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La encfclica Centesimus annus, del 1° de mayo de 1991, con la que el actual pontifice Juan Pablo II intenta evidenciar Rerum novarum, emanada por Leén XIII hace cien afios, se articula de la siguiente manera: Cap. |. Rasgos caracteristicos de la Rerum novarum (4-11). Cap. II. Hacia las «cosas nuevas» de hoy (12-21). Cap. Ill. El afio 1989 (22-29). Cap. IV. La propiedad privada y el destino universal de los bienes (30-43). Cap. V. Estado y cultura (44-52). Cap. VI. El hombre es el camino de la Iglesia (53-62). Este elenco tan escueto es capaz de proporcionar, incluso al lector mas experto, una congrua idea de la riqueza y de la complejidad de la encfclica. Nosotros nos hemos preocupado del lector medio: a ese lector se le ofrece aqui, a manera de Buia practica para su lectura y comprensi6n, una sintesis (0 quizds un desmenuzamiento) de ese importante documento. — 203 — “~, asf toda la Iglesia, que ha permane. Cido demasiado tiempo en silencio, a ha apren proclmar eos aspects sociales dl doen eating nh a Lubac), SSElisegunido motivo de la accién de gracias de toda la Iglesia es porque la decision de Le6 day en p al iejado. Con la Rerum novarum inicia aquella fase de discemnimiento, de “pertura y de acogida, por parte de la comunidad eclesial res, 204 40 a la comunidad civil, que se convertiré en didlogo y par- fcipacién con el concilio Vaticano I. _— EYNSTCSPIMIOHo que tiene la Iglesia para dar las gracias b, es a Leén esiporhaberwereadonlardoctrinasocial, eae conjunto de principios de reflexién, de criterios de juicio y de normas de accién, ditigidas a orientarjelreompors ina social no nae defnitivamente formuladn, con reets prefabricadas, sino que tiene necesidad de cowie Ga nuamente, gracias os potifies que se sucedenen la Cit dra de Pedro, gracias las «provocaione>, a los estiuloe y ‘las contribuciones de todos los miembros de la com eclesial (CA 53-54). nieiclica Rerum novarum, en efecto, s Pobres» (aunque, para que la ; ° Maestro: coge a uno de tantos repite idealmente la escena del Ms paayas i dio de la I letarios y lo coloca en me i roe Felana: (CAS). en Ae «a un conflicto que oponi, casi como “10h08 » al hombre frente al hombre hasta el nivel de 18 subsistencia fisiea por parte de unos y de Ta opulenci¢ Pi parte de los jjros>, Leén XIIL no dudé en intervenit («Callar habrfa sido ecionar Nuestro ministerio apostlico») ¥ temané la Rerum wparam. Lo primero que hay que hacer not precisamente Fro de que haya surgido, que haya sido una primera 61 hed Sica social, Nadie se sorprende hoy en dia de que un Papa —207— —_ anuncie y escriba una nueva enefcica sobre un ty pero, hace ciem afios, este hecho no MA soc se daba por descontady. «De esta manera — afitma la encicica Centos stn Xl sguendo las hula de sus Predacosore: as — un paradigma permanente para la Iglesia. Esta efecto, he? GC SNoz ante detrminadas stuacones human, ses ¥ camuntaias nacional intemacionales, para ae cneuaet ftula una verdadera doctina, un corpus. que'le persige analizar las realidades sociales, pronunciarse sobre lize yn al2at ‘clones para la justa solucién de los Probie mismas» (CA 8), 2. La primera enciclica sobre la just La intencién del Pontfice era la de capitalistas y los proletatios, Testablecer la paz entre los dejar de percibir la severa y el lector contemporiineo no pudo Condena de la lucha de clases, que él Pronunciaba sin medias tints, Pero era bien consciente de que «la paz se edifica sobre el fundamento de la justia: contenido esencial dela encicica Rerum novarum fue precisamente procia ar las condiciones fundament tales de la justicia en la coyuntura @conémica y social de entonces» (CA 5) 3. La primera enciclica sobre los derechos de la persona «La clave de lectura del texto leoni: iano es la dignidad del trabajador» (CA 6). Bl trabajador en cuanto persona: cuya dlignidad es fuente de derechos fundamentales. Y es muy inte- resante que Juan Pablo II nos invite a releer la Rerum nova rum como la primera «carta papal» sobre los derechos de la persona. En los nn. 6-10 de la Centesimus annus aquellos que bajo la pluma de Leén XIII eran los deberes del