥, etc. El comportamiento de files expresiones es distinto del que caracteriza a los sustantivos “nor. rales"; si en un enunciado logicamente verdadero reemplazamos un otantivo por la expresién denotativa “Todo hombre” podemos ob. lever una falsedad. “Ast, es ldgicamente verdadero que “Napoleén es ‘aéntico a Napelebn'* pero es falso que “Todo hombre es idéntico a y H noes la relacion de creer. | Finalmente, la tcorfa de Russell plantea ciertas dificultades rela. ‘vas a las consiantes légicss. Si cuando juzgo que A ama a B me hallo en una celacién de cieencia con A, la relacién Amar ay B, qué ocure J cuando juzgo que A no ama a B? . Es difiell msponder que en tal caso me encuentro en una especial relacién con A,B, la relacién de Amar a y no, dando asi una extraiia jerarquia ontolégica al adverbio de negacién. Este problema requiere tun examen cuidadoso de las Hamadas constantes logicas (términos como “po”, ai... entonces", ete.), que excede los Hmites de nuestro andli Diremos, sin embargo, que Russell claboré posteriormente wna teoria “‘psicoldgica de los juicios negatives, y, en general, de las constantes 16 gicas, que permitiria eludir la cuestién planteada. ” | todo hombre”, y a! simbolieacién moderna. refleja clara ‘ular del andlisis de Tas frases “denotativas” (cf. § 35), El principio fundamental de la doctrina de Russell es que “las frases denotativas no tienen significado por si mismas, sino que sélo - tne simiicado cada proposicién en cuyas expresiones verbs ellos aparecen” (On Denoting, pags. 42-43). Ademis, expresa Russell que ‘a ftase es denotativa solamente en virtud de su forma”, de mado qe presenta su teorfa de las descripciones definidas ‘como un 2 Nrtrand Russel, “On Denoting", en Lage Geog, an tnd Unwin, 1856, pag 7° "2H" and vowder, Londra ¥ Con las reservas sefialadar en §§ 49 y 44 6 FORMAS LOGICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO estudio del articulo “el” 0 “la” en singular, y sw tra oraciones del po “Bl aly tl es BY como unm def correcta del articulo determinado ora apr dared, reérdse que en I defini contests de tuna expresién X no se define direclamente X sino su uso, debida a fo cual s¢ Ia llama también “iefinicién por el uso” (definition ia wel. Este tipo de detinicfén ofrece un sinénimo para ciertas expresiones que “| conticnen X (expresiones donde X es useda), pero no para la propia x, Asi, no define el atculo “el” en I forsia “El, done “5” representa una expresisn sinénimma de “el”, a la manera de'*Hom- rea Animal Ravional”= Lo que define es el significado de claws enteras de oraciones completas en las que figura “el”: “EI tal y tel es Bex Bwiste al menos un objeto x tal que...”. Esto eoncuerda con la | aftrmacién de que “el” sélo tiene significado en uso (lo mismo que "), ¥ de que, como veremos en seguida, se trata de un mbolo incompleto, : Si bien en Ia doctrina de Russell las descripciones carecen de sig: wifieade auténomo, contribuyen a preducir el significado global de las oraciones que integran, de modo semejante a los términes como “s' “no” “y?, denominades sincategoremata por los logicos excoléstiot Russell insluye las frases denotativas entre fos amados “simbolos in compietos”, clenominacién que sefiala una caracteristica fundamental no compttida por todos los sincategoremata Porque un simbolo incompleto se define por satisfacer dos condiciones mificado independiente, b) Aspe figura en In expresién verbal de una proposieién, pus de eliminzrse cuando Ja proposicién es correctamente analizada?? La idea de que las descripciones carecen de significado indepen diente se apoya en el supueste de que, si una expresin es significativa, “fE te commis yeoman ie sone ota oe mae ae rey siticos son delinibles a partir de conceptos logicos tolamente, y que dese df ica es superflaa. La reserva expe- se debe al hecho de quo la relw Punta de vista tedrion Ta notacién mate Tada por cl ailverlig: “apranignadamen a d bs Jets sateen al Lgl no slo retire a detncin Vga de be términor satematicas, sine también la deducciGn de todos los teoremas mat. riticor a parte ce lor exons 1igiccs. Pero en el sstenia de Russell ete | 1% i Ja de ser superfloos jf EL PROBLEMA ONTOLOGICO: MEINONG ¥ RUSSELL entonces su significado es Ja denotacién. La relacién entre nombre y sbjeta nomlraco xe describe normalmente diciendo que el nombre "dee nota” el objeto, y esta terminologia se aplica no solamente a nombres propios en sentido cortiente ("*Pedro”, “Sécrates", etc.) sino también 8 las descripciones: la denotacién de “el rey de Iuglaterra” es el rey de Inglaterra, Pero Russell separa drésticamente Ins descripciones de los nombres propios en. sentido estricto, como veremos en detalle, lo {qe exigiré distinguir también das sentidos del verbo “denotar”, Mo. tnentineamente, sin embargo, usaremos “denotar” en su sentido més avuplio, con el propésito de fecilitar la expaticién, Hemos visto ya que ¢n esta doctrina. los significaclos de Int palabras son enlidades de lat qe tenemos conocimiento directo en el instante en que las compren: demos; la aprehensién directa de significadlos seria en este sentido and loga a ta percepeién sensible, a través de a cual entrames en una rela- tion cognoscitiva inmediata con los datos sensoriales, De acuerdo con la terminologia usual, se dice que In patabia denota et objeto que ‘iguifica (si la palabra es un predicado, tal “cbjeto” ex una relacién © prepiedad),¥ el cual constituye su denotacién, Pero no todo objeto tenotado [por una expresién puede ser conocido ditectamente: “En bn petcepeién aprehendemas los objetos de la percepciGn, y en el pen- ‘omiento aprehendemos objetos de un caricter légico més abstracto, ero nwo tenemos necesariamente aprehensién ditects de los objetas de. rotados por frases compuestas cle palabras cuycs signifiendes hayamos spiclendide” (On Denoting, pig. 41). Un ejemplo es el abjeto denotado er “el hornbre més alto de ta época. prehistérica”. Esta descripeiin fe "aplica” dnicaments a a, y por eco dotimes que io denuls, pero no se trata de una entidad de Ja que podamos tener conccimiento directo, De ello resulta que no basta que una expresién denote un cierto objeto Fora que ésle constituya el significado de la expresién. Si una expresion iene significado, su significado es el objcto que dencta; pero si este hielo no es su significado, como Russell ‘trata de probar en el caso ds lax descriciones, entonces la expresién wo tiene significado alguno, Una descripcién puede “denotar” (en ef sentido preciso que definite. fos mds aclelante), y carecer sin embargo de significado independiente. La prucha esgrimida por Russell es simple, y se vincula con la Hamada ponadoja de la identicad (§ 22) bine quit vo poode sativfaceme sin In introduceidn de wn axiom especial ‘ee std lejos de ser wna verdad Tégiee, al menos en ef sentida mas vergl Ge ‘a palnbra: el amado “Axioma de Tafinitud”, que ateguea Ia eaiseocs. de (Oe nmeee intite de: jadividuose 2 Sepiin Ia opinién sustentada largo tiempo por Russell, tos predicados “romsbran” propiedades o relaciones, de mada que tun enunciade. como “Juan ‘ ueno” habla acerca de un individuo y de una proyiedad (§ 60) 7 FORMAS LOGICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO Una afirmacién como “Cervantes es ef autor del Quijote” estable ce wna relacién de identidad, que puede expresore mnds claramente con la notacion: “Cervantes el avtor del Quijote”. zCusl puede ser fen este caso el signifieado de ln frase denotativa “el autor det Quijote”? Si es el objeto denotado por “Cervantes” (0 sea Cervantes en persona), entoncss Ia oraci6n “Cervantes el autor del Quijote” significa 19 mist que “Cervantes == Cervantes”, lo eual es Talso. Las oraciones de la forma “K=~el tal y tal” posten en general valor informative, como lo muestran las polémieas acerea de si Bacon es o no el autor de Ins obras atribuidas a Shakespeare. Pero no se requicre ninguna inves: tigacién histéviea para establecer la verdad de “Cervantes = Gervan- tex”, anque existen documentos hist6rieos que prucban que “Cervan- tes—=el autor del Quijote”. Quedamos entonces en que “el autor del Quijote” no puede significar lo mismo que “Cervantes”. El problema 5 que tampoco puede significa otra cosa, pues en tal caso “Cervan- tes—=el autor del Quijote” seria una afirmacién falsa, La conclusiin —algo desconcertante, por qué no confesarlo— es que “el autor del Quijote” no tiene significado alguno, Pero contribuye a formar a significado global de la oracién, como lo prucba el hecho de que “Cervantes = el autor del Quijote” significa, de acuerdo con el andlisis de Rusell: “Existe al menos un x tal que x es autor del Quijote, y cualquiera que sea 2, si z es aulor del Quijote, entonces zx, y x= Cervantes”, donde la descripeién ha desaparecido, para dar lugar al predicado “es autor del Quijote”? § 21, Nomis provios connientss ¥ NommRES PROTOS EN SENTIDO 1.60160. Dos ACEPCIONES DEL VERRO “DENOTAR” Ex realidad, negar significado independiente a “el tal y tal” equic vale a negar que vea realmente un nombre propio. El tema de los nom bres propios es poco claro y acaso bizantino (cf. §29,G), pero quizd progresemics algo con las observaciones que siguen. Comenzamios haciendo notar que el vinculo entre un nombre pro- plo y au denotacion es accidental y arbitauio; puedo sefialar una su perficie roja y decir “Esto es rojo”; y esto puede ser bautizado también con el simbolo “Vier”, 0 “Thhk”. En tal caso, eifo es la denotaciia do “Vire" simplemente porque ost9 es lamado “Vrre”, ast como Pedro 44 No confundir con “ser ef autor". Whitehead es “autor” de Principe Mathematica, pero na es “el autor", pues lo esexibié on colaboraciéa con Russell : B BL PROBLEMA ONTOLOGICO: MEINONG ¥ WUSSELE fla denotaciéa de “Pedio” simplemente porque Pedro fue bautizado dle tal modo, Pero si alguien es la denotacion de “el rey de Inglaterra” 5 porgue tiene la propiedad de ser rey de Inglaterra, lo cual eonatituye wnt telaci6n distinta (esto es asf al menos en lo que se reliere al uso normal de las descripciones; ef. § 44, n, 11). En sentido esteicto, un nombre propio es para Russell un sfimbolo que representa tun objeto del que tenemos conacimiento directo, y Io hace sin adscribisle nine guna caracteristica. Por lo tanto, si “Vrer” es un nombre propio y ligura como sujeto de una oracién, Ia oracién eo nezrea de Vat y Vote eel sujeto logico. La existencia de Verr queda garantizada por el sinple hecho de que “Vere es realmente un nombre ‘popies porque si "Vir" es usado como nombre propio y en realidad no denota objeto algune, la oracién en la que figura carece de sentido, pues no logra ser una afirmacién acerca de nada (obsérvese que, si defino “nombre pro- pio” de modo tal que abarque las descripciones, este razonamiento ‘os leva directamente la teorfa de Meinong, 2 menos que niegue significado a las oraciones cuyo sujeto gramatical es una desctipeién vécia). E! nombre propio en sentido légico es presentade como una especie de “marca”, y, si la marca no corresponde a un objeto, las oraciones que integra no tienen significado alguno. Se comprendera sto nis claramente si se considera que Russell concibe los nombres Propios como “simboles simples”, 0 sea simbolos que no contienen como partes integrantes otros sinbolos con significado auténomo: “Vir es un simbolo simple, pero no asi “et rey de la Argentina”, porque cone Hlene ewuiu partes los simbolos simples “rey” y “Argentina”, que po- seen significado aut6nomo, El hecho de que “el tal y tal” no sea un sfmbolo simple deter- mina una diferencia fundamental con respecto a ‘Vn: “EL tal y ‘ales B” tiene sentido aunque no haya ningiin tal y tal; pero si “el tal y tal" tuviera un significado independiente (si fuera un legitimo “noun- bre propio”), habria siempre un objeto denotado, a menos que “el tal y tal” fuera un mero roido: “Siempre que el sujeto gramatical de una raciés) puede suponerse que no existe sin que la oracion carezea de sentido, ¢s claro que el sujeto gramatical no es un nombre propio, o sea que no es un nombre que representa directamente algin objeto” Sobre la base de estas observaciones podemos distinguir ahora dos sentidos del verbo “denotar”: a) Si X es un nombre propio, “X denota”” significa: existe un objeto del que tenemos conacimiento directo, y ese objeto es repre- sentado por X sin adscribirle ninguna caracteriitica (como se ve, este _ 29A. N. Whitehead y B, Rusell, Principia Mathematics, Cambridge, Universcy Press, reimp. 1962, pag. 66. 79 PORMAS LOGICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO sentido de “denotar” surge ce Ja definicién misma de “nombre pro- pio”) b) Si X es una deseripeiin; “X denota” significa: existe un objeto {y no mas de uno) que posee Ia caracteristica mencionada en Bn el. segundo sentido de “denota:”, Ia denotacién no consticuye cl eignifieado de sna expresiin, El hecho de gue una oracién eujo Sug" gianaaeat eo uondecpeidn vacia puta tener” sigrfiade, jndica que ef modo en que las descripeiones contribuyen a Ja formacién del significado total es independiente de la denotacion, y distinto, por To tanto, del modo en que contribuye un ‘nombre’ propio. | Generali zando Io situacién planteada por fas descripciones vacias (“el rey de Aunética”), Russell dir que una descripcién mo “representa” nada, aunque exista un objeto (y no més de uno) con la propiedad aludida en eli, “El rey de Inglaterra” tiene denotacién, pero “El rey de In- glaterra ¢s distinguido” no habla acerca del ebjeto denotado; la con ‘cepcién de Russell iene la virlud de mostrarnos c6mo es posible tal cosa, pues en el andlisis “correcto” de esta oraci6n el sujeto gramatical desaps- fece, Este caso se hard més plausible si recordamos los anteriores su- ppuestos acerca del significade de las expresiones. Pues aunque exists realmente un individuo (y s6.0 uno) que es rey de Inglaterra, tal indi viduo no es un objeto cle conocimiento directo (salvo, quizé, para é mismo, si se admiten el yo y la autoconciencia), y por To tanto no puede enttar en el significado de la oracion (ef. §§ 19 y 60). Lo que entra en su significado es el concepto ser rey de Inglaterra, hecho que se pone de relieve analizando y deshaciendo Ta frase descriptiva en partes Pero la descripcién como un todo no corresponde a nada en el signif ‘cado de “El rey de Inglaterra es distinguido”. Como es obvio, los nombres propios comunes no satisfacen la de- finicién dada, pucs’pretenden representar objetos dle Tos que no tene- mos conocimiento directo cuando los nombramos (Hitler, Caligula, Jorge Bosch, etc.), lo que se hace atin més evidente si se trata de per tonajes histéricos.” Este hecho “...hace muy dificil dice Rusell— « encontrar ejemplos de nombies propios en el estricto sentido légico de # In palabra. Las Gnicas palabras que usamos como nombres propios et ¢l Sontido I6gico son palabras como 0 «aquello>. Podemas usar esto» como nombre para repyesentar un particular del que tenemos conocimiento ditecto (with which one is acquainted) en ese momento. Podemns decir esto es blanco»; si concenimos en que esto es blanco, significanda el esta que estamas viendo, usamos. «estos como vn nom bre propio (Atomiom, pag. 201). ‘Los nombres propies corrientes como “Juana” @ "Sécrates”, on cambio, son para Russell mieins abreviaturas de descripciones: “El pen samiento que esté en la mente de una persona que usa de, manera co 4 recta un nombre propio, ea general silo puede espresarse explicit 80 EL PROBLEMA OKTOLOGICO: MEINONG 7 RUSSELL rrente sustituyendo el nombre propio por una deseripcién. Ademés, Ja deseripcién requerida para expresar ef pensamiento variard segin lat Freonas, 0 para una misma persona en diferentes momentos” (Mysti- sim, pag, 156). Ast, e significado de “Sécrates” no es el filsofo Sé- erates en persoun. (zcémo podria serlo, por otra parte, si dejé de existit Jsulo que tomé Ia cicata? [OF § 62]), pues “Sécrates” es una abrevia- tura de “el maestro de Platén”, y esta expresion enrece de significado autonome (reewérdese el easo de Churchill, en el parigrafo anterior) Esta doctrina parece especialmente aplicable a Ins oraciones que con- tienen nombres de personajes histéricos, y oftece una explicacién del hecho de que puedan ser significativas para nosotros: si “Sécrates” significara Sécrates, no podriames entender Ix oracién “Séerates murié vigjo", a menos que conocigramos a Sderates; por suerte, la oracion es twa forma abreviada de expresar que existe al menos un x tal que es maestro de Platén, y todo objeto w que sea macstro de Platén es idinico a x, y x murié viejo. ¥ comprendemos esta oracién porque tenemos comocimiento directo de los conceptos mencionados*® La aud del rovia parse tin ms convincente en el eas de nom et propios ficticios como ““Aquiles”, pues nunca existié nada que pu- die eer su significado. a“ Expresindonos en la terminologia de Stwart Mill, dirfamos que fox nombres propias son “no connotativos”. Pero Mill, a diferencia de Rusel, piensa en los nombres propios comunes, a Tos que acabamos de expulsar del reino del Norabte Propio Auténtico. Por desgracia, jay!, ln exputsién de los herejes suele crear el peligro de que el reino quede spoblado, y es lo que ocurre en este caso segtin algunos critices de Russell, quienes sefialan que el demostrativo “esto” puede considerarse © que e perfectamente clara, aunque poco mancjable. Tas affrmaciones deus idol del ea de Rutwll dabe icrprcane nares acts fur propia erin Paro ormulacign che lenguale Beleements Rete: veri poco eficar desde el punto de vista polémico o diddetico, En cuanto 2 le spain, de le palabra “Séerates” al final de 2), 10 ex eliminable: remulta ‘8 Tow dese Dr demic evidente que el mndlss de Rosell no puede. apt Egcinnes que. apavecen entre coun En este caso. "Séerates foun pate de e'Sccente"s, que pretende ser un Nambre de ei palabra mf), ‘pero node Sieroter. “Lo que elimina ex Sbenes's, pute nada pide! consderato también uaa desripcon abr aL FORMAS LOGICS, REALIDAD ¥ SIGNIFICSDO también una descripetin abreviada, y significar, por ejemplo: “El ob- Jeto que aparece aqui y ahora”. Por el momento ss desentensdemat de esta cucstién; el hecho de que sea tan diffe hallar en el lenguaje cotidiano nombres propios en el sentido de Russell coloca a su teovia en una situaci6n curiosa, que analizaremos en conexién con los pri cipios lézicos (§ 50). Finalmente, debemos confesar que si bien la clasificacién de las descripciones como sincategoremata puede resultar plausible cuando la descripcién es vacia o la denotacién no es un objeto de aprehensién Airecta, impresiona como un heroico tour de force cuando tenemos conocimiento directo del objeto descrito, situacién ilustrada por la fease: “El color azul que veo en este momento en el mantel de la mesa es més oscuro que el de la flor que veo sobre fa silla". No es fécil Aceptar que en este caso la descripci6n no hace referencia a nada, y aque la oracién no es acerca de al color azul que v¢o en este momento, sino que expresa una proposicién general acerca del cosmos: “Existe al menos un objeto tal que...” Veremos Iuego que otras teorfas, quizé