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Oscar Oszlak ** "Reflexiones sobre la formacién del Hs- ¢ado y¥ la construccién de la Sociedad Argentina" * Desarrole ecenimica, +, 21. 134 (enera-marca 1932) El propdsito del presente trabajo es brindar una interpretacién global del proceso de formacién del estado nacional argentino. Por su extensiéa, no aspira a oftecer un andlisis exhaustivo de ese proceso y, por idéntica raza, no se cifie a una cronologia rigurosa ni pretende informar sobre sucesos histdricos puntuales. Constituye més bien una reflexién general sobre un tema y una experiencia hist6rica que he explorado recientemente con mayor detenimiento en otro trabajo (Oszlak, 1981). Aunque la historiografia argentina es densa y se dispone de innu- merables estudios que han examinado minuciosamente los acoateci- mientos mis salieates -y Jos menos salientes- de la vida nacional, asi - como la trayectoria de sus protagonistas, es escaso e] ntimero de: trabajos verdaderamente interpretativos. En este sentido, el estudio de la formacién del estado argéntino no cuenta con una. tradicién historiogrifica que permita sefialar senderos potencialmente fructife- i: ros para una profundizaciéa analitica del tema. Por ello, ta perspectiva ‘ aqui adoptada no es estcictamente “hist6rica”, al menos, no lo es en € sentido coavencional de exposiciéa cronolégica de eventos. El énfasis sera colecado en el andlisis de algunas cuestiones centrales planteadas por el tema mismo. Correspondientemente, el interés girard en torn a » actores y no a personajes, en tomo a procesos y 0 a sucesos. Oscar Osrtak Estatidad La formacién del estado es un aspecto constitutive del proceso de constmuecién social. De un proceso en el cual se van definiendo jos Giferenies planos y componentes que estructuran Ja vida social organi- zada. En conjunto, estos planos conforman un cierto orden cuya especificidad depende de circunstancias histéricas complejas. Ele- mientos tan variados como el desarrollo relativo de las fuerzas produc- tivas, Jos recursos naturales disponibles, el tipo de relaciones de pro- uccién establecidas, 1a estructura de clases resultante o la insercién Ge Ja sociedad en Ja rama de relaciones econémicaé internacionales, contribuyen en diverso grado a su conformacién. ‘Sin embargo, este orden social no es simplemente ¢} reflejo o recultado de la yuxtaposicién de elementos aue confluyen hisiérice- mente y se cngarzan de manera uaivoca. Por el conirarie, el patron reultante depende también de los problemas y desafigs que ¢) propio proceso dz consiruccién social encuentra en sv desarrollo hisiérico, asi como de Jas posiciones adoptadas y recursos movilizados por los Gigerentes actores. inclufdo ¢1 esiado- para resolverlos(i). Si el Geierminismo y e) vojuntarismo ban cominado ‘es interpretaciones sobre estos procesos, s¢ ba debido en alguna medida 2 Is dificuliad de capiar este simuliéneo y dialéctico juego'ée fuerzas enize Tsctones esiructurales y supresiructurales. Dentro de esie proceso de construccién social. Ia Zamacién di estado nacional supone 2 1a vez Ja conformaci: politica que articula ia dominacign en Ja sociedad, y Ja mare ializacion 6c esa instancia en un conjunto interdependiente Ge instimeiones que Ppenmiten su ejercicio. La existencia def estado se Verificaria entonces a partir del desarrollo de un conjunto de atributos que definen lz “estatidad” -Ja condicién de “ser estado”-, es decir, ¢) surgimiento de una instancia de organizacién del poder y de ejercicio de Ja domiins- “Reflexiones sobre te formac' cién politica, El estado es, de este modo, relacién social y aparato institucional. Analiticamenie, Ja estatidad supone Ja adquisicién por pane de esia entidad en formacidn, de una serie de propicdades: 1) capacidad de extemalizar su poder. obteniendo reconocimiento como unidad sobe- zana dentro de un sistema de relaciones interestatales; 2) capacidad de institucionalizar su avtoridad, imponiendo una estructura de relacio- nes de poder que garantice su monopolio sobre los medios organiza- dos de coercién; 3) capacidad de diferenciar su contro}. a través de Ja creacién de un conjunto funcionalmente diferencixdo de insiitucione: péblicas con reconocida legitimidad pasa extraer establemente recur- sos de Ja sociedad civil, con cierto grado de profesionalizacién de sus funcionarios y ciesta medida de coniro! ceniralizado sobre sus varia- das actividades; y 4) capacidad de internalizar una idemidad colecti: mediante Ia emisién se simbolos que refuerzan settimienios de penc- nencia y solidaridad social y permiten, en consecueacia. ¢} control jdeolégico como mecanismo de dominacién (Osziak, 1978). Conviene aclarar que estos 2tributos no definen 2 cualquier tipo de estado sino a un estado nacional. La dominacién colonial o ei control politico de Jas simmaciones provinciales dentro de} propio émbito jecal, son formas alicmativas de articular Ja vida de una comunidad, pera no _tepresentan formas de transicién hacia una dominacién nacional. En este sentido, el surgimiente del estado nacional es el resulado de un proceso de Jucha por la redefinicién de] marco institucional considera- do ayropiado pare c} desenvelvimiento de Ja vida social organizada. Esto implica que el estado nacional surge en relacién a une sociedad civil que tampoco ha adquirido el cardcter de sociedad nacional. Este cardcter es el resultado de un proceso de mutuas determinaciones entre ambas esferas. 4 Oscar Oszlak Nacién y Estado El tema de la estatidad no puede entonces desvincularse del tema del surgimiento de la nacién, como otro de los aspectos del praceso de construccién social. Del mismo mado en que la formacién del estado argentino no resulté automaticamente de la guerra emancipadera, tampoco Ia nacién aragentina fue su necesario cormlato, Varios fueron los factores que impidieron Ja arganizacién nacional una vez roto el vinculo colonial con Espaiia: Al producirse el movimiento revalucia- nario, el Virreinato del Rio dela Plata se extendia sobre un terzitorio pricticamente despoblado, cuyos dispersos habitantes conformaban una poblaci6n sedentaria dedicada principalmente a actividades gana- deras y a una agricultura primitiva. A pesar de ello, los pueblos que babitaban ese vasto territorio no se éracturaron de inmediato luego de la revolucién, La estructura politica heredada de la colonia y ‘su agarato burocratico continuaron proporcionando durante un teimpo un elemento aglutinante basico. Romper con las Provincias Unidas requeria tener opciones: sec viable politica y econémicamente, tener ventajas comparativas en elegir lé autonomia. Paraguay pronto hallé Ja conveniéncia de aacerlo: las rentas originadas en su territorio se lo pemnitian-y el aislamiento lo justificaba. Su posicién geogrifica no le habia creado sélidos vinculos con el resfo del territorio virreinal. Auuque en el caso de la Banda Oriental la separacién se debié a ua campromiso politico, también sus recursos y estratégica ubicaci6n geognifica hacian posible ta secesién. En cam- bio, fue fortuito qué se autonomizara el Alto Peri (Bolivia), al quedar desmembrado de hecho por la continuidad del dominio espafiol du- rante los crfticos afios de las guerras de independencia. Buenos Aires aspiré desde el mismo momento de la Revolucién. de mayo a constituir un estado unificado bajo su hegemonia. Si otros intentos separatistas 20 prosperaron se debid, especialmente a la enor- me difereacia de fuerzas' entre la provincia portefia y cualquier otra Reflexiones sobre ta formacién del Extado y (a construccién.. 