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En esle puoi pats, los escritores han de levar uns pesada ‘carga: no lo tienen gue hace la iteeatura del pai, sino tbe ‘converse en pleca angular dele honradery dela concencin pt ‘bles, Qcupan una eleva poscin en lav acta posi So personas cuya existencia se sitéa por encima de todo reproch, [Nuestios eseritors gozan del casio de aus leclores, El pets ene puesta en ellos su mirada en busca de liderazgo moral: Noes {quienes se mantinen aparte dela vida comin, «quienes tener, ‘Yeon toda la raz Philip Roth, Le orgie de Page El sindrome de Faloin Walter Mauro Tmaginemns, Fl farga arrasa Trova, Fens, ma de los twoyanos ms valiosos, a pesar de sus intentos de defen- der la ciudad, termina aceptando que no tiene otra alter- nativa que huir. Su madre, la diosa Afrodita, se le aparece yle dice “Sélvate, hi, y marca un final a tus fatigas, y te Ilevaré a salvo hasta el umbral de una patria” (Eneido I) Eneas acepta pero no huye s6lo. Carga en los hombros a supadre anciano, Anquises. Asf empieza el destierro que Virgilio fabula en su gran poema elisico, A diferencia de Ulises, el héroe que vuelve al punto de partida, su casa en. aca, Eneas no tiene un lugar a donde volver Es un héroe dispuesto a Ja aventura més radical: lade alguien que no tiene casa, sabe que esta en un mundo desconocido y de >be construir sobre él. Esté condenado a vagar sobre ia tie~ ‘fa como si el destino estuviera marcado en su frente. En julio de 1993, pocos meses antes de ir a vivir a Li ‘ma, tuve una larga conversacién en Roma con el crtico italiano Walter Mauro. Al entrevistatlo sobre el tema del poder y la autoridad en la literatura Intinoamericana, te- :ma de un libro suyo anterior, Mauro recapitulé la imagen de Eneas cargando a su padre. Este era el tema de su pro- imo libro. No 6 finaliaente lo legs a publica. Pero x: ‘cuerdo que su recaptulicion me desperté una serie de asociaciones que, fuera del sesgo psicoanalttico y potticn {que pensaba darle Mauro, tomaron un sentido mas am. plio. No me han abandoraado desde entonces. Por lo gue onté Mauro, su libro se ba a titular El peso de Anguies sta es una imagen sugerente como para renuncara ela yy abordarel tema al ue quiero acerearme: el problema de {a velacin entre a novela y el escrtor. Reflexiin que, por Jo pronto, se cine excusivamente al caso ecuatorian, Pero para tender los puentes, quiero seguir recordan- do. Poco antes de mi eonversacién con Walter Mauro, ¥i ‘en la Alianza Francesa de Guayaquil una obra teatral tit laa Festi casa de enferns, del novelist ecuatoriano Jor se Velasco Mackenzie. Los protagonistas principales de la ‘obra son dos eseritores: Pablo Palacio y Joaquin Gallegos Lara. Este timo, para quienes no estés al tanto del con- texto, fue una figura muy particular de la literatura ecua- toriana de la década del 30, sobre todo por su condicién de idestogo. Llegé a asumir el papel de guia literario de tuna generacién. El descalifcé a Palacio siendo su contem- pordineo, porque su obra se alejaba de los propésitos lite rarios del socialismo: utilizar ala literatura para denun- ciar la realidad. Lo interesante de En esta casa de efermes ‘6 que termina con Pablo Palacio pedaleanclo en una bic cleta,eargando a Gallegos Lara, mientras marchan hacia tun horizonte, fuera de escena, en el que pierden Ia mira- da, Que Palacio cargue a Gallegos Lara se entiende si se toma en cuenta que éste ditimo sufria -esto ya no es fc ion de una enfermedad que no le permitia moverse por simismo. Cada tno de esto dos esritores tomacdos como perso- raj, represent, en el imaginario de Velasco Mackenzie una Wisién conteapuesta de la literatura, Este aspecto s€ acentuara después analizando el contrapunto marcado fs Felon 169 yyistéricamente entre Ieaza y Pablo Palacio, a mi modo de +e los polos ¢ fconos definitivas dle la narrativa ecuato- tana, Gallegos Lara cumple también un papel, aunque en “ste cas0 Sea imaginario, y de esa imagen quiero parti En ‘ea ficeién, deben conciliarse a c6mo dé lugar para seguir Ja marcha, aunque esta sea en biciclta. Sélo que esta con- ciliacién implica cargar a Gallegos Lara. Y con un peso, ‘como es l6gico, no se puede pedalear de la mejor manera. Era de nuevo la imagen de Eneas cargando a Anquises. ‘sa carga refleja el dilema en el