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OBSTETRICIA
Williams
OBSTETRICIA
24ª EDICIÓN
Traducción:
Martha Elena Araiza Martínez
José Rafael Blengio Pinto
José Luis González Hernández
Anahí Hurtado Chong
Ana Ma. Pérez Tamayo
Gerente editorial: Javier de León Fraga
Editora de desarrollo: Norma Leticia García Carbajal
Supervisora de producción: Ángela Salas Cañada
NOTA
La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se reque-
rirán cambios de la terapéutica. El(los) autor(es) y los editores se han esforzado para que los cuadros
de dosificación medicamentosa sean precisos y acordes con lo establecido en la fecha de publicación.
Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios en la medicina, ni los editores ni cualquier
otra persona que haya participado en la preparación de la obra garantizan que la información contenida
en ella sea precisa o completa, tampoco son responsables de errores u omisiones, ni de los resultados
que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de datos, por ejemplo, y de
manera particular, habrá que consultar la hoja informativa que se adjunta con cada medicamento, para
tener certeza de que la información de esta obra es precisa y no se han introducido cambios en la dosis
recomendada o en las contraindicaciones para su administración. Esto es de particular importancia con
respecto a fármacos nuevos o de uso no frecuente. También deberá consultarse a los laboratorios para
recabar información sobre los valores normales.
WILLIAMS OBSTETRICIA
24a EDICIÓN
DERECHOS RESERVADOS © 2015, 2011, 2006, 2002, 1998, 1994, 1990, 1986, 1970, 1962, respecto a la décima edición en español por,
McGRAW-HILL INTERAMERICANA EDITORES, S. A. de C. V.
Prolongación Paseo de la Reforma 1015, Torre A, Piso 16, Col. Desarrollo Santa Fe,
Delegación Álvaro Obregón
C. P. 01376, México, D. F.
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana Reg. No. 736
ISBN: 978-607-15-1277-2
ARR 06/15
1234567890 2346789015
Impreso en China Printed in China
EDITORES
v
EDITORES ASOCIADOS
COLABORADORES
vi
DEDICATORIA
Éstos son tiempos complicados para la medicina académica. Son en particular fastidiosos para los
departamentos de obstetricia y ginecología. En combinación con las rigurosas limitaciones al
patrocinio, existe una supervisión molesta, a veces con regulaciones sin sentido, además de una
multitud de formatos y papeleo que nos impone una burocracia abultada que además sigue cre-
ciendo. A pesar de estas dificultades en apariencia abrumadoras, los jefes de los departamentos
académicos y los directores de los programas de residencia resisten y mantienen el énfasis en los
principios básicos que son fundamentales para la capacitación académica. Es a estos incondicio-
nales individuos que dedicamos esta 24ª edición de Williams Obstetricia.
vii
Contenido xiii
APÉNDICE
xvii
xviii Reconocimientos
de nuestras ediciones. Su organización y eficiencia no tienen Finalmente, pero no en último lugar, reconocemos nuestra
rival. sustancial deuda con las mujeres que nos dejaron participar en
Nuestro libro adquirió su forma final bajo la atención vigi- su atención. El conocimiento clínico y las múltiples ilustracio-
lante de nuestros compositores en Aptara, Inc. Agradecemos a la nes presentadas en este libro no habrían sido posibles sin su espí-
Srta. Indu Jawwad por sus talentos para la diestra coordinación ritu colaborador para ayudarnos a aumentar nuestro conoci-
y la supervisión de la composición. Su atención dedicada a los miento obstétrico. También nuestro sincero y entusiasta aprecio
detalles y la organización fueron vitales para completar nuestro por nuestras familias y amigos. Sin su paciencia, generosidad y
proyecto. También en Aptara, el Sr. Mahender Singh cumplió aliento, esta tarea habría sido imposible.
una tarea crucial en el control de calidad, y ayudó a crear el
hermoso diseño de los capítulos para resaltar nuestro contenido Los editores
de manera estética e informativa.
2
CAPÍTULO 1
Aspectos generales
de la obstetricia
CAPÍTULO 1
Factores de riesgo en el embarazo. Ejemplos: antecedentes por 1 000 nacidos vivos.
de parto prematuro o eclampsia Tasa de mortalidad perinatal. Número de óbitos más los falle-
Procedimientos obstétricos. Ejemplos: glucólisis, cerclaje, cimientos neonatales por 1 000 nacimientos totales.
versión cefálica externa Muerte infantil. Todos los decesos de recién nacidos vivos
Trabajo de parto. Ejemplos: presentación diferente a la cefálica, desde el nacimiento hasta los 12 meses de vida.
administración de glucocorticoides para maduración Tasa de mortalidad infantil. Número de menores de un año
pulmonar fetal, antibióticos durante el trabajo de parto muertos por 1 000 nacidos vivos.
Parto. Ejemplos: parto vaginal quirúrgico fallido, prueba Bajo peso al nacer. Recién nacido con peso <2 500 g.
de trabajo de parto con cesárea previa Muy bajo peso al nacer. Recién nacido con peso <1 500 g.
Recién nacido. Ejemplos: ventilación mecánica, tratamiento Peso extremadamente bajo al nacer. Recién nacido con peso
con surfactante, anomalías congénitas <1 000 g.
Recién nacido a término. Producto nacido en cualquier mo-
mento después de cumplir 37 semanas de gestación y hasta las
42 semanas (260 a 294 días).
tación deberían registrarse como tales; en ocho estados, se repor-
Recién nacido prematuro. Un recién nacido antes de las 37
tan todos los productos de la concepción como muertes fetales; y
semanas de gestación (259 días de gestación).
todavía en otros se usa un peso mínimo de 350 a 400 g o 500 g al
Recién nacido postérmino. Es el recién nacido en cualquier mo-
nacer para definir la muerte fetal. Para aumentar la confusión en
mento después de la semana 42, es decir, después del día 295.
los National Vital Statistics Reports se tabula la muerte fetal como
Aborto. Un feto o embrión retirado o expulsado del útero
aquella que ocurre a las 20 semanas de gestación o más (CDC,
durante la primera mitad del embarazo, de 20 semanas o
2009). No obstante, el percentil 50 para el peso fetal a las 20 se-
menos, o bien en ausencia de criterios de fechado precisos,
manas se aproxima a los 325 a 350 g, cifra considerablemente
aquel que pesa <500 g al nacer.
menor que la definición de 500 g. De hecho, un peso al nacer de
Inducción del término del embarazo. La interrupción volun-
500 g corresponde al percentil 50 para las 22 semanas.
taria de un embarazo intrauterino con el intento diferente al
Las definiciones recomendadas por el NCHS y los CDC son
de tener un recién nacido vivo y que no culmina con éste.
las siguientes:
Esta definición excluye la retención del producto de la con-
Periodo perinatal. Lapso posterior al nacimiento de un feto des- cepción después de la muerte fetal.
pués de 20 semanas de gestación y que concluye a los 28 días Muerte materna directa. La muerte de la madre que resulta de
de edad posnatal. Cuando las tasas perinatales se basan en el complicaciones obstétricas del embarazo, el trabajo de parto
peso al nacer más que en la edad gestacional, se recomienda o el puerperio así como de intervenciones, omisiones, trata-
que el periodo perinatal se defina a partir de los 500 g. miento incorrecto o una cadena de sucesos que son conse-
Nacimiento. Expulsión o extracción completa de un feto de la cuencia de cualesquiera de esos factores. Un ejemplo es la
madre después de las 20 semanas de gestación. Como se des- muerte materna por hemorragia luego de la rotura uterina.
cribió antes, en ausencia de criterios de datos precisos, los Muerte materna indirecta. Un deceso materno que no se debe
fetos que pesan <500 g no suelen considerarse nacimientos, de manera directa a una causa obstétrica. El fallecimiento es
sino más bien abortos, para fines de estadísticas vitales. consecuencia de una enfermedad preexistente o que se desa-
Peso al nacer. Peso de un recién nacido determinado inmedia- rrolla durante el embarazo, trabajo de parto o puerperio, y
tamente después de nacer o tan pronto como sea factible. Tal que se agrava por las modificaciones fisiológicas inducidas
peso debería expresarse hasta la cifra en gramos más cercana. por el embarazo. Un ejemplo es la muerte materna por com-
Tasa de nacimientos. Número de nacidos vivos por 1 000 habi- plicaciones de la estenosis de válvula mitral.
tantes. Muerte no obstétrica. Fallecimiento de la madre que es pro-
Tasa de fecundidad. Número de nacidos vivos por 1 000 muje- ducto de causas accidentales o incidentales no vinculadas
res entre 15 y 44 años de edad. con el embarazo. Un ejemplo es la muerte por un accidente
Nacido vivo. Denominación usada para registrar un naci- automovilístico o un cáncer concomitante.
miento siempre que el recién nacido haya respirado en forma Tasa de mortalidad materna. Número de muertes maternas
espontánea después del nacimiento o muestre cualquier otro generadas por el proceso reproductivo por 100 000 nacidos
signo de vida, como el latido cardiaco o movimientos mus- vivos. Los términos tasa de mortalidad materna o tasa de
culares espontáneos voluntarios definidos. Los latidos car- muertes maternas son de uso más frecuente pero menos pre-
diacos deben distinguirse de las contracciones cardiacas tran- cisos. El término tasa resulta más preciso, porque incluye en
sitorias, y las respiraciones de los esfuerzos respiratorios o las el numerador la cifra de muertes independientemente del
boqueadas fugaces. resultado del embarazo, por ejemplo, nacidos vivos, óbitos
Óbito o muerte fetal. Ausencia de signos de vida al nacer o fetales y embarazos ectópicos, en tanto el denominador
después. incluye el número de nacidos vivos.
Muerte neonatal hebdomadaria. Muerte de un recién nacido Muerte relacionada con el embarazo. La muerte de una mujer
vivo durante los primeros siete días de vida. por cualquier causa durante la gestación o en el primer año
Muerte neonatal tardía. Muerte de un recién nacido vivo des- después de la conclusión de ésta, independientemente de la
pués de los siete días, pero antes de los 29 días de nacido. duración y el sitio del embarazo.
4 Generalidades
nado por los efectos fisiológicos o farmacológicos de la ges- Nacidos vivos 4 248 000 (65)
tación y que después causó la muerte. Abortos inducidos 1 212 000 (18)
Abortos espontáneos 1 118 000 (17)
Embarazos totales 6 578 000 (100)
EMBARAZOS EN ESTADOS UNIDOS
Datos obtenidos de Ventura, 2012.
■ Tasas de embarazo
Se han utilizado datos de diversas fuentes para proveer la
siguiente revisión de los embarazos en dicho país durante los
primeros dos decenios del siglo xxi. De acuerdo con los Centers abortos de los CDC en 45 estados, en combinación con los datos
for Disease Control and Prevention, la tasa de fertilidad en Esta- del Guttmacher Institute sobre aborto inducido. Tales datos se
dos Unidos en 2011 para mujeres entre 15 y 44 años de edad fue han recolectado desde 1976. Si son tabulados los totales anuales
de 63.2 nacidos vivos por 1 000 mujeres (Sutton, 2011). Como de 1976 a 2008, podría calcularse que casi 46 657 000 mujeres
se muestra en la figura 1-1, esta tasa inició una tendencia lenta en Estados Unidos optaron por el aborto inducido desde la lega-
hacia el descenso en el año de 1990 y hoy en día ha disminuido lización del aborto basado en el caso Roe vs. Wade (cap. 18, pág.
aún más por la sustitución de nacimientos, lo que indica una 363). Así, poco más de 46 millones de mujeres estadounidenses
declinación de la población (Hamilton, 2012). En el año 2011 han elegido el aborto legal. Como se revisa más adelante, esto
hubo 3.9 millones de nacimientos y esto constituye la tasa de proporciona fuertes argumentos para facilitar el acceso a la pla-
nacimientos más baja jamás registrada en Estados Unidos con nificación familiar.
una cifra de 12.7 × 1 000 habitantes. La tasa de nacimientos
disminuyó para todos los principales grupos étnicos y raciales,
para adolescentes y mujeres solteras y para mujeres entre 20 y INDICADORES DE LA ATENCIÓN OBSTÉTRICA
24 años de edad. Para mujeres mayores de 30 años de edad, la
tasa permaneció sin cambios o se incrementó ligeramente. Casi
■ Mortalidad perinatal
la mitad de todos los recién nacidos en el año 2010 en Estados Hay diversos indicadores (varios de los cuales se describieron
Unidos pertenecieron a minorías: latinoamericanos, 25%; esta- antes en las definiciones de Estadísticas vitales) que se utilizan
dounidenses de raza negra, 14%, y estadounidenses de origen como referencia para los resultados obstétricos y perinatales a fin
asiático, 4% (Frey, 2011). de valorar la calidad de la atención.
En el cuadro 1-2 se muestra el número total de embarazos y Como se definió antes, la tasa de mortalidad perinatal incluye
sus resultados en 2008. De los 6 578 000 embarazos totales, la el número de nacidos muertos y los fallecimientos neonatales por
mayor parte (65%) concluyeron con nacidos vivos. De los naci- 1 000 nacimientos totales. De acuerdo con los National Vital Sta-
mientos en Estados Unidos, casi 37% fueron no intencionales al tistics Reports de MacDorman et al. (2012a), la tasa de mortali-
momento de la concepción (Mosher, 2012). Es importante que dad perinatal en 2006 fue de 10.5 por 1 000 nacimientos (fig.
la proporción general de nacimientos no planificados no ha dis- 1-2). Hubo 25 972 muertes fetales con embarazos de 20 semanas
minuido en forma significativa desde 1982. Las mujeres solte- o más. Las muertes fetales con 28 semanas o más de gestación
ras, las de raza negra y aquellas con bajo nivel educativo o eco- han disminuido desde 1990, mientras que las tasas para 20 a
nómico tienen mayor probabilidad de tener un embarazo no 27 semanas de gestación han permanecido estacionarias (fig.
planificado. Esto indica, que de los embarazos restantes en el 1-3). A forma de comparación, hubo un total de 19 041 muer-
año 2008, 35% de los casos correspondieron de manera casi tes neonatales en 2006, lo que significa que casi 60% de las
equitativa entre abortos espontáneos o inducidos. La informa- muertes perinatales en Estados Unidos fueron fetales. Así, se
ción sobre abortos inducidos se basa en los datos de vigilancia de observa que las muertes fetales han eclipsado las muertes neona-
tales como causa de mortalidad perinatal.
14 100
CAPÍTULO 1
12 75
10 50
8 25
6
1950 1960 1970 1980 1990 2000
0
1990 1995 2000 2005 FIGURA 1-4. Tasas de mortalidad materna para Estados Unidos,
2006 1950-2003 (datos tomados de Berg, 2010; Hoyert, 2007).
■ Mortalidad materna
las 32 semanas de gestación. El porcentaje de muertes infantiles Como se muestra en la figura 1-4, las tasas de mortalidad
relacionadas con parto prematuro se incrementó de 34.6% en materna han disminuido de manera espectacular en Estados
el año 2000 a 36.5% para 2005. Cuando se analiza con base en el Unidos durante el siglo xx. El embarazo y el trabajo de parto
peso al nacimiento, dos terceras partes de las muertes infantiles nunca han sido más seguros para las mujeres en ese país. De
ocurrieron en recién nacidos con bajo peso al nacimiento. De hecho, las tasas de muertes relacionadas con el embarazo son tan
particular interés son aquellos casos de productos con pesos poco comunes que se miden por 100 000 nacidos. Desde 1979
<500 g, para los cuales hoy en día pueden ofrecerse cuidados en los CDC han llevado datos sobre las defunciones relacionadas
las unidades de cuidados intensivos neonatales. En el año 2001, con el embarazo en su Pregnancy Mortality Surveillance System
hubo 6 450 nacidos vivos con peso <500 g, pero 86% de estos (Mackay, 2005). En el reporte más reciente, Berg et al. (2010)
productos falleció durante los primeros 28 días de vida. De los describieron 4 693 muertes relacionadas con el embarazo durante
1 044 niños que sobrevivieron los primeros 28 días de vida, hubo el periodo de ocho años de 1998 a 2005. Casi 5% fueron muer-
934 que vivieron al menos un año. Así, sólo 14% de todos los tes en etapas tempranas por complicaciones del embarazo ectó-
recién nacidos con peso <500 g sobrevivió al periodo de lactancia. pico o del aborto. La tríada letal obstétrica que consiste en
En los supervivientes son comunes las secuelas neurológicas y del hemorragia, preeclampsia e infección explicó una tercera parte
desarrollo (cap. 42, pág. 832). de todas las defunciones (cuadro 1-3). Otra tercera parte se
Hace más de una década St. John et al. (2000) calcularon el explica por tromboembolia, miocardiopatía y otras enfermeda-
costo total de la atención de un recién nacido en Estados Unidos des cardiovasculares (fig. 1-5). Otros factores significativos en
en 10.2 mil millones cada año. Casi 60% de estos costos se atri-
es
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5 15
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Ca
Tasa por 1 000 nacidos vivos y muertes
Pr
em
ó
io
12.5 12.3
ci
12.4
M
bo
c
fetales en el grupo especificado
fe
om
11.5
In
Tr
10.7
10.2
4 10
28 semanas o más
Porcentaje
20 a 27 semanas
3
5
0
1990 1995 2000 2005
2006 Causas de muertes relacionadas con el embarazo
FIGURA 1-3. Tasas de mortalidad fetal por periodo de gestación: FIGURA 1-5. Seis causas comunes de muertes maternas para Estados
Estados Unidos, 1990-2006 (tomada de MacDorman, 2012a). Unidos, 1998-2005 (datos tomados de Berg, 2010).
6 Generalidades
175
CUADRO 1-3. Causas de muertes maternas relacionadas con
Caucásicas
n = 4 200 n = 4 693 70
Causa de la muerte (%) (%)
60
Embolia 19.6 10.2
Hemorragia 17.2 12.5 50
Hipertensión gestacional 15.7 12.3 40
Infección 12.6 10.7
30
Otras relacionadas con el 34.1 33.2
embarazo 20
Miocardiopatía 8.3 11.5
10
Apoplejía 5.0 6.3
Anestesia 1.6 1.2
+
9
9
9
4
5
40
Otrase 19.2 14.2
–3
–1
–2
–2
<1
–3
35
15
25
20
30
Se desconoce 0.7 2.1
Edad en años
a Datos obtenidos de los Centers for Disease Control and Prevention FIGURA 1-6. Razón de mortalidad materna/defunciones por 100 000
publicados por Chang et al. (2003). nacidos vivos, por edad con base en el grupo étnico para Estados
b Datos de la Organización Mundial de la Salud según Berg et al. (2010).
c Incluye abortos y embarazos ectópicos. Unidos, 1998-2005 (datos tomados de Berg, 2010).
d No incluye abortos ni embarazos ectópicos.
e Incluye trastornos cardiovasculares, pulmonares, neurológicos y otros
CAPÍTULO 1
Administración de fármacos 33 cer mamario tuvieron una posibilidad de fallecer hasta de 50%
Identificación del paciente 19 más, en comparación con las mujeres aseguradas. En el año
Errores o retraso en exámenes de laboratorio 11 2008 había más de 17 millones de mujeres estadounidenses
Falta de respuesta 10 entre 18 y 64 años de edad, no aseguradas. De la misma forma,
Falla en el seguimiento de una política 9 las mujeres sin seguro de salud tuvieron 60% más riesgo de cán-
Errores en la elaboración de gráficos 6 cer cervicouterino en etapas avanzadas. La falta de seguro
Falla del equipo 6 médico tiene efectos graves en la mujer embarazada. Aquellas
Caídas 5 sin seguro tienen un riesgo de 31% más elevado de resultados
Información de transferencia 5 adversos, como parto prematuro, muerte neonatal y mortalidad
Error médico 3 materna. De las mujeres estadounidenses entre 18 y 64 años de
Otros ∼5 edad, en un estudio reciente en 11 países industrializados, 43%
omitió acudir con un médico o no tomó fármacos por el costo
a El resultado es de más de 100%, porque en algunos casos ocurrieron
(Robertson, 2012). Éste fue el porcentaje más elevado de los 11
varios eventos. países estudiados. En comparación, sólo 7% de las mujeres bri-
Datos tomados de Clark, 2012.
tánicas y 17% de las mujeres canadienses y francesas omitieron
buscar atención sanitaria por los costos. De los 11 países estu-
la Nationwide Inpatient Sample de 1998 a 2009 (Callaghan, diados, sólo en Estados Unidos se carece de un seguro de salud
2012). Se emplearon códigos selectos de la International Classi- universal.
fication of Diseases, 9th Revision, Clinical Modification (ICD- También existen consecuencias geopolíticas de tal incremento
9-CM) para tabular ciertas causas de morbilidad grave. En el de los resultados adversos para las mujeres estadounidenses. La
cuadro 1-5 se enumeran las frecuencias de algunas de las com- Organización Mundial de la Salud analizó las tasas de mortalidad
plicaciones encontradas más a menudo. Estos investigadores neonatal en 2009 para 193 países (Oestergaard, 2011). Estados
reportaron que por cada 10 000 de los casi 50 millones de muje- Unidos estaba clasificado en el lugar 41 en el año 2009, después
res embarazadas, 129 tuvieron al menos un indicador de morbi- de haberse clasificado en el lugar número 28 en 1990. La tasa de
lidad grave. Así, para cada muerte materna, casi 200 mujeres muertes neonatales más elevada en el mundo ocurre en Afganis-
experimentaron morbilidad grave. tán, donde uno de cada 19 bebés falleció antes del primer mes de
vida. Con fines de comparación, en Estados Unidos falleció uno
de cada 233 recién nacidos. Esto es con mucho mejor en compa-
TEMAS DE ACTUALIDAD EN OBSTETRICIA ración con la clase de Afganistán, pero no es tan buena como la
tasa de Japón (una defunción en 909 nacimientos), Francia (uno
■ Atención médica para mujeres y sus hijos en 455), Lituania (uno en 385) o Cuba (uno en 345). Algunas
Diversos temas se han encontrado en el interés del personal que razones dadas por las autoridades de Estados Unidos incluyen
proporciona cuidados obstétricos en los últimos cuatro años, aspectos como la dificultad para tener acceso a la atención prena-
tal, lo que contribuye a la elevada tasa de partos prematuros.
Se han observado cambios espectaculares en la atención a la
CUADRO 1-5. Entidades patológicas obstétricas salud de la mujer con respecto a los procedimientos obstétricos
identificadasa durante casi 50 millones de hospitalizaciones y ginecológicos durante los últimos 30 años en Estados Unidos.
por trabajo de parto en Estados Unidos, 1998-2009 En la figura 1-7 se muestran las tasas por 1 000 mujeres adultas
Categoría estadounidenses para los procedimientos ginecológicos más
comunes realizados entre 1979 y 2006. Las tasas se ajustaron
Transfusiones
para la edad a fin de corregir los cambios poblacionales con el
Eclampsia
Histerectomía
paso del tiempo. La disminución notable en las tasas de proce-
Cirugía cardiaca
dimientos ginecológicos parece deberse en gran medida al cam-
Enfermedades cerebrovasculares bio en los criterios para tales procedimientos. Los cambios en
Complicaciones de la anestesia los criterios fueron consecuencia del movimiento de organiza-
Edema pulmonar ción para conservación de la salud (Health Maintenance Organi-
Ventilación mecánica zation, HMO) en el decenio de 1980. Con esto, las compañías
Síndrome de insuficiencia respiratoria aseguradoras de cuidado para la salud de todos los tipos ejercie-
Septicemia ron un mayor control sobre las indicaciones para estos procedi-
Insuficiencia cardiaca mientos. En la figura 1-8 se muestran las tasas por 1 000 muje-
Insuficiencia renal res adultas para procedimientos obstétricos, también en el
Coagulopatía periodo de 1979 a 2006. El uso de la episiotomía disminuyó de
Choque hemorrágico forma espectacular al igual que las tasas de nacimiento vaginal
quirúrgico. La operación cesárea por 1 000 mujeres se incre-
a Trastornos identificados con base en los códigos de la International mentó en gran medida. Estos cambios en las tasas se pueden ver
Classification of Diseases, 9th Revision, Clinical Modification (ICD-9-CM). con mayor detalle en los capítulos 27, 29 y 30, los cuales revisan
Datos tomados de Callaghan, 2012.
los métodos para resolución del embarazo.
8 Generalidades
1 de enero de 2013
Se inician los subsidios federales para prescripciones
15 de diciembre de 2012 comerciales en situaciones donde no hay cobertura por Medicare.
CAPÍTULO 1
Los estados deben indicar
su intención para desarrollar Inicia incremento a dos años en los pagos de Medicaid para
un seguro de intercambio estatal. 1 de enero de 2018
la atención primaria (hacia la tasa actual de pago por Medicare).
Se imponen impuestos
a los planes de
Inicio del piloto nacional de Medicare para la expansión
aseguramiento
de los pagos.
de alto costo.
1 de enero de 2014
15 de febrero de 2013 Intercambios de la cobertura de seguros, con subsidios federales para
Los estados deben indicar su intención los individuos no asegurados, quedando en efecto la obligatoriedad individual.
para optar por un sistema de
intercambio federal-estatal o federal. Inicia la expansión opcional de Medicaid.
Se reducen los pagos hospitalarios Sanciones económicas a los grandes empleadores que no ofrezcan
desproporcionados y compartidos aseguramiento.
por Medicare y Medicaid.
FIGURA 1-9. Cronograma para la implementación de las disposiciones del Patient Protection and Affordable Care Act (tomada de Oberlander,
2012; con autorización).
alrededor de 30 millones de estadounidenses permanecerían sin 4. Inducción del trabajo de parto a término o cerca del tér-
seguro. Por estas y varias razones fiscales (además de que los mino, con intenciones fallidas que contribuyen a la tasa de
autores no se declaran conocedores de economía) los autores, al cesáreas. Este tema se revisa en el capítulo 26 (pág. 524).
igual que Oberlander (2012) y otros aún tienen dudas con res-
No es posible medir con precisión la contribución de cada uno
pecto a los costos de contar con recursos adecuados para un
de estos componentes a la tasa más elevada de cesáreas de todos
“seguro de salud universal”.
los tiempos. El American College of Obstetricians and Gynecologists
y la Maternal-Fetal Medicine Units Network han atendido esto en
■ Incremento de la tasa de cesáreas un intento por limitar la tasa de incremento. El National Institute
of Child Health and Human Development convocó a la State-of-
En el año 2009, la tasa de cesáreas alcanzó el nivel más alto repor-
the-Science Conference en 2006, para proporcionar una valoración
tado en Estados Unidos, de 32.9% (CDC, 2013). Después de esa
a profundidad de la evidencia con respecto a la cesárea por solici-
fecha, parece que ha ocurrido una estabilización en la cifra. Este
tud de la madre. A la fecha, no se cuenta con guías basadas
aumento en la tasa total fue consecuencia del incremento en las
en evidencia. Reconociendo que las operaciones de repetición
tendencias de las tasas de cesárea de primera vez y de repetición.
constituyen un gran porcentaje de las operaciones cesáreas, los
Más de 90% de las mujeres con cesárea previa hoy en día son
National Institutes of Health (2010) convocaron a una conferencia
sometidas a un procedimiento de repetición. Las fuerzas que par-
de consenso denominada Vaginal Birth after Cesarean: New
ticipan en estos cambios en las tasas de cesárea son multifactoria-
Insights. Los resultados se revisan con detalle en el capítulo 31
les y complejas. A continuación se mencionan algunos ejemplos:
(pág. 609) pero con fines de resumen, se apoyan en un estudio de
1. La principal indicación para cesárea primaria es la distocia y trabajo de parto para muchas mujeres selectas con histerectomía
hay evidencia de que el diagnóstico se ha incrementado, lo previa por cesárea y se recomienda que esta opción se encuentre
que se revisa en el capítulo 23 (pág. 455). disponible. Es demasiado pronto para concluir si esta recomenda-
2. La reducción notable en los nacimientos vaginales después ción alterará de manera significativa la tasa de operación cesárea.
de cesárea (VBAC, vaginal births after cesarean) tiene rela-
ción estrecha con el riesgo de rotura uterina vinculada con el
trabajo de parto y con una incisión uterina previa. Esto se ■ Genómica
revisa con detalle en el capítulo 31. Los avances recientes en diagnóstico y pruebas fetales son en ver-
3. La controvertida cesárea por solicitud de la madre (CDMR, cesa- dad sorprendentes. En una publicación reciente del New England
rean delivery on maternal request) ha contribuido a dicho incre- Journal of Medicine, hubo otros reportes en los cuales se utilizaron
mento. Ésta se define como la realización de una operación técnicas de micromatriz multigénica prenatal para tratamiento
cesárea a término para un embarazo único por solicitud de la clínico (Dugoff, 2012). En los capítulos 13 y 14 se hace énfasis
madre en ausencia de cualquier indicación médica obstétrica en las ventajas de estas técnicas. Wapner et al. (2012) compararon
(Reddy, 2006), lo que se revisa en el capítulo 30 (pág. 589). los análisis de micromatriz multigénica de sangre materna con el
10 Generalidades
cariotipo en busca de anomalías cromosómicas. Reddy et al. Este reporte incrementó en gran medida el interés para medir
(2012) aplicaron esta tecnología a la valoración de mortinatos y los resultados en salud y los efectos adversos (Grobman, 2006).
reportaron que era mejor que el cariotipo. Un tercer reporte, ela- El Congreso estadounidense determinó que los reembolsos a
borado por Talkowski et al. (2012) describió la secuenciación del través de Medicare y Medicaid se deben indexar a resultados
SECCIÓN 1
genoma completo de un feto utilizando sangre materna. selectos en la atención de la salud. En específico, se ha propuesto
Agregada a estas posibilidades se encuentra la posibilidad de una amplia variedad de mediciones de referencia para valorar la
embriones “ordenados a la medida” (Cohen, 2013). Estos son calidad y seguridad de la atención obstétrica. Desde el punto de
unos cuantos ejemplos que ilustran el poder de la tecnología vista de los autores, uno de los mayores impedimentos para
genómica para establecer el diagnóstico fetal y posibles medidas obtener medidas significativas de atención obstétrica es el uso
terapéuticas. En esta coyuntura, hay complejos obstáculos por continuo de datos administrativos y financieros (en lugar de uti-
superar, pero con el rápido avance de estas tecnologías, el éxito lizar datos clínicos) para establecer las mediciones de los resulta-
está prácticamente asegurado. dos en la atención médica.
Los organismos reguladores por lo general valoran la calidad
hospitalaria utilizando resultados obstétricos derivados de bases
■ Expediente clínico electrónico
de datos administrativas (financiera) que no son diseñadas para
El incremento de los costos, las variaciones en la calidad y aspec- medir los resultados clínicos. En consecuencia, la Maternal-
tos de seguridad del paciente son retos significativos para el sis- Fetal Medicine Units Network del National Institute of Child
tema de salud estadounidense. El expediente clínico electrónico Health and Human Development llevó a cabo un estudio sin pre-
se ha identificado como un método para el mejoramiento de la cedentes y sin paralelo sobre resultados obstétricos con base en
eficacia y eficiencia del personal sanitario (Jha, 2009). Los datos clínicos obtenidos de manera cuidadosa (Bailit, 2013). El
métodos para acelerar la adopción de la tecnología de la infor- propósito fue establecer un modelo con ajuste del riesgo para
mación han recibido apoyo por los dos partidos políticos en el cinco resultados obstétricos y con base en éstos determinar si el
Congreso estadounidense, y a través de la ley American Recovery desempeño hospitalario podía medirse con fiabilidad, de forma
and Reinvestment Act of 2009 se hizo de tal sistema una priori- que pudieran compararse los hospitales. Los resultados estudia-
dad nacional. Esto pronto se continuó con la ley Health Infor- dos incluyeron hemorragia puerperal, infección puerperal, lace-
mation Technology for Economic and Clinical Health (HITECH). raciones perineales graves, morbilidad neonatal y tromboembo-
Encuestas recientes indican que casi 50% de la práctica ambula- lia venosa. Este estudio incluyó a 115 502 pares de madre-hijo
toria y en hospitales en Estados Unidos hoy en día utilizan el tratados por tres años en 25 hospitales. Se obtuvieron datos clí-
expediente clínico electrónico. Esta legislación también intro- nicos del expediente médico con la participación de enfermeras
dujo el concepto de “uso significativo” del expediente clínico especialmente capacitadas para la investigación utilizando un
electrónico por el personal sanitario. Sin embargo, Classen y manual operativo previamente elaborado. El estudio demostró
Bates (2011) señalaron apropiadamente que el “uso significa- con claridad que existían diferencias entre los resultados obsté-
tivo” no necesariamente se equipara con “beneficios significati- tricos en diferentes hospitales, cuando se ajustaron clínicamente
vos”. Con base en la opinión del American College of Obstetri- para las características preexistentes de los pacientes, y que no
cians and Gynecologists (2010), se necesitan estudios de eficacia puede utilizarse para comparar con precisión entre las atencio-
para justificar la implementación segura de estos sistemas com- nes obstétricas en diferentes hospitales.
putarizados electrónicos de alto costo. ¿Qué significa esto? Significa que la práctica actual de clasificar
la atención obstétrica en diferentes hospitales con base en resulta-
■ Resultados de la investigación en salud dos aislados, como las laceraciones perineales de tercer o cuarto
Aunque los costos sanitarios per capita en Estados Unidos son los grado, es de poca utilidad cuando se utilizan datos precisos. Ade-
más elevados del mundo, los resultados de la atención a la salud más, el uso de hasta cuatro resultados obstétricos no mejoró la
con frecuencia se ubican detrás de los publicados por naciones capacidad para clasificar a los hospitales. Un hospital dado podría
que gastan menos. Un factor importante en esta disparidad obtener una calificación de primer lugar de 25 hospitales para un
parece ser el uso excesivo, insuficiente o inadecuado de los recur- resultado obstétrico y el lugar número 25 de 25 hospitales para
sos impulsados por bases racionales más que por cuidados a la otro resultado. Así, un hospital dado podría ser muy bueno y muy
salud basados en evidencias. Sepultado en las más de 2 400 pági- malo, dependiendo del resultado obstétrico analizado.
nas de la reforma de salud promulgada como ley por el presi-
dente Barack Obama, hay varias disposiciones que afectan la ■ Responsabilidad médica
investigación clínica (Kaiser, 2010). Dos se dirigen a determinar Desde el año 1991 al 2005, casi 12% de los ginecoobstetras
cuáles son las intervenciones de salud que funcionan mejor y a recibieron al menos una queja por negligencia por año (Jena,
identificar los conflictos económicos de los investigadores. Un 2011). El American College of Obstetricians and Gynecologists rea-
tercer aspecto se basa en la aceleración en el desarrollo de nuevos liza encuestas periódicas en sus afiliados con respecto a los efec-
fármacos. Las personas que apoyan esta propuesta esperan que tos de la responsabilidad en su práctica médica habitual. La
los estudios de investigación mejoren la calidad y reduzcan los 2012 Survey on Professional Liability es la undécima encuesta
costos de la atención en salud al identificar mejores tratamientos. realizada desde 1983 (Klagholz, 2012). La encuesta refleja la
Los autores apoyan este esfuerzo y de hecho, son de la opinión experiencia de más de 9 000 miembros; 58% de los asociados
que la medición sistemática y prospectiva de los resultados en la respondieron a algunos aspectos del entorno de responsabilidad
atención sanitaria y su relación con los tratamientos prescritos profesional que han alterado su práctica médica desde la última
debe ser un requisito continuo para la práctica de la medicina. encuesta. No existen dudas de que no todos los cambios fueron
Mucha publicidad apareció después del reporte del Institute positivos. Entre los mencionados se incluyó la tasa de cesáreas,
of Medicine de la publicación To Err Is Human (Kohn, 2000). menos pruebas de trabajo de parto después de una cesárea previa
Aspectos generales de la obstetricia 11
y disminución del número de pacientes de alto riesgo y de par- tos domiciliarios fue no planificados, es decir, fueron consecuen-
tos totales (Amon, 2014). Otros prefirieron renunciar por com- cia de parto accidental en el hogar y fueron atendidos por un
pleto a la práctica obstétrica. Algunos de estos cambios se han miembro de la familia o por personal médico técnico de urgen-
relacionado con estados con primas de aseguramiento por res- cias. ¿Es buena idea el parto domiciliario? Aquellos atendidos en
CAPÍTULO 1
ponsabilidad profesional más elevadas (Zwecker, 2011). Estados Unidos en el cual las mujeres no recibieron la atención
Así, en todos los sentidos, existe una “crisis de responsabili- por personal capacitado y certificado no pueden considerarse
dad profesional” y las razones para esto son complejas. Como como aceptables. No existen estudios clínicos con asignación al
depende en gran medida de dinero y política, es poco probable azar para valorar la seguridad del parto domiciliario (Olsen,
que ocurra algún consenso. Aunque algunos intereses se encuen- 2012). Los que apoyan los partos domiciliarios citan los resulta-
tran diametralmente opuestos, otros factores contribuyen a la dos exitosos de datos observacionales de países europeos como
complejidad de la crisis. Por ejemplo, cada estado tiene sus pro- Inglaterra y Holanda (Van der Kooy, 2011). Sin embargo, los
pias leyes y opiniones sobre la “reforma de agravios”. Mientras datos de Estados Unidos son menos convincentes e indican una
tanto, las demandas por responsabilidad profesional siguen elevada incidencia de morbilidad y mortalidad perinatal (Grüne-
siendo un tema delicado en obstetricia, ya que tiene un carácter baum, 2013, 2014; Wasden, 2014; Wax, 2010). Estos resultados
que intrínsecamente enfrenta a las dos partes y porque en oca- han llevado a Chervenak et al. (2013) a cuestionarse el aspecto
siones ocurren veredictos extravagantes que contribuyen a incre- ético de la participación en partos domiciliarios planificados.
mentar los costos de las primas de seguros de responsabilidad
civil. En algunos estados, las primas anuales para obstetras pue- ■ Servicios de planificación familiar
den alcanzar los 300 000 dólares estadounidenses, gastos que
son transferidos al menos en parte al paciente y por supuesto, a La política y la religión a lo largo de los años han ocasionado
la totalidad del sistema de salud. Los problemas relacionados varias interferencias gubernamentales con los derechos repro-
con la responsabilidad médica son enormes; para el año 2008 ductivos de la mujer. Estas inclusiones han afectado de manera
los costos de responsabilidad civil en Estados Unidos ascendie- dispar a las mujeres indigentes y adolescentes. Un ejemplo fue la
ron a casi 255 mil millones de dólares. Esto corresponde a una decisión por el Congreso en 1998 para el Title X Parental Noti-
cifra sorprendente que alcanza el 1.8% del Producto Interno fication Act. Reddy et al. (2002) estimaron que esta ley tendría
Bruto y que corresponde en promedio a 838 dólares por ciuda- efectos disuasivos en casi la mitad de las mujeres adolescentes
dano estadounidense (Towers Perrin, 2009). Annas (2013) menores de 17 años de edad que buscaban servicios anticoncep-
publicó una revisión interesante de dos siglos de historia de la tivos y atención para enfermedades de transmisión sexual.
negligencia médica. Curiosamente, el autor compara los juicios Otro ejemplo es la lucha por la anticoncepción de urgencia,
por negligencia médica con la ballena blanca de la obra Moby- y de modo más específico por la píldora del día siguiente (cap.
Dick de Melville: ¡el mal, ubicuo y aparentemente inmoral! 38, pág. 714). Los esfuerzos iniciaron en el año 2004 cuando la
El American College of Obstetricians and Gynecologists ha administración de Bush intentó restringir la aplicación del Plan
tomado el liderazgo en la adopción de un sistema justo para las B mediante la venta sin receta a mujeres de 17 años y menores,
demandas por negligencia médica o litigios por incidentes des- esfuerzos que fueron condenados por editoriales en el New
afortunados. El Committee on Professional Liability publicó varios England Journal of Medicine (Drazen, 2004; Steinbrook, 2004).
documentos relacionados que ayudan a sus agremiados a enfren- Estos problemas no se resolvieron hasta abril de 2013, cuando
tar con la tensión emocional que acompaña a las demandas y un juez federal en Nueva York ordenó a la Food and Drug Admi-
que proporcionan recomendaciones para que el obstetra pro- nistration que se pusieran a disposición medidas anticonceptivas
porcione un testimonio experto y también ofrece recomenda- de urgencia de venta sin receta para todas las mujeres, sin impor-
ciones para informar eventos adversos (American College of Obs- tar la edad. La decisión fue aplaudida con rapidez por el Ameri-
tetricians and Gynecologists, 2013c,d,e). can College of Obstetricians and Gynecologists (2013f ). La deci-
Es probable que pronto ocurra una reforma nacional de res- sión fue publicada en un editorial como “Prevalece la ciencia” en
ponsabilidad profesional, impulsada en alguna forma por la una publicación subsiguiente de la revista Nature (2013).
cobertura de seguro médico universal. El presidente Obama, en Quizá el ejemplo más escandaloso de la intromisión guberna-
su comunicado a la American Medical Association en 2009, mental federal y estatal en los derechos reproductivos de la mujer
indicó que podía negociarse una reforma nacional sobre respon- es la poca disponibilidad, muy común, de fondos federales para
sabilidad por negligencia médica. El congresista estadounidense servicios de planificación familiar para mujeres indigentes. Esto
Michael Burgess (un ginecoobstetra) solicitó al presidente que ocurre pese a todos los reportes de un éxito notable de tales pro-
reafirmara su compromiso. Los autores aplauden estos esfuerzos gramas. De acuerdo con el Guttmacher Institute los servicios de
y desean que tengan éxito. planificación familiar financiados con fondos públicos en 2010
evitaron casi 2.2 millones de embarazos no deseados y 760 000
abortos en Estados Unidos. Dicho instituto concluye que sin
■ Nacimientos en el domicilio
tales fondos la tasa de abortos habría sido casi dos terceras partes
Después de una ligera reducción de 1990 a 2004, con base en las más elevada para todas las mujeres y casi 70% más elevada para
National Center for Health Statistics, el porcentaje de nacimientos adolescentes (Frost, 2013). El American College of Obstetricians
en el domicilio en Estados Unidos se incrementó de 0.56 a and Gynecologists (2012) revisó en fechas recientes éstas y otras
0.72% (un aumento de 70%) para el año 2009 (MacDorman, barreras para el acceso a la anticoncepción de urgencia.
2012b). Pero como ocurre a menudo con el análisis de datos, “el
diablo está en los detalles”. Sólo 62% de estos 24 970 partos en
domicilio fueron atendidos por parteras; 19% fueron atendidos ■ Aborto
por enfermeras tituladas en obstetricia y 43% fueron parteras Persiste el hecho de que hasta 20% de los embarazos en Estados
con entrenamiento formal mínimo. El restante 38% de los par- Unidos terminan con un aborto programado (cuadro 1-1). De
12 Generalidades
acuerdo con el American College of Obstetricians and Gynecolo- Clark SL, Belfort MA, Dildy GA, et al: Maternal death in the 21st century:
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SECCIÓN 1
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16
CAPÍTULO 2
Anatomía materna
PARED ABDOMINAL ANTERIOR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 fascia de Colles (pág. 22). Como resultado, la infección perineal
o la hemorragia superficial a la fascia de Colles tiene la capaci-
ÓRGANOS REPRODUCTORES EXTERNOS . . . . . . . . . . . . . 18 dad de extenderse hacia arriba hasta afectar las capas superficia-
les de la pared abdominal.
ÓRGANOS REPRODUCTORES INTERNOS . . . . . . . . . . . . . 25
Debajo de la capa subcutánea, los músculos de la pared
ANATOMÍA MUSCULOSQUELÉTICA DE LA PELVIS . . . . . . . 31 abdominal anterior consisten en el músculo recto del abdomen
en la línea media, piramidal, oblicuos externos, oblicuos inter-
nos y transversal del abdomen, que se extiende a través de toda
la pared (fig. 2-1). Las aponeurosis fibrosas de los tres últimos
La comprensión de la anatomía de la pelvis y la pared abdomi- músculos forman la aponeurosis primaria de la pared abdominal
nal inferior femeninas es indispensable para la práctica obsté- anterior. Éstas se fusionan en la línea media, en la línea alba, que
trica. Aunque lo normal es que existan relaciones consistentes en condiciones normales mide 10 a 15 mm de ancho debajo del
entre estas estructuras, puede haber una notoria variación en las ombligo (Beer, 2009). Una separación más amplia de lo normal
estructuras anatómicas de cada mujer. Esto es en especial válido refleja diastasis de recto o hernia.
para los principales nervios y vasos sanguíneos. Estas tres aponeurosis también cubren el músculo recto del
abdomen como la fascia del recto. La estructura de esta vaina
varía por arriba y por debajo de un umbral llamado línea
PARED ABDOMINAL ANTERIOR arqueada (fig. 2-2). En sentido cefálico a este límite, las aponeu-
■ Piel, capa subcutánea y aponeurosis rosis cubren las superficies dorsal y ventral de los segmentos del
recto abdominal. En dirección caudal a esta línea, todas las apo-
La pared abdominal anterior se limita a las vísceras abdomina- neurosis son ventrales o superficiales al músculo recto del abdo-
les, se distiende para alojar al útero en crecimiento y provee men y sólo la delgada fascia transversal y el peritoneo se encuen-
acceso quirúrgico a los órganos reproductores internos. Así, se tran debajo del músculo recto (Loukas, 2008). Este cambio en
requiere un conocimiento amplio de las capas de esta estructura la composición de la vaina del recto se observa mejor con una
para el acceso quirúrgico a la cavidad peritoneal. incisión abdominal medial. Por último, los pequeños músculos
Las líneas de Langer describen la orientación de las fibras de piramidales triangulares pares se originan en la cresta pectínea,
la dermis en la piel. En la pared abdominal anterior, dichas líneas se insertan en la línea alba y se encuentran sobre el músculo
se disponen de manera transversa. Como resultado, las incisiones recto del abdomen, pero debajo de la vaina anterior del mismo.
cutáneas verticales crean una mayor tensión lateral y, por tanto,
en general dan lugar a cicatrices más anchas. En contraste, las
incisiones transversas inferiores, como la de Pfannenstiel, siguen ■ Riego sanguíneo
a las líneas de Langer y brindan mejores resultados estéticos. Las arterias epigástrica superficial, circunfleja iliaca y pudendas
La capa subcutánea puede dividirse en una capa superficial, externas nacen de la arteria femoral apenas debajo del arco crural
llamada fascia de Camper, la cual es adiposa de modo predomi- en la región del triángulo homónimo. Estos vasos suministran
nante, y una más profunda y membranosa, la aponeurosis de sangre a la piel y los planos subcutáneos de la pared abdominal
Scarpa. La fascia de Camper continúa hasta el perineo para pro- anterior y del monte de Venus. De importancia quirúrgica, los
porcionar sustancia adiposa al monte de Venus y labios mayores, vasos epigástricos superficiales transcurren de manera diagonal
y luego combinarse con la grasa de la fosa isquioanal. La fascia en dirección al ombligo. En una incisión cutánea transversa infe-
de Scarpa continúa en sentido inferior hasta el perineo como la rior, con frecuencia es posible identificar los vasos a una profun-
18 Anatomía y fisiología maternas
Tejido subcutáneo
M. oblicuo externo
M. oblicuo interno
M. transverso
A. y v. epigástricas Vaina posterior del recto
A del abdomen
inferiores (profundas)
Fascia transversal
Grasa preperitoneal
Peritoneo
Línea alba
Vaina anterior del recto
Aponeurosis del oblicuo externo
Fascia de Camper
Fascia de Scarpa
Fascia
B transversal
Lateral
(a. y v. epigástricas Medial
inferiores) (a. umbilical Mediano Aponeurosis unidas de los músculos
obliterada) (uraco) oblicuo interno y transverso del abdomen
FIGURA 2-2. Cortes transversales de la pared abdominal anterior arriba (A) y abajo (B) de la línea arqueada. (Tomada con autorización a partir
de Corton, 2012.)
núan con una dirección ventral. Estos dos nervios pasan en ubi- bién existen reportes de bloqueo de la vaina del recto o bloqueo
cación media a 2 a 3 cm de la espina iliaca anterosuperior y nervioso ilioinguinal-iliohipogástrico para disminuir el dolor
perforan el músculo oblicuo interno y transcurren superficiales posoperatorio (Mei, 2011; Sviggum, 2012; Wolfson, 2012).
a éste hacia la línea media (Whiteside, 2003). El nervio iliohi-
pogástrico perfora la aponeurosis del oblicuo externo cerca del
borde lateral del recto para proporcionar sensibilidad a la piel de
ÓRGANOS REPRODUCTORES EXTERNOS
la zona suprapúbica. En su trayecto en sentido medial, el nervio ■ Vulva
ilioinguinal pasa por el conducto inguinal y sale por el anillo
inguinal superficial, que se forma por la separación de las fibras Monte de Venus, labios mayores y clítoris
de la aponeurosis del oblicuo abdominal externo. Este nervio La región pudenda, por lo general conocida como vulva, incluye
inerva la piel del monte de Venus, parte superior de los labios todas las estructuras externas visibles desde la sínfisis del pubis
mayores y cara interna de la parte superior del muslo. hasta el cuerpo perineal; éste incluye el monte de Venus, los
Los nervios ilioinguinales e iliohipogástricos pueden afec- labios mayores y los menores, el clítoris, el himen, el vestíbulo,
tarse durante una incisión transversa inferior o comprimirse la abertura uretral y las glándulas vestibulares mayores o de Bar-
durante el cierre, en especial si las incisiones se extienden más tholin, las glándulas vestibulares menores y las parauretrales
allá de los bordes externos del músculo recto (Rahn, 2010). (fig. 2-3). La embriología de los genitales externos se analiza en
Estos nervios conducen exclusivamente información neurosen- el capítulo 7 (pág. 144); su inervación y suministro vascular se
sorial y su lesión origina pérdida de la sensibilidad de las regio- describen con el nervio pudendo (pág. 24).
nes que inervan. Sin embargo, es poco frecuente que se desarro- También llamado mons veneris, este cojinete graso es supra-
lle dolor crónico. yacente a la sínfisis del pubis. Después de la pubertad, la piel del
El dermatoma T10 se aproxima al nivel del ombligo. Como se monte de Venus se cubre de vello rizado que forma un escudo.
explica en el capítulo 25 (pág. 511), la analgesia regional ideal En las mujeres, el vello corporal se distribuye de forma triangu-
para la operación cesárea o para esterilización puerperal bloquea lar, con la base formada por el borde superior de la sínfisis del
los niveles T10 a L1. Además, el bloqueo en el plano transverso pubis, cuyo extremo termina en el clítoris. En el varón y en
del abdomen permite obtener un bloqueo amplio de los nervios algunas mujeres hirsutas, esa distribución no está tan bien cir-
que cruzan este plano y puede aplicarse después de la cesárea para cunscrita y se extiende sobre la pared abdominal anterior en
reducir el requerimiento de analgésicos (Mishriky, 2012). Tam- dirección del ombligo.
Anatomía materna 19
Labios
menores
CAPÍTULO 2
Fascia de Scarpa
Monte de Venus
Línea
de Hart
Aberturas
Prepucio de glándulas
de Skene
Glande
del clítoris Aberturas
de glándulas
de Bartholin
Frenillo
Rama isquiopúbica
Labio mayor
Fascia de Colles
Labio menor
Fosa navicular
Abertura
uretral externa
Vagina
Fascia inferior
de los músculos del
Horquilla elevador del ano/diafragma pélvico
Cuerpo perineal
M. esfínter anal externo
Ano
FIGURA 2-3. Estructuras vulvares y la capa subcutánea del triángulo perineal anterior. Nótese la continuidad de las fascias de Colles y de Scarpa.
Inserto: límites del vestíbulo y aberturas al vestíbulo. (Tomada con autorización a partir de Corton, 2012.)
Desde el punto de vista embriológico, los labios mayores son Desde el punto de vista estructural, los labios menores están
homólogos del escroto masculino, estructuras que varían algo constituidos por tejido conjuntivo, con muchos vasos sanguí-
en su aspecto, principalmente de acuerdo con la cantidad de neos, fibras de elastina y algunas fibras de músculo liso; están
grasa que contienen. Tienen de 7 a 8 cm de longitud, 2 a 3 cm inervados por una variedad de terminaciones nerviosas extrema-
de profundidad y 1 a 1.5 cm de espesor. Se continúan directa- damente sensibles (Ginger, 2011a). El epitelio de los labios
mente con el monte de Venus en la parte superior y los ligamen- menores varía de acuerdo con la localización. La cara externa de
tos redondos se insertan en sus bordes superiores. En la parte cada labio se encuentra cubierta por epitelio pavimentoso estra-
posterior los labios mayores se aplanan y se unen en una zona tificado queratinizado. La porción lateral de su cara interna
que cubre al cuerpo perineal para formar la comisura posterior. posee un revestimiento de ese mismo epitelio hasta una línea de
La superficie externa de los labios mayores está cubierta por demarcación, la línea de Hart. En ubicación interna a esa línea,
vello corporal, en tanto en su cara interna no lo presentan. Ade- cada labio es cubierto por epitelio pavimentoso estratificado no
más, hay abundancia de glándulas apocrinas, ecrinas y sebáceas. queratinizado. Los labios menores carecen de folículos pilosos,
Bajo la piel, se encuentra una capa de tejido conjuntivo denso casi glándulas ecrinas y apocrinas. Sin embargo, hay muchas glándu-
carente de elementos musculares, pero rica en fibras elásticas y las sebáceas (Wilkinson, 2011).
tejido adiposo. Esa masa grasa provee volumen a los labios mayo- El clítoris es el principal órgano erógeno femenino, homó-
res y cuenta con un rico plexo venoso. Durante el embarazo, estos logo eréctil del pene. Se ubica detrás del prepucio y arriba del
vasos casi siempre presentan varicosidades, en especial en las frenillo y la uretra; se proyecta de arriba hacia abajo en dirección
mujeres que han tenido descendencia, por el aumento de la pre- de la abertura vaginal. El clítoris rara vez rebasa 2 cm de longi-
sión venosa, resultado del aumento del útero. Las varicosidades se tud; está constituido por un glande, un cuerpo y dos bases
observan como venas tortuosas ingurgitadas o pequeñas agrupa- (Verkauf, 1992). El glande, que suele tener menos de 0.5 cm de
ciones a manera de uvas, pero por lo general cursan asintomáticas. diámetro, está cubierto por epitelio pavimentoso estratificado,
Los labios menores son pliegues delgados de tejido que yacen en inervado de forma profusa. El cuerpo del clítoris contiene dos
ubicación interna respecto de cada labio mayor. En los varones, sus cuerpos cavernosos. Con extensión desde el cuerpo del clítoris,
homólogos forman la porción ventral del pene. Los labios menores cada cuerpo cavernoso diverge en dirección lateral para formar
se extienden hacia arriba donde se dividen en dos láminas, cuyo par las estrechas y largas bases que yacen bajo la cara inferior de las
inferior se une para constituir el frenillo del clítoris y el superior ramas isquiopúbicas y en ubicación profunda respecto de los
protruye para formar el prepucio. En la parte inferior, los labios músculos isquiocavernosos. El suministro sanguíneo del clítoris
menores se extienden hasta acercarse a la línea media como pliegues se deriva de las ramas de la arteria pudenda interna. En especí-
pronunciados de tejido que se unen para formar la horquilla. El fico, la arteria profunda del clítoris inerva el cuerpo del clítoris,
tamaño de los labios menores varía mucho de una persona a otra, mientras que la arteria dorsal del mismo inerva el glande y el
con longitud de 2 a 10 cm y anchura de 1 a 5 cm (Lloyd, 2005). prepucio.
Anatomía materna 21
De modo normal, las paredes vaginales anterior y posterior tejido de origen, ese epitelio oculto continúa descamando célu-
yacen en contacto con sólo un espacio poco profundo entre sus las degeneradas y queratina. Como resultado, quizá se formen
bordes laterales. La longitud vaginal varía de manera considera- quistes de inclusión epidérmica, llenos de residuos de queratina.
ble, pero en general sus paredes anterior y posterior tienen 6 a 8 La vagina tiene un abundante riego vascular. Su porción
CAPÍTULO 2
y 7 a 10 cm de longitud, respectivamente. El extremo superior proximal recibe sangre de la rama cervical de la arteria uterina y
de la cúpula vaginal es subdividido por el cuello uterino en fon- de la arteria vaginal. Esta última puede surgir de manera variable
dos de saco anterior, posterior y dos laterales. Éstos son estruc- a partir de las arterias uterina, vesical inferior o directamente de
turas de considerable importancia clínica porque casi siempre la iliaca interna. La arteria rectal media contribuye al riego de la
los órganos pélvicos internos pueden palparse a través de sus pared vaginal posterior, en tanto las paredes distales reciben
delgadas paredes. Es más, el fondo de saco posterior provee contribuciones de la arteria pudenda interna. En cada nivel, el
acceso quirúrgico a la cavidad peritoneal. riego sanguíneo de ambos lados presenta anastomosis con los
En la porción media de la vagina, las paredes laterales se unen vasos contralaterales correspondientes en las paredes vaginales
a las paredes pélvicas mediante tejido conjuntivo visceral. Estas anterior y posterior.
uniones laterales se fijan en las aponeurosis que rodean a los Hay un extenso plexo venoso que rodea de inmediato a la
músculos elevadores del ano. Al hacerlo, crean los surcos vagina- vagina y sigue la trayectoria de las arterias. Los linfáticos del
les laterales anterior y posterior, que transcurren a lo largo de las tercio inferior junto con los de la vulva drenan principalmente
paredes laterales de la vagina y le dan una forma de H cuando se hacia los ganglios linfáticos inguinales. Aquellos del tercio me-
observa en corte transversal. dio drenan hacia los ganglios iliacos internos, y los del tercio
El revestimiento vaginal está constituido por epitelio pavi- superior lo hacen a los ganglios iliacos externos, internos y pri-
mentoso estratificado no queratinizado y por una lámina propia mitivos.
subyacente. En las mujeres premenopáusicas, este recubrimiento
tiene múltiples crestas transversales delgadas, conocidas como
pliegues, que recubren las paredes vaginales anterior y posterior ■ Perineo
en toda su longitud. Por debajo se encuentra una capa muscular El área romboidea entre los muslos tiene márgenes que remedan
formada por músculo liso, colágena y elastina. Bajo esa capa a los de la salida pélvica ósea: la sínfisis del pubis por delante, las
muscular, se halla una capa adventicia, formada por colágena y ramas isquiopúbicas y las tuberosidades isquiáticas en la porción
elastina (Weber, 1997). anterolateral, los ligamentos sacrociáticos mayores en el área
No se observan glándulas vaginales. En su lugar, la vagina es posterolateral y el cóccix en la región posterior. Una línea arbi-
lubricada por un trasudado que se origina en el plexo capilar traria que une las tuberosidades isquiáticas divide el perineo en
subepitelial vaginal y atraviesa la permeable capa epitelial (Kim, un triángulo anterior, también llamado triángulo urogenital, y
2011). Debido a la mayor vascularidad durante el embarazo, las uno posterior, denominado triángulo anal.
secreciones vaginales aumentan de manera notable. En ocasio- El cuerpo perineal es una masa fibromuscular que se encuen-
nes, éstas se pueden confundir con un escurrimiento de líquido tra en la línea media, en la unión entre estos triángulos anterior
amniótico, cuya diferenciación clínica se describe en el capítu- y posterior (fig. 2-5). También llamado tendón central del peri-
lo 22 (pág. 448). neo, el cuerpo perineal mide 2 cm de alto, 2 cm de ancho y 1.5 cm
Después del traumatismo epitelial causado por el parto y su de espesor. Sirve como unión de varias estructuras y propor-
curación, a veces quedan fragmentos de epitelio estratificado ciona un soporte significativo al perineo (Shafik, 2007; Wood-
incrustados debajo de la superficie vaginal. A semejanza de su man, 2002). De manera superficial, los músculos bulbocaver-
M. transverso
superficial del perineo
M. elevador del ano
Cuerpo perineal
M. esfínter anal externo M. glúteo mayor
FIGURA 2-5. Espacio superficial del triángulo anterior y triángulo posterior del perineo. Las estructuras del lado izquierdo de la imagen pueden
observarse después de retirar la fascia de Colles. Las del lado derecho se observan después de retirar los músculos superficiales del triángulo
anterior. (Tomada con autorización a partir de Corton, 2012.)
22 Anatomía y fisiología maternas
noso, transversos superficiales del perineo y el esfínter anal los bulbos vestibulares pueden lesionarse e incluso romperse y
externo convergen en el tendón central. En un plano más pro- formar un hematoma vulvar contenido dentro del espacio
fundo contribuyen la membrana perineal, las porciones del superficial del triángulo anterior.
músculo pubococcígeo y el esfínter anal interno (Larson, 2010).
SECCIÓN 2
El cuerpo perineal se corta en la episiotomía y se desgarra en las Espacio profundo del triángulo anterior
laceraciones de segundo, tercer y cuarto grados.
Este espacio yace en ubicación profunda con respecto a la mem-
Espacio superficial del triángulo anterior brana perineal y se extiende hacia la pelvis (fig. 2-6) (Mirilas,
2004). A diferencia del espacio perineal superficial, el espacio
Este triángulo está limitado por la rama púbica en la parte supe- profundo se continúa por arriba con la cavidad pélvica (Corton,
rior, las tuberosidades isquiáticas a los lados y los músculos 2005). Dicho espacio contiene porciones de la uretra y la vagina,
transversos superficiales del perineo en la parte posterior. La ciertas porciones de las ramas de la arteria pudenda interna y los
membrana perineal lo divide en los espacios superficial y pro- músculos compresor uretral y el esfínter uretrovaginal, que for-
fundo. Esta división membranosa es una hoja fibrosa densa que man parte del complejo del esfínter urogenital estriado.
antes se llamaba aponeurosis inferior del diafragma urogenital.
La membrana perineal se fija a los lados en las ramas isquiopú-
bicas; en la parte media al tercio distal de la uretra y la vagina; Diafragma pélvico
en la parte posterior al cuerpo perineal, y en la parte anterior al Se encuentra profundo a los triángulos anterior y posterior; este
ligamento arqueado del pubis. cabestrillo muscular ancho provee apoyo significativo a la vís-
El espacio superficial del triángulo anterior está limitado en cera pélvica. El diafragma pélvico está constituido por los eleva-
el plano profundo por la membrana perineal y en el plano dores del ano y el músculo coccígeo. El músculo elevador del
superficial por la fascia de Colles. Como se indicó antes, esta ano está formado por los músculos pubococcígeo, puborrectal e
última es la continuación de la fascia de Scarpa en el perineo. iliococcígeo. El músculo pubococcígeo también se conoce como
Ahí, la fascia de Colles se fija a los lados con las ramas del pubis músculo pubovisceral y se subdivide con base en sus puntos de
y la fascia lata del muslo; en la parte inferior al músculo trans- inserción y en su función. Incluye los músculos pubovaginal,
verso superficial del perineo, y en la parte medial a la uretra, puboperineal y puboanal, que se insertan en la vagina, el cuerpo
clítoris y vagina. Por tanto, el espacio superficial del triángulo perineal y el ano, respectivamente (Kearney, 2004).
anterior es un compartimiento relativamente cerrado y una El parto vaginal conlleva un riesgo importante de daño al
infección o hematoma expansivo en este espacio causaría un músculo elevador del ano o su inervación (DeLancey, 2003;
abultamiento, pero se mantendría contenido. Weidner, 2006). De esos músculos, el pubovisceral se daña más
Este saco superficial contiene varias estructuras importantes, a menudo (Lien, 2004; Margulies, 2007). Las pruebas sostienen
que incluyen las glándulas de Bartholin; los bulbos vestibulares; que tales lesiones quizá predispongan a las pacientes a mayor
el cuerpo y las bases del clítoris, así como las ramas de los vasos riesgo de prolapso de órganos pélvicos o incontinencia urinaria
y nervios pudendos internos, los músculos isquiocavernoso, el (DeLancey, 2007a,b; Rortveit, 2003). Por consiguiente, la
bulbocavernoso y el transverso superficial del perineo. De estos investigación actual busca llevar al mínimo dichas lesiones.
músculos, los isquiocavernosos se insertan cada uno a la cara
interna de la tuberosidad isquiática de su lado respectivo en su Triángulo posterior
parte inferior y en las ramas isquiopúbicas a los lados. Por Este triángulo contiene la fosa isquiorrectal, el conducto anal, el
delante, cada uno se une a las bases del clítoris, lo cual puede complejo del esfínter anal, que consiste en el esfínter anal
ayudar a mantener la erección clitorídea por compresión de sus interno y externo y el músculo puborrectal. Las ramas del nervio
bases, al obstruir el drenaje venoso. Los músculos bulbocaverno- pudendo y los vasos pudendos internos también se encuentran
sos cubren los bulbos vestibulares y las glándulas de Bartholin. en este triángulo.
Se unen al cuerpo del clítoris por delante y al cuerpo perineal
por detrás. Los músculos constriñen la luz vaginal y ayudan a la Fosas isquiorrectales. También conocido como fosa isquio-
liberación de secreciones de las glándulas de Bartholin. También anal, se trata de dos espacios cuneiformes llenos de grasa a cada
pueden contribuir a la erección del clítoris por compresión de la lado del conducto anal y comprenden la mayor parte del trián-
vena dorsal profunda de ese órgano. Asimismo, los músculos gulo posterior (fig. 2-7). La base superficial de cada fosa es la
bulbocavernoso e isquiocavernoso llevan el clítoris hacia abajo. piel, mientras que el vértice profundo está formado por la unión
Por último, los músculos transversos superficiales del perineo de los músculos elevador del ano y el obturador interno. El
son tiras angostas que se unen a las tuberosidades isquiáticas a límite lateral es la fascia del músculo obturador interno y la
los lados y al cuerpo perineal en la parte interna. Pueden estar tuberosidad isquiática; el inferomedial está formado por el con-
atenuados o incluso ausentes, pero cuando se hallan presentes ducto anal y el complejo esfinteriano; el superomedial por la
contribuyen a la estructura del cuerpo perineal (Corton, 2012). fascia inferior del elevador del ano, que desciende en forma obli-
Desde una perspectiva embriológica, los bulbos vestibulares cua; el posterior está constituido por el músculo glúteo mayor y
corresponden a los cuerpos esponjosos del pene; estas agregacio- el ligamento sacrotuberoso, y el anterior es el borde inferior del
nes de venas con forma de almendra de 3 a 4 cm de longitud, triángulo anterior.
1 a 2 cm de ancho y 0.5 a 1 cm de espesor yacen debajo de los La grasa que existe dentro de estas fosas proporciona sostén a
músculos bulbocavernosos, a cada lado del vestíbulo. Los bulbos los órganos circundantes y, sin embargo, hace posible la disten-
vestibulares terminan en su porción inferior casi en la línea sión del recto durante la defecación y la de la vagina durante el
media de la abertura vaginal y se extienden de forma ascendente parto. Como aplicación clínica, la lesión a los vasos del trián-
en dirección al clítoris. Sus extensiones anteriores protruyen en gulo posterior puede causar un hematoma en la fosa isquioanal,
la línea media, debajo del cuerpo clitorídeo. Durante el parto, con posibilidad de acumulación de un volumen grande en estos
24 Anatomía y fisiología maternas
al músculo puborrectal como su componente cefálico y al esfín- con gran parte de la presión en reposo del conducto anal para la
ter anal externo en la parte caudal. continencia fecal y se relaja antes de la defecación. El IAS mide
Dentro del conducto anal, hay tres plexos arteriovenosos 3 a 4 cm de longitud y en su borde distal se superpone con el
submucosos altamente vascularizados, que cuando se encuen- esfínter externo por 1 a 2 cm (DeLancey, 1997; Rociu, 2000).
SECCIÓN 2
tran en aposición ayudan al cierre completo del conducto anal y El sitio distal en el que termina esta superposición, llamada hen-
a la continencia fecal. El aumento del tamaño uterino, el pujo didura interesfintérica, es palpable en el examen digital.
excesivo y las heces duras elevan la presión, lo que al final oca- En cambio, el esfínter anal externo (EAS, external anal
siona la degeneración y laxitud consecuente de la base de tejido sphincter) es un anillo de músculo estriado que se une al cuerpo
conjuntivo de soporte del cojinete. Estos cojinetes sobresalen y perineal en la parte anterior y al cóccix en la posterior. Mantiene
descienden por la luz del conducto anal, lo que causa ingurgita- un estado de contracción constante en reposo que provee
ción venosa dentro de los cojinetes, que entonces se llaman aumento de tono y fuerza cuando está en riesgo la continencia,
hemorroides. La estasis venosa causa inflamación, erosión del y se relaja para la defecación. Antes, el EAS se describía con tres
epitelio de los cojinetes y hemorragia. partes: las porciones subcutánea, superficial y profunda. Sin
Las hemorroides externas son aquellas que se originan dista- embargo, muchos consideran que la porción profunda está for-
les a la cresta pectínea; están cubiertas por epitelio pavimentoso mada por completo o en parte por el músculo puborrectal (Rai-
estratificado y reciben inervación sensorial del nervio anal o zada, 2008). El esfínter externo recibe sangre de la arteria anal
hemorroidal. De acuerdo con ello, el dolor y una tumoración o hemorroidal. Las fibras somáticas motoras de la rama anal o
palpable son manifestaciones usuales. Después de su curación, hemorroidal del nervio pudendo interno aportan la inervación.
quizá persista una eminencia hemorroidal, la cual está constituida Respecto a la aplicación clínica, el IAS y el EAS pueden afectarse
por piel anal superficial y tejido fibroso. Por el contrario, las con una laceración de cuarto grado durante el parto vaginal, y la
hemorroides internas son aquellas que se forman por arriba de la reunión de estos anillos es crucial para reparar el defecto (cap.
línea dentada y están cubiertas por la mucosa anorrectal insensi- 27, pág. 548).
ble. Estas estructuras pueden colapsarse o sangrar, pero rara vez
generan dolor, a menos que ocurran trombosis y necrosis. Nervio pudendo
Esfínteres anales. Dos esfínteres rodean el conducto anal para El nervio pudendo interno está formado por las ramas anterio-
proveer la continencia, los esfínteres externo e interno del ano. res del segundo al cuarto nervios raquídeos (fig. 2-8). Este ner-
Ambos yacen cerca de la vagina y uno o ambos se pueden desga- vio transcurre entre los músculos piramidal de la pelvis y coccí-
rrar durante el parto vaginal. El esfínter anal interno (IAS, inter- geo, y emerge a través del orificio ciático mayor en una
nal anal sphincter) está formado por la continuación distal de la localización posteromedial respecto de la espina ciática (Barber,
capa circular de músculo liso del recto. Recibe fibras parasimpá- 2002). La espina ciática sirve como punto de referencia anató-
ticas, sobre todo, que transcurren por los nervios esplácnicos mico fácilmente identificable para la inyección de un anestésico
pélvicos. En toda su longitud, este esfínter está irrigado por las alrededor del nervio (pág. 508). El nervio pudendo interno
arterias rectales superior, media e inferior. El IAS contribuye transcurre después a lo largo del músculo obturador interno y
N. pudendo N. y a. perineales
M. glúteo mayor
M. elevadores del ano
FIGURA 2-8. Nervio y vasos pudendos. (Tomada con autorización a partir de Corton, 2012.)
Anatomía materna 25
yace dentro del conducto pudendo, también conocido como de saco vesicouterino. La porción inferior de la pared uterina
conducto de Alcock, formado por la división de la aponeurosis anterior se une a la pared posterior de la vejiga por una bien
del músculo obturador (Shafik, 1999). En general, el nervio definida capa de tejido conjuntivo laxo, el espacio vesicouterino.
pudendo está relativamente fijo a su paso por detrás del liga- De manera clínica, durante la cesárea, el peritoneo del fondo de
CAPÍTULO 2
mento sacroespinoso y dentro del conducto pudendo. Por con- saco vesicouterino se incide de manera pronunciada y así se
siguiente, está en riesgo de sufrir una lesión por estiramiento accesa al espacio vesicouterino. La disección caudal dentro de
durante el desplazamiento inferior del piso pélvico durante el ese espacio separa a la vejiga del segmento uterino inferior para
parto (Lien, 2005). permitir la histerotomía y el nacimiento (cap. 30, pág. 593).
El nervio pudendo deja su conducto para ingresar al perineo Se describe al útero como piriforme; consta de dos partes
y se divide en tres ramas terminales. De éstas, el nervio dorsal mayores, pero no equivalentes. Hay una porción triangular
del clítoris discurre entre el músculo isquiocavernoso y la mem- superior, el cuerpo, y una porción inferior y cilíndrica, el cuello
brana perineal para inervar la piel del clítoris (Ginger, 2011b). uterino, que se proyecta hacia la vagina. El istmo es el sitio de
El nervio perineal transcurre superficial a la membrana perineal unión de estas dos partes. Es de importancia obstétrica especial
(Montoya, 2011). Se divide en sus ramas labial posterior y mus- porque da origen al segmento uterino inferior durante el emba-
cular, que inervan la piel de los labios y los músculos del trián- razo. Las trompas de Falopio nacen en los cuernos del útero, en
gulo anterior del perineo, respectivamente. La rama rectal infe- la unión de sus bordes superior y lateral. También en esta área se
rior transcurre a través de la fosa isquioanal e inerva el esfínter encuentran los orígenes de los ligamentos redondos y uteroová-
anal externo, la membrana mucosa del conducto anal y la piel ricos. El fondo es el segmento convexo superior entre los puntos
del perineo (Mahakkanukrauh, 2005). El principal riego san- de inserción de las trompas de Falopio.
guíneo al perineo ocurre a través de la arteria pudenda interna y La mayor parte del cuerpo del útero, no así el cuello uterino,
sus ramas que remedan las divisiones del nervio pudendo. está constituida por músculo. Las caras internas de las paredes
anterior y posterior yacen casi en contacto entre sí y la cavidad
interpuesta forma una mera hendidura. El útero de una mujer
ÓRGANOS REPRODUCTORES INTERNOS adulta nulípara mide 6 a 8 cm de longitud, en comparación con
9 a 10 cm en una mujer con partos anteriores. El peso promedio
■ Útero del útero es 60 g y casi siempre pesa más en las mujeres con
El útero sin producto fetal se sitúa en la cavidad pélvica, entre la partos previos (Langlois, 1970; Sheikhazadi, 2010). En mujeres
vejiga por delante y el recto por detrás. Casi toda la pared poste- sin embarazos previos, el fondo y el cuello uterino tienen una
rior del útero se halla cubierta por serosa, que corresponde al longitud aproximadamente equivalente, pero en las mujeres con
peritoneo visceral (fig. 2-9). La porción inferior de este perito- partos previos el cuello uterino es apenas un poco mayor que
neo forma el límite anterior del fondo de saco rectouterino o de 33% de la longitud total del útero.
Douglas. Sólo la porción superior de la pared anterior del útero El embarazo estimula un notorio crecimiento uterino por
está cubierta así. El peritoneo de esta región se refleja hacia hipertrofia de las fibras musculares. El fondo uterino, una convexi-
delante en dirección de la cúpula vesical para originar el fondo dad antes poco notoria entre las inserciones tubáricas, ahora se
c
a
a b
a
Ur
Ur
Ur Ur
A B C
Fondo uterino
A. y n. epigástricos inferiores
Ramas tubaria y ovárica Miometrio
de las arterias uterina y ovárica
Serosa Anillo inguinal profundo
SECCIÓN 2
Ligamento redondo
Ligamento uteroovárico
A. iliaca externa
Trompa de Falopio
Ligamento ancho
Endometrio
Istmo
Ligamento
A. uterina infundibulopélvico
Porción supravaginal
Ligamento uterosacro del cuello uterino
Porción vaginal del cuello
Vasos ováricos uterino
Uréter Uréter
Peritoneo (seccionado)
FIGURA 2-10. Útero, anexos y anatomía relacionada. (Tomada con autorización a partir de Corton, 2012.)
torna cupuliforme. Los ligamentos redondos se observan entonces El estroma del cuello uterino está constituido principalmente
en su inserción en la unión de los tercios medio y superior del por colágena, elastina y proteoglucanos, pero por muy poco múscu-
órgano. Las trompas de Falopio se elongan, pero desde el punto de lo liso. Los cambios en la cantidad, la composición y la orientación
vista macroscópico los ovarios se observan sin cambios. de esos componentes llevan a la maduración del cuello uterino
antes del inicio del trabajo de parto. En etapas iniciales del emba-
Cuello uterino razo, la vascularidad y el edema aumentados dentro del estroma del
La porción cervical del útero es fusiforme y se abre en cada cuello uterino llevan al tinte azul y al reblandecimiento característi-
extremo por pequeñas aberturas, los orificios interno y externo. cos de los signos de Chadwick y Hegar en el cuello uterino, respec-
El límite superior del cuello uterino corresponde al orificio tivamente.
interno, que está al nivel donde el peritoneo se refleja hacia la
vejiga. El segmento superior del cuello, la porción supravaginal, Miometrio y endometrio
yace por arriba de la inserción al cuello (fig. 2-10). Está cubierto Esta capa la constituyen los haces de músculo liso unidos por
por el peritoneo en su cara posterior, a ambos lados se une con tejido conjuntivo donde hay muchas fibras elásticas e incluye la
los ligamentos cardinales y está separado de la vejiga supraya- mayor parte del útero. Las fibras del miometrio entrelazadas
cente por tejido conjuntivo laxo. El componente vaginal inferior rodean los vasos del mismo y se contraen para comprimirlos.
del cuello uterino se denomina porción vaginal. Antes del parto, Como se muestra en la figura 2-11, esta anatomía es importante
el orificio cervical externo es una pequeña abertura oval regular. para el control de la hemorragia del sitio placentario durante el
Después del trabajo de parto y en especial de un parto vaginal, el tercer periodo del trabajo de parto.
orificio se convierte en una hendidura transversa que se divide El número de fibras musculares miometriales varía según la
de manera que origina los llamados labios anterior y posterior del localización (Schwalm, 1966). El número de fibras musculares
cuello uterino. Si se desgarra profundamente durante el parto, el del útero disminuye de forma progresiva en sentido caudal, de
cuello uterino puede cicatrizar de manera tal que parezca irregu- modo que en el cuello uterino el músculo constituye sólo 10%
lar, nodular o estrellado. de la masa hística. En la pared interna del cuerpo del útero, hay
La porción del cuello uterino distal al orificio externo se relativamente más músculo en comparación con las capas exter-
llama ectocérvix y está revestida de modo predominante por nas y, en las paredes anterior y posterior, se observa más músculo
epitelio pavimentoso estratificado no queratinizado. En con- que en las paredes laterales. Durante el embarazo, el miometrio
traste, el conducto endocervical está cubierto por una sola capa superior presenta una hipertrofia notoria, pero no hay cambio
de epitelio cilíndrico secretor de mucina, el cual crea pliegues notable en el contenido de músculo del cuello uterino.
internos a manera de hendiduras o “glándulas”. Por lo general, La cavidad uterina está recubierta por endometrio, com-
el epitelio del endocérvix se desplaza hacia afuera durante el puesto por un epitelio superficial, glándulas que se invaginan y
embarazo en dirección del ectocérvix por crecimiento del cuello un estroma vascular de soporte. Como se explica en el capítulo 5
uterino en un proceso llamado eversión (cap. 4, pág. 48). (pág. 84), el endometrio tiene grandes variaciones durante el
28 Anatomía y fisiología maternas
toneo que cubre a la trompa de Falopio se denomina mesosalpinge, ovárica de la arteria uterina forma una anastomosis con la rama
que alrededor del ligamento redondo se llama mesenterio del terminal de la arteria ovárica; la rama tubárica se dirige por el
ligamento redondo y, en el ligamento uteroovárico, corresponde mesosalpinge y riega parte de la trompa de Falopio, en tanto la
al mesovario. El peritoneo que se extiende bajo la fimbria de la rama fúndica se distribuye a la parte más alta del útero.
SECCIÓN 2
trompa de Falopio hacia la pared pélvica forma el ligamento Además de la arteria uterina, el útero recibe sangre de la arte-
infundibulopélvico o suspensor del ovario. Durante el embarazo, ria ovárica; esta arteria es una rama directa de la aorta e ingresa
esos vasos, en especial los plexos venosos, presentan una hipertro- al ligamento ancho a través del ligamento infundibulopélvico.
fia notoria. En particular, el diámetro del pedículo vascular ová- En el hilio del ovario, se divide en varias ramas más pequeñas
rico aumenta de 0.9 hasta 2.6 cm al término del embarazo (Hod- que entran en la gónada. Conforme la arteria uterina transcurre
gkinson, 1953). hacia el hilio, se divide en varias ramas a través del mesosalpinge
El ligamento cardinal, también llamado ligamento transver- para irrigar las trompas de Falopio. Su tronco principal, sin
sal del cuello uterino o ligamento de Mackenrodt, es la base embargo, atraviesa toda la longitud del ligamento ancho hasta
gruesa del ligamento ancho. En la parte interna se une con fir- llegar a la porción lateral del útero. Allí se forma una anastomo-
meza al útero y la parte superior de la vagina. sis con la rama ovárica de la arteria uterina. Este riego sanguíneo
Cada ligamento uterosacro se origina con una inserción pos- doble del útero crea una reserva vascular para evitar la isquemia
terolateral a la parte supravaginal del cuello uterino y se inserta uterina en caso que se liguen la arteria uterina o la iliaca interna
en la aponeurosis que cubre el sacro, con algunas variaciones para controlar la hemorragia posparto.
(Ramanah, 2012; Umek, 2004). Estos ligamentos se conforman Las venas uterinas acompañan a sus arterias respectivas. Por
de tejido conjuntivo, pequeños haces de vasos y nervios, así tanto, las venas arqueadas se unen para formar la vena uterina,
como algo de músculo liso. Tales ligamentos están cubiertos por que desemboca en la vena iliaca interna y la vena iliaca primi-
peritoneo y forman los límites laterales del fondo de saco de tiva. Algo de la sangre de la porción superior del útero, el ovario
Douglas. y la parte superior del ligamento ancho es recolectada por varias
El término parametrio se usa para describir los tejidos con- venas. Dentro del ligamento ancho, esas venas forman el gran
juntivos adyacentes y laterales al útero dentro del ligamento plexo pampiniforme, que desemboca en la vena ovárica. Desde
ancho. Los tejidos paracervicales son los adyacentes al cuello ese punto, la vena ovárica derecha vierte su contenido en la vena
uterino, mientras que el paracolpos es el tejido lateral a las pare- cava, en tanto la izquierda lo hace en la vena renal izquierda.
des vaginales. El riego sanguíneo a la pelvis es provisto de manera predomi-
nante por ramas de la arteria iliaca interna. Estas ramas se orga-
nizan en divisiones anterior y posterior, y las ramas subsiguien-
■ Riego sanguíneo tes son altamente variables entre individuos (fig. 2-13) La
Durante el embarazo existe una hipertrofia notoria de la vascu- división anterior irriga los órganos pélvicos y el perineo, e
latura uterina, proveniente sobre todo de las arterias uterina y incluye las arterias glútea inferior, pudenda interna, rectal
ovárica (fig. 2-9). La arteria uterina, una rama importante de la media, vaginal, uterina y obturatriz, además de la arteria umbi-
iliaca interna, antes llamada hipogástrica, ingresa a la base del lical y su continuación como arteria vesical superior. Las ramas
ligamento ancho y se dirige en sentido interno al lado del útero. de la división posterior se extienden hasta la nalga y el muslo;
La arteria uterina cruza sobre el uréter en ubicación casi 2 cm incluyen las arterias glútea superior, sacra lateral e iliolumbar.
lateral respecto del cuello uterino. Debido a su estrecha cerca- Por este motivo, durante la ligadura de la arteria iliaca interna
nía, el uréter puede lesionarse o ligarse cuando se pinzan y ligan para controlar una hemorragia obstétrica muchos autores reco-
los vasos durante una histerectomía. miendan realizarla en ubicación distal a la división posterior
Una vez que la arteria uterina llega a la porción supravaginal para evitar la alteración del riego sanguíneo de las regiones pro-
del cuello uterino, ésta se divide. La arteria cervicovaginal más vistas por ella (Bleich, 2007).
pequeña resultante provee sangre a las partes inferior del cuello
y superior de la vagina. La rama principal gira de manera
abrupta hacia arriba y se extiende como un vaso muy ensorti- ■ Linfáticos
jado que transcurre por el borde del útero. Una rama de tamaño El endometrio irriga de manera abundante por vasos linfáticos
considerable se extiende a la parte superior del cuello uterino, que se confinan en gran parte en la capa basal. Los linfáticos del
mientras que muchas otras ramas penetran el cuerpo uterino miometrio subyacente aumentan en número cuando se dirigen
para formar las arterias arqueadas, que rodean al órgano en su a la superficie serosa y forman un plexo linfático copioso apenas
trayecto dentro del miometrio, apenas por debajo de la superfi- debajo de él. Los linfáticos del cuello uterino terminan sobre
cie serosa. Estos vasos forman anastomosis en la línea media del todo en los ganglios iliacos internos que se sitúan cerca de la
útero. De las arterias arqueadas se originan las ramas radiales en bifurcación de las arterias iliacas primitivas. Los vasos linfáticos
ángulo recto, penetran el miometrio hacia el interior, entran al del cuerpo uterino se distribuyen en dos grupos de ganglios. Un
endometrio y ahí se ramifican para convertirse en arterias basa- conjunto de vasos drena hacia los ganglios iliacos internos. El
les o arterias espirales ensortijadas. Las arterias espirales irrigan otro, después de unirse a ciertos linfáticos de la región del ova-
la capa funcional. Estos vasos responden, con constricción o rio, termina en los ganglios linfáticos paraaórticos.
dilatación, a varias hormonas, por lo que tienen una función
importante en la menstruación. Las arterias basales también se
llaman arterias rectas y se extienden sólo a la capa basal y no ■ Inervación
responden a las influencias hormonales. A manera de resumen, el sistema nervioso periférico se divide en
Justo antes de que la arteria uterina principal llegue a la una división somática, que inerva el músculo esquelético, y una
trompa de Falopio, se divide en tres ramas terminales. La rama división autonómica, que inerva el músculo liso, músculo car-
Anatomía materna 31
CAPÍTULO 2
den al segmento medular T10.
ANATOMÍA MUSCULOSQUELÉTICA
DE LA PELVIS
■ Huesos pélvicos
La pelvis está formada por cuatro huesos:
sacro, cóccix y los dos coxales. Cada hueso
coxal está constituido por la fusión de ilion,
isquion y pubis (fig. 2-16). Los dos huesos
coxales se unen al sacro en la sincondrosis
sacroiliaca y entre sí en la sínfisis del pubis.
La pelvis se divide en los compartimien-
tos falso y verdadero por conveniencia con-
ceptual. La pelvis falsa yace por arriba de la
cresta pectínea y la pelvis verdadera por
debajo de ese límite anatómico (fig. 2-17).
La pelvis falsa está limitada en la parte pos-
terior por las vértebras lumbares y, a los
lados, por la fosa iliaca. Al frente, el límite
está constituido por la porción inferior de
la pared abdominal anterior.
La pelvis verdadera es la parte impor-
A B C
tante para el parto y puede describirse
como un cilindro flexionado y truncado en
FIGURA 2-15. Trompa de Falopio de una mujer adulta con cortes
forma oblicua, con la mayor altura hacia la parte posterior. La
transversales que muestran su estructura macroscópica en varias por-
ciones: (A) istmo, (B) ampolla y (C) infundíbulo. En la parte inferior, línea terminal sirve como borde superior, mientras que la salida
se observan fotografías de los cortes histopatológicos correspondien- pélvica es el margen inferior. El límite posterior corresponde a la
tes. (Con autorización del Dr. Kelley S. Carrick.) cara anterior del sacro y los laterales se forman a partir de la cara
interna de los huesos isquiones y las escotaduras y los ligamentos
sacrociáticos. Al frente, la pelvis verdadera se halla limitada por
los huesos del pubis, las ramas superiores ascendentes de los
lial con espesor de una sola célula y funciona como peritoneo huesos isquiones y el agujero obturatriz.
visceral. En la miosalpinge, el músculo liso se dispone en una
capa circular interna y una longitudinal externa. En la parte dis-
tal de la trompa, las dos capas son menos evidentes y cerca de la
fimbria terminal se sustituyen por fibras musculares intercaladas
escasas. La musculatura tubárica experimenta contracciones rít-
micas constantes, cuyo ritmo varía con los cambios hormonales
ováricos cíclicos.
La mucosa tubárica, o endosalpinge, es un epitelio cilíndrico
sencillo formado por células ciliadas y secretoras dispuestas Espina iliaca Agujero
sobre una lámina propia escasa. Está en contacto estrecho con la anterosuperior ciático mayor
miosalpinge subyacente. Las células ciliadas son más abundan- Ilion Ligamento
tes en la fimbria, pero en otras zonas se encuentran en parches sacrociático
sutiles. También existen diferencias en las proporciones de estos menor
dos tipos celulares en las distintas fases del ciclo ovárico. La Espina ciática
mucosa se dispone en pliegues longitudinales que se vuelven Agujero
Pubis
cada vez más complejos hacia la fimbria. En la ampolla, la luz ciático menor
está ocupada casi por completo por la mucosa arborescente. La Sínfisis Ligamento
corriente que generan los cilios tubáricos es tal que la dirección del pubis sacrociático
del flujo es hacia la cavidad uterina. Se cree que la peristalsis mayor
vico ocurre sólo si se permite que el sacro rote hacia atrás, lo que
no ocurrirá si se impulsa el sacro en dirección anterior por el
efecto del peso de la pelvis materna contra la mesa o cama de
AP parto (Russell, 1969, 1982). Asimismo, la movilidad de la arti-
Pelvis
SECCIÓN 2
posterior
McRoberts a menudo tenga éxito para liberar un hombro obs-
Sagital
truido en el caso de una distocia correspondiente (cap. 27,
pág. 541). Estos cambios también se han atribuido a los buenos
Cres
T
Pelvis resultados de la posición modificada en cuclillas para acelerar el
anterior
ta p
Sagital
verdadera segundo periodo del trabajo de parto (Gardosi, 1989). La posi-
ec
ea
de la salida pélvica (Russell, 1969, 1982). Estas últimas observa-
ciones no se han confirmado, pero en muchas sociedades se
adopta dicha posición para el parto.
CAPÍTULO 2
FIGURA 2-18. Determinación del conju-
gado diagonal por medio de exploración
vaginal. (P, promontorio sacro; S, sínfisis
del pubis.)
cias son elevaciones menores que marcan el sitio de unión del ilion tancia. El diámetro anteroposterior normalmente mide al menos
y el pubis. El promedio de estos diámetros oblicuos es de 13 cm. 11.5 cm a nivel de las espinas ciáticas.
El plano de salida pélvica consta de dos superficies aproxima-
Pelvis media y plano de salida pélvica damente triangulares, cuyos límites semejan a los del triángulo
La pelvis media se mide a nivel de las espinas ciáticas, y corres- del perineo, descrito con anterioridad (pág. 21). Éstas poseen
ponde al plano medio o de dimensiones pélvicas menores (fig. una base común, que es una línea trazada entre las dos tuberosi-
2-19). Durante el trabajo de parto, el grado de descenso de la dades isquiáticas. El ápice del triángulo posterior se encuentra
cabeza fetal en la pelvis verdadera puede describirse por esta- en la punta del sacro y los límites laterales son los ligamentos
ción; la parte media de la pelvis y las espinas isquiáticas sirven sacrociáticos y las tuberosidades isquiáticas. El triángulo ante-
para marcar la estación cero. El diámetro interespinoso, de 10 cm rior está formado por las ramas descendentes inferiores de los
o ligeramente mayor, suele ser el diámetro pélvico más pequeño huesos púbicos. Estas ramas se unen en un ángulo de 90 a 100
y en casos de parto con obstrucción, adquiere particular impor- grados para formar un arco redondeado bajo el cual debe pasar
la cabeza fetal. Se describen casi siempre tres diámetros del
plano de salida pélvica: anteroposterior, transverso y sagital pos-
terior. A menos que haya un trastorno pélvico óseo significativo,
la salida pélvica pocas veces obstruye el parto vaginal.
■ Formas de la pelvis
Caldwell y Moloy (1933, 1934) perfeccionaron una clasifica-
ción de la pelvis que aún se utiliza y se basa en su forma, cuyo
Transverso de entrada
conocimiento ayuda al clínico a comprender mejor el meca-
del plano = 13.5 cm nismo del trabajo de parto. La clasificación de Caldwell-Moloy se
basa en la medición del diámetro transverso máximo en el plano
Interespinoso = 10 cm de entrada y su división en los segmentos anterior y posterior.
Las formas de esos segmentos se usan para clasificar la pelvis
Conjugado
obstétrico
= 10.5 cm
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CAPÍTULO 2
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36
CAPÍTULO 3
Anomalías congénitas
del aparato genitourinario
Mesonefros
Mesonefros
Mesonefros
Conductos Conductos
CAPÍTULO 3
de Müller de Müller
Conducto
Vejiga mesonéfrico
Conducto Metanefros
mesonéfrico
Conductos
mesonéfricos Yema ureteral
y metanefros Aparato digestivo
Cloaca Aparato digestivo Cloaca Aparato digestivo Cloaca (recto)
A B C
Mesonefros
Metanefros
(riñón)
Riñón
Trompa de Falopio
Conductos
de Müller Uréter
Conducto Conducto de
mesonéfrico Müller (trompa Restos del
de Falopio) conducto
mesonéfrico
Conductos
Vejiga Vejiga de Müller Útero
fusionados Vejiga
Conducto
Conducto
metanéfrico
metanéfrico
Seno Seno (uréter) Uretra Recto
Tabique urogenital
urogenital urorrectal Recto
Recto Vagina
D E F
FIGURA 3-1. Desarrollo embrionario del aparato genitourinario de la mujer (A-F). (Tomada con autorización de Bradshaw, 2012.)
uretra de la mujer, y 3) la porción caudal, inferior o fálica, de la rior o luz de la vagina. Dicha canalización vaginal se completa
que se forma la porción distal de la vagina y la glándula vestibu- por lo regular en la vigésima semana. Sin embargo, el himen es
lar mayor (de Bartholin) y la parauretral (de Skene). una membrana que separa la luz del seno urogenital; dicha
membrana se reabsorbe hasta quedar sólo el anillo himenal.
■ Embriología del aparato genital La última relación de los conductos mesonéfricos (de Wolff)
y paramesonéfricos (de Müller) explica la aparición de anoma-
El desarrollo del aparato genital comienza con los conductos de
lías simultáneas que abarcan estas dos estructuras. Kenney et al.
Müller, llamados también paramesonéfricos, que quedan por
en su estudio de 1984 demostraron que hasta la mitad de las
fuera de cada mesonefros. Dichos conductos se prolongan hacia
mujeres con malformaciones uterovaginales también padece
abajo y después describen una curvatura hacia dentro hasta
defectos del aparato urinario. Las anomalías que más a menudo
encontrarse y fusionarse en la línea media. El útero se forma en
acompañan a los defectos renales son útero unicorne, útero
la unión de los dos conductos de Müller, alrededor de la décima
didelfo y síndromes de agenesia, en tanto que existe una vincu-
semana (fig. 3-1E). La fusión comienza en la zona media, pero
lación menos frecuente con los úteros arqueado y bicorne (Rei-
se extiende hacia abajo (en dirección caudal) y arriba (en sentido
chman, 2010). Después de identificar los trastornos uterinos es
cefálico). Al proliferar las células en el segmento superior, una
preciso valorar el aparato urinario con métodos como la reso-
cuña gruesa de tejido genera el útero, con su contorno piriforme
nancia magnética (MR, magnetic resonance), la ecografía o la
distintivo. Al mismo tiempo, la desaparición de las células en el
pielografía intravenosa (Hall-Craggs, 2013). Por último, en
polo inferior forma la primera cavidad uterina (fig. 3-1F). A
dichos casos los ovarios tienen función normal, pero hay una
medida que se reabsorbe con lentitud la porción superior del
mayor incidencia de falta de descenso anatómico de ellos dentro
tabique cuneiforme, la cavidad uterina asume su forma defini-
de la pelvis (Allen, 2012; Dabirashrafi, 1994).
tiva en la vigésima semana. En caso de no haber fusión de los
dos conductos de Müller, aparecen cuernos uterinos separados.
A diferencia de ello, si no se produce la reabsorción del tejido RESTOS MESONÉFRICOS
común entre las dos estructuras, surgen grados diversos de per-
sistencia del tabique uterino. Como se ha mencionado ya, los conductos mesonéfricos experi-
El extremo distal de los conductos de Müller fusionados esta- mentan degeneración, aunque los vestigios que persisten pue-
blece contacto con el seno urogenital y ello da lugar a la forma- den manifestarse de manera clínica. Los restos mesonéfricos o
ción de las evaginaciones endodérmicas denominadas bulbos del conducto de Wolff persisten en la forma de quistes del con-
sinovaginales, que proliferan y se fusionan para formar la lámina ducto de Gartner y están situados de modo característico en la
vaginal que más adelante sufre reabsorción hasta generar el inte- zona anterolateral proximal de la pared vaginal, pero pueden
38 Anatomía y fisiología maternas
situarse en otros sitios a lo largo de la vagina. Es posible definir DEFECTOS DEL HIMEN
su presencia por medio de MR. Casi todos son asintomáticos y
benignos y, a pesar de que pueden tener 7 cm de diámetro, casi Estas alteraciones incluyen los hímenes imperforado, microper-
nunca se necesita intervención quirúrgica. En ocasiones, un forado, cribiforme, navicular y tabicado; todas son consecuencia
SECCIÓN 2
quiste infectado obliga a la marsupialización. de la falta de canalización del extremo inferior de la lámina vagi-
Los restos intraabdominales del conducto de Wolff en la nal (membrana himenal). La incidencia se aproxima a un caso
mujer incluyen túbulos ciegos que desembocan en el mesoova- por 1 000 a 2 000 mujeres (American College of Obstetricians and
rio (epoóforo) y también otros semejantes junto al útero desig- Gynecologists, 2013). En el periodo neonatal, la niña puede
nados en forma global como paraóforo (Moore, 2013). El epo- secretar grandes cantidades de moco, lo cual se debe a estimula-
óforo o el paraóforo pueden aparecer en la forma de quistes ción por estrógenos de la madre en el periodo fetal. En el caso
identificables y es necesario incluirlos en el diagnóstico diferen- de himen imperforado, las secreciones se acumulan hasta formar
cial de alguna masa en los anexos (cap. 63, pág. 1226). una masa sobresaliente, translúcida, de color gris amarillento
llamada hidrocolpos o mucocolpos, cerca del introito vaginal.
Muchas de estas masas son asintomáticas y experimentan reso-
ANORMALIDADES DE VEJIGA Y PERINEO
lución conforme se reabsorbe el moco y disminuyen las concen-
Al principio de la formación del embrión, una membrana cloa- traciones de estrógeno, aunque algunas veces es necesario dife-
cal bilaminar se sitúa entre el extremo caudal del disco germina- renciarlas de un quiste himenal (Breech, 2009; Nazir, 2006).
tivo y forma la pared abdominal en su porción infraumbilical. Los problemas del himen imperforado son poco comunes en
En circunstancias normales, la invaginación del mesodermo neonatos y por lo regular se manifiestan en la adolescencia, con
entre las capas ectodérmica y endodérmica de la membrana algunos signos típicos, como amenorrea, dolor abdominal
cloacal da lugar a que se formen la zona inferior de los músculos cíclico y una masa sobresaliente y azulada en el introito.
abdominales y los huesos de la pelvis. La membrana cloacal, sin
elementos de refuerzo, puede romperse en forma prematura y, ANORMALIDADES DE CONDUCTOS DE MÜLLER
según sea la magnitud de la alteración infraumbilical, aparecen
trastornos como extrofia cloacal o vesical, o epispadias. De ellos, Se conocen cuatro deformidades principales que surgen de defec-
la extrofia cloacal es rara y comprende la tríada de onfalocele, tos en las fases embrionarias del conducto de Müller:
extrofia vesical y ano imperforado. 1) agenesia de los dos conductos, que puede ser focal o en todo
La extrofia vesical se caracteriza por la exposición de la vejiga su trayecto; 2) maduración de un solo conducto de Müller o
fuera del abdomen. Los signos coexistentes incluyen casi siempre desarrollo incompleto o ausente del contrario; 3) falta de fusión
ensanchamiento de la sínfisis del pubis causada por rotación en la línea media de los conductos, o fusión deficiente, o 4) cana-
externa del hueso iliaco y anomalías de genitales externos. Por lización defectuosa. Se han ideado algunas clasificaciones y se
ejemplo, la uretra y la vagina son de manera típica cortas y el muestran en el cuadro 3-1, que se utilizan en The American Fer-
orificio vaginal es con frecuencia estenótico y desplazado hacia tility Society, a partir del esquema de Buttram y Gibbons (1979).
delante. El clítoris está duplicado o es bífido y los labios mayores
(el monte de Venus) y el clítoris presentan divergencia. Sin
embargo, al mismo tiempo son normales el útero, las trompas de
Falopio y los ovarios, con excepción de algunos defectos ocasio- CUADRO 3-1. Clasificación de las anomalías
nales de la fusión del conducto de Müller. de los conductos de Müller
El embarazo de una mujer con extrofia vesical representa un
I. Hipoplasia o agenesia segmentaria de los conductos
mayor riesgo de pielonefritis preparto, retención de orina, obs-
de Müller
trucción ureteral, prolapso de órganos pélvicos y presentación a. Vaginal
de nalgas. Debido a la existencia de adherencias externas por b. Cervical
alguna reparación previa y alteraciones anatómicas, algunos c. Fondo de útero
especialistas recomiendan la cesárea planeada y realizada en un d. Tubárica
centro de atención terciario (Deans, 2012; Greenwell, 2003). e. Anomalías combinadas
El epispadias sin extrofia vesical incluye diversas anomalías, II. Útero unicorne
entre ellas uretra ensanchada y engrosada; ausencia de clítoris o a. Cuerno rudimentario comunicante
clítoris bífido; falta de fusión de los pliegues labiales, y aplana- b. Cuerno no comunicante
miento del monte de Venus. Son frecuentes las alteraciones ver- c. Ausencia de cavidad endometrial
tebrales y la diátesis de la sínfisis del pubis. d. Ausencia de cuerno rudimentario
Las anormalidades del clítoris son poco comunes. Una de III. Útero didelfo
ellas es la duplicación de dicho órgano o clítoris bífido, que es IV. Útero bicorne
raro y aparece junto con extrofia o epispadias vesicales. En la a. Completo (división hasta el orificio interno del cuello)
uretra fálica de la mujer, este conducto desemboca en la punta b. Parcial
del clítoris. Por último, en algunos neonatos la clitoromegalia V. Útero tabicado
sugiere que estuvieron expuestos en útero a andrógenos en a. Completo (el tabique llega al orificio interno del cuello)
exceso (cap. 7, pág. 148). En algunos recién nacidos de pretér- b. Parcial
mino, el clítoris parece alargado, pero sufre regresión conforme VI. Arqueado
crece la niña. Otras causas de clitoromegalia neonatal incluyen VII. Por dietilestilbestrol
presentación de nalgas con edema vulvar, vulvovaginitis intensa
Adaptado con autorización de The American Fertility Society, 1988.
crónica y neurofibromatosis (Dershwitz, 1984; Greer, 1981).
Anomalías congénitas del aparato genitourinario 39
CAPÍTULO 3
secuencia de una fusión o reabsorción anormales. El otro, el
De manera inicial es posible sospechar la presencia de tras- tabique transversal, es resultado de la canalización incompleta o
tornos de los conductos de Müller por la aparición de síntomas de la falta de fusión entre el sistema de conductos de Müller de
o signos clínicos. En primer lugar, dichos problemas se identifi- crecimiento descendente y el seno urogenital de crecimiento
can a menudo durante el tacto ginecológico. La ecografía se rea- ascendente. Tales trastornos pueden ser únicos o acompañarse
liza casi siempre al principio, en busca de lesiones concurrentes. de anomalías de otro tipo, pero del mismo origen. Un ejemplo
Sin embargo, con frecuencia se requiere la práctica de resonan- es el síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH,
cia magnética para una definición más completa de la anatomía, Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser) en el cual la agenesia de la
en particular en el caso de lesiones obstructivas que obligan a mitad superior de la vagina se acompaña en forma típica de
practicar una operación quirúrgica. En mujeres con agenesia de hipoplasia o agenesia del útero; este síndrome también incluye
un componente de Müller, el signo inicial puede ser la ameno- alteraciones de los aparatos renal, esquelético y auditivo. Se
rrea y, en el caso de la agenesia completa, está indicada la prác- conoce a la tríada con el acrónimo MURCS: aplasia del con-
tica del cariotipo para descartar trastornos de XY del desarrollo ducto de Müller, aplasia renal y displasia de somita cervicotorá-
sexual, denominados con anterioridad como seudohermafrodi- cica (MURCS, müllerian duct aplasia, renal aplasia and cervi-
tismo masculino (Hughes, 2006). Por último, puede surgir cothoracic somite dysplasia) (Duncan, 1979).
dolor pélvico por la acumulación de sangre oculta, procedente La importancia de las anomalías vaginales en la práctica obs-
del endometrio funcional, con obstrucción del orificio de salida. tétrica depende en gran medida del grado de la obstrucción. Por
ejemplo, la agenesia vaginal completa, si no se corrige por méto-
dos quirúrgicos, impide el embarazo al imposibilitar el coito
■ Agenesia de los conductos de Müller vaginal. En el síndrome de MRKH, se puede crear una vagina
Los defectos segmentarios de clase I son efecto de hipoplasia o funcional, pero es imposible la procreación. Sin embargo, en
agenesia de los conductos de Müller, como se indica en la figura dichas mujeres es posible recuperar óvulos para la fecundación in
3-2. Los problemas congénitos pueden abarcar la vagina, el cue- vitro (IVF, in vitro fertilization), en una “madre de alquiler”.
llo y el útero o las trompas de Falopio y pueden ser aislados o En el caso del tabique longitudinal, casi siempre es completo;
coexistir con otros trastornos del mismo origen. si es parcial, se halla en un punto alto de la vagina. De manera
A. Completo B. Parcial
V. Tabicado VI. Arqueado
VII. Por DES
A. Completo B. Parcial
FIGURA 3-2. Clasificación de las anomalías de los conductos de Müller. (Reimpresa con autorización de The American Fertility Society, 1988.)
40 Anatomía y fisiología maternas
característica, los tabiques se acompañan de otras anomalías de fecundidad, se elige la histerosalpingografía (HSG, hysterosalpin-
los conductos de Müller (Haddad, 1997). Por lo regular, el tabi- gography) para la valoración de la cavidad uterina y el libre trán-
que longitudinal completo no provoca distrofia porque el lado sito por las trompas; no obstante, la HSG no define con preci-
vaginal por el cual desciende el feto se dilata de manera satisfac- sión el contorno externo del útero y delinea tan sólo cavidades
SECCIÓN 2
toria. Sin embargo, el tabique longitudinal incompleto o con con libre tránsito. Está contraindicada durante el embarazo.
obstrucción parcial puede interferir con el descenso del producto. En casi todas las situaciones clínicas se realiza de manera inicial
El tabique transversal causa obstrucción de espesor variable y la ecografía. Las proyecciones transabdominales permiten maxi-
puede aparecer en cualquier punto del interior de la vagina. En mizar la amplitud del campo de visión, pero la ecografía transva-
ocasiones, la porción superior de la vagina está separada del ginal (TVS, transvaginal sonography) logra una imagen de mejor
resto de la misma por un tabique con un orificio pequeño. Gib- resolución. Para esta indicación, la exactitud “acumulada” de la
son (2003) notificó lo anterior y lo relacionó con aborto espon- TVS es de 90 a 92% (Pellerito, 1992). La ecografía con introduc-
táneo, además de describir la dilatación del orificio septal para ción de solución salina (infusión) (SIS, saline infusion sonography)
poder evacuar los productos de la concepción. En el parto, las mejora la definición del endometrio y la morfología interna del
zonas estenóticas pueden tomarse de modo erróneo como el útero, pero sólo en caso de que haya libre tránsito en la cavidad
límite superior de la bóveda vaginal y el orificio septal se identi- endometrial. También está contraindicada en el embarazo. La eco-
fica en forma equivocada como un orificio cervical no dilatado. grafía tridimensional (3D) es más exacta que la bidimensional
En caso de reconocer tal anomalía durante el parto y, si se ha porque genera imágenes uterinas desde cualquier ángulo. Con esta
dilatado por completo el orificio externo, la cabeza fetal com- técnica es posible elaborar imágenes coronales que son esenciales
prime el tabique y hace que sobresalga en sentido inferior. Si el para valorar los contornos interno y externo del útero (Olpin,
tabique no cede, la presión mínima en su orificio permite por lo 2009). Las dos formas de ecografía son útiles durante el embarazo.
regular mayor dilatación, pero algunas veces se necesitan inci- En pacientes ginecológicas se completan en forma óptima durante
siones en cruz para lograr la expulsión del feto (Blanton, 2003). la fase luteínica, en la que el endometrio secretor produce con-
Sin embargo, en caso de que el tabique transversal sea grueso, es traste por su mayor espesor y su ecogenicidad (Caliskan, 2010).
necesaria en ocasiones una cesárea. Algunos investigadores han señalado excelente concordancia
entre las imágenes de TVS tridimensional y la resonancia magné-
■ Anormalidades cervicouterinas tica, respecto de anomalías de los conductos de Müller, aunque se
prefiere a la segunda técnica para identificar dichas alteraciones
Las alteraciones congénitas del cuello uterino comprenden una (Bermejo, 2010; Ghi, 2009). Con la resonancia se obtiene defi-
agenesia parcial o total, duplicación y tabique longitudinal. La age- nición nítida de la anatomía interna y externa del útero y su pre-
nesia total no corregida no es compatible con el embarazo y una cisión publicada alcanza el 100% en la identificación de anoma-
opción es IVF con una “madre de alquiler” para la gestación. La lías de los conductos de Müller (Fedele, 1989; Pellerito, 1992).
corrección quirúrgica de la anastomosis uterovaginal ha posibi- Aún más, también se pueden valorar e identificar alteraciones
litado que se logre un embarazo de término (Deffarges, 2001; complejas y entidades secundarias coexistentes, como anomalías
Fedele, 2008). La cirugía de corrección se acompaña de compli- de riñones o esqueleto. Las precauciones en la práctica de MR
caciones notables y Rock (2010) y Roberts (2011) et al. han durante el embarazo se exponen en el capítulo 46 (pág. 934).
destacado la necesidad de contar con una definición anatómica En algunas mujeres sometidas a estudios de esterilidad se eli-
precisa desde el preoperatorio. Por tal razón, recomiendan la gen algunas veces la histeroscopia y la laparoscopia para identi-
práctica de histerectomía en caso de agenesia cervical completa ficar problemas de los conductos de Müller; para reconocer la
y reservan los intentos de reconstrucción para mujeres cuidado- endometriosis que suele coexistir con tales problemas, y para
samente seleccionadas con disgenesia cervical. descartar otras alteraciones de cavidades tubáricas o uterinas
(Puscheck, 2008; Saravelos 2008). Sin embargo, la histerosco-
■ Anormalidades uterinas pia está contraindicada durante el embarazo.
De todas las malformaciones uterinas congénitas, en el cuadro
3-1 se incluyen sólo algunas de las más comunes. Es difícil Útero unicorne (clase II)
conocer la prevalencia poblacional precisa de ellas porque las En esta anomalía puede estar ausente un cuerno subdesarrollado
mejores técnicas diagnósticas son penetrantes. La prevalencia o rudimentario. Si existe, es posible que se comunique o no y
poblacional publicada varía de 0.4 a 5% y las cifras en mujeres puede contener o no una cavidad revestida de endometrio (fig.
con abortos espontáneos repetidos son significativamente mayo- 3-2). Las cifras de la población general indican que en una de
res (Acién, 1997; Byrne, 2000; Chan, 2011b). En una revisión cada 4 000 mujeres se identifica el útero unicorne (Reichman,
de 22 estudios que incluyeron a más de 573 000 mujeres en las 2009). Se lo reconoce en ocasiones durante estudios de fecundi-
que se buscaron de forma sistemática dichas malformaciones, dad con el empleo de la histerosalpingografía. A pesar de que
Nahum (1998) señaló la siguiente distribución de anomalías esta última define el contorno de la cavidad primaria, es posible
uterinas: útero bicorne (39%), tabicado (34%), didelfo (11%), que el medio de contraste no llene cuernos residuales no comu-
arqueado (7%), unicorne (5%) e hipoplásico o aplásico (4%). nicantes o que no estén en la cavidad. La ecografía regular es
Los trastornos del conducto de Müller se pueden identificar difícil en manos de ecógrafos poco experimentados, dado que
en el tacto ginecológico regular, la cesárea, la laparoscopia para quizá no se identifique el menor tamaño y la desviación lateral
esterilización tubárica o el estudio de valoración de la infecundi- de un útero unicorne aislado o uno rudimentario. En caso de
dad. Según sea el cuadro clínico inicial, los medios diagnósticos sospechar el cuadro anormal, por medio de ecografía tridimen-
pueden incluir histerosalpingografía, ecografía, resonancia mag- sional, se mejora la exactitud diagnóstica, pero a menudo se pre-
nética, laparoscopia e histeroscopia. Cada uno posee limitacio- fiere la resonancia magnética (fig. 3-3). Como dato importante,
nes y se pueden utilizar en combinación para la definición pre- 40% de las mujeres afectadas presenta también alteraciones de
cisa de la anatomía. En las mujeres sometidas a valoración de los riñones y dicha técnica está indicada (Fedele, 1996a).
Anomalías congénitas del aparato genitourinario 41
CAPÍTULO 3
A B C
FIGURA 3-3. Imágenes ecográficas tridimensionales transvaginales. A. Útero tabicado en una mujer no embarazada, que de manera caracterís-
tica tiene un contorno aplanado de la porción externa del fondo, pero una hendidura profunda que separa las cavidades endometriales hiper-
ecoicas. B. Útero unicorne gestante que ilustra la habitual configuración en forma de “banana” (A y B modificadas con autorización de Moschos,
2012). C. Útero arqueado en una mujer no embarazada que de manera típica tiene un contorno externo plano del fondo y una indentación
superficial en la cavidad endometrial hiperecoica. (Modificada con autorización de Werner, 2012.)
La alteración mülleriana supone graves peligros obstétricos Didelphys virginiana o zarigüeya, una de las especies de mamíferos
que incluyen aborto espontáneo en el primer y el segundo tri- en las que la hembra tiene útero, cuello y vagina dobles.
mestres, presentaciones anormales, restricción del crecimiento Es importante sospechar la presencia de estos trastornos en el
fetal, óbito fetal, rotura prematura de membranas y parto de tacto ginecológico por la identificación de un tabique vaginal lon-
pretérmino (Chan, 2011a; Hua, 2011; Reichman, 2009). Los gitudinal y dos cuellos uterinos. Durante la práctica de HSG en la
riesgos anteriores, según algunos autores, provienen de anoma- valoración de fecundidad, el medio de contraste perfila dos con-
lías de la corriente sanguínea al útero, insuficiencia cervicoute- ductos endocervicales separados que desembocan en cavidades
rina y disminución del volumen de la cavidad y la masa muscu- endometriales fusiformes independientes que no se comunican y
lar del hemiútero (Donderwinkel, 1992). cada una termina en una sola trompa de Falopio. En mujeres sin
Los cuernos rudimentarios también incrementan el riesgo de problemas de fecundidad, uno de los primeros métodos imageno-
embarazo ectópico dentro de las estructuras residuales, que lógicos es la ecografía, y con ella se reconocen cuellos uterinos
puede ser desastroso; dicho riesgo comprende residuos cavita- divergentes y separados, con una gran hendidura intermedia en el
rios no comunicantes, por migración de espermatozoides a tra- fondo del útero. Las cavidades endometriales están separadas de
vés del peritoneo (Nahum, 2004). Rolen et al. (1996), en un modo uniforme. Los signos de la resonancia magnética pueden
artículo que informó la evolución de 70 embarazos de ese tipo, ser útiles en casos en que no se detectan los hallazgos típicos.
identificaron que el cuerno uterino rudimentario se rompió en Los resultados obstétricos adversos que aparecen con el útero
casi todas las mujeres antes de las 20 semanas. Nahum (2002) didelfo son similares, aunque menos frecuentes que los observa-
revisó las publicaciones de 1900 a 1999 e identificó 588 emba- dos con el útero unicorne. Entre los problemas cuyo riesgo
razos en cuernos rudimentarios. En la mitad de ellos hubo aumenta figuran aborto espontáneo, parto de pretérmino y pre-
rotura del útero y 80% de los casos de esta complicación ocurrió sentación anómala (Chan, 2011a; Grimbizis, 2001; Hua,
antes del tercer trimestre. En el total de 588 casos, la superviven- 2011). La metroplastia para tratar el útero didelfo o el bicorne
cia del recién nacido fue tan sólo del 6%. comprende la extirpación del miometrio “intermedio” y la
Los estudios imagenológicos hacen posible un diagnóstico recombinación del fondo uterino. Se trata de operaciones poco
más temprano del embarazo en un cuerno rudimentario, de comunes que se practican para pacientes muy seleccionadas que
modo que puede tratarse con medidas médicas o quirúrgicas sufren abortos espontáneos por lo demás inexplicables. Por des-
antes de que se rompa (Edelman, 2003; Khati, 2012; Worley, gracia, no hay pruebas basadas en datos científicos que confir-
2008). Si el trastorno se diagnostica en una mujer no embarazada, men la eficacia de la reparación quirúrgica.
muchos especialistas recomiendan la extirpación profiláctica del
cuerno que posee una cavidad (Fedele, 2005; Rackow, 2007). Útero bicorne (clase IV)
Este trastorno, relativamente común, es producto de la falta de
Útero didelfo (clase III) fusión del fondo uterino, con lo cual se obtienen dos hemiúte-
Esta anomalía interesante del conducto de Müller surge de la falta ros con un cuello y una vagina solos (fig. 3-2). Tal y como ocurre
completa de fusión, lo cual da lugar a dos hemiúteros y hemicér- con el útero didelfo, es frecuente que coexista un tabique vaginal
vix, totalmente independientes, y por lo general dos vaginas (fig. longitudinal. Puede ser difícil diferenciar por medios radiológi-
3-2). Casi todas las mujeres con este trastorno tienen vagina doble cos el útero bicorne del útero tabicado. Sin embargo, tal diferen-
o un tabique vaginal longitudinal (Heinonen, 1984). El útero ciación es importante porque este último puede tratarse por
didelfo puede surgir como entidad aislada o ser parte de una tríada ablación del tabique por medio de histeroscopia. Los cuernos
que incluye hemivagina obstruida y agenesia renal ipsolateral por completo divergentes que se identifican en HSG pueden
(OHVIRA, obstructed hemivagina and ipsilateral renal agenesis), sugerir que la entidad es un útero bicorne. El ángulo intercor-
conocida también como síndrome de Herlyn-Werner-Wunderlich nual >105° indica útero bicorne, en tanto que aquel <75° señala
(Smith, 2007; Tong, 2013). El calificativo didelfo procede de la un útero tabicado. Sin embargo, se necesita la resonancia mag-
raíz griega di (dos) y delfos (útero), es decir, dos úteros. La expre- nética para definir los contornos del fondo del útero. Con este
sión anterior se utilizó alguna vez para referirse a todos los marsu- método, una hendidura descendente intrafúndica que mida
piales, pero en la actualidad sólo se aplica a un género que incluye ≥1 cm denota la presencia de útero bicorne, en tanto que la
42 Anatomía y fisiología maternas
profundidad de la hendidura <1 cm señala la existencia de un intraepitelial cervicouterina, carcinoma cervical microcítico y
útero tabicado. La ecografía tridimensional también permite la adenosis vaginal. De las mujeres afectadas, 25% mostró varia-
valoración interna y externa del útero. ciones estructurales identificables en el cuello de la vagina, entre
En el caso del útero bicorne, aumentan los riesgos de resulta- ellas tabiques transversales, bordes circunferenciales y “collares”
SECCIÓN 2
dos obstétricos adversos, como aborto espontáneo, nacimiento cervicales. Otras alteraciones más fueron cavidad uterina de
de pretérmino y presentaciones fetales anómalas. Como se menor volumen, acortamiento de los segmentos uterinos supe-
indicó ya, la corrección quirúrgica por metroplastia se reserva riores, cavidad en T e irregular de otro tipo y anomalías de las
para pacientes muy seleccionadas. trompas de Falopio (fig. 3-2) (Barranger, 2002).
Las mujeres de esta categoría también tuvieron problemas de
Útero tabicado (clase V) fecundidad que incluyeron menores índices de concepción y
Esta alteración se presenta cuando un defecto de la reabsorción cifras más elevadas de aborto espontáneo, embarazo ectópico y
produce persistencia completa o parcial de un tabique longitu- parto de pretérmino, en particular las que tuvieron anormalida-
dinal en la cavidad uterina (fig. 3-2). En casos raros se identifica des estructurales (Goldberg, 1999; Palmer, 2001). En la actuali-
un tabique completo que abarca la vagina, el cuello y el útero dad, después de un lapso mayor de 50 años desde que se prohi-
(Darwish, 2009). Muchos casos de útero tabicado se identifican bió el uso del DES, muchas de las mujeres afectadas ya han
durante estudios de esterilidad o pérdida repetitiva de la gesta- superado la etapa de reproducción, pero en ellas se han señalado
ción. Con HSG se puede reconocer la anomalía, pero se requie- cifras más altas de menopausia temprana y cáncer mamario
ren casi siempre resonancia magnética o ecografía tridimensio- (Hatch, 2006; Hoover, 2011).
nal para diferenciar esta entidad del útero bicorne (fig. 3-3).
Las anomalías septales se acompañan de disminución de la ■ Anormalidades de las trompas de Falopio
fecundidad y también de incremento de los riesgos de que el
Las trompas de Falopio provienen de los extremos distales úni-
embarazo tenga una culminación adversa, que incluye aborto
cos de los conductos de Müller. Entre las anomalías congénitas
espontáneo, parto de pretérmino y presentación anormal. El
en ellas se encuentran orificios accesorios, agenesia tubárica
tabique uterino poco vascularizado tal vez da lugar a que la
completa o segmentaria y restos quísticos embrionarios (Woo-
implantación del embrión temprano sea anormal o deficiente y
druff, 1969). De ellos, el más frecuente es un quiste pequeño
su desarrollo defectuoso, y que se produzca con ello el aborto
benigno unido a través de un pedículo al extremo distal de la
espontáneo (Fedele, 1996b). Se ha demostrado que la ablación
trompa, la llamada hidátide pediculada de Morgagni (Zheng,
del tabique por histeroscopia mejora las cifras y los resultados del
2009). En otros casos, los quistes paratubáricos benignos pue-
embarazo (Grimbizis, 2001; Mollo, 2009; Pabuçcu, 2004).
den provenir del mesonefros o el mesotelio. Por último, la expo-
Nouri et al. (2010), según los resultados de su metaanálisis,
sición a DES in utero se ha vinculado con algunas anomalías
indicaron un índice de embarazo de 60% y una cifra de recién
tubáricas; de ellas, se han relacionado con la infecundidad trom-
nacidos vivos de 45% en mujeres tratadas.
pas cortas y tortuosas u otras con franjas muy arrugadas y orifi-
Útero arqueado (clase VI) cios pequeños (DeCherney, 1981).
Esta malformación es una pequeña desviación del desarrollo
normal del útero (fig. 3-3). Algunos estudios no informan un FLEXIÓN UTERINA
incremento de los resultados adversos con este problema, pero
otros han identificado pérdidas excesivas en el segundo trimes- ■ Anteflexión
tre, casos de parto de pretérmino y presentaciones anormales Este trastorno se define como la flexión anterior del fondo ute-
(Ghan, 2011a; Mucowski, 2010; Woelfer, 2001). rino en relación con el cuello del útero en el plano sagital. La
flexión leve o moderada no tiene consecuencias clínicas, pero los
Tratamiento con cerclaje
extremos congénitos o adquiridos pueden ocasionar complica-
Algunas mujeres con anomalías uterinas y pérdidas repetidas de la ciones del embarazo. Por lo regular, los grados demasiado gran-
gestación pueden beneficiarse del cerclaje transvaginal o transab- des de anteflexión no producen problemas en las gestaciones
dominal del cuello uterino (Golan, 1992; Groom, 2004). Tam- tempranas; sin embargo, en fases posteriores, si la pared abdomi-
bién pueden beneficiarse algunas con atresia o hipoplasia cervical nal es laxa como en la diastasis de rectos anteriores del abdomen
parcial (Hampton, 1990; Ludmir, 1991; Mackey, 2001). Las o una hernia ventral, el útero puede desplazarse hacia delante; la
pacientes elegibles para someterse a este método se determinan anomalía puede ser tan grande que el fondo queda por debajo
con los mismos criterios utilizados para mujeres sin los defectos del borde inferior de la sínfisis púbica. Algunas veces esta posi-
señalados, que se exponen en el capítulo 18 (pág. 361). ción uterina anormal impide la transmisión apropiada de las
contracciones del parto, pero la situación anterior se supera casi
■ Trastornos del aparato reproductor siempre por la recolocación de esta víscera y la adaptación de
por dietilestilbestrol (clase VII) una faja abdominal.
En el decenio de 1960 se prescribió un estrógeno no esteroide
sintético, el dietilestilbestrol (DES, diethylstilbestrol), para tratar ■ Retroflexión
la amenaza de aborto, el parto de pretérmino, la preeclampsia y Esta alteración es la flexión del fondo uterino hacia atrás en el
la diabetes en embarazadas. Dicho tratamiento resultó extraor- plano sagital. El útero en retroflexión cada vez mayor puede
dinariamente ineficaz. Además, poco después se observó que las sufrir de manera ocasional encarcelamiento en la concavidad
mujeres habían expuesto a su feto a grandes riesgos de presentar sacra. Las manifestaciones incluyen molestia abdominal, sensa-
diversas anomalías específicas del aparato reproductor. Éstas ción de tensión pélvica y disfunción urinaria que puede incluir
incluyeron adenocarcinoma vaginal de células claras, neoplasia polaquiuria o retención de orina. En el tacto bimanual se palpa
Anomalías congénitas del aparato genitourinario 43
CAPÍTULO 3
de la pared
anterior ellas. Por desgracia, no siempre es posible lo
anterior (Singh, 2007).
Friedman et al. (1986) describieron un
caso raro de saculación posterior después del
Placenta
tratamiento demasiado intensivo de adhe-
rencias intrauterinas. Por último, la retrover-
sión uterina y el divertículo uterino verda-
dero se han considerado de modo erróneo
saculaciones uterinas (Hill, 1993; Rajiah,
2009).
Pared
uterina posterior
■ Torsión uterina
Durante el embarazo es común que el útero
gire hacia el lado derecho. Sólo de manera
ocasional la rotación excede los 180° hasta
FIGURA 3-4. Saculación anterior del útero gestante. Se destaca la pared uterina anterior producir torsión. Muchos de los casos de tor-
muy adelgazada y el sitio atípico del fondo uterino verdadero. sión son consecuencia de leiomiomas uteri-
nos, anomalías de los conductos de Müller,
presentación fetal anormal, adherencias pél-
que el cuello se halle en el plano anterior y por detrás de la sín- vicas y laxitud de la pared abdominal o los ligamentos uterinos.
fisis del pubis, en tanto que el útero se percibe como una masa Jensen (1992) revisó 212 casos y señaló que entre los síntomas
en cuña en la pelvis. Algunas veces se necesita ecografía o reso- acompañantes pueden figurar obstrucción del parto, molestias
nancia magnética para confirmar el diagnóstico clínico (Gard- intestinales o urinarias, dolor abdominal, hipertonía uterina,
ner, 2013; Grossenburg, 2011; van Beekhuizen, 2003). expulsión de sangre por vagina e hipotensión. Las complicacio-
El útero encarcelado debe recolocarse en su posición anató- nes de la madre y el feto fueron más comunes con el embarazo
mica normal. Después del cateterismo vesical, el útero puede temprano y con los grados mayores de torsión.
desplazarse fuera de la pelvis con la paciente en posición genu- Casi todos los casos de torsión uterina se identifican en el
pectoral. A menudo la técnica anterior se realiza mejor con pre- momento de la cesárea. En algunas mujeres, la torsión se confirma
sión digital aplicada a través del recto. Se necesitan en ocasiones en el preoperatorio con el uso de MR, en la cual se advierte que la
sedación con la paciente consciente, analgesia raquídea o anes- vagina está “girada” con un aspecto en X y no en su forma normal
tesia general. Después de volver el útero a su posición se deja la en H (Nicholson, 1995). Tal y como se observa con el encarcela-
sonda hasta que reaparece el tono vesical. Por lo regular, la colo- miento uterino durante la cesárea, es necesario recolocar el útero
cación de un pesario blando durante una semana impide el muy desplazado en su posición anatómica antes de realizar la his-
nuevo encarcelamiento. Lettieri et al. (1994) describieron siete terectomía. En algunos casos, la imposibilidad de devolver la vís-
casos de encarcelamiento uterino en los que no fue posible apli- cera a su posición puede obligar a efectuar una incisión de histerec-
car métodos sencillos. En dos mujeres se utilizó la laparoscopia tomía posterior (Albayrak, 2011; De Ioris, 2010; Picone, 2006).
a las 14 semanas para recolocar al útero con utilización de los
ligamentos redondos como medio de tracción. De forma alter-
nativa, en dos series de casos se usó la colonoscopia para desalo- BIBLIOGRAFÍA
jar el útero encarcelado (Dierickx, 2011; Seubert, 1999).
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tra un ejemplo de saculación anterior. En estos casos extremos se Roentgenol 198(4):W381, 2012
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preciso practicar la cesárea cuando hay saculación excesiva; American Fertility Society: The American Fertility Society classifications of
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46
CAPÍTULO 4
Fisiología materna
APARATO REPRODUCTOR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 tanto, las adaptaciones fisiológicas del embarazo normal pueden
malinterpretarse como patológicas, pero también desenmasca-
MAMAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 ran o agravan alguna enfermedad preexistente.
Durante el embarazo normal, todos los sistemas orgánicos
PIEL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
experimentan cambios anatómicos y funcionales que pueden
CAMBIOS METABÓLICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51 alterar mucho los criterios para el diagnóstico y el tratamiento
de las enfermedades. Por consiguiente, la comprensión de estas
CAMBIOS HEMATOLÓGICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55 adaptaciones en el embarazo se mantiene como un objetivo pri-
mordial en la obstetricia, y sin tal conocimiento es casi imposi-
APARATO CARDIOVASCULAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58 ble comprender los procesos patológicos que pueden amenazar
a las mujeres durante el embarazo.
APARATO RESPIRATORIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
das, fáciles de deprimir, a través de las cuales casi siempre se ras. Durante el segundo trimestre, las contracciones pueden
palpa el feto con facilidad. detectarse con el examen bimanual. Como el primero en prestar
Es probable que la hipertrofia uterina al comienzo del emba- atención a este fenómeno fue J. Braxton Hicks en 1872, las con-
razo estimule la acción del estrógeno y tal vez de la progesterona. tracciones recibieron su nombre. Estas contracciones aparecen
CAPÍTULO 4
Es evidente que la hipertrofia del inicio del embarazo no es del en forma esporádica y por lo general no son rítmicas. Su inten-
todo una respuesta a la distensión mecánica por los productos de sidad varía entre 5 y 25 mmHg (Alvarez, 1950). Hasta las últi-
la concepción, ya que se observan cambios uterinos semejantes con mas semanas de embarazo, estas contracciones de Braxton Hicks
el embarazo ectópico (pág. 379). No obstante, después de unas 12 son poco frecuentes, pero su número aumenta durante las últi-
semanas, el aumento del tamaño uterino se debe sobre todo a la mas dos semanas. En ese momento, el útero puede contraerse
presión que ejercen los productos de la concepción en crecimiento. hasta cada 10 a 20 min, con cierto carácter rítmico. En concor-
El crecimiento uterino es más notorio en el fondo. En los dancia, los estudios de la actividad eléctrica uterina mostraron
primeros meses del embarazo, las trompas de Falopio, los liga- patrones bajos y discoordinados al comienzo del embarazo, que
mentos ováricos y redondos se insertan sólo un poco debajo del se vuelven cada vez más intensos y sincronizados hacia el tér-
vértice del fondo. En los últimos meses, se localizan un poco mino (Garfield, 2005). Al final del embarazo, estas contraccio-
más arriba de la parte media del útero. La posición de la pla- nes pueden causar cierta molestia y representan el llamado falso
centa también influye en la magnitud de la hipertrofia uterina, trabajo de parto (cap. 21, pág. 409).
ya que la porción del útero que rodea al sitio placentario crece
con más rapidez que el resto.
Flujo sanguíneo uteroplacentario
El suministro de la mayoría de las sustancias esenciales para el
Reordenamiento de los miocitos crecimiento fetal y placentario, metabolismo y eliminación de
La musculatura uterina durante el embarazo está dispuesta en desechos depende de la perfusión adecuada del espacio interve-
tres estratos. La primera es una capa externa parecida a un capu- lloso placentario (cap. 5, pág. 96). El cálculo exacto del flujo
chón, que se arquea sobre el fondo y se extiende en los diversos sanguíneo uteroplacentario real es técnicamente difícil. La per-
ligamentos. Una capa media, que está formada por una red fusión placentaria depende del flujo sanguíneo uterino total y
densa de fibras musculares perforadas en todas direcciones por por ahora no es posible hacer una medición simultánea en los
vasos sanguíneos, y por último una capa interna, con fibras vasos uterinos, ováricos y colaterales, incluso con angiografía
semejantes a esfínteres alrededor de los orificios de las trompas por resonancia magnética (Pates, 2010). Con el uso de medicio-
de Falopio y el orificio interno del cuello uterino. nes directas, como los ritmos de depuración de androstenediona
La mayor parte de la pared uterina la forma la capa media. y xenón-133, se observa que el flujo sanguíneo uteroplacentario
Cada célula de esta capa tiene una curva doble, por lo que el aumenta de manera progresiva durante el embarazo. Las estima-
entrelazado de dos fibras cualesquiera produce una forma pare- ciones varían de 450 a 650 ml/min cerca del término (Edman,
cida a un ocho. Esta disposición es crucial porque cuando las célu- 1981; Kauppila, 1980). Estos cálculos son muy similares a los
las se contraen después del parto, constriñen los vasos sanguíneos obtenidos con métodos invasivos, 500 a 750 ml/min (Assali,
penetrantes y así actúan como ligaduras (fig. 2-11, pág. 27). 1953; Browne, 1953; Metcalfe, 1955). Para poner esta notable
cifra de flujo sanguíneo en contexto, se recuerda que el flujo
Tamaño, forma y posición del útero sanguíneo en la circulación completa de una mujer no embara-
Durante las primeras semanas, el útero mantiene su forma ori- zada es cercano a 5 000 ml/min.
ginal de pera (piriforme). No obstante, conforme el embarazo Los resultados de los estudios realizados en ratas por Page et
avanza, el cuerpo y el fondo se vuelven más globulares y son casi al. (2002) muestran que las venas uterinas también experimen-
esféricos para las 12 semanas de gestación. A partir de ese tan adaptaciones significativas durante el embarazo. En particu-
momento, el órgano aumenta de longitud a mayor ritmo que de lar, su remodelación comprende la disminución del contenido
anchura y asume una forma ovoide. Para el final de la semana de elastina y de la densidad de nervios adrenérgicos, lo que
12, el útero ya es demasiado grande para mantenerse del todo incrementa el calibre venoso y la distensibilidad. Como es
dentro de la pelvis. Conforme el útero crece, hace contacto con lógico, estos cambios son necesarios para alojar el aumento
la pared abdominal anterior; desplaza a los intestinos a los lados masivo del flujo sanguíneo uteroplacentario.
y arriba, al final llega casi al hígado. Con el ascenso uterino Al estudiar los efectos del trabajo de parto en el flujo sanguí-
desde la pelvis, casi siempre rota a la derecha. Es probable que neo uteroplacentario, Assali et al. (1968) colocaron sondas de
esta dextrorrotación se deba a que el colon sigmoide está al lado flujo electromagnéticas directamente en una arteria uterina en
izquierdo de la pelvis. Conforme el útero asciende, se ejerce ten- ovejas y perras con embarazo de término. Encontraron que las
sión sobre los ligamentos anchos y redondos. contracciones uterinas, ya fueran espontáneas o inducidas, pro-
Con la embarazada de pie, el eje longitudinal del útero ducían un descenso del flujo sanguíneo casi proporcional a la
corresponde a una extensión del eje de la entrada pélvica. La intensidad de la contracción. También mostraron que una con-
pared abdominal soporta el útero y, a menos que esté muy rela- tracción tetánica producía un descenso marcado en el flujo san-
jada, mantiene esta relación entre el eje longitudinal del útero y guíneo uterino. Harbert et al. (1969) hicieron una observación
el eje de la entrada pélvica. Cuando la embarazada está en decú- similar en monas gestantes. En seres humanos, parece que las
bito dorsal, el útero descansa sobre la columna vertebral y los contracciones uterinas afectan mucho menos la circulación fetal
grandes vasos adyacentes. (Brar, 1988).
Regulación del flujo sanguíneo uteroplacentario. El flujo
Contractilidad uterina sanguíneo materno-placentario aumenta de manera progresiva
A partir del comienzo del embarazo, el útero experimenta con- durante el embarazo, sobre todo por vasodilatación. Palmer et
tracciones irregulares que en condiciones normales son indolo- al. (1992) mostraron que el diámetro de la arteria uterina se
48 Anatomía y fisiología maternas
CAPÍTULO 4
parto, debe empujarse hacia arriba o mantenerse fuera del paso.
■ Ovarios
La ovulación cesa durante el embarazo y se suspende la madura-
ción de folículos nuevos. El cuerpo amarillo único que se
encuentra en las embarazadas funciona al máximo durante las
primeras seis a siete semanas del embarazo, cuatro a cinco sema-
nas después de la ovulación, y después contribuye relativamente
poco a la producción de progesterona. Estas observaciones se
confirmaron mediante la extirpación quirúrgica del cuerpo
amarillo antes de las siete semanas, cinco semanas luego de la
ovulación. La extirpación produce una caída rápida en la con-
centración de progesterona sérica materna y aborto espontáneo
(Csapo, 1973). Sin embargo, después de ese periodo, la excisión
del cuerpo amarillo no produce el aborto, ni siquiera la ooforec-
tomía bilateral a las 16 semanas causa la pérdida del embarazo
(Villaseca, 2005). Resulta interesante que en tales casos, la con-
centración de hormona foliculoestimulante (FSH, follicle-stimu-
FIGURA 4-2. Arborización o patrón en helecho del moco cervicoute-
rino. (Fotografía proporcionada por el Dr. James C. Glenn.)
lating hormone) no llega a niveles perimenopáusicos hasta unas
cinco semanas después del parto.
Es frecuente una reacción decidual extrauterina en y bajo la
superficie de los ovarios, y por lo general se observa en el parto
portaobjetos, produce cristalización característica o formación de por cesárea. Estos parches elevados de tejido sangran con facili-
cuentas a causa de la progesterona. En ocasiones, se observa dad y a primera vista parecen adherencias recién rotas. Se obser-
arborización de los cristales, o formación de helechos, como resul- van reacciones deciduales semejantes en la serosa uterina y en
tado de la fuga de líquido amniótico (fig. 4-2). otros órganos pélvicos, incluso en los abdominales extrapélvicos
Durante el embarazo, es probable que las células basales cer- (Bloom, 2010). Estas zonas surgen del mesénquima subceló-
canas a la unión escamocolumnar tengan cualidades prominen- mico como resultado de la estimulación con progesterona;
tes de tamaño, forma y tinción. Se considera que estos cambios desde una perspectiva histológica se parecen al estroma endome-
están inducidos por los estrógenos. Además, el embarazo se rela- trial intrauterino estimulado por progestina que se describe en el
ciona con hiperplasia de glándulas endocervicales y apariencia capítulo 5 (pág. 86) (Russell, 2009).
hipersecretora, la reacción de Arias-Stella, lo cual dificulta mucho El enorme calibre de las venas ováricas observado en el parto
la identificación de células glandulares atípicas en la prueba de por cesárea es sorprendente. Hodgkinson (1953) encontró que
Papanicolaou (Connolly, 2005). durante el embarazo, el diámetro del pedículo vascular ovárico
aumentaba de 0.9 cm hasta cerca de 2.6 cm al término. Recuér-
Prolapso de órgano pélvico dese de nuevo que el flujo en una estructura tubular aumenta de
Como resultado del prolaposo apical, el cuello uterino, y a veces manera exponencial conforme se incrementa el diámetro.
una parte del cuerpo uterino, experimenta una protrusión varia-
ble por la vulva durante el embarazo en etapa inicial. Con el Relaxina
crecimiento continuado, el útero casi siempre crece por arriba Como se explica en el capítulo 5 (pág. 105), esta hormona pro-
de la pelvis y tira del cuello uterino hacia arriba. Si el prolapso teínica es producto del cuerpo amarillo, la decidua y la placenta
uterino persiste, puede haber síntomas de encarcelación alrede- con un patrón similar al de la gonadotropina coriónica humana
dor de las 10 a 14 semanas. Como medida de prevención, el (hCG, human chorionic gonadotropin). También se expresa en
útero puede reponerse durante el embarazo inicial y mantenerse diversos tejidos no reproductivos, incluidos cerebro, corazón y
en posición con un pesario adecuado. riñones. Se menciona aquí porque su secreción en el cuerpo
En contraste, la atenuación del soporte aponeurótico entre la amarillo parece tener una función clave para facilitar muchas
vagina y la vejiga puede causar prolapso vesical hacia la vagina, adaptaciones fisiológicas maternas (Conrad, 2013). Una de sus
esto es, un cistocele. La estasis urinaria que causa el cistocele acciones biológicas aparentes es la remodelación del tejido
predispone a la infección. El embarazo también puede agravar la conjuntivo de los órganos reproductivos para adaptarse al parto
incontinencia urinaria de esfuerzo relacionada, ya que la presión (Park, 2005). También parece que la relaxina es importante para
de cierre uretral no aumenta lo suficiente para compensar el iniciar el aumento hemodinámico renal, el descenso de la osmo-
aumento progresivo en la presión vesical (Iosif, 1981). La ate- lalidad sérica y el aumento de la distensibilidad arterial uterina
nuación de la aponeurosis rectovaginal causa rectocele. Si el relacionados con el embarazo normal (Conrad, 2011a,b). A
defecto es grande, puede llenarse con heces, que a veces sólo pesar de su nombre, la concentración sérica de relaxina no con-
pueden evacuarse en forma manual. Durante el trabajo de parto, tribuye a aumentar la laxitud articular periférica durante el
el cistocele o el rectocele pueden bloquear el descenso fetal, a embarazo (Marnach, 2003).
50 Anatomía y fisiología maternas
Quistes de la teca luteínica nuevas fibras elásticas. En ausencia de esta síntesis sobreviene el
Estas lesiones ováricas benignas se producen por la estimula- prolapso de la pared de rápida progresión (Rahn, 2008a,b).
ción fisiológica exagerada del folículo, llamada hiperreacción El aumento considerable de volumen de las secreciones cer-
luteínica. Esta forma de quistes ováricos bilaterales causa creci- vicales en el interior de la vagina durante el embarazo consiste
SECCIÓN 2
miento moderado a masivo. Por lo general, la reacción se rela- en una secreción blanca un poco espesa. El pH es ácido, varía de
ciona con aumento notable de la hCG sérica. Por lo tanto, no 3.5 a 6. Esto se debe al aumento en la producción de ácido lác-
es sorprendente que los quistes de la teca luteínica sean hallados tico a partir de glucógeno en el epitelio vaginal por la acción de
con frecuencia en la enfermedad trofoblástica (cap. 20, pág. 398). Lactobacillus acidophilus. Como se explica en el capítulo 65
Asimismo, es más probable encontrarlos cuando la placenta es (pág. 1276), el embarazo se relaciona con un aumento de 10 a
grande, como sucede en la diabetes, aloinmunización anti-D y 20 veces en la prevalencia de candidosis vulvovaginal (Farage,
embarazo múltiple (Tanaka, 2001). También hay informes de 2011).
quistes de la teca luteínica en la insuficiencia renal crónica
como resultado de la menor depuración de hCG, y en el hiper-
tiroidismo por la homología estructural entre la hCG y la hor- MAMAS
mona estimulante de la tiroides (Coccia, 2003; Gherman,
2003). Sin embargo, también se encuentran en mujeres con En las primeras semanas del embarazo, las mujeres a menudo
embarazos sin otras complicaciones y se cree que se deben a una experimentan sensibilidad y parestesias mamarias. Después del
respuesta exagerada de los ovarios a niveles normales de hCG segundo mes, las mamas aumentan de tamaño y aparecen venas
circulante (Langer, 2007). delicadas visibles justo debajo de la piel. Los pezones se vuelven
Aunque casi siempre son asintomáticos, la hemorragia den- mucho más grandes, más pigmentados y eréctiles. Después de
tro de los quistes puede causar dolor abdominal (Amoah, 2011). los primeros meses, a menudo es posible exprimir un líquido
La virilización materna se observa hasta en el 30% de las muje- espeso amarillento (calostro) por los pezones con un masaje
res, pero no se ha descrito virilización del feto (Kaňová, 2011). suave. Durante los mismos meses, las areolas se vuelven más
Las manifestaciones maternas incluyen calvicie temporal, hirsu- anchas y pigmentadas. Dispersas en las areolas existen elevacio-
tismo y clitoromegalia, y se acompañan de cantidades enormes nes pequeñas, las glándulas de Montgomery, que son glándulas
de androstenediona y testosterona séricas. Por lo general, el sebáceas hipertróficas. Si el tamaño mamario aumenta de una
diagnóstico se basa en los datos ecográficos de crecimiento ová- manera considerable, pueden formarse estrías similares a las del
rico bilateral con múltiples quistes en presencia del cuadro clí- abdomen. Raras veces, el crecimiento mamario puede alcanzar
nico concordante. Este trastorno se autolimita y se resuelve des- dimensiones patológicas; lo anterior se conoce como giganto-
pués del parto. Phelan y Conway (2011) revisaron el tratamiento mastia (fig. 4-3) y requiere intervención quirúrgica después del
que se describe con más detalle en el capítulo 63 (pág. 1228). parto (Antevski, 2011; Pasrija, 2006; Shoma, 2011; Vidaeff,
2003).
En la mayoría de los embarazos no existe relación entre el
tamaño mamario y el volumen de producción de leche (Hytten,
■ Trompas de Falopio 1995). Los cambios histológicos y funcionales mamarios indu-
La musculatura de las trompas de Falopio experimenta poca cidos por el embarazo y la lactancia se describen con más detalle
hipertrofia durante el embarazo. Sin embargo, el epitelio y la en el capítulo 36 (pág. 672).
mucosa tubaria se aplanan un poco. Es posible que se desarro-
llen células deciduales en el estroma y la endosalpinge, pero no
se forma una membrana decidua continua. Muy pocas veces, el
tamaño creciente del útero grávido, sobre todo en presencia de
quistes paratubarios u ováricos, puede causar torsión de la
trompa de Falopio (Batukan, 2007).
■ Vagina y perineo
Durante el embarazo, aumenta la vascularidad y hay hiperemia
en la piel y los músculos del perineo y la vulva, con ablanda-
miento del abundante tejido conjuntivo subyacente. Además,
son frecuentes los quistes del conducto de la glándula de Bar-
tholin de 1 cm (Berger, 2012). El aumento de la vascularidad
afecta mucho a la vagina y causa el color violeta característico
del signo de Chadwick. Las paredes vaginales sufren cambios
notables en preparación a la distensión que acompaña al trabajo
de parto y al parto. Estos cambios incluyen aumento considera-
ble del grosor de la mucosa, laxitud del tejido conjuntivo e
hipertrofia de las células de músculo liso. Las papilas del epitelio
vaginal experimentan hipertrofia que le da una apariencia tacho-
nada fina. Los estudios en ratones gestantes muestran que la
distensión vaginal produce mayor degradación de las fibras elás- FIGURA 4-3. Gigantomastia en una mujer cerca de término. (Foto-
ticas y un aumento en las proteínas necesarias para la síntesis de grafía proporcionada por la Dra. Patricia Santiago-Muñoz.)
Fisiología materna 51
CAPÍTULO 4
res. Los cambios cutáneos son frecuentes; al respecto Rathore et nica y desaparecen en la mayoría de las mujeres poco después
al. (2011) realizaron un examen dermatológico detallado de del parto. Lo más probable es que sean consecuencia de la hiper-
mujeres asintomáticas que acudían a una clínica prenatal en la estrogenemia.
India. Encontraron al menos un cambio cutáneo fisiológico en Además de estas lesiones aisladas, el aumento del flujo san-
el 87% de las mujeres. guíneo cutáneo durante el embarazo sirve para disipar el calor
generado por el incremento metabólico.
■ Pared abdominal
CAMBIOS METABÓLICOS
A partir de la etapa intermedia del embarazo, a menudo se desa-
rrollan estrías rojizas, un poco deprimidas en la piel abdominal, Como respuesta al aumento en las demandas del feto y la pla-
a veces también en la piel de las mamas y los muslos. Se llaman centa en rápido crecimiento, la embarazada experimenta nume-
estrías del embarazo o gravídicas. En las pacientes multíparas, rosos e intensos cambios metabólicos. Es cierto que ningún otro
además de las estrías rojizas del embarazo presente, muchas fenómeno fisiológico induce alteraciones metabólicas tan pro-
veces se observan líneas plateadas y brillantes que representan las fundas. Para el final del tercer trimestre, el índice metabólico
cicatrices de estrías anteriores. En un estudio de 110 pacientes basal materno aumenta 10 a 20% con respecto al estado previo
primíparas, Osman et al. (2007) publicaron que 48% tenía al embarazo. Hay un incremento de 10% adicional en las muje-
estrías del embarazo en el abdomen, 25% en las mamas y 25% res con embarazos gemelares (Shinagawa, 2005). Visto de otra
en los muslos. Los factores de riesgo principales eran el aumento manera, un análisis de la Organización Mundial de la Salud
de peso durante el embarazo, la menor edad materna y los ante- (2004) calculó que las demandas energéticas adicionales totales
cedentes familiares. Se desconoce la causa de las estrías gravídi- derivadas de un embarazo normal se aproximan a 77 000 kcal, u
cas y no existen tratamientos definitivos (Soltanipoor, 2012). 85 kcal/día en el primer trimestre, 285 kcal/día durante el
En ocasiones, los músculos de la pared abdominal no sopor- segundo y 475 kcal/día en el tercer trimestre (cuadro 4-1). Ade-
tan la tensión a la que se someten. El resultado es la separación más del incremento correspondiente en los requerimientos caló-
de los músculos del recto en la línea media, lo que crea un grado ricos, Löf (2011) encontró que las demandas energéticas eleva-
variable de diastasis del recto. Si el defecto es grave, una porción das también se compensan en parte debido a que las mujeres
considerable de la pared uterina anterior está cubierta sólo por embarazadas sanas se inclinan por actividades físicas menos exi-
una capa de piel, una aponeurosis atenuada y peritoneo, lo que gentes.
forma una hernia ventral.
■ Aumento de peso
■ Hiperpigmentación La mayor parte del incremento ponderal normal durante el
embarazo se atribuye al útero y su contenido; las mamas, y al
Ésta se desarrolla hasta en 90% de las mujeres. Casi siempre es aumento del volumen sanguíneo y del líquido extracelular. Una
más acentuada en aquellas con piel más oscura (Muallem, fracción menor se debe a alteraciones metabólicas que favorecen
2006). Se pigmenta de manera especial la línea media de la piel la acumulación de agua celular, grasa y proteína, las llamadas
abdominal, la línea alba, y adopta un color pardo negruzco que reservas maternas. Hytten (1991) publicó que el aumento de
entonces se denomina línea nigra. A veces aparecen parches par- peso promedio durante el embarazo es de 12.5 kg (cuadro 4-2).
dos irregulares de tamaño variable en la cara y el cuello, lo que Los aspectos del aumento de peso materno se consideran con
se llama cloasma o melasma del embarazo, también conocida más detalle en el capítulo 9 (pág. 177).
como máscara del embarazo. La pigmentación de las areolas y la
piel genital se intensifica también. Estos cambios pigmentarios
casi siempre desaparecen o al menos remiten en forma conside- ■ Metabolismo del agua
rable después del parto. Los anticonceptivos orales pueden cau- El aumento en la retención de agua es una alteración fisiológica
sar pigmentación similar (Sheth, 2011). normal del embarazo. Está mediado, al menos en parte, por un
Se sabe poco de la causa de estos cambios pigmentarios. Sin descenso en la osmolalidad plasmática cercano a 10 mosm/kg
embargo, la concentración de la hormona estimulante de los inducido por el reajuste de los umbrales osmóticos para la sed y
melanocitos, un polipéptido similar a la corticotropina, se eleva la secreción de vasopresina (Heenan, 2003; Lindheimer, 1995).
mucho durante todo el embarazo. También, hay informes de Como se muestra en la figura 4-4, este fenómeno funciona
que el estrógeno y la progesterona tienen efectos estimulantes en desde el inicio del embarazo.
los melanocitos. Al término, el contenido de agua del feto, la placenta y el
líquido amniótico se aproxima a 3.5 L. Se acumulan 3 L más
por el incremento del volumen sanguíneo de la madre y el
■ Cambios vasculares tamaño del útero y las mamas. Por lo tanto, la cantidad mínima
Los angiomas, llamados hemangiomas aracniformes, se desarro- de agua adicional que acumula la mujer promedio durante el
llan en casi dos tercios de las mujeres caucásicas y en cerca del embarazo normal es de 6.5 L. La mayoría de las embarazadas
10% de las de raza negra. Son elevaciones rojas diminutas en la presenta edema blando demostrable en tobillos y piernas, sobre
piel, muy frecuentes en la cara, el cuello, la parte superior del todo hacia el final del día. Esta acumulación de líquido, que
tórax y los brazos; tienen radiaciones que nacen de una lesión puede ascender a casi 1 L, se debe al aumento de la presión
52 Anatomía y fisiología maternas
venosa por debajo del nivel del útero como consecuencia de la función tiene la grasa o el agua materna en el crecimiento fetal.
oclusión parcial de la vena cava. La disminución de la presión Los estudios en las mujeres bien nutridas sugieren que el agua
coloidosmótica intersticial inducida por el embarazo normal corporal materna, y no la grasa, contribuye mucho más al peso
también favorece el edema en etapas posteriores del embarazo al nacer del recién nacido (Lederman, 1999; Mardones-Santan-
(Øian, 1985). der, 1998).
Los estudios longitudinales de composición corporal mostra-
ron un incremento progresivo del agua corporal total y la masa
adiposa durante el embarazo. Tanto el peso materno inicial
como el peso ganado durante el embarazo guardan una relación 300
importante con el peso al nacer. Sin embargo, no está claro qué
296
292
CUADRO 4-2. Análisis del aumento de peso con base
Posm (mosmol/kg)
Tejidos 10 20 30 40 284
y líquidos semanas semanas semanas semanas
Feto 5 300 1 500 3 400
280
Placenta 20 170 430 650
Líquido 30 350 750 800
amniótico 276
Útero 140 320 600 970
Mamas 45 180 360 405 272
Sangre 100 600 1 300 1 450
Líquido 0 30 80 1 480
MP MP LMP 4 8 12 16
extravascular
Reservas 310 2 050 3 480 3 345 Semanas de embarazo
maternas
(grasa) FIGURA 4-4. Valores medios (línea negra) ± desviaciones estándar
(líneas azules) de osmolalidad plasmática (Posm) medida a intervalos
Total 650 4 000 8 500 12 500
semanales en nueve mujeres desde antes de la concepción hasta las
16 semanas. (LMP, última menstruación; MP, periodo menstrual.)
Modificado de Hytten (1991).
(Copiada con autorización de Davison,1981.)
Fisiología materna 53
CAPÍTULO 4
grasa. Al término del embarazo, el feto y la placenta juntos
pesan cerca de 4 kg y contienen alrededor de 500 g de proteína, hiperinsulinemia, así como una mayor supresión del glucagon
o casi la mitad del aumento total del embarazo (Hytten, 1971). (Phelps, 1981). Esto no puede explicarse por el incremento en el
Los 500 g restantes se agregan al útero como proteína contráctil, metabolismo de la insulina porque su semivida durante el emba-
a las mamas, sobre todo a las glándulas, y a la sangre materna en razo no cambia (Lind, 1977). Más bien, esta respuesta indica un
forma de hemoglobina y proteínas plasmáticas. estado de resistencia periférica a la insulina inducido por el
Las concentraciones de aminoácidos son más altas en el com- embarazo, cuya finalidad probable es asegurar un suministro
partimiento fetal que en el materno (Cetin, 2005; van den posprandial de glucosa al feto. De hecho, la sensibilidad a la
Akker, 2009). Este incremento de la concentración está regu- insulina en el embarazo normal es 45 a 70% menor que en las
lado sobre todo por la placenta, que no sólo concentra amino- mujeres no embarazadas (Butte, 2000; Freemark, 2006).
ácidos en la circulación fetal, sino también participa en la sínte- No se conocen del todo los mecanismos causantes de la resis-
sis de proteínas, oxidación y transaminación de algunos ami- tencia a la insulina. Es probable que la progesterona y el estró-
noácidos no esenciales (Galan, 2009). geno participen de manera directa o indirecta en el desarrollo de
Mojtahedi et al. (2002) midieron el balance de nitrógeno esta insensibilidad. La concentración plasmática de lactógeno
durante el embarazo de 12 mujeres sanas. Aumentó con la ges- placentario se eleva con la edad gestacional, y esta hormona pro-
tación, por lo que permitió suponer un uso más eficiente de la teínica se caracteriza por un efecto semejante a la hormona del
proteína alimenticia. También observaron que la excreción uri- crecimiento. Resulta probable que las concentraciones altas
naria de la 3-metilhistidina no cambió, lo que indica que no es incrementen la lipólisis y la liberación de ácidos grasos libres
necesaria la degradación del músculo materno para cubrir las (Freinkel, 1980). El aumento en la concentración de ácidos gra-
demandas metabólicas. Kalhan et al. (2003) respaldaron aún sos libres circulantes también podría ayudar a aumentar la resis-
más el hecho de que el embarazo se acompaña de conservación tencia a la insulina (Freemark, 2006).
de nitrógeno; encontraron que el ritmo de recambio de la serina La embarazada cambia con rapidez de un estado posprandial
no esencial disminuye a lo largo del embarazo. Las necesidades caracterizado por incremento sostenido del nivel de glucosa a un
diarias de proteína alimenticia durante el embarazo se describen estado de ayunas caracterizado por descenso sanguíneo de la
en el capítulo 9, (pág. 179). glucosa y algunos aminoácidos. Al mismo tiempo, son más altas
las concentraciones plasmáticas de ácidos grasos libres, triglicé-
ridos y colesterol. Freinkel et al. (1985) denominaron inanición
■ Metabolismo de carbohidratos acelerada a este cambio en el valor calórico, de glucosa a lípidos,
El embarazo normal se caracteriza por hipoglucemia leve en inducido por el embarazo. Además, cuando el ayuno de la
ayunas, hiperglucemia posprandial e hiperinsulinemia (fig. 4-5). embarazada es prolongado, estas alteraciones se exageran y muy
pronto aparece cetonemia.
140
Glucosa No embarazadas (n = 8)
Embarazadas sanas
■ Metabolismo de lípidos
120 (n = 8)
Las concentraciones plasmáticas de lípidos, lipoproteínas y apo-
mg/100 ml
glicéridos son 267 ± 30 mg/100 ml, 136 ± 33 mg/100 ml, 81 ± ■ Metabolismo de electrólitos y minerales
17 mg/100 ml y 245 ± 73 mg/100 ml, respectivamente (Lippi, Durante el embarazo normal se retienen casi 1 000 meq de sodio
2007). Después del parto, disminuyen las concentraciones de y 300 meq de potasio (Lindheimer, 1987). Aunque la filtración
estos lípidos, así como de las lipoproteínas y apolipoproteínas. glomerular de sodio y potasio aumenta, la excreción de estos
SECCIÓN 2
La lactancia acelera el cambio en las concentraciones de muchos electrólitos no cambia durante el embarazo porque aumenta la
de éstos (Darmady, 1982). resorción tubular (Brown, 1986, 1988), y aunque se incrementa
La hiperlipidemia es una preocupación teórica porque se la acumulación total de sodio y potasio, sus concentraciones
relaciona con disfunción endotelial. Sin embargo, en sus estu- séricas disminuyen un poco por la expansión del volumen plas-
dios, Saarelainen et al. (2006) observaron que las respuestas de mático (Apéndice, pág. 1289). Aun así, permanecen cerca del
vasodilatación dependientes del endotelio en realidad mejora- intervalo normal de las no embarazadas (Kametas, 2003a).
ron en el transcurso del embarazo. Esto se debe en parte a la La concentración sérica total de calcio, que incluye el calcio
probabilidad de que el aumento de la concentración de coleste- ionizado y el no ionizado, disminuye durante el embarazo. Este
rol de HDL inhiba la oxidación de la LDL y proteja, así, el descenso sigue la concentración baja de albúmina plasmática y a
endotelio. Sus observaciones sugieren que el mayor riesgo de su vez, al decremento consecuente en la cantidad de calcio no
enfermedad cardiovascular en las multíparas podría relacionarse ionizado circulante unido con proteínas. Sin embargo, el nivel
con factores distintos a la hipercolesterolemia materna. de calcio sérico ionizado permanece sin cambios (Power, 1999).
El feto en desarrollo impone una demanda significativa en la
Leptina homeostasis materna de calcio. Por ejemplo, el esqueleto fetal
En seres humanos sin embarazo, esta hormona peptídica se acumula cerca de 30 g de calcio hacia el término de la gestación,
secreta de manera principal en el tejido adiposo. Desempeña 80% del cual se deposita durante el último trimestre. Esta
una función esencial en la regulación de la grasa corporal y demanda se cubre en su mayor parte con la duplicación de la
el gasto energético. La deficiencia de leptina se relaciona con absorción intestinal materna de calcio, mediada en parte por
una anovulación e infertilidad, pero se informó el embarazo en una 1,25-dihidroxivitamina D3 (Kovacs, 2006). Además, es necesa-
mujer con una mutación del receptor para leptina (Maguire, rio que el consumo alimenticio de calcio sea suficiente para pre-
2012; Nizard, 2012). venir la deficiencia excesiva en la madre (cuadro 9-6, pág. 179).
Las concentraciones de leptina sérica materna aumentan y Esto tiene importancia especial en las adolescentes embarazadas,
alcanzan su nivel máximo durante el segundo trimestre para lle- en quienes los huesos aún están en desarrollo (Repke, 1994).
gar a una meseta hasta el término del embarazo dos a cuatro Los niveles séricos de magnesio también disminuyen durante
veces más alta que en las mujeres sin embarazo. Este aumento se el embarazo. Bardicef et al. (1995) concluyeron que el embarazo
debe sólo en parte al aumento ponderal en el embarazo, ya que en realidad es un estado de deficiencia extracelular de magnesio.
también se sintetizan cantidades significativas de leptina en la Observaron que en comparación con las mujeres no embaraza-
placenta (Maymó, 2011). Además, como se explica en el capí- das, tanto el magnesio total como el ionizado eran mucho
tulo 5 (pág. 106), el peso placentario tiene una correlación sig- menores durante el embarazo normal. La concentración sérica
nificativa con la concentración de leptina medida en la sangre de fosfato es inferior al intervalo en ausencia de embarazo
del cordón umbilical (Pighetti, 2003). (Kametas, 2003a). El umbral renal para la excreción de fosfato
Hauguel-de Mouzon et al. (2006) formularon la hipótesis de inorgánico se eleva en el embarazo por el incremento en la con-
que la síntesis de leptina puede ser crucial para la regulación de centración de calcitonina (Weiss, 1998).
las demandas energéticas maternas elevadas. Como se explica en Los requerimientos de yodo aumentan durante el embarazo
el capítulo 48 (pág. 961), la leptina y la adiponectina, una cito- normal por varias razones (Leung, 2011; Zimmermann, 2012).
cina implicada en la homeostasis energética y el metabolismo de Primero, la síntesis de tiroxina (T4) materna se eleva para man-
lípidos, también ayudan a regular el crecimiento fetal (Henson, tener el eutiroidismo materno y transferir hormona tiroidea al
2006; Karakosta, 2010; Nakano, 2012). Como revisaron Mie- feto al inicio del embarazo, antes que la tiroides fetal funcione
hle et al. (2012), las cifras altas anormales de leptina se han (cap. 58, pág. 1147). Segundo, la producción de hormona tiroi-
relacionado con preeclampsia (cap. 40, pág. 729) y diabetes ges- dea fetal aumenta en la segunda mitad del embarazo. Esto con-
tacional (cap. 57, pág. 1136). tribuye a incrementar los requerimientos maternos de yodo por-
que éste cruza la placenta con facilidad. Tercero, la vía primaria
para la excreción de yodo es la renal. Desde las primeras etapas
Ghrelina del embarazo, la tasa de filtración glomerular de yodo aumenta
Este péptido se produce sobre todo en el estómago como res- en 30 a 50%. Por tanto, debido al incremento en la síntesis de
puesta al hambre. Coopera con otros factores neuroendocrinos, hormona tiroidea, el requerimiento fetal de yodo y la mayor
como la leptina, en la modulación de la homeostasis energética. depuración renal, los requerimientos dietéticos de yodo son
También se manifiesta en la placenta y tal vez participe en el mayores durante el embarazo normal. Además, Burns et al.
crecimiento fetal y la proliferación celular (cap. 5, pág. 105). La (2011) informaron que la placenta tiene capacidad para almace-
concentración sérica materna de ghrelina aumenta y alcanza su nar yodo. Sin embargo, todavía se desconoce si el yodo placen-
nivel máximo a la mitad del embarazo, luego disminuye hasta el tario protege al feto de la insuficiencia dietética materna de
término (Fuglsang, 2008). Esto se explica porque se sabe que la yodo. La deficiencia de yodo se trata más adelante en este capí-
concentración de ghrelina disminuye en otros estados resistentes tulo (pág. 69) y en el capítulo 58 (pág. 1155).
a la insulina, como el síndrome metabólico y la diabetes mellitus Con respecto a la mayor parte de los demás minerales, el
gestacional (Baykus, 2012; Riedl, 2007). Muccioli et al. (2011) embarazo induce pocos cambios en su metabolismo, aparte de su
presentaron una excelente revisión de las múltiples funciones de retención en cantidades equivalentes a las necesarias para el creci-
la ghrelina en la regulación de la función reproductiva. miento (véanse cap. 7, pág. 134, y cap. 9, pág. 179). Una excep-
Fisiología materna 55
ción importante es el aumento considerable del requerimiento medio (Pritchard, 1960). Durante el embarazo normal hay
de hierro, que se describe más adelante. hiperplasia eritroide moderada en la médula ósea y el recuento
de reticulocitos se eleva un poco. Como se explica en el capítulo
56 (pág. 1101), es casi seguro que estos cambios se relacionen
CAPÍTULO 4
CAMBIOS HEMATOLÓGICOS
con el aumento de las concentraciones plasmáticas maternas de
■ Volumen sanguíneo eritropoyetina, que alcanzan su nivel máximo al principio del
tercer trimestre y corresponden a la producción máxima de eri-
Después de las 32 a 34 semanas, la bien conocida hipervolemia trocitos (Clapp, 2003; Harstad, 1992).
del embarazo normal es del 40 al 45% por arriba del volumen
sanguíneo de las mujeres no embarazadas, en promedio (Prit- Concentración de hemoglobina y hematócrito
chard, 1965; Zeemam, 2009). La expansión varía mucho de
Por el gran aumento del plasma, la concentración de hemoglo-
una mujer a otra. En algunas sólo hay un aumento modesto,
bina y el hematócrito disminuyen un poco durante el embarazo
mientras que en otras el volumen sanguíneo casi se duplica. El
(Apéndice, pág. 1287). Como resultado, la viscosidad de la san-
feto no es indispensable para que esto ocurra, ya que en algunas
gre entera disminuye (Huisman, 1987). La concentración prome-
mujeres con mola hidatiforme se desarrolla hipervolemia.
dio de hemoglobina al término es 12.5 g/100 ml y en cerca del
La hipervolemia inducida por el embarazo tiene varias fun-
5% de las mujeres es menor de 11.0 g/100 ml (fig. 56-1, pág.
ciones importantes. Primero, cubre las demandas metabólicas
1102). Por lo tanto, una concentración de hemoglobina inferior
del útero crecido y su sistema vascular tan hipertrofiado.
a 11.0 g/100 ml, sobre todo en el embarazo avanzado, debe
Segundo, proporciona abundantes nutrimentos y elementos
considerarse anormal y casi siempre es resultado de deficiencia
para mantener el crecimiento rápido de la placenta y el feto. El
de hierro, no de la hipervolemia del embarazo.
aumento del volumen vascular también protege a la madre, y
por consiguiente al feto, contra los efectos nocivos del retorno
venoso alterado en posiciones supina y vertical. Por último, sal- ■ Metabolismo del hierro
vaguarda a la madre contra los efectos secundarios de la pérdida
Hierro almacenado
sanguínea derivada del parto.
El volumen sanguíneo materno empieza a aumentar durante El contenido total de hierro de las mujeres adultas normales
el primer trimestre. Para las 12 semanas después de la última varía de 2.0 a 2.5 g, cerca de la mitad de la cifra normal de los
menstruación, el volumen plasmático es casi 15% mayor que el varones. La mayor parte se incorpora en la hemoglobina y la
previo al embarazo (Bernstein, 2001). Como se muestra en la mioglobina, por lo que las reservas de hierro de las mujeres jóve-
figura 4-6, el volumen sanguíneo materno se expande con más nes sanas sólo se aproximan a 300 mg (Pritchard, 1964).
rapidez durante el segundo trimestre. Luego aumenta a un
ritmo mucho menor durante el tercer trimestre para alcanzar Requerimientos de hierro
una meseta en las últimas semanas del embarazo. De los cerca de 1 000 mg de hierro necesarios para el embarazo
La expansión del volumen sanguíneo se debe al incremento normal, alrededor de 300 mg se transfieren de manera activa al
del plasma y los eritrocitos. Aunque casi siempre se agrega más feto y la placenta, y 200 mg más se pierden por varias vías de
plasma que eritrocitos a la circulación materna, el aumento en el excreción normal, sobre todo el tubo digestivo. Son pérdidas
volumen de glóbulos rojos es considerable, unos 450 ml en pro- obligadas y ocurren incluso si la madre tiene deficiencia de hie-
rro. El aumento promedio del volumen total de eritrocitos circu-
lantes, unos 450 ml, requiere otros 500 mg porque 1 ml de eri-
50 trocitos contiene 1.1 mg de hierro. Como la mayor
Volumen sanguíneo
parte del hierro se usa durante la segunda mitad del
Volumen plasmático
embarazo, el requerimiento de este mineral aumenta
Volumen eritrocítico
después de la mitad del embarazo y promedia 6 a 7 mg
40
Cambios porcentuales con respecto
impuestas por el embarazo. Si la embarazada sin anemia no IL-6 e IL-13 (Michimata, 2003). En el moco cervicouterino, las
recibe hierro complementario, las concentraciones séricas de concentraciones máximas de las inmunoglobulinas A y G (IgA e
hierro y ferritina disminuyen en la segunda mitad del embarazo. IgG) son mucho más altas durante el embarazo. De igual manera,
Es probable que los aumentos del hierro y la ferritina séricos del la cantidad de interleucina-1β que existe en el moco cervicoute-
SECCIÓN 2
principio del embarazo se deban a las demandas mínimas de rino y vaginal durante el primer trimestre es casi 10 veces mayor
hierro combinadas con el balance positivo de este mineral por la que en las mujeres no embarazadas (Anderson, 2013).
amenorrea (Kaneshige, 1981).
Leucocitos
El puerperio A partir del segundo trimestre y durante el resto del embarazo,
Por lo general, no todo el hierro materno agregado en forma de se deprimen algunas funciones quimiotácticas y de adherencia
hemoglobina se pierde en el parto normal. Durante el parto de los leucocitos polimorfonucleares (Krause, 1987). Aunque
vaginal y los primeros días del puerperio, la mayoría de las no se comprende del todo, es factible que esta supresión de la
mujeres sólo pierde cerca de la mitad de los eritrocitos adiciona- actividad se relacione en parte con los datos de que la relaxina
les. Estas pérdidas normales provienen del sitio de implantación afecta la activación de los neutrófilos (Masini, 2004). Es posible
placentaria, la episiotomía o laceraciones y loquios. En prome- que estas funciones leucocíticas deprimidas también expliquen
dio, se pierden eritrocitos maternos correspondientes a 500 a en parte la mejoría de algunos trastornos autoinmunitarios.
600 ml de la sangre entera durante el parto vaginal de un feto Como se muestra en el Apéndice (pág. 1287), el intervalo de
único (Pritchard, 1965; Ueland, 1976). La pérdida sanguínea la cuenta leucocítica durante el embarazo es más alto que los
promedio relacionada con la cesárea o con el parto vaginal de valores en ausencia de embarazo, y los valores superiores se
gemelos es cercana a 1 000 ml (fig. 41-1, pág. 781). aproximan a 15 000/μl. Durante el trabajo de parto y el inicio
del puerperio, esta cifra puede elevarse mucho hasta alcanzar
■ Funciones inmunitarias niveles de 25 000/μl o más. Sin embargo, los valores promedio
Se cree que el embarazo se relaciona con la supresión de diversas están entre 14 000/μl y 16 000/μl (Taylor, 1981). Se desconoce
funciones inmunitarias humorales y mediadas por células para la causa del incremento notable, pero existe la misma respuesta
alojar el injerto fetal “extraño” semialogénico (Redman, 2014; durante y después del ejercicio extenuante. Es probable que
Thellin, 2003). Esto se describe con más detalle en el capítulo 5 represente la reaparición de los leucocitos que antes se desviaron
(pág. 97). En realidad, el embarazo es un estado proinflamatorio de la circulación activa.
y antiinflamatorio, depende de la edad gestacional. De hecho, Además de las variaciones normales en el recuento de leucoci-
Mor et al. (2010, 2011), propusieron que el embarazo puede tos, la distribución de los tipos celulares se altera mucho durante
dividirse en tres fases inmunitarias distintivas. Primero, el emba- el embarazo. En particular, durante el último trimestre los por-
razo inicial es proinflamatorio. Durante la implantación y la centajes de granulocitos y linfocitos T CD8 aumentan mucho, al
placentación, el blastocisto debe romper el recubrimiento epite- mismo tiempo que se reduce el porcentaje de linfocitos T CD4 y
lial de la cavidad uterina e invadir el tejido endometrial. A con- monocitos. Además, los leucocitos circulantes experimentan, por
tinuación, el trofoblasto debe reponer el endotelio y el músculo ejemplo, cambios fenotípicos significativos que incluyen aumento
liso vascular de los vasos sanguíneos maternos para asegurar un regulado de ciertas moléculas de adhesión (Luppi, 2002).
suministro sanguíneo adecuado para la placenta (cap. 5, pág.
90). Todas estas actividades crean un verdadero “campo de bata- Marcadores inflamatorios
lla” con células invasoras, células moribundas y células reparado- Muchas pruebas diseñadas para diagnosticar la inflamación no
ras. Se requiere un ambiente inflamatorio para asegurar la elimi- pueden usarse de manera confiable durante el embarazo. Por
nación de residuos celulares y la reparación adecuada del epitelio ejemplo, las concentraciones de fosfatasa alcalina leucocítica se
uterino. En contraste, la etapa intermedia del embarazo es anti- usan para valorar trastornos mieloproliferativos y se incremen-
inflamatoria. Durante este periodo de crecimiento y desarrollo tan desde el comienzo del embarazo. La concentración de pro-
fetales rápidos, la característica inmunitaria predominante es la teína C reactiva, un reactante sérico de fase aguda, se eleva con
inducción de un estado antiinflamatorio. Por último, el parto se rapidez como respuesta al traumatismo o inflamación del tejido.
caracteriza por la entrada de células inmunitarias al miometrio Anderson (2013), Watts (1991) et al., midieron la concentra-
para favorecer el recrudecimiento de un proceso inflamatorio. ción de proteína C reactiva durante el embarazo y encontraron
Un componente antiinflamatorio del embarazo que parece que la mediana de valores era mayor que para las mujeres no
importante es la supresión de los linfocitos T colaboradores (Th) embarazadas. En el segundo estudio mencionado, también se
1 y los linfocitos T citotóxicos (Tc) 1, que reducen la secreción encontró que las cifras se elevan más durante el trabajo de parto.
de interleucina-2 (IL-2), interferón-γ y factor de necrosis tumo- De las mujeres sin trabajo de parto, 95% tenía niveles de 1.5
ral β (TNF-β). También hay evidencia de que una respuesta mg/100 ml o menos y la edad gestacional no influyó en la con-
suprimida de Th1 es requisito para la continuidad del embarazo. centración sérica. Otro marcador de la inflamación, la velocidad
Esto también podría explicar la remisión durante el embarazo de eritrosedimentación (ESR, erythrocyte sedimentation rate),
de algunos trastornos autoinmunitarios, como la artritis reuma- aumenta en el embarazo normal por el incremento de las globu-
toide, esclerosis múltiple y tiroiditis de Hashimoto, todas enfer- linas y el fibrinógeno plasmáticos (Hytten, 1971). Los factores
medades mediadas por Th1 (Kumru, 2005). Como se explica en C3 y C4 del complemento también se elevan de manera significa-
el capítulo 40 (pág. 733), es probable que la falla de la supresión tiva durante el segundo y tercer trimestres (Gallery, 1981;
inmunitaria Th1 se relacione con el desarrollo de preeclampsia Richani, 2005). Por último, la concentración de procalcitonina,
(Jonsson, 2006). un precursor normal de la calcitonina, aumenta al final del ter-
En contraste con la supresión de las células Th1, existe un cer trimestre y durante los primeros días del puerperio (pág. 70).
incremento de las células Th2 para aumentar la secreción de IL-4, La concentración de procalcitonina aumenta en las infecciones
Fisiología materna 57
bacterianas graves, pero se mantiene baja en las infecciones vira- que induce fibrinólisis y la creación de productos de degrada-
les y la enfermedad inflamatoria inespecífica. Con base en su ción de la fibrina, como dímeros d. Los estudios del sistema
estudio longitudinal, Paccolat et al. (2011) concluyeron que fibrinolítico en el embarazo han arrojado resultados contradic-
puede usarse un límite de 0.25 μg/L durante el tercer trimestre torios, aunque la mayor parte de los datos sugiere que la activi-
CAPÍTULO 4
y el puerperio para descartar la infección. dad fibrinolítica en realidad se reduce en el embarazo normal
(Kenny, 2014). Por ejemplo, la actividad del tPA disminuye de
manera gradual durante el embarazo normal. Además, el inhibi-
■ Coagulación y fibrinólisis dor del activador del plasminógeno 1 (PAI-1, plasminogen acti-
Durante el embarazo normal, tanto la coagulación como la vator inhibitor 1) y 2 (PAI-2, plasminogen activator inhibitor 2),
fibrinólisis aumentan, pero permanecen balanceadas para man- que inhiben al tPA y regulan la degradación de la fibrina por
tener la hemostasia (Apéndice, pág. 1288). Se incrementan aún efecto de la plasmina, aumentan durante el embarazo normal
más en el embarazo múltiple (Morikawa, 2006). Los datos de (Hui, 2012; Robb, 2009). Como revisaron Holmes y Wallace
activación incluyen aumento de las concentraciones de todos los (2005), estos cambios, que podrían indicar una anomalía en el
factores de coagulación, excepto XI y XIII (cuadro 4-3). Sin sistema fibrinolítico, se contrarrestan con los niveles altos de
embargo, el tiempo de coagulación de la sangre entera no difiere plasminógeno y los bajos de otro inhibidor de la plasmina, la
mucho en las embarazadas sanas. Si se considera el incremento antiplasmina α2. Dichos cambios sirven para asegurar el balance
fisiológico sustancial del volumen plasmático durante el emba- hemostático durante el embarazo normal.
razo normal, estas concentraciones altas representan una pro-
ducción muy aumentada de estos procoagulantes (Kenny, Plaquetas
2014). En un estudio longitudinal de 20 mujeres sanas nulípa- El embarazo normal también implica cambios en las plaquetas.
ras, McLean et al. (2012) demostraron aumentos progresivos en En un estudio con casi 7 000 embarazadas sanas al término,
la concentración y el ritmo de síntesis de trombina durante todo Boehlen et al. (2000) observaron que el recuento promedio de
el embarazo. Estas concentraciones regresaron a sus niveles pre- plaquetas disminuye un poco durante la gestación a 213 000/μl,
vios a la concepción un año después del embarazo. en comparación con 250 000/μl en las mujeres de control no
En mujeres sanas no embarazadas, el fibrinógeno plasmático embarazadas. Estos autores definieron la trombocitopenia como
(factor I) promedia 300 mg/100 ml, con intervalo de 200 a 400 un nivel inferior al percentil 2.5, que correspondía a 116 000
mg/100 ml. Durante la gestación normal, la concentración de plaquetas/μl. El descenso en las concentraciones plaquetarias se
fibrinógeno aumenta cerca del 50%; hacia el final del embarazo debe en parte a los efectos de la hemodilución. Sin embargo,
promedia 450 mg/100 ml, con límites de 300 a 600 mg/100 también es probable que representen un incremento del con-
ml. El porcentaje de fibrinógeno de alto peso molecular perma- sumo de plaquetas, lo que causa un mayor porcentaje de plaque-
nece sin cambios (Manten, 2004). Esto contribuye mucho al tas más jóvenes y, por lo tanto, más grandes (Valera, 2010). En
impresionante aumento de la velocidad de eritrosedimentación, apoyo a este concepto, Hayashi et al. (2002) observaron que a
como se explicó antes. Algunos de los cambios en los niveles de partir de la mitad del embarazo aumenta en forma progresiva la
factores de coagulación durante el embarazo pueden duplicarse producción de tromboxano A2, que induce agregación plaque-
con la administración de anticonceptivos de estrógeno y proges- taria. Debido al crecimiento esplénico, también puede haber un
terona a mujeres no embarazadas. elemento de “hiperesplenismo” (Kenny, 2014).
El producto final de la cascada de coagulación es la fibrina y
la principal función del sistema fibrinolítico es eliminar el exceso Proteínas reguladoras
de fibrina. El activador de plasminógeno tisular (tPA, tissue plas-
minogen activator) convierte el plasminógeno en plasmina, lo Existen varios inhibidores naturales de la coagulación, como las
proteínas C y S, y la antitrombina. Las deficiencias hereditarias
o adquiridas de éstas y otras proteínas reguladoras naturales,
conocidas en conjunto como trombofilias, causan muchos de los
CUADRO 4-3. Cambios en los parámetros hemostáticos episodios tromboembólicos durante el embarazo. Se describen
durante el embarazo normal con detalle en el capítulo 52 (pág. 1029).
La proteína C activada, junto con los cofactores proteína S y
Embarazada
Parámetro No embarazada a término
factor V, funciona como anticoagulante porque neutraliza los
procoagulantes factor Va y factor VIIIa (fig. 52-1, pág. 1030).
PTT activado (s) 31.6 ± 4.9 31.9 ± 2.9 Durante el embarazo, la resistencia a la proteína C activada
Fibrinógeno (mg/100 ml) 256 ± 58 473 ± 72a aumenta progresivamente, y se acompaña de un descenso con-
Factor VII (%) 99.3 ± 19.4 181.4 ± 48.0a currente en la proteína S libre y aumento en el factor VIII. Entre
Factor X (%) 97.7 ± 15.4 144.5 ± 20.1a
el primer y el tercer trimestres, la concentración de proteína C
Plasminógeno (%) 105.5 ± 14.1 136.2 ± 19.5a
activada disminuye de 2.4 a 1.9 U/ml y la de proteína S des-
tPA (ng/ml) 5.7 ± 3.6 5.0 ± 1.5
ciende de 0.4 a 0.16 U/ml (Walker, 1997). Los anticonceptivos
Antitrombina III (%) 98.9 ± 13.2 97.5 ± 33.3
orales también disminuyen la concentración de proteína S libre.
Proteína C (%) 77.2 ± 12.0 62.9 ± 20.5a
Las cifras de antitrombina se mantienen bastante constantes
Proteína S total (%) 75.6 ± 14.0 49.9 ± 10.2a
durante el embarazo y el puerperio temprano (Delorme, 1992).
a p <0.05.
APARATO CARDIOVASCULAR
Durante el embarazo y el puerperio, el corazón y la circulación
sufren adaptaciones fisiológicas notables. Los cambios en la fun-
ción cardiaca se vuelven evidentes durante las primeras ocho
semanas de gestación (Hibbard, 2014). El gasto cardiaco
aumenta desde la quinta semana y refleja un descenso de la resis-
tencia vascular sistémica y un aumento de la frecuencia cardiaca.
En comparación con las cifras previas al embarazo, la presión
sanguínea sistólica braquial, la presión sanguínea diastólica y la
presión sanguínea sistólica central descienden de manera signi- FIGURA 4-8. Cambio en el perfil radiográfico cardiaco ocurrido
ficativa seis a siete semanas después de la última menstruación durante el embarazo. Las líneas azules representan las relaciones
entre el corazón y el tórax en la mujer no gestante; las líneas negras
(Mahendru, 2012). La frecuencia del pulso en reposo aumenta representan las condiciones existentes en el embarazo. Estos datos se
alrededor de 10 latidos/min durante el embarazo. Entre las basan en imágenes radiográficas de 33 mujeres. (Copiada de Klafen,
semanas 10 y 20 comienza la expansión del volumen plasmático 1927.)
y aumenta la precarga.
El funcionamiento ventricular durante el embarazo se modi-
fica por el descenso en la resistencia vascular sistémica y los cam- efectos importantes de la postura materna en la función hemo-
bios en el flujo arterial pulsátil. Muchos factores contribuyen a dinámica.
este cambio general en la función hemodinámica, lo que per-
mite cubrir las demandas fisiológicas del feto al tiempo que se
conserva la integridad cardiovascular materna (Hibbard, 2014).
■ Corazón
La figura 4-7 presenta un resumen gráfico de estos cambios Conforme el diafragma se eleva en forma progresiva, el corazón
durante la segunda mitad del embarazo. También se ilustran los se desplaza hacia la izquierda y arriba, además gira un poco
sobre su eje longitudinal. En consecuencia, la punta se desplaza
en sentido lateral con respecto a su posición habitual y esto pro-
duce una silueta cardiaca más grande en la radiografía torácica
Supina (fig. 4-8). Además, las embarazadas con frecuencia tienen cierto
Lateral
grado de derrame pericárdico benigno, lo cual aumenta la silueta
Gasto cardiaco
Sedente
cardiaca (Enein, 1987). La variabilidad de estos factores difi-
6
(L/min)
70
nado en la vasculatura mamaria en el 10%.
El incremento del volumen plasmático que ocurre en el
50
embarazo normal se refleja de manera estructural en el aumento
20–24 28–32 38–40 6– 8 semanas
de las dimensiones cardiacas telesistólicas y telediastólicas. Sin
Semanas de gestación PP
embargo, no existe cambio en el grosor del tabique ni en la frac-
FIGURA 4-7. Efecto de la postura materna en la hemodinámica. PP, ción de expulsión. Esto se debe a que los cambios en las dimen-
posparto. (Copiada con autorización de Ueland, 1975.) siones se acompañan de remodelación ventricular sustancial,
Fisiología materna 59
CAPÍTULO 4
100
bable que la plasticidad cardiaca sea un continuo que abarca el
crecimiento fisiológico, como en el ejercicio, así como la hiper- 90
trofia patológica, como ocurre en la hipertensión (Hill, 2008).
LVSWI (g/m/m–2)
80 Normal
Si bien muchos sostienen que existe hipertrofia fisiológica de
los miocitos cardiacos a causa del embarazo, esto no se ha com- 70
probado en forma concluyente. Hibbard et al. (2014) concluye-
ron que cualquier aumento en la masa no cumple los criterios de 60
hipertrofia.
Es cierto que para fines clínicos, la función ventricular 50
durante el embarazo es normal, según el cálculo mediante la 40
Deprimida
gráfica de función ventricular de Braunwald mostrada en la
figura 4-9. Para las presiones de llenado determinadas, existe un 30
gasto cardiaco apropiado, por lo que la función cardiaca durante
el embarazo es eudinámica. A pesar de estas observaciones, 0
0 5 10 15 20 25 30
todavía hay controversia sobre si la función miocárdica per se es
PCWP (mmHg)
normal, aumentada o disminuida. En mujeres no embarazadas
con corazón sano que cursan por un estado de gasto alto, el FIGURA 4-9. Relación entre el índice de trabajo por latido del
ventrículo izquierdo experimenta remodelación longitudinal y los ventrículo izquierdo (LVSWI) (gasto cardiaco) y la presión capilar
índices funcionales ecocardiográficos de esta deformación pro- pulmonar en cuña (PCWP) en 10 embarazadas sanas en el tercer
porcionan valores normales. En cambio, en el embarazo parece trimestre. (Datos de Clark, 1989.)
haber una remodelación esférica y estos índices calculados que
miden la deformación longitudinal están reducidos (Savu,
2012). Por tanto, es probable que estos índices normales sean Comparados con los embarazos de un solo feto, en los múlti-
inexactos cuando se usan para valorar la función en las embara- ples el gasto cardiaco aumenta casi 20% más por el volumen san-
zadas ya que no consideran la hipertrofia excéntrica esférica guíneo (15%) y la frecuencia cardiaca (3.5%) más altos. El diáme-
característica del embarazo normal. tro auricular izquierdo y el diámetro del ventrículo izquierdo al
final de la diástole también aumentan por el incremento de la
precarga (Kametas, 2003b). El aumento de la frecuencia cardiaca
■ Gasto cardiaco
Durante el embarazo normal, la presión arterial media
y la resistencia vascular disminuyen, en tanto el volu- 10
men sanguíneo y la tasa metabólica basal aumentan. 9.3
Como resultado, el gasto cardiaco en reposo, medido 8.9
9
en decúbito lateral, aumenta de forma significativa
desde el comienzo del embarazo (Duvekot, 1993; 8
Mabie, 1994). Continúa en aumento y se mantiene 7.1 7.2
Gasto cardiaco (litros por minuto)
(35–38 (11–13
semanas) semanas) Cambiob
Presión arterial media (mmHg) 90 ± 6 86 ± 8 NSC
Presión capilar pulmonar en cuña (mmHg) 8 ± 2 6 ± 2 NSC
Presión venosa central (mmHg) 4 ± 3 4 ± 3 NSC
Frecuencia cardiaca (lpm) 83 ± 10 71 ± 10 +17%
Gasto cardiaco (L/min) 6.2 ± 1.0 4.3 ± 0.9 +43%
Resistencia vascular sistémica (dinas/s/cm-5) 1 210 ± 266 1 530 ± 520 −21%
Resistencia vascular pulmonar (dinas/s/cm-5) 78 ± 22 119 ± 47 −34%
Presión coloidosmótica sérica (mmHg) 18.0 ± 1.5 20.8 ± 1.0 −14%
Gradiente COP-PCWP (mmHg) 10.5 ± 2.7 14.5 ± 2.5 −28%
Índice de trabajo por latido del ventrículo izquierdo (g/m/m2) 48 ± 6 41 ± 8 NSC
y la contractilidad inotrópica implican que la reserva cardiovascu- La presión venosa antecubital permanece sin cambios
lar se reduce en los embarazos con varios fetos. durante el embarazo. Sin embargo, en posición supina la pre-
Durante la primera etapa del trabajo de parto, el gasto car- sión venosa femoral se incrementa en forma constante, desde
diaco tiene un aumento moderado. Durante la segunda etapa, cerca de 8 mmHg a principios del embarazo hasta 24 mmHg al
con los esfuerzos vigorosos para la expulsión, es mucho mayor término. Wright et al. (1950) demostraron que el flujo sanguí-
(fig. 4-10). El incremento inducido por el embarazo se pierde neo venoso en las piernas se retrasa durante el embarazo, excepto
después del parto, a veces en función de la pérdida sanguínea. en la posición de decúbito lateral. Esta tendencia al estanca-
miento sanguíneo en las extremidades inferiores durante la
última parte del embarazo es atribuible a la oclusión de las venas
■ Función hemodinámica pélvicas y la vena cava inferior por el crecimiento del útero. La
en el embarazo avanzado presión venosa alta se normaliza cuando la embarazada se
Para aclarar mejor los cambios cardiovasculares netos inducidos acuesta de lado y justo después del parto (McLennan, 1943).
por el embarazo normal, Clark et al. (1989) realizaron estudios Estas alteraciones contribuyen al edema por declive tan fre-
con penetración corporal para medir la función hemodinámica cuente y al desarrollo de várices en piernas y vulva, así como
en el embarazo avanzado (cuadro 4-4). Se practicó cateterismo
cardiaco derecho en 10 nulíparas sanas con 35 a 38 semanas de
gestación, y de nuevo 11 a 13 semanas después del parto. El 120 Supina
embarazo avanzado se acompañó de los aumentos esperados en
110
la frecuencia cardiaca, volumen por latido y gasto cardiaco. La SISTÓLICA
resistencia vascular sistémica y la vascular pulmonar disminuye- 100
ron en forma significativa, al igual que la presión coloidosmó-
Presión arterial (mmHg)
hemorroides. Estos cambios también predisponen a la trombo- pro-brain natriuretic peptide) pueden ser útiles en la detección de
sis venosa profunda (cap. 52, pág. 1035). hipofunción sistólica ventricular y para establecer el pronóstico
de la insuficiencia cardiaca crónica (Jarolim, 2006; Tanous,
Hipotensión supina 2010).
CAPÍTULO 4
En cerca del 10% de las mujeres, la compresión uterina de los Durante el embarazo normal, las concentraciones plasmáti-
grandes vasos en posición supina causa hipotensión arterial signi- cas de ANP y BNP se mantienen en las mujeres no embarazadas
ficativa, a veces denominada síndrome de hipotensión arterial en a pesar del incremento del volumen plasmático (Lowe, 1992;
decúbito dorsal (Kinsella, 1994). También en posición supina, la Yurteri-Kaplan, 2012). En un estudio, Resnik et al. (2005)
presión arterial en el útero y, por lo tanto, el flujo sanguíneo, es encontraron una mediana de BNP estable durante todo el
mucho menor que en la arteria braquial. Como se explica en el embarazo, con valores <20 pg/ml. La concentración de BNP
capítulo 24 (pág. 424), esto podría afectar en forma directa los aumenta en la preeclampsia grave, y Tihtonen et al. (2007) con-
patrones de frecuencia cardiaca fetal (Tamás, 2007). Esto también cluyeron que esto se debía al esfuerzo cardiaco por aumento de
ocurre con hemorragia o analgesia raquídea (cap. 25, pág. 511). la poscarga. Al parecer las adaptaciones fisiológicas inducidas
por el ANP participan en la expansión del volumen extracelular
y el aumento de las concentraciones plasmáticas de aldosterona
■ Renina, angiotensina II característicos del embarazo normal.
y volumen plasmático Una tercera especie, el péptido natriurético tipo C (CNP,
El eje renina-angiotensina-aldosterona tiene una participación C-type natriuretic peptide), se secreta sobre todo en tejidos no
básica en el control renal de la presión arterial mediante el equi- cardiacos. Entre sus funciones biológicas diversas, parece que
librio del sodio y el agua. Todos los componentes de este sistema este péptido es un regulador importante del crecimiento del
aumentan en el embarazo normal (Bentley-Lewis, 2005). La hueso fetal. Walther y Stepan (2004) presentaron una revisión
renina se produce tanto en los riñones maternos como en la detallada de su importancia durante el embarazo.
placenta, y tanto el hígado materno como el fetal producen
mayores cantidades del sustrato de la renina (angiotensinó- ■ Prostaglandinas
geno). La concentración alta de angiotensinógeno se debe en
Se cree que el aumento en la producción de prostaglandinas
parte al incremento en la producción de estrógeno durante el
durante el embarazo tiene una función central en el control del
embarazo normal y es importante para mantener la presión san-
tono vascular, la presión arterial y el equilibrio del sodio. La
guínea en el primer trimestre (August, 1995).
síntesis de prostaglandina E2 en la médula renal aumenta mucho
Gant et al. (1973) estudiaron la reactividad vascular a la
durante etapas avanzadas del embarazo y se supone que tiene
angiotensina II durante el embarazo. Las nulíparas que permane-
acción natriurética. La prostaciclina (PGI2), la principal prosta-
cieron normotensas se volvieron y permanecieron resistentes a los
glandina del endotelio, también aumenta durante el embarazo
efectos presores de una infusión de angiotensina II. Por el contra-
avanzado y regula la presión arterial, así como la función pla-
rio, las que al final se volvieron hipertensas desarrollaron esta falta
quetaria. También se le ha implicado en la resistencia a la angio-
de respuesta, pero luego la perdieron. Los estudios de segui-
tensina, característica del embarazo normal (Friedman, 1988).
miento realizados por Gant (1974) y Cunningham (1975) et al.,
El índice entre PGI2 y tromboxano en la orina y sangre mater-
indicaron que el aumento de la resistencia a la angiotensina II se
nas se considera importante en la patogenia de la preeclampsia
debía a la falta de respuesta vascular individual. En otras palabras,
(cap. 40, pág. 735). Majed y Khalil (2012) revisaron reciente-
la sensibilidad alta anormal era una alteración en la ausencia de
mente los mecanismos moleculares que regulan las vías de la
respuesta vascular y no una consecuencia de una alteración del
prostaciclina durante el embarazo.
volumen sanguíneo o la secreción de renina-angiotensina.
Es probable que la capacidad de respuesta vascular a la angio-
tensina II se vincule con la progesterona. En condiciones norma- ■ Endotelina
les, las embarazadas pierden su falta de respuesta adquirida a la Durante el embarazo se generan varias endotelinas. La endote-
angiotensina II 15 a 30 min después de la expulsión de la pla- lina 1 es un vasoconstrictor potente que se produce en las células
centa. Además, las grandes cantidades de progesterona intramus- endoteliales y del músculo liso vascular; regula el tono vasomotor
cular administradas durante el trabajo de parto tardío retrasan la local (Feletou, 2006; George, 2011). La angiotensina II, arginina
disminución de esta resistencia. Asimismo, aunque la progeste- vasopresina y trombina inducen su producción. A su vez, las
rona exógena no restaura el estado refractario a la angiotensina II endotelinas estimulan la secreción de ANP, aldosterona y catecol-
en las mujeres con hipertensión gestacional, sí puede lograrse con aminas. Como se explica en el capítulo 21 (pág. 427) hay recep-
la infusión de su principal metabolito, la 5α-dihidroprogesterona. tores para endotelinas en el miometrio gestante y no gestante.
También se han identificado endotelinas en el amnios, líquido
■ Péptidos natriuréticos cardiacos amniótico, decidua y placenta (Kubota, 1992; Margarit, 2005).
La sensibilidad vascular a la endotelina-1 no se altera durante el
Los miocitos cardiacos secretan al menos dos tipos de estas sus-
embarazo normal. Ajne et al. (2005) postularon que los factores
tancias en respuesta al estiramiento parietal de las cámaras car-
vasodilatadores contrarrestan los efectos vasoconstrictores de la
diacas: péptido natriurético auricular (ANP, atrial natriuretic pep-
endotelina-1 y reducen la resistencia vascular periférica.
tide) y el péptido natriurético del tipo B (BNP, B-type natriuretic
peptide). Estos péptidos regulan el volumen sanguíneo mediante
la inducción de natriuresis, diuresis y relajación del músculo liso ■ Óxido nítrico
vascular (Clerico, 2004). En las pacientes no embarazadas y en las Las células endoteliales liberan este potente vasodilatador y es
embarazadas, las concentraciones de BNP y del péptido natriuré- probable que tengan implicaciones importantes para la modifi-
tico procerebral aminoterminal (Nt pro-BNP, amino-terminal cación de la resistencia vascular durante el embarazo. Además, el
62 Anatomía y fisiología maternas
óxido nítrico es uno de los mediadores principales del tono vas- sexto mes existe una reducción significativa, con declive progre-
cular y el desarrollo placentario (Krause, 2011; Lulandavelu, sivo durante todo el embarazo. La capacidad inspiratoria, el
2013). Como se explica en el capítulo 40 (pág. 735), la síntesis volumen máximo que puede inhalarse desde la FRC, aumenta
anormal de óxido nítrico se ha vinculado con el desarrollo de en 5 a 10%, o 200 a 250 ml, durante el embarazo. La capacidad
SECCIÓN 2
preeclampsia (Baksu, 2005; Teran, 2006). pulmonar total, la combinación de la FRC y la capacidad inspi-
ratoria, permanece sin cambios o disminuye menos del 5% al
llegar al término (Hegewald, 2011).
APARATO RESPIRATORIO La frecuencia respiratoria no se modifica, pero el volumen de
ventilación pulmonar y la ventilación por minuto en reposo aumen-
Como se muestra en la figura 4-12, el diafragma se eleva alrede-
tan de manera significativa conforme el embarazo avanza. En un
dor de 4 cm durante el embarazo. El ángulo subcostal se ensancha
estudio de 51 mujeres embarazadas sanas, Kolarzyk et al. (2005)
de manera apreciable conforme el diámetro transversal de la caja
informaron que el volumen de ventilación pulmonar medio (0.66
torácica aumenta cerca de 2 cm. El perímetro torácico aumenta
a 0.8 L/min) y la ventilación por minuto en reposo (10.7 a 14.1
alrededor de 6 cm, pero no lo suficiente para prevenir el decre-
L/min) eran significativamente mayores que en las mujeres no
mento en los volúmenes pulmonares residuales secundarios a la
embarazadas. El incremento en la ventilación por minuto se debe
elevación del diafragma. Aun así, el desplazamiento del diafragma
a varios factores, que incluyen la intensificación del impulso respi-
es mayor en las mujeres embarazadas que en las que no lo están.
ratorio, sobre todo por la acción estimulante de la progesterona, el
bajo volumen de reserva espiratoria y la alcalosis respiratoria com-
■ Función pulmonar pensada, que se trata con más detalle más adelante (Wise, 2006).
Los cambios fisiológicos pulmonares durante el embarazo se Respecto a la función pulmonar, Grindheim et al. (2012)
ilustran en la figura 4-13. La capacidad funcional residual (FRC, estudiaron a 75 mujeres embarazadas sanas y encontraron que la
functional residual capacity) disminuye en cerca de 20 a 30%, o velocidad de flujo espiratorio máximo aumenta de manera progre-
400 a 700 ml, durante el embarazo. Esta capacidad está com- siva conforme el embarazo avanza. La distensibilidad pulmonar
puesta por el volumen de reserva espiratorio, que se reduce cerca no se modifica. La conductibilidad de las vías respiratorias
de 15 a 20%, o 200 a 300 ml, y el volumen residual, que dismi- aumenta y la resistencia pulmonar total se reduce, quizá como
nuye en 20 a 125%, o 200 a 400 ml. La FRC y el volumen resultado de la progesterona. La capacidad respiratoria máxima y
residual disminuyen debido a la elevación del diafragma; para el la capacidad vital forzada o cronometrada no experimentan cam-
4 cm
68.5° 103.5°
Útero
(37 semanas)
6 6
No Embarazada
embarazada (7-9 meses)
5 5
CAPÍTULO 4
IRV
4 IC IRV 4
Volumen (L)
IC
Volumen (L)
FVC
VT
3 FVC 3
TLC VT
TLC
2 ERV 2
ERV
FRC
1 FRC 1
RV RV
RV RV
0 0
FIGURA 4-13. Cambios en los volúmenes pulmonares con el embarazo. Los cambios más significativos son la reducción de la capacidad funcio-
nal residual (FRC) y sus componentes, el volumen de reserva espiratoria (ERV) y el volumen residual (RV); además aumentan la capacidad inspi-
ratoria (IC) y el volumen de ventilación pulmonar (VT). (Copiada con autorización a partir de Hegewald, 2011.)
bios apreciables. No está claro si el volumen de cierre crítico, el central, disminuye el umbral y aumenta la sensibilidad de la
volumen pulmonar en el que las vías respiratorias de las regiones respuesta química refleja al CO2 (Jensen, 2005).
inferiores del pulmón empiezan a cerrarse durante la espiración, Para compensar la alcalosis respiratoria resultante, los niveles
es más alto durante el embarazo (Hegewald, 2011). El aumento plasmáticos de bicarbonato disminuyen de 26 a cerca de 22
en las necesidades de oxígeno y tal vez el aumento del volumen mmol/L. Si bien el pH sanguíneo sólo tiene aumento mínimo,
de cierre crítico que induce el embarazo tienden a hacer que las desplaza la curva de disociación de oxígeno a la izquierda. Este
enfermedades respiratorias sean más graves. cambio aumenta la afinidad de la hemoglobina materna por
McAuliffe et al. (2002) compararon la función pulmonar de el oxígeno, el efecto Bohr, lo que reduce la capacidad liberadora
140 mujeres con embarazo de un solo producto con la de 68 de oxígeno de la sangre materna. Esto se contrarresta porque el
mujeres con embarazo gemelar. No observaron diferencias sig- ligero aumento del pH también estimula un aumento de
nificativas entre ambos grupos. 2,3-difosfoglicerato en los eritrocitos maternos. Esto desvía
de regreso la curva a la derecha (Tsai, 1982). Por lo tanto, la Pco2
reducida por la hiperventilación materna ayuda a la transferencia
■ Aporte de oxígeno de dióxido de carbono (desecho) del feto a la madre, al tiempo
Está claro que la cantidad de oxígeno que llega a los pulmones que también facilita la liberación de oxígeno al feto.
con el aumento del volumen de ventilación pulmonar excede las
necesidades impuestas por la gestación. Además, la cantidad
total de hemoglobina y a su vez, la capacidad total transporta- APARATO URINARIO
dora de oxígeno, aumentan en forma apreciable durante el
embarazo normal, al igual que el gasto cardiaco. En consecuen- ■ Riñones
cia, la diferencia arteriovenosa materna de oxígeno disminuye. El El embarazo causa varios cambios notables en el sistema urina-
consumo de oxígeno aumenta cerca de 20% durante el emba- rio (cuadro 4-5). El tamaño renal aumenta cerca de 1.5 cm (Bai-
razo y es casi 10% mayor en los embarazos múltiples. Durante ley, 1971). Tanto la tasa de filtración glomerular (GFR, glomeru-
el trabajo de parto, el consumo de oxígeno se incrementa 40 a lar filtration rate) como el flujo plasmático renal aumentan desde
60% (Bobrowski, 2010). el inicio del embarazo. La GFR aumenta hasta 25% para la
segunda semana después de la concepción y 50% al principio
del segundo trimestre. Parece que esta filtración intensificada se
■ Equilibrio acidobásico debe a dos factores principales. Primero, la hemodilución cau-
Durante el inicio del embarazo es frecuente un aumento en la sada por la hipervolemia reduce la concentración de proteína y
conciencia del deseo de respirar (Milne, 1978). Esto podría la presión oncótica del plasma que entra a la microcirculación
interpretarse como disnea, que sugiere alteraciones pulmonares glomerular. Segundo, el flujo plasmático renal aumenta en casi
o cardiacas cuando en realidad no existe ninguna. Se cree que 80% antes del final del primer trimestre (Conrad, 2014; Corne-
esta disnea fisiológica, que no debe interferir con la actividad lis, 2011). Como se muestra en la figura 4-14, la GFR se man-
física normal, es resultado del aumento del volumen de ventila- tiene elevada hasta el término, aunque el flujo plasmático renal
ción pulmonar que reduce un poco la Pco2 y causa disnea, de disminuye en el embarazo avanzado. Sobre todo como conse-
manera paradójica. Lo más probable es que el aumento del cuencia de este aumento en la GFR, cerca del 60% de las muje-
esfuerzo respiratorio y, a su vez, el descenso en la Pco2 durante res refiere polaquiuria durante el embarazo (Sandhu, 2009).
la gestación se deban en gran parte a la progesterona y en menor Durante el primer día del puerperio persiste la GFR elevada;
medida al estrógeno. Parece que la progesterona tiene acción la principal razón es la presión oncótica capilar glomerular dis-
64 Anatomía y fisiología maternas
Dilatación Parecida a hidronefrosis en la ecografía o IVP Puede confundirse con uropatía obstructiva; la orina retenida
(más notable en el derecho) causa errores de recolección; las infecciones renales son
más virulentas; puede ser causa del “síndrome de
distensión”; el pielograma programado debe posponerse
al menos hasta 12 semanas después del parto
Función renal Aumento ~50% en índice de filtración La creatinina sérica disminuye durante el embarazo normal;
glomerular y flujo plasmático >0.8 mg/100 ml (>72 μmol/L) de creatinina ya es un
valor limítrofe; aumenta la excreción de proteína,
aminoácidos y glucosa
Mantenimiento Descenso del umbral para bicarbonato; la El bicarbonato sérico disminuye en 4-5 meq/L; PCO2
acidobásico progesterona estimula el centro respiratorio disminuye 10 mmHg; una PCO2 de 40 mmHg ya
representa retención de CO2
Osmolalidad Regulación osmótica alterada: disminuyen los La osmolalidad sérica disminuye 10 mosm/L (Na sérico
plasmática umbrales osmóticos para liberación de AVP ~5 meq/L) durante el embarazo normal; el aumento del
y disminución de la sed; aumenta el ritmo metabolismo placentario de AVP puede causar diabetes
de eliminación hormonal insípida transitoria durante el embarazo
AVP, arginina vasopresina; IVP, pielograma intravenoso; PCO2, presión parcial de dióxido de carbono. Modificado de Lindheimer, 2000.
minuida. La reversión de la hipervolemia y hemodilución gesta- ble que la relaxina aumente la actividad de la gelatinasa vascular
cionales, todavía evidente en el primer día posparto, se completa durante el embarazo, lo que causa vasodilatación renal, hiperfil-
hacia la segunda semana del puerperio (Hladunewich, 2004). tración glomerular y menor capacidad de reacción del músculo
Los estudios sugieren que la relaxina es importante para de las pequeñas arterias renales (Conrad, 2005).
mediar el aumento de la GFR y el flujo sanguíneo renal durante Como sucede con la presión sanguínea, la postura materna
el embarazo (Conrad, 2014; Helal, 2012). La relaxina aumenta tiene un efecto considerable en varios aspectos de la función
la síntesis de endotelina y óxido nítrico en la circulación renal. renal. Por ejemplo, en el embarazo avanzado, el flujo urinario y
Esto causa vasodilatación renal y descenso en la resistencia de las la excreción de sodio promedio en posición supina se reducen
arteriolas renales aferentes y eferentes, con el aumento conse- más de la mitad con respecto a la tasa de excreción en decúbito
cuente en el flujo sanguíneo renal y la GFR. También es proba- lateral. El impacto de la postura en la GFR y el flujo plasmático
renal es más variable.
