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Capitulo 10 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA Este capitulo tratara de los dos documentos cristolégicos mas importan- tes del periodo patristico, el credo del concilio de Nicea y la doctrina cristolégica del concilio de Calcedonia. Estas doctrinas son normativas para la fe cristiana, pero, como doctrinas cristolégicas clasicas, deben ser reinterpretadas en cada época. El objetivo de este capitulo es ofrecer interpretaciones positivas, inteligibles y constructivas de Nicea y Calce- donia que sean al mismo tiempo fieles a la intencién de sus doctrinas. Las personas cultas de hoy son al menos implicitamente conscientes de la necesidad de ser claros a la hora de reinterpretar el lenguaje clasico cristolégico. En verdad, en una cristologia que se precie de tal no puede faltar una evaluaci6n critica de estas doctrinas. Al menos tres cuestiones relacionadas con la inteligibilidad separan el lenguaje antiguo de nuestra vida cristiana en la cultura postmoderna occidental. La primera es una distinta visin del mundo, condicionada por un modo de pensar cientifi- co y tecnolégico que oftece datos nunca imaginados hasta hace un siglo. El conjunto de conocimientos disponible a los Padres de la Iglesia ha cambiado mucho, y los métodos de investigacion y capacidad discursiva son también diferentes. Al igual que la cosmovisién de los Padres habia inculturado las creencias cristianas en las ideas del mundo grecorromano de su tiempo, del mismo modo la doctrina cristolégica ha de tener sen- tido en la cultura del siglo XXI con su ciencia, tecnologia y cosmologia. Segundo: desde un punto de vista mds explicitamente teolégico, y de acuerdo con las reflexiones del ultimo capitulo, hay que confesar que el lenguaje de estas doctrinas parece fantastico. La terminologia técnica, que como todo lenguaje contiene residuos imaginativos, parece dar mds Animos a una concepcién antropomérfica de la encarnacién de Dios en Jesucristo. La identificacién de Jesus con el Logos, la distincién del Logos respecto al Padre y la cristologia de tres etapas parecen justificar 287 TRADICION CLASICA que se hable de una preexistencia de Jesiis. Mas en un periodo con una conciencia historica viva, en el que la persona de Jestis se refiere a una figura de carne y hueso que vivid en Palestina en el siglo I, este lenguaje tomado al pie de la letra es una fabula mitolégica. La cristologia debe comenzar por poner las bases para un lenguaje que siga siendo encarna- ciomsta, pero que al mismo el tiempo defienda el caracter humano de Jestis y evite cualquier caricatura de la encarnacién. Tercero: la reinterpretacion de la cnstologia clasica debe conjuntar estas doctrinas con la vida y la espiritualidad cristianas. Esto implica preguntarse por la libertad humana en la historia, y como Jesus de Nazaret —un ser humano— afecta hoy a esta libertad al ofrecer la salvacién. No puede considerarse la cnstologia desde arriba de modo que considere a los seres humanos como entidades simplemente pasi- vas ante la salvacién divina. Tal opinion no puede conjugarse con una auténtica conciencia hist6rica cristiana que sea un reconocimiento de la libertad humana como responsabilidad de si misma y a la vez de los otros y del mundo. Presentamos estas tres consideraciones generales como el marco ra- cional que exige una reinterpretacién completa de la doctrina clasica. Tal necesidad es una afirmacién sencilla, pero el proyecto en si esté lleno de ambigiiedad: gcémo puede la doctrina cristolégica superar las fronteras de los siglos rv y v, afrontar los planteamientos del siglo xxi y al mismo tiempo ser fiel a la intencién del Nuevo Testamento y de estas doctrinas clasicas? Posiblemente ninguna reinterpretacién podra satisfacer a todos. En nuestro intento de volver a hacer nuestras estas doctrinas trataré primero del credo niceno y luego de la doctrina cristo- légica de Calcedonia. En ambos casos delinearé brevemente la doctrina conocida, ofreceré una critica explicita de ella desde un punto de vista de hoy y propondré una interpretacion de su significado que sea a la vez inteligible para el mundo contemporaneo y consonante con la intencién de las doctrinas clasicas. EL SIGNIFICADO DEL CONCILIO DE NICEA LA DOCTRINA HISTORICA DE NICEA El credo mceno es una reaccién contra Ia doctrina amana. Fue elabo- rado probablemente sobre la base de un credo bautismal siro-palestino en el cual se intercalaron palabras claves y frases para negar la doctrina de Arrio y sus seguidores. Por este motivo se comienza generalmente la explicacién histérica del significado de Nicea con una exposicion de la 288 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA teologia amana porque «el objetivo principal de los que compusieron el credo era detener... la herejia amana...»'. Los elementos discutidos de la teologia de Arrio, en la medida en que podemos conocerlos por los breves textos que han sobrevivido y por las reacciones contra ellos, pueden reducirse a unas pocas proposiciones. Un buen ejemplo es el siguiente extracto de una carta de Arrio a Eusebio de Nicomedia. Arrio sostenia: Que el Hijo no es inengendrado, ni parte del Inengendrado de ningun modo, ni [formado] de sustrato alguno, sino que fue constituido segin la voluntad y consejo file Dios], antes de los tiempos y los siglos, lleno (de gracia y de verdad), divino, tinico e inmutable Y antes de que fuera engendrado 0 creado u ordenado o fundado, no existia, pues no era inen- gendrado Nos persiguen porque decimos «El Hijo tiene un principio, pero Dios es sin principio» Por ello se nos persigue, y porque decimos «El Hijo fue [hecho] de la nada» Pero esto es lo que decimos, ya que el Hijo no es parte de Dios, ni ha sido [formado] de sustrato alguno”. En otra carta que tenia la forma de un credo aprobado por muchos otros de parecidas creencias, los arrianos se referian al Hijo como «una perfecta criatura de Dios». Amo continuaba de este modo: Asi hay tres hipostasis Dios, que es la causa de todas las cosas, no tiene comienzo y es absolutamente tinico, mientras que el Hijo, engendrado eternamente por el Padre y creado y establecido antes de los siglos, no existia antes de que fuera engendrado, pero fue engendrado eternamente antes de todo las cosas, y fue el tinico constituido por el Padre No es eterno, ni coeterno ni coinengendrado con el Padre, ni tampoco tiene su ser junto con el Padre... Pero Dios, como ménada y causa de todo, era asi antes de todo’. Aunque no resulte completamente claro quiénes son los antepasados hist6ricos de estas ideas, existe un cierto consenso sobre la ldgica de la posicién amana. En ella la nocién de la unidad y trascendencia de Dios tenia un valor fundamental. Dios es tinico, simple, indiviso, indiferen- ciado, sélo y primer principio de todo lo demas. Y puesto que el Hijo es distinto del Padre, concederle un estatus divino es dividir a Dios. A partir de una premisa aparentemente materialista, se deduce que si el Hijo fuera formado del substrato de Dios, habria dos dioses. Dios es también absolutamente trascendente; su poder es tnico, de modo que no puede haber nada igual a Dios. Todo lo demas procede del poder singular de Dios y ha sido creado. Como hemos visto ya, toda cnstologia implica un concepto de la salvacién. Una consecuencia tacita en la concepcién amana, aunque se 289 TRADICION CLASICA puede deducir bien de sus escritos, es la conviccién de que Jesus salva por ser obediente a Dios y que nosotros somos salvados imitandolo*. Si Grillmeier tiene razén cuando asigna una cristologia del Logos-sarx a los arrianos, la naturaleza del Hijo o Logos explica la racionalidad y libertad de Jesucristo. Ello proporciona un argumento fuerte para considerar que el Logos, encarnado en Jesiis, es imitable. Aunque esta por encima de todos los seres humanos, sin embargo, como criatura libre y racional, el Hijo encarnado en Jesiis es imitable. La posicién arriana queda bien sintetizada por la frase o lema si- guiente: «Hubo un momento en el que el Hijo no existia», Aunque pre- existente a toda la realidad creada, que fue hecha por el Hijo, de todos modos el Hijo también fue creado. Considerando la doctrina de que Dios es la unica fuente de todo, y la teoria de Arrio sobre la salvacién que veia en el Logos un ser subordinado, aunque se le Ilamara «divino» en algun sentido, lo esencial del arrianismo consiste en que el Logos es en realidad una criatura. Una vez que se presenta la doctrina arriana en sus afirmaciones prin- cipales, el significado histérico de Nicea puede verse en las siguientes fra- ses en cursiva —dirigidas directamente contra la doctrina de Arrio— que fueron insertadas en el marco de un credo tipico de la época: «Creemos... en un Sefior Jesucristo, Hijo de Dios, engendrado del Padre, unigénito, es decir, procedente de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de la misma sustancia que el Padre...» El término «unigénito» no tiene una importancia especial, «porque era aceptado por todas las partes en la disputa arriana y no se le otor- g6 ninguna importancia dogmatica especialy’, Por el contrario, la frase «de la misma sustancia del Padre» contradice directamente la opinion arriana de que el Logos fue creado de la nada, y no engendrado de la misma sustancia divina que el Padre, por lo que no es la misma entidad que el Padre. El sintagma «Dios verdadero de Dios verdadero» se