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Escritores Coloniales de Chile PEDRO DE ONA EDITORIAL Win De Ect BY PRIMERA PARTE DE ARAVCO DOMADQO, COMPVESTO POR EL LICEN- ciado Pedro de Ofa.Natural delos Infances de Engél en Chile.Collegial del Real Co- Tegio mayor de Sant Felipe,yS. ‘Marcos,fundado enla Cia~ dad de Lima. 2) DIRIGIDO 4 DOR AVRT ADO DE MEN. digas Primagenit decor Garcia Harada de He eedopay Mar autt Decanter de ler citar de ergs fa Parade Difrncy gy, dls Reps del Piry,Turrafsrmty Chis dla Mer 2 “pute dae treads Carey dela Cuena Hijo. ir yy Bie de Ping CON PREVILEGIO, IMPRESSO ENLA CIVDAD DELOS Reyer por horonio Ricardo de Tari, Prieto Timprelor enctos Reyaoe fafo dexey 6 8) Efta taffado atres quartillos el pliego, cn papel. Facsimil dela ediciin principe Te ESCRITORES COLONIALES ———— DE CHILE Pedro de Ofia ARAUCO DOMADO Seleccion, prélogo y notas de HUGO MONTES Segunda edicién tf EDITORIAL UNIVERSITARIA © Editorial Universitaria, 1979 Inscripeidn N° 48,885 Derechos exclusives reservados para todos los paises Nel de la Coleccion Eseritures Coloniales de Chile Prensas de EDITORIAL UNIVERSIYARIA S.A, San Francisco 454, Santiago de C 2,000 ejemplares Proyecté la edicin Macascio AMSTER 1 edicion 1979) 2" edicién 1981 IMPRESO EN CHILE. /- PRINTED IN CHILE LA COLECCION ESCRITORES COLONIALES DECHILE La literatura colonial constituye un patrimonio esencial de la nacionalidad, que es hoy dia précticamente desconocido. La extraordinaria lecciin que significa, en el orden de las valo- raciones de esa literatura, la tarea realizada por diversos histo riadores y poligrafos de los siglos XIX y XX (José Toribio Medi- na, Diego Barros Arana, Benjamin Vicufia Mackenna, Eduar- do Solar Correa, Guillermo’ Felt: Cruz, Rodolfo Oroz, Eugenio Pereira Salas, Ricardo A. Latcham, etc.) debia ser acogida en lo que ella ha tenido de mas urgente e impostergable: la volun- tad de rescatar los testimonios iniciales de la chilenidad, la ne- cesidad de mostrar, como decia Eduardo Solar Correa en 1932, "‘cudnto hay 0 ha habido de tipico en esta tierra —costum- bres, ambientes literarios, preocupaciones de cada época, ciuda- des, paisajes—, todo mirado a través de sus escritores de mayor valer y en ciertos casos, de algunos de sus hombres eminentes @ los que, aun cuando manejaron bien la lengua, hasta ahora nunca se les considerd gente de letras”. El proposito de esta coleccin —ereada en 1969, con Ia aseso- ria del Instituto de Literatura Chilena de la Universidad de Chi- Je— es el de asumir esas lecciones ejemplares, aunque en un Plano distinto del que corresponde a los departamentos de espa- Fol de las universidades, centros de estudios histéricos 0 a la Bi- blioteca Nacional, cuyos trabajos mayores estén destinados Principalmente a cumplir exigencias de nivel universitario. No obstante, debe senerse en cuenta que la preparacién de estos voltimenes, en su mayoria antolégicos, ha sido cuidadosamente estudiada por los profesores que los han dispuesto y anotado; esto implica que a pesar de su sencillez no se ha renunciado al rigor que debe orlentar siempre este tipo de publicacianes. Des- de otro punto de vista, debemos insistir en nuesira preocupa- cién por el piblico no especializado y los estudiantes de la ense- fanza media, que no tienen acceso a estas fuentes o no se lo han Procurado por una falsa y difundida impresion: 1a idea de que los poetas épicos y los cronistas son autores sin ninguna vigencia, sus obras, fatigosas 0 carentes de interés en esta época. 5 La publicaciin de tos primeros voltimenes de la colecciin INDICE Escritores Coloniales de Chile fue una experiencia estimu- ante para ta Fditorial Universitaria, porque nos revels las posi- bilidades de una respuesta receptiva para los valores vivos del pasado y nos afirms en nuestra conviccin de que era necesario Panne realizar una labor de difusiin de esa literatura, convocando un ¥ reencuentro con sus manifestaciones mds estimables, de tat 4 manera que los lectores actuales se sintieran comprometides Blag con su historia y Negaran, por esa via de redescubrimiento, a — una comprensién mds cabal y mds plena det sentido que tiene la » tradicin en nuestra realidad presente. 2 Laobra Los EDITORES p12 3. Esta edicion p13 p.l3 EXORDIO p16 ARAUCO DOMADO p20 NOTAS p. 160 PROLOGO 1. El autor Pedro de Ona es el primer poeta nacido en Chile. Antes de é habian escrito en el pais dos espaioles que los chilenos conside- ramos justificadamente valores nuestros, Pedro de Valdivia y Alonso de Ercilla. Mas s6lo con el autor del rauco domado el pais cuenta con un artista de la palabra genuinamente nacional. El padre del poeta, Gregorio de Ofia, fue soldado y murid en Ja guerra de Arauco. Su hijo Pedro vino al mundo en la ciudad de Angol —“Engol” en su poema— en el aio /570; quedo huér- fano muy poco después. Permanecié en el sur de ‘Chile durante toda la nifiez y la adolescencia. Se jacta de conocer el idioma de los aborigenes y habla de Chile como de la Patria amada. La madre, Isabel de Acurcio, contrajo segundas nupcias con don Cristobal de 1a Cueva, emparentado con la esposa del virrey del Peri don Garcia Hurtado de Mendoza. Este hecho Puede haber influido en 1a decisién de Pedro de Oia de trasladar- se a Lima. No se sabe exactamente cuando ocurrié el viaje. Fn todo caso, ya en 1590 se le encuentra matriculado en la Universidad de San Marcos. Ese mismo aio empieza el virrei nato de don Garcia. #1 nuevo Virrey se habia desempefiado en su juventud como Gobernador de Chile (1557-1561), luego de la muerte de Valdi- via y de Jeronimo de Alderete y de las conocidas disputas entre Francisco de Aguirre y Francisco de Villagra. Ercilla viajé con 41 hasta Chile, y por esos aos empezé a componer el libro que le daria justa celebridad, La Araucana, En ésta, si bien don Gar- 18 € tratado positivamente, el ex Gobemador y actual Virrey no reviste un especial cardcter de héroe; por lo demas, no esti Construida en tomo de ningiin protagonista individual. Tal he- cho; que literariamente tiene gran significacion, parece haber Molestado a don Garcia, a su familia y a sus partidarios. En mas de una oportunidad buscé una rehabilitacidn que creia de justi- ‘cia y que halagaria su vanidad. Asi nacieron varios libros, entre cllos Hechos de don Garcia Hurtado de Mendoza, Cuarto 9 Margués de Ca‘iete (1613), de Cristébal Suarez de Figueroa; Algunas hazaias de las muchas de don G.H. de M. (1622), de Mira de Amescua y otros: Arauco domado (1625), de Lope de Ve- ‘ga; El Gobernador prudente (1663), de G. de Avila: yl Arauco domado, de nuestro compatriota. EI primer libro de Ofia nace, asi, como una obra de encargo. No importa si éste procedid directamente del Virrey o de alguno de los suyos. EI hecho en si no es peyorativo. Son muchos los poe- mas y narraciones que han nacido del encargo. De ello bien su pieron eseritores de la talla de Lope de Vege y Calderén de la Bar- ca. El sistema de mecenazgo, por lo demas, muy frecuente centonces, era pariente cercano de este otro, del cometido. z¥ quién mas adecuado para satistacer 1a ambicidn literaria de don Garcia que un Oia vecino de Chile, hijo de conquistador, estu diante universitario, gran lector de epopeyas y aficionado como pocos a escribir poesia? Con aplicacién se puso el novel poeta a su tarea. Por momen- tos parece fatigado y excesivamente urgido. Mas Iuego apare- ce escribiendo con fruicién, espontanea y hasta juguetonamen- te. El encargo le venia bien, no sélo por su resultado econémico “aque no parece haber sido muy alto—, sino también y sobre todo porque el tema le atraia y porque, como buen conocedor de Homero, Virgilio y Ercilla, tenia cerca modelos literarios de pri mera clase. Y para los hechos