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Leccién uno + NOCIONES PRELIMINARES « I. LA CONVIVENCIA PACIFICA Y EL ORDEN JURIDICO Someter al derecho la vida de relacién ha sido no solo un avance de inocultable importancia en el sendero hacia la convivencia pacffica’ de cualquier comunidad humana, sino un paso estrictamente necesario*. Alcanzar la armonia social y los demas propésitos comunes definidos por una colectividad* supone que el comportamiento de cada uno de los asociados se cifia a lo ordenado por las normas juridicas ideadas y disefiadas de acuerdo con dichos ideales’. Pero la adopcién de normas jurfdicas y la decisién de someter a ellas el comportamiento social lucen insuficientes para asegurar la observancia del régimen y, consecuentemente, la anhelada convivencia pacifica®. Dado el cardcter falible, inherente ala condicién 1 A. Hauriou. Derecho constitucional e instituciones politicas, Barcelona, Ed. Ariel, 1971, p. 1145. El autor advierte que: “(..) una de las primeras preocupaciones del Estado es asegurar la pazen el grupo que dirige”. L. Prieto-Casrno Fanraniz. Derecho procesal civil, vol. 1, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1968, p. 1. Hay que reconocer que los propésitos comunes son definidos en funcién de la ideologia dominante en cada sociedad y en cada etapa de su historia. N. Bonsio. Teoria general del derecho, Bogota, Temis, 1994, p. 20. Con acierto este autor sostiene que el problema de la justicia de las normas juridicas es el problema deontol6gico del derecho y se traduce en la correspondencia entre su contenido y los ideales eolectivos; entre el ser y el deber ser. Respecto del mismo punto, bien vale la pena destacar la siguiente reflexién de F. Carneturtt: “El problema del derecho, sin embargo, no se agota con la formacién de los mandatos, y en particular de las leyes. En efecto, un mandato puede no ser obedecido. Noes de ereer, entre otras cosas, que cuando la guerra Miguel Enrique Rojas Gémez humana, parece ingenuo esperar que todos los asociados obedezcan espontaneamente lo que manda el orden juridico adoptado por la colectividad. Antes bien, dicho caracter impide descartar la posible infraccién de las normas juridicas. Ahora bien, reconocer como posible la inobservancia de las normas obliga a prever cgnsecuencias correlativas capaces de disuadir_al potencial_contraventor, si se quiere controlar la d reducir el riesgo de que la infracci6n sea lo ordinario. Y si, como se ha sugerido, la armonia social depende de la realizacién de los propésitos expresados en las normas juridicas, la previsién de la contravencién también obliga a sefialar las medidas adecuadas para restablecer el orden turbado cada vez que se perciba la desobediencia del régimen. Por otro lado, hay que admitir que si el surgimiento del poder politico se explica en buena medida por la necesidad de evitar el caos y garantizar la estabilidad social y la preservacién de los derechos reconocidos a los asociados, su pervivencia depende de su capacidad para asegurar la obediencia de sus disposiciones, controlar su trasgresidn, restablecer el orden cada vez que resulte alterado y restaurar la integridad de los legitimos intereses que resulten afectados con la infraccién. En definitiva, asegurar la convivencia pacifica supone, ademas de regular la vida de relacién y prever las consecuencias de su transgresi6n, arbitrar las medidas apropiadas para recuperar el orden y conseguir la restauracién de los derechos ilegitimamente ofendidos. s IL. EL CONFLICTO DE INTERESES Y LAS FORMAS DE COMPONERLO En tanto la infraceién sea apta para comprometer intereses ajenos y paraalteraroponerenpeligrolaconvivencia pacifica, una vez advertida plantea una situaci6n de malestar que hace previsible el reclamo ha venido a ser un delito, quede eliminada sin mas de la sociedad, La mas miente ese optimismo: desde hace siglos y siglos la sin embargo en un pats civilizado como el nue claro, pues, que a la forr elemental experien ley prohibe el hom geudntos homicidios se cometen todavia’ de las leyes debe seguir alguna otra