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Bioética de proteccion Miguel Kotow (Chile) - Universidad de Chite a wadicin del concepto de proveeién, Con el na Ciniento del Estado-nacidn y la elaboracin filo sifco- politica del contrato social -ficcio pero pardigmatico-, queds establecida como func pmordial det Estado la proteccion de sus sib ta, yaTuese frente a Jos riesgo y fracasos de la ‘ida natural individual ~Rousseat-o drectamen: fe para neutraizar la violencia entre los indivi uae Hobbes. Posteriormente, desarrollo Mil el, foncepto de protecién a lor derechos iudadance, dando ol fundamento alos pensadores contempo tineos para confirmar que de todas sus posibles funciones, el Estado mantiene la obligacion de tautela la vida y el patrimonio de su ciudadanis, tun cuando se desentenda de todo otro compro: nig. E pensamienta liberal contemporineo tam bién adopta In forma minima del Estado Guardian Nocuno, que confi al Estaio el eudado dela bertades negativas al mismo tiempo que lo exime de desarrollar pliticas proactivas derechos posi tora favor de la proteccién de las personas. La sedclogia contemporénea confirma asimismo la ‘entalidad de a proceceién entre as funciones del Bxado, al sefalar que la reduccin del aparato es taal provocada por la globalizacién ha tenido tomo efecto mis tracendente el desamparo del tladadano y a excsin de la sociedad en dos gran- des grupos! los consumidores que partcipan en el rereado y los excluidas earentes de los recursos ara comprar servicios bisieas de protecién, ha biendo perdido también el amparo de un Estado ruc insolvent. Al dear desprovista de protec- la ciudadanie,el Estado solo ejerce tna operatividad mutilada cuyo funeionamiento residual es subelterno a intereses fordneas, como Iustran Ios progresos macroeconémicos de mu thasnaciones del Terer Mundo, donde la dispati- fad socioeconémica va en escandaloso aumento, También [a ilosofia moral dearrolla la posicién nuclear de la proteccién en las relaciones de los feres humanos. Hans Jonas, al desarrollar su rncpio de responsabilidad, recurre a dos figuras aradgmatiens para ilustrarla primacia dela pro tecién: el recién nacido, cuya sola presencia des ‘lids invoca a brindarle resguardo, y las futuras gereraciones, que requieren ser protegidas me flante recurso prudente y frugal dela tecnocien- tia para no poner en riesgo la sobrevivencia de la humanidad, Emmanuel Levinas funda la rlacisn interpersonal en el encuentro entre Yo y el otto, ten euyo rstro se lee el desamparo ylasolcitud de proteecién, deseneadenando un momento ético primario en que el yo asume la labor diacénica de tuidara ese otro. R. Brandt, seguidor del concep. tmescocés de a simpatia como aglutinante moral reconoce la necesidad de agregar al esprit so aro certas normativas sociales de proteccin, Arica de protecciin y bioétcs. Su presencia en el ppensamiento fundamental de a filosofia politica y fe Ia ética no Te hablan dado ala proteceién un perfil muy claro ene dseurso de la ica apicada, hasta que se incorporé explicitamente a la bioét ca. La tice de proteccién se entiende de dos mo- dos, por un lado, en su forma sensu strict como tun llamado a la igualdad social, al empodera- mento de los excludos al cuidado de los des- ‘medrados, por otro lado, en la acepcién sensu lagu de una perspectva éica general que aspita a nuevas formas de cosmopolitismo enmarcadas fenuna étiea de hospitalidad incondicionsl, como la plantea Derrida. nun entendimiento més ce- Ado, el postulado de la proteccién solo se cum- ple en Ia aceién, no es una étiea conceptual sino pragmdtiea, Mientras que muchas éticas son pre Sentadas como enunciados, es earacteristico de la proteccidn que se realizaexclusivamente en la aplicacin, através de programas de accin espe- cifcos que, para la biodtiea, se refleren a précti- ‘as sanitarias, ante todo, publics, a desarrollar ‘simismo en otros émbitos biomédicos come lain vvestigacién y la medicina clinica, Una ética de proceccin se concibe naturalmente més allé de la Diodtica, La éticafilosdfiea habla del ser humano fen