Una característica excepcional de los cambios inducidos por
100 el embarazo en la excreción renal es el aumento notable en la
cantidad de varios nutrientes que se pierden en la orina. La
embarazada pierde aminoácidos y vitaminas hidrosolubles en
80 cantidades mucho mayores (Hytten, 1973; Powers, 2004).
glomerular
Los cambios fisiológicos en la hemodinámica renal inducidos por
el embarazo normal repercuten de diversas maneras en la inter-
Flujo
40 plasmático
pretación de las pruebas de función renal (Apéndice, pág. 1292).
renal efectivo Los niveles de creatinina sérica disminuyen en la gestación nor-
mal, de una media de 0.7 a 0.5 mg/100 ml. Los valores de 0.9
30 mg/100 ml o más sugieren enfermedad renal subyacente y obligan a
una valoración más detallada.
Fracción
de filtración La depuración de creatinina promedio en la embarazada es
0 30% más alta que los 100 a 115 ml/min normales en ausencia
de embarazo (Lindheimer, 2000). La depuración de creatinina
es una prueba útil para calcular la función renal, siempre y
–20
cuando se haga una recolección completa de orina durante un
periodo medido. Si cualquiera de estos dos elementos se hace de
No embarazada 0–20 20–30 30–40 manera incorrecta, los resultados son engañosos (Lindheimer,
Semanas de gestación 2010). Durante el día, las embarazadas tienden a acumular agua
en forma de edema postural; por la noche, cuando están acosta-
FIGURA 4-14. Cambios relativos en las mediciones del índice de fil-
tración glomerular (GFR), flujo plasmático renal eficaz (ERPF) y frac- das, movilizan este líquido mediante diuresis. Esta reversión del
ción de filtración durante el embarazo normal. (Copiada con patrón diurno habitual del flujo urinario causa nicturia en la
autorización de Davison, 1980.) mujer grávida y la orina está más diluida que en ausencia de
Fisiología materna 65
embarazo. La incapacidad de una embarazada de excretar orina das. Un estudio reciente en embarazadas sanas también mostró
concentrada después de privarla de líquidos durante casi 18 h cifras de proteinuria mayores a los umbrales establecidos (Phi-
no siempre indica daño renal. De hecho, en estas circunstancias llips, 2014).
los riñones funcionan de manera perfectamente normal
CAPÍTULO 4
mediante la excreción del líquido extracelular movilizado con Medición de la proteína urinaria
una osmolalidad relativamente baja. Las tres estrategias más usuales para medir la proteinuria son la
tira reactiva cualitativa típica, la recolección cuantitativa de 24 h
Análisis de orina y el índice albúmina/creatinina o proteína/creatinina de una
Es posible que la glucosuria durante el embarazo no sea anormal. muestra de orina individual. En fecha reciente, Conrad et al.
La mayor parte de los casos de glucosuria se explica por aumento (2014) hicieron una revisión de las limitaciones de cada opción.
apreciable en la filtración glomerular, junto con el deterioro de El principal problema con la valoración con tira reactiva es que
la capacidad de reabsorción tubular para la glucosa filtrada no considera la concentración o dilución renal de la orina. Por
(Davison, 1974). Sólo por estas razones, Chesley (1963) calculó ejemplo, en caso de poliuria y dilución extrema de la orina, un
que casi la sexta parte de las embarazadas deben perder glucosa resultado negativo o de trazas con la tira reactiva en realidad
en la orina. Aclarado esto, aunque es frecuente durante el emba- podría relacionarse con excreción excesiva de proteína.
razo, no debe ignorarse la posibilidad de diabetes mellitus La recolección de orina por 24 h se altera en caso de dilata-
cuando se detecta glucosuria. ción de las vías urinarias, que se describe más adelante. Las vías
La hematuria a menudo es resultado de la contaminación dilatadas pueden generar errores por retención (cientos de mili-
durante la recolección. De lo contrario, casi siempre sugiere litros de orina remanentes en las vías dilatadas) y derivados del
enfermedad de vías urinarias. La hematuria es frecuente después tiempo (la orina residual pudo haberse producido horas antes de
del trabajo de parto y parto difíciles por el traumatismo a la su recolección). Para minimizar estas limitaciones, Lindheimer
vejiga y la uretra. y Kanter (2010) recomendaron hidratar primero a la paciente y
Por lo general, la proteinuria se define en las pacientes no colocarla en decúbito lateral, la postura definitiva para evitar la
embarazadas como una tasa de excreción proteínica mayor de obstrucción, durante 45 a 60 min. Después de este tiempo, se le
150 mg/día. Debido a la hiperfiltración ya mencionada y al pide que orine y esta muestra se desecha. Justo después de esta
posible decremento en la resorción tubular, por lo general la micción inicia la recolección por 24 h. Durante la hora final de
proteinuria significativa durante el embarazo se define como la recolección, la paciente se coloca de nuevo en decúbito lateral,
una excreción de proteína de al menos 300 mg/día (Hladu- pero al final de esta hora, la orina final recolectada se incorpora
newich, 2011). Higby et al. (1994) midieron la excreción de en el volumen total obtenido.
proteína en 270 mujeres sanas durante todo el embarazo (fig. El índice proteína/creatinina es un parámetro alentador por-
4-15). La excreción media en 24 h para los tres trimestres fue que los datos se obtienen en poco tiempo y se evitan los errores
115 mg y el límite de confianza superior de 95% fue 260 mg/ de recolección. La desventaja es que la cantidad de proteína por
día, sin diferencias significativas por trimestre. Estos investiga- unidad de creatinina excretada durante un periodo de 24 h no
dores también mostraron que la excreción de albúmina es es constante, y se han definido varios límites para definir la
mínima y varía entre 5 y 30 mg/día. Sin embargo, resulta muy anormalidad. Waugh et al. (2003) desarrollaron nomogramas
interesante que Cornelis et al. (2011) notaron que la proteinuria para los índices urinarios de microalbúmina y creatinina durante
es mayor en la segunda mitad del embarazo, lo que no corres- los embarazos sin complicaciones.
ponde con precisión al nivel máximo anterior de la GFR (fig.
4-14). Las explicaciones posibles incluyen alteraciones en la ■ Uréteres
capacidad de reabsorción tubular o la presencia de otros resi- Cuando el útero sale por completo de la pelvis, descansa sobre
duos proteicos detectables en la orina de las mujeres embaraza- los uréteres, que se desplazan en sentido lateral y quedan com-
primidos en el borde pélvico. Por arriba de este nivel, el tono
1er trimestre
intraureteral aumenta (Rubi, 1968). La dilatación ureteral es
2o. trimestre impresionante y Schulman y Herlinger (1975) observaron que
300 es mayor del lado derecho en el 86% de las mujeres (fig. 4-16).
3er trimestre
95% La dilatación desigual puede deberse al acojinamiento que pro-
Proteína (mg/24 h)
■ Vejiga
Hay pocos cambios anatómicos significativos en la vejiga antes de
las 12 semanas. Sin embargo, a partir de ese momento, el tamaño
uterino creciente, la hiperemia que afecta a todos los órganos pél-
SECCIÓN 2
APARATO DIGESTIVO
Durante el embarazo, es probable que las encías se encuentren
hiperémicas y reblandecidas, y sangran con traumatismos leves,
como el cepillado dental. La gingivitis gestacional casi siempre
cede después del parto. El épulis gestacional es una tumoración
focal muy vascularizada de las encías; es un granuloma piógeno
que se desarrolla en ocasiones, pero por lo general regresa de
B
manera espontánea después del parto. Casi toda la evidencia
indica que el embarazo no induce la caries dental.
FIGURA 4-16. Hidronefrosis. A. Radiografía simple con imagen a los
Conforme avanza el embarazo, el estómago e intestino se des-
15 min de un pielograma intravenoso (IVP). La hidronefrosis mode- plazan a causa del útero en crecimiento. Por consiguiente, los
rada en el lado derecho (flechas) y la hidronefrosis leve en el lado datos físicos de ciertas enfermedades se alteran. Por ejemplo, el
izquierdo (puntas de flecha) son normales en este embarazo de apéndice casi siempre se desplaza hacia arriba y un poco al lado a
35 semanas. B. Imagen axial por resonancia magnética de un estudio medida que crece el útero. A veces puede llegar al flanco derecho.
realizado por una indicación fetal. La hidronefrosis moderada del lado La pirosis (agruras) es frecuente durante el embarazo y la causa
derecho (flecha blanca) y leve del lado izquierdo (flecha negra) son
más probable es el reflujo de secreciones ácidas a la parte inferior
datos incidentales.
del esófago (cap. 54, pág. 1072). Aunque quizá el cambio de posi-
ción del estómago contribuya a su frecuencia, el tono del esfínter
torceduras tienen un nombre equivocado, ya que el término esofágico inferior también disminuye. Además, en las embaraza-
denota obstrucción. Casi siempre son curvas sencillas o dobles, das las presiones intraesofágicas son más bajas y las intragástricas
que observadas en la radiografía tomada en el mismo plano que son más altas. Al mismo tiempo, la peristalsis esofágica tiene
la curva, pueden parecer angulaciones agudas. Otra exposición ondas de menor velocidad y mayor amplitud (Ulmsten, 1978).
en ángulo recto casi siempre confirma que se trata de curvas Parece que el tiempo de vaciamiento gástrico no cambia entre
menos marcadas. A pesar de estos cambios anatómicos, Semins los trimestres ni en comparación con las mujeres no embaraza-
et al. (2009) hicieron una revisión y concluyeron que los índices das (Macfie, 1991; Wong, 2002, 2007). Sin embargo, durante
de complicaciones relacionadas con la ureteroscopia en pacien- el trabajo de parto y sobre todo después de administrar analgé-
tes embarazadas y no embarazadas no difieren mucho. sicos, el tiempo del vaciamiento gástrico puede prolongarse de
Fisiología materna 67
CAPÍTULO 4
(Avsar, 2010). Se deben en gran medida al estreñimiento y pre-
sión alta en las venas por debajo del nivel del útero crecido.
■ Glándula hipófisis
■ Hígado Durante el embarazo normal, la hipófisis crece en casi 135%
(Gonzalez, 1988). Aunque se ha sugerido que el aumento podría
A diferencia de algunos animales, no aumenta el tamaño hepá-
ser suficiente para comprimir el quiasma óptico y reducir los
tico durante el embarazo humano (Combes, 1971). Sin
campos visuales, la alteración visual es infrecuente (Inoue, 2007).
embargo, el flujo sanguíneo arterial hepático y venoso portal
El crecimiento hipofisario se debe sobre todo a la hipertrofia esti-
aumentan de manera considerable (Clapp, 2000). El estudio
mulada por el estrógeno y la hiperplasia de los lactotrofos (Feldt-
histológico de las biopsias hepáticas, incluido el examen al
Rasmussen, 2011). Como se explica más adelante, la concentra-
microscopio electrónico, no muestra cambios morfológicos dis-
ción de prolactina en el suero materno es paralela al tamaño
tintivos en las mujeres con embarazo normal (Ingerslev, 1946).
creciente. El número de los gonadotrofos disminuye, los cortico-
Los resultados de algunas pruebas de laboratorio de la fun-
trofos y tirotrofos se mantienen constantes. Por lo general, los
ción hepática se alteran durante el embarazo normal y algunos se
somatotrofos se suprimen por la retroalimentación negativa de la
considerarían anormales para pacientes no embarazadas (Apén-
hormona del crecimiento producida en la placenta. El tamaño
dice, pág. 1289). La actividad total de la fosfatasa alcalina casi se
máximo de la hipófisis puede llegar a 12 mm en la imagen por
duplica, pero gran parte del aumento es atribuible a las isoenzi-
resonancia magnética (MR, magnetic resonance) los primeros días
mas de la fosfatasa alcalina placentarias termoestables. Las con-
después del parto, pero a partir de ese momento la glándula invo-
centraciones séricas de aspartato transaminasa (AST, aspartate
luciona con rapidez y alcanza su tamaño normal seis meses des-
transaminase), alanina transaminasa (ALT, alanine transami-
pués del parto (Feldt-Rasmussen, 2011). Según Scheithauer et
nase), glutamiltransferasa γ (GGT, γ-glutamyltransferase) y bili-
al. (1990), la incidencia de prolactinomas no aumenta durante el
rrubina son un poco más bajas en comparación con los valores
embarazo. Cuando estos tumores son grandes antes de la concep-
sin embarazo (Girling, 1997; Ruiz-Extremera, 2005).
ción (un macroadenoma mide ≥10 mm), es más probable que
La concentración de albúmina sérica disminuye durante el
crezca durante el embarazo (cap. 58, pág. 1162).
embarazo. Para finales del mismo, el nivel de albúmina puede estar
La hipófisis materna no es esencial para mantener el embarazo.
cerca de 3.0 g/100 ml, en comparación con cerca de 4.3 g/100 ml
Muchas mujeres sometidas a hipofisectomía completaron un
en las mujeres no grávidas (Mendenhall, 1970). Sin embargo, la
embarazo con éxito e iniciaron el trabajo de parto mientras recibían
concentración de albúmina corporal total aumenta debido al
glucocorticoides, hormona tiroidea y vasopresina de reemplazo.
incremento del volumen plasmático propio del embarazo. La con-
centración de globulinas séricas también es un poco más alta.
La leucina aminopeptidasa es una enzima hepática proteolítica Hormona del crecimiento
cuyos niveles séricos aumentan si hay hepatopatía. Su actividad se Durante el primer trimestre, la hormona del crecimiento se
eleva mucho en las embarazadas, pero esto se debe a la aparición secreta sobre todo en la hipófisis materna; las concentraciones
de una enzima específica del embarazo con especificidades de sus- en suero y líquido amniótico están dentro de los límites de
trato distintivas (Song, 1968). La aminopeptidasa inducida por el mujeres no gestantes, 0.5 a 7.5 ng/ml (Kletzky, 1985). Desde las
embarazo tiene actividad de oxitocinasa y vasopresinasa, que a ocho semanas, se detecta la hormona del crecimiento producida
veces produce diabetes insípida transitoria (cap. 58, pág. 1162). por la placenta (Lønberg, 2003). Alrededor de las 17 semanas,
la placenta es la principal fuente de hormona del crecimiento
■ Vesícula biliar (Obuobie, 2001). Los valores séricos maternos aumentan des-
Durante el embarazo normal, la contractilidad de la vesícula pacio, desde cerca de 3.5 ng/ml a las 10 semanas hasta una
biliar se reduce, lo que aumenta su volumen residual (Braver- meseta de alrededor de 14 ng/ml después de las 28 semanas. La
man, 1980). La progesterona puede afectar la contracción vesi- hormona del crecimiento en el líquido amniótico alcanza su
cular porque inhibe la estimulación del músculo liso mediada nivel máximo a las 14 a 15 semanas y luego disminuye despacio
por la colecistocinina, que es el principal regulador de la con- hasta alcanzar los valores basales después de las 36 semanas.
tracción vesicular. El vaciamiento disminuido, la ectasis conse- La hormona del crecimiento placentaria, diferente a la hipofi-
cuente y el aumento en la saturación biliar de colesterol durante saria en 13 residuos de aminoácidos, se secreta en el sincitiotrofo-
el embarazo contribuyen a la mayor prevalencia de cálculos blasto en forma no pulsátil (Fuglsang, 2006). La regulación y los
biliares de colesterol en las mujeres multíparas. efectos fisiológicos de la hormona del crecimiento placentaria no
Los efectos de la gestación en las concentraciones séricas se comprenden del todo, pero parece que tiene cierta influencia
maternas de ácidos biliares no se han descrito por completo, en el crecimiento fetal y en el desarrollo de preeclampsia (Mittal,
pese a la propensión del embarazo, reconocida desde hace 2007, Pedersen, 2010). La hormona del crecimiento placentaria
tiempo, a causar colestasis intrahepática y prurito gravídico por es un factor determinante de la resistencia materna a la insulina en
la retención de sales biliares. La colestasis intrahepática se ha la etapa intermedia del embarazo, y los niveles séricos maternos
vinculado con niveles circulantes altos de estrógeno, lo cual tienen una relación positiva con el peso al nacer, así como un
inhibe el transporte intraductal de ácidos biliares (Simon, vínculo negativo con la restricción del crecimiento fetal y la resis-
1996). Además, el aumento de la progesterona y factores gené- tencia arterial uterina (Chellakooty, 2004; Schiessl, 2007). Así, el
ticos se han asociado a la patogenia (Lammert, 2000). La coles- crecimiento fetal de cualquier manera avanzará en ausencia com-
tasis del embarazo se detalla más en el capítulo 55 (pág. 1084). pleta de hormona del crecimiento placentaria. Freemark (2006)
68 Anatomía y fisiología maternas
Madre 6
Embarazo con un solo producto Percentil
Embarazo gemelar 97.5
5
CAPÍTULO 4
TBG
4 4.0
TSH (mU/L)
T4 total
3
2 Percentil
hCG 50
T4 libre 1 Percentil
2.5
Tirotropina 0.4
0
0 10 20 30 40
Edad gestacional (semanas)
T4 libre
T3 total pital para desarrollar nomogramas de TSH por edad gestacional
específica para embarazos de producto único y gemelares (cap. 58,
T3 libre pág. 1148). Asimismo, Ashoor et al. (2010) establecieron interva-
los normales de TSH, T4 libre y T3 libre entre las 11 y 13 semanas.
10 20 30 40 Estas alteraciones complejas en la regulación tiroidea no pare-
Semana de embarazo
cen alterar el estado tiroideo materno medido con estudios meta-
bólicos. Aunque el índice metabólico basal aumenta en forma
FIGURA 4-17. Cambios relativos en los analitos relacionados con las progresiva durante la gestación normal hasta en 25%, la mayor
tiroides materna y fetal durante el embarazo. Los cambios maternos parte de este aumento en el consumo de oxígeno puede atribuirse
incluyen un aumento inicial y notable en la síntesis hepática de glo- a la actividad metabólica fetal. Si se considera la superficie corporal
bulina para unión con tiroxina (TBG) y producción placentaria de gona- fetal junto con la de la madre, los índices metabólicos basales espe-
dotropina coriónica humana (hCG). El aumento de la globulina para
unión con tiroxina incrementa la concentración sérica de tiroxina (T4).
rados y observados son similares a los de mujeres no embarazadas.
La hCG tiene actividad semejante a la tirotropina y estimula la secre-
ción de T4 libre materna; este incremento transitorio inducido por la Estado del yodo
hCG inhibe la secreción materna de tirotropina. Salvo por un aumento
mínimo en el nivel de T4 libre cuando la hCG alcanza su cifra máxima, Las necesidades de yodo aumentan durante el embarazo nor-
estos parámetros permanecen sin cambios notorios. Las concentracio- mal. En las mujeres con ingestión baja o marginal, la deficiencia
nes fetales de los analitos tiroideos aumentan en forma progresiva puede manifestarse como concentraciones bajas de tiroxina y
durante la gestación. La triyodotironina (T3) fetal no se eleva hasta la elevación de la TSH. Es importante señalar que más de un tercio
etapa tardía de la gestación. (Modificada a partir de Burrow, 1994.) de la población mundial vive en áreas en las que el consumo de
yodo es apenas marginal. Para el feto, la exposición inmediata a
la hormona tiroidea es esencial para el sistema nervioso, y la
niveles séricos altos estimulan la tiroides. De hecho, la concentra- deficiencia de yodo es la causa prevenible más frecuente de alte-
ción de tirotropina disminuye en más de 80% en las embarazadas, raciones en el desarrollo neurológico, después de la hambruna
mientras en las que no lo están permanece en el intervalo normal. (Kennedy, 2010). La deficiencia grave causa cretinismo.
Como se muestra en la figura 4-18, la supresión normal de la
TSH durante el embarazo puede ocasionar un diagnóstico erró-
neo de hipertiroidismo subclínico. Más preocupante es la posibi- ■ Glándulas paratiroideas
lidad de no identificar a las mujeres con inicio de hipotiroidismo La regulación de la concentración de calcio está muy interrela-
a causa de las concentraciones de TSH suprimidas. Para dismi- cionada con la fisiología del magnesio, el fosfato, la hormona
nuir la probabilidad de tales diagnósticos equivocados, Dashe et paratiroidea, la vitamina D y la calcitonina. Es probable que
al. (2005) realizaron un estudio poblacional en el Parkland Hos- cualquier alteración en alguno de estos factores cambie a los
70 Anatomía y fisiología maternas
300 40
el calcio necesario para el crecimiento fetal y la lactancia puede
obtenerse en parte del esqueleto materno. 200
)
)
80
Hormona paratiroidea 30
70
Los descensos agudos o crónicos del calcio plasmático o la caída
ACTH (pg/ml)
roidea (PTH, parathyroid hormone). Por el contrario, el aumento 50 20
en la concentración de calcio y magnesio suprime la liberación
40
de PTH. La acción de esta hormona en la resorción ósea, absor-
ción intestinal y reabsorción renal eleva las concentraciones de 30
10
calcio y reduce las de fosfato en el líquido extracelular. 20
Según la revisión de Cooper (2011), la mineralización del
10
esqueleto fetal requiere cerca de 30 g de calcio, sobre todo durante
el tercer trimestre. Aunque esta cantidad representa sólo el 3% del 0
total de calcio que existe en el esqueleto materno, la provisión de 10 20 30 40
calcio aún representa un desafío para la madre. En la mayoría de Semanas de gestación
las circunstancias, el aumento de la absorción materna de calcio
proporciona el mineral adicional. Durante el embarazo, la canti- FIGURA 4-19. Aumentos progresivos del cortisol sérico (línea azul) y
dad de calcio absorbida se eleva de manera gradual y llega a cerca de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) (línea roja) durante el
de 400 mg/día en el tercer trimestre. Parece que el aumento en la embarazo normal. (Copiada con autorización a partir de Carr, 1981.)
absorción de calcio está mediado por el incremento en la concen-
tración de 1,25-dihidroxivitamina D materna. Esto ocurre a pesar
de las concentraciones bajas de PTH durante el embarazo, que es circulante aumenta, pero gran parte está unida con transcortina,
el estímulo normal para la síntesis activa de vitamina D en los la globulina de unión con cortisol. El ritmo de secreción supra-
riñones. En realidad, la concentración plasmática de PTH dismi- renal de este principal glucocorticoide no aumenta y es probable
nuye en el primer trimestre y luego aumenta de manera progre- que disminuya en comparación con el estado no gestante. Sin
siva durante el resto del embarazo (Pitkin, 1979). embargo, la depuración metabólica del cortisol es menor durante
Es probable que el aumento en la producción de vitamina D el embarazo, ya que su semivida casi se duplica en comparación
activa se deba a la síntesis placentaria de PTH o proteína relacio- con las mujeres no embarazadas (Migeon, 1957). La administra-
nada con PTH (PTH-rP). En ausencia de embarazo y lactancia, ción de estrógeno, incluido el de la mayoría de los anticoncepti-
por lo general la PTH-rP sólo se detecta en el suero de las muje- vos orales, produce cambios en la concentración sérica de corti-
res con hipercalcemia secundaria a neoplasias malignas. Sin sol y transcortina similares a los del embarazo (Jung, 2011).
embargo, durante el embarazo la concentración de PTH-rP Durante el inicio del embarazo, la concentración de hormona
aumenta en forma significativa. Esta proteína se sintetiza en teji- adrenocorticotrópica (ACTH, adrenocorticotropic hormone) circu-
dos fetales y en las mamas. lante, también llamada corticotropina, se reduce de manera signi-
ficativa. Conforme el embarazo progresa, la ACTH y el cortisol
Calcitonina libre aumentan por igual hasta cifras muy elevadas (fig. 4-19).
Las acciones conocidas de la calcitonina casi siempre se conside- Aún no se comprende del todo esta aparente paradoja. Nolten y
ran opuestas a las de la hormona paratiroidea y la vitamina D de Rueckert (1981) sugieren que las concentraciones más altas de
proteger la calcificación esquelética durante periodos de estrés colesterol libre durante el embarazo se deben a un “reajuste” del
para el calcio. El embarazo y la lactancia causan un notable mecanismo materno de retroalimentación en cifras más altas.
estrés de calcio y durante estos periodos, los niveles de calcito- También proponen que esto se debe a la falta de respuesta tisular
nina son mucho más altos que los de mujeres no embarazadas al cortisol. Más tarde, Keller-Wood y Wood (2001) confirmaron
(Weiss, 1998). que estas incongruencias podrían derivar de un efecto antago-
El origen embriológico de las células C secretoras de calcitonina nista de la progesterona en los mineralocorticoides. Por lo tanto,
es la cresta neural y se localizan sobre todo en las áreas perifolicula- en respuesta a la concentración alta de progesterona durante el
res de la tiroides. El calcio y el magnesio aumentan la biosíntesis y embarazo, se requiere un nivel alto de cortisol para mantener la
la secreción de calcitonina. Varias hormonas gástricas (gastrina, homeostasis. De hecho, los experimentos en ovejas gestantes
pentagastrina, glucagon y pancreozimina) y el consumo de ali- demostraron que la secreción alta de cortisol y aldosterona es
mentos aumentan también el nivel plasmático de calcitonina. necesaria para mantener el aumento normal del volumen plas-
mático durante etapas avanzadas del embarazo (Jensen, 2002).
■ Glándulas suprarrenales
Aldosterona
Cortisol Desde las 15 semanas de gestación, las glándulas suprarrenales
En el embarazo normal, las glándulas suprarrenales maternas maternas secretan cantidades mucho más altas de aldosterona, el
experimentan poco o ningún cambio morfológico, a diferencia principal mineralocorticoide. Para el tercer trimestre secretan
de sus contrapartes fetales. La concentración sérica de cortisol casi 1 mg/día. Si se limita el consumo de sodio, la secreción de
Fisiología materna 71
aldosterona se eleva todavía más (Watanabe, 1963). Al mismo C19, pero es probable que se origine en el ovario. Resulta intere-
tiempo, los niveles de renina y el sustrato de la angiotensina II sante que la testosterona del plasma materno no entra o entra
tienen un aumento normal, sobre todo durante la segunda poco a la circulación fetal en forma de testosterona. Incluso
mitad del embarazo. Esta situación da origen al aumento del cuando hay cantidades masivas de testosterona en la circulación
CAPÍTULO 4
nivel plasmático de angiotensina II, que al actuar en la zona de las embarazadas, como en presencia de tumores secretores de
glomerulosa de las glándulas suprarrenales maternas, explica la andrógenos, es probable que los niveles de testosterona en la
secreción tan alta de aldosterona. Se ha sugerido que el aumento sangre del cordón umbilical sean indetectables; esto es resultado
en la secreción de aldosterona durante el embarazo normal de la conversión trofoblástica casi completa de la testosterona en
brinda protección contra el efecto natriurético de la progeste- 17β-estradiol (Edman, 1979).
rona y el péptido auricular natriurético. En fecha más reciente, Las concentraciones séricas y urinarias maternas de sulfato de
Gennari-Moser et al. (2011) aportaron evidencia de que la dehidroepiandrosterona disminuyen en la gestación normal.
aldosterona podría participar en la modulación del crecimiento Como se explica en el capítulo 5 (pág. 107), esto es consecuen-
del trofoblasto y el tamaño placentario. cia del aumento de la eliminación metabólica a través de la
16β-hidroxilación hepática materna extensa y la conversión pla-
Desoxicorticosterona centaria a estrógeno.
Los niveles plasmáticos maternos de este potente mineralocorti-
coide aumentan en forma progresiva durante el embarazo. De SISTEMA MUSCULOESQUELÉTICO
hecho, la concentración plasmática de desoxicorticosterona se
incrementa a cerca de 1 500 pg/ml para el término, un aumento La lordosis progresiva es una característica del embarazo nor-
de más de 15 veces (Parker, 1980). Este incremento notable no mal. Para compensar la posición anterior del útero en creci-
proviene de la secreción suprarrenal, sino que representa un miento, la lordosis desvía el centro de gravedad de regreso a las
incremento de la producción renal debido a la estimulación extremidades inferiores.
estrogénica. Las concentraciones de desoxicorticosterona y su Las articulaciones sacroiliacas, sacrococcígea y púbica tienen
sulfato en la sangre fetal son mucho más altos que en la sangre mayor movilidad durante el embarazo. Como se explicó antes
materna, lo que sugiere transferencia de desoxicorticosterona (pág. 49), el incremento en la laxitud articular durante el emba-
hacia el compartimiento materno. razo no guarda relación con un aumento de los niveles séricos
maternos de estradiol, progesterona o relaxina (Marnach, 2003).
La mayor parte de la relajación ocurre en la primera mitad del
■ Andrógenos embarazo. Puede contribuir a alteraciones en la postura materna,
En balance, existe una mayor actividad androgénica durante el que a su vez causan molestias en la región lumbar. Aunque es
embarazo. Las concentraciones plasmáticas maternas de andros- probable que muchos partos se acompañen de cierta separación
tenediona y testosterona aumentan. Este dato no se explica del de la sínfisis, los espacios mayores a un 1 cm pueden causar dolor
todo por los cambios en su depuración metabólica. Ambos intenso (fig. 4-20) (Jain, 2005). A veces existe dolorimiento,
andrógenos se convierten en estradiol en la placenta, lo que entumecimiento y debilidad en las extremidades superiores.
aumenta su ritmo de depuración. Por el contrario, el aumento Esto puede ser resultado de la lordosis marcada, que se acom-
de la globulina plasmática de unión con hormonas sexuales en paña de flexión anterior del cuello y caída del cinturón escapu-
las embarazadas retrasa la depuración de testosterona. Por lo lar, lo que tira de los nervios cubital y mediano (Crisp, 1964).
tanto, el ritmo de producción materna de testosterona y andros- El fortalecimiento articular comienza justo después del parto
tenediona durante el embarazo humano se incrementa. Se des- y casi siempre se completa en tres a cinco meses. Las dimensio-
conoce la fuente de este aumento en la producción de esteroide nes pélvicas medidas hasta tres meses después del parto mediante
A B
FIGURA 4-20. A. Diastasis de sínfisis. Ensanchamiento notable de la sínfisis púbica (flechas) después de parto vaginal. B. Ensanchamiento de la
articulación sacroiliaca (SI). Ensanchamiento izquierdo (flecha) mayor que el derecho (punta de flecha) de las articulaciones SI anteriores. (Imá-
genes proporcionadas por el Dr. Daniel Moore.)
72 Anatomía y fisiología maternas
imágenes MR no muestran diferencias significativas respecto a y el rendimiento del sueño se reduce (Pavlova, 2011). Se informó
las mediciones previas al embarazo (Huerta-Enochian, 2006). que la frecuencia y duración de los episodios de apnea durante el
sueño disminuyeron significativamente durante el embarazo en
comparación con el puerperio (Trakada, 2003). Sin embargo, en
SECCIÓN 2
SISTEMA NERVIOSO CENTRAL posición supina la Pao2 promedio fue más baja. La mayor pertur-
bación del sueño tiene lugar después del parto y podría contribuir
■ Memoria a la depresión puerperal o a la depresión franca (cap. 61, pág. 1205).
Los cambios en el sistema nervioso central son pocos y casi
todos sutiles. Las mujeres a menudo refieren dificultad para la
atención, concentración y memoria durante todo el embarazo y
el inicio del puerperio. Sin embargo, hay pocos estudios siste- BIBLIOGRAFÍA
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SECCIÓN 3
IMPLANTACIÓN DE LA PLACENTA,
CAPÍTULO 5
EMBRIOGÉNESIS Y DESARROLLO FETAL
80
CAPÍTULO 5
Implantación y desarrollo
placentario
CAPÍTULO 5
el cuerpo amarillo humano. Sin embargo, es resultado en parte
de la combinación de cifras disminuidas de LH circulante en la
fase luteínica tardía y menor sensibilidad de las células luteínicas
a la LH (Duncan, 1996; Filicori, 1986). La participación de los
factores luteotrópicos es menos clara en mujeres; sin embargo, la
prostaglandina F2α (PGF2α) parece ser luteolítica en primates
no humanos (Auletta, 1987; Wentz, 1973). Los efectos endocri-
nos del decremento notorio en las cifras circulantes de estradiol
y progesterona son esenciales para posibilitar el desarrollo foli-
cular y la ovulación en el siguiente ciclo ovárico. Además, la
regresión del cuerpo amarillo y el descenso de las concentracio-
nes de esteroides circulantes dan una señal al endometrio para el
inicio de sucesos moleculares que llevan a la menstruación.
FIGURA 5-3. Un complejo cúmulo-ovocito después de la ovulación. El
ovocito se encuentra en el centro del complejo. Las células del disco
Acción de los estrógenos y la progesterona
prolígero están separadas ampliamente entre sí por la matriz extracelu- Las concentraciones fluctuantes de esteroides ováricos son causa
lar, rica en hialuronano. (Contribución fotográfica del Dr. Kevin J. Doody.) directa del ciclo endometrial. Los avances recientes en la biología
molecular de receptores de estrógenos y progesterona han mejo-
rado mucho la comprensión de su fisiología. El estrógeno natu-
cimiento endotelial vascular (VEGF, vascular endothelial growth ral más potente desde el punto de vista biológico, el 17β-estradiol,
factor) y otros producidos en respuesta a la LH por las células se secreta por células de la granulosa del folículo ovárico domi-
tecaluteínicas y luteínicas de la granulosa (Albrecht, 2003; Fra- nante y las células de la granulosa luteínicas del cuerpo amarillo
ser, 2001). Durante la luteinización, estas células sufren hiper- (fig. 5-2). Los estrógenos constituyen la señal hormonal esencial
trofia y aumentan su capacidad de síntesis de hormonas. de la que dependen casi todos los sucesos del ciclo menstrual
La LH es el principal factor luteotrópico que mantiene el normal. La participación del estradiol es compleja y parece
cuerpo amarillo (Vande Wiele, 1970). En realidad, las inyeccio- incluir a dos receptores típicos de hormonas nucleares, que se
nes de LH pueden prolongar dos semanas la vida del cuerpo han designado receptor α de estrógenos (ERα, estrogen receptor
amarillo en las mujeres sanas (Segaloff, 1951). En mujeres con alpha), y receptor β de estrógenos (ERβ, estrogen receptor beta)
ciclos menstruales normales, el cuerpo amarillo se mantiene por (Katzenellenbogen, 2001). Estas isoformas del receptor son pro-
pulsos de LH de baja frecuencia y una gran amplitud secretados ducto de genes distintos y pueden mostrar diferencias específicas
por gonadotropos de la hipófisis anterior (Filicori, 1986). de tejido en su expresión relativa. Ambos complejos de receptor-
La secreción hormonal del cuerpo amarillo es diferente de la estradiol actúan como factores de transcripción, que se vinculan
secreción folicular (fig. 5-1). La mayor capacidad de las células con el elemento de respuesta a estrógenos de genes específicos, y
luteínicas de la granulosa de producir progesterona es efecto de comparten una sólida activación por el estradiol. Sin embargo,
un mayor acceso a precursores considerablemente más esteroi- las diferencias en sus afinidades de unión de otros estrógenos y
dogénicos a través del colesterol proveniente de lipoproteínas de sus patrones de expresión celular específica sugieren que los
baja densidad (LDL, low-density lipoprotein) de origen hemato- receptores ERα y ERβ tienen una función distinta y superpuesta
lógico como se describe en la figura 5-2 (Carr, 1981a). La (Saunders, 2005). Ambos receptores se expresan en el endome-
importante participación del colesterol de LDL en la biosíntesis trio uterino (Bombail, 2008; Lecce, 2001). Los estrógenos
de progesterona se sustenta en la observación de que las mujeres actúan en muchos tipos celulares para regular el desarrollo foli-
con cifras muy bajas de éste muestran poca secreción de proges- cular, receptividad uterina o flujo sanguíneo.
terona durante la fase luteínica (Illingworth, 1982). Además, el La mayoría de las acciones de la progesterona en el aparato
colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL, high-density reproductor femenino están mediadas por receptores hormonales
lipoprotein) puede contribuir a la producción de progesterona nucleares, el receptor para progesterona tipo A (PR-A) y tipo B
en células luteínicas de la granulosa (Ragoobir, 2002). (PR-B). La progesterona entra a las células por difusión y en los
La concentración de estrógenos depende de un patrón de tejidos con capacidad de respuesta se une con los receptores para
secreción más complejo. De manera específica, justo después de progesterona (Conneely, 2002). Ambas isoformas del receptor
la ovulación, la cifra de estrógenos decrece, un fenómeno para progesterona están codificadas por un solo gen, son miem-
seguido por el aumento secundario que alcanza la producción bros de la superfamilia de receptores para esteroides de los factores
máxima de 0.25 mg/día de 17β-estradiol en la fase luteínica de transcripción y regulan la transcripción de genes determina-
media. Hacia el término de la fase luteínica hay un decremento dos. Estos receptores tienen acciones únicas. Cuando se expresan
secundario de la producción de estradiol. ambos receptores, PR-A y PR-B, parece que PR-A puede inhibir
La síntesis ovárica de progesterona alcanza su máximo de 25 la regulación génica de PR-B. Las glándulas endometriales y el
a 50 mg/día en la fase luteínica media. Con el embarazo, el estroma parecen tener distintos patrones de expresión para los
cuerpo amarillo continúa la producción de progesterona en res- receptores de progesterona, que varían durante el ciclo menstrual
puesta a la hCG embrionaria, que se une a los mismos recepto- (Mote, 1999). Además, la progesterona puede producir respues-
res de LH en células luteínicas(fig. 5-2). tas rápidas, como cambios en la concentración del calcio libre
Implantación y desarrollo placentario 85
CAPÍTULO 5
glandular. Después de la ovulación, el endometrio cebado por
ia
ias
esp
estrógenos responde a cifras crecientes de progesterona de una iral
a r te r
manera muy predecible. Para el día 17 se ha acumulado glucó-
geno en la porción basal del epitelio glandular que da lugar a
la s
Fase secretora media
vacuolas subnucleares y seudoestratificación. Éste es el primer
e
d
li o
signo de ovulación que se refleja en términos histopatológicos. Enrollamiento am p
En
Esto es quizá el resultado de la acción directa de la progesterona roll
a miento e
a través de sus receptores expresados en las células glandulares xcesivo de las ar terias espirales
(Mote, 2000). En el día 18, las vacuolas se desplazan a la porción Fase secretora tardía
Mens-
apical de las células secretoras no ciliadas. Para el día 19, éstas Día 24
truación
empiezan a secretar su contenido de glucoproteínas y mucopoli- Disminuye Día 25 Día 26 Día 27 Día 28
sacáridos hacia la luz (Hafez, 1975). Las mitosis de las células el volumen Enrollamiento La vasoconstricción
Hipoxia,
hístico intenso de las arterias
glandulares cesan con el inicio de la actividad secretora en el día vasodilatación limita la hemorragia
espirales; homeostasis
19, debido a las cifras crecientes de progesterona, que antagoni-
zan los efectos mitóticos de los estrógenos. La actividad del FIGURA 5-5. Modificaciones en las arterias espirales del endometrio
estradiol también disminuye por expresión glandular de la iso- humano durante el ciclo ovulatorio. De manera inicial, los cambios en
forma tipo 2 de deshidrogenasa de 17β-hidroxiesteroides, que el riego sanguíneo de estos vasos facilitan el crecimiento endome-
convierte el estradiol en una estrona menos activa (Casey, 1996). trial. El ensortijamiento excesivo y el flujo sanguíneo coinciden con la
La determinación de la fecha en la fase secretora intermedia regresión de la función del cuerpo amarillo y llevan a una declinación
o tardía se basa en los cambios del estroma endometrial. En los de volumen del tejido endometrial. Por último, el enrollamiento de la
arteria espiral ocasiona hipoxia y necrosis endometriales. Antes del
días 21 a 24 del ciclo, el estroma se torna edematoso. En los días
sangrado endometrial, el espasmo intenso de la arteria espiral ayuda
22 a 25, las células del estroma que rodean a las arteriolas espi- a limitar la pérdida sanguínea durante la menstruación.
rales comienzan a crecer y se hacen evidentes las mitosis del
estroma. Los días 23 a 28 se caracterizan por las células predeci-
duales que rodean a las arteriolas espirales.
Una característica importante del endometrio en la fase secre- Menstruación
tora que ocurre entre los días 22 y 25 es el notorio cambio vincu- La fase luteínica media secretora del ciclo menstrual constituye
lado con la transformación predecidual del 66% superior de la un punto crítico en el desarrollo y diferenciación del endome-
capa funcional. Las glándulas muestran enrollamiento extenso y se trio. Con el rescate del cuerpo amarillo y la continuación de la
hacen visibles las secreciones en su luz. Los cambios en todo el producción de progesterona continua persiste el proceso de for-
endometrio también pueden señalar el llamado espacio de implan- mación de decidua. Si la producción de progesterona por el
tación, que aparece en los días 20 a 24. Las células de la superficie cuerpo amarillo decrece por luteólisis, se inician los cambios que
epitelial muestran disminución de las microvellosidades y los llevan a la menstruación (Critchley, 2006; Thiruchelvam, 2013).
cilios, pero también la aparición de protrusiones luminales en la Una característica histopatológica notable del endometrio de
superficie de las células apicales (Nikas, 2003) llamadas pinópodos, la fase premenstrual tardía es la infiltración de su estroma por
que son importantes en la preparación para la implantación del neutrófilos, que le confieren un aspecto seudoinflamatorio. Estas
blastocisto. También coinciden con cambios en el glucocáliz super- células ingresan el día o dos inmediatamente antes del inicio de
ficial que posibilitan la aceptación de un blastocisto (Aplin, 2003). la menstruación. Las células epiteliales y del estroma del endo-
La fase secretora sobresale también por el crecimiento y desa- metrio producen interleucina 8 (IL-8), que es un factor quimio-
rrollo continuo de las arterias espirales. Boyd y Hamilton (1970) táctico activador de los neutrófilos (Arici, 1993). De igual
destacaron la extraordinaria importancia de las arterias espirales manera, la proteína quimiotáctica de monocitos 1 (MCP-1,
endometriales. Éstas surgen de las arterias radiales, que son monocyte chemotactic protein-1) se sintetiza en el endometrio e
ramas miometriales arqueadas de los vasos uterinos (fig. 5-4). Las induce la incorporación de monocitos (Arici, 1995).
propiedades morfológicas y funcionales de las arterias espirales La infiltración leucocítica se considera clave para la degrada-
son únicas e indispensables para establecer los cambios del riego ción de la matriz extracelular endometrial y la reparación de la
sanguíneo que permiten la menstruación o la implantación. capa funcional. El término “cuerda floja inflamatoria” se refiere
Durante la fase de crecimiento endometrial, las arterias espirales a la capacidad de los macrófagos de asumir fenotipos que varían
aumentan su longitud a una velocidad que es notablemente desde proinflamatorios y fagocíticos hasta inmunosupresores y
mayor que la tasa de aumento de la altura del tejido endometrial reparadores. Es probable que tengan relevancia para la mens-
o su grosor (fig. 5-5). Tal discordancia en el crecimiento produce truación, en la que hay degradación y restauración simultáneas
un mayor ensortijamiento de las arterias espirales. El desarrollo del tejido (Evans, 2012). Los leucocitos invasores secretan enzi-
de las arterias espirales refleja una inducción notoria de la angio- mas que son miembros de la familia de metaloproteasa de la
génesis, constituida por amplios brotes vasculares y su extensión. matriz (MMP, matrix metalloproteinases). Éstas se agregan a las
Perrot-Applanat et al. (1988) describieron receptores de proges- proteasas ya producidas por las células estromales endometriales
terona y estrógenos en las células de músculo liso de las arterias e inician la degradación de la matriz. Se ha propuesto que este
uterinas, incluidas las espirales. Esta angiogénesis rápida está fenómeno inicia los fenómenos conducentes a la menstruación
regulada, en parte, por la síntesis de VEGF controlada por el (Dong, 2002). Cuando el desprendimiento del tejido se com-
estrógeno y la progesterona (Ancelin, 2002; Chennazhi, 2009). pleta, los cambios en el fenotipo de los macrófagos regulados
86 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
por el microambiente favorecen la reparación y la resolución que acompañan a la necrosis hística parcial también sirven para
(Evans, 2012; Thiruchelvam, 2013). sellar las puntas de los vasos.
La superficie endometrial se restablece por crecimiento de
Cambios anatómicos durante la menstruación. En un estu-
rebordes o collaretes que forman los extremos libres evertidos
SECCIÓN 3
dio clásico de Markee (1940) se describieron los cambios hísti- de las glándulas endometriales (Markee, 1940). Estos rebordes
cos y vasculares que ocurren en el endometrio antes de la mens- aumentan de diámetro con mucha rapidez y la continuidad epi-
truación. Primero, se reconocieron cambios en el riego sanguíneo telial se restablece por la fusión de los bordes de estas hojas de
del endometrio esenciales para la menstruación. Con la regre- células delgadas en migración.
sión del endometrio, el ensortijado de las arterias espirales se
torna más intenso para que la resistencia al flujo sanguíneo Intervalo entre las menstruaciones. El intervalo modal de
aumente de manera notoria y produzca hipoxia endometrial. La la menstruación se considera de 28 días, pero hay variación con-
estasis resultante es la principal causa de isquemia endometrial y siderable entre mujeres, así como en la longitud del ciclo de una
degeneración del tejido (fig. 5-5). La vasoconstricción precede sola. Las notorias diferencias en los intervalos entre los ciclos
al inicio de la menstruación y es el suceso más notable y cons- menstruales no son indicativas de infecundidad. Arey (1939)
tante que se observa en el ciclo menstrual. La vasoconstricción analizó 12 estudios que incluyeron 20 000 registros calendáricos
intensa de las arterias espirales sirve para limitar la pérdida san- de 1 500 mujeres y concluyó que no hay pruebas de una regula-
guínea menstrual. El riego sanguíneo se regula al parecer de ridad perfecta del ciclo menstrual. En las mujeres adultas pro-
manera endocrina por modificaciones inducidas por hormonas medio, 33% de los ciclos está separado por más de dos días de la
esteroideas sexuales en el sistema local de péptidos vasoactivos media de todos. En este análisis de 5 322 ciclos en 485 mujeres
de mediación paracrina, como se describe más adelante. sanas se calculó un intervalo promedio de 28.4 días.
Prostaglandinas y menstruación. La supresión de la proges-
terona aumenta la expresión de la ciclooxigenasa-2 (COX-2, DECIDUA
ciclooxigenase-2), también llamada prostaglandina sintasa 2, para
la síntesis de prostaglandinas. La supresión igualmente reduce la La decidua es un endometrio especializado, muy modificado del
expresión de la 15-hidroxiprostaglandina deshidrogenasa embarazo. Es esencial para la placentación hemocoriónica, aquella
(PGDH, 15-hydroxyprostaglandin dehydrogenase), que degrada en la que la sangre materna tiene contacto con el trofoblasto. Esta
las prostaglandinas (Casey, 1980, 1989). El resultado neto es una relación requiere la invasión del trofoblasto y muchos estudios se
mayor producción de prostaglandinas por las células del estroma, han enfocado en la interacción entre las células de la decidua y los
junto con una mayor concentración de receptores de prostaglan- trofoblastos invasores. La decidualización (la transformación del
dinas en los vasos sanguíneos y las células circundantes. endometrio secretor en decidua) depende de la acción de estróge-
Se ha sugerido la intervención de las prostaglandinas, en par- nos y progesterona, así como de factores secretados por el blasto-
ticular la PGF2α, en el inicio de la menstruación (Abel, 2002). cisto en proceso de implantación. La relación especial que existe
Hay grandes cantidades de prostaglandinas en la sangre mens- entre la decidua y el trofoblasto invasivo desafía en apariencia las
trual. La administración de PGF2α produce síntomas que simu- leyes de la inmunología de trasplantes. El éxito de este semialoin-
lan la dismenorrea. La menstruación dolorosa es frecuente, y es jerto único no es sólo de gran interés científico, sino que podría
probable que se deba a las contracciones miometriales e isque- incluir procesos reveladores que harían posibles operaciones de
mia uterina. Se considera que esta respuesta tiene la mediación trasplantes más exitosas, y tal vez incluso tratamientos inmunita-
de la vasoconstricción de las arterias espirales inducida por la rios de las neoplasias (Billingham, 1986; Lala, 2002).
PGF2α, que da lugar a que las zonas endometriales superiores
experimenten hipoxia. Se trata de un potente inductor de la ■ Estructura decidual
angiogénesis y de factores de permeabilidad vascular, como el La decidua se clasifica en tres partes con base en su localización
VEGF. Las prostaglandinas tienen participación importante en anatómica. Aquella situada directamente debajo de la implanta-
la serie de sucesos que llevan a la menstruación e incluyen vaso- ción del blastocisto se modifica por la invasión del trofoblasto y
constricción, contracciones miometriales y regulación ascen- se convierte en la decidua basal. La decidua capsular cubre al blas-
dente de las reacciones proinflamatorias. tocisto en crecimiento y lo separa inicialmente del resto de la
cavidad uterina (fig. 5-6). Esta porción es más notoria durante
Activación de los mecanismos líticos. Después de los cambios
el segundo mes del embarazo y está constituida por células deci-
de la vasoconstricción y las citocinas endometriales, se requiere la
duales cubiertas por una sola capa de células epiteliales aplana-
activación de las proteasas dentro de las células del estroma y la
das. En el plano interno, el corion liso entra en contacto con la
invasión por leucocitos para degradar la matriz intersticial endo-
membrana fetal extraembrionaria avascular. El resto del útero se
metrial. Se liberan las metaloproteinasas de la matriz, MMP-1 y
halla revestido por la decidua parietal. Durante el inicio del
MMP-3, de las células del estroma y pueden activar a otras pro-
embarazo hay un espacio entre la decidua capsular y la parietal
teinasas neutrofílicas, como MMP-8 y MMP-9.
porque el saco gestacional no llena toda la cavidad uterina. Para
Origen de la sangre menstrual. El sangrado menstrual es las semanas de gestación 14 a 16, el saco en expansión ha crecido
una hemorragia arterial, más que venosa. Parece que el sangrado lo suficiente para llenar la cavidad uterina. La aposición resul-
endometrial sigue a la rotura de una arteriola espiral y el desa- tante de la decidua capsular y la parietal crea la decidua verda-
rrollo consecuente del hematoma. Con formación subsiguiente dera, y la cavidad uterina experimenta una oclusión funcional.
de un hematoma, el endometrio superficial se distiende y se En el inicio del embarazo, la decidua empieza a engrosarse, y
rompe. A continuación, aparecen fisuras en la capa funcional al final alcanza una profundidad de 5 a 10 mm. Con magnifica-
adyacente y se desprenden sangre y fragmentos de tejido. La ción es posible detectar túneles y numerosas aberturas pequeñas
hemorragia se detiene por constricción arteriolar. Los cambios que representan las salidas de las glándulas uterinas. Más ade-
Implantación y desarrollo placentario 87
CAPÍTULO 5
Vellosidades Vellosidades se transforman en vasos uteroplacentarios, no responden a los
coriónicas
coriónicas agentes vasoactivos. Por el contrario, los vasos coriónicos fetales
Decidual basal Decidua que transportan sangre entre placenta y feto contienen músculo
capsular
liso y reaccionan a los fármacos vasoactivos.
Cavidad
exocelómica ■ Histología decidual
Conducto En las etapas iniciales del embarazo, la zona esponjosa de la deci-
cervicouterino Cavidad uterina dua está formada por grandes glándulas distendidas, que suelen
mostrar hiperplasia notoria y están separadas por una cantidad
mínima de estroma. Al principio, las glándulas están revestidas
por epitelio cilíndrico uterino común con gran actividad secre-
tora que contribuye a la nutrición del blastocisto. A medida que
FIGURA 5-6. Se ilustran las tres porciones de la decidua (basal, capsu-
avanza el embarazo, el epitelio se torna gradualmente cúbico o
lar y parietal). incluso aplanado, para después degenerar y descarnarse en un
gran porcentaje hacia la luz de las glándulas. Conforme avanza el
embarazo, los elementos glandulares casi desaparecen. En la
comparación de la decidua parietal a las 16 semanas con el endo-
lante en el embarazo, la decidua se adelgaza, quizá por la presión metrio proliferativo inicial de mujeres sin embarazo, es claro que
que ejerce el contenido creciente del útero. hay una hipertrofia notoria pero sólo ligera hiperplasia del
Las deciduas parietal y basal están constituidas por tres capas. estroma endometrial durante la transformación decidual.
Por una zona superficial o compacta; una porción media o zona La decidua basal contribuye a la formación de la placa basal
esponjosa con restos de glándulas y numerosos vasos sanguíneos de la placenta (fig. 5-7). Difiere desde el punto de vista histopa-
pequeños, y una zona basal. Las zonas compacta y esponjosa tológico de la decidua parietal en dos aspectos importantes. En
juntas forman la zona funcional. La zona basal persiste después primer lugar, la zona esponjosa de la decidua basal consta sobre
del parto y da origen al nuevo endometrio. todo de arterias y venas ampliamente dilatadas, pero para el tér-
■ Reacción decidual
En el embarazo humano, la reacción decidual concluye sólo con la
implantación del blastocisto. Sin embargo, los cambios predeci- Corion
duales se inician primero durante la fase luteínica media en células
del estroma endometrial adyacentes a las arterias y arteriolas espi-
rales. Después se dispersan en ondas a través del endometrio ute-
rino y a continuación forman el sitio de implantación. Las células
del estroma endometrial crecen para formar células poligonales o
redondas deciduales. Los núcleos se redondean y se hacen vesicu- Vellosidad
lares y el citoplasma se torna claro, ligeramente basófilo y rodeado
por una membrana translúcida. Cada célula decidual madura se
rodea de una membrana periférica. En consecuencia, las células
deciduales humanas construyen claramente paredes a su alrededor
y tal vez en derredor del feto. La matriz pericelular que rodea las
células deciduales puede posibilitar la inserción al citotrofoblasto
a través de moléculas de adherencia celular. La membrana celular
también puede proveer protección a las células deciduales contra
proteasas seleccionadas de las células del citotrofoblasto. Trofoblasto extracelular
mino las glándulas casi han desaparecido. En segundo lugar, relativa de dos receptores únicos de la prolactina, y por la canti-
muchas células del trofoblasto intersticial y trofoblásticas gigan- dad de la proteína de longitud completa, en comparación con la
tes invaden la decidua basal. Aunque más abundantes en la deci- forma trunca de 16 kDa (Jabbour, 2001). Se ha demostrado
dua, estas últimas suelen penetrar la porción superior del mio- expresión de receptores en la decidua, las células del citotrofo-
SECCIÓN 3
metrio. Su número y capacidad de invasión pueden ser tan blasto coriónico, el epitelio amniótico y el sincitiotrofoblasto
notables que semejan a un coriocarcinoma. placentario (Maaskant, 1996). Son diversas las posibles funcio-
Cuando el trofoblasto invasivo se une con la decidua, hay nes de la prolactina decidual. Primero, la mayor parte de esta
una zona de degeneración fibrinoide, la capa de Nitabuch. hormona proteínica entra al líquido amniótico. Por lo tanto,
Cuando hay defectos de la decidua, como en la placenta accreta, puede participar en el transporte transmembranario de solutos y
casi nunca existe la capa de Nitabuch (cap. 41, pág. 804). Tam- agua, y en el mantenimiento del volumen del líquido amniótico.
bién se observa un depósito más superficial, aunque inconstante En segundo lugar, hay receptores de prolactina en varias células
de fibrina, las estrías de Rohr, en la base del espacio intervelloso inmunitarias derivadas de la médula ósea y la hormona puede
y en derredor de las vellosidades de fijación. McCombs y Craig estimular a las células T en una forma autocrina o paracrina
(1964) encontraron que la necrosis decidual es un fenómeno (Pellegrini, 1992). Esto hace surgir la posibilidad de que la pro-
normal en el primer trimestre y tal vez en el segundo. En conse- lactina decidual intervenga en la regulación de funciones inmu-
cuencia, la decidua necrótica obtenida por legrado después de nitarias durante el embarazo. La hormona puede tener participa-
un aborto espontáneo del primer trimestre no debe interpretarse ción en la regulación de la angiogénesis durante la implantación.
siempre como causa o efecto de la pérdida gestacional. Por último, se ha demostrado que la prolactina decidual en el
Ambas deciduas contienen muchos tipos celulares, cuya ratón tiene una función protectora al suprimir la expresión de
composición varía con la edad gestacional (Loke, 1995). Los genes dañinos para el mantenimiento del embarazo (Bao, 2007).
elementos celulares principales son las células deciduales verda- La regulación de la prolactina decidual no se ha definido con
deras, que se diferencian de las células estromales deciduales, y precisión. Se sabe que la mayor parte de los fármacos, incluidos la
muchas células derivadas de la médula ósea materna. dopamina, sus agonistas y la hormona liberadora de tirotropina,
Al inicio del embarazo existe una gran cantidad de linfocitos inhiben o estimulan la secreción de prolactina por la hipófisis y no
granulares grandes llamados linfocitos citolíticos naturales deci- alteran la secreción de prolactina decidual in vivo o in vitro. Brosens
duales (dNK, decidual natural killer cells) en la decidua. En la et al. (2000) demostraron que los progestágenos actúan de modo
sangre periférica existen dos subgrupos de linfocitos NK. Cerca sinérgico con el monofosfato cíclico de adenosina sobre las células
del 90% tiene alto potencial citolítico. El 10% tiene menor del estroma endometrial en cultivo para aumentar la expresión de
capacidad citolítica, pero mayor capacidad secretora de citoci- la prolactina. Esto sugiere que el grado de expresión del receptor
nas. En contraste con la sangre periférica, 95% de los linfocitos de progesterona puede determinar el proceso de decidualización, al
dNK secreta citocinas y casi la mitad de estas células únicas tam- menos como lo indica la producción de prolactina. Por el contra-
bién expresan factores angiogénicos. Es probable que los linfoci- rio, diversas citocinas y factores de crecimiento, endotelina-1, IL-1,
tos dNK desempeñen una función importante en la invasión IL-2, y el factor de crecimiento epidérmico, disminuyen la secre-
trofoblástica y vasculógena. ción decidual de prolactina (Chao, 1994; Frank, 1995). Los estu-
dios sobre la decidualización de las células endometriales en cul-
■ Prolactina decidual tivo llevaron a la identificación de varios factores de transcripción
que regulan la prolactina decidual (Jiang, 2011; Lynch, 2009).
Además del desarrollo placentario, la decidua tiene otras funcio-
nes potenciales. La decidua es fuente de la prolactina presente
en cantidades enormes en el líquido amniótico (Golander, IMPLANTACIÓN Y FORMACIÓN
1978; Riddick, 1979). No se debe confundir la prolactina deci- TEMPRANA DEL TROFOBLASTO
dual con el lactógeno placentario humano (hPL, human placen-
tal lactogen), producido sólo por el sincitiotrofoblasto. Más El feto depende de la placenta para sus funciones pulmonar,
bien, la prolactina decidual es producto del mismo gen que hepática y renal. Éstas se llevan a cabo mediante la relación ana-
codifica a la hormona de la hipófisis anterior y, aunque la tómica única de la placenta y su interfase uterina. La sangre
secuencia de aminoácidos de la prolactina en ambos tejidos es materna sale de los vasos uteroplacentarios hacia el espacio inter-
idéntica, se hace uso de un promotor alternativo dentro del gen velloso placentario y baña a la parte externa del sincitiotrofo-
de la prolactina para iniciar la transcripción en la decidua (Telg- blasto. Esto permite el intercambio de gases, nutrimentos y otras
mann, 1998). Se cree que esto último explica los diferentes sustancias con la sangre capilar fetal dentro del centro velloso.
mecanismos que regulan la expresión de la hormona en la deci- Por lo tanto, en condiciones normales la sangre materna y la
dua con respecto a la hipófisis (Christian, 2002a,b). fetal no se mezclan en esta placenta hemocorial. También existe
La prolactina ingresa de forma preferencial al líquido amnió- un sistema paracrino que vincula a la madre y al feto mediante
tico y sólo una proporción muy pequeña a la sangre materna. la yuxtaposición anatómica y bioquímica de la decidua parietal
En consecuencia, las cifras de prolactina en el líquido amniótico materna y el corion liso extraembrionario, que es de origen fetal.
son extraordinariamente altas y pueden alcanzar hasta 10 000 Esta es una disposición esencial para la comunicación entre el
ng/ml durante las semanas de gestación 20 a 24 (Tyson, 1972), feto y la madre, así como para la aceptación materna inmunita-
en comparación con las concentraciones séricas fetales de 350 ria del producto de la concepción (Guzeloglu-Kayisli, 2009).
ng/ml y las de 150 a 200 ng/ml séricas maternas. Como resul-
tado, la prolactina decidual es un ejemplo típico de la función
paracrina entre tejidos maternos y fetales. ■ Fecundación e implantación
Aún se desconocen las funciones fisiológicas exactas de la pro- Con la ovulación, el ovocito secundario y las células adheridas del
lactina decidual. Su acción tiene la mediación de la expresión complejo cúmulo-ovocito se liberan del ovario. Aunque en reali-
Implantación y desarrollo placentario 89
dad esta masa de células se libera a la cavidad peritoneal, el ovocito simula una mora sólida y se conoce como mórula, que ingresa a
es captado con rapidez por el infundíbulo de la trompa de Falo- la cavidad uterina casi tres días después de la fecundación. La
pio. El transporte del ovocito por esta última estructura hacia el acumulación gradual de líquido entre las células de la mórula
útero se logra por el movimiento direccional de la acción ciliar y lleva a la formación del blastocisto inicial.
CAPÍTULO 5
su peristaltismo. En condiciones normales, la fecundación ocurre
en las trompas de Falopio y debe presentarse unas cuantas horas y El blastocisto
no más de un día después de la ovulación. Debido a este estrecho Cuatro o cinco días después de la fecundación, la blástula de 58
espacio de oportunidad, los espermatozoides deben estar presentes células se diferencia en cinco células productoras de embrión, la
en la trompa de Falopio al momento en que llega el ovocito. Casi masa celular interna, y 53 destinadas a formar el trofoblasto
todos los embarazos se producen cuando el coito ocurre en los dos (Hertig, 1962). En un blastocisto de 58 células, las externas lla-
días previos o el día mismo de la ovulación. Por tanto, las edades madas trofectodermo pueden distinguirse de la masa celular
del desarrollo posovulatorio y posfecundación son similares. interna que da origen al embrión (fig. 5-8).
Los pasos de la fecundación son muy complejos. Los mecanis- Resulta interesante que el blastocisto de 107 células no sea de
mos moleculares permiten que los espermatozoides pasen entre mayor volumen que en las primeras etapas de la segmentación a
las células foliculares; a través de la zona pelúcida, que es una capa pesar del líquido acumulado. Sus dimensiones son de 0.155 mm
gruesa de glucoproteína que rodea la membrana celular del ovo- de diámetro, similares a las del cigoto inicial posfecundación.
cito, y al citoplasma del ovocito. La fusión de los dos núcleos y la En esta etapa, las ocho células formativas o productoras del
combinación de los cromosomas maternos y paternos crea el embrión están rodeadas por 99 células del trofoblasto. El blasto-
cigoto. Primakoff y Myles (2002) revisaron estos pasos. cisto se libera de la zona pelúcida por la secreción de proteasas
El inicio del desarrollo humano se describe en días o semanas específicas de las glándulas endometriales en su fase secretora
posfecundación, esto es, posconcepcionales. Por el contrario, en (O’Sullivan, 2002).
casi todos los capítulos de este libro, el fechado clínico del emba- El desprendimiento de la zona pelúcida permite a las citoci-
razo se calcula a partir del inicio de la última menstruación. nas y hormonas producidas por el blastocisto influir de manera
Como se discutió antes, la duración de la fase folicular es más directa sobre la receptividad endometrial (Lindhard, 2002). El
variable respecto de la fase luteínica. Por lo tanto, una semana blastocisto secreta IL-1α e IL-1β, y esas citocinas pueden influir
posfecundación corresponde a casi tres a partir del último de manera directa en el endometrio. Se ha demostrado que los
periodo menstrual en mujeres con ciclos regulares de 28 días. embriones secretan hCG, que podría influir en la receptividad
endometrial (Licht, 2001; Lobo, 2001). Se cree que el endome-
El cigoto trio receptivo responde con la producción del factor inhibidor
Después de la fecundación, el cigoto, una célula diploide con 46 de la leucemia (LIF, leukemia inhibitory factor) y el factor estimu-
cromosomas, se divide y las células resultantes se llaman blastó- lante de colonias 1 (CSF-1, colony-stimulating factor-1). Éstos
meras (fig. 5-8). En el cigoto de dos células, las blastómeras y el incrementan la producción de proteasas por el trofoblasto. Lo
cuerpo polar continúan rodeados por la zona pelúcida. El cigoto anterior fragmenta las proteínas de la matriz extracelular endo-
sufre segmentación lenta durante tres días mientras permanece metrial seleccionadas y permite la invasión del trofoblasto. En
en el interior de la trompa de Falopio. Conforme las blastómeras consecuencia, la “segmentación” del embrión es un paso crítico
continúan con la división, se produce una esfera de células que hacia el embarazo exitoso, ya que permite el vínculo de las célu-
las del trofoblasto con las epiteliales del endometrio y el paso de
hormonas producidas por el trofoblasto hacia la cavidad uterina.
sición, que ocurre por lo general en el endometrio de la pared multinucleado, el sincitiotrofoblasto primitivo, y una capa interna
posterosuperior del útero. La unión del trofectodermo del blas- de células mononucleares primitivas o citotrofoblasto (fig. 5-9).
tocisto a la superficie endometrial por aposición y adherencia Estas últimas son células germinativas para el sincitiotrofoblasto.
parece regulada de manera estrecha por interacciones paracrinas Cada citotrofoblasto tiene un borde celular bien delimitado, un
SECCIÓN 3
entre estos dos tejidos. solo núcleo y la capacidad para la síntesis de DNA y la mitosis
La adherencia exitosa del blastocisto al endometrio también (Arnholdt, 1991). El sincitiotrofoblasto carece de estas caracte-
implica la modificación de la expresión de las moléculas de adhe- rísticas. Se denominan así porque no tienen células individua-
rencia celular (CAM, cellular adhesion molecules). Las integrinas, les, presentan un citoplasma amorfo sin bordes celulares,
una de cuatro familias de CAM, son receptores de superficie que núcleos que son múltiples y diversos en tamaño y forma, y un
median la adherencia de células a las proteínas de la matriz extra- revestimiento sincitial continuo. Esta configuración favorece el
celular (Lessey, 2002). Es posible obtener una gran diversidad de transporte.
uniones celulares con distintas proteínas de la matriz extracelular Después del término de la implantación, el trofoblasto se
mediante la regulación diferencial de los receptores para inte- diferencia aún más por dos vías principales, lo que da origen al
grina. Las integrinas endometriales tienen regulación hormonal y trofoblasto de las vellosidades y el extravelloso. Como se mues-
un conjunto determinado de ellas se expresa en la implantación tra en la figura 5-10, ambas vías crean una población de células
(Lessey, 1996). De modo específico, las integrinas αVβ3 y α4β1, del trofoblasto que posee funciones distintivas (Loke, 1995). El
que se expresan en el epitelio endometrial, se consideran marca- trofoblasto de las vellosidades origina las vellosidades coriónicas,
dores de la receptividad para la unión del blastocisto. La expre- que transportan en especial oxígeno y nutrimentos entre el feto
sión aberrante de αVβ3 se ha relacionado con la infecundidad y la madre. El trofoblasto extravelloso migra hacia el interior de la
(Lessey, 1995). El bloqueo del sitio de reconocimiento de las inte- decidua y el miometrio, y también penetra en la vasculatura
grinas para unirse con moléculas de la matriz extracelular, como materna, por lo que entra en contacto con diversos tipos de
la fibronectina, impide la unión del blastocisto (Kaneko, 2013). células maternas (Pijnenborg, 1994). De forma adicional, los
trofoblastos extravellosos se clasifican en trofoblastos intersticiales
■ El trofoblasto y trofoblastos intravasculares. Los trofoblastos intersticiales inva-
den la decidua y al final penetran en el miometrio para formar
La formación de la placenta humana comienza con el trofecto-
las células gigantes del lecho placentario. Estas células de los
dermo, que aparece en la etapa de mórula. Da origen a una capa
trofoblastos también rodean a las arterias espirales. Los trofo-
celular trofoblástica que rodea el blastocisto. Desde ese momento
blastos endovasculares penetran la luz de las arterias espirales
hasta el término, el trofoblasto tiene una función crítica en la
(Pijnenborg, 1983). Estos dos elementos se describen con más
interfase fetomaterna. El trofoblasto tiene la estructura, función
detalle en secciones subsiguientes.
y patrón de desarrollo más variables de todos los componentes de
la placenta. Su invasividad favorece la implantación; su participa-
ción nutricional para el producto de la concepción se refleja en ■ Invasión trofoblástica inicial
su nombre; y su función endocrina es esencial para las adaptacio- Después de la erosión suave entre las células epiteliales del endo-
nes fisiológicas maternas y el mantenimiento del embarazo. metrio superficial, las células invasivas del trofoblasto se intro-
ducen de manera más profunda. Para el décimo día, el blasto-
Diferenciación del trofoblasto cisto está por completo rodeado por ese tejido. Los mecanismos
Para el octavo día posfecundación, después de la implantación que llevan a la invasión trofoblástica son similares a los de las
inicial, el trofoblasto se ha diferenciado en un sincitio externo metástasis de las células malignas y se describen en la página 93.
Amnios
Disco embrionario
Citotrofoblasto
Endodermo
extraembrionario
Mesodermo
extraembrionario
Saco vitelino
A primitivo Citotrofoblasto
B
FIGURA 5-9. Representaciones de cortes de blastocistos implantados. A. A los 10 días. B. A los 12 días, después de la fecundación. Esta etapa
del desarrollo se caracteriza por la intercomunicación de las lagunas llenas de sangre materna. Obsérvese en (B) que han aparecido grandes
cavidades en el mesodermo extraembrionario, que forman el inicio de un celoma extraembrionario. También puede advertirse que han empe-
zado a formarse las células del endodermo extraembrionario en el interior del saco vitelino primitivo. (Adaptada de Moore, 1988.)
Implantación y desarrollo placentario 91
CAPÍTULO 5
Sincitiotrofoblasto
Citotrofoblasto
Células del trofoblasto
extravelloso Decidua
Endotelio basal
Arteria espiral
Miometrio
FIGURA 5-10. Se encuentran células del trofoblasto extravelloso y se pueden dividir en categorías intravascular e intersticial. Las células del tro-
foblasto intravascular invaden a las arterias espirales y las transforman durante el embarazo para lograr el flujo sanguíneo de baja resistencia
que es característico de la placenta. Las células intersticiales del trofoblasto invaden la decidua y rodean a las arterias espirales.
A los nueve días del desarrollo, la pared de blastocisto está a partir de yemas de citotrofoblasto que empiezan a protruir en
dispuesta hacia la luz del útero y está constituida por una sola el sincitiotrofoblasto primitivo antes de los 12 días posfecunda-
capa de células aplanadas (fig. 5-9A). La opuesta, más gruesa, se ción. Conforme las lagunas se conjuntan, se forma un complejo
integra con dos zonas, la masa celular interna que forma al laberinto que divide estas columnas citotrofoblásticas sólidas.
embrión y las células del trofoblasto. Tan pronto como 7.5 días Los conductos laberínticos revestidos por el trofoblasto crean el
después de la fecundación, la masa celular interna o disco espacio intervelloso, y las columnas celulares sólidas forman los
embrionario se diferencia en una placa gruesa de ectodermo pri- tallos vellosos primarios. De manera inicial, las vellosidades se
mitivo y una subyacente de endodermo. Algunas pequeñas célu- localizan sobre toda la superficie del blastocisto. Las vellosidades
las aparecen entre el disco embrionario y el trofoblasto, y cierran se localizan al principio sobre toda la superficie del blastocisto y
un espacio que se convierte en la cavidad amniótica. después desaparecen, excepto en la porción más profundamente
El mesénquima embrionario aparece en primer lugar como implantada, sitio destinado para formar la placenta.
un conjunto de células aisladas dentro de la cavidad del blasto- A partir de aproximadamente el 12o día después de la fecun-
cisto. A la cavidad completamente revestida por mesodermo se dación, los cordones mesenquimatosos derivados del meso-
la conoce como vesícula coriónica, y su membrana, ahora lla-
mada corion, se conforma con células del trofoblasto y mesén-
quima. De manera eventual, algunas células mesenquimatosas
se acumulan para formar el tallo del cuerpo. Éste une el embrión
al corion y luego se transforma en el cordón umbilical. Se puede
reconocer el pedículo corporal en una etapa inicial del desarro-
llo, en el polo caudal del disco embrionario (fig. 7-4, pág. 129).
Formación de lagunas dentro del sincitiotrofoblasto
A medida que el embrión crece, el sincitiotrofoblasto basal invade
más decidua basal materna. Alrededor de 12 días después de la
concepción, un sistema de conductos intercomunicantes de lagu-
nas trofoblásticas atraviesa la capa de sincitiotrofoblasto del trofo- Embrión
blasto. Tras la invasión de las paredes de los capilares deciduales
superficiales, las lagunas se llenan de sangre materna (figs. 5-9B y
5-11). Al mismo tiempo, la reacción decidual se intensifica en el
estroma circundante. Esto se caracteriza por un crecimiento de las
células del estroma decidual y el almacenamiento de glucógeno.
■ Organización de la placenta
Decidua
Vellosidades coriónicas
Con la invasión más profunda de la decidua por el blastocisto, las
células del citotrofoblasto extravelloso dan origen a las vellosida-
des primarias sólidas, constituidas por un núcleo de citotrofo- FIGURA 5-11. Implantación inicial de un embrión. (Utilizada con
blasto rodeado por sincitiotrofoblasto. Tales vellosidades surgen autorización del Dr. Kurt Benirschke.)
92 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
las del trofoblasto circundantes crece y se expande hacia la deci- la activación del trofoblasto invasivo (Soares, 2012). Los trofoblas-
dua, un polo se proyecta en dirección de la cavidad endometrial. tos invasivos secretan numerosas enzimas proteolíticas que digie-
El polo opuesto forma la placenta a partir de las células del tro- ren la matriz extracelular y activan las proteinasas ya presentes en
foblasto de las vellosidades y las células de fijación del citotrofo- el endometrio. Las células del trofoblasto producen un activador
CAPÍTULO 5
blasto. Las vellosidades coriónicas en contacto con la decidua del plasminógeno de tipo urocinasa, que convierte el plasminó-
basal proliferan para formar el corion frondoso, o corion de hojas, geno en la proteasa de serina de amplia acción, plasmina, que a su
que es el componente fetal de la placenta. A medida que conti- vez degrada a las proteínas de la matriz y activa a las metaloprotei-
núa el crecimiento de los tejidos embrionarios y extraembriona- nasas de la matriz (MMP), que constituyen una familia de enzi-
rios, el riego sanguíneo del corion que se encuentra frente a la mas estructuralmente similares. Un miembro de la familia MMP,
cavidad endometrial se restringe. Por ello, las vellosidades en la metaloproteinasa-9 de la matriz (MMP-9), parece esencial para
contacto con la decidua capsular dejan de crecer y se degeneran. la invasión trofoblástica humana. El momento y la magnitud de la
Esta porción del corion se convierte en la membrana fetal avas- invasión trofoblástica están regulados por la interrelación balan-
cular que se adhiere a la decidua parietal, esto es, el corion leve ceada entre factores que favorecen e impiden la invasión.
o liso. Este corion liso está compuesto por citotrofoblastos y el La capacidad relativa de invadir el tejido materno en etapas
mesénquima mesodérmico fetal que sobrevive en una atmósfera iniciales del embarazo, en comparación con la limitada de las fases
con relativamente poco oxígeno. avanzadas de la gestación, se controla por factores endometriales
Hasta cerca del final del tercer mes de la gestación, el corion y trofoblásticos autocrinos y paracrinos. Las células del trofoblasto
liso está separado del amnios por la cavidad exocelómica. Des- secretan el factor II de crecimiento similar a la insulina, que actúa
pués entran en contacto estrecho para formar el amniocorion de una forma autocrina y promueve la invasión del endometrio,
avascular. En general, el corion liso es más translúcido que el en tanto que las células deciduales secretan la proteína de tipo 4
amnios y rara vez con un grosor mayor de 1 mm. Estas dos de unión al factor de crecimiento similar a insulina, que bloquea
estructuras son sitios importantes de transferencia molecular y esa asa autocrina. Por lo tanto, el grado de invasión trofoblástica
actividad metabólica. Además, constituyen una rama paracrina se controla por la regulación de la degradación de la matriz, así
importante del sistema de comunicación fetomaterna. como por factores que causan la migración del trofoblasto.
Las concentraciones bajas de estradiol en el primer trimestre
Regulación materna de la invasión trofoblástica son cruciales para la invasión del trofoblasto y la remodelación
y el crecimiento vascular de las arterias espirales. Estudios recientes en primates no huma-
Durante la primera mitad del embarazo, los linfocitos citolíticos nos sugieren que el aumento en la concentración de estradiol en
naturales deciduales (dNK, decidual natural killer cells) se acu- el segundo trimestre suprime y limita la remodelación vascular
mulan en la decidua y están en contacto directo con los trofo- al reducir la expresión trofoblástica del VEGF y receptores espe-
blastos. Como se describe en la página 88, estas células carecen cíficos para integrina (Bonagura, 2012). Conforme el trofo-
de funciones citotóxicas y son capaces de disminuir las células blasto extravelloso se diferencia, aumenta su expresión de recep-
inflamatorias T(H)17. Ésta y otras propiedades únicas distin- tores para integrina que reconocen las proteínas de la matriz
guen a los linfocitos dNK de los linfocitos NK circulantes y de extracelular colágena IV, laminina y fibronectina. La unión de
los linfocitos NK que se encuentran en el endometrio antes del estas proteínas de la matriz extracelular con receptores específi-
embarazo (Fu, 2013; Winger, 2013). Estudios recientes sugie- cos para la integrina inicia señales que favorecen la migración y
ren que los macrófagos de la decidua tienen una función regula- diferenciación del trofoblasto. Conforme el embarazo avanza, la
dora, ya que inhiben la destrucción de los linfocitos NK durante concentración creciente de estradiol reprime y controla la mag-
el embarazo (Co, 2013). Esto es importante porque impide que nitud de transformación vascular uterina mediante el decre-
reconozcan a las células fetales como “extrañas” y las destruyan. mento en la expresión de receptores para VEGF e integrina.
Hanna et al. (2006) aclararon la capacidad de los linfocitos
dNK para favorecer la invasión del trofoblasto a la decidua y ■ Invasión de las arterias espirales
promover el crecimiento vascular. Los linfocitos dNK expresan Una de las características más notorias del desarrollo placentario
tanto la IL-8 como la proteína 10 inducible por interferón, que humano es la amplia modificación de la vasculatura materna
se unen a receptores en las células del trofoblasto invasoras para por las células del trofoblasto, que por definición son de origen
promover su internamiento en la decidua en dirección de las fetal. Estos sucesos ocurren en la primera mitad del embarazo y
arterias espirales. Las células NK deciduales también producen se consideran con detalle debido a su importancia para el riego
factores proangiogénicos, incluidos el VEGF y el factor de cre- sanguíneo uteroplacentario. También son parte integral de algu-
cimiento placentario, que promueven el crecimiento vascular en nos trastornos como la preeclampsia, restricción del crecimiento
la decidua. Además, las células del trofoblasto secretan quimio- intrauterino y parto prematuro. Las modificaciones de las arte-
cinas específicas que atraen a los linfocitos dNK hacia la inter- rias espirales son efecto de la acción de dos poblaciones de célu-
fase fetomaterna. Por consiguiente, ambos tipos de células se las del trofoblasto extravelloso, el trofoblasto intersticial, que
atraen de modo simultáneo entre sí. rodea a las arterias, y el trofoblasto intravascular, que penetra a
la luz de las arterias espirales (fig. 5-10). Aunque se han publi-
Invasión del endometrio por el trofoblasto cado ya estudios sobre la participación del trofoblasto intravas-
Los trofoblastos extravellosos de la placenta en el primer trimestre cular, en fecha más reciente se ha investigado la función del tro-
son altamente invasores. Éstos forman columnas de células que se foblasto intersticial (Benirschke, 2000; Pijnenborg, 1983). Hoy
extienden desde el endometrio hasta el tercio interno del miome- se sabe que estas células intersticiales constituyen un porcentaje
trio. Hay que recordar que el desarrollo de la placenta hemocorial considerable del lecho placentario, con penetración de la deci-
requiere la invasión del endometrio y las arterias espirales. Este dua y el miometrio adyacente. Se agregan alrededor de las arte-
proceso ocurre en condiciones de hipoxia y los factores regulado- rias espirales y sus funciones pueden incluir la preparación de
res que se inducen en estas circunstancias contribuyen en parte a los vasos para la invasión por el trofoblasto intravascular.
94 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Hamilton y Boyd (1966) informan que Friedlander descri- las arterias espirales musculares de luz estrecha en vasos utero-
bió por primera vez en 1870 los cambios estructurales de las placentarios dilatados de baja resistencia. Kaufmann (2003) y
arterias espirales. Los trofoblastos endovasculares entran pri- Red-Horse (2006), revisaron los mecanismos moleculares de
mero a la luz de las arterias espirales y al principio forman tapo- estos cruciales sucesos y su importancia para la patogenia de la
SECCIÓN 3
nes celulares. Luego destruyen el endotelio vascular mediante preeclampsia y la restricción del crecimiento fetal.
un mecanismo de apoptosis, e invaden y modifican la media
vascular. De esta manera, el músculo liso y el tejido conjuntivo Riego sanguíneo materno
de la media vascular se sustituyen por material fibrinoide. Más Aproximadamente un mes después de la concepción, la sangre
tarde, las arterias espirales regeneran el endotelio. La invasión materna ingresa al espacio intervelloso en chorros, a manera de
del trofoblasto intravascular puede extenderse varios centíme- fuente, desde las arterias espirales. La sangre es impulsada hacia
tros a lo largo de la luz del vaso y debe migrar en contra del flujo afuera de los vasos maternos y se dispersa sobre el sincitiotrofo-
arterial. Estos cambios vasculares no se observan en la decidua blasto al que irriga directamente. La superficie apical del sinci-
parietal, esto es, en sitios deciduales removidos de las células del tiotrofoblasto consta de una estructura compleja de microvello-
citotrofoblasto invasor. Hay que señalar que la invasión por sidades la cual sufre descamación continua y reconstitución
células del trofoblasto afecta sólo a las arterias espirales de la durante el embarazo.
decidua y no a las venas deciduales.
En su resumen sobre la vasculatura uteroplacentaria, Ramsey ■ Ramificación de las vellosidades
y Donner (1980) describieron que el desarrollo vascular placen- Si bien ciertas vellosidades del corion frondoso se extienden
tario procede en dos oleadas o etapas. La primera ocurre antes desde la placa coriónica hasta la decidua para funcionar como
de las 12 semanas posfecundación y consta de invasión y modi- vellosidades de fijación, en su mayor parte se ramifican y termi-
ficación de las arterias espirales hasta el borde entre las deciduas nan libremente en el espacio intervelloso. Conforme avanza la
y el miometrio. La segunda onda se presenta entre las 12 y 16 gestación, la vellosidad inicial, corta y gruesa, se ramifica para
semanas e implica alguna invasión de los segmentos intramio- formar subdivisiones cada vez más finas y números mayores de
metriales de las arterias espirales. La remodelación convierte a vellosidades cada vez más pequeñas (fig. 5-14). Cada una de las
A C
Sincitiotrofoblasto
Sincitiotrofoblasto
Citotrofoblasto
Vellosidad a término
Espacio intervelloso
B D
FIGURA 5-14. Micrografías electrónicas (A, C) y microfotografías (B, D) de placentas humanas al inicio y tardías. A y B. Se observa la ramifica-
ción limitada de las vellosidades en esta placenta inicial. C y D. Con la maduración de la placenta se identifican ramificaciones vellosas crecientes
y los capilares vellosos yacen más cerca de la superficie de las vellosidades. (Microfotografías proporcionadas por el Dr. Kurt Bernischke. Micro-
grafías electrónicas tomadas con autorización a partir de King, 1975.)
Implantación y desarrollo placentario 95
vellosidades tronculares o principales y sus divisiones (ramas) intercelular laxa. Más tarde, el estroma se torna más denso y las
constituyen un lóbulo placentario o cotiledón. Cada lóbulo recibe células más fusiformes y estrechamente empaquetadas.
irrigación de una arteria troncular única, rama de la arteria corió- Otro cambio observado en el estroma es la infiltración de célu-
nica. En cada lóbulo hay una sola vena, por lo que los lóbulos las de Hofbauer, que son macrófagos fetales, casi redondos, con
CAPÍTULO 5
integran las unidades funcionales de la estructura placentaria. núcleos vesiculares, a menudo excéntricos, y citoplasma muy
granuloso o vacuolado. De acuerdo con sus propiedades histoquí-
micas, las células de Hofbauer se distinguen por lípidos intracito-
■ Crecimiento y maduración placentarios
plásmicos y marcadores fenotípicos específicos de macrófagos.
Crecimiento placentario Aumentan en número y en grado de maduración durante todo el
En el primer trimestre, el crecimiento placentario es más rápido embarazo, y parece que son mediadores importantes de la protec-
que el fetal, pero casi a las 17 semanas posmenstruales los pesos ción en la interfase fetomaterna (Johnson, 2012). Estos macrófa-
de placenta y feto son casi equivalentes. Para el término, el peso gos son fagocíticos, tienen un fenotipo inmunosupresor, pueden
placentario es casi la sexta parte del correspondiente fetal. sintetizar varias citocinas y tienen capacidad reguladora paracrina
La placenta madura y sus formas variantes se describen con sobre las funciones del trofoblasto (Cervar, 1999; Vince, 1996).
detalle en el capítulo 6 (pág. 116). En resumen, vista desde la Algunos de los cambios histopatológicos que acompañan al
superficie maternal, el número de zonas convexas un poco eleva- crecimiento y la maduración placentarios posibilitan un trans-
das, llamadas lóbulos, varía de 10 a 38 (fig. 5-15). Los lóbulos porte e intercambio más eficaces para satisfacer las crecientes
están separados de manera incompleta por hendiduras de pro- necesidades metabólicas fetales. Entre dichos cambios figuran la
fundidad variable situadas sobre los tabiques placentarios, que reducción del grosor del sincitiotrofoblasto, un decremento
se originan del plegamiento de la placa basal. El número total de notorio del citotrofoblasto, la disminución del estroma y el
lóbulos placentarios se mantiene constante durante toda la ges- mayor número de capilares, con su aproximación a la superficie
tación; cada uno continúa en crecimiento, aunque menos activo sincitial. Para la semana 16, la aparente continuidad del citotro-
en las últimas semanas (Crawford, 1959). Aunque los lóbulos foblasto se pierde. Al término, la cobertura de las vellosidades
visibles de modo macroscópico suelen denominarse cotiledones, puede disminuir focalmente hasta una delgada capa de sincitio-
esto no es preciso. Empleados de forma correcta, los nombres de trofoblasto y tejido conjuntivo mínimo, en la que los capilares
lóbulos o cotiledones corresponden a las unidades funcionales fetales de pared delgada protruyen en el trofoblasto y predomi-
provistas por cada vellosidad primaria. nan en las vellosidades (fig. 5-14D).
Se advierten cambios en la estructura placentaria que pueden
Maduración placentaria atenuar la eficacia del intercambio placentario si son muy pro-
A medida que las vellosidades se ramifican y sus extremos termi- nunciados. Como se describe en el capítulo 6 (pág. 119), dichos
nales se tornan más numerosos y pequeños, el volumen y la cambios incluyen engrosamiento de la lámina basal del trofo-
notoriedad de las células del citotrofoblasto decrecen. Conforme blasto o capilares, obliteración de ciertos vasos fetales, aumento
el sincitiotrofoblasto se adelgaza, los vasos fetales se hacen más del estroma velloso y depósito de fibrina en la superficie vellosa.
visibles y discurren más cerca de la superficie. El estroma de las
vellosidades también muestra cambios a lo largo de la gestación. ■ Circulación sanguínea fetal
Durante el inicio del embarazo, las células del tejido conjuntivo y materna en la placenta madura
en proceso de ramificación están separadas por una rica matriz Debido a que la placenta representa, desde el punto de vista
funcional, una aproximación cercana del lecho capilar fetal a la
sangre materna, su anatomía macroscópica comprende sobre
todo relaciones vasculares. La superficie fetal está recubierta por
el amnios transparente, debajo del cual discurren los vasos
coriónicos. Un corte a través de la placenta incluye al amnios, el
corion, las vellosidades coriónicas y el espacio intervelloso, la
placa decidual (basal) y el miometrio (figs. 5-16 y 5-17).
Circulación fetal
La sangre fetal de tipo venoso y desoxigenada fluye a la placenta a
través de dos arterias umbilicales. Cuando el cordón se une con la
placenta, estos vasos umbilicales se ramifican varias veces debajo
del amnios y de nuevo dentro de las vellosidades, para formar al
final redes capilares en las ramas vellosas terminales. La sangre
con una concentración significativamente mayor de oxígeno
retorna de la placenta a través de una sola vena umbilical al feto.
Las ramas de los vasos umbilicales que discurren sobre la
superficie fetal de la placenta en la placa coriónica se conocen
como vasos coriónicos o de la superficie placentaria. Estos vasos
responden a sustancias vasoactivas pero, anatómica, morfoló-
FIGURA 5-15. Fotografía de la superficie materna de la placenta. Los gica, histológica y funcionalmente, son singulares. Las arterias
lóbulos placentarios se forman por hendiduras en la superficie origi- coriónicas siempre cruzan sobre las venas coriónicas. Los vasos
nadas en los tabiques placentarios. (Contribución fotográfica de la Dra. se reconocen con mayor facilidad por esa interesante relación,
Judith J. Head.) aunque son difíciles de diferenciar por criterios histopatológi-
96 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Miometrio
Amnios Decidua vera
Corion
SECCIÓN 3
Decidua
capsular
Decidua
vera
Corion Decidua
basal
Amnios
Decidua
vera Placenta
Miometrio
A B
FIGURA 5-16. Útero de una embarazada que muestra una placenta normal in situ. A. Microfotografía de un corte histopatológico a través del
amnios, el corion y la decidua vera, como se muestra en (B) (marca verde). (Contribución fotográfica del Dr. Kurt Benirschke.)
cos. En 65% de las placentas, las arterias coriónicas forman una Las arterias troncales son ramas perforantes de las arterias
fina red que irriga los cotiledones, un patrón del tipo de ramifi- superficiales que avanzan a través de la placa coriónica. Cada
cación dispersa. En el restante 35% se irradia al borde de la arteria troncal irriga un cotiledón. La cantidad de músculo liso
placenta sin disminuir su calibre. Ambos tipos son arterias ter- en la pared vascular disminuye y el calibre vascular aumenta
minales que riegan un cotiledón, ya que cada rama retorna y conforme penetran la placa coriónica. La pérdida en el músculo
perfora la placa coriónica en dirección descendente. continúa a medida que las arterias y venas troncales se ramifican.
Antes de la semana 10 no hay un patrón de flujo diastólico
Amnios
terminal dentro de la arteria umbilical al término del ciclo car-
diaco fetal (Cole, 1991; Fisk, 1988; Loquet, 1988). Después de
SNC
Corion ese punto aparece el flujo diastólico terminal y se mantiene
durante toda la gestación normal (Maulik, 1997). En términos
Vellosidades
clínicos, estos flujos se estudian mediante ecografía Doppler
para valorar el bienestar fetal (cap. 10, pág. 219).
Circulación materna
Debido a que es indispensable una circulación maternoplacenta-
ria eficaz, muchos investigadores han tratado de definir los facto-
res que regulan el riego sanguíneo hacia y desde el espacio inter-
velloso. Un mecanismo adecuado podría explicar cómo la sangre
Decidua basal
puede: 1) dejar la circulación materna; 2) fluir a un espacio
amorfo revestido por sincitiotrofoblasto, más que endotelio capi-
lar, y 3) retornar a través de las venas maternas sin producir deri-
vaciones similares a las arteriovenosas, que podrían evitar que la
sangre materna se mantuviera en contacto con las vellosidades el
tiempo suficiente para permitir un intercambio adecuado. Los
estudios iniciales de Ramsey y Davis (1963) y Ramsey y Harris
(1966) ayudan a proveer una explicación fisiológica de la circula-
Miometrio
ción placentaria. Estos investigadores demostraron mediante cui-
FIGURA 5-17. Microfotografía de un blastocisto recién implantado. dadosas inyecciones a baja presión de material de contraste
Se observan células del trofoblasto que invaden la decidua basal. radiactivo, que las entradas arteriales y las salidas venosas están
(Utilizada con autorización del Dr. Kurt Benirschke.) distribuidas de modo aleatorio sobre toda la base de la placenta.
98 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
2000). Más adelante, Hanna et al (2006) describieron un Goldman-Wohl et al. (2000) aportaron evidencia de la expre-
modelo “inocuo” de invasión del trofoblasto y remodelación sión anormal de HLA-G en los trofoblastos vellosos de mujeres
vascular materna. En este esquema, los linfocitos citolíticos con preeclampsia.
naturales de la decidua trabajan junto con las células del estroma,
SECCIÓN 3
median la angiogénesis a través de la producción de factores Linfocitos citolíticos naturales uterinos (uNK)
proangiogénicos, como VEGF, y controlan la quimioatracción
del trofoblasto hacia las arterias espirales por la producción de Se cree que estos linfocitos distintivos se originan en la médula
IL-8 y la proteína 10 inducible por el interferón. ósea y pertenecen al linaje de las células citolíticas naturales.
Son, con mucho, la población predominante de leucocitos pre-
sente en el endometrio de fase luteínica media en el momento
Inmunogenicidad de las células del trofoblasto esperado de la implantación (Johnson, 1999). Estos linfocitos
Hace más de 50 años, sir Peter Medawar (1953) sugirió que la uNK tienen un fenotipo distintivo caracterizado por la presen-
supervivencia del semialoinjerto fetal podría explicarse por la neu- cia de una gran cantidad de moléculas CD56 o de adhesión
tralidad inmunitaria. Desde el punto de vista inmunológico, la celular neural en su superficie (Manaster, 2008; Moffett-King,
placenta se consideraba inerte y, por lo tanto, incapaz de activar 2002). Su infiltración aumenta por efecto de la progesterona y
una reacción inmunitaria materna. Más adelante, la investiga- la producción de IL-15 por las células del estroma y prolactina
ción se centró en la expresión definitoria de los antígenos del por la decidua (Dunn, 2002; Gubbay, 2002).
complejo mayor de histocompatibilidad (MHC, major histocompa- Cerca del final de la fase luteínica en ciclos ovulatorios sin
tibility complex) de las células del trofoblasto. Los antígenos leu- fecundación, los núcleos de los linfocitos uNK empiezan a des-
cocíticos humanos (HLA, human leukocyte antigens) son el aná- integrarse. Sin embargo, si ocurre la implantación, persisten en
logo humano del MHC. En realidad, los antígenos de las clases grandes números en la decidua durante las fases iniciales del
I y II del MHC no se encuentran en las células del trofoblasto embarazo. No obstante, para el término de la gestación hay rela-
de las vellosidades, que al parecer son inertes en términos inmu- tivamente pocos linfocitos uNK en la decidua. En la decidua del
nológicos en todas las etapas de la gestación (Weetman, 1999). primer trimestre se reconocen muchos linfocitos uNK en estre-
No obstante, las células extravellosas invasoras del citotrofo- cha proximidad con el trofoblasto extravelloso, donde sirven al
blasto sí expresan moléculas de clase I del MHC, que han sido parecer para regular la invasión por el trofoblasto. Estos linfoci-
objeto de considerables estudios. tos uNK secretan grandes cantidades del factor estimulante de
colonias de granulocitos-macrófagos (GM-CSF, granulocyte-
Expresión de HLA clase I en las células del trofoblasto. Los macrophage-colony-stimulating factor), lo que sugiere que se
genes de los HLA son producto de múltiples loci genéticos del encuentran en un estado activado. Jokhi et al. (1999) conjetura-
MHC localizados en el brazo corto del cromosoma 6 (Hunt, ron que el GM-CSF puede actuar en particular para detener la
1992). Hay 17 genes de HLA clase I, entre ellos tres típicos, apoptosis del trofoblasto y no para promover su replicación. La
HLA-A, -B y -C, que codifican a los principales antígenos de tras- expresión de factores angiogénicos por los linfocitos uNK tam-
plante de clase I (clase Ia). Otros tres genes de clase I, designados bién indica una participación en la remodelación vascular deci-
como HLA-E, -F y -G, codifican a los antígenos HLA clase Ib. dual (Li, 2001). En este caso son los linfocitos uNK, no tanto
Moffett-King (2002) propuso que la implantación normal los linfocitos T, los que se encargan en especial de la inmunovi-
dependía de la invasión controlada del endometrio y la decidua gilancia decidual.
y las arterias espirales maternos por las células del trofoblasto. Tal
invasión debe ser tan intensa que pueda proveer un crecimiento
y desarrollo fetales normales, aunque debe haber un mecanismo EL AMNIOS
de regulación de su intensidad. Esta investigadora sugirió que
los linfocitos citolíticos naturales deciduales uterinos (uNK, ute- Al término de la gestación, el amnios es la más interna mem-
rine decidual natural killer cells), combinados con la expresión brana avascular fetal, dura y tenaz pero flexible, próxima al
única de tres genes de HLA clase I específicos en las células del líquido amniótico, y ocupa un lugar de enorme relevancia en el
citotrofoblasto extravelloso, actuaban de forma conjunta para embarazo humano. El amnios provee casi toda la fuerza tensil de
posibilitar la invasión por el trofoblasto y después limitarla. las membranas fetales. Por lo tanto, la resistencia a la rotura es
Los antígenos de clase I en las células del citotrofoblasto vital para el resultado exitoso del embarazo. En realidad, la
extravelloso se explican por la expresión de las moléculas típicas rotura de membranas antes del término de la gestación es una
de HLA-C y las no típicas de HLA-E y HLA-G de clase Ib. El causa importante de parto de pretérmino (cap. 42, pág. 839).
antígeno HLA-G se expresa sólo en los humanos, y la expresión Bourne (1962) describió cinco capas separadas del amnios.
se limita a los citotrofoblastos extravellosos contiguos a los teji- La superficie más interna, que irriga el líquido amniótico, es una
dos maternos, esto es, células deciduales y uNK. De hecho, la sola capa de epitelio cúbico (fig. 5-19). Este epitelio está unido
expresión del antígeno HLA-G se identifica sólo en los citotro- firmemente a una membrana basal distintiva que está conectada
foblastos extravellosos en la decidua basal y en el corion liso con la capa acelular compacta constituida sobre todo por colá-
(McMaster, 1995). Durante el embarazo se eleva la cantidad de gena intersticial. En el lado externo de la capa compacta hay una
una isoforma mayor soluble, la HLA-G2 (Hunt, 2000a,b). Los hilera de células mesenquimatosas similares a fibroblastos, que
embriones usados para fecundación in vitro no se implantan si están dispersas de forma amplia al término de la gestación. Tam-
no expresan esta isoforma soluble de HLA-G (Fuzzi, 2002). Por bién se observan unos cuantos macrófagos fetales en el amnios.
tanto, es probable que la HLA-G permita la discrepancia antigé- La capa más externa del amnios es la zona esponjosa, relativa-
nica fetomaterna (LeBouteiller, 1999). Se propuso que HLA-G mente acelular, que es contigua con la segunda membrana fetal,
participa en la protección de los trofoblastos extravellosos con- el corion liso. El amnios humano carece de células de músculo
tra el rechazo inmunitario mediante la modulación de las fun- liso, nervios, linfáticos y, de manera importante, vasos sanguí-
ciones uNK (Apps, 2011; Rajagopalan, 2012). Por último, neos.
Implantación y desarrollo placentario 99
CAPÍTULO 5
Conforme el saco amniótico se expande para recubrir la pla-
centa y luego el corion frondoso entre las 10 y 14 semanas, la
compactación de las células mesenquimatosas disminuye en
forma progresiva y éstas se dispersan más. Al inicio del embarazo,
el epitelio amniótico se replica a una velocidad notoriamente más
rápida que las células mesenquimatosas. Al término, estas células
forman un epitelio continuo sin interrupciones en la superficie
amniótica fetal. Por el contrario, las células mesenquimatosas
están ampliamente dispersadas y conectadas por una fina retícula
TR D de matriz extracelular con aspecto de fibrillas delgadas largas.
Células del epitelio amniótico. La superficie apical del epite-
FIGURA 5-19. Microfotografía de las membranas fetales. De lio amniótico está repleta de microvellosidades muy desarrolla-
izquierda a derecha: AE, epitelio amniótico; AM, mesénquima del das, que son consistentes con un sitio importante de transferen-
amnios; S, zona esponjosa; CM, mesénquima del corion; TR, trofo- cia entre el líquido amniótico y el amnios. Este epitelio tiene
blasto; D, decidua. (Contribución fotográfica de la Dra. Judith R. Head.) actividad metabólica y sus células sintetizan el inhibidor hístico
de la MMP-1, prostaglandina E2 (PGE2, prostaglandin E2) y
fibronectina fetal (fFN, fetal fibronectin) (Rowe, 1997). En los
■ Desarrollo del amnios embarazos de término, la expresión amniótica de la endoper-
En las etapas iniciales de la implantación se desarrolla un espa- óxido H sintetasa de prostaglandinas se correlaciona con los
cio entre la masa celular embrionaria y las células del trofoblasto niveles elevados de la fFN (Mijovic, 2000). Aunque los epitelios
adyacentes (fig. 5-9). Las pequeñas células que revisten esta producen fFN, estudios recientes sugieren que la fibronectina
superficie interna del trofoblasto se conocen como células funciona en las células mesenquimatosas subyacentes. Ahí, la
amniógenas, precursoras del epitelio amniótico. El amnios es fFN induce la síntesis de MMP que rompe las colágenas que
identificable por primera vez cerca del séptimo a octavo días del proporcionan la fuerza y aumenta la síntesis de prostaglandinas
desarrollo embrionario. De manera inicial es una vesícula dimi- para iniciar las contracciones uterinas y la maduración cervico-
nuta, que después se convierte en un pequeño saco que recubre uterina (Mogami, 2013). Esta vía se intensifica con la rotura
la superficie del embrión. Conforme el amnios crece, rodea de prematura de membranas causada por una infección.
modo gradual al embrión en crecimiento, que presenta prolapso Las células epiteliales pueden responder a señales derivadas
hacia el interior de la cavidad (Benirschke, 2012). del feto o la madre y se encargan de diversos reguladores endo-
Al final, la distensión del saco amniótico propicia un contacto crinos o paracrinos. Los ejemplos incluyen oxitocina y vasopre-
con la cara interna del corion liso. La aposición del corion liso y sina, que aumentan la producción de PGE2 in vitro (Moore,
el amnios cerca del final del primer trimestre causa más adelante 1988). Pueden también producir citocinas, como la IL-8,
la obliteración del celoma extraembrionario. El amnios y el durante el inicio del trabajo de parto (Elliot, 2001).
corion liso, si bien ligeramente adherentes, nunca están conecta- El epitelio amniótico también sintetiza péptidos vasoactivos,
dos de manera estrecha y se pueden separar con facilidad. El incluidos la endotelina y la proteína relacionada con la hormona
amnios placentario cubre la superficie de la placenta, por lo que paratiroidea (Economos, 1992; Germain, 1992). El tejido libera
está en contacto con la superficie adventicia de los vasos corióni- péptido natriurético cerebral (BNP, brain natriuretic peptide) y
cos. El amnios umbilical cubre el cordón umbilical. En las pla- hormona liberadora de corticotropina (CRH, corticotropin-relea-
centas diamnióticas monocoriónicas no existe tejido intercalado sing hormone) que son péptidos relajantes del músculo liso (Riley,
entre los amnios fusionados. En la porción unida de las membra- 1991; Warren, 1995). La síntesis de BNP está sometida a regula-
nas de las placentas gemelares diamnióticas dicoriónicas, los ción positiva del estiramiento mecánico de las membranas fetales
amnios fusionados están separados por el corion liso fusionado. y tiene una participación supuesta en la quiescencia uterina. El
Histogénesis de las células del amnios factor de crecimiento epidérmico, un regulador negativo del
BNP, se incrementa en las membranas al término y disminuye la
Las células epiteliales del amnios se derivan del ectodermo del quiescencia uterina regulada por BNP (Carvajal, 2013). Parece
disco embrionario. No surgen por deslaminación del trofo- razonable que los péptidos vasoactivos producidos en el amnios
blasto. Ésta es una consideración importante desde las perspec- ganen acceso a la superficie adventicia de los vasos coriónicos. En
tivas embriológica y funcional. Por ejemplo, la expresión del gen consecuencia, el amnios puede participar en la regulación del
del HLA clase I en el amnios es más parecida a la observada en tono vascular y el riego sanguíneo coriónicos. Los péptidos
células del embrión que en las del trofoblasto. vasoactivos derivados del amnios actúan en otros tejidos para
En contraste, es probable que la capa celular mesenquimatosa diversos procesos fisiológicos. Después de su secreción, estos
semejante a fibroblastos descrita antes provenga del mesodermo agentes bioactivos ingresan al líquido amniótico y, por lo tanto,
embrionario. En etapas iniciales de la embriogénesis humana, están disponibles para la deglución e inhalación por el feto.
las células del mesénquima amniótico se encuentran inmediata-
mente adyacentes a la superficie basal del epitelio. En ese Células mesenquimatosas del amnios. Las células mesenqui-
momento, la superficie del amnios es una estructura en capa de matosas de la capa de fibroblastos amniótica se encargan de otras
dos células con números casi equivalentes de células epiteliales funciones importantes. La síntesis de colágenas intersticiales, que
y mesenquimatosa. De forma simultánea con el crecimiento y constituyen la capa compacta del amnios, principal fuente de su
100 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
e IL-1. Esta capacidad funcional de las células mesenquimatosas minuye. Al término de la gestación, el volumen promedio es de
del amnios es una consideración importante en el estudio del casi 1 000 ml, aunque puede variar ampliamente en condiciones
líquido amniótico y la acumulación de mediadores inflamatorios anormales. En el capítulo 11 (pág. 231) se revisan de manera
relacionada con el trabajo de parto (García-Velasco, 1999). Por adicional el origen, la composición, la circulación y la función
último, las células mesenquimatosas pueden ser una mayor fuente del líquido amniótico.
de PGE2 que las células epiteliales, sobre todo en caso de rotura
prematura de membranas (Mogami, 2013; Whittle, 2000).
EL CORDÓN UMBILICAL
■ Fuerza tensil del amnios
■ Desarrollo del cordón
Durante las pruebas de fuerza tensil, la decidua y después el
corion liso cedieron mucho antes de la rotura del amnios. En El saco vitelino y la vesícula umbilical donde se desarrolla el
realidad, las membranas son bastante elásticas y pueden expan- cordón umbilical son notorios al inicio del embarazo. Al princi-
dirse hasta el doble de su tamaño normal durante el embarazo pio, el embrión es un disco aplanado interpuesto entre el amnios
(Benirschke, 2012). La fuerza tensil del amnios reside casi de y el saco vitelino. Su superficie dorsal crece a mayor ritmo que la
manera exclusiva en la capa compacta, que está constituida por ventral en relación con la elongación del tubo neural. Así, el
colágenas I y III intersticiales con enlaces cruzados y cantidades embrión protruye hacia el interior del saco amniótico, y la parte
menores de colágenas V y VI. dorsal del saco vitelino se introduce en el cuerpo del embrión
Las colágenas representan las principales macromoléculas de para formar el intestino. La alantoides se proyecta en la base del
casi todos los tejidos conjuntivos y son las proteínas más abun- tallo corporal desde la pared caudal del saco vitelino y después
dantes del cuerpo. El tipo I es la principal colágena intersticial desde la pared anterior del intestino posterior.
en los tejidos caracterizados por gran fuerza tensil, como el A medida que avanza el embarazo, el saco vitelino se hace
hueso y el tendón. En otros tejidos, la colágena III contribuye al más pequeño y su pedículo relativamente más largo. Alrededor
parecer a la integridad hística y sirve para acentuar la extensibi- de la mitad del tercer mes, el amnios en expansión oblitera al
lidad de los tejidos y su fuerza tensil. Por ejemplo, la relación exoceloma, se funde con el corion liso y recubre al disco placen-
entre las colágenas III y I en las paredes de varios tejidos muy tario protruyente y la superficie lateral del tallo corporal. Este
extensibles, saco amniótico, vasos sanguíneos, vejiga urinaria, último se llama después cordón umbilical o funis. En el capítulo
conductos biliares, intestino y útero grávido es mayor que la de 6, (pág. 121), se presenta una descripción más amplia de este
tejidos no elásticos (Jeffrey, 1991). Aunque la colágena III pro- cordón y sus posibles anormalidades.
vee cierta extensibilidad a esta membrana, también se han iden- En condiciones normales, el cordón contiene dos arterias y
tificado microfibrillas de elastina (Bryant-Greenwood, 1998). una vena al término de la gestación (fig. 5-20). Por lo general, la
La fuerza tensil del amnios se regula en parte por interaccio- vena umbilical derecha desaparece en etapas iniciales del desa-
nes de la colágena fibrilar con proteoglucanos, como la decorina, rrollo fetal y sólo permanece la vena izquierda original. En cor-
que promueve la fuerza hística. Los cambios de composición en tes de cualquier porción del cordón cerca del centro se observa
el momento del trabajo de parto incluyen una declinación de la
decorina y un aumento del hialuronano. Esto causa la pérdida
de la fuerza tensil y se describe con más detalle en el capítulo 42
(pág. 840) (Meinert, 2007). Las membranas fetales que recu-
bren el cuello uterino experimentan una declinación regional de
la expresión de las proteínas de la matriz, como las fibulinas. Este
cambio se ha sugerido como contribuyente de la remodelación
hística y la pérdida de la fuerza tensil (Moore, 2009).
casi siempre el conducto de la vesícula umbilical. La vesícula cuadro 5-2. Por lo tanto, es comprensible que otra característica
está revestida por una sola capa de epitelio plano o cúbico. En adicional notoria del embarazo humano sea la adaptación fisio-
cortes practicados en la proximidad del ombligo se encuentra en lógica exitosa de las mujeres gestantes a un medio endocrino
ocasiones otro conducto que representa un vestigio de la alan- único, como se analiza en el capítulo 4 (pág. 46).
CAPÍTULO 5
toides. La porción intraabdominal del conducto de la vesícula
umbilical que se extiende del ombligo al intestino suele atro- ■ Gonadotropina coriónica humana (hCG)
fiarse y desaparece, pero algunas veces se mantiene permeable y
forma el divertículo de Meckel. La anomalía vascular más fre- La hCG, llamada hormona del embarazo, es una glucoproteína
cuente es la ausencia de una arteria umbilical, que puede vincu- con actividad biológica similar a la de la hormona luteinizante
larse con malformaciones fetales (cap. 6, pág. 122). (LH). Ambas actúan a través del receptor de LH-hCG en la
membrana plasmática. Si bien la hCG se produce casi de forma
exclusiva en la placenta, también se sintetiza en el riñón fetal.
■ Función del cordón Otros tejidos fetales producen la subunidad β o la molécula
El cordón umbilical se extiende desde el ombligo del feto hasta íntegra de hCG (McGregor, 1981, 1983).
la superficie fetal de la placenta, la placa coriónica. La sangre Varios tumores malignos también liberan hCG, algunas
fluye desde la vena umbilical y toma la vía de menor resistencia veces en grandes cantidades, en especial las neoplasias trofoblás-
a través de dos rutas dentro del feto. Una es el conducto venoso, ticas (cap. 20, pág. 396). La gonadotropina coriónica se sintetiza
que se vacía directamente en la vena cava inferior (fig. 7-8, pág. en cantidades muy pequeñas en tejidos de varones y mujeres no
136). La otra vía consta de numerosas aberturas más pequeñas embarazadas, sobre todo tal vez en la glándula hipófisis anterior.
hacia la circulación hepática. La sangre del hígado fluye hacia la No obstante, la detección de hCG en sangre u orina casi siem-
vena cava inferior a través de la vena hepática. La resistencia en pre es índice de embarazo (cap. 9, pág. 169).
el conducto venoso se controla por un esfínter situado en su
origen que recibe inervación de una rama del nervio vago. Características químicas
La sangre sale del feto a través de dos arterias umbilicales, La gonadotropina coriónica es una glucoproteína con un peso
que son ramas anteriores de la arteria iliaca interna y se obliteran molecular de 36 000 a 40 000 Da. Tiene el más alto contenido
después del nacimiento. Se pueden observar sus vestigios como de carbohidratos de cualquier hormona humana (30%). El
ligamentos umbilicales mediales. componente carbohidratado, en especial el ácido siálico termi-
nal, protege a la molécula del catabolismo. La semivida plasmá-
tica de 36 h de la hCG íntegra es mucho más prolongada que las
HORMONAS PLACENTARIAS 2 h de la LH. La molécula de hCG está compuesta por dos
La producción de hormonas esteroideas y proteínicas por el tro- subunidades disímiles. Se encuentran en enlace no covalente y
foblasto humano es mayor en cantidad y diversidad que la de se mantienen unidas por fuerzas electroestáticas e hidrofóbicas.
cualquier tejido endocrino aislado en la fisiología de todos los Las subunidades aisladas no pueden unirse al receptor de LH y,
mamíferos. En el cuadro 5-1 se incluye un compendio de tasas por lo tanto, carecen de actividad biológica.
de producción promedio de diversas hormonas esteroideas en Esta hormona tiene relación estructural con otras tres hor-
mujeres embarazadas cerca del término y sin gestación. Es apa- monas glucoproteínicas, LH, FSH y TSH. Las cuatro glucopro-
rente que las alteraciones en la producción de hormonas esteroi- teínas comparten una subunidad β común. Las subunidades β,
deas que acompañan al embarazo humano normal son singula- si bien comparten ciertas similitudes, se caracterizan por tener
res. La placenta humana también sintetiza una enorme cantidad secuencias de aminoácidos distintivas. La recombinación de una
de hormonas proteínicas y peptídicas como se resume en el subunidad α y una subunidad β de las cuatro hormonas gluco-
proteínicas crea una molécula con la actividad biológica caracte-
rística de la hormona de la que se derivó la subunidad β.
CUADRO 5-1. Tasas de producción de esteroides Biosíntesis
en mujeres no embarazadas y aquellas con gestación La síntesis de ambas cadenas, α y β, de la hCG se regula por
cerca del término separado. Un solo gen localizado en el cromosoma 6 codifica la
Tasas de producción (mg/24 h) subunidad α para hCG, LH, FSH y TSH. Hay siete genes sepa-
rados en el cromosoma 19 para la familia de subunidades
Esteroidesa Sin embarazo Gestacionales β-hCG-β-LH. Seis genes codifican la β-hCG y uno la β-LH
Estradiol-17β 0.1–0.6 15–20 (Miller-Lindholm, 1997). Estas dos subunidades se sintetizan
Estriol 0.02–0.1 50–150 como grandes precursores, que después se fragmentan por
Progesterona 0.1–40 250–600 acción de endopeptidasas. La hCG íntegra se ensambla a conti-
Aldosterona 0.05–0.1 0.250–0.600 nuación y se libera con rapidez de los gránulos secretores por
Desoxicorticosterona 0.05–0.5 1–12 exocitosis (Morrish, 1987). Existen múltiples formas de hCG
Cortisol 10–30 10–20 en el plasma y la orina maternos que varían mucho en actividad
biológica y capacidad inmunorreactiva. Algunas son resultado
a Los estrógenos y la progesterona se producen en la placenta. La aldoste-
de la degradación enzimática, y otras de modificaciones durante
rona se sintetiza en la suprarrenal materna en respuesta al estímulo de la la síntesis y el procesamiento de la molécula.
angiotensina II. La desoxicorticosterona se libera en sitios hísticos extra-
glandulares a través de la 21-hidroxilación de la progesterona plasmática. Antes de las cinco semanas de gestación, la hCG se expresa en
La producción de cortisol durante el embarazo no se incrementa, aunque el sincitiotrofoblasto y el citotrofoblasto (Maruo, 1992). Después,
sus concentraciones en sangre sean elevadas, debido a una menor cuando las cifras séricas maternas alcanzan el máximo, la hCG se
depuración causada por un aumento de la globulina unidora de cortisol.
produce casi por completo en el sincitiotrofoblasto (Beck, 1986;
102 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Gonadotropina coriónica humana — LH, FSH, TSH Mantiene la función del cuerpo amarillo
(hCG) Regula la secreción de testosterona del
testículo fetal
Estimula la tiroides materna
Lactógeno placentario (PL) — GH, prolactina Ayuda a la adaptación materna a los
requerimientos energéticos del feto
Hormona adrenocorticotrópica Hipotálamo —
(ACTH)
Hormona liberadora de Hipotálamo — Relaja el músculo liso, ¿inicia el parto?
corticotropina (CRH) Induce la síntesis fetal y materna de
glucocorticoides
Hormona liberadora de Hipotálamo — Regula la síntesis de hCG en el trofoblasto
gonadotropina (GnRH)
Tirotropina (TRH) Hipotálamo — Desconocida
Hormona liberadora de hormona Hipotálamo — Desconocida
del crecimiento (GHRH)
Variante de la hormona del — La variante de GH no Es probable que medie la resistencia a la
crecimiento (hGH-V) se encuentra en el insulina en el embarazo
hipotálamo
Neuropéptido Y Cerebro — Es probable que regule la liberación de CRH
de los trofoblastos
Proteína vinculada con hormona — — Regula la transferencia de calcio y otros solutos;
paratiroidea (PTH-rP) regula la homeostasis mineral del feto
Inhibina Ovario/testículo — Es probable que inhiba la ovulación mediada
por la FSH; regula la síntesis de hCG
Activina Ovario/testículo — Regula la síntesis placentaria de GnRH
GH, hormona del crecimiento; FSH, hormona estimulante del folículo; LH, hormona luteinizante; TSH, hormona estimulante de la tiroides.
Kurman, 1984). En ese momento, las concentraciones de mRNA La hCG íntegra circula como múltiples isoformas muy rela-
para las subunidades α y β de la hCG en el sincitiotrofoblasto son cionadas con reactividad variable entre las pruebas comerciales.
más abundantes que a término (Hoshina, 1982). Ésta puede ser Por tanto, existe una variación considerable en las concentracio-
una importante consideración cuando se usa la hCG como proce- nes calculadas de hCG sérica entre las más de cien pruebas dis-
dimiento de detección para identificar fetos anormales. ponibles. Las concentraciones plasmáticas maternas máximas
La concentración de subunidades β libres circulantes es baja alcanzan casi 100 000 mIU/ml entre los 60 y 80 días después de
a indetectable durante la gestación. En parte, esto es resultado de la menstruación. Entre las semanas 10 a 12, las cifras plasmáti-
su síntesis, limitante de la velocidad de la reacción. Las subunida- cas empiezan a declinar y se alcanza un nadir alrededor de la
des α libres que no se combinan con una subunidad β se encuen-
tran en el tejido placentario y el plasma materno. Sus concentra-
ciones aumentan de modo gradual y constante hasta que alcanzan
140 500 8
una meseta a las 36 semanas. En ese momento contribuyen con
30 a 50% de la hormona (Cole, 1997). En consecuencia, la 120
7
secreción de α-hCG se corresponde en términos generales con la 400 6
masa placentaria, mientras que la secreción de moléculas com- 100 hCG
CRH(pmol/ml)
hPL 5
hCG (IU/ml)
hPL (μg/ml)
semana 16. Las cifras plasmáticas se mantienen a su nivel más el sincitiotrofoblasto. En el feto actúa como subrogado de la LH
bajo por el resto del embarazo (fig. 5-21). para estimular la replicación de las células de Leydig y la síntesis
El patrón de aparición de la hCG en la sangre fetal es similar de testosterona a fin de promover la diferenciación sexual mas-
al de la madre. Sin embargo, las cifras plasmáticas fetales son de culina (cap. 7, pág. 148). Antes de los 110 días de la gestación
CAPÍTULO 5
sólo casi 3% respecto de las plasmáticas maternas. La concentra- no hay vascularización de la hipófisis anterior fetal desde el
ción de hCG en el líquido amniótico al inicio del embarazo es hipotálamo. Por ello, existe escasa secreción hipofisaria de LH, y
similar a la del plasma materno. Conforme avanza el embarazo, la hCG actúa como LH antes de ese momento. A continuación,
la concentración de hCG en el líquido amniótico decrece y a medida que las cifras de hCG descienden, la LH hipofisaria
cerca del término las concentraciones son de casi 20% de las mantiene un grado leve de estimulación testicular.
correspondientes en el plasma materno. La glándula tiroides materna también recibe estimulación de
La orina materna contiene la misma variedad de productos grandes cantidades de hCG. En algunas mujeres con enfermedad
de degradación de hCG que el plasma. La principal forma uri- trofoblástica gestacional aparecen en ocasiones signos bioquími-
naria es el producto de degradación terminal de hCG, el frag- cos y clínicos de hipertiroidismo (cap. 20, pág. 399). Esto se atri-
mento medular β. Su concentración sigue el mismo patrón buyó alguna vez a la formación de la tirotropina coriónica por célu-
general que en el plasma materno, con cifras máximas cerca de las del trofoblasto neoplásicas. No obstante, después se demostró
la semana 10. Es importante reconocer que el llamado anti- que algunas formas de hCG se unen a receptores de TSH en los
cuerpo de la subunidad β, empleado en la mayor parte de las tirocitos (Hershman, 1999). El tratamiento de varones con hCG
pruebas de embarazo, reacciona tanto con la hCG íntegra, prin- exógena incrementa la actividad tiroidea. La actividad estimulante
cipal forma de la hormona en el plasma, como con fragmentos de la tiroides en el plasma de las mujeres durante el primer tri-
de hCG, las principales formas urinarias. mestre del embarazo varía en grado notable de una muestra a otra.
Las modificaciones de los oligosacáridos de la hCG posiblemente
Regulación de la síntesis y depuración de la hCG sean importantes para la capacidad de la hormona de estimular la
Es posible que la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH, función tiroidea. Por ejemplo, las isoformas ácidas estimulan la
gonadotropin-releasing hormone) placentaria participe en la regula- actividad tiroidea y algunas isoformas más básicas activan la cap-
ción de la formación de hCG. Ambos, la GnRH y su receptor, se tación de yodo (Kraiem, 1994; Tsuruta, 1995; Yoshimura, 1994).
expresan en el citotrofoblasto y el sincitiotrofoblasto (Wolfahrt, Por último, el receptor de LH-hCG se expresa en los tirocitos, lo
1998). Asimismo, la administración de GnRH eleva la cifra cir- que sugiere que la hCG estimula la actividad tiroidea a través de
culante de hCG y las células del trofoblasto en cultivo responden los receptores de LH-hCG y TSH (Tomer, 1992).
al tratamiento con GnRH con una mayor secreción de hCG Otras funciones de la hCG incluyen la promoción de la
(Iwashita, 1993; Siler-Khodr, 1981). La inhibina y la activina secreción de relaxina por el cuerpo amarillo (Duffy, 1996). Se
también regulan la producción hipofisaria de GnRH. En células encuentran receptores de LH-hCG en el miometrio y el tejido
placentarias en cultivo, la activina estimula y la inhibina suprime vascular uterino. Se ha emitido la hipótesis de que la hCG puede
la producción de GnRH y hCG (Petraglia, 1989; Steele, 1993). promover la vasodilatación vascular uterina y la relajación del
La depuración renal de hCG contribuye con 30% de su músculo liso miometrial (Kurtzman, 2001). La gonadotropina
depuración metabólica. Es posible que el resto se elimine por el coriónica también regula la expansión del número de linfocitos
metabolismo en el hígado (Wehmann, 1980). Las depuraciones uNK durante las etapas iniciales de la placentación, lo que ase-
de las subunidades β y α son casi 10 y 30 veces mayores, respec- gura el establecimiento apropiado del embarazo (Kane, 2009).
tivamente, en comparación con la hCG íntegra.
Concentraciones anormales de hCG altas o bajas
Función biológica de la hCG Existen varias circunstancias clínicas en las que se encuentran
Ambas subunidades de hCG son necesarias para su unión al concentraciones de hCG muy altas en el plasma materno. Los
receptor de LH-hCG en el cuerpo amarillo y el testículo fetal. ejemplos incluyen embarazo múltiple, eritroblastosis fetal deri-
Los receptores de LH-hCG están presentes en varios tejidos, vada de anemia hemolítica y enfermedad trofoblástica gestacio-
pero su participación es menos definida en ellos. La más cono- nal. Hay cifras relativamente altas de hCG en el segundo trimes-
cida función biológica de la hCG es el llamado rescate y man- tre en mujeres cuyo feto tiene síndrome de Down, una observación
tenimiento de la función del cuerpo amarillo, esto es, la pro- usada en las pruebas de detección bioquímica (cap. 14, pág. 290).
ducción continua de progesterona. Bradbury et al. (1950) La razón no está clara, pero se especula que la maduración plas-
encontraron que la duración de la producción de progesterona mática está reducida. Existen cantidades más bajas de hCG plas-
por un cuerpo amarillo de la menstruación podría prolongarse mática en mujeres con pérdida del embarazo al inicio de éste,
tal vez durante dos semanas por la administración de hCG. Ésta incluido el embarazo ectópico (cap. 19, pág. 381).
es sólo una explicación parcial de la función fisiológica de la
hCG en el embarazo. Por ejemplo, se alcanzan concentraciones ■ Lactógeno placentario humano
plasmáticas máximas de hCG bastante después de que cesa la Ehrhardt (1936) fue el primero en describir la actividad seme-
secreción de progesterona por el cuerpo amarillo estimulado por jante a la prolactina de la placenta humana. Debido a su potente
la hormona. De manera específica, la síntesis lútea de progeste- bioactividad lactogénica y de hormona de crecimiento, así como
rona empieza a declinar casi a las seis semanas, a pesar de una su similitud inmunoquímica con la hormona de crecimiento
producción continua y creciente de hCG. humana (hGH, human growth hormone), se le denominó lactó-
Una segunda función de la hCG es la estimulación de la geno placentario humano u hormona de crecimiento coriónica.
secreción de testosterona por el testículo fetal, que es máxima En la actualidad, los especialistas usan el nombre de lactógeno
alrededor del punto en que se alcanzan las cifras máximas de placentario humano (hPL, human placental lactogen).
hCG. Por consiguiente, en un tiempo crítico de la diferencia- Grumbach y Kaplan (1964) mostraron que esta hormona,
ción sexual en el feto masculino, la hCG entra al plasma desde igual que la hCG, se concentraba en el sincitiotrofoblasto. Se
104 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
detecta en fase tan temprana de la gestación como la segunda o ción fetal. Los estudios in vitro sugieren que el hPL inhibe la
tercera semana después de la fecundación. De igual modo, a secreción de leptina en el trofoblasto de término (Coya, 2005).
semejanza de la hCG, se ha demostrado el hPL en células del Segundo, el hPL puede ayudar a la adaptación materna a los
citotrofoblasto antes de las seis semanas (Maruo, 1992). requerimientos energéticos del feto. Por ejemplo, el incremento
SECCIÓN 3
aumenta su concentración hasta casi la semana 36 y se mantiene fisiológica opuesta, esto es, la inducción de contracciones miome-
relativamente constante después. Existe una correlación entre las triales, para las concentraciones crecientes de CRH observadas
cifras de hGH-V en el plasma materno y las del IGF-1. Asimismo, cerca del término de la gestación. En una hipótesis se ha pro-
la glucosa suprime la secreción de hGH-V por las células del trofo- puesto que la CRH puede intervenir en el inicio del parto (Wad-
CAPÍTULO 5
blasto in vitro en una forma dependiente de la dosis (Patel, 1995). hwa, 1998). La formación de prostaglandinas en la placenta, el
La sobreexpresión de hGH-V en los ratones causa una resistencia amnios, el corion liso y la decidua aumenta con el tratamiento con
intensa a la insulina y, por lo tanto, es un posible mediador de la CRH (Jones, 1989b). Esta última observación apoya de manera
resistencia a la insulina durante el embarazo (Barbour, 2002). adicional su participación potencial en el momento del parto.
Los glucocorticoides actúan en el hipotálamo para inhibir la
Hormonas liberadoras similares a las hipotalámicas secreción de CRH, pero en el trofoblasto estimulan la expresión
Las hormonas liberadoras o inhibidoras hipotalámicas conocidas génica de CRH (Jones, 1989a; Robinson, 1988). Por ello, puede
incluyen la GnRH, la CRH, la hormona liberadora de tirotropina haber una nueva asa de retroalimentación positiva en la placenta,
(TRH), la hormona liberadora de hormona del crecimiento razón por la cual la CRH placentaria estimula a la ACTH placen-
(GHRH) y la somatostatina. Para cada una hay una hormona aná- taria para activar la producción de glucocorticoides por las supra-
loga producida en la placenta humana (Petraglia, 1992; Siler- renales fetal y materna, con estimulación subsiguiente de la
Khodr, 1988). Muchos investigadores sugieren que esto indica una expresión de la CRH placentaria (Nicholson, 2001; Riley, 1991).
jerarquía de control en la síntesis de agentes tróficos coriónicos.
Hormona liberadora de la hormona de crecimiento
Hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH). Existe una (GHRH). No se conoce la función de la GHRH placentaria
cantidad razonablemente grande de GnRH inmunorreactiva en (Berry, 1992). La ghrelina es otra hormona reguladora de la
la placenta (Siler-Khodr, 1978, 1988). Resulta interesante que se secreción de hGH producida por el tejido placentario (Horvath,
encuentre en el citotrofoblasto pero no en el sincitiotrofoblasto. 2001). La expresión de la ghrelina en el trofoblasto alcanza su
Gibbons et al. (1975) y Khodr y Siler-Khodr (1980) demostra- máximo a la mitad del embarazo y es un regulador potencial de
ron que la placenta humana podía sintetizar tanto GnRH como la producción de hGH-V o el regulador paracrino de la diferen-
TRH in vitro. La GnRH derivada de la placenta actúa para regu- ciación (Fuglsang, 2005; Gualillo, 2001).
lar la producción de hCG por el trofoblasto, de ahí la observa-
ción de que las cifras de GnRH son mayores en las etapas inicia-
les del embarazo. La GnRH derivada de la placenta también es la ■ Otras hormonas proteínicas placentarias
posible causa del aumento de la concentración de GnRH durante Relaxina
la gestación (Siler-Khodr, 1984).
Se ha demostrado la expresión de relaxina en el cuerpo amarillo,
Hormona liberadora de corticotropina (CRH). Esta hor- la decidua y la placenta humanos (Bogic, 1995). Este péptido se
mona es un miembro de la familia más grande de péptidos rela- sintetiza como una molécula única, la preprorrelaxina, de 105
cionados con CRH, que incluye CRH, urocortina, urocortina aminoácidos y se divide en dos fragmentos, A y B. En términos
II y urocortina III (Dautzenberg, 2002). Las concentraciones estructurales, la relaxina es similar a la insulina y el factor de
séricas maternas de CRH aumentan de 5 a 10 pmol/L en la crecimiento similar a insulina. Dos de los tres genes de la relaxina,
mujer no embarazada hasta cerca de 100 pmol/L al principio H2 y H3, se transcriben en el cuerpo amarillo (Bathgate, 2002;
del tercer trimestre de embarazo, con un incremento súbito Hudson, 1983, 1984). Otros tejidos, incluidas la decidua, la pla-
hasta casi a 500 pmol/L durante las últimas cinco o seis semanas centa y las membranas, expresan H1 y H2 (Hansell, 1991).
(fig. 5-21). La urocortina también se produce en la placenta y se El aumento de la concentración de relaxina en la circulación
libera a la circulación materna, pero en cifras mucho menores materna observado en etapas iniciales del embarazo se atribuye
que las observadas para CRH (Florio, 2002). Después del inicio a su secreción por el cuerpo amarillo, y las concentraciones se
del trabajo de parto, la cifra de CRH plasmática materna se asemejan a las de la hCG. La relaxina, junto con las cifras cre-
eleva dos a tres tantos más (Petraglia, 1989, 1990). cientes de progesterona, actúa sobre el miometrio para promo-
Se ha definido cierta función biológica de la CRH sinteti- ver su relajación y la inmovilidad del útero observadas en etapas
zada en la placenta, las membranas y la decidua. Hay receptores iniciales del embarazo (cap. 21, pág. 421). Además, se cree que
de CRH en muchos tejidos: placenta, glándula suprarrenal, la producción de relaxina y factores similares dentro de la pla-
ganglios simpáticos, linfocitos, tubo digestivo, páncreas, góna- centa y las membranas fetales tienen una función autocrina-
das y miometrio. Algunos datos sugieren que la CRH puede paracrina en la regulación posparto de la degradación de la
actuar a través de dos familias mayores, las de receptores de matriz extracelular (Qin, 1997a,b). Una función importante de
CRH de tipos 1 y 2 (CRH-R1 y CRH-R2). El trofoblasto, el la relaxina es el incremento de la tasa de filtración glomerular
corion y el amnios, y la decidua expresan tanto receptores de (cap. 4, pág. 64).
CRH-R1 como de CRH-R2, además de diversas variables (Flo-
rio, 2000). Ambas, la CRH y la urocortina, incrementan la Proteína relacionada con la hormona paratiroidea
secreción de ACTH por el trofoblasto, lo que sustenta una fun- En el embarazo, la concentración circulante de la proteína rela-
ción autocrina-paracrina (Petraglia, 1999). Grandes cantidades cionada con hormona paratiroidea (PTH-rP, parathyroid hor-
de CRH del trofoblasto ingresan a la sangre materna, pero hay mone-related protein) se eleva de manera significativa en la sangre
también una gran concentración de una proteína específica de materna, pero no en la fetal (Bertelloni, 1994; Saxe, 1997). Se
unión de CRH en el plasma materno, y la CRH unida parece han propuesto muchas funciones potenciales de esta hormona. La
ser biológicamente inactiva. síntesis de PTH-rP ocurre en varios tejidos adultos normales,
Otras funciones biológicas propuestas incluyen la inducción sobre todo en los órganos reproductivos, incluidos el miometrio,
de relajación del músculo liso en tejidos vasculares y miometriales, endometrio, cuerpo amarillo y tejido mamario lactante. La PTH-
y la inmunosupresión. No obstante, se ha propuesto la acción rP no se produce en las glándulas paratiroideas de los adultos
106 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Leptina Estriol
10.0 Estrona
En condiciones normales, los adipocitos secretan esta hormona,
que actúa como hormona contra la obesidad y disminuye el con- 5.0
sumo de alimentos a través de su receptor hipotalámico. También
regula el crecimiento óseo y la función inmunitaria (Cock, 2003;
La Cava, 2004). En la placenta, la leptina también se sintetiza en Estetrol
el citotrofoblasto y el sincitiotrofoblasto (Henson, 2002). En la 1.0
actualidad no están bien definidas las contribuciones relativas de
la leptina del tejido adiposo materno en comparación con la de la 0.5
placenta. Las concentraciones séricas maternas son significativa-
mente mayores que las de mujeres no embarazadas. Las cifras de
leptina fetales tienen correlación positiva con el peso al nacer y tal
vez tengan participación importante en el desarrollo y creci- 0.1 Estradiol
(sin embarazo)
miento fetales. Estudios sugieren que la leptina inhibe la apopto-
0.05
sis y promueve la proliferación del trofoblasto (Magarinos, 2007).
Neuropéptido Y 4 8 12 16 20 24 28 32 36 40
Edad gestacional (semanas)
Este péptido de 36 aminoácidos está ampliamente distribuido en el
cerebro. También se encuentra en las neuronas simpáticas que iner- FIGURA 5-22. Concentraciones plasmáticas de progesterona, estra-
van los aparatos cardiovascular, respiratorio, digestivo y genitourina- diol, estrona, estetrol y estriol en las mujeres durante la gestación.
rio. El neuropéptido Y se ha aislado de la placenta y localizado en el (Modificada de Mesiano, 2009, con autorización.)
citotrofoblasto (Petraglia, 1989). Hay receptores para el neuropép-
tido Y en el trofoblasto y el tratamiento de las células placentarias
con el neuropéptido Y causa secreción de CRH (Robidoux, 2000). de la progesterona en orina. Sin embargo, antes de ese momento
la exéresis del cuerpo amarillo ocasiona un aborto, a menos que
Inhibina y activina se administre un progestágeno exógeno (cap. 63, pág. 1227).
La inhibina es una hormona glucoproteínica que actúa de forma Después de casi ocho semanas la placenta se encarga de la secre-
preferencial para inhibir la secreción hipofisaria de FSH. El tes- ción de progesterona, que continúa en aumento de tal manera
tículo humano y las células de la granulosa ovárica, incluido el que hay un incremento gradual de las cifras séricas maternas
cuerpo amarillo, la producen. La inhibina es un heterodímero durante la gestación (fig. 5-22). Al término del embarazo, la
conformado por una subunidad α y una de dos subunidades β concentración es de 10 a 5 000 veces la que se encuentra en
diferentes, βA o βB. El trofoblasto produce las tres y las cifras mujeres no embarazadas, según sea la etapa del ciclo ovárico.
séricas maternas alcanzan su máximo a término (Petraglia,
1991). Una posible función consiste en la participación en con- Tasas de producción de progesterona
junto con grandes cantidades de hormonas esteroideas sexuales La tasa de producción diaria de progesterona en embarazos úni-
para suprimir la secreción de FSH y por tanto la ovulación cos normales avanzados es de casi 250 mg. En embarazos múlti-
durante la gestación. La inhibina puede actuar a través de GnRH ples, la tasa de producción diaria puede ser mayor de 600 mg. La
para regular la síntesis placentaria de hCG (Petraglia, 1987). progesterona se sintetiza a partir de colesterol en una reacción
La activina tiene relación estrecha con la inhibina y está for- enzimática de dos pasos. Primero, el colesterol se convierte en
mada por la combinación de dos subunidades β. Su receptor se pregnenolona dentro de la mitocondria, en una reacción catali-
expresa en la placenta y el amnios. La activina A no se detecta en zada por la enzima de corte de la cadena lateral del colesterol
la sangre fetal antes del trabajo de parto, pero está presente en la citocromo P450. La pregnenolona abandona la mitocondria y se
sangre del cordón umbilical después del inicio del trabajo de convierte en progesterona en el retículo endoplásmico por acción
parto. Petraglia et al. (1994) encontraron que las concentraciones de la deshidrogenasa de 3β-hidroxiesteroides. La progesterona se
séricas de activina A declinan rápidamente después del parto. No libera inmediatamente a través de un proceso de difusión.
se sabe si la activina coriónica y la inhibina participan en los pro- Aunque la placenta produce una cantidad enorme de proges-
cesos metabólicos placentarios diferentes de la síntesis de GnRH. terona, existe una capacidad limitada de biosíntesis de colesterol
en el trofoblasto. El acetato con marca radioisotópica se incor-
pora al colesterol por el tejido placentario a un ritmo lento. La
■ Producción placentaria de progesterona enzima limitante de la velocidad de la reacción en la biosíntesis
Después de seis a siete semanas de gestación se produce poca del colesterol es la 3-hidroxi-3-metilglutaril-coenzima A (HMG-
progesterona en el ovario (Diczfalusy, 1961). La exéresis quirúr- CoA, hydroxymethylglutaryl-coenzyme A) reductasa. Por ello, la
gica del cuerpo amarillo o incluso la ooforectomía bilateral du- placenta debe depender del colesterol exógeno para la forma-
rante la séptima a décima semanas no provoca un decremento ción de progesterona. Bloch (1945) y Werbin et al. (1957)
de la excreción del pregnandiol urinario, el principal metabolito encontraron que después de la administración intravenosa a
Implantación y desarrollo placentario 107
embarazadas del colesterol con marca radioisotópica, la cantidad estradiol en el cuerpo amarillo materno. La producción de pro-
de radiactividad de pregnandiol urinario era similar a la del coles- gesterona y estrógenos en los ovarios maternos disminuye en
terol plasmático. Hellig et al. (1970) también observaron que el grado significativo para la séptima semana de la gestación. En
colesterol plasmático materno era el principal precursor, hasta ese momento ocurre una transición luteoplacentaria. En la sép-
CAPÍTULO 5
por 90%, de la biosíntesis de progesterona. El trofoblasto utiliza tima semana, más de la mitad de los estrógenos que ingresan en
de forma preferente el colesterol de LDL para la biosíntesis de la circulación materna se produce en la placenta (MacDonald,
progesterona (Simpson, 1979, 1980). En estudios de babuinas 1965; Siiteri, 1963, 1966). Estos estudios respaldan la transi-
preñadas, cuando la concentración sérica de LDL materna des- ción de un medio esteroide dependiente del cuerpo amarillo
cendía, se registró un decremento significativo de la producción materno a uno dependiente de la placenta en desarrollo.
de progesterona placentaria (Henson, 1997). Por consiguiente,
la progesterona placentaria se forma a través de la captación y el Biosíntesis placentaria de estrógenos
uso de un precursor circulante materno. Este mecanismo es dife- Las vías de la síntesis de estrógenos en la placenta difieren de las
rente de la producción placentaria de estrógenos, que depende en del ovario en mujeres no embarazadas. La producción de estró-
particular de los precursores suprarrenales fetales. genos en el ovario tiene lugar durante la fase folicular y la luteí-
nica por la interacción de las células de la teca y la granulosa que
Síntesis de progesterona y relaciones fetales rodean a los folículos. De manera específica, se sintetiza andros-
Aunque existe una relación entre el bienestar fetal y la produc- tenediona en la teca ovárica y después se transfiere a las células
ción placentaria de estrógenos, esto no ocurre respecto de la pro- de la granulosa adyacentes para la síntesis de estradiol. La pro-
gesterona placentaria. La muerte fetal, la ligadura del cordón ducción de estradiol dentro del cuerpo amarillo de mujeres sin
umbilical con el feto y la placenta in situ y la anencefalia son embarazo, así como en etapas iniciales de la gestación, aún nece-
trastornos vinculados con concentraciones plasmáticas maternas sita la interacción entre las células de la teca y granulosa luteini-
muy bajas y excreción urinaria baja de los estrógenos. En tales zadas. Sin embargo, en el trofoblasto humano, el colesterol y la
circunstancias, no hay un decremento concomitante de la pro- progesterona no pueden servir como precursores de la biosínte-
gesterona hasta algún momento indeterminado después de la sis de estrógenos. Una enzima crucial necesaria para la síntesis
muerte fetal. En consecuencia, la función endocrina placentaria, de esteroides sexuales, el esteroide 17α-hidroxilasa/17,20-liasa
incluidas la formación de algunas proteínas de hormonas como (CYP17), no se expresa en la placenta humana. En consecuen-
hCG y la biosíntesis de progesterona, puede persistir durante cia, la conversión de esteroides C21 en C19, esta última precur-
periodos prolongados (semanas) después de la muerte fetal. sora inmediata y obligatoria de los estrógenos, no es posible.
Los esteroides C19, dehidroepiandrosterona (DHEA, dehy-
Metabolismo de la progesterona droepiandrosterone) y su sulfato (DHEA-S, dehydroepiandroste-
durante el embarazo rone sulfate) se denominan a menudo andrógenos suprarrenales,
La tasa de depuración metabólica de la progesterona en embara- tales esteroides pueden servir también como precursores estrogé-
zadas es similar a la que se encuentra en varones y mujeres no nicos (fig. 5-23). Ryan (1959a) encontró que había una capaci-
gestantes. Durante el embarazo, la concentración plasmática de dad excepcionalmente alta de la placenta de convertir los esteroi-
5α-dihidroprogesterona aumenta de manera desproporcionada des C19 apropiados en estrona y estradiol. La conversión de
por la síntesis en el sincitiotrofoblasto de la progesterona sinte- DHEA-S en estradiol requiere la excreción placentaria de cuatro
tizada en la placenta y del precursor derivado del feto (Dom- enzimas clave que se localizan sobre todo en el sincitiotrofoblasto
broski, 1997). Por lo tanto, la relación de concentración de este (Bonenfant, 2000; Salido, 1990). En primer término, la placenta
metabolito y la progesterona se incrementa en el embarazo. Los expresa cifras elevadas de esteroides sulfatasa (STS, steroid sulfa-
mecanismos del proceso no están definidos por completo. La tase), enzima que convierte la DHEAS conjugada en DHEA.
progesterona también se convierte en el potente mineralocorti- Esta última sufre entonces la acción de la 3β-hidroxiesteroide
coide desoxicorticosterona en embarazadas y el feto. La concen- deshidrogenasa de tipo 1 (3βHSD) para producir androstene-
tración de desoxicorticosterona aumenta de forma notoria en diona. La aromatasa citocromo P450 (CYP19) convierte entonces
los compartimientos materno y fetal (cuadro 5-1). La formación la androstenediona en estrona y después se transforma en estra-
extrasuprarrenal de desoxicorticosterona a partir de progeste- diol por acción de la 17β-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 1
rona circulante contribuye a su mayor producción durante la (17βHSD1, 17β-hydroxysteroid dehydrogenase-1).
gestación (Casey, 1982a,b).
Esteroides plasmáticos C19
como precursores de estrógenos
■ Producción placentaria de estrógenos Frandsen y Stakemann (1961) reconocieron que las cifras de
La placenta produce cantidades enormes de estrógenos mediante estrógenos urinarios en mujeres embarazadas con un feto anen-
precursores sanguíneos esteroideos de las glándulas suprarrena- céfalo eran de alrededor de 10% de las encontradas en el emba-
les materna y fetal. Cerca del término, el embarazo normal razo normal. Las glándulas suprarrenales de los fetos con anen-
humano corresponde a un estado hiperestrogénico. La cantidad cefalia experimentan atrofia por ausencia de la función
de estrógenos producida al día por el sincitiotrofoblasto durante hipotalámica-hipofisaria, lo que impide la estimulación de
las últimas semanas de gestación es equivalente a la sintetizada ACTH. Por lo tanto, pareció razonable presuponer que las glán-
en un día por los ovarios en no menos de 1 000 mujeres que dulas suprarrenales fetales podrían proveer las sustancias usadas
ovulan. El estado hiperestrogénico del embarazo humano es para la formación de estrógenos placentarios.
uno de magnitud creciente y continúa conforme avanza la ges- En subsiguientes estudios se identificó que la DHEA-S era un
tación y termina de modo abrupto después del parto. precursor importante de los estrógenos durante el embarazo (Bau-
Durante las primeras dos a cuatro semanas del embarazo, las lieu, 1963; Siiteri, 1963). Las grandes cantidades de DHEA-S en
concentraciones crecientes de hCG mantienen la producción de plasma y su semivida mucho más prolongada la convierten en el
108 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Colesterol LDL
Circulación materna
StAR
SECCIÓN 3
Estriol Estradiol
17βHSD 1
CYP17
Aromatasa
Sulfotransferasa
3βHSD 1
Suprarrenal fetal
Sulfatasa DHEA-S
Placenta
16α-hidroxilasa
Hígado fetal
16OH-DHEAS
FIGURA 5-23. Representación esquemática de la biosíntesis de estrógenos en la placenta humana. El sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEA-
S), secretado en grandes cantidades por las glándulas suprarrenales fetales, se convierte en sulfato de 16α-hidroxidehidroepiandrosterona
(16αOHDHEA-S) en el hígado fetal. Estos esteroides, DHEA-S y 16αOHDHEA-S, se convierten en estrógenos en la placenta, esto es, 17β-estradiol
(E2) y estriol (E3). Cerca del término, la mitad del E2 se deriva de la DHEA-S suprarrenal fetal y la otra mitad de la DHEA-S materna. Por otro lado,
90% del E3 en la placenta proviene de la 16αOHDHEA-S y sólo 10% de otras fuentes.
principal precursor de la síntesis placentaria de estradiol. Hay un de la placentación hemocorioendotelial. En este sistema, los este-
aumento de 10 a 20 tantos en la tasa de depuración metabólica de roides secretados por el sincitiotrofoblasto pueden ingresar direc-
la DHEA-S en mujeres a término en comparación con varones y tamente a la sangre materna. Los esteroides que dejan el sincitio
aquellas no embarazadas (Gant, 1971). Este rápido uso produce no ingresan de forma directa a la sangre fetal. Deben primero
un decremento progresivo de la concentración de DHEA-S plas- atravesar el citotrofoblasto y después ingresar al tejido conjuntivo
mática conforme avanza la gestación (Milewich, 1978). Sin del núcleo de las vellosidades y a continuación los capilares fetales.
embargo, las glándulas suprarrenales maternas no producen canti- De cualesquiera de estos espacios, los esteroides pueden regresar al
dades suficientes de DHEA-S para contribuir con más de una frac- sincitiotrofoblasto. El resultado neto de esta disposición hemoco-
ción de la biosíntesis total de estrógenos placentarios. En términos rial es que hay un ingreso sustancialmente mayor de esteroides a
cuantitativos, las glándulas suprarrenales fetales son la fuente más la circulación materna en comparación con la circulación fetal.
importante de los precursores de estrógenos placentarios en el
embarazo humano. En la figura 5-23 se muestra una representa- INTERACCIONES HORMONALES DE LAS
ción esquemática de las vías de la formación de estrógenos en la GLÁNDULAS SUPRARRENALES EN LA PLACENTA
placenta. Como se observa, los productos estrogénicos liberados
de la placenta dependen del sustrato disponible. Por consiguiente, Desde los puntos de vista morfológico, funcional y fisiológico,
la producción de estrógenos durante el embarazo refleja las inter- las glándulas suprarrenales fetales son órganos notables. Al tér-
acciones únicas entre las glándulas suprarrenales fetales, el hígado mino, las glándulas suprarrenales fetales pesan lo mismo que las
fetal, la placenta y las glándulas suprarrenales maternas. del adulto. Más de 85% de la glándula fetal está constituido por
una zona única, que tiene una gran capacidad de biosíntesis de
Secreción direccional de esteroides esteroides. La producción diaria de esteroides de las glándulas
a partir del sincitiotrofoblasto suprarrenales cerca del término es de 100 a 200 mg/día, que se
Más de 90% del estradiol y el estriol sintetizados en el sincitio- compara con la secreción de esteroides por el adulto en reposo
trofoblasto ingresa al plasma materno como se muestra en el de 30 a 40 mg/día.
cuadro 5-1 (Gurpide, 1966). Ochenta y cinco por ciento o más La zona fetal se pierde en el primer año de vida y no está
de la progesterona placentaria ingresa al plasma materno, con presente en el adulto. Además de ACTH, el crecimiento de la
poca progesterona materna que cruza a la placenta y el feto glándula suprarrenal fetal tiene influencia de factores que secreta
(Gurpide, 1972). la placenta. Esto se ejemplifica por el continuo crecimiento de
El principal motivo para el movimiento direccional de los este- las glándulas fetales durante la gestación, pero su rápida involu-
roides recién formados en la circulación materna es la naturaleza ción inmediatamente después del parto cuando se disipan los
Implantación y desarrollo placentario 109
factores derivados de la placenta. En este capítulo está justifi- síntesis nueva de colesterol por el tejido suprarrenal fetal es en
cado un análisis de las glándulas suprarrenales y el hígado del extremo elevada. No obstante, es insuficiente para los esteroides
feto, dada la dependencia de la función placentaria normal de producidos por estas glándulas. En consecuencia, puede asimi-
las suprarrenales fetales únicas y viceversa. larse colesterol a partir de la circulación fetal. El colesterol plas-
CAPÍTULO 5
mático y sus ésteres están presentes en forma de lipoproteínas de
■ Síntesis placentaria de estriol muy baja densidad (VLDL), LDL y HDL.
Simpson et al. (1979) encontraron que las glándulas fetales
Los productos estrogénicos liberados de la placenta dependen
captan lipoproteínas como fuente de colesterol para la esteroido-
del sustrato disponible en el feto en desarrollo. El estradiol es el
génesis. Las LDL fueron más eficaces, las HDL mucho menos y
principal producto de secreción placentaria estrogénica a tér-
las VLDL carecían de actividad estimulante. Estos investigadores
mino. Además, se encuentran concentraciones significativas de
también valoraron las contribuciones relativas del colesterol de
estriol y estetrol en la circulación materna y aumentan sobre
nueva síntesis y del derivado de la captación de LDL. Asimismo,
todo en etapas avanzadas de la gestación (fig. 5-22). Estas for-
confirmaron que las glándulas suprarrenales fetales dependen en
mas hidroxiladas de estrógenos se producen en la placenta a par-
buena medida de la LDL circulante como fuente de colesterol
tir de sustratos formados por los esfuerzos combinados de la
para una esteroidogénesis óptima (Carr, 1980, 1981b, 1982).
glándula suprarrenal y el hígado fetales.
La mayor parte del colesterol plasmático fetal surge por sínte-
Hay importantes interacciones fetomaternas a través del
sis nueva en el hígado (Carr, 1984). La cifra baja de colesterol de
hígado fetal (fig. 5-23). Las cifras elevadas de 16α-hidroxilasa
LDL en el plasma fetal no es consecuencia de una alteración de
hepática fetal actúan sobre los esteroides derivados de la supra-
la síntesis de LDL por el feto, sino del rápido empleo de LDL
renal. Ryan (1959b) y MacDonald y Siiteri (1965) encontraron
por las glándulas suprarrenales para la esteroidogénesis (Parker,
que los esteroides C19 16α-hidroxilasa, en particular la 16α-hi-
1980, 1983). Como era de esperarse, en el recién nacido anencé-
droxidehidroepiandrosterona (16-OHDHEA), se convierten a
falo con atrofia de las glándulas suprarrenales, la concentración
estriol por acción del tejido placentario. Por consiguiente, el
de colesterol de LDL en el plasma del cordón umbilical es alta.
aumento desproporcionado de formación de estriol durante
el embarazo depende de la síntesis placentaria, en especial a par-
tir de la 16-OHDHEA-S plasmática. Cerca del término, el feto ■ Trastornos fetales que afectan
es la fuente de 90% del estriol placentario y el precursor estetrol la producción de estrógenos
en el embarazo humano normal. Varios trastornos fetales alteran la disponibilidad del sustrato
En consecuencia, la placenta secreta varios estrógenos, inclui- para la síntesis placentaria de esteroides, lo que resalta la inter-
dos estradiol, estrona, estriol y estetrol. Debido a su naturaleza dependencia del desarrollo fetal y la función placentaria.
hemocorial, casi todos los estrógenos de la placenta se liberan a la
circulación materna. El estriol y el estetrol maternos se producen Muerte fetal
casi de manera exclusiva por precursores esteroideos fetales. Por lo La muerte fetal va seguida de una reducción llamativa en la con-
tanto, la concentración de estos esteroides se usó en el pasado centración urinaria de estrógeno. De igual manera, después de la
como índice del bienestar fetal. Sin embargo, la baja sensibilidad ligadura del cordón umbilical mientras el feto y la placenta per-
y especificidad de tales pruebas ha dado lugar a que se descarguen. manecen in situ, la síntesis placentaria de estrógenos disminuye
mucho (Cassmer, 1959). Sin embargo, la síntesis placentaria de
■ Consideraciones enzimáticas progesterona se mantuvo. Se concluyó que con la muerte fetal se
Existe una deficiencia notable en la expresión de la enzima elimina una fuente importante de precursores para la biosíntesis
microsomal 3α-hidroxiesteroide deshidrogenasa, Δ5-4-isomerasa del estrógeno placentario, pero no de la progesterona.
(3βHSD) en las células de la zona fetal de la suprarrenal (Doody,
1990; Rainey, 2001). Esto limita la conversión de pregnenolona Anencefalia fetal
en progesterona y de 17α-hidroxipregnenolona en 17α-hidro- Con la ausencia de la zona fetal de la corteza suprarrenal, como se
xiprogesterona, un paso obligatorio en la biosíntesis de cortisol. observa en la anencefalia, el ritmo de síntesis de estrógeno placen-
No obstante, hay una actividad muy intensa del esteroide sulfo- tario, en particular de estriol, se limita mucho por la menor dis-
transferasa en las glándulas suprarrenales fetales. Como conse- ponibilidad de los precursores esteroides C19. Por lo tanto, casi
cuencia, los productos principales secretores de las glándulas todos los estrógenos producidos en mujeres embarazadas con un
suprarrenales son sulfato de pregnenolona y DHEA-S. En tér- feto anencéfalo surgen por el uso placentario de la DHEA-S
minos comparativos, el cortisol, que posiblemente surge en par- materna plasmática. Más aún, en tales embarazos la producción
ticular de la neocorteza y la zona transicional de las glándulas de estrógenos puede aumentarse con la administración materna
suprarrenales y no de la zona fetal, es un producto de secreción de ACTH y estimula la tasa de secreción de DHEA-S por la glán-
menor hasta etapas avanzadas del embarazo. dula suprarrenal materna. Puesto que la ACTH no cruza la pla-
centa, no hay estimulación suprarrenal fetal. Por último, la pro-
■ Precursor de esteroides suprarrenales fetales ducción de estrógeno placentario disminuye en embarazadas con
El precursor de la esteroidogénesis suprarrenal fetal es el coleste- un feto anencéfalo cuando se administra un glucocorticoide
rol. El ritmo de biosíntesis de esteroides en la glándula fetal es potente a la madre. Esto suprime la secreción de ACTH y por
tan grande que su esteroidogénesis sola es equivalente a 25% del tanto reduce la tasa de secreción de DHEA-S de la corteza supra-
recambio diario total de colesterol de LDL en adultos. Las glán- renal materna (MacDonald, 1965a).
dulas suprarrenales fetales sintetizan colesterol a partir de ace-
tato. Todas las enzimas que intervienen en la biosíntesis de Hipoplasia suprarrenal fetal
colesterol están elevadas en comparación con las de la glándula Ocurre hipoplasia cortical suprarrenal congénita en tal vez uno
suprarrenal del adulto (Rainey, 2001). Por lo tanto, la tasa de de cada 12 500 nacimientos (McCabe, 2001). La producción de
110 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
estrógenos en embarazos con cualquiera de las formas es limi- ■ Trastornos maternos que afectan
tada y sugiere la ausencia de precursores C19. la producción placentaria de estrógenos
Deficiencia de la sulfatasa placentaria fetal Tratamiento con glucocorticoides
SECCIÓN 3
Por lo general, la disponibilidad de prohormonas esteroideas C19 La administración de glucocorticoides a embarazadas induce una
en el plasma fetal y materno regula la formación de estrógenos disminución espectacular de la formación placentaria de estróge-
por la placenta. De modo específico, no existe una reacción enzi- nos. Los glucocorticoides inhiben la secreción de ACTH por las
mática limitante de la velocidad de la reacción en la vía placenta- glándulas hipofisarias materna y fetal. Esto causa la secreción
ria de esteroides C19 a la biosíntesis de estrógenos. Una excepción materna y fetal del precursor de estrógeno placentario DHEA-S.
a esta generalización es la deficiencia de sulfatasa placentaria, que
se vincula con concentraciones muy bajas de estrógenos en emba- Disfunción suprarrenal materna
razos por lo demás normales (France, 1969). La deficiencia de En embarazadas con enfermedad de Addison, las cifras de estró-
sulfatasa impide la hidrólisis de sulfatos esteroideos C19, el primer genos urinarios maternos decrecen (Baulieu, 1956). El decre-
paso enzimático en el uso placentario de estas prehormonas cir- mento afecta sobre todo a estrona y estradiol debido a que la
culantes para la biosíntesis de estrógenos. Esta deficiencia es un contribución suprarrenal fetal a la síntesis de estriol, en particu-
trastorno ligado al cromosoma X y todos los fetos afectados son lar en la última parte del embarazo, es cuantitativamente mucho
masculinos. Se calcula que su frecuencia es de 1 en 2 000 a 5 000 más importante.
nacimientos y se vincula con un inicio tardío del trabajo de parto.
También se relaciona con la aparición de ictiosis en los varones Tumores maternos productores
afectados en etapas más avanzadas de la vida (Bradshaw, 1986). de andrógenos ováricos
La extraordinaria eficacia de la placenta en la aromatización de
Deficiencia de aromatasa fetal y placentaria esteroides C19 puede ejemplificarse por dos consideraciones. En
Existen unos cuantos ejemplos bien documentados de deficien- primer término, Edman et al. (1981) encontraron que virtual-
cia de aromatasa (Grumbach, 2011; Simpson, 2000). La mente toda la androstenediona que ingresaba al espacio interve-
DHEA-S suprarrenal fetal, que se produce en grandes cantida- lloso era captada por el sincitiotrofoblasto y convertida en estra-
des, se convierte en la placenta en androstenediona, pero en diol, y nada de este esteroide C19 ingresaba al feto. En segundo
casos de deficiencia de aromatasa placentaria, la androstene- término, es raro que un feto femenino se virilice cuando hay un
diona no puede convertirse en estradiol. Más bien, se liberan tumor ovárico secretor de andrógenos materno. La placenta
metabolitos androgénicos de la DHEA producidos en la pla- convierte de manera efectiva los esteroides C19 aromatizables,
centa que incluyen androstenediona y algo de testosterona hacia incluida la testosterona, en estrógenos, lo que impide el paso
la circulación materna o fetal, o ambas, lo que ocasiona viriliza- transplacentario. En realidad, los fetos femeninos virilizados de
ción de la madre y el feto femenino (Belgorosky, 2009; Harada, mujeres con un tumor productor de andrógenos pueden ser
1992; Shozu, 1991). casos en los que la neoplasia produce un andrógeno esteroide
C19 no aromatizable, como la 5α-dihidrotestosterona. Otra
Trisomía 21: síndrome de Down explicación es que la testosterona se produce en una etapa inicial
La detección sérica materna en el segundo trimestre de concen- del embarazo en cantidades que rebasan la capacidad aromatasa
traciones anormales de hCG, fetoproteína α y otros analitos se de la placenta en ese momento.
ha vuelto universal (cap. 14, pág. 290). Como resultado, se des-
cubrió que las concentraciones séricas de estriol no conjugado Enfermedad trofoblástica gestacional
eran bajas en mujeres con fetos afectados por el síndrome de Con la mola hidatiforme completa o el coriocarcinoma, no hay
Down (Benn, 2002). El posible motivo de ello es una formación fuente fetal de esteroides C19 precursores para la biosíntesis de
inadecuada de esteroides C19 en las glándulas suprarrenales de esteroides por el trofoblasto. En consecuencia, la síntesis placen-
esos fetos trisómicos. taria de estrógenos se limita al uso de los esteroides C19 presen-
tes en el plasma materno y, por lo tanto, el estradiol es el que se
Deficiencia de la biosíntesis produce en particular (MacDonald, 1964, 1966). Se observa
de colesterol de LDL fetal una gran variación en las tasas de síntesis de estradiol y proges-
Se ha descrito un embarazo exitoso en una mujer con deficiencia terona en los embarazos molares.
de β-lipoproteína (Parker, 1986). La ausencia de LDL en el
suero materno restringió la síntesis de progesterona en el cuerpo
amarillo y la placenta. Además, las concentraciones de estriol BIBLIOGRAFÍA
eran menores de lo normal. En apariencia, la producción dismi-
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116
CAPÍTULO 6
Anomalías placentarias
EXAMEN HISTOPATOLÓGICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 secuencias en el recién nacido a corto y largo plazos, la decisión
de solicitar el examen patológico se debe basar en los hallazgos
PLACENTA NORMAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116 clínicos y placentarios (Redline, 2008; Roberts, 2008). En el
cuadro 6-1 se enumeran las indicaciones utilizadas en el Parkland
ANOMALÍAS DE LA PLACENTA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Hospital para enviar la placenta al servicio de patología.
Forma y tamaño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
CAPÍTULO 6
Aloinmunización anti-CDE
Cesárea e histerectomía
Complicaciones inexplicables o recurrentes durante el
embarazo
Desprendimiento prematuro de placenta
Enfermedades sistémicas con efectos conocidos
Hemorragia inexplicable del tercer trimestre del embarazo
Infección o fiebre periparto
Infección prenatal con riesgo fetal
Meconio espeso o viscoso
Oligohidramnios o hidramnios
Parto postérmino A
Parto prematuro
Sospecha de lesión placentaria
Traumatismo grave
Indicaciones placentarias
B
Cordón umbilical al término <32 cm o >100 cm
Forma o tamaño de la placenta muy anormal FIGURA 6-1. Lóbulo succenturiato. A. Los vasos se extienden del
Inserción marginal o velamentosa del cordón umbilical disco placentario principal para irrigar al lóbulo succenturiato redondo
Lesiones del cordón umbilical pequeño ubicado debajo de éste (fotografía proporcionada por el Dr.
Jaya George). B. Imagen ecográfica con Doppler de color que muestra
Lesiones macroscópicas
el disco placentario principal implantado en la zona posterior (aste-
Placenta muy adherida risco). El lóbulo succenturiato se ubica en la pared uterina anterior
a
frente a la cavidad amniótica. Los vasos son las estructuras tubulares
Las indicaciones se ordenaron alfabéticamente. largas de color rojo y azul que viajan dentro de las membranas para
conectar a ambas porciones de la placenta.
crecimiento fetal (Faye-Petersen, 2006). En la placenta fenes- formado por un doble pliegue de corion y amnios. En la ecogra-
trada, falta la porción central del disco placentario. En algunos fía, el pliegue doble se observa como banda gruesa y lineal de
casos incluso hay un agujero en la placenta, pero por lo general ecos que se extiende de un borde placentario al otro. En el corte
el defecto abarca sólo el tejido velloso, y la placa coriónica per- transversal parece “repisa”. Esto tiene importancia clínica por-
SECCIÓN 3
manece íntegra. En la clínica a veces conduce a buscar errónea- que su ubicación ayuda a distinguir a esta repisa de una banda
mente un cotiledón placentario retenido. amniótica o una hoja amniótica, que se describe más adelante.
Durante el embarazo, el espesor de la placenta normal crece En la clínica, la mayor parte de los embarazos con una pla-
a una velocidad de 1 mm semanal. Aunque no se mide como centa extracoriónica tiene resultados normales. En los estudios
parte del estudio ecográfico sistemático, este espesor no suele de observación donde el diagnóstico se estableció por medio de
exceder los 40 mm (Hoddick, 1985). El término placentomega- un examen placentario, la placenta circunvalada se acompañó
lia define a las placentas que miden más de 40 mm de espesor y de un mayor riesgo de hemorragia previa al parto y parto prema-
casi siempre son resultado de un crecimiento velloso excesivo. turo (Lademacher, 1981; Suzuki, 2008a). Sin embargo, en una
Éste puede ser secundario a diabetes materna, anemia materna investigación ecográfica prospectiva, Shen et al. (2007a) encon-
pronunciada, hidropesía fetal o infección fetal causada por sífi- traron una placenta circunvalada, descrita como “repisa placen-
lis, toxoplasmosis o citomegalovirus. Con menos frecuencia las taria”, en más del 10% de los embarazos al principio del segundo
vellosidades están crecidas y edematosas, y hay partes fetales, trimestre. Es importante señalar que éstas fueron transitorias y
como sucede en los casos de mola parcial o mola completa que benignas.
coexiste con un gemelo sano (cap. 20, pág. 398). Asimismo, se
observan vesículas quísticas en la displasia mesenquimatosa pla-
centaria. Las vesículas en esta enfermedad poco frecuente corres- ■ Placenta acreta, increta y percreta
ponden a vellosidades troncales hipertróficas, pero a diferencia Estas anomalías placentarias, de importancia clínica, se forman
del embarazo molar, no hay proliferación excesiva del trofo- cuando el trofoblasto invade el miometrio a distintas profundi-
blasto (Woo, 2011). También en algunos casos, en lugar de dades y ocasiona una adhesión anormal. Son mucho más proba-
hipertrofia vellosa, la placentomegalia es resultado de la acumu- bles cuando hay placenta previa o cuando la placenta se implanta
lación de sangre o fibrina. Algunos ejemplos de éstos que se sobre una incisión o perforación uterina previa. Como se descri-
describirán mejor en la página 119 son el depósito perivelloso birá en el capítulo 41 (pág. 804), una complicación frecuente es
masivo de fibrina, la trombosis intervellosa o subcoriónica y los la hemorragia abundante.
hematomas retroplacentarios grandes.
■ Alteraciones circulatorias
■ Placentación extracoriónica Éstas constituyen síndromes de importancia clínica y, en la ma-
En condiciones normales, la placa coriónica se extiende hasta la yor parte de los casos, la placenta es el órgano blanco de la enfer-
periferia de la placenta y tiene un diámetro similar al de la placa medad materna. En términos funcionales, las alteraciones de la
basal. Sin embargo, con la placentación extracoriónica, la placa co- perfusión placentaria se agrupan en: 1) aquellas en las que se
riónica no se extiende hasta esta periferia y genera una placa altera la circulación materna hacia el espacio intervelloso o den-
coriónica que es más pequeña que la placa basal (fig. 6-2). En tro del mismo y 2) aquellas con alteraciones de la circulación
una placenta circunmarginada, yace fibrina y una hemorragia fetal a través de las vellosidades. Estas lesiones a menudo se iden-
antigua entre la placenta y el amnios-corion que la cubre. Por el tifican en la placenta madura normal. Si bien pueden limitar la
contrario, en la placenta circunvalada el corion periférico cons- irrigación placentaria máxima, la reserva funcional placentaria
tituye un borde circular de color blanco grisáceo, opaco y grueso previene el daño en la mayor parte de los casos. De hecho, se
Circunmarginada Circunvalada
Doble pliegue de
amnios y corion
Amnios
Corion
Placenta
Depósito Depósito
de fibrina de fibrina
Miometrio
A B Placenta
FIGURA 6-2. A. En esta ilustración se muestran las variaciones circunmarginada (izquierda) y circunvalada (derecha) de placentación extracorió-
nica. La placenta circunmarginada se encuentra cubierta por una sola capa de amniocorion. B. Esta imagen ecográfica transabdominal en escala
de grises muestra una placenta circunvalada. El pliegue doble de amnios y corion crea un anillo ancho y de color blanco opaco y un borde en la
superficie fetal.
Anomalías placentarias 119
calcula que es posible perder hasta 30% de las vellosidades pla- veces recurren en los embarazos posteriores. Su etiopatogenia se
centarias sin efectos nocivos para el feto (Fox, 2007). Sin desconoce, pero algunos casos se acompañan de anticoagulante
embargo, cuando son extensas, estas lesiones limitan profunda- de lupus (Sebire, 2002, 2003). Aunque todavía no se resuelve,
mente el crecimiento fetal. otros casos se asocian a trombofilias maternas (Gogia, 2008;
CAPÍTULO 6
Las lesiones placentarias que provocan una perfusión anor- Katz, 2002). Estas lesiones no se observan de manera confiable
mal se observan frecuentemente a simple vista o en la ecografía, en la ecografía prenatal, pero producen una placa basal más
en tanto que las lesiones más pequeñas se observan sólo en el gruesa.
examen microscópico. En la ecografía muchas de estas lesiones, Trombos intervellosos. Se trata de una acumulación de san-
como el depósito subcoriónico de fibrina, el depósito perive- gre materna coagulada que normalmente se encuentra en el
lloso de fibrina y la trombosis intervellosa, aparecen como zonas espacio intervelloso mezclada con sangre fetal proveniente de
ecolúcidas focales en el interior de la placenta. Es importante una vellosidad rota. A simple vista, estas acumulaciones de
señalar que en ausencia de complicaciones maternas o fetales, las forma redonda u ovalada son de tamaño variable y miden hasta
zonas ecolúcidas placentarias se consideran hallazgos fortuitos. varios centímetros. Las recientes son de color rojo y las más anti-
guas son de color amarillo blancuzco; se forman a cualquier pro-
Alteraciones de la circulación materna fundidad placentaria. Los trombos intervellosos son frecuentes
Depósito subcoriónico de fibrina. Lo ocasiona la circulación y no suelen acompañarse de secuelas fetales adversas. Puesto que
materna lenta dentro del espacio intervelloso, que provoca el hay posibilidades de comunicación entre la circulación materna
depósito posterior de fibrina. La estasis sanguínea se presenta de y la fetal, pueden provocar aumento de la alfafetoproteína sérica
manera específica en el área subcoriónica, y las lesiones que se materna (Salafia, 1988).
forman suelen observarse como placas firmes de color amarillo Infartos. Las vellosidades coriónicas reciben oxígeno sólo de la
o blanco en la superficie fetal. circulación materna que llega al espacio intervelloso. Cualquier
Depósito perivelloso de fibrina. La estasis de sangre materna enfermedad uteroplacentaria que disminuya u obstruya esta irri-
alrededor de una vellosidad tiene como resultado el depósito de gación provoca el infarto de una vellosidad. Esta lesión es fre-
fibrina, que reduce la oxigenación vellosa y provoca necrosis del cuente en las placentas maduras y es benigna siempre y cuando
sincitiotrofoblasto (fig. 6-3). Dentro de determinados límites, su número sea limitado. Cuando son numerosos puede haber
estos nódulos placentarios de color amarillo blancuzco que son insuficiencia placentaria. Si éstos son gruesos, centrales y de dis-
pequeños pero se observan a simple vista, se consideran parte tribución aleatoria, se acompañan de preeclampsia o anticoagu-
normal del envejecimiento placentario. lante de lupus.
Infarto del piso materno. Esta variante extrema del depósito Hematoma. Algunas veces la unidad madre-placenta-feto pro-
perivelloso de fibrinoide es una capa densa de fibrinoide en el duce distintos tipos de hematoma, como se muestra en la figura
interior de la placa basal placentaria y se denomina, de manera 6-3. Éstos comprenden: 1) hematoma retroplacentario (entre la
errónea, infarto. La lesión tiene una superficie gruesa, blanca, placenta y su decidua adyacente); 2) hematoma marginal (entre
firme y corrugada que impide la circulación normal de sangre el corion y la decidua en la periferia placentaria) que se conoce
materna al espacio intervelloso. Estas lesiones provocan abortos, en términos clínicos como hemorragia subcoriónica; 3) trombo-
retraso del crecimiento fetal, parto prematuro y muerte fetal sis subcoriónica (también conocida como mola de Breus) a lo
(Andres, 1990; Mandsager, 1994). Estos resultados adversos a largo del techo del espacio intervelloso y por debajo de la placa
Hematoma
marginal
Depósito
perivelloso
de fibrina
Hematoma
Infarto del piso
retroplacentario
materno
FIGURA 6-3. Ubicaciones potenciales de alteraciones circulatorias placentarias maternas y fetales (Adaptada de Faye-Petersen, 2006.)
120 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
líquido con forma de luna creciente que es hiperecoica o isoecoica mann, 2003). En algunos casos, se eleva la alfafetoproteína
durante la primera semana luego de la hemorragia, hipoecoi- sérica materna (MSAFP) con estos tumores, lo que constituye
ca entre una y dos semanas después y, por último, anecoica des- un hallazgo importante para el diagnóstico, como se describe en
pués de dos semanas. La mayor parte de los hematomas subcorió- el capítulo 14 (pág. 285). Su aspecto ecográfico característico es
nicos que se observa en la ecografía es relativamente pequeño y sin el de una lesión circunscrita, redonda y básicamente hipoecoica
consecuencias clínicas. Las acumulaciones retroplacentarias, mar- cerca de la superficie coriónica que penetra en la cavidad amnió-
ginales y subcoriónicas extensas conllevan una mayor tasa de tica. Como se muestra en la figura 6-4, si se demuestra una
abortos, desprendimiento prematuro de placenta, restricción del mayor circulación con Doppler de color, se puede distinguir
crecimiento fetal, trabajo de parto prematuro y placenta adhe-
rente (Ball, 1996; Madu, 2006; Nagy, 2003). En esencia, el des-
prendimiento prematuro de placenta es un hematoma retropla-
centario grande de importancia clínica (cap. 41, pág. 793).
■ Calcificación placentaria
Muchas veces se depositan sales de calcio en la placenta y son
más frecuentes en la placa basal. La calcificación se acumula con
el avance de la gestación y tiene cierta relación con la nulipari-
dad, el tabaquismo, el estado socioeconómico más alto y el
aumento de la concentración sérica de calcio en la madre (Fox,
2007). Las calcificaciones se observan fácilmente en la ecografía,
y Grannum et al. (1979) crearon una escala de 0 a 3 que refleja
el incremento de la calcificación. Sin embargo, este criterio de
clasificación no pronostica el resultado neonatal (Hill, 1983;
McKenna, 2005; Montan, 1986; Sau, 2004).
B
entre estas lesiones y otros tumores placentarios como hemato- como se describe en el capítulo 42 (pág. 838). En algunos casos,
mas, mola hidatiforme parcial, metástasis de un teratoma y leio- la infección macroscópica se caracteriza por membranas turbias
miomas (Prapas, 2000). y algunas veces se acompaña de un olor fétido que depende de
Los coriangiomas pequeños suelen ser asintomáticos. Los la especie de la bacteria causal.
CAPÍTULO 6
tumores grandes, por lo general los que miden >5 cm, se acom-
pañan de derivaciones arteriovenosas en la placenta las cuales
provocan anemia e hidropesía fetal. Otras complicaciones de los ■ Otras anomalías de las membranas
tumores grandes son hemorragia, parto prematuro, anomalías El amnios nodoso se caracteriza por la presencia de numerosos
del líquido amniótico y restricción del crecimiento fetal (Sepul- nódulos de color marrón claro en el amnios sobre la placa corió-
veda 2003a; Zalel, 2002). Por eso, algunos tratan los tumores nica. Se pueden raspar de la superficie fetal y contienen depósi-
grandes por medio de la obstrucción o ablación vascular para tos de escamas fetales y fibrina que reflejan un oligohidramnios
bloquear la irrigación excesiva (Lau, 2003; Nicolini, 1999; prolongado y pronunciado (Adeniran, 2007).
Quintero, 1996; Sepulveda, 2009). Hay cuando menos dos estructuras como bandas que forman
las membranas fetales. La secuencia por bandas amnióticas es
Metástasis placentarias una sucesión de alteraciones anatómicas del feto producidas por
Las neoplasias malignas rara vez envían metástasis a la placenta. bandas de amnios que atrapan estructuras fetales e impiden su
De las que lo hacen, las más frecuentes son los melanomas, leu- crecimiento y desarrollo. La teoría aceptada de manera generali-
cemias, linfomas y cáncer mamario (Al-Adnani, 2007a). Las zada en cuanto a su causa es que la rotura precoz del amnios tiene
células tumorales por lo general se confinan al espacio interve- como resultado la adhesión de una parte del feto al corion “pega-
lloso. Por lo tanto, las metástasis al feto son raras y se observan joso” (Torpin, 1965). Las bandas amnióticas por lo general abar-
sobre todo con el melanoma (Alexander, 2003; Altman, 2003). can las extremidades y generan defectos de reducción de los
Esto se describe con mayor detalle en el capítulo 63 (pág. 1233). miembros y otras deformidades más sutiles. En ocasiones alteran
otras estructuras fetales como el cráneo, y provocan encefalocele.
Por el contrario, la hoja amniótica se forma cuando el amnio-
ANOMALÍAS DE LAS MEMBRANAS corion normal cubre una sinequia uterina preexistente. Por lo
general estas hojas conllevan muy poco riesgo fetal, pero en
Hay unas cuantas anomalías de las membranas fetales que se fecha reciente se describió una frecuencia un poco mayor de
acompañan de resultados adversos. rotura prematura de membranas y desprendimiento prematuro
de placenta (Tuuli, 2012).
■ Tinción meconial
Es frecuente que el feto expulse meconio antes del trabajo de ANOMALÍAS DEL CORDÓN UMBILICAL
parto o durante éste, lo que sucede en 12 a 20% de los casos
(Ghidini, 2001; Oyelese, 2006; Tran, 2004). Es importante ■ Longitud
señalar que la tinción de líquido amniótico se puede observar La mayoría de los cordones umbilicales mide entre 40 y 70 cm
desde las primeras 3 h, pero es imposible calcular con exactitud de longitud y muy pocos miden menos de 32 cm o más de 100
cuándo fue expulsado (Benirschke, 2012). Este tema y sus con- cm. El volumen de líquido amniótico y la morbilidad fetal
secuencias se describen con detalle en el capítulo 33 (pág. 637). influyen positivamente sobre la longitud del cordón. Los cordo-
nes cortos se acompañan de retraso del crecimiento fetal, mal-
formaciones congénitas, sufrimiento durante el parto y un
■ Corioamnionitis riesgo dos veces mayor de muerte (Berg, 1995; Krakowiak,
Algunas veces la flora normal del aparato genital coloniza e 2004). Los cordones excesivamente largos tienen más probabili-
infecta las membranas, el cordón umbilical y, finalmente, al dad de enredarse o prolapsarse y mayor frecuencia de anomalías
feto. Las bacterias por lo general ascienden después de una fetales, acidemia y muerte.
rotura prolongada de membranas y durante el trabajo de parto Puesto que medir el cordón umbilical antes del parto plantea
y provocan una infección. Al principio los microorganismos ciertas dificultades técnicas, se ha utilizado el diámetro del cor-
infectan el corion y la decidua adyacente en el área que cubre el dón como indicador predictivo del resultado fetal. Algunos
orificio interno. Después, avanzan hasta abarcar el espesor com- autores han asociado los cordones delgados a un crecimiento
pleto de las membranas (corioamnionitis). Los microorganis- fetal deficiente y un cordón de diámetro grande con macroso-
mos a continuación se diseminan por la superficie corioamnió- mía. Sin embargo, la utilidad clínica de este parámetro aún se
tica hasta colonizar el líquido amniótico, donde se multiplican. desconoce (Barbieri, 2008; Cromi, 2007; Raio, 1999, 2003).
Más tarde se inflaman la placa coriónica y el cordón umbilical
(funisitis) (Al-Adnani, 2007b; Goldenberg, 2000; Redline,
2006). ■ Espirales
El feto también se infecta por diseminación hematógena de A pesar de que ya se han informado las características de la espi-
una bacteremia en la madre, pero es más probable por aspira- ral del cordón, no forman parte de la ecografía tradicional (Pre-
ción, deglución o algún otro contacto directo con el líquido danic, 2005a). Por lo general los vasos umbilicales forman una
amniótico infectado. La más frecuente es la corioamnionitis espiral siniestra, es decir, hacia la izquierda, a lo largo del cordón
microscópica u oculta, producida por gran variedad de microor- (Lacro, 1987). El número de espirales completas por centímetro
ganismos. A menudo es citada como explicación posible de mu- de longitud del cordón se denomina índice de espiral umbilical
chos casos, que no podrían explicarse de otra manera, de rotura (Strong, 1994). En la ecografía, un índice normal antes del
prematura de membranas, trabajo de parto prematuro o ambos, parto es de 0.4, que contrasta con el valor normal de 0.2 deri-
122 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
vado de la medida real después del parto (Sebire, 2007). En la cuencia de inserción marginal o velamentosa del cordón, pero
clínica, la hipoespiral se ha relacionado con muerte fetal, en sin anomalías fetales congénitas (Fujikura, 2003).
tanto que la hiperespiral con retraso del crecimiento fetal y aci-
dosis fetal durante el parto. Ambas se han mencionado en casos
■ Vestigios y quistes
SECCIÓN 3
de fetos con trisomía y con una sola arteria umbilical (de Laat,
2006, 2007; Predanic, 2005b). Durante el desarrollo fetal, el cordón umbilical aloja una serie
de estructuras, cuyos vestigios se observan en ocasiones en un
corte transversal del cordón maduro. Recuerde que los embrio-
■ Número de vasos nes en las primeras fases tienen dos venas umbilicales y, por lo
En ocasiones se altera la disposición habitual de dos arterias de tanto, es posible observar un vestigio de una vena umbilical con
paredes gruesas y una vena umbilical delgada pero más grande. La una inspección minuciosa. De hecho, Jauniaux et al. (1989) sec-
aberración más frecuente es la de una sola arteria umbilical, con cionaron mil cordones y en 25% de las muestras observaron
una frecuencia aproximada de 0.63% en recién nacidos vivos, vestigios del conducto vitelino, conducto alantoides y vasos
1.92% en muertes perinatales y 3% en gemelos (Heifetz, 1984). embrionarios. No se acompañaron de malformaciones congéni-
El número de vasos del cordón forma parte del examen eco- tas ni complicaciones perinatales.
gráfico prenatal tradicional (fig. 6-5). La identificación de una En ocasiones también se observan quistes a lo largo del cor-
sola arteria umbilical obliga a que se considere la posibilidad de dón. Se les llama según su origen. Los quistes verdaderos son
una ecografía dirigida y quizá una ecocardiografía fetal. Como vestigios revestidos de epitelio de los conductos alantoides o
hallazgo aislado en un embarazo de bajo riesgo sin anomalías vitelino y tienden a ubicarse más cerca de la inserción fetal. Por
fetales evidentes, no aumenta de manera significativa el riesgo el contrario, los seudoquistes más frecuentes se forman por la
de aneuploidia fetal. Sin embargo, los fetos con malformaciones degeneración local de la jalea de Wharton y se forman en cual-
mayores a menudo poseen una sola arteria umbilical. Cuando se quier sitio a lo largo del cordón. Su aspecto ecográfico es similar.
observa en un feto anómalo, el riesgo de aneuploidia aumenta Los quistes únicos del cordón umbilical que se identifican
en forma considerable y se recomienda una amniocentesis durante el primer trimestre tienden a desaparecer por completo,
(Dagklis, 2010; Lubusky, 2007). Las anomalías que se describen pero los quistes múltiples muchas veces pronostican un aborto o
con más frecuencia son cardiovasculares y genitourinarias. En aneuploidia (Ghezzi, 2003; Gilboa, 2011). Los quistes que per-
algunos estudios se ha asociado una arteria única a retraso del sisten aumentan el riesgo de padecer defectos estructurales y
crecimiento intrauterino, pero no en todos (Cherry-John, 2010; anomalías cromosómicas (Bonilla, 2010; Zangen, 2010).
Hua, 2010; Murphy-Kaulbeck, 2010; Predanic, 2005c).
Una anomalía rara es la de la arteria umbilical fusionada con
luz compartida. Aparece cuando las dos arterias no se separan ■ Inserción
durante el desarrollo embrionario. La luz común se extiende en El cordón normalmente se inserta en el centro del disco placen-
ocasiones por todo el cordón, pero cuando es parcial casi siem- tario, pero también se puede insertar en forma excéntrica, margi-
pre se observa en el sitio de la inserción placentaria (Yamada, nal o velamentosa. Las dos últimas tienen importancia clínica
2005). En una publicación, ésta se acompañaba de mayor fre- porque durante el trabajo de parto y el parto el cordón se puede
arrancar. De éstas, la inserción marginal es una variante frecuente.
Se le denomina a veces placenta en “raqueta de badmington” y
el cordón se fija al margen placentario. Es más frecuente en el
embarazo con fetos múltiples, sobre todo en los que fueron con-
cebidos con tecnología de reproducción asistida, y algunas veces
se acompañan de discordancia de peso (Delbaere, 2007; Kent,
2011). Esta variación frecuente de la inserción rara vez genera
problemas, pero algunas veces provoca que se jale y se arranque el
cordón durante el alumbramiento de la placenta (Liu, 2002).
La inserción velamentosa es otra variación de gran importan-
cia clínica. Los vasos umbilicales suelen extenderse en el interior
de las membranas a cierta distancia del margen placentario, al
que llegan rodeados sólo por un pliegue de amnios (fig. 6-6).
Como resultado, los vasos son propensos a la compresión, que
genera hipoperfusión fetal y acidemia. La frecuencia de inser-
ción velamentosa es de cerca del 1%, pero se observa principal-
mente cuando hay placenta previa y en embarazos múltiples
(Feldman, 2002; Fox, 2007; Papinniemi, 2007). Cuando se
FIGURA 6-5. Con la ecografía se demuestran las dos arterias umbili- detecta durante la ecografía prenatal, los vasos del cordón en la
cales típicas del segundo trimestre. Rodean a la vejiga fetal (aste- inserción velamentosa se observan a lo largo de la pared uterina
risco) en forma de extensiones de las arterias vesicales superiores. En antes de penetrar en el disco placentario.
esta imagen ecográfica con Doppler de color se observa una sola Por último, con la inserción furcada, que se observa muy
arteria umbilical en color rojo que viaja por la pared vesical antes de
unirse a la vena umbilical (azul) en el cordón umbilical. Debajo de
pocas veces, la topografía de la conexión del cordón umbilical al
ésta se pueden ver dos vasos del cordón umbilical en forma de un disco placentario es central, pero los vasos umbilicales pierden
círculo grande rojo y otro pequeño azul y también flotan en corte su gelatina de Wharton protectora poco después de su inser-
transversal de un segmento del cordón umbilical. ción. Como resultado, se encuentran cubiertos sólo por una
Anomalías placentarias 123
CAPÍTULO 6
A B
FIGURA 6-6. Inserción velamentosa del cordón umbilical. A. El cordón umbilical se inserta en las membranas. Desde aquí, los vasos del cordón
forman ramas y reciben sólo el apoyo de las membranas hasta que alcanzan el disco placentario. B. En la ecografía con Doppler de color, los
vasos del cordón al parecer yacen sobre el miometrio cuando viajan para insertarse en forma marginal en el disco placentario, que yace en la
parte superior de esta imagen.
capa de amnios y son propensos a la compresión, el torcimiento cuando la hemorragia es menos abundante, se puede distinguir
y la trombosis. entre hemorragia fetal y materna. Se utilizan diversas pruebas y
cada una depende del incremento característico de la resistencia
La vasa previa de la hemoglobina fetal a la desnaturalización con reactivos alca-
Se trata de una variación especialmente peligrosa de inserción linos o ácidos (Lindqvist, 2007; Oyelese, 1999).
velamentosa donde los vasos dentro de las membranas yacen
sobre el orificio cervical. Existe la posibilidad de que los vasos se ■ Nudos, estenosis y asas
interpongan entre el cuello uterino y la presentación fetal. Por lo
Diversas anomalías tanto mecánicas como vasculares impiden la
tanto, se pueden comprimir e incluso lacerar o arrancar y provo-
circulación sanguínea del cordón umbilical al feto o viceversa y
car exsanguinación fetal rápida. La vasa previa es rara y Lee et al.
algunas veces lo dañan. Los nudos verdaderos se producen por
(2000) identificaron una en 5 200 embarazos. Algunos factores de
los movimientos del feto y se observan en cerca del 1% de los
riesgo son las placentas bilobuladas y succenturiatas, así como la
nacimientos. Son muy frecuentes y peligrosos en los gemelos
placenta previa del segundo trimestre con o sin migración ulterior
monoamnióticos como se describe en el capítulo 45 (pág. 901).
(Baulies, 2007; Suzuki, 2008b). También aumenta en los embara-
Cuando un nudo verdadero se acompaña de un feto único, el
zos concebidos por fecundación in vitro (Schachter, 2003).
riesgo de muerte fetal es de cuatro a 10 veces mayor (Airas,
Puesto que el diagnóstico prenatal ha mejorado mucho la
supervivencia perinatal en comparación con el diagnóstico
durante el parto, lo ideal es diagnosticarla lo antes posible (Oye-
lese, 2004). Por desgracia, esto no siempre es posible. En la clí-
nica, algunos médicos pueden palpar o ver directamente un vaso
fetal en las membranas que cubren la presentación. Con la eco-
grafía transvaginal es posible observar los vasos del cordón umbi-
lical insertados en las membranas (en lugar de hacerlo de manera
directa en la placenta) y los vasos que viajan sobre el orificio cer-
vical interno (fig. 6-7). El Doppler de color sistemático del sitio
de inserción del cordón umbilical en la placenta, sobre todo en
caso de placenta previa o de placenta baja, ayuda a su detección.
Una vez que se identifica la vasa previa, se programa la cesá-
rea. Al parecer el reposo en cama no ofrece ventajas. Robinson
y Grobman (2011) llevaron a cabo un análisis de decisiones y
recomiendan la cesárea electiva a las 34 a 35 semanas para equi-
librar el riesgo entre exsanguinación perinatal y morbilidad de
un parto prematuro. Durante la cesárea, el recién nacido se
extrae rápidamente después de realizar la incisión de histeroto-
mía en caso de lacerar un vaso al penetrar en el útero.
FIGURA 6-7. Vasa previa. Con el Doppler de color, se observa un
En caso de una hemorragia inexplicable antes o durante el vaso umbilical (círculo rojo) sobre el orificio interno. En la parte infe-
parto, se debe descartar la posibilidad de vasa previa con lacera- rior, las ondas del Doppler observadas en esta vasa previa muestran
ción de un vaso fetal. En muchos casos la hemorragia es rápida- el aspecto típico de una arteria umbilical, con un pulso de 141 latidos
mente letal y no es posible salvar al recién nacido. Sin embargo, por minuto.
124 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
2002; Sørnes, 2000). Los trazos anormales de la frecuencia car- Mankuta, 2011). Las complicaciones comprenden rotura o
diaca fetal son más frecuentes durante el trabajo de parto. Sin trombosis, compresión de la arteria umbilical e insuficiencia
embargo, la tasa de cesáreas no es mayor y las cifras acidobásicas cardiaca fetal por una mayor precarga (Mulch, 2006). Se observa
en sangre del cordón son normales (Airas, 2002; Maher, 1996). durante la ecografía como dilatación quística de la vena umbili-
SECCIÓN 3
Los nudos falsos carecen de importancia clínica y su aspecto es cal. La continuidad de la varice con una porción de calibre nor-
el de una protuberancia que sale de la superficie del cordón mal de la vena umbilical se confirma por medio de un Doppler
umbilical. Se trata de redundancias focales de un vaso o gelatina de color.
de Wharton. El aneurisma de la arteria umbilical es raro y secundario al
Una estenosis del cordón umbilical es la reducción focal de adelgazamiento congénito de las paredes vasculares con dismi-
su diámetro, por lo general cerca de la inserción del cordón en nución del soporte que proporciona la gelatina de Wharton. De
el feto (Peng, 2006). Las características patológicas de las este- hecho, la mayor parte se forma cerca de la inserción placentaria
nosis son ausencia de gelatina de Wharton y estenosis u oblite- del cordón umbilical, donde no existe soporte. Se acompaña de
ración de los vasos del cordón en el segmento estrecho (Sun, una sola arteria umbilical, trisomía 18, anomalías del volumen
1995). En la mayor parte de los casos hay muerte fetal (French, del líquido amniótico, retraso del crecimiento fetal y muerte
2005). Todavía más rara es la estenosis del cordón causada por fetal (Hill, 2010; Weber, 2007). Cuando menos en teoría, estos
una banda amniótica. aneurismas provocan daño y muerte fetales porque comprimen
Las asas del cordón umbilical son frecuentes y son produci- la vena umbilical. El aspecto de estos aneurismas es el de un
das por el espiral alrededor de diversas partes fetales durante los quiste con borde hiperecoico. Dentro del aneurisma, el Doppler
movimientos. Como es de esperarse, son más frecuentes cuando de flujo con color y el Doppler espectral demuestran reducción
el cordón es largo. El cordón alrededor del cuello (cordón nucal) de la velocidad o un flujo turbulento no pulsátil (Olog, 2011;
es muy frecuente. Se encuentra un asa en 20 a 34% de los par- Sepulveda 2003b; Shen, 2007b).
tos; dos asas en 2.5 a 5%, y tres asas en 0.2 a 0.5% (Kan, 1957;
Sørnes, 1995; Spellacy, 1966). Durante el trabajo de parto estas
asas provocan en ocasiones desaceleración de la frecuencia car- BIBLIOGRAFÍA
diaca fetal, que persiste durante una contracción. Hasta 20% de Adeniran AJ, Stanek J: Amnion nodosum revisited: clinicopathologic and pla-
los fetos con cordón nucal exhibe desaceleraciones moderadas o cental correlations. Arch Pathol Lab Med 131:1829, 2007
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Es poco frecuente y casi siempre se asocia a una presentación pregnancy: risk of transplacental metastases in the infant. J Clin Oncol 21:
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Las trombosis de los vasos del cordón umbilical son aconte- 2010
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es de tipo venoso y arterial y 10% es de tipo arterial (Heifetz, Gynecol 33(3):282, 2009
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127
CAPÍTULO 7
Embriogénesis y desarrollo
morfológico fetal
DEFINICIONES DIVERSAS DE LA EDAD GESTACIONAL . . 127 Los obstetras calculan a menudo la edad gestacional con res-
pecto a la menstrual. En promedio, transcurren casi 280 días o 40
CRECIMIENTO Y DESARROLLO EMBRIOFETALES . . . . . . . 127 semanas entre el primer día del último periodo menstrual y el
nacimiento. Corresponde a 9.33 meses del calendario. Un cálculo
FISIOLOGÍA PLACENTARIA Y DESARROLLO FETAL . . . . . 131
rápido de la fecha esperada del parto con base en el ciclo mens-
NUTRICIÓN FETAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 trual se efectúa como sigue: se agregan siete días al primero del
último periodo menstrual y se restan tres meses. Por ejemplo, si el
DESARROLLO DEL SISTEMA ORGÁNICO FETAL . . . . . . . . 135 primer día de la última menstruación fue julio 5, la fecha proba-
ble de parto es 07-05 menos tres (meses) más siete (días) = 04-12,
DESARROLLO DE LOS GENITALES . . . . . . . . . . . . . . . . . 144 es decir, abril 12 del siguiente año. Este método de cálculo recibe
el nombre de regla de Naegele. Muchas pacientes se someten a
ecografía en el primer trimestre o principios del segundo para
confirmar la edad gestacional. En tales casos, el cálculo ecográfico
La investigación obstétrica contemporánea incluye la fisiología y es casi siempre unos cuantos días posterior al determinado por el
fisiopatología del feto, su desarrollo y su ambiente. Un resultado último periodo menstrual. Para rectificar esta inconsistencia y dis-
importante de esta investigación señala que el estado del feto se minuir el número de embarazos con diagnóstico de postérmino,
ha equiparado con el de un paciente que, en gran medida, puede algunos asumen que el embarazo promedio tiene en verdad 283
recibir la misma atención meticulosa que los obstetras proveen a días y añaden 10 días al último periodo menstrual en lugar de
las mujeres embarazadas. En este capítulo se describe el desarro- siete (Olsen, 1998). El periodo de gestación también puede divi-
llo fetal normal. Las alteraciones, lesiones y enfermedades que dirse en tres unidades, a lo largo de 13 o 14 semanas. Estos tres
afectan al feto y recién nacido se describen de manera detallada trimestres son puntos importantes de referencia obstétricos.
en el capítulo 33 y en otros.
CRECIMIENTO Y DESARROLLO EMBRIOFETALES
DEFINICIONES DIVERSAS DE LA EDAD
La complejidad del desarrollo embriofetal escapa casi a la com-
GESTACIONAL prensión. En la figura 7-2 se muestra una secuencia esquemática
Se han usado varios términos para definir la duración del emba- de varios sistemas orgánicos a medida que se desarrollan. Con
razo y por tanto la edad fetal (fig. 7-1). La edad gestacional o las tecnologías modernas se obtiene información acerca del
menstrual corresponde al tiempo transcurrido desde el primer desarrollo orgánico de manera continua. Por ejemplo, las técni-
día de la última menstruación, momento que precede en reali- cas de imágenes ayudan a valorar el papel de la regulación génica
dad a la concepción. Ese lapso de inicio, que suele ser de casi dos y la interacción tisular en la morfología tridimensional final de
semanas antes de la ovulación y fecundación, y de casi tres antes los órganos (Mohun, 2011). Además, Williams et al. (2009)
de la implantación del blastocisto, se ha utilizado con regulari- describieron la secuencia de la activación génica que conduce al
dad porque la mayor parte de las mujeres conoce su último desarrollo cardiaco.
periodo menstrual. Los embriólogos describen el desarrollo
embrionario y fetal por la edad ovulatoria o el tiempo en días o ■ Desarrollo del cigoto y el blastocisto
semanas transcurrido a partir de la ovulación. Otra denomina- Durante las primeras dos semanas siguientes a la ovulación, y a
ción es la de edad posconcepcional, casi idéntica a la ovulatoria. la fecundación subsiguiente, el cigoto se desarrolla hasta la etapa
128 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Edad gestacional 40 semanas coriónica humana (hCG) se tornan positivas para entonces.
Edad menstrual (280 días) Como se muestra en las figuras 7-3 y 7-4, el pedículo del cuerpo
está diferenciado y el saco coriónico es de casi 1 cm de diámetro.
Edad ovulatoria
Existen centros vellosos en los que pueden distinguirse el meso-
dermo coriónico angioblástico y un espacio intervelloso verda-
dero que contiene sangre materna. Durante la tercera semana
Edad posconcepcional aparecen los vasos sanguíneos fetales en las vellosidades corióni-
FIGURA 7-1. Terminología usada para describir la duración del emba-
cas. En la cuarta semana se ha formado un aparato cardiovascu-
razo. lar y, en consecuencia, se establece la circulación real dentro del
embrión y entre éste y las vellosidades coriónicas. Alrededor
del término de la cuarta semana, el saco coriónico tiene 2 a 3 cm de
de blastocisto, que se implanta seis o siete días después de la diámetro y el embrión 4 a 5 mm de longitud (figs. 7-5 y 7-6).
fecundación. El blastocisto de 58 células se diferencia en cinco La diferenciación del corazón primitivo empieza a mediados de
células productoras del embrión, la masa celular interna, y las la cuarta semana. Ya se identifican yemas de extremidades torá-
53 células restantes forman el trofoblasto placentario. Los deta- cicas y pélvicas y el amnios comienza a descubrir el pedículo
lles de la implantación y el desarrollo temprano del blastocisto y corporal, que luego se convierte en cordón umbilical.
la placenta se describen en el capítulo 5 (pág. 88). Al concluir la sexta semana que sigue a la fecundación, el
embrión mide 22 a 24 mm de longitud y la cabeza es bastante
grande en comparación con el tronco. Las sinapsis más tempra-
■ Periodo embrionario nas en la médula espinal se desarrollan a las seis o siete semanas
El producto de la concepción se denomina embrión al principio (Kadic, 2012). El corazón ya se ha formado por completo. Se
de la tercera semana después de la ovulación y la fecundación. Se observan dedos y artejos y los brazos se flexionan en los codos.
forman las vellosidades coriónicas primitivas y esto coincide con El labio superior está completo y los pabellones auriculares
Periodo embrionario
Periodo Implantación (organogénesis) Periodo fetal (crecimiento)
Semanas 1 2 3 4 5 6 7 8 9 12 16 20 24 28 32 36 38
Longitud corona-
rabadilla (cm)
6-7 12 16 21 25 28 32
Hemisferios, cerebelo,
Cerebro Tubo neural ventrículos, plexos coroideos Lóbulo temporal, surcos, migración celular, mielinización
Ojos Cúpulas ópticas, cristalino, nervios ópticos, párpados Cejas Se abren los ojos
Orejas Orejas
Clítoris, labios
FIGURA 7-2. Desarrollo embrionario y fetal de acuerdo con la edad gestacional determinada con base en el primer día de la última menstrua-
ción. Los tiempos son aproximados.
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 129
CAPÍTULO 7
en desarrollo
A B C
FIGURA 7-3. Embriones humanos tempranos. Edades ovulatorias: A. 19 días (presomítica). B. 21 días (siete somitas). C. 22 días (17 somitas).
(Con base en representaciones y modelos del Carnegie Institute.)
externos forman elevaciones definitivas a cada lado de la cabeza. aparecen rudimentos dispersados de cabello. Los genitales exter-
Las imágenes tridimensionales y los videos de embriones huma- nos empiezan a mostrar signos definitivos del género masculino o
nos del proyecto MultiDimensional Human Embryo están dispo- femenino y el feto comienza a realizar movimientos espontáneos.
nibles en http://embryo.soad.umich.edu/
Semana 16 de gestación
■ Periodo fetal La longitud corona-rabadilla del feto es de 12 cm y tiene 110 g
de peso. A las 14 semanas se puede determinar correctamente el
La mayoría de los embriólogos presupone de manera arbitraria género por observadores experimentados mediante la inspec-
que el punto en que termina el periodo embrionario y comienza ción de los genitales externos. Los movimientos oculares
el fetal ocurre a las ocho semanas después de la fecundación o 10 comienzan entre las 16 y 18 semanas y coinciden con la madu-
después del inicio del último periodo menstrual. Para entonces, ración del mesencéfalo.
el embrión o feto tiene casi 4 cm de longitud (fig. 7-6C).
El desarrollo durante el periodo fetal consiste en crecimiento Semana 20 de gestación
y maduración de las estructuras formadas durante el periodo Éste es el punto medio del embarazo calculado a partir de la
embrionario. Las mediciones corona-rabadilla, correspondien- última menstruación. El feto pesa ahora algo más de 300 g y ese
tes a la altura en posición sedente, son las más exactas para la parámetro empieza a aumentar de manera lineal. Desde este
determinación de la edad (cuadro 7-1). punto en adelante el feto se mueve casi cada minuto y está activo
Semana 12 de gestación 10 a 30% de las veces (DiPietro, 2005). La piel fetal se ha tor-
nado menos transparente, un lanugo afelpado cubre todo el
El útero es apenas palpable sobre la sínfisis del pubis y la longitud cuerpo y ya ha aparecido algo de cabello. La función coclear se
corona-rabadilla del feto es de 6 a 7 cm. Han aparecido ya los desarrolla entre las 22 y 25 semanas y su maduración continúa
centros de osificación en casi todos los huesos, y los dedos y arte- seis meses después del nacimiento.
jos están diferenciados. Se reconoce ya desarrollo de piel y uñas y
Semana 24 de gestación
El feto pesa ahora casi 630 g, su piel está arrugada de manera
Vellosidad coriónica
Sincitiotrofoblasto característica y se inicia el depósito de grasa. En términos com-
parativos, la cabeza es todavía grande y se reconocen ya cejas y
pestañas. Ha concluido casi el periodo canalicular del desarrollo
pulmonar durante el cual bronquios y bronquiolos crecen y los
conductos alveolares se desarrollan. Un feto nacido en esta fecha
intenta respirar, pero casi todos mueren porque aún no se for-
man los sacos terminales requeridos para el intercambio de
Vellosidad gases. En la semana 26 ya existen nociceptores en todo el cuerpo
Amnios Estría primitiva
Cavidad amniótica y se ha desarrollado el sistema de dolor neural (Kadic, 2012).