s en este aspecto, evitan los fantasmas de Meinong sin § 22 Guarno pRonLentas Pana UNA TEOREA DEL STONIFICADO {Cull es el critesio de vatidez de una teoria logica? "Una teorfa Iigica puede ser puesta a prueba por su capacidad para resclver dificultades, y cuando se piensa en Is logica es saludable Tenarse la mente con tantas difieultades como sea posible, puesto que cumplen una funeién equivalente a la de los experimentos en el caso de la ciencia fisica, En consecuencia, propondré tres dificultades que una teoria de la denotacién debe ser capaz de resolver”. (On Deno ting, pag, 47 AE Tteutades enumeradss por Rossel para medi el éxito de tuna teor’a del significado agregaremos la paradoja de la identidad, con el objeto de sistematizar las consideraciones anteriores, 1) La paradoja de fa identidad. Es Ia que presentamos pars probar que las descripciones no tienen significado zut6nomo (§ 20). Dada Ja afirmaciin “Cervantesm= el autor del Quijote”, pueden ocurrir dos cosas: a) Que sea verdadera, en cuyo caso el objeto denotado por “el autor del Quijote” es el mismo que el denotado por “Cervantes”, y en consecuencia “Cervantes” y “el autor del Quijote” son sinénimos. Pero entonces “Cervantes —=el autor del Quijote” significa lo mismo que a2 EL PRODLEMA ONTOLOGICO: MEIN 10 nusseur “Ceivanies = Cervantes", to que eguivale @ decir gue, si una affoma- cin de identidad et verdadena, cnonees eek * b) Que sea falsa, easo en el cual ambos témmiinos no denotan el anismo objeto, y por lo tanto Ia oracién no es trivial Ta conjuncién de a) y b) plantea la siguiente paradoja: Si un trivial, ex folsa. La teoria de Rusell resuelve esta paradoja negan- do que las descripciones sean nombres propios (0 sea simboles con sig. tilfcado independiente), y considerdndoles simbolos incompletos, Ello explica que una afirmacién de identidad pueda ser al mismo tiempo informativa y verdadera, “Cervantes = Cervantes” no da informacis alguna, pero “Cervantes — el autor del Quijote” nos proporciona la siguiente, informaci6n: existe al menos un individuo = tal que + es sutor del Quijote, y cualquiera que sea w, si w es autor del Quijote, entonces w= x, y #—= Cervantes. 2) La barba de Platén, Esta dificultad (0 conjunto de dificxdta- des) ya fue considerada anterionmente, y la teorfa de Russell se mostes capaz de superaria, 3) Aplicabilidad det principio det tercero exctuido, Pasa esta cuestibn remitimos al Capitulo VIL 4) La paradoja de la denotacién. Se asemeja a la primera en el hecho de que esté vinculada también con Ja identidad. Parece ob- vio que 3) si “A” y “B" denotan el mismo objeto, entonces dos oraciones aabitraries de la forma “4.02 y'.. B...” (donde la Primera s6lo se distingue de la segunda en el hecho de que contiene “a” donde la segunda contiene “B) deben poscer el mismo valor veritativo La plausibilidad del supuesto i) se apoya en la evidencia intuitiva de que, por tener “A” y “B” Ja misma denotadién, las oraciones “di.” y “..B..." dicen lo mismo acerca del mismo objeto, y en consecuencia es imposible que una sea verdadera y la otra falsa, Teniendo en cuenta que “Scott” y “el autor de Waverley” denotan el mismo individuo, consideremos ahora las oraciones fil) George IV quiso seber si Scott era el autor de Waverley y iv) George IV quiso saber si Scott era Scott. Aunque ii) es histéricamente verdadera, iv) es sia duda una proposicién falsa, ya que George IV, sin ser un genio, sabia que Scott ta Scott, pero ignoraba si haba escrito Waverley, ‘Esta divergencia 23 FORMAS LOGICAS, REALIDAD Y SIoNTFICADO cen Jos valoms veritatives de fil) y iv) se halla en conflicto con el sv puesto i) y es claramente paradgjiea, pues tal supuesto parece im- plicado de snanera evidente en el concepto “tener la misma denotacibn” Segin Russell, dentro de su teoria Ja paradoja se desvanece con facilidad. Recordemos que en esta doctrina las oraciones. hablan acer ca de los significades de sus tdrminos integrantes (§§20 y 60), términos de Jos cuales se dice que “denotan” sus significados; pero el objeto denotado por una descripeién no constituye el significado de éta, y por fo tanto las oraciones en que la descripcién figura como cleniento gramatical no hablan acerca de ese objeto, como lo revela el hecho de que la descripeién sea eliminable (cf. § 18, sobre sujete légico). ‘Vemos, pues, que si “A” (0 “B”) es un nombre propio, y “B” (0 A”) 5 una descripcién (0 si son ambas descripciones distintst), fentonces 5 perfectamente natural que “...A...” y "-B...” discre pen en los valores veritatives aunque coincidan en la denotacién, ya que en realidad no dicen “lo mismo acerca del saismo objeto”. Bl sue puesto i) sélo es vélido paia la primera acepcién del verbo “denoia” {§ 21), lo que exige que tanto “A” como “B” sean nombres propias en sentido lagico. Si “el autor de Waverley” es un simbolo incomplete, y no va nombre propio como “Scott” y “George IV", (strictw sensu, esto dl timo es false desde el punto de vista de Russell, pero lo aceptamos como hhipétesis simplificadora), entonces el significado de iii), una vez que esta oraciér: ha sido correctamente analizada, puede expresarse por medio de otra que no eontiene aquel simbolo. La oracién iii) significa, siempre que “el autor de Waverley” tenga aparicién primaria (§ 45) v) Exide un individuo y s6lo uno que es autor de Waverley, y George IV quiso saber si ese individuo era Scott? donde “el antar de Waverley” no figura. ¥ no hay nada paradéjicn en el hecho de que v) sea verdadera y iv) fala. a La paradoja de Ia denotacién puede presentarse también como cl resultado de sustituir “el autor de Waverley” por “Scott” en iii), Jo que equivale a inferir iv) sobre la base de ii) y iii). ¥ si en ver de ii) consideramos la identidad “Scott—=el autor de Waverley’, tendremos la forma usual en que es presentada esta parzioja: como el resultado de inferir iv) mediante la “regla de sustitutividad de los 51 Naturalmente, In desapariciim de "el autor de Waverley” env} ne iimplien em este caso que v} no hable aceres del objeto denotado por “el auter ‘de Waverley", pues v) abla acevea de Scott, y Scott = el autor de Waverly exp en iv) Scott figura dee vecee como eleniento constitayente del signiticnls ela oraciéy, anienteas que en v) figura tina sola vez, pues “el autor de Waverley” ha sido pliminado. La diferencia puttde apreciarse clarainente cosy parando La fora Kégica de v) fo sen de ij} con ta de iv) (628) Bt EL PROBLEMA ONTOLOGICD: MEINONG ¥ RUSSELL idénticos", que nos permite sustituir “A” por “B” (o “B" por “A”) sobre la base de la identidad “w=” (en cuanto a la forma légica de esta inferencia, cf. § 28) Queda claro ‘que desde ef punto de vista de Russell esta, sustitu- cin es ilegitima en el caso que examinamos, pues v), que constitaye tu correcto andlisis de fi), no contiene Ia descripcién “el autor de Waverley”, y por lo tanto ‘no puede efectuarse en ella la sustitucién que dio lugar a la paradoja. La regla de sustitutividad de los idén- ticot no er aplicable de manera irrestricta si el lenguaje contiene des ‘ipciones, Este es, precisamente, el modo en que Russell plantea la cucstién en On Denosing?5 La interpretacién de Russell muestra la posibilidad de un len- uaje sin fares decriptivas, cuya eliminacién constituye un seguro fontra paradojas (recuérdese el programa de Wittgenstein: evitar los tarores filesélicos mediante el empleo de “un sirabolismo que les ex- cya fef. § 13]). En tal lenguaje, ni siquiera hubiéramos podido construir la equivoca identidad “Scottel autor de Waverley”, que sparentemente nos autoriza a efectuar una sustitucién en ii) Podria objetarse, sin embargo, que si bien “el autor de Waverley” ro figura en v), no por eso deja de figurar en ili), y que el problema te presenté con iii) y no con v)._gNo ser la explicacién de Russell inatinente a la cuestién planteada? Para responder a esta objecién basta recordar otra vex que el nuevo Tenguaje no es simplemente otro lenguaje, sino un lenguaje que pretende reflejar con rigor la forma légica del pensamiento; en conse- tuencia, no se trata de un mero expediente ad hoc, del abandono de ‘un Ienguaje inexplicablemente paraddjico por otro raznable: el nuevo lenguaje, por constituir un andlisis correcto de las significaciones ocul- tas on el lenguaje natural, permite ofrecer al mismo tiempo wna explicacién del origen de la paradoja, que se halla en las shusiones creadas por Ia falta de adecuacién entre Ja estructura gramatical y el pensamiento, Esta tesis so apoya ademés en consideraciones gnoseo- logicas y en determinados supuestos acerca de la manera en que las palabras significan, supuestos de los que se desprende que en la propesicién expresada por iil) no hay ningtin “elemento constitutive” (G19) correspondiente a ‘el autor de Waverley”. Bs ffcil interpretar la paradoje de la denotacién como un des- #8 No estimo actuslmente (maya de 1973) que este modo de “resolver” cl problenis sea satitactorio, Rusell erela haber dado con una solucién, ys Creunein (ue eompartida entonces y después por otros filsofos y Sgicos, entee flos Catnap, quien en Afeaning and Necesity (§ $2) presenta la solucién de Raswll om \g come inabjetable. El Ieotor puede contultar con pro- vecho el Te Tinsky "Sustituibilided y descripeiones", incluide. en ‘Thomas i Simpson (comp:), Semdatien filessfica: prehlemes ¥ discusiones, Buenos Aites, Siglo XXL Argentina Hd, 1973, pigs. 303-317. FORMAS LOCICAS, REALIDAD ¥ SIGNIEICADO concertante contvaejemplo de la definicién Teibniziana de identidad (§ 66), lo que no se hizo explicito