cuanto ente abstracto, yno se refiere alos de rechos de hombres y mujeres, sino a los Derechos Humanos, ala justicia en cuanto estado ideal y utépico, También la biogica prinipalsta se de saflia dela realidad cotidiana. La ética de protec ‘én, en cambio, abandona el terreno de fa relle- idm y se consagra a la accién, reconoce las necesidades reales de seres humanos exstentes, para quienes no hay consuelo en la filosofia sino en la asistencia. Laética de proteccién es concreta Y especifica; concreta porque atiendea individuos reales que suften desmedros o insufiiencias de tempoderamiento que sn visibles,yespecfica por ‘que cada privacion es identificable ydistinguible, ‘como lo han de ser los euidados yel apoyo reme- dial. Las acciones terapéuticas son, portant, pro tecciones especificas y coneretas, sea en lo social 0 en lo individual A diferencia dela ética tradicio nal, econoce Ia ética de proteccin que ls seres hhumanos son diversos en su dotacion natural y ‘material, as{ como en su empoderamiento, siendo preciso desarrollar un pensamiento moral para el estado de desigualdad en que la humanidad siem- pre ha vivido, El reconocimiento de la proteccién ‘coma una éica para la desigualdad ba llevado al ‘desentendimiento de suponerie indiferencia por Jas metas de justia y de auronomiairrestrcts, de ser presuntamenteinsensible al ordenamiento so- cial liberal donde se supone, falazmente, igualdad de oportunidades para todos. Las erticas no se 165 less atncamesicna de don a sustentan, pues toda ética solo serd razonable y ‘convincente si respeta y fomenta estas dimensio nes, En realidad acurre lo contraro, la ética que proclama laigualdad no llega al terreno dela rea Tidad, pues st aprobacién de lo justo, lo ecuénime yl respeto a los Derechos Humanos queda en de- ‘laracin sin traducise en acciones. En una vision menos esencialisa, los Derechos Humanos y la jstcia universal se refieren no tanto ala humani- ddad como al cludadano concreto, por cuanto “el hombre es constitudo por lacudadanta yno a ci ddadania por el hombre”. La ética de proteccin ve ‘cémo cada persona, cada grupo o comunidad y fad nacién se enfrentan y se relacionan con in- terlocutores y contrapartes débiles que requieren apoyo yresguardo. La protec se juega en el te reno de las realidades personales y sociales. No hay intencién alguna de vemplazar la éicasbass- das en justicia con una éica de proteccién, pero st de insinuar una inversion de su oportunidad de faccién, Los inmaduros, los mentalmente incom- petentes, lr socalmente desaventajados requie Ten acciones protectoras para llegar a igualarse ‘on los dems oi ello noes posible, de recibir el obijo para vivir sin penurias y con algunas satis- facciones. Aquella parte de a hummanidad que ha Jogrado aleanzar el empoderamiento politico y so- cial, que puede negocir exitosamente la cobercu- ta de sus necesidades y la stisfaccion de sus de- 005, no requiere una ética de proteccién sino la evitacén de diseriminaciones y el respeto de la ‘gualdad, La relacién de protec. Bl argumento de la pro- teccién es que los seres humanos se encuentran ‘muy diversamente posicionados frente a los ati- Dbutos y las oportunidades sociales, que no serén tcudnimes en tanto no se establezca una éica de proteecién que permitaa los excluidos, los déi les, alos desmedrados recibir el resguardo neces ro para desarrollar sus capacidades en libertad ‘Aunque parc en la utizacion del cancepto protec- ‘ién, Amartya Sen fundamenta su teoriaigualitaria ¥ydemocritca del empoderamiento social se do que las bondades de libertad individual ‘émica presuponen una infaestructura social pro tector (Sen, 2000). No es posible apelar a los Derechos Humanos cuando estos no han sido respe tados, En tales situaciones, se piensa en una iver- sin dialcrica de derechos: quien asume derechos texel paderoso, en forma de un “derecho a la inter- ‘vencidn humanitaria™ Los derechos quedan des politizados, con el riesgo de ser biopolitizados, {an paso al “nuevo reinado deta ia", como refi re 2itek, apoyado en pensadores como Ranciére © Ignatieff, acercdndose, sin expictarl, una éti- ‘ca de protecelén, pero en el cual vey acsa un ses- go de pateralismo autortario. Por definicén, hay tin desnivel de competencias entre el mas fuerte 0 protector y el necestado de protecidn, eon fo cual tl compromito de proteccin es voluncarioy unl feral por parte del protector. El mas débil puede adolecer de un déficie de auzonomia ~discapacia ‘dos mentales~o dedifcultades en su jercicio ind vidios en desarrollo, desempoderados sociales-, requiriendo el amparo de una persona o instancia con capacidad de decision y gestién. La relaciin de proseccin es Hulda y cambiante, no prestindose {antoa una relacin contractual, que es fundamen talimente normativa, sino a la de un pacto donde prima el compromiso de entrega mas que elite. ‘cambio igualitario de bienes. Moralmente el pact de protecidn noes rescindible, pues retiarleel s+ {guardo a quien est siendo amparado To pone en Fesgo de quedar més desprotegido que ante. #1 ‘que te compromete a proteger debe hacerlo por todo el tiempo necesario, pero no més all, puts ‘cuando la protecion ya no es requerida, seria im positivo sel protector continda decidiendo y ges tonarclo en nombre del proteido. El protector se hace cargo del cuidado y la representacin de la aautonomia en deficit, constiruyéndose a figura r= lacional del paternalismo benefactor 0 protecar ‘que asume los cuidados de la autonomia del mis ‘deil que estéimposbilitada de ser ejercida, prec ‘sando un guardin preocupado de cautelar sus me- jotesinteeses, Esta relacién de proteccién solo fatiende alas teas de autonomia deficitaria ys fextingue cuando el protegido se libera de las rs: trieciones y asume el eerccio pleno desu capac ad de decsién, cuidando de no eaer en un pater nalismo autortario que deseonoce y cercena la autonomia de as personas. Las interaccones peso rales ingpiadas en una éica de proveccin corel riesgo de car filmenteen dependencias malsnas yen pateralismos inveterados. Aun cuando exis ‘esigualdad entre agentes y afectados, serééice ‘mente deseable que cada uno ejerza su autonomiaa ‘abalidad, no obstate lo cual siempre quedan res ‘duos de desinformacién y opacidad, que oblgan tomar decisiones en incertidumbre. Es en esa ince titud donde se genera el aspecto fiducari dela lacisn,en que Se confia en la prestanci y reciud del otro para resguardar los intereses del requ te. La itis de confablidad que ha sido detecads fen las sociedades tardomodernas invita intent ‘surecuperacién mediante e llamado explictoa une éhica interpersonal basada en la protec, rica de protecn y salud publica. sen la salud piblica donde Ia tie de proteccin encuentra Aplicacién mejor delineada (Schramm & Koto, 2001), pudiendo establecerse una tétrada de perspectivas valorativas aplicables alos progr masy proyectos sanitarios finde ponderarsuce Tidad étce. Primero la acein planeada debe res ponder una necesidad sanitaria teal y central en la vida de Ia comunidad colectiva, cuya wrgente 186 Dicom Ltinoamericane de ltca solucién justfique los costos y iesgos de interve ni segundo, la autorided sanitaria debe estar en ‘otesén de una herramienta eficaz con probada {apacidad de resolucién de problemas~y eficiente “elacién beneficios-costos sustentable para tombatir el problema presentado, recurriendo a las mejores soluciones existentes sin darse por ‘anforme con lo circunstancialmente disponible; tercer, los inevitables efectos indeseados de la tecin Sanitaria han de ocurrr en forma imparcial yaleatora, todos ls particjpantes debiendo tener las mismas probabilidades de beneficir y de su- frrefectos negativos. Este requerimiento de alea- toriedad evita las acciones discriminator ‘que se eonoce de antemano a los individuos mas suscepibes a suftircomplicaciones. Finalmente, tumplidos a eabalidad los tes aspectos anterio te, se hace obligatoria Ia paricipacién de todos, justileadamente coartando la auronomia de fos Tetoentes afin de asegurar Ia mayor eficacia post eal programa. La aplicacién de estos criterios ‘ios asegura que se obvendri el maximo de pro teccién