mismos, incidentales, contaba con la informacion del mismo Virrey, que no andaria lerdo ‘en proporcionarle noticias abundantes y generosas para si y sus compaferos de armas. Hay adulacién, incluso, en Oia; se Mega al mal gusto. {Qué otra cosa decir de ese “sublime garza san Garcia” que podemos leer en el Exordio 0 de las frecuentes comparaciones del protagonista con los grandes capitanes de la ‘Antigiiedad y aun con divinidades del Olimpo? Pero no hay {que exagerar. Ofia cumple y cumple lealmente con aquelio a lo {que se comprometio. Pronto, sin embargo— diriamos que ape- nas puede— echa a volar su fantasia, que era rica y fecunda, por terrenos del todo ajenos al antiguo Gobemador y aun a los suce sos. armados. Idilios sentimentales de hermoso lirismo, como al conocido trozo del bao de Fresia y Caupolican (Canto ¥), son el resultado de estas libertades, felizmente bastante reitera- das. 10 En 1596, licenciado ya en la Universidad, Oita logra la publi cacién de su libro. El Arauco domado aparecié en a Ciudad de los Reyes, bien impreso, con un retrato del autor, prologos y diversas piezas Laudatorias, segin lo exigian las costumbres de Ja época. Don Garcia partia ya a Espafia y alcanzi a llevar algu- ros ejemplares consigo. Lastima que no los hubiera Ilevado todos, ues el libro encontré opositores muy duros, entre los adversa- ios del ex Virrey y entre diversas personalidades de Quito, descontentas con el tratamiento que el autor hacia de la rebe- lién de las alcabalas en que habian incurrido los quiteiios. Se ‘ordené recoger todos los ejemplares de la obra y se prohibié bajo pena de excomunién su lectura. Poco después, Ofia asumid un cargo administrativo, el de co- rregidor en la villa de Jaén de Bracamoros, en el Norte del Peri. EI poeta habia casado con dofia Ana Farfan de los Godos, en Ja que tuvo cinco hijos. Ella fallecié pronto, y el padre y sus hijos vivieron muy pobremente. Ya en 1607 esta en Lima de nuevo; ‘ocupé por poco tiempo una plaza de “lancero” y, 1o que es mas interesante para nosotros. parece haber hecho entonces un via- Je al sur, quizas a Chile y Argentina. Augusto Iglesias, estudio- so de la vida de Ofia, no rechaza la posibilidad, mas lamenta no haber “podido encontrar ningin rastro que permita certificar esta suposicin”’. De los afos inmediatamente siguientes del autor, se ignora todo. En 1609 compone un nuevo poema, el Temblor de Lima, que dedica a un hijo del Virrey del Peri el Marqués de Montes claros, poeta elogiado por diversos ingenios de la Epoca de Oro. Un aio antes habia sido nombrado corregidor de Yauyos, cargo en el que permanece hasta fines de 1610. Aiios mas tarde desem peiia andlogas funciones en la provincia de Calca. El pocta contrae segundo matrimonio, con dofia Beatriz de Rojas. Y con- tina escribiendo. De su pluma salen otras dos obras mayores: €l poema sacro Ignacio de Cantabria, impreso en Sevilla en 1636, con especial aprobacién de Calderén de la Barca, y el poema heroico El Vasauro, concluido en 1635. Es posible que el autor haya estado en Espaiia. Pero no hay seguridad. Tampoco es cierta la fecha de su muerte, ocurrida alrededor de 1640. 2. La Obra La obra literaria de Pedro de Ofta esté inserta en una tradicion uy acentuada en la Bpoca de oro Espafola, a saber, 1a de la poe: ‘ia épica, Si bien habia pasado Ia hora de las grandes epopeyas Tomanicas, cuyos puntos culminantes se han de ver en el Poema de mio Cid y en 1aChanson de Roland, y se abria paso la épica bur lesea ilevada a una cima por Ariosto en el Orlando furioso, grandes escritores peninsulares procuraban realizar una lite Fatura narrativa en verso caracterizada por 1a severidad, 1a heroi- tidad mas cabal, el rigor historico. Os Lusiadas del portugues Luis de Camoens y La Araucana de Ercilla estaban a la cabeza de esta nueva a la vez que tradicional postura. Pedro de Ofia no podia sino seguir de cerca el ejemplo de Erci- lia. ¥ aunque se aparts de él en el tratamiento de don Garcia Hur- tado de Mendoza, por muchos respectos puede ser considerado ln imitador mas de La Araucana. Las disquisiciones éticas del comienzo de cada canto, la temética, los personajes, la ambien- tacign mas ideal que realista, a la vez que la severidad general del canto autorizan la aseveracién. Pero no hay que apurar en cxceso 1a comparacion, naturalmente desfavorable al chileno, cuya juventud, prisa y obligacion de cumplir con un mecenas lo Colocan en abjerta desventaja frente a su modelo. Ofia tenia una Veta de lirico, de hombre fantasioso a la vez que delicado, supe- or a la del autor de La Araucana. De éste se independiz6 en la preponderancia que dio a episodios sentimentales (Caupoli cin y Fresia, Tucapel y Gualeva, por ejemplo), tratados por momentos como si estuvieran insertos en novelas pastoriles; en al empleo de octavas de consonancias diferentes de las llama: ddas reales; en sus incursiones por la rebelién de Quito y por las luchas maritimas entre el inglés Richarte Aquines y don Bel- tran de Castro. El Arauco domado ha de ser visto, entonces, no solo en relacion a un modelo, sino como poema valido por si mis- mo, traspasado de vibracién poética, rico en comparaciones, feliz en muchas declaraciones y arengas, hermoso en el trata- ‘miento, por demas idealizado, de la naturaleza. Consta de un Exordio y de diecinueve cantos © capitules: EI autor pens6 continuarlo en una segunda parte, que sin embar go no parece siquiera haber empezado. El desarrollo temati- co sigue el siguiente orden: Peticion de los chilenos al Virrey 12 del Peri don Andrés Hurtado de Mendoza para que envie a su hijo don Gareia al pais del sur: malos augurios acerca del porve- nir araucano; viaje de don Garcia, por mar, desde el Callao; de- sembarco en Coquimbo, tempestad (imitada de Virgilio) en la continuacién de 1a navegacioni legada a Talcahuano, con- sulta general de los araucanos, idilio de Caupolican y Fresia, batalla de Penco en que triunfan los espafoles, heridas de Tucapel y Ianto de su esposa Gualeva: encuentro de ambos: marcha de los espafoles hacia ¢l sur, nuevo triunfo en el comba te de Biobio, suplicio de Galvarino; Quidora esposa de Talzueno, anuncia el futuro glorioso de don Garcia, particularmente na: rrando la insurrecciin de Quito; relato del triunfo naval de don Beltran de Castro y de la Cueva, pariente de don Garcia, sobre el corsario inglés Richarte. Abundan como se ve las salidas de una linea recta en el relato. Este no sirve al titulo general de la obra, pues no puede decirse que con el triunfo de Biobio, Arauco haya sido efectivamente dominado. Ello explica, en parte al menos, el anuncio de la continuacién del texto. Mas carece de sentido juzgar el poema por esto. Ofia eseribid una composicién distinta, propia y singu- lar, por momentos novelesca, proclive como se ha dicho a la presentacién de sentimientos, al retrato de individualidades. Muchos de sus acdpites pueden antologarse, pues ofrecen una suerte de autonomia. No es indispensable su concatenacion ge- neral para apreciarlos literariamente. Leida, empero, la obra seguidamente, resulta pesada, en gran parte ajena a los gustos del lector de hoy. Cansa el exceso de alusiones mitolégicas, el conceptismo de muchas expresiones, un cierto barroquismo evidente en la sintaxis, por momentos enrevesada y recargada. Fatigan asimismo los tecnicismos marinos y las referencias as- trolégicas. Una obra, en fin, con mas y con menos, altisima en al- gunos cantos, cansadora en muchos otros. 