Disco embrionario
Pedículo corporal Membrana Saco vitelino
Semana 28 de gestación
coriónica
con divertículo alantoideo Se alcanza una longitud corona-rabadilla de casi 25 cm y el feto
Celoma extraembrionario pesa alrededor de 1 100 g. La piel es delgada y roja y está cubierta
por vérnix caseosa. La membrana pupilar apenas ha desapare-
cido de los ojos. El parpadeo aislado alcanza su nivel máximo a
FIGURA 7-4. Ilustración de un embrión de Mateer-Streeter de las 28 semanas. El recién nacido de esta edad, normal desde
18 días que muestra la cavidad amniótica y sus relaciones con el otros puntos de vista, tiene una posibilidad de 90% de sobrevi-
corion y el saco vitelino. (Modificada a partir de Streeter, 1920.) vir sin alteración física o neurológica.
130 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Pliegue neural
Pliegue neural
Neuroporo rostral
Surco neural
SECCIÓN 3
Neuroporo rostral
Neuroporo caudal
A B
Fóvea
Fóvea ótica
ótica
Arco
Arco hioideo Placoda
mandibular del cristalino
Tercer
Prominencia arco branquial
cardiaca Arco
mandibular Yema de
Somitas extremidad
Yema de
torácica
extremidad torácica
Yema de Yema de
extremidad pélvica extremidad
pélvica
C D E
FIGURA 7-5. Embriones de tres a cuatro semanas. A, B. Vistas dorsales de embriones en los días 22 a 23 del desarrollo que muestran 8 y
12 somitas, respectivamente. C-E. Vistas laterales de embriones en los días 24 a 28 que muestran 16, 27 y 33 somitas, respectivamente.
(Modificada a partir de Moore, 1988.)
A B C
FIGURA 7-6. Fotografías de embriones. A. Vista dorsal de un embrión de 24 a 26 días; corresponde a la figura 7-5C. B. Vista lateral de un
embrión a los 28 días; corresponde a la figura 7-5E. C. Vista lateral de un embrión-feto a los 56 días, que marca el final del periodo embrionario
y comienzo del fetal. El hígado se halla dentro del círculo blanco fino. (Tomada con autorización a partir de Werth, 2002.)
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 131
CUADRO 7-1. Criterios para calcular la edad gestacional durante el periodo fetal
CAPÍTULO 7
Con base en corona-rabadilla del pie Peso fetal
Menstrual la fecundación (mm)a (mm)a (g)b Principales características externas
11 9 50 7 8 Ojos cerrados o en proceso de estarlo. Cabeza más
redondeada. Los genitales externos aún no son
distinguibles como femeninos o masculinos. El
intestino está dentro del cordón umbilical
12 10 61 9 14 Intestino en el abdomen. Desarrollo temprano de las
uñas de los dedos
14 12 87 14 45 Sexo distinguible de manera externa. Cuello bien
definido
16 14 120 20 110 Cabeza erguida. Extremidades pélvicas bien
desarrolladas
18 16 140 27 200 Los pabellones auriculares se mantienen alejados de la
cabeza
20 18 160 33 320 Presencia de vérnix caseosa. Desarrollo temprano de
las uñas de los pies
22 20 190 39 460 Cabello corporal y cefálico (lanugo) visible
24 22 210 45 630 Piel arrugada y roja
26 24 230 50 820 Presencia de uñas en los dedos. Cuerpo delgado
28 26 250 55 1 000 Ojos parcialmente abiertos. Presencia de pestañas
30 28 270 59 1 300 Ojos abiertos. Buena cobertura por cabello. Piel
ligeramente arrugada
32 30 280 63 1 700 Hay uñas en los dedos de los pies. El cuerpo se va
llenando. Los testículos están en proceso de descenso
34 32 300 68 2 100 Las uñas de los dedos alcanzan sus puntas. Piel rosada
y lisa
38 36 340 79 2 900 El cuerpo suele estar redondeado. Ausencia casi total de
lanugo. Las uñas de los artejos alcanzan sus puntas
40 38 360 83 3 400 Tórax notorio; protrusión mamaria. Testículos en el
escroto o palpables en los conductos inguinales. Las
uñas de los dedos se extienden más allá de sus
puntas
aEstas medidas corresponden a promedios y tal vez no se apliquen a casos específicos. Las variaciones de dimensiones aumentan con la edad.
bEstos pesos se refieren a fetos fijados durante casi dos semanas en formalina al 10%. Por lo regular, las muestras en fresco pesan alrededor de 5% menos.
Modificado a partir de Moore, 2013.
CAPÍTULO 7
40 cientes de glucosa y aminoácidos. El efecto neto es un almacena-
30 miento de glucosa en forma de glucógeno, sobre todo en hígado
y músculo, la retención de algunos aminoácidos como proteínas
20
y el almacenamiento del exceso como grasa. El almacenamiento
10 n = 58 1 mmHg aprox. = 0.133 kPa de grasa materna alcanza su máximo en el segundo trimestre,
0 para después declinar conforme aumentan las demandas energé-
18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 ticas fetales en el tercer trimestre (Pipe, 1979). Resulta intere-
A Gestación (semanas)
sante que la placenta parezca actuar como sensor de nutrimen-
50 tos, que modifica el transporte con base en el aporte materno y
los estímulos ambientales (Fowden, 2006; Jansson, 2006b).
40 Durante los periodos de ayuno se libera glucosa a partir del
glucógeno, pero las reservas maternas de esta última sustancia
Pco2 (mmHg)
Como se lee en el capítulo 44 (pág. 872), el factor de crecimiento el materno. El ácido linoleico, el araquidónico, o ambos, deben
similar a insulina y el factor de crecimiento de los fibroblastos son asimilarse a partir de la ingestión dietética materna.
reguladores importantes del desarrollo y la función placentarios
(Forbes, 2010; Giudice, 1995). Además, trabajos recientes mues- ■ Aminoácidos
SECCIÓN 3
tran que la hormona liberadora de corticotropina (CRH) placen- La placenta concentra muchos aminoácidos en el sincitiotrofo-
taria estimula la producción trofoblástica de GLUT-1 e inhibe la blasto que luego se transfieren al lado fetal por difusión (Lemons,
expresión de GLUT-3 mediante la interacción en el receptor 1979). Con base en los datos de muestras sanguíneas obtenidas
CRH-R1. Esto sugiere la participación de la CRH en la regulación por cordocentesis, la concentración de aminoácidos en el plasma
nutricional del crecimiento y desarrollo fetales (Gao, 2012). del cordón umbilical es mayor que la del plasma arterial y
venoso materno (Morriss, 1994). La actividad del sistema de
■ Leptina transporte depende de la edad gestacional y de factores ambien-
En un principio, esta hormona polipeptídica se identificó como tales. Éstos incluyen estrés por calor, hipoxia y nutrición defi-
producto de los adipocitos y un regulador de la homeostasis ciente o excesiva, además de hormonas como glucocorticoides,
energética. También contribuye a la angiogénesis, hematopoye- hormona del crecimiento y leptina (Fowden, 2006). El com-
sis, osteogénesis, maduración pulmonar y funciones neuroendo- plejo 1 del blanco de rapamicina en células de mamíferos trofo-
crinas, inmunitarias y pulmonares (Henson, 2006; Maymó, blástico (mTORC1) regula a los transportadores placentarios de
2009). La madre, el feto y la placenta producen leptina, que se aminoácidos y modula la transferencia a través de la placenta
expresa en el sincitiotrofoblasto y las células endoteliales vascu- (Jansson, 2012). Los estudios in vivo sugieren intensificación
lares fetales. De la producción placentaria, 5% ingresa a la circu- del transporte de ciertos aminoácidos e incremento del suminis-
lación fetal en tanto que 95% se transporta a la madre (Hauguel- tro fetal en las mujeres con diabetes gestacional acompañada de
de Mouzon, 2006). Como resultado, la placenta contribuye en crecimiento fetal excesivo (Jansson, 2006a).
gran medida a las concentraciones maternas de leptina.
Las cifras fetales empiezan a aumentar casi a las 34 semanas
■ Proteínas
de gestación y se correlacionan con el peso del feto. Las concen-
traciones anormales se han vinculado con los trastornos del cre- La transferencia placentaria de proteínas más grandes es limi-
cimiento y la preeclampsia. En el puerperio, las concentraciones tada, pero existen excepciones. La inmunoglobulina G (IgG)
de leptina declinan tanto en el recién nacido como en la madre cruza la placenta en grandes cantidades por endocitosis y recep-
(Grisaru-Granovsky, 2008). La leptina perinatal se relaciona tores Fc en el trofoblasto. La transferencia de IgG depende de la
con el desarrollo de síndromes metabólicos en edades ulteriores concentración materna de IgG total, edad gestacional, integri-
(Granado, 2012). dad placentaria, subclase de IgG y naturaleza antigénica (Pal-
meira, 2012). La IgA e IgM de origen materno se excluyen por
■ Ácidos grasos libres y triglicéridos completo del feto (Gitlin, 1972).
El recién nacido tiene un gran porcentaje de grasa, en promedio
15% de su peso corporal (Kimura, 1991). Este dato indica que, ■ Iones y oligoelementos
en etapas avanzadas del embarazo, una parte sustancial de sus- El transporte de yodo es claramente atribuible a un proceso
trato transportado al feto humano se almacena en la forma de activo mediado por un portador que requiere energía. Además,
grasa. Aunque la obesidad materna afecta la captación placenta- la placenta concentra el yodo. La concentración de cinc en el
ria de ácidos grasos, no parece tener efecto en el crecimiento plasma fetal también es mayor que en el materno. Por el contra-
fetal (Dube, 2012). La grasa neutra en forma de triacilgliceroles rio, la de cobre en el plasma fetal es menor que en el materno,
no cruza la placenta, pero el glicerol sí. Existe una transferencia un hecho de particular interés porque se necesitan importantes
placentaria-fetal preferencial de ácidos grasos poliinsaturados de enzimas que requieren cobre para el desarrollo fetal.
cadena larga (Gil-Sanchez, 2012). Hay lipoproteinlipasa en el
lado materno de la placenta, no así en el fetal, una disposición Secuestro placentario de metales pesados
que favorece la hidrólisis de los triacilgliceroles en el espacio La proteína transportadora de metales pesados, metalotioneína
intervelloso materno, al tiempo que conserva esos lípidos neu- 1, se expresa en el sincitiotrofoblasto humano. Esta proteína une
tros en la sangre fetal. Los ácidos grasos transportados al feto y secuestra varios metales pesados, incluidos cinc, cobre, plomo
pueden convertirse en triacilgliceroles en su hígado. y cadmio. El plomo entra al ambiente fetal al 90% de la concen-
La captación y uso placentarios de lipoproteínas de baja den- tración materna, pero la transferencia placentaria de cadmio es
sidad (LDL, low-density lipoprotein) son un mecanismo alterna- limitada (Kopp, 2012). La fuente más frecuente de cadmio en el
tivo de asimilación fetal de ácidos grasos esenciales y aminoáci- ambiente es el humo del cigarrillo. La concentración de cadmio
dos (cap. 5, pág. 109). Las partículas de LDL del plasma materno en la sangre materna y placenta aumenta con el tabaquismo
se unen a receptores específicos en las regiones cubiertas de las materno, pero no hay mayor transporte de cadmio al feto. En la
microvellosidades en la cara materna del sincitiotrofoblasto. La rata, los datos sugieren que el cadmio reduce el número de célu-
partícula grande de LDL, de casi 250 000 Da, es captada por un las del trofoblasto y propicia un deficiente crecimiento placenta-
proceso de endocitosis mediada por el receptor. La apoproteína rio (Lee, 2009).
y los ésteres de colesterol de LDL se hidrolizan por acción de La metalotioneína también se une al cobre (Cu2+) y lo secues-
enzimas lisosómicas en el sincitio y forman: 1) colesterol para la tra en el tejido placentario, lo que contribuye a las bajas cantida-
síntesis de progesterona; 2) aminoácidos libres, incluidos los des de ese metal en la sangre del cordón (Iyengar, 2001). Varias
esenciales, y 3) ácidos grasos esenciales, en particular el linoleico. enzimas requieren Cu2+ y su carencia genera deficiencia en los
Además, la concentración del ácido araquidónico que se sinte- enlaces cruzados de la colágena, lo que a su vez reduce la fuerza
tiza a partir del ácido linoleico en el plasma fetal es mayor que en tensil de los tejidos. Esto podría ser importante porque la con-
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 135
centración de cadmio en el líquido amniótico es similar a la El líquido amniótico sirve para proteger al feto, permitir su
presente en sangre materna. La incidencia de rotura prematura desarrollo musculoesquelético y amortiguar los traumatismos.
de membranas aumenta en mujeres que fuman. Es posible que También conserva la temperatura y tiene una mínima función
el cadmio impulse la síntesis de la metalotioneína en el amnios. nutritiva. Los factores de crecimiento epidérmico (EGF, epider-
CAPÍTULO 7
Esto puede causar secuestro de Cu2+, una falsa deficiencia de mal growth factor) y el similar a EGF, como el factor de transfor-
cobre y, a su vez, debilitamiento del amnios. mación de crecimiento β, están presentes en el líquido amnió-
tico. La ingestión de este líquido hacia el tubo digestivo y su
Calcio y fósforo inhalación a los pulmones pueden promover el crecimiento y la
Estos minerales también se transportan de manera activa de la diferenciación de estos tejidos. Estudios en animales han demos-
madre al feto. El calcio se transfiere para la mineralización trado que se puede producir hipoplasia pulmonar por drenaje
esquelética del feto (Olausson, 2012). La placenta produce una del líquido amniótico, drenaje crónico de líquido pulmonar a
proteína transportadora de calcio. Como su nombre lo implica, través de la tráquea y por impedimento físico de los movimien-
la proteína relacionada con la hormona paratiroidea (PTH-rP) tos torácicos prenatales que simulan la respiración (Adzick,
actúa como sustituto de PTH en muchos sistemas (cap. 5, pág. 1984; Alcorn, 1977). Por consiguiente, la formación de líquido
105). No hay PTH demostrable en el plasma fetal. Sin embargo, intrapulmonar y, no menos importante, la salida y retención
sí existe PTH-rP, lo que sugiere que ésta es la hormona paratiroi- alternas de líquido en los pulmones por los movimientos respi-
dea fetal. La expresión de PTH-rP en células del citotrofoblasto ratorios, son indispensables para el desarrollo pulmonar normal.
se regula por la concentración extracelular de Ca2+ (Hellman,
1992). Por lo tanto, parece posible que la PTH-rP sintetizada en
la decidua, en la placenta y en otros tejidos fetales es importante ■ Sistema cardiovascular
para el transporte y la homeostasis del calcio fetal. La circulación fetal es muy diferente respecto de la del adulto y
funciona hasta el parto, cuando se requiere un cambio notorio.
Por ejemplo, debido a que no es necesario que la sangre fetal
■ Vitaminas ingrese a la vasculatura pulmonar para su oxigenación, la mayor
La concentración de vitamina A (retinol) es mayor en el plasma parte del gasto ventricular derecho no pasa por los pulmones.
fetal que en el materno y está unida a la proteína transportadora Además, las cámaras cardiacas fetales trabajan de manera paralela,
de retinol y la prealbúmina. La primera se transporta desde el no de forma seriada, lo que suministra eficazmente sangre mucho
compartimiento materno a través del sincitiotrofoblasto. El trans- más oxigenada al cerebro y corazón que al resto del cuerpo.
porte de vitamina C (ácido ascórbico) de madre a feto tiene lugar El oxígeno y los nutrimentos requeridos para el crecimiento y
por un proceso dependiente de energía mediado por un portador. la maduración del feto llegan a él desde la placenta por la vena
La concentración de los principales metabolitos de la vitamina D umbilical única (fig. 7-8). La vena se divide después en conducto
(colecalciferol), que incluyen 1,25-dihidroxicolecalciferol, es ma- venoso y seno portal. El conducto venoso es la principal rama de
yor en el plasma materno que en el fetal. La 1β-hidroxilación de la vena umbilical y atraviesa el hígado para desembocar de manera
25-hidroxivitamina D3 ocurre en la placenta y la decidua. directa en la vena cava inferior. Puesto que no aporta oxígeno a
los tejidos interpuestos, lleva sangre bien oxigenada de manera
directa al corazón. Por el contrario, el seno portal suministra san-
DESARROLLO DEL SISTEMA ORGÁNICO FETAL gre a las venas hepáticas, sobre todo del lado izquierdo de la vís-
cera, donde se extrae oxígeno. La sangre relativamente desoxige-
■ Formación del líquido amniótico nada del hígado fluye entonces de retorno a la vena cava inferior,
En el embarazo temprano, el líquido amniótico es un ultrafil- que también recibe sangre menos oxigenada procedente de la
trado del plasma materno. Para el segundo trimestre, consta parte inferior del cuerpo. Por lo tanto, la sangre que fluye hacia el
sobre todo de líquido extracelular, que se difunde a través de la corazón fetal desde la vena cava inferior consta de una mezcla de
piel fetal y así refleja la composición del plasma del feto (Gil- sangre similar a la arterial que pasa de manera directa por el con-
bert, 1993). Después de la semana 20, la cornificación de la piel ducto venoso y sangre menos oxigenada que retorna de casi todas
fetal impide su difusión y el líquido amniótico se compone en las venas por debajo del nivel del diafragma. El contenido de oxí-
particular de orina fetal. Los riñones del feto empiezan a produ- geno de la sangre que llega al corazón desde la vena cava inferior
cir orina a la semana 12 y en la 18 excretan 7 a 14 ml/día. La es, en consecuencia, menor que el de la que sale de la placenta.
orina fetal contiene más urea, creatinina y ácido úrico que el A diferencia de la vida posnatal, los ventrículos del corazón
plasma en el feto. El líquido amniótico también contiene células fetal trabajan en paralelo, no en secuencia. La sangre bien oxige-
fetales descamadas, vérnix, lanugo y diversas secreciones. Puesto nada ingresa al ventrículo izquierdo que irriga al corazón y cere-
que son hipotónicas, su efecto neto es la disminución de la bro, y la menos oxigenada pasa al ventrículo derecho que per-
osmolalidad del líquido amniótico conforme avanza la gesta- funde al resto del cuerpo. Las dos circulaciones se mantienen
ción. El líquido pulmonar contribuye con un pequeño porcen- separadas por la estructura de la aurícula derecha que dirige de
taje del volumen amniótico y el líquido que se filtra a través de modo eficaz la sangre que ingresa hacia la aurícula izquierda o el
la placenta aporta el resto. Las acuaporinas 8 y 9 participan en el ventrículo derecho, de acuerdo con su contenido de oxígeno. Esta
flujo de agua mediante absorción intramembranosa y transfe- separación de sangre, según sea su contenido de oxígeno, se faci-
rencia placentaria de agua (Jiang, 2012). lita por el tipo de riego sanguíneo en la vena cava inferior. La
El volumen de líquido amniótico para cada semana de gesta- sangre bien oxigenada tiende a fluir por la cara medial de la vena
ción es muy variable (cap. 11, pág. 231). En general, aumenta cava inferior y la menos oxigenada se mantiene en la cara lateral
10 ml por semana a la octava y hasta 60 ml a la 21, para declinar del vaso. Esto facilita su derivación a sitios opuestos del corazón.
de forma gradual hasta estabilizarse en la semana 34 (Brace, 1989). Una vez que la sangre ingresa a la aurícula derecha, la configura-
136 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Conducto
arterioso
SECCIÓN 3
AI
Agujero oval
AD
VI
Vena cava inferior VD
Conducto
venoso
Seno
de la porta Aorta
Vena porta
Arterias umbilicales
Vena
umbilical Arterias
hipogástricas
Oxigenada
Mixta
Placenta Desoxigenada
FIGURA 7-8. La compleja naturaleza de la circulación fetal es evidente. El grado de oxigenación de la sangre en varios vasos difiere en gran
medida de la correspondiente en el estado posnatal. (AI, aurícula izquierda; AD, aurícula derecha; VI, ventrículo izquierdo; VD, ventrículo derecho.)
ción del tabique interauricular superior, llamado crista dividens, La vena cava superior discurre en sentidos inferior y anterior a
es tal que desvía de forma preferencial la sangre bien oxigenada medida que ingresa a la aurícula derecha, lo que asegura que la
desde la parte medial de la vena cava inferior a través del agujero sangre menos oxigenada que retorna del cerebro y la parte supe-
oval hacia las cavidades cardiacas izquierdas y después a corazón y rior del cuerpo también pase directamente al ventrículo dere-
cerebro (Dawes, 1962). Una vez que estos tejidos han extraído el cho. De igual modo, el ostium del seno coronario yace apenas
oxígeno necesario, la sangre resultante, menos oxigenada, retorna arriba de la válvula tricúspide, de tal suerte que la sangre menos
a las cavidades cardiacas derechas por la vena cava superior. oxigenada desde el corazón también retorna al ventrículo dere-
La sangre menos oxigenada que se desplaza a lo largo de la cho. Como resultado de este tipo de flujo sanguíneo, la sangre
pared lateral de la vena cava inferior entra a la aurícula derecha en el ventrículo derecho tiene 15 a 20% menos saturación de
y se desvía por la válvula tricúspide hacia el ventrículo derecho. oxígeno que la del ventrículo izquierdo.
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 137
Casi 90% de la sangre que sale del ventrículo derecho se des- 400 000 95°
vía a través del conducto arterioso hacia la aorta descendente. La
elevada resistencia vascular pulmonar y la comparativamente
menor resistencia en el conducto arterioso, así como la vascula-
CAPÍTULO 7
300 000
tura umbilical y placentaria, aseguran que sólo alrededor de 15%
Varias trombofilias pueden causar trombosis y complicacio- La inmunoglobulina A (IgA) ingerida en el calostro confiere
nes gestacionales en individuos adultos (cap. 52, pág. 1029). Si protección mucosa contra infecciones entéricas. Esta función
el feto hereda una de estas mutaciones, puede haber trombosis e como barrera inmunitaria contra la infección podría explicar la
infarto en la placenta o en órganos fetales. Por lo general, esto se pequeña cantidad de IgA secretora fetal encontrada en el líquido
CAPÍTULO 7
observa con la herencia homocigótica. amniótico (Quan, 1999).
Hueso parietal
Fontanela anterior
Sutura coronal Vértice
Hueso frontal
SECCIÓN 3
Sincipucio
Di
ám
et
ro
su
Diámetro
bo
occipitofro
ntal = 11
cc
.5 cm
ipi
Sutura
to
b re
lambdoidea
mg
át
Hueso
ico
cm occipital
=
.5
9.
12 Occipucio
5
=
no
cm
nia
nto
to me
ipi
occ
tro
me
Diá
Sutura temporal
A B C
FIGURA 7-12.
FIGURA 7-13. La proliferación y migración neuronales concluyen las
semanas 20 a 24. Durante la segunda mitad del embarazo avanzan
intersección de las suturas sagital y lambdoidea. La localización de los procesos de organización, con formación y proliferación de las cir-
las fontanelas suministra información importante en cuanto a la cunvoluciones, diferenciación y migración de elementos celulares. Se
presentación y posición del feto durante el trabajo de parto. incluyen las edades gestacionales aproximadas. A. 20 semanas.
B. 35 semanas. C. 40 semanas.
Por lo regular se miden ciertos diámetros y circunferencias
críticos de la cabeza del recién nacido (fig. 7-12). Éstos incluyen:
1. El occipitofrontal (11.5 cm) que sigue una línea extendida (MR, magnetic resonance) (fig. 10-41, pág. 224) (Manganaro,
desde un punto apenas arriba de la raíz de la nariz hasta la 2007). Estudios recientes que también usaron imágenes de MR
porción más prominente del hueso occipital. cuantificaron el desarrollo de las estructuras cerebrales subcorti-
2. El biparietal (9.5 cm), o diámetro transversal mayor de la cales de las 12 a las 22 semanas (Meng, 2012). La mielinización
cabeza, que se extiende de una prominencia parietal a la otra. de las raíces ventrales de los nervios cefalorraquídeos y el tallo
3. El bitemporal (8.0 cm), que es la mayor distancia entre las encefálico se inicia cerca de los seis meses, pero en su mayor parte
dos suturas temporales. se presenta después del nacimiento. La carencia de mielina y la
4. El occipitomentoniano (12.5 cm), el cual se proyecta desde osificación incompleta del cráneo fetal permiten observar la
el mentón hasta la parte más prominente del occipucio. estructura cerebral por ecografía durante la gestación.
5. El suboccipitobregmático (9.5 cm), que sigue una línea tra-
Médula espinal y órganos sensoriales
zada desde la línea media de la fontanela mayor hasta la super-
ficie inferior del hueso occipital, justo donde se une al cuello. La médula espinal se extiende a todo lo largo de la columna verte-
bral en el embrión, pero después crece con más lentitud. En la
La máxima circunferencia de la cabeza que corresponde al semana 24, la médula espinal se extiende hasta S1, al nacer hasta
plano del diámetro occipitofrontal es en promedio de 34.5 cm, L3 y en el adulto hasta L1. La mielinización de la médula espinal
muy grande para adaptarse al interior de la pelvis. La circunferen- empieza a la mitad de la gestación y continúa durante el primer
cia más pequeña es de 32 cm, que corresponde al plano del diá- año de vida extrauterina. La función sináptica se halla desarrollada
metro suboccipitobregmático. En condiciones normales, los hue- lo suficiente a la octava semana para permitir la flexión de cuello
sos craneales están conectados sólo por una delgada capa de tejido y tronco (Temiras, 1968). Durante el tercer trimestre avanza rápi-
fibroso. Esto posibilita cambios considerables o deslizamientos de damente la integración de la función nerviosa y muscular.
cada hueso para adaptarse al tamaño y forma de la pelvis materna. Los componentes interno, medio y externo del oído están
Este proceso intraparto se denomina moldeamiento. La posición bien desarrollados a la mitad del embarazo (fig. 7-2).
de la cabeza y su grado de osificación le confieren un espectro de
plasticidad craneal, desde una mínima hasta una mayor. En algu-
nos casos contribuyen sin duda a la desproporción fetopélvica,
■ Aparato digestivo
una indicación importante de cesárea (cap. 23, pág. 463). La deglución se inicia a las 10 a 12 semanas, junto con la capaci-
dad del intestino delgado de experimentar peristaltismo y trans-
■ Sistema nervioso central y médula espinal porte activo de glucosa (Koldovsky, 1965; Miller, 1982). Gran
parte del agua en el líquido deglutido se absorbe y el material no
Desarrollo cerebral absorbido se impulsa tan lejos como la parte inferior del colon
Existe un cambio constante relacionado con la edad gestacional (fig. 7-14). No se ha precisado qué estimula la deglución, pero
en el aspecto del cerebro fetal; por lo tanto, es posible calcular la algunos factores posibles son el análogo neurológico fetal de la
edad fetal a partir de dicho aspecto externo (Dolman, 1977). La sed, el vaciamiento gástrico y el cambio de la composición del
proliferación y migración neuronales avanzan junto con el creci- líquido amniótico (Boyle, 1992). Las papilas gustativas fetales tal
miento y la maduración de las circunvoluciones (fig. 7-13). Los vez participen, ya que la inyección de sacarina en el líquido
estudios de maduración secuencial caracterizaron al cerebro fetal amniótico incrementa la deglución, en tanto que la correspon-
en desarrollo en imágenes obtenidas con resonancia magnética diente de una sustancia química nociva la inhibe (Liley, 1972).
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 141
Meconio
El contenido intestinal fetal consta de varios productos de secre-
ción, como los glicerofosfolípidos del pulmón, las células desca-
CAPÍTULO 7
madas fetales, el lanugo, el cabello y la vérnix caseosa. También
contiene detritos no digeridos del líquido amniótico deglutido.
Su aspecto verde oscuro a negro es efecto de pigmentos, en espe-
cial la biliverdina. La expulsión de meconio puede provenir del
peristaltismo intestinal normal en el feto maduro o de la estimu-
lación vagal. También se presenta cuando la hipoxia estimula la
secreción de arginina-vasopresina (AVP, arginine vasopressin) por
la glándula hipófisis fetal. La AVP estimula al músculo liso del
colon para contraerse, lo que tiene como resultado una defeca-
ción intraamniótica (DeVane, 1982; Rosenfeld, 1985).
Hígado
Las concentraciones de enzimas hepáticas séricas se incrementan
con la edad gestacional. Sin embargo, el hígado fetal tiene una
FIGURA 7-14. Radiografía de un feto de 115 g y edad gestacional de capacidad disminuida, relacionada con la edad gestacional, para
casi 16 semanas que muestra colorante radiopaco en los pulmones, convertir la bilirrubina no conjugada libre en bilirrubina conju-
el esófago, el estómago y todo el tubo digestivo después de su gada (cap. 33, pág. 644). Puesto que la semivida de los eritroci-
inyección en la cavidad amniótica, 26 h antes del nacimiento. Esto
representa la inhalación y la deglución activa de líquido amniótico.
tos fetales es más breve que la de los adultos, se produce relati-
(Tomada con autorización de Davis, 1946.) vamente más bilirrubina no conjugada. Como se ha mencionado,
el hígado fetal conjuga sólo un pequeño porcentaje, que se
excreta en el intestino y por último se oxida hasta biliverdina. La
mayor parte de la bilirrubina no conjugada se excreta hacia el
La deglución fetal parece tener poco efecto sobre el volumen líquido amniótico después de la semana 12 y luego se transporta
del líquido amniótico en etapas tempranas del embarazo porque a través de la placenta (Bashore, 1969).
la cantidad ingerida es pequeña comparada con el total. En eta- Resulta importante que el transporte placentario es bidirec-
pas posteriores de la gestación, el volumen de líquido amniótico cional. Por lo tanto, una mujer embarazada con hemólisis grave
parece regulado de modo sustancial por la deglución fetal, dado de cualquier causa tiene exceso de bilirrubina no conjugada, que
que es frecuente el hidramnios cuando ésta se inhibe (cap. 11, pasa con facilidad al feto y después al líquido amniótico. Por el
pág. 233). Los fetos a término degluten entre 200 y 760 ml/día, contrario, la bilirrubina conjugada no se intercambia en grado
cantidad comparable a la del recién nacido (Pritchard, 1966). significativo entre la madre y el feto.
El ácido clorhídrico y algunas enzimas digestivas están presen- Casi todo el colesterol fetal proviene de la síntesis hepática,
tes en el estómago y en el intestino delgado en cantidades muy que satisface la gran demanda de colesterol de LDL por las glán-
pequeñas en el feto de edad temprana. El factor intrínseco es dulas suprarrenales del feto. El glucógeno hepático se encuentra
detectable en la semana 11 y el pepsinógeno en la 16. El lactante en baja concentración en el hígado fetal durante el segundo tri-
de pretérmino, según sea la edad gestacional a la que nazca, puede mestre, pero cerca del término se observa un rápido y notorio
tener deficiencias transitorias de estas enzimas (Lebenthal, 1983). incremento hasta una concentración de dos a tres veces la
El vaciamiento gástrico parece estimulado en particular por correspondiente en el hígado del adulto. Después del parto, el
el volumen. El movimiento del líquido amniótico a través del contenido de glucógeno decrece de manera precipitada.
aparato digestivo puede promover el crecimiento y desarrollo
del conducto alimentario. A pesar de lo citado, es posible que
intervengan otros factores reguladores, debido a que los fetos Páncreas
anencéfalos, en quienes la deglución es limitada, suelen tener Los gránulos que contienen insulina pueden identificarse en el
volúmenes normales de líquido amniótico y aparatos digestivos páncreas del feto humano entre las semanas 9 y 10 y la insulina
también de aspecto normal. Gitlin (1974) mostró que en etapas es detectable en su plasma en la 12 (Adam, 1969). El páncreas
avanzadas del embarazo el feto ingiere al parecer cada día casi reacciona a la hiperglucemia por la secreción de insulina (Oben-
800 mg de proteína soluble. shain, 1970). Se ha identificado glucagon en el páncreas fetal a las
Varias alteraciones pueden afectar el funcionamiento gas- ocho semanas. En el mono rhesus adulto, la hipoglucemia y la
trointestinal normal fetal. La enfermedad de Hirschsprung, o administración intravenosa en solución de alanina propician un
megacolon aganglionar congénito, impide que el intestino expe- incremento de la concentración materna de glucagon. Aunque en
rimente relajación mediada por el parasimpático y así se vacíe el ser humano los estímulos similares no provocan una reacción
con normalidad (Watkins, 1992). Puede reconocerse en etapa fetal, 12 h después del nacimiento el recién nacido es capaz de
prenatal por la detección de un intestino notoriamente crecido responder (Chez, 1975). Sin embargo, al mismo tiempo, las célu-
por ecografía. Las obstrucciones, como la atresia duodenal, el sín- las pancreáticas α fetales reaccionan a la inyección de l-dopa en
drome de megalocistis-microcolon o el ano imperforado, tam- solución (Epstein, 1977). Por consiguiente, la falta de reacción a
bién pueden impedir que el intestino se vacíe con normalidad. El la hipoglucemia tal vez sea consecuencia del fracaso de la secre-
íleo meconial, que suele encontrarse ante la fibrosis quística fetal, ción de glucagon, más que de su producción inadecuada, lo que
es una obstrucción intestinal fetal producida por la presencia de es consistente con los hallazgos de la expresión de los genes pan-
meconio espeso y viscoso que obstruye el íleon distal. creáticos fetales durante el desarrollo (Mally, 1994).
142 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
En la semana 16 de gestación ya están presentes casi todas las pág. 330, se describen aspectos patológicos correlacionados y el
enzimas pancreáticas. Tripsina, quimotripsina, fosfolipasa A y tratamiento prenatal de la obstrucción de las vías urinarias.
lipasa se reconocen en el feto de 14 semanas a concentraciones
bajas y aumentan con la edad gestacional (Werlin, 1992). Se ha ■ Desarrollo de los pulmones
SECCIÓN 3
identificado amilasa en el líquido amniótico en la semana 14 La maduración pulmonar y los índices bioquímicos de la madu-
(Davis, 1986). La función exocrina del páncreas fetal es limi- rez funcional del pulmón fetal son de considerable interés para
tada. Se observa una secreción importante desde el punto de el obstetra. La inmadurez morfológica o funcional del pulmón
vista fisiológico sólo después de la estimulación por un secreta- al nacer lleva a la aparición del síndrome de dificultad respirato-
gogo como la acetilcolina, que se libera de modo local después ria (cap. 34, pág. 653). Una cantidad suficiente de materiales
de la estimulación vagal (Werlin, 1992). En condiciones norma- con acción superficial o factor tensioactivos en el líquido amnió-
les se libera colecistocinina sólo después de la ingestión de pro- tico es signo de madurez pulmonar fetal. No obstante, como
teínas y, por ello, no se encuentra de ordinario en el feto. señaló Liggins (1994), la maduración estructural y morfológica
del pulmón fetal también es extraordinariamente importante
■ Aparato genitourinario para un funcionamiento pulmonar apropiado.
Dos sistemas urinarios primitivos, el pronefros y el mesonefros,
preceden al desarrollo del metanefros, que forma el riñón final Maduración anatómica
(cap. 3, pág. 36). El pronefros ha involucionado a las dos sema- Como la ramificación de un árbol, el desarrollo pulmonar avanza
nas y el mesonefros produce orina a la quinta semana y se dege- en un periodo establecido, que al parecer no puede acelerarse con
nera entre la 11 y la 12. El fracaso de formación o regresión de el tratamiento prenatal o neonatal. En consecuencia, los límites
estas dos estructuras llevará al desarrollo anormal del aparato de la viabilidad parecen determinados por el proceso habitual de
urinario. Entre las semanas 9 y 12, la yema ureteral y el blastema crecimiento pulmonar. Existen cuatro etapas esenciales del desa-
nefrótico interactúan para dar origen al metanefros. El riñón y rrollo pulmonar, según lo describe Moore (2013). La primera, la
el uréter se desarrollan a partir del mesodermo intermedio. La etapa seudoglandular, implica el crecimiento del árbol bronquial
vejiga y la uretra se desarrollan a partir del seno urogenital y la intrasegmentario, entre las semanas 6 a 16. Durante este periodo,
primera también proviene en parte de la alantoides. el pulmón parece una glándula al microscopio. La segunda,
En la semana 14, el asa de Henle ya es funcional y hay resor- durante la etapa canalicular, en las semanas 16 a 26, se reconoce
ción (Smith, 1992). Continúan en formación nuevas nefronas porque las placas de cartílagos bronquiales se extienden de
hasta la semana 36. En lactantes de pretérmino, su formación manera periférica. Cada bronquiolo terminal emite varios bron-
continúa después del nacimiento. Si bien los riñones fetales pro- quiolos respiratorios y cada uno de ellos a su vez se divide para
ducen orina, su capacidad de concentración y modificación del formar múltiples conductos saculares. Después comienza la etapa
pH es muy limitada, incluso en el feto maduro. La orina fetal es del saco terminal a las 26 semanas. Durante esta etapa, los bron-
hipotónica con respecto al plasma y tiene una baja concentra- quiolos respiratorios dan origen a los alveolos pulmonares primi-
ción de electrólitos. tivos, los sacos terminales. Por último, la etapa alveolar comienza
La resistencia vascular renal es alta y la fracción de filtración a las 32 semanas, aunque no es clara la transición exacta de la
es baja en comparación con cifras de etapas posteriores de la etapa del saco terminal. Durante la etapa alveolar, el recubri-
vida (Smith, 1992). El riego sanguíneo renal fetal, y por tanto la miento epitelial alveolar se adelgaza para mejorar el intercambio
producción de orina, se encuentra bajo control del sistema gaseoso. Al mismo tiempo, se desarrolla la matriz extracelular de
renina-angiotensina (o tiene influencia de él), el sistema ner- los segmentos pulmonares proximales hacia los distales hasta el
vioso simpático, las prostaglandinas, la calicreína y el péptido término. Se forma una extensa red capilar, se desarrolla el sistema
natriurético auricular. La filtración glomerular aumenta con la linfático y los neumocitos tipo II comienzan la producción de
edad gestacional desde menos de 0.1 ml/min en la semana 12 factor tensioactivo. Al nacer, existe sólo cerca del 15% de la can-
hasta 0.3 ml/min en la 20. En etapas posteriores de la gestación, tidad adulta de los alveolos; en consecuencia, el pulmón continúa
la tasa se mantiene constante cuando se corrige respecto del peso en crecimiento y se agregan más alveolos hasta por ocho años.
fetal (Smith, 1992). La hemorragia o hipoxia producen casi Varios procesos patológicos pueden modificar este fenómeno
siempre un descenso del riego sanguíneo renal, la filtración glo- y el momento en que aparecen determina los resultados. En pre-
merular y el gasto urinario. sencia de agenesia renal fetal, por ejemplo, no existe líquido
Por lo regular se encuentra orina en la vejiga incluso de fetos amniótico desde el inicio del crecimiento pulmonar y se presen-
pequeños. Los riñones fetales empiezan a producir orina a las 12 tan defectos graves en las tres etapas. Un feto con rotura de
semanas. En la semana 18 producen 7 a 14 ml/día y a término membranas antes de la semana 20 y oligohidramnios subsi-
la cifra aumenta a 27 ml/h o 650 ml/día (Wladimiroff, 1974). guiente suele presentar una ramificación bronquial y desarrollo
La furosemida que se administra a la madre incrementa la for- de cartílagos casi normales, pero tiene alveolos inmaduros. La
mación fetal de orina, en tanto que la insuficiencia uteroplacen- rotura de membranas que ocurre después de la semana 24 puede
taria y otros tipos de afección fetal la reducen. La obstrucción de tener poco efecto a largo plazo sobre la estructura pulmonar.
uretra, vejiga, uréteres o pelvis renales puede dañar al parén-
quima renal y distorsionar la anatomía fetal. Con la obstrucción Factor tensioactivo pulmonar
ureteral, la vejiga puede distenderse lo suficiente para romperse Después de la primera inspiración, los sacos terminales deben
o dar lugar a distocias. Los riñones no son indispensables para la mantenerse expandidos a pesar de la presión que confiere la
supervivencia dentro del útero, pero sí importantes en el control interfase tejido-aire, y el factor tensioactivo evita que se colap-
de la composición y el volumen del líquido amniótico. Estas sen. Dicho factor se forma de manera específica en los neumo-
alteraciones que producen anuria crónica suelen acompañarse citos de tipo II que revisten los alveolos, células que se caracteri-
de oligohidramnios e hipoplasia pulmonar. En el capítulo 16, zan por la presencia de cuerpos multivesiculares que producen
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 143
los cuerpos laminares en los que se ensambla el factor tensioac- II y su contenido en el líquido amniótico aumenta conforme lo
tivo. Durante la etapa avanzada de la vida fetal, en un momento hacen la edad gestacional y la madurez pulmonar fetal. El SP-A
en que los alveolos se caracterizan por una interfase agua-tejidos, puede también participar en el inicio del parto (Mendelson,
se secretan los cuerpos laminares íntegros por el pulmón y se 2005). La síntesis de SP-A aumenta con el tratamiento del
CAPÍTULO 7
dirigen al líquido amniótico durante los movimientos fetales tejido pulmonar fetal con análogos del monofosfato de adeno-
similares a los respiratorios, esto es, la respiración fetal. Al nacer, sina (AMP, adenosine monophosphate) cíclico, factores del creci-
con la primera inspiración, se produce una interfase aire-tejido miento epidérmico y triyodotironina. La mayor síntesis de apo-
en el alveolo pulmonar. El factor tensioactivo se desenrolla de proteínas del factor tensioactivo precede al incremento de la
los cuerpos laminares y después se extiende para revestir el síntesis de los glicerofosfolípidos del factor tensioactivo.
alveolo a fin de prevenir su colapso durante la espiración. Por lo La expresión del gen de SP-A es detectable alrededor de la
tanto, es la capacidad de los pulmones fetales de producir factor semana 29 (Snyder, 1988). Hay dos genes diferentes en el cro-
tensioactivo y no la secreción real de ese material por esos órga- mosoma 10, SP-A1 y SP-A2, y su regulación es distintiva y
nos in utero lo que establece la madurez pulmonar fetal. diversa (McCormick, 1994). De modo específico, el AMP
cíclico es más importante para la expresión de SP-A2, mientras
Composición del factor tensioactivo. Gluck et al. (1967,
que la dexametasona la atenúa.
1970, 1972) y Hallman et al. (1976) encontraron que casi 90%
Varias apoproteínas más pequeñas, como SP-B y SP-C, tal
de la masa del factor tensioactivo (peso seco) corresponde a lípi-
vez sean importantes para optimizar la acción del factor ten-
dos, y las proteínas constituyen el 10% restante. Casi 80% de
sioactivo. Por ejemplo, las deleciones del gen SP-B son incom-
los glicerofosfolípidos corresponde a fostatidilcolina (lecitina).
patibles con la supervivencia a pesar de la producción de gran-
El principal componente activo del factor tensioactivo, la dipal-
des cantidades de factor tensioactivo.
mitoilfosfatidilcolina (DPPC o PC, dipalmitoylphosphatidylcho-
line), es una lecitina específica que contribuye con casi 50%. El Corticosteroides y maduración pulmonar fetal. Desde que
fosfatidilglicerol (PG, phosphatidylglycerol) representa 8 a 15%. Liggins (1969) observó por primera vez la maduración pulmonar
No se ha definido su participación precisa porque los recién naci- en fetos de cordero que recibían glucocorticosteroides antes del
dos sin fosfatidilglicerol evolucionan casi siempre bien. El otro parto de pretérmino, muchos investigadores sugirieron que el
constituyente importante es el fosfatidilinositol (PI, phosphati- cortisol fetal estimulaba la maduración pulmonar y la síntesis del
dylinositol). En la figura 7-15 se muestran las contribuciones factor tensioactivo en el feto. Es poco probable que los corticoste-
relativas de cada componente. roides sean el único estímulo para el aumento y la formación del
factor tensioactivo. Sin embargo, en la actualidad hay pruebas
Síntesis del factor tensioactivo. La biosíntesis del factor ten-
importantes de que los glucocorticosteroides administrados en
sioactivo tiene lugar en los neumocitos tipo II. Las apoproteínas
grandes cantidades a las mujeres en ciertos periodos críticos de la
se producen en el retículo endoplásmico y los glicerofosfolípidos
gestación inducen un incremento de la tasa de maduración pul-
se sintetizan por interacciones concertadas de varios organelos
monar fetal. El uso de betametasona y dexametasona para acelerar
celulares. El fosfolípido es el principal componente para la dis-
la madurez pulmonar fetal, así como el tratamiento neonatal con
minución de la tensión superficial por el factor tensioactivo, en
factor tensioactivo, se describe en el capítulo 34 (pág. 653).
tanto que las apoproteínas del factor tensioactivo sirven para
facilitar la formación y reformación de una película superficial. Respiración
Las propiedades superficiales de los fosfolípidos del factor ten- Minutos después del parto, el aparato respiratorio debe proveer
sioactivo están determinadas por la composición y el grado de oxígeno y eliminar dióxido de carbono. Los músculos respirato-
saturación de sus ácidos grasos de cadena larga. rios se desarrollan en fase temprana y los movimientos del tórax
La principal apoproteína es el factor tensioactivo A (SP-A, fetal se han detectado por técnicas ecográficas desde etapas tan
surfactant-A), una glucoproteína con peso molecular de 28 000 tempranas como la semana 11 de gestación (Boddy, 1975). A
a 35 000 Da (Whitsett, 1992). Se sintetiza en las células de tipo partir del inicio del cuarto mes, el feto es capaz de efectuar
movimientos respiratorios lo suficientemente intensos para
80 20 movilizar el líquido amniótico hacia el interior y fuera del apa-
rato respiratorio.
como % del glicerofosfolípido total
PC
75
■ Glándulas endocrinas
y fosfatidilglicerol (PG)
15
Fosfatidilinositol (PI)
Fosfatidilcolina (PC)
70
Hipófisis
65 10
El sistema endocrino fetal es funcional durante algún tiempo
PI PG antes de que el sistema nervioso central alcance la madurez
60
(Mulchahey, 1987). La adenohipófisis se deriva del ectodermo
5
bucal (la bolsa de Rathke) y la neurohipófisis proviene del neu-
roectodermo.
55
Lóbulos anterior e intermedio. La adenohipófisis o hipófisis
50 0 anterior se diferencia en cinco tipos celulares que secretan seis
20 25 30 35 40
Edad gestacional (semanas)
hormonas proteínicas: 1) lactotropos, que producen prolactina
(PRL); 2) somatotropos, que elaboran hormona del crecimiento
FIGURA 7-15. Relación entre las concentraciones de lecitina, o dipal- (GH, growth hormone); 3) corticotropos, productores de cortico-
mitoilfosfatidilcolina (PC), fosfatidilinositol (PI) y fosfatidilglicerol (PG) tropina (ACTH, adrenocorticotropic hormone); 4) tirotropos, que
en el líquido amniótico, como función de la edad gestacional. liberan tirotropina u hormona estimulante del tiroides (TSH,
144 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
thyroid-stimulating hormone), y 5) gonadotropos, que elaboran hasta T3 inversa, una hormona tiroidea relativamente inactiva
las hormonas luteinizante (LH, luteinizing hormone) y estimu- (Vulsma, 1989). Varios anticuerpos antitiroideos cruzan la pla-
lante del folículo (FSH, follicle-stimulating hormone). centa cuando sus concentraciones son altas; incluyen los estimu-
La ACTH se detecta por primera vez en la hipófisis fetal a las lantes tiroideos de larga acción y el protector de éstos, así como
SECCIÓN 3
siete semanas y se han identificado tanto GH como LH en la la inmunoglobulina estimulante del tiroides. Con anterioridad se
semana 13. Para el final de la 17, la glándula hipófisis fetal consideró que el crecimiento y desarrollo normales que ocurrían
puede sintetizar y almacenar todas las hormonas hipofisarias. a pesar del hipotiroidismo fetal constituían pruebas de que la T4
Más aún, la hipófisis fetal responde a las hormonas y puede no era indispensable para el crecimiento del feto. Sin embargo,
secretarlas en etapas tempranas de la gestación (Grumbach, hoy se sabe que dicho crecimiento procede de manera normal
1974). La hipófisis fetal secreta endorfina β y las concentracio- porque las pequeñas cantidades de T4 maternas evitan el creti-
nes de endorfina β y lipotropina β en sangre del cordón se incre- nismo prenatal en fetos con agenesia tiroidea (Vulsma, 1989). El
mentan a medida que lo hace la Pco2 fetal (Browning, 1983). feto con hipotiroidismo congénito no presenta casi nunca estig-
En la hipófisis fetal existe un lóbulo intermedio bien desarro- mas de cretinismo hasta después del nacimiento. Puesto que la
llado. Las células de esta estructura comienzan a desaparecer administración de hormona tiroidea evita el proceso, está indi-
antes del término y no existen en la hipófisis del adulto. Los cada en todos los recién nacidos una determinación de TSH en
principales productos secretados por las células del lóbulo inter- busca de concentraciones séricas elevadas (cap. 32, pág. 631).
medio son la hormona estimulante de los melanocitos α (α-MSH) Inmediatamente después del parto ocurren cambios impor-
y la endorfina β. tantes en la función y el metabolismo tiroideos. El enfriamiento
de la temperatura ambiental provoca un incremento súbito y
Neurohipófisis. La neurohipófisis está bien desarrollada a las
notorio de la secreción de la TSH, que a su vez genera un
semanas 10 a 12 y son demostrables la oxitocina y la arginina
aumento progresivo de la concentración sérica de T4 que es
vasopresina (AVP, arginine vasopressin). Ambas hormonas tal vez
máximo 24 a 36 h después de nacer. Se reconocen incrementos
actúan en el feto para conservar agua por actividades relaciona-
casi simultáneos de la concentración sérica de T3.
das en buena medida con el ámbito del pulmón y la placenta
más que el riñón. La concentración de AVP en plasma del cor- Glándulas suprarrenales
dón umbilical está muy aumentada respecto de la materna
Las glándulas suprarrenales fetales son mucho más grandes que
(Chard, 1971; Polin, 1977). La AVP en sangre fetal parece ele-
en adultos con respecto al tamaño corporal total. Su mayor parte
varse con el estrés fetal (DeVane, 1982).
está constituida por la llamada zona fetal o interna de la corteza
Glándula tiroides suprarrenal e involuciona con rapidez luego del parto. Esta zona
es escasa o está ausente en casos raros en los que la hipófisis fetal
El sistema hipófisis-tiroides funciona desde el final del primer
presenta ausencia congénita. La función de las glándulas supra-
trimestre. La glándula tiroides puede sintetizar hormonas desde
renales fetales se analiza con detalle en el capítulo 5 (pág. 108).
las semanas 10 a 12 y se han detectado TSH, tiroxina y globu-
lina transportadora de hormonas tiroideas (TBG, thyroid-bin-
ding globulin) en el suero fetal desde etapas tan tempranas como DESARROLLO DE LOS GENITALES
la semana 11 (Ballabio, 1989). La placenta concentra yodo de
manera activa en el lado fetal y, alrededor de la semana 12 y por ■ Embriología del útero y los oviductos
el resto del embarazo, la tiroides concentra yodo de manera más El útero y las trompas de Falopio provienen de los conductos de
ávida que la glándula correspondiente materna. Por consi- Müller, que aparecen en primer término en el polo superior de la
guiente, la administración materna de yodo radiactivo o canti- cresta urogenital en la quinta semana del desarrollo embrionario
dades considerables de yodo normal es peligrosa después de ese (fig. 7-16). Esta cresta está constituida por el mesonefros, la
periodo. Las concentraciones fetales normales de tiroxina libre gónada y los conductos vinculados. El primer índice de desarrollo
(T4), triyodotironina libre (T3) y globulina transportadora de de los conductos de Müller es un engrosamiento del epitelio celó-
tiroxina se incrementan de modo constante durante el embarazo mico cerca del nivel del cuarto segmento torácico, que se con-
(Ballabio, 1989). A diferencia de las concentraciones del adulto, vierte en el extremo fimbriado de la trompa de Falopio, se inva-
en la semana 36 la concentración sérica fetal de TSH es mayor, gina y crece en sentido caudal para formar un tubo delgado en el
la de T3 libre y total es menor y la de T4 similar, lo que sugiere borde lateral de la cresta urogenital. En la sexta semana, las puntas
que la hipófisis fetal tal vez no sea sensible a la retroalimentación crecientes de los dos conductos de Müller se acercan entre sí en la
hasta etapas avanzadas del embarazo (Thorpe-Beeston, 1991; línea media. Una semana después alcanzan el seno urogenital. En
Wenstrom, 1990). ese momento, los dos conductos de Müller se unen para formar
La hormona tiroidea fetal participa en el desarrollo normal uno solo a nivel de la cresta inguinal. Dicha cresta da origen al
de casi todos los tejidos fetales, pero en especial del cerebral. gubernaculum que es el primordio del ligamento redondo.
Esta influencia la ilustra el hipertiroidismo congénito, que apa- Por lo tanto, los extremos superiores de los conductos de
rece cuando el anticuerpo estimulante del tiroides materno atra- Müller dan origen a los oviductos y sus partes fusionadas for-
viesa la placenta y estimula la glándula tiroides fetal. Los fetos man el útero. El conducto vaginal no es permeable en toda su
afectados sufren taquicardia, hepatoesplenomegalia, alteracio- longitud hasta el sexto mes (Koff, 1933). Debido a la importan-
nes hematológicas, craneosinostosis y restricción del crecimiento. cia clínica de las alteraciones que surgen de la fusión anormal y
En la infancia experimentan dificultades motoras de percepción, disgenesia de estas estructuras, su embriogénesis se revisa con
hiperactividad y disminución del crecimiento (Wenstrom, 1990). detalle en el capítulo 3 (pág. 37).
Los efectos neonatales de la deficiencia tiroidea fetal se describen
en el capítulo 58 (pág. 1147). ■ Embriología de los ovarios
La placenta impide el paso sustancial de hormonas tiroideas A las casi cuatro semanas de gestación se forman las gónadas en
maternas al feto mediante la desyodación de T4 y T3 materna la superficie ventral del riñón embrionario, en un sitio entre los
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 145
Mesonefros
CAPÍTULO 7
Ganglio de la raíz
dorsal
Conducto
paramesonéfrico
B
Cresta
genital
C Glándula
suprarrenal en desarrollo
FIGURA 7-16. A. Corte transversal de un embrión de cuatro a seis semanas. B. Grandes células germinativas primordiales ameboides se despla-
zan (flechas) desde el saco vitelino hasta la región del epitelio germinativo en la cresta genital. C. Movilización de las células simpáticas desde
los ganglios raquídeos hasta una región por arriba del riñón en desarrollo. (Modificada a partir de Moore, 1988.)
segmentos torácico octavo y lumbar cuarto. El epitelio celómico en principio en la región del hilio. A medida que aparece tejido
se engruesa y grupos de células se proyectan hacia el mesénquima conjuntivo entre ellos, se asemejan a los cordones sexuales. De
subyacente. Esta región circunscrita se denomina epitelio germi- estas estructuras se proyectan los cordones medulares y persisten
nativo. Sin embargo, para la cuarta a sexta semanas hay muchas durante un tiempo variable (Forbes, 1942). En el tercer mes, la
células ameboideas grandes en esta región que se han desplazado médula y la corteza están bien definidas (fig. 7-17). La mayor
hacia el cuerpo del embrión desde el saco vitelino (fig. 7-16). parte del ovario está constituida por la corteza, una masa de
Estas células germinales primordiales son distinguibles por su células germinativas acumuladas y epitelioides, que muestran
gran tamaño y ciertas características morfológicas y citoquímicas. algunos signos de agrupamiento pero no cordones distintivos
Cuando las células germinales primordiales alcanzan la como en el testículo. Las bandas de células se extienden desde el
región genital, algunas entran al epitelio germinativo y otras se epitelio germinativo hasta la masa cortical y las mitosis son
unen con grupos de células que proliferan desde éste o que numerosas. La rápida sucesión de mitosis reduce pronto el
yacen en el mesénquima. Hacia el término de la quinta semana, tamaño de las células germinativas, hasta un grado en que ya no
la rápida división de todos estos tipos celulares produce la apari- se diferencian con claridad de las circundantes. Estas células ger-
ción de una cresta genital notoria. La cresta se proyecta en sen- minativas se conocen ahora como oogonias.
tido medial hacia la cavidad del cuerpo hasta un pliegue donde Hacia el cuarto mes, algunas células germinativas en la región
se encuentran los conductos mesonéfricos (de Wolff) y parame- medular comienzan a crecer, los llamados ovocitos primarios, al
sonéfricos (de Müller) (fig. 7-17). En la séptima semana se principio de la fase del crecimiento que continúa hasta la madu-
separa del mesonefros, excepto en una zona central estrecha, el rez. Durante este periodo de crecimiento celular muchos ovoci-
futuro hilio, donde ingresan los vasos sanguíneos. En este tos sufren degeneración, antes y después del nacimiento. Una
momento se puede distinguir el género porque se reconocen los capa única de células foliculares aplanadas que se derivaron de
testículos por la presencia de bandas radiantes de células bien manera original del epitelio germinativo rodea pronto a los ovo-
definidas, los denominados cordones sexuales. Éstos están sepa- citos primarios. Estas estructuras se llaman hoy día folículos pri-
rados del epitelio germinativo por un mesénquima que se con- mordiales y se observan por primera vez en la médula y después
vierte en la túnica albugínea. Los cordones sexuales, que constan en la corteza. Algunos folículos empiezan a crecer incluso antes
de células germinativas grandes y células epitelioides más peque- del nacimiento y se cree que otros persisten en la corteza casi sin
ñas derivadas del epitelio germinativo, dan origen a los túbulos cambios hasta la menopausia.
seminíferos y la red tubular. Esta última establece conexión con Alrededor de la edad de ocho meses, el ovario se ha conver-
los túbulos mesonéfricos que crean al epidídimo. Los conductos tido en una estructura larga, estrecha y lobulada que se adhiere
mesonéfricos se convierten en el conducto deferente. a la pared del cuerpo en la línea del hilio por el mesovario. El
En el embrión femenino, el epitelio germinativo prolifera epitelio germinativo se ha separado en su mayor parte de la cor-
durante más tiempo. Los grupos de células así formados yacen teza por una banda de tejido conjuntivo, la túnica albugínea,
146 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
SECCIÓN 3
Conducto
mesonéfrico
Conducto
paramesonéfrico
Cresta gonadal
Intestino posterior
Conducto
mesonéfrico
Conducto
Células
paramesonéfrico
germinativas Seno urogenital
primordiales
Gónada indiferenciada
Red testicular
Túnica albugínea
Epitelio superficial
Cordones testiculares
Cordones medulares
en degeneración
Trompa
uterina
Células
Cordón sexual primario foliculares Oogonias
Epitelio
superficial
Epitelio superficial
Célula de Sertoli
FIGURA 7-17. Continuación de la diferenciación sexual embriónica. TDF, factor determinante del testículo. (Modificada a partir de Moore, 1988.)
una estructura que está ausente en muchas áreas pequeñas oogonias y que se asemejan a las otras células epiteliales, como
donde hay tiras de células que suelen conocerse como cordones resultado de la mitosis repetida. En la corteza subyacente existen
de Pflüger, en contacto con el epitelio germinativo. Entre dichos dos zonas distintivas. En la parte superficial se observan nidos de
cordones se encuentran células que muchos autores consideran células germinales en las sinapsis meióticas intercalados con cor-
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 147
CAPÍTULO 7
saco vitelino y migran a la cresta genital para formar la gónada no
diferenciada. Si está presente un cromosoma Y, la gónada
■ Género fetal comienza a transformarse en un testículo a las seis semanas des-
En teoría, debe haber una relación primaria genérica de 1:1 en el pués de la concepción (Simpson, 1997). El desarrollo testicular es
momento de la fecundación porque está presente una cifra equi- dirigido por un gen localizado en el brazo corto del cromosoma Y
valente de espermatozoides portadores de X y Y. Sin embargo, (factor determinante del testículo [TDF, testis-determining fac-
esto no ocurre y se ha demostrado que muchos factores contribu- tor]), también llamado región determinante del sexo (SRY, sex-
yen a la relación de géneros en el momento de la concepción e determining region), que codifica un factor de transcripción que
incluyen susceptibilidad diferencial a exposiciones ambientales, actúa para regular la tasa de transcripción de un número de genes
así como trastornos médicos. Además, en parejas con una gran participantes en la diferenciación gonadal. El gen SRY es especí-
discrepancia de edad es más probable una descendencia mascu- fico del cromosoma Y, que se expresa en el cigoto humano de una
lina (Manning, 1997). Cualquiera que sea la causa, es imposible sola célula inmediatamente después de la fecundación del ovocito.
determinar la razón primaria de géneros, ya que esto requeriría la No se expresa en los espermatozoides (Fiddler, 1995; Gustafson,
asignación de género a los cigotos que no se segmentan, blastocis- 1994). Además, el desarrollo de un testículo requiere una región
tos que no se implantan y otras pérdidas gestacionales tempranas. de inversión del sexo dependiente de la dosis en el cromosoma X,
La relación de géneros secundaria se refiere a los fetos que así como genes autosómicos aún no identificados (Brown, 2005).
alcanzan la viabilidad y por lo regular es de 106 varones por 100 La contribución del género cromosómico al gonadal se ilus-
mujeres. La relación de géneros secundaria es explicable por la tra en diversas condiciones paradójicas. La frecuencia de varones
pérdida de más embriones-fetos femeninos que masculinos con fenotipo 46,XX se calcula en casi 1 en 20 000 nacidos vivos
durante el embarazo temprano. Como se indicó ya, Davis et al. masculinos (Page, 1985), lactantes que al parecer resultan de la
(1998) notificaron una declinación significativa de los naci- translocación del fragmento del cromosoma Y que contiene
mientos de varones desde 1950 en Dinamarca, Suecia, Holanda, TDF hacia el cromosoma X durante la meiosis de las células
Estados Unidos, Alemania, Noruega y Finlandia. Allan et al. germinativas masculinas (George, 1988). De manera similar, los
(1997) indicaron que los varones nacidos en Canadá desde individuos con cromosomas XY pueden tener aspecto fenotípi-
1970 disminuyeron en 2.2 nacimientos por cada 1 000 nacidos camente femenino si son portadores de una mutación en el gen
vivos. TDF/SRY. Hay pruebas de que los genes del brazo corto del
cromosoma X son capaces de suprimir el desarrollo testicular
■ Asignación de género al nacer a pesar de la presencia del gen SRY. Además, esto contribuye a
una forma de disgenesia gonadal recesiva ligada a X.
En la sala de partos, lo primero que desean saber los padres es el
La existencia de genes autosómicos determinantes del sexo se
género del recién nacido. Si los genitales externos del lactante
apoya en varios síndromes genéticos en los que la rotura de un
son ambiguos, el obstetra enfrenta un profundo dilema. En
gen autosómico produce, entre otros trastornos, disgenesia
estos casos, para asignar el género es necesario conocer el sexo
gonadal. Por ejemplo, la displasia camptomélica localizada en el
cariotípico, sexo gonadal, el ambiente hormonal al que el feto
cromosoma 17 se vincula con una inversión sexual del fenotipo
estuvo expuesto y todas las posibilidades de corrección quirúr-
XY. De manera similar, el seudohermafroditismo masculino se
gica. Con anterioridad, la mayor parte de los lactantes con un
ha relacionado con una mutación en el gen supresor del tumor
falo pequeño o quizás insuficiente se asignaba al género feme-
de Wilms en el cromosoma 11.
nino. Con base en el conocimiento actual de la participación de
la exposición fetal a las hormonas para establecer la preferencia Género fenotípico
y conducta de género, puede observarse que pudo ocasionarse El desarrollo del aparato urogenital en ambos sexos es indistin-
con tal criterio un trastorno de identidad genérica (Slijper, guible antes de las ocho semanas. Después, el desarrollo y la
1998). En consecuencia, parece mejor informar a los padres que diferenciación de los genitales externos hacia el fenotipo mascu-
si bien el lactante parece sano, es necesario determinar el género lino dependen de la función testicular. En ausencia de testículos
mediante diversas pruebas. Para estructurar un plan que pueda se produce la diferenciación femenina, cualquiera que sea el sexo
ayudar a la determinación de la causa de la presencia de genitales genético. El anatomista francés Alfred Jost realizó los experi-
ambiguos, debe considerarse el mecanismo normal y anormal mentos fundamentales para determinar la intervención del tes-
de la diferenciación sexual. tículo en la diferenciación sexual masculina. De manera ulterior,
este investigador estableció que el fenotipo inducido es mascu-
■ Diferenciación sexual lino y que las secreciones de las gónadas no son necesarias para
La diferenciación del género fenotípico se determina por la la diferenciación femenina. De modo específico, no se requiere
estructura cromosómica, que actúa en conjunción con el desa- el ovario fetal para la diferenciación sexual femenina. Jost et al.
rrollo gonadal. (1973) encontraron que si se efectuaba la castración de fetos de
coneja antes de la diferenciación genital, todos los recién naci-
Género cromosómico dos eran de fenotipo femenino con genitales externos e internos
El género genético, XX o XY, se establece en la fecundación, correspondientes. En consecuencia, se desarrollaban los con-
pero en las primeras seis semanas el desarrollo de embriones ductos de Müller para formar el útero, las trompas de Falopio y
masculinos y femeninos es indistinguible desde el punto de vista la porción superior de la vagina.
morfológico. La diferenciación de la gónada primordial en el Si se practicaba la castración fetal antes de la diferenciación
testículo u ovario señala el establecimiento del sexo gonadal. del primordio genital y después se implantaba un testículo en
148 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
un lado, en lugar de la gónada retirada, el fenotipo de todos los sentación inadecuada de andrógenos para uno destinado a ser
fetos era masculino. Por lo tanto, los genitales externos de éstos varón. Rara vez, la ambigüedad genital indica un hermafrodi-
estaban masculinizados. En el lado del implante testicular, el tismo verdadero. Varios factores de transcripción (SOX9, SF1 y
conducto de Wolff se transformaba en epidídimo, conducto WT1) y las alteraciones en las moléculas de señalización (hedge-
SECCIÓN 3
deferente y vesícula seminal. Por efecto de la castración, en el hog, WNT, cinasa dependiente de ciclina y cinasa Ras/MAP)
lado sin implante se desarrollaba el conducto de Müller pero no causan trastornos en el desarrollo sexual. Los ejemplos son la
el de Wolff. hiperplasia suprarrenal congénita y el síndrome de insensibilidad
Wilson y Gloyna (1970) y Wilson y Lasnitzki (1971) demos- al andrógeno (Larson, 2012). Las alteraciones de diferenciación
traron que la acción de la testosterona se amplificaba por su de género que causan ambigüedad genital se pueden asignar a una
conversión en 5α-dihidrotestosterona (5α-DHT). En casi todos de cuatro categorías clínicamente definidas que incluyen: 1) seu-
los tejidos que responden a andrógenos, la testosterona se con- dohermafroditismo femenino; 2) seudohermafroditismo mascu-
vierte en 5α-DHT por una reacción catalizada por la enzima lino; 3) disgenesia gonadal, incluido el hermafroditismo verda-
5α-reductasa. Dicha hormona actúa sobre todo y casi de manera dero, y, rara vez, 4) hermafroditismo verdadero (Low, 2003).
exclusiva en el tubérculo genital y los pliegues labioescrotales.
Categoría 1: seudohermafroditismo femenino
Mecanismos de la diferenciación de género
En este trastorno no se produce la sustancia inhibidora de los
Con base en tales observaciones, el sustento fisiológico de la
conductos de Müller. La exposición a los andrógenos es exce-
diferenciación de género puede resumirse. El género genético se
siva, pero variable para uno predestinado genéticamente a ser
establece en el momento de la fecundación y el gonadal lo deter-
mujer. El cariotipo es 46,XX y hay ovarios. Por lo tanto,
minan sobre todo los factores codificados por genes en el cro-
mediante los géneros genético y gonadal, todos están predesti-
mosoma Y, como SRY. De una manera aún no dilucidada, se
nados a ser mujeres y la alteración básica es un exceso de andró-
alcanza la diferenciación de la gónada primitiva en un testículo.
genos. Debido a que no se elabora sustancia inhibidora de los
conductos de Müller, se desarrollan útero, trompas de Falopio y
■ Testículos fetales
la porción superior de la vagina.
y diferenciación sexual masculina Si los fetos afectados se expusieran a una pequeña cantidad
El testículo fetal secreta una molécula proteinácea llamada sus- de andrógenos excesivos en una etapa razonablemente tardía del
tancia inhibidora de los conductos de Müller, una glucoproteína desarrollo fetal, el único trastorno genital sería una hipertrofia
dimérica con peso molecular de casi 140 000 Da que actúa de clitorídea leve a moderada, con un fenotipo femenino por lo
forma local como factor paracrino para precipitar la regresión de demás normal.
los conductos de Müller. Por consiguiente, impide el desarrollo Con una exposición algo mayor a los andrógenos, la hiper-
del útero, la trompa de Falopio y la porción superior de la trofia del clítoris es más pronunciada y los labios mayores se
vagina. Las células de Sertoli de los túbulos seminíferos produ- fusionan en la parte posterior. Si las concentraciones de andró-
cen la sustancia inhibidora de los conductos de Müller. Es genos se elevan en etapas tempranas del desarrollo embrionario,
importante que dichos túbulos aparezcan en las gónadas fetales la virilización puede ser más acusada. Ésta incluye la formación
antes de la diferenciación de las células de Leydig, que son el de pliegues labioescrotales; desarrollo de un seno urogenital en
sitio de síntesis de la testosterona. En consecuencia, las células el que la vagina se vacía en la uretra posterior; e incluso desarro-
de Sertoli producen la sustancia inhibidora de los conductos de llo de una uretra peniana con formación del escroto: el síndrome
Müller incluso antes de la diferenciación de los túbulos seminí- del escroto vacío (fig. 7-18A).
feros y se secreta desde etapas tan tempranas como la séptima
semana. La regresión de los conductos de Müller concluye entre Hiperplasia suprarrenal congénita. Ésta es la causa más fre-
las semanas 9 y 10, momento anterior al comienzo de la secre- cuente de exceso de andrógenos en fetos con seudohermafrodi-
ción de testosterona. Puesto que actúa localmente cerca de su tismo femenino. Las glándulas hiperplásicas sintetizan enzimas
sitio de síntesis, si no hubiera un testículo en un lado, el con- defectuosas que provocan alteración de la síntesis de cortisol.
ducto de Müller persistiría en él y se desarrollarían el útero y la Esto lleva a una estimulación excesiva por la ACTH hipofisaria
trompa de Falopio. La diferenciación de los genitales externos de las glándulas suprarrenales fetales, con secreción de grandes
femeninos concluye en la semana 11, en tanto que la de los cantidades de precursores de cortisol, incluidas las prehormonas
genitales externos masculinos lo hace en la 14 (Sobel, 2004). androgénicas. Éstas, por ejemplo la androstenediona, se con-
vierten en testosterona en tejidos fetales extrasuprarrenales.
Secreción fetal de testosterona Las mutaciones pueden incluir a cualesquiera de varias enzi-
Al parecer por estimulación inicial de la gonadotropina coriónica mas, pero las más frecuentes son esteroide 21-hidroxilasa,
(hCG), y después por la LH hipofisaria fetal, los testículos del feto 11β-hidroxilasa y 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa. La defi-
secretan testosterona. Esta hormona actúa de manera directa sobre ciencia de esta última enzima impide la síntesis de casi todas las
el conducto de Wolff para que se desarrollen el conducto deferente, hormonas esteroideas. La deficiencia de la 17β-hidroxilasa u
el epidídimo y las vesículas seminales. La testosterona también 11β-hidroxilasa induce un incremento de la producción de des-
ingresa a la sangre fetal y actúa sobre el primordio de los genitales oxicorticosterona, que ocasiona hipertensión y acidosis hipopo-
externos. Sin embargo, en estos tejidos la testosterona se convierte tasémica. Por lo tanto, estas formas de hiperplasia suprarrenal
en 5α-DHT para producir virilización de los genitales externos. congénita constituyen urgencias médicas en el recién nacido
(Fritz, 2011). En la actualidad, la deficiencia de 21-hidroxilasa
■ Ambigüedad genital del recién nacido puede diagnosticarse dentro del útero mediante análisis molecu-
La ambigüedad genital neonatal es resultado de una acción exce- lar del DNA fetal. Se ha recurrido a la administración prenatal
siva de los andrógenos en un feto destinado a ser mujer, o la repre- de dexametasona a la madre para atenuar la virilización fetal,
Embriogénesis y desarrollo morfológico fetal 149
CAPÍTULO 7
A B C
FIGURA 7-18. Genitales ambiguos. A. Seudohermafroditismo femenino por hiperplasia suprarrenal congénita. El lactante es 46,XX y presenta virili-
zación intensa con formación del escroto sin testículos y una uretra peniana. B. Seudohermafroditismo masculino por el síndrome de insensibilidad a
andrógenos incompleto. El lactante es 46,XY con genitales externos que muestran hipertrofia del clítoris. C. Hermafroditismo verdadero en un lac-
tante 46,XX/46,XY. Se observa un hemiescroto y diferentes tonos cutáneos a cada lado. (Fotografías proporcionadas por la Dra. Lisa Halvorson.)
pero esta medida es controversial (Miller, 2013; New, 2012). ción de testosterona después (Edman, 1977). Estos resultados
Este tratamiento fetal se describe en el capítulo 16 (pág. 323). tienen diversos fenotipos, desde el femenino normal, sin útero,
trompas de Falopio y la porción superior de la vagina, hasta el
Exceso de andrógenos de origen materno. El transporte de
fenotipo masculino normal, con anorquia.
andrógenos de origen materno puede provenir de los ovarios
La resistencia a los andrógenos o las deficiencias en la capaci-
con hiperreacción luteínica o quistes tecaluteínicos, o de tumo-
dad de respuesta a ellos son producto de una proteína receptora
res como los de las células de Leydig y de Sertoli-Leydig (cap.
de andrógenos anormal o ausente, o del fracaso de la conversión
63, pág. 1228). Pero, en casi todos estos trastornos el feto feme-
de testosterona en 5α-DHT en tales tejidos por actividad enzi-
nino no experimenta virilización debido a que durante la mayor
mática deficiente (Wilson, 1978).
parte del embarazo se protege el exceso de andrógenos maternos
por la extraordinaria capacidad del sincitiotrofoblasto de con- Síndrome de insensibilidad a andrógenos. Llamada con
vertir casi todos los esteroides C19, incluida la testosterona, en anterioridad feminización testicular, ésta es la forma más
estradiol-17β. La única excepción a tal generalización es la defi- extrema del síndrome de resistencia a andrógenos y algunos
ciencia de aromatasa fetal, que produce virilización materna y individuos carecen de respuesta hística a los andrógenos. Se han
fetal (cap. 5, pág. 110). Algunos fármacos pueden ocasionar un informado más de 800 mutaciones causantes de este síndrome
exceso de andrógenos fetales femeninos. Más a menudo, los fár- en el receptor androgénico, que es un gen de ocho exones
macos incluidos son progestágenos sintéticos o esteroides ana- situado en el brazo largo del cromosoma X (Hughes, 2012; The
bólicos (cap. 12, pág. 249). Es importante que todos los sujetos Lady Davis Institute for Medical Research, 2013).
con seudohermafroditismo femenino, excepto aquellos con defi- Esto produce un fenotipo femenino con vagina corta con
ciencia de aromatasa, puedan ser mujeres normales y fecundas si extremo ciego; ausencia de útero y trompas de Falopio, y falta de
se establece el diagnóstico apropiado y se inicia un tratamiento estructuras del conducto de Wolff. En el momento esperado de
oportuno y adecuado. la pubertad, la concentración de testosterona en mujeres afecta-
das aumenta hasta cantidades similares a las de varones norma-
Categoría 2: seudohermafroditismo masculino les. No obstante, no hay virilización e incluso no se desarrolla
Se caracteriza por exposición androgénica incompleta y variable vello púbico y axilar por resistencia de órgano terminal. En apa-
de un feto predestinado a ser masculino. El cariotipo es 46,XY y riencia, debido a la resistencia a andrógenos en el ámbito cere-
no hay testículos ni gónadas. En algunos casos, la masculiniza- bral e hipofisario, la concentración de LH también está incre-
ción incompleta es consecutiva a una producción inadecuada de mentada. En respuesta a concentraciones elevadas de LH hay
testosterona por el testículo fetal. También puede surgir como una mayor secreción testicular de estradiol-17β, en compara-
efecto de una menor capacidad de respuesta del primordio genital ción con la de varones normales (MacDonald, 1979). La mayor
a las cantidades normales de andrógenos, incluido el fracaso de la secreción de estrógenos y la ausencia de respuesta de andrógenos
formación in situ de 5α-DHT en tejidos que responden a andró- actúan de modo concertado para producir feminización en la
genos. Puesto que hay testículos presentes, al menos en algún forma de desarrollo mamario.
momento de la vida embrionaria se elabora sustancia inhibidora Los individuos con insensibilidad incompleta a los andróge-
de los conductos de Müller. Por consiguiente, no se desarrollan el nos tienen ligera respuesta a ellos. Por lo regular presentan una
útero, las trompas de Falopio y la porción superior de la vagina. hipertrofia clitorídea leve al nacer (fig. 7-18B). En el momento
Puede haber producción deficiente de testosterona testicular esperado de la pubertad aparece vello púbico y axilar, pero no
fetal si existe un defecto enzimático de la esteroidogénesis que hay virilización. Estas mujeres también desarrollan mamas feme-
incluya cualesquiera de las cuatro enzimas en la vía biosintética ninas, al parecer por los mismos mecanismos endocrinos que en
de la testosterona. La alteración de la esteroidogénesis testicular aquellos individuos con la forma completa del trastorno
fetal también puede ser resultado de una alteración en el recep- (Madden, 1975). La insensibilidad puede ser efecto de mutacio-
tor de LH–hCG o por hipoplasia de las células de Leydig. nes de aminoácido en la línea germinal, en el gen del receptor
Con la regresión testicular embrionaria, estas gónadas invo- para andrógeno ligado a X del DNA muy estructurado y los
lucionan durante la vida embrionaria o fetal y no hay produc- dominios para unión con el ligando (Lagarde, 2012).
150 Implantación de la placenta, embriogénesis y desarrollo fetal
Otro grupo corresponde al denominado seudohermafrodi- En la anamnesis, durante la exploración física y ecográfica del
tismo masculino familiar de tipo I (Walsh, 1974). También se lo recién nacido, el médico experimentado puede precisar una can-
conoce a menudo como síndrome de Reifenstein y constituye tidad de hallazgos importantes. Éstos incluyen localización de
un espectro de virilización incompleta. Los fenotipos son varia- las gónadas, longitud y diámetro del falo, posición del meato
SECCIÓN 3
bles, desde un fenotipo similar al de una mujer con insensibili- uretral, grado de fusión de los pliegues labioescrotales e identifi-
dad incompleta a los andrógenos hasta el fenotipo masculino cación de una vagina, saco vaginal o seno urogenital (Fritz,
con tan sólo escroto bífido, infecundidad y ginecomastia. 2011). Si está presente el útero, el diagnóstico debe ser de seu-
El gen que codifica la proteína receptora de andrógenos se dohermafroditismo femenino, disgenesia testicular o gonadal, o
localiza en el cromosoma X. Se han demostrado más de 100 hermafroditismo verdadero. Es útil un antecedente familiar de
mutaciones diferentes de este gen, lo que representa una amplia hiperplasia suprarrenal congénita. Si no hay útero, se establece
variabilidad en la capacidad de respuesta a andrógenos de perso- el diagnóstico de seudohermafroditismo masculino. La resisten-
nas en quienes la proteína receptora de andrógenos es nula o cia a andrógenos y los defectos enzimáticos en la biosíntesis tes-
anormal, y las múltiples mutaciones diferentes vinculadas con ticular de testosterona suelen ser familiares.
un trastorno (McPhaul, 1991; Patterson, 1994).
Una forma alternativa de resistencia a andrógenos es efecto
de la deficiencia de 5α-reductasa en tejidos que responden a BIBLIOGRAFÍA
tales hormonas. Puesto que la acción andrógena en el primordio Adam PAJ, Teramo K, Raiha N, et al: Human fetal insulin metabolism early in
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156
CAPÍTULO 8
Asesoramiento preconcepcional
CAPÍTULO 8
Factor Prevalencia (%) enfermedad de alto riesgo podría afectar al feto. Más tarde, se
Consumo de tabaco 23 proporciona información para mejorar los resultados. La infor-
Consumo de alcohol 50 mación preconcepcional detallada con respecto a algunas enfer-
Uso de multivitamínicos 35 medades se encuentra en las siguientes secciones, además de ser
Falta de utilización de anticonceptivos 53 el tema específico de otros capítulos de esta obra.
Visita dental 78
Valoración del estado de salud 30
Abuso físico 4 ■ Diabetes mellitus
Tensión emocional 19 Como es bien conocida la patología materna y fetal relacionada
Sobrepeso 13 con hiperglucemia, la diabetes es el prototipo de enfermedad
Peso insuficiente 13 para la cual es beneficioso el asesoramiento preconcepcional.
Obesidad 22 Los riesgos relacionados con la diabetes para la madre y el feto
Diabetes 2 se revisan con detalle en el capítulo 57 (pág. 1125). Muchas de
Asma 7 estas complicaciones pueden evitarse si se logran cifras óptimas
Hipertensión 2 de glucosa antes del embarazo. El American College of Obstetri-
Problemas cardiacos 1 cians and Gynecologists (2012b) ha concluido que el asesora-
Anemia 10 miento preconcepcional para mujeres con diabetes pregestacio-
Parto previo con producto con bajo 12 nal es beneficioso y rentable y que debe favorecerse. La American
peso al nacimiento Diabetes Association publicó recomendaciones de un consenso
Recién nacido prematuro en embarazo 12 para la atención preconcepcional para mujeres diabéticas (Kitz-
previo miller, 2008). Estas guías recomiendan que se realice una anam-
nesis amplia sobre la duración de la enfermedad y complicacio-
a En mujeres que no estaban intentando embarazarse. Datos obtenidos
nes relacionadas; solicitar exámenes clínicos y de laboratorio en
de D’Angelo, 2007
busca de lesión de órganos terminales. Quizá el aspecto más
importante, es la recomendación del objetivo preconcepcional
del nivel más bajo posible de hemoglobina A1c sin llevar a la
miento preventivo durante exámenes periódicos para la conser- madre al riesgo de hipoglucemia. Además de valorar el control
vación de la salud. El momento en que se informa de una prueba de la diabetes durante las seis semanas previas, la medición de la
negativa del embarazo también es un excelente momento para la hemoglobina A1c también puede utilizarse para valorar el riesgo
educación. Jack et al. (1995) aplicaron encuestas amplias de para anomalías mayores (fig. 8-1). Aunque estos datos se obtu-
riesgo preconcepcional a 136 de dichas mujeres y casi 95% de vieron de mujeres con diabetes grave evidente, la incidencia de
ellas reportaron al menos un problema que podría afectar un anomalías fetales en mujeres que tienen diabetes gestacional con
futuro embarazo. Éstos incluyeron problemas médicos o repro- hiperglucemia en ayuno se incrementa cuatro veces en compa-
ductivos (52%), antecedentes familiares de enfermedades gené- ración con las mujeres sanas (Sheffield, 2002).
ticas (50%), incremento en el riesgo de infección por el virus de Dicho asesoramiento ha mostrado ser eficaz. En una revisión,
la inmunodeficiencia humana (30%), incremento en el riesgo Leguizamón et al. (2007) identificaron dos estudios que incluye-
de hepatitis B y consumo de drogas ilegales (25%), consumo de ron más de 3 200 embarazos en mujeres con diabetes dependiente
alcohol (17%) y riesgos nutricionales (54%). Los asesores deben de insulina. De las 1 618 mujeres sin asesoramiento preconcepcio-
tener conocimientos con respecto a enfermedades relevantes, nal, 8.3% tuvieron un feto con anomalías congénitas graves y eso
cirugías previas, trastornos reproductivos o enfermedades gené-
ticas que deben interpretar, y proporcionar recomendaciones
para valoración por otros especialistas. Si se encuentra incó- 25
modo proporcionando el asesoramiento, la mujer o la pareja
Malformaciones mayores
miento tuvieron mejor control glucémico antes del embarazo y en Malformaciones relativo
el primer trimestre, recibieron cantidades más elevadas de folato congénitas (intervalo de
antes del embarazo y experimentaron tasas más bajas de resultados mayores confianza
adversos (definidos como muerte perinatal o anomalías congéni- Antiepilépticos (n) n (%) de 95%)a
tas mayores). Tales beneficios se acompañaron de una reducción Controles sin exposición 5 (1.1) Referencia
en los costos por atención a la salud en mujeres diabéticas. A par- (442)
tir de esta revisión, Reece y Homko (2007) encontraron que por Lamotrigina (1 562) 31 (2.0) 1.8 (0.7–4.6)
cada dólar gastado en un programa de atención preconcepcional, Carbamazepina (1 033) 31 (3.0) 2.7 (1.0–7.0)
se ahorraron entre 1.86 y 5.19 dólares en costos de atención a la Difenilhidantoinato (416) 12 (2.9) 2.6 (0.9–7.4)
salud. Pese a tales beneficios, la proporción de mujeres diabéticas Levetiracetam (450) 11 (2.4) 2.2 (0.8–6.4)
que reciben atención preconcepcional es óptima. En un estudio Topiramato (359) 15 (4.2) 3.8 (1.4–10.6)
con casi 300 mujeres diabéticas en un plan de atención médica, Valproato (323) 30 (9.3) 9.0 (3.4–23.3)
Kim et al. (2005) encontró que sólo la mitad de las mujeres tuvie- Fenobarbital (199) 11 (5.5) 5.1 (1.8–14.9)
ron asesoramiento preconcepcional. Las tasas de este último son Oxcarbazepina (182) 4 (2.2) 2.0 (0.5–7.4)
mucho menores entre mujeres no aseguradas e indigentes. Gabapentina (145) 1 (0.7) 0.6 (0.07–5.2)
Zonisamida (90) 0 (0) NA
Clonazepam (64) 2 (3.1) 2.8 (0.5–14.8)
■ Epilepsia a Riesgo comparado con la población de referencia no expuesta, de
Las mujeres con epilepsia tienen un incremento dos a tres veces mujeres no epilépticas.
mayor de tener lactantes con anomalías estructurales en compa- NA, no aplica.
ración con mujeres no afectadas (Wide, 2004). Algunos repor- Datos de Hernández-Díaz, 2012.
tes antiguos indicaron que la epilepsia incrementaba el riesgo a
priori para malformaciones congénitas, lo cual era indepen-
diente de cualquier efecto del tratamiento anticonvulsivo. Aun- comparación con otros (Jentink, 2010). De acuerdo con Jeha y
que publicaciones más recientes no han confirmado este incre- Morris (2005), la American Academy of Neurology recomienda
mento del riesgo en mujeres sin tratamiento, es difícil refutar tomar en consideración la interrupción del tratamiento anticon-
por completo esta aseveración porque las mujeres que se contro- vulsivo antes del embarazo, en mujeres que sean elegibles para esta
lan sin fármacos por lo general tienen enfermedad menos grave conducta terapéutica. Se incluye a las mujeres que satisfagan los
(Cassina, 2013). Fried et al. (2004) realizaron un metaanálisis siguientes criterios: haber permanecido sin convulsiones por dos a
de estudios comparando mujeres epilépticas con y sin trata- cinco años, mostrar convulsiones de un solo tipo, exploración
miento, con un grupo testigo. En este estudio, sólo se pudo neurológica normal, inteligencia normal y electroencefalograma
demostrar incremento de las tasas de malformaciones en la des- que muestren resultados de normalización con el tratamiento.
cendencia de mujeres que habían estado expuestas a tratamiento Se debe recomendar a las mujeres epilépticas que tomen
anticonvulsivo. Veiby et al. (2009) utilizaron el Medical Birth complementos de ácido fólico. Sin embargo, no está completa-
Registry of Norway para comparar los resultados en 2 861 partos mente claro si los complementos de folato reducen las malfor-
en mujeres epilépticas con 369 267 partos en un grupo testigo. maciones fetales en mujeres embarazadas en riesgo y que reciben
Se identificó un incremento del riesgo de malformaciones sólo tratamiento anticonvulsivo. En un estudio de casos y testigos,
en mujeres que habían tenido exposición a ácido valproico Kjær et al. (2008) reportaron que se redujo el riesgo de anoma-
(5.6%) y tratamiento con varios fármacos (6.1%). Las mujeres lías congénitas con la administración de complementos de
que no recibieron tratamiento tenían tasas de anomalías simila- folato a la madre en fetos expuestos a carbamazepina, fenobarbi-
res a las incluidas en el grupo testigo, no epilépticas. tal, difenilhidantoinato y primidona. Por el contrario, tomando
De manera ideal, el control de las convulsiones debe llevarse como base el United Kingdom Epilepsy and Pregnancy Register,
a niveles óptimos antes del embarazo. Vajda et al. (2008) repor- Morrow et al. (2009) compararon los resultados fetales de muje-
taron datos del Australian Register of Antiepileptic Drugs in Preg- res que recibieron ácido fólico preconcepcional con las que no
nancy. El riesgo de convulsiones durante el embarazo disminuyó lo recibieron hasta etapas avanzadas del embarazo o que no lo
en 50 a 70% si no habían ocurrido convulsiones en el año pre- recibieron en lo absoluto. En este estudio, ocurrió un incremento
vio al embarazo. No hubo ventajas adicionales si el periodo sin paradójico en el número de malformaciones congénitas mayores
convulsiones excedía un año. en el grupo que recibió folato preconcepcional. Los investigado-
Deben realizarse esfuerzos para lograr el control convulsivo res concluyeron que el metabolismo del folato puede ser sólo
con monoterapia y con la administración de fármacos que se con- una parte del mecanismo por el cual se inducen malformaciones
sideran menos teratógenos (Aguglia, 2009; Tomson, 2009). en mujeres que reciben estos fármacos.
Como se revisa con mayor detalle en el capítulo 60 (pág. 1190) y
como se muestra en el cuadro 8-2, algunos regímenes con un solo
fármaco son más teratógenos que otros. En particular, se consi- ■ Inmunizaciones
dera que el ácido valproico debe evitarse en la medida de lo posi- El asesoramiento preconcepcional incluye la valoración de la
ble, porque este medicamento se ha asociado de manera consis- inmunidad contra los patógenos comunes. Dependiendo del
tente con mayor riesgo para anomalías congénitas mayores en estado de salud, también comprende planificación de viajes,
Asesoramiento preconcepcional 159
época del año en que pueden estar indicadas otras vacunas, sólo después de las anomalías cardiacas como la malformación
como se revisa en el capítulo 9 (cuadro 9-9, pág. 186). fetal estructural más frecuente (cap. 14, pág. 283). Algunos
Las vacunas que contienen toxoides (pág. ej., tétanos o ela- NTD, así como ciertos defectos cardiacos congénitos, se asocian
boradas con virus o bacterias inactivos, como en la influenza, con mutaciones específicas. Un ejemplo es la sustitución 677C
CAPÍTULO 8
neumococo, hepatitis B, meningococo y rabia) no se han aso- → T en el gen que codifica la metileno tetrahidrofolato reduc-
ciado con resultados fetales adversos y no están contraindicadas tasa. Para éste y para defectos genéticos similares, el estudio clí-
antes del embarazo o durante el mismo. Por el contrario, durante nico realizado por el Medical Research Council Vitamin Study
el embarazo no se recomiendan las vacunas de virus vivos (lo Research Group (1991) demostró que el tratamiento preconcep-
que incluye virus de varicela zoster, sarampión, parotiditis, cional con ácido fólico reducirá de manera significativa el riesgo
rubeola, polio, varicela y fiebre amarilla). Además, se sugiere que de NTD recurrente en 72%. De mayor importancia, como más
pase un mes o más entre la vacunación y los intentos de emba- de 90% de los recién nacidos con NTD eran hijos de mujeres
razo. Se dice que la administración inadvertida de la vacuna con riesgo bajo, Czeizel y Dudas (1992) demostraron que la
contra sarampión, parotiditis y rubeola (vacuna MMR) o de la administración de complementos reducía el riesgo a priori de la
varicela durante el embarazo no suelen considerarse indicacio- aparición del primer NTD. Por tanto, a la fecha se recomienda
nes para la terminación del mismo. La mayor parte de los repor- que todas las mujeres que vayan a embarazarse reciban 400 a
tes indican que el riesgo fetal es sólo teórico. La inmunización 800 μg de ácido fólico por vía oral al día antes de la concepción
contra varicela, carbunco y otras enfermedades por bioterro- y durante todo el primer trimestre (U.S Preventive Services Task
rismo debe analizarse si es apropiado desde el punto de vista Force, 2009). Los cereales enriquecidos con folato se han vuelto
clínico (cap. 64, pág. 1258). Con base en el estudio de aproxi- obligatorios en Estados Unidos desde 1998 y esta práctica tam-
madamente 200 mujeres que recibieron vacuna contra la vari- bién ha ocasionado una reducción en la tasa de defectos del tubo
cela cerca del momento de la concepción, Ryan et al. (2008) neural (Mills, 2004). Pese a los beneficios demostrados con la
encontraron que las tasas de aborto, parto prematuro y defectos complementación con ácido, sólo la mitad de las mujeres ha
congénitos no fueron más elevadas de lo esperado. tomado ácido fólico antes de embarazarse (de Jong-van den
Berg, 2005; Goldberg, 2006). El factor pronóstico más fuerte
parece ser la valoración antes de la concepción con un miembro
ENFERMEDADES GENÉTICAS
del equipo sanitario.
Los Centers for Disease Control and Prevention (2013) calcularon
que 3% de los recién nacidos cada año en Estados Unidos ten- ■ Fenilcetonuria
drían al menos un defecto congénito. Tales efectos son la principal Este defecto hereditario en el metabolismo de la fenilalanina
causa de mortalidad infantil y explican 20% de las defunciones ejemplifica las enfermedades en las cuales el feto podría no estar
perinatales. Los beneficios del asesoramiento preconcepcional en riesgo de heredar un trastorno, pero podría sufrir lesiones por
suelen medirse al comparar la incidencia de nuevos casos antes y la enfermedad materna. En específico, las madres con fenilceto-
después del inicio del programa de asesoramiento. Las enfermeda- nuria que consumen una dieta sin restricciones tienen concen-
des congénitas para las cuales se obtiene beneficio evidente por la traciones anormalmente elevadas de fenilalanina. El aminoácido
educación de las pacientes incluye defectos del tubo neural, fenil- cruza con facilidad la placenta y puede lesionar los órganos feta-
cetonuria, talasemia y otras enfermedades genéticas más comunes les en desarrollo, en especial los tejidos nervioso y el cardiaco
en individuos de Europa occidental, descendientes de judíos. (cuadro 8-3). Con un asesoramiento preconcepcional apro-
piado y apego a una dieta con restricción de fenilalanina antes
■ Antecedentes heredofamiliares del embarazo, se reduce de manera espectacular la incidencia de
El método más meticuloso para obtener los antecedentes heredo- malformaciones fetales (Guttler, 1990; Hoeks, 2009; Koch,
familiares como parte de la detección genética es la construcción 1990). Por tanto, se recomienda que la concentración de fenil-
de un árbol genealógico utilizando los símbolos que se muestran alanina se normalice tres meses antes de la concepción y que
en la figura 8-2. El estado reproductivo y de salud de cada fami- dichas concentraciones se conserven a lo largo del embarazo
liar debe revisarse de forma individual en busca de enfermedades, (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2009b).
retraso mental, defectos congénitos, infertilidad y abortos. Cier-
tos aspectos raciales, étnicos o religiosos pueden indicar incre-
mento del riesgo para trastornos recesivos específicos.
Aunque la mayor parte de las mujeres pueden proporcionar CUADRO 8-3. Frecuencia de las complicaciones
cierta información con respecto a sus antecedentes, su conoci- en la descendencia de mujeres con fenilcetonuria
miento puede ser muy limitado. Por ejemplo, varios estudios sin tratamientoa (fenilalanina en sangre >1 200 μmol/L).
han demostrado que las mujeres embarazadas a menudo omiten Frecuencia de embarazos
reportar defectos congénitos en la familia o bien, los reportan de Complicación afectados (%)
manera incorrecta. Así, cualquier defecto o enfermedad genética
reportado debe ser confirmado mediante revisión de los regis- Aborto espontáneo 24
Retraso mental 92
tros médicos pertinentes o al establecer contacto con los familia-
Microcefalia 73
res afectados, en busca de información adicional.
Cardiopatías congénitas 12
Restricción del crecimiento fetal 40
■ Defectos del tubo neural
a Concentración de fenilalanina en sangre >1 200 μmol/L.
La incidencia de defectos del tubo neural (NTD, neural-tube
defects) es de 0.9 × 1 000 nacidos vivos y es la segunda causa, Adaptado de Maillot, 2007.
160 Atención preconcepcional y prenatal
Varón Matrimonio
SECCIÓN 4
Mujer
Unión libre
Sexo no especificado
Divorcio
Número de niños
4 2
del sexo indicado Pareja
consanguínea
Afectado
Mellizos
monocigotos
Heterocigoto para un
rasgo autosómico
Mellizos
Portador de un rasgo dicigotos
recesivo vinculado con
el cromosoma X
Caso índice ?
Mellizos de cigosidad
desconocida
Individuo fallecido
1 2
Número de individuos
I
Muerte prenatal en el árbol genealógico
1 2 3
Aborto II El caso índice es el II-2
Adoptado dentro
de la misma familia
Sin descendencia
FIGURA 8-2. Símbolos utilizados para la elaboración de un árbol genealógico (redibujado de Thompson, 1991).
■ Talasemias inicio del programa, todas las parejas de alto riesgo que realiza-
ron las pruebas de diagnóstico prenatal completaron el pro-
Estos trastornos de la síntesis de la cadena de globina son los grama y, de forma sobresaliente, no nacieron niños afectados
trastornos monogenéticos más comunes en todo el mundo. durante ese periodo.
Hasta 200 millones de personas portan el gen para una de estas El American College of Obstetricians and Gynecologists (2013b)
hemoglobinopatías y se sabe de miles de mutaciones que causan recomendó que los individuos con ancestros de alto riesgo fue-
síndromes de talasemia (cap. 56, pág. 1112). En áreas endémi- ran sometidos a pruebas de detección de estado de portador
cas, como países del Mediterráneo y del sudeste asiático, el ase- para permitir que tomaran decisiones informadas con respecto a
soramiento y otras estrategias preventivas han reducido la inci- la reproducción y el diagnóstico prenatal. Para pacientes con
dencia de nuevos casos hasta en 80% (Angastiniotis, 1998). Por riesgo de ciertos síndromes de talasemia se encuentra disponible
ejemplo, más de 25 000 estudiantes de origen mediterráneo un método (diagnóstico genético previo a la implantación), que se
recibieron asesoramiento y fueron sometidos a pruebas durante revisa con mayor detalle en el capítulo 14 (pág. 301) (Chen,
un periodo de 20 años (Mitchell, 1996). Pocos años después del 2008; Kuliev, 2011).
Asesoramiento preconcepcional 161
CAPÍTULO 8
Unidos son descendientes de judíos ashkenazi y se encuentran 14 Hipertensión
Porcentaje de nacimientos
Diabetes
en alto riesgo para tener descendencia con uno de varios trastor- 12
nos autosómicos recesivos. Éstos incluyen enfermedad de Tay-
Sachs, enfermedad de Gaucher, fibrosis quística, enfermedad de 10 Parto prematuro
Canavan, disautonomía familiar, mucolipidosis IV, enfermedad
8
de Niemann-Pick tipo A, anemia de Fanconi del grupo C y sín- Producto con bajo
drome de Bloom. El American College of Obstetricians and Gyne- 6 peso al nacimiento
cologists (2009c) recomienda asesoramiento preconcepcional y
detección para estas poblaciones. La frecuencia de estado de por- 4
tador y las características de estas enfermedades se revisan con 2
Desprendi-
Placenta previa miento
mayor detalle en el capítulo 14 (cuadro 14-11, pág. 298). placentario
0
20–24 25–29 30–34 >35
ANTECEDENTES REPRODUCTIVOS Edad de la madre
Durante la detección preconcepcional, debe buscarse informa- FIGURA 8-3. Incidencia de complicaciones selectas del embarazo con
ción con respecto a la infertilidad, resultados de embarazos relación a la edad materna entre 295 667 mujeres que parieron en el
anormales que pueden incluir embarazo ectópico, aborto recu- hospital Parkland, 1988-2012 (cortesía de Dr. Donald McIntire).
rrente y complicaciones obstétricas como preeclampsia, des-
prendimiento prematuro de placenta y parto prematuro (Stub-
blefield, 2008). Como se revisa en el capítulo 35 (pág. 664), los (lo que incluye datos del hospital Parkland, presentados en la
detalles que involucran un nacimiento previo son de especial figura 8-3) indican que después de los 35 años de edad existe un
importancia. Por ejemplo, Korteweg et al. (2008) identificaron incremento en el riesgo de complicaciones obstétricas, así como
anomalías cromosómicas en 13% de los mortinatos a los cuales de morbilidad y de mortalidad perinatales (Cunningham, 1995;
se les realizó cariotipo. En fechas más recientes, Reddy et al. Huang, 2008). Las mujeres de edad avanzada que tienen enfer-
(2012) confirmaron que los análisis de micromatrices cromosó- medades crónicas o con mal estado físico por lo general tienen
micas proporcionaban una mejor detección de anomalías gené- riesgos aparentes. Sin embargo, para la mujer con buen estado
ticas que el cariotipo estándar, principalmente porque el tejido físico sin enfermedades asociadas, los riesgos son mucho meno-
no viable puede usarse para análisis. La identificación de anoma- res de lo previamente reportado.
lías genéticas en mortinatos puede ayudar a determinar el riesgo En términos generales, la tasa de mortalidad materna es más
de recurrencia y ayudar en el tratamiento preconcepcional o alta en mujeres con edades de 35 años de edad y mayores (cap. 1,
prenatal en embarazos subsiguientes. pág. 5). En comparación con las mujeres en la tercera década de
la vida, aquellas de 35 a 39 años de edad tienen una probabilidad
2.5 veces más elevada y para las de 40 años de edad y mayores esta
EDAD DE LOS PADRES cifra es de 5.3 veces de sufrir mortalidad relacionada con el emba-
razo (Geller, 2006). De acuerdo con Buehler et al. (1986) mejorar
■ Edad materna la atención médica puede mejorar estos factores de riesgo. Se revi-
Las mujeres en ambos extremos del espectro de edad reproduc- saron los datos de muerte materna en Estados Unidos de 1974 a
tiva tienen resultados singulares a considerar. En primer lugar, 1982. Para 1978, las mujeres de edad más avanzada tenían un
de acuerdo con los Centers for Disease Control and Prevention, en incremento de cinco veces en el riesgo relativo de muerte materna
el año 2010, 3.4% de los nacimientos en Estados Unidos ocu- en comparación con las más jóvenes. Para 1982, las tasas de mor-
rrieron en mujeres con edades entre 15 y 19 años de edad (Mar- talidad para mujeres más grandes disminuyeron en 50%.
tin, 2012). Esta tasa representa una cifra históricamente baja en Para el feto, los riesgos relacionados con la edad materna se
Estados Unidos para nacimientos en adolescentes con una basan principalmente en: 1) indicación para terminación prema-
reducción de 45% desde 1991. Se dice que las adolescentes se tura del embarazo por complicaciones maternas como hiperten-
encuentran en mayor riesgo para anemia, parto prematuro y sión y diabetes; 2) parto prematuro espontáneo; 3) trastornos del
preeclampsia en comparación con mujeres de 20 a 35 años de crecimiento fetal relacionados con enfermedades maternas cróni-
edad (Usta, 2008). La incidencia de enfermedades de transmi- cas o con embarazo múltiple; 4) aneuploidía fetal, y 5) embara-
sión sexual (comunes en adolescentes) son incluso más elevadas zos que son consecuencia de tecnología de reproducción asistida.
durante el embarazo (Niccolai, 2003). Por desgracia, como la
mayor parte de sus embarazos no son planificados, las adoles- Tecnologías de reproducción asistida
centes rara vez buscan asesoramiento preconcepcional. Debe recordarse que las mujeres de mayor edad tienen proble-
En cambio, a la fecha, los embarazos después de los 35 años mas de subfertilidad. Aunque la incidencia de mellizos dicigotos
de edad comprenden casi 15% en Estados Unidos (Martin, se incrementa con la edad materna, la causa más importante de
2012). Es más probable que las mujeres de mayor edad soliciten embarazo múltiple en mujeres mayores ocurre después del uso
asesoramiento preconcepcional, ya sea porque han pospuesto el de tecnología de reproducción asistida (assisted reproductive Tech-
embarazo y ahora desean mejorar los resultados o bien, porque nology, ART) e inducción de la ovulación. De acuerdo con los
se encuentran en tratamiento por infertilidad. Algunos estudios Centers for Disease Control and Prevention, 40% de los embara-
162 Atención preconcepcional y prenatal
centa previa y desprendimiento placentario también son riesgos ham, 2008). La exposición a enfermedades infecciosas tiene
relacionados con ART (Fong, 2014). innumerables efectos nocivos, los cuales se revisan con detalle en
Durante la última década, se ha acumulado experiencia que los capítulos 64 y 65 (pág. 1239). También el contacto con
vincula la ART con aumento en las tasas de malformaciones con- algunos compuestos químicos puede acompañarse de riesgos
génitas mayores. Davies et al. (2002) reportaron que de 308 974 maternos y fetales significativos. Como se revisa en los capítulos
nacimientos en el sur de Australia, 8.3% de los recién nacidos 9 y 12 (págs. 183 y 250), la exposición excesiva al metilmercurio
que fueron concebidos con ART tuvieron defectos congénitos o plomo se acompaña de trastornos del neurodesarrollo.
mayores. En este análisis, después del ajuste para la edad materna En el pasado, surgieron ciertas preocupaciones sobre la expo-
y otros factores de riesgo, la inyección intracitoplásmica se asoció sición común y cotidiana a campos electromagnéticos, como los
con un incremento significativo en el riesgo de malformaciones, producidos por líneas eléctricas de alto voltaje, mantas eléctri-
pero no la fertilización in vitro. cas, hornos de microondas y teléfonos celulares. Por fortuna, no
existe evidencia en animales o en seres humanos de que cual-
■ Edad paterna quiera de sus factores cause efectos fetales adversos (O’Connor,
Aunque hay un incremento de la incidencia de enfermedades 1999; Robert, 1999). En el capítulo 47 (pág. 956) se revisan los
genéticas en la descendencia causada por nuevas mutaciones efectos del choque eléctrico.
autosómicas dominantes en varones de edad avanzada, la inci-
dencia es aún baja (cap. 13, pág. 270). En el mismo sentido, es ■ Dieta
motivo de controversia el estudio ecosonográfico dirigido, cuya El signo de pica es el deseo de consumir hielo, almidón, barro,
única indicación sea la edad paterna o materna avanzada. tierra u otras sustancias no alimentarias. Debe desalentarse por-
que se acompaña de sustitución de alimentos saludables por pro-
ANTECEDENTES PERSONALES NO PATOLÓGICOS ductos sin valor nutritivo (cap. 9, pág. 188). A veces, puede repre-
sentar una respuesta fisiológica inusual a la deficiencia de hierro
■ Consumo de drogas recreativas (Federman, 1997). Muchas dietas vegetarianas son deficientes en
y tabaquismo proteínas, pero esto puede corregirse con el incremento de con-
sumo de huevos y queso. La anorexia y bulimia incrementan el
En el capítulo 12 (pág. 253) se revisan los riesgos fetales relacio- riesgo materno de deficiencias nutricionales, trastornos electrolíti-
nados con el consumo de alcohol, mariguana, cocaína, anfetami- cos, arritmias cardiacas y enfermedades gastrointestinales (Becker,
nas y heroína. El primer paso en la prevención de riesgos fetales 1999). Con estas alteraciones, las complicaciones relacionadas
relacionados con drogas es cuando las mujeres con honestidad con el embarazo incluyen mayor riesgo de bajo peso al naci-
informan de su uso. Los cuestionamientos deben estar exentos de miento, circunferencia cefálica pequeña, microcefalia y producto
juicios. Debe llevarse a cabo la detección del riesgo por consumo pequeño para la edad gestacional (Kouba, 2005).
de alcohol utilizando varias herramientas validadas, como las pre- Por el contrario, la obesidad se asocia con varias complicaciones
guntas bien estudiadas del cuestionario TACE (American College maternas. Como se revisa en el capítulo 48 (pág. 965), éstas inclu-
of Obstetricians and Gynecologists, 2013a). Consiste en una serie de yen hipertensión, preeclampsia, diabetes gestacional, anomalías en
cuatro preguntas relacionadas con la tolerancia al alcohol, moles- el trabajo de parto, operación cesárea y complicaciones quirúrgicas
tias por comentarios sobre el consumo de alcohol, intentos por (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2013c). La obe-
interrumpir el consumo de alcohol y antecedente de consumo de sidad también parece relacionarse con varias anomalías fetales
alcohol temprano por la mañana “para activarse”. estructurales (Stothard, 2009). Al comparar los cambios en el índice
En un estudio canadiense realizado en más de 1 000 pacientes de masa corporal previo al embarazo, Villamor y Cnattingius
puérperas, Tough et al. (2006) hallaron que un elevado porcentaje (2006) encontraron que el incremento leve en el índice de masa
de mujeres reportaron consumo de alcohol en forma simultánea corporal antes del embarazo puede acompañarse de complicaciones
con intentos por embarazarse. En específico, casi 50% de las perinatales, aun si una mujer no padecía sobrepeso.
mujeres con embarazos planificados consumieron un promedio
de 2.2 bebidas al día durante el inicio de la gestación, antes de que
se reconociera su embarazo. Bailey et al. (2008) hallaron que las ■ Ejercicio
tasas de consumo excesivo de alcohol y consumo de mariguana en La mujer embarazada con buen estado físico puede continuar
varones no se vieron afectados por el embarazo de su pareja. La ejercitándose a lo largo del embarazo (American College of Obs-
frecuencia y patrón de tales conductas claramente resalta la opor- tetricians and Gynecologists, 2009a). Como se revisa en el capí-
tunidad para el asesoramiento preconcepcional. tulo 9 (pág. 182), no hay datos que sugieran que el ejercicio sea
En el año 2005, casi 14% de las mujeres que tuvieron un nocivo durante el embarazo. Un inconveniente es que conforme
parto en Estados Unidos fumaba cigarrillos (Tong, 2009). Esta progresa el embarazo, los problemas del equilibrio y la relajación
práctica se ha asociado de manera consistente con varios resulta- de las articulaciones suelen predisponer a lesiones ortopédicas.
dos perinatales adversos. Estos riesgos se han mitigado en gran Debe recomendarse a la mujer que no realice ejercicio agotador
medida por la interrupción del consumo antes del embarazo, lo y debe incrementarse la disipación del calor y la reposición de
que resalta la importancia de la detección del uso de tabaco en líquidos. Limitaciones adicionales incluyen posiciones en decú-
el periodo preconcepcional y durante el cuidado prenatal, como bito dorsal, actividades que requieran buen equilibrio y condi-
se menciona en el capítulo 9 (pág. 172). ciones extremas de temperatura.
Asesoramiento preconcepcional 163
CAPÍTULO 8
cia intrafamiliar. De acuerdo con el American College of Obstetri-
cians and Gynecologists (2012a), cada año casi 324 000 mujeres durante el embarazo. Éstas incluyen pruebas básicas que suelen
sufren abuso. Como se menciona en el capítulo 47 (pág. 951), realizarse durante la atención prenatal y que se revisan en el capí-
la violencia intrafamiliar se ha relacionado con incremento del tulo 9. Pruebas más específicas pueden ayudar en la valoración de
riesgo para varias complicaciones del embarazo, lo que incluye mujeres con ciertas enfermedades crónicas. Ejemplos de algunas,
hipertensión, hemorragia vaginal, hiperemesis, parto prematuro aunque no es una lista exhaustiva, incluyen las enfermedades cró-
y productos con bajo peso al nacimiento (Silverman, 2006). nicas que de manera ideal deberían ser valoradas antes del emba-
Como la violencia intrafamiliar puede incrementarse durante el razo y las cuales se mencionan en el cuadro 8-4. Con varios de
embarazo, incluso hasta el punto del homicidio, el periodo pre- estos trastornos, llevar el estado materno a un nivel óptimo antes
concepcional proporciona un momento ideal para la detección de la concepción mejorará los resultados del embarazo. Cox et al.
y, si está indicado, para la intervención (Cheng, 2010). Como se (1992) revisaron los resultados del embarazo en 1 075 mujeres de
menciona en el capítulo 9 (pág. 174), el American College of alto riesgo que fueron sometidas a dicha valoración. Reportaron
Obstetricians and Gynecologists (2012a) ha emitido recomenda- que 240 mujeres con hipertensión, asma, enfermedades renales,
ciones y proporcionado recursos para la detección de violencia tiroideas o cardiacas tuvieron mejores resultados en comparación
intrafamiliar en mujeres embarazadas y no embarazadas. con los resultados obtenidos en sus embarazos previos.
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CAPÍTULO 8
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166 Atención preconcepcional y prenatal
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SECCIÓN 4
CAPÍTULO 9
Atención prenatal
ATENCIÓN PRENATAL EN ESTADOS UNIDOS . . . . . . . . . 167 oportuna. Sin embargo, como se muestra en la figura 9-1, las
disparidades continúan. De los 27 estados que usan el certificado
DIAGNÓSTICO DE EMBARAZO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168 de nacimiento revisado, el porcentaje de mujeres caucásicas, his-
VALORACIÓN PRENATAL INICIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 panas y afroamericanas que no recibieron atención prenatal en
2008 fue 1.1, 2.7 y 3.3, respectivamente (Osterman, 2011).
CONSULTAS PRENATALES SUBSIGUIENTES . . . . . . . . . . 175 Algunos de los factores de riesgo obstétricos y médicos o compli-
caciones identificables durante la atención prenatal se resumen en
NUTRICIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177 el cuadro 9-1. Es importante mencionar que muchas de estas
PREOCUPACIONES FRECUENTES . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182 complicaciones son tratables.
■ Valoración de la atención
Como describen la American Academy of Pediatrics y el American
prenatal apropiada
College of Obstetricians and Gynecologists (2012), “Un programa Un sistema usado con frecuencia para medir la eficacia de la
prenatal integral implica una estrategia coordinada para la aten- atención prenatal es el índice de Kessner et al. (1973). Este
ción médica, valoración continua del riesgo y apoyo psicológico Índice de Kessner incorpora tres elementos del acta de naci-
que en condiciones óptimas comienza antes de la concepción y miento: duración de la gestación, momento de la primera con-
se prolonga por todo el periodo prenatal y el periodo entre las sulta prenatal y número de consultas. Aunque no mide la cali-
concepciones”. Resulta lógico que la optimización de la salud y dad de la atención, el índice se conserva como medida útil de la
bienestar de las mujeres antes del embarazo sea un preludio inte- atención prenatal adecuada. Con este índice, el National Center
gral a la atención prenatal. La atención adecuada y apropiada for Health Statistics concluyó que 12% de las mujeres estadouni-
antes de la concepción, como se describe con detalle en el capí- denses que dieron a luz en 2000 recibió atención prenatal ade-
tulo 8, tiene la capacidad de ayudar a las mujeres mediante la cuada (Martin, 2002a).
reducción de riesgos, promoción de estilos de vida saludables y Los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) (2000)
mejora de la preparación para el embarazo. analizaron los datos de actas de nacimiento de los años 1989 a
1997 y observaron que la mitad de las mujeres que no recibie-
ATENCIÓN PRENATAL EN ESTADOS UNIDOS ron atención prenatal o lo hicieron de forma tardía deseaba
iniciarla antes. Las dificultades para la atención variaron según
Casi un siglo después de su introducción, la atención prenatal se el grupo étnico, edad y método de pago. La razón citada con
ha convertido en uno de los servicios de salud más usados en mayor frecuencia fue la identificación tardía del embarazo por
Estados Unidos. En 2001 hubo alrededor de 50 millones de parte de la paciente. La segunda dificultad citada más a menudo
consultas prenatales, la mediana fue de 12.3 visitas por emba- fue la falta de dinero o seguro médico para recibir tal atención.
razo y muchas mujeres acudieron a 17 visitas o más en total. La La tercera fue la imposibilidad de obtener una cita.
información se recopila de certificados de nacimiento y se intro-
dujo un formato revisado en 2003. Ahora se usa en 27 estados y ■ Eficacia de la atención prenatal
en Puerto Rico, mientras que los 23 estados restantes todavía La atención prenatal diseñada a principios del siglo xx se orien-
usan un formato de 1989. Por desgracia, no es posible hacer una taba a disminuir los elevados índices de mortalidad materna. No
comparación directa de los datos sobre el marco temporal de hay duda que esta atención contribuyó al descenso drástico de
la atención prenatal entre estos dos sistemas (Osterman, 2011). los índices de mortalidad materna de 690 por 100 000 naci-
Desde principios de la década de 1990, los grupos minorita- mientos en 1920, a 50 por 100 000 para 1955 (Loudon, 1992).
rios son los que más se han beneficiado de la atención prenatal Como se explica en el capítulo 1(pág. 5), quizá la actual tasa de
168 Atención preconcepcional y prenatal
90 88%
en la atención de salud. Las mujeres incluidas en la atención
85%
83% prenatal en grupo tuvieron tasas mucho más bajas de parto pre-
maturo que aquellas que recibieron atención individual.
80
Porcentaje
76% 77%
75% 76% DIAGNÓSTICO DE EMBARAZO
firme contrasta con el fondo ahora más blando, y el istmo com- coproteína con un alto contenido de carbohidratos. Existen
presible y blando entre ellos, el signo de Hegar. El reblandeci- variantes sutiles de hCG que difieren en su fracción de carbohi-
miento del istmo puede ser tan notable que el cuello uterino y el drato. La estructura general de la hCG es un heterodímero com-
cuerpo del útero parecen órganos separados. Para las 12 semanas puesto por dos subunidades distintas, designadas α y β, unidas
CAPÍTULO 9
de gestación, el cuerpo uterino es casi globular, con un diámetro de manera no covalente. Como se describe en el capítulo 5 (pág.
promedio de 8 cm. 101), la subunidad α es idéntica a la de la hormona luteinizante
En el embarazo avanzado, puede auscultarse el soplo uterino (LH, luteinizing hormone), la hormona foliculoestimulante
mediante estetoscopio. Éste es un sonido soplante suave, sincró- (FSH, follicle-stimulating hormone) y la hormona estimulante de la
nico con el pulso materno. Se produce por el paso de la sangre a tiroides (TSH, thyroid-stimulating hormone). La hCG impide
través de los vasos uterinos dilatados y se escucha mejor cerca de la involución del cuerpo amarillo, el principal sitio de formación
la porción inferior del útero. En contraste, el soplo funicular es de progesterona durante las primeras seis semanas.
un sonido agudo y silbante, sincrónico con el pulso fetal. Se El sincitiotrofoblasto produce hCG en cantidades que aumen-
produce por el paso rápido de sangre por las arterias umbilicales tan de manera exponencial durante el primer trimestre después
y es posible que no sea constante. También es posible escuchar de la implantación. Con una prueba sensible, la hormona puede
los tonos fetales, que se describen en la página 176. detectarse en el suero u orina materno ocho o nueve días después
de la ovulación. El tiempo de duplicación de la concentración
Cambios mamarios y cutáneos sérica de hCG es 1.4 a 2.0 días. Como se muestra en la figura
Los cambios anatómicos mamarios que acompañan al embarazo 9-2, la concentración sérica de hCG aumenta desde el día de la
son característicos durante la primera gestación (cap. 4 , pág. 50). implantación y alcanza su nivel máximo entre los 60 y los 70
Son menos evidentes en las multíparas, cuyas mamas pueden días. Después, la concentración disminuye despacio hasta llegar
contener una pequeña cantidad de material lechoso o calostro a una meseta alrededor de las 16 semanas.
durante meses, incluso años después del nacimiento de su
último hijo, sobre todo si se amamantó al lactante. Medición de hCG
El aumento de la pigmentación y la aparición de estrías abdo- Como se indicó, la hCG está formada por subunidades α y β,
minales son frecuentes, pero no diagnósticos de embarazo. Pueden pero la subunidad β tiene una estructura distinta a la de las LH,
estar ausentes durante el embarazo y observarse en mujeres que FSH y TSH. Con esta diferenciación, se desarrollaron anticuer-
toman anticonceptivos que contienen estrógeno. pos muy específicos contra la subunidad β de la hCG. Esta espe-
cificidad permite su detección; existen muchos inmunoensayos
Movimiento fetal comerciales para medir la concentración de hCG en suero y
La percepción materna del movimiento fetal depende de facto- orina. Aunque cada inmunoensayo detecta una mezcla un poco
res como el número de partos previos y la constitución corporal. distinta de variantes de hCG, sus subunidades libres, o sus meta-
En general, después de un primer embarazo exitoso, una mujer bolitos, son adecuados para la prueba de embarazo (Cole, 1998).
puede percibir los movimientos fetales por primera vez entre las Una técnica usada con frecuencia es el inmunoanálisis tipo
16 y 18 semanas de gestación. Es factible que la primigesta no emparedado. Con esta prueba, un anticuerpo monoclonal contra
los perciba hasta unas dos semanas más tarde. Alrededor de las la subunidad β se une con una fase sólida de soporte. El anti-
20 semanas, según la constitución corporal materna, un exami- cuerpo unido se expone luego y se une a hCG en la muestra de
nador puede detectar movimientos fetales. suero u orina. Luego se agrega un segundo anticuerpo para for-
mar el “emparedado” con la hCG unida. En algunas pruebas, el
segundo anticuerpo se une a una enzima, como la fosfatasa alca-
■ Pruebas de embarazo lina. Cuando se agrega el sustrato para la enzima, se desarrolla un
La detección de hCG en sangre y orina maternas es la base para color, cuya intensidad es proporcional a la cantidad de enzima y,
las pruebas endocrinas de embarazo. Esta hormona es una glu- por lo tanto, a la cantidad del segundo anticuerpo unido. A su
vez, esto está en función de la canti-
dad de hCG de la muestra. La sen-
sibilidad para la detección de la
100 000 hCG sérica en el laboratorio es de
tan sólo 1.0 mIU/ml con esta téc-
50 000 nica. Con análisis inmunorradio-
métricos de sensibilidad extrema, el
hCG (mIU/ml)
CAPÍTULO 9
Referencia al texto consulta 15–20 24–28 29–41
Anamnesis
Completa Cap. 9, pág. 172 •
Actualizada • • •
Exploración física
Completa Cap. 9, pág. 174 •
Presión arterial Cap. 40, pág. 729 • • • •
Peso materno Cap. 9, pág. 177 • • • •
Examen pélvico/cuello uterino Cap. 9, pág. 174 •
Altura del fondo Cap. 9, pág. 176 • • • •
Frecuencia/posición del corazón Cap. 9, pág. 176 • • • •
fetal
Pruebas de laboratorio
Hematócrito o hemoglobina Cap. 56, pág. 1101 • •
Tipo sanguíneo y factor Rh Cap. 15, pág. 307 •
Detección de anticuerpos Cap. 15, pág. 307 • A
Papanicolaou de detección Cap. 63, pág. 1221 •
Prueba de tolerancia a la glucosa Cap. 57, pág. 1137 •
Detección aneuploidía fetal Cap. 14, pág. 288 Ba y/o B
Detección de defecto del tubo Cap. 14, pág. 283 B
neural
Detección de fibrosis quística Cap. 14, pág. 295 Bo B
Valoración de proteína urinaria Cap. 4, pág. 65 •
Cultivo urinario Cap. 53, pág. 1053 •
Serología para rubeola Cap. 64, pág. 1243 •
Serología para sífilis Cap. 65, pág. 1265 • C
Cultivo para gonococo Cap. 65, pág. 1269 D D
Cultivo para clamidia Cap. 65, pág. 1270 • C
Serología para hepatitis B Cap. 55, pág. 1090 • D
Serología para VIH Cap. 65, pág. 1276 B D
Cultivo de estreptococo del grupo B Cap. 64, pág. 1249 E
Detección de tuberculosisb Cap. 51, pág. 1020
3. Nulípara: una mujer que nunca ha rebasado las 20 semanas 5. Multípara: una mujer que ha completado dos o más embarazos
de gestación. Puede o no haber estado embarazada, pudo hasta las 20 semanas o más. El número de partos se determina
haber experimentado un aborto espontáneo o electivo, o un por el número de embarazos que llegó a las 20 semanas. El
embarazo ectópico. número no se incrementa si un embarazo determinado es múl-
4. Primípara: una mujer que ha dado a luz sólo una vez a uno o tiple. Además, el mortinato no reduce esta cifra. En algunas
varios fetos vivos o muertos, con una duración calculada de instituciones, los antecedentes obstétricos se resumen con una
la gestación de 20 semanas o más. Antes se usaba un umbral serie de dígitos conectados con guiones. Éstos se refieren al
de 500 g de peso al nacer para definir el número de partos. número de lactantes de término, de lactantes prematuros, abor-
Como se explica en el capítulo 1 (pág. 2), este umbral ahora tos menores de 20 semanas e hijos vivos. Por ejemplo, una
es tema de controversia porque muchos estados en Estados mujer para 2-1-0-3 tuvo dos partos de término, uno prematuro,
Unidos todavía usan este peso para distinguir entre un mor- ningún aborto y tiene tres hijos vivos. Como esta forma de
tinato y un aborto. Sin embargo, ya no es infrecuente que registro no es convencional, es conveniente especificar el resul-
sobrevivan recién nacidos con peso <500 g al nacer. tado de cualquier embarazo que no terminó de manera normal.
172 Atención preconcepcional y prenatal
Duración normal del embarazo embarazos previos, ya que muchas complicaciones obstétricas
La duración media del embarazo calculada desde el primer día tienden a recurrir en embarazos subsiguientes.
del último periodo menstrual normal es muy cercana a los 280 Los antecedentes menstruales tienen importancia extrema. Es
días o 40 semanas. En un estudio de 427 581 embarazos únicos muy probable que una mujer con menstruación espontánea
SECCIÓN 4
del Swedish Birth Registry, Bergsjø et al. (1990) observaron que regular cada 28 días, aproximadamente, ovule a la mitad del
la duración media del embarazo era de 281 días, con una desvia- ciclo. Por eso, la edad gestacional o menstrual es el número de
ción estándar de 13 días. semanas transcurrido desde el inicio del último periodo mens-
Se acostumbra calcular la fecha esperada de parto mediante trual. Si los ciclos menstruales son mucho mayores de 28 a 30
la suma de siete días a la fecha del primer día de la última mens- días, es probable que la ovulación haya ocurrido después de los
truación y contar tres meses hacia atrás (regla de Naegele). Por 14 días. Si los intervalos son mucho más largos e irregulares, es
ejemplo, si la última menstruación comenzó el 10 de septiem- probable que la anovulación crónica haya precedido a algunos
bre, la fecha esperada de parto es el 17 de junio. Sin embargo, de los episodios identificados como menstruación. Por lo tanto,
una edad gestacional o edad menstrual calculada de esta manera sin un antecedente de menstruaciones regulares, predecibles,
asume que el embarazo comenzó alrededor de dos semanas cíclicas y espontáneas que sugieran ciclos ovulatorios, es difícil
antes de la ovulación, lo que no siempre es el caso. establecer con exactitud la edad del embarazo con base en la
Los médicos clínicos usan esta edad gestacional para marcar anamnesis y la exploración física.
fenómenos temporales durante el embarazo. En contraste, los También es importante confirmar si se usaron o no anticon-
embriólogos y otros biólogos de la reproducción suelen usar la ceptivos esteroideos antes del embarazo. Como es posible que la
edad ovulatoria o edad de fecundación, ambas dos semanas antes. ovulación no se haya reanudado dos semanas después del inicio
Al respecto, Bracken y Belanger (1989) pusieron a prueba la del último sangrado por privación, sino que haya ocurrido en
exactitud de varios “discos gestacionales o gestogramas” propor- una fecha muy posterior y variable, sería erróneo en estas cir-
cionados por tres compañías farmacéuticas y encontraron que cunstancias utilizar el momento de la ovulación para predecir el
estas herramientas predicen fechas de parto incorrectas en 40 a momento de la concepción. El uso de ecografía al comienzo del
60% de los cálculos, con un error habitual de cinco días. Sin embarazo aclara la edad gestacional en estas situaciones.
embargo, conforme los médicos y los hospitales migran cada vez
Detección psicosocial
más a los expedientes médicos electrónicos, estos errores deben
eliminarse con estimaciones más precisas de la edad gestacional, La AAP y el ACOG (2012) definen los factores de riesgo psico-
obtenida con aplicaciones de software que la calculan. sociales como aquellos factores no biomédicos que afectan el
bienestar mental y físico. La detección debe aplicarse a las muje-
Trimestres res sin importar su posición social, nivel educativo, raza o grupo
Se ha vuelto costumbre dividir el embarazo en tres periodos étnico. Esta detección debe buscar dificultades para la atención;
iguales de unos tres meses del calendario. Por costumbre, el pri- obstáculos para la comunicación; estado nutricional; cambios
mer trimestre se extiende hasta que se completan 14 semanas, el de residencia; deseo del embarazo; preocupaciones de seguridad
segundo hasta la semana 28 y el tercero incluye de la semana 29 que incluyen violencia de pareja, depresión, estrés y consumo de
a la 42 de la gestación. Por eso, hay tres periodos de 14 semanas sustancias como el tabaco, alcohol y drogas ilegales. Esta detec-
cada uno. Ciertos problemas obstétricos mayores tienden a ción debe realizarse con regularidad, al menos una vez por tri-
agruparse en cada uno de estos tres periodos. Por ejemplo, la mestre, para identificar problemas importantes y reducir los
mayor parte de los abortos espontáneos ocurre durante el pri- resultados adversos en el embarazo. Coker et al. (2012) compa-
mer trimestre, mientras que la mayoría de las mujeres con tras- raron los resultados del embarazo en mujeres antes y después de
tornos hipertensivos por el embarazo se diagnostica durante el la implementación de un programa de detección psicosocial
tercer trimestre. universal, y encontraron que las mujeres examinadas tenían
En la obstetricia moderna, el uso clínico de los trimestres menor probabilidad de tener recién nacidos prematuros o de
para definir un embarazo específico es demasiado impreciso. Por bajo peso al nacer. Aunque este estudio fue de observación, los
ejemplo, en casos de hemorragia uterina es inapropiado asignar investigadores también señalaron menores tasas de diabetes ges-
una clasificación temporal de “hemorragia del tercer trimestre”. tacional, rotura prematura de membranas y hemorragia vaginal
El tratamiento adecuado de la madre y el feto varían mucho, en mujeres a las que se aplicó la detección universal.
según si la hemorragia comienza al principio o al final del tercer
Tabaquismo
trimestre (cap. 41, pág. 782). Como es indispensable el conoci-
miento preciso de la edad fetal para el tratamiento obstétrico El tabaquismo tiene secuelas perinatales adversas inequívocas
ideal, la unidad apropiada en la clínica es semanas completas de (United States Department of Health and Human Services, 2000).
gestación. Además, desde hace poco, los médicos designan la Estos datos se incluyeron en el certificado de nacimiento desde
edad gestacional con semanas completas y días; por ejemplo, 1989. El número de mujeres embarazadas que fuman continúa
334/7 semanas, o 33 + 4, para referirse a 33 semanas completas y en descenso. De 2000 a 2010, la prevalencia fue de 12 a 13%
cuatro días. (Tong, 2013). Con base en el Pregnancy Risk Assessment Monito-
ring System (PRAMS), 13% de las mujeres admitió que fumaba.
Estas mujeres eran más jóvenes, tenían menos educación, y eran
■ Estado de salud previo y actual nativas de Alaska o nativas norteamericanas (CDC, 2012b).
En su mayor parte, los mismos elementos esenciales se aplican Resultados adversos se han asociado al tabaquismo durante el
para la anamnesis apropiada de la embarazada que de cualquier embarazo. Los efectos teratógenos potenciales se revisan en el
otro paciente. Además de las preguntas sobre trastornos médicos capítulo 12 (pág. 255). Hay un riesgo dos veces más alto de
o quirúrgicos, es esencial la información detallada sobre los placenta previa, desprendimiento placentario y rotura prema-
Atención prenatal 173
CAPÍTULO 9
infant death syndrome) que los lactantes nacidos de no fumado- en las subsiguientes. Para mejorar la exactitud de la
ras (Tong, 2009). En 2005, la incidencia de lactantes con peso valoración, una paciente debe elegir entre las siguientes, la
bajo al nacer nacidos de mujeres estadounidenses que fumaron afirmación que mejor describa su estado respecto al
durante el embarazo fue 11.9%, comparado con el 7.5% de los tabaquismo:
hijos de no fumadoras (Martin, 2007). Los riesgos de aborto Ahora fumo con cierta regularidad, igual que antes del
espontáneo, muerte fetal y anomalías digitales fetales también embarazo.
aumentaron (Man, 2006). Por último, los niños expuestos al Fumo con regularidad, pero en menor cantidad durante el
tabaquismo intrauterino tienen mayor riesgo de asma, cólico embarazo. Fumo de cuando en cuando.
Dejé de fumar desde que comenzó el embarazo.
infantil y obesidad infantil (ACOG, 2013i).
No fumaba antes del embarazo y no fumo ahora.
Se han propuesto varios mecanismos fisiopatológicos para
Si ya se inició la abstinencia de tabaco, reforzar su decisión
explicar estos resultados adversos. Incluyen hipoxia fetal por
de suspenderlo, felicitarla por su logro y alentarla a
aumento de la carboxihemoglobina, reducción del flujo utero- mantenerse abstinente. Para las fumadoras persistentes,
placentario y efectos tóxicos directos de la nicotina y otros com- continuar los pasos siguientes:
puestos del humo (Jazayeri, 1998). La transferencia de nicotina
ASESORAR con afirmaciones claras y fuertes que expliquen los
es tan eficiente que la exposición fetal a este compuesto es mayor
riesgos del tabaquismo para la mujer, el feto y el recién
que la materna (Luck, 1985). Los fetos expuestos tienen menor
nacido.
variabilidad de la frecuencia cardiaca por la alteración de la
regulación autonómica (Zeskind, 2006). APRECIAR la disposición de la paciente para intentar
suspenderlo.
Cese del tabaquismo. El United States Department of Health
AYUDAR con materiales de autoayuda para suspensión del
and Human Services recomienda a los médicos ofrecer asesoría y tabaquismo específicos para el embarazo. En Estados Unidos,
opciones efectivas de intervención a las fumadoras embarazadas ofrecer una referencia directa a la línea telefónica para
en la primera visita prenatal y en las subsiguientes. Aunque los suspensión del tabaquismo (1-800-QUIT NOW) a fin de
beneficios son mayores si el tabaquismo se suspende al inicio del proporcionar asesoría y apoyo continuos.
embarazo o de preferencia antes de la concepción, el cese en
ARREGLAR el seguimiento del progreso en la abstinencia en las
cualquier etapa del embarazo mejora los resultados perinatales
visitas subsiguientes.
(England, 2001; Fiore, 2008).
Las intervenciones psicosociales individuales son mucho más Adaptado a partir de Fiore, 2008.
exitosas para lograr la abstinencia del tabaco en el embarazo que
las simples recomendaciones para suspender el tabaquismo
(Fiore, 2008). Un ejemplo es una breve sesión de asesoría que
cubra las cinco “A” del cese del tabaquismo (cuadro 9-3). Esta con supervisión estrecha y después de considerar con cuidado
estrategia de asesoría puede realizarse en 15 min o menos, y se los riesgos del tabaquismo frente al reemplazo de nicotina.
ha demostrado que es efectiva cuando la inician los profesiona-
Alcohol
les de la salud (ACOG, 2013i).
Los productos para reemplazo de nicotina no se han estu- El alcohol etílico o etanol es un potente teratógeno que causa un
diado lo suficiente para determinar su efectividad y seguridad en síndrome fetal el cual se caracteriza por restricción del creci-
el embarazo. Los estudios que valoran este tratamiento aportan miento, anormalidades faciales y disfunción del sistema nervioso
evidencia contradictoria. Wisborg et al. (2000) distribuyeron central (cap. 12, pág. 245). Las embarazadas o que consideran
250 mujeres con asignación al azar que fumaban al menos 10 embarazarse deben abstenerse de consumir cualquier bebida
cigarrillos al día para recibir un parche de nicotina o placebo a alcohólica. Los Centers for disease Control (CDC) (2012a) anali-
partir del final del primer trimestre. No hubo diferencias signi- zaron datos del Behavioral Risk Factor Surveillance System de
ficativas en el peso al nacer ni en las tasas de cese de tabaquismo 2006 a 2010 y calcularon que 7.6% de las embarazadas consu-
o parto prematuro entre ambos grupos. Pollack et al. (2007) mía alcohol y 1.4% informaba episodios agudos de consumo
distribuyeron 181 embarazadas fumadoras con asignación al excesivo. En comparación, en 1999 las tasas de consumo y con-
azar para que recibieran terapia cognitiva conductual única- sumo agudo excesivo se calculaban en 12.8 y 2.7%, respectiva-
mente frente a esta terapia más un reemplazo de nicotina. mente (CDC, 2002). Entre las embarazadas, quienes tienen
Encontraron tasas de cese del tabaquismo significativamente mayor probabilidad de consumir alcohol son las del grupo de 35
mejores en las mujeres con remplazo de nicotina siete semanas a 44 años, caucásicas, con estudios universitarios o con un
después de la distribución con asignación al azar y a las 38 sema- empleo. El comité de opinión sobre este tema del ACOG (2008)
nas de gestación. El estudio se terminó antes por el aumento en revisó los métodos para detectar el abuso de etanol y el consumo
la tasa de resultados negativos del nacimiento en el grupo con de drogas ilegales durante el embarazo.
reemplazo de nicotina. Algunos de éstos fueron ingreso a la uni-
dad de cuidados intensivos, lactante pequeño para la edad gesta- Consumo de drogas ilícitas
cional y desprendimiento placentario. Debido a la escasa evi- Se calcula que 10% de los fetos está expuesto a una o más drogas
dencia disponible que apoye el tratamiento farmacológico para ilegales (AAP y ACOG, 2012). Las sustancias incluyen heroína y
suspender el tabaquismo en el embarazo, el ACOG (2013i) otros opiáceos como cocaína, anfetaminas, barbitúricos y mari-
recomendó que si se usa el reemplazo de nicotina, debe hacerse huana. El consumo crónico de grandes cantidades es dañino para
174 Atención preconcepcional y prenatal
el feto (cap. 12, pág. 253). Se han documentado secuelas que la exploración física derivados del embarazo normal se revisan
incluyen sufrimiento fetal, peso bajo al nacer y cuadro de absti- en el capítulo 4 (pág. 46).
nencia farmacológica poco después del parto. Las mujeres que La exploración pélvica se efectúa como parte de la valora-
consumen drogas con frecuencia no buscan atención prenatal y ción. El cuello uterino se visualiza con un espéculo lubricado
SECCIÓN 4
cuando lo hacen, no admiten el uso de tales sustancias. El- con agua tibia o un gel lubricante de base agua. La hiperemia
Mohandes et al. (2003) informaron que cuando las mujeres que pasiva rojo-azulada del cuello uterino es característica del emba-
consumen drogas ilegales reciben atención prenatal, los riesgos razo, pero no diagnóstica por sí sola. Es posible que sean promi-
de parto prematuro y peso bajo al nacer se reducen. nentes las glándulas cervicouterinas dilatadas y ocluidas debajo
Para las mujeres que consumen heroína, el mantenimiento de la mucosa ectocervical, los quistes de Naboth. En condiciones
con metadona puede iniciarse dentro del marco de un pro- normales, el cuello uterino no está dilatado, salvo su orificio
grama terapéutico registrado para el uso de metadona, lo que externo. Para identificar anomalías citológicas, se lleva a cabo un
reduce las complicaciones del consumo de opioides ilegales y la Papanicolaou de acuerdo con las guías actuales señaladas en el
abstinencia al narcótico; lo anterior alienta la atención prena- capítulo 63 (pág. 1221). También se obtienen, cuando está indi-
tal, además de evitar los riesgos que conlleva la cultura de las cado, muestras para identificación de Chlamydia trachomatis y
drogas (ACOG, 2012c). Los programas disponibles se encuen- Neisseria gonorrhoeae (pág. 175).
tran mediante el localizador de tratamiento de la Substance Se practica una palpación bimanual, con atención especial en
Abuse and Mental Health Services Administration en www. la consistencia, longitud y dilatación del cuello uterino; en el
samhsa.gov. Las dosis de metadona casi siempre se inician en tamaño uterino y de los anexos; en la arquitectura ósea de la
10 a 30 mg al día y se ajustan como sea necesario. Aunque su pelvis, y en cualquier anomalía en la vagina y el perineo. Más
empleo es menos frecuente, médicos con autorización especí- adelante en el embarazo, a menudo puede identificarse la pre-
fica también pueden ofrecer y administrar la buprenorfina sola sentación fetal. Las lesiones del cuello uterino, vagina o vulva
o combinada con naloxona. deben valorarse según sea necesario mediante colposcopia, biop-
sia, cultivo o análisis de campo oscuro. Es preciso visualizar la
Violencia de pareja región perianal, además se practica examen rectal si hay quejas
de dolor, hemorragia o tumoración rectal.
Este término se refiere a los comportamientos violentos y coer-
citivos que pueden incluir lesión física, maltrato psicológico,
ataque sexual, aislamiento progresivo, acoso, privación, intimi- Valoración de la edad gestacional
dación y coerción reproductiva (ACOG, 2012a). Tal violencia El conocimiento preciso de la edad gestacional es uno de los
se ha identificado como un problema principal de salud pública. aspectos más importantes de la atención prenatal porque en caso
Por desgracia, la mayoría de las mujeres víctimas de abuso con- de complicaciones del embarazo, el tratamiento óptimo depende
tinúa sufriendo el maltrato durante el embarazo. Con la posible de la edad fetal. La edad gestacional puede calcularse con preci-
excepción de la preeclampsia, la violencia intrafamiliar es más sión considerable mediante la medición clínica del tamaño ute-
frecuente que cualquier otro trastorno médico identificable rino cuidadosa y bien programada, aunada al conocimiento de
mediante detección prenatal sistemática (AAP y ACOG, 2012). la fecha de la última menstruación. El tamaño uterino similar a
Se calcula que la prevalencia durante el embarazo es de entre 4 y una naranja pequeña se relaciona a grandes rasgos con un emba-
8%. Como se explica en el capítulo 47 (pág. 951), la violencia razo de seis semanas; el de una naranja grande con uno de ocho
por parte de la pareja íntima se relaciona con un mayor riesgo de semanas, y el de una toronja con uno de 12 semanas (Margulies,
resultados perinatales adversos, como parto prematuro, restric- 2001). Dicho esto, durante el primer trimestre la longitud
ción del crecimiento fetal y muerte perinatal. corona-rabadilla es la herramienta más exacta para asignar la
El ACOG (2012a) proporcionó métodos para detectar la edad gestacional y se realiza cuando hay indicación clínica.
violencia intrafamiliar y recomienda emplearlos en la primera Como se describe en el capítulo 10 (pág. 198), la exploración
consulta prenatal, luego al menos una vez por trimestre y de ecográfica ulterior también permite calcular la edad gestacional,
nuevo en la consulta posparto. Esta detección debe hacerse en pero con menor exactitud.
privado y lejos de familiares y amigos. Las herramientas de
detección aplicadas por la misma paciente o computarizadas
parecen ser tan efectivas para la identificación como las entrevis- ■ Pruebas de laboratorio
tas dirigidas por el médico (Ahmad, 2009; Chen, 2007). Los
Las pruebas habituales recomendadas en la primera consulta
médicos deben conocer las leyes estatales que quizá requieran el
prenatal se listan en el cuadro 9-2. Los análisis sanguíneos ini-
informe de la violencia de pareja. La coordinación con los servi-
ciales incluyen biometría hemática completa, determinación del
cios sociales puede ser invaluable en tales casos. En Estados Uni-
tipo sanguíneo y estado Rh, y detección de anticuerpos. El Ins-
dos, la National Domestic Violence Hotline (1-800-799-SAFE
titute of Medicine recomienda incluir la prueba universal para
[7233]) es un número telefónico del servicio de referencia que
virus de inmunodeficiencia humana (VIH), con notificación a
proporciona información individualizada sobre la localización
la paciente y derecho a rechazarla, como parte habitual de la
de los refugios para mujeres en cada ciudad, recursos para aseso-
atención prenatal. Los CDC (2006), la AAP y el ACOG (2012)
ría y asistencia legal.
apoyan esta práctica. Si una mujer rechaza la prueba, debe regis-
trarse en el expediente prenatal. En la primera visita también
debe referirse a todas las embarazadas para la detección del virus
■ Valoración clínica de hepatitis B, sífilis e inmunidad contra rubeola. Con base en
Debe realizarse una exploración física general minuciosa en la su investigación prospectiva en 1 000 mujeres, Murray et al.
primera consulta prenatal. Muchos de los cambios esperados en (2002) concluyeron que en ausencia de hipertensión, no era
Atención prenatal 175
CAPÍTULO 9
el embarazo (cap. 53, pág. 1053).
Enfermedad cardiaca: incluye cardiopatía cianógena; infarto
Infecciones cervicouterinas miocárdico previo; estenosis o insuficiencia valvular
moderada a grave; síndrome de Marfan; válvula prostética;
En 2 a 13% de las embarazadas se aísla Chlamydia trachomatis del clase II o mayor de la American Heart Association.
cuello uterino. La AAP y el ACOG (2012) recomiendan la Diabetes mellitus con evidencia de daño orgánico o
detección de clamidia en la primera visita prenatal de todas las hiperglucemia no controlada.
pacientes, con una prueba adicional en el tercer trimestre para las Antecedente familiar o personal de anormalidades genéticas.
de riesgo elevado. Los factores de riesgo incluyen soltería, cambio Hemoglobinopatía.
reciente de pareja sexual o múltiples parejas simultáneas, edad Hipertensión crónica, si no está controlada o se relaciona con
menor de 25 años, residencia urbana, antecedente o presencia de enfermedad renal o cardiaca.
otras enfermedades de transmisión sexual y escasa o nula aten- Insuficiencia renal, si se acompaña de proteinuria significativa
ción prenatal. Durante el embarazo, se recomienda una segunda (≥500 mg en 24 h), creatinina sérica ≥1.5 mg/100 ml o
prueba, la llamada prueba de curación, tres o cuatro semanas des- hipertensión.
pués de completar el tratamiento (cap. 65, pág. 1270). Enfermedad pulmonar, si es restrictiva u obstructiva grave,
La bacteria Neisseria gonorrhoeae es el diplococo gramnegativo incluye asma grave.
causante de la gonorrea. Los factores de riesgo para la gonorrea Infección del virus de inmunodeficiencia humana.
son similares a los de la infección por clamidia. La AAP y el Antecedente de embolia pulmonar o trombosis venosa
ACOG (2012) recomiendan la detección en la primera visita profunda.
prenatal y de nuevo en el tercer trimestre entre las embarazadas Enfermedad sistémica grave, incluidos trastornos
con factores de riesgo y las que viven en un área con alta preva- autoinmunitarios.
Cirugía bariátrica.
lencia de N. gonorrhoeae. Se administra tratamiento para gono-
Epilepsia, si está mal controlada o requiere más de un
rrea y para la posible infección concomitante por clamidia, como
anticonvulsivo.
se describe en el capítulo 65 (pág. 1269). También se recomienda
Cáncer, sobre todo si el tratamiento está indicado en el
obtener una prueba de curación después del tratamiento. embarazo.
■ Vigilancia prenatal aumento. Siddique et al. (2009) informaron que el número pro-
En cada visita subsiguiente se valora el bienestar de la madre y medio de valoraciones ecográficas por embarazo aumentó de 1.5
del feto (cuadro 9-2), también el ritmo de crecimiento fetal, el de 1995 a 1997, hasta 2.7 casi 10 años después. Esta tendencia
volumen de líquido amniótico y la actividad. Se mide la presión se observó en los embarazos de alto y bajo riesgos. No se ha
SECCIÓN 4
sanguínea y el peso materno, así como la magnitud del cambio. demostrado la utilidad clínica real del incremento en el uso de
Se interroga sobre síntomas como cefalea, alteración visual, la ecografía en el embarazo, y tampoco está claro si se justifica la
dolor abdominal, náusea y vómito, hemorragia, fuga de líquido relación entre costo y beneficio (Washington State Health Care
vaginal y disuria. En el examen uterino se mide el tamaño desde Authority, 2010).
la sínfisis púbica hasta el fondo uterino. En el embarazo avan- El ACOG (2011b) concluyó que la ecografía debe reali-
zado, el examen vaginal a menudo aporta información valiosa zarse sólo cuando exista una indicación médica válida en las
que incluye la confirmación de la parte de presentación y su condiciones de exposición ultrasónica más baja posible. Además
estación; valoración clínica de la capacidad pélvica y su configu- indica que un médico no está obligado a realizar una ecografía
ración general; adecuación del volumen de líquido amniótico, y sin una indicación específica en una paciente de bajo riesgo,
consistencia, borramiento y dilatación del cuello uterino (cap. pero que si ella solicita la detección ecográfica, es razonable res-
22, pág. 438). ponder a su solicitud.
Diabetes gestacional
Ecografía Todas las embarazadas deben someterse a detección de diabetes
Como se describe con detalle en el capítulo 10 (pág. 199), la mellitus gestacional, ya sea por anamnesis, factores clínicos o
ecografía aporta información valiosa sobre la anatomía, creci- prueba de laboratorio sistemáticos. Aunque la estrategia más
miento y bienestar fetales, y la mayoría de mujeres en Estados sensible es la prueba de laboratorio entre las 24 y las 28 semanas,
Unidos se practica al menos un examen ecográfico prenatal es probable que algunas embarazadas con bajo riesgo no se
(ACOG, 2011b). Las tendencias recientes sugieren que el beneficien con la prueba (AAP y ACOG, 2012). La diabetes
número de estos exámenes que se practican por embarazo va en gestacional se aborda en el capítulo 57 (pág. 1136).
Atención prenatal 177
Detección genética seleccionada grupos raciales o étnicos. La AAP y el ACOG (2012) respalda-
Debe ofrecerse detección específica para ciertas anomalías gené- ron estos lineamientos.
ticas a las parejas de riesgo alto con base en los antecedentes fami- En fecha reciente, Catalano (2007) destacó que cuando se
redactaron los lineamientos del Institute of Medicine, la preocu-
CAPÍTULO 9
liares, o en los antecedentes étnicos o raciales (ACOG, 2009c,
2011c, 2013h). Estos temas se abordan en los capítulos 13 y 14 pación se centraba en el lactante de bajo peso al nacer, en tanto
(págs. 275 y 294). Algunos ejemplos incluyen prueba para enfer- que hoy en día, la atención está en la epidemia de obesidad.
medad de Tay-Sachs en descendientes de judíos europeos orien- Quizá esto explique el interés renovado en el menor aumento de
tales o franco-canadienses; talasemia β para los que tienen ances- peso durante el embarazo. Como se explica en el capítulo 48
tros del Mediterráneo, el sureste de Asia, India, Pakistán o África; (pág. 965), la obesidad se relaciona con un aumento significativo
talasemia α para los descendientes del sureste de Asia o África, y de los riesgos de hipertensión gestacional, preeclampsia, diabetes
anemia drepanocítica para personas de origen africano, medite- gestacional, macrosomía, parto por cesárea y otras complicacio-
rráneo, del Medio Oriente, Caribe, Latinoamérica o India, y tri- nes. Parece que el riesgo está “relacionado en dosis” con el
somía 21 para aquellas de edad materna avanzada. aumento de peso prenatal. En un grupo poblacional de más de
120 000 embarazadas obesas, Kiel et al. (2007) observaron que
aquellas que aumentaban menos de 6.8 kg tenían los menores
NUTRICIÓN índices de preeclampsia, lactantes grandes para la edad gestacio-
nal y parto por cesárea. Entre 100 000 mujeres con índice de
■ Recomendaciones sobre masa corporal normal antes del embarazo, DeVader et al. (2007)
el aumento de peso encontraron que las que aumentaban menos de 11.3 kg durante
En la primera mitad del siglo xx se recomendaba limitar el el embarazo tenían el menor riesgo de preeclampsia, inducción
aumento de peso durante el embarazo a menos de 9.1 kg. Se fallida, desproporción cefalopélvica, cesárea y lactantes grandes
creía que tal restricción prevendría la hipertensión gestacional y para la edad gestacional. Sin embargo, este grupo tuvo mayor
la macrosomía fetal. Sin embargo, para la década de 1970, se riesgo de tener lactantes pequeños para la edad gestacional.
alentó a las mujeres a aumentar al menos 11.4 kg para prevenir Hay datos irrefutables de que el aumento de peso materno
el parto prematuro y la restricción del crecimiento fetal, una durante el embarazo influye en el peso al nacer. Martin et al.
recomendación respaldada por las investigaciones posteriores (2009) estudiaron esto con los datos de actas de nacimiento de
(Ehrenberg, 2003). El Institute of Medicine y el National Research 2006. Como se muestra en la figura 9-4, 60% de las embaraza-
Council (2009) revisaron sus lineamientos para el aumento das aumentó 11.8 kg o más. El aumento de peso materno tuvo
de peso en el embarazo y todavía estratifican los intervalos de una relación positiva con el peso al nacer y las mujeres con el
ganancia ponderal basados en el índice de masa corporal (BMI, mayor riesgo (14%) de dar a luz un lactante con peso inferior a
body mass index) previo al embarazo (cuadro 9-5). El BMI es 2 500 g fueron aquellas que aumentaron menos de 7.2 kg. Casi
fácil de calcular con las gráficas disponibles (fig. 48-1). Hay que 20% de los partos en mujeres con este aumento de peso tan
señalar que los nuevos lineamientos incluyen un intervalo espe- pequeño fue prematuro.
cífico relativamente estrecho de ganancia ponderal para las
mujeres obesas. Además, se aplican las mismas recomendaciones ■ Desnutrición grave
a las adolescentes, las mujeres de talla baja y las de todos los
Es difícil elaborar estudios que merezcan la pena sobre nutrición
en seres humanos porque la deficiencia alimentaria experimen-
tal no es una práctica ética. En los casos en los que se propicia-
CAPÍTULO 9
Embarazada Lactante
40 000 rato ferroso, y tomado todos los días durante la segunda mitad
30 000 del embarazo, se obtiene el hierro suficiente para cubrir las nece-
Grasa
20 000 sidades del embarazo y proteger las reservas preexistentes del
10 000 mineral; también cubre las necesidades de hierro para la lactan-
Proteína cia. La embarazada podría beneficiarse con 60 a 100 mg de hie-
0 10 20 30 40
rro al día si es grande, tiene dos fetos, comienza la complemen-
tación en el embarazo avanzado, toma hierro en forma irregular
Semanas de embarazo
o tiene un nivel un poco bajo de hemoglobina. La mujer con
FIGURA 9-6. Kilocalorías acumuladas necesarias para el embarazo. anemia franca por deficiencia de hierro responde bien a la com-
(Tomada con autorización de Chamberlain, 1998.) plementación oral con sales de hierro (cap. 56, pág. 1102).
180 Atención preconcepcional y prenatal
Como las necesidades de hierro son pocas durante los prime- recibir 30 mg de cinc complementario o placebo desde las 12 a
ros cuatro meses del embarazo, no es necesario aportar hierro las 16 semanas de gestación hasta el parto. El suplemento no
complementario en esta etapa. La omisión del hierro comple- mejoró el peso al nacer, pero los lactantes con peso bajo al nacer
mentario durante el primer trimestre evita el riesgo de agravar la de mujeres que tomaron cinc tuvieron menor riesgo de diarrea
SECCIÓN 4
náusea y el vómito (Gill, 2009). El consumo del hierro al acos- aguda, disentería e impétigo. En un estudio de seguimiento de
tarse o con el estómago vacío favorece la absorción y parece los lactantes a los 13 meses se observó que el suplemento de cinc
reducir al mínimo la probabilidad de una reacción gastrointesti- no mejoró el resultado de su desarrollo (Hamadani, 2002).
nal adversa.
Desde 1997, la Food and Drug Administration (FDA) exige Magnesio
que las preparaciones que contienen 30 mg o más de hierro ele- No se ha identificado la deficiencia de magnesio como conse-
mental por comprimido se empaquen como dosis individuales, cuencia del embarazo. No existe duda que durante la enferme-
como en blister. Esta regulación pretende prevenir la intoxica- dad prolongada sin consumo de magnesio, el nivel plasmático
ción con hierro accidental en los niños. podría alcanzar cifras bajas críticas, como ocurriría en ausencia
de embarazo. Se ha observado deficiencia de magnesio durante
Yodo el embarazo por las consecuencias de una operación de deriva-
La recomendación diaria de yodo es de 220 μg (cuadro 9-6). Se ción intestinal previa. Sibai et al. (1989) distribuyeron 400
recomienda el uso de sal yodada y productos de pan durante el mujeres primigrávidas normotensas con asignación al azar para
embarazo para contrarrestar el aumento de los requerimientos recibir 365 mg de magnesio elemental complementario o com-
fetales y las pérdidas renales maternas de yodo. A pesar de esto, primidos de placebo de las 13 a las 24 semanas. El complemento
el consumo de yodo ha disminuido de manera sustancial en los no mejoró ningún parámetro del resultado del embarazo.
últimos 15 años, y quizá en algunas áreas sea insuficiente (cap.
58, pág. 1155). El interés en aumentar el yodo dietético se Oligoelementos
subraya por los reportes que vinculan el hipotiroidismo materno El cobre, selenio, cromo y manganeso tienen funciones impor-
subclínico con los resultados adversos del embarazo y los posi- tantes en ciertas actividades enzimáticas. En general, la mayor
bles defectos en el desarrollo neurológico en niños (Casey, 2005; parte se obtiene con una dieta promedio. Se identificó una defi-
Haddow, 1999). La deficiencia materna grave de yodo predis- ciencia geográfica grave de selenio en una amplia región de China.
pone a los hijos al cretinismo endémico, caracterizado por múl- La deficiencia se manifiesta por una miocardiopatía a menudo
tiples defectos neurológicos. En partes de China y África en las letal en niños pequeños y mujeres en edad reproductiva. Por el
que es frecuente este trastorno, la complementación con yodo contrario, también se ha observado la toxicidad por selenio cau-
desde etapas iniciales del embarazo previene algunos casos de sada por la complementación excesiva. No hay informes de que
cretinismo (Cao, 1994). Para corregir esto, muchos suplemen- las mujeres estadounidenses necesiten complementos de selenio.
tos prenatales actuales contienen diversas cantidades de yodo.
Potasio
Calcio La concentración de potasio en el plasma materno disminuye en
Como se explica en el capítulo 4 (pág. 54), la embarazada retiene cerca de 0.5 meq/L hacia la mitad del embarazo (Brown, 1986).
alrededor de 30 g de calcio, la mayor parte del cual se deposita La deficiencia de potasio se desarrolla en las mismas circunstan-
en el feto en etapas avanzadas del embarazo (Pitkin, 1985). Esta cias que en mujeres no embarazadas.
cantidad representa sólo alrededor del 2.5% del calcio materno
total, cuya mayor parte está en los huesos y que puede movili- Flúor
zarse con facilidad para el crecimiento fetal. Además, Heaney y No hay datos de que el flúor complementario durante el emba-
Skillman (1971) demostraron un aumento en la absorción de razo sea beneficioso (Institute of Medicine, 1990). Maheshwari et
calcio en el intestino y la retención progresiva durante todo el al. (1983) observaron que el metabolismo del flúor no se altera
embarazo. Los esfuerzos por prevenir la preeclampsia con com- en forma apreciable durante el embarazo. Horowitz y Heifetz
plementos de calcio no han sido eficaces y no se recomienda su (1967) concluyeron que no se obtienen beneficios adicionales
empleo habitual en el embarazo (cap. 40, pág. 748). con el consumo materno de agua fluorada si el hijo consume
dicha agua desde el nacimiento. Sa Roriz Fonteles et al. (2005)
Cinc estudiaron biopsias obtenidas con un microtaladro de los dien-
La deficiencia grave de cinc puede causar falta de apetito, creci- tes temporales y concluyó que el flúor prenatal no produce una
miento menor al óptimo y deficiencia en la cicatrización de captación adicional de flúor en comparación con el flúor posna-
heridas. Durante el embarazo, el consumo diario recomendado tal solo. El consumo de flúor complementario entre mujeres
es cercano a 12 mg. No obstante, no se ha establecido el nivel lactantes no aumenta la concentración de éste en la leche
seguro de cinc complementario para las embarazadas. Golden- materna (Ekstrand, 1981).
berg et al. (1995) distribuyeron 580 mujeres indigentes con
asignación al azar para recibir un suplemento diario con 25 mg
de cinc o placebo a partir de la mitad del embarazo. La concen- ■ Vitaminas
tración plasmática de cinc fue significativamente mayor en las El incremento de las necesidades de la mayor parte de las vita-
mujeres que recibieron suplementos. Los lactantes de las madres minas durante el embarazo que se muestra en el cuadro 9-6 casi
que tomaron el suplemento de cinc fueron un poco más grandes siempre se cubre con cualquier dieta general que aporte las calo-
(aumento medio 125 g) y tuvieron un perímetro cefálico algo rías y proteína suficientes. La excepción es el ácido fólico durante
mayor (media, 4 mm). Más tarde, Osendarp et al. (2001) distri- periodos de necesidades inusuales, como el embarazo compli-
buyeron 420 mujeres con asignación al azar en Bangladesh para cado por vómito prolongado, anemia hemolítica o fetos múlti-
Atención prenatal 181
ples. Por esta razón, en países pobres, la complementación habi- nica de vitamina A, definida como una concentración sérica de
tual con vitaminas redujo la incidencia de peso bajo al nacer y retinol menor de 20 μg/100 ml. La deficiencia de vitamina A, ya
restricción del crecimiento fetal, pero no alteró los índices de sea manifiesta o subclínica, se relaciona con un mayor riesgo de
parto prematuro o mortalidad perinatal (Fawzi, 2007). anemia materna y parto prematuro espontáneo.
CAPÍTULO 9
Ácido fólico Vitamina B12
Los CDC (2004) calcularon que el número de embarazos afec- Las concentraciones plasmáticas maternas de vitamina B12 dis-
tados por defectos del tubo neural disminuyó de 4 000 embara- minuyen en el embarazo normal, lo que se debe sobre todo al
zos por año a cerca de 3 000 por año desde la fortificación obli- descenso en la concentración plasmática de proteínas transpor-
gatoria de productos de cereal con ácido fólico en 1998. Tal vez tadoras, las transcobalaminas. La vitamina B12 se encuentra de
más de la mitad de los defectos del tubo neural puede prevenirse manera natural sólo en alimentos de origen animal y las vegeta-
con el consumo diario de 400 μg de ácido fólico durante el rianas estrictas pueden dar a luz lactantes con reservas bajas de
periodo próximo a la concepción. La adición de 140 μg de ácido vitamina B12. De igual manera, como la leche materna de una
fólico a cada 100 g de productos de grano podría aumentar el vegetariana contiene poca vitamina B12, la deficiencia puede
consumo de ácido fólico de la mujer estadounidense promedio volverse más grave en el lactante amamantado (Higginbottom,
en edad reproductiva en 100 μg al día. Sin embargo, como las 1978). El consumo excesivo de vitamina C también puede cau-
fuentes nutricionales solas son insuficientes, todavía se reco- sar una deficiencia funcional de vitamina B12. Aunque su fun-
miendan los complementos de ácido fólico (ACOG, 2013f ). ción todavía es motivo de controversia, los niveles bajos de vita-
De igual manera, la United States Preventive Services Task Force mina B12 antes de la concepción, como ocurre con el folato,
(2009) emitió una recomendación de nivel A para que todas las aumentan el riesgo de defectos en el tubo neural (Molloy, 2009;
mujeres que planeaban o podían iniciar un embarazo tomaran Thompson, 2009).
un suplemento diario con 0.4 a 0.8 mg de ácido fólico. Con
base en los datos de 15 registros internacionales, Botto et al. Vitamina B6 (piridoxina)
(2006) demostraron una reducción significativa en las tasas de
Los escasos estudios clínicos en embarazadas no han podido
defectos en el tubo neural, sólo en los países con programas de
demostrar beneficio alguno de los complementos de vitamina B6
fortificación con ácido fólico. No se observó un descenso en la
(Thaver, 2006). Para las mujeres con riesgo alto de nutrición
tasa en las regiones que sólo tenían recomendaciones de comple-
inadecuada, como las drogadictas, las adolescentes y las que tie-
mentación.
nen embarazos múltiples, se recomienda un complemento diario
Una mujer que ya tuvo un hijo con un defecto del tubo neu-
de 2 mg. Como se muestra en la página 187 y el capítulo 54 (pág.
ral puede reducir en más del 70% el riesgo de recurrencia de 2 a
1072), se ha observado que si la vitamina B6 se combina con el
5% con 4 mg de ácido fólico complementario el mes anterior
antihistamínico doxilamina es útil en muchos casos de náusea y
a la concepción y durante el primer trimestre. Como subrayan la
vómito del embarazo (Boskovic, 2003; Staroselsky, 2007).
AAP y el ACOG (2012), esta dosis debe consumirse como com-
plemento separado, y no en comprimidos multivitamínicos,
para evitar el consumo excesivo de vitaminas liposolubles. Por Vitamina C
desgracia, las encuestas todavía indican que muchas mujeres, La ración alimenticia recomendada de vitamina C durante el
sobre todo las pertenecientes a las minorías, no conocen las embarazo es de 80 a 85 mg diarios, aproximadamente 20% más
recomendaciones sobre complementación con ácido fólico (Per- que en la no embarazada (cuadro 9-6). Una dieta razonable
low, 2001; Rinsky-Eng, 2002). Esta importante relación entre debe cubrir esta cantidad con facilidad. La concentración plas-
la deficiencia de ácido fólico y los defectos del tubo neural se mática materna disminuye durante el embarazo, mientras que el
aborda con más detalle en el capítulo 14 (pág. 284). nivel en la sangre del cordón es más alto, fenómeno que se
observa con la mayor parte de las vitaminas hidrosolubles.
Vitamina A
Aunque es esencial, la vitamina A se relaciona con malformacio- Vitamina D
nes congénitas cuando se toma en dosis altas (>10 000 IU al día) Esta es una vitamina liposoluble que después de metabolizarse
durante el embarazo. Estas malformaciones son similares a las hasta su forma activa, aumenta la eficiencia de la absorción
causadas por el derivado de la vitamina A isotretinoína, uno de intestinal de calcio y estimula la mineralización y crecimiento
los teratógenos más potentes (cap. 12, pág. 251). No se ha óseos. A diferencia de la mayoría de las vitaminas que se obtie-
demostrado que el caroteno β, precursor de la vitamina A pre- nen sólo con la dieta, la vitamina D también se sintetiza en el
sente en las frutas y verduras, tenga la toxicidad de la vitamina organismo mediante la exposición a la luz solar. Cada vez se
A. La mayoría de las vitaminas prenatales contienen vitamina A reconoce más que la deficiencia de vitamina D es frecuente
en dosis mucho menores al umbral teratógeno. La ingestión die- durante el embarazo. Esto es válido sobre todo en grupos de alto
tética en Estados Unidos parece ser adecuada y no se recomienda riesgo, como mujeres con exposición solar limitada, minorías
la complementación sistemática. étnicas, en especial las de piel oscura, y las vegetarianas (Bodnar,
La deficiencia de vitamina A es un problema nutricional 2007). Esta deficiencia materna puede alterar la homeostasis
endémico en los países en desarrollo. Se calcula que seis millones esquelética, causar raquitismo congénito y fracturas en el recién
de embarazadas experimentan ceguera nocturna por la deficien- nacido (ACOG, 2011d). El Food and Nutrition Board del Insti-
cia de vitamina A (West, 2003). En un estudio de India, Rad- tute of Medicine (2011) estableció que el consumo adecuado de
hika et al. (2002) encontraron deficiencia franca manifestada vitamina D durante el embarazo y la lactancia era de 15 μg al
como ceguera nocturna en el 3% de 736 mujeres en el tercer día (600 IU al día). En mujeres con sospecha de hipovitamino-
trimestre del embarazo. Un 27% más tenía deficiencia subclí- sis D, puede medirse la concentración de la 25-hidroxivita-
182 Atención preconcepcional y prenatal
PREOCUPACIONES FRECUENTES
■ Empleo CUADRO 9-7.
Más de la mitad de los niños en Estados Unidos son hijos de
Contraindicaciones absolutas para el ejercicio aeróbico
madres que trabajan. La ley federal prohíbe a los empleadores
durante el embarazo
excluir a las mujeres de empleos a causa de un embarazo o por-
que tengan la posibilidad de embarazarse (Annas, 1991). El • Cardiopatía de importancia hemodinámica
Family Medical Leave Act requiere que los empleadores estable- • Enfermedad pulmonar restrictiva
cidos otorguen hasta 12 semanas laborales de licencia sin sueldo • Insuficiencia cervicouterina/cerclaje
a un empleado para el nacimiento y atención de un hijo recién • Embarazo múltiple con riesgo de trabajo de parto prematuro
nacido. En ausencia de complicaciones, las mujeres pueden con- • Hemorragia persistente en el 1er y 2º trimestres
tinuar su trabajo hasta el inicio del trabajo de parto (AAP y • Placenta previa después de 26 semanas
ACOG, 2012). • Trabajo de parto prematuro durante el embarazo actual
Sin embargo, algunos tipos de trabajo aumentan los riesgos • Rotura de membranas
de complicaciones del embarazo. Mozurkewich et al. (2000) • Preeclampsia/hipertensión inducida por el embarazo
revisaron 29 estudios que incluyeron más de 160 000 embara-
zos. Con el trabajo que demanda esfuerzo físico, las mujeres Contraindicaciones relativas para el ejercicio aeróbico
tuvieron un aumento del 20 al 60% en los índices de parto durante el embarazo
prematuro, restricción del crecimiento fetal o hipertensión ges-
• Anemia grave
tacional. En un estudio prospectivo con más de 900 nulíparas
• Arritmia cardiaca materna no valorada
sanas, Higgins et al. (2002) observaron que las mujeres que tra-
• Bronquitis crónica
bajaban tenían un riesgo cinco veces más alto de preeclampsia.
• Diabetes tipo 1 mal controlada
Newman et al. (2001) publicaron resultados de 2 929 mujeres
• Obesidad patológica extrema
con embarazos únicos estudiados por la Maternal-Fetal Medi- • Peso bajo extremo (BMI <12)
cine Units Network. La fatiga laboral, calculada por el número de • Antecedente de estilo de vida muy sedentario
horas de pie; la intensidad de las demandas físicas y mentales, y • Restricción del crecimiento intrauterino en el embarazo
los factores ambientales de estrés, se relacionó con un mayor actual
riesgo de rotura prematura de membranas. Para las mujeres que • Hipertensión mal controlada
refieren los grados más altos de fatiga, el riesgo fue de 7.4%. • Limitaciones ortopédicas
Por tanto, debe evitarse cualquier ocupación que someta a la • Trastorno convulsivo mal controlado
embarazada a esfuerzo físico intenso. Lo ideal es que ningún • Hipertiroidismo mal controlado
trabajo o actividad se continúe hasta el grado de la fatiga exce- • Fumadora intensa
siva. Deben brindarse periodos adecuados de descanso. Parece
prudente recomendar a las mujeres que tuvieron complicacio- Tomado de: Exercise during pregnancy and the postpartum period.
nes en embarazos previos y están en riesgo de recurrir (p. ej., ACOG Committee Opinion No. 267. American College of Obstetricians
and Gynecologist. Obstet Gynecol 2002;99:171-173; confirmado 2009b.
parto prematuro), que reduzcan al mínimo el trabajo físico.
Atención prenatal 183
CAPÍTULO 9
buceo porque el feto tiene un riesgo alto de enfermedad por contaminación ambiental por plomo.
descompresión. Vivir cerca de una fuente de plomo.
En presencia de ciertas complicaciones del embarazo, es pru- Trabajar con plomo o vivir con alguien que lo haga.
dente abstenerse del ejercicio, incluso limitar la actividad física.
Uso de cerámica con esmalte de plomo.
Por ejemplo, para algunas mujeres con trastornos hipertensivos
causados por el embarazo es conveniente el sedentarismo, al Consumo de sustancias no alimentarias (pica).
igual que muchas mujeres con trabajo de parto prematuro, pla- Uso de medicinas, hierbas o terapias complementarias.
centa previa o embarazo múltiple; aquellas con sospecha de res- Uso de cosméticos o ciertos alimentos importados.
tricción del crecimiento fetal, o las que tienen cardiopatía o Renovación o remodelación de casas antiguas sin implementar
neumopatía grave. controles de riesgo para plomo.
Consumo de agua potable contaminada con plomo.
Tener antecedente de exposición a plomo o evidencia de una
■ Consumo de mariscos cantidad corporal elevada del mismo.
El pescado es una excelente fuente de proteína, es bajo en grasa Vivir con alguien identificado con concentraciones altas de
saturada y contiene ácidos grasos omega-3. Como casi todos los plomo.
pescados y mariscos contienen restos de mercurio, se reco-
Adaptado a partir de Centers for Disease Control and Prevention,
mienda que las embarazadas y las mujeres lactantes eviten tipos 2010a.
específicos de pescado que pudieran tener concentraciones altas
de mercurio. Éstos incluyen tiburón, pez espada, caballa rey y
lofolátilo. Además, se recomienda que las embarazadas no
coman más de 360 g o dos porciones de atún enlatado por
semana, y no más de 180 g de albacora o atún “blanco” (U.S. ■ Viaje en automóvil y viaje aéreo
Environmental Protection Agency, 2004). Si se desconoce el con- El ACOG (2010) formuló lineamientos de restricciones para el
tenido de mercurio en la pesca local, debe limitarse el consumo pasajero de automóviles durante el embarazo (cap. 47, pág. 951).
de pescado en general a 180 g por semana (AAP y ACOG, Debe recomendarse a las mujeres que usen los cinturones de
2012). Sin embargo, el estudio Avon Longitudinal Study of seguridad de tres puntos en forma apropiada durante el emba-
Parents and Children publicó efectos provechosos en los resulta- razo cuando viajen en automóviles. La parte del cinturón que va
dos del embarazo en las mujeres que consumían 340 g o más de en el regazo debe colocarse bajo el abdomen y sobre la parte
pescados y mariscos cada semana (Hibbeln, 2007). superior de los muslos. El cinturón debe ajustar en forma
cómoda. La porción del hombro también debe estar bien ajus-
tada entre las mamas.
■ Detección de plomo La información disponible sugiere que no deben desacti-
La exposición materna al plomo se relaciona con varios resulta- varse las bolsas de aire para la embarazada.
dos maternos y fetales adversos en un intervalo amplio de con- En general, el viaje aéreo de una mujer sana no tiene efectos
centraciones sanguíneas maternas de plomo (Bellinger, 2005). nocivos en el embarazo (Aerospace Medical Association, 2003).
Estos efectos incluyen hipertensión gestacional, aborto espontá- Por eso, en ausencia de complicaciones obstétricas o médicas, la
neo, peso bajo al nacer y alteraciones en el desarrollo neuroló- AAP y el ACOG (2009a, 2012) concluyeron que es seguro que
gico de los fetos expuestos (ACOG, 2012b). Se desconoce la las embarazadas vuelen hasta las 36 semanas. Se recomienda a
magnitud de la exposición con la que aumentan estos riesgos, las mujeres embarazadas que observen las mismas precauciones
pero al reconocer que tal exposición se mantiene como un pro- para los viajes aéreos de la población general, incluido el movi-
blema de salud significativo para las mujeres en edad reproduc- miento periódico de las extremidades inferiores, ambulación al
tiva, los CDC (2010a) publicaron lineamientos para la detec- menos cada hora y uso de cinturón de seguridad mientras per-
ción y tratamiento de las mujeres expuestas embarazadas y los manezcan sentadas.
lactantes. Las directrices, que tienen el respaldo del ACOG Un riesgo considerable en los viajes, sobre todo en los inter-
(2012b), recomiendan la prueba sanguínea sólo si se identi- nacionales, es la adquisición de enfermedades infecciosas o el
fica un factor de riesgo (cuadro 9-8). Si la concentración es desarrollo de una complicación en un sitio alejado de instalacio-
>5 μg/100 ml, se completa la asesoría, y se busca y elimina la nes adecuadas (Ryan, 2002).
fuente de plomo. Deben hacerse cuantificaciones subsiguientes
del plomo sanguíneo. La concentración sanguínea de plomo
≥45 μg/100 ml es consistente con intoxicación por plomo; las ■ Coito
mujeres con estos resultados son prospectos para la terapia de En general, se acepta que en las embarazadas sanas las relaciones
quelación. Estos embarazos deben tratarse en consulta con sexuales no son dañinas. Sin embargo, siempre que haya ame-
expertos en el tratamiento de la intoxicación por plomo. Existen naza de aborto, placenta previa o trabajo de parto prematuro
recursos nacionales y estatales en el sitio web del CDC: www. debe evitarse el coito. Casi 10 000 mujeres se incluyeron en una
cdc.gov/nceh/lead investigación prospectiva del Vaginal Infection and Prematurity
184 Atención preconcepcional y prenatal
Study Group en el que se realizó una entrevista sobre actividad con los anticuerpos maternos hasta que se inicia la serie de vacu-
sexual (Read, 1993). Informaron una menor frecuencia de las nación a los dos meses de edad. Como demostraron Healy et al.
relaciones sexuales con el avance del embarazo. Para las 36 sema- (2013), los anticuerpos maternos contra Bordetella pertussis tie-
nas, 72% había tenido relaciones sexuales menos de una vez por nen una duración relativamente corta y no es probable que la
SECCIÓN 4
semana. Según Bartellas et al. (2000), el decremento se atribuye aplicación de Tdap antes del embarazo, incluso en la primera
al descenso del deseo en el 58% y al temor de dañar al feto en el mitad del embarazo en cuestión, produzca un alto nivel de pro-
48%. tección con anticuerpos en el recién nacido. Por lo tanto, el
En particular, no se ha observado que el coito en el embarazo Advisory Committee on Immunizaton Practices recomendó apli-
avanzado sea nocivo. Grudzinskas et al. (1979) no encontraron car una dosis de Tdap a las mujeres en cada embarazo, de
una relación entre la edad gestacional al momento del parto y la manera óptima entre las 27 y 36 semanas de gestación, para
frecuencia de coito durante las últimas cuatro semanas del maximizar la transferencia pasiva de anticuerpos al feto (CDC,
embarazo. Sayle et al. (2001) no encontraron un aumento, y en 2013a). El ACOG respalda esta recomendación (2012j).
realidad observaron un descenso, en el riesgo de parto en las dos A todas las mujeres que estarán embarazadas durante la tem-
semanas siguientes al coito. Tan et al. (2007) estudiaron a muje- porada de influenza se les debe ofrecer la vacuna, sin importar la
res programadas para inducción no urgente del trabajo de parto etapa de su embarazo. A aquellas con trastornos médicos que
y observaron que el trabajo de parto espontáneo se presentaba aumentan el riesgo de complicaciones se les debe ofrecer la
en la mitad de cada grupo, las que habían tenido relaciones vacuna antes que comience la temporada de influenza (AAP y
sexuales y las que no las habían practicado. ACOG, 2012). En fecha reciente, Zaman et al. (2008) mostra-
El contacto oral-vaginal a veces es peligroso. Aronson y Nel- ron que la vacunación prenatal disminuye la incidencia de
son (1967) describieron una embolia gaseosa letal en el emba- influenza en los primeros seis meses en 63% de los lactantes
razo avanzado como resultado del aire insuflado en la vagina nacidos de estas mujeres. Además, se reducen en un tercio todas
durante el cunnilingus. Se han descrito otros casos casi letales las enfermedades respiratorias febriles en estos niños.
(Bernhardt et al., 1988). Las mujeres susceptibles a rubeola durante el embarazo
deben recibir la vacuna MMR (sarampión, parotiditis, rubeola)
después del parto. Aunque esta vacuna no se recomienda durante
■ Atención dental el embarazo, nunca se ha publicado el síndrome de rubeola con-
El examen dental debe incluirse en la exploración prenatal y se génita por su aplicación inadvertida. No hay contraindicación
recomienda la higiene dental adecuada. De hecho, la enferme- para la vacuna MMR mientras se amamanta (CDC, 2011).
dad periodontal se ha asociado al trabajo de parto prematuro.
Por desgracia, su tratamiento mejora la salud dental, pero no
previene el trabajo de parto prematuro (Michalowicz, 2006). La ■ Guerra biológica y vacunas
caries dental no se agrava por el embarazo. Un hecho impor- La amenaza vigente del bioterrorismo obliga a mantenerse fami-
tante es que el embarazo no es contraindicación para el trata- liarizado con las vacunas contra viruela y carbunco durante el
miento dental, incluidas radiografías dentales (Giglio, 2009). embarazo. La vacuna de la viruela está producida con el virus de
la vacuna atenuado, que se relaciona con los virus de la viruela y
la viruela bovina. La infección fetal por vacuna es rara, pero
■ Inmunización puede causar aborto, mortinato o muerte neonatal. Por lo tanto,
Las recomendaciones actuales para la inmunización durante el en circunstancias que no sean urgentes, esta vacunación está
embarazo se resumen en el cuadro 9-9. Las preocupaciones bien contraindicada en el embarazo y en mujeres que pudieran
difundidas sobre un vínculo causal entre la exposición infantil al embarazarse en los 28 días siguientes a la vacunación (CDC,
conservador timerosal de algunas vacunas y los trastornos neu- 2013c). No obstante, si la vacuna se aplica de manera inadver-
ropsicológicos han derivado en la prohibición de algunos padres. tida al inicio del embarazo, no es indicación para terminarlo
Aunque la controversia continúa, se demostró que estas relacio- (Suarez, 2002). Si la embarazada está en riesgo por exposición a
nes son infundadas (Sugarman, 2007; Thompson, 2007; Tozzi, viruela, ya sea como víctima directa de un ataque bioterrorista o
2009). Por lo tanto, muchas vacunas pueden usarse en el emba- como contacto cercano de un caso individual, los riesgos de la
razo. El ACOG (2013c) subraya la importancia de integrar una viruela clínica rebasan por mucho cualquier riesgo potencial de
estrategia efectiva de vacunación en la atención de las pacientes la vacunación.
obstétricas y ginecológicas. Dicha institución resalta además que La vacunación para carbunco se ha limitado sobre todo a
la información sobre la seguridad de las vacunas aplicadas personas con exposición laboral, como veterinarios especializa-
durante el embarazo es un tema cambiante y las recomendacio- dos, trabajadores de laboratorio y miembros de las fuerzas arma-
nes se encuentran en el sitio web de los CDC: www.cdc.gov/ das. La vacuna no contiene virus vivo y por eso no se esperaría
vaccines que implicara un riesgo significativo para el feto. Wiesen y Lit-
La frecuencia de la infección por tos ferina ha aumentado tell (2002) estudiaron los riesgos reproductivos de 385 mujeres
mucho en Estados Unidos. Esto generó recomendaciones actua- en el ejército de Estados Unidos que se embarazaron después de
lizadas para usar la vacuna Tdap de tres agentes: toxoide tetá- la vacunación y no informaron efectos secundarios en la fecun-
nico, toxoide diftérico reducido y tos ferina acelular (CDC, didad ni en el resultado del embarazo. La viruela, el carbunco y
2013a). Los lactantes jóvenes tienen mayor riesgo de morir por otras infecciones relacionadas con el bioterrorismo se describen
tos ferina y dependen por completo de la inmunización pasiva en el capítulo 64 (pág. 1258).
Atención prenatal 185
CAPÍTULO 9
Vacunas de virus vivo atenuado
Sarampión Contraindicada, véase Dosis única SC, de preferencia Vacunar a mujeres susceptibles
inmunoglobulinas como MMRa después del parto. El
amamantamiento no es una
contraindicación
Parotiditis Contraindicada Dosis única SC, de preferencia Vacunar a las mujeres susceptibles
como MMR después del parto
Rubeola Contraindicada, pero nunca se ha Dosis única SC, de preferencia El efecto teratógeno de la vacuna
descrito el síndrome de como MMR es teórico y no se ha confirmado;
rubeola congénita después de vacunar a las mujeres
la vacuna susceptibles después del parto
Poliomielitis No se recomienda en forma Primaria: 2 dosis de virus Vacuna indicada en mujeres
Oral, vivo habitual en Estados Unidos, desactivado con potencia susceptibles que viajan a zonas
atenuado salvo en mujeres con riesgo intensificada SC a intervalos de endémicas o en otras situaciones
Inyección, virus alto de exposiciónb 4-8 semanas; 3ª dosis 6-12 de alto riesgo
desactivado con meses después de la 2ª dosis
potencia Protección inmediata: una dosis
intensificada vacuna oral (en caso de
epidemia)
Fiebre amarilla Viaje a áreas de alto riesgo Dosis única SC Riesgo teórico rebasado por el
riesgo de fiebre amarilla
Varicela Contraindicada, pero no hay Se requieren 2 dosis: la 2ª El efecto teratógeno de la vacuna
reportes de efectos adversos 4-8 semanas después es teórico. Debe considerarse la
en el embarazo de la 1ª vacunación de mujeres
susceptibles después del parto
Viruela Contraindicada en embarazadas y Una dosis SC, múltiples pinchazos La única vacuna con daño fetal
(variolovacuna) en sus contactos domésticos con lanceta conocido
Otras
Influenza Todas las embarazadas, sin Una dosis IM cada año Vacuna de virus muerto
importar el trimestre durante
la temporada de influenza
(octubre-mayo)
Rabia Las indicaciones para profilaxis no Consultar con autoridades de salud Vacuna de virus vivo desactivado
se alteran en el embarazo; pública las indicaciones, dosis y
cada caso se considera en vía de aplicación
forma individual
Virus del papiloma No recomendada Series de tres dosis IM a 0, 1 y Vacunas tetravalentes o bivalentes;
humano 6 meses ambas tienen virus desactivados.
No se han observado efectos
teratógenos con ninguna
Hepatitis B Antes y después de exposición Tres dosis IM a 0, 1 y 6 meses Se usa con inmunoglobulina para
para mujeres con riesgo de hepatitis B en ciertas
infección exposiciones. El recién nacido
expuesto necesita vacunación al
nacer e inmunoglobulina en
cuanto sea posible. Todos los
lactantes deben recibir la dosis
de vacuna al nacer
Hepatitis A Antes y después de exposición si Esquema de 2 dosis IM a intervalo Virus desactivado
hay riesgo (viaje internacional) de 6 meses
(Continúa)
186 Atención preconcepcional y prenatal
Neumococo Las indicaciones no cambian por En adultos, sólo una dosis; Vacuna de polisacárido polivalente;
el embarazo. Recomendada considerar repetir la dosis en no se ha valorado la seguridad
para mujeres con asplenia; 6 años para mujeres de alto en el primer trimestre
enfermedades metabólicas, riesgo
renales, cardiacas o
pulmonares; mala respuesta
inmunitaria, o fumadoras
Meningococo Las indicaciones no cambian por Una dosis, vacuna tetravalente Vacuna inyectable de bacteria
el embarazo. Vacunación muerta o vacuna oral viva
recomendada en epidemias atenuada. Es preferible la vacuna
inusuales oral
Carbunco Véase el texto Vacunación primaria de 6 dosis, Preparación de filtrado sin células
luego refuerzo anual de B. anthracis. Sin bacteria viva
o muerta. El efecto teratógeno
de la vacuna es teórico
Toxoides
Tétanos-difteria- Recomendada en cada embarazo, Primaria: 2 dosis IM a intervalo de Se prefieren los toxoides de tétanos
tos ferina acelular de preferencia entre las 1-2 meses, la 3ª dosis y difteria con tos ferina acelular
semanas 27 y 36 para 6-12 meses después de la 2ª (Tdap) combinados. La
maximizar la transferencia Refuerzo: dosis única IM c/10 años, actualización del estado
pasiva de anticuerpos como parte del cuidado de la inmunitario debe ser parte de la
herida si ≥5 años después de la atención antes del parto
última dosis, o una vez por
embarazo
Inmunoglobulinas específicas
Hepatitis B Profilaxis posterior a la exposición Depende de la exposición (cap. 55, Casi siempre se aplica con la vacuna
pág. 1090) del virus de hepatitis B; los
recién nacidos expuestos
necesitan profilaxis inmediata
Rabia Profilaxis posterior a la exposición La mitad de la dosis en el sitio de Se usa junto con vacuna de virus
lesión, la mitad en el deltoides muerto de la rabia
Tétanos Profilaxis posterior a la exposición Una dosis IM Se usa junto con toxoide tetánico
Varicela Debe considerarse en Una dosis IM en las 96 h siguientes Indicada también en recién nacidos
embarazadas expuestas para a la exposición o mujeres que desarrollan
proteger contra la infección varicela en los 4 días previos al
materna, no congénita parto o 2 días después del parto
(Continúa)
Atención prenatal 187
CAPÍTULO 9
Inmunoglobulinas estándar
Hepatitis A. La Profilaxis después de exposición y 0.02 ml/kg IM en una dosis La inmunoglobulina debe aplicarse
vacuna con virus alto riesgo lo antes posible y en las
de la hepatitis A 2 semanas siguientes a la
debe usarse con exposición; los lactantes nacidos
inmunoglobulina de mujeres que incuban el virus
para hepatitis A o presentan la enfermedad
aguda al momento del parto
deben recibir una dosis de 0.5 ml
lo antes posible después del
parto
a Son necesarias dos dosis en estudiantes que ingresan a instituciones de educación superior, personal médico recién contratado y viajes al extranjero.
b La vacuna de polio desactivada se recomienda para adultos no inmunizados con riesgo alto.
ID, intradérmica; IM, intramuscular; MMR, sarampión, parotiditis, rubeola; VO, vía oral; SC, subcutánea.
Adaptado de Centers for Disease Control and Prevention, 2013a,b,c.
El dolor de espalda intenso no debe atribuirse sólo al emba- general, el dolor y la inflamación se alivian con anestésicos tópi-
razo hasta que se realice un examen ortopédico minucioso. El cos, baños tibios y fármacos ablandadores fecales. La trombosis
dolor intenso también tiene otras causas infrecuentes, como la de una hemorroide externa puede causar dolor considerable,
osteoporosis relacionada con el embarazo, trastorno discal, pero casi siempre es posible evacuar el coágulo con una incisión
SECCIÓN 4
osteoartritis vertebral o artritis séptica (Smith, 2008). Lo más en la pared venosa con anestesia tópica.
frecuente es que el espasmo y sensibilidad musculares se clasifi-
quen como distensión aguda o fibrositis. Aunque la investigación
clínica basada en evidencia para dirigir la atención en el emba- ■ Pirosis
razo es limitada, tal dolor lumbar casi siempre responde bien a Este síntoma es de las quejas más frecuentes de las embarazadas
los analgésicos, calor y reposo. Si es necesario, puede usarse para- y se debe al reflujo del contenido gástrico hacia el inferior del
cetamol en forma crónica. Los antiinflamatorios no esteroideos esófago. Lo más probable es que el aumento en la frecuencia de
también pueden ser provechosos, pero sólo se usan en periodos la regurgitación durante el embarazo se deba al desplazamiento
cortos para evitar los efectos fetales (cap. 12 , pág. 247). Cuando superior y la compresión del estómago por el útero, combinados
sea necesario, pueden agregarse relajantes musculares, como ci- con la relajación del esfínter esofágico inferior (cap. 4, pág. 66).
clobenzaprina o baclofeno. Una vez que el dolor agudo mejora, En la mayoría de las embarazadas, los síntomas son leves y se
los ejercicios para estabilización y fortalecimiento indicados por alivian con un régimen de comidas más frecuentes y pequeñas,
un terapista físico mejoran la estabilidad vertebral y de la cadera, además de evitar inclinarse o acostarse. Los antiácidos pueden
esencial para el aumento de carga durante el embarazo. En algu- brindar un alivio considerable. Se administra hidróxido de alu-
nas pacientes es provechoso un cinturón de soporte para estabili- minio, trisilicato de magnesio o hidróxido de magnesio, solos o
zar la articulación sacroiliaca. También es útil la manipulación combinados. El tratamiento de los síntomas que no responden a
quiropráctica en mujeres seleccionadas. George et al. (2013) dis- estas medidas sencillas se describe en el capítulo 54 (pág. 1072).
tribuyeron a 169 mujeres con asignación al azar con dolor lum-
bar entre las 24 y 28 semanas de embarazo para recibir la aten-
ción obstétrica estándar o la atención estándar más terapia ■ Pica y sialorrea
multimodal, una combinación de terapia quiropráctica manual, El deseo intenso de las embarazadas por alimentos extraños se
ejercicios y educación de la paciente. Las pacientes que recibie- denomina pica. A veces predomina el consumo de productos no
ron la terapia multimodal experimentaron mucho menos dolor, alimentarios, como hielo (pacofagia), almidón (amilofagia) o
menor discapacidad y mayor mejoría global en sus actividades. arcilla (geofagia). Algunos consideran que este deseo se desenca-
dena por la deficiencia grave de hierro. Aunque el deseo casi
siempre se aminora después de corregir la deficiencia de hierro,
■ Várices y hemorroides no todas las embarazadas con pica tienen deficiencia de este
Existe una predisposición congénita a las várices venosas de las mineral. De hecho, si los “alimentos” extraños predominan en la
piernas y se incrementan con la edad. Pueden agravarse por fac- dieta, al final la deficiencia de hierro se agrava o se desarrolla.
tores que aumentan la presión venosa en las extremidades infe- Patel et al. (2004) de la University of Alabama en Birmingham
riores. Como se explica en el capítulo 4 (pág. 60), la presión realizaron un inventario dietético prospectivo de más de 3 000
venosa femoral en la embarazada en posición supina aumenta de mujeres durante el segundo trimestre. La prevalencia de pica era
8 mmHg en el inicio del embarazo a 24 mmHg cerca del tér- de 4%. Los elementos no alimentarios consumidos con más fre-
mino. Por tanto, las mujeres susceptibles desarrollan várices en cuencia fueron almidón en 64%, tierra en 14%, masa fermen-
las piernas que casi siempre se agravan conforme avanza el tada para pan en 9% y hielo en 5%. La prevalencia de anemia
embarazo, sobre todo con la bipedestación prolongada. Los sín- fue del 15% en las mujeres con pica, comparada con 6% en
tomas varían desde manchas que causan problemas cosméticos aquellas sin pica. Es interesante que el índice de parto prema-
y molestia leve al final del día, hasta molestia intensa que turo espontáneo antes de las 35 semanas fue dos veces más fre-
requiere reposo prolongado con elevación de los pies. Por lo cuente en las mujeres con pica.
general, el tratamiento se limita al reposo periódico con eleva- Durante el embarazo, las mujeres a veces se sienten preocu-
ción de las piernas, medias elásticas o ambos. Por lo general no padas por la sialorrea. Aunque casi siempre es inexplicable, en
está indicada la corrección quirúrgica durante el embarazo, aun- ocasiones la causa de dicha sialorrea parece ser la estimulación
que hay casos raros en los que los síntomas son tan graves que es de las glándulas salivales por el consumo de almidón.
necesaria la inyección, ligadura o arrancamiento de las venas.
Las várices vulvares a menudo coexisten con las várices en las
piernas, pero pueden aparecer sin otro trastorno venoso. Pocas ■ Sueño y fatiga
veces se vuelven invasivas y casi incapacitantes. Si estas várices Desde etapas iniciales del embarazo, muchas mujeres experi-
grandes se rompen, la hemorragia puede ser grave. El trata- mentan fatiga y la necesidad de dormir más tiempo. Es probable
miento es el uso de pantimedias de ajuste especial que también que esto se deba al efecto soporífero de la progesterona, pero
minimizan las várices en las extremidades inferiores. En caso de puede complicarse por la náusea y vómito del primer trimestre,
várices vulvares muy molestas, puede usarse un apósito de hule y en el embarazo avanzado, por molestias generales, polaquiuria
espuma suspendido contra la vulva con un cinturón para ejercer y disnea. Además, parece que el rendimiento del sueño dismi-
presión sobre las venas dilatadas. nuye de manera progresiva conforme avanza el embarazo. Wil-
Las hemorroides son várices de las venas rectales y pueden son et al. (2011) realizaron polisomnografía nocturna a 27
aparecer por primera vez durante el embarazo por el aumento de mujeres en el tercer trimestre, en 21 mujeres durante el primer
la presión venosa. Lo más frecuente es que el embarazo cause trimestre y en 24 mujeres no embarazadas del grupo testigo. Las
una exacerbación o recurrencia de hemorroides previas. Por lo mujeres que estaban en el tercer trimestre de embarazo tuvieron
Atención prenatal 189
menor rendimiento del sueño, más despertares y menos tiempo American Academy of Pediatrics and American College of Obstetricians and
de sueño en etapa 4 (profundo) y con movimientos oculares Gynecologists: Guidelines for perinatal care. 7th ed. Washington, DC,
2012, p 301
rápidos. Las mujeres que cursaban el primer trimestre también American College of Obstetricians and Gynecologists: At-risk drinking
tuvieron cambios, pero de menor magnitud. Las valoraciones and illicit drug use: ethical issues in obstetric and gynecologic practice.
CAPÍTULO 9
subjetivas de la calidad del sueño habían tenido datos similares. Committee Opinion No. 422, December 2008
American College of Obstetricians and Gynecologists: Air travel during preg-
Facco et al. (2010) hicieron una valoración prospectiva de 189 nancy. Committee Opinion No. 443, October 2009a
mujeres sanas nulíparas con una encuesta de sueño que respon- American College of Obstetricians and Gynecologists: Exercise during preg-
dieron una vez antes de la mitad del embarazo y otra vez durante el nancy and the postpartum period. Committee Opinion No. 267, January
tercer trimestre. Encontraron que las mujeres que estaban en 2002, Reaffirmed 2009b
American College of Obstetricians and Gynecologists: Preconception and pre-
el tercer trimestre tenían sueño significativamente más corto y natal carrier screening for genetic diseases in individuals of Eastern European
mayor probabilidad de roncar y cumplir los criterios de sín- Jewish descent. Committee Opinion No. 442, October 2009c
drome de piernas inquietas. La mayoría de las mujeres experi- American College of Obstetricians and Gynecologists: Obstetric aspects of
trauma management. Educational Bulletin No. 251, September 1998,
mentó cierto grado de trastorno del sueño en el tercer trimestre. Reaffirmed 2010
Las siestas diurnas y los sedantes leves al momento de acostarse, American College of Obstetricians and Gynecologists: Prenatal and perina-
como la difenhidramina, pueden ser útiles. tal human immunodeficiency virus testing: expanded recommendations.
Committee Opinion No. 418, September 2008, Reaffirmed 2011a
American College of Obstetricians and Gynecologists: Ultrasonography in
■ Leucorrea pregnancy. Practice Bulletin No. 101, December 2009, Reaffirmed 2011b
American College of Obstetricians and Gynecologists: Update on carrier
Las embarazadas a menudo presentan aumento de la secreción screening for cystic fibrosis. Committee Opinion No. 486, April 2011c
American College of Obstetricians and Gynecologists: Vitamin D: screening
vaginal, que en muchos casos no es patológica. No hay duda que and supplementation during pregnancy. Committee Opinion No. 495, July
un factor que contribuye es el aumento de la secreción de moco 2011d
en las glándulas cervicales como respuesta a la hiperestrogene- American College of Obstetricians and Gynecologists: Intimate partner violence.
mia. A veces, la leucorrea problemática es resultado de una infec- Committee Opinion No. 518, February 2012a
American College of Obstetricians and Gynecologists: Lead screening during
ción vulvovaginal. En las mujeres adultas, la mayor parte se debe pregnancy and lactation. Committee Opinion No. 533, August 2012b
a vaginosis bacteriana, candidosis o tricomonosis. Estas infeccio- American College of Obstetricians and Gynecologists: Opioid abuse, depen-
nes vulvovaginales se revisan en el capítulo 65 (pág. 1276). dence, and addiction in pregnancy. Committee Opinion No. 524, May
2012c
American College of Obstetricians and Gynecologists: Umbilical cord blood
banking. Committee Opinion No. 399, February 2008, Reaffirmed 2012d
■ Conservación de la sangre American College of Obstetricians and Gynecologists: Avoiding inappropriate
del cordón en banco clinical decisions based on false-positive human chorionic gonadotropin test
results. Committee Opinion No. 278, November 2002, Reaffirmed 2013a
Desde el primer trasplante exitoso de sangre del cordón en American College of Obstetricians and Gynecologists: Fetal growth restriction.
1988, se han realizado más de 25 000 trasplantes de sangre del Practice Bulletin No. 134, May 2013b
cordón para tratar cánceres hemopoyéticos y diversos trastornos American College of Obstetricians and Gynecologists: Integrating immuniza-
tion into practice. Committee Opinion No. 558, April 2013c
genéticos (Butler, 2011). Hay dos tipos de bancos para sangre American College of Obstetricians and Gynecologists: Moderate caffeine con-
de cordón. Los bancos públicos promueven la donación alogé- sumption during pregnancy. Committee Opinion No. 462, August 2013d
nica para usarse en un receptor, pariente o no, similar a la dona- American College of Obstetricians and Gynecologists: Nausea and vomiting of
ción de productos sanguíneos. Aunque al principio los bancos pregnancy. Practice Bulletin No. 52, April 2004, Reaffirmed 2013e
American College of Obstetricians and Gynecologists: Neural tube defects.
privados se desarrollaron con el fin de conservar citoblastos para Practice Bulletin No. 44, July 2003, Reaffirmed 2013f
su uso autólogo en el futuro, estos bancos cobran tarifas por el American College of Obstetricians and Gynecologists: Prevention of early onset
procesamiento inicial y por el almacenamiento anual. El ACOG group B streptococcal disease in newborns. Committee Opinion No. 485,
April 2013g
(2012d) concluyó que si una mujer solicita información sobre American College of Obstetricians and Gynecologists: Screening for fetal chro-
los bancos para sangre de cordón, debe presentarse información mosomal abnormalities. Practice Bulletin No. 77, January 2007, Reaffirmed
sobre las ventajas y desventajas de los bancos públicos y priva- 2013h
dos. Algunos estados autorizaron una ley que obliga a los médi- American College of Obstetricians and Gynecologists: Smoking cessation dur-
ing pregnancy. Committee Opinion No. 471, November 2010, Reaffirmed
cos a informar a las pacientes sobre las opciones para conserva- 2013i
ción de la sangre del cordón en bancos. Es importante señalar American College of Obstetricians and Gynecologists: Update on immu-
que se han hecho pocos trasplantes con sangre de cordón alma- nization and pregnancy: tetanus, diphtheria, and pertussis vaccination.
Committee Opinion No. 566, June 2013j
cenada en ausencia de una indicación conocida en el receptor American Dietetic Association: Position of the American Dietetic Association:
(Thornley, 2009). La probabilidad de que la sangre de cordón se nutrition and lifestyle for a healthy pregnancy outcome. J Am Diet Assoc
use para el hijo o un familiar de la pareja donadora se considera 108:553, 2008
remota, cuando mucho uno de 2 700 individuos (ACOG, Annas GJ: Fetal protection and employment discrimination—the Johnson
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SECCIÓN 4
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194
CAPÍTULO 10
Métodos imagenológicos
en el feto
ECOGRAFÍA EN OBSTETRICIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194 Human Development concluyó que “todos los fetos tienen dere-
cho a la práctica de una exploración física” (Reddy, 2008).
Tecnología y seguridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
CAPÍTULO 10
ción necesaria (el principio ALARA, as low as reasonably achie- lesiones:
bable). Debe realizarla sólo personal experto en identificar afec- 1. Colocación de la paciente en la mesa de exploraciones tan
ciones de importancia médica, como las alteraciones fetales, cerca del ecógrafo como sea posible para que el codo del ope-
artefactos que simulen cuadros patológicos y técnicas que eviten rador se halle cerca del cuerpo de éste, con una abducción del
la exposición ecográfica superior a la segura para el feto (Ameri- hombro <30°, y se conserve el pulgar del operador frente a sí.
can Institute of Ultrasound in Medicine, 2008a, 2013a). La expo- 2. Ajuste de la altura de la mesa o la silla de tal modo que el
sición prolongada a las ondas ultrasonoras puede afectar el des- antebrazo del operador quede en sentido paralelo al suelo.
plazamiento de células encefálicas en fetos murinos (Rakic, 3. Si el operador está sentado, uso de una silla con soporte tra-
2006). Sin embargo, no se ha demostrado una relación causal sero, y apoyo de los pies y los tobillos en posición neutra. Es
entre la práctica de la ecografía diagnóstica y efectos secundarios importante no flexionar la cintura para dirigirse hacia la
reconocidos en la gestación humana (American Institute of paciente o el monitor.
Ultrasound in Medicine, 2010). 4. Colocación del monitor en un ángulo recto de tal modo que
Se necesitan todos los aparatos ecográficos para expresar de se lo pueda ver en un ángulo neutro, por ejemplo 15° en
forma gráfica dos índices: el índice térmico y el índice mecánico. sentido inferior.
El primero es una expresión de la probabilidad relativa de que la 5. Omisión de maniobras como acercamiento, flexión de la cin-
exploración de este tipo eleve la temperatura en grado suficiente tura o giro lateral durante la práctica del ecograma.
para causar lesión; en realidad, con el equipo comercial disponi- 6. Inclusión de lapsos de descanso frecuentes para evitar las dis-
ble en la actualidad es poco probable el daño fetal. La posibili- tensiones musculares. Pueden ser útiles ejercicios de estira-
dad de un incremento térmico es más grande cuanto mayor sea miento y reforzamiento.
la duración de la exploración ultrasonográfica y es mayor en
hueso que en partes blandas. Asimismo, los riesgos teóricos son
mayores durante la organogénesis que en etapas ulteriores de la ■ Ecografía en el primer trimestre
gestación. El índice térmico se incrementa en las aplicaciones
del Doppler pulsado respecto de la modalidad B común (pág. En el cuadro 10-1 se incluyen las indicaciones para practicar la
219). En el primer trimestre de la gestación, si se necesita ecografía antes de las 14 semanas de gestación. La fase temprana
Doppler pulsado por alguna indicación clínica, el índice tér- del embarazo se valora con una técnica transabdominal, transva-
mico debe ser ≤1.0 y el tiempo de exposición lo más breve posi- ginal, o ambas. Es importante revisar los componentes incluidos
ble, sin exceder de 5 a 10 min (American Institute of Ultrasound en el cuadro 10-2. La longitud coronilla-rabadilla (CRL, crown-
in Medicine, 2011; Salvesen, 2011). Para corroborar la frecuen- rump length) es la medición biométrica más exacta que permite
cia cardiaca del embrión o el feto es preciso utilizar la modalidad determinar la edad gestacional (Apéndice, pág. 1294). Se puede
M en vez del Doppler pulsado (American Institute of Ultrasound cuantificar la CRL en el plano sagital, de modo tal que no
in Medicine, 2013a). incluya el saco amniótico y el primordio de una extremidad. Si
El índice mecánico es una medida de la posibilidad de infli- se realiza de manera cuidadosa, tiene una variación de sólo tres
gir efectos secundarios vinculados con la presión rarefraccional, a cinco días.
como la cavitación, que es relevante sólo en tejidos que contie-
nen aire. Los agentes de contraste de microburbujas para eco-
grafías no se utilizan en el embarazo por esta razón. No se han
notificado efectos secundarios en tejidos de mamíferos que no CUADRO 10-1. Algunas indicaciones para la exploración
contienen acumulaciones de gas, en términos de una exposición ecográfica en el primer trimestre del embarazo
diagnóstica considerable. Puesto que los fetos no tienen cúmu-
los de gas, no se consideran en riesgo (American Institute of Confirmar que el embarazo sea intrauterino
Ultrasound in Medicine, 2008b). Buscar un embarazo ectópico sospechado
Definir la causa de la metrorragia
El uso de la ecografía para cualquier finalidad no médica, por
Valorar el dolor pélvico (en los órganos genitales)
ejemplo “tomar fotografías del feto como recuerdos” se consi-
Calcular la edad gestacional
dera contraria a la práctica médica responsable y no la aceptan la
Diagnosticar o valorar gestaciones multifetales
Food and Drug Administration (Rados, 2007), el American Insti- Confirmar la actividad cardiaca
tute of Ultrasound in Medicine (2012, 2013a) ni la International Auxiliar en la obtención de muestras de vellosidades coriónicas,
Society of Ultrasound in Obstetrics and Gynecology (2011). en la transferencia de embriones y la localización y
extracción del dispositivo intrauterino
Seguridad para el operador Buscar algunas alteraciones fetales como la anencefalia en
La prevalencia publicada de molestias o lesiones osteomuscula- pacientes de alto riesgo
res de tipo laboral entre ecógrafos es de 70 a 80% (Janga, 2012, Valorar las masas pélvicas y las anomalías uterinas en la madre
Magnavita, 1999; Pike, 1997). Según datos del National Insti- Medir la translucidez de la nuca cuando forma parte de un
tute for Occupational Safety and Health, el principal factor de programa de detección sistemática de aneuploidía fetal
riesgo para ocasionar lesiones durante la ecografía transabdomi- Valorar la sospecha de enfermedad trofoblástica gestacional
nal en el personal clínico son las posiciones defectuosas, fuerzas
estáticas sostenidas y ciertas maniobras mientras se manipula el Modificado con autorización del American Institute of Ultrasound in
Medicine, 2013a.
transductor (Centers for Disease Control and Prevention, 2006).
