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SIN DISFRAZ la murga vista de adentro Guillermo Lamolle Eda “Pitufo” Lombardo BDICIONES DELTUMP Montevideo Esta edicién no hubiera sido posible sin el apoyo 4el Fondo Nacional de Miisica (© 1998 Tuller Uruguayo de Miisica Popular Diseno gree: Felicia do Azevedo Tasiracin de carta: Elbio «Mostizo» Ariemendi Prslogon Carlos Soto y Osvaldo Rattoruso Fotos intrnas; Ménica Rit (surges Real Bavido, Curtidores de Hongos, ‘Don Timoteo, Contrafarsa, La Gran Musca, Andamos Pato yla Gran Siete) Digtalizacda de partituras: Guilherme de Alencar Pinto Esta edicion cuenta con los apoyos del Fonde Capital del Depto. de Cultura de Ia Intendencia Municipal de Mantaviceo, e] Fondo Nacional de Miisica (onan) y de la Asociacin General de Autores del Uruguay (AGADU). ‘Agracecimientor: Taller de Comunicacién, Leo Barreix, Luis Jure, Gustavo Goldman, Ricardo Gémez, Mauricio Ubal, Mariela Gotuazo, Ney Persza, ‘Popo Romano, Ada Czerwonogora, Beatriz Fernéndes, Lolito Inibarne. ISBN: 9974-7528.68 ‘Comisin det papel. Raleiénamperna al ders 21805 Se pub sin excep ia reproduc de cualquier de as gina de este olen sin a sutriseisn expres de eto ‘Taller Uruguayo de Masiea Popular: (Chand 1959, U-11200 Montevideo, Uruguay Teli #5904002 4029609, indice slog fotos a elrepentario tle Ja misica también habla Jovi tipos de murga Ja profesionslizacsn Iaprensa la murgay la misica popular eleoncur.. el ensayo el hincha cl boicke Tanoshe dels ‘alos labateria sinbelgia merits eae Zeandanbend, Spal canads, gre Seambe ena aor samba cess 308 aad reps espedida ‘equeta bibliograia prologo L Hace muchos «Momo» que eircula la versién... pero nunca se hha emitido certificado oficial algumo que atestigite la defuncién del carnaval. De hecho, no hay cadaver. gual, Lamolle le hace una autopsia, al derecho y al revés, que viene a resultar la primera autopsia con dos caras, Al derecho, al Carnaval lo troza, desmenuza y busca y rebusca en él, visceras tumorosas, crrosis terminantes, ulee- as Viejas, virus, infecciones y hasta impalpables dolores de cabeza, Al revés, porque no habiendo cadaver se lo imagina con un ruego esperanzado de resurreccién... para el inexisten- te cadaver. ‘Nome atrevo a determinar si esta autopsia ha sido prac- ticada con perfeccién profesional o es mas imperfecta que mi propia opinién... pero sf afirmo que el contenido de este libro resulta el mejor cuplé eserito por Lamolie. Por originalidad, or eritica, por la variedad de ingredientes que acusan, editorializan, porque acusa de frente y de perfil, es real y ho- nesto, valiente para «deschavarse» y edeschavarnos» a los ca- ras pintadas y a las «pinturitas» que nos rodean en los ensa- yyos, en escenarios y Teatro de Verano, incluyendo protesta adosada a los «sefiores jurados» y a los «caminantes» del pedregullo. iQué autopsia... qué cuple...! Puede haber marrado con ¢l bisturi pero repite aciertos para el aplauso prolongado por inspiracién, rima, temética, construceién y puesta en escena de su notable obra, La autopsia esta mereciendo una reconstruccién... pero el cuplé esta reclamando un BIS insistente que obligara al ‘TRIS. Se pinté frente al espejo de la verdad, sin disfraz, al natu- rral, Delante de ese espejo nos obliga a formar la cola de espera, nos presta el objeto y generosamente nos obsequia un ramille- te de pincelitos para que dibujemos en nuestra truchas los ver- daderos trazos que han «desafinado» nuestro canto. ¥ él no se vanagloria de su mejor afinaci6n. Porque Lamolle no especula, ni siquiera usa el remanido «ya fuew. Tampoco insinia inten- ciones de revisionismo sobre el cadaver imaginado. Elsaludo de este texto es mucho mas impactante que una clarinada triunfal... es rezongo y es alerta, estridente desper tador para la mayoria dormilona, For esta vez los murguistas pasamos a ser jurados de no- sotros mismos y estoy segurisimo de la capacidad y conducta proba de cada uno de ellos en los respectivos rubros... en el mio, noventa y nueve puntos y medio para Lamolle en una escala de uno a cien, y para que no se me acuse de venal ni de favoritismo, de coimero ni presionado. Por eso, en vez de cien puntos, noventa y nueve y medio que me distinguen y acredi- tan sapiencia e imparcialidad. Si aquello de que Ja «murga es un imén fraternos es au- téntico y sentido, la «Visién Global de este espectaculo» debe declararlo Primer Premio, con todas las distinciones, mencio- nes especiales con chiquisientos mil setecientos siete puntos de diferencia con toda la perrada retrasada que escapé a la 6 SIN DISPRAZ censura y ala Comisién de Admisién, Sélo una duda: no lo veo como «arreglador, sLamolle-ra» del autor tiene mucho mds que pelo. Carlos Soto nL ‘Una noche, unos viejos amigos me invitaron al'Teatro de Vera- ‘no para presenciar el concurso de agrupaciones de carnaval. Es dificil explicar lo que sentf, luego de 12 atios de ausencia del Uruguay. En 6508 afios habia podido ver a muchos de los que algunes consideramos los mejores bateristas del mundo. De alguna forma me sent{ muy joven recordando las veces en que mis padres me llevaban a aquel lugar casi mégico. No recuer do cual fue la primera murga que vi esa noche, pero sf recuer- do que sélo repetfa «que lo paris... que lo parié...., separado por largos silencios y con los ojos y la boca muuuuuy abiertos hasta mucho después que la murga habfa bajado del escena- rio, La baterfa de murga renovada, atrevida, creadora, con una justeza envidiable, me habia paralizado. Pensé que si pu- diose mandar aquello, flmado o pautado, a alguno de los musi- cos que conoei en aquellos viajes, de seguro ubicarian més fi- cilmente a Uruguay en el mapa. La variedad de ritmos, toca- dos como tinicamente un género como la murga admite, la can- tidad de sonidos que un platillero maneja, los apoyos del bom- boy la gama de recursos de un buen redoblante de murga son ‘inicos cuando de percusién se trata. Es una gozadera que se documente de esta manera y, como si fuera poco, por gente tan especializada como Edi Lombardo. Y es un honor que me invi- ten a participar de esta forma en este delicioso proyecto. Fuerza «Pitus y gracias mil. Patto prélogo 7 introduccién ste libro fue hecho, ante todo, con mucho cari- fio. Los dos autores sentimos, como todos los murguistas y un montén de gente més, una gran pasién por todo lo que tiene que ver con Ja murga, desde lo mas importante hasta lo més insignificante, El Pitufo hizo la parte de bateria y Lamolle todo lo demés. Por supuesto que cada uno ley6 lo que hizo el otro y le sugi- 1i6 mas de un cambio. Esto habla bien de 1a fraternidad entre murguistas rivales, Es més: en casi todos los casos esos pequefios diferendos fueron solucionados sin tener que recurrir ala violencia. Hablando un poco en serio, ereemos que quedan varias puntas abiertas para el trabajo de otros investigadores, Sibien hhubo que hurgar bastante, éste no es precisamente un trabajo de investigacidn, sino que se traté de verter conocimientos acu- mulados en base a la experiencia vivida por nosotros y por murguistas cercanos con los que eonversamos habitualmente. Seria interesante por ejemplo, que alguien hiciera un li- bro recolectando historias de carnaval. El aneedotario camavalero es més absurdo que el més fantasioso de los eu- plés. Tal vez un trabajo asf daria una idea mas clara del espiri- tu mismo del carnaval uruguayo, con los placeres y sinsabores que acarrea, Reconceemos que nos hemos limitado a describir la