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Cereales Sintéticos - Ruiz. Golberg. Molas
Cereales Sintéticos - Ruiz. Golberg. Molas
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ÍNDICE
CAPÍTULO 1 3
¿QÚE ES EL TRICEPIRO? 3
Híbridos interespecíficos e intergenéricos 3
Los progenitores del tricepiro: triticale y trigopiro 4
El tricepiro 6
Objetivos de este trabajo 12
CAPÍTULO 2 13
CAPITULO 3 21
CAPÍTULO 4 68
1
El Tricepiro frente a la salinidad 77
Resumen 87
CAPÍTULO 5 89
TOLERANCIA A HELADAS 89
Introducción 89
Clasificación de las plantas de acuerdo a su tolerancia al frío 91
Daño por bajas temperaturas 92
Mecanismos de respuesta a las bajas temperaturas 94
Tolerancia a heladas en tricepiro 96
Resumen 103
CAPÍTULO 6 104
BIBLIOGRAFÍA 108
2
Capítulo 1
¿Qúe es el tricepiro?
Por otro lado están los híbridos intergenéricos, que presentan características
propias que los hacen claramente diferenciables de las especies que le dieron
origen. Se han logrado híbridos intergenéricos tales como Triticale (Triticum x
Secale), Trigopiro (Triticum x Thynopirum), Tricepiro (Triticale x Trigopiro),
Tritordeum (Triticum x Hordeum), Festulolium (Festuca x Lolium); en Argentina,
los mayores esfuerzos han sido puestos en la realización de híbridos de triticale
(Triticum x Secale). Los trabajos se intensifican a fines de los años 60 con la
introducción de líneas por parte de INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria) provenientes de la Universidad de Manitoba, la fundación
Jenkins y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maiz y Trigo (CIMMYT).
3
Posteriormente comienzan a trabajar en este tema la Universidad Nacional de
Córdoba y la Universidad Nacional de Río Cuarto -en los años 70- y más tarde
la Universidad Nacional de La Pampa. En las últimas décadas hay algunos
cultivares incriptos por empresas privadas (Grassi et al., 2010).
4
El área sembrada con triticale se estima en más de 3 millones de hectáreas a
nivel mundial, siendo los principales países productores Polonia, Alemania,
Francia, China y Bielorrusia; en la Argentina se estima que supera las 100.000
hectáreas (Grassi et al., 2010).
Uno de los progenitores del tricepiro Don René INTA fue un triticale hexaploide,
selección 6TA 203 (2n=6x=42) el cual provenía de cruzar Triticum turgidum L.
(2n=4x=28 cromosomas) x Secale cereale L. (2n=2x=14; Covas, 1989).
5
y de rápido crecimiento inicial (Amigone, 2004). Se obtuvo por selección a partir
de un material remitido por la Fundación Jenkins (Salinas, EEUU), con la
designación de 6TA 131, que mostró ser heterogéneo, a partir de éste, se
seleccionaron las plantas de floración más tardía, mayor producción de grano, y
buen rendimiento de pasto (Dreussi, 1995).
El tricepiro
6
Figura 2. Espigas de tricepiro. INTA EEA AQJXLO ³,QJ $JU * &RYDV´ /D
Pampa, Argentina. Foto del autor.
8
Paccapello et al., 2004; Ferrari et al., 2005; Castro et al., 2011), con el objeto de
obtener cultivares de alto rendimiento y calidad comercial, industrial y dietética
de sus granos (Tosso et al., 1997). Por otro lado, en la década de 1990 se
comenzó a desarrollar germoplasma de tricepiro en la Universidad Nacional de
Río Cuarto, empleando triticales hexaploides (2n = 6x = 42) y trigopiros
octoploides (2n = 8x = 56) (Szpiniak et al., 1997 y 1998; Ferreira et al., 1998;
Ferreira et al., 2007). Estos cruzamientos lograron numerosos tricepiros y los
posteriores cruzamientos entre ellos y retrocruzas con triticale dieron origen a
más de 200 genotipos que se encuentran en diferentes etapas del proceso de
selección. Actualmente en conjunto con la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales de la Universidad de Buenos Aires se están realizando estudios
genómicos para conocer su composición y comprender los mecanismos de
estabilización del número de cromosomas (Ferreira et al., 2007; Grassi et al.,
2010; 2011).
9
El tricepiro es el más tardío de los verdeos invernales, caracterizándose por su
ciclo de producción prolongado y alto rendimiento de materia seca (Covas,
1995; Ruiz et al., 1998; 2006). En la región semiárida pampeana mostró
rendimientos que oscilaron entre 2000 y 6000 kg MS/ha como verdeo invernal,
esta gran variabilidad guarda dependencia con las precipitaciones y fertilidad
edáfica (Frecentese y Covas, 1984; Ferri et al., 1995; Tosso et al., 1997; Covas
y Ruiz, 1998; Ruiz et al., 1998; 2006; 2009; Castro et al., 2011). También se
evaluó en la región pampeana húmeda y subhúmeda donde presentó
rendimientos de forraje entre 5500 y 8000 kg de materia seca por hectárea
(Gonella y Hernández, 1987 y 1990; Amigone, 1992; Brizuela et al., 1997;
Coraglio et al., 1998).
10
forrajera. El contenido de magnesio resultó por debajo de los valores requeridos
para la nutrición animal. La relación K/Ca + Mg presentó características
tetanigénicas, similar a otros verdeos de invierno, sobre todo en el primer corte.
Por otra parte, en ensayos con animales, tanto el tricepiro como el triticale han
mostrado altas tasas de receptividad, ganancia diaria y producción de carne
(Gonella y Hernández, 1987 y 1990).
El grano del tricepiro constituye una buena alternativa en dietas para porcinos;
puede sustituir en proporciones variables a los granos tradicionales, tanto en la
etapa de crecimiento como en la de terminación. En animales alimentados con
alta proporción de este grano, se logra una mejora en la calidad de la res,
debido a que disminuye el espesor de la grasa dorsal (García y Torresi, 1996).
11
Objetivos de este trabajo
12
Capítulo 2
El estrés abiótico en la región semiárida central de Argentina
Introducción
Características ambientales
13
en lo que respecta a valores medios, puesto que éstos muestran grandes
oscilaciones. Uno de los principales factores climáticos es su latitud, debido a
que el territorio argentino ± 2.780.400 km2- se extiende ampliamente en el
sentido Norte - Sur con una extensión de 3.799 km (Ruggiero y Conti, 1988).
Esta gran extensión está representada principalmente por la región árida -60%-,
en tanto que la húmeda ocupa el 25% de la superficie, y el 15% restante
corresponde a la región semiárida, esto indica que el 75% de Argentina se halla
en condiciones de aridez o semiaridez, lo cual lo constituye en el país de
América Latina con mayor superficie árida, semiárida y subhúmeda seca
(Glave, 1988; Figura 3).
14
Figura 3. Regiones climáticas de Argentina.
1: Subtripical sin estación seca, 2: Subtropical con estación seca, 3: Tropical
serrano, 4: Templado pampeano húmedo, 5: Templado pampeano semiárido, 6:
Templado oceánico, 7: Templado serrano, 8: Árido de sierras y bolsones, 9:
Semiárido, 10: Árido patagónico, 11: Árido andino puneño, 12: Frío húmedo, 13:
Frío polar.
15
Glave, 1988). Los vientos predominantes son del N al NW y del S al SW, con
una velocidad media de 15 km/h, son más fuertes en primavera, coincidiendo
con la salida del período de menor precipitación, por lo cual son altamente
erosivos (Covas y Glave, 1988).
16
Regiones agro-ecológicas de la provincia de La Pampa, Argentina
17
Figura 6. Monte Occidental con dominio de jarilla (Larrea divaricada); sector A.
Foto del autor.
18
Figura 7. Caldenal (bosque de Prosopis caldenia); sector B. Foto del autor.
19
Figura 8. 3ODQLFLHFRQJDQDGRERYLQR SDVWRUHDQGRXQIRUUDMHDQXDO³YHUGHR GH
LQYLHUQR´ VHFWRU C. Foto perteneciente al Municipio de Anguil, La Pampa,
Argentina.
20
Capitulo 3
El tricepiro frente al déficit hídrico
Introducción
21
síntomas específicos de respuesta a la sequía y cuáles productos de la
enfermedad (Fukai y Cooper, 1995).
22
comienzo de la sequía puede ser desventajoso por cuanto las plantas estarán
más expuestas a la radiación solar y con mayores pérdidas de agua y
fotorrespiración (Cabuslay et al., 2002).
23
Una planta no puede extraer agua del suelo a menos que el potencial agua de
la raíz sea inferior al del suelo, por lo tanto debe mantenerse el gradiente para
que el agua fluya desde la superficie del suelo a la raíz (Bray et al., 2000).
