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Notas para el estudio de 1a burguesfa local, con especial Guillermo O'Donnell referencia a sus vinculaciones con el capital transnacional y el aparato estatal ESTUDZ0S SOCIALES N°42 Freparado para el programa de investigaciones del Tnetituto Latinoauericeno de Kstudios Transnacionales (ILET) y presen tado ante el Congreso de Latincamericanistas Aleuanes, Biglefeld, marzo de 1978. La investigaciéa que se wenciona en el presente trabajo ha recibide e! apoyo del Social Science Researeh Gouncit, Buenos Aires, julio de 1978 L El presente texro es uma primera aproxinacién el tena de la burguesta Yocal industrial on Auérica Latina, Me Limito aqui a presentar les prin cipeles criterios teSvicos y merodolégices que me parece convendrfa fue~ ‘tan tenidos en cuente para el estudic de aquél sujeto social, sin preten eiga de realizar un anGliais exhaustive de ningunc de los temas implica- dos. Este trabajo és un instrumento elaboredo para trabajar en imestiga cioaes en curso” y que, por lo tento, hoy zefleja un grado de conceptual, zaci&n que aquelles ayséarén a iy vefinando. En 1a parte final de este trabajo ejemplico algunas de Lae aplicacionas de esa conceptualizaciéa ue diante un répido vistaze a s6lo wm caso, el argentino contemporéneo, A pesar de estas Linitaciones, puede tener seatide ofrecer estas reflexio- nes para disusign, en la esperanza de coutribuyan al estudio de casos us~ cionales y conparativos que tanta falta hacen en este Lema. Elije hablar de burguesia local y no de burguesfa “nacional” con el. propésito de no prajuzgar cuestiones que inplican couplejos interrogantes acerca de los conceptos utilizedos y de sus referentes™™; 1a cuestién de si ia burguesfa puede o no llamacse propianente “nacional” deberia ser el corolario y no le premise de un andlisis que estamos Lejos de haber redox, deado suficienrenente, Dentro de Je burguesta local ve referiré exclusi- vamente a la urbane y, dentro de ella, 2 ia industrial y edlo lateralzen- te a ls comercial. Bato implica dejar de lado no sélo Las burguesias agra vias sino también la fraccién financiera y, en gran medida, la comercial. * Bota inveotigacin 1a Llevamos a cabo en el CEDES, con La pasticipa- ciga de Leura Golbert. ** La eleceién terminoldgica es intrascendente, siempre que el lector se atenga a la definicién que estiputaré, Igualmente podria haber denoninado a esta Fraccién como “dowéstica" 0, sigviendo ta termino~ logia de Nicos Powlantzas (as clases sociales en el capitalismo de hay, Siglo XXL, México DF, 1976) como “burguesfa interior". Son su- nanente interesantes Ios éportes que hace ése autor sobre este tema, pero Te erefdo que -desde que au referente es la burguesta de paises de capitalicnoa centrales, pero a Los que considera subozdinados < los Estadca Unidos s6lo agregaria a la confusidn existente extender el uso de ese término a 1a burguesfa de paises periféricos o depen- dieates. : no de la burgueefa urbana. Por supuesto, esto implica negar la importancia ete” initect de aquélles'. La Limitecién sefalada obedece a que en nuestra investiga sida no ues ha parecido empiricanente psible extendernes mds alld de la burguesfa local industrial; por otra parte, no serfa villido generelizer sobre las restentes fracciones lo que se ha apreadide sobre aquélle. Por burguesTa local induarrial entiendo, entonces, a la fraced&n de Ja clase burguesa que detente 1a propiedad y gobierna 1a organizucién de 1a produccién de empresas capitalistas industriales cuyo capital pertene ce Integra y nayoritarisnente a sujetos nacionales, y cuyos centros supe riozes de deaisién ae helian doniciliados en el mismo fmbite nacfonal™, Seada esta definiciga, el sujeto social que nos ocupa mo puede entender- se dicoténicamente como nacional o uo nacional (0, de acuerdo con la terninologia aquf propuests, com local o no local). Precisamente, aque Lia definicién spunta a permitir el andlisis de situaciones que se colo- can en una “zona gris" entre acuéllos dos polos, en términos no slo de lo obvio (participactén accionatia) sino también del control efectivo del proceso de producciGn y acumalaciGn. Por el otro lado, esta definicién es us priuer paso para abordar un Lene que agui quiero recalcar: el papel que puedea cunplir incluso enpresas inconfundiblemente locales en ua pro ceso ts complejo que el detectable a nivel de las empresas o de la eub- jetividad de los miembros de 1a burguesfa: 1a transnacionalizaciéa del capital. * No menos importante gue ef estudia de ln fraccién aqui escogida es el del capital financiero local e internacional, sobre el que wuy poco se sabe, ¥ Este criterio implica incluir slo a las empresas propiamente capi- talistas y, por lo tanto, excluir 2 sectores de alto peso an nues- tros pases, como las actividades artesanales y les pequefias empre sas en las que el propietario combina su trabajo personal con el de un reducido aimero de obreros. a No deja ce sex soxprendence la escasez de eatudios sobre el tema que agut nos occupa”. La razén, sin embargo, no ee dificil de haller. zn las décadas del 50 y del 60 asistinos a una racha de estudios cuyo referente inclufa « la burguesia industrial, como parte de las “energentes clases nedias” que serfan portadores de 1a codernizacién y producirian conjunta mente el desarrolle econdmico y la estebilidad politica, Bllos dleren lugar 4 diversos manifiestos anunciagores de tan afortunado evento, ast cono a encuestas a empresarios, apuntadas a determina: el grado de "tra~ Gicionelisne" 0 "nodernismo” de sus actitudes coxo predictor ée su capa cidad de contribuir a aquel resultade. Sstes concepciones han sido sufi, clentenente criticadas. Mas aGn, han sido desnentidas por hechos que mos traron que, cualguiera que fuere su contribucién al "desarrollo", tanto los “energentes sectoxes medios” conc 1a burguesfa industriel parecTan capefiados ex contradecir tos (reales y supuestos) conportamientos politi, cos de gus predecesores en los capitalismes contrales. Por afadiduza, en no poces casos se couvirtieron en actives promotores de una inestabi. lidad politica que sélo parecfa "solucionarse" mediante cada vez nds se- veras y proloagaéas recurrencias autoritarias. Asi, las espersuzas depo sitadas en asos sujetos se transfiviezon hacia otros, sobre todo hacia las Fuerzae Amades, que parecieron capacen de garantizar el crecimiento econduico (auaque uo la mejor cistribuciés de recursos implicada origina riamente en la idea de desarrollo) y cierta estabilidad polftica (aunque * Hay eacepeiones importantes, entre les que se debe mencionar el 1i- bro de Fernando H. Cardoso, Ideologfas de le burguesta industrial en paiges dependientes. argentina y Brasil, Siglo EXI, México DF, 197i y Phillippe Schmitter, Interest conflict end political change in Brasil Stenford University Press, Stanforé 1971, ae? como inves- Uigaciones en curso de Ricardo inta (Colegio de México) y de Rene- to Boschi y colaboraderes (Institute Universitario de Rio de Janei- ro). 4 + no, pox cierto, el otro genelo de la ecuacién originaria, la democracia) Con este transferencia de esperanzas de unos a otros actores, y el congiguiente “realismo” en Is reduccién de las miswas. La corriente de estudios arriba comeatados se cortd -y con ello desaparecié de vista el isi que aqui querenos rescatar. esar dei vico sentido de 1a complejidad del tena sujece so: Por etre lado, @ ue podence encontrar en el principal planteo del problema de la dependen oh cia” y eubsiguientes trabajos de Fernando Hl. Cardoso y otres autores, “La Dependencia” se cenvirtié en campo féetil pare aumeroses simplis- mos”**, Uno de elics fue concebir al capital internacional y al imporia Lismo come deniurges tedopoderoscs que implican, entre otvas cosas, la carencia de toda sutcnomfa de ia burguesfa local. fm estes versiones aqué, La queéé eliminada como un sujeto social en sentide propio, al que no hacia falta estudiar desde que sus conportamientos aparecian éeterminados por aquéilos actores “externas”. Le dicho recién ne implica negat aspectos que, por el contrario, quiero recaicar. Yn especial, el importante grade de subordinacién de 1a burguesfa lecal respecte de las enpresae trensnacicneles (ETs en adelan~ te) ¥, sin mas decieivanente, respecte del proceso global de transnacio~ % Tal ver el mejor ejemplo de este desplazamienta sea ia diferencia aque media entre ios dos libros de Joha J. Jehnson, Politics? Change in Latin auerice (Standford University Press, Stanford 1958) con sus "emergentes sectcres medios", y The Military and Standford University Prees, Stanford 1964, eon eva esperanza transteridas a las Tueraas Armadas. Cleztamence, loa cambios operadoe en estas corrientes marcan le distancia que me 4i8 entre las euforiss inicfales de la Alianaa para el Progreso ~basada en gren medida en las premises arriba mencionadas- y 1a ad~ winistvactén del presidence Johnson 4 Fernandc H, Cardoso y Enzo Faletio, Dependensia y Desarrollo en Amé- rica Latina, Siglo XkI, México DF., 1969, Ae Gf, esp., Fernando H. Cardoec, "The consumptica of dependency theory in the United States", teabajo presentade 2 la reuniéa anual, 1977, de la Latin American Seudies Association, una punzante critica a al, guncs de log sinplismcs incurrides en el use del concepto. nalizacidn del capital. Pero los fendnenos de subordinaciGn que discuti, ré en este trabajo mo obstan para que, al mismo tiempo, le burguesia le~ cal benga sufieiente autonomfa como para constituir un sujeco seciel en sentido propio ni para que sostenga sigaificatives puntos de friceidz cou el capital transnacicnal. Hay una cuestién que ha quedado implicita en las afirmaciones prece dentes. Ella es la referente a qué ea estudiar una clase -0, més preci- sonente, pare el tena que aqet nos ocupa, una fraceién de clase. Sin pretender aqui una respuesta exhaustive, parece que, para el caso qe nos interesa, ello presupone acuparnos de tres wiveles: (1) un primer plano, estructural, entendiendo por tal la posicién de eae fraccién en el sistena productive. Y esto en dos direccionee principales, Tua de elles, 1a posicién de esa fraccién on términes de sus relaciones econdmi cas en sentido amplio (incluyendo Lo tecnolégico) con otras fracciones burguesas (incluso Iss BTa), com las clases subordinades y con el apare= te estatel, La otra direccién, "hacia adentro" de esa traccién, apunta a establecer eu propia diferenciaciéa estructural. Es evidente que, afin después de 1a exclusién de empresas ao plenamente capitaliace:, la burgus sia locei industrial incluye gran variedad de situactones, que van desde pequefias empresas de escasa dengidad de capital forzadas a deseupefiarse en condiciones Suertemente competitivas, hasta una “elite” de empresas -capa superior de esa iraccidn-, que participan en mercados oligopélicos y pueden tener tsaae de densidad de capi y de incorporacién de tecno- logia no infericres a las filiales de EVs que actian en el mismo mercado. Estes y otros factores determinan posiciones ett el sistema productive y, potenciaimente, intereses divergentes que exigen cufdado en las afirma~ cienes acbre ei conjunto de esta fraccién. (2) Hl plano de ia organiza~ cin corporativa de le burgueefa industriel en su conjunte’. He refie~ ro @ las céusras de empresas industriales ~que evelen corresponder 4 in * Al decir "burguesfa industrial en su conjunto” presupengo gue en eg te nivel corporative coexisten tanto empresas locales cone filiales de Els. bereses bastante especificos, casi aiempre determinados por la oferta fi nat que tealizan-, asf conc « las asocieciones o federaciones mds agreaa daz, que invocea 1a representacién de intereses de conjuntas de tales ac tividades” y, atin mds agregadamante, a toda la industria. zn este plano, cone on el antericr, ias varisciones son iuportaates, tanto a le Largo del vienpe como ds pats en pais. Ellas pueden ocurrir en dimensiones ten significatives para nuestro tena (y tan iluetratives de diferencias en les procesos subyacentes que discutiré nds adelante) como la mdelidad de articulacién entre estos miveles organizacionales, el grado de presen cia (0 ausencia} de filiales de PTs en ellos, sus vineulaciones con el aparato cstatel © incluso, come en el caso argentine hasta 1976, la exis tencda de as de une organisacién a nivel nacional que aspixabe a repre- sentar al conjuato de 1a burguesfa industrial””, (3) el plano de le ac+ tuscién especificanente politica de esas organizeciones. Con