opone directamente al Dios monadico e indiferenciado de Arrio. Dando por supuesta la distincién entre el Hijo y el Padre, esta frase afirma que el Hijo es igualmente verdadero Dios, 0 que el Hijo es Dios en el mismo sentido que el Padre es Dios. La frase «engendrado, no creado» formula la distincién entre ser engendrado por asi decirlo por un proceso natural y espiritual dentro de la vida interna de Dios, y ser engendrado 0 gene- rado de la nada, de modo que su existencia sea contingente. Esta frase ataca directamente la idea de Arrio de que, si el Hijo es engendrado, éste ha sido constituido segtin la voluntad de Dios. Y tenemos finalmente una palabra que se convirtié en la sintesis de la doctrina de Nicea «homooti- sios con el Padre». El Hijo es de la misma sustancia que el Padre (consus- 290 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA tancial). El término ousia, que se traduce generalmente por «sustancia», podia significar varias cosas diferentes en aquel tiempo, y la asimilacién de su significado con el de hipéstasis, realizada por el credo, complicd las cosas. {Eran el Hijo y el Padre un mismo e idéntico ser, como temian los tedlogos orientales? Esta ambigiiedad qued6 alli para ser eliminada mas adelante. Ahora bien, el significado general de sustancia se definid por contraste con la posicién arriana: el Hijo es de la misma «materia», la misma clase o nivel de ser divino que el Padre. Respecto a ser 0 no ser Dios, como el Padre lo es, asi también el Hijo. El credo va seguido de una serie de anatemas que simplemente nie- gan las posiciones arrianas, repitiendo de una manera formal, por asi decirlo, el interés antiarriano de las frases afiadidas al credo original. En una doctrina conciliar 0 dogmatica, que reacciona contra una posicién amenazante, tales anatemas definen la perspectiva hermenéutica gracias a la cual puede discernirse la intencién del conjunto de la doctrina’. En verdad, los anatemas vuelven a repetir las proposiciones fundamentales de la teologia arriana en forma negativa: «Pero respecto a los que dicen ‘Hubo un momento en el que el Hijo no existia', y Antes de su naci- miento el Hijo no existia', y 'Fue creado de la nada’, o hay quien afirma que cl Hijo de Dios es 'una hipéstasis 0 sustancia diferente’, o "ha sido creado’, o ‘esta sujeto a alteracién y cambio’, a todos éstos la Iglesia catélica los anatematiza». Se puede estar mas seguro de la concepcién de conjunto que sustenta la posicién de Arrio que de la mente de los obispos del concilio, puesto que no quedan actas o registros oficiales de las deliberaciones. Pero al- gunas cosas parecen ser evidentes a partir de la posicion misma. La idea y valor central que todo lo domina en Nicea es la divinidad estricta del Hijo o Logos. Ella explica la reaccién contra Arrio y por qué los obis- pos que toleraron y hasta aprobaron el subordinacionismo de Origenes reaccionaron contra Arrio®. Al proponer que el Logos era una criatura, Arrio se pasé de la raya. Si se examina la vigorosa defensa del credo por parte de Atanasio aproximadamente treinta afios mas tarde como representante de esta concepcién, esto es lo que se encuentra’. Todos sus argumentos fluyen de esta premisa y procuran justificarla: el Hijo es de la misma esencia, de la misma sustancia, la misma «materia», el mismo ser que Dios Padre. El Hijo es consustancial con el Padre e igual al Padre en cuanto a la divinidad. No hubo momento alguno en el que no existiera, porque es del mismo ser que Dios. }Cual es la soteriologia del credo niceno? Se cita la salvacién como la raz6n explicita que se halla tras la encarnacién: «Quien por nosotros y por nuestra salvacion, bajé, se encarnd y se hizo hombre...». Pero no hay desarrollo alguno de la légica de la salvacin. Sin embargo, si Atanasio 291 TRADICION CLASICA representa una vez mas lo que interesa al credo, encontramos tras él una posicién teolégica —no oculta en absoluto sino claramente expresada—, una soteriologia y un axioma respecto a la salvacién. Este axioma afirma que sélo Dios salva, de modo que si el Logos, 0 el Hijo, encarnado en Je- sis no es estrictamente divino, o de Dios, entonces no hay salvacién. La interpretacién propia de Atanasio del relato de la salvacién se desarrolla mas extensamente en otras obras, como hemos visto ya. Pero el axioma aparece con bastante claridad: al ser Dios, el Hijo revelé a Dios, deificé la carne humana y envié al Espiritu. Y por el Espiritu somos deificados © salvados. Dios se hizo humano para que podamos ser divinos'’. En suma, el Hijo preexistente 0 Logos, que se encarné en Jesus, es consustancial con el Padre. Dios es Padre y siempre Padre, de modo que siempre existié el Hijo. El Hijo es de la misma esencia que Dios CRITICA DEL LENGUAJE DE NICEA DESDE LA PERSPECTIVA DE HOY Debe esperarse que una formula concebida hace dieciséis siglos en un entorno cultural e intelectual diferente esté en desacuerdo en ciertos puntos con la cultura postmoderna. La critica que sigue no se propone desde dentro del sistema intelectual que generé el credo. Esta clase de critica seria también relevante. Por ejemplo, si era inconcebible que Dios Padre se encarnara en un mundo finito y material, ,c6mo es posible que el Hijo, que es de la misma naturaleza que el Padre, pueda encar- narse? Hay ciertos presupuestos acriticos sobre el naturaleza de Dios trascendente, la mediacién y subordinacién implicita que podrian ser examinados con provecho desde una perspectiva historica. Pero cuando concluyera tal critica, habria que situar la formula nicena frente a las preguntas de quienes se encuentran con ella hoy. Y ésta es la perspectiva de la presente reflexién critica; quedara claro que estas reflexiones no se limitan al lenguaje de Nicea, sino que se aplican mas ampliamente a la cultura teolégica patristica que lo produjo, incluidos los arrianos que lo rechazaron y Atanasio que lo defendi6. La intencién de estas reflexiones criticas no es negativa; se trata mas bien de un intento de apropiacién reflexiva del contenido de esta afirmacion crucial del credo, de modo que pueda ser reinterpretada fielmente. Una reflexién obvia sobre la teologia nicena es que se apoya casi ex- clusivamente sobre el marco johanico. En si mismo, no es éste un hecho negativo, ya que toda cristologia consistente debe tener alguna clave de béveda o marco en el que integrarse. Pero cuando el marco johanico del descenso y encarnacién del Logos se combina con otros rasgos de los que trataremos en este momento, anula y excluye temas contenidos en otras cristologias del Nuevo Testamento, sobre todo las cristologias 292 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA de los evangelios sindpticos, que presentan claramente a Jestis como un ser humano integral. La doctrina de Nicea apela a la Escritura, pero la utiliza de un modo que no es aceptable hoy. Segiin Nicea, la Escritura es una fuente de informacion directamente representativa, como hechos 0 datos objeti- vos, sobre la realidad trascendente. Esta perspectiva no es peculiar de los Padres de Nicea; los arrianos tenian también su textos escriturarios favoritos que aportaban como pruebas. Cuando los de Nicea argumen- taban que el Hijo procedia «de Dios» (In 8,42), por ejemplo, los arrianos contestaban que todas las cosas creadas proceden también «de Dios» (1 Cor 8,6; 2 Cor 5,18). En verdad, la teologia patristica en general, a pe- sar de su considerable erudicién en el empleo de la Escritura'', todavia consideraba a ésta de un modo que implicaba que los textos sagrados comunicaban conocimientos objetivos sobre la realidad trascendente. No hay otra manera de explicar los temas sobre los que discutian y el monto de conocimientos que los Padres parecian poseer sobre ellos. He tratado ya brevemente del proceso de objetivizacién que tiene lugar cuando se codifica por escrito la experiencia del pasado y se hace objeto de reflexién. Hoy dia, existe toda una bateria de herramientas criticas y hermenéuticas que inciden en la epistemologia del conocimiento tedrico general. Respecto a esta teologia nicena, las gentes pueden preguntar hoy cémo los Padres de Nicea sabian que el Padre tiene un Hijo, que fue 0 no fue generado eternamente, y si estaba o no subordinado al Padre. {De donde procedian estas concepciones y juicios sobre un Dios trascenden- te? En gran parte, la respuesta a estas preguntas era la autoridad de la Escritura. Los textos biblicos son citados de tal modo en forma de pro- posiciones légicas que proporcionan las premisas para un razonamiento deductivo. Pero la teologia como disciplina critica no puede quedar satisfecha con tal utilizacién de la Escritura. Basdndose en la premisa de que las conclusiones no pueden ser mas amplias que los argumentos que las sustentan, hay que pensar que muchas de las conclusiones tanto de Arrio como de Atanasio, cl defensor del credo niceno, tienen que ser reinterpretadas desde otro fundamento metodolégico. La doctrina de Nicea da lugar también a una confusién sobre su ob- jeto material. Es Jestis el objeto de su doctrina? O jel Logos? O {Dios? Este problema tiene sus raices en el desplazamiento de la cuestion del estatus de Jestis, reconocido como divino de algin modo en el lenguaje cultual del Nuevo Testamento, hacia otro problema: el lugar del Logos en la vida interna de Dios. El resultado es la ambigiiedad de la doctri- na de Nicea. {Se trata de una doctrina sobre Jestis? Hay mas que una respuesta a esta pregunta: 1) No, se trata del Hijo, engendrado antes de todos los siglos, pues el lenguaje de Nicea raras veces lleva a pensar 293 TRADICION CLASICA imaginativamente en Jestis de Nazaret, sino en un Hijo divino, eterno. 