Estado para con sus ciudadanos trabajadores (dfensa de la propiedad, pre- vencién de 1a huelga, tutela de los niflos y de las mujeres, etc.), quedan transcritos por su sucesor como derechos del ang __ pre trabajador: derecho a la propiedad privada (CA 6); ba cho a crear y gestionar sindicatos (CA 7); derecho al derico, aun horatio de trabajo bien defini y a condiciones rePMmaajo convenientes al sexo, a la edad, al riesgo y al ge vereo (CA 7); derecho a un salto just, sufciente para csi al trabajar y asu fama (CA 8) Finalmente dee “Shoal libre cumplimiento de los deberesreligiosos (CA 9), 4. La primera encictica sobre los principios de solidaridad y de subsidiaridad Rica en ensefianzas para nuestros dias es la concepcién de 8, que Jas relaciones entre Estado, ciudadanos y grupos sociales, 4 esté presente en la Rerum novarum. ‘Ante todo, se recuerda al Estado que, Se tenet wen la tutela de estos derechos de los ee a rer ‘ 1) consideracion para con los débiles y Coser “roamed a sf are eos recede ida sderes pUblicos; en cambio, no, ae do un poe apoyo tiene: nooasidad Spec S alo ‘en la proteccion det Ea naires ot Ne ai joria débiles y necesitados, : "Oh =stado Sue prterenda ys cudas> (CA licita- En la Rerum novarum, aunque nO s© formule ex mente, se afirma repetidamente que : ners a Nn © cid! ligatoria, debe atenerss pias oa oo prioritarias de los indi al eae ‘y oe sopoe intermedios que hoy denomit subsidiaridad (CA 11), res 5, La primera encieliea sobre los pob wwarum a ta Tuz de ta realidad La relectura de la Rerum no at la constante preo- emporénea permite, Finalmente, Pre! com —209— = cupacién y dedicacién de la Iglesia rias de personas que son objeto de Maestro. El contenido del texto es la continuidad, en la Iglesia, de la rencial por con los pobres. Para con aquellas catego. Predilecci6n por parte del un testimonio excelente de denominada opcién prefe. Sobre nite sobre la “cuestion obrera” es, pues, una Enciclica Sobre los pobres y sobre la terrible condicion ala que el nose y Seeeuencia violento proceso de industrializacion habla wood, Cido a grandes multitudes. También hoy mundo, semejantes proce social y politica originan los, Il. ANTIGUOS Y NUEVOS DESAFios El capitulo segundo de la Centesimus annus (12. lado Hacia las «cosas nuevas» de hoy, «mirar entomo» para damos cuenta de la las que estamos, las «cosas nuevas» 1), titu- €s una invitacién a $ «Cosas Nuevas» en Por decirlo asf, inmersos, bien distintas de » en tiempos de Lesn XIII 1. Lucidez y clarividen Sin embargo, antes de mirar al presente Juan Pablo II se detiene un tanto en admirar sea la lucidez de la Rerum nove, rum leyendo el marco histérico, al percibir «en toda su enc deza, la verdadera condicién de los protetarios, hombres, Mujeres y nifios» (CA 12), sea la sorprendente clarividencia al Prever las consecuencias negativas bajo todos los aspectos de un ordenamiento de la sociedad, tal como lo Proponia ef socialismo (que entonces estaba tinicamente en el estadio de Filosofia social y de movimiento més 0 menos estrcturado), Le6n XII valoré exactamente el peligro que representaba Para las masas la atractiva presentacién de una solucion tan 210 imple como radical de la cuestin obrera de entones: sole Sjones que bajo la apariencia de una inversiGn de las posicio- tes de 108 pobres y los ricos, iba en realidad en detrimento de aquellos mismos que se prometia ayudar. El remedio venia a ser peor que el mal. 2, Las razones del fracaso del socialismo A un siglo de distancia, habiendo insistido en la quiebra del «socialismo real», Juan Pablo Il nos guia en la bisqueda del profundo por qué de tal fracaso, El primer error del socialismo es de cardcter antropolé- gico. En él «el hombre queda reducido asi a una serie sere soci les, desapareciendo el concepto de pecan ot ne nomo de decision moral, ue es quien edi mediante tal decision» (CA 13). is iona- I segundo error es el atesmo (enlazado con el raci lismo iluminista): la persona y, Lia negacién de Dio piva oe su undamento ala pe 3, Tdentidad radical entre la lucha de clases y el militarismo tambien la eleccién del medio De la mis’ i ao la lucha de clases (que 20 de acci6n ProPY