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TEXTONS | «La existencia de Dios y otras verdades naturales que acérca de EI pode- mos conocer por discurso natural, como dice el Apostol, no son artfenlos de fe, sino predmbules a los artfculos (pracamibula ad articulos), y de esta mnanera la fe jresupone él conocimiento natural, como la gracia presupone la naturaleza, y la perfeccidn, lo perfectible.» Santo TOMAS DE AQUINO, Suma teolbgica [1265-73], 1, q. 2, a. 2, trad. de E Ba- bado, OP, vol. I, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1947, p. 151. Texto NO «Legislar corresponde [pertinet| a la comunidad én su conjunto [ad totam multitudinem] o ala persona publica que tiene el cuidado de ta comunidad.» Sawvro TomiAs DE AQUINO, Siena teolégica, Prima Sccuridae fen to sucesivo, 1-2], q. 90, a. 3, trad. de €. Soria, O.P, vol. VI, Biblioteca de Autotes Cristianos, Madtid, 1956, p. 40. we | TEXTON,° 3 «La ley no es mas que una prescripcién de la raz6n en orden al bien comin [rationis ordinatio ad bon commune], promulgada por aquel que tiene el cuida- do de la comunidad.» ‘ Santo TomAs DE AQUENO, Suma teoligica, 1-2, 4. 90, a. 4, vol. VI, cit., p. 42. - TExTo N.?4 «Como ya dijimos, la ley no es mas que el dictamen de Ia razén prdctica en el soberano que gobierna una sociedad perfecta. Pero es manifiesto —supues- to que el mundo esta regido por la divina Providencia, como ya quedo demos- trado en la Primera Parte— que todo el conjunto del universo esta sometide al gobierno de la razéa divina. Por consiguiente, esa razén del gobierno de todas las cosas [ratio gubernationis rerum], existente en Dios en cuante supremo mo- narca del universo, tiene cardcter de ley. Y como la razén divina no concibe nada en el tiempo, sino que su concepcidn es eterna, por fuerza la ley de que tratamos debe llamarse eterna.» SANTO ToMAS DE AQUINO, Sime teoldgica, 1-2, q. 91, a. 2, vol, VI, cit., p. 52. Texto n.° 5 «Como en todo artifice preexiste la razon [el modelo, el disetio ideal] de las cosas que se realizan en su arte, asi en todo gobernante debe preexistir la razon del orden de aquellas cosas que han de ser tealizadas par los que estan sujetos asu gobierno, [...] Pues bien: Dios, por su sabiduria, es autor de todas las co- sas; a ellas se compara como un artifice a sus artefactos. Por lo tanto, Ia razon de Ia divina sabiduria [...] en cuanto mueve todas las cosas hacia su debido fin, tiene caracter de iey.» ae . . SANTO ToMAS DE AQuING, Suma tealégica, 1-2, q. 93, a. 1, vol. VI, cit., p. 90. TEXTON. 6 «Las distintas criaturas, bajo el divine legislador, tienen distintas inclina- ciones naturales; de tal modo que aquella inclinacién que para un ser es en cierto modo ley, para otro es contrario ala ley: v. gr., para el perro es como una. Jey el ser furibundo, y es contrario a la ley para la oveja o cualquier otro ani- mal manso, [...] Asi pues, la misma inclinacién de la sensualidad —que es lo que llamamos fomes— tiene ciertamente en los demas animales [distintos del hombre] razén de ley, en el sentido en que puede Hamarse ley a Ja melinacién ‘jue sienten los animales. Pero, en el hombre, esta inelinacién no tiene cardcter de Jey; al contrario, es una desviacidn de Ja ley de Ja razén.» SANTO TomAS DE AQUINO, Suma teoldgica, 1-2, q. 91, a. 6, vol. VL cit., p. 65. TExTo N° 7 «Siendo la ley [...] regla y medida, puede encontrarse en un sujeto de dos Mmaneras: como en sujeto activo, que regula y mide, o como en sujeto pasivo, regulado y medido. [...] Por eso, como todas las cosas estan sometidas a la di- vina Providencia, [...] es manifiesto que todas las cosas participan de la ley eterna de alguna manera, a saber: cn cuanto que por la impresién de esa ley ticnen tendencia a sus propios actos y fines. La criatura racional, entre todas las demas, esta sometida a la divina Providencia de una manera especial, ya que se hace participe de esa Providencia [ipsa providentiae particeps] |...]