ello no me refiere a le recién mencionade, 61 plane corpozative de 1a articulacién puntual de intereses industrieles, aunque esto de por ef constituye @ esas organizaciones ea actoras de La politica. Se trate agef de inter- venciones en las que, directamente 0 por medio de burocracias estacales, partidos ¢ movimientes politicos y/o alianzas con otros sectores socia~ Les, esas ovganizeciones eparecen trascendiende la articulacién de inte- * Vata dectr, somo guele ser el caso entre alles el argentino-, pode nos distinguit tres nivetes b&sicos de organizaciin corporativa. EL prinezo 7 me puntual, que refine 2 empresas por su oferta final (p.e}., producciéa de elambre); un segunde que gencratmente reine a Céeras que comparten el mismo insumo principal (p.ej., 1a Asociaciéa de Industriaies Metaldrgicos de la Argentina) a ia que coacurren in teresce tan diversos cone lcs de productores de alazbre, laminade- ree de azero ¥ vredustoren 4° artfeutoa de consumo dutable para el hogar, entre ctroa; y Finalmenze, un tercer nivel en que una o varies asociaciones pretenden tepresentar al cenjunto de 1a industria. ** La historia y morfologta comparativas de éstas y otras modalidades de representacidn de intereses es el foco principal de un estudio que actuainente dirige Philippe Sehnitter scbre varios patses eurc— peos, Estados Unides y Japa. Parece obvio destacar 1a importancia que tendyfan similares estudios en nuestra regién. reses puntuales y como portadotas de intereaes gencrales inplicantes de al guna propuesta de organizaciéa politica y econdaice de 1a sociedad. Los piauos sefalados podrian denominarse, respectivanente, estructu- ral, corporative y politiconideolégico, Pero aquf, para evicar confusiones bastante commen, ay que agregar algunas precisiones. Una de ellas es que no se es clase sélo en el plano estructural, Una clase o fraccién se constituye come tal simulténeanente en aquellos tres niveles; ee lo que es cons resultado de su nodalidad eopecSfics de estar y manifestarse conjunta mente en esos tres planos’, De maaera que similitudes entre fraccionas de un pafe 2 ocro, observables en ef plano estrectural, no las hacen los mis~ nos sujetes sociales si en alguno/s de los otvos Flanos aperecen diferencias que se puede juagar iaportantes. La segunda salvedad fluye de lo recién anctado: existe 1a presuncién que la posicién estructural acota tos grades de libertad existentes, por ejenplo, en las modalidades de acumlacién de capital y ex los comportamientos politicos de aquélla fracciéc. vere los gtados de libertad remaneates son avficientemente amplios, y las protabili dades resultantes se hallan codeterminadas por otzos factores, come para que no see vilido "daducir” los otros niveles = partir de la posicién ea tructural, La tercera peatualizecién es que €l concepto de clase o frac~ cidu, y el segmenco de ta reelided social a ia que elude, son relaciona~ les, Un sujeto social no puede ser entendido aisladanente, en alge asf co. mo “Io que intrinsecamente seria" por el contrario, en los tres niveles sefialados se contituye en tal mediante haces de relaciones que, vinculdnda, Lo con otros sujetos sociales, 1o insertan en ef plexo de relaciones del conjunto de la sociedad, desde el que adquiere ou caracteristicas especifi cas. Dieho de manera mis sinple, 1o que en cada caso es la burguesia local industrial no surge sdlo de su posicién estructural, sino de sus modalida- Desde esta perepectiva, incluso 1a "no presencia” de una clase ea el * plano polftico-ideolégico es una forwa de coustituirse por ausencia de la politica, que codetermina uo sdlo las caracter{sticas de aque~ la clase sino también el campo glotal de fuerzas en 1a arewa politi ca. 8 des de vinculacién con otros sujetos sociales en eee plano, en el corpora~ tive y en el palftico-ideolégica. Fn eate trabajo nos interesan especial mente sus relaciones con el capital trensnecioual y con el aparato estatal; algo nds ocasionalmente haré referencias @ sus vinculaciones con las cla ses eubordinadas. Yor ello, espero que quede nuevanente claro que el pre~ gente trabajo es slo una aproximacién parcial a les diversos temas impli- cedos, segiin lo ya selialadosen el estudio de 1a burguesfa industrial. un Un argumento central de este trabajo es que el tema de 1a burguesSa local debe sex tratado desde 1a perspective del problena, més amplio y dix nénico, de Ja transnactonalizectén del capital. Gracias a excelentes est dios * se ha avanyado bastante en el conocimiento del cesempeio, peso rela tivo ¢ impactes de les filiales de Efe ea nuestros paises. Usta es una di mensiés, Zundanental en 1a dinénica de estas sociedades. Ze taxbién indis- pensable para entender diverses aspectos de aueatro tema, Pero, ein pez juicdo de estudios cuya unidad de andiisis son esas filiales y/o le agrepa cida de sue impactos sobre un contexte nacional, ae hace necesario inser ea te tarles en una perspectiva més amplia y anelitica’. Hato es, tomar 1a ex- Me refiero, en especial, a Fernando Fajnaylber y Trinidad Martinez Ta rragé, Las empresas transnacionales-Expansién s nivel aunéial y pro- yeceion en ia industzia mexicana, Forde de Cultura Ecouduica, México DF, 1976; Juan Sourrouille, El impacto de las empresas transnaciona- les soore el producto y el empleo. =i caso de Argentine, Organiza— cigs internacional del Trebajo, Ginebra 1977; Carlos Doellinger et. al., Eupresas nultinecicnais na industria brasileiva, IPFA, Rio de Jansire 1975 y Constentino Vaiteos, Intercountry income distribution and transnational entezptise, Oxgord University Press, New York, 1974, *4 Para una similar sugerencia en este sentido, Fernando Fajnzylber, "Oligopdlice, empresas transnacionaie e estilos de desenvolviniento", Cadernes Cebrap, 1.19, Enero-marzo, 1977. Para un muy interesante es, bozo de la problendtice que abre la tynenacionalizacién del capital en relacign con el estado necicnal, Norbert Lechner, La crisis del Estedo en Amécica Latina, El Cid Editores, Buenos Aires, 1977 pansiée éel gonjunto de esas filiales conc una de las manifestaciones, ex im contents nacional dependieate o perigérico, de 1a transnacionaltzactfn del. capital. Ciertameate, las tases de expansién de las Eis a nivel mundial y en nuestros mercados” son la indicacién que, en el plano de los actores econ’ micoa, eilas son le vanguardia dindwica del capitalisno a escala avadial. Pero -sowo paso a argumentar- ellas son la punta del iceberg de un proceso tis amplio, que debe ser captade analiticanente,en contraste con el catudic concreto de actores a que pueden ser sometidaa aquéilas. Cuando hablo del capital no me estoy refiriendo a una cosa, sujeta 2 apropiacién gracias a eu cardcter concrete. Siguiendo una vieje Ifnea de pensamiento, concibe al capital como una relacién social, enanada de una vincwlacién desigual y contradicteria entre sujetos sociales. Cono tel relacién, el capitel no es slo ua conjunto de objetos o lo que aparece covporizado ea papeles que sustentan la pretensién excluyente de propiedad de una unided productiva. Es, nds fundanentelmente, una cierta forma de producir mediante la mencio— nada manera de vinculacién entre sujetos sociales. Es también cierto ses- go sistenfcico en la concepeiéa tacita de necesidades de ia sociedad, ori- ginado en 1a dindwica de reproduccién del capital cowo proceso de acumila~ ciéu privadauente apropiable. sa forma de producir se exptesa tenbién en. le tecnologia, incluso le corporizada en les medics de producciéa. Estos, 4 pesar de su condicign cosificada, estan atravesados por haces de relacio nes sociales: por un lado, Las condiciones de vinculaciéu capitalista-tra- bajador implicadas y especificadas por ese bien de producetén, y per el ors, el tipo de producto y su tdeita definicidn de la gama de demandas o No voy 2 aburriz aqui con referencias demasiado conocides. Baste se- Salar que los estudios recién citadce, entre otros, muestran com abre. madora regularidad que las filiales de FTs en questros mercados, ast cone las ETs en conjunto a escala mundial, suelen registrar las née altas tesas de crecimiento, de rentabilidad, de diversificaciéa de pro ductos, de intensividad de capital, de acceso privilegiado a1 crédito y otras que las uuestran nftidamonte como esa vanguardia. 10 necasidades sociales « les que atiende, Produccién (incluso bienes de pro duceién y tecnologia), relaciones de produccién y circulacdén soa momentos del cepical coo un proceso de acumulaciéa, que como parte de ello "despi~ de" hacte el mercado productos que -atrés de su apariencia de neutral cosi, dad~ corporizea la especificidad de lo que, en el fondo, es una particular forma de producir basada en una particular forma de vinculaciéa entre suje tes sociales. Zas velaciones implicadas por todo esto constituyen el en- tremado fundamental de le socieded, 2 1a que plaeman no eGlo desde el lado de la estructura de produceién, de clases y de poder resulrantes, sino t bién -sobre te punto quiero insistir~ desde el lado de 1a definicién, t&, cita pero tambiée determinante, de cudles son les "necesidades", con su co. rrelato de priotizacién de valores socialmente respaldades, que son atendi das. Desde esta perapective, iqué quiere decir 1a trnaenacionalizactén del capital? Claramente, el término se refiere a algo més que lo inmediatamen be captable, cono le pavticipeciéa en le producci6n y en la acurulacién por las Eis. Alude también a la permeacidn de una sociedad por modalidades es, pecfficas de relacionamientro entre sujetes sociales, por meneras de produ. cir, por medios de producciéa y tecnologia, por productos y por una defini cién tdcita de necesidades y valores prioritarios, que so resultente de condiciones dadaa en los puntos de irradiacién de esa permeacién -los cen- tros del capitaliswe muadial. A esto eluden, aunque dettasiado estrechamen, te, téruinos tales como la internecionatizacién de la estructura producti va, aunque este fendmene sea un sapecto central del proceso. De lo que se trata es de sefialar que una cierta manera de reproducciéa del capital, his tGricauente especifica de las condiciones sociales de los paises desde los que se irradia, es "puesta", conservando sus caracterfsticas bésicas origi, “receptores". Esto es, en dmbitos que, no correspondien nerias, en patees do « esc impulsos originarios, atquean el conjunto de sus relaciones so- ciales, ineluse sua modelidades de reproduceién del capital”, hacia le ré- * 0, para decirlo en vérminos més corrientes, au "estilo de desarrolio". lL plica Ge aquella eepecificidad originerie que lea fue ajena incluso hacia una definiciGn técita de necesidades y valores en gran nedida inducide por los productos que tanbiga tienden a replicar. Por eupuesto, esa derivacién interactGa con especificidades que deter minan que la réplice sea parcial. Lo que interesa por el momento sefalar es que ef proceso da transnacionalizacién del capital es el de su reproduc, edn a epcala cade vez nds universal segin nodalidades que no son neutras ni "naturales": son las resultantes de la especificidad histética de sus centros de irradiacién’, Aéviértage que en este plano todavia no importa quiénes son, desde déade operan 9 cv@l es la nacionalidad de los actores econémicos concretos cuyos comportamientos impulsan ese proceso. Le dicho no implica nega la importaacia de ese plano. Pero sugiero que en el adlisds el misno viene despuds de alguaa ubicaci6n, aunque sea tan tentative como la que puedo hacer aqu¢, del proceso global en el que se insertan, Es de ese proceso que las BTs, con eus filiales vbicadas ea mercades periféricos, son la vanguardia dinfmica, pero abarea también a di versas cepas de le burguesfa local, aunque una elevada proporcién de sus empresas sea nacional, Veremos que esa titularidad nacional es de impor- tancia en no pocos aspectos, Perc, por otro lado, esa burguesfa es incor— porada, como portadore y coimpulsora independiente de su subjetividad, al proceso de transnacionalizeciéa del capital, Este, que haste ahora he for mulado abstractamente, lo retomaré en 1a siguiente seccién mediante un ejem plo que nos permirird empezar a ver cémo la constitutiva ambigttedad ce la burguesfa local (ea especial la de eu fraccién industrial) eubyece a sus telaciones con el capital transnacional, a sus tensiones y conflictos con las filiales de Bfs, y a los lfmites que le interpone su subordinacién frente 2 esas tiliales. También verems céxo esa wisua anviguedad tifle sus * Una