rmvr- ga montevideana y su entorno, que es To que conocemes, Pero existen muchos carnavales, practicamente uno en cada ciuded © pusblo del interior; por lo tanto también allf queda mucho por escribir. Por otra parte, sabemos que muchos nos van a decir *—Che, no hablaran de tal cosa», y lo peor es que nuestra res- puesta va a ser: «—jUy, sf tenés razén!s Pero bueno, e308 te- ‘mas quedarén para otra carnaval. Por iltimo, Sin disfraz no intenta ser la tltima palabra en ninguno de los temas tratados. Lo es. Ast que desde ya ad- vertimos que estamos cerrados a cuslquier tipo de eritica cons- ‘ructiva, En cuanto alas crticas destructivas es diferente, pues suele ser muy divertido leerlas, 10 SIN DisPRaz de aca Venimas desde ef pueblo, de Ia rote del pueblo y a cantar... pio carente de rigor, esta basada en dos he- thos; uno anecdético y otro no tanto, Este il- “fiestas populares y pasar el sombrero, Actual- ‘mente, Ia palabra murga sirve para denominar genéricamente una serie de formas (chirigotas, comparsas, cuartetos y co- 08), 0 sea, haciendo un paralelismo, serfa un coneepto similar al del El otro he- cho, el anecdotico, es 1a conocida historia de la eompaiiia de zarguelas que vino desde Cédiz a hacer una temporada en ‘Montevideo, allé por 1908. Parece que a los muchachos les fue bastante mal y decidieron »pasarla manga», para lo cual recu- a rrieron «una forma més adecuada: Ia murga La Gaditana {En realidad, la murga La Gaditana formaba parte del eapec ‘téculo que presentaba la misma compaiia de zarzuelas, lo cual parece que era relativamente habitual). Adlaremos, por las dudas, que »gaditano- quiere decir algo asi como «de Cadiz» La Gaditana era un quinteto: saxofén, pistén, flauta, bombo y platillos, mas el director. Ahora bien, en el carnaval uruguayo existfa desde varias décadas atras un ‘acaso no muy definida, 2 ES jpor lo general unos pocos, entre tres y ocho més o menos) qu letra y misica especialmente compuestas pars la ocasién y que xno nevesariamente tenian un cardcter carnavalero, al menos en el sentido actual de esta palabra. Se acompafiaban con vversos instrumentes de viento y percusién. Para dar una ima- gen, le heterogeneidad de la eategoria la asimilaba en algo a los actuales «fuera de concursor. (Las agrupaciones predomi- nantes en a época eran las de corte eandombero y las troupes. Obviamente, algunas de estas mascaradas ya tenfan como te- méties fundamental el comentar humoristieamonte los hechos destacables del aiio, y hubo una, que debuté en el carnaval siguiente a toda esa historia de la compaiifa de zarzuelas, que se puso como nombre La Gaditana que se Va Su repertorio estuvo estructuralmente basado en lo que hacia La Gaditana en sus presentaciones callejeras del afio anterior, en tono parédico, con instrumentos de construccién casera y un ves- "En el carnaval de 1098 se inatauré una nueva catgori,intagreda por algunas de las agrupaciones que hasta entoncaspartcipaban como fuera de concurs, Esta categoria se denoming,justaments, Mascarada Musical 12 sin DISFRAZ tuario ridiculo, Resulta que este grupo —por el natural talento y gracia de sus libretistas e integrantes— tuyo tanto éxito que al afo siguiente fueron varios los quo (todavia dentro de la categoria de Mascaradas) antepusieron la palabra Murga a su nombre; eso sf, a no parodiando ala Murga La Gaditana, sino siguiendo con la iinea habitual, de la que, par otra parte, tam- poco se habfa apartado La Gaditana que se Va, ya que al po- nerse ese nombre estaba refiriéndose simplemente a un hecho de actualidad. Cémo fueron modificdndose las cosas hasta lle- gar a la forma actual (asi como un estudio paralelo de las evo- luciones de la murga en Uruguay y en Bspafia) es algo que escapa a los limites de esta obra, aunque daremos un par de datos interesantes: al leer una lista con los nombres de las murgas de los primeros afios, notamos que aumenta gradual- mente el ntimero de los integrantes, Por ejemplo, en 1911 sur- ereean te] Yaen el ato 20, en esta murge de Salto, usaban el bombo, el redoblante y {os platillos ge la murga Los Seis Ambulantes; Inego aparzcerian titulos como Ya Somos Seis y Ocho Cascarudos (1912), Siete Joroba- dos, No Llegamos a Siete, Siete la Chicoria y Doce locos (1914), aunque hay que hacer notar que a pesar de esta tendencia de tanto en tanto aparecen murgas cuya denominacin sugiere tun niimero menor de componentes. El segundo dato a que nos referfamos es la introduecién, a mediados de la segunda déca- da del siglo del bombo, platillos de entrechoque y redoblante actuales, en sustitucién de los instrumentos més informales como tapas de olla y tambores hechos con barricas de yerba otros mas absurdos como candelabros con un papel de ci- garro que vibraba como acurre en el peine con hojilla 0 en el ‘cazti, 0 baterias de cocina completas— que se usaban por en- ‘tones. Esto es un hito histérico; por un lado, es evidentemente un primer paso hacia la profesionalizacién, y acaso también a Ja desinformalizacién de la categoria, tema sobre el que insis- tiremos. Por otro lado (como también veremos més adelante), la murga puede caracterizarse a nivel sonoro por la conjuncién, de un coro de determinadas caracteristicas timbricas y arroglisticas con la sonoridad de estos tres instrumentos eje- cutando determinados ritmos, y alcanza generalmente con uno de estos dos elementos para que sea reconocida como tal. Ha- blando en eriollo, cuando uno escucha 2 lo lejos una bateria de murga se da cuenta casi instanténeamente de que es eso lo que est escuchando y no, por ejemplo, una baterfa americana, a pesar de la semejanza timbrica; lo mismo ocurre al escuchar una murga cantando, aun si en ese momento no esté sonando Ja baterfa. Con toda esta perorata no protendemos negar la impor. ‘tancia que pueda tener el carnaval o la cultura en general de * Hecho que se steibuye generalmente al director de la murga Patos Cabre- 105, José Ministeri, Pepinos, aunque estas cosas nunca sedan ast, a goipe ¥y porrazo, 14 stN piseRaz Jos patses de los que partieron sucesivas oleadas de inmigrantos al Uruguay en muy diversas épocas. Muy por el eantrario, nues- tra intencién es eabrir la cancha» y si bien es posible que las ‘maurgas uruguayas ayant tomado prestado de lasde Uddiz. algo és que el nombre (se argumenta que las murgas gaditanas se pintaban la cara y parodiaban temas de actualidad, aunque esas parecen ser cualidades bastante generalizadas de los dis- tintos carnavales y expresiones de teatro popular de distintas pocas y sitios, yno hay por qué pensar que hayan sido inven- tadas en ningun lugar en particular), no hay duda que inmigrantes de muchos otros pafses también aportaran lo suyo; Por ejemplo, es sorprendente la cantidad de italianismos y ortuguesismos que surgen de la lectura de textos del carna- val montevideano de principios de siglo. ¥ ni hablar del in- ‘menso aporte que realizaron esos otros inmigrantes, los que 2o venian por voluntad propia: los africanos, Directa o indirec- tamente ellos fueron los generadores o co-generadores de pric- ticamente la totalidad de los innumerables ritmos que hoy en dia se entremezclan para conformar Ia riquisima variedad de Jos ritmos margueros. Los primitivos esbozos de lo que hoy Ila- ‘mamos murga fueron enriqueciéndose con diferentes aportes —2 invenciones propias— en lo coreografico, lo musical, lo le- tristico, eteétera, Uno de esos aportes fue la palabra murgat. Simplemente pensamos que la frase «la murga viene de