2) No, se denomina coherentemente doctrina trinitaria porque trata de la vida diferenciada de Dios. 3) Si, porque expresa la creencia en un «Sefior Jesucristo». Se refiere a Jesits porque el Logos, una entidad divina distinta del Padre, es precisamente el sujeto de la figura terrena Jesiis. Pero {se trata del Jestis de Nazaret tal como lo describe la investigacién contempordnea sobre su persona? En este punto es donde se produce un conflicto profundo de imagenes entre el Jestis presentado por la doctrina de Nicea y el dibujado por la reconstruccién critica de su figura. Esta reflexién critica sobre la doctrina nicena no implica un aban- dono de los intereses de la ensefianza de este concilio en pro del his- toricismo. Mas bien lo que pretende es claridad absoluta sobre Io que se esta afirmando en esta doctrina y sobre cémo lo dice. El problema original concernia al significado de la divinidad para los monoteistas. En el fondo, Nicea es ante todo una doctrina sobre Jestis: y de aqui es de donde surge el problema y una reflexion sobre Dios orientada hacia esta problematica. La doctrina trinitaria depende completamente de la soteriologia y la cristologia y no tiene sentido ninguno aparte de esos fundamentos. Arrio causé una crisis porque al afirmar que el Logos era una criatura, parecia negar implicitamente que el Dios verdadero estu- viera presente en la obra salvifica de Jess. Arrio estaba socavando la divinidad de Jestis. Ante esta idea Nicea dijo «no». La doctrina de Nicea trata en primera instancia de Jesucristo y tiene que conducir a él. La especulacién sobre la vida interna de Dios no tiene ninguna base en la tradicion cristiana aparte del encuentro con Dios en Jesus. En resumen, pues, el problema subyacente de la doctrina de Nicea desde una perspectiva postmoderna esta en haber hecho del Logos una hipéstasis y en el cambio de una cristologia neotestamentaria desde aba- jo a una cristologia desde arriba propia del siglo n. Y la soluci6n a este problema consiste en reinterpretar el significado de Nicea en términos de una cristologia desde abajo que sea fiel y compatible con el Nuevo Testamento. INTERPRETACION DE NICEA Las reflexiones criticas sobre la doctrina de Nicea tal como estan, indican al menos que hay una distancia considerable entre el marco en el que fueron generadas y el de algunos cristianos de hoy. Para que la doctrina de Nicea pueda ser transmitida y recibida hoy debe haber un cambio consciente en los supuestos para comprender lo que se dijo, y un nuevo lenguaje para «explicar» su contenido. La estrategia en este momento pide que la reinterpretaci6n se realice en dos etapas: la primera es una 294 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA interpretacién del significado de Nicea, y la segunda es una explicacion teolégica de ese significado. En este momento acometeremos la primera tarea hermenéutica, la comprensién de la formula nicena; la segunda, que consiste en una «explicacién» de la divinidad de Jesucristo y de la doctrina de la Trinidad, sera el tema de los capitulos 15 y 16. Presupuestos Comenzamos por una caracterizacién del nuevo marco en el cual se puede recibir hoy la doctrina de Nicea. {Qué presupuestos operan en la interpretacién que sigue? Si las premisas y argumentos sobre los cuales se basa una cierta conclusién no son validos, sera dificil seguir manteniendo la conclusién. Y si la conclusién es valida en si misma, habra que encon- trar un marco racional para ella, una nueva estructura de plausibilidad en la cual la creencia pueda tener sentido. Teniendo esto presente, comienzo con una aclaracién general de los presupuestos o premisas que subyacen a esta interpretacién de Nicea. Primero: la interpretacion del significado de Nicea no debe ser ex- clusivamente dependiente de un marco ideoldgico johénico, y mucho menos de uno que se limite a los parametros cristologicos del prélogo del Evangelio de Juan. No es que haya que excluir la cristologia johanica, entre otras, cuando se considera el significado de Nicea. Se trata mas bien de que el pluralismo de las cristologias del Nuevo Testamento no permite la hegemonia excluyente que el lenguaje del Logos tuvo en el periodo patristico. El nucleo de Nicea debe expresarse en un lenguaje que supere las fronteras de la encarnacién del Logos, a la vez que se mantiene fiel a ese mismo credo. El simbolo Logos no es esencial para el credo, ni tampoco fue definido asi. Puesto que nadie cuestionaba la terminologia del Logos, ésta nunca entré dentro del dmbito de interés dogmatico de los Padres conciliares. Todas las partes aceptaron que habia un Logos preexistente y que éste se habia encarnado en Jesus. El lenguaje de un Logos hipostasiado constituia el entorno de la discusi6n. Pero este mismo marco se ha convertido en parte del problema, pues ha perdido su plausibilidad y poder en una cultura intelectual postmoderna. Hay, pues, que buscar una interpretacién que supere el marco tan estrictamente definido por el lenguaje johanico’’. Segundo: la interpretacién de una doctrina tan fundamental como la de Nicea no puede prescindir de una teoria critica de la experiencia, conocimiento, lenguaje, teologia y doctrina religiosos. Todas las inter- pretaciones, incluso las que pretenden estar basadas en aspectos del sentido comin, implican una nocién de estas cuestiones fundamentales. Incluso aunque estos temas no puedan ser explicitamente revisados en 295 TRADICION CLASICA cada etapa de la argumentacién teoldgica, la teologia no puede proceder citando simplemente las Escrituras como autoridad revelada respecto a afirmaciones que tienen su importancia para la existencia humana en nuestro contexto. La interpretacion que aqui ofrecemos es coherente con una comprensién de la fe, de la revelacién y del conocimiento religioso estructurados simbélicamente. Este realismo simbdlico apela a la expe- riencia religiosa de aquellos con los que propone comunicarse. Tercero: el término «Logos» es fundamentalmente un simbolo reli- gioso usado para referirse a un aspecto de Dios, 0 mas comprensivamen- te para referirse simplemente a Dios, pero desde una cierta perspectiva, punto de vista o formas especificas. Asi es como simbolos tales como Sabiduria, Espiritu y Verbo de Dios se generaron y funcionaron en un principio. Este sentido original es también un sentido fundamental; cuando el simbolo religioso se cosificé y se proyecté como una entidad verdadera y objetiva, este proceso mental no destruyé el fundamento mismo. El Logos sigue siendo un simbolo que formaliza en el lenguaje una experiencia humana de Dios. La interpretacion que aqui ofrecemos prescinde de la cuestién de si cosificaciones como Sabiduria, Verbo y Espiritu corresponden o no a entidades objetivas y particulares fuera de la mente humana. Trataremos de esta cuestién en capitulos posteriores. Lo importante es indicar que el presupuesto de nuestra interpretacién es que el Logos debe ser entendido ante todo en el nivel fundamental de la dinamica del conocimiento religioso simbélico. Cuarto: Nicea debe ser reinterpretada hoy desde la perspectiva de una cristologia desde abajo. Expliqué en el capitulo 7 qué es una cristo- logia desde abajo en términos histéricos y genéticos segin los diversos estratos de los testimonios del Nuevo Testamento, y también en térmi- nos formales y estructurales de la dinamica de la mediacién simbélica historica. Un cambio de perspectiva de una cristologia desde arriba, en la cual se presenta la doctrina de Nicea, a otra que comience con Jests de Nazaret y lo tenga siempre como referencia continua e imaginativa es muy importante. Ello implica la reorganizacién de los elementos de una cristologia integral en un nuevo marco, y puede ser un proceso di- ficil psicolégicamente que a menudo necesita una considerable dosis de reflexién. La perspectiva de esta interpretacién no es parte de la doctrina de Nicea; la perspectiva y el marco aparecen cuando la historia es el pun- to de vista y el horizonte del intérprete. Para efectuar tal transicién, hay que preguntarse deliberadamente cémo pareceria la doctrina de Nicea dentro del nuevo marco de una cristologia desde abajo. Las cristologias del Nuevo Testamento que se van desarrollando son provechosas en este momento porque reflejan un esquema de cristologia ascendente. En quinto lugar, la vuelta a una cristologia desde abajo clarifica la 296 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA relacién entre las cuestiones de la divinidad de Jess y la naturaleza de Dios, al menos como deberian entenderse hoy estas relaciones. Con- siderando la estructura de la fe cristiana como un encuentro con Dios mediado histéricamente por el acontecimiento Jestis de Nazaret, Nicea no puede representar un movimiento de pensamiento desde la natura- leza de Dios hasta el cardcter divino de Jestis. Este movimiento desde arriba tiene poco sentido en términos de epistemologia religiosa, asi como tampoco en el de una reconstruccién historica del desarrollo de la cristologia del Nuevo Testamento. Mas bien, Nicea representa ante todo un movimiento hacia una comprensién de Jesucristo y de la naturaleza de Dios sobre la base de que