dificultad pare pensar este tema radice en 1a facilidad e deslizar se hacia la vieién de un capitalismo arquetipico (ei de lcs paises centrales), respecto del cual el de los mestros serfa algin tipo de desviacién o distorcién. SigGa sugiere acertadamente Norbert Lechner (Le crisis,.., op.cit.) se trata de couentar a entender la transnacio nalizacién del capitel cono un procesc = escala mundial, cuyo patrén de despliegue resulta de la especificidad resultante del parcial aco, tamiento de aquel espacio por estados (y mercados) nacionales, 12 relacienes con el estado y ~correlativamente- cémo ella influye ea algu- nas catacteristicas de este dltimo, Ww Tonemoe un easo gue es el epitome del éxito como empresa nacional, Produce bienes para coneuno final, es parte de un oligopolio en su rama y parece ser completamente independiente del capital transnacional (es decir, @ste no tiene participacién eccionaria alguna ui contratos de tecnologia, uarcas o aduinistracién), Antes bien, ese empresa compite con filiales de Els. ¥ lo hace exitosamente, ya que detenta une importante participacién en su mercado y Logra beneficios que le permiten mantener esa participa- cdén, Esta eupresa aparece cono un palpable desmentido de 1a dependencia: parece, y en varios seatidos en, ejemplo del dinamisto y viabilidad de una ‘yurgues{a local. que compite con filisles de ETs y no se Limita a funcionar ea los resquicios que estas pueden dejar. Pers, {endl es 1a modalidad de expaneién, el fendamento del éxito, de esa enpresa? Es la réplica imitativa de La oferta de bienes que reclizen las EYs, incluse Jas filiales con las que compite en su propio mercade. Dicko de orra manera, una condicién necesaria del éxito de esa empresa es que ove productos se parezcan a log de las Els, ¥ esto vale incluso en la alusidn a io extranjero de los disefins, envases y marcas con que esa empre sa avele "prestigiar" eu produccién. Observencs que esto suele tener una devivacién que conienze 2 poner alguna duda acerca de su cardever plenanen, te aan: as eve able que, aunque no esté pagando servicies de tecnolo= yas gia, el aquigo de producciin que utiliza lo haya importado de los patses * + centrales, sl menos en sus componentes més complejos . La tecnologia cor- * — Adems de 1a eseasa produccién de bienes de capital en América Latina, incluso en sus paises nfs industrializados, una reciente investigacién iuestra que muy buena parte de les que se producen en la regién son bienes sinplez, y que el equipamionto industrial propiamente éiche si gue siendo ea gran medida importado, CfJ.ayze et. al, América Lati Integracidn econdmica y sustitucién de importaciones, CEPAL y Fondo — de Cultura conémica, México DF, 1976, 13, porizada en esos equipos cuele estrechar el mazgen de opciones para e! pro ducte final, apunténdolo tacia bienes que replicen los que se ofrecea en los paises centrales ~esa ea le razdn por la que, preceupades por mineti~ zar la oferta de sus competidores, los directivos de aquelia enpresa han adquiriée esos equipos, GA qué conducen estas observaciones? Pera internarnos en terreno me- nos trivial es aecesarie una disgresign, Hs conocido que 1a principal ws~ neva de crecer y mantener st dinamiemo pot parte de les ETs productoras de Dienes de consume finel” consisre en la continua introduecién de productos en los que se corporiza la intreduceién de innovaciones”, fowentads por las actividades de investigacién y desarrollo que permite la enorme escala Ge operaciones de la ET. Zsa innovaciéa goza por un tiempo de condiciones nonop6ticas, durante el cual se dirige fundamentalmente a sectores de altos ingresos, poco sensibles al precic y cuyas "necesidades” setisface, Este suale ser el pericde de mayor rentabilidad del producto, le que dasciende cuando otras conpetideras aparecen con une similar y cuando, ademfs, au oferte debe dirigirse a sectores de nenores ecusaes cuyos hdbitos de com Pra son nés eldsticos respecto dal precio, La declinacién de exe producco haste ou eventual “muerte” mediante su reenplico par ctro, es canpeacada por la introduccida de otros productos innovades, que comientau asi el “ci, Bl yazonamiento que comtenzo a desarroliar se refiere, estriccarente, slo a empresas que ofrecen al wercade bienes de consuto, durarerc o perecedero, No contemple, por lo taatc, ei caso de empresas product vas de bienes de capital -poco importante en nuestros paises cebide 4 las razones recién mencionadas~ ni de bienes intermedios. En cuanto a estos dltinos, aunque implican mercados diferentes a los de consumo Final, asl como modelidadee de competercia también difercates a las que seiialaré pera aquéilos, presupongo -admitiendo que hay aqui une serie cerencia de conocinientos- que en gracio no insignificaace sus caracterfsticss especifices quedan daterminadas por ¢1 tipo de oferta Final al que como insumos estén destinaies. ** Por supuesto, la innovacidn no necesita serio en ningin senriéa suaten tive. Puede también serlo una manera éiferente de presentar el wisno Producto. 14 cio" tecién resefiedo”. n la medida en que, como to sefiaia 1a literatura recién citada, las ventajas conparativas de las ETs surgen de su capacidad de continua introduceiéa de innovaciones, ee econdmicanente racional -des— de el punto de vista de la waximizacién a largo plazo de sus ganancias~ que orienten su estrategia hacie la reproduceién de esos ciclos de produc tos. For la misma vazéa es racional Le tendeacia hacia la mundial ieaci6n de su producedin, En efecto, deapuds que la intexpesicién de diversas be- vreras aduaneras y cambiarias en buena parte del mundo cerr6 el camino de Ja exportacién directa desde el centro, la respuesta fue saltar esas barre ras establecienéo filieles que pasazon a actuar cono producteras internas a esos mercados™”. {Por qué? Porque el acceso asf logrado perite Lanzar nuevos cickos de productos, con las ventajas ya sefieladas, cuando el que es iatroducide ea esoa mercados perifévicos ha entrado en declinacida en el mercado de origen y -probablemente- en el conjunto de los paises centra, les. De esta manera, el producto p, que en el periods t, gener beneficios nonopélicos en el o los paises de origen, pasa a gozar de sinilar situacidn ea e1 perfedo ¢, en agin conjunte de pafses periffrices, a 1a vez que en los primeros ya he sido sustitufdo por el producto p., que « sv ver comien ze allf au propio ciclo de vida. La 1égica da oste patrén de crecimiento indies que, ceteris paribus”, entze los mercados a los que pueden de ese ta manera tener eccoso, lan BT's van a preferir aguéllos de mayor dimensién, en Lento son los que ofrecen mayor probabilidad de maximizar les beneficios * Le que aunf regumo proviene de 1a iiteratura sobre el "ciclo del pro- duet", .f, en especial e1 libro pionero de Raymond Vernon, Sovereign- ty at Bay, Basic Books, Nueva York, 1971 y, por sus interesantes im- plicaciones para los nercades de la periferia, John Knickerbocker, Oligopolistic Reaction and Multinational Entezptise, Harvard Universi, ty Press, Cambridge 1975. ** Sobre las caracteristicas y velocidad de 1a expansi6n de las BTs a par tir de la décads del 50, cf. Myra Wilkins, The maturing of multinatio— nal_gnterprise. american Business from 1914 to 1970, Harvard University Press, Cambridge 1974, fuk EL ceteris paribue oe refiere a las condiciones politicas mis o menos “guigables" y garantizedamente eatables de escs mercedes. 15, resultantes de esas "resurrecciones” de productos que ya han dejado de ser novedad en el centro. Asi es: laa BTs industriales se han radicado en ma- yor nfimero y con mayor cantidad de actividades cuanto mayor es ef tanaio Gel mercado de los paises latincamericanos". De este manora, y sin perjui cic de producir posteriores "resurrecciones" del miewo preducto en merca~ dos nis pequefios 0, por otras razones, menos atractivos, es come puede lo~ grarse la mexiwizaciéa a largo plazo de los beneficios consclidados a ni- vel mndiai de la ET, De manera que es como si las ET's fueran axrastra- das por la nariz, por la légica de sus ventajas comparativas y de eu con- siguiente patréa de crecimiento, hacia la mandializecién de una sctividad cuyos productos se introducen desfasadamente en el tiempo como consecuen~ cia de la estrati€icecida del mercado mundial en dos capas fundamentales -le central, donde se originan = introducer las inuovaciones y la perifé- rica, en la que las STs “resucitan” sus productos. Usto es conccide, Tanbign lo son algenes consecuencias: (1) en la periferia la oferta ée innovaciones que presupanen alta capacidad adquisi- tiva se cruza con una distribucién del ingreso mas desigual que en el cen~ dos tro, a la que svele acentuar mediante el dasplazamicnto de ace seceea rios para sostener 1a dewanda de un sector relativamente reducido de ta po, diaciéa; (2) los fadices de concentracign de 1a propiedad industrial, fun damentalnente en beneficio de ias filietes de Ts, auelen ser mis altes en la periferia que en el centro””. (3) 1as uodalidades de vinculaciéa ée las filiales con sus matrices inplicen un elevado coeficiente de inporte- ciones que, cuanto mfs avanza “ess industrialisacin, y ea coatraste con GE. GRPAL, Beevdie econémico de Anérice Latina, 1970. Betudics espe ciales: La expansién de jas empresas internacionales y gu gravitacion en el desarrollo latinoarericano, Santiago de Chile y Nueva York, 1971, w* of, ,Fernande Fajazylber y Trinidad Martinez Tetragé, Las empresas transnaciouales ~ Expansién 2 aival wundial y proyeccion en le indus trig mexicana, op-cit. 16 el centro, wds contvibuye ¢ asfixiar la precaria balanza de pagos de los * paises perifaticos’. (4) 1a modalidad de compatencia entre productos, por 1a miama légica de los cicios resefados, es a través de su diferenciacién por nodslided de presentacida, marca, "imagen" de la onpresa ofertante y sinilares. Es decit, 21 producto ea vendido fundamentalnente por io que implica come novedad, lo cual suele requerir el apoyo de un gran aparato publicitario dizigido « motivar 1a compra a través de las caracteristicas ferenciales del producto -no mediante une competencia centrada en pre- cive que, como seiala Fernando Fajnzylber™, a1 quitar sentido a le conti nue datreduccién de innovacionas, alterarfa por conpletc este patréa de rvectmiente y no pocas de Las ventajas comparativas de las PI's. Dicho répidamente lo qua antecede, quiero sefalar algunos puntos re~ levantes para nuestro tema. Ea primer lugar, en ia medida en que este pa ern de cracimients se extiende como eje dinfmico de la econonfa, sus pro, ductos producen un "estilo de desarrollo". 8s decir, no aéle determinan quigaes haa de ser sus principales impulsozes y les sectores sociales que pueden tener acceso a cue “beneficios”. Tembién, y més decisivanente, im plican uns definicién de las necesidades sociales (y, atrie de ellas, de La priorizacién de valores) que se han de etender con los recursos éispo~ ni Spm cada momento, Guslquiera que fuere st inadecuacién en ei centro, en la peciferia esa definicidn tdcita aparece en toda eu irracionaiidad frente a les necesidades mucho mis generalizadas y elenentales que quedan desatendidas, en parte seguremente no insignificante, por el bombeo de re eurses necesaric para reproducir aquél partda de crecimiento. Este crabajo no pretende ser otro lawento por las coasecuencias de ese estila ce desarrollo, Lo que interesa es destacar uns 16gica que, en dos planos fundameataies, opera antes de la subjetividad de los acto~ res. El primero es que ef eefalade es el patrén econévicamente racional para los Es ce su propia expaneién. 