con la cbuena lucha por la Insti eo- hay que come a enctlica Quadragesimo anno). La oa jada por PO ade clases no es nueva en el mages dena 8 yt mbargo nos parece nueva y penetrante 1a m cristiano’ au = vacién aducida por la Centesimus on 8 annus que yi aplicacién — en el terreno social — de la donner una, ra total, que el miltarismo y el imperialismo ing dG 842 Ambito de las relaciones internacionales, ™ponian en el ‘sentido marxista y el frets wana taices: el ateismo yel espron humana, que hacen prevalecer el principio de faq Peron la raz6n y del derecho» (CA 14). ee 4. La via de las justas reformas La Rerum novarum criticaba con no menos decision, en | : sen a i6n «liberal-burguesa» del Estado a via ‘ajo su digni. del hombre. Ello implica de responsabilidades lo implica una asuncién Estado: Precisas por parte de la sociedad y del — para o: cay fa combat el desenpea (acon policas coon cualificacin profesional idéneas, sea con in Pondiente seguridad social), " “somes ion al nett niveles salarates adecuados al manteni ae wabajador ¥ de su familia, incluyendo una cierta 1orro, adoptando medidas legislati {aregid de abo, ay las legislativas adecua- >s fendmenos vergonzosos de explota Sobre todo con daiio de los trabajadores mas debi. tn Srantes © marginados. En este sector es decisivo el sapat ve los sindicatos; aan — para garantizar el respeto de un Ropes 108 horarios «humanos» ademés del derecho a expresar la pro. —212— So pia personalidad en el lugar de trabajo (problema dela part cipaci6n). Para conseguir estos fines el Estado debe ponerse manos a 1a obra, sea indirectamente (segtin el principio de subsidiai- dad), sea directamente (segtin el principio de solidaridad), {A su vez, los sindicatos no deben considerarse tinicamente como cinstrumentos de negociacién, sino también como «lugares» donde se expresa la personalidad de los trabajadores: sus servi- cios contribuyen al desarrollo de una auténtica cultura del trabajo y ayudan a partcipar de manera plenamente humana en la vida de la empresa» (CA 15). En la lucha por la realizacién de las mencionadas reformas tuvo un papel determinante el Movimiento obrero, tanto el de orientaci6n socialista como el de inspiracién cristiana (CA 16). 5, Tres intentos de frenar la propagacién del totalitarismo comunista ‘Al final de la segunda guerra mundial (con las antinatura- les separaciones decididas en Yalta y la consecuente amenaz constante de guerra atémica, cf. CA 18), se impone la propa- gacién del totalitarismo comunista sobre més de ta iad # de Europa y su progresivo triunfo en otras regiones del mundo. Para frenar esa marea amenazadora se Hevaron a cabo tres intentos distintos: — Ja denominada economia soc! ‘ial de mercado, loci en una sociedad democrética,inspirada en que priva al comunismo del potencial es thido por multitudes explotadas y oprimidas: — os sistemas de seguridad nacional, ave ames telar de forma capilar toda Ia sociedad a fin —13— oo ble la infiltracién marxista (pero con el riesgo de destruir libertades y valores en nombre de la oposicién a ese mar- xismo); — Ha sociedad del bienestar o de los bienes de consumo: ésta «tiende a derrotar al marxismo en el terres lismo, mostrando c no del puro materia. émo una sociedad de libre mercado os cape Ce atisiacer las necesidades materiales humanas mas perez Toe a 22 2 gue aseguraba el comunismo y excluyendo tamnties los valores espirituales» (CA 19) 6. Los atajos de los socialismos nacionales En el mismo periodo, gracias al grandioso proceso de « Luego Ia enciclica pasa a enumei ; i rar los factores de la cai la de los regimenes ‘opresores (CA 23 y 24). eee es — El factor decisivo ha si ia sido ciertamente la violacién de os derechos de los trabajadores: ween Son las muchedumb redumbres de los trabajadores | an la ideologia, que pretende ser su Vor, Son wiac na, Gipios de la doctrina social de la Iglesia, 6a vividay fil, del trabajo y dee ara ae ce 8 exporion- resin» (CA 23). Trabajadores , que Ilevan a cabo u sin derramar una ina revolucién pacifica y, sola gota de sangre, acaban con seh orden europeo, surgido de la segunda guerra mundial y con- Sagrado por los Acuerdos de Yz falta [que parecia Pudlese ser aterado mas que por oa gue (b).7 te! ¥# %° —216—_ — El segundo factor de crisis ha sido ciertamente la inefi- cacia del sistema econémico, consecuencia de la violacién de os derechos del hombre a la iniciativa, a la propiedad y a la libertad en el sector de la economia, — El tercer factor ha sido la violencia perpetrada contra la cultura y los derechos nacionales. — El iiltimo factor ha sido el vacio espiritual provocado por el ateismo: «E| marxismo habia prometido desenraizar del corazon humano_ la necesidad de Dios; pero los resultados han demostrado que no es posible lograrlo sin trastocar ese mismo corazén» (CA 24). 3. Cuatro reflexiones acerca del escenario mundial Habiéndose desarrollado sobre todo en la Europa centro- oriental, los acontecimientos del 89 tienen una importancia mundial debido a sus consecuencias, positivas y negativas, en toda la familia humana (CA 26-29). lesia: 2 Pare encuentro cone movinint oreo = i ‘ismo; ecedentemente monopolizado porel marsiame; er orispa aparecido todavia con mayor claidad la impo ne ‘ompromiso entre marxism™o Y cristianismo; : dad de un eorrPma lo positivo de una auténtica reologta de (a — se cor gral humana. liberacién inte eblosde Europa: jendo las comunes raices cristianas: aes: Ce acncs antinaturales ha puesto a la se farted 1a interdependencia de los pueblos: Fi 1s europeos comienza, en un cierto es justo que los paises ex- p) Para los pu may! Juz cor ra algunos patse sentido, a «verdadera posteuerra>: a | | | mismo en interés de toda Euroy )pa, ©) Para los patses de Ss exigencias arriba los pobr miento moral obres es una gran enters (ANC UUal 8 incluso ocasién para el creci d) Para toda la familia human ) ‘oda la familia humai en los regimenes totalitario: ritarios se habia levado 8 ¥ autoritari a @ Sus extremos el principio del primado de a rea sabre 1a la fuerza sobre la IV. NUEVAS FORMAS DE PROPIEDAD Y TRABAJO EN LA DINAMICA DEL DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES EI cuarto capitulo de la Centesimus annus (el més amplio y articulado, que comprende los nn. al . - del 3 it un enriquecimiento doctrinal importante, ’ peers una 21 ofundizacion de las leyes del comin destino de los bienes Prados: leyes que ya habfa ilustrado magistralmente cl papa fio XIl precisamente en Ia celebracién solemne del SO® ani- versario de la Rerum novarum, que el concilio Vaticano Il habfa propuesto de nuevo como doctrina tradicional de la Tplesia’ y que representa uno de los fundamentos de la ense- jianza de Juan Pablo Il (nota 7). de la técnica y del saber Reafirmado el origen de la propiedad individual «tradicio- nal», que tiene sus raices en la asociaciGn tierra-trabajo (CA 31), la Centesimus annus ilustra la «nueva» forma de propie- ‘dad, cuya importancia no es inferior a la de la tierra: es a pro- piedad del conocimiento, de la técnica y del saber. En este tipo de propiedad se fundamenta la riqueza de las Naciones industrializadas mucho mas que en la propiedad de los recur- sos naturales. En efecto, de la combinacién del trabajo con tal «nueva» propiedad, vege hace cada vez mas evidente y determinante o! papel de! tra tayo humano,ciseiptinado y creat, y el de las capacidades oe Bale fava y ce espirity emprendedor, como parte esencial del mismo trabajo» (CA 32). 2, EL hombre vuelve a su lugar de origen Renace de esta forma una verdad constantemente afirmada por el cristianismo: ef principal recurso del hombre, junto con porerra, es el mismo hombre: el hombre con st inteligenciss ‘con su trabajo, con sus virtudes. ‘a su ver, la moderna economia de empresa, tan distin de ta tradicional donde el factor decisivo de la produccién ers la = Conatuctn pastoral sobre la lasia on mundo cortemporanen Gaudin spo, 68:71 —219— a por encima de a neg? Tedueids do sus Son las «carenci: aren cen tamb clas humanas del ci espacios ya rex ies ‘apitalist e én en los ‘ MO» que reapare- bajo el flagelo de ence desaroades, donde que no consigue: icin y de la puesta al dia, los einen llevar el paso quedan marginad dia, los , muchos jévenes y no pocas mujeres.” “OP sjeres. 