éste se encuentra en Jesiis. Este encuentro tiene como base el que Jesiis representé a Dios en su ensefianza, accién y en su persona. Lo que se aprende de Dios implica tanto el contenido positivo sobre Dios mediado por Jestis, como una reflexién sobre la natu- raleza divina que fluye del acontecimiento de encontrar a Dios en Jesiis. Se trata de que Dios desea estar presente en su propia creacién. Nicea representa también una reflexién sobre el estatus divino de Jesiis, porque a Dios se le encontraba en él. Simbélicamente, el nticleo del lenguaje de Nicea sobre Dios centrado en el Logos es que la divinidad podia estar presente en Jesiis y que se le encontraba en él. Y desde la perspectiva de la cristologia, lo importante es que Jestis debe ser considerado divino porque a Dios se le encuentra en él y por medio de él para la salvacién del ser humano. La légica de la interpretacién Tenemos que decir algo también sobre la légica de la interpretacién de una formula conciliar tan central. Esta légica no puede separarse de los presupuestos que acabamos de enumerar, pero se puede distinguir entre premisas, método de interpretacién y conclusiones obtenidas. Partien- do de la premisa de que la teologia, las doctrinas y los credos no sélo forman la experiencia de la comunidad, sino que la expresan y la repre- sentan porque estan basados en ella, el método aqui empleado consiste en discernir y reconstruir la experiencia contenida en el simbolo niceno. {Cual fue la experiencia de la comunidad cristiana que Ilegé a expresarse publicamente por estas formulas, y que no es independiente de ellas? El referente del credo niceno es una experiencia corporativa, en el sen- tido de que representa un modo de estar en el mundo por parte de la comunidad, y una interpretacién de la realidad, 0 el mundo, coherente con su compromiso existencial. La experiencia de Jestis por parte de la comunidad es una experiencia de salvacién. Por tanto, se puede leer el significado de la doctrina nicena en términos de la experiencia salvifica 297 TRADICION CLASICA que representa. Utilizando esta légica, el nticleo de la doctrina de Nicea puede resumirse en tres proposiciones: 1) Jestis media la salvacién de Dios; 2) Dios es como Jestis revela que es; y 3) Jess es divino porque él es el mediador de la salvacién de Dios. 1)La interpretacién que aqui ofrecemos considera Nicea como una confesion de la divinidad de Jestis sobre la base de que es portador de la salvacién, es decir, de un encuentro con Dios. La posicién cristolégica de Nicea descansa implicitamente sobre la soteriologia, en concreto sobre una experiencia de salvacién mediada por Jess. Hemos defendido con- sistentemente la tesis de que esta relacién con la soteriologia es intrinseca a la cristologia sobre la base de unos fundamentos teoldgicos y positiva- mente por medio de textos del Nuevo Testamento y de la patristica. El credo mismo contiene una referencia a la salvacién como motivo de la encarnacién: «Por nosotros y por nuestra salvacién el Verbo descendid y se hizo carne». La légica de la salvacién, un modo de entender como se produjo, esta ausente en el credo. Pero el papel de la salvacién para comprender a Dios y a Jesucristo es explicito. 2) Sobre la base del encuentro de Dios en Jests, en su mediacién, en su vida y ensefianza, muerte y resurreccién, Nicea hace una declaracion sobre Dios. Pero las diferenciaciones dentro de Dios, Padre, Hijo y Espi- ritu, alcanzan s6lo indirectamente el nucleo de Nicea, puesto que no se disputé sobre esta terminologia ni se la cuestioné. Sin embargo, lo que Arrio negaba era que Dios es de tal naturaleza que no puede implicarse, comprometerse o mezclarse de alguna manera con el mundo finito de la materia, del cambio, de la corrupcién y finalmente de la muerte. En respuesta, Nicea afirma, basdndose en la experiencia cristiana de Dios en Jesucristo y por medio del simbolo del Logos que realmente representa a Dios, que éste es de tal clase que es inmanente y esta presente en su propia creacién y en la existencia humana. 3) También sobre la base del encuentro salvifico con Dios en Jesus, Nicea afirma la divinidad de Jesucristo'*. Como hemos dicho ya, el credo no desarrolla de ningiin modo qué entiende por salvacién. Pero no esta- ria Iejos de una interpretacién exacta del credo niceno si se introdujera el razonamiento fundamental de Atanasio en la légica de su cristologia: puesto que la salvacién viene de Dios, Jesucristo, que trae esta salvacién, debe ser verdadero Dios. Interpretacién de Nicea Sobre la base de estos presupuestos y premisas, y segin la légica de la salvacion, las proposiciones o declaraciones siguientes pueden tomarse como una pardfrasis del contenido de la doctrina de Nicea: el significado 298 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA de este concilio es que nada menor que Dios estaba, esta presente y actia en Jestis. Esto significa que el Dios que se encuentra en Jestis para nuestra salvacién es realmente Dios. Es ésta una declaracién de la divinidad de Jesus que implica una segunda declaracién sobre Dios: éste es inmanente a la existencia humana y esta personalmente presente en ella. Asi es como Dios se autorrevela en Jesiis"* Un breve comentario a esta doble y concisa interpretacién de Nicea mostrara cémo conserva el significado historico de la declaracién con- ciliar al mismo tiempo que intenta acomodarla a las condiciones de una interpretacion hoy. Las dos proposiciones interpretativas conservan la intencionalidad negativa, antiarriana, que generé el credo niceno. Arrio sostenia que lo que se habia encarnado, estaba presente y actuaba en Jestis era algo menor que Dios, es decir una criatura, el Logos. Al mis- mo tiempo Arrio proponia una nocién cerrada de un Dios impasible, trascendente, ligado al simbolo de Padre, pero que no era exactamente paternal porque estaba separado y distante de la creacién. Por el con- trario, Nicea afirma contra Arrio que fue verdaderamente Dios el que se unid a Jestis de Nazaret y operé en él, Ilamese a este Dios verdadero Sofia, Shekina, Gloria, Verbo, Espiritu o simplemente Dios. Y, por tanto, en segundo lugar, que Dios es como Jesiis lo revela, un Dios que al ser revelado se hace disponible como salvacién para el género humano. Esta interpretacién comienza con el encuentro de Dios en Jest una cristologia desde abajo, pero también incluye una perspectiva joha- nica. No es mitolégica en si misma, pero presta atencién al contenido verdadero del lenguaje simbdlico por medio de una interpretacion que descansa en lo que los cristianos experimentan religiosamente hoy. No hace del Logos una hipéstasis, porque no hay ninguna necesidad de ello para llegar al micleo de la fe del Nuevo Testamento y al centro de la cristologia patristica de Nicea. Representa ademas con exactitud la fe de la comunidad del Nuevo Testamento, y esta basado en ella, pero sin fundamentar su exigencia de autenticidad sobre la prueba de los textos. Es clara en su légica, y no es esotérica ni complicada. Distingue entre la experiencia de la salvacion, la cuestién de la naturaleza de Dios y la pregunta acerca de la humanidad de Jess, y proporciona una manera de ver como estas cuestiones estan relacionadas entre si. Se puede decir mas sobre estos temas, pero Nicea no intenté decirlo todo. Su intencio- nalidad se hallaba estricta y conscientemente limitada al objetivo preciso y definido de refutar las proposiciones arrianas. Por ello dejé muchas preguntas sin respuesta, y la mas notable de ellas cra la cuestién de la naturaleza de Jesucristo. Permitaseme, por tanto, pasar al concilio de Calcedonia y al otro lado de la pregunta cristolégica acerca de la huma- nidad verdadera de Jesus. 299 TRADICION CLASICA EL SIGNIFICADO DEL CONCILIO DE CALCEDONIA LA DOCTRINA HISTORICA DE CALCEDONIA Mientras que la doctrina de Nicea fue una reaccién contra las ensefian- zas de Arrio, y asi debe interpretarse, la doctrina de Calcedonia fue un compromiso, una férmula positiva de unién entre dos concepciones bastante diferentes de la persona de Jesucristo, y asi debe interpretarse. Estas posiciones, alejandrina y antioquena, fueron ya consideradas en el capitulo anterior, pero una declaracién sumaria de sus puntos mds sobresalientes no estara fuera de lugar. {Cudles son los puntos de vista que cada sistema defiende respecto a la naturaleza de Jesucristo, la pers pectiva fundamental que sostiene la doctrina, su valoracion correlativa de la dindmica de la salvacién de Dios mediada por Jestis y el problema inherente a su postura como contraria a la opinion alternativa? Comien- zo con la cristologia de Cirilo de Alejandria porque, aun cuando muchos de los textos relevantes de este autor son reacciones contra Nestorio, la cristologia antioquena también puede ser vista como una reaccién contra la tendencia monofisita de Alejandria. El punto de vista de Cirilo es la economia divina. Esto significa que su punto de referencia imaginario y su punto de partida es la realidad divina del Logos, distinto del Padre, que vino a este mundo encarnandose 0 tomando una existencia humana, y que vivid sobre la tierra como el ser humano Jesis. La perspectiva fundamental de esta cristologia es que Jestis de Nazaret, el Jestis de este mundo, es realmente el Logos celestial; son uno y el mismo, porque la existencia carnal humana es precisamente la del sujeto divino, el Logos o Hijo eterno de Dios. Esta