que han debido debatirse varias generaciones de escritores ecuatorianos. Querer re- solverlo ast, sobrellevando esa carga, ha condenado du- zante décadas la libertad de la novela en la literatura ecua- foriana, Ninguno de Ios escritores posteriores ha sido co- mo el Palacio que carga 2 Gallegos Lara, ninguno puede eniificarse con é, sino mas bien con aquel mitico carga dor de Gallegos Lara que sf existi6 en la vida real. Me re- fiero al famoso Faledn, a Juan Falosn Sandoval Falodn fue el hombre que cargé, a falta de silla de ruedas, durante doce aos, a Gallegos Lara. Es precisamente este persona~ je, y no Palacio -que nunca se sometié a la carga del dis- ‘curso del escritor impedido- el que, a mi modo de ver, rex presenta lo que ha sido el problema fundamental de la no- vyela para los escritores ecuatorianos, permanentes sufti- dores de lo que llamo el sindrome de Falesn. ‘Lo que apuntals esta serie de imagenes fue la posibili- dad de haber vist, en sentido estrict, una imagen. Y se lo dbo al cineasta Camilo Luzuriaga, por su pelicula Entre Marx y una mujer desnuda, basada en la novela homénima de Adoum, Fue allf donde la imagen de Faledn cobra una intensidad inusitada y me permitié Hogar a este acerca ‘iento. En un momento de la pelicula de Luzuriaga, se le pregunta a Falesn por qué carga al escritor y no busca otto Itabajo, y Faledn responde: “Porque cargdndolo uno se siente importante’. 170_Leonanto Votencia 4 EX sindrome de Faleon_I7 xe en el incendio, Figura digna la de Bneas: todo pue Comprend{ con un estremecimiento por qué me hab 1 que Iarehado de Eeuadory habia omado dstain doe Ge pederse, menos sa padre. Buena parte de la errancia {atura ecuatoriana. La respuests de Faleén me peri ide Fneas tiene a Anquises como un personaj> secundario, entender algo que yo habia peti en a tera fenioculto pero preseate, Seré en Drépano, a mited del cleanest del siglo XX. Todavia day | yj, donde Anguses mere. Eneasprosigue sin an- goletozos una larga estela dea idologa mars po ue constantemente vuelve a aparecer su sombra para ha- cenit Colignde aterm rela eserit el escritor debi) pine. Hasta donde pudo, Eneas cumplié con el amor que senate stdo al xetzato de su pats con tna fnaidag | _ genta por su padre Traspuesto al Ambit del eval vamos ‘ivindicatva, simplifiendo instumentaloente se cond ‘hablar, el sentido de la imagen de Eneas tiene varias Desde ese extremo se puede bajar aniveles imperceptibles aristas. Si bien en el orden biolégico los hijos no pueden Peto que sebotean tina creacin literal: que clesetten elegi alos padres hay oto orden enel cual pareceria que Senta imesponsable por no dar la postal desu pa te Infatalidad de la herencia también es ineludibe. Me rfie- ciudad, de una jrga o de un habla pero no en fancon ‘pala novela, Durante mucho tiempo, en Latinoamérica, leech con su confit attic, sno como un guia fy, parecia darse una expecie de compromiso 0 exigencia pot tuna contrasefia simplifcadora, como enfatizarcioe poresentar simbvlicamente lo que se ha dencminado co- oc cuchina we lo que quiere conta east a modo de jest sno una cuestin de identidad. Una identidad delimitada «aciin por sfalla I realzacion plea de la obra, Lalas on n témino preciso identidad latinoamericana, Cuan- tua, bajo ese punto de vista, debia ser tile importants do surgian casos alslados que no respondian a este esque- deb ser seri, inconporaba un valor afadido. A ox anne sma, mas ain, al no representa el aire de fami de sus censura o manera anticipada de fla de talento o leprosy respectivos pases, lo norm era tener una acttud escép- ¢!arfifcio la denomino, un poco en broma, el sindreneca tia sobre la validez de esa obra Yes que esas creaciones Falebn: el escitor ecuatoriano carga, como Falcén, ana se resistfana In cuadratura dela cizeunferenca, Esquema agenda secreta y no dedarada para su literatura, Coal, que Occidente y Europa en particular todavia suele exigit: ‘quier transgresion a esa regia no escrita fue vised no lescritor considerado por su nacionalidad,e incluso, a {na desercién alucinada, un desvio burgués. una poten veces, buscado como representante "puro". A mds de un Bion cesmopoli, tsi ltinoameriano gel puede escuchar Ia anéadola de que al sr conser pan crn ot 8 ‘cy porgue lo que se busaba era alguien auten- 2 tamente™aborigen, como