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80 x20 N° 59 univensitas HUMANISTICA FiitsopA FOUCAULT, LECTOR DE MARX Santiago Castro Gomez “A menudo cito conceptos, frases, textos de Marx, pero sin sentinre obligado a adjuntar la pequeiia pieza autentificadora que consiste en hacer una cita de Marx, en poner cuidadosamente la referencia a pié de pégina y acompafiar la cita con una reflexién elogiosa, Por medio de esto, uno es considerado como alguien que conoce a Mark, que respeta a Marx Y que se verd honrado por las revistas “marxistas”. Cito a Marx sin decirlo, sin poner comillas, y como no son capaces de reconocer all los feos de Marx, paso por aquel que no cita a Marx” M. Foucault PALABRAS CLAVE Foucault, marxismo, ideologia, biopolitica N® 59, (gp.106-117) enero 2005, Bogoté, Colombia 107 80 ma N° 59 HUMANISTICA RESUMEN Este articulo defiende la tesis de que la lectura critica que hace Foucault de la obra de Marx se encuentra mediada por los trabajos de Louis Althusser. El autor explora tres ambitos conceptuales en los que puede ser apreciada la influencia de Althusser sobre Foucault: la historia, la ideologfa y el poder. Al final, el autor sefiala que la lectura que hace Foucault a través del lente de Althusser muestra a Marx no tanto como el fundador de una nueva ciencia, sino como el pensador que fue capaz de mostrar, por vez primera, el modo en que las sociedades modernas empiezan a generar sus propias condiciones de existencia a partir de imperativos de biopolitica y control. KEY WORDS Foucault, Marxism, ideology, biopolitical ABSTRACT This paper states the thesis that Foucault's critical reading of Marx's work is mediated by his reading of Louis Althusser's work, The author explores three conceptual spheres on which the influence of Althusser over Foucault can be assessed: history, ideology and power. At the end, the author shows that the reading 108 that Foucault does through Althusser's lens shows a Marx not so much as the founding figure of a new science, but as the thinker being able to show, for the first time, the way in which modern societies start to generate their own conditions of existence stemming from biopolitical and control imperatives. Foucault, lector de Marx ssoxan N° 59 E 1 repetidas ocasiones a lo Largo de su vida, Michel Foucault se refirié con desdén a una serie de pensadores marxistas que él denominaba “blandas”, Se trata, segtin Foucault, de aquellos que “han clausurado el uso que se puede hacer de Marx y Io han encorsetado en el interior de una tradicién puramente académica” (Foucault 1999b, 148). El reproche se ditige concretamente a la reverencia casi idolatrica que tales pensadotes ‘manifiestan frente a los fexfos de Marx, situacién que los encadena necesariamente 4 la vieja tradici6n hhumanista del comentario de textos. Se juga quign es marxista y quién no lo es a partir del niimero de citas o referencias de ple de pagina que puedan justticar lo que se dice a partir del pensamiento “original” de Marx. Foucault, sin embargo, afirma que él cita constantemente a Marx "sin decilo” y sin “poner comillas". Lo cual significa ‘que, a diferencia de los marxistas “blandos”, su interés no se centra en los textos de Marx sino en el significado que tiene la obra de Marx para una interpretacién del mundo contemporineo, En este trabajo intentaré mostrar que el significado que Foucault atribuye a la obra de Marx se encuentra influenciado por la obra de un autor que, paradéjicamente, podria ser encasllado dentro de ese marxismo academicista que él tanto despreciaba Me refiero a la obra de Louis althusser Digo “parad6jicamente”, porque ‘Althusser ha pasado a la historia como cl autor que quiso legitimar la validez de una ciencia social marxista a partir de una sofisticada teorfa del conocimiento que tendria su origen en el mismo Marx. No sin razén, Raymond Aron se referia a su obra como un “‘marxismo para candidates a tsis dctorales en filosofia”. Pero también digo “paradgjicamente” porque es allt justamente, en el espacio que vincula a Marx con la epistemologfa, donde se produce el encuentro de Foucault con Althusser. © 59, (pp106-117) enero 2005, Bogoti, Colombia HUMANISTICA La mutua influencia entre Althusser y Foucault ha sido un tema muy poco estudiado hasta el momento.’ No existe hasta hoy ningtin trabajo que explore sistematicamente los vinculos entre la crftca que los dos autores hacen de la relacién entre humanismo y ciencias sociales, a pesar de que tales vinculos parecen evidentes. Tanto Foucault como Althusser reconocieron en vatias ocasiones haber aprendido el uno del cto, pero twvieron siempre cuidado en resaltar ms sus diferencias politicas que ‘sus concordancias te6ricas. Asi, al ser preguntado en una entrevista si su obra tenfa alguna relacién con la de Althusser, Foucault respondié que habfa aprendido mucho de él cuando era st discipulo, pero inmediatamente después sefialé que no compartfa 1a apreciacién que tenfa su maestro de la obra de Marx (Foucault 1998a, 281). Con todo, y a pesar de sus confesadas diferencias, Althusser y Foucault coinciden en que el gran problema de las sociedades occidentales es el Humanismo, tal como este se halla presente en la politica, la educacién, la ‘moral y las relaciones de trabajo. La coincidencia no termina, sin embargo, en el rechazo de un enemigo comin; ambos pensadores estan convencidos de que la critica al Humanismo debe asumir la forma de una epistemologia politica de las ciencias bumanas. Entre ‘Althusser y Foucault existen, pues, divergencias pero también alianzas " Giertamente, la amistad entee Althusser y Foucault ha sido mejor documentada que su relacin terica. Sabemos que Althusser etci6 una notable influencia politica y académica sobre Foucault en los aos ‘cincuenta, En 1948 Althusser ingresa al Partido Comunista Frances y dos ios después Foucault signe st ejemplo, Por consejo de Althusser, Foucault ingresa a la eole Normale Supériure como profesor de Bsicologia en 1951. Pero ain después de que Foucault se retira del partido en 1955, Althusser continGa sintiendo un gran aprecio por la carrera de su dsefpulo, te6rieo-politicas que valdria la pena explora (Quisiera defender la tess de que las divergencias y Iss alianzas se complementan mutuamente, sobre todo en Jo que respecta a la relacién entre Foucault y Ia lectura althusseriana de ‘Marx. Etienne Balibar, autor junto con Althusser de Para leer el Capital, ha sefalado con perspicacia que toda Ia obra de Foucault pudiera ser vista como una lucha abierta contra el marxismo, pero que esta Icha se encuentra acompafiada de un uso estratégico de conceptos tomados de Marx. En opinién de Balibar, la ruptura de Foucault con el marxismo constituye, al mismo tiempo, una alianza parcial de Foucault con la obra de Marx (Balibar 1991, 40; 60). Desarrollando esta idea de Balibar, mi tesis serd que la lucha de Foucault contra el marsismo academicista conlleva una alianza con la lectura que uno de los académicos marxistas més influyentes, Althusser, recliza de la obra de Marx. ‘A continuacién exploraré tres émbitos conceptuales en los que puede ser apreciada esta doble posicién foucaultiana de critica al marxismo y de alianza con el Mars de Althusser: Ia historia, Ia ideologia y el poder. Comencemos diciendo que la “lucha coxtra el marxismo” emprendida por Foucault asume inicialmente la forma de una critica al concepto manxista de historia. La escuela marxista de historiograffa adopté siempre una asin por la continuidad, en donde Ia nvestigacidn de los conflicts de clase, efectuada deste la perspectiva del modo de produccién, se constituye en una ‘guia segura para tender puentes entre el pasado y el presente, Desde este punto de vista, la historiograffa marxista reconstruye la historia como un proceso dialético, impulsado por la lucha de clases, que gira en toro alas acciones 109 “Bxiste una tendencia que podrfamos denominar, un tanto irénicamente, el manxismo académico, que consiste en indagar e6mo las condiciones econsmicas de existencia pueden encontrar su reflejo y su ‘expresin en la conciencia de los hhombres. Me parece que este tipo de andlisis, tradicional en el marxismo Universitario tanto en Francia como en Europa, presenta un defecto muy grave: el de suponer, en el fondo, que el sujeto