. Patti- cipa, pues, [la criatura racional: el hombre] de la razon eterna: ésta le inclina naturalmente a la accion y al fin debidos. ¥Y semejante participacién de Ja ley eterna en [a criatura racional [participatio legis aeternae in rationali creatura] se Hama ley natural.» . . SANTO ToMAS DE AQUINO, Sima teoldgica, 1-2, q. 91, a. 3, vol. VI, cit., p. 54. TexTo n° 8. «También los animales irracionales participan a su modo de la razén et na [...]. Pero la criatura racional participa intelectual y racionalmente de ella; por eso la participacién ce la ley eterna en la criatura racional se llama con propiedad ley, pues ley, como hemos dicho ya, es algo propio de la razén. Pero Jas criaturas irracionales no participan de este modo de Ja ley eterna [...].» SANTO TomAS DE AQUINO, Suma teoldgica, 1-2, 4. 91, 2:3, vol. VI, cit, p. 55. TEXTONS 9 | «Este sera el primer precepto de la ley [natural]: se debe obrar y proseguir el | bien, y evitar el mal [bomum est faciendum et prosequendum, et malum vitandurn]. | Todos los demas preceptos de la ley natural se fundan en éste [..]. ¥, puesto | que el bien tiene naturaleza de fin y el mal de lo contrario, todas las cosas hacia | las que el hombre siente inclinacién natural son aprehendidas naturalinente | por la inteligencia como buenas [...|, y sus contrarias, como malas y vitandas. Por tanto, el orden de les preceptos de la ley natural es paralelo al orden de las inclinaciones naturales. En efecto, el hombre, en primer lugar, siente una incli- nacién hacia [...] el bien de su naturaleza [Iéase: la supervivencial; esa inclina- cién es comén a todos los seres, pues todos los seres apetecen su conservacién conforme a su propia naturaleza. Por razén de esta tendencia pertenecen a la | ley natural todos los preceptos que contribuyen a conservar Ja vida del hombre y . a evitar las amenazas 2 ella. En segundo lugar, hay en el hombre una inclina- cion hacia los bienes mas particulares, conformes a la naturaleza que él tiene . en comm con los demas animales. ¥ en virtud de esta inclinacion decimos que | pertemecen a la ley natural aquellas cesas que “la natoraleza ha enscfiada a todos _ los animales” (“quae natura omnia animalia docuit”; Ulpiano: Dig. I, 1, 1, 3], |, tales como la umién del macho y.la hembra, el culdado-de Ios hijos, ete. Final- | mente, hay en el hombre una inclinacién al bien correspondiente a su naturale- | za racional, inclinacién que es especificamente suya: y asi, el hombre tiene ten- dencia natural a conocer las verdades divinas y a vivir em sociedad, Desde este punto de vista, pertenece a la ley. natural todo fo que se refiere a esta inclina- cidn, v. gr. desterrar la ignorancia, evitar las ofensas a aquellos entre los cuales uno tiene que vivir, y otros semejantes.» SANTO ToMAS DE AQUINO, Suma teoldgica, 1-2, q. 94, a. 2, vol. VI, cits pp. 129-130. Texto w.° 10 «Es licito matat a los malhechores en cuanto que ello se ordena a ja salud de toda la comunidad, y por.tanto sélo pertenece a aquel que tiene a su cuida- do Ja conservacion de la comunidad, como pertenece al médico cortar algin miembro dafiado cuando le hubiese sido confiado a él el cuidado de la salud de todo el cuerpo. Pero el cuidado del orden comnin ha sido confiado a los princi- pes que tienen publica autoridad; y por tanto sélo a ellos les est permitide ma- tar a los malhechores, y no a las personas privadas.» Santo TomAs DE AQuINO, Suma teolégica, 2-2, q. 64, a. 3. TEXTO N.