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¿Es Posible Hacer Investigación Científica Sin Hipótesis?: October 2007
¿Es Posible Hacer Investigación Científica Sin Hipótesis?: October 2007
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EFECTO DE LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS NEOLIBERALES EN EL EMPLEO Y EN EL INGRESO Y GASTO DE LOS HOGARES EN MÉXICO View project
All content following this page was uploaded by ARMANDO JAVIER SANCHEZ DIAZ on 08 September 2016.
ABSTRACT
Long ago some respectable colleagues argued categorically that it’s not necessary
to formulate nor verify any hypothesis in order to make scientific research. These
opinions were disturbing, because these people were scholars which have
dedicated most of their life to teach and now they’re very interested in making
research and foster the graduate programs in our university. Although, for some
people to propose a discussion about this apparently obvious issue, seemed an
anachronism and an absolute waste of time, doing this was absolutely necessary,
precisely because unfounded opinions like this, usually have an extensive
acceptance in our community and impact directly on the formation of our students
and the low quality of the research papers and reports that we get, both at the
undergraduate and at the graduate level.
This document shows the results of a not-statistical survey that was carried out
among 48 university professors in order to know their opinions about this issue and
to ask them for any piece of evidence for or against the need for hypothesis in
research work.
Also here you will find an analysis of an article, randomly taken from a prestigious
academic journal, which a colleague presented as evidence to prove that it is
possible to do scientific research without hypotheses.
RESUMEN
1
Profesor e Investigador Titular C, Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
También se incluye el análisis de un artículo, tomado al azar de una reconocida
revista académica, que un profesor presentó como evidencia de que se puede
hacer investigación sin necesidad de formular ninguna hipótesis.
OBJETIVOS:
INTERROGANTE INICIAL.
H2: Existen artículos o reportes de investigación en los que los autores omiten
mencionar explícitamente sus hipótesis o conjeturas iniciales, o bien emplean
otro(s) término(s) para denominarlas, lo que induce a los lectores a pensar que
puede hacerse investigación científica sin necesidad de plantear ni verificar
ninguna hipótesis.
H3: Existen artículos o reportes de investigación en los que, por alguna razón2, los
autores deliberadamente evitan llamar “hipótesis” a sus conjeturas iniciales, lo
2 En la actualidad aún es posible encontrar a algunos investigadores comprometidos con las viejas
tesis antipositivistas neokantianas de la llamada escuela histórica alemana o escuela de Baden,
de principios del siglo XX, cuyos representantes más conspicuos fueron los profesores Wilhelm
Windelband y Heinrich Rickert. La escuela de Baden niega que las ciencias sociales puedan
emplear métodos similares a los que se emplean en las ciencias naturales para gestionar y
verificar los conocimientos. La historia, se concibe como la ciencia de los hechos individuales que
poseen valor cultural; en cambio, la ciencia natural, es la que trata de los fenómenos de la
naturaleza que se repiten y de sus leyes. Ni en las ciencias históricas ni en las naturales, los
conceptos son un reflejo de la realidad, sino sólo la transformación de la realidad en
pensamientos a partir de ideas y principios apriorísticos. Las ciencias naturales se enfocan en el
conocimiento de las regularidades y características generales, mientras que las ciencias
que induce a los lectores a pensar que puede hacerse investigación científica
sin necesidad de plantear ni verificar ninguna hipótesis.
MÉTODO
A este profesor se le respondió que las preguntas más relevantes para la ciencia
y para la praxis académica son precisamente las preguntas más simples; aquellas
que parecen tener una respuesta obvia y automática.
Para muchas personas, con indiscutible solvencia académica, no resulta para
nada obvio que exista un solo método científico y, mucho menos, que las hipótesis
3 Kuhn, Thomas S.(1962): "La estructura de las revoluciones científicas", FCE, México, 1971;
(traducido del original: “The Structure of Scientific Revolutions”. University of Chicago Press,
Chicago, 1962).
4 Se refiere al Dr. Marcelino Cereijido Mattioli, Profesor Titular del Departamento de Fisiología
Biofísica y Neurociencias del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto
Politécnico Nacional. Profesor Emérito y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel
III.
sean parte inseparable de éste; basta con realizar un simple sondeo de opinión
entre académicos de varias instituciones, para darse cuenta de esto.
Este colega manifestó que el sondeo era una pérdida de tiempo, seguramente
porque ignoraba que en la institución se ha polemizando mucho en torno a este
tema. Sin embargo, este asunto es más relevante de lo que parece pues da pié
para que se presenten proyectos de investigación y tesis que no tengan rigor
metodológico.
