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INDICE Prélogo...... Capitulo primero....... Principios generales del juego en la apertura - A. Yusupov La légica en Ja apertura - M. Dvoretsky. Las sorpresas en la apertura - A. Yusupov La solucién creadora de los problemas irracionales en la apertura - S. Dolmatov.. Ejercicios, soluciones - M. D’ Capitulo segundo...... Formacién del repertorio de aperturas - M. Dvoretsky Ataque Indio de Rey - M. Dvoretsky .. Preparacién de la partida - A. Yusupo «Tiene Vd. raz6n, monsieur La Bourdonnais» - Y. Razuvaev . Capitulo tercero..... Cémo nacen las novedades - A. Zlotnik. La jugada g7-g5 en la Defensa Francesa - A. Kosikov Busquedas en la apertura - V. Vulfson..... Capitulo cuart Problemas en el medio juego - M. Dvoretsky Conexi6n de la apertura con el final - A. Kosikov Tras las pistas de una partida - M. Dvoretsky ... Capitulo quinto.. . Sobre la creatividad de los alumnos de la escuela - A. Yusupov PROLOGO Al iniciar cualquier empresa ria, uno siempre trata de planear- mejor, con la mayor precision rsible. Y si el proyecto resulta sertado, por lo general las cosas ucionan bien. Cuando decidimos montar la cuela de jévenes ajedrecistas de lento, el gran maestro Yusupov y ‘ analizamos minuciosamente las ientaciones y los principios de abajo de la escuela. ¥ ahora nos ‘rada seftalar que nuestras ideas incipales resistieron la prueba del smpo. Lo testimonian los éxitos de s alumnos de la escuela, Muchos ellos ya han llegado a ser ajedre- itas fuertes, han obtenido triunfos premios en campeonatos nacio- ules, europeos y mundiales de detes. Sélo en 1992 cuatro de testros alumnos —Ilaja Kadimo- , Inna Gaponenko, Alexei Ale- ndroyv y Vadim Zviaguintsev— naron el titulo mundial. Nuestro principio fundamental 1 fiable, ya que habia sido com- obado anteriormente por expe- :ncia propia. Nosotros éramos nscientes de que no sélo tenia- 2 que impartir a los alumnos nocimientos concretos de ajedrez, que durante dos cursos anuales diez dias no se puede ensefar icho y, ademds, eso no es lo prin- tal en la ensefianza del ajedrez. mds importante es: a) ensefar ideas, métodos y procedimientos nerales de lucha ajedrecistica do su cardcter universal; b) mostrar las vias racionales de bajo en materia de ajedrez, la forma de asimilar las ideas genera- les y de conseguir la informacién concreta necesaria; c) analizar los puntos débiles del juego de los alumnos y ayudarles a eliminarlos, Otra idea probada es la de impartir cursos temdticos. Cada una de nuestras clases esté dedica- da a una determinada orientacién en la labor ajedrectstica. Fl «ata- que» masivo'en este sentido —con- ferencias, ejercicios practicos, materiales adicionales que propor- cionamos a los alumnos— da un fuerte impulso al perfeccionamien- to de la materia de estudio. Nos gustaria ayudar a cualquier ajedrecista que desee mejorar su juego y que esté dispuesto a traba- Jar seriamente con el fin de auto- perfeccionarse. Pero el contingente de alumnos de la escuela estd limi- tado. Por eso desde el principio nos propusimos recoger las lecciones impartidas durante los cursos y los articulos mds interesantes sobre este tema, y publicarlas en libros. El primer libro, basado en las lecciones impartidas en nuestra escuela en el primer curso, apare- cid a finales de 1991 y contiene problemas de cardcter general en el estudio del ajedrez: manifestacién y eliminacién de los puntos débiles en el juego, técnica de andlisis de las partidas propias y ajenas y extraccién de la informacion util que contienen, papel del legado creativo del pasado, etc. Ahora presentamos a nuestros lectores el segundo libro, dedicado a las aperturas. {Qué hay de nuevo en este terreno que podamos ofre- cer al lector? Vale la pena tratar el tema en detalle. Seguramente la buena mitad de los libros sobre ajedrez son las monografias que analizan una u otra variante concreta o un conjun- to de variantes. Por su esencia, son guias a las que conviene echar un vistazo a veces, pero no seria nada facil aprender Ia teoria de las aper- turas contando tinicamente con su ayuda, Ofrecen demasiada infor- macién, en su mayor parte innece- saria, y apenas explican las ideas generales propias de las variantes analizadas. Por eso precisamente las monografias sobre aperturas se hacen obsoletas rdpidamente. Para los aficionados al ajedrez que deseen aprerider rdpido una u otra apertura, se han escrito libros especializados que analizan sélo el minimo necesario de variantes. Este tipo de libros resulta realmente muy apropiado. Pero es imposible conseguir una auténtica maestria en el juego de la apertura sélo a base de recetas hechas. Hay que estudiar los métodos de prepara- cién para la apertura en su totali- dad, reflexionar sobre los proble- mas con los que suelen chocar los ajedrecistas y pasar por el andlisis individual de los sistemas de aper- tura que cada uno prefiera. Nuestro libro ayudaré a los lec- tores a conseguirlo. Esté pensado para ajedrecistas (sobre todo jéve- nes) que desean profundizar consi- derablemente sus conocimientos en materia de ajedrez en general y, particularmente, en la apertura, y aprender a trabajar individualmen- te sobre la apertura. 8 La primera parte del libro habla de los problemas con los que se suele chocar en la apertura y cémo pueden resolverse en el tablero. Estd basada, sobre todo, en las lec- ciones impartidas por los candida- tos al campeonato mundial A. Yusupov y S. Dolmatov (Serguei Dolmatov es un colaborador activo de nuestra escuela), Me parece muy interesante seguir el curso del pen- samiento de los ajedrecistas de élite que cuentan abiertamente en qué piensan durante la partida, cémo dan con las mejores jugadas, por qué se equivocan a veces. Pero no basta sélo conocer la «teoria» para aprender a tomar decisiones correctas. Se necesita, ademds, un entrenamiento prdcti- co. En cada curso de la escuela, organizamos necesariamente dis- tintas competiciones, concursos, etc. En la primer parte del libro hemos descrito uno de estos entre- namientos. La segunda parte contempla la formacién de un repertorio de aper- turas y la preparacién para compe- ticiones o para enfrentarse a un rival concreto. Este tema se extiende a la tercera Parte, en la que se habla del andli- sis individual de las posiciones en Ia apertura y las técnicas de encon- trar novedades. En la cuarta parte se observa la conexién de la apertura con los demas estadios de la partida, se demuestra la continuidad de las ideas ajedrecisticas y se acentia el leitmotiy que atraviesa todo el libro: la claye del éxito no esté en la memorizacién mecdnica de infor- macién sobre la apertura, sino en Hegar a dominar la riqueza de ideas del ajedrez, la cultura ajedrecistica en su totalidad. En realidad, aunque éste no sea nuestro propésito principal, el fec- tor encontraré no poca informa- cién util para si mismo: novedades en la apertura (algunas de ellas atin no se han Ilevado a la précti- ca), recomendaciones sobre el desa- rrollo de distintas posiciones y des- cripciones de una serie de sistemas de apertura (Defensa India de Rey, variante cerrada de la E-spaitola, Gambito de Dama, etc.). Las paginas finales de nuestro libro ofrecen, como de costumbre, Sragmentos de partidas de alum- nos de la escuela comentados por el gran maestro Yusupoy, Se trata de ejemplos de aperturas a un nivel muy alto y ejemplos de erro- res en la apertura que pueden ser instructivos. En sus comentarios partidas de cadetes, Yusupov centra su atencién en los problemas generales que se plantean en el juego de apertura, de los que habla también el capitulo que abre este libro, Probablemente Sea interesante, a la hora de leerlo, echar un vistazo al capitulo final y estudiarlos paralelamente. El libro es obra de un grupo de autores. Aparte del autor de estas lineas y de los grandes maestros Yusupov y Dolmatov, han colabo- rado también el gran maestro Y. Razuvaey, el maestro B. Zlotnik, A. Kosikov, V. Vulfson. Les agradezco su esfuerzo. Espero que la compa- racién de opiniones de diferentes especialistas sobre problemas afi- nes sea de interés para los lectores y que aporte a este libro la polifonta necesaria, Si esta obra impulsara al lector a pensar sobre problemas diftciles pero interesantes en la preparacién para la apertura y le sugiriera nue- vas ideas en este campo, los autores considerarian su misién cumplida. Mark Dvoretsky CARTULO | PRINCIPIOS GENERALES DEL JUEGO EN LA APERTURA Artur Yusupov jEn qué consiste la estrategia del combate en Ia apertura? Si se fijara usted en las partidas de des- tacados maestros, se daria cuenta de que los rivales aspiran, ante todo, a la répida movilizacién de sus fuerzas. Y esto es explicable: cuantas mds piezas hay en juego, tantas mds posibilidades de atacar. El juego de la apertura se basa en el rdpido desarrollo. El segundo requisito importan- te es desplegar, desde las primeras jugadas, el ataque al centro. El centro representa la cota mas alta en las batallas ajedrecisticas: el que la conquiste, tendré mejores perspectivas mds adelante. Natu- ralmente, las casillas centrales e4, e5 d4 y d5 resultan ser, desde el principio, el centro de atencién para ambas partes. Por lo general, los ajedrecistas tratan de ocupar el centro con los peones, 0 Se pro- ponen ejercer presién sobre él con las piezas mayores. Paralelamente a ello, los rivales procuran estorbar mutuamente sus intenciones. Vale la pena frenar con alguna jugada el desarrollo del rival, ponerle en apuros. La «pérdida de un tiempo» se justifi- ca.a la larga. No lamente tampoco haber perdido un tiempo para pri- varle del enroque. De este modo usted consolidaré su ventaja en el desarrollo. Asf pues, el tercer prin- cipio en la apertura combatir las intenciones el contrincante con el fin de dificultar su desarrollo e impedirle el control del centro. Tal vez preguntaré usted: ,qué es mds importante: el desarrollo de las piezas propias o impedir el desarrollo de las piezas del rival? Por supuesto, lo ideal seria com- binar las dos cosas. Pero si hay que elegir, hay que actuar en cada caso concreto segtin las cir- cunstancias, ya que no existe una receta universal. De todos mo- dos, es mejor no olvidar el desa- trollo de las propias piezas. {Qué es lo que preocupa, ade- més, al ajedrecista en la apertura? Naturalmente, la formacién de la estructura de peones. No seria de extrafiar que usted consiguiera debilitar ya en la apertura la posi- cin de los peones del contrincan- te, es decir, echar a perder sus peo- nes. Recuerde: depende mucho de lo favorable o desfavorable que Sea su estructura de peones. Y, por ultimo, hay que sefialar el combate por conquistar la meras jugadas, lo que, tal vez, sea la esencia del juego en la apertura, ,;Acaso podemos ima- ginar en la actualidad una partida en Ja que durante algin tiempo ll los rivales simplemente cambian piezas y luego se ponen a pensar qué han hecho y qué es lo que deben hacer? Claro que no. Por supuesto, las blancas, siendo las primeras en actuar, por lo general tratan de adelantarse a su rival en el desarrollo de sus piezas en la apertura, procuran ocupar el cen- tro y ser las primeras en crear ciertas amenazas. Antes de pasar a ejemplos concretos, quisiera Hamar la atencién de los Iectores sobre otro aspecto fundamental. El concepto moderno de la apertura se vincula indisolublemente al plan de accidn en el medio juego (iy @ veces hay que tener en cuenta hasta el posible final!). Actualmente es dificil establecer un limite claro entre la apertura y el medio juego, tanto m4s cuanto que todos los principios v4lidos en la estrategia de la apertura podrian aplicarse, aunque bajo una forma un tanto diferente, al medio juego. Consideramos en més detalle el primer principio de Ja apertura (la rdpida movilizacién de las fuerzas). Recordemos algunas reglas elementales: 1) no mueva dos veces la misma pieza (estas jugadas tiene que ser motivadas seriamente); 2) no pierda tiempo en realizar jugadas profildcticas con los peo- nes del flanco, pues lo que importa es desarrollar cuanto antes sus piezas; 3) no saque la dama apresura- damente: Ja elecci6n del sitio que 12 vaya a ocupar es una misi6n muy tesponsable, ya que el cardcter del combate depende en buena medi- da de la situacién de la dama; 4) no se lance a ciegas a un ataque sin haberlo preparado; 5) no se empefie en ganar peo- nes, sobre todo en posiciones abiertas, en las que la ventaja en el desarrollo tiene enorme impor- tancia; recuerde que el tiempo en la apertura es m4s importante que los peones. Analicemos a continuacién mi partida con el gran maestro B. Gulko. Espero que este ejemplo contribuya a esclarecer el princi- pio de movilizacién de las fuer- zas y, en general, el juego en la apertura. O YUSUPOV @ GULKO Reykjavik, 1990 Defensa India de Rey 1. d4 Df6 2. c4 g6 3. DB Rg7 4. 23 0-0 5. Qp2 dé 6. 0-0 4c6. Vemos como con cada jugada se incorporan al juego nuevas fuerzas. Las blancas van ocupando el centro con sus peo- nes, las negras se disponen a ejercer presién sobre el centro con sus piezas Mayores. 7. Qc3 Q£5. Una jugada no muy frecuente, pero del todo posible. Las negras desarrollan su alfil, ponen bajo control la casilla central e4 y se disponen a jugar 8. ... Ded. 8. d5. Habia también otras continuaciones: Hel, b2-b3, Del. La jugada de la partida es bastante l6gica: en un tiempo, las blancas aumentan sus conquistas de espacio en el centro. 8. ... Da5. Es la segunda vez que las negras mueven la misma pieza en la apertura, pero en este caso el movimiento es justifica- do: primero, porque se ven obli- gadas a hacerlo y, segundo, por- que con la jugada 8. ... a5 se ha creado la amenaza del peén c4. Surge la pregunta: ~Cémo deben jugar ahora las blancas? La jugada de la partida fue 9. @d27!, pero esta jugada tiene ciertos defectos. El caballo en d2 se interpone en el camino del alfil cl. Yo tenfa la esperanza de que la amenaza 10. b4 obligaria al adversario a cerrar la posicién en el flanco de dama mediante’ c7-c5. De ser asi, las blancas habrian ganado un tiempo trasla- dando el peén a e4 y luego aca- barfan el desarrollo a base de We2, b2-b3, 2.b2, etc. Pero los acontecimientos tomaron otro rumbo. Parece més natural y légica 9. @4d4! El alfil £5 esté expuesto al ataque y el pedn c4 estd protegi- do indirectamente: después de 9. «. Dxc4? sigue 10. 2x5 gf 11. Wa3, y las blancas recuperan un pen consiguiendo una estructura de peones mejor. Después de 9. « Rd7 10. wes la posicién de las blancas es de muchas pers- pectivas, 9. ... c6! Al obtener cierta ven- taja en el desarrollo, el rival abre decididamente el juego. Ahora surge otro problema para mi: cémo ahogar la posible iniciativa de las negras? Como no pude resolver este problema, caf en un aprieto. La consecuencia Idgica de la jugada 9. @d2 habrfa sido la enérgica 10. b4!? La idea princi- pal que no pude percibir en el curso del juego era: después de 10. ... Axd5 LU. cd Bx c3 jugar 12. e4! (yo habfa analizado sdlo 12. 2a3? @xd2). Tal vez las blancas consigan obtener dos piezas por la torre, pero las negras dispondr4n, a cambio, de varios peones. Es sumamente dificil valorar esta situaci6n; es posible que se trate de una posi- ci6n de equilibrio dindmico. En la partida las blancas juga- ron la rutinaria 10. e4?!; el con- trincante respondié con 10. ... Qg4! Gracias a esta jugada astu- ta se provoca otro debilitamiento: o la ruptura f2-f3 que ofrece a las negtas posibilidades técticas en relacién con Wb6+, o la salida de la dama a c2 donde, después 13 de abrirse la columna «c», resul- tarfa bajo la desagradable presién de la torre c8. 11. We2 cd 12. ed. Seria peor todavia la captura del pedén «e»: en tal caso, el alfil negro obten- dria la excelente casilla f5. 12... He8. Observemos cémo Gulko incorpora consecutiva- mente nuevas fuerzas al juego aumentando paulatinamente la presién. Aprovechando el juego rutinario de las blancas que es 1a causa de su demora en el desa- rrollo, !as negras ya se apoderan de la iniciativa. Ahora tienen que seguir un principio sumamente importante, formulado ya por Steinitz: jel que dispone de ven- laja tiene que atacar so pena de perder su ventajal 13. Hel. Las blancas intentan ajustar de algdn modo la interac- cin entre sus piezas. Se dispo- nen a continuar su desarrollo a través de 14. fl y al mismo tiempo impiden el paso del alfil negro de e2 a e6, desde donde hubiera ejercido una presién peli- grosa. 13. ... bS. Aqui habia también otras posibilidades: por ejemplo, 13. ... Wb6. Merecfa atencion asimismo 13. ... @d7, liberando Ja casilla g4 para el paso del caballo a e5 y planeando afrontar 14. 4 fl con la jugada 14. ... Dc4, 14, a3. Aqui era posible tam- bién 14. ... Qd7!7 15. Dfl Dc4 16. De3 Deg. Pero Gulko encontr6 una continuacién mucho mas interesante basdéndo- 14 se en la valoracién general de la posicién: las negras se anticipa- ron en su desarrollo al rival, por lo que les resulta ventajoso abrir el juego. 2 14. ... e6!2 Después del cam- bio de peoncs en dS, el alfil obtendré la casilla f5, lo que ser muy desagradable para las blan- cas. Y al responder con 15. h3?!, sigue 15. ... ed 16. hg d4 y mi estructura de peones se echard a perder irremediablemente, es decir, las negras transformaran un tipo de ventaja en otro: la ventaja en el desarrollo, en una estructura de peones mejor. Tuve que intentar un método de defensa que puede resumirse en lo siguiente: jcuando todo esta mal, ya no hay nada que temer! 15. Wd3. {Qué hacer? Ya me habfa conformado con que no podria terminar el desarrollo por una via normal y trataba de com- plicar la lucha por todos los medios. A veces esta tactica puede dar resultados nada malos, aunque también puede fracasar si el rival juega correctamente. La tranguila 15. @fl (15. ... ed 16. ed) era, objetivamente, el mal menor. 15... ed 16. xb5. Si la aper- tura atin no ha terminado para las blancas, las negras, naturalmente, ya se han enfrascado en el medio juego. Ahora podian jugar 16. ... Wb6!? garantizando al alfil la retirada a d7. La posicién avanza- da del alfil a g4, tal vez sea el Unico punto débil (el alfil podria quedar eventualmente apartado de las fuerzas principales). Pero, desde el punto de vista del combate por la iniciativa, Gulko ha encontrado, tal vez, la jugada més acertada. 16. ... HeB!? Otra pieza de las negras entra en juego... A partir de ese momento, tra- tando de mantener el equilibrio al borde del precipicio, jugada tras jugada, encontré recursos para continuar la lucha. Simplemente tuve la suerte de llegar a una posicién bastante complicada en la que era imposible pronosticar cémo terminaria la partida. 17. h3. Es tentadora la réplica 17, .. QS! que en realidad se jug6 en la partida. Era posible también 17. ... 2e6, seguida de 18. ed Qf5 19. Hxe8+ Wxe8 20. Wfl. Las blancas tienen un pedén de més, aunque las negras cuentan, naturalmente, con un fuerte contrajuego. 18. g4. La nica jugada posi- ble. Las blancas, de todos modos, consiguen terminar el desarrollo, aunque al precio de un pedn. 18... @xed 19. Dxe4 (jpor fin el caballo abandona la casilla d2!) 19. ... Dxed4. Al tener en cuenta el atraso en el desarrollo, la recuperacién de un peén mediante 20. 2 xe4?! equival- dria a una capitulaci6n: 20. ... de 21. Wxd6 Wh4! También es mala 20. Wxd5? por la fuerte respuesta 20. ... HeS! 20. 2 xa7!? En esta partida las blancas actéan contra todas las reglas y en caso de un juego preciso por parte del rival tienen que sufrir las consecuencias. Pero yo me daba claramente cuenta: siguiendo el curso «nor- mal» de los acontecimientos, yo no podia contar con nada. 20... Hb8, En caso de 21. Wxd57! se impone el golpe téc- tico 21. ... @ xf2!?, por ejemplo: 22. Hxe8+ Wxe8 23. &xf2 @Db3 24. Dc6 con un juego con- fuso. Pero la jugada 21. ... He5! también enfrentaria a las blancas a problemas solubles: sus piezas no estén dispuestas con armon{a y sigue la amenaza del mismo olpe fuerte en f2 (22. Wd3 By f2 23. & x f2 Wh4+!). Naturalmente, hay que aprove- char la ocasién y poner en juego el pasivo alfil: 21. @e3. Siguidé 21... Rxb2 22. Habl. Des- pués de 22. Had! existe la desa- gradable respuesta 22. ... Bc3, por ejemplo: 23. Hd2 d4 24. A xb2 Mxb2 25. Wxd4 De2+ 26. Hxe2 Hxe2, y en caso de 27. 2h6, simplemente 27. ... H8e5 cerrando la diagonal peli- grosa y consiguiendo una gran superioridad material. 15 22. ... Hb3. Gulko lleva fir- memente la partida y encuentra un recurso concreto para aumen- tar su ventaja. 23... Wx as (perdia rapido jugando 23. We2 Woes 24. aed @xc6 25. Wxc6 Hc8) 23... Dc3. Aqui hay un interesante pro- blema de c4lculo: encontrar la continuacién que prometa a las blancas las mejores chances. En realidad, hay tres posibilidades: 1) 24. Wxb3 Dxb3 25. Hi xb2 cS. Me parece que en este caso !a ventaja serfa para las negras (aunque es posible que el sacrificio de material ayude a salvar la situaci6n); 2) 24. Dc6. Objetivamente, este contragolpe podria resultar el mds fuerte. Pero después de 24, ... Dxd5 25. Dxd8 Dxe3 las negras, por supuesto, dispo- nen de clara superioridad (por ejemplo, 26. Hxe3 Mbxe3 27. fe 2 xa3); 3) 24. @g5. La jugada que yo hice en la partida y con la que con- taba. Las negras tenfan que resol- 16 ver aqui el ultimo problema com- plicado, después de lo cual podian obtener un punto merecido. La respuesta acertada era 24. ». Wd7! Pero Gulko no se perca- t6 de que en la variante 25. WxasS Dxbl 26. Axbi se podia dar el golpe inesperado 26. -.. 2c3! Las blancas podian seguir enturbiando el agua a tra- vés de 26. Qc6 (tampoco seria mejor 26. BH xe8+ Wxe8 27 &c6 Wb8), pero no por mucho tiempo: 26. ... MH xel+ 27. Wxel Wxa7 28. Wes+ de7 29. Qe7 Hb8 y las negras ganan. Por suerte, Gulko se vio tenta- do por el sacrifico de dama: 24. xbl? 25. @xd8 Hxel+ 26. 2£1, que condujo a una posi- cién extremadamente confusa, en la que las amenazas por ambas partes, a simple vista, se com- pensan mutuamente. 26. ... Hc3 27. Wd2!. Es importante poner bajo control la casilla f4; serfa mala 27. Wa8? BDe2+ 28. Sg2 DALl4+ 0 27. Wxa5? De2+ 28. &g2 Df4+ 29. gl DAxh3+ 30. Hg2 Dist 31. Bgl Qc3. 27. .. De2+ 28. Sg2 Qc3 29. Wh6 Dc (levaba a tablas 29. .. 27 30. Wd2 2c3) 30. Deb Qg7 31. De7+ 1B? Un error. Serfa correcto 31. ... @h8! 32. x g6+! fg 33. 2F6! Bb7 34. Qxe2 Hxe2 35. Qxg7+ BH xg7 36. W4! con chances iguales. 32. Wx h7 Dfd+ 33. Hh2 Be8 34. We8+! (34. Wx 27? Hxfl seguido de 35. ... Bi xh3x) 34. ... 2£8. Tampoco salvaria la situacién 34. ... d7 35. Wxf7 HB xfl 36. Ac6+! &xc6 37. Wxcd+ Hd7 38. Wxb3. oa 35. Dxg6! La distancia entre el triunfo y la pérdida resulté muy corta. Después de este golpe la posicién de las negras ya resulta insalvable (después de 35. ... Qxg6, simplemente 36. Qxc4), 35. ... fg 36. Wxc4 B xf 37. Wx f41? (37. Wxb3 dxd8 38, Wed Mx f2+ 39. bg3 Dxh3! también en favor de las blancas) 37... Hxa3 38. Qh4? (seria més preciso 38. @£6! controlan- do la casilla al) 38.... Haal 39. Wed+. Llevaba a consecuencias nada claras 39. W6 Hh1+ 40. Og2 Magi+ (0 40... Khgl+!?) 41. &f3 Hh xh3+ 42. be2 (42. 29372 Hhxg3+) 42. ... ed7. 39. ... BE7 40. Wi3+ Hes 41. Wd5+ dg7 42. Wb7+ dg8 43. &g3 (con Ia idea de h3-h4) 43. ow Bhl+ 44. Wxhl O xhi+ 45. Sxhl Sf7 46. dg2 Hf (mejor 46. ... He6) 47. £4 dS 48. Ri2 Qd6 49. S13 Heb 50. Rd4 Qe! 51. He3 Qb4! 