silos eseitores eran eapect- tence para un excrupaleo zooldgio, Lon que cum- plan con esa taxon eran ectors ror, extranet Pero volvamos a Eneas, No obstante i de idad latinoamericana. Los pro- J (0 obstante la ungencia de la zantes, alejados de la realida Inia, Eneas carga con el peso de su padre. ;Por qué no blemas de este tipo comienzan siempre en casa. Hasta los tleshace de é1?Por qué no se salva del incendio sin car. contemporéneos nacionales empiezan siendo condescen- Sarlo? Incluso olvida a stt mujer, Cretsa, que finalmente dientes 0 silenciosos para con los hijos raros,y es la poste- “dado extra, oe que reso Yao de are eflexonar sobre la lacin del escitor coat ro coala novel, debems partir dun punto conertorae ‘no dspersamos en abstrccones Eneste Sendo, cle ‘adigma sguesendo Pablo Palacio elesestor que pote tra, tos permite continuarrfleonando sobre To foe Sido la extucinnovelinicn en Fendi. Pero ahora ey se tata de reivindiar a Palacio sino de refloconat span tirdedly tomar distancia. En ene sent, la figura das lacio no se ago, aunque es etamente, fit. i hut extatamiento 0 marginacion dela obre de Palacio, porque hubo un canon en literature ecwatoriana, Bes on no quso ver enélal gu sino au opuest, al des ‘ado, a historia de a Iieratarneeuatorana eli nos los ela historia dela crisis de una ideoogia pal Ga que pretends canonizarse ena iteratara,y comely Que aitima hora ha buscado las laces gu s¢ deseastare, para no tener el papel de ij sin pace Conel transcurir de ls itianas décndas, superando voluntarismo vanguard delas generaciones que toms ron al ator de Déora como adaié de un experimental ro tanto, Palacio cumple a través de suetsvas rele ',n papel fandacional No es una cima, aclarema! tia siente. No es una legada es ina paride, No es gue tara ls contonns dela cad a anda, es des Brozador de caminos,, como tl ene mucho de rude e inacabado. No es el argutecta dela enorme ciudad de novel, per eel gue nos seal oe materials y el can no para legar all, riicaent, la bra de Pala fe ne también algo defo gu criti a la novela svi un texceso de dseurso-en este caso tn volumtaismo rare suarcsta-y por ota parte an planteamient ideolopo- Invision antipentvsta dea realidad, Un disarso aa it versa olde Paci: nega del discurso, Povo es una = ome de Fale 173 xién que resulta ser afirmativa. ;Qué es lo que afirma? Que en literatura el lenguaje es a veaidad, y no su copia. Palacio publied sus obras antes que se desatara la vo- sigine de novelas del realismo socialista, una de cuyas ci nas serfa Huasipungo, de Jorge Teaza, publicada en 1934, dos afios después de [a diltima novela de Palacio, Ts cierto que Palacio no tuvo en su momento la dift- sin que sf tvo Icaza. Pero también es cierto que la con- tdcién de modernidad es mucho mas palpable en Palacio, por mas que, en 1972, trnta y ocho afios después de pue blicar Huasipungo, Ieaza intentara realizar una trilogia no- velesca experimental con Atrapados. Lo cierto es que se esmerece a uno en favor del otro. Se argument la inter- nacionalidad de Icaza -relativa for cierio- frente al efecti- ‘yo culto de secta que tiene Palacio y que, aio tras afo, no deja de erecer, Se empuna la originalidad artistica de Pa- lao -deudor de las grandes corrientes literarias de su ‘sempo, en especial del surrealismo y de Pirandello~ fren- tea la laneza narrativa de Icaza Se pretexta el vuelo no- ‘elistico, casi de corte épico del autor de Huzsipungo, fren- te alas noucellescrfpticas de Palacio, en las que no se pue~ de disfrutar ese desarrollo de la novela extensa. ¥ asi por clestilo. Esta disyuntiva ha tenido repercusién en la novela es- un wo ‘ozuomwo9 un apsap eydax a8 ‘op2}u09 vy anb of anb auodoxd opeyeg “ejeaou ns ap jeuy Ty ‘sauuang £ aag0f ap sejaaou se, OLDIE “ze61) ope> lve fap mA “ORETEA ap PjasoU Be O1ayar apy IUDNSUOD pared onb uorrpen eursiur ey ap opouodsap ope] un up asrexdsut opnd ayuoureynbuen anb sap giaand0 3 26 axpeu y ‘saquang soe ap (gZ6t) BH}SON MUR, 0 2O0{ ap (6261) 244 sunBouayz jo UoD soppared ap opueygey waa oe] epardsouau oipupjaid epemsaide wong ey ezard tna apuiop aura Yjasout v| anb opuarey ‘so7Sis sopeA ap sae v auoUEMaND PRojoUOK ZouRIEPY FU’ ~anou 8389 ap Jopexseu ja “oPeTea oP sey 9p syNdSap sea -ugne & supeansdos syut souopean se 9p wun v sore], ‘nb vj wo> “anki