Cédiz» ro hace justicia a todos esos factores que, agregados a los es- “Ta palabra marga no silo fue horedada por estas agrupaciones uruguayas| de las que hablamos Existe un género en el miamo nombre en Argentina ‘Basado ritmicamente en algo quo recuerda —groseramente hablando— al samba brasileo, ex como aquél un aspectéculo més de dese que de escenario, al menos an su forma tradicional, y realmente es un problems que ‘tenga el mismo nombre que la marge uraguays (eviserersa) porque esto leva confusines sore el ocigeay la definiién de cada uno de ambos einem, dence 15 trictamente nacionales (como por ejemplo la particular emi- sign voeal y el sentido del humor tan dificil de entender fuera —y a veces dentro— dal pais), componen esa oxpresién abier- ta, diversa y afortunadamente viva ¢ indefinible que tantos, desvelos ha causado a los autores de este libro (y @ unos cuan- tos uraguayos més) 16 sw DIsrRaz el repertorio Noes euestiGn de acomodar .) emparejar la garganta; ‘hay que sacarse la manta 1y mostrar el argumento: muchas veces sopla el viento ero pocas veces cant, a murga es un género musicel-teatral del carna- val uruguayo, El nombre ge aplica tanto al género como a cada uno de los grupos que lo practican. Actualmente una murga tfpica tiene entre quince y veintidés integrantes de los cuales la mayoria son cantantes-actores, tres de ellos tocan la per- cusién (bombo, redoblante y platillos de entre- ‘choque) y uno os ol director. Raras veces las misi- eas que se utilizan son especialmente compues- tas; se suele recurrir a melodfas conocidas sobre Jas que se eseriben letras que habitualmente no tienen nada que ver con la original. Entre las par- tes cantadas, suelen intercalarse didlogos y reei- tados, La gran mayoria de las actuaciones de Ia murga se rea- liza aproximadamente entre el 1° de febrero y el 10 de marzo de cada afio, en escenarios al aire libre —con excepeiones— levantados especialmente para el carnaval que se denominan * Ruboa Lena, Platonadas’ Ww tablados. Ademés, realiza dos actuaciones en el Teatro Munici- pal de Verano Ramén Collazo dol Parque Rodé (Montevideo), para el Iamado Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas, organizado por la Intendencia Municipal de Montevideo y a gremial que agrupa a los directores de conjun- tos de carnaval, DAECPU. El concurso consta de dos ruedas, la primera de las cuales es eliminatoria, si bien lo habitual es, que la enorme mayoria de los conjuntos pase a la segunda, también Hamada «rueda de ajuster. ‘Tanto en los tablados como en el concurso, las presenta- ciones de las murgas alternan con las de Las otras categorias de carnaval (Sociedades de Negros y Lubolos, Parodistas, Hu- moristas, Revistas y Mascaradas Musicales). Pese a ese entre- ‘vero, en realidad cada agrupacién compite tinicamente con sus similares, habiendo pues un concurso para cada eategoria, eso sf, con los mismos jurados. Elrepertorio de la murga no est muy definido a nivel del reglamento, pero suele acomodarse, con variaciones, a la es- tructura que describimos a continuacién. La actuacin comienza con un saludo 0 presentacién, el cual es una cancién (comtinmente formada por varias musicas conocidas enganchadas) euya letra empieza casi siempre di- ciencio cosas como: «Vuelve La Bergamota otra vez al carna- val» —suponiendo que la murga se llame asi—, 0 «Después de tun largo silencio aqui est nuevamente...», y otras por el esti- lo, Después viene una parte mAs libre, que puedo ser seria 0 hhumorfstica, en la que se habla de cualquier cosa. La palabra mais usada para terminar los saludos es «earmavalv. La dura- cin media de un saludo debe andar por los cineo minutos. Antiguamente la murga tenia un presentador, que justa- mente presentaba cada uno de los cuadros, y era por lo tanto lo primero que se ofa en Ia actuacién, Ahora quedan algunos re- sabios de ese personaje en los recitados que preceden a veces 18 SIN DIseRaZ los cuplés, pero por lo comin el saludo empieza con todo el coro cantando, sin ninguna preparacién previa. En los tablados, a veces, se dicen las propagandas antes de comenzar la actua- cién; en ese caso ol que habla suele terminar preseutaudo ala murga al modo antiguo. En el saludo debe quedar bastante definida le personali- dad de la murga (la cual més allé de ciertos criterios genera- les, varia de un afo a otro), por Jo cual son muy importantes él oder do sintesis tanto del Ietrista como del arreglador. Laretirada o despedida es més larga. Una vez of una que duraba como quince minutos, pero no suelen superar los diez, La retirada tiene més tradicién tanto en cuanto a la forma como al contenido, Las retiradas de antaiio eran una cancién rho muy larga que decfa pocas cosas aparte de todas las versio- nes posibles de «nos vamos, pero valveremose, pero lo poco que de cuplé (con algin personaje que esté vestide distinto del resto), o formando parte de uno. En esencia, el sal pieén (también Uamado pericén en alusién seguramente a la parte de las relaciones —euartotas improvisadas segin un eri- terio de pregunta y respuesta— que se hacfan en esta danza tradicional) es una serie de pares de cuartetas separados por ‘un estribillo, Cada par de cuartatas se refiere a un tema de actualidad; en la primera cuarteta se presenta el tema, yen la segunda se lo remata humoristicamento o con tna frase de eto contenido social. Ejemplo: Solist: Mariana, la Calorina con Vanesa y Soledad El derecho de nacer, ‘Mejeo arriba, no més, 2 SIN DISFRAZ Juan Pusblo Cor Solista Mariana buscando al hilo seha quomado las pupilas; quese venga pa’ La Tae, ique hay gurises suelt’ en pla! Si paca 1a vida pelado Adeje en el tablado su preceupacién; ahora aque ha llegado Ara ante con nosotros esto aalpicén ‘Vimos on ol Teatro Stella, Pint «adoré, adorée 1 Calvo, también Gasalla y Perciavalle también el eepertoria La tarea de representar Jo que se canta corresponde a todos y a cada uno de los integrantes. 1 Juan Pusblo: _-Perciavalle nose entregar, ice con vor de mujer (arriba del escenario; sbaj, Io quiero ver) Araca la Cana, 1983, letra de Catusa Silva. Este salpicin se ama ‘Cuplé de Juan Pueblo’ y es un salpicén sdisfrazados de euplé. Una caracteristica del esquema par de estrofas-estribillo es el uso (en las estrofas) de melodias basadas en el esquema arménico del tipo Ténica - Dominante - Ténica -Dominante de la Subdominante - Subdominante-Témica - Dominante -Téni- ca, Sobre esta tltima ténica entra el estribillo. Bjemplo 22 SIN DISFRAZ El popurri, en cambio, tocaba menos temas pero los desa~ rrollaba més. Si bien se le suele amar popurrf al salpic‘n, el popurri propiamente dicho ha eaido en desuso. Bjemplo sol: sale: sole sole | sol soe: Pobres vieja y vejtosinvélides y jubilados auioren eobrar lo atrasado todo junto de una vez ‘yeso es le que vamos a ver (guign sabe si todavia les pagardn este mes. ¢ Las vias y los vielitos que ecbran la pensién ostin desde haco tiempo en mala situagién, Hay meses que no cobran, no les quieren pagar, {¥es0 a nuestro julcio lo encontramos ml, ¢ YY querfan reirarle la pensi6n y es porque los padres de ellos extn en buen posicién; 1yles prohiben que implaren la earidad siendo el ‘nico recurso a que pueden apelar ‘A Rantifusa Liberata [Le gusté ms una gata que jugar al domin6. Esa me la como yo. [No te ln eomerés vos eva comida bonita, (que le Maman la gatita se la damos a aquel Sr Legé aqut un Mipino con un juego tentador; de la noche a la maiiana se hizo de gran