52. h4 Qel+ 53. Sh3 Qd2 54, He3 Qel+ $5. QI2 Qc3 56. PPB 27. Seria més fuerte 56. .. &£6!7 57. hS gh 58. £5+ £7 59. gh, pero incluso de ser asf, la posici6n seguramente no podria ser mantenida: las blancas jugarian Qe3, Hg4, 2g5, luego & f3-e2-d3-c2-b3-a4 y el pedn d5 sucumbiria. 57. Qei!? (es buena asimismo 57. 2b6!?, preparando #e3 y 2.44) 57. ... QL82! 58. Bcd @h6?! 59. £5+! gf 60. 25. Las negras abandonan en vista de 60. --- BAB 61. hS HE7 62. HFA. Me gustaria llamar una vez més la atencién del lector sobre el juego extraordinariamente consecuente de Gulko en esta partida hasta el error del enroque en la jugada 24. Desde el mismo principio empezé a luchar por la Iniciativa y al obtener ventaja en el desarrollo, siguié imponiéndo- la firmemente introduciendo cada vez més y més piezas en el juego sin escatimar los sacrifi- cios temporales, En este sentido son significativas las jugadas 14. « c6ly 16... He8! En lo que ser refiere al juego de las blancas, al no haber respe- tado uno de los principios funda- mentales en la apertura (la répida movilizacién de Jas fuerzas) y al ceder la iniciativa, tenfan que haber perdido. Pero esta partida merece atencién precisamente por demostrar la importancia de 17 continuar el combate en cual- quier circunstancia. Es cierto que las blancas resultaron en peor posicién. Pero no perdieron el 4nimo, intentaron poner en mar- cha un contrajuego y reconquis- tar la iniciativa. Al fin y al cabo, consiguieron plantear al adversa- tio problemas précticos nada féciles de resolver y éste se des- vié del rambo cortecto. El siguiente ejemplo es, tal vez, mds sencillo. A diferencia de la partida contra Gulko, me habia preparado bien para enfrentarse con B. Spassky. O SPASSKY @ YUSUPOV Linares, 1990 Partida Espafiola 1e4 e5 2. DL3 Dc6 3. QbS a6 4. Qad ALE 5. Dc3. Spassky juega a menudo esta antigua variante que antes se consideraba fundamental en la Partida Espa- fiola y que luego casi habia deja- do de usarse. Desde un punto de vista técni- co, no hay nada por lo que se pueda censurar la jugada 5. @c3: las blancas llevan una pieza hacia el centro. Sdlo el que haya estudiado Ja Partida Espafiola sabe que, de todos modos, seria mejor jugar 5. 0-0 para crear pos- teriormente un centro de peones mediante las jugadas c2-c3 y d2- d4 (lo que impide el caballo en 3). 5. ... bS (serfa posible también 18 5. ... &05!?) 6. @b3 Be7 7. d3 d6 8. Dd5. (Por supuesto, es bastante tentador reforzar el con- trol sobre la importancia diago- nal y, en particular, sobre la casi- lla central d5. Pero la jugada 8. @d5 lleva a la simplificacion y, practicamente, a igualdad. 8. ... Dad 9. Dxe7 YW xe7 10. 0-0 0-0. Aunque parezca extrajio, es una novedad. Lo que se suele jugar es 10. ... c5. 11, @d2 (Spassky ha hecho esta jugada poco activa en oca- siones anteriores) 11... @xb3 12. ab. Analicemos Ia posicién surgi- da. gCémo resolverfa usted los problemas de las negras en la apertura? 412. ... c5? Por qué no, una jugada del todo posible para reforzar el control en el centro. {Qué otras propuestas hay? 412. ... Ad? preparando f7-£5? Buena idea. {Desarrollar el alfil en 67? Si, esto entra en el plan de las negras. Pero no me gustaria jugar asf inmediatamente debido a la fuerte réplica 13. Dh4. Hay que Nevar las piezas con la mayor exactitud posible sin perder de vista los recursos del rival. Resumamos lo que acabamos de analizar. Realmente, aqui se impone socavar la posicién del pedn central e4 mediante f7-f5. Esta jugada se deriva simplemen- te de la estructura de la posicién. Si las negras consiguieran reali- zar las jugadas &b7, Dd7 y f7- £5, el juego estarfa en su favor. Pero no hay que permitir el ata- que del caballo blanco en h4. Por eso, al preparar la partida, decidf empezar por el retroceso del caballo. 12. ... DAT! Las negras resucl- ven acertadamente los problemas en la apertura, sin perder tiempo en realizar c7-c5, una jugada ven- tajosa, en general, pero no impres- cindible. Aqui las blancas debfan tomar precauciones y prepararse para afrontar las maniobras del adversario en el centro. Pero Spassky no se percaté a tiempo del peligro de su posicién y, ade- més, no es tan facil imaginarse en este momento que la situacién podria cambiar sorprendentemente en unas cuantas jugadas. 13. Hel?! (llevaban a igual- dad las jugadas 13. 2a5 c5 14. 42 sefialadas posteriormente por el ex campe6n mundial) 13. + 2bT7. Todo est4 preparado para la jugada f7-f5. Las blancas tenfan que pensar oportunamente en la defensa, pero decidicron en su propio perjuicio poner mds lefia al fuego. 14. d4? (serfa mejor 14. 295 f6 15. Q@h4 con la idea de 16. @d2, y las negras conseguirian una ligera ventaja) 14. ...f5? Aqui las blancas podrian capturar en la casilla e5, pero las variantes se ponfan en mi favor, por ejemplo: 15. de fe 16. ed WE7! 17. be3 Hae8 18. g5 Wxf2+ 19. Bhi e3 20. We4 hd 21. Wg3 cd con ventaja. Después de largas delibera- ciones, Spassky jugé 15. ef Hx fS 16. de 16. ... Hx f3! Se imponia este golpe. Naturalmente, no hay que lamentar el sacrificio de calidad por activar el alfil b7. La primiti- va 16. ... @xf3 levaba a conse- cuencias confusas: 17. gf I xe5 (serfa un error 17. ... Qxe5? 18. f4 Wh4 19. fe Hxf2 20. 2f4!) 18. Hxe5 Wxe5 19. Wel. 17. gf Dxe5 18. 24 (perdia répidamente 18. f4 debido a 18. « WE7) 18. ... Dx £34?! Aqui me mostré cobarde decidiendo pasar con un pe6n de ventaja a un final que pude no haber gana- do. Por supuesto, tenfa que 19 seguir con el ataque, pero, desa- fortunadamente, me equivoqué en los cAlculos. Me parecié que después de 18. ... Mf8 19. Qxe5 de 20. Wd4 surgirfa una posicién no muy clara. Pero hubiera sido suficiente continuar un poco los c4lculos para convencerme de lo contrario: 20. ... Wg5+ 21. Wg4 WE6 y las negras obtienen un ataque terrible. Lamentablemente, en la parti- da todo result6 mucho més pro- saico. 19. Wxf3 Wxelt 20. Axel @xf3 21. He7 Hc8. Al precio de enormes esfuerzos, conseguf ganar, pero gracias a un error grave cometido en el final por mi adversario. La partida demuestra que el control del centro y la atenta observacién de las acciones del rival ayudan a resolver los pro- blemas en la apertura. El segun- do aspecto fundamental es que los planes concretos de ambas partes se determinan por la estructura de peones ya en el estadio inicial de la partida. Ade- més, al desarrollar las piezas pro- curen ustedes pensar qué van a hacer varias jugadas después, qué orientacién tomard el juego. Sin embargo, no hay que tomar estos consejos literalmente, es decir, pensar intensamente desde la apertura y confeccionar un plan que les lleve simple y Ilana- mente a ganar en algtin momento del finai. Claro que no. Me refie- To a operaciones bastante cortas, tres o cuatro jugadas adelante, al 20 deseo de mejorar la posicién pro- pia y de perjudicar la del adver- sario. En realidad toda la partida es un conjunto de minioperacio- nes unidas por una idea estraté- gica comin, concebida en la apertura que usted haya elegido. Cémo proyectar operaciones cortas de este tipo, lo veré en Jas Siguientes partidas. O YUSUPOV @ LJUBOJEVIC Tilburg, 1987 Gambito de Dama 1. d4 Df6 2. c4 e6 3. D3 dS 4. Dc3 Qe7 5. V4 0-0 6. €3. Una posicién tedrica conocida. L. Ljubojevic elige una continua- cién menos estudiada que la usual 6. ... 5, 6. ... b6. Una jugada normal que propicia el desarrollo y corresponde a la idea de comba- tir por el centro. De la siguiente decisién de las blancas depende- 14 en buena medida el car4cter de la lucha en lo sucesivo. Veamos por orden: gcudles son las jugadas posibles? 7. cd, 7. Qe2y7. Hcl. 7. Hel. No queria atacar a d5 mientras mi rival pudiera tomar con su caballo en respuesta. Cuando domina usted la iniciati- va, es mejor evitar simplificacio- nes. Cualquier cambio debe ser motivado, o sea, tiene que traer alguna ventaja posicional o tdc- tica. Después de 7. ... 2b7 8. cd la captura con el caballo ya es dudosa, debido a la pérdida del pedn c7. La combinacién de las jugadas 7. Hcl y 8. cd es justa- mente la primera minioperacién concebida por las blancas en esta partida, 7. .. eS. Surge la tensién de peones caracteristica de las aper- turas contempordneas. En seme- jantes situaciones es importante que cada uno decida por si mismo qué estructura de peones desea obtener. aw y gw 8. de!. Por supuesto, esta juga- da no es una revelacién en la teo- rfa del ajedrez aunque, segiin el Informator, las blancas han encon- trado una novedad (la continua- ci6n habitual es 8. cd). La captura en cS predetermina la préxima aparicién de peones colgantes en el campo de las negras. Si toman con el alfil en c5, Negarén a una posicién con peén aislado, a lo que las blancas no tendrian nada en contra (en este caso, la jugada b7-b6 no serd Ja ms apropiada. 8... be 9 Re2 2b7 10. 0-0 Dba7, En principio, la apertura puede darse por terminada. Segiéin los c4nones de algunos libros vie- jos, los rivales tienen que proceder a la confeccién de planes. En rea- lidad, yo hice mi elecci6n relativa- mente temprano marcando la orientacién del juego a través de la jugada 7. Hcl. Est4 claro que el combate consistir, sobre todo, en el ataque y la defensa de los peo- nes colgados. 11. cd ed. Merecia atencién 1. ... Dxd5!9, y las blancas ten- drian una ligera ventaja. iCémo reforzar la presi6n sobre el centro enemigo de peones? Para empezar, no estarfa mal atacar cl peon d5 llevando a cabo una pequefia operaci6n: De5 y 263. 12. Qe5. En este caso no trato de evitar el posible cambio de pie- zas, ya que tiene un significado determinado. En primer lugar, el caballo libera Ia casilla £3, desde ta cual el alfil puede atacar el pedn d5 y, en segundo, en caso de 12. ... Axe5 13. 2 xe5 el otro alfil puede apuntar al caballo £6 que cubre el peén d5 y esto seria también, en cierto modo, ganar un tiempo. El caballo de las negras se veria obligado a ceder a d7 y, tal vez, pasar a b6. la iniciativa se queda en las blancas. - Hb. ~Cémo jugaria usted aqui? ¢13. Hc2 y luego Hd2? Bueno, la maniobra no est4 mal, pero lo que tengo en cuenta es otra cosa: gc6mo reaccionarfa usted a la Ultima jugada del rival? Recuerde Ja forma rutina- tia de actuar en semejantes posi- ciones: al avanzar con el peén ai «a», usted pone de manifiesto la inestabilidad del caballo b6. 13, a4! Ahora las negras se encuentran ante un dilema com- plejo: por un lado, no les gustaria permitir la presién sobre el caba- Ilo pero, por otro, después de a7- a5 las blancas obtendrdn fa casi- Ila bS. {Qué es lo que tienen que hacer? éPropone usted la jugada 13. .. 447 Vamos a sopesar los pros y los contras: 14. ed cd 15. @b5 @Dfd5 16. Q2g3 y seria dificil defender el pedn d4. La idea es, por si sola, original. Pero con esta estructura de peones, las blancas tienen que tomar en con- sideracién constantemente la posibilidad de la ruptura d5-d4 que podria resultar bastante desa- gradable. 13. ... a5. El primer gran logro de Jas blancas. Ahora seria posi- ble inmediatamente el caballo a b5 tratando de aprovechar la construccién @b5+ @f4 para realizar operaciones en las casi- llas d6 y c7. Pero, después de pensar un poco, decidf no ceder de momento del plan trazado y mantener [a presién sobre el peon d5. . 14. @f3 He8. Si las negras respondieran 14. ... Hc8, tal vez yo habria pensado en las manio- bras 15. Hc2 y 16. Hd2 para aumentar la presion sobre el pedn d5. Pero después de la juga- da de mi rival, no puede resistir la tentacién de aprovechar la casilla bS. 15. QbS! El juego adquiere 22 cardcter tactico. Se ha creado la desagradable amenaza 16. ® xf7 y 17. Qc7 que, para ser rechaza- da, hay que situar la torre en una posici6n bastante torpe. Al mismo tiempo, Ia jugada ®DbS no es sdlo de ataque, sino también profildctica: las negras ya se proponian jugar 15. ... 2d6 y presionar mis piezas en el cen- tro. 15. ... Ha6. Después del5. ... Hc8 pudo haber seguido 16. a7! con la idea de aprovechar la debilidad de la casilla c6, a Propésito, una operacién bastante corriente cuando el caballo est4 enes. Piense un poco, c6mo jugaria usted aqui? ~Conviene pasar inmediatamente a maniobras activas o serfa mejor aguardar hasta que se consolide la posi- cién y privar al contrincante de contrajuego? Este problema es uno de los mds complejos a la hora de conseguir ventaja posi- cional. En esta partida yo lo resolvi desacertadamente, me apresuré a emprender acciones concretas, pero en vano. Las blancas tenfan la magnifica posibilidad de reali- zar Ja jugada 16. b3! que les per- mitia estabilizar su estructura de peones y aumentar la presidn sin ningdn obstéculo. 16. Qd3?! La eleccién de las blancas se basa en el cdlculo de una de las variantes. Es evidente que en respuesta las negras habrian movido el peén «c», lo que precisamente pudo haber impedido la jugada 16. b3! 16. ... ¢4 17. 2c7. En caso de 17, Be? ed 18. DxaG Bx a6 19. 2c7 Wd7 20, 2xb6 2b4! las blancas obtendrian una buena compensacién por calidad. 7... WaT! Las blancas —el caballo b5 y el alfil c7— inespe- radamente resultaron encontrarse colgadas. A 18. 4)f4 seguiria el golpe tdctico 18. ... Axad! 18. DeS WDB 19. b3!? (Ileva- ba a igualdad 19. 2xb6 Hxb6 20. Dg4) 19. ... Da8! 20. be ®xc7. Es dudoso 20. ... d4?! debido a 21. @d5! 1f8 22. WH. 21. cd 2d6! 22. Dc! Lieva- ba a evidente ventaja negra 22. BDc6 Wa7! (con la idea de 23. ... @cxd5) 23. e4 Axed Axed 25. Db8 We7 26. ®xa6 Ox a6. Aqui las negras disponian de varias posibilidades. Una de ellas era el intento de simplificar la posicién, mediante el sacrificio de una pieza: 22. ... @ xh2+?! 23. }xh2 Dcxd5. Pero después de 7 Sgl, con la idea de 25. Dcd6 25. Waa, obtendrfan superiori- Sed las blancas. Tal vez lo mejor era jugar 22. ... &b4! situando el alfil en una casilla protegida. En respuesta podria seguir 23. d6!? 0 23. e412 (23. ... Dxe4 24. d6 con la amenaza 25. d7). En la partida Ljubojevic come- tié un error de cdlculo que le costé la pérdida. 22. ... Qe5? 23. Dxasi BH xa5 24. Hxc5. Tampoco sacaria a las negras de apuros 24. .. Wb8 25. Wd2 Dab 26. Hed. Ljubojevic tenfa la esperanza de liberarse mediante 24. . pero no percibié una simple réplica. 25. Qd6!! W xd6 (si 25. ... Hi xc, entonces 26. 2 xb7) 26. HxaS5 Qxd5 27. Wd4! La jugada decisiva. Ahora la lucha ya se ha acabado. wee We (27. ... Deb? 28. Bi xd5) 28. @xd5 Acxd5 29. Hdl He8 30. Hc5! Axcd 31. Wxc5 h5 32. a5 Wed 33. h3 26 34. Wce6 Wh4 35. a6 Was 36. Whb7 Wad 37. Dbl. Las negras se rinden. Veamos ahora por qué esta partida presenta interés para 23 nosotros. Ante todo, hemos visto que el combate en el centro ha Nevado a la formacién de una estructura de peones especifica (peones colgantes) que ha influi- do considerablemente en los pla- nes de juego de ambas partes. Semejantes estructuras de peones son un tema aparte que cabe estudiar detenidamente. Aquf hay ciertas reglas y excepciones, hay caracteristicas comunes de todas las estructuras de un determinado tipo y hay también propias sélo de algunas posiciones; se cono- cen asimismo algunos planes tutinarios de lucha, uno de los cuales intentaban seguir las blan- cas. En segundo lugar, me parece importante llamar Ja atencién en cl siguiente hecho: tras el cambio de peones centrales las blancas cedieron voluntariamente el cen- tro ya en la apertura. Pero a cam- bio de ello, organizaron una fuer- te presién de sus piezas sobre los peones centrales del rival convir- tiéndolos en auténticos puntos débiles. Asf que la partida nos hace pensar en el problema de la modificacién del centro de peo- nes: éste podria ser sustituido por un centro de piezas mayores € incluso a veces es mejor renun- ciar a él. En general, el centro de peones es bueno no en si, sino para servir a fines concretos. Digamos, para -presionar las pie- zas del enemigo (recuerde: hemos seguido atentamente la jugada d5-d4), para frenar su desarrollo, para obtener, bajo la 24 proteccién de los peones, casillas adecuadas para las piezas pro- pias. En el caso de que, como en la partida que acabamos de estu- diar, el centro no cumpla con estos requisitos, puede llegar a ser fScilmente vulnerable y con- vertirse en blanco del ataque ene- migo. Por supuesto, con todo eso los problemas del centro de peones de ningtin modo se agotan. Por ejemplo, es muy importante el problema nada simple de la ten- sién de peones (entre los peones c4 y d5, d4 yc5, etc.) Aquf surge una serie de preguntas: cudndo hay que mantener la tensién y cudndo no hay que mantencrla; cémo mantener estas tensiones dindmicas; en qué momento transformarlas en estructuras mds estdticas. Hasta cierto punto, la partida ofrece respuestas también a algunos de estos problemas. El siguiente ejemplo segura- mente ser4 de interés para los afi- cionados a la Defensa Holande- sa. Se trata de mi partida con el gran maestro A. Beliavsky, en la que la compleja estructura de peones caracteristica de la Defensa Holandesa determiné los planes de ambas partes. OBELIAVSKY @ YUSUPOV Campeonato de la URSS, Liga Superior, Minsk, 1987 Defensa Holandesa 1. d4 £5 2. c4 Df6 3. g3 e6 4. &g2 d5. Las negras se proponen construir un «muro de piedra». Su propésito estd claro: estable- cer un control de m4xima densi- dad sobre la casilla e4. Probable- mente sea dificil imaginar uno mas denso que éste. Pero cso podria conseguirse al precio del considerable debilitamiento de las casillas negras en su conjun- to. La casilla e5 ya est privada de la defensa de peones y el desenlace de la partida depende en buena medida de la habilidad de las negras de estorbar al adversario en sus intentos de ocupar este punto. 5. D3 c6 6. 0-0 2d6. Hace tiempo el «muro de picdras» solfa jugarse con el alfil en e7. A mf me parece més légica la situa- cién del alfil en d6. Como las casillas negras estdn debilitadas, es deseable que las piezas mayo- tes las defiendan si es posible. * yPor qué temian jugar 6. ... 246? Crefan que después de 7. &£4 las blancas, tras el cambio de alfiles, reforzarfan el control sobre la casilla e5 y obtendrfan una ventaja sensible. Pero resulté que también en esta ocasién las hegras eran absolutamente capa- ces de combatir. En respuesta a 7. &£4 yo recomiendo el cambio inmediato de alfiles 7... 2x f4, debilitando un tanto el flanco de tey enemigo. De lo contrario, se jugarfa e2-e3, después de lo cual el cambio en f4 seria extremada- mente peligroso para las negras: las blancas responderfan con ¢3xf4 y ejercerian presién por la columna «e». Conviene tener en cuenta esta maniobra. 7. b3. Una alusién transparen- te a la posibilidad de cambio de alfiles de casillas negras de la casilla a3. La operaci6n es bas- tante ventajosa para las blancas. 7... We7. Acepto el cambio, pero con la condicién de incluir la jugada a2-a4. ;Por qué? Por- que en tal caso se pondrd de manifiesto la desigualdad de las Ultimas jugadas de los contrin- cantes: es més ttil la jugada de desarrollo de la dama que.el tras- lado del peén del flanco. Durante el' tiempo que las blancas perde- r4n en llevar el caballo de la casi- la a3 a una posicién ms activa, las negras conseguir4n preparar e6-e5. 8. 2b2 0-0 9. Dc3. Una juga- da natural de desarrollo. Pero a mf no me gustaba. Es mucho mejor el esquema implantado por T. Petrosian en su tiempo: desa- rrollar el caballo en d2 y, en lo sucesivo, tratar de controlar la casilla eS con ambos caballos (@f3-e5-d3 y Dd2-£3). Por cierto, en la Defensa Holandesa hay que tener mucho cuidado a Ja hora de ocupar la casilla e5. Si después del cambio de piezas en esta casilla llegara a parar allf un pe6n, eS dejaria de ser punto débil para las negras y, por lo general, se salvarfan de las dificultades en la apertura. Ahora me toca resolver el pro- blema del desarrollo en mi flanco de dama y, ante todo, el proble- ma de la colocacién del alfil de 25 casillas blancas, que parece ser la causa principal de los dolores de cabeza en la Defensa Holandesa. Es posible llevar a cabo dos pla- nes diferentes. El primero es pro- ceder al fianchetto con el alfil en b7 esperando poder realizar pos- teriormente c6-c5. Pero, con el caballo c3, las blancas estan bien preparadas para ello. Por eso opté por el otro plan relacionado con el del alfil a hS desde donde puede participar en el combate. 9... QAT!? 10. DeS VeB il. 43. Al no tener mucha expe- riencia en la Defensa Holandesa, Beliavsky no da con un plan efi- ciente. Seguramente pudo haber aprovechado mejor el tiempo que perdié en Hevar el caballo de f3 a d3. En vez de la jugada de la par- tida, las blancas tenfan que haber reforzado su posicién en el cen- tro a través de 11. €3 y, posterior- mente, tal vez incluso realizar f2- f4. 11. ... Qbd7 12. e3. No es una soluci6n tan acertada. Parece que las blancas no siguen un plan predeterminado. Tenian que con- formarse con no tener ventaja y jugar 12. £4!?, asegurandose la igualdad. (DIAGRAMA 10) Qué puede decirse de esta posicién? Las negras est4n dis- puestas s6lidamente en el centro, su estructura de peones es pro- metedora. Por eso tienen derecho a pensar en operaciones activas. 12. ... g5! Si usted no controla 26 Ja situacidn en el centro, es mejor abstenerse de semejantes manio- bras. Porque su apetito podriare- sultar desmesurado y corre el riesgo de recibir un golpe en el centro. Pero en este caso no exis- te tal amenaza, ya que las negras controlan sélidamente todo el conjunto de casillas centrales. Y el que hayan vuelto la mirada precisamente hacia el flanco de tey, es del todo explicable: es donde apuntan casi todas sus pie- zas. El plan de las negras, por consiguiente, se deriva orgdnica- mente tanto de la estructura de peones como de ia disposicién de sus piezas mayores. Creo que mi posicién ya es mucho mejor. Al parecer, Beliavsky valoraba la situacién de modo parecido; de no ser asi no habria intentado simplificar el juego. 13. a4. Las blancas vuelven a la idea del cambio de alfiles de * casillas negras contando con poder frenar de alguna manera la iniciativa del rival. 13. ... Qy6. Merecfa atencién asimismo. 13... QhS 14. Wel e4 con chances un poco mejo- tes. El significado de la jugada de Ia partida es estorbar el obvio plan de las blancas: Wel y 2a3. Ahora, a 14. Wel sigue, natural- mente, 14. ... f4. 14. £4 (insistiendo en llevar a cabo su plan) 14. ... @h5. Des- pués de gé6 el alfil ya no puede hacer nada més. 15. Wel. Por lo visto, valdrfa la pena decidirse a 15. 2£3!?7 Parece un tanto extrafia pero, por otro lado, las blancas ya tienen que pensar en Ja defensa. Ade- mis, es del todo posible el alfil g2 pronto se viera en peor situa- cién que su homélogo en h5, ya que este ultimo se apoya en el peén bien protegido dS. 15. ... De4 16. fg. Con la esperanza de afirmarse con el caballo en £4 (después de la juga- da natural 16. . Wx 85), pero... ay 16. ... Axc3! 