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‘srcones de Joot 28_ DICCIONARIO DE LA LENGUA ETiguem Near n° Sp Febcno 200F cari, consentir, mostrar gestos de afec- too de amor. Es también consolar a quien se halle enfermo o esté triste. Pero puede tener un conteni- do negativo: consentir en exceso, tratar a un adulto como si fuese un nfo, sobar Sihe elegido escribir sobre esta palabra, apa- pachar, no es porque me guste, ni que me disguste ~éa quién no le agrada que lo rodee el afecto?— sino agrada ya ve- igrada; me emociona y por momentos me que me llama la atencién, me intriga ces de parece un ritual que igual se lo hacen a todo el mun- do; por momentos me trae sin cuidado y a ratos me parece significativo. Como tantos usos sorprenden- tes que he hallado a mi vuelta al Peri, después de dos décadas de ausen« ‘apapachar me produce sentimientos encontrados. A ver si escribiendo es- tas Iineas, me aclaro conmigo mismo. De entrada ‘me intriga, Hace unos afios, en el Perit no se usaba, © me- Jor, ni nos abrazébamos ni besuquesbamos a cada rato ni el término existia. Y aunque el uso sea fuerte fen México, no creo que se trate de una simple expor- tacién, mimesis. Me intriga y por momentos tam- Dién me desacomoda. He pasado los tiltimos veinte afios de mi vida en el extranjero, para ser mas preci- so, entre espafioles y franceses, que tienen sus mo- dalidades de afecto y simpatia pero, con toda segu- ridad, los franceses no apapachan ni muertos, y los espaiioles, a lo sumo a los erios chicos, como ellos dicen. Ya de grandes, son tan duros como en Bosnia en Irlanda del Norte. Desde que volvi al Pert, tuve la fortuna de que me confiaran cargos importantes, siempre en el mundo de la ensefianza y Ia cultura. ‘Tuve cargos antes de emigrar, allé por los finales de los setenta, pero bueno, eso de que el huachimén desde que me ve bajar del auto corre a llevarme la maletita, o el ea- fecito a horas inopinadas, como que es mucho. Esos rituales, y los. apretones, en especial las palmadotas, en los confianzudos, debajo de la linea de flotacién, sobre los rifiones. Esos mimos, al principio, los atribui casi todo el mundo. No sé que cara habré puesto entonces, acostum- brado a la rudeza y laneza de otras gentes en otros lugares, hasta ‘que un amigo (para eso estén los verdaderos amigos) me dijo: «pero Hugo, asi es la cosa aqui. Te apapachan». {que peino canas. Pero luego noté que son extensivos a | _mi-conclusion-es'que-apapachamos-wemuerte® Primero a los mas equefios, ésa es la primera actitud: mimos que se dan a nifios y nifitas, besotes y abrazotes. La segunda aplicacién es mas dudosa, se extiende a la adolescencia y a otras edades de la vida, y no tiene ‘término. «Mi mami me est apapachando porque estoy enferma». La que lo dice puede ser una jovencita, pero igual una sefiorona. Apapachar también expresa otra gama de afecto, seamos francos, lo que suele pasar entre dos amantes. «Comenzaron con apapachos y se siguieron de largo». Pero esto iltimo viene de México. Lo he tomado de Google (13.800 paginas sobre apapachar). En fin, el término se desliza del cariio y del amor sexual a un tipo de amistad ‘medio sabrosona, como que se resbala, sentimental, ibidinosa. «Te mando un beso y muchos apapachos». Por filtimo, es gesto de con- suelo, y eso si es bien peruano: «Ay, no estés triste, ven que te apa- acho», Lo del «ay», es significativo, pues hablamos con un tonito de queja. Tiene su encanto, su no sé que, asies la cosa, Apapachar. No me termina de convencer. Pienso en la India, Por lo que sé, iad es comercial y enormemente corrupta, y los agasajos y carinitos son parte de estrategias para amables co- rmupciones. No, no me aclaro. Asi, seguiré sospechando que el apa- pachamiento es trampa amable del barroco peruano, que junta a la vez ternura, eéleulo, mimo, remilgos y zancadilla, todo la vez. Entre tradicién y modernidad, como tantos otros rituales en este pais.

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