21 segundo es que para que La eupre nal de nuestre ejemplo sea exitosa debe meterse adentro de ese pe + Sobre estos puntcs cf., esp., tas ops.cits, de Fernaado Fajnzylber, Trinidad Martinez Tarragé y Constantino Vaitsos. ** gernando Fajnzylber,"OligopSiio, empreses transnacionais e estilos de cesenvolvimento", op.cit- 7 trén de crecimiento, incorporindose al miswo de 1a manera mae plena y mind tica posible: tiene que mantener cierto ritmo de inuovaciones, sus produc— tos deben parecerse a los de las ETs, y sus mercas y publicidad tienen que evocar el prestigio de le caro y lo aceptado en los pafees ceatvales. Ea ctras pelabras, al tener éxito esa empresa nacional se convierte ea coim- pulsora de 1a forma en que el capital transracional se expande en su pro- pio mercado ~o, dicho de otra manera, en coimpuisora de ia transnacionali- zacién del capital. De este manera ese proceeo se extiende com una man~ cha de aceite, née elld de 1a actividad propia de las Efe y de los casos mas obvios de empresas locales eslabonadas hacia atras o hacia adelante de aquéllas". Ea todos estos sentidos 1a empresa de mueatro ejemplo basa su éxito en coimpulsar al estilo da desarrollo que viene pregeterminado desde el centre a travée del patrén de crecimiento y 1a oferta de bienes de sus unidades més dinSmicas, laa FT, y a través del cual se va cxpandiendo el process més atplio de la transnacionalizacién del capital. Vero, por eso mismo, la condieién del éxito de aquella empresa es también la continua re, producciéa de au debilidad orgénica frente a las filiates que ias ETs haw inplantado ex "su" mercade. Quiero explicarme sobre este punto, que eu tienda crucial. La empresa de nuestro ejemplo es parte del oligopolio de su rama, ¥ tiene tasas de crecimiente y rentabilided eimilares a Las filiales con las que compire, Pero un examen nds atento uuestra eiguites diferencias imocr~ tantes, fn primer luger, le mimesis ea la que basa ou Sxio muy difSeil~ mente pueda ser completa. Recordemos que no es ella ia criginadora de jos nuevos productos que imita, ;Qué significa &sto?. Que debe entrar en algdn tipo de acuerde con alguna empresa extranjera, ao redicade en au Recordemes que le véplica que la empresa de nuestro ejemplo realiza fo acurre séle en ¢1 plano de la circulacién. Para lleger a tener xito tambiga ba tenido, con alte probabilided, que minetisarse en el plano de la producciéa, mediante 1a importacisn de bienee de capital del centro y la reproducciin de las relaciones sociales inplicadas e inducides por dichos bienes. 1B uercadc, para tener acceso a gus inaovacienes, en cuyo caso deja de cumplir nuestro suptcato de empresa independiente del capital internacional. ¢ Bien debe estar atenta 2 aueyos productos que se generan on el centro, de manera de copiarios y/o adaptarlos para intreducir en su mercado algo pare fo menea simulténeamenze con las filiales en él radicadas.* ob~ olde, 0 viavente, este mecaniswo tiene azares y limitaciones a los que no est su- jeto quien hy generado 1a dnnovaciSn, pero lo que permite a nuestra onpre- sa sus Exitos parece ser el hené@fico efecto que para ella implica la demo- ra con que las $fa sueion iatrodueir en su mereaée tas innovaciones que an tes lanzaron en el centro.” Una aegunda limitacdén es le reaultante de ; cualquiera que fuece su tanaio, esa eapresa no sGio ex pequaia on ro incom cada BT sino que, ademfs, exporte ono, la situacién de su pro~ tae: pio mercado euele ver decisive para su suerte. En cambio, para el balan- ce consolidade de la ET, un perfode recesive y/o de bajos beneficics en ese mercade es ascasenente trascendente, fn tercer lugar, Ja menor dimen- & La adaptacién a condiciones locales de tecnologia generada en el cea~ tro coxd dando lugar a interesantes investigacioues que, entre otras cosas, muestran 1a capacidad creativa disponible en la periferia; Cf. esp., Jorge Kats, “Precios de traneferencia, rentabilidad y esfueczos de mvestigacién y desarrollo. Un estudic de casos en el mercado far- macéutace", Desarrollo Econémico,N°62, vol. 16, Jul-Set 1976, "Creaciéa de tecnologfas en el sector manufacturer atgentine", BID-CEPAL, Buenos Aives 1976 y Jorge Xatz y E. Ablin “tecnologtas y EXportacicnes: un and lisis microeconémico de la experiencia argentina reciente. Reserrollo Econduico,N°63, vei. 17, Abril-Junio 1977. Pero esas innovaciones y adap, Teciones presupouen lo que aqui me interesa destacar, el crigen extrin- seco ée In tecaclogia y/o del producto que asi se adecua al coutexto Jocel, ast como que el Sxite en lograr las consiguientes imitaciones adapterivas implica reproducir y coimpulsar el patron transnac ional izan te de expansiéa de las ETs. ** usta afirracién no va mAs ail de una hipSteais basada en mi conocimiento de algunas empresas que pueden ser equiparadas al cjempio del texto. Si fuera asi, 1a 16gica de maximizaci®n de heneficios de ia ¥T, que impulea a agotar primere sus posibilidades moncpélicas para cada nuevo producto en i98 (més remtables) mercades del centro, seria la que daria tiempo a sus competideras de la periferia para informarse e intentar replicar in- novacienes que sélo nde tarde la filisles de esa ET introduciran en su moveado. 19 si6n de ese euipresa, conparada con los recutscs que puede movilizar una ET, agregada a las limitaciones resultantes de actuar imitativamente, de~ terminan que ain las empresas locales mas grandes y exitosas suelan produ cir -segGn lo sugieren evidencias abundantes pero a0 sistenatizadas— una game de bienes mis reducida que le de tas filieles. Esta, como la ante- rior, es una fuente de vuluerebilidad y, cabe suponer, afecta le rentabi- lided 2 largo plazo de uno y otro tipo de enpre: AdemAs, si la condicién de éxito ée la empresa local de nuestro ejen plo es 1a réplica de innovaciones, y ai elles requieren algin acceso a eu tecnologia de produccién, ella evele tener, por 10 menos, vineulaciones con el capital internacional como proveedor de sua equipos de produccién. Pasardo 2 un plano acroeconémice, este significs que esa empresa va a ser inportadora de dichos oquipos y poco le va a interesar pronover su fa bricacin Local, Menos va a interesar, obviamente, a las ETs (nds bien des va a interesar "vender" @ su filial equipes chsoletes en el centro pe Fo que siguen siendo aptos para producir en ia periferia), Por Lo tanto, este patzén de crecimiento, tanto de les filiales como el de aquélla empre sa nacional, desalienta 1a produccién de bienes de produccién” y, on ella, Jas probabilidades de generacién donéstica de innovaciones que darfan ding mismo propio a ese "estilo de desarrollo" on la periferia, De manere que ese patrén de crecimiento, el par que conlleva a una extense industriali- zacién (cuyo componente maa dinfmico es el. conjunte de bienes destinades @ una demanda de altos ingresos), 1a consclida cone una estructura produg, tive descabezada, carente de las pulsiones autdacmes provenientes de 1a produccién de bienes de produccién y de au concomitante de generacién de tecnologia creativa de nuevos productos. Uste es um aspecto de la depen- dencia econdmica -tampoco resultante, come venss, de subjetividades o as- tutes conjuras-, mostrade en que, ni ain on questre ejemplo ~e? més cerca, no a una aituacién de autononfa- ella deja de cortarse ea el punto en que su crecimieate tendria un motor realmente endégeno. Al contrario, en 1a Remito al trabajo de Juan Ayza, et. al., op.cit., para los datos per, tinentea, 20 medida on que le empresa del ejemplo tiene éxito es porque replica un pa~ trdn de cceciniento micreenocémice y coinpulea un patrén de crecimiento alobel de 1a economfa que conduce, precisauente, a ese descabezawiento cs tructural que, junto con el tipo de oferta ya mencionado, es expresién, la imcapacidad local de impulsar enddgenamente ese "estilo de desarro- Jlo", de 1a dinfmica de transnacionalizacién que parte del centro. Dicho de ctre manera, la manera en que 1a empresa del ejemplo logra su Gsito sontribuye a dos consecuencias fundamentales, Nacroecondnicamente, coadyuva a mantener el descabezamiento de la estructura productiva en la que, en contraste con las BTs, est casi por complero inserta. Por ia otra an el plano micrveconémico de 1a empresa, ese éxito, al lograrse mediante eu incorporacién inivativa al patrén de crecimiente de las EYs, ratifica ou devilided orgdnica frente a elles. La volnerabilidad resulrante no sue Le wanifestarse en perfodos mds o menos nornales pero, como lo mectra la experiencia reciente del Cone Sur, aparece en perfedos de prolongadas y/o agudas recesiones, Durante esos lepsos dicha debilidad, a 1a que suele agregaree uo acer ade care y dificil a recuraos finsncieros externos, se fsestra en le alta tasa de mortalidad, no sdic de las empresas nacicnales ndig frdgiles sino también de me pocaa com 1a de nuestro ejemplo. Hsste aqui me he ccupado de un ejemplo que es el borde de 1a mancha de aceice con que se extiende 1a transnactonalizacién del capital. Fode= nos ahora mencionar cases més obvics y mejor conocides: el de las empresas ducaies colocadas en 1a red de eslabonanientos hacia atrés y hacia adelan- te de les filieles de Bis. Tanto (hacia attds) le proveedora de insumos © partes, como {hacta edelante) la coupradora de Insunos 0 1s comerctaliza dors de productos de filizles de Hs, son partes subordinadas de subsiste- nas de poder econdmice que tienen su centro en esas filigies, Ne creo ne- * cesario insistix sobre esto. Basce sefialar dos puntos. Uno, el alto gra. * Un importante aparte teSrico y metodolégten sobre ente punto es el de Mario Trajtenberg, “Un enfoque sectorial para el estudio de le pene- traciéa de las transnacionales en América Latina," ILET, DEZ/D/L, Méxi, co DF, i977, Fate un inteato de conceptualizacién de estas redes de relaciones como subsistenas de poder (principal pero no exclusivanen— te} ecendmico, Guillermo O'Donnell y Delfina Linck, Dependencia y Au~ mia, Anorrortu Editores, Buenos Aires, 1973. a do en que la actividad de enas empreans eslabonadas queda programady per * aquéllas filiales; en términos de produccidn y distribucién, es clato que aquelias empresas son pattes de circeitos dirigides per las filiales que por varias razones han preferido desgajar de sus actividades directas. 1 segundo punto es que esos subsistemas suelen coneistir de numerocss empre- sas eslaboaadas negociande desparejamente, segdn €1 caso, con miono/eligepo Lina 0 mono/oligepsonios. Aqui el criteric formal-legal, fijede en 1a na- cicualidad de los titulares y del asentewiento de ls enpresa.es mds engaiio, so que en nuestre anterior ejemplo: en contraste con esta Citima, las em presas eslabonades son parte del proceso productive de las Efs. Elias son parte de le expansién de las ETs y del fenémeno mds englobente de 1a trans nacionalizacién del capitel, a log que aporten segmentos de actividad que sélo tienea sentide come partes de processes de producciéa, cixculaciéa y acumulaciéa de capital conducidos por las BTs, La importancia que asumen Para estas empresas locales las decisiones de las fuiiales de XTs es mayor que la Ge nuestro anterior ejemple. Esto tawbién aparece desnudamente en situacienes recesivas, en las que las filiales usan eu poder en el subsis~ tema pate transferiz buena parte de los costos e incercddumbres ¢ tna em presas satélites y, por vie de elias, a los trabajadores a elias ligadvs= Pero Esto es sélo una fez de ia cueatién, Si excluimos a las empre~ sas competitivas exitoses de nuestro priner ejemplo y 2 las empresas esle~ Un pais como le Argentine, con sus recurrences crisis econdmicas, re- cegiones y esfuerzos por attaer al capital transnaciona, tiene un zi eo anecdotario de quejas de las empresas asi eslabonadas frente a ins filiales de #Ts, Tal vez las mds diéfanes sean ias de los fabrican- tes Ge autopartes, pot un lado, y de los concesicuarios de autonotores, por la otra, freate a la capacidad de las fabricas sutowottices de en dosavies buena parte de loa coatos de ias recesicnes. Coro le expre- sara la canara que teGne a estos (itimos, "Fn nuestro ramo existe una organizaci6n piranidat, en la cual las decisiones se toman en un sole sector: el de los fabricantes (de automotores)". La Nacién, 29 de ere ro de 1978, Ja. Seceién, p.2 22 * bonedas hacia atrés o hacia adelante de las ETs', jcon qué nos hallenos Fundameatalaente, con las capas menos Gindmicas, menos rentables, menos ca pitel y tecnologia inteasivas y nés sujetas a una alte tesa de mortalidad de Ja burguesfa local industrial” .zeto es, con lo més flaco y éébil de ese purgueafa -le que, en definitiva, tiene menoa capacidad de acumslacién. Y la tiene, precisamente, porque ha ido quedande al wargen de le mancha de aceite de le transnacionalizecién. ln cambio, a pesar de su debilidad o:- gfinice y suberdinaciém, las enpresas que hasta aera nos hen ccupado sca las que auclen tener mayores tasas de crecimiento y da acumilacién deatre de le burguesfa local industrial. Zeta ee, a mi entender, una caracteris- tica fundamental del “desarrollo dependiente y ascciado"””". Por una par te, les capas de 1a burguesfa local que en ello perticipen se constituyen, por eso mismo, en sus elenentes nés dindmicos y privilegiadcs. For 1a otra ~contrafaz de una moneda que destila 1a ambiglledad estructural de las ca~ pas mis dindmicas de la burguegia local de un capitelismo