3. Esta edicion _ El Avauco domado {ue publicado, segiin se dijo, en Lima el aiio 1596. Fue reeditado en 1605 en Madrid por Juan de 1a Cues- ta, el mismo impresor que a'la fecha tiraba el Quijote de Cervan- tes, con algunas pequefias variantes y supresiones: concreta- 13 mente, con la climinacién de las iltimas veintidés octavas det Canto X. Don Juan Mafia Gutiétrez reedité 1a obra en Valpi raiso el afio “1849, “con tan pogd cuidado, que resulté plagada de todo género de errores”, segiin dice José Toribio Medina. Luego, Cayetano Rossel preparé para el tomo 29 de la Biblioteca de Autores Espafoles nueva edicion; en ella se sigue la de 1605, pero con modernizacién de 1a: puntuacin y del texto mismo, fen cuanto se le ajusta al lenguaje del dia, José Toribio Medina, en fin, tuvo a su cargo,.en nombre de‘fa Academia Chilena, una nueva edicién, que aphrecid en Santiago, Imprenta Universi- taria, el aio 1917. Medina sigue el texto fijadg-por Rossel, aun- que conservando las formas jprimitivas usadas por el poetas pre- firid, por arog las “ne latinizantes mo collegial, sancto, atc % preferido abundante antes que escas si to primitivo de 1596, segin mos lo entregsigu edicion. facsimilar publicada por el Instituto de Cultura Hixpamica, Madrid, 1944. Hemos tenido a la vista, sin embargo, las\d0s ediciones poste riores confiables, las de Rossel y° Medita. Modernizamos 1a puntuacion, salvo en la conservacién de los\paréntesis, que a nuestro juicio, no entraban la fluidez de la lectura; también modemizamos la ortografia y adaptamos las palabras al uso de hoy, con Ia sola excepeién de las voces que, de alterarse, habrian alterado la ima. Estas modificaciones se justifican plena- mente, segin nos parece, pues no hacemos una edicion critica, sino vulgarizamos —en el mejor sentido de la expresign— a uno de nuestros clisicos. Si queremos que lo lean alumnos de la ‘enseiianza media y un piblico culto no especialista, mal podria mos estar conservando expresiones que hoy resultan arcaicas y de grafia incorrecta. Las Notas s6lo pretenden guiar al lector corriente en Ia lec: tura; dicen relacion, sobre todo, con la mitologia. Resta, en fin, dar testimonio bibliogrifico, Para el estudio de cualquier autor del pasado ¢s imprescindible el apoyo en los especialistas, en este caso literatos y fildlogos. Indicamos los que hemos tenido mas presentes en nuestro trabajo: 14 Fernando Alegria, La poesia chilena, México, 1954. Augusto Iglesias, Pedro de Oia Santiagy, 1971. ‘Alone, Historia personal dela literatura chiléna, Santiago, 1954, M. Menéndez Palatino de la Poesia Hispanoamericana, Madrid, 1948. Rodolfo Oroz, Prologd“ su ed. dE! Vasauhe, Santiago, 1941. Eduardo Solar Correa, Semrblanzas litétarias de la Colo nia, Santiago, 1935. a Sond Tevibie Medion, Hag We 1a tieratutgecolonial de Chile, Santiago, 1878. & Hugo Montes, Estudiossobi@ La Arawcana, Valparaiso, 1966. Frank Pierce,L.a poesia gpiga del Siglo.de Oro, Miudrid, 1961 Miguel Angel Vega, M., E/ espafolismi.en la produccién litera- ria de tos siglos xvi, xvi tnrigue Matta Vial, £1 liegrciado Pe 1924, Salvador Dinahafca. EuiPe! Arauo a de Pedro de Ofia, Nueva York,1952. & 4 x HuGo Montes B. 15 EXORDIO Si pluma y vista de Aguila tuviera, pluma con que romper el vacio seno y vista para ver el sol de lleno, seguro de temor volara y viera; si tan remontada no estuviera Ja soberana cumbre do me estreno. prestarame el trabajo sus escalas ‘0 me valiera entonces de mis alas. ‘Mas si para poder volar tan alto y ver el resplandor de mi sujeto, ‘conozco de mis plumas el defeto y cuanto soy de vista pobre y falto: qué miedo? ,qué temor? ,qué sobresalto hhabra que no me cerque en tal apricto? ‘Adonde se me pone por delante tun amasado muro de diamante. jOh cuan terrible empresa tomo a cargo, oh cuan dificil y ardua cosa intento, ch cuantos culpan ya mi atrevimiento y acuden a ponérmele por cargo! Mas hay una razon en mi descargo, que en obras semejantes el intento {haciéndose el deber por emprendellas) basta para llevar el premio de ellas. Ultra’ de que mirandose la obra, verse la materia ser tan alta, que todo lo que en vista y pluma falta (Gin falta) en lo que ve y escribe sobra: por donde sobresalto ni zozobra no me zozobra ya ni sobresalta, porque me da motivo de osadia Jo mismo que me daba cobardia. Pues canto, mas cantar ¢s devaneo des pués de tantos célebres cantores 16 en quienes conocid competidores laresonante citara de Orfeo" aunque la letra obliga y mi deseo asacudir solicitos temores, que si me llevan todos en el canto, yo solo mucho llevo en lo que canto Con todo, suena mal un ronco acento, siel arte, gracia y crédito le falta, y latonada es cénsona y tan alta para tan bajo y disono instrumento: favoreced, seit, el buen intento, que bastard a suplir cualquiera falta, no siendo necesario mas abono que dar vuestros oidos a mi tono. A s6lo vos favor en esto pido, pues darle en todo a solo vos es dado; de vos le tiene quien le da, Hurtado, y debe ser a vos restituido, que siendo yo de vos favorecido de nadie puedo ser desayudado, porque si de mi parte a Jove’ llevo, conmigo se vendran Minerva y Febo. ‘A wuestro ser consagto mi escritura; suplico la miréis, que mas es vuestra por set labor sacada de la muestra que en vos dejé estampada su figura. Porque con esto solo va segura y pone obligacidn a quien se muestra, de que mirado el blanco a donde tira, mire, sila mirare, como mira. Que vista la grandeza de! sujeto y quien (para cantarsele) me toca, zquién hay tan recio y aspero de boca que no le tenga un freno tal, sujeto”” 40 quién habra tan falto de respeto 17 que si un animalilto se eotoca alld en lugar supremo y venerado toque (por derribarlo) alo sagrado? ¥ pues que por mirar mis pies tan cojos es visto que la vista no se os mengua, haced que el envidioso quede en mengua y que eallando mire sus despojos, ‘que donde vos pusiéredes los ojos ningun osado habra que ponga lengua, ‘mas ante le haréis que con asombro, estirando la ceja, encoja el hombro. E] vulgo facil es el mar hinchado, ¢s la barquilla fragil mi talento, yo soy el pobre Amicias’ tremulento, del recio temporal amedrentado: mas sedme vos el César don Hurtado, ues mucho mas tenis de nacimiento, y no me detendra temor de Escila’ ni fiera boca rabida ni zoila. Mirad, sefior, que os pongo aqui adelante ‘a vuestro claro padre por espejo, a donde bien podéis tomar consejo, dado que para darle sois bastante: ara que viendo en él vuestro semblante, sil suyo no se iguala por parejo, con ansia de que igualen sus figuras acometais iguales aventuras. Sabed agradecer al santo cielo con agradecimiento que le cuadre haberos hecho hijo de tal padre, que de tenerle en si blasona el suelo, ¥y que para seguir su raudo vuelo os da bastantes alas vuestra madre, ues tales con el aire no Las peina el ave que de todas es la reina. 18 Mas, oh sublime garza san Garcia, (que es nombre con que el Barbaro os honora y bien os cuadra y viene desde ahora, sien la virtud esta la nombradia Perdonen vuestras plumas @ la mia, ue desu vivo lustre las desdora, si puede ser bastante a deslustrallas, el no saber (cual piden) alaballas, Aunque resulta gloria mas entera (segin algunos dicen) de qua,alabe cl ignorante simple que no sabe, quessi el discreto sabio lo hiciera: ¥ dada esta opinién por verdadera, en tan capaz sujeto solo cabe, segtin es mi palabra de crecida, teniendo mi simpleza por médida. Al universo mundo satisfago, si yano esta (cual debe) satisfecho, que sin comparacién es mas lo hecho ue (si lo hiciera Homero) lo que hago; entienda que el recibo es mas que el pago, ‘ya que si (haber alla tan largo trecho del dicho al hecho) enseiia el viejo dicho, aqui va mucho mas del hecho al dicho, No estriba ni se funda mi osadia en ver que es todo vuestro lo que escribo, Pues aunque sepa yo que es firme estribo, 'Yos no os dejais llevar por esta via: ser tal por sila grave historia mia ¢s la poblada fuerza donde estribo, y ser tan importante a todo el mundo Seguro fundamento en que me fundo. Otra