16. Wxc3 Qe2. El caballo £4 puede convertirse realmente en baluarte de la defensa, por lo que entrego con gusto el alfil por él. 18. Kfel @ xd3 19. Wxd3 Wxg5. Las negras obtienen una ventaja considerable. En qué consiste? Sobre todo, en la estructura de la posicién. Ame- naza el plan desagradable de ata- que de la cadena de peones h2-g3 con la ayuda del peén «h», des- pués de lo cual en el campo de Jas blancas surgirén considera- bles puntos débiles. Para neutralizar este plan, Beliavsky realiza la siguiente operacién de cambio: 20. a3 xa3 21. xa3 Of6 22. Wil hS! 23. WE4 Wxf4 24. pf. Inde- pendientemente de la simplifica- cién, el final surgido es diffcil para las blancas. Yo conquisté primero la columna «g» y, ade- mis, el alfil blanco resulté mds débil que mi caballo. Una situa- cién bastante tfpica del «muro de piedra»: el alfil choca con la roca de peones negros y el Agil caba- llo crea amenazas sin ningtin obstaculo. En lo sucesivo las negras con- siguieron ganar ejemplarmente pasando a un final de torres. Al mismo tiempo, ha formé una posicién con ventajas estructura- les: después del cambio de piezas menores en la casilla e4, pasé a ocuparla un pe6n negro que ejer- cia considerablemente Presion sobre el adversario. 7 - Entre los momentos instructi? vos de esta partida yo menciona- ria la actitud de las negras hacia el centro: éstas no apartaron la atencién del centro y trataron de controlar con sus piezas la importante casilla ¢5. Y una vez habiendo conseguido una posi- 27 cidén prometedora en el centro, las negras se arriesgaron a ini- ciar operaciones activas en el flanco de rey. Citaré dos partidas mds del 54° Campeonato Nacional celebrado en Minsk. La primera, con el gran maestro V. Tseshkovsky, es interesante por Ja forma en que las blancas aprovecharon su cen- tro de peones. En principio, este problema es mas caracteristico del medio juego, pero conviene no estudiar la apertura y el medio juego por separado. La estructura de peones tfpica que se va for- mando en la apertura, determina en buena medida el juego poste- rior. El enfoque contempor4neo de la apertura consiste precisa- mente en estudiar estas estructu- ras tfpicas, en penetrar profunda- mente en el cardcter de las leyes y los métodos est4ndar de condu- cir la lucha. O YUSUPOV @ TSESHKOVKY Campeonato de la URSS, Liga Superior, Minsk 1987 Defensa de Griinfeld 1. d4 Df6 2. c4 g6 3. Dc3 dS 4. cd Bxd5 5. e4 Bxc3 6. be. Una variante moderna de la Defensa de Griinfeld. Las blan- cas tienen un centro de peones y las negras intentan socavarlo y atacarlo con sus piezas mayores. 6. ... 2g7 7. cd 0-0 8. De2 5 9. 0-0 Hc6 10. 2e3. Aqui mi adversario no escogié el plan que 28 suele aplicarse en estos casos: 10. ... BaS (la continuacién habitual es 10. ... 2g4). Al reti- rar el ataque del peén central 44, tal vez me deje mds espacio para mis maniobras. 11. 2d3 b6 12. Hel We7. Merecfa atenci6n la inmediata captura en d4, ya que uno de los problemas de semejante posicién es la ruptura d4-d5. En muchos casos a las blancas les conviene mover el peén «d», aunque en respuesta las negras suelen obte- her un contrajuego en relacién con la jugada c5-c4 y el la ruptu- ra e7-e6, Decidf de momento simple- mente reforzar mi posicién. 13. Wd2 2b7. Hablando en rigor, la apertura ha terminado: ambas partes han desarrollado sus piezas. Pero para comprender mejor este tipo de posicién, seria Util observar cémo las blancas aprovechan su superioridad en el centro para desplegar la iniciati- va. 14, Qh6. Una de las ventajas del dominio del centro estd en la mayor facilidad de trasladar el juego al flanco. Las blancas con- sideran que bajo el encubrimiento del fuerte centro, ya estén en su derecho de emprender acciones activas contra el rey enemigo. El cambio de alfiles de casillas negras entra en su plan estratégi- co, ya que el alfil g7 es muy acti- vo y ademis, resulta ser realmen- te el unico defensor del rey. 14... Had8 15. h4!? Nove- dad teérica. Merecia atenci6n también 15. d5. Después de 15. -. 4:16. Qc2 e6 17. 2xg7 x7 las blancas jugarian 18. £41, y después de 18. ... ed, 19. e5 con ataque. Conseguf llevar a cabo esta idea en la partida, ade- més de forma atin més ventajosa. 15. ... Wd6?! Una jugada un tanto abstracta. Seria mds activo el ataque al centro mediante 15. + Deb, y si 16. d5, entonces 16. .. De tratando de aprovechar las casillas centrales para estor- bar la interaccién entre las piezas blancas. 16. d5. El comienzo de una operacién muy instructiva, con cuya ayuda las blancas refuerza atin mds su posicién en el centro. Las negras se ven obligadas a responder, ya que serfa mala 16. . €67, debido a 17. c4. 16. ... 4. 17. 2c2. Si las negras hubieran podido prever el curso de los acontecimientos, habrfan preferido 1a jugada e7- 5. Pero Tseshkovksy, al valorar incorrectamente esta posicién, movi6 el peén sélo una casilla adelante? - 17. 4. 067! 18. 2 xg7 &xg7. Y aqui las blancas, finalmente, realizaron su plan vinculado al sacrificio posicional de un peén. (DIAGRAMA 12) 19. f4! La idea es comprensi- ble: después de 19. ... ed 20. e5! las blancas ocupardn con su caballo la excelente casilla cen- tral d4, luego seguird f4-f5, etc., 0 sea, el centro de peones ser4 sustituido por un centro de peo- nes y piezas mayores, bajo cuyo encubrimiento las blancas emprender4n un ataque eficaz contra el rey. Tseshkovsky es un ajedrecista con experiencia y, por supuesto, valoré plenamente la amenaza de captura del peén d5 y contaba con socavar el centro con la juga- da 19. ... £5. En realidad, aquf los puntos débiles de la posicién de las negras aparecen, como se suele decir, a simple vista: el rey estA descubier- to, el caballo a5 est4 excluido de la lucha, las blancas tienen m4s peo- nes en el centro. Todos estos facto- res son muy importantes. No es de extrafiar que se encontrarse una soluci6n concreta. 20. 24! (el caballo ayudaré a los peones a moverse mas ade- lante) 20. ... fe 21. de (por supuesto, no valdrfa 21. ® xe6+2? debido a 21. Wxe6). Al realizar una ruptura en el cen- tro, las blancas obtuvieron el potente peén e6 que podrd ser promocionado y causar4 al adversario numerosas molestias. 29 21... Deo 22. £5! Seria mucho menos fuerte 22. & xe4?! en vista de 22. ... Axd4 23. Wxd4 Wxd4+ 24. cd Q xed 25. e7 Mxd4 26. efW+ & xf, y las negras obtendrian una compensa- cion suficiente por la calidad. 22. ... Dxd4 23. cd. Hay que mantener la dama. Perderia for- zadamente 23. ... Wxd4+? 24. Wxd4 Mxd4 25. e7 Hes 26. fe+ @f7 27. @a4. La captura en £5, como es facil comprobarlo, tampoco es prometedora (23. ... 4 xf5?24. B xf5 pf 25. Wg5+). 23... We7 24, Qad! iTriunfo de la estrategia cen- tral de las blancas! De hecho, tienen en el centro tres peones pasados ligados. El pedn e6 es particularmente peligroso. iCémo pueden oponerse las negras? En caso de 24. ... gf las blancas simplemente pasa- tian al final mediante 25. We5+, después de lo cual el pen «e» seria incontenible. Y en caso de 24. ... Hd5, llevaria a la meta 25. fg hg 26. Mxf8 Wxf8 27. fl Bfs 28. 30 B xf5!, y el peén e6 de nuevo se abre camino hacia la dama. Asif que las negras no tienen gran eleccién. 24... BxfS 25. H xfS gf 26. W4! Ahora el peén e6 esta pro- tegido indirectamente (26. ... Wxe6 27. Wc7+), y estd en cier- nes 27. Hf xc4 con la terrible amenaza Hc. 26. ... $2d5. Tampoco salva- ria la situacién 26. Hf8 en vista de 27. Hxc4 Wxe6 28. Hic7+ Hf7 29. 2b3 Qd5 30. Qxd5 Wxd5 31. We5+ y las blancas triunfarfan con un ala- que directo. 27. Wes+ Hg6 (27. ... Hes 28. Bc3; 27. ... WI6 28. 7) 28. Hc3 £4 29, hS+. Las negras se rinden. El desenlace de la partida es Idgico. El juego result6 ser des- favorable para las negras. Al principio dejaron escapar el momento en el que tenfan que iniciar la lucha en el centro, luego se demoraron un poco y las blancas Jas adelantaron con sus operaciones activas de ata- que. {Qué mds se puede decir al respecto? Preste usted atencién cémo Jas blancas combinaron la amenaza de la ruptura en el cen- tro con las amenazas al rey. En eso consiste también una de las ventajas del centro fuerte: jbajo su encubrimiento se puede emprender en cualquier momen- to un ataque al rey! En la siguiente partida se jug una popular variante de Ja Defen- sa Benoni. O YUSUPOV @ DOLMATOV Campeonato de la URSS, Liga Superior, Minsk 1987 Defensa Benoni 1. d4 Dl6 2. c4 e6 3. DB 5 4. d5 ed 5. cd d6 6. Dc3 g6 7. £4 a6 8. ed bS. Desde el punto de vista formal semejante ataque de flanco de las negras tendria que ser refutado por el juego de las blancas en el centro y, en general, semejantes jugadas con peones son incorrectas, apresura- das, clc. Pero en la Defensa Benoni el avance del peén a bS tiene un significado especial: la cuestién es no tanto el jucgo cn el propio flanco de dama, como la lucha contra el centro enemi- go. Posteriormente las negras, por regla general, presionan el fuerte caballo c3 y, en muchos casos, si llegan a realizar c5-c4, el caballo salta a Ja casilla cS y amenaza el peén e4. Se puede decir que la idea principal de la Defensa Benoni es el intento de cercar el centro enemigo por el flanco y organizar una presién sobre él. Las blancas, por supuesto, tie- nen que jugar segtin las reglas, 0 sea, preparar la penetracién en el centro, La jugada realizada les sirve para alcanzar este propésito. % Wer ®hS5 (las negras ya se ven obligadas a defenderse de €4-e5) 10. Qgs5 Ve7 ll. Qh6. La tercera jugada de Ja apertura con la misma pieza! Parece una Stave infraccién de las leyes del centro. Pero las negras, mientras tanto, tampoco han realizado jugadas Utiles: perdieron un tiem- po en desviarse con el caballo del centro (4)h5); ciertamente desa- rrollaron el alfil, pero la casilla e7 est4 lejos de ser la mds apro- piada para él, y a mf se me pre- senté la ocasién de impedir el enroque que las negras tanto necesitaban. 11. ... 28 (la mejor prueba de que las jugadas 2g5 y 2h6 no fueron una pérdida de tiempo) 12, We3 2xh6 13. Wxh6. Ahora las negras tenfan que aprovechar el respiro para desa- rrollar sus piezas. La continua- cién te6rica es 13. ... Qd7. Pero S. Dolmatov aplicé una nueva jugada. 13. ... b4?! Al parecer, esta decisi6n es fundada: el caballo abandona el centro para ocupar una posicidn menos activa. Pero en estas circunstancias las negras obtienen una estructura de peo- nes en el flanco de dama que no es muy buena, la casilla c4 se convierte en un objetivo codicia- do por el caballo blanco. Desde esta posicién, no sélo puede pre- sionar el pedn d6, sino también apoyar la ruptura e4-e5. 14. Hdl Wl. Las negras demuestran inequivocamente que tampoco han dejado de luchar activamente. Hay que tener en cuenta la eventual irrupcién de piezas en £4 (después de 15. 2e2 seguiré 15. ... 2.4). {Cémo jugar con las blancas? No se ve Ja manera de terminar 31 r4pidamente el desarrollo de las piezas. Se necesita un poco de astucia. 15. Qd2! Otra jugada que contradice las normas pero, de hecho, se realiza en favor del desarrollo: se prepara g2-g3. De este modo las blancas resolverin de un golpe varios problemas: excluir el caballo enemigo h5 del juego, consolidar el centro con el alfil g2 y, posteriormente el caba- Ilo puede pasar de d2 acd. Las negras tienen una posicién considerablemente peor. Ten{an que haber seguido el desarrollo jugando 15. ... ®d7. Es cierto que también en este caso después de 16. g3 De5 17. Qe2! (jes importante controlar la casilla d3!) yo habria conseguido una ventaja sensible. Si 17. .. Dg4, las blancas simplemente cambian en g4, después de lo cual podrian jugar tanto f2-f3 como 2e3? Dolmatov intenté resolver de un golpe el problema del flanco de dama y de la casilla c4, pero... la jugada realizada por é1 fue probablemente su error decisivo. 15. ... 247?! 32 {Qué debo emprender ahora? Por supuesto, podria seguir el plan marcado: 16. g3, pero entonces las negras responderian con 16. ... &b5, después de lo cual el as de las blancas —la casilla c4— sufrirfa un golpe: en caso de cambio de alfiles, en bS estar4 un pen negro. Pero hay también otro camino: comprender las intenciones del adversario y tratar de impedirlas. Bueno, existe tal posibilidad. 16. a4! El alfil ya no Ilegaré a b5. Est4 claro que con IS. ... Qd7 las negras sélo privaron al caballo b8 su casilla legitima y ahora no se sabe cémo van a ter- minar el desarrollo. El rival no encuentra nada mejor que 16. ... #d8 pero, natu- ralmente, eso no Ilevé a nada bueno. 17. g3 Qed 18. DHe3 Ql3, Aquf cra posible jugar simple- mente 19. @xf3 Wx f3 20. 2g2 WE6 21. 2c4 con clara superio- ridad. Pero esto ya es poco para las blancas. Ellas acttian més enérgicamente sabiendo que al tener ventaja en el desarrollo (aunque de momento no es tan evidente), hay que atacar. 19. eS! (abriendo el juego decisivamente) 19. ... de 20. Dx Wx 21. Qg2 We 22. de6 Ma7. Las negras atin pueden oponer resistencia. A 23. Ad5 responderfan con 23. ... We6! y luego 24. ... Hd7 atacando el peén d6. Por eso las blancas no tienen prisa. 23. 0-0 2g7. Llevaba a una r4pida pérdida 23. ... Ad7 24. Dd5!? We7 25. We3 seguida de 26. Be7 y resulta que la torre en a7 tiene una posicién muy desfa- vorable y las negras no pueden evitar las pérdidas materiales. Ahora lo que me hace falta es poner en juego las piezas mayo- res, porque no hay otra manera de forzar las fortificaciones ene- migas. ,C6mo situar Ja torre? Siempre ha sido una tarea dificil. Creo que aqui las blancas la resolvieron con éxito. 24. acl! Dd7 25. Aid DIS. Si 25. ... De6, después de 26. DdS Wes 27. Wxg5 Axes el caballo blanco se lanza otra vezae7. 26. DxfS Wx fS 27. We3! jEs peor eso que la torre se ha colocado en cl! El rival carece de una defensa satisfactoria con- tra el sacrificio de calidad en c5. Al final no consigue acabar el desarrollo y unir las torres. 27... 4 28. Sxed Wed 29. Ed5 Weo (29. ... Wxb2 30. Hdxc5) 30. Kdxc5 AxcS 31. Wxc5. Las negras se rinden. Las dos partidas, con Tsesh- kovsky y Dolmatov, pueden Ila- marse de apertura, ya que en ambos casos los contrincantes de hecho no pudieron salir de la aper- tura. Por eso ha sido til examinar- las en su totalidad. Aunque las negras no cometieron evidentes errores, estos ejemplos nos han convencido de que tal vez sca sufi- ciente tomar una o dos veces una decisi6n imprecisa, digamos, valo- rar incorrectamente la situacién, no. comprender la estructura de peo- nes, no conseguir iniciar a tiempo la lucha en el centro o cometer cier- ta imprecisién en la defensa, para sufrir rSpidamente una derrota. LA LOGICA EN LA APERTURA Mark Dvoretsky {Cémo se aplica Ia teoria de la apertura? {Qué es lo que ayuda al ajedrecista en el tablero o en el anélisis casero a encontrar la solu- ci6n adecuada a los problemas de apertura que se plantean ante é1? Indiscutiblemente, nadie podria tener la capacidad de improvisar, sin la visi6n combinativa y el cAl- culo preciso de las variantes. Pero casi siempre en nuestras buisque- das en la apertura aparece otro componente més que juega un papel significativo: la légica. Me gustaria ofrecer a la aten- cién del lector algunos ejemplos de solucién légica de problemas en la apertura. Obviamente, la Iégica no fun- ciona en términos abstractos. Se basa en los conocimientos con- cretos sobre la apertura, asi como 33 en los métodos y valoraciones tipicos que hemos aprendido, y contribuye a vincular todos estos conocimientos a una posicién determinada y, como resultado, a dar con la soluci6n correcta. Cuantas ms ideas conozcamos, tanto m4s amplio ser4 el horizon- tes de la légica y tanto més pro- fundos y precisos nuestras razo- namientos. Recordaré a nuestros lectores uno de los procedimientos t{picos que se aplican en la Defensa Siciliana en las posiciones de tipo «scheveningen». O DOLMATOV @ RASHKOVSKY Campeonato de la URSS, Liga Superior, Minsk 1979 BG y Est4 claro que la Ultima jugada de las blancas es 13. g4. ¢Cémo jugar con las negras? Segin el principio general de la estrategia, es recomendable responder al ataque de flanco con un contra- golpe en el centro. Las negras 34 jugaron 13. ... dS! y obtuvieron una posicién excelente. Preste usted atencién a la situa- cién anterior a esta jugada. Colo- quemos el peén en e6. Si aqui jug4ramos d6-d5, las blancas res- ponderfan con e4-e5 y el fuerte punto d4 para su caballo. Por eso al principio las negras juegan con frecuencia e6-e5,frenan el peén e4 y ya después asestan el golpe d6 d5. Cualquier ajedrecista que juegue la variante «Schevenin- gen» o el sistema de Najdorf debe conocer muy bien el procedi- miento c6-e5! seguido de d6-d5! En los siguientes ejemplos vamos a ver cémo influye este procedimicnto en la toma de decisiones, tanto para las blancas como para las negras. O DOLMATOV @ LERNER Campeonato de la URSS, Liga Superior, Minsk 1979 4C6mo jugar con las blancas? Evidentemente, éstas se propo- nen terminar el desarrollo y jugar 2d2, Hael, Hh obteniendo una posicién activa. Pero esto no es suficiente para elegir la mejor jugada: hay que aplicar también la idea de «pensamiento profilac- tico», con la que hemos topado més de una vez. Nos debemos preguntar: «{Qué se proponen las negras, qué posi- bilidades tienen de jugar a ganar?» Ahora Ja respuesta est4 clara: 13. «.. €6-e5 seguido de d6-d5. 4Es ésta la tinica posibilidad? Es poco probable, pero por si acaso hay que tomar en consideracién tam- bién 13. ...d5 14.¢5 Ded. Si Dolmatov hubiese pensado de este modo, seguramente habrfa realizado Ja jugada que 61 mismo recomienda en los comentarios: 13. 2g3! Entonces, después de 13. ... dS 14. eS el caballo negro ya no hubiese podido saltar a e4. Y en caso de 13. ... e5 existe la respuesta perfecta: 14. Df5. Lamentablemente, Dolmatov se descuid6 en la partida. No pens6 en la amenaza enemiga y jugé6 simplemente 13. @h1? La jugada, por si sola, no es mala en semejan- tes posiciones, es ttil, pero en este caso no es oportuna porque deja a las negras libertad de accién. 13... e5! 14. Hg3 d5! Las negras consiguen atacar el centro y tomar la iniciativa. O SMYSLOV @ HORT Torneo Interzonal, Petropolis 1973, Defensa Siciliana 1. e4 c5 2. DB e6 3. d4 cd4 4. Dxd4 D6 5. Dc3 dé 6. Qe2 Qe7 7. 0-0 a6 8. £4 0-0 9. Se3 We7 10. a4 b6 11. QE 2b7 12. Wel Dbd7. UQué piensa usted, cual es el plan general de las blancas para las préximas jugadas? Tal vez g2-g4- 25 (no valdria 13. Wg3 @c5 14. 5 de 15. fe Dfed! 16. xed xed), Qué hardn las negras para responder a 13. g4? Es discutible 13. ...d5 14. e5 Med, y 13... e5 simplemente no esta bien debido a 14. @f5 (con un tiempo) y luego 15. g5: no habria suficiente tiempo para el contrggolpe d6- d5. Pero es posible atacar al prin- cipio el peén e4 a través de la jugada 13. ... Dc5! y ya entonces jugar 14. 2f2 d5 15. e5 Dfed4, o bien 14. ... e5 15. DES d5. Vasili Vasilievich es un ajedre- cista cauteloso, con experiencia y no permite semejantes cosas. 13. 2£2! Ahora el peén e4 (y la casilla e4) est4 bajo una pro- teccién fiable, ya amenaza g2-g4. Como pueden luchar las negras contra esta amenaza? 35 La jugada 13. ... Dc5 frena temporalmente la idea g2-g4. Pero hay que tener en cuenta 14. b4 @cd7 15. g4. Las blancas consiguen lo suyo, ciertamente, al precio del debilitamiento del flanco de dama. {Qué otros recursos poseen las negras? en 1979 analicé esta posicién junto con el gran maes- tro I. Platonov. El propuso una jugada tipica siciliana.: 13. ... I fe8 que ahora se recomienda en los libros dedicados a la aper- tura. Si 14. g4, sigue con gran fuerza 14. ...e5!, y en caso de 15. @f5, 0 15. ... d5! (el alfil e7 esta cubierto), 0 15. ... ef 16. g5 De5! (Abramov-Akopoy, por corres- pondencia, 1981). Pero esta jugada tiene un inconveniente significativo: el caballo puede necesitar la casilla e8. El golpe 14. e5! garantiza a Jas blancas mejores chances. En este orden de ideas, legué a una solucién original: 13. ... g6!? Al desalojar el caballo de la casilla £5, las negras preparan el contragolpe 14. ... e5. Si las blan- cas jugaran 14. eS, las negras tetrocederian inmediatamente o después del cambio de peones, a e8. En lo sucesivo el caballo pasaria de e8 a g7. Es poco pro- bable que a las blancas les con- venga semejante apertura del centro. Me parece que las negras tienen mejor posicién. Como ven ustedes, el anilisis l6gico basado en el conocimiento de las ideas tipicas, permite penetrar profundamente en la 36 esencia de la posicién e incluso dar con ciertas ideas nuevas (naturalmente, éstas requieren comprobaciones complementa- rias). V. Hort jugé superficialmente y no tardé en exponerse a un fuerte atague. 13... acs? 14. g4! Ahora el caballo negro abandona la casilla £6. Hort desaloja la casilla d7 para situarlo alli, pero pierde tiempo en vano para realizar esta jugada. Tenia que conformarse con el retroceso a 8. 14. ... DcS? 15. g5 Dfd7 16. Hdl. Amenaza 17. b4 @b3 (17. .. Od3 18. WH xd3) 18. Dde2. 16. ... @b8. Hace un momento habia caballos sicilianos norma- les, pero ,qué resulta ahora? Aprovechando la estabilidad de su centro, Smyslov refuerza poco a poco la posicién y prepara sus piezas para el ataque. 17. Qe3 Dc6 18. We3 Hes 19. Qg2 QL 20. HE2. Otra jugada siciliana tipica: reforzar el punto c2. 20... Wd7 21. Qf3! Las negras estén en apuro, por lo que Smyslov evita el cambio. A pesar de ello, tiene una idea concreta: h2-h4, y llevar posteriormente el caballo a g4 a través de h2. jUn juego con mucha clase! .. Db4. Después de esta jugada el caballo pasar4 en seguida ag4. - Ded We7 23. Des ar ‘(amenaza 25, Dh6+) 24. . e5 25. fe Dxe5. Si 25.. entonces 26. 2e3 con clara‘ et taja. 26, Mdft He7? Habla que cambiar necesariamente el terri- ble caballo g4. Ahora sigue la combinacién final. 27, QxeS de 28. Dfo+ Hh8 29. xh7! He6. Después de 29. 2 xh7, la solucién serfa 30. g6t. 30. Hxf7 Qc5+ 31. Shit He7 32. H£8+. Las negras se tinden. Un triunfo excelente de Vasili Vasilievich. Su idea estaba pre- sente ya en la apertura cuando las egras no consiguieron afrontar el ataque de flanco de las blancas 82-24 a través del contragolpe- Upo en el centro. En los ejemplos expuestos acerca de la toma de decisiones correctas, lo que se necesitaba ra simplemente aplicar bien los métodos conocidos de apertura. Pero a menudo hay que tener en cuenta también detalles més suti- les y menos evidentes de la posi- cién. Las nuevas partidas dispu- tadas segtin este sistema afiaden sus propios argumentos al ince- santé debate sobre la apertura y seria dificil pasar sin estudiarlos. La siguiente variante tranquila de la Apertura Inglesa fue muy popular hace algun tiempo. 1. cd eS 2, 3 Ee 3. OB cb 4. g3 Qh4 5. Qp2 0-0 6. 0-0 e4 7. Del. Hasta no hace mucho se consideraba que la jugada mds aguda 7. Dg5 no prometfa nada a las blancas. Pero esta opinién cambié después de que el campeén del mundo G. Kasparov, en su match contra A. Karpov (Sevilla, 1987) y, poste- tiormente, contra V. Ivanchuk en el campeonato de la URSS en 1988, saltara su caballo precisa- mente a gS. + 2x3 8. de h6. Las negras suelen impedir el cambio del alfil cl por el caballo, favora- ble al adversario. 9. De® He’ 10. He3 dé ll. We2 as. La ultima jugada de las negras no es necesaria (la teorfa reco- mienda 11. ... b6), pero goza de bastante popularidad. Precisa- mente ésta fue la jugada que eli- gié V. Korchnoi contra Karpov en la 6° partida del match del Campeonato Mundial (Baguio, 1978). Karpov no obtuvo nada en la apertura: 12. a4 We7 13. AdS5 ®xd5 14. cd Db8 15. Qe3 Sf5 16. h3 Dd7 17. c4 b6 18. We3 DcS 19. b3 Wad7 20. Hh2 The7 21. Qd4 £622. Macl Wes 23. We3. Tablas. Las partidas del Campeonato Mundial, incluso algunas tan 37 insignificantes como la que aca- bamos de estudiar, siempre han servido de impulso para el desa- rrollo de la teorfa de aperturas. El gran maestro W. Uhlmann elabo- r6 un plan de juego prometedor para las blancas y lo aplicé exito- samente. Intentemos estimar nosotros mismos qué es lo que nos tenemos que proponer en este caso. Las blancas tienen dos alfiles. Pero por el momento atin no poseen la «ventaja de los dos alfiles», ya que estén reducidos en su movilidad. El objetivo principal de las blancas es abrir el juego y dar libertad de accién a sus alfiles. En caso de produ- cirse un cambio de caballos en 5, serfa posible trasladar el peén a c4 y ocupar la gran diagonal con el alfil de casillas negras. {Pero qué hacer con el alfil de casillas blancas? Hay que captu- rar el pedn e4 en el que el alfil se apoya. Karpov ni siquiera intent6 resolver el problema del alfil de casilla blanca. Uhlmann actué mas enérgicamente. O UHLMANN @ OSMANOVIC Decin, 1979 12. Q2d2 We7 13. f4! ef. En semejantes posiciones es peligro- so no atacar a f3: Jas blancas jugarian f4-f5, presionarian al alfil de casillas blancas y prepa- rarfan la invasi6n de peones en el 38 flanco de rey. Uhimann aplica la siguiente variante: 13. ... 