196 Paciente fetal
y también similar a la de otras publicaciones (Pilalis, 2012; Syn- 1. La exploración ecográfica regular es la que se realiza con mayor
gelaki, 2011). La identificación varía en grado considerable con frecuencia y sus componentes se mencionan en el cuadro 10-2.
base en la anomalía específica; por ejemplo, las cifras de detec- Es posible valorar de manera adecuada después de las 18 sema-
CAPÍTULO 10
ción notificadas son extraordinariamente grandes, en problemas nas, en promedio, las estructuras anatómicas del feto que deben
como anencefalia, holoprosencefalia alobar y defectos de pare- conocerse durante la exploración descrita en el cuadro 10-5. Si
des ventrales. Sin embargo, se ha identificado sólo 33% de grandes la exploración se orienta a detectar gemelos o embarazos múlti-
malformaciones cardiacas y no se han reconocido casos de micro- ples, la documentación también debe incluir el número de
cefalia, agenesia del cuerpo calloso, alteraciones cerebelosas, corion y amnios, comparación del tamaño de los fetos, deter-
malformación congénita de las vías pulmonares u obstrucción minación del volumen del líquido amniótico dentro de cada
intestinal (Syngelaki, 2011). En consecuencia, dado que la eco- saco, e identificación del género fetal (cap. 45, pág. 912).
grafía efectuada en el primer trimestre no es una técnica confia- 2. Se conocen varios tipos de exploraciones especializadas. La
ble para detectar muchos trastornos mayores, no debe sustituir exploración con objetivos es una revisión anatómica detallada
a la valoración anatómica del segundo trimestre. que se lleva a cabo cuando se sospecha alguna alteración a
partir de datos de la anamnesis, resultados de pruebas de
detección o signos anormales en una exploración común
■ Ecografía en el segundo y tercer trimestres (American Institute of Ultrasound in Medicine, 2013a). El
operador experto debe realizar e interpretar la observación
Las indicaciones para solicitar ecografía en el segundo y el tercer
con objetivos que incluye las estructuras anatómicas señala-
trimestres se incluyen en el cuadro 10-4. Se conocen tres tipos
das en el cuadro 10-5 y también proyecciones adicionales del
de exploraciones: regular, especializada y limitada.
encéfalo y el cráneo óseo, cuello, perfil, pulmones, diafragma,
anatomía del corazón, hígado, forma y curvatura de la
columna, manos y pies y cualquier problema placentario
CUADRO 10-4. Indicaciones para ecografía posible. El médico encargado de la exploración debe decidir
en el segundo o tercer trimestre si se necesitan en pacientes particulares otros componentes
de la exploración (American College of Obstetricians and
Indicaciones maternas
Gynecologists, 2011). Otras exploraciones especializadas com-
Metrorragia
Dolor abdominal/pélvico
Masa pélvica
Sospecha de alteración uterina CUADRO 10-5. Elementos mínimos de la exploración
Sospecha de embarazo ectópico regular de la anatomía fetal
Sospecha de embarazo molar
Cabeza, cara y cuello
Sospecha de placenta previa y vigilancia ulterior
Ventrículos cerebrales laterales
Sospecha de desprendimiento prematuro de la placenta
Plexos coroideos
Rotura prematura de membranas o parto de pretérmino
Hoz en la línea media
Insuficiencia cervicouterina
Quinto ventrículo
Cerclaje cervical complementario
Cerebelo
Técnica complementaria de la amniocentesis u otro
Cisterna magna
procedimiento
Labio superior
Técnica complementaria de la versión cefálica externa
Considerar a las 15 a 20 semanas la medición del pliegue de
Indicaciones fetales la nuca
Determinación de la edad gestacional Tórax
Valoración del crecimiento fetal Proyección tetracameral del corazón
Diferencia significativa entre tamaño del útero y fecha clínica Infundíbulo de salida del ventrículo izquierdo
de gestación Infundíbulo de salida del ventrículo derecho
Sospecha de gestación multifetal Abdomen
Valoración anatómica del feto Estómago: presencia, tamaño y sitio
Detección sistemática de anomalías fetales Riñones
Búsqueda de hallazgos que pueden agravar el riesgo de Vejiga
aneuploidía Inserción del cordón umbilical en el abdomen fetal
Marcadores bioquímicos anormales Número de vasos del cordón umbilical
Determinación de la presentación fetal Columna vertebral
Sospecha de polihidramnios u oligohidramnios Columna cervical, torácica, lumbar y sacra
Valoración del bienestar fetal
Valoración y vigilancia de alguna anomalía fetal Extremidades
Anomalías congénitas del feto en embarazos anteriores Miembros pélvicos y escapulares
Sospecha de óbito fetal Sexo
Valoración del estado del feto en mujeres inscritas tardíamente Se identifica el sexo en situaciones multifetales y por
para atención prenatal indicaciones médicas
Adaptado a partir del American Institute of Ultrasound in Medicine, Adaptado a partir del American Institute of Ultrasound in Medicine,
2013a. 2013a.
198 Paciente fetal
prenden ecocardiografía fetal y valoración Doppler (se revisa cias interocular y binocular, la circunferencia torácica, longitudes
más adelante), perfil biofísico (cap. 17, pág. 341) y medicio- de riñones, huesos largos y pies, y así dilucidar dudas específicas
nes biométricas adicionales. en cuanto a trastornos o síndromes de órganos y sistemas. Los
3. La exploración limitada se efectúa para disipar dudas clínicas nomogramas se incluyen en el Apéndice (pág. 1298).
SECCIÓN 5
específicas. Entre los ejemplos figuran medición del volumen En el segundo trimestre, el diámetro biparietal (BPD, bipa-
del líquido amniótico, localización de la placenta o valora- rietal diameter) es el que refleja con mayor precisión la edad
ción de la presentación o viabilidad fetales. En casi todos los gestacional, con una variación de siete a 10 días. El BPD se
casos, una exploración de este tipo es adecuada sólo cuando mide en la proyección transtalámica a nivel de los tálamos y del
se realizan en etapas anteriores exploraciones corrientes o con quinto ventrículo (CSP, cavum septum pellucidum) desde el
objetivos específicos (American Institute of Ultrasound in borde externo del cráneo, en el campo proximal, hasta el borde
Medicine, 2009, 2013a). interno de la misma estructura, en el campo distal (fig. 10-1A).
La circunferencia cefálica (HC, head circumference) también se
Biometría fetal mide en la proyección transtalámica al colocar una elipse alrede-
Los programas computacionales pueden delinear la edad gesta- dor del borde externo del cráneo o medir el diámetro occipito-
cional aproximada a partir de la longitud coronilla-rabadilla. Las frontal (OFD, occipital-frontal diameter) y calcular la circunfe-
fórmulas se utilizan de manera semejante para calcular la edad rencia que va de BPD a OFD. El índice cefálico, que se calcula al
gestacional y el peso fetal a partir de mediciones del diámetro dividir BPD o OFD, fluctúa casi siempre entre 70 y 86%. Si la
biparietal, la circunferencia cefálica y abdominal y la longitud del forma de la cabeza es aplanada (dolicocefalia) o redondeada (bra-
fémur (fig. 10-1). Los cálculos son más precisos si se utilizan quicefalia), la HC es más confiable que el BPD. La dolicocefalia
parámetros múltiples y cuando se eligen nomogramas derivados y la braquicefalia pueden ser variantes normales o consecuencia
de fetos de extracción étnica o racial que viven en alturas simila- de cambio de posición u oligohidramnios. Sin embargo, puede
res. Incluso los mejores modelos pueden calcular un peso fetal aparecer dolicocefalia en casos de defectos del tubo neural y bra-
mayor o menor al real, con márgenes de 15% (American Institute quicefalia en fetos con síndrome de Down (cap. 13, pág. 262).
of Ultrasound in Medicine, 2013a). Se pueden usar diversos Siempre que se advierta anomalía de la forma del cráneo hay
nomogramas para cuantificar otras estructuras fetales que inclu- que considerar la posibilidad de craneosinostosis y otras anoma-
yen el diámetro del cerebelo, la longitud de los oídos, las distan- lías craneofaciales.
A B
La longitud del fémur (FL, femur length) tiene correlación pre- blecido límites de referencia para las mediciones a partir de las
cisa con el BPD y la edad gestacional. Se mide con el haz en sen- 16 semanas de gestación (fig. 11-1). En condiciones normales, la
tido perpendicular al eje longitudinal de la diáfisis femoral y se depresión vertical más honda y única tiene entre 2 y 8 cm y el
CAPÍTULO 10
excluye la epífisis. Al determinar la edad gestacional se incluye índice de líquido amniótico varía de 8 a 24 cm. El volumen del
una variación de 7 a 11 días en el segundo trimestre (fig. 10-1B). líquido se expone con mayor detalle en la página 232.
Se ha utilizado como un marcador menor en caso del síndrome de
Down (pág. 292) el fémur con acortamiento mínimo, es decir, Valoración anatómica del feto
90% o menos del valor calculado para la edad gestacional. El Un objetivo importante de la ecografía del segundo y el tercer
fémur cuya longitud se ha acortado en grado impresionante trimestres es valorar de modo sistemático la anatomía fetal y
obliga a realizar una valoración en busca de displasias esqueléticas, precisar si los componentes anatómicos específicos son norma-
como se expone en la página 217. En términos generales, los lími- les o anormales. Si se planea un solo estudio ecográfico para
tes normales para la proporción de FL/AC (circunferencia abdo- valorar la anatomía fetal, el American College of Obstetricians and
minal) es de 20 a 24%. Una proporción <16% sugiere displasia Gynecologists (2011) recomienda realizarlo entre las 18 y 20
del esqueleto fetal, en particular si se detectan alteraciones en semanas. Dentro de dichos límites de edad gestacional es posi-
otras estructuras óseas (Rahemtullah, 1997; Ramus, 1998). ble la “penetración” con suficiente claridad de órganos comple-
La circunferencia abdominal (AC) muestra la máxima varia- jos como el encéfalo y el corazón del feto y visualizar así muchas
ción aun de dos a tres semanas en el cálculo de la edad gestacio- de las grandes malformaciones. Factores técnicos como la com-
nal. La AC se mide alrededor del borde externo de la piel; ésta es plexión de la madre, cicatrices de la pared abdominal, tamaño
una imagen transversal a nivel del estómago y la confluencia de del producto y posición fetal pueden limitar la visualización
la vena umbilical y el seno porta (fig. 10-1C). De los parámetros adecuada y deben señalarse en el informe. Si el estudio imageno-
biométricos, la AC es la más afectada por el crecimiento fetal. lógico es subóptimo puede ser útil una exploración de vigilan-
Como se revisa en el capítulo 44 (pág. 875), la circunferencia cia. Si se identifica o sospecha una anomalía durante una explo-
abdominal “corta” se ha empleado como un indicador temprano ración corriente de la anatomía fetal, está indicada la práctica de
de restricción del crecimiento fetal (Baschat, 2011). una ecografía especializada.
La variabilidad de la edad gestacional y el peso fetal aumentan Detección de alteraciones fetales en el segundo trimes-
conforme avanza la gestación. Las mediciones individuales son tre. La sensibilidad de la ecografía para reconocer los trastornos
las menos precisas en el tercer trimestre. Los cálculos mejoran al fetales varía con algunos factores, como la edad gestacional,
promediar diversos parámetros, pero si uno de ellos difiere de complexión de la gestante, posición del feto, características del
forma significativa de los demás, una consideración es descartarlo equipo, tipo de exploración, capacidad del operador y la altera-
del cálculo. El valor atípico puede ser consecuencia de visibilidad ción específica en cuestión. Por ejemplo, la obesidad materna se
deficiente, aunque también puede señalar un trastorno fetal o del ha vinculado con una disminución de 20% del índice de detec-
crecimiento. Se usan cuadros de consulta como el del Apéndice ción de anomalías fetales, cualquiera que sea el tipo de explora-
(pág. 1296) para determinar los percentiles de peso fetal. Por lo ción realizada (Dashe, 2009).
regular se consideran confirmadas las fechas menstruales si una Los progresos en las técnicas imagenológicas han posibili-
edad gestacional aproximada (EGA, estimated gestational age) con tado mejorías impresionantes en la detección de algunos trastor-
base en la longitud coronilla-rabadilla del primer semestre, nos. Levi (2002), en una revisión de más de 925 000 embarazos
medida por ecografía, se halla dentro de los límites de una semana efectuada entre 1978 y 1997, identificó una cifra global de
o si la EGA obtenida por biometría a las 14 a 20 semanas se detección de alteraciones de 40%. El estudio EUROFETUS, el
encuentra dentro de un límite de 10 días (American College of de mayor magnitud, incluyó 170 800 embarazos, de los cuales
Obstetricians and Gynecologists, 2011). En el tercer trimestre, la 55% mostró malformaciones graves antes de las 24 semanas
precisión de la ecografía se sitúa sólo en un margen de tres a cua- (Grandjean, 1999). Se dispone ahora de datos más recientes a
tro semanas. De manera característica, la valoración ecográfica partir de una red de registros del origen poblacional de 21 países
realizada para revisar el crecimiento fetal debe efectuarse como europeos denominada EUROCAT, que está disponible en el
mínimo dos a cuatro semanas después de una exploración previa portal www.eurocat-network.eu
(American Institute of Ultrasound in Medicine, 2013a). Entre 2006 y 2010, las cifras de detección prenatal de EURO-
CAT en el caso de alteraciones seleccionadas fueron anencefalia
Líquido amniótico (97%); espina bífida (84%); hidrocefalia (77%); labio hendido
La valoración del volumen del líquido amniótico es un compo- (54%); hipoplasia del hemicardio izquierdo (73%); hernia dia-
nente de todos los ecogramas del segundo o el tercer trimestre. fragmática (59%); gastrosquisis (94%); onfalocele (84%); agene-
El término oligohidramnios señala que el volumen es menor de sia renal bilateral (91%); válvulas uretrales posteriores (81%);
lo normal y se observa con frecuencia un “apiñamiento” subje- defectos de acortamientos de extremidades (52%), y pie zambo
tivo del feto. El llamado polihidramnios se define como el volu- (43%) (EUROCAT, 2012). Sin embargo, como aspecto impor-
men de líquido amniótico mayor de lo normal (fig. 11-3). El tante, la cifra anormal de detección de trastornos después de
líquido se valora casi siempre por técnicas semicuantitativas excluir la aneuploidía fue tan sólo de 34%, situación que refleja
(American Institute of Ultrasound in Medicine, 2013a), aunque se la inclusión de alteraciones con detección sonográfica mínima o
considera aceptable que un explorador experto valore el volu- sin ella, como microcefalia, anotia, atresia de coanas, paladar
men del líquido en forma cualitativa. Las mediciones incluyen hendido, atresia de conductos biliares, enfermedad de Hirsch-
la “depresión” vertical más profunda que lo contiene o la suma sprung, atresia anal y trastornos congénitos de la piel. Se mencio-
de las depresiones verticales más profundas de cada uno de los nan éstos porque los clínicos tienden a enfocarse en anomalías en
cuatro cuadrantes uterinos, operación con la que se obtiene el las que es posible la detección ecográfica, pero para la familia
llamado índice de líquido amniótico (Phelan, 1987). Se han esta- tienen un efecto igualmente devastador las que no se detectan
200 Paciente fetal
CAPÍTULO 10
A
CAPÍTULO 10
cefalia cuando es imposible visualizar el quinto ventrículo normal.
La diferenciación en dos hemisferios cerebrales es inducida
por el mesénquima precordal que también es el encargado de
diferenciar la línea media de la cara. Por esa razón, la holopro-
sencefalia puede acompañarse de alteraciones de las órbitas y los
ojos, como hipotelorismo, ciclopía y microoftalmía, así como
labios o nariz con hendidura media; etmocefalia, cebocefalia o
arrinia con proboscis (fig. 10-10).
La prevalencia de la holoprosencefalia en recién nacidos es
tan sólo de 1 caso por 10 000 a 15 000. Sin embargo, esta alte-
ración se ha identificado casi en 1 de cada 250 fetos abortados
en fase temprana, lo cual indica la letalidad in utero extraordina-
riamente grande de este trastorno (Orioli, 2010; Yamada,
2004). La forma alobar abarca 40 a 75% de los casos y 30 a 40%
FIGURA 10-9. Agenesia del cuerpo calloso. Imagen que muestra el de ellos tiene un trastorno cromosómico numérico, en particu-
ventrículo en forma de lágrima con ventriculomegalia leve (línea de lar trisomía 13 (Orioli, 2010; Solomon, 2010). Por el contrario,
puntos) y desplazamiento de las astas frontales hacia los lados (fle- 63% de los casos de trisomía 13 tiene holoprosencefalia. Hay
cha). No se visualiza el quinto ventrículo normal.
Holoprosencefalia
En los comienzos del desarrollo normal del cerebro, el prosen-
céfalo se divide en el telencéfalo y el diencéfalo. En el caso de la
holoprosencefalia, el prosencéfalo no se divide del todo en dos
hemisferios cerebrales independientes y en las estructuras dience- B
que considerar la práctica de cariotipo fetal cuando se identifica pero con un notable componente intrapélvico; el tipo 3 es casi
dicha alteración. siempre interno si bien con extensión abdominal, y el tipo 4 es
interno en su totalidad, sin componente externo (Altman, 1974).
Malformación de Dandy-Walker: agenesia del vermis El tumor puede ser maduro, inmaduro o maligno. En la imagen
La anomalía de la fosa posterior, que de manera original descri- ecográfica, el SCT tiene el aspecto de una masa sólida o quística
bieron Dandy y Blackfan (1914), se caracteriza por agenesia del que surge de la cara anterior del sacro y se extiende por lo regular
vermis cerebeloso, agrandamiento de la fosa posterior y eleva- hacia abajo y afuera a medida que crece (fig. 10-12). Los compo-
ción de la tienda del cerebelo. En la imagen ecográfica, el líquido nentes sólidos poseen ecogenicidad variable, un aspecto desorga-
en la cisterna magna agrandada se comunica de modo visible nizado y pueden crecer con rapidez conforme avanza la gesta-
con el cuarto ventrículo a través del defecto del vermis cerebe- ción. Puede ser muy difícil visualizar los componentes pélvicos
loso, con una separación visible de los hemisferios de ese órgano internos y está indicado solicitar resonancia magnética fetal. Es
(fig. 10-11). La prevalencia congénita aproximada es de 1 caso frecuente la presencia de polihidramnios y puede surgir hidrope-
en 12 000 (Long, 2006). En series de casos prenatales son muy sía fetal por insuficiencia cardiaca de gasto alto, como consecuen-
frecuentes alteraciones coexistentes y aneuploidía e incluyen cia de la vascularidad del tumor o de la hemorragia interna de la
ventriculomegalia en 30 a 40%, otras anomalías en 50% y aneu- malformación y anemia resultantes. Con frecuencia, los fetos con
ploidía en 40% (Ecker, 2000; Long, 2006). La malformación de tumores >5 cm deben extraerse por cesárea y puede ser necesario
Dandy-Walker también forma parte de innumerables síndromes practicar una histerotomía común (Gucciaro, 2011). La cirugía
genéticos y esporádicos, de infecciones congénitas por virus y de fetal en caso de SCT se expone en el capítulo 16 (pág. 327).
exposición a teratógenos, todos los cuales modifican en gran
proporción el pronóstico. Por lo tanto, la valoración inicial
Síndrome de regresión caudal: agenesia sacra
refleja la de la ventriculomegalia (pág. 202). Se trata de una rara anomalía que se caracteriza por la ausencia de
La agenesia vermiana inferior, llamada también variante de la columna sacra y a menudo segmentos de la columna lumbar.
Dandy-Walker, es un término utilizado cuando falta sólo el seg- Es unas 25 veces más frecuente en mujeres con diabetes antes del
mento inferior del vermis. Sin embargo, incluso cuando la agene- embarazo (Garne, 2012). Los signos ecográficos comprenden una
sia vermiana parece ser parcial y relativamente sutil, se advierte columna de aspecto anormalmente corto, sin la curvatura lumbo-
una elevada prevalencia de otros trastornos y aneuploidía y el pro- sacra normal, y que termina de manera súbita por arriba del nivel
nóstico es casi siempre insatisfactorio (Ecker, 2000, Long, 2006). de las ramas del iliaco. El sacro no se halla entre las ramas del
iliaco, razón por la cual están demasiado cerca entre sí y pueden
Teratoma sacrococcígeo mostrar el aspecto de un “escudo”. Se advierten posiciones anor-
El tumor de células germinativas constituye una de las masas más males de las extremidades pélvicas y falta de desarrollo de partes
frecuentes en recién nacidos, con una prevalencia natal aproxi- blandas normales. La regresión caudal debe diferenciarse de la
mada de 1 caso por 28 000 (Derikx, 2006; Swamy, 2008). Al sirenomelia, que es una rara alteración reconocible por fusión de
parecer surge de las células pluripotenciales en el nódulo de Hen- ambas extremidades inferiores en una sola, en la línea media.
sen por delante del cóccix. La estratificación de la Sección Qui-
rúrgica de la American Academy of Pediatrics, en el caso del tera-
toma sacrococcígeo (SCT, sacrococcygeal teratoma), incluye cuatro ■ Cara y cuello
tipos. El tipo 1 es predominantemente externo, con un mínimo Los labios y la nariz normales del feto se señalan en la figura
componente presacro; el tipo 2 es externo, las más de las veces, 10-13. El perfil fetal no es un componente necesario de la explo-
Métodos imagenológicos en el feto 205
CAPÍTULO 10
2011; Offerdal, 2008). La cifra de alteraciones coexistentes es
grande en el caso de defectos bilaterales que abarcan el paladar.
Walker et al. (2001), a partir de datos de la Utah Birth Defect
Network, identificaron aneuploidía en 1% con el labio hendido
solo; labio y paladar hendidos unilaterales en 5% y labio y pala-
dar hendidos bilaterales en 13%. Parece razonable plantear la
práctica del cariotipo fetal cuando se identifica una hendidura.
El segundo tipo es el paladar hendido aislado. Comienza en la
úvula, puede comprender el paladar blando y algunas veces
afecta al paladar duro, pero no incluye el labio. La prevalencia
natal es de 1 caso por 2 000 recién nacidos (Dolk, 2010). Se ha
descrito la identificación del paladar hendido aislado con el
empleo de ecografía especializada bidimensional y tridimensio-
nal (Ramos, 2010; Wilhelm, 2010). Sin embargo, no se espera
FIGURA 10-13. Cara en la línea media. La imagen muestra la integri- su visualización durante una sesión común de ecografía (Maarse,
dad del labio superior. 2011; Offerdal, 2008).
El tercer tipo de anomalía es el labio hendido mediano que
aparece junto con otras entidades patológicas e incluye agenesia
ración corriente, pero puede ser útil para identificar las causas de
del paladar primario, hipotelorismo y holoprosencefalia. Las
la micrognatia: una mandíbula anormalmente pequeña (fig.
hendiduras medianas también pueden acompañarse de hiperte-
10-14). Hay que pensar en la micrognatia en la valoración en
lorismo e hiperplasia frontonasal, el cuadro llamado con ante-
busca de polihidramnios (cap. 11, pág. 235). En el capítulo 16
rioridad síndrome facial de la hendidura media.
(pág. 331) se expone el tratamiento intraparto exútero (EXIT,
ex-utero intrapartum treatment) para la micrognatia intensa.
Higroma quístico
Hendiduras faciales Este trastorno es una malformación venolinfática en la cual los
Se conocen tres tipos principales de hendiduras. La primera, el sacos llenos de líquido se extienden desde la nuca (fig. 10-16).
labio y el paladar hendidos, siempre afecta al labio, pero también Los higromas quísticos pueden diagnosticarse desde el primer
puede abarcar el paladar duro, puede ser unilateral o bilateral y trimestre y su tamaño varía de forma amplia. Al parecer surgen
su prevalencia natal es de 1 caso por 1 000 recién nacidos (Cra- cuando la linfa de la cabeza no drena en la vena yugular y se
gan, 2009; Dolk, 2010). Si es aislado, su mecanismo de heren- acumula en los sacos linfáticos yugulares. Su prevalencia natal se
cia es multifactorial con un riesgo de recidiva de 3 a 5% por aproxima a 1 en 5 000 recién nacidos, pero ante la gran letalidad
cada hijo afectado con anterioridad. Si es visible la hendidura en in utero de este problema la incidencia es mucho mayor (Cra-
el labio superior, la imagen transversal a nivel del borde alveolar gan, 2009).
puede demostrar que el defecto también abarca el paladar pri- Hasta 70% de los higromas quísticos se acompaña de aneu-
mario (fig. 10-15). ploidía. De los diagnosticados en el segundo trimestre, cerca de
En una revisión sistemática reciente de embarazos de bajo 75% de los casos de aneuploidía corresponde a 45,X: síndrome
riesgo se identificó por ecografía el labio hendido sólo en la de Turner (Johnson, 1993; Shulman, 1992). Cuando se diagnos-
A B
FIGURA 10-14. Perfil fetal. A. Imagen que señala el perfil fetal normal. B. Se detecta notable micrognatia en este feto que es el desplazamiento
intenso del mentón hacia atrás.
206 Paciente fetal
A B
FIGURA 10-16. Higromas quísticos. A. Feto de nueve semanas con un higroma quístico (flecha) en el cual se observó más adelante síndrome
de Noonan. B. Higroma masivo con múltiples tabiques (puntas de flecha) en la hinchazón de la anasarca fetal a las 15 semanas.
Métodos imagenológicos en el feto 207
CAPÍTULO 10
ocasionar polihidramnios e hidropesía fetal, respectivamente.
Los intentos para calcular la supervivencia se han enfocado
en indicadores como la proporción pulmón/cabeza en la ecogra-
fía y mediciones del volumen pulmonar por medio de resonan-
cia magnética, y el grado de hernia del hígado (Jani, 2012;
Mayer, 2011; Metkus, 1996; Worley, 2009). El tratamiento
fetal en la situación anterior contra CDH y en otras más se
revisa en el capítulo 16 (pág. 328).
A B
FIGURA 10-18. Imágenes transversal (A) y sagital (B) de un feto de 26 semanas con una malformación adenomatoide quística congénita y
microquística muy grande en el lado izquierdo (CCAM). La masa (C) llena el tórax y desplaza el corazón hacia el lado derecho del tórax, con la
aparición de ascitis (asteriscos). Por fortuna, la masa dejó de crecer; la ascitis mostró resolución y el feto nació de término y evolucionó de
modo satisfactorio después de la ablación.
208 Paciente fetal
CAPÍTULO 10
can alteraciones del eje cardiaco en el caso de anomalías estructu-
rales del corazón y aparecen en más de 33% de los casos (Shipp,
1995). Smith et al. (1995) observaron que 75% de los fetos con
trastornos congénitos del corazón tenía un ángulo con el eje >75°.
Ecocardiografía fetal
La ecocardiografía fetal es una exploración especializada de la
estructura y la función cardiacas del feto y tiene como objetivos
identificar y definir alteraciones. Las guías para su realización se
han elaborado en colaboración de instituciones como el Ameri-
can Institute of Ultrasound in Medicine (2013b); el American
College of Obstetrics and Gynecology; la Society of Maternal-Fetal
Columna Medicine; la American Society of Echocardiography, y el American
College of Radiology. Las indicaciones para este estudio incluyen
sospecha de alguna anomalía cardiaca del feto, alteraciones
extracardiacas y trastornos cromosómicos, arritmias fetales,
A hidropesía (anasarca); mayor lucidez en la nuca y gestación
gemelar monocoriónica; antecedente de un familiar de primer
grado del feto con un defecto cardiaco congénito; fecundación
in vitro; anticuerpos maternos anti-Ro o anti-La; exposición a
fármacos que tienen un mayor riesgo de malformaciones cardia-
cas, y metabolicopatías maternas que se acompañan de trastor-
nos cardiacos como la diabetes o la fenilcetonuria pregestacional
(American Institute of Ultrasound and Medicine, 2013a). Los
componentes de la exploración se muestran en el cuadro 10-6 y
en la figura 10-21 se incluyen ejemplos de las nueve proyeccio-
nes imagenológicas en escala gris. Más adelante se revisan ejem-
plos de algunas alteraciones cardiacas particulares.
Comunicación interventricular. Es la anomalía congénita car-
diaca más frecuente y afecta a 1 por cada 300 recién nacidos (Cra-
gan, 2009; Dolk, 2010). Incluso con visualización adecuada, es
pequeña la cifra de detección prenatal de la comunicación inter-
ventricular (VSD, ventricular septal defect). La malformación
B
puede localizarse en el segmento membranoso o el muscular del
tabique interventricular en la proyección tetracameral y mediante
FIGURA 10-20. Proyección tetracameral. A. En el diagrama se
Doppler a color se demuestra el flujo a través del defecto. El
advierte medición del eje cardiaco desde las cuatro cámaras en el
corazón fetal. B. Ecograma de la proyección tetracameral a las 22 estudio imagenológico del infundíbulo de salida del ventrículo
semanas en que se demuestra la simetría normal de aurículas y ven- izquierdo demuestra interrupción del tabique interventricular en
trículos, posición normal de las válvulas mitral y tricúspide, venas pul- el punto en que se transforma en la pared aórtica (fig. 10-22). La
monares que desembocan en la aurícula izquierda y la aorta VSD fetal se acompaña de aneuploidía, en particular cuando
descendente (Ao). L, izquierda; LA, aurícula izquierda; LV, ventrículo coexisten otros problemas congénitos, y en estos casos puede con-
izquierdo; R, derecha; RA, aurícula derecha; RV, ventrículo derecho. siderarse la posibilidad de solicitar un cariotipo fetal; en realidad,
el pronóstico de un defecto aislado es satisfactorio: más de 33%
de las VSD diagnosticadas en fase prenatal termina por cerrarse in
ritmo cardiaco y la identificación de los infundíbulos de salida utero y en el otro 33% se cierran en el primer año de vida extra-
de ambos ventrículos (fig. 10-21) (American Institute of Ultra- uterina (Axt-Fliedner, 2006; Paladini, 2002).
sound in Medicine, 2013a). Los datos de la valoración de los
Malformación de almohadilla endocárdica. También se la
infundíbulos de salida en el corazón pueden ser útiles para reco-
conoce como comunicación auriculoventricular (AV) o defecto del
nocer alteraciones no identificadas de forma inicial en la proyec-
conducto AV. Aparece en 1 de cada 2 500 recién nacidos y más de
ción tetracameral y pueden incluir tetralogía de Fallot, transpo-
la mitad de los casos se acompaña de trisomía 21 (Cragan, 2009;
sición de grandes vasos y tronco arterioso.
Dolk, 2010). Las almohadillas endocárdicas son los “pilares” del
Proyección tetracameral. Esta proyección es la imagen trans- corazón y sus defectos afectan de manera conjunta al septum pri-
versal del tórax del feto en un nivel situado inmediatamente por mum auricular, el tabique interventricular y las valvas internas de
arriba del diafragma. Con ella se puede valorar el tamaño y la las válvulas mitral y tricúspide (fig. 10-23). La malformación de
posición del corazón en el tórax, el eje de esta estructura, las aurí- almohadilla endocárdica, además de coexistir con trisomía 21 y
culas y los ventrículos, el agujero oval, el septum primum auricular, otras aneuploidías, puede aparecer dentro del síndrome de hete-
el tabique interventricular y las válvulas auriculoventriculares (fig. rotaxia. En este cuadro, llamado asimismo isomerismo auricular,
210 Paciente fetal
SECCIÓN 5
Válvula
pulmonar
A B C
Válvula
Válvula
pulmonar
tricúspide
Tráquea
D E F
Válvula pulmonar
Conducto
Cayado aórtico arterioso
ente
des cen d
Aorta
G H I
FIGURA 10-21. Planos de imágenes en escala gris de ecocardiografía fetal. A. Proyección tetracameral. B. Proyección del infundíbulo de salida
del ventrículo izquierdo. La flecha blanca indica la válvula mitral que se transforma en la pared de la aorta. La flecha amarilla señala el tabique
interventricular que se transforma en la pared aórtica contraria. C. Infundíbulo de salida del ventrículo derecho. D. Proyección de tres vasos y trá-
quea. E. Proyección del eje corto alto de los infundíbulos de salida. F. Proyección del eje corto bajo (ventrículo). G. Proyección del cayado aórtico.
H. Proyección del arco ductal. I. Proyecciones de las venas cavas superior e inferior. Ao, aorta; IVC, vena cava inferior; LA, aurícula izquierda;
LV, ventrículo izquierdo; PA, arteria pulmonar; RA, aurícula derecha; RV, ventrículo derecho; SVC, vena cava superior.
CAPÍTULO 10
Valoración inicial de aurículas 2010). El tratamiento posnatal consiste en la reparación paliativa
Valoración inicial de ventrículos trifásica o el trasplante de corazón. Alguna vez se consideró que
Valoración de grandes vasos esta entidad tenía un pronóstico letal, pero hoy día se calcula
Sitio del corazón y vísceras que 70% de los lactantes puede llegar a la vida adulta (Feinstein,
Uniones auriculoventriculares 2012). La morbilidad es aún grande y es frecuente que haya
Uniones ventriculoarteriales retraso del desarrollo. En la imagen ecográfica, el hemicardio
Planos de rastreo, escala gris izquierdo puede parecer tan pequeño que es difícil identificar
Proyección tetracameral una cavidad ventricular. Tal vez no se reconozca flujo de entrada
Infundíbulo de salida del ventrículo izquierdo o salida y puede haber inversión de flujos en el conducto arte-
Infundíbulo de salida del ventrículo derecho rioso. El tratamiento fetal de la hipoplasia del hemicardio
Proyección de tres vasos y tráquea izquierdo del corazón se analiza en el capítulo 16 (pág. 331).
Proyección de eje corto, baja (ventrículo)
Proyección de eje corto, alta (infundíbulos de salida) Tetralogía de Fallot. Esta anomalía afecta a alrededor de 1 por
Cayado aórtico cada 3 500 recién nacidos (Cragan, 2009; Dolk, 2010). Se
Cayado ductal caracteriza por la identificación de cuatro componentes: comu-
Venas cavas superior e inferior nicación interventricular, aorta “cabalgante”, alteración de la
válvula pulmonar e hipertrofia del ventrículo derecho. Esta
Valoración con Doppler a color
última no se manifiesta antes del nacimiento. En virtud del sitio
Venas sistémicas (venas cavas y conductos venososa)
en que se encuentra la comunicación interventricular, muchas
Venas pulmonares
Agujero oval
veces no se identifica el trastorno en la proyección tetracameral
Válvulas auriculoventricularesª y la imagen puede ser normal. El pronóstico después de la repa-
Tabiques interauricular e interventricular ración posnatal es casi siempre excelente y los índices de super-
Válvulas aórtica y pulmonara vivencia a los 20 años han sido >95% (Knott-Craig, 1998). Sin
Conducto arterioso embargo, los pacientes que tienen atresia pulmonar pueden
Cayado aórtico seguir una evolución más complicada; existe también una
Arteria y venas umbilicales (opcional)a variante en la cual falta la válvula pulmonar. Los fetos afectados
se hallan en peligro de mostrar hidropesía y traqueomalacia, al
Valoración de la frecuencia y el ritmo cardiacos
comprimir la tráquea la arteria pulmonar agrandada.
aLa ecografía Doppler con onda pulsada debe utilizarse como comple- Rabdomioma cardiaco. Éste constituye el tumor cardiaco más
mento para valorar las estructuras indicadas.
La biometría cardiaca y la valoración funcional son técnicas opcionales, común. En promedio, la mitad de los casos se acompaña de
aunque debe considerarse su práctica ante sospecha de alteraciones esclerosis tuberosa, trastorno autosómico dominante con diversas
estructurales/funcionales. manifestaciones en órganos y sistemas causadas por mutaciones en
Adaptado a partir del American Institute of Ultrasound in Medicine, los genes de hamartina (TSC1) y tuberina (TSC2). La imagen de
2013b.
los rabdomiomas cardiacos es la de masas ecógenas perfectamente
delimitadas, por lo regular dentro del ventrículo o los infundíbu-
los de salida. Pueden ser uno o varios: pueden aumentar su tamaño
el corazón y los órganos del abdomen se hallan en el lado “inco- durante la gestación y en ocasiones se reconoce obstrucción del
rrecto”. Existe mayor posibilidad de que los defectos en almoha- flujo de entrada o salida. En caso de obstrucción o una masa no
dilla endocárdica que se acompañan de heterotaxia tengan alte- muy grande, el pronóstico es relativamente satisfactorio desde el
raciones del sistema de conducción, con lo cual es posible la punto de vista cardiológico. Los tumores de este tipo alcanzan su
aparición de un bloqueo AV de tercer grado. Como se indica en máximo en el periodo neonatal y tienden a experimentar regresión
el capítulo 16 (pág. 322), este problema posee mal pronóstico. a medida que crece el niño. Sin embargo, constituye un problema
Modalidad M
La modalidad cinética (estudios con modali-
dad M) supone la graficación lineal de los Pausa
fenómenos del ciclo cardiaco, en la cual se
muestra el tiempo en el eje de las abscisas y el
movimiento en el de las ordenadas. Se usa a
menudo para medir la frecuencia cardiaca
fetal (fig. 10-24). Si se observa alguna altera-
ción de la frecuencia o el ritmo fetales, la téc- FIGURA 10-24. La modalidad M (cinética o de movimiento) es una imagen lineal de los
nica con modalidad M permite la valoración fenómenos del ciclo cardiaco, con el tiempo en el eje de las abscisas y el movimiento en el
independiente de las ondas auriculares y las de las ordenadas. La modalidad M se utiliza a menudo para medir la frecuencia cardiaca
ventriculares. Por ello, resulta útil para identi- fetal. En la imagen presente se advierte concordancia normal entre las contracciones auricu-
lar (A) y ventricular (V). El movimiento de la válvula tricúspide (T) también se observa; asi-
ficar arritmias y sus respuestas al tratamiento, mismo, hay una contracción auricular prematura (flecha) y más adelante una contracción
como se describe en el capítulo 16 (pág. 321). ventricular temprana seguida de una pausa compensadora.
La modalidad M también se emplea para
valorar la función ventricular y los infundí-
bulos de salida auricular y ventricular. defectos de la pared ventral. Como se revisa en el capítulo 14
(pág. 285), en ambas situaciones aumenta la concentración de
Extrasístole auricular. Estas contracciones constituyen las arrit- fetoproteína α en el suero materno.
mias fetales más comunes y son un hallazgo habitual. Representan
la inmadurez del sistema de conducción cardiaco y por ello experi- Gastrosquisis
mentan resolución en etapas ulteriores de la gestación o el periodo Se trata de una malformación de todas las capas de la pared
neonatal. Las extrasístoles auriculares (PAC, premature atrial con- abdominal que se sitúa de manera característica a la derecha del
tractions) pueden conducirse y su manifestación audible es un punto en que se inserta el cordón umbilical. A través del defecto
latido adicional. No obstante, con gran frecuencia se bloquean y hay hernia de asas intestinales que pasan a la cavidad amniótica
con el Doppler manual o el fetoscopio se perciben como un latido (fig. 10-26). La prevalencia del trastorno es de 1 caso por cada
omitido. Como se muestra en la figura 10-24, el latido omitido 2 000 a 4 000 embarazos (Canfield, 2006; Dolk, 2010). La gas-
puede ser demostrable en la valoración con modalidad M, como
una pausa compensadora que sigue a la contracción prematura.
Las extrasístoles auriculares no dependen de graves alteracio-
nes estructurales del corazón, aunque en ocasiones aparecen con
aneurisma del tabique interauricular. Se han notificado casos
vinculados con el consumo de cafeína e hidralazina por parte de
la madre (Lodeiro, 1989; Oei, 1989). En un pequeño porcen-
taje de casos, en promedio 2%, se identifican más adelante en el
feto que muestra una taquicardia supraventricular (SVT, supra-
ventricular tachycardia), en que se requiere tratamiento urgente
(Copel, 2000). Dada la importancia de identificar SVT, el
embarazo con PAC fetal a menudo se vigila por medio de la
determinación de la frecuencia cardiaca del feto incluso cada
una a dos semanas hasta la resolución de la ectopia.
■ Pared abdominal
El operador valora durante la exploración regular (fig. 10-25) la
integridad de la pared abdominal a nivel de la inserción del cor-
FIGURA 10-25. Pared ventricular normal. Proyección transversal del
dón. Entre las alteraciones fetales relativamente comunes figu- abdomen en un feto del segundo trimestre, con pared abdominal
ran la gastrosquisis y el onfalocele, denominados en conjunto anterior intacta e inserción normal del cordón umbilical.
Métodos imagenológicos en el feto 213
CAPÍTULO 10
placenta y un cordón umbilical extraordinariamente corto.
Otro signo es la escoliosis en ángulo agudo. Con frecuencia se
identifican bandas amnióticas.
■ Aparato digestivo
En la ecografía se puede observar el estómago en casi todos los
fetos después de las 14 semanas de gestación. En productos del
segundo y tercer trimestres se reconocen el hígado, el bazo, la
vesícula biliar y el intestino. Si en la valoración inicial no se iden-
tifica el estómago, es preciso repetir la exploración y considerar el
uso de la ecografía especializada. La falta de visualización del
estómago puede ser consecuencia de deficiencia en la deglución
y entre las causas ocultas pueden incluirse atresia esofágica,
FIGURA 10-26. Gastrosquisis. Feto de 18 semanas que tiene un alguna alteración craneofacial o trastornos del SNC u osteoes-
defecto en todas las capas de la pared ventral, a la derecha del punto queléticas como la artrogriposis. Pueden mostrar deficiente
de inserción del cordón umbilical (punta de flecha) a través del cual deglución los fetos con oligohidramnios o aquéllos con enferme-
se ha producido hernia de múltiples asas de intestino delgado (B)
dades graves de diversas causas, como la hidropesía fetal.
que pasaron a la cavidad amniótica.
La imagen de los intestinos cambia con la maduración del
feto. En ocasiones tienen un aspecto brillante o ecógeno, lo cual
trosquisis es un padecimiento mayor que surge con gran fre- puede señalar cantidades pequeñas de sangre intraamniótica
cuencia en fetos de madres más jóvenes cuya edad promedio en deglutida, sobre todo en el marco del incremento de la fetopro-
el embarazo es de 20 años (Santiago-Muñoz, 2007). En 15 a teína α sérica materna. Los intestinos, que tienen el mismo bri-
30% de los casos se identifican alteraciones intestinales como la llo que el hueso fetal, poseen un riesgo levemente mayor de que
atresia yeyunal. La gastrosquisis no se acompaña de un mayor existan malformaciones gastrointestinales ocultas, fibrosis quís-
riesgo de aneuploidía y la cifra de supervivencia se acerca a 90% tica, trisomía 21 y alguna infección congénita como la causada
(Kitchanan, 2000; Nembhard, 2001; Santiago-Muñoz, 2007). por virus citomegálico.
La restricción del crecimiento fetal aparece junto con gastros-
quisis en 15 a 40% de los casos (Nicholas, 2009; Puligandla, Atresia gastrointestinal
2004; Santiago-Muñoz, 2007). Nicholas et al. (2009) señalaron La atresia intestinal se caracteriza por obstrucción y dilatación del
un vínculo entre la restricción del crecimiento y resultados adver- segmento proximal del intestino. En términos generales, cuanto
sos con la gastrosquisis. Santiago-Muñoz et al. (2007) observa- más proximal sea la obstrucción, mayor posibilidad hay de que se
ron que los recién nacidos con ese problema no mostraban acompañe de polihidramnios; el padecimiento que coexiste con
mayores cifras de mortalidad ni hospitalizaciones más largas en obstrucción del segmento proximal del intestino delgado puede
comparación con los neonatos de crecimiento normal. En una ser lo suficientemente grave para causar deterioro respiratorio de
serie de 75 lactantes con gastrosquisis, Ergün et al. (2005) indi-
caron que el único factor de riesgo que acompañaba a la hospita-
lización más larga era el nacimiento antes de las 36 semanas.
Hígado
Onfalocele
El onfalocele complica en promedio a 1 de cada 3 000 a 5 000
embarazos (Canfield, 2006; Dolk, 2010). Se forma cuando los Abdomen
pliegues laterales ectomesodérmicos no se unen en la línea media, fetal
de tal modo que el contenido abdominal queda cubierto sólo
por el saco amniótico de dos capas y el peritoneo en el cual se
inserta el cordón umbilical (fig. 10-27). En más de la mitad de
los casos, el onfalocele coexiste con otras alteraciones mayores o
con aneuploidía. También es componente de síndromes como el
de extrofia cloacal de Beckwith-Wiedemann y la pentalogía de Can-
trell. Los defectos de menor tamaño confieren un riesgo todavía
mayor de aneuploidía (De Veciana, 1994). A semejanza de lo
que ocurre con otros trastornos mayores, para identificar el onfa-
locele es indispensable efectuar una valoración anatómica com-
pleta y es recomendable solicitar un cariotipo fetal.
Malformación del pedículo embrionario
FIGURA 10-27. Onfalocele. Proyección transversal del abdomen en
Este trastorno, conocido también como complejo de extremidad- que se identifica un onfalocele en la forma de un gran defecto de la
pared corporal o cilosoma, es una malformación rara y letal carac- pared abdominal con exteriorización del hígado cubierto con una
terizada por la formación anormal de la pared corporal. Como membrana delgada.
214 Paciente fetal
CAPÍTULO 10
Segundo Tercer Alteración
Dilatación trimestre trimestre posnatal
Leve 4 a <7 mm 7 a <9 mm 12%
Moderada 7 a ≤10 mm 9 a ≤15 mm 45%
Grave >10 mm >15 mm 88%
a Clasificación de la Society for Fetal Urology.
separa a las dos pelvis renales diferentes; éstos son casos típicos
en los cuales surge hidronefrosis, dilatación ureteral o ambos
cuadros por la implantación anormal de uno o ambos uréteres
dentro de la vejiga, relación que describe la regla de Weigert-
SECCIÓN 5
CAPÍTULO 10
fica quizá sea muy difícil en la etapa prenatal, pero es posible
establecer si tal anomalía es letal. Las displasias letales se caracte-
rizan a menudo por acortamiento profundo de huesos largos,
cuyas mediciones se sitúan por debajo del quinto percentil y por
la proporción de la longitud del fémur/circunferencia abdomi-
nal <16% (Apéndice, pág. 1299) (Rahemtullah, 1997, Ramos,
1998). Las pruebas de la hipoplasia pulmonar incluyen una
circunferencia torácica <80% de la circunferencia abdominal; cir-
cunferencia torácica <2.5° percentil y una proporción de circun-
ferencia cardiotorácica >50% (Apéndice, pág. 1298). En el
embarazo anormal también pueden identificarse polihidram-
nios, hidropesía fetal o ambas alteraciones.
Las condrodisplasias FGFR3 incluyen la acondroplasia y la
FIGURA 10-33. Válvula uretral posterior. Feto de 19 semanas con
notable obstrucción del cuello vesical. La vejiga está dilatada y con displasia tanatofórica. La primera, llamada también acondropla-
pared gruesa, y la uretra proximal también está dilatada en una ima- sia heterocigota, es la displasia esquelética no letal más común. Se
gen que recuerda un “orificio de cerradura para una llave”. Junto a la hereda por un mecanismo dominante autosómico y 80% de los
vejiga se identifica un riñón agrandado con signos de displasia quís- casos es consecuencia de una nueva mutación. Hasta 98% (cifra
tica; tiene mal pronóstico. impresionante) depende de una mutación en el gen FGFR3. La
acondroplasia se distingue por acortamiento de huesos largos,
con predominio rizomélico, cabeza agrandada con abomba-
indicativos de un posible pronóstico mejor, pueden ser elegibles miento frontal, depresión del puente de la nariz, lordosis lum-
para tratamiento. En la página 330 se exponen la valoración y el bar más intensa y configuración de las manos en tridente. De
tratamiento de la obstrucción de la salida de la vejiga en el feto. manera característica, la inteligencia es normal. En el estudio
ecográfico tal vez las cifras correspondientes al fémur y el
■ Trastornos esqueléticos húmero no se encuentren por debajo del quinto percentil hasta
La revisión del año 2010 de la Nosology and Classification of Genetic los comienzos del tercer trimestre. En consecuencia, esta enti-
Skeletal Disorders incluye una cifra impresionante de 456 anoma- dad se diagnostica casi siempre sólo en fases tardías del emba-
lías de ese tejido en 40 grupos definidos con criterios moleculares, razo. En los homocigotos, que representan el 25% de los hijos
bioquímicos y radiográficos (Warman, 2011). Existen dos tipos de de padres heterocigotos, el trastorno se caracteriza por acorta-
displasias esqueléticas: osteocondrodisplasia, que incluye el desarro- miento mucho mayor de huesos largos y es un cuadro letal.
llo anormal generalizado de huesos, cartílagos o ambas estructuras, La otra clase importante de displasias FGFR3, la tanatofórica,
y las disostosis, alteraciones de huesos individuales, como la polidac- es el trastorno esquelético más letal. Se distingue por micromelia
tilia. Además de estas malformaciones, las anomalías esqueléticas intensa y los fetos afectados (en particular los que pertenecen al
comprenden deformaciones como algunos casos de pie zambo y tipo II) pueden desarrollar una deformidad craneal característica
desajustes como los defectos por reducción de extremidades. “en forma de trébol” (kleeblattschädel) por craneosinostosis. Más
de 99% de los casos puede confirmarse por pruebas genéticas.
Displasias esqueléticas La osteogénesis imperfecta constituye un grupo de displasias
La prevalencia de las displasias esqueléticas se acerca a 3 por esqueléticas que se caracterizan por hipomineralización. Existen
10 000 recién nacidos. Dos grupos comprenden más de la mitad múltiples tipos y más de 90% de los casos son reconocibles por
de todos los casos: el grupo de la condrodisplasia del factor 3 de una mutación de los genes COL1A1 o COL1A2. La variante del
crecimiento fibroblástico (FGFR3) y la osteogénesis imperfecta, grupo tipo IIa, llamada también forma perinatal, es letal. Se caracteriza
en que hay menor densidad ósea. Cada uno muestra una preva- por ausencia profunda de osificación del cráneo, al grado de que
lencia aproximada de 0.8 por 10 000 neonatos (Stevenson, 2012). aun la presión más suave que se aplique al abdomen de la madre,
La valoración del embarazo en la que se sospecha que el pro- como la que impone el transductor ecográfico, produce esta
ducto tiene displasia esquelética incluye una revisión de todos los visible deformación ósea (fig. 10-34). Otros signos incluyen
huesos largos, así como los de manos y pies, forma y tamaño del fracturas múltiples in utero y costillas que parecen “tener cuen-
cráneo, clavícula, escápula, tórax y columna. Se utilizan cuadros tas”. El mecanismo de herencia es autosómico dominante, al
de referencia para identificar los huesos largos afectados y detectar punto de que todos los casos son resultado de nuevas mutacio-
el grado de acortamiento (Apéndice, pág. 1299). La afectación de nes o mosaicismo gonadal (cap. 13, pág. 269). La hipofosfatasia
todos los huesos largos recibe el nombre de micromelia, en tanto es otra displasia esquelética que causa hipomineralización pro-
que el compromiso predominante de las zonas proximal, interme- funda y se hereda por un mecanismo autosómico recesivo.
dia o distal y de segmentos de huesos largos se conoce como rizo-
melia, mesomelia y acromelia, respectivamente. Hay que detectar Pie zambo: pie equinovaro
el grado de osificación y también la presencia de arqueamiento o Este trastorno se distingue por deformación del astrágalo y acor-
fractura. Cada uno de estos signos puede aportar indicios para tamiento del tendón de Aquiles. El pie afectado muestra fijación
reducir el número de entidades del diagnóstico diferencial y algu- y colocación anormal en equino dirigido hacia abajo (o varo),
nas veces sugerir una displasia esquelética específica. Es posible rotación anterógrada y aducción del antepié. Se considera que
que no todas pero sí muchas de las displasias esqueléticas tengan casi todos los casos son malformaciones con un componente
218 Paciente fetal
ECOGRAFÍA TRIDIMENSIONAL
Y TETRADIMENSIONAL
En los últimos 20 años, la ecografía tridimensional (3-D) pasó
de ser una técnica nueva a una regular en los equipos sonográfi-
cos modernos (fig. 10-36). Dicha variante ecográfica no se uti-
liza de manera sistemática durante la exploración corriente ni se
considera una modalidad necesaria. Sin embargo, puede ser
componente de algunas valoraciones especializadas.
En casi todos los casos de detección tridimensional se utiliza
un transductor especial creado para tal fin. Una vez identificada
FIGURA 10-34. Osteogénesis imperfecta. El trastorno es de tipo IIa, una región de interés, se “adquiere” el volumen 3D que puede
que es letal, y se caracteriza por una falta tan intensa de osificación utilizarse y mostrar imágenes de cualquier plano (axial, sagital,
craneal que cualquier presión suave en el abdomen de la gestante
por el transductor ecográfico produce una deformación visible (apla-
coronal o incluso oblicuo) dentro de ese volumen, y así se gene-
namiento) del cráneo (puntas de flecha). ran “rebanadas” seriadas similares a las imágenes de la tomogra-
fía computarizada (CT) o la resonancia magnética. Las aplica-
ciones técnicas comprenden la valoración de la anatomía
genético multifactorial. Sin embargo, la vinculación con facto- intracraneal en el plano sagital, por ejemplo el cuerpo calloso y
res ambientales y con la amniocentesis temprana sugiere que la el estudio del paladar y el sistema esquelético (Benacerraf, 2006;
deformación puede intervenir en la patogenia (Tredwell, 2001). Pilu, 2008; Timor-Tritsch, 2000).
En la imagen ecográfica se advierte que la huella del pie es visi- A diferencia de la detección bidimensional que parece estar en
ble en el mismo plano que el de la tibia y el peroné (fig. 10-35). “tiempo real”, las imágenes tridimensionales son estáticas y se
En una serie poblacional, la prevalencia del pie zambo fue, en obtienen al procesar un volumen de imágenes almacenadas. Tam-
promedio, de 1 caso por 1 000 recién nacidos, con una propor- bién se dispone de la imagen tetradimensional (4-D), conocida
ción varones:mujeres de 2:1 (Carey, 2003; Pavone, 2012). El pie como ecografía 3D en tiempo real; esta identificación permite la
zambo es bilateral en alrededor de la mitad de los casos y al menos reconstrucción rápida en las imágenes en preparación para gene-
en 50% de ellos existen alteraciones acompañantes (Mammen, rar la impresión de que la detección es de tiempo real. Una apli-
2004; Sharma, 2011). Entre las anomalías concurrentes frecuen- cación de la técnica 4-D ha sido mejorar la visualización de la
tes figuran las malformaciones del tubo neural, artrogriposis y anatomía del corazón. Los algoritmos y las técnicas posprocesa-
distrofia miotónica y otros síndromes genéticos. En el contexto de miento aprovechan volúmenes de imágenes en tiempo real, con o
los padecimientos concurrentes aparece aneuploidía en 30% de sin cartografía de color Doppler. Un ejemplo es la correlación de
los casos, pero se ha referido en menos de 4% cuando el pie imagen espaciotemporal (STIC, spatiotemporal image correlation)
zambo es un cuadro aislado (Lauson, 2010; Sharma, 2011). En utilizada para valorar la anatomía y la función complejas del cora-
consecuencia, está justificada la búsqueda minuciosa de otras ano- zón (DeVore, 2003; Espinoza, 2008). La adición de un algoritmo
malías y puede considerarse la práctica del cariotipo fetal. de modalidad de inversión puede facilitar la expresión gráfica del
flujo sanguíneo dentro del corazón y los grandes vasos, e incluso
Defectos de la reducción de extremidades permitir mediciones del volumen sanguíneo ventricular (Goncal-
La corroboración de las características de brazos y piernas cons- ves, 2004). Están en fase de estudio conductas o protocolos siste-
tituye un componente de la exploración sistemática. El defecto máticos para usar las técnicas nuevas y con ello valorar la anato-
de la reducción de extremidades es la ausencia de una o más mía y fisiología del corazón (Espinoza, 2007; Turan, 2009).
extremidades, de forma parcial o total.
La ausencia de toda la extremidad se cali-
fica de amelia. La focomelia que surgió
por la exposición a la talidomida es la
ausencia de uno o más huesos largos, de
tal modo que las manos o los pies están
unidos al tronco (pág. 252). Los defectos
de reducción de extremidades son parte
de innumerables síndromes genéticos
como el de Roberts, un cuadro autosó-
A B
mico recesivo caracterizado por tetrafoco-
melia. La deformidad de manos zambas, FIGURA 10-35. Posición de pies. A. Posición normal de la pierna izquierda que muestra la posi-
las más de las veces por ausencia del ción normal en el pie. B. En el caso del pie equinovaro, la “impresión podálica” queda en el
radio, acompaña a la trisomía 18 y tam- mismo plano que la tibia y el peroné.
Métodos imagenológicos en el feto 219
CAPÍTULO 10
S
S
D = Relación S/D
S − D
= Índice de resistencia
S
S − D
= Índice de pulsatilidad
Media
■ Arteria umbilical
Como se describe en la página 344, el estudio Doppler de la
v cos θ
fd = 2fo
θ arteria umbilical se ha sometido a valoración más rigurosa res-
pecto de cualquier otra prueba de salud fetal. La arteria umbili-
cal difiere de otros vasos en que tiene en condiciones normales
FIGURA 10-37. Ecuación de Doppler. Los ecos emitidos por el trans-
ductor con una frecuencia inicial fo chocan con la sangre que se un flujo arterógrado durante todo el ciclo cardiaco. Más aún, el
mueve con una velocidad v. La frecuencia reflejada fd depende del volumen del flujo durante la diástole aumenta conforme evolu-
ángulo θ entre el haz de sonido y el vaso. ciona la gestación, una función de la disminución de la impe-
220 Paciente fetal
dancia placentaria. La proporción S/D disminuye por lo general de capa muscular, en las vellosidades citoblásticas terciarias de la
4.0 a las 20 semanas a casi 2.0 en el término de la gestación y casi placenta (Kingdom, 1997; Morrow, 1989).
siempre es menor de 3.0 después de las 30 semanas. Ante el hecho El estudio Doppler de la arteria umbilical es un complemento
de que existe impedancia anterógrada al flujo, se observa flujo útil en el tratamiento de embarazos complicados por restricción
SECCIÓN 5
más telediastólico en la inserción del cordón placentario, que en del crecimiento fetal y ofrece mejores resultados en esos casos
la pared ventral del feto. En consecuencia, las alteraciones como (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2013). No se
la ausencia o la reversión del flujo telediastólico aparecen en pri- recomienda usarlo en complicaciones distintas de la restricción
mer término en la inserción del cordón fetal. La International de crecimiento. De forma similar, tampoco es útil su uso como
Society of Ultrasound in Obstetrics and Gynecology recomienda instrumento de detección sistemática para identificar embarazos
realizar las mediciones Doppler de arteria umbilical en el asa que más adelante se complicarán por la restricción de crecimiento
libre del cordón (Bhide, 2013). No obstante, la Society for (Berkley, 2012). Los datos anormales del estudio Doppler en
Maternal Fetal Medicine ha recomendado que la valoración se arteria umbilical deben obligar a realizar una valoración completa
efectúe cerca de la inserción en la pared ventral, para llevar a del feto si no se hizo antes, dado que pueden delinear trastornos
nivel óptimo la reproducibilidad (Berkley, 2012). mayores y aneuploidías fetales (Wenstrom, 1991). La Society for
Se considera que las ondas son anormales si la proporción Maternal Fetal Medicine ha recomendado que en la medida en que
S/D rebasa el percentil 95 correspondiente a la edad gestacio- los datos de la vigilancia fetal sean tranquilizadores, pueden tratarse
nal. En casos extremos de restricción del crecimiento, el flujo con una actitud expectante los embarazos con restricción del cre-
telediastólico puede faltar o incluso mostrar inversión (fig. cimiento fetal y ausencia del flujo telediastólico en la arteria
10-39). Dicha reversión del flujo telediastólico se ha vinculado umbilical hasta el parto a las 34 semanas, y los embarazos con
con una obliteración mayor del 70% de las arterias finas con reversión del flujo telediastólico también se tratan a la expectativa
hasta el parto a las 32 semanas (Berkley, 2012).
■ Conducto arterioso
La valoración del conducto arterioso por medio del estudio
Doppler se ha usado más bien para vigilar a fetos expuestos a la
indometacina y otros antiinflamatorios no esteroideos (NSAID,
nonsteroidal antiinflammatory drugs). La indometacina, utilizada
por algunos ginecólogos con fines tocolíticos, puede ocasionar
constricción o aun cierre del conducto, en particular cuando se
emplea en el tercer trimestre (Huhta, 1987). El incremento resul-
tante del flujo pulmonar puede causar hipertrofia relativa de las
A
arteriolas pulmonares y al final aparición de hipertensión pulmo-
nar. En una revisión de 12 investigaciones comparativas con asig-
nación al azar en que participaron más de 200 embarazos expues-
tos, Koren et al. (2006) indicaron que los NSAID aumentaban
15 veces las posibilidades de precipitar constricción del conducto
y concluyeron que se trataba de una cifra baja porque muchos de
los embarazos estuvieron expuestos sólo de manera breve. Por
fortuna, la constricción del conducto suele ser reversible una vez
que se interrumpe el uso de los NSAID. La constricción es una
complicación que puede ser grave y debe evitarse, razón por la
cual la duración de la administración de NSAID se limita de
manera típica a menos de 72 h y las mujeres que los reciben
deben vigilarse de manera minuciosa para poder interrumpir su
uso en caso de identificar la constricción del conducto arterioso.
B
■ Arteria uterina
Se ha calculado que el flujo sanguíneo por el útero aumenta de
50 ml/min en el inicio de la gestación a 500 a 750 ml/min a su
término (cap. 4, pág. 47). La onda Doppler de la arteria uterina
se caracteriza por una gran velocidad de flujo diastólico y un
flujo muy turbulento. La mayor resistencia al flujo y la aparición
de una muesca diastólica se vinculan con la aparición ulterior de
hipertensión gestacional, preeclampsia y restricción del creci-
miento fetal. Zeeman et al. (2003) señalan también que las
mujeres con hipertensión crónica mostraban una mayor impe-
C
dancia de arteria uterina entre las semanas 16 y 20 y que estaban
FIGURA 10-39. Ondas Doppler en la arteria umbilical. A. Flujo diastó-
expuestas a un mayor riesgo de presentar preeclampsia sobreim-
lico normal. B. Ausencia del flujo diastólico. C. Flujo telediastólico puesta. Incluso en tal situación es pequeño el valor predictivo
inverso. del método Doppler en la arteria uterina y no se recomienda
Métodos imagenológicos en el feto 221
CAPÍTULO 10
A B
FIGURA 10-40. Imagen Doppler de la arteria cerebral media (MCA). A. Imagen Doppler a color del circuito de Willis que indica la situación nor-
mal para muestrear MCA. B. La onda tiene una velocidad sistólica máxima que rebasa los 70 cm/s en un feto de 32 semanas con anemia fetal
intensa, consecuencia de aloinmunización Rh.
este método de detección en embarazos de alto o bajo riesgo hace posible que la MCA aumente el flujo telediastólico. Dicho
(Sciscione, 2009). La técnica no se ha estandarizado, no se ha fenómeno de “protección del cerebro” tiene en realidad un
establecido la frecuencia de su realización y no se conocen los nombre equívoco porque no protege al feto sino más bien se
criterios aplicados a las pruebas anormales. En un señalamiento acompaña de complicaciones y muerte perinatales (Bahado-
de un foro sobre estudios imagenológicos prenatales auspiciados Singh, 1999; Cruz-Martinez, 2011). No hay certidumbre en
por NICHD, Reddy et al. (2008) concluyeron que no se demos- cuanto a la utilidad del Doppler de MCA para facilitar la fecha
traron los beneficios perinatales de estudios Doppler de la arte- calculada del parto. No se ha valorado en investigaciones con
ria uterina como método de detección. asignación al azar ni adoptado en la práctica corriente en el tra-
tamiento de la restricción del crecimiento (American College of
Obstetricians and Gynecologists, 2013; Berkley, 2012).
■ Arteria cerebral media
La aplicación del método Doppler en la arteria cerebral media
(MCA, middle cerebral artery) se ha investigado y aplicado en clí- ■ Conducto venoso
nica en la detección de anemia fetal y la valoración de restricción El conducto venoso se puede identificar conforme se ramifica
del crecimiento del producto. Desde el punto de vista anatómico, desde la vena umbilical, al nivel aproximado del diafragma. La
la trayectoria de la MCA es tal que el flujo suele acercarse al trans- posición del feto impone un problema mucho mayor en el estu-
ductor “en sentido cefálico” y permitir la valoración precisa de su dio imagenológico del conducto venoso que en el caso de lo que
velocidad (fig. 10-40). La MCA se muestra en proyección axial ocurre con la arteria umbilical o la arteria cerebral media. La
de la cabeza en la base del cráneo, en circunstancias óptimas, a no onda es bifásica y en condiciones normales muestra un flujo
más de 2 mm del nacimiento de la arteria carótida interna. La anterógrado durante todo el ciclo cardiaco. El primer punto
medición de la velocidad es óptima cuando el ángulo de insona- máximo refleja la sístole ventricular y el segundo el llenado dias-
ción se acerca a cero y no debe utilizarse un ángulo >30° de tólico; a continuación aparece un punto muy bajo durante la
corrección. En términos generales, la valoración de la velocidad contracción auricular llamado onda a.
no se realiza en otros vasos fetales porque se necesita un mayor Los especialistas presuponen que se produce una progresión de
ángulo de insonación e implica un error notable de medición. los hallazgos Doppler en fetos de pretérmino con restricción del
Si existe la anemia fetal, la velocidad sistólica máxima aumenta crecimiento, de tal modo que en primer lugar aparecen las altera-
por el mayor gasto cardiaco y la disminución de la viscosidad de ciones de la arteria umbilical en el estudio Doppler para seguir con
la sangre (Segata, 2004). Lo anterior ha permitido la detección la de la arteria cerebral media y, por último, el conducto venoso.
fiable no penetrante de la anemia fetal en caso de aloinmuniza- Sin embargo, existe una enorme variabilidad en la manifestación
ción por grupos sanguíneos. Hace más de 10 años, Mari et al. de tales trastornos (Berkley, 2012). Al detectar restricción intensa
(2000) demostraron que el umbral de velocidad sistólica del crecimiento fetal, la disfunción cardiaca puede dar lugar a que
máxima de MCA de 1.50 multiplicado por la mediana (MoM) el flujo en la onda a decrezca, falte o incluso muestre inversión,
podía reconocer con certidumbre la anemia moderada o intensa. junto con el flujo pulsátil en la vena umbilical (Reddy, 2008).
En algunos centros de atención terciaria, la velocidad sistólica En consecuencia, las alteraciones del conducto venoso permi-
máxima en la MCA ha sustituido a los métodos penetrantes con ten algunas veces identificar a los fetos de pretérmino con restric-
amniocentesis para la detección de la anemia fetal (pág. 310). ción del crecimiento expuestos al riesgo máximo de resultados
También se ha estudiado el Doppler de MCA como comple- adversos (Baschat, 2003, 2004; Bilardo, 2004; Figueras, 2009).
mento en el estudio de la restricción del crecimiento fetal. Al No obstante, como la Society for Maternal-Fetal Medicine ha
parecer, la hipoxemia del producto da lugar a un incremento del señalado, las anomalías no se han valorado en grado suficiente en
flujo sanguíneo al encéfalo, corazón y las suprarrenales y ello investigaciones con asignación al azar (Berkley, 2012). En fecha
222 Paciente fetal
Ventriculomegalia
Agenesia del cuerpo calloso
IMÁGENES POR RESONANCIA MAGNÉTICA Holoprosencefalia
Alteraciones de la fosa posterior
A mediados del decenio de 1980 se estudió por primera vez al Malformaciones de la corteza cerebral
feto por medio de resonancia magnética cuando la obtención de Malformaciones vasculares
la imagen era lenta y los artefactos cinéticos eran un problema Hidranencefalia
(Lowe, 1985). A partir de entonces se han sucedido progresos Infartos
tecnológicos que permiten efectuar protocolos de MR de adqui- Complicaciones del embarazo gemelar monocoriónico
sición rápida; estos recientes protocolos posibilitan la adquisi- Defectos del tubo neural
ción de una imagen en 1 s o menos, lo cual reduce en grado Teratoma sacrococcígeo
significativo la frecuencia de artefactos cinéticos y elimina la Secuencias de regresión caudal
Sirenomelia
necesidad de sedar a la paciente.
Problemas vertebrales
La resolución de la imagen con la MR es mayor que la conse-
guida con la ecografía, ya que no la distorsionan las fronteras Cráneo, cara y cuello
óseas, la obesidad de la gestante, el oligohidramnios o la cabeza Malformaciones venolinfáticas
fetal encajada. La MR puede ser un complemento útil de la eco- Hemangiomas
grafía para valorar y definir mejor las alteraciones fetales sospe- Bocio
Teratomas
chadas. Sin embargo, la técnica de MR tiene inconvenientes; por
Hendiduras faciales
ejemplo, no cuenta con un aparato portátil; es un método lento Otras alteraciones con posible obstrucción de vías
y su uso se circunscribe por lo regular a centros especializados respiratorias
con experiencia en técnicas imagenológicas fetales. Puede ser útil
en la valoración de trastornos complejos del sistema nervioso del Tórax
feto, tórax, aparato digestivo, aparato genitourinario y sistema Malformación adenomatoide quística congénita
osteomuscular. La resonancia magnética también se ha empleado Secuestro pulmonar extralobulillar
Hernia diafragmática congénita
en la valoración de masas en el aparato genital de la mujer, inva-
Valoración inicial de hipoplasia pulmonar como consecuencia
sión placentaria y problemas del suelo pélvico y el cuello uterino. de oligohidramnios, masa en tórax o displasia esquelética
El American College of Radiology y la Society for Pediatric
Radiology (2010) elaboraron guías para la práctica en caso de Abdomen, pelvis y retroperitoneo
usar MR en fetos; dichas disposiciones reconocen que la ecogra- Valoración del tamaño y sitio de tumores (como el teratoma
fía es la modalidad de detección sistemática más indicada. Aún sacrococcígeo, el neuroblastoma o masas suprarrenales o
más, recomiendan que la MR fetal se utilice en problemas que, renales)
Valoración de trastornos renales con oligohidramnios
en circunstancias óptimas, contribuyen al diagnóstico prenatal,
Diagnóstico de alteraciones intestinales
orientación, tratamiento y planes obstétricos. En el cuadro 10-8
se incluyen las indicaciones específicas para realizar MR fetal Complicaciones de gemelos monocoriónicos
y se exponen a continuación. Definir la anatomía vascular antes del tratamiento con láser
Identificar complicaciones después del fallecimiento de un
gemelo monocoriónico
■ Seguridad Valorar gemelos unidos
La MR no emite radiación ionizante. Entre las preocupaciones Valoración para realizar cirugía fetal
teóricas con su uso figuran los efectos de los campos electromag- Anatomía del encéfalo fetal antes y después de intervención
néticos fluctuantes y los grados ultrasónicos de intensidad. La quirúrgica
potencia del campo magnético se mide en teslas (T ) y todos los Alteraciones fetales en las que está programada una
estudios imagenológicos en el embarazo casi siempre se realizan operación
con el uso de 1.5 T o menos.
Adaptado con autorización del American College of Radiology-Society
Los datos de estudios en seres humanos de investigaciones of Perinatal Radiologists Practice Guideline, 2010.
histológicas refuerzan el concepto de seguridad de MR en fetos.
Se ha observado que la exposición repetitiva de fibroblastos del
pulmón humano a un campo magnético estático de 1.5 T no
afecta la proliferación celular (Wiskirchen, 1999). Se han valo- deglutiera un micrófono en tanto se llenaba su estómago con un
rado los perfiles de frecuencia cardiaca fetal antes de la práctica litro de líquido, que representara el saco amniótico. Como
de MR y durante ella, sin diferencias significativas observadas mínimo, hubo una atenuación de 30 dB de intensidad desde la
(Vadeyar, 2000). Los niños expuestos a MR en la vida fetal no superficie corporal hasta el estómago lleno de líquido, lo cual
tienen una mayor incidencia de enfermedades o discapacidades aminoró la tensión sonora de 120 dB a menos de 90 dB. Dicho
cuando se estudian a los nueve meses o los tres años (Baker, nivel es mucho menor de 135 dB experimentado con estimula-
1994; Clements, 2000). ción vibroacústica (pág. 341). Se ha valorado la función coclear
Glover et al. (1995) intentaron simular el nivel sonoro expe- en lactantes expuestos a 1.5 T de MR de su vida fetal, pero el
rimentado por el oído fetal al hacer que un voluntario adulto estudio no ha demostrado deficiencias auditivas (Reeves, 2010).
Métodos imagenológicos en el feto 223
El Grupo de Expertos en Seguridad de MR del American Con las técnicas anteriores se obtienen imágenes ortogonales
College of Radiology (2013) llegó a la conclusión, con base en de estructuras fetales o maternas “preseleccionadas”. En estos
pruebas disponibles, de que no había un efecto nocivo corrobo- casos se realizan adquisiciones de 3 a 5 mm de espesor del corte
CAPÍTULO 10
rado del estudio de MR en el feto en desarrollo. Por lo tanto, sin ningún hueco y con potenciación en T2, en los planos coro-
puede realizarse la resonancia si se necesitan datos para cuidar al nal, sagital y axial. Con base en la anatomía y la anomalía sospe-
feto o su madre. Las mujeres del personal asistencial embaraza- chada, pueden realizarse imágenes con potenciación en T1 para
das pueden trabajar dentro de la unidad de MR o alrededor de buscar hemorragia subaguda, grasa o sitios de estructuras nor-
ella, pero se recomienda que no permanezcan junto al imán del males de aspecto brillante en tales secuencias, como hígado y
escáner de MR (conocido como zona IV) mientras el estudio meconio en el colon (Brugger, 2006; Zaretsky, 2003b).
está en marcha (American College of Radiology, 2013). Con las imágenes con recuperación de inversión ponderada en
Durante el embarazo es mejor no utilizar agentes de con- TI breve (STIR, short TI inversion recovery images) se pueden
traste basados en gadolinio para la práctica de la MR, debido a diferenciar casos en que el contenido hídrico del trastorno es
la posibilidad de que exista disociación en una molécula quelada similar al de la estructura normal. Un ejemplo es una masa torá-
en el líquido amniótico (American College of Radiology, 2013); cica comparada con el pulmón normal. En ocasiones se puede
dichas moléculas penetran fácilmente en la circulación fetal y se obtener recuperación de inversión atenuada por líquido (FLAIR,
excretan en el líquido amniótico a través de la orina del feto. En fluid attenuated inversion recovery) para buscar alteraciones del
tal sitio pueden permanecer durante un tiempo indeterminado SNC y valorar el sistema ventricular y otros espacios que contie-
antes de que se reabsorban. Cuanto más tiempo permanezcan nen líquido cefalorraquídeo. Se puede emplear la técnica de
en un espacio protegido como el saco amniótico las moléculas difusión ponderada para valorar las restricciones de difusión y la
queladas de gadolinio, mayor es la posibilidad de que se disocien isquemia (Brugger, 2006; Zaretsky, 2003b). La serie de los auto-
y se produzca el ion tóxico del gadolinio (American College of res incluye también una secuencia axial ponderada en T2 del
Radiology, 2013). En adultos con nefropatía, este agente de con- cerebro de 3 a 5 mm para obtener datos biométricos cefálicos y
traste se ha vinculado con la aparición con fibrosis sistémica determinar la edad gestacional con el empleo del diámetro bipa-
nefrógena que puede constituir una complicación grave. rietal y la circunferencia cefálica (Reichel, 2003).
A B
FIGURA 10-41. Imágenes sagitales del encéfalo de un feto de 25 semanas (A) y a las 37 semanas (B) en que se observa el aumento normal
de la aparición de circunvoluciones y surcos que se manifiestan durante el desarrollo fetal. Las imágenes en este caso se obtuvieron con una
secuencia HASTE (eco de espín turbo con toma única y adquisición semi-Fourier).
den tener un retraso significativo en el desarrollo cortical. La eco- La ventriculomegalia es una indicación común para solicitar
grafía permite la valoración limitada de alteraciones sutiles de la resonancia magnética en el feto, se emplea para identificar si
migración orgánica y la resonancia genera imágenes con mayor dicho hallazgo es en realidad único (aislado) o se acompaña de
precisión, en particular en etapas ulteriores de la gestación. otros cuadros dismorfológicos del SNC (pág. 202). Por ejemplo,
con la resonancia se demuestra que la ventriculomegalia intensa
Indicaciones. Se han conducido innumerables estudios de la es consecuencia de estenosis del acueducto que se muestra en la
resonancia magnética como técnica de segunda opinión en la de- figura 10-42, o que en realidad es hidranencefalia. En el caso de
tección de trastornos cerebrales, sospechados o detectados por ventriculomegalia leve, por medio de resonancia se puede identi-
ecografía (Benacerraf, 2007; Li, 2012). Levine et al. (1999b) ficar agenesia del cuerpo calloso o alteraciones de migración
observaron que la resonancia magnética cambió el diagnóstico en (Benacerraf, 2007; Li, 2012; Twickler, 2003).
40% de los casos y alteró el tratamiento en 15% de ellos. Simon Otra indicación para realizar resonancia magnética en el feto
et al. (2000) indicaron que los hallazgos de la resonancia modifi- es la valoración posible de hemorragia intraventricular (IVH,
caron el tratamiento prácticamente en la mitad de los casos. Twic- intraventricular hemorrhage) como se muestra en la figura 10-43.
kler et al. (2003) también indicaron que la resonancia magnética Los factores de riesgo de IVH del feto pueden incluir una imagen
del sistema nervioso del feto cambió el diagnóstico en la mitad atípica de la ventriculomegalia, trombocitopenia aloinmunitaria
de los productos y alteró el tratamiento clínico en 33%. Cuando neonatal y una gestación multifetal monocoriónica complicada
dicho estudio se efectuó después de las 24 semanas de gestación por el óbito de un feto o por transfusión intergemelar grave (Hu,
hubo mayor posibilidad de obtener información adicional. 2006). Si se identifica la hemorragia, la resonancia magnética
A B C
FIGURA 10-42. Estenosis del acueducto. A. Imagen axial transventricular a las 22 semanas con el empleo de la secuencia HASTE en que se
advierte ventriculomegalia notable. B. Imagen coronal del mismo feto que muestra el ventrículo tercero (flecha) dilatado. C. Imagen axial a nivel
de la fosa posterior en que se advierte que el cuarto ventrículo (punta de flecha) tiene aspecto normal, situación congruente con el diagnóstico de
estenosis del acueducto.
Métodos imagenológicos en el feto 225
CAPÍTULO 10
Tórax
Los trastornos del tórax se pueden visualizar
con facilidad con la ecografía especializada
(particularizada). Sin embargo, con la resonan-
cia magnética se pueden definir el sitio y el
tamaño de lesiones expansivas del tórax y cuan-
tificar el volumen del pulmón restante. La reso-
nancia también puede facilitar la definición del
A B
tipo de malformación adenomatoide quística y
visualizar el flujo sanguíneo del secuestro pul-
monar extralobar (pág. 208). La resonancia
magnética, en el caso de la hernia diafragmá-
tica congénita, puede utilizarse para corroborar
y cuantificar los órganos abdominales que se
hallan dentro del tórax; ello incluye el volumen
del hígado herniado y también los volúmenes
del tejido pulmonar comprimido (fig. 10-44)
(Debus, 2013; Lee, 2011; Mehollin-Ray,
2012). La resonancia también se ha empleado
para reconocer trastornos de otros órganos y
sistemas en fetos con hernia diafragmática; ello
puede esclarecer en gran medida el pronóstico
fetal (Kul, 2012). Similarmente, dicha técnica
C D se ha usado para la valoración de volúmenes
pulmonares en casos de displasia esquelética y
FIGURA 10-43. Hemorragia intraventricular. Imagen axial a través del cerebro en un feto oligohidramnios prolongado como consecuen-
de 24 semanas. Las flechas indican un área de señales anormales en el ventrículo lateral cia de nefropatía o rotura de membranas (Mes-
izquierdo. En la imagen obtenida con HASTE (A), las irregularidades están perfectamente serschmidt, 2011; Zaretsky, 2005).
definidas y son inespecíficas, con una señal baja de poca intensidad. La imagen con pon-
deración en T1 (B) muestra una intensificación de las señales dentro de esta área de Abdomen
interés, lo cual sugiere una hemorragia intraventricular. La imagen ponderada con difusión
(C) y el mapa de coeficiente de difusión aparente (D) muestran una difusión verdadera- Cuando la visualización ecográfica sufre limita-
mente restringida vinculada con la hemorragia. ciones por acción del oligohidramnios o la obe-
A B
FIGURA 10-44. Hernia diafragmática congénita. A. Imagen obtenida por HASTE en un feto de 26 semanas con hernia diafragmática congénita
que abarcó el hígado (flechas). B. Imagen STIR coronal de un feto de 33 semanas a través del tórax que muestra múltiples asas de intestino que
llenan la mitad izquierda del tórax (líneas de guiones).
226 Paciente fetal
SECCIÓN 5
A B
FIGURA 10-45. Mielomeningocele. A. Imagen TruFisp equilibrada en un feto de 32 semanas que muestra hernia del cerebelo dentro del con-
ducto cervical (flecha) y un pequeño defecto del tubo neural sacro con una membrana delgada (punta de flecha). B. Imagen sagital TruFisp de
un feto diferente que revela una alteración del tubo neural (puntas de flecha) y notable mielomeningocele (flechas). B, vejiga del feto.
sidad de la gestante, puede ser útil la resonancia magnética trio. Sin embargo, se ha recurrido a la resonancia magnética como
(Caire, 2003). Hawkins et al. (2008) observaron que la falta de complemento en casos indeterminados. Entre los datos propios
señal en la vejiga fetal contraída en las secuencias ponderadas en de la invasión figuran la prominencia uterina, bandas intraplacen-
T2 se acompañaba de alteraciones renales letales. Las diferencias tarias oscuras en las imágenes ponderadas en T2 y heterogeneidad
en las características de señales entre el meconio en el colon fetal placentaria (Leyendecker, 2012). Cuando la resonancia se emplea
y la vejiga permiten algunas veces definir problemas quísticos como complemento, ha sido considerable su sensibilidad para
del abdomen (Farhataziz, 2005). detectar invasión placentaria, aunque ha resultado difícil anticipar
la profundidad de la invasión. Es necesario ponderar los factores
Complemento del tratamiento fetal de riesgo clínico y hallazgos ecográficos cuando se interpreten las
A medida que se han ampliado las indicaciones para instituir imágenes de la placenta obtenidas con MR (Leyendecker, 2012).
tratamiento fetal, también se ha practicado en forma más siste- La identificación de la placenta percreta con invasión de la pared
mática la resonancia magnética para definir alteraciones en el vesical ha sido una tarea difícil, incluso cuando se han utilizado la
preoperatorio. En algunos centros, antes de la ablación con láser ecografía y la resonancia magnética.
de las anastomosis placentarias en el síndrome de transfusión
intergemelar, se practica resonancia del encéfalo en busca de Conceptos recientes
IVH o leucomalacia periventricular (pág. 656) (Hu, 2006; A medida que mejoran los tiempos de adquisición de MR y su
Kline-Fath, 2007). Gracias a su precisión para visualizar el cere- tecnología, se logra mayor resolución de las estructuras y del
bro y la columna en caso de mielomeningocele, suele usarse movimiento y se han identificado tres direcciones posibles que
antes de operaciones en casos de espina bífida fetal (fig. 10-45). pueden tomar los estudios imagenológicos del feto. Uno es la
Si se piensa en la posibilidad de practicar una operación fetal adquisición del volumen y el posprocesamiento 3D; ello podría
para tratar teratomas sacrococcígeos, por medio de la resonancia ocurrir en un modo semejante a la forma en que se obtiene la
se puede identificar la extensión de la masa dentro de la pelvis CT helicoidal con múltiples detectores de canales, con la cual se
fetal (Avni, 2002; Neubert, 2004). En el caso de una masa del puede procesar en cualquier plano una gran imagen de alta reso-
cuello del feto, en la cual se considera la posibilidad de aplicar lución. Para aplicar lo anterior a las estructuras fetales de interés
una técnica EXIT, con la resonancia se puede definir la exten- se necesitarían tiempos de adquisición más rápidos, la capacidad
sión de la lesión y su efecto en la cavidad bucal y la hipofaringe de corregir el movimiento fetal y mejoría en las opciones en el
(Hirose, 2003; Ogamo, 2005; Shiraishi, 2000). Por último, se campo de visión, situaciones que se hallan en fase de estudio.
ha utilizado la resonancia cuando se necesita una técnica EXIT La segunda dirección corresponde a las imágenes de resonan-
para tratar la micrognatia intensa (MacArthur, 2012; Morris, cia de tiempo real, para valorar el corazón del feto y otras estruc-
2009). El tratamiento fetal se expone en el capítulo 16 (pág. 331). turas en movimiento. Un estudio de factibilidad revisó las valora-
ciones de MR del tórax para precisar componentes específicos del
Placenta corazón del feto (Gorincour, 2007). Estos autores observaron,
La importancia clínica de identificar la placenta accreta en las ges- entre otras cosas, que el estudio imagenológico rápido equilibrado
tantes se expone en la página 804. Por lo regular se utiliza la eco- con precesión de estado dinámico (TruFISP) era útil para definir
grafía para identificar la invasión placentaria dentro del miome- la relaciones auriculares, ventriculares, conotroncales y venosas.
Métodos imagenológicos en el feto 227
La tercera dirección es la valoración más detenida de las Baschat AA: Neurodevelopment following fetal growth restriction and its rela-
adquisiciones ya establecidas de las funciones fisiológicas del tionship with antepartum parameters of placental dysfunction. Ultrasound
Obstet Gynecol 37:501, 2011
feto e incluye la espectroscopia para valorar la madurez encefá- Baschat AA: Relationship between placental blood flow resistance and precor-
CAPÍTULO 10
lica, que se ha expuesto en series pequeñas (Fenton, 2001; Kok, dial venous Doppler indices. Ultrasound Obstet Gynecol 22:561, 2003
2002). Otras posibilidades incluyen el estudio imagenológico Benacerraf BR, Shipp TD, Bromley B, et al: Three-dimensional US of the fetus:
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con difusión ponderada (DWI, diffusion-weighted imaging) y el Benacerraf BR, Shipp TD, Bromley B, et al: What does magnetic resonance
coeficiente de difusión aparente (ADC, apparent diffusion coe- imaging add to the prenatal sonographic diagnosis of ventriculomegaly?
fficient) en la evolución del SNC del feto (Chung, 2009; Garel, J Ultrasound Med 26:1513, 2007
2008); este último tiene la ventaja adicional de mejorar las imá- Berkley E, Chauhan SP, Abuhamad A: Society for Maternal-Fetal Medicine
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231
CAPÍTULO 11
Líquido amniótico
Moore, 1990 Machado, 2007 Hinh, 2005 ron el aumento del riesgo de resul-
30
tados adversos del embarazo con
28 Polihidramnios índices fuera de este intervalo.
26
CAPÍTULO 11
Moore y Cayle (1990) publicaron
24 curvas normales para los valores de
Índice de líquido amniótico (cm)
a Se identificó una correlación significativa entre la gravedad del polihidramnios y la probabilidad de un lactante anormal.
Líquido amniótico 235
CAPÍTULO 11
éste que otras. Debido a esta relación, la identificación de poli- nunca aumentan en comparación con los gemelos que tienen
hidramnios es indicación para solicitar una ecografía enfocada. un volumen normal de líquido amniótico.
En el capítulo 10 (pág. 200) se presentan las imágenes ecográfi-
Polihidramnios idiopático
cas de muchos de los trastornos descritos a continuación.
Las afecciones graves del sistema nervioso central, como Cuando no existe una causa evidente de polihidramnios, se con-
anencefalia, hidroanencefalia u holoprosencefalia, pueden cau- sidera idiopático. Como se muestra en el cuadro 11-2, esto ocu-
sar polihidramnios porque afectan la deglución fetal. Los tras- rre hasta en el 70% de los casos (Golan, 1993; Many, 1995;
tornos neuromusculares fetales, como la distrofia miotónica, Panting-Kemp, 1999). Se ha informado que los embarazos con
también se acompañan de un exceso de líquido amniótico. La polihidramnios idiopático tienen probabilidad al menos dos
obstrucción de la parte proximal del tubo digestivo, como la veces mayor de que el peso al nacer del lactante sea >4 000 g
atresia esofágica o duodenal, se acompaña a menudo de polihi- (Lazebnik, 1999; Magann, 2010; Maymon, 1998). Una razón
dramnios. Otras causas obstructivas incluyen hendiduras, para esto es que los lactantes más grandes tienen mayor gasto
micrognatia, secuencia de obstrucción congénita de la vía respi- urinario debido a su volumen de distribución más alto, y la
ratoria superior y tumoraciones en el cuello del feto. Las anoma- orina fetal es el principal contribuyente al volumen del líquido
lías graves en el tórax fetal, como la hernia diafragmática, mal- amniótico. Lo más frecuente es que el polihidramnios idiopá-
formación quística adenomatoide y el secuestro pulmonar, tico leve sea un hallazgo benigno y los resultados del embarazo
pueden acompañarse de polihidramnios por el desplazamiento casi siempre son buenos.
mediastínico y el compromiso de la deglución, en ocasiones
también con hidropesía. Una alteración renal fetal frecuente, la
obstrucción de la unión ureteropélvica, causa algunas veces poli- ■ Complicaciones
hidramnios paradójico. Y aunque son raros, los tumores como el A menos que el polihidramnios sea grave o se desarrolle con rapi-
teratoma sacrococcígeo, el nefroma mesoblástico fetal y los dez, es infrecuente que haya síntomas maternos. En el polihi-
corioangiomas placentarios grandes se acompañan con frecuen- dramnios crónico, el líquido se acumula de manera gradual y la
cia de un exceso de líquido amniótico. mujer tolera la distensión abdominal excesiva con relativamente
El grado de polihidramnios se vincula con la probabilidad de poca molestia. Sin embargo, el polihidramnios agudo tiende a
alteraciones en el lactante (Many, 1995; Pri-Paz, 2012). Por desarrollarse en una etapa más temprana del embarazo. Puede
ejemplo, en el Parkland Hospital, la prevalencia de un lactante causar trabajo de parto prematuro antes de las 28 semanas o sín-
anormal fue cercana al 8% en el polihidramnios leve, de 12% tomas que se vuelven tan debilitantes que exigen intervención.
con el moderado y >30% si el polihidramnios era grave (Dashe, Los síntomas son producidos por la presión ejercida dentro
2002). Si no se detecta alguna anomalía en la ecografía enfo- del útero demasiado distendido y en los órganos adyacentes.
cada, la probabilidad de un problema mayor identificado al Cuando la distensión es excesiva, la madre puede experimentar
nacer fue de 1 a 2% si el polihidramnios era leve o moderado, disnea y ortopnea a tal grado que sólo respira con comodidad
pero era >10% si era grave. Dorleijn et al. (2009) también noti- cuando se halla en posición vertical (fig. 11-2). Es posible el
ficaron un riesgo más alto de trastornos detectados en el primer edema como consecuencia de la compresión marcada del sis-
año de edad luego de polihidramnios aparentemente idiopático. tema venoso por el útero crecido y tiende a ser más pronunciado
El riesgo de anomalías es muy alto cuando el polihidramnios se en las extremidades inferiores, vulva y pared abdominal. En
acompaña de restricción del crecimiento fetal (Lazebnik, 1999). casos raros hay oliguria porque el útero obstruye los uréteres
Si se encuentra un trastorno fetal concurrente con el polihi- (cap. 53, pág. 1064). Las complicaciones como éstas casi siem-
dramnios, debe considerarse la amniocentesis, ya que el riesgo pre se observan en el polihidramnios grave con una causa subya-
de aneuploidía es muy elevado (Dashe, 2002; Pri-Paz, 2012). cente específica.
Aunque las alteraciones en el volumen de líquido amniótico Las complicaciones maternas del polihidramnios incluyen
se relacionen con malformaciones fetales, casi nunca ocurre lo desprendimiento placentario, disfunción uterina y hemorragia
contrario. En el Spanish Collaborative Study of Congenital Mal- puerperal. Por fortuna, el desprendimiento de la placenta es
formations, que incluyó a más de 27 000 lactantes con anoma- infrecuente; puede ser efecto de la descompresión rápida del
lías, sólo 4% se había complicado con polihidramnios y 3% más útero demasiado distendido después de la rotura de membranas
con oligohidramnios (Martinez-Frias, 1999). o la reducción terapéutica del líquido amniótico. En caso de
rotura prematura de membranas, el desprendimiento placenta-
Embarazo múltiple rio ocurre en ocasiones días o semanas después de esto. La dis-
Por lo general, en los embarazos múltiples el polihidramnios se función uterina por distensión excesiva puede provocar atonía
define como un saco de líquido amniótico individual más pro- puerperal y, por consiguiente, hemorragia.
fundo de 8 cm o más. Puede describirse además como mode-
rado si dicho saco mide por lo menos 10 cm y grave si mide al
menos 12 cm. En los embarazos monocoriónicos, el polihi- ■ Resultados del embarazo
dramnios de un saco y el oligohidramnios del otro son criterios Algunos resultados publicados en presencia de polihidramnios
diagnósticos para el síndrome de transfusión entre gemelos, que incluyen tasa elevada de cesárea, mayor incidencia de peso al
se describe en el capítulo 45 (pág. 904). En una revisión de casi nacer >4 000 g y, el más importante, tasa elevada de mortalidad
2 000 embarazos gemelares, Hernandez et al. (2012) identifica- perinatal. La tasa de parto por cesárea aumenta cerca de tres
ron polihidramnios en el 18% de los embarazos, monocorióni- veces cuando el polihidramnios ya se había detectado, y la tasa
236 Paciente fetal
de mortalidad perinatal se eleva casi cuatro veces (Biggio, 1999; la valoración subjetiva del volumen insuficiente de líquido
Hill, 1987; Maymon, 1998). Pri-Paz et al. (2012) encontraron amniótico. En el nomograma de Moore, un umbral de 5 cm es
que los embarazos con polihidramnios grave tenían un riesgo <2.5° percentil durante el segundo y tercer trimestres completos
particular, pero no informaron muertes perinatales en el polihi- (fig. 11-1). Cuando se examinan embarazos gemelares para
SECCIÓN 5
CAPÍTULO 11
AFI ≤5 cm AFI 8 a 24 cm
Factor (n = 166) (n = 28 185) Valor p
Malformación mayor 42 (25) 634 (2) <0.001
Óbito 8 (5) 133 (<1) <0.001
Edad gestacional al nacera 35.1 ± 3.3 39.2 ± 2.0 <0.001
Parto prematuro espontáneoa 49 (42) 1 698 (6) <0.001
Parto prematuro indicadoa 23 (20) 405 (2) <0.001
Parto por cesárea por estado fetal 10 (9) 1 083 (4) <0.001
preocupantea
Peso al nacer <10° percentila 61 (53) 3 388 (12) <0.001
<3° percentila 43 (37) 1 130 (4) <0.001
Muerte neonatala 1 (1) 24 (<1) <0.001b
aAnálisis realizado después de excluir a los lactantes con anomalías.
b Esta diferencia ya no fue significativa después de ajustar para la edad gestacional al momento del parto.
Los datos se expresan como No. (%) y media ± desviación estándar.
Datos derivados de Petrozella, 2011.
ACE y los bloqueadores del receptor para angiotensina pueden menudo restricción del crecimiento (cap. 41, pág. 794). El pro-
causar hipotensión fetal, hipoperfusión renal e isquemia renal, nóstico para este conjunto de manifestaciones también es malo.
con insuficiencia renal anúrica subsiguiente (Guron, 2000; El oligohidramnios provocado por la rotura de membranas en el
Pryde, 1993). Estos resultados adversos parecen ser más preva- segundo trimestre se revisa en el capítulo 42 (pág. 848).
SECCIÓN 5
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CAPÍTULO 11
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240
CAPÍTULO 12
Teratología, teratógenos
y agentes fetotóxicos
CAPÍTULO 12
Acitretina Leflunomida ejemplo es el Metropolitan Atlanta Congenital Defects Program,
Ambrisentán Lenalidomida un programa de vigilancia activa que funciona desde 1967 para
Andrógenos Litio los fetos y lactantes con defectos congénitos.
Antagonistas del receptor para Mercurio
angiotensina Metimazol Estudios de casos y testigos
Bexaroteno Metotrexato En estos estudios, los investigadores hacen una valoración
Bosentán Micofenolato retrospectiva de la exposición prenatal a sustancias particulares
Carbamazepina Misoprostol entre los lactantes afectados y los testigos. Los registros de defec-
Ciclofosfamida Paroxetina tos congénitos son ideales para confirmar los casos. Sin embargo,
Cloranfenicol Plomo
los estudios de casos y testigos tienen dos debilidades inheren-
Cocaína Ribavirina
tes. Primero, existe la posibilidad de sesgo en el recuerdo, en el
Corticoesteroides Tabaco
Talidomida
que la madre de un lactante afectado tiene mayor probabilidad
Danazol
Dietilestilbestrol (DES) Tamoxifeno de recordar la exposición. Segundo, los estudios de casos y testi-
Efavirenz Tetraciclina gos sólo pueden valorar relaciones, no causalidad, por lo que son
Etanol Tolueno generadores de hipótesis. Por tales razones, Grimes y Schulz
Fenitoína Topiramato (2012) advierten que a menos que los índices de momios en los
Fenobarbital Trastuzumab estudios de casos y testigos sean superiores a un incremento de
Fluconazol Tretinoína tres o cuatro veces, los datos concluidos podrían ser incorrectos.
Inhibidores de la enzima Warfarina
El National Birth Defects Prevention Study. Este estudio
convertidora de angiotensina Yodo radiactivo
poblacional de casos y testigos incluye 10 estados con progra-
Isotretinoína
mas de vigilancia activa de defectos congénitos (www.nbdps.
org). Es un esfuerzo conjunto relevante de los Centers for Birth
Defects Research and Prevention para valorar los fármacos como
Por lo general, las mujeres embarazadas se consideran una
causa de defectos congénitos. Desde 1997, cada centro ha ins-
población especial y se excluyen de los estudios. Una razón
crito 300 casos o más cada año, incluidos lactantes vivos, óbitos
obvia es la protección del embrión y el feto contra los efectos
y embarazos terminados con uno o más de 30 defectos congéni-
dañinos de un fármaco y de sus efectos farmacodinámicos en
tos estructurales, junto con 100 testigos elegidos al azar. Los
el cuerpo. Otra razón es que la fisiología del embarazo afecta al
genetistas clínicos revisan cada caso potencial y se realizan entre-
compuesto, la farmacocinética. En particular, los cambios en
vistas telefónicas estandarizadas seis semanas y 24 meses después
el volumen de distribución, gasto cardiaco, absorción gastroin-
del parto para obtener información sobre la exposición farmaco-
testinal, metabolismo hepático y eliminación renal pueden alte-
lógica y factores de riesgo médico (Mitchell, 2011). Este gran
rar la concentración farmacológica y por tanto, la exposición
volumen tiene un poder estadístico considerable y permite iden-
embrionaria y fetal (cap. 4, pág. 51).
tificar relaciones relativamente pequeñas.
Reportes de casos y series Hasta 2012, el National Birth Defects Prevention Study
(NBDPS) había identificado relaciones entre defectos congéni-
Varios teratógenos mayores se describieron por primera vez por
tos individuales y las siguientes clases de fármacos: sulfonamidas
médicos astutos. El síndrome de rubeola congénita fue identifi-
y nitrofurantoína, medicamentos para el asma, antieméticos,
cado de esta manera por Gregg (1941), un oftalmólogo austra-
antiinflamatorios no esteroideos y opioides (Broussard, 2011;
liano cuyas observaciones pusieron en duda la idea de que el
Crider, 2009; Hernandez, 2012; Lin, 2012; Munsie, 2011). Para
ambiente uterino era impenetrable para los agentes nocivos. Otros
cada uno, los autores revisaron la posibilidad de que las relacio-
teratógenos identificados mediante series de casos incluyen la tali-
nes observadas se debieran a la mera casualidad o que el trastorno
domida y el alcohol (Jones, 1973; Lenz, 1962). Por desgracia, es
médico para el que se prescribió el fármaco hubiera causado la
menos probable detectar teratógenos mediante la identificación
anormalidad. Con base en el grado de riesgo identificado, si
de casos clínicos si la exposición es poco común, si los defectos son
alguno de estos fármacos al final se considera teratógeno, se con-
inespecíficos o si las alteraciones se producen sólo en un pequeño
sideraría un teratógeno de bajo riesgo, como se explica más ade-
porcentaje de los lactantes expuestos. Una limitación sustancial de
lante. Por tanto, el American College of Obstetricians and Gyneco-
las series de casos es que carecen de un grupo de control.
logists (2013b) considera la nitrofurantoína y las sulfonamidas
Registros de embarazos apropiadas para uso en el primer trimestre, si no hay una alterna-
tiva adecuada, y se mantienen como fármacos de primera línea
Los agentes potencialmente dañinos pueden vigilarse cuando para el tratamiento y prevención de las infecciones urinarias des-
los médicos inscriben de manera prospectiva los embarazos pués del primer trimestre (cap. 53, pág. 1052).
expuestos en un registro. La FDA mantiene una lista de registros
de embarazos vigentes en su sitio web: www.fda.gov. Se incluyen
grupos de fármacos usados en el tratamiento del asma, enferme- CRITERIOS PARA ESTABLECER
dades autoinmunitarias, cáncer, epilepsia, infección por el virus LA TERATOGENICIDAD
de inmunodeficiencia humana (VIH) y rechazo de trasplantes.
Tal como ocurre con las series de casos, los registros de exposi- Las guías mostradas en el cuadro 12-2, propuestas por Shepard
ción están limitados por la falta de grupo control. Para compa- (1994) como marco para revisión, han sido útiles por más de
242 Paciente fetal
CAPÍTULO 12
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 20 38
Fecundación Sistema nervioso central
a la formación
del disco bilaminar
Corazón
Oídos
Ojos
Extremidad superior
Extremidad inferior
Labio
Dientes
Paladar
Genitales externos
FIGURA 12-1. Marco temporal de la organogénesis durante el periodo embrionario. (Redibujada con autorización de Sadler, 1990.)
y prenatal. Las mujeres que solicitan asesoría por exposición far- car la asesoría, la clasificación por letras desvía la responsabilidad
macológica prenatal a menudo tienen información equivocada al médico, que debe interpretar la información de la categoría en
sobre su nivel de riesgo. No es infrecuente que subestimen el el contexto de la dosis del fármaco, vía y momento de administra-
riesgo de fondo para defectos congénitos en la población general ción, otros fármacos usados y trastornos médicos subyacentes.
y exageran los riesgos potenciales relacionados con la exposición Debido a las limitaciones de su clasificación actual, la FDA
al fármaco. Koren et al. (1989) publicaron que la cuarta parte de (2011b) propuso un nuevo sistema para etiquetar los medica-
las mujeres expuestas a fármacos no teratógenos pensaban que mentos respecto al uso en mujeres embarazadas y lactantes. Las
tenían un riesgo del 25% de anomalías fetales. La información categorías por letras de la A a la X se sustituyen por: 1) resumen
errónea puede amplificarse con los reportes inexactos en la de riesgo fetal; 2) una sección sobre consideraciones clínicas,
prensa lega. La asesoría conocedora puede aliviar mucho la incluso la exposición inadvertida; 3) una sección sobre decisio-
ansiedad y en algunas situaciones incluso puede evitar la termi- nes para prescripción en mujeres embarazadas y lactantes; 4)
nación del embarazo. una revisión detallada de los datos en seres humanos y animales.
Se anticipa que este sistema de calificación basado en la eviden-
cia puede estar disponible pronto (Gee, 2014).
■ El sistema de clasificación La FDA también amplió la información disponible en su
de la Food and Drug Administration sitio web: www.fda.gov. Este sitio incluye información actuali-
Este sistema para valorar la seguridad farmacológica en el emba- zada y detallada sobre los fármacos potencialmente dañinos, en
razo se desarrolló en 1979. Se diseñó para proporcionar una guía forma de asesorías farmacológicas, registros e información sobre
terapéutica mediante el uso de cinco categorías (A, B, C, D o X) el producto. Es un recurso excelente para dar asesoría. También
que se muestran en el cuadro 12-3 para simplificar la informa- existe información exacta en servicios en línea de toxicidad
ción del riesgo y beneficio. En su forma actual, el sistema tiene reproductiva, como Reprotox y TERIS.
limitaciones importantes y la FDA lo reconoce. Una es que los
fármacos en las categorías D y X, y algunos de la categoría C,
pueden implicar riesgos similares, pero están en distintas catego- ■ Presentación de la información
rías por las diferentes consideraciones riesgo-beneficio. Una letra sobre el riesgo
más avanzada no siempre confiere un mayor riesgo, ¡incluso los Además de los riesgos embrionarios y fetales potenciales deriva-
fármacos de la misma categoría conllevan riesgos muy distintos! dos de la exposición farmacológica, la asesoría debe incluir una
A pesar de comprender que los medicamentos pueden afectar el revisión sobre los riesgos y las implicaciones genéticas del tras-
desarrollo humano y animal de manera distinta, la categoría de la torno subyacente para el que se administra el fármaco, así como
letra a menudo se basa en datos de animales. los riesgos derivados de la omisión del tratamiento para la enfer-
Por lo anterior, se deduce que es insuficiente, incluso inapro- medad. Incluso la forma en que se presenta la información
piado, confiar en esta clasificación para tomar decisiones terapéu- influye en la percepción. Jasper et al. (2001) encontraron que es
ticas complejas en las mujeres embarazadas. En lugar de simplifi- más probable que las mujeres que reciben información negativa,
244 Paciente fetal
CUADRO 12-3. Categorías de la Food and Drug Administration para drogas y fármacos
Categoría A: Los estudios en embarazadas no muestran un aumento en el riesgo de anomalías fetales si se administra durante el
primer (segundo, tercer o todos) trimestre(s) del embarazo, y la posibilidad de daño fetal parece remota.
SECCIÓN 5
Menos de 1% de todos los medicamentos están en esta categoría. Los ejemplos incluyen levotiroxina, suplementos
de potasio y vitaminas prenatales, cuando se toman en las dosis recomendadas.
Categoría B: Se han realizado estudios reproductivos en animales que no revelaron evidencia de alteración de la fertilidad ni daño
al feto. La información para la prescripción debe especificar la especie animal y la relación que guarda la dosis
usada con la dosis humana.
O
Los estudios en animales han mostrado un efecto adverso, pero los estudios adecuados y bien documentados en
mujeres embarazadas no demostraron un riesgo para el feto durante el primer trimestre del embarazo; no hay
evidencia de riesgo en los trimestres ulteriores.
Los ejemplos incluyen muchos antibióticos, como penicilinas, la mayoría de las cefalosporinas y macrólidos.
Categoría C: Los estudios reproductivos en animales mostraron que este fármaco es teratógeno (o letal para el embrión, o tiene
otro efecto adverso) y no hay estudios adecuados y bien controlados en mujeres embarazadas. La información para
la prescripción debe especificar la especie animal y la relación que guarda la dosis usada con la dosis humana.
O
No hay estudios reproductivos en animales, ni estudios adecuados y bien controlados en humanos.
Cerca de dos tercios de todos los fármacos se encuentran en esta categoría. Incluye compuestos usados a menudo para
tratar enfermedades que ponen en peligro la vida, como albuterol, zidovudina y bloqueadores del conducto de calcio.
Categoría D: Este fármaco puede causar daño fetal cuando se administra a mujeres embarazadas. Si se usa durante el embarazo o
una mujer se embaraza mientras toma este fármaco, se le debe advertir sobre el peligro potencial para el feto.
Esta categoría también contiene fármacos usados para tratar enfermedades que ponen en peligro la vida, como
corticoesteroides, azatioprina, carbamazepina y litio.
Categoría X: Este fármaco está contraindicado en mujeres que están embarazadas o pudieran concebir. Puede causar daño fetal. Si
este fármaco se usa durante el embarazo o una mujer se embaraza mientras lo usa, se le debe advertir sobre el
peligro potencial para el feto.
Existen unos cuantos compuestos en esta categoría que no tienen daño fetal demostrado, pero que de cualquier
manera deben evitarse, como la vacuna contra la rubeola.
como una probabilidad del 2% de tener un lactante con malfor- tógenos de bajo riesgo, son fármacos que causan defectos en
maciones, perciban un riesgo exagerado, en comparación con <10 por cada 1 000 exposiciones maternas (Shepard, 2002a).
las mujeres que reciben información positiva, como una proba- Algunos ejemplos incluyen corticoesteroides, litio, trimetoprim
bilidad del 98% de que el lactante esté libre de malformaciones. y metimazol. Como los riesgos que implican los teratógenos de
En lugar de citar un índice de momios (razón de probabilida- bajo riesgo son tan cercanos al riesgo de base, es posible que no
des) elevado, puede ser útil proporcionar el riesgo absoluto para sean un factor sustancial para decidir si se suspende el trata-
un defecto particular o el riesgo atribuible, que es la diferencia miento en una enfermedad considerable (Shepard, 2002b). Es
entre la prevalencia en personas expuestas y las no expuestas evidente que los médicos y las pacientes deben sopesar con cui-
(Conover, 2011). La relación entre fármacos corticoesteroides dado los riesgos y beneficios en estos casos.
orales y el labio hendido suena mucho más preocupante cuando
se presenta como un riesgo triple o con aumento del 200% que
cuando se presenta como un incremento de 1 por 1 000 a 3 por SUSCEPTIBILIDAD GENÉTICA Y FISIOLÓGICA
1 000, o una probabilidad del 99.7% de que no exista hendi- A LOS TERATÓGENOS
dura alguna después de la exposición.
Con unas cuantas excepciones notables, los fármacos prescri- Los teratógenos actúan mediante la alteración de procesos fisio-
tos con mayor frecuencia pueden usarse con relativa seguridad lógicos específicos, que a su vez causan diferenciación celular
durante el embarazo. Todas las mujeres tienen una probabilidad anormal, alteran el crecimiento de los tejidos o causan muerte
cercana a 3% de tener un lactante con un defecto congénito. celular. Como los procesos fisiopatológicos pueden inducirse en
Aunque la exposición a un teratógeno confirmado eleva este varios tipos de células y tejidos, es factible que la exposición
riesgo, la magnitud del aumento casi siempre es de sólo 1 o 2%, tenga múltiples efectos y como distintos teratógenos pueden
cuando más se duplica o triplica. El concepto de riesgo frente a alterar procesos similares, pueden producir alteraciones fenotí-
beneficio a menudo tiene una participación central en la aseso- picas semejantes. No obstante, incluso el teratógeno más potente
ría. Algunas enfermedades no tratadas representan una amenaza sólo causa defectos congénitos en una fracción de los embriones
más grave para la madre y el feto que los riesgos derivados de la expuestos. A pesar de los numerosos factores que influyen en la
exposición al fármaco. exposición, los teratógenos parecen sólo tener la capacidad de
No hay duda que existen algunos teratógenos mayores. Sin causar defectos congénitos. Se desconocen las razones por las
embargo, muchos fármacos descritos en este capítulo son tera- que afectan a algunos lactantes y no a otros.
Teratología, teratógenos y agentes fetotóxicos 245
■ Genoma fetal tes de roedores machos expuestos (Nelson, 1996). En los seres
En algunos casos, la composición genética se relaciona con la humanos, la exposición ambiental paterna a mercurio, plomo,
susceptibilidad a los efectos teratógenos de fármacos específicos. solventes, pesticidas, gases anestésicos o hidrocarburos puede
CAPÍTULO 12
Por ejemplo, los fetos expuestos a hidantoína tienen mayor pro- relacionarse con la pérdida temprana del embarazo (Savitz,
babilidad de desarrollar anomalías si son homocigóticos para 1994). En un estudio de 20 años en empleados universitarios
una mutación génica que genera concentraciones demasiado suecos, la exposición paterna a solventes carcinógenos derivó en
bajas de epóxido hidrolasa (Buehler, 1990). Si la actividad de la un aumento mayor de cuatro veces en las malformaciones de la
enzima epóxido hidrolasa es baja, la hidantoína, carbamazepina cresta neural en los descendientes (Magnusson, 2004). Otras
y fenobarbital se metabolizan en los microsomas hasta interme- ocupaciones relacionadas con un mayor riesgo para los varones
diarios oxidativos que se acumulan en los tejidos fetales (Hor- de tener hijos con malformaciones incluyen conserjes, carpinte-
ning, 1974). Estos radicales óxido libres tienen efectos carcinó- ros, bomberos, impresores y pintores (Olshan, 1991; Schnitzer,
genos, mutágenos y otras acciones tóxicas que dependen de la 1995). La atribución de riesgo se limita porque la valoración de
dosis y aumentan cuando el tratamiento incluye múltiples fár- la exposición paterna a menudo es imprecisa y existe la posibili-
macos (Buehler, 1990; Lindhout, 1984). dad de exposición materna simultánea, sobre todo a los agentes
ambientales como los pesticidas (Cordier, 2008).
■ Antimicóticos
CAPÍTULO 12
De esta clase de fármacos, el fluconazol se ha vinculado con un
patrón de malformaciones congénitas parecidas al síndrome auto-
sómico recesivo de Antley-Bixler. Las anomalías incluyen hendi-
duras bucales, facies anormal y alteraciones del cráneo, de huesos
largos y de articulaciones. Estos datos se reportan sólo con el tra-
tamiento crónico en dosis altas durante el primer trimestre, en
dosis de 400 a 800 mg al día. En una cohorte poblacional reciente
de más de 7 000 embarazos con exposición durante el primer
trimestre a dosis bajas de fluconazol, se identificó un aumento de
tres veces en el riesgo de tetralogía de Fallot (Molgaard-Nielsen,
2013). Sin embargo, no aumentaron los riesgos de otros defectos
congénitos. La FDA (2011e) lista el fluconazol en la categoría D
A
durante el embarazo, pero señala que una dosis única de 150 mg
para tratar la candidosis vaginal no parece ser teratógena.
■ Antiinflamatorios
Antiinflamatorios no esteroideos
Esta clase farmacológica incluye el ácido acetilsalicílico y los
antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, non-steroidal antiin-
flammatory drugs) usuales, como ibuprofeno e indometacina.
B Ejercen sus efectos mediante la inhibición de la síntesis de pros-
taglandinas. Al menos 20% de las mujeres embarazadas refiere
FIGURA 12-3. Síndrome fetal por hidantoína. A. Los rasgos faciales
el uso de estos fármacos durante el primer trimestre del emba-
incluyen nariz respingada, ligera hipoplasia facial media y labio supe-
rior largo con borde bermellón delgado. B. Hipoplasia digital distal. razo. No obstante, con base en los datos del NBDPS, esta expo-
(Tomada con autorización de Buehler, 1990.) sición no parece ser un riesgo sustancial para el desarrollo de
defectos congénitos (Hernandez, 2012). No se considera que el
ácido acetilsalicílico aumente el riesgo general de malformacio-
expuestos (Food and Drug Administration, 2011c; Margulis, nes congénitas (Kozer, 2002). Las dosis bajas de ácido acetilsali-
2012). Cualquiera que sea el anticonvulsivo usado, debe consi- cílico, 100 mg al día o menos, no eleva el riesgo de constricción
derarse la ecografía especializada. del conducto arterioso ni de resultados adversos en el lactante
(Di Sessa, 1994; Grab, 2000). Sin embargo, como sucede con
■ Inhibidores de la enzima convertidora otros NSAID, deben evitarse las dosis altas de ácido acetilsalicí-
lico, sobre todo en el tercer trimestre.
de angiotensina y bloqueadores Un dato importante es que los NSAID pueden tener efectos
del receptor para angiotensina fetales adversos cuando se toman en el embarazo avanzado (Pari-
Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina lla, 2004; Rebordosa, 2008). La indometacina causa constric-
(ACE, angiotensin-converting enzyme) se consideran fetotóxicos ción del conducto arterioso fetal, lo que causa hipertensión pul-
y causan fetopatía por inhibidor de la ACE. El desarrollo renal monar. Es probable que este fármaco también reduzca la
normal depende del sistema de angiotensina renal fetal. El fár- producción de orina fetal, lo que disminuye el volumen del
maco inhibidor de la ACE causa hipotensión fetal e hipoperfu- líquido amniótico. Se presume que esto se debe al aumento en
sión renal, con la isquemia y la anuria subsiguientes (Guron, la concentración de vasopresina y la capacidad de respuesta a
2000; Pryde, 1993). La hipoperfusión puede causar restricción ésta (Rasanen, 1995; van der Heijden, 1994; Walker, 1994). La
del crecimiento fetal y desarrollo anormal de la bóveda craneal, constricción ductal fetal es más probable cuando el fármaco se
mientras que el oligohidramnios causa hipoplasia pulmonar y toma en el tercer trimestre por más de 72 h. En un estudio de 60
contracturas de las extremidades (Barr, 1991). Como los anta- embarazos expuestos, se desarrolló constricción ductal en 50%
gonistas del receptor para angiotensina tienen un mecanismo de de los casos y fue mucho más probable después de las 30 sema-
acción similar, las preocupaciones sobre su fetotoxicidad se nas (Vermillion, 1997). Por fortuna, la velocidad del flujo ductal
generalizaron para incluir esta clase farmacológica. se normalizó en todos los fetos después de suspender el trata-
La posible toxicidad embrionaria de estas dos clases de com- miento. Se asume que otros NSAID conllevan riesgos similares.
puestos es menos segura. Cooper et al. (2006) publicaron que la
exposición a un inhibidor de la ACE durante el primer trimestre Leflunomida
se relaciona con un aumento de dos o tres veces en el riesgo de Este es un inhibidor de la síntesis de pirimidina usado para tratar
anormalidades cardiacas y del SNC, pero estas observaciones no la artritis reumatoide (cap. 59, pág. 1177). Se considera contra-
se han confirmado. Es razonable ofrecer ecografía especializada indicado en el embarazo porque cuando se administra en dosis
para embarazos con exposición en el primer trimestre. Como equivalentes a las humanas, o menores, a varias especies anima-
hay múltiples opciones para tratar la hipertensión durante el les, causa múltiples anormalidades que incluyen hidrocefalia,
embarazo, analizadas en el capítulo 50 (pág. 1006), se reco- anomalías oculares, alteraciones esqueléticas y muerte embriona-
248 Paciente fetal
ria (sanofi-aventis, 2012). El metabolito activo de la leflunomida exposición a sulfonamida durante el primer trimestre y un
es detectable en el plasma hasta dos años después de su suspen- incremento de tres veces en el riesgo de anencefalia y obstruc-
sión. Las mujeres con capacidad reproductiva que suspenden este ción de la salida ventricular izquierda; un aumento de ocho
fármaco deben considerar el tratamiento (la eliminación) con veces en el riesgo de atresia de las coanas, y un incremento de
SECCIÓN 5
colestiramina, seguido de la verificación de que la concentración dos veces en el riesgo de hernia diafragmática (Crider, 2009). El
sérica es indetectable en dos análisis realizados a intervalos de 14 American College of Obstetricians and Gynecologists (2013b) con-
días. También existen lineamientos para el tratamiento o elimi- sidera que las sulfonamidas son apropiadas para el uso durante
nación con colestiramina para los varones que suspenden la leflu- el primer trimestre, si no se cuenta con alternativas adecuadas.
nomida y contemplan convertirse en padres (Brent, 2011). También existen preocupaciones teóricas de que como las sulfo-
namidas desplazan la bilirrubina de los sitios para unión con
■ Antimicrobianos proteína, pueden agravar la hiperbilirrubinemia si se adminis-
Los fármacos usados para tratar infecciones están entre los usa- tran cerca del momento de un parto prematuro. Sin embargo,
dos con mayor frecuencia en el embarazo. Con el paso de los una revisión poblacional danesa reciente de más de 800 000
años se ha acumulado la experiencia sobre su seguridad general. nacimientos no encontró relación entre el uso de sulfametoxazol
Con unas cuantas excepciones citadas a continuación, la mayo- en el embarazo avanzado y la ictericia neonatal (Klarskov, 2013).
ría de los antimicrobianos usados a menudo se considera segura
para el embrión y el feto. Tetraciclinas
Estos fármacos ya no se usan a menudo en las embarazadas.
Aminoglucósidos Producen una coloración amarillo-parda en los dientes tempo-
En ocasiones, los lactantes prematuros tratados con gentamicina rales cuando se usan después de las 25 semanas de gestación,
o estreptomicina desarrollan nefrotoxicidad y ototoxicidad. A aunque el riesgo de caries dental subsiguiente no parece aumen-
pesar de la preocupación teórica por la toxicidad fetal potencial, tar (Billing, 2004; Kutscher, 1966).
no se han demostrado efectos adversos ni se han identificado
defectos congénitos causados por la exposición prenatal. ■ Agentes antineoplásicos
El tratamiento del cáncer durante el embarazo incluye muchos
Cloranfenicol quimioterapéuticos considerados al menos potencialmente tóxi-
Este antimicrobiano no se considera teratógeno y ya no se usa cos para el embrión, feto o ambos. Respecto a los múltiples anti-
de manera habitual en Estados Unidos. Hace más de 50 años, se cuerpos policlonales nuevos diseñados como antineoplásicos,
describió un conjunto de manifestaciones denominado el sín- hay pocos datos sobre su seguridad. Algunos riesgos relaciona-
drome del lactante gris en recién nacidos que recibieron este dos con el tratamiento con antineoplásicos se revisan en otra
fármaco. Los lactantes prematuros son incapaces de conjugar y parte: la neoplasia trofoblástica gestacional en el capítulo 20 y la
excretar el fármaco, por lo que manifestaron distensión abdomi- quimioterapia para el cáncer en el capítulo 63. A continuación
nal, alteraciones respiratorias, una coloración gris ceniza y se consideran unos cuantos fármacos más con los cuales se tiene
colapso vascular (Weiss, 1960). Más tarde, se evitó el cloranfeni- experiencia durante el embarazo.
col en el embarazo avanzado debido a preocupaciones teóricas.
Ciclofosfamida
Nitrofurantoína Este compuesto alquilante produce una agresión química a los
Como se explica en la página 241, el NBDPS encontró una rela- tejidos fetales en desarrollo, causa muerte celular y alteraciones
ción entre la exposición a nitrofurantoína durante el primer tri- en el DNA heredables en las células sobrevivientes. La pérdida
mestre y algunos defectos congénitos. Éstos incluyeron un del embarazo aumenta y las malformaciones publicadas inclu-
aumento de cuatro veces en el riesgo de síndrome de hipoplasia yen anormalidades esqueléticas, defectos en las extremidades,
cardiaca izquierda y microftalmía o anoftalmía, así como un paladar hendido y anormalidades oculares (Enns, 1999; Kirs-
aumento de dos veces en el riesgo de hendiduras y defectos en el hon, 1988). Es probable que los lactantes sobrevivientes tengan
tabique interauricular (Crider, 2009). Para fines de la asesoría alteraciones del crecimiento y retrasos en el desarrollo. La expo-
posterior a la exposición, el riesgo absoluto de estos defectos se sición ambiental entre trabajadores de la salud se relaciona con
mantiene bastante bajo. Por ejemplo, un aumento de cuatro veces un riesgo más alto de aborto espontáneo (cap. 18, pág. 354).
en la incidencia de hipoplasia cardiaca izquierda produciría una
prevalencia menor de 1 por cada 1 000 lactantes expuestos (Texas Metotrexato
Department of State Health Services, 2012). La nitrofurantoína es Este antagonista del ácido fólico es un teratógeno potente. Se usa
un tratamiento de primera línea comprobado para las infecciones en la quimioterapia para cáncer, inmunosupresión en trastornos
urinarias. El American College of Obstetricians and Gynecologists como las enfermedades autoinmunitarias y psoriasis, para el tra-
(2013b) concluyó que el uso de nitrofurantoína en el primer tri- tamiento no quirúrgico del embarazo ectópico y por último,
mestre es adecuado si no existen alternativas adecuadas. como abortivo. Su acción es similar a la de la aminopterina, que
ya no se usa en la clínica y causa defectos que en conjunto se
Sulfonamidas conocen como síndrome fetal por metotrexato-aminopterina.
Estos fármacos a menudo se usan combinados con trimetoprim Este síndrome incluye craneosinostosis con cráneo en “hoja de
y se emplean en el tratamiento de diversas infecciones durante trébol”, puente nasal ancho, orejas de implantación baja, microg-
el embarazo. Un ejemplo es el tratamiento de Staphylococcus natia y anormalidades en las extremidades (Del Campo, 1999).
aureus resistente a meticilina (MRSA, methicillin-resistant Sta- Se cree que el periodo de desarrollo crítico de estas anormalida-
phylococcus aureus). El NBDPS encontró relaciones entre la des es entre las ocho a las 10 semanas, con una dosis de al menos
Teratología, teratógenos y agentes fetotóxicos 249
10 mg/semana, aunque este dato no se acepta por todos (Feld- ■ Antagonistas del receptor de endotelina
camp, 1993). Como se explica en el capítulo 19 (pág. 384), la Dos antagonistas del receptor de endotelina, bosentán y ambri-
dosis estándar de 50 mg/m2 administrada para terminar el emba- sentán, se usan para tratar la hipertensión arterial pulmonar
CAPÍTULO 12
razo ectópico o para inducir el aborto electivo rebasa este umbral (cap. 49, pág. 986). Las preocupaciones teóricas con estos fár-
de dosis. Por tanto, los embarazos que continúan después del macos derivan del hecho de que los ratones con deficiencia de
tratamiento con metotrexato, sobre todo si se usa junto con receptores de endotelina desarrollan anormalidades en cabeza,
misoprostol, conllevan preocupaciones sustanciales de malfor- cara y vasos sanguíneos grandes. Sin embargo, no se cuenta con
maciones fetales (Creinin, 1994; Nurmohamed, 2011). datos en humanos (Clouthier, 1998). El bosentán y ambrisen-
Tamoxifeno tán pueden obtenerse sólo mediante programas restringidos: el
Tracleer Access Program para bosentán y el Letairis Education and
Este modulador selectivo del receptor estrogénico (SERM, selec- Access Program (LEAP) para ambrisentán. Ambos programas tie-
tive estrogen-receptor modulator) no esteroideo se usa como adyu- nen requerimientos estrictos para las mujeres que incluyen anti-
vante para tratar el cáncer mamario (cap. 63, pág. 1231). Aun- concepción y pruebas de embarazo mensuales (Actelion, Phar-
que no se ha vinculado con malformaciones fetales, es fetotóxico maceuticals, 2012; Food and Drug Administration, 2012).
y carcinógeno en roedores, induce malformaciones similares a
las causadas por la exposición a dietilestilbestrol (DES). Por
consiguiente, el tamoxifeno está en la categoría D durante el ■ Hormonas sexuales
embarazo. Se recomienda que las mujeres que se embarazan Algunas de las funciones de las hormonas masculinas y femeni-
durante el tratamiento o en los dos meses siguientes a su suspen- nas en el feto en desarrollo se describen en el capítulo 7 (pág.
sión sean consideradas con riesgos prolongados potenciales de 147). Resulta lógico pensar que la exposición de los fetos feme-
un síndrome semejante al del DES. Los descendientes expuestos ninos a un exceso de hormonas sexuales masculinas, y viceversa,
deben vigilarse para detectar efectos carcinógenos hasta por 20 puede ser nociva.
años (Briggs, 2011).
Testosterona y esteroides anabólicos
Trastuzumab La exposición a andrógenos de las mujeres en edad reproductiva
Este es un anticuerpo monoclonal recombinante dirigido contra casi siempre se debe al uso de esteroides anabólicos para aumen-
la proteína del receptor 2 para el factor de crecimiento epidér- tar la masa corporal magra y la fuerza muscular. La exposición
mico humano (HER2). Se usa en el tratamiento de cánceres del feto femenino puede causar grados variables de virilización y
mamarios con expresión excesiva de la proteína HER2 (cap. 63, ambigüedad genital similar a los encontrados en casos de hiper-
pág. 1230). Este fármaco no se ha relacionado con malforma- plasia suprarrenal congénita (fig. 7-18A, pág. 149). Los datos
ciones fetales, pero se han descrito casos de oligohidramnios, incluyen fusión labioescrotal con la exposición durante el pri-
anhidramnios e insuficiencia renal fetal (Beale, 2009; Sekar, mer trimestre y crecimiento fálico con la exposición fetal más
2007; Watson, 2005). Su empleo puede causar hipoplasia pul- tardía (Grumbach, 1960; Schardein, 1985).
monar fetal, anormalidades esqueléticas y muerte neonatal.
Danazol
Este derivado de la etiniltestosterona tiene actividad androgénica
■ Antivirales débil. Se usa para tratar endometriosis, púrpura trombocitopé-
El número de fármacos usados para tratar las infecciones virales nica inmunitaria, cefaleas migrañosas, síndrome premenstrual y
ha aumentado con rapidez en los últimos 20 años. Existe poca enfermedad mamaria fibroquística. En una revisión de la exposi-
experiencia con el uso de la mayoría en pacientes embarazadas. ción inadvertida durante el embarazo temprano, Brunskill
(1992) publicó que el 40% de los fetos femeninos experimentó
Ribavirina virilización. Se observó un patrón relacionado con la dosis de
Este análogo nucleosídico es parte del tratamiento para la infec- clitoromegalia, fusión labial y malformación del seno urogenital.
ción por hepatitis C, descrito en el capítulo 55 (pág. 1091). La
ribavirina causa defectos congénitos en múltiples especies anima- Dietilestilbestrol
les en dosis mucho más bajas a las recomendadas para uso en seres Desde los años de 1940 hasta 1971, entre 2 y 10 millones de
humanos. Las malformaciones informadas incluyen anormalida- embarazadas recibieron este estrógeno sintético. Más tarde,
des del cráneo, paladar, ojos, esqueleto y tubo digestivo. El fár- Herbst et al. (1971) publicaron una serie de ocho mujeres con
maco tiene semivida prolongada y persiste en compartimientos exposición intrauterina a DES que desarrollaron una neoplasia
extravasculares después de suspender el tratamiento. Se reco- por lo demás rara, adenocarcinoma vaginal de células claras. El
mienda que las mujeres usen dos formas de anticonceptivos riesgo absoluto de cáncer en los fetos expuestos a DES se
durante el tratamiento y que retrasen la concepción seis meses aproximó a 1 por 1 000, sin relación con la dosis. Las mujeres
después de suspender el tratamiento (Schering Corporation, 2012). con exposición intrauterina a DES también tuvieron un
aumento de dos veces en la incidencia de neoplasia intraepitelial
Efavirenz vaginal y cervicouterina (Vessey, 1989).
Este es un inhibidor no nucleosídico de la transcriptasa inversa La exposición a DES se relacionó además con anormalidades
usado en el tratamiento de la infección por VIH (cap. 65, pág. en el aparato genital en fetos expuestos de ambos géneros. Es
1279). Hay reportes de anormalidades del SNC y ojos en monos probable que las mujeres tengan cavidad uterina en forma de T;
macacos tratados con dosis comparables a las humanas. Más collarines, capuchones, tabiques y crestas cervicouterinos, y
preocupantes resultan los múltiples casos de alteraciones del SNC trompas de Falopio “atrofiadas”, como se describe e ilustra en el
después de la exposición humana (Bristol-Meyers, Squibb, 2010). capítulo 3 (pág. 42) (Goldberg, 1999; Salle, 1996). Más tarde
250 Paciente fetal
testicular (Klip, 2002; Stillman, 1982). un nivel de exposición al plomo que se considere seguro durante
el embarazo. La atención de los embarazos con riesgo se describe
■ Fármacos inmunosupresores en el capítulo 9 (pág. 183).
Algunas de las funciones inmunitarias necesarias para mantener
el embarazo se describen en el capítulo 5 (pág. 97). Debido a ■ Mercurio
estas importantes interacciones, resulta lógico que los inmuno-
supresores afecten el embarazo. Los derrames ambientales de metilo de mercurio en la bahía de
Minamata, Japón, y en el Irak rural demostraron que el sistema
Corticoesteroides nervioso en desarrollo tiene susceptibilidad particular a este
Estos fármacos incluyen glucocorticoides y mineralocorticoides, metal pesado. La exposición prenatal causa trastornos en la divi-
que tienen acciones antiinflamatorias e inmunosupresoras. Se sión celular y migración neuronales, y produce diversos defectos
usan a menudo para tratar trastornos graves, como el asma o una que van desde el retraso en el desarrollo hasta microcefalia y daño
enfermedad autoinmunitaria. Los corticoesteroides se relacionan cerebral grave (Choi, 1978). La principal preocupación de la
con hendiduras en estudios con animales. En un metaanálisis de exposición prenatal al mercurio es el consumo de ciertas especies
estudios de casos y testigos realizado por el programa Motherisk, de pescados grandes (cap. 9, pág. 183). Se recomienda a las
la exposición sistémica a un corticoesteroide se relacionó con mujeres embarazadas no ingerir tiburón, pez espada, caballa real
aumento de tres veces en el riesgo de hendiduras, con un riesgo o blanquillo, además de limitar el consumo de atún blanco (alba-
absoluto de 3 por cada 1 000 fetos expuestos (Park-Wyllie, 2000). cora) a 180 g por semana (Food and Drug Administration, 2004).
Sin embargo, un estudio prospectivo de cohorte a 10 años reali-
zado por el mismo grupo, no identificó un aumento en el riesgo ■ Fármacos psiquiátricos
de malformaciones mayores. Con base en estos hallazgos, no se El tratamiento de la enfermedad psiquiátrica en el embarazo,
considera que los corticoesteroides representen un riesgo terató- incluida una discusión sobre los riesgos y beneficios de varios
geno mayor. A diferencia de otros corticoesteroides, el metabo- fármacos psiquiátricos, se revisa en el capítulo 61 (pág. 1204).
lito activo de la prednisona, la prednisolona, se desactiva por Aquí se describen algunos defectos congénitos y efectos adversos
acción de la enzima placentaria 11β-hidroxiesteroide deshidro- relacionados con fármacos específicos.
genasa 2 y no llega de manera efectiva al feto.
Litio
Micofenolato mofetilo Este fármaco se ha vinculado con la anomalía de Ebstein, una
Este inhibidor de la monofosfato de inosina deshidrogenasa y un anomalía cardiaca caracterizada por el desplazamiento apical de
compuesto relacionado, el ácido micofenólico, son inmunosu- la válvula tricúspide. La anomalía de Ebstein a menudo causa
presores potentes usados para evitar el rechazo en receptores de insuficiencia tricuspídea grave y crecimiento marcado de la aurí-
trasplantes orgánicos. También se usan en el tratamiento de la cula derecha, lo que confiere morbilidad significativa. Su preva-
enfermedad autoinmunitaria, como nefritis lúpica (cap. 59, pág. lencia en ausencia de litio se aproxima a uno en 20 000 naci-
1172). El National Transplantation Pregnancy Registry informó mientos. Aunque un reporte inicial del Lithium Baby Register
que casi la mitad de los embarazos expuestos terminaron en sugirió que el riesgo de anomalía de Ebstein era de hasta 3%,
aborto espontáneo y la quinta parte de los lactantes sobrevivien- series subsiguientes demostraron que el riesgo atribuible es de
tes tenían malformaciones, casi la mitad de las cuales eran ano- sólo 1 a 2 por 1 000 embarazos expuestos (Reprotox, 2012;
malías óticas (Food and Drug Administration, 2008). Se requiere Weinstein, 1977). La ecocardiografía fetal debe considerarse en
una estrategia de valoración y mitigación de riesgo (REMS, risk el primer trimestre de los embarazos expuestos a litio.
evaluation and mitigation strategy) antes de prescribir micofeno- La toxicidad neonatal por litio causada por la exposición
lato. Los médicos reciben un folleto que detalla los riesgos rela- próxima al parto está bien documentada. Las alteraciones casi
cionados; protocolos anticonceptivos aceptables durante el trata- siempre persisten una o dos semanas y pueden incluir hipotiroi-
miento, ya que el fármaco puede reducir la eficacia de los dismo, diabetes insípida, cardiomegalia, bradicardia, alteracio-
anticonceptivos orales; importancia del reporte de los embarazos nes en el electrocardiograma, cianosis e hipotonía (American
concebidos durante el tratamiento en el Pregnancy Registry, y por College of Obstetricians and Gynecologists, 2012b; Briggs, 2011).
último, una forma de reconocimiento paciente-médico.
Inhibidores selectivos de la recaptación
■ Yodo radiactivo de serotonina y noradrenalina
El yodo-131 (131I) radiactivo se usa en el tratamiento del cáncer Como clase, estos medicamentos no se consideran teratógenos
tiroideo y la tirotoxicosis, así como en la gammagrafía tiroidea mayores (American College of Obstetricians and Gynecologists,
diagnóstica (cap. 63, pág. 1231). También es un componente 2012b; Hviid, 2013). La única excepción es la paroxetina, que
del tratamiento con 131I-tositumomab, que se emplea para se relaciona con un mayor riesgo de anomalías cardiacas, sobre
cierto tipo de linfoma no Hodgkin. El yodo radiactivo está con- todo en las comunicaciones interauricular e interventricular.
traindicado durante el embarazo porque cruza con facilidad la Tres grandes bases de datos, un registro nacional sueco, una base
placenta y luego se concentra en la tiroides fetal hacia las 12 de datos de reclamaciones de seguros de Estados Unidos y el
semanas. Causa hipotiroidismo fetal irreversible y puede elevar Motherisk Program, identificaron un aumento similar de 1.5 a
el riesgo de cáncer tiroideo infantil (cap. 58, pág. 1149). dos veces en el riesgo de malformaciones cardiacas después de la
Teratología, teratógenos y agentes fetotóxicos 251
exposición a paroxetina en el primer trimestre (Bar-Oz, 2007; aumento de seis veces en la hipertensión pulmonar entre los
Food and Drug Administration, 2005a). Por estas razones, el lactantes expuestos a SSRI después de la semana 20 de gesta-
American College of Obstetricians and Gynecologists (2012b) reco- ción. Un estudio de cohorte poblacional que incluyó 1.6 millo-
CAPÍTULO 12
mienda evitar la paroxetina en mujeres que planifican embara- nes de embarazos de los cinco países nórdicos identificó un
zarse, además de considerar la ecocardiografía fetal en caso de aumento de dos veces en el riesgo después de la exposición en el
exposición a paroxetina en el primer trimestre. embarazo avanzado, un riesgo atribuible cercano a 2 por 1 000
Los efectos neonatales se han relacionado con la exposición nacimientos (Kieler, 2012). Otros investigadores no encontra-
prenatal a inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ron un aumento en el riesgo (Wilson, 2011).
(SSRI, selective serotonin-reuptake inhibitors) e inhibidores selec-
tivos de la recaptación de noradrenalina (SNRI, selective norepi- Fármacos antipsicóticos
nephrine-reuptake inhibitors). Cerca de 25% de los lactantes No hay antipsicóticos que se consideren teratógenos. Los recién
expuestos a los SSRI durante la gestación avanzada manifiesta nacidos expuestos han manifestado movimientos musculares
uno o más de los hallazgos inespecíficos considerados como extrapiramidales anormales y síntomas de abstinencia que inclu-
indicativos de adaptación neonatal deficiente (Chambers, 2006; yen agitación, aumento o disminución anormales del tono mus-
Costei, 2002; Jorden, 2008). El conjunto se conoce como sín- cular, temblor, somnolencia, dificultad para alimentarse y alte-
drome conductual neonatal y las manifestaciones incluyen ner- raciones respiratorias. Tales manifestaciones son inespecíficas y
viosismo, irritabilidad, hipertonía o hipotonía, alteraciones en transitorias, similares al síndrome conductual neonatal que ya se
la alimentación, vómito, hipoglucemia, inestabilidad en la ter- había descrito después de la exposición a SSRI. Una alerta de la
morregulación y alteraciones respiratorias. Por fortuna, estos FDA (2011a) citó todos los medicamentos de esta clase. En ella
efectos neonatales casi siempre son leves y autolimitados, sólo se incluyen fármacos antiguos, como el haloperidol y la clorpro-
duran alrededor de dos días. Jordan et al. (2008) publicaron que mazina, además de fármacos nuevos, como aripiprazol, olanza-
los recién nacidos de madres cuya depresión no estaba tratada pina, quetiapina y risperidona.
con fármacos no tenían mayor probabilidad de requerir un nivel
más alto de atención ni hospitalización prolongada que los
recién nacidos expuestos a los SSRI. En casos poco comunes, ■ Retinoides
los lactantes expuestos a los SSRI hacia el final de la gestación a Estos derivados de la vitamina A están entre los teratógenos
veces tienen alteraciones de la adaptación más graves, incluyen humanos más potentes. Tres retinoides disponibles en Estados
convulsiones, hiperpirexia, pérdida excesiva de peso o insufi- Unidos tienen un intenso efecto teratógeno cuando se adminis-
ciencia respiratoria. Esto se ha informado en 0.3% y se ha com- tran por vía oral: isotretinoína, acitretina y bexaroteno. Al inhibir
parado con las manifestaciones de la toxicidad o abstinencia de la migración de las células de la cresta neural durante la embriogé-
los SSRI en los adultos (Levin, 2004). nesis, producen un patrón de defectos en la cresta neural craneal,
Otra preocupación de la exposición en el embarazo avanzado llamado embriopatía por ácido retinoico, que afecta al SNC, cara,
es la posible relación de los SSRI con la hipertensión pulmonar corazón y timo (fig. 12-4). Las anomalías específicas incluyen
persistente del recién nacido. Su incidencia basal es de 1 a 2 por ventriculomegalia, desarrollo anormal de los huesos faciales o crá-
1 000 lactantes de término, y se caracteriza por resistencia vascu- neo, microtia o anotia, micrognatia, paladar hendido, defectos
lar pulmonar elevada, cortocircuito de derecha a izquierda e cardiacos conotroncales y aplasia o hipoplasia del timo.
hipoxemia profunda. Chambers et al. (2006) identificaron un
Isotretinoína
El ácido 13-cis-retinoico es un isó-
mero de la vitamina A que estimula
la diferenciación de las células epite-
liales y se usa para trastornos derma-
tológicos, sobre todo el acné nodular
quístico. La exposición durante el
primer trimestre se relaciona con
una tasa alta de pérdida del emba-
razo, y hasta un tercio de los fetos
tiene malformaciones (Lammer,
1985). El programa iPLEDGE es un
REMS requerido por la FDA para
isotretinoína y se encuentra en www.
ipledgeprogram.com. Este programa
de distribución restringida basado en
la web requiere la participación de
todos los pacientes, médicos y far-
macias para eliminar la exposición
A B embrionaria y fetal. Aunque otros
países han establecido programas
FIGURA 12-4. Embriopatía por isotretinoína. A. Microtia o anotia bilateral con estenosis del conducto similares, la exposición inadvertida
auditivo externo. B. Puente nasal plano y deprimido, hipertelorismo ocular. (Fotografía proporcionada se mantiene como una preocupación
por el Dr. Edward Lammer.) mundial (Crijns, 2011).
252 Paciente fetal
tos más de dos años después de suspender el tratamiento. Aunque malformaciones cardiacas, alteraciones gastrointestinales y otros
la semivida de la acitretina es más corta, se metaboliza a etretinato, defectos por reducción de las extremidades después de la expo-
por lo que permanece en el cuerpo durante periodos prolongados sición a la talidomida.
(Stiefel Laboratories, 2011). Para eliminar la exposición, el fabri- La talidomida se comercializaba fuera de Estados Unidos entre
cante de acitretina desarrolló un programa para control de riesgo 1956 y 1960, antes de que se conociera su efecto teratógeno. El
en el embarazo llamado “Do you P.A.R.T.” (Pregnancy prevention desastre consecuente, con miles de niños afectados, resultó infor-
Actively Required during and after Treatment), que se encuentra en mativo sobre varios principios teratológicos importantes:
www.soriatane.com. Promueve el retraso de la concepción durante 1. La placenta no es una barrera perfecta a la transferencia de
al menos tres años después de suspender el tratamiento. sustancias tóxicas de la madre al feto (Dally, 1998).
2. Existe una extrema variabilidad en la susceptibilidad de las
Bexaroteno especies a fármacos y sustancias químicas. Como la talido-
Este retinoide se usa para tratar el linfoma cutáneo de linfocitos mida no produjo defectos en los ratones y ratas de laborato-
T. Cuando se administró a ratas en dosis comparables a las rio, se había asumido que sería segura para los seres humanos.
humanas, los fetos desarrollaron anormalidades en ojos y oídos, 3. Existe una relación cercana entre el momento de exposición
paladar hendido y osificación incompleta (Eisai Inc., 2011). y el tipo de defecto (Knapp, 1962). La focomelia de las extre-
Para recibir este medicamento, el fabricante requiere dos formas midades superiores se produjo con la exposición a la talido-
de anticoncepción, iniciadas un mes antes que el tratamiento y mida durante los días 27 a 30. Esto coincide con la aparición
continuadas un mes después de la suspensión, además de prue- de las yemas para las extremidades superiores al día 27. La
bas mensuales de embarazo durante el tratamiento (Eisai Inc., focomelia de las extremidades inferiores se relaciona con la
2011). A los varones con parejas que pueden embarazarse se les exposición durante los días 30 a 33; la aplasia vesicular con
recomienda usar condón durante el coito mientras tomen bexa- una exposición en los días 42 y 43; con atresia duodenal en
roteno y durante un mes después de suspender el tratamiento. los días 40 a 47.
Retinoides tópicos La talidomida se aprobó por primera vez en Estados Unidos
en 1999 y en la actualidad se usa en el tratamiento de la lepra y
Estos compuestos, usados al principio para tratar el acné, se han
el mieloma múltiple (Celgene, 2013). La FDA obligó a estable-
vuelto tan usuales para el tratamiento del daño solar que se
cer un REMS para talidomida llamado THALOMID REMS y
conocen como “cosmecéuticos” (Panchaud, 2011). Los ejem-
que se encuentra en www.thalomidrems.com/. El ingreso a este
plos incluyen tretinoína y tazaroteno tópicos. La absorción sis-
programa de distribución restringido y basado en la web es obli-
témica es baja y esto es un argumento contra la posible teratoge-
gatorio antes de la participación de pacientes, médicos y farma-
nicidad. Aun así, el fabricante de tazaroteno advierte que la
cias.
aplicación en una superficie corporal suficiente podría ser com-
La lenalidomida es un análogo de la talidomida que se usa en
parable al tratamiento oral, que causa defectos en la cresta neu-
el tratamiento de algunos tipos del síndrome mielodisplásico y
ral craneal en animales (Allergan, 2011). Hay reportes de casos
el mieloma múltiple. Debido a las evidentes preocupaciones por
aislados que describen malformaciones después del uso de treti-
la teratogenicidad, se desarrolló un REMS similar al usado para
noína tópica. Sin embargo, un estudio prospectivo realizado por
talidomida, llamado Revlimid REMS y que se encuentra en:
la European Network of Teratology Information Services, que
www.revlimidrems.com/.
incluyó más de 200 embarazos con exposición durante el primer
trimestre a retinoides tópicos, no encontró diferencias en la tasa
de aborto espontáneo o defectos congénitos con respecto a los
■ Warfarina
embarazos no expuestos (Panchaud, 2011).
Como los otros derivados cumarínicos, la warfarina es un anta-
Vitamina A gonista de la vitamina K y un potente anticoagulante. Tiene un
Existen dos formas naturales de vitamina A. El caroteno β, que peso molecular bajo y cruza con facilidad la placenta, lo que
es precursor de la provitamina A, se encuentra en frutas y verdu- tiene efectos embriotóxicos y fetotóxicos. La exposición entre la
ras, y nunca se ha demostrado que cause defectos congénitos sexta y novena semanas puede causar embriopatía por warfarina,
(Oakley, 1995). El retinol es la vitamina A ya formada, que se que se caracteriza por punteado de las vértebras y las epífisis
relaciona con defectos en la cresta neural craneal cuando se con- femorales, además de hipoplasia nasal con depresión del puente
sumen más de 10 000 IU al día en el primer trimestre de la nasal, como se muestra en la figura 12-5 (Hall, 1980). Los lac-
gestación (Rothman, 1995). Parece razonable evitar estas dosis tantes afectados también pueden tener atresia de coanas, lo que
de preparaciones de vitamina ya formada que rebasan la reco- causa insuficiencia respiratoria. El síndrome es una fenocopia de
mendación diaria de 3 000 IU (American Academy of Pediatrics y la condrodisplasia punteada, un grupo de enfermedades genéti-
American College of Obstetricians and Gynecologists, 2012). cas consideradas como consecuencia de defectos en la osteocal-
cina. En estudios realizados antes de mediados de la década de
1980, se reportó embriopatía por warfarina en casi 10% de los
■ Talidomida y lenalidomida embarazos expuestos (Briggs, 2011). Un estudio más reciente
Es probable que el fármaco talidomida sea el teratógeno humano realizado por la European Network of Teratology Information Ser-
más notorio. Causa malformaciones en 20% de los fetos expues- vices que incluyó más de 600 embarazos expuestos a antagonis-
Teratología, teratógenos y agentes fetotóxicos 253
CAPÍTULO 12
dientes. Algunos ejemplos incluyen finas
cuentas de vidrio, aserrín, estricnina, arsé-
nico, antihistamínicos y warfarina.
Anfetaminas
Estas aminas simpaticomiméticas no se con-
sideran teratógenos mayores. Algunas se usan
para diluir otras drogas ilegales. La metanfe-
tamina se prescribe como tratamiento de la
obesidad, narcolepsia y trastornos por déficit
de atención. La exposición intrauterina a
A B metanfetamina se relaciona con restricción
del crecimiento fetal y alteraciones conduc-
FIGURA 12-5. Embriopatía por warfarina o síndrome fetal por warfarina: hipoplasia nasal y tuales en la lactancia y la infancia temprana.
depresión del puente nasal observados en la imagen ecográfica fetal (A) y en el mismo Existen pocos datos sobre el desarrollo ulte-
recién nacido (B). rior (LaGasse, 2011a,b; Little, 1988).
Cocaína
tas de la vitamina K encontró embriopatía por warfarina en
Este estimulante del SNC se obtiene de las hojas del árbol Erythro-
menos de 1% de los casos. Sin embargo, la tasa general de anor-
xylum coca. La mayoría de los efectos adversos relacionados con la
malidades estructurales aumentó casi cuatro veces (Schaefer,
cocaína se deben a sus efectos vasoconstrictores e hipertensores.
2006). El riesgo de embriopatía puede ser mayor en mujeres que
Puede causar complicaciones maternas graves, como hemorragia
requieren más de 5 mg al día (Vitale, 1999).
cerebral, daño miocárdico y desprendimiento de la placenta. Los
Cuando se usa en el primer trimestre, la exposición a warfa-
estudios de anormalidades congénitas en presencia de exposición
rina puede causar hemorragia en estructuras fetales, lo que altera
a la cocaína han tenido resultados contradictorios, pero se han
el crecimiento y causa deformación debido a la cicatrización
publicado relaciones con paladar hendido, anomalías cardiovas-
(Warkany, 1976). Las alteraciones posibles incluyen agenesia del
culares y anormalidades en las vías urinarias (Chasnoff, 1988;
cuerpo calloso; agenesia del vermis cerebelar, conocida como
Chavez, 1989; Lipshultz, 1991; van Gelder, 2009). El consumo
malformación de Dandy-Walker; microftalmía, y atrofia óptica
de cocaína también se relaciona con la restricción del crecimiento
(Hall, 1980). Los lactantes afectados también tienen riesgo de
fetal y el parto prematuro. Los niños expuestos antes de nacer
ceguera, sordera y retrasos en el desarrollo (Briggs, 2011).
tienen mayor riesgo de alteraciones conductuales y limitaciones
cognitivas (Bada, 2011; Gouin, 2011; Singer, 2002).
■ Remedios herbales Narcóticos opioides
Los riesgos relacionados con los diversos remedios herbales son Como clase, los opioides no se consideran teratógenos mayores.
difíciles de calcular porque estos compuestos no están regulados Una vez aclarado esto, el NBDPS identificó un ligero aumento
por la FDA. Por tanto, casi siempre se desconocen la identidad, en el riesgo de espina bífida, gastrosquisis y anormalidades car-
cantidad y pureza de cada ingrediente. Como no se han reali- diacas en presencia de exposición periconcepcional terapéutica a
zado estudios en animales, el conocimiento de las complicacio- un opioide (Broussard, 2011).
nes se limita a los reportes de toxicidad aguda (Hepner, 2002; En cambio, el consumo de opio tiene una relación marcada
Sheehan, 1998). Debido a estas incertidumbres, parece pru- con efectos adversos fetales y neonatales. Las mujeres embaraza-
dente aconsejar a las mujeres embarazadas que eviten estas pre- das adictas a la heroína tienen mayor riesgo de parto prematuro,
paraciones. En el cuadro 12-5 se presenta una lista de algunos desprendimiento placentario, restricción del crecimiento fetal y
compuestos herbales y sus efectos potenciales. muerte fetal, en parte por los efectos de la abstinencia de narcó-
tico repetida en el feto y la placenta (American College of Obste-
tricians and Gynecologists, 2012a; Center for Substance Abuse
■ Drogas recreativas Treatment, 2008). La abstinencia narcótica neonatal, que se
Al menos 10% de los fetos se exponen a una o más drogas ilega- conoce como síndrome de abstinencia neonatal, se manifiesta
les (American Academy of Pediatrics y American College of Obste- hasta en 90% de los lactantes expuestos (Blinick, 1973; Finne-
tricians and Gynecologists, 2012). La valoración de resultados gan, 1975; Zelson, 1973). Se caracteriza por irritación del sis-
atribuibles a drogas ilegales puede confundirse por factores tema nervioso central, que puede llegar a las convulsiones si no
como la salud deficiente de la madre, desnutrición, enfermedad se trata, además de taquipnea, episodios de apnea, alimentación
infecciosa y abuso de múltiples sustancias. Como se explica en la deficiente y falta de progreso. Los recién nacidos con riesgo se
página 245, el alcohol es un teratógeno significativo y como es mantienen bajo vigilancia estrecha con un sistema de califica-
ubicuo y se obtiene de manera legal, su empleo también con- ción, y aquellos con compromiso grave se tratan con opioides
funde el de las drogas ilícitas. Además, es probable que las sus- (Center for Substance Abuse Treatment, 2008; Finnegan, 1975).
tancias ilegales contengan contaminantes tóxicos, como plomo, Los datos de la Birth Events Records Database del estado de
254 Paciente fetal
Cimicifuga racemosa, serpentaria Estimulante del músculo liso Causa contracciones uterinas, también tiene un compuesto
estrogénico.
“Cohosh azul”, raíz india Estimulante del músculo liso Causa contracciones uterinas; contiene compuestos
teratógenos para muchas especies animales.
Equinácea: raíz de equinácea Activa la inmunidad mediada por Reacciones alérgicas; disminuye la efectividad de
purpúrea células inmunosupresores, posible inmunosupresión con el uso
prolongado.
Belcho: ma huang Efecto simpaticomimético directo Hipertensión, arritmias, isquemia miocárdica, apoplejía,
e indirecto, taquicardia e agotamiento de catecolaminas endógenas, interacción con
hipertensión inhibidores de la monoaminooxidasa que pone en peligro
la vida.
Aceite de onagra Contiene ácido linoleico, un Posibles complicaciones si se usa para inducir el trabajo de
precursor de la prostaglandina parto
Ajo Inhibe la agregación plaquetaria, Riesgo de hemorragia, sobre todo cuando se combina con
inhibe la fibrinólisis, actividad otros inhibidores de la agregación plaquetaria
antihipertensiva
Jengibre Inhibidor de la ciclooxigenasa Aumenta el riesgo de hemorragia
Ginkgo biloba Anticoagulante Riesgo de hemorragia, interfiere con los inhibidores de la
monoaminooxidasa
Ginseng Reduce la glucosa sanguínea, Hipoglucemia, hipertensión, riesgo de hemorragia
inhibe la agregación
plaquetaria
Kava, kawa Sedación, ansiólisis Sedación; tolerancia y abstinencia
Valeriana Sedación Sedación; hepatotoxicidad, abstinencia aguda semejante a la
de benzodiazepinas
Yohimbe Hipertensión, arritmias
■ Tabaco Ang-Lee MK, Moss J, Yuan CS: Herbal medicines and perioperative care.
JAMA 286:208, 2001
El humo del tabaco contiene una mezcla compleja de nicotina, Arnold GL, Kirby RS, Langendoerfer S, et al: Toluene embryopathy: clinical
cotinina, cianuro, tiocianato, monóxido de carbono, cadmio, delineation and developmental follow-up. Pediatrics 93:216, 1994
CAPÍTULO 12
Bada HS, Bann C, Bauer CR, et al: Preadolescent behavior problems after pre-
plomo y varios hidrocarburos (Stillerman, 2008). Además de ser natal cocaine exposure: relationship between teacher and caretaker ratings.
fetotóxicas, muchas de estas sustancias tienen efectos vasoacti- Neurotoxicol Teratol 33:78, 2011
vos o reducen la concentración de oxígeno. El tabaco no se con- Bar-Oz B, Einarson T, Einarson A, et al: Paroxetine and congenital malfor-
sidera un teratógeno mayor, aunque se ha informado que algu- mations: meta-analysis and consideration of potential confounding factors.
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nos defectos congénitos son más frecuentes entre lactantes de Barr M, Cohen MM: ACE inhibitor fetopathy and hypocalvaria: the kidney-
mujeres fumadoras. Es factible que las propiedades vasoactivas skull connection. Teratology 44:485, 1991
del humo del tabaco puedan causar defectos congénitos relacio- Beale JM, Tuohy J, McDowell SJ: Herceptin (trastuzumab) therapy in a
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nados con trastornos vasculares. Por ejemplo, la prevalencia de 201(1):e13, 2009
la secuencia de Poland, causada por la interrupción del suminis- Bean LJH, Allen EG, Tinker SW, et al: Lack of maternal folic acid supplemen-
tro vascular a un lado del tórax fetal y el brazo ipsolateral, es dos tation is associated with heart defects in Down syndrome: a report from the
veces más frecuente (Martinez-Frias, 1999). También se ha noti- National Down Syndrome Project. Birth Defects Res A Clin Mol Teratol
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259
CAPÍTULO 13
Genética
CUADRO 13-1. Ejemplos de designación cariotípica con el Sistema Internacional para Nomenclatura
Citogenética Humana (2009)
Cariotipo Descripción
SECCIÓN 5
Otra base de datos, GeneTests, proporciona información cromosómica, como la deleción o la translocación. Cada cromo-
sobre los trastornos genéticos; los beneficios y limitaciones de las soma tiene un brazo corto, llamado brazo “p” o petite, y uno
pruebas disponibles para un trastorno determinado y cómo largo llamado brazo “q” porque es la letra que sigue en el alfa-
enviar una muestra a un laboratorio particular. Hasta 2013, el beto. Los dos brazos están separados por un centrómero.
sitio web de GeneTests contenía 575 revisiones clínicas y más de Cuando se presenta el informe de un cariotipo, se indica pri-
3 000 pruebas genéticas, y proporciona información para con- mero el número de centrómeros; le siguen los cromosomas
tacto con más de 600 laboratorios. Existe información adicional sexuales, XX o XY; y luego una descripción de cualquier varia-
sobre los laboratorios que realizan pruebas genéticas en el ción estructural. Las alteraciones específicas se indican con abre-
NCBI’s Genetic Testing Registry (2013c). El NCBI (2013b) tam- viaturas estándar, como del (deleción) e inv (inversión). A con-
bién estableció una base de datos de información genética diri- tinuación se designan la región o bandas de los brazos p o q
gida a los pacientes, la Genetics Home Reference. Esta base de afectados, de manera que el lector conozca con exactitud la loca-
datos contiene información sobre más de 2 000 trastornos gené- lización de la anormalidad y el tipo de alteración en la dotación
ticos y genes. cromosómica. El cuadro 13-1 muestra algunos ejemplos de la
nomenclatura estándar del cariotipo.
ANOMALÍAS CROMOSÓMICAS
■ Anomalías en el número de cromosomas
Las anomalías cromosómicas tienen un sitio prominente en las
enfermedades genéticas. Se encuentran en casi 50% de los abor- Las anomalías cromosómicas más fáciles de reconocer son las
tos espontáneos, 5% de los mortinatos y 0.5% de los recién numéricas. La aneuploidía es la herencia de un cromosoma adi-
nacidos vivos (Parker, 2010; Schwartz, 2012). En la red Euro- cional, lo que causa trisomía, o la pérdida de un cromosoma,
pean Surveillance of Congenital Anomalies (EUROCAT) de causante de monosomía. Estas situaciones difieren de la poli-
registros poblacionales, se identificaron alteraciones cromosó- ploidía, que es un número anormal de conjuntos cromosómicos
micas en 0.4% de los embarazos; el síndrome de Down repre- haploides, como la triploidía. El cuadro 13-2 muestra la inci-
senta más de la mitad de los casos (Dolk, 2010). dencia calculada de diversas alteraciones en el número de cro-
mosomas.
Riesgo %
CUADRO 13-2. Frecuencia de anomalías en el número
de cromosomas 100
XXX/XXY/XYY
CAPÍTULO 13
Frecuencia (%)
80
Datos de Cragan, 2009; Parker, 2010; Schwartz, 2012. FIGURA 13-2. Riesgo de algunas anomalías cromosómicas relacio-
nado con la edad gestacional, en relación con el riesgo a las
10 semanas de gestación. (Copiada con autorización a partir de
Nicolaides, 2004.)
El riesgo de cualquier trisomía autosómica aumenta de una
manera notable con la edad materna, sobre todo después de los
35 años de edad (fig. 13-1). Se cree que el envejecimiento Por consiguiente, se ofrece el diagnóstico prenatal invasivo en los
rompe los quiasmas que mantienen alineados los cromosomas embarazos subsiguientes (cap. 14, pág. 297). No están indicados
emparejados. Los ovocitos se mantienen suspendidos en la parte los estudios cromosómicos a los padres, a menos que el síndrome
intermedia de la profase de la meiosis I desde el nacimiento de Down se debiera a una translocación desbalanceada.
hasta la ovulación, en algunos casos durante 50 años. Después
Trisomía 21: síndrome de Down. En 1866. J. L. H. Down
de completar la meiosis al momento de la ovulación, la ausencia
de disyunción hace que un gameto tenga dos copias del cromo- describió a un grupo de niños con retraso mental y rasgos físicos
soma afectado, lo que genera la trisomía en caso que se fecunde. distintivos. Casi 100 años después, Lejeune (1959) demostró
Si se fecunda el otro gameto, que no recibe copia del cromosoma que el síndrome de Down se debe a una trisomía autosómica. El
afectado, será monosómico. Entre 10 y 20% de los ovocitos son cariotipo de la trisomía 21 se muestra en la figura 13-3. La tri-
aneuploides a causa de errores meióticos, en contraste con 3 a somía 21 es la causa del 95% de los casos de síndrome de Down,
4% de los espermatozoides. Aunque cada par de cromosomas mientras que 3 a 4% se debe a una translocación robertsoniana.
tiene la misma probabilidad de sufrir un error en la separación, El 1 a 2% restante se produce por un isocromosoma o mosai-
es raro que las trisomías distintas a la 21, 18 o 13 permitan un cismo. La ausencia de disyunción que origina la trisomía 21
embarazo de término. Como se muestra en la figura 13-2, ocurre durante la meiosis I en casi 75% de los casos. Los fenó-
muchos fetos con trisomía autosómica se pierden antes del tér- menos restantes ocurren durante la meiosis II.
mino. El síndrome de Down es la trisomía no letal más frecuente.
Después de un embarazo con una trisomía autosómica, el Su prevalencia se aproxima a 1 de 500 embarazos reconocidos,
riesgo de cualquier trisomía en un embarazo futuro se aproxima incluidos abortos, mortinatos y recién nacidos vivos (Dolk,
al 1% hasta que el riesgo derivado de la edad materna lo rebasa. 2010). Existe un índice de pérdida fetal significativo, como se
muestra en la figura 13-2. Cerca del 30% de los fetos con sín-
drome de Down se pierde entre las 12 y 40 semanas, y 20%
entre las 16 y 40 semanas (Snijders, 1999). Como resultado, el
Riesgo %
síndrome de Down se encuentra en uno de cada 740 nacidos
10 vivos en Estados Unidos, o 13.5 por cada 10 000. Esto repre-
Trisomía 21 senta un aumento de casi 33% en comparación con la tasa a
1 XXX/XXY/XYY finales de la década de 1970 (Parker, 2010; Shin, 2009). El
Trisomía 18 aumento en la prevalencia se explica por el incremento en la
0.1 Trisomía 13 distribución de la edad materna en este periodo.
Las mujeres adultas con síndrome de Down son fértiles y un
45, X
0.01
tercio de sus hijos tiene síndrome de Down (Scharrer, 1975).
Las opciones anticonceptivas se describen en el capítulo 38
(pág. 695). Los varones con síndrome de Down casi siempre son
0.001
estériles por la disminución marcada de la espermatogénesis.
Triploidía
0.0001 Manifestaciones clínicas. Se calcula que 25 a 30% de los fetos
20 25 30 35 40 44 con síndrome de Down en el segundo trimestre tienen alguna
Edad materna (años) malformación mayor que se identifica en la ecografía (Vintzi-
FIGURA 13-1. Riesgo de algunas aneuploidías relacionado con la leos, 1995). Cerca del 40% de los recién nacidos vivos con sín-
edad materna. (Copiada con autorización a partir de Nicolaides, drome de Down tiene defectos cardiacos, en particular defectos
2004.) en el cojinete endocárdico y comunicación interventricular (figs.
262 Paciente fetal
SECCIÓN 5
FIGURA 13-3. Cariotipo masculino anormal con trisomía 21, consistente con síndrome de Down (47,XY,+21). (Fotografía proporcionada por el Dr.
Frederick Elder.)
10-22 y 10-23, pág. 210). El 7% desarrolla anomalías gastroin- primer y segundo dedos de los pies. Algunos de estos signos son
testinales que incluyen atresia duodenal, atresia esofágica y enfer- marcadores ecográficos del síndrome de Down, que se revisan
medad de Hirschsprung (fig. 10-28, pág. 214) (Rankin, 2012). en el capítulo 14 (pág. 292).
En la figura 13-4 se muestran las manifestaciones caracterís- Los problemas de salud más frecuentes en los niños con sín-
ticas del síndrome de Down. Los signos típicos incluyen bra- drome de Down incluyen pérdida auditiva en 75%, graves erro-
quicefalia; epicanto e inclinación ascendente de las fisuras pal- res ópticos de refracción en 50%, cataratas en el 15%, enferme-
pebrales; manchas de Brushfield, que son máculas grisáceas en la dad tiroidea en 15% y mayor incidencia de leucemia (American
periferia del iris; puente nasal plano, e hipotonía. Con frecuen- Academy of Pediatrics, 2001). El grado de daño mental casi siem-
cia los lactantes tienen piel laxa en la nuca, dedos cortos, un solo pre es leve a moderado, con un cociente intelectual (IQ) prome-
pliegue palmar, hipoplasia de la falange intermedia del quinto dio de 35 a 70. Las habilidades sociales de estos niños a menudo
dedo y un espacio prominente o “hueco de sandalia” entre el son mayores a lo anticipado con base en su IQ.
A B C
FIGURA 13-4. Trisomía 21, síndrome de Down. A. Apariencia facial característica. B. Tejido nucal redundante. C. Pliegue palmar transversal
único. (Fotografías proporcionadas por el Dr. Charles P. Read y el Dr. Lewis Waber.)
Genética 263
Los datos recientes sugieren que cerca del 95% de los lactan- hipoplásicas y pies con planta en mecedora o equino. Los datos
tes vivos con síndrome de Down sobrevive al primer año. La ecográficos característicos incluyen cráneo con “forma de fresa”
tasa de supervivencia a 10 años es de al menos 90% en general y y quistes en el plexo coroideo (fig. 13-5). En los embarazos con
CAPÍTULO 13
99% en ausencia de malformaciones mayores (Rankin, 2012; riesgo por lo demás bajo, el riesgo de trisomía 18 sólo se eleva
Vendola, 2010). Diversas organizaciones ofrecen educación y cuando un quiste en el plexo coroideo se acompaña de otras
apoyo a los futuros padres que se enfrentan con el diagnóstico anomalías. Si se encuentra solo, este quiste puede considerarse
de un feto con síndrome de Down. Entre estas organizaciones se una variante normal.
encuentran la March of Dimes, National Down Syndrome Con- Los embarazos con trisomía 18 que llegan al tercer trimestre
gress (www.ndsccenter.org) y la National Down Syndrome Society a menudo se acompañan de restricción del crecimiento fetal, el
(www.ndss.org). peso medio al nacer es menor de 2 500 g (Lin, 2006; Rosa,
2011). El tipo de parto debe discutirse con anticipación, ya que
Trisomía 18: síndrome de Edwards. La primera descripción con frecuencia hay anomalías en el trazo de la frecuencia car-
de este conjunto de alteraciones y su relación con otra trisomía diaca fetal durante el trabajo de parto. En los reportes más anti-
autosómica la realizó Edwards (1960). En series poblacionales, guos, más de la mitad de los fetos no diagnosticados nacían por
la prevalencia de la trisomía 18 se aproxima a 1 en 2 000 emba- cesárea a causa de “sufrimiento fetal” (Schneider, 1981).
razos reconocidos, incluidos abortos, mortinatos y recién naci-
dos vivos, y a cerca de 1 por 6 600 lactantes vivos (Dolk, 2010; Trisomía 13: síndrome de Patau. Este conjunto de anoma-
Parker, 2010). La diferencia en la prevalencia se explica por la lías fetales y su relación con otra trisomía autosómica fueron
elevada mortalidad intrauterina por este trastorno, ya que 85% descritos por Patau et al. (1960). La prevalencia de la trisomía
de los fetos con trisomía 18 se pierde entre las 10 semanas de 13 es cercana a 1 por 12 000 nacidos vivos y 1 por 5 000 emba-
gestación y el término (fig. 13-2). Quizá no sea sorprendente razos reconocidos, que incluye abortos y mortinatos (Dolk,
que la supervivencia de los lactantes vivos también es desalenta- 2010; Parker, 2010). Como sucede con la trisomía 18, la triso-
dora. Más de la mitad muere en la primera semana y la tasa de mía 13 casi siempre es letal, y la mayoría de los fetos afectados
supervivencia a un año sólo se aproxima al 2% (Tennant, 2010; se pierde entre las 10 semanas y el término (fig. 13-2).
Vendola, 2010). Este síndrome es tres o cuatro veces más fre- Cerca del 80% de los embarazos con síndrome de Patau se
cuente en mujeres (Lin, 2006; Rosa, 2011). A diferencia de los produce por trisomía 13. El resto se produce por una transloca-
síndromes de Down y Patau que afectan cromosomas acrocén- ción robertsoniana que afecta los cromosomas 13 y 14,
tricos y que por lo tanto pueden ser resultado de una transloca- der(13;14)(q10;q10). Esta translocación es el reacomodo cro-
ción robertsoniana, no resulta infrecuente que el síndrome de mosómico estructural más frecuente. Se encuentra en cerca de 1
Edwards se deba a un reacomodo cromosómico. por cada 1 300 individuos, aunque el riesgo de un lactante vivo
afectado es menor del 2% (Nussbaum, 2007).
Manifestaciones clínicas. La trisomía 18 puede afectar cual-
quier sistema orgánico. Las anomalías mayores frecuentes inclu- Manifestaciones clínicas. La trisomía 13 se relaciona con
yen defectos cardiacos en casi 95%, en particular en la comuni- alteraciones en todos los sistemas orgánicos. Un signo caracte-
cación interventricular, además de agenesia cerebelar vermiana, rístico es la holoprosencefalia. Se observa en casi dos tercios de
crecimiento de la cisterna magna, mielomeningocele, hernia los casos y puede acompañarse de microcefalia, hipotelorismo y
diafragmática, onfalocele, ano imperforado y anomalías renales, anomalías nasales que varían desde una sola narina hasta una
como riñón en herradura (Lin, 2006; Rosa, 2011; Yeo, 2003). trompa (Solomon, 2010). Hasta 90% de los fetos con trisomía
En el capítulo 10 (pág. 200) se muestran imágenes ecográficas 13 tiene defectos cardiacos (Shipp, 2002). Otras alteraciones
de varios de estos defectos. que sugieren trisomía 13 incluyen defectos del tubo neural, en
También son muy frecuentes las anomalías craneales y de las particular cefalocele, microftalmía, labio y paladar hendidos,
extremidades; incluyen occipucio prominente, orejas malforma- onfalocele, displasia renal quística, polidactilia, pies con planta
das y con rotación posterior, micrognatia, boca pequeña, manos en mecedora y áreas de aplasia cutánea (Lin, 2007). Para el feto
constreñidas con dedos superpuestos, aplasia del radio, uñas o lactante con cefalocele, riñones quísticos y polidactilia, el
A B C
FIGURA 13-5. Trisomía 18, síndrome de Edwards. A. Esta vista ecográfica transventricular muestra quistes en el plexo coroideo fetal y cráneo
con “forma de fresa” (demasiado angulado). Aunque no se muestra aquí, el perfil fetal casi siempre muestra micrognatia, con mandíbula muy
pequeña en recesión. B. Esta imagen ecográfica tridimensional (3-D) muestra la posición característica de la mano empuñada con los dedos
superpuestos. C. Imagen ecográfica 3-D que muestra pie con planta en mecedora.
264 Paciente fetal
diagnóstico diferencial incluye trisomía 13 y el síndrome de un embarazo triploide digínico, también llamado triploidía tipo
Meckel-Gruber autosómico recesivo, que es letal. En el capítulo II, el conjunto cromosómico sobrante es de origen materno, y el
10 (pág. 201) se incluyen imágenes ecográficas de varias de estas óvulo no experimenta la primera o la segunda división meiótica
anomalías. antes de la fecundación. Las placentas triploides digínicas no
SECCIÓN 5
Pocos fetos con trisomía 13 sobreviven después de nacer. desarrollan cambios molares. Sin embargo, el feto a menudo
Entre los que lo logran, la supervivencia a una semana es cercana tiene una restricción de crecimiento asimétrica (Jauniaux,
al 40% y luego de un año sólo sobrevive cerca del 3% (Tennant, 1999).
2010; Vendola, 2010). La asesoría sobre el diagnóstico prenatal La triploidía es una aneuploidía letal y más del 90% de los
y las opciones terapéuticas son similares a las descritas para la fetos con la forma diándrica o digínica tiene múltiples anoma-
trisomía 18. lías estructurales. Éstas incluyen anomalías del sistema nervioso
Para la madre, la trisomía 13 es la única aneuploidía relacio- central, corazón, cara y extremidades, además de marcada res-
nada con un mayor riesgo de preeclampsia. Hasta la mitad de tricción del crecimiento (Jauniaux, 1999). La asesoría, el diag-
los embarazos con trisomía 13 desarrollan hiperplacentosis y nóstico prenatal y las opciones para el parto son similares a las
preeclampsia después del segundo trimestre (Tuohy, 1992). El de las trisomías 18 y 13. El riesgo de recurrencia para una mujer
cromosoma 13 contiene el gen para la tirosina cinasa similar a cuyo feto triploide sobrevive después del primer trimestre es de
FMS 1, llamada sFlt-1 (FMS-like tyrosine kinase 1), una proteína 1 a 1.5%, por lo que se ofrece diagnóstico prenatal para emba-
anti-angiogénica relacionada con la preeclampsia. Los investiga- razos futuros (Gardner, 1996).
dores han documentado la expresión excesiva de la proteína Los embarazos tetraploides tienen cuatro conjuntos haploi-
sFlt-1 en las placentas con trisomía 13 y en el suero de las muje- des o 92 cromosomas. Cuatro conjuntos de cromosomas gene-
res con preeclampsia (Bdolah, 2006; Silasi, 2011). La función ran un cariotipo 92,XXXX o 92,XXYY. Esto sugiere falta de la
de los factores de crecimiento anti-angiogénicos en la etiopato- división inicial posterior a la etapa de cigoto. El producto siem-
genia de la preeclampsia se discute en el capítulo 40 (pág. 735). pre sucumbe y el riesgo de recurrencia es mínimo.
pelgaard, 2011). Más del 90% tiene disgenesia ovárica y requiere ■ Anomalías en la estructura cromosómica
reemplazo estrogénico desde justo antes de la adolescencia. Una Las alteraciones en la estructura cromosómica incluyen delecio-
excepción es cuando existe mosaicismo que afecta al cromosoma nes, duplicaciones, translocaciones, isocromosomas, inversio-
CAPÍTULO 13
Y. Estos casos tienen riesgo de desarrollar una neoplasia de célu- nes, cromosomas anulares y mosaicismo (cuadro 13-1). Su pre-
las germinales, sin importar que el fenotipo sea masculino o valencia natal general se aproxima al 0.3% (Nussbaum, 2007).
femenino, y al final está indicada la gonadectomía bilateral pro- La identificación de una anormalidad cromosómica estructural
filáctica (Cools, 2011; Schorge, 2012). genera dos preguntas principales. Primera, ¿qué alteraciones
fenotípicas o anomalías del desarrollo ulterior se relacionan con
47,XXX. Casi uno de cada 1 000 lactantes femeninos tiene un este signo? Segunda, ¿está indicado el estudio del cariotipo de
cromosoma X adicional: 47,XXX. El cromosoma excedente los padres? En particular, ¿tienen riesgo alto los padres de portar
proviene de la madre en más del 90% de los casos (Milunsky, esta anormalidad? De ser así, ¿cuál es su riesgo de tener hijos
2004). El desarrollo puberal y la fertilidad casi siempre son nor- afectados en el futuro?
males, aunque hay reportes de insuficiencia ovárica prematura
(Holland, 2001). Con frecuencia la talla es alta. Este cariotipo
no eleva la tasa total de malformaciones mayores. No obstante, Deleciones y duplicaciones
se han descrito rasgos fenotípicos atípicos en algunas personas
Una deleción cromosómica indica que falta una parte del cro-
que incluyen epicanto, clinodactilia, hipotonía, problemas geni-
mosoma, mientras que una duplicación significa que una parte
tourinarios y trastornos convulsivos (Tartaglia, 2010). También
se incluyó dos veces. Las deleciones afectan segmentos de DNA
hay informes de trastorno por déficit de atención y retrasos en el
lo bastante grandes para detectarse en la cariotipificación citoge-
desarrollo del lenguaje y de las habilidades motoras (Linden,
nética estándar en casi uno de cada 7 000 nacimientos (Nussbaum,
2002). Se calcula que debido a la variabilidad en la presentación
2007). Las deleciones frecuentes se designan con algunos epóni-
y la sutileza de los signos anormales, sólo se identifica en la clí-
mos; por ejemplo la del 5p se conoce como síndrome del mau-
nica al 10% de los niños afectados.
llido.
Es probable que las mujeres con dos o más cromosomas X
La mayoría de las deleciones y duplicaciones ocurre durante
supernumerarios, 48,XXXX o 49,XXXXX, tengan anomalías
la meiosis y se deben a la alineación anormal o al empareja-
físicas evidentes desde el nacimiento. Estos complementos X
miento anormal de los cromosomas homólogos. Cuando esto
anormales se relacionan con grados variables de retraso mental.
sucede, es probable que el segmento mal alineado se elimine
Tanto en mujeres como en varones, la calificación de IQ es más
(fig. 13-6). También es posible que si la discrepancia permanece
baja con cada cromosoma X adicional.
cuando los dos cromosomas se recombinan, puede causar una
deleción en un cromosoma y una duplicación en el otro. Cuando
47,XXY: síndrome de Klinefelter. Ésta es la anormalidad cro-
se identifica una deleción o una duplicación en un feto o lac-
mosómica sexual más frecuente. Ocurre en casi uno de cada 600
tante, se debe ofrecer a los padres la cariotipificación para esta-
lactantes masculinos. El cromosoma X sobrante es de origen
blecer si alguno porta una translocación balanceada, ya que esto
materno o paterno en igual proporción (Jacobs, 1995; Lowe,
implica un aumento sustancial en el riesgo de recurrencia.
2001). También existe una ligera relación con la edad materna o
paterna avanzada (Milunsky, 2004).
Los lactantes con cariotipo XXY tienen fenotipo normal y
por lo general no tienen aumento en la incidencia de anomalías.
Durante la infancia, los varones casi siempre son altos y tienen Meiosis I Meiosis II
desarrollo puberal normal. Sin embargo, tienen disgenesia
gonadal, no experimentan una virilización normal y requieren
testosterona complementaria desde el principio de la adolescen-
cia. Es probable que desarrollen ginecomastia. En general, las
calificaciones de IQ están en el intervalo normal, aunque un
poco por debajo que la de sus hermanos y no son infrecuentes
los retrasos en el lenguaje, la lectura y las habilidades motoras
(Girardin, 2011).
Síndromes por microdeleción. Es probable que una deleción características diferentes, lo que implica algunas dificultades para
cromosómica menor de tres millones de pares de bases no sea la asesoría (Shprintzen, 2008). Alguna vez se pensó que los dis-
detectable en la cariotipificación estándar. Se conocen como tintos conjuntos de manifestaciones caracterizaban los fenotipos
microdeleciones y requieren técnicas citogenéticas moleculares de DiGeorge y de Shprintzen, pero ahora se acepta que represen-
SECCIÓN 5
para su identificación. A pesar de su tamaño relativamente tan la misma microdeleción (McDonald-McGinn, 2011).
pequeño, una microdeleción puede afectar un segmento de Las anomalías relacionadas incluyen defectos cardiacos cono-
DNA que contiene múltiples genes, lo que causa un síndrome troncales en más del 75% de los sujetos afectados, como la tetra-
de gen continuo, que incluye alteraciones fenotípicas graves, logía de Fallot, atresia pulmonar, conducto arterioso, cayado
pero no relacionadas (Schmickel, 1986). Cuando se sospecha aórtico interrumpido y comunicación interventricular. También
un síndrome por microdeleción específica, casi siempre se con- existe inmunodeficiencia, como la linfopenia de células T, en
firma mediante hibridación in situ con fluorescencia (pág. 276). cerca del 75%. Más del 70% tiene insuficiencia velopalatina y
Los ejemplos de los síndromes de microdeleción frecuentes se faríngea o paladar hendido. Otras manifestaciones incluyen difi-
listan en el cuadro 13-3. cultades para el aprendizaje y retraso mental, hipocalcemia, ano-
La región del DNA que se elimina en un síndrome por malías renales, motilidad esofágica alterada, pérdida auditiva,
microdeleción (o que se duplica en una microduplicación) se trastornos del comportamiento y enfermedad psiquiátrica. Los
denomina variante en el número de copias genómicas cuando se rasgos faciales característicos incluyen fisuras palpebrales cortas,
aplica al análisis de micromatrices multigénicas cromosómicas, punta de la nariz bulbosa, micrognatia, filtrum corto y orejas
descrito en la página 277. El uso de tecnología basada en matri- pequeñas o con rotación posterior (McDonald-McGinn, 2011).
ces identificó variantes en el número de copias que generan sín- Síndromes por microduplicación. Estos síndromes se deben
dromes por microdeleción no descritos antes, incluidas las dele- a la duplicación de regiones del DNA menores de tres millones
ciones de un solo gen y las intragénicas (Mikhail, 2011; de pares de bases. En algunos casos, la microduplicación puede
Schwartz, 2012). Es probable que el crecimiento continuo de afectar la región exacta del DNA que causa un síndrome por
esta tecnología aumente de manera drástica el conocimiento microdeleción. Los ejemplos de estos defectos incluyen los sín-
sobre las bases genéticas de la enfermedad. dromes velocardiofacial, de Smith-Magenis y de Williams-Beu-
ren (Hassed, 2004; Potocki, 2000; Somerville, 2005).
Síndrome por microdeleción 22q11. También se conoce
como síndrome de DiGeorge, de Shprintzen o velocardiofacial. Translocaciones cromosómicas
Es la microdeleción más frecuente, con una prevalencia de uno Las translocaciones cromosómicas son reacomodos del DNA en
por 2 000 a 7 000 nacimientos (Shprintzen, 2008). Aunque se los que un segmento del DNA se desprende de un cromosoma
hereda de manera autosómica dominante, la mayoría de los casos y se une a otro. Los cromosomas reordenados se denominan
se debe a mutaciones nuevas. La deleción completa incluye tres cromosomas derivativos (der). Existen dos tipos de translocacio-
millones de pares de bases, abarca 40 genes y puede incluir 180 nes: las recíprocas y las robertsonianas.
CUADRO 13-3. Algunos síndromes por microdeleción detectables por hibridación in situ con fluorescencia (FISH)
Síndrome Características Localización
Angelman Facies dismórfica; apariencia de “marioneta feliz”, retraso mental, ataxia, 15q11.2-q13 (genes
hipotonía, convulsiones. maternos)
Maullido Desarrollo laríngeo anormal con llanto “similar al del gato”, hipotonía, retraso 5p15.2–15.3
mental.
Langer-Giedion Síndrome tricorrinofalángico, facies dismórfica, pelo escaso, piel redundante, 8q24.1
retraso mental.
Miller-Dieker Anomalías en la migración neuronal con lisencefalia, microcefalia, facies 17p13.3
dismórfica.
Prader-Willi Obesidad, hipotonía, retraso mental, hipogonadismo hipogonadotrófico, manos y 15q11.2-q13 (genes
pies pequeños. paternos)
Smith-Magenis Facies dismórfica, retraso del habla, pérdida auditiva, trastornos del sueño, 17p11.2
comportamientos autodestructivos.
Velocardiofacial/ Puede incluir defectos cardiacos conotroncales, paladar hendido, incompetencia 22q11.2
DiGeorge velofaríngea, alteraciones del timo y las paratiroides, dificultad para el
aprendizaje.
WAGR Tumor de Wilms, aniridia, anomalías genitourinarias (incluso genitales ambiguos), 11p13
retraso mental.
Wolf-Hirschhorn Facies dismórfica, retraso mental, polidactilia, aplasia cutánea. 4p16.3
Ictiosis ligada a X/ Ictiosis: deficiencia de esteroides sulfatasa, opacidades corneales. Xp22.3
síndrome de Kallmann: hipogonadismo hipogonadotrófico, anosmia.
Kallmann
Translocaciones recíprocas. Una translocación de doble seg- res identificados por otras razones, por ejemplo en una valora-
mento o recíproca se produce cuando existen roturas en dos ción por infertilidad, sólo tienen un riesgo del 5%. Es probable
cromosomas distintos y los cromosomas rotos se intercambian, que esto se deba a que los gametos son tan anormales que la
CAPÍTULO 13
por lo que cada cromosoma afectado contiene un fragmento del concepción no es viable.
otro. Si no se gana ni pierde material cromosómico en el pro-
ceso, la translocación se considera balanceada. La prevalencia de Translocaciones robertsonianas. Este tipo afecta sólo a los
translocaciones recíprocas se aproxima a 1 por 600 nacimientos cromosomas acrocéntricos, que son los cromosomas 13, 14, 15,
(Nussbaum, 2007). Aunque la transposición de segmentos cro- 21 y 22. En un cromosoma acrocéntrico, el brazo p es muy
mosómicos puede causar anomalías por la reposición de genes corto. En una translocación robertsoniana, los brazos q de dos
específicos, el portador balanceado casi siempre tiene fenotipo cromosomas acrocéntricos se fusionan en un centrómero para
normal. El riesgo de una anomalía mayor estructural o del desa- formar un cromosoma derivativo. Además, se pierde un centró-
rrollo en el portador de una translocación que parece balanceada mero de los brazos p de cada cromosoma. Los brazos p contie-
es del 6%. Resulta interesante que en estudios con micromatri- nen las regiones satélite, que sólo contienen genes que codifican
ces multigénicas, hasta el 20% de los sujetos que de otra manera el RNA ribosómico. Como existen múltiples copias de estos
parecieran tener una translocación balanceada tienen segmentos genes en otros cromosomas acrocéntricos, el portador de la trans-
de DNA redundantes o faltantes que escapan a la resolución del locación casi siempre tiene fenotipo normal. Como el número de
cariotipo estándar (Manning, 2010). centrómeros determina el conteo cromosómico, un portador
Los portadores de translocaciones balanceadas tienen riesgo de una translocación robertsonianas sólo tiene 45 cromosomas.
de producir gametos desbalanceados que den origen a hijos Existen translocaciones robertsonianas en casi uno de cada
anormales. Como se muestra en la figura 13-7, si un ovocito o 1 000 recién nacidos. Los portadores balanceados tienen dificul-
espermatozoide contiene un cromosoma con translocación, la tades reproductivas por varias razones. Si los cromosomas fusio-
fecundación de éstos genera una translocación desbalanceada: nados son homólogos, del mismo par de cromosomas, el porta-
monosomía para parte de un cromosoma afectado y trisomía dor sólo puede producir gametos desbalanceados. Cada óvulo o
para parte del otro. El asesor genético a menudo puede calcular espermatozoide contiene ambas copias del cromosoma afectado,
el riesgo observado de una translocación específica. En general, lo que daría lugar a una trisomía en caso de fecundación, o
los portadores de una translocación identificados después del carece de la copia, lo que causaría una monosomía. Si los cro-
nacimiento de un hijo anormal tienen un riesgo del 5 al 30% de mosomas fusionados no son homólogos, cuatro de seis posibles
tener hijos vivos con cromosomas desbalanceados. Los portado- gametos serían anormales.
Padres
Gametos
Cigotos
FIGURA 13-7. El portador de una translocación balanceada puede tener hijos que también son portadores del reordenamiento balanceado (B),
hijos con translocaciones desbalanceadas (C, D) o hijos con dotaciones cromosómicas normales (A).
268 Paciente fetal
Isocromosomas
Estos cromosomas anormales están formados por dos brazos q o Inversión paracéntrica
dos brazos p de un cromosoma fusionados. Se cree que los iso-
cromosomas se originan cuando el centrómero se rompe en sen-
tido transversal y no longitudinal durante la meiosis II o la
mitosis. También pueden ser resultado de un error meiótico en
un cromosoma con una translocación robertsoniana. Un isocro-
mosoma que contiene los brazos q de un cromosoma acrocén-
trico se comporta como una translocación robertsoniana homó-
loga y el portador sólo puede producir gametos anormales
desbalanceados. Cuando un isocromosoma afecta cromosomas
no acrocéntricos y los brazos p contienen material genético fun-
cional, la fusión y rotura del centrómero anormal genera dos
isocromosomas. Uno está formado por ambos brazos p y uno
por los dos brazos q. Es probable que uno de estos isocromoso- FIGURA 13-8. Mecanismo de la meiosis en caso de inversión peri-
mas se pierda durante la división celular, lo que genera una dele- céntrica (la que afecta el centrómero) o inversión paracéntrica (no
ción de todos los genes situados en el brazo perdido. Por lo afecta el centrómero). Las personas con inversiones pericéntricas tie-
nen mayor riesgo de tener hijos con una duplicación/deleción. Los
tanto, el portador casi siempre tiene un fenotipo anormal y pro-
que tienen inversiones paracéntricas tienen mayor riesgo de pérdida
duce gametos anormales. El isocromosoma más frecuente se al inicio del embarazo.
forma con el brazo largo del cromosoma X (i[Xq]), y es la causa
del 15% de los casos de síndrome de Turner.
Mosaicismo cromosómico oogonias se dividen durante toda la vida fetal, y las espermato-
Un individuo con mosaicismo tiene dos o más líneas celulares gonias mantienen su división toda la vida adulta, el mosaicismo
con rasgos citogenéticos distintivos provenientes de un solo gonadal también puede ser resultado de un error meiótico en
CAPÍTULO 13
cigoto. La expresión fenotípica del mosaicismo depende de células germinales que eran normales. El mosaicismo gonadal
varios factores; uno de ellos es si las células con alteraciones cito- puede explicar las mutaciones autosómicas dominantes nuevas
genéticas afectan a la placenta, al feto, a parte del feto o alguna en los hijos de padres normales. Puede causar enfermedades
combinación de lo anterior. Por ejemplo, el mosaicismo identi- autosómicas dominantes, como acondroplasia y osteogénesis
ficado en las células cultivadas del líquido amniótico no siempre imperfecta, además de enfermedades ligadas a X, como la dis-
refleja la dotación cromosómica fetal. Los distintos grados de trofia muscular de Duchenne. El mosaicismo gonadal también
mosaicismo y su relevancia clínica se presentan en el cuadro puede explicar la recurrencia de enfermedades en más de un hijo
13-4. Cuando existen células anormales sólo en un frasco de en una familia no afectada antes. La posibilidad de mosaicismo
líquido amniótico, es probable que el dato sea un seudomosai- gonadal explica el riesgo de recurrencia del 6% después del naci-
cismo causado por un artefacto del cultivo (Bui, 1984; Hsu, miento de un niño con una enfermedad causada por una muta-
1984). Sin embargo, cuando las células anormales se encuentran ción “nueva”.
en múltiples cultivos, es más probable que el mosaicismo sea
real y están indicadas pruebas adicionales de la sangre fetal o los
fibroblastos cutáneos. En 60 a 70% de estos fetos se confirma MODOS DE HERENCIA
una segunda línea celular (Hsu, 1984; Worton, 1984).
■ Herencia monogénica (mendeliana)
Mosaicismo confinado a la placenta. Con base en estudios Un trastorno monogénico se produce por una mutación o alte-
de muestreo de vellosidades coriónicas (CVS, chorionic villus ración en un solo locus o gen de uno o ambos miembros de un
sampling), el 2% de las placentas son mosaicos, aunque el feto par de genes. Los trastornos monogénicos también se llaman
casi siempre es normal (Henderson, 1996). El mecanismo sub- mendelianos para indicar que su transmisión sigue las leyes de la
yacente al mosaicismo placentario confinado puede ser la falta herencia propuestas por Gregor Mendel. Los tipos de herencia
de disyunción mitótica o la corrección parcial de un error meió- mendeliana incluyen autosómica dominante, autosómica rece-
tico, y parece que el mecanismo es específico para cada cromo- siva, ligada a X y ligada a Y. Otros patrones monogénicos de
soma (Robinson, 1977). Entre 15 y 20% de los casos se rela- herencia son la herencia mitocondrial, disomía uniparental,
ciona con un resultado adverso del embarazo, como aborto, sellado y expansión de la repetición de trinucleótido, también
restricción del crecimiento intrauterino o mortinato (Reddy, llamada anticipación. Para los 25 años de edad, cerca del 0.4%
2009). de la población muestra alguna anormalidad atribuida a un tras-
La restricción del crecimiento fetal por mosaicismo placenta- torno monogénico y 2% tendrá al menos uno de estos trastor-
rio se produce por una de dos maneras. Si la placenta tiene una nos en algún momento de su vida. El cuadro 13-5 lista algunos
población de células aneuploides, la disfunción placentaria de los trastornos monogénicos frecuentes.
puede afectar el crecimiento de un feto con rasgos citogenéticos
normales (Kalousek. 1983). Como alternativa, si el feto recibe Relación entre fenotipo y genotipo
dos copias normales de un cromosoma, ambas provienen del
Cuando se considera la herencia, el fenotipo es el que se consi-
mismo progenitor (disomía uniparental) y puede causar creci-
dera dominante o recesivo, no el genotipo. En una enfermedad
miento anormal (pág. 273).
dominante, el gen normal puede dirigir la síntesis de la proteína
En algunos casos, la supervivencia de fetos con anomalías
normal, pero el fenotipo es anormal porque está determinado de
citogenéticas puede ser consecuencia del mosaicismo placenta-
la proteína producida por el gen anormal. En una enfermedad
rio. Los ejemplos incluyen los fetos con trisomías 13 y 18 en
recesiva, el portador heterocigótico puede generar cantidades
algunas células que se convierten en trofoblastos (Kalousek,
detectables de un producto génico anormal, pero no muestra
1989).
rasgos del trastorno porque el fenotipo está dirigido por el pro-
Mosaicismo gonadal. Es probable que el mosaicismo confi- ducto del gen normal. Por ejemplo, los eritrocitos de portadores
nado a las gónadas surja de un error mitótico en las células des- de anemia drepanocítica contienen cerca del 30% de hemoglo-
tinadas a convertirse en gónadas y genera una población de célu- bina S, pero como el 70% restante es hemoglobina A, estas célu-
las germinales anormales. Como las espermatogonias y las las no experimentan deformación drepanocítica in vitro.
riesgo de algunos trastornos que de otros. En particular, la edad necesita para metabolizar la fenilalanina hasta tirosina, y los
paterna avanzada se relaciona con mutaciones en el gen del homocigóticos tienen actividad disminuida o nula. Esto hace
receptor 2 del factor de crecimiento de fibroblastos (FGFR2, fibro- que se acumulen grandes cantidades anormales de fenilalanina,
CAPÍTULO 13
blast growth factor receptor 2), que puede causar síndromes con lo cual causa daño intelectual, autismo, convulsiones, deficien-
craneosinostosis, como los de Apert, Crouzon y Pfeiffer; muta- cias motoras y alteraciones neuropsicológicas (Blau, 2010).
ciones en el gen FGFR3, causantes de acondroplasia y displasia Además, como la fenilalanina se une de manera competitiva con
tanatofórica, y mutaciones en el protooncogén RET, que pueden la tirosina hidroxilasa, que es esencial para la síntesis de mela-
producir síndromes de neoplasia endocrina múltiple (Jung, nina, las personas afectadas tienen hipopigmentación del pelo,
2003; Toriello, 2008). Como estos trastornos son infrecuentes, ojos y piel.
el riesgo real para cualquier trastorno individual es bajo. En Estados Unidos, cerca de 3 000 mujeres en edad repro-
La edad paterna avanzada también se relaciona con un ligero ductiva tienen fenilcetonuria (PKU, phenylketonuria). La fre-
incremento en el riesgo de síndrome de Down y anomalías cuencia del estado portador se aproxima a 1 en 60 y la enferme-
estructurales aisladas (Grewal, 2011; Toriello, 2008; Yang, dad afecta a uno de cada 10 000 a 15 000 recién nacidos
2007). Por lo general, no se considera que conlleve un mayor caucásicos (American College of Obstetricians and Gynecologists,
riesgo de otras aneuploidías, quizá porque el espermatozoide 2009a). La PKU es uno de los pocos trastornos metabólicos
aneuploide no puede fecundar un óvulo. para los que existe tratamiento. El diagnóstico inmediato y la
limitación de la fenilalanina dietética desde la lactancia son
Herencia autosómica recesiva esenciales para evitar el daño neurológico. Por consiguiente,
Un rasgo recesivo se expresa sólo cuando ambas copias del gen todos los estados y muchos países ahora obligan a la detección
funcionan de la misma manera. Por lo tanto, las enfermedades neonatal de PKU y se identifican cerca de 100 casos por millón
autosómicas recesivas sólo se expresan cuando ambas copias del de nacimientos en todo el mundo. La dieta especial debe man-
gen son anormales. Los portadores heterocigóticos casi siempre tenerse por tiempo indefinido, ya que los que suspenden la res-
son indetectables en la clínica, pero es probable que tengan alte- tricción de fenilalanina tienen un IQ mucho más bajo y altera-
raciones en las pruebas bioquímicas. Muchas enfermedades por ciones neuropsicológicas (Blau, 2010).
deficiencias enzimáticas tienen herencia autosómica recesiva y la Las mujeres con el trastorno que no mantienen una dieta sin
actividad enzimática del portador es cercana a la mitad del nivel fenilalanina tienen riesgo de tener hijos por lo demás normales
normal. Aunque esta reducción casi nunca causa enfermedad (heterocigóticos), pero que sufren daño intrauterino debido a la
clínica, genera una alteración fenotípica que puede usarse para exposición a concentraciones tóxicas de fenilalanina. La fenil-
detectar portadores. Otros trastornos recesivos pueden identifi- alanina se transporta por mecanismos activos al feto y la hiper-
carse sólo con pruebas genéticas moleculares. fenilalaninemia eleva el riesgo de aborto y embriopatía por
A menos que se realice la detección de una enfermedad espe- PKU. Ésta se caracteriza por retraso mental, microcefalia, con-
cífica, como la fibrosis quística, por lo general los portadores se vulsiones, alteración del crecimiento y anomalías cardiacas.
identifican sólo después del nacimiento de un hijo o del diag- Entre las mujeres sin restricción dietética, el riesgo de tener un
nóstico de un familiar con el trastorno (cap. 14, pág. 295). Si hijo con retraso mental rebasa el 90% y hasta uno de cada ocho
una pareja tiene un hijo con una enfermedad autosómica rece- niños tiene defectos cardiacos (Lenke, 1980). El Maternal Phen-
siva, el riesgo de recurrencia en cada embarazo subsiguiente es ylketonuria Collaborative Study, que incluyó 572 embarazos con
del 25%. Por lo tanto, la cuarta parte de los hijos serán homoci- seguimiento por más de 18 años, informó que el mantenimiento
góticos normales, dos cuartos serán portadores heterocigóticos y de las concentraciones séricas de fenilalanina entre 160 y 360
la cuarta parte serán homocigóticos anormales. En otras pala- μmol/L (2-6 mg/100 ml) reduce de manera significativa el
bras, tres de cuatro hijos tendrán fenotipo normal y dos tercios riesgo de alteraciones fetales (Koch, 2003; Platt, 2000). Las
de los hermanos con fenotipo normal serán portadores. mujeres que alcanzaron concentraciones óptimas de fenilalanina
Un portador heterocigótico de un trastorno recesivo sólo antes de las 10 semanas de gestación tuvieron hijos con califica-
tiene riesgo de engendrar hijos con el defecto si su pareja es ciones medias de IQ normales, valoradas entre los seis y siete
heterocigótica u homocigótica para la enfermedad. Los genes de años de edad (Koch, 2003). Se recomienda la asesoría previa a la
trastornos autosómicos recesivos tienen baja prevalencia en la concepción con la finalidad de mantener una concentración
población general. Por lo tanto, la probabilidad de que la pareja óptima de fenilalanina desde tres meses antes de la concepción y
sea portadora del gen es baja, a menos que exista consanguini- continuada durante todo el embarazo (American College of Obs-
dad o la pareja sea miembro de un grupo con riesgo (American tetricians and Gynecologists, 2009a).
College of Obstetricians and Gynecologists, 2009b). Esto se des-
Consanguinidad. Dos personas se consideran consanguíneas
cribe con más detalle en el capítulo 14 (pág. 294).
si tienen al menos un ancestro reciente en común. Los familiares
Metabolopatías congénitas. La mayoría de estas enfermeda- en primer grado comparten la mitad de los genes, los de segundo
des autosómicas recesivas se deben a la ausencia de una enzima grado comparten la cuarta parte y los de tercer grado (primos)
crucial, lo que conduce al metabolismo incompleto de proteí- comparten la octava parte. Debido a la posibilidad de compartir
nas, lípidos o carbohidratos. Los intermediarios metabólicos genes nocivos, la consanguinidad conlleva un mayor riesgo de
que se acumulan son tóxicos para diversos tejidos y pueden cau- tener hijos con enfermedades autosómicas recesivas por lo
sar retraso mental u otras alteraciones. demás raras o trastornos multifactoriales. Los primos hermanos
tienen un riesgo dos veces más alto, del 4 al 6% en total, en
Fenilcetonuria. Este ejemplo típico de enfermedad autosó- ausencia de un antecedente familiar de enfermedad genética.
mica recesiva se produce por mutaciones en el gen de la fenilala- El incesto se define como una relación sexual entre familiares
nina hidroxilasa (PAH, phenylalanine hydroxylase). La PAH se en primer grado, como entre padre/madre e hijo(a) o entre her-
272 Paciente fetal
manos, y es ilegal en todo el mundo. La progenie de tales unio- replicativa. Una consecuencia de esta segregación replicativa es
nes conlleva el mayor riesgo de resultados anormales y hasta que cualquier mutación mitocondrial se propaga al azar en las
40% de los hijos son anormales, tienen trastornos recesivos y células hijas. Como existen múltiples copias del DNA mitocon-
multifactoriales (Freire-Maia, 1984; Nadiri, 1979). drial en cada célula, la mitocondria puede contener sólo DNA
SECCIÓN 5
qué grado. Por lo general, la discapacidad intelectual es más cedente familiar de retraso mental (Cronister, 2008). Los porta-
grave en varones, en los que la calificación promedio de IQ es de dores de la premutación pueden manifestar consecuencias de
35 a 45 (Nelson, 1995). Las personas con el trastorno pueden salud sustanciales; los varones tienen mayor riesgo de síndrome
CAPÍTULO 13
tener problemas del habla y lenguaje, así como trastorno por de temblor y ataxia por cromosoma X frágil (FXTAS, fragile C
déficit de atención. El síndrome por X frágil también es la causa tremor ataxia syndrome); las mujeres tienen probabilidad de
más frecuente de autismo. Las alteraciones fenotípicas relacio- desarrollar FXTAS, aunque tienen un riesgo del 20% de insufi-
nadas se vuelven más notorias con la edad e incluyen cara ciencia ovárica primaria relacionada con X frágil.
angosta con mandíbula grande, orejas prominentes, alteraciones El American College of Obstetricians and Gynecologists (2010)
del tejido conjuntivo y macroorquidia en los varones pospube- recomienda realizar pruebas a las mujeres con antecedente fami-
rales. Se han descrito cuatro grupos clínicos (American College of liar de síndrome por X frágil; en personas con retraso mental
Obstetricians and Gynecologists, 2010): inexplicable, retraso en el desarrollo o autismo; y en mujeres con
insuficiencia ovárica prematura. El diagnóstico prenatal puede
• Mutación total: más de 200 repeticiones.
realizarse por amniocentesis o CVS (cap. 14, pág. 297). Las
• Premutación: 55 a 200 repeticiones.
muestras obtenidas por cualquiera de estos medios pueden
• Intermedia: 45 a 54 repeticiones.
usarse para determinar el número de repeticiones CGG, aunque
• No afectado: menos de 45 repeticiones.
la CVS no permite conocer con exactitud el estado de metila-
Cuando existe una mutación completa, los varones casi ción del gen FMR1. Por lo tanto, son preferibles las pruebas
siempre tienen alteraciones cognitivas y conductuales significa- moleculares en el DNA con prueba de Southern y reacción en
tivas, además de rasgos fenotípicos. Sin embargo, en las mujeres cadena de la polimerasa.
la desactivación aleatoria de X da lugar a una expresión variable
y la discapacidad puede ser mucho menos grave. Disomía uniparental
En las personas con una premutación, la valoración y aseso- Esto ocurre cuando ambos miembros de un par de cromosomas
ría son más complejas. Una mujer con premutación de X frágil se heredan del mismo progenitor. A menudo, la disomía unipa-
tiene riesgo de engendrar hijos con la mutación completa. La rental carece de consecuencias clínicas. Sin embargo, si afecta a
probabilidad de expansión a una mutación completa crítica los cromosomas 6, 7, 11, 14 o 15, los hijos tienen mayor riesgo
depende del número actual de repeticiones maternas. El riesgo de alguna anormalidad por las diferencias en la expresión génica
de una mutación completa en un hijo es de 5% o menos si el dependientes del progenitor de origen (Shaffer, 2001). Aunque
número de repeticiones CGG es menor de 70, pero rebasa el varios mecanismos genéticos pueden causar disomía uniparen-
95% si hay 100 a 200 repeticiones CGG (Nolin, 2003). La tal, el más frecuente es el rescate trisómico, que se muestra en la
expansión es muy improbable en un varón portador de premu- figura 13-9. Después de que una ausencia de disyunción pro-
tación, pero todas sus hijas la portarán. Entre las mujeres sin duce una trisomía, puede perderse uno de los tres homólogos.
factores de riesgo, casi una de 250 porta una premutación de X Esto causa una disomía uniparental para ese cromosoma en casi
frágil y el riesgo se aproxima a 1 en 90 entre las que tienen ante- un tercio de los casos.