razdn también me hizo fuerza, que si faltaran todas esta sobra ara poner las manos en la obra, or mas que de mi estudio el paso tuerza: 19 fs que con mas el animo se esfuerza, yy aquel perdido anhélito recobra, ver que tan buen autor apasionado (05 haya de proposito callado’ Penso callando asi dejar cerrada de yuestra gloria y méritos la puerta, y la dejo de par en par abierta, ‘dejando su pasion descerrajada: sin vos quedé su historia deslustrada y en opinion quiza de no tan cierta, ‘mas tal es un rencor que da por bueno el daio propio a trueque del ajeno. {,Quién a cantar de Arauco se atreviera después de la riquisima Araucana’ {Qué vos latina, hespérica o toscana por mucho que de misica supiera? {Quien punto tras el suyo comp! con mano que no fuese mas que humana, sino le removiera el pecho tanto el ver que sois la pausa desu canto? Pues ésta ha sido casi todo el punto de donde le tomé para cantaros, doligndome que en ciinticos tan raros faltase tan subido contrapunto; ‘mas bien seri que cese lo que apunto yy que de vuestros hechos mas que claros ‘a resonar comience alguna parte, ‘que para lo demas ninguno es parte. CANTO PRIMERO Canto el valor, las armas, el gobierno, discanto aviso, mafia, fortaleza, entono el pecho, el animo y nobleza del extremado en todo joven tienos hinche la fama ahora el aureo cuerno, 20 apreste de sus alas la presteza, redoble su garganta el claro Apolo. y lleve esta voz de polo a polo. Las vengadoras furias entre tanto, y toda aquella misera canalla que con eterna perdida fc halla en el oscuro reino del espanto: absorta en las grandezas de mi canto, suspenda (si ¢s posible) su batalla, el cielo, estrellas, mixtos elementos, reciban con aplauso mis acentos. Alle sazin que Chile belicoso mas levantado y mas soberbio estaba, y mas mostrar al mundo procuraba ia fuerza de su brazo vigoroso, ‘cuando mas arrogante y orgulloso. 1a dura tierra el barbaro hollaba, con muestra tan gallarda y tal denuedo, que al animo espafiol causaba miedo; cuando la tierra estaba ya de suerte que no daba lugar al bautizado adonde estar un punto asegurado de 1a espantosa imagen de la muerte, postrado ya su muro y casa fuerte, ‘Valdivia muerto, Penco despoblado, Aguirre y Villagran sobre el gobierno alzando al cielo Ilamas del infierno; ‘euando por las victorias aleanzadas, Arauco amenazaba al mismo cielo, teniendo tan en poco lo del suelo, paracon el rigor de sus espadas, y cuando sobre picas levantadas, (Oh ligubre espectaculo, y sefiuelo) andaban las catélicas cabezas cortadas de sus troncos hechos piezas; 21 de blancos huesos blanca parecia a verde superficie de la tierra, y alas corrientes claras dela sierra Ja derramada sangre enrojecia, ‘cuando Ja guerra el Héspero temia y el barbaro gritaba “guerra, guerra”, pensandola hacer a todo el orbe sin que el poder humano s¢ lo estorbe. Y a cuando su curtida y ruda planta pisaba el rojo circulo de Oriente, ¥ el espatiol sumido en Occidente mostraba ya al cuchillo la garganta, aticrra Tucapel y Rengo espanta, brama Lincoya y muéstrase valiente, por ver su fuerza iddlatra crecida y la del fiel efército perdida. ‘Tronaba el alto Japiter tonante, yen colera bafado y furia brava al corazén hispanico arrojaba su poderoso rayo corruscantes aquel que viste planchas de diamante el acerado escudo se embrazaba, y con vibrar el asta por el cuento mosttaba su feroz y crudo intento. Entonees con afiuda vista horrible, miraba la Belona’ nuestro bando, y al indio con semblante ledo y blando, regocijaba todo lo posible: aquella diosa lubrica y terrible, su voladora rueda volteando, al barbaro en lacima colocaba y al fido alla en el centro sepultaba. La sacra y evangélica doctrina, sembrada en el estéril pecho bruto, no daba de virtud el rico fruto, que el vicio lo ahogaba con su espina: 22 sefiales eran todas de ruina, de lamentable vor y triste luto, y todo tempestad, sin esperanza, Ge ver jamas el rostro a la bonanza Entonces pues, habiendo como digo, el reino triste a lo ultimo Hegado, ya casi de vivir desconfiado. y de tener jamas algin abrigo; la suerte se trocé, y el cielo amigo, de espesas nubes limpio y espejado, volvigndose con sibbita carrera, las cosas ordend de otra manera. Pues desechado ya su duro ceiio, Ia Palas” descubrid su rostro afable, prestando la sefiora variable tambien el suyo placido y risuefio, y oliendo la venida de su duefio, que a todo su pesar la tiene estable, asu rodante globo dio la vuelta, en ser de nuestro bando ya resuelta. Lo cual se parecié patente y claro, pues en adivinando su partida Fortuna comenz6 a enmendar Ia vida, quitandosela al misero Lautaro: por vuestro padre vino aquel reparo, al cual basté la voz de su venida, que el resplandor det sol, sin que él parezca, ya suele tener hecho que amanezca. Bien como el ocupado en un oficio, do Io que puede ensancha la conciencia, cuando cercana ve la residencia, se vuelve ala virtud, dejado el vicio; asi fortuna viendo por indicio que el joven acercaba su presencia, del aspero castigo temerosa, anticipé la vuelta presurosa. 23 Determindse en darla mas apriesa, cewando la tierra (estando como cuento) pidi6 favor y mano al rico asiento que Lima con sus ondas atraviesa: entonces comenzé la gente opresa a recibir, sefor, algin aliento, y desde aqui principio yo la historia adonde se origina vuestra gloria Estando pues asi mi patrio suelo, despacha para Lima embajadores, un prospero lugar de los mejores que cubre el ancho céneavo del cielo, adonde gobemaba vuestro abuelo, aquel tan duro freno de traidores y espuela de los animos leales, ‘cuyas memorias viven inmortales. quel que con los santos al presente. ya lejos de cuidados y zozobras. en galardén y premio de sus obras a Dios est mirando claramente: aquel de caridad tan excelente, que son como reliquias de ella y sobras. Ta puente, el hospital y monasterio, que ilustran el antartico hemisferio. Llegados los de Chile a su presencia, le fue por breves términos propuesto ‘el término en que todo estaba puesto para que tome el pulso ala dolencia, pidiendo en conclusion a Su Excelencia Jo saque del peligro manifesto por mano desu propio hijo caro, pues golpe tal requiere tal reparo. Discreta peticion si ser podia, que cuando aquella tierra trabajosa estaba de su vida mas dudosa pidiese su salud por don Garcia. 24 Con sobra de razén por él envia, pues sila enfermedad es peligrosa y el alma esta entre el uno y otro labio, es bien amar al médico mas sabio. No dilaté la dadiva perplejo el pecho del Marqués a mas bastante, que luego (pareciéndole importante), su demanda dio sabroso dejo, y de primero y iltimo consejo, mostrandoles benévolo semblante, fue de su voluntad el hijo dado y en el tablero bélico arrojado.