2d7 14. Qd5 Bxd5 15. cd Ds, y ahora, cuando el caballo queda alejado de Ja casilla e5: 16. f5! A 16. ... {6 seria fuerte 17. 2e3 seguido de Hf4, y si las negras jugaran 16. ... e3, 17. Qcl y luego 1f3, seguramente se per- derfa el pedn. La ventaja esté cla- ramente en favor de las blancas. 14. ef Qd7 15. Hael WIS 16. f4. He aqui la posicién a la que aspiraba UhImann. Ahora el alfil presiona fuerte- mente por la diagonal hi-a8. Tarde o temprano, el caballo se dirigiré a dS y después del cam- bio en d5 se pondra el juego el segundo alfil. En lo sucesivo se pondrén en marcha los peones blancos en el flanco de rey. En tales circunstancias, el adversario no dispone de ningtin contrajue- go; 3. los caballos negros estén privados de casillas de apoyo en el centro. 16. ... Hab8 17, Wd3 De7 18. h3. A. Nimzovich solfa decir €n semejantes casos que las blan- cas tenfan una «superioridad cua- litativa de peones» en el flanco de rey. Esta consiste en el hecho de que los peones blancos pue- den moverse hacia adelante y los Negros no. 18. ... Qc6 19. HdS. Por supuesto, las blancas no estén de acuerdo en cambiar el alfil de casilla blanca. 19... Dexd5 20. cd Axel 21, Mxel Qe8 22. b4! Cierta desviacién del plan que acaba- mos de analizar. De paso, las blancas crean también molestias el flanco de dama con el fin de preparar el terreno para operacio- nes activas: después del cambio en b4, obtener un pedn para pro- moci6n y presionar el peén atra- sado c7. 22. ... ab 23. cb b5. Ahora no podrén conseguir la ruptura pero, a cambio han surgido debilidades crénicas en !a columna «c». 24. 2c3 Qd7 25. Rds Was 26, We3 Ha8 27. a3 Hc8 28. @h2. Las negras no tienen a d6nde ir; mientras tanto, UhI- mann va reforzando su posicién. 28. ... Ha8 29. He3 Hc8 30. 213 De8 31. hg2 Has 32. Wei. La baterfa en la columna «e» est4 situada racionalmente: la torre delante, la dama detrés. 32. ... D6 33. g4 Dh7 34. £b2 Hc8 35. We3 WI6 36. Oxo Dxf6 37. 25 hg 38. fg Oh7 39. Me7 DBT (DIAGRAMA 20) Ahora simplemente pudo haberse movido adelante el peén «h». Como respuesta a 40. h4 seria inexacta 40. ... Ag6 41. Ixd7 Dxh4+ 42. $23 Dx f3 43. &xf3 PB debido a 44. g6! Probablemente las negras hubic- ran buscado contrachances a base de 40. ...c6.6 40. ....c5. Uhlmann encontré una combi- nacién perfecta que le permitié realizar su ventaja Jo mas pronto posible, 40. g6! Dxg6!? (40. ... £6 41. h4) 41. Bxd7 Dh4+ 42. Hes Dxf3 43. &xl3 HB. (No se equivocan las blancas? Su torre est4 capturada. 44, h4!! No, no se equivocan. La idea de la combinaci6n radica en esta simple jugada: la promo- cién del peon «h» en dama. 44, ... He8 45. Qxg7 x7 46.hS D8, y sin esperar la res- puesta del rival, las negras aban- donan, Y ahora supongamos que usted tuviera que jugar esta variante con negras. Ya conoce la partida de Uhimann, sabe que le amenazan los dos alfiles blancos. Por supuesto, usted no se dejara 39 derrotar sin gloria como Osma- novic. gQué hay que hacer? {Cambiar la variante? Bueno, eso significaria que siempre le faltaran aperturas: en cualquiera de ellas surgirfa algtin problema. No, vamos a pensar en algo que sitva en el caso concreto: es poco probable que las blancas consi- gan ventaja de forma forzada. Sélo al darse cuenta clara del peligro, podra usted profundizar en la posicién, captar su esencia y, como resultado de ello, en- contrar la idea que podria ayu- darle en la lucha. Igual que lo hicieron las negras en la si- guiente partida. O UHLMANN @ POPOV Berlin, 1979 12. Qd2 We7 13. f4 ef 14. ef. Parece que nada puede impedir a las blancas que realicen su plan, que se desarrolla con toda nor- malidad: Hae, f4, en cualquier momento 4d5. We5! 15. Mael We5. 40 No sé si Popov encontré esta idea en el tablero o la habja pre- parado en casa. En cualquier caso, su maniobra original resuelve el problema de la defen- sa: la posicion activa de la dama garantiza a las negras contrajue- go. Ganan tiempo ya que las blancas, para preparar @d5, ten- drén que Hevar el rey ahl y jugar b2-b3. Pero lo que es mas importante, la dama controla la casilla dS y ya no es tan facil Ile- var allf el caballo blanco. Si las blancas se dirigieran a f4, se podria cambiar eventualmente el caballo mediante @g4. No val- dria @d5 debido a “f2+. 16. Phi Qd7 17.b3 We7 18. Wad3 Hac8, Para preparar @d5, convenia situar la dama en d3 donde resulta bajo la amenaza De5. Las negras consiguen unit sus torres. Después de 19. f4 podrfa seguir tanto 19. ... Ag4 como 19. ... Ded. 19, Dd5 Dxd5 20. cd Ded 21. Wd4! La Gnica jugada posi- ble. Serfa mala 21. Wc2? Wxd5 22. £4 Wd3. 21... Wxd4 22. cd Dd3 23. Bxe7 BM xe7. Aqui las blancas ya deberian tener cuidado: ame- naza el ataque a e2. A 24. Qxa5? sigue 24. ... b6 25. Ad2 He2 y las negras tienen un juego muy activo. ¢Cémo no permitir a las negras que activen su torre? Después de He2 pasar a Hdl pero, en este caso, cuidado con el Jaque en f2. 24. @gi! Si ahora 24... He2?, entonces 25. Hdl, y la amenaza @f1 es muy desagrada- ble, ademas, el pedn aS sigue colgado, 3A. ... b6 25. Hdl Db4. Dos peones atacados: hay que proce- der al cambio de piezas. 26. Rxb4 ab 27. Hel Vcd. Surge un desenlace que lleva a tablas. 28. £4 Qa6 29. 213 Hf8 30. $2 He8 31. a3 ba 32. Mal $d8 33. Hxa3 Qb7 34. h4 {5 35.hS Me8 36. Qg2 Me7 37. b4 Me8 38. Ha7 Hc8 39. 2B e740. Hal dd8. Tablas. Pensemos ahora en Uhlmann. «Bueno, he preparado un buen plan, no hay que renunciar a él. Hay que encontrar un refuerzo». Cuando usted conoce las ideas, es mds facil inventar algu- na novedad. En este caso nace por vfa puramente [dgica. La posici6n en el diagrama me gusta, pero seria mejor impedir a las negras que Ileven la dama a cS. ¢C6émo? Es posible desalojar la casilla eS situando el peén en f4. Es decir, en vez de 12. Qd2 hay que estudiar 12. f4. Es un poco arriesgado jugar asi, antes de terminar el desarrollo, sin unir las torres. Pero hay que comprobarlo. OUHLMANN @ PLACHETKA Trencin-Teplice, 1979 12. f4 ef 13. ef We7 14. f4! Ahora falta s6lo poder jugar Rd2, Mael y se Ilegaria a la posicién a la que las blancas aspiran. Naturalmente, habr4 que tener en cuenta el ataque De4 pero, por otro lado, nosotros tenemos también la respuesta Bds5. Aprovechemos la ocasién para volver a subrayar una idea que hemos mencionado anteriormen- te mds de una vez. Las jugadas mds profundas, las mejores solu- ciones posicionales son las que compaginan el desarrollo del plan con las jugadas preventivas contra el plan del rival. El orden de Jas jugadas seguido por Uhl- mann es fuerte precisamente por ello: el gran maestro no se aparta de la Ifnea principal de juego y al mismo ticmpo impide cl paso de la dama a cS. 14... QA7 15, Qd2. Si ahora 15. ... WB, después de 16. Hael se llega a la misma posicién que en la partida Uhlmann-Osmano- vic, en la que las blancas consi- guieron clara ventaja. 15. ... Wd8. Las negras, de todos modos, quieren llevar su dama a la diagonal gl-a7 a través de la casilla b8. 16. h3 Wb8. Si ahora 17. Hlael, entonces 17. ... Wa7 18. Sh2 We5. Las blancas tienen dos tiempos de ventaja en com- paraci6n con la partida Uhlmann- Popoy, pero las negras mantienen las contrachances. 17. DdS! DxdS 18. cd Wa7+ 19. Bh2 De7. ,Qué recomendaria usted ahora a las blancas? (DIAGRAMA 22) 41 Serfa muy fuerte la jugada 20. f5!, ya que presionaria las piezas enemigas y darfa ventaja a las blancas. Por desgracia, Uhlmann hizo una jugada rutinaria. 20. Hael?! Q£5. Después de 20. ... DES seria fuerte 21. Qed 2622. g4 Dh4 23. dg3. 21. Wad £8 22. g4 Qd3 23. &e3! Una importante jugada intermedia. Seria equivocada 23. 43? b5! 24. Wdl Qcd4, y los dos peones d5 y a2 estarfan expuestos a un ataque. 23. ... Wa6 24. Hf2. Aqui las negras tal vez tuvieran que jugar 24. ... Hg, ya que las blancas quieren cercarlas mediante la jugada f4-f5 y el caballo, por lo menos, ocupa la casilla eS. 24. ... Wed? 25. Wdl! Depo. Si no, serfa muy fuerte 26. f5. Pero ahora cae en peligro el alfil negro. 26. ... Hh4 27. b3 Wa 28. cd! @ xg2 29. A xg2 Qed 30. I ge2 £5. Amenazaba 31. f5. Pero ahora Uhimann se lanza por las casillas negras al flanco de tey enemigo (allf el punto g7 es desesperadamente débil). En 42 semejantes casos, la presencia en el tablero de alfiles de distinto color siempre refuerza brusca- mente el ataque. 31. Qd4 c6 32. gf cd 33. We3! He7 43. cd Hae8 35. £6 gf 36. &xf6. Las negras se rin- den. Después de esta partida, la variante entera fue valorada en favor de las blancas y las negras dejaron de jugar de esta manera. jPero en vano! En realidad, la respuesta inmediata de refuerzo se hace notar en la superficie. Analicemos una vez ms la posi- cién 12. f4 ef 13. ef. La partida Uhlmann-Popov contiene una idea prometedora para las negras: el paso de la dama a través de e5 a la diagonal gl-a7. Y en la partida UhImann- Plachetka las negras demuestran que el camino puede pasar asimis- mo por la casilla b8. Pero al prin- cipio movian la dama por alguna raz6n en direccién opuesta: [3. ... We7? [Falta la légica en esta jugada! Por qué no jugar 13. ... RAT y, en respuesta, de 14. £4 (0 14, Qd2), 14. ... Wb8!, y luego WaT y WcS. En comparacién con la ultima partida Jas negras aho- tran dos tiempos. Aqui no veo ninguna ventaja para las blancas. Imaginese usted ahora que ha echado un vistazo r4pido a cual- quiera de estas partidas en el Informator con comentarios que se refieren, en general, al medio juego. Tal vez usted confie en la valoracién que aparece allf. Si ha dado con la partida Uhlmann- Popoy, Ilegar4 a la conclusiéa de que esta variante no promete nada a las blancas, y si se fija en Ja partida con Plachetka, valoraré la variante en favor de las blan- cas. Usted aceptard la valoracién en los comentarios, pero no Ile- gard a comprender verdadera- mente la posicién. Lamentable- mente, muchos ajedrecistas trabajan precisamente asi sobre Ja apertura. Por eso tal vez que- dan «novedades» desapercibidas como 13. ... @d7 seguida de 14. w» Wb8, a las que se podria Hegar casi automaticamente al profun- dizar en la posicién y al seguir el desarrollo de la idea en una variante determinada. 4Saben ustedes cu4l fue la excelente partida clasica en la que se registré por primera vez Semejante maniobra de la dama? O JANOWSKI @ RUBINSTEIN Karlsbad 1907 (@IAGRAMA 24) 29. ... Wd8! (segtin parece, con la idea de 30. ... We5) 30. Wed Wb8!! 31. dg2 Wa7 32. Hfel We5, y las negras obtienen la posibilidad de emprender maniobras activas en el flanco de dama. jYa ven ustedes cémo pucde adaptarse a veces una idea de otra apertura distinta! ~De qué apertu- ra? El cardcter de esta posicién recuerda la Defensa India de Rey pero, en realidad, en aquella época esta apertura atin no se aplicaba. En efecto, se jugé una Apertura Cuatro Caballos. Enriquezca su propia cultura ajedrectstica, acumule ideas: a la larga podré aprovecharlas en diferentes situaciones. Ahora veremos otro ejemplo curioso sobre el mismo tema. En uno de los torneos por equipos me tocé jugar la siguien- te partida. O DVORETSKY @ SCHMIDT Tbilisi 1979 Defensa Alekhine 43 1. e4 D6 2. De3 d5 3. e5 Bed, Las otras respuestas posi- bles son: 3. ... Dfd7 y 3. ...d4. 4. Dce2! El caballo negro corre peligro, A. Nimzovich la- maba estas piezas devoradoras de tiempos. El caballo ha realizado ya dos jugadas, e incluso iré mds lejos. Ahora las blancas ganarén un tiempo atacando el caballo mediante d2-d3 y luego, tal vez, ganar4n un tiempo més d3-d4. En el campeonato de Moscti de 1972 el maestro V. Baikov jugé contra mi 4. ... d4, Por des- gracia, en aquella ocasién no noté la posibilidad de ganar un peén a través de 5. c3! (no val- dria 5. ... de ni tampoco 5S. ... d3 en vista de 6. Wa4+). Como fue comprobado mis tarde, la res- puesta 5. ... c6! promete a las negras una buena compensacién por el peén. 4. ... £6 5.d3 Des. Aqui tenemos otro problema curioso de apertura. Las blancas disponen de una vfa que les garantiza una ventaja considera- ble. 44 &Propone usted avanzar a 6. £4? El caballo retrocede a {7 desde donde ataca el centro de las blancas. Una idea curiosa es 6. Df4 (con la amenaza 7. Wh5+) 6. ... fe 7. Dxd5. Pero las negras responden 6. ... g6 ya 7. n4 sigue 7. ... Deo. iSeria correcto 6. 2 xg5! fg 7 h4! gh 8. Qf4 (amenaza 9. Wh5+) 8. ... 269. Hxhd Qg7 10. d4 y 11. Q2d3 con una pre- si6n terrible por el flanco de rey de las negras. Eso ocurtié en la partida Polovodin-Palatnik tam- bién en 1979 pero, por desgracia, no fue asf en mi partida contra Schmidt. Dos partidas'en esta variante y en ninguna de las dos encontré una continuacién mas fuerte. Semejantes episodios tendrfan que suscitar reflexiones, ya que esto no debe ser casual. A mf nunca me ha gustado el juego en la apertura. Yo no aspiraba a obtener ventaja, sino a mantener mi posicién evitando el desarro- llo de Jas piezas de mi adversario en la apertura para aventajarle de algin modo més adelante. Este enfoque muchas veces no permi- te encontrar las continuaciones més fuertes en la apertura, sim- plemente uno no tiene el habito de buscarlas. Por ejemplo, G. Kasparov tiene otro enfoque dis- tinto. Desde su infancia aspira a obtener lo maximo en la apertu- fa, a conquistar la iniciativa e intuye perfectamente dénde puede encontrarla. Naturalmente, a él no Je cuesta mucho encontrar las continuaciones més fuertes como 5. c3 6 6. &xg5 porque tiene el h&bito de buscarlas. Cuando el ajedrecista le falta este hdbito, se le escapan algunas posibilidades importantes. Basta ver un par de ejemplos de sus partidas para emitir en seguida el diagndéstico. Est4 claro en qué hay que trabajar para reforzar el juego, al menos en la apertura. En aquella ocasién jugué a mi estilo: encontré un esquema tran- quilo que, en lineas generales, tiene su raz6n de ser. 6. Hg3 D7 7. ef ef 8. d4. Surge una posicién que me gus- tarfa examinar con ustedes. “ ULes recuerda alguna apertu- ra? Naturalmente, la variante del cambio de la Defensa Francesa. La estructura de peones es casi igual que en la variante del cam- blo. La diferencia est4 en el pedn en f6 y en la disposicién de las piezas. El caballo de las blancas ha llegado a parar de algin modo a g3, y el de las negras, a f7. Intentemos aclarar en favor de quién est4n estas desviaciones de la variante del cambio en la posi- cién del diagrama, a quién le vendrfan bien. Viene al caso recordar las primeras jugadas de la partida Winter-Alekhine (Not- tingham, 1936): 1. e4 e6 2. d4 d5 3. ed ed 4. 2d3 Dc6 5. De2 2d6 6. c3 Wh4!? ,Por qué es necesario el ataque de la dama? Para impedir la importante juga- da blanca 2 £4 con el cambio de su pasivo alfil. A su vez, las - negras proyectan llevar a cabo una operaci6n andloga: @ge7 y RES. Sf, en semejantes situaciones es muy importante el control de las casillas f4 y £5. Volviendo a mi partida con Schmidt, observa- mos que las blancas pueden jugar 2d3, Dle2 y VF4, mientras que las negras no pueden ni podr4n realizar la jugada Qf5. {Qué més podriamos sefialar? El flanco de rey de las negras est4 debilitado. Las blancas pre- sionardn h7 a base de 23, c3 y We2; las negras, evidentemente, tienen que responder con g7-g6. Las blancas jugarén h2-h4 y, en algiin momento, h4-h5. Seria peligroso realizar el enroque corto. Podemos llegar a 1a conclusién de que tenemos una variante de cambio de la Defensa Francesa mejorada para las blancas. En caso de que los acontecimientos sigan un desarrollo tranquilo, la posici6n de las blancas es prefe- rible. Lo confirma el curso ulte- rior de la partida. 45 8. ... Dc6 9. c3. Las blancas tienen un plan de accién muy preciso: @d3, We2, Dge2, Qf4 h4, 0-0-0... Pueden realizar facil- mente toda una serie de jugadas sin tener que reflexionar sobre ellas, mientras que el adversario tiene que pensar en la estrategia de combate. 9. ... Qe6. Las negras estén preparando un enroque largo Para no permitir el ataque en el flanco de rey. 10. 2d3 Wd7 11. Die2. Aqui las negras chocan con otro problema més. ;Recuerdan uste- des el articulo La pieza «de mds» que les ofrecimos en el curso anterior? Bueno, aqui tenemos otra pieza «de mas»: la casilla d6 es necesaria tanto para el caballo como para el alfil, pero ambas piezas no caben en una casilla. El alfil podria colocarse en d6, pero el caballo no tiene nada que hacer en f7. Y si el caballo se situara en d6, gc6mo desarrollar el alfil? LU. ... Dd6 12. We2 g6 13. h4 0-0-0 14. Qf4 Sb8 15. 0-0-0 Da5 16. Sb1 bb. 46 La estrategia de la apertura est4 comprobada: las blancas dis- ponen de una ventaja ligera, pero estable. Pueden ir presionando poco a poco al rival mediante de 17. &cl (desalojando la casilla f4 para el caballo), luego jugardn b3 privando los caballos negros del punto c4, etc. (Lamentable- mente, aqui me apresuré con- quistar el punto f5, jugando 17. h5?! g5 18. Qxd6 Qxd6 19. @f5, pero no conseguf gran cosa). Volvamos atrds, al momento en que surgié la «variante del cambio», después de la 8" jugada de las blancas. A propdsito, en ese momento Schmidt se puso a pensar seriamente, pero no intu- y6 la amenaza estratégica que le aguardaba. En el curso de la partida me preocupaba la respuesta 8. ... c5! que modifica la estructura de peones. Después de esta jugada ya no hay variante del cambio de la Defensa Francesa. iY qué resulta? MAs bien se trata de una posicién con el peén negro d5 aislado, es decir, la variante Tarrasch de Ja Defen- sa Francesa. {A quién favorece este cambio de la posicién en comparacién con la variante Tarrasch? A. Kar- pov, quien ha ganado numerosas partidas jugando esta variante, ha escrito al respecto: «La idea principal de las blancas es el control del punto d4. No hay que perderlo de vista en ningin momento». Si las blancas no con- trolan bien este punto, no pueden contar con nada. Por lo general, en la variante Tarrasch los caballos estén en f3 y d2 y posteriormente, después del cambio de peones en c5, el caballo pasa a ocupar en un tiem- po b3, desde donde controla el punto d4, Aqui el caballo blanco ha quedado de lado y no partici- pa en la lucha por el centro. Gra- cias a esta circunstancia, las negras tienen mejores chances en comparacién con la variante Tarrasch. Seria mds complicado valorar la combinacién f6, £7. ,No debilita la posicién de las negras? La respuesta no es evi- dente. Para comprenderla mejor, hay que conocer una de las ideas estratégicas que a veces aplican las negras en la variante Tatrasch. Es posible observarla en la siguiente partida. O GIPSLIS @ KORCHNO! Amsterdam 1976 Defensa Francesa 1. ed e6 2. d4. d5 3. Dd2 c5 4. Def Dc6 5. ed ed 6. QS 2467. de xc 8. 0-0 De7 9. oe Rd6 10. Bg5 0-0 11. el. (DIAGRAMA 28) Esquema de apertura. Aqui se han puesto a prueba muchas jugadas: Wce7, 224, a6. Es curioso también el plan escogido por V. Korchnoi. 11. ... £612 12. Qh4 Whe 13. Re2 Qe6 14. Qg3. A las blan- cas les resulta ventajoso el cam- bio de alfiles de casillas negras. Pero las negras estén dispucstas a afrontar dignamente este intento. 14. ... De5! La defensa se basa en el punto de apoyo e5. 15. Dfd4 Qd7. Yo hubiera preferido retroceder a f7 para cubrir bien el peén dS. 16. a4 a6 17. aS We7 18. 3 Had8 19. Dcl Qc8 20. Dd3 Dig6 21. Df4 Dxf4 22. 2x ld Hfe8 23. 2Qg3 Qc5! 24. Ql Wi7 25. Wad We6 26. He3 Ded 27. 2d3 WET 28. H xe8+ HE xe8 29. We2 g6 30. b4 2a7 31. DS De5 32. QL ab 33. @®xb5 Vc5 34. Hdl Qg4 35. Hal Ha8. Tablas. Volvamos a la Defensa Alek- hine. Al conocer la partida de Korchnoi, es posible llegar a la conclusién de que el caballo en f7 y el peén f6 no estan dispues- tos tan torpemente y que las negras podrian integrarse por completo en esta combinacidn. 47 Esta circunstancia sélo confirma nuestra impresién de que las negras tienen una buena cons- truccién de la variante de Tarrasch. EI ajedrez no es un ejercicio que tenga una solucién tnica. Yo he demostrado uno de los enfo- ques fiables en esta posicién, pero seria posible aplicar otra légica totalmente diferente. Cuando propuse a Nana Alexan- dria reflexionar sobre la posicién, ella encontré su propia solucién, también acertada: el curioso jaque con la dama 8. ... We7+! ¢C6mo reaccionar a este jaque? El cambio de damas no es peligroso para las negras. Des- pués de 9. @e3 seria desagrada- ble 9. ... Wb4+. La jugada 9. @le2 estorbarfa el desarrollo de las blancas. Parece natural 9. Me2, pero entonces 9... Qed! El cambio en e2 conviene a las negras, y después de 10. £3 @d7 (seguida de Dc6 y 0-0-0) el caballo quedaria privado de la casilla £3 y a las blancas no les seré nada fécil terminar el desa- rrollo. {Como es posible llegar a 8. We7+? Parece que no est4 admi- tido jugar con la dama cuando se ha desarrollado sélo un caballo. Para llegar a jugar este tipo de jaque hay que sentir cierta inquietud, comprender que si la partida sigue su curso natural la partida serd favorable a las blan- cas. Si uno no se conforma con ello, tiene que buscar medios efi- caces para combatir a las blancas 48 y a veces es posible encontrarlos. Pero las ideas excepcionales se dan muy raras veces en el aje- drez. Ha ocurrido de todo, inclu- so se ha dado alguna vez jaque con la dama. Es muy facil conse- guirlo si usted conoce la siguien- te partida, mejor dicho los comentarios de B. Larsen sobre la posicién surgida en la apertura de esta partida. O LARSEN @ PORTISCH Torneo Interzonal, Amsterdam 1964 Defensa Francesa 1. ed e6 2. d4 d5 3. Hc3 Qb4 4. ed ed 5. Wf3!? Comentarios de Bent Larsen: «Y Portisch se puso a pensar largamente. Desde hace mucho tiempo la variante de cambio se considera una continuacién abu- rrida que desemboca en tablas por ejemplo: 5. 2d3 Dc6 6. Dge2 ge7 seguida de Qf5, y las negras no tienen ningun proble- ma. La jugada de este texto, segin he comprobado yo mismo en par- tidas de Blitz con Palle Ravno, est dirigida precisamente contra las maniobras De7 y Bf5; des- pués de 5. ... De7 6. Bd3 Dbcé 7. Be2, las blancas consiguen una posicién prometedora. Después de la presente partida la jugada 5. Wf3 legd a ser una continuacidn de moda, pero pronto volvid a desaparecer de la Practica en vista de la respuesta 5. ... We7+!, por ejemplo: 6. De2 Dc6 7. Wxd5 Df6 con una buena compensaci6n por el pedn. En el curso de la partida estu- ve analizando la respuesta 5. ... We7+ e imaginé la siguiente tontinuacion: 6. $e3 @ xc3+ 7. be Wa3 8. bd2. Puede que orenee extrafa, pero encierra jluenas chances para las blan- cas. Pero mds tarde la partida Mestrovic-Maric (Yugoslavia, 1967) demostré que 6. 