upal ap (rg61) sown xy wining 9308 01 +d ‘gz61 U0 ‘seuapaP raN9K ap e329 A ogg Nj OHuDREL seouope sound un seyadsep ¥ o1ajoa TeuLIOy vpanbspq ey e8ny eso e seme "epeasap ou vpnap BUN UODIpEN ns sod ‘oprenuo> exgey pero wy » ayy “repoURT, pepyeat ns seiNpEye UNS AWINgEY op pepsseoau ep OvEHIOTENDD lijoaou 1 ‘pewoyl| ap syul obod a uUd seday yuo PHOS e] ap ePUE;SIP v7 ‘soozOIsY SeUIay So] EDLY OP ep ey 98 anb ef 50 ‘orduala 20d “e8ny Gun ‘sepenuoye sou aur o spur sey remuooue ap opoien eH osad aso w asset “Sax oppionb by ou wypaou et ap mydsa ja 380 UY ‘Uppy tL ved wzurezodso ap ajoiq un s9 oquarusereDseum [ap pep -ysooat ww omg "Opts UTS O}UARMENEDSeUD TE uppejuaumuadse e| ap ra>ey sod wun) :pepllEnp ns 9p oonpimoyurs 9 ofan ese O89 UI ‘oapyod ostuioxd oo [ap 02189)00p! osed op asiaDeysap sey Is axed ‘erpaou ef ap ezes29au uDEIpUaD OUIOD OprUENse 59 PEP nauo§ ef op opaunS [a "uinopy anbrmug asti0{ ap (0/61) pnp sajna moe A ayy aug ap ane & Upper soy] 9p vrny bunt GEE pp ap NTE TG corad ‘souvsayn sofejquresua sopezs0y 0d epeysodos » -yiod vor:9 o[ 0 ugPeztmegan ap sosso0ud Sof ap watu. e ‘oo(8pur owsea: |p “orpur jap wouapOp ef 's3}eUODeU sonniaied sazojea 50] ‘SeRgj0;0s seinoa] sey 9p osm “sr opmieur jo uo ‘owsondas sod ‘oreys9 uespo wuP>HOUL -vounet 0 fepunur vaneeu ef ap ezyfe ef oszouod op “2nd ope ap so v sovaysod ppasou sand ee onb ap ‘pay ja uo opensourap psa osg “«eypny ap eamexoyy eun se epuryord upprpen ns ua exenoyenne exjero ep ez -xo] ap seiqeyed set onanutag "waren v owsyewoneu un ® & somezonqeya sazojea e epeyspadns vjaaoul tap wlio, “sy eu :e}uIa jap epeDyP e| apsp 20peNd, ap OOnsTEA Ou wowed [9 opts ty an of ap wey wy s9pUIOTUD Soup -od opered ap ost [ap WoAED Uostsat vv sePEAD -anoU -enrignd ajsogruews as anb ooapo ovonn aygeoeyduar un 18) otpay ey & sauos20u09 seperseurap O44 HEY as nb $9 O41 07 {SE}TOAOW { seaAOKE AP SEEDED ap upHEAAaD ~x@ f onztusezqosuo onion fe ased ‘epBAcxt Lf ap sofour 29} sepanbspq sey ua oantwuasaudas jaded up ednoo ou eueroyenoa ejanou ey anb 304? “onsaoou otunde -uoo un sua} apand as opeeg e Sees “aUE}SG0 ON, ‘oyu 0840 9p SesH[,0W SO] ap anb soondso saiopesseu so] ap tara spur ¥183 “o10u98 [> opuanataqns ‘onuap apsap soparseen & seer an Shw sofedopipen seutoy efdwwoy “exmjesoi] ap od aso sp enspcoud ja uoqcums esipsenuea opRuse ns & saaasg, sojosiesep ss ‘oondyo oqasa ng “aan ef ajou 38 on ‘as jeuno; wopestdsuy ooo asin wpand er AoW un Ten9 e| ap uppeo ap oda op s9 ou ODETe ap eagD Py ‘sopupztanalgo tuna) aud sofeuosrad sns ap uppoure 7 epoaou ns Jekode © seuodos vpuaiaid jen> gf ap spaei) & exoqqHsuas UOIs ~buo> eunSuny“pepranalgne epezepop ns e aod ‘omefe, 2 ous as ots euoysajig usm Key ON “onde sul ®xpmur opriuos un wo to0d9 ns ap osjnd po outa, "sas0it9 ap apron wT proedimiento. ara la memoria trabjp ene temp, tmanovela qucnose cera poruc nose determing eh Gio Bn ete cto la novela noe lb, sng a ean Un gulony las dos timae slabs de ura plaba ae eto indefnido eningunar- esl comters fc see tr. Eile la primera slaba de esa palabra yong que apelaa volver al eomenzo del Ib. Ades 1 Eee mantone lo conjtual de a econ hatSceceg tl aacuro aubjtivo,en primera persong de sus araaiy tes raz dese de Pra a menor “Arededor de esa rovela han sugido otras con tena hintrcos Pero ai asl fond de sponsalidad taney rallsta-akora responsabilidad con a Ristova, esa nae nda biagucda de Ia dented Ininoamericana, otha perdido, Eso expla que, n peat del complio neat nico de ue warrant frmina con neon d «qe sigue sendo novelas repeimidas. El vulo 90 ter {por lzaret, No provocan selene yo Rguas pert Ao den novela resultados cue no le oreopente’ Od cho con la melifra de Vlaeo Mackenste’ Placa que seguir cargano de cualqucs forma a Galego Lar Co imo so quisiera percatarse que aa no puede pedales coniberat No obstante, doce afi después de Pr a rene una novela como E jes de Praga (1996) de Javier Va cone, pares estar que el eps de a novel nae Porscguirabvéndove paso en Eeuador por eos canes For primera vez una novela be toma ia abscata ered de dlalogarconla storia dea novel. H didlo cs e- dda menos que con Kafka, Hay um punto de contacto cone tontextoecustorlann pero da dee une mite di tanto y enjenad, la del personaje central al extern Krona disencamiento ha aumentado, istancamer- todel pas en su sentido més