~ Que ni el amor, con ser tan poderoso, es parte a que lo niegue ni suspenda, ni el ser fragosa y aspera la senda, ni el trance a que lo pone peligroso, ni el golpe, de sentirse congojoso, por empefiar asi tan cara prenda, le hace vacilar el firme pecho sobre dejar a Chile satisfecho. Respetos amorosos atropella, aunque pudiera bien seguir tras ellos, y déjase llevar por los cabellos, por ir ala razén, que es todo de ella, los ojos solamente pone en ella, quitandolos de quien es lumbre de ellos, Y quiere de este bien quedar privado, anteponiendo el piblico al privado. Aquella luz que el mundo toma claro y con su curso rapido le mide, de si su rayo fillgido despide a trueque de no ser al suelo avaro; asi de si despide al hijo caro, porque el aflicto reino se le pide, por donde bien, el barbaro decia, tener por hijo, el sol, a don Garcia 25 Mas harto diferente del hermano, cuyo desastre y misera caida en Alamo Lampecie’ convestids, ‘no menos que Fetusa’” Hora en vano; aquel solt6 la rienda de la mano, éte la tuvo siempre recogida; si aquel dejé de dafio tanto hecho: verdis lo que éste deja de provecho. Ya pues el grave y licito mandato del orden patemal obedeciendo, se va por don Hurtado disponiendo el militar oficio y aparato. ‘Yahuele todo a cosa de rebato, ya suenan de las armas el estruendo, ya toda Lima es trafago y bullicio, Tumor confuso y aspero ejercicio. Ya desde los balcones descogidas tremolan con el aire las banderas, y queriéndolo abrazar de mil maneras, con verse de sus manos sacudidas, ‘mil aguas hacen cotas enlucidas, rayos de fuego brotan las cimeras, ya la pajiza pluma y roja banda jugando por cabeza y pechos anda. Ya salen de las tiendas los brocados yy sedas mil, distintas en colores, ya sacan vistosisimas labores, vestidos y jaeces recamados; por otra parte petos acerados y adargas, ya de cuadros, ya de flores, venablos, lanzas, picas y jinetas, mosquetes, arcabuces y escopetas. Ya luchan con el viento los penachos encima de argentados morriones, y mozos levantados fanfarrones, ‘mirandose, retuercen los mostachos; 26 ya todos echan velas y velachos cn sobrevistas, galas invenciones, acero, plata y oro por doquiera espejos son si Apolo’ reverbera EL bélico frisén se lozanea del ronco tarantintara incitado, y el polvo con la pata levantado 1 espumoso rostro polvorea; en bello alarde a guisa de pelea se representa el platico soldado, ¥ €l milite bisofio se sefiala para llevar la joya de la gala. Por aculla la pieza reforzada 1 calido artillero pone a vista, y luego el ahumado polvorista refina su materia salitrada; aca los viejos dan en la jomada haciendo de palabra la conquista, alli veréis los sastres en sus cortes estar en esto mismo donde cortes. Ya Lima con soberbia, fausto y pompa se hincha, se levanta, se engrandece, y deshacer su fabrica parece (© que de todo punto se corrompa; al s6n de caja, piano y de trompa, 1 aire, ol mar, la tierra se ensordece, y cuanto con sus términos encierra es un tumult y maquinas de guerra. Fl cano y turbio Rimac resonante, que de vejez.en urna se recuesta, su ronca voz levanta sobre apuesta con este sén de guerra disonante; ‘mas aunque se desgafe no es bastante para ganar el viejo lo que apuesta, porque el murmullo y bélico ruido le tiene su murmulto ensordecido. 27 Tn esa gran ciudad que Dido funda’? parasu albergue y Ultimo recurso no suena tal estrépito y concurso, tal trapala, tropel y baratinda; ‘co cuando cl ancho mar la tierra inunda saliendo de sus limites y curso, no vemos ala gente convecina con tal fervor y bulla en !a marina. Sonaba por las fraguas de Vulcano la presurosa y disona armoni que el coro con los Ciclopes hacia para forjar el fuerte amés galano, ‘mas uno solo hizo de su mano, ‘que present después a don Garcia, adonde tal primor y gracia.cupo que hizo mas en él de lo que supo. Y no fue menester para hacello que Venus halagiiefia intercediese ni que fingidas lagrimas vertiese colgindose lasciva de su cuello, pues antes recibid pesar en ello y nunca fue devoto que se hiciese, ‘abiosa de que el joven 1a desprecia, que para la mujer ¢s cosa recia. Mas no le aprovechd con el marido aque] usado modo lisonjero, pues tuvo a todo fuerte como herrero, que tiene hecho a golpes el vido; “a mas pudo, que la madre. de Cupido: ‘el mérito y valor del caballero: yeel interés también de dar Vuleano tan buen lugar ala obra de su mano. Es otra ligerisima giganta tan desigual engendro de la tierra ‘que por hablarlo todo en mucho yerra, plumosa del cabello hasta la planta, 28 rompiendo a gritos altos la garganta extiende con su voz la de esta guerra, y aside mano en mano y gente en gente por todas va sonando claramente, Bajaron de la sierra y de los valles tal nlimero de gente forastera, que dar Iugar a tantos no pudiera ano tener el pueblo tantas calles; andaban por alli gentles talles, la gala y presuncién por donde quicra, soldados valentisimos y nobles, mirtos en condieiGn, en fuerza robles. No acuden ala voz del padre vivo por muerto en larga ausencia reputado la madre, La mujer, el hijo amado con paso tan ligero y sucesi ni al reclamar del pajaro cautivo tan presto llega el otro libertado, como al reclamo y voz de don Garcia gente de todas partes concurris No canto deleitoso de sirena ni misica del misico de Travia ni piedra iman jamas fue de eficacia para llamar (trayendo asi) tan buena, cuanto la faz tan placida y serena, aquella compostura, aquella gracia lo fue para mover las voluntades de mozas y decrépitas edades. Por donde tanta gente se le llega tan platica, tan brava, tan lucida, que alos de menos animo convida a verse ya en alguna cegartega; Lfuribun do Marte no sosiega que la conchosa timica vestida despierta, solicita, sopla, enciende, y el fuego militar en todos prende. 29 Con esto, pues. a tropa congregada haciendo las debidas prevenciones de maquinas, pertrechos, rmuniciones yy cuanto se requiere a la jomada, despacha por la costa despoblada de bastimentos lleno y provisiones un capitan astuto y diligente con un copioso niimero de gente. Ya con gallarda muestra va saliendo la hueste militar que va por tierra cuyo contomo y limites atierra Gel fulminoso Marte el son horrendo: ‘vanlos con ojos hiimedos siguiendo aquellos flacos pechos do se encierra del falso nifo dios la dulce jars, que a todos suele ser costosay cara. De ellos también atras los rostros vuelven adonde amor frenético los leva, y haciendo del dolor bastante prueba fel corazén en lagrimas resuelven: mas ala fin, volviendo en si, revuelven, tirados del honor y sangre nueva, en tiempo y larga ausencia confiados, que deste mal son médicos probados. Julian, aquel famoso de Bastida, se parte para Chile con 1a gente, Hevando los caballos juntamente por Atacama, costa desabrida: adonde en vez del pasto y la bebida no hay mas que el ancho mar y arena ardiente, y por la playa atrechos y pedazos, ariscas pefias y horridos ribazos ‘Quedése con el tercio mas granado para surear el campo cristalino abriendo con las quillas el camino el valeroso electo don Hurtado: 30 pues ya que todo estuvo aparejado y el tardo y perezoso tiempo vino, salié de la ciudad el nuevo Aquiles al son de claras trompas y afafiles. Ya sale de su Roma el Africano,” ya sale de Tebas Hércules famoso, de Grecia parte el griego valeroso. a Troya deja el célebre troyano, del cielo baja el Marte soberano. de Lima se despide presuroso nuestro caudillo, el tltimo y postrero, por ser de todos ellos el primero. Y aunque tan mozo emprende tal jorna el padre en cometérsela no yerra pues sabe ya el valor que en él se encierra y como corta el filo de su espada: por ser de sus pasadas heredada y por haber halladose en la guerra de Corcega, Rentin, de Sena y Flandes. que son para volimenes mas grandes. Adonde como siempre dio 1a cuenta que al tronco de Mendoza se debia creciendo como espuma cada dia en todo lo que el inimo acrecienta: es claro que podra sacar de afrenta al reino donde va, y a quien le envia, ues es costumbre propia de los buenos ‘que vayan siempre a mas, y nunca a menos, No quiero yo negar que de ordinario para cualquier empresa y aventura se tiene de buscar la edad madura; ‘mas digo que no siempre es necesario. ‘que en Alejandro vemos lo contrario, y se vera mejor en mi escritura que al hombre, la prudencia y el consejo yno la mucha edad. le hacen viejo 31 Partido pues de Lima el mozo bello encaminé sus pasos a la playa, y en medio su escuadrén haciendo raya de toda perfeccion echaba el sello sumo placer causaba en todos vello. sumo pesar también de que se vayas todo el Perit su pérdida lamenta y Chile su ganancia representa. No sale tal el hijo de Latona!” al tiempo que mostrandonos su lumbre la verde cabellera de la cumbre con rayos fulgentisimos corona, cual muestra