identidad nu- mérica es la que estaba detras de la reaccién de Cirilo contra cualquier compromiso que pretendiera no considerar a Maria thedtokos, madre de Dios, como si se pudiera dividir o separar el Logos de su propia carne. El concepto de Cirilo de la salvacién encaja en la cristologia misma, puesto que la salvacién tiene lugar por la asuncién misma de la existencia humana por el Logos. Si la existencia humana no hubiera sido asumida y vivificada completamente por el Verbo divino de modo que fuera suya propia, no habria habido salvacién en absoluto. Esta es la fuerza de esta cristologia. Pero comporta también una debilidad interna, que se acentia mas hoy dia: la humanidad total de la figura historica de Jess se hace pasiva y casi desaparece dentro de la realidad divinizadora del sujeto divino, el Hijo eterno. Nestorio, por el contrario, aun cuando también fuera fiel a Nicea, concentré su atencién en la figura histérica de Jesucristo; el punto de partida de su pensamiento y el referente imaginario de su cristologia 300 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA es el Hijo tal como aparecié encarnado en la historia. Jesucristo es una «persona», en griego prdsopon, que une en él dos naturalezas'*. Este punto de vista en un marco postniceno intenta tener en cuenta la divi- nidad y la humanidad completas y juntas en Jesucristo. Jesucristo es una sola persona que combiné en si mismo claramente y sin confusién dos elementos radicalmente diferentes, dos ousiai 0 modos/clases de ser, la divinidad y la humanidad, de manera que cada una de ellas poseia intac- tas y al completo todas las caracteristicas de estas naturalezas'®. Segin Nestorio, de esto se seguia que, en la medida en la que el Logos es Dios, no tiene a Maria como madre en sentido literal. Respecto al concepto de la salvacién en Nestorio hay que decir que es absolutamente coherente con su cristologia, porque suponia una accién humana integral, apoya- da y asistida por el poder divino, pero a pesar de ello humana, libre y responsable de su iniciativa'’. La debilidad de esta posicién aparece muy clara en comparacién con Cirilo: gen qué radica la unidad del ser de Je- sucristo? ,Cual es su identidad metafisica? En el marco johanico de una cristologia del descenso dentro del cual operaba —y en contraste con la predileccién de Cirilo por un lenguaje «de una naturaleza», aun cuando admitiera dos naturalezas—, el hincapié de Nestorio en la integridad de la humanidad de Jesucristo y en sus cualidades y poderes no permitia una imagen clara de qué clase de ser era Jesiis. La doctrina del concilio de Calcedonia es el resultado de una tenta- tiva de forjar una doctrina cristolégica comin con la cual ambas partes pudieran vivir. Esto no se produjo de repente y muchas otras voces intervinieron. El concilio de Efeso del 431 condené a Nestorio, pero Ci- ilo y Juan de Antioquia alcanzaron un cierto acuerdo el afto siguiente™’, La controversia permanecié, pues, relativamente latente hasta después de las muertes de Juan y Cirilo en 442 y 444, respectivamente. En 448 estallé de nuevo con el caso de Eutiques, cuyo monofisismo fue con- denado en Constantinopla. Pero la disputa no qued6 asentada a pesar de la intervencién del papa Leén de Roma con su Carta a Flaviano de Constantinopla'’. Los eclesidsticos ignoraron la opinién negativa de Leén, y Eutiques fue rehabilitado en un sinodo que se dispuso a toda prisa y que se incliné hacia el monofisismo, Una vez mas, como en tiempos de Arrio, el Imperio sentia la amenaza de la divisién religiosa. Fue necesaria la autoridad de un nuevo emperador, Marciano, para convocar otro concilio e insistir en que los padres conciliares prepararan una definicin de fe que complementara el credo niceno-constantinopo- litano”’. Aunque la férmula de Calcedonia abreva en miltiples fuentes, el significado histérico fundamental de su doctrina radica en el delicado equilibrio entre una cristologia de un sujeto divino, la alejandrina, y la cristologia de dos naturalezas de los antioquenos, apoyados desde Roma 301 TRADICION CLASICA por el papa Leon. Entre sus afirmaciones mas fundamentales destacan las tres siguientes: Primero: Calcedonia ensefia que la unidad del sujeto que es Jesucris- to esta en el Hijo eterno, divino, el Logos. Este Hijo divino y Jesucristo son «uno y el mismo», un estribillo que se repite en todo el decreto conciliar’'. Este uno y mismo Hijo es «el Unigénito, Verbo divino, el Sefior Jesucristo». Queda definido que esta unidad pertenece al sujeto metafisico denominado persona 0 prdsopon, o utilizando un sinénimo, hipéstasis. Esta doctrina representa el marco ideolégico de Cirilo y los alejandrinos; la posicién de los antioquenos se introduce en este marco alejandrino por el empleo del vocablo antioqueno «persona» y su equi- paracion con «hipéstasis». La personalidad de Jesucristo, el principio de su individualidad metafisica o su identidad como hipéstasis, es numérica- mente idéntica con el ser del Hijo 0 Logos divino. Técnicamente: Jesu- cristo no es una persona humana sino una persona divina; la naturaleza humana de Jesus subsiste en, 0 es la naturaleza humana de, un sujeto divino, persona, individuo o hipdstasis. Segundo: Calcedonia afirma la dualidad que caracteriza al sujeto unico Jesucristo. Esta dualidad se afirma drasticamente por medio de una serie de caracteristicas del Hombre-Dios paraddjicamente yuxtapuestas al estilo de la carta del papa Leén: «El mismo, perfecto en cuanto a la divinidad, y el mismo, perfecto en cuanto a la humanidad; realmente Dios y realmente hombre...; consustancial con el Padre en la divinidad, y el mismo consustancial con nosotros en la humanidad». La dualidad se resume también por el empleo de la categoria «naturaleza». Una persona unica, Jesucristo, tiene «dos naturalezas sin confundirse, sin cambio, sin division, sin separacién, pues la unién no elimina de ningin modo la diferencia de las naturalezas, sino que las propiedades de cada natura- leza se conservan y se unen en un présopon, persona, y una hipdstasis». Esto es antioqueno; el monofisismo queda rechazado y se conserva la integridad de las dos naturalezas. De este modo se afirma también la consustancialidad de Jesucristo con los demas seres humanos”. Tercero: el concilio ensefia la «comunicacién de idiomas» de mu- chas maneras. La variacién de predicados sobre Jesucristo se muestra sorprendentemente por una serie de afirmaciones que contrastan entre si: «El mismo perfecto en la divinidad, y el mismo perfecto en la huma- nidad». Légicamente es asi, porque Jesucristo es el «mismo» sujeto que comparte ambas naturalezas y que opera el cambio de cualidades. Esta misma doctrina afecta también a la referencia a Maria, que es la que ha alumbrado a Dios: «Engendrado de la Virgen Maria, la thedtokos, en cuanto a su humanidad». Tanto los predicados humanos como los divi- nos pueden afirmarse de Jesucristo, pero, en el espiritu de compromiso 302 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA en la direccién de los antioquenos, se clarifica algo la maternidad divina de Maria por la frase «en cuanto a su humanidad». En la opinién de la mayoria de los estudiosos de este concilio estas formulas suponen un genuino compromiso. Ambas partes en el debate cristolégico podian encontrar representada su posicién en ellas”’. Quizas un buen signo de su imparcialidad es que ambas partes pensaban que la otra estaba demasiado representada, y de hecho ni los nestorianos ni los monofisitas extremos aceptaron el decreto. Pero éste fue recibido en la amplia zona intermedia como un aceptable compromiso. Por un lado, se conservaba la opinién antioquena de la unién de dos natura- lezas distintas e integras en Jesucristo; por otro, el marco ideolégico alejandrino domina la concepcién entera: un tinico sujeto divino tomé una naturaleza humana de modo que la identidad de Jestis de Nazaret era el Logos. CRITICA DE CALCEDONIA La doctrina cristologica de Calcedonia lleva como prefacio la ensefianza de Nicea considerada como normativa y a la que se afiade su propia doctrina como comentario o ampliacién fiel. Por ello las criticas que nacen de nuestra situacion actual y que hemos formulado a propésito de Nicea se aplican también aqui: una perspectiva exclusivamente johanica, una argumentacién anticuada a partir de la Escritura, la hipostatizacién de los simbolos biblicos, una cristologia que desciende desde arriba en su método y contenido, ambigtiedad sobre el objeto de la cristologia. A estos argumentos pueden afiadirse algunas reservas serias sobre la terminologia especifica de Calcedonia. Pero es importante recordar que la intencién de esta critica es la de abrir el espacio necesario para una recuperacién fiel de esta doctrina en un lenguaje mas acomodado a nuestro tiempo. Una critica comin a Calcedonia es que su doctrina, como el modo teolégico de pensamiento que la generé, abandoné al Jestis retratado por los evangelios sindpticos. Calcedonia trata de Jess con categorias metafisicas abstractas 0 generales como naturaleza, persona, sustancia y ser. Cuando esta clase de lenguaje controla el tema, queda comprome- tido un enfoque imaginativo de Jestis de Nazaret. En algunos puntos la doctrina sobre la persona y las naturalezas parece incluso contradecir la cualidad vital, existencial e histérica de la union de Jesis con Dios tal como se muestra en los evangelios sindpticos. En otras palabras, esta