Algunas plantas pueden soportar sequía o salinidad sin manifestar pérdida de
turgencia regulando su potencial osmótico (Bray et al., 2000). Este proceso se
conoce como ajuste osmótico, y sucede por un incremento en el número de
partículas de solutos en la célula, y gracias al mismo la planta logra que la raíz
adquiera valores de potencial agua más bajos que los del suelo, y que se
mantenga el flujo de agua desde éste a la raíz (Ackerson et al., 1980; Kusaka et
al., 2005; Moinuddin et al., 2005).
Las consecuencias finales del déficit hídrico prolongado son plantas de menor
tamaño, menor número de macollas, menor cantidad de hojas vivas, y por ende
menor biomasa y producción de forraje y grano (Colabelli et al., 1998; Wardlaw,
2002). La incidencia del déficit hídrico sobre la calidad del forraje está menos
documentada, aunque existen evidencias en diferentes especies que indican
que no siempre es afectada (Wilson y Ng, 1975; Brizuela y Cseh, 1996; Buxton,
1996; Guenni et al., 2002; Karn et al., 2004).
24
sobrevivir, lo cual desde el punto de vista agronómico, no es suficiente; por el
contrario, también deben mantenerse rendimientos razonables. Las estrategias
de adaptación son: a) escapar a la sequía, b) evitar la deshidratación, c) tolerar
la deshidratación, y d) capacidad de recuperarse una vez pasada la sequía
(Fukai y Cooper, 1995).
a. Escape
En situaciones de sequía previsible, las plantas pueden minimizar el efecto
adverso de la misma creciendo y completando su ciclo durante el período con
buena disponibilidad de agua (Richards et al., 2002). En cultivos para grano se
torna importante la duración del ciclo, por cuanto si es demasiado largo, existe
la posibilidad de que se inicie la sequía sin haberse aún completado el llenado
del grano. Es importante destacar que puede producirse una interacción
fenología x inicio del estrés, dependiendo el efecto de la sequía del estado
fenológico en que se encontraba el cultivo al iniciarse el período de estrés, lo
cual no debe olvidarse al momento de realizar un ensayo y comparar genotipos
(Fukai y Cooper, 1994).
b. Evitación
El estatus de agua es determinado por el balance entre la absorción de agua
por las raíces y la demanda por parte de la atmósfera. En la planta, todo aquello
que permita disminuir la pérdida de agua o aumentar la absorción, contribuye a
evitar la disminución del potencial agua y por ende mantener el crecimiento.
25
Mediante esta estrategia, las plantas, a pesar de la incidencia del estrés, son
capaces de mantener el potencial agua alto. Esto puede lograrse extrayendo
más agua del suelo, o bien usándola más lentamente de modo que aún quede
agua disponible en períodos más avanzados de la sequía (Richards et al.,
2002).
c. Tolerancia
Algunos grupos taxonómicos presentan la capacidad de tolerar la desecación -
plantas poiquilohídricas-, entre ellas se ubican muchas algas, líquenes, musgos
y unas 70 especies de plantas superiores, aunque la mayoría de las plantas
presenta una reducida capacidad para perder agua sin sufrir lesiones celulares
-homeohídricas-, sin embargo, entre estas existe variabilidad en tolerancia a la
pérdida de agua (Medrano y Flexas, 2004). Las plantas que toleran el estrés
hídrico son capaces de mantener el metabolismo ante una importante
disminución del potencial agua de las hojas sin sufrir daños. Aún durante el
llenado del grano, si se presenta una sequía, los genotipos tolerantes pueden
mantener la actividad metabólica y la translocación de sacarosa hacia el grano
aunque la planta sufra un estrés severo (Fukai y Cooper, 1995).
26
producir nuevas macollas luego de pasado el estrés hídrico (Baczek-Kwinta et
al., 2006).
Características de la raíz
En varias especies cultivadas como cebada, avena, centeno, raigras, festuca,
triticale y mijo perla se ha determinado variación genotípica en el sistema
radical, pudiéndose citar variaciones en peso seco, número, densidad,
27
diámetro, longitud, ramificaciones, volumen, profundidad y distribución (Nass y
Sterling, 1981; Carrow, 1996; Grzesiak et al., 2001, Richards et al., 2002;
Sahnoune et al., 2004; Kusaka et al., 2005). En sorgo se encontró que aquellos
genotipos con raíces orientadas más verticalmente y más profundas
presentaban mayor resistencia a la sequía, estos también poseían raíces más
pesadas y mayor relación raíz / tallo. En trigo se encontró resistencia a la
sequía en genotipos con mayor crecimiento horizontal de las raíces, y también
en genotipos con raíces más profundas (O´Toole y Bland, 1989). En triticale, los
genotipos más resistentes al déficit hídrico presentaron en condiciones de
sequía, mayor peso de raíces que los sensibles (Grzesiak et al., 2001; Zhang et
al., 2001; Grzesiak et al., 2007).
28
bastante de los valores esperados en relación a la turgencia, posiblemente
debido al ajuste osmótico ( Kusaka et al., 2005).
29
osmolitos compatibles en el citoplama le permiten al citosol alcanzar un balance
osmótico con la vacuola, cumpliendo así una importante función de protección
(Bray et al., 2000).
En mijo, se encontró una relación significativa entre ajuste osmótico bajo estrés
y el mantenimiento de la turgencia celular y como consecuencia el
mantenimiento de actividades de biosíntesis normales (Kusaka et al., 2005).
Híbridos de sorgo con alto ajuste osmótico mostraron ventajas en rendimiento
de grano en condiciones de sequía, con respecto a otros que carecían de esta
propiedad (Ludlow y Mutchow, 1990; Morgan, 1995). Genotipos de trigo
presentaron variabilidad en AO, y a mayor estrés hídrico una asociación más
fuerte entre AO y rendimiento (Moinuddin et al., 2005).
30
Eficiencia del uso del agua (EUA)
La EUA puede definirse como la producción de materia seca por unidad de
agua usada (Cabuslay et al., 2002). Se ha encontrado un incremento en la EUA
en presencia de estrés moderado (Cabuslay et al., 2002). Sin embargo, las
diferencias en EUA de los genotipos suelen estar más bien relacionadas con la
disminución del agua utilizada, lo cual en las plantas se logra merced a una
disminución del rendimiento potencial (Golberg, 2008).
Una planta que sea cual fuere el mecanismo, mantiene sus estomas abiertos,
puede continuar fotosintetizando, con mayor disminución de la temperatura de
la canopia y mayor discriminación de C13, por lo cual es posible utilizar como
criterio de selección medidas instantáneas de fotosíntesis y transpiración, o
discriminación de C13 (Araus et al., 2002). Las mediciones instantáneas son
interesantes por cuanto permiten evaluar un número elevado de líneas
experimentales, el problema radica en la variación producida por el déficit de
saturación o la edad de la hoja, que pueden conducir a determinaciones
confusas (Araus et al., 2002). En cambio, la discriminación isotópica C13/C12
medida en materia seca de la planta, integra la eficiencia de transpiración -agua
31
transpirada/fotosíntesis neta- sobre el período en el cual fue asimilada esa
materia seca (Condon et al., 1990).
Producción de grano
De acuerdo al momento en que se desarrolle la sequía, podrán afectarse los
distintos componentes del rendimiento. Generalmente, en cereales el
rendimiento merma por la reducción del número de espigas y granos, sin
embargo, el peso individual de los granos es más estable (Blum y Pnuel, 1990;
Benmoussa y Achouch, 2005). La tasa de asimilación entre la iniciación de la
panoja y antesis es determinante del número de espiguillas. En trigo, las
variedades de superior comportamiento al estrés hídrico compensan en parte la
disminución del número de espigas, producto de una sequía durante la
encañazón, por un aumento en el número de granos por espiga (Blum y Pnuel,
1990). También se observó compensación por el aumento del peso de mil
semillas en Sesamun indicum L. (Rincón y Cabrera de Bisbal, 1997). La
asimilación fotosintética durante la antesis es muy sensible al estrés hídrico,
pudiendo disminuir el porcentaje de antecios fértiles (Royo y Blanco, 1998);
pero también son frecuentes las fallas reproductivas debido a que las células
32
madres del polen y el mismo polen son más sensibles al estrés que los ovarios,
provocando androesterilidad (Blum, 2007). Otro fenómeno observable son
avances o demora en el momento de floración, dependiendo de la especie
(Blum, 2007; Wardlaw, 2002). En variedades de cebada y triticale, el estrés
hídrico afectó la fertilidad y el número de granos por metro cuadrado, y pudieron
detectarse diferencias entre variedades (Benmoussa y Achouch, 2005;
Okuyama et al., 2005). En cereales, se debe señalar la contribución de las
espigas y la translocación de asimilados del tallo en períodos post-antesis, de
gran importancia cuando la sequía se desarrolla en ese período (Martínez et al.,
2003; Blum, 2007).
33
carácter de tipo constitutivo (Calderini et al., 1999 citado por Araus et al. 2002).