en la presentaci6n anterior, si bien resulta’ claro que la regla de sustitutividad que suele emplearse al devivar Ja paradoja se funda én esa definicién. De acuerdo con ella, si dos individuos son idénticos, entonces coinciden en todas sus pr piedades (principio de indiscernibilidad de los idéuticor). Teniendo en euenta este aspecto de Ia definicién leibniziana, consideremos ahora el predicado monidico. vi) George IV quiso saber si Scott era idéntico a..., donde Tos puntos indican un lugar vaeio que puede ser Ienado por am nombre. propio arbitrario (§4). El predicado vi) parece expresar una propicdad de individuos, En la hipétesis, pues, de que Scott —el autor de Waverley, y de que el autor de Waverley posee esa propie- dad, la definicién’ de Leibniz nos obliga a inferir que también Ja poste Scott. Sin embargo, aunque fa insercién de “el autor de Wa- verley” en el sitio indicado por “...” produce una oracién verdadera (Co que equivale a decir que el autor de Waverley posee la propiedad v), In inzercién de “Scott” origina una falsedad (Io que equivale a decir que Scott no la pose). Pero cémo es posible que el autor de ‘Waverley tenga una propiedad que no tiene Scott, siendo que Scott es el mismo individuo que el autor de Waverley? Segrin este resultado deieoncertante, podria inferirse, ademfs, que el hecho de que. cierto individuo posea ono Ia propiedad vi), 0 sea la propiedad de que George IV quiso saber si Scott era idéntico a 4, depende al menos fen parte cel nombre con que lo bauticemos, Io que ex evidentemente absurdo, Pues i un individuo posee la propiedad vi), entonces la fnsercién de un nombre abitrario de ese individuo dentro de “...” debe prodacir siempre una oracién verdadera. Como ya sabemos, la solucién de Russell consiste en decir que “el autor de Waverley” no es el nombre propio de un individuo (en este caso, de Scott) y en pro- poner la eliminaciin de esta forma equivoca de referencia. En un len- guaje Iégiramente perfecto no dirfamos “Scott-=el autor de Waver- Icy", sino, més prolijamente (en la hipétesis de que “Seott” es un verdadero nombre propio): “Existe al menos un individuo x tal que x es autor de Waverley, y evalquiera que sea w, si w es autor de Wa- verley entonces wim x, y xo~ Scott”, de mode que nunca podriesmos insertar “el autor de Waverley” en vi), origen de la aparente falla del principio de indiscernibilidad de los idEnticos. La eliminacién de Ins descripeiones tiene cansecuencias cuyo ané- Yisis debemas ‘postergar: como para Rustell tedo nombre propio co- riente ea una descripeién disfrazada (§ 21), reaultaria que el signo de identidad sélo puede figurar entre variables (§ 50). Es interesante advertir que en tal caso la ley Wogica “(x= 9) > (FIP (x) DF (9), ‘que expresa el principio de indiscemnibilidad de los idénticos, no ten- 86 RG PROBLEMA ONTOLOGICO: MEINONG ¥ RUSSELL dha ya la contraparte lingiifstica representada por Ta regla de stistitu- vided, pues ta eliminacidu de los nombres ta avin. completamente superfloa, § 23. gLAS DESCRIPCIONES SE CARAGTERIZAN POR SU FORMA? Avounos oases pirfcrs Los sujetos de las oraciones a las que suele aplicarse el andlisis de Russell son frases deseriptivas de individuos, Pero hay muchas ora- cones de In forma gramatical “El tal y tal es BY cuyo sujeto no pre- tende describir un individuo, y menos todavia un individuo tmico, Puede servir de ejemplo “El argentino medio es empirista”, cuyo sig- nifieado no es, por supuesto, que existe un Yinico individue x tal que x te argentino medio y ademis empirista. La traduceién de Russell silo puede proponerse aqui como ejercicio de humor. Queda en pie, sin embargo, el hecho de que la oracién posee cierta complejidad que cxige explicacién, pues “el argentino medio” no es un argentino mas, como Néstor Miguez o Pilo Boschi. Suponiendo que la oracién es verdadera, gdénde est ese argentino medio del que puede afirmarse que siente devocin por Hume? En rigor, todo el mundo estaria de acuerdo en que expresiones como “el argentino medio" sélo constitu- yen una manera de hablar, y 20 las usa para informar brevemente acerca de clertos resultados estadisticos. “El argentino medio es em- Pirista” significa algo asi como “De tantos argentinos interrogados, tentos respondieron ...”, etc. En la terminologia de Russell, “el ar- entino medio" es una “‘construccién légica”, concepto en cuyo detalle 1p entraremos aqui (ef. §9, nota 4) Este ejemplo muestra que hay algo equivoco en la afirmaciéa de que las. frases denotativas se caracterizan exclusivaménte por su for- tha, y en la idea de presentar la teoria de las descripciones como una efinicién contextual del articulo determinado (§ 20), ya que éte ccimple fumciones diversas y contribuye de miiltiples modos al sign ficado total de las oraciones. “El hombre es mortal”, por ejemplo, no puede traducirse a la mancra de Russell, pues significa simplemente ue todos los hombres son mortales; su forma légica no 3 la misma que a posefda por “el rey de Francia es calvo”, a pesar de la presencia comin del artfculo “el”. Parecerfa que #l presentar las cosas de este modo, Russell —casi da miedo decisio— se hubiera dejado confundit por la gramética, dando cardcter general a lo que ¢3 meramente wm two importante del artfculo determinado. Ademés, el articulo es sélo um accidente propio de ciertos idiomas; la verign latina de “El rey 87 FORUAS LOGICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO de Francie ¢5 calvo” es “Rex Francorum calvos est", donde la fur ciém descriptiva del sujeto gramatical s6lo se infiere del contexto. Pero Russell no adimitiria restringir la validez de su anilisis a las versiones inglesa 0 castellana de esta oraciin, pues Jo que pretende es analizar su significedo, y por o tanto dehe ser igualmente aplicable 2 cualquier traduecién correcta en cualquier idioma, por distintas que sean sus categorias gramaticales, Las consideraciones anterioses no constituyen, por. supuesto, una cbjeciin a Ja teoria misma, sino a cierto modo equivoco de presen- farla; tiend:n a mostrar, ademas, que no existe un método mecdnico del significado, debido ala ambigtiedad y a la irregularidad sintéetica propins de los'Tenguajes naturales. Los cjemples dados estn claramente al margen de ta teoria de Jas descripciones, y la aplicacién mecénica de esa téenica de anillss sélo puede conducir en tales casos a un contrasentido evidente (ef. § 64). Pero se hat aducido otros ejemplos que plantean una dificultad més sutil, pues contisnen expresiones de la forma “el tal y tal” que describen ostensibiemente objetos singulares —a diferencia de “el ar gentino medio"—, y sin embargo la aplicncién directa del anélisis de Russell produce ‘resultados discutibles. A. Church aduce los tres ejemplos siguientes: 2 a) Yo estoy pensando en Pagase, b) Pouce de Ledn buscaba Ja fuente de la juventud. ©) Bitbara Vi Si convenimos ahora en que “Pegaso! es una abieviatura de “el caballo alado”, y “Diana” una abreviatura de “la diosa de los bosques" Ja traduccién de Russell nos permitiria obtener: snus s era menos casta que Diana, 2") Existe una entidad y s6lo una que es caballo alada, y yo es pensando en ella. a » ¥ yo estoy b’) Eniste una entidad y s6lo una que 5 fuente de fuventud, y Ponce de Leén la buseaba, 7 andi ©) Existe una entidad y s6lo una que es diosa de los bosques, Birbara Villiers es menos casta que ella my El problema consiste en que los valores veritativos de estos enun= ciados no parecen coincidir con el de los correspondientes enuncindos originales, pues dlirfamos normalmente que Tos staciones a?) - ¢) son todas falsas, mientras que a), b) y c) son todas verdaderas, o puede af american vendeny of kts ond Scenes, vo 88, a ty io be 1951, pl IL. En adelante, “Abstr. Entities”, * einen 88 [EL PROBLEMA ONTOLOGICD: MEINONG ¥ RUSSELL sestenetse que lo son. Es histéricamente cierto, por ejemplo, que Ponce tle Led buscaba Ja fuente de la juventud, pero es falso que exista algo buseado por Ponce de Leén, to que no deja de tener su sal y su pimienta, Obsérvese que en el caso de “El rey de Ja Argentina es calvo” (que en la interpretacién de Russell resulta falsx), no se presentaba cea situacién, pues como tal rey no existe, no esté claro en qué sen- tido podria ser verdadera. Y aun en Ia hipdtesis de que se tratara de tina entidad subsistente, tampoco se ve claro en qué sentido podria ser verdad que carece de cabellos, ni siquiera de cabellos subsistentes Pero en los ejemplos que analizamos ahora se presenta una contradic~ cién entre la verdad intuitiva de a) -¢) y In falsedad, por lo menos al- tamente probable, de enunciados que afitman la existencia de objetos Iabulosos. Quizhs se vea més nitidamente cl contraste si agregames et ejemplo. 4) Pegaso es un ser mitolégico, de ponde pasamos a «?) Existe una entidad y sélo una que e caballo alado, y esa en- Aidad es mitol6gica. Se ha sostenido que el andlisis correcto de eitos enunciados exige suitituie "Pegaso", “la fuente de Ja juventud”, etc., por “la propiedad de ser Pegaso” y “la propiedad de ser Ia. fuente de la juventud”, ete., de modo que a}, por ejemplo, se converiirla aproximadamente en a”) La propiedad de ser Pegaso ests presente en mi espiritu.