3. La economia de mercado: pros y contras En los nn. 34 - 34 y 35 la Centesimus i a imagit a & quien imagina que la derrota del “socialisme reals oe apitalismo como tinico modelo de organizacion vee tt ASf tote on conned an Odeo de organizacién econémica; y asi toma en consideraci6n el libre mercado y la canna sy beneficio. lo y la cuestién del —F e eficay lire mereado se presenta como el inst icaz para emplear los recursos y responder a las nevecia, mis necesidades, «pero existen numerosas necesidades humanas que no tienen sEiga en el mercado. Es un estricto deber de justiciay de verdad Rapedi que queden sin satistacer las necesidades humanas fun- afnentales y que perezcan los hombres oprimidos por ellas» (CA 34). En cuanto al beneficio, la Iglesia declara su reconoci- miento de la justa funcién de dicho beneficio, pero afiade: «Sin embargo, los beneficios no son el Unico indice de las condi- ciones de la empresa. Es posible que los balances econémicos ‘Sean correctos y que al mismo tiempo los hombres, que constitu- yen el patrimonio mas valioso de la empresa, sean humillados y Gfendidos en su dignidad. Ademas de ser moralmente inadmisi- ble. esto no puede menos de tener reflejos negativos para el futuro, hasta para la eficiencia econémica de la empresa. En efecto, finalidad de la empresa, no es simplemente la produccién de beneficios, sino mas bien la existencia misma de la empresa ‘como comunidad de hombres que, de diversas maneras, buscan ja satistaccion de sus necesidades fundamentales y constituyen tn grupo particular al servicio de la sociedad entera» (CA 35). Esta seccién de la encfclica se cierra con un vibrante «non licet!» a propésito del gravisimo problema de la deuda externa Es ciertamente justo el principio de que las deudas deben ser srSadas, No es lit, en cambio, exiir © pretence! Su Fate. pagadas, so vendria a imponer de hecho opciones poliicas res cuarjovaran al hambre y a la desesperacion a poblaciones ente- ras» (CA 35)- jegitima y arriesgada La cuestion sobre la calidad: tin las economfas més avanzadas, cada vez més estimula- das, se plantea la cuestion de la calidad calidad de las mer- cancfas que Se producen y que se ‘consumen; calidad de lev servicios que el ciudadano debe disfrutar; calidad de! smbiente y de la vida en geneval- —221— Se trata de un: 870s. En efecto SA ¥avés de las opciones 4 de manifiest: "ae ad cn Ge lave UEC y de con 8 anaes ae Sua te concer poe De ahi nace et fenédmeno de} ‘consumismon (CA 36), =! La enciclica dedica una importante seccién (CA 38-40) a estudio de las consecuencias de la inracional destruccién del ambiente humano, mucho més grave Que la dilapidacion del ambiente natural, lada por Di seade feSbetando Ia intencion eriginana S” que es un bien, mig (2, cual le ha sido dada; ineluse 4) hombre es para si ature; Un don de Dios y, por tanto, deve espetar la estructura natural y moral de la que ha sido dotados (0% 38) ‘os al hombre, el cual debe 3) La primera y fundamental estructura en favor de la eco- 'ogia humana es la familia, fundada en el matrimonio, «Contra la tlam 'ada cultura de la muerte, la familia constituye la Sede de la cultura de la vida» (CA 39) b) En segundo lugar la ecologia humana exige que se vuelva a valorar la econ vomia segtin lo que verdaderamente es. “nicamente una dimensién de la compleja actividad humana, Asu vez, ja libertad econémica es s6lamente un elemento de la libertad humana. Cuando aquélla se vuelve auténoma, es decis ‘cuando —222— \sumi- siderado més como un productor o un con arom ienes que como un sujeto que produce y consume para Got Gesntonces pierde su necesaria relacion con la persona yitrana y termina por alienara y oprimtia» (CA 39) ui almente, la ecologia humana exige que toda la - 5 asa el deber de defender los bienes colectivos oon el marco en cuyo interior, tnicamente, es que cons ‘ble conseguir legitimamente los propios fines individua- posi les (CA 40). 