En trigo y cebada se incrementaron los rendimientos con una mayor duración
del período de crecimiento de la espiga, así se logró una mayor derivación de
asimilados hacia el grano (Miralles et al., 2000, citado por Araus et al. 2002).
34
Precipitaciones y déficit hídrico en la provincia de La Pampa, Argentina
La mayor precitación ocurre en el límite NE (850 mm anuales), corresponde al
sector subhúmedo. Desde este límite al SW la intensidad de las lluvias
disminuye hasta los 400 mm, siendo esta isohieta el límite entre la región
semiárida y la árida. El sector árido se ubica al W, entre los 400 y 200 mm
(Covas y Glave, 1988). En la Figura 9 pueden apreciarse las isohietas para la
provincia de La Pampa en el período 1961-2000 (Casagrande et al., 2008), las
cuales han sufrido un corrimiento respecto de las indicadas en trabajos previos,
donde se observa una situación de mayor deficiencia hídrica (Casagrande y
Conti, 1980). Las precipitaciones se concentran principalmente en otoño y
primavera, con estación seca en invierno y semiseca en verano, esta
estacionalidad provoca sequías de relativa duración en invierno y cortas en
verano (Covas y Glave, 1988).
Por otra parte, los años con precipitaciones por encima de la media han
originado problemas de anegamiento y salinización, creándose también una
demanda de cultivos adaptados a estas condiciones (Zamolinski, 2000).
Además, durante los períodos de sequía, el consumo freático sostenido
35
determina la acumulación de sales como consecuencia de la absorción de agua
y la exclusión de iones. La acumulación de sales en las aguas freáticas limita su
utilidad para los cultivos (Jóbbagy y Jacson, 2004).
1200
1000
800
mm
600
400
200
0
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
37
25 100
20 80
15 60 mm
mm
ºC
ºC
10 40
5 20
0 0
E F M A M J J A S O N D
38
PVC de 50 cm de profundidad y 16 cm de diámetro con suelo de la zona de
textura franco arenosa (Figura 13).
39
Tabla 1. Fenología de las variedades de tricepiro, triticale y trigopiro durante el
transcurso del ensayo de estrés hídrico a campo (2005-2006).
2005 2006
Estado Fecha Días desde la GD Fecha Días desde la GD
fenológico emergencia emergencia
Emergencia 23 0 136 4 may 0 186
may
1º macollo 13 jun 22 340 17 14 342
may
Encañazón 11 oct 142 1544 1 oct 150 1698
Principio 18 oct 149 1649 10 oct 159 1842
espigazón
End. acuoso 8 nov 170 1993 8 nov 188 2335
End. lechoso 14 nov 176 2121 18 nov 198 2532
End. pasta 22 nov 184 2297 23 nov 203 2645
blanda
End. pastoso 25 nov 188 2367 25 nov 205 2683
End. pasta 28 nov 191 2424 27 nov 207 2716
dura
End. duro 5 dic 198 2549 3 dic 211 2843
GD= grados día acumulados desde la siembra.
End.= endosperma
40
Figura 13. Ensayo de invernáculo. Foto del autor.
41
Potencial agua
En el ensayo de invernáculo se realizaron determinaciones semanales de
SRWHQFLDO DJXD ȌD FRQ %RPED GH 6FKRODQGHU Figura 15), y resistencia
estomática (RE) con Porómetro de difusión DELTA T MODELO AP 4 ± UM2,
2.28 (Figura 17)
42
agua entre las plantas sometidas a estrés hídrico con respecto al control, lo cual
fue evidente en los ensayos tanto de invernáculo como de campo, no pudieron
detectarse diferencias entre variedades. En la Figura 16 se muestran los
valores promedios entre variedades para el tratamiento de estrés hídrico y su
respectivo control regado.
0
10 20 30 40 50 60
-0,5
-1
PA (MPa)
-1,5
-2
-2,5
-3
-3,5
-4
D.S.R
R S
Figura 16. Potencial agua (PA) en megapascales (MPa) promedio de las
variedades y líneas experimentales para los tratamientos control o regado (R) y
sequía (S) en una experiencia de invernáculo. La flecha muestra el día en que
las plantas fueron regadas, al finalizar el período de estrés. DSR: días desde
suspensión del riego.
La recuperación de las plantas estresadas luego del riego fue similar entre
genotipos, manteniéndose diferencias respecto del control aún a los dos días
de reanudar el riego. Schonfeld et al. (1988) trabajando con trigo, encontraron
disminución del potencial agua con el estrés hídrico, pero no hallaron
43
diferencias entre poblaciones; aunque sí observaron diferencias en contenido
relativo de agua. Santiveri Morata (1993) en genotipos de triticale, tampoco
encontró diferencias en potencial agua ni en contenido relativo de agua. Por el
contrario, Grzesiak et al. (2006) señalan que el impacto de la sequía sobre el
potencial agua fue mayor en los genotipos de triticale más sensibles que en los
resistentes, lo que se traduce en el mantenimiento de una mayor conductancia
y transpiración en estos últimos.
Resistencia estomática
Figura 17. Porómetro para determinar resistencia estomática. Foto del autor.
44
1994). En diferentes especies, se han propuesto utilizar caracteres como la
resistencia estomática y el potencial hídrico foliar en la selección de plantas
tolerantes a la sequía (Ackerson et al., 1980; O´Toole y Cruz, 1980; Morant ±
Avice et al., 1994; Nogueira et al., 2000; Frank y Berdal, 2001; Araus et al.,
2002; Wery, 2005). También se ha sugerido que la conductancia estomática
sería un mejor indicador del estado hídrico de las plantas que el potencial agua
o el contenido relativo de agua (Flexas et al., 2000, citado por Araus et al.,
2002).
45
Se ha indicado que una mayor sensibilidad estomática ante situaciones de
limitación hídrica, puede incrementar la eficiencia en el uso del agua, sin
embargo, seleccionar por este carácter podría limitar el rendimiento potencial
del cultivo (Araus et al., 2002). Usar menos agua resulta un carácter útil cuando
se dispone de una reserva limitada, pero si las lluvias son impredecibles, hacer
máximo el uso del agua edáfica resultaría crucial para evitar la sequía (Blum,
2005). Se han indicado variaciones para conductancia estomática en cebada,
donde las líneas que mostraron la menor disminución de la conductancia bajo
estrés hídrico, fueron aquellas que realizaron más ajuste osmótico,
constituyendo un carácter de utilidad para el mejoramiento (González et al.,
1999).
35 d.s.r.
120
100
R
RE (s.cm-1)
80
S
60
40
20
0
DN DS DR L62 L54 RC50
46
Don Noé el que mostró mayor incremento de la resistencia estomática (Figura
18).
R
0.07 100
0.06 S
80
0.05 %
60
TCRH
0.04
%
0.03 40
0.02
20
0.01
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
47
una pérdida de turgencia puede resultar en un reducido crecimiento o ausencia
del mismo en condiciones de déficit hídrico (Pugnaire et al., 1994). Así, para
arroz se ha señalado que la disminución del alargamiento foliar supera a la
acumulación de materia seca (Cabuslay et al., 2002).
Area foliar
En general, el estrés hídrico produce reducción del área foliar (Maroco et al.,
2000; Cabuslay et al., 2002), cuando el estrés ocurre, parte de este área puede
irreversiblemente secarse y perderse; en algunas especies adaptadas a la
sequía, como el sorgo, las hojas nuevas permanecen vivas y fisiológicamente
activas, mientras que las de mayor edad mueren (Blum y Arkin, 1984 citado por
Blum, 2005). La pérdida de área foliar reduce la superficie fotosintética, debido
a esto, si la pérdida es severa, causa finalmente la reducción del rendimiento
potencial (Sammons et al., 1978). Estos autores, sin embargo, sugieren la
valoración de la resistencia a la sequía en función de diferentes variables, ya
que no siempre encontraron consistencia entre área y peso de hojas. Bajo
déficit hídrico, los tricepiros mostraron mayor área foliar en valores absolutos
respecto de sus especies progenitoras y menor reducción del área respecto del
testigo por efecto del estrés (Tabla 2). Sin embargo, estas diferencias pudieron
observarse solamente en las plantas que poseían dos meses al momento de
suspensión del riego, pero no en las de un mes. Este comportamiento
diferencial estaría vinculado con el hecho de que el menor tamaño de las
plantas y área foliar permite moderar el uso del agua y reducir los daños por
estrés hídrico (Araus et al., 2002; Cabuslay et al., 2002; Blum, 2005). En
cambio, cuando el estrés ocurre con plantas de mayor tamaño, ese mayor área
foliar constituye también una mayor superficie transpirante, y por lo tanto las
plantas son más susceptibles al estrés. Sin embargo, los tricepiros presentaron
48
mayor capacidad para mantener el área foliar bajo estrés, aunque ésta era
mayor que la de los progenitores.