2e3 es dudosa debido a 6. ... D6 7. Rd3 c5! A partir de entonces onsidero que 5. ... We7+ es la Jugada mds fuerte para las Negras. ‘Al terminar la partida O'Kelly sefald la jugada 5... 2e6 con- siderdndola la continuacién mds aceptable, pero yo no comparto su opinién. Después de 6. 2.d3 9/6 las blancas deben jugar 7. Ry Se ha jugado también 5. ... c5, pero 6. dc d4 7. a3 WaS 8 Hol ts evidentemente buena para las Blancas. Ast que Portisch tenia en qué pensar», S6lo falta afiadir que en Ia partida siguid 5. ... Dc6 6. QbS De7 7. Vf 0-0 8. 0-0-0 a5? (serfa mejor 8. ... 26) 9. Dge2 6 10. Qd3 b5 11. h4! Dc4 12. hS £6 13. 24 Was?! 14, 2 xc4 de 15, a3! Qxc3 (15... Qxa3 16. ba Wxa3+ 17. &d2 b4 18. Bal! be+ 19. Qxc3 Wb4 20. Bhbl) 16. @®xc3 Wd8 17. Dhel (17. & xb5?! Wd5!) 17. ... aS 18. We3 Ha7 (18. ...b4 19, 2d6!) 19. h6! g6 20. @d6 Mes 21. Wiat H7 22. Qed £5 23. Vbs Iib7 24. WeS! Ig8 25. g5 b4 26. WI6+ be8 27, Wx c6+ D7 28. Wl6+ eB 29. dS 8 30. We6+ Wd7 31. 2d6 Hf7 32. & xe7 be 33. Qb4+. Las negras se rinden. La conclusién de todo lo expuesto anteriormente es clara. La alta cultura ajedrecistica, el conocimiento de las ideas tfpicas sirve de apoyo fiable a la hora de asimilar los problemas de la apertura y contribuye a encontrar las soluciones acertadas en la apertura. El limite entre la aper- tura y el medio juego es absolu- tamente condicional. Muchas de las posiciones que estudiamos pueden referirse también al medio juego. Hace algtin tiempo escribi un articulo dedicado a las posiciones tipo del medio juego, en el que recomendé la misma metodologfa. El lector podra conocerla en la cuarta parte del libro. 49 LAS SORPRESAS EN LA APERTURA Artur Yusupov gHay algtin ajedrecista que no haya cafdo en las pérfidas tram- pas de la apertura, que no haya sido atrapado en variantes que parecen rechazadas por la teoria desde hace tiempo, pero que, en realidad, siguen vivas? gQuién no ha sido victima de sus propios andlisis caseros que a la hora de ponerlos a la practica han resul- tado tener algtin defecto? En otras palabras, a todos nosotros ya nos ha ocurrido muchas veces chocar con sorpresas en la aper- tura yy naturalmente, conocemos perfectamente la nada agradable sensacién que nos invade en estos casos. La busqueda de ideas inespe- radas (entiéndase nuevas para el rival) sirve de fuente principal para el desarrollo de la teorfa de las aperturas. Y pensdndolo bien, todos nuestros esfuerzos en pre- parar las partidas tienen por obje- to precisamente el propdsito de encontrar algo, de desconcertar, asombrar, dejar perplejo de algin modo al contrincante, sacarle del cauce establecido. ;Asombrar significa triunfar! Pero a ello pre- cisamente aspiran también nues- tros rivales. Por supuesto, la seria prepara- cién de la apertura disminuye la posibilidad de que alguna jugada o variante de Ja apertura resulte inesperada para usted. Pero es 50 imposible excluir por completo las sorpresas desagradables y todos debemos estar preparados para afrontarlas. Hay sorpresas y sorpresas. En otras palabras, la nueva jugada del rival podria ser fuerte objeti- vamente o podria resultar prepa- rada precisamente para usted, para su reaccién, ya que cual- quier cosa inesperada es, en pri- mer lugar, un golpe psicolégico. Y depende mucho de lo r4pido que sepa usted dominarse y de su disposicién a combatir verdade- ramente. La confusién provoca el répido fracaso. En realidad, el encuentro con lo inesperado, con lo no experi- mentado no tiene que desmorali- zar necesariamente, sino que al contrario, podria despertar nues- tra fantasia, estimular el cerebro a funcionar con plena capacidad. No son raros los casos en los que no gana el que tiende la trampa en la variante, sino al que inten- tan pillarle en Ja tampa. Al fiar- se por completo de la eficacia del andlisis casero, a veces el ajedre- cista no est4 en condiciones de esforzarse por jugar entreg4ndo- se por completo. En tales casos hasta la mds minima sorpresa en los actos del adversario podria resultar funesto para él, simple- mente por no poder reciclarse para una auténtica lucha. Me gustaria revelar el tema de nuestra leccién de hoy baséndo- me en el ejemplo de una de mis partidas. Empezaré por la que Jugué por la Copa del Mundo con el gran maestro htingaro G. Sax. Naturalmente, los rivales suelen Prepararse minuciosamente para duelos tan responsables. Yo con- taba con pillar a Sax en una de las variantes de la Defensa India de Dama que habia analizado en bastante profundidad. O YUSUPOV @ SAX Copa de! Mundo, Rotterdam 1989 Defensa India de Dama 1. d4 Df6 2. c4 06 3. DL b6 4.3 2a6 5. b3. Ademds de esta continuacién, quiz4 la m4s popu- lar de todas, he realizado varias veces la jugada 5. @bd2. 5... Qb4+ 6. Qd2 Qe7. {Qué sentido tiene perder un tiempo, a lo que van las negras? El caso es que con la jugada b2- b3 el lugar natural para el alfil es 2. Las blancas, tal vez, quieran mover en Io sucesivo el alfil a la Bran diagonal, pero en c3 seria menos estable que en b2, y ade- més ocuparia la casilla natural para el desarrollo del caballo. Si Jas blancas Nevaran su caballo a 3, su alfil tendria que abandonar luego Ia casilla d2. Asf que las negras no pierden, de hecho, nin- gin tiempo con sus maniobras. 7, 2g2 c6 (preparando la rup- tura d7-d5) 8. 0-0 d5 9. De5. Aprovechando el que de momen- to no hay que tomar en c4 debido a la debilidad del punto c6, las blancas tratan de ocupar el cen- tro. El caballo en e5 es muy desagradable para las negras y tienen que cambiarlo, 9. ... Dfd7. Otra vez contra las reglas (segundo movimiento de la misma pieza en la apertura), pero en las posiciones cerradas a veces esto es admisible. La lucha por el centro en este caso es mis importante que el r4pido desarro- Ilo de las piezas. Considerando que el caballo b8 estd literalmen- te trabado por el caballo e5, la jugada realizada es, hasta cierto punto, de desarrollo. 10. \xd7 Dxd7 UW. Ve3. He aquf el caso al que me referia: las blancas se ven obligadas a perder un tiempo para llevar el alfil a la gran diagonal. Sefialaré de paso que la captura en c4 es muy peligrosa para las negras, ya que después de 11. ... de 12. d5! cd 13. $2. xg7 las blancas no per- mitirén el enroque al rival obte- niendo por el peén una larga ini- ciativa. 11. ... 0-0 12. Dd2 Hes. Cuando se jugé la partida, esta jugada se consideraba casi obli- gatoria, pero actualmente los teé- ricos piensan cada vez més en otras continuaciones. Una de las nuevas opciones buenas es 12. ... @{6. Asi fue como jugé al prin- cipio L. Portisch contra A. Kar- pov (Rotterdam 1989) y luego el propio Karpov llevé a la practica 51 esta idea en un match conmigo. La posicién es bastante compleja a pesar de la aparente sencillez. Pero ahora no vamos a entrar en detalles, ya que para eso sirven los manuales. 13. e4. Juego en el centro. En Tespuesta, si ustedes recuerdan, en los matches de G. Kasparov y A. Karpov (1984/85 y 1986) se puso a prueba la ruptura b6-b5, a lo que las blancas jugaron Hel. Pero el plan mds divulgado es c6-c5. 13,... c5 14. ed ed 15. de. Las blancas no consiguen ganar un peon: a 15. &xd5 existe la res- puesta 15. ... D6. 15. ... de. Después de 13. ... cS, esta posicién surge mds 0 menos forzadamente. Si ustedes la desconocen, no seria nada facil comprender sus matices en el tablero. En principio, semejantes posiciones criticas para la varian- te de la apertura tienen que estu- diarse en casa minuciosamente, someterse a un andlisis detallado. 16. c6. Ahora hay que tener en cuenta, en primer lugar, la res- puesta 16. ... cb, ya que la captu- ra en d7 no puede realizarse por- que el alfil c3 est4 colgado. Se inicia un agudo tiroteo tdctico que, segtin me pareci6, no era desfavorable para las blancas. 16. ... cb! 17. Hel Qb5. Tal vez la réplica mds apropiada. Sax ataca el peén c6 e, igual que antes, no teme a Ja captura en d7. Y si las blancas quisieran vender el alfil m4s caro —18. 2 xg7 &xg7 19. cd—, entonces sim- 52 plemente 19. ... Wxd7. Las negras disponen de dos alfiles y no estd claro cémo aprovechar su debilitamiento Intente ver ahora las cosas en perspectiva, averigiie qué curso podria seguir el juego, de qué recursos disponen las blancas. £18. Mcl? Una jugada nueva, habria que pensar sobre ella... {Tomar en b3 con el peén? Si, no es una mala reacci6n, tal vez incluso sea la mejor. Le aconsejo que analice atentamente en su casa 18. ab, ya que las variantes que surgirfan después de esta jugada son muy interesantes. iEso es todo? De hecho, es posible también capturar en b3 con el caballo en vista de una curiosa idea tactica: el golpe &xg7! Esta posibilidad precisa- mente la estuve estudiando en el andlisis casero, l4stima que usted no se haya percatado de ella. 18. & xb3! & xc6. En ese momento la situaci6n de pronto dej6 de gustarme: parecia que Sax iba con gusto a las complica- ciones que, segtin todos los cél- culos previos, tendrfan que favo- recerme. No es tan ingenuo para llevar asi el juego sin tener in mente algo concreto. Me di cuen- ta de que en mis célculos tal vez hubiese algtin fallo. Sax dio una respuesta demasiado rdpida y firme. En semejante situacién lo prin- cipal es no desconcertarse, no dejarse llevar por el panico. Hay que intentar penetrar m4s profun- damente en la posicién, averi- guar qué es lo que est4 tramando el rival. Ademds, es importante hacerte a la idea de que te espera alguna inc6gnita, alguna sorpresa desagradable... D&ndome cuenta de todo ello yo, sin embargo, no vi ninguna posibilidad de evitar la planeada captura en g7. Aunque, tengo que reconocer, realicé esta juga- da sin el optimismo que sentia antes, 19. Qxg7 &xg7 20. Hdd! Ahora las negras no tienen oe eleccién. La jugada 20. ... £6 es desacertada: las blancas simplemente obtienen ventaja después de 21. Axc6 H xc6 22. Qxc6 Qxal 23. Wxal+. La principal continuacién que some- ti a andlisis casero es, natural- mente, 20. ... &xg2. Intentemos averiguar juntos en qué consiste la idea de la defensa de Sax. Vamos a considerar la linea principal 21. Qf5+ (las dem4s jugadas quizas no merezcan especial atencién). No hay que temer a la respuesta 21. ... $6, y después de 21. ... @h8 22. ii xe7 parece que el ataque de las blancas es increfble. uC6mo deberfan defenderse las negras, en realidad? La res- uesta 22. ... Qh3 es ldgica (23. xd7? Wf6), pero ya que el rey est4 en h8, ypor qué no jugar al principio 23. Wd4+? Después de 23. ...f6 24. Mxd7 We8 25. I xh7+! &xh7 26. Wh4+ y 27. Wxh3 la posicién de las negras no seria envidiable. Y en ese momento me percaté de la jugada 23. ... De5! iConque Sax contaba con esto! Pero no se puede hacer nada. Ya es tarde para retroceder. 20. ... &xg2 21. DS+ Hh 22, Hxe7 Qh3 23, Wd4+ Des! (DIAGRAMA 32) La captura con la dama en e5 parece imposible, pero no me gustaria en absoluto jugar el final con igual material y con el alfil negro en h3. Aqui me vi obligado a refle- xionar bastante antes de encon- trar la idea salvadora. Me ayud6 53 un poco la sensacidn de no haber cometido ningtin error ostensible. Por supuesto, habia jugado agu- damente, habfa optado por com- plicar el juego, pero aun asi, no creo haber merecido con mi ante- rior juego un castigo tan duro como el malisimo final que sur- girfa después de 24. Hxe5 Wxd4 25. @ xd4, 24. WxeS+! £6 25. We2! Al dar con una idea asf sientes un alivio, te das cuenta de que no has jugado tan mal hasta el momento. La jugada de la partida es més precisa que 25. Wel, ala que las negras pueden responder con 25. ... Hc7! (seguida de 26. Hdl). A pesar de ello, con la jugada 25. We2 surge la amena- za 26. H xh7+. 25... 2xf5 26. Hdl. Inespe- radamente cae en la trampa la dama negra. En realidad, no con- segui pillar a Sax desprevenido, ya que é] habfa considerado ante- riormente la tnica defensa que salvaba a las negras en esta oca- sién. 26. ... S&2g4! Después de esta Jugada Ilegamos a una tregua. 54 Las tablas pueden surgir de diferentes maneras. Es posible, digamos, optar por un juego bello: 27. Hxh7+ &xh7 28. Wxg4 We8 29. Hd7+ HET 30. EB xf7+ Wxf7 31. Wxc8 Wxa2 y el final de damas, tal vez, lle- gue a tablas. Sin embargo, las jugadas bellas no son necesarias y en la partida las blancas segu- ramente jugarian de forma mas sencilla: 27. B xd8 2 xe2 28. Hx f8+ Mxf8 29. Mxe2 OAT con tablas. jCual no fue mi sorpresa cuan- do me enteré de que Sax no habfa inventado esta idea, sino que la habia tomado de la partida Chernin-Browne que se habfa disputado un par de semanas antes de la Copa del Mundo en el torneo de Lugano! A. Chernin, analizando esta variante para las blancas, habfa escogido la misma via de razonamientos que yo y habfa chocado con la misma desagradable novedad (tal vez encontrada por W. Browne en el tablero), pero a diferencia de mi habfa jugado 24, If xe5 y luego, tras muchas dificultades, habia Negado a tablas. Es decir, al haber chocado con lo inesperado, no habja podido dar con la solu- cién correcta. O tal vez, simple- mente habia quedado desconcer- tado. Naturalmente, en estos casos no hay recetas para toda la vida. Lo principal es no perder el dominio de sf mismo, buscar friamente el punto débil en el plan del adversario. ¥, por supuesto, estar siempre prepara- do psicolégicamente para las sorpresas como 23. ... Qe5. A mi me ayud6é mucho el que me diera cuenta a tiempo de que Sax me tendia una trampa. Y cuando te das cuenta de lo que te espera, es mds ffcil encontrar el reme- dio. Por supuesto, esta partida puede provocar también pensa- mientos tristes. Demuestra por enésima vez. que con la abundan- te informacién con la que est4 saturado el mundo ajedrecistico de hoy, a veces cs imposible estar al tanto de las novedades en la teorfa de aperturas. Pero si uste- des aspiran a altos resultados y, ademAs, les gustan las variantes agudas y las que obedecen a un principio, no seria posible llegar a resultados tan altos sin conocer los dltimos logros del pensa- miento tedrico. La siguiente partida que vamos a analizar sigue un plan completamente distinto. En ella, los conocimientos de los rivales sobre la apertura no se agotaron en el estadio de la transicién al final como en la anterior partida, sino en la frontera de... jla quinta jugada! O YUSUPOV @ TIMMAN Linares 1989 Defensa Eslava 1. d4.d5 2. cd c6 3. cd cd 4. Dc3 Ac6 5. QE. A veces yo aplico la variante de cambio. Pero en este torneo me Ilamé la atencié6n la partida Gulko-Tim- man disputada en una de Jas ron- das anteriores en la que me pare- cié que las blancas habfan logrado obtener ventaja. B. Gulko siguié 4. 2f4 Dc6 5. 3 e6 6. Dc3 2d6 7. 2xd6 Wxd6 8. 2d3 D6 9. £4! Ahora esté claro por qué las blancas se die- ron prisa en desarrollar el caballo gl: estaban a la espera de ver “salir el alfil enemigo de casillas negras para asegurarse, en caso de @{8-d6, un control promete- dor sobre el importante punto e5. Decidf probar suerte con esta idea, pero cambiando ligeramen- te cl orden de las jugadas. 3 5. ... e5! jNovedad! Al poseer una buena experiencia en el juego con Jan Timman, yo sabia que desde las primeras jugadas él lucharia por la iniciativa y que serfa extremadamente peligroso cederle en esta lucha. La jugada realizada por Timman es un claro intento de conquistar la iniciati- va. Naturalmente, hay que atacar 55 e5, pero cémo, gcon el peén o con el alfil? 6. 2 xe5. Segiin mis cdlculos, el caballo c6 era una pieza mds activa que el alfil f4. Después de 6. de d4 la situaci6n me parecié mAs prometedora para las negras. 6... DxeS 7. de d4. Me dio ja impresién de que aqui se aca- baron los andlisis de Timman. Evidentemente, esta posicién le gustd. Vamos a reflexionar un poco, iqué posibilidades tienen las blancas? Por supuesto, se impone 8. Wa4+. {Pero no es preocupan- te el que esta jugada, en general, aflora a la superficie? A mf, por ejemplo, esto me pondria en aler- ta... {Es posible llegar asi a jaque o no? Correcto, no vale: a 8. Wad+ las negras responderan 8. ... D5! y gqué se puede hacer? Seria malo tomar con la dama debido a 9. ... 2d7, y a la captu- ra con el caballo seguiria 9. ... 247 con la amenaza a7-a6. Aqui, probablemente, las negras ganarian. No se puede hacer nada: hay que retirarse el caballo al centro. 8. Ded. El jaque con el alfil de b4 de momento no es peligro- so: las blancas simplemente se cubrir4n por el caballo. Timman sigue aumentando Ia presién. 8.... Wb6. (DIAGRAMA 34) Piense cémo deben actuar ahora las blancas. gQué «linea de comportamiento» elegir al cho- 56 car con un curso de los aconteci- mientos tan poco comin en la apertura, cuando las negras se proponen tomar la iniciativa demasiado rApido y ganar? Ahora, cada jugada podrfa costar muy cara. Esté «colgado» el peén b2, pero gacaso hay que defenderlo con Ja torre? Tampo- co estarfa buena la pusilénime jugada 9. @d6+ tratando de alte- rar de algin modo el armonioso orden de ataque del adversario: después de 9. ... &xd6 10. ed Wxb2 creo que se obtiene una ligera ventaja, siempre en favor de las negras. 9. Q£3! Una solucién de prin- cipio. Por supuesto, seguramente las blancas no pueden saber cémo terminardn las complica- ciones, pero actéan de acuerdo con las leyes de la estrategia en la apertura, introducen en el combate nuevas piezas sin preo- cuparse por la defensa del pedn b2. 9... Wxb2 10. Hbl. gExiste alguna otra alternativa? ;Tomar con la dama el peén d4? Veamos: 10. Wxd4 2b4+ 11. Pdi (no vale 11. Ded2 &c3) y ahora las negras no estén obligadas a cam- biar las damas, sino que pueden jugar 11. ... Wa2. ¢Seguimos los cAlculos mds adelante? Franca- mente, con el rey en dl la posi- cién de las blancas no inspira confianza. Si a usted le parece que aqui las blancas pueden ser rechaza- das, intente «darle vueltas» a esta posicién en casa. Y en general, trate de apoyar en el andlisis con- creto todas sus sensaciones. Pero recuerde: en la propia partida usted no puede calcularlo todo hasta el final; lo principal es valorar correctamente las conse- cuencias de tal o cual continua- cién y decidir para si mismo si vale la pena o no desarrollar una variante o estudiarla seriamente. En el caso concreto, repito, yo consideré Ja jugada 10. Wxd4 muy peligrosa para las blancas, incluso por razones psicolégicas, ya que la iniciativa pasaba a manos del rival. Y yo no queria ser la parte que se defiende, sino que querfa luchar a través de ae jugada por ta iniciativa. . 2b4+! La respuesta 7 fuerte: las negras se propo- nen rechazar una pieza ya desa- mollada del rival. La captura en a2 es extremadamente peligrosa para ellas, ya que da a las blancas Ja posibilidad de iniciar un ata- que tanto mediante la jugada 11. ¢3 como a través de la simple captura 11. Qxd4 11. Qed2. Una solucién mera- mente pr4ctica: cubriéndose pre- cisamente con este caballo, las blancas limitan la eleccién de respuestas del rival. En realidad, las negras pueden tomar en ambos casos en d2, pero la juga- da Ded2 impone este cambio, ya que después de 11. ... Wa3 ya seria posible atacar sin obstéculo ad4. Ih... Qxd2+ 12. Bxa2 Wx.a2. Se puede proceder al pri- mer balance de las operaciones iniciadas por la jugada 10. Hbl. Las blancas pierden un peén, pero a cambio obtienen la posibi- lidad de terminar répidamente el desarrollo de sus piezas. En reali- dad, gcudl es la jugada que corresponde en mayor grado a su propésito? 13. e3. ;{Correcto! A propésito, si yo hubiera dado antes con este recurso, tal vez no habria jugado 10. bl, sino que buscarfa otro camino. Me parecié que las blan- cas tomarfan s6lidamente la ini- ciativa. . de. 4Cémo jugar ahora? Existen “dos posibles jugadas: 14. @b5+ y 14. fe, pero gcudl de ellas serfa m4s acertada? iUsted cree que 14. fe? ;Puede explicar por qué? {Por la posibi- lidad de colocar el alfil en c4? Si, es lo primero que salta a la vista. Y al jugar las blancas 14. 2b5+, las negras conseguirfan poner bajo control el punto c4: 14. ... FB 15. fe Qe6. Pero el propési- to de la captura del peén no con- siste s6lo en ello. 14. fe. Ahora las negras tam- bién tienen que elegir: o desarro- 57 llar el alfil a través de 14. ... $26, 0 llevar el caballo a e7. En caso de 14. ... De7 15. Qc4 les esperaba una trampa. La respues- ta natural 15. ... Wa5? quedé refutada absolutamente: 16. Qxf7+! &xf7 17. WhS+ g6 18. e6+! ganando una dama, 0 17. ... $e6 18. 0-0! con increfbles ame- nazas con el rey. Claro que las negras no tienen que caer necesariamente en Ja trampa y pueden defenderse de otra manera, pero no tiene senti- do seguir calculando las varian- tes; basta la simple valoracién de que después de 15. &c4 las blan- cas pueden efectuar un fuerte ataque. Por lo visto, Timman lleg6 a esa misma conclusié6n y renuncié a esta continuacién. 14. ... 2e6! Como ven uste- des, desde el punto de vista de la lucha prdctica, la jugada 14. fe fue, en realidad, mds precisa que 14. @b5+. Las blancas mantie- nen la posibilidad de dar jaque en bS, pero también disponen de otra continuacién més fuerte. 15. & xb7 (incorporando al ataque la torre) 15. ... H@d8. Una Tespuesta agresiva. La alternativa era 15. ... g6 preparando con tiempo un refugio para el rey que, est4 claro, se quedaré sin enroque. Pero entonces después de 16. ed el caballo penetrard en el campo enemigo. La iniciati- va de las blancas es peligrosa, incluso en caso de cambio de damas: 16. ... WaS+ 17. Wd2 Wxd2+ (17... Wxes 18. Wb4) 18. &xd2. 58 En semejantes situaciones es importante no limitarse a una sola variante, sino ver toda la variedad de posibilidades. Aqui las blancas tienen dos alternati- vas: una que Salta a la vista —16. Qb54+—, y otra no tan evidente: 16. Wel. Renuncié al jaque con el alfil porque sdlo facilitaba la realizacién del plan de las negras vinculado a la evacuacién del rey: @f8, 27-26 y &g7 seguido del desarrollo del caballo. 16. Wel! g6! Una jugada pro- fildctica que prepara la escapada del rey a g7. Aqui estuve refle- xionando sobre distintas posibili- dades, incluida la jugada 17. Rc4. Pero después de la simple 17. 2xc4 18. Axcd Wxg2 no pude encontrar una continuacién con atague. 17. We3! Mejorando la posi- cién de la dama, las blancas estorban a la vez el desarrollo del caballo enemigo. A 17. ... Dh6 sigue la desagradable 18. Wb4. Tampoco seria bueno Ilevar el caballo a e7, ya que alli quedaria inmediatamente atado?: 18. Rb5+ y 19. Wb4. 17. ... @£8 18. Qd3. Las blancas contindan el ataque y, al mismo tiempo, terminan el desa- rrollo. Como ven ustedes, inclu- so en un juego tdctico tan con- creto las acciones de los rivales corresponden a principios basi- cos de la estrategia ajedrectstica. En realidad, las dos partes (inde- pendientemente de que una de ellas ataca y la otra tiene que rechazar las amenazas inmedia- tas) realizan o jugadas de desa- rrollo, o jugadas orientadas a impedir el desarrollo del adver- sario. 18. ... Hc8! Una jugada sutil. Con Ja dama en la gran diagonal, el rey negro en g7 se sentird muy incé6modo. Después de 18. ... $g7? 19. 0-0 ya amenaza Bxf7+! 19. Wb4+. Si Timman hubiese tardado un poco en realizar Bc8, la dama de Jas blancas podia haber ocupado el punto central d4, mientras que ahora tendr4 que contentarse con Ia casilla lateral b4. 19. ... &g7 20. 0-0 Dhé (las negras consiguieron, de todos modos, desarrollar su cabatlo) 21. Be4. Amenaza 22. Des. Pero Timman consigue justo a tiempo introducir en el combate Ja Ultima pieza. 21... Mhd8! 22. Dd6. Las blancas tuvieron que renunciar al ataque del caballo a g5 que babjan planeado. 