5 coalicién de provincias o proyectos de estado alternatives. La Confe- deracién Argentina, constituida fuego de la cafda'de Rosas sia Ia adhesiéa de Buenos Aires, no fue una excepcién e ilustra el caso limite: la coalicién de todas las provincias no consiguié imponerse a Buenos Aires. be Estas circunstancias no deben ser interpretadas ea ei sentido de que ningun otro tipo de configuraciéa territorial o combinacién politica hubiera sido posible, Lo que si sefialan es una primera diferencia fundamental con otras expericacias de consteuccién del estado, sobre todo las europeas. En contraste con éstas, la experiencia argentina -y en buena medida, Ia latinoamericana- no se caracteriza por la necesi- dad de una determinada unidad politica de absorber otras unidades (w.g. cuidades libres, principados, obispados) que ya ejercian signifi- cativos privilegios soberanos. Los constructores del estado argeatino - fundamentalmente los sectores dominantes de Buenos Aires- no bus- caron formar una unidad politica mayor o mas fuerte, sino evitar la disgregacién de la existente y producir una transicin estable de un estado colonial a un estado nacional. Lejos de guiarse por propésitos de conquista, aspiraron a extender un movimiento revolucionario local a [a totalidad de las provincias del ex virreinato y a beredar de la ‘colonia el control territorial y politico ejercido par Espaiia. El que estos abjetivos conienzaran a materializarse recién medio siglo mis tarde abre auevos interrogantes. Si, como plantearan Hegel, Hobbes, Weber y otros, la “sociedad civil” se constituye a partir de grupos cuya solidatidad depende de la comvergencia de intereses materiales e ideales, ¢qué intereses fundamentales mantuvieron duran- te tanto tiempo la unidad formal de la sociedad argentina?. Si el aislamiento y la guera civil fomentaban la disgregacion y las guerras de independencia no conseguian despectar del todo los sentimientos de pertenenecia y solidaridad que cimentan la existencia de unidades naciouales, ;por qué no operaron en toda su potencial consecuencia las tendencias centrifugas? {Qué significado nivo la “provincia” coma Oscar Osalok instancia de articulacién de relaciones sociales y a que se debié que - aisladamente o a través da pactos federativos- no pudieron Hegar a constituir estades auténomos?. Aungue el tema merecerfa un tratamiento sistemstico en funaros trabajos, quisicra avanzar algunas respvestas preliminares. Indudable- ~ mente, Ja unidad nacional argentina durante las primeras décadas de vida independiente se asenté mas en elementos expresivos y simi cos que en vinculos materiales plenamente desarrollados. Echeverria (1846) aludia en su Dogma Socialisia aja vnidad diplomdtica externa, a la unidad de glorias, de bandera;‘de armas; a una unidad técits ¢ instintiva que se revelaba al referirse sin-mayor reflexion a “Republica Azgentina”, o “territorio argentino”, “nacién argentina”, y no santiagueia, cordobesa © porteiia. Pero a cada vo de esos atributos era posible oponer otros que contradecian Ja unidad: prolongados imerregnos de aislamiento y absoluta indepandencia provincial, pac- + tos de unién interrampidos, viejas. madiciones municipales, foumas caudiilistas de ejercicio de la dominacién. Ademés, €] territorio “na- cional” distaba de ser una unidad inseparable. Bien sefala Alvarez (4910) que 1a mesopotamia, la Banda Oriental y el Paraguay, flanqueados por rios, eran inabordables por tierra desde Buenos Aizes, Ja altiplanicie oponia su Varrera de piedra enice Jujuy'y tas srovincias bolivianas; sobre-la lanura desierta, Jos indios y las d*ficullades que planteaban Jas largas travesias incomunicaban a les pequefias ciudades esparcidas por el vaste territorio. También los intereses: econdmicos regionales eran contradictorios. Ei Interior, con sus vifias y tejidos, competia con productos extranjeros que importaba e! Litoral. Inclusi- ve e] vinculo del idjoma no era tal en varias pronvincias, donde se preferian los lenguajes indigenas. Tampoco existia una total ‘homogencidad étiica, contrariamente a lo que se cree babimualmente: Eran pocos jos descendientes de padre y madre espafioles y muchos Jos extranjeros y los habitantes de zazas negra, india y sus diversas miscegenaciones. Reficxiones sobre la formaciin dal Estado y la consiuccitn.. ? Ni siquiera perdur6 un andamiaje institucional colonial suficiente- mente desarroiado. En otras experiencias latinoamericanas como en el Brasil, e) Peni y México, este aparato sitvié a la continuidad titucional, compensando tn parte los factores fisicos, émicos o culturales que dificultaban el proceso de integracién nacional. En el Rio de Id Pleta, en cambio, el aparato administrativo colonial no legé a desarrollar un eficaz mecanismo centralizado de control territorial. Mis adn, subsistieron en las diversas localidades 6rganos politico- administrativos coloniales que tendieron a reforzar-e) marco provin- cial como Ambito natural para el desenvolvimienta de Jas actividades sociales y politicas. No alednzaron de todos medos a conformar un verdadero sistema institucional, en tanto su avtoridad y repre- sentatividad fueron reiteradamente desnaturalizadas por c) caudillisroo y la lucha facciose. De este modo, asi como ja provincia fue una creacién de} proceso independentista -un sustituto del estado colonial desaparecido-, e} caudillismo fue un sustituto dela democracia asocia- * da al movimiento libertario. Fue 1a modalidad que asumié localmente Ja Tepresentacién dei pueblo, en un pueblo que desconocis la practica democritica. Paraddjicamente, el aislamicnto y el localismo, en condiciones de precaritdad institucional, magros recursos y poblacién escasa, impi- Gieron e) jotal fraccionamiento de esas unidades ptovinciales en esta- dos nacionales soberanos. De nuevo, Ja formalizacién de un funcione- miento aut6nomo -que de liecho.existia- no aparejaba mayores venta- jes. En cambio, Ja posibilidad latente de negociar desde una posici6n de al menos formal patidad, Ja constitucién de up estado nacional sobre bases més permanenttes que las ofrecidas por los diversos pactos federativos, resultaba siempre mds atractiva y conveniente que el borizonte de miseria y-atraso que Ja gran mayorfa de las provincias podia avizorar de persisiir e! arreglo institucional vigente. Sobre todo, existiendo plena conciencia de que Ia superacién de ese“estado de cosas pasaba por establecer alguna forma de vinculacién estable al circnito econémico que tenfa'por cje al puerto de Buenos Aires. & Oscar Osslak Estas posibilidades se vieron reforzadas ca la medida en que la intensificacién del comercia exterior produje cl debilitamiento de algunas economias regionales, replanteando ios términos de su insercién en los ptimitivos mercados que se estaban conformanio. Esto se vincula, por ejemplo, al surgimiento de nuevos intereses y sectores de actividad locales, integrados al ‘circuito mercantil-financiero-que se desarrollaba a impulsos del comercio exterior. Por otsa parte el paula tino mejocamiento de las comunicaciones y ta consecuente