A B
Normal Disomía Normal
uniparental
FIGURA 13-9. Mecanismo de disomía uniparental causado por “rescate” trisómico. A. En la meiosis normal se hereda un miembro de cada par
de cromosomas homólogos de cada progenitor. B. Si la falta de disyunción da origen a un producto trisómico, a veces se pierde un homólogo.
En un tercio de los casos, la pérdida del homólogo causa disomía uniparental.
274 Paciente fetal
La isodisomía es la situación única en la que un individuo cimiento placentario abundante sin estructuras fetales (cap. 20,
recibe dos copias idénticas de un cromosoma en un par de un pág. 396). Por el contrario, un teratoma ovárico, con dotación
progenitor. Este mecanismo explica algunos casos de fibrosis cromosómica diploide de origen materno, se caracteriza por el
quística, en los que sólo un padre es portador, pero el feto hereda crecimiento de varios tejidos fetales, pero no placentarios (Por-
SECCIÓN 5
dos copias del mismo cromosoma anormal de ese progenitor ter, 1993). Por lo tanto, parece que los genes paternos son vitales
(Spence, 1988; Spotila, 1992). También se ha implicado en el para el desarrollo placentario, los genes maternos esenciales para
crecimiento anormal vinculado con el mosaicismo placentario. el desarrollo fetal y que ambos son necesarios para el desarrollo
fetal normal.
Sellado genómico
Un gen puede heredarse en estado silencioso en lo referente a la Herencia multifactorial
transcripción, se hereda pero no se expresa, según el progenitor Los rasgos o enfermedades se consideran de herencia multifac-
del que se herede. El fenotipo del individuo varía según el pro- torial si se originan por la combinación de múltiples genes y
genitor de origen. El sellado genómico afecta la expresión génica factores ambientales. Los rasgos poligénicos se determinan por
mediante control epigenético; o sea, la regulación de la actividad los efectos combinados de más de un gen. La mayoría de los
génica por una modificación de la estructura genética distinta a trastornos congénitos y adquiridos, así como algunos rasgos fre-
la alteración de la secuencia de nucleótidos. Por ejemplo, la adi- cuentes, tienen herencia multifactorial. Los ejemplos incluyen
ción de un grupo metilo altera la expresión génica y por lo malformaciones como las hendiduras y los defectos del tubo
tanto, afecta el fenotipo sin modificar el genotipo. Es impor- neural, enfermedades como la diabetes y la cardiopatía, y mani-
tante señalar que el efecto puede revertirse en una generación festaciones o rasgos como el tamaño de la cabeza o la talla. Las
siguiente, ya que una mujer que hereda un gen sellado de su anomalías debidas a herencia multifactorial tienden a recurrir en
padre lo transmitirá en sus ovocitos con un sellado génico familias, pero no con un patrón mendeliano. Si una pareja tiene
materno, no paterno, y viceversa. un hijo con un defecto congénito multifactorial, su riesgo empí-
El cuadro 13-7 muestra algunas enfermedades que pueden rico de tener otro hijo anormal es del 3 al 5%. Este riesgo dismi-
implicar sellado genómico. Un ejemplo útil incluye dos enfer- nuye de manera exponencial con las relaciones cada vez más
medades muy distintas que pueden causarse por la microdele- distantes. Algunas características de los trastornos multifactoria-
ción, disomía uniparental o sellado de la región 15q11-q13 del les se muestran en el cuadro 13-8.
DNA. Primero, el síndrome de Prader-Willi se caracteriza por Los rasgos multifactoriales que tienen una distribución nor-
obesidad e hiperfagia; talla baja; manos, pies y genitales externos mal en la población se denominan continuamente variables.
pequeños, y retraso mental ligero. En más del 70% de los casos, Una medición que está dos o más desviaciones estándar por
el síndrome de Prader-Willi se debe a la microdeleción o rotura arriba o por debajo de la media poblacional se considera anor-
del 15q11.2-q13 paterno. Los casos restantes se deben a disomía mal. Los rasgos continuamente variables tienden a ser menos
uniparental materna o al sellado genómico materno con el gen extremos en los hijos de las personas afectadas debido al princi-
paterno desactivado. pio estadístico de regresión a la media.
En contraste, el síndrome de Angelman incluye retraso men-
tal grave; talla y peso normales; habla ausente; trastorno convul- Rasgos umbrales. Algunos rasgos multifactoriales no apare-
sivo; ataxia y movimientos erráticos de los brazos, y paroxismos cen hasta que se rebasa un umbral. Los factores genéticos y
de risa inapropiada. En casi 70% de los casos, este síndrome se ambientales que generan la propensión o tendencia al rasgo tie-
produce por microdeleción del 15q11.2-q13 materno. En 2%, nen una distribución normal y sólo los individuos en los extre-
se debe a disomía uniparental paterna y en 2 a 3% más se debe al mos de la distribución rebasan el umbral y muestran el rasgo o
sellado genómico paterno con los genes maternos desactivados.
Existen otros ejemplos de sellado genómico importantes en
obstetricia. La mola hidatiforme completa, con una dotación CUADRO 13-8. Características de las enfermedades
cromosómica diploide de origen paterno, se caracteriza por cre- multifactoriales
Existe una contribución genética:
Sin patrón mendeliano de herencia.
CUADRO 13-7. Algunos trastornos que pueden Sin evidencia de trastorno unigénico.
implicar sellado genómico
Factores no genéticos que también participan en la
Región Progenitor etiología de la enfermedad:
Trastorno cromosómica de origen Falta de penetrancia a pesar del genotipo predisponente.
Los gemelos monocigóticos pueden ser discordantes.
Angelman 15q11.2-q13 Materno
Beckwith-Wiedemann 11p15.5 Paterno Puede haber agregación familiar:
Los familiares tienen mayor probabilidad de tener alelos
Distonía mioclónica 7q21 Materno predisponentes a la enfermedad.
Prader-Willi 15q11.2-q13 Paterno Expresión más frecuente entre familiares cercanos:
Seudohipoparatiroidismo 20q13.2 Depende Se vuelve menos frecuente en familiares con relación estrecha:
del tipo menos alelos predisponentes.
Síndrome de Rusell-Silver 7p11.2 Materno Mayor concordancia en los gemelos monocigóticos que en los
dicigóticos.
Datos de Online Mendelian Inheritance in Man (Johns Hopkins
University, 2013). Adaptado de Nussbaum, 2007.
Genética 275
CAPÍTULO 13
hipertermia se relaciona con el riesgo de anencefalia; la diabetes
previa a la gestación con los defectos craneales y cervicotoráci-
Población
Creación de la sonda
SECCIÓN 5
La sonda fluorescente
ilumina la región
Sonda Sonda de DNA DNA desnaturalizado
cromosómica de interés
de DNA marcada con colorante y separado
fluorescente
Sonda hibridada
con cromosomas del paciente
por cada conjunto haploide de cromosomas. La tinción cromo- cia entre el análisis FISH y la cariotipificación citogenética
sómica en bandas en profase casi siempre genera 850 bandas. estándar fue del 99.8% (Tepperberg, 2001). El American College
Como sólo pueden examinarse las células en división, la rapi- of Medical Genetics (2000) recomienda que la decisión clínica
dez con la que se obtienen los resultados se relaciona con la basada en la FISH también incorpore información clínica con-
rapidez del crecimiento celular en cultivo. Las células sanguíneas sistente o con análisis cromosómico confirmatorio.
fetales a menudo producen resultados en 36 a 48 h. El líquido
amniótico, que contiene células epiteliales, de la mucosa gas-
trointestinal y amniocitos, por lo general proporciona resulta- ■ Prueba de Southern
dos en siete a 10 días. Si se examinan fibroblastos cutáneos feta- Esta técnica, nombrada en honor de Edward Southern, permite
les post mortem, quizá sea difícil estimular el crecimiento celular identificar uno o varios fragmentos de DNA de interés entre el
y el análisis citogenético puede tardar dos a tres semanas. casi un millón que se obtiene con la digestión enzimática del
genoma completo. Como se ilustra en la figura 13-13, una
enzima endonucleasa de restricción digiere el DNA, lo que pro-
■ Hibridación in situ con fluorescencia duce fragmentos que luego se separan mediante electroforesis en
Esta herramienta representa un método rápido para conocer los gel de agarosa. Este proceso va seguido por la transferencia a una
cambios numéricos en algunos cromosomas y confirmar la pre- membrana de nitrocelulosa a la que se une el DNA. Las sondas
sencia o ausencia de un gen o secuencia de DNA específicos. La
FISH es muy útil para la identificación rápida de una aneuploi-
día específica y para la verificación de síndromes sospechados FISH en interfase
por microdeleción o duplicación. La velocidad es importante en
algunos casos porque estos datos pueden modificar el trata-
miento del embarazo.
Para realizar la prueba de FISH, las células se fijan en un por-
taobjetos y las sondas cromosómicas o génicas con marca fluores-
cente se hibridan con los cromosomas fijos, como se muestra en
las figuras 13-11 y 13-12. Cada sonda es una secuencia de DNA
complementaria a una región única del cromosoma o gen en
investigación. Si la secuencia de DNA de interés está presente, la
hibridación se detecta como una señal brillante, visible al micros-
copio. El número de señales indica el número de cromosomas o
genes de ese tipo que hay en la célula analizada. Los datos son Cromosoma X = Verde
específicos para cada sonda. Por lo tanto, la FISH no aporta
información sobre toda la dotación cromosómica, sólo sobre la Cromosoma Y = Rojo
región cromosómica o génica de interés.
Cromosoma 18 = Azul claro
La aplicación prenatal más frecuente de la FISH es la prueba
de cromosomas en interfase, con secuencias de DNA específicas
FIGURA 13-12. Hibridación in situ con fluorescencia (FISH) en inter-
de los cromosomas 21, 18, 13, X y Y. En la figura 13-12 se fase, con uso de sondas satélite α para los cromosomas 18, X y Y. En
muestra un ejemplo de la FISH en interfase con sondas de saté- este caso, las tres señales de color azul claro, las dos señales verdes y
lite α para los cromosomas 18, X y Y a fin de confirmar la triso- la ausencia de señales rojas indican que se trata de un feto femenino
mía 18. En una revisión de más de 45 000 casos, la concordan- con trisomía 18. (Imagen proporcionada por el Dr. Frederick Elder.)
Genética 277
Fragmentos de DNA
Separar
los fragmentos bicatenarios
CAPÍTULO 13
Separar por electroforesis en
con enzimas gel de agarosa
DNA de restricción Electroforesis
1. Desnaturalizar fragmentos
para crear DNA unicatenario
Autorradiografía
FIGURA 13-13. Análisis por prueba de Southern. Se aísla DNA genómico de leucocitos o amniocitos y se digiere con una enzima de restricción.
Este procedimiento genera una serie de fragmentos reproducibles separados mediante electroforesis en gel de agarosa. Los fragmentos de DNA
separados se transfieren luego (“inmunotransferencia”) a una membrana de nitrocelulosa que se une con el DNA. La membrana se trata con una
solución que contiene una sonda de ácido nucleico unicatenario radiactivo que forma un complejo de ácido nucleico bicatenario en los sitios de
la membrana en los que hay DNA homólogo. A continuación, estas regiones se detectan por autorradiografía.
homólogas al segmento de DNA de interés se hibridan con el probabilidad de que un individuo o feto haya heredado el rasgo
DNA unido con la membrana junto con un marcador que per- anormal. Esta técnica se usa para conjeturar la localización de
mite su identificación. Los principios básicos de la técnica distintos genes y su distancia aproximada entre sí.
Southern también puede aplicarse al RNA, en cuyo caso se conoce Se eligen marcadores dispersos específicos para el estudio con
como prueba Northern, y a las proteínas, la prueba Western. base en la localización sospechada del gen causante del trastorno.
Se analiza el DNA de cada miembro de la familia para determi-
nar si alguno de los marcadores seleccionados se transmitió junto
■ Reacción en cadena de la polimerasa con el gen de la enfermedad. Si las personas con la enfermedad
Esta herramienta permite la síntesis rápida de grandes cantidades tienen el marcador, pero no los sujetos sin el trastorno, se dice
de una secuencia de DNA o gen específico. Para hacerlo, debe que el gen que causa la enfermedad está vinculado con ese mar-
conocerse la secuencia génica completa o las secuencias de DNA cador. Esto sugiere que están cerca uno del otro en el mismo
al principio y al final del gen. La PCR se realiza en tres pasos que cromosoma. Las limitaciones de esta técnica incluyen que es
se repiten muchas veces. Primero, el DNA bicatenario se desna- imprecisa, que depende del tamaño de la familia y la disponibi-
turaliza por calentamiento. Luego se agregan los oligonucleóti- lidad de familiares para realizar la prueba, además de que depende
dos cebadores correspondientes a una secuencia determinada en de la presencia de marcadores informativos cerca del gen.
cada cadena de DNA separada y se templan con cada extremo
de la secuencia en cuestión. Por último, se agrega una mezcla de
nucleótidos y DNA polimerasa termoestable para alargar la
■ Análisis de micromatrices
secuencia de cebador, y se sintetizan nuevas cadenas complemen- multigénicas cromosómicas
tarias de DNA. El procedimiento se repite muchas veces para Esta prueba utiliza los principios de la PCR y la hibridación del
permitir la amplificación exponencial del segmento de DNA. ácido nucleico para detectar el DNA de muchos genes o muta-
La PCR en tiempo real se usa para amplificar un gen especí- ciones diferentes al mismo tiempo. Al hacerlo, se identifican
fico al tiempo que se cuantifica el gen en cuestión. Esto permite deleciones y duplicaciones de tan sólo 1 kb, llamadas variantes
la cuantificación exacta de la expresión génica. La secuenciación en el número de copias genómicas, mientras que la resolución
genómica paralela masiva o “secuenciación en escopetazo” utiliza de la cariotipificación estándar es cercana a tres megabases. En la
pequeños fragmentos de DNA aleatorios que se amplifican con clínica se usan dos tipos de matrices: 1) hibridación genómica
millones de marcas de secuencia. Estas pequeñas secuencias comparativa (CGH, comparative genomic hybridization), que
amplificadas se alinean por computadora, lo que permite confir- detecta microdeleciones y microduplicaciones en el DNA, y 2)
mar la secuencia del genoma completa. Entonces, el número de matrices de polimorfismo de nucleótidos individuales (SNP,
secuencias únicas puede contarse y expresarse como porcentaje. single-nucleotide polymorphism), en la que la variación puede
Esto permite la cuantificación relativa de genes específicos o cro- afectar un solo nucleótido. Como se muestra en la figura 13-14,
mosomas, en el caso de la determinación de aneuploidía. la plataforma de micromatriz de CGH contiene fragmentos de
DNA con secuencia conocida. El DNA del individuo (o el feto)
a examinar se marca con un colorante fluorescente y luego se
■ Análisis de vinculación expone a fragmentos de DNA fijados en una micromatriz mul-
Si no se ha identificado un gen causante de una enfermedad tigénica. El DNA normal de control se marca con una sonda
específica, puede usarse el análisis de vinculación para calcular la fluorescente distinta. Por último, se mide la intensidad de las
278 Paciente fetal
1.28 cm
1.28 cm
SECCIÓN 5
DNA
Miles de cadenas idénticas no hibridado
de nucleótidos en una celda
DNA hibridado
FIGURA 13-14. Análisis de micromatrices multigénicas cromosómicas. A. Tamaño real de la tableta con la micromatriz multigénica. B. Cada
tableta contiene miles de celdas (cuadros). C, D. Cada celda contiene miles de oligonucleótidos idénticos en su superficie y cada celda tiene un
contenido único de nucleótidos. E. Durante el análisis genético se presenta una mezcla de DNA fetal marcado a la tableta. Las secuencias de
DNA complementarias se unen. F. Si se dirige un láser a la tableta, las secuencias de DNA unidas resplandecen. Esto identifica una secuencia
concordante. (Tomada con autorización a partir de Doody, 2012.)
señales de la sonda fluorescente con un escáner láser. El uso de la detección de triploidía. Las matrices de SNP también pueden
las matrices para SNP es similar, salvo que el DNA se compara demostrar la pérdida de heterocigosidad en una muestra, impor-
con variantes de secuencia conocidas, lo que permite establecer tante para la detección de disomía uniparental y consanguinidad.
si el feto es heterocigótico u homocigótico para una mutación. En pediatría, el CMA se considera una prueba diagnóstica de
Las matrices pueden abarcar el genoma completo o dirigirse primer nivel para niños con retraso mental, anomalías congéni-
a síndromes genéticos conocidos. Las matrices del genoma com- tas o rasgos dismórficos, pero con cariotipo normal. En tales
pleto se usan en la investigación, por ejemplo para identificar casos, el CMA identifica una anormalidad hasta en 15% (Man-
síndromes por microdeleciones nuevas en individuos con disca- ning, 2010; Miller, 2010).
pacidad intelectual (Slavotinek, 2008). En la valoración prena- En la valoración de un mortinato, es más probable que el
tal sólo se usan matrices dirigidas. Una limitación mayor de CMA proporcione un diagnóstico genético que la cariotipifica-
ambos tipos es la detección de variantes en el número de copias ción estándar, en parte porque no requiere células en división.
con relevancia clínica incierta (Manning, 2010). Cuando se des- La Stillbirth Collaborative Research Network encontró que cuando
cubre que un embarazo anormal tiene una variante que no se el cariotipo no proporciona información, alrededor del 6% de
había relacionado antes con una anormalidad, quizá sea imposi- los casos tenía aneuploidía o una variante patógena del número
ble determinar si la variante es benigna o patológica. de copias identificada con CMA (Reddy, 2012). En general,
el CMA proporcionó resultados con una frecuencia casi 25%
Aplicaciones clínicas mayor que el cariotipo solo.
El CMA se usa en la clínica para el diagnóstico prenatal y en la Las matrices dirigidas se emplean en la valoración prenatal
valoración de un mortinato. Se espera que la técnica identifique con muestras de vellosidades coriónicas o líquido amniótico. En
trisomías autosómicas, anomalías en los cromosomas sexuales y un estudio multicéntrico con más de 4 000 embarazos, Wapner
otros reacomodos cromosómicos visibles con el análisis cariotí- et al. (2012) observaron que el CMA identifica todos los casos
pico estándar. Sin embargo, no permite la identificación de reaco- de aneuploidía frecuentes y reacomodos cromosómicos no
modos cromosómicos balanceados, como las translocaciones e balanceados que se observan en la cariotipificación estándar.
inversiones. Además, las matrices CGH no detectan la triploidía, Cuando los resultados de la cariotipificación estándar fueron
el mosaicismo menor del 20% ni algunos cromosomas marcado- normales, se encontró una microdeleción o una microduplica-
res (Bui, 2011). Un posible beneficio de las matrices para SNP es ción de relevancia clínica conocida o probable en 6% cuando la
Genética 279
indicación era una anormalidad estructural fetal, y en casi 2% si materna después de siete semanas de gestación (Bodurtha, 2012).
el análisis se realizaba por edad materna avanzada o resultado Representa 3 a 6% del DNA libre circulante en el plasma materno,
anormal en la detección sérica de aneuploidía. Otros investiga- la proporción aumenta conforme avanza la gestación (Lo, 1998).
CAPÍTULO 13
dores (Hillman, 2011) publicaron resultados similares. Resulta A diferencia de las células fetales intactas, el DNA fetal libre se
preocupante que estas variantes de relevancia clínica también se elimina de la sangre materna en unos minutos (Lo, 1999). En
identificaron en cerca del 2%, lo que genera una dificultad para situaciones de investigación, el DNA fetal libre se ha usado para
la asesoría (Dugoff, 2012; Wapner, 2012). Cuando se encuen- detectar muchos trastornos de un gen individual mediante alelos
tran variantes en el número de copias de relevancia clínica heredados por línea paterna, que incluyen distrofia miotónica,
incierta, están indicadas las pruebas en los padres. acondroplasia, enfermedad de Huntington, hiperplasia suprarre-
En fecha reciente, el American College of Obstetricians and nal congénita, fibrosis quística y talasemia β (Wright, 2009). Las
Gynecologists (2013) respaldaron el ofrecimiento de pruebas CMA aplicaciones clínicas del DNA fetal libre incluyen la determina-
cuando se identifican anomalías fetales mayores en la ecografía ción del genotipo Rh (CDE), determinación del género fetal y
prenatal. Si las alteraciones sugieren trisomía 21, 18 o 13, la detección de trisomías autosómicas (fig. 13-15).
prueba inicial puede ser el análisis del cariotipo o la FISH, tam-
Valoración del genotipo Rh D. La valoración del genotipo
bién puede considerarse el CMA. Es necesaria la asesoría genética
fetal Rh D en la sangre materna ofrece varios beneficios poten-
integral antes y después de la prueba CMA. Además, según la
ciales. Puede eliminarse la administración de inmunoglobulina
plataforma usada, quizá deba incluirse no sólo la posibilidad de
anti-D a una mujer embarazada negativa para Rh D que tiene un
datos de relevancia clínica incierta, sino también de enfermedad
feto que también es Rh D-negativo. En caso de aloinmunización
de inicio en el adulto, consanguinidad, incluso la no paternidad
Rh D, la identificación inmediata de un feto Rh D-negativo per-
(American College of Obstetricians and Gynecologists, 2013).
mite evitar la amniocentesis innecesaria y la valoración Doppler
serial de la arteria cerebral media fetal. La valoración del geno-
■ DNA fetal en la circulación maternal tipo Rh D en DNA fetal libre se realiza mediante PCR en tiempo
Existe una concentración muy baja de células fetales en la sangre real para enfocarse en los múltiples exones del gen RHD. En un
materna, sólo dos a seis células por mililitro (Bianchi, 2006). metaanálisis de más de 3 000 embarazos realizado por Geifman-
Algunas células fetales intactas pueden persistir en la circulación Holtzman et al. (2006), la exactitud diagnóstica promedio se
materna por décadas después del parto. Las células fetales persis- aproximó al 95% y sólo 3% de las muestras tuvo resultados no
tentes pueden causar microquimerismo, el cual se ha implicado concluyentes. Los estudios subsiguientes describieron una exacti-
en enfermedades autoinmunitarias maternas, como la esclero- tud del 99 al 100% (Minon, 2008; Tynan, 2011). La genotipifi-
dermia, lupus eritematoso sistémico y tiroiditis de Hashimoto. cación de Rh D con DNA fetal libre se usa de manera habitual
Para el diagnóstico prenatal, el uso de células fetales intactas está en Europa. Sin embargo, hasta 2013 no se había adoptado de
limitado por su baja concentración, su persistencia en embara- manera extensa en Estados Unidos. Una preocupación teórica es
zos sucesivos y las dificultades para distinguir las células fetales que las mujeres con resultados negativos falsos en la prueba no
de las maternas. El DNA fetal libre resuelve estas limitaciones. reciban inmunoglobulina anti-D, lo que podría aumentar la
aloinmunización contra Rh D (Szczepura, 2011).
DNA fetal libre Determinación del sexo fetal. Desde el punto de vista de la
Este DNA se libera del trofoblasto placentario apoptósico, no de enfermedad genética, la determinación del sexo fetal puede tener
células fetales, y puede detectarse de manera confiable en la sangre utilidad clínica si el feto tiene riesgo de un trastorno ligado a X.
Circulación
materna
Trofoblasto
apoptósico
DNA fetal
libre
PCR Secuenciación
cuantitativa genómica
en tiempo real paralela masiva
FIGURA 13-15. El DNA fetal libre en realidad proviene de trofoblastos apoptósicos. El DNA se aísla del plasma materno y puede usarse PCR
cuantitativa en tiempo real para valorar regiones o secuencias específicas. Esta técnica puede usarse para conocer el genotipo de Rh D, identifi-
cación de trastornos unigénicos heredados del padre o para determinar el sexo del feto. Es posible detectar trisomías 21, 18 y 13 mediante una
técnica llamada secuenciación genómica paralela masiva.
280 Paciente fetal
También puede ser provechosa si el feto tiene riesgo de hiperplasia American College of Obstetricians and Gynecologists: Maternal phenylketon-
suprarrenal congénita, ya que se puede evitar el tratamiento uria. Committee Opinion No. 449, December 2009a
American College of Obstetricians and Gynecologists: Preconception and pre-
materno con corticoesteroides, si el feto es masculino. En un natal carrier screening for genetic diseases in individuals of Eastern European
metaanálisis con más de 6 000 embarazos realizado por Devaney Jewish descent. Committee Opinion No. 442, October 2009b
SECCIÓN 5
et al. (2011), la sensibilidad de las pruebas en DNA fetal libre American College of Obstetricians and Gynecologists: Carrier screening for
fragile X syndrome. Committee Opinion No. 469, October 2010
para determinar el sexo del feto se aproximó al 95% entre las siete American College of Obstetricians and Gynecologists, Society for Maternal-
y 12 semanas de gestación, con mejora a 99% después de las 20 Fetal Medicine: Noninvasive testing for fetal aneuploidy. Committee
semanas. La especificidad de la prueba fue del 99% en ambos Opinion No. 545, December 2012
momentos, lo que sugiere que el DNA fetal libre es una alterna- American College of Obstetricians and Gynecologists: Array comparative
genomic hybridization in prenatal diagnosis. Committee Opinion No. 581,
tiva razonable a las pruebas invasivas en casos seleccionados. December 2013
Bdolah Y, Palomaki GE, Yaron Y, et al: Circulating angiogenic proteins in
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si se usa la secuenciación paralela masiva o la secuenciación diri- responsive neural tube defects: a minireview. Birth Defects Res A Clin Mol
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gida (selectiva) de regiones cromosómicas específicas (Chiu, Becerra JE, Khoury MJ, Cordero JF, et al: Diabetes mellitus during pregnancy
2008; Fan, 2008; Sparks, 2012). Al obtener al mismo tiempo la and the risks for specific birth defects: a population-based case-control study.
secuencia de millones de fragmentos de DNA, los investigado- Pediatrics 85(1):1, 1990
Benn P, Cuckle H, Pergament E: Non-invasive prenatal diagnosis for Down
res pueden identificar si la proporción o índice de fragmentos de syndrome: the paradigm will shift, but slowly. Ultrasound Obstet Gynecol
un cromosoma es mayor de lo anticipado. Como las secuencias 39(2):127, 2012
de DNA son específicas para los cromosomas individuales, las Bianchi DW, Hanson J: Sharpening the tools: a summary of a National
muestras de los fetos con síndrome de Down tienen una mayor Institutes of Health workshop on new technologies for detection of fetal
cells in maternal blood for early prenatal diagnosis. J Matern Fetal Neonatal
proporción de secuencias de DNA del cromosoma 21. Esta tec- Med 19(4):199, 2006
nología se denomina prueba prenatal no invasiva (NIPT, nonin- Bianchi DW, Platt LD, Goldberg JD, et al: Genome-wide fetal aneu-
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menos (American College of Obstetricians and Gynecologists, 366(1):64, 2012
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ponible desde hace poco como prueba de detección, pero por p 490
ahora no se considera una prueba diagnóstica sustituta. Se reco- Bui TH, Iselius L, Lindsten J: European collaborative study on prenatal diag-
mienda la asesoría previa a la prueba, con asesoría genética for- nosis: mosaicism, pseudomosaicism and single abnormal cells in amniotic
fluid cultures. Prenat Diagn 4(7):145, 1984
mal en caso de obtener un resultado anormal. Las recomenda- Bui TH, Vetro A, Zuffardi O, et al: Current controversies in prenatal diagnosis
ciones para su uso se describen en el capítulo 14 (pág. 292). 3: is conventional chromosomal analysis necessary in the post-array CGH
era? Prenat Diagn 31(3):235, 2011
Limitaciones. Existen varias limitaciones importantes al uso Burn J, Brennan P, Little J, et al: Recurrence risks in offspring of adults with
de las pruebas de DNA fetal libre en su forma actual (Benn, major heart defects: results from first cohort of British collaborative study.
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2012; Geifman-Holtzman, 2006). Como se estudian las células Chiu RW, Chan KC, Gao Y, et al: Noninvasive prenatal diagnosis of fetal
placentarias, el mosaicismo placentario confinado puede gene- chromosomal aneuploidy by massively parallel genomic sequencing of DNA
rar resultados anormales que no reflejan el cariotipo fetal. De in maternal plasma. Proc Natl Acad Sci USA 105(51):20458, 2008
Cockwell A, MacKenzie M, Youings S, et al: A cytogenetic and molecular study
igual manera, es posible que los resultados no sean tan exactos of a series of 45,X fetuses and their parents. J Med Genet 28(3):151, 1991
en un embarazo múltiple o en caso de un gemelo evanescente Cools M, Pleskacova J, Stoop H, et al: Gonadal pathology and tumor risk in
(cap. 45, pág. 892). Puede haber resultados negativos falsos si la relation to clinical characteristics in patients with 45,X/46,XY mosaicism.
cantidad de DNA fetal en la muestra es insuficiente. En teoría, J Clin Endocrinol Metab 96(7):E1171, 2011
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esto impide detectar a un feto Rh-negativo. En caso de aneu- ing: experience of the Metropolitan Atlanta Congenital Defects Program.
ploidía, puede ser imposible diferenciar la trisomía de una trans- Birth Defects Res A Clin Mol Teratol 85(1):20, 2009
locación desbalanceada (Benn, 2012; Geifman-Holtzman, 2006). Cronister A, Teicher J, Rohlfs EM, et al: Prevalence and instability of fragile
Por último, como la tecnología identifica diferencias en la pro- X alleles: implications for offering fragile X premutation diagnosis. Obstet
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porción relativa de los fragmentos cromosómicos, es posible que Devaney SA, Palomaki GE, Scott JA, et al: Noninvasive fetal sex determina-
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283
CAPÍTULO 14
Diagnóstico prenatal
Antecedente familiar, herencia multifactorial lar si la mujer tiene uno o más hijos con estos defectos o si la
Mutación MTHFR: 677C→T paciente o su pareja están afectados. Es probable que el ácido
Síndromes con herencia autosómica recesiva: Meckel Gruber, fólico complementario no reduzca el riesgo de NTD en pacien-
Roberts, Joubert, Jarcho-Levin, HARDE (hidrocefalia, agiria, tes con exposición a ácido valproico, diabetes previa a la gesta-
displasia retiniana, encefalocele) ción, fiebre o exposición a tinas de agua caliente durante el pri-
Aneuploidía: trisomías 13 y 18, triploidía mer trimestre o defectos relacionados con un síndrome genético
Exposiciones ambientales (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2013b).
Diabetes, hiperglucemia La política de fortificación habitual de los granos de cereal
Hipertermia: tinas de agua caliente o sauna, fiebre con ácido fólico, que se instauró en Estados Unidos desde 1998,
(controversial) proporciona cerca de 200 μg adicionales de ácido fólico al día y
Medicamentos: ácido valproico, carbamazepina, cumarínicos, puede reducir la primera aparición de NTD en las mujeres de
talidomida, efavirenz bajo riesgo en cerca del 20% (Honein, 2001). Se recomienda que
todas las mujeres con riesgo bajo tomen 400 μg de ácido fólico
Geográficos: grupo étnico, dieta y otros factores oral al día antes de la concepción y durante el primer trimestre
Reino Unido, India, China, Egipto, México, Estados Unidos al para reducir el riesgo de NTD hasta en 80% (cap. 8, pág. 159).
sur de los Apalaches
los defectos del tubo neural y de la pared ventral, permiten que necesidad de tal ajuste o si los resultados deben aplicarse a
la AFP escape hacia el líquido amniótico, lo que eleva mucho la todos los tipos de diabetes (Evans, 2002; Sancken, 2001;
concentración de AFP en el suero materno. Thornburg, 2008).
CAPÍTULO 14
Hace más de 30 años se demostró que las concentraciones de 5. Embarazo múltiple: se usan valores umbrales de detección
AFP en el suero materno a las 16 a 18 semanas rebasaban los 2.5 más altos en los embarazos gemelares (Cuckle, 1990). En el
múltiplos de la mediana (MoM) en una gran proporción de Parkland Hospital, una cifra de AFP se considera alta en un
las mujeres que tenían fetos con anencefalia o espina bífida embarazo gemelar si es mayor de 3.5 MoM, pero otros labo-
(Wald, 1977). Desde mediados de la década de 1980, la concen- ratorios usan un valor de 4.0, incluso 5.0 MoM.
tración de AFP sérica materna (MSAFP, maternal serum AFP) se
Según el American College of Obstetricians and Gynecologists
mide de manera habitual como prueba para detección de NTD.
(2013b), se debe ofrecer la detección de NTD a todas las mujeres
Por lo general, la detección de AFP en el suero materno se
embarazadas. Las mujeres que acuden a atención desde el inicio
realiza de las semanas 15 a la 20 en un protocolo que incluye
del embarazo a menudo tienen la opción de varias pruebas de
control de calidad, asesoría y seguimiento. La AFP se mide en
detección distintas para aneuploidía, como se explica más ade-
nanogramos por mililitro y se informa como múltiplos de la
lante. En las mujeres que eligen la detección sérica de marcadores
mediana (MoM) de la población no afectada. El uso de los
múltiples en el segundo trimestre se incluye la concentración de
MoM normaliza la distribución de la concentración de AFP y
AFP sérica materna como uno de los componentes. En aquellas
permite comparar los resultados de distintos laboratorios y
que eligen la detección en el primer trimestre o la muestra de
poblaciones. Con una concentración de AFP en suero materno
vellosidades coriónicas puede practicarse la detección de defectos
de 2.0 o 2.5 MoM como límite normal superior, la mayoría de
del tubo neural por AFP sérica a las 15 o 20 semanas, o por eco-
los laboratorios informa una tasa de detección (sensibilidad de la
grafía (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2013c).
prueba) de al menos 90% para anencefalia y 80% para espina
bífida, con una tasa de detección positiva del 3 al 5% (Milunsky,
2004). El valor predictivo positivo, proporción con AFP elevada ■ Elevación de MSAFP
que tiene un feto anormal, es de sólo 2 a 6%. Esto se explica por La figura 14-3 presenta un algoritmo para estimar las concen-
la superposición en las distribuciones de AFP en los embarazos traciones de AFP en suero materno. La valoración comienza con
afectados y no afectados, como se muestra en la figura 14-2. un ecograma habitual, si no se practicó ya en la gestación inicial,
Varios factores influyen en la concentración sérica materna ya que este examen permite descartar de manera confiable tres
de AFP y se consideran cuando se calcula el MoM de AFP: causas frecuentes de incremento en la MSAFP: subestimación
1. Peso materno: la concentración de AFP se ajusta para el volu- de la edad gestacional, embarazo múltiple y muerte fetal. Todos
men de distribución materno. los casos de anencefalia y muchos de espina bífida pueden detec-
2. Edad gestacional: la concentración sérica materna aumenta tarse o sospecharse durante un examen ecográfico habitual en el
cerca del 15% por semana durante el segundo trimestre segundo trimestre (Dashe, 2006). Una vez que se verifica la edad
(Knight, 1992). En general, el MoM debe recalcularse si el gestacional y se confirma que la prueba de detección resultó
diámetro biparietal difiere en más de una semana de la edad anormal, se ofrece a la paciente una valoración diagnóstica.
gestacional indicada. Muchas anomalías fetales y placentarias se acompañan de un
3. Raza/grupo étnico: las mujeres de raza negra tienen concen- aumento en la AFP (cuadro 14-2). La probabilidad de una de
traciones de AFP sérica al menos 10% mayores, pero tienen estas anomalías o de un resultado adverso del embarazo en
menor riesgo de NTD fetal. ausencia de una anomalía identificada aumenta en proporción a
4. Diabetes: la concentración sérica puede ser 10 a 20% más la cifra de AFP. Más del 40% de los embarazos es anormal si la
baja en las mujeres con diabetes tratada con insulina, a pesar concentración de AFP es mayor de 7 MoM (Reichler, 1994).
del incremento de tres o cuatro veces en el riesgo de NTD Por las razones previas, las mujeres con un aumento confir-
(Greene, 1988; Huttly, 2004). Existe controversia sobre la mado de la AFP deben referirse para asesoría adicional y se les
ofrece una prueba diagnóstica, ya sea ecografía especializada o
amniocentesis. Algunas mujeres tienen factores de riesgo que
ameritan referencia para una prueba diagnóstica, incluso si la
Normal no afectado cifra de AFP es normal. Éstas incluyen un antecedente de NTD,
Síndrome de Down
Espina bífida ya sea personal o en un familiar en primer grado, diabetes tra-
tada con insulina y exposición durante el primer trimestre a un
Anencefalia fármaco que conlleve un riesgo alto.
Ecografía dirigida
Hace más de 25 años, Nicolaides et al. (1986) describieron
0.7 1.0 2.5 5 10 20 ondulación del hueso frontal (el signo de limón) y curvatura
Múltiplos de la mediana (MoM) de MSAFP anterior del cerebelo con borramiento de la cisterna magna
(signo del plátano) en fetos en el segundo trimestre con espina
FIGURA 14-2. Distribución de la fetoproteína α sérica materna para bífida abierta (fig. 14-4). Estos investigadores también notaron
embarazos sencillos de 15 a 20 semanas. Se espera que el valor
que en estos casos a menudo el diámetro biparietal era pequeño
límite para detección de 2.5 múltiplos de la mediana genere una tasa
de resultados positivos falsos de hasta 5% (área sombreada negra) y y había ventriculomegalia. Watson et al. (1991) informaron que
tasas de resultados negativos falsos de hasta 20% para la espina 99% de los fetos con espina bífida abierta tenían uno o más de
bífida (área sombreada color bronce) y de 10% para anencefalia estos signos. Además de estos signos craneales, cada vez se usan
(área sombreada roja). más las imágenes transversales y las sagitales para caracterizar el
286 Paciente fetal
Resultado normal
de la detección Resultado anormal.
Asesoría a la paciente, se ofrece
ecografía especializada,
se considera
la amniocentesis
a
Si se opta por la detección de aneuploidía en el primer trimestre,
la MSAFP se mide como marcador único. Si se elige la
amniocentesis para determinar el cariotipo fetal, puede medirse
la AFP en líquido amniótico en lugar de la detección de AFP sérica.
b
Para embarazos gemelares, el umbral de AFP es más alto;
p. ej., ≥3.5 MoM.
FIGURA 14-3. Ejemplo de un algoritmo para evaluar los valores de detección de fetoproteína α en suero materno (MSAFP). CVS, muestreo de
vellosidades coriónicas; MoM, múltiplos de la mediana.
tamaño y localización de los defectos espinales (pág. 202). Con elevación de AFP y otros factores de riesgo y sobre la calidad y
base en estos datos, los investigadores experimentados describie- datos del examen ecográfico antes de tomar una decisión.
ron una detección cercana al 100% de NTD abiertos (Norem,
2005; Sepulveda, 1995). En general, el riesgo de NTD puede Amniocentesis
reducirse al menos en 95% cuando no se observan alteraciones Aunque la amniocentesis para medir AFP en el líquido amniótico
espinales o craneales (Morrow; 1991; Van den Hof, 1990). alguna vez se consideró el examen ordinario para el diagnóstico
La mayoría de los centros utiliza la ecografía enfocada como de NTD abierto, en la mayoría de los centros se sustituyó por la
método primario para valorar una concentración elevada de ecografía enfocada. Si la concentración de AFP en el líquido
AFP en suero materno. El American College of Obstetricians and amniótico era alta, se realizaba una prueba para acetilcolineste-
Gynecologists (2013b) recomienda que se asesore a las mujeres rasa, que de ser positiva se consideraba diagnóstica de un NTD.
acerca de los riesgos y beneficios de la ecografía enfocada y la La acetilcolinesterasa se escapa del tejido neural expuesto al
amniocentesis; sobre el riesgo relacionado con la magnitud de la líquido amniótico. La sensibilidad general de la amniocentesis es
Diagnóstico prenatal 287
cercana al 98% para los NTD abiertos, con una tasa de resultados
CUADRO 14-2. Trastornos relacionados
positivos falsos de 0.4% (Milunsky, 2004). Otras anomalías feta-
con concentraciones anormales
les relacionadas con la concentración de AFP en el líquido amnió-
de fetoproteína α en suero materno
CAPÍTULO 14
tico y resultado positivo para acetilcolinesterasa incluyen defectos
de la pared ventral, atresia esofágica, teratoma fetal, extrofia de la
Concentraciones altas
cloaca y anomalías cutáneas como la epidermólisis ampollosa.
Subestimación de la edad gestacional
Embarazo múltiplea Elevación inexplicable de la AFP sérica materna
Muerte fetal
Defecto del tubo neural Si no se detecta una anomalía fetal o placentaria después del
Gastrosquisis examen ecográfico especializado, con o sin amniocentesis, el
Onfalocele aumento de la MSAFP se considera inexplicable. Estos embara-
Higroma quístico zos tienen riesgo alto de varios resultados adversos que incluyen
Obstrucción esofágica o intestinal anomalías fetales o síndromes genéticos no detectables en la eco-
Necrosis hepática grafía, restricción del crecimiento fetal, oligohidramnios, des-
Anomalías renales: riñones poliquísticos, agenesia renal, prendimiento placentario, rotura prematura de membranas,
nefrosis congénita, obstrucción de vías urinarias parto prematuro y muerte fetal. Se asume que muchas de estas
Extrofia cloacal complicaciones se deben al daño o disfunción de la placenta. Es
Osteogénesis imperfecta importante señalar que la elevación de la AFP no se considera
Teratoma sacrococcígeo útil en la clínica como herramienta de detección para resultados
Anomalía congénita de la piel adversos del embarazo debido a su sensibilidad y valor predic-
Quiste pilonidal tivo positivo bajos. No se ha identificado un programa especí-
Corioangioma de la placenta fico de vigilancia materna o fetal que tenga una influencia favo-
Trombosis intervellosa de la placenta rable en los resultados del embarazo (Dugoff, 2010). En el
Desprendimiento placentario Parkland Hospital, la atención prenatal para estas mujeres no se
Oligohidramnios modifica, a menos que surja una complicación específica. A
Preeclampsia
pesar de la larga lista de resultados adversos posibles, resulta
Restricción del crecimiento fetal
tranquilizador que la mayoría de las mujeres con aumento inex-
Hepatoma o teratoma materno
plicable de la AFP tiene resultados normales. Los valores dema-
Concentraciones bajas siado altos o bajos de otros analitos séricos usados en protocolos
Obesidada para detección de aneuploidía se revisan en la página 290.
Diabetes mellitusa
Trisomía 21 o 18
Enfermedad trofoblástica gestacional ■ Tratamiento del feto con espina bífida
Muerte fetal Todavía existe controversia sobre el tipo de parto óptimo para
Sobreestimación de la edad gestacional un feto con espina bífida abierta. Algunos recomiendan la ope-
ración cesárea antes del inicio del trabajo de parto, e indican que
a La fetoproteína α se ajusta para estos factores cuando se calculan los
puede reducir el riesgo de traumatismo mecánico e infección
múltiplos de la mediana. espinal. Aunque algunos observaron mejor función motora en
A B
FIGURA 14-4. A. Imagen de la cabeza fetal a nivel de los ventrículos laterales en presencia de espina bífida, muestra el arqueamiento interno
o la ondulación de los huesos frontales (flechas), el signo del limón. La imagen también muestra ventriculomegalia. B. Imagen de la cabeza fetal
a nivel de la fosa posterior, muestra la curvatura anterior del cerebelo (flechas blancas) con borramiento de la cisterna magna, el signo del plá-
tano.
288 Paciente fetal
CUADRO 14-5. Algunas estrategias para detección de síndrome de Down y su tasa de detección
Tasa de
deteccióna (%)
CAPÍTULO 14
Estrategia Analitos
Detección 1er trimestre NT, PAPP-A y hCG o β-hCG libre 79–87
NT NT sola 64–70
Prueba triple MSAFP, hCG o β-hCG libre, uE3 61–70
Prueba cuádruple MSAFP, hCG o β-hCG libre, uE3, inh 74–81
Detección integrada Detección de 1er trimestre y prueba cuádruple, los 94–96
resultados se detienen hasta que se complete la prueba
cuádruple
Detección secuencial por Detección de 1er trimestre y prueba cuádruple 90–95
pasos Al 1% se le ofrece prueba diagnóstica después de la
detección del 1er trimestre
En 99% se procede a la prueba cuádruple, los resultados
se detienen hasta que se complete ésta
Detección secuencial Detección de 1er trimestre y prueba cuádruple 88–94
contingente Al 1% se le ofrece prueba diagnóstica después de la
detección del 1er trimestre
En 15% se procede a la prueba cuádruple, los resultados
se detienen hasta que se complete ésta
Al 84% no se le practican pruebas adicionales después
de la detección del 1er trimestre
Prueba de DNA fetal libre Sin analitos, secuenciación genómica paralela masiva 98
(embarazos de alto
riesgo)
a Con base en una tasa de detección positiva del 5%.
β-hCG libre, subunidad β libre de la hCG; hCG, gonadotropina coriónica humana; inh, inhibina dimérica α; MSAFP, fetopro-
teína α en suero materno; NT, translucidez nucal; PAPP-A, proteína plasmática A relacionada con el embarazo; uE3, estriol
no conjugado.
Datos de Alldred, 2012; American College of Obstetricians and Gynecologists, 2012b; Cuckle, 2005; Malone, 2005b; Wapner,
2003.
índice, 1:X. Sin embargo, cada prueba de detección tiene un ■ Detección en el primer trimestre
valor predeterminado en el que se considera “positiva” o anor- El protocolo más usual es la medición ecográfica de la transluci-
mal. Para las pruebas del segundo trimestre, este umbral se esta- dez nucal y dos analitos séricos maternos. Esto se realiza entre
blece en el riesgo de síndrome de Down fetal en una mujer de las 11 y las 14 semanas de gestación.
35 años, alrededor de 1 en 385 al término (cuadro 14-3). A las
mujeres con una prueba de detección positiva se les debe ofrecer
una prueba diagnóstica para cariotipo fetal por muestreo de Translucidez nucal
vellosidades coriónicas o amniocentesis (American College of
La translucidez nucal (NT, nuchal translucency) es el grosor
Obstetricians and Gynecologists, 2012a).
máximo de la región subcutánea translúcida entre la piel y el
tejido blando que cubre la espina fetal en la parte posterior del
Asesoría cuello (fig. 14-5). Se mide en el plano sagital, cuando la longi-
Como los avances en la tecnología han mejorado la identificación tud corona-rabadilla es de 38 a 84 mm. El cuadro 10-3 presenta
de aneuploidía con las pruebas de detección disponibles, el Ame- los criterios específicos para la medición de la NT. Esta medida
rican College of Obstetricians and Gynecologists (2013c) recomienda se expresa como múltiplo de la mediana específica para la edad
que a todas las mujeres que acudan para atención prenatal antes gestacional, similar a lo descrito para los marcadores séricos en
de las 20 semanas se les ofrezca la detección. Los paradigmas de la detección de aneuploidía. El mero aumento del grosor de la
detección disponibles se muestran en el cuadro 14-5. Una prueba NT no es una anomalía fetal, sino un marcador que conlleva un
de detección positiva indica un mayor riesgo, pero no es diagnós- mayor riesgo. Casi un tercio de los fetos con aumento en el gro-
tica de aneuploidía. Por el contrario, un resultado negativo indica sor de la NT tiene una anomalía cromosómica, de las cuales casi
que el riesgo no está elevado, pero no garantiza un feto normal. la mitad es síndrome de Down (Snijders, 1998).
Aunque el síndrome de Down es el centro de la mayoría de los Como se muestra en el cuadro 14-5, como marcador aislado,
protocolos para detección de aneuploidía, sólo representa cerca de la NT detecta 64 a 70% de los fetos con síndrome de Down,
la mitad de todos los casos de anomalías cromosómicas fetales. con una tasa positiva falsa del 5% y su sensibilidad máxima se
Las pruebas diagnósticas invasivas, como la muestra de vellosida- alcanza a las 11 semanas (Malone, 2005b). El riesgo que con-
des coriónicas y la amniocentesis, son seguras y efectivas. Sin fiere el aumento en el grosor de la NT es independiente del de
importar la edad, se asesora a todas las mujeres acerca de las dife- los analitos séricos, y la combinación de la NT con los valores
rencias entre las pruebas de detección y las diagnósticas, y se les da de dichos analitos mejora mucho la detección de aneuploidía
la opción de someterse a una prueba diagnóstica agresiva. (Spencer, 1999). Por tanto, la NT casi siempre se usa sólo como
290 Paciente fetal
Hueso nasal
tasa de resultados positivos falsos de 5% (Wapner, 2003). La
detección de aneuploidía es mucho mayor si estos analitos en el
primer trimestre: 1) se combinan con la medición ecográfica de
la NT, o 2) se combinan con los analitos del segundo trimestre,
lo que se conoce como detección integrada sérica (pág. 291).
En los embarazos gemelares, las concentraciones de β-hCG
libre sérica y PAPP-A casi se duplican en comparación con los
valores de un embarazo sencillo (Vink, 2012). Incluso con cur-
vas específicas, un gemelo dicoriónico normal tiende a normali-
zar los resultados de la detección, por lo que la tasa de detección
de aneuploidía es al menos 15% más baja (Bush, 2005).
cuadro 14-5 (Alldred, 2012). Los valores de los tres marcadores ■ Detección combinada en el primer
disminuyen en presencia de trisomía 18, con una tasa de detec- y segundo trimestres
ción similar a la del síndrome de Down y una tasa de resultados
Las estrategias de detección combinadas intensifican la detec-
CAPÍTULO 14
positivos falsos de sólo 0.5% (Benn, 1999).
ción de aneuploidía. Por esta razón, el American College of Obs-
La concentración de un cuarto marcador, inhibina dimérica
tetricians and Gynecologists (2013c) recomienda ofrecer una
α, se eleva en el síndrome de Down, con un valor promedio de
estrategia que incorpore la detección en el primer y el segundo
1.8 MoM (Spencer, 1996). La adición de la inhibina dimérica a
trimestres a las mujeres que solicitan atención prenatal en el pri-
los otros tres marcadores constituye la prueba cuádruple, que
mer trimestre. Se cuenta con tres estrategias de detección:
tiene una tasa de detección de trisomía 21 cercana al 80%, con
5% de resultados positivos falsos (cuadro 14-5). Como ocurre 1. La detección integrada combina los resultados de las pruebas
con la detección en el primer trimestre, las tasas de detección de del primer y el segundo trimestres. Esto incluye la medición
aneuploidía son un poco más bajas en mujeres jóvenes y más combinada de NT fetal y analitos séricos entre las 11 y 14
altas en las mayores de 35 años al momento del parto. Si se usa semanas de gestación, además de los marcadores cuádruples
la detección sérica del segundo trimestre en embarazos gemela- entre las 15 y 20 semanas. A continuación se calcula un
res, las tasas de detección de aneuploidía son mucho más bajas riesgo de aneuploidía con estos siete parámetros. Como se
(Vink, 2012). espera, la detección integrada tiene la tasa de detección más
La prueba cuádruple es la herramienta de detección de aneu- alta de síndrome de Down: 94 a 96% con tasa de resultados
ploidía usada con mayor frecuencia en el segundo trimestre. positivos falsos de 5% (cuadro 14-5). Si no se cuenta con la
Como prueba individual, casi siempre se usa en mujeres que no medición de NT, la detección sérica integrada incluye los seis
inician la atención hasta el segundo trimestre o cuando no es- marcadores séricos para calcular el riesgo. Sin embargo, esta
taba disponible la detección en el primer trimestre. Como se detección es menos efectiva.
discute más adelante, la combinación de la prueba cuádruple 2. La detección secuencial descubre los resultados de la detección
con la detección en el primer trimestre alcanza tasas aún más en el primer trimestre a las mujeres con riesgo más alto, a las
altas de detección de aneuploidía. que luego se les ofrecen pruebas con penetración corporal
con muestreo de vellosidades coriónicas o amniocentesis. En
Anomalías inexplicables en los analitos esta categoría existen dos estrategias de pruebas:
del segundo trimestre • Como en la detección secuencial por pasos, a las mujeres con
Existe una relación significativa entre la elevación en el segundo resultados en la detección del primer trimestre que indican
trimestre de hCG o de la inhibina dimérica α y los resultados un riesgo de síndrome de Down mayor a un umbral parti-
adversos del embarazo. Los resultados informados son similares cular se les ofrece pruebas invasivas; a las mujeres restantes
a los relacionados con el aumento de AFP e incluyen restricción se les practica la detección en el segundo trimestre. El
del crecimiento fetal, preeclampsia, parto prematuro, muerte umbral se establece alrededor del 1%, ya que en una pobla-
fetal y mortinato. Además, la probabilidad de un resultado ción a la que se practica la detección, el 1% en el riesgo más
adverso es mayor cuando se elevan los valores de múltiples mar- alto incluye cerca del 70% de los embarazos con síndrome
cadores (Dugoff, 2005). Sin embargo, la sensibilidad y los valo- de Down (Cuckle, 2005). Este método puede alcanzar una
res predictivos positivos de estos marcadores se consideran tasa de detección de hasta 95% (cuadro 14-5).
demasiado bajos para ser útiles en la detección o tratamiento • En la detección secuencial contingente, las mujeres se dividen
(Dugoff, 2010). en grupos de riesgo alto, moderado y bajo. Aquellas con un
Concentraciones bajas de estriol sérico materno. Un valor riesgo más alto, por ejemplo el 1% superior, se les ofrecen
de estriol sérico materno <0.25 MoM se relaciona con dos tras- pruebas invasivas. En las mujeres con riesgo moderado, que
tornos infrecuentes, pero relevantes. El primero es el síndrome comprenden 15 a 20% de la población, se realiza la detec-
de Smith-Lemli-Opitz, un trastorno autosómico recesivo carac- ción de segundo trimestre. El 80 a 85% restante, que tie-
terizado por mutaciones en el gen de la 7-dehidrocolesterol nen un riesgo menor de 1:1 000 y reciben resultados nega-
reductasa. Puede relacionarse con anomalías en el sistema ner- tivos en la detección no se somete a pruebas adicionales
vioso central, corazón, riñones y extremidades; con ambigüedad (Cuckle, 2005). Por lo tanto, la mayoría de las pacientes
genital, y con restricción del crecimiento fetal. Por esta razón, la reciben resultados casi inmediatos de la detección, al
Society for Maternal-Fetal Medicine recomendó la valoración tiempo que se mantiene una tasa elevada de detección. Esta
ecográfica si se obtiene una concentración de estriol no conju- tasa varía de 88 a 94% (cuadro 14-5). Esta opción también
gado <0.25 MoM (Dugoff, 2010). Si se identifican anomalías, es más rentable porque se elimina una prueba en el segundo
el valor de 7-dehidrocolesterol en líquido amniótico permite trimestre hasta en 85% de los pacientes.
confirmar el diagnóstico. Las estrategias de detección integrada y secuencial requieren
El segundo trastorno es la deficiencia de esteroide sulfatasa, coordinación entre el proveedor y el laboratorio para asegurar la
también conocida como ictiosis ligada a X. Por lo general es un obtención de la segunda muestra durante la ventaja adecuada de
trastorno aislado, aunque también puede ocurrir en presencia edad gestacional, que se envíe al mismo laboratorio y se vincule
de un síndrome de deleción génica contigua (cap. 13, pág. 266). con los resultados del primer trimestre.
En tales casos, puede relacionarse con síndrome de Kallman,
condrodisplasia punteada y retraso mental (Langlois, 2009). Si
la concentración de estriol es <0.25 MoM y el feto parece mas- ■ Detección de DNA fetal libre
culino, puede considerarse la hibridación in situ con fluorescen- El síndrome de Down y otras trisomías autosómicas del feto
cia para valorar el locus de la esteroide sulfatasa en el cromo- pueden detectarse desde las 10 semanas de gestación con la
soma X (Dugoff, 2010). secuenciación paralela masiva o la secuenciación cromosómica selec-
292 Paciente fetal
tiva para aislar DNA fetal libre del plasma materno (pág. 279). puede tener otras con menor probabilidad de ser detectadas por
Estudios recientes con estas técnicas en embarazos de alto riesgo ecografía, incluso indetectables por este medio, pero que tam-
producen tasas de detección de trisomías 21, 18 y 13 cercanas al bién afectan mucho el pronóstico. La mayoría de los fetos con
98%, con tasa de resultados positivos falsos de 0.5% o menos una aneuploidía que implica una alta probabilidad de causar la
SECCIÓN 5
(American College of Obstetricians and Gynecologists, 2012b; muerte intrauterina, como las trisomías 18 y 13, y la triploidía,
Bianchi, 2012; Palomaki, 2011, 2012; Sparks, 2012). Esta tec- casi siempre causan anomalías ecográficas que pueden obser-
nología novedosa está disponible en la clínica como prueba de varse en el segundo trimestre. Sin embargo, sólo 25 a 30% de
detección desde hace poco tiempo, pero no se considera susti- los fetos con síndrome de Down que están en el segundo trimes-
tuto para una diagnóstica. Se recomienda asesoría previa a la tre tienen una malformación mayor identificable mediante eco-
prueba. Si se obtiene un resultado anormal, debe ofrecerse ase- grafía (Vintzileos, 1995).
soría genética para confirmarlo. Por ahora, el American College of
Obstetricians and Gynecologists (2012b) recomienda ofrecer la Marcadores ecográficos en el segundo trimestre:
prueba a los grupos siguientes: “signos blandos”
• Mujeres de 35 años o más al momento del parto. Durante más de dos décadas, los investigadores han reconocido
• Pacientes con signos ecográficos indicativos de riesgo alto de que la detección ecográfica de la aneuploidía, en particular del
aneuploidía fetal. síndrome de Down, puede mejorarse con marcadores menores
• Mujeres con un embarazo previo complicado por trisomías que en conjunto se conocen como “signos blandos”. Los marca-
21, 18 o 13. dores menores son variantes normales, más que anomalías feta-
• La paciente o su pareja portan una translocación robertso- les, y en ausencia de aneuploidía o alguna anomalía, no tienen
niana balanceada, que conlleva un mayor riesgo de trisomía influencia significativa en el pronóstico. Los ejemplos de estos
fetal 21 o 13. signos ecográficos se presentan en el cuadro 14-7. Seis de dichos
• Pacientes con resultado anormal para aneuploidía en una marcadores han sido el centro de estudios con ecogramas gené-
prueba de detección del primer, segundo o combinada de ticos, en los que se calcularon índices de probabilidad que per-
primer y segundo trimestres. miten calcular un riesgo numérico (cuadro 14-8). Por lo general
se usan sólo de las 15 a las 20 o 22 semanas de gestación. El
El College no recomienda ofrecer la prueba a las mujeres con riesgo de aneuploidía aumenta mucho con el número de marca-
embarazos de bajo riesgo o embarazo múltiple (American College dores identificados.
of Obstetricians and Gynecologists, 2012b). Por desgracia, al menos 10% de los embarazos no afectados
tienen sólo uno de estos signos blandos, lo que limita mucho su
utilidad para la detección en la población general (Bromley,
■ Detección ecográfica 2002; Nyberg, 2003). La incorporación de marcadores menores
Las anomalías mayores y los marcadores ecográficos menores en protocolos para detección en el segundo trimestre se ha estu-
contribuyen de manera significativa a la detección de aneuploi- diado sobre todo en las poblaciones de alto riesgo. En estas cir-
día. Como se muestra en el cuadro 14-6, con pocas excepciones cunstancias se informan tasas de detección de 50 a 75% para el
el riesgo de aneuploidía relacionado con cualquier anomalía síndrome de Down (American College of Obstetricians and Gy-
mayor es lo bastante alto para que esté indicado el ofrecimiento necologists, 2013c). Excepto por el grosor del pliegue nucal, la
de una prueba con penetración corporal para análisis del cario- identificación de un marcador aislado en el segundo trimestre
tipo fetal o de micromatrices multigénicas cromosómicas (pág. en un embarazo de bajo riesgo casi nunca se considera suficiente
275). Es importante señalar que un feto con una anomalía para indicar un estado de “alto riesgo”. Un metaanálisis con-
CUADRO 14-6. Riesgo de aneuploidía relacionado con algunas anomalías fetales mayores
Anomalía Prevalencia natal Riesgo de aneuploidía (%) Aneuploidías frecuentesa
Higroma quístico 1/5 000 50–70 45,X; 21; 18; 13; triploidía
Hidropesía no inmunitaria 1/1 500–4 000 10–20 21, 18, 13, 45X, triploidía
Ventriculomegalia 1/1 000–2 000 5–25 13, 18, 21, triploidía
Holoprosencefalia 1/10 000–15 000 30–40 13, 18, 22, triploidía
Malformación de Dandy-Walker 1/12 000 40 18, 13, 21, triploidía
Labio/paladar hendidos 1/1 000 5–15 18, 13
Defectos cardiacos 5–8/1 000 10–30 21; 18; 13; 45,X; 22q11.2 microdeleción
Hernia diafragmática 1/3 000–4 000 5–15 18, 13, 21
Atresia esofágica 1/4 000 10 18, 21
Atresia duodenal 1/10 000 30 21
Gastrosquisis 1/2 000–4 000 Sin aumento
Onfalocele 1/4 000 30–50 18, 13, 21, triploidía
Pie zambo 1/1 000 5–30 18, 13
a Los números indican trisomías autosómicas, excepto cuando se indique; por ejemplo, 45,X indica síndrome de Turner.
Datos de Best, 2012; Canfield, 2006; Colvin, 2005; Cragan, 2009; Dolk, 2010; Ecker, 2000; Gallot, 2007; Long, 2006; Orioli, 2010; Pedersen, 2012;
Sharma, 2011; Solomon, 2010; Walker, 2001.
Diagnóstico prenatal 293
CUADRO 14-7. Marcadores ecográficos del segundo CUADRO 14-8. Índices de probabilidad y tasas
trimestre o “signos blandos” relacionados de resultados positivos falsos para los marcadores
con el síndrome de Down aislados del segundo trimestre usados en protocolos
CAPÍTULO 14
para detección de síndrome de Down
Marcador ecográficoa
Prevalencia en
Ángulo iliaco ampliado Índice de fetos no afectados
Arteria umbilical única Marcador ecográfico probabilidad (%)
Ausencia o hipoplasia del hueso nasal Engrosamiento de 11–17 0.5
Braquicefalia o lóbulo frontal acortado pliegue cutáneo nucal
Clinodactilia (hipoplasia de la falange media del 5° dedo) Dilatación de la pelvis 1.5–1.9 2.0–2.2
Dilatación de la pelvis renal (leve) renal
Engrosamiento del pliegue nucal Foco intracardiaco 1.4–2.8 3.8–3.9a
Facies plana ecógeno
Fémur corto
Intestino ecógeno 6.1–6.7 0.5–0.7
Foco intracardiaco ecógeno
Fémur corto 1.2–2.7 3.7–3.9
“Hueco de sandalia” entre el 1er y 2º dedos del pie
Húmero corto 5.1–7.5 0.4
Húmero corto
Un marcador, cualquiera 1.9–2.0 10.0–11.3
Intestino ecógeno
Dos marcadores 6.2–9.7 1.6–2.0
Oreja corta
Tres o más 80–115 0.1–0.3
Pliegue palmar transversal único
a Más alto en individuos asiáticos.
a Listados en orden alfabético. Datos de Bromley, 2002; Nyberg, 2001; Smith-Bindman, 2001.
cluyó que si los marcadores menores se usaran como base para El pliegue nucal se mide en la vista transcerebelar de la cabeza
decidir si se ofrece la amniocentesis, se producirían más pérdidas fetal, desde el borde externo del cráneo al borde externo de la
fetales que el número de casos de síndrome de Down identifica- piel (fig. 14-6A). Una medición ≥6 mm casi siempre se consi-
dos (Smith-Bindman, 2001). El American College of Obstetri- dera anormal (Benacerraf, 1985). Este dato se encuentra en casi
cians and Gynecologists (2013c) recomienda que el ajuste de 1 de cada 200 embarazos y confiere un riesgo más de 10 veces
riesgo basado en marcadores ecográficos en el segundo trimestre mayor de síndrome de Down (Bromley, 2002; Nyberg, 2001;
se limite a centros especializados. Smith-Bindman, 2001). A diferencia de otros marcadores pre-
A B C
D E F
FIGURA 14-6. Marcadores ecográficos menores que se relacionan con un mayor riesgo de síndrome de Down. A. Engrosamiento del pliegue
cutáneo nucal (llave). B. Foco intracardiaco ecógeno (flecha). C. Dilatación leve de la pelvis renal (pielectasia) (flechas). D. Intestino ecógeno
(flecha). E. Clinodactilia: hipoplasia de la falange media del 5° dedo que crea una curvatura (flecha). F. “Espacio de sandalia”.
294 Paciente fetal
sentados en el cuadro 14-8, el engrosamiento del pliegue nucal 2007). Estos datos también se relacionan con un mayor riesgo
obliga a una ecografía enfocada y a considerar la amniocentesis, de trisomía 18, trisomía 13 y otras aneuploidías. Sin embargo,
incluso como dato aislado en una paciente por lo demás con estos signos no tienen una aplicación habitual muy difundida en
bajo riesgo. Estados Unidos.
SECCIÓN 5
CUADRO 14-9. Enfermedades autosómicas recesivas encontradas con mayor frecuencia en ciertos grupos étnicos
Enfermedad Herencia de los grupos con mayor riesgo
CAPÍTULO 14
Hemoglobinopatías drepanocíticas Africana, mediterránea, Medio Oriente, India
Talasemia α Africana, mediterránea, Medio Oriente, India occidental, sureste de Asia
Talasemia β Africana, mediterránea, Medio Oriente, India, sureste de Asia
Fibrosis quística Caucásica no hispana, judía asquenazi, nativa norteamericana (Zuni, Pueblo)
Errores congénitos del metabolismo: Judía asquenazi
Enfermedad de Tay-Sachs La enfermedad de Tay-Sachs también es más frecuente en grupos con herencia
Enfermedad de Canavan francocanadiense y cajún
Disautonomía familiar
Anemia de Fanconi del grupo C
Enfermedad de Niemann-Pick tipo A
Mucolipidosis IV
Síndrome de Bloom
Enfermedad de Gaucher
cuente de inicio infantil y que acorta la vida en Estados Unidos. deficiencia de hierro y la electroforesis de hemoglobina es nor-
La hemoglobina normal del adulto consiste en dos cadenas α y mal, deben considerarse las pruebas para talasemia α, sobre todo
dos cadenas β. Como se explica en el capítulo 56 (pág. 1107), la entre personas con origen en el sureste asiático (American College
hemoglobina S es producto de una mutación puntual indivi- of Obstetricians and Gynecologists, 2013a).
dual en el gen que codifica la cadena β. Un individuo heteroci- Talasemia β
gótico tiene una copia codificadora de hemoglobina A y una de
hemoglobina S, esto es, hemoglobina AS o rasgo drepanocítico. Las mutaciones en el gen de la globina β pueden reducir o eli-
Un individuo homocigótico hereda una copia del gen para minar la síntesis de las cadenas de globina β. Si la mutación
hemoglobina S de cada progenitor y expresa hemoglobina SS o afecta un gen, causa talasemia β menor. Si las dos copias son
anemia drepanocítica. La hemoglobina C se hereda de manera anormales, el resultado es talasemia β mayor, llamada anemia de
similar y la enfermedad SC se debe a la presencia de una copia Cooley, o talasemia β intermedia. Debido a la producción redu-
generadora de hemoglobina S y una de hemoglobina C. cida de hemoglobina A entre los portadores, la electroforesis
Los pacientes africanos y afroamericanos tienen mayor riesgo demuestra aumento de las hemoglobinas que no contiene cade-
de portar hemoglobina S y otras hemoglobinopatías, y se les nas β, incluidas las hemoglobinas F y A2.
debe ofrecer detección preconcepcional o prenatal. Uno de cada La talasemia β menor es más frecuente entre personas de
12 afroamericanos tiene rasgo drepanocítico, uno de cada 40 ascendencia africana, mediterránea y del sureste de Asia. El
porta el gen para hemoglobina C y uno de cada 40 porta el rasgo American College of Obstetricians and Gynecologists (2013a) reco-
para talasemia β. La hemoglobina S también es más frecuente mienda ofrecer la detección del estado portador mediante elec-
entre las personas de origen mediterráneo, de Oriente Medio y troforesis de hemoglobina, sobre todo si encuentran anemia
de la India (Davies, 2000). El American College of Obstetricians microcítica sin deficiencia de hierro. La concentración de
and Gynecologists (2013a) recomienda ofrecer electroforesis de hemoglobina A2 que rebasa 3.5% confirma el diagnóstico.
hemoglobina a las pacientes de ascendencia africana. Si una Otros grupos étnicos con riesgo alto incluyen los provenientes
pareja tiene riesgo de tener un hijo con hemoglobinopatía dre- del Oriente Medio, el oeste de India y los hispanos.
panocítica, debe ofrecerse la asesoría genética. El diagnóstico
prenatal puede hacerse mediante muestreo de vellosidades ■ Enfermedad de Tay-Sachs
coriónicas o amniocentesis.
Esta enfermedad autosómica recesiva por almacenamiento liso-
sómico se caracteriza por ausencia de la enzima hexosaminidasa
■ Talasemias A. Esto permite la acumulación de gangliósidos GM2 en el sis-
Estos síndromes son los trastornos unigénicos más frecuentes en tema nervioso central, degeneración neurológica progresiva y
todo el mundo y hasta 200 millones de personas portan un gen muerte en la infancia. Las personas con el trastorno tienen
para alguna de estas hemoglobinopatías. Algunos individuos ausencia casi completa de la enzima, mientras que los portado-
con talasemia tienen anemia microcítica secundaria a la dismi- res permanecen asintomáticos, pero tienen actividad de hexosa-
nución en la síntesis de las cadenas de hemoglobina α o β. En minidasa A 55% menor. La frecuencia de estado portador de la
general, las deleciones en las cadenas de globina α causan talase- enfermedad de Tay-Sachs entre los judíos originarios de Europa
mia α, mientras que las mutaciones en las cadenas de globina β oriental (asquenazi) se aproxima a 1 en 30, pero es mucho
producen talasemia β. Con menor frecuencia, una mutación en menor, de sólo 1 en 300, en la población general. Otros grupos
la cadena de globina α también causa talasemia α. La atención con riesgo elevado de enfermedad de Tay-Sachs son los de ascen-
para la embarazada con talasemia se describe en el capítulo 56 dencia franco-canadiense y cajún. Se inició una campaña inter-
(pág. 1112). nacional para detección del estado portador de enfermedad de
Tay-Sachs en la década de 1970 y alcanzó un éxito sin preceden-
Talasemia α tes en la población judía asquenazi. La incidencia de enferme-
dad de Tay-Sachs disminuyó después en más de 90% (Kaback,
El número de genes de la globina α que se eliminan varía desde
1993). Ahora, la mayoría de los casos de esta enfermedad ocurre
uno a los cuatro. Si se eliminan dos genes de globina α, es pro-
en individuos de origen no judío.
bable que ambos se eliminen del mismo cromosoma (configura-
El American College of Obstetricians and Gynecologists tiene las
ción cis, αα/–) o que se elimine uno de cada cromosoma (con-
siguientes recomendaciones para la enfermedad de Tay-Sachs:
figuración trans, α–/α–). El rasgo de talasemia α es frecuente
entre personas de ascendencia africana, mediterránea, del • Debe ofrecerse la detección antes del embarazo, si ambos
Oriente Medio, del oeste de India y del sureste asiático, y causa integrantes de la pareja son judíos asquenazi, franco-cana-
anemia leve. La configuración cis es más frecuente entre los indi- dienses o de origen cajún, también si existe un antecedente
viduos provenientes del sureste asiático, pero es más probable familiar de enfermedad de Tay-Sachs.
que los de origen africano hereden la configuración trans. La • Cuando sólo un integrante de la pareja es de alguno de los
relevancia clínica de esta diferencia radica en que cuando ambos grupos étnicos mencionados, puede practicarse la detección
progenitores portan deleciones cis, existe riesgo de ausencia de primero en el individuo de alto riesgo; si se descubre que es
hemoglobina α en los descendientes; esto se conoce como enfer- portador, también se ofrece la detección a la otra persona. Si
medad por Hb de Barts, causa hidropesía y pérdida fetales (cap. ya existe un embarazo, puede realizarse la detección a ambos
15, pág. 315). progenitores al mismo tiempo.
Diagnóstico prenatal 297
CAPÍTULO 14
que la tasa de detección puede ser menor de 50%. Los procedimientos con penetración corporal usados para el
• El análisis bioquímico por medición de la concentración diagnóstico prenatal (amniocentesis, muestreo de vellosidades
sérica de hexosaminidasa A tiene una sensibilidad del 98% y coriónicas y muestreo de sangre fetal) permiten hacer una gran
es la prueba que debe realizarse en sujetos de grupos étnicos variedad de diagnósticos genéticos sofisticados antes del naci-
de bajo riesgo. Debe usarse la prueba leucocítica si la mujer ya miento. El diagnóstico genético previo a la implantación per-
está embarazada o toma anticonceptivos orales. mite hacer diagnósticos similares en los ovocitos o embriones
• Los resultados ambiguos o positivos en la prueba de detec- antes de su implantación.
ción deben confirmarse mediante análisis bioquímico y del Las mejoras en las pruebas para detección de aneuploidía
DNA para la mutación más frecuente. Esto permite identifi- durante la última década, descritas en la sección previa, han deri-
car a los individuos portadores de genes relacionados con la vado en un descenso significativo en el número de procedimien-
enfermedad leve o con estados de seudodeficiencia. En tales tos diagnósticos prenatales. En un estudio en más de 160 000
casos es útil la referencia a un genetista. embarazadas de 35 años de edad y más, la aceptación entre las
• Si ambos miembros de la pareja son portadores de la enfer- pacientes de los procedimientos de amniocentesis disminuyó
medad de Tay-Sachs, debe ofrecerse asesoría genética y diag- de 56 a 36% entre 2001 y 2008, mientras que la del muestreo de
nóstico prenatal. La actividad de la hexosaminidasa puede vellosidades coriónicas descendió de 36 a 24% (Nakata, 2010).
medirse en muestras de vellosidades coriónicas u obtenidas Los procedimientos de muestreo sanguíneo fetal también se han
por amniocentesis. reducido, pero por diferentes razones. La amniocentesis con
hibridación in situ con fluorescencia (FISH) ha disminuido la
■ Otras enfermedades recesivas necesidad de cariotipificación rápida en sangre fetal (cap. 13,
en judíos asquenazi pág. 276); el número de pruebas basadas en DNA que se realizan
en líquido amniótico ha aumentado mucho; y los estudios
La tasa de estado portador entre individuos de origen judío euro-
Doppler de la arteria cerebral media fetal han mejorado la exac-
peo oriental (asquenazi) es cercana a 1 en 30 para la enfermedad
titud de la detección de anemia fetal (cap. 10, pág. 221).
de Tay-Sachs, 1 en 40 para la enfermedad de Canavan y 1 en 32
para la disautonomía familiar. Por fortuna, la tasa de las pruebas de
detección para cada una de estos trastornos es de al menos 98% en ■ Amniocentesis
esta población. Debido a su prevalencia relativamente alta y feno-
La extracción transabdominal de líquido amniótico se mantiene
tipo siempre grave y predecible, el American College of Obstetricians
como el procedimiento más frecuente usado para diagnosticar
and Gynecologists (2009a) recomienda ofrecer la detección del
aneuploidía fetal y otros trastornos genéticos. Por lo general, se
estado portador para estos tres trastornos a los judíos asquenazi, ya
realiza entre las 15 y 20 semanas de gestación, aunque también
sea antes de la concepción o al inicio del embarazo. Además, otros
puede realizarse más tarde. Por lo general, la indicación es el
trastornos para los que debe mantenerse disponible la detección de
estudio del cariotipo fetal, aunque el uso de FISH y los estudios
portadores incluyen la mucolipidosis IV, enfermedad de Nie-
de hibridación genómica comparativa basada en micromatrices
mann-Pick tipo A, anemia de Fanconi del grupo C, síndrome de
multigénicas han aumentado de manera considerable, como se
Bloom y enfermedad de Gaucher. Las características de estos tras-
explica en la página 275. Como los amniocitos deben cultivarse
tornos se muestran en el cuadro 14-11. La enfermedad de Gau-
antes de poder valorar el cariotipo fetal, el tiempo necesario para
cher difiere de los otros trastornos en que tiene un fenotipo muy
la cariotipificación es de siete a 10 días. Fuera del contexto del
variable, desde la enfermedad infantil hasta la ausencia de sínto-
análisis genético prenatal, a veces se extrae un volumen grande
mas durante toda la vida. Además, existe un tratamiento efectivo
de líquido amniótico con fines terapéuticos, para aliviar el poli-
mediante reposición enzimática (Zuckerman, 2007).
hidramnios sintomático (pág. 236). La misma técnica descrita a
El American College of Obstetricians and Gynecologists (2009a)
continuación se aplica también para esta indicación.
tiene las siguientes recomendaciones para la detección de porta-
dores: Técnica
• Cuando sólo un miembro de la pareja es de origen judío La amniocentesis se realiza con técnica aséptica, bajo guía eco-
asquenazi, esa persona debe hacerse la detección primero; si gráfica directa, con una aguja espinal calibre 20 a 22 (fig. 14-7).
resulta portador, se ofrece la detección al otro miembro de la Una aguja espinal corriente mide alrededor de 9 cm de largo y
pareja. Salvo con la fibrosis quística y la enfermedad de Tay- según la complexión de la paciente, a veces se requiere una aguja
Sachs, se desconocen la frecuencia del estado de portador y la más larga. La aguja se dirige a un saco claro de líquido amnió-
tasa de detección para cada uno de los trastornos presentados tico mientras se evitan el feto y el cordón umbilical; lo ideal es
en el cuadro 14-11. que se haga sin atravesar la placenta. Se hacen los esfuerzos nece-
• A las personas con antecedente familiar de uno de estos tras- sarios para perforar el corioamnios, en lugar de “elevarlo” de la
tornos se les debe ofrecer la detección de portador, y podrían pared uterina subyacente. La molestia por el procedimiento se
beneficiarse con la asesoría genética. considera menor y casi nunca se usa anestésico local (Mujezino-
• Cuando ambos miembros de la pareja son portadores de vic, 2011).
alguno de estos trastornos, deben referirse para asesoría gené- El volumen de líquido que suele necesitarse para los análisis
tica y se les ofrece diagnóstico prenatal. frecuentes se muestra en el cuadro 14-12. Como es posible que
• Cuando se identifica un portador, se le debe alentar a informar a los primeros 1 a 2 ml de líquido aspirado estén contaminados
sus familiares en riesgo de ser portadores de la misma mutación. con células maternas, casi siempre se desechan. Luego se recolec-
298 Paciente fetal
CUADRO 14-11. Enfermedades genéticas autosómicas recesivas frecuentes en personas de ascendencia judía
de Europa oriental
Incidencia Frecuencia
SECCIÓN 5
de la de Tasa porcentual
Trastorno enfermedad portadora de detección Descripción
Enfermedad de 1/3 000 1/30 94, prueba Deficiencia de hexosaminidasa A; disfunción neurológica
Tay-Sachs molecular motora y mental con muerte infantil; sin tratamiento
98, prueba efectivo
bioquímica
Enfermedad de 1/6 400 1/40 98 Deficiencia de aspartato acilasa; trastorno neurológico con
Canavan retraso del desarrollo, hipotonía, cabeza grande,
convulsiones, ceguera, reflujo gastrointestinal y muerte
infantil; sin tratamiento efectivo
Fibrosis quística 1/2 500–3 000 1/24 94 Mutaciones en el gen CFTR; la forma típica causa daño
pulmonar progresivo y compromiso pancreático;
mediana de supervivencia 37 años; los varones a
menudo tienen ausencia congénita de conductos
deferentes e infertilidad
Disautonomía 1/3 600 1/32 99 Mutaciones en el gen IKBKAP; trastorno neurológico con
familiar alimentación deficiente, sudación anormal, dolor e
insensibilidad al dolor, presión sanguínea lábil y
escoliosis; no hay cura, pero algunos tratamientos
prolongan y aumentan la calidad de vida
Anemia de Fanconi 1/32 000 1.89 99 Mutaciones recesivas; anemia grave, pancitopenia, retraso
grupo C en el desarrollo, falta de progreso y retraso mental; el
trasplante de médula ósea puede ser exitoso
Enfermedad de 1/32 000 1/90 95 Deficiencia de esfingomielinasa; trastorno
Niemann-Pick neurodegenerativo con muerte infantil; sin tratamiento
efectivo
Mucolipidosis IV 1/62 500 1/127 95 Trastorno neurodegenerativo por almacenamiento
lisosómico; retraso psicomotor marcado y degeneración
retiniana; la esperanza de vida puede ser normal; sin
tratamiento efectivo
Síndrome de 1/40 000 1/100 95–97 Aumento de rotura cromosómica, susceptibilidad a
Bloom infecciones y neoplasias malignas, deficiencia de
crecimiento, signos cutáneos y retraso mental; la muerte
suele acaecer en la 3ª década de edad, relacionada con
cáncer; sin tratamiento efectivo
Enfermedad de 1/900 1/15 95 Deficiencia de glucosidasa β; afecta el bazo, hígado y
Gaucher (tipo 1) huesos; se desarrolla a cualquier edad con un cuadro
clínico amplio que incluye anemia, equimosis y
hemorragia, hepatoesplenomegalia y osteoporosis; el
tratamiento enzimático mejora la calidad de vida
a Se desconocen la frecuencia del estado portador y las tasas de detección en poblaciones no judías, excepto para la enfermedad de Tay-Sachs y la
fibrosis quística.
CFTR, regulador de conductancia transmembranosa de fibrosis quística; IKBKAP, inhibidor del intensificador del gen del polipéptido ligero κ en las célu-
las B, proteína relacionada con el complejo de cinasa.
Datos de American College of Obstetricians and Gynecologists, 2009a, 2010; National Institute of Neurological Disorders and Stroke, 2012a–d.
tan cerca de 20 ml de líquido para el análisis cromosómico fetal Se documentan el color y claridad del líquido. El líquido
antes de retirar la aguja. Se emplea la ecografía para observar el amniótico debe ser claro e incoloro o amarillo pálido. Es más
sitio de punción uterina a fin de descartar hemorragia; al final del frecuente obtener líquido sanguinolento si la aguja pasó a través
procedimiento se documenta el movimiento cardiaco fetal. Si la de la placenta, pero casi siempre se aclara con la aspiración con-
paciente es Rh D-negativa y no está sensibilizada, se aplica inmu- tinua. La placenta está insertada en la pared anterior del útero
noglobulina anti-D después del procedimiento (pág. 311). en casi la mitad de los embarazos y si éste es el caso, se atravesará
Diagnóstico prenatal 299
Transductor de ultrasonido amniótico. Esto puede hacerse con 2 ml de una solución con
1 ml de indigotina (carmín de índigo) diluido en 10 ml de solu-
ción salina estéril. Cuando se entra al segundo saco, el retorno
CAPÍTULO 14
de líquido amniótico confirma la posición de la aguja dentro del
segundo saco. El pigmento azul de metileno está contraindicado
porque se relaciona con atresia yeyunal y metahemoglobinemia
neonatal (Cowett, 1976; van der Pol, 1992). Como también se
han informado casos aislados de atresia yeyunal después del uso
de indigotina, se ha sugerido que la visualización ecográfica
debe ser lo bastante clara para evitar la necesidad del pigmento
(Brandenburg, 1997).
Complicaciones
La tasa de pérdida relacionada con el procedimiento después de
la amniocentesis en el segundo trimestre se considera de 1 en
300 a 500 (American College of Obstetricians and Gynecologists,
2012a). La tasa de pérdida puede duplicarse en mujeres con
obesidad grado 3, las que tienen índice de masa corporal (BMI,
body mass index) ≥40 kg/m2 (Harper, 2012). En los embarazos
Placenta
gemelares, Cahill et al. (2009) publicaron un aumento de 1.8%
en la tasa de pérdidas atribuibles a la amniocentesis. Algunas
pérdidas no se relacionan con el procedimiento, sino que se
deben a la implantación anormal o desprendimiento de la pla-
centa, anomalías uterinas, anomalías fetales o infección. Wens-
trom et al. (1990) analizaron 66 muertes fetales después de casi
12 000 amniocentesis en el segundo trimestre y encontraron
que 12% se debía a una infección intrauterina preexistente.
FIGURA 14-7. Amniocentesis.
Otras complicaciones de la amniocentesis incluyen fuga de
líquido amniótico en 1 a 2% y corioamnionitis en menos del
0.1% (American College of Obstetricians and Gynecologists,
con la aguja en casi 60% de las ocasiones (Bombard, 1995). Por 2012a). Después de la fuga de líquido amniótico, que casi siem-
fortuna, esto no se relaciona con pérdida del embarazo (Mar- pre ocurre en las 48 h siguientes al procedimiento, la supervi-
thin, 1997). El líquido pardo oscuro o verdoso puede ser indi- vencia fetal es mayor del 90% (Borgida, 2000). Las lesiones
cación de un episodio previo de hemorragia intraamniótica. fetales con la aguja son raras. El cultivo del líquido amniótico es
Amniocentesis en embarazo múltiple. En los embarazos exitoso en más del 99% de los casos, aunque es menos probable
gemelares a menudo se inyecta una pequeña cantidad de pig- que las células crezcan si el feto es anormal (Persutte, 1995).
mento carmín índigo diluido antes de retirar la aguja del saco
Amniocentesis temprana
Si se realiza entre las 11 y 14 semanas, la amniocentesis se deno-
mina “temprana”. La técnica es la misma que para la amniocen-
CUADRO 14-12. Algunas pruebas realizadas en líquido tesis habitual, aunque la punción del saco amniótico puede ser
amniótico y volumen típico de líquido requerido más difícil por la falta de fusión de la membrana con la pared
Prueba Volumen (ml)a uterina. Además, casi siempre se extrae menos líquido, alrede-
dor de 1 ml por cada semana gestacional (Shulman, 1994; Sun-
Cariotipo fetal 20 dberg, 1997).
Hibridación in situ con fluorescenciab 10 La amniocentesis temprana se relaciona con tasas mucho
Fetoproteína α 2 más altas de complicaciones relacionadas con el procedimiento
Pruebas de PCR para citomegalovirus, 1-2 cada una que otros procedimientos fetales. En el Canadian Early and
toxoplasmosis o parvovirus Mid-Trimester Amniocentesis Trial (1998), que incluyó a más de
Cultivo de citomegalovirus 2–3 4 000 mujeres a las que se practicó amniocentesis temprana, las
tasas de fuga de líquido amniótico, pérdida fetal y pie equino-
OD 450 Δ (análisis de bilirrubina) 2–3
varo (pie zambo) fueron más altas después de la amniocentesis
Estudios de genotipo (aloinmunización) 20 temprana que con la habitual. En comparación con el muestreo
Pruebas de madurez pulmonar fetal 10 de vellosidades coriónicas, la amniocentesis temprana se rela-
ciona con una tasa cuatro veces más alta de pie equinovaro (Phi-
a El volumen de líquido necesario para cada prueba varía según las
lip, 2004). Otro problema de la amniocentesis temprana es que
especificaciones de cada laboratorio.
b FISH: la hibridación in situ con fluorescencia casi siempre se realiza la tasa de falla en el cultivo celular es más alta, lo que amerita un
para los cromosomas 21, 18, 13, X y Y, o en caso de una anomalía car- segundo procedimiento. Por todas estas razones, el American
diaca conotroncal fetal, para la microdeleción 22q.1.1. College of Obstetricians and Gynecologists (2012a) desaconseja el
PCR, reacción en cadena de la polimerasa.
uso de la amniocentesis temprana.
300 Paciente fetal
■ Muestreo de vellosidades coriónicas espontáneas de base; o sea, las que habrían ocurrido entre el pri-
La biopsia de vellosidades coriónicas casi siempre se realiza entre mer y el segundo trimestres en ausencia del procedimiento fetal.
las 10 y 13 semanas de gestación. Aunque la mayoría de los La tasa de pérdida fetal relacionada con el procedimiento es com-
procedimientos se realiza para valorar el cariotipo fetal, muchas parable a la de la amniocentesis (American College of Obstetricians
SECCIÓN 5
pruebas genéticas especializadas también pueden realizarse and Gynecologists, 2012a). Caughy et al. (2006) encontraron que
mediante muestreo de vellosidades coriónicas (CVS, chorionic la tasa de pérdida general después del CVS era cercana al 2%, en
villus sampling). Muy pocos análisis requieren específicamente comparación con menos del 1% después de la amniocentesis.
líquido amniótico o tejido placentario. La principal ventaja de Sin embargo, la tasa de pérdida relacionada con el procedimiento
la biopsia de vellosidades es que los resultados se obtienen en era cercana a 1 por 400 para cualquiera de los procedimientos.
una etapa muy al inicio del embarazo, lo que permite una termi- La indicación para el CVS también influye en la tasa de pérdida.
nación más segura del mismo, si se desea. Se obtiene el cariotipo Por ejemplo, los fetos con aumento en el grosor de translucidez
completo en siete a 10 días y algunos laboratorios proporcionan nucal tienen mayor probabilidad de muerte. Por último, existe
resultados preliminares en 48 h. un efecto de la “curva de aprendizaje” relacionado con la práctica
segura del CVS (Silver, 1990; Wijnberger, 2003).
Técnica Un problema inicial con el CVS es su relación con los defectos
por reducción de extremidades y la hipogenesia bucomandibular y de
Las vellosidades coriónicas pueden obtenerse por vía transcervi-
extremidades (Burton, 1992; Firth, 1991, 1994; Hsieh, 1995).
cal o transabdominal, usando una técnica aséptica. Ambos pro-
Más tarde se descubrió que éstos se relacionan con procedimien-
cedimientos se consideran igual de seguros y efectivos (American
tos realizados a las siete semanas de gestación (Holmes, 1993).
College of Obstetricians and Gynecologists, 2012a; Jackson, 1992).
Cuando se realiza a las ≥10 semanas, como se hace a menudo hoy
El muestreo de vellosidades coriónicas se realiza con un catéter
en día, la incidencia de defectos en las extremidades no rebasa la
de diseño específico hecho con polietileno flexible que tiene una
tasa de fondo de 1 por 1 000 (Evans, 2005; Kuliev, 1996).
punta roma y un estilete maleable. La muestra transabdominal
El manchado vaginal no es infrecuente después de la muestra
se realiza con una aguja espinal calibre 18 o 20. Con cualquiera
transcervical, pero se limita por sí solo y no se relaciona con pér-
de las técnicas se usa ecografía transabdominal para guiar el
dida del embarazo. La incidencia de infección es menor de 0.5%
catéter o la aguja al interior de la placenta inicial (corion fron-
(American College of Obstetricians and Gynecologists, 2012a).
doso), luego se aspiran vellosidades con una jeringa que contiene
Una limitación del CVS es que se identifica mosaicismo cro-
medio de cultivo tisular (fig. 14-8). Después del procedimiento
mosómico hasta en 2% de las muestras. En la mayoría de los
se documenta el movimiento cardiaco fetal.
casos, refleja mosaicismo placentario confinado, no una segunda
Las contraindicaciones relativas incluyen hemorragia o man-
línea celular verdadera en el feto. Debe ofrecerse amniocentesis
chado vaginal, infección genital activa, anteflexión o retro-
y si el resultado es normal, se supone que el mosaicismo estaba
flexión uterina extrema, y complexión corporal que impida la
confinado a la placenta. El mosaicismo placentario confinado se
visualización adecuada. Si la paciente es Rh D-negativa y no está
ha relacionado con alteración del crecimiento fetal y mortinato.
sensibilizada, se administra inmunoglobulina anti-D después
del procedimiento, como se explica en el capítulo 15 (pág. 311).
Complicaciones
■ Muestreo de sangre fetal
Este procedimiento también se llama cordocentesis o muestra
La tasa general de pérdida después del CVS es más alta que des-
percutánea de sangre umbilical (PUBS, percutaneous umbilical
pués de la amniocentesis en el segundo trimestre por las pérdidas
blood sampling). Al principio se describió para transfusión fetal
de eritrocitos en caso de anemia por aloinmunización, como se
Transductor de ultrasonido explica en la página 310 y la valoración de anemia fetal se man-
Placenta
tiene como la indicación más frecuente. La muestra sanguínea
fetal también se realiza para valorar y tratar la aloinmunización
plaquetaria y para determinar el cariotipo fetal, sobre todo en
casos de mosaicismo identificados después de la amniocentesis o
CVS. La cariotipificación en sangre fetal puede hacerse en 24 a
48 h. Por lo tanto, es mucho más rápido que el tiempo de res-
puesta de siete a 10 días de la amniocentesis o el CVS. Aunque
la sangre fetal puede analizarse mediante cualquier prueba que se
practique en sangre neonatal, las mejoras en las pruebas dispo-
nibles con amniocentesis y CVS han eliminado la necesidad de
la punción venosa fetal en la mayoría de los casos (Society for
Maternal-Fetal Medicine, 2013).
Técnica
Con guía ecográfica directa y bajo técnica aséptica, el operador
introduce una aguja espinal calibre 22 o 23 en la vena umbilical
y extrae sangre despacio con una jeringa heparinizada. Es esencial
la visualización adecuada de la aguja. Como en el caso de la
amniocentesis, a veces se requiere una aguja más larga, según la
FIGURA 14-8. Muestreo transcervical de vellosidades coriónicas (CVS). complexión de la paciente. A menudo, la muestra de sangre fetal
Diagnóstico prenatal 301
CAPÍTULO 14
Pared
uterina ■ Pruebas genéticas previas
a la implantación
Placenta
Para las parejas que se someten a fecundación in vitro (IVF, in
Cordón
vitro fertilization), las pruebas genéticas realizadas en ovocitos o
umbilical embriones antes de la implantación pueden proporcionar infor-
mación valiosa sobre la dotación cromosómica y los trastornos
unigénicos. Existen dos categorías de prueba separadas, el diag-
nóstico genético previo a la implantación y la detección genética
previa a la implantación, cada una con distintas indicaciones. Es
necesaria la asesoría genética integral antes de considerar estos
procedimientos. Se utilizan tres técnicas que se emplean en
ambas categorías de pruebas genéticas previas a la implantación:
1. El análisis del cuerpo polar es una técnica usada para inferir si el
ovocito en desarrollo está afectado por un trastorno genético
heredado por línea materna. En condiciones normales, el pri-
mer y segundo cuerpos polares se expulsan del ovocito en desa-
rrollo después de las meiosis I y II, y su recolección no debe
afectar el desarrollo fetal (fig. 5-8, pág. 89). Recientemente se
usó esta técnica para diagnosticar 146 trastornos mendelianos,
FIGURA 14-9. Muestreo de sangre fetal. El acceso a la vena umbilical
con una exactitud informada superior al 99%. Las principales
varía según la posición de la placenta y el cordón. Si la placenta es
anterior, la aguja puede atravesarla. Inserto: con la placentación pos- desventajas del análisis del cuerpo polar es que no se valora la
terior, la aguja pasa a través del líquido amniótico antes de penetrar la contribución genética paterna y que en casos complejos a veces
vena umbilical. Una alternativa es ingresar a un asa libre del cordón. es necesario un procedimiento adicional (Kuliev, 2011).
2. La biopsia de blastómera se realiza en la etapa de seis a ocho
células (división), cuando el embrión tiene tres días de edad,
se hace cerca del sitio de inserción de la placenta, por donde
y es la técnica más usual para las pruebas previas a la implan-
puede ser más fácil de entrar al cordón si la placenta es anterior
tación. Por lo general, se retira una célula a través de un ori-
(fig. 14-9). Como alternativa, puede hacerse la punción en un
ficio practicado en la zona pelúcida, como se muestra en la
asa libre del cordón. Como la muestra de sangre fetal requiere
figura 14-10. La técnica se relaciona con una reducción del
más tiempo que otros procedimientos fetales, puede aplicarse un
10% en la tasa de embarazo (Mastenbroek, 2007, 2011;
anestésico local. En algunos centros se usan antibióticos profilác-
Simpson, 2012). Como se explica más adelante, una limita-
ticos, aunque no hay estudios que apoyen esta política. Se evita la
ción particular en el uso de esta técnica para valorar la aneu-
punción arterial, ya que podría causar espasmo vascular y bradi-
ploidía es que el mosaicismo de las blastómeras quizá no
cardia fetal. Después de retirar la aguja, se documenta el movi-
refleje la dotación cromosómica del embrión en desarrollo
miento cardiaco fetal y se observa el sitio en busca de hemorragia.
(American Society for Reproductive Medicine, 2008).
Complicaciones 3. La biopsia de trofoectodermo es la recolección de cinco a siete
células del blastocisto de cinco a seis días de edad (fig.
La tasa de pérdida fetal relacionada con el procedimiento des- 14-11). Una ventaja es que como las células del trofoecto-
pués del muestreo sanguíneo fetal es cercana a 1.4% (Ghidini, dermo dan origen al trofoblasto (la placenta), no se extraen
1993; Maxwell, 1991; Tongsong, 2001). La tasa real de pérdida células del embrión en desarrollo. La desventaja es que como
varía según la indicación del procedimiento y el estado fetal. el procedimiento se realiza en una etapa más avanzada del
Otras complicaciones pueden incluir hemorragia por un vaso desarrollo, si el análisis genético no puede realizarse con rapi-
del cordón en 20 a 30% de los casos; hemorragia feto-materna dez, es necesaria la crioconservación y la transferencia embrio-
en casi 40% de los casos en las que se atraviesa la placenta, y naria durante un ciclo ulterior de IVF.
bradicardia fetal en 5 a 10% (Boupaijit, 2012; Ghidini, 1993;
Society for Maternal-Fetal Medicine, 2013). La mayoría de las
complicaciones es transitoria, con recuperación completa, pero Diagnóstico genético previo a la implantación
algunas conducen a la pérdida fetal. Una anomalía genética, y no la infertilidad, puede ser la razón
En una serie con más de 2 000 procedimientos en la que se por la que una pareja elija la IVF. Cuando uno o ambos miem-
comparó el muestreo sanguíneo fetal cerca de la inserción del bros de la pareja son portadores conocidos de una enfermedad
cordón en la placenta con la punción de un asa libre, no se obser- genética específica o un reacomodo cromosómico balanceado,
varon diferencias en las tasas de éxito del procedimiento, pérdida puede practicarse el diagnóstico genético previo a la implanta-
del embarazo, hemorragia visible del cordón o bradicardia fetal. ción (PGD, preimplantation genetic diagnosis) para determinar si
El tiempo para completar el procedimiento fue mucho más corto un ovocito o embrión tiene el defecto (American Society of
si se obtenía la muestra del cordón en el sitio de inserción en Reproductive Medicine, 2008). Sólo los embriones sin la anoma-
la placenta que en un asa libre, cinco frente a siete minutos. lía se implantarían.
302 Paciente fetal
SECCIÓN 5
A B
FIGURA 14-10. Biopsia de blastómero. A. Se elige un blastómero. B. Esta célula se atrae a la pipeta. (Tomada con autorización a partir de
Doody, 2012.)
Este procedimiento tiene un gran número de aplicaciones. sólo se dispone de una o dos células para el análisis y como es
Se usa para diagnosticar trastornos unigénicos, como la fibrosis esencial que el tiempo de respuesta sea corto, este procedimiento
quística, talasemia β y hemofilia; para determinar el género en es muy demandante, desde el punto de vista técnico. Los riesgos
las enfermedades ligadas a X; para identificar mutaciones como incluyen falta de amplificación de la región genética de interés,
BRCA1 que no causan enfermedad, pero confieren un riesgo selección de una célula que no tenga núcleo y contaminación
muy alto; y para conocer la concordancia de los antígenos leu- con células maternas. Pocas veces se implantan embriones afec-
cocíticos humanos para el trasplante de células primordiales del tados que se consideraron normales, y los embriones no afecta-
cordón umbilical para un hermano (de Wert, 2007; Flake, dos se diagnostican de manera errónea como anormales y se
2003; Fragouli, 2007; Grewal, 2004; Jiao, 2003; Rund, 2005; desechan. Debido a esto, la American Society for Reproductive
Xu, 2004). Medicine (2008) sugiere pruebas diagnósticas prenatales adicio-
A fin de determinar si el portador conocido transmitió una nales, ya sea CVS o amniocentesis, para confirmar los resultados
mutación genética específica, se usa la reacción en cadena de del PGD.
la polimerasa (PCR, polymerase chain reaction) para amplificar la
región del genoma que contiene el segmento de interés (cap. 13, Detección previa a la implantación
pág. 277). Si el PGD se realiza para identificar una transloca-
ción u otro reacomodo cromosómico portado por alguno de los Este término se usa para la detección de aneuploidía que se rea-
progenitores, casi siempre se usa la FISH. Ya que por lo general liza en los ovocitos o embriones antes de la transferencia
mediante IVF. Esta detección se emplea en parejas que no saben
que tienen o portan una anomalía genética. Aunque la detec-
ción previa a la implantación tiene ventajas teóricas evidentes,
en la práctica enfrenta dificultades considerables.
Por lo general, se usa FISH para identificar el número de
copias de los cromosomas seleccionados y se realiza en un solo
blastómero (American Society for Reproductive Medicine, 2008).
Como el número de pares de cromosomas por núcleo celular
que puede valorarse con FISH es limitado, los esfuerzos tam-
bién se han enfocado en el uso del análisis por micromatrices
multigénicas cromosómicas (pág. 277). El mosaicismo es fre-
cuente en los blastómeros del embrión en etapa de división, y es
probable que esto no tenga relevancia clínica, ya que a menudo
no refleja la dotación cromosómica embrionaria real (American
College of Obstetricians and Gynecologists, 2009b). Además, entre
las mujeres de 35 años o más, las tasas de embarazo después de
la detección previa a la implantación son mucho menores que
las obtenidas después de IVF sin dicha detección (Mastenbroek,
2007, 2011). Por estas razones, el American College of Obstetri-
cians and Gynecologists desaconseja el uso de la detección previa
FIGURA 14-11. Micrografía de biopsia de trofoectodermo usada en
a la implantación con FISH para la detección por edad materna
las pruebas genéticas previas a la implantación. El trofoectodermo es
distinto de la masa celular interna embrionaria y da origen a células avanzada. También la desaconseja para mujeres con pérdida
trofoblásticas, que inician el desarrollo placentario. (Tomada con auto- recurrente de embarazo o falla recurrente en la implantación
rización a partir de Doody, 2012.) fuera del contexto de un estudio de investigación.
Diagnóstico prenatal 303
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306
CAPÍTULO 15
Trastornos fetales
ANEMIA FETAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306 nan con la anemia fetal, sobre todo la producida por parvovirus
B19, que se describe en la página 1244. En poblaciones del
Aloinmunización eritrocítica . . . . . . . . . . . . . . . . . 306 sureste de Asia, la talasemia α4 es una causa habitual de anemia
grave e hidropesía no inmunitaria. La hemorragia fetomaterna
Hemorragia fetomaterna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 312
produce algunas veces anemia fetal grave y se describe en la
TROMBOCITOPENIA FETAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313 página 312. Las causas infrecuentes de anemia son los trastornos
de la producción de eritrocitos, como la anemia de Blackfan-
HIDROPESÍA FETAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315 Diamond y la anemia de Fanconi; las enzimopatías eritrocíticas
(deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa y deficiencia de
piruvato cinasa); anomalías estructurales de los eritrocitos (esfe-
rocitosis hereditaria y eliptocitosis), y padecimientos mieloprolife-
rativos (leucemias). Se puede identificar la anemia a través del
Los trastornos fetales pueden ser adquiridos (p. ej., aloinmuni- muestreo de sangre fetal, según se describe en el capítulo 14
zación), genéticos (p. ej., hiperplasia suprarrenal congénita o tala- (pág. 300), o mediante valoración Doppler de la velocidad sis-
semia α4) o bien pueden ser anomalías del desarrollo esporádi- tólica máxima de la arteria cerebral media (MCA, middle cere-
cas, como muchas otras malformaciones estructurales. En este bral artery) fetal, tal y como se describe en la página 310.
capítulo se analizan la anemia fetal y la trombocitopenia, junto La anemia fetal progresiva de cualquier causa conduce a
con la eritroblastosis fetal, inmunitaria y no inmunitaria. La insuficiencia cardiaca, eritroblastosis fetal y al final la muerte.
hidropesía es tal vez el trastorno fetal prototípico, ya que puede Por fortuna, la prevención de la aloinmunización Rh D con glo-
ser una manifestación de una enfermedad grave por múltiples bulina inmunitaria anti-D, así como la identificación y trata-
causas. Las malformaciones estructurales fetales se analizan en el miento de la anemia fetal mediante estudios Doppler de la
capítulo 10; las alteraciones genéticas se revisan en los capítulos MCA y las transfusiones intrauterinas, respectivamente, han
13 y 14, y otros trastornos susceptibles de tratamiento fetal, modificado en grado considerable la prevalencia y la evolución
médico y quirúrgico, se describen en el capítulo 16. Dado que de este trastorno devastador. Los fetos con anemia grave que
las infecciones congénitas se presentan como resultado de infec- reciben transfusiones in utero tienen tasas de sobrevida >90% e
ción o colonización en la madre, se exponen en los capítulos 64 incluso, en casos de hidropesía fetal, la tasa de sobrevida se
y 65. acerca a 80% (Lindenburg, 2013; van Kamp, 2001).
gestación. Por consiguiente, los bancos de sangre efectúan detec- La prevalencia de la aloinmunización Rh D como complica-
ción sistemática de los antígenos eritrocíticos. Estos anticuerpos ción del embarazo fluctúa entre 0.5 y 0.9% (Howard, 1998;
también pueden ser nocivos para el feto de la madre durante el Koelewijn, 2008; Martin, 2005). Sin profilaxis con inmunoglu-
CAPÍTULO 15
embarazo. Según se ha indicado ya, los anticuerpos maternos bina anti-D, una mujer con negatividad para Rh D que da a luz
formados contra antígenos eritrocíticos fetales pueden cruzar la a un lactante compatible para ABO con positividad para Rh D
placenta y producir hemólisis y anemia fetal. tiene una probabilidad de 16% de desarrollar aloinmunización.
Es característico que un feto herede por lo menos un antí- Dos por ciento se halla sensibilizado para el momento del parto,
geno eritrocítico del padre, y que falta en la madre. Por lo tanto, 7% hacia los seis meses después del parto y el 7% restante se
la madre puede sensibilizarse si una cantidad suficiente de eri- encuentra sensibilizado, es decir, produce anticuerpos detecta-
trocitos fetales llega a su circulación para desencadenar una reac- bles sólo en un embarazo subsiguiente (Bowman, 1985). Si hay
ción inmunitaria. Aun así, la aloinmunización es infrecuente incompatibilidad ABO, el riesgo de aloinmunización Rh D se
por los siguientes motivos: 1) baja prevalencia de antígenos eri- aproxima a 2% sin profilaxis (Bowman, 2006). El motivo de las
trocíticos incompatibles; 2) paso transplacentario insuficiente diferentes tasas relativas al grupo sanguíneo ABO se debe a la
de antígenos fetales o anticuerpos maternos; 3) incompatibilidad destrucción eritrocítica de las células con ABO incompatible, y
ABO maternofetal, lo que produce una depuración rápida de por tanto limitación de las oportunidades de sensibilización. La
los eritrocitos fetales antes que activen una respuesta inmunita- sensibilización a Rh D también puede ocurrir después de com-
ria; 4) antigenicidad variable, y 5) respuesta inmunitaria materna plicaciones de embarazo en el primer trimestre, procedimientos
variable al antígeno. diagnósticos prenatales y traumatismo materno (cuadro 15-2).
En estudios de detección demográficos, la prevalencia de Los antígenos de Rh C, c, E y e tienen menos inmunogeni-
aloinmunización eritrocítica es de casi 1% (Howard, 1998; cidad que el antígeno Rh D, pero también pueden causar enfer-
Koelewijn, 2008). La mayor parte de los casos de anemia fetal medad hemolítica. La sensibilización a los antígenos E, c y C
grave que precisan transfusión prenatal es atribuible a aloinmu- complica a cerca de 0.3% de los embarazos en los estudios de
nización anti-D, anti-Kell o anti-c. detección y contribuye casi con 30% a los casos de aloinmuni-
zación eritrocítica (Howard, 1998; Koelewijn, 2008). La aloin-
Detección de la aloinmunización munización anti-E es la más frecuente, pero la necesidad de
Por lo general se efectúa una valoración del grupo sanguíneo y transfusiones fetales o neonatales es significativamente mayor
una detección de anticuerpo en la primera consulta prenatal y se con la aloinmunización anti-c respecto de anti-E o anti-C (Hac-
identifican los anticuerpos no unidos en el suero materno kney, 2004; Koelewijn, 2008).
mediante la prueba de Coombs indirecta (pág. 174). Con los El efecto de la abuela. Casi sin excepción, en los embarazos
resultados positivos se reconocen anticuerpos específicos, se entran en la circulación fetal pequeñas cantidades de sangre
determina su subtipo de inmunoglobulina, como IgG o IgM, y materna. Se ha utilizado la reacción en cadena de la polimerasa
se cuantifica el título. Sólo los anticuerpos IgG son de interés, ya (PCR, polymerase chain reaction) en tiempo real para identificar
que los anticuerpos IgM no cruzan la placenta. En el cuadro DNA materno con positividad para Rh D en la sangre periférica
15-1 se enumeran algunos anticuerpos y su potencial para pro- de recién nacidos de pretérmino y término con negatividad para
ducir anemia hemolítica fetal. El título crítico es la concentra- Rh D (Lazar, 2006). En consecuencia, es posible que un feto
ción en la cual puede sobrevenir anemia fetal grave. Esto puede femenino negativo a Rh D expuesto a eritrocitos maternos posi-
ser diferente para cada anticuerpo, se determina en forma indi- tivos a Rh D represente sensibilización. Cuando este paciente
vidual para cada laboratorio y por lo general fluctúa entre 1:8 y llega a la edad adulta puede producir anticuerpos anti-D aun
1:32. Si el título crítico para anticuerpos anti-D es 1:16, un antes o en las primeras etapas de su primer embarazo. A este
título ≥1:16 representa la posibilidad de enfermedad hemolítica mecanismo se lo denomina la teoría de la abuela, dado que el feto
grave. Una excepción importante es la sensibilización de Kell en el embarazo actual queda en peligro por los anticuerpos mater-
que se describe en la página 308. nos que al principio desencadenaron los eritrocitos de su abuela.
Incompatibilidad de grupo sanguíneo CDE (Rh) Aloinmunización a antígenos menores
El sistema rhesus comprende cinco proteínas eritrocíticas o antí- Dado que la administración sistemática de inmunoglobulina
genos: C, c, D, E y e. No se ha identificado un antígeno “d” y la anti-D evita la aloinmunización anti-D, un número proporcio-
negatividad para Rh D se define como la ausencia del antígeno nalmente mayor de casos de enfermedad hemolítica es resultado
D. Aunque la mayoría de las personas tiene positividad o nega- de antígenos eritrocíticos diferentes de D, también conocidos
tividad para Rh D, existen más de 200 variantes del antígeno D como antígenos menores (cuadro 15-1). Los anticuerpos Kell figu-
(Daniels, 2013). ran entre los más frecuentes. Los anticuerpos de Duffy del grupo A
Los antígenos CDE tienen importancia clínica. Las personas (anti-Fya ) también son relativamente comunes, lo mismo que el
con negatividad para Rh D se pueden sensibilizar después de una grupo de anti-MNSs y anti Jka (grupo Kidd ) (Geifman-Holtzman,
sola exposición mínima de 0.1 ml de eritrocitos fetales (Bow- 1997). Casi todos los casos de sensibilización a antígenos meno-
man, 1988). Los dos genes causantes (RHD y RHCE) se locali- res se deben a transfusiones sanguíneas incompatibles (American
zan en el brazo corto del cromosoma 1 y se heredan en forma College of Obstetricians and Gynecologists, 2012). Si se detecta un
conjunta, al margen de otros genes de grupo sanguíneo. Su fre- anticuerpo eritrocítico de IgG y hay alguna duda con respecto a
cuencia varía según sea el origen racial y étnico. Casi 85% de los su importancia, el médico debe errar por el lado de la cautela, y
estadounidenses caucásicos no hispanoamericanos tiene positivi- debe valorar enfermedad hemolítica en el embarazo.
dad para Rh D, lo mismo que alrededor de 90% de los nativos, Sólo hay algunos antígenos de grupo sanguíneo que no repre-
93% de los estadounidenses de ascendencia africana e hispano- sentan riesgo fetal. Los anticuerpos de Lewis (Lea y Leb), así como
americana y 99% de los individuos asiáticos (Garratty, 2004). los anticuerpos I, son crioaglutininas. Son IgM de forma predo-
308 Paciente fetal
CUADRO 15-1. Antígenos eritrocíticos menores y su relación con la enfermedad hemolítica fetal
Gravedad
Sistema de grupo Antígenos relacionados de la enfermedad
SECCIÓN 5
minante y no se expresan en los eritrocitos fetales. Otro anti- estudios de Doppler de la MCA a partir de las semanas 16 a 17
cuerpo que no produce hemólisis fetal es el grupo de Duffy B (Fyb). de la gestación para los embarazos con títulos anti-Kell ≥1:2.
Aloinmunización de Kell. Alrededor de 90% de los caucásicos
y hasta 98% de los estadounidenses de ascendencia africana son Incompatibilidad del grupo sanguíneo ABO
negativos a Kell. El grupo Kell no se determina en forma siste- La incompatibilidad para los antígenos A y B del grupo sanguí-
mática y cerca de 90% de los casos de sensibilización a Kell se neo mayor representan la causa más frecuente de enfermedad
debe a transfusiones con sangre positiva para Kell. Por consi- hemolítica en los recién nacidos, pero no produce hemólisis
guiente, es importante el antecedente de transfusión. notoria en el feto. Alrededor de 20% de los recién nacidos tiene
Cuando sobreviene sensibilización de Kell por incompatibi- incompatibilidad del grupo sanguíneo ABO, pero sólo 5%
lidad maternofetal, puede aparecer con más rapidez y ser más muestra manifestaciones clínicas y la anemia resultante suele ser
grave en comparación con la sensibilización a Rh D y otros antí- leve. El trastorno difiere de la incompatibilidad de CDE de Rh
genos de grupo sanguíneos. Esto se debe a que los anticuerpos en varios aspectos. En primer lugar, la incompatibilidad ABO se
de Kell se adhieren a los precursores eritrocíticos de la médula presenta casi siempre en lactantes primogénitos, en tanto que la
ósea fetal e impiden una respuesta hematopoyética a la anemia. sensibilización a otros antígenos de grupo sanguíneo no. Esto se
Con menos eritrocitos producidos, ocurre menos hemólisis. debe a que la mayoría de las mujeres con grupo sanguíneo O ha
Debido a lo anterior, la anemia grave puede no pronosticarse formado isoaglutininas anti-A y anti-B antes del embarazo por
mediante el título de anticuerpo Kell materno o la concentra- la exposición a bacterias que muestran antígenos similares. En
ción de bilirrubina en el líquido amniótico (pág. 310). Otra segundo lugar, la aloinmunización ABO puede afectar embara-
opción consiste en utilizar un título crítico más bajo (1:8) para zos futuros; empero, a diferencia de la enfermedad CDE, raras
la sensibilización a Kell (Moise, 2012). El American College of veces se vuelve progresivamente más grave. Por último, la
Obstetricians and Gynecologists (2012) ha recomendado no usar mayor parte de los anticuerpos anti-A y anti-B corresponde a
los títulos de anticuerpo para vigilar los embarazos con sensibi- inmunoglobulina M (IgM), que no cruza la placenta. Los eri-
lización a Kell. Van Wamelen et al. (2007) han recomendado trocitos fetales también tienen menos lugares antigénicos A y B
Trastornos fetales 309
CAPÍTULO 15
Pérdida del embarazo
a considerar es que si una mujer se sensibiliza en un embarazo
Embarazo ectópico previo, su título de anticuerpo puede aumentar a concentracio-
Aborto espontáneo nes elevadas durante el embarazo actual, incluso si el feto actual
Aborto electivo es negativo para Rh D. Esto se conoce como una respuesta amné-
Muerte fetal (cualquier trimestre) sica. Además, la aloinmunización a un antígeno eritrocítico dife-
rente a Rh D pudo ocurrir después de una transfusión sanguí-
Procedimientos nea en el pasado, y si ese antígeno no está presente en eritrocitos
Muestreo de vellosidades coriónicas paternos el embarazo no tiene riesgo.
Amniocentesis La valoración inicial de la aloinmunización comienza al
Muestreo de sangre fetal determinar el estado del antígeno eritrocítico paterno. Siempre y
cuando sea indudable la paternidad, si el padre es negativo al
Otros
antígeno eritrocítico al cual la madre está sensibilizada, el emba-
Parto
razo no tiene riesgo. En un embarazo con aloinmunización para
Traumatismo
Rh D, en el cual el padre es positivo para Rh D, es útil determi-
Desprendimiento prematuro de placenta
Hemorragia vaginal inexplicable durante el embarazo
nar la cigosidad paterna prenatal para el antígeno Rh D, y el
Versión cefálica externa análisis del DNA permite documentar esto. Si el padre es hete-
rocigoto, o si la paternidad es dudosa, se debe ofrecer a la
a Para cada una de las anteriores se recomienda inmunoglobulina anti-D. paciente valoración del tipo de antígeno fetal. En Estados Uni-
Datos tomados de la American Academy of Pediatrics y el American dos, esto casi siempre se realiza con amniocentesis y pruebas de
College of Obstetricians and Gynecologists, 2012. reacción en cadena de la polimerasa de amniocitos no cultivados
para determinar el tipo de sangre fetal (cap. 13, pág. 277) (Ame-
rican College of Obstetricians and Gynecologists, 2012). Esta
prueba tiene un valor diagnóstico de un resultado positivo de
que las células de adulto y por tanto son menos inmunógenos. 100% y un valor diagnóstico de uno negativo de casi 97% (Van
Por consiguiente, la aloinmunización ABO se considera en den Veyver, 1996). Por lo general, el muestreo de vellosidades
general una enfermedad pediátrica más que de interés obsté- coriónicas no se efectúa porque implica más riesgo de hemorra-
trico. No es necesario vigilar la hemólisis fetal o el parto del feto gia fetomaterna y puede agravar la aloinmunización. También se
en una etapa temprana. La observación neonatal cuidadosa es dispone de pruebas fetales para otros antígenos en laboratorios
esencial, dado que la hiperbilirrubinemia puede precisar trata- de referencia que utilizan especímenes de amniocentesis. Algu-
miento con fototerapia o, de modo esporádico, transfusión nos ejemplos de estas pruebas son E/e, C/c, Duffy, Kell, Kidd y
(cap. 33, pág. 644). M/N.
En fechas recientes se ha llevado a cabo la tipificación no inva-
siva de la sangre fetal Rh D mediante DNA fetal sin células del
■ Tratamiento del embarazo
plasma materno (cap. 13, pág. 279). Se ha informado precisión
con aloinmunización hasta de 99 a 100% (Minon, 2008; Tynan, 2011). En un
Se calcula que 25 a 30% de los fetos de embarazos con aloinmu- metaanálisis, sólo 3% de las muestras no tuvo resultados defini-
nización Rh D presentan anemia hemolítica leve a moderada, y tivos (Geifman-Holtzman, 2006). La determinación del grupo
sin tratamiento hasta 25% desarrolla hidropesía (Tannirandorn, sanguíneo Rh D fetal con DNA fetal sin células se utiliza de
1990). Si se detecta aloinmunización y el título se halla por manera sistemática en algunas regiones de Europa. Existen dos
debajo del valor crítico, en general se repite el título cada cuatro indicaciones potenciales en las pacientes embarazadas con nega-
semanas por lo que dura el embarazo (American College of Obs- tividad para Rh D: 1) en mujeres con aloinmunización Rh D, las
tetricians and Gynecologists, 2012). Sin embargo, es importante pruebas hacen posible identificar fetos que también son negati-
que si una mujer ha tenido un embarazo previo complicado con vos para Rh D y no precisan vigilancia de la anemia y 2) en
aloinmunización, la valoración serial de los títulos es inadecuada mujeres sin aloinmunización Rh D puede no administrarse la
para la vigilancia de la anemia fetal. En estos casos se presupone inmunoglobulina anti-D si el feto es negativo a Rh D. No obs-
que el embarazo implica riesgo y se efectúa su seguimiento, tante, han surgido inquietudes acerca de que el empleo de la
según se describe en la página 310. Una vez que un título ha prueba para limitar la administración de inmunoglobulina anti-
alcanzado un valor crítico, no supone ninguna ventaja repetirlo. D puede propiciar un aumento de la prevalencia de aloinmuni-
El embarazo tiene riesgo aun cuando disminuya el título y toda- zación Rh D (Goodspeed, 2013; Szczepura, 2011). Hasta 2013,
vía se necesita una valoración adicional. en Estados Unidos no se han adoptado de forma amplia las prue-
bas de DNA fetal sin células para determinar el grupo Rh fetal.
Determinación del riesgo fetal El tratamiento del embarazo aloinmunizado se individualiza
La presencia de anticuerpos anti-D maternos refleja su sensibili- y puede consistir en vigilancia del título de anticuerpo materno,
zación, pero no indica en todos los casos que el feto se afectará vigilancia ecográfica de la velocidad sistólica máxima de la MCA
o que es incluso positivo para Rh D. Por ejemplo, en una pareja fetal, pruebas de bilirrubina en líquido amniótico o muestreo de
caucásica no hispanoamericana en la cual la mujer tiene negati- sangre fetal. Es decisivo determinar con exactitud las fechas de
vidad para Rh D, hay 85% de probabilidad de que el varón sea embarazo. Es importante la edad gestacional en la cual se pre-
positivo para Rh D, pero en 60% de estos casos es heterocigoto sentó la anemia fetal en embarazos previos porque la anemia
310 Paciente fetal
tiende a aparecer en una fase más temprana y puede ser sucesi- determina mediante el registro del valor de ΔOD450 en una grá-
vamente más grave. fica que se divide en varias zonas. La gráfica de Liley original es
válida entre las semanas 27 y 42 de la gestación y contiene tres
Velocimetría Doppler de la arteria cerebral media. En casi
zonas. La zona 1 representa a un feto negativo para Rh D o uno
todos los centros especializados, la medición serial de la veloci-
SECCIÓN 5
0.12 0.12
60 0.10 0.10
Indeterminado
40 0.08 0.08
∇
20 0.06 0.06
0.04 Rh negativo 0.04
0 (no afectado)
0 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 0.02 0.02
Edad gestacional (semanas) 0.00 0.00
14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40
FIGURA 15-1. Mediciones Doppler de la velocidad sistólica máxima
Semanas de gestación
en la arteria cerebral media en 165 fetos con riesgo de anemia
grave. La línea azul indica la velocidad sistólica máxima mediana en FIGURA 15-2. Zonas de tratamiento de ΔOD450 en líquido amniótico
embarazos normales y la línea roja muestra 1.5 múltiplos de la propuestas en embarazos de 14 a 40 semanas. (Modificada con auto-
mediana. (Modificada con autorización a partir de Oepkes, 2006.) rización a partir de Queenan, 1993.)
Trastornos fetales 311
mediante muestreo de sangre fetal, según se describe en el capí- sobrevida alcanzaba 75 a 80%. Sin embargo, de los casi dos ter-
tulo 14 (pág. 300). Algunos clínicos recomiendan la transfusión cios con resolución de la hidropesía sobrevivió más de 95%. La
fetal hasta las 30 a 32 semanas de la gestación y el parto a las 32 tasa de sobrevida fue inferior a 40% si persistía el trastorno.
CAPÍTULO 15
a 34 semanas. Para reducir la morbilidad neonatal por prematu- Lindenberg et al. (2012) analizaron en fecha reciente los resul-
ridad, otros recomiendan la transfusión intrauterina hasta las 36 tados a largo plazo de la transfusión intrauterina en una cohorte
semanas y luego inducir el parto a las 37 a 38 semanas (Ameri- de más de 450 embarazos con aloinmunización. Ésta fue secun-
can College of Obstetricians and Gynecologists, 2012). daria a Rh D en 80%, Kell en 12% y Rh c en 5%. Alrededor de
La transfusión intravascular en la vena umbilical bajo control una cuarta parte de los fetos afectados tenía eritroblastosis fetal y
ecográfico es el método preferido para la transfusión fetal. La más de la mitad también necesitó exsanguinotransfusión durante
transfusión peritoneal puede ser necesaria en caso de enfermedad el periodo neonatal. La tasa de sobrevida global se aproximó a
hemolítica grave de inicio temprano en la parte inicial del segundo 90%. Entre los casi 300 niños de 2 a 17 años de edad que partici-
trimestre, un periodo en que la vena umbilical está demasiado paron en las pruebas de desarrollo neurológico, menos de 5%
estrecha para permitir con facilidad la entrada de la aguja (Fox, tuvo alteraciones graves. Éstas consistieron en retraso grave del
2008; Howe, 2007). En el caso de la hidropesía fetal, aunque se desarrollo en 3%, parálisis cerebral en 2% y sordera en 1%.
altera la absorción peritoneal, algunos especialistas prefieren la
transfusión en la cavidad peritoneal y en la vena umbilical.
Por lo general se recomienda la transfusión cuando el hema- ■ Prevención de la aloinmunización Rh D
tócrito fetal es <30%. No obstante, una vez que se ha presen-
Se ha utilizado la inmunoglobulina anti-D durante más de cua-
tado hidropesía fetal, el hematócrito es casi siempre de 15% o
tro decenios para evitar la aloinmunización Rh D y es uno de los
menor. Los eritrocitos que se transfunden son del grupo O, con
casos exitosos de la obstetricia moderna. En los países sin acceso
negatividad para Rh D y para citomegalovirus, en una unidad
a la inmunoglobulina anti-D, casi 10% de los embarazos con
hasta lograr un hematócrito de casi 80% para evitar la sobre-
negatividad para Rh D se complica con enfermedad hemolítica
carga de volumen, radiado para evitar la reacción de injerto fetal
fetal y neonatal (Zipursky, 2011). Sin embargo, con la inmuno-
frente al hospedador y con deficiencia de leucocitos. El volumen
profilaxis, el riesgo de aloinmunización se reduce a <0.2%. Pese
fetal-placentario posibilita una infusión rápida de una cantidad
a la utilización prolongada y generalizada, su mecanismo de
de sangre relativamente considerable. Antes de la transfusión se
acción no se ha dilucidado del todo.
puede administrar un fármaco relajante como el vecuronio al
Hasta 90% de los casos de aloinmunización ocurre por hemo-
feto para reducir al mínimo los movimientos y el posible trau-
rragia fetomaterna durante el parto. La administración sistemá-
matismo por la punción de la aguja. En un feto sin hidropesía
tica de inmunoglobulina anti-D durante el periodo posparto en
fetal, el hematócrito elegido como objetivo es casi siempre de 40
embarazos con riesgo después de 72 h del parto disminuye la tasa
a 50%. El volumen que se administra mediante la transfusión
de aloinmunización 90% (Bowman, 1985). Asimismo, el sumi-
puede calcularse al multiplicar el peso fetal expresado en gramos
nistro de inmunoglobulina anti-D a las 28 semanas de la gesta-
por 0.02 por cada incremento del 10% en el hematócrito nece-
ción reduce la tasa de aloinmunización durante el tercer trimes-
sario (Giannina, 1998). En el feto con anemia grave, al princi-
tre desde casi 2 hasta 0.1% (Bowman, 1988).
pio se administra menos sangre en la transfusión y se programa
Siempre que haya dudas en administrar inmunoglobulina
otra transfusión para unos dos días después.
anti-D se debe suministrar. Aun cuando no sea necesario, no oca-
Por lo regular, las transfusiones subsiguientes ocurren cada
siona daño, pero si no se administra cuando es necesario puede
dos a cuatro semanas, lo cual depende del hematócrito. La sen-
tener consecuencias graves.
sibilidad de la velocidad sistólica máxima de la MCA para detec-
Los preparados actuales de inmunoglobulina anti-D se deri-
tar anemia grave es al parecer inferior después de una transfu-
van de plasma humano donado de individuos con anticuerpos
sión inicial, de manera que puede no ser viable (Scheier, 2006).
anti-D en altos títulos. Las formulaciones preparadas mediante
Un esquema consiste en llevar a cabo una segunda transfusión
fraccionamiento de etanol en frío y ultrafiltración sólo se pue-
en 10 días, la tercera dos semanas más tarde y cualquier transfu-
den administrar por vía intramuscular, ya que contienen proteí-
sión adicional tres semanas después (Moise, 2012). Por lo gene-
nas plasmáticas que pueden originar anafilaxia si se administran
ral, después de la transfusión el hematócrito fetal disminuye
por vía intravenosa. No obstante, las formulaciones más recien-
aproximadamente un volumen porcentual al día. En los fetos
tes preparadas que emplean cromatografía de intercambio de
con hidropesía se observa una reducción inicial más rápida.
iones se pueden administrar por vía intramuscular o intrave-
Resultados. Se han comunicado complicaciones relacionadas nosa. Esto es importante para el tratamiento de la hemorragia
con el procedimiento hasta en 9% de los embarazos que preci- fetomaterna grave, la cual se describe más adelante. Los dos
san transfusión (van Kamp, 2005). Éstas comprenden muerte métodos de preparación eliminan las partículas virales, entre
fetal en alrededor de 3%, muerte neonatal en cerca de 2%, nece- ellas la hepatitis y el virus de inmunodeficiencia humana. Según
sidad de parto por cesárea urgente en 6% e infecciones en 1%. sea la preparación, la semivida de la inmunoglobulina anti-D es
Si se considera que la transfusión fetal puede salvar la vida en de 16 a 24 días y es por ello que se administra tanto en el tercer
fetos con afectación grave, estos riesgos no deben impedir la trimestre como en el parto. La dosis intramuscular normal de
institución del tratamiento. inmunoglobulina anti-D (300 μg o 1 500 IU) protege a la
La tasa de sobrevida global después de la transfusión fetal se madre de talla promedio contra una hemorragia fetal hasta de
aproxima a 90% (Lindenberg, 2013; Van Kamp, 2005). Si es 30 ml de sangre entera fetal o 15 ml de eritrocitos fetales.
necesaria la transfusión antes de las 20 semanas, las tasas de sobre- En Estados Unidos, la inmunoglobulina anti-D se administra
vida son más bajas pero pueden llegar a 80% en centros experi- en forma profiláctica a todas las mujeres no sensibilizadas con
mentados (Canlorde, 2011; Lindenberg, 2013). Van Kamp et al. negatividad para Rh D alrededor de las 28 semanas y se administra
(2001) informaron que si se presentaba hidropesía, la tasa de una segunda dosis después del parto si el lactante es positivo para
312 Paciente fetal
Rh D (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2010). de 3 000 IU (600 μg), cada 8 h. Para determinar si la dosis
Antes de la dosis de inmunoglobulina anti-D de la semana 28 se administrada fue adecuada, se puede efectuar la prueba de
recomienda repetir la detección de anticuerpo para identificar a Coombs indirecta. Un resultado positivo indica que hay un
individuos que se han aloinmunizado (American Academy of exceso de inmunoglobulina anti-D en el suero materno y por
SECCIÓN 5
Pediatrics and American College of Obstetricians and Gynecologists, tanto demuestra que la dosis fue suficiente. Como alternativa, se
2012). Después del parto se debe administrar inmunoglobulina puede efectuar una prueba de roseta para determinar si persisten
anti-D al cabo de 72 h. Es importante que, si no se administra la las células fetales en la circulación.
inmunoglobulina después del parto de forma inadvertida, se
administre tan pronto como se reconozca la omisión, dado que Antígenos D débiles
puede haber cierta protección hasta 28 días después del parto Las mujeres que tienen positividad para antígenos D débiles,
(Bowman, 2006). La inmunoglobulina anti-D también se admi- antes llamados Du, no se consideran con riesgo de enfermedad
nistra después de episodios relacionados con el embarazo que pue- hemolítica y no necesitan inmunoglobulina anti-D (American
den causar hemorragia fetomaterna (cuadro 15-2). College of Obstetricians and Gynecologists, 2010). Sin embargo,
La inmunoglobulina anti-D puede producir un título de existen variantes de antígeno D (denominadas antígenos D par-
Coombs indirecto débilmente positivo (1:1 a 1:4). Esto es ino- ciales) que pueden causar aloinmunización de Rh D y enferme-
cuo y no se debe confundir con la presentación de aloinmuniza- dad hemolítica (Daniels, 2013). Si una mujer con negatividad
ción. Además, a medida que aumenta el índice de masa corporal para antígeno D da a luz a un lactante positivo a antígeno D
por encima de 27 a 40 kg/m2, descienden las concentraciones débil, debe recibir inmunoglobulina anti-D. Conviene resaltar
séricas de anticuerpo 30 a 60% y pueden ser menos protectoras que si hay alguna duda con respecto al estado de portador de
(MacKenzie, 2006; Woelfer, 2004). Las mujeres negativas a Rh antígeno D, entonces debe administrarse la inmunoglobulina.
D que reciben otros tipos de hemoproductos (p. ej., transfusio-
nes de plaquetas y plasmaféresis) también tienen riesgo de sensi-
bilizarse, lo cual se puede evitar con inmunoglobulina anti-D. ■ Hemorragia fetomaterna
Raras veces, una pequeña cantidad de anticuerpo cruza la pla- Es probable que todas las mujeres embarazadas presenten una
centa y origina una prueba de Coombs directa débilmente posi- pequeña hemorragia fetomaterna y en dos tercios ésta puede ser
tiva en sangre de cordón y del lactante. Pese a ello, la inmuniza- suficiente para desencadenar una reacción antígeno-anticuerpo.
ción pasiva no produce hemólisis fetal o neonatal grave. Según se muestra en la figura 15-3, la frecuencia aumenta con
En casi 1% de los embarazos, el volumen de hemorragia feto- la edad gestacional, lo mismo que el volumen de sangre fetal en
materna supera los 30 ml de sangre entera (Ness, 1987). Una sola la circulación materna. Por fortuna, son infrecuentes los grandes
dosis de inmunoglobulina anti-D sería insuficiente en tales situa- volúmenes de hemorragia (hemorragia fetomaterna verdadera).
ciones. Si se considera la inmunoglobulina anti-D adicional sólo En una serie de >30 000 embarazos, Almeida y Bowman (1994)
en mujeres con factores de riesgo (p. ej., traumatismo abdomi- identificaron datos de hemorragia fetomaterna >80 ml en cerca
nal, desprendimiento prematuro de la placenta, placenta previa, de 1 por cada 1 000 nacimientos y hemorragia >150 ml en 1 de
manipulación intrauterina, gestación multifetal o extracción cada 5 000 nacimientos.
manual de la placenta) la mitad de quienes requieren más de la La hemorragia fetomaterna puede ser consecutiva a trauma-
dosis de 1 500 IU puede pasarse por alto. Debido a estas observa- tismo materno, puede presentarse con la placenta previa o los
ciones, la American Association of Blood Banks recomienda que vasos previos y puede deberse a amniocentesis o versión cefálica
todas las mujeres negativas a D se valoren en el parto con una externa (Giacoia, 1997; Rubod, 2007). No obstante, en más de
prueba de roseta o prueba de Kleihauer-Betke (Snyder, 1998).
Se utiliza la prueba de roseta para identificar si las células fetales
80
con positividad para Rh D están presentes en la circulación de una 0.19 ml
mujer negativa a Rh D. Es una prueba cualitativa. Se mezcla la 0.13 ml
muestra de sangre materna con anticuerpos anti-D que recubren 70
cualesquiera células fetales positivas para Rh D presentes en la
Frecuencia (porcentaje)
0.08 ml
muestra. Luego se añaden eritrocitos indicadores que son portado-
res del antígeno D y se forman rosetas alrededor de las células fetales 60
a medida que las células fetales como células indicadoras se adhie-
ren a ellas por los anticuerpos. En consecuencia, si se visualizan 0.07 ml
rosetas, existen células fetales positivas para Rh D en esa muestra. 50
La de Kleihauer-Betke es una prueba cuantitativa que se utiliza
en el contexto de una incompatibilidad para Rh D o en cualquier
momento que se sospeche una hemorragia fetomaterna, al margen 40
del estado de portador de antígeno; se describe en la página 313.
Se calcula la dosis de inmunoglobulina anti-D a partir del
volumen calculado de la hemorragia fetal a materna, según se
Primero Segundo Tercer Parto
describe en la página 311. Se administra una ampolla de 1 500 IU
Trimestre
(300 μg) por cada 15 ml de eritrocitos fetales o 30 ml de sangre
entera fetal a neutralizar. Si se utiliza un preparado intramuscu- FIGURA 15-3. Frecuencia de hemorragia fetomaterna durante el
lar de inmunoglobulina anti-D, se pueden administrar no más embarazo. Los números de cada punto de datos representan volumen
de cinco dosis en un periodo de 24 h. Si se emplea un preparado total de sangre fetal calculada que se ha transferido a la circulación
intravenoso, se pueden administrar dos ampollas, para un total materna. (Modificada con autorización a partir de Choavaratana, 1997.)
Trastornos fetales 313
CAPÍTULO 15
2010). Algunas veces se observa un patrón de frecuencia car-
diaca fetal sinusoidal, aunque es infrecuente y justifica una valo-
ración inmediata (pág. 482). La ecografía puede demostrar un
incremento de la velocidad sistólica máxima de la MCA y es
posible identificar eritroblastosis fetal (Eichbaum, 2006; Gia-
coia, 1997; Hartung, 2000). Si se sospecha hemorragia fetoma-
terna con base en un patrón de frecuencia cardiaca fetal sinusoi-
dal o con un resultado positivo en la prueba de Kleihauer-Betke,
entonces el hallazgo de un incremento de la velocidad sistólica
máxima de la MCA o hidropesía es motivo para evaluar con
rapidez la transfusión fetal o bien el parto.
Una limitación de las pruebas cuantitativas para las células
fetales en la circulación materna es que no proporcionan infor-
FIGURA 15-4. Prueba de Kleihauer-Betke que demuestra hemorragia
mación en relación con el momento de la hemorragia o la cro- fetomaterna masiva. Después del tratamiento mediante elución en
nicidad (Wylie, 2010). En general, la anemia que se presenta en ácido, los eritrocitos fetales ricos en hemoglobina F se tiñen de color
forma gradual o crónica, como en la aloinmunización, la tolera oscuro, en tanto que los eritrocitos maternos que sólo tienen peque-
mejor el feto que la anemia aguda. Es posible que la anemia ñas cantidades de hemoglobina F lo hacen en escasa medida.
crónica no ocasione alteraciones de la frecuencia cardiaca fetal
hasta que el feto está moribundo. En cambio, la hemorragia
aguda grave no es bien tolerada por el feto y puede ocasionar Volumen
5 000 × 0.35 × 0.017
alteración neurológica fetal intensa por hipoperfusión cerebral, sanguíneo = = 60 ml
0.5
isquemia e infarto. En algunos casos se identifica hemorragia fetal
fetomaterna durante la valoración del óbito fetal (pág. 664).
El volumen sanguíneo fetoplacentario a término se aproxima
Pruebas para la hemorragia fetomaterna a 125 ml/kg. Para este feto de 3 000 g, esto equivaldría a 375 ml.
Una vez que se reconoce la hemorragia fetomaterna, se puede En consecuencia, este feto ha perdido alrededor de 15% (60 ÷
calcular el volumen de la pérdida de sangre fetal. El volumen 375 ml) del volumen fetoplacentario. Dado que el hematócrito
puede influir en la atención obstétrica y es esencial para deter- es 50% en un feto maduro, estos 60 ml de sangre entera repre-
minar la dosis adecuada de inmunoglobulina anti-D si la mujer sentan 30 ml de eritrocitos que se pierden con el tiempo hacia la
es negativa a Rh D. circulación materna. Esta pérdida debe tolerarse bien desde el
La prueba cuantitativa más empleada para eritrocitos fetales en punto de vista hemodinámico, pero necesita dosis de 300 μg de
la circulación materna es la elución de ácido o prueba de Klei- inmunoglobulina anti-D para evitar la aloinmunización. Un
hauer-Betke (KB) (Kleihauer, 1957). Los eritrocitos fetales contie- método más preciso para calcular el volumen sanguíneo materno
nen hemoglobina F, que es más resistente a la elución de ácido que incluye una determinación basada en la talla materna, el peso
la hemoglobina A. Luego de la exposición a ácido, sólo persiste la corporal y el incremento del volumen sanguíneo previsto a con-
hemoglobina fetal, de tal manera que después de la tinción los secuencia de la edad gestacional (cap. 41, pág. 781).
eritrocitos fetales tienen aspecto rojizo y las células adultas apare- La hemorragia fetomaterna también se puede cuantificar con
cen como “fantasmas” (fig. 15-4). Se cuentan las células fetales y la citometría de flujo para medir el tamaño de los eritrocitos
se expresan como un porcentaje de las células del adulto. La (Dziegiel, 2006). Ésta es una prueba automática y no la modifi-
prueba es muy laboriosa. Por otra parte, puede ser menos precisa can las concentraciones maternas de la hemoglobina F fetal o las
en dos situaciones: 1) casos de hemoglobinopatía materna en los concentraciones fetales de hemoglobina A. En estudios de com-
cuales los eritrocitos maternos tienen un exceso de hemoglobina paración directa con la prueba de Kleihauer-Betke se ha comu-
fetal y 2) casos cercanos al término o de término, en cuyo nicado que la citometría de flujo es más sensible y exacta
momento el feto ya ha comenzado a producir hemoglobina A. (Chambers, 2012; Fernandes, 2007).
Se calcula el volumen de sangre fetal de la hemorragia a par-
tir del resultado de la prueba de Kleihauer-Betke mediante la TROMBOCITOPENIA FETAL
siguiente fórmula:
Volumen ■ Trombocitopenia aloinmunitaria
MBV × Hct materno × % de células fetales en KB Este trastorno también se conoce como trombocitopenia aloin-
sanguíneo =
Hct del recién nacido munitaria neonatal (NAIT, neonatal alloimmune thrombocytope-
fetal
nia) o trombocitopenia aloinmunitaria fetal y neonatal (FNAIT,
Un método consiste en establecer el volumen sanguíneo fetal and neonatal alloimmune thrombocytopenia). La trombo-
materno (MBV, maternal blood volume) en 5 000 ml para una citopenia aloinmunitaria (AIT, alloimmune thrombocytopenia) es
mujer normotensa, de tamaño normal y a término. Por consi- la causa más frecuente de trombocitopenia grave en recién naci-
guiente, para 1.7% de células con tinción positiva en KB en una dos de término y tiene una frecuencia de 1 a 2 por 1 000 (Kam-
mujer de talla promedio con un hematócrito de 35% que da a phuis, 2010; Pacheco, 2013; Risson, 2012). La AIT es efecto de
luz a un lactante maduro de 3 000 g de peso y cuyo hematócrito aloinmunización materna a los antígenos plaquetarios fetales
es de 50%: heredados del padre. Los anticuerpos antiplaquetarios maternos
314 Paciente fetal
resultantes cruzan la placenta de una manera similar a la aloin- cial de plaquetas fue <20 000/ml en 50%. En los casos en los
munización eritrocítica (pág. 306). A diferencia de la trombo- cuales el recuento plaquetario inicial fue >80 000/ml, se observó
citopenia inmunitaria, la cifra de plaquetas materna es normal. Y que descendía más de 10 000/ml cada semana sin tratamiento.
a diferencia de la aloinmunización Rh-D, secuelas graves pue-
SECCIÓN 5
crito (Rink, 2013). Hasta 2011, los costos para los diversos pre- ■ Hidropesía inmunitaria
parados de IVIG se aproximaban a 70 dólares por gramo o casi La frecuencia de hidropesía inmunitaria ha disminuido en grado
10 000 dólares por cada infusión semanal de 2 g/kg en una considerable con el advenimiento de la inmunoglobulina anti-D,
CAPÍTULO 15
mujer embarazada de talla promedio (Pacheco, 2011). los estudios Doppler de MCA para la detección de la anemia
grave y la transfusión fetal inmediata cuando es necesaria. Se cal-
■ Trombocitopenia inmunitaria cula que sólo 10% de los casos de eritroblastosis se debe a aloin-
En las mujeres embarazadas con trombocitopenia inmunitaria munización eritrocítica (Bellini, 2009, 2012; Santolaya, 1992).
(ITP, immune thrombocytopenia), los anticuerpos IgG antipla- Aún no se conoce la fisiopatología subyacente a la eritroblas-
quetarios autoinmunitarios pueden cruzar la placenta y causar tosis fetal. Se ha propuesto que este trastorno tiene en común
trombocitopenia fetal. La ITP materna se describe en la página diversas alteraciones fisiológicas con la hidropesía no inmunita-
1114. La trombocitopenia fetal es casi siempre leve. Sin embargo, ria. Según se muestra en la figura 15-6, éstas comprenden una
las concentraciones neonatales de plaquetas pueden descender disminución de la presión oncótica coloidal, elevación de la pre-
con rapidez después del nacimiento y alcanzar un nadir a las 48 sión hidrostática (o venosa central) e incremento de la permeabi-
a 72 h de vida. La cifra plaquetaria materna, la identificación de lidad vascular. La eritroblastosis fetal se debe al paso transplacen-
anticuerpos antiplaquetarios y el tratamiento con corticoesteroi- tario de anticuerpos maternos que destruyen a los eritrocitos
des no permiten pronosticar las cifras de plaquetas fetales o neo- fetales. La anemia resultante estimula la hiperplasia eritroide de
natales. Más importante todavía, las cifras de plaquetas fetales la médula y la hematopoyesis extramedular en el bazo y el hígado.
suelen ser adecuadas para posibilitar el parto vaginal sin elevar el Esto último ocasiona probablemente hipertensión portal y alte-
riesgo de hemorragia intracraneal. Las complicaciones hemorrá- ración de la síntesis de proteína hepática, lo cual reduce la pre-
gicas fetales se consideran infrecuentes y no se recomienda el sión oncótica plasmática (Nicolaides, 1985). La anemia fetal
muestreo de sangre fetal (Neunert, 2011). El método de parto se también aumenta la presión venosa central (Weiner, 1989). Por
basa en las indicaciones obstétricas normales. último, la hipoxia de los tejidos por anemia puede incrementar la
permeabilidad capilar, de tal manera que el líquido se acumula
en el tórax del feto, la cavidad abdominal o el tejido subcutáneo.
HIDROPESÍA FETAL El grado de anemia en la eritroblastosis fetal es casi siempre
El término hidropesía se refiere a la acumulación excesiva de grave. Nicolaides et al. (1988) informaron que la concentración
líquido seroso en el cuerpo y, definida de forma estricta, la de hemoglobina era de 7 a 10 g/100 ml por debajo de la media
hidropesía fetal es el edema del feto. Por lo general, el diagnós- normal para la edad gestacional en una cohorte de 48 fetos con
tico se establecía después del nacimiento de un recién nacido eritroblastosis fetal. Asimismo, en una serie de 70 embarazos
con edema masivo, a menudo óbito (fig. 15-5). Con la ecogra- con anemia fetal por aloinmunización eritrocítica, Mari et al.
fía, la hidropesía se ha convertido en un diagnóstico prenatal. Se (2000) descubrieron que todos aquellos con eritroblastosis fetal
define como dos o más derrames fetales (pleural, pericárdico o tenían valores de hemoglobina inferiores a 5 g/100 ml. Como se
ascitis) o un derrame más anasarca. Con el avance del trastorno, describe en la página 310, la eritroblastosis fetal se trata mediante
el edema siempre es un componente, que a menudo se acom- transfusiones sanguíneas fetales (van Kamp, 2001).
paña de placentomegalia e hidramnios. La hidropesía puede
deberse a una amplia gama de trastornos con fisiopatología ■ Hidropesía no inmunitaria
grave, cada una con el potencial de afectar gravemente al feto. Se En la actualidad, casi 90% de los casos de hidropesía es de origen
divide en dos categorías. Se identifica en relación con la aloin- no inmunitario (Bellini, 2009, 2012; Santolaya, 1992). El cálculo
munización eritrocítica y se denomina eritroblastosis fetal; de lo de la prevalencia es de 1 por 1 500 embarazos en el segundo tri-
contrario, es una hidropesía no inmunitaria. mestre (Heinonen, 2000). El número de trastornos específicos
que puede originar hidropesía no inmunitaria es considerable. Las
causas y la proporción de nacimientos dentro de cada categoría de
hidropesía de una revisión de más de 5 400 embarazos con altera-
ción se resumen en el cuadro 15-4. Se identifica una causa en por
lo menos 60% en la etapa prenatal y en más de 80% en la posna-
tal (Bellini, 2009; Santo, 2011). Como se muestra en la figura
15-6, existen varios procesos fisiopatológicos diferentes propues-
tos para explicar la vía común final de la eritroblastosis fetal.
Es importante señalar que la causa de la hidropesía no inmu-
nitaria varía según sea la etapa de la gestación en que se identifica.
De los casos diagnosticados en la fase prenatal, la aneuploidía
contribuye con casi 20%, las alteraciones cardiovasculares con
15% y las infecciones con 14%: la más frecuente de éstas es el
parvovirus B19 (Santo, 2011). En general, sólo 40% de los emba-
razos con hidropesía no inmunitaria produce un recién nacido
vivo. En estos casos, la tasa de sobrevida neonatal es de sólo 50%.
Sohan et al. (2001) analizaron 87 embarazos con hidropesía y
FIGURA 15-5. Óbito fetal con maceración e hidropesía y placenta
descubrieron que 45% de los diagnosticados antes de las 24 sema-
característicamente grande. La causa fue una infección por parvovirus nas de gestación tenía anomalía cromosómica. La más común fue
B19. (Fotografía proporcionada por la Dra. April Bleich.) 45 X (síndrome de Turner) (cap. 10, pág. 205) y, en tales casos, la
316 Paciente fetal
Anemia
Anemia
Red cell alloimmunization
Aloinmunización
Fetomaternal eritrocítica
hemorrhage
Hemorragia fetomaterna
SECCIÓN 5
Sobrecarga
Volume overload
de volumen
or
Extramedullary
Hematopoyesis o alteración
Impaireddel
venous
retorno
return
venoso
hematopoiesis
extramedular ¿Insuficiencia
? Heart failure
cardiaca?
Disfunción
Hepatichepática,
dysfunction,
alteración Trastornosdisorders
Metabolic metabólicos Hipoxia
Tissue Elevación
Increased
de la Lymphatic
Anomalia
impaired
de la síntesis
protein
desynthesis
proteína Infection
Infección Hypoxia
hística hydrostatic
presión hidrostática
pressure abnormality
linfática
Disminución
Decreased deplasma
la presión Increased
Aumento Disminución
Decreased
oncótica
oncotic plasmática
pressure de la
capillary
permeabilidad
permeability
capilar del
lymphatic
flujo linfático
flow
Increased
Aumento
del interstitial
líquido intersticial
fluid
Eritroblastosis
Hydrops fetalisfetal
FIGURA 15-6. Patogenia propuesta de la eritroblastosis fetal inmunitaria y no inmunitaria. (Modificada con autorización a partir de Bellini, 2009;
Lockwood, 2009.)
tasa de sobrevida fue <5%. Si se detecta la hidropesía en el primer fetal. Éstos comprenden los casos debidos a anemia fetal, arrit-
trimestre, el riesgo de aneuploidía es de casi 50% y la mayor parte mias, anomalías estructurales, aneuploidía, trastorno placentario
corresponde a higromas quísticos (fig. 10-16) (Has, 2001). o complicaciones de gemelismo monocoriónico. De acuerdo con
Por consiguiente, el pronóstico de la eritroblastosis fetal es reser- las circunstancias, la valoración inicial comprende lo siguiente:
vado pero depende en alto grado de las causas. En una serie extensa
de Tailandia y el sur de China, la talasemia α4 es la causa predomi- 1. Prueba de Coombs indirecta para la aloinmunización.
nante de la hidropesía no inmunitaria, constituye 30 a 50% de los 2. Exploración ecográfica dirigida del feto y la placenta, que
casos y supone un pronóstico en extremo desfavorable (Liao, 2007; comprende:
Ratanasiri, 2009; Suwanrath-Kengpol, 2005). En cambio, Sohan • Exploración anatómica detallada para evaluar las altera-
et al. (2001) observaron que las causas tratables de hidropesía no ciones estructurales enumeradas en el cuadro 15-4.
inmunitaria (parvovirus, quilotórax y taquiarritmias) constituían • Velocimetría Doppler de MCA para valorar la anemia fetal.
cada una cerca de 10% de los casos y, con el tratamiento fetal, dos • Ecocardiografía fetal para valoración en modo M.
tercios de los fetos con estas causas sobrevivieron. 3. Amniocentesis para cariotipo fetal y parvovirus B19, citome-
galovirus y pruebas de toxoplasmosis, según se describen en
el capítulo 64. Se toma en cuenta el análisis de micromatrices
Valoración diagnóstica
cromosómicas cuando existen anomalías fetales.
La hidropesía ya se detecta en las ecografías. Según se señaló 4. Se considera la prueba de Kleihauer-Betke de hemorragia
antes, dos derrames o un derrame más anasarca son necesarios fetomaterna cuando se sospecha anemia, lo cual depende de
para el diagnóstico. El edema puede ser muy evidente alrededor los hallazgos en los resultados de la prueba.
de la piel cabelluda o igualmente evidente alrededor del tronco 5. Se toman en cuenta pruebas para talasemia α o metabolopa-
y las extremidades. Los derrames son visibles en la forma de tías congénitas.
líquido que delimita los pulmones, el corazón y las vísceras
abdominales (fig. 15-7).
En muchos pacientes, la valoración ecográfica y de laborato- Derrame aislado o edema. Aunque un derrame o la anasarca
rio dirigida identifica la causa fundamental de la eritroblastosis por sí solos no son diagnósticos de hidropesía, se debe considerar
Trastornos fetales 317
CAPÍTULO 15
Cardiovasculares 22
Defectos estructurales: anomalía de Ebstein, tetralogía de Fallot con agenesia de
válvula pulmonar, hipoplasia de hemicardio izquierdo o derecho, cierre prematuro
del conducto arterioso, malformación arteriovenosa (aneurisma de la vena de
Galeno)
Miocardiopatías
Taquiarritmias
Bradicardia, como en el síndrome de heterotaxia con un defecto del cojinete
endocárdico o en el SLE materno con anticuerpos anti-Ro/La
Cromosómicas 13
Síndrome de Turner (45,X), triploidía, trisomías 21, 18 y 13
Hematológicas 10
Hemoglobinopatías, como talasemia α4
Trastornos de enzimas y membrana eritrocítica
Aplasia eritrocítica/diseritropoyesis
Disminución de la producción de eritrocitos (trastornos mieloproliferativos)
Hemorragia fetomaterna
Infecciones 7
Parvovirus B19, sífilis, citomegalovirus, toxoplasmosis, rubeola, enterovirus, varicela,
herpes simple, coxsackievirus, listeriosis, leptospirosis, enfermedad de Chagas,
enfermedad de Lyme
Alteraciones torácicas 6
Malformación adenomatoidea quística
Secuestro pulmonar
Hernia diafragmática
Hidrotórax/quilotórax
Secuencia de obstrucción respiratoria alta congénita
Tumores mediastínicos
Displasia esquelética con tórax muy pequeño
Alteraciones linfáticas 6
Higroma quístico, linfangiectasias sistémicas, linfangiectasias pulmonares
Sindrómico 4
Artrogriposis múltiple congénita, pterigión múltiple letal, linfedema congénito, distrofia
miotónica de tipo I, síndromes Neu-Laxova, Noonan y Pena-Shokeir
Idiopáticas 18
a Los porcentajes reflejan la proporción en cada categoría de acuerdo con un análisis sistemático de más de 5 400
A B
C D
FIGURA 15-7. Características hidrópicas. A. Esta imagen ecográfica de un feto de 23 semanas con hidropesía no inmunitaria secundaria a infec-
ción por parvovirus B19 ilustra el edema de la piel cabelluda (puntas de flecha) y ascitis (*). B. En la imagen coronal, derrames pleurales noto-
rios (*) delimitan los pulmones (L). Este feto de 34 semanas tenía hidropesía secundaria a una malformación arteriovenosa en el cerebro,
conocida como vena del aneurisma de Galeno. La ascitis fetal también está presente (flechas), así como la anasarca. C. Esta imagen axial (trans-
versal) ilustra un derrame pericárdico (flechas) en un feto de 23 semanas con hidropesía por infección por parvovirus B19. El grado de cardiome-
galia es impresionante y la hipertrofia ventricular plantea la preocupación por una miocarditis, que puede acompañar a una infección por
parvovirus. D. Esta imagen axial (transversal) ilustra la ascitis fetal (*) en un feto de 15 semanas con hidropesía consecutiva a higromas quísticos
de gran tamaño. También se observa anasarca (llave).
la valoración ya señalada si se presentan éstos, ya que puede pre- tan edema el feto, la madre y la placenta. La causa de la hidro-
sentarse hidropesía. Por ejemplo, un derrame pericárdico aislado pesía no se relaciona con la aparición del síndrome de espejo. Se
puede ser el hallazgo inicial en la infección fetal por parvovirus ha vinculado con hidropesía por aloinmunización Rh D, sín-
B19 (pág. 1244). Un derrame pleural aislado puede representar drome de transfusión gemelar, corioangioma placentario e
un quilotórax, el cual es susceptible de diagnóstico prenatal y higroma quístico fetal, anomalía de Ebstein, teratoma sacrococ-
para el cual el tratamiento fetal puede salvar la vida cuando cígeo, quilotórax, obstrucción del cuello de la vejiga, taquicardia
sobreviene hidropesía (pág. 329). La ascitis aislada también supraventricular, aneurisma de la vena de Galeno y diversas
puede ser el hallazgo inicial en la infección fetal por parvovirus infecciones congénitas (Braun, 2010).
B19 o ser resultado de una alteración del tubo digestivo como En una revisión de más de 50 casos de síndrome de espejo,
peritonitis meconial. Por último, el edema aislado, sobre todo el Braun et al. (2010) observaron que cerca de 90% de las mujeres
del tronco superior o del dorso de las manos o los pies, puede tenía edema, 60% hipertensión, 40% proteinuria, 20% incre-
observarse en el síndrome de Turner o Noonan o puede represen- mento de las enzimas hepáticas y casi 15% cefalea y alteraciones
tar un síndrome de linfedema congénito (pág. 264). visuales. Con base en estos hallazgos, es aceptable considerar el
síndrome de espejo como una forma de preeclampsia grave
(Espinoza, 2006; Midgley, 2000). Sin embargo, otros han seña-
■ Síndrome de espejo lado que es un proceso patológico diferente con hemodilución
Esta relación entre la hidropesía fetal y la aparición de edema más que hemoconcentración (Carbillon, 1997; Livingston,
materno en el cual el feto refleja a la madre se atribuye a Ballan- 2007). Se han comunicado estudios recientes que describen el
tyne. Este autor llamó al trastorno edema triple, ya que presen- mismo desequilibrio de factores angiógenos y antiangiógenos
Trastornos fetales 319
observados con la preeclampsia y por tanto respaldan una fisio- de Almeida V, Bowman JM: Massive fetomaternal hemorrhage: Manitoba
patología común (Espinoza, 2006; Goa, 2013; Llurba, 2012). experience. Obstet Gynecol 83:323, 1994
Dziegiel MH, Nielsen LK, Berkowicz A: Detecting fetomaternal hemorrhage
Estos hallazgos, que comprenden concentraciones elevadas de by flow cytometry. Curr Opin Hematol 13(6):490, 2006
CAPÍTULO 15
tirosina cinasa parecida a fms soluble 1 (sFlt-1), disminución de Eichbaum M, Gast AS, Sohn C: Doppler sonography of the fetal middle cere-
las concentraciones de factor de crecimiento placentario (PlGF, bral artery in the management of massive fetomaternal hemorrhage. Fetal
Diagn Ther 21(4):334, 2006
placental growth factor) y elevación del receptor del factor de Espinoza J, Romero R, Nien JK, et al: A role of the anti-angiogenic factor
crecimiento endotelial vascular soluble 1 (sVEGFR-1), se des- sVEGFR-1 in the “mirror syndrome” (Ballantyne’s syndrome). J Matern
criben con más detalle en el capítulo 40 (pág. 735). Fetal Neonatal Med 19(10):607, 2006
En la mayoría de los casos de síndrome de espejo, el parto Fernandes BJ, von Dadelszen P, Fazal I, et al: Flow cytometric assessment
of feto-maternal hemorrhage; a comparison with Betke-Kleihauer. Prenat
rápido está indicado y se acompaña de la resolución del edema Diagn 27(7):641, 2007
materno y otros hallazgos en aproximadamente nueve días (Braun, Fox C, Martin W, Somerset DA, et al: Early intraperitoneal transfusion and
2010). Sin embargo, hay casos aislados de anemia fetal, taquicar- adjuvant maternal immunoglobulin therapy in the treatment of severe red
cell alloimmunization prior to fetal intravascular transfusion. Fetal Diagn
dia supraventricular, hidrotórax y obstrucción del cuello de la Ther 23(2):159, 2008
vejiga en el cual el tratamiento fetal satisfactorio produjo resolu- Garratty G, Glynn SA, McEntire R, et al: ABO and Rh(D) phenotype fre-
ción tanto de la hidropesía fetal como del síndrome de espejo quencies of different racial/ethnic groups in the United States. Transfusion
materno (Goa, 2013; Livingston, 2007; Llurba, 2012; Midgley, 44(5):703, 2004
Geifman-Holtzman O, Grotegut CA, Gaughan JP: Diagnostic accuracy of
2000). En dos de estos casos, la normalización del desequilibrio noninvasive fetal Rh genotyping from maternal blood—a meta-analysis. Am
angiógeno también ocurrió después de la transfusión fetal por J Obstet Gynecol 195:1163, 2006
infección por parvovirus B19 (Goa, 2013; Llurba, 2012). El tra- Geifman-Holtzman O, Wojtowycz M, Kosmas E, et al: Female alloimmuni-
tamiento fetal de estos trastornos se revisa en el capítulo 16. Dados zation with antibodies known to cause hemolytic disease. Obstet Gynecol
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los paralelismos con la preeclampsia grave, el retraso del parto Giacoia GP. Severe fetomaternal hemorrhage: a review. Obstet Gynecol Surv
hasta el efecto del tratamiento fetal se ha de valorar sólo con cau- 52:372, 1997
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321
CAPÍTULO 16
Tratamiento fetal
■ Arritmias Taquiarritmias
Los trastornos del ritmo cardiaco fetal se pueden dividir, de Las dos arritmias más frecuentes son la taquicardia supraventri-
forma amplia, en taquiarritmias, es decir, frecuencia cardiaca cular y el flúter auricular. La SVT se caracteriza por el incre-
>180 latidos por minuto (lpm); bradiarritmias, si la frecuencia mento repentino de la frecuencia cardiaca del feto a 180 a 300
322 Paciente fetal
beneficios con los riesgos de la corticoterapia preparto crónica, de los casos; en el resto de los pacientes se detectan alelos más
incluida la deficiencia del crecimiento fetal (Friedman, 2009). raros por medio de la secuenciación génica (Nimkarn, 2010).
Se ha administrado también terbutalina para acelerar la fre- Las mujeres que eligen el tratamiento lo hacen con un plan para
CAPÍTULO 16
cuencia cardiaca del feto en casos de bradicardia sostenida de someterse a métodos de diagnóstico prenatal y lo interrumpen
cualquier causa en la cual la frecuencia cardiaca del producto es si el feto es varón o una niña no afectada. El diagnóstico prena-
≤55 lpm. Cuneo et al. (2007) informaron la reversión de la tal por métodos genéticos moleculares puede realizarse por
hidropesía con dicho tratamiento en unos cuantos casos. No medio de vellosidades coriónicas (entre las semanas 10 a 12 de
obstante, los resultados en estos pacientes con trastornos estruc- gestación) o en amniocitos después de la semana 15. En circuns-
turales aún son insatisfactorios. tancias óptimas, el objetivo es limitar la exposición a la dexame-
tasona en varones y mujeres no afectadas.
■ Hiperplasia suprarrenal congénita En fecha reciente, la administración de dexametasona a la
madre constituyó un tema que suscitó notables controversias.
Algunas deficiencias autosómicas recesivas de enzimas modifican
La Endocrine Society ha recomendado instituir el tratamiento
la síntesis del cortisol a partir del colesterol por parte de la corteza
sólo en protocolos de investigación (Miller, 2013; Speiser,
suprarrenal del feto; el efecto es la hiperplasia suprarrenal congé-
2010). Si el tratamiento se administra poco antes de las nueve
nita (CAH, congenital adrenal hyperplasia); es la causa más común
semanas se considera que la dosis de dexametasona usada no
del exceso de andrógeno en mujeres seudohermafroditas (pág.
tiene capacidad teratógena notable, dado que ya ocurrió la orga-
148). La ausencia de cortisol estimula la secreción de la hormona
nogénesis de los principales órganos (McCullough, 2010). Sin
adrenocorticotrópica (ACTH, adrenocorticotrophic hormone) por
embargo, persisten dudas en cuanto a los posibles efectos del
la adenohipófisis y la producción excesiva de androstenediona y
exceso de andrógenos endógenos o dexametasona exógena en el
testosterona viriliza al final al feto de género femenino. Las secue-
cerebro en desarrollo. La dexametasona para la gestante se ha
las pueden incluir la formación de pliegues labioescrotales, desa-
utilizado durante muchos años para evitar la virilización de fetos
rrollo de una comunicación urogenital o incluso la formación de
de género femenino con CAH, pero los datos sobre inocuidad a
una uretra peniana y un saco escrotal (fig. 7-18, pág. 149).
largo plazo son relativamente escasos.
Más de 90% de los casos de CAH es resultado de la deficien-
El desarrollo de una prueba de DNA fetal en el suero materno
cia de 21-hidroxilasa que aparece en las formas típica y atípica.
acelular supone la posibilidad de sustituir los métodos penetran-
La incidencia de CAH típica se aproxima a 1 caso por 15 000
tes como la extracción de vellosidades coriónicas y la amniocen-
personas, en forma global, y es mayor en algunas poblaciones
tesis para detectar CAH (cap. 13, pág. 279). Se ha informado
particulares. Por ejemplo, aparece con una frecuencia cercana a
que la identificación del género fetal por medio del DNA fetal
1:300 en esquimales Yupik (Nimkarn, 2010). Entre pacientes
acelular tiene una sensibilidad mínima de 95% cuando se realiza
con CAH típica, 75% se halla expuesto al riesgo de crisis supra-
en la séptima semana de gestación o después de esa fecha (Deva-
renales con pérdida de sodio o natriopénicas que obligan a admi-
ney, 2011). Aunque en el 2013 todavía no estaba disponible en
nistrar en fase posnatal mineralocorticoides y glucocorticoides.
seres humanos, se ha notificado el análisis de DNA del gen
El 25% restante con CAH común puede tener el tipo virilizante
CYP21A2 con muestras fetales acelulares de DNA.
simple y necesitar complementos de glucocorticoides. Sin la
identificación y el tratamiento apropiados, los pacientes con la
forma natriopénica pueden desarrollar al final hiponatremia, ■ Malformación congénita
deshidratación, hipotensión y colapso cardiovascular. Como se adenomatoide quística
describe en el capítulo 32 (pág. 631), en Estados Unidos son obli- Denominada también malformación congénita de las vías pul-
gatorias las técnicas de detección de la CAH en recién nacidos. monares (CPAM, congenital pulmonary airway malformation),
La eficacia de administrar dexametasona a la gestante para es una proliferación hamartomatosa excesiva de bronquiolos
suprimir la producción excesiva de andrógeno en el feto y evitar terminales que forma una masa pulmonar. En la imagen ecográ-
o mitigar la virilización de fetos de género femenino se reconoció fica, la malformación congénita adenomatoide quística (CCAM,
hace unos 30 años (David, 1984; New, 2012). Se considera que congenital cystic adenomatoid malformation) es una masa circuns-
la corticoterapia prenatal proporciona buenos resultados en 80 a crita de aspecto sólido y ecógena o bien puede tener uno o varios
85% de los casos (Miller, 2013; Speiser, 2010). La alternativa quistes de tamaño variable (fig. 10-18, pág. 207). En general, se
consiste en considerar la genitoplastia posnatal, una técnica qui- nombran macroquísticas las lesiones con quistes ≥5 mm, en
rúrgica compleja y controvertida que puede incluir maniobras tanto que son microquísticas las que incluyen quistes de menor
como vaginoplastia, clitoroplastia y labioplastia (Braga, 2009). tamaño o aspecto sólido (Adzick, 1985). En la página 330 se
Si se elige el tratamiento, el régimen típico es la dexametasona revisa el tratamiento de la CCAM macroquística.
oral administrada a la madre en dosis de 20 μg/kg/día (hasta 1.5 De manera infrecuente, la CCAM microquística puede mos-
mg/día) en tres fracciones. El periodo crítico para el desarrollo de trar proliferación rápida, entre las semanas 18 y 26 de la gesta-
genitales externos oscila entre la séptima y la duodécima semanas ción, y adquirir un tamaño tan grande que desplace al medias-
de gestación. Para evitar la virilización, el tratamiento debe comen- tino, reduzca el gasto cardiaco y el retorno venoso y cause
zar a las nueve semanas antes de conocer si el feto se halla en riesgo. hidropesía fetal (Cavoretto, 2008). Se ha utilizado una razón
Se trata de una entidad autosómica recesiva y por ello las mujeres CCAM/volumen (CVR, CCAM-volume ratio) para cuantificar
afectadas abarcan sólo 1 de cada 8 concepciones “de riesgo”. el tamaño y el riesgo de hidropesía fetal en casos graves (Crom-
En forma típica, los padres portadores se identifican después bleholme, 2002). La CVR es un cálculo del volumen de CCAM
del nacimiento de un niño afectado. Las pruebas genéticas (longitud × anchura × altura × 0.52) dividido entre la circunfe-
moleculares se pueden practicar en busca de mutaciones y dele- rencia cefálica. En ausencia de un quiste dominante, la cifra de
ciones frecuentes del gen CYP21A2 que codifica la enzima CVR >1.6 se acompaña de un riesgo de hidropesía de casi 75%,
21-hidroxilasa. Tal maniobra aporta información en 80 a 98% en tanto que el riesgo es <5% con CVR de menor magnitud.
324 Paciente fetal
Si la cifra de CVR es mayor de 1.4 o 1.6, o si se identifican publicado innumerables descripciones de casos de administra-
signos de hidropesía fetal, se ha recomendado la corticoterapia ción intraamniótica de levotiroxina. Sin embargo, no se ha esta-
para mejorar los resultados. Los regímenes incluyen dexameta- blecido su dosis y frecuencia óptima y las cantidades señaladas
sona a razón de 6.25 mg cada 12 h en un total de cuatro dosis, oscilan entre 50 y 800 mg cada una a cuatro semanas (Abuha-
SECCIÓN 5
o betametasona en dosis de 12.5 mg por vía intramuscular cada mad, 1995; Bliddal, 2011b; Ribault, 2009).
24 h en dos dosis. En algunos informes se ha observado la reso-
lución de la hidropesía casi en 80% de los casos y sobrevivió ■ Trasplante de células madre
alrededor de 85% de estos productos sometidos a este trata- En teoría, el trasplante de células madre puede practicarse para
miento (Curran, 2010; Loh, 2012, Peranteau, 2007). Sin tratar diversas enfermedades hematológicas, metabólicas e inmu-
embargo, otros investigadores señalaron que las CCAM de alto nológicas. Puede servir como un vehículo para la transferencia
riesgo mostraron una respuesta variable a la corticoterapia y los génica y tratar así otros cuadros genéticos. El periodo fetal es
índices de mortalidad perinatal fueron >40% (Morris, 2009c). óptimo para ello porque en el primer y el comienzo del segundo
trimestres el feto no puede activar todavía una respuesta inmuni-
■ Enfermedad tiroidea taria adaptativa a antígenos heterólogos (descrita como preinmu-
Es rara la identificación de una enfermedad del tiroides fetal y nitaria) (Tiblad, 2008). Además, no es necesaria la quimiotera-
por lo regular se debe a la detección ecográfica de bocio del pro- pia o la radiación antes del trasplante y es menos probable la
ducto. En estos casos deben considerarse varias posibilidades. Si enfermedad de injerto contra hospedador (rechazo inverso).
la mujer recibió tratamiento previo por enfermedad de Graves, El trasplante de células madre fetales logra resultados mejores
sea con ablación química del tiroides o ablación quirúrgica, tal en el tratamiento del síndrome de inmunodeficiencia. Se ha
vez produce aún inmunoglobulinas tiroestimulantes del tipo IgG logrado el injerto en fetos con inmunodeficiencia combinada
que cruzan la placenta y ocasionan tirotoxicosis fetal. En la ges- grave y síndrome de linfocitos desnudos (Tiblad, 2008). Sin
tante que recibe fármacos contra la enfermedad de Graves, el embargo, no se han obtenido buenos resultados con el trata-
paso transplacentario de propiltiouracilo o metimazol evita casi miento de trastornos eritrocíticos y metabólicos (Mummery,
siempre tal situación, como se describe en la página 1149. En 2011). Se ha intentado el trasplante de células madre para tratar
ocasiones, el tratamiento de la madre (o el tratamiento excesivo) hemoglobinopatías, sin buenos resultados. Algunos niños con
contra la tirotoxicosis puede provocar hipotiroidismo fetal talasemias α y β dependen todavía de transfusiones a pesar de la
(Bliddal, 2011a). Otras causas posibles de hipotiroidismo fetal consecución del injerto (Tiblad, 2008; Westgren, 1996). Se tras-
que originan bocio comprenden el paso transplacentario de anti- plantaron células madre del mesénquima a un feto con osteogé-
cuerpos contra peroxidasa tiroidea y dishormonogénesis tiroidea nesis imperfecta de tipo II fetal y el resultado fue la incorpora-
fetal (Agrawal, 2002). ción del injerto y la aparición de quimerismo (Le Blanc, 2005;
Si se identifica el bocio es importante conocer si es de tipo Mummery, 2011). No hay certeza de los resultados a largo plazo
hipertiroideo o hipotiroideo. Es posible cuantificar las concen- en esos casos, pero esta técnica es muy promisoria.
traciones de hormona tiroidea en líquido amniótico, pero se pre-
fiere la extracción de muestras de sangre fetal descrita en el capítulo TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
14 (pág. 300) para orientar el tratamiento (Abuhamad, 1995;
Ribault, 2009). La finalidad terapéutica primaria, además de Estos procedimientos, llamados también cirugía maternofetal, se
corregir la alteración funcional, es reducir el tamaño del bocio. pueden aplicar en anomalías congénitas seleccionadas en las que
Éste puede comprimir la tráquea y el esófago a grado tal que el es tan grande la posibilidad de deterioro fetal que retrasar el
feto puede presentar polihidramnios grave y el recién nacido tratamiento hasta después del parto produciría la muerte del
experimentar una disfunción de vías respiratorias. La hiperexten- producto o complicaciones posnatales sustancialmente mayores
sión del cuello fetal por el bocio puede causar distocia en el parto. (Walsh, 2011). La operación fetal abierta es una intervención
multidisciplinaria muy especializada que se practica sólo en
Tirotoxicosis fetal unos cuantos centros particulares en Estados Unidos y contra
El cuadro inicial de la tirotoxicosis fetal no tratada incluye bocio, algunas entidades fetales particulares. Harrison et al. (1982) de
taquicardia, restricción del crecimiento, polihidramnios, acelera- la University of California, en San Francisco, comenzaron su
ción de la maduración ósea e incluso insuficiencia cardiaca e práctica hace más de tres decenios. Los criterios para considerar
hidropesía fetal (Huel, 2009; Peleg, 2002). Por lo general, la causa su indicación se incluyen en el cuadro 16-1. En muchos casos
es la enfermedad de Graves con el paso transplacentario de inmu- no se cuenta con datos de la seguridad y eficacia de estos proce-
noglobulinas tiroestimulantes. Muchos especialistas recomiendan dimientos. En Estados Unidos, la Agency for Healthcare Research
la extracción de muestras de sangre fetal para confirmar el diagnós- and Quality ha insistido en que al considerar la posibilidad de
tico (Duncombe, 2001; Heckel, 1997; Srisupundit, 2008). Des- efectuar una intervención fetal, el aspecto prioritario debe ser la
pués de la tirotoxicosis fetal confirmada, se instituye tratamiento seguridad de la madre y el feto. Conseguir los objetivos fetales
antitiroideo de la madre y, si esta última presenta hipotiroidismo, de esta técnica constituye un aspecto secundario (Walsh, 2011).
se administra levotiroxina como complemento (Hui, 2011). En el cuadro 16-2 se incluyen algunas alteraciones en las que
es posible el tratamiento quirúrgico del feto, antes del parto o
Hipotiroidismo fetal durante él. Se proporciona información respecto de las técnicas,
El hipotiroidismo bociógeno puede ocasionar polihidramnios, indicaciones para facilitar la valoración y el consejo de la
hiperextensión del cuello y retraso de la maduración ósea. Si la paciente. Rebasa los límites de este texto aportar información
gestante recibe fármacos antitiroideos se recomienda, en térmi- técnica necesaria para llevar a cabo estos métodos o describir
nos generales, interrumpir su uso e inyectar levotiroxina en el circunstancias individuales en que los beneficios pueden superar
líquido amniótico (Bliddal 2011a; Ribault, 2009). Se han a los riesgos posibles.
Tratamiento fetal 325
CAPÍTULO 16
Al parecer, el defecto es aislado, sin manifestaciones de otras alteraciones o algún síndrome genético hereditario, que empeoraría en
grado significativo la supervivencia o la calidad de vida
El defecto representa una gran posibilidad de muerte o destrucción irreversible de órganos y es inadecuado el tratamiento posnatal
El tratamiento es factible técnicamente y un grupo multidisciplinario muestra concordancia en cuanto al plan para su aplicación
Los riesgos del método para la madre están bien documentados y se consideran como aceptables
Los familiares han recibido asesoría
Se recomienda que exista un modelo animal para el trastorno y el método
Modificado a partir de Deprest, 2010; Harrison, 1982; Vrecenak, 2013; Walsh, 2011.
■ Cirugía fetal abierta rotomía con un dispositivo engrapador que selle los bordes para
Para la realización de esta técnica es necesario contar con un conseguir hemostasia. Para reponer las pérdidas de líquido
grupo multidisciplinario muy especializado y proporcionar amniótico se introduce de forma continua el líquido tibio en el
orientación preoperatoria extensa. La madre debe someterse a útero por medio de un dispositivo de goteo rápido. El feto se
anestesia endotraqueal general para suprimir las contracciones manipula con gran suavidad para posibilitar la vigilancia seriada
uterinas y las respuestas fetales. Con orientación ecográfica para con oximetría de pulso y el acceso venoso, si se necesitan con
no abarcar el borde placentario se efectúa una incisión de histe- urgencia soluciones o sangre. A continuación se realiza la inter-
vención quirúrgica. Luego se cierra la histerotomía y se inicia el
suministro de tocolíticos; estos últimos comprenden en forma
típica la administración de una solución de sulfato de magnesio
CUADRO 16-2. Algunas alteraciones fetales particulares por vía intravenosa durante 24 h o la ingestión de indometacina
susceptibles de intervención quirúrgica durante 48 h y, en algunos centros, nifedipina ingerida hasta el
parto (Wu, 2009). También se administran antibióticos profi-
Cirugía fetal abierta
lácticos y se continúan por lo regular durante 24 h después del
Mielomeningocele
Malformación adenomatoide quística congénita (CCAM) término del método. Se necesita la extracción por cesárea en
Secuestro pulmonar extralobar fecha ulterior de la gestación y en todos los partos futuros.
Teratoma sacrococcígeo
Riesgos
Cirugía fetoscópica
Se han definido con precisión las complicaciones propias de la
Transfusión intergemelar: láser de anastomosis placentarias
Hernia diafragmática: oclusión traqueal endoscópica fetal cirugía fetal. En una revisión de 87 métodos abiertos efectuada
(FETO) en la University of California, en San Francisco, Golombeck et
Válvulas uretrales posteriores: láser por cistoscopia al. (2006) publicaron las complicaciones siguientes: edema pul-
Obstrucción congénita de zona alta de vías respiratorias: monar (28%); desprendimiento prematuro de placenta (9%);
láser en cuerdas vocales transfusión de sangre (13%); rotura prematura de membranas
Liberación de banda amniótica (52%), y parto de pretérmino (33%). Wilson et al. (2010) del
Métodos percutáneos Children´s Hospital of Philadelphia revisaron los resultados de
Tratamiento con derivación embarazos ulteriores después de practicar una operación fetal
Válvulas uretrales posteriores/obstrucción del cuello vesical abierta e indicaron que en 14% de los casos hubo rotura del
Derrame pleural: quilotórax o secuestro útero y en otro 14% dehiscencia de éste. Las complicaciones
Quiste dominante en CCAM identificadas en el Management of Myelomeningocele Study
Ablación por radiofrecuencia (MOMS) se incluyen en el cuadro 16-3 (Adzick, 2011). Otros
Secuencia de riesgo arterial con inversión gemelar (TRAP) riesgos posibles comprenden infecciones septicémicas de la
Gemelos monocoriónicos con anomalías graves de uno de
madre y óbito fetal durante o después del método.
ellos
Corioangioma Cirugía de mielomeningocele
Métodos por catéter intracardiaco en feto
Valvuloplastia aórtica o pulmonar contra estenosis Como se describió en las páginas 202 y 287, la espina bífida, es
Septostomía auricular para hipoplasia del hemicardio decir, un defecto congénito de abertura de vértebras, puede
izquierdo con tabique interauricular restrictivo acompañarse de hernia de meninges solas (meningocele) o de
Métodos del tratamiento intraparto ex utero (EXIT) estas membranas y raíces nerviosas de la médula espinal (mielo-
Hernia diafragmática congénita después de FETO meningocele). A pesar de la reparación posnatal, las personas
Secuencia de obstrucción congénita de zona alta de vías afectadas pueden tener grados diversos de parálisis, disfunción
respiratorias (CHAOS) vesical y rectal, retraso del desarrollo y disfunción del tallo ence-
Micrognatia grave fálico por la malformación de Arnold-Chiari II. Las pruebas
Tumores que abarcan el cuello o vías respiratorias obtenidas de estudios en animales y humanos favorecen la
EXIT hasta ablación: ablación de masas en tórax o hipótesis de dos elementos genéticos participantes. El daño de
mediastino del feto la médula espinal es consecuencia de la deficiencia de los proce-
EXIT hasta oxigenación con membrana extracorpórea sos de formación nerviosa durante el desarrollo embrionario y
(ECMO): hernia diafragmática congénita
la exposición constante durante la gestación de los elementos
326 Paciente fetal
(n = 78) (n = 80) de p
Beneficios (resultados primarios)
Muerte perinatal o colocación de derivación a los 12 mesesa 68% 98% <0.001
Colocación de una derivación a los 12 meses 40% 82% <0.001
Calificación obtenida en concordancia con el Índice de Desarrollo Mental de Bayley 149 ± 58 123 ± 57 0.007
y diferencia entre el nivel funcional y el anatómico de lesión (30 meses)a
Hernia del rombencéfalo (cualquiera) 64% 96% <0.001
Acodamiento del tronco encefálico (cualquiera) 20% 48% <0.001
Ambulación independiente (30 meses) 42% 21% 0.01
Riesgos
Edema pulmonar de la madre 6% 0 0.03
Desprendimiento prematuro de placenta 6% 0 0.03
Transfusión materna en el parto 9% 1% 0.03
Oligohidramnios 21% 4% 0.001
Edad gestacional en el parto 34 ± 3 37 ± 1 <0.001
Parto de pretérmino
<37 semanas 79% 15% <0.001
<35 semanas 46% 5%
<30 semanas 13% 0
a Cada resultado primario tuvo dos componentes. Los componentes de la muerte perinatal de los resultados primarios y también el Índice de Desarrollo
Mental Bayley a los 30 meses no mostraron diferencia entre las dos cohortes y el estudio.
Datos tomados con autorización de Adzick, 2011.
neurales del líquido amniótico (Adzick 2010; Meuli, 1995, manera independiente cuando tenían 30 meses de vida. Se regis-
1997). tró un número significativamente menor de hernias del rom-
La espina bífida es el primer trastorno congénito no letal en bencéfalo y se identificó una posibilidad sólo de la mitad de que
el cual se consideró la posibilidad de practicar un procedimiento se les colocara una derivación ventriculoperitoneal al cumplir
quirúrgico fetal. Satisface todos los criterios señalados en el cua- un año de edad. Un resultado primario fue la calificación com-
dro 16-1. Los informes preliminares demostraron que, en com- puesta obtenida del Índice de Desarrollo Mental Bayley y de la
paración con los testigos históricos, los lactantes que en la vida diferencia entre el nivel funcional y el anatómico de la lesión a
fetal se sometieron a operación de mielomeningocele, experi- los 30 meses; el resultado fue significativamente mejor en el
mentaron reversión de la malformación de Arnold-Chiari II y grupo en que se practicó cirugía prenatal.
tuvieron una menor posibilidad y frecuencia de necesitar la Sin embargo, al asesorar a las familias en cuanto a una posi-
colocación de una derivación ventriculoperitoneal (Bruner, ble necesidad de realizar la operación, es esencial colocar estos
1999; Sutton, 1999). resultados dentro del contexto de cada caso. Por ejemplo, a
Con base en las pruebas anteriores, los National Institutes of pesar de las mejorías en la proporción de niños que pueden
Health auspiciaron una investigación multicéntrica con asigna- caminar de modo independiente, casi todos los pacientes some-
ción al azar en la que se compararon las reparaciones prenatal y tidos a cirugía fetal no pudieron caminar con independencia y
posnatal del mielomeningocele: el MOMS (Management of casi 30% tampoco pudo caminar en absoluto. La cirugía prena-
Myelomeningocele Study) (Adzick, 2011). Los criterios para par- tal no produjo mejoría alguna en el índice de mortalidad fetal o
ticipar en la investigación MOMS incluyeron: 1) feto único neonatal ni en la calificación del Índice de Desarrollo Mental
entre las 19.0 y 25.9 semanas de gestación; 2) límite superior del Bayley a los 30 meses y, como se demuestra en el cuadro 16-3,
mielomeningocele entre T1 y S1 confirmado por resonancia se acompañó de un riesgo pequeño pero significativo de des-
magnética fetal (MR); 3) pruebas de hernia del rombencéfalo, y prendimiento prematuro de placenta y edema pulmonar de la
4) cariotipo normal sin manifestaciones de una anomalía fetal madre. Aún más, prácticamente la mitad de los productos nació
sin relación con el mielomeningocele. En el estudio se excluyó a a las ≤34 semanas, lo cual agravó de forma significativa el riesgo
mujeres expuestas al riesgo de nacimiento de pretérmino o des- de que surgiera el síndrome de insuficiencia respiratoria (Adzick,
prendimiento prematuro de la placenta, a las que tenían contra- 2011). No se cuenta todavía con suficientes datos de largo plazo
indicaciones para la cirugía fetal y a aquéllas con un índice de de esta investigación.
masa corporal ≥35 kg/m2. Con los criterios anteriores y a partir Desde la publicación de los resultados de la investigación
de una orientación multidisciplinaria integral, se sometió al MOMS, el mielomeningocele fetal se ha tornado la indicación
método tan sólo a 15% de las personas identificadas. más frecuente para practicar la cirugía abierta en fetos, en la
El protocolo MOMS demostró mejoría de los resultados University of California, en San Francisco (Vrecenak, 2013). Se
para el lactante en la cohorte en que se practicó cirugía prenatal trata de una situación anticipable porque el mielomeningocele
(cuadro 16-3). Se observó que los lactantes sometidos a cirugía es más frecuente que otros trastornos en los cuales se puede
prenatal mostraron una posibilidad del doble de caminar de recurrir a la cirugía fetal abierta. Asimismo, como en el caso de
Tratamiento fetal 327
CAPÍTULO 16
del mielomeningocele fetal ha suscitado preocupaciones en
cuanto a la importancia de la preparación y la adquisición de
experiencia, el cumplimiento de los criterios de la investigación
de MOMS y la necesidad de contar con un registro para asegu-
rar que se alcancen los mismos buenos resultados publicados en
la investigación referida (Cohen, 2014; Vrecenak, 2013).
Masas intratorácicas
Con anterioridad, si aparecía hidropesía en un feto con un gran
secuestro pulmonar extralobar o alguna malformación adenoma-
toide quística sin un quiste dominante, la cirugía fetal abierta con
lobectomía era el único tratamiento practicado, además del parto
de pretérmino (pág. 207). Puesto que la mayor parte de las masas
intratorácicas es pequeña y tiene un pronóstico benigno, rara vez FIGURA 16-2. Fotografía de una cirugía fetal abierta con ablación de
se necesita la cirugía en fetos con tales malformaciones. Asimismo, un teratoma sacrococcígeo. La histerotomía se completó y extrajo el
las masas de mayor tamaño se trataban en términos generales con segmento caudal del feto para llevarlo al campo operatorio. La mano
un lapso de prueba de corticoesteroides y se reservaba la cirugía del cirujano sostiene la masa. (Fotografía proporcionada por Timothy
M. Crombleholme.)
fetal abierta para productos que no llegaban a las 32 semanas y
con hidropesía en fase de evolución. En fetos con hidropesía tem-
prana y placentomegalia mínima, el índice de supervivencia des-
tante, la pared uterina y las membranas. Los instrumentos como
pués de lobectomía abierta se acercó a 60% (Vrecenak, 2013). El
los láseres se adaptan a través de cánulas de 3 a 5 mm que rodean
empleo del tratamiento intraparto ex utero en la corrección de
al endoscopio. De este modo, la cirugía fetoscópica se efectúa
masas en el pulmón fetal se expone en la página 331.
casi siempre en centros muy especializados y muchos clínicos la
Teratoma sacrococcígeo consideran todavía como una rama de la investigación. Por lo
general, las complicaciones surgen con menor frecuencia que las
El teratoma sacrococcígeo, un tumor de células germinativas,
observadas en la cirugía fetal abierta, pero aun así pueden ser
posee una prevalencia natal aproximada de 1 caso por 28 000
muy graves, en particular si se necesita laparotomía de la madre
recién nacidos (Derikx, 2006; Swamy, 2008). En la imagen eco-
para el acceso (Golombeck, 2006). Algunos ejemplos de trastor-
gráfica, una malformación de este tipo (SCT, sacrococcygeal tera-
nos tratados mediante fetoscopia se incluyen en el cuadro 16-2.
toma) es un tumor sólido, una masa quística o una anomalía con
ambas características que surge en la cara anterior del sacro Síndrome de transfusión intergemelar
(fig. 16-2). Puede desarrollarse con rapidez en sentidos inferior y
externo (fig. 10-12). Es común que exista polihidramnios y puede Como se describe en la página 907, la ablación fetoscópica con
desarrollarse hidropesía fetal por insuficiencia cardiaca de gasto láser de las anastomosis placentarias se ha convertido en el trata-
alto, como consecuencia de la vascularización del tumor o secun- miento preferido en muchos casos del síndrome de transfusión
daria a hemorragia dentro de la masa y con anemia resultante. El intergemelar (TTTS, twin-twin transfusion syndrome) grave. Por
síndrome en espejo (preeclampsia materna que surge junto con lo regular se realiza entre las 16 y las 26 semanas de gestación en
hidropesía fetal) puede aparecer en dicha alteración (cap. 15, pág. el caso de gemelos monocoriónicos-diamniónicos, con TTTS
318). Los datos de la resonancia magnética del feto pueden ser en etapas II a IV. Tales características del Sistema de Estadifica-
útiles para valorar la magnitud del componente interno del tumor. ción de Quintero se analizan en el capítulo 45 (Quintero, 1999;
En 30 embarazos con diagnóstico prenatal de SCT, el índice Society for Maternal-Fetal Medicine, 2013). En Estados Unidos,
de mortalidad perinatal rebasó el 40% (Hedrick, 2004). Las en caso de embarazos en etapa I de TTTS, no se considera de
pérdidas fetales se acercaron a 100% en presencia de hidropesía forma sistemática la ablación con láser. Sin embargo, de acuerdo
o placentomegalia (Vrecenak, 2013). El grupo del Children´s con el consenso celebrado en la North American Fetal Therapy
Hospital of Philadelphia ha recomendado considerar la cirugía Network (NAFTNet) de 2013, está en curso una investigación
fetal abierta contra SCT sólo en casos en que la masa es del todo con asignación al azar que incluye el tratamiento con láser en
externa (tipo I) y en la que ha surgido en el segundo trimestre TTTS en etapa I (Stamilio, 2010).
gasto cardiaco alto con hidropesía temprana (Vrecenak, 2013). Técnica. La técnica se lleva a cabo casi siempre con analgesia
Como se muestra en la figura 16-2, la histerotomía se practica y epidural y sedación intravenosa. Se utiliza un fetoscopio para
se extirpa el componente externo. El cóccix y cualquier masa identificar el ecuador vascular que separa los cotiledones placen-
profunda se dejan intactos para su extracción en la fase posnatal. tarios que aportan sangre y nutrientes a cada gemelo, para posi-
La disminución del volumen de la masa interrumpe el “secues- bilitar la fotocoagulación selectiva con láser de las anastomosis
tro vascular”, razón por la cual se restaura algunas veces la fisio- arteriovenosas que cruzan dicho ecuador (fig. 16-3).
logía normal del feto. La investigación con asignación al azar efectuada en Estados
Unidos en el caso de TTTS, que publicaron Crombleholme et
■ Cirugía fetoscópica al. (2007), utilizó la metodología siguiente. En primer lugar,
Estos procedimientos utilizan sólo el endoscopio fibróptico de por medio de una pequeña incisión cutánea se permite la colo-
1 o 2 mm de diámetro para cruzar la pared abdominal de la ges- cación (orientada por ecografía) de un fetoscopio de 3.3 mm de
328 Paciente fetal
SECCIÓN 5
A B
FIGURA 16-3. Tratamiento con láser para el síndrome de transfusión intergemelar (TTTS). Fotografía fetoscópica de la superficie fetal de la pla-
centa. A. Anastomosis vasculares (flechas) antes de la ablación selectiva por láser. B. Se identifican los sitios de ablación en la forma de áreas
amarillas blanquecinas pálidas (flechas). (Fotografía proporcionada por Timothy M. Crombleholme.)
ancho y que contiene portales independientes para la lente, el TTTS tratados con láser termina en la expulsión del producto
láser y la introducción rápida de solución salina en goteo, según antes de las 34 semanas (Habli, 2009).
sea necesario. En fecha reciente se han empleado fetoscopios La secuencia de policitemia por anemia gemelar (TAPS, twin
con un grosor incluso de 1.2 mm (Chalouhi, 2011). A conti- anemia polycythemia sequence) es un tipo de transfusión fetofetal
nuación se mapea tres veces la lámina coriónica de la placenta: crónica, reconocible por grandes diferencias en las concentra-
en primer lugar para identificar todas las anastomosis en el ecua- ciones de hemoglobina entre uno y otro gemelos del par mono-
dor vascular; después para marcar y registrar el sitio de cada vaso coriónico en ausencia de diferencias del volumen de líquido
de conexión y, una vez efectuada la fotocoagulación, para corro- amniótico. Aparece algunas veces de manera espontánea en 3 a
borar que se incluyeron todos los vasos conectores y no hubo 5% de los gemelos monocoriónicos, aunque se ha identificado
recanalización. Los vasos se fotocoagulan con 60 vatios de ener- cada vez con mayor frecuencia como complicación de TTTS
gía y para ello se utiliza un láser de diodo de 600 μm de diáme- tratados con láser. Para reconocer esta complicación puede ser
tro con el endoscopio colocado a 1 cm de la superficie del vaso. útil advertir diferencias en la velocidad sistólica máxima de la
También puede utilizarse un láser de neodimio:itrio-aluminio- arteria cerebral media descrita en el capítulo 10 (pág. 221) entre
granate (Nd:YAG) de 400 μm. Al final del método se realiza uno y otro gemelos (Robyr, 2006; Slaghekke, 2010).
amniorreducción para reducir la concavidad más profunda del
líquido amniótico a menos de 5 cm y se inyectan en dicha cavi- Hernia diafragmática congénita
dad antibióticos. El tratamiento fetal de esta anomalía ha generado más controver-
Si se identifica miocardiopatía en el gemelo “receptor” pue- sias que otras. La prevalencia de hernia diafragmática congénita
den aplicarse a la madre 20 mg de nifedipina cada 6 h, 24 a 48 (CDH, congenital diaphragmatic hernia) se aproxima a 1 caso
h antes de la fotocoagulación y continuar después del método por 3 000 a 4 000 nacimientos y la cifra de supervivencia global
en un intento por mejorar la supervivencia del gemelo receptor es de 50 a 60% (pág. 206). En 40% de los casos se detectan otras
(Crombleholme, 2010). alteraciones más y con ello disminuye en grado notable la cifra
de supervivencia. En el caso de CDH aislada, las causas principa-
Complicaciones. Es importante que las familias tengan expec-
les de muerte son hipoplasia pulmonar e hipertensión pulmonar.
tativas razonables acerca de los buenos resultados con esta téc-
El principal factor de riesgo es la hernia hepática que complica al
nica y sus posibles complicaciones. Sin tratamiento, la cifra de
menos a la mitad de los casos y se acompaña de una disminución
mortalidad perinatal en casos de TTTS intenso es de 70 a 100%
de 30% de la cifra de supervivencia (Mullassery, 2010).
(Society for Maternal-Fetal Medicine, 2013). Después del trata-
En virtud de los riesgos maternos y fetales que supone la
miento con láser, la cifra prevista de mortalidad perinatal es de
intervención quirúrgica fetal se han orientado los esfuerzos a
30 a 50% con un riesgo de 5 a 20% de causar deficiencias neu-
identificar a los fetos que tienen menores posibilidades de sobre-
rológicas permanentes (Society for Maternal-Fetal Medicine,
vivir con el tratamiento posnatal solo. Se descartan de manera
2013). En la fase neonatal se identifican leucomalacia periven-
característica los casos con anomalías coexistentes y también los
tricular quística y hemorragia interventricular de grados III a IV
que no tienen hernia hepática. Los cálculos previos se dificultan
hasta en 10% de casos tratados con láser (Lopriore, 2006).
todavía más por la mejoría en la atención neonatal de lactantes
Entre las complicaciones relacionadas con la técnica figuran
con CDH e incluyen la hipercapnia permisiva, la “ventilación
la rotura prematura de membranas antes del término hasta en
suave” para evitar barotraumatismo y la operación tardía.
25% de los casos; desprendimiento prematuro de placenta en un
8%, desgarro vascular en 3%, síndrome de banda amniótica Razón pulmón-cabeza. Los investigadores de la University of
secundario al desgarro de las membranas por el láser en 3% y California en San Francisco crearon este parámetro ecográfico
secuencia de policitemia por anemia gemelar en 2 a 12% (Habli, para mejorar el cálculo de supervivencia en fetos que tenían
2009; Robyr, 2006). Por último, casi 85% de los embarazos con CDH izquierda aislada, diagnosticada antes de las 25 semanas de
Tratamiento fetal 329
gestación (Metkus, 1996). La razón pulmón-cabeza (LHR, lung- cheal occlusion) en embarazos con CDH aislada del feto, hernia
to-head ratio) es un índice del área del pulmón derecho, medido de hígado y LHR < 1.4 (Harrison, 2003). Los embarazos inclui-
a nivel de la proyección tetracameral del corazón (fig. 10-20) dos tuvieron un índice de supervivencia prevista < 40% con las
CAPÍTULO 16
dividido entre la circunferencia cefálica. Los especialistas han medidas posnatales corrientes basadas en datos de la anamnesis.
detectado que el índice de supervivencia era de 100% si la LHR La investigación se interrumpió después de incluir tan sólo a 24
se situaba por arriba de 1.35 y no había supervivientes si era personas porque no se identificó beneficio alguno de esta téc-
menor de 0.6. Casi 75% de los embarazos tuvo valores de 0.6 a nica. Los índices de supervivencia a 90 días después del naci-
1.35 y las previsiones fueron difíciles en este gran grupo porque miento fueron inesperadamente grandes en ambos grupos y se
el índice de supervivencia global se acercó a 60% (Metkus, 1996). acercaron a 75%. Es posible que los beneficios del estudio
Jani et al. (2006) valoraron la LHR en 184 casos de un regis- FETO fueran superados por la cifra elevada de nacimiento de
tro internacional de CDH aislado, entre las 22 y las 28 semanas pretérmino temprano. La media de edad en el parto fue >30
de gestación. La cifra de supervivencia fue de 15% si la LHR era semanas y los fetos nacieron, en promedio, seis semanas después
de 0.8 a 1.0; de 65% cuando era de 1.0 a 1.5, y de 80% si era de del método; ello dejó menos tiempo para “recuperar” el creci-
1.6 o más. No se reconocieron supervivientes con LHR inferio- miento (Wenstrom, 2003).
res a 0.8. En 2013, las investigaciones en curso en Estados Uni- Después de este estudio persistió el entusiasmo por dicha téc-
dos y Europa han seleccionado una cifra límite de LHR de 1.0 nica, sobre todo fuera de Estados Unidos. Mediante el empleo de
o menor para la inclusión de embarazos en el estudio. una cifra límite de 1.0 en la razón (baja) pulmón/cabeza, se seña-
laron índices de supervivencia posnatal significativamente mayo-
Resonancia magnética. La resonancia magnética (MR) se ha res. Las cifras mejoraron de <25% con el tratamiento posnatal a
empleado para determinar el volumen del tejido pulmonar del 50%, en promedio, con la técnica del estudio FETO (Jani, 2009;
mismo lado y el lado contrario al de la hernia diafragmática para Ruano, 2012).
compararlos con datos de referencia de edades gestacionales
iguales. Mayer et al. (2011) condujeron un metaanálisis de 19 ■ Métodos percutáneos
estudios en el que intervinieron más de 600 embarazos y en los
cuales se valoró CDH aislada por medio de MR fetal. Los facto- La guía ecográfica puede utilizarse para el tratamiento con una
res vinculados de manera significativa con la supervivencia neo- derivación, aguja de ablación por radiofrecuencia y catéter de
natal incluyeron el lado del defecto, el volumen total del pul- angioplastia. Con estas técnicas, los instrumentos cruzan la pared
món fetal, el volumen observado/esperado del pulmón y la abdominal de la gestante, la pared uterina y las membranas hasta
posición del hígado fetal. llegar a la cavidad amniótica y el feto. Entre los riesgos figuran
La resonancia magnética fetal también se ha utilizado para infección materna, parto de pretérmino o rotura prematura de
cuantificar el volumen del hígado herniado (fig. 10-44). Las membranas y daño o pérdida fetales. Las derivaciones percutáneas
bases teóricas para valorar el volumen hepático incluyen dos se emplean para drenar líquido en casos de algunas alteraciones
razones. La primera señala que la hernia del hígado quizá cons- precisas de vías urinarias y tórax. La ablación por radiofrecuencia
tituya el elemento del pronóstico de mayor peso de los resulta- se practica cada vez con mayor frecuencia en algunas indicaciones
dos en fetos con CDH aislada. En segundo lugar, el volumen específicas, como la secuencia de riego arterial inversa en gemelos.
del hígado puede ser un elemento de previsión más confiable El cateterismo cardiaco del feto es promisorio en el caso de emba-
porque de manera inherente los pulmones son más compresi- razos con fetos con un grave síndrome de hipoplasia del hemicar-
bles que la glándula hepática. Algunos informes han observado dio izquierdo, pero todavía se halla en fase de investigación.
que la valoración del grado de hernia hepática por medio de MR Derivaciones torácicas
guardó relación con los índices de supervivencia posnatal e
incluso fue más útil como elemento del pronóstico que el volu- Puede usarse la derivación colocada de la cavidad pleural del
men pulmonar (Cannie, 2008; Walsh, 2000; Worley, 2009). feto a la cavidad amniótica para drenar el líquido pleural. El
derrame grande puede ocasionar un desplazamiento mediastí-
Oclusión traqueal. Los primeros intentos para tratar la hernia nico notable que ocasione hipoplasia pulmonar o insuficiencia
diafragmática grave recurrieron a técnicas fetales abiertas. Por cardiaca e hidropesía. La causa más común del derrame prima-
desgracia, la devolución del hígado a la cavidad abdominal pro- rio es el quilotórax secundario a obstrucción linfática. El derrame
vocó acodamiento de la vena umbilical, con óbito ulterior pleural puede ser consecuencia de la infección viral congénita o
(Harrison, 1993). aneuploidía o puede depender de alguna malformación como el
El sustento teórico de la oclusión traqueal (Hedrick, 1994) se secuestro pulmonar extralobar. Yinon et al. (2010) notificaron la
basa en dos premisas: los pulmones fetales producen normal- presencia de aneuploidía en casi 5% y de anomalías aisladas en
mente líquido y el feto con obstrucción en la zona alta de las vías 10% de los casos.
respiratorias desarrolla al final hiperplasia pulmonar. De modo En forma típica se drena en primer lugar el derrame por
inicial, la tráquea se ocluía con un broche externo (Harrison, medio de una aguja de calibre 22 bajo guía ecográfica. En el
1993). En la actualidad, con asistencia endoscópica, se coloca material obtenido se realizan estudios en busca de aneuploidía e
dentro de la tráquea un globo de silicón desprendible que utiliza infecciones y también recuento celular. El recuento de células en
una camisa quirúrgica de 3 mm y fetoscopios hasta de 1 mm líquido pleural con más de 80% de linfocitos, en ausencia de
(Deprest, 2011; Ruano, 2012). El tratamiento intraparto ex infección, es un elemento característico del quilotórax. Si se acu-
utero (pág. 331) se desarrolló en tándem con los métodos ante- mula el líquido cabe introducir un trócar y una cánula a través de
riores y se aplica en el nacimiento durante la inversión de la la pared torácica en el feto y colocar una derivación helicoidal
oclusión traqueal. doble para drenar el derrame (fig. 16-4). Si el derrame se halla en
Se ha efectuado una investigación con asignación al azar de el hemitórax derecho se coloca la derivación en el tercio inferior
la oclusión traqueal endoscópica fetal (FETO, fetal endoscopic tra- del tórax para posibilitar la expansión máxima del pulmón. Si se
330 Paciente fetal
SECCIÓN 5
A B
FIGURA 16-4. Colocación de una derivación toracoamniótica. A. A las 18 semanas de gestación se identificaron un gran derrame pleural de la
mitad derecha (asterisco) y líquido de ascitis. El derrame fue drenado pero se reacumuló con rapidez. El líquido xantocrómico contuvo 95% de
linfocitos, signo consistente con quilotórax. B. Derivación en doble “cola de cerdo” (flecha) colocada bajo guía ecográfica después de instalar la
derivación; el derrame y la ascitis experimentaron resolución.
encuentra en el lado izquierdo, la derivación se aplica a todo lo según algunos informes, es de 5 a 8% de los casos (Hayden,
largo de la línea axilar superior para que el corazón vuelva a su 1988; Hobbins, 1984; Mann, 2010; Manning, 1986).
posición normal (Mann, 2010). Según algunos informes, el La colocación de la derivación hace posible la expulsión de
índice de supervivencia global es de 70% y el de fetos hidrópicos orina drenada de la vejiga y su paso a la cavidad amniótica; con
de casi 50% (Mann, 2010; Yinon, 2010). Algunas ocasiones, la ello se busca conservar la función renal y mejorar el oligohi-
derivación se desplaza hasta llegar a la cavidad amniótica. Si dramnios para impedir la hipoplasia pulmonar. Los fetos elegi-
la derivación sigue en su sitio se debe pinzar inmediatamente bles son los que no tienen otras alteraciones graves ni aneuploi-
después del nacimiento del pequeño para evitar el neumotórax. día y tampoco tienen signos ecográficos que representen mal
Las derivaciones se han utilizado también para drenar un pronóstico, por ejemplo quistes en la corteza renal. El trata-
quiste dominante en fetos con malformación adenomatoide quís- miento se considera por lo regular sólo si el feto es varón, dado
tica congénita de tipo macroquístico. Por fortuna, los quistes que en fetos de género femenino el tipo de anomalía tiende a ser
rara vez tienen tamaño suficiente para imponer el riesgo de oca- todavía más grave. La vesicocentesis o drenaje vesical seriado se
sionar hidropesía o hipoplasia pulmonar. La colocación de la realiza a intervalos de 24 a 48 h bajo orientación ecográfica para
derivación puede reducir el volumen de CCAM hasta 70% y conocer el contenido de electrólitos y proteínas de la orina y así
revertir la hidropesía y mejorar la cifra de supervivencia (Knox, establecer el pronóstico renal como satisfactorio o insatisfactorio
2006; Mann, 2010). Los índices de supervivencia después de (cuadro 16-4).
colocar una derivación en casos de CCAM se aproximan a 70% La amnioinfusión se realiza por lo regular antes de la deriva-
(Wilson, 2004). ción para facilitar la colocación del extremo distal del catéter en
la cavidad amniótica. Este procedimiento también es útil en la
Derivaciones en vías urinarias
Las derivaciones vesicoamnióticas se utilizan en fetos con obs-
trucción del cuello vesical que tendrían por lo demás un mal CUADRO 16-4. Cifras del análisis en orina fetal en caso
pronóstico. La obstrucción distal del aparato urinario aparece de obstrucción del cuello vesical
con mayor frecuencia en fetos del género masculino y su causa Pronóstico Pronóstico
más común son las válvulas uretrales posteriores seguidas en fre- Análisis satisfactorio insatisfactorio
cuencia por la atresia uretral y el síndrome de abdomen en ciruela,
Sodio <90 mmol/L >100 mmol/L
llamado también síndrome de Eagle-Barrett. El diagnóstico se
Cloruro <80 mmol/L >90 mmol/L
expone en la página 216. Entre los hallazgos ecográficos figuran
Calcio <7 mg/100 ml >8 mg/100 ml
la dilatación de la vejiga y la uretra proximal, el llamado signo
Osmolalidad <180 mmol/L >200 mmol/L
del “ojo de la cerradura”, junto con engrosamiento de la pared Microglobulina β2 <6 mg/L >10 mg/L
vesical (fig. 10-33). El oligohidramnios antes de la etapa media Proteína total <20 mg/100 ml >40 mg/100 ml
del embarazo ocasiona hipoplasia pulmonar. Por desgracia, los
resultados pueden ser insatisfactorios incluso si el volumen del El pronóstico satisfactorio o insatisfactorio se basa en valores obtenidos
líquido amniótico es normal. La valoración inicial comprende la de vesicocentesis seriadas y realizadas entre las semanas 18 y 22 de la
búsqueda minuciosa de otras anomalías acompañantes, que gestación por uso de la mejor muestra obtenida.