Tabla 2. Área foliar por planta (AF, cm2) y área foliar relativa a la del control
(AFR, %) de una variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro (L62, L54,
RC50), triticale (DS) y trigopiro (DN) bajo estrés hídrico (S) y control (R), para
dos ensayos de invernáculo (E1 y E2).
E1. Plantas encañadas E2. Plantas al estado
vegetativo
Área Foliar AFR Área Foliar AFR
R (ns) S % R (ns) S (ns) % (ns)
DN 1011 352 c 35 c 246 72 29
DS 609 298 c 49 bc 246 52 21
DR 893 615 ab 69 ab 325 55 17
L62 933 829 a 89 a 347 59 17
L54 929 474 bc 51 bc 311 71 23
RC50 883 632 ab 71 ab 337 68 20
En una columna, medias con la misma letra no son estadísticamente diferentes
(DMS, p<0,05). ns: no significativo
E1
400 100
80
AFE (cm 2/g)
300
R
60
%
200 S
40
S /R
100
20
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
E2
400 100
80
AFE (cm 2/g)
300
R
60
200 S
%
40
S /R
100
20
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
Figura 20. Área foliar específica (cm2. g-1) de una variedad (DR) y líneas
experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50), triticale (DS) y trigopiro (DN) bajo
déficit hídrico (S) y control (R), para los ensayos E1 (encañado) y E2 (estado
vegetativo) en invernáculo.
50
En los ensayos a campo, el trigopiro mostró el menor índice de área foliar (IAF),
en tanto que el triticale presentó un índice intermedio entre el trigopiro y los
tricepiros. Entre los tricepiros, el de menor IAF fue la L62. La relación IAF y AFE
en secano respecto del control (S/R) mostró que las variedades fueron
afectadas por la sequía en igual medida respecto a estas variables.
51
E1
1 .5
1
R
S/V
S
0 .5
0
DN DS DR L62 L54 RC50
E2
3
R
S/V
2
S
1
0
DN DS DR L62 L54 RC50
Figura 21. Relación peso de hojas secas / peso de hojas verdes de una
variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50), triticale
(DS) y trigopiro (DN) bajo estrés hídrico (S) y control (R), para dos ensayos de
invernáculo: E1 (encañado) y E2 (vegetativo). Se indica error estándar.
Biomasa aérea
Generalmente el déficit hídrico produce disminución de la biomasa de hojas y
tallo (Turhan y Baser, 2004; Villagra y Cavagnaro, 2006; Sugiyama, 2006;
Baczeck-Kwinta et al., 2006), y número de macollas (Assuero et al., 2004;
Baczeck-Kwinta et al., 2006). También se han señalado diferencias entre
cultivares en lo que respecta a disminución de la longitud de plantas y peso
aéreo (Zhang et al., 2001; Turhan y Baser, 2004; Grzesiak et al., 2007) y en la
reanudación del crecimiento luego del estrés (Baczeck-Kwinta et al., 2006). En
52
los ensayos de invernáculo, si bien en valores absolutos de biomasa aérea, las
variedades de tricepiro y progenitores, no mostraron diferencias, el estrés
hídrico produjo la mayor reducción respecto del testigo en Don René INTA; en
cambio, RC50 fue poco afectada, posiblemente por su más baja producción
potencial (Tabla 3). Sammons et al. (1978) señalan que el mantenimiento del
peso foliar bajo estrés hídrico, podría estar indicando acumulación de productos
de la fotosíntesis inducido por el estrés debido a una menor translocación, y no
una resistencia al estrés, de allí la importancia de seleccionar genotipos
teniendo presente que mantengan tanto la expansión foliar como el peso seco.
Sin embargo, otros autores han indicado que la translocación es un proceso
afectado más tardíamente que la fotosíntesis (Golberg, 2008).
Tabla 3. Biomasa aérea por planta (PA, cm2) y peso seco relativo (PAR, %) de
una variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50),
triticale (DS) y trigopiro (DN), bajo déficit hídrico (S) y control (R), para dos
ensayos de invernáculo, E1 y E2.
E1. Plantas encañadas E2. Plantas en estado
vegetativo
Biomasa aérea PAR Biomasa aérea PAR
R (ns) S (ns) % R (ns) S (ns) %
DN 8,50 4,32 51 bc 2,62 1,56 59a
DS 9,64 5,26 55 ab 3,92 1,87 47ab
DR 9,78 4,30 44 c 3,84 1,26 33b
L62 6,30 4,78 76 a 3,12 1,48 47ab
L54 8,42 4,08 49 bc 2,98 1,72 58a
RC50 7,08 4,78 67 a 2,60 1,43 55a
En una columna, medias con la misma letra no son estadísticamente diferentes
(DMS, p<0,05). ns: no significativo
53
Biomasa de raíz
Bajo condiciones de buena disponibilidad hídrica, las plantas extraen agua en
mayor cantidad de las capas superiores del suelo, la importancia de la
extracción más profunda incrementa en condiciones de déficit hídrico, por lo
cual, una mayor translocación de asimilados hacia las raíces es uno de los
principales caracteres que contribuyen a la posibilidad de evitar la sequía en
ambientes semiáridos (Pugnaire et al., 1994). Los tricepiros, especialmente bajo
sequía, manifestaron mayor crecimiento de la raíz que sus progenitores; entre
ellos, Don René fue el de menor peso de raíz en valores absolutos,
asemejándose al triticale y trigopiro. RC50 fue una línea experimental que no
mostró reducción en el peso de la raíz producto del estrés hídrico, tanto en
plantas de un mes como en las de dos (Tabla 4). Se ha indicado en referencia
a este carácter, que bajo estrés moderado, aquellos genotipos que presentan
mayor capacidad para extraer agua, sea cual fuese el mecanismo - ajuste
osmótico o tamaño de la raíz-, son capaces de mantener conductancias más
elevadas, y por ende mayores rendimientos (Fukai y Cooper, 1995; Araus et al.,
2002). Por otro lado, debido al costo de mantenimiento, no es clara la ventaja
de un sistema radical grande en términos de rendimiento potencial. Blum (2005)
señala que en arroz, la mayor longitud de la raíz está asociada inversamente
con el macollamiento, y este carácter puede tener implicancias negativas en el
rendimiento. Sin embargo, los tricepiros se encuadran entre los cereales
macolladores, carácter importante para su uso forrajero, donde una raíz que
pueda ir más allá de la parte superior del suelo seco, resulta favorable en
situaciones de baja disponibilidad hídrica. Zhang et al. (2001) determió en
triticale, mayor resistencia al estrés hídrico en genotipos resistentes a suelos
con aluminio, relacionando esto a un sistema radical más desarrollado y
funcional. Grzesiak et al. (2001 y 2007) observaron diferencias entre cultivares
54
de triticale en el efecto de la sequía sobre el sistema radical, en los sensibles se
redujo más que en los tolerantes. Richards et al. (2002) también señalan la
importancia de un sistema radical desarrollado en profundidad para aprovechar
el agua edáfica, lo cual podría lograrse incrementando la fase de crecimiento
vegetativo o el vigor inicial. En festuca se observó resistencia a la sequía en
aquellos cultivares que tenían mayor desarrollo de la raíz, llegando a las zonas
más profundas del suelo (Carrow, 1996). Esta característica también fue
señalada como importante para la resistencia a la sequía en cereales C 3 (Araus
et al., 2002).
Tabla 4. Biomasa de raíz de una planta (peso seco, g) y peso de raíz relativo al
testigo (PRR, %) de una variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro
(L62, L54, RC50), triticale (DS) y trigopiro (DN) bajo estrés hídrico (S) y control
(R), para dos ensayos de invernáculo, E1 y E2.
E1. Plantas encañadas E2. Plantas en estado
vegetativo
Biomasa de raíz PRR Biomasa de raíz PRR
R S % R (ns) S %
DN 6,18b 3,48 c 56 b 0,45 0,38bc 84ab
DS 7,28b 3,80 bc 52 b 0,52 0,43bc 83ab
DR 8,92b 5,46 abc 61 ab 0,70 0,24c 35b
L62 9,46b 7,44 ab 79 ab 0.76 0,79a 103 a
L54 15,84ª 5,78 abc 37 b 0,62 0,80a 129a
RC50 8,40b 8,74 a 104 a 0,70 0,70ab 100a
En una columna, medias con la misma letra no son estadísticamente diferentes
(DMS, p<0,05). ns: no significativo.