independiente-, ese * Se advertird que no me ocupo de casos en que, en lugar de ejercerse el control por parce del capital transnacicnal, como en las empresas eslabouadas, externamente a elas a través de la deteruinacién del proceso de producciéa y circulaciéa, ese control se internaliza, Es te es el caso de empresas sdlo formalmente nacionales, vinculsdas al capital transnecicnel por medio de participacién accionaria (aunque fuera minoritaria) del mismo, y/o por medio de contratos de manage- ment. Cualquiera que fueren ias fornalidades juridicas, parece eviden te que aqui nos hallamos ante cascs en los que el control efectivo de Ja empresa ha salido de mance locales. especto de enotesas Liga- das al capital transnacional exclusivamente por contratos de presta~ cida de tecnologia c de usc de marcas, 1a variedad de situaciones exiatente -aue puede tanto acercaree a 1a empresa "independiente" de nuestro ejemplo como a las que acabo de mencionar en eeta nota- impide que podamos ocuparnos de ellas aqui. ** La base de esta efirmacién es slo un exdmen incompleto de un solo ca, se, el argentino, Pero me sorprenderia que no fuera éste el caso, al menos para los paises nds industrializados de Auérica Latina. tk Fernando H. Cardoso, Estado y Sociedad en Amirice Latina, Nueva Vi- sién, Buenos Aires, 1973 23 wiona participaciéa ayuda a reproducix un patrén de crecimiento y un proce, so de tvansuacionalizacién del capital que repone a esas capas en su condi in de debilidad organica y subordinacién respecto de un capital transna~ cional que, a través de ello, se reproduce como vanguardia dindmica de eve proceso a escale mundial -lo cual, & gu vez, repite las condiciones que ge neran la anbigtiedad estructural de aquella burguesia local, Macroeconémi- camente, esto inpulsa una industrializacién seagade hacia la confiscactén de recursos particularmente escasos y hacia el descabeaemiento de su extrac. tura productive. Hemos conenzado a acercarnos a ios planos de 1a organizacién corpore- tive y de la aceién polfrice deolégica de la burguesta industrial local, que podesoa abrir con dos afirmaciones, La primera de ellas ee que le de~ bilidad org@nice y subordinacién no siempre implican armonfe dé intereses con las ETs. Toa segunda es que, sin embargo, la situacién privilegiacs ve, sultante -de cualquiera de las maneras haste ahora mencionadas- de 1a par- ticipacién en un “estilo de desarrollo", marca los perdmetros dentro de los cuales esos conflictos tienden a desenvolvetss, Pero antes de cotenzar es, te tema, puede valer la pena recuperer en un plano nds abstre.'o algunas de ias conclusiones que emergen de lo observado en esta seceiin. En el mundo contemporineo las relaciones entre sujetos sociales se de seavuelvea en espacios politicas y econdmicos puestes por estados nacions~ jes, sos estados son 1a pretensién de acotay un dubito de lealtades pri- vilegiedes -la naciGn-, de mando excluyente sobre un territorio, y de rela, cdones de producciéa y de circulacida ~e1 wercado-, cuyo desempeiio depende~ via fundenentalmente de las politicas estatales y de los sufetos "privados" ubicados en su territorio. Pero ese estado, en los casos de desarrolio de pendiente y asociado que nus interesan, en sfatesis compleja de une domina cid burguesa que no puede dejar de expresar, también a aquel nivel, las anbigledades y contradiccion resuitantes de lo que exaninanos en las sec ciones precedentes. 24 Ba tanto pretensiGn de acctanieato de un espacio frente ai de otros, ei aparate estetal tiende hacia Ia construccién de una sociedad propiamen~ te nacional, Pero, por etre lado, tanto en términosde sue politicas coze de las clases de cuya dominaciéa es sintesis conpleja, el estado tanbién es agente cofapulsor de ia transnacionelizecién del capital. Esta es la manera contraéictoria, a través de estados nacionales que se arquean bajo la dinguica de le trausnacionslizacién del capital, con que esta ltina se produce en el mundo contemporéneo”. No puedo embarcarme aqui en una reflexién tedrica sobre el estedo”*. S810 selalaré algunas caracterfeticas relacionadas con el presente trabajo. Comencenos por observar que la historia de ios pafses Latinoamericanos que, ude 0 menos a los trepezones, han continuade sicnéo socicdades capitalis~ tas, muestra una serie de pendulaciones entre perfcdos necionalistas y otros en Jos que se ha buscado afanosanente promover uu papel ceda vex més gravitante del capital internacional. Durante los primezos, tfpicenente, un discurso necionaiista acenpatia politicas que delinitan el campo de accién pernitide a las FTs (sin excluir algunas expropiaciones) y buscen promover Le expaneién del “empreseriado uacional'”"*, Pero, Zuere cual fuere el gra do en que en cads caso avanzan esas decisiones, lo que no cuele quedar pues to en cuestién es el estilo de desarrollo que sa ha venide elguiendo. Al parecer, durante los perfodes nacionalistas se tratarfa de seguir hacien de lo misno, pere -gracias el acotamiento o exclusién de las Bfs~ con un caudie eu les actores econdnicos que se beneficiavian privilegiadanente. Pero es cone pretender contener un gran rfo con el angosto muro de un ape~ * OE, nuevarente Norbert Lechner, La crisis..., op.cit. ** Para un ejercicio en este sentido, Guillermo O'Donnell, “apuntes para un _teorfa del estado", Documento CEDES/C.E. CLACSO N°9, Buenos Aires, 197, wit Por no ser directamente velevente a nuestro tena no nencicno equi otros aspectcs fundauentales de estos perfodos, tales como sus poli- ticas frente @ Jas “cligarquias" agrarias o la incidencie relative que pueden tener en cada caso las actividades primarias y la inser- eign de Els en las mismas. 25 rato estatal poco apto para resolver y -sobre todo- implenentar esas pold- ticas, sestenido en una burgueeZe local denasiade anbigtia frente a lo que se propone. En priner tugar, en 1a medida en que el estilo de desarrollo es t&citamente ratificado’, ese acotamieuto tiende a generar une pobre ré- plica del crecimiento Liderado por lag ITs, ya que sus coinpulsores —la burguesfa local y el apereto estatai, incluyendo las enpresss piblicas- uantienen su incapacidad de iocorporar laa fuentes de generaciéa de mue~ vos productos, de tecnologia y de equipos de produccién que der, precisa mente, aquél papel a los centres del capitalism y sus Bis. En segundo lu ger, las polftices nacionalistas se diluyen en cus dificultades de imple- nantacién en medio del gran rfo de 1a transnacionalizacién, y les ETe vuel ver a cumplir su protagduice papel interno @ pesar de Ja continuidad de un Giecurse nacionalista cada vez nds desgajado de is realidad”, fn tercer lugar, es posible, como lo mestra la historia reciente del Couo Sur, que esas politicas se “extralimiten" e interactiien con una activacién politica popular que parece poner en cilestién 1a continuidad de los pardmetroc capi. talistas de la seciedad. Contrariamente a los casos en que les politicas nacionalistas se dan en un contexto donde se mantiene alte grade de control sobre movimientos autonomizantes y contestatarios de las clases subordina— ake €as, en los que acabo de mencicnar se produce un hondo sacudiniento de * tna importante caracterfstica de estas polfticas es el intent de pro, aucir redistribuciones positivas de ingteso, al menos en beneficio del Sector urbano popular, Pero la evidencia disponible muestra que escs efectos, si se lograron, fueron de corto plazo y revirtieron luego ha cia patrones nde regresivos. * En caso de México aparece aqui en toda ou importancia. A peser de dé, cadas de peliticaa nacionslistas ~en el sentido indicado en el texto-, el papel que cumplen en su mercado las ET, asi como el patrén de dis tribueién general de recursos es extraordinariamente similar al de un case -Brasil- de similar tamafio y caracterfsticas de mercado que, en contraste, ha seguido durante lapsos prolongados politicas crientades a atraer con pocas Limitaciones al capital transnacional. *#* Nuevameate el ejemplo de México es relevante. en tanto eugiere que no sea las politicas nacionalistas per se ~pot lo menos hasta cierto Limi te, que parece diffcil se transponga sin fuertes impulsos ‘deade aba io" sino el tenor de los “éesbordes" generables por su combénaciSa con una erisis politica, lo que destruye la confianza del capital internacic- nal en ese uercado. 26 la corfiauza en la futura situacidn de esos mercados” Entonces, las incer, tidumbres politicas se realimeatan mutuamente coa una crisis econémica que tiene dos importantes componentes: uno, el vacismientoe de la estructura productiva existente, debido ya sea a la desaparicién de las empresas que ocupan sus posiciones ms deterninantes o porque eu légica wicroecondmica las lanza a comportenientos especulativos a la espera del gran apocalipsis de 1a revoluctin o del golpe de estado. EL otre componente de 1a crisis aperece en el desenchufe de estas economias con el sistema capitalista mun dial y, en especial, con el capitel financiero. Esto es, casi el fnico ca nal qve permanece es el qua permite las "fugas de capitales", a le vez que a crisis politica y econémica, junto con la negeriva evaluacién de les po liticas emprendidas, influye en el estrangulamfento de flujos financieros externos que serfan nds uecesarios que aunca para estes econowlas casi siempre escasas de divisas. Bn ouras palabras, los perfodos de aguée crisis politics y econémica ~generalnerte goipe de estado mediante guelen Lievar pendularmente a po- Liticas que, buscando ajustarse a los requerinientos reales o presuntos del capital transnecional, ineguran perfodes en los que se invita e aquél, en primer lugar, @ upoyar fingucierenente la "reeonazrucciin" de ie econoute y) més tarde, segin ce espera, a volver 2 convertirse eu el principal im pulsor del crecimiento interno. De esta manera, une fuerte oscilacién he cia vao de los polos de 14 contrediccdén thende a rebotar hacia situecio— jas que, al contratio, se busca afanosamente promover 1a transnacio, iGn y el protagénico papel de las filiales de ETs. Por qué si ese estado capitalista no parece poder, a la lerga, aadar contra ia corriente de la transnacionalizacién, es también un estado nacig. nel, incluso en eZ sentido de Llevar a cabo, con mayor o menor intensidad * Lament que las tamificaciones de este tena me exijan, para no prolon garle aiin nds, renitizme a otros trebajoe. los temas aludidos en el texts los he discutide en "Keflexiones sobre las tendencias de cambio en el eatado burcer&tico~autoritario", Documento CEDRS/G.E. CLACSO N°L Euencs Aires, 1976 (también publicado en Revista Mexicana de Sociolo- sis, 1977, W°L) y “Tensiones en el estado burocrético-autoriterio y da cuestién de le demecracia", CEDES, Buenos Aires, 1978. 7 pero con regularidad, diversas medidas nacionalistas? -es decir, polfticas apuntadas a parcelar su mercadc en principal beneficio de Las clases an su tervitoric. Ya mencioné 1a 1égica de un estado que debe individvar un espacio politico frente a otros. Paro interesa subrayar ahora que parte el acotamieato de un espacio es la individuacién de un mercado nacional; © es decit, de telaciones de intercanbio, Ligedas a una estructure product{~ va, que se desenvuelven principalmente en los 1fmites del espacia acotade por el estacv. Este es cl ambite de las clases de la scciedad civil, lee que -a xaiz de la imbricacién entre estado, territoric y mercado- existen como clases nacionales. Dadas, on un plano, Ia parcelacgn del mundo en estados nacionales yy en el otro, una transnacionalizaciéa del capital cuya modalidad espectfica presupone aquel parcelamiento, la burguesfa tiende querer (y necesitar) alguna delimitacin del ambito al que tiene acceso privilegiado y en el que realize fundanentalmente au acumlacidn. 