22.... Rd5! (DIAGRAMA 36) A ambos rivales les quedaba ya poco tiempo. No es tan agra- dable recibir semejantes golpes en Zeitnot, pero las blancas lograron encontrar la solucién acertada a los problemas. 23. Qed! (el sacrificio de calidad es, naturalmente, tempo- ral) 23. ... 2xb7 24. Wxb7 Hb8 25. We7. La posicién es, en lineas generales, de igualdad. Ahora las negras se ven obliga- das a jugar 25. ... Hf8, ya que serfa mala 25. ... We6? debido al evidente golpe 26. H xf7+! 25. ... Hf8 26. Wh6+ Hg8 27. Wes g7 28. Wi6+ (forzan- do las tablas con la repeticién de jugadas) 28. ... @g8 29. WeS g7 30. Wi6+. Y en ese mo- mento se acordaron tablas. Por supuesto, si hubiéramos tenido més tiempo, pudo haber sido posible continuar el combate tendiendo, digamos, la simpdtica trampa: 30. h3 con la esperanza de provocar la respuesta 30. ... We6? Entonces sigue 31. Hf6 Wd7 32. Qc6! We7 33. Wxh6+! & xh6 34. Df5+, y las blancas dan mate. Pero no reco- 59 miendo que caigan en la tenta- cién de tender semejantes tram- pas en un juego serio, porque no son inocentes. Después de la correcta 30. ... Dg8! (tomando bajo control el punto f6) las blan- cas tendrian que superar algunas dificultades mds. Y asf el duelo terminé de pronto con tablas. La partida que acabamos de analizar ilustra un principio importante que yo suelo seguir. Al chocar con sorpresas en la apertura, procure no ceder en ningun caso al rival la ventaja psicoldgica, busque posibilida- des de actuar y luche por todos los medios por conseguir la ini- ciativa. Sélo de este modo podré contar con la solucién acertada de los problemas en la apertura. El siguiente ejemplo demues- tra cémo es posible fuchar por el triunfo en un sistema de apertura que el adversario conoce mejor que usted. O SHIRAZI @ YUSUPOV Saint John, 1988 Defensa Francesa 1. e4 e6 2.d4.d5 3. Dc3 Qb4 4. De2. Una sorpresa desagrada- ble, al tener en cuenta que este sistema ofrece marcadas tenden- cias a las tablas y yo, a pesar del color negro, me proponfa ganar, 4... de 5. a3 Qe7 6. Dxed Die 7. Wd3 0-0 8. Qi4. @IAGRAMA 37) 60 {Qué jugadas propondria usted ahora a las negras? Bueno, vamos por orden: 7. ... @c6, una jugada; 7. ... b6, segunda jugada; 7... Qod7, tercera; 7. . dT, cuarta... No hay mas ideas? Ffjese entonces en lo que ocurrié en la partida. 8. ... DdS!? Un principio que todos conocen es que en Ia aper- tura no hay que mover dos veces la misma pieza. Pero en este caso las negras persegufan un objetivo concreto. No afirmo que mi solu- cién aquf sea mejor. Pero es pro- blematica, ya que obliga al rival a resolver problemas concretos no tan simples. Ademés, hablan- do rigurosamente, yo no pierdo tanto tiempo. En realidad, las blancas ahora tienen que retroce- der con el alfil, ya que después de cambiarlo, las negras simple- mente obtendr4n la ventaja de tener dos alfiles. 9. Qd2. Al haber jugado 8. ... @d5, las negras tenfan que haber marcado algun plan de accién, ya que es evidente que el rival se propone ejercer presién sobre ef caballo con la jugada c2-c4. Entonces la pérdida de tiempo no seria justificada de ningtin modo. {Pero qué emprender exactamen- te? El sacrificio de peén 9. me parecia dudoso. Por sup existe semejante idea posicional: intentar poner bajo control las casillas blancas, pero de momen- to es arriesgado. {Qué hacer? 9. .., b6 10. c4 Q.a6. En reali- dad, las negras simplemente tras- tornan al rival: no creo que mediante operaciones como d5 y 2a6 sea posible conseguir gran cosa. Las blancas tienen la posibilidad de manifestar varias reacciones normales. Una de ellas es 11. b4, otra, 11. Q2g3 seguida de Wce2; probablemente tendrfan que retroceder pronto con el caballo a f6, después de lo cual las blancas gozarfan de un juego agradable. No obstante, como las negras no han hecho nada censurable en la apertura, su enfoque, en principio, es posi- ble también. Shirazi abordé la posicién de otra manera. Decidié que su caballo ya estaba desarrollado en 2 y que ya era hora de desarro- Mar el alfil f1. : 1. g3 (una jugada provocada por la situacién del alfil en a6) 11. ... Dd7 12. Qg2. Aqui elegi otra vez una solucién problemAti- ca. gAlguien podria decir cu4l fue exactamente? Encontrarla no es tan simple. (IAGRAMA 38) Vamos a reflexionar juntos sobre los recursos que poseen ambas partes. Ante todo, me pre- ocupa una cosa: iqué pasaria ahora si la dama blanca retroce- diera a c2? El caballo tendrfa que abandonar la casilla d5 y allf alo mejor perderfa también calidad en a8. ... Parece peligroso. Ten- dria que llevar antes la torre a b8, pero luego pensé: admitamos que él capturase mi torre, tal vez des- pués de Wxa8 yo obtuviera un contrajuego por la gran diagonal. Por otro lado, si el caballo no estuviese en d5, las negras podrfan jugar 2d7-e5: en reali- dad, la dama blanca est4 al des- cubierto. gCémo asestar, de todos modos, el golpe t4ctico tan sim- patico Dd7-e5? La jugada que realicé tal vez parezca discutible objetivamente pero, al fin y al cabo, gracias a ella gané la partida. 12. ... Q5f6!? Trate usted de explicar, gqué sentido tiene la combinacién de las negras? En realidad, parece que después de las jugadas forzadas 13. Q x f6+ Qxf6 14. 2xa8 Wxa8 15. 0-0 nada amenaza a las blancas... 61 Claro, el caso es que esta varian- te no es en absoluto forzada. La idea de la combinacién consiste en el ataque intermedio 14. ... Des! 13. Dxf6+ Q xf6 14. Q xa8. Naturalmente, una operacién no necesaria, pero Shirazi, tal como yo esperaba, no pudo resistir a la tentacin de arrebatarme la torre. 14. ... Des! 15. Wed Wxa8 16. Wxa8 Dd3+. Me costd mucho decidirme por Ja variante: de todos modos, j!a calidad es la calidad! Pero el andlisis minucio- so me convenci6é de que habia una compensacién para las negras: el cardcter del juego cambia bruscamente, se hacen con la iniciativa. En determinadas situaciones el juego arriesgado es justificado. A Shirazi, un jugador de estilo acti- vo, le gusta el ataque. Los ajedre- cistas de este tipo suelen subesti- mar las amenazas del rival y se vuelven inseguros a Ja hora de defenderse. 17. &f1 OD xa8 18. b3 Qb7 (merecia atencién también la ih 18... c5) 19. Hel cS! (@IAGRAMA 39) La debilidad de las casillas blancas en el campo enemigo y el atraso en su desarrollo sirven de compensacién por ta calidad. No hablo de mucho, pero creo que, de todos modos, la compen- sacion es suficiente: las piezas negras son activas, tienen dos 62 alfiles y, ademas, chances de ganar otro peén. Todo eso me inspiré mas. Pero Ia posicién esta lejos de ser clara, es dificil decir si se Ile- gard a producir un viraje en la partida. Si ahora Jas blancas jugaran, digamos, 20. &c3, no habria nada mejor para las negras que 20. ... H.d8 pensando en una variante asi: 21. de @xc5 22. &xf6 gf 23. Bel? (pero no 23. b4? 2b3), y si 23. ... Axb3, entonces 24. Hdl. 20. 2e3? Hd8. Por lo visto, Shirazi se disponfa a jugar 21. Hdl y aqui ya se percaté de la desagradable respuesta 21. ... Be! Afectado por este viraje en los acontecimientos, él no supo orientarse correctamente y, de hecho, perdié sin luchar. 21. Df4?! cd 22. Dxd3 de 23. He2 ef 24. Axf2 Qxal. En resumen, las negras simplemente tienen un sélido peén de mas y mejor posicién. 25. Hxal £6 26. Rel $f7 27. Be3 e5 28. a4 Heb 29. aS 30. cS be 31. Dd3 WAS. La rea- lizacién es simple. Las negras poco a poco avanzan con los peones por el flanco de rey. 32. Dxc5+ Hd6 33. b4 gS 34, Da6 f44 35. Hf2 e4 36. hd h6. No hace falta calcular ningu- na variante: los dos peones pasa- dos y ligados, en combinacién con el terrible alfil, bastan por completo para ganar. 37. DAcT He5 38. hg hg 39. gt gf 40. HcS c3+ 41. He2 ed. Las blancas se rinden. Nos preguntamos: jgracias a qué consiguieron las negras la victoria? En realidad, chocaron con un sistema de desarrollo poco conocido y eso no suele Prometer nada bueno. En mi opi- nién, el secreto del triunfo de las negras se debe, en buena medida, al hecho de que reaccionaron psi- colégicamente bien a la inespera- da elecci6n del enemigo en la apertura. No permitieron meter- las en ninguna variante forzada y estudiada, que habria sido posi- ble, por ejemplo, en caso de 4. De2 de 5. a3 Qxc3+, sino que prefirieron un esquema original de desarrollo basado en determi- fadas razones posicionales. Esta tdctica —confundir al rival, Sobre todo si le falta clase, apar- tandole del camino trillado— a imenudo rinde buenos frutos. El siguiente ejemplo trata el tema de la Defensa Francesa. La partida con A. Sokolov que me gustaria exponer, fue disputada en nuestro match de candidatos y recuerdo que me caus6 una gran satisfaccién desde el punto de vista de mi creatividad. O SOKOLOV @ YUSUPOV 3" partida del match final de can- didatos, Riga 1986 Defensa Francesa 1. e4 e6 2. d4 d53. Dc3 Qb4 4. e5 De7 S. a3 Qxc3+ 6. be cS 7. @f3 b6. La lucha en el match tiene su cardcter especffico y en ella ocupa un lugar especial el combate en la apertura. El fin que persigue la Ultima jugada est& claro: las negras quieren cambiar su malo alfil «francés». En la !* partida Sokolov prefirié evitar el cambio y jugé 8. 2b5+ 2.47 9. Q2d3 obteniendo una posicién nada mala, pero més adelante perdi6 en la lucha com- plicada. Estaba claro que en la 3* partida Sokolov inventaria algo nuevo. {Pero qué? A decir ver- dad, no consegui percatarme durante la preparaci6n con el entrenador, y la apertura de esta partida result6 ser para mf, en cierto modo, inesperada. 8. a4 (una jugada tipica de semejantes posiciones) 8. ... Qa6 9. Qxaé (se suele jugar con mAs frecuencia 9. 2b5+) 9. «-- Qxa6 10. 0-0 Db8 1. de (en la praxis se han dado asimis- mo Il. DgS y 11. Qa3) 1... be 12. c4! Las blancas estén socavando el centro. (DIAGRAMA 40) Aqui habfa que reflexionar seriamente. Yo tenia sélo ciertos recuerdos confusos de las partidas 63 del match de candidatos de cuar- tos de final Geller-Spassky (Suju- mi, 1968) en las que se habfa jugado varias veces esta variante. En semejantes situaciones hay que guiarse por la razén y, si la posicién lo permite, hay que evi- tar, de ser posible, los caminos tri- Ilados escogiendo continuaciones justificadas posicionalmente, pero menos estudiadas. Senti que el curso ulterior del combate dependia en buena medida de las casillas en las que estarian situados los caballos negros y, en particular, del lugar en el que se desarrollarfa el caba- llo b8. 12. ... 0-0 (una jugada que no provoca grandes dudas) 13. cd. Pero aqui ya es hora de desviarse de los caminos trillados sin espe- rar que Sokolov me sirviera algu- na sorpresa. Que yo recordase, B. Spassky tomaba en d5 con la dama. 13. ... @xd5!? Un lugar nada malo para el caballo. Las negras, de momento, no temen la jugada c2-c4, ya que el caballo puede ocupar la casilla b4. 64 14. Wd3. {Qué propondria usted ahora a las negras? Para responder correctamente a esta pregunta, hay que captar el fin que persigue la Ultima jugada de fas blancas. Naturalmente, quieren jugar 14. @g5 provocan- do la respuesta g7-g6 que debili- tara bruscamente las casillas negras. Y este debilitamiento seria considerable al tener en cuenta la ausencia de oponente del alfil blanco de casilla negra. 14. ... h6. La posici6n es muy compleja. A 15. Hdl me dispo- nia a contestar 15. ... @c6 y si 16. 2a3, entonces 16. ... DAcb4, con un juego confuso. Sokolov jug6 de forma determinada, pero... menos acertada. 15. c4. {Qué posibilidades tienen ahora las negras? Con el pe6n en a4, evidentemente no vale 15. ... b6; también est4 mal situado el caballo en c7. Hay que escoger entre 15. ... Ab4 y 15. ... De7. Renuncié a la jugada 15. ..: @®b4 calculando que después de 16. We4 D8&c6 17. Qe} mis caballos estarian situados desfa- vorablemente. El caballo b4 por fuera parece activo, pero nada més, En respuesta de 17. ... We7 las blancas refuerzan su posicién mediante 18. Bad1! (precisa- mente con esta torre) 18. ... Hfd8 19. Md6 y si 19. ... A xd6, entonces 20. @ xc5 que- dando con un peén de ventaja. Después de reflexionar un poco, decidi que el lugar que debia ocupar el caballo estaba en e7. Aquf puede adaptarse a la defensa del flanco de rey y, en general, tiene buenas perspecti- va: podré moverse a f5 y lucgo a d4, o se dirigir4 a g6 atacando el peén eS. Naturalmente, al elegir Ja jugada hay que calcular tam- bién variantes concretas. Por ejemplo, una que sea bastante peligrosa ara las negras: 15. ... e7 16. Edi Wxd3 17. Hxd3 Dbc6 18. Qe3 y parece que el pedn c5 no puede defenderse. Pero... jsdlo parece! En respuesta se ha preparado 18. ... Ifc8!l ya 19, Qxc5 sigue 19. ... Axes! Esta es, por decirlo asf, la justifi- cacién tactica de la jugada 15. ... Be7. En el caso concreto se da Ja combinacién entre la valoracién general de la posicién y los cAl- culos concretos, lo que suele ser una condicién necesaria para tomar decisiones acertadas. Usted puede argiir las razones generales que quiera en defensa de Ja jugada, pero si luego resulta que en una de las variantes sim- plemente se pierde un pedn, sus razones ya no tendrén sentido. Usted tiene que basar necesaria- mente sus valoraciones en c4lcu- los precisos. . 15. ... De7! 16. Wed. La siguiente pregunta importante es dénde llevar el caballo b8: ja c6 o a d7? Después de reflexionar un poco, elegf la jugada 16. ... @d7, ya que después de 16. Dbc6 seria muy complicado defender el peén cS. En general, cuando chocas con un sistema desconocido, tiene que tener mds cuidado con la amenaza del rival. 16. ... Qd7 17. Wb? Era mejor Ia continuacién 17, Hdl. Pero me di cuenta de que des- pués de 17. ... Wc7 seria posible no temer al ataque 18, Hd6?! en vista de 18. ... DES!, y que seria mala 19. Xc6? Wb7 20. Mbl @b6 con la mortal amenaza 21. «» Hac’. Sokolov jugé rutinariamente. Comprendié que a 17. Hdl yo tesponderia 17. ... Wec7 y deci- dié impedirlo preparado en res- puesta 18. Mb7. Pero la jugada 17. ... We7 no es obligatoria. Las negras igualan facilmente el juego mediante 17. ... Xb8. Pero en ese momento senti que mi posicién ya era preferible y que era totalmente posible ganar. 17. ... Wa5! jSi hay posibili- dad de realizar una jugada activa, hay que hacerla! Las negras toman la iniciativa. Adn sigue colgado el pedn a4. Tal vez las blancas tenian que reconocer su error y devolver la torre aal. 18. Md1. {Por qué ahora no 65 capturar simplemente ej pe6n? En realidad, a primera vista, nada amenaza a las negras. Resulta que después de 18. ... Wad? existe Ia idea 19. Qxh6! gh 20. Hal Wc6 21. Wxc6 Bxc6 22. Hxd7, y las blancas lo tienen todo en orden. Y las negras ya quieren mas. 18. ... Had8! No seria mala tampoco 18. ... @b6, pero 18. ad8 (sélo no 18. ... Mfd8? 19. 1 xd7!) me parece la solu- cién m4s enérgica. Micntras el alfil blanco se atrasa en la I* horizontal, su rey no puede sen- tirse a salvo: le falta una «venta- nilla» y ya se ciernen sobre él las amenazas técticas del enemigo. 19. We2. Sokolov decide defender el peén a4 sin percatar- se de la eficiente réplica que existe. Es divertido el que, igual que en la partida anterior, el ata- que del caballo de d7 aeS resulta un funesto para las blancas. 19. ... AxeS!! 20. D xe5 (20. Bxd8 Dxf3+) 20. ... We3! (lo que demuestra que es agradable dar semejantes jugadas) 21. We2 66 Wxe5 22. Qe3 DLS. Como resultado de la combinacién, las negras ganan un peén y, eviden- temente, van a ganar. Sélo les falta superar ciertas dificultades técnicas. 23, Wf3 Hxdi+. Tal vez fuese preferible la inmediata 23. ... Dd4, pero yo decidi jugar de forma mds simplificada. 24. Hxdi Dd4. Aqui Soko- lov cometié un grave error. Tenia que haber escogido 25. Wb7. En tal caso las negras, seguramente, no habrian tenido mejor alternati- va que 25. ... D®c2 26. WF @xe3 y en el préximo final las blancas habrian mantenido chan- ces de salvarse. 25. Qxd4? cd 26. Wd3 Has 27. g3 WS. La dama desbroza el camino al pedn «e». 28. £4?! Lleva sdlo a un debili- tamiento de la posicin del rey. Pero ya que sus cosas van mal, de todos modos, no vale la pena censurar tanto esta jugada. Luego yaes sencillo. 28. ... Wh4 29. Hal a5. Se impone esta jugada, jverdad? Frenamos el peén enemigo y acercamos el nuestro a la casilla de promocién. Mientras sea posi- ble, hay que procurar reforzar al m4ximo la posicién y luego ya buscar un plan concreto de reali- zacién. En este caso, ya que las blancas no tienen contrajuego, las negras no tienen por qué darse prisa. 30. h4 hS 31. Hb1 Wxad 32. Bib5 g6 33. Bf2 Wa2+ 34, HF a4 35. Hb6. Con la idea de 36. BH xe6. Aqui las negras repitieron la posicién para ganar tiempo. 35. ... &g7 36. Mb1 ds 37. Hb6 Wal! Pasando a operacio- nes decisivas. A 38. K xe6 yo habia marcado 38. ... Hb8! 39. 1x g6+ Bf8 y las negras pasan al ataque. 38. be2 a3 39. Ha6 Wb2+ 40. Wd2 d3+. Al convencerse de que el adversario habia consegui- do realizar la jugada de control, Sokolov se rindié. iPor qué es instructiva esta partida? Porque demuestra lo importante que es tencr cuidado con las amenazas del enemigo: tanto las evidentes, en la tdctica, como las ocultas, 0 sea, posicio- nales. En este plan yo percibf la jugada 15. ... Be que sirvié, en cierto modo, como base para el éxito de las negras. En cualquier caso, contribuyé a resolver los problemas en la apertura. No olvide tampoco otro arma pérfida de la apertura: la de invertir las jugadas. A veces al adversario le resulta bastante sencillo cambiar de lugar dos jugadas para hacer fracasar todos los andlisis previos que usted haya realizado. Si le ocurriese algo asf, contra sus previsiones, lo principal es no autoflagelarse (jeso ya no le ayudaré!). Recuer- de una vieja m4xima: jlamentar el error que has hecho sélo trae- tia més errores en serie! Vamos a analizar mi partida con el gran maestro inglés E. Miles. Fue una de las primeras partidas disputadas en el Torneo Interzonal en Tinez y tuvo una gran importancia para mi. Enton- ces Miles se consideraba uno de los ajedrecistas ms fuertes de Occidente y habia conseguido altos resultados en los torneos. Yo jugaba con las negras, por lo que decidf optar por un juego més prometedor en la apertura. He aqui los resultados... O MILES @ YUSUPOV Torneo Interzonal, Tunez, 1985 Defensa Caro-Kann 1. ¢4 c6. En aquel tiempo la Defensa Eslava entraba en mi repertorio de aperturas, por lo que la escogf para la partida con Miles. Pero —jqué horror!— Miles me respondié de una forma totalmente inesperada. 2. e4! El signo de exclama- ci6n, naturalmente, no es para expresar una fuerte jugada, sino la precisa eleccién psicoldégica. El caso es que después de 1. e4 yo no jugué la Defensa Caro- Kann y tenia que haberlo hecho pero, por distraccién, no habia notado esta simple transici6n a dicha apertura al preparar la par- tida. Efectivamente, esta inver- sién de jugadas puede confundir més que cualquier maniobra pre- fabricada. 2. ... d5 3. ed cd 4. d4 DE6 5. @®c3 Bc6. Cuando chocas con un sistema desconocido, natural- mente, procuras reducirlo a algo m&s o menos conocido. Yo tenia 67 cierta idea de las variantes des- pués de 6. Af3 Qed pero, lamentablemente, Miles jugé de otra manera. 6. Q2g5. Con eso mis conoci- miento sobre la apertura se ago- taron. {Qué hacer? La jugada 6. ... €6 llevarfa a un sistema teéri- co generalmente conocido, pero no para mi. Por eso decidf buscar otra via razonable. 6. ... 2e6!? Ya terminada la partida, supe que la jugada 6. ... Qe6 habia sido puesta a la practica por S. Belayentsev y que posteriormen- te la siguié practicando S. Flohr. A primera vista, la decisién de las negras podria parecer extra- vagante pero, en realidad, no carece de sentido, ya que no infringe mucho los principios de juego en la apertura. Realmente, yo desarrollo una pieza tomando bajo control el centro, consoli- dando el punto d5 y, ademas, creo la amenaza de realizar una captura, eventualmente, en c4. iEs dificil conseguir mas con una sola jugada! 68 7. 2 x{6, Pudo no haberse apresurado con el cambio jugan- do, por ejemplo, 7. 3. Pero, segun resulté, Miles seguia las recomendaciones de la teoria basadas en Ja partida Botvinnik- Flohr. (Mosc, 1965). En ella después de 7. 2 xf6 ef 8. c5 las blancas obticnen ventaja posicio- nal debido a su mejor estructura de peones. 7. ... gf! Esta jugada tiene determinados defectos pero, en general me parece mas l6gica que 7. ... ef. El peén ataca hacia el centro, reforzando al mismo tiempo el control sobre é1. Y lo principal es que no surge una situaci6n sin perspectiva, estraté- gicamente hablando, cuando en el flanco de dama de Jas blancas se forma un peén de més. 8. Wd2. Miles no tiene prisa en llevar el caballo a f3 para que pueda estorbar en lo sucesivo el movimiento del peén negro «e» mediante la jugada f2-f4. Por supuesto, esta solucidn tiene sus inconvenientes, porque puede parecer una subestimacién de las leyes de desarrollo. 8. ... WaS. Ahora a las negras les resulta un poco complicado poner en juego el alfil de casillas negras (no 28 h6) y terminan el desarrollo del flanco de dama orienténdose a un enroque largo. La dama estar4 més activa en a5 que en d7. La razén de la jugada es que a 9. @xd57! sigue 9. ... Wxd2+ 10. &xd2 0-0-0 y luego las negras recuperan un pedén en d5. 9, c5 0-0-0 10. &b5. En mi opinién, serfa mejor terminar el desarrollo a través de 10. Dge2 y luego g2-g3. “ {Qué jugada propondria usted ahora a las negras? 210. ... h5S seguido de Qh6? Es una idea. Pero yo decidf no jugar de forma tan rectilinea. 10. ... 1 g8! Las negras tratan de debilitar la posicién del rival. En caso de 11. g3 podrian seguir 11. ... h5, pero podrian pensar también en 11. ... &g4 dificul- tando Ia salida del caballo a e2 y preparando la ruptura programa- dae7-e5. 11. £4. Miles se habfa prepara- do con anterioridad para luchar contra e7-e5. Pero al realizar muchas jugadas con los peones, tard6 en desarrollar sus piezas mayores, de lo que precisamente procuré aprovecharme. “IL... Qh6, El juego de las negras es sencillo y natural. Todas sus jugadas, por si solas, contribu- yen a la realizacién del plan traza- do, El alfil de la casilla h6 ayuda a Ievar a cabo e7-e5, pero es del todo posible que sirva también para asestar alguin golpe t4ctico. Aqui Miles simplemente tenia que acordarse del desarrollo. Es cierto, después de 12. @f3 seria desagradable 1. ... &g4 13. 0-0 e5! De todos modos, si tuvieran que pensar en un contrajuego, las blancas tendrfan que buscar algo por el estilo. 12, Wf2. Ocurre algo con lo que ya hemos chocado en el and- lisis de una partida: una decisién rutinaria trae consigo otra y, como resultado, las piezas ya desarrolladas tienen que moverse varias veces. Las dificultades de las blancas estan «programadas», hasta cierto punto: son el resulta- do de la jugada 8. Wd? y, tal vez, incluso 7. ets, 12. ... Dba! (creando la terri- ble amenaza 13. ... Wxb5!) 13. Hdt Qf5. Amenaza 14. ... @c2+. Se han realizado sélo 13 jugadas, pero las negras ya han pasado al ataque decisivo. Este es el precio que hay que pagar por haber subestimado el desa- trollo de las piezas. 14. a3. De todos modos, seria mejor jugar 14. @ge2. Pero des- pués de 14. ... Dc2+ 15. Pfl eS 16. g3 Hg4! las complicaciones se inclinan a favor de las negras. {Tal vez le gustarfa a usted propo- ner 14. ... a6? Una jugada fuerte, sf, pero tal vez més simple. 14, ... De2+ 15. Sd2 Qe! Después de 15. ... e5 las blancas podrian mantenerse atin de algiin modo mediante la jugada 16. He2. Y ahora la partida termina répido. 