55
Relación raíz / parte aérea
La relación raíz / parte aérea generalmente se incrementa bajo estrés hídrico,
debido principalmente a una relativamente menor disminución del crecimiento
de raíz que de la parte aérea (Nass y Sterling, 1981; Hsiao y Xu, 2000 citado
por Munns, 2002; Blum, 2005; Villagra y Cavagnaro, 2006). Una relación raíz /
parte aérea mayor es característica de cultivares más resistentes ya que ante
estrés favorece el balance de agua para la planta (Nass y Sterling, 1981). Los
tricepiros presentaron mayor relación raíz / parte aérea que los progenitores
tanto bajo defícit hídrico como en el testigo, es decir como un carácter
constitutivo. El déficit hídrico incrementó esta relación respecto del control en
las líneas experimentales de tricepiro, esto pudo verse claramente en las
plantas en estado vegetativo (E2, Figura 22). En cebada se encontraron
diferencias para la relación raíz / parte aérea y longitud y peso de raíz, pero
tales diferencias fueron evidentes solo bajo estrés hídrico severo (Sahnoune et
al., 2004). En triticale, los genotipos de mayor resistencia presentaron mayor
relación raíz / parte aérea que los sensibles (Grzesiak et al., 2001).
56
E1
3
2 .5
2
R
R/PA
1 .5
S
1
0 .5
0
DN DS DR L62 L54 RC50
E2
0 .8
0 .6
R
R/PA
0 .4
S
0 .2
Figura 22. Relación peso de raíz / peso de la parte aérea de una variedad (DR)
y líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50), triticale (DS) y trigopiro
(DN) bajo estrés hídrico (S) y control (R), para dos ensayos de invernáculo, E1
y E2. Se indica error estándar.
57
tendencia a encañar. Don René se comportó con características intermedias
entre el resto de las líneas de tricepiro y sus progenitores, exhibiendo ante el
estrés, un mayor incremento de hojas secas, menor relación raíz / parte aérea,
y menor disminución de área foliar específica que las demás líneas
experimentales de tricepiro.
Altura de planta
En gramíneas se ha indicado que el estrés hídrico demora la elongación del
tallo disminuyendo la altura de las plantas (Wilson y Ng, 1975). En condiciones
de sequía, muchas veces los granos crecen a expensas de asimilados que
provienen de las reservas del tallo. En esos casos, una mayor altura, lo que
implicaría una mayor cantidad de reservas, sería ventajosa, entendiéndose esto
como un carácter constitutivo (Araus et al., 2002). Las variedades de tricepiro
Don René INTA, la línea RC50 y el trigopiro fueron las de menor disminución de
altura respecto del control (Figura 23). El triticale estuvo entre las de mayor
disminución de altura, junto a L62 y L54, que habían sido los de mayor altura
bajo riego.
58
2005
150 90
A LTURA (c m)
80
100 R
70 S
%
50 S /R
60
0 50
DN DS DR L62 L54 RC50
2006
150 90
A LTURA (cm)
80
100 R
70 S
50 % S /R
60
0 50
Figura 23. Altura (cm) de las plantas bajo riego (R) y secano (S), y respecto del
testigo (S/R, %) de una variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro (L62,
L54, RC50), triticale (DS), y trigopiro (DN), Ensayos de campo, Anguil, 2005 y
2006.
59
ninguno de los cortes de las dos temporadas, indicando que las diferencias
encontradas son intrínsecas de cada variedad, no ocasionadas por déficit
hídrico, si bien hay que tener presente que la limitación hídrica fue moderada.
Bajo un déficit más severo podrían haberse detectado mayores diferencias
como ocurrió en invernáculo.
Tabla 5. Biomasa total anual (kg materia seca. ha-1) durante 2005 y 2006, de
una variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50),
triticale (DS) y trigopiro (DN). Ensayos de campo, INTA EEA Anguil, La Pampa.
61
Tabla 6. Fibra detergente neutra y ácida (FDN y FDA), digestibilidad de la
materia seca (DMS), energía metabolizable (EM) y proteína bruta (PB) de una
variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50) y sus
especies progenitoras (DS y DN). Ensayos de campo, INTA Anguil, 2006.
Variedad FDN % FDA % DMS % EM PB %
R S R S R S R S(ns) R S
(ns) (ns) (ns) (ns) (ns) (ns) (ns)
DN 69,21 70,15 34,09 33,43 62,34 62,86 2,25 2,27 11,59ab 12,06ab
DS 67,75 67,05 36,11 34,92 60,77 61,70 2,19 2,22 9,33 c 8,52c
DR 69,05 70,52 37,75 34,94 59,49 61,68 2,14 2,22 9,51 c 12,57a
L62 69,56 68,94 37,37 35,63 59,80 61,14 2,16 2,21 10,21abc 11,32b
L54 69,27 68,01 36,41 35,02 60,54 61,62 2,18 2,22 11,08ab 12,35a
RC50 68,52 71,42 36,61 38,32 60,38 59,05 2,18 2,13 14,32 a 12,97a
En una misma columna, letras iguales no difieren entre sí DMS (p<0,05).
ns= no significativo
Producción de semilla
Bajo limitación hídrica, generalmente el rendimiento merma por la reducción del
número de espigas y granos (Blum y Pnuel, 1990; Benmoussa y Achouch,
2005). En este trabajo se observó disminución en el tamaño de las espigas, lo
cual se tradujo en menor número de semillas por espiga. En trigo y triticale, la
sequía afecta el número de granos por espiga cuando se produce entre la
iniciación de la primera de las espiguillas hasta el comienzo del llenado del
grano (Royo y Blanco, 1998), lo cual muestra que en nuestros ensayos se
produjo deficiencia hídrica en ese período. En cereales de invierno, entre ellos
triticale, se observó variación entre cultivares frente a la sequía, presentando
algunos mayor estabilidad que otros en producción de grano (Fischer y Maurer,
1978; Lazar et al., 1995; Ozkan et al., 1999; Yadav y Bhatnagar, 2001; Grzesiak
62
et al., 2003; Okuyama et al., 2005; Sio-Se Mardeh et al., 2006). El triticale fue el
de mayor producción de semilla en valores absolutos en ambas condiciones
hídricas (Tabla 7). También presentó el mayor índice de cosecha, si bien en
estas variables puede estar involucrada una menor fertilidad natural de los
tricepiros producto de su origen híbrido, a su vez hijo de híbridos, además del
mayor peso de los granos del triticale. Castro et al. (2011) también encontraron
mayor producción de grano en triticales que en las líneas experimentales de
tricepiro con que trabajaron.
Tabla 7. Producción de semilla (PS, kg.ha-1) bajo riego (R) y en secano (S),
producción relativa al testigo regado (S/R, %) e índice de cosecha (IC) de una
variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50), triticale
(DS) y trigopiro (DN) durante 2005-2006. Ensayo de campo, INTA EEA Anguil,
La Pampa.
Variedad Producción de Semilla
2005 2006
PS IC PS IC
R S % R S R S % R S
(ns) (ns) (ns) (ns) (ns) (ns)
DN 285b 185b 65 9,2b 9,6b 778 363 47 11,4 9,6
DS 496a 281a 57 13,8a 11,8a 817 413 50 10,6 10,0
DR 334b 231ab 69 10,0b 8,8b 616 325 53 11,6 9,4
L62 318b 189b 59 8,00b 8,4b 539 270 50 8,6 10,0
L54 352b 230ab 65 9,2b 9,0b 590 360 61 13,0 10,6
RC50 335b 212ab 63 9,0b 8,8b 686 357 52 10,6 12,0
En una misma columna, medias con la misma letra no son significativamente
diferentes DMS (p<0,05). ns= no significativo.
63
El estrés hídrico durante el período de llenado del grano reduce la actividad
fotosintética de las hojas aumentando el cierre de los estomas y acelerando la
senescencia, lo cual limita el llenado de los granos (Wardlaw, 2002; Martínez et
al., 2003). Sin embargo, entre los componentes del rendimiento, el peso
individual de los granos es más estable (Blum y Pnuel, 1990; Benmoussa y
Achouch, 2005), e incluso puede llegar a aumentar por compensación (Rincón y
Cabrera de Bisbal, 1997). En nuestros ensayos, Don René y RC50 fueron
variedades de tricepiro en las que el peso de mil semillas no fue afectado por la
sequía, en tanto que la que presentó mayor disminución del peso de semillas
fue L62. Aunque las diferencias no fueron significativas, RC50 fue la línea
menos afectada por la sequía en lo que respecta a los diferentes componentes
del rendimiento de semilla relacionados a caracteres de la espiga y número de
semillas (Figura 24). En trigo se indicó disminución en el tamaño de los granos
producto de la sequía y ésto se relacionó con el acortamiento de la fase de
llenado (Wardlaw, 2002).
64
12 100
10
80
8
60
LE (c m)
6
%
40
4
R
2 20
S
0 0 S /R
DN DS DR L62 L54 RC50
35 100
30
80
25
20 60
Nº E
%
15 40
10
20
5 R
0 0 S
DN DS DR L62 L54 RC50 S /R
60 100
50 80
40
60
Nº S
30 R
%
40
20 S
20 S /R
10
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
45 100
40
35 80
30
60
PMS (g)
25
R
%
20
40
15 S
10 20 S /R
5
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
65
Considerando que el interés agronómico del tricepiro está centrado en la
producción de forraje, se correlacionó la producción de biomasa aérea en
condiciones de invernáculo y a campo con el resto de las variables evaluadas.