fare. Blancos, negros,colorados, hombres solters, csaadas, ‘mujeres, nfl probaron, y hasta mi abuela probs. (Sabéis el nombre que tiens? Le pusieren el YO-YO, Agui viene un extranjero eon un pedazo de madera hace euatro macanadas, yuna fortuna se leva, Cuando un hijo del pais present el juego del blero, no tuvo repereusin por no ser juego extranjero, ‘ydecian qué cosa fic emboear en un agujero. ‘Antes la cafla era buena, a nate le hacia mal ‘yabora tomés una copa te da por romper la ropa, vienen ganas de pelea, y e€0 que ahora es del Estado; 4ecan que ibs a ser mejor, que podiss Iangar el chivo yy no se sents el ola, el reperterte 28 [La naftay el Kerosene, la grappa y el alcohol Acbian ser mas baratos y tendrian que ser mejor solo; La mujer ze hizo jockoy coro: también quiere votar, ‘alquier cosa que quiers hacer un hombre a seguida ella lo quiere imitar: velo; Con esas mujeres jockey yo nunca me casarla core: ella por la profesién, ay de mu el Inga que a mi me tocaria, sole: El dfa que ellas voten los lios que van a haber coro: cuando él vote por los blaneos -ycolorada sea la mujer. sole: Estamos casi saguros que el marido va a perder. core; Yel voto va tener que colocar en el partido que tiene la mujer. Me easé ean una flaca y en seguida se murié ‘me busqué tres flacas més y lo mismo me pas6. Como las lacas morian, yo casandome sogut Jhasta que encontré una gorda y esa ver me toeé a mi ‘Murga Modernos Pistoleros, 1983, letra —probablomento— de Luis Carballo. El cuplées a parte central y de mayor importancia dela rurga. Al menos durante la actuacién, ya que a medida que pasan los aos lo que permaneceen ol recuerdo son las presen- taciones y especialmente las retiradas. Hsto se debe probable- mente a que ls estlos de humor cambian (y por ende cadu- can) con mayor velocidad que la poesta, més intemporal, de las retiradas. Podomos afirmar sin temor a equivocarnos —como dicen los vendedores de los omnibuses capitalinos— que euando al- auien dice que este afo tal murga westé bien» se refiere bésica- mente a los euplés, Bl euplé puede tener una breve introdueciin recitada, 0 empezar con una clarinada. También puede ocurrir que el per- 24 SIN DISFRAZ sonaje de un cuplé irrumpa de stbito interrumpiendo la pre- sentacién u otro cuadro. A veces incluso puede surgir de entre 1 piblico, como si fuera un integrante més de la platea, Allo largo del cuplé se dan picos de atencién, ya sea por situaciones jocosas, seguidilla de chistes verbales muy efecti- vos o simplemente por cambios drasticos en la misica. Si la cosa esta bien hecha suele haber uno o dos picos altisimos y cinco 0 seis no tan altos pero destacados del resto, y otros mo- rnores pero esenciales por su ubicacién. Hl asunto es que no puede transcurrir mas de un minuto sin que pase nada, por- quela gente se pone a conversar 0 se va a comprar un chorizo, Los cuplés tradicionales (mejor dicho, de mediados de si- slo para aed, porque no fue siempre asf) tenfan un personaje individual (el solista o eupletero) y otro grupal: Ia murga, que dialogaba con el primero de igual a igual y discutfa y lo inte- rrogaba sobre el tema en cuestién, El solista era por lo general el encargado de hacer reir, y cuando la cosa se ponia melo- ‘dramética, el encargado do hacer llorax. Otro esquema bastan- te comiin fue el de dos solistas que daban su versién de las cosas, En este caso no discutfan directamente sino que més bien uno completaba lo que habia empezado el otro pero cam- bidndole totalmente el sentido. Esto es una adaptacién murguera del esquema habitual de los dtios c6micos donde uno slevanta los centros+ y el otro smete los goles». El rol de la xmurga (como personaje) tiene en este caso menos importancia que en el anterior Revisando lotras de murgas de los allos veinte y treinta ‘vemos que los cuplés tenian varios personajes y un no sé qué que los asemejaba a sainetes: por ejemplo, la escena se desa- rrollaba en un conventillo y apareefan diversos inquilinos, el duefio, un policfa, un canillita, eteétera, Poro también habia cuplés muy breves, que hoy calificarfamos més bien de cancio- nes humorfsticas, El humor absurdo campeaba, legando a ex- al reperteris 25 tremos en que —al menos leyéndolos— dan la impresién de ‘ivagues sin sentido, con trabalenguas y dialogos inconexos, Bl trabalenguas legs a tener tal importancia que podia ser ‘una unidad autonoma ajena al cuplé. He aqut un par de ejem- plos de trabalenguas y otros dos de cuplé corto: (Che Alfonsibilritis, gran atorrantianflerianfle Junate el tronosoreeo, marfloneticoso 1s nostalgiagiogiagiosa, co t va, prantorianile vos te toms al instante agua hervida eon omba. Final —sin previo aviso— de un pasodable iamado Espatia libre’ en 1 que se habla de a caida del Rey Alfonso con versos series y altisonantes. Murga La Clésica Cachada, prob. 1932, letra y mnisica de José @. Pallas, Core: Un filésofo romantics patético perfeccionstico diabélico raquitico con palabritas diabsticas yy a.una pebéties la sonquisté, Asaltantes con Patente, 1931, letra de Manuel Pérez, CRETICA AL COMEDOR MUNICIPAL Bl que ne tenga trabai tiene que irse a concontrar ena exposicién del Prado que ahora han denominado Comedor Municipal, No hay ni en Villa Dolores tants bichos como ali, liendres que hacen de mucamas chinches que son hataclanas 26 SIN DisPRAz yun piojo guardia civil Las cucharas a los ratones les sirven de tobogén; cucarachas divertidas Jugando alas escondidas se esconden dentzo del pan. Las ratasjuogan al football, de botiquin hace un gato, yauna rata embarazada le hicieren una traneada, tuvo ora dentro de ua plato, Y¥sirvioron a comida an gusto a la planchada como estaria de bonito {que hasta un pulguianta perrto Je Iargé una cazeajada. Lacrisis ap se remedia con lenarnos el bullén ‘trabajo elo que desoamos ‘yal mismo tiempo zafamoe ‘mori de intoxicacion, ‘Murga Modernos Pistoleros, del mismo aflo que el ejemplo de popurr. ‘VIVAEL FEMINISMO Dedicada al barrio Perma, Guruyty las teams de Cantal y Olimpia Football Club ‘Silas mujeres consiguen el voto jqué serd de Ios hombres? Bstén locas las mujores eon cus pretensiones role! ‘ahora quieren el voto igual que los hombres, Por eso don Comelio est cabrero 1 pues su linda mujereita lo hace dormir entra del oparo Ella lo expianté de la cama porque mide 10 em de ancho ‘y toneaba lo mismo que un chencho, ‘Jara, jura, ja, jirajana decile a tu hermana que me dé un mani. ‘Don Chitrulo tiene un ajo de virio con el calzoneillo que usa para dormir le hacen lavar los plats, ji, ji Jos pauelos en latina. ‘Tambien le lava ol piso, caja 2 todas las vecinas del barrio Curvy, ‘También le hamaca el nene, jojo Ie da la mamadera ‘Arriba las polleras, panzén bajo los pantalones, que se eorié el talén. Pero por ms que protesten se tendrn que conformar por debajo del hombre tada su vida tendrdn que pases. Patos Cabreros, 1930, sin datos de autor. Es interesante destacar el hecho de que el personaje del cuplé se suele presentar como ajeno a la murga, cominmente es un adesconocido» que se presenta tras la consabida pregun- ta of¥ usted quién es?. Puede ser un gaucho, un politico o un ‘marciano que casualmente pasaba por el tablado. En los casos de doble personaje la eleceién no es tan libre, ya que debe ha- ber una relacién —frecuentemente de oposicién— entre am- bos. Por ejemplo: Fulano y su Otro Yo, o el cura y el monagui- lo. Estos mismos modelos se pueden usar en su forma més abstracta, o aprovechdndolos para comentar la actualidad (en 