69 16. De2 Hxg2 17. Wha Qxd4 18. Wh3+ f5 19. 2d3 @xe2 20. 2 xe2 2 xf4+. Ya es hora de que se rinda, pero Miles realiza varias jugadas mas bien por inercia. 21, Bel d4 22. Q£3 de 23. BH xd8+ @xd8 24. Wxg2 cb+. Y sélo aqui las blancas, por fin, paran el reloj. Hagamos un pequefio resu- men. En esta partida se manifest6 particularmente el papel del fac- tor psicoldgico. Efectivamente, si usted est listo para un combate cruel sin compromiso, puede empezar a luchar por la iniciativa desde las primera jugadas. De ser asi, incluso el choque con Ia sor- presa no es tan peligroso, ya que la concentracion y el deseo de luchar le ayudarén a orientarse en la situacién y encontrar la solucién acertada. LA SOLUCION CREADORA DE LOS PROBLEMAS IRRACIONALES EN LA APERTURA Serguei Dolmatov {En qué consiste, por lo gene- ral, la preparacion del ajedrecista para Ja apertura? En el estudio de variantes concretas de Informa- tor, de articulos dedicados a tal o cual apertura. Alli podrdn ustedes encontrar las posiciones clave y reflexionar sobre ellas, analizar- las, buscar novedades, escoger las partidas utiles, etc. Esta es la forma de proceder més divulgada y, sin duda, més legitima, para adquirir la informacién necesaria sobre !a apertura: el estudio por dentro de cualquier apertura en concreto. Pero es posible también traba- jar de otra manera, siguiendo el método de la generalizacién, estudiando las situaciones genc- rales que surgen en distintas aperturas. Por ejemplo, seria ttil estudiar las estructuras de peones 70 tipicas: algunas de ellas son caracteristicas, a la vez, de varias aperturas. Es posible llegar a conclusiones curiosas al observar cémo los distintos ajedrecistas reaccionan a las novedades: acer- tada o desacertadamente, si pier- den mucho tiempo, si tratan de refutarlas en seguida o buscan continuaciones promcetedoras al maximo: hay ejemplos muy inte- tesantes en este sentido. Si usted ha notado tener la capacidad de generalizacién, a juzgar por ciertos indicios que haya percibido en usted mismo, no dude en sacar provecho de esa capacidad. Este método de proce- samiento de la informacién sobre la apertura podria rendirle mds frutos. Quisiera subrayar una vez ms: el perfeccionamiento en el ajedrez podria realizarse a basé de diferentes métodos segtin las inclinaciones individuales de cada uno. Ahora yo estoy trabajando sobre el medio juego y estoy interesado en un tema que aun nadie ha estudiado seriamente: el arte de maniobrar. Lo domina muy bien A. Karpov, lo dominé asimismo en sus mejores afios L. Psahis, mientras que en las parti- das, digamos, de G. Kasparov, estos ejemplos son raros. El se ha acostumbrado a desarrollar siem- pre planes concretos, mientras que las maniobras no persiguen ningun fin claro. Excepto, tal vez, uno: el rival pasa por una prueba de conocimiento de todos los detalles de la posicién. Si ninguna de las partes posee ven- taja posicional (0 ésta es insufi- ciente para llegar a una ventaja real), a menudo es necesario maniobrar, mover las piezas apa- tentemente sin ningdn propésito fijo y sin deteriorar la posicién. Cuando el rival ya no resiste a estas maniobras, suele cometer alguna imprecisién y asf uno podria cambiar bruscamente el cardcter de la lucha y tomar la iniciativa por via t&ctica. Yo estoy estudiando este tema, pero cada uno de ustedes puede dedicarse al tema que mas le interese. Al escogerlo, busquen ejemplos en las partidas de los grandes ajedrecistas sometiendo aandlisis la forma en que ellos resuelven el problema que a usted le interesa. Entre todos los ejemplos, procure escoger los que tienen algo en comtin. La solucién de semejantes tareas creadoras rinde un gran prove- cho. A continuacién examinaré el siguiente problema en mas deta- les. Es un problema que de momento nadie ha estudiado seriamente. Tal vez por eso requiere una alta cualificacién ajedrecistica. A veces los mejores grandes maestros realizan fuertes jugadas que a ellos mismos les resulta dificil explicar. A pesar de ello, es casi imposible probar median- te el andlisis que estas jugadas son objetivamente las mas fuer- tes, Sin embargo, en una: partida determinada estas jugadas contri- buyen a resolver acertadamente. los problemas, dejan su impronta en el curso ulterior del combate y le atribuyen el cardcter necesario. Al observar semejantes momen- tos en las partidas de los grandes ajedrecistas, es necesario aprove- charlos para el mejor aprendizaje del ajedrez. Un ejemplo concreto: Kaspa- rov-Karpoy, 2" partida del match de Sevilla, 1987. (DIAGRAMA 45) Después de las conocidas juga- das de la apertura 1. c4 Df6 2. Dc3 eS 3. D3 Dc6 4. g3 Qb4 5. Qg2 0-0 6. 0-0 e4 7. Ags Qxc3 8. be Me8 9. £3, Karpov inventa una novedad: 9. ... e3!? 4Cémo reaccionar mejor a ella? El problema que afrontan las 7 blancas es extremadamente com- plicado. Kasparov encuentra una solucién estupenda, sin duda, la mejor solucién de los problemas de la apertura en el match: 10. d3! d5 11. Wb3!! Este tipo de jugadas aparecen a menudo, pero nunca en el andlisis casero, sino en el tablero, bajo los efectos de una alta emocionalidad. Muchos de los observadores no compren- dieron por qué Karpoy, al aplicar la novedad y ganar Ja partida no hizo nunca més esta jugada. La explicaci6n es sencilla: porque Kasparov dej6 refutada en el tablero esta novedad, ya que la jugada Wb3 es muy fuerte. En este match yo fui asesor de Kas- parov y puedo afirmar con toda seguridad que éste es un ejemplo magnifico de solucién creadora a problemas irracionales. A continuacién voy a dar otros ejemplos semejantes de mis par- tidas. No intentaré comprobar Tigurosamente que las soluciones encontradas en situaciones criti- cas son las mas fuertes. Pero estas jugadas poseen una impor- tante carga racional porque ejer- 72 cen una influencia decisiva sobre el curso ulterior del combate aje- drecfstico. En realidad, van a ver ustedes ejemplos que demuestran la reaccién a sorpresas en la apertura. El rival encuentra algu- na novedad y hay que resolver todos los problemas en el tablero y no en el andlisis en casa. Repi- to: si se trabaja sobre semejantes situaciones en las que uno no suele fijarse mucho, se puede progresar considerablemente. En un torneo en Islandia tuve que enfrentarme con Lev Polu- gaievsky. Opté por la Defensa Holandesa. La aplico a menudo jugando con las negras y no es diffcil de imaginar que Polu- gaievsky estaba totalmente pre- parado para ello. El es un ajedre- cista que suele prepararse minuciosamente para la apertura. En efecto, me esperaba una sor- presa. Me percaté de ello ya al principio, a juzgar por la forma en que mi rival levaba la partida. Efectuaba las jugadas muy des- pacio, evidentemente enred4ndo- me, tratando de desviarme de la variante principal. Pero yo estaba seguro de mis planes en la aper- tura, queria defender mis concep- tos y por eso no tenfa ni la mas minima intencién de ceder. O POLUGAIEVSKY @ DOLMATOV Reykjavik, 1990 Defensa Holandesa 1. d4 £5 2. DE Df 3. 23 g6 4. 292 297 5. 0-0 0-0 6. c4 d6 7. Dc3 c6, Se jugé la lamada variante de Leningrado, aunque no en su forma m4s moderna, que creo fue introducida en la prdctica por el gran maestro. A. Yusupov. Y ahora creo que soy yo el que la aplica m4s a menu- do. Esta variante era conocida también antes, pero tenfa mala reputaci6n. La continuacién habitual en esta posiciGn es 7. ... Wes. 8. b3. Asi jugaron las blancas en la famosa partida Karpov- Yusupov (Linares 1989) que ter- min6 tr4gicamente para Artur. Karpov obtuvo una buena victo- tia, Pero a mf este plan no me parece convincente. 8. ... Wa5. La idea de esta jugada es sencilla. Yo ataco con el caballo c3 y preparo al mismo tiempo 9. ... 5. Cuando encontré esta novedad (Yusupov jugo 8. ... Wc7 seguida de a5 y a6), supuse que al realizar e7- e5 las negras obtendrfan una posicidn cémoda. Me parecié mejor para las blancas la res- puesta 9. 2d2, pero entonces yo cederfa 9. ... We7 con una posicién menos acertada para el alfil blanco que en el duelo Kar- pov-Yusupoy. Eso ya habfa ocu- trido en varias partidas y todas ellas habfan terminado en tablas. Pero Polugaievsky jugé de otra manera. 9, 2b2e5. (IAGRAMA 46) Esta posici6n surgié por pri- mera vez en mi practica en el tor- neo eliminatorio por la Copa del Mundo (Mosci 1989) contra H. Olafsson. Siguié 10. de de 11. e4, Yo no comprendf bien la posicién y jugué 11. ... fe?!, asf que las cosas me salieron mal. Es més fuerte Il. ... f4!. Fue asf como conseguf la victoria con las negras en el tenso combate con- tra D. Gurevich (Palma de Mallorca, 1989) y contra W. Browne también en el torneo de Reykjavik. 10. Wd2. Una novedad, por supuesto, preparada en casa. Polugaievsky se qued6 muy con- tento de la jugada hecha por él, realmente inesperada y desagra- dable, pero yo Ja habfa conside- rado durante mi preparacién para la apertura. La idea es simple: las blancas se defienden de la principal amenaza posicional del adversario ¢5-e4 (no 10. ... e4? debido a 11. @xe4). Ustedes comprenden que si las negras movieran el peén a e4 obtendri- an una posicién magnifica. Los problemas serfan sdlo para las 73 blancas: su alfil de rey quedaria bloqueado y la ruptura f2-f3 seria poco eficaz. Por eso preci- samente yo habia analizado, sobre todo, la jugada 11. e4 (des- pués del previo cambio en e5) y se me habia escapado Ja posibili- dad 10, Wd2. Y si las negras no pueden ir a e4, les resultaria muy incémodo dar una respuesta. Yo tazonaba de Ja siguiente manera: «Habr4 que contentarse con menos, y si realizo e7-e5, ya seria mejor». 10. ... We7 1. de de 12. e4. Por supuesto, las blancas no permiten e5-e4. {Qué es lo que debo hacer ahora? En semejan- te posicién siempre he respon- dido con fe o con f4. A seme- janza de las partidas contra Gurevich y Browne queria jugar 12. ... £4, pero lamenta- blemente en este caso no val- dria porque después de 13. gf perderia fuerza la habitual réplica 13. ... DhS (14. fe, y no hay una compensacién real por el peén); y si 13. ... ef, las blancas se abren camino hacia el centro mediante 14. e5. En caso de 12. ... fe 13. Ags el caballo, al llegar a e4, garanti- zaria a las blancas ventaja posi- cional. A propdsito, en la Defen- sa Holandesa, }a estructura con el peén e5 aislado y el caballo blan- co e4 a veces no es tan facil de valorar, pero en caso de que el peén de las negras estd situado en c7 y su caballo pasa por c6 a d4, Entonces las negras suelen obtener un buen contrajuego. Si 74 el pe6n est4 situado en c6, la posicién, por regia general, es considerablemente peor para las negras. Por eso 12. ... fe es desa- certada. Al reflexionar un poco, llegué a la conclusién de que Polu- gaievsky no pudo haber compro- bado minuciosamente todas las variantes (se estuvo preparando para e] torneo antes de Ja partida) y me percaté de una jugada qué él probablemente habfa omitido. La jugada es del todo natural, tal vez la mas fuerte, pero por algu- na raz6n se escapa del campo de visién. Como resultado de ella, se llegarfa a igualdad y en lo sucesivo nosotros dos tendriamos que resolver los problemas en el tablero. 12, ... Da6! Esté claro que a las blancas no les conviene la natural 12. Had1 en vista de 13. «.- fe 14. DgS Qpe4 con ataque a la torre. Polugaievsky no queria atacar inmediatamente £5 facili- tando el desarrollo de las piezas de las negras, pero no tenia mas remedio. 13. ef 2 xf5 14, Hadl. Quisiera Hamar especialmente la atencién sobre esta posicién que tiene que ver con el tema que estamos estudiando. Hasta el momento el juego segufa un desarrollo légico. Polugaievsky encontré una novedad, las negras reaccionaron, tal vez dando una respuesta mas fuerte. Pero aqui sentf que la posicién era bastante peligrosa para las negras. Aun- que yo habia conseguido bastante (desarrollé el alfil y el caballo), los problemas quedaban y eran muy serios. Mis piezas mayores no estaban dispuestas mal, pero con el tiempo podrian ser someti- das a presion a través de h3 y g4. El peén e5 estaba aislado y el caballo no podia llegar a d4, Los cambios sélo habrian complicado mi defensa, porque el peén aisla- do se mantendria, y la posibili- dad de contrajuego se irfa redu- ciendo cada vez mds. En tales condiciones tenia que encontrar un plan de accién posterior. Creo que la jugada que realicé fue Ja mas fuerte. Si a ustedes les interesan semejantes soluciones, pueden buscarlas, por ejemplo, en las partidas de Kasparov. Aunque no es fécil hacerlo: estas jugadas no saltan a la vista y los comentaristas, por lo gene- ral, no las comprenden y no las explican como es debido. Por eso es mejor estudiar los comentarios de las partidas escritas por el aje- drecista que ha jugado la partida. 14,... Efe8!! Una jugada poco atractiva que no salta a la vista, pero estoy orgulloso de ella. El curso ulterior del juego estaré sujeto a las ideas plasma- das en esta jugada. En qué con- siste su significado? El pedn e5 es débil, hay que defenderlo. La torre queda mal en £8, y ya que no puede llevar el caballo a5, estoy amenazado por a3. Estas son algunas de las Tazones que motivaron mi deci- sién. Pero el problema, natural- mente, no consiste sélo en ello: existen también razones mAs pro- fundas que motivaron el traslado de la torre a e8. Estd claro que las blancas se proponen jugar h2-h3 privando a las negras del punto g4 y garantizando la casilla e3 para su dama. Luego seguirin con g3- g4. Las negras prepararon un anti- doto tactico a este plan vinculado con el ataque del caballo a d3. 15.h3 cS 16. We3 d3! En esto consiste la operacién: el caballo es invulnerable en vista de la horquilla 17. HB xd3? Rxd3 18. Wxd3 e4. Si estd usted en buena forma y puede dar con semejantes solu- ciones, no tema siquiera a las peores situaciones, porque es usted capaz de salvar una partida dudosa. Estoy convencido de que si no hubiese hallado esta idea y en vez de Ii fe8 hubiese dado cualquier jugada «normal», por ejemplo, 14. ... Had8, sin darme cuenta habria cafdo en una situa- cién dificil y poco a poco habria ido perdiendo incluso sin com- prender por qué. Y probablemen- te hubiese pensado que al haber llegado a una mala posicién en la 75 apertura, toda la variante no ser- via. Asf es como terminan muchas partidas cuando el aje- drecista no da con la Unica solu- cién creadora que existe en determinada posicién. Por supuesto, yo no sabia como aca- barfa todo, pero me daba cuenta de que después de 14. ... Hfe8 obtendrfa contrachances. Incluso si hubiera perdido la partida, seria luchando. Cuando mi rival respondié con 15. h3, me con- venci por completo de que habja elegido la opciéa correcta. Se trata de una profilaxis compleja: habia que llegar a la idea de que las blancas querfan ir a h3 y encontrar la forma de impedirlo. Después de unas aventura curiosas, la partida terminé en tablas. No veo la manera en que las blancas hubieran podido refor- zar el juego y obtener ventaja. 17. Qal. Amenaza 18. g4. El caballo en d3 es inestable y yo no queria situar el pedn en e4. 17. ... Db4. Sigo aterrorizan- do al enemigo con pequefias amenazas: esta vez, la horquilla 4c2. En caso de 18. g4, habria que tener en cuenta 18. ... 2d3. Al principio en esta casilla estaba el caballo y ahora se puede situar el alfil jugando después e4, @c2. Ya ven ustedes que no es tan f4cil presionar las piezas negras. Polugaievsky tiene la esperanza de hacerlo cubriendo previamen- te las casillas débiles c2 y d3. 18. Del h5!. (DIAGRAMA 48) 76 Las negras avisan g3-g4, de paso preparan @h7 y S2h6. Pres- te atencién: con el caballo en f3 yo no habria hecho tal cosa. Ade- mds de méritos, las jugadas tie- nen también sus inconvenientes: el adversario frena mis amena- zas, pero al hacerlo separa las torres y permite jugar h7-h5. Ahora las blancas tienen que apresurarse, ya que el plan #h7 y Sh6 les resulta desagradable, 19. a3 Bc2. El caballo se ha esforzado mucho, asf que puede retirarse para descansar. 20. Dxc2 Qxc2. Aqui Polu- gaievsky afronta un problema interesante y lo resuelve con éxito. Se presentan las opciones Hd2 y Ucl. Parece mds prome- tedora 21. Hci, ya que no val- dria 21. ... @xb3? 22. Ded. Hay que retroceder 21. ... Q£5. Después de 22. Ded Axed 23. &xe4 las negras pueden elegir entre 23. ... @xh3 y 23... #h7. Estuvimos estudiando esta posicién después de la partida: aqui las negras !o tienen todo en orden. 21. Hd2! Polugaievsky reali- 26 una jugada rigida. Aqui la torre estd bastante més activa que encl, ya que esté situada en una linea abierta. Es cierto que se sacrifica el peén b3. El retroceso del alfil 21. ... Q£5 es una con- cesién psicolégica y no es desca- ble Hegar a clla. Si a usted le entregan un peén y la jugada no se puede refutar forzadamente, creo que hay que aceptar el sacri- ficio. 24. ... Qxb3! 22. DbS! La respuesta de 22. Wd3 era 22. ... W7 defendiendo el peén g6 y atacando a c4. Las blancas no consiguieron atacur el alfil b3. 22. ... cb 23. Wxb3 be 24. Wxb7 Bac8. Las blancas, por supuesto, tie- hen una plena compensaci6n por el peén. En esta posicién yo pro- puse tablas y mi contrincante acept6. Ambos rivales ya sentian el apuro de tiempo. Polugaievsky crefa que jugar sin peén es, de todos modos, arriesgado. Y yo tenia la sensacién de que no lograria realizar el peén de més. El andlisis posterior confirmé la legitimidad del acuerdo de tablas. Polugaievsky habia trazado 25. Wa6. Yo habrfa respondido 25. ... Wb6 con la intencién de jugar 26. ... e4. Las blancas lo habrian impedido mediante 26. Hd6 Wxa6 27. H xa6. Si tuvie- ra que defender el peén a7 con una jugada precisa del tipo de 27. ... He7, después de 28. Hcl la posicién se habrfa vuelto mas dificil y, tal vez, habria perdido a pesar del peén de més. Habria que jugar 27. ... c3. Sigue un juego forzado: 28. cl c2 29. Rc6 Med8 30. Wxc2 Mdl+ 31. g2 Mxal 32. Qd5+ Dxds 33. BH xc8+ Oh7 34. Hxa7 %a2. A simple vista, las negras siguen corriendo atin cierto peli- gro. Pero objetivamente, !a situa- cién es de tablas. Creo que han comprendido ustedes lo que yo tenia en cuenta al hablar de las jugadas que en posiciones irracionales ejercen una influencia decisiva sobre el curso ulterior del combate. La jugada 14. ... Mfe8 es precisa- mente de este tipo. El problema no consiste en la posibilidad de probar mediante el andlisis si esta jugada es la més fuerte. Esta jugada encierra un determinado numero de ideas, que precisa- mente se han realizado en la par- tida, que es lo principal. Un ejemplo més vinculado a este tema, un poco més compli- cado. Hasta cierto punto, se trata también de profilaxis, pero no evidente. La siguiente partida 71 contra Kiril Georgiev se disputé en el match por la Copa de Cam- peones Europeos. O DOLMATOV © GEORGIEV Moscu, 1989 Defensa Siciliana 1. e4 c5 2. DPB d6 3. d4 cd 4. Dxd4 Di6 5. Dc3 g6 6. Ve3 Qp7 7. £3 0-0 8. Wd2 Dc6. La variante del Dragén. Los ajedre- vistas fuertes coinciden en su actitud hacia esta apertura: es bastante peligrosa para las negras. Pero en las partidas de alto nivel las blancas, por lo general, evitan las variantes agu- das y sometidas a algtin principio, y no tratan de refutar frontalmen- te la construccién de las negras. El caso es que la teorfa de la variante del Dragén es muy exten- sa y sigue amplidndose con las partidas de ajedrecistas de nivel medio. Los ajedrecistas de élite suelen jugarla raras veces con las negras. Por eso el que juega 1. e4 no tiene ganas de cumplir constan- temente unos requisitos complica- disimos que no se sabe cuando pueden servirle. Yo, por ejemplo, ‘siempre que juego la variante del Dragén, choco con el mismo problema: cémo obtener con las blancas no tanto una ventaja como una posi- cidn cémoda. No juego nunca 9. Sc4 porque en esta jugada hay mucha teoria y casi no hay lugar para la creatividad individual. 78 Me gusta jugar al ajedrez y no competir en la precisi6n del and- lisis de la apertura. Por eso me interesan las continuaciones posibles 9. 0-0-0 y 9. g4. Ahora ha crecido la popularidad del enroque, ya que después de 9. ... d5 se ha encontrado el nuevo recurso 10. Wel!? 9, g4. Hace mucho que he notado esta jugada. A veces he perdido la partida al hacer un enroque largo y por eso decidi acudir a la idea 9. g4 que no es nueva, simplemente habia caido en el olvido. Pero ya se me habia adelantado Karpov al aplicarla en 1982 contra J. Mestel y A. Miles. La variante se habia hecho popu- lar. Pero, al fin y al cabo, las negras encontraron una fuerte réplica y en la actualidad esta continuacién no se considera muy buena para las blancas. Conozco varias vias que llevan a la igualdad. La m4s prometedora para las negras es un plan que, de acuerdo con la teorfa, termina en un final confuso: 9. ... 2e6 seguido de @ xd4, Wa. En rela- cién con este tema les recomien- do que consulten los comentarios de mi partida con A. Shirov (Klaipeda, 1988) en el némero 3 de'la revista El ajedrez en la URSS del aiio 1989. A propésito, es bastante peor empezar con 9. Dxd4. 9. ... 6. (DIAGRAMA 50) Creo que después de esta par- tida la jugada caeré en desuso. E] nico que habia jugado asi conmigo siete afios antes erg V. Tseshkovsky (en el tomeo inter- nacional de Frunze en 1983). Sé6lo recordaba que aunque habia ganado en aquella oca- sién, no habia conseguido nada especial en la apertura. Tuve que pensar otra vez sobre esta posi- cién. La idea de las negras es com- prensible: se proponen realizar d6-d5. Antes de cambiar en d5, es deseable rechazar el caballo mediante g4-g5. Al calcular la variante natural 10. 0-0-0 d5 11. g5 DhS me doy cuenta que si ahora 12. ed, las negras cambian muchas veces en d4 y toman el peén g5 con jaque. gTal vez tenga que defender antes el peén g5? Parece natural 10. h4, pero después de 10. ... d5 11. g5 las negras tiencn posibilidad de cambiar mediante 2g3 el caba- Mo por mi alfil. En realidad, eso ocurrié en a partida contra Tsesh- kovsky: después de 10. 0-0-0 d5 11, g5 @hS5 12. h4 las negras jugaron 12. ... @g3 13. Hgl @xfl 14. Bexfl Des y surgis una posici6n confusa. Ahora ya se puede comprender el significado de la jugada que realicé. 10. Kgl! Parece una solucién del todo Iégica, pero no era tan sencillo Ilevarla a la practica. El problema aquf es puramente psi- colégico: habfa que romper cl estercotipo. Parece que estamos obligados a llevar a cabo el tradi- cional ataque h2-h4-h5, pero la jugada Mg! no cuadra en abso- luto con este plan. En realidad, lo mds importante es realizar la idea profilactica plasmada en el modesto traslado de la torre. Las negras, después de jugar e7-e6, ya no pueden renunciar. 10. ... d5 11. gS. Ahora a 11. ... DS sigue 12. ed y el caballo al borde del tablero est4 muy mal situado porque no puede realizar ninguna jugada. A veces, en semejantes casos las blancas lle- van el caballo a g3 provocando el cambio que les abre la columna «h» para el ataque. Georgiev decidié retroceder con el caballo a una posicién normal. Ml. ... D7 12. ed ed. Ni siquiera consideré la jugada 13. @®xd5 ya que se siente el atraso enel desarrollo. 13. 0-0-0. A veces semejantes posiciones se dan en la variante de Scheveningen, en el ataque Keres. Pero alli el alfil del rey negro est4 situado en e7. Las negras juegan @b6, despu€s de lo cual a fas blancas les cuesta frenar la amenaza de ataque del 79 caballo a c4. Aqui, con el alfil 87, el caballo puede ser limitado mediante el procedimiento tipico b2-b3. No hay que temer a esta jugada. Con el alfil en e7, las negras tenian en respuesta el peligroso @b4. 