®® Debemos observar en primer lugar que esta transformacién, si bien puede ser correcta, es independiente de Ta teoria de las deserip- clones y depende de una interpretacién especial del significado de a). Normalmente sustituiriamos “Pegaso” por la descripeién de un in vido —"el caballo . Situaciones andlogas pueden hallarse también en el campo de las cies cias émpiricas; un ejemplo particularmente interesante lo constituye cl problema de la maturaleza del espacio fisico® § 25. Stowmtcavo pinecro # iwpmecto. LAs ORACIONES ASEVERATIVAS COMO NOMDRES PROFIOS Sin embargo, el caso de George TV no esté todavia terminado, yes si bien prueba que “Scott” y “El autor de Waverley” tienen diferente sentido, queda por explicar c6mo es posible que la sustin, sién de un imino por otro altere el valor vetitativo de 1a oracin La dificultad puede formularse de este modo: prima facie, una ova- cin habla acerca de las cosas denotadas por los términos que la ine tegran; pero “Scott” y “El autor de Waverley” denotan el mismo objeto; en comsecuencia, las oracioues “George TV quiso saber si Scott fra el autor de Waverley” y “George 1V quiso saber si Scott era Scots”, firman lo mismo acerca de las maismas cosas; geémo puede ocusrit __§ Supoiendo que se efectuaran cuidadost medion de las ipecto: sins de To tyon‘delae ¥ conpraage que fu una des dogulot Ge he THlaglin lowe no" & gue 100 Soe hecho taeda ace eet for spec np tude, ped para alae rogers subse SESSATES gue’ hey fares anne aaa aa ae et ie vias de edn” Por To tanta, te is ba ete We ce Sh La penta es ucla, pero hay fuer universes que deforma tow rayon de us y las varae de mediticn, canal ya qeuia ao'ee slam, yo hay fuera uneraes que defor men es rayos de luz y las varas de medicién. cian 12 rmprobare en cho, que sma de Ion ngs ey gual a 180% samgcn pod conliioe gue el copes Tico es ekies, pc hay aon dar erties. pone "yn geomet es vciansy no bay fuerza univer, 8} 1 Seca er no culls, pre 'hey henas eesales ave dor sus etd mala Tae Hae Reese ie see hoy Wak so a foe nis, Mey, PCE, 95 PORMAS LOGICAS, REALIDAD Y SIGNIFTCADO emtonces que una_sea xa_y Ja otra falia? Estamos otra vet frente» gases le lo denotacis) (8 22). La cepuesta de Frege es establecer una distincién entre el sg: nificado directo de un término-y su Sgnificado indirecto, tanto en lo {que se riliere al sentido como a la denotacién. *~(a})Denotacidn directa. La que tiene una palabra en el uso ordi natte"El autor de Waverley”, por ejemplo, denota normalmegte a Scott, Derctactin tadirecta) Se dice que un térming Hene denotaciin dsc cuando Tense el sentido, que_novmalmnente-exhiers AS, Frege scétizne que en Iw oracion “George IV...” la denotacién de “E} autor do Waverley” es indirecta, lo que significa que, en Ia posicién que cenpa en esa frase, “El autor de Waverley” no denota al individuo Scott, sino al concepto expresado normalmente por “El autor de Wa- verley”. Las condiciones que determinan que un nombre tenga denotacién indicecta m0 estén claramente especificadas por Frege, pero podemo: mencionar como seguros los nombres que aparecen en las oraciones subordinadss de frases como “Juan dijo que.-.", “George IV quise ‘bor si-.", “Pedro cree que...”, donde la linea de puntos std ooupada por una oracién aseverativa; por ejemplo, “Scott es el autor Re Waverley". Se hallan en ef mismo caso los nombres que figuran fn oracion:e modales: "Es necesario que...”, “Es posible que..." excétera, Seatido directo. El que expresa una palabra que Gene dene taciisirecta, @ Sertido indirecto, EL expresado_por_una palabra cuando de Tota sentido, que_normeaeiie pres Pero no se ve TScilmente cudl es el sentido que expresa “El autor de Waverley” cuando denota el concepto Bl autor de Waverley. Frege no To dice. La cuestién es algo oscura, y por el momento la pasaremes f/ por alto. Considerando el earécter problemétioo de ¢), nos concentraremet en Ia denotacién indirecta. Hemos visto que Jos nombres tiouen ds inadas del tipo me cionado. 2A qué se debe este cambio de Ta denotacién normal? La respuesta hay que busearla en la teorla de Frege -Church acerca de fas oraciones aseverativas. cluye Tn traciones aseucualivas entre Tox nombre propos, So conprenderd esto mis Caranente #1 InToECIAIG la distinen entre el wo azertivg y el wo no arertivo de una oracién (§ 2). Una 96 UWA TEORIA ADSTRACTA DET. SIGNIFICADO: FREGE -cHURCH oracién es usadla asertivamente cuando el que la pronuncia pretende hacer una afirmacién mediante ella: si alguien dice “La luna es blanca”, pretende afirmar que la luna es blanca; pero si dice, en cambio: “Juan eree que Ja Tuna es blanca”, i e ‘WWE i nombre, puss mediante ells no se hace ninguna afimaciy [etre simplemente como pete Guna orasiy ms emp Se la Tarde ual modo que se wa ef nombre personal “Jorge” en Ta oracién “Perio es enemigo de Jorge”. Esto es, por ahora, wna mera analogia prcial’ entre oracioues “aseverativas y slombres, destinaila a facilitar {ia acercamiento intuitive a la posicién de Frege; queda por aclarar qué tipo de entidades se podré achmitir como el sentido y la denotacién de ls oraciones aseverativas. Por otra parte, las céusulas subordinadas sélo constituyen un caso particular, y la teoria se aplica en general a todss lat oraciones: "Inclusive cuando una oracién es simplemente afirmada, diremos que es un nombre, aunque usado de un modo no pasble para otros nombres” (IMLz, pag: 24) El sentido de una oracién puede describirse diciendo que & ‘quello que captamos cuando comprendemos Ia oracién, o lo que os oraciones de idiomas diferentes tienen en comin para que cada| luna de ellas sea una correcta traduccién de la otra” (IMLg, pig. 25) Como opuesta a la oracién aseverativa misma, que se compone palabras (cf. § 37, nota 5), @l sentido es una entidad abstract, (n0 picolégics) a la que se da el nombre tenico de “proposicién”yy Se Ientifica en este aspecto con el Aezxév de los estoicos, al que éstos shaden come “aquello que ex dicho", lo expresable, include tounbiém entre los “incorpéreoe": “Los estoicos sostuvieron que existia una relacién entre estas tres cosas: Io significado, lo significante y el ob- jeto. Lo significante es, por ejemplo, la palabra «Dion»; lo. signili- fade e lo que expresa la palabra, lo que nosotros comprendemos y pensamos, pero un extranjero no comprenderia aisnque lo oyera. Te nemes, Finalmente, el objeto exterior: Dion en persona. Dot de estas cosas son cuespos: las palabras y el objeto, pero In tercera es incorpé- rea; es la que puede ser verdadera o falsa"™ (cuando es lo expresado por una oracién aseverativa). (Toda oracién aseverativa, entonees, exten ura propos, 2 qué sto gue denol? Cull x en est caso el objeto? Responderemos de manera dogmética, dejando para uspués las digresiones explicativad Coutrariamente a lo que curse «on los nombres més usuales, hay sélo dos abjetos —nés bien curio- (oer pie een ee enotados por uns ovasién son éstos dos_abje: ‘os abstiaéios denominados Verdad y Falsedad, o Lo verdadero y Lo ¥Sexto Emplrico, Contra Ios matemdticor; citada por J. Tun, en Le ime, ‘Trad. esp.: ‘Bl estoicimmo, Buenos Aires, Eudeba, 1962, pig. 30. TM, Rochensk, Ancient formal Logie, pg, 89. 7 FORMAS LOGICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO falso, Totss Jas oraciones falsas denotan la Falsedad, y todas los bres, ene to“fiacer_afirmacione <“identidad entre Tos objetos déngtados por ellis, Ejemplos: a) Sen Moria ex argentinose Napolesn ex francls b) (5-}2==6) = (5-+3—~ 18) ¢) ta ties gia = (F198) e la igualdad a) designan el mismd ‘objeto: Ia Verdad (ya que ¢& cierto que San Martin es argentino, y también que Napoleén es fran- Jcés), y ambos términos de la igualdad b) designan Ja Palsedad, Pero ) ¢3 Una afirmacién falsa, pues “La Tiena gia” es verdadeta y por Jo tanto denota la Verdad, mientras que “(3-+1—=9)” denota Ia Falidad, ‘Come todo nombre, yna_oracién_gseyerativa-posee denotacién-di- recta e indivecta, Cuanda citamos el pensaiilento de otro, por ejem- plo (Juan cree que...”), Jagracion subordinada_tien Inditecta: ya no denota un valor veritativo silo la proj expres en ef uso ordinarige citencla no dent-un_valor_vertativo T) Juan cree que 2-+ 2——4; Il) Juan no eree que Ghana es un pais africano, Silos lial subordnadas-denasen cases estas am ‘bas denoiiian el mismo objeto. Pero entonces 1)_y T}_serfan_con- radictoriss, pues de ellag resultaria que el mismo objelo tiene y 0 al cae See us mano ibe Hane 9 Ten. también denotacién indirecta, Tanto, cite” “El autor de Waverley” por “Scott” cuando el primer_nom- nat sustt bre acl Gon TEMOLECION a ~quico saber, .”), ya que si bien es Gerto que @ ALN, Pris, Time ond Modality, Oxford, Univenity Press, 1957, Phe. 55 . ‘i Pinas elfunfas suborlondas deben diigguine con cuidado, des ‘que figuras en cumpueston extensionales como "Si Juan viene entonces jré Sune’ con Masia", pues aunque tampseo aqul son usadas asertivamente, su eaotasidn e nonnal. (BL adjeuivo “extnsional” se aplier a todo enunciado compuesto cuya valor veritstivo exé determinado ‘excisivameate por lot va ores weivs de los touncinon simple que la atgren. El enuniado “Jan cree que Napoledn es braslleio” ao ee extensional, porque $4 valor veritativo 1 Gidepeudiente de la verdad o fsledad del enutciaco simple "Napoleén brani"). corge 98. UNA TEORIA ABSTRECTA DBL SloNIeICADO: FREGE CHURCH ‘Scott el autor. de Waverley, cn esa oracién “El autor de Waverley” no denota al autor de Wa: Vevey Sind at woineepTO zxpresado”ormalinente por’ “El autor de Waverley". Se resnelvé ssh, dentro dea eorisde-Trege, Ta paradja de Ta denotacion eed 2Y cull es el sentido de una oraci6n que denota su sentido ordi- nario? RI silencio de Frege a este respecto es compensado por uma breve observacion de Church: “La denotacién de y 2 34378 log 78 > 2 Joe UNA TEORIA ABSTRACTA DEL SIGHIFICADO: FREGE CHURCH Pero si en 1) sustituimos “F” per el predicado monddico “George TV quiso saber si Scott cra idéntico a...”, la varinble “x” por “el autor de Waverley” ¢ “4s” por “Scott”, obtendremos el razonamiento George IV quiso saber si Scott era idéntico al autor de Waverley el autor de Waverley= Scott 2) George TV quiso saber si Scott era idéntico a Scott, que parece:constituir un contraejeraplo de 1). Vimos ya (§ 6, nota 36) que un esquema de razonamiento indica una forma valida si y sélo si posce Ja siguiente propiedad: ninguna sustitueién posible de rus variables por expresiones de Ja categoria corespondiente —predice- dos" especificos en lugar de variables predicativas, nombres propios, de individuos en lugar de variables individuales, etcétera— permite ‘ohtener un razonamiento con premisas verdaderas y conclusign falsa2® sDeberemos concluir entonces, sobre la base del ejemplo 2), que la forma 1} no es valida? 