También hay quienes han optado por emplear los denominados “métodos
cualitativos", que ellos consideran opuestos a los llamados "métodos
cuantitativos", como si en la investigación científica en ciencias sociales pudieran
separarse los aspectos cualitativos de los cuantitativos.
Por ejemplo, para analizar las variables económicas como el ingreso, el gasto de
los hogares, la productividad, el capital, etc., necesitamos contar (además de la
teoría y del método), con datos cuantitativos que normalmente resumimos, con la
ayuda de técnicas estadísticas, para facilitar su interpretación. Pero las variables
económicas son esencialmente cualitativas pues se refieren a relaciones y
comportamientos sociales. Es decir, en ausencia de una interpretación económica
o social, los datos cuantitativos son sólo números; de igual forma, podemos
afirmar que sin el sustento que ofrecen los datos cuantitativos, nuestras
interpretaciones acerca de los problemas económicos y administrativos, son pura
especulación.
Quizás, para algunos colegas reunir e interpretar datos de encuestas y censos
corresponde únicamente a quienes pueden y desean medir y cuantificar todos los
fenómenos. Muchas veces se les escucha decir que no todos tenemos que
realizar investigación desde un 'punto de vista’ cuantitativo, porque no todos
empleamos el 'método cuantitativo', como si existiera tal punto de vista y tal
método.
Ahora resulta, que es posible investigar sin plantear ni verificar hipótesis. Y
además, parece que algunos pueden adoptar un supuesto "método cualitativo" en
lugar del otro que sería el "cuantitativo". Este tipo de opiniones parecen sobretodo
muy convenientes porque justifican que se evada la búsqueda de datos
estadísticos y la elaboración de cuadros y gráficas, cuya interpretación permita
apoyar o contradecir las afirmaciones y conclusiones que hacen un autor.
Quizás a algunos les parezca que es posible explicar, nada menos que la
problemática de las empresas en México, sin plantear hipótesis ni contrastar sus
teorías con la evidencia empírica disponible.
Otro aspecto que preocupa, cuando se leen los reportes de investigación, es que
no aparecen problemas, ni hay discusión, ni se hace ninguna crítica. Esto parece
una moda. Esto lleva a cuestionarse si será que en esta época de tantas
novedades ya descubrieron también la manera de hacer investigación sin
problematizar el objeto de estudio, sin partir de ninguna discusión y sobre todo
evitando la crítica.
Será que los conocimientos en las “nuevas” disciplinas ya son tan obvios, como
los axiomas o postulados, que no admiten problematización ni discusión y no
requieren sustentarse en ninguna evidencia empírica.
Entonces, será difícil que nuestros estudiantes terminen adoptando este enfoque
“light” acerca de la investigación, como si fuera el correcto.
En relación con el tercer compañero, al que se decidió llamar “profesor X” (pues su
nombre es irrelevante si lo que interesa discutir es su posición), ya se mencionó
que éste presentó 14 artículos de la revista Administrative Science Quarterly
como evidencia de que es posible realizar investigación científica sin plantear ni
verificar hipótesis.
De inmediato, se tomó al azar uno de estos artículos y se realizó el análisis que
aparece a continuación:
DATOS UTILIZADOS
Las autoras expresan que emplearon datos “cualitativos” de una gran empresa
privada “exitosa” llamada “The Body Shop International”, en cuya administración y
personal participa una alta proporción de mujeres. (Martin, Joanne et al.,1998:429)
5
El título podría traducirse como: “Una Alternativa a la Impersonalidad Burocrática y el Trabajo Emocional:
Emotividad limitada en The Body Shop”. “The Body Shop” es una empresa fundada en el Reino Unido en 1976 por la
Sra. Anita Roddick (quien falleció en 2007). Esta es una gran empresa que tiene más de 2,100 tiendas en 55 países,
ofrece más de 1,200 productos de belleza y cuidado personal (cosméticos, cremas para la piel, perfumería, etc.). Forman
parte de la familia de L'Oréal.
2. ¿La expresión de las emociones en una organización debe ser
administrada principalmente por propósitos instrumentales, una forma de
trabajo emocional que trae consigo costos para los empleados?
3. ¿Desde la perspectiva de los empleados, es deseable la emotividad
limitada en las grandes empresas, o es ésta sólo otra forma más íntima y
poderosa de control por parte de la organización?
4. ¿Es posible que una gran empresa, que lucha por elevar sus ganancias y
que creció en un mercado altamente competitivo, pueda encontrar formas
para incorporar la expresión de las emociones en la vida de la
organización?
5. ¿En el plano emocional, es el isomorfismo de la burocracia una jaula de
hierro, o es posible encontrar formas diferentes de hacer negocio en una
gran escala? (Martin, Joanne et al. 1998:429)
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
De la página 430 hasta la 439 y bajo el título “El control en tres tipos ideales de
organizaciones”, aparece la mayor parte de las referencias teóricas.