humano, el sujeto de conocimiento, y las formas mismas de conocimiento, estén dadas en cierto modo previa y defintivamente, y que las condiciones econdmnicas, sociales y politicas de existencia lo tinico que hacen es depositarse o imprimirse en ese sujeto definitivamente dado” (Foucault 1999b, 170-171). En La Arqueologia del saber Foucault desconffa, sin embargo, de una reconstruccién histérica emplazada sobre constants socioldgicas o antropolégicas.” En lugar de una historia que gira alrededor de conceptos fijos como “lucha de clases”, “allenacién” o “modo de produccién’, ¥ que permite agrupar los acontecimnientos en unidades temporales sobre la base de supuestas regularidades épocas, faves, estadios), Foucault prefiere hacer énfasis en las 2 Se supone que una misma y Gnica forma de historicidad arrasra las estructuras econsmicas, las estabilidades sociales, la inereia de las mentalidades, los habtos ‘énicos, los eomportamientos politics, y los somite todos al mismo tipo de transformacién; e supone, enfin, que Ia propia historia puede articularse en grandes ‘umidades ~estadios 0 fases — que guarden en si mismas su principio de cohesin, Son esos postulados los que la historia nueva revisa cuando problematiza las series, los corte, los limites, las desnvelaciones, los desases, as espeificidades eronolégica, las formas singulares de remanencia, lo tipos posbles de relacidn” (Foucault 1979, 16) 110 HUMANISTICA discontinuidades, las rupturas y la emergencia de lo nuevo (Foucault 1979, 5). Esto significa que lo que interesa a Foucault no es buscar un punto fijo ~ el sujeto - a partir del cual se hagan derivar todos los sucess histérioos, sino preservar la singularidad del acontecimiento. Ello no con el fin de proveer a [a historiografia de un nuevo fundamenta, ms sdlido y més seguro, sino para llamar la atencién sobre la complejidad, la fragilidad y la contingencia de las transformaciones sociales, alas que la histriograffa tradicional atrbuye ideol6gicamente un ter de estabilidad (Foucault 1979, 7) ‘Tenemos entonces que Foucault critica al marxismo en nombre de una “mutacin epistemolégica” realizada por la historiografa de mediados del siglo XX, pero, curiosamente, afitma que esta mutacién tiene sus antecedentes en ef mismo Marx (Foucault 1979, 19). Es aqui donde comienza la leetura de Marx a través de Althusser. Citando directamente a su maestro, Foucault afirma que la “nueva historia” de la que hablan Serres y Canguilhem, aquella que pone el énfasis en los pequeiios eventos singulares y no en las grandes continuidades sociales, encuentra en ‘Marx a su primer representante, El gran logro de Marx habrfa sido mostrar que la historia nada tiene que ver con “el alma la sensibilidad de una época, ni tampoco [con] los “grupos”, las “escuelas”, las “generaciones” 0 los “mnovimientos”, ni ain siquiera (con) el personaje del autor en el juego de trueques que ha anudado su vida y su “ereaciGn’” (Foucault 1979, 7). En suma, Marx se habria distanciado de la historiogralfa idealista que convierte a la “conciencia humana” en el sujeto originario de todo devenir histrien. Notese la relacién inmediata que establece Foucault con la tesis althusseriana segtin la cual, Mans habria inaugurado un nuevo continente HUMANISTICA para la historia de las ciencias: et continente de la historia. S6lo que, como veremos més adelante, el énfasis de Foucault no se coloca en la cientificidad de la obra de Marx, sino en el descentramiento por 6 operado.” La visin que tiene Foucault de Marx no es Ja del genio que propiei6 una revolucién sin precedentes en Ia historia de la ciencia, sino la del pensador que, sin proponérselo, contribuyé a mina la soberanfa del sujeto en el campo de las ciencias humanas. Marx, junto con Nietzsche y Freud, habrfan sido los pioneros de una tendencia que, en opinién de Foucault, ha terminado por ponerse en las ciencias humanas de su tiempo: la desantropologizacién de la teoria social, Nétese también que aunque Foucault rechaza la lectura que Althusser realiza de Marx en el sentido de haber inaugurado un nuevo continente para la ciencia acepta sin embargo su visién de Marx como un