don Hurtado su persona en medio La guerrera muchedumbre, allasazin que sale como digo en busca del indémito enemigo. Mirale el nifo, ef mozo, el anciano, y desde su balcén la bella dama acuyo corazén helado inflama quel fogo20 término lozanos codiciale mirandole, y en vano suspiros Lanza, lagrimas derrama, y siguele afectuosa con la vista muriendo por hallarse en la conquista. ‘Tal iba por su ejército el mancebo, que Salmacis"” por Troco le tenia, y Clicie por mirarle Je volvia el amarillo rostro, como a Febo: ‘Aurora, arrebatarsele de nuevo (tenigndolo por Cépalo) queria; volverle los acentos Eco quiso ‘por no diferenciarlo de Narciso. Es otra bella Dafne fugitiva por apretarle el pecho bien quisiera tomar la humana fabrica primera dejando aquella faz vegetativa, 32 mas ya que de esto Jipiter la priva espera (y no se engafia en lo que espera) que si por Dafne seca el pecho pierde la frente ganara por lauro verde No menos la selvatica doncella, por quien el otro en ciervo transformado fue de sus propios canes devorado no habiendo cometido mas que vella, tanto se ocupa en ver la traza bella del valeroso joven extremado, que dudo, sicon ser tan casta y pura, de estimulo de amor esti segura: Asi de todos va mirado y visto, mas él ninguna cosa ve ni mira, que solamente pone en Dios la mira y en propagar la fe de Jesucristo: por estar sola causa raudo y listo al proceloso mar derecho tira, do esperan cuatro naves artilladas pendientes de las ancoras ferradas. Lucidas van escuadras, y cuarteles ‘con tan hermosos visos y colores, ‘cual suelen por Abril estar las flores en los amenos prados y vergeless ya estan a recibirlas los bateles sonando dentro flautas y atambores, cornetas, sacabuches y clarines, acuyo sn se duermen los delfines. Al pedregoso limite legados latropay el caudillo don Gar: con una religiosa compaiiia de clérigos y frailes consagrados, empiezan nuevamente los soldados a descubrir la gala y bizarria con otros vistosisimos arreos, airosos y gallardos contoneos. 33 ‘Al espacioso mar y vega clara, por donde ya pretende abrir carcera, esta mirando el joven desde afuera y enamorando a Tetis'’ con su cara; a fe que si Calipso'” le hallara (cual anda por aqui) por su ribera, que nunca le agradara tanto Ulises ni a Dido el primogénito de Anquises. Mas ya llegado el tiempo favorable confusamente fueron apifiados ‘el nuevo general con los soldados en la nereida margen agradable. Los barcos, por el agua deleznable de mil pimpollos verdes coronados, al término maritimo vinieron, do a todos con sus vientres recibieron. Y La marina estéril renunciando con algazara, jabilo y contento, adescansada boga y paso lento se van las aguas liquidas cortando: cual garza, el vuelo raudo levantando sive de la borrasca el mal intento, Jevanta ahora el suyo don Garcia, por ver la tempestad que en Chile habia. ‘Caminan pues al sén de varios sones y al paso de chalupas enramadas, que de los bravos Césares prefiadas, los paren en soberbios galeones, ‘ado con salva espesa de cafiones, con festivales voces y algaradas fueron del marinaje recibidos, vya de la dulce patria despedidos. {Cuan bien desde la tierra parecian las flamulas tendidas por el viento, y tantos gallardetes que contento ‘causaban con las ondas que hacian! 34 Parece que con ansia pretendian soltarse todos a una de su asiento, por irse tras el aire libremente, llevados al amor de su corriente. Bien como siel arroyo eristalino asu raudal entrega la ramilla, que estaba remirandose en la orilla sin ver po dinde 0 cémo ct agua vino: veréis que por llevarla de camino I hace su poder por desasilla, y ella segiin se tiende y se recrea parece que otra cosa no desea. Lo mismo hace el viento delicado ‘con todos los gallardos tremolantes, levandolos tan sesgos y volantes que no se mueven a uno ni otro Indo: pues vista a la sazén por don Hurtado de aquellos instrumentos rebombantes, manda que a recoger tocasen uno para marchar a cuestas de Neptuno. La gente con el tiro recozida, por bordos y jaretas derramada mira la dulce tierra y mar salada deseando la sefial de su partida; pucs no le fue mas tiempo diferida, que con zaloma el ancora levada, y repitiendo el nombre de Cafiete largo la capitana su trinquete. Al punto comenzé la blanca vela a recoger el céfiro en su seno, y-con el sopolo de él hinchado y leno rompe el naval caballo por la tela: cl aire va sirviendole de espuela. el sélido timén en vez de freno con que fogoso, rapido y tozano seguramente corre el mar insano. ars EI cual ahora esta tranquilo y manso alzando unas ampollas no de fuego, {que sin hacer espumna quiebran luego, como si fuera el piélago remanso+ parece Tetis cama de descanso cubierta con placido sosiego. segin que manifiesta su bonanza sin rastro ni sospecha de mudanza. Asi del puerto sale nuestra flota, dejando boquiabiertos los Tritones, de ver los poderosos galeones y su feliz y prospera derrota: Ja baja tierra ya se ve remota, ya rompen alta mar los espolones. ya mas andar Favonio refrescando. ‘va recio las escoras estirando. Sacaron las cabezas prestamente alzando fiestas de agua por sus Bocas delfines velocisimos y foces por ver y dar solaz a nuestra gente, y el gran scfor del himedo tridente, fen cuya mano estan las altas rocas, con Doris, Aretusa y Melicerta’” la sale a recibir hasta la puerta. Sesgando van asi las mansas olas por medio de marinas potestades, que muestran sus alegres voluntades haciendo sobre el agua cabriolas: y no las que refiero vienen solas, porque otras mil incdgnitas deidades, que en el cersleo piélago se bafian, las poderosas naves acompaiian Pues vayan, como van, ganando tierra por el salado mar y blanca espuma, que quiero adelantarme con la pluma saltando desde aqui primero en tierra; 36 diré lo que sucede en paz y guerra, naciendo de uno y otro breve suma. Mas porque estoy. sefior, de aliento falto, dejddmele tomar para este salto. CANTO SEGUNDO No hay cosa permanente mi segura en esta miserable y corta vida, do la prosperidad aun no es venida cuando, para la vuelta, se apresura: en parte es desdichada la ventura, mirado lo que deja en su partida, yen parte la desdicha venturosa, pues parte sin dejar adversa cosa. A los trabajos, lastimas y enojos su plazo, fin y término se llega, mas del que en ocio prospero sosiega hace La diosa varia sus despojos jeuan claros tuvo y licidos los ojos aguel que a la fortuna vido ciega, yy qué de humanidad le cupo al hombre que de divinidad le puso nombre! Si ya salir quisiéramos de engafio y Naber por infalible en todo hecho, {que en este mundo el dia del proveco es 1a solemne vispera del dafio, mucho mejor pasaramos el afio y no nos alterara cosa el pecho, que si al venir los males nos alteran es porque no pensamos qu¢ vinieran El que prosperidad aca tuviere entienda que es depésito y empeiio para después volvérselo a su dueiio ‘cuando el voluble tiempo lo pidiere: y asino sentira lo que perdiere, 37 mas (como quien despierta de algiin sucio en que feliz y prospero se via) se olvidara de todo con el dia. Si esta verdad tan Hana conocieran aquellos engafiados naturales, sin miedo, sin agtieros ni sefiales sus dafios esperaran y entendieran: porque de tantos bienes coligieran en clara consecuencia muchos males, pues andan en su danza tan hermanos ‘que siempre van asidos de las manos. ‘Tiene Fortuna varia la costumbre de la pesada piedra sisifea, que el sin ventura Sisifo"” rodea con fatigada prisa hasta la cumbre: de donde con ta misma pesadumbre hacia lo bajo sabito voltea, yssin que de parar alla se acuerde ‘apenas toma pie cuando lo pierde. La piedra del estado es ya llegada ala felice cumbre de la rueda, y no pudiendo arriba estarse queda ‘sera forz0so lance la bajada; ha sido la subida acelerada para que revolver a tiempo pueda, que el curso de Hurtado se concluya, quien la gloria de esto se atribuya. Mas de ello los idélatras inciertos procuran ya quedar certificados de todo lo dispuesto por los hados a fuerza de mayores desconciertos; porque juntando magicos expertos por iinicos entre ellos reputados , que para la decrépita caminan, ‘su pérfida consulta determinan. 