creacién de un metcada intemo para ciertas producciones del Interior que antes se oricntaban hacia los paises limitrofes, también contribuyeron al proce- so de lenta homogeneizaciéa, de los intereses econdmicas localizados en las diversas provincias. ae Por dltimo, no parece desdedabie como factor coadyuvante a ta integracin nacional, la expriencia comparada. Si bien estos pueblos que surgian a la vida independiente sélo podian mirar a un pasado de Sometimiento y vasallaje, coataban ea cambio con el ejemplo de otros paises -como los Estados Unidos- también nacidos de ua movimiento de emancipacién, o de las naciones eurapeas, que estaban completan- do -en el que se Mamaria “siglo de las nacionalidades”- ua lento proceso de integracién, y ala vezde diferenciaciéa, territorial, social y politica. Estas ejemplos no pasabar desapercibidos para la élit lectual que asumié el liderazgo del proceso de organizacién nacional argentino. Orden y progreso Aunque las observaciones precedentes no agotan siquiera la men- cién de las multiples vinculaciones entre el surgimiento del estado y la cuestin nacional, destacan n0’obstante un aspecto que se me ocurre central para nuestro andlisis: sélo a partir de la aparicién de candicio- nes materiales pasa la estructuraciéa de una economia de mercado se consolidan las perspectivas de organizacién nacional; y séio en pre- seacia de un potencial mercado nacional -y consecuentes posibilida~ ey - Laat ree Reflexiones sobre ta formacién del Estado y la construccién.. 9 des de desarrollo de relaciones de praduccién capitalistas- se allana et camino para la formacién de un estado nacional. En la experiencia argentina, Ia expansién de la economia exponadora durante la primera autad del siglo no se vio interrumpida por fas guerras civiles. A partir de la caida de Rosas, su ritmo se vié fuerce- mencs incrementado como consecuencia de una demanda externa que crecia a impulsos de lo que se llamé la segunda revolucién industrial. Las auevas posibilidades tecnalégicas, sumadas a los cambios produ- cidos en las condiciones politicas intemas, ctearon oportunidades € inteteses cuya promocién comenzé a movilizar a los agentes econdémi- cos, praduciendo ajustes y desplazamientos en las actividades produc- tivas tradicionales. Sin embargo, pese ala intensa actividad despertada por la apervara.de fa economia, las posibilidades de articulaciéa de los factores productivos se vieron prontamente limitadas por diversos obstaculos: la dispersién y el aislamiento de los mercados regionales, la escasez de poblacién, la precariedad de los medias de comunicaciéa y transporte, la anarquia en fos medios de pago y en la regulaciéa de las transacciones, la inexistencia de un mercado financicro, las dificul- tades para expandir la frontera territorial incorporando nuevas ticrras a la actividad productiva. Pero sobre todo, por ia ausencia de garaatias sobre la propiedad, la estabilidad de la actividad productiva y basta la propia vida -derivadas de la continuidad dela guerra civil y les incursiones indigenas- que opanian escollos pricticamente insalvables 4 la iniciativa privada. La distancia entre el “progreso indefinido”, que + los hicidos observadores de la época anticipaban como meta de la evoluciéa social, y la realidad del atraso y el caos, era la distancia entre la constitucién formal de la nacién y la efectiva existencia de un estado nacional. Recorrer esa distancia, salvar la brecha, implicaba regularizarel funcionamienta de la sociedad de acuerdo con pardmetros dictados por las exigencias del sistema productive que eucarnaba la idea det Progreso. 20 Gsear Oszlak Es importante observar que en la intencién de los hombres de 1a organizacién nacional, “regularizar” -o, en sus lérminbs, “regenerar” no significaba restitwir a la sociedad determinadas pautas de relecion y convivencia ni regresar a un-“orden” habitual moiienténeamente di- sveito por los enfrentamientos civiles, sino imponer un nuevo m2rco de organizacin y funcionamiento social, coheren': con e) perfii que iban adquiriendo el sistema productivo y Jas relaciones dt domina: cién. Roto el orden colonial, el proceso emancipador babia desatado fuerzas centrifuges que desarticulaban una sociedad que pretendia ser naci6n, sin que las diversas férmulas ensayadas bubieran conseguide establecer un nuevo orden. Por eso; el orden se erigia en la agenda de problemas de ia sociedad argentina como cuestién dominante, Resvel- ta ésta podrian encararse con mayor dedicacién y recursos los desafios. del progreso. Encontrar la mejor forma de organizacién social -diria Fragueiro (1850)- constiruye el problema de fondo: resuelto ésie, “La carrera del progreso” se efeciuara al paso del vapor y de ja electrici- cad". E) “orden” aparecia esi como la condicién de posibilidad del “progreso”, como ci marco deniro del cual, librada a su propia dindmi: ca, 2 sociedad encontrariz sin grandes obstéculos el modo de éesarro- Nar sus fuerzas productivas. Pero 2-su vez. el “progreso™ se constitufa en condicién de legitimidad del “orden”. Por definicién, entonces, el “orden” excluia a todos aqueios ele- mentos gue pudictan obstaculizar e] progreso, ¢l.avance de ia civitiza- ci6n, fueran estos indios o montoneras. Estas “rémoras” wus ¢ificulis- ban ej “progreso” eran todavia en 1862 una amenszador reclidad presente, vestigios de una sociedad cuyos parimetros se preiendia wansformar. Por eso; el “orden” también contenia una implicita defi- nicidn de ciudadania, no tanto en el sentido de quien: dos como integrantes de una comunidad politica, sino mas bien quienes eran considerados Jegitimos miembros de la nueva sociead, es decir, de quienes tenfan cabida en Ja nueva trama de relaciones socia- les, 28 eran reconcci~ Reflexiones sobre ta formacién del Estado y la construscidn.. n E] “orden” también tenia proyecciones externas. Su jnstauracién penmitiria obtener la confianza de) extranjero en la estabilidad del pais ¥ sus instituciones. Con ello se atraerian capitales-e inmigrantes. dos factores de la produccién ‘sin cuyo concurso toda perspectiva de progseso resultaba virtualmente mula. Hasta entonces no se registraba un flujo significativo de capital extranjero y la corriente inmigzatoria 20 habia sido objeto de’una deliberada palitica gubernarhental. Pero lo mas importante para nuestro analisis es que ia instauracién de] “orden”, ademés de producit una profunda reconstitucion de Ii sociedad, significaba dar vida zeal a un estado nacional cuya existen- cia, basta entonces, no se evidenciaba mucho mas alla de-la formali- dad de untexio constinicional. El desorden y sus diferentes manifesta- ciones (enfrentamicnto armado, caos juridico, ptecariedad institucional. imprevisibilidad en las transacciones) expresaban precisamente 1a inexistencia de una instancia articuladora de Ja sociedad civil que. en las nuevas condiciones. histéricas, sélo podia estar encamada en el estado, Luego de cinco décadas de guerras civiles, 1s atributos det estado argentino, ¢] conjunic de propiedades que Je acordaban tal carécier, slo tenfan vigencia-en-Ja letra de Ja ley. De hecho, la Confedéracion Argentina compartia con Buenos Aires €] reconoci- miento externo de.su soberanfa politica. A sv vez. ¢l control instimcionalizado sobre los medios de cosrcién éra companide pot los catorce