1997 la murga Don Timoteo se adelant6 a los acontecimientos 28 SIN DISFRAZ e hizo el cuplé del Papa y Fidel Castro, refiriéndose al encuen- tro entre estas dos porsonalidades que tendria lugar algunos meses més adelante). Ejemplo de cuplé de doble personaje (fragmento): Un eualquiera: Yo necesito una novia pero no encuentro ninguna, (Berd porque las mujeres bbusean hombres con fortuna? Padre Propéleo: Si eres bueno te amarén aunque no tengas dinero Monaguillo: pero jantate unos pesos 4 andé pa’ Monte Caseros, Core: ‘Van pasando de a uno en el esnsultorio, soluciones a tds les da Propéleo, ‘Venga usted, sthase y cuéntencs su pecado, Arlegines le da sa perdén, Uno cualquiera; Fu a un hotel con mi vecina {y dasnudos nos miramos, ‘pensams on la familia ¥¥ por suerte no peeamos. Padre Propéleo: Te felicto, hijo mio, hicite lo que hay que hacer. Monaguille: __Ojald hiciera lo mismo ‘a jefe con tu mujer Cuplé det Padre Propéleo, Los Arlequines, 1993, letra de Eduardo Rigaud. Actualmente los cuplés suelen tener una estructura més compleja, con varios personajes que entran y salen, aunque se puede reconocer la utilizacién de estos modelos de mitad de siglo en las distintas partes de los mismos. Si bien hoy la pues- ta en escena tiende a colectivizar las responsabilidades sobre cl reperteria 29 lescenario, se mantiene ain intacta la funcién del solista que sse pone al hombro» la murga. Elcupletero. «personaje>(nétese que esta palabra se usa aquf en un sentido distinto del teatral, refiriéndose al offcio, a 1a especializacién) vendria a ser algo asf como el primer actor, un tipo que no ge destaca habitualmente por su canto sino por el poder que tiene para comunicarse con el puiblico, general- mente a través del humor. El tipico cupletero es capaz de hacer refr con un texto medicere; Ia risa no sélo es gonerada por las, currencias del letrista sino también (y a veces exclusivamen- te) por las improvisaciones que sobre esa letra hacen los perso- najes. El cupletero es el que més trabaja con el cuerpo y la cara, teniendo en cuenta que una parte del puilico esta muy lejos y hay que actuar para ella, pero otra parte esta mas cerca, ¥ tampoco se Ia puede dejar de lado, De ahi que los que se destacan son los que encuentran gestos y muecas que rinden tanto vistos de cerca como de lejos. ‘Muchas veces el cupletero es un tipo sumamente gracioso quo se representa a s{ mismo en cada uno de los personajes. En carnaval (y no s6lo en las murgas) se da una forma extrema de Jo que los teatreros Haman edistanciamiento brechtiano». En efecto, el actor asoma a menudo detras del personaje; aunque esté representando un papel no deja en ningin momento de Ser él mismo, pero ese ~l mismo» es a la ver una especie de ersonaje que se fue creando con el tiempo, y con el cual la gente se quiere encontrar cada vez que va a ver el conjunto a tun tablado. Este segundo personaje, el que se corresponde con a imagen que el publico tiene del actor, aparece a menudo en. Jas «mechas», que suelen hacer referencia a hechos puntuales que ccurren en el momento de Ia actuacién. Las mechas rom- pen totalmente el clima pero éste se reinstaura autom: ticamente antes de que el publico se termine de retr. Por ejem- plo, en una parodia, la princesa le dice al caballero medieval: 90 SIN DisFRaz om Querido, cdntame aquella cancién al otdo» —y 61 le contes- ta: —Por supuesto, mi vida, esperd que pase la motor. Nétese la vuelta al lenguaje uruguayo —sesperd>— durante la me- cha, que hace referencia a un ruido del trénsito que estarbaba alos actores y que acabé enriqueciendo la actuacién. Otro ejem- plo: -—Vigia, jee divisa tierra? No veo nada, capitén, porque ‘me entré brillantina en el ojo». En este tiltimo caso la mecha puede perfectamente quedar incorporada al libreto de ahf en mis. eLrepertorie 31 el coro Noche, noche, suena antigua una muiisica perfects, ‘yen el cielo temblorasas oran de amor las estrellas ‘a marga es el tinico género coral polifinico dela misica tradicional uruguaya, Milongas, cifras, estilos, vidalitas, etestera, estén con- cebidos para ser cantados por un solista, oa To sumo (en la payada de contrapunto) por dos contendientes que se tratan de aplastar el uno al otro con sus argumentos y con su habilidad para plantearlos dentro de estro- fas a veces bastante complejas. Dentro de la amiisica ciudadana, el tango es una forma que précticamente siempre es cantada por una sola persona, mientras que el candombe tradicional (no las ac- tuales canciones con ritmo de candombe) no es cantado. La murga no sélo es coral por excelencia sino que son frecuentes (en las de ahora y en las de antes) los juegos de preguntas y respuestas —musicalmente hablandc— donde por ejemplo una parte del coro hace contracantos mientras otra lleva 1a melo- 1 Ruben Lena, Ratirad 33 fa, y un solista pega arriba unos alaridos cuya belleza es dif cilmente apreciada por los que no son amantes del género. En el concurso, los integrantes de la murga no pueden exceder el ntimero de diecisiote, por lo eual, si estamos al di- rector y a los percusionistas, quedan trece para el coro. En los tablados suele verse algiin integrante mas. Lo comtin es que Jas voces sean todas masculinas, aunque no es rara la preson- cia de una o més mujeres, tendencia que parece ir ganando terreno. En el siglo pasado cra habitual que existieran com- parsas femeninas (por ejemplo, catorce sobre un total de trein- tay seis en 1871); alo largo del siglo veinte ha aparecido cada tanto una mujer integrando 0 incluso dirigiendo una murga, pero lo habitual es que las murgas totalmente integradas por mujeres permanezean fuera del cireuito del carnaval oficial, ya sea por voluntad propia o por perder la prueba de admisin, Por ahora la murga se sigue asociando con una sonoridad y una sensibilidad netamente masculinas. Las voces estén organizadas en tres grupos o «cuerdas»: los segundos, los primos y los sobreprimos, Cada una de éstas, 2 su ver, tiene subdivisiones, Los segundos (voces graves) se dividen en bajos y segundos propiamente dichos. Los primos, en primos lisos y primos altos, ¥ por iltimo, los sobreprimos (que son dos o tres) admiten una especializacién, la tercia, que viene a ser un sobreprimo de cardcter mds solista —y no nece- sariamente el de voz mas aguda como a veces se cree—, que suele «escaparse> del coro y contrapuntear con él. Los primos tienen un registro que abarea la octava que va de sol a col y que contiene al do central del piano (desde la tercera cuerda al aire de a guitarra hasta la primera apretada en el tercer espacio): 34 sty pisrRaz Obviamente, esto es una aproximacién grosera; a nivel individual la variacién es muy grande e incluso hay murgas que cantan en un registro més agudo o més grave, cn lo cual Ja seleceisn de los componentes para las distintas cucrdas se ve afectada por ello. Supuestamente la cuerda de primos es la que leva 1a ‘melodia, mientras que las otras armonizan «por arriba» 0 «por abajo». En realidad esto no es tan asi. Muchas veces la ampli- tud de una melodia hace que las partes graves de ésta deban ser cantadas por los segundos, mientras que las partes més, altas las hacen los primos e incluso los sobreprimos. Por cual ‘cada cuerda esté permanentemente pasando de hacer melodia 1 hacer una segunda vor (a veees de un eardeter totalmente Aistinto) y de nuevo a hacer melodia, Por eso a veces, cuando en los ensayos se hace cantar una parte reiteradamente a una ‘misma cuerda, la sensacién es de