Las autoras se apoyan en una amplia bibliografía de autores contemporáneos,
entre los que sobresale Charles Perrow y también en el clásico de la sociología
Max Weber7.
6 En el diccionario la RAE existe el término “emocionalidad”, pero seguramente la palabra que más
empleamos es “emotividad”; por lo que quizás las traducciones más aproximadas de “bounded
emotionality” podrían ser: emotividad limitada, emotividad reprimida (o autoreprimida), o
emotividad contenida.
7 Las autoras basan su método, o al menos una parte de este, en los “tipos ideales” de Max Weber.
Sin que pretendamos polemizar al respecto, probablemente la crítica más importante que le
hacen a Max Weber es el haber dedicado mucho esfuerzo y tiempo a perfeccionar su método y
no haberlo aplicado en sus análisis sociológicos. Me considero un admirador de los escritos
sociológicos de Weber, particularmente de su “Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo” y
Plantean que el proceso de organización requiere que se coordine el
comportamiento de los empleados. Pero debido a que esta coordinación puede
ser imperfecta (V.gr. por fallas en la comunicación o conflictos del interés), los
miembros de la organización emplean varias estrategias del control. Perrow (1986:
129-131) distinguió tres tipos del control: (1) directo y completamente entrometido,
tal como dar órdenes, vigilar e imponer reglas; (2) burocrático y algo menos
impertinente, tal como dividir el trabajo y la jerarquía; y (3) el control
completamente discreto de las premisas cognitivas que subyacen a la acción, en
el que el empleado limita voluntariamente sus conductas a las que se consideran
como apropiadas.
Las autoras utilizan y extienden esta conceptualización acerca del control para
distinguir tres “tipos ideales” de organización: tradicional burocrático, normativo, y
feminista, y a partir de estos tipos elaboran una tabla que emplean para clasificar a
las organizaciones en los siguientes términos:
Nota: Es importante subrayar, que las autoras reconocen que los 3 “tipos ideales”
que se emplearían para clasificar a las organizaciones, surgen de la teoría
(Weber, Perrow y teóricos feministas) y no se obtienen a partir del estudio de
grandes empresas reales. En este sentido, llama la atención que toman como
referentes algunos estudios hechos anteriormente en “empresas pequeñas,
generalmente sin fines de lucro” (como las cooperativas) y no en grandes
corporaciones del sector privado. (Martin, Joanne et al., 1998:429).
de sus “Estudios sobre la sociología de la religión”. Por esto, y porque leí su obra póstuma
“Economía y Sociedad”, estoy convencido de que, en comparación con sus brillantes trabajos
sociológicos, el método de Weber es quizás la parte más sofisticada aunque vulnerable de toda
su obra. Precisamente, la crítica más severa que se hace al teórico de la “Verstehen”, y a los de
la denominada escuela histórica alemana, se enfoca precisamente en el método debido a los
supuestos epistemológicos de inspiración kantiana y diltheyniana. El enfoque metodológico
weberiano, denominado algunas veces “sociología comprensiva” o interpretativa, plantea una
perspectiva opuesta a la de los científicos positivistas porque cuestiona la validez del
determinismo y de las explicaciones causales en la Sociología.
HIPÓTESIS
“La tabla #1 resume las características de cada uno de estos ‘tipos ideales’. Al igual
que los ‘tipos ideales’ estas categorías se derivan de la teoría, se espera que las
organizaciones reales, incluyendo a la corporación que se estudió en este artículo
(“The Body Shop International”), muestren una combinación de las tres características
o tipos ideales” (Cfr. p. 430; el subrayado es mío)
Declaran las investigadoras que recopilaron sus datos entre Diciembre de 1992 y
Noviembre de 1993, tanto en las filiales de la corporación en los Estados Unidos
como en Gran Bretaña.
También afirman haber empleado la técnica de la observación participante
aplicada durante 2 horas ó durante varias semanas. Se entrevistaron a 57
empleados representativos de las 5 compañías o filiales de la corporación,
incluyendo la mayoría de los niveles administrativos; también hubo pláticas
informales con 16 empleados no administrativos, sobretodo vendedores de piso.
FUENTES DE DATOS
Martin, Joanne et al. (1998) aseguran haber ordenado más de 400 páginas de
notas y documentos según su resumen, categorías derivadas de la teoría:
historias de los fundadores, valores y metas; actitudes de los empleados acerca
de asuntos comerciales como ganancias, precios, etc.; reacciones ante las
políticas y procedimientos burocráticos tradicionales.