terminologia doctrinal no ha sido afiadida simplemente al lenguaje histrico sobre Jestis, sino que tiende a desplazarlo. La terminologia de Calcedonia dirige la atencién hacia la union que hay en Jesus entre su 303 TRADICION CLASICA naturaleza humana y el principio divino, o Logos, que esta dentro de &l, lo controla y es él mismo. El resultado es que, a pesar de ser consus- tancial con nosotros, Jesiis es tinico y diferente a nosotros por su unién con Dios. Pero los evangelios sindpticos no retratan a Jesiis como una persona divina, 0 como relacionado con un principio divino dentro de él, sino como uno de nosotros relacionado con la divinidad trascendente, su Padre celestial”. La declaracién de Calcedonia ha sido construida como una doc- trina de que Jestis es una persona divina con una naturaleza humana. Es decir, Jesiis no es realmente una persona humana, un ser humano; es mas bien un ser divino, una persona o hipéstasis que, ademas de su naturaleza divina, posee también una naturaleza humana integra. Esta naturaleza humana queda abstraida en el sentido de que no califica 0 no es la naturaleza de una persona, individuo o hipdstasis humana, Hay que ser cuidadoso aqui para no confundir la persona con la identidad psicoldgica, 0 la conciencia del ego o el sentido de si mismo. La natura- leza humana a la que se refiere Calcedonia no es abstracta en el sentido de ser una mera nocién o un concepto generalizado de caracteristicas”. La naturaleza humana de Jestis de Nazaret se refiere a su aparicién con- creta, totalmente humana, en la historia. Pero su naturaleza humana es abstracta en el sentido de que no es la naturaleza de una persona humana © un ser humano, sino que subsiste en otro, en el Logos 0 el Hijo, quien asumié esta naturaleza. Esto significa que la naturaleza humana de Jestis subsiste en la hipéstasis divina. La naturaleza humana de Jesiis no tiene una hipéstasis propia. El decreto de Calcedonia no afirma esto de un modo directo o explicito, pero si implicitamente, y la interpretacion posterior confirma la tendencia en esta direccién”’, Asi pues, el principio de la unicidad de Jesucristo es divino; es el Logos, que es Dios. Como sujeto, el Logos asume una naturaleza humana integra, pero no una existencia humana integra, 0 esse, de modo que se entienda que hay dos personas: «No partido o dividido en dos présopay. El Logos divino, la persona divina distinta, asume como propia una naturaleza humana, como su instrumento. Asi el sujeto, el agente en la historia, el que acttia y se mueve en la historia, no es en Ultimo término un ser humano, Jesiis, sino Dios. Con este lenguaje es dificil no pensar en Jestis como simplemente Dios, Dios convertido en agente consciente en la historia, participante en el sistema de causalidad finito y creado, un agente dentro de la creacién y dentro de la humanidad, pero que no tiene su propio ser (esse) ¢ individualidad humanos. En pocas palabras, el que Jesiis sea un ser humano integro queda comprometido”’. Segin este punto de vista, la consustancialidad de Jesis con nosotros se reduce a compartir una clase comin de ser. Y puesto que otros seres humanos 304 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA no tienen como base de su ser el Logos o el Hijo, hay que concebir a Jestis como radicalmente distinto a nosotros. Esta critica cuenta mas so- bre todo porque describe realmente la conciencia de muchos cristianos. Como ha indicado K. Rahner, aunque tengamos la doctrina de las dos naturalezas, muchos cristianos son realmente monofisitas en la practica, porque la naturaleza humana de Jestis queda muy mitigada en la practica y no define totalmente la persona o la identidad ontolégica de Jests”*. Pero la critica principal a la forma de esta doctrina, una critica com- prehensiva y que afecta a todo lo que sigue, proviene de la situacién postmoderna de la cristologia, que implica un cambio de punto de vista que deja la problematica de Calcedonia muy atras. Central en la ter- minologia de Calcedonia, porque central era en el debate que condujo hasta ella, es una cristologia encarnacionista del Logos, una cristologia del Logos-sarx 0 Logos-dnthropos, que requirié especificar en términos metafisicos la unidad y las relaciones mutuas de la divinidad y humani- dad de Jestis. Este modo de concebir el problema cristologico ha cedido el paso a una problematica nueva. El punto de partida no es ya el Logos y su encarnacién, sino el Jestis histérico. La cristologia tiene que tratar no con la «humanidad» o naturaleza humana de Jestis, sino con la apa- ricién histérica de una persona, Jestis de Nazaret”’. El modo de pensar no es ya en primer lugar metafisico, sino histérico. El problema no es la conjuncién de una naturaleza humana y divina en un sujeto que es meta- fisicamente uno, sino entender el caracter peculiar y distintivo de un ser humano historico. No hay necesidad alguna ahora de perfilar los rasgos del cambio en la cultura occidental que va de un modo de pensamiento clasico a otro consciente histéricamente que dé cuenta de la aparicién de este nuevo marco intelectual. Va mas al meollo de la cuestién en nuestro tiempo el conjunto de la investigacién y la difusién general de la discusi6n cientifica sobre el Jests de la historia. De modo gradual las premisas naturalistas e historicistas de la investigacién histérica se van interiorizando ampliamente. El resultado de esta evolucién es un cam- bio en la problematica de la cristologia. Tratar el material sobre el Jestis histérico, y sobre todo la interpretacién imaginativa de un Jesis como ser humano integral, genera una pregunta que es andloga, pero que no es la misma finalmente, a la de Calcedonia. La premisa y el punto de partida no es el Logos eterno, sino Jesis de Nazaret. El problema y la pregunta no radican en tratar de explicar su humanidad después de un consenso general sobre su divinidad. El presupuesto y el punto de salida quedan definidos por el ser humano, Jesiis, y el interés de la pregunta es qué significa decir que Jestis es divino. En tiltima instancia la respuesta a esta pregunta no sera menos metafisica que la de Calcedonia, pero el acercamiento a tal solucién se ha invertido: la divinidad de Jess debe 305 TRADICION CLASICA entenderse de tal modo que sea compatible con su existencia humana empirica ¢ hist6rica. Una vez que se ha entendido este nuevo marco y esta nueva pro- blematica, se puede comenzar a percibir también otros puntos en los que las categorias cristolégicas clasicas y su lenguaje muestran signos de notable tensidn. Por ejemplo, Karl Rahner advirtié hace muchos afios de que la cualidad de las afirmaciones sobre Jestis que es ser humano y divino, 0 que tiene una naturaleza humana y otra divina, son légicamente diferentes”. Sabemos de un modo concreto qué significa ser humano 0, puesto que la existencia humana sigue siendo un misterio, sabemos participar de ella y tenemos algunos datos concretos en los que confiar. La divinidad, todo lo que se refiere a la «naturaleza divina», qué significa tener una naturaleza divina, todo esto es opaco en ultima instancia para el pensamiento objetivo. La reflexién depende aqui de un compromiso de participacién en una revelacién de la trascendencia mediada por otros; las afirmaciones expresan fe y esperanza. En el debate clasico y en la formula de Calcedonia estas naturalezas son «trasladadas» a un ambito objetivo y conceptual que es engafioso en el contexto del sentido que hoy dia se tiene del misterio trascendente. Otros ejemplos de cémo el lenguaje tradicional no es viable en la nueva situacién nos lo proporciona la «comunicacién de idiomas». En el marco de Calcedonia la unidad en una persona de dos naturalezas completas permitia asignar cualidades divinas a un sujeto, Jests Nazaret, que era el Logos encarnado. Jesus era asi omnisciente, omnipotente, im- pasible y, finalmente, Dios. Cualquiera que haya manejado la bibliografia de la investigacién critico-histérica de Jestis percibird que este lenguaje es inadecuado. Habia una ldgica tras la terminologia de Calcedonia; tenia sentido dentro del marco de los presupuestos, premisas y pensamiento de las formas de la cristologia clasica. Pero es claro que el sistema entero no tiene que ver con el Jestis histérico, que su légica se desarrolla en un nivel lejano a la imaginacién concreta e histérica. Cuando se confronta con uno de los criterios de la cristologia, la imagen de Jestis como un verdadero ser humano, esta terminologia no funciona; simplemente no vale. Jestis como sujeto, como persona, era ignorante, débil, vulnerable al sufrimiento, y en nada parecia ser Yahvé, 0 el Padre o Dios. El cambio del marco epistemolégico ha hecho no creible el lenguaje tradicional. La principal critica a Caledonia, en suma, no va directamente a su contenido, sino al contexto teérico dentro del cual se nos presenta. Es el marco, los supuestos, las premisas, el lenguaje y el método de argumenta- cién los que han cambiado. Una vez que se admite esto, cada una de las afirmaciones principales del concilio se ponen en duda. El cambio a un contexto histérico y a otro punto de partida socava la piausibilidad del 306 LA INTERPRETACION DE NIGEA Y DE CALCEDONIA marco johdnico que fue el que dicté la metafisica del sujeto, la persona y la hipéstasis divinas. La conciencia histérica que determina el imaginario en el que se sitta la persona histérica de Jesits pone en