gobiernos provinciales, que se seservaban célosamenie esie atributo de dominaciga. A esta dispersién de Ja autoridad se contrapo- nia Ja inexistencia o precariedad de un aparato administrativo y juridi- ca con alcances nacionales: otra de-las formas en que se materializa la existencia de, un estado nacional. Bajo tales condiciones, tampoco podis esperarse que el estade confederado desarrollara Ja capacidad de generar simboios reforzadores de sentimientas de pertenencia y soli- doridad social, esencial mecanismo ideolégico de dominacién. Cada una de estas propiedades remite a la existencia de un “orden™ en los diferentes plunos de Ja vida social organizada. Soberania exter- a. nae Oscar Osstak na indisputada, autoridad institucionalizada.en todo el Ambito territo- rial, respaldada por el control nionopélico de la coerciGn; diferencia cin e integracin dei aparato institucional y centralizacién juridico~ legistativa; creaciém simbélica de consenso. como fundamenta legitimador ‘de la supremacia del estado sobre toda otra instancia de poder alternativo; tales los sendetos a recorrer, las cuestiones a resol- ver, en el simulténeo proceso de “ordenar” la sociedad y Wenar de contenido a los atributos del estado”. : Dominium El triunfo de Pavén, que confirmé la hegemonfa de Buenos Aires sobre el resto dei territorio argentino, allané -a partir de 1862- el camino para la definitiva organizacién del estado nacional. Sobre la base de una inestable coalicién y a partir de los recursos y organismos de la provincia portefia, el gobierno surgide de Pavén comenzé a desplegar un amplio abanico de actividades que poco 2 poco afianza- tian el dominio institucional del estado. . Desie un punto de vista analitico, la existencia y desarrollo de estas instituciones nacionales.pueden ser observados como resultado de un proceso de “expropiaciGn” social. Es decir, su creacién y expansién implican la conversién de intereses “comunes” de ta sociedad civil en objeto de interés general y, por lo tanto, en objeta de la acci6n-de ese estado en formacién. A medida que ello ocue, la sociedad existente va perdiendo competencias, ambitos. de actuacién, en-los que hasta entonces habia resuelto -a través de diferentes.instancias y mecanis- mos- las cuestiones que requieren decisiones colectivas de la comuni- dad. © sea, el estado subroga -transformandolas en “pablicos” y. “gerierales”-intereses y funciones propios de los particulares (como la, Iglesia) 0 de los gobiernos locales. En ese. mismo proceso, la sociedad va alterando sus referentes instiutucionales y el marca habitual para el desarrollo de la actividad social = i went oe . J st seeds es Reflexiones sobre ta formacién del Estado y ta cansmuccién.. a Esta enajenaciém de facultades por el estado en ciemes adopta diversas modalidades. En parte, consiste en adquirir el monopolio de ciettas formas de intervencién social, reservadas a la jurisdiccién de los gabiernos locales. En parte, también, en una invasin por el estado nacional de dmbitos de accién propios de los “particulares”. En.parte, finalmente,,en la delimitacién de nuevos Ambitos operatives que ningiin otro sector de Ia sociedad esté en condiciones de atender, sea por la naturateza de la actividad o la magnitud de los recursos involucrados. Esta witima modalidad no implica: estrictamente una expropiaciéa funcional, siao mas bien la apertura de nuevos espacios de actuaciéa que hace posible, por su formidable concentracin de: poder y recursos materiales, la existencia del estado nacional. Esta existencia, entonces, 1) exige replantear los artegios instirucionales vigentes desplazando el marco de referencia de la actividad social de un Ambito local-privado a un 4mbito nacional-publico; y 2) crea la posibilidad de resolver, mediante novedosas formas de intervenciéa, algunos de los desafios que plantea el paralelo desarrollo de la socie- dad. é En Ia experiencia argentina, el estado nacional surgido de Pavon no adquirié automdticamente sus atributos como consecuencia 1 triun- fo militar, sino que debié luchar por constituir un dominio en los diversos planos en que se verificaba su existencia. Al disolverse la * -Confederacién Argentina, se retornd de hecho al arreglo institucional vigente antes de su creacién. Con excepciéa de las relaciones exterio- res, confiadas al gobierno provisional de Mitre; la resolucién de Jos asuntos “pablicos” siguié ea manos de les gobiernos provinciales y de algunas instituciones civiles coma Ia. Iglesia o ciertas asociacioues voluntarias. Adin cuando la constitucién nacional, vigente desde bacia. una década, continué proporcionando un esquema institucional y normative imprescindible para la organizacién del estado nacional, su desagregacién e implementacién estaban tadavia pendientes. Ello su- ponia materializar en accién lo que hastg.entonces era poco més que una formal declaracién de inteaciones.. : 2 Oscar Oszlak ocd Sin duda, ja transferencia -forzada o no- de funciones ejercidas de ‘hecho por Jas provirisias, concentré Jos mayores esfuerzos del gobier- no national, que fueron-dirigidos especialmente a la formacién de un ejército yum apaiato recaudador verdaderamente nacionales. Grandes fueron también los obstéculos balladios en Ja creacién de otras institu ciones destinadas a normativizar y/o éjercer control sobre las demas &reas que.el gobjerio nacional comenzaba 2 reivindicar como objeio de su exclusive monopolio (v.g. smisién de moneda, administracién de justicia de wltima instancia, nacionalizacién dela banca). Otras veces, en. cambio, las.provincias cederfan prestamente la iniciativa, come en el caso de los esfuerzos por extender Ia frontera con el indicio oda constniccién de las-grandes obras de infraesiruciura en todo él pals. Establecer su;domino también suponfa para el gobierno nacional apropiar ciertos instromentos de regulacién social basta entonces im- puestos por la tradicién legados por Ja colonia o asumidos por institu- ciones como la Iglesia. Su centralizacién en tl estado permitia aumen- tar el grado. de previsibilidad en Jas transacciones, waiformar cieries pricticas, acabar con Ja improvisacién, crear nuevas pavtas de interacci6a social, A diferencia de la apropiaciém de dreas funcion: bajo control provincial, no habia en estos casos una clara légics de sustituciGn. La variedad de dmnbitos operativos en ios que el gobieme nacional comenzé a reclamar jurisdiccién sefidlan més bien wn alenz pragmatismo, muchas veces reBido con la filosofia antiintervencionisia de] liberalismo que {nspiraba su accién en cifos terrenes. Fste avance “ sobre la sociedad civil tivo propablemente su mas importante mani- festacién en Ja tarea de coificacién de-fondo, A veces, la apropiaci6n funcional iiplicé la invasién de fueros ancestrales. Por ejemplo, cuando afios.mds tarde ¢] estado tomé a si cargo el registro de las personas, Ja celebraci6n del matrimonio civil o Ja administracia de cementerios, funciones tradicionalmente asumi- das por Ja Iglesia. Otras veces, supuso Ja incursién en cierios campos Reflexiones sobre la formacitn det Estado y Ia construccién. i 8 Regiesimecs sobre bt formal el Espaso Is eomtnccedecs ie eee 2 combinando sv acci6n con Ja de Jos gobernos provinciales y la de los particulares. E} ejemplo que mejor ilustra esta, modalidad es 1a educa cién, area en