13. ... Db6 14. £4 (es stil desalojar el caballo del punto e5) 14. ... Me8 15. Mg3. Tal vez serfa ms preciso 15. @f2 no permitiendo el sacrificio de cali- dad. 15. ... Qd7 16. QF2 cB. Se nota que las negras tienen serios problemas con el peén d5, no consiguen obtener contrajuego. iA Dc6-a5 siempre existe la res- puesta b2-b3! 17. &b1. De momento las blancas sélo adomnan su posicién. No hay que apresurarse en ganar, hay que consolidar primero el centro. 17. ... De7. Tal vez Kiril pudo haber jugado més ingenio- samente, encontrando en algiin momento una idea original como 10. Hglio 14. ... Bfe8! de la partida anterior. Pero él seguia los patrones y ahora su posicién resulta estratégicamente sin espe- ranza. (DIAGRAMA 51) 18. b3! |S. Los cambios s6lo acercan el final para las negras. Si 18. ... &xd4, enton- ces 19. Qxd4 Df5 20. 2 £6. 19. Dxf5 QxfS 20. Qh3. A mi me basta cambiar dos parejas de alfiles y quedard claro lo débil 80 que es el caballo b6 en compara- ci6én con c3. Parece que no queda ninguna complicacién: cambiar piezas y ganar la partida. 20. ... &xh3 21. H xh3 Wd7 22. Hhd3. ;Con qué acierto se incorporé al combate mi torre! Y eso es una consecuencia de la modesta jugada 10. Hgl! 22... Wed. En semejante posicién ya no se puede inventar nada mas. La tnica variante que yo tenia que calcular era el ata- que Wg4 después del doble cam- bio en c3. Comprobémosla: 22. +, @xc3 23. Hxc3 Bxc3 24. Wxc3 Wed 25. Bxel! Hxel+ 26. Wel, y después de 26. ... Wx f4 27. Wes Hg7 28. QcS no hay manera de defenderse del mate. 23. Qd4. Las blancas han rea- lizado por completo su idea. Ni siquiera tuve que mover los peo- nes por el flanco de rey: Ja parti- da tuvo que ser resuelta mediante operaciones activas en el centro. Pero a partir de ese momento mi adversario empez6 a defenderse ingeniosamente. Georgiev jugé inesperadamente con la intencién de cambiar el «cuadro» del juego. 23. ... HS. Si El actué asi, por lo visto le sirve 24. gh. No me puse a calcular y comprobar las variantes. Segui firmemente mi Ifnea de accién, tanto mds que era suficiente para ganar. 2A. Qxg7 & xg 25. ad, Una jugada tipo en los casos en que el caballo enemigo est4 en b6. Amenaza 26. a5 y si el adversa- rio responde 25. ... a5, mi caba- Ilo obtendré el punto bS, el caba- lo negro se quedaré sin apoyo y puedo atacarlo, por ejemplo, mediante 26. Wf2. 25.... cS 26. WI2, Noté que podia llevar la dama a la casilla central d4 y eso me serv{fa por completo. Después de la partida Kiril propuso una interesante posibilidad: 26. Hg3 Wec8 27. Wd4+ Bg8 28. £5 con ataque. Yo estaba dispuesto a jugar en el centro y ni siquiera pensé en Ile- var la torre al flanco. Me parece dificil juzgarme a mf mismo por mi jugada, ya que ésta lleva a una mejora posterior de la dispo- sicién de las piezas y mantiene la posicién ganada. 26. ... Hec8. Las negras se ven obligadas a ceder la columna abierta «e». 27. Wd4+ Hes 28. Del Wa7. : (DIAGRAMA 52) Aqui cometi, tal vez, un grave error. Las fuerzas de las blancas estaban plenamente movilizadas y ya era hora de empezar a apro- vechar las ventajas calculando el ataque 29. Db5! Pero yo, a decir verdad, no habia pensado en absoluto en esta jugada, ya que el peén c2 estaba colgado. Pude haber percibido después de 29. «. Hxe2 la simple 30. Qxa7 con victoria. Si 29. ... a6, de todos modos sigue 30. Ma7! %{8c7 31. Hde3 y no hay mane- ra de defenderse del jaque en e8. La partida pudo haber tenido un desenlace ld6gico. Pero, por lo visto, no me tocaba ganarla. Yo seguia actuando lentamente, igual que antes. En realidad, los ajedrecistas tienen que resolver a menudo semejantes problemas: realizar un juego posicional o pasar a acciones concretas. En este caso, creo que hasta el momento habia actuado correctamente, aunque, tal vez, habfa también otras solu- ciones. Pero este momento es muy importante: aqui me retrasé violando la famosa ley de W. Steinitz: «El que tiene la ventaja debe atacar so pena de perder- la». Es cierto que la jugada reali- 81 zada por mf no leva a Ja victoria y s6lo complica las cosas. Lo malo es que, como decia S. Tarrasch, «los errores nunca vie- nen solos», un error a menudo trae otro error. 29. &b2? Web. Aqui ocurrié algo dificil de explicar. La posi- cién de las blancas, naturalmen- te, era ganadora. Seria més senci- Ilo 30. £5! gf 31. g6 y no valdria 31. ... fg en vista de 32. He7. En ese momento me percaté clara- mente de la tinica amenaza para mf: el golpe tdctico Ac4+. 30. Hde3?? Cref que seguia mejorando la posicién y, lo prin- cipal, que me defendia de @c4+ pero, en realidad, simplemente provoqué esta jugada, dejé esca- ar... 30. ... Dcd+! Me parecié que después de 31. be i xc4 32. Wie d4 33. Wxc6 me habria quedado con una pieza de venta- ja y olvidé que el caballo podria ser capturado con jaque. Al hacer lo incorregible, por fortuna no perdi la cabeza, sino que me di cuenta de que ya era peligroso jugar a ganar. 31. be Bxec4 32. Wxd5 Bxc3 33. Wxc6 B3xc6 34. Be8+ Bxe8 35. H xe8+ dg7 36. &b3 y después de unas cuantas jugadas mds, acordamos tablas. Asi que, en esta partida, una sola jugada —10. Hgl— ejercié una influencia importante sobre el curso del combate, simple- mente lo predetermin6. El adver- sario tenia posibilidades limita- 82 das y Ja torre se incorporo al juego acertadamente, sin perder tiempo. El siguiente ejemplo es la par- tida con Alexander Beliavsky, que tuvo un desenlace bueno para mi. O DOLMATOV @ BELIAVSKY Campeonato de la URSS, Liga Superior, Odesa, 1989 Partida Espanola 1, e4 e5 2. Df3 Dc6 3. VS a6 4. Rad Df6 S. 0-0 Qe7 6. Hel b5 7. Rb3 d6 8. c3 0-0 9. h3 Db8 10. d4 Dbd7 11. Dbd2 Sb7 12. Qc2 HeB. Las negras aplicaron el sistema de Breyer. Yo lo conocfa un poco, claro que no se puede recordar todo. La teorfa contempla como continua- cién fundamental 13. Dfl Qf8 14. @g3 g6 y luego expone las variantes hasta la 20* o la 30° jugada. Se llega a posiciones nada simples que es facil poner bajo control. A mf no me gusta jugar asi, sobre todo con las blancas. Sin embargo, existe otro siste- ma, menos popular pero bastante mordaz. A la hora de preparar la partida, encontré Ia partida Soko- lov-Beliavsky disputada en el Campeonato anterior de la URSS. A. Sokolov habfa obteni- do ventaja y yo decidi actuar de la misma manera. 13. ad Qf8 14. Qd3. La idea de esta posicién cambia para mi de partida a partida. Yo cref a que la respuesta 14. ... c6 de Beliavsky era obligatoria, Pero después del torneo en Reykjavik en 1990, Olafsson jugé contra mi 14. ... ed 15. cd c5 y E. Geller explicé después de la partida que se trataba de algo conocido desde hacia mucho tiempo. Como se dice, bien conocido, aunque en circulos reducidos... A pesar de que el plan aplicado por Olafsson result6 para mi una novedad, no me impidié obtener ventaja en la apertura mediante 16, ab ab 17. Bxa8 Qxa8 18. de! (resultd que esta dltima jugada que hice era también una novedad) 18. ... @®xc5 19. Qxb5. 14, ... c6 15. b3 g6. Beliavsky habia jugado de otra manera con- tra Sokolov: 15. ... Hb8 16. a3 Ohs. 16. Qa3 We7 17. We2 Had8. Aqui me puse a pensar y com- prendf que esta vez Beliavsky no se disponia a llevar el caballo a f4, como en la partida contra Sokolov, sino que estaba plane- ando d6-d5. Y, seguin, me parecié a mi desde el principio, si hubie- se logrado abrirse camino hacia el centro, habria llegado a cam- biar muchas piezas igualando el juego. Me quedé pensando, ya que disponia de mucho tiempo. En las jugadas anteriores habia invertido cinco minutos y en esta, 40 6 50 minutos. Habia encontrado fa jugada acertada ya antes, pero me cost6 decidirme a levarla a Ja prdctica. Por razones puramente psicoldgicas: la idea me gustaba, pero contradecfa al patron y la mano no se movia. 18. HabJ!! jProfilaxis! Hace tiempo Tarrasch llam6 a una jugada como ésta de A. Nimzo- vich «misteriosa», mientras que Nimzovich, como compensacién, titulé todo un capitulo de su libro «las jugadas misteriosas de la torre». El escribié al respecto: «El problema aquf se reduce a un acto de advertencia. En reali- dad, la jugada es ‘misteriosa’ por su forma (la torre ocupa la linea recién cerrada), y no por sit objetivo estratégico... La adver- tencia acerca de las jugadas liberadoras del adversario es mucho mds importante que las consideraciones de si la torre es activa u ocupa una posicién pasiva en un momento dado». De todos modos, gpor qué esta juga- da dificulta a las negras a realizar su plan d6-d5? Resulta que fa inmediata d6-d5 no amenaza en absoluto. Des- pués de Ja natural 18. Hadi, a 18. ... d5? Sigue 19. @ xf8 x8 20. b4! ed 21. cd, y las 83 negras se quedan con un alfil malo de casilla blanca y una estructura de peones desfavora- ble. La jugada correcta es 18. ... ba! 19. ba, y ya entonces 19. ... d5 con igualdad. Beliavsky ya no puede contes- tara 18. Habl!! con 18. ... ba 19. ba d5, ya que por la columna que se abre la torre atacarfa el alfil b7 bloqueando a la dama para protegerlo. Seguirfa 19. 2x8 &xf8 20. ed y luego las blancas asestarfan un golpe a eS ganando un pedn. Pero ya sabe- mos cudl es la réplica a la inme- diata 18. ... dS. . Surge una pregunta ldgica: cy qué seré si las negras renuncian a d6-d5 jugando, por ejemplo, 18. ... £77 Se debilita el punto d6, pero {acaso eso es tan importan- te? No entraré en detalles, sdlo quiero sefialar que si las blancas realizan su jugada programada c3-c4, es del todo posible el cam- bio de peones que abre la colum- na «b» y la torre en bl podré ser- vir también. Sasha Beliavsky es un ajedre- cista bastante rectilfneo. Por lo general, se las arregla muy bien en las variantes tacticas pero es considerablemente més débil en los matices posicionales, En esta partida tampoco quiso desviarse del plan marcado. Se dio cuenta de que el cambio de peones en a4 era desfavorable para él y que la inmediata d6-d5 de frente no se refutaba. Pero no se percaté de que estaba surgiendo una posi- cién dificil para él. 84 18. ... d5? 19. 2x fB Bx fB 20. b4! Naturalmente, la situa- ci6n de las negras no est4 perdida todavia, pero las blancas han obtenido una ventaja considera- ble en Ja apertura. 20. ... de 21. & xed! Yo no queria agudizar el juego sin que eso fuera necesario y después de 21. Qxe4 Q xed 22. 2 xed f5 ya habfa que sacrificar el alfil en £5. Creo que ahora las negras tenfan que haber jugado de forma més contenida 21. ... Wd6. Beliavsky abre la columna en vano. 21. ... ed? 22. cd Wd6. La ventaja posicional de las blancas es evidente, pero aqui, por desgracia, cometi un serio error. Tenfa que haber jugado 23, a5! He7 24. Wb2 y entonces habrfa ganado un tiempo de ven- taja en comparacién con la juga- da de la partida. Sin pensar en lo que se proponian hacer las negras (lo que querian era unir las torres por la columna abierta «e»), las blancas dieron la siguiente juga- da deprisa, sin vacilar mucho. 23. Wb3? (disponiéndose a atacar en f7: 24. @g5) 23. ... He7! Las negras tienen la espe- ranza de obtener la iniciativa, dado que mis peones de pronto se han vuelto vulnerables. Ame- naza 24. ... Hae8 y después del cambio de torres, @d5. Aqui tuve que movilizarme para encontrar, tal vez, la tnica jugada que me permitirfa mante- ner la configuracién de las blan- cas. 24. Qc2! El alfil retrocede justo aquf para defender el peén a4, Antes de realizar esta jugada tenia que calcular necesariamen- te la variante: 24. ... I xel+ 25. Hxel Dd5 26. Mb ba 27. Wxa4 Qc3 y ahora, 28. Ded! Sin este matiz la posicién de las blancas habria sido desagradable pero, por fortuna, no faltaba. 24... Hde8 25. Wb2! Hxel+ 26. Lxel Hxel+ 27. Dxel. ss 27. ... Qb6? Un grave error. Existian dos alternativas: 0 admi- tir el bloqueo de la posicién mediante la jugada a4-a5, 0 cam- biar en a4. Beliavsky valoré incorrectamente la posicién. Tuvo que haber escogido 27. ... ba! 28. @ xa4 Db6 con un juego aceptable. Quisiera sefialar que a 27. ... We7 yo no responderia 28. 4d3?! We2, ni 28. QF17! ba 29. x4 a5, sino 29. Ddf3! We2 30. a5! Ded 31. Dd3 seguida de Wel. 28. aS Dbd5 29. Dd3. De nuevo las blancas tienen ventaja, ya que el adversario se queda con un alfil malo. 29. ... Xc8. Un intento de He- var el alfil a £5; por supuesto, lo impido. 30. DAcS Af4. Un juego carac- teristico de Beliavsky. Si hay alguna posibilidad, se lanza ense- guida, amenaza con jaque a e2, amenaza con la jugada 31. ... d5. 31. Qdi! Tal vez mi adversa- rio no babfa advertido la manio- bra del alfil. Las blancas se defienden de todo (31. ... Wd5 32. 2£3). A 31. ... We7 seria fuerte 32. £3. Tal vez habia que 85 jugar ahora 31. ... h5!? Pero Beliavsky, igual que en la jugada 18", no desea renunciar al plan trazado y sigue jugando de la misma manera, empeorando su situacién. 31. ... Wd5 32. 213 WeS 33. fl! La esperanza de las negras era 33. ¢h2? Wh4. Y ahora hay que retroceder. Ademfs, Beliavsky est4 en apuro de tiempo. 33. ... DEdS 34. Dded We7 35. @c3. Para el Zeitnot es muy desagradable el juego lento. Yo estoy reforzando mi posicién, cambio las piezas activas del enemigo y él no sabe en qué Momento esperar operaciones decisivas. 35. ... Wd6. Una respuesta correcta. Después de darla me puse a pensar qué se proponfan capturar las negras en d5 con una pieza mayor y ya me disponia a jugar 36, @xd5 cuando de pron- to me vino a la mente que tal vez querfan capturar con el peén. Al realizar la ventaja, por lo gene- ral hay mds chances de ganar cuando en el tablero quedan pie- zas diferentes y no iguales. Es mejor tener el alfil contra el caballo que un final de alfiles. Intuf que en caso de tomar en dS con el peén serfa mds ventajoso para mf mantener el caballo c3 en vez del alfil f3. 36. &xd5! cd. Yo estaba con- tento de haberme percatado a tiempo del plan enemigo. 37. Wd2. (DIAGRAMA 57) 86 7 fhe Y, , ue Ye, Un pequefio problema posicio- nal. gCémo cree usted que las negras deben llevar ahora la defensa? Al encontrarse en Zeit- not, Beliaysky no dio con la soluci6n acertada. En el campo enemigo se nota la debilidad de las casillas negras. Ya no se puede hacer nada en el flanco de dama, pero era posible encubrir los puntos débiles en el flanco de rey situan- do los peones en casillas negras: £6-g5-h6, como lo requiere la presencia del alfil de casilla blan- ca. La jugada acertada que man- tendria las chances de las negras para una defensa acertada era 37. go! 37, ... h5? Ahora creo que la posicion de las negras es deses- perante. 38, h4 He7 39. We3 Deo. Por desgracia, ahora es mi tumo de equivocarme. (DIAGRAMA 58) 40. g3? En principio, no reco- miendo tomar decisiones radica- les en la jugada 40. Pero en el A Li meme caso concreto iba a ganar: dos jugadas acertadas y después de - ellas el rival tenfa que rendirse. En concreto: 40. 2 xe6+! 2 xe6 41, We5+! Wxe5 42. de. Ame- naza el ataque del rey blanco. A 2. ... £6 sigue 43. f4. Me di cuenta de que seria confusa la inmediata 40. Wes+ Wxe5 41. de 4xc5 y simplemente no He- gué a pensar en el cambio previo ene6. Semejantes errores suelen cos- tar caro, La posicién de las negras es mala, pero esperan construir una fortaleza y mante- nerla. El proceso de destruir la defensa del adversario puede resultar largo y dificil (efectiva- mente, el combate se estancé atin mas después de la jugada 40). Si se presenta la posibilidad de cambiar de pronto el rumbo del juego en mi favor, hay que com- probarla y aprovecharla. Es posi- ble que mds adelante no se encuentren vias tan cémodas de hacerlo. . . £6. Aqui la partida quedé aplazada. Lamentable- mente, durante el andlisis no pude dar con el plan més fuerte de realizar la ventaja, que luego me indic6 Beliavsky. 41. Sel. Jugada secreta. Al aplazarse la partida, tracé un plan racional. Pronto el caballo ceder4 a c7. Las blancas pueden llevar su caballo a £4, pero no se ve la posibilidad de una victoria direc- ta. Entonces decidf que debfa pasar a f2-f3, g3-g4 y luego lle- var el peén a g5 para ocupar las casillas negras. Pero antes de irrumpir con los peones, habia que capturar en este flanco el rey. Beliavsky propuso en vez de 41. @el realizar 41. Be2 Dc7 42. Df4 BF7 43. Wel! No se me habja ocurrido el retroceso a cl, me habia fijado sdélo en 43. We3. La principal amenaza es 4cd3 y luego We5. Con la dama a c3 existfa la defensa 43. ... We6 (el rey est4 en f7 para impe- dir Dce6+). Con la dama en cl esta defensa no sirve en vista de 44. @fd3 (con la amenaza 45. Wh6) 44. ... &g7 45. Wea. jBonita victoria! Beliavsky reco- nocié en vista de este plan que ni siquiera tenfa ganas de terminar Ja partida. 41. ... De7 42. a2 Ved. Yo cref que é1 s6lo me facilitaba el movimiento de los peones hacia adelante. Pero, segtin result6 des- pués, intentaba prevenir la maniobra 4c3-e2-f4. Es curioso, iqué enfoque tan distinto tenfa- mos de la posicién! 43. 13 Qe6 44. De2 QE7 45. 24 hg 46. fg 2e6 47. 25 Q£5 48, eft &xf6. A 48... Wxf6 la 87 solucién seria 49. We5. Y des- pués de la jugada de la partida, ganaria f&cilmente 49. Wh6! con la misma idea: Wh8+ y We5. 49. We5+? Sf7 50. We3. Yo ya habfa percibido el error y tra- taba de corregirlo. Retrocedi con la dama con Ja esperanza de que Beliavsky, al no querer permitir 51. We5 volverfa con el rey a f6. Pero 1 estaba alerta y, a pesar del mutuo Zeitnot, encontré la Gnica defensa acertada. 50. ... Deo! De pronto dejé de ver con cla- tidad cémo tenfa que seguir actuando. El rey desprotegido de las blancas Jes ataba las manos. Quedaba muy poco tiempo. Me di cuenta de que un poco més y tendria que olvidarme de los sue- fios de victoria. Y aqui logré encontrar tal vez una de las mejores soluciones de la partida. 51. Wg3! Una jugada impor- tante, ya que enseguida se cam- bian muchos peones. Las blancas quedan sélo con dos. Comprendi que conseguiria un mejor final de caballos, pero no estaba seguro si 88 iba a ganar. Por otra parte, tal vez mas adelante no se me hubiese presentado semejante oportuni- dad. Si... Wxg3. Si Sl... xc5, entonces 52. de con una gran superioridad posicional, ya que a 52. ... WE6 sigue 52. WF4 controlando el importantfsimo punto d4. 52. Dxg3 Dxd4 53. Dxf5! . En caso de 53. ... Dxf5 54. xa6, serfa mala 54. ... Axh4 55. McT, ya 54. ... Be7, la solucién serfa 55. Ac5 Dd4 56. a6 @c6 57. He3 con la inten- cin de jugar Ad4 o Hf4-g5. 54, B x26 Dc6 55. Dc7T Dxb4 56. Dxb5 ge 57. Dd4, Las blancas aspiraban a esta posicién suponiendo justificada- mente que sus peones pasados del flanco eran ms fuertes que los peones centralizados del rival. Se inicia un juego intere- sante. Yo crefa que las negras tenfan dos alternativas: @h5 o f4. A 57. ... £4 seguiria 58. He2 BhS 59. BB &xh4 60. & x fa. Quedarfa un peén para cada uno, pero las negras no se salvarfan. EI rey recorre el flanco de dama y presiona el caballo. El peén dS s6lo estorba a las negras. Segunda variante: 57. ... @hS 58. @c3 Dab 59. AxfS5 wed 60. He3 Hxh4 61. Dx dS Hgs 62. Hc4 HS 63. HS Dbs 64. Db4 eb 65. Dc6 Dd7 66. a6 con victoria. Beliavsky encontré una tercera opcién: hizo una astuta jugada a la expectativa. Pero ya no estaba en . condiciones de salvar la partida, 57. ... Dab 58. Se3 DAc5 59, B14 Dd3+ 60. Se3 Dbé 61. Hl4 Dd3+ 62. S13 Dd4 63. De2 BL6 64. Dl4 d4. Tuvo cierto logro: obligé al peén a moverse adelante para someterlo aun alaque mds facil. Pero 62. ... BeS perdfa enseguida debido al golpe 63. Dd3+! 65. Be2 Hf7 66. Hdl! H6 67. &d2. Siempre es agradable meter al rival en apuro de tiempo. 67. ... @f7. Hay diferentes maneras de ganar. Yo decidi «comerme» un peén. 68. De2 Seb 69. Axd4 f4 70. Se2 PhS 71. $13 Hxh4 72. & xf4. Aqui la victoria es muy simple, ya que al caballo siempre le resulta muy diftcil luchar contra un peén de torre. 72. ... BhS 73. heS go 74. Sd6 Hf7 75. cS Dab+ 76. Bb6 Db4 77. Dc6 DdS+ 78. Bb7 Seb 79. a6 Ha7 80. a7 De7 81. DeS+ HAs 82. Dc4 Da8 83. D6 Dc7 84. Heb. Las negras se rinden. La partida pudo haber termina- do antes si yo hubiese jugado con mayor exactitud. Sin embargo, asf se Ileg6 a un juego curioso pero, lamentablemente, bastante tipico. Las blancas resolvian pro- blemas posicionales y obtenfan ventaja. Luego se debilitaban, cometian imprecisiones y per- dfan Ja ventaja por completo o en parte. Luego se movilizaban otra vez, aventajaban otra vez al rival y se volvfan negligentes de nue- vo... Es cierto que es diffcil ju- gar lo mejor posible durante toda la partida si el adversario se esté resistiendo con todas sus fuerzas. En semejantes casos los errores son posibles. Un ejemplo de otra apertura: Defensa Caro-Kann. La partida se disputé en el torneo de Has- tings y es una de las pocas parti- das que gané allf. Eran tres en total, pero me bastaron para ocu- par el primer puesto. O DOLMATOV @ SPEELMAN Hastings, 1989/90 Defensa Caro-Kann 1. e4 c6 2. d4.d5 3. ed cd 4. c4 4I6 5. Dc3 6 6. DB Vb4. Yo casi siempre aplico el ataque de Panov y luego, igual que en el caso concreto, el juego a menudo pasa a la Defensa de Nimzovich. 7. 203 be 8. 2 x4 0-0 9. 0-0 ®bd7. (DIAGRAMA 61) 89 Una posicidn tedrica. Aqui no se ha aportado ninguna novedad desde hace mucho tiempo. Conozco las jugadas 10. Hel y 10. Qd3. Las negras suelen res- ponder con 10. ... @xc3 11. be seguido de 12. ... 2b7, y las blancas desarrollan el alfil en g5 en un combate complicado. Segtin la teorfa, las blancas no tienen una ventaja considerable. Pero aquel dia yo tenia ganas de jugar de forma poco comin. Tanto mds que Jonathan Speel- man es un ajedrecista original y él mismo busca las complicacio- nes y Jas afronta. Es un ajedrecis- ta muy activo, es agradable jugar con él, las partidas resultan inte- resantes. Decidf jugar fuerte: sacrificar el peén c3 mediante la jugada 10. @g5!? Ya habia realizado semejante sacrificio en la partida contra J. Flesch (Bucarest, 1981). Pero en ella el rival no hab{a jugado 9. ®Dbd7, sino la inmediata 9. &xc37! 10. be We7. Siguid 11. 2d3!? Dbd7, (a Ll... Wxe3 setia fuerte 12. £4) 12. Qa3! He8 13. Dd2! Hd8 (seria muy 90 mala 13. ... Wxc3 14. Bc4 con victoria) 14. WIS Df 15. Des con evidente ventaja blanca. Como ven ustedes, en ninguna de las variantes el alfil se sitia en 25, ya que entonces yo conside- raba que no tenfa nada que hacer alli. Pero esta vez decidf experi- mentar. La idea me vino a la mente en el tablero, no la habia analizado en casa. Speelman es un ajedrecista audaz y, por supuesto, acepta el sacrificio. 10, Bg5!? Qxc3 i. be We7 12. Qd3! Esta ultima jugada ta realicé deprisa, ya que precisa- mente en el sacrificio del peén consistia la idea del ataque 10. Qg5. Ya es tarde para desviarse de las variantes de principio: la precavida 12. Wd3?! permitfa a las negras igualar f4cilmente el juego después de 12. ... b6 13. Qb3 Qb7 14. Hel Hack. En general, es una solucién creadora que requiere una buena dosis de riesgo. En el curso de Ja partida yo razonaba asf: «No he podido equivocarme, ya que en realidad hice sélo la jugada racional &g5. {Qué hay de natu- ral en esta jugada? Aunque el contrincante gana un pedn, de hecho me da varios tiempos que tienen que compensar su Jigera ventaja material». 12.... Wxe3 13. Hel Wad. (DIAGRAMA 62) Cuando sacrifiqué el pedn, tenfa que prever esta posicién y

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