duda la libertad para afirmar las cualidades divinas de Jestis. Por el lado positivo, la doctrina de Calcedonia que mas verdadera suena hoy es la declaracién inequivoca de que Jestis es consustancial con los seres humanos. Contra el monofisismo que tendia a hacer de Jesiis de Nazaret menos que un ser humano completo debido a su naturaleza divina, Calcedonia, a su manera y dentro de su marco particular, sitta de nuevo la cristologia en el Jesiis de la historia, INTERPRETACION DE CALCEDONIA Después de enumerar las criticas comunes contra la forma y el lenguaje de la doctrina de Calcedonia, hay que comenzar a reformular de nuevo los presupuestos y las premisas que conformaran la comprension de esta doctrina, que a su vez sea relevante para el presente y para el inmediato futuro. {Cudles son las premisas y la légica para reinterpretar el signifi- cado de Calcedonia? Y 4a donde nos conducen? Presupuestos Un primer presupuesto y premisa para interpretar la doctrina de Calce- donia es que Jestis era y es un ser humano. Hay varios motivos por los que el hecho de que Jestis sea un ser humano tiene que ser mantenido cn el frontis de la interpretacién del significado de Calcedonia. Uno es la situacién presente, intelectual y cultural, que forma el contexto en el cual las gentes entienden y moldean el contenido de su imagen general de la realidad. En este contexto el hecho de que Jestis sea un ser humano no es un dato de la fe; es algo que los historiadores y las gentes saben generalmente que es asi. La facticidad de la existencia humana de Jestis es lo que hace de ella una premisa. Ademds, el material sobre Jesiis en el Nuevo Testamento da testimonio de ello. Jestis era un ser humano. De hecho, también, Jestis era un varén, pero no hay que conceder importancia alguna general a su sexo. Esto puede mostrarse sobre la base del axioma soteriolégico de Gregorio Nacianceno: «Lo que no ha sido asumido no puede ser restaurado...»*!. Este axioma opera en el marco de una cristologia de la encarnacion y afirma que, si Dios no asumié toda la humanidad, ésta no se ve afectada por Dios, y por tanto no se salva. Este principio ayudé a definir que en Jestis tuvo que haber un alma racional humana, puesto que de lo contrario la humanidad entera no se habria salvado. De una manera andloga, si alguien dijera que Dios esta 307 TRADICION CLASICA presente y activo en un ser humano var6n precisamente como distinto a una mujer, ello implicaria que la feminidad no estaba incluida en lo que habia sido asumido. El axioma es un modo de decir que Dios se ha acercado al conjunto de la humanidad, integra y totalmente, en y por Jestis, y no a un segmento de los seres humanos o a un aspecto de la condicién humana. Desde una perspectiva teoldgica Jestis podria haber sido una mujer, por lo que construir argumentos especificos teolégicos del hecho factico de su virilidad sin algin otro fundamento ulterior parece ser fundamentalmente erréneo. Segundo: la presencia de Dios en Jesiis debe considerarse como una presencia dentro de su humanidad. Con ello quiero decir que lo divino en Jestis no aparece por encima de Jestis como ser humano, sino mas bien y precisamente dentro del modo como Jestis era humano, del modo como vivié y ensefié. La divinidad de Jesus no se afiadié a su humanidad, ni tampoco su humanidad era una naturaleza humana abstraida y luego afiadida 0 asumida por su divinidad. Lo divino no es evidente en Jestis de algiin modo reconocible, porque no subsiste en él aparte 0 separado de la vida totalmente humana que vivid’. Una vez mas: Jesiis era un ser humano, y hay que empezar a entender la presencia de Dios a él y dentro de él comenzando con esta premisa de su existencia humana integral. Expresado en términos de la teoria del simbolo: hay que mantener la integridad de la existencia humana finita y creada de Jesus. Tercero: la libertad de Jestis era total y auténoma. En otras palabras, no se puede considerar que Dios actuara en Jestis como por medio de un instrumento ciego. En palabras de K. Rahner: la accién fisica de Dios en Jestis «no puede entenderse de ninguna otra manera excepto al modo como Dios ejerce esta influencia en otras criaturas libres»**, Esto elimina el monofisismo o la idea de que la naturaleza humana de Jestis era un instrumento pasivo en manos de un agente divino. Légica de la interpretacién Dados estos presupuestos, que son en algunos aspectos bastante dife- rentes de los que estaban detras de la formulacién de Calcedonia, ,qué légica debe emplearse para comprender su auténtico significado? La clave para la interpretacién de la doctrina de Calcedonia, como en ge- neral de la cristologia, est4 en su estructura soteriolégica, pues la expe- riencia que suscita 0 genera la cristologia en primer lugar se halla dentro de la légica soteriolégica de esa misma cristologia. En principio, pues, hay una teoria de la salvacién cerca de la experiencia sobre la cual se basa la cristologia. Apelar a la salvacin, por tanto, abre un Ambito de experiencia que es comin a la doctrina de Calcedonia, a las teologias 308 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA que la generaron y a la comprensién cristiana de hoy. El primer tema experiencial comén es que la salvacién debe tener su origen en Dios, que sdlo Dios puede efectuar la salvacién definitiva del género humano. Esta conviccién, sostenida general y apasionadamente, es central a la concepcién alejandrina de la divinizacién y a la tendencia a considerar la naturaleza humana como pasiva a este respecto. La biisqueda de la salvacién que puede venir sélo de Dios permite reconocer y encontrar a Dios en Jestis. Y la experiencia de Dios que opera en cualquier tipo de salvacion mediada por Jestis era la responsable de la doctrina de Nicea conservada en Calcedonia. La primera experiencia fundamental que est en la base de la doctrina de Calcedonia, por tanto, es que en Jestis se encuentra al Dios verdadero. El segundo tema comtin es que la salvacién humana debe realizarse de tal modo que la libertad se comprometa de un modo participativo. Esta tradicion se encuentra a lo largo de toda la senda del desarrollo de la soteriologia clasica y su cristologia correspondiente. Jesucristo es el ejemplo. Dios no opera la salvacién humana contra la libertad del hombre, sino precisamente como una salvacién de la libertad. «Lo que no ha sido asumido no puede ser restaurado». La libertad humana esté implicada tanto en el mediador de la salvaci6n divina, Jests, como en el género humano que participa de esta salvacién. Si la salvacién ofrecida a la libertad no recibe ninguna respuesta humana, es dificil ver cémo podria ser esta salvacién de la libertad humana y no una im- posicién sobre ella, pues la libertad implica reflexién, responsabilidad, decision y accién. La libertad no es una mera aquiescencia, aceptacion © consentimiento, sino el ejercicio del poder de razonamiento critico, de opcién, de compromiso y de accién. Esta soteriologia requiere que Jestis sea libre, imitable, y asi, como tiltimo Adan, tan humano como lo era el Adan primero. Dios actiia en pro de la salvacién humana en y por la existencia integramente humana de Jestis. La segunda experiencia fundamental que subyace a Calcedonia, por tanto, es que Jestis es un ser humano consustancial con nosotros. Interpretacién de Calcedonia Utilizando la légica soteriolégica como clave para desvelar el interés central de la doctrina de Calcedonia, podemos resumir el significado fundamental de esta doctrina en tres proposiciones. Primera: la doctrina de Calcedonia afirma que, en y por la existencia totalmente humana de Jesiis de Nazaret, nada menor que Dios esta presente y operante para la salvacién humana, Segunda: la formula calcedoniana de dos naturalezas en una sola persona, y la afirmacién de la existencia de uno que, siendo 309 TRADICION CLASICA realmente divino o consustancial con Dios, es también realmente humano y consustancial con nosotros, recupera a Jess como un ser humano. Y puesto que Jestis es un ser humano como todos los demas, lo que él aporta de Dios es auténtica revelacién y salvacién de la existencia humana™. Ter- cera: estos dos puntos expresan conjuntamente la estructura dialéctica de Jesus como simbolo histérico de la salvacién de Dios para la humanidad. Estas pardfrasis interpretativas del nucleo de la doctrina de Calce- donia necesitan algin comentario. Ante todo, no reproducen una expli- cacion de como Dios estuvo presente en Jesiis en términos de persona y naturaleza. La explicacién teolégica de cémo puede concebirse a Dios como un ser presente en Jestis sera abordada en un capitulo posterior. La interpretacién presente no es una explicacién, sino una aclaracién descriptiva del significado de Calcedonia. Este significado se halla en la experiencia de fe que estd en la base de la doctrina completa. El objeto de esta experiencia comprometida y participativa es Jess como mediador de la salvacién de Dios. La doctrina expresa esta experiencia; sin ella, no habria doctrina en absoluto. Y éste es el nucleo central de la doctrina, que no puede identificarse con una terminologia de personas y naturalezas. Mas bien la ontologia de persona y naturaleza, de hipostasis y sustancia, funcioné como un instrumento para expresar en el lenguaje del siglo V las condiciones necesarias para asegurar este significado. A algunos tedlogos, que buscan una terminologia explicativa que