18 Interesa couignar una objecién importante, segin Ia cual esta breve carscteriutcin del concept le infeencis vida expres lo une condicion fecestria, pero no aufciente, Para abreviar, simbolieermes con “(F)" Ie aoen- Sonada eandieién, con "Ic" mn conjomte de premisas y con “A” una, re. fonta,conchusién & gantir de “KO: entonces “pede suceger —no es dificil ‘lemostrario en elaeién com lenguajes.formaliander especiales — que. le con- dicién (JF) sea satisfeeha y sin embargo la oracién X no se deduzca [not follow), fen el sentido ordinazio de este térming, de las oraciones de la clase K. De leche, puede ocurrir que la condiciin (F) son tntsfecha s6lo porque ell lem. finie contidersdo no peice un rlnek suficiente de constantes extralénieat, Bl fumplimiento de Ia condici’n (F) sélo podeia considerarse cemo suficiente [Tl Lenguaje en cuestiOn contaviera nombues para todos tes cbjetas po- tiles. Pern esta supoticiin e2 fiticin, y no puede realizrse nunca” (A. Tarski, "On the Concept of ‘Logical Consequence”, en Logic, Semantics, Meiamathe- nates, Oxford, Clarendon Press, 1956, pigs. 415-16) lia stvacign aludida por Tarski es filmente imaginable; podemos ilus- tual con un ejemple algo ridicule, pero que tiene el métito de la simplicidad, En un Tenguaje hipotétien cuyas dnicas corslantes descriptivas fueran les nom- bier “Napoleén” y. "Primo Camera”, y let predicades “es violento” y “es famo- fw", Ia forma de inferencia "Hts)/G(3)" satiafaria la. condieién UF) y yor In innto tendsfa que ter aceptada como vélida, En tal Fenguoje, ta alirina- cin de que Pulano tiene la propiedad A seria “ceducible” de cualguiee oracién login ta cual Zuteno ene In propiedad G, een evaler fueren Fulano, Zutano, TP'y G. Vemos, pues, que en vittud de fa condicién (PF) Ia validen de un Ilerenci denen det weabulvo del lenge en dustin” Noturlnen in stuscidn mie interesante ee relnciona con la impesibilidad —menciona por Tarski— de que un lenguaje posea nombres para tories los objetor peste Hrs, aunque cantenga un mimero infinite de nombres (ef. nuestras breves stucrvaciones en § 1, nota 3) 105 FORMAS LOGICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO Sabemos ya que, desde ef punto de vista de Russell, Ia idea de que 2) constituye un contracjemplo de 1) se origina en un “error categorial": el de creer que “el autor de Waverley” pertenece a la categoria de los nombres individnales, y en consecuencia puede colo- arse en lugar de “x”. La forma ldgica de 2) es mucho mis complejs, como puede comprobarse al analizar sus ornciones componentes a li manera de Russell, Gon ef objeto de simplificar este andlisis supon- dremos: a) que “el autor de Woverley” tiene aparicién primaria [§ 45}, yb) que “George IV” y “Scote” son nombres propias en sentido Wegico (§21). Si ahora convenimos en que “y” representa a “Scot”, "2 a “George IV" y “WW” al predicado “es autor de Waverley”, po- dremos ofrecer un primer anilisis de la premisa inicial de 2), que se transforma en (£8) () 9) (9) Dy) -z qui sabersix =} ‘A. vex, el componente “: quiso saber si x=" puede analizarse se- ‘gin el modelo de las oraciones de ereencia (§ 19), entendiendo, a la manera ds Russell, que la expresién “Quiso saber” designa una zelaciin compleja que vincula al individuo z con z, la relacién de identidad (*T’) ey; finalmente, si representamos esa relacién con la letra “S", Ja forma de “z quiso saber si x=” quedard indicada por el exquema #9 (zrJ,9)". Como el anélisis de la segunda premisa ya nos es co nocida, legamos ripidamente al esquema (Bx) (x) 9). oy) So E97)] (Ex) (W(x) (9) (W(y) Sy = 2) 2 = Scott], 3) SlaxLx), que en la doctrina de Russell sefiala la forma légica de 2), En con- ‘taste con 1), el esquema obtenido carece de validez,"7 pero compensa ji ‘eusiosa. Es facil reconocer en de 2): “George TV quiso se ber si Scott = Scott”. Conttariamente 2 lo propuesto por Rusell, en la concepeiéa de Frege la variable 2" puede ser reemplazada por “el autor de Waver- 4 Bata sfirinacién es diteutible. Todo depende de que las variables pre- icativas idmitan 0 excluyan una interpretacién no extensional, o sea eu términos de predicados cow “George IV. deseaba saber si Scott tra idéntico Suu? 0 “Nevesariamente 9 es mayor que...". El problema poste une com Plejidad considerable, pues los enunciades psicol6gicos y modales no feaea or qué ir en el mismo bote: hay que considera la pesibilidad de que el fniliss de Russell sea impotente frente ala paradoja constituida por el ra 106 UNA TEORIA ABSTRACTA DEL SIGWIFICADO: FREGE-cHURCH lay", ya. que esta expresién pertenece ahora a Ia categoria de los nom- brs indisidustes. Ser entonces 2) un contraejemplo de 1)? de la diferencia anotada, In respuesta que hallamos en lat Frege contiene también algo anilogo al “erzor eategorial” aducido por Russell; resultaré de ello que 1) no indica la verdadera forma Logica de 2), y por lo tanto 2) to puede constituir un contraejemplo de 1). De acuerdo con Ia teotia del significado indirecto, sabemos que“ ‘el autor de Waverley” figura en'2) con denotaciones diferentes, pues en th primera premisa denota un,concepto, y en la segunda un individuo. Si convenimes en que “IY y “S” son variables cuyo dominio est tonstinuido por conceptos individuales, "s” y “to”, variables de indi duo, y “D" una variable de propiedades de conceptos (cf. §27), en- tonces la forma de 2) puede indicarse con el esquema 0 (1) 4) —— Tim que es obviamente invélido, pues la identidad de s y w no implica que Ios conceptos Sy I’ posean la misma propiedad ©. Si ahora sustituimos “9” por el predicado monAdico “George TV quiso saber si Scott era idéntico @...", “'" y “S" por “Scott”, “w" y “IW por “el autor de Waverley”, obiendremos el razonamiento 2). Naturalmente, en un lenguaje perfecto no sustituixiamos “w" y “W” por el mismo término, pues dispondriamos de otro nombre para denotar,el concepto que ex: presa “el autor de Waverley"; pero si efectuames Ta sustitucién sobre ‘ntendiendo que, al combinaise con un predicado de conceptos, un nombre adquiere denotacién indirecta, entonces 2) constituirh un le- sitimo caso particular de 4) 28 Tmamiento 2). pero logre offecer una solucién satsfactoria en el caso de Fralojes andtoges que ae coniengan vertex palealégicns; in jenplo elisico ris paradja: 9 ex necesnriamente mayor que 7; sl nmero de planetas = 9; janctas ex necemvlamente thayor que A rel némero onde a partis de premisas verdaderas ae inflere un envnciado presemiblemente fain, Cl nota 28 del cap. TIL y el acticulo de Linsky mencionade en ella: el emolo modal es examinada por Arthur Smullyan en su artfeulo “Miodalidad include tambisu en mi antologta Semdnticg fiosslies proble- josies (Boenos Aites, Siglo XXT Argentina Ba, 1973). 18 Fara uns explicacin pormenorizada sobre Ta forma Iégica de 2} ea Ja wetatica de Proge, el el artieulo del autor meneionado en nota 15. 107 FORMAS LOGICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO La necesidad de una teorfa satisfactoria de fas frases descriptivas se observa también en relacién con los mas simples razanamientos silo- aisticos, donde su naturaleza desconcertante puede originar un estado de perplejidad curiosa, pues tratindose de una cuestién casi puetil, nos resulta diffil desembarazarnas de ella. Tonsideremos et silogisine en Barbara acerca de Sécrates y la PF somnentatlc mortalidad ce los hombes: "Todos lot hombres son wor Y tales; Sécrates es honmibres por lo tanto Sécrates es mortal", cuya forma es Ja indicada por el esquema Todo H es M sesH 5) ves M, donde “x” 2sté en Iugar de un nombre propio arbitrario, Si en lugar Ge “x colocamos una frase descriptiva, el resultado puede ser algo paradéjico. En efecto, ta sustitucién de “H” por “hombre” y de “z" por “EI inmortat hombre de la méseara de hierro” nos permite obte- ner ef siguiente razonamiento: Tedo hombre es mortal El inmortal hombre de la miscara de hierro es hombre 6) — El inmortal hombre de la méseara de hierro es mortal EI “problema” de este razonamiento esta en Ta segunda premisa Desde el punto de vista tradicional se tratarfa de un eaunciado anal tico ($42), ya que el predicado no hace mis que repetir una parle del sujeto. ¥ semiin la opinion més admitida, un enunciado de esa forma es necesariamente verdadero. “Bl immortal hombre de la mis- cata de hierro es hombre” parece una verdad tan indudable como “Los pertos son perros”. Pero también es verdadera, aunque no analitiea, la afirmacién de que todo hombre es mortal. ¥: asi Hegames a la des concertants conclusién: “El inmortal hombre de la méscara de hiero 6 mortal”, ¢Cémo puede ser mortal un ser inmortal? Sentimos que tal afirmacién # necesariamente falsa (§48). Pero cémo pudo