que lo que cantan no tiene ni pies ni cabeza, ya que la parte melédica recién se completa al entrar el resto del coro. 1Los sobreprimos cantan desde el mi de los primos (prime- ra cuerda de la guitarra al aire) hasta donde lleguen (depen- diendo en cada caso de las posibilidades de los integrantes de Ja cuerda). Un buen sobreprimo llega fécilmente a un la oun si (6° 07° espacio de la primera cuerda): os Los segundos van desde el do de los primos (do central en el piano, segundo espacio de la segunda en la guitarra) hasta ‘una octava mds grave, aunque su rendimiento maximo esté por encima del mi (cuarta euerda, segundo espacio) secre 35 es Notese que la voz grave de la murga parece muy alta para ‘ratarse, justamente, de una voz grave. Esto se debe al hecho de tener que cantar a gran volumen y en espacios abiertos, Cuando hablamos de estos temas estrechamente vincula- Gos a la afinacién es menester hacor una aclaracién. Como Io sabe cualquier ama de casa, la predeterminacién de las distin- tas alturas utilizables para crear melodfas o armonias es una simple guia, que se viola una y otra ver en funeién dela expre- sividad, Esto ocurre en el canto lirieo, en Gardel y en Frank Sinatra, En el caso de la murga oxisten ciertos eédigos propios en lo que a este asunto respecta. Muchas veces los do —por citar una nota— no son do sino un poquito mas agudos o mas, graves, y resulta que si uno canta undo muy afinado la inter- pretacidn pierde sabor. Esto se realiza de forma totalmente intuitiva (es muy dificil, por otra parte, hacerlo voluntaria y conscientemente). Confundir este fenémeno con meros desafi- nos seria tan grotesco como decir que Picasso no sabia dibujar Porque ponfa los dos ajos en ol mismo costado de la cara. Asi ‘que cuando a nivel de concurso se habla de que se tendré muy en cuenta la «correcta afinacins, probablemente se estd incu- rriendo en una especie de desafine ideolégico, Cuando el arreglador elige una miisica la «prueba» mon- talmente imaginando cémo quedarfa el fraseo al acompafiarla con distintos ritmos, principalmente el candombeado y la mar- cha camién. Tal proceso se denomina «murguear una mitsica La variedad de posibilidades es infinita, incluso dentro del ‘mismo ritmo, ya que puede hacorse entrar cada frase del texto 36 SIN DIsFRaz fen un compas o en dos, lo cual altera totalmente el resultado final. Ba el ejemplo siguiente vemos un pequefo fragmento de una conocida melodia, en versiones marcha camién y candom- beado, donde ademas del ritmo cambia la relacién de la melo- ia con el pulse: Marcha camién J = p10«.90 — a Ss SSS fas: yo la mur guse_ eG -m se des pide del, ta-ble-do 2p ae = y se-mbas suelo - tro c= m= val ys eas alo to at aa Los arreglos, habitualmente, se basan en partes corales armonizadas por terceras interealadas con soles, dios y trios. Antiguamente la mayor parte del repertorio se hacia con el coro a dos voces, y el rol de Jos subreprimos se limitaba a apari- ciones esporddicas de una tercera vor reforzando determina- das frases. Hoy la presencia do tres o mas voces cantando es ‘Permanente, Pero también en esto hay gran variacién; no son. tleere 37 val rraros los un{sonos, 0 las notas pedales que se mantienen uno o dos compases en una o dos de las voces mientras el resto del coro tiene una mayor movilidad. Bsto se da especialmente on el caso de los sobreprimos (que por hallarse en ol oxtromo su- Perior de su registro, lo que se suma al gran volumen de que hablébamos, rinden més en notas largas —o repitiendo una misma nota— que en sucesiones de distintas notas breves). ‘También se usa mucho el construir la segunda voz.con un criterio mas melédico que arménico; esto era més comtin antes de la introduccién de la guitarra (a prineipios de los ochenta) como un instrumento habitual més que no sélo interviene du- ante breves lapsos* sino que lo més importante—sirve de base para la creacin de los arreglos, Hoy préeticamente todos Jes directores (con alguna excepein) arreglan sus coros en base @ ese instrumento, E] sistema es el siguiente: el arreglador, una vez que elige en qué tonalidad va a ser cantado el tema, aprende los acordes que leva en la guitarra, y trata de que ‘esos acordes se vayan formando a medida que el coro canta, siendo la melodia de la segunda vor (y la tercera, la cuarta y cuantas haya) un sinuoso camino entre notas de los sw scordes, utilizando para ir de unos a otros las notas de paso que le dicten su buen gusto, su intuicién y su talento o su falta de ellos. La melodia principal, por otra parte, suele hacer 1o mismo en la mayoria de las canciones usadas, es decir que en Jos tiempos fuertes la nota que se canta por lo general pertene- * El reglamento,en au altima versién (carnaval 1906) permite wn maximo de 10 minutos de acompazamiento instrumental aparte dela bateria 0 cualquier oto tipo de percusn, Beto sobre un total de 26 a 45 minutos, que son el minimo ye! maximo establecios para Ia acuacién en el concurso oficial Ba los tablados fa cosa es totalmente libre en cuanto al so de ‘nstrumentos, y Io actuaciones tienen un minimo de 40 minutes, Sino la biensa estirar demasiado tione que consultar al responsable del tablado Para ver cimo andan de tiempo. 38 SIN DisrRaz ce al acorde que se toca. Y si no pertenece se la hace pertene- cer. Todo esto, levado al extremo, puede llegar a que una parte del coro haga solamente los acordes de la guitarra (cantando Ja letra o haciondo «lai larai- o gus equivalantes menoe dignoe, ‘como «mmm mmm» 0 peor aun «uuu uuu») mientras que otra parte canta la melodfa. Si a eso agregamos lo que deciamos més arriba sobre las melodias que se «reparten» entre las dis- tintas cuerdas, puede entenderse el por qué de la mirada extra. viada que suelen tener los arrogladores durante los meses de noviembre, diciembre y enero, que es cuando estén todo el dia enfrascados en la construccién de esos galimatfas musicales, Para crear las distintas voces puede ser una importante fuente de inspiracién el arreglo original que tocan los instru- mentos en la versién grabada del tema en cucstién. El dispo- ner de la guitarra para reproducir las partes més complicadas en el seno mismo del ensayo facilita mucho la tarea. Un ejercicio interesante es intentar acompafiar con la guitarra la grabacién original de alguna murga vieja. Como los arreglos, aparentemente sencillos, no estan hechos pensando en Jos acordes que se forman, uno suele llevarse sorpresas, Por ejemplo, si se va a pasar de un mi menor a un la menor a tra- ‘és del Mi mayor con séptima (el viejo y peludo «dominante de La») puede suceder que los primos respeten la mayorizacién mientras que los segundos no, o sea que los primos cantan el solft y los segundos, un momento después, el sol natural, con Jo cual uno no sabe qué acorde poner en la guitarra. A continuacién transcribimos un fragmento de arrerglo de Los Patos Cabreros (probablemente de la primera mitad de siglo) donde se aprecian claramente tales «desobediencias» ar- ménicas. La letra no se entendia bien en ls grabacién, por lo ‘cual la que escribimos es lo que nos parecié que decfa: ttesre 39 ae Aloir la cancién entera queda claro que tales rarezas no < se deben a desafines 0 accidentes de ningun tipo, sino que for- man parte misma del arreglo, ya que el mismo tipo de relacién segundos arménica se escucha reiteradas veces, (Ademés, no se me acu- rre que varios tipos se pusieran de acuerdo para desafinar de uuna forma tan curiosa y complicada). En soguida