estrecho de contexto oa: do prt un narradoy pero de acrearent ln utorane Elstudrome de Faloon_181 ge la obra literaria. Bs interesante lo que hace Véscone7. ‘rabaja en el espacio: equipara mundos. Nila razén euro- eani el pulso vital de América son rasgos diferenciado- fes. Al contrario, el escepticismo se da frente a ambos ‘mundos, y 1os iguala. EI mundo, Iéase el desencanto de la injusticia y la miseria humana, es uno solo. El viajero des- cubre que los munclos no importan a la larga y que el via- se resume en descubrir sa propio mundo, ¢ incluso més allt: descubrir su propio lenguaje, conocerse a s{ mismo. Fllenguaje neutro, seco, minuciosamente elaborado para 1 doctor Kronz rehuye los folklorismas. Una sobriedad de este tipo arrasa con exhuberancias © desniveles ante- riores. Su clasicismo busea el equilbrio. Tse dlistanciamiento es el que empieza a abrir nuevas pasihilidndes a una noveltstica que entienda In eomdicisn primera del trabajo formal. Construit una novela que s¢ sostenga sobre todo por si misma, sin ninguna deuda w obligacion con su referente, sino que lo maneje de acuer- 9 asu espectficae individual necesidad imaginaria, y su particular fuerza estética. Cuando la novela en Ecuador hacumplido con esta independencia, ha alcanzado su me- jr nivel. La parcela de tierra Hamada Ecuador, como la del resto de paises latinoamericanos, es una frontera ima sginaria y una demareacién inexistente para aquel espectto rs amplio que se llama idioma espaol. Entender esto es vital. El espaol es un idioma conectado al mundo, y co- mo tal se ha lanzado a recorrerlo, a eriticarlo, a contarlo, Asflo han entendido Egiez, en el tiempo, y Vasconez en lespacio, Pretender encasillar el espafiol hacia dentro de tuna frontera es desnaturalizarlo, matindolo, simplemen- te porque hay en dia se entrecruza y alimenta en una rela- «ign reciproca a nivel mundial. El modo con que la obra de Palacio ha sido vilipendiada y recuperada después es, ‘una muestra palpable de que esto es ast. ‘Alnovelista le toca elegira sus padres literarios, asimi= 182_Leonardo Vi lar como su elemento natural la tradicion novelitica ‘mundial en general y la del idioma espariol en particlay y poner a la tradicin ecuatoriana en relacién critica cog aquellas. Esto, por supuesto, es diddcticamente proble: ratico para un pedagogo, un soci6logo, pero en absohity para un novelista. Si en términos biol6gicos no se puede legir a los padires, en literatura sf es posible. El novelist, puede dejar a un lado el peso de Angiuises cualquier tra. dlicign literaria nacional con pretensiones excluyentes y demagégicas—, sobre todo esa dependencia ala voluntad de retrato para dar libertad a la voluntad de creacin, alos imperatives que pertenecen al imaginario del artista, También asumiz otras tradiciones literarias, 0 amalga: rmarlas deslindando lo que es especificamente de su inte 1s; constrair mundos que obedezcan s6lo a st pronin Is ‘gica interna, que sespondan al lenguaje que exige su nece- sidad expresiva, El novelista de idioma espaiiol sabe que vive en una comunidad de un espectro mucho més am- pio que el de su barrio, su ciudad o su pais. Esta apertu- ra se ha trabajado durante décadas en la tradii6n latinos. ‘mericana, pero parece que cada cierto tiempo hay que re condarlo, ‘Conviene, como decfa, marcar distancia frente ala ur- sgencia con la que la irresnelta identidad ecuatoriana come nacitin ha valorado-a favor suyo- como las obras mayores de su narrativa, muy por encima de su verdadero valor li: terario, Y esto lo puede asumir incluso un autor que se ha preciado de escribir mucho sobre su pats natal. Como sjemplo, en el caso de otto pats latinoamericano, podria tomar Io que Mario Vargas Llosa ha dicho en su ensayo sobre la obra de José Maria Arguedas -dlos cimas de la no- velistica tanto del indigenismo como del boom de los afios sesenta, La utopia araica se abre con un par de Ifneas muy interesantes, en la que Vargas Llosa concluye: «Aunque he dedicado al Pers buena parte de lo que he escrito, hasta EXsiudrome de Falcon_183 donde puedo juzgar la literatura peruana ha tenido esca- s2influencia en mi vocacién, Entre mis autores favoritos, esos que uno lee y eee y llegan a constituir su familia es- piritual, casi no figuran peruanos, ni siquiera los mas grandes, como el