Para ser breves, se reseñó sólo la primera parte de las conclusiones (las del
primer subtítulo):
El hilo que conduce hacia cada una de estas conclusiones parte de las preguntas
que plantean las autoras al inicio del artículo. El orden de la exposición sugiere,
pues, que cada una de estas afirmaciones finales constituyen las respuestas que
la investigación arrojó, a aquellas interrogantes puestas al inicio.
¿En qué medida las normas de impersonalidad deben ser una característica que
defina a las grandes organizaciones?
Lo primero es que las autoras aun están muy lejos de responder a una pregunta
tan general, ya que su investigación y, por lo tanto, su teoría es de alcance muy
limitado. A lo más que pueden aspirar es a escribir un análisis sociológico o
periodístico acerca de una organización denominada “The Body Shop”.
Resulta bastante evidente que la respuesta que ofrecen las autoras a esta
pregunta, es parcial y tiene un contenido altamente especulativo y polémico (lo
cual puede parecer fascinante). Sin embargo, esta respuesta únicamente se
podría considerar como una respuesta provisional o hipotética, que requeriría ser
verificada mediante un estudio que parta de una muestra representativa de las
grandes corporaciones. Claro que no se trataba de que las autoras estudiaran a
todas las grandes empresas en el mundo, pero si contaban con los recursos
suficientes como para estudiar 5 filiales de “The Body Shop” y desplazarse por los
EE.UU. y Gran Bretaña, quizás debieron estudiar al menos a 5 grandes
corporaciones que fueran muy diferentes por su manera de administrarse, la
composición de su personal, la sede corporativa etc. Si se trata de estudiar estilos
impersonales en la administración corporativa, quizás habría sido más interesante,
por su heterogeneidad, incorporar a la muestra al menos una empresa alemana,
otra japonesa otra mexicana, etc.
En cuanto a las otras preguntas, sucede lo mismo: son muy generales y a partir
del estudio que se hizo sólo se las puede responder con una hipótesis que sólo es
una interpretación de lo que se observó en “The Body Shop” y de las opiniones
que expresaron los empleados de esta empresa.
Bueno, pero lo que parece más importante es que es precisamente aquí en las
conclusiones en donde se encuentran las hipótesis que tanto se buscaban,
aunque en el artículo no se las denomine así.
Las autoras basan su método, o al menos una parte de este, en los “tipos ideales”
de Max Weber. Sin que se pretenda polemizar al respecto, probablemente la
crítica más importante que se le ha hecho a Weber es el haber dedicado mucho
esfuerzo y tiempo a perfeccionar sus métodos, y haber realizado
comparativamente muy poca investigación sociológica en la que pudiera
aplicarlos.
Sin duda son admirables los escritos sociológicos de este gran autor,
particularmente su “Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo” y sus “Estudios
sobre la sociología de la religión”. Pero después de leer su obra póstuma
“Economía y Sociedad”, no queda ninguna duda acerca de que, en comparación
con sus brillantes trabajos sociológicos el método de Weber es quizás la parte
más frágil de toda su obra. Precisamente, la crítica más severa que se hace a los
teóricos de la denominada escuela histórica alemana, entre los cuales se incluye a
este autor, va dirigida contra su método y sus supuestos epistemológicos
antipositivistas de inspiración kantiana y diltheyniana.
Una vez analizado este artículo, resulta bastante evidente que en éste no
únicamente están presentes las hipótesis sino que todas las conclusiones tienen
un carácter tentativo e hipotético; es decir, al final de la investigación las autoras
nos dejan con más dudas acerca de los diferentes métodos y estilos de
administrar las grandes corporaciones, que las que ellas se plantearon al inicio.
Desafortunadamente, las autoras no contribuyen a ampliar el conocimiento acerca
del rol diferente que juega la administración burocrática profesional y las
emociones en algunas grandes organizaciones. Por ejemplo, para poder hacer
comparaciones se requería estudiar al menos una gran corporación administrada
por hombres y otra por mujeres; tomar al menos un par de estas que se ubicaran
en diferentes regiones, y/o en diferentes sectores de la economía norteamericana,
y/o en países y medios culturales heterogéneos. Seguramente se contaba con los
recursos y la capacidad para hacer un trabajo más completo, sin que esto
significara invertir más tiempo; sin embargo, se prefirió limitar el análisis a un
objeto particular y homogéneo.
Cereijido, Marcelino (1994): Ciencia sin seso, locura doble. Siglo XXI Editores,
México, D.F.
Weber, Max (1946): “Bureaucracy”, in Gerth, Hans H. and Wright Mills, C. (eds.
and trans.): From Max Weber: Essays in Sociology, Oxford University
Press, New York.