Datos tomados con autorización de Mann, 2010.
pueden coexistir en 40% de los casos y de aneuploidía que,
Tratamiento fetal 331
revisión anatómica fetal por ecografía y asegurar que no existen 2011). Entre las posibles técnicas fetales figuran la valvuloplastia
otras alteraciones. A continuación se introduce en la vejiga del aórtica en comparación con la estenosis aórtica crítica; la septos-
feto un trócar y una cánula pequeña bajo guía ecográfica. La tomía auricular en caso de hipoplasia del hemicardio izquierdo
CAPÍTULO 16
derivación se coloca lo más baja posible dentro de la vejiga para con tabique interauricular intacto, y la valvuloplastia pulmonar
evitar su desalojo después de la descompresión de ésta. Se usa un por atresia pulmonar con tabique interventricular intacto. Se
doble catéter en “cola de cerdo” con su extremo distal dentro de lleva un registro de tales casos en el International Fetal Cardiac
la vejiga fetal y el proximal en el interior de la cavidad amniótica. Intervention Registry (www.ifcir.org).
Las complicaciones incluyen desplazamiento de la derivación De estas operaciones, la valvuloplastia aórtica del feto es la
y su salida de la vejiga hasta en 40% de los casos, ascitis urinaria practicada con mayor frecuencia. Su realización se considera en
en 20%, en promedio, y aparición de gastrosquisis en 10% de las casos seleccionados de estenosis aórtica crítica en los que el ven-
veces (Freedman, 2000; Mann, 2010). Es frecuente que el parto trículo izquierdo tiene tamaño normal o muestra dilatación. El
sea de pretérmino y las cifras de supervivencia neonatal variaron objetivo es evitar la aparición de la hipoplasia del hemicardio
de 50 a 90% (Biard, 2005; Walsh, 2011). No se sabe si la coloca- izquierdo y permitir la reparación biventricular en fase posnatal
ción de la derivación vesicoamniónica suministra beneficio en (McElhinney, 2010). Con guía ecográfica, el operador intro-
términos de la función renal a largo plazo (Holmes, 2001). Hasta duce una aguja de calibre 18 en el ventrículo izquierdo de tal
33% de los niños sobrevivientes necesitó diálisis o trasplante renal modo que su extremo se halle por delante de la válvula aórtica
y casi la mitad padeció problemas respiratorios (Biard, 2005). estenótica. A continuación se desplaza y guía un catéter con
globo de 2.5 a 4.5 mm en el anillo aórtico y se insufla varias
Ablación por radiofrecuencia veces. Arzt y Tulzer (2011) revisaron la experiencia colectiva de
En esta técnica se utiliza corriente alterna de alta frecuencia para dos grandes centros que efectuaban técnicas en el corazón fetal
coagular y desecar los tejidos. La ablación por radiofrecuencia (uno en Boston y el otro en Linz, Austria). En 75% de los casos
(RFA, radiofrequency ablation) se ha convertido en la modalidad se obtuvieron buenos resultados técnicos y se publicó un índice
preferida para el tratamiento de la secuencia de riego arterial con de pérdida fetal de 9%. En todos los casos fue necesaria la valvu-
inversión gemelar (TRAP, twin-reversed arterial perfusion), cono- loplastia aórtica posnatal; 66% necesitó sustitución temprana
cida también como gemelo acardiaco (pág. 908). Sin tratamiento, de la válvula aórtica y en menos de la mitad se alcanzó el obje-
la cifra de mortalidad para el gemelo normal o “bomba” en la tivo de la reparación posnatal de los dos ventrículos.
secuencia TRAP supera el 50%. La técnica también se ha La septostomía auricular fetal también utiliza un catéter per-
empleado para la terminación selectiva, con complicaciones del cutáneo con globo y puede indicarse su uso en casos selecciona-
otro gemelo monocoriónico (Bebbington, 2012). dos de hipoplasia de las cavidades izquierdas del corazón con el
El procedimiento se efectúa bajo orientación ecográfica y se tabique interauricular intacto o muy restrictivo. Este cuadro
coloca una aguja RFA de calibre 17 o 19 en la base del cordón tiene una cifra aproximada de mortalidad posnatal de 80%
umbilical del gemelo acardiaco y en su abdomen. Después de (Glantz, 2007). En una notificación de 21 casos, la pérdida por
crear una zona de coagulación de 2 cm se usa la ecografía la práctica de dicha técnica se acercó a 10% y la cifra de super-
Doppler a color para corroborar la ausencia en este gemelo de vivencia neonatal a corto plazo fue de 58% (Marshall, 2008).
flujo sanguíneo. Algunos centros han publicado una cifra signi- También se ha sugerido la posibilidad de llevar a cabo valvu-
ficativamente mayor de supervivencia del gemelo normal des- loplastia en la válvula pulmonar fetal en los casos de atresia pul-
pués de RFA respecto de la secuencia TRAP (Lee, 2007; Livings- monar con tabique interventricular intacto, con la finalidad de
ton, 2007). La North American Fetal Therapy Network notificó la evitar la aparición del síndrome de hipoplasia del hemicardio
práctica de la RFA alrededor de las 20 semanas en 98 embarazos derecho. Se han informado buenos resultados en alrededor de
con secuencia TRAP (Lee, 2013). La mediana de edad gestacio- 66% de los casos. Sin embargo, no hay certeza de que los resul-
nal en el parto fue de 37 semanas y la cifra de supervivencia tados hayan mejorado en comparación con la reparación posna-
neonatal de 80%. La principal complicación fue la rotura pre- tal regular (Artz, 2011; McElhinney, 2010).
matura de membranas y el parto de pretérmino (12% de los
fetos se expulsó en promedio a las 26 semanas). ■ Tratamiento intraparto ex utero
En términos generales, se ha considerado la práctica de RFA Este método tiene como objetivo permitir que el feto no deje
contra la secuencia de TRAP en embarazos en que el volumen de recibir sangre de la circulación placentaria después de su
del gemelo acardiaco es grande. En la serie de la NAFTNet refe- nacimiento parcial, de manera que pueda instituirse algún trata-
rida, la mediana de tamaño del gemelo acardiaco en relación miento para salvar la vida antes de completar el parto. La técnica
con el gemelo “bomba” fue de 90% (Lee, 2013). Al considerar se creó de manera inicial para contar con una vía respiratoria en
los riesgos relacionados con esta técnica, se recomienda el trata- caso de tumores que se extienden a la bucofaringe y el cuello del
miento expectante con vigilancia fetal minuciosa, si el peso cal- producto (Catalano, 1992; Kelly, 1990; Langer, 1992). Se
culado del gemelo acardiaco es <50% respecto del gemelo depuró cuando se creó la oclusión traqueal para tratar la hernia
“bomba” (Jelin, 2010). diafragmática congénita porque fue necesario establecer la vía
respiratoria después de “obturar” u “ocluir con broche” la trá-
Técnicas con catéter intracardiaco fetal quea (Mychaliska, 1997). Los componentes del método se
Algunas lesiones del corazón fetal particulares pueden empeorar incluyen en el cuadro 16-5.
durante la gestación y complicar aún más o incluso anular las En el cuadro 16-2 se muestran algunas indicaciones para el
opciones de la reparación posnatal. La estenosis grave del infun- tratamiento intraparto ex utero (EXIT, ex-utero intrapartum
díbulo de salida del corazón puede dañar de manera progresiva treatment). Es el método más indicado para corregir durante el
el miocardio fetal, pero la intervención puede posibilitar el cre- parto masas gigantes del cuello, como la que se muestra en la
cimiento muscular y conservar la función ventricular (Walsh, figura 16-5. Asimismo, se emplea a menudo para extraer el
332 Paciente fetal
Ecografía transoperatoria para confirmar el margen placentario y la posición del feto y visualizar vasos en su punto de penetración en el útero
Colocación de suturas de fijación seguida del empleo de grapas en el útero para reducir la hemorragia en el punto de entrada uterino
Conservar el volumen uterino durante el método por medio de amnioinfusión continua de solución fisiológica tibia para evitar el
desprendimiento de la placenta
Nacimiento de cabeza, el cuello y la mitad superior del cuerpo del feto para permitir el acceso necesario
Inyección fetal de vecuronio intramuscular, fentanilo y atropina
Acceso intravenoso periférico fetal, oximetría de pulso y ecografía cardiaca
Después del método se colocan accesos umbilicales finos antes de pinzar el cordón
Se administran uterotónicos según sea necesario
Adaptado con autorización a partir de Moldenhauer, 2013.
globo endotraqueal después de cirugía fetal contra hernia dia- hauer (2013) señaló que sobrevivieron 20 de 22 pacientes trata-
fragmática congénita (Laje, 2012; Ruano, 2012). Entre las indi- dos con EXIT hasta la ablación de masas pulmonares. La técnica
caciones menos frecuentes figura el tratamiento de la secuencia EXIT se ha aplicado también como transición a la oxigenación
de obstrucción congénita de la zona alta de las vías respiratorias con membrana extracorpórea (EXIT hasta ECMO) en embarazos
(CHAOS, congenital high airway obstruction sequence) y casos en los que el feto tiene una grave hernia diafragmática congénita.
seleccionados de micrognatia fetal grave que se analizan en el Sin embargo, no se ha observado que ofrezca beneficios claros de
capítulo 10 (figs. 10-14 y 10-19). Además de que el tamaño del supervivencia en tales casos (Morris, 2009a; Stoffan, 2012).
maxilar inferior del feto debe ser inferior al quinto percentil, La técnica EXIT debe realizarla un grupo multidisciplinario
Morris et al. (2009b) han sugerido que es necesario considerar que puede incluir un obstetra, un especialista en medicina mater-
la práctica del método EXIT en fetos con pruebas indirectas de nofetal, uno o dos cirujanos pediatras, un otorrinolaringólogo y
obstrucción que incluyen polihidramnios, ausencia de burbuja un cardiólogo pediatras, anestesiólogos para la madre y el feto
estomacal o glosoptosis. La resonancia magnética en el feto y neonatólogos, además de personal de enfermería de muchas de
puede ser útil en esta situación (cap. 10, pág. 226). las especialidades mencionadas. La asesoría debe incluir riesgos
El método también puede emplearse como transición a otras propios de la técnica como hemorragia por desprendimiento pla-
técnicas. Por ejemplo, durante la realización del EXIT se pueden centario o atonía uterina; necesidad de recurrir a cesárea en futu-
extirpar grandes masas torácicas por toracotomía fetal realizada ros embarazos; mayor riesgo de rotura o dehiscencia uterina ulte-
con circulación placentaria intacta. En una serie de 16 fetos con ra- riores; necesidad posible de efectuar histerectomía, y muerte fetal
zones de volumen CCAM >1.6 o hidropesía fetal, todos con o discapacidad neonatal permanente. En comparación con el
compresión mediastínica, Cass et al. (2013) señalaron que sobre- parto por cesárea, el método EXIT implica un tiempo quirúrgico
vivieron nueve y en éstos se practicó EXIT hasta la ablación. A más largo, dura unos 40 min más (según sea la técnica), tiene
diferencia de ello, no hubo supervivientes con la cirugía posnatal mayor pérdida sanguínea y muestra una mayor incidencia de
urgente efectuada como única técnica. En forma similar, Molden- complicaciones de la incisión (Noah, 2002).
A B
FIGURA 16-5. Tratamiento intraparto ex utero (método EXIT). A. El diagnóstico prenatal del feto estableció una alteración venolinfática grande
que abarcaba la cara y el cuello. Se identificó afectación del suelo de la boca, cerca de la mitad anterior de la tráquea, y extensión mediastínica
en la resonancia magnética. Una vez que nació la cabeza, se conservó la circulación placentaria y se colocó una sonda endotraqueal en el trans-
curso de 20 min por intervención de un grupo de subespecialistas pediátricos que incluyó un cirujano, un anestesiólogo y un otorrinolaringólogo.
B. Después de la intubación controlada, el feto estuvo listo para nacer y se transfirió para recibir atención de un grupo de la unidad de cuidados
intensivos. (Fotografías proporcionadas por Stacey Thomas y Patricia Santiago-Muñoz.)
Tratamiento fetal 333
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CAPÍTULO 16
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335
CAPÍTULO 17
Valoración prenatal
30 600
500
Movimientos fetales
(promedio semanal)
400
Volumen vesical (ml)
SECCIÓN 5
20
300
200
10 100
0
18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40
0 Semanas de embarazo
120
fetales contados durante periodos de 12 h (media ± SEM). (Modifi-
Estado 1F Estado 2F
cada con autorización a partir de Sadovsky, 1979a.)
CAPÍTULO 17
cativas en relación con el de las mujeres sin este dato. Sin
embargo, los autores recomiendan llevar a cabo la valoración
para tranquilizar a la mujer.
Grant et al. (1989) realizaron una investigación sin prece-
dentes sobre los movimientos del feto percibidos por la madre y
la culminación del embarazo. Asignaron al azar a más de 68 000 Tórax Abdomen
embarazos de 28 a 32 semanas de duración. Varias parteras fetal fetal
entrenadas orientaron a las mujeres asignadas a la rama de los
Inspiración
movimientos fetales para que registraran el tiempo necesario A
para percibir 10 movimientos al día. Esto exigió un promedio
de 2.7 h diarias. A las mujeres del grupo testigo se les pregun-
taba de manera informal en las consultas prenatales sobre los
movimientos. Cuando se notificaba la reducción de movimien-
tos fetales se realizaban pruebas del bienestar fetal. Las tasas de
mortalidad anterior al parto para los fetos individuales por lo
demás normales fueron similares en los dos grupos del estudio.
A pesar de los criterios de cómputo, la mayoría de los fetos
muertos ya lo estaba cuando las mujeres solicitaron atención
médica. Un hecho importante es que en lugar de concluir que
las percepciones maternas de la actividad fetal eran intrascen- Tórax
Expiration Abdomen
fetal fetal
dentes, estos investigadores concluyeron que las percepciones
informales maternas eran tan valiosas como el movimiento fetal B Espiración
registrado de manera formal.
El estudio aleatorizado más reciente de los movimientos feta- FIGURA 17-3. Movimiento torácico paradójico con la respiración
les lo realizaron Saastad et al. (2011) en Noruega. Un total de fetal. Durante la inspiración (A), la pared torácica se colapsa de
1 076 mujeres se distribuyeron al azar para realizar un conteo forma paradójica y el abdomen se protruye, en tanto que en la espi-
ración (B) la pared torácica se expande. (Modificada con autorización
estandarizado del movimiento fetal desde la semana 28 de ges- a partir de Johnson, 1988.)
tación o para no mantener cómputo alguno. Antes del parto se
identificaron fetos con restricción del crecimiento con una fre-
cuencia significativamente mayor cuando se mantuvo el conteo Estos movimientos respiratorios rápidos acompañaban al sueño
del movimiento fetal. También se advirtió una disminución sig- de movimientos oculares rápidos. Badalian et al. (1993) estudia-
nificativa (0.4 contra 2.3%) en las calificaciones Apgar ≤3 al ron la maduración de la respiración del feto normal y para ello
primer minuto cuando se efectuó el conteo. Asimismo, Warran- se valieron del análisis Doppler a color y espectral de la corriente
der et al. (2012) realizaron el primer estudio de patología pla- de líquido nasal como índice de la función pulmonar. Estos
centaria en embarazos complicados por la disminución de los especialistas sugirieron que la frecuencia respiratoria disminuía
movimientos fetales. La reducción de movimientos se relacionó junto con el incremento del volumen respiratorio a las 33 y 36
con diversas alteraciones placentarias, incluido el infarto. semanas, lo que coincidía con la maduración pulmonar.
Muchos investigadores han analizado los movimientos respi-
RESPIRACIÓN FETAL ratorios fetales mediante ecografía para determinar si los movi-
mientos de la pared torácica podrían reflejar la salud fetal.
Después de décadas de dudas respecto de la respiración fetal, Observaron que ciertas variables además de la hipoxia tenían
Dawes et al. (1972) demostraron la entrada y salida de una efectos sobre los movimientos respiratorios del nonato; estudia-
pequeña cantidad de líquido traqueal que indicaba la presencia ron el trabajo de parto (durante el cual la respiración normal-
de movimientos torácicos fetales en ovejas; estos movimientos mente se interrumpe), la hipoglucemia, los estímulos sonoros, el
de la pared torácica eran distintos de los que aparecían después tabaquismo, la amniocentesis, el trabajo de parto prematuro
del nacimiento por ser discontinuos. Otro signo interesante de inminente, la edad gestacional y la frecuencia cardiaca fetal.
la respiración fetal fue el movimiento paradójico de la pared del Los movimientos respiratorios del feto son episódicos, por lo
tórax, como se muestra en la figura 17-3. En el recién nacido y que es difícil interpretar la salud fetal cuando se interrumpe la
el adulto sucede lo contrario. Una interpretación del movi- respiración. Patrick et al. (1980) realizaron observaciones eco-
miento paradójico respiratorio sería la presencia de tos para eli- gráficas por periodos continuos de 24 h en un intento por des-
minar restos de líquido amniótico. A pesar de que no se conocen cribir los patrones de respiración fetal durante las últimas 10
del todo las bases fisiológicas del reflejo respiratorio, el inter- semanas del embarazo. En 51 embarazadas se sumaron 1 224 h
cambio de líquido amniótico es al parecer esencial para el desa- de observación del feto. La figura 17-4 muestra el porcentaje del
rrollo normal de los pulmones. tiempo que ocupó la respiración cerca del término de la gesta-
Dawes (1974) identificó dos tipos de movimientos respirato- ción. Se observa una variación diurna, ya que la respiración dis-
rios. El primero son los jadeos o suspiros, con frecuencia de 1 a 4 minuye de manera considerable durante la noche. Además, la
por minuto. El segundo corresponde a las descargas irregulares de actividad respiratoria aumenta después de las comidas maternas.
respiraciones, con una frecuencia hasta de 240 ciclos por minuto. En algunos fetos sanos se observó ausencia total de respiración
338 Paciente fetal
50
Tiempo destinado a la respiración (%)
CUADRO 17-1. Criterios para interpretar la cardiotocografía
con contracciones
40 Negativa: no hay desaceleraciones tardías ni variables notables
SECCIÓN 5
CAPÍTULO 17
valoración del estado del feto y es distinta de la cardiotocografía 80
los resultados de fetos con cardiotocografía en reposo conside- significativos. Hammacher et al. (1968) describieron trazos que
rada como no reactiva porque sólo hubo una aceleración. Con- denominaron patrón oscilatorio silencioso y que consideraron
cluyeron que una aceleración era tan confiable como dos de ellas peligroso. Este patrón consistía en una frecuencia cardiaca fetal
para predecir un estado fetal saludable. basal que oscilaba menos de 5 lpm y se consideraba indicación
SECCIÓN 5
Aunque el número y amplitud normales de las aceleraciones de la ausencia de aceleración y variabilidad latido a latido.
parecen reflejar el bienestar fetal, su ausencia no siempre predice Visser et al. (1980) describieron un cardiotocograma terminal
el compromiso fetal. En realidad, algunos investigadores han que comprendía: 1) oscilación “inicial” menor de 5 lpm; 2) ausen-
publicado tasas de resultados positivos falsos ≥90% (Devoe, cia de aceleraciones, y 3) desaceleraciones tardías con contrac-
1986). Dado que es posible que los fetos sanos no se muevan por ciones uterinas espontáneas. Estos resultados son similares a los
periodos hasta de 75 min, algunos consideran que una cardioto- que se obtuvieron en el Parkland Hospital, donde la ausencia de
cografía en reposo más prolongada aumentaría el valor predic- aceleraciones en un lapso de registro de 80 min en 27 fetos se
tivo positivo de un resultado anormal, es decir, no reactivo relacionó de manera invariable con signos de alteraciones utero-
(Brown, 1981). En este esquema, la prueba se volvió reactiva en placentarias (Leveno, 1983). Algunos ejemplos son restricción
un periodo de 80 min o se mantuvo como no reactiva durante del crecimiento fetal (75%), oligohidramnios (80%), acidosis
120 min, lo que indicaba que el feto se encontraba grave. fetal (40%), meconio en el líquido amniótico (30%) e infarto
Además de que se han publicado muchas definiciones dife- placentario (93%).
rentes de los resultados normales de una cardiotocografía en
reposo, la reproducibilidad de las interpretaciones constituye un ■ Intervalo entre las pruebas
problema. Por ejemplo, Hage (1985) envió por correo los datos
de cinco estudios en reposo, con ocultamiento de datos especí- El intervalo inicial y arbitrario que debía transcurrir entre una y
ficos de las pacientes, a una muestra nacional de obstetras, para otra pruebas era de siete días, pero al parecer se ha acortado a
que los interpretaran. Concluyó que si bien los estudios en medida que se ha acumulado experiencia con la cardiotocografía
reposo eran muy conocidos, había que mejorar la confiabilidad en reposo. Según el American College of Obstetricians and Gyne-
de la interpretación de la prueba. cologist (2012a), algunos investigadores recomiendan pruebas
más frecuentes para mujeres con embarazo de postérmino,
embarazo múltiple, diabetes mellitus tipo 1, restricción del cre-
■ Cardiotocografía en reposo, anormal cimiento fetal o hipertensión gestacional. En estas circunstan-
Con base en lo anterior, una cardiotocografía en reposo con cias, algunos investigadores realizan pruebas quincenales, con
resultado anormal no siempre es maligna. Sin embargo, el ejem- otras complementarias en caso de deterioro materno o fetal,
plo mostrado en la figura 17-7 resultó ominoso. Este patrón cualquiera que sea el tiempo transcurrido desde la última
también puede observarse cuando el feto está dormido. Además, prueba. Otros efectúan cardiotocografía en reposo de forma dia-
la prueba anormal puede normalizarse conforme cambia la con- ria o incluso con mayor frecuencia, por ejemplo en caso de pre-
dición fetal, como en el ejemplo de la figura 17-8. Es impor- eclampsia grave alejada aún del término (cap. 40, pág. 755).
tante señalar que una prueba en reposo con resultado normal
puede volverse anormal si la condición fetal se deteriora. Existen
patrones anormales que implican un pronóstico confiable de un ■ Desaceleraciones durante
peligro fetal grave. Devoe et al. (1985) concluyeron que la car- la cardiotocografía en reposo
diotocografía en reposo, no reactiva durante 90 min casi siem- En condiciones normales, los movimientos fetales provocan des-
pre (93% de los casos) se relacionaba con trastornos perinatales aceleraciones de la frecuencia cardiaca. Timor-Tritsch et al.
240 240
210 210
180 180
150 150
120 120
90 90
Cardiotocografía en reposo Prueba de estimulación con oxitocina
60de 45 min
Marca Dosis: 8 mU/min 60
Hora: 04:15 am Hora: 06:15 am
30 30
100 100
Operación cesárea: 06:50 am
80
FHR 110 lpm 80
60 Apgar 1/0 60
pH en vena umbilical = 6.58
40 40
20 20
0 0
119 91
FIGURA 17-7. Cardiotocografía en reposo no reactiva (parte izquierda del trazo) seguida de cardiotocografía con contracciones que muestra des-
aceleraciones leves y tardías (parte derecha del trazo). Se practicó cesárea y fue imposible reanimar al feto con acidemia grave.
Valoración prenatal 341
CAPÍTULO 17
180 180 embargo, también se observó sufrimiento
150 150 fetal durante el trabajo de parto en embara-
zos con desaceleraciones variables pero con
120 120
volúmenes normales de líquido amniótico.
90 90 Grubb y Paul (1992) obtuvieron resultados
similares.
60 60
■ Cardiotocografías
30 30
100 100
en reposo normales falsas
80 80
Smith et al. (1987) analizaron en forma
60 60
minuciosa las causas del óbito fetal durante
40 40
los siete días después de haber realizado
20 20 una cardiotocografía en reposo con resulta-
0 0 dos normales. La indicación más frecuente
240 240
para la prueba fue el embarazo de pos-
B
término. El intervalo promedio entre esta
210 210
prueba y el óbito fue de cuatro días, con
180 180 límites de uno a siete días. El dato aislado
más frecuente en la necropsia fue la aspira-
150 150
ción de meconio, que a menudo se acom-
120 120 pañó de algún tipo de anomalía del cordón
90 90
umbilical. Estos investigadores concluye-
ron que una alteración aguda por asfixia
60 60 había ocasionado que el feto jadeara. Tam-
30 30
bién llegaron a la conclusión de que la car-
diotocografía en reposo era insuficiente
FIGURA 17-8. Dos trazos de frecuencia cardiaca fetal (FHR) en una mujer con embarazo de 28 para descartar dicho episodio de asfixia
semanas y cetoacidosis diabética. A. Trazo de FHR (panel superior) y trazo de la contracción aguda y que otras características biofísicas
acompañante (segundo panel). El trazo obtenido durante la acidemia materna y fetal muestra podrían ser útiles. Por ejemplo, se consi-
ausencia de aceleraciones, variabilidad disminuida y desaceleraciones tardías con contracciones deró que la valoración del volumen de
espontáneas débiles. B. El trazo de FHR muestra regreso de las aceleraciones normales y varia-
bilidad de la frecuencia cardiaca fetal después de corregir la acidemia materna.
líquido amniótico era una medida valiosa.
Otras causas frecuentes de óbito fetal son
las infecciones intrauterinas, la posición
anormal del cordón, las malformaciones y el desprendimiento
(1978) observaron este fenómeno durante la cardiotocografía en
prematuro de la placenta.
reposo en 50 a 66% de los trazos, según la fuerza del movimiento
fetal. Esta frecuencia tan elevada de desaceleraciones representa
de manera invariable problemas en la interpretación de su PRUEBAS DE ESTIMULACIÓN ACÚSTICA
importancia. En realidad, Meis et al. (1986) publicaron que las
desaceleraciones variables de la frecuencia cardiaca fetal durante Se han usado ruidos externos intensos para sobresaltar al feto y
la cardiotocografía en reposo no constituyen un signo de dete- así inducir aceleración de la frecuencia cardiaca (una cardiotoco-
rioro del feto. El American College of Obstetricians and Gynecolo- grafía en reposo con estimulación acústica). Un estimulador acús-
gists (2012a) concluyó que las desaceleraciones variables (siempre tico disponible en el comercio se coloca sobre el abdomen
y cuando no sean repetitivas y breves, es decir, que duren < 30 s) materno y se aplica un estímulo de 1 a 2 s (Eller, 1995). Esto
no indican deterioro del feto o necesidad de realizar una inter- puede repetirse hasta tres veces y por 3 s (American College of
vención obstétrica. Por el contrario, las desaceleraciones variables Obstetricians and Gynecologists, 2012a). La respuesta positiva se
y repetitivas (como mínimo tres en 20 min), aun cuando sean define como la aparición rápida de una aceleración calificadora
poco intensas, se han vinculado con un mayor riesgo de cesárea después de la estimulación (Devoe, 2008). En un estudio alea-
por sufrimiento fetal. Se ha publicado que las desaceleraciones torizado de 113 mujeres sometidas a cardiotocografía en reposo,
que duran 1 min o más tienen un pronóstico todavía más som- la estimulación vibroacústica acortó el tiempo de la prueba de
brío (Bourgeois, 1984; Druzin, 1981; Pazos, 1982). 24 a 15 min (Perez-Delboy, 2002). Turitz et al. (2012) publica-
Hoskins et al. (1991) intentaron perfeccionar la interpreta- ron resultados similares. Laventhal et al. (2003) notificaron que
ción de la prueba que muestra desaceleraciones variables con la la estimulación vibroacústica causa taquiarritmia fetal.
adición del volumen de líquido amniótico calculado por ecogra-
fía. La incidencia de cesárea por sufrimiento fetal durante el PERFIL BIOFÍSICO
parto aumentó en forma progresiva junto con la gravedad de las
desaceleraciones variables y disminución del volumen de líquido Manning et al. (1980) propusieron el uso combinado de cinco
amniótico. Las desaceleraciones variables graves durante la car- variables biofísicas fetales como una forma más exacta de valorar
342 Paciente fetal
en reposoa
Respiración fetal ≥1 episodio de respiración rítmica que dura ≥30 s en un lapso de 30 min <30 s de respiración en 30 min
Movimiento fetal ≥3 movimientos definidos del cuerpo o las extremidades en un lapso <3 movimientos definidos
de 30 min
Tono corporal fetal ≥1 episodio de extensión de extremidades y regreso ulterior a la flexión 0 fenómenos de extensión/flexión
Volumen de líquido Un saco de líquido amniótico que mide al menos 2 cm en dos planos El saco vertical más grande es ≤2 cm
amnióticob perpendiculares entre sí (saco de 2 × 2 cm)
aPuede omitirse si los cuatro componentes ecográficos son normales.
bEstá justificada una nueva valoración, cualquiera que sea la puntuación compuesta del perfil biofísico, si el saco vertical más grande de líquido
amniótico es ≤2 cm.
la salud del feto que con un solo elemento. El estudio tiene una hemorragia fetomaterna, accidentes del cordón umbilical y des-
duración habitual de 30 a 60 min. En el cuadro 17-2 figuran los prendimiento prematuro de placenta (Dayal, 1999).
cinco componentes biofísicos, que son: 1) aceleración de la fre- Manning et al. (1993) publicaron una notable descripción en
cuencia cardiaca fetal; 2) respiración; 3) movimientos; 4) tono 493 fetos en los que calificaron las puntuaciones biofísicas inme-
corporal, y 5) volumen de líquido amniótico. A cada variable diatamente antes de medir el pH de la sangre de la vena umbili-
normal se le asignó un valor de 2 puntos y para las variables cal obtenida por cordocentesis. Cerca del 20% de los fetos estu-
anormales el valor fue de 0; de esta manera, la calificación diados mostró restricción del crecimiento y el resto anemia
máxima posible para un feto sano es de 10 puntos. Los fármacos hemolítica aloinmunitaria. Como se indica en la figura 17-9, la
maternos, como la morfina, pueden reducir demasiado la califi- puntuación de cero en el perfil biofísico invariablemente equiva-
cación (Kopecky, 2000). Ozkaya et al. (2012) observaron que las lió a acidemia fetal intensa, en tanto que las puntuaciones nor-
calificaciones de la prueba biofísica eran más altas en una prueba males de 8 a 10 denotaron un pH normal. El resultado ambiguo
nocturna (8 a 10 pm), en comparación con una matutina (8 a (puntuación de 6) no fue un buen factor predictivo de resultado
10 am). anormal. La reducción de una cifra anormal (puntuación de 2 o
Manning et al. (1987) estudiaron más de 19 000 embarazos 4) a otra totalmente anormal (0) constituyó un elemento predic-
y para ello se valieron de la interpretación del perfil biofísico y tivo cada vez más exacto de un desenlace anómalo.
siguieron las medidas asistenciales y terapéuticas que se mues- En un estudio en 41 embarazos complicados con diabetes,
tran en el cuadro 17-3. Más del 97% de los embarazos estudia- Salvesen et al. (1993) correlacionaron el perfil biofísico con el
dos mostró resultados normales en la prueba. Observaron un pH de la sangre de la vena umbilical obtenida por cordocentesis.
índice de resultados normales falsos (definidos como el óbito Observaron que el pH anormal coincide con puntuaciones
prenatal de un feto con estructura normal) cercano a 1 caso por anormales del perfil biofísico. Sin embargo, concluyeron que el
1 000. Las causas reconocibles más frecuentes del óbito fetal des- perfil biofísico tenía poco valor para predecir el pH fetal, ya que
pués de que los perfiles biofísicos habían sido normales fueron nueve fetos con acidosis leve tuvieron calificaciones normales en
CAPÍTULO 17
7.35 tados positivos falsos de 1.5%.
*
El American College of Obstetricians and Gynecologists y
la American Academy of Pediatrics (2012) concluyeron que la
7.30 prueba del perfil biofísico modificado es tan predictiva del bien-
pH en vena umbilical prenatal
*
estar fetal como otras medidas de vigilancia biofísica del feto.
7.25
VOLUMEN DEL LÍQUIDO AMNIÓTICO
La importancia del cálculo del volumen del líquido amniótico se
7.20 * demuestra por su inclusión en todos los esquemas para valoración
de la salud fetal (Frøen, 2008). Esto se basa en la justificación de
7.10
que la perfusión uteroplacentaria disminuida puede reducir el
flujo sanguíneo renal fetal, reducir la producción de orina y, al
* final, causar oligohidramnios. Como se explica en el capítulo 11
7.05
(pág. 232), el índice de líquido amniótico, los sacos vertical más
profundo y el de 2 × 2 cm usados en el perfil biofísico son algunas
10 8 6 4 2 0 técnicas ecográficas empleadas para calcular el volumen del
Calificación del perfil biofísico fetal líquido amniótico. El American College of Obstetricians and Gyne-
cologists (2011) concluyó que un índice de líquido amniótico
FIGURA 17-9. pH medio en la sangre de la vena umbilical (± 2 DE)
<5 cm o un saco vertical de máxima profundidad <2 cm son
en relación con la puntuación del perfil biofísico del producto. (Datos
tomados de Manning, 1993.) criterios aceptables para el diagnóstico de oligohidramnios.
En su revisión de 42 informes sobre el índice de líquido
amniótico publicada entre 1987 y 1997, Chauhan et al. (1999)
el perfil biofísico. Weiner et al. (1996) valoraron a 135 fetos con concluyeron que un índice ≤5 cm indica un aumento significa-
restricción evidente del crecimiento y llegaron a una conclusión tivo del riesgo de cesárea por sufrimiento fetal o de calificación
similar. La morbilidad y mortalidad en estos últimos fetos se de Apgar baja a los 5 min. Asimismo, en un análisis retrospec-
relacionaron sobre todo con la edad gestacional y el peso al tivo de 6 423 embarazos tratados en el Parkland Hospital, Casey
nacer, no con resultados anormales en la prueba fetal. En fecha et al. (2000) notaron que un índice de líquido amniótico ≤5 cm
reciente, Lalor et al. (2008) actualizaron la revisión Cochrane y se relaciona con un aumento significativo de las tasas de morbi-
concluyeron que por ahora no hay datos suficientes que respal- lidad y mortalidad perinatales. Locatelli et al. (2004) publicaron
den el uso del perfil biofísico como prueba de bienestar fetal en un aumento del riesgo de lactantes con peso bajo al nacer
embarazos de alto riesgo. Kaur et al. (2008) realizaron perfiles cuando había oligohidramnios definido de esta manera.
biofísicos diarios para confirmar el momento óptimo del parto No todos los investigadores coinciden en que un índice ≤5 cm
en 48 fetos con restricción del crecimiento que pesaban <1 000 g. augura resultados adversos. Magann et al. (2011) recomiendan el
A pesar de las calificaciones de 8 en 27 fetos y de 6 en 13, hubo uso del saco individual más profundo. Señalaron que el empleo
seis muertes y 21 fetos con acidosis. Estos especialistas llegaron del índice de líquido amniótico permite un aumento del diag-
a la conclusión de que en los fetos muy prematuros es elevada la nóstico de oligohidramnios y da lugar a una mayor cantidad de
incidencia de resultados positivos y negativos falsos. inducción del trabajo de parto y operaciones cesáreas, sin mejoría
del resultado neonatal. Driggers et al. (2004) y Zhang et al.
(2004) no observaron una relación con resultados adversos en
■ Perfil biofísico modificado embarazos con índices <5 cm. En el único estudio con distribu-
Debido a que el perfil biofísico requiere mucho trabajo y una ción al azar realizado hasta la fecha, Conway et al. (2000) con-
persona con entrenamiento en ecografía, Clark et al. (1989) cluyeron que no intervenir para permitir el inicio espontáneo del
usaron un perfil biofísico abreviado como prueba de detección trabajo de parto era tan eficaz como inducirlo en los embarazos
prenatal de primera línea en 2 628 embarazos con un solo feto. de término con índice de líquido amniótico ≤5 cm. Trudell et al.
En particular, se realizó una prueba vibroacústica en reposo dos (2012) publicaron resultados similares. Patrelli et al. (2012) estu-
veces a la semana y se combinó con la determinación del índice diaron a 68 mujeres con índices de líquido amniótico <5 cm que
de líquido amniótico, para la cual un valor <5 cm se consideró recibieron infusiones de 1 500 ml de solución isotónica por siete
anormal (cap. 11, pág. 233). Este perfil biofísico abreviado se días más hidratación oral diaria. El índice de líquido amniótico
practicó en 10 min y los investigadores concluyeron que era un aumentó de manera significativa entre las mujeres hidratadas.
método muy adecuado para la vigilancia prenatal porque no
hubo muertes fetales inesperadas. VELOCIMETRÍA DOPPLER
Nageotte et al. (1994) también combinaron la cardiotoco-
grafía en reposo quincenal con el índice de líquido amniótico y La velocidad del flujo sanguíneo medida con ultrasonido
consideraron anormal un resultado ≤5 cm. Efectuaron 17 429 Doppler refleja la impedancia distal (pág. 219). En la actualidad
perfiles biofísicos modificados en 2 774 mujeres y concluyeron se valoran tres circuitos vasculares fetales (arteria umbilical, arte-
que esta prueba era un método excelente para la vigilancia fetal. ria cerebral media y conducto venoso) para valorar la salud fetal
Miller et al. (1996a) publicaron resultados de más de 54 000 y ayudar a la decisión de intervenir en caso de fetos con restric-
344 Paciente fetal
ción de crecimiento. También se valoró la velocimetría Doppler causa hipoxemia fetal. A su vez, esto provoca dilatación y redis-
de la arteria uterina materna para predecir la disfunción placen- tribución del flujo sanguíneo en la arteria cerebral media. Al
taria, con la finalidad de comparar el riesgo de óbito contra los final, la presión se eleva en el conducto venoso por la poscarga
riesgos del parto prematuro (Ghidini, 2007). en el lado derecho del corazón fetal. En este esquema, la disfun-
SECCIÓN 5
artery) porque se ha observado que el feto hipóxico intenta pro- ■ Arteria uterina
teger el cerebro mediante la reducción de la impedancia vascular Es normal que la resistencia vascular en la circulación uterina
cerebral a fin de aumentar el flujo sanguíneo. Konje (2001) disminuya en la primera mitad del embarazo por la invasión del
CAPÍTULO 17
documentó que esta protección cerebral se revierte en fetos con tejido trofoblástico a los vasos uterinos maternos (pág. 93). Este
restricción del crecimiento. Algunos investigadores informaron proceso puede detectarse con velocimetría de flujo Doppler de
que ocho de 17 fetos con esta inversión murieron. Ott et al. las arterias uterinas. El estudio Doppler de las arterias uterinas
(1998) distribuyeron al azar a 665 mujeres a las que se practica- puede ser muy útil para valorar embarazos con alto riesgo de
ron perfiles biofísicos modificados para realizar el perfil solo o insuficiencia uteroplacentaria (Abramowicz, 2008). La persis-
combinado con valoración de la velocidad de flujo en la arteria tencia o desarrollo de patrones de alta resistencia guarda relación
cerebral media o en la arteria umbilical. No hubo diferencias con varias complicaciones del embarazo (Lees, 2001; Yu, 2005).
significativas en los resultados del embarazo entre estos dos gru- En un estudio de 30 519 mujeres británicas no seleccionadas,
pos de estudio. Smith et al. (2007) valoraron la velocimetría arterial uterina
En una aplicación diferente, Oepkes et al. (2006) usaron entre las 22 y 24 semanas. El riesgo de muerte fetal antes de las
velocimetría Doppler de la MCA para detectar anemia fetal 32 semanas cuando se relacionó con desprendimiento placenta-
grave en 165 fetos con aloinmunización D. Estos clínicos lleva- rio, preeclampsia o restricción del crecimiento fetal tuvo una
ron a cabo una comparación prospectiva de amniocentesis repe- relación significativa con el flujo de alta resistencia. Esto dio
tidas para medir las concentraciones de bilirrubina, con medi- lugar a sugerencias para la investigación continua de la veloci-
ciones Doppler de la velocidad sistólica máxima en la arteria metría Doppler de la arteria uterina como herramienta de detec-
cerebral media. Estos investigadores concluyeron que es seguro ción para identificar los embarazos con riesgo de óbito (Reddy,
sustituir la amniocentesis por el ultrasonido Doppler en el trata- 2008). Sciscione y Hayes (2009) revisaron el uso de los estudios
miento de los embarazos con aloinmunización. Como se explica Doppler del flujo en la arteria uterina en la práctica obstétrica.
en la página 310, la velocimetría Doppler de la arteria cerebral Como no hay estándares de la técnica y criterios del estudio para
media es útil para detectar y tratar la anemia fetal por cualquier determinar un resultado anormal, señalaron que los estudios
causa (Moise, 2008). El American College of Obstetricians and Doppler de la arteria uterina no deben considerarse una práctica
Gynecologists (2012b) también concluyó que este uso del estándar en las poblaciones de bajo o alto riesgo.
Doppler es adecuado en centros con personal entrenado para el
procedimiento.
RECOMENDACIONES ACTUALES
■ Conducto venoso DE LAS PRUEBAS PRENATALES
El uso de la ecografía Doppler para valorar la circulación venosa Según el American College of Obstetricians and Gynecologists
fetal es la aplicación más reciente de esta tecnología. Bilardo et (2012a) no hay una “mejor prueba” para valorar el bienestar
al. (2004) condujeron un estudio prospectivo con ecografía fetal. Tres sistemas de prueba (cardiotocografía con contraccio-
Doppler de la arteria umbilical y el conducto venoso en 70 fetos nes, cardiotocografía en reposo y perfil biofísico) tienen criterios
con restricción del crecimiento a las 26 a 33 semanas de gesta- de valoración distintos que deben considerarse de acuerdo con
ción. Concluyeron que la velocimetría en el conducto venoso la situación clínica.
era el mejor factor predictivo del resultado perinatal. Un dato La consideración más importante para decidir cuándo iniciar
importante es que el flujo negativo o inverso en el conducto las pruebas prenatales es el pronóstico de supervivencia neonatal.
venoso era un hallazgo tardío porque estos fetos ya habían La gravedad de la enfermedad materna es otro motivo impor-
sufrido daño irreversible en múltiples órganos debido a hipoxe- tante. En general, la mayoría de las autoridades recomienda ini-
mia. Además, la edad gestacional al momento del parto fue ciar las pruebas hacia las 32 a 34 semanas en casi todos los emba-
determinante para el resultado perinatal, de manera indepen- razos de alto riesgo. Los embarazos con complicaciones graves
diente del flujo en el conducto venoso. En particular, 36% de podrían requerir pruebas desde las 26 a 28 semanas. La frecuencia
los fetos con restricción de crecimiento nacidos entre las 26 y 29 con la que se repiten las pruebas se estableció de manera arbitraria
semanas murió, en comparación con 5% de los que nacieron en siete días, pero a menudo se realizan pruebas más frecuentes.
entre las 30 y 33 semanas.
Baschat et al. (2007) estudiaron de manera sistémica a 604 ■ Importancia de las pruebas fetales
fetos con restricción de crecimiento mediante velocimetría ¿Las pruebas fetales prenatales mejoran en realidad el pronóstico
Doppler de la arteria umbilical, arteria cerebral media y con- del feto? Platt et al. (1987) revisaron su efecto entre 1971 y
ducto venoso y llegaron a conclusiones similares. En particular, 1985 en Los Angeles County Hospital. Durante este periodo de
la ausencia o inversión del flujo en el conducto venoso se vinculó 15 años se trataron más de 200 000 embarazos y casi 17 000 de
con colapso metabólico fetal generalizado y profundo. También estas mujeres se sometieron a pruebas prenatales de diversos
informaron que la edad gestacional era un cofactor importante tipos. La vigilancia fetal aumentó de menos del 1% de los emba-
para el resultado perinatal final de fetos con crecimiento restrin- razos a principio de la década de 1970 a 15% para mediados de
gido nacidos antes de las 30 semanas. En otras palabras, para la década de 1980. Estos autores concluyeron que dichas prue-
cuando se observa un flujo muy alterado en el conducto venoso, bas suministraban un beneficio claro porque la tasa de mortali-
es demasiado tarde porque el feto ya está cerca de la muerte. Sin dad fetal era mucho menor en los embarazos de alto riesgo
embargo, llevar a cabo el parto antes pone al feto en riesgo de sometidos a pruebas que en los no valorados. Sin embargo, el
morir por el parto prematuro. Ghidini (2007) concluyó que estudio no consideró otras innovaciones incorporadas en la
estos informes no respaldan el uso habitual de la ecografía práctica durante esos 15 años. Los resultados preliminares de
Doppler del conducto venoso para la vigilancia de fetos con res- Ghana sugieren que la cardiotocografía en reposo puede ser pro-
tricción de crecimiento y recomendó estudios adicionales. vechosa en países con bajos recursos (Anderson, 2012). En un
346 Paciente fetal
estudio de observación en 316 embarazos complicados por American College of Obstetricians and Gynecologists: Ultrasonography in
hipertensión gestacional, las mujeres a las que se practicó car- pregnancy. Practice Bulletin No. 101, February 2009, Reaffirmed 2011
American College of Obstetricians and Gynecologists: Antepartum fetal sur-
diotocografía en reposo tuvieron un riesgo bajo insignificante de veillance. Practice Bulletin No. 9, October 1999, Reaffirmed 2012a
óbito, en comparación con aquellas a las que no se realizó la American College of Obstetricians and Gynecologists: Management of allo-
SECCIÓN 5
prueba, 3.6% frente a 9.2%, respectivamente. immunization during pregnancy. Practice Bulletin No. 75, August 2006,
Reaffirmed 2012b
Según Thacker y Berkelman (1986), los beneficios de las American College of Obstetricians and Gynecologists: Intrauterine growth
pruebas fetales prenatales no se han valorado lo suficiente en restriction. Practice Bulletin No. 134, May 2013
estudios controlados aleatorizados. Esto se concluyó después de Anderson F, Seffah J, Owusu J, et al: Improved perinatal outcomes with fetal
revisar 600 reportes que incluyeron sólo cuatro estudios aleatori- monitoring in Ghana. Abstract No. 692. Presented at the 32nd Annual
Meeting of the Society for Maternal-Fetal Medicine. 6–11 February 2012
zados, todos con cardiotocografía en reposo sin cardiotocografía Badalian SS, Chao CR, Fox HE, et al: Fetal breathing-related nasal fluid flow
con contracciones. Las cifras de estos cuatro estudios se conside- velocity in uncomplicated pregnancies. Am J Obstet Gynecol 169:563,
raron demasiado bajas para permitir la detección de beneficios 1993
Baschat AA: Opinion and review: Doppler application in the delivery timing
sustanciales y no sustentan una prueba específica. Enkin et al. in the preterm growth-restricted fetus: another step in the right direction.
(2000) revisaron la evidencia de la base de datos de la Cochrane Ultrasound Obstet Gynecol 23:118, 2004
Library sobre estudios controlados de vigilancia fetal antes del Baschat AA, Cosmi E, Bilardo C, et al: Predictors of neonatal outcome in early-
parto y concluyeron que “a pesar de su empleo difundido, la onset placental dysfunction. Obstet Gynecol 109:253, 2007
Bilardo CM, Wolf H, Stigter RH, et al: Relationship between monitoring
mayoría de las pruebas de bienestar fetal debe considerarse sólo parameters and perinatal outcome in severe, early intrauterine growth
de valor experimental, no herramientas clínicas validadas”. restriction. Ultrasound Obstet Gynecol 23:199, 2004
Otra interrogante importante sin responder es si la vigilancia Bourgeois FJ, Thiagarajah S, Harbert GM Jr: The significance of fetal heart rate
fetal prenatal permite identificar la asfixia fetal con la suficiente decelerations during nonstress testing. Am J Obstet Gynecol 150:213, 1984
Brown R, Patrick J: The nonstress test: how long is enough? Am J Obstet
anticipación para prevenir el daño cerebral. Todd et al. (1992) Gynecol 141:646, 1981
intentaron relacionar el desarrollo cognitivo en lactantes hasta de Casey BM, McIntire DD, Bloom SL, et al: Pregnancy outcomes after antepar-
dos años de edad con resultados anormales en la velocimetría tum diagnosis of oligohydramnios at or beyond 34 weeks’ gestation. Am J
Obstet Gynecol 182:909, 2000
Doppler de la arteria umbilical o en la cardiotocografía en reposo. Chauhan SP, Sanderson M, Hendrix NW, et al: Perinatal outcomes and amni-
Sólo las cardiotocografías en reposo anormales se acompañaron otic fluid index in the antepartum and intrapartum periods: a meta-analysis.
de resultados cognitivos un poco más adversos. Estos investiga- Am J Obstet Gynecol 181:1473, 1999
dores concluyeron que para cuando se diagnostica afectación Clark SL, Sabey P, Jolley K: Nonstress testing with acoustic stimulation and
amnionic fluid volume assessment: 5973 tests without unexpected fetal
fetal con pruebas prenatales, el feto ya sufrió dicho daño. Low et death. Am J Obstet Gynecol 160:694, 1989
al. (2003) llegaron a una conclusión similar en su estudio de 36 Conway DL, Groth S, Adkins WB, et al: Management of isolated oligohy-
lactantes prematuros con base en resultados de pruebas prenata- dramnios in the term pregnancy: a randomized clinical trial. Am J Obstet
Gynecol 182:S21, 2000
les. Manning et al. (1998) analizaron la incidencia de parálisis Cousins L, Poeltler D, Faron S, et al: Nonstress testing at ≤32.0 weeks gesta-
cerebral en 26 290 embarazos de alto riesgo tratados con pruebas tion: a randomized trial comparing different assessment criteria. Abstract
consecutivas de perfil biofísico. Compararon estos resultados con No. 696. Presented at the 32nd Annual Meeting of the Society for Maternal-
los de 58 657 embarazos de bajo riesgo en los que no se realizaron Fetal Medicine. 6–11 February 2012
Dawes GS: Breathing before birth in animals and man. An essay in medicine.
pruebas prenatales. La incidencia de parálisis cerebral fue de 1.3 Physiol Med 290:557, 1974
por 1 000 en los embarazos sometidos a pruebas, en compara- Dawes GS, Fox HE, Leduc BM, et al: Respiratory movements and rapid eye
ción con 4.7 por 1 000 entre las mujeres sin pruebas. movement sleep in the foetal lamb. J Physiol 220:119, 1972
Las predicciones prenatales de salud fetal han sido el centro Dayal AK, Manning FA, Berck DJ, et al: Fetal death after normal biophysical
profile score: an eighteen year experience. Am J Obstet Gynecol 181:1231,
de interés durante más de 40 años. Cuando se revisan estas 1999
pruebas surgen varios temas: Devoe LD: Antenatal fetal assessment: contraction stress test, nonstress test,
vibroacoustic stimulation, amniotic fluid volume, biophysical profile, and
1. Los métodos de predicción fetal están en desarrollo conti- modified biophysical profile—an overview. Semin Perinatol 32(4):247,
nuo, un fenómeno que al menos sugiere insatisfacción con la 2008
precisión o eficacia de cualquier método determinado. Devoe LD, Castillo RA, Sherline DM: The nonstress test as a diagnostic test: a
critical reappraisal. Am J Obstet Gynecol 152:1047, 1986
2. El desempeño biofísico fetal se caracteriza por intervalos Devoe LD, McKenzie J, Searle NS, et al: Clinical sequelae of the extended
amplios de variación biológica normal, lo que genera dificul- nonstress test. Am J Obstet Gynecol 151:1074, 1985
tad para establecer cuándo dicho desempeño debe conside- DeVries JIP, Visser GHA, Prechtl NFR: The emergence of fetal behavior. II.
rarse anormal. ¿Cuántos movimientos, respiraciones o acele- Quantitative aspects. Early Hum Dev 12:99, 1985
Driggers RW, Holcroft CJ, Blakemore KJ, et al: An amniotic fluid index ≤5 cm
raciones? ¿En qué periodo? Incapaces de cuantificar con within 7 days of delivery in the third trimester is not associated with decreas-
facilidad el desempeño biofísico fetal normal, la mayoría de ing umbilical arterial pH and base excess. J Perinatol 24:72, 2004
los investigadores recurrió a algunas respuestas arbitrarias a Druzin ML, Gratacos J, Keegan KA, et al: Antepartum fetal heart rate testing,
7. The significance of fetal bradycardia. Am J Obstet Gynecol 139:194, 1981
estas preguntas. Eller DP, Scardo JA, Dillon AE, et al: Distance from an intrauterine hydro-
3. A pesar de la invención de métodos de prueba cada vez más phone as a factor affecting intrauterine sound pressure levels produced by the
complejos, los resultados anormales pocas veces son confia- vibroacoustic stimulation test. Am J Obstet Gynecol 173:523, 1995
bles, lo que lleva a muchos médicos a realizar pruebas prenata- Enkin M, Keirse MJNC, Renfrew M, et al: A Guide to Effective Care in
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Trudell A, Ott W, Morris B: Isolated oligohydramnios after 34 weeks: Zhang J, Troendle J, Meikle S, et al: Isolated oligohydramnios is not associ-
obstetric and neonatal outcomes. Abstract No. 689. Presented at the ated with adverse perinatal outcomes. Br J Obstet Gynaecol 111:220, 2004
32nd Annual Meeting of the Society for Maternal-Fetal Medicine. 6–11
February 2012
349
SECCIÓN 6
COMPLICACIONES AL PRINCIPIO
CAPÍTULO 18
DEL EMBARAZO
350
CAPÍTULO 18
Aborto
CAPÍTULO 18
2. Aborto recurrente: este término tiene definiciones variables, Rango de
pero tiene la intención de identificar a mujeres con abortos Estudio cromosómico frecuencia (%)
espontáneos repetidos para corregir cualquier factor de fondo
Embriónicos
y así obtener un recién nacido viable.
3. Aborto inducido: este término se utiliza para describir a la Euploides ∼50
interrupción quirúrgica o médica de un feto vivo que no ha 46,XY y 46,XX 45 a 55
alcanzado la viabilidad.
Aneuploides
Trisomía autosómica 22 a 32
ABORTO ESPONTÁNEO DEL PRIMER TRIMESTRE
Monosomía X (45,X) 5 a 20
■ Patogenia Triploidía 6a8
Más de 80% de los abortos espontáneos ocurre en las primeras Tetraploidía 2a4
12 semanas de la gestación. En los abortos del primer trimestre, Anomalías estructurales 2
el embrión o feto casi siempre muere antes de su expulsión
espontánea. La muerte por lo general se acompaña de hemorra- Anembriónicos
gia en la decidua basal. A continuación se necrosan los tejidos (huevo muerto retenido) ∼50
adyacentes, lo que estimula las contracciones uterinas y la expul- Tomado de Eiben, 1990; Kajii, 1980; Simpson, 1980, 2007.
sión. El saco gestacional íntegro se encuentra lleno de líquido y
puede contener o no un embrión o feto. Por consiguiente, la
clave para establecer la causa de un aborto incipiente es determi-
nar la causa de la muerte fetal. Por el contrario, en los abortos muestra en la figura 18-1, 50% de los abortos embrionarios es
tardíos el feto no suele morir antes de su expulsión y por lo tanto aneuploide, pero se observan anomalías cromosómicas sólo en
se deben buscar otras explicaciones. 33% de los abortos del segundo trimestre y en 5% de los morti-
natos del tercer trimestre. Los abortos aneuploides ocurren a
una edad gestacional menor. Kajii et al. (1980) observaron que
■ Frecuencia 75% de los abortos aneuploides acontece alrededor de las ocho
Las estadísticas en cuanto a la frecuencia del aborto espontáneo semanas. De éstos, 95% de las anomalías cromosómicas es
varían según la rapidez con que se hace el diagnóstico. Wilcox et resultado de errores maternos de la gametogénesis y 5% de erro-
al. (1988) estudiaron a 221 mujeres sanas durante 707 ciclos res paternos (Jacobs, 1980). Algunos de los más frecuentes se
menstruales y encontraron que 31% de los embarazos se aborta- enumeran en el cuadro 18-1.
ron después de su implantación. Utilizaron análisis altamente En los abortos del primer trimestre, la anomalía cromosó-
específicos para detectar concentraciones mínimas de β-hCG mica que se identifica con más frecuencia es la trisomía autosó-
sérica materna y observaron que 66% de estos abortos tan pre- mica. Si bien la mayor parte de las trisomías es resultado de una
maturos son silenciosos desde el punto de vista clínico. no disyunción aislada, en 2 a 4% de las parejas con abortos recu-
En la actualidad, se conocen factores que repercuten en el rrentes se detectan reordenamientos cromosómicos estructura-
aborto espontáneo que se manifiesta, pero no se sabe si éstos son les equilibrados en uno de los cónyuges. Se han identificado
los mismos factores que repercuten en los abortos silenciosos. trisomías en los abortos para todos los cromosomas con excep-
Por ejemplo, el índice de abortos clínicos casi se duplica cuando ción del cromosoma 1, y los más frecuentes son de los cromoso-
cualquiera de los padres tiene más de 40 años de edad (Gracia,
2005; Kleinhaus, 2006). No obstante, se desconoce si el aborto
silencioso también recibe la influencia de la edad de los padres. 60
(55%)
Anomalías cromosómicas (%)
50
■ Factores fetales
Como se muestra en el cuadro 18-1, cerca de 50% de los abor- 40
(35%)
tos es de tipo anembriónico, esto es, sin elementos embrionarios
identificables. También se puede utilizar el término saco vacío, 30
mas 13, 16, 18, 21 y 22. El aborto previo eleva el riesgo basal de segundo trimestre y vaginosis bacteriana, mas no entre el aborto
aneuploidía para el siguiente feto de 1.4 a 1.7% (Bianco, 2006). del primer trimestre y la amenaza de parto pretérmino.
Con dos o tres abortos previos, el riesgo se eleva a 1.8 y 2.2%,
respectivamente. Enfermedades
SECCIÓN 6
La monosomía X (45, X) es la anomalía cromosómica aislada En general, los abortos del primer trimestre rara vez son secunda-
más frecuente. Corresponde al síndrome de Turner, que por lo rios a enfermedades crónicas como tuberculosis o carcinomatosis.
general termina en aborto, pero también existen mujeres naci- Existen unas cuantas enfermedades que quizá están vinculadas
das vivas (cap. 13, pág. 264). Por el contrario, la monosomía con un mayor número de abortos del primer trimestre. La diabe-
autosómica es rara e incompatible con la vida. tes mellitus y las enfermedades tiroideas se describen más ade-
La triploidía a menudo se acompaña de degeneración placen- lante. Otro ejemplo es la enfermedad celiaca, que provoca abortos
taria hidrópica o molar (cap. 20, pág. 398). El feto en una mola recurrentes y esterilidad masculina y femenina (Sharshiner, 2013;
hidatiforme parcial casi siempre se aborta de inmediato y los Sher, 1994). La cardiopatía cianógena sin reparar probablemente
pocos que permanecen durante un tiempo más prolongado aumenta el riesgo de abortar y, en algunos casos, este riesgo per-
padecen deformaciones manifiestas. La edad materna o paterna siste después de la reparación (Canobbio, 1996). Los trastornos
avanzada no aumenta la frecuencia de triploidía. Los fetos con alimenticios, anorexia nerviosa y bulimia nerviosa también se han
tetraploidías también se abortan desde las primeras etapas de la vinculado con subfertilidad, parto pretérmino y restricción del
gestación y rara vez nacen vivos. Por último, las anomalías cro- crecimiento fetal. Sin embargo, su vínculo con el aborto no ha
mosómicas estructurales rara vez provocan abortos. sido estudiado lo suficiente (Andersen, 2009; Sollid, 2004). La
enfermedad inflamatoria intestinal y el lupus eritematoso genera-
Aborto euploide lizado probablemente también aumentan el riesgo (Al Arfaj,
Los fetos sin anomalías cromosómicas se abortan en etapas más 2010; Khashan, 2012). Aparentemente la hipertensión crónica no
avanzadas que los aneuploides. Específicamente, la frecuencia confiere un riesgo significativo (Ankumah, 2013). En las mujeres
de abortos euploides alcanza su punto máximo aproximada- con antecedente de abortos recurrentes la frecuencia de retraso del
mente a las 13 semanas (Kajii, 1980). Además, la frecuencia de crecimiento fetal es mayor y quizá están relacionadas (Catov,
abortos euploides se eleva de manera dramática cuando la edad 2008). Otro posible vínculo con las vasculopatías es que las muje-
de la madre rebasa los 35 años (Stein, 1980). res con abortos múltiples tienen más probabilidad de padecer más
adelante un infarto del miocardio (Kharazmi, 2011).
Fármacos. Muy pocos medicamentos han sido estudiados en
■ Factores maternos cuanto a su función en el aborto del primer trimestre. Los anti-
Las causas de los abortos euploides se conocen poco, pero se han conceptivos orales y los espermicidas utilizados en cremas y jaleas
atribuido a diversas enfermedades, alteraciones ambientales y anticonceptivas no tienen relación con la frecuencia de los abor-
anomalías congénitas. Un ejemplo es la influencia conocida de tos. Asimismo, los antiinflamatorios no esteroideos y el ondanse-
la edad materna antes descrita. trón tampoco están vinculados (Edwards, 2012; Pasternak,
2013). En el embarazo con un dispositivo intrauterino (IUD,
intrauterine device) el riesgo de aborto es mayor, específicamente
Infecciones
de un aborto séptico (pág. 700). Con los IUD más modernos,
Muchos virus, bacterias y otros microorganismos frecuentes que Moschos y Twickler (2011) encontraron que solo 6 de 26 emba-
invaden al ser humano sano pueden provocar abortos. Muchos razos íntegros se abortaron antes de las 20 semanas. Por último,
son generalizados e infectan a la unidad fetoplacentaria por vía en los estudios no se ha demostrado una mayor frecuencia de
hematológica. Otros provocan una infección circunscrita a tra- abortos con vacuna de conjugado meningocócico ni vacuna tri-
vés de infección o colonización genitourinaria. Sin embargo, valente inactivada de influenza (Irving, 2013; Zheteyeva, 2013).
pese a las infecciones numerosas que se adquieren durante el
embarazo, éstas rara vez provocan abortos al principio de la ges- Cáncer. Las dosis radioterapéuticas indudablemente son aborti-
tación. Las infecciones por Brucella abortus, Campylobacter fetus vas, pero se desconocen las dosis exactas (cap. 46, pág. 930).
y Toxoplasma gondii inducen abortos en el ganado, pero su fun- Según Brent (2009), la exposición a <5 rads no aumenta el riesgo.
ción en el embarazo del ser humano se desconoce (Feldman, Las mujeres que sobreviven a un cáncer y que recibieron tra-
2010; Hide, 2009; Mohammad, 2011; Vilchez, 2014). Al pare- tamiento previo con radioterapia abdominopélvica, posterior-
cer las infecciones por Listeria monocytogenes, parvovirus, cito- mente tienen mayor riesgo de sufrir abortos. Wo y Viswanathan
megalovirus o virus de herpes simple no son inductoras de abor- (2009) publicaron un riesgo entre dos y ocho veces mayor de
tos (Brown, 1997; Feldman, 2010). Una posible excepción es la padecer abortos, recién nacidos con bajo peso al nacer y restric-
infección por Chlamydia trachomatis, que se detectó en 4% de ción en el crecimiento, parto de pretérmino y mortalidad peri-
los abortos frente a <1% de los testigos (Baud, 2011). Otra es la natal en las mujeres que recibieron tratamiento previo con
infección polimicrobiana por la enfermedad periodontal, que se radioterapia. Hudson (2010) encontró mayor riesgo de padecer
ha vinculado con un riesgo entre dos y cuatro veces mayor (Hol- abortos en las mujeres que recibieron radioterapia y quimiotera-
brook, 2004; Moore, 2004; Xiong, 2007). pia por un cáncer durante la infancia.
La información sobre el vínculo entre otras infecciones y la Los efectos de la quimioterapia como abortivos no han sido
mayor frecuencia de abortos es contradictoria. Algunos ejemplos definidos (cap. 12, pág. 248). Las más preocupantes son las
son Mycoplasma y Ureaplasma (Quinn, 1983a,b; Temmerman, mujeres con un embarazo que al principio es normal pero reci-
1992). Otra es la relación con el virus de inmunodeficiencia ben un tratamiento erróneo con metotrexato por un supuesto
humana (VIH) (Quinn, 1983a,b; van Benthem, 2000). Oakes- embarazo ectópico (cap. 19, pág. 384). En una publicación de
hott et al. (2002) encontraron cierta relación entre el aborto del ocho casos de este tipo, dos fetos de tamaño viable padecían
Aborto 353
malformaciones múltiples. En los seis casos restantes, tres sufrie- rona micronizada oral, 200 o 300 mg al día o 2) gel vaginal de
ron aborto espontáneo o inducido (Nurmohamed, 2011). progesterona al 8% por vía intravaginal en forma de un aplicador
diario más 100 o 200 mg de progesterona micronizada oral al día
Diabetes mellitus
CAPÍTULO 18
en forma continua hasta las 10 semanas de gestación.
Los efectos abortivos de la diabetes no controlada son bien Los traumatismos rara vez provocan abortos durante el primer
conocidos. La glucemia controlada mitiga gran parte del efecto trimestre y, pese a que el Parkland Hospital es un centro trauma-
y se describe en los capítulos 8 y 57 (págs. 157 y 1128). La fre- tológico importante, este vínculo es ocasional. Los traumatismos
cuencia de aborto espontáneo y malformaciones congénitas mayores, en especial los abdominales pueden causar aborto, pero
mayores es mayor en las mujeres con diabetes insulinodepen- éste es más probable conforme el embarazo avanza (pág. 950).
diente. Este riesgo es directamente proporcional a la glucemia
cerca del momento de la concepción y el control metabólico. Alimentación
Los extremos de la nutrición, desnutrición grave y obesidad
Enfermedades tiroideas mórbida, aumentan el riesgo de aborto. La calidad de la alimen-
Desde hace tiempo se ha sospechado que estas enfermedades pro- tación también es importante, ya que este riesgo es menor en las
vocan abortos en el primer trimestre y otros resultados adversos mujeres que consumen diario frutas y vegetales frescos (Maco-
del embarazo. La deficiencia grave de yodo, que es rara en los nochie, 2007).
países desarrollados, aumenta la frecuencia de abortos (Casta- La carencia aislada de un solo nutriente o la deficiencia
ñeda, 2002). Las mujeres con frecuencia padecen distintos grados moderada de todos ellos al parecer no aumenta el riesgo de
de insuficiencia de hormona tiroidea. Aunque el hipotiroidismo abortar. Incluso en los casos extremos, por ejemplo, hiperemesis
manifiesto, el de peor pronóstico, es raro durante el embarazo, el gravídica, el aborto es raro (Maconochie, 2007). Otros ejemplos
hipotiroidismo subclínico tiene una frecuencia de 2 a 3% (Casey, que se describen en la página 352 son la anorexia y bulimia ner-
2005; Garber, 2012). Ambos son producidos casi siempre por viosas. Es importante señalar que Bulik et al. (2010) publicaron
tiroiditis de Hashimoto autoinmunitaria, en la que tanto la fre- que 50% de los embarazos en las mujeres con anorexia nerviosa
cuencia como la gravedad disminuyen con la edad. Pese a esta eran no planeados.
prevalencia, el riesgo de abortar por hipotiroidismo aún se desco- La obesidad se acompaña de varios resultados adversos del
noce (Krassas, 2010; Negro, 2010). Dicho lo anterior, De Vivo embarazo (cap. 48, pág. 965). Éstos comprenden menor fertili-
(2010) publicó que la deficiencia subclínica de hormona tiroidea dad y mayor riesgo de abortar y padecer abortos recurrentes
quizá provoca abortos incipientes en el primer trimestre. (Jarvie, 2010; Lashen, 2004; Satpathy, 2008). En un estudio de
La prevalencia de una concentración sérica anormalmente ele- 6 500 mujeres que concibieron con fertilización in vitro (IVF, in
vada de anticuerpos peroxidasa tiroidea o tiroglobulina es de vitro fertilization), la frecuencia de nacidos vivos se redujo de
aproximadamente 15% en las embarazadas (Abbassi-Ghanavati, manera progresiva conforme el índice de masa corporal (BMI,
2010; Haddow, 2011). A pesar de que la mayoría de estas mujeres body mass index) se incrementaba una unidad (Bellver, 2010a).
es eutiroidea, las que padecen hipotiroidismo clínico tienden a Como ya se mencionó, pese a que los riesgos para muchos resul-
una concentración más elevada de anticuerpos. No obstante, tados adversos al final del embarazo disminuyen después de la
incluso en las mujeres eutiroideas, los anticuerpos constituyen un cirugía bariátrica, sus efectos benéficos en relación con el aborto
indicador de más abortos (Benhadi, 2009; Chen, 2011; Thanga- aún se desconocen (Guelinckx, 2009).
ratinam, 2011). Esto ha sido confirmado en dos estudios prospec-
tivos y los datos preliminares de uno de ellos sugieren que el com- Factores sociales y conductuales
plemento de tiroxina reduce este riesgo (Männistö, 2009; Negro, Los estilos de vida que supuestamente aumentan el riesgo de
2006). En la página 359 se describen aún más efectos ligados con abortar, probablemente están vinculados con el consumo cró-
las enfermedades tiroideas en las mujeres con abortos recurrentes. nico y especialmente de sustancias legales. La más frecuente es el
alcohol, con sus efectos teratógenos potentes que se describen
Cirugías en la página 245. Dicho esto, el riesgo de abortar aumenta úni-
El riesgo de abortar por una cirugía no ha sido bien estudiado. camente cuando el alcohol se consume de forma regular o abun-
Existe gran interés en el resultado del embarazo después de una dante (Floyd, 1999; Maconochie, 2007). De hecho, el consumo
cirugía bariátrica puesto que, como se describe en seguida, la obe- moderado de alcohol no aumenta de manera significativa el
sidad constituye un factor de riesgo incuestionable para abortar. riesgo de abortar (Cavallo, 1995; Kesmodel, 2002).
Sin embargo, en la actualidad no se sabe si este riesgo se mitiga Cuando menos 15 de las embarazadas admite que fuma
con la cirugía para bajar de peso (Guelinckx, 2009). (Centers for Disease Control and Prevention, 2013). Afirmar que
Probablemente las cirugías no complicadas que se realizan al el cigarrillo provoca abortos en el primer trimestre a través de
principio del embarazo no aumentan el riesgo de abortar (Mazze, diversos mecanismos con efectos adversos al final del embarazo
1989). Por lo general es posible extraer los tumores ováricos sin es intuitivo mas no comprobado (Catov, 2008).
provocar un aborto (pág. 1227). Una excepción importante es la El consumo excesivo de cafeína, que aún no se define del
extracción del cuerpo amarillo o del ovario en el que reside. Si se todo, se ha vinculado con un mayor riesgo de abortar. Algunas
lleva a cabo antes de la décima semana de gestación es necesario publicaciones afirman que el consumo de unas cinco tazas de
administrar progesterona complementaria. Entre las ocho y café por día, cerca de 500 mg de cafeína, aumenta ligeramente
10 semanas se administra una sola inyección intramuscular de el riesgo de abortar (Armstrong, 1992; Cnattingus, 2000; Kle-
150 mg de caproato de 17-hidroxiprogesterona en el momento banoff, 1999). Los estudios de un consumo “moderado”, menos
de la cirugía. Si se realiza entre las seis y ocho semanas se adminis- de 200 mg diarios de cafeína no encontraron que el riesgo
tran dos inyecciones de 150 mg, una y dos semanas después de la aumentara (Savitz, 2008; Weng, 2008). Actualmente, el Ameri-
primera dosis. Otros regímenes de progesterona son: 1) progeste- can College of Obstetricians and Gynecologists (2013b) concluyó
354 Complicaciones al principio del embarazo
Factores ocupacionales y ambientales Jerusalem Perinatal Study (Kleinhaus, 2006) se observó que a
mayor edad paterna mayor riesgo de abortar. Este riesgo es
Es instintivo limitar la exposición de una embarazada a cual-
menor antes de los 25 años de edad, después de lo cual se eleva
quier toxina. Dicho esto, si bien algunas toxinas ambientales
de manera progresiva a intervalos de cinco años.
como el benceno intervienen en las malformaciones fetales, la
información respecto al aborto es menos clara (Lupo, 2011). La
razón principal es que es imposible valorar con precisión las ■ Clasificación clínica del aborto
exposiciones ambientales. Existen publicaciones antiguas que
atribuyen a ciertas sustancias químicas un mayor riesgo de abor-
espontáneo
tar, como el arsénico, plomo, formaldehído, benceno y óxido de Amenaza de aborto
etileno (Barlow, 1982). Recientemente se ha demostrado que el El diagnóstico clínico de amenaza de aborto se sospecha ante la
DDT (diclorodifeniltricloroetano) aumenta la frecuencia de los presencia de secreción vaginal hemática o hemorragia vaginal a
abortos (Eskenazi, 2009). De hecho, se ha suspendido el uso de través del orificio cervical cerrado durante las primeras 20 sema-
insecticidas con DDT. Sin embargo, en el año 2006 la Organi- nas del embarazo (Hasan, 2009). Es necesario distinguir la
zación Mundial de la Salud (2011) lo promocionó para conte- hemorragia al principio del embarazo de una hemorragia por
ner los mosquitos y prevenir el paludismo. implantación, que aparece en algunas mujeres cuando esperan la
Existen todavía menos estudios sobre exposiciones ocupacio- menstruación (pág. 90). Casi 25% de las mujeres manifiesta
nales y riesgo de abortar. En un seguimiento del Nurses Health hemorragia importante desde el punto de vista médico al princi-
Study II, Lawson et al. (2012) publicaron un incremento ligera- pio del embarazo que en ocasiones persiste durante varios días o
mente mayor de abortos entre las enfermeras expuestas a anti- semanas. Con el aborto, la hemorragia casi siempre precede a los
neoplásicos, sustancias esterilizadoras y rayos X. En algunas se cólicos durante varias horas o días. Puede haber cólicos rítmicos
encontró que el contacto con terminales de video o ecografía no en la línea media, lumbalgia persistente con presión pélvica o un
aumenta la frecuencia de abortos (Schnorr, 1991; Taskinen, dolor sordo suprapúbico en la línea media. Por mucho, la hemo-
1990). Por el contrario, se encontró mayor riesgo de abortar rragia constituye el factor de riesgo más predictivo de aborto
entre las asistentes dentales que tuvieron contacto durante más (Eddleman, 2006). En general, casi 50% de las mujeres aborta,
de tres horas diarias con óxido nitroso en ausencia de sistemas de pero este riesgo es mucho menor cuando existe actividad car-
evacuación de gases (Boivin, 1997; Rowland, 1995). Las conclu- diaca fetal (Tongsong, 1995).
siones a partir de un metaanálisis fueron que existe un pequeño Incluso en ausencia de aborto después de una hemorragia en
riesgo de abortar de manera espontánea entre las mujeres que el primer trimestre, el riesgo de un desenlace adverso ulterior es
trabajan con antineoplásicos citotóxicos (Dranitsaris, 2005). mayor, como se muestra en el cuadro 18-2. En el estudio de casi
Factores inmunitarios 1.8 millones de embarazos del Danish National Patient Registry
se observó un riesgo tres veces mayor para muchas de estas com-
La tolerancia inmunitaria de la madre a la combinación haploide
plicaciones.
paterna fetal sigue siendo un enigma (Calleja-Agius, 2011;
Williams, 2012). Este fenómeno se describe con mayor detalle Amenaza de aborto comparada con embarazo ectópico.
en la página 97. Sin embargo, existe mayor riesgo de abortar Toda mujer con un embarazo del primer trimestre, hemorragia
durante el primer trimestre con algunas enfermedades inmuni- vaginal y dolor debe ser valorada. La meta principal es diagnos-
tarias. Los más potentes de éstas son los anticuerpos antifosfolí- ticar lo más pronto posible un embarazo ectópico. Como se des-
pidos dirigidos contra las proteínas transportadoras en el plasma cribe en la página 381 se utilizan mediciones seriadas de β-hCG
(Erkan, 2011). Éstos, sumados a los datos clínicos y de labora- sérica y concentración de progesterona, además de ecografía
torio, proporcionaron los criterios para diagnosticar síndrome de transvaginal para establecer si existe un feto vivo intrauterino.
anticuerpos antifosfolípidos (APS, antiphospholipid antibody syn-
drome) (American College of Obstetricians and Gynecologists,
2012). Debido a que los abortos suelen ser repetitivos, el aborto
CUADRO 18-2. Resultados adversos que aumentan
recurrente por APS se describe en la página 359.
en las mujeres con amenaza de aborto
Trombofilias hereditarias Maternas Perinatal
Inicialmente las trombofilias se vincularon con diversos desenla- Placenta previa Rotura prematura de
ces del embarazo, pero la mayor parte de estas relaciones ha sido membranas
refutada. Actualmente, el American College of Obstetricians and Desprendimiento de Nacimiento de pretérmino
Gynecologists (2013a), opina que no existe un vínculo causal placenta
definitivo entre estas trombofilias y los resultados adversos del
Extracción manual de la Lactante de bajo peso al nacer
embarazo en general y del aborto en particular.
placenta
Defectos uterinos Cesárea Restricción del crecimiento fetal
Diversos defectos uterinos, tanto hereditarios como adquiridos, Muerte fetal y neonatal
provocan abortos tanto del primer como del segundo trimestre; Tomado de Johns, 2006; Lykke, 2010; Saraswat, 2010; Wijesiriwardana,
ambos se describen en la página 358. 2006.
Aborto 355
2 000
cavidad exocelómica, se observa hacia las 4.5 semanas (fig. 9-3).
Al mismo tiempo, la concentración de β-hCG es de 1 500 a
2.5o percentil
2 000 mIU/ml (Barnhart, 1994; Timor-Tritsch, 1988). Conno-
hCG sérica (mIU/ml)
CAPÍTULO 18
1 500 97.5o percentil lly et al. (2013) observaron que esta cifra puede ser tan baja como
390 mIU/ml, pero también observaron que en 99% de los casos
se necesitan cuando menos 3 500 mIU/ml para identificar el saco
1 000
gestacional.
Otro inconveniente es que a veces el saco gestacional es simi-
500 lar a otros líquidos acumulados dentro del útero (el llamado saco
seudogestacional) (fig. 19-5). Este seudosaco se observa con el
embarazo ectópico y es más fácil de excluir una vez que se
0
observa el saco vitelino. Este último se observa a las 5.5 semanas
0 10 20 30 40 y con un diámetro promedio de 10 mm. Por lo tanto, el diag-
Días transcurridos desde el aborto nóstico de embarazo intrauterino se debe hacer con cautela
cuando todavía no se observa el saco vitelino (American College
FIGURA 18-2. Curva compuesta que describe el descenso de la of Obstetricians and Gynecologist, 2011e).
gonadotropina coriónica humana (hCG) empezando en 2 000 mIU/ml
Entre las cinco y seis semanas, se observa el embrión de 1 o
poco después de un aborto espontáneo. La línea punteada es la curva
pronosticada con base en el resumen de la información de todas las 2 mm adyacente al saco vitelino (Daya, 1993). La ausencia de
mujeres. El área de color dentro de las líneas punteadas representa un embrión en el saco cuando éste tiene un diámetro promedio
los intervalos de confianza de 95%. (Datos de Barnhart, 2004a.) de 16 a 20 mm sugiere que el feto ha muerto (Levi, 1988;
Nyberg, 1987). Por último, la actividad cardiaca se detecta entre
las seis y seis semanas y media con una longitud del embrión de
Estos estudios no son 100% precisos para confirmar muerte o 1 a 5 mm y un diámetro promedio del saco de 13 a 18 mm. El
ubicación del feto en un embarazo incipiente, por lo que a embrión de 5 mm sin actividad cardiaca probablemente ha
menudo es necesario repetirlos. En la figura 18-2 y el cuadro muerto (Goldstein, 1992; Levi, 1990).
19-1 se muestran las concentraciones séricas de hCG en las A partir de estos datos se derivan ciertas conductas diagnós-
mujeres con hemorragia que sufrieron un aborto en el primer tico-terapéuticas. En el Parkland Hospital, para garantizar que
trimestre. En la figura 18-3 se muestran las cifras para mujeres no se interrumpa un embarazo intrauterino vivo, se define el
con hemorragia del primer trimestre que tuvieron un embarazo umbral de muerte fetal con base en dos desviaciones estándar de
normal. Se han descrito diversos modelos predictivos (Barnhart, la media. Por lo tanto, el embarazo anembriónico se diagnostica
2010; Condous, 2007; Connolly, 2013). Con un embarazo cuando el diámetro promedio del saco gestacional es ≥20 mm y
saludable, la concentración sérica de β-hCG debe elevarse no se observa un embrión. También se diagnostica muerte fetal
cuando menos 53 a 66% cada 48 h (Barnhart, 2004a; Kadar, cuando el embrión que mide ≥10 mm carece de actividad car-
1982). La concentración sérica de progesterona <5 ng/ml sugiere diaca.
que el feto está muriendo, mientras que una concentración
>20 ng/ml confirma el diagnóstico de un embarazo saludable. Tratamiento. Los analgésicos a base de paracetamol ayudan a
Para localizar el embarazo y establecer si el feto se halla vivo se aliviar los cólicos. Cuando no está indicado evacuar el útero, por
usa una ecografía transvaginal. Si esto no puede hacerse, se diag- lo general se recomienda reposo en cama pero éste no mejora el
nostica un embarazo de ubicación incierta (cap. 19, pág. 381). El resultado. Tampoco el tratamiento con distintos fármacos que
saco gestacional, líquido anecoico acumulado que representa la incluyen gonadotropina coriónica (Devaseelan, 2010). Cuando
la hemorragia es persistente o abundante, se debe medir el
hematócrito. En caso de anemia o hipovolemia considerable casi
siempre está indicado interrumpir el embarazo. Sin embargo,
15 000 Curva estimada cuando el feto está vivo, muchos prefieren administrar transfu-
5% límite inferior siones y mantener a la paciente en observación.
Inmunoglobulina anti-D. Durante el aborto espontáneo, 2%
hCG sérica (mIU/ml)
vaginal durante la primera mitad del embarazo por lo general miento uterino. Puesto que no era posible confirmar la muerte
tiene consecuencias graves. No siempre se acompaña de dolor, fetal, la única opción era el tratamiento expectante; finalmente
fiebre o hemorragia y a veces se ha acumulado líquido previa- sobrevenía un aborto espontáneo. Además, ante la imposibili-
mente entre el amnios y el corion. Cuando éste es el caso, es dad de establecer por medio de la clínica el momento de la
razonable prescribir menor actividad y mantener a la paciente muerte fetal, la duración del embarazo, y por lo tanto la edad
bajo observación. Después de 48 h y en ausencia de más líquido del feto, se calculaba en forma errónea a partir de la última
amniótico, hemorragia, cólicos o fiebre, se reinicia la deambula- menstruación. Para aclarar estas diferencias, Streeter (1930)
ción. En caso de hemorragia, cólicos o fiebre, el aborto se consi- estudió a los fetos abortados y publicó que el intervalo prome-
dera inevitable y el útero se evacua. dio entre la muerte y el aborto era de unas seis semanas.
Esta descripción histórica del aborto diferido contrasta con
Aborto incompleto la definición actual basada en los resultados de la β-hCG sérica
La hemorragia después de la separación parcial o completa de la seriada y la ecografía transvaginal (fig. 18-4). Al confirmar rápi-
placenta y dilatación del orificio cervical se denomina aborto damente la muerte fetal o embrionaria, muchas mujeres eligen
incompleto. Algunas veces el feto y la placenta permanecen den- la evacuación uterina. Aunque muchos médicos clasifican a éste
tro del útero o salen parcialmente a través del orificio dilatado. como aborto diferido, el término se utiliza en forma indistinta
Antes de las 10 semanas, a menudo se expulsan juntos, pero más con aborto del primer trimestre o fallido del primer trimestre
adelante salen por separado. Las opciones terapéuticas del (Silver, 2011).
aborto incompleto comprenden legrado, aborto médico, u
Aborto séptico
observación en las mujeres estables desde el punto de vista clí-
nico como se describe en la página 357. Para el tratamiento qui- Gracias a la legalización del aborto, ya se observan muy pocas
rúrgico muchas veces es necesario dilatar aún más el cuello ute- infecciones graves y muertes maternas por abortos sépticos cri-
rino antes de realizar el legrado. En otros casos, el tejido minales. De cualquier forma, quizá entre 1 y 2% de las mujeres
placentario retenido yace libre dentro del orificio cervical y se con amenaza de aborto o aborto incompleto padece una infec-
puede extraer fácilmente con una pinza de anillos. ción pélvica y síndrome de septicemia. El aborto electivo, ya sea
quirúrgico o médico, también se acompaña en ocasiones de
Aborto completo infecciones graves o incluso letales (Barrett, 2002; Ho, 2009).
En ocasiones, la mujer expulsa el producto de la concepción Las bacterias penetran en la cavidad uterina e infectan a los pro-
completo antes de acudir al hospital. A menudo describen ductos de la concepción. Los microorganismos invaden el tejido
hemorragia abundante, cólico y salida de tejido o de un feto. Es miometrial y se extienden hasta generar parametritis, peritoni-
importante señalar que durante la exploración física, el orificio tis, septicemia y, en raras ocasiones, endocarditis (Vartian,
cervical se encuentra cerrado. A estas mujeres se les pide que 1991). Las más preocupantes son las infecciones necrosantes y el
traigan el tejido expulsado, que a veces es un embarazo com- síndrome de choque septicémico producido por estreptococo
pleto, coágulos sanguíneos o molde decidual. La última es una del grupo A, S. pyogenes (Daif, 2009).
capa de endometrio con forma de cavidad uterina cuando se En los últimos años, algunos abortos farmacológicos se han
descama y su aspecto es el de un saco colapsado (fig. 19-3). complicado con infecciones graves por microorganismos poco
Cuando no se identifica el saco gestacional completo expul- virulentos. Incluso se han publicado unas cuantas muertes por
sado, se realiza una ecografía para distinguir al aborto completo
de una amenaza de aborto o un embarazo ectópico. Una de las
características del aborto completo es el endometrio poco abul-
tado sin saco gestacional. Sin embargo, esto no garantiza un
embarazo uterino reciente. Condous et al. (2005) describieron a
152 mujeres con hemorragia abundante, un útero vacío con
espesor endometrial <15 mm y diagnóstico de aborto completo.
En 6% se comprobó más adelante un embarazo ectópico. Por
consiguiente, a menos que se observen productos de la concep-
ción o la ecografía demuestre claramente primero un embarazo
intrauterino y luego una cavidad vacía, no es posible diagnosti-
car con certeza un aborto completo. En los casos inciertos, la
cuantificación seriada de hCG sérica ayuda a esclarecerlo. En el
aborto completo estas cifras descienden rápidamente (Connolly,
2013).
Aborto diferido
También llamado aborto fallido o pérdida, el aborto diferido,
que es su término original, actualmente se utiliza para referirse a FIGURA 18-4. Ecografía transvaginal que muestra un gran saco ane-
una circunstancia distinta a la que significaba hace muchos coico que concuerda con un embarazo anembriónico. El calibrador mide
años. Al principio, el término se utilizaba para describir a los la longitud del útero y el espesor anteroposterior en plano sagital.
Aborto 357
síndrome de choque tóxico por Clostridium perfringens (Centers individualizar mejor. A menos que exista una hemorragia abun-
for Disease Control and Prevention, 2005). Otras infecciones dante o una infección grave con un aborto incompleto, existen
similares se producen por Clostridium sordellii y provocan mani- tres opciones que son razonables: el tratamiento expectante, far-
CAPÍTULO 18
festaciones clínicas que empiezan unos cuantos días después del macológico o quirúrgico. Cada uno conlleva sus propios peli-
aborto. Muchas veces la mujer ha permanecido afebril hasta la gros y beneficios, por ejemplo, los primeros dos se acompañan
primera consulta, a la cual acude con lesión endotelial, fuga con hemorragia impredecible y muchas mujeres deben some-
capilar, hemoconcentración, hipotensión y leucocitosis grave terse a un legrado no programado. Asimismo, el éxito de cual-
(Cohen, 2007; Fischer, 2005; Ho, 2009). Las muertes fetales quier método depende de la presencia de un aborto incompleto
por estas infecciones son de aproximadamente 0.58 por 100 000 o retenido. Algunos de los riesgos y beneficios se resumen a con-
abortos médicos (Meites, 2010). tinuación:
El tratamiento de la infección clínica incluye la administra- 1. El tratamiento expectante del aborto incompleto espontáneo
ción inmediata de antibióticos de amplio espectro como se des- tiene un índice de fracasos hasta de 50%.
cribe en la página 685. En caso de existir productos retenidos o 2. El tratamiento farmacológico con prostaglandina E1 (PGE1)
fragmentos también se lleva a cabo un legrado. La mayoría de las tiene un índice de fracaso de 5 a 40%. En 1 100 mujeres con
mujeres responde a este tratamiento en uno o dos días y se dan sospecha de aborto del primer trimestre, 81% tuvo resolu-
de alta una vez que permanecen afebriles. No suele ser necesario ción espontánea (Louise, 2002).
administrar tratamiento con antibióticos por vía oral (Savaris, 3. El legrado casi siempre permite una resolución inmediata
2011). En unos cuantos casos, el síndrome de septicemia provoca que tiene éxito en 95 a 100% de los casos. Sin embargo, es
síndrome de insuficiencia respiratoria aguda, nefropatía aguda o un procedimiento penetrante y no es necesario en todos los
coagulopatía intravascular diseminada. En estos casos es funda- casos.
mental proporcionar cuidados paliativos intensivos (pág. 940).
Es posible que las pacientes y los médicos opten por algún
Para prevenir una septicemia después del aborto, se adminis-
método quirúrgico cuando no existe un protocolo estricto para
tran antibióticos en el momento del aborto inducido o espontá-
el tratamiento médico (Kollitz, 2011).
neo que requiere de acciones médicas o quirúrgicas. El American
Neilson (2010) revisó varios estudios con asignación al azar
College of Obstetricians and Gynecologist (2011b) recomienda la
que comparaban estos regímenes terapéuticos. Uno de los princi-
doxiciclina a dosis de 100 mg por vía oral una hora antes y 2 mg
pales inconvenientes citados para las comparaciones entre los
por vía oral después de la evacuación quirúrgica. En las clínicas
estudios fue la variedad de criterios de inclusión y técnicas. Por
de planificación familiar, se administran 100 mg de doxiciclina
ejemplo, en los estudios que incluyen mujeres con hemorragia
al día por vía oral durante siete días empezando en el momento
vaginal encontraron un mayor éxito con tratamiento médico que
en el que se administre el abortivo (Fjerstad, 2009b).
los estudios que excluyeron a estas mujeres (Creinin, 2006). Con
estos inconvenientes en mente, en el cuadro 18-3 se enumeran
■ Tratamiento del aborto espontáneo algunos estudios publicados desde el año 2005. Es importante
Ahora que ya es posible verificar la muerte embrionaria o fetal señalar que Smith et al. (2009) publicaron que el índice de emba-
con la tecnología ecográfica moderna, el tratamiento se puede razos ulteriores no difirió con los diversos métodos terapéuticos.
CUADRO 18-3. Estudios comparativos con asignación al azar para el tratamiento de diversos abortos del primer trimestre
Criterios
Estudio de inclusión Número Ramas de tratamiento Resultados
Nguyen (2005) SAB incompleto 149 1) PGE1, 600 μg por vía oral 60% se completó a los 3 días
2) PGE1, 600 μg por vía oral al principio y 95% a los 7 días; 3% de legrados
a las 4 h
Zhang (2005) Huevo muerto 652 1) PGE1, 800 μg intravaginal 71% se completó a los 3 días; fracasó
retenidob 16%
2) Aspiración con succión 97% de éxito
Trinder (2006) SAB incompleto; 1 200 1) Expectante 50% legrado
(Estudio MIST) AB diferido 2) PGE1, 800 μg intravaginal + 200 mg de 38% legrado
mifepristona
3) Legrado por succión 5% repetir el legrado
Dao (2007) SAB incompleto 447 1) PGE1, 600 μg por vía oral 95% completado
2) Aspiración por succión 100% legrado
Torre (2012) Aborto del primer 174 1) Inmediatamente, PGE1, 200 μg por vía 81% completado
trimestreb oral; 400 μg intravaginal en el día 2 19% legrado
2) Tardío, sin tratamiento; TVS los días 7 y 57% completado
14 43% legrado
aIncluye los embarazos anembriónicos, muerte embrionaria o fetal, sin signos de SAB incompleto.
bIncluye embarazos anembriónicos, muerte embrionaria o fetal o SAB incompleto o inevitable.
SAB = aborto espontáneo, PGE1 = prostaglandina E1, TVS = ecografía transvaginal.
358 Complicaciones al principio del embarazo
recurrente, pérdida recurrente del embarazo y aborto habitual. Por una vez que se han formado anticuerpos maternos. Durante
lo general, se acepta que cerca de 1% de las parejas fértiles tiene muchos años se sospechó de diversas mutaciones hereditarias de
abortos recurrentes, definidos como tres o más abortos consecu- trombofilia que incluyen al factor V de Leiden, protrombina
tivos ≤20 semanas de edad gestacional o con peso fetal <500 g. G20210A, deficiencia de proteínas C y S y deficiencia de anti-
La mayor parte es embriónico o aborto del primer trimestre y el trombina. No obstante, como se describe en la página 1029, los
resto corresponde a anembriónicos o sucede después de las 14 estudios grandes han rechazado cualquier relación entre el
semanas. Es difícil completar los estudios por la ausencia de defi- mayor número de abortos y estas trombofilias (American College
niciones no normalizadas. Por ejemplo, algunos investigadores of Obstetricians and Gynecologist, 2013a).
incluyen a mujeres con dos en lugar de tres abortos consecutivos, Existe cierta evidencia que apoya la participación de diversos
mientras que otros incluyen a mujeres con tres abortos no conse- polimorfismos de expresiones génicas en los abortos. Algunos
cutivos. La documentación del embarazo con concentración de ejemplos son los polimorfismos que alteran la expresión de
β-hCG, ecografía y examen patológico también varía mucho. VEGF-A, los que exageran la agregación plaquetaria y los que
Cuando menos, es necesario distinguir al aborto recurrente tienen un tipo materno específico de respuesta inmunitaria Th1
del aborto esporádico, que implica embarazos intermedios que y Th2 (Calleja-Agius, 2011; Corardetti, 2013; Eller, 2011; Flood,
llegaron a ser viables. Aunque se pensaba que las mujeres de esta 2010).
última categoría tenían un riesgo mucho menor de padecer otro La cronología de los abortos recurrentes ofrece algunas claves
aborto, existen publicaciones como la que se muestra en el y en unas cuantas mujeres cada aborto se produce cerca de la
cuadro 18-4 que cuestionan esta suposición. En dos estudios, el misma edad gestacional (Heuser, 2010). Los factores genéticos
riesgo de tener un aborto ulterior es similar después de dos o tres por lo general provocan abortos en etapas iniciales del emba-
abortos. Resulta notable observar que la probabilidad de tener razo, mientras que las anomalías autoinmunitarias o anatómicas
un embarazo exitoso es >50% incluso después de cinco abortos del útero suelen provocar abortos en el segundo trimestre
(Brigham, 1999). (Schust, 2002). Como ya se mencionó, los abortos recurrentes
La American Society for Reproductive Medicine (2008) pro- del primer trimestre tienen una frecuencia mucho menor de
pone definir al aborto recurrente como el fracaso de dos o más anomalías genéticas que los abortos esporádicos (25 frente a
embarazos clínicos confirmados por medio de ecografía o exa- 50%) (Sullivan, 2004). Dicho esto, la valoración cromosómica
men histopatológico. Después de tres abortos ciertamente se sistemática de los abortos es costosa y no refleja con precisión el
requiere de una valoración minuciosa y el tratamiento se insti- cariotipo del feto.
tuye antes en las parejas con subfertilidad concomitante (Jaslow,
2010; Reddy, 2007). Las consideraciones terapéuticas rebasan el
ámbito de este libro. Se refiere al lector a los capítulos 6 y 20 en ■ Anomalías cromosómicas de los padres
la segunda edición del libro Williams. Ginecología (Cunningham, Pese a que éstas causan sólo 2 a 4% de los abortos recurrentes,
2012; Doody, 2012). muchos médicos consideran que la valoración cariotípica de
ambos padres es una parte fundamental de la valoración. En un
estudio preliminar, 50% de las anomalías cromosómicas corres-
■ Causa pondió a translocaciones recíprocas equilibradas, translocacio-
Existen numerosas supuestas causas de aborto recurrente, pero nes robertsonianas en 25% y mosaicismo del cromosoma X
sólo tres se aceptan en forma definitiva: anomalías cromosómi- (47,XXY o síndrome de Klinefelter), en 12% (Therapel, 1985).
cas en los padres, síndrome de anticuerpos antifosfolípidos y un Estas anomalías cromosómicas se repiten en los abortos conse-
subgrupo de anomalías uterinas. Otras causas sospechadas, mas cutivos (van den Boogaard, 2010). En el capítulo 13 (pág. 266)
se describe con detalle la herencia de los síndromes de transloca-
ción y sus secuelas.
Después de un asesoramiento genético detallado, las parejas
CUADRO 18-4. Frecuencia pronosticada de abortos con un cariotipo anormal por lo general se pueden tratar por
en mujeres escocesas en su siguiente embarazo medio de IVF seguido de un diagnóstico genético antes de la
de acuerdo con el número de abortos previosa implantación. Estas técnicas se describen con detalle en el capí-
tulo 20 del libro Williams. Ginecología (Doody, 2012).
Número de abortos previos
0 1 2 3
■ Factores anatómicos
Primer embarazo con 143 595 6 577 700 115 Diversas anomalías del aparato genital han sido implicadas en
aborto (n) los abortos recurrentes y otros desenlaces adversos del embarazo,
Riesgo ulterior de 7% 14% 26% 28% pero no en la infertilidad (Reichman, 2010). Según Devi Wold
abortos et al. (2006), 15% de las mujeres con tres o más abortos conse-
cutivos tiene alguna anomalía uterina congénita o adquirida.
a Los abortos no consecutivos mostraron el mismo patrón de riesgo De las anomalías adquiridas, las sinequias uterinas (síndrome
que los embarazos consecutivos. de Asherman) por lo general son resultado de la destrucción de
Tomado de Bhattacharya, 2010.
grandes áreas de endometrio. Este fenómeno es secundario a un
Aborto 359
CAPÍTULO 18
teroscópica dirigida de las adherencias. En muchas mujeres esta abortos recurrentes padecía factores autoinmunitarios reconoci-
medida reduce la frecuencia de los abortos y mejora el índice dos. Dos modelos fisiopatológicos primarios son la teoría
“exitoso” de embarazos (Al-Inany, 2001; Goldenberg, 1995). autoinmunitaria (inmunidad dirigida contra sí mismo) y la teo-
En gran proporción de las mujeres maduras se detectan leio- ría aloinmunitaria (inmunidad contra otra persona).
miomas uterinos y éstos pueden provocar abortos, especialmente Como se describe en la página 352, los abortos son más fre-
cuando se ubican cerca de la implantación placentaria. Sin cuentes en las mujeres con lupus eritematoso generalizado, una
embargo, los datos que indican que éstos constituyen una causa enfermedad autoinmunitaria (Clowse, 2008; Warren, 2004).
significativa de abortos recurrentes no son convincentes (Sarave- En muchas de estas mujeres se encontraron anticuerpos antifos-
los, 2011). Al parecer la distorsión de la cavidad uterina no es folípidos, una familia de autoanticuerpos que se adhieren a las
requisito para tener un resultado adverso (Sunkara, 2010). No proteínas plasmáticas fijadoras de fosfolípidos (Erkan, 2011).
obstante, en las mujeres que se someten a IVF, los leiomiomas Las mujeres con abortos espontáneos recurrentes tienen con
submucosos, repercutieron en forma adversa sobre el embarazo, mayor frecuencia estos anticuerpos frente a las testigos sanas (5
no así los subserosos ni intramurales (Jun, 2001; Ramzy, 1998). a 15% frente a 2 a 5%, respectivamente) (Branch, 2010). El
Como se describe en la página 1226, la mayoría concuerda que síndrome de anticuerpos antifosfolípidos (APS, antifosfolipid anti-
es necesario extirpar los leiomiomas submucosos e intracavita- body syndrome) se define por estos anticuerpos además de diver-
rios en las mujeres con abortos recurrentes. Lo irónico es que las sos tipos de abortos y mayor riesgo de padecer tromboembolias
mujeres sometidas a embolización de la arteria uterina que irriga venosas (American College of Obstetricians and Gynecologists,
a los miomas tuvieron más probabilidades de sufrir un aborto en 2011d, 2013a). En el capítulo 59 (pág. 1173) se describen los
el siguiente embarazo (Homer, 2010). mecanismos que provocan abortos.
Por otro lado, las anomalías congénitas del aparato genital a Respecto de la aloinmunidad, una teoría estimulante sugiere
menudo se originan a partir de una formación anormal de los que el embarazo normal necesita la formación de factores blo-
conductos de Müller o una fusión anormal. Estas anomalías tie- queadores que previenen el rechazo materno de los antígenos
nen una frecuencia global aproximada de 1 por cada 200 muje- fetales extraños derivados del padre (cap. 5, pág. 98). Algunos de
res (Nahum, 1998). En el cuadro 18-5 aparece la distribución los factores que se dice previenen esto son la similitud del antí-
de las anomalías y el índice vinculado de abortos. Con base en geno leucocítico humano (HLA, human leukocyte antigen) con el
la anatomía, algunas incrementan el riesgo de padecer abortos padre, la actividad alterada de los citolíticos naturales, el estímulo
del primer trimestre, mientras que otras provocan abortos del regulador de las células T y las mutaciones del gen HLA-G (Ber-
segundo trimestre o partos pretérmino. El útero unicorne, ger, 2010; Williams, 2012). Las diversas pruebas y opciones tera-
bicorne y tabicado se acompaña de estas tres complicaciones péuticas propuestas para abordar este tema no han resistido el
(Reichman, 2010). Visto de otra forma, se encontraron anoma- escrutinio riguroso y en la actualidad están bajo investigación
lías uterinas congénitas aproximadamente en 20% de las muje- (Reddy, 2007). Los tratamiento propuestos con vacunas de leu-
res con abortos recurrentes, frente a sólo 7% de las testigos cocitos paternos o de una tercera persona, o bien con inmuno-
(Salim, 2003). globulina intravenosa (IVIG, intravenous immunoglobulin) no han
Ha sido difícil demostrar que la corrección de las anomalías ofrecido beneficios a las mujeres con abortos idiopáticos (Ameri-
uterinas mejora el resultado de la primera parte del embarazo. can Society for Reproductive Medicine, 2006; Stephenson, 2010).
En el capítulo 3 (pág. 38) así como en el capítulo 18 del libro
Williams. Ginecología (Bradshaw, 2012), se describe con más
detalle la frecuencia, repercusión clínica y tratamiento de las ■ Factores endocrinos
anomalías anatómicas. Según Arredondo y Noble (2006), entre 8 y 12% de los abortos
recurrentes se originan por factores endocrinos. Los estudios
para valorar este fenómeno son infundados y no tienen el poder
estadístico adecuado. Dos ejemplos, ambos controversiales, son
CUADRO 18-5. Prevalencia calculada y frecuencia de abortos la deficiencia de progesterona por insuficiencia luteínica y síndrome
para ciertas malformaciones uterinas congénitas de ovarios poliquísticos (Bukulmez, 2004; Cocksedge, 2008;
Proporción Frecuencia
Nawaz, 2010).
de todas las de abortos Por el contrario, en el capítulo 57 se describen con detalle los
Anomalía uterinaa anomalías (%) (%)b efectos abortivos conocidos de la diabetes no estabilizada. La
estabilización de la glucemia antes de la concepción mitiga gran
Bicorne 39 40–70 parte de estas pérdidas.
Tabicado o unicorne 14–24 34–88 Asimismo, los efectos que tiene sobre los abortos el hipotiroi-
Didelfo 11 40 dismo y la deficiencia grave de yodo son bien conocidos y se
Arcuato 7 describen en la página 353. La corrección con complementos
Hipo o aplásico 4 invierte estos efectos. De igual forma, los efectos del hipotiroi-
dismo subclínico y los anticuerpos antitiroideos son esporádicos
aFrecuencia global aproximada de 1:200 mujeres.
y por lo tanto cualquier repercusión sobre la frecuencia de abor-
bIncluye abortos del primer y segundo trimestres. tos recurrentes ha sido sujeto de debate (Garber, 2012). Sin
Datos de Bradshaw, 2012; Buttran, 1979; Nahum, 1998; Reddy, 2007; embargo, existen dos metaanálisis recientes que publicaron una
Valli, 2001. relación positiva convincente entre estos anticuerpos y el mayor
360 Complicaciones al principio del embarazo
riesgo de padecer abortos esporádicos y recurrentes (Chen, 2009). Edlow et al. (2007) observaron que 27% de las mujeres
2011; Thangaratinam, 2011). Los resultados preliminares sobre con este tipo de aborto en el índice de embarazo tiene otro
el tratamiento con hormona tiroidea para las mujeres con anti- aborto del segundo trimestre en el siguiente embarazo. Además,
cuerpos positivos son menos convincentes. 33% de esas mujeres tuvo un hijo de pretérmino más adelante.
SECCIÓN 6
■ Insuficiencia cervical
CUADRO 18-6. Algunas causas de aborto espontáneo También conocida como incompetencia cervical, se trata de una
del segundo trimestre entidad obstétrica definida caracterizada por dilatación cervical
Anomalías fetales indolora en el segundo trimestre. Puede seguirse de prolapso
Cromosómicas con abombamiento de las membranas en la vagina y, finalmente,
Estructurales la expulsión del feto inmaduro. A menos que se trate en forma
Defectos uterinos efectiva, esta secuencia se puede repetir en los embarazos ulte-
Congénitos riores. Muchas de estas mujeres tienen antecedentes y datos clí-
Leiomiomas nicos que dificultan comprobar una insuficiencia cervical clá-
Insuficiencia cervical sica. Por ejemplo, en un estudio con asignación al azar de casi
Causas placentarias 1 300 mujeres con antecedentes atípicos, se encontró que el cer-
Desprendimiento prematuro de placenta, placenta previa claje tenía un éxito marginal (13 frente a 17%) para prolongar
Transformación defectuosa de la arteria espiral el embarazo después de las 33 semanas (MacNaughton, 1993).
Corioamnionitis Parece ser que muchas de estas mujeres con antecedentes no
Enfermedades maternas clásicos tuvieron un trabajo de parto pretérmino en lugar de
Autoinmunitarias insuficiencia cervical clásica. En este estudio, por cada 25 cercla-
Infecciones jes sólo se previno un nacimiento antes de las 33 semanas. No
Metabólicas obstante, en una revisión sistemática de mujeres similares, los
cerclajes indicados por los datos de la exploración física propor-
Tomado de Allanson, 2010; Dukhovny, 2009; Joo, 2009; Romero, 2011; cionaron desenlaces perinatales superiores a los del tratamiento
Saravelos, 2011; Stout, 2010. expectante (Ehsanipoor, 2013).
Aborto 361
En vista de estas dificultades para identificar a la insuficiencia de ecografía transvaginal para demostrar acortamiento cervical
cervical clásica, la atención se ha centrado en el valor predictivo <25 mm, el cerclaje se realiza en ese momento. Para los demás
de la ecografía transvaginal. Algunos de los datos que se valoran casos de cerclaje de rescate urgente existe debate en cuanto al
CAPÍTULO 18
son la longitud del cuello uterino, la presencia de un embudo, momento en que se debe llevar a cabo. El enigma es que mien-
que es el abombamiento de las membranas en el orificio interno tras más avanza el embarazo, mayor es el riesgo de que la cirugía
dilatado pero con un orificio externo cerrado (Owen, 2003). En estimule un trabajo de parto de pretérmino o rompa las mem-
las mujeres con estos problemas, los estudios con asignación al branas. Aunque esta medida no se basa en evidencias, los médi-
azar preliminares resultaron ser inconclusos para comprobar la cos del Parkland Hospital no realizan un cerclaje después de las
importancia clínica del cerclaje para prevenir los nacimientos de 23 semanas. Sin embargo, otros médicos recomiendan hacerlo
pretérmino (Rust, 2001; To, 2004). Un estudio con asignación incluso después (Caruso, 2000; Terkildsen, 2003).
al azar multicéntrico de 302 mujeres de alto riesgo con una lon- Cuando se valoran los resultados del cerclaje es necesario
gitud cervical menor de 25 mm publicó que el cerclaje previene comparar a mujeres con cuadros clínicos similares. Por ejemplo,
el nacimiento antes de la viabilidad pero no antes de las 34 sema- en el estudio sobre cerclaje electivo de Owen et al. (2009), cerca
nas (Owen, 2009). Sin embargo, posteriormente Berghella et al. de 33% de las mujeres parió antes de las 35 semanas y hubo
(2011) incluyeron cinco estudios clínicos en un metaanálisis y muy pocas complicaciones con la cirugía. Por el contrario, en
mostraron que el cerclaje para estas mujeres de alto riesgo reduce una revisión a 10 años de 75 mujeres sometidas a cerclajes de
de manera significativa los nacimientos prematuros antes de las urgencia, Chasen y Silverman (1998) publicaron que sólo 50%
24, 28, 32, 35 y 37 semanas. Otro análisis retrospectivo no parió después de las 36 semanas. Es importante señalar que sólo
encontró que el desenlace mejorara para los embarazos gemelares 44% de las que tenían membranas abultadas en el momento del
en mujeres con una longitud cervical ≤25 mm (Stoval, 2013). cerclaje alcanzaron las 28 semanas. Terkildsen et al. (2003)
tuvieron experiencias similares. Caruso et al. (2000) describie-
Factores de riesgo ron cerclajes de urgencia en 23 mujeres entre las 17 y 27 sema-
Si bien la causa precisa de la insuficiencia se desconoce, se han nas con cuello cervical dilatado y membranas abultadas. Se
implicado los traumatismos cervicales previos como dilatación y obtuvieron 11 nacidos vivos y estos investigadores concluyeron
legrado, conización, cauterización o amputación. En un estudio que el éxito es impredecible. La experiencia en el Parkland Hos-
noruego de grupos que comprendió a más de 15 000 mujeres pital es que el cerclaje de rescate tiene un índice elevado de fallas
con conización cervical previa, se observó un riesgo cuatro veces y se les explica esto a las mujeres.
mayor de padecer abortos antes de las 24 semanas (Albrechtsen, Si la indicación clínica para el cerclaje es cuestionable, estas
2008). Pese a que la dilatación y legrado (D&E) previos tuvo mujeres deben disminuir su actividad física y evitar el coito. La
una frecuencia de lesión cervical de 5%, ni ésta ni la dilatación mayoría se somete a exploraciones cervicales cada una o dos
y extracción (D&X) después de las 20 semanas aumentó la pro- semanas para buscar borramiento y dilatación. Por desgracia, es
babilidad de insuficiencia cervical (Chasen, 2005). En otros posible que haya borramiento y dilatación acelerados a pesar de
casos quizá participa una embriología cervical anormal, incluida estas precauciones (Witter, 1984).
la que es secundaria a la exposición uterina al dietilestilbestrol
(DES, diethylstilbestrol) (Hoover, 2011). Esto se describe con Técnicas de cerclaje
mayor detalle en el capítulo 3 (pág. 42). De las dos técnicas vaginales para cerclaje, la mayoría utiliza la
más sencilla diseñada por McDonald (1963) que se muestra en
Valoración y tratamiento la figura 18-5. La técnica más complicada es una modificación
Se lleva a cabo una ecografía para confirmar que el feto vive y del método descrito por Shirodkar (1955) y se muestra en la
carece de anomalías importantes. En las secreciones cervicales se figura 18-6. Cuando cualquiera de estas técnicas se realiza de
busca infección por gonorrea y clamidia. Éstas y otras infeccio- manera profiláctica, las mujeres con antecedente clásico de insu-
nes se tratan. Cuando menos durante una semana después de la ficiencia cervical tienen resultados excelentes (Caspi, 1990;
cirugía la paciente debe evitar el coito. Kuhn, 1977). Como lo subrayan Karl y Katz (2012), es impor-
El tratamiento de la insuficiencia cervical clásica es quirúr- tante colocar los puntos lo más alto posible y en el estroma cer-
gico con cerclaje, que refuerza el cuello uterino débil con una vical denso. La evidencia demuestra que dos suturas de cerclaje
sutura de jareta. Las contraindicaciones del cerclaje incluyen no son más efectivas que una sola (Giraldo-saza, 2013). Para el
hemorragia, contracciones uterinas o rotura de membranas. cerclaje ya sea vaginal o abdominal, no existe suficiente eviden-
Ante la rotura de membranas y la hemorragia o contracciones o cia como para recomendar la profilaxis con antibióticos (Ameri-
ambas, la probabilidad de fracaso es mucho mayor. Por lo tanto, can College of Obstetricians and Gynecologists, 2011f, 2014).
se prefiere realizar el cerclaje antes de que haya dilatación. En Desde luego, el cerclaje de urgencia o de rescate es más difícil
ocasiones esto es imposible y se lleva a cabo un cerclaje de res- de practicar. Si el saco amniótico prolapsado se coloca de nuevo
cate después de detectar dilatación, borramiento, o ambos en el dentro del útero se facilita la sutura (Locatelli, 1999). A veces
cuello uterino. En algunas o incluso muchas de estas mujeres, el esto se simplifica al inclinar la mesa con la cabeza hacia abajo y
cerclaje se utiliza incorrectamente como tratamiento de un tra- llenar la vejiga con 600 ml de solución salina a través de una
bajo de parto de pretérmino con dilatación cervical en lugar de sonda de Foley. Aunque esto ayuda a reducir las membranas pro-
hacerlo por una insuficiencia cervical. lapsadas, también dirige al cuello uterino en dirección cefálica y
El momento en que se realiza la cirugía depende de las cir- lo aleja del campo quirúrgico. Algunos médicos recomiendan
cunstancias clínicas. En las mujeres con insuficiencia cervical colocar una sonda de Foley a través del cuello uterino inflando el
basada en sus resultados obstétricos previos, el cerclaje electivo balón con 30 ml de solución para desviar al saco amniótico en
se lleva a cabo entre las 12 y 14 semanas de la gestación. Cuando dirección cefálica. El globo se desinfla gradualmente conforme se
el diagnóstico se establece en una mujer de alto riesgo por medio aprietan los puntos del cerclaje alrededor de la sonda. En algunas
362 Complicaciones al principio del embarazo
mujeres con membranas abultadas es útil realizar una aspiración En Estados Unidos probablemente las estadísticas del aborto
transabdominal del líquido amniótico. En caso de hacerlo, el no se notifican de forma completa. La razón es que las clínicas no
líquido se debe someter a un cultivo bacteriano. proporcionan constantemente información sobre los abortos
CAPÍTULO 18
Cuando existen defectos anatómicos cervicales graves o inducidos. Por ejemplo, el Instituto Guttmacher (2011) encon-
cuando han fracasado los intentos previos de cerclaje transvagi- tró que se realizaron 1.2 millones de procedimientos anuales
nal, se puede recurrir al cerclaje transabdominal colocando los desde 2005 hasta 2008. Sin embargo, en el año 2010 se notifica-
puntos en el istmo uterino (Cammarano, 1995; Gibb, 1995). ron únicamente 765 650 abortos electivos a los Centers for Disease
Zaveri et al. (2002) revisaron 14 estudios observacionales en los Control and Prevention (Pazol, 2013). El índice de abortos fue de
que el cerclaje transvaginal previo no había logrado evitar el 227 por 1 000 nacidos vivos y la tasa de abortos fue de 15.1 por
parto de pretérmino. El riesgo de muerte perinatal o trabajo 1 000 mujeres de 15 a 44 años de edad. Para el mismo año, 58%
de parto antes de la semana 24 fue ligeramente inferior después de los abortos correspondió a mujeres de 20 a 29 años de edad y
del cerclaje transabdominal frente al riesgo después del cerclaje en ellas el índice de abortos fue mayor. Las afroamericanas tuvie-
transvaginal reiterado (6 frente a 13%, respectivamente). Es ron una proporción de abortos de 477 por 1 000 nacidos vivos,
importante señalar que 3% de las mujeres sometidas a cerclaje las caucásicas tuvieron 140 por 1 000 y las hispanas de 195 por
transabdominal sufrieron complicaciones quirúrgicas graves, 1 000. En el año 2009, 64% de los abortos se realizó antes de la
mientras que en el grupo transvaginal ninguna tuvo problemas. semana 8; 92% antes de la semana 13; 7% entre las semanas 14
Whittle et al. (2009) describieron a 31 mujeres a quienes se a 20 y sólo 1.3% después de 21 semanas. La Organización Mun-
realizó cerclaje cervicoístmico transabdominal por vía laparos- dial de la Salud elabora las estadísticas globales sobre la frecuencia
cópica entre las semanas 10 y 16 de gestación. El procedimiento del aborto. Según su último informe, en el año 2008 se abortó en
se convirtió en laparotomía en 25% y hubo cuatro fracasos por el mundo 1 de cada 5 embarazos (Sedgh, 2012). Tristemente,
corioamnionitis. En general, la supervivencia fetal fue cercana a casi 50% de estos abortos se consideró arriesgado.
80%.
Complicaciones. Las principales complicaciones del cerclaje ■ Clasificación
son rotura de membranas, trabajo de parto pretérmino, hemo- Aborto terapéutico
rragia, infección o una combinación de éstas. Todas son poco
frecuentes con el cerclaje profiláctico. En el estudio multicén- Existen diferentes enfermedades que constituyen indicaciones
trico de Owen et al. (2009), de 138 procedimientos, hubo un para interrumpir el embarazo. Algunos ejemplos son la descom-
caso de rotura de membranas y otro de hemorragia. En el estu- pensación cardiaca persistente, especialmente con hipertensión
dio clínico de MacNaughton et al. (1993) sólo uno de más de pulmonar fija; vasculopatía hipertensiva grave o la diabetes y el
600 procedimientos realizados antes de la semana 19 de la ges- cáncer. En los casos de violación o incesto, la mayoría considera
tación se complicó con rotura de membranas. Thomason et al. razonable la interrupción del embarazo. En la actualidad la indi-
(1982) encontraron que la profilaxis periquirúrgica con antibió- cación más frecuente es prevenir el nacimiento de un feto con
ticos no evitó la mayor parte de las infecciones y los tocolíticos alguna deformidad anatómica, metabólica o mental importante.
no detuvieron la mayoría de los trabajos de parto. Los médicos La gravedad de las deformidades fetales es variable y por lo gene-
del Parkland Hospital consideran que la infección clínica obliga ral desafía una clasificación social, legal o política.
a extraer de inmediato los puntos e inducir o conducir el trabajo Aborto electivo o voluntario
de parto. Asimismo, ante un aborto o parto inminentes, los
puntos se deben retirar de inmediato puesto que las contraccio- La interrupción del embarazo antes de la viabilidad del feto a
nes uterinas pueden lacerar el útero o cuello uterino. petición de la mujer, pero no por razones médicas, se denomina
Algunos médicos consideran que la rotura de membranas aborto electivo o voluntario. No obstante la terminología, en Esta-
durante la colocación de la sutura o en las primeras 48 h después dos Unidos está estigmatizado (Harris, 2012). La mayor parte de
de la cirugía es indicación de retirar el cerclaje por la probabilidad los abortos que se realiza ahora es de tipo electivo y, por lo tanto,
de una infección fetal o materna grave (Kuhn, 1977). Dicho esto, constituye uno de los procedimientos médicos más frecuentes. La
la variedad de conductas diagnóstico-terapéuticas comprende mortalidad ligada al embarazo es 14 veces mayor que la mortali-
observación, retiro del cerclaje y observación, o retiro del cerclaje dad ligada al aborto (8 frente a 0.6 muertes por 100 000) (Ray-
e inducción del trabajo de parto (Barth, 1995; O’Connor, 1999). mond, 2012). En el Instituto Guttmacher, Jones y Kavanaugh
Cuando se detecta borramiento cervical ulterior por medio (2011) calculan que 33% de las mujeres estadounidenses se
de la valoración ecográfica algunos médicos realizan un cerclaje someterá cuando menos a un aborto electivo antes de los 45 años
de refuerzo. En un estudio retrospectivo, los puntos de refuerzo de edad. La mesa directiva del American College of Obstetricians
para el cerclaje no prolongaron el embarazo en forma considera- and Gynecologists (2013d) apoya el derecho legal que tiene la
ble (Woo, 2013). mujer para obtener un aborto antes de la viabilidad fetal y consi-
dera que se trata de un asunto entre la mujer y su médico.
con la viabilidad, el estado puede enfocar su atención hacia el vicios médicos para establecer su posición en cuanto al aborto
potencial de la vida humana y regular y aun prohibir el aborto, inducido. También subraya la necesidad de ofrecer asesora-
excepto para conservar la vida o la salud de la madre. miento sobre asistencia médica tradicional y el momento opor-
Poco después aparecieron otras leyes. En 1976 la enmienda tuno para diferir a la paciente cuando el prestador tiene creen-
SECCIÓN 6
de Hyde prohibió el uso de fondos federales para ofrecer servi- cias que le impiden interrumpir el embarazo. A partir de una
cios de aborto, excepto en caso de violación, incesto o circuns- encuesta por correo de 1 800 ginecoobstetras, 97% se había
tancias que ponen en peligro la vida. La Suprema Corte en 1992 topado con alguna mujer que deseaba un aborto, pero sólo 14%
revisó Planned Parenthood vs. Casey y apoyó el derecho funda- lo realizó (Stulberg, 2011). Aun así, la mayoría de los médicos
mental al aborto, pero estableció que las normas antes de la via- ayuda a la mujer a encontrar a alguien que le realice el aborto
bilidad del producto son constitucionales en tanto que no (Harris, 2011) y cuando menos para los procedimientos del
impongan una “carga excesiva” a la mujer. Posteriormente, varios segundo trimestre, los especialistas en medicina maternofetal
estados aprobaron las leyes que imponen requisitos de asesora- ofrecen algunos servicios (Kerns, 2012). En cualquier caso, es
miento, periodos de espera, consentimiento de los padres o noti- imperativo que cualquier médico que atiende mujeres deba
ficación para menores, requisitos de las instituciones o limitacio- conocer diversas técnicas del aborto para poder hacer frente a las
nes para el financiamiento. Una decisión importante que limitó complicaciones o referir a la paciente para su atención adecuada
las opciones fue la de la Suprema Corte en el 2007, en la cual se (Steinauer, 2005a,b).
revisó el caso de Gonzales vs. Carhart y se aprobó el acta de pro-
hibición, la Partial Birth Abortion Ban Act del 2003. Esto fue
problemático puesto que no existía una definición aprobada por ■ Asesoramiento antes de realizar
los médicos del aborto parcial de acuerdo con el American College el aborto electivo
of Obstetricians and Gynecologists (2011a). Según el Instituto Existen tres opciones básicas que una mujer debe considerar
Guttmacher, 41 estados en ese país establecieron límites nuevos antes de realizar un aborto: 1) continuar el embarazo con los
para el aborto durante los años 2011 y 2012 (Tanner, 2012). riesgos y responsabilidades que conlleva; 2) continuar el emba-
razo y programar una adopción, o 3) interrumpir el embarazo
Capacitación en técnicas de aborto con sus propios riesgos. Un asesor informado y compasivo debe
durante la residencia describir de manera objetiva y ofrecer información sobre estas
Por sus aspectos controversiales inherentes, la capacitación de opciones para que la mujer o la pareja pueda tomar su propia
los residentes en el aborto ha sido tanto defendida como ata- decisión informada (Baker, 2009; Templeton, 2011).
cada. El American College of Obstetricians and Gynecologists
(2009a) apoya el entrenamiento en el aborto y el Accreditation
Council for Graduate Medical Education estableció en 1996 que TÉCNICAS PARA EL ABORTO
la residencia en Ginecología y Obstetricia debe incluir experien-
cia en aborto inducido. En 1999 se estableció el Kenneth J. Ryan En ausencia de una enfermedad importante en la madre, el aborto
Residency Training Program en la Universidad de California en no requiere de hospitalización. Sin embargo, para uno ambulato-
San Francisco para trabajar con los programas de residencia y rio se debe contar con el equipo necesario para una reanimación
mejorar el entrenamiento en aborto en planificación familiar. cardiovascular y para el traslado inmediato a un hospital en caso
Hacia el año 2013 ya habían empezado 59 programas Ryan en de ser necesario.
Estados Unidos y Canadá (Heartwell, 2013). Estos programas Los abortos del primer trimestre pueden ser farmacológicos
ofrecen didáctica muy completa y entrenamiento médico o quirúrgicos y existen varios métodos enumerados en el cuadro
basado en evidencia y autónomo en todos los métodos para 18-7. Los resultados son similares a los de los métodos del
interrumpir el embarazo y métodos anticonceptivos.
Otros programas son menos regulados, pero enseñan a los
residentes los aspectos técnicos durante el entrenamiento en el
aborto incompleto y retenido, así como en interrupción del CUADRO 18-7. Algunas técnicas utilizadas para el aborto
embarazo por muerte fetal, anomalías fetales graves y enferme- del primer trimestrea
dades que ponen en peligro la vida. Freedman et al. (2010) Quirúrgicas
subrayan de manera legítima que algunos de los temas que se Dilatación y legrado
deben tomar en consideración en cuanto al adiestramiento en Aspiración por succión
abortos son aspectos sociales, morales y éticos. Aspiración menstrual
Se han diseñado programas de entrenamiento en aborto y
técnicas anticonceptivas después de la residencia. La especiali- Médicas
dad formal en planificación familiar es un programa de dos años Prostaglandinas E2, F2α, E1 y análogos
que, hacia el 2010, ya se encontraba en 22 departamentos de Inserción vaginal
Inyección parenteral
Ginecología y Obstetricia en diversos centros académicos de
Ingestión oral
Estados Unidos. La capacitación incluye experiencia con inves-
Sublingual
tigación de alto nivel y con todos los métodos para prevenir e
Antiprogesterona, RU486 (mifepristona) y epostano
interrumpir el embarazo. Metotrexato, intramuscular y oral
Combinaciones de los anteriores
Proveedores de abortos
a Todos los procedimientos se facilitan utilizando antes dilatadores cer-
El American College of Obstetricians and Gynecologists (2013d)
respeta la necesidad y responsabilidad de los prestadores de ser- vicales higroscópicos.
Aborto 365
CAPÍTULO 18
Factor Médico Quirúrgico extraen agua del tejido cervical y se expanden hasta dilatar de
Cruento Por lo general no Sí manera gradual el cuello uterino. Una variedad se deriva de dis-
Dolor Mayor Menos tintas especies de algas Laminaria que se cultivan en el fondo del
Hemorragia vaginal Prolongada, Poco abundante, océano (figs. 18-7 y 18-8). Otra es el Dilapan-S, compuesto a
impredecible impredecible base de un gel de acrílico.
Aborto incompleto Más frecuente Poco frecuente Schneider et al. (1991) describieron 21 casos en los que se
Fracasos 2 a 5% 1% colocaron dilatadores higroscópicos y las mujeres cambiaron de
Hemorragia 0.1% 0.1% parecer. De las 17 que decidieron continuar con su embarazo,
abundante hubo 14 partos de término, dos de pretérmino y un aborto dos
Infecciones Escasas Escasas semanas después. Ninguna tuvo morbilidad por infecciones,
Anestesia Por lo general no Sí incluidas tres mujeres sin tratamiento con cultivo cervical posi-
Tiempo Consultas Por lo general una tivo para Chlamydia trachomatis,
múltiples, consulta sin A diferencia de estos dispositivos, existen fármacos utilizados
exploración de exploración de para preparaciones cervicales. El más frecuente es el misoprostol
seguimiento seguimiento que se utiliza fuera de lo indicado y a la paciente se le explica en
forma correspondiente (Tang, 2013). La dosis es de 400 a
600 μg por vía oral, sublingual o colocada en el fondo de saco
vaginal posterior. En un estudio clínico multicéntrico con asig-
aborto espontáneo descritos antes en la página 357 y se mues- nación al azar, Meirik et al. (2012) inscribieron a casi 4 900
tran en el cuadro 18-3. El índice de éxito es elevado (95% con mujeres que se iban a someter a un aborto electivo del primer
las técnicas médicas y 99% con las quirúrgicas). En el cuadro trimestre. La mitad recibió dos tabletas de 200 μg por vía oral
18-8 se muestra una comparación de los métodos médicos y qui- tres horas antes del procedimiento y el otro grupo recibió pla-
rúrgicos. Los inconvenientes del tratamiento médico incluyen cebo. Los beneficios mínimos adscritos al misoprostol fueron
más tiempo; el resultado es impredecible y puede ser de varios una dilatación cervical más fácil y menor índice de complicacio-
días o hasta semanas; la hemorragia es más abundante e impre- nes. Otra sustancia efectiva para reblandecer el cuello uterino es
decible (Ninimaki, 2009; Robson, 2009). Probablemente por el antagonista de la progesterona mifepristona. Se administran
estas razones sólo 10% de los abortos en Estados Unidos se lleva entre 200 y 600 μg por vía oral. Otras opciones son presentacio-
a cabo con métodos farmacológicos (Templeton, 2011). nes de prostaglandinas E2 y F2a, cuyos efectos secundarios son
desagradables y por lo general se reservan como fármacos de
segunda línea (Kapp, 2010).
■ Preparación cervical
Existen varios métodos que reblandecen y dilatan lentamente el
cuello uterino para reducir al mínimo el traumatismo de la dila- ■ Aborto quirúrgico
tación mecánica (Newman, 2014). En una revisión de Cochrane La interrupción quirúrgica del embarazo se realiza por vía trans-
se confirmó que los dilatadores higroscópicos y los medicamen- vaginal a través del cuello uterino dilatado o, en raras ocasiones,
tos para reblandecer el cuello uterino son igual de eficaces para por medio de una laparotomía con histerotomía o histerecto-
A B C
FIGURA 18-7. Inserción del tallo de laminaria antes de la dilatación y legrado. A. La laminaria inmediatamente después de haber sido colocada
con su extremo superior atravesando el orificio interno. B. Algunas horas después la laminaria se ha hinchado y el cuello uterino se ha dilatado y
reblandecido. C. Cuando la laminaria se introduce demasiado puede romper las membranas.
366 Complicaciones al principio del embarazo
CAPÍTULO 18
FIGURA 18-9. Dilatación del cuello uterino con un dilatador de Hegar.
Observe que el cuarto y quinto dedos descansan sobre el perineo y los
glúteos, a un lado de la vagina. Esta maniobra constituye una medida FIGURA 18-10. Se ha introducido una legra con succión a través del
importante de seguridad puesto que el cuello uterino se relaja repenti- cuello uterino en el útero. La figura muestra la rotación utilizada para
namente y los dedos impiden la penetración precipitada y súbita del aspirar el contenido. (Tomada de Word, 2012, con autorización.)
dilatador, que es una causa frecuente de perforación uterina.
Dilatación y evacuación
A partir de las 16 semanas, el tamaño y la estructura fetales obli-
FIGURA 18-11. Una legra cortante se introduce en la cavidad uterina
gan a recurrir a esta técnica. Antes de la destrucción mecánica y mientras se sostiene con el pulgar y el índice como se muestra en la
evacuación de las partes fetales, es necesario dilatar ampliamente figura 18-9. En el movimiento de la legra sólo se debe utilizar la
el cuello uterino, lo que se logra con dilatadores de metal o fuerza de estos dos dedos. (Tomada de Word, 2012, con autorización.)
368 Complicaciones al principio del embarazo
uterino dilatado. Esta medida ayuda a la extracción y reduce al incluso la muerte. En la actualidad sólo existen tres medicamen-
mínimo las lesiones uterinas o cervicales causadas por los instru- tos que se han estudiado ampliamente para el aborto médico.
mentos o los huesos fetales. En el lenguaje político, este proce- Éstos se utilizan solos o combinados y son: 1) el antiprogestá-
dimiento se denomina aborto por nacimiento parcial. geno mifepristona; 2) el antimetabolito metotrexato, y 3) la pros-
SECCIÓN 6
Mifepristona/misoprostol
CAPÍTULO 18
a Mifepristona, 100-600 mg por vía oral, seguida de:
b Misoprostol, 200-600 μg por vía oral o 400-800 μg por vía vaginal, bucal o sublingual inmediatamente o hasta 72 h después
Metotrexato/misoprostol
c Metotrexato, 50 mg/m2 de BSA por vía intramuscular u oral seguido de:
d Misoprostol, 800 μg por vía vaginal en 3 a 7 días. Repetir si es necesario una semana después del metotrexato inicial
Misoprostol solo
e 800 μg por vía vaginal o sublingual. Repetir hasta 3 dosis.
Muchos médicos repiten la dosis de prostaglandina (Dickinson, después de un aborto. Ellos recomiendan valorar la evolución
2014). Por el contrario, si el aborto fue incompleto en la valora- clínica y realizar un examen pélvico bimanual. En otras investi-
ción clínica o ecográfica, se recomienda realizar un legrado por gaciones preliminares, la concentración sérica seriada de β-hCG
succión. Otras complicaciones son hemorragia o infección (Nii- es prometedora (Dayananda, 2013).
nimäki, 2009; von Hertzen, 2010).
Con los regímenes a base de metotrexato, el misoprostol se
administra entre tres y seis días después y las mujeres se citan de ■ Aborto del segundo trimestre
nuevo cuando menos 24 h después del misoprostol. Luego se A lo largo de la historia se han intentado métodos cruentos para
citan siete días después del metotrexato y se realiza un examen el aborto quirúrgico del segundo trimestre como se muestra en
ecográfico. Si el embarazo sigue íntegro, se administra otra dosis el cuadro 18-10 y se describe en la página 367. En los últimos
de misoprostol. A continuación, se citan una semana después en 25 años también han evolucionado métodos médicos que per-
caso de haber actividad cardiaca fetal o cuatro semanas después miten realizar un aborto del segundo trimestre en forma segura
en ausencia de movimientos cardiacos. Cuando no se ha logrado y efectiva. Los riesgos y beneficios del aborto farmacológico y
el aborto para la segunda consulta se realiza por medio de
legrado y succión.
largo de 3 h; posteriormente diuresis durante una hora (sin nistración de 200 mg de mifepristona por vía oral un día antes
oxitocina) del misoprostol redujo el intervalo promedio hasta la expulsión
100 unidades de oxitocina en 500 ml de solución fisiológica a de 10.6 a 8.1 h (Ngoc, 2011).
lo largo de 3 h; posteriormente diuresis durante una hora Los resultados del aborto farmacológico inducido del
(sin oxitocina) segundo trimestre en las mujeres con una cesárea previa al prin-
150 unidades de oxitocina en 500 ml de solución fisiológica a cipio eran desalentadores, pero la evidencia más reciente es
lo largo de 3 h; posteriormente diuresis durante una hora menos pesimista. En dos revisiones sistemáticas, el riesgo de
(sin oxitocina) rotura uterina en estas mujeres fue de 0.3 a 0.4% (Berghella,
200 unidades de oxitocina en 500 ml de solución fisiológica 2009; Goyal, 2009).
a lo largo de 3 h; posteriormente diuresis durante
una hora (sin oxitocina)
250 unidades de oxitocina en 500 ml de solución fisiológica a CONSECUENCIAS DEL ABORTO ELECTIVO
lo largo de 3 h; posteriormente diuresis durante una hora
(sin oxitocina) ■ Mortalidad materna
300 unidades de oxitocina en 500 ml de solución fisiológica a La mayor parte de las estadísticas sobre aborto corresponde a
lo largo de 3 h; posteriormente diuresis durante una hora procedimientos electivos puesto que son más comunes, regula-
(sin oxitocina) dos y notificables. Sin embargo, probablemente se notifican
Modificado de Ramsey, 2000.
menos muertes por abortos de las que en realidad se producen
(Horon, 2005). Con esta información en mente, el aborto legal
inducido realizado por un ginecólogo preparado durante los pri-
meros dos meses del embarazo tiene una mortalidad menor de
quirúrgico del segundo trimestre son similares a los que se 1 por 100 000 procedimientos (Pazol, 2011). En una publica-
muestran en el cuadro 18-8 (Bryant, 2011; Edlow, 2011; Kelly, ción finlandesa que comprendió casi 43 000 abortos realizados
2010; Mentula, 2011). Uno de los principales métodos no antes de los 63 días de la gestación sólo se observó una muerte
cruentos es la administración intravenosa de dosis elevadas de relacionada con el procedimiento (Niinimaki, 2009). Los abor-
oxitocina. Otros son diversos análogos de la prostaglandina que tos del primer trimestre son más seguros y el riesgo relativo de
se administran por vía oral, vaginal o parenteral. Independiente- mortalidad por aborto casi se duplica cada dos semanas después
mente del método, los dilatadores higroscópicos como los que de las ocho semanas de gestación. Los Centers for Disease Control
se muestran en las figuras 18-7 y 18-8 acortan la duración del and Prevention (CDC) identificaron 12 muertes por abortos en
procedimiento (Goldberg, 2005). Estados Unidos en el año 2008 (Pazol, 2012). Como lo subra-
yan Raymond y Grimes (2012), la mortalidad es 14 veces mayor
Oxitocina para los embarazos que persisten.
Si se administra en forma aislada y en dosis elevadas, la oxito-
cina provoca abortos del segundo trimestre en 80 a 90% de los ■ Salud y embarazos futuros
casos. Se administra en solución isotónica. Por consiguiente, al La información sobre los abortos y la salud materna global o
evitar la administración excesiva de soluciones intravenosas embarazos futuros es limitada. En los estudios realizados hasta la
diluidas es raro observar hiponatremia o intoxicación hídrica. fecha no existe evidencia sobre la existencia de trastornos men-
En el cuadro 18-11 se muestra un régimen. tales excesivos (Munk-Olsen, 2011; Steinberg, 2014). La infor-
mación sobre la salud reproductiva ulterior también es escasa,
Prostaglandinas E2 (PGE2) y E1 (PGE1) aunque los índices de infertilidad o embarazo ectópico no
Un método efectivo para inducir un aborto durante el segundo aumentan. Hay excepciones en caso de infecciones, principal-
trimestre es la colocación de un supositorio de 20 mg de prosta- mente por Chlamydia. Otros datos indican que ciertos resulta-
glandina E2 en el fondo de saco posterior. No es más efectivo dos adversos del embarazo son más frecuentes en las mujeres
que las dosis elevadas de oxitocina y provoca más efectos colate- que han tenido un aborto inducido (Maconochie, 2007). De
rales como náusea, vómito, fiebre y diarrea (Owen, 1992). En manera específica, en diversos estudios se advierte una frecuen-
caso de utilizar PGE2 es necesario administrar simultáneamente cia 1.5 veces mayor de parto de pretérmino (22 a 32 semanas)
algún antiemético como metoclopramida, un antipirético como (Hardy, 2013; Moreau, 2005; Swingle, 2009). Los legrados
paracetamol y algún antidiarreico como difenoxilato/atropina múltiples con legra cortante aumentan el riesgo de placenta pre-
para evitar o corregir los síntomas. via ulterior al contrario del método por succión (Johnson,
El misoprostol solo también es un método sencillo y efectivo 2003).
para interrumpir un embarazo del segundo trimestre. En un Al parecer los resultados de los embarazos futuros son simila-
estudio con asignación al azar, se administraron 600 μg de res en el aborto inducido farmacológico o quirúrgico. En una
misoprostol por vía vaginal, seguidos de 400 μg cada cuatro publicación de 30 349 procedimientos del Danish Abortion
horas (Ramsey, 2004). Con este régimen se logró el aborto con Registry, hubo 16 883 mujeres que tuvieron embarazos ulterio-
mayor rapidez que con oxitocina concentrada y con PGE2, res (Virk, 2007). La frecuencia de embarazo ectópico, aborto y
intervalo promedio hasta el aborto de 12 frente a 17 h, respecti- parto de pretérmino fue similar con abortos quirúrgicos o far-
vamente. A las 24 h, 95% de las mujeres que recibió misoprostol macológicos.
Aborto 371
CAPÍTULO 18
aborto del primer trimestre. Lahteenmaki y Luukkainen (1978) American Society for Reproductive Medicine: Definitions of infertility and
detectaron picos de hormona luteinizante (LH) entre 16 y 22 recurrent pregnancy loss. Fertil Steril 90(Suppl 3):S60, 2008
American Society for Reproductive Medicine: Intravenous immunoglobulin
días después de un aborto en 15 de 18 mujeres estudiadas. La and recurrent spontaneous pregnancy loss. Fertil Steril 86(5 Suppl 1):S22b,
concentración plasmática de progesterona, que se ha desplo- 2006
mado de progesterona, se elevó poco después del pico de LH. Andersen AE, Ryan GL: Eating disorders in the obstetric and gynecologic
patient population. Obstet Gynecol 114(6):1353, 2009
Estos cambios hormonales concuerdan con los cambios histoló- Ankumah NA, Tita A, Cantu J, et al: Pregnancy outcome vary by blood pres-
gicos que observaron Boyd y Holmstrom (1972) en las biopsias sure level in women with mild-range chronic hypertension. Abstract No.
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Por lo tanto, es importante instituir algún método anticon- Armstrong BG, McDonald AD, Sloan M: Cigarette, alcohol, and coffee con-
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SECCIÓN 6
CAPÍTULO 19
Embarazo ectópico
Tubárico 95%
SECCIÓN 6
Cervical <1%
Intraligamentario
o abdominal 1%
FIGURA 19-1. Sitios de implantación de 1 800 embarazos ectópicos de un estudio poblacional de 10 años. (Datos de Callen, 2000; Bouyer, 2003.)
tubárico. La salpingitis ístmica nudosa, un trastorno en el que tras que la ampolla es un poco más distensible (fig. 19-2). Sin
existen divertículos recubiertos por epitelio que se extienden embargo, si el óvulo fecundado se implanta en la porción intersti-
hasta una capa muscular hipertrofiada, también confiere un cial, la rotura casi siempre ocurre más tarde. Los embarazos ectó-
riesgo más alto (Schippert, 2012). Las anomalías tubáricas con- picos tubáricos casi siempre estallan de manera espontánea, aun-
génitas, en particular las secundarias a la exposición intrauterina que a veces se rompen después del coito o de un examen bimanual.
a dietilestilbestrol, también pueden producir malformaciones Otra posibilidad es que el embarazo se aborte de la parte distal
tubáricas y tasas más altas de embarazo ectópico (Hoover, 2011). de la trompa de Falopio; la frecuencia de este fenómeno depende
La infertilidad por sí misma y el uso de ART para resolverla del sitio de implantación inicial. El aborto es frecuente en los
tienen una relación sustancial con un riesgo elevado de embarazo embarazos fimbriales y ampollares, mientras que la rotura es el
ectópico (Clayton, 2006). Las implantaciones “atípicas” (cornua- resultado usual de los situados en el istmo. En el aborto tubárico,
les, abdominales, cervicales, ováricas) y el embarazo heterotópico la hemorragia interrumpe la conexión de la placenta y las mem-
son más frecuentes después de procedimientos de ART. El taba- branas con la pared tubárica. Si la separación placentaria es com-
quismo es otro factor relacionado, aunque se desconoce el meca- pleta, es probable que todo el producto se expulse por la fimbria
nismo subyacente (Waylen, 2009). Por último, con cualquier hacia la cavidad peritoneal. En ese momento cesa la hemorragia y
forma de anticoncepción, el número absoluto de embarazos ectó-
picos disminuye porque el embarazo es menos frecuente. Sin
embargo, en las fallas de algunos métodos anticonceptivos, el
número relativo de embarazos ectópicos aumenta. Los ejemplos
incluyen la esterilización tubárica; los dispositivos intrauterinos
(IUD, intrauterine devices) de cobre y liberadores de progesterona
y anticonceptivos que sólo contienen progestina (Furlong, 2002).
CAPÍTULO 19
neal y por lo general se acumula en el fondo de saco rectouterino.
Si la fimbria está ocluida, la trompa de Falopio se distiende de
manera gradual con la sangre y forma un hematosálpinx.
Por último, un número desconocido de embarazos ectópicos
fallan y se reabsorben de manera espontánea. Ahora esto puede
documentarse con más regularidad con el advenimiento de
pruebas sensibles para β-hCG.
Existen diferencias entre el embarazo ectópico “agudo” recién
descrito y el embarazo ectópico “crónico”. Los embarazos ectó-
picos agudos más frecuentes son los que tienen una concentra-
ción alta de β-hCG sérica y crecimiento rápido, lo que conduce
al diagnóstico inmediato. Conllevan un riesgo más alto de
rotura tubárica (Barnhart, 2003c). En el embarazo ectópico cró-
nico, el trofoblasto anormal muere al inicio, por lo que la con- FIGURA 19-3. Este molde decidual fue expulsado por una paciente
centración sérica de β-hCG es negativa o estática baja (Brennan, con un embarazo ectópico tubárico. El molde semeja la forma de la
2000). Por lo general, los embarazos ectópicos crónicos se rom- cavidad endometrial y cada flecha marca la parte de la decidua que
pen más adelante, si acaso, pero a menudo forman una masa recubría los cuernos uterinos.
pélvica compleja, que a menudo es la razón que obliga a una
cirugía diagnóstica (Cole, 1982; Grynberg, 2009; Uğur, 1996).
Incluso después de una hemorragia profusa, es probable que
■ Manifestaciones clínicas sólo haya un descenso ligero de la hemoglobina o el hematócrito.
Por lo tanto, después de una hemorragia aguda, el descenso de la
La atención inmediata de la paciente y la tecnología diagnóstica
hemoglobina o el hematócrito a lo largo de varias horas es un
más precisa casi siempre permiten la identificación antes de la
índice más valioso de la pérdida sanguínea que la cifra inicial.
rotura. En estos casos, los síntomas y signos de embarazo ectó-
Casi en la mitad de las mujeres con embarazo ectópico roto se
pico a menudo son sutiles, incluso inexistentes. La mujer no
documentan grados variables de leucocitosis de hasta 30 000/μl.
sospecha un embarazo tubárico y asume que tiene un embarazo
La decidua es el endometrio con preparación hormonal para
incipiente normal o que cursa con un aborto.
el embarazo y el grado de cambio endometrial en presencia de
Con un diagnóstico posterior, la forma “típica” de presenta-
embarazo ectópico es variable. Por lo tanto, además de la hemo-
ción se caracteriza por la tríada de menstruación retrasada, dolor
rragia, es probable que las mujeres con embarazo tubárico ectó-
y hemorragia o manchado vaginal. Por lo general, cuando la
pico expulsen un molde decidual, que es el endometrio despren-
trompa se rompe existe dolor abdominal inferior intenso y dolor
dido completo que adquiere la forma de la cavidad endometrial
pélvico que a menudo se describe como agudo, penetrante o
(fig. 19-3). Es importante señalar que el desprendimiento de la
desgarrador. Hay hipersensibilidad a la palpación abdominal.
decidua también puede ocurrir con un aborto uterino. Por lo
La exploración pélvica bimanual, en particular el movimiento
tanto, debe hacerse un examen cuidadoso del tejido, visual e his-
cervical, produce dolor intolerable. Quizá el fondo de saco vagi-
tológico, para buscar evidencia del producto de la concepción. Si
nal posterior esté abultado por la sangre en el fondo de saco
no se identifica con claridad un saco gestacional y no se encuen-
rectouterino, o que se perciba una masa sensible y cenagosa a un
tran vellosidades en examen histológico dentro del molde, toda-
lado del útero. Aunque al principio es mínima, más tarde la
vía debe considerarse la posibilidad de un embarazo ectópico.
masa ectópica puede empujar al útero a un lado. También es
posible que el útero crezca un poco por la estimulación hormo-
nal. Casi la mitad de las mujeres que tienen hemoperitoneo con- ■ Diagnóstico por modalidades múltiples
siderable tienen síntomas de irritación diafragmática, con dolor El diagnóstico diferencial del dolor abdominal coexistente con
en el cuello o el hombro, sobre todo durante la inspiración. embarazo es extenso. El dolor puede deberse a trastornos uteri-
Entre el 60 y 80% de las mujeres con embarazo tubárico nos como aborto espontáneo, infección, degeneración o creci-
informa cierto grado de manchado o hemorragia vaginal. Aun- miento de leiomiomas, embarazo molar o dolor en el ligamento
que la hemorragia vaginal profusa sugiere un aborto incompleto, redondo. La enfermedad de los anexos incluye embarazo ectó-
a veces también se observa en los embarazos tubáricos. Además, pico; hemorragia, rotura o torsión de tumoraciones ováricas;
este tipo de embarazos puede producir una hemorragia intraab- salpingitis, o absceso tuboovárico. Por último, las causas no
dominal significativa. Las respuestas a la hemorragia moderada ginecológicas de dolor abdominal inferior en el embarazo inicial
incluyen ausencia de cambio en los signos vitales, un ligero incluyen apendicitis, cistitis, cálculo renal y gastroenteritis.
aumento en la presión sanguínea o una respuesta vasovagal con Se han propuesto varios algoritmos para identificar el emba-
bradicardia e hipotensión. Birkhahn et al. (2003) observaron que razo ectópico. La mayoría incluye estos componentes clave: sig-
de 25 mujeres con embarazo ectópico roto, la mayoría tenía una nos físicos, ecografía transvaginal (TVS, transvaginal sonogra-
frecuencia cardiaca <100 latidos por minuto y presión sanguínea phy), cuantificación de β-hCG sérica, tanto el valor inicial como
sistólica >100 mmHg al momento de la atención inicial. La pre- el patrón subsiguiente de aumento o descenso, laparoscopia y a
sión sanguínea cae y el pulso se eleva sólo si la hemorragia conti- veces, laparotomía (fig. 19-4). El algoritmo se aplica sólo a las
núa y la hipovolemia se vuelve significativa. Se desarrollan los mujeres con estabilidad hemodinámica, aquéllas con sospecha
trastornos vasomotores, que van desde vértigo hasta síncope. de rotura deben someterse pronto a tratamiento quirúrgico. En
380 Complicaciones al principio del embarazo
Valoración clínica
Estabilidad Inestabilidad
hemodinámica hemodinámica
D&Cb
β-hCGsérica en 48 h
Vellosidades Vellosidades
coriónicas ausentes coriónicas presentes Aumento Descenso Aumento o descenso
normal esperado anormales
Tratar embarazo
ectópico
TVS cuando la β-hCG es β-hCG D&Cb
> zona de discriminación en serie o D&C
FIGURA 19-4. Un algoritmo sugerido para valorar a una paciente con sospecha de embarazo ectópico. a Tratamiento expectante, la D&C o regí-
menes médicos son opciones adecuadas. b La medición periódica de la β-hCG sérica puede ser apropiada si los datos clínicos hacen sospechar un
embarazo uterino normal o un aborto completo. β-hCG, gonadotropina coriónica humana β; D&G, dilatación y legrado; IUP, embarazo intraute-
rino; TVS, ecografía transvaginal. (Modificada a partir de Gala, 2012.)
Embarazo ectópico 381
caso de sospecha de embarazo ectópico no roto, todas las estra- minación, a menudo es imposible discernir la localización del
tegias diagnósticas implican intercambios. Las estrategias que embarazo con la TVS por razones técnicas. Con estos PUL, las
maximizan la detección del embarazo ectópico pueden conducir mediciones periódicas de β-hCG se realizan para identificar
CAPÍTULO 19
a la terminación de un embarazo normal. Por el contrario, las patrones que indican un embarazo uterino en crecimiento o
que reducen la probabilidad de interrumpir un embarazo nor- fallido. Las cifras que aumentan o quedan fuera de estos pará-
mal, retrasan el diagnóstico del embarazo ectópico. Hay que metros esperados aumentan la preocupación de un embarazo
discutir los deseos que tenga la paciente sobre el embarazo, y ectópico. Por tanto, las mujeres bien seleccionadas con un posi-
esto influye en estos intercambios. ble embarazo ectópico, pero cuya cifra inicial de β-hCG es
menor al umbral de discriminación, se valoran dos días más
Gonadotropina coriónica humana β tarde. Primero, con los embarazos uterinos normales iniciales en
La confirmación rápida y exacta del embarazo es esencial para evolución, Kadar y Romero (1987) informaron que el tiempo
identificar un embarazo ectópico. Las actuales pruebas de emba- medio para la duplicación de la β-hCG era cercano a 48 h. El
razo séricas y urinarias que utilizan enzimoinmunoanálisis de valor normal más bajo para este incremento fue de 66%. Barn-
adsorción (ELISA) para β-hCG son sensibles a concentraciones hart et al. (2004) informaron un aumento mínimo de 53% en
de 10 a 20 mIU/ml y son positivas en >99% de los embarazos 48 h, con un ascenso mínimo de 24% en 24 h. Seeber et al.
ectópicos (Kalinski, 2002). Hay reportes poco frecuentes de (2006) usaron un incremento aún más conservador de 35% en
casos de embarazo ectópico crónico, descritos antes, con resul- 48 h. Es importante señalar que Silva et al. (2006) advirtieron
tado negativo para β-hCG sérica. que un tercio de las mujeres con embarazo ectópico tienen un
En caso de hemorragia o dolor y una prueba positiva de emba- incremento de 53% a las 48 h. Además informaron que no hay
razo, casi siempre se practica una TVS inicial para identificar el un patrón individual que caracterice a los embarazos ectópicos y
sitio del embarazo. Si se identifican un saco vitelino, embrión o que casi la mitad de éstos tienen cifras descendentes de β-hCG,
feto dentro del útero o anexos, puede hacerse el diagnóstico. Sin pero la otra mitad tiene valores ascendentes.
embargo, en muchos casos la TVS no resulta diagnóstica y per- Con un embarazo intrauterino en deterioro también puede
siste la posibilidad de embarazo tubárico. En estos casos en los anticiparse un patrón específico de descenso en la concentración
que no se identifica un embarazo intrauterino ni uno extraute- de β-hCG. A menudo se usa un ritmo de descenso entre 21 y
rino, se emplea el término embarazo de localización desconocida 35%. Como se observa en el cuadro 19-1, el descenso porcen-
(PUL, pregnancy of unknown location) hasta que la información tual es mayor si la cifra inicial de β-hCG es más alta.
adicional permita determinar la localización del embarazo. En los embarazos sin estos aumentos o descensos anticipados
en la concentración de β-hCG, la diferenciación entre un emba-
Cifras superiores a la zona de discriminación. Varios inves- razo intrauterino no vivo y uno ectópico puede facilitarse con la
tigadores han descrito concentraciones de β-hCG discriminato- medición repetida de la β-hCG (Zee, 2013). Además, una
rias por arriba de las cuales la falta de visualización de un emba- opción es el legrado uterino. Barnhart et al. (2003b) publicaron
razo intrauterino (IUP, intrauterine pregnancy) indica que el que la biopsia endometrial es menos sensible que el legrado.
embarazo no está vivo o es ectópico. Barnhart et al. (1994) Antes de este procedimiento, a veces está indicado un segundo
informaron que un útero vacío con una concentración de examen por TVS, que puede aportar datos informativos nuevos.
β-hCG sérica ≥1 500 mIU/ml conlleva una exactitud del 100%
para descartar un embarazo uterino vivo. Algunas instituciones Progesterona sérica
establecen su valor umbral en ≥2 000 mIU/ml. Además, Con- Una sola medición de la progesterona sérica puede aclarar el
nolly et al. (2013) publicaron evidencia que indicaba de un diagnóstico en unos cuantos casos (Stovall, 1989, 1992b). Un
límite aún más alto. Notaron que con embarazos uterinos vivos, valor mayor de 25 ng/ml descarta el embarazo ectópico con sen-
en 99% de los casos se identifica un saco gestacional con un
umbral de 3 510 mIU/ml.
Si la concentración inicial de β-hCG es mayor del nivel
umbral establecido y no hay evidencia de embarazo uterino en CUADRO 19-1. Descenso porcentual mínimo esperado
la TVS, en la mayoría de los casos el diagnóstico diferencial se en la concentración inicial de β-hCG sérica hasta
estrecha a embarazo uterino fallido, aborto completo y emba- los valores medidos después para embarazos no vivos
razo ectópico. También persiste la posibilidad de embarazo múl- Para Para Para
tiple inicial. Si en una paciente estable existe sospecha de que un β-hCG inicial el día 2: el día 4: el día 7:
PUL pudiera ser un embarazo normal, es prudente continuar el (mIU/ml) (% descenso) (% descenso) (% descenso)
tratamiento expectante con medición periódica de β-hCG para 50 12 26 34
no dañar un embarazo normal inicial. Si los antecedentes de la
100 16 35 47
paciente o el tejido uterino expulsado sugieren un aborto com-
300 22 45 62
pleto, las cifras en serie de β-hCG caerán con rapidez. De lo
contrario, un legrado distinguirá entre un embarazo ectópico y 500 24 50 68
uno uterino no vivo. Algunos no recomiendan el legrado diag- 1 000 28 55 74
nóstico porque implica un tratamiento quirúrgico innecesario 2 000 31 60 79
(Barnhart, 2002). Esto se contrarresta por la preocupación de la 3 000 33 63 81
toxicidad del metotrexato, si se administra de manera errónea a 4 000 34 64 83
mujeres con supuesto embarazo ectópico. 5 000 35 66 84
Concentraciones inferiores a la zona de discriminación. Si
la concentración inicial de β-hCG es inferior al valor de discri- Datos de Barnhart, 2004; Chung, 2006.
382 Complicaciones al principio del embarazo
Cuello uterino
Fondo
C
19-5). Si se observa un seudosaco, el riesgo de embarazo ectó- clínica valiosa. Lo más frecuente es que esto se realice mediante
pico aumenta (Hill, 1990; Nyberg, 1987). Segundo, un quiste ecografía, aunque la valoración también puede hacerse por cul-
decidual se identifica como un área anecoica dentro del endo- docentesis. En la ecografía, el hemoperitoneo se observa como
CAPÍTULO 19
metrio, pero lejos del conducto y a menudo en el borde entre el líquido anecoico o hipoecoico. Al principio, la sangre se acu-
endometrio y el miometrio. Ackerman et al. (1993b) sugirieron mula en el fondo de saco retrouterino, en un nivel más bajo; más
que este dato representa la degradación decidual inicial y pre- tarde rodea también el útero conforme llena la pelvis (fig. 19-7).
cede a la formación del molde decidual. Con la TVS es posible observar un volumen de sólo 50 ml en el
Estos dos datos contrastan con el signo intradecidual que se fondo de saco y la ecografía transabdominal permite valorar la
observa en presencia de un embarazo intrauterino. Se trata de magnitud del hemoperitoneo. Por ejemplo, en caso de hemorra-
un saco gestacional incipiente y su localización es excéntrica gia intraabdominal significativa, la sangre sube por las correderas
dentro de una de las franjas endometriales (Dashefsky, 1988). El pericólicas hasta llenar el saco de Morison, cerca del hígado. Casi
American College of Obstetricians and Gynecologists (2011) reco- nunca se observa líquido libre en este saco hasta que el volumen
mienda cautela para el diagnóstico de un embarazo uterino en de sangre acumulada es de 400 a 700 ml (Branney, 1995; Rod-
ausencia de un saco vitelino definitivo o un embrión. gerson, 2001; Rose, 2004). Desde el punto de vista diagnóstico,
el líquido peritoneal junto con la presencia de una masa en los
Datos en los anexos. El diagnóstico ecográfico del embarazo
anexos tiene un alto valor predictivo de embarazo ectópico
ectópico depende de la visualización de una masa en los anexos
(Nyberg, 1991). Sin embargo, es importante señalar que hay
separada del ovario (fig. 19-6). Si se visualizan las trompas de
una pequeña cantidad fisiológica normal de líquido peritoneal.
Falopio y los ovarios, y se identifica un saco vitelino, embrión o
La culdocentesis es una técnica sencilla que antes se usaba a
feto extrauterino, es clara la confirmación del embarazo ectó-
menudo para identificar el hemoperitoneo. Se tira del cuello
pico. En otros casos se observa un halo hiperecoico o un anillo
uterino hacia fuera y arriba, hacia la sínfisis del pubis, con una
tubárico alrededor de un saco anecoico. Otra posibilidad es
tenacilla; se introduce una aguja calibre 18 a través del fondo de
encontrar una masa compleja no homogénea en el anexo, casi
saco posterior de la vagina hasta el fondo de saco retrouterino.
siempre causada por la hemorragia dentro del saco ectópico o
Si existe líquido, puede aspirarse. Sin embargo, la ausencia de
por un embarazo ectópico que se rompió hacia la trompa. En
líquido sólo se interpreta como una entrada no satisfactoria al
general, cerca del 60% de los embarazos ectópicos se observan
fondo de saco y no descarta el embarazo ectópico. El líquido
como una masa no homogénea adyacente al ovario; el 20% como
que contiene fragmentos de coágulos antiguos o líquido sangui-
un anillo hiperecoico y 13% tiene un saco gestacional evidente
nolento que no coagula es compatible con el diagnóstico de
con un polo fetal (Condous, 2005). Es importante señalar que
hemoperitoneo. En contraste, si la muestra de sangre se coagula,
no todas las masas en los anexos representan un embarazo ectó-
es posible que se obtuviera de un vaso sanguíneo adyacente o de
pico, y es necesario integrar los datos ecográficos con otra infor-
un embarazo ectópico con hemorragia abundante. Varios estu-
mación clínica.
dios han cuestionado la utilidad de la culdocentesis y ya casi se
El flujo sanguíneo placentario en la periferia de la masa com-
sustituyó por la TVS (Glezerman, 1992; Vermesh, 1990).
pleja en los anexos, el anillo de fuego, puede observarse en las
imágenes Doppler transvaginales a color. Aunque esto ayuda al Laparoscopia
diagnóstico, este dato también puede observarse en el cuerpo
amarillo de un embarazo y la diferenciación puede ser difícil. La visualización directa de las trompas de Falopio y la pelvis
mediante laparoscopia permite un diagnóstico confiable en la
Hemoperitoneo. En las mujeres con sospecha de embarazo mayoría de los casos de embarazo ectópico. También es fácil
ectópico, la valoración del hemoperitoneo aporta información cambiar a una operación abierta, que se describe más adelante.
Útero
Cuello
uterino
A B
FIGURA 19-7. Técnicas para identificar el hemoperitoneo. A. Ecografía transvaginal de una acumulación anecoica de líquido (flecha) en el fondo
de saco retrouterino. B. Colpocentesis: con una aguja espinal calibre 16 a 18 adaptada a una jeringa, se ingresa al fondo de saco a través del
fondo de saco vaginal posterior mientras se ejerce tracción ascendente al cuello uterino con una tenacilla.
384 Complicaciones al principio del embarazo
incluye el antimetabolito metotrexato. Las opciones quirúrgicas lico y penicilinas (Stika, 2012). Por último, las formulaciones de
principales son la salpingostomía y la salpingectomía. vitaminas que contienen ácido fólico reducen la eficacia del
metotrexato.
Por su facilidad y eficacia, la administración intramuscular
de metotrexato es la vía más frecuente para la resolución del
■ Tratamiento médico embarazo ectópico; existen protocolos con dosis única y dosis
múltiples de metotrexato (cuadro 19-2). Como se indicó, el
Alternativas posológicas metotrexato puede causar depresión de la médula ósea. Este
El metotrexato es un antagonista del ácido fólico. Se une con efecto tóxico se amortigua con la administración inmediata de
firmeza con la dihidrofolato reductasa, lo que bloquea la reduc- ácido folínico, el cual tiene actividad equivalente al ácido fólico.
ción del dihidrofolato en tetrahidrofolato, que es la forma activa El ácido folínico, que se administra en el protocolo de dosis
del ácido fólico. Esto detiene la síntesis de purinas y pirimidinas múltiples, permite cierta síntesis de purinas y pirimidinas para
nuevas, lo que pausa la síntesis de DNA, RNA y proteína. Por lo amortiguar los efectos colaterales.
tanto, el metotrexato es muy efectivo contra el tejido de prolife- Al comparar estos dos protocolos, se identifican varios inter-
ración rápida, como el trofoblasto; con este fármaco se alcanzan cambios. Por ejemplo, el tratamiento con dosis única es sencillo,
tasas de resolución del embarazo cercanas al 90%. Sin embargo, menos costoso, requiere vigilancia menos intensiva después del
también daña la médula ósea, la mucosa gastrointestinal y el tratamiento y no requiere de rescate con ácido folínico. Sin
epitelio respiratorio. Tiene efecto tóxico en los hepatocitos y se embargo, algunos estudios informan una tasa más alta de éxito
excreta por vía renal. Un dato importante es que el metotrexato con el régimen de dosis múltiples (Alleyassin, 2006; Barnhart,
es un teratógeno potente y la embriopatía por metotrexato es 2003a; Lipscomb, 2005). En la institución donde ejercen los
notable por alteraciones craneofaciales y esqueléticas, además de autores se usa una dosis única de metotrexato.
restricción del crecimiento fetal (pág. 248) (Nurmohamed, Se propuso un tercer protocolo híbrido de “dos dosis” en un
2011). Además, el metotrexato se excreta en la leche materna y esfuerzo por balancear la eficacia y conveniencia de los dos pro-
puede acumularse en los tejidos neonatales, lo que interfiere con tocolos más usuales (Barnhart, 2007). El régimen implica la
el metabolismo celular neonatal (American Academy of Pedia- administración de 50 mg/m2 de metotrexato los días 0 y 4 sin
trics, 2001; Briggs, 2011). Con base en todos estos datos, el rescate con ácido folínico. Los datos sobre su eficacia compara-
cuadro 19-2 presenta una lista de contraindicaciones y las prue- tiva con los dos regímenes corrientes son limitados, pero un
bas de laboratorio previas al tratamiento. El metotrexato se une estudio mostró que el régimen con dosis única es tan efectivo
sobre todo con albúmina, y su desplazamiento de ésta por otros como el de dos dosis (Gungorduk, 2011).
Administración Una dosis, repetir si es necesario Hasta cuatro dosis de ambos fármacos hasta que
la β-hCG sérica disminuya en 15%
Indicación para dosis adicional Si la concentración de β-hCG sérica no Si la β-hCG sérica disminuye <15%, administrar
disminuye en 15% los días 4 al 7 una dosis más; repetir la β-hCG en 48 h y
Descenso <15% durante la vigilancia semanal comparar con el valor previo; máximo cuatro
dosis
BSA, área de superficie corporal; β-hCG, gonadotropina coriónica humana β; MTX, metotrexato; NA, no aplicable.
Tomado de American College of Obstetricians and Gynecologists, 2012; Practice Committee of American Society for Reproductive Medicine, 2013.
Embarazo ectópico 385
Selección de pacientes lineal, la cifra de β-hCG desciende con rapidez durante algunos
La paciente más adecuada para el tratamiento médico es la que se días y luego de manera más gradual, con un tiempo medio de
encuentra asintomática, motivada y sigue bien el régimen tera- resolución cercano a 20 días. En contraste, después de una sola
dosis de metotrexato, la concentración sérica media de β-hCG
CAPÍTULO 19
péutico. Con el tratamiento médico, algunos factores predictivos
típicos de éxito incluyen una concentración baja inicial de aumenta durante los primeros cuatro días, luego disminuye de
β-hCG, embarazo ectópico incipiente y ausencia de actividad manera gradual, con un tiempo medio de resolución de 27 días.
cardiaca fetal. De éstos, la concentración inicial de β-hCG baja es Lipscomb et al. (1998) usaron una dosis única de metotrexato en
el mejor indicador pronóstico de tratamiento exitoso con una sola el tratamiento exitoso de 287 mujeres e informaron que el tiempo
dosis de metotrexato. En particular, las tasas de falla publicadas promedio hasta la resolución, definida como una concentración
son de 1.5% si la cifra inicial de β-hCG sérica es <1 000 mIU/ml; sérica de β-hCG <15 mIU/ml, fue de 34 días. Un dato importante
de 5.6% con 1 000 a 2 000 mIU/ml; de 3.8% con 2 000 a 5 000 es que el tiempo de resolución más prolongado fue de 109 días.
mIU/ml, y de 14.3% cuando es de 5 000 a 10 000 mIU/ml Como se muestra en el cuadro 19-2, la vigilancia del trata-
(Menon, 2007). Es interesante que el valor inicial de β-hCG miento con dosis única requiere mediciones de β-hCG sérica los
sérica no es un indicador válido del número de dosis necesarias días 4 y 7 después de la inyección el día 1. Si la concentración
para la resolución exitosa (Nowak-Markwitz, 2009). no cae más del 15% entre los días 4 y 7, se requiere la segunda
Muchos estudios anteriores también usaron el “tamaño dosis de metotrexato. Esto es necesario en 15 a 20% de las muje-
grande” como criterio de exclusión, aunque estos datos son menos res tratadas con un régimen de dosis única. Con el esquema de
precisos. Lipscomb et al. (1998) publicaron una tasa de éxito del múltiples dosis de metotrexato, la concentración se mide a
93% con una sola dosis de metotrexato cuando la masa ectópica intervalos de 48 h hasta que cae más del 15%. Una vez que se
era <3.5 cm. Esto se compararó con tasas de 87 a 90% con una alcanzan los niveles descendentes adecuados con cualesquiera de
masa >3.5 cm. Por último, la mayoría de los estudios informó los regímenes, la medición de β-hCG sérica se repite cada
tasas de fracaso más altas si hay actividad cardiaca. Lipscomb et al. semana hasta que sea indetectable. Es preferible la vigilancia
(1998) informaron una tasa de éxito del 87% en tales casos. ambulatoria, pero si existen dudas sobre la seguridad o la obser-
vancia, la paciente se hospitaliza. Se considera que hay falla tera-
Efectos secundarios del tratamiento péutica cuando la concentración de β-hCG se estabiliza o
Estos regímenes se relacionan con cambios de laboratorio y sín- aumenta, o cuando existe rotura tubárica. Es importante señalar
tomas mínimos, aunque en ocasiones la toxicidad puede ser que la rotura tubárica puede ocurrir en presencia de concentra-
grave. Kooi y Kock (1992) revisaron 16 estudios y publicaron ciones descendentes de β-hCG.
que los efectos farmacológicos secundarios se resolvieron tres o
cuatro días después de suspender el metotrexato. Los más fre-
cuentes fueron compromiso hepático (12%), estomatitis (6%) y ■ Tratamiento quirúrgico
gastroenteritis (1%). Una mujer experimentó depresión de la La laparoscopia es el tratamiento quirúrgico de elección para el
médula ósea. Respecto a los efectos de largo plazo, Oriol et al. embarazo ectópico, a menos que haya inestabilidad hemodiná-
(2008) usaron pruebas de hormona inhibidora del conducto de mica. Sólo se han hecho unos cuantos estudios prospectivos que
Müller y concluyeron que la reserva ovárica no se afectó con el comparan la laparotomía con la cirugía laparoscópica. Hajenius
tratamiento con dosis única de metotrexato. et al. (2007) realizaron una revisión de la Cochrane Database y
Un dato importante es que 65 a 75% de las mujeres que reci- encontraron que las tasas subsiguientes de embarazo uterino y
bieron metotrexato como medida inicial tendrán dolor creciente permeabilidad tubárica en las pacientes tratadas con salpingos-
a partir de varios días después del tratamiento. Este dolor por tomía eran comparables con cualquier vía de entrada abdomi-
separación casi siempre es leve y se alivia con analgésicos. En una nal. Los embarazos ectópicos subsiguientes fueron menos fre-
serie de 258 mujeres tratadas con metotrexato por Lipscomb et al. cuentes en las mujeres tratadas por laparoscopia, aunque la
(1999b), el 20% tuvo dolor lo bastante intenso para ameritar diferencia no alcanzó significancia estadística. Conforme se acu-
valoración en la clínica o la sala de urgencias. Al final, 10 de estas mula la experiencia, los casos tratados antes por laparotomía,
53 mujeres se sometió a exploración quirúrgica. En otras palabras, como los embarazos tubáricos rotos o embarazos intersticiales,
el 20% de las mujeres que reciben una sola dosis de metotrexato ahora pueden ser tratados de manera segura por laparoscopia
tienen dolor significativo y el 20% de estas ameritan laparoscopia. por los médicos con la experiencia adecuada. Antes de la cirugía
En general, la tasa de falla es similar con el tratamiento médico deben discutirse los deseos de la paciente de conservar la fertili-
o quirúrgico. En tres estudios con asignación al azar, 5 a 14% de las dad. En las que desean la esterilización permanente, la trompa
mujeres tratadas al principio con metotrexato al final ameritaron no afectada puede ligarse al mismo tiempo que se realiza la sal-
cirugía, mientras que 4 a 20% de las que se sometieron a resección pingectomía de la trompa de Falopio afectada.
laparoscópica al final recibieron metotrexato por persistencia de La cirugía tubárica se considera conservadora cuando se salva
trofoblasto (Fernández, 1998; Hajenius, 1997, 2007; Saraj, 1998). la trompa de Falopio, como en la salpingostomía. La cirugía
La rotura del embarazo ectópico persistente es la peor forma de falla radical se define por la salpingectomía. Algunos han demos-
del tratamiento primario y ocurre en 5 a 10% de las mujeres que trado que la cirugía conservadora aumenta la tasa de embarazo
reciben tratamiento médico. Lipscomb et al. (1998) describieron tubárico subsiguiente, pero se acompaña de tasas más altas de
un tiempo medio de 14 días hasta la rotura, pero una mujer tuvo trofoblasto funcional persistente (Bangsgaard, 2003; de Benne-
rotura tubárica 32 días después de una sola dosis de metotrexato. tot, 2012). Sin embargo, es posible que esto no sea así. En un
estudio con asignación al azar controlado, Fernández et al.
Vigilancia de la eficacia terapéutica (2013) valoraron las tasas a dos años de embarazo intrauterino
La concentración sérica de β-hCG se usa para vigilar la respuesta después de salpingostomía o salpingectomía. Aunque la tasa de
al tratamiento médico y quirúrgico. Después de la salpingostomía embarazo después de la salpingectomía fue del 64%, comparada
386 Complicaciones al principio del embarazo
SECCIÓN 6
A B
FIGURA 19-8. Salpingostomía lineal para embarazo ectópico. A. Se realiza una incisión lineal en el borde antimesentérico de la trompa para
extraer un embarazo tubárico incipiente. B. Los productos de la concepción pueden irrigarse de la trompa con una sonda de irrigación. Como
alternativa, los productos pueden retirarse con pinzas para sujeción. Después de examinar la trompa, se aplica coagulación electroquirúrgica a los
sitios hemorrágicos. La incisión no se sutura. (Tomada con autorización a partir de Thompson, 2012.)
con 71% luego de la salpingostomía, estas diferencias no alcan- embarazo ectópico y su suministro vascular subyacente dentro
zaron significancia estadística. del mesosalpinge. Se colocan dos asas de sutura consecutivas y el
segmento de la trompa distal a estas ligaduras se corta con tijera.
Salpingostomía La mayoría de los embarazos ectópicos tubáricos son peque-
Este procedimiento casi siempre se usa para extirpar un emba- ños y flexibles. Por consiguiente, es posible tomarlos firmemente
razo incipiente no roto, por lo general <2 cm de largo y situado con pinzas de sujeción y atraerlas hacia una de las cánulas de los
en el tercio distal de la trompa de Falopio (fig. 19-8). Natale et sitios accesorios. Los embarazos tubáricos más grandes pueden
al. (2003) informaron que la concentración sérica de β-hCG colocarse en un saco endoscópico para prevenir su fragmenta-
> 6 000 mIU/ml se relaciona con un riesgo más alto de implan- ción mientras se extraen a través del sitio del puerto laparoscó-
tación en la capa muscular y por tanto, con más daño tubárico. pico. Es importante retirar todo el tejido trofoblástico; la pelvis
Con la cirugía, se hace una incisión de 10 a 15 mm en el y el abdomen deben irrigarse y succionarse para eliminar toda la
borde antimesentérico sobre el embarazo. El producto casi siem- sangre y residuos tisulares. El movimiento lento y sistemático de
pre sale por la incisión. Éste puede retirarse con cuidado o la paciente de la posición de Trendelenburg a la de Trendelen-
barrerse con irrigación a alta presión, que elimina de manera burg inversa durante la irrigación también ayuda a desalojar
más completa el tejido trofoblástico (Al-Sunaidi, 2007). Los tejido y líquido sueltos, que deben succionarse y eliminarse de la
pequeños sitios hemorrágicos se controlan con electrocoagula- cavidad peritoneal.
ción puntual y la incisión se deja sin sutura para que cicatrice
por segunda intención. Trofoblasto persistente
Ahora, la salpingotomía se practica pocas veces. En esencia es el La eliminación incompleta puede dar lugar al tejido trofoblás-
mismo procedimiento que la salpingostomía, salvo que la incisión tico persistente. Esto complica 5 a 20% de las salpingostomías y
se cierra con sutura de absorción tardía. Según Tulandi y Gural- puede identificarse por las concentraciones estables o ascenden-
nick (1991), no hay diferencia en el pronóstico con y sin sutura. tes de β-hCG. Por lo general, la concentración de β-hCG cae
con rapidez y para el día 12 llega a cerca del 10% del valor
Salpingectomía preoperatorio (Hajenius, 1995; Vermesh, 1988). Además, si el
La resección tubárica puede usarse en los embarazos ectópicos valor de β-hCG sérica un día después de la operación es <50%
rotos e intactos. A fin de minimizar el raro fenómeno de recu- del valor preoperatorio, el trofoblasto persistente rara vez es un
rrencia del embarazo en el muñón tubárico, se recomienda la problema (Spandorfer, 1997). Según Seifer (1997), los factores
escisión completa de la trompa de Falopio. Con una técnica lapa- que aumentan el riesgo de trofoblasto persistente incluyen:
roscópica, la trompa de Falopio afectada se eleva y sujeta con una embarazos <2 cm, embarazo inicial <42 días menstruales, con-
pinza no traumática (Thompson, 2012). Algunos de varios dis- centración sérica de β-hCG >3 000 mIU/ml o implantación
positivos para sujeción bipolares adecuados se colocan a través de medial al sitio de la salpingostomía. Cuando la cifra de β-hCG
la trompa de Falopio en la unión uterotubaria. Una vez disecada, es estable o ascendente, es necesario un tratamiento médico o
la trompa se corta. El dispositivo bipolar avanza a través de la quirúrgico adicional. En la actualidad, el tratamiento corriente
parte más proximal del mesosalpinge. Se aplica de nuevo la para esta situación es una dosis única de metotrexato, 50 mg/m2
corriente y el tejido disecado se corta. Este proceso avanza en de superficie corporal (BSA, body surface area). Para evitar la
serie del mesosalpinge proximal a la parte distal bajo la ampolla persistencia de tejido trofoblástico, algunos sugieren la adminis-
tubárica. Una alternativa es usar un asa endoscópica para rodear tración posoperatoria de metotrexato “profiláctico” con una
y ligar el abultamiento de la trompa de Falopio que contiene el dosis de 1 mg/m2 BSA (Akira, 2008; Graczykowski, 1997).
Embarazo ectópico 387
■ Tratamiento médico comparado ciones séricas de β-hCG <5 000 mIU/ml tienen resultados simi-
con tratamiento quirúrgico lares con el tratamiento médico y el quirúrgico. A pesar de las
menores tasas de éxito con el tratamiento médico entre las muje-
Varios estudios con asignación al azar han comparado el uso de
CAPÍTULO 19
res con mayor tamaño tubárico, concentraciones más altas de
metotrexato con la cirugía laparoscópica. Un estudio multicén-
β-hCG y actividad cardiaca fetal, puede ofrecerse el tratamiento
trico comparó un protocolo con dosis múltiples de metotrexato
médico a la mujer motivada que comprende los riesgos.
con la salpingostomía laparoscópica y no encontró diferencias
entre la conservación tubárica y el éxito terapéutico primario ■ Tratamiento expectante
(Hajenius, 1997). Sin embargo, en este mismo grupo de estu-
dio, los factores de la calidad de vida relacionados con la salud, En algunos casos, es razonable observar los embarazos tubáricos
como el dolor, depresión posterior al tratamiento y percepción muy al inicio, acompañados de cifras de β-hCG sérica estables o
de salud disminuida se alteraron de manera significativa después descendentes. Hasta 33% de estas mujeres acuden con cifras
del tratamiento sistémico con metotrexato, comparado con la descendentes de β-hCG (Shalev, 1995). Stoval y Ling (1992a)
salpingostomía laparoscópica (Nieuwkerk, 1998). En su estudio limitan el tratamiento expectante solamente a las mujeres con
con asignación al azar y controlado, Fernández et al. (2013) embarazo ectópico tubárico, con concentraciones de β-hCG des-
compararon el tratamiento médico con dosis múltiples con la cendentes, diámetro ≤3.5 cm de la masa ectópica y sin evidencia
salpingostomía y encontraron que la terapéutica médica y la de hemorragia intraabdominal o rotura en la ecografía transva-
cirugía conservadora producían tasas similares de embarazo ginal. Mevrelos et al. (2013) notaron que casi un tercio de 333
intrauterino a dos años. embarazos ectópicos tubáricos <3 cm y con concentraciones de
Existe evidencia contradictoria cuando se compara una dosis β-hCG <1 500 mIU/ml se resolvieron sin intervención. Según
única de metotrexato con la intervención quirúrgica. En dos el American College of Obstetricians and Gynecologists (2012), el
estudios separados, en general la dosis única de metotrexato tuvo 88% de los embarazos ectópicos se resolverán si la β-hCG es
menor éxito para resolver el embarazo que la salpingostomía <200 mIU/ml.
laparoscópica, aunque las tasas de permeabilidad tubárica y de Con el tratamiento expectante, las tasas subsiguientes de per-
embarazo uterino subsiguiente fueron similares entre ambos gru- meabilidad tubárica y embarazo intrauterino son comparables
pos (Fernández, 1998; Sowter, 2001). Las mujeres tratadas con con las del tratamiento quirúrgico y médico. Las consecuencias
metotrexato tuvieron mucho mejor desempeño físico inmediato potencialmente graves de la rotura tubárica, junto con la seguri-
después del tratamiento, pero no hubo diferencias en el funcio- dad establecida de la terapéutica médica y quirúrgica, requieren
namiento psicológico. Krag Moeller et al. (2009) publicaron los que sólo se opte por el tratamiento expectante en mujeres bien
resultados de su estudio con asignación al azar, con una mediana seleccionadas y asesoradas.
de vigilancia de 8.6 años durante la cual se valoraron las tasas de
embarazos subsiguientes. Las tasas de resolución exitosa del em-
barazo ectópico no tuvieron una diferencia significativa entre el EMBARAZO INTERSTICIAL
grupo con tratamiento quirúrgico y el tratado con metotrexato.
Además, las tasas acumulativas de embarazo intrauterino espon- ■ Diagnóstico
táneo no fueron distintas entre el grupo con metotrexato (73%) Estos embarazos se implantan en el segmento tubárico proxi-
y el quirúrgico (62%). Con base en estos estudios, se concluye mal, que se encuentra dentro de la pared muscular uterina (fig.
que las mujeres con estabilidad hemodinámica y con diámetro 19-9). A veces se denominan embarazos cornuales, de manera
tubárico pequeño, sin actividad cardiaca fetal y con concentra- incorrecta, pero este término describe una concepción que se
A B
FIGURA 19-9. Embarazo ectópico intersticial. A. Esta vista parasagital en la ecografía transvaginal muestra una cavidad uterina vacía y una masa
cefálica y lateral al fondo uterino (calibrador). B. Fotografía transoperatoria durante la laparotomía y antes de la resección cornual del mismo
embarazo ectópico. En esta vista frontal, el embarazo ectópico intersticial derecho abultado es lateral a la inserción del ligamento redondo y
medial a la porción ístmica de la trompa de Falopio. (Fotografía proporcionada por el Dr. David Rogers y la Dra. Elaine Duryea.)
388 Complicaciones al principio del embarazo
CAPÍTULO 19
confirmación de productos sanguíneos suficientes y dis-
ponibilidad de un equipo quirúrgico multidisciplinario
o de transferencia electiva a una institución de atención
Placenta especializada. En muchos aspectos, el tratamiento qui-
rúrgico es similar al de la placenta percreta, que se detalla
en el capítulo 41 (pág. 807).
Los principales objetivos quirúrgicos son la extrac-
Útero ción del feto y la valoración cuidadosa de la implan-
tación placentaria sin causar hemorragia. Se evita la
exploración innecesaria porque a menudo las relaciones
anatómicas están distorsionadas y las regiones circun-
dantes están muy vascularizadas. Es importante indicar
Vejiga que la extracción de la placenta puede causar una hemo-
rragia torrencial porque no existe el mecanismo hemos-
tático normal de la contracción miometrial para constre-
ñir los vasos sanguíneos hipertrofiados. Si es evidente
que la placenta puede retirarse en forma segura o si ya
existe hemorragia en el sitio de implantación, la extrac-
ción se comienza de inmediato. Cuando es posible,
deben ligarse primero los vasos sanguíneos que nutren la
placenta.
FIGURA 19-11. Vista sagital de un embarazo abdominal de término. La pla- Algunos sugieren dejar la placenta en su sitio como el
centa está implantada en la superficie posterior del útero y el ligamento menor de dos males. Esto disminuye la probabilidad de
ancho. El útero crecido y aplanado se localiza justo debajo de la pared abdo-
hemorragia masiva inmediata, pero a expensas de secue-
minal anterior y al nivel del ombligo. El cuello uterino y la vagina son despla-
zados hacia arriba, y se desplazan hacia delante y arriba por la cabeza fetal las de largo plazo. Si se deja en la cavidad abdominal, la
grande en el fondo de saco. placenta a menudo se infecta, con la formación subse-
cuente de abscesos, adherencias, obstrucción intestinal o
ureteral y dehiscencia de la herida (Bergstrom, 1998;
indicios incluyen la visualización del feto separado del útero o Martin, 1988). En muchos de estos casos, la extirpación quirúr-
en posición excéntrica dentro de la pelvis; falta de miometrio gica es inevitable. Si se deja la placenta, su involución puede
entre el feto y la pared abdominal anterior o la vejiga de la vigilarse mediante ecografía y concentraciones séricas de β-hCG
madre, y tejido placentario extrauterino (Sherer, 2007). Si se (France, 1980; Martin, 1990). La ecografía Doppler a color
requiere información anatómica adicional, puede usarse la ima- puede usarse para valorar los cambios en el flujo sanguíneo. En
gen por MR para confirmar el diagnóstico y obtener la mayor algunos casos, y casi siempre con base en el tamaño, la función
información posible sobre la implantación placentaria (Ber- placentaria disminuye con rapidez y la placenta se reabsorbe.
trand, 2009; Mittal, 2012). Sin embargo, esta resorción puede tardar años (Roberts, 2005;
Valenzano, 2003).
■ Tratamiento Si la placenta se deja en el sitio, el uso de metotrexato pos-
Un embarazo abdominal puede poner en peligro la vida y el operatorio es motivo de controversia. Se ha recomendado para
tratamiento depende de la edad gestacional al momento del acelerar la involución, pero hay reportes de que causa destruc-
diagnóstico. Algunos describen la espera hasta la viabilidad fetal ción acelerada de la placenta, con acumulación de tejido necró-
con vigilancia estrecha (Gómez, 2008; Varma, 2003). Resulta tico e infección, con desarrollo de absceso (Rahman, 1982). A
notable que Stevens (1993) informara malformaciones y defor- los autores les resulta difícil apoyar el uso de un antimetabolito
maciones fetales en 20%. Las malformaciones más frecuentes para un órgano senescente (Worley, 2008).
fueron deficiencias de extremidades y anomalías del sistema ner-
vioso central. Las deformaciones más frecuentes fueron asime- EMBARAZO INTRALIGAMENTARIO
tría facial o craneal y varias anormalidades articulares. El trata-
miento conservador también conlleva un riesgo materno de En caso de cigotos implantados hacia el mesosalpinge, la rotura
hemorragia súbita y peligrosa. Los autores opinan que casi siem- puede ocurrir en la porción de la trompa de Falopio que no está
pre está indicada la terminación cuando se hace el diagnóstico. cubierta por peritoneo. El contenido gestacional se expulsa al
Lo que es cierto es que antes de las 24 semanas, rara vez está espacio formado entre las hojas del ligamento ancho y se con-
justificado el tratamiento conservador. vierte en un embarazo intraligamentario o del ligamento ancho.
Una vez que se valora la implantación placentaria, existen Estos casos son raros, la información se obtiene de los reportes
varias opciones. La embolización angiográfica preoperatoria se de casos (Seckin, 2011). Los datos clínicos y el tratamiento se
ha usado con éxito en algunas mujeres con un embarazo abdo- asemejan a los del embarazo abdominal. Aunque en la mayoría
minal avanzado. Como alternativa, pueden inflarse catéteres de los casos es necesaria la laparotomía, unos cuantos reportes
colocados en las arterias uterinas para disminuir la pérdida san- describen la escisión laparoscópica de embarazos pequeños inci-
guínea transoperatoria. En cualquier caso, la vascularización de pientes (Apantaku, 2006; Cormio, 2006).
390 Complicaciones al principio del embarazo
cos, delineados por Spiegelberg (1878): 1) la trompa ipsolateral Este embarazo ectópico se define por las glándulas cervicales
está intacta y distinta del ovario; 2) el embarazo ectópico ocupa observadas en el examen histológico, opuestas al sitio de inser-
el ovario; 3) el embarazo ectópico está conectado con el útero ción placentaria, y porque una parte o la totalidad de la placenta
por el ligamento uteroovárico, y 4) puede demostrarse tejido se encuentra debajo de la entrada de los vasos uterinos o debajo
ovárico en el examen histológico entre el tejido placentario (fig. del reflejo peritoneal en la parte anterior del útero. En un caso
19-12). Los factores de riesgo son similares a los del embarazo típico, el endocérvix está erosionado por el trofoblasto y el
tubárico, pero la falla de ART o IUD parece tener una relación embarazo se desarrolla en la pared cervical fibrosa. Mientras más
desproporcionada (Ko, 2012). Los síntomas y signos iniciales cefálico sea el sitio de implantación del trofoblasto en el con-
son semejantes a los del embarazo ectópico tubárico. Aunque el ducto cervical, es mayor la capacidad para crecer y causar hemo-
ovario puede adaptarse al embarazo creciente con más facilidad rragia. La incidencia del embarazo cervical está entre 1 en 8 600
que la trompa de Falopio, la consecuencia usual es la rotura en y 1 en 12 400 embarazos, pero la incidencia va en aumento a
una etapa inicial. causa de las ART (Ginsburg, 1994). Según Jeng et al. (2007),
El uso de la TVS permite el diagnóstico más frecuente de los otro factor de riesgo es una dilatación y legrado previos.
embarazos ováricos no rotos. En el examen ecográfico hay un El 90% de las mujeres con un embarazo cervical informa
área anecoica interna rodeada por un anillo ecógeno ancho, hemorragia vaginal indolora, un tercio de ellas tiene hemorragia
rodeado a su vez por la corteza ovárica (Comstock, 2005). En su masiva (Ushakov, 1997). Conforme el embarazo progresa,
revisión de 49 casos, Choi et al. (2011) notaron que es probable puede haber evidencia del cuello uterino distendido, de pared
que el diagnóstico no se haga hasta la cirugía, ya que se supone delgada, con dilatación parcial del orificio externo. Por arriba de
un embarazo ectópico tubárico en muchos casos. Además, la tumoración cervical puede palparse el fondo uterino con cre-
durante la intervención quirúrgica un embarazo tubárico inicial cimiento ligero. La identificación del embarazo cervical se basa
puede considerarse un quiste hemorrágico del cuerpo amarillo o en el examen con espéculo vaginal, palpación y TVS. Los datos
un cuerpo amarillo hemorrágico. ecográficos típicos del embarazo cervical se muestran y descri-
El tratamiento basado en la evidencia proviene de reportes de ben en la figura 19-13. También se han usado la imagen MR y
casos, sobre todo (Hassan, 2012; Scutiero, 2012). Por lo gene- la ecografía tridimensional para confirmar el diagnóstico (Jung,
ral, el tratamiento de los embarazos ováricos es quirúrgico. Las 2001; Sherer, 2008).
lesiones pequeñas se tratan con resección ovárica en cuña o cis-
tectomía, mientras que las lesiones más grandes ameritan una ■ Tratamiento
ooforectomía (ovariectomía). Por último, el metotrexato inyec- El tratamiento del embarazo cervical puede ser médico o quirúr-
tado localmente o sistémico ha tenido éxito en el tratamiento de gico. En muchos centros, incluido el de los autores, el meto-
pequeños embarazos ováricos no rotos (Pagidas, 2013). En caso trexato se ha convertido en la terapéutica de primera línea en
de cirugía conservadora o el tratamiento médico, debe vigilarse mujeres estables, y la administración se hace con los protocolos
la concentración sérica de β-hCG para descartar el trofoblasto listados en el cuadro 19-2 (Verma, 2011; Zakaria, 2011). Tam-
remanente. bién se han realizado inyecciones directas en el saco gestacional,
A B
FIGURA 19-12. Embarazo ovárico. A. Ecograma transvaginal, muestra un saco gestacional que contiene partes fetales de un embarazo de
16 semanas. La placenta está marcada con un asterisco rojo. B. Debido a la preocupación de un suministro sanguíneo parasitario extenso hacia
el embarazo, se realizó una laparotomía exploratoria. En este caso, el cirujano eleva el ovario derecho, la trompa de Falopio es la estructura
semejante a un cordón que se extiende sobre la parte superior de la masa. Debido al tamaño y vascularidad de la masa, y al escaso estroma
ovárico, se practicó salpingooforectomía (ovariosalpingectomía). (Fotografía proporcionada por el Dr. Kyler Elwell.)
Embarazo ectópico 391
CAPÍTULO 19
El legrado con aspiración es muy favorable en los casos raros
de embarazo heterotópico compuesto por un embarazo cervical y
uno uterino deseado (Moragianni, 2012). Si se planea el legrado
cervical, la hemorragia transoperatoria puede reducirse con la
embolización arterial uterina preoperatoria, con la ligadura de las
ramas descendentes de las arterias uterinas, con la inyección de
vasopresina o con un cerclaje colocado en el orificio cervical
interno para comprimir los vasos nutricios (Davis, 2008; De La
Vega, 2007; Trojano, 2009; Wang, 2011). De estas opciones, las
ramas cervicales de la arteria uterina pueden ligarse con la coloca-
ción de suturas cervicales hemostáticas en las caras laterales del
cuello uterino, en posición de las 3 y las 9 en la carátula del reloj.
La colocación del cerclaje se describe en la página 361. Luego del
curetaje, se coloca el globo de una sonda de Foley como tapona-
FIGURA 19-13. Embarazo cervical. Los signos ecográficos transvagi- miento de la hemorragia y se utiliza como ya se describió.
nales pueden incluir: 1) útero en forma de reloj de arena y conducto
cervical distendido; 2) tejido gestacional en el cuello uterino (flecha
negra); 3) ausencia de tejido gestacional intrauterino (flechas blan-
cas), y 4) una porción del conducto endocervical se observa inter-
EMBARAZO SOBRE CICATRIZ DE CESÁREA PREVIA
puesto entre el tejido gestacional y el conducto endometrial. (Imagen
proporcionada por la Dra. Elysia Moschos.)
Este término describe la implantación dentro del miometrio de
la cicatriz de una cesárea previa. Su incidencia se aproxima a
1 en 2 000 embarazos normales y ha aumentado junto con la
tasa de partos por cesárea (Ash, 2007; Rotas, 2006). La patoge-
solo o junto con dosis sistémicas (Jeng, 2007; Kirk, 2006). Otros nia del embarazo sobre la cicatriz de una cesárea previa (CSP,
describen la infusión de metotrexato combinada con emboliza- cesarean scar pregnancy) se ha comparado con la de la placenta
ción de la arteria uterina (Xiaolin, 2010). Con los regímenes de acreta y conlleva un riesgo similar de hemorragia grave (Timor-
metotrexato, se logran la resolución y conservación uterina en Tritsch, 2012a). No se sabe si la incidencia aumenta con las
embarazos <12 semanas en el 91% de los casos (Kung, 1997). cesáreas múltiples o si se modifica con el cierre de la incisión
Para seleccionar a las pacientes adecuadas, Hung et al. (1996) uterina en una o en dos capas.
notaron mayor riesgo de falla terapéutica con metotrexato sisté- Por lo general, las mujeres con CSP se detectan pronto, son
mico en mujeres de edad gestacional >9 semanas, concentración frecuentes el dolor y la hemorragia. Sin embargo, hasta 40% de
de β-hCG >10 000 mIU/ml, longitud corona-rabadilla >10 mm las mujeres permanece asintomático y el diagnóstico se hace
y actividad cardiaca fetal. Por esta razón, muchos inducen la durante un examen ecográfico habitual (Rotas, 2006). En casos
muerte fetal con inyección intracardiaca o intratorácica de clo- raros, la rotura precoz da lugar a un embarazo abdominal (Teng,
ruro de potasio. Con el protocolo de metotrexato intramuscular 2007).
en dosis única, suele usarse una dosis de 50 a 75 mg/m2. Para las Puede ser difícil distinguir entre un embarazo intrauterino
mujeres en las que hay actividad fetal detectable, puede adminis- cervicoístmico y una CSP en la ecografía; varios investigadores
trarse una inyección intracardiaca fetal guiada por ecografía de han descrito los datos ecográficos (Jurkovic, 2003; Moschos,
2 ml (2 meq/ml) de solución de cloruro de potasio (Verma, 2008a). Según Godin (1997), existen cuatro criterios ecográfi-
2009). Si la concentración de β-hCG no disminuye más del cos que deben cumplirse para establecer el diagnóstico y se des-
15% después de una semana, puede aplicarse una segunda dosis criben en la figura 19-14. Aunque la TVS es la herramienta
de metotrexato. Song et al. (2009) describieron el tratamiento de imagenológica típica de primera línea, la imagen por MR es útil
50 casos y observaron que la resolución ecográfica se retrasaba cuando la ecografía es dudosa o no concluyente antes de la
mucho respecto a la regresión de la β-hCG sérica. intervención (Osborn, 2012).
Como adjunto al tratamiento médico o quirúrgico, se ha No existen estándares terapéuticos y hay varias opciones. La
descrito la embolización de la arteria uterina, ya fuera como res- histerectomía es una elección inicial aceptable en las mujeres
puesta a la hemorragia o como procedimiento profiláctico que desean la esterilización. A veces es una medida necesaria si
(Hirakawa, 2009; Nakao, 2008; Zakaria, 2011). Los puntos hay hemorragia abundante incontrolable. Las opciones conser-
específicos de esta técnica radiográfica intervencionista se descri- vadoras de la fertilidad incluyen metotrexato inyectado en
ben en la página 820. En caso de hemorragia, también puede forma local o sistémica, ya sea solo o combinado con cirugía
colocarse una sonda de Foley 26F con un globo de 30 ml en el conservadora (Shen, 2012; Timor-Tritsch, 2012b; Yang, 2010).
conducto cervical, y se infla para lograr la hemostasia mediante Las intervenciones quirúrgicas incluyen legrado con aspiración
taponamiento vascular, también permite vigilar el drenaje ute- o aspiración transvaginal bajo guía visual, extracción histeroscó-
rino. El globo permanece inflado por 24 a 48 h y se desinfla de pica o escisión ístmica. Estos procedimientos se realizan solos o
manera gradual a lo largo de varios días (Ushakov, 1997). por lo general, con metotrexato complementario (Michener,
Aunque el tratamiento conservador es factible para muchas 2009; Seow, 2004; Timor-Tritsch, 2012a; Wang, 2009, 2012;
mujeres con embarazos cervicales, puede optarse por el legrado Yang, 2009). A menudo se usa la embolización arterial uterina
con aspiración o la histerectomía. Además, a veces es necesaria la antes de la operación para minimizar el riesgo de hemorragia
histerectomía cuando hay hemorragia no controlada por méto- (Zhang, 2012; Zhuang, 2009).
392 Complicaciones al principio del embarazo
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and management options. Fertil Steril 50:584, 1988 N Z J Obstet Gynaecol 52(4):387, 2012
396
CAPÍTULO 20
Enfermedad trofoblástica
gestacional
MOLA HIDATIFORME (EMBARAZO MOLAR) . . . . . . . . . 396 trofoblástico epitelioide. Otros términos utilizados para describir
a la GTN son enfermedad trofoblástica gestacional maligna y enfer-
Patogenia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397 medad trofoblástica gestacional persistente. Estos cánceres aparecen
varias semanas o años después de cualquier tipo de embarazo,
Diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
pero con mayor frecuencia luego de un embarazo molar.
Atención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400 Cada una de las variedades tumorales de GTN se diferencia
por sus propiedades histológicas y por su tendencia a invadir y
NEOPLASIA TROFOBLÁSTICA GESTACIONAL . . . . . . . . . 401 proyectar metástasis. Sin embargo, casi nunca hay confirmación
histológica. Por el contrario, el diagnóstico y el tratamiento de
Diagnóstico, estadificación y pronóstico . . . . . . . . 402 este cáncer recurren por lo regular a la concentración sérica de
hCG combinada con los datos clínicos (en lugar de una muestra
Tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 403
histológica). Por lo tanto, con frecuencia la GTN se identifica y
EMBARAZOS FUTUROS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 404 trata con eficacia como grupo.
Con anterioridad, estos tumores metastásicos tenían una
mortalidad excesivamente elevada. No obstante, gracias a la qui-
mioterapia, hoy en día la mayor parte de estos tumores es cura-
El término enfermedad trofoblástica gestacional (GTD, gestational ble (Goldstein, 2010). La GTN incipiente casi siempre se trata
trophoblastic disease) se utiliza para describir a un grupo de tumo- con un solo quimioterapéutico, mientras que la GTN en fases
res caracterizados por una proliferación anormal del trofoblasto. más avanzadas responde mejor a la quimioterapia combinada.
El trofoblasto produce gonadotropina coriónica humana (hCG),
por lo que es fundamental cuantificar este péptido hormonal MOLA HIDATIFORME (EMBARAZO MOLAR)
para el diagnóstico, tratamiento y vigilancia de esta enfermedad.
Desde el punto de vista histológico, la GTD se divide en mola Los datos histológicos típicos del embarazo molar son la presen-
hidatiforme, que se reconoce por la presencia de vellosidades, y cia de edema del estroma velloso y proliferación trofoblástica
neoplasia trofoblástica no molar, que carece de vellosidades. (fig. 20-1). Para clasificarlo en mola parcial o completa se utiliza
Las molas hidatiformes son placentas excesivamente inmadu- la magnitud de los cambios histológicos, las diferencias cariotí-
ras y edematosas (Benirschke, 2012). Comprenden a la mola picas y la presencia o ausencia de elementos embrionarios. Estas
hidatiforme completa benigna, la mola hidatiforme parcial y la dos molas también difieren en cuanto al riesgo de padecer enfer-
mola invasora maligna. La última se considera maligna por su gran medades concomitantes y GTN después de la evacuación. De
penetración y destrucción del miometrio, así como por su capaci- las dos, la GTN es más frecuente después de una mola hidati-
dad metastásica. forme completa.
Las neoplasias trofoblásticas no molares comprenden al La mola completa posee vellosidades coriónicas anormales
coriocarcinoma, al tumor trofoblástico placentario y al tumor con aspecto de conjunto de vesículas transparentes. El tamaño
trofoblástico epitelioide. Estos tres se distinguen por el tipo de las vesículas varía y a menudo penden y forman racimos de
de trofoblasto que contienen. pedículos delgados. Por el contrario, el embarazo molar parcial
Las variedades malignas de enfermedad trofoblástica gestacio- experimenta cambios hidatiformes más focales y menos avanza-
nal se denominan neoplasia trofoblástica gestacional (GTN, gesta- dos y contiene tejido fetal. Si bien ambas variedades de molas
tional trophoblastic neoplasia). Este término incluye a la mola inva- llenan al final la cavidad uterina, rara vez son tubarias o de cual-
sora, coriocarcinoma, tumor trofoblástico placentario y tumor quier otro tipo de embarazo ectópico (Sebire, 2005).
Enfermedad trofoblástica gestacional 397
CAPÍTULO 20
A B
FIGURA 20-1. Mola hidatiforme completa. A. Aspecto macroscópico con vesículas características de tamaño variable. (Imagen proporcionada por
Brian Levenson.) B. Fotomicrografía poco amplificada que muestra edema generalizado y formación de cisternas (asteriscos negros) en las vello-
sidades avasculares. La hiperplasia trofoblástica aleatoria está señalada por un asterisco amarillo en el lado derecho. (Imagen proporcionada por
Erika Fong.)
■ Epidemiología y factores de riesgo es de 1.5%. Con una mola parcial previa, esta frecuencia se eleva
La mola hidatiforme muestra cierta predisposición étnica y es a 2.7% (Garrett, 2008). Después de dos embarazos molares pre-
más frecuente entre asiáticas, hispanas e indígenas estadouni- vios, Berkowitz et al. (1998) encontraron que 23% de las muje-
denses (Drake, 2006; Lee, 2011; Smith, 2006). En Estados Uni- res padece una tercera mola.
dos y Europa, la frecuencia ha sido relativamente constante, a
razón de 1 a 2 por 1 000 nacimientos (Lee, 2011; Lybol, 2011;
Salehi, 2011). ■ Patogenia
Los factores de riesgo principales son la edad y el antecedente Con raras excepciones, los embarazos molares provienen de
de una mola hidatiforme. Las más vulnerables son las mujeres fecundaciones anormales desde el punto de vista cromosómico.
en ambos extremos de la edad reproductiva. De manera especí- Por lo general, las molas completas tienen una composición cro-
fica, en las adolescentes y mujeres de 36 a 40 años de edad el mosómica diploide (cuadro 20-1). Ésta es casi siempre 46,XX y
riesgo se duplica, pero en las mayores de 40 años el riesgo es casi resultado de androgénesis, lo que significa que el origen de ambos
10 veces mayor (Altman, 2008; Sebire, 2002a). Para las que han conjuntos de cromosomas es paterno. Como se muestra en la
tenido una mola completa previa, el riesgo de padecer otra mola figura 20-2A, un espermatozoide haploide fecunda al óvulo, que
Patología
Embrión-feto A menudo presente Ausente
Amnios, eritrocitos fetales A menudo presentes Ausentes
Edema velloso Focal Extendido
Proliferación trofoblástica Focal, leve a moderada Leve a moderada
Atipia trofoblástica Leve Pronunciada
Inmunotinción con p57KIP2 Positiva Negativa
aCariotipos típicos.
bComprenden anemia, hipertiroidismo, hiperemesis gravídica, preeclampsia e infección.
GTN, neoplasia trofoblástica gestacional; hCG, gonadotropina coriónica humana.
398 Complicaciones al principio del embarazo
CAPÍTULO 20
■ Diagnóstico
La mayoría de las mujeres manifiesta al principio amenorrea
seguida de hemorragia irregular que por lo común es seguida de
una prueba de embarazo y ecografía. Algunas expulsan tejido
molar de modo espontáneo.
A B
FIGURA 20-4. Ecografías de molas hidatiformes. A. Proyección sagital de un útero con una mola hidatiforme completa. El aspecto característico
en “tormenta de nieve” se debe a un tumor uterino ecogénico con numerosos espacios quísticos anecoicos. Nótense la ausencia de un feto y un
saco amniótico. B. En esta imagen de una mola hidatiforme parcial, el feto se observa arriba de una placenta multiquística. (Imagen proporcio-
nada por Elysia Moschos.)