Inca Garcilaso de la Vega o el poeta Cé- sar Vallejo. Con una excepcin: José Maria Arguedas Que esta suerte de desentendimiento provenga de Var- 1g Llosa, quien ha centrado el grueso, sino toda su obra, en torno a ciertos aspectos del Pers, es por dems intere- sante y revelador, més atin en un autor que siempre se ha canlesado expresamenterealista, Pero aleanza su maximo rivel si consideramos que la culminacién formal de la obra de Vargas Llosa hasta ahora en su novela La guerra defn del mundo, que se desarrolla exclusivainente en una remota regién de Brasil. Aborda un fema, una repién y ‘una cultura en apariencia extraa a la habitual det autor, pero responde a sus obsesiones més profuncias, desbara- {ando cualquier criterio localista que sélo daria valor ala bra de Vargas Llosa por narrar acerca de su pats de naci- miento. Verdad de perogrullo pero frecuentemente olvi- dada: la fuerza de una novela no esté en su contenido si- rnoen la coherencia ¢interaccién de sus partes, en la pers~ pectiva del autor No s trata, insisto, ce caeren una actited que otras go- neraciones cumplieron a cabalidad, incluso con la teatra- lidad det caso, como lo hicieron varios movimientos van- sguardistas, En su gran mayor, los eseritores que asumie- ron actitudes parricidasno dejaron ninguna obra de valor Mas que eliminar @ los padres, habria que seleccionar a quienes podtriamos aiadic como antepasados nuestros. Y cada uno Io haré a st modo, de acuerdo a sus necesida- ‘des, rodedindose de sus propios maestros y fantasmas. Sn cesar de gs Lie ah to son pas oa | ‘se Aun novel ure dpasn cd ndeCeseespreaa one Se Toast py rim ren pe 184_ Leonardo Valencia Por algo Borge ins en sua deudas con a diana lenguasyditinias geogeaitn. Lo haces ah consiruyendo esas infuenclas en su propa aba insena oe procesandelas, y no dejandolas sélo en un limbo, a aaa a ae ‘mente ideoldgico- retiene. Por suerte este proceso no se hy dao ena poesia eto es por eno que enone i mayor continudad, una grucan toons raza pocsla, peo eo e debe a's Ben sabia Gate dd dela poesia an que nunca ele niglo repre las probleraticas de identidad del pais. Fue obvio su fra cesbcundolo aa. tsa mbma gad sled cn Ceder la novela Dale apostle de ententrl cong ti gran engranj individual. Hl talento consi novia sabri dare in dimengin formal neesin ree duc pn sobrevivic nie la de I decurotnca on Alinta de in gue xr. Entonces ide lectus yee se tata emposemts por eli a mestos pa po er los que se nos pretend imponeny cesta sss parieieeWanos que posblemente nos Kebln con mle Cea Sempre como Ene el rvelta debe ere peso sor shombos For ed sufeeme te Hilda como para saber que el major peso que puede carga on novels eso aia ners na la paciencia, el humor y el silencio de la dedicacién exclu. ero apilidad no significa igere a ligeeza de armas, sno aprendizae de un vigo ate de combate que et en la mejor novela del mundo. Eli las pres no signs fea mutaroy sino asia creatvamente ese arg, dal. gando can clos, como le hae Eneas eon Argues, por ‘que ya llegard el momento en que sus caminos se separa~ "in. Beg noes pariidio, Nose rechaza I wallon. Se tlge, ae slecciona, ve decanta, En rumen, se vuelve & Tet. le gusarta, es al, de poner bocabyo la Nistora ania ELsin 185 ge nuestra novela y releerla empezando desde Palacio lind desde Capilidos que se le olvidaron a Cervantes, de Jaan Montalvo- rescalar tres 0 cuatro novelas realmente Memifcativas y adherira esta relectura el contexto de la netcla mundial, sin sentimentalismos ni concesiones, ‘Un dfa cayé en mis manos una novela inglesa: El amare ede Lady Chatterley, de DH. Lawrence. En tna de sus pa- fgnas encontré una reflexion del narrador en la que dice {ge la novela puede revelar los lugares secretos de I vi diay que la fuerza de esta revelacidn puede renovar, pu- Siffearenaltecer, guiando nuestra corriente de simpatia Tanovela nos trae novedades, noticias, como lo indica su nombre. Pero también advierte que la novela puede em- polar el espiritu al ensalzar los sentimientos més corrup- tos, Lo novedoso es lo que Lawrence entiende por «sent nientos mas corruptos, Llama asta los ventinnienos eon Yencionalmente puros, moralistas, didécticos, compla- ‘Gentes. Es decir, sila novela nos habla desde la pureza, fos corrompe. Ms atin, como con las habladurfas, si se xagera