1a naeién implicada por el estado no es sSlo un campo de lealtades subjetives; es también un mercado, un plexo de relaciones al que se auele conferir acceso privilegiado a quie nes de alguna tanera perteneten a, 0 han entrado, al territoric también im plicado por ese estado. Eee ser-nacién es el referente legitimador el estado, @ cuye interés general suele aparecer sirviendo- entra otros planos, al de 1a potenciaciés y el crecimiento econdwica de aquélla, Esto conlle- Va, por su parte, 1a pretensiGn de que ei aparato estatal cuente con capa- cided para gobernar las principales variables de ia economia, incluso los conportamientes de los agentes econdmicos que tienen mayor posibilidad de influiz la situaciGn global de la mista lo cual s6lo puede compliz Limi- tadamente tespecto de las ETe. Por el ado de la burguesia, le potenciacién de la cconomfs nacional es la panoplia tras le que se viste de legitimidad su acunulacién, Esta imbricacién entre el interés general de 1a nacién y el moter de le acumulacién burguesa, reaparece on el plano del aparate #s- tatal convertida en politicas que, habitualmente, deslinden para "su"! bur- * guesfa un mexcedo nacionsl, cote de caza al que tiene derecho privilegia~ * Advidrtase que me refievo aqui al conjunto de la burguesfa, sin consi deraciéa a su ovigen local o no. 28 do de acceso, Ha este sentido el estade es ua estade nacional y muchas de sua politicas son nacionalistas, en tanto se interponen a lo que en caso contraric serfs 1a directa ransnacicnslizacién dei cepitel. Pero los casos que aquf nos intevesan tienen, como hemos visto, sus cages ede dinfimicas en las filiales de BIs y en 1as empresas locales que de vaa u ocroa manera estan adentro de la gran maucha de aceite de 1a trang nacionalizsciéu. Para 1a burguesia local”, esto ne obsta pera que necesi- te y reclame un estado nacional. AL contrario, es justamente su condicién de burguesia cal ver opvlenta pero estructuralmente flaca (debido @ eu in sereién en una estructura productiva descaberads) 1a que zefuerza esa nece, sidad. Usa indicacidn de esto nos ta dan las quejes y quebrantos de le criterios de burguesfa local cuando las polftices estatales pendulan hacii “eficiencia a nivel internacionel" y de "no discriminaciGn contra el capi~ tal extranjero". Rebajas de la proteccién aduanera y cambiaria, los efec~ tos recesivog de politicas que pretenden equilibrar 1a balanze de pagos y atenuar la inflacin, la correlativa “austeridad" en el gasto piiblice y en Ja politica monetaria, el ofreciniento a las ETs de generesas condiciones para actuar en campos que anterioremente le estaban vedados -Estos son al~ guncs de los fendmenos que desnudan lo que afirmaba en paginas precedentes. Vale decir, la fragilidad de una burguesfa local que, en coujunte, sin dis tinguir todavia entre sus diversas capas, tembign deve cblar ou libra de catne para le restitucién de 12 cconomfe a eua patrones "normales" de cre- cimiento y trnesnacionalizaciéa. Dicha fregilidad aparece no sdic en los padecimientos econémicos de ese burguesia sino también en el impacto resul tante de que el estade queda, aungue sea por lapsos relativanente breves, despreocupado para acctarle un dmbito privilegiado de acumilacién. Esto Jo sufren las empresas colocadas afuera de 1a gren mancha de aceite. Pero tambiéa lo sufren las empresas ligadas de una maneta u otra a las ETs, Las que encuentran que deben negaciar con eilas en condiciones en que Estas * — E incluso en términos de algunos comportamieatos de las filisles -¢i- picamente, en su recurse 21 aparato del estado, sin excluir argumentos de tinte nacdcualiste, para impedir el ingreso de otras Bfs 0 de aqué~ llas que, progundizendo la sustituciéa de ‘mportaciones, 1a obligarzan a adguitir localmente inaumos que en ese momento importa. 29 pueden, y suelen, poner en juego un poder econéuico que va no ea trabado por tn agaato estatal turelar. Y esto suele ccurrir en un contexte rece~ sive en 61 que el costo mirginal de ese ejercicic de poder es més alto que munca pata las satélites locales de les Ts. Tanb‘én 1a siruacitin es cu frida por empresas como 1a de nuestro primer ejemplo, que quedan sujetas & nodalidades de competencia, tanto de Els radicades come por via de imporea ciones, més duras que las babituales”. Yn términos més generales, esto sugiere algo nés permanente y profur- du: esta burguedia, cuyas capas mis privilegiadas son coimpuleoras de Le transnacionalizacién del capital, tiene que reproducirse como clase aacio- nal que necesita de un estado nacional que la tutele aunque, por su parte, como estado capitalista de una sociedad dependiente, ese estado tienda a ser, poz lo menos, coizgulsor por le pasiva del “estilo de desarzollo” que determina 1a fragilidad de aquella burguesia, La reproducciéa de su condi, cién de clase dominance local es, por io tanto, al mismo tienpo y por las nisnas tazones, 1a reproducciGn de laa condiciones que ia colocan subordi- nadanente respecte de 1s trausnacionalizseiéa del capital y de Je expansién de lee ETs en su propio wercado. Por parte del estado, vu coudicién de es, tade nacionsl, con el conconitante de reserva de acceso privilegiade a su metcads, es al mismo tiempo -con excepciones que han culminado en crisis politices que han “desnactonalizado! ain mds a ese estaco- 1a introyeccién La base para esta afirmacién es nds endeble que respecto de las otras capas de la burguesfa local. Pero para el caso argentino tiene vero— similitud en relacién con alguaas ewpresas de este tipo a las que he venid: siguiendc. %n efecto, en mementos de ange econdwico y de ox: tencia de ua aparate estatal receptive a 1a tutela de esas capes bu gucesa en canto nacionales, las filiales de Ts han adoptada posicio: Res moderadas de competencia (al punto de serme expresado por su maxi mo dizectivo ea le Argentina que era interés de una Ef la supervive cia de alguna empresa nacional no insignificaate en su rama pava evi- tar las "couplicaciones politicas” que hubieran resultady de quedar como ua wonopelio). En cambio, en perfcdos de aguda recesida y de po Jticas transnacionalizaates, loa comportenientas han variado signifi, cativanente: rupture de acuerdo oligopélicos de precios, maniobras de dumping y otras epuntadas @ 1a eliminacién 0 absorcién de ta compe tencia local. 30 de procesos y actores que, por una parte, reproducen la fragilidad de su vurguesia y, por 12 otra, desbordan cada vez m&s la precensién estatal de gobernar efectivamente las relaciones sociales en su territorio. Ta tutela estate? de una berguesta y, en definitiva, de una estructu- za de clases en tanto nacionales, aunque haga a estado y burguesia coimpul, sores de le tranenacionalizacién del capitel, no se concreta aélo en poli- ticas apuatadas a concretar ese turela ni en demandas burguesas para que se circunacriba el dubito de accién de las filiales de ETs y del capital internacional no radicado, Se express también en los dubitos institucions, lee del estado 2 los que acceden, formalmente o no, sectores de aquelle burguesfa, que pretenden tanto pilotear medidas que concretan el anparo buscado, cone vetar o detener Ja implenentaci6a de decisiones "antinaciona des", Hsta necesidad de entrar al sparato estatal -parciculermente aguda en una burguesfa consciente se su fragilidad- es uno de los principales in pulsoree de su organizaciéa corporativa. Pero otro plano en el que se ex- presa eee papel tutelar del estado es en 1a expenaién de su propio aparato. Esto se concreta no s610 ea las instituciones reguladoras que pretenden en perchar los innunerables crisis y desfases que rasgan una sociedad sujete a este patrén de crecimiento, sino también en empreass estatales que suelen convertirse en un fundamental agente econémico. Es sobre todo en los pai- ses mda industrializados y estructuralmente complejos que los grandes pro- yectos de inversién questran la fragilidad de una burguesfa local cerente de los recursos e iniciativa necesarics paca aconeterlos. Sélo el aparato estatal, aparte de las Efs, puede movilizay recursos suficientes. Pare ello suele desdoblarse en empresas piblicas que integran con aquéllas filieles la “elite” de empresas aZs grandes y dindmicas de 1a regiéa, con 1a burgue sia local en um distante tercer puesto, Ese lado de le expansidn estatal, 2 veces apunta a wus mayor integracién vertical de la estructura producti- va, ctras es el resultado de rescatar de la quiebra a empresas locales que no han podido sobrevivir a los avances de este patr6n de crecimiento. El resultado es que ni siquiera en esa estructura productiva descabezada, sus posiciones superiores suelen ser ocupadas por las capas mds privilegiadas de la burguesfa local. Ret edén endeble, no sdlo frente 8 las filiales de Ets y a las polfticas del préspera y dindmica o no, queda en una posi- at aparato central del estado, sino tambiéa ante los comportamientes de las empresas piblicas, cuyos criterios pasan a eer gravitantes para su suerte Y¥, como tales, también focos de atencién para su orgenizacién corporativa’. Eepero que lo dicho hasta ahora pernita eatrever la complejidad del tema. En especial, y volviendo al eje del argumento, la peculiaridad de una burguesia local cuye reproduceién como clase entraiia recolocarse subog, dinadamente a las filiales de ETs y al aparato estatal., ksto implica que tiene que postularse (y, en reales y diversos sentidos, recrearse efectiva mente) como une clase nacional, a pesar de que 1a misma reproduccién de un patrén trauanacionalizente de crecimiento suberdina a esta burguesia 21 ca pital transnacional y ratifica al conjunto de la aceieded como una estruc~ tura productive descabezada y, por lo tanto, econdmicamente dependiente. La contradiccién resultante entre esas pulsiones nacionales del estado y de la purguesZa local, y sus resultados coimpulsores de la transuacionali- zacién del capital, se halla en la raiz de los bemboleos nacionalistas y trmsnacionalizentes de ese estado y esa burguesia, Ellos, por 1a contra- diceiéa que expresan, no pueden fijarse definidamente en ninguno de los polos mi, en términos de los sectores que hasta ahora hemos considerado, pueden sez superados. vr De le dicho hasta aqui resulta que no hay nade que haga al estado ni a la burguesta local de estas sociedades algo intrinsecamente nacional o transnacionalizante; tanpoco ‘instrumentos del capital transnacional. Ni en sus consecuencias estructurales ai en eus comportamientos pueden esa burgvesia ni el eparato estatal ser, como creen panegiristas y detractores, consistentemeate nacionalistas ni impulsores de 1a transnacionelizacién. Yona es asf porque tanto ese astade como esa burguesta son gimultdnea y con tradictoriamente aubas cosas. Centrados ambos en una nacién y en ua merea * Gf. sobre el tema, esp, Atilic Bor6n, “tna nueva forma ée estado capi telista en Amézica Latina", trabajo presentado al Congreso Mundial de Sociologia, Uppsale 1978, 32 do que son el Zubitc, para el estado, de su pretensién de mando y Legitima, ciéa y, pera le burguesfe, de su acumulacién, no quedan, sin embargo, efug ra de un proceso de trangnacionelizecién del capital cuya modalidad consis, te en insertarse ea y -tembién~ en deabordar continuanente, loe acotasiea~ tos de lo nacional. Es més, como hemos visto, esa participacidn en el pro ees no les viene, estrictanente, “desde afuera" ~coma podrfa indicarlo un erizerio fijado solamente en actores econémices concretos, como las filia~ es de BIs- eine que silos mismos, estado nacional y burguesia local, son Portadores de la contradiceiSn que los hace ccimpulsores de 1a transnacio- nalizacién. EL grade ex que estado y burguesta Toca) oscilen hacia uno u otro po lo de esa contraaiccién, tanto ly largo del tiempo cono de caso 3 case, depende de fectores més concretos e histéricenente especificos que los has, ta agut considerados. Esos factoves dependen de las carecterfsticas del conjeate de la sociedad, on ecpecial de las relacicnes que se establecen con las clases subordinadas. Dichos factores son también funcin de las Farticularidades de cada aetructura productiva y, asfinismo, de las alian- zas y conflictes con que la burguesis local se constituye en el campo polf EL grado y modalidades de oscilacién de la burguesfa lo- eal hacia uno u otre pole se expresa tanbién en les caracterfaticas de ou organizaciéa corporative. Las particularidades resultantes de todo esto no pueden deducirse linealmente ni de la posicidn de ess fraccids respec- to del capital transnacional y el estado, ni de sus patrones de diferencia cida estructural. He argumentado que una clase se constituye come tal tam biga en los planos corporative y politico-ideolégice, y que ~aunque ta es~ tyucturs le marque limites que en tanto berguesia sdle puede transponer ca tastrSficamente- ambos niveles tienen, analftice e histSricamente, nada in- significantes grados de Libertad respecto de aquélla. El grado de detalle a que esto conduce me limita a ilustrar el ezgu- mente con algunas carecterfaticas dei case argentine. Esto es sélo un pri, mer aso pata una tarea no iniciada: 1a comparacién, en los tres niveles ya indicados, de le burguesfa local industrial en diversos