400 Complicaciones al principio del embarazo
de otros tipos de abortos con degeneración placentaria hidró- Las muertes maternas por embarazos molares son poco comunes
pica, que simula algunas veces los cambios de las vellosidades gracias al diagnóstico temprano, evacuación oportuna y vigilancia
molares. En el cuadro 20-1 aparecen algunas características his- después de la evacuación en busca de GTN. La finalidad de la
tológicas distintivas. valoración preoperatoria es identificar ciertas complicaciones
En los embarazos menores de 10 semanas no siempre se potenciales, como preeclampsia, hipertiroidismo, anemia, con-
observan los cambios molares habituales puesto que las vellosi- centración reducida de electrólitos por hiperemesis y metástasis
dades no han crecido lo suficiente y el estroma molar aún no se (cuadro 20-2) (Lurain, 2010). La mayoría recomienda obtener
encuentra edematoso y avascular (Paradinas, 1996). En estas una radiografía de tórax sin solicitar una tomografía computari-
situaciones se utilizan otras técnicas para distinguirlos. Una de zada o resonancia magnética de manera sistemática, a menos que
ellas consiste en aprovechar la ploidía distinta para diferenciar la radiografía de tórax delinee lesiones pulmonares o existan signos
entre una mola parcial (triploide) y una diploide. Las molas de otras enfermedades fuera del útero, como en cerebro o hígado.
completas y los embarazos no molares con degeneración placen-
taria hidrópica son diploides. Interrupción del embarazo molar
Otra técnica emplea la inmunotinción histológica para iden- Cualquiera que sea el tamaño del útero, el tratamiento que se
tificar la proteína nuclear p57KIP2. El gen que expresa p57KIP2 prefiere es la evacuación molar por medio de legrado y aspira-
tiene impronta paterna, por lo que sólo se expresa en genes ción. Si el cuello uterino no tiene una anchura suficiente, se
donados por la madre. Las molas completas contienen tan sólo recomienda dilatarlo con alguna sustancia osmótica antes de la
material genético paterno, por lo que no pueden expresar este intervención. Con algunos embarazos molares, la hemorragia
gen, no producen p57KIP2 y, en consecuencia, no se tiñen con transoperatoria es mayor respecto de un útero de tamaño similar
este colorante. Por el contrario, esta proteína nuclear se expresa que contiene un producto no molar. Por lo tanto, con una mola
intensamente en las molas parciales y embarazos no molares con grande es indispensable contar con anestesia adecuada, un
cambios hidrópicos (Castrillon, 2001). Como resultado, la acceso intravenoso suficiente y un banco de sangre. El cuello
combinación de análisis de la ploidía e inmunotinción de p57KIP2 uterino se dilata en forma mecánica para permitir la introduc-
ayuda a distinguir: 1) una mola completa (diploide/p57KIP2- ción de una legra con aspiración de 10 a 14 mm. Al empezar la
negativo), 2) una mola parcial (triploide/p57KIP2-positiva) y un evacuación se administra oxitocina para reducir la hemorragia.
Transoperatorias
Cetéter intravenoso grande
Anestesia regional o general
Oxitocina: 20 unidades en 1 000 ml de RL para goteo continuo
Se puede agregar uno o más uterotónicos conforme sea necesario:
Metilergonovina: 0.2 mg = 1 ml = 1 ampolleta IM cada 2 h, PRN
Trometamina de carboprost (PGF2α): 250 μg = 1 ml = 1 ampolleta IM cada 15 a 90 min PRN
Misoprostol (PGE1): tabletas de 200 mg de administración rectal, 800 a 1 000 mg en dosis única
Cánula de Karman: tamaño 10 o 12
Considerar la posibilidad de una ecografía
Después de la evacuación
Inmunoglobulina anti-D cuando la paciente sea Rh D negativa
Iniciar anticoncepción efectivaa
Revisar el informe de patología
hCG sérica: en las primeras 48 h después de la evacuación, cada semana hasta que sea indetectable y luego cada mes
durante seis meses
hCG, gonadotropina coriónica humana; IM, intramuscular; PG, prostaglandina; RL, ringer con lactato; T4, tiroxina; TSH, hormona estimulante de la tiroides.
Enfermedad trofoblástica gestacional 401
También se recomienda realizar una ecografía transoperatoria zan hasta que la β-hCG es indetectable por el riesgo de perforar
para confirmar el vaciamiento de la cavidad uterina. Una vez el útero en caso de una mola invasora. Por último, tampoco se
que el miometrio se contrae, la superficie se raspa con delicadeza recomiendan los métodos de barrera y de otro tipo por su índice
CAPÍTULO 20
con una legra de Sims de asa grande. Si la hemorragia persiste de fallas relativamente elevado.
pese a la evacuación uterina y la administración de oxitocina, se La vigilancia bioquímica se efectúa mediante medición
administran otros uterotónicos como los que se muestran en el seriada de la concentración sérica de β-hCG para detectar proli-
cuadro 20-2. En ciertos casos es necesario recurrir a la emboliza- feración trofoblástica persistente o recurrente. La primera
ción de las arterias pélvicas o incluso una histerectomía (Tse, medida se obtiene en las primeras 48 h después de la evacua-
2007). En la página 818 se describen la hemorragia abundante ción. Ésta sirve como basal, que se compara con las cifras obte-
y los métodos quirúrgicos utilizados para su tratamiento. nidas cada una o dos semanas hasta que la concentración, que
Durante la evacuación molar se expulsa de modo invariable desciende en forma progresiva, es indetectable.
trofoblasto hacia el sistema venoso pélvico (Hankins, 1987). En El intervalo promedio para esta resolución es de siete sema-
los embarazos molares grandes, el volumen de tejido es sufi- nas para molas parciales y de nueve para molas completas. Una
ciente algunas veces para causar insuficiencia respiratoria mani- vez que la β-hCG es indetectable, su desaparición se confirma al
fiesta, edema pulmonar o incluso embolias. En la experiencia de mensurar la concentración cada mes durante seis meses más. En
los autores con molas muy grandes, éstas y sus manifestaciones este punto, la vigilancia se suspende y se permite un nuevo
radiográficas desaparecen con rapidez sin tratamiento especí- embarazo. Esta vigilancia tan intensiva no es muy aceptada, por
fico. Sin embargo, se han descrito algunas muertes (Delmis, lo que se ha estudiado un método incompleto que indica que no
2000). Debido a esta expulsión, existe la posibilidad de que el siempre es necesario verificar la concentración indetectable de
tejido trofoblástico sobreviva en el parénquima pulmonar y β-hCG durante seis meses. De manera específica se ha demos-
genere una neumopatía persistente o incluso un cáncer mani- trado que ninguna mujer con una mola parcial o completa cuya
fiesto. Afortunadamente, no se ha comprobado que éste consti- concentración sérica de β-hCG fue indetectable después que
tuya un problema de importancia. padeció neoplasias (Lavie, 2005; Wolfberg, 2004). Es impor-
Después del legrado se administra inmunoglobulina anti-D tante señalar que durante el lapso en el que se vigila la concen-
a las mujeres Rh D negativas puesto que el tejido fetal con una tración de β-hCG las cifras ascendentes o estables obligan a
mola parcial contiene en ocasiones eritrocitos con antígeno D buscar una neoplasia trofoblástica. En ausencia de embarazo,
(pág. 311). Cuando se sospecha una mola completa, el trata- estas concentraciones representan una proliferación trofoblás-
miento es similar puesto que no siempre es posible establecer el tica progresiva que seguramente es maligna.
diagnóstico definitivo de mola completa o parcial hasta que se Después del embarazo molar existen varios factores de riesgo
realiza el estudio histopatológico de los productos evacuados. que facilitan la aparición de una neoplasia trofoblástica. Lo más
Después de la evacuación, el pronóstico a largo plazo de las importante es que las molas completas tienen una frecuencia de
mujeres con una mola hidatiforme no mejora con quimioterapia 15 a 20% de causar secuelas malignas, frente a 1 a 5% después
profiláctica (Goldstein, 1995). Además, los efectos adversos de la de una mola parcial. Resulta sorprendente observar que, pese al
quimioterapia, incluida la muerte, muchas veces son significati- diagnóstico temprano y la evacuación oportuna de los embara-
vos, por lo que el American College of Obstetricians and Gynecolo- zos molares, el riesgo de neoplasia no ha decrecido (Schorge,
gists (2012) no recomienda administrarla en forma sistemática. 2000). Otros factores de riesgo son la edad, la concentración de
En determinados casos se recurre a otros métodos distintos β-hCG >100 000 mIU/ml, el tamaño del útero más grande para
del legrado con aspiración. En las mujeres con vida reproductiva la edad gestacional, los quistes de la teca luteínica >6 cm y el
satisfecha se prefiere la histerectomía con preservación de ane- descenso lento de la β-hCG (Berkowitz, 2009; Kang, 2012;
xos. De las mujeres ≥40 años, cerca de 33% tiene más adelante Wolfberg, 2005). Aunque no siempre, la vigilancia ecográfica
GTN y la histerectomía reduce en proporción considerable esta del útero después de la evacuación que revela nódulos miome-
probabilidad (Hanna, 2010). No es necesario extirpar los quis- triales o hipervascularidad también pronostica una neoplasia
tes de la teca luteínica identificados en el momento de la histe- futura (Garavaglia, 2009).
rectomía puesto que sufren regresión espontánea después de la
evacuación molar. Algunos recomiendan aspirar los quistes NEOPLASIA TROFOBLÁSTICA GESTACIONAL
grandes para reducir el dolor y el riesgo de torsión. Por otro
lado, en Estados Unidos rara vez se indica la inducción del tra- Este grupo comprende a la mola invasora, coriocarcinoma, tumor
bajo de parto o la histerotomía para evacuar una mola. Ambas trofoblástico placentario y tumor trofoblástico epitelioide. Estos
se acompañan de mayor hemorragia y en teoría pueden incre- tumores casi siempre aparecen al mismo tiempo o después de un
mentar la frecuencia de enfermedad trofoblástica persistente embarazo reconocido. La mitad aparece después de una mola
(American College of Obstetricians and Gynecologists, 2012). hidatiforme, 25% luego de un aborto o embarazo tubárico y otro
25% luego de un embarazo de término o pretérmino (Goldstein,
Vigilancia después de la evacuación 2012). Si bien estos cuatro tipos de tumores difieren desde el
Después de evacuar una mola hidatiforme, la paciente perma- punto de vista histológico, casi siempre se diagnostican de forma
nece bajo vigilancia bioquímica estrecha en busca de neoplasia exclusiva por la elevación persistente de β-hCG, ya que no suele
gestacional persistente. Al mismo tiempo, debe utilizarse algún haber tejido disponible para su estudio patológico. En el cuadro
método anticonceptivo confiable para evitar la confusión que 20-3 se muestran los criterios para establecer el diagnóstico de
provoca la β-hCG ascendente por un embarazo nuevo. La neoplasia trofoblástica gestacional posmolar.
mayoría de los especialistas recomienda anticonceptivos hormo-
nales o acetato de medroxiprogesterona inyectada. Esta última ■ Manifestaciones clínicas
es en particular útil cuando el cumplimiento terapéutico de la Estos tumores placentarios se caracterizan en clínica por su inva-
paciente es deficiente. Los dispositivos intrauterinos no se utili- sión agresiva en el miometrio y su tendencia a emitir metástasis.
402 Complicaciones al principio del embarazo
La manifestación más frecuente con la neoplasia trofoblástica menos frecuencia se recurre a la tomografía con emisión de posi-
gestacional es la hemorragia irregular acompañada de subinvo- trones (PET) y concentración de β-hCG en líquido cefalorra-
lución uterina. Esta hemorragia puede ser continua o intermi- quídeo para identificar metástasis (Lurain, 2011).
tente y algunas veces se convierte en hemorragia repentina y La neoplasia trofoblástica gestacional se estadifica mediante
masiva. La perforación miometrial por el crecimiento trofoblás- el sistema de la International Federation of Gynecology and Obste-
tico provoca una hemorragia intraperitoneal. En algunas muje- trics (FIGO) (2009). Ésta incluye una modificación al sistema
res se detectan metástasis en la parte inferior del aparato genital, de estadificación de la Organización Mundial de la Salud
mientras que en otras sólo se observan metástasis a distancia sin (1983), cuyo sistema otorga 0 a 4 puntos para cada categoría
rastros de un tumor uterino. que se muestra en el cuadro 20-4. Las mujeres clasificadas por el
sistema de la OMS con un puntaje de 0 a 6 se consideran sus-
■ Diagnóstico, estadificación y pronóstico ceptibles de enfermedad de bajo riesgo, mientras que las que
tienen un puntaje ≥7 se incluyen en el grupo de alto riesgo.
El factor más importante para reconocerla consiste en conside-
rar la posibilidad de una neoplasia trofoblástica gestacional. Por
lo general, la hemorragia persistente después de cualquier tipo ■ Clasificación histológica
de embarazo obliga a medir la concentración sérica de β-hCG De nueva cuenta, es importante subrayar que el diagnóstico de
para descartar y prever la posibilidad de practicar un legrado neoplasia trofoblástica casi siempre se establece al encontrar ele-
diagnóstico. Se mide el útero y se buscan metástasis en la parte vación persistente de la β-hCG sérica sin confirmarla por medio
inferior del aparato genital, que casi siempre se observan como de un estudio patológico. La estadificación clínica se lleva a cabo
masas vasculares de color azulado (Cagayan, 2010). No es nece- sin tomar en cuenta los hallazgos histológicos, aunque se dis-
sario determinar un diagnóstico histológico y la biopsia provoca ponga de ellos. De cualquier forma, existen ciertos tipos histo-
a menudo hemorragia abundante. lógicos que se describen a continuación.
Una vez que se corrobora el diagnóstico, además de la con-
centración sérica basal de β-hCG y una biometría hemática, se Mola invasora
realizan pruebas de las funciones hepática y renal, ecografía Éstas son las neoplasias trofoblásticas más frecuentes después de
transvaginal, radiografía o CT de tórax y CT o MR de cerebro las molas hidatiformes y casi todas las molas invasoras se origi-
y abdomen en busca de neoplasia circunscrita y metástasis. Con nan a partir de molas parciales o completas (Sebire, 2005). Con
CUADRO 20-4. Sistema de puntuación para el diagnóstico y estadificación de la neoplasia trofoblástica gestacional
según la International Federation of Gynecology and Obstetrics (FIGO)
Estadificación anatómica
Estadio I Neoplasia confinada al útero
Estadio II La GTN se extiende por fuera del útero pero está limitada a las estructuras genitales (anexos, vagina, ligamento
ancho)
Estadio III La GTN se extiende hacia los pulmones, con o sin lesión genital conocida
Estadio IV Los demás sitios metastásicos
Sistema de puntuación para el pronóstico según la Organización Mundial de la Salud (OMS)a
Puntuacionesb 0 1 2 4
Edad (años) <40 ≥40 — —
Embarazo previo Mola Aborto Término —
Intervalo después del embarazo índice (meses) <4 4a6 7 a 12 >12
β-hCG sérica antes del tratamiento (mIU/ml) <103 103 a 104 104 a 105 ≥105
Tumor de mayor tamaño (incluido el útero) <3 cm 3 a 4 cm ≥5 cm —
Sitio de las metástasis Bazo, riñón Aparato digestivo Hígado, cerebro
Número de metástasis — 1a4 5a8 >8
Quimioterapia previa fallida — — 1 ≥2
aAdaptado por la FIGO.
bRiesgo reducido = puntuación de la OMS de 0 a 6; riesgo elevado = puntuación de la OMS ≥7.
β-hCG, gonadotropina coriónica humana β; GTN, neoplasia trofoblástica gestacional.
Adaptado a partir del FIGO Committee on Gynecologic Oncology, 2009.
Enfermedad trofoblástica gestacional 403
anterioridad conocida como corioadenoma destructivo, la mola Tumor trofoblástico placentario (PSST)
invasora se caracteriza por invasión extensa del tejido por trofo- Este tumor raro se origina a partir del trofoblasto inmediato al
blasto y vellosidades completas. Penetran de manera profunda sitio de implantación. Se acompaña de elevación moderada de la
CAPÍTULO 20
en el miometrio y algunas veces abarcan el peritoneo, parame- β-hCG sérica, pero produce distintas variedades de hCG y la
trios adyacentes o cúpula vaginal. Pese a que es agresiva en forma presencia de una gran proporción de β-hCG libre (>30%) se
circunscrita, la mola invasora no tiende a proyectar metástasis considera diagnóstica. El tratamiento de elección del tumor tro-
con tanta frecuencia como el coriocarcinoma. foblástico placentario es la histerectomía puesto que estos tumo-
Coriocarcinoma gestacional res invasores son casi siempre resistentes a la quimioterapia
(Baergen, 2006). Sin embargo, para el estadio I de mayor riesgo
Ésta es la variedad más común de neoplasia trofoblástica después o estadios más avanzados, también se administra quimioterapia
de un embarazo de término o un aborto y sólo 33% de los casos complementaria con múltiples fármacos (Schmid, 2009).
se diagnostica después de un embarazo molar (Soper, 2006). El
coriocarcinoma está formado por células vestigiales del citotrofo-
blasto y sincitiotrofoblasto incipientes pero no contienen vellosi- Tumor trofoblástico epitelioide
dades. Este tumor de crecimiento rápido invade tanto al miome- Esta rara tumoración se deriva del trofoblasto intermedio de
trio como a los vasos sanguíneos para producir hemorragia y tipo coriónico. Desde el punto de vista macroscópico, el tumor
necrosis. El tumor del miometrio se disemina en ocasiones hacia crece en forma nodular. El tratamiento primario es la histerecto-
fuera y se observa en la superficie uterina en la forma de nódulos mía puesto que este tumor es relativamente resistente a la qui-
irregulares y oscuros. Casi siempre emite metástasis desde las pri- mioterapia. Alrededor de 25% de las mujeres con esta neoplasia
meras etapas y éstas se diseminan por vía hematógena (fig. 20-5). manifiesta metástasis y en ellas se administra quimioterapia
Las ubicaciones más frecuentes son pulmones y vagina, pero en combinada (Morgan, 2008).
ocasiones proyecta metástasis a la vulva, riñones, hígado, ovarios,
cerebro e intestino. Los coriocarcinomas se acompañan a menudo ■ Tratamiento
de quistes ováricos de la teca luteínica. El tratamiento de la mujer con neoplasia trofoblástica gestacional
corresponde al oncólogo. Por lo general, el tratamiento primario
es la quimioterapia y la mayoría de los especialistas evita los legra-
dos repetidos por los riesgos de ocasionar perforación uterina,
hemorragia, infección o formación de adherencias intrauterinas.
En algunas pacientes es necesario realizar un legrado con aspira-
ción por hemorragia o una cantidad considerable de tejido molar
retenido. Otros clínicos consideran que la primera opción tera-
péutica en algunos casos de GTN después de la evacuación molar
es una segunda evacuación uterina para evitar o reducir al mínimo
la quimioterapia, si bien esto es controversial (Pezeshki, 2004; van
Trommel, 2005). Además, en determinados casos, la histerecto-
mía es el tratamiento primario o complementario (Clark, 2010).
Los protocolos de monoquimioterapia casi siempre son sufi-
cientes para la neoplasia no metastásica o metastásica pero de
bajo riesgo (Horowitz, 2009). En su revisión de 108 mujeres
con neoplasia de bajo riesgo, Abrão et al. (2008) publicaron que
los protocolos de monoterapia con metotrexato o actinomicina
A D son igual de efectivos frente a un régimen con ambos. En
general, el metotrexato es menos tóxico que la actinomicina D
(Chan, 2006; Seckl, 2010). Estos regímenes se repiten hasta que
la concentración de β-hCG sérica sea indetectable.
La quimioterapia combinada se indica en la neoplasia de alto
riesgo y el índice de curación publicado se aproxima a 90%
(Lurain, 2010). Se han utilizado diversos regímenes con éxito.
Uno es EMA-CO, que comprende etopósido, metotrexato, acti-
nomicina D, ciclofosfamida y Oncovin® (vincristina). También
se puede recurrir a la resección o radioterapia complementaria
(Hanna, 2010).
Al margen de que la neoplasia sea de bajo o alto riesgo, una
vez que la concentración sérica de β-hCG es indetectable, la
serovigilancia debe prolongarse durante un año. Durante este
B
intervalo es fundamental utilizar algún método anticonceptivo
efectivo para evitar los efectos teratógenos de la quimioterapia y
disipar la confusión que genera la elevación de la β-hCG por el
FIGURA 20-5. Coriocarcinoma metastásico. A. La radiografía de tórax
revela lesiones metastásicas diseminadas. B. Muestra de necropsia
embarazo superpuesto.
con múltiples metástasis hepáticas hemorrágicas. (Imágenes propor- Un pequeño número de mujeres durante la vigilancia, pese a
cionadas por Michael Conner.) la ausencia de metástasis evidentes, tiene una concentración
404 Complicaciones al principio del embarazo
muy baja de β-hCG que permanece en forma de meseta. Este Goldstein DP, Berkowitz RS: Current management of gestational trophoblastic
fenómeno se denomina hCG latente y al parecer es efecto del neoplasia. Hematol Oncol Clin North Am 26(1):111, 2012
Goldstein DP, Berkowitz RS: Prophylactic chemotherapy of complete molar
trofoblasto en estado de reposo o latente. Se recomienda mante- pregnancy. Semin Oncol 22:157, 1995
ner a la paciente bajo observación y en 20% se detecta al final Hankins GD, Wendel GD, Snyder RR, et al: Trophoblastic embolization dur-
SECCIÓN 6
neoplasia trofoblástica activa y progresiva (Khanlian, 2003). ing molar evacuation: central hemodynamic observations. Obstet Gynecol
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Hanna RK, Soper JT: The role of surgery and radiation therapy in the manage-
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410 Trabajo de parto
para el trabajo de parto está recubierto con epitelio cilíndrico secretor de moco y plano
A fin de prepararse para el trabajo de parto, la estabilidad mio- estratificado que protege contra la invasión microbiana. Los epi-
metrial de la fase 1 del parto debe interrumpirse a través del telios mucosos actúan como centinelas para reconocer a antígenos
denominado despertar o activación uterino. Este proceso cons- mediante la expresión de receptores tipo Toll que identifican pató-
tituye la fase 2 y representa una progresión de los cambios ute- genos. Además, los epitelios responden de maneras que conducen
rinos durante las últimas seis a ocho semanas de embarazo. Un a la destrucción de bacterias y virus. Es por ello que los epitelios
hecho importante es que las modificaciones relacionadas con la expresan péptidos antimicrobianos e inhibidores de la proteasa,
fase 2 pueden precipitar trabajo de parto prematuro o tardío. y emiten señales a las células inmunitarias subyacentes cuando el
ataque de patógenos rebasa su capacidad protectora (Wira, 2005).
Cambios miometriales En los ratones, los estudios sugieren que los epitelios cer-
Los cambios del miometrio de la fase 2 lo preparan para las vicales también pueden contribuir a la remodelación cervical
contracciones del trabajo de parto. Es probable que este cambio mediante la regulación de la hidratación tisular y el manteni-
se deba a alteraciones en la expresión de proteínas clave que con- miento de la función de barrera. La hidratación puede regu-
trolan la contractilidad. Estas proteínas relacionadas con la con- larse mediante la expresión de acuaporinas, proteínas que for-
tracción (CAP, contraction-associated proteins) incluyen al recep- man conductos para agua. El mantenimiento de la función de
tor para oxitocina, receptor F para prostaglandina y conexina barrera y el transporte paracelular de iones y solutos está regu-
43 (Smith, 2007). Por consiguiente, los receptores miometria- lado por proteínas de la unión hermética, como las claudinas 1
les para oxitocina aumentan demasiado junto con el número y y 2 (Anderson, 2006; Timmons, 2007). También hay informes
superficie que ocupan las proteínas de las uniones intercelulares de que se expresan proteínas de la unión en los epitelios cervical
comunicantes, como la conexina 43. En conjunto, aumentan la y mucoso vaginal humanos.
irritabilidad uterina y la capacidad de respuesta a las uterotoni-
Tejido conjuntivo cervicouterino
nas, sustancias que estimulan las contracciones.
Otro cambio determinante en la fase 2 es la formación del Colágeno. El cérvix es un tejido rico en matriz extracelular. Los
segmento uterino inferior a partir del istmo. Con este desarrollo, constituyentes de la matriz incluyen colágeno de tipos I, III y IV;
la cabeza fetal desciende a menudo hasta la entrada pélvica o glucosaminoglucanos; proteínas de la matriz celular; proteogluca-
incluso a través de ella (se conoce como descenso). El abdomen nos, y elastina. De estos elementos, el colágeno es el factor deter-
experimenta muchas veces un cambio en la forma, en ocasiones minante de la disposición estructural del cérvix. El colágeno es la
descrito por las mujeres como “el bebé ya bajó”. También es pro- proteína más abundante en los mamíferos y tiene una vía de bio-
bable que el miometrio del segmento inferior sea distinto del que síntesis compleja que incluye al menos seis enzimas y chaperones
se encuentra en el segmento uterino superior, lo que explica las para alcanzar la maduración. Cada molécula de colágeno está for-
funciones diferentes durante el trabajo de parto. Esto se apoya en mada por tres cadenas que se envuelven entre sí para formar el
estudios en babuinos que demuestran la expresión diferencial de procolágeno. Múltiples moléculas helicoidales triples de colá-
los receptores para prostaglandinas en el interior de las regiones geno se unen entre sí mediante enlaces cruzados por acción de
del miometrio. También se dispone de estudios en seres huma- la lisiloxidasa para formar fibrillas largas. Las fibrillas de colá-
nos que muestran un gradiente en la expresión de receptores para geno interactúan con pequeños proteoglucanos, como decorina
oxitocina, con mayor expresión en las células miometriales del o biglucano, además de proteínas de la matriz celular, como
fondo (Fuchs, 1984; Havelock, 2005; Smith, 2001). trombospondina 2. Estas interacciones determinan el tamaño de
la fibrilla, su empaque y organización (fig. 21-3). Esto asegura que
Maduración del cuello uterino durante la fase 2 las fibrillas de colágeno tengan un diámetro uniforme y se empa-
Antes del inicio de las contracciones, el cuello uterino debe expe- quen con un patrón regular y muy organizado (Canty, 2005).
rimentar una remodelación más extensa. En la etapa final, esto Durante la maduración cervicouterina, el diámetro de las
conduce a la disminución de la resistencia y la dilatación del cue- fibrillas de colágeno aumenta y se incrementa el espacio entre
llo uterino con el inicio de las contracciones uterinas intensas. éstas. Es probable que estos cambios se deban en parte a la
Las modificaciones del cuello uterino durante esta segunda fase acumulación de colágeno con enlaces deficientes y a la menor
implican sobre todo cambios en el tejido conjuntivo, la llamada expresión de proteínas de la matriz celular. La dispersión de las
maduración cervicouterina. La transición del ablandamiento a fibrillas de colágeno conduce a la pérdida de la integridad del
la fase de maduración comienza semanas o días antes del inicio tejido y aumenta su distensibilidad. Las metaloproteinasas de la
de las contracciones. Durante esta transformación cambian la matriz (MMP, matrix metalloproteases) son proteasas capaces de
cantidad total y la composición de los proteoglucanos y los glu- degradar a las proteínas de la matriz extracelular. De éstas, los
cosaminoglucanos en la matriz. Muchos de estos procesos que integrantes de la familia MMP degradan al colágeno. Algunos
ayudan a la remodelación del cuello uterino están controlados estudios apoyan cierta participación de las MMP en la madu-
por las mismas hormonas que regulan la función uterina. Con ración del cuello uterino, mientras que otros sugieren que los
base en esto, los episodios moleculares de cada una varían por cambios biomecánicos no concuerdan con la simple activación
las diferencias en la composición celular y los requerimientos de la colagenasa y la pérdida del colágeno. Por ejemplo, Buhm-
fisiológicos. En el cuerpo uterino predomina el músculo liso, schi et al. (2004) realizaron estudios biomecánicos en tejidos de
mientras que en el cuello uterino lo hace el tejido conjuntivo. rata y sugirieron que la maduración se relaciona más con cam-
Los componentes celulares del cérvix incluyen fibroblastos, epi- bios en la estructura tridimensional del colágeno y menos con
telio y pocas células musculares lisas. su degradación por efecto de las colagenasas. Además, los estu-
Fisiología del trabajo de parto 411
CAPÍTULO 21
funciones biológicas requiere interac-
ciones con proteínas de unión con
HA relacionadas con las células, como
versicano (Ruscheinsky, 2008).
Fibrilla Antes de la Durante la
maduración maduración Proteoglucanos. Estas glucoproteí-
cervicouterina del cuello nas están compuestas por un centro
uterino proteínico y cadenas de GAG. Los
Enlaces cruzados
del colágeno cambios en la cantidad de proteína
central o en el número, la longitud o
grado de sulfatación de las cadenas de
GAG influyen en la función del pro-
teoglucano. Aunque no se encuentran
Fibrillas Corte transversal bien definidos, se cree que los cam-
empacadas de de una fibra bios en la composición del proteoglu-
manera compacta de colágeno Fibrillas empacadas
Corte transversal de en forma laxa cano acompañan a la maduración del
una fibra de colágeno cérvix. En este último se expresan al
menos tres proteoglucanos ricos en
FIGURA 21-3. Síntesis y organización del colágeno fibrilar. Las fibrillas se ensamblan en fibras de leucina: decorina, biglucano y fibromo-
colágeno. El tamaño y el empaque de las fibras están regulados en parte por pequeños proteogluca- dulina (Westergren-Thorsson, 1998).
nos, como la decorina, que se une con el colágeno. Antes de la maduración del cuello uterino, el
En otros tejidos conjuntivos, la deco-
tamaño de las fibrillas es uniforme y éstas se encuentran bien empacadas y organizadas. Durante la
maduración del cuello uterino, el tamaño de las fibrillas es menos uniforme y el espacio entre las rina y otros miembros de la familia
fibrillas y fibras de colágeno es más grande y desorganizado. interactúan con el colágeno e influyen
en el empaque y orden de las fibrillas
de colágeno (Ameye, 2002). Las fibri-
dios en ratones y seres humanos no documentan ningún cambio llas de colágeno se reacomodan en la piel de ratones con deficien-
en el contenido de colágeno entre la ausencia de embarazo y la cia de decorina y producen fibras de colágeno débiles, cortas y
gestación de término (Akins, 2011; Myers, 2008; Read, 2007). desorganizadas (fig. 21-3). Además del cérvix, estos proteogluca-
Por lo tanto, es probable que los cambios dinámicos en la nos se expresan en las membranas fetales y el útero. Los cambios
estructura del colágeno y no el contenido de esta proteína sean en el nivel de expresión pueden regular la fuerza tensil de la mem-
los que regulen la remodelación. Este punto está bien ilustrado brana fetal y la función uterina (Meiner, 2007; Wu, 2012).
en imágenes microscópicas especializadas del colágeno cervi- Cambios inflamatorios. Los marcados cambios en la matriz
couterino de ratón y ser humano (Zhang, 2012). Como sus- extracelular durante la maduración del cuello uterino en la fase 2
tento adicional, los polimorfismos o mutaciones en los genes se acompañan de invasión estromal con células inflamatorias.
necesarios para el ensamble del colágeno se vinculan con mayor Esto dio lugar a un modelo en el que la maduración del cuello
incidencia de insuficiencia cervicouterina (Anum, 2009; Pater- uterino se considera un proceso inflamatorio, de tal manera que
noster, 1998; Rahman, 2003; Warren, 2007). los factores quimiotácticos cervicouterinos atraen a células infla-
Glucosaminoglucanos (GAG). Los glucosaminoglucanos son matorias, que a su vez liberan proteasas que pueden favorecer la
polisacáridos de alto peso molecular que forman complejos con degradación del colágeno y otros componentes de la matriz. En la
proteínas para generar proteoglucanos. Un glucosaminoglucano fase 3 o 4 del parto aumenta la expresión cervicouterina de qui-
es el hialuronano (HA), un polímero de carbohidrato cuya sínte- miocinas y la actividad de colagenasa/proteasa. Con anterioridad
sis se realiza por efecto de las isoenzimas de hialuronano sintasa. se había asumido que los procesos que regulan las fases 3 y 4 de la
La expresión de estas enzimas aumenta en el cérvix durante la dilatación y la recuperación posparto del cuello uterino eran simi-
maduración (Akgul, 2012; Osmers, 1993; Straach, 2005). Las lares a los de la fase 2 de maduración del cuello uterino (Bok-
funciones de los hialuronanos dependen de su tamaño, y la rotura ström, 1997; Osman, 2003; Sennström, 2000; Young, 2002),
de moléculas de peso molecular alto u otras más pequeñas se efec- pero las observaciones en estudios con seres humanos y animales
túa mediante una familia de enzimas de hialuronidasa. Los genes pusieron en duda esta presuposición. Sakamoto et al. (2004,
para esta última se expresan en el cérvix de ratón y ser humano y 2005) no encontraron correlación entre el grado de maduración
existen informes de aumento de la actividad de la hialuronidasa cervicouterina clínica y las concentraciones tisulares cervicouteri-
en el cérvix de ratón al término del embarazo (Akgul, 2012). El nas de interleucina 8 (IL-8) quimiotáctica de neutrófilos. Los
HA de alto peso molecular predomina en el cérvix de ratón estudios con micromatrices que comparan los patrones de expre-
durante la maduración y tiene una función dinámica para incre- sión génica al término, antes y después de la maduración cervi-
mentar la viscoelasticidad y la desorganización de la matriz. El couterina, notifican escaso aumento de la expresión de genes
HA de bajo peso molecular tiene propiedades proinflamatorias y proinflamatorios. En contraste, existe un incremento notable de
los estudios en ratones y mujeres revelan aumento de sus concen- los genes proinflamatorios e inmunosupresores en el cérvix des-
traciones durante el trabajo de parto y el puerperio (Akgul, 2012; pués del parto, en comparación con lo observado durante la
Ruscheinsky, 2008). La importancia de los cambios regulados en maduración del cérvix (Bollapragada, 2009; Hassan, 2006, 2009).
el tamaño de los HA durante la maduración y dilatación del cér- En modelos murinos existe migración de monocitos, pero no
vix está sustentada en un estudio en el que se valora la administra- su activación, antes del trabajo de parto (Timmons, 2006, 2007,
ción de hialuronidasa en el cérvix para su maduración en mujeres 2009). Los ratones con deficiencia del receptor para quimiocina
412 Trabajo de parto
CCR2, importante en el desplazamiento de los monocitos a los trabajo de parto está en proceso o es probable que comience en
tejidos, tienen trabajo de parto en el momento normal. Esto las siguientes horas o días.
apoya más la sugerencia de que el trabajo de parto no se inicia
Contracciones uterinas en el trabajo de parto
por una respuesta inflamatoria (Menzies, 2012). Además, la defi-
SECCIÓN 7
ciencia tisular de neutrófilos antes del nacimiento carece de efecto Entre las contracciones musculares fisiológicas, las del músculo
en el momento o el éxito del parto. Por último, la activación de liso uterino durante el trabajo de parto son singulares y doloro-
los neutrófilos, los macrófagos M1 proinflamatorios y, de manera sas. No se conoce con seguridad la causa del dolor, pero se han
alternativa de los macrófagos M2, aumenta en las 2 h siguientes al sugerido diversas posibilidades: 1) hipoxia del miometrio con-
parto. Esto sugiere la participación de las células inflamatorias en traído, como la de la angina de pecho; 2) compresión de gan-
la remodelación y reparación del cérvix después del parto. glios nerviosos en el cuello uterino y parte inferior del útero por
la contracción de los haces musculares entrecruzados; 3) esti-
Inducción y prevención ramiento del cuello uterino durante la dilatación, y 4) estira-
de la maduración cervicouterina miento del peritoneo sobre el fondo.
No existen tratamientos para prevenir la maduración cervicoute- La compresión de los ganglios nerviosos en el cuello uterino
rina prematura. El cerclaje del cuello uterino se emplea para corre- y el segmento uterino inferior por el miometrio contraído es
gir la insuficiencia cervicouterina, aunque el éxito parece limitado una hipótesis en particular interesante. La infiltración paracervi-
(Owen, 2012). En contraste, el tratamiento para inducir la madu- cal con un anestésico local casi siempre produce un alivio noto-
ración cervicouterina para inducir el trabajo de parto incluye la rio del dolor durante las contracciones (cap. 25, pág. 509). Las
aplicación directa de prostaglandinas E2 (PGE2) y F2α(PGF2α). contracciones uterinas son involuntarias y, en su mayor parte,
Es probable que las prostaglandinas modifiquen la estructura de la independientes del control extrauterino. El bloqueo neural con
matriz extracelular para favorecer la maduración. Aunque se des- la analgesia epidural no reduce su frecuencia o intensidad. En
conoce el papel de las prostaglandinas en la fisiología normal de otros ejemplos, las contracciones miometriales en mujeres para-
la maduración cervicouterina, esta propiedad es útil en la clínica pléjicas y en aquellas que se sometieron a simpatectomía lumbar
para ayudar a inducir el trabajo de parto (pág. 526). En algunas bilateral son normales, pero indoloras.
especies distintas del ser humano, las cascadas de fenómenos que El estiramiento mecánico del cuello uterino intensifica la
permiten la maduración del cuello uterino son inducidas por la actividad uterina en varias especies, incluidos los seres huma-
disminución de las concentraciones séricas de progesterona. En nos. Este fenómeno se refiere como reflejo de Ferguson (Fergu-
los seres humanos, la administración de antagonistas de la proges- son, 1941). No se conoce su mecanismo exacto; se ha sugerido
terona produce maduración del cuello uterino. Como se explica la liberación de oxitocina, pero no se ha comprobado. La mani-
más adelante, es posible que los seres humanos hayan desarro- pulación del cuello uterino y la “separación” de las membranas
llado mecanismos exclusivos para circunscribir la disminución de fetales se acompañan de un aumento de la concentración san-
la acción de la progesterona al cuello uterino y el miometrio. guínea del metabolito de la prostaglandina F2α (PGFM).
El intervalo entre las contracciones disminuye en forma gra-
■ Fase 3 del parto: trabajo de parto dual, de unos 10 min al principio de la primera etapa del trabajo de
parto a tan sólo 1 min o menos en la segunda etapa. Sin embargo,
Esta fase representa el trabajo de parto activo y por lo general los periodos de relajación entre las contracciones son esenciales
se divide en tres etapas que conforman la gráfica del trabajo de para el bienestar fetal. Las contracciones sin remisión comprome-
parto usada con regularidad y mostrada en la figura 21-2. Las eta- ten el flujo sanguíneo uteroplacentario en grado suficiente para
pas clínicas del trabajo de parto pueden resumirse de la siguiente causar hipoxemia fetal. En la fase activa del trabajo de parto, la
manera. La primera comienza cuando se producen contracciones duración de cada contracción varía entre 30 y 90 s, con promedio
uterinas espaciadas con frecuencia, intensidad y duración suficien- cercano a 1 min. Existe una variabilidad notoria en la intensidad
tes para iniciar el adelgazamiento del cérvix, o borramiento. Esta de la contracción durante el trabajo de parto normal. En particular,
etapa del trabajo de parto termina cuando el cérvix está dilatado la presión promedio del líquido amniótico generada por las con-
por completo, alrededor de 10 cm, para permitir el paso del feto tracciones durante el trabajo de parto espontáneo es de 40 mmHg,
con tamaño de término. Por lo tanto, la primera etapa del trabajo pero con variaciones entre 20 y 60 mmHg (pág. 498).
de parto es la etapa de borramiento y dilatación del cuello uterino.
La segunda etapa comienza cuando la dilatación del cue- Segmentos uterinos superior e inferior evidentes. Durante
llo uterino está completa y termina con el nacimiento. Por el trabajo de parto activo, las divisiones uterinas anatómicas que
esa razón, la segunda etapa del trabajo de parto es la etapa de se iniciaron en la fase 2 del parto se vuelven cada vez más evi-
expulsión fetal. Por último, la tercera etapa inicia justo después dentes (figs. 21-4 y 21-5). En la palpación abdominal, incluso
del nacimiento del feto y concluye con el alumbramiento de la antes de la rotura de membranas, algunas veces pueden diferen-
placenta. Por lo tanto, la tercera etapa del trabajo de parto es ciarse los dos segmentos. El segmento superior es firme durante
la etapa de la separación y expulsión de la placenta. las contracciones, mientras que el inferior es más blando, disten-
dido y más pasivo. Este mecanismo es indispensable porque, si
Primera etapa del trabajo de parto: se contrajera al mismo tiempo y con la misma intensidad todo
inicio clínico del trabajo de parto el miometrio, incluido el segmento uterino inferior, la fuerza de
En algunas mujeres, las contracciones uterinas intensas que pro- expulsión neta disminuiría demasiado. En consecuencia, el seg-
ducen el parto inician en forma súbita. En otras, el inicio del mento superior se contrae, retrae y expulsa al feto. Como res-
trabajo de parto es antecedido por la liberación espontánea de puesta a estas contracciones, el segmento uterino inferior y el
una pequeña cantidad de moco sanguinolento por la vagina; cuello uterino se dilatan y, al hacerlo, forman un tubo muy
dicho moco llena el conducto cervicouterino durante el emba- expandido y adelgazado por el cual puede pasar el feto.
razo y su liberación se denomina “expulsión del tapón mucoso”. El miometrio del segmento superior no se relaja hasta su lon-
Hay muy poca sangre en este tapón y su expulsión indica que el gitud original después de las contracciones. En realidad, se vuelve
Fisiología del trabajo de parto 413
Segmento Anillo de S
Segmento
activo retracción activo
CAPÍTULO 21
patológico
Cuerpo (Bandl)
A
Anillo Ph. R.R.
O.I. f
fisiológico
Istmo anatómico o Segmento
d retracción
de n
O.I. S o
Segmento pasivo pasivo
Cuello O.I. O.I. obliterado
co
histológico
uterino O.E. O.E. O.E.
O.E.
FIGURA 21-4. Secuencia del desarrollo de los segmentos y anillos del útero al término y en el trabajo de parto. Nótese la comparación entre el
útero no gestante, el útero de término y el útero durante el trabajo de parto. El segmento uterino inferior pasivo deriva del istmo y el anillo
fisiológico de retracción se desarrolla en la unión de los segmentos uterinos superior e inferior. El anillo de retracción patológico se desarrolla a
partir del anillo fisiológico. O.I., orificio interno; O.E., orificio externo; Ph. R.R., anillo de retracción fisiológico.
relativamente fijo en una longitud menor. El segmento uterino volumen de su contenido. Para que esto ocurra, sobre todo al
superior activo se contrae sobre su contenido cada vez menor, comienzo del trabajo de parto, cuando todo el útero es un saco
pero la tensión miometrial permanece constante. El efecto neto es cerrado con una dilatación mínima del cuello uterino, la muscu-
la conservación de la tensión, lo que mantiene la ventaja ganada latura del segmento inferior debe estirarse. Ello hace posible que
en la expulsión del feto. Al mismo tiempo, la musculatura uterina una parte cada vez mayor del contenido uterino ocupe el segmento
se mantiene en contacto firme con el contenido uterino. Como inferior. El segmento superior se retrae sólo en la medida en que el
consecuencia de la retracción, cada contracción sucesiva comienza segmento inferior se distiende y el cuello uterino se dilata.
donde quedó la predecesora. Es por ello que la parte superior de La relajación del segmento uterino inferior refleja la misma
la cavidad se vuelve un poco más pequeña con cada contracción progresión gradual de la retracción. Hay que recordar que des-
sucesiva. En virtud del acortamiento sucesivo de las fibras mus- pués de cada contracción del segmento superior, los músculos
culares, el segmento superior activo se engruesa cada vez más no regresan a la longitud previa, sino que la tensión permanece
durante la primera y segunda etapas del trabajo de parto (fig. sin modificación. En comparación, en el segmento inferior el
21-4). Este proceso continúa y tiene como resultado un segmento alargamiento sucesivo de las fibras con el trabajo de parto se
uterino superior sumamente engrosado justo después del parto. acompaña de adelgazamiento, que por lo regular llega a unos
En clínica es importante comprender que el fenómeno de la cuantos milímetros en la parte más delgada. Como efecto del
retracción del segmento superior depende de un descenso del adelgazamiento del segmento inferior y el engrosamiento simul-
táneo del segmento superior, se marca una frontera entre ambos
con una cresta en la superficie uterina interna, el anillo fisiológico
de retracción. Cuando el adelgazamiento del segmento uterino
inferior es extremo, como en el trabajo de parto obstruido, el
anillo es prominente y forma un anillo de retracción patológico.
Esta situación anormal también se conoce como anillo de Bandl,
que se describe con más detalle y se ilustra en la página 470.
Segmento activo Cambios en la forma uterina durante el trabajo de parto.
Cada contracción produce la elongación de la forma ovoide ute-
rina, con la disminución simultánea del diámetro horizontal.
Segmento pasivo
Este cambio de forma tiene efectos importantes en el proceso
del trabajo de parto. Primero, se observa una mayor presión en el
Nivel del orificio interno
del cuello uterino
eje fetal. El descenso del diámetro horizontal sirve para rectificar
Cuello uterino la columna vertebral del feto. Esto presiona al polo superior del
Nivel del orificio externo feto con firmeza contra el fondo, mientras que el polo inferior se
del cuello uterino
Vagina
empuja más hacia abajo. Se calcula que la elongación de la
forma ovoide llega a 5 y 10 cm. Segundo, con la elongación del
útero, las fibras musculares longitudinales se tensan. Como
resultado, el segmento inferior y el cérvix son las únicas partes
del útero flexibles y se desplazan hacia arriba y alrededor del
polo inferior del feto.
Fuerzas auxiliares en el trabajo de parto
FIGURA 21-5. El útero al momento del parto vaginal. El segmento
superior activo se retrae alrededor de la parte de la presentación con- Después de la dilatación completa del cérvix, la fuerza más
forme el feto desciende por el conducto del parto. En el segmento importante en la expulsión fetal es la producida por la pre-
inferior pasivo, el tono miometrial es mucho menor. sión intraabdominal materna. La contracción de los músculos
Fisiología del trabajo de parto 415
tamiento del conducto cervicouterino, de una longitud aproxi- trabajo de parto normal se forma una curva hiperbólica típica
mada de 2 cm a un simple orificio circular con bordes casi tan cuando se traza la estación de la cabeza fetal en función de la
delgados como el papel. Las fibras musculares próximas al nivel duración del trabajo de parto. La estación describe el descenso
CAPÍTULO 21
del orificio cervical interno son jaladas hacia arriba o “contraí- del diámetro biparietal fetal en relación con una línea trazada
das” hacia el interior del segmento uterino inferior. La condi- entre las espinas isquiáticas maternas (pág. 449). Por lo gene-
ción del orificio externo permanece sin cambios por un tiempo ral, el descenso activo ocurre cuando la dilatación ha avanzado
(fig. 21-6). un tiempo (fig. 21-8). En las nulíparas, la mayor velocidad de
El borramiento puede compararse con un proceso de aber- descenso suele observarse durante la fase de dilatación del cuello
tura en el que la longitud total de un cilindro se convierte en un uterino de pendiente máxima. En este momento, la velocidad
embudo abierto muy obtuso, con una pequeña abertura circu- de descenso también es máxima y se mantiene hasta que la pre-
lar. Dado el incremento de la actividad miometrial durante la sentación alcanza el piso perineal (Friedman, 1978).
preparación uterina para el trabajo de parto, en ocasiones se pro-
duce borramiento notorio del cuello uterino reblandecido antes Cambios en el piso pélvico durante
de que comience el trabajo de parto activo. El borramiento da el trabajo de parto
lugar a la expulsión del tapón mucoso a medida que el conducto Al conducto del parto lo sostienen varias capas de tejidos que
cervicouterino se acorta. forman en conjunto el piso pélvico y también constituyen un
Como el segmento inferior y el cuello uterino tienen menor cierre funcional. Estas estructuras anatómicas se muestran con
resistencia durante una contracción, se ejerce un tirón centrí- detalle en la página 22. Las estructuras más importantes son el
fugo en el cuello uterino que produce la distensión, o dilatación músculo elevador del ano y el tejido conjuntivo fibromuscular
del cuello uterino (fig. 21-7). Como las contracciones uterinas que cubre sus superficies superior e inferior. Hay cambios mar-
ejercen presión sobre las membranas, la acción hidrostática del cados en las propiedades biomecánicas de estas estructuras y la
saco amniótico dilata a su vez al conducto cervicouterino como pared vaginal durante el parto que son resultado de los cam-
una cuña. En ausencia de membranas intactas, la presión de bios en la estructura o composición de la matriz extracelular
la presentación contra el cuello uterino y el segmento uterino (Lowder, 2007; Rahn, 2008). El elevador del ano consiste en los
inferior es igual de eficaz. La rotura temprana de las membranas músculos pubovesical, puborrectal e iliococcígeo, que cierran
no retrasa la dilatación del cuello uterino, siempre que la parte el extremo inferior de la cavidad pélvica como un diafragma.
fetal de presentación esté situada para ejercer presión contra el Por lo tanto, se presentan una superficie superior cóncava y una
cuello uterino y el segmento inferior. El proceso de borramiento inferior convexa. Las porciones posterior y lateral del piso pél-
y dilatación del cuello uterino induce la formación de la bolsa vico, que no están cubiertas por el elevador del ano, se hallan
anterior de líquido amniótico, que es la porción de avanzada del ocupadas a ambos lados por los músculos piriforme y coccígeo.
saco amniótico y el líquido situado al frente de la presentación. El grosor del músculo elevador del ano varía de 3 a 5 mm,
Ya se observó en la figura 21-2 que la dilatación del cue- aunque los márgenes que rodean al recto y la vagina son un
llo uterino se divide en las fases latente y activa. Esta última poco más gruesos. Durante el embarazo, el elevador del ano casi
se subdivide, además, en fase de aceleración, fase de pendiente siempre experimenta hipertrofia, forma una banda gruesa que se
máxima y fase de desaceleración (Friedman, 1978). La duración extiende hacia atrás desde el pubis y rodea la vagina unos 2 cm
de la fase latente es más variable y sensible a los cambios por por arriba del plano del himen. Con la contracción, el elevador
factores externos. Por ejemplo, la sedación
puede prolongar la fase latente y la esti-
mulación miometrial la acorta. La dura- Fase de
pendiente
ción de la fase latente tiene poco efecto Descenso fetal
Descenso
desaceleración
máxima
sobre la evolución posterior del trabajo de
Fase de
aceleración
pleta. Una vez que comienza la segunda
DIVISIÓN
etapa, sólo el descenso progresivo de la Dilatación del cuello uterino
DE
presentación predice el progreso ulterior. DILATACIÓN
DIVISIÓN
DIVISIÓN PREPARATORIA
PÉLVICA
del ano atrae al recto y la vagina hacia delante y arriba, en direc- Amnios
ción de la sínfisis del pubis, por lo cual cierra la vagina. Corion
En la primera etapa del trabajo de parto, las membranas Decidua verdadera
(cuando siguen intactas) y la parte fetal de presentación sirven Miometrio
SECCIÓN 7
CAPÍTULO 21
Esto comprime directamente los grandes vasos uterinos y permite de genes clave que codifican proteínas que anulan o intensifi-
la trombosis de su luz para prevenir la hemorragia (fig. 2-11). Por can la contractilidad celular. Estas proteínas: 1) intensifican las
lo regular, esto se intensifica con uterotónicos (cap. 27, pág. 547). interacciones entre las proteínas actina y miosina que produ-
A continuación inician de manera oportuna la involución cen la contracción muscular; 2) aumentan la excitabilidad de
uterina y la reparación cervicouterina, procesos de remodela- las células miometriales individuales, y 3) facilitan la comuni-
ción ambos que devuelven estos órganos a su estado no gestante. cación intracelular que posibilita el desarrollo de contracciones
Dichos procesos protegen a los órganos reproductores de la sincrónicas.
invasión de microorganismos comensales y restauran la capaci-
Interacciones actina-miosina. La interacción de la miosina y
dad de respuesta endometrial a los ciclos hormonales normales.
la actina es esencial para la contracción muscular. Esta interac-
Durante el puerperio temprano comienza la lactogénesis y el
ción exige que la actina cambie de una forma globular a una
descenso de leche en las glándulas mamarias, como se describe
filamentosa. Además, la actina debe unirse con el citoesqueleto
en el capítulo 36 (pág. 672). La reanudación de la ovulación
en puntos focales de la membrana celular para permitir el desa-
señala la preparación para el siguiente embarazo. Las más de las
rrollo de tensión (fig. 21-11). La actina debe unirse con la mio-
veces, esto sucede cuatro a seis semanas después del parto, pero
sina, la cual está compuesta por múltiples cadenas ligeras y pesa-
depende de la duración de la lactancia, así como de la anovula-
das. La interacción de la miosina y la actina activa a la adenosina
ción y amenorrea inducidas por el amamantamiento y mediadas
trifosfatasa (ATP-asa), hidroliza al trifosfato de adenosina y
por la prolactina.
genera fuerza. Esta interacción se produce por la fosforilación
enzimática de la cadena ligera de 20 kDa de la miosina (Stull,
PROCESOS FISIOLÓGICOS Y BIOQUÍMICOS 1988, 1998). La enzima cinasa de la cadena ligera de miosina,
QUE REGULAN EL PARTO que se activa mediante calcio, cataliza esta reacción. El calcio se
une a la calmodulina, una proteína reguladora de unión al cal-
Existen dos teorías contemporáneas acerca del inicio del trabajo cio, que a su vez se une a la cinasa de la cadena ligera de miosina
de parto. En términos simplificados, la primera es la pérdida y la activa.
funcional de los factores que mantienen el embarazo; la segunda
se enfoca en la síntesis de factores que inducen el parto. Algunos Calcio intracelular. Los agentes que estimulan la contracción
investigadores también han conjeturado que el feto maduro es actúan sobre las células miometriales para aumentar la concen-
la fuente de la señal inicial para el comienzo del parto. Otros tración de calcio intracelular citosólico [Ca2+]i, o para permitir la
sugieren que la causa inmediata es la existencia de una o más entrada de calcio extracelular a través de conductos del calcio
uterotoninas, producidas en mayores cantidades, o el aumento regulados por ligando o voltaje (fig. 21-11). Por ejemplo, la pros-
de la cantidad de receptores miometriales para uterotoninas. En taglandina F2α y la oxitocina se unen a sus receptores durante el
realidad, en la mayoría de las teorías del parto se incluye la parti- trabajo de parto, lo cual abre los conductos del calcio activados
cipación obligada de una o más uterotoninas, ya sea como fenó- por ligando. La activación de estos receptores también libera cal-
meno primario o secundario, en los sucesos finales del parto. cio del retículo sarcoplásmico para reducir la electronegatividad
Ambas dependen de la regulación cuidadosa de la contracción intracelular. Los conductos del calcio activados por voltaje se
del músculo liso. abren, más iones calcio ingresan a la célula y se produce la despo-
larización celular. El aumento de la [Ca2+]i es a menudo transito-
■ Acción miometrial rio, pero las contracciones se prolongan por la inhibición de la
actividad de la miosina fosfatasa (Woodcock, 2004).
Consideraciones anatómicas y fisiológicas Por lo regular, las condiciones que reducen la [Ca2+]i e
El músculo liso, incluido el miometrio, tiene características úni- incrementan la concentración intracelular de monofosfato de
cas, distintas de las del músculo esquelético, que le confieren adenosina cíclico (cAMP) o monofosfato de guanosina cíclico
ventajas para la eficiencia de la contracción uterina y el naci- (cGMP) inducen la relajación uterina. La hormona liberadora
miento del feto. Primero, el grado de acortamiento de las célu- de corticotropina es uno de varios factores conocidos que regu-
las musculares lisas con las contracciones puede ser un orden de lan la [Ca2+]i y después modulan la expresión de los conductos
magnitud mayor al que alcanzan las células de músculo estriado. de potasio de conductancia grandes (BKCa) en el miometrio
Segundo, en las células musculares lisas pueden ejercerse fuerzas humano (Xu, 2011; You, 2012). Estudios genéticos en los seres hu-
en múltiples direcciones, en tanto que la fuerza de contracción manos y la expresión excesiva transgénica en ratones revelan que
generada por el músculo esquelético siempre está alineada con los conductos de K+ isoforma 3 (SK3) de conductancia activa-
el eje de las fibras musculares. Tercero, el músculo liso no está dos por calcio pequeños también pueden participar en el man-
organizado en la misma forma que el músculo esquelético. En tenimiento de la relajación uterina (Day, 2011; Rada, 2012).
el miometrio existen filamentos gruesos y delgados en haces lar- La expresión del conducto SK3 se atenúa al final del embarazo
gos y aleatorios en todas las células. Esta disposición plexiforme de término, conforme aumenta la contractilidad, y la expresión
favorece un acortamiento más marcado y mayor capacidad gene- excesiva de SK3 en los ratones transgénicos amortigua la fuerza
radora de fuerza. Por último, la generación más intensa de fuerza de las contracciones uterinas para impedir el parto. La figura
multidireccional en el fondo uterino, en comparación con la del 21-11 muestra un posible mecanismo más que mantiene la rela-
segmento uterino inferior, permite la versatilidad en la dirección jación: la promoción de la forma globular de la actina, más que
de la fuerza expulsiva. Por lo tanto, estas fuerzas pueden produ- las fibrillas necesarias para la contracción (Macphee, 2000; Yu,
cirse cualesquiera que sean la presentación o la posición fetal. 1998).
418 Trabajo de parto
+ Miosina LC20
PKA Núcleo
Fosfatasa
Gs cAMP
AC Miosina
R-PKA Fosfomiosina
ATP LC20
Actina
Ca++ intracelular bajo globular
B Oxitocina, Contracción
trombina,
prostaglandina F2α Contracción Actinina α
Cinasa de la
cadena ligera Miosina LC20
GF de miosina
Actina
PLC Miosina
DAG + IP3 Complejo Ca++-calmodulina Fosfomiosina
PIP3 LC20
Calmodulina
Cuerpo
denso
Ca++ intracelular alto
Ca++ Ca++
Retículo
sarcoplásmico
Ca++
FIGURA 21-11. Relajación y contracción del miocito uterino. A. La relajación uterina se mantiene por factores que incrementan el monofosfato
cíclico de adenosina (cAMP) miocítico. Esto activa la proteína cinasa A (PKA) para estimular la actividad de la fosfodiesterasa con desfosforilación
de la cinasa de la cadena ligera de la miosina (MLCK). Existen procesos que mantienen la actina en una forma globular y evitan por tanto la for-
mación de fibrillas que causan las contracciones. B. Las contracciones uterinas se producen por la reversión de estas secuencias. En este caso, la
actina asume una forma fibrilar y el calcio entra a la célula para combinarse con calmodulina y formar complejos. Estos complejos activan la
MLCK para inducir la fosforilación de las cadenas ligeras de la miosina. Esto genera actividad de la ATPasa, que induce el deslizamiento de la
miosina sobre las fibrillas de actina, la cual contrae al útero. AC, adenililciclasa; Ca++, calcio; DAG, diacilglicerol; Gs y Gα, proteínas receptoras G;
IP3, trifosfato de inositol; LC20, cadena ligera 20; PIP3, 3,4,5-trifosfato de fosfatidilinositol; PLC, fosfolipasa C; R-PKA, proteína cinasa inactiva.
(Modificada con autorización de Smith, 2007.)
Además de la contractilidad del miocito, su excitabilidad en dos proteínas “hemi-conductos” (Sáez, 2005). Cada uno de
también está regulada por cambios en el gradiente de potencial estos conexones está formado por seis subunidades proteínicas
electroquímico a través de la membrana plasmática. Antes del conexina (fig. 21-12). Dichos pares de conexones establecen un
trabajo de parto, los miocitos mantienen una electronegativi- conducto entre las células acopladas para el intercambio de
dad interior relativamente alta. Este estado se conserva por las moléculas pequeñas, que pueden ser nutrimentos, desechos,
acciones combinadas de la bomba de sodio y potasio impulsada metabolitos, segundos mensajeros o iones.
por ATP-asa y el conducto de potasio sensible a voltaje y Ca2+ Se cree que el número óptimo de uniones comunicantes
de alta conductancia, los conductos maxi-K (Parkington, 2001). es importante para la sincronía miometrial eléctrica. Cuatro
Durante la quiescencia uterina, el conducto maxi-K se abre y conexinas descritas en el útero son las conexinas 26, 40, 43 y
permite que el potasio salga de la célula para mantener la elec- 45. Las uniones de conexina 43 son escasas en el útero no ges-
tronegatividad interior. Al momento del trabajo de parto, los tante, y su tamaño y abundancia aumentan durante el parto
cambios en la electronegatividad conducen a la despolarización humano (Chow, 1994). Además, los modelos de ratones defi-
y contracción (Brainard, 2005; Chanrachakul, 2003). A medida cientes en uniones comunicantes enriquecidas en conexina 43
que progresa el parto, aumenta la sincronización de la actividad tienen parto tardío, lo que sustenta su función (Döring, 2006;
eléctrica uterina. Tong, 2009).
Uniones intercelulares comunicantes miometriales. Las se- Receptores en la superficie celular. Hay varios receptores en
ñales celulares que controlan la contracción y relajación miome- la superficie celular que pueden regular en forma directa el
triales pueden transferirse de manera eficaz entre las células a estado contráctil del miocito. Tres de las clases principales están
través de conductos de unión intercelular. La comunicación se vinculadas con proteína G, con conductos iónicos y enzimas. Se
establece entre los miocitos mediante las uniones comunicantes, han identificado muchos ejemplos de cada una en el miometrio
que favorecen el paso de corrientes de acoplamiento eléctrico o humano. Además, parecen modificarse durante las fases del
iónico, además del acoplamiento de metabolitos. Los conductos parto. La mayor parte de los receptores acoplados con las proteí-
transmembrana que forman las uniones comunicantes consisten nas G se relaciona con la activación de la adenililciclasa, como
Fisiología del trabajo de parto 419
CAPÍTULO 21
cesos que resuelven la inflamación, favorecen la reparación tisular
y regeneran el tejido conjuntivo denso cervicouterino para que
Conexón
recupere su integridad estructural y fuerza mecánica.
Conexón
(célula 1) (célula 2)
FIGURA 21-12. Las subunidades proteínicas de los conductos de Contribuciones de la progesterona y el estrógeno
uniones intercelulares comunicantes se llaman conexinas. Seis conexi- En muchas especies, la función de las hormonas esteroides
nas forman un semiconducto (conexón) y dos conexones (uno de cada sexuales es clara: la progesterona inhibe y el estrógeno induce
célula) integran el conducto de la unión intercelular comunicante. Los
los sucesos que conducen al parto. Sin embargo, en los humanos
conexones y los conductos de la unión intercelular comunicante pue-
den formarse con una o más proteínas conexinas. La composición del parece más probable que tanto el estrógeno como la progeste-
conducto de la unión comunicante es importante por su selectividad rona sean componentes de un sistema molecular más amplio
para el paso de moléculas y la comunicación entre las células. que propicia y mantiene la quiescencia uterina. En muchas
especies, la eliminación de la progesterona, es decir, la privación
de progesterona, es un predecesor directo del paso de la fase 1 a la
CRHR1α y los receptores para LH (fig. 21-13). Sin embargo, 2 del parto. Más aún, la administración de progesterona a algu-
otros receptores miometriales acoplados con proteína G guar- nas especies puede retrasar el parto mediante el decremento de
dan relación con la activación de fosfolipasa C mediada por pro- la actividad miometrial y la competencia cervicouterina conti-
teína G. Los ligandos para los receptores acoplados con proteína nuada (Challis, 1994). Los estudios en estas especies condujeron
G incluyen muchos neuropéptidos, hormonas y autacoides. a comprender de mejor manera por qué el miometrio repleto de
Muchas de estas moléculas están disponibles para el miometrio progesterona de la fase 1 es relativamente incontráctil.
durante el embarazo en altas concentraciones a través de meca- Las concentraciones plasmáticas de estrógeno y progesterona
nismos endocrinos o autocrinos (fig. 21-14). en el embarazo normal son enormes y exceden por mucho las
constantes de afinidad de sus receptores. Por esta razón es difícil
comprender cómo los cambios sutiles en la proporción de sus con-
■ Dilatación del cuello uterino centraciones pueden modular los procesos fisiológicos durante el
durante el trabajo de parto embarazo. Sin embargo, la evidencia teleológica del aumento de
Durante la dilatación cervicouterina entra una cantidad abun- la proporción progesterona-estrógeno en el mantenimiento del
dante de leucocitos al estroma cervicouterino (Sakamoto, 2004, embarazo y el declive de la proporción progesterona-estrógeno
2005). Las cantidades en el tejido cervical de factores quimiotácti- para el parto es abrumadora. En todas las especies estudiadas hasta
cos, como IL-8, aumentan justo después del parto, al igual que los ahora, incluida la humana, la administración del antagonista del
receptores para IL-8. La identificación de genes con incremento receptor para progesterona mifepristona (RU-486) u onapristona
regulado apenas después del parto vaginal sugiere, además, que favorece algunas o todas las manifestaciones fundamentales del
la dilatación y las primeras etapas de la reparación puerperal se parto. Éstas incluyen maduración y aumento de la distensibilidad
favorecen por respuestas inflamatorias, apoptosis y activación de del cuello uterino y mayor sensibilidad uterina a las uterotoninas
proteasas que degradan los componentes de la matriz extracelular (Bygdeman, 1994; Chwalisz, 1994a; Wolf, 1993).
(Hassan, 2006; Havelock, 2005). La composición de glucosami- La función exacta del estrógeno en la regulación de la activi-
noglucanos, proteoglucanos y fibrillas de colágeno mal formadas dad uterina humana y la competencia cervicouterina se conoce
que fueron necesarios durante la maduración y dilatación deben aún menos. No obstante, el estrógeno puede estimular al pare-
420 Trabajo de parto
A B
FIGURA 21-13. Vías de transducción de señal del receptor acoplado con proteína G. A. Los receptores acoplados con proteínas de unión con tri-
fosfato de guanosina heterotrimérico (GTP) (proteínas G) son proteínas integrales transmembrana que traducen señales extracelulares al interior
de la célula. Los receptores acoplados con proteína G tienen una fracción estructural común consistente en siete regiones que abarcan la mem-
brana. B. La ocupación del receptor promueve la interacción entre el receptor y la proteína G en la superficie interior de la membrana. Esto
induce un intercambio de difosfato de guanosina (GDP) por GTP en la subunidad α de la proteína G y disociación de la subunidad α del heterodí-
mero βγ. Según sea su isoforma, el complejo de la subunidad GTP-α media las señales intracelulares, ya sea en modo indirecto por acción en
moléculas efectoras como la adenililciclasa (AC) o fosfolipasa C (PLC), o en forma directa mediante la regulación de la función del conducto
iónico o una cinasa. cAMP, monofosfato de adenosina cíclico; DAG, diacilglicerol; IP3, trifosfato de inositol.
Sangre
materna
Miometrio
Miometrio
Amnios
Hoja
del
corion
liso
Decidua
parietal
FIGURA 21-14. Sistema teórico a prueba de fallas que incluye mecanismos endocrinos, paracrinos y autocrinos para mantener la fase 1 del
parto, la quiescencia uterina. CRH, hormona liberadora de corticotropina; hCG, gonadotropina coriónica humana; PGE2, prostaglandina E2;
PGI2, prostaglandina I2; PGDH, 15-hidroxiprostaglandina deshidrogenasa.
Fisiología del trabajo de parto 421
CAPÍTULO 21
Actividad uterina
PARTO
El miometrio contiene varios receptores
acoplados con proteína G que en condicio-
nes normales se relacionan con la activación
mediada por Gαs de la adenilato ciclasa y el
aumento de las cifras de cAMP. Estos recep-
tores, junto con los ligandos apropiados,
pueden actuar en concierto con las hormonas
Fase 1 Fase 2 Fase 3 Fase 4 esteroideas sexuales como parte de un sistema
(Quiescencia) (Activación) (Estimulación) (Involución) a prueba de fallas para conservar la quiescen-
Progesterona Estrógeno Prostaglandinas Oxitocina cia uterina (Price, 2000; Sanborn, 1998).
Prostaciclina Progesterona Oxitocina Activación Receptores adrenérgicos β. Estos recepto-
Relaxina (supresión no típica) Relaxina de células
PGDH Estiramiento uterino ¿CRH? inflamatorias res son ejemplos prototípicos de la señaliza-
Óxido nítrico Receptores en unión ¿Activación ción de cAMP que produce relajación mio-
¿hCG? comunicante de células metrial. Los compuestos que se unen con
¿CRH? Relaxina inflamatorias? estos receptores se han usado como tocolíti-
Hialuronano ↑
Cambios en composición
cos en el trabajo de parto prematuro e inclu-
de proteoglucano yen ritodrina y terbutalina (pág. 852). Los
¿Señales fetales (SPA, CRH)? receptores adrenérgicos β median los aumen-
¿Prostaglandinas? tos de la adenililciclasa estimulados por Gαs,
¿Cortisol?
el aumento de la concentración de cAMP y la
relajación de las células miometriales. Es pro-
FIGURA 21-15. Factores clave que regulan al parecer las fases del parto. CRH, hormona libe- bable que el factor limitante del ritmo sea el
radora de corticotropina; hCG, gonadotropina coriónica humana; SPA, proteína A surfactante.
(Adaptada con autorización de Challis, 2002.)
número de receptores expresados y el grado
de expresión de la adenililciclasa.
Receptores para hormona luteinizante (LH) y gonadotro-
cer la capacidad de respuesta a la progesterona y al hacerlo favorece pina coriónica humana (hCG). Estas hormonas comparten el
la quiescencia uterina. El receptor para estrógeno actúa a través mismo receptor y está demostrada la presencia de este receptor
del elemento de respuesta al estrógeno del gen para el receptor acoplado con proteína G en el músculo liso miometrial y los
de progesterona y así induce la síntesis del receptor para proges- vasos sanguíneos (Lei, 1992; Ziecik, 1992). La cantidad de
terona, lo cual acentúa la función mediada por esta hormona. receptores miometriales para LH-hCG durante el embarazo es
Comunicación intercelular miometrial. La progesterona más alta antes que durante el trabajo de parto (Zuo, 1994). La
suele mantener la quiescencia uterina mediante varios mecanis- gonadotropina coriónica activa a la adenililciclasa mediante un
mos que reducen la expresión de las proteínas relacionadas con sistema de la membrana plasmática vinculado con Gαs. Esto
la contracción (CAP, contraction-associated proteins) (pág. 410). reduce la frecuencia y fuerza de contracción, y también el
La progesterona puede inducir la expresión del factor de trans- número de uniones intercelulares comunicantes específicas del
cripción inhibidor ZEB1 (proteína 1 de homeocaja para unión tejido en las células miometriales (Ambrus, 1994; Eta, 1994).
con la caja E del dedo de cinc), que puede inhibir la expresión Por consiguiente, las concentraciones circulantes altas de hCG
de los genes de CAP, conexina 43, y del receptor para oxitocina pueden ser un mecanismo para inducir la quiescencia uterina.
(Renthal, 2010). Como mecanismo adicional, la progesterona Relaxina. Esta hormona peptídica se integra con una cadena A
unida con el receptor para progesterona (PR) puede atraer fac- y una B, y posee una estructura similar a la familia de proteínas
tores regulatorios concurrentes, que incluyen el PSF (factor de de la insulina (Bogic, 1995; Weiss, 1995). La relaxina media la
corte y pegado relacionado con la proteína de unión del tracto prolongación del ligamento púbico, el ablandamiento del cuello
de polipirimidina) y Sin3A/HDAC (homólogo A dependiente uterino, la relajación vaginal y la inhibición de las contraccio-
3 del cambio de levadura/complejo correpresor de la histona nes uterinas. Hay dos genes humanos independientes para la
desacetilasa), que inhiben la expresión del gen que codifica la relaxina, designados como H1 y H2. El gen H1 se expresa sobre
proteína de la unión comunicante conexina 43 en los miocitos todo en la decidua, el trofoblasto y la próstata, mientras que el
de rata y ser humano (Xie, 2012). gen H2 se expresa en particular en el cuerpo amarillo.
Al final del embarazo, el mayor estiramiento junto con el Se cree que la relaxina en el plasma de las embarazadas pro-
incremento de la dominancia del estrógeno conduce al declive viene sólo de la secreción del cuerpo amarillo. La concentración
de las concentraciones de PSF y Sin/HDAC, lo que termina con plasmática alcanza su punto máximo cercano a 1 ng/ml entre
la supresión de la expresión de conexina 43 ejercida por la pro- las ocho y 12 semanas, y luego llega a cifras bajas que persisten
gesterona. Además, con la pérdida de la función de la progeste- hasta el término. El receptor de la membrana plasmática para
rona al término del embarazo, la concentración de ZEB1 dismi- relaxina, el receptor 1 para péptido de la familia de la relaxina
nuye por el incremento de la generación de moléculas pequeñas (RXFP1), media la activación de la adenililciclasa. La relaxina
reguladoras de RNA, llamadas micro-RNA. Esto libera la inhibe las contracciones de tiras de miometrio no gestante, pero
inhibición de la conexina 43 y la cantidad de receptores para no inhibe las del tejido uterino tomado de mujeres embaraza-
422 Trabajo de parto
o
Fosfolipasa C con
Hormona liberadora de corticotropina (CRH). Esta hor-
lipasas para diacilglicerol
mona se sintetiza en la placenta e hipotálamo. Como se explica
más adelante, las concentraciones plasmáticas de CRH aumen-
tan en gran proporción durante las últimas seis a ocho semanas Ácido araquidónico
del embarazo normal y se ha referido su intervención en los
mecanismos que controlan el momento del parto humano Sintasa
(Smith, 2007; Wadhwa, 1998). En apariencia, la CRH favorece de prostaglandina
la quiescencia miometrial durante la mayor parte del embarazo H2 tipos 1 o 2
y ayuda a las contracciones miometriales cuando inicia el parto. (PGHS-1 y PGHS-2)
Estudios recientes sugieren que estas acciones opuestas se pro-
ducen por acciones distintas de la CRH a través de su receptor
PGH2
CRHR1. En el miometrio de término sin trabajo de parto, la
interacción de CRH con su receptor CRHR1 activa la vía de
señalización Gs-adenilato ciclasa-cAMP. Esto inhibe la síntesis Isomerasas
de trifosfato de inositol (IP3) y estabiliza la [Ca2+]i (You, 2012). de prostaglandina
En el miometrio de término en trabajo de parto, la [Ca2+]i
aumenta por activación de las proteínas Gq y Gi mediante Prostaglandinas
CRH, lo que estimula la síntesis de IP3 y aumenta la contracti-
lidad. Otro aspecto de la regulación de CRH es la ligadura de
Deshidrogenasa de
esta hormona con su proteína de unión, lo que limita su biodis-
15-hidroxiprostaglandina
ponibilidad. La concentración de la proteína para unión con (PGDH)
CRH es alta durante el embarazo y se ha informado que decrece
al momento del trabajo de parto. Metabolitos inactivos
de prostaglandina
Prostaglandinas. Estas moléculas interactúan con una familia
de ocho receptores acoplados con proteína G distintos, varios de FIGURA 21-16. Sinopsis de la vía biosintética de prostaglandinas.
los cuales se expresan en el miometrio (Myatt, 2004). Por lo gene-
ral, las prostaglandinas se consideran uterotoninas, pero tienen
efectos diversos y algunas actúan como relajantes del músculo liso. se clasifica de acuerdo con la especificidad de unión de un recep-
Las principales vías sintéticas que participan en la biosíntesis tor determinado con una prostaglandina particular. Tanto PGE2
de prostaglandinas se muestran en la figura 21-16. Las prosta- como PGI2 pueden actuar para mantener la quiescencia uterina
glandinas se producen a partir del ácido araquidónico plasmático mediante el aumento de la señalización de cAMP, aunque PGE2
derivado de la membrana, que por lo general se libera por acción puede favorecer la contractilidad uterina mediante la unión con
de las fosfolipasas A2 o C. En consecuencia, el ácido araquidónico los receptores EP1 y EP3. Además, está demostrado que PGE2,
puede actuar como sustrato para la sintasa de prostaglandina H PGD2 y PGI2 causan relajación del músculo liso vascular y vaso-
tipos 1 y 2 (PGHS-1 y -2), también llamadas ciclooxigenasas dilatación en muchas circunstancias. Por lo tanto, es probable
1 y 2 (COX-1 y COX-2). Ambas isoformas de PGHS convierten que la generación de prostaglandinas específicas o la expresión
el ácido araquidónico en el endoperóxido inestable prostaglandina relativa de varios receptores para prostaglandinas determinen
G2 y luego en prostaglandina H2. Estas enzimas son el blanco de las respuestas miometriales a las prostaglandinas (Lyall, 2002;
muchos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID, nonsteroidal Olson, 2003, 2007; Smith, 2001; Smith, 1998).
antiinflammatory drugs). En realidad, las acciones tocolíticas de Además de los cambios gestacionales, otros estudios mues-
NSAID específicos, como se explica en la página 852, se con- tran que son posibles cambios regionales en los segmentos uteri-
sideraban alentadoras, hasta que se demostró que tienen efectos nos superior e inferior. La expresión de COX-2 está regulada en
adversos en el feto (Loudon, 2003; Olson, 2003, 2007). términos de espacio en el miometrio y el cuello uterino durante
La prostaglandina H2 se convierte en prostaglandinas activas el embarazo y el trabajo de parto; se ha observado un gradiente
por efecto de las prostaglandinas isomerasas; las prostaglandinas ascendente de concentración desde el fondo hasta el cuello ute-
producidas incluyen PGE2, PGF2α y PGI2. La expresión de la iso- rino (Havelock, 2005). Por consiguiente, es del todo posible
merasa es específica del tejido, por lo que controla la producción que los prostanoides contribuyan a la relajación miometrial
relativa de las distintas prostaglandinas. Otro punto de control en una etapa del embarazo y a las contracciones miometriales
importante para la actividad de las prostaglandinas es su metabo- regionales (fúndicas) después del inicio del parto (Myatt, 2004).
lismo, que casi siempre se produce por acción de la 15-hidroxi-
prostaglandina deshidrogenasa (PGDH). La expresión de esta Péptidos natriuréticos auricular y cerebral,
enzima puede regularse en el útero, lo cual es importante por su y monofosfato cíclico de guanosina (cGMP)
capacidad para desactivar con rapidez a las prostaglandinas. La activación de la guanililciclasa incrementa la cantidad intrace-
El efecto de las prostaglandinas en los tejidos blanco se com- lular de cGMP, lo que también favorece la relajación del múscu-
plica porque hay varios receptores para prostaglandina acopla- lo liso (Word, 1993). La concentración de cGMP intracelu-
dos con proteína G (Coleman, 1994). Esta familia de receptores lar aumenta en el miometrio y puede estimularse mediante el
Fisiología del trabajo de parto 423
péptido natriurético auricular (ANP, atrial natriuretic peptide), en el embarazo humano. Es posible que la privación funcional
receptores para péptido natriurético cerebral (BNP, brain natriu- o antagonismo de la progesterona estén mediados por varios
retic peptide) y óxido nítrico (Telfer, 2001). Todos estos factores mecanismos: 1) cambios en la expresión relativa de las isoformas
CAPÍTULO 21
y sus receptores se expresan en el útero gestante. Sin embargo, nucleares del receptor para progesterona, PR-A, PR-B y PR-C;
aún no se ha dilucidado si estos factores y el cGMP intracelular 2) cambios en la expresión relativa de los receptores para proges-
participan en la quiescencia uterina en la fisiología normal del terona unidos con la membrana; 3) modificaciones en el recep-
embarazo (Itoh, 1994; Yallampalli, 1994a,b). tor de progesterona posteriores a su traducción; 4) alteraciones
en la actividad del PR mediante cambios en la expresión de los
Degradación acelerada de uterotoninas coactivadores o correpresores que tienen influencia directa en
Además de los compuestos inducidos por el embarazo que favo- la función del receptor; 5) desactivación local de la progeste-
recen el estado refractario de las células miometriales, se produ- rona por enzimas metabolizadoras de esteroides o síntesis de un
cen aumentos notables de la actividad de enzimas que degradan antagonista natural, y 6) regulación mediante micro-RNA de las
o desactivan a las uterotoninas endógenas. Algunas de éstas y las enzimas metabolizadoras de progesterona y factores de transcrip-
enzimas que las degradan son PGDH y prostaglandinas; ence- ción que modulan la quiescencia uterina.
falinasa y endotelinas; oxitocinasa y oxitocina; diamina oxidasa Hay evidencia de que la actividad del receptor para progeste-
e histamina; catecol-O-metiltransferasa y catecolaminas; angio- rona disminuye hacia el final del embarazo. Una serie de estudios
tensinasas y angiotensina II, y el factor activador plaquetario mostró que el índice relativo entre PR-A y PR-B dentro del mio-
(PAF, platelet-activating factor) acetilhidrolasa y PAF. La activi- metrio, decidua y corion cambia hacia el término del embarazo
dad de estas enzimas se acentúa por efecto de la progesterona (Madsen, 2004; Mesiano, 2002; Pieber, 2001). En particular, el
y muchas decrecen hacia el final del embarazo (Bates, 1979; incremento de la cantidad de PR-A durante el parto disminuye
Casey, 1980; Germain, 1994). las acciones antiinflamatorias de PR-B, lo que induce la expresión
de genes proinflamatorios al término del embarazo (Tan, 2012).
Además, está demostrado que tales actividades son específicas de
■ Fase 2: activación uterina los segmentos uterinos superior e inferior (Condon, 2003, 2006).
y maduración cervicouterina De igual manera, los estudios del estroma cervicouterino sugie-
Privación típica de progesterona y parto ren cambios en las concentraciones de la isoforma del receptor
Los factores clave de la activación uterina se muestran en la figura (Stjernholm-Vladic, 2004). Asimismo, las isoformas de PR en
21-15. En las especies que presentan privación de progesterona, el la membrana también se expresan en el miometrio y la placenta.
avance del parto hasta el trabajo de parto puede bloquearse con la Sin embargo, todavía no se determina si participan para promo-
administración de progesterona a la madre. Sin embargo, existen ver la transición de la quiescencia a la activación del miometrio
informes inconsistentes acerca de si la administración de proges- (Chapman, 2006; Karteris, 2006; Zachariades, 2012). Hay evi-
terona a mujeres embarazadas puede retrasar el inicio oportuno dencia en modelos de roedores de que la acción local de enzimas
del parto o prevenir el trabajo de parto prematuro. La posibilidad como la esteroide 5α-reductasa tipo 1 o la 20α-hidroxiesteroide
de que las inyecciones o los supositorios vaginales de progesterona deshidrogenasa (20α-HSD) catabolizan la progesterona hasta
puedan usarse para prevenir el trabajo de parto se ha analizado metabolitos que tienen poca afinidad por el receptor para proges-
en varios estudios con asignación al azar realizados en los últimos terona (Mahendroo, 1999; Piekorz, 2005). En el cérvix humano,
15 años. Éstos se describen en el capítulo 42 (pág. 844), pero en la actividad reducida de la 17β-hidroxiesteroide deshidrogenasa
general su uso aporta beneficios clínicos marginales para prevenir tipo 2 al término produce un aumento neto de las cantidades de
el parto prematuro y la morbilidad perinatal relacionada. estrógeno y descenso de las de progesterona (Andersson, 2008).
Estudios recientes proporcionan información nueva sobre la fun-
Antagonistas del receptor ción de los pequeños RNA no codificadores (micro-RNA) para
para progesterona y el parto humano regular la expresión de la enzima metabolizadora de esteroides
Cuando se administra la antiprogestina esteroidea mifepris- 20α-HSD (Williams, 2012a). El aumento de la expresión de
tona (RU-486) durante la fase tardía del ciclo ovárico, induce micro-RNA200a en el miometrio de término amortigua la expre-
la menstruación en forma prematura. También es un abortivo sión de STAT5b, un inhibidor de 20α-HSD. La función redu-
eficaz al inicio del embarazo (cap. 18, pág. 368). La mifepris- cida de STAT5b permite que aumente la cantidad de 20α-HSD,
tona es un antagonista esteroideo típico que actúa al nivel del lo que incrementa el metabolismo de la progesterona y reduce la
receptor para progesterona. Si bien es menos eficaz para inducir función de esta hormona.
el aborto o trabajo de parto en etapas avanzadas del embarazo, la Consideradas en conjunto, todas estas observaciones apoyan
mifepristona tiene al parecer cierto efecto en la maduración del el concepto de que existen múltiples vías para la privación fun-
cuello uterino y el aumento de la sensibilidad miometrial a las cional de progesterona, incluidos cambios en la isoforma de PR
uterotoninas (Berkane, 2005; Chwalisz, 1994a,b). Estos datos y la concentración de coactivadores del receptor, regulación por
sugieren que los seres humanos tienen un mecanismo para des- micro-RNA e intensificación del metabolismo local de la hor-
activar a la progesterona por el cual el miometrio y el cérvix se mona hasta productos menos activos.
vuelven resistentes a las acciones inhibidoras de esta hormona.
Receptores para oxitocina
Privación funcional de la progesterona Debido a su aplicación desde hace mucho tiempo para inducir
en el parto humano el trabajo de parto, parece lógico que la oxitocina tenga una fun-
Como alternativa a la privación de progesterona típica resultado ción central en el trabajo de parto humano espontáneo. No obs-
del decremento de su secreción, la investigación se ha enfocado tante, es posible que esta hormona tenga sólo un papel menor
en los mecanismos que inhiben la actividad de la progesterona de apoyo. En la actualidad, todavía se discute si la oxitocina par-
424 Trabajo de parto
ticipa en las fases iniciales de la activación uterina o si su función funciones propuestas, las ratonas con deficiencia de relaxina o del
única radica en la fase expulsiva del trabajo de parto. La mayor receptor RXFP1 tienen trabajo de parto prolongado, crecimiento
parte de los estudios de la regulación de la síntesis del receptor reducido del cuello uterino, vagina y sínfisis, y son incapaces de
miometrial para oxitocina se ha efectuado en roedores. La alte- amamantar por el desarrollo incompleto del pezón (Feng, 2005;
SECCIÓN 7
ración del gen para el receptor de oxitocina en el ratón no afecta Park, 2005; Rosa, 2012; Soh, 2012; Yao, 2008).
el parto. Esto sugiere que, al menos en esta especie, es probable
que múltiples sistemas aseguren el parto. Sin embargo, no hay ■ Contribuciones fetales al inicio
duda de que aumentan los receptores miometriales para oxito- del trabajo de parto
cina en la fase 2 del parto. Además, su activación incrementa la Resulta intrigante imaginar que el feto humano maduro emita
actividad de la fosfolipasa C, con aumentos subsecuentes del la señal para iniciar el parto. Desde el punto de vista teleológico,
calcio citosólico y la contractilidad uterina. parece lo más lógico porque tal señal podría transmitirse de varias
En apariencia, la progesterona y el estradiol son los princi- formas para suspender la quiescencia uterina. El feto podría pro-
pales reguladores de la expresión del receptor para oxitocina. El pagar la señal mediante una sustancia en la sangre que actuara
tratamiento con estradiol in vivo o en preparaciones miometria- sobre la placenta. La investigación está en proceso para compren-
les ex vivo eleva la concentración de receptores miometriales para der mejor las señales fetales que contribuyen al inicio del parto
oxitocina. Sin embargo, esta acción se impide con la aplicación (Mendelson, 2009). Aunque las señales pueden originarse en el
simultánea de progesterona (Fuchs, 1983). También es probable feto, es probable que el útero y el cérvix deban prepararse antes
que la progesterona actúe en el interior de la célula miometrial para el trabajo de parto, antes que una uterotonina producida o
para aumentar la degradación del receptor para oxitocina e inhi- liberada por el feto tenga la efectividad óptima (Casey, 1994).
bir la activación de oxitocina de su receptor en la superficie celu-
lar (Bogacki, 2002). Estos datos indican que uno de los mecanis- Estiramiento uterino y parto
mos mediante los que la progesterona mantiene la quiescencia Ahora existe evidencia considerable de que el crecimiento fetal es
uterina es la inhibición de la respuesta miometrial a la oxitocina. un componente importante en la activación uterina en la fase 1
El aumento de los receptores para oxitocina en otras especies del parto. Junto con el crecimiento fetal, existen aumentos signi-
no humanas parece estar regulado en forma directa o indirecta ficativos de la tensión miometrial y la presión del líquido amnió-
de manera principal por el estradiol. El tratamiento de varias tico (Fisk, 1992). Durante la activación uterina es necesario el
especies con estrógeno produce un incremento de los receptores estiramiento para inducir proteínas específicas relacionadas con
uterinos para oxitocina (Blanks, 2003; Challis, 1994). El nivel la contracción (CAP). En particular, el estiramiento aumenta la
de mRNA para el receptor de oxitocina en el miometrio humano expresión de la proteína de la unión comunicante (conexina 43)
al término del embarazo es mayor que en el miometrio antes y de receptores para oxitocina. El péptido liberador de gastrina,
del término (Wathes, 1999). Por lo tanto, el incremento de los un agonista estimulante del músculo liso, aumenta en el miome-
receptores al término puede atribuirse al aumento de la transcrip- trio por el estiramiento (Tattersall, 2012). Otros especialistas han
ción génica. Sin embargo, en el gen del receptor para oxitocina no formulado la hipótesis de que el estiramiento tiene una función
se observa un elemento de respuesta estrogénica, lo que sugiere integral con las cascadas endocrinas fetales y maternas de activa-
que el efecto estimulante del estrógeno tal vez sea indirecto. ción uterina (Lyall, 2002; Ou, 1997, 1998).
Los estudios en seres humanos señalan que los genes de res- El respaldo clínico de dicha función proviene de la obser-
puesta rápida relacionados con la inflamación podrían regular los vación de que los embarazos múltiples tienen un riesgo mucho
receptores para oxitocina (Bethin, 2003; Kimura, 1999; Massrieh, más alto de trabajo de parto prematuro que los de un solo feto.
2006). Estos receptores también están presentes en el endometrio El trabajo de parto prematuro también es mucho más frecuente
humano y la decidua al término, y estimulan la producción de en embarazos complicados por polihidramnios. Aunque los
prostaglandinas. Además, estos receptores se encuentran en el mecanismos que causan el parto prematuro en estos dos ejem-
miometrio y, en menores concentraciones, en los tejidos amnió- plos son motivo de debate, debe considerarse la participación
ticos, coriónicos y deciduales (Benedetto, 1990; Wathes, 1999). del estiramiento uterino.
Todavía no se definen los sistemas de señalización celular por
Relaxina los que actúa el estiramiento para regular las células miometria-
Aunque la relaxina puede contribuir a la quiescencia uterina, tam- les. Este proceso, la mecanotransducción, podría incluir activa-
bién participa en la fase 2 del parto. Sus funciones incluyen la ción de receptores en la superficie celular o conductos iónicos,
remodelación de la matriz extracelular del útero, cérvix, vagina, transmisión de señales por la matriz extracelular o liberación de
mama y la sínfisis del pubis, así como el fomento de la prolife- moléculas autocrinas que actúan de manera directa en el mio-
ración celular y la inhibición de la apoptosis. Sus acciones en la metrio (Shynlova, 2009; Young, 2011). Por ejemplo, el estira-
proliferación celular y la apoptosis están mediadas por el receptor miento induce la proteína de la matriz extracelular fibronectina
acoplado a proteína G (RXFP1), mientras que sólo algunos de y su receptor en la superficie celular, el receptor para integrina
sus efectos en la remodelación de la matriz están mediados por su α5, en los roedores (Shynlova, 2007). Esta interacción podría
receptor (Samuel, 2009; Yao, 2008). Todavía no se dilucidan del ayudar a la transducción de fuerza durante la contracción en el
todo los mecanismos precisos de la modulación del recambio trabajo de parto mediante la fijación de los miocitos hipertrófi-
de la matriz. Sin embargo, la relaxina media al parecer la sín- cos a la matriz extracelular uterina.
tesis de glucosaminoglucano y proteoglucano, y degrada macro-
moléculas de la matriz, como el colágeno, mediante la inducción Cascadas endocrinas fetales que conducen al parto
de las metaloproteasas. La relaxina favorece el crecimiento del La capacidad del feto para emitir señales endocrinas que inicien
cuello uterino, la vagina y la sínfisis púbica, y es necesaria para el parto ya se ha demostrado en varias especies. Hace más de 30
la remodelación mamaria antes de la lactancia. Acorde con estas años, Liggins et al. (1967, 1973) demostraron que el feto envía
Fisiología del trabajo de parto 425
CAPÍTULO 21
embarazo avanzado la concentración de CRH-BP en
ACTH
el plasma materno y el líquido amniótico disminuye,
lo cual aumenta en gran medida la concentración de la
Estrógenos Suprarrenal CRH biodisponible (Perkins, 1995; Petraglia, 1997).
maternos Trofoblastos fetal En embarazos en los que el feto puede considerarse
“estresado” por diversas complicaciones, las concen-
traciones de CRH en plasma fetal, líquido amniótico
y plasma materno se elevan en comparación con las
Cortisol fetal
observadas en el embarazo normal (Berkowitz, 1996;
Goland, 1993; McGrath, 2002; Perkins, 1995). Es
DHEA-S fetal
probable que la placenta sea la fuente de este incre-
mento de la CRH (Torricelli, 2011). Por ejemplo, el
FIGURA 21-17. Cascada endocrina suprarrenal placenta-feto. En la parte final del
contenido de CRH placentaria fue cuatro veces más
embarazo, la hormona liberadora de corticotropina (CRH) placentaria estimula la alto en placentas de mujeres con preeclampsia que en
producción fetal suprarrenal de sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEA-S) y cor- las de embarazos normales (Perkins, 1995). Dichos
tisol. Ésta estimula la producción de CRH placentaria, lo cual induce una cascada incrementos de la producción de CRH durante el
con retroalimentación positiva que intensifica la producción hormonal esteroidea embarazo normal y la secreción excesiva de CRH pla-
suprarrenal. ACTH, hormona adrenocorticotrópica. centaria en embarazos complicados puede tener una
participación en la síntesis de cortisol suprarrenal fetal (Murphy,
1982). También puede causar las cifras subnormales de cortisol
la señal para el inicio oportuno del parto en ovejas. Se probó así en sangre del cordón umbilical que se registran en recién naci-
que esta señal procede del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrena- dos sometidos a estrés (Falkenberg, 1999; Goland, 1994).
les del feto (Whittle, 2001).
Ha sido más difícil definir los mecanismos exactos que regu- Hormonas liberadoras de corticotropina
lan el parto humano y los datos sugieren que no está regulado y momento del parto
de la misma manera precisa que en las ovejas. Aun así, la activa- Se ha propuesto que la CRH placentaria tiene varias funciones en
ción del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales fetal placentario la regulación del parto. Es probable que la CRH placentaria inten-
humano se considera un componente crucial para el parto nor- sifique la producción fetal de cortisol para ejercer una retroalimen-
mal. Además, se considera que la activación prematura de este tación positiva, de tal manera que la placenta produce más CRH.
eje induce muchos casos de trabajo de parto prematuro (Challis, En el embarazo avanzado, fases 2 o 3 del parto, la modificación en
2000, 2001). Como en las ovejas, se cree que los productos este- el receptor para CRH favorece un cambio de la síntesis de cAMP
roides de las suprarrenales del feto humano tienen efectos en la al aumento de la concentración de calcio en las células miometria-
placenta y las membranas que al final llevan al miometrio del les mediante la activación de la proteína cinasa C (You, 2012). La
estado quiescente al contráctil. Un elemento esencial en el ser oxitocina atenúa la acumulación de cAMP estimulada por CRH
humano podría ser la capacidad única de la placenta de produ- en el tejido miometrial. Además, la CRH incrementa la poten-
cir grandes cantidades de hormona liberadora de corticotropina cia de la contracción para una dosis determinada de oxitocina en
(CRH), como se muestra en la figura 21-17. tiras de miometrio humano (Quartero, 1991, 1992). La CRH
Producción placentaria de hormona liberadora de cortico- acentúa la fuerza contráctil miometrial como respuesta a la PGF2α
tropina. Una CRH idéntica a la CRH materna y fetal hipota- (Benedetto, 1994). Por último, se ha demostrado que la CRH
lámica se sintetiza en la placenta en cantidades considerables estimula la síntesis de esteroide C19 suprarrenal, lo que aumenta
(Grino, 1987; Saijonmaa, 1988). Una diferencia importante es el sustrato para la aromatización placentaria. La mayor síntesis de
que, a diferencia de la CRH hipotalámica que experimenta estrógenos cambiaría el índice estrógeno/progesterona e induciría
retroalimentación negativa por glucocorticoides, el cortisol esti- la expresión de una serie de proteínas contráctiles miometriales.
mula la producción de CRH placentaria. Esto ocurre por activa- Algunos clínicos han propuesto que el incremento de la con-
ción del factor de transcripción, el factor nuclear κB (NF-κB) centración de CRH al final de la gestación refleja un reloj fetopla-
(Jones, 1989; Marinoni, 1998; Thomson, 2013). Esta capaci- centario (McLean, 1995). Las concentraciones de CRH varían en
dad hace posible crear una cascada endocrina que se alimenta a amplio margen de una mujer a otra y la velocidad de aumento
sí misma y no termina sino hasta el parto. en la concentración de CRH materna es en apariencia un fac-
La concentración plasmática materna de CRH es baja en el tor de predicción más exacto del resultado del embarazo que una
primer trimestre y aumenta desde la mitad del embarazo hasta sola medición (Leung, 2001; McGrath, 2002). En este aspecto, la
el término. En las últimas 12 semanas, la concentración plasmá- placenta y el feto influyen mediante fenómenos endocrinos en el
tica de CRH aumenta en forma exponencial, alcanza su punto momento en que el parto tiene lugar al final del embarazo normal.
máximo durante el trabajo de parto y luego desciende de manera
súbita después del parto (Frim, 1988; Sasaki, 1987). La concen- ■ Surfactante pulmonar fetal y parto
tración de CRH en el líquido amniótico también se incrementa La proteína surfactante A (SP-A) producida por los pulmones
en el embarazo avanzado. La CRH es el único factor liberador de fetales es indispensable para la maduración de éstos. Su concen-
hormona trófica que tiene una proteína de unión sérica especí- tración es elevada en el líquido amniótico al final de la gesta-
fica. Durante la mayor parte del embarazo, la proteína de unión ción en ratones. Estudios en ratones sugieren que la elevación
426 Trabajo de parto
de la concentración de SP-A en el líquido amniótico activa a Las uterotoninas que pueden inducir el trabajo de parto
los macrófagos del líquido para migrar al miometrio e induce el incluyen oxitocina, prostaglandinas, serotonina, histamina,
factor nuclear κB (Condon, 2004). Este factor activa a los genes PAF, angiotensina II y muchas otras. Se ha demostrado que
de reacción inflamatoria en el miometrio, lo que a su vez favo- todas estimulan la contracción del músculo liso mediante el
SECCIÓN 7
rece la contractilidad uterina. Este modelo apoya la hipótesis de acoplamiento con la proteína G.
que hay señales fetales que participan en el inicio del parto. La
SP-A se expresa en el amnios y la decidua humanos, se encuen- Oxitocina y fase 3 del parto
tra en el líquido amniótico y activa a las vías de señalización en Al final del embarazo, durante la fase 2 del parto, hay un aumento
las células miometriales humanas (Garcia-Verdugo, 2008; Lee, de 50 veces o más del número de receptores miometriales para
2010; Snegovskikh, 2011). Todavía no se han dilucidado los oxitocina (Fuchs, 1982; Kimura, 1996). Este aumento coincide
mecanismos exactos por los que la SP-A activa la contractilidad con el incremento de la capacidad de respuesta contráctil ute-
miometrial en las mujeres (Leong, 2008). La SP-A inhibe de rina a la oxitocina. Además, la gestación prolongada se relaciona
manera selectiva la prostaglandina F2α en la decidua de término con retraso del aumento de estos receptores (Fuchs, 1984).
y la concentración de SP-A en líquido amniótico desciende al La oxitocina, cuyo significado literal es nacimiento rápido, fue
término del embarazo (Chaiworapongsa, 2008). la primera uterotonina referida en el inicio del parto. Este nano-
péptido se sintetiza en las neuronas magnocelulares del núcleo
Anomalías fetales y parto tardío supraóptico y en las neuronas paraventriculares. La prohormona
Existe evidencia limitada según la cual los embarazos con dis- se transporta con su proteína portadora, la neurofisina, por los
minución marcada de estrógeno pueden relacionarse con pro- axones hasta el lóbulo neural de la hipófisis posterior en vesícu-
longación de la gestación. Estos “experimentos naturales” inclu- las unidas con membrana para su almacenamiento y liberación
yen anencefalia fetal con hipoplasia suprarrenal y los embarazos ulterior. La prohormona se convierte por acción enzimática en
con deficiencia hereditaria de la sulfatasa placentaria. El amplio oxitocina durante el transporte (Gainer, 1988; Leake, 1990).
intervalo de la duración gestacional observado con estos trastor- Función de la oxitocina en las fases 3 y 4 del parto. Debido
nos genera una interrogante acerca del papel exacto del estró- a la inducción exitosa del trabajo de parto con la oxitocina, era
geno en el inicio del parto humano. lógico sospechar que participa en el inicio del parto. En primer
Otras alteraciones fetales que impiden o reducen en gran pro- lugar, además de su eficacia para inducir el trabajo de parto de
porción la llegada de la orina fetal al líquido amniótico (agenesia término, la oxitocina es una uterotonina potente y existe natu-
renal) o a las secreciones pulmonares (hipoplasia pulmonar) no ralmente en los seres humanos. Las observaciones siguientes
prolongan el embarazo humano. Por lo tanto, no parece que sea proporcionan un sustento adicional a esta teoría: 1) el número
obligada una señal fetal mediante la rama paracrina del sistema de receptores para oxitocina aumenta en gran medida en los
de comunicación maternofetal para que se inicie el parto. tejidos miometrial y decidual cerca del final de la gestación; 2) la
Algunas anomalías cerebrales del ternero fetal, el cordero fetal, oxitocina actúa sobre el tejido decidual para estimular la libera-
y algunas veces el feto humano, retrasan el momento normal del ción de prostaglandina, y 3) la oxitocina se sintetiza de manera
parto. Hace más de un siglo, Rea (1898) observó una relación directa en los tejidos decidual y fetal extraembrionarios, así
entre la anencefalia fetal y la gestación humana prolongada. Mal- como en la placenta (Chibbar, 1993; Zingg, 1995).
pas (1933) amplió estas observaciones, describió un embarazo Aunque hay escasa evidencia indicativa de una función de la
con feto anencefálico que se prolongó a 374 días (53 semanas) y oxitocina en la fase 2 del parto, muchos datos apoyan su fun-
concluyó que la relación entre la anencefalia y el embarazo pro- ción importante durante la segunda etapa del trabajo de parto
longado era atribuible a la función anómala del cerebro-hipó- y el puerperio, la fase 4 del parto. En particular, existen con-
fisis-suprarrenales fetales. Las glándulas suprarrenales del feto centraciones elevadas de oxitocina sérica materna: 1) durante la
anencefálico son muy pequeñas; es posible que al término de segunda etapa del trabajo de parto, que es el final de la fase 3 del
la gestación tengan sólo 5 a 10% del tamaño de las de un feto parto; 2) en el puerperio temprano, y 3) durante el amamanta-
normal. Esto se debe a una falla en el desarrollo de la zona fetal miento (Nissen, 1995). Justo después de la expulsión del feto,
que, en condiciones normales, representa la mayor parte de la la placenta y las membranas, lo que completa la fase 3 del parto,
masa suprarrenal fetal y la producción de hormonas esteroideas las contracciones uterinas firmes y persistentes y la retracción
C19 (pág. 108). Estos embarazos se relacionan con trabajo de miometrial son esenciales para prevenir la hemorragia puerperal.
parto tardío y sugieren que las glándulas suprarrenales fetales son Es probable que la oxitocina cause contracciones persistentes.
importantes para el inicio oportuno del parto (Anderson, 1973). La infusión de oxitocina en mujeres incrementa las can-
tidades del mRNA de los genes miometriales que codifican
■ Fase 3: estimulación uterina proteínas esenciales para la involución uterina. Éstas incluyen
La fase del parto es sinónimo de contracciones uterinas que dan colagenasa intersticial, proteína 1 quimiotáctica de monocitos,
lugar a dilatación progresiva y el nacimiento. Los datos actuales interleucina 8 y urocinasa receptora activadora del plasminó-
favorecen la teoría de las uterotoninas para el inicio del trabajo de geno. Por lo tanto, es probable que la acción de la oxitocina al
parto. El incremento de la producción de uterotonina aparecería final del trabajo de parto participe en la involución uterina.
después de la suspensión de la fase 1 y cuando se ponen en mar-
cha los procesos de la fase 2. Es probable que varias uterotoninas Prostaglandinas y fase 3 del parto
sean importantes para el éxito de la fase 3, es decir, el trabajo de Aunque su función en la fase 2 de los embarazos no complicados
parto activo (fig. 21-15). Dado que es probable que múltiples no está bien definida, es claro que las prostaglandinas tienen una
procesos contribuyan a la falta de respuesta miometrial de la importancia crucial en la fase 3 del parto (MacDonald, 1993).
fase 1 del parto, es factible que otros procesos contribuyan en Primero, las cifras de prostaglandinas, o sus metabolitos, en el
conjunto a un sistema que asegure el éxito del trabajo de parto. líquido amniótico, plasma materno y orina materna, se incremen-
Fisiología del trabajo de parto 427
35 000
30 000
CAPÍTULO 21
PGF2α
PGE2
25 000
Concentración (pg/ml)
20 000
15 000
Amnios
Corion
10 000
5 000 Cuello
uterino
Bolsa
Antes Compartimiento Bolsa anterior anterior
del trabajo superior Fragmentos
de parto deciduales
Durante el trabajo de parto
tan durante el trabajo de parto (fig. 21-18). Segundo, el trata- activo. En conjunto, el aumento de las citocinas y las prosta-
miento de las embarazadas con prostaglandinas, por una de varias glandinas degrada aún más la matriz extracelular, lo que debilita
vías de administración, induce aborto o trabajo de parto en todas las membranas fetales.
las etapas de la gestación. Además, la administración de inhibi- Los hallazgos de Kemp et al. (2002) y Kelly (2002) apoyan
dores de la sintasa tipo 2 de prostaglandina H (PGHS-2) a las una posibilidad de que los mediadores inflamatorios favorezcan
embarazadas retrasa el inicio espontáneo del trabajo de parto y en la dilatación del cuello uterino y los cambios en el segmento
ocasiones detiene el trabajo de parto prematuro (Loudon, 2003). uterino inferior. Puede considerarse que, junto con las prosta-
Por último, el tratamiento con prostaglandina del tejido miome- glandinas medidas en el líquido vaginal durante el parto, con-
trial in vitro causa algunas veces contracción, según sean el pros- tribuyen a los cambios cervicouterinos relativamente rápidos
tanoide que se pruebe y el estado fisiológico del tejido tratado. característicos del parto.
Fenómenos uterinos que regulan la producción de prosta-
glandinas. Durante el trabajo de parto, la producción de pros- ■ Endotelina 1
taglandinas en el miometrio y la decidua es un mecanismo efi- Las endotelinas son una familia de péptidos con 21 aminoáci-
ciente de activación de las contracciones. Por ejemplo, la síntesis dos que inducen con fuerza la contracción miometrial (Word,
de prostaglandinas es alta y constante en la decidua durante las 1990). El receptor para endotelina A se expresa de manera pre-
fases 2 y 3 del parto. Además, la cantidad de receptores para ferente en el músculo liso y produce un incremento del calcio
PGF2α aumenta en la decidua al término del embarazo, y lo intracelular. La endotelina 1 se produce en el miometrio de
más probable es que este aumento sea el paso regulador en la los embarazos de término y puede inducir la síntesis de otros
acción uterina de las prostaglandinas. El miometrio sintetiza mediadores contráctiles, como las prostaglandinas y mediadores
PGHS-2 con el inicio del trabajo de parto, pero es probable que inflamatorios (Momohara, 2004; Sutcliffe, 2009). Todavía no se
la mayoría de las prostaglandinas proceda de la decidua. aclara el requerimiento de endotelina 1 en la fisiología normal
Las membranas fetales y la placenta también producen del parto. Sin embargo, hay evidencia de alteraciones relacio-
prostaglandinas. En todas las etapas de la gestación se detecta nadas con la expresión anormal de endotelina 1, como parto
PGE2 en el líquido amniótico, en particular, aunque también prematuro y leiomiomas uterinos (Tanfin, 2011, 2012).
PGF2α. A medida que el feto crece, aumenta en forma gradual
la concentración de prostaglandinas en el líquido amniótico. Angiotensina II
Sin embargo, los principales incrementos de la concentración En el útero se expresan dos receptores para angiotensina II vincu-
del líquido amniótico son demostrables después del inicio del lados con proteína G: AT1 y AT2. En las mujeres no embaraza-
trabajo de parto (fig. 21-18). Es probable que estas cifras más das predomina el receptor AT2, pero hay expresión preferencial
altas se produzcan conforme el cérvix se dilata y expone el tejido de AT1 en las embarazadas (Cox, 1993). La unión de angio-
decidual (fig. 21-19). Se cree que estas concentraciones elevadas tensina II con el receptor en la membrana plasmática induce la
en la parte de presentación de la bolsa, en comparación con contracción. Durante el embarazo, el músculo liso vascular que
las del compartimiento superior, son resultado de una reacción expresa el receptor AT2 es resistente a los efectos presores de la
inflamatoria que emite señales conducentes al trabajo de parto angiotensina II en infusión (pág. 61). Sin embargo, en el mio-
428 Trabajo de parto
Mesénquima Citotrofoblasto
coriónico
Prostaglandina E2
Miocitos
Epitelio
amniótico
FIGURA 21-20. El amnios sintetiza prostaglandinas y en el embarazo avanzado, la síntesis aumenta por el incremento de fosfolipasa A2 y de la
actividad de la sintasa de prostaglandina H tipo 2 (PGHS-2). Durante el embarazo, el transporte de prostaglandinas desde el amnios a los tejidos
maternos está limitado por la expresión de las enzimas desactivadoras, deshidrogenasa de prostaglandina (PGDH), en el corion. Durante el tra-
bajo de parto, las cantidades de PGDH disminuyen y las prostaglandinas derivadas del amnios pueden influir en la rotura de membranas y la
contractilidad uterina. La función de la activación decidual en el parto no es clara, pero podría implicar al metabolismo local de progesterona y
aumento de la concentración de receptor para prostaglandina, lo que intensifica las acciones uterinas de la prostaglandina y la producción de
citocina. (Modificada a partir de Smith, 2007.)
Fisiología del trabajo de parto 429
trófilos y eosinófilos al miometrio, lo que aumenta aún más las Bates GW, Edman CD, Porter JC, et al: Catechol-O-methyltransferase activity
contracciones y el trabajo de parto (Keelan, 2003). in erythrocytes of women taking oral contraceptive steroids. Am J Obstet
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Existen dudas acerca de si la concentración de prostaglandi- Benedetto C, Petraglia F, Marozio L, et al: Corticotropin-releasing hormone
CAPÍTULO 21
nas o su producción en la decidua aumentan con el inicio del increases prostaglandin-F2α activity on human myometrium in vitro. Am J
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Es probable que procesos múltiples, y tal vez redundantes, con- Blanks AM, Vatish M, Allen MJ, et al: Paracrine oxytocin and estradiol dem-
tribuyan al éxito de las tres fases del trabajo de parto activo una onstrate a spatial increase in human intrauterine tissues with labor. J Clin
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vez que se suspende la fase 1 del parto y comienza la fase 2. La Blaskewicz CD, Pudney J, Anderson DJ: Structure and function of intercellu-
fase 3 se intensifica por el aumento de la activación de receptores lar junctions in human cervical and vaginal mucosal epithelia. Biol Reprod
acoplados con proteína G que inhiben la formación de cAMP, 85(1):97, 2011
aumentan las reservas de calcio intracelular y favorecen la inter- Bogacki M, Silvia WJ, Rekawiecki R, et al: Direct inhibitory effect of progester-
one on oxytocin-induced secretion of prostaglandin F (2alpha) from bovine
acción de la actina y la miosina con la generación subsiguiente endometrial tissue. Biol Reprod 67:184, 2002
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el cuello uterino preparado y empujar al feto por el conducto Bollapragada S, Youssef R, Jordan F, et al: Term labor is associated with a
core inflammatory response in human fetal membranes, myometrium, and
del parto. Estos procesos están controlados por muchos ligandos cervix. Am J Obstet Gynecol 200(1):104.e1, 2009
reguladores, que varían desde hormonas como la oxitocina, hasta Brainard AM, Miller AJ, Martens JR, et al: Maxi-K channels localize to caveo-
prostaglandinas de síntesis local. lae in human myometrium: a role for an actin–channel–caveolin complex in
En la fase 4 del parto se inicia una serie complicada de proce- the regulation of myometrial smooth muscle K+ current. Am J Physiol Cell
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CAPÍTULO 21
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SECCIÓN 7
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433
CAPÍTULO 22
■ Presentaciones fetales
La parte que se presenta es aquella porción del cuerpo fetal que se
El trabajo de parto es el proceso que culmina en el parto. encuentra más avanzada dentro del conducto del parto o en su
Empieza con el inicio de las contracciones uterinas regulares y máxima proximidad. Se puede percibir a través del cuello ute-
termina con el parto del recién nacido y la expulsión de la pla- rino por tacto vaginal. Por tanto, en situaciones longitudinales,
centa. El término trabajo de parto en el contexto obstétrico la parte que se presenta es la cabeza o la pelvis, que da lugar a las
asume diversas connotaciones en el idioma inglés. De manera presentaciones cefálica y pélvica, respectivamente. Cuando el
indudable es verdad que tanto el embarazo como el parto son feto yace con el eje longitudinal en localización transversa, la
procesos fisiológicos y, como tales, el trabajo de parto y el parto parte que se presenta es el hombro. En el cuadro 22-1, se inclu-
se deben considerar normales en la mayoría de las mujeres yen las frecuencias de las diversas presentaciones fetales.
(Lawrence, 2012). Esta percepción del trabajo de parto y el
parto como procesos fisiológicos se puso en tela de juicio en el Presentación cefálica
decenio pasado puesto que se ha observado que los trastornos Ésta se clasifica según sea la relación entre la cabeza y el cuerpo
del piso pélvico son más frecuentes entre las mujeres que han del feto (fig. 22-1). Por lo regular, la cabeza está muy flexio-
tenido por lo menos un hijo (Handa, 2011; Nygaard, 2008). nada, de tal manera que la mandíbula entra en contacto con el
Hoy día, establecer qué aspectos del parto contribuyen más a tórax. La fontanela occipital es la parte que se presenta y da
este riesgo conforma un área de investigación intensa y se des- lugar a la presentación de vértice u occipucio. Con mucho menos
cribe con mayor detalle en el capítulo 30 (pág. 588). frecuencia, el cuello fetal puede estar muy extendido y por con-
434 Trabajo de parto
Cefálica 96.8 — con esta teoría, puesto que el polo cefálico fetal más grande
Pélvica 2.7 1:36 necesita más espacio que el polo podálico.
Transversa 0.3 1:335
Compuesta 0.1 1:1 000
Presentación pélvica
De cara 0.05 1:2 000 Cuando el feto muestra una presentación pélvica, sus tres varian-
De frente 0.01 1:10 000 tes generales corresponden a presentaciones franca, completa y
podálica, que se describen en la página 559. Esta presentación
puede ser efecto de circunstancias que evitan que ocurra la versión
normal, por ejemplo un tabique que protruye hacia la cavidad
siguiente el occipucio y el dorso entran en contacto y la frente es
uterina (cap. 3, pág. 42). Una peculiaridad de la actitud fetal,
la porción más avanzada dentro del conducto del parto, lo que
en particular la extensión de la columna vertebral, como sucede en
corresponde a la presentación de cara (fig. 23-6, pág. 466). La
las presentaciones pélvicas francas, también puede impedir que el
cabeza fetal puede asumir una posición entre estos dos extre-
feto cambie de posición. Si la placenta se implanta en el segmento
mos: parcialmente flexionada en algunos casos, en la presenta-
uterino inferior, quizá se distorsione la anatomía intrauterina nor-
ción de la fontanela anterior (grande) o bregma, la llamada pre-
mal y tener como consecuencia una presentación pélvica.
sentación de sincipucio o en parte extendida para la denominada
presentación de frente (fig. 23-8, pág. 468). Estas últimas dos
presentaciones suelen ser transitorias. Conforme avanza el tra- ■ Actitud o postura fetal
bajo de parto, las presentaciones de sincipucio y frente casi En los últimos meses del embarazo, el feto adopta una postura
siempre se convierten en las de vértice o cara por flexión o exten- característica que se describe como actitud o hábito (fig. 22-1).
sión del cuello, respectivamente. Si esto no ocurre puede surgir Como regla, el feto conforma una masa ovoide que corresponde
una distocia, como se analiza en el capítulo 23 (pág. 455). de manera general a la configuración de la cavidad uterina. El
El feto a término tiene casi siempre una presentación de vér- feto se dobla o flexiona sobre sí mismo, de tal modo que la
tice, lo cual resulta lógico si se considera que el útero posee una espalda adquiere una marcada convexidad; la cabeza se flexiona
configuración piriforme. La cabeza fetal a término es un poco acusadamente, de manera que el mentón casi se encuentra en
mayor que la pelvis, pero todo el polo podálico, esto es, la pelvis contacto con el pecho; los muslos se flexionan sobre el abdomen,
y sus extremidades flexionadas, tiene mayor volumen y movili- y las piernas se doblan a la altura de las rodillas. En las presenta-
dad que el polo cefálico. El polo cefálico está constituido sólo por ciones cefálicas, los brazos suelen cruzarse sobre el tórax o ubi-
la cabeza del feto. Hasta las 32 semanas, aproximadamente, la carse de modo paralelo a los lados, mientras el cordón umbilical
cavidad amniótica es grande en comparación con la masa fetal y yace en el espacio entre ellos y las extremidades inferiores. Esta
el feto no es sujetado por las paredes uterinas. No obstante, de postura característica es producto de la forma de crecimiento del
modo subsiguiente, la razón del volumen del líquido amniótico feto y su acomodación dentro de la cavidad uterina.
disminuye con respecto a la masa fetal creciente. Como resul- Hay excepciones anormales de esta actitud a medida que la
tado, las paredes uterinas se acercan más a las partes fetales. cabeza fetal se torna cada vez más extendida con respecto a la de
Si la presentación es pélvica, el feto suele cambiar su polari- vértice con tendencia a la presentación de cara (fig. 22-1); esto
dad para ocupar el fondo uterino, más amplio dada su porción ocasiona un cambio progresivo de la actitud a partir de un con-
más voluminosa y móvil, el polo podálico. Como se describe en torno convexo (flexionado) hasta uno cóncavo (extendido) de la
el capítulo 28 (pág. 559), la incidencia de presentación pélvica columna vertebral.
■ Posición fetal
Ésta es la relación de una porción arbitra-
riamente elegida de la presentación res-
pecto del lado derecho o izquierdo del con-
ducto del parto. Con cada presentación
puede haber dos variedades de posición:
derecha o izquierda. El occipucio, el men-
tón y el sacro fetales son los puntos deter-
minantes en las presentaciones de vértice,
cara y pélvica, respectivamente (figs. 22-2
a 22-6). Debido a que la presentación
puede adoptar las formas de posición
izquierda o derecha, hay variedades occipi-
A B C D tales, mentonianas y sacras izquierdas y
FIGURA 22-1. Situación longitudinal. Presentación cefálica. Diferencias de actitud del cuerpo
derechas, que se abrevian como LO (left
fetal en las presentaciones (A) de vértice, (B) de sincipucio, (C) de frente y (D) de cara. occipital) y RO (right occipital), LM (left
Obsérvense los cambios en la actitud fetal con respecto al vértice fetal conforme la cabeza mental) y RM (right mental), LS (left sacral)
pierde la flexión. y RS (right sacral), respectivamente.
Trabajo de parto normal 435
CAPÍTULO 22
A B
FIGURA 22-2. Situación longitudinal. Presentación de vértice. A. Occipital anterior izquierda (LOA). B. Occipital posterior izquierda (LOP).
A B
FIGURA 22-3. Situación longitudinal. Presentación de vértice. A. Occipital posterior derecha (ROP). B. Occipital transversa derecha (ROT).
436 Trabajo de parto
SECCIÓN 7
FIGURA 22-5. Situación longitudinal. Presentación de cara. Variedades de posición mentoanterior izquierda y derecha, y mentoposterior derecha.
Trabajo de parto normal 437
CAPÍTULO 22
anterior, transversa o posterior de la pelvis materna. Puesto que
las variedades derecha o izquierda pueden dirigirse en sentidos
anterior (A), transverso (T) o posterior (P), existen seis posibili-
dades de ubicación para cada una de las tres presentaciones (figs.
22-2 a 22-6). Como consecuencia, en una presentación de occi-
pucio, la variedad de posición puede abreviarse como sigue:
OA
ROA LOA
ROT LOT
ROP LOP
OP
Ecografía y radiología
Las técnicas ecográficas pueden ayu-
dar a identificar la posición fetal, en
especial en mujeres obesas o en
C D aquellas con rigidez de la pared
abdominal. Zahalka et al. (2005)
FIGURA 22-8. Maniobras de Leopold (A-D) que se llevan a cabo con un feto en situación longitudi- compararon exploraciones digitales
nal con variedad de posición occipital anterior izquierda.
y ecografías transvaginales y transab-
dominales para determinar la posi-
ción de la cabeza del feto durante la
tamaño del feto. Según Lydon-Rochelle et al. (1993), los médi- segunda fase del trabajo de parto, e informaron que la ecografía
cos experimentados identifican con precisión las presentaciones transvaginal era mejor.
anómalas mediante las maniobras de Leopold, con sensibilidad
(88%), especificidad (94%), valor predictivo positivo (74%) y ■ Presentación occipital anterior
valor predictivo negativo (97%) altos. En la mayor parte de los casos, el vértice entra en la pelvis con la
sutura sagital en el diámetro pélvico transverso. El feto entra en
Tacto vaginal la pelvis en posición occipital transversa izquierda (LOT, left occi-
Antes del trabajo de parto, el diagnóstico de la presentación y la put transverse) en 40% de los casos y en occipital transversa dere-
posición fetales por tacto vaginal casi nunca resulta concluyente, cha (ROT, right occiput transverse) en 20% (Caldwell, 1934). En
debido a que la presentación debe palparse a través de un cuello las posiciones occipitales anteriores (LOA o ROA), la cabeza entra
cerrado y el segmento uterino inferior. Con el inicio del trabajo de en la pelvis con el occipucio rotado a 45° en sentido anterior
parto y tras la dilatación del cuello uterino, las presentaciones desde la posición transversa, o bien, la rotación se lleva a cabo
de vértice y sus variedades se reconocen mediante la palpación de después. En estas presentaciones, el mecanismo del trabajo de
las distintas suturas y fontanelas del feto. Las presentaciones parto suele ser similar.
de cara y pélvicas se identifican por palpación de las estructuras Los cambios de posición de la parte que se presenta, necesa-
faciales y el sacro, respectivamente. rios para pasar a través del conducto pélvico, constituyen los
En un intento por determinar la presentación y la posición mecanismos del trabajo de parto. Los movimientos cardinales del
por tacto vaginal, es aconsejable seguir un sistema definido que trabajo de parto son encajamiento, descenso, flexión, rotación
incluye cuatro movimientos. Primero, el explorador inserta dos interna, extensión, rotación externa y expulsión (fig. 22-11).
Trabajo de parto normal 439
CAPÍTULO 22
entrada de la pelvis en una dirección trans-
versal u oblicua. Segel et al. (2012) analiza-
ron el trabajo de parto en 5 341 mujeres
nulíparas y encontraron que el encaja-
miento de la cabeza fetal antes del trabajo
de parto no repercute en la frecuencia de
parto vaginal, ya sea espontáneo o indu-
cido.
Asinclitismo. La cabeza fetal tiende a
acoplarse con el eje transversal de la
entrada pélvica, pero la sutura sagital, si
FIGURA 22-9. Localización de la sutura sagital por exploración vaginal. bien permanece paralela a ese eje, tal vez
no se encuentre exactamente a la mitad del
trayecto entre la sínfisis y el promontorio
Durante el trabajo de parto, estos movimientos no sólo son sacro. La sutura sagital está deflexionada a menudo en dirección
secuenciales, sino que también muestran gran sobreposición posterior hacia el promontorio o anterior hacia la sínfisis del
temporal. Por ejemplo, como parte del encajamiento ocurren pubis (fig. 22-12). Una deflexión lateral de este tipo, hacia una
tanto flexión como descenso de la cabeza. Es imposible que los ubicación más anterior o posterior dentro de la pelvis, se deno-
movimientos se completen a menos que haya un descenso mina asinclitismo. Si la sutura sagital alcanza el promontorio
simultáneo de la parte que se presenta. De manera concomi- sacro, se presenta una mayor parte del parietal anterior al médico
tante, las contracciones uterinas causan modificaciones notorias que explora y esa circunstancia se conoce como asinclitismo
de la actitud o hábito, del feto, en especial después de que la anterior. No obstante, si la sutura sagital yace cerca de la sínfisis,
cabeza desciende dentro de la pelvis. Estos cambios consisten se presenta una mayor parte del parietal posterior, lo cual corres-
sobre todo en una extensión fetal, con pérdida de la convexidad ponde a un asinclitismo posterior. En presencia de asinclitismo
dorsal, y en un plegamiento mayor de las extremidades sobre el posterior extremo, puede palparse con facilidad el oído poste-
tronco. Como consecuencia, el ovoide fetal se transforma en un rior.
cilindro y la estructura con dimensión transversal menor es la En el trabajo de parto normal, los grados moderados de asin-
que de manera característica pasa a través del conducto del clitismo son la regla. Sin embargo, si son intensos, esta situación
parto. constituye una causa frecuente de desproporción cefalopélvica,
incluso si la pelvis materna tiene dimensiones normales en otros
Encajamiento sentidos. Los cambios sucesivos entre el asinclitismo posterior y
El mecanismo por el cual el diámetro biparietal (el diámetro el anterior favorecen el descenso.
transversal mayor en una presentación occipital) pasa a través de
la entrada pélvica se conoce como encajamiento. La cabeza fetal Descenso
puede encajarse durante las últimas semanas del embarazo o no Este movimiento es el primer requisito para el nacimiento del
hacerlo hasta el comienzo del trabajo de parto. En muchas de las feto. En nulíparas, el encajamiento puede ocurrir antes del ini-
pacientes multíparas y algunas nulíparas, la cabeza fetal se cio del trabajo de parto y tal vez no haya descenso adicional
mueve con libertad por arriba del plano de entrada de la pelvis hasta el inicio del segundo periodo. En multíparas, el descenso
al inicio del trabajo de parto. En tal circunstancia, se dice algu- suele iniciarse con el encajamiento y es consecutivo a una o más
nas veces que la cabeza “flota”. Por lo general, una cabeza de de cuatro fuerzas: 1) presión del líquido amniótico; 2) presión
directa del fondo uterino sobre la pelvis
durante las contracciones; 3) esfuerzos de
pujo por acción de los músculos abdomi-
nales maternos, y 4) extensión y endereza-
miento del cuerpo fetal.
Flexión
En cuanto la cabeza que desciende se topa
con resistencia, ya sea del cuello uterino,
las paredes uterinas o bien el piso pélvico,
normalmente aquélla se flexiona. En este
movimiento, se desplaza el mentón hasta
alcanzar un contacto íntimo con el tórax
fetal y así se cambia al diámetro suboccipi-
tobregmático, más corto, por el diámetro
occipitofrontal, más largo (figs. 22-13 y
FIGURA 22-10. Diferenciación de las fontanelas por exploración vaginal. 22-14).
440 Trabajo de parto
SECCIÓN 7
FIGURA 22-11. Movimientos cardinales del trabajo de parto y el parto a partir de una variedad de posición occipital anterior izquierda.
Trabajo de parto normal 441
CAPÍTULO 22
Plano
occipitofrontal
Parietal Sutura
Parietal
anterior sagital Plano de entrada posterior
de la pelvis
A B
C D
FIGURA 22-13. La acción de palanca produce flexión cefálica. La FIGURA 22-14. Cuatro grados de flexión de la cabeza. La línea conti-
conversión del diámetro occipitofrontal al suboccipitobregmático suele nua representa el diámetro occipitomentoniano, en tanto que la línea
reducir el diámetro anteroposterior de casi 12 a 9.5 cm. punteada conecta el centro de la fontanela anterior con la fontanela
posterior. A. Flexión deficiente. B. Flexión moderada. C. Flexión avan-
zada. D. Flexión completa. Obsérvese que la barbilla se ubica sobre el
pecho con la flexión completa. El diámetro suboccipitobregmático
(el diámetro anteroposterior menor de la cabeza fetal) es el que
pasa a través de la entrada de la pelvis.
442 Trabajo de parto
SECCIÓN 7
A B
C D
FIGURA 22-15. Mecanismo del trabajo de parto para la posición occipital transversa izquierda, proyección lateral. A. Encajamiento. B. Descenso
después del encajamiento. C. Descenso y rotación interna. D. Rotación y extensión.
Extensión
Luego de la rotación interna, la cabeza fetal muy flexionada llega
a la vulva y presenta extensión. Si la cabeza muy flexionada no
se extiende al llegar al piso pélvico y, en lugar de ello, desciende
aún más, ésta chocará contra la parte posterior del perineo y
finalmente será empujada a través de los tejidos perineales.
Cuando la cabeza hace presión sobre el piso pélvico, entran en FIGURA 22-16. Mecanismo del trabajo de parto en la posición occi-
acción dos fuerzas. La primera, ejercida por el útero, actúa más pital anterior izquierda.
Trabajo de parto normal 443
CAPÍTULO 22
1
45°
3
45°
2
1
45°
FIGURA 22-17. Mecanismo del trabajo de parto para la variedad de posición occipital posterior derecha, que muestra la rotación anterior.
Con la distensión progresiva del perineo y la abertura vagi- ■ Presentación occipital posterior
nal, aparece de modo gradual un porcentaje cada vez mayor del En cerca de 20% de los trabajos de parto, el feto entra a la pelvis
occipucio. La cabeza nace conforme este último, bregma, frente, en una posición occipital posterior (OP). La variedad occipital
nariz, boca y, por último, mentón, pasan de modo sucesivo posterior derecha (ROP, right occiput posterior) es un poco más
sobre el borde anterior del perineo (fig. 22-17). Inmediatamente común que la izquierda (LOP, left occiput posterior) (Caldwell,
después de su nacimiento, la cabeza cae hacia delante, de tal 1934). A partir de la evidencia radiográfica, parece posible que
forma que el mentón del feto descansa sobre el ano materno. las posiciones posteriores se vinculan con más frecuencia con un
Rotación externa diámetro pélvico anterior reducido. También se observan en más
En seguida, la cabeza sufre restitución (fig. 22-11). Si el occipu- ocasiones junto con la placentación anterior (Gardberg, 1994a).
cio originalmente se dirigía a la izquierda, gira hacia la tuberosi- En la mayor parte de las presentaciones occipitales posterio-
dad isquiática izquierda; si al principio se orientaba a la derecha, res, el mecanismo del trabajo de parto es idéntico al que se
rota a la derecha. La restitución de la cabeza fetal a la posición observa en las variedades transversa y anterior, con la excepción
oblicua da paso a la conclusión de la rotación externa hasta la de que el occipucio debe lograr una rotación interna hacia la
variedad de posición transversa, un movimiento que se corres- sínfisis púbica de 135°, en vez de los 90° y 45° que corresponden
ponde con la rotación del cuerpo y sirve para llevar su diámetro a las dos últimas (fig. 22-17).
biacromial en relación con el diámetro anteroposterior del plano Las contracciones eficaces, la flexión adecuada de la cabeza y
de salida de la pelvis. Por tanto, un hombro es anterior, ubicado el tamaño promedio del feto juntos permiten que el occipucio
detrás de la sínfisis del pubis, y el otro es posterior. Al parecer, más posterior rote de inmediato en cuanto llega al piso pélvico
dicho movimiento se lleva a cabo por los mismos factores pélvi- y el trabajo de parto no se prolonga de modo perceptible. Tal vez
cos que produjeron la rotación interna de la cabeza. en 5 a 10% de los casos, la rotación puede ser incompleta o
quizá no ocurra en absoluto, sobre todo si el feto es grande (Gar-
Expulsión dberg, 1994b). Las malas contracciones, la flexión insuficiente
Casi inmediatamente después de la rotación externa, aparece el de la cabeza o la analgesia epidural, que aminora el pujo muscu-
hombro anterior bajo la sínfisis del pubis y el perineo se dis- lar abdominal y relaja los músculos del piso pélvico, pueden
tiende pronto por la presencia del hombro posterior. Después predisponer a la rotación incompleta. Si esto ocurre, surge una
del nacimiento de los hombros, el resto del cuerpo se desliza con detención en el plano transversal. Si no hay rotación hacia la
rapidez hacia el exterior. sínfisis del pubis, el occipucio puede mantenerse en una varie-
444 Trabajo de parto
Descendente
10
1959–1966
2002–2008
CAPÍTULO 22
8
Dilatación (cm)
4
División
Dilatación
de División
División
dilatación pélvica
preparatoria
2
0 1 2 3 4 5 6
Tiempo
Tiempo (horas)
Fase de
Dilatación del cuello uterino (cm)
CAPÍTULO 22
el miedo de la madre prolonga casi 45 min el trabajo de parto.
Proporción
enfermera/
■ Segunda fase del trabajo de parto
paciente Contexto clínico
Esta fase empieza con la dilatación completa del cuello uterino y 1:2 Pacientes en trabajo de parto
termina con el parto del feto. Su duración promedio se aproxima 1:1 Pacientes en el segundo periodo del trabajo de
a 50 min en nulíparas y de casi 20 min en multíparas, pero es muy parto
variable (Kilpatrick, 1989). En una mujer con alta paridad que 1:1 Pacientes con complicaciones médicas u
cursó antes con dilatación de la vagina y el perineo, quizá dos o obstétricas
tres esfuerzos para la expulsión, una vez alcanzada la dilatación del 1:2 Inducción con oxitocina o asistencia
cuello uterino, sean suficientes para completar el nacimiento. Al 1:1 Durante el inicio de la analgesia epidural
contrario, la segunda fase puede prolongarse de manera anormal
1:1 Circulación para cesárea
en una paciente con estrechez pélvica, un feto grande o esfuerzos
para la expulsión inadecuados debido a analgesia para conducción
o sedación. Robinson et al. (2011) encontraron que el incremento
La actividad uterina insuficiente es una causa frecuente y corre-
en el índice de la masa corporal materna no interfiere con la
gible del avance anormal del trabajo de parto. Por tanto, cuando
segunda fase del trabajo de parto. Las anomalías de la segunda fase
la duración de un trabajo de parto normal es mayor que la espe-
del trabajo de parto se describen en la página 456.
rada, se debe considerar la posibilidad de realizar otras acciones
distintas a la cesárea (p. ej., administrar oxitocina).
■ Duración del trabajo de parto
El conocimiento de la duración normal del trabajo de parto
humano puede verse obstaculizado por múltiples variables clíni- ATENCIÓN DEL TRABAJO DE PARTO NORMAL
cas que modifican la conducta durante el trabajo de parto en La atención ideal del trabajo de parto y el parto implica dos pun-
unidades modernas de obstetricia. Kilpatrick y Laros (1989) tos de vista posiblemente opuestos de parte de los médicos. En
comunicaron que la duración promedio del primer y segundo primer lugar, debe reconocerse al parto como un proceso fisioló-
periodos de trabajo de parto era de casi nueve horas en nulíparas gico normal que casi todas las mujeres experimentan sin compli-
sin analgesia regional y que el límite superior era de 18.5 h, caciones. En segundo lugar, las complicaciones en el curso del
correspondiente al percentil 95o. Los tiempos correspondientes parto surgen a menudo de manera rápida e inesperada y deben
para multíparas fueron en promedio de casi 6 horas, con un preverse. Por consiguiente, los médicos deben conseguir de
máximo de 13.5 h correspondiente al percentil 95o. Estos auto- manera simultánea que toda mujer y quienes la apoyan se sientan
res definieron el inicio del trabajo de parto como el momento en cómodos y lograr la seguridad de madre y recién nacido cuando
que una mujer recordaba contracciones regulares dolorosas cada aparecen complicaciones súbitas. Los principios de este tipo
3 a 5 min, las cuales causaron cambios en el cuello uterino. constituyen la base del “llamado a la acción” reciente de siete
Se analizó el trabajo de parto espontáneo en casi 25 000 organizaciones nacionales, destinado a subrayar la calidad de la
pacientes atendidas a término en el Parkland Hospital a princi- atención de las pacientes durante el trabajo de parto y el parto
pios del decenio de 1990. Casi 80% de las mujeres ingresó con (Lawrence, 2012). La American Academy of Pediatrics y el Ameri-
una dilatación del cuello uterino de 5 cm o menos. La paridad y can College of Obstetricians and Gynecologists (2012) colaboraron
la dilatación en el momento del ingreso fueron determinantes para la estructuración de las Guidelines for Perinatal Care, que
importantes de la duración del trabajo de parto espontáneo. El proveen información detallada sobre el contenido apropiado de
tiempo promedio desde el ingreso hasta el nacimiento espontá- los cuidados durante el parto e incluyen tanto requerimientos de
neo de todas las parturientas fue de 3.5 h y 95% de ellas dio a personal como de servicios. En el cuadro 22-2, se muestra la
luz en 10.1 h. Estos resultados sugieren que el trabajo de parto relación enfermera-paciente recomendada para la atención del
normal humano es relativamente breve. Zhang et al. (2009a,b) trabajo de parto y el parto. En el cuadro 22-3, se incluyen las
describieron datos similares en su estudio de 126 887 partos de dimensiones de las salas recomendadas para estas funciones.
12 instituciones en Estados Unidos.
CAPÍTULO 22
del diámetro promedio de la abertura del cuello uterino, al des-
lizar el dedo explorador desde el borde de la abertura cervical en
uno de los lados hasta el lado opuesto. Se calcula el diámetro
transversal en centímetros. Se dice que el cuello uterino tiene
dilatación completa cuando el diámetro es de 10 cm, puesto que
la presentación de un recién nacido a término suele pasar a tra-
vés de un cuello con esa dilatación.
La posición del cuello uterino se determina a partir de la rela-
ción de su orificio con la cabeza fetal y se clasifica como poste-
rior, media o anterior. Junto con la posición, la consistencia del
cuello se describe como blanda, dura o intermedia.
El nivel (o estación) dentro del conducto del parto en el que
se localiza la parte fetal que se presenta se describe en relación
con las espinas isquiáticas, situadas en un punto intermedio
entre la entrada y la salida de la pelvis. Cuando la porción más
baja de la parte del feto que se presenta se halla al mismo nivel
FIGURA 22-24. Para realizar la exploración vaginal se han separado que las espinas, se dice que se encuentra en la estación cero (0).
los labios mayores con una mano y se introducen cuidadosamente los En el pasado, algunos grupos dividían de manera arbitraria el eje
dedos índice y cordial de la otra a través del introito. longitudinal del conducto del parto por arriba y debajo de las
espinas isquiáticas en tercios, en tanto que otros lo hacían en
quintos (segmentos aproximados de 1 cm). En 1989, el Ameri-
can College of Obstetricians and Gynecologists adoptó la clasifica-
Durante la exploración con espejo estéril, la rotura de mem- ción de la estación que divide la pelvis por arriba y abajo de las
branas se diagnostica cuando se observa líquido amniótico acu- espinas en quintos. Cada quinto representa 1 cm por arriba o
mulado en el fondo de saco posterior o se visualiza líquido claro debajo de las espinas. Como consecuencia, al tiempo que la
que fluye a través del cuello uterino. Pese a que se han recomen- parte de presentación del feto desciende desde la entrada de la
dado varias pruebas diagnósticas para reconocer la rotura de pelvis hacia las espinas isquiáticas, la designación de la estación
membranas, ninguna es del todo confiable. Si el diagnóstico aún corresponde a −5, −4, −3, −2, −1 y luego 0. Por debajo de las
es incierto, otra medida consiste en la cuantificación del pH del espinas, al tiempo que desciende la parte de presentación del
líquido vaginal. Por lo general, el pH de las secreciones vaginales feto, transcurre por las estaciones +1, +2, +3, +4 y +5. La altura
varía entre 4.5 y 5.5, en tanto que el del líquido amniótico es +5 corresponde a la cabeza fetal que es visible en el introito.
casi siempre de 7.0 a 7.5. El uso del indicador nitrazina para Si la parte más baja de la cabeza fetal se encuentra en la estación
identificar la rotura de membranas constituye un método sim- 0 o más abajo, la mayor parte de las veces se halla ya encajada, lo
ple y bastante confiable. Algunos papeles reactivos se impregnan cual implica que el plano biparietal ya pasó a través de la entrada
con la tinción y el color de la reacción entre estas tiras de papel de la pelvis. Si la cabeza está muy moldeada o si hay una formación
y los líquidos vaginales se interpretan mediante comparación extensa de caput, o ambas circunstancias, tal vez no ha ocurrido el
con una tabla de color estandarizada. Un pH mayor de 6.5 es encajamiento, aunque la cabeza parezca estar en la estación 0.
congruente con rotura de membranas. Una prueba positiva En un estudio realizado en cinco centros de enseñanza de
falsa puede deberse a la presencia de sangre, semen o alguna Denver, residentes, enfermeras y facultativos fueron objeto de una
vaginosis bacteriana, mientras que los resultados negativos falsos encuesta para determinar qué definiciones utilizaban para descri-
pueden ser secundarios a una muestra escasa del líquido. bir la estación del feto (Carollo, 2004). Se encontraban cuatro
Otras pruebas incluyen la arborización o formación de cris- definiciones distintas en uso. ¡Resultó inquietante que estos inves-
tales en helecho del flujo vaginal, lo cual sugiere la existencia de tigadores detectaron que algunos profesionales de la salud estaban
líquido amniótico, más que del cuello uterino. El líquido conscientes de que otros usaban definiciones distintas para refe-
amniótico se cristaliza para constituir un patrón que semeja un rirse a la altura! Dupuis et al. (2005) probaron la confiabilidad de
helecho debido a su concentración relativa de cloruro de sodio, los cálculos clínicos de la altura con el uso de la posición de la
proteínas y carbohidratos (fig. 4-2, pág. 49). La detección de la parte más baja, expresada en centímetros por arriba o debajo de
fetoproteína-α en la cúpula vaginal se ha utilizado para identifi- las espinas, como lo recomendaban la American Academy of Pedia-
car el líquido amniótico (Yamada, 1998). Se necesita en raras trics y el American College of Obstetricians and Gynecologists (2012).
ocasiones, pero también se puede utilizar la inyección de índigo Se utilizó un simulador de nacimiento en el que la estación podía
carmín en el saco amniótico a través de una amniocentesis cuantificarse con precisión y se comparaba con la exploración
abdominal para efectuar la identificación. vaginal llevada a cabo por los médicos. Se informó que los evalua-
dores clínicos cometían errores 33% de las veces.
Valoración del cuello uterino Estas cinco características (dilatación, borramiento, consis-
El grado de borramiento del cuello uterino se expresa por lo gene- tencia, posición del cuello uterino y estación fetal) se analizaron
ral en términos de longitud del mismo en comparación con el mediante su tabulación en la escala de Bishop. Esta escala se
del cuello uterino sin borramiento. Cuando la longitud del cue- emplea con frecuencia para predecir la evolución de la inducción
llo uterino se reduce a la mitad, tiene 50% de borramiento. Si se del trabajo de parto y se analiza en el capítulo 26 (pág. 526).
450 Trabajo de parto
facilidad y rapidez. En el Parkland Hospital, se extrae una mues- manuales. Mediante la palma de la mano aplicada con suavidad
tra de sangre en un tubo estándar con anticoagulante. A partir de sobre el útero, es posible precisar el momento de inicio de una
éste, se llena un tubo capilar heparinizado y se lo coloca en una contracción. Su intensidad se determina a partir del grado de
centrífuga para microhematócrito en la unidad de trabajo de firmeza que el útero alcanza. En el punto máximo de las con-
parto y expulsión. Esto permite obtener el valor del hematócrito tracciones eficaces, el pulgar o los otros dedos no pueden con
en el transcurso de 3 min. El otro tubo también se envía al labo- facilidad penetrar el tejido uterino si la contracción es “firme”.
ratorio de hematología para análisis. En otro tubo etiquetado, se A continuación, se determina el momento en el que la contrac-
permite que la sangre coagule y se envía al banco de sangre para ción termina. Esta secuencia se repite para determinar la fre-
valorar grupo y anticuerpos, cuando es necesario. Se obtiene una cuencia, la duración y la intensidad de las contracciones uteri-
última muestra para buscar sífilis y virus de inmunodeficiencia nas.
humana (VIH). Los autores también recolectan una muestra de
orina para determinación de proteínas en mujeres con hiperten- Signos vitales maternos
sión (cap. 40, pág. 729). Sin embargo, en algunas unidades obs- Se valoran al menos cada 4 h la temperatura, el pulso y la presión
tétricas se analiza una muestra de orina del chorro medio en arterial maternos. Si se han roto las membranas fetales muchas
todas las mujeres, para la cuantificación de proteínas y glucosa. horas antes del inicio del trabajo de parto o si hay un aumento
Las mujeres que no recibieron atención prenatal deben con- limítrofe de la temperatura, ésta se determina de manera horaria.
siderarse en riesgo de padecer sífilis, hepatitis B e infección por Aún más, en presencia de rotura prolongada de membranas,
VIH (cap. 65, pág. 1265). En pacientes sin atención prenatal definida como mayor de 18 h, se recomienda administrar anti-
previa, deben llevarse a cabo estos estudios de laboratorio, así microbianos para la prevención de infecciones por estreptococos
como tipificación sanguínea y detección de anticuerpos (Ameri- del grupo B. Este tema se expone en el capítulo 64 (pág. 1249).
can Academy of Pediatrics y el American College of Obstetricians
and Gynecologists, 2012). En algunos estados, como Texas, se Exploraciones vaginales subsiguientes
realizan pruebas sistemáticas de laboratorio para detección de Durante la primera fase del trabajo de parto, la necesidad de
sífilis, hepatitis B y VIH en todas las mujeres que ingresan a las llevar a cabo tactos vaginales subsecuentes para vigilar los cam-
unidades de trabajo de parto y parto, incluso si ya se realizaron bios del cuello uterino y la posición de la parte que se presenta
durante las consultas prenatales. varía de manera considerable. Cuando las membranas se rom-
pen, se lleva a cabo una exploración para excluir la posibilidad
de prolapso del cordón si la cabeza no se encontraba encajada en
■ Atención de la primera la exploración previa. De inmediato y durante la siguiente con-
fase del trabajo de parto tracción uterina se revisa la frecuencia cardiaca fetal para ayudar
Tan pronto como sea posible después del ingreso, se completa el a detectar una compresión oculta del cordón umbilical. En el
resto de la exploración general. La mejor manera para establecer Parkland Hospital se practican de manera característica explora-
si un embarazo es normal es cuando concluyen todos los exáme- ciones pélvicas periódicas a intervalos de dos a tres horas, con
nes, incluidos los análisis de laboratorio. Posteriormente, se ela- objeto de valorar el avance del trabajo de parto.
bora un plan racional para vigilar el trabajo de parto con base en
las necesidades del feto y la madre. La duración del trabajo de Alimentos por vía oral
parto varía en cada persona, por lo que no se deben hacer afir- Debe evitarse la ingestión de alimentos durante la fase activa del
maciones precisas en cuanto a anticipar su duración. trabajo de parto y el parto. El tiempo del vaciamiento gástrico se
prolonga de forma notoria una vez que se establece el trabajo de
Vigilancia fetal durante el parto parto y se administra analgesia. Como consecuencia, los alimen-
Este tema se revisa con detalle en el capítulo 24. De manera tos ingeridos y casi todos los fármacos permanecen en el estó-
sinóptica, la American Academy of Pediatrics y el American mago y no se absorben y, más bien, podrían regurgitarse y aspi-
College of Obstetricians and Gynecologists (2012) recomiendan rarse (cap. 25, pág. 519). Según la American Academy of Pediatrics
que durante el primer periodo del trabajo de parto y en ausencia y el American College of Obstetricians and Gynecologists (2007)
de anomalías, se revise la frecuencia cardiaca fetal inmediata- son admisibles sorbos de líquidos claros y en ocasiones fragmen-
mente después de una contracción al menos cada 30 min y tos de hielo, así como la humectación de los labios.
luego cada 15 min, en el segundo periodo del trabajo de parto.
Si se utiliza la vigilancia electrónica continua, se valora el trazo Soluciones intravenosas
al menos cada 30 min durante el primer y cada 15 min durante Si bien en muchos hospitales se ha convertido en una práctica
el segundo periodos del trabajo de parto. Para las mujeres con regular establecer un sistema de inyección de soluciones intrave-
embarazos de riesgo, la auscultación del corazón fetal se lleva a nosas de manera sistemática en etapas tempranas del trabajo de
cabo por lo menos cada 15 min durante la primera fase del tra- parto, rara vez esto responde a una necesidad real de la embara-
bajo de parto, y cada cinco minutos durante la segunda fase. Se zada normal, al menos hasta el momento en que se administra
puede usar la vigilancia electrónica continua con valoración del la analgesia. Tiene ventajas un sistema de inyección intravenosa
trazo cada 15 min durante el primer periodo del trabajo de de soluciones durante el puerperio inmediato para administrar de
parto y cada 5 min en el segundo. modo profiláctico oxitocina y algunas veces de manera terapéu-
Trabajo de parto normal 451
tica, cuando persiste la atonía uterina. Más aún, en presencia de que orine. En ciertos casos, las pacientes que no pueden orinar
trabajo de parto prolongado, la administración de glucosa, en un cómodo podrán deambular con ayuda hasta el baño. Si la
sodio y agua a pacientes en ayuno a un ritmo de 60 a 120 ml/h vejiga se encuentra distendida y es imposible la micción, está
CAPÍTULO 22
previene la deshidratación y la acidosis. Shrivastava et al. (2009) indicado colocar una sonda. Carley et al. (2002) observaron que
observaron que las nulíparas a las que se proporcionaba por vía 51 de 11 332 partos vaginales (1 en 200) se complicaron con
intravenosa una mezcla de solución salina normal con dextrosa retención urinaria. En la mayoría de las mujeres, la micción se
presentaban trabajos de parto más cortos hasta el nacimiento restableció antes de su salida hospitalaria. Musselwhite et al.
vaginal, en comparación con quienes sólo recibían solución (2007) observaron retención en 4.7% de las mujeres con anal-
salina. Garite et al. (2000) asignaron al azar a 195 mujeres en gesia epidural durante el trabajo de parto. Los factores de riesgo
trabajo de parto para recibir 125 o 250 ml/h de solución de para la retención fueron primiparidad, trabajo de parto indu-
Ringer con lactato o isotónica de cloruro de sodio. El volumen cido o conducido con oxitocina, laceraciones perineales, parto
promedio de líquidos intravenosos totales fue de 2 008 ml en el vaginal asistido, sondeo durante el trabajo de parto y duración
grupo de 125 ml/h y de 2 487 ml en el grupo de 250 ml/h. El >10 h del trabajo de parto.
trabajo de parto duró más de 12 h en un número notablemente
mayor (26% en contraposición con 13%) de las mujeres que
recibieron una infusión de 125 ml/h, en comparación con aque- ■ Atención de la segunda
llas que recibieron 250 ml/h (26% contra 13%). fase del trabajo de parto
Con la dilatación completa del cuello uterino, que indica el ini-
Posición de la madre cio del segundo periodo del trabajo de parto, una mujer suele
La mujer que presenta un trabajo de parto normal no necesita empezar a pujar y, con el descenso de la presentación, manifiesta
mantenerse confinada a la cama en una fase temprana. Una silla urgencia de defecar. Las contracciones uterinas y las fuerzas de
cómoda puede traer beneficios psicológicos y quizás incluso fisio- expulsión acompañantes pueden durar 1 min y recurrir a inter-
lógicos. En la cama, la mujer en trabajo de parto debe asumir la valos no mayores de 1.5 min. Como se comentó antes en este
posición que encuentre más confortable (la cual corresponde las capítulo, la duración promedio de la segunda fase del trabajo de
más de las veces al decúbito lateral). No se le debe obligar a man- parto es de 50 min en nulíparas y 20 min en multíparas, pero se
tenerse en posición dorsal debido a que se induce compresión de trata de un intervalo muy variable. La vigilancia de la frecuencia
aorta y cava, lo cual implica una posible reducción de la perfusión cardiaca fetal se describió con anterioridad en este capítulo y la
uterina (cap. 4, pág. 60). Bloom et al. (1998) condujeron un estu- interpretación de los patrones electrónicos de la frecuencia car-
dio con asignación al azar de deambulación durante el trabajo de diaca fetal se expone en el capítulo 24 (pág. 487).
parto en más de 1 000 mujeres con embarazos de bajo riesgo y
encontraron que caminar no estimulaba o modificaba el trabajo Esfuerzos de expulsión
de parto activo y que no era lesivo. Lawrence et al. (2009) notifi- En casi todos los casos, el pujo es reflejo y espontáneo durante el
caron datos similares en una revisión de la base de datos Cochrane. segundo periodo del trabajo de parto, pero en ocasiones una
mujer tal vez no use sus fuerzas de expulsión con ventaja y es
Analgesia deseable dirigirla. Sus piernas deben estar flexionadas a la mitad,
Este tema se describe de forma detallada en el capítulo 25. En de tal manera que pueda empujar con ellas contra el colchón.
general, el alivio del dolor debe depender de las necesidades y los Cuando comienza la contracción uterina siguiente, se la instruye
deseos de la mujer. El American College of Obstetricians and para ejercer presión hacia abajo, como si quisiera defecar. No
Gynecologists (2009) especificó objetivos óptimos para la aten- debe alentarse a pujar a la paciente una vez que se termina una
ción anestésica en obstetricia. contracción. Por el contrario, debe permitirse que ella y el feto
descansen y se recuperen. Durante ese periodo de pujo activo, se
Amniotomía ausculta la frecuencia cardiaca fetal de inmediato después de la
Si las membranas están íntegras, el clínico tiende muchas veces a contracción y aquélla tal vez sea lenta, pero debe recuperarse
practicar la amniotomía, incluso durante el trabajo de parto nor- hasta cifras normales antes del siguiente esfuerzo de expulsión.
mal. Se presupone que los beneficios son un trabajo de parto más Se han recomendado distintas posiciones durante la segunda
rápido, la detección más oportuna de la tinción meconial del fase con el objetivo de favorecer los esfuerzos expulsivos. Eason
líquido amniótico y la oportunidad de aplicar un electrodo sobre et al. (2000) realizaron una revisión amplia de las posiciones y
la piel del feto o insertar un catéter para cuantificar la presión su efecto sobre la incidencia de traumatismo perineal y encon-
dentro de la cavidad uterina, con fines de vigilancia. Las ventajas traron que la posición erguida apoyada no tenía ventajas sobre
y las desventajas de la amniotomía se comentan en el capítulo 26 el decúbito. Las posiciones en vertical incluyen la sedente, la de
(pág. 531). Es importante que la cabeza fetal esté bien aplicada rodillas, en cuatro puntos o el reposo con la espalda en elevación
sobre el cuello uterino y no se desaloje de la pelvis durante el a 30°. Por el contrario, en una revisión sistemática, Berghella et
procedimiento para evitar el prolapso del cordón umbilical. al. (2008) publicaron datos de buena calidad que sustentan el
uso de la posición sedente. La evolución del feto y del proceso
Función de la vejiga urinaria obstétrico no parece afectarse, se estimule o no la segunda fase
La distensión vesical debe evitarse porque puede obstaculizar el del trabajo de parto (Bloom, 2006; Tuuli, 2012). Schaffer et al.
descenso de la presentación y propiciar una hipotonía subsi- (2005) notificaron los efectos maternos de la estimulación del
guiente del órgano e infección. Durante cada exploración abdo- pujo y llevaron a cabo pruebas urodinámicas en primíparas, tres
minal, es indispensable revisar y palpar la región suprapúbica meses después del parto. Las pacientes sometidas a estimulación
para detectar distensión. Si la vejiga es fácil de observar o palpar para empujar durante la segunda fase del trabajo de parto pre-
por arriba de la sínfisis del pubis, debe alentarse a la mujer para sentaban una capacidad vesical menor y disminución del primer
452 Trabajo de parto
impulso para la micción en comparación con las mujeres a quie- ron otro estudio con asignación al azar en el que participaron
nes se permitió pujar o descansar según lo desearan. Los efectos 1 934 nulíparas en el Brigham and Women’s Hospital de Boston.
a largo plazo de esta práctica aún deben definirse. Encontraron que este tipo de atención acortaba en cierto grado
Conforme la cabeza desciende a través de la pelvis, el perineo el trabajo de parto, pero no afectaba la tasa de nacimientos por
SECCIÓN 7
se abulta y la piel que lo cubre se distiende. Ahora el cuero cabe- cesárea. Desde entonces, estas mismas observaciones las han
lludo del feto es visible a través del orificio vulvar. En este notificado muchos otros especialistas (Brown, 2008).
momento, la mujer y el feto están listos para el parto, lo cual se
describe en el capítulo 27 (pág. 537).
■ Partograma de la Organización
Mundial de la Salud
PROTOCOLOS DE ATENCIÓN La Organización Mundial de la Salud (OMS) diseñó un parto-
PARA EL TRABAJO DE PARTO grama para utilizarse en países en desarrollo (Dujardin, 1992). De
acuerdo con Orji (2008), el partograma es similar para nulíparas
Una medida ordenada y sistemática para la atención del trabajo y multíparas. El trabajo de parto se divide en una fase latente, que
de parto permite obtener resultados maternos y perinatales no debe durar más de ocho horas, y una fase activa. Esta última
reproducibles. Althabe et al. (2008) comprobaron esto en fecha comienza con 3 cm de dilatación y su avance no debe ser menor
reciente, al asignar de manera aleatoria la institución de aten- de 1 cm/hora. Se recomienda esperar 4 h antes de intervenir
ción con base en la evidencia en 19 hospitales de Argentina y cuando la fase activa es lenta. El trabajo de parto se grafica y el
Uruguay. A continuación, se presentan varios protocolos para la análisis incluye la aplicación de líneas de alerta y acción. Lavender
atención del trabajo de parto. Éstos incluyen los provenientes et al. (2006) asignaron al azar a 3 000 nulíparas a intervenciones
del National Maternity Hospital de Dublín, la Organización de trabajo de parto a las 2 o 4 h, según lo recomienda la OMS. Su
Mundial de la Salud y el Parkland Hospital. tasa de parto por cesárea no se modificó y concluyeron que las
intervenciones, como la amniotomía y la aplicación de oxitocina,
aumentaron de manera innecesaria al usar el intervalo de 2 h.
■ Atención activa del trabajo de parto Después de su revisión sistemática reciente de la base de datos
Hace más de 30 años, O’Driscoll et al. (1984) fueron pioneros Cochrane, Lavender et al. (2008) no recomiendan el uso del par-
al impulsar el concepto de que un protocolo de atención disci- tograma para la atención estándar del trabajo de parto.
plinada y estandarizada del trabajo de parto reducía el número
de nacimientos por cesárea secundaria a distocia. Su tasa general
de cesárea fue de 5% en los decenios de 1970 y 1980 con este
■ Protocolo de atención del trabajo
tipo de atención. La medida se conoce ahora como atención de parto del Parkland Hospital
activa del trabajo de parto. Dos de sus componentes (la amnioto- Las mujeres ingresan cuando se diagnostica trabajo de parto
mía y la oxitocina) se han utilizado de forma extensa, en especial activo, que se define como la dilatación del cuello uterino de 3
en países anglohablantes fuera de Estados Unidos. Con este pro-
tocolo, el trabajo de parto se diagnostica cuando las contraccio-
nes dolorosas van acompañadas de borramiento completo del
cuello uterino, emisión de líquido sanguinolento o rotura de Ingreso:
membranas. Las mujeres con tales datos se internan para tener cuello uterino 4 cm
2 a 3 h según
el parto en 12 h. Se realiza una exploración ginecológica cada sea la
hora durante las siguientes 3 h y después a intervalos de 2 h. Si paridad
la dilatación no aumenta por lo menos 1 cm/h, se efectúa una
Amniotomía
amniotomía. El avance se valora de nuevo a las 2 h y se instituye
una solución con dosis altas de oxitocina, que se describe en el
2 ha
capítulo 26 (pág. 530) a menos que la dilatación sea por lo
menos de 1 cm/h. Una partera atiende de manera constante a 4a8h
Monitor interno según sea
estas mujeres. Si las membranas se rompen antes del ingreso, se de las contracciones la paridad
comienza la administración de una solución con oxitocina en
3 ha
caso de no observar avance en una hora.
López-Zeno et al. (1992) compararon de manera prospectiva
Oxitocina
una atención activa de este tipo con su protocolo “tradicional”
de atención del trabajo de parto en el Northwestern Memorial 2 a 4 ha
según sea
Hospital en Chicago. Asignaron al azar a 705 nulíparas con la paridad
embarazos sin complicaciones, en trabajo de parto espontáneo
de término. La tasa de nacimiento por cesárea fue menor desde Parto
la perspectiva estadística al aplicar la medida de atención activa a
Según sea el avance de la dilatación del cuello uterino
en comparación con la tradicional (10.5% en comparación con
14.1%, respectivamente). Estudios subsiguientes no mostraron
FIGURA 22-25. Esquema del protocolo para la atención del trabajo
esto. Wei et al. (2009) identificaron en una revisión de la base de
de parto que se utiliza en el Parkland Hospital. Los intervalos entre el
datos Cochrane una reducción moderada de las tasas de naci- ingreso y el parto son más cortos que la suma potencial de los inter-
miento por cesárea al comparar la atención activa del trabajo de valos entre las maniobras, puesto que no todas las mujeres necesitan
parto con la atención estándar. Frigoletto et al. (1995) publica- de estas últimas.
Trabajo de parto normal 453
a 4 cm, en presencia de contracciones, o se confirma rotura de Chervenak FA, McCullough LB, Brent RL, et al: Planned home birth: the
membranas. Las pautas de atención se resumen en la figura professional responsibility response. Am J Obstet Gynecol 208(1):31,
2013
22-25 e indican exploraciones pélvicas cada 2 h aproximada- Chin JR, Henry E, Holmgren CM, et al: Maternal obesity and contraction
CAPÍTULO 22
mente. Se sospecha trabajo de parto ineficaz cuando el cuello strength in the first stage of labor. Am J Obstet Gynecol 207:129.e1, 2012
uterino no se dilata en las 2 h que siguen al ingreso. Se lleva a de Jonge A, Mesman JAJM, Manniën J, et al: Severe adverse maternal out-
comes among low risk women with planned home versus hospital births in
cabo entonces la amniotomía y se determina el avance del tra- the Netherlands: nationwide cohort study. BMJ 346:f3263, 2013
bajo de parto en las siguientes 2 h. En mujeres cuyo trabajo de Dujardin B, De Schampheleire I, Sene H, et al: Value of the alert and action
parto no avanza, se coloca un catéter de presión intrauterina lines on the partogram. Lancet 339:1336, 1992
para valorar la función del órgano. Las contracciones hipotóni- Dupuis O, Silveira R, Zentner A, et al: Birth simulator: Reliability of trans-
vaginal assessment of fetal head station as defined by the American College
cas y la ausencia de dilatación del cuello uterino después de 2 a of Obstetricians and Gynecologists classification. Am J Obstet Gynecol
3 h adicionales dan lugar a la conducción del trabajo de parto 192:868, 2005
con el esquema de dosis alta de oxitocina descrito en el capítulo Eason E, Labrecque M, Wells G, et al: Preventing perineal trauma during
childbirth: a systematic review. Obstet Gynecol 95:464, 2000
22 (pág. 530). El fin es lograr actividad uterina de 200 a 250 U Friedman E: The graphic analysis of labor. Am J Obstet Gynecol 68:1568, 1954
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uterina satisfactoria con oxitocina. Esto quizá requiera hasta ocho Friedman EA: Primigravid labor: a graphicostatistical analysis. Obstet Gynecol
horas o más, antes de decidir si se efectúa una cesárea por distocia. 6:567, 1955
El tiempo acumulado necesario para este método de atención gra- Friedman EA, Sachtleben MR: Amniotomy and the course of labor. Obstet
dual permite a muchas pacientes establecer un trabajo de parto Gynecol 22:755, 1963
Frigoletto FD Jr, Lieberman E, Lang JM, et al: A clinical trial of active manage-
eficaz. Se ha valorado ese esquema en más de 20 000 mujeres con ment of labor. N Engl J Med 333:745, 1995
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455
CAPÍTULO 23
DISTOCIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455 pelvis estrecha. Por último, se pueden formar alteraciones de los
tejidos blandos del aparato reproductor que obstaculizan el des-
ANOMALÍAS DE LAS FUERZAS DE EXPULSIÓN . . . . . . . . 458 censo fetal. De manera más sencilla, estas anomalías se pueden
clasificar desde el punto de vista mecánico en tres categorías que
ROTURA PREMATURA DE MEMBRANAS AL TÉRMINO . . 462
comprenden anomalías de la fuerza (contractilidad uterina y
TRABAJO DE PARTO Y PARTO PRECIPITADOS . . . . . . . . 462 esfuerzo expulsivo materno); del producto (feto) y del conducto
(pelvis). En el cuadro 23-1, se enumeran los datos clínicos más
DESPROPORCIÓN FETOPÉLVICA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 463 frecuentes en las mujeres con estas anomalías del trabajo de parto.
CUADRO 23-2. Características de trabajo de parto anormal, criterios diagnósticos y métodos terapéuticos
Criterios diagnósticos
Tratamiento
Característica del trabajo de parto Nulíparas Multíparas preferido Tratamiento excepcional
SECCIÓN 7
de una posición anómala de la cabeza fetal dentro de la pelvis muestra el proceso mecánico del trabajo de parto y sus posibles
(asinclitismo) o por presencia de contracciones uterinas poco efi- obstáculos. Se pueden visualizar el cuello y el segmento inferior
caces. La verdadera desproporción es un diagnóstico poco convin- uterinos al término del embarazo y al final del trabajo de parto.
cente, puesto que 66% o más de las mujeres sometidas a cesárea Cuando concluye el embarazo, la cabeza fetal debe encontrar un
por esta razón, al final tiene partos vaginales de recién nacidos más segmento uterino inferior relativamente más grueso y un cuello
grandes. La otra frase, falta de avance en el trabajo de parto, ya sea sin dilatación para atravesar el conducto del parto. El músculo
espontáneo o inducido, es una descripción cada vez más generali- del fondo uterino está menos desarrollado y supuestamente es
zada del trabajo de parto poco eficaz. Este término refleja la caren- menos potente. Las contracciones uterinas, la resistencia del
cia de dilatación cervical progresiva o la ausencia de descenso fetal. cuello uterino y la presión anterógrada ejercida por la cabeza
Ninguna de estas expresiones es específica. Los términos que se fetal constituyen los factores que influyen en el avance del pri-
muestran en el cuadro 23-2 y sus criterios diagnósticos describen mer periodo del trabajo de parto.
con mayor precisión el trabajo de parto anormal. Como se muestra en la figura 23-1B, después de la dilatación
completa del cuello uterino, la relación mecánica entre el
tamaño y la posición de la cabeza fetal y la capacidad pélvica, es
■ Mecanismos de las distocias decir, la proporción fetopélvica, se hace más clara conforme el feto
La definición de distocia integrada por Williams (1903) en la desciende. Por ende, las anomalías de la proporción fetopélvica
primera edición de este libro es aún válida hoy. La figura 23-1 se tornan más obvias una vez que alcanza el segundo periodo.
Ac
tiva
Pa
.
C.R
siv
a
R .
C. os
t.
s
In
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os
s
Int
t. o
t.
Ex
Ex
A B
FIGURA 23-1. Esquemas del conducto de parto (A) al término del embarazo y (B) durante el segundo periodo del trabajo de parto, que muestran la for-
mación del conducto del parto. C.R., anillo de contracción; Int. os, orificio interno del cuello; Ext. os, orificio externo del cuello. (Adaptada de Williams, 1903.)
Trabajo de parto anormal 457
CAPÍTULO 23
de desproporción fetopélvica. La clasificación artificial de las ano- Fase activa,
malías del trabajo de parto en disfunción uterina pura y despro- Oxitocina Epidural 4-10 cm de
porción fetopélvica simplifica la descripción, pero constituye una Investigador (%) (%) dilatación
caracterización incompleta porque esas dos alteraciones tienen Zhang (2010)b 47 84 6h
un vínculo intenso. De hecho, según el American College of Obs- Graseck (2012) 0 70 5h
tetricians and Gynecologists (2013), la pelvis ósea rara vez limita
el parto vaginal. En ausencia de un método objetivo de distin- Alexander (2002) 44 100 7.4 h
ción precisa de esas dos causas de falla del trabajo de parto, el a Incluye nulíparas al término con trabajo de parto espontáneo
clínico debe confiar en la prueba del trabajo de parto para saber y dilatación cervical de 4 cm.
b Safe Labor Consortium.
si éste puede ser exitoso y culminar con un parto vaginal.
Detención del trabajo de parto: ”...el diagnóstico de detención del trabajo de parto no se debe establecer hasta que haya transcurrido
el tiempo adecuado”.
Trabajo de parto adecuado: ”...incluye una dilatación mayor de 6 cm con rotura de membrana y cuatro horas o más de contracciones
adecuadas (es decir, mayores de 200 unidades Montevideo) o 6 h o más cuando las contracciones no son adecuadas ni hay
cambios cervicales... ”
Segundo periodo del trabajo de parto: ”...sin avance por más de 4 h en nulíparas con bloqueo epidural, más de 3 h en nulíparas sin
bloqueo epidural... ”
“No se debe realizar una cesárea antes de estos límites...siempre y cuando el estado de la madre y el feto sean alentadores.”
FIGURA 23-2. Estudio de cohortes para el análisis del trabajo de ANOMALÍAS DE LAS FUERZAS DE EXPULSIÓN
parto espontáneo en el Safe Labor Consortium. NICU, unidad de cui-
dados intensivos neonatales. (Datos tomados de Zhang, 2010.) La dilatación del cuello uterino, así como la propulsión y la
expulsión del feto se presentan como resultado de contracciones
uterinas, reforzadas durante el segundo periodo del trabajo de
el primer periodo del trabajo de parto. Los autores de un artículo parto por la acción voluntaria o involuntaria de la pared abdo-
de la Maternal Fetal Medicine Units Network del NICHD analiza- minal, es decir, “pujar”. El diagnóstico de disfunción uterina en
ron las prácticas para la atención del trabajo de parto en 8 546 la fase latente es difícil y a veces puede efectuarse sólo en retros-
mujeres con cesárea primaria por distocia, en numerosos hospita- pectiva (cap. 22, pág. 446). En las pacientes que aún no se
les de Estados Unidos (Alexander, 2003). Casi 92% de las cesáreas encuentran en la fase activa del trabajo de parto, es habitual el
por distocia se llevó a cabo durante la fase activa del trabajo de tratamiento inadecuado por disfunción uterina.
parto, definida como una dilatación cervical ≥4 cm. El intervalo Desde el decenio de 1960, han habido tres avances impor-
promedio entre el ingreso y el parto fue de 17 h y la dilatación tantes en el tratamiento de la disfunción uterina. El primero es
cervical promedio correspondió a 6 cm antes de diagnosticar dis- haber comprendido que el trabajo de parto excesivamente pro-
tocia en las mujeres con trabajo de parto activo. Se utilizó oxito- longado contribuye a la morbimortalidad materna y perinatal.
cina en 90% de las pacientes con diagnóstico de distocia. Se con- En segundo lugar, el uso de una solución diluida de oxitocina
cluyó que se estaban haciendo esfuerzos confiables en las prácticas para el tratamiento en ciertas variedades de disfunción uterina.
actualizadas para lograr un trabajo de parto activo antes de diag- Por último, se utiliza la cesárea en lugar del parto con fórceps
nosticar distocia que condujera hacia una cesárea. medio de difícil ejecución cuando la oxitocina falla o no se
El artículo de Rouse et al. (2009) sobre el segundo periodo puede utilizar.
del trabajo de parto fue un análisis secundario de 4 126 nulíparas
que alcanzaron dicho periodo durante un estudio clínico con
asignación al azar para estudiar la oximetría fetal. De las 360 ■ Tipos de disfunción uterina
mujeres (9%) cuyo segundo periodo duró más de 3 h, 95% Reynolds et al. (1948) insistieron en que las contracciones ute-
había recibido analgesia epidural; 33% de estas 360 pacientes rinas del trabajo de parto normal se caracterizan por un gra-
(3.5% del grupo total) manifestó un segundo periodo con dura- diente de actividad miometrial. Estas fuerzas tienen duración e
ción mayor de 4 h. Los resultados de este estudio se interpreta- intensidad máximas en el fondo del órgano (predominio fúndico)
ron como el sustento para extender la duración de dicho periodo y disminuyen en dirección al cuello uterino. Caldeyro-Barcia
en las nulíparas, más allá de las 3 h recomendadas cuando se et al. (1950) de Montevideo, Uruguay, insertaron pequeños glo-
utiliza analgesia epidural (American College of Obstetricians and bos en diversos sitios del miometrio (cap. 24, pág. 498) y comu-
Gynecologists, 2013). Los investigadores concluyeron que los nicaron que además de un gradiente de actividad, había una
fetos nacidos después de un segundo periodo que se prolonga diferencia temporal en el inicio de las contracciones entre el
durante más de tres horas tienen una tasa más alta de ingresos a fondo, la zona media y la porción inferior del útero. Larks
la unidad neonatal de cuidados intensivos (NICU, neonatal (1960) describió el estímulo como de inicio en un cuerno y
intensive care unit) (que de todas maneras es bajo) y menor riesgo varios milisegundos después en el otro. Las ondas de contrac-
de sufrir lesión del plexo braquial (Rouse, 2009). ción se unen y desplazan luego desde el fondo en dirección des-
Estos últimos resultados contrastan con los que se obtuvieron cendente. Las contracciones espontáneas normales a menudo
en el estudio sobre el segundo periodo prolongado del trabajo de ejercen presiones cercanas a 60 mmHg (Hendricks, 1959). De
Trabajo de parto anormal 459
CUADRO 23-5. Resultados neonatales en relación con la duración del segundo periodo del trabajo de parto
Duración del segundo periodo del trabajo de parto
CAPÍTULO 23
<3 h 3–4 h ≥4 h
Resultado n = 20 502 n = 1 062 n = 427 Valor de p
Peso al nacer ≥4 000 g 962 (5) 150 (14)a 71 (17)a <0.001
Calificación de Apgar ≤3 a los 5 min 14 (0.1) 3 (0.3)a 2 (0.5)a 0.002
pH <7.0 en sangre de cordón 75 (0.4) 8 (0.8)a 4 (1)d 0.024
Reanimación al nacimiento 120 (0.6) 18 (2)a 13 (3)a <0.001
Ingreso a cuidados intensivos 150 (0.7) 22 (2)a 8 (2)a <0.001
Convulsionesb 23 (0.1) 18 (1.7)a 13 (3)a <0.001
Septicemiac 32 (0.2) 7 (0.7)a 0 <0.001
Parálisis de Erb 67 (0.3) 15 (1.4)a 2 (0.5) <0.001
Muerte neonatal 3 (0.02) 0 0 0.897
cualquier forma, el grupo de Montevideo estableció que el retraso. Esos criterios se adaptaron a partir de los de Cohen y
límite inferior de la presión de las contracciones requerido para Friedman (1983), que se muestran en el cuadro 23-2.
dilatar el cuello uterino es de 15 mmHg. Hauth et al. (1986, 1991) publicaron que cuando el trabajo
A partir de esas observaciones, es posible definir dos tipos de de parto es inducido o conducido de manera eficaz con oxito-
disfunción uterina. En la más frecuente, o disfunción uterina cina, 90% de las mujeres alcanza 200 a 225 U Montevideo y
hipotónica, no hay hipertonía basal y las contracciones del útero 40% al menos 300 de dichas unidades. Esos resultados sugieren
presentan un tipo de gradiente normal (sincrónicas), pero la que hay algunos mínimos de actividad uterina que deben conse-
presión durante la contracción es insuficiente para dilatar el cue- guirse antes de efectuar una cesárea por distocia. Por tanto, el
llo uterino. En la otra, conocida como disfunción uterina hiper- American College of Obstetricians and Gynecologists (2013)
tónica o incoordinada, el tono basal se encuentra alto o el gra- sugiere que antes de diagnosticar detención de la primera fase
diente de presión presenta gran distorsión. La distorsión del del trabajo de parto, se deben satisfacer ciertos criterios. Pri-
gradiente es resultado de una contracción más intensa en el seg- mero, la fase latente concluyó y se observa una dilatación de
mento medio del útero que en el fondo o de la asincronía com- cuello uterino de 4 cm o más. Además ha existido un patrón de
pleta de los impulsos que se originan en cada cuerno o de una contracciones uterinas de 200 U Montevideo o más en un
combinación de ambas. periodo de 10 min durante 2 h sin cambios concomitantes del
cuello uterino. Rouse et al. (1999) recientemente pusieron en
■ Trastornos de la fase activa duda la “regla de las dos horas” con el fundamento de que se
Las anomalías del trabajo de parto se dividen clínicamente en requiere un periodo más prolongado, esto es, de al menos 4 h,
avance menor comparado con el normal (trastorno por retraso) o antes de concluir que la fase activa del trabajo de parto ha fraca-
interrupción completa del avance (trastorno por detención). Una sado. Los autores están de acuerdo.
mujer debe estar en la fase activa del trabajo de parto con dilata-
ción del cuello de al menos 3 a 4 cm para hacerse el diagnóstico ■ Trastornos del segundo periodo
de cualquiera de esos dos procesos. Handa y Laros (1993) diag- Como se analiza en el capítulo 21 (pág. 415), el descenso fetal
nosticaron la detención en la fase activa, definida como ausencia es en gran parte consecutivo a la dilatación completa. Es más, el
de dilatación durante 2 h o más, en 5% de las nulíparas a tér- segundo periodo del trabajo de parto incorpora muchos de los
mino. Esa incidencia no ha cambiado desde el decenio de 1950 movimientos cardinales necesarios para que el feto pase a través
(Friedman, 1978). Las contracciones uterinas inadecuadas, defi- del conducto de parto. Según ello, la desproporción entre feto y
nidas como menores de 180 U Montevideo, que se calculan pelvis suele tornarse evidente durante el segundo periodo del
como se muestra en la figura 23-3, se diagnosticaron en 80% de trabajo de parto.
las mujeres con detención en la fase activa. Hasta hace poco, ha habido reglas no cuestionadas que limi-
Los trastornos de retraso están menos bien descritos y el taban la duración del segundo periodo. Esas reglas se establecie-
intervalo necesario para diagnosticar un avance lento es indefi- ron en la obstetricia estadounidense a principios del siglo xx.
nido. La Organización Mundial de la Salud (1994) propuso un Ellas derivaron de la preocupación en cuanto a la salud materna
partograma de atención del trabajo de parto en el que se define y fetal, sobre todo en cuanto a infecciones, y llevó a procedi-
al retraso como la presencia de una dilatación del cuello uterino mientos difíciles de aplicación de fórceps. Dicho periodo se
de menos de 1 cm/h durante un mínimo de cuatro horas. El limitaba en nulíparas a 2 h y se ampliaba a 3 h cuando se había
American College of Obstetricians and Gynecologists (2013) reco- utilizado analgesia regional. Para multíparas, el límite era de 1 h,
mendó criterios para el diagnóstico de trastornos de detención y con ampliación a 2 h en presencia de analgesia regional.
460 Trabajo de parto
90 90 90
60 60 60
30 30 30
100 100 100
1 75 75 75
2 3 4 5
50 50 50
25 25 25
FIGURA 23-3. Las unidades Montevideo se calculan al restar la presión uterina basal de la presión máxima de cada contracción en un espacio
de 10 min y al sumar las presiones generadas. En el ejemplo, hay cinco contracciones que producen cambios de presión de 52, 50, 47, 44
y 49 mmHg, respectivamente. La suma de esas cinco contracciones corresponde a 242 unidades (U) Montevideo.
Cohen (1977) estudió los efectos fetales de la duración del en Chicago entre 1996 y 1999. Como se muestra en el cuadro
segundo periodo del trabajo de parto en el Beth Israel Hospital 23-6, los resultados adversos en la madre en relación con la
en 4 403 nulíparas a término, en quienes se utilizó vigilancia duración del segundo periodo del trabajo de parto fueron mayo-
electrónica de la frecuencia cardiaca fetal. La mortalidad neona- res. La morbimortalidad neonatal resultó ser independiente de
tal no aumentó en pacientes cuyo segundo periodo del trabajo la duración de dicho periodo.
de parto rebasó las 2 h. Por lo general, se aplicó analgesia epidu-
ral y ello tal vez contribuyó al gran número de embarazos con Relación entre la duración del primer
prolongación del segundo periodo. Esos datos influyeron en las y segundo periodos del trabajo de parto
decisiones de permitir agregar 1 h adicional al segundo periodo Es posible que la prolongación del primer periodo del trabajo de
cuando se usaba analgesia regional. parto presagie la misma característica en el segundo periodo.
Menticoglou et al. (1995a,b) pusieron en duda las sentencias Nelson et al. (2013) estudiaron la relación entre la duración del
prevalecientes sobre la duración del segundo periodo. Esto sur- primer y el segundo periodos del trabajo de parto en 12 523
gió a partir de las lesiones neonatales graves vinculadas con rota- nulíparas con embarazos de término que dieron a luz en el
ciones de la cabeza fetal mediante fórceps para abreviar el Parkland Hospital. La duración del segundo periodo se prolongó
segundo periodo del trabajo de parto. Como resultado, se per- mucho al aumentar la duración del primer periodo. El percentil
mitieron segundos periodos más prolongados con el propósito 95 fue de 15.6 y de 2.9 h para el primer y segundo periodos,
de disminuir la tasa de partos quirúrgicos vaginales. Entre 1988 respectivamente. En 16.3% de las mujeres cuyo primer periodo
y 1992, el segundo periodo del trabajo de parto rebasó la 2 h en duró menos de 15.6 h (percentil >95), el segundo abarcó 3 h
25% de 6 041 nulíparas a término. Se utilizó analgesia epidural (percentil 95), en comparación con 4.5% de las mujeres con un
durante el trabajo de parto en 55% de ellas. La duración del primer periodo del trabajo de parto cuya duración correspondió
segundo periodo, incluso en aquellas pacientes en quienes fue a un percentil <95.
de 6 h o más, no se relacionó con los resultados neonatales. Esos
buenos resultados se atribuyeron al uso cuidadoso de vigilancia
fetal electrónica y cuantificaciones de pH en cuero cabelludo. CUADRO 23-6. Resultados clínicos en relación
Estos investigadores concluyeron que no había motivo sufi- con la duración del segundo periodo del trabajo de parto
ciente para intervenir con una posible aplicación difícil de fór-
ceps o extracción por vacío porque había transcurrido cierto Duración del segundo periodo
número de horas. No obstante, observaron que después de <2 h 2–4 h >4 h
transcurrir 3 h en el segundo periodo, la expectativa de naci- Resultado clínico n = 6 529 n = 384 n = 148
miento por cesárea u otro método quirúrgico aumenta de Cesárea 1.2 9.2 34.5
manera progresiva. A las 5 h, la posibilidad de un parto espon- Parto instrumentado 3.4 16.0 35.1
táneo en la hora subsiguiente es de sólo 10 a 15%. Traumatismo perineal 3.6 13.4 26.7
No obstante, los resultados adversos en la madre son mayo-
Hemorragia posparto 2.3 5.0 9.1
res cuando la segunda fase del trabajo de parto se prolonga.
Corioamnionitis 2.3 8.9 14.2
Myles y Santolaya (2003) analizaron las consecuencias tanto
maternas como neonatales de este fenómeno en 7 818 mujeres Adaptado de Myles, 2003.
Trabajo de parto anormal 461
Fuerzas que resultan del pujo materno CUADRO 23-7. Efecto de la analgesia epidural sobre
Con una dilatación del cuello uterino completa, la mayoría de el avance del trabajo de parto en 199 nulíparas con parto
las mujeres no puede resistir la urgencia de “pujar” cada vez que espontáneo en el Parkland Hospital
CAPÍTULO 23
el útero se contrae (cap. 22, pág. 451). La fuerza combinada de
las contracciones uterinas y la musculatura abdominal impulsa Analgesia
el feto hacia abajo. Bloom et al. (2006) estudiaron los efectos del Analgesia con Valor
entrenamiento sobre las fuerzas de expulsión y comunicaron Factora epidural meperidina de p
que si bien el segundo periodo era ligeramente más breve en las Dilatación del cuello uterino 4.1 cm 4.2 cm NS
mujeres con entrenamiento, no había otras ventajas maternas. en el momento de la
En ocasiones, la fuerza creada por las contracciones de la mus- analgesia
culatura abdominal es afectada lo suficiente para reducir la veloci- Fase activa 7.9 h 6.3 h .005
dad o incluso impedir el parto vaginal espontáneo. La sedación Segundo periodo 60 min 48 min .03
intensa o la analgesia regional pueden disminuir el reflejo del pujo Descenso fetal 4.2 cm/h 7.9 cm/h .003
y son susceptibles de alterar lo suficiente la capacidad de contrac- a Se muestran valores promedio.
ción de los músculos abdominales. En otros casos, la urgencia NS (not stated), no especificado.
inherente de pujar es rebasada por el dolor intenso que crea el pujo. Datos tomados de Alexander, 1998.
Dos alternativas para el pujo materno durante el segundo periodo
del trabajo de parto con analgesia epidural han dado resultados
contradictorios. La primera recomienda pujar con fuerza a la par gación tanto del primer como del segundo periodos del trabajo de
de las contracciones una vez completada la dilatación, indepen- parto, así como con un descenso fetal más lento. Esto se docu-
dientemente de la necesidad percibida de hacerlo. En la segunda, menta de manera complementaria en el capítulo 25 (pág. 515).
se suspende la infusión analgésica y se inicia el pujo materno sólo
Corioamnionitis
una vez que la paciente recupera la urgencia sensorial de realizarlo.
Fraser et al. (2000) encontraron que el retraso del pujo disminuía Debido al vínculo del trabajo de parto prolongado con la infec-
los partos quirúrgicos difíciles, en tanto Manyonda et al. (1990) ción materna durante el parto, algunos médicos han sugerido
observaron un efecto opuesto. Hansen et al. (2002) asignaron al que esta última participa en la aparición de actividad uterina
azar a 252 mujeres con analgesia epidural a uno de dos métodos. anómala. Satin et al. (1992) estudiaron los efectos de la corioam-
No hubo resultados adversos maternos o neonatales relacionados nionitis durante la estimulación del trabajo de parto con oxito-
con el retraso del pujo a pesar de una prolongación notoria del cina en 266 pacientes. Se encontró que la infección diagnosti-
segundo periodo del trabajo de parto. Plunkett et al. (2003) con- cada en etapas avanzadas del trabajo de parto era un indicador
firmaron esos datos hallados en un estudio similar. de las cesáreas por distocia, en tanto no se observó en mujeres
con ese diagnóstico en etapas tempranas del trabajo de parto. De
■ Altura de la presentación al inicio manera específica, 40% de aquellas que presentaron corioam-
del trabajo de parto activo nionitis requirió después oxitocina por trabajo de parto disfun-
cional y, a continuación, cesárea por distocia. Tal vez la infección
El descenso del borde de la parte corporal fetal que se presenta uterina en ese contexto clínico sea consecuencia de un prolon-
hasta las espinas ciáticas de la pelvis materna (estación o altura 0) gado trabajo de parto disfuncional más que causa de distocia.
se define como encajamiento. Friedman y Sachtleben (1965,
1976) informaron sobre un vínculo notable entre una mayor Posición materna durante el trabajo de parto
altura de la presentación, al inicio del trabajo de parto y una
La recomendación del decúbito dorsal o la ambulación durante
distocia subsiguiente. Handa y Laros (1993) encontraron que la
el trabajo de parto ha variado. Quienes proponen caminar en el
altura de la presentación fetal al momento de la detención del
transcurso de este último señalan que abrevia el mismo, dismi-
trabajo de parto podía también constituir un factor de riesgo de
nuye las tasas de conducción con oxitocina, aminora la necesidad
distocia. Roshanfekr et al. (1999) analizaron la altura y la presen-
de analgesia y la frecuencia de parto quirúrgico vaginal (Flynn,
tación fetal en 803 nulíparas a término en trabajo de parto activo.
1978; Read, 1981). Sin embargo, otras observaciones no susten-
Al ingreso, 33% con la cabeza fetal a nivel de la estación 0 por
tan esta afirmación. Según Miller (1983), el útero se contrae más
debajo de ésta tuvo una tasa de 5% de cesáreas. Esto contrasta
a menudo, pero con menos intensidad cuando la madre está en
con 14% en aquéllas con presentaciones más altas. El pronóstico
decúbito dorsal, a diferencia de cuando se encuentra en decúbito
de las distocias no tuvo relación con alturas cada vez mayores de la
lateral. Por el contrario, se ha comunicado que la frecuencia y la
presentación con respecto al plano medio de la pelvis (estación 0).
intensidad de las contracciones aumentan con la posición sentada
Es importante que 86% de las nulíparas sin encajamiento de la
o de bipedestación. No obstante, Lupe y Gross (1986) concluye-
cabeza fetal al momento del diagnóstico de trabajo de parto
ron que no hay pruebas avasalladoras de que la postura materna
activo, tuviera su parto por vía vaginal. Estas observaciones apli-
erecta o la ambulación mejoren el trabajo de parto. Ellos comuni-
can en especial en mujeres con paridad previa, porque la cabeza
caron que las mujeres preferían el decúbito lateral o sentarse en la
suele descender en etapas posteriores del trabajo de parto.
cama. Pocas eligieron caminar, todavía menos aceptaron adoptar
la posición en cuclillas y ninguna la genupectoral. Las pacientes
■ Causas informadas de disfunción uterina tendieron a asumir posiciones fetales en etapas más avanzadas del
Analgesia epidural trabajo de parto. Casi todas las pacientes entusiastas en cuanto a
Se han señalado varios factores del trabajo de parto como causa de la ambulación, retornaron a la cama cuando se inició la fase activa
disfunción uterina. De éstas, la analgesia epidural reduce la veloci- del trabajo de parto (Carlson, 1986; Williams, 1980).
dad del trabajo de parto (Sharma, 2000). Como se muestra en el Bloom et al. (1998) llevaron a cabo un estudio con asigna-
cuadro 23-7, la analgesia epidural se ha vinculado con la prolon- ción al azar de los efectos de caminar durante el primer periodo
462 Trabajo de parto
del trabajo de parto. En 1 067 pacientes con embarazos a tér- 6 a 12 h. Esa intervención evolucionó desde hace casi 50 años
mino no complicados atendidas en el Parkland Hospital, estos debido a las complicaciones maternas y fetales por amnionitis
investigadores hallaron que la ambulación no modificó la dura- (Calkins, 1952) y de manera sistemática era la práctica aceptada
ción del trabajo de parto. Dicha actividad no redujo la necesidad hasta que fue puesta en duda por Kappy et al. (1979), que infor-
SECCIÓN 7
de analgesia ni era lesiva para el feto o el recién nacido. Debido maron un exceso de cesáreas en embarazos a término con rotura
a estas observaciones, a las mujeres sin complicaciones los auto- de membranas tratados con estimulación del trabajo de parto, en
res dan la opción de elegir entre decúbito o ambulación supervi- comparación con los atendidos mediante observación expectante.
sada durante el trabajo de parto. Esta política coincide con la del Dos de las investigaciones ulteriores son la de Hannah (1996)
American College of Obstetricians and Gynecologists (2003), el y Peleg (1999) et al., quienes reunieron a un total de 5 000 emba-
cual concluyó que la ambulación durante el trabajo de parto no razos con rotura de membranas en una investigación con asigna-
es lesiva y la movilidad puede dar una mayor comodidad. ción al azar. Cuantificaron los efectos de la inducción respecto al
tratamiento expectante y también compararon la inducción con
Posición para el segundo periodo del trabajo de parto oxitocina intravenosa y aquélla con uso del gel de prostaglandina
Se ha demostrado considerable interés por las posiciones alter- E2. Hubo alrededor de 1 200 embarazos en cada uno de los gru-
nativas para la atención del segundo periodo del trabajo de parto pos de estudio. Los autores concluyeron que la inducción del
y su efecto sobre éste. Gupta y Hofmeyr (2004), en su revisión trabajo de parto con oxitocina intravenosa era el tratamiento pre-
de la base de datos de Cochrane, compararon la posición erguida ferido, determinación que se basó en la presencia de muchas
con el decúbito dorsal y la de litotomía. Las posiciones erguidas menos infecciones durante el parto y el posparto en pacientes
incluyeron la correspondiente a estar sentada en una “silla de con inducción del trabajo de parto. No se observaron diferencias
partos”, la de cuclillas, la de rodillas o la de reposo con el dorso de importancia en las tasas de cesárea. Un análisis posterior de
a una elevación de 30 grados. Sin embargo, se observó una Hannah et al. (2000) indicó aumento de los resultados adversos,
hemorragia >500 ml con la posición erecta. Berghella et al. al comparar el tratamiento expectante en el hogar con la observa-
(2008) suponen que la paridad, la compresión aortocava menos ción en el hospital. Mozurkewich et al. (2009) publicaron meno-
intensa, la mejor alineación fetal y el diámetro mayor del estre- res tasas de corioamnionitis, metritis e ingreso a la NICU de los
cho inferior de la pelvis explican estos resultados. En otro estu- recién nacidos en mujeres con rotura de membranas a término,
dio más antiguo, Russell (1969) describió un incremento de 20 cuyo trabajo de parto se indujo, en comparación con las tratadas
a 30% en el área del estrecho inferior de la pelvis en la posición de manera expectante. En el Parkland Hospital, se induce con
de cuclillas, en comparación con la posición supina. Por último, rapidez el trabajo de parto tras el ingreso cuando se confirma
Babayer et al. (1998) advierten que el hecho de permanecer sen- rotura de membranas a término. Aún se desconocen los benefi-
tada o en cuclillas durante un tiempo prolongado en el segundo cios de los antibióticos profilácticos en las mujeres con rotura de
periodo genera, en ocasiones, neuropatía peroneal. membranas antes del trabajo de parto de término (Passos, 2012).
ulterior al nacimiento. La hemorragia posparto por atonía ute- más corta puede en realidad corresponder a la existente entre ese
rina se describe en el capítulo 41 (pág. 784). promontorio sacro anómalo y la sínfisis del pubis.
Mahon et al. (1994) describieron 99 embarazos que culmi- Se ha demostrado que antes del trabajo de parto, el diámetro
CAPÍTULO 23
naron en las 3 h siguientes al inicio del trabajo de parto. Los biparietal fetal es en promedio de 9.5 a 9.8 cm. Por consiguiente,
trabajos de parto breves se definen por una velocidad de dilata- tal vez sea difícil o imposible que algunos fetos pasen a través de
ción del cuello uterino de 5 cm/h o mayor en nulíparas y un plano que tiene un diámetro anteroposterior <10 cm. Men-
10 cm/h en multíparas. Este tipo de trabajo de parto es más gert (1948) y Kaltreider (1952) mostraron mediante pelvimetría
frecuente en multíparas, quienes de manera característica tenían radiográfica que la incidencia de partos difíciles aumenta en un
contracciones uterinas a intervalos menores de 2 min y se vincu- grado similar cuando el diámetro anteroposterior del plano de
laron con desprendimiento prematuro de placenta normoin- entrada es <10 cm o el diámetro transversal es <12 cm. Como
serta, expulsión de meconio, hemorragia posparto, cocainoma- era de esperar, cuando ambos diámetros son estrechos, la disto-
nía y bajas puntuaciones Apgar. cia es mucho más frecuente que cuando está afectado sólo uno.
Es probable que una mujer de talla corta posea una pelvis
■ Efectos sobre el feto y el recién nacido pequeña, pero también puede tener un producto pequeño.
La evolución perinatal adversa debida a un parto precipitado Thoms (1937) estudió a 362 nulíparas y encontró que el peso
puede intensificarse en grado considerable por varios motivos. promedio al nacer de la descendencia era mucho menor (280 g)
Las contracciones uterinas desordenadas, muchas ocasiones con en aquéllas con pelvis pequeña, en comparación con las mujeres
intervalos muy breves de relajación, impiden el riego uterino y con pelvis media o grande. En la obstetricia veterinaria, en casi
la oxigenación fetal apropiados. La resistencia del conducto del todas las especies las dimensiones maternas, más que las pater-
parto rara vez produce traumatismo craneal. Acker et al. (1988) nas, constituyen la determinante importante del tamaño fetal.
comunicaron relación entre una parálisis traqueal de Erb o De manera normal, la dilatación del cuello uterino recibe
Duchenne y tales trabajos de parto en 33% de los casos (cap. 33, apoyo de la acción hidrostática de las membranas no rotas o, des-
pág. 648). Por último, durante un parto sin atención, el recién pués de su rotura, por la aplicación directa de la parte presentada
nacido puede caer al piso y lesionarse o tal vez necesite reanima- contra el cuello uterino (fig. 21-7, pág. 414). Sin embargo, en las
ción, de la cual no se dispondría de inmediato. pelvis estrechas, puesto que la cabeza se detiene en el plano de
entrada, toda la fuerza ejercida por el útero actúa de modo directo
■ Tratamiento sobre la porción de las membranas que están en contacto con el
Es improbable que las contracciones uterinas espontáneas cuello uterino en proceso de dilatación. Como consecuencia, es
extraordinariamente fuertes se modifiquen en grado importante más probable la rotura espontánea temprana de las membranas.
por efecto de la analgesia. El uso de tocolíticos, como el sulfato Después de la rotura de membranas, la ausencia de compre-
de magnesio, no conlleva beneficio demostrado en esas circuns- sión por la cabeza contra el cuello uterino y el segmento uterino
tancias. La utilización de anestesia general con fármacos que inferior predispone a contracciones menos eficaces. Por ello, la
alteran la contractilidad uterina, como el isoflurano, suele ser dilatación adicional quizá proceda muy lentamente o no avance.
osada en exceso. Ciertamente, cualquier oxitócico administrado Cibils y Hendricks (1965) publicaron que la adaptación mecá-
debe interrumpirse de inmediato. nica del pasajero fetal al conducto óseo tiene participación
importante en la determinación de la eficacia de las contraccio-
DESPROPORCIÓN FETOPÉLVICA nes. A mejor adaptación, mayor eficacia de estas últimas. Así, la
respuesta del cuello uterino al trabajo de parto provee un punto
■ Capacidad pélvica de vista pronóstico del resultado de dicho trabajo en mujeres
con estrechez del plano de entrada de la pelvis.
Esta desproporción surge de una disminución de la capacidad
En la aparición de presentaciones anómalas, una estrechez
pélvica, de una talla excesiva del feto o, más a menudo, de una
del plano de entrada de la pelvis tiene participación importante.
combinación de ambas. Cualquier estrechez de los diámetros
En nulíparas normales, la presentación a término suele descen-
pélvicos que disminuya la capacidad de ese segmento corporal
der hasta la cavidad de la pelvis antes del inicio del trabajo de
puede crear distocias durante el trabajo de parto. Puede haber
parto. Cuando el estrecho superior es muy reducido o hay asin-
estrecheces de los planos de entrada, medio, de salida, o una
clitismo pronunciado, el feto no desciende sino hasta que
pelvis con disminución general de sus diámetros por la combina-
comienza el trabajo de parto, si es que lo hace. Las presentacio-
ción de esas circunstancias. En el capítulo 2 (pág. 32), se anali-
nes cefálicas aún predominan, pero la cabeza flota libremente
zan de manera más amplia las dimensiones de la pelvis normal.
sobre el plano de entrada de la pelvis o se apoya más hacia una
Estrechez del plano de entrada pélvico de las fosas iliacas. Como consecuencia, fenómenos poco noto-
rios pueden hacer que el feto adopte otras presentaciones. En
Suele considerarse estrecho el plano de entrada de la pelvis si su
mujeres con pelvis estrechas, se encuentran tres veces más a
diámetro anteroposterior más pequeño es <10 cm o su diámetro
menudo presentaciones de cara y hombros, y el prolapso del
transversal mayor mide <12 cm. El diámetro anteroposterior del
cordón umbilical ocurre cuatro a seis veces más a menudo.
plano de entrada de la pelvis suele determinarse de manera
aproximada por medio de medición manual del conjugado dia-
gonal, que es casi 1.5 cm más grande (cap. 2, pág. 33). Por Estrechez del plano medio de la pelvis
tanto, suele definirse la estrechez del plano de entrada de la pel- Este trastorno es más frecuente que el correspondiente al del
vis como la presencia de un conjugado diagonal <11.5 cm. plano de entrada. A menudo, aquél produce detención trans-
Con la utilización de la pelvimetría clínica y a veces la de imagen, versa de la cabeza fetal que quizá conduzca a una aplicación
es importante identificar el diámetro anteroposterior más reducido difícil de fórceps medio o una cesárea.
por el cual debe pasar la cabeza fetal. A veces, el cuerpo de la primera El plano obstétrico de la pelvis media se extiende desde el
vértebra sacra se desplaza hacia delante, de suerte que la distancia borde inferior de la sínfisis del pubis hacia las espinas ciáticas y
464 Trabajo de parto
alcanza el sacro cerca de la unión entre la cuarta y la quinta vér- tura, la alineación mínima y la retención de los elementos de
tebras (cap. 2, pág. 33). Una línea transversal que en teoría fijación no son indicaciones absolutas para realizar una cesárea.
conecte las espinas ciáticas divide la pelvis media en sus porcio- Cuando hay un antecedente de fractura de pelvis, es necesario
nes anterior y posterior. La primera es limitada por delante por revisar las radiografías previas y quizá realizar una pelvimetría en
SECCIÓN 7
el borde inferior de la sínfisis del pubis y a los lados por las ramas etapas ulteriores del embarazo.
isquiopúbicas. La porción posterior está limitada atrás por el
sacro y a los lados por los ligamentos sacrociáticos mayores, que ■ Cálculo de la capacidad pélvica
forman los límites inferiores de la escotadura sacrociática. En el capítulo 2 (pág. 32), se describen con detalle las técnicas
Las mediciones promedio de la pelvis media son las siguientes: para la valoración clínica por medio de exploración digital de la
diámetro transversal o interisquiático, 10.5 cm; diámetro antero- pelvis ósea durante el trabajo de parto. En resumen, el médico
posterior, del borde inferior de la sínfisis del pubis hasta la unión intentará calcular el diámetro anteroposterior del estrecho supe-
de S4-S5, 11.5 cm y, sagital posterior, desde el punto medio de la rior (conjugado diagonal, el diámetro interespinoso del estrecho
línea interespinosa hasta el correspondiente del sacro, 5 cm. La medio de la pelvis y la distancia intertuberosa del estrecho infe-
definición de las estrecheces de la pelvis media no se ha estable- rior de la pelvis). Cuando el arco pélvico es reducido y mide
cido con la misma precisión posible para las del plano de entrada. menos de 90 grados, significa que es una pelvis estrecha. La
No obstante, la pelvis media tiene posibilidad de ser estrecha cabeza fetal no encajada indica que el tamaño de ella es excesivo
cuando la suma de los diámetros interespinoso y sagital posterior, o la capacidad del estrecho superior es reducida.
por lo general 10.5 más 5 cm o 15.5 cm, baja a 13.5 cm o menos. También se ha estudiado la utilidad de las radiografías para
Chen y Huang (1982) recalcaron ese concepto al valorar una evaluar la capacidad pélvica. En primer lugar, con la pelvimetría
posible estrechez de la pelvis media. Hay motivos para sospechar aislada es imposible establecer el pronóstico de un parto vaginal
estrechez de esta última siempre que el diámetro interespinoso es satisfactorio (Mengert, 1948). Por tanto, el American College of
<10 cm. Cuando mide <8 cm, la pelvis media es estrecha. Obstetricians and Gynecologists (2009) considera que la utilidad
Aunque no hay un método manual preciso para valorar las de la pelvimetría ósea en la atención del trabajo de parto con
dimensiones de la pelvis media, en ocasiones se puede inferir una una presentación cefálica es muy limitada.
estrechez cuando las espinas ciáticas son prominentes, las paredes Las ventajas de la pelvimetría con tomografía computarizada
laterales convergen o la escotadura sacrociática es estrecha. Es más, (CT) como la que se muestra en la figura 23-4, en comparación
Eller y Mengert (1947) señalaron que la relación entre los diáme- con la pelvimetría convencional son menor exposición a radia-
tros intertuberoso e interespinoso es lo suficientemente constante ciones, mayor precisión y más facilidad de llevarla a cabo. Con
para poder prever una estrechez del diámetro interespinoso cuando ambos métodos los costos son similares y la exposición a rayos X
el intertuberoso es estrecho. Un diámetro intertuberoso normal es pequeña (cap. 46, pág. 934). Según el equipo y la técnica
no siempre excluye la estrechez del diámetro interespinoso. utilizados, las dosis fetales con la pelvimetría y la CT varían de
250 a 1 500 mrad (Moore, 1989).
Estrechez del plano de salida de la pelvis Algunas ventajas de la pelvimetría con resonancia magnética
Este fenómeno suele definirse por la presencia de un diámetro (MR) son ausencia de radiaciones ionizantes, medidas precisas,
entre los tubérculos isquiáticos de 8 cm o menos. El plano de imágenes fetales completas y la posibilidad de valorar distocia de
salida de la pelvis puede compararse grosso modo con dos triángu- tejidos blandos (McCarthy, 1986; Stark, 1985). Zaretsky et al.
los, donde dicho diámetro constituye la base. Los lados del trián- (2005) utilizaron la MRI para medir el volumen de la pelvis y de
gulo anterior corresponden a las ramas del pubis y su vértice es el la cabeza fetal con objeto de identificar a las mujeres con mayor
borde posteroinferior de la sínfisis del pubis. El triángulo posterior riesgo de someterse a una cesárea por distocia. Aunque se encon-
no tiene límites óseos, pero su vértice corresponde a la punta de la tró un vínculo significativo entre alguno de los parámetros y el
última vértebra sacra (no la punta del cóccix). La disminución del nacimiento por cesárea a causa de distocia, no pudieron predecir
diámetro intertuberoso, con reducción subsiguiente del triángulo con precisión qué mujer requeriría una cesárea. Otros autores
anterior, de manera inevitable fuerza la cabeza hacia atrás. Floberg han publicado datos similares (Sporri, 1997).
et al. (1987) comunicaron que había estrechez del plano de salida
pélvico en casi 1% de más de 1 400 nulíparas no seleccionadas con ■ Dimensiones fetales
embarazo a término. Una estrechez del plano de salida puede cau- en la desproporción fetopélvica
sar distocias, no tanto por sí misma sino a través del estrecha- El tamaño fetal aislado solo casi nunca constituye una explicación
miento vinculado del plano medio. Es inusual la estrechez del plano adecuada del trabajo de parto fallido. Incluso con el progreso
de salida sin una concomitante del plano medio. de la tecnología actual, todavía no puede establecerse un umbral de
Incluso cuando la desproporción entre la cabeza fetal y el dimensión fetal para predecir desproporción fetopélvica. La
plano de salida de la pelvis no es lo suficiente grande para origi- mayoría de los casos de esta última se presenta en fetos cuyo peso
nar una distocia grave, tal vez tenga participación importante en está dentro de los límites de la población obstétrica general. Como
la producción de desgarros perineales. Cuando el arco púbico es se muestra en la figura 23-5, en el Parkland Hospital, 66% de los
estrecho, el occipucio no puede salir directamente debajo de la recién nacidos que requirieron cesárea tras la aplicación fallida de
sínfisis del pubis, sino que debe hacerlo sobre las ramas isquio- fórceps, pesó menos de 3 700 g. Así, otros factores, como las posi-
púbicas. De esta manera, el perineo se distiende más y hay un ciones anómalas de la cabeza fetal, obstruyen el paso del feto a
mayor riesgo de laceración. través del conducto del parto. Éstas incluyen asinclitismo, presen-
taciones occipitoposterior, de cara y frente.