su funcién de traer novedades. Y tiene la fuerza Ge corrompernos, precisa Lawrence, porque la novela es- td astensiblemente del lado de los angeles. “Qué queria decir Lawrence con esto? Qué es eso de {que la novela esta ostensiblemente del lado de los énge- Js? Ouizd queria explicamos la fuerza del género, 0 ad- vertisnos que hasta las verdades de los dngeles hay que tomarlas con preoaueiones, pues nunca se sabe que éngel ‘es el que nos habla, Lo cierto, en cualquier caso, es que si Tanovela no entra en terrenos impuos, se vaelve wna ha- bladuria, una corrupeién, un vacio, Las novelas ce Law rence no eran en absoluto puras, Tuvieron que pasar cast {reinta afios hasta que se eliminara Ia censura sobre la no~ vvela mencionada. {No significa esto acaso que la novela tle Lawrence no tocaba un espacio convencionalmente puro, si no que, todo To contrario, entzaba en un espacio nardo Valencia ‘mpuro, a un lugar que no era bien visto Pia esperarse ce un novelista de su epoca! Reconde ale de um ante vata ere Portable tener qu encotrane en visperadl ane cn qu Lanois tenngrese ha coe a rs ila rns Ye lo oe br Paainosetomeros cmos Sone eee Bran entremos ens ones orn ee sos demindosque tenn ete Nan ln in basen neaalga Ea comes irl de musts its des aeons Mada iad npr. ee dco ea ae oe aparrcia Mace gute tart sempre ha ade nudism eae Ber ran cs dos typos ems eo ier a ato donor tses pone sulin yl ssmnnren its oom tee royce yana dard nano pacer es die tats detcaren srs once elie decadaag no aeancsna gee Sivolverdd esl des wie eee Yannis conocer anatase ey distintos sitios, donde sea que esté, — peg ce vee do etd an dpe leslie a ana ovate lap een ts issn coneraes de mea an ee i dap: oe rosy ater ‘tet elo elo saa ps ara lo que dea Elstudrome de Falcom 187 " glorando los tertitorios impuros? Estas preguntas no son {icusivamente mias, ni de mis contempordneos. Son las reguuntas esenciales de la literatura. Es una pregunta vie- Jpque se sigue repitiendo. Y la respuesta es que sf se pue- i La ganancia es mucha, para la literatura. La pérdida es 0 tener la suficiente difusién, simplemente porque a los ieetores del mundo -y espero equivocarme- no les intere- ‘4, quiza porque no cumple la promesa bésica: vender una Latinoamérica, o un Ecuador, mostrar el sitio convencio- ‘almente puro. Por suerte, la mejor respuesta a esa vieja sganta se da con lo tinico importante en literatura: con ‘obras ¥ las obras, bien lo sabemos, van ereando sus lecto- res. En este sentido se han abierto nuevas posibilidades en tun sinndmero de novelas. Pawo waliieniig ala comet da tom:io 3 en esas lecturas restringia 0 delimitaba el espacio y 1a temética en los cuales debe desenvolverse el escritor? La pregunta puede parecer ingenua, pero no deja de ser cru- ‘dal. A un novelista no se le puede exigir una autoridad ‘extraliteraria de especialista, ni experiencia sobre el tema que trata. FI novelista juega con variables, con hipsitesis, ‘con margen de error. Lo posible -quiea deberia decir een _guaje- es sa tinico camino. Y hasta ese margen de error es Su caracteristca esencial. Es mds, la posibilidad del error eso que hace que la literatura sea esencialmente humana. No hay nada aparte de la literatura que apueste tanto por el error humano. Allf duerme su maravilla. En el fondo, parecerfa como si una parte del hombre no terminara de tolerar esa libertad extrema que posibilita la novela, y qui- sieza cefirla asu propia estrechez. Lo problematico es dis- ‘cemir qué parte del hombre es la que produce este recha- 00 indiferencia y pretende imponer estas fronteras o If mites ala creaciGn, :Por qué? Para qué? Al novelista no le corresponde descifrar esta muralla, sino violentarla cada rato hasta hacerla desaparecer. Los lectores saben de- 188_Leonanto encia nye aE cribe con una carga innecesaria encima de los hor a sierra pene oie ie nn se xr Sop Ahora nos corresponde leer y esct wefan cman er mah dee day ae Te be es on sea iy poner ao Lima, 1998 Posila de 2008: Aton despus de haber escrito ex en- sayo sobre Fal, queinconporaba alguns ideas que di en julio de 199, enna confrencia sobre Iertura at noamertana en la Casa Miranda, en Londres fu dev sta Guayagul. Estaba en un bar del Pare Center Hio-un glpon tapiada de ca guaday co oor acer veza, que antes habit sido in cine de pefetas