En invernáculo, la producción de biomasa aérea tuvo una alta correlación con la
biomasa de la raíz (p<0,001) tanto en el control como bajo estrés hídrico. En
esta última condición, el potencial agua, la resistencia estomática y la relación
hojas secas/verdes también correlacionaron con la producción de biomasa
aérea (p<0,05). En el campo, la forrajimasa se correlacionó significativamente
(p<0.05) con altura de planta en ambos años y condiciones hídricas; el área
foliar correlacionó con rendimiento (p<0,01) bajo déficit hídrico, pero no en el
testigo regado.
Resumen
Las líneas de tricepiro presentaron características ventajosas en lo que
respecta a la resistencia al estrés hídrico en comparación con sus progenitores,
entre ellas, un mayor crecimiento de raíz e incremento en la relación R/PA en
presencia de estrés hídrico, lo que podría otorgarles una mayor capacidad de
exploración del suelo y utilización del agua edáfica cuando es escasa.
La línea RC50 fue poco afectada por el estrés hídrico respecto del testigo, en
relación tanto a la biomasa aérea como de raíz, si bien los rendimientos
potenciales fueron inferiores a la de las otras líneas.
66
En condiciones de campo, el potencial agua, el índice de área foliar y el área
foliar específica mostraron que la limitación hídrica afectó por igual a los
tricepiros y a sus progenitores.
En Don René y RC50, el peso de mil semillas no fue afectado por la sequía, en
tanto que L62 presentó mayor disminución, el triticale y trigopiro fueron
intermedios. En los otros componentes del rendimiento: largo de espiga,
número de espiguillas por espiga y número de semillas por espiga, el déficit
hídrico afectó por igual a todos los genotipos.
67
Capítulo 4
Efecto del estrés salino sobre el tricepiro y las especies
progenitoras
La mayoría de las tierras salinizadas son por causas naturales, en zonas áridas
y semiáridas, a partir de la acumulación de sales por largos períodos de tiempo
(Rengasamy, 2002). En general estas regiones se caracterizan por un balance
hídrico muy negativo debido a su elevada evapotranspiración en relación con
una reducida precipitación, esto hace que el flujo del agua hacia la atmósfera
68
transporte las sales a horizontes superiores del suelo donde se encuentran la
mayor densidad de raíces (Willadino y Camara, 2004). La salinidad pude ser
caracterizada como primaria: por acumulación natural de sales en el subsuelo,
o secundaria causada por la elevación de la napa de agua (Colmer et al., 2005).
Por otra parte, la acción del hombre produce cambios rápidos de la condiciones
climáticas y deterioro de la calidad del agua (Zaman et al., 2005). Las áreas
agrícolas frecuentemente son salinizadas por malas prácticas de riego,
(Russell, 1976; Marcum, 1999); mientras que en zonas urbanas es común el
uso de efluentes u otras fuentes de agua salinas para la irrigación de céspedes
(Marcum,1999).
69
Factores que afectan el crecimiento de las plantas bajo salinidad
Los factores que afectan el crecimiento de las plantas bajo salinidad pueden ser
ubicados en tres grupos: i) estrés hídrico: las sales bajan el potencial agua del
suelo, ii) toxicidad iónica: las sales absorbidas por la planta se acumulan en los
tejidos tornándose tóxicas y iii) problemas en la toma de nutrientes y
traslocación, y como resultado de esto, desórdenes en las células debido a la
disrupción de balances iónicos. La disminución del potencial osmótico puede
generar sequía fisiológica limitando en la planta el ingreso de agua. En otros
casos, el exceso de ingreso de iones a la planta daña las funciones celulares y
altera procesos fisiológicos tales como la fotosíntesis y consecuentemente el
aporte de fotosintatos hacia los tejidos en crecimiento, y la respiración
(Zámecniková, 2001; Bagci et al., 2003). La reducción en la tasa de fotosíntesis
incrementa la formación de especies reactivas de oxígeno (EROs), y la
actividad de enzimas que detoxifican a las EROs (Apel y Hirt, 2004).
70
más viejas (Munns et al., 1995; Morant-Manceau et al., 2004; Munns y Tester,
2008).
71
trigo por su capacidad de hibridación con éste (Gorham et al., 1985; King et al.,
1997).
Muchas gramíneas acumulan Na+ en las hojas viejas y vainas (Davenport et al.,
2005). Las glándulas acumuladoras de sal son importantes en las Cloridoideae
quienes también poseen mecanismos de exclusión de Na+ y acumulación de
solutos compatibles (Marcum, 1999). Estas glándulas no se presentan en las
Triticeae.
(Q WULJR SDQ HO JHQRPD ' FRQWLHQH XQ ORFXV ³.QDO´ VREUH HO EUD]R ODUJR GHO
cromosoma 4D (Colmer et al., 2006), el cual contribuye a disminuir las tasas de
acumulación de Na+, y aumentar la relación K+/Na+ en las hojas. También ha
VLGRKDOODGRRWURORFXV³1D[O´VREUHHOEUD]RODUJRGHOFURPRVRPD$&ROPHUet
al., 2006), posiblemente involucrado con la exclusión de Na+. Se realizaron
experimentos con el fin de conferir tolerancia a la salinidad a Triticun turgidium
/ JHQRPD $$%% D SDUWLU GHO ORFXV ³.QDO´ GHO WULJR SDQ JHQRPD $$%%''
mediante una recombinación del cromosoma 4D del trigo pan con el 4B del trigo
duro (Dvorak et al., 1994); esta investigación presentó evidencia de que la
tolerancia a la sal puede ser transferida entre especies.
74
Criterios para seleccionar por tolerancia a salinidad
75
Las técnicas que permiten manejar un gran número de genotipos incluyen
germinación y sobrevivencia de plantas en altas concentraciones salinas
(Almansouri et al., 2001; Munns y James, 2003). Con respecto a la
germinación, si bien en esta etapa aún no se pueden evaluar algunos procesos
como la exclusión de Na+ hasta que la banda de Caspari no se haya formado
(Rawson et al., 1988), varios estudios se concentraron en la evaluación durante
la etapa de germinación y crecimiento de plántulas (Parmar y Moore, 1968;
Almansouri et al., 2001; Zámecniková, 2001; Murillo Amador et al., 2002;
Aparecida Delachiave y Zambello de Pinho, 2003; Al-Ansari, 2003; Khajeh
Hosseini et al., 2003; Gebauer et al., 2004; Okcu et al, 2005; Atak et al., 2006).
Existen evidencias de que la capacidad de germinar resulta un pobre indicador
de tolerancia a la salinidad de la planta adulta, aunque se sigue utilizando como
criterio de selección por ser una característica de fácil observación y heredable
(Rawson et al., 1988; Almansouri et al., 2001).
76
accesiones de un ancestro diploide del trigo, Triticum tauschii (Schachtman et
al., 1991).
77
Figura 25. Germinación como porcentaje respecto del testigo de variedades y
líneas experimentales de tricepiro (DR, L62, L54 y RC50), triticale (DS) y
trigopiro (DN) en soluciones de NaCl de diferentes potenciales osmóticos
(MPa). Condiciones experimentales: 20ºC constantes, 8 hs de luz.
78
disminuciones del tamaño de las plántulas por efecto del estrés en diferentes
especies (Murillo Amador et al., 2002; Al-Ansari, 2003; Atak et al., 2006). Por
otra parte, Al-Ansari (2003) indicó en trigo pan, la generación de anormalidades
morfológicas en las plántulas por efecto del estrés salino, tales anormalidades
no han sido observadas en el presente trabajo. Al incrementarse el NaCl
aumentó la relación raíz/ parte aérea, exhibiendo una mayor sensibilidad de la
parte aérea al estrés. Estos resultados son similares a los reportados por
Parmar y Moore (1968) y Atak et al. (2006).
Tabla 8 Peso seco aéreo como porcentaje respecto del testigo de plántulas de
siete días (20ºC) en soluciones de NaCl de una variedad (DR) y líneas
experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50), triticale (DS) y trigopiro (DN).
Variedad NaCl (MPa)
-0,2 -0,4 -0,6 -0,8
DS 100 75 63 23
DN 100 73 58 19
DR 95 76 52 39
L62 100 84 70 43
L54 96 80 56 43
RC50 95 88 66 33
79
Tabla 9 Peso de la raíz respecto del testigo (%) de plántulas de siete días en
soluciones de NaCl (20ºC), de una variedad (DR) y líneas experimentales de
tricepiro (L62, L54, RC50), triticale (DS) y trigopiro (DN).
Variedad NaCl (MPa)
-0,2 -0,4 -0,6 -0,8
DS 109 73 64 34
DN 103 76 67 33
DR 97 83 77 58
L62 101 78 68 57
L54 108 106 86 76
RC50 106 100 78 54
b- Hidroponía
80
Figura 26. Ensayo de tolerancia a la salinidad en condiciones de hidroponía, en
cámara de crecimiento, 20 ºC + luz (12 hs) y 15 ºC + oscuridad (12 hs). Foto del
autor.