pensador posthumanista. El Marx con el cual Foucault discute es, en realidad, un Marx lefdo a través del filtro de la obra de Althusser. Un segundo mbito en el cual puede apreciarse la lectura althusseriana que hace Foucault de Marx es el concepto de ideologia. Foucault rechaza categ6ricamente la nocién marxista de ‘deologfa y su vinculacién con nociones humanistas o mecanicistas como “falsa conciencia”, “sujeto” y “determinismo econémico “La nocién de ideologéa me parece diffcilmente utilizable por tres razones. La primera es que, se quiera (0 no, estd siempre en oposicién virtual a algo que seria la verdad. + De hecho, como veremos luego, Foucault no ree que Marx haya realizado jams una revolucin teria”, pues su obra se inscribe plenamenteen el espacio epistemoligico inaugurado por Ricardo en el siglo XVIL Ahora bien, yo creo que et problema no est en hacer una separaciGn entre lo que, en un discurso, pone de ‘manifiesto la cientificidad y la verdad, y lo que pone de manifesto otra cosa, sino en analizar histéricamente cémo se producen los efectos de verdad en el interior de los discursos que no son en sf mismos ni verdaderos ni falsos La segunda raz6n, el segundo inconveniente es que la ideologfa se refiere, a mi parecer necesariamente, algo asf como a un sujeto. La tercera es que la ideologia esta en posicin secundaria respecto a algo que debe funcionar en relacién con ella como infraestructura 0 determinante econémico, material, ete, Por estas tres razones, creo que es una nocién que no se puede utilizar sin adoptar precauciones” (Foucault 1999b, 47-48) La primera objecién de Foucault se dirige hacia la clisieatesis de Althusser segiin Ia cual, es posible establecer una clara diferencia epistemol6gica entre la ideologia y la clencia. Segtn esta tesis, Jafuncién de la ciencia — y del inelectual en general — serfa la de iablecer “Ifneas de demarcacién” entre lo verdadero y lo falso con el fin de “desideologizar la conciencia”. La segunda objecién no se disige ya directamente contra Althusser — para quien resultaba claro que Marx se habfa desembarazado de la nocién burguesa de “sujeto” -, sino contra la esis mantista que colocaba la fuente de las ideas en sujet espectficos — la burguesta -, de tal modo que las idzologfas aparecen como discursos que expresan los intereses especificos de la clase dominante y se imponen vinlentamente sobre las demé clases. La te:vera objecién, en cambio, sf toca de nuevo a lthusser, en especial a st retéfora de la sociedad como un edificio de dos niveles en el que las relaciones econéinicas ocupan el nivel inferior, sobre el cual se levanta un segundo nivel conformado por las relactones il ideol6gicas y las relaciones jurio- paliticas Sin embargo, vale la pena sefalar que el ‘timo Althusser realiz6 una fuerte critica al concepto negativa de ideologia - entendida como “falsa conciencia” -, Jo cual no solo matiza las objeciones primera y teroera de Foucault, sino que contribuye a crear las bases conoeptuales desde las cuales el mismo Foucault hard tuna relectura “genealégica” de Marx. En efecto, para el limo Althusser la ideologia ya no es “falsa conciencia” sino un sistema de representaciones a partir de las cuales toda sociedad hhumana construye un repertorio de “sentidos” que sirven para que las personas se orienten pragmaticamente en el mundo y tomen conciencia de sus conflictos. La “lucha ideol6gica” no es entonoes una lucha por la verdad — pues Althusser piensa que la ideologta nada tiene que ver con la verdad y la falsedad en si mismas -, sino que corresponde a enfrentamientos précticos através de los cuales los actores sociales se disputan la hegemonfa sobre las visiones el mundo (Weltanschauungen) que imputan significados ala realidad, El resultado de esa lucha es la insttucionalizacién de una hegemanta simbélica, esto es, de un repertorio de sentidos a partir del cual obtienen su legitimacién las hegemonéas sociales y ‘econémicas. Esta ser, con algunos matices, la misma apreciacin de Foucault, para quien toda sociedad humana genera un sistema de representaciones - que él no

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