permanezca cercana al lenguaje calcedoniano de una persona y dos na- turalezas, y que al mismo tiempo responda a la exigencia y a la légica de una cristologia desde abajo, les agrada invertir la referencia de Cal- cedonia al término «persona». En vez de decir que Jestis es una persona divina con dos naturalezas, gustan decir que era una persona humana con dos naturalezas. Conservan asi la terminologia de una persona y dos naturalezas, pero la individualidad y la personalidad particular de Jestis es la de un ser humano, que asume en si una naturaleza humana total y otra divina igualmente total. Tal formula reproduce de cerca el tipo de pensamiento antioqueno, y al mismo tiempo conserva la unidad de la persona, Jestis, en la cual insistié Calcedonia. Este modo de reinterpretar el lenguaje calcedoniano esta también mucho mis cerca de la realidad de Jesiis y es compatible con las exigencias de una cristologia desde abajo. Y ya que muchos comentaristas de hoy piensan que la cristologia antio- quena ejemplificada en Teodoro de Mopsuestia y en Nestorio —pero no en el nestorianismo— es ortodoxa*®, esta inversién proporcionaria un camino posible para refinar el lenguaje de la persona y las naturalezas. La interpretaci6n del significado de Calcedonia en un contexto post- moderno histéricamente consciente destacara la humanidad de Jests. Tal lectura de la doctrina corresponde a su desarrollo histérico, ya que 310 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA surgié como parte de una reaccién contra las tendencias monofisitas postnicenas. El concilio de Nicea afirmé que nada menor que Dios se en- carn6 en Jestis. Cuando se entendié esta afirmacién en el marco johanico de una cristologia del descenso y se unié con la cristologia alejandrina del hogos-sarx, todo ello caus6 un impulso monofisita que miné la compren- sion de Jesis como un ser humano integral. Contra esta tendencia afir- m6 Calcedonia la consustancialidad de Jestis con la existencia humana utilizando la terminologia de las dos naturalezas. Pero al mismo tiempo, la naturaleza humana de Jesus fue subsumida en un sujeto divino, una persona o hipéstasis. Por tanto, a pesar de las intenciones del concilio, no quedo bien representada la imagen de Jesis como un ser humano que presentaban los evangelios sinépticos. Se puede concluir que la doctrina de Calcedonia tenia la intencién de ser un complemento dialéctico de Nicea; pero para tener éxito, su lenguaje necesita hoy una nueva formu- lacin. La realidad de Jesis como ser humano necesita ser afirmada con mayor fuerza histérica en nuestros dias: Jestis era una persona humana. La interpretacién de Calcedonia que aqui ofrecemos conserva su teologia distintiva y puede denominarse una cristologia de unidad en la diversidad*®. Como afirmé Calcedonia, en una persona hay dos natu- ralezas, unidas pero no mezcladas, inseparable pero distintas y no con- fundidas. Pero es importante en nuestro tiempo evitar la impresién de que esta formula proporciona una descripcién de cémo esta constituido Cristo. La férmula interpretativa, a saber, que por la existencia total- mente humana de Jestis de Nazaret nada menor que Dios esta presente y activo para la salvacion humana, es una declaracién histéricamente consciente que resume una narracion. Se trata del relato de la salvacién humana efectuada por y a través de Jesiis. Ello implica un imagina- rio histérico concreto que tiene su centro en Jestis de Nazaret. Y esta férmula que hace referencia a la historia incorpora en si la estructura simbélica de Jesus, el mediador. Jesus, un ser humano como nosotros, hace presente a Dios no sélo para él sino también para nosotros. Jestis es relevante para nosotros como revelador y como un salvador imitable porque es consustancial con nosotros. La interpretacién de Jestis como mediador simbdlico es intrinsecamente dialéctica, y es un eco exacto de la ensefianza de Calcedonia a este respecto. Jess es el simbolo humano que hace presente a otro que no es él mismo, a Dios. Esta dualidad no consiste en dos naturalezas abstractas que estan una al lado de la otra, © en dos conceptos 0 principios dinamicos de accién en paralelo o en tandem. La mente tendra que trabajar para formular conceptualmente cémo Dios esta presente y activo en Jestis para nuestra salvacién, y como el ser humano Jesus hace presente a Dios. Pero esto sera la tarea de un capitulo posterior. 311 TRADICION CLASICA CONCLUSION Nicea y Calcedonia son la herencia clasica conjunta de la cristologia del periodo patristico. Los dos concilios representan una primera incultu- racién importante del mensaje cristiano sobre Jesucristo en las culturas griega y romana de los primeros siglos de la era comin. Aunque lo que se definié en Calcedonia requiera todavia un debate y una clarificacién ulteriores, estas doctrinas se han convertido en piedras de toque au- toritativas y normativas para la fe cristolégica de las iglesias cristianas principales tanto de Oriente como de Occidente. Puesto que llegaron a ser y siguen siendo monuments clasicos de la fe cristiana, estas doctrinas han de ser interpretadas. Como clasicas contintian teniendo que ver con la comunidad cristiana. Pero para que tengan sentido y alumbren la fe de hoy, deben ser reinterpretadas. A causa de las serias diferencias entre los marcos de pensamiento de este periodo clasico y los periodos modernos y postmodernos en Occidente, estas doctrinas —cuyo lenguaje es una funcién de una cultura y de un modelo de pensamiento pasados— son practicamente ininteligibles sin un profundo estudio. A causa de su inaccesibilidad a una gama amplia de cristianos, y no digamos a otras personas, existe una cierta tentacién de evitarlas 0 ignorarlas. Pero el cristianismo no puede arrojar por la borda su historia pasada u olvidar su tradicién; no se puede entender realmente la situacién de la cristologia hoy sin tener en cuenta el pasado que la ha moldeado. Hay que procurar entender estas doctrinas. Pero entender es interpretarlas. Estas doctrinas, como todos los clasicos, no deben ser simplemente aprendidas de memoria y recitadas sin comprenderlas, porque esto también es una interpretacién, que en el contexto de hoy deforma su significado y la fe cristiana misma. La interpretacién de estas doctrinas que hemos propuesto aqui esta fundada de dos maneras sobre una concepcién de los simbolos religio- sos. Primera: la nocién de que todo lenguaje religioso es simbélico. Por tanto, los decretos de Nicea y Calcedonia deben leerse en términos simbélicos que abran su significado religioso por medio de una apelacién a la trascendencia de la experiencia religiosa. Este lenguaje simbélico es ciertamente reducible a mas de una explicacién teolégica. Segunda: Jestis, que en tltimo término es el objeto de ambas doctrinas, es un simbolo religioso concreto e historico que media un contacto salvifico desde Dios y con Dios en la historia. La base de esta concepcién es el dato histérico del encuentro con Dios a través de Jestis por parte de los primeros discipulos. Este encuentro fue salvifico, y la cristologia del Nuevo Testamento es el registro del desarrollo de varias interpretacio- nes de Jestis sobre la base de este encuentro fundamental y perenne. La 312 LA INTERPRETACION DE NICEA Y DE CALCEDONIA génesis de la cristologia se reproduce en la estructura de la cristologia de cada época. La estructura misma de la fe cristiana es soteriolégica y cristologica, porque la fe cristiana es una unién con Dios mediada por un simbolo concreto, Jesucristo. Calcedonia y Nicea representan juntos de un modo formal la estruc- tura dialéctica de la fe cristiana: Jesucristo, un simbolo histérico de Dios, hace presente a Dios en la historia. Jess de Nazaret era un ser humano con una existencia e identidad humanas consustanciales con nosotros. Pero Jestis, como el simbolo religioso que constituye la fe cristiana, hace presente a Dios en el mundo. Nicea representa y defiende la dimensién divina de Jesucristo; Calcedonia reafirma su existencia integramente humana. Nicea tuvo lugar antes que Calcedonia porque los accidentes de la historia impulsaron formal y seriamente una interpretacién errénea: que el Dios verdadero no se habia hecho presente en Jestis. Calcedonia tuvo lugar después que Nicea porque una linea dominante de la inter- pretacion amenazo con representar a Jess como un ser humano distinto a nosotros. Calcedonia tuvo que proclamar el hecho de que Jesus es consustancial con nosotros. Sin embargo, en nuestra propia época tan histéricamente consciente, la légica de la cristologia comienza casi evi- dentemente con Jestis y presupone su humanidad integra. Asi fue como se originé en realidad la cristologia. La doctrina problematica concierne a la realidad de Jesis como ser divino en su capacidad de mediar la salvacién de Dios*’. En ultimo término, por tanto, el significado simbé- lico normativo, dotado de autoridad, de Calcedonia y Nicea implica la necesaria tension dialéctica entre Jesus como ser humano y su realidad divina, porque él es el mediador de Dios y de su salvacion. Concluimos asi una consideracién demasiado breve de las formas clasicas de la teologia y las doctrinas cristolégicas fundamentales. Junto con los datos de la Escritura, este tratamiento nos proporcionara el trasfondo para una soteriologia y cristologia constructivas en nuestros dias. 313

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