El conjunto de meditaciones,
fgiles y profundas, que nos ofrece
el autor det presente volumen,
son una muestma de la complejidach
y tiqueza de los aspectos que
onstituyen el ser maestro. Con
el ansia tranquilay serena de quien
ha experimentado ea earne propia
las problemiticas alas cuales
pretende dar respuesta, nos va
desplegando, meditacién tras
‘meditacibn, los horizontes
que iluminan las multiformes facctas
dl quehacer del maestro,
Esta multiformidad se refleja
también en la variedad de estilos
cen que el autor va consignando
sus reflexiones: desde el articulo
tradicional hasta el ensayo, pasando
por la meditacién, el conteapunto,
la Fabul, el euento y el diilogo
exudito, Lo anterior no sélo hace
la lectura, sino que solaza al lector
ylle ofrece ejemplos coneretos
de los génetos lterarios que conviene
Vasquez Rodriguez
ES
Oe a 4
pO wie
| Ma a
‘io de maestro Fernando
{que maneje el maestro.
P. Gerardo Remolina S.J
a
FACULTAD DE
EDUCACION
ronrinicia | : occ
Gaiheasioas Hisseclsusse ears
VERIANA,La autobiografia
“Los primeros colores que hicieron sobre mi una
gran impresién fueron el verde claro, leno de
savia, el blanco, el rojo carmin, el negro y el ocre
amarillento. Estos recuerdos se cemontan a mis
tres afios de edad. Vi esos colores en diferentes, Pagina
objetos que hoy no logro representarme con tanta mt
claridad como los colores mismos
Wassily Kandinsky, Mirada Retrospectiva
“No he evocado aqui ni las experiencias que
contribuyeron a formarme en mi infancia y mi
primera juventud, ni la impresion imborrable que
me causaron los cuentos de Andersen, ni aquellas
tardes en que escuchabamos como nuestra madre
nos lela Stromtid, de Reuter, o nos cantaba
canciones al piano, ni el culko que profesaba
Heine por la época en que escribi mis primeras
poesias, ni las horas apacibles y llenas de
entusiasmo que, después de salir de la escuela,
pasaba leyendo a Schiller junto a un plato de
| rebanadas de pan untadas con mantequilla
Thoman Mann, Reto de mi vida
feTo particular sobre lo masivo, Tal pers-
pectiva obedece, ademés, a un intento o esfuerzo por no dejar per-
der ese “caudal” de experiencia que casi siempre se nos desvanece
entre el activismo y los afanes de la vida cotidiana. Decir autobio-
grafla, por tanto, es instaurar una axiologfa en donde “lo vivido”
(entendido como lo mis lleno de significacién para determinado ser
humano) es colocado en un lugar preponderante,
Oficio de maestro / Escribieas evocaciones tienden a estar sembradas
en una determinadat
Esta marca de territorialidad se halla emparentada con zonas de
socializacién, de crianza, de aventura. Podemos afirmar
montando una autobiografia le
ERREEERIBREED, 6 seconsiruyendo el mapa de una idenrdnd
parecen Tos hitos, los limites, las latitudes constitutivas de un carse-
ter; emergen los puntos cardinales de una vida. ——
jaro, se trata de recordar. De hacer memoria. Pero en ese ir des-
enrollando el ovillo, van apareciendo pistas o “marcas” de lo que irre
mediablemente somos. No es la bisqueda de un pasado estitico 0
inalterable, mas bien es com{
or eso, elaborar un:
autobiografia
le dicho reconocimiento. Aqui desearfa entender esta accién como
Ut crabs ce spo a lan dni ci
acenaS, ef eereieto aULODIOBTATICO
con lo que nos vamos a encontrar o, silo
Fbemos, no podemos conocer con anterioridad el mapa, la red de
conrespondencias que empezai ge
kings ‘comporta una ética muy especial. Se
Je tener la transparencia necesaria para “poner
diffcil cuando se forja una autobi om es conservar SEES
SERED O« lgons forms, si eemos una auriogzaties
porque hemos convenido con el autor un contrato de contianza, de fe
La ética de la autobiografia se asemeja a la ética de la confesin.
Quizd por ese temor que produce el exponernos, el abrir de par
en par una puerta o un saldn de nuestra interioridat
(Gixasume formas Comoe avo‘ lear} oss I 20>
Fernando Vasquez Rodriguez
jue al ir
122
fen fa mayoria de fas veces se
requiere
para que pueda brotar el testimonio,
fe sopesar,
bor a muerte préxima. Es como si uno escribiera un testamento;
como si se quisiera legar una lectura especifica sobre uno
para aquellos que le sobrevivan. Dicho en pocas palabras: a
Ce muluples fos fazos que unen lo autobiogrfico con la fantasia
ET que se cofocs en actitu retro.
fenandlo fos intersticios de la memoria, los va orientando hacia
una eje de conciencia, hacia un faro que los ilumina de valor
como
fen vistas las cosas, ef price que Hos produc robiografias
RID Coa ver que uno accede a una autobiografia es como stu
Sere acceso a lo prohibido, a una especie de buhardilla del misterio. A
o mejor, sucede con las autobiografias lo mismo que con las obras,
teatro antiguas: nos producen catarsis, Al leer el dolor ajeno, el prop
nos parece més familiar; al escuchar ciertas alegrias, nos sentimos
cémplices; al percibir ciertas debilidades en voces extratias, nos se,
timos reconciliados con nosotros mismos. Lo autobiogrifico
hhace hermanos de otra sangre.
Oficio de maestro /EscribirPagina
1a
Con todo lo expresado hasta aqui,
(a
0s transformamos en ejemplo, en hito, en
punto de referencia, La autobiografia se convierte en modelo de vida,
En ex i I
encarna
Femando Vasquez Rodriguez
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