contextos nacio males, Perc el caso argentino puede ser interesante porque es, entre ios 33 Latincamerieauos, squél en el que ce desplegeron nfs olenamente algenss dea las tengiones potencialrente contenidas en la posicién de aquella fraccidn reapecto del estado y dei capital tranenacionel”; por eso puede servir de contraste para casos en los que esas teasiones an quedado contenidas den tro de Lfmites més compatibles con una menos agitada reproéuceién del pa- trén de crecimiento y transnacionalizacin que nes viene ocupando. Parece evidente que las empresas eslabonadas tienen intereses cuyo contenide no siempre les resulta f&cil compatibilizar. Por un lado, le exparsién de las filieles de cuya acumlacién en definitiva dependea y, por el otro, el logro de condiciones de negociacién (tutela del estado y un “cline politico" sensible 2 argumentos nacionalistas) que compensen todo Je posible la baje capacidad de negociacién reeultante del gran desequili~ brio de poder aconSmico entre unas y ctras. En cuanto a Las capas burgue- sas marginadas de la trensnacionalizacién, el patrén de crecimiento entra~ fia otras consecuencia: la continue destruccién, absorcién y recreacidn su bordinada de sus unidades productivas. Esto puede apareset como una inevii table “normalidad" en parfodos relativamente favorables pero, en tiempos de vecesign u otras estrecheces, esos fenduenos no sélo se agudizan sino que pueden ser percibidos por esas fracciones ~juntamente con otros acte- tes, tipicamente sectoras medioe- come consecuencia de la accién vores de dos categorfas que se superponen en aige grado: los "wonopolics" y las Si- Liales de ETs. Cualquiera de los supuestos seiialacos puede dar lugar a que esas capas burguesas promuevan y spoyen politicas, sustentadas incluso en un airado discurso nacicnalista, apuntadas explfcitamente contra el capitel transna- cional, Pero si las empresas eslabonadas digicilmente pueden querer la excluaién de Ias Els, las canas burguesas merginadas pueden creer, junto Adviéttase que aqui ne interesan especialmente las vinculacionea y las tensiones de esa fraccién con el capital transnacional y el estado. Esto me lieve a incluir al caso chilero on la afirmacién hecha en él texto, porque alli, en contraste con el caso argentino, loa clivajes nés determinantes tendieron a cortar més homogéneamente al conjunto de la burguesia industrial frente al sector pop:lar. 34 con eteos sectores sociales, en 1a posibilided de una via capitaliste de desarrol.o que, privilegigndclas y 1a ver dmplicando un papel mucho nis activo del aparato wetatal, excluya de su mercado a las ET's. n el caso de Ja empresa nacional exitoea de nuastvo primer ejemplo, ningune de los factores hasta aqui cousideredos impide que potencialnente pueda alierse a ua programa de fuerte acotantento o incluso exclusién de les Efe". Pero esto nc es decisive para la politica, salve cono limites estruc~ turales poces veces puestes en juego an la practica. Por lo pronto, antes que aquéllas u otres fracciones purguesas acompaiien una politica de exclu- sia de lag Efe, euele ocurrir el ingrese # 1a arena politica de movinien- tes populares, con arraigo en 1a clase obrera, cuyo ascendiente papel pug de aparacer como una subversién del ovden social que esa freccién de 1a burguesfa no puede, en tanto burguesfa, dejar de valorar por encima de aus tereses acondnicos inmediatoa ~sobre tedo cvands eses novinientos han azticulade metas que apuntaban a la supresién del capitalismc. lo dicho reciéa implica algunos puntos que quiera desarroller, #1 primero es que 1s normalidad de 1a existencia como clase de la burguesia es su fragmentacidn 2 nivel de empresas, grupos, ravias, asociaciones y pe~ netraciones en el aparate estatal. sta fragneutacién expresa la éiferen- etact6n de inte-eses inmediacos, y los consiguientes conflictos interbur- gueses, que en muestros palsen son agudizados por el pecrén especialmente desigual de crecimiente econdmico al que estan sometidos, Aqui aparece 1a relevencia de estudics comparatives para establecer la historia y la mozfo Jogia de las nodalidades ascciacionales de la burguesfa, Seguramente -co~ mo en el caso argentino- su origen se halla en alguna asociacidn que pre~ * Pete, per sus propias necesidades de conexién con el sistena capite- lista mundisl en términos de imitacionesy-frecuentenente- de financia, cién, aGn en este plano parece poco probable que apoye un proceso que avence nde alld de protegerla en intereses bastante puntuales, Ademds, su propia progranacién imitative de le oferta de bienes de les ET po- ézie ser incongruente con el catbio en el estilo de desarrollo que podtia resultar de esto. Pero, como verenos enseguida, la cuestién as bastante muds compleja que esto, 35 vendié representer los intereses de "la" industria frente a oligarquias, sectores agroexportadores y segneatos dei capital tranmacional por enton- ces ligedos a dichos sectores, Hse asociecién, adenés, y en contraposictéa con Je que ocurrié con més frecuencia en los paises cenzrales, ro surgié teato como respuesta # una extensa sindicelizacida obreza, sino como una diferenctaciéa de intereses frente a otras clases dominantes, a eer erticu Jada fundamentalmeate dentro del aparato estatal para que éste comenzava 4 abrinse como tutor de esa incipiente actividad, Pero a partir de esto, sin perjuicio de ia continuidad o no de esas asociaciones a nivel nacional, encontranos una continua romificacién de cimaras y asociaciones de segundo grade” que sigue el ritmo de una problenftica ms puntual y complefa. Re- to es, formas organizetivas energidas al compas de ia intencién de crear Erentes defensivos ante otras capas burguesas’", o por efecte divecto o in, directo del aperato estatel””“o por la necesidad de anteponer un frente co, main @ los aindicaton”***. aquf 1a variable que parece fundamental ea el arado y el perfode en que on cada pats 1a auplificecién de esa red orgent- zacional se ha hecho més bien como respuesta a conflictos interburgeeses, Renito @ la categorizacién propuesta en la seccién 11 de este trakajo. ** tipicamente, alrededor de’ intereses euscitados por la comin dependen- cia respecto de eslabonamientas hacia atrée o hacia adelante de alga wono/oligopolio o mono/oligopaonio estatal a privadc. Gases frecuen— tes aon log de diversos proveedores del estado y, més recientemente, los de empresas eslabonadas hacia atrés o hacie adelante de filiales industriaies de ETs. #8 Casos ea los que el intento de apertura de nuevas actividades econémi cas como decisién de polftica estatal, y de biscueda de consolidactén de los consiguientes apoyos para llevarles adelante, induce la crea- cin de asociaciones de los respectivos intereses promovides. ‘wh No sé1o como medidas defensivas ante lo que puede aparecer como poder “excesivo" de los tismos sino también frente a situaciones, como La argentina por buen nduero de afios, en los que esas asociaciones han sido legalmeate la contraparte de aquellos en le negociacién de con venios colectivos de trabajo. 36 9 bajo impulse del eparato estatal, o frente a clases subordinadas espe= cfficaneate, la clase obrera.” El interés por conocer acerca de estos puntos x0 enana de simple cu- rdosided por iaventarier diferencias conparativas. La premisa es que ellas son 1a cristalizactén, al nivel de las pautas organizacionsles de la burgueeSe industrial, de una historia de alianzas y conflietes, excre © intraburgueaaa, que la ha constituido en le que especificamente es on cada caso, nis alla de postbles simtlitudes estructurales. otra de las ctistalizaciones probables es el grade de conflicte que, a partir de las potencialidades seficladas en las secciones anteriores, ha tenido realuen- te luger en cada caso entre fracciones de ia burguesfa local y el capital transnacionel. jCoexisten las filiales de BTs con empresas nacionales en las mismes cduaras, asociaciones y federacicnes?; 20, como en el caso ar- geatino, 1a diferenciacién Llegé hasta haber surgido dos asociaciones a nivel nacional, de las cuales una (la Unién Industrial Argentina, VIA) preteadia, como ea su origen en ei siglo XIX, representar @ toda le indus teria, incluso « las Filiales de PTs, en tanto la otra (1a Confederaciéa General Feonénica, CCE, y sv principal afiliada, la Confederacién General de 1a Industria, CGI), creada durante el priner perfede peroniste, invoca va” 1os intereses del "expresariado nacional"?. Le realidad de a quié nes representaban una y otra organizseidn era bastante mis compleja, Pe- ro lo que importa en este momento es que, contrarianente a otros case en que se agudizeron meuos los conflietos potencisies de 1a burguesfa lo- * Por ejenplo, parece dable hipotetizar que, aGn con sus particulerida des propias, en casos como el chilenc y ei argentino el @ltine compo nente tiene que haber sido mds importante que en casos en los que de safios enansdos directamente de la clase obrera han sido menores y nés discontinucs. #* EL tiempo pretérito que uso en el texto se debe 2 que durante el pe- ricdo 1973-1976 la UIA se fusions con 1a CCE bajo la supremacfa de dsta y a que une de las primeras medidas del actual gobierno fue la intervenciée y disolucién de la CGE y de 1a asociacidn reeultante de aquella fusiéa. 37 cal con las filiales de 27s y, en general, con el grup de empresas que por ramas oatenta las posiciones mis privilegiadae, en 12 Argentina esa doble forma asociacional expresé situaciones que, eclosionando en alto grado esos conflictos, se acerearon a los Mimites estructurales ya sefiala dos. Por afadidura, en 1a medida en que se diferencien corporativanente intereses y otientaciones de ciertas fracciones de la turguesta, esto pug de apoyar, retzoalimentando adenfe dicha deferenciaciSn, 12 individuacién de essa fracciones también on el plano polftico-ideolégico, incluso come entagonistas de otras fracciones 0 capas burguesas, Esto hace a una espe, cificidad que no puede ser captada por medio del dato estructural. Bn efecto, 1s CGS dio expresién corporativa y politico-ideclégica « lo que en otros casos ha quedudo indiferenciadauente subsunido en la representa— cin conjunta de uaa burguesia que incluye 2 sus capas nondpolicas y a laa filiales de 2Te. 41 invocar intereses de un “expreeariado nacional" diferente de los "aonopolios” y las Z1e, al que el estado deberia tutelar en beneficio de una mayor autonemfa nacional y de una via “nds juste” de desarrollc capitalista’, y al ser reconccida come representante de esca intereses, le CGE fue una instancia de la constitucién de le fraccida in dustrial de 1a burguesfe local cono actor politice-ideolSgico y covporaté, vo -cosa que con eate grade de especificidad y continuidad orgentzecionel no ha gcurrido en los otros cases de la regiéu, Por otro lado, es ivtere * 0, para decirle con las palabras de Pedro Ceiatia, entonces presiden te de la CCE, "La CCE he elogido su camino, Prociama el desarrollo in tegral del pate y quiere que sus empresarioa sean duefios de su desti. no en el sentido integral del vocablo, Estos empresarics no quieren vecibir Srdenes vor télex; quieren discutir y negeciar por télex, con conciencia anondada de las metas y los objetivos nacioanales. Si no reaccionanes a tiewo, las firmas muitingciouales van a deter~ minar desde sus centros metropolitans qué producird el pats, cudi habrd de ser el aivel do los salarios, nuestros métodos de trabajo y los ctiterios de renuneracién y de promocidn, loa criterios de seguridad y de empleo, el cardcter que tendrd nuestro sistema de re~ laciones sociales scciales ©, incluso, cules sevéa nuestras condicio neo de vide". CGE, Memoria e Informe Anval, 1968-1969, p.124 (tomade de un informe por Leura Colbert de la investigaciéa mencionada ea ia secei6n T de este trabajo). 