posible, También la desigualdad inter- nacional requiere una ética de protecci6n cons- tientequeel débil no puede negociar oparticipar ‘mun mercado de bienes y servicios, con posbil- fades de buen éxito. Las relaciones étieas entre oderosos y desposeidos mal pueden ser enten- tides como acuerdos 0 compromisos entre igus Jes, porque tal igualdad no exist y se hace cada ‘ex més improbable, También agut debiera pen- sarseen téminos de naciones protectoras y prote- fides, aun cuando ello sea contraintuitivo por dos hnotvos: primera, porque el lenguaje de la polit fa internacional se apoya més en la dominacién (qe en [a interaceién paritaria y, segundo, por ‘tanto el esquema protector protegido es fuer- temente reminiscence del pasado colonial y de la finincién entre centro potente y peiferia depen- dente, esquemas de los cuales ain quedan inquie- tantes resabios, Se dan ciertos paralelismos entre ‘lprincipio de responsabilidad y la tie de protec ti, El estilo para enfatizar la proteccin es la {esiguldad, para la responsabilidad es la incon- rnensurable expansién teenocienifica, que asu vez genera desigualdades. £1 diseurso explicito de la Gea de proteccién se desencadena por domi- zacién mundial de (neolliberaismo, la globaliza- ‘in, abarizacién del Estado nacién ya profundl- ‘aciin de desigualdades sociales, econémicas y de tmpoderamiento. Nacda en Latinoamérica, la ica te prteccin pretende generar una agenda moral tonscente de que los anhelos de igualdad y autono- ‘nla pasan por un apoyo alos débils que ls perm ‘wemprender el camino hacia la ecuanimidad, Referencias M. Kotow, "The valnersble and he suscepuble’, Bie 17,200, pp. 460471--M Kowa Por uta ica de teen, Aw Soe Jee Boda 1, 2004, pp 24-94, 1M Kote tonomiayprotecén en bik urpr enlarging (Lan Nexs) 2005p. 44-48 -C Le feet dl "The lniatione of nerbiy’ asa protection For human esearch paripant’, The Ameren Journal of Bletes 4 2004, pp 4-49. - 0. O° Well, Tord justo: ta vey Cambridge, Cambridge University Pres, 1938.. rod Mando G, De horas gia Ba, binge Tne Seats, Pi Reda, 1997. JD. Rend tefl, Base ei principles in European bioethics and bia’ Medcng, Hel Care and Ptsopy 5 2002, pp. 235-254 - A. Sen, Development as Preto, New Yok ‘Aled Koop 2000 “Monon y ER, Seam, Moral Developnet in Bostic: Pere or Mora Reais?” Rex. 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Bioética narrative, José Alberto Mainets Argentina) »Consefo ‘Nacional de Investigaciones Centfins (Conic) Bt paradigma narrativo de la bioéica, ELhombre es ‘un géneroliteraro y una especie narrativa La vida Inumana consiste en historia obiografia, como nos lo ecuerda el bios eimoldgico dela bioérica, que se Tefiere ala vida buena o ala buena via (e biotés fel griego clsico), Como dice Garefa Mérque, “la vida no es fa que una vv, sino la que uno recuerda ‘yo la recuerda para contarta” El paradigmana- trative dela bioétiea que alterna con el modelo ori- {inaria dels prneipios, racionalista yanalftico, se ‘configura por un gio easustico los casos som Ia textualidad del biodtea, epitome de aquellas me todologias based en casos, comolia historia clini ca, la confesion sacramental, la decisién judicial, Ia investigacién detectivesca-, otto giro herme nnéuicao de la interpretacion como bilsqueds del ‘sentido la vieud de Hermes, el inventor del len- {uiaje en el mito cisico~y un gir lierario restau fador dela literatura como maestraen el conc miento moral. En suma, la fecundidad de la bioética narrativa esté en revalorizar el papel de Ja imaginacién en la ética, su rol fundamental en cl razonamiento moral como exploracin narrati- va, contteriamente a la adicion racionalista del absolutismo moral, excluyente dela insobornable subjetvidad de la comprensién humana, Jorge Liss Borges ha dicho que la metafisicay a teolo- sla son dos ramas de a Iiteratura fantéstiea,y que el géneroliteraio de a realidad es el suefio. Epa radigma narrativo oftece una heurstea particu lar para la biogtca en América Latina, que no 167 lesonaa acnoaeriab de loca ads

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