Ja que el gobitino nacional tendiia una creciente partici- pacién y s-reservaria prerrogativas de superintendencia y legislacion general. Bl caso de Jos ferrocarziles tambén representa un tfpico campo de incursién compartida con las provincias y el sector privado~incliso bajo la forma. de lo que boy Namariamos joint ventures. Mencionemos ademés, las areas de colonizacién, negocios bancarios y construccién de obras piblicas como otros tantos ejemplos de esta modalidad. A waenudo e} gobierno nacional utilizé Ja férmula de concesién. -con o sin garantia- pata la cjecucin de las obras o la prestacién de los servicios, contribuyendo a Ja formacién de una clase social de contra- tistas y socios del estado frecuentemente implantada ademas en otros sectores de Ja produccién y Ja infermediacién, Finalmente, ¢] mismo desarrolio de las actividades ‘productivas, la miayor complejidad de-las relaciones sociales, ¢1 rapido adelante tec~ nolégico, entre otros factores fueron creando nuevas necesidades regulatorias y nuevos servicios que.el gobierno nacional comenz6 a promover y tomar a su cargo. En osta categoria se inscriben activida- des tan variadas como Ja organizacién del. servicio de correos y telégrafos, 1a promociéa dt-la inmigracién, Ja-delimitacién y destino de las tierras piiblicas, Ja exploracién geolégica-y minera, él control sanitario, la formacién de docentes y el registrs estadistico del comer cio y la navegacion. En general, Jas actividaes hasta ahora mencionadas fueron apropia~ das por el estado sustitiwyendo en su cjecucién, a otros agentes sociales. Esta sustitucion, casi siempre imperativa, implicabe una transfereneia y concentracién de 4mtios Aimcionales cayo cositrol represeniarfa, a la vez, una fuente de legimtimacién y de poder. Asuraiendo la responsabilidad de imponer un orden coberente con las aecesidades de acumulacién, él] ‘estado.comenzaba. a hallar espacio institucional y a reforzar Jos atributos que lo definian como sistema de 6 Oscar Osstak dominacién. Las otras instancias articuladoras de la actividad social cedian terreno y se subdordinaban a nuevas modalidades de relacién que lentamente se incorporabana la coaciencia ordinaria de los indivi- duos y 2 ta rutina de las instituciones. ja estatal Penetras Si bien la apropiacién y creacién de ambitos operatives camenzé a Hear de contenido ta formal existencia del estado, también dio vida a una nueva instancia que sacudia en sus raices formas téadicionales de arganizacién social y ejercicio del poder politico. Por eso, luego de ta instalacién del gobierno de Mitre, las réacciones del [nterior no tacda~ roa en praducirse. Fundamentalmente, se manifestaron en pronuncia- mientos de jefes politicos dispuestos a cambiar situaciones provincia- les adictas © contrarias al nuevo régimen, asi como en la continuidad de pricticas auténomas lesivas para el poder central. A pesar de que el movimiento iniciade en Buenos Aires, cantaba con aliados de causa ent [aterior, fue la cépida movilizacién de su ejéccito armuento mas contundente para “ganar la adbesién” de las provincias y eliminar los focos de contestaciéu armada. La ceatralizacién del poder y los recur- sos resultaban insuficientes. Para ser efectiva, debia ic acompafiad: por uaa descentralizacién, del control, es decir, por una “presencit institucional perraanente que fuera anticipardo y disolviendo rebelio- ues interiores y afirmando ta suprema autoridad del estado nacional. Sin embargo, esta presencia. no podia ser s6lo coactiva. Los largos afios de guerra civil babian demostrdo la inviabilidad de vacios experimentos de creacién del estado, fundados en la fuerza de las armas 0 en efimeros pactos que cambiaates circunstancias se encarga- ban ripidamente de desvirtuar, Si bien durante la guerra de indepen- dencia fa organizacién del estado nacional habia tenido wa claro sentido politico, las luchas recientes habian puesto de relieve el inocultable contenido econdémico que habia adquirido esa empresa. Por eso, ta legitimidad del estado asumia ahora un caractec diferente, Fe reer = ohne rete tenet Reflexiones sabre la formacién det Estado y ta conseruccién.. 7 Si la represia -su faz coercitiva- aparecia como condicién necesaria para lograr el monopolio de a violencia y el control territorial, 1a “creacién de bases consensuales de dominacién aparecia también como atriuto esencial de la “estatidad”. Elio suponia no solamente la cons- tituciéa de una alianza politica estable, sino ademas una presencia articuladora -material ¢ ideolégica que soldara relaciones sociales y afianzara los vinculos de la nacionalidad. De aqui et’ cacdcter multifacético que debia asumir la preseacia estatal y la vaciedad de formas de penetracitin que la harian posible, A pesar de ser aspectos de un proceso tinico, ias diversas modalida- des con que se manifesté esta penetracién podrian ser objeto de una categorizacién analitica. Una primera modalidad, que Hamacé cepresi- va, supuso la organizacién de una fuerza militar unificada y distribui- da tertitorialmente, coa el objeto de prevenir y sofocar toda intento d= aiteracién del orden impuesto por el estado nacional. Una seguoda, que denominaré cooptativa, incluyé la captacién de apoyos entre los sectores dominantes y gobiernos del interior, 2 través de la fornaciéa de alianzas y coaliciones basadas en compromisos y prestaciones reciprocas. Una tercera, que designaré como material, presupuso versas formas de avance del estado nacional, a través de 1a iocaliza~ ciéa en tertitorio provincial de obras, servicios y regulaciones indis- pensables: para su progresa econémico. Una cuarta y ultima, que Mamaré ideolégica, consistiG ‘en la creciente capacidad de creaciéa ¥ difusiéa de valores, conocimientos y simbolos ceforzadores de senti- mientos de nacionalidad que tendiam a legitimar cl sistema de domina- cién establecido. Cabe advertir, sin embargo, que tratindose de cate- gorias analiticas excluyentes, su exémen separado no debe hacer perder de vista la simultancidad y compleja imbricacién con que se manifestacon en la experiencia bistérica concreta. La penetracién represiva implica la aplicaciéa de violencia fisica o amenaza de coercién, tendientes a lograr el acatamienta ala voluntad de quien la ejecce y a suprimir toda eventual resistencia a su autoridad. -_ cry Oscar Oszlak El mantenimiento del orden social se sustenta aqui en el control de Ja violencia, 2 diferencia de Jo que ocurre con las otras formas de penetracién, en que el orden se conforma y reproduce a partir de “contraprestaciones” o beneficios que: crean vincules de solidaridad entre las partes que concurren 2'la-relaci6n, consolidando intereses comunes y bases de posibles alianzas. Es decir, tanto la penetracién amaterial comp Ja cooptativa o ja ideolégica tienen vn comin funda- mento consensual, ain cuando apelan a distintos referentes: el interés “material, el afin de poder o Ja conviceién ideoldgica, fuerzas que movilizan e] consenso facilitando una creciente presencia articuladora de} estado. En Jos exiticos afios de.Ja organizacién nacional argentina, estas modalidades de penetracién se manifestaron a través de muy diversos mecanismaas. Pese a) cardcter fundamentalmente represivo que asumi Ja iniervencién esiatal durante Jas dos primeras décadas, que siguieron a Pavén, también se ensayaton coa variado éxito’ mecanismos de penetracién mds consensuales, que fueron configurando Jos atributos po coercitivos de la “esiatidad™. La penctracién material constituyd una modalidad de control social, basada en la capacidad de crear, atraes, transformar, promoyer y, en iihima instencia; ensamblar, Jos diferentes factores deta producci6n, regulando sus relaciones Desde el punto de vista de Ja accién estatal, esto stpuso Ia -provisidn de medios Snancicros y técnicos para ia ejecucién de obras de infraes- truciura o el suministro de. servicios; ¢} dictado de reglamentos qu ; introdujeran regulatidad y previsibilidad en las telaziones de produc- ; cién € intercambio; 0 Ja concesién de beneficios y privilegios para el | desarrollo de actividades lucrativas por. parte.de-empresatios privedos; 2 sel acuerdo de garantfas.