38 sante anctar que, si bien en sus postulaciones presuponia la homogoncidad de los datereses que invoceba, 1a conducciéa de 1a Cee queéé en manos de grupos que no venfan de las capas nis débiles y marginadas de le burgue- ofa sinc de empresas exirosas cone la de mestro primer ejemplo 0 eslaba, nadas con filiales de Els. Durante una sgitada historia de recesiones y bruscoe canhios de politicae estetales, esor dirigentes podfan articular ua discurso aacionalista que, si bien buscaba detenerac en el borroao Li nice que separa un acctatiento de las filiales de ETs de una exclusién que no podian querer, arrascraba a capas burguesas ads débiles -y més au rEnticemente necionsles- en ese ideologia y en sus argunentes de defense de} mercado interno y de proteccidn frente a los "monopolios” y las EZs. Esto se coucretd también en el pleno de las alianzas poiiticas, donde 1a COR se ati8 recurventenente a los aindicatos” en base « ese argumento ag cionalista que, si por un lado implicaba le expensién del mercado en be- ciones burguesas, por e2 otre trafa aparejada la neficio de aquallas £ defensa de un nivel relativamente alto de salarios. Pue esto le que permitié a 12 CGE, junto con los intereses que invo cebe, conskituirse cono un actor politico en sentido propio, a través de eu pavticipaciéa en el apazato estacal””, de au gravitante papel dentro sie SONS . . del peroniamo””” y frecuente aliada del sector popular urbano, especial- + Incluso mediante formales "pactos" con 1a Confederacién General del Trabajo, CGT, que explicitaban su coincidancia en denandas iumedia- tes (una combinacién de medidas de reactivacién del mercado interno que factufan aunentos de salarios, junto con el reclanc de activa turela estatal para esa burguesfs), ast como en le postulacifn de una via alternative de desarrollo que tenéria su principal soporte en el “eupresariade nacional" y en "la clase obrera organizada". #4 Que fluctud a lo dargo del tiempo, el compas de la cambiaite relecién de fuerzas existente entre ella y, por el otto lado, la UIA y otras ascciaciones Ligedas a ésta. RAY AL que, por su lado, aporté un importante componente burgués sin el que resultarfa dificil entender algunas de les ambigiledades de un moviniento que, como €l peronismo, se asentS principaluente en ¢l sector popular y les indicates. 39 uente de lee sindicates, feta alianza, foriada en una coincidencie basi cauente defensiva contra avences “excenives" de 1a transnacionslizaciéa y contra el control det sparato estatel por grupcs "Iiberales", paut6 le politica argentina desde hace unas doa décadas, For un lado, el fusionar recurrentenence @ buena parte de ia burguesia local con sectores medion y con €1 sector popuier, ofvecié una resistencia inusitada a lo que en otros casse ha ido el avance mucho mag suave de 1a transnacionalizacin y de de 1e axpansign de las filiales de ETs. Por el otro, encajoné «1 sector popular y, dentro de 61, a le clase obrera y sus expresiones organizati~ vas, ea una alisnza policlesista, cenentada por una ideologia nacionalis ta de desarrolic capitalista que facilicS, por ese polictesieno cue in— clufa et componente burgués puesto por la COE y por te conpiguiente exely sign de todo salto afuera del capitalisno, los éxitos que logré esa alien za. Zxitos que llegaron seta obtener ex 1973 st mayor y mie catastro£i ca victoria: Llegar, cono pattes de 1a gran ola dol peronisno, a un alto gredo de contol del aparate estatal y desde al!f, a peser de In cautele Ge 1a COE y sus éirigentes -que habfan capturado el aparcte econdmico del estado y obligado a 1a UIA a fusionarve subordisadenente a le CCE~, con tribuir al desencadenaniente de une erisia que desbord6 les Limites es- tructurales sefalados ais arribs. Es posible que estructuralmente esas frecciones de le burguesia lo- cal argentina sean sinilores a las de otros paises extensanente industria Ligados de 1a regidn. Pero quiero vecalear que, ea el plano carporative y et polftico-tdeolégica, su exintencia coms tai fraceiény, en definicd, ve, su manera de constituixse en un sujeto de le politica, no surge ce algin atribate que ella tenge "por si". Antes bion, ella resulta de una particular aanera de relacionamiento ~en general, imsitadanente conflie tiva-, sobre todo, con el capital transnacioual y -en general, inusual- mente cooperativa- con las capas uejor oxgenizadas del sector popular ut * Para un desarrollo de estos temas, ten sucintamente aludidos aqui, Guillermo O'Donnell, "Estado y Aliaazas en 1a Argentina , 1956-1976" Documente CEDES/GE CLACSO, N°7, duenos Aires, 1977, también publica do an Desarrollo Begnémico, N°L, 1977. 40 yano. Fue esa relectén con las capas superiores de su propia clése y con ias clases suberdinadas le que dio esa eapecificidad a 1a burguesia indus trial local ea la Argentina. Hato resulté de ung historia, conenzada con las particularidades de ia incoreiéa originaria de 1a Argentina al mercado mundial, que dio un grado de autononfa y de densidad orgenizacional conparativanente alto a su sector popular. fn casos en los cue no se han dade estas condiciones”, 1a burgueeta local industrial no ha generado su propia red orgenizacio— nai ni se ha convertide en un sujeto diferenciado de la politica, Ea esos casos, 12 mayor indiferenciacién corporative y politico-ideolégica de 1a durguesia he privado al sector popular por otra parte, més débil y senos ozganizade que el argentine por razones que taubién se reuontan a las reopectives nodalidades origivarias de incorporaciéa al mercado aun dial”*_ det atiado turgués con que conté en le Argentina. Un menor gra do de digerenciacién de las formas organizativas y polisico~ideolégicas de la burguesia industriel local expzesa, y refuerza, un mayor grado de subsuacién de esa fraceién reepecto de la emduceién ecendnica y politi- ea de las capes nde transnacionales y oligopélicas de la vurguesfa. Bs~ to, por otea parte, entvaia una releciga de fuereas, traducide al aivel del estade y de las politicas enanadas de su aparato, que tiende 8 impul, sar wis estublemente 1a transnacionalizaeién del capital en au mercado. Ne por eso deja 2quél de ser un estado nacional ni de ejetcer haditualmen he au papel tuteler de 1a burguesfa industriel local, pero esto se desen vuelve fundamentalmente 2 través de negociaciones y presiones de cépula “Mésice y Brasil son auevamente ejemplos relevantes-, n0 sacudidas por un efetena de aliansas en el que aquelle fraccién acompsiie el dindmico ingreso «1a arena politica de las clases subordinadas. * Ast come otras da Las que no pueda ocnparme y sobre las que debo re mitir a mi op.ctt, en la nota precedente. ** CE, Fernando . Cardoso y Eazo Faletto, Dependencie y Desarrollo en América Latina, Siglo XXL, México DF, 1969. aL Si las especulaciones -c, con ciarta benevolencia, las hipéte~ sis- extraidas de un case sitven para algo, el grado de explicitacién de log Lfmites estructurales y de lag potencialigades conflictivas de la bur guesfa local industrial con el capital transnacicnal, depende de una eu- cesiGn de coyunturas politicas y econGmicas, ¥ ellas a su ver estén cons tituidas por una constelacién de fuerzas que incluye, principalmente, las nodalidades de relacién -alianzes y conflictoa- de diversas fraceiones burguesas entre ef y con las clases subordinadas, Sdlo 4 partir de esta visién contextualizante ~e histérica- pedencs extraey a 1a burguesfa in~ dustriel local de 1a quietud de sus datos estructurales y entenderla pro Piamente cowo fraceién que se constituye en el entrelazemiento simulté- neo de los tres niveles sobre los que he venide insiatiendo. VILE Daa complicacién adicional es que situaciones como las que he rese~ fiado en base al ejemplo argentine estfin lejos de ser estfticas, Por un lado, periodes de aguda crisic global pueden evar a drdsticos cambios en el alineamiento de fuerzas y en las politicas estatales. asi, el ac~ tual gobierno argentino no s6ic he emprendide 1a implantacién de un orden social que pasa por 1a exclusién politica y econdmica del sector popular. También, dirigiends su accién hacia uno de les gozues que articularon La recurrente alianza ya referida, na eliminado a le CGE y sus derivaciones organizacicnales. Actualmente sa discute no sélo qué hacer con los sin~ dicatos sino también qué formas orgendzacionales se promoverén ¢ tolera~ réa pera la burguesia industrial, pero parece poco probable que, en tan~ to dure 1a actual relacién de fuerzes, pueda plasuarse 1a resurreccién de algo similar a la CCE. Le dispersién de los intereses de aquella frac ci6n burguesa en el nivel puntualmente corporative de les cfmaras, es un requisito para la garantia de continuidad de polfticas que desde 1976 haz pendulado hacia una explicite promociSn de 1a transnacionalizacién y su consiguiente "estilo de desarrollo": eato es, 1a subsuncién de esas fraceiones en alguna organizacién a nivel nacional que invoque 1a unita~ 42 ‘tia representacién de "le" industria y que, consiguientenante, consagre 1a elinizacién del sujeto politico que aquelia fraccién y sus erganizacio. nes fueron en el perfodo precedente. No es del caso eopecular aqui acer ca de hacia adSnde derivard una situaciéa que diffcilmente pueda estabi lizaree en sus actuales términcs, pero lo cierto ee que esto ha puesto entre paréctesis, y probablenente modificado profundamente, 1a misma con éicdén de fraccién de La burguesta industyial local. Esto ha ocurrido obviamenre en los plancs corporativo y politico-ideolégico, pero -mos= trende que, aunque esos niveles no pueden dedusirse Linealmente el uno del otro, pertenacen 2 le misma realidad social que el consepto trata de captar- 280s cambios también sirven el répido proceso de éestruccién, ab sorciGn y recreaciém subordineda de esa fraccién que se est impulsando simultdnesmente. HL caso argentine ilustra, cone el resto del Cono Sur, otra posib: lidad de cambios en le que en cada caso es el patrén histérico de existen eis de la burguesTa industrial local, Fn momentos en que la crisis poli, bica y econdmica parece lanzada a 1a terminacién del capitalismo, el in- cexés fundamental del conjunto de 1a burguesfa en asegurar las condicio- nes de gu reproduceién borra sus clivajes y conflictos. Entonces el ni- vel estrictanente corporative de las cdmaras y ascciaciones de segundo grado pasa & segundo plano, desde que os enfrentamieatos con las clases eubordinadas ee dan a un nivel nfs global y poco puede esperarse de téc- ticas desagregadas de penetracién en un apareto estatel también en crisis Ys a veces, ccupado por personal hostil a aquellos intereses. El resul- tado tiende a ser la fusién del conjunto de 1a turguesia en sus organiza, cones nacionales ¢ en ascciaciones ad noc, atrds de metas cue, persi- guiende ealvarla de los peligros que varecen amenazarla como clese, no puedes sino apuatay a la abrupta interrupeién del proceso en curso. Des. pués de eso, y come tewhién lo testimonia el Cono Sur deapués de ia in- plantacién de sus estades buzocrético-autoritarios, la fragnentaciéa rea, fo de las capas ecenduicanente més poderosss de esa bur parece en benefi guesia y castiga durauente a buena parte de una burguesta local que, pa~ va salvarse como clase, ha tenido que apoyar 1a excluaién politica y eco 43 némica de los aliados -el sector popular y sus expresiones organizacionales- que, en tienpos nds “nermales", 1a ayudan a contrapesar el patrén darwinia- no de fuzcionamiento de la economfa que impulean las capas superiores de su propia clase, Pero aquellos momentos de fusién muestran lo que la frac— cin industrial local tiene en comin con el resto, incluso las Efe ~precisa wente, ser fraccign de una clase burguesa. De la misma manera, y correlati, “golucién" muestran que, antes vanente, esos monentes de fusién y su abrupta que estado nacional ¢ popular, el estado es un estado capitalista que, al salvar al conjunto de la burguesia, tiene que volver a hacer lugar ~en reali. dad, ads que en ningGa otro periode- ai polo transnacionalizante de la con tradiceién que, tanto como "su" burguesfa, 19 atraviesa. VILE Estas paginas no son wés que lo anunciade en la primera seccién: reflexig nes orientadoras para uné investigaci6a en curso, enfocada -adem@s~ en un caso bastante peculiar. Son muchos los detalles que he debido éejar de lado para mantener este trabajo en una dimensign tolerable. Ademfs, el aprendizaje que implica ese investigacién determina que estas reflexiones no puedan reclanat algin status tedrico. Pero el propésito de escribir estas paginas es volver a poner en discusiéa un tema que ha sido desewidade 0 sometido a sinplismos que mortifican el complejo, cambiante y contvadictorio segmento de la reali— dad social que se trata de captar, Aunque no siempre goce ée buena salud ni haya resultado la “elite” deaarrollista ni el monigote del capital transnacic nal postuiado por perimidas profecies, la burguesia industrial local est vs va -7 su modo de estarlo es a través de 1a constitutive contradiccién que, atravesando os trea aiveles de su existencia, conatituyen los ejes alrededor de los cuales sugiero retomar este tema.

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