81
120
100
%PA respecto del testigo
80
-0.47MPa
60 -0.82MPa
-1.44MPa
40
20
0
DN DS DR L62 L54 RC50
Figura 27. Peso seco parte aerea relativo al testigo (%) de una variedad (DR) y
líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50), triticale (DS) y trigopiro
(DN) a diferentes potenciales osmóticos (MPa). Se indica error estándar.
160
140
%R respecto del testigo
120
100
-0.47MPa
80 -0.82MPa
-1.44MPa
60
40
20
0
DN DS DR L62 L54 RC50
Figura 28. Peso seco de raíz relativo al testigo (%) de una variedad (DR) y
líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50), triticale (DS) y trigopiro
(DN) a diferentes potenciales osmóticos (MPa). Se indica error estándar
82
La variedad de tricepiro Don René seguida de la línea L54 presentó el mayor
crecimiento relativo de la parte aérea y raíz respecto del testigo bajo
condiciones de salinidad, aunque en valores absolutos también se destacó el
triticale.
83
(1999) a su vez señala en su estudio que gramíneas tolerantes a la salinidad
como Distichlis spicata presentan estimulación del crecimiento de la raíz bajo
condiciones de salinidad, respecto del control, lo cual sería un mecanismo de
adaptación asociado con el incremento de superficie para la absorción de agua.
En el presente trabajo, se encontró que en todas las variedades y líneas
experimentales disminuyó el peso de la raíz respecto de su testigo al
incrementar la salinidad, y no se hallaron diferencias significativas entre
genotipos en los tratamientos salinos. Sin embargo, en la concentración más
elevada (-1,4 MPa), el tricepiro Don René fue el que presentó mayor raíz, y el
trigopiro la menor, en este último caso no alcanzó al 50% respecto del control.
El comportamiento de los genotipos evaluados estaría indicando características
de especies no halófitas, pero con diferencias en cuanto a la tolerancia a la
salinidad.
El triticale y trigopiro presentaron mayor relación raíz / parte aérea que los
tricepiros, aunque no se diferenciaron de Don René y L54 bajo las condiciones
de mayor salinidad (-0,82 y -1,44 MPa; Tabla 10), esta relación refleja una
adaptación de las plantas a las condiciones de estrés. Se ha indicado que el
tallo es más sensible que la raíz, fenómeno en común con el estrés hídrico; la
reducción de la parte aérea podría contribuir a disminuir el uso del agua
permitiendo que se conserve la humedad y que se concentren menos las sales
en las proximidades de la raíz (Munns y Tester, 2008).
84
Tabla 10. Relación Raíz / Parte aérea de variedades y líneas experimentales de
tricepiro, triticale y trigopiro creciendo a diferentes potenciales osmóticos de
NaCl (MPa).
Variedades Testigo -0,47 MPa -0,82 MPa -1,44 MPa
Trigopiro Don Noé 0,35±0,02 0,42±0,04 0,52±0,01 0,58±0,02
INTA
Triticale Don Santiago 0,32±0,02 0,47±0,04 0,47±0,04 0,72±0,07
INTA
Tricepiro Don René 0,40±0,05 0,34±0,03 0,42±0,02 0,57±0,01
INTA
Tricepiro Línea 62 0,34±0,01 0,35±0,03 0,37±0,01 0,43±0,01
± = error estándar
85
medida de la tasa de elongación de una hoja no resultaba un buen indicador de
tolerancia.
Munns et al. (1995) señalaron que genotipos que difieren en su capacidad para
excluir sal o tolerar altas concentraciones internas, pueden no diferir en la tasa
de crecimiento por algún período de tiempo, pero en un lapso más prolongado
de exposición se manifestarían mayores diferencias. En nuestro trabajo, en el
tratamiento de mayor salinidad, ya había comenzado a observarse
amarillamiento y necrosis de hojas probablemente debido a la acumulación de
iones tóxicos, lo que nos indica que ya se había pasado de la primer etapa de la
acción osmótica a la de los efectos específicos de la sal, con la consecuente
disminución del área foliar y el crecimiento, de acuerdo a lo indicado por Munns
et al. (1995).
86
En general todas las variedades mostraron ajuste osmótico ±diferencia entre el
valor del potencial osmótico del testigo respecto de las plantas estresadas- al
ser sometidas a la salinidad, manteniendo su potencial osmótico por debajo del
externo. Resultados similares han sido encontrados en el estudio de varias
especies de Hordeum (Garthwaite et al., 2005). La línea L62 realizó menor
ajuste osmótico (Figura 29), esto pudo ocasionar la incapacidad de esta línea
para mantener la tasa de crecimiento foliar al nivel de las otras.
0
DN DS DR L62 L54 RC50
-0.5
-0.4 MPa
AO (MPa)
-1
-0,8 MPa
-1.5 -1,4 MPa
-2
-2.5
Figura 29. Ajuste osmótico (AO= diferencia entre el valor del potencial osmótico
del testigo respecto de las plantas estresadas) en hojas de una variedad (DR) y
líneas experimentales de tricepiro (L62, L54, RC50), triticale (DS) y trigopiro
(DN), que crecían en soluciones de NaCl de diferentes potenciales osmóticos
(MPa).
Resumen
87
embargo, los genotipos no difirieron en el peso de su radícula, especialmente
en los potenciales más negativos.
88
Capítulo 5
Tolerancia a heladas
Introducción
La baja temperatura es uno de los principales factores del ambiente que limitan
la distribución de las plantas, como así también la productividad (White et al.,
1990). La temperatura afecta al crecimiento y desarrollo de la planta en sus
distintas fases, todos los procesos fisiológicos ocurren más rápido a medida
que ésta aumenta, y por otra parte, cuando desciende, el desarrollo se hace
más lento (White et al., 1990; While et al., 1991; Bolletta et al., 2007). La
temperatura a la cual cesa el crecimiento se denomina temperatura base y es
característica de cada especie. Registros inferiores a esa temperatura -que
impiden la actividad normal de la planta- se consideran temperaturas bajas. Las
temperaturas tienen gran importancia en el metabolismo celular, y cuando son
extremas producen estrés dependiendo esto de la tasa de cambio de la
temperatura, intensidad y duración. El efecto de las bajas temperaturas
depende de la especie, tejido o tipo de célula (Sung et al., 2003); como así
también de otros factores ambientales que interactúan como humedad,
fertilidad del suelo, topografía del terreno y diferencias en altura (Badaruddin y
Meyer, 2001; Bolletta et al., 2007).
89
y subtropicales. En el otro caso se produce cuando las temperaturas externas
bajan por debajo del punto de congelamiento del agua, denominado freezing
injury (Fowler y Limin, 2007). Las experiencias que se presentan en este
capitulo corresponden al comportamiento de genotipos de tricepiro en
respuesta al freezing injury.
90
temperatura es superior a los 9 ºC, se acelera el crecimiento de la planta, y una
vez que entra en estado reproductivo, pierde definitivamente la capacidad para
aclimatarse (Fowler et al., 1996).
91
mueren a temperaturas ligeramente por debajo de 0ºC, hasta aquellas que
toleran temperaturas de -40ºC; aquí se ubican los cereales de invierno. En un
tercer grupo están las especies muy resistentes al frío, por lo general son
plantas leñosas originarias de zonas templadas, de igual manera a lo que
ocurre con las del grupo anterior, su tolerancia al frío dependerá del grado de
aclimatación (Stunshnoff et al., 1984).
Las bajas temperaturas pueden ocasionar dos tipos de daño: el chilling injury y
el freezing injury. En este último caso el agua se congela en los espacios
intercelulares y ocurre deshidratación celular. Esta deshidratación sucede
porque al congelarse el agua en los espacios extracelulares, las sales
existentes en dichos espacios quedan concentradas, y por ósmosis sale el agua
intracelular (Beck et al., 2004). Por otra parte, si se produce congelamiento
intracelular, se dañan las estructuras citoplásmicas y los cristales de hielo
matan las células (Bray et al., 2000). La severidad del daño por frío depende de
muchos factores, tales como el estado de desarrollo, la duración e intensidad
de la helada, de las tasas de enfriamiento y recalentamiento posterior, y del
lugar donde se forma el hielo -espacios intra o intercelulares- (Beck et al.,
2004).
92
embargo, si el daño que afecta las estructuras membranarias es severo, debido
a un prolongado tiempo de exposición, o cuando se produce hielo intracelular,
puede llegar a ser irreversible y letal (Beck et al., 2004).