38 Es vieja en estos indios la costumbre de consultar sus falsos agoreros, {que quieren con pronésticos y agiieros mostrar que lo futuro se columbre; yy asi como les niega el sol su lumbre, hacen alla en ocultos agujeros de torpes sabandijas escrutinio, ministras del nefando vaticinio. Incitales el ver que su fortuna con esquivez el rostro les ha vuelto, mostrindoles el suyo en ira envuelto el cielo y cuanto miran sol y luna; y por saber si nueva causa alguna les ha su curso préspero revuelto, acuden ala magica danada, por ellos sumamente venerada. Pues dentro de una placida foresta, do nunca ofende sol ni daiia sombra, y do lanatural y verde allombra al rey de los sentidos hace fiesta: alla verdosa falda de una cuesta cuya sublimidad al cjelo asombra con sus cantares, bailes y placeres hicieron oblacién a Baco y Ceres’. Allicon duro y aspero turulto, con sordo susurrar y sin disforme dispuso aquella cafila conforme lo que era menester para el insulto; de voces se levanta un grueso bulto al comenzar aquel abuso enorme, ‘que como tan de atras origen traiga con gran dificultad se desarraiga. ‘Uno martilla el ronco tamborino, otro por Nautael hueso humano toca, otro subido en un horeén invoca su Pilla, espiritu malino: 39 no porque ¢l vaporoso alegre vino s¢ les aparte un punto de la boca. pues no hay azar tan grande ni desdicha. que no la pasen ellos con la chicha. Ya hierve la cerveza trascgada, ya la turbada vista centellea, ya de liviano el cuerpo tambalea y cdese la cabeza de pesada, ya con la bota lengua mal mandada cualquiera ferocisimo bravea, haciendo que al rumor la tierra gima y al que lo ve de fuera cause grima. De trecho a trecho en corros se congrega el hombre y la mujer interpolados, y todos por los dedos enlazados cabezas, pies ni bocas no sosiegan: ya corren, ya se apartan, ya se llegan atras, hacia adelante y por los lados con un compas flematico y terrible, ‘confuso y ronco sén desapacible. Suelen bailar también de otra maner y es que, las manos libres y los brazos, sacuden unos huecos calabazos do tiene de sus guijas la ribera. Y al gusto de esta musica grosera estin los mas haciéndose pedazos, sin recibir por ello mas tormento que si este fuera el orfico instrumento. Otras mujeres solas en cuadrilla ‘andan con sus hijuelos dando vueltas, todas en bacanal furor envueltas desnudo el medio pecho y la rodilla, al modo que las yeguas en la trill con sus potrancas chiicaras a vueltas por la colmada parva escaramuzan yen grano las espigas desmenuzan. 40 ‘Adomanse de huinchas y de llautos;? con piedras que deslumbran quien las mira, y-con azules vueltas de chaquira hacen mil continencias y mas autos: ahi es donde a los jévenes incautos penetra el dios alado con su vira, porque si Baco y Ceres andan juntos ¢s fuerza que ande Venus por sus puntos. Ahi es do suele armarse la baraja yy do veréis (¢l pleito mal parado) que vuelcan por aquel tendido prado €l desfondado cantaro y tinaja; mas presto aquella cilera se ataja porque la corta un brindis emprestado, Jamas de tibia gana recibido y sobre toda ley obedecido. La vaporosa exhalacién es tanta que denso el aire se presenta, y cuando mas mojada, mas sedienta (como una esponja) queda la garganta; el aspero alarido se levanta de la furiosa turba alharaquienta y el eco, que en los céncavos retumba, por la mas apartada oreja zumba. Matan aqui gran suma de animales, desmiembran, descuartizan, despedazan, los toscos tajadores embarazan, ¥y luego los estémagos bestiales; todos los siete vicios capitales aqui los libres barbaros abrazan, que donde el de la gula se acomoda acude la demas canalla toda. Duran en semejantes borracheras con un tesén y lama desmedida desde que el rubio sol con su venida ufana sotos, montes y laderas 4. hasta que el mar lo acoge en sus riberas quedandose la tierra oscurecida; y aun da la vuelta séptima y octava y aquella boda espléndida no acaba. Fn Ia presente, pues, que ahora cuento comienzan los fantasticos profetas ‘a contemplar los signos y planetas tomando estrecha cuenta al firmamento; ‘mas visto que con impetu violento estan como tirandoles saetas, exclaman con dolor intenso y duro profetizando asi su mal futuro: “Ay. tristes de nosotros engafiados con la dichosa, mal segura suerte, que yala inexorable y fiera muerte y la revolucién de nuestros hados, de prosperos, en miseros trocados quieren ejecutar castigo fuerte; jguay, guay, amada patria, Arauco triste, cuan otro te veras del que te viste! Clarisimas sefiales muestra el cielo de tu fatal y sibita ruins ‘Satumo melaneélico domina, su claro resplandor enturbia Delo, venir parece Jupiter al suelo, ardiendo Marte en célera se indina, el génito de Maya no parece y Venus con la Cintia se oscurece EL Escorpién y Cancro estan safiudos, el Tauro como atado al bramadero, EI Capricomio rigido y austero, Morando alld los Geminis desnudos, ‘Aries con cuernos asperos y agudos, el vedijoso Ledn airado y fiero, colérico el biforme Sagitario, vertiendo sangre el cantaro de Acuario. 42 Vesc la estéril Virgen desgreiada, mostrando faz horrible y enemiga, y desgranando la bermeja espiga con su furiosa mano arrebatada: Libra, con roja sangre barnizada, nos hinche las balanzas de fatiga yen su lugar los himedos pescados vemos estar comiéndose a bocados. Pues ved alla las Pléyadas nublosas, y cémo esotros van y vienen, ‘505 oscuros circulos que tienen. estas constelaciones rigurosas: sobre Aquildn las nubes procelosas (amenazando Iluvia) se detienen: armado el Orién mirad aparte, mirad en conjuncién a Luna y Marte. Volved aca y veréis al bando Ursino cuan denodado y fiero que nos mira, y Arturo, que le sigue ardiendo en ira. sin esperar a Bootes, su vecino: aun Pélux de su Castor uterine parece que enojado se retira, encréspase el Dragén con sus escamas y la polar Serpiente escupe llamas. Poned alli los ojos en el Ara, hechura de monéculos jayanes, adonde, para mal de los Titanes. juré, tendiendo Jupiter su vara; verdis que el Escorpidn en ella encara haciéndole iracundos ademanes. ¥ que la tifte sangre desde azriba hasta la firme base donde estriba Mirad la Canicula con Leo, y ala Cometa Negra de Satumo, ver islo todo lébrego y noctumo, todo con un aspecto horrible y feo: 43 todo se viste el mas lutoso arreo y todo pronostica mal diutumo, Todos —Olimpo, Telus, Juno y Glauco— han ya rompido treguas con Arauco. Notado pues el dififano elemento, se ve que por sus iiltimas regiones va tento del vapor y exhalaciones, que bastan para misero portento. Cometas van cuajéndose sin cuento con varias y estupendas impresiones, ‘que todas nos apuntan y amenazan y para breve tiempo nos emplazan. Ya no parece pajaro ninguno ‘cuya sonora voz y alegre vuelo nos pueda ser motivo de consuelo (Gi en tanto mal se sufre haber alguno). El cuervo y el murciélago importuno, el buho, la lechuza y el mochuelo son los que el aire ocupan de graznidos y de temor y asombro los oidos. id, pues, como ronca ¢] mar hinchado con la espumosa quiebra de sus ondas: y alla en las partes infimas y hondas notad aquel hervor apresurado, el recio golpe de agua quebrantado on lisas piedras, largas y redondas, aquella sucesién de la resaca ahora con mas hérrida matraca. La madre, a quien el piélago fecunda, se nos pretende alzar con el tributo, y en cambio de la hoja, flor y fruto, de zarza,espina y tribulos abunda; yano hay lugar