ocurtir que las prensisas sean verdaderas y Ta conclusién falsa, si la forma del Fazonamientn corresponde a la de wn silogismo valido (ef. § 6, nota. 36), fila del modo Bévbare de la primera figura? “Todas estas dlficultades desapareeen tanto ea Ta teoria de Russel como en la de Frege. En la teoria de Russel, el xazonamiento 6) m corresponde al esguema 5), y por lo tanto no es un silogismo en Bérbara, como lo sugeria su apariencia gramatical, La segunda pre 108 UNA TEORIA ADSTRACTA DEL SIGNIFICADO: FREGE - CHURCH risa no s6lo pierde el menor vestigio de analiticidad sino que se con vierte en falsa, pues afirma que existe un individuo (‘inico) que es inmortal, “Y esta afirmacién no es de Ia forma sujeto-predicado. $b aloptamos Ia teoria de Frege, en cambio, res cla 56, ef FHEOHNTHTENTO 6) eg efectivamente un silogisivo en Barbara, cuya forma responde al esquema 5); pero mediante él no pasamos de la verdad a In falsedad, pues una de Jas premisas es un “nombre” que carece de denotacién, Et ejemplo de los razonamientos que contienen descripeiones var fas sugiere una observacién incidental respecto de la anterior carac- teriacién de inferencia valida, caracterizacién que conaituye al menos una condicién necesaria para la valider de un esquema de razonamiento, La condicién (F) mencionada en Ia nota 16 suele expresarse indistin- tamente en la forma i) Todos fos casos de sustitucién del esquema son tales que, si las premisas son verdaderas, entonces también es verdadera Je conclusién, oenla forma, {i) BI esquema no tiene casos de sustitucién con premisas verda- eras y conclusion falsa Las formulaciones i) y ii) se presentan en general como equiva- lentes, y lo son si el lenguaje no contiene descripciones vacfas, Pero si contiene tales deseripeiones, y éstar son tratadaz a la manera de Frege, entonces i) y ii) dejan de ser equivalentes, debido a la exis. tencia de oraciones que no son verdaderas ni false. El hecho referido es fécil de itustrar, De acuerdo con i) la forma de razonamiento (x) F(x) Te Fla) 0 serfa vilida, como lo muestra el siguiente “contraejemplo”: (2) (2 ed perecedero) 8) ——_______________. El rey de Ia Argentina es perecedero. 39 EL esquema 7), donde “a” representa un nombre propio arhitrario, ee fonnce con el nosnbre de “regla de espocificacién”, y permite paar de una wopedcién univenal a una singular (ef, 8 § 43, 50, 55) 108 PORMAS LEGICAS, REALIDAD Y SIGNTEICADO La premisa de @) es veidadera, pero no ocurre to mismo con la conclusign (ésta eatece de valor veritativo, lo eval viola et requerimien. to 4). Si adoptames, en cambio, la formulacién fi), el razonaniento &) no seh ya un contiagjemplo del esquema 7), pues su conelsién rho €s falia, sino simplemente “no verdaclera”” (ef. tinal de § 48) § 29, Oajscionns, viricuvrapzs ¥ eniouas A, Multi ita de nombres Dent:o de esta teoria, cada nombre genera una infinite mubipli- cidad de nombres.” Tomemos como ejemplo la oracién “Todo bom bre es mortal”, que. simbolizaremos con el simbolo “my”. En el dian grama que sigue, las flechas indican, respectivamente, la denotacién y el sentido; ny, na..~, simbolizan los nombres, y e1, ea .., las entidades denotadas, Nombres al , ne, “Todo hiombre ‘ . 7 “p " Np N a 2 Ls proposicisa Se gut tose hombre ex mortal Valor vercatlvo De acuerdo con Ia teorla de Frege, el nombre propio “Todo hom. bro es mertal”, 0 sea ny, denota un valor veritativo (0 sea e), del cual es el nombre. Pero hay otra entidad, ex, que es el sentido de mi: en este caso, se trata de Ta proposiciGn expresada por ny, Pero esta. pro- posicién también puede tener un nombre, ya que podriamos desear hablar de ella, En un lenguaje bien constituido, doncle ha sido supri- mida la denotacién indivecta, este nombre debe ser distinto de nz Jo Mamaremos “na”. Pero ns tiene un sentido, que €s ey, ¥ por supuesto no se identifica con la denotacién de ng, Nuevamente, para hablar de fe necesitames un nuevo nombre, ng, el cual tiene, adem, un sentido, el que ecustituye una mueva entidad que necesita un nombre, ele y asi ad infinitura 5° Objeciés formulada por R. Camep, Meaning anf Nscestity, a Study in Semontics and Modal Logie, Chicags, University of Chicago Press, imp 1986. Tin adelante, “Meaning”. 0 UNA TEORA ABSTRACTA DEL SIGNIEICADO: FREGE -cHtURCH Trmporta advertir que esta mmultiplicacién de nombres no consti- faye una prueba de que la teoria es errinea, pues no hoy en ello nada Végicamente objetable. A nadie lama la ateneién qué exisian infinitos ninwcos naturales y que Ja infinitud de la reeta sea superior a la de hnserie natwal: gqué puede haber de extrafio entonces en esta pro- Tferacion de nombres y emtidades? Sélo puede rechazarse para pro- poner ott sistematizacién teérica que explique los mismos lechos con Iayor economfa, y tal es el espiritu de la objeciém de Carnap. Para Church, en cambio, el hecho de que en el lenguaje prapuesto por Frege el sentido de cada nombre tenga a su vex un nombre —origen de la proliferacién— constituye una ventaja sobre ef lenguaje natural, que en este axpecto es ambiguo, y la multiplicacién de entidades se Illa compensada por una aayor simplicidad tebriea en otros aspectos, tomo lo revela una comparaciSn con la doctsina de Russell. Recuésdese ‘que esta proliferacién infinita (§ 11) no es de ningyin modo una ob- jecién fatal: no hay razones para suponer que el mundo tiene que ser simple; bien podiia ser endiabladamente complejo. Bos fantasmas de los sentidos indirectos. ‘Sin embargo, desde el punto de vista intuitivo hay algo insatisfae- toric en la teoria del signiticado indirecto, pero es algo que no de- pende logicarmente de Ia infinitud de entidades, Puede admithse, como sigiere Church (§ 25), que el sentido indirecto dela cléusula subor- Ginnda, cn “Juan cree que todo hombre es mortal”, es cierta deserip- ‘én de una proposicién por su estructura y constituyentes; pero el fentido indirecto se vuelve claramente mitico cuando avanzamos un paso més, como lo revela la siguiente sucesién de osaciones: I) Todo hombre es mortal. Ii) Es posible que todo hombre es mortal.*® Mil) Juan cree que es posible que todo hombre ¢s mortal, TV) No es necesario que Juan cree que es posible que todo hom. bre es mortal. 2 La formplacién gramaticalmente correcta de II) exigivfa la presencia (dsl subjustive: “Es posible que todo hombre sea martal"; pero optamos por Gonservar el presente del indicativo para hacer més visible el hecho de que la wetkon subordinada en II} denota exactamente la misma proposiién expie- N3e por 1), lo que tiende a quedar oculto por el cambio de las inflexiones Bile, Ee afgor, Il) podria expresaree también de este modo: “Qus todo Tees es mortal es ponble”, donde el “qve” inicial confiere a la expresion fhumyads un carScter sustantiva que Ja hace equivalente a “La, proposiviin Tee iodo" hombre es mortal”, Consideraclones idénticas se aplican al uso ‘ganuticalmente anémalo del vecbo “erees” en IV). iL FORMAS LOCICAS, REALIDAD ¥ stGNIEICADO ‘V) Bs imposible que..., ete., ad infinitum. La denotacién de I) es un valor veritative, Pero al aparecer en | 11), %8 oracién “Todo hombre es mortal” (que en adelante abieviaw- mos com Ia letra “'S) denota el sentido que tiene en I); a su vez, ol | sentido que tiene en TI) es, segiin Church, una eierta descripcién del sentido de T) por su estructura y constituyentes. Si consideramos ahora In oracién ITT), veremos que S’denota en ella Ia mencignada descrip ign del sentido que S misma tiene en I). ¢Cuél puede ser el sentito Ae § en 111)? Quizé una deseripeién del sentido que S tiene en TI), e cual es a su vex una descripeién del sentido que tiene en I). Pero en ‘qué comsiste exactamente esa descripeién? Basta pasar a fa oracién TV) para sentir el marzo de las alturas. De acuerdo con lo sugerido por Church, ef nombre de In proposicién expresacia por T) no debiera con tener las palabras “hombre” y “mortal”, sino “humanidad” y “nor lidad”; esto es intuitivamente plausible si admitimos, como stone Church, que humanidad (0 sea la propiedad de ser hombre) es el scr tido expresido por “hombre” (conviniéndose ademis en que su de | notacién es Ia clase de las bestias racionales), y que el sentida de “mor tal” es la morfalidad, sieudo su denctacibn la clase de los seres vi- vos? Peto cudles son las propiedades expresadas por “hombre” y “mortal? en III) y TV)? ‘Un ejemplo andlogo al de la sucesién I) - IV) es aducido por Ci nap para sefialar otra desventaja del método de Frege: la de que un mismo nombre puede tener infinitas denotaciones distintas, al figurar en diferentes contextos, Pero lo que nos interesa mostrar ahora es cierta implausibilidad intuitiva, que no consiste simplemente ene sistematico cambio de denotacién, sino en el hecho de que Ia teoria | convierte en algo inaccesible y mitico el significado de expresiones que, | al menos en apariencia, podemos comprender. La importancia qi¢ | 2 Aqui te ventién de Chuich difiere semiblemente de la teotla origin de Erage, pars auien un pred lla-en relacones semiotics cat te sca aS page esos sem ca Chas GP tensta una fonei6n proporcional (cf. n. 1), que en el cato de ser me ‘ndion ex identificada por Frege con una propiedad [0 concept, th el entido fregeano (elm. 4s 4 © poiee una extensién, que Frege denomiva “Vertoerlauf" (rango do Salores) y que no contesponde’ In necién vat de eat Para un examen sistemAtica de este aspecto de Ia seméntiea de Fresg et. T. Angeli, Stindies on Coitiod Frege and Troditional Philosophy, D. Ker dei Public. Ce, Docdrecht Helland. 