-tanto.a emprasarios comio~ usuarios- sobre ia rentabilidad de ios negocios emprendidos con €} patsocinio esiatal, Ja ejecucién de Jas obras y la cfectiva prestacién de los servicios. Mediemte Ja cooptacién, ] estado nacional intenté ganar aliados epire fracciones burguesas del Imterior y gobiemas provinciales, a Reflexiones sobre ta formacién del Estado y la consmuccién.. través de Ja promesa cierta o efectiva concesién de diversos:tipos de beneficios conducentes a incorporar nuevos grupos o sectores a ha coalicién dominante. Por ejemplo, el selectivo empleo de subsidios, cl nepotismo en Ja designacién de cargos piblicos nacionales(2), 0 la intervenci6n federal ditigida a instalar o reponer en el gobierno de las provincias a aliados de causa de los sectores qe ejercian el contro} del gobierno nacional fueron algunas de Jos mecanismos de cooptacién de empleados, Conviene sefialar no abstante un rasgo que vinculaba a los diferen- tes modos de penttracién. En tanto los beneficios y contraprestaciones se’dirigicron a ciestos sectores de Ja sociedad, con exclusién de otres. immplicaron a menudo privilegios que por oposicién relegaban a estos ‘dtimos a-una existencia econémica, cultural 0 politicamente marginal. Por eso la represion y las formas més consensvales de penetracion fueron procesos simulténeos y reciprocamente dependientes: ganar aliados dio lugar a muchas veces a ganar también enemigos. y ¢l ~progreso” en el que se enrolaron Jos unos ¢xigié el “orden” que debid imponerse sobre los otros. De esta manera. mecanismos como la intervencién federal a las provintias pueden considerarse, a la vez. como una modalidad de penetracién represiva y como un medio de ganar Ja adbesién y aBianzar las bases de. podtr de sectores aliados dentro de) propio territerio provincial. Por iiltimo, Ja penetracién ideolégica revistié Ja represion desnuda © jos inferéses individuales de un barniz -legitimante, tendiente a converir la dominacién’ en begemonia, e] beneficio particular en interés general. La ideologtia sirvid como metanismo de interpelacién ¥ constitucién de sujetos sociales que; en medio de una situacién de caos institucional y transformacién de le estructura econémica, debian reubicarse dentro de J2 nueva trama de relaciones.que s€’éstaba con- formando, Desde esta perspectiva, la accién del estado se dirigié a instituir pautas educationales congruentes con e] nuevo esquema de organizaci6n social: establecer ¢] “imperio de la ley” y sacralizar una ase eeaeedaiaeiabaniaadbaniatdmmmmmnin estammencinminiimasnicunedisisce osc 20. : Oscar Osatake concepcién de la fusticia que fijaba minuciosamente las posibilidades 7 Vimaites de I acci6n individual; secularizar practicas sociales.invete- radas que teptesentaban serios obstéculos para la vigencia de institu- ciones liberales. “progresistas; desarroliar un discurso politica que justificara ef funcionamiento de una democracia restrictiva, contradic- toria con el liberalismo impuesto ea el plano de lai relaciones de produccién; instituir, en fin, creencias, valores y normas de conducta coherentes con un quevo patrén de relacivaes sociales y un nuevo esquema de dominaciéa. Al margen de su impacto especifico, estas diferentes modalidades de penetracién tenderian a pdroducir diversas consecuencias. En él plano social, la creciente apropiacién por el estado de nuevos amitos operatives su activo involucramiento en fa resolucién de Jos distin tos aspectos problemiticos de las dos cuestiones centrales -orden y progresa- que dominaban la agenda de la sociedad argentina. En lo que se tefieze al propio estado, cada una de las formas de penetracién Se expresaria en cristalizaciones institucionales, es decir, en nocmas y organizaciones burocriticas que regularian y ejecutarian las activida- des contempladas en los distintos mbitos operatives. Ei estado nacio- * nal se convirtié en el micico izradiador de medios de comunicacién,” regulacién y articulacién social, cuya difusién tentacular facilitaria las transacciones econémicas, la movilidad ¢ instalacién de la fuerza de trabajo, ¢l desplazamiento de las fuerzas represivas y la intemnalizacioa de una conciencia nacionai. Estos correlates. institucionales de la penetraciéa estatal serian de este modo, momentos em el proceso de adquisiciéa de los atributos de la estatidad. Al producir la:descentrali- zacién del control constiturian, en esta etapa inicial, una. condiciéa inseparable de ia centratizacién del poder. Resistencias ‘Como la interpretacién un tanto exitista de los avances del estado sobre a sociedad pucde sugerir un desarzollo lineal poco fiel a los . tae eee Reflexiones sabre la formacidn del Estada y la consiruccide.. re hechos, quisiera dedicar algin espacio a las resistencias halladas en este proceso formative. Retrotayéndonos por un momento al movi- | miento de emancipacién nacional, podemos-observar que si bien la oposicién de los espaiioles en el-terreno militar fue doblegada en un; término telativamente breve, los Iideres revolucinarios portefios muy pronto debieron experimentar la resistencia de sectores sociales same- tidos a levas, expropiaciones o contribuciones diversas; de ‘autorida~ des locales, no resignadas a perder o compartir su poder; y de aspiran- tes rivales a monopoliaar la soberania del estado. En geacral, las provincias interiores se mostraron indiferentes -y hasta hostiles~a los intentos de Buenos Aires por dat un alcance nacional al movimiento revolucionario, Los sectores dominantes gortefios no ofrecieron ini- cialmente -quizis no estaban en condiciones de hacerlo- compeusa- ciones o ventajas suficicates a las clases dominantes del Interior como para que estas aceptaran icondicionalmente el liderazgo y las bases sobre fas que aquélles pretendian organizar el estado nacional. Ei largo period anarquico creo la ilusién de un empate entre Buenos Aires y el Interior, que estaba lejos de describir la real relacién de fuerzas que se desarrollaba a la sombra det aislamicnto “federalista”. De hecho, Buenos Aires prosperaba mucho mas aceleradamemnte que el resto del pais. aaa Alla caida de Rosas, e.ednflictolatente se hizo explicito. El Litoral, con el apoyo del Interior, intenté asumir el liderazgo del proceso de organizaciéa nacional en circunstancias en que Bucaos Aires no habia resignado sus pretensiones hegeménicas. El'conflicto asumié la forma. de un enfrentamiento entre unidades politicas (v.. la Confederacién Argentina y el Estado de Buenos