presentamos un posible arreglo de la misma melodia pero como podria ha- cerse hoy dia: no che de co doel per fh sobreprimos noche Ge w-doel per fu - ap de Wz y co lr primes altos is mochesdes mot Gand ant Primos isos val - les nochesdep- no- ches de car = oma va ei nee decarcna-va -—Ter Roches dea: mor | as ee oe Rite elo etibiai ac ® | cade to deel per fi chede w doe) per fa] medelue y co lor Dosa eee | wo cine big) per fe - me dels y co br 40 sin pisrRaz eleore 41 et ches hoy e 2 en c= da al cn ct aay ul fon ct dass qu) ee- 6 Mo SIN DISFRAZ El saludo y la retirada, como eventualmente también los cuplés, suelen empezar con una clarinada. Bsto es una intro- duccién cantada por el coro sin acompasiamiento de la bateria, 0 al menos sin que ésta haga un ritmo mareado (susle af rofor zar la expresividad con rulos de redoblante, platillazos sueltos y golpes de bombo). Le clarinada termina cuando en determi- nada frase la baterfa empieza a tocar un ritmo definido, y el coro a cantar lo que vendria a ser el primer tema. En las, clarinadas y en los finales en goneral (donde suena por dos o tres compases un acorde en que todos cantan, por ejemplo, la vocal +2») se evidencia un aspecto importante de la estética murguera. Si bien en teoria todosllos integrantes de cada cuer- da o subeuerda estn cantando la misma nota, en realidad al- unos la adornan con vibrates, trinos¢ incluso melismas dife- rontes —Ilegando a pasarse de una vor a otra—, por lo eual el resultado es una sensacién de movilidad imposible de trans- cribir. Este recurso, aunque caracteristico del género, no es ‘usado por la totalidad de las murgas, habiendo directores que prefieren un sonido més «limpio» Dependiendo de en qué parte del repertorio se est4, los arreglos so mas 0 menos complejos. Por lo camiin los cuplés y Jos salpicones (el «medio» de la murga) suelen tener muisicas y arreglos mas sencillos que el saludo y la retirada (las «pun- tas»), Esto es en parte porque en el medio lo importante es el hhumor y la claridad del mensaje a trasmitir, yen parte porque Jos cuplés suclon ser lo ultimo que se enaya, en enero, cuando ‘yano hay tiempo de andarse floreando mucho con arreglos lu- cides. Lo dicho no implica que las puntas sean Ta parte més samusical» de Ia murga mientras el medio es la parte mas sletristica». De hecho ol medio cuele tener otro swing, eon un ritmo mas «picado» y bailable que el saludo ola retirada. Para, esta iltima se eligen melodias menos livianas y mas tristonas, seers 43 de las cuales hay una amplia coleccién en el repertorio tanguero, ‘al que recurren frecuentemente los letristas y arregladores de murga, asf como en las distintas variantes del género denomi- nado «melédico internacional». Los cuplés tienen ritmos earac- teristicos que cambian segtin esta cantando el coro o un perso- naje. En los cuplés tradicionales era tipico ol uso de un ritmo muy lento para las partes solistas, que se sustituia por otro més acelerado cuando entraba el coro on los estrbillos, ‘Todos estos clisés son violados una y otra vez (se puede decir que no hay précticamente nada en la murga que haya sido respetado por todas las murgas de la historia) pero siguen cexistiendo como fuerte referencia. Tal vex el aspecto més interesante del canto de las mur- ges sea la forma en que se coloca la voz. En realidad no hay una forma sino varias, dependiendo de qué cuerda se trate y de si esta cantando 0 no «al mango» en cuanto al volumen y si se halla en la parte aguda o grave de su registro. Por ejemplo, sia un primo le cuesta afinar una nota grave por més que el director se la cante una y otra vez, suele ser mégico el decir «sponé vor de segundo», Los segundos pueden utilizar una omi- sin metélica, como salida de un cafio, o una emisién més pa- recida al mugido de las vacas. Lo de la colocacién nasal es un mito. Se da a veces pero para nada es la tinica. Durante un mismo solo la voz puede pasar de ser «le garganta» a total- ‘mente nasal. Esto es un recurso expresivo, ademas de que faci- lita el paso de partes graves a agudas de la melodia. También influye lo eansados que estén los murguistas: existen formas deemisién «de emergencia» para esos casos, Algunos son maes- tros en el arte de disimular deficiencias vocales transitorias. Hay que tener en cuenta que las actuaciones son varias por dfa —si se tiene suerte— durante algo mAs de un mes, en horario noctarno, al aire libre, transpirando y a veces muriéndose de frio entre tablado y tablado. Y si no se tiene suerte es peor, 4 SIN DisrRaz porque una pausa de dos o mds dias suele ser fatal para las cuerdas vocales al retomar las actuaciones. Los murguistas a menudo se engripan en pleno carnaval, debido a todo este tra- Jin y ala escasez de horas de suefio, Durante este periodo y hasta por lo menos un mes después (lapeo que se prolonga con el paso de los afios llegando a durar hasta el siguiente camna- val) los murguistas sélo pueden «cantar murga», es decir, con la colocacidn que les permite cantar en tan inhéspitas eondi- ciones. Por lo comtin de mafiana no pueden ni hablar y cuando Megan al local de ensayos, mientras se visten y se pintan para salir, realizan curiosos ejercicios para vabrir la garganta», Es- tos ejercicios son individuales cada uno tiene sus métodos y teorfas— y consisten por lo general en tomar algo fuerte pero no frfo, y emitir unos sonidos terribles que més bien parecen destinados a destruir para siempre toda posibilidad de cantar. La idea parece ser pasarle por encima a la disfonfa y derrotar- la ede pesado», aunque los murguistas experimentados saben bien que no es con eualquier tipo de grito que se logra el resul- tado buscado, Bl sistema podré no ser muy ortodoxo pero por Jo comtin es efectivo, Es més, la murga no existiria si no fuera por este tipo de préctica. El hecho de «abrir» se da casi en un instante, generalmente por la mitad de la primera actuacién dela noche, Recién entonces se empieza a disfrutar del canto y de los momentos en que hay que salir al frente para hacer al- gin solo. steora 45 la musica también habla Les hablaré de su infancia cuando Wegue ef momento, sin deeirlo en palabras, sin nombrar al dolor; bastard con su acento en la noche estrellada, cen les cuerda de primas con un pueblo alrededor: nna vez, en el ensayo de una murga uni- versitaria (aquellas que proliferaron a principios de los ochenta), escuché a un murguista «de verdad» que habia ido a mirar y tirar unas I{neas (en esos grupos por lo comtin nadie tenfa mucha nocién de Jo que era una murga) decir una frase que —lo admito— en aquel momento me arecié muy acertada, Dijo més 0 menos: «Ya no corre més aguello de cantar pal costado’; ahora se tiene que entender la letra, porque el mensaje bla, bla, bla.» En ‘aquellos tiempos esa idea tenia un sentido especial, ya que co- menzaba a gestarse en el carnaval —censura previa de por "Jaime Roos, Lae Futures murguistas. * Refriéndose a la easidslecacié lateral dl euello la mandbaa inferior (ie Tos murguistas sobre todo los de antos—al cantar. "1 medio— una corriente netamente opositora a la dictadura en- tonces reinante, y bueno, ademas no hay nada malo en que a una murga se le entienda la letra, que después de todo, para algo est4. Pero frase (que representa toda una ideclogta) tie- ne una connotacién peligrosa en cuanto al mantenimiento de Ja identidad de la murga como fenémeno original y uruguayo, En efecto, desde que en el concurso oficial se puntria la sbuena diccién» los conjuntos se han visto obligados a abandonar par- cial y en algunos casos totalmente la emisién murguera, aquel sonido latoso que caracteriz6 desde siempre al género. Porque parece que dicha forma de cantar y la «buena diccién», si bien tal ver no necesariamente excluyentes, no suelen ir muy dela mano’. Pero resulta que aquel sonido, tan distinto al de un coro «eulto» 0 al de los Beach Boys, por nombrar dos ejemplos difundidos, es tan contestatario como el verso més guerrero. Quien tiene en cuenta séto el contenido explicito de las letras para decidir qué murgas son conservadoras y euales no, creo que no entiende algunas cuestiones elementales. Lo mismo Puede aplicarse a la eancién popular en general.