por donde ¢t mal no cunda con libertad y término absoluto, porque esto es lo que el mal de malo tiene: venir acompafado cuando viene” 44 Astrologando estaba en tal manera aquella casta infiel supersticiosa, cuando pasé corriendo una raposa~ por medio desu junta y borrachera: Ja cual, como se escape sin que muera, setiene por adversa y triste cosa, mas si le dan los barbaros alcance sin miedo se pondran a todo trance. Hicieron lo posible por cogella, pero quedése atras quien mis volaba, porque el animalejo no dejaba (aun por el polvo) estampa desu huella. Con esto su infeliz y mala estrella de conocer ta ciega gente acaba: y cuando vieron ya que s¢ les iba, tornaron a decir con pena esquiva: ““jAy.como el bien se va con tanta priesa, como esta resabida y libre zorra, ay, emo no hay poder que ya socorra a donde tal prodigio se atraviesa! iOh cielo injusto, y qué mudanzaes ésta ue con el mismo Arauco no se ahorra! iQuién ya fiara de ti, si el propio Estado Quieres también que caiga de su estado” Asi se lamentaban y plafiian aquellos embaidores hechiceros, y los ocultos males venideros en voz doliente y piblica decian ; mas otros (aunque absortos atendian) queriéndolo llevar a puros fieros, responden, sacudido el miedo todo, con prédiga arrogancia de este modo: “Por eso y mucho mas que el mundo haga, aunque se desencaje de su asiento y todo su voluble regimiento en solo nuestro dato se deshaga, 45 no espere que asu gusto satisfaga ni que ha de ejecutar su erudo intento. pues al fin haralo que pudiere y nuestra voluntad lo que quisiere Mas como el invencible patrio suelo aca en la baja tierra no hallase potencia que ala suya contrastase, fue menester viniese la del cielo, pues venga, venga pues, que no hay recelo ni punta de temor que nos traspase, porque es el pecho nuestro un coselete ‘prueba (por lo menos) de mosquete Fuera de que sera mayor la gloria que nacera de darle su castigo, pues tanto mas potente el enemigo tanto de mas estima la victoria, y siéndole su pérdida notoria, nos hace, ala verdad, obra de amigo, porque pretende a costa de su vida dejar la nuestra mas esclarecida Por tanto no hay razin de entristecernos habiéndola tan justa de alegraros, pues vemos ocasién para ganarnos adonde imaginabamos perdemnos: slo podra ser causa de dolernos haber venido él antes a buscarnos, pues cuanto al cielo hiciéremos de ofensa diran que fue en razon de la defensa, Dirdn (si le vencemos en La guerra) que fue por haber sido el cielo injusto yy estar de nuestra parte el fuero justo ‘que obliga a defender la propia tierra. Este es el dao y mal que aqui se encierra, y lo que de vencer nos quita el gusto ver que el derecho tenga su pedazo en lo que sélo hiciere fuerza y brazo” 46 El bravo Tucapel ardiendo en ira de ribido furor el seso pierde, las manos de colérico se muerde y con ardiente faz a todos mira, diciendo al nigromantico: “es mentira es0 que (como dices) te remuerde, pues no hay tan loco cielo que pretenda venir con araucanos a contienda. Que mientras Tucapel gozare aliento y vieren que revuelve la macana. ni en la divina fuerza ni en la humana podra caber tan gran atrevimiento: es todo lo demas hablar a tiento, es loca vanidad, locura vana, que no hay estrellas, signos ni embarazos sino la pura fuerza de los brazos. Y si hay fortuna y esa favorece (como soléis decir) al mas osado. iquién como el indomable y duro estado se favor y titulo merece? Puro temor helado ¢s quien ofrece ‘a todo el mundo en contra conjurado: bien como al que de noche el miedo pasma, que un gato se lo hace una fantasma “Al gran Eponamén’’ a quien servimos (los magos le responden) presentamos. y su verdad auténtica citamos fen prueba de Ia mucha que decimos: sabed que de su boca la supimos y llenos de su espiritu hablamos. Llamarle sera bien, para que de esto os muestre ¢l desengafio manifiesto.” Todos en ello undnimes vinieron. y habiendose llegado el tiempo oscuro (por ser el verde campo mal seguro) en un galpén crecido se metierons 47 Jos magicos en rueda se pusieron para el atroz y pérfido conjuro, quedando a las espaldas de! bohio 1a plebe y mal politico gentio. En medio de la rueda compasada, después que el suelo a soplos alisaron, aquellas manos pérfidas hincaron una ramilla luenga deshojada: de cuya extrema punta doblegada, por un sutil estambre le colgaron un burbujén de lana de a tierra, que es don de su Pilln se les encierra De tal supersticidn y extraio rito usa la miserable gente vanai y a la vedija va de buena gana el regidor perpetuo del Cocito, de suerte que, cual pece en el garlito, letienen con el atomo de lana porque le Ilevaran donde es Ilamado, con un hilico de ella maniatado. Otro mayor abuso temerario y un género infernal de idolatria es fama haber entre ellos hoy en dia mis especial y menos ordinario: que ya no es al cuento necesario pues de él tan poco o nada se confia, y todo lo que es nuevo aplace villo, me parecio de paso referillo. En hondos y secretos soterrafios tienen capaces cuevas fabricadas sobre maderos fuertes afirmados para que estén asi nestoreas afios: Jos cuales, en lugar de ricos pafios. stan de abajo arriba entapizadas con todo el suelo en ambito de esteras y de cabezas horridas de fieras. 48 En esta gruta lobrega y tremenda, do las piramidales del Titano para poder entrar no tienen mano, por mas que sobre el sotano los tienda; esta sobre unas andas (cosa horrenda) tendido un ya difunto cuerpo humano, sin cosa de intestinos en el vientre para que su Pillan mas facil entre. EJ nombre es Ibunché del insepulto, y cuando el duefo de él y de la cueva quiere saber alguna cosa nueva de mucha calidad y fin oculto, ‘con gran veneracion. respeto y culte (que en esto el indio rudo nos a Neva) entra por senda angosta y desmedida para que no le sepan la guarida, Y alli por el id6latra invocado el abismal diabolico trasunto. se mete en el cadaver del difunto por do responde, siendo preguntado, asi de los negocios de! Estado si sube o si declina de su punto, como Ge los influjos celestiales, de buenos y de malos temporales. Es este su Ibunché tenido entre ellos por una cosa alla como sagrada, con suma religion administrada y la que por su Dios adoran ellos. Helo sabido yo de muchos de ellos, por ser en su pais. mi patria amada, y conocer sus frases, lengua y modo: que para darme crédito, ¢s el todo. Hay otra detestable circunstancia, que muda bien la especie del pecado. yy es que si lo por ellos preguntado es cosa de muchisima importancia, 49 metidos en aquella oscura estancia degiiellan al hijo mas amado © la especiosa nifia en sacrificio para tener al idolo propicio. En esto guardan todos tal secreto. que por ningin camino, mafia o suerte, aunque les amenacen con la muerte, descubre e| gentilico deteto: y eausalo el temor, la fe y respeto {que tienen con aquel armado fuerte €l cual (por no soltarlos de sus grillos) los hace asi negar a pie juntllos ‘Algunos suelen confesar de plano haber e] Tounché, que les responde, pero si les pedis el sitio dande, se escudan, remitiéndolo a Fulano, y asi del uno al otro irgis en vano. ‘que cada cual firmisimo lo esconde yen ocultarlo esti la desventura, ‘pues el aculto mal no tiene cura. iO ciega confusién del barbarismo, ‘oh gente muchas veces desdichada, y mas que muchas, bien aventurada a que recibe el agua del bautismo! jimas dénde voy con esto, que me abismo” Y prometi decirlo de pasada; volvamos, pues, no diga quien me espera ‘que me reparo mucho en la carrera. Colgado pues el copo de la vara con un susurro bajo y escabroso. como de negro tabano enfadoso cuando revuela en tomo dela cara, apresta la infelice gente avara su pérfido conjure tenebroso, haciendo que tomase en

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