por. evando un desconocido se tne acend yn profilo, en medio dela oscuridad del bay, se preert diclendo. me qu Flan Pensé gue era imposible gu algo no encajabs Palen debi estar merto 6 muy cane 0 desapareldo, Ese hombre que me sada era un tipo joven Po eines Faledn_189 ao lence, eed gues ed, y siempre sontiendo ols angullamente Al- tesTa me explcd que era el aeor que acl de Falcon en ptheade Luzaiage y que, aden se apelidabs Vo saree Bra Carle Valen Entonces lo record Me que: Je gpservindolo un buen rato. Afios despa lo Vv a ecole peleaas. Quse cour que hata su propia vi Wey gue elpeso de su ang nombre, de au remot senor se habia deseanccido. oro ef snurome de Faleén vuelve de mil manesas, incluso mas lf de euador y de a teratura. En rai ibd no até datado histric i geogafiament: es una Sitente perversién naconalista de autocensura que ‘Same dstntos restos Loe vst a su manera vlads toto pales con sus particulars polémiens de Faia Inosobre quien prtonode de oil ode wang) y Len to sobe qu lengua pe defied, s tac oe ninguna. 2 fen ler cok eer gw el Woso de algo superior como una hac, quelo valida, de In tues inte representant. Lactic especializad, p= Eturmente Lf anglosajona, sigue refidéndose esta condieion como sla targa del pasado” ola angusta de tas nlueneas A largo pazo esta cng termina debi tando su propia ob, excite en elida, esl vocero desu propia pala bra wunsformeda, Una palabra que ets ublcada en un margen de perpledaly dua, y,avveces, de slenci, por ta que efor pueda complement Toque se Te spi= te Porlotento su palovae sterpresopechoss pore ro uses ser oii, pong es pared sobre todo Poryue es una fice La novela siempre etd cosendo Erntg de er medida por aspects que no Te son ine rete uted lo qu le weula propo ess condicdn va Table indomable, que no sun simple espe dare. dad y que, dicho en ores trios, va a all dela 190_Leonando Valencia mimesis: no copia la realidad, la crea. Y quiz para crit car mi propia perspectiva, habria que preguntarse si eg que las novelas lo que hacen es, por una parte, liberarse dle novelas que se han petrificado y, luego, apoyarse so- bre aquellas que los escrtores han visto incompletas pe- 10 fértiles. La reflexién sobre los fenémenos que caracterizan es- ta situacion determinada de la novela ecuatoriana per- mite proyectar este caso a una experiencia propia de la novela, que es posible encontrar, con sus particularida- des, en otras literaturas, La innovacién se presenta cuan- do la literatura busca deshacerse o sabotear Jo que se le quiere atribuir y sorprende a los lectores renovando sus formas. Quizd el sindrome de Faleén sea un problema propio de toda novela, sometida a la expectativa de su epoca, a ese espejismo entre fiecion y realidad, La escti- tura de ficcién, por su fuerza imaginativa, escapa siem- pre de las convenciones, del contro! racional que preten- de decimos cémo es la vida y su previsible planificacién. Aleseribir soy el primer sorprendido por la aparicién de personajes y situaciones no previstas. He aprendido a escucharlos. Lo tinico que hago es ayudarlos a tomar cuerpo y para eso comrijo afino una forma y un lengua- je. Al comprender esto me he dado cuenta que por €50 fracasa la literatura cuando se la quiere someter a las consignas del signo que sea -limese fe, nacién o merca- ddo- porque truncan e impiden lo que por su propia natu- raleza escapa a controles que no tienen relacién con su fuerza interna y su necesidad. _:Cuuita patria necesita un novelista? A Javier Vasconez "No tengo ms patra que aquellasnubes ue fe evaporan en los lags de a poeta ‘ADONS, CCheinement ci di dns iographie de a mati Debo mi titulo ala variacién de uno de Jean Améry. El ensayo del escritor judio, “;Cusnta patria necesita un ser Jhumano?” estd incluido en su libro Ms alld de ta culpa y la cexpiaeitn, Donde 61 decia «ser humano» yo he puesto la palabra «novelistas. La conclusin de Améry, que dej6 atras su nombre alemdn y adopt6 seudénimo francés, era ‘mas compleja que su respuesta concreta: el ser humano necesita mucha patria. Era mas compleja su conclusi6n porque a Améry no le interesaba la cantidad y porque par- ‘fa de un tipo de reflexién diferente: no era una divaga- ci6n intelectual de protocolo filos6fico 0 académico. Su re-

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