* En cuanto al tema de la «buena diceién» y abandono de la emision murguera, est4 el argumento de que la murga debe ampliar su radio de aecién, y que para ser aceptada debe tran- sar en ciertos puntos, Puede ser, no digo que no, y ademas no cuestién de ponerse a imitar sonidos antiguos que no nos salen naturalmente y quedar como unos ridiculos, pero exis- ten, creo yo, caminos intermedios. Por ejemplo, en ‘Brindis por Pierrot, Jaime Roos utilizé un coro que suena a estudio de gra- A sta hay que sumarle un slindismo~ que ba ido genando terreno sima- mente on el carnaval en general yon la mugen particular: voce terns, cantores jrenesy boaitos con el plo bien euidad, letras dalossy -péti ‘ase em el mal sentido de Ia plabre “ Nohay duda que el uso de equipas de amplifiacia cada ver de mejor calidad ha sido ott factor decisivo en el cambio de Ia emsisén, 43 stv Disrraz bacién junto a un solista (el Canario Luna) que chorrea tabla- do por todos lados; no solamente en lo que atatie al timbre de voz, sino también a las inflexiones del canto. Y, sin salirse de lo estrictamente carnavalero, existen hoy unas cuantas varian- tes de aquel sonido murguero —que ademas no sélo est defi- nido por la emisién sino también por el tratamiento dado a las miisicas utilizadas y fundamentalmente el swing que tengan los arreglos— de las que puede decirse que mantienen la vieja esencia en cuanto a la expresividad, la falta de afectacién, la polenta, etcétera. Ciertamente, he escuchado a mucha gente decir que las murgas viejas no le gustan porque no se les en- tiende Ia letra (;tanto mas se les entiende a las de ahora? ;Y quién entiende la letra de una 6pera, suponiondo que esté can- tada en castellano?). Como si fuera poco, es comin que a los detractores de los coros de murga vieja tampoco les gusten los solistas de voz latosa —a los que sf se les entiende perfecta- ‘mente Ia letra— y en cambio profieren los que cantan en un estilo més eduleorado, Realmente, creo que lo de la letra es, una excusa para ocultar un rechazo no admitido (ni admisible entre gente «progresista») hacia una forma de canto asociable con el grita del canillita o del feriante o del que vende escobas, 5 decir, las clases llamadas «populares: o, més despectivamen- te, os terrajase, Para que quede claro: cada murga puede hacer consigo ‘misma lo que se le eante, por lo cual evidentemente aqui no se critica que se abandone la emisién clasica por voluntad propia, pero si que la murga se vea obligada a ello por una de las posi- bles interpretaciones de un reglamento poco claro. Quien debe definir si una forma —nueva o vieja— de cantar es valida ono, debe ser el ptblico, con el paso de los atios, y no un profesor de literatura o algrin eritico de cine invitados a ltimo momento a ser jurados de carnaval porque no habia nadie idéneo que aga- rara ese viaje la masica también habla 49 lo visual Aunque la mona se vista de seda, ‘mona se queda," emos hecho hineapié en lo que se roiore a los textos y ala misica, pero la murga.es un es- pectéculo netamente audiovisual. Esto se pone en evidencia al escuchar grabaciones con actuaciones de murgas en vivo, Suelen ser bastante aburridas. Cuando los murguistas eantan no estén aquietos. En primer lugar esté el baile. Bxiste um baile clasico del murguista, y otro del di rector. Bste diltimo se desplaza permanente- mente por todo el escenario, delante de la murga, en una danza que tiene elementos de rimica y puede resultar algo payasesca. Hay momentos en que afloja un poco la mano, es- “=<4 pecialmente cuando vienen partes musical- ‘mente complicadas en las que es necesaria su presencia en el centro del escenario, Por supuesto que todo esto varia muchisi- mo de un director a otro. En cuanto al baile del murguista, realmente no me imagino una descripcién que dé une minima * Refrn popular 51 idea de cimo es, Puedo decir que, mientras canta, esté todo el tiempo levando el ritmo con el cuerpo, quedando a veces en ‘equilibrio en un pie, yutilizando mucho los brazos y las manos para apoyar la expresividad del canto. En determinados rit: ‘mos, como la marcha camién, los movimientos parecen hechos ‘en «cdmara lentav. Pero aparte de este baile en el lugar, exis- ten ciertas figuras cldsicas (trenzas, ruedas, ochos, ete.) que se realizan sobre todo euando on el salpicén o en los cuplés hay ‘tramos eantados por los solistas, ¥ por iltimo esté la puesta en escena, que implica todo lo que la murga hace més alla del baile espontsneo (las figuras de que hablamos recién pueden considerarse parte de dicha puesta). Aqui vemes agrupamientos del coro en un extremo del eseenario y desplazamientos a lo largo formando distintas figuras —ademés de toda la parte gestual—, todo ello relacionado, obviamente, con lo que se est cantando. Cada murga tiene su estilo de puesta en escena, pero podemos decir que recién ahora (1998) se est empezando a coneretar en este aspecto un lenguaje que no atenta contra la idiosincracia basicamente desfachatada de la murga. ‘Tanto para los tablados como para el concurso la murga se maquilla, aunquela expresién utilizada no es emaquillarse» (que tal vez suene demasiado femenino) sino «pintarse a cara». El hecho de maquillarse uno mismo tiene algo de mistico; la pintura es, més que el traje, lo que diferencia al murguista del piblico, y sobre todo, de sf mismo cuando no esté actuando. ‘Tradicionalmente se usaba una base blanca que abarcaba todo el rostro (comprendidos pérpados y frente), con detalles de co- lor pintados encima. Los materiales utilizados eran vaselina y tierras de colores. Hoy se utiliza toda la gama de productos para maquillarse (incluidos apliques que se pegan) y,en el eas0 del Teatro de Verano, se recurre casi siempre a téenicos profe- sionales. Bl ltimo toque suele darlo la brillantina. 52 SIN DISPRAZ Los trajes se renuevan cada afio y son el principal gasto fijo que tiene la murga. Bl vestuario es disefiado especialmen- te desde el calzado a la punta del gorro. Las telas utilizadas suelen ser coloridas y/o brillantes. Las lentejuelas cumplen aqui la misma funcién que la brillantina en el maquillaje. Existen, como en todos los aspectos del carnaval, criterios cuantitativos que a veces priman sobre los cuslitatives para Juzgar un vestuario. Lo mismo ocurre con el maquillaje. Y no me refiero s6lo al concurso, sino a la opinién general. Cuanto més grande sea el gorro, mas anchas las hombreras, mas nu- as lentejuelas y mas superficie esté cubierta por el ‘maquillaje, mejor. Es asi que en el Teatro de Verano se ven pelos ¥ manos pintadas y sombreros tan grandes que sélo se pueden usar en una parte de la retirada. lo visual 53 Loe murguistas podremos ser muy critics, pero siempre damos la

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