6.Muerto el comunismo, via ancha para el capitalismo? Li s acontecimientos de 1989 han Cara gue aes - tivismo no sélo no suprime la aticaacién 3 shamans, e ms bien i increment, afadendo a penria de Ins cosas neveserias la inefcacia coonmiea Pro tami a tcxpericneiahistria del oceidente est ahi para demostrar que Taalienacién con la pérdda del sentido auténtico de ala aun cho real, cotiiano, sea sobre el consumo — Tia en las relaciones. El pontifice se da peas i le cine tae el omnes a vitor cp tatorau ges éate el modelo que debemos perseguir en ‘alam UES gue deberos export a 0s 010s smpleja ees cae, dice la Centesimus annus, es compl La resp a \6mico, jitalismo» entendemos un Se eae ee a, yapel fundamental y positivo de | eee ue Tec fa propiedad privada y de la consign > del meron vara los medios de produecion, de pease Pots dag en el sector de [a econom vided pee postvd Pro POr ciert —223— <"capitalsmo” se enti mbito econémico, n ico que la ponga al servicio de i lende un sisoma en ef cual est eneuadrada en un sol comet " a beri! humana ees 7. La Iglesia no oftece una «tercera via» Surge otra cuestién ala que el Papa responde sin dud; Iglesia no tiene modelos que ‘Proponer. Los modelos reales y verdaderamente ficaces pueden facet Gnicamente en el marco de las distintas t6ricas, gracias al esfuer ituaciones his- 20 de todos los responsables que oy Cuftentan a problemas concretos en todos sug Aspectos socia. les €conémicos, politicos y culturales que se entrelazan entre cllos. Para un compromiso de ese tipo Ia Iglesia ofrece, como orientacién ideal indispensable, SU propia doctrina Social, de 1h gue en el CA 43 de la Centesimus anne Se ofrece una licida y eficaz sintesis, {ue el lector interesado podra meditys on aprovechamiento, V.UNA CULTURA QUE ALI MENTE LOS VALORES EN UN ESTADO D} EMOCRATICO. la caida del totalitarismo co imenes totalitarios y de. mos hoy al ic munista y de otros Juridad nacional’, asist_ 3, del ideal demecratico Esta afirmacién, coy simus annus, podria capitulo, ‘ca, no s6lo en la Europa cenit, to tae crética, de Africa, América Latina y Asia. demot -os0s paises «én en numer ign en rrincipio del «Estado de derecho» anclado 1.210 nora fianza de la Iglesia»: ésa es la sn rye Tan Pablo he oe la sale open valora team que LeGn XIII lleva a cabo en la enciclica ere cima presenta la organizacién del Estado nn saul tiple reparto de poderes que se resumen en el mea io eel «Estado de derecho». Opcién no sélo valiente, eo también, para la mayoria de los politicos casos (ean am rf ar), imprevisit snl tetinseolcasy de mimo Ponce) § cs ee se trataba, en efecto, de un verdadero giro os are de los regimenes politicos por parte del magisterio. 2, Incompatibilidad entre cristianismo y totalitarismo Si el pueblo se declara decididamente por el sistema del «Estado de derecho», es inadmisible que un cristiano acepte el fotalitarismo, cuya rate si6n de la dignidad trascen- tanto, en la negacién de able y on Ne papel ‘humene, Imagen vibe do Dios et ve aa to natural \ eaneaao social, ni la Nacién precisa Pat individuo, el grupo, la clase -, a Ae eNO so tampoco la mayoria po cei ee et ym vac Scie, pon ola o uso intertando dest miéndola, ia, en cuanto a la democracia, en alitario se opone a El Estado tot tiende a absorber: —25— «en si mismo la Nacién, la socied: teligiosas y las lad, la famili tad, mismas personas. Po mila, las la Iglesia defiende la persona, Detentions com » Wue debe of 3s hombres (cfr. Hch 5, 29): defense eee? Punto de vista democriti ae -mocritic Que «no aceptan que la verdad sea determinad, © ciertos ciudadanos ferminada por la mayoria © que sea variable segt le segtin los diverso: $ equilibrios polit 8 politicos» (CA 46). Cierta \ 46). Ciertamente la Iglesia no qui y elige é 10 quiere hacer tet {gt como modo el respeto del iberad ‘La libertad » © valorizad: ” no de la verdad.» a en pleno solamente por la aceptacién 4. Respetar los derechos humanos Los «asy « Ses aspirate a la democracia» a los que nos referfam: a redactar sus nuevas constit in se apres stituciones, basénd: lido fundamento del reconocimiento de los eae one TE meme ro el Papa no duda (CA 47) en formular una de los derechos fundamentales», muy sintética, pero «aa fra, Haremos bien en mediaria nosotros, los ciuda- iuminag fas viejas democracias. Entre otras cosas porgue danos d© Tinciones de estas sociedades a fin de cuentas no ciertas disf

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