Aires) territoriaimente delimitadas, cuando en realidad constitida el choque de das concepciones diferen- tes sobre el modo de organizar politicamente una naciéa; pero espe~ cialménte, sobre las consecuencias econdmicas y sociales derivadas de imponer fcmulas politicas alteruativas. Ej triunfo de Buenos Aires abrié otras lineas de conflicto. A los que resistian desde mucho antes (v.g. por una parte, los indios, por otra, Jos cavdillos de} Interior gue vefan sus posiciones"amenazadas en el propio 4mbiti local por Jos aliados provinciales de la causa portefia) - empezayon a aregarse dracciones de las clases dominantes de Buenos Aires, para las cuales ja existencia de un estado nacional comenzaba a _ crear contradicciones y enfrentamientos en una instancia institucional que no conirolaban plenamente. Esto se vincula con el tema de Ja “autonomia Telativa™ del-estado, e invita a-bacer alguna reflexién sobre las posibleszazones’de estas contradicciones. En primer lugar, si bien es dificil establecer distinciones claras entre ; los sectores sociales que tenfan acceso a -y en definitiva controlaban- jos gobiemos nacional y-provincial de Buenos Aires, es evidente que sea a través del Congres¢ 0 del propio Poder Ejecutivo, un importante animero de legisladores y funcionarios oriundos de} Interior comenz6 a sostener frente a cuestiones en debate, posiciones no siempre favora- bles a los intereses portefas, Esta actitud, de Ja que a veces participa ban. genuinos representantes de Buenos Aires con responsabilidades ejecutivas en el gobierno nacional, se vio reforzada por Ja necesidad Ge este diltimo de exteneder sus bases sociales de apoyo ganando la adhesién de sectores. dominantes del Interior. Sin su cyncurso, resuha- + ba dificil agegurar Ja succsién de) régimien, ya que atin no se-babia logrado consolidar un firme pacto de dominacién snanifestade a traves de una f6rmula politica consensualmente aceptada, en tan'c que 12 representacidn del Interior en e) Senddoe otorgaba mayoria susiciente para desbaratar proyectos ¢-jniciativas clarameate opuesias a sus inte- yeses. ° En segundo Inger, buena parte de Jas posiciones de podet fueron ocupadas por miembros-d& wna casta politico-militar, un verdadero patriciado burocritico, ‘que a pesar de sus lazos de parentesco y amistad con integrantes de los sectores terratenientes y mercantiles, no + se manifectaron dispuestos a satisfacer pasivamente todas sus reivindi- See cee see Reflexiones sobre la format del Estatio y la construccién. caciones'y demandas. Es decir, aunque i2 politica oficia estar sesgada hacia los interescs portefios, ello no signifi promiso incondicional con los mismos. Es probable que estuviera vinculada con la légica de reproduccién del pre No bay que olvidar que las exigencias de Snanciamiento 3 de Jas actividades estataies zesultaban 2 menudo contradi Jos intereses de Ja.incipiente burguesia poriea, por lo que las iniciativas del gobiemo nacional (v.g. leyes de tierras, n cién,del Banco de la Provincia de Buenos Aires, federaliz. Capital, tributaciéa sobre el cofnercio exterior), Jo enfrenta sector, Englobar estas complejas situaciones en la noci6n 6 inja Telativa del estado”, no parece aportar demasiado a 1 conceptualizacién sobre Ja relacién entre clases dominanics Quizés comesponda también decir algo acerca de Jas re sociales que no existieron en la experiencia argentina, a dife otros procesos de formacién de estadas nacionales en los qu formas de rebeliones tributarias, alzamientos campesinos, obreras o enfrentamientos étnicos y religiosos, se constitu obsticulo. La gran concentracién de la propiedad fundiaria, cia de un extendido sector campesino, el poder ejercido por des propietarios y Ja temprana y peculiar insercién: del p mercado mundial -que convirtié a los impuesios sobre cl exterior-en Ja principal fuente de recursos del estado-, pe reducir la presiGn-iributaria directa sobre el capital, trasia mayor peso de Ja imposiciéa sobre-ios sectores populart. dispersién, reducido tamafo y escasa organizacién de los obreros y campesinos impidieron -al menos hasta. fines surgimiento de movinientos contestatarios de importancia. E disgregado, analfabeto, férreamente dominado como product r7ero, sistemdticamente privado dé derechos civicos, no se al: més bien como instnemento ~apasionado 0 indiferente- de j sionales (4). Reflexiones sobre la formaci6n del Estado y la consineccién— caciones'y demandas. Es decir, aunque la politica oficial no dej6 de estar sesgada hacia los intereses portefios, ello no significé un com- promiso incondicional con Jos mismos. Es probable que esta actitud estuviera vinculada con Ja 1égica de reproduccién del propio estado. No hay que olvidar que las exigencias de Snanciamiento y expansién de las actividades estataies zesultaban 2 menudo contradictorias con Jos intereseé de Ja.incipiente burguesfa poriefia, por lo que muchas de Jas iniciativas del gobierno nacional (v.g. leyes de tierras, nacionaliza- cién del Banco de la Provincia de Buenos Aires, federalizacién de Ja Capital, 1tibutacién sobre ¢] comercio exterior), jo enfrentaban a eses sector. Englobar estas complejas situaciones en la nocién de “autono- taia relativa de) estado”, ne parece aportar demasiado a ja tarea de conceptualizacién sobre Ja relacién entre clases dominantes y estado. Quizds coresponda también decir algo acerca de Jas resistencias sociales que no existieron en la experiencia argentina, a diferencia de otros procesos de formacién de estados nacionales en los que diversas formas de rebeliones tributarias, alzamientos campesinos, protestas obreras o enfrentamientos étnicos y religiosos, se constituyeron en obstéculo. La gran concentracin de la propiedad fundiaria, 12 ansen- cia de un extendido sector campesino, el poder ejercido por los gran- des propiciatios y la temprana y peculiar insercién- del pais en el mercado mundial -que convirtié a los impuestos sobre el comercio exterior-en Ja principal fuente de recursos del estado-, permitieron reducir la presiGn-tributaria directa sobre el capital, trasladando el mayor peso de Ja imposicién sobre-los sectores populares (3). La dispersién, reducido tamafio y escasa organizacién de los sectores obreros y campesinos impidieron -al menos hasta. fines de silo- el surgimiento de movimlentos contestatarios de importancia. E} pucblo, disgregado, analfabeto, férreamente dominado cémo producior y gue- 11070, sisteméticamente privado dé derechos civicos, no se alz6. Sirvié més bien como instremento ~apasionado 0 indiferente- de jefes oca- sionales (4). ca Oscar Osztak Pero no fue sélo la escasa educacién o el estado de guerra casi permanente lo que facilité el coatrol de las clases subalternas y explica la falta de movilizacién popular. Las caracteristicas que asumié 1a explotacién agricola-ganadera, los altos rendimientos, la, feracidad y bajo precio de la tierra, la imposibilidad o dificultad de: exportar cereales -debido a los altas fletes- o came -por razones tecnolégicas- permitié que las clases populares tuvieran acceso a una alimentacién barata y abundante, aua en condiciones de vida semibarbara. Durante bastante tiempo, fos bienes primarios exporiables fueron otros (v.g. cuero, lanas y en menor medida, tasajo), y transcurtieron muchos aiios antes de-que lo que ahora Hamamos “bienes