Aún si las plantas no mueren por el frío, pueden sufrir daños en sus hojas,
reducción del área foliar, crecimiento demorado y debilitamiento en general
(White et al., 1990; Saulescu y Braun, 2001). Además, en el suelo, las
temperaturas bajas limitan el crecimiento de la raíz y la subsecuente
exploración en busca de nutrientes, pudiendo disminuir también el movimiento
de algunos nutrientes como potasio, fósforo, y la mayoría de los micronutrientes
(Struthers y Greer, 2001).
93
Mecanismos de respuesta a las bajas temperaturas
94
mecanismos antioxidantes más eficientes (Massardo et al., 2000; Janda et al.,
2002) y cambios en la expresión de genes y proteínas (Giorni et al., 1999; Sung
et al., 2003). Hay genes que son inducidos por ABA no solo por frío, sino
también cuando las plantas sufren limitaciones hídricas (Bray et al., 2000),
además se han encontrado genes ABA independientes (Busconi et al., 2001).
En común con la resistencia al estrés hídrico, además de la acción del ABA,
puede mencionarse el incremento en los niveles intracelulares de calcio (Beck
et al., 2004).
95
técnica es que a mayor daño de membranas producto del frío, ocurre mayor
liberación de electrolitos y se registra mayor conductividad de la solución (Fry et
al., 1993; Pocock et al., 2001; Nunes y Smith, 2003; Prásil et al., 2007). Otras
técnicas utilizadas son fluorescencia de la clorofila (Wilson y Greaves, 1990
citado por Saulescu y Braun, 2001; Pocock et al., 2001; Madakadze et al.,
2003), viabilidad de los tejidos puesta en evidencia mediante la tinción con
tetrazolio o fuccina ácida que cambian de color en presencia de reacciones
redox o actividad de enzimas (Poltarev, 1990 citado por Saulescu y Braun,
2001; Beck et al., 2004). Así también, se ha encontrado que el contenido
relativo de agua luego del período de aclimatación, se correlaciona con la
sobrevivencia al invierno (Fowler et al., 1981; Prásil et al., 2007).
96
en condiciones controladas (C; 20ºC). Tanto en E como C, las plantas se
dispusieron en macetas de 50 cm de profundidad x 10 cm de diámetro, una
planta por maceta. Entre el 9 y 12 de julio se registraron las heladas más
intensas con un rango de -6 a -12ºC, y también fueron las de mayor duración
(14 a 17 horas). La Figura 30 muestra los valores de temperatura mínima y
máxima y humedad relativa ambiental en el sitio de estudio. La intensidad
lumínica promedio fue de 589 ȝPROP-2.s-1. Las variedades y líneas
experimentales con que se trabajó fueron triticale Don Santiago INTA y trigopiro
Don Noé INTA -representando a los géneros de los progenitores-, tricepiro Don
René INTA, y las líneas experimentales de tricepiro L62, L54 y RC50.
25 100
20
80
15
10
T (ºC)
60 HR (%)
5
0 40
-5
20
-10
-15 0
16-jun 01-jul 16-jul 31-jul 15-ago 30-ago
T.mín. T.máx. HR
Figura 30. Temperatura máxima (cuadrados) y mínima diaria (T, ºC, rombos) y
humedad relativa (HR, %, triángulos). Período 22 de junio al 21 de agosto de
2007. Datos provenientes de abrigo meteorológico proporcionados por el
observatorio meteorológico de la Facultad de Agronomía de la UNLPam, Santa
Rosa, La Pampa.
97
La capacidad de tolerar temperaturas por debajo del punto de congelamiento es
específica de cada genotipo (Bray et al., 2000). Cuando el agua se congela
ocurre deshidratación celular (Beck et al., 2004). La severidad del daño
depende de una serie de factores que tiene que ver con la planta, como el
estado de desarrollo (Meyer y Badaruddin, 2001), y con características de la
helada, como la duración y severidad, las tasas de enfriamiento y posterior
aumento de la temperatura, y lugar donde se forma el hielo - espacios intra o
intercelulares- (Beck et al., 2004). En cereales se ha señalado la importancia de
la temperatura del suelo y la corona (Struthers y Greer, 2001). En este trabajo,
la temperatura mínima absoluta durante el ensayo fue de -11,3 ºC, ocurrida a
los 12 días desde la emergencia, el promedio de las mínimas en los 52 días
que duró la experiencia fue de -1,1 ºC, y en el 65 % de los días se registraron
temperaturas bajo cero, dándose la mayor frecuencia entre -1 y -6 ºC, registros
éstos tomados en casilla meteorológica, a 1,50 m del suelo, pudiendo estimarse
que las temperaturas reales ocurridas a nivel del suelo pudieron ser hasta unos
5 ºC inferiores.
98
10 30
20
NºH
%
5
10
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
E E/C
Figura 31. Número total de hojas por planta a temperatura ambiente con
ocurrencia de heladas (E) y respecto al control a 20 ºC (E/C, %) de una
variedad (DR) y líneas experimentales de tricepiro (L62, L54 y RC50), triticale
(DS) y trigopiro (DN).
Aunque en muchos casos las plantas no mueren por las heladas, pueden sufrir
daños en sus hojas, con reducción en el área foliar viva, crecimiento demorado,
menor vigor (White et al., 1990; Saulescu y Braun, 2001), como así también
reducidas tasas de fotosíntesis (Savitch et al., 1997). En este trabajo, los
progenitores presentaron menor área foliar y biomasa aérea que los tricepiros.
Entre los tricepiros, la línea L62 fue la menos afectada por el frío (Figuras 32 y
33). Olien y Clark (1993) en ensayos a campo, en cultivos sin cobertura de
nieve, de 0 a -20ºC, encontraron diferencias entre especies de cereales: la
cebada fue la más sensible, con plantas de menor tamaño y cloróticas, el trigo
se comportó como intermedio, y el centeno fue el de mejor comportamiento;
relacionaron esta tolerancia con la posibilidad de convertir fructanos a azúcares
solubles. Vágújfalvi et al. (1999) trabajando con genotipos de trigo encontraron
diferencias en tolerancia a temperaturas por debajo del punto de congelamiento
99
asociadas con la acumulación de carbohidratos. Diferentes comportamientos en
relación al frío también se han encontrado en avena durante el crecimiento de
las plántulas y se correlacionaron con estados de crecimiento posteriores
(Massardo et al., 2000). En leguminosas forrajeras sometidas a temperaturas
de -6ºC por períodos de media a cuatro horas, se encontraron disminuciones en
el peso seco aéreo y la altura de planta, acompañadas de clorosis y
reducciones en el rebrote (Badaruddin y Meyer, 2001).
20 5
15 4
AF (cm 2)
%
10
2
5 1
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
E E/C
100
0.1 8
6
BA (g)
%
0.05 4
2
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
E E/C
El número total de macollas (Figura 34) alcanzado por las plantas al finalizar el
ensayo fue menor en el triticale que en el resto de las variedades. Los tricepiros
presentaron mayor número de macollas respecto del control (E/C) en relación a
los progenitores, diferenciándose significativamente del triticale.
101
5 30
4
3 20
NºM
%
2 10
1
0 0
DN DS DR L62 L54 RC50
E E/C
102
94
74
54
CMS
34
14
-6
DN DS DR L62 L54 RC50
Resumen
Entre los tricepiros, la línea L62 fue la más tolerante a temperaturas por debajo
de cero grado, puesto que junto a RC50 mostraron la mayor cantidad de hojas,
L62 también presentó mayor área foliar y biomasa aérea. En general, los
tricepiros tuvieron menor disminución del número de hojas que el triticale, el
trigopiro en cambio resultó intermedio.
103
Capítulo 6
Conclusiones generales de la respuesta del tricepiro y sus
progenitores al déficit hídrico, salinidad y heladas
Déficit hídrico
104
tamaño de la raíz-, son capaces de mantener rendimientos superiores bajo
estrés. Este mayor tamaño de la raíz en los tricepiros habría favorecido un
mayor área foliar, como así también mayor tasa de elongación foliar. El tricepiro
Don René mostró características intermedias entre el resto de las líneas de
tricepiro y sus progenitores. Todas las variedades realizaron ajuste osmótico,
sin embargo, la magnitud del mismo no se correspondió con la biomasa. Los
gentipos no difirieron en potencial agua, y la resistencia estomática mostró
como más sensible al trigopiro.
Salinidad
Entre los tricepiros también se encontró variabilidad: Don René seguido de L54
fueron los de mayor biomasa aérea; Don René también presentó mayor tasa de
105
crecimiento foliar, seguido de las líneas L54 y RC50, y mayor peso de raíz en
valores absolutos y respecto de su testigo.
Heladas
La línea L62 fue la más tolerante a las heladas, y junto a RC50 fueron las de
mayor número de hojas; por su parte L62 también mostró la mayor área foliar y
biomasa.
106
comportamiento con uno de sus progenitores: el triticale, y además mostró
claras ventajas respecto del trigopiro. Se considera que debería contemplarse
la realización de un plan de mejoramiento genético ensayando el cruzamiento
de otros genotipos con alguna base conocida de resistencia a estrés.
107
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