cosa mis. Por eso dijimos en la hk introductoria que las leyes son un producto juridico sensielabyya 7] | el derecho, Bogota, Edit. Temis, 1994, p. 57, Teoria del Proceso contra el supuesto contraventor. Seguramente dicha reclamacién tendra como propésito principal provocar el reconocimiento de la infraccién_y de las consecuencias derivadas de ella, y la disposicién ‘del acusado a restablecer el orden alterado. De conseguirse dicho objetivo la situacién se supera por consenso; el subyacente conflicto de intereses se compone por los mismos individuos comprometidos, sin tervencién extrafia, lo que equivale a decir que se autocompone’. n embargo, que el reclamo resulte aceptado por el destinatario talvez sea lo menos frecuente; las reacciones que provoca suelen ser disimiles. Bien puede suceder que el pretenso infractor niegue la contravenci6n, 0 que, no obstante reconocerla, rehise restablecer el orden turbado. En estos casos la tensién que provoca la reaccién del acusado respecto del reclamo formulado desencadena una rivalidad que _exige una solucién que defina la razén o la sinrazén de quien teclama y de quien resiste, 0 que restablezca el orden, q lo uno y lo gtro. En tanto el conflicto no pueda autocomponerse resulta forzoso explorar otra ruta que permita encontrar la solucién. Malograda la autocomposicién y deseartado, por_regla general, el recurso a_la_autotutela’, es preciso pensar en mecanismos diversos que permitan encontrar la solucién que necesitan y claman los individuos cuyos intereses resulten comprometidos en el conflicto, situacién que en todo caso exige 6 “En la autocomposici6n, al encontrar las propias partes en conflicto la salucién de éste, ya sea a través del pacto, de la renuncia o del reconocimiento de las pretensiones de la parte contraria, resulta que aquéllas estén ya ante una ‘Jorma altruista, mas humanizada de solucién de esos conflietos”: C. Gomez Lana. Teorta general del proceso, México, Oxtord University Press, 2004, p. 11. 7 Quizés no sobre advertir que la autotutela es di Aquella consiste en la autodefensa o justicia por mano propia que excluye la concertacién, en tanto que ésta alude ala solucién adoptada involucrados en Ta contienda, Al respecto se ha sostenido que en la autotutgla “(...) el_mas fuerte o el mas hébil_impone soncia, destreza 0 habilidad, la soluci6n al contrario”: C. Gomrz Lana. Teoria general del proceso, wp. LL. A dicho propésito suele destacarse que aun subsisten casos en los que Ja autotutela se cataloga licita, como sucede con la legitima defensa en materia criminal y con la huelga en el area laboral, Cfr. E. Véscovi. Teoria general del proceso, Bogoté, Edit. Temis, 1984, p. 4, En sentido semejante B. Quinrtno ¥ E. Prieto, Teoria general del proceso, cit., p. 8. econsuno por los ci +19. Miguel Enrique Rojas Gomez ncion_ de provocar la_heterocomposicién, es decir, la int un _sujeto extrafio a Ja disputa, de un tercero que componga o aa : dirima la controversia, A dicho propésito brotan enseguida dos interrogantes: a) ;quién ha de conseguir y prover la solucién? y, b) gqué mecanismo se ha de utilizar en la bisqueda y aplicacién de ella? En torno a dichos interrogantes se antojan disimiles respuestas. En una sociedad incipiente podria pensarse que, dada la eventual afectacién del orden social, el conflicto deberia catalogarse como un problema de interés colectivo y, por consiguiente, el mejor llamado a resolverlo podria ser el conglomerado en su integridad, lo que sugiere la opcién de buscar colectivamente la solucién. O quizas, si la colectividad cuenta con un lider natural* (por su fuerza fisica, por su solyencia intelectual 0 moral, por su habilidad, por su astucia, etc.), pudiera también pensarse que es él quien goza de mayor autoridad y aptitud para resolverlo, misién en la cual podria incluso hacer uso del mecanismo de su predileccién. Esta solucién resultarfa especialmente util si el lider gozara de suficiente reconocimiento, respeto, solidaridad y confianza sociales como para que la colectividad esté dispuesta a acatar y hacer cumplir, incluso con el empleo de la fuerza, la decisién que aquél Ilegare a adoptar’. Empero, la intensa reproduccién de los conflictos, inherente a la progresiva complejidad de las relaciones sociales, dificulta demasiado la adopcién de decisiones en forma colectiva y envilece la capacidad coercitiva del lider, lo que hace inaplicable cualquiera de las soluciones propuestas, por lo menos en la mayorfa de las comunidades humanas contempordneas, y obliga a conseguir una mas estable, segura y © A, Hauniou, Derecho constitucional e instituctones politicas, cit., p. 124. En palabras del autor citado: “(..)