salario” (v.g. came y trigo) se convirtieran en el origen de algunas de las contradicciones centrales de fa economia y la politica argentina. Estado y clases El andlisis precedente pone de manifiesto otra arista poco estudiada del praceso de formacién estatal: la vinculaciéa entre este proceso y la constitucién de clases sociales. La historiografia argentioa aun carece de una adecuada caracterizaci6n de ta estructura de clases -particular- mente, de la clase dominante- y su evolucién a través del extenso periodo que demandé la consolidacién del estado nacional (5). Sia mayor pretensién que aportar algunas reflexiones a esta importante temitica, quisiera destacar dos aspectos diferentes, aunque intima- mente relacionados entre si: 1) !2 composiciéa y transformacién de la clase dominante; y 2) el papel del estado en ta estructuracién de clases sociales. Con-telacién al primer aspecto, .Gactana Mosca (1939), en su célebre “La clase gobemnante”, sostenfa que en sociedades primitivas, . que se hallan todavia en etapas tempranas de organizaciéa, el valor militar ¢s 1a cualidad que més rapidamente abre acceso a Ia clase politica o clase gobemnante. Esta observacién es particularmente apli- cable, segin este autor, a pueblos que cecién entraron en la etapa ae - en even Reflexiones sobre la formacisn det Estada y la consruccién.. agraria y han alcanzado un cierto grado de civilizaci6n; alli, ta clase militar es Ia clase gobernante. Pero a medida que avanza la “civiliza- ciéa del progreso” y aumenta la renta del suelo -con el correlative inctemento de la produeci6n y el consumo- la riqueza, y no ya el valor militar, pasa a sec el rasgo caracteristico de la clase gobernante: los Ticos en fugar de los t:avos son los que mandan. Aunque esta abservacién no deja de ser pertienente para la expe- riencia argeatiaa, Ia tajaate dicotomia que propone cequiere, en este caso, ser matizada. Historicamente, ta clase dominante argentina se constituys y reconstituyé a partir de miembros de diversos y cambian- tes sectores de actividad, Durante ta etapa de las guerras de la indepen- dencia, fue visible -tal como lo sefiala la propasicién general de Mosca- el liderazgo ejercido por la casta militar, en los esfuerzos de centealizacién del poder. Sin embargo, los comerciantes criollos tam- biéa tuvieron un papel destacable dentro del cambiante escenario politico de esas aiios. Tampoco fue desdefiable Ia influencia de los hacendados y de los intelectuales (o elite leteada, como prefiere lla- marlos Halperin), aunque su gravitacién creceria en las décadas si- guientes. La terminacién de las guerras de emancipacién nacional redujo la significacién del mérito militar y el comando de efectivos como base de poder. Guerreros desocupados y en disponibilidad se earalaron ea uno u otro bande durante la'larga etapa de lucha facciosa, desdibujandos - el papel de tos militares como preseacia corporativa dentro de la clase dominante. A ia vez, con Ia lenta auque creciente diferenciaciéa de la sociedad fueron surgiendo grupos (v.g. comerciantes, saladeristas, janeres) cuyo poder econémico Mevé a muchos de sus miembros a ¢jercer infuencia o asumir un papel protagénico en la escena politica local y nacional, En una etapa mas avanzada del proceso de organiza- cién. nacional comeazaria 2 producirse una implantacién de estos grupos econémicos en miiltiples sectores de actividad, lo cual -desde Oscar Osclak él punto de vista de mesiro andlisis- dificulta una caracterizacién en sérminos convencionales (6). “Hacia 1862, momento erucial en e} proceso constirutivo del estado argentino, ja.alianza politica que asumié el liderazgo de la organiza- ci6n nacional fue luna compleja coalicién que cortaba a wavés de regiones, de “partidos”, clases, actividades y basta familias. E] centro de le escena politica fue ocupado por diversas fracciones .de wna + burguesfa-en- formacién, implaniada fundamentalmente en las activi- dades mercantiles y agroexporiadoras ‘que conformaban 12 todavia ristica aunque pujante economia bonaerense- a esie micleo se vincula- ban 1) por origen social, un nutrido y heterogéneo grupo de intelec- tuales.¥ guerrezos que por'su contro} de} aparato institucional -buro- critic y militar- de la provincia protedia, constituia una amténtica clase politica, y 2) por lazos comerciales, diversas fracciones burguesas del litoral Duvial y el imerior, cuyos intereses recujtaban crecientemente promovidos 2 través de esia asociacién. Sin embargo, al integrar en sus filas sectores sociales tan variados, distaba mucho de ser -una coalicién fuerte c estable. Sus latentes diferencias, que pronto comen- zation a manifesiarse. determinaron que el liderazge inicial de Bucnos Aires se diluyera en vn complejo proceso de. recompasicion de 1a coalicién dominante, cuyos rasgos-esenciales serfan c descrédite y 1a posterior crisis d= sv micleo liberal nzeionalista:y e) eassncbam Ge.sus bases sociales a través de Ja gradual inccrporacién de Iss burguesias regronales. Transcuririan todavia dieciocha shos hasta que se consolidara un “pacto de dominacién” reletivariente estable. A lo largo de este peridodo, Ja existencia-de un estadé nacionai no sélo contribuiria a transformaar la composicién de }a'clase dominante(v.g.2 través de Jas diversas modalidades de penctracién ya analizadas), sin también a raisformar Ja propia estructura social, Esto nos Heva al segundo aspecto que queria destacar. Frente a una estructura social de las caracteristicas deseriptas v a una clase domi- ante cuyas contradiccioues abrfan espacio a le progresiva cifercncia~ Ga Reflexiones sobre ta formecién del Esiado y la construccién.. 7 cién y svtonomfa del aparato institucional del estado, cabe preguntar de qué modo se relacionaron los procesos constitutives de la estructs- ra social y del estado. En otras palabras, estoy planteando el problema Gel ro} del estado en Ja consiruccién de la sociedad y el desarrollo del capitalismo argentino. No es féci) ponerse de acuerdo sobre el tipo de indicadores que permitirfan “medir” -0 evaluar- el peso de la intervencién estatal en estos procesos. No es dificil en cambio, perderse en e} laberinto de jas miltiples formas de intervencién a través de Jas cuales el estado moldea a Ja sociedad. En thima instancia, quizés, la esencia de estas “jotervenciones” consiste en Ja anticulaci6n y garantia de reproduccién de yelaciones sociales capitalistas (Cir. O"Donnel), 1977). En esie sentido, la evaluaciéa del papel del estado en la formacién de seciores econémicos y sociales exige considerar aspecios eminentemente cva- litativos: Ja apertura de oportunidades de explotacidn econémica, Ja creacién de valor. la provisién de insumos criticos para el perfecciona- miento de ja relacién capitalista o ia garantia, material o juridica. de que esta relacién se reproducird. Ademés de su impacio especifico, estos mecanismos contribuyeron sin duda a la configuracién de Ia estructura social argentina. Por ejeroplo, la construccién de-ferrocartiles y otras obras de infra estructura Gisica con e} patrocinio y/o Ja grantia cstatal. permitieron Ginamizar los cireuitos de produccién y circulacién. abricion nuevas oportunidades de actividad econémica, génerando a Ja vez una intensa valorizacién de tieras y propiedades.

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