1967, y Rul A. Orayen, La ontetogte de Pe ‘2, Cuadernos del Trstituto ae Eagien y Piewnfia de Ia Ciencia (neon. 7 4), Fe sulted de Hunianidaces y Cieneias de la Edwcacién, Universidad Nacional La Plata, 1973, 12, UNA TEORIA ABSTRACTA DEL SIGNIFICADO: FREGE CHURCH se le conceda a esta observacién depende, naturalmente, de lo que sele pida a una teorfa légica del lenguaje. Aungue Frege sealiza un andlisis prolijo de numerosos casos, no parece existir un criterio sistemético que nos permita ofrecer una res- puesta general, Dijimos ya que los ejemplos mAs seguros estin dados Por oracioties modales y psicolégicas: “Es posible que...”, “Juan cree quo...", ete. En estos casos, la falla del princfpio de sustitudividad de bas idénticos constituye un claro sintoma de denotacién indirecta; asi, cotta que : 1) Bl nimero de planetas. pet es falso que. Tt) Ee necesario que el mimero de planctas—=9, pus la verdad de la primera afirmacién es empirica, y por lo tanto to constituye una verdad necesarin 2 Pexo hay ejemplos heterodoxos que no se ajustan a ninguna regla tha, Recuétdese (§ 27) que el sujeto de “El rey de la Argentina no existe” tiene segin Church denotaci6n indirecta; y ello no obedece a hingin criteria sistensético, sino ava especial teoria de Church sobre 1k predicacién de existencia. Obsérvese que si usamos el concepto de tener la misma denotacién a modo tal que dos términos singulares que no denotan mada en sbsoluto (p. ej, "EI rey de la Argentina” y “Bi presidente de Ia luna”) reulten denotar fo mismo, entonces Ia mustteibilidad de términos si sulares co-denotatives mantiene'su validez en el ato de oraciones exis tendales de Ia forma “A no existe”; en particular, “El presidente de Ia lana no existe” es tan verdadera como la afirmacién corcesponiente sobre el imaginario rey de la Argentina, En consecuencia, no se puede reewttit aqui a ta falla del principio de sustituibilidad de los idénticos oma criterio de denotacién indirecta, Church cirece un variado muestrario, donde ef reconocimiento de be denotacién indirecta depende de consideraciones algo elaboradas24 Uno de tos especimenes inchiidos es “Schliemann buscaba el lugar de “Trova”, que segén él no afirma una relaciin entre Schliemann y el _- Img geogritica en que estaba Troya, sino entre Schliemann y el cone 2 W. V. ©. Quine, “Notes on Existence and Nevesity’, en In com plociin de Le Linske, Stovantics and the Philecophy of Language, Urbana, The University of Tinois Press, 1952, pag. BS. BIL, pig. 8, nota 20; pig. 9, nota 22; pig. 22, nota 7h 113 FORMAS LOSICAS, REALIDAD ¥ SIGNIFICADO cepto del Iugar de Tsoya. La razén es que Schliemann podria haber pruseado e! sitio de Tyoya aunque Troya fuese una cludad snitica y su Tugar no sxistiese, ast como los espaiioles buscaron en Ia: Patagonia Ia Ciudad de los Césares. Pero esto no significa, uatualmente, que los braves espafioles busearan el concepto de la Cludad de los Césares, lo cual es uta completa falsedad. Vale la pena anotar, sin embargo, que fen estos casos es plausible sostener que la sustituibilidad de los idénticos es inaplicrble, contrariamente a lo que ocurre con los enunciados exis fenciales regativos; pues aunque la Ciudad de los Césares es tan rita como la Ciudad de Oro de Marte, los espafioles buscalan 1a primera, pero no la segunda, Dejamos al lector tejiendo labosiosas hipétess, para presiar atencién al principio 3 del significado. D. Une objeciin al principio 3 del significado Se ha observado que el principio 3 conduce a resultados inscep- tables cusndo se aplica a ciertas eraciones compuestas, G.E.M. Ans combe ™ ofrece un ejemplo andlogo a la disyuncién 1) © bien Pedro no tiene ningtin hermano, o bien el hermano de Pedro es japonés, aduciende que tal disyuncién puede ser verdadera aunque “el hermano de Pedro” sea una descripcién vacfa, contratiamente a lo que se deduce del mencionado principio; sugiere’ ademas que el principio 3 silo feria. plausible cuando 2e lita su aplicacidn a las oraciones clewen tales, Este problema serd tratado con especial detalle en conexién con Jos principios logices, pero podemos ndelantar algunas observaciones, referidas a este ejemplo particular. El ejemplo de Anscombe est dirigido a mostrar que una descrip: cin no puede tratarse como un nombre propio, “ya que el objeto (Si es que hay alguno) que satisface una descripcién detesrninada, no te designado por ella de modo tal que, si exe objeto no existe, nada ver- Gadero 0 falso es expresado entonces por ua oracién que contiene lx Gescripeién referida; mientras que si Scott no hubiera existido, el uso Ge la palabra p” es und ley légica, también lo serd cualquier condicional que obtenga sustituyendo Ia variable “Dp” poe tuna oracién aseverativa: un caso seria precisamente “f > 7<9", qu puede leetse; “Si la Falsedad, entonces 7 <9". En ef sistema “Py tuna expresién de este tipo se considera significativa, y no me parece dis paratada la sugerencia de que las reglas de Py permitirian conferir un significado exacto al condicional que Black impugna como carente de sentido. Por supuesto, cualquier respuesta final a esta cuestion exigitia laboriosas aclaraciones; habria que establecer inequivocamente qu se quiere decir al afirmar que una segla seméntica “da significado” « Jas formulas de un sisterra, y e6mo se determina en cada caso particulae (por ejemplo, en Io que se refiere a la regla de que “f” designa la Fak sedad) si se Togra realmente este propésito. Se comprende que esta ‘cuestign pons entre paréntesis el concepto mismo de “lenguaje”: ze cl sisteana jwopusicivual Py un “Tlenguaje™ en un sentido andlogo’ a inglés o al castellano, y puede decirse que la manera en que “f” fica en P, e andloga ‘a la manera en que “significan” las expresiones de un lenguaje natural? Es ésta una cuestion dificil, y la pasaremas por alto; pero antes de abandonar el tema transcribiremos una sugerente observacida de Church acerca de las alegadas diferencias entce lengua- Jes formalizados y lenguajes naturales: -.-en mi opiniéa, no hay en principio ninguna diferencia entre este caso (ei de un lenguaje formalizada) 7 ef de un lenguaje natural. En parte: fat, no debe pensane que un leaguaje formalizado depende para su signifi cado 0 su jusifieacion (en algin eentida en que va Ienguaje natural 9 de pende) de algin lenguaje natural previo (por ejemple, el inglés), mediante Algin sistema de traduccidn de sis racones 4 ere Mima, cy 108’ adecuade rente, mediance la fonmulacién de se reglas intécticas y eemndntieae en inglés Pues hablaudo en principio y deja # lado coon de realcton pe ties, ef lgico debe considerar como un mero accidente histérieo que. desde nueitro natiniznto hayamos aprendide @ hablar inglés ¥ noun Tenguaje cop 21 Max Back, Problems of Anolis, Londzes, Rowledge and Kegan Pau} 1954, pg. 235 116 UNA TEORIA ABSTRACTA DEL SIGNIFICADO: FREGE .ciignctt ras sinthcticas menot inregulares y Iégicamente més simples, similar a uno © Wins familiares sisternas Togiticns que s2 usan boy da. 28 En un plano diferente, la idea de que las oraciones aseverativas son L sembres propios se hace quiza més plausible a través del concepto de foncién propoticionsl debido al mismo Frege, y cuya importancia nel desarrollo de la ligica es dificil de sobrecstimar, Desde este punto de vista, una propiedad 0 relacién se interpreta com una funcién con un dominio integrado por objetos arbitrarios, y exo codominio se halla constituide por valores veritativos. La. pro- fiedad de ser griego, por ejemplo, da el valor Verdad si os aplicada a Sérates, y el valor Falsedad si es aplicada a Napoledn, asi como Ta P unci6n atitmétics “cuadrado de" da el valor 4 cuando se Ia aplica al nimero.2, y el valor 81 cuando se [a aplica a 9. Y una funcién ‘aye codominio contiene sélo dos objetos: Ia Verdad y Ta Falsedad, es ‘mia fancién proposicional, Si ahora admitimos que un predicado (por F jemplo: “es griego”) es el nombre de una funcién, podremos com- prender més claramente que una oracién aseverativa sea el nombre de un valor veritativo. En efecto: una oraciém se concibe como el resultado de combinar el nombre de una funcién con el nombre de wn argunento, lo que permite obtener un nombre compuesto del valor de Ie fancién para ese argumento, en forma andloga a la manera en que | t cbtiene el nombre compuesto “cuadrado de 2", donde “cuadrado | de" es e} nombre de una funcién aritmética y “2” el nombre de un po sble argumento de esa funcién. La notacién légica corriente, al sim- lolizar una oracién atiibutiva con el esquema “F(x)”, refleja clara- mente esta concepeién, pues aqui, como en el simbolismo ruatenatlee, Fe una funcién que se aplica al argumento x, y “P(x)” denota el valor de la funci6n para ese argumento (cf. §24, n. 1). F. Falores veritativos, heches y partes de ta oracién 2Qué es un valor veritativa? Si buscamos 1a respuesta en Frege tmx sentiremos defraudados. Nos dice que por valor veritativo de una cracién entiende “Ia cireunstancia de que sea verdadera 0 falsa”, y que jars abreviar Iamaré a uno de esos valores “la Verdad” y al otro “la Faledad”, Pero se ha observado con razén® que esto es incompatible con Ia doetrina de que todas tas oraciones verdaderns —y también to- {as as falsas— denotan el mismo valor veritativo, pues la circunstancia de que “2-+ 2-4" es verdadera-no es —al menes en un sentido vio Ja misma que la circunstancia de que “Napoleén invadié gipto” es vorladera. 2 Abu Entities, pig. 16, ® William y Mastha Kneale, The Development of Logic, pig. 576, 47 :

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