[hJay hombres que ejercen de modo natural una te sobre los que se aproximan a ellos, y que tienen, por n social” especie de ascendie otra parte, un sentido innato de la organiza * Aun en la época contempordnea hay comunidades en las que la solucién de los conflictos de intereses se confia al lider de la colectividad, como sucede, por ejemplo, en algunas comunidades indigenas, Véase J. V. MoraSo BEDOYA. Latina. Propuesta para el I constitucional, {, | iecién indigena en algunos paises de Améric ho proces Juri digo procesal constitucional colombiano, Dere Bogota, VC editorial, 2011, pp. 556 a 578. Teoria del Proceso confiable. A tal efecto parece imperioso escoger de_antemano no s6lo a quien haya de ocuparse de resolver las disputas, sino ademas el método_que deberd seguir para lograrlo, de modo que la decision tomada respecto de cada una pueda hacerse obedecer de toda la colectividad, de ser necesario con el concurso de la coaccién. Con el advenimiento del concepto de Estado" como organizaci juridico-politica de la colectividad", dotado_de poder coercitiyo'’, emerge también el concepto de autoridad publica y con éste parece disiparse el escollo planteado. Talvez nada més eficaz para obtener la obediencia de una decisién que investir de la condicién de autoridad publica a quien haya de adoptarla, en el entendido de que ésta se halla provista del poder coercitivo del Estado que le permite imponer sus determinaciones atin en contra de la voluntad particular. Y adicionalmente, en ejercicio del poder politico que la colectividad le ha confiado, el Estado disefia e impone el método que la autoridad debe seguir para solucionar los conflictos de intereses, es decir, el proceso. Es de esperar que el Estado, consciente de su responsabilidad en la realizacién de los designios sociales, a la hora de diseiiar dicho método se esmere por asegurar que resulte idéneo para solucionar adecuadamente las diferencias relacionadas con la_transgresién del régimen o con la efectividad de los derechos reconocidos por las acuerdo con el sistema normativo y, de ser el caso, para restablecer el La idoneidad del método depende de que su disefio sea adecuado a las caracteristicas de la sociedad especffica y de que empiricamente sirva para restablecer la integridad del orden juridico, para conjurar in 0 A. Hauriou. Derecho constitucional ¢ instituciones politicas, cit., p. 114. El autor define al Estado desde el punto de v sta sociolégico como: “(..) una agrupacién humana fijada en un territorio determinado y en la que existe un orden social, politico y juridico orientado hacia el bien conn‘, establecido y mantenido por una autoridad dotada de poderes de coercién”, En sentido similar J. Vinat. Pernoso. Derecho constitucional general, Bogota, Universidad Externado de Colombia, 1991, pp. 73 y 74. N, Bonio. Teorta general del derecho, p12. A. Hauriou. Derecho constitucional ¢ instituciones politicas, cit., p. 143. ue se agudice ital ra ev) . y pe “dad jona In disput cha idoneida esto en el dafio social que ocaston® | uiente dic ntes de ser pues i o se reproduzca. Por consig’ a eo reiterado de éste el me! mucho 1 de califieada en abstracto Y vies 5610 el omy eeu pr eecinied practica el método disefiado, P en ful ptitud 05 ede demostrar su aputue’ | ji be ser til. no puede ser J mundo contemporaneo cuya realizacién de | Estado en el disefio A verti ene di opésito convient tir que A dicho propésito conve! eadvertir joce al .

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