° Li «{...] Es natural el matrimonio, porque la razon natural inclina a él de dos modos. Primero, en cuanto a su fin principal, que es el bien de la prole. Pues la naturaleza no sélo inclina a la generacién de la prole, sine a la conduccién y pro- mocién de la misma hasta el estado perfecto del hombre en cuanto hombre, que es eiestade de virtud. Por eso, dice AristGieles que de los padres recibimos tres co- sas:.el ser, el alimento y la educacién. Pero ed hijo no podria ser educado e ins- truide por sus padres si mo constara de manera determinada y clara quiénes som sus padges. Y esto solo es posible por la unién de un varén con una mujer, que constituye el matrimonio. En segunde lugar, en cuanto al fin secundario dei matrimonio, que es la aynda mutua de los cémynges en los asuntos domésti- cos. Pues [...] de las cosas que son: necesarias para la vida, unas las pucden pro- curar mejor los varones, y otras.las mujeres; de donde 1a naturaleza aconseja gue exista-una cierta asociacioén del varén y la mujer, en Ja que consiste el ma- trimonio.» SANTO TOMAS DE AQUINO, Suma teoldgica, Suppl., q. 41, a. L. Texro n° 12 «El mutrimonio se osdena por la inclinacién de fa naturaleza a la educacién dela prole, y no sélo por algiin tiempo, sino por toda la vide dela prole. [-..] Por tanto, como la prole es un bien coman al vaién y a la mujér, es necesario que la sociedad entre ellos permanezca-perpetuamente indivisa, segi el dictamen de Ja ley natural. Y asi Ja inseparabilidad del matrimonio es de ley natural.» Santo TomAs DE AQUINO, Sunia teolégica; q. 67, a1. TEXTON.? 3° «La ley natural, en cuanto a los primeros principios comunes, es la misma para todos los hombres [eadem apud omnes] [...]: Pero en cuanto a‘ciertos pre- ceptos particulares, que-son a modo de conclusiones derivadas de los princi- pios comunes, es la misma para todos en la generalidad de los casos, [..-] pero puede fallar {deficere] en algumes casos, sea en el recto sentido, a causa de algu- nos particulares impedimentos [...J, sea en su conocimiento,-y esto porque al- gunos tienen Ja raz6n pervertida por una pasion [aliqui habent depravatam ra- tionem ex passione| o mala costumbre, o por mala disposiciow natural. Asi, segtin refiere Julio César, entre los antiguos germanos no se reputaba ilicito ch latrocinio, el cual es, sin embargo, expresamente contrario a Ja ley natural.» SANTO TOMAS DE AQUINO, Suma tealégica, 1-2, 4. 94, a. 4, vol. VI, cit., pp. 135-136, TEXTO N° 14 > «Hin Io que toca a los principios génerales, Ia ley natural no puede ser borrada en modo alguno de los cotazones de'los hombres [mullo mado potest a cordibius ! hominum deleri|. Pero sé borra en las obras particulates, cuatido fa razon es im- pedida de aplicar los principios comiines a las obras particulares por la concu- | piscencia © por otra pasién. [...] Peto, si miramos a los precepts secundariss, la ley matural puede horrarse del corazén humane, sea por las malas persuasiones [los errores tedricos], [...] sea por las costumbres perversas y los habitos co- rrompidos, como en algunos pueblos no se reputaban pecados los robos y aun Jos vicios contra natutaleza, segtin dice el Apéstol.» SANTO TOMAS DE AQUIND, Suma teoldgica, 1-2, 4. 94, a. 6, vol. VI, cit., p. 140. TExTton.? 15 «Ninguna costumbre puede tener fuerza de ley-en contra de la ley divina‘o de la fey natural.» Sanna Tawsionc Anvmin Pe TEXTO N.° 16 jute t ee carte, e como no da nueva fuerza al Derecho natural, tampoco aa ea amir su vig ptimirio, porque la voluntad del hombre 'no puede Santo TomAs DE AQUINO, Suma teolégica, 22, gq. 60, a. 5, ad. 1, Texto w.° 17 «...] 6s necesario que la razén practica llegue a obtener soluciones mds cen- | cretas partiendo de los preceptos de la ley natural como de principios generales [...} Estas disposiciones particulates de la razén practica reciben el nombre de leyes humanas cuando cumplen todas las demas condiciones que pertenecen a lanaturaleza de la ley [...)» Sanro TomAs Dz AQUINO, Suma teolégica, 1-2, a. 91, a. 3, vol. VI, cit. pp. 6-57. Texto 18 /

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