■ Fracturas pélvicas
Vallier (2012) revisó las experiencias con fracturas pélvicas y Cálculo de las dimensiones de la cabeza fetal
embarazo. La causa más frecuente fue el traumatismo por cho- Han sido desalentadores los esfuerzos por predecir, desde los
que automovilístico. También observó que el patrón de la frac- puntos de vista clínico y radiográfico, la desproporción cefalo-
Trabajo de parto anormal 465
250.00 MM 250.00 MM
CAPÍTULO 23
A
1.00 MM
1.00 MM
FIGURA 23-4. A. Vista anteroposterior de una radiografía digital. Se ilustra la medición del diámetro transversal del plano de entrada de la pel-
vis con un calibrador electrónico. El cuerpo fetal está claramente delineado. B. Vista lateral de una radiografía digital. Se ilustran las mediciones
de los diámetros anteroposteriores de los planos de entrada mediante un marcador electrónico. C. Corte por tomografía axil computarizada de la
pelvis media. El nivel de las fóveas de las cabezas femorales se precisó a partir de la radiografía digital anteroposterior, porque corresponde al
de las espinas ciáticas. El diámetro interespinoso se mide con la utilización del marcador electrónico. La dosis total de radiación fetal al usar tres
exposiciones es de casi 250 mrad.
pélvica con base en el tamaño de la cabeza. Mueller (1885) y concluyeron que no había relación entre las distocias y la falta de
Hillis (1930) describieron una maniobra clínica para predecir la descenso de la cabeza durante la maniobra.
desproporción. La frente y la región suboccipital del feto se suje- No se usan mediciones de los diámetros de la cabeza fetal con
tan a través de la pared abdominal con los dedos y se aplica técnicas de radiografía simple por las distorsiones de paralaje. Es
presión firme hacia abajo en el eje del plano de entrada. Si no posible medir el diámetro biparietal y la circunferencia cefálica
hay desproporción, la cabeza ingresa con facilidad a la pelvis y por medio de ecografía y han habido intentos de utilizar esa
puede predecirse un parto vaginal. Thorp et al. (1993b) llevaron información para el tratamiento de las distocias. Thurnau et al.
a cabo un estudio prospectivo de la maniobra de Mueller-Hillis y (1991) usaron el índice fetopélvico para identificar complicacio-
466 Trabajo de parto
25
SECCIÓN 7
20
Porcentaje
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10
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9
9
79
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39
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–3
–3
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–4
–4
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00
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34
37
40
43
46
Peso al nacer
nes del trabajo de parto. Por desgracia, la sensibilidad de tales FIGURA 23-6. Presentación de cara. El occipucio es el extremo más
mediciones para predecir la desproporción cefalopélvica es mala largo de la palanca cefálica. El mentón se halla en localización poste-
rior. El parto vaginal es imposible a menos que el mentón rote hacia
(Ferguson, 1998). Los autores apoyan el punto de vista de que delante.
no hay un método hoy día satisfactorio de predicción precisa
de la desproporción cefalopélvica con base en el tamaño de la
cabeza fetal. presencia de polihidramnios constituían factores de riesgo para
las presentaciones de cara o de frente. Los fetos anencéfalos de
■ Presentación de cara manera natural se presentan de cara.
En ésta, la cabeza se halla hiperextendida, de forma que el occi- Las posiciones extendidas ocurren más a menudo cuando la
pucio entra en contacto con el dorso del feto y el mentón es la pelvis es estrecha o el feto es muy grande. En un grupo de 141
parte que se presenta (fig. 23-6). La cara fetal puede presentarse presentaciones de cara estudiado por Hellman et al. (1950), la
con el mentón hacia delante o atrás en relación con la sínfisis del incidencia de estrechez del plano de entrada fue de 40%. Debe
pubis de la madre (cap. 22, pág. 436). Algunas presentaciones tenerse en mente esa alta incidencia de estrechez pélvica cuando
mentonianas posteriores persisten, pero la mayor parte se con- se considera el tratamiento.
vierte de forma espontánea en anterior, incluso en etapas tardías La alta paridad es un factor predisponente de la presentación
del trabajo de parto (Duff, 1981). De lo contrario, la ceja del de cara (Fuchs, 1985). En estos casos, un abdomen péndulo
feto (bregma) presiona contra la sínfisis púbica materna. Esta permite que el rostro del feto rote hacia delante o a los lados, a
posición impide la flexión de la cabeza fetal necesaria para entrar menudo en la misma dirección en que señala el occipucio. Esto
en el conducto de parto. Por lo tanto, una presentación mento- favorece la extensión de las columnas cervical y torácica.
niana posterior no puede progresar por vía vaginal a menos que
el feto sea muy pequeño. Diagnóstico
En las presentaciones de cara, rara vez se consigue el parto La presentación de cara se diagnostica por tacto vaginal y palpa-
por vía vaginal. Cruikshank y White (1973) publicaron una ción de las características faciales. Como se describe en el capí-
incidencia de 1 en 600, o 0.17%. Como se muestra en el cuadro tulo 28 (pág. 560), es posible errar en el diagnóstico de presen-
22-1 (pág. 434), entre más de 70 000 recién nacidos de embara- tación pélvica en presencia de una de cara, al confundir el ano
zos con producto único atendidos en el Parkland Hospital, casi con la boca y las tuberosidades isquiáticas con las prominencias
1 de 2 000 tuvo presentación de cara. malares. La demostración radiográfica de la cabeza hiperexten-
dida con los huesos faciales a nivel del plano de entrada de la
Etiología pelvis o abajo es característica.
Son numerosas las causas de las presentaciones de cara e inclu-
yen situaciones que favorecen la extensión e impiden la flexión Mecanismo del trabajo de parto
de la cabeza. Los lactantes prematuros, con sus dimensiones Rara vez se observan presentaciones de cara por arriba del plano
cefálicas más pequeñas, pueden encajarse antes del cambio a la de entrada de la pelvis. Por lo general, se presenta primero la
posición de vértice (Shaffer, 2006). En circunstancias excepcio- frente y suele virar a una presentación de cara después de la
nales, el crecimiento notorio del cuello o las asas de cordón extensión adicional de la cabeza durante el descenso. El meca-
umbilical alrededor de éste pueden originar su extensión. Bas- nismo del trabajo de parto en esos casos incluye los movimien-
hiri et al. (2008) comunicaron que las malformaciones fetales en tos cardinales de descenso, rotación interna y flexión, y los acce-
Trabajo de parto anormal 467
CAPÍTULO 23
45°
45°
45°
FIGURA 23-7 Mecanismo del trabajo de parto para la variedad mentoposterior derecha, con rotación subsiguiente del mentón hacia delante y el
nacimiento.
sorios de extensión y rotación externa (fig. 23-7). El descenso miento de la cabeza, el occipucio rota hacia atrás en dirección al
ocurre por los mismos factores que en las presentaciones cefáli- ano. Luego el mentón rota de manera externa hacia el lado en
cas. La extensión es resultado de la relación del cuerpo del feto que originalmente se dirigía y los hombros nacen como en las
con la cabeza reflexionada, que lo convierte en una palanca de presentaciones cefálicas.
dos brazos, el más largo de los cuales se extiende desde los cón- A veces, el edema puede distorsionar mucho la cara. Al
dilos occipitales hasta el occipucio. Cuando se encuentra resis- mismo tiempo, el cráneo presenta moldeamiento considerable,
tencia, se debe empujar el occipucio hacia el dorso del feto que se manifiesta por un aumento en la longitud del diámetro
mientras desciende el mentón. occipitomentoniano.
El objetivo de la rotación interna de la cara es llevar el mentón
bajo la sínfisis del pubis. Sólo de esa manera el cuello puede atra- Tratamiento
vesar la cara posterior de la sínfisis del pubis. Si el mentón rota de En ausencia de una pelvis contraída y con trabajo de parto efi-
modo directo hacia atrás, el cuello relativamente corto no puede caz, por lo general a continuación ocurre un parto vaginal exi-
rebasar la cara anterior del sacro, que mide casi 12 cm de longi- toso. La vigilancia de la frecuencia cardiaca fetal tal vez se haga
tud. Es más, la frente fetal (bregma) se impacta contra la sínfisis mejor con dispositivos externos para evitar lesiones de cara y
del pubis materna, circunstancia que impide la flexión necesaria ojos. Puesto que las presentaciones de cara en fetos a término
para pasar por el conducto de parto. Por ello, el nacimiento de la son más frecuentes cuando hay algún grado de estrechez del
cabeza a partir de una variedad mentoposterior es imposible a plano de entrada de la pelvis, suele estar indicada la cesárea. Los
menos que los hombros ingresen a la pelvis al mismo tiempo, un intentos por convertir manualmente una presentación de cara
suceso sumamente difícil excepto cuando el feto es muy pequeño en una de vértice, la rotación manual o por fórceps de un men-
o está macerado. La rotación interna es producto de los mismos tón posterior persistente a uno anterior y la versión podálica
factores que en las presentaciones de vértice. interna con extracción son peligrosos y no se intentan.
Luego de la rotación anterior y el descenso, el mentón y la
boca aparecen en la vulva, la superficie inferior del mentón hace
presión contra la sínfisis y la cabeza nace por flexión. La nariz, ■ Presentación de frente
los ojos, la frente (bregma) y el occipucio aparecen después en Ésta se diagnostica cuando se presenta esa porción de la cabeza
sucesión sobre el borde anterior del perineo. Ulterior al naci- fetal, entre el borde orbitario y la fontanela anterior, en el plano
468 Trabajo de parto
■ Posición transversa
En ésta, el eje longitudinal del feto es casi perpendicular al de la
madre. Cuando el eje longitudinal forma un ángulo agudo con el
de la madre, se presenta una posición oblicua. Esta última suele
ser transitoria porque cambia por lo general a longitudinal o
transversa cuando se inicia el trabajo de parto. Por ese motivo, en
Gran Bretaña la situación oblicua se denomina posición inestable.
En las posiciones transversas, el hombro del feto suele encon-
trarse por arriba del plano de entrada de la pelvis. La cabeza
ocupa una fosa iliaca y la pelvis se encuentra en la otra. En tal
presentación de hombro, el lado de la madre en el que yace el
acromion determina la designación acromial derecha o
izquierda. Y, debido a que en cualquier posición el dorso puede
estar hacia delante o atrás, arriba o abajo, suelen distinguirse las
variedades por el dorso anterior y el posterior (fig. 23-9).
Se detectó posición transversa en 1 de 322 partos únicos
(0.3%) en la Mayo Clinic y el University of Iowa Hospital (Cruik-
shank, 1973; Johnson 1964). Esta cifra es notoriamente seme-
jante a la incidencia en el Parkland Hospital, de alrededor de
FIGURA 23-8. Variedad de la presentación mentoposterior. 1 entre 335 fetos únicos.
Etiología
de entrada de la pelvis. Como se muestra en la figura 23-8, la Algunas de las causas más frecuentes de posición transversa
cabeza fetal ocupa entonces una posición intermedia entre la fle- incluyen: 1) relajación de la pared abdominal por paridad alta;
xión total (occipucio) y la extensión (cara). Excepto cuando la 2) parto prematuro; 3) placenta previa; 4) anatomía uterina
cabeza fetal es pequeña o la pelvis demasiado grande, no puede anómala; 5) hidramnios, y 6) pelvis estrecha.
ocurrir el encajamiento de la cabeza fetal y su nacimiento ulterior Las mujeres con cuatro o más partos tienen una incidencia
en tanto persista la presentación de frente. 10 veces mayor de posición transversa en comparación con las
nulíparas. La relajación de la pared abdominal con un abdomen
Etiología y diagnóstico péndulo permite al útero inclinarse hacia delante, lo cual
Las causas de la presentación de frente persistente son las mis- deflexiona el eje longitudinal del feto, alejándolo del correspon-
mas que las de la presentación de cara. Una presentación de diente del conducto del parto hacia una posición oblicua o
frente suele ser inestable y a menudo se convierte en una presen- transversa. La placenta previa y la estrechez pélvica actúan de
tación de cara o de occipucio (Cruikshank, 1973). La presenta- manera similar. En ocasiones, se observa una posición transversa
ción puede reconocerse por medio de palpación abdominal u oblicua durante el trabajo de parto, con una posición longitu-
cuando se perciben el occipucio y el mentón con facilidad, pero dinal inicial.
suele ser necesario el tacto vaginal. La sutura frontal, la fonta-
nela anterior amplia, los bordes orbitarios, los ojos y la raíz de la Diagnóstico
nariz se pueden palpar al tacto vaginal, pero no así la boca o el Una posición transversa suele reconocerse con suma facilidad, a
mentón. menudo sólo con la inspección. El abdomen es muy amplio, en
tanto que el fondo uterino se extiende hasta apenas por arriba
Mecanismo del trabajo de parto del ombligo. No se detecta polo fetal en el fondo y la cabeza
Con un feto muy pequeño y una pelvis grande, el trabajo de móvil se encuentra en una fosa iliaca, en tanto la pelvis está en
parto suele ser fácil, pero con un feto de mayor tamaño, por lo la otra. La posición del dorso es fácil de identificar. Cuando es
general es difícil. Esto se debe a que el encajamiento es imposible anterior (fig. 23-9, pág. 469), se encuentra un plano de resisten-
hasta que haya moldeamiento notorio que abrevie el diámetro cia dura en el frente del abdomen; cuando es posterior, se palpan
occipitomentoniano y, más a menudo, hasta que haya flexión a nodulaciones irregulares que representan las pequeñas partes
una presentación de occipucio o extensión a una de cara. El mol- fetales sobre la pared abdominal.
deamiento considerable e indispensable para el parto vaginal de Al tacto vaginal, en etapas tempranas del trabajo de parto, si
una presentación de frente persistente, deforma de manera carac- el lado del tórax puede alcanzarse, éste se reconoce por la palpa-
terística la cabeza. El caput succedaneum se forma sobre la frente ción de las costillas a manera de “parrilla”. Cuando la dilatación
y puede ser tan amplio que imposibilite la identificación de ésta avanza más, se distinguen el omóplato y la clavícula en sitios
por palpación. En esos casos, la frente es prominente y ancha, y opuestos del tórax. La posición de la axila indica el lado de la
el diámetro occipitomentoniano está disminuido. madre hacia el que se dirige el hombro.
Trabajo de parto anormal 469
CAPÍTULO 23
en la vulva. A continuación, la cabeza y el
tórax pasan por la cavidad pélvica al mismo
tiempo y el feto se expulsa flexionado sobre
sí mismo, por lo cual a veces se le denomina
conduplicato corpore.
Tratamiento
El trabajo de parto activo en una mujer con
un feto en posición transversa suele consti-
tuir indicación de cesárea. Antes del trabajo
de parto o en etapas tempranas de éste con
membranas íntegras, los intentos de versión
externa son meritorios en ausencia de otras
A B
complicaciones. Si la cabeza fetal puede
manipularse por vía abdominal hacia la pel-
vis, debe dejarse ahí durante las siguientes
contracciones en un intento por fijarla en la
pelvis.
En la cesárea, puesto que los pies y la
cabeza del feto no ocupan el segmento ute-
rino inferior, una incisión transversa baja en
el útero puede generar dificultad para la
extracción del feto. Esto aplica sobre todo a
las presentaciones dorsoanteriores. Por tanto,
se indica de manera característica una inci-
sión vertical (cap. 30, pág. 598).
■ Presentación compuesta
Incidencia y etiología
C D En ella, una extremidad se prolapsa junto
con la presentación y ambas llegan a la pel-
FIGURA 23-9. Maniobra de Leopold en una mujer con producto en posición transversa,
variedad acromioderecha con dorso anterior. A. Primera maniobra. B. Segunda maniobra. vis de manera simultánea (fig. 23-11).
C. Tercera maniobra. D. Cuarta maniobra. Goplerud y Eastman (1953) identificaron el
prolapso de una mano o un brazo acompa-
ñando a la cabeza una vez en cada 700 par-
Mecanismo del trabajo de parto tos. Era mucho menos frecuente el prolapso
Es imposible el nacimiento espontáneo de un recién nacido de una o ambas extremidades en presencia de presentación cefá-
desarrollado por completo ante una posición transversa persis- lica, o de una mano al lado de la pelvis. En el Parkland Hospital,
tente. Luego de la rotura de las membranas, si el trabajo de parto se identifi caron presentaciones compuestas en sólo 68 de más de
continúa, el hombro fetal se proyecta hacia el interior de la pel- 70 000 fetos únicos (una incidencia de casi 1 en 1 000). Las
vis y casi siempre hay prolapso del brazo correspondiente (fig. causas de las presentaciones compuestas corresponden a trastor-
23-10). Después de algún descenso, el hombro se detiene en los nos que impiden la oclusión completa del plano de entrada de
bordes del plano de entrada de la pelvis con la cabeza en una fosa la pelvis por la cabeza fetal e incluyen el trabajo de parto prema-
iliaca y la pelvis en la otra. Conforme el trabajo de parto conti- turo.
núa, el hombro se impacta firmemente en la parte superior de la
pelvis. Después el útero se contrae de manera vigorosa en un Pronóstico y tratamiento
intento fallido por superar el obstáculo. Con el tiempo, surge un En la mayoría de los casos, debe dejarse intacta la parte con
anillo de contracción cada vez más alto y notorio. Ante una posi- prolapso, porque lo más frecuente es que no altere el trabajo de
ción transversa desatendida, el útero en un momento dado se parto. Si el brazo se prolapsa a un lado de la cabeza, debe ser
romperá. Incluso sin tal complicación, la morbilidad aumenta motivo de vigilancia constante para determinar si se retrae ese
por la frecuente concomitancia de placenta previa, mayor pro- segmento de la extremidad torácica y permite el descenso de la
babilidad de prolapso del cordón y necesidad de esfuerzos qui- presentación. Si no se retrae y parece impedir el descenso, ha de
rúrgicos más complejos. empujarse suavemente hacia arriba en tanto se impulsa de
Si el feto es pequeño, por lo general <800 g, y la pelvis manera simultánea hacia abajo la cabeza por compresión fún-
grande, es posible el parto espontáneo a pesar de la persistencia dica. Tebes et al. (1999) describieron un resultado trágico en un
de la posición anómala. El feto se comprime y se fuerza a la recién nacido dando a luz de modo espontáneo con la mano al
470 Trabajo de parto
SECCIÓN 7
Formación de fístulas American College of Obstetricians and Gynecologists: Dystocia and augmenta-
tion of labor. Practice Bulletin No. 49, December 2003, Reaffirmed 2013
Cuando la presentación está firmemente impactada en el plano Austin T, Bridges N, Markiewicz M, et al: Severe neonatal polycythaemia after
de entrada de la pelvis, pero no avanza durante un tiempo con- third stage of labour underwater. Lancet 350 (9089):1445, 1997
CAPÍTULO 23
siderable, los tejidos del conducto del parto entre la parte que se Babayer M, Bodack MP, Creatura C: Common peroneal neuropathy secondary
to squatting during childbirth. Obstet Gynecol 91:830, 1998
presenta y la pared pélvica pueden sufrir compresión excesiva. Bashiri A, Burstein E, Bar-David J, et al: Face and brow presentation: indepen-
Debido a la alteración de la circulación, tal vez se genere necro- dent risk factors. J Matern Fetal Neonatal Med 21(6):357, 2008
sis y tornarse notoria varios días después del parto, con la apari- Berghella V, Baxter JK, Chauhan SP: Evidence-based labor and delivery man-
agement. Am J Obstet Gynecol 199(5):445, 2008
ción de fístulas vesicovaginal, vesicocervical o rectovaginal. Más Bleich AT, Alexander JM, McIntire DD, et al: An analysis of second-stage
a menudo, la necrosis por compresión es consecutiva a un labor beyond 3 hours in nulliparous women. Am J Perinatol 29:717, 2012
segundo periodo del trabajo de parto muy prolongado. En estos Bloom SL, Casey BM, Schaffer JI, et al: A randomized trial of coached versus
tiempos, casi nunca se observan excepto en países en desarrollo. uncoached maternal pushing during the second stage of labor. Am J Obstet
Gynecol 194; 10, 2006
Bloom SL, McIntire DD, Kelly MA, et al: Lack of effect of walking on labor
Lesión del piso pélvico and delivery. N Engl J Med 339:76, 1998
Durante el parto, el piso pélvico se expone a la compresión Buchmann EJ, Libhaber E: Sagittal suture overlap in cephalopelvic dispropor-
tion: blinded and non-participant assessment. Acta Obstet Gynecol Scand
directa por la cabeza fetal y a la presión descendente por los 87(7):731, 2008
esfuerzos expulsivos maternos. Esas fuerzas distienden del piso Caldeyro-Barcia R, Alvarez H, Reynolds SRM: A better understanding of
pélvico y dan como resultado alteraciones funcionales y anató- uterine contractility through simultaneous recording with an internal and a
micas en músculos, nervios y tejido conjuntivo. Hay preocupa- seven channel external method. Surg Obstet Gynecol 91:641, 1950
Calkins LA: Premature spontaneous rupture of the membranes. Am J Obstet
ción creciente de que tales efectos sobre el piso pélvico durante Gynecol 64:871, 1952
el parto lleven a la incontinencia urinaria y anal, así como el Carlson JM, Diehl JA, Murray MS, et al: Maternal position during parturition
prolapso de los órganos pélvicos (Handa, 2011). Como se des- in normal labor. Obstet Gynecol 68:443, 1986
Chen HY, Huang SC: Evaluation of midpelvic contraction. Int Surg 67:516,
cribe en el capítulo 27 (pág. 548), el esfínter anal se lacera en 3 1982
a 6% de los partos y muchas de estas mujeres manifiestan incon- Cibils LA, Hendricks CH: Normal labor in vertex presentation. Am J Obstet
tinencia fecal o de gas. Algunas de tales secuelas a largo plazo Gynecol 91:385, 1965
han contribuido a la tendencia actual a realizar cesáreas electivas, Cluett ER, Burns E: Immersion in water in labour and birth. Cochrane
Database Syst Rev 2:CD000111, 2009
lo cual se describe en el capítulo 30 (pág. 589). Cluett ER, Pickering RM, Getliffe K, et al: Randomised controlled trial of
labouring in water compared with standard augmentation for management
Lesión puerperal de los nervios of dystocia in first stage of labour. BMJ 328:314, 2004
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Cruikshank DP, White CA: Obstetric malpresentations: twenty years’ experi-
parto. El mecanismo más frecuente es la compresión externa del ence. Am J Obstet Gynecol 116:1097, 1973
nervio fibular común (peroneal común). La causa es casi siempre Duff P: Diagnosis and management of face presentation. Obstet Gynecol
la posición incorrecta de las extremidades inferiores en los estri- 57:105, 1981
bos, en especial durante una segunda fase prolongada del trabajo Eller WC, Mengert WF: Recognition of mid-pelvic contraction. Am J Obstet
Gynecol 53:252, 1947
de parto. Estas y otras lesiones se describen en el capítulo 36 Ferguson JE, Newberry YG, DeAngelis GA, et al: The fetal-pelvic index
(pág. 676). Por fortuna, los síntomas desaparecen en los siguien- has minimal utility in predicting fetal-pelvic disproportion. Am J Obstet
tes seis meses después del parto en la mayor parte de los casos. Gynecol 179:1186, 1998
Floberg J, Belfrage P, Ohlsén H: Influence of pelvic outlet capacity on labor:
a prospective pelvimetry study of 1429 unselected primi-paras. Acta Obstet
■ Complicaciones perinatales Gynecol Scand 66:121, 1987
Flynn AM, Kelly J, Hollins G, et al: Ambulation in labour. BMJ 2:591, 1978
Al igual que en la madre, la frecuencia de septicemia fetal antes, Fraser WD, Marcoux S, Krauss I, et al: Multicenter, randomized, controlled
durante y después del parto es mayor con los trabajos de parto trial of delayed pushing for nulliparous women in the second stage of labor
prolongados. También el caput succedaneum y el moldeamiento with continuous epidural analgesia. Am J Obstet Gynecol 182:1165, 2000
son más comunes y, en ocasiones, impresionantes (fig. 22-19, Friedman EA: Labor. Clinical Evaluation and Management, 2nd ed. New
York, Appleton-Century-Crofts, 1978
pág. 444) (Buchmann, 2008). Asimismo, hay una mayor canti- Friedman EA, Sachtleben MR: Station of the fetal presenting part II: effect on
dad de traumatismos mecánicos, como las lesiones de nervios, the course of labor. Am J Obstet Gynecol 93:530, 1965
las fracturas y los cefalohematomas, que se describen con mayor Friedman EA, Sachtleben MR: Station of the fetal presenting part IV: arrest of
descent in nulliparas. Obstet Gynecol 47:129, 1976
detalle en el capítulo 33 (pág. 645). Fuchs K, Peretz BA, Marcovici R, et al: The grand multipara—is it a problem?
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472 Trabajo de parto
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in the second stage of labor: a randomized controlled trial. Obstet Gynecol Pinette MG, Wax J, Wilson E: The risks of underwater birth. Am J Obstet
SECCIÓN 7
CAPÍTULO 24
VIGILANCIA ELECTRÓNICA DEL FETO . . . . . . . . . . . . . . . 473 (Ananth, 2013). De hecho, éste se ha convertido en el procedi-
miento obstétrico más prevalente en ese país.
OTRAS TÉCNICAS DE VALORACIÓN
DURANTE EL PARTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 488
VIGILANCIA ELECTRÓNICA DEL FETO
SUFRIMIENTO FETAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491
150 t1 t2 t3
Cardiotacómetro de −145
la frecuencia cardiaca
140
SECCIÓN 7
135
Onda
R fetal t1 t2 t3
240 240
ECG cuero
cabelludo 210 210
CAPÍTULO 24
180 180
150 150
120 120
90 90
60 60
20/min
30 30
pH cuero cabelludo 7.35
100 100
80 80
pH vena
60 umbilical 7.38 60
40 40
20 20
0 0
M F F F
M M PAC
Feto 50 mm/s 20/min
II
Madre 50 mm/s
FIGURA 24-3. El trazo superior muestra el correspondiente a la vigilancia electrónica estándar del feto utilizando un electrodo en cuero cabelludo.
Los trazos en espiga de la frecuencia cardiaca fetal en el trazo del monitor se deben a contracciones auriculares prematuras. El segundo recuadro
muestra las contracciones que los acompañan. Los dos trazos inferiores representan los complejos eléctricos cardiacos que se detectan con los elec-
trodos en la cabeza del feto y la pared torácica de la madre. (ECG, electrocardiograma; F, feto; M, madre; PAC, contracción auricular prematura.)
240 240
■ Trazado de la frecuencia
210 210 cardiaca fetal
180 180 En la actualidad se acepta de manera general
150 150
que la interpretación del trazado de la fre-
cuencia cardiaca fetal plantea algunos pro-
120 120
blemas porque se carece de acuerdos sobre
90 las definiciones y la nomenclatura (American
60 60
College of Obstetricians and Gynecologists,
2013b). En un ejemplo, Blackwell et al.
30 30
(2011) pidieron a tres especialistas en medi-
Feto moribundo Frecuencia cardiaca materna
cina maternofetal que interpretaran de
manera independiente 154 trazos de la fre-
100 100
cuencia cardiaca fetal. La concordancia entre
80 80
los observadores fue bastante deficiente para
los trazos de peor pronóstico y “moderada”
60 60
para los patrones menos graves. Los autores
40 40
advirtieron que sus resultados representaron
20 20
circunstancias idealizadas y que no se deben
0 0
considerar como un reflejo del ejercicio siste-
mático de la medicina.
FIGURA 24-4. Desprendimiento prematuro de placenta normoinserta. En el recuadro El Research Planning Workshop del
superior, el electrodo en cuero cabelludo detectó primero la frecuencia cardiaca del feto
moribundo. Tras la muerte del mismo, se detectó y registró el complejo electrocardiográfico
National Institute of Child Health and
materno. El recuadro inferior muestra ausencia de contracciones uterinas. Human Development (NICHD) (1997)
476 Trabajo de parto
240 240
210 210
180 180
150 150
120 120
90 90
60 60
30 30
80 80
60 60
40 40
20 20
0 0
FIGURA 24-6. Frecuencia cardiaca fetal registrada mediante electrodo en el cuero cabelludo (recuadro superior) y registrado a 1 cm/min, en compa-
ración con el trazo obtenido con una velocidad de papel de 3 cm/min. Las contracciones uterinas concomitantes se muestran en el recuadro inferior.
Valoración durante el parto 477
Patrón Definición
CAPÍTULO 24
Basal • La FHR promedio redondeada a incrementos de 5 lpm durante un segmento de 10 min, excluyendo:
– Los cambios periódicos o episódicos
– Los segmentos de la basal que difieren por más de 25 lpm
• La basal debe ser por un mínimo de 2 min en un segmento de 10 min o bien la basal para ese intervalo es
indefinida. En este caso, se puede referir a la ventana previa de 10 min para establecer la basal
• FHR basal normal: 110-160 lpm
• Taquicardia: FHR basal >160 lpm
• Bradicardia: FHR basal <110 lpm
Desaceleración • Reducción visible y por lo general gradual y simétrica con restablecimiento de la FHR durante una contracción
inicial uterina
• La reducción gradual de la FHR se define como la duración ≥30 s desde el principio hasta el nadir de la FHR
• La disminución de la FHR se calcula desde el principio hasta el nadir de la desaceleración
• El nadir de la desaceleración ocurre al mismo tiempo que el máximo de la contracción
• En la mayor parte de los casos, el principio, nadir y recuperación de la desaceleración coinciden con el
principio, máximo y final de la contracción, respectivamente
Desaceleración • Disminución gradual, visible y por lo general simétrica y restablecimiento de la FHR durante una contracción
tardía uterina
• La reducción gradual de la FHR se define como ≥30 s desde el principio hasta el nadir de la FHR
• La reducción de la FHR se calcula desde el principio hasta el nadir de la desaceleración
• La desaceleración se retrasa y el nadir de la desaceleración ocurre después del máximo de la contracción
• En la mayor parte de los casos, el principio, nadir y recuperación de la desaceleración ocurren después del
inicio, máximo y final de la contracción, respectivamente
Patrón sinusoidal • Patrón ondulante de ondas sinusoidales uniformes y visuales en la FHR basal con una frecuencia cíclica de
3 a 5 por min que persiste durante 20 min o más
180 180
taquicardia. La frecuencia cardiaca fetal promedio se considera
el resultado del equilibrio tónico entre influencias aceleradoras y 150 150
desaceleradoras en células del marcapasos. En ese concepto, el
sistema simpático constituye la influencia de aceleración y el 120 120
CAPÍTULO 24
bilidad latido a latido puede ser un signo ominoso que indique
afectación importante del feto. Paul et al. (1975) indicaron que
la pérdida de variabilidad en combinación con desaceleraciones
se relacionaba con acidemia fetal. Analizaron la variabilidad en
los 20 min precedentes al parto en 194 embarazos. Se definió a
FIGURA 24-8. Representación esquemática de la variabilidad corta la variabilidad disminuida como una modificación de 5 lpm o
latido a latido medida mediante electrodo en cuero cabelludo fetal. t,
tiempo entre ondas R fetales sucesivas. (Adaptada de Klavan, 1977.)
menos en la línea basal (fig. 24-10), en tanto la variabilidad
aceptable rebasaba esos límites. Se determinó el pH de sangre de
cuero cabelludo fetal 1 119 veces en esos embarazos, y se observó
que las cifras eran cada vez más de acidemia cuando la disminu-
frustrantes debido a factores técnicos y de escala. Por ejemplo, ción de la variabilidad se sumaba a desaceleraciones de la fre-
Parer et al. (1985) estudiaron 22 fórmulas matemáticas elabora- cuencia cardiaca cada vez más intensas. Por ejemplo, se encon-
das para cuantificar la variabilidad de la frecuencia cardiaca y tró un pH promedio de cuero cabelludo fetal de 7.10 cuando se
observaron que la mayor parte no produce resultados satisfacto- combinaban desaceleraciones intensas con variabilidad de 5 lpm
rios. En consecuencia, gran parte de la interpretación clínica se o menos, en comparación con un pH de casi 7.20 cuando había
basa en el análisis visual con un criterio subjetivo acerca de lo mayor variabilidad en presencia de desaceleraciones con intensi-
liso o aplanado de la línea basal. Según Freeman et al. (2003), dad similar. La acidemia materna grave también puede causar
no hay pruebas actuales de que la diferenciación entre variabili- disminución de la variabilidad latido a latido, como se muestra
dad de corto y largo plazos tenga alguna importancia clínica. De en la figura 24-11, en una madre con cetoacidosis diabética.
manera similar, en el NICHD Workshop (1997) no se reco- No se conocen por completo los mecanismos patológicos
mendó diferenciar entre variabilidad de corto y largo plazos por- precisos por los que la hipoxemia fetal causa disminución de la
que en la práctica real suelen visualizarse como unidad. El grupo variabilidad latido a latido. De manera interesante, se ha obser-
de trabajo definió la variabilidad de la línea basal como resul- vado que los grados leves de hipoxemia fetal en realidad aumen-
tante de fluctuaciones de dos ciclos por minuto o más y reco- tan la variabilidad, al menos en el inicio de la crisis hipóxica
mendó los criterios que se muestran en la figura 24-10 para su (Murotsuki, 1997). Según Dawes (1985), parece probable que
cuantificación. Se aceptó como variabilidad normal latido a la pérdida de variabilidad sea producto de acidemia metabólica,
latido la de 6 a 25 lpm. que causa depresión del tronco del encéfalo o del corazón mismo
Incremento de la variabilidad. Varios procesos fisiológicos y del feto. Por eso, es más probable que la reducción de la variabi-
patológicos pueden modificar o interferir en la variabilidad lidad latido a latido, cuando refleja un daño fetal, revele acide-
latido a latido. Dawes et al. (1981) describieron un aumento de mia en vez de hipoxia.
la variabilidad durante la respiración fetal. En lactantes sanos, la Una causa frecuente de la disminución de la variabilidad latido
variabilidad a corto plazo se atribuye a arritmias sinusales respi- a latido es la administración de analgésicos durante el trabajo de
ratorias (Divon, 1986). Los movimientos corporales fetales tam- parto (cap. 25, pág. 506). Diversos depresores del sistema ner-
bién modifican la variabilidad (Van Geijn, 1980). Pillai y James vioso central reducen la variabilidad latido a latido en forma tran-
(1990) observaron aumento de la variabilidad de la línea basal sitoria. Algunos de ellos son narcóticos, barbitúricos, fenotiacinas,
conforme avanzaba el embarazo. Hasta las 30 semanas, las carac- tranquilizantes y anestésicos generales. La variabilidad por lo
terísticas de la línea basal fueron similares durante el reposo y la general disminuye en los primeros 5 a 10 min después de la admi-
actividad fetales. Después de las 30 semanas, la inactividad fetal nistración intravenosa de meperidina y sus efectos duran hasta 60
se relacionó con una disminución de la variabilidad de la línea min o más dependiendo de la dosis administrada (Petrie, 1993).
basal y, por el contrario, la variabilidad aumentaba durante la El butorfanol por vía intravenosa disminuye la reactividad de la
actividad fetal. El género no tiene efecto sobre la variabilidad de frecuencia cardiaca fetal (Schucker, 1996). En un estudio reali-
la frecuencia cardiaca fetal (Ogueh, 1998). zado en el Parkland Hospital, Hill et al. (2003) observaron una
La frecuencia cardiaca fetal basal presenta una mayor estabi- variabilidad de 5 lpm o menos en 30% de las mujeres que recibie-
lidad fisiológica (es menos variable) a medida que aumenta su ron una solución continua con meperidina frente a 7% de las que
frecuencia. Por el contrario, hay más inestabilidad o variabilidad recibieron analgesia epidural continua durante el trabajo de parto.
de la línea basal con frecuencias bajas. Es posible que ese fenó- El sulfato de magnesio, usado de manera generalizada en Estados
meno refleje una menor variación fisiológica cardiovascular con- Unidos para tocólisis, así como para el tratamiento de mujeres con
hipertensión, se ha vinculado con disminución de la variabilidad
latido a latido. Hallak et al. (1999) asignaron al azar a 34 mujeres
135 sanas sin trabajo de parto para recibir una solución medida de
130
sulfato de magnesio o una solución fisiológica. El sulfato de mag-
nesio se relacionó con una variabilidad disminuida de importan-
cia estadística sólo en la tercera hora de su administración. Sin
125
embargo, se consideró que el decremento promedio de la variabi-
lidad no tenía importancia clínica alguna porque la variabilidad
FIGURA 24-9. Representación esquemática de la variabilidad larga media era de 2.7 lpm en la tercera hora de administración de
latido a latido de la frecuencia cardiaca fetal entre 125 y 135 lpm. sulfato de magnesio en comparación con 2.8 lpm de la basal. El sul-
(Adaptada de Klavan, 1977.) fato de magnesio también modificó la frecuencia de las aceleraciones.
480 Trabajo de parto
240 240 240
1 210 210
210
90 90 90
60 60 60
30 30 30
90 90 90
60 60 60
30 30 30
240 240 240
3
210 210 210
90 90 90
60 60 60
30 30 30
90 90 90
60 60 60
30 30 30
90 90 90
60 60 60
30 30 30
1 min
FIGURA 24-10. Grados de variabilidad basal de la frecuencia cardiaca fetal mostrada en los cinco recuadros siguientes. 1. Variabilidad indetecta-
ble o ausente. 2. Variabilidad mínima, ≤5 lpm. 3. Variabilidad moderada (normal), 6 a 25 lpm. 4. Variabilidad acentuada, >25 lpm. 5. Patrón
sinusoidal. Éste difiere de la variabilidad en que posee un patrón uniforme de fluctuaciones regulares y se excluye en la definición de variabilidad
de la frecuencia cardiaca fetal. (Adaptada del National Institute of Child Health and Human Development Research Planning Workshop, 1997.)
Valoración durante el parto 481
210 210
210
CAPÍTULO 24
180 180
180 Sin variabilidad
150 150
150
120 120
120
90 90
90
60 Trazo fetal durante el parto 60
60
A
30
240
210
60
B Arritmia cardiaca
30 Cuando las arritmias cardiacas fetales se sospechan por primera vez
mediante la vigilancia electrónica, los signos pueden incluir bradi-
FIGURA 24-11. A. Registro externo de la frecuencia cardiaca fetal
que muestra ausencia de variabilidad a largo plazo a las 31 semanas
cardia de la línea basal, taquicardia, o más a menudo en la expe-
durante la cetoacidosis diabética materna (pH 7.09). B. Recuperación riencia de los autores, espigas bruscas de la línea basal (fig. 24-12).
de la variabilidad fetal a largo plazo después de la corrección de la La bradicardia intermitente de la línea basal se debe con frecuencia
acidemia materna. a un bloqueo cardiaco congénito. Como se comenta en el capítulo
59 (pág. 1172), suelen observarse defectos de conducción, muy a
menudo el bloqueo auriculoventricular (AV) completo, en rela-
En general, se cree que la disminución de la variabilidad de la ción con enfermedades maternas del tejido conjuntivo. La única
línea basal de la frecuencia cardiaca es el signo aislado más confia- manera de demostrar una arritmia, desde el punto de vista prác-
ble de afectación fetal. Por ejemplo, Smith et al. (1988) hicieron tico, es colocando electrodos en el cuero cabelludo. Algunos moni-
un análisis computarizado de la variabilidad latido a latido en tores fetales se pueden adaptar a la salida de señales del electrodo
fetos con restricción del crecimiento antes del trabajo de parto y en cuero cabelludo en un registro electrocardiográfico. Puesto que
observaron que la disminución de la variabilidad (4.2 lpm o sólo se obtiene una derivación, el análisis e interpretación de los
menos) que se mantenía durante 1 h permitía el diagnóstico de trastornos del ritmo y la frecuencia son muy limitados.
desarrollo de acidemia y muerte fetal inminente. Por el contra- Southall et al. (1980) estudiaron la frecuencia cardiaca fetal y
rio, Samueloff et al. (1994) valoraron la variabilidad como fac- los trastornos del ritmo previos al parto en 934 embarazos sanos,
tor de predicción del resultado fetal durante el trabajo de parto entre las 30 y 40 semanas. Se observaron arritmias y crisis de
en 2 200 partos consecutivos y concluyeron que la variabilidad bradicardia <100 lpm, o taquicardia >180 lpm en 3% de las
por sí sola no podía usarse como el único índice de bienestar pacientes. Casi todas las arritmias supraventriculares son de
fetal. En cambio, también concluyeron que una buena variabili- poca importancia durante el trabajo de parto, a menos que haya
dad no debe interpretarse necesariamente como alentadora. una insuficiencia cardiaca concomitante manifestada por la pre-
Blackwell et al. (2011) observaron que incluso los expertos no sencia de hidropesía fetal. Muchas arritmias supraventriculares
suelen coincidir en cuanto a la presencia o magnitud mínima desaparecen en el periodo neonatal inmediato, aunque algunas
(<5 latidos/min) de la variabilidad. se relacionan con defectos cardiacos estructurales (Api, 2008).
En resumen, la variabilidad latido a latido se afecta por una Copel et al. (2000) usaron ecocardiografía para valorar a 614
diversidad de mecanismos patológicos y fisiológicos. La variabi- fetos enviados por auscultación de una frecuencia cardiaca irre-
lidad tiene significado muy diferente dependiendo del contexto gular en ausencia de hidropesía. Sólo 10 de ellos (2%) mostra-
clínico. Es poco probable que el desarrollo de una menor varia- ron arritmias significativas y todos, excepto uno, sobrevivieron.
bilidad en ausencia de desaceleraciones se deba a hipoxia fetal Boldt et al. (2003) vigilaron la evolución de 292 fetos conse-
(Davidson, 1992). Una línea basal de la frecuencia cardiaca cutivos con diagnóstico de arritmia cardiaca hasta el nacimiento
fetal persistentemente plana o la ausencia de variabilidad dentro y la niñez.
de los límites normales de la frecuencia cardiaca basal y sin des- Las arritmias más frecuente fueron las extrasístoles auricula-
aceleraciones puede reflejar una afectación previa del feto, lo res (68%), seguidas por taquicardias auriculares (12%), bloqueo
que produce daño neurológico (Freeman, 2003). auriculoventricular (12%), bradicardia sinusal (5%) y extrasís-
482 Trabajo de parto
toles ventriculares (2.5%). Se observaron anomalías cromosó- crito un patrón sinusoidal en caso de corioamnionitis, sufri-
micas en 1.7% de los fetos. Se desarrolló hidropesía fetal en miento fetal y oclusión del cordón umbilical (Murphy, 1991).
11%, y 2% tuvo muerte intrauterina. La hidropesía fetal fue un Young (1980a) y Johnson (1981) et al., concluyeron que los
signo de mal pronóstico. En conjunto, 93% de la población de tipos sinusoidales de la frecuencia cardiaca fetal durante el parto
SECCIÓN 7
estudio seguía con vida en el periodo promedio de vigilancia de en general no se vinculaban con daño fetal.
cinco años y 3% (siete lactantes) sufrió deficiencias neurológi- Modanlou y Freeman (1982), con base en su amplia revi-
cas. El 97% de los recién nacidos con extrasístoles auriculares sión, propusieron la adopción de una definición estricta:
vivió, y ninguno sufrió lesión neurológica. Sólo 6% requirió
1. Frecuencia cardiaca basal estable de 120 a 160 lpm con osci-
medicamentos con actividad sobre el miocardio durante el
laciones regulares.
periodo posnatal. Lopriore et al. (2009) observaron tasas bajas
2. Amplitud de 5 a 15 lpm (rara vez mayor).
de muerte y trastornos neurológicos a largo plazo en los fetos
3. Variabilidad larga de 2 a 5 ciclos/min.
con taquicardia supraventricular o aleteo auricular. En con-
4. Variabilidad de corto plazo fija o plana.
traste, se observaron tasas más altas de mortalidad en aquellos
5. Oscilaciones de forma de onda sinusoidal por arriba o debajo
con bloqueo auriculoventricular.
de la línea basal, y
Aunque la mayor parte de las arritmias fetales tiene poca
6. Ausencia de aceleración.
importancia durante el trabajo de parto cuando no hay datos de
hidropesía fetal, tales arritmias pueden alterar la interpretación Aunque estos criterios se seleccionaron para definir un tipo
de los trazos de la frecuencia cardiaca fetal durante el parto. El sinusoidal que con toda probabilidad es ominoso, observaron
estudio ecográfico de la anatomía fetal, así como la ecocardio- que el tipo vinculado con la alfaprodina es indistinguible. Otros
grafía, pueden ser útiles. Algunos médicos utilizan la toma de investigadores propusieron clasificar los tipos sinusoidales de la
sangre de cuero cabelludo como un auxiliar. En general, en frecuencia cardiaca fetal en leves (amplitud de 5 a 15 lpm),
ausencia de hidropesía fetal, el resultado neonatal no mejora de intermedios (16 a 24 lpm) y mayores (25 o más lpm) para cuan-
manera mensurable con la intervención durante el embarazo. tificar el riesgo fetal (Murphy, 1991; Neesham, 1993).
En el Parkland Hospital, las arritmias cardiacas fetales durante el Algunos investigadores han definido la variación durante el
parto se tratan de forma conservadora, especialmente las que se parto de la línea basal de ondas sinusoidales con periodo de ace-
acompañan de líquido amniótico transparente. Freeman et al. leración como tipo seudosinusoidal. Murphy et al. (1991) infor-
(2003) han revisado en forma extensa la interpretación del elec- maron que se observaban tipos seudosinusoidales en 15% de los
trocardiograma fetal durante el trabajo de parto. trabajos de parto bajo vigilancia electrónica. Los patrones seu-
dosinusoidales leves se asociaron al uso de meperidina y analge-
Frecuencia cardiaca sinusoidal sia epidural. Los tipos seudosinusoidales intermedios se relacio-
El patrón sinusoidal verdadero como el que se muestra en la naron con la succión fetal o periodos transitorios de hipoxia
sección 5 de la figura 24-10 se observa cuando existe hemorragia fetal por compresión del cordón umbilical. Egley et al. (1991)
intracraneal fetal, asfixia fetal grave o anemia intensa por aloin- comunicaron que 4% de los fetos mostró tipos sinusoidales
munización por Rh, hemorragia fetomaterna, síndrome trans- transitorios durante el trabajo de parto normal. Esos autores
fundido-transfusor en gemelos o vasa previa con hemorragia observaron los tipos hasta durante 90 min en algunos casos, así
(Modanlou, 2004). Se han informado tipos sinusoidales insig- como un vínculo con el uso de oxitocina o alfaprodina, o ambas.
nificantes después de administrar meperidina, morfina, alfapro- La fisiopatología de los patrones sinusoidales es confusa, en
dina y butorfanol (Angel, 1984; Egley, 1991; Epstein, 1982). parte por las definiciones diversas. Al parecer, existe un acuerdo
En la figura 24-13 se muestra un tipo sinusoidal observado con general en que la ondulación basal de la onda senoidal antes del
la administración materna de meperidina. Una característica parto augura anemia fetal grave. Sin embargo, muy pocos fetos
importante de ese patrón cuando se debe a los narcóticos es la con aloinmunización D muestran este patrón (Nicolaides, 1989).
frecuencia sinusal de seis ciclos por minuto. También se ha des- Se ha publicado que el patrón sinusoidal se desarrolla o desapa-
rece después de una transfusión fetal (Del Valle, 1992; Lowe,
1984). Ikeda et al. (1999) proponen, con base en estudios reali-
240 zados en fetos de cordero, que el patrón sinusoidal de la frecuen-
cia cardiaca fetal está vinculado a ondas de la presión arterial que
210 refleja oscilaciones en el mecanismo de retroalimentación entre
barorreceptores y quimiorreceptores para regular la circulación.
180
CAPÍTULO 24
Con las desaceleraciones variables, la pendiente del cambio en la
frecuencia cardiaca es repentina y errática, por lo que se forman
ondas con aspecto dentado. En el Workshop de 1997 se propuso
definir las desaceleraciones como recurrentes cuando aparecen
con 50% o más de las contracciones en un periodo de 20 min. Nadir
Otro sistema que se utiliza en la actualidad con menos fre-
cuencia para describir las desaceleraciones se basa en los eventos
fisiopatológicos que más probablemente causan el patrón. En
este sistema, las desaceleraciones iniciales son por compresión de Contracción
la cabeza, las tardías por insuficiencia uteroplacentaria y las varia-
bles por patrones en la compresión del cordón.
Aceleraciones
Se trata de incrementos repentinos y visibles, definidos como el FIGURA 24-14. Características de una desaceleración inicial de la fre-
cuencia cardiaca fetal. Las características incluyen un decremento gra-
comienzo de una aceleración que alcanza su punto máximo en dual de la frecuencia cardiaca con inicio y recuperación coincidentes
menos de 30 s, en frecuencia cardiaca fetal basal (American con el inicio y recuperación de la contracción. El nadir de la desacele-
College of Obstetricians and Gynecologists, 2013b). A las 32 sema- ración es de 30 s o más después de su inicio.
nas de gestación y más, la aceleración alcanza su punto máximo
de 15 lpm con duración de 15 s o más pero menos de dos minu-
tos (cuadro 24-1). Antes de las 32 semanas, el pico máximo de frecuencia cardiaca disminuye en relación con la dilatación cer-
10 lpm durante 15 s a 2 min se considera normal. Una acelera- vical. Consideró que estos signos son fisiológicos.
ción prolongada se definía como aquella con duración de 2 min Freeman et al. (2003) definieron la desaceleración temprana
o más pero menos de 10 min. como aquella que suele observarse en el trabajo de parto activo
Según Freeman et al. (2003), las aceleraciones ocurren más a entre los 4 y 7 cm de dilatación. En su definición, el grado de
menudo durante el preparto, la primera etapa del trabajo de parto desaceleración suele ser proporcional a la intensidad de la con-
y en relación con desaceleraciones variables. Los mecanismos pro- tracción y rara vez desciende por debajo de 100 a 110 lpm, o 20
puestos para las aceleraciones durante el parto incluyen movi- a 30 lpm con respecto a la basal. Este tipo de desaceleraciones es
mientos fetales, estimulación por contracciones uterinas, oclusión frecuente durante el trabajo de parto activo y no se asocia a
del cordón umbilical y estimulación fetal durante la exploración taquicardia, pérdida de la variabilidad u otros cambios de la fre-
ginecológica. La obtención de la muestra de sangre del cuero cuencia cardiaca fetal. Es importante señalar que las desacelera-
cabelludo fetal y la estimulación acústica también propician una ciones tempranas no se vinculan con hipoxia o acidemia fetales
aceleración de la frecuencia cardiaca fetal (Clark, 1982). Por o calificación baja de Apgar.
último, puede haber aceleración durante el trabajo de parto sin La compresión de la cabeza tal vez causa activación de nervio
estímulo evidente. De hecho, las aceleraciones son frecuentes en vago como resultado de estimulación de la duramadre, que media
el trabajo de parto y casi siempre se relacionan con movimientos la desaceleración de la frecuencia cardiaca fetal (Paul, 1964). Ball
fetales. Esas aceleraciones son en general alentadoras y casi siem- y Parer (1992) concluyeron que la compresión de la cabeza fetal
pre confirman que el feto no tiene acidemia en ese momento. es una posible causa no sólo de una desaceleración como la que se
Las aceleraciones parecen tener la misma explicación fisioló- muestra en la figura 24-14, sino también de las que se muestran
gica que la variabilidad latido a latido, porque representan meca- en la figura 24-15, y suele presentarse durante el segundo periodo
nismos de control neurohormonal cardiovascular íntegros asocia- del trabajo de parto. De hecho, observaron que la compresión de
dos a los estados de conducta fetal. Krebs et al. (1982) analizaron la cabeza es una posible causa de muchas desaceleraciones varia-
los trazos de la frecuencia cardiaca fetal de casi 2 000 fetos y obser- bles que se atribuyen en general a compresión del cordón.
varon aceleraciones esporádicas durante el trabajo de parto en
99.8% de ellos. La presencia de aceleraciones de la frecuencia Desaceleraciones tardías
cardiaca fetal durante los primeros o últimos 30 min, o ambas La respuesta cardiaca fetal a las contracciones uterinas puede ser
cosas, constituyó un signo favorable para el bienestar fetal. Sin índice del riego uterino o la función placentaria. Una desacelera-
embargo, la ausencia de tales aceleraciones durante el trabajo de ción tardía es un decremento suave gradual y simétrico de la
parto no siempre es un signo desfavorable, a menos que coincidan frecuencia cardiaca fetal que se inicia en el punto máximo de una
con otros cambios no alentadores. Hay una probabilidad cercana contracción o después de él y retorna a la línea basal sólo después
al 50% de acidosis en el feto que no responde a la estimulación en de que ha concluido la contracción. El decremento gradual se
presencia de un patrón por lo demás desalentador (Clark, 1984; define como la disminución durante 30 s o más desde el princi-
Smith, 1986). pio de la desaceleración hasta el nadir. En casi todos los casos, el
inicio, nadir y recuperación de la desaceleración se presentan des-
Desaceleraciones tempranas pués del comienzo, punto máximo y finalización de la contrac-
La desaceleración inicial consiste en el descenso gradual y en el ción, respectivamente (fig. 24-16). La magnitud de las desacele-
retorno a la línea basal durante una contracción (fig. 24-14). raciones tardías rara vez es mayor de 30 a 40 lpm por debajo de
Este tipo de desaceleración temprana fue descrito inicialmente la línea basal y en general de no más de 10 a 20 lpm. Las desace-
por Hon (1958), quien observó que durante las contracciones la leraciones tardías no suelen acompañarse de aceleraciones.
484 Trabajo de parto
240 240
210
210
180
SECCIÓN 7
180
150
150
120
120 90
C
90 60
B 30
60
100
30
80
100 60
40
80
20
60
0
40
FIGURA 24-17. Desaceleración tardía por insuficiencia uteroplacenta-
20
ria producto de desprendimiento prematuro de placenta normoin-
0 serta. Se hizo una cesárea inmediata. El pH de arteria umbilical fue de
7.05 y la Po2 de 11 mmHg.
FIGURA 24-15. Dos patrones distintos de frecuencia cardiaca fetal
durante el segundo periodo del trabajo de parto que tal vez se deban
a compresión cefálica (recuadro superior). Los esfuerzos maternos de necesario para que la Po2 fetal descendiera con respecto al nivel
expulsión (recuadro inferior) corresponden a los picos que acompa-
ñan a las contracciones uterinas. La desaceleración de la frecuencia
crítico necesario para estimular los quimiorreceptores arteriales
cardiaca fetal (C) coincide con el patrón de compresión cefálica que que median las desaceleraciones.
se muestra en la figura 24-14. Sin embargo, la desaceleración (B) es Murata et al. (1982) también mostraron que una desacelera-
de aspecto “variable” debido a su configuración aserrada y podría ción tardía era la primera consecuencia en la frecuencia cardiaca
representar oclusión del cordón. fetal de la hipoxia inducida por afectación uteroplacentaria.
Durante la evolución de la hipoxia progresiva que llevó a la
muerte en dos a 13 días, los fetos de las monas invariablemente
Myers et al. (1973) estudiaron monas a las que alteraron el mostraron desaceleraciones tardías antes del desarrollo de acide-
riego uteroplacentario mediante la disminución de la presión mia. La variabilidad de la línea basal de la frecuencia cardiaca
arterial aórtica materna. El intervalo o retraso desde el inicio de fetal desapareció a medida que se desarrolló la acidemia.
la contracción y hasta el comienzo de la desaceleración tardía Existen circunstancias clínicas numerosas que originan des-
guardó relación directa con la oxigenación basal en el feto. aceleraciones tardías. En general, cualquier proceso que provoque
Demostraron que la duración de la fase de retraso era predictiva hipotensión materna, actividad uterina excesiva o disfunción pla-
de la Po2 fetal, pero no del pH fetal. A menor Po2 fetal antes de centaria, puede inducir desaceleraciones tardías. Las dos causas
la contracción, más corta la fase de retraso para el inicio de una más frecuentes son hipotensión por analgesia epidural e hiperac-
desaceleración tardía. Ese periodo de retraso reflejó el tiempo tividad uterina por estimulación con oxitocina. Las enfermeda-
des maternas, como hipertensión, diabetes y trastornos vasculares
de la colágena, pueden producir disfunción placentaria crónica.
Inicio Recuperación El desprendimiento prematuro de placenta normoinserta puede
causar desaceleraciones tardías en forma aguda (fig. 24-17).
≥30 s
Desaceleraciones variables
Los patrones de desaceleración que se observan más a menudo
durante el trabajo de parto son los de desaceleraciones variables,
Nadir
atribuidas a la oclusión del cordón umbilical. Melchior y Bernard
(1985) identificaron desaceleraciones variables en 40% de más de
7 000 trazos de la frecuencia cardiaca fetal cuando el trabajo de
Contracción
parto había avanzado hasta los 5 cm de dilatación y en 83% para
el término del primer periodo del trabajo de parto. Una desacele-
ración variable se define como la disminución abrupta de la fre-
cuencia cardiaca fetal al principio de la contracción que alcanza
su nadir en menos de 30 s. Esta disminución debe durar entre
FIGURA 24-16. Características de la desaceleración tardía de la fre-
cuencia cardiaca fetal. Las características comprenden una disminución
≥15 s y 2 min y debe tener una amplitud ≥15 lpm. El inicio de la
gradual de la frecuencia cardiaca con la contracción mínima y recupera- desaceleración varía con las contracciones sucesivas (fig. 24-18).
ción poco después de que termina la contracción. El nadir de la desace- Muy al principio en el desarrollo de la vigilancia electrónica,
leración se presenta 30 s o más después del inicio de la desaceleración. Hon (1959) comprobó los efectos de la compresión del cordón
Valoración durante el parto 485
Inicio (latidos/min)
<30 s
variable
300
CAPÍTULO 24
Frecuencia cardiaca fetal
200
100
Nadir
Contracción
210
190
B
180
150
A 150
120
120
90
90
60
60
30
30
100 100
80 80
60 60
40 40
20 20
0 0
FIGURA 24-21. Desaceleraciones variables de la frecuencia cardiaca FIGURA 24-23. Frecuencia cardiaca fetal basal saltatoria que muestra
fetal. La marcada con (B) muestra “hombros” de aceleración en com- pares rápidamente recurrentes de aceleraciones combinadas con des-
paración con la (A). (Adaptada de Künzel, 1985, con autorización.) aceleraciones.
Valoración durante el parto 487
CAPÍTULO 24
2 min o más, pero <10 min desde el principio hasta que se resta- Las desaceleraciones son casi generalizadas durante el segundo
blece la línea basal. Las desaceleraciones prolongadas son difíciles periodo. Melchior y Bernard (1985) publicaron que sólo 1.4%
de interpretar porque se encuentran en muchas situaciones clíni- de más de 7 000 partos careció de desaceleraciones durante la
cas diferentes. Algunas de las causas más frecuentes son explora- segunda fase del trabajo de parto. Tanto la compresión del cor-
ción del cuello uterino, hiperactividad uterina, circular de cordón dón como de la cabeza fetales se han señalado como causas de
y el síndrome materno de hipotensión arterial en decúbito. desaceleraciones y bradicardia basal durante el segundo periodo
La analgesia epidural, raquídea o paracervical puede inducir del trabajo de parto. La alta incidencia de tales modelos dismi-
una desaceleración prolongada de la frecuencia cardiaca fetal. nuyó al mínimo su posible importancia en los inicios de la vigi-
Por ejemplo, Eberle et al. (1998) informaron que ocurrían des- lancia electrónica y sus primeras interpretaciones. Por ejemplo,
aceleraciones prolongadas en 4% de las parturientas sanas que Boehm (1975) describió una desaceleración intensa y prolon-
recibía analgesia epidural o intratecal durante el trabajo de gada de la frecuencia cardiaca fetal en los 10 min precedentes al
parto. Hill et al. (2003) observaron una desaceleración prolon- parto vaginal de 18 lactantes sanos. Sin embargo, Herbert y
gada en 1% de las mujeres que recibieron analgesia epidural Boehm (1981) informaron después otros 18 embarazos con des-
durante el trabajo de parto en el Parkland Hospital. Otras causas aceleraciones prolongadas similares durante el segundo periodo
de desaceleración prolongada incluyen riego deficiente o hipoxia del trabajo de parto. Hubo un mortinato y una muerte neona-
materna de cualquier causa, desprendimiento prematuro de pla- tal. Esas experiencias confirman lo impredecible de la frecuencia
centa normoinserta, nudos o prolapso del cordón umbilical, cardiaca fetal durante el segundo periodo del trabajo de parto.
convulsiones maternas que incluyen eclampsia y epilepsia, apli- Spong et al. (1998) analizaron las características de las des-
cación de un electrodo en cuero cabelludo fetal, parto inmi- aceleraciones variables de la frecuencia cardiaca fetal durante el
nente o incluso la maniobra de Valsalva materna. segundo periodo del trabajo de parto en 250 partos y observa-
La placenta es muy eficaz para reanimar al feto si la lesión ron que conforme el número total de desaceleraciones hasta
original no recurre de inmediato. En ocasiones, tales desacelera- <70 lpm aumentaba, la calificación de Apgar disminuía a los 5
ciones prolongadas que se resuelven en forma espontánea son min. Dicho de otra forma, mientras más tiempo estuviese un
seguidas por una pérdida de la variabilidad latido a latido, taqui- feto expuesto a las desaceleraciones variables, menor sería la cali-
cardia basal e incluso un periodo de desaceleraciones tardías, que ficación de Apgar a los 5 min.
se resuelven todos a medida que el feto se recupera. Freeman et Picquard et al. (1988) analizaron las características de la fre-
al. (2003) insisten con razón en que el feto puede morir durante cuencia cardiaca durante el segundo periodo del trabajo de
las desaceleraciones prolongadas. Por eso, el tratamiento de las parto en 234 mujeres, en un intento por identificar patrones
desaceleraciones prolongadas puede ser en extremo delicado. El específicos que permitieran diagnosticar afectación fetal. La pér-
tratamiento de las desaceleraciones prolongadas aisladas se basa dida de la variabilidad latido a latido y la frecuencia cardiaca
en el criterio del diagnóstico clínico, que inevitablemente será fetal basal <90 lpm fueron predictivas de acidemia fetal. Krebs
imperfecto a veces dado lo impredecible de esas desaceleraciones. et al. (1981) también observaron que la bradicardia basal persis-
tente o progresiva, así como la taquicardia basal se relacionaban
240 240 con puntuaciones de Apgar bajas. Gull et al. (1996) observaron
que la desaceleración súbita de la frecuencia cardiaca fetal hasta
210 210 <100 lpm, con pérdida asociada a la variabilidad latido a latido
180 180
durante 4 min o más, era predictiva de acidemia fetal. Por eso,
una frecuencia cardiaca basal anormal (sea bradicardia o taqui-
150 150 cardia, la ausencia de variabilidad latido a latido, o ambas) en
presencia de desaceleraciones durante el segundo periodo del
120 120
trabajo de parto se vincula con mayor daño fetal, pero no inevi-
90 90 table (fig. 24-25).
Segundo periodo
240 240
210 210
SECCIÓN 7
180 180
150 150
120 120
90 90
60 60
100 100
80 80
60 60
40 40
20 20
0 0
FIGURA 24-25. Desaceleraciones de la frecuencia cardiaca fetal por compresión del cordón en el segundo periodo del trabajo de parto vincula-
das con taquicardia y pérdida de la variabilidad. El pH arterial del cordón umbilical fue de 6.9.
res incluidas en esos estudios, sea que recibiesen vigilancia elec- identificar al feto que se encuentra en sufrimiento agudo. Sin
trónica al ingreso o auscultación, en un momento dado requirió embargo, también subraya que no se ha demostrado que los resul-
vigilancia continua por el diagnóstico de anomalías de la fre- tados normales o anormales del pH de la sangre de cuero cabelludo
cuencia cardiaca fetal. pronostiquen el resultado del lactante. Asimismo, dicha institu-
Con la frecuencia cada vez mayor de cesáreas programadas en ción indica que este procedimiento se lleva a cabo en raras ocasio-
Estados Unidos, los médicos y hospitales deben decidir si es nece- nes y ni siquiera se encuentra disponible en algunos hospitales.
saria la vigilancia electrónica antes del procedimiento en las muje- Para llevarlo a cabo, se introduce un endoscopio con luz a
res de bajo riesgo. El American College of Obstetricians and Gyne- través del cuello uterino dilatado después de la rotura de mem-
cologists (2010), concluye que la información es insuficiente para branas y éste se presiona con firmeza contra el cuero cabelludo
establecer la utilidad de la vigilancia fetal en estas circunstancias. del feto (fig. 24-26). La piel se limpia con un hisopillo de algo-
dón y se cubre con un gel de silicona para hacer que se formen
■ Vigilancia electrónica centralizada cúmulos definidos de sangre. Se hace una incisión a través de la
piel a una profundidad de 2 mm con una navaja especial mon-
Los avances tecnológicos han permitido observar la vigilancia
tada en un mango largo. Conforme se forma una gota de sangre
electrónica de la frecuencia cardiaca fetal desde un sitio lejano y
en la superficie, se coloca de inmediato en un tubo capilar hepa-
centralizado. Este equipo para vigilancia durante el parto se ha
rinizado y se cuantifica con rapidez el pH sanguíneo
popularizado entre las unidades estadounidenses de trabajo de
El pH de la sangre capilar del cuero cabelludo fetal suele ser
parto y parto. La razón por la que se utiliza la vigilancia electró-
menor que el de la sangre venosa y similar al de la sangre arterial
nica centralizada es la posibilidad de vigilar a varias pacientes
umbilicales. Zalar y Quilligan (1979) recomendaron el siguiente
simultáneamente, y así obtener mejores resultados. ¿Cuál es la
esquema para tratar de confirmar el sufrimiento fetal. Si el pH
evidencia de que este fundamento es correcto? Hasta donde se
es >7.25, se vigila el trabajo de parto. Si el pH está entre 7.20 y
conoce, sólo se ha publicado un estudio sobre vigilancia electró-
7.25, se determina de nuevo en 30 min. Cuando el pH es <7.20,
nica centralizada. Anderson et al. (2011) examinaron la capaci-
se obtiene de inmediato otra muestra de sangre del cuero cabe-
dad de 12 personas para detectar señales clínicas en la frecuencia
lludo fetal y se lleva a la madre a un quirófano y se le prepara
cardiaca fetal en uno, dos o cuatro monitores. Los resultados
para intervención quirúrgica. Si se confirma un pH bajo, se hace
demuestran que la precisión para la detección desciende con-
la extracción expedita del feto. De otra manera, se permite con-
forme aumenta el número de aparatos.
tinuar el trabajo de parto y se hacen tomas repetidas de sangre
del cuero cabelludo de manera periódica.
OTRAS TÉCNICAS DE VALORACIÓN El único beneficio observado con las pruebas de pH en el
DURANTE EL PARTO cuero cabelludo es el menor número de cesáreas por sufrimiento
fetal (Young, 1980b). Sin embargo, Goodwin et al. (1994), en
■ Sangre del cuero cabelludo fetal un estudio de 112 000 partos mostraron un decremento de la
Según el American College of Obstetricians and Gynecologists (2009), tasa de muestreo del pH en sangre del cuero cabelludo de cerca
la prueba del pH en la sangre capilar del cuero cabelludo ayuda a del 1.8% a mediados de la década de 1980 a 0.03% en 1992, sin
Valoración durante el parto 489
CAPÍTULO 24
menos 15 s en el transcurso de los 15 s que siguen a la estimula-
ción y en presencia de movimientos fetales prolongados (Sherer,
1994). Lin et al. (2001) estudiaron de manera prospectiva la esti-
mulación vibroacústica en 113 mujeres en trabajo de parto con
desaceleraciones variables moderadas a graves o tardías de la fre-
cuencia cardiaca fetal. Concluyeron que esa técnica era un factor
de predicción eficaz de la acidosis fetal en el contexto de las des-
aceleraciones variables. Sin embargo, hay pocas posibilidades de
predecir la acidosis fetal en el contexto de las desaceleraciones
tardías. Otros investigadores han comunicado que aunque la
estimulación vibroacústica en el segundo periodo del trabajo de
parto se relaciona con reactividad de la frecuencia cardiaca fetal,
la calidad de la respuesta no predice el resultado neonatal ni
mejora la atención del trabajo de parto (Anyaegbunam, 1994).
Skupski et al. (2002) hicieron un metaanálisis de informes
FIGURA 24-26. Técnica de obtención de muestra de sangre del
sobre pruebas de la estimulación fetal durante el parto publicados
cuero cabelludo fetal mediante amnioscopio. El extremo del endosco- entre 1966 y 2000. Se analizaron cuatro tipos de estimulación
pio se desplaza casi 2 cm por delante del vértice fetal para mostrar la fetal, que incluyeron punción del cuero cabelludo para análisis del
navaja desechable colocada sobre el cuero cabelludo antes de su inci- pH, punción del cuero cabelludo del feto con pinza de Allis, esti-
sión. (Adaptada de Hamilton, 1974.) mulación vibroacústica y golpeteo digital del cuero cabelludo. Los
resultados fueron similares con los cuatro métodos. Estos investi-
gadores concluyeron que las pruebas de estimulación durante el
que se incrementara la tasa de partos por sufrimiento fetal. Con- trabajo de parto servían para excluir la acidosis fetal. Sin embargo,
cluyeron que el muestreo del pH de sangre del cuero cabelludo advierten que estas pruebas “distan de ser perfectas”.
fetal era innecesario. Kruger et al. (1999) han recomendado el
uso de la concentración de lactato en sangre del cuero cabelludo ■ Oximetría de pulso fetal
fetal como complemento de la determinación del pH. Wiberg-
Itzel et al. (2008) asignaron al azar a 1 496 fetos para llevar a Mediante tecnología similar a la de la oximetría de pulso del
cabo un análisis del pH en sangre del cuero cabelludo y a 1 496 adulto, se ha creado una instrumentación que permitiría la valo-
para análisis del lactato en sangre del cuero cabelludo. Observa- ración de la saturación de la oxihemoglobina fetal una vez que
ron que ambos eran equivalentes para la predicción de la acido- se rompen las membranas. Un sensor de almohadilla, como el
sis fetal. La ventaja de la determinación de lactato es que se que se muestra en la figura 24-27, se inserta por el cuello ute-
requería una cantidad menor de sangre, lo cual condujo a una rino y se adosa a la cara del feto, donde se mantiene por efecto
tasa más baja de fracasos del procedimiento en comparación con de la presión de la pared uterina. En un estudio preliminar
la obtención de muestra para el pH. (Vintzileos, 2005) se describe un oxímetro fetal transabdomi-
■ Estimulación vibroacústica
Se ha recomendado la aceleración de la frecuencia cardiaca fetal
en respuesta a una estimulación vibroacústica como una forma
de sustituir la obtención de sangre del cuero cabelludo (Eders-
heim, 1987). La técnica recurre a una laringe artificial electrónica FIGURA 24-27. Esquema de la colocación del sensor del oxímetro de
que se coloca a 1 cm del abdomen de la madre o directamente pulso fetal.
490 Trabajo de parto
A ST normal B
Generación del índice T:QRS
r.FUBCPMJTNPBFSÓCJDP
r#BMBODFQPTJUJWPEFFOFSHÎB
CAPÍTULO 24
SBX&$(
1SPNFEJPEFDPNQMFKPTEF&$(
Incremento de la amplitud de la onda T
3
r)JQPYJBNFUBCPMJTNPBOBFSÓCJDP
r%FTDBSHBEFBESFOBMJOB 4FHNFOUP45
5
±OEJDF5234
2
4
FIGURA 24-29. A. Cambios en el segmento ST en condiciones normales y de hipoxia. B. Generación de índices T:QRS. (Reproducida de Devoe,
2006, con autorización.)
llevaron a cabo un metaanálisis de cinco estudios clínicos con partir de su revisión, Farrell et al. (1999) concluyeron que esta
asignación al azar que comprendían 15 352 pacientes y encon- técnica no era un buen factor predictivo de desenlaces perinata-
traron que el análisis del segmento ST no reduce el índice de les adversos. Llegaron a la conclusión de que la velocimetría
cesáreas ni de acidemia metabólica fetal al nacimiento. Doppler tiene una función limitada, si es que la tiene, para la
Es importante tomar en consideración que puede haber vigilancia del feto durante el trabajo de parto.
anormalidades del segmento ST en etapas tardías de sufrimiento
fetal. Neilson (2013) revisó la base de datos Cochrane para valo- SUFRIMIENTO FETAL
rar el ECG fetal durante el trabajo de parto. Se estudió a 16 295
mujeres en las que dicha vigilancia se efectuó. Neilson concluyó Los conceptos de sufrimiento fetal y asfixia al nacimiento son
que el análisis del segmento ST es quizá útil para evitar la acido- demasiado amplios y vagos para aplicarlos con precisión a situa-
sis fetal y encefalopatía neonatal cuando la vigilancia electrónica ciones clínicas (American College of Obstetricians and Gynecolo-
tradicional de la frecuencia cardiaca fetal sugiere un patrón gists, 2005). La incertidumbre respecto del diagnóstico con base
anormal. Pese a que no se han realizado estudios clínicos con en la interpretación de los patrones de frecuencia cardiaca fetal
asignación al azar en Estados Unidos, la Maternal-Fetal Medi- dio origen a descripciones tales como alentadores o no alentadores.
cine Units Network está llevando a cabo uno. El término “alentador” sugiere que un patrón particular permite
recuperar la confianza, en tanto “no alentador” indica la imposi-
■ Velocimetría Doppler durante bilidad de resolver la duda. Esos patrones durante el trabajo
el trabajo de parto de parto son dinámicos, de manera que pueden cambiar rápido de
alentadores a no alentadores y viceversa. En esas circunstancias,
El análisis Doppler de la arteria umbilical se estudió como otro los obstetras experimentan crisis de confianza y duda. Puesto de
método que podría complementar la vigilancia electrónica con- otra manera, casi todos los diagnósticos de sufrimiento fetal con
vencional. Descrito con más detalle en el capítulo 10 (pág. 219), el uso de características de la frecuencia cardiaca fetal se estable-
las formas de onda Doppler anormales pueden implicar una cen cuando los obstetras pierden confianza o no pueden resolver
resistencia patológica de los vasos umbilicales placentarios. A sus dudas acerca del estado fetal. Estas valoraciones son juicios clí-
nicos subjetivos que se encuentran sujetos de manera inevitable a la
imperfección y deben reconocerse como tales.
■ Fisiopatología
¿Por qué es tan delicado el diagnóstico de sufrimiento fetal con
base en las características de la frecuencia cardiaca? Una explica-
ción es que esos patrones son reflejo más de la fisiología fetal que
de una alteración patológica. El control fisiológico de la frecuen-
cia cardiaca incluye una diversidad de mecanismos interconecta-
dos que dependen del riego, así como de la oxigenación sanguí-
nea. Es más, la actividad de esos sistemas de control tiene
influencia del estado previo de oxigenación fetal, como se observa,
por ejemplo, en la insuficiencia placentaria crónica. Es impor-
FIGURA 24-30. Segmento ST con conformación bifásica con hipoxia tante señalar que el feto está sostenido por el cordón umbilical, a
fetal progresiva. (Adaptada de Devoe, 2006.) través del cual existe un flujo sanguíneo en riesgo constante. Es
492 Trabajo de parto
suponiendo que se puede definir a la “asfixia” como hipoxia que Incluye todos los siguientes:
lleva a acidemia, el parto normal es un suceso asfíctico para el feto. • Frecuencia basal: 110 a 160 lpm
• Variabilidad de la FHR: moderada
• Desaceleraciones tardías o variables: ausentes
■ Diagnóstico • Desaceleraciones iniciales: presentes o ausentes
Debido a las incertidumbres mencionadas, puede concluirse que • Aceleraciones: presentes o ausentes
la identificación del “sufrimiento fetal” con base en las caracterís- Categoría II: indeterminada
ticas de la frecuencia cardiaca fetal es imprecisa y controvertida. Incluye todos los trazos de la FHR que no se clasifican en la
Se sabe bien que los expertos en la interpretación de estos patro- categoría I o III. Los trazos de la categoría II pueden
nes muchas veces no logran un acuerdo entre sí. De hecho, Parer representar una fracción apreciable de los que se encuentran
(1997), un defensor de la vigilancia electrónica de la frecuencia en la atención clínica. Los siguientes son algunos ejemplos:
cardiaca fetal y organizador del seminario de vigilancia fetal de la Frecuencia basal
NICHD en 1997, comparó en forma despreocupada a los exper- • Bradicardia sin variabilidad basal nula
tos que acudieron con iguanas marinas de las islas Galápagos al • Taquicardia
señalar: “¡todas en la misma playa, pero orientadas en distintas Variabilidad basal de la FHR
direcciones y escupiéndose en forma constante!” • Variabilidad basal mínima
Ayres-de-Campos et al. (1999) investigaron la concordancia • Variabilidad basal nula sin desaceleraciones recurrentes
• Variabilidad basal intensa
interobservador en la interpretación de las características de fre-
Aceleraciones
cuencia cardiaca fetal y observaron que dicha concordancia, o
• Ausencia de aceleraciones inducidas tras la estimulación del
falta de concordancia, guardaba relación con que el modelo
feto
fuese normal, sospechoso o patológico. De manera específica, Desaceleraciones periódicas o episódicas
los expertos concordaron en 62% de los tipos normales, en 42% • Desaceleraciones variables recurrentes acompañadas de
de los sospechosos y sólo en 25% de los patológicos. Keith et al. variabilidad basal mínima o moderada
(1995) pidieron a cada uno de 17 expertos que revisara 50 tra- • Desaceleración prolongada que dura ≥2 min, pero <10 min
zos en dos ocasiones, con al menos un mes de intervalo. Casi • Desaceleraciones tardías recurrentes con variabilidad basal
20% cambió sus propias interpretaciones y 25% no concordó moderada
con las interpretaciones de sus colegas. A pesar de que Murphy • Desaceleraciones variables con otras características, como
et al. (2003) concluyeron que por lo menos parte del problema recuperación lenta a la basal, “sobredescargas” u “hombros”
de interpretación se debe a la falta de estudios formales en los Categoría III: anormal
programas de formación estadounidenses, esto es sin duda sólo Incluye ya sea:
un modificador discreto. Dicho de otra forma, ¿cómo puede el • Variabilidad basal nula de la FHR y cualesquiera de los siguientes:
maestro instruir al alumno si él mismo tiene dudas? Desaceleraciones tardías recurrentes
Desaceleraciones variables recurrentes
Bradicardia
■ Sistema de clasificación de tres niveles • Patrón sinusoidal
según los National Institutes of Health
lpm = latidos por minuto; FHR = frecuencia cardiaca fetal.
Workshops Tomado de Macones, 2008, con autorización.
El NICHD (1997) llevó a cabo una serie de reuniones entre
1995 y 1996 para diseñar definiciones normalizadas e inequívo-
cas de los trazos de la frecuencia cardiaca fetal (FHR, fetal heart
rate) y publicaron sus recomendaciones para interpretar estos cordón umbilical (pH ≤7.10) correlacionada con las caracterís-
patrones. En el año 2008, se llevó a cabo otra reunión para valo- ticas de la frecuencia cardiaca fetal durante los 30 min previos al
rar de nuevo las recomendaciones de 1997 y esclarecer la termi- parto. Ninguna de las tres categorías demostró una relación sig-
nología (cuadro 24-1) (Macones, 2008). Un resultado impor- nificativa con la acidemia del cordón umbilical. El American
tante fue la recomendación de un sistema de clasificación de tres College of Obstetricians and Gynecologists y la American Academy
niveles de los patrones de la FHR (cuadro 24-2). El American of Pediatrics (2014) concluyeron que el trazo de categoría I o II
College of Obstetricians and Gynecologists (2013b) recomendó con un Apgar a los 5 min >7 o una cifra ácido-base en sangre
más tarde utilizar dicho sistema. arterial normal no concuerda con un evento hipóxico-isqué-
Se han realizado muy pocos estudios para valorar el sistema mico agudo.
de tres niveles. Jackson et al. (2011) analizaron 48 444 mujeres Sholapurkar (2012) también cuestionó la validez del sistema
en trabajo de parto y encontraron patrones de categoría I (FHR de clasificación de tres niveles puesto que la mayor parte de los
normal) durante el trabajo de parto en 99.5% de los trazos. Se patrones anormales de la frecuencia cardiaca fetal se clasifica en
observaron patrones de categoría II (FHR indefinida) en 84.1% la categoría II, indefinida, lo cual significa que no existen reco-
de los trazos, y patrones categoría III (FHR anormal) en 0.1% mendaciones definitivas respecto al tratamiento a seguir. Se
(54 mujeres). La mayoría (84% de las mujeres) tuvo una mezcla sugirió que la mayor parte de las desaceleraciones de la frecuen-
de categorías durante el trabajo de parto. Cahill et al. (2012) cia cardiaca fetal se clasifican en forma errónea como desacelera-
analizaron en forma retrospectiva la frecuencia de acidemia del ciones variables por compresión del cordón.
Valoración durante el parto 493
Parer y King (2010) compararon la situación actual en Esta- feto al nacer. Otros aspectos correlacionados significativos de la
dos Unidos con la de otros países donde varias asociaciones pro- aspiración incluyen cesárea, aplicación de fórceps para acelerar el
fesionales han logrado un consenso en cuanto a clasificación y parto, anomalías de la frecuencia cardiaca fetal durante el parto,
CAPÍTULO 24
tratamiento. Algunas de éstas incluyen al Royal College of Obstre- decremento de las calificaciones de Apgar y necesidad de ventila-
ticians and Gynecologists, la Society of Obstetricians and Gynecolo- ción asistida al nacer. El análisis del tipo de acidemia fetal con
gists of Canada, la Royal Australian y el New Zealand College of base en los gases en la sangre del cordón umbilical indicó que el
Obstetricians and Gynecologists, y la Japan Society of Obstetrics daño fetal relacionado con el síndrome de aspiración de meconio
and Gynecology. Parer y King (2010) comentan que el sistema de constituye un episodio agudo, debido a que la mayor parte de los
tres niveles del NICHD es contraproducente puesto que la cate- fetos con acidemia tenía aumento anormal de los valores de Pco2
goría II, FHR indefinida, consta de “una mezcla heterogénea y más que acidemia metabólica pura.
vasta de patrones” que impide crear una estrategia terapéutica. Dawes et al. (1972) observaron que este tipo de hipercapnia
Parer e Ikeda (2007) propusieron un sistema de cinco niveles en corderos induce jadeo, por lo que se incrementa la inhalación
por color para la interpretación y el tratamiento de la FHR. Exis- de líquido amniótico. Jovanovic y Nguyen (1989) observaron
ten dos publicaciones que comparan los sistemas de cinco y tres que el meconio inspirado hacia los pulmones fetales causaba el
niveles. Bannerman et al. (2011) encontraron que ambos siste- síndrome de broncoaspiración sólo en animales con asfixia.
mas son similares en cuanto a la interpretación de la frecuencia Ramin et al. (1996) formularon la hipótesis de que la fisiopato-
cardiaca fetal para trazos que son muy normales o muy anorma- logía del síndrome de broncoaspiración de meconio incluye,
les. Coletta et al. (2012) observaron que el sistema de cinco entre otros, la presencia de hipercapnia fetal que estimula la res-
niveles tuvo mayor sensibilidad que el de tres niveles. Lo que piración y lleva a la aspiración de meconio hacia los alveolos y
resulta evidente es que, después de 50 años de vigilancia electró- daño del parénquima pulmonar secundario al de las células
nica de la frecuencia cardiaca fetal, no existe un consenso o reco- alveolares inducido por la acidemia. En ese escenario fisiopato-
mendación sobre la interpretación y el tratamiento de los patro- lógico, la presencia de meconio en el líquido amniótico consti-
nes de la FHR (Parer, 2011). tuye un peligro ambiental fetal más que un indicador de afecta-
ción previa. Esa secuencia fisiopatológica propuesta no es
exhaustiva porque no tiene en cuenta casi la mitad de los casos
■ Meconio en el líquido amniótico del síndrome de broncoaspiración de meconio, en los que el feto
La enseñanza obstétrica durante el siglo pasado incluía el con- no tenía acidemia al nacer.
cepto de que la expulsión de meconio era una señal de posible Por lo anterior, se concluyó que la incidencia alta de meconio
riesgo de asfixia fetal. En 1903, J. Whitridge Williams observó en el líquido amniótico que se observa durante el trabajo de
expulsión de meconio y la atribuyó a “relajación del músculo del parto muchas veces representa la expulsión de contenidos gas-
esfínter anal inducida por aireación defectuosa de la sangre trointestinales junto con procesos fisiológicos normales. Aun-
(fetal)”. Sin embargo, los obstetras también han reconocido que normal, dicho meconio se convierte en un peligro ambien-
durante mucho tiempo que la detección de meconio durante el tal cuando hay acidemia fetal. Es importante señalar que dicha
trabajo de parto dificulta la predicción de sufrimiento fetal o acidemia sucede de manera aguda y, por lo tanto, la aspiración
asfixia. En su revisión, Katz y Bowes (1992) recalcaron la incer- de meconio es impredecible y tal vez inevitable. Además, Green-
tidumbre que plantea la presencia de meconio para el pronós- wood et al. (2003) demostraron que el líquido amniótico trans-
tico al referirse al tema como “sombrío”. De hecho, aun cuando parente tampoco es un buen factor predictivo. En un estudio
entre 12 y 22% de los trabajos de parto se complican por la prospectivo con 8 394 mujeres con líquido amniótico transpa-
presencia de meconio, sólo algunos se asocian a mortalidad de rente, se observó que la característica del líquido constituía un
lactantes. En una investigación del Parkland Hospital, se observó signo poco confiable del bienestar fetal.
que el meconio planteaba un “riesgo obstétrico” bajo, porque la La evidencia creciente indica que muchos lactantes con sín-
mortalidad perinatal que pudo atribuírsele fue de una muerte drome de aspiración meconial han sufrido de hipoxia crónica
por cada 1 000 nacidos vivos (Nathan, 1994). antes del nacimiento (Ghidini, 2001). Blackwell et al. (2001)
Tres teorías se han sugerido para explicar la expulsión fetal de observaron que 60% de los lactantes con diagnostico de sín-
meconio y pudiesen en parte también explicar la débil conexión drome de aspiración meconial tiene un pH en la arteria umbili-
entre la expulsión de meconio y la mortalidad de lactantes. Pri- cal ≥7.20, lo que significa que el síndrome es independiente al
mero, la explicación patológica propone que los fetos expulsan estado del neonato durante el parto. Asimismo, ciertos indica-
meconio en respuesta a hipoxia y que, por lo tanto, la presencia dores de hipoxia crónica como la concentración de eritropoye-
de ese material indica daño fetal (Walker, 1953). En segundo tina fetal y la cuenta de eritrocitos nucleados en los recién naci-
lugar, la explicación fisiológica es que la presencia intrauterina dos, sugieren que en muchos casos de síndrome de aspiración
de meconio representa la maduración normal del aparato diges- meconial participa la hipoxia crónica (Dollberg, 2001; Jazayeri,
tivo regulada por el sistema nervioso (Mathews, 1979). La última 2000).
teoría supone que la salida de meconio es resultado del estímulo Hace poco, el tratamiento obstétrico sistemático del recién
vagal por el atrapamiento frecuente pero transitorio del cordón nacido con líquido amniótico meconial incluía la succión de oro-
umbilical, lo que aumenta la peristalsis intestinal (Hon, 1961). faringe y nasofaringe durante el parto. Sin embargo, las guías de
Por lo tanto, la salida de meconio quizá constituye un proceso la American Academy of Pediatrics y el American College of Obste-
fisiológico. tricians and Gynecologists recomiendan evitar la succión de estos
Ramin et al. (1996) estudiaron casi 8 000 embarazos con lactantes durante el parto puesto que dicha acción no evita el
coloración meconial en el líquido amniótico cuyo parto fue aten- síndrome de aspiración meconial (Perlman, 2010). Como se des-
dido en el Parkland Hospital. El síndrome de broncoaspiración cribe en el capítulo 32 (pág. 626), si el lactante se encuentra
de meconio se relacionó de manera significativa con acidemia del deprimido, la tráquea se intuba y se succiona el meconio desde la
494 Trabajo de parto
parte inferior de la glotis. Si el recién nacido es vigoroso, o sea que pequeños y rara vez han sido aleatorizados, la mayoría ha publi-
tiene un esfuerzo respiratorio adecuado, buen tono muscular y cado resultados favorables con terbutalina para los patrones alar-
frecuencia cardiaca >100 lpm, no es necesaria la succión traqueal mantes. También se ha publicado que las dosis pequeñas intrave-
puesto que existe la posibilidad de lesionar las cuerdas vocales. nosas de nitroglicerina (60 a 180 μg) son útiles (Mercier, 1997).
SECCIÓN 7
CUADRO 24-3. Algunas medidas de reanimación para los trazos categoría II o III
Anomalía concomitante de la frecuencia
Objetivo cardiaca fetala Acciones posiblesb
Mejorar la oxigenación y la Desaceleraciones tardías recurrentes Inicialmente decúbito lateral izquierdo
circulación uteroplacentaria Desaceleraciones o bradicardia Administrar oxígeno a la madre
prolongada Administrar un bolo de líquidos intravenosos
Variación mínima o ausente de la FHR Reducir la frecuencia de las contracciones uterinas
Tomar las medidas para reducir Taquisistolia con trazo categoría II o III Descontinuar la oxitocina o prostaglandinas
la actividad uterina Tocolíticos, p. ej., terbutalina, sulfato de magnesio
Aliviar la compresión del cordón Desaceleraciones variables recurrentes Cambiar de posición a la madre
umbilical Desaceleraciones prolongadas o bradicardia Amnioinfusión
Ante un prolapso del cordón, elevar en forma
manual la parte presentada mientras se prepara
para una cesárea de inmediato
aOtro paso importante en el tratamiento de un trazo anormal de la FHR es la valoración simultánea de las posibles causas.
bAlgunas veces conviene combinar varias acciones, lo que muchas veces es más efectivo que una sola acción o varias acciones pero seriadas.
FHR = frecuencia cardiaca fetal.
Valoración durante el parto 495
CAPÍTULO 24
Complicación Núm. de centros (%) bilidad mucho menor de presentar meconio por debajo de las
Hipertonía uterina 27 (14) cuerdas vocales y de sufrir síndrome de aspiración de meconio
Trazo anormal de la frecuencia 17 (9) que aquellos que nacían de mujeres que no se sometían a la
cardiaca fetal amnioinfusión. La tasa de cesáreas también fue menor en el
Corioamnionitis 7 (4) grupo con amnioinfusión. Rathore et al. (2002) informaron
Prolapso del cordón 5 (2) resultados similares. Por el contrario, algunos investigadores no
Rotura uterina 4 (2) respaldaron la amnioinfusión en caso de coloración meconial.
Daño cardiaco o respiratorio materno 3 (2)
Por ejemplo, Usta et al. (1995) publicaron que la amnioinfusión
no era factible en la mitad de las mujeres con meconio mode-
Desprendimiento prematuro de 2 (1)
placenta normoinserta
rado o espeso que se habían asignado al azar para recibir este
tratamiento. Esos investigadores no pudieron demostrar mejo-
Muerte materna 2 (1)
ría de los resultados neonatales. Spong et al. (1994) también
Adaptado de Wenstrom (1995). concluyeron que si bien la amnioinfusión profiláctica diluía el
meconio, no mejoraba el resultado perinatal. Por último, Fraser
et al. (2005) asignaron al azar a 1 998 mujeres con coloración
meconial intensa del líquido amniótico en trabajo de parto para
pitales de enseñanza en Estados Unidos. El procedimiento se recibir una amnioinfusión y no observaron beneficios. Debido a
utilizó en 96% de los 186 centros hospitalarios en que se hizo la estos datos, el American College of Obstetricians and Gynecologists
encuesta y se calculó que 3 a 4% de las mujeres que dieron a luz (2012a, 2013c) no recomienda la amnioinfusión para diluir el
en esos centros recibió dicha solución. En el cuadro 24-4 se líquido amniótico con coloración meconial. Según Xu et al.
resumen las posibles complicaciones de la amnioinfusión. (2007) en las regiones que no cuentan con vigilancia electrónica
continua se puede utilizar la amnioinfusión para reducir la fre-
Amnioinfusión profiláctica para el tratamiento de las des-
cuencia de síndrome de aspiración meconial.
aceleraciones variables. Hofmeyr y Lawrie (2012) utilizaron
la base de datos Cochrane para analizar de manera específica los
efectos de la amnioinfusión en el tratamiento de los patrones de ■ Patrones de la frecuencia cardiaca
frecuencia cardiaca fetal asociados a compresión del cordón fetal y daño cerebral
umbilical. Se identificaron 19 estudios apropiados, la mayor
Los esfuerzos por correlacionar los patrones de la frecuencia car-
parte de los cuales con menos de 200 participantes. Se concluyó
diaca fetal con el daño cerebral han sido principalmente estu-
que la amnioinfusión resulta útil para reducir la frecuencia de
dios de lactantes identificados como resultado de algunas accio-
desaceleraciones variables, mejorar el resultado neonatal y dismi-
nes médico legales. Phelan y Ahn (1994) comunicaron que en
nuir el índice de cesáreas. El American College of Obstetricians and
48 fetos a los que se encontró después alteración neurológica, ya
Gynecologists (2013a) recomienda contemplar la posibilidad de
tenían un trazo no reactivo persistente de la frecuencia cardiaca
una amnioinfusión ante desaceleraciones variables persistentes.
en el momento del ingreso hospitalario en 70% de las pacientes.
Amnioinfusión profiláctica para oligohidramnios. La am- Concluyeron que el daño neurológico fetal ocurría de manera
nioinfusión en mujeres con oligohidramnios se ha utilizado de predominante antes del arribo al hospital. Cuando observaron
forma profiláctica para evitar los patrones anormales de la fre- de manera retrospectiva las características de la frecuencia car-
cuencia cardiaca fetal por obstrucción del cordón umbilical. diaca fetal en 209 lactantes con daño cerebral concluyeron que
Nageotte et al. (1991) observaron que este método reduce de no había un tipo particular asociado al daño neurológico (Ahn,
manera significativa la frecuencia y gravedad de las desacelera- 1996). Graham et al. (2006) revisaron las publicaciones emiti-
ciones variables durante el trabajo de parto. Sin embargo, la fre- das entre 1966 y 2006 en todo el mundo sobre el efecto de la
cuencia de cesáreas y el estado del lactante de término no mejo- vigilancia electrónica para evitar la lesión cerebral perinatal, y no
raron. En un estudio con asignación al azar, Macri et al. (1992) observaron beneficio alguno.
estudiaron la amnioinfusión profiláctica en 170 embarazos de
término y postérmino complicados por meconio espeso y oligo- Pruebas experimentales
hidramnios. La amnioinfusión redujo de manera significativa el Las características de la frecuencia cardiaca fetal necesarias para
índice de cesáreas por sufrimiento fetal y síndrome de aspiración que ocurra daño cerebral perinatal se han estudiado en animales
meconial. Por el contrario, Ogundipe et al. (1994) asignaron al de laboratorio. Myers (1972) describió los efectos de la asfixia
azar a 116 embarazos de término con un índice de líquido completa y parcial en monas Rhesus en estudios de daño cerebral
amniótico <5 cm para que recibieran amnioinfusión profiláctica por asfixia perinatal. La asfixia completa se produjo por obstruc-
o la atención obstétrica tradicional. No observaron diferencias ción total del riego sanguíneo umbilical que llevó al desarrollo de
significativas en cuanto al índice global de cesáreas, el índice de desaceleraciones prolongadas (fig. 24-31). El pH de arteria fetal
partos por sufrimiento fetal ni en los estudios de ácido-base del no alcanzó 7.0 hasta casi 8 min después del cese completo de la
cordón umbilical. oxigenación y el riego sanguíneo umbilical. Se requirieron al
menos 10 min de esta desaceleración prolongada antes de que
Amnioinfusión por coloración meconial del líquido amnió- hubiese pruebas de daño cerebral en los fetos que sobrevivieron.
tico. Pierce et al. (2000) resumieron los resultados de 13 estu- Myers (1972) también produjo asfixia parcial en monas Rhe-
dios prospectivos de amnioinfusión durante el parto en 1 924 sus al impedir el riego sanguíneo aórtico materno, lo que oca-
496 Trabajo de parto
cardiaca fetal 27
200 120
pCO2 mmHg
Frecuencia
pO2 mmHg
18
100 80
SECCIÓN 7
0 0 40
Presión arterial fetal
Jadeos Jadeos
100
20
Déficit base
7.4
meq/L
50
10
pH
Pinzamiento Masaje cardiaco
Inyección de adrenalina
7.0
0 de cordón
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 0 5 10 0 5 10
Minutos Asfixia (min)
FIGURA 24-31. Desaceleración prolongada en un mono Rhesus, que se muestra con los cambios de la presión arterial y bioquímicos verificados
durante la oclusión total del flujo sanguíneo del cordón umbilical. (Adaptada de Myers, 1972.)
sionó desaceleraciones tardías por riego deficiente uterino y pla- lento y que la vigilancia electrónica hace posible la detección
centario. El autor observó que varias horas de esas desaceleraciones oportuna del feto afectado. Esta hipótesis es ilógica; es decir,
no dañaron el cerebro fetal, a menos que el pH descendiera por ¿cómo pueden morir todos los fetos con lentitud? Otra suposi-
debajo de 7.0. De hecho, Adamsons y Myers (1977) comunica- ción es que todo el daño fetal ocurre en el hospital. En el trans-
ron después que las desaceleraciones tardías eran indicadores de curso de los últimos 20 años, se ha dirigido la atención a la rea-
asfixia parcial mucho antes que ocurriese daño cerebral. lidad de que la mayor parte de los fetos que presentan daño
El patrón más frecuente de la frecuencia cardiaca fetal durante sufrió estímulos nocivos antes de llegar a las unidades de trabajo
el trabajo de parto por oclusión del cordón umbilical requiere de parto. El mismo término monitor fetal implica que esta tec-
tiempo considerable para afectar de manera significativa al feto nología inanimada de alguna forma “vigila”. Se tiene la suposi-
en animales de laboratorio. Clapp et al. (1988) ocluyeron en ción de que si nace un lactante muerto o dañado, el registro
forma parcial el cordón umbilical en los fetos de oveja durante debe haber dado alguna clave, puesto que el aparato estaba vigi-
1 min cada 3 min. Rocha et al. (2004) ocluyeron de manera com- lando el estado fetal. Estas suposiciones crearon grandes expec-
pleta el cordón umbilical durante 90 s cada 30 min durante 3 a tativas y originaron la creencia de que todas las muertes o lesio-
5 h al día durante cuatro días, sin producir lesión necrótica de las nes neonatales se pueden evitar.
células cerebrales. Los resultados de experimentos como ésos A finales del decenio de 1970, la Office of Technology Assessment,
sugieren que los efectos del atrapamiento del cordón umbilical los Centers for Disease Control and Prevention y el Congreso de
dependen del grado de oclusión (parcial o total), la duración de Estados Unidos cuestionaron la eficacia, inocuidad y costos de la
las oclusiones individuales y la frecuencia de éstas. vigilancia electrónica. Banta y Thacker (2002) revisaron 25 años
de la controversia sobre los beneficios, o falta de los mismos, de
Pruebas en seres humanos la vigilancia electrónica. Al usar la base de datos Cochrane, Alfi-
revic et al. (2013) revisaron 13 estudios clínicos con asignación al
La contribución de los episodios que ocurren durante el trabajo
azar que incluían a más de 37 000 mujeres. Concluyeron que la
de parto a las discapacidades neurológicas posteriores se ha
vigilancia electrónica aumentó el índice de cesáreas y partos vagi-
sobrestimado en gran medida, y se analiza con más detalle en el
nales asistidos sin reducción de la mortalidad perinatal, convul-
capítulo 33 (pág. 638). Es evidente que para que ocurra daño
siones neonatales o parálisis cerebral. Grimes y Peipert (2010)
cerebral, el feto se debe exponer a hipoxia durante un tiempo
publicaron un comentario actual sobre vigilancia electrónica en
prolongado. Además, la hipoxia debe causar acidemia metabó-
Obstetrics & Gynecology. Resumieron que este tipo de procedi-
lica profunda casi igual a la que provoca la muerte. Por ello, el
miento, aunque ha sido utilizado en 85% de casi cuatro millones
American College of Obstetricians and Gynecologists (2012b) reco-
de los nacimientos anuales en Estados Unidos, ha fracasado
mienda la obtención de gases del cordón umbilical siempre que
como programa de detección de salud pública. Observaron que
se lleve a cabo una cesárea por daño fetal, la calificación de
el valor predictivo positivo de la vigilancia electrónica para
Apgar sea baja a los 5 min, exista restricción intensa del creci-
muerte fetal en trabajo de parto o parálisis cerebral es de casi cero,
miento fetal, se detecten trazos anormales de la frecuencia car-
lo cual significa que “casi todo resultado positivo es incorrecto”.
diaca fetal, la madre padezca una enfermedad tiroidea o se trate
Se han hecho dos intentos recientes por estudiar las conse-
de una gestación múltiple (cap. 32, pág. 628). Por fortuna, los
cuencias epidemiológicas de la vigilancia electrónica en Estados
patrones de la frecuencia cardiaca fetal que coinciden con estas
Unidos y cada uno ha utilizado las estadísticas vitales nacionales
condiciones subletales son infrecuentes.
de los nacimientos ligados con muertes infantiles. Chen et al.
(2011) utilizaron los datos del 2004 sobre 1 732 211 nacidos
■ Beneficios de la vigilancia electrónica vivos únicos, 89% de los cuales se sometió a vigilancia electró-
de la frecuencia cardiaca fetal nica. Publicaron que este procedimiento aumenta el índice de
Hay varias suposiciones falaces detrás de las expectativas de un partos quirúrgicos pero reduce el índice de mortalidad neonatal
mejor resultado perinatal con la vigilancia electrónica. Una de inicial. Sin embargo, este beneficio, depende de la edad gestacio-
ellas es que el sufrimiento fetal es un fenómeno de desarrollo nal y la mayor repercusión se observó en los fetos prematuros.
Valoración durante el parto 497
CAPÍTULO 24
cados de defunción infantil. Estudiaron a 57 983 286 nacidos Embarazos Embarazos
vivos y únicos sin anomalías entre 1990 y 2004. El aumento tem- de bajo de alto
poral en el uso de vigilancia electrónica entre 1990 y 2004 se Vigilancia riesgo riesgo
acompañó de una reducción en el índice de mortalidad neonatal, Métodos aceptables
en especial en los embarazos pretérmino. En una editorial simul- Auscultación intermitente Sí Sía
tánea, Resnik (2013) advierte que la relación epidemiológica
Vigilancia electrónica Sí Síb
entre la vigilancia electrónica y el menor número de muertes neo-
continua (interna o
natales no establece la causa. Resnik sugiere que las limitaciones
externa)
del estudio de Ananth “deben generar escepticismo en el lector en
cuanto a los resultados”. También opina que el debate sobre la Intervalos de valoración
vigilancia electrónica “sigue y sigue y sigue...” y de hecho así es. Primer periodo del trabajo 30 min 15 mina,b
de parto (activo)
Segundo periodo del 15 min 5 mina,c
■ Experiencia en el Parkland Hospital:
trabajo de parto
vigilancia electrónica selectiva
a
frente a vigilancia electrónica universal b
De preferencia antes, durante y después de una contracción uterina.
Incluye la valoración del trazo y el registro por lo menos cada 15 min.
En julio de 1982 empezó una investigación en el Parkland Hos- c El trazo debe valorarse por lo menos cada 5 min.
pital para establecer si todas las mujeres en trabajo de parto se Tomado de American Academy of Pediatrics y American College of
Obstetricians and Gynecologists (2012).
deben someter a vigilancia electrónica (Leveno, 1986). En meses
alternos se rotó la vigilancia electrónica universal con vigilancia
electrónica selectiva de la frecuencia cardiaca, que era la práctica
más frecuente. Durante la investigación de tres años, en 17 410 fetal cada 15 min durante la primera fase del trabajo de parto
trabajos de parto se utilizó la vigilancia electrónica universal y activo y cada 5 min durante la segunda fase.
sus resultados se compararon con los de un grupo de tamaño
similar de mujeres que se sometieron a vigilancia electrónica en
forma selectiva. No se observaron diferencias significativas en VIGILANCIA DE LA ACTIVIDAD UTERINA
los resultados perinatales. Hubo un pequeño incremento pero DURANTE EL PARTO
significativo en el número de cesáreas por sufrimiento fetal en el
El análisis de la actividad uterina por medios electrónicos per-
grupo que utilizó vigilancia electrónica universal. Por lo tanto,
mite llegar a algunas generalizaciones en cuanto a la relación que
el hecho de utilizar más la vigilancia electrónica en el Parkland
guardan ciertos tipos de contracción con el resultado del trabajo
Hospital no mejoró los resultados perinatales, pero aumentó
de parto. No obstante, hay una considerable variación normal,
ligeramente la frecuencia de cesáreas por sufrimiento fetal.
y debe tenerse precaución antes de juzgar la presencia o ausencia
de trabajo de parto verdadero tan sólo por el estudio de un trazo.
■ Recomendaciones actuales La eficacia del músculo uterino para lograr el parto varía mucho.
Los métodos usados más a menudo para la vigilancia de la fre- Para usar una analogía, los corredores de 100 m tienen todos los
cuencia cardiaca fetal durante el parto incluyen auscultación mismos grupos musculares y sin embargo cruzan la meta a dife-
con un estetoscopio de Pinard o un dispositivo de ecografía rentes intervalos.
Doppler, o la vigilancia electrónica continua de la frecuencia
cardiaca y las contracciones uterinas. Ninguna prueba científica ■ Vigilancia interna de la presión uterina
ha identificado al método más eficaz, incluyendo la frecuencia o
duración de la vigilancia fetal que asegure resultados óptimos. Se determina la presión de líquido amniótico entre las contraccio-
En el cuadro 24-5 se resumen las recomendaciones actuales de nes y durante ellas mediante un catéter de plástico lleno de líquido
la American Academy of Pediatrics y el American College of Obste- con su extremo distal localizado por arriba de la presentación (fig.
tricians and Gynecologists (2012). Se considera que la ausculta- 24-32). Ese catéter se conecta a un sensor de presión con émbolo
ción intermitente o la vigilancia electrónica continua son méto- ajustado a la misma altura que la punta del catéter en el útero. La
dos aceptables de vigilancia durante el parto en embarazos de señal eléctrica amplificada producida por el émbolo por variación
bajo y alto riesgos. El intervalo recomendado entre las revisiones en la presión dentro del sistema líquido se registra en una tira de
de la frecuencia cardiaca es mayor en el embarazo carente de papel calibrado en movimiento, de manera simultánea con la fre-
complicaciones. Cuando se usa auscultación, se recomienda cuencia cardiaca fetal (fig. 24-6). Hoy se dispone de catéteres de
hacerla después de una contracción y durante 60 s. También se presión intrauterina que tienen el sensor de presión en la punta,
recomienda usar una razón de una enfermera-paciente si se uti- lo que evita la necesidad de la columna de líquido.
liza la auscultación. Sin embargo, la posición del American
College of Obstetricians and Gynecologists (2013b) en su Practice ■ Vigilancia externa
Bulletin es distinta. A pesar de que reconoce que la información Se pueden valorar las contracciones uterinas por el desplaza-
disponible no demuestra un beneficio claro para utilizar la vigi- miento de un transductor en el que el botón o “émbolo” del
lancia electrónica en lugar de la auscultación intermitente, el mismo se sostiene contra la pared abdominal. Conforme el
comité recomienda limitar el uso de la auscultación a los emba- útero se contrae el botón se mueve en proporción con la fuerza
razos de bajo riesgo y recomienda registrar la frecuencia cardiaca de la contracción. Este movimiento se convierte en una señal
498 Trabajo de parto
CAPÍTULO 24
A tracciones se distribuyen a partir de la
región marcapaso por el útero a razón de
2 cm/s con despolarización de todo el
órgano en 15 s. Esa onda de despolariza-
0
ción se propaga en sentido descendente
8:45 A.M. hacia el cuello uterino. La intensidad es
100 máxima en el fondo y disminuye en la
B parte inferior del útero. Se piensa que este
fenómeno refleja reducciones del grosor
del miometrio desde el fondo hasta el cue-
0 llo uterino. Se piensa que ese gradiente
descendente de la presión sirve para dirigir
10:20 A.M.
el descenso fetal hacia el cuello uterino, así
100 100
C D
como para borrarlo. Es importante que
todas las partes del útero estén sincronizadas
y alcancen su presión máxima casi de modo
simultáneo, lo que da lugar a la forma de
0 0 onda curva, que se muestra en la figura
1:10 P.M. 2:30 P.M. 24-34. Young y Zhang (2004) demostraron
250 que el inicio de cada contracción se desenca-
E dena a partir de un episodio bioeléctrico en
el nivel hístico.
La teoría de los marcapasos también
0 sirve para explicar la intensidad diversa de
las contracciones acopladas adyacentes
3:30 P.M. que se muestra en los recuadros A y B de
250
F
la figura 24-33. Tal acoplamiento fue lla-
mado incoordinación por Caldeyro-Barcia
y Poseiro (1960). Una onda contráctil se
inicia en una región del marcapaso cor-
0
nual, pero no se despolariza de manera
5:20 P.M. sincrónica todo el útero. Como resultado,
Tiempo (minutos)
se inicia otra contracción en el marcapaso
contralateral y produce la segunda onda
FIGURA 24-33. Presión intrauterina registrada a través de un solo catéter. A. Previo al trabajo contráctil de acoplamiento. Esas peque-
de parto. B. Fase inicial del trabajo de parto. C. Trabajo de parto activo. D. Trabajo de parto en ñas contracciones alternadas con unas
fase avanzada. E. Actividad espontánea 30 min después del parto. F. Actividad espontánea mayores parecen ser las habituales del
2.5 h después del parto. (Reproducida de Hendricks, 1968, con autorización.) comienzo del trabajo de parto y de hecho
éste puede avanzar con dicha actividad,
aunque a paso más lento. Esos autores
parto. La figura 24-33 muestra un ejemplo de la actividad ute- también observaron que el trabajo de parto avanzaría en forma
rina normal durante el trabajo de parto. La actividad uterina lenta si las contracciones regulares fuesen hipotónicas, esto es,
aumenta de manera progresiva y gradual desde los pródromos con intensidad menor de 25 mmHg o frecuencia menor de dos
del trabajo de parto hasta una fase avanzada del mismo. Es inte- en 10 min.
resante, como se muestra en la figura 24-33, que las contraccio- Hauth et al. (1986) cuantificaron las presiones de las con-
nes uterinas después del nacimiento son idénticas a las que lo tracciones uterinas en 109 mujeres a término que recibieron
originaron. Además, el tipo de actividad uterina es de decre- oxitocina para inducción o conducción del trabajo de parto. La
mento gradual o reversión de la que llevó al parto. Por ello, no es mayoría alcanzó 200 a 225 U Montevideo, y 40% tuvo hasta
de sorprender que el útero que se desempeña mal antes del parto 300 de esas unidades para efectuar el parto. Los autores sugirie-
tenga tendencia a la atonía y origine hemorragia puerperal. ron que deben buscarse esos grados de actividad uterina antes de
considerar la cesárea por una supuesta distocia.
Presión
intramuscular
mm Hg 50
40
Intensidad
de la 30
contracción Presión
20 amniótica
10
Tono
Presión
0 abdominal
Minutos
FIGURA 24-34. Representación esquemática de la onda contráctil normal del trabajo de parto. El útero grande a la izquierda muestra los cuatro
puntos donde se registró la presión intramiometrial con microglobos, así como cuatro trazos de presión correspondientes en relación con cada
uno por sombreo del pequeño útero en la parte superior. (Adaptada de Caldeyro-Barcia, 1960.)
como la presencia de cinco o menos contracciones en 10 min a grave. Sin embargo, si se aplica en otro sitio, como un ojo en una
lo largo de 30 min. El término taquisistolia se define como la presentación facial, el resultado puede ser grave.
presencia de más de cinco contracciones en 10 min a lo largo de Tanto el feto como la madre tienen mayor riesgo de infección
30 min. Este término se puede aplicar al trabajo de parto espon- con la vigilancia electrónica interna (Faro, 1990). Las lesiones
táneo o inducido (cap. 26, p. 527). El término hiperestimulación del cuero cabelludo por el electrodo pueden infectarse y se han
se dejó de utilizar. Stewart et al. (2012) estudiaron de manera reportado casos de osteomielitis craneal ulterior (Brook, 2005;
prospectiva la taquisistolia uterina en 584 mujeres en quienes se Eggink, 2004; McGregor, 1989). La American Academy of
indujo el trabajo de parto con misoprostol en el Parkland Hospi- Pediatrics y el American College of Obstetricians and Gynecologists
tal. No hubo relación entre los resultados secundarios en el lac- (2012) recomiendan que algunas infecciones maternas como el
tante y el mayor número de contracciones durante 10 o 30 min. virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), virus de herpes
Sin embargo, la presencia de seis o más contracciones en 10 min simple y virus de hepatitis B y C son contraindicaciones relati-
se acompañó en forma significativa de desaceleraciones en la fre- vas para la vigilancia electrónica interna.
cuencia cardiaca fetal.
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504
CAPÍTULO 25
PRINCIPIOS GENERALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 504 bloqueos espinales o epidurales altos, 26%; insuficiencia respira-
toria, 19%, y reacción farmacológica, 19%. La mejora en la tasa
ANALGESIA Y SEDACIÓN DURANTE EL TRABAJO de casos-muertes para la anestesia general fue muy notable si se
DE PARTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 506 considera que esa anestesia ahora se usa para las pacientes de
BLOQUEOS NERVIOSOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 507
riesgo más alto y en las urgencias más apremiantes; o sea, con
intervalos de decisión menores de 15 min (Bloom, 2005).
Bloqueo pudendo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 508 Varios factores contribuyeron a mejorar la seguridad de la
anestesia obstétrica (Hawkins, 2011). El más significativo es el
Bloqueo espinal (subaracnoideo) . . . . . . . . . . . . . 510 aumento en el uso de la anestesia regional. Es casi seguro que la
mayor disponibilidad de cobertura anestésica propia sea otra
Analgesia epidural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 513 razón importante. A pesar de estos resultados alentadores suges-
Infiltración local para operación cesárea . . . . . . . 517 tivos de la seguridad de la anestesia general, ahora hay reportes
de incremento en las complicaciones con las técnicas de analge-
ANESTESIA GENERAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 517 sia regional.
PRINCIPIOS GENERALES
La anestesia obstétrica presenta dificultades únicas. El trabajo de ■ Servicios de anestesia obstétrica
parto comienza sin advertencia y es posible que se requiera aneste- El American College of Obstetricians and Gynecologists (2008) re-
sia unos minutos después de una comida completa. El vómito con afirmó su posición conjunta con la American Society of Anesthesio-
aspiración del contenido gástrico es un peligro constante. Las logists de que la solicitud de una mujer de alivio para el dolor del
adaptaciones fisiológicas usuales del embarazo requieren una con- trabajo de parto es indicación médica suficiente para suminis-
sideración especial, sobre todo con trastornos como la preeclamp- trarlo. La identificación de cualesquiera de los factores de riesgo
sia, desprendimiento placentario o síndrome septicémico. mostrados en el cuadro 25-2 obliga a una consulta con el perso-
De todas las muertes relacionadas con la anestesia en Estados nal de anestesia para desarrollar un plan de tratamiento conjunto.
Unidos desde 1995 a 2005, 3.6% se produjo en mujeres embara- Este plan debe incluir estrategias para minimizar la necesidad de
zadas (Li, 2009). Berg et al. (2010) analizaron las muertes de anestesia urgente en mujeres en las que sería muy peligrosa.
mujeres menos de un año después de un embarazo en Estados El American College of Obstetricians and Gynecologists y la
Unidos desde 1998 hasta 2005. Encontraron que 54 de 4 693 American Society of Anesthesiologists establecieron juntos los
(1.2%) de esas muertes fueron atribuibles a complicaciones por la objetivos de la optimización de los servicios de anestesia obsté-
anestesia. Hawkins et al. (2011) analizaron la mortalidad materna trica (2009) e incluyen:
relacionada con la anestesia en ese país entre 1979 y 2002. Como
se muestra en el cuadro 25-1, las tasas de mortalidad materna 1. Disponibilidad de un médico titulado con la certificación
relacionada con la anestesia disminuyeron casi 60% durante este para administrar una anestesia apropiada siempre que sea
tiempo y en la actualidad hay cerca de una muerte anestésica por necesaria, y para mantener el apoyo a las funciones vitales en
cada millón de nacidos vivos. Casi dos tercios de las muertes rela- una urgencia obstétrica.
cionadas con la anestesia general se debieron a falla de la intuba- 2. Disponibilidad de personal de anestesia para permitir el ini-
ción o problemas con la inducción durante el parto por cesárea. cio de una operación cesárea menos de 30 min después de
Las muertes vinculadas con anestesia general se produjeron por tompar la decisión de realizarla.
Analgesia y anestesia obstétricas 505
CAPÍTULO 25
1979-2002 Para cumplir estos objetivos, casi siempre se requiere cober-
tura de anestesia obstétrica propia las 24 h. Es más difícil pro-
Tasas de letalidada
porcionar este servicio en instituciones más pequeñas, un pro-
Anestesia Analgesia Razón de blema subrayado por el hecho de que casi un tercio de todos los
Año de muerte general regional probabilidades hospitales que proporcionan atención obstétrica tiene menos de
500 nacimientos al año (American College of Obstetricians and
1979-1984 20.0 8.6 2.3 (CI 95% Gynecologists, 2009).
1.9–2.9) Bell et al. (2000) calcularon la carga financiera en la que
1985-1990 32.3 1.9 16.7 (CI 95% podría incurrirse para proporcionar cobertura de anestesia obsté-
12.9–21.8) trica permanente. Debido a la indemnidad promedio y el reem-
1991-1996 16.8 2.5 6.7 (CI 95% bolso de Medicaid para la analgesia epidural durante el trabajo de
3.0–14.9) parto, concluyeron que tal cobertura no sería rentable en su ins-
titución de referencia de tercer nivel. Para complicar esta carga,
1997-2002 6.5 3.8 1.7 (CI 95%
algunos pagadores externos negaron el reembolso para la analgesia
0–4.6)
epidural en ausencia de una indicación médica específica, una
a Muertes por millón de anestesias generales o regionales. actitud repudiada por el American College of Obstetricians and
CI, intervalo de confianza. Gynecologists y la American Society of Anesthesiologists (2008).
Datos de Hawkins, 2011.
CUADRO 25-3. Algunos fármacos analgésicos parenterales para el dolor del trabajo de parto
Fármaco Dosis usual Frecuencia Inicio Semivida neonatal
CAPÍTULO 25
Meperidina 25-50 mg (IV) c/1-2 h 5 min (IV) ~18-20 h
50-100 mg (IM) c/2-4 h 30-45 min (IM) ~60 h
Fentanilo 50-100 μg (IV) c/1 h 1 min ~5 h
Nalbufina 10 mg (IV o IM) c/3 h 2–3 min (IV) ~4 h
15 min (IM)
Butorfanol 1-2 mg (IV o IM) c/4 h 1-2 min (IV) Desconocida
10-30 min (IM)
Morfina 2-5 mg (IV) c/4 h 5 min (IV) ~7 h
10 mg (IM) 30-40 min (IM)
Duración Dosis
Concentración Volumen promedio máxima
SECCIÓN 7
Anestésicoa usual (%) usual (ml) Inicio (min) (mg) Uso clínico
Aminoésteresb
2-Clorprocaína 2 10–20 Rápido 30–60 800 Infiltración local o bloqueo pudendo
3 10–20 30–60 Epidural sólo para cesárea
Aminoamidasb
Bupivacaína 0.25 5–10 Lento 60–90 175 Epidural para trabajo de parto
0.5 10–20 90–150 Epidural para cesárea
0.75 1.5–2 60–120 Espinal para cesárea
Lidocaína 1–1.5 10–20 Rápido 30–60 300 Infiltración local o bloqueo pudendo
1.5–2 5–20 60–90 Epidural para trabajo de parto o
cesárea
5 1.5–2 45–60 Espinal para D y C o ligadura tubaria
puerperal
Ropivacaína 0.2–0.5 5–10 Lento 60–90 200 Epidural para trabajo de parto
0.5–1 10–30 90–150 250 Epidural para cesárea
aSin adrenalina.
bLos ésteres se hidrolizan por acción de las colinesterasas plasmáticas y las amidas por depuración hepática.
D y C, dilatación y legrado.
Adaptado a partir de Liu, 2009. Por cortesía del Dr. Shiv Sharma y la Dra. Erica Grant.
ciones tardías o la bradicardia persistente, por la hipoxia y acido- vulsiones es más probable que el feto se recupere en menos
sis láctica maternas causadas por las convulsiones. Con el cese de tiempo dentro del útero una vez que se restablece el gasto car-
las convulsiones, la administración de oxígeno y el empleo de diaco materno.
otras medidas de apoyo, el feto casi siempre se recupera con más
rapidez en el útero que después del parto por cesárea inmediata. ■ Bloqueo pudendo
Además, para la madre es mejor si el parto se pospone hasta que El dolor del parto vaginal se debe a los estímulos del aparato
disminuyan la intensidad de la hipoxia y la acidosis metabólica. genital inferior. Éstos se transmiten sobre todo por el nervio
pudendo, cuyas ramas periféricas proporcionan la inervación
Toxicidad cardiovascular sensitiva al perineo, ano, vulva y clítoris.
Por lo general, estas manifestaciones aparecen después que las de El nervio pudendo transcurre debajo de la superficie poste-
toxicidad cerebral y es posible que no se desarrollen en ningún rior del ligamento sacroespinoso, justamente donde éste se
momento porque se producen con concentraciones séricas más inserta en la espina ciática. Las fibras nerviosas sensitivas del
altas del fármaco. La excepción notable es la bupivacaína, que se nervio pudendo provienen de las ramas ventrales de S2 a través
relaciona con el desarrollo de toxicidad neurológica y cardiaca de los nervios S4.
con las mismas concentraciones (Mulroy, 2002). Debido al El bloqueo del nervio pudendo es un método relativamente
riesgo de toxicidad sistémica, la Food and Drug Administration seguro y sencillo de producir analgesia para el parto espontá-
prohibió el uso de una solución al 0.75% de bupivacaína para la neo. Como se muestra en la figura 25-2, se usa un introductor
inyección epidural. Como sucede con la toxicidad neurológica, tubular para cubrir y guiar una aguja de 15 cm calibre 22 hasta
la cardiovascular se caracteriza primero por estimulación y luego su posición en el nervio pudendo. El final del introductor se
por depresión. Por consiguiente, hay hipertensión y taquicardia, sitúa contra la mucosa vaginal, justo debajo de la punta de la
seguidas poco después por hipotensión, arritmias cardiacas y espina ciática. El introductor permite que sobresalgan 1.0 a 1.5
descenso de la perfusión uteroplacentaria. cm de la aguja por su extremo y la aguja se empuja más allá de
Al principio, la hipotensión se trata con la posición lateral la punta del introductor para penetrar la mucosa. Se forma una
materna para evitar la compresión aortocava. Se inicia una infu- roncha mucosa con 1 ml de solución de lidocaína al 1% o
sión rápida de solución cristaloide, junto con efedrina intrave- una dosis equivalente de otro anestésico local (cuadro 25-3).
nosa. La operación cesárea urgente se considera si los signos Como protección contra la administración intravascular, se
vitales maternos no se recuperan cinco minutos después de un intenta aspirar antes de ésta y las inyecciones subsiguientes.
paro cardiaco (cap. 47, pág. 956). Sin embargo, en caso de con- Luego se avanza la aguja hasta que toca el ligamento sacroespi-
Analgesia y anestesia obstétricas 509
■ Bloqueo paracervical
Este bloqueo casi siempre produce alivio
satisfactorio del dolor durante la primera
CAPÍTULO 25
etapa del trabajo de parto. Sin embargo,
como no se bloquean los nervios pudendos,
se requiere analgesia adicional para el parto.
Para el bloqueo paracervical casi siempre se
inyectan 5 a 10 ml de una solución de lido-
caína o cloroprocaína al 1% en el cuello ute-
rino, en las posiciones laterales de las 3 y las 9
Tuberosidad en un reloj. Como estos anestésicos tienen un
isquiática
efecto relativamente corto, es probable que el
Espina ciática
bloqueo paracervical deba repetirse durante
Nervio pudendo el trabajo de parto. No se utiliza en el Parkland
Ligamento
Hospital.
sacroespinoso La bradicardia fetal es una complicación
preocupante que ocurre en casi 15% de los
bloqueos paracervicales (Rosen, 2002b). Por
lo general, la bradicardia se desarrolla en 10
min y puede durar hasta 30 min. Los estudios
Doppler muestran un aumento en el índice
de pulsatilidad de las arterias uterinas después
del bloqueo paracervical (cap. 10, pág. 219).
FIGURA 25-2. Infiltración local del nervio pudendo. Técnica transvaginal que muestra la Estas observaciones apoyan la hipótesis del
aguja más allá del protector de la aguja y que pasa a través del ligamento sacroespinoso
para llegar al nervio pudendo.
espasmo arterial inducido por el fármaco
como causa de la bradicardia fetal (Manni-
nen, 2000). Por estas razones, este tipo de
bloqueo no debe usarse en situaciones con
noso, que se infiltra con 3 ml de lidocaína. La aguja se hace posible compromiso fetal.
avanzar más a través del ligamento.
Cuando perfora el tejido areolar laxo detrás del ligamento, la
resistencia al émbolo disminuye. Se aplican 3 ml más de solu-
■ Bloqueos regionales
ción en esta región. A continuación, la aguja se retira dentro del neuroaxiles
introductor, que se desplaza hasta quedar justo arriba de la Las técnicas epidural, espinal o combinada espinal-epidural fue-
espina ciática. ron los métodos más usados para aliviar el dolor del trabajo de
Se introduce la aguja por la mucosa y se depositan 3 ml de parto y el parto en Estados Unidos desde 2008 (Osterman,
solución más. El procedimiento se repite del lado contrario. 2011b). Casi dos de tres madres recibieron anestesia neuroaxil
Después de tres o cuatro minutos de la inyección, el éxito del para aliviar el dolor del trabajo de parto o durante el parto vagi-
bloqueo pudendo permite pellizcar la parte inferior de la vagina nal o por cesárea. Las técnicas neuroaxiles fueron más frecuentes
y la posterior de la vulva a ambos lados sin que esto cause dolor. en los partos vaginales asistidos con fórceps (84%) o con extrac-
Si el parto vaginal ocurre antes que el bloqueo pudendo sea efec- ción con vacío (77%) que en partos vaginales espontáneos
tivo y está indicada una episiotomía, pueden infiltrarse la hor- (60%) (Osterman, 2011a). Entre los primeros partos, el 68% de
quilla, perineo y vagina adyacente con 5 a 10 ml de solución de las mujeres sometidas a parto vaginal recibió analgesia neuroaxil,
lidocaína al 1% directamente en el sitio planeado para la episio- comparadas con 57% de las mujeres que dieron a luz a su
tomía. Para el momento de la reparación, por lo general el blo- segundo hijo o uno de mayor orden.
queo pudendo ya es efectivo. La figura 25-3 muestra la analgesia epidural por catéter que
El bloqueo pudendo casi nunca produce analgesia adecuada casi siempre se usa para aliviar el dolor del trabajo de parto,
cuando el nacimiento requiere manipulación obstétrica extensa. aunque también puede usarse para la anestesia durante el parto
Además, esta analgesia casi siempre es inadecuada para mujeres quirúrgico o la cesárea. Por lo general, la analgesia espinal se
en las que está indicada la visualización completa del cuello ute- aplica como una sola inyección intratecal de anestésico local al
rino y la parte superior de la vagina o la exploración manual de momento del parto vaginal o la cesárea. La analgesia espinal
la cavidad uterina. continua durante el trabajo de parto a través de un catéter espi-
Las complicaciones de este bloqueo son infrecuentes. Como nal permanente también está en investigación. La analgesia/
se describió antes, la inyección intravascular de anestesia local anestesia combinada espinal-epidural, también ilustrada en la
puede causar toxicidad sistémica grave. El desarrollo de un figura 25-3, consiste en una sola inyección intratecal seguida
hematoma por la perforación de un vaso sanguíneo es más pro- por la colocación de un catéter en el espacio epidural para man-
bable en presencia de una coagulopatía (Lee, 2004). Rara vez tener una infusión de anestésico local y un opioide como el fen-
puede originarse una infección grave en el sitio de inyección. La tanilo, o ambos, controlada por la paciente o por el médico. Las
infección puede diseminarse hacia atrás, a la articulación de la ventajas de la técnica combinada espinal-epidural incluyen el
cadera, a la musculatura glútea o al espacio posterior al psoas alivio inmediato del dolor por la inyección espinal, aunado a un
(Svancarek, 1977). acceso para la analgesia continua por el catéter epidural. A dife-
510 Trabajo de parto
Ligamento
longitudinal
Piel
posterior
SECCIÓN 7
Grasa
Músculo
Disco
Ligamento supraespinoso intervertebral
Ligamento intraespinoso
Cauda equina
El catéter epidural se
introduce al espacio epidural
CAPÍTULO 25
V2
V3 Hipotensión (en mujeres prehidratadas que se
C3
someten a cesárea)
C4
Espinal 25–67
C5
T1 Epidural (en mujeres prehidratadas en trabajo 28–31
T2 de parto)
Epidural 8.5–9
T4 Fiebre >38°C (incidencia adicional a la de
C6 mujeres tratadas con narcóticos)
T6 Nulíparas 19
Multíparas 1
T8
Cefalea posterior a punción dural
T10 Espinal 1.5–3
T11
Epidural 2
Combinada espinal-epidural 1–2.8
T12
L1 Desaceleraciones cardiacas fetales transitorias 8
S2 C7
L2
C8 Prurito (sólo con opioide adicional)
S3
Epidural 1.3–26
Espinal 41–85
L3 Alivio insuficiente del dolor: epidural 9–15
Adaptado a partir de American College of Obstetricians and
L4
Gynecologists, 2013b.
Complicaciones
L5 En el cuadro 25-5 se muestran algunas de las complicaciones
más frecuentes de la analgesia neuroaxil. Es importante señalar
que las mujeres obesas tienen una afectación sustancial de la
ventilación, por lo que la vigilancia clínica estrecha resulta
imperativa (Vricella, 2011).
S1 Hipotensión. Esta complicación frecuente puede desarrollarse
poco después de inyectar el anestésico local. Es consecuencia de
la vasodilatación por el bloqueo simpático y se complica por la
obstrucción al retorno venoso secundaria a la compresión ute-
rina de los grandes vasos. En posición de decúbito dorsal, incluso
FIGURA 25-4. Distribución de dermatomas. en ausencia de hipotensión materna medida en la arteria bra-
quial, puede haber una reducción significativa del flujo sanguí-
neo placentario. El tratamiento incluye desplazamiento uterino
al colocar a la paciente en posición lateral izquierda, hidratación
cumplieron todos los demás criterios para un parto seguro con intravenosa con solución cristaloide e inyecciones intravenosas
fórceps (cap. 29, pág. 575). en bolo de efedrina o fenilefrina.
La hidratación intravenosa previa a la analgesia con 1 L de La efedrina es un fármaco simpaticomimético que se une con
solución cristaloide previene o minimiza la hipotensión en los receptores α y β, pero también aumenta la liberación de nor-
muchos casos. adrenalina en forma indirecta. Eleva la presión sanguínea
mediante el aumento de la frecuencia cardiaca y el gasto car-
diaco, además de inducir un incremento variable de la resistencia
vascular periférica. En estudios con animales, la efedrina con-
Parto por cesárea serva el flujo sanguíneo uteroplacentario durante el embarazo, en
Para la operación cesárea es deseable un bloqueo sensitivo que comparación con los agonistas del receptor α1. Por consiguiente,
llegue al nivel del dermatoma T4 (fig. 25-4). Según el tamaño es preferible como vasopresor para uso obstétrico. La fenilefrina
materno, se administran 10 a 12 mg de bupivacaína en una es un agonista α puro y eleva la presión sanguínea sólo mediante
solución hiperbárica o 50 a 75 mg de solución hiperbárica de vasoconstricción. Un metaanálisis de siete estudios con asigna-
lidocaína. ción al azar realizado por Lee (2002a) sugiere que los perfiles de
La adición de 20 a 25 μg de fentanilo aumenta la rapidez de seguridad de efedrina y fenilefrina son comparables. Después de
inicio del bloqueo y reduce el escalofrío. La adición de 0.2 mg su revisión sistemática de 14 reportes, Lee (2002b) cuestionó si
de morfina mejora el control del dolor durante el parto y en el el uso profiláctico habitual de efedrina es necesario para el parto
periodo posoperatorio. por cesárea. No obstante, aunque hay reportes de acidemia fetal
512 Trabajo de parto
con el uso profiláctico de efedrina, esto no se observó con el uso Chan y Paech (2004) describieron la fuga persistente del LCR
profiláctico de fenilefrina (Ngan Kee, 2004). en tres mujeres. Smarkusky et al. (2006) describieron un caso de
La hipotensión es la alteración más frecuente de la presión neumocefalia que causó cefalea inmediata. Por último, han
sanguínea. Sin embargo, aunque resulte paradójico la hiperten- habido casos de hematomas intraespinales y subaracnoideos
SECCIÓN 7
sión por las inyecciones de ergonovina o metilergonovina des- después de la analgesia espinal (Dawley, 2009; Liu, 2008).
pués del parto es más frecuente en las mujeres que recibieron un
Convulsiones. En casos raros, la cefalea posterior a punción
bloqueo espinal o epidural.
dural se acompaña de ceguera transitoria y convulsiones. Shea-
Bloqueo espinal alto. Por lo general, el bloqueo espinal com- rer et al. (1995) describieron ocho de estos casos relacionados
pleto se produce por la administración de una dosis excesiva de con 19 000 procedimientos de analgesia regional realizados en
anestésico local. Esto no ocurre siempre, ya que han habido el Parkland Hospital. Se presume que también se debieron a
casos de bloqueo espinal total accidental incluso después de una hipotensión del LCR. El tratamiento inmediato de las convul-
dosis de prueba epidural. En el bloqueo espinal completo, la siones y la colocación de un parche sanguíneo casi siempre son
hipotensión y la apnea se desarrollan pronto, y deben tratarse de efectivos en estos casos.
inmediato para evitar el paro cardiaco. En la mujer que aún no Disfunción vesical. Cuando se emplea la analgesia espinal es
da a luz: 1) el útero se desplaza de inmediato a la izquierda para probable que la sensibilidad vesical se amortigüe y el vaciamiento
minimizar la compresión aortocava; 2) se establece la ventila- vesical se altere por varias horas después del parto. Como conse-
ción, de preferencia con intubación traqueal, y 3) se administran cuencia, la distensión vesical es una complicación frecuente des-
líquidos y efedrina intravenosos para corregir la hipotensión. pués del parto, sobre todo si se administra un volumen conside-
Cefalea posterior a punción dural. La fuga de líquido cefalo- rable de líquidos intravenosos. Millet (2012) distribuyó al azar a
raquídeo (LCR) por el sitio de punción meníngea puede causar 146 mujeres con analgesia neuroaxil para practicarles cateteriza-
cefalea posterior a la punción dural o “cefalea espinal”. Se ción vesical intermitente o continua y encontró que el método
supone que cuando la mujer se sienta o se pone de pie, el volu- intermitente se relaciona con tasas mucho más altas de bacte-
men disminuido de LCR ejerce tracción sobre las estructuras del riuria.
sistema nervioso central sensibles al dolor. Aracnoiditis y meningitis. Los anestésicos locales no están
La incidencia de esta complicación puede reducirse si se usa conservados en alcohol, formalina ni otros solutos tóxicos, y la
una aguja espinal de calibre pequeño y se evitan las punciones mayoría usa equipo desechable. Estas prácticas, junto con la téc-
múltiples. En un estudio prospectivo con asignación al azar rea- nica aséptica, han hecho que la meningitis y la aracnoiditis sean
lizado por Vallejo et al. (2000) concluyeron que las agujas de raras, pero no las ha eliminado (Centers for Disease Control and
Sprotte y Whitacre conllevan el menor riesgo de cefalea poste- Prevention, 2010).
rior a punción dural. Sprigge y Harper (2008) informaron que
la incidencia de cefalea posterior a punción dural fue del 2% en Contraindicaciones para la analgesia espinal
más de 5 000 mujeres que recibieron analgesia espinal. La cefa- En el cuadro 25-6 se muestran las contraindicaciones absolutas
lea posterior a punción dural es mucho menos frecuente con el para la analgesia regional según el American College of Obstetri-
bloqueo epidural porque no se perfora la duramadre de manera cians and Gynecologists (2013b). Las complicaciones obstétricas
intencional. La incidencia de punción inadvertida en la analge- relacionadas con la hipovolemia materna e hipotensión, como la
sia epidural se aproxima al 0.2% (Introna, 2012; Katircioglu, hemorragia grave, son contraindicaciones para la analgesia espi-
2008). No hay evidencia adecuada de que la colocación de una nal. Kennedy et al. (1968) documentaron los efectos cardiovas-
paciente en posición horizontal completa sobre su espalda varias culares aditivos del bloqueo espinal en presencia de pérdida san-
horas sea una medida efectiva para evitar la cefalea. La hidrata- guínea aguda en pacientes no embarazadas.
ción vigorosa puede ser útil, pero tampoco hay evidencia con- Los trastornos de la coagulación y los defectos en la hemos-
tundente que apoye su empleo. tasia también impiden el uso de analgesia espinal. Aunque no
En estudios con asignación al azar se demostró que la admi- existen estudios con asignación al azar para guiar el control de la
nistración de cafeína, un vasoconstrictor cerebral, proporciona anticoagulación al momento del parto, la opinión de consenso
alivio temporal si se produce la cefalea (Camann, 1990). En sugiere que a las mujeres que usan heparina subcutánea no frac-
caso de cefalea intensa es más efectivo un parche sanguíneo epi- cionada o heparina de bajo peso molecular se les debe instruir
dural. Se obtienen 10 a 20 ml de sangre autóloga con técnica de para que suspendan el tratamiento cuando inicie el trabajo de
venopunción aséptica hacia un tubo sin anticoagulante. Esta
sangre se inyecta luego en el espacio epidural, en el sitio de la
punción dural. La fuga del LCR se detiene por el efecto de masa
o por coagulación. El alivio es inmediato y las complicaciones CUADRO 25-6. Contraindicaciones absolutas
son infrecuentes. En un estudio con asignación al azar de 64 a la analgesia neuroaxil
mujeres, Scavone et al. (2004) encontraron que un parche san-
Hipotensión materna resistente al tratamiento
guíneo profiláctico no disminuye la incidencia de la cefalea pos-
Coagulopatía materna
terior a punción dural ni la necesidad de un parche sanguíneo
terapéutico subsiguiente. Trombocitopenia (varias definiciones)
Si la cefalea no tiene las características posturales patogno- Uso de heparina de bajo peso molecular menos de 12 h antes
mónicas o persiste a pesar del tratamiento con un parche sanguí- Bacteriemia materna no tratada
neo, deben considerarse otros diagnósticos. Por ejemplo, Chis- Infección cutánea en el sitio de entrada de la aguja
holm y Campbell (2001) describieron un caso de trombosis del Aumento de la presión intracraneal causada por una lesión con
seno sagital superior que se manifestó como cefalea postural. volumen
Analgesia y anestesia obstétricas 513
parto (Krivak, 2007). La punción subaracnoidea también está lumbar. Aunque puede aplicarse sólo una inyección, casi siem-
contraindicada si existe celulitis en el sitio de entrada para la pre se coloca un catéter permanente para la administración ulte-
aguja. Muchos consideran que los trastornos neurológicos son rior de fármaco o para la infusión continua. Para las infusiones
CAPÍTULO 25
una contraindicación por la única razón de que la exacerbación se utiliza una bomba volumétrica controlada por la paciente o
de la enfermedad neurológica podría atribuirse al anestésico, sin por un cuidador. El American College of Obstetricians and Gyne-
que exista una causa real. Otros trastornos maternos, como la cologists y la American Society of Anesthesiologists (2008) creen
estenosis aórtica significativa o la hipertensión pulmonar, tam- que bajo la supervisión apropiada de un médico, el personal de
bién son contraindicaciones relativas para la analgesia espinal enfermería que asiste en el trabajo de parto y el parto, y que
(cap. 49, pág. 983). recibió un entrenamiento específico para el manejo de las infu-
Como con cualquier hemorragia, la preeclampsia grave es siones epidurales, debe ser capaz de ajustar la dosis y suspender
otra complicación en la que puede predecirse el descenso nota- la infusión.
ble de la presión sanguínea cuando se usa la analgesia neuroaxil.
Wallace et al. (1995) distribuyeron al azar a 80 mujeres con Bloqueo epidural lumbar continuo
preeclampsia grave a las que se practicó cesárea en el Parkland La analgesia completa para el dolor del trabajo de parto y el
Hospital para recibir anestesia general, o analgesia epidural o parto vaginal requieren un bloqueo desde el dermatoma T10 al
combinada espinal-epidural. No hubo diferencias en los resulta- S5 (figs. 25-1 y 25-4). Para la operación cesárea es deseable un
dos maternos o neonatales. No obstante, 30% de las mujeres bloqueo desde el dermatoma T4 hasta el S1. La extensión efec-
con analgesia epidural y 22% de aquellas a las que se aplicó un tiva del anestésico depende de la localización de la punta del
bloqueo espinal-epidural desarrollaron hipotensión, el descenso catéter; la dosis, la concentración y el volumen del anestésico
promedio en la presión arterial media fue de 15 a 25%. usado; y de que la madre esté con la cabeza en declive, en posi-
ción horizontal o con la cabeza elevada (Setayesh, 2001). Las
variaciones individuales en la anatomía o la presencia de si-
■ Analgesia epidural nequias pueden impedir un bloqueo del todo satisfactorio. Por
El alivio del dolor del trabajo de parto y el parto, incluida la último, es posible que la punta del catéter migre de su sitio ori-
operación cesárea, puede lograrse con la inyección de anestésico ginal durante el trabajo de parto.
local en el espacio epidural o peridural (fig. 25-3). Este espacio
potencial contiene tejido areolar, grasa, linfáticos y el plexo Técnica. El cuadro 25-7 presenta un ejemplo de los pasos
venoso vertebral interno. Este plexo se ingurgita durante el secuenciales y técnicas para practicar la analgesia epidural. Antes
embarazo, por lo que el volumen del espacio epidural se reduce de inyectar la dosis completa del anestésico local, se aplica una
de manera apreciable. Por lo general, el punto de entrada para dosis de prueba. Se observa a la paciente para detectar manifes-
la analgesia obstétrica es a través de un espacio intervertebral taciones de toxicidad por inyección intravascular y signos de
bloqueo por inyección subaracnoidea. Sólo si éstos están ausen- decúbito lateral, en lugar de decúbito dorsal. A pesar de estas
tes, se aplica la dosis completa. La analgesia se mantiene precauciones, la hipotensión es el efecto secundario más fre-
mediante bolos intermitentes de volumen similar o se adminis- cuente y es lo bastante grave para ameritar tratamiento en un
tran pequeños volúmenes del fármaco en forma continua tercio de las mujeres (Sharma, 1997).
SECCIÓN 7
CAPÍTULO 25
informan que la analgesia epidural prolonga el trabajo de parto y
aumenta el uso de estimulación con oxitocina. Alexander et al. Analgesia Meperidina
(2002) examinaron los efectos de la analgesia epidural en la curva epidural intravenosa
del trabajo de parto de Friedman (1955) descrita en el capítulo Eventoa n = 1 339 n = 1 364 Valor p
22 (pág. 445). Hubo 459 nulíparas distribuidas al azar para reci- Resultados del
bir analgesia controlada por la paciente o meperidina intravenosa trabajo de parto
controlada por la paciente. En comparación con los criterios ori-
Duración de la 8.1 ± 5 7.5 ± 5 0.011
ginales de Friedman, la analgesia epidural prolongó una hora la
primera etapa (h)b
fase activa del trabajo de parto. Como se muestra además en el
cuadro 25-8, la analgesia epidural también aumentó la necesidad Duración de la 60 ± 56 47 ± 57 <0.001
de parto vaginal instrumentado a causa de prolongación de la segunda etapa
segunda etapa del trabajo de parto, pero es importante señalar (min)
que no hubo efectos neonatales secundarios (Chestnut, 1999). Oxitocina después 641 (48) 546 (40) <0.001
Esta relación entre analgesia epidural y segunda etapa del trabajo de la analgesia
de parto prolongada, así como parto vaginal instrumentado se Tipo de parto
atribuyó al bloqueo motor inducido por el anestésico local y los
Vaginal espontáneo 1 027 (77) 1 122 (82) <0.001
esfuerzos expulsivos maternos disminuidos como consecuencia.
Craig et al. (2014) distribuyeron al azar a 310 mujeres nulíparas Fórceps 172 (13) 101 (7) <0.001
con analgesia epidural para el trabajo de parto para recibir bupi- Cesárea 140 (10.5) 141 (10.3) 0.92
vacaína más fentanilo o fentanilo solo durante la segunda etapa
del trabajo de parto. La analgesia epidural con bupivacaína pro- aLos datos se presentan como n (%) o media ± SD (desviación están-
dar).
dujo bloqueo motor durante la segunda etapa, pero ésta no se bPrimera etapa, inicio de la analgesia a la dilatación cervical completa.
prolongó. No hubo diferencias en los resultados obstétricos ni los Adaptado de Sharma, 2004.
neonatales entre los dos grupos del estudio. La satisfacción de las
pacientes fue alta, sin importar el método.
Frecuencia cardiaca fetal. Hill et al. (2003) analizaron los patrones de la frecuencia cardiaca fetal. No se identificaron efec-
efectos de la analgesia epidural con bupivacaína al 0.25% en los tos secundarios en comparación con la meperidina intravenosa.
La menor variabilidad latido a latido y la menor
cantidad de aceleraciones fueron más frecuentes en
OR (CI 95%) los fetos cuya madre recibió meperidina (cap. 24,
pág. 479). Con base en su revisión sistemática,
Neto 1.01 (0.79, 1.30) Reynolds et al. (2002) publicaron que la analgesia
epidural se relaciona con mejor estado acidobásico
neonatal en comparación con la meperidina.
Ramin et al, 1995 1.20 (0.73, 1.97)
analgesia epidural para el trabajo de parto a demanda en el Tri- de enfermedad neurológica (cuadro 25-6).
pler Army Hospital en Hawái. A esto le siguió un cambio en la
política de los centros médicos militares. Como resultado, la Trombocitopenia. Aunque los recuentos plaquetarios resultan
incidencia de la analgesia epidural en el trabajo de parto preocupantes por intuición, se desconoce el nivel en el que podría
aumentó de 1% antes de la política a 60% en dos años. La tasa desarrollarse una hemorragia epidural, según la American Society
de operación cesárea primaria era de 13.4% antes y 13.2% des- of Anesthesiologists Task Force on Obstetrical Anesthesia (2007). Los
pués de este drástico cambio. En un estudio de seguimiento, hematomas epidurales son raros y la incidencia calculada de daño
Yancey et al. (2001) informaron que las presentaciones fetales nervioso por un hematoma es cercana a 1 en 150 000 (Grant,
anormales en el parto vaginal no eran más frecuentes después 2007). El American College of Obstetricians and Gynecologists
del aumento en el uso de la analgesia epidural. La única diferen- (2013b) concluyó que las mujeres con un recuento plaquetario de
cia significativa que encontraron fue un aumento en la duración 50 000 a 100 000/μl pueden aspirar a la analgesia regional.
de la segunda etapa del trabajo de parto cercano a 25 min
Anticoagulación. Las mujeres que reciben tratamiento anti-
(Zhang, 2001).
coagulante y analgesia regional tienen mayor riesgo de hema-
Con base en estos estudios con asignación al azar y un
toma y compresión de la médula espinal (cap. 52, pág. 1039). El
metaanálisis de 14 de estos estudios, Sharma y Leveno (2003), y
American College of Obstetricians and Gynecologists (2013b) con-
Leighton y Halpern (2002) concluyeron que la analgesia epidu-
cluyó lo siguiente:
ral no se relaciona con una tasa más alta de parto por cesárea.
1. Las mujeres tratadas con heparina no fraccionada deben
Momento para aplicar la analgesia epidural poder recibir analgesia regional si su tiempo parcial de trom-
boplastina (aPTT) activada es normal.
En varios estudios retrospectivos, la colocación de la epidural en
2. Las mujeres que reciben dosis profiláctica de heparina no
el inicio del trabajo de parto se relacionó con un mayor riesgo de
fraccionada o ácido acetilsalicílico en dosis bajas no tienen
parto por cesárea (Lieberman, 1996; Rogers, 1999; Seyb, 1999).
un riesgo elevado y se les puede ofrecer la analgesia regional.
Estas observaciones impulsaron al menos cinco estudios con
3. En las mujeres que reciben una dosis baja diaria de heparina
asignación al azar, los cuales mostraron que el momento en que
de bajo peso molecular no debe aplicarse analgesia regional
se aplica la epidural no tiene efecto en el riesgo de parto por
hasta 12 h después de la última inyección.
cesárea, parto con fórceps o posición fetal anómala (Chestnut,
4. La heparina de bajo peso molecular debe omitirse cuando
1994a,b; Luxman, 1998; Ohel, 2006; Wong, 2005, 2009). Por
menos 2 h después de retirar el catéter epidural.
tanto, la omisión de la aplicación de la epidural hasta alcanzar
5. La seguridad de la analgesia regional en mujeres que reciben
cierta dilatación cervical arbitraria es indefendible y sólo sirve
heparina de bajo peso molecular dos veces al día no se ha
para negar a las mujeres el máximo alivio del dolor en el trabajo
estudiado lo suficiente. No se sabe si es suficiente el retraso de
de parto. El American College of Obstetricians and Gynecologists
la analgesia regional 24 h después de la última inyección.
(2013b) recomienda que la decisión de la analgesia epidural
tiene que tomarse de manera individual con cada paciente, y
que no debe requerirse que las mujeres lleguen a 4 o 5 cm de Preeclampsia grave y eclampsia. Las preocupaciones refe-
dilatación cervical antes de recibir analgesia epidural. rentes a la analgesia epidural en pacientes con preeclampsia
grave incluyen hipotensión e hipertensión por los fármacos pre-
sores que se administran para corregir la hipotensión. Además,
Seguridad existe la posibilidad de edema pulmonar después de la infusión
La seguridad relativa de la analgesia epidural está reflejada por de grandes volúmenes de soluciones cristaloides. Estos aspectos
las experiencias notables publicadas por Crawford (1985) en el quedan rebasados por las desventajas de la anestesia general. La
Birmingham Maternity Hospital en Inglaterra. Desde 1968 hasta intubación traqueal puede ser difícil por el edema de la vía res-
1985, más de 26 000 mujeres recibieron analgesia epidural para piratoria. Además, la anestesia general puede causar hiperten-
el trabajo de parto y no hubo muertes maternas. Las nueve com- sión súbita y grave que ocasionaría edema pulmonar o cerebral,
plicaciones que pudieron poner en peligro la vida se produjeron o hemorragia intracraneal.
después de la inyección intravenosa o intratecal inadvertida de Con la mejora de las técnicas para infusión de anestésicos
lidocaína, bupivacaína o ambas. De igual manera, de acuerdo locales diluidos en el espacio epidural, la mayoría de los obste-
con las Confidential Enquiries into Maternal Deaths in the United tras y anestesiólogos obstetras favorecen el bloqueo epidural
Kingdom entre 2003 y 2005, hubo pocas muertes relacionadas para el trabajo de parto y el parto en mujeres con preeclampsia
con la anestesia cuando se usó la vía epidural (Lewis, 2007). grave. Parece que no hay discusión respecto a que es seguro el
No hubo muertes maternas relacionadas entre casi 20 000 uso de la analgesia epidural en mujeres con preeclampsia grave
mujeres que recibieron analgesia epidural en el estudio MFMU o eclampsia cuando anestesiólogos y obstetras capacitados son
Network citado antes (Bloom, 2005). Y por último, Ruppen et los responsables de la mujer y su feto. En un estudio del Parkland
al. (2006) revisaron los datos de 27 estudios que incluyeron 1.4 Hospital, Lucas et al. (2001) distribuyeron al azar a 738 mujeres
millones de embarazadas que recibieron analgesia epidural. Cal- con hipertensión para recibir analgesia epidural o analgesia
cularon riesgos de 1:145 000 para la infección epidural pro- intravenosa controlada por la paciente durante el trabajo de
funda, 1:168 000 para el hematoma epidural y 1:240 000 para parto. Se aplicó un protocolo estandarizado para la hidratación
lesión neurológica persistente. previa, la administración epidural ascendente y el uso de efe-
Analgesia y anestesia obstétricas 517
drina. Concluyeron que la analgesia epidural para el trabajo de similares para ambas técnicas. Sin embargo, en una comparación
parto era segura en mujeres con trastornos hipertensivos. con asignación al azar, Abrão et al. (2009) publicaron que la
Las mujeres con preeclampsia grave tienen un descenso nota- analgesia combinada espinal-epidural conlleva mayor incidencia
CAPÍTULO 25
ble del volumen intravascular en comparación con la embarazada de alteraciones en la frecuencia cardiaca fetal causadas por hiper-
sana (Zeeman, 2009). Por el contrario, el contenido corporal total tonía uterina, en comparación con la analgesia epidural sola.
de agua está aumentado debido a la fuga capilar causada por la Beamon et al. (2014) publicaron resultados similares.
activación celular endotelial (cap. 40, pág. 734). Este desbalance
se manifiesta como edema periférico patológico, proteinuria, asci-
tis y contenido total de agua pulmonar. Por todas estas razones, el
■ Analgesia espinal continua
reemplazo intensivo de volumen aumenta el riesgo de edema pul- durante el trabajo de parto
monar, sobre todo en las primeras 72 h después del parto. En un Existe un interés emergente en la analgesia espinal continua
estudio, Hogg et al. (1999) informaron que 3.5% de las mujeres para aliviar el dolor del trabajo de parto. Esta técnica neuroaxil
con preeclampsia grave desarrollaba edema pulmonar cuando se se usó por primera vez hace más de 60 años (Hinebaugh, 1944).
administraba una precarga sin un protocolo de limitación al volu- Las frecuentes cefaleas intensas posteriores a la punción dural
men. Es importante señalar que este riesgo puede reducirse o eli- llevaron a abandonarla. Con agujas y catéteres rediseñados,
minarse con la hidratación previa juiciosa, casi siempre con 500 a Arkoosh (2008) distribuyó al azar a 429 mujeres para recibir
1 000 ml de solución cristaloide. En particular, en el estudio de analgesia espinal continua o epidural convencional durante el
Lucas et al. (2001) citado antes, no hubo casos de edema pulmo- trabajo de parto. No hubo diferencias en las complicaciones
nar entre las mujeres en las que la precarga de solución cristaloide entre estas dos técnicas neuroaxiles. Sin embargo, la técnica
se limitó a 500 ml. Además, la vasodilatación producida por el todavía está en investigación.
bloqueo epidural es menos súbita si el nivel de analgesia se alcanza
despacio con una solución diluida de anestésico local. Esto per-
■ Infiltración local para operación cesárea
mite mantener la presión sanguínea al tiempo que se evita la infu-
sión de grandes volúmenes de soluciones cristaloides. En ocasiones, un bloqueo local es útil para aumentar un blo-
Con la administración vigorosa de solución cristaloide intra- queo regional inadecuado o “en parches” que se aplicó de
venosa, también surge la preocupación del edema cerebral (cap. manera urgente. En casos raros se necesita la infiltración local
40, pág. 745). Por último, Heller et al. (1983) demostraron que para realizar una cesárea de urgencia que salve la vida del feto
la mayoría de los casos de edema faringolaríngeo se relaciona cuando se carece del apoyo de anestesia. Young (2012) revisó las
con el tratamiento intensivo con líquidos. técnicas de analgesia regional usadas para la cesárea que produ-
cen analgesia del peritoneo parietal, además de la piel y múscu-
Analgesia epidural con opiáceos los de la pared abdominal anterior.
En una técnica, la piel se infiltra a lo largo de la incisión
La inyección de opiáceos en el espacio epidural para aliviar el propuesta; las capas de tejido subcutáneo, músculo y la vaina del
dolor del trabajo de parto se ha vuelto frecuente. Su mecanismo recto se inyectan conforme se abre el abdomen. Se prepara una
de acción se basa en la interacción con receptores específicos en solución diluida de lidocaína (30 ml al 2% con 1:200 000 de
el asta dorsal y los nervios radiculares dorsales. Los opiáceos adrenalina diluida con 60 ml de solución salina normal) y se
solos nunca producen analgesia adecuada, y casi siempre se infiltra un total de 100 a 120 ml. Se evita la inyección de gran-
administran con un anestésico local, como bupivacaína. Las des volúmenes en las capas adiposas, que casi carecen de inerva-
principales ventajas de esta combinación son el rápido inicio del ción, para limitar la dosis total del anestésico local necesario.
efecto analgésico, disminución del escalofrío y bloqueo motor Una segunda técnica implica un bloqueo local de las princi-
menos denso. Los efectos colaterales son frecuentes e incluyen pales ramas que inervan la pared abdominal para incluir el 10o,
prurito y retención urinaria. La naloxona por vía intravenosa 11o y 12o nervios intercostales, así como los nervios ilioinguinal
suprime estos síntomas sin afectar la acción analgésica. y genitofemoral. Como se muestra en la figura 25-6, el primer
grupo de nervios se localiza en un punto intermedio entre el
■ Técnicas combinadas borde costal y la cresta iliaca sobre la línea media axilar. El
espinales-epidurales segundo grupo se encuentra al nivel del anillo inguinal externo.
Sólo la punción cutánea se hace en los cuatro sitios (derechos e
El uso de la combinación de técnicas espinal y epidural ha
izquierdos). En el sitio del bloqueo intercostal, la aguja se dirige
aumentado; produce analgesia rápida y efectiva para el trabajo de
en sentido medial y se aplica la inyección a la fascia transversal,
parto y la cesárea. Primero se coloca una aguja introductora en el
mientras se evita la inyección de la grasa subcutánea. Se aplican
espacio epidural. Luego se introduce una aguja espinal de
5 a 8 ml de lidocaína al 0.5%. El procedimiento se repite en un
pequeño calibre por la aguja epidural hasta el espacio subaracnoi-
ángulo de 45° cefálico y caudal a esta línea. A continuación se
deo; a esto se le llama técnica de aguja a través de aguja (fig. 25-3).
inyecta el otro lado. En los sitios ilioinguinal y genitofemoral, la
Se inyecta un solo bolo de un opioide, a veces combinado con un
inyección se inicia en un punto 2 a 3 cm lateral del tubérculo
anestésico local, en el espacio subaracnoideo. Se retira la aguja
púbico en un ángulo de 45°. Por último se inyecta la piel del
espinal y se coloca un catéter epidural a través de la aguja intro-
sitio de la incisión planeada.
ductora. Un bolo opioide subaracnoideo produce un marcado
alivio del dolor de inicio rápido sin bloqueo motor. El catéter
epidural permite la administración repetida de dosis analgésicas. ANESTESIA GENERAL
Miro (2008) comparó la analgesia epidural con la analgesia com-
binada espinal-epidural para el trabajo de parto en 6 497 mujeres Para el uso seguro de la anestesia general es obligatorio contar con
y encontró que los resultados generales y las complicaciones eran el personal entrenado y el equipo especializado, incluido el nece-
518 Trabajo de parto
FIGURA 25-6. Bloqueo anestésico local para parto por cesárea. El pri-
■ Inducción de la anestesia
mer sitio de inyección está a la mitad entre el borde costal y la cresta El tiopental intravenoso se usaba mucho, producía una induc-
iliaca sobre la línea media axilar para bloquear el 10º, 11º y 12º ner- ción sencilla y rápida, recuperación pronta y riesgo mínimo de
vios intercostales. Una segunda inyección en el anillo inguinal externo vómito. Por desgracia, este tiobarbitúrico ya no está disponible
bloquea las ramas de los nervios genitofemoral e ilioinguinal. Estos en Estados Unidos porque el único fabricante europeo suspen-
sitios se infiltran a ambos lados. La inyección final se hace a lo largo
de la línea donde se planea la incisión.
dió su producción con base en el uso de este fármaco para la
pena capital (American Society of Anesthesiologists, 2011). Se con-
sideró una “ironía desafortunada que muchas más vidas se per-
dieran o se pusieran en peligro por no contar con el tiopental
sario para la intubación con fibra óptica. Esto se debe a que una para su uso médico legítimo”. Los fármacos que se usan ahora
causa frecuente de muerte citada en relación con la anestesia gene- en lugar del tiopental incluyen propofol y etomidato. El propo-
ral es la intubación fallida. Esto ocurre en casi 1 de cada 250 anes- fol causa hipotensión como efecto secundario.
tesias generales administradas a embarazadas, una tasa 10 veces También puede usarse ketamina para dejar a la paciente
más alta que en las no embarazadas (Hawkins, 2011; Quinn, inconsciente. Las dosis de 1 mg/kg inducen anestesia general.
2013). El American College of Obstetricians and Gynecologists Como alternativa, si se administra en dosis bajas de 0.2 a 0.3 mg/
(2013b) concluyó que este aumento relativo en las tasas de morbi- kg por vía intravenosa, la ketamina puede usarse para producir
lidad y mortalidad sugiere que la analgesia neuroaxil es el método analgesia y sedación justo antes del parto vaginal. Este fármaco
preferible para controlar el dolor y debe usarse siempre que no esté también es útil en mujeres con hemorragia aguda porque no se
contraindicado (cuadro 25-6). En realidad, en dos reportes de la relaciona con hipotensión. Por el contrario, casi siempre causa
MFMU Network, el 93% de más de 54 000 partos por cesárea se un aumento de la presión sanguínea, por lo que en general debe
realizó con analgesia neuroaxil (Bloom, 2005; Brookfield, 2013). evitarse en pacientes que ya son hipertensas. La ketamina causa
Butwick et al. (2014) citaron una mayor incidencia de uso de la delirio y alucinaciones desagradables con frecuencia.
anestesia general entre las mujeres no caucásicas.
■ Intubación
■ Preparación de la paciente En cuanto la paciente queda inconsciente, se administra un rela-
Antes de la inducción anestésica deben tomarse varias medidas jante muscular para facilitar la intubación. Con frecuencia se usa
para minimizar los riesgos de complicaciones. Estas medidas succinilcolina, un fármaco de inicio rápido y efecto corto. Un
incluyen uso de antiácido, desplazamiento uterino lateral y oxi- asistente entrenado aplica presión cricoidea (maniobra de Sellick)
genación previa. para ocluir el esófago desde el inicio de la inducción hasta que se
Es probable que la administración de antiácido poco antes de completa la intubación. Antes de comenzar la operación debe
inducir la anestesia disminuya las tasas de mortalidad por anes- confirmarse la colocación correcta de la cánula endotraqueal.
tesia general más que cualquier otra práctica. La American
Society of Anesthesiologists Task Force on Obstetrical Anesthesia Intubación fallida
(2007) recomienda la administración oportuna de un antiácido Aunque es infrecuente, la intubación fallida es la principal causa
sin partículas, un antagonista del receptor H2 o metoclopra- de mortalidad materna relacionada con la anestesia. Un antece-
Analgesia y anestesia obstétricas 519
dente de intubación difícil previa y la valoración anatómica cui- nadas con la anestesia de 1985 a 2003 en Michigan, ninguna
dadosa del cuello y las estructuras maxilofaciales, faríngeas y ocurrió durante la inducción, pero cinco fueron consecuencia
laríngeas ayudan a predecir las complicaciones de la intubación. de la hipoventilación u obstrucción de la vía respiratoria durante
CAPÍTULO 25
Incluso en casos en los que la valoración inicial de la vía respira- la urgencia, extubación o recuperación (Mhyre, 2007).
toria no indicó rasgos notables, el edema puede desarrollarse
durante el parto y causar dificultades considerables. La obesidad
mórbida también es un factor de riesgo para la intubación ■ Aspiración
fallida o difícil. La American Society of Anesthesiologists Task Force La inhalación masiva de ácido gástrico puede causar insuficien-
on Obstetrical Anesthesia (2007) subraya la importancia de la cia pulmonar secundaria a neumonitis por aspiración. Antes,
preparación perioperatoria adecuada. Esto incluye la disponibi- este tipo de neumonitis era la causa más frecuente de muertes
lidad inmediata de equipo especializado, como laringoscopios anestésicas en obstetricia, por lo que amerita atención especial.
de distinta forma, mascarillas laríngeas, broncoscopio de fibra Para minimizar este riesgo, siempre deben administrarse antiáci-
óptica y equipo para ventilación transtraqueal, además del uso dos, la intubación debe ir acompañada de presión cricoidea y
liberal de técnicas para intubación oral en la paciente despierta. debe usarse la analgesia regional siempre que sea posible.
Tratamiento. Un principio importante es comenzar el proce- Ayuno
dimiento quirúrgico sólo después de confirmar que la intuba-
Según la American Society of Anesthesiologists Task Force on Obs-
ción traqueal fue exitosa y que puede mantenerse la ventilación
tetrical Anesthesia (2007) y el American College of Obstetricians
adecuada. Incluso con un patrón anormal de la frecuencia car-
and Gynecologists (2013a), no hay datos suficientes acerca del
diaca fetal, el inicio de la cesárea sólo complicará los problemas
tiempo de ayuno para líquidos claros y el riesgo de aspiración
si la intubación es difícil o fallida. Con frecuencia debe permi-
pulmonar durante el trabajo de parto. Las recomendaciones son
tirse que la mujer despierte y usarse una técnica distinta, como
que pueden permitirse cantidades modestas de líquidos claros
la intubación en la paciente despierta o anestesia regional.
como agua, té claro, café negro, bebidas carbonatadas y jugos de
Después de la intubación fallida, se ventila a la paciente con
fruta sin pulpa en las mujeres en trabajo de parto que no presen-
mascarilla y se aplica presión cricoidea para reducir el riesgo de
tan complicaciones. Es obvio que los alimentos sólidos deben
aspiración. La cirugía puede proceder con ventilación por mas-
evitarse. Se recomienda un periodo de ayuno de 6 a 8 h, según
carilla o puede permitirse que la paciente despierte. En los casos
el tipo de alimento, para las mujeres en trabajo de parto sin
en los que se produjo parálisis y no es posible restablecer la ven-
complicaciones que se someten a cesárea electiva o ligadura
tilación mediante la colocación de una cánula oral, mascarilla
tubaria puerperal.
laríngea o un laringoscopio de fibra óptica para intubar la trá-
O’Sullivan (2009) distribuyó al azar a 2 426 nulíparas de bajo
quea, existe una urgencia que pone en peligro la vida. Para res-
riesgo para consumir sólo agua y trozos de hielo o pequeñas can-
taurar la ventilación se realiza una cricotirotomía percutánea,
tidades de pan, bizcochos, verduras, frutas, yogur, sopa y jugo de
incluso abierta, y se inicia la ventilación a chorro. Se han reco-
mendado simulacros de ventilación fallida para optimizar la res- fruta. Alrededor del 30% de las mujeres de cada grupo del estu-
puesta a tales urgencias. dio se sometió a operación cesárea. No hubo casos de aspiración
durante el estudio, aunque casi un tercio de las mujeres de ambos
grupos vomitó durante el trabajo de parto o el parto. En este
■ Anestésicos gaseosos estudio se usó analgesia epidural durante el trabajo de parto,
Una vez que se asegura la cánula endotraqueal, se administra una aunque los autores no informaron el tipo de anestesia usada para
mezcla 50:50 de óxido nitroso y oxígeno para producir analge- los partos por cesárea. Se presume que se usó analgesia neuroaxil
sia. Por lo general, se agrega un fármaco halogenado volátil para para las cesáreas y esto minimizó el riesgo de aspiración pulmo-
producir amnesia y analgesia adicional. Campagna et al. (2003) nar relacionado con la anestesia general. Debido a la baja preva-
revisaron los mecanismos de acción de los anestésicos inhalados. lencia de la aspiración, aunque este estudio fue grande no tenía
Los anestésicos volátiles de uso más frecuente en Estados el poder para medir si la alimentación durante el trabajo de parto
Unidos incluyen isoflurano y dos de sus derivados: desflurano y era segura. La política en el Parkland Hospital es prohibir la
sevoflurano. Por lo general se agregan en bajas concentraciones a ingestión durante el trabajo de parto y el parto.
la mezcla de óxido nitroso y oxígeno para producir amnesia. Son
fármacos potentes no explosivos que producen relajación ute- Fisiopatología
rina notable cuando se administran en altas concentraciones. Se En 1952, Teabeaut demostró de manera experimental que si el
usan cuando es indispensable la relajación, como para la versión pH del líquido aspirado era menor de 2.5, se desarrollaba neu-
podálica interna del segundo gemelo, descomposición de pre- monitis química grave. Más tarde se demostró que el pH del
sentación pélvica y recolocación del útero con inversión aguda. jugo gástrico de casi la mitad de las mujeres valoradas durante el
parto era <2.5 (Taylor, 1966). El bronquio principal derecho
casi siempre ofrece la vía más directa para que el material aspi-
■ Extubación rado llegue al parénquima pulmonar, por lo que el lóbulo infe-
La cánula endotraqueal puede retirarse de manera segura sólo si rior derecho es el afectado con mayor frecuencia. En los casos
la paciente está lo bastante consciente para seguir órdenes y si es graves hay compromiso bilateral extenso.
capaz de mantener la saturación de oxígeno con la respiración La mujer con aspiración puede desarrollar evidencia de difi-
espontánea. Debe considerarse el vaciamiento del estómago cultad respiratoria de inmediato o varias horas después de la
mediante una sonda nasogástrica antes de la extubación. Con- aspiración, lo que depende en parte del material aspirado y la
forme la inducción se ha vuelto más segura, ahora la extubación gravedad de la respuesta. La aspiración de una gran cantidad de
puede ser más peligrosa. De 15 muertes de embarazadas relacio- material sólido causa signos evidentes de obstrucción de las vías
520 Trabajo de parto
respiratorias. Las partículas más pequeñas sin líquido ácido pue- Atkinson BD, Truitt LJ, Rayburn WF, et al: Double-blind comparison of
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SECCIÓN 7
CAPÍTULO 26
Inducción y aumento
del trabajo de parto
ras y multíparas, Kominiarek et al. (2011) observaron que un algunas estimaciones de la favorabilidad son muy subjetivas. En
BMI más alto tenía una influencia adversa en la duración del tra- cualquier caso, existen métodos farmacológicos y mecánicos que
bajo de parto para alcanzar la fase activa y completar la dilatación. aumentan la favorabilidad, también llamada maduración del
CAPÍTULO 26
En muchos casos, el útero solo no está preparado para el tra- cuello uterino antes de la inducción.
bajo de parto. Un ejemplo es un “cuello uterino inmaduro”. En Algunas de las técnicas descritas pueden tener beneficios
realidad, los investigadores del Consortium on Safe Labor publi- comparadas con la inducción con oxitocina sola (cuadro 26-1).
caron que la inducción electiva conducía al parto vaginal en Algunas también son muy exitosas para iniciar el trabajo de
97% de las multíparas y 76% de las nulíparas, pero que la parto. No obstante, pocos datos apoyan la premisa de que cual-
inducción era exitosa más a menudo si el cuello uterino estaba quiera de estas técnicas conlleva una tasa baja de cesáreas o de
maduro (Laughon, 2012a). Es probable que el aumento en el morbilidad materna o neonatal, en comparación con las muje-
riesgo de cesárea relacionado con la inducción también dependa res en las que no se usan estos métodos.
mucho de la duración del intento de inducción, sobre todo con
un cuello uterino no favorable (Spong, 2012). Simon y Grob-
man (2005) concluyeron que una fase latente de hasta 18 h ■ “Favorabilidad” cervical
durante la inducción permitía que la mayoría de estas mujeres Un método cuantificable usado para predecir los resultados de la
tuviera un parto vaginal sin un aumento significativo en la mor- inducción del trabajo de parto es la calificación descrita por Bis-
bilidad materna o neonatal. Rouse et al. (2000) recomiendan un hop (1964) y presentada en el cuadro 26-2. Conforme la favo-
mínimo de 12 h de estimulación uterina con oxitocina después rabilidad o la calificación de Bishop disminuyen, la tasa de
de la rotura de membranas. inducción hasta lograr el parto vaginal también desciende. Una
calificación de Bishop de 9 confiere una alta probabilidad de
inducción exitosa. En otras palabras, la mayoría de los médicos
MADURACIÓN DEL CUELLO UTERINO consideraría que una mujer con cuello uterino dilatado en 2 cm,
ANTES DE LA INDUCCIÓN borramiento en 80%, blando y en posición medial, y con el
occipucio fetal en la localización –1, tendría una inducción exi-
Como ya se indicó, las condiciones del cuello uterino, descritas tosa del trabajo de parto. Con fines de investigación, una califi-
como “madurez” y “favorabilidad”, resultan importantes para la cación de Bishop de 4 o menos señala un cuello uterino desfa-
inducción exitosa del trabajo de parto. Aclarado esto, al menos vorable y puede ser indicación para la maduración del mismo.
CUADRO 26-1. Algunos regímenes usados con frecuencia para la maduración del cuello uterino previa a la inducción
y para la inducción del trabajo de parto
CUADRO 26-2. Sistema de calificación de Bishop usado para valorar la posibilidad de inducción
Factor cervical
SECCIÓN 7
Calificación Dilatación (cm) Borramiento (%) Localización (–3 a +2) Consistencia Posición
0 Cerrado 0–30 –3 Firme Posterior
1 1–2 40–50 –2 Media Intermedia
2 3–4 60–70 –1 Blanda Anterior
3 ≥5 ≥80 +1, +2 — —
Laughon et al. (2011) intentaron simplificar la calificación de sal, la punta de la jeringa precargada se coloca dentro del con-
Bishop mediante un análisis de regresión en 5 610 partos de feto ducto cervical y el gel se deposita justo debajo del orificio
único no complicados de nulíparas entre las 370/7 y las 416/7 sema- interno. Después de la aplicación, la mujer permanece acostada
nas. Sólo la dilatación cervical, la localización y el borramiento durante al menos 30 min. Las dosis pueden repetirse cada 6 h,
tuvieron una relación significativa con el parto vaginal exitoso. Por con un máximo de tres dosis recomendadas en 24 h.
lo tanto, una calificación de Bishop simplificada que incorpora También hay un óvulo vaginal con 10 mg de dinoprostona
sólo estos tres parámetros tuvo un valor predictivo positivo o aprobado para la maduración cervical. Es una oblea polimérica
negativo similar o mejor que la calificación de Bishop original. delgada, plana, rectangular colocada dentro de un pequeño saco
La medición ecográfica transvaginal de la longitud cervical se de malla de poliéster blanca (fig. 26-1). El saco tiene una cola
ha valorado como alternativa a la calificación de Bishop. Hatfield larga unida para permitir el retiro fácil de la vagina. El óvulo
et al. (2007) realizaron un metaanálisis de 20 estudios en los que libera el fármaco con lentitud, 0.3 mg/h, en forma de gel. Este
se usó la longitud cervical para predecir la inducción exitosa. óvulo se usa como dosis única colocado en forma transversal en
Debido a la heterogeneidad de los criterios de estudio, incluida la el fondo de saco vaginal posterior. Debe usarse un poco de lubri-
definición de “inducción exitosa”, los autores concluyeron que cante, si acaso, ya que puede cubrir el dispositivo y dificultar la
la interrogante permanece sin resolver. Tanto este estudio como liberación de dinoprostona. Después de la inserción, la paciente
el realizado por Uzun et al. (2013) encontraron que la longitud debe permanecer acostada al menos 2 h. El óvulo se retira des-
del cuello uterino medida por ecografía no es mejor que la califi- pués de 12 h o cuando inicia el trabajo de parto y al menos
cación de Bishop para predecir el éxito de la inducción. 30 min antes de administrar oxitocina.
La mayoría de los metaanálisis sobre la eficacia de dinopros-
tona refieren un tiempo más corto hasta el parto, en menos de
■ Técnicas farmacológicas 24 h. Sin embargo, no muestran una reducción consistente en
Por desgracia, las mujeres a menudo tienen una indicación para la tasa de cesáreas. Kelly et al. (2009) realizaron una búsqueda
la inducción, pero también tienen un cuello uterino desfavora- Cochrane de 63 estudios y 10 441 mujeres que recibieron pros-
ble. Por lo tanto, muchas investigaciones se han enfocado en taglandinas vaginales, placebo o ningún tratamiento. Estos in-
técnicas para “madurar” el cuello uterino antes de estimular las vestigadores publicaron una tasa más alta de parto vaginal en
contracciones uterinas. Un aspecto importante es que en más de menos de 24 h cuando se usaban prostaglandinas. También
la mitad de las ocasiones, las técnicas usadas para mejorar la encontraron que las tasas de parto por cesárea no cambiaban.
favorabilidad cervical también estimulan las contracciones, por
lo que ayudan a la inducción o aumento subsiguiente del tra-
bajo de parto. Las técnicas usadas más a menudo para la madu-
ración cervical previa a la inducción y para la inducción inclu-
yen varios análogos de las prostaglandinas.
Prostaglandina E2
La dinoprostona es un análogo sintético de la prostaglandina E2.
Está disponible de manera comercial en tres formas: un gel,
un óvulo vaginal de liberación programada y un supositorio de
10 mg. El gel y el óvulo vaginal para liberación programada
están indicados sólo para maduración cervical antes de inducir
el trabajo de parto. Sin embargo, el supositorio de 10 mg está
indicado para la terminación del embarazo entre las 12 y 20
semanas, así como para la evacuación del útero después de la
muerte fetal hasta las 28 semanas.
A menudo se recurre a la aplicación local de dinoprostona
para la maduración cervical (American College of Obstetricians
and Gynecologists, 2013b). Su forma de gel está disponible en
una jeringa con 2.5 ml para aplicación intracervical de 0.5 mg FIGURA 26-1. El óvulo vaginal contiene 10 mg de dinoprostona, dise-
de dinoprostona. Con la paciente en posición de decúbito dor- ñado para liberar alrededor de 0.3 mg/h durante un periodo de 10 h.
Inducción y aumento del trabajo de parto 527
Boulvain et al. (2008) informaron resultados similares después para prescripción” para la maduración cervical previa a la induc-
de otra revisión Cochrane de dinoprostona intracervical en gel. ción, puede administrarse por vía oral o vaginal. Los comprimi-
En comparación con el placebo o la ausencia de tratamiento, dos son estables a temperatura ambiente. Aunque difundido, el
CAPÍTULO 26
sólo se observó una menor tasa de cesárea en un subgrupo de uso fuera de las indicaciones ha sido controversial (Wagner,
mujeres con cuello uterino desfavorable y membranas intactas. 2005; Weeks, 2005). En particular, G. D. Searle & Company
Por último, los estudios de catéter de Foley frente a prostaglan- (Cullen, 2000) notificó a los médicos que el misoprostol no está
dina E2 vaginal en gel para inducción del trabajo de parto al aprobado para inducir el trabajo de parto ni para el aborto. Sin
término (estudios PROBAAT) tuvieron un diseño no cegado, embargo, al mismo tiempo el American College of Obstetricians
con asignación al azar y compararon estas dos opciones (Jozwiak, and Gynecologists (2013b) reafirmó su recomendación para el
2011, 2013a, 2014). No hubo diferencia en la tasa de operación uso del fármaco por su seguridad y eficacia comprobadas. En la
cesárea, un dato consistente con los metaanálisis relacionados. actualidad es la prostaglandina preferida para la maduración
Efectos secundarios. Hay reportes de taquisistolia uterina cervical en el Parkland Hospital.
después de la prostaglandina E2 vaginal en 1 a 5% de las pacien- Administración vaginal. Muchos estudios han publicado una
tes (Hawkins, 2012). Aunque las definiciones de actividad ute- eficacia equivalente o superior para la maduración cervical o la
rina varían de un estudio a otro, la mayoría de ellos usa la defi- inducción del trabajo de parto con comprimidos de misoprostol
nición recomendada por el American College of Obstetricians and administrados por vía vaginal y la prostaglandina E2 intracervi-
Gynecologists (2013c): cal o intravaginal. Un metaanálisis de 121 estudios también
1. La taquisistolia uterina se define como >5 contracciones en confirmó estos datos (Hofmeyr, 2010). En comparación con la
un periodo de 10 min. Siempre debe calificarse en presencia oxitocina o con la dinoprostona intravaginal o intracervical, el
o ausencia de alteraciones en la frecuencia cardiaca fetal. misoprostol aumentó la tasa de parto vaginal en menos de 24 h.
2. Hipertonía uterina, hiperestimulación e hipercontractilidad son Además, aunque la tasa de taquisistolia uterina aumentó, esto
términos que ya no se definen y no se recomienda su empleo. no afectó las tasas de operación cesárea. En comparación con la
dinoprostona, el misoprostol disminuyó la necesidad de induc-
Como la taquisistolia uterina relacionada con afectación fetal
ción con oxitocina, pero aumentó la frecuencia de líquido
puede desarrollarse cuando se usan prostaglandinas con trabajo
amniótico teñido con meconio. Las dosis más altas de misopros-
de parto espontáneo preexistente, no se recomienda su aplica-
tol se relacionan con menor necesidad de oxitocina, pero mayor
ción. Si después de colocar el óvulo de 10 mg hay taquisistolia,
frecuencia de taquisistolia con y sin cambios en la frecuencia
el retiro del dispositivo mediante la tracción de la cola del saco
cardiaca fetal. El American College of Obstetricians and Gynecolo-
casi siempre revierte este efecto. No se ha demostrado que la
gists (2013b) recomienda la dosis vaginal de 25 μg, la cuarta
irrigación para retirar el gel sea útil.
parte de una tableta de 100 μg. El fármaco se distribuye de
Los fabricantes recomiendan cautela cuando se usen estas pre-
manera uniforme en estos commprimidos marcados en cuartos.
paraciones en mujeres con membranas rotas. También se reco-
Wing et al. (2013) describieron en fecha reciente el uso de
mienda precaución cuando se usan en pacientes con glaucoma o
un óvulo vaginal de polímero que contiene 200 μg de PGE1.
asma. Sin embargo, en una revisión de 189 pacientes con asma,
Compararon su eficacia con los óvulos de 10 mg de dinopros-
la dinoprostona no se relacionó con agravación del asma (Towers,
tona y las observaciones iniciales son favorables.
2004). Otras contraindicaciones enlistadas por los fabricantes
incluyen antecedente de hipersensibilidad a la dinoprostona, sos- Administración oral. Los comprimidos de prostaglandina E1
pecha de compromiso fetal o desproporción cefalopélvica, hemo- también son efectivos por vía oral. Ho et al. (2010) realizaron
rragia vaginal inexplicable, cuando la paciente ya recibe oxito- un estudio con asignación al azar controlado que comparó el
cina, pacientes con seis o más embarazos de término previos, misoprostol oral concentrado con oxitocina. Los autores obser-
mujeres con alguna contraindicación para el parto vaginal, las varon tasas semejantes de parto vaginal y efectos colaterales. Sin
que tienen alguna contraindicación para la oxitocina y pacientes embargo, en un metaanálisis de nueve estudios que incluyeron
en las que son peligrosas las contracciones uterinas prolongadas, casi 3 000 mujeres se informaron mejorías en varios resultados
como aquellas con una cesárea o cirugía uterina previa. con misoprostol oral (Kundodyiwa, 2009). En particular, hubo
Administración. Las preparaciones de prostaglandina E2 sólo una menor tasa de cesáreas en los cinco estudios que compara-
deben administrarse en o cerca de la sala de partos. Además, es ron el misoprostol oral con dinoprostona, con riesgo relativo de
preciso vigilar la actividad uterina y la frecuencia cardiaca fetal 0.82. Para los dos estudios que compararon el misoprostol oral
(American College of Obstetricians and Gynecologists, 2013b). y vaginal, el primero se relacionó con una tasa más baja de
Estos lineamientos se aplican por el riesgo de taquisistolia. taquisistolia uterina y cambios en la frecuencia cardiaca fetal,
Cuando las contracciones comienzan, casi siempre son aparen- pero no hubo diferencias significativas con respecto a las tasas de
tes en la primera hora y alcanzan su nivel máximo en las prime- parto por cesárea y otros resultados.
ras 4 h. Según los lineamientos del fabricante, la inducción con
oxitocina después de la aplicación de prostaglandina para madu- Donadores de óxido nítrico
ración cervical debe retrasarse 6 a 12 h luego de administrar gel Varios datos condujeron a la búsqueda de compuestos que
de prostaglandina E2 o durante al menos 30 min después de simularan la síntesis local de óxido nítrico (NO) (Chanrachakul,
retirar el óvulo vaginal. 2000a). Esto se debe a que el óxido nítrico parece ser un media-
dor de la maduración cervical (cap. 21, pág. 423). Además, las
Prostaglandina E1 concentraciones del metabolito cervical de óxido nítrico aumen-
El misoprostol es una prostaglandina E1 sintética aprobada tan al principio de las contracciones uterinas. Por último, la pro-
como comprimido de 100 o 200 μg para prevención de la úlcera ducción de óxido nítrico cervical es muy baja en el embarazo
péptica. Se ha usado “fuera de las indicaciones en la información postérmino (Väisänen-Tommiska, 2003, 2004).
528 Trabajo de parto
■ Técnicas mecánicas
Estas técnicas incluyen la colocación transcervical de un catéter
de Foley con o sin infusión de solución salina extraamniótica, FIGURA 26-2. Infusión salina extraamniótica (EASI) a través de un
dilatadores cervicales higroscópicos y separación de membranas. catéter de Foley calibre 26F colocado a través del cuello uterino. El
globo de 30 ml se infla con solución salina y se tira del catéter para
En un metaanálisis reciente de 72 estudios con asignación al que quede ajustado contra el orificio cervical interno, luego se fija con
azar que incluyeron 9 722 mujeres, Jozwiak et al. (2012) publi- cinta adhesiva al muslo. Se infunde solución salina normal a tempera-
caron que las técnicas mecánicas reducen el riesgo de taquisisto- tura ambiente por el puerto del catéter a un ritmo de 30-40 ml/h
lia uterina en comparación con las prostaglandinas, aunque las con una bomba de infusión intravenosa.
tasas de operación cesárea no cambiaron. Los estudios que com-
paran las técnicas mecánicas con la oxitocina encontraron una
tasa más baja de cesárea con los métodos mecánicos. Los estu- rea. Los estudios PROBAAT, en los que se comparó la madura-
dios que comparan las técnicas mecánicas con dinoprostona ción cervical con catéter de Foley con la inducida mediante gel
publicaron una tasa más alta de mujeres multíparas que no vaginal de dinoprostona, óvulos vaginales de dinoprostona y
habían empezado el trabajo de parto después de 24 h con las misoprostol vaginal, publicaron resultados similares con la téc-
técnicas mecánicas. Otro metaanálisis realizado para comparar nica mecánica y las prostaglandinas. Además, se observaron
la colocación del catéter de Foley con los óvulos intravaginales menos casos de cambios cardiotocográficos en el grupo con téc-
de dinoprostona también encontró tasas similares de cesárea y nica mecánica (Jozwiak, 2011, 2013a, 2014; Wang, 2014).
menor frecuencia de taquisistolia (Jozwiak, 2013a).
Dilatadores cervicales higroscópicos
Catéter transcervical La dilatación cervical puede lograrse con dilatadores cervicales
osmóticos higroscópicos, como se describe para la terminación
Por lo general, estas técnicas sólo se usan cuando el cuello ute-
precoz del embarazo (cap. 18, pág. 365). Estos dilatadores
rino es desfavorable, ya que el catéter tiende a salirse conforme
mecánicos se han usado con éxito desde hace más de 40 años
el cuello uterino se dilata. En la mayoría de los casos, el catéter
cuando se insertaban antes de la terminación del embarazo.
se coloca a través del orificio cervical interno y se crea tensión
También se han usado para madurar el cuello uterino antes de
descendente al fijar el catéter al muslo con cinta adhesiva (Mei-
inducir el trabajo de parto. Las preocupaciones intuitivas de una
Dan, 2014). Una modificación de esto, la infusión de solución
infección ascendente no se han confirmado. Por tanto, su uso
salina intraamniótica (EASI, extraamniotic saline infusion), con-
parece seguro, aunque han habido casos raros de anafilaxia des-
siste en una infusión constante de solución salina a través del
pués de la inserción de laminaria (Lichtenberg, 2004). Los dila-
catéter hacia el espacio entre el orificio interno y las membranas
tadores resultan atractivos por su bajo costo. Sin embargo, para
placentarias (fig. 26-2). Karjane et al. (2006) publicaron que la
colocarlos casi siempre es necesario un espéculo vaginal y poner
corioamnionitis es significativamente menos frecuente cuando
a la paciente en la mesa de exploración, lo cual puede ser engo-
se aplica infusión que cuando no se usa (6 frente a 16%). Una
rroso e incómodo. Unos cuantos estudios realizados en la década
revisión sistemática y un metaanálisis de 30 estudios encontró
de 1990 compararon los dilatadores cervicales higroscópicos
que comparada con las prostaglandinas, la inducción con caté-
con las prostaglandinas. Se observaron pocos beneficios con esta
ter de Foley solo se acompaña de una tasa más alta de infección,
técnica mecánica, aparte del costo.
a menos que se infunda solución salina (Heinemann, 2008).
La mayoría de los estudios de catéteres transcervicales no
muestra un descenso en la tasa de cesáreas con respecto a las MÉTODOS PARA INDUCCIÓN Y AUMENTO
prostaglandinas. Cromi et al. (2012) compararon un catéter de
Foley de doble punta y el óvulo vaginal de dinoprostona. Los La inducción del trabajo de parto por lo general se realiza
autores encontraron tasas más altas de parto antes de 24 h con mediante amniotomía, prostaglandinas y oxitocina, solos o
la técnica mecánica, pero ninguna diferencia en las tasas de cesá- combinados. Como la maduración del cuello uterino antes de la
Inducción y aumento del trabajo de parto 529
inducción a menudo inicia el trabajo de parto, los estudios para número de contracciones persiste con una frecuencia mayor de
determinar la eficacia de inducción de algunos de estos com- cinco en un lapso de 10 min o más de siete en uno de 15 min, o
puestos a veces generan resultados confusos. Por lo general, el cuando se detecta un patrón no tranquilizador de la frecuencia
CAPÍTULO 26
uso de prostaglandinas para aumentar el trabajo de parto se con- cardiaca fetal. La suspensión de la oxitocina casi siempre reduce
sidera experimental. pronto la frecuencia de las contracciones. Cuando la oxitocina se
suspende, su concentración plasmática cae con rapidez porque
■ Prostaglandina E1 su semivida es de 3 a 5 min. Seitchik et al. (1984) encontraron
Como se explica en la página 527, el misoprostol vaginal y oral que el útero se contrae 3 a 5 min después de iniciar una infusión
se usa para la maduración del cuello uterino o para inducir el de oxitocina y que el estado plasmático estable se alcanza en
trabajo de parto. Hofmeyr et al. (2010) realizaron una revisión 40 min. La respuesta es muy variable y depende de la actividad
Cochrane sistemática de las alternativas para inducir el trabajo uterina preexistente, el estado del cuello uterino, la duración del
de parto. Informaron que el misoprostol vaginal, seguido por la embarazo y diferencias biológicas individuales. Caldeyro-Barcia
oxitocina en caso necesario, conllevaba menos fallas en 24 h, en y Poseiro (1960) publicaron que la respuesta uterina a la oxito-
comparación con la oxitocina sola. Como se esperaba, el uso de cina aumenta de las 20 a 30 semanas de gestación y se incre-
prostaglandina elevó la incidencia de taquisistolia uterina, pero menta con rapidez al término del embarazo (cap. 24, pág. 498).
las tasas de operación cesárea fueron similares. Dosis de oxitocina. Por lo general, una ampolleta de 1 ml con
Parece que 100 μg de misoprostol oral o 25 μg por vía vagi- 10 unidades se diluye en 1 000 ml de solución cristaloide y se
nal tienen eficacia similar a la de la oxitocina intravenosa para administra con una bomba de infusión. Un líquido típico para
inducir el trabajo de parto en mujeres con embarazo de término infusión contiene 10 o 20 unidades, equivalentes a 10 000 o
o cercano al término, ya sea con rotura prematura de membra- 20 000 mU, o una o dos ampolletas diluidas en 1 000 ml de
nas o cuello uterino favorable (Lin, 2005; Lo, 2003). El miso- solución de Ringer con lactato. Esta mezcla tiene una concen-
prostol puede relacionarse con una tasa más alta de taquisistolia tración de oxitocina de 10 o 20 mU/ml, respectivamente. Para
uterina, sobre todo en dosis altas. Además, la inducción con evitar la administración de un bolo, la infusión debe colocarse
prostaglandina E1 puede ser inefectiva y requiere inducción sub- en la línea intravenosa principal, cerca del sitio de la punción
siguiente o aumento con oxitocina. Por lo tanto, aunque hay venosa.
intercambios entre riesgos, costos y facilidad de administración Por lo general, la oxitocina tiene mucho éxito cuando se usa
de cada fármaco, cualquiera es adecuado para inducir el trabajo para estimular el trabajo de parto. Un metaanálisis Cochrane de
de parto. 12 estudios en 12 819 mujeres comparó el uso de oxitocina
Para el aumento del trabajo de parto, los resultados de un estu- con el tratamiento expectante, e informó que en menos mujeres
dio con asignación al azar controlado mostraron que el miso- (8 frente a 54%) se falló en lograr el parto en menos de 24 h
prostol oral en dosis de 75 μg cada 4 h por un máximo de dos cuando se usó oxitocina (Alfirevic, 2009). Este metaanálisis
dosis, es seguro y efectivo (Bleich, 2011). La dosis de 75 μg se estudió distintos regímenes de administración de oxitocina. Un
basó en un estudio previo para determinación de la dosis metaanálisis más pequeño de cuatro estudios que incluyó 660
(Villano, 2011). Aunque la taquisistolia uterina fue más fre- mujeres y comparó regímenes de oxitocina de dosis alta con los
cuente entre las mujeres en las que se aumentó el trabajo de de dosis baja reportó que los regímenes con dosis altas se relacio-
parto con misoprostol, no hubo diferencias significativas en la nan con menor duración del trabajo de parto y tasas de cesárea,
frecuencia de estado fetal no tranquilizador o parto por cesárea. además de una tasa más alta de parto vaginal espontáneo (Mori,
2011).
■ Oxitocina
Como se explicó, en la mayoría de los casos, la maduración del Regímenes de oxitocina
cuello uterino previa a la inducción y la inducción del trabajo de Como resultado de numerosos estudios, ahora el American
parto son sólo un continuo. Por tanto, la “maduración” también College of Obstetricians and Gynecologists (2013a) recomienda
estimula el trabajo de parto. De no ser así, puede continuarse la varios regímenes para la estimulación del trabajo de parto. Éstos
inducción o el aumento con soluciones de oxitocina mediante y otros se presentan en el cuadro 26-3. Al principio, en Estados
una bomba de infusión. La oxitocina sintética es uno de los Unidos sólo se usaban variaciones de los protocolos de dosis
fármacos de uso más frecuente en Estados Unidos. Fue la pri- bajas. Luego O’Driscoll et al. (1984) describieron su protocolo
mera hormona polipeptídica sintetizada, un logro que valió el Dublín para el control activo del trabajo de parto que requería
Premio Nobel de química de 1955 (du Vigneaud, 1953). La una dosis inicial de 6 mU/min de oxitocina y avanzaba en incre-
oxitocina puede usarse para inducir o aumentar el trabajo de mentos de 6 mU/min. Los estudios comparativos subsiguientes
parto. El American College of Obstetricians and Gynecologists durante la década de 1990 estudiaron regímenes de dosis altas
(2013b) recomienda la vigilancia de la frecuencia cardiaca fetal (4 a 6 mU/min) frente a los convencionales de dosis bajas (0.5-
y de la contracción durante el uso de oxitocina, como se haría 1.5 mU/min), tanto para la inducción como para el aumento
para cualquier embarazo de alto riesgo. Las contracciones pue- del trabajo de parto.
den vigilarse por palpación y por medios electrónicos (cap. 24, En el Parkland Hospital, Satin et al. (1992) valoraron un régi-
pág. 497). men de oxitocina que usaba una dosis inicial e incremental de
6 mU/min comparada con otro que indicaba 1 mU/min. Se
Administración intravenosa de oxitocina hacían incrementos a intervalos de 20 min en caso necesario.
El objetivo de la inducción o aumento es producir la actividad Entre 1 112 mujeres que se sometieron a inducción, el régimen
uterina suficiente para causar un cambio cervical y el descenso con 6 mU/min derivó en un tiempo medio menor desde el
del feto, al tiempo que se evita el desarrollo de un estado fetal no ingreso al parto, menos inducciones fallidas y ningún caso de
tranquilizador. En general, la oxitocina debe suspenderse si el septicemia neonatal. Entre las 1 676 mujeres en las que se
530 Trabajo de parto
Régimen (mU/min) (mU/min) (min) 4.5 mU/min, con incrementos cada 30 min. López-Zeno et al.
(1992) iniciaron con 6 mU/min e incrementos cada 15 min. Por
Dosis baja 0.5–1.5 1 15–40
lo tanto, existen varios protocolos de oxitocina aceptables que al
2 4, 8, 12, 16, 20, 25, 30 15 menos parecen disímiles, aunque una comparación de los proto-
colos de dos instituciones indica que no es así:
Dosis alta 4 4 15
1. El protocolo del Parkland Hospital señala una dosis inicial de
4.5 4.5 15–30
oxitocina de 6 mU/min con incrementos de 6 mU/min cada
6 6a 20–40b 40 min, pero usa la administración flexible con base en la
a Con taquisistolia uterina y después de suspender la infusión de oxito- taquisistolia uterina.
cina, se reinicia en la dosis previa y se aumenta en incrementos de 2. El protocolo del University of Alabama at Birmingham Hospi-
3 mU/min. tal comienza con 2 mU/min de oxitocina y en caso necesario
b La taquisistolia uterina es más frecuente con intervalos más cortos.
aumenta cada 15 min a 4, 8, 12, 16, 20, 25 y 30 mU/min.
Datos de Merrill, 1999; Satin, 1992, 1994; Xenakis, 1995.
Por tanto, aunque al principio los regímenes parecen dispa-
res, si no hay actividad uterina, con ambos se administran 12
aumentó el trabajo de parto, las que recibieron el régimen de mU/min luego de 45 min de infusión.
6 mU/min tuvieron un tiempo menor de duración hasta el
parto, menos partos con fórceps, menos cesáreas por distocia y Dosis máxima
menores tasas de corioamnionitis intraparto o septicemia neo- La dosis máxima efectiva de oxitocina para alcanzar contraccio-
natal. Con este protocolo, la taquisistolia uterina se controla con nes adecuadas no es la misma en todas las mujeres. Wen et al.
la suspensión de la oxitocina seguida del reinicio cuando esté (2001) estudiaron a 1 151 nulíparas consecutivas y encontraron
indicado y en una dosis 50% menor a la que se suspendió. Des- que la probabilidad de progresión hasta el parto vaginal dismi-
pués, la dosis se eleva en 3 mU/min cuando sea apropiado, en nuía con una dosis de oxitocina de 36 mU/min o más. Aun así,
lugar del incremento usual de 6 mU/min usado para las mujeres con una dosis de 72 mU/min, la mitad de las nulíparas daba a luz
sin taquisistolia. No se observaron efectos colaterales neonatales. por vía vaginal. Por tanto, si las contracciones no son adecuadas
Xenakis et al. (1995) informaron beneficios con un régimen (menos de 200 unidades Montevideo) y si el estado fetal es tran-
de oxitocina incremental que comenzaba en 4 mU/min. En un quilizador y el trabajo de parto se detuvo, una dosis de oxitocina
estudio comparativo de 1 307 mujeres publicado por Merrill y en infusión mayor de 48 mU/min no conlleva riesgos aparentes.
Zlatnik (1999), 816 mujeres se distribuyeron al azar para induc-
ción y 816 para aumento del trabajo de parto con oxitocina Riesgos frente a beneficios
incremental iniciada en 1.5 o 4.5 mU/min. Las mujeres asigna- A menos que haya una cicatriz uterina, la rotura del útero relacio-
das a la dosis de 4.5 mU/min tuvieron una duración media nada con la infusión de oxitocina es rara, incluso en mujeres con
mucho menor desde la inducción a la segunda etapa del trabajo partos previos (cap. 41, pág. 790). Flannelly et al. (1993) infor-
de parto y de la inducción al parto. Las nulíparas asignadas a la maron que no hubo ninguna rotura uterina, con o sin oxitocina,
dosis de 4.5 mU/min tuvieron una tasa significativamente en 27 829 nulíparas. Hubo ocho casos de rotura uterina evidente
menor de cesárea por distocia, en comparación con las que reci- durante el trabajo de parto entre 48 718 mujeres con partos pre-
bieron la dosis de 1.5 mU/min, 5.9 frente a 11.9%. vios. Sólo uno de ésos se relacionó con el uso de oxitocina.
Por tanto, los beneficios favorecen los regímenes de dosis más La oxitocina tiene aminoácidos homólogos a la arginina
altas de 4.5 a 6 mU/min sobre los de dosis bajas de 0.5 a 1.5 vasopresina. Por eso, tiene un efecto antidiurético significativo y
mU/min. En 1990 en el Parkland Hospital se implementó el uso cuando se infunde en dosis de 20 mU/min o más, la elimina-
sistemático del régimen con 6 mU/min iniciales y dosis incre- ción renal de agua libre disminuye de manera sustancial. Si se
mental y continúa hasta ahora. En otras unidades tocológicas se infunden cantidades considerables de líquidos junto con la oxi-
prefiere un régimen de oxitocina incremental que comienza con tocina, la intoxicación por agua puede causar convulsiones, coma
una dosis de 2 mU/min. Con cualquiera de los regímenes, estas e incluso la muerte. En general, si se administran dosis altas de
dosis se usan para inducir o aumentar el trabajo de parto. oxitocina por un tiempo considerable, debe aumentarse la con-
centración y no la velocidad del flujo de una solución más
Intervalo entre los incrementos en la dosis diluida. También debe considerarse el uso de cristaloides, ya sea
Los intervalos para aumentar la dosis de oxitocina varían entre solución salina normal o solución de Ringer con lactato.
15 y 40 min, como se muestra en el cuadro 26-3. Satin et al.
(1994) resolvieron este aspecto con un régimen de 6 mU/min Presión de las contracciones uterinas
que indicaba incrementos a intervalos de 20 o 40 min. Las La fuerza de contracción en las mujeres con trabajo de parto
mujeres asignadas al régimen con intervalo de 20 min para espontáneo varía entre 90 y 390 unidades Montevideo. Como
aumento del trabajo de parto tuvieron una tasa de cesárea por se describe en el capítulo 24 (pág. 498), éstas se calculan al
distocia mucho menor que las asignadas al régimen con inter- restar la presión uterina basal de la presión máxima de cada
valo de 40 min (8 frente a 12%). Como quizá se esperaría la contracción en un periodo de 10 min. Las presiones generadas
taquisistolia uterina fue mucho más frecuente con el régimen de por cada contracción se suman. Los grupos de Caldeyro-Barcia
incremento cada 20 min. (1950) y Seitchik (1984) encontraron que la media o mediana
Inducción y aumento del trabajo de parto 531
del patrón de contracciones uterinas espontáneas que condu- estos investigadores encontraron que es más probable que la fase
cían a la progresión hasta el parto vaginal era de 140 a 150 activa del trabajo de parto ocurra a los 6 cm, después de un pro-
unidades Montevideo. greso lento entre los 4 y los 6 cm (Zhang, 2010a). Además, infor-
CAPÍTULO 26
En el tratamiento de la detención de la fase activa, y si no hay maron que un límite de 2 h para diagnosticar los trastornos por
contraindicación para la oxitocina intravenosa, deben tomarse interrupción puede ser demasiado corto cuando la dilatación
las decisiones con el conocimiento del límite superior seguro de cervical es <6 cm (Zhang, 2010b). También se demostró que la
la actividad uterina. Hauth et al. (1986) describieron un proto- duración de la primera etapa del trabajo de parto era más de 2 h
colo seguro y efectivo para aumentar la oxitocina en caso de de lo publicado con base en los datos del Collaborative Perinatal
interrupción de la fase activa. Con éste, más del 90% de las Project (Laughon, 2012b).
mujeres alcanzaron un promedio de al menos 200 a 225 unida-
des Montevideo. Hauth et al. (1991) informaron después que
■ Amniotomía para inducción y aumento
casi todas las mujeres en las que persistió el paro de la fase activa
a pesar de la oxitocina generaban más de 200 unidades Monte- Una indicación frecuente para la rotura artificial de membranas,
video. Es importante señalar que a pesar de que no progresó el la amniotomía quirúrgica, incluye la necesidad de vigilancia
trabajo de parto, no hubo efectos secundarios maternos ni peri- directa de la frecuencia cardiaca fetal o las contracciones uteri-
natales en las que se sometieron a cesárea. No hay datos sobre la nas. Para minimizar el riesgo de prolapso del cordón durante la
seguridad y eficacia de los patrones de contracción en las muje- amniotomía, debe evitarse el desplazamiento de la cabeza fetal,
res con una cesárea previa, con embarazo gemelar o con disten- para lo cual puede ser útil la presión sobre el fondo uterino o
sión excesiva del útero. suprapúbico. Algunos médicos prefieren romper las membranas
durante una contracción. Si el vértice no está bien aplicado al
Interrupción de la fase activa segmento uterino inferior, a veces puede lograrse la salida gra-
dual de líquido amniótico con varias punciones en la membrana
El American College of Obstetricians and Gynecologists (2013a)
con una aguja calibre 26 sujeta con una pinza de anillos y con
define la interrupción de la primera etapa del trabajo de parto
visualización directa a través de un espéculo vaginal. Sin
como la culminación de la fase latente junto con contracciones
embargo, en muchos de estos casos las membranas se desgarran
de intensidad mayor de 200 unidades Montevideo por más de
y el líquido sale con rapidez. Debido al riesgo de prolapso del
2 h sin que haya cambios cervicales. Algunos investigadores han
cordón o, raras veces, de desprendimiento, se valora la frecuen-
intentado definir una duración más exacta para la detención de
cia cardiaca fetal antes y justo después de la amniotomía.
la fase activa (Spong, 2012). Arulkumaran et al. (1987) amplia-
ron el límite de 2 a 4 h e informaron una tasa de 1.3% de cesárea Amniotomía electiva
en las mujeres que continuaron con contracciones adecuadas y
dilatación cervical progresiva de al menos 1 cm/h. En las muje- La rotura de membranas se practica a menudo con la intención
res sin dilatación cervical progresiva en las que se permitieron de acelerar el trabajo de parto. En las investigaciones presenta-
4 h más de trabajo de parto, la mitad necesitó cesárea. das en el cuadro 26-4, la amniotomía practicada al alcanzar
Rouse et al. (1999) trataron de manera prospectiva a 542 unos 5 cm de dilatación aceleró el trabajo de parto espontáneo
mujeres con embarazo de término e interrupción de la fase en 1 a 1.5 h. Es importante señalar que no aumentó la necesidad
activa sin más complicaciones. Su protocolo era alcanzar un de estimulación con oxitocina ni la tasa general de cesáreas.
patrón sostenido de al menos 200 unidades Montevideo por un Aunque aumentaron los patrones por compresión del cordón
mínimo de 4 h. Este marco temporal se amplió a 6 h si no era leve y moderada después de la amniotomía, las tasas de cesárea
posible sostener la actividad en 200 unidades Montevideo o por sufrimiento fetal no se incrementaron. Lo más importante,
más. Casi 92% de estas mujeres dio a luz por vía vaginal. Como no hubo efectos perinatales secundarios.
se explica en el capítulo 23 (pág. 459), estos y otros estudios
apoyan la práctica de permitir una interrupción en la fase activa Inducción con amniotomía
de 4 h (Rouse, 2001; Solheim, 2009). La rotura artificial de las membranas, a veces llamada inducción
Zhang et al. (2002) analizaron la duración del trabajo de quirúrgica, puede usarse para inducir el trabajo de parto y siem-
parto de 4 cm hasta la dilatación completa en 1 329 nulíparas pre implica un compromiso para llegar al parto. La principal
con embarazo de término. Los autores encontraron que antes de desventaja de la amniotomía como único mecanismo para indu-
llegar a 7 cm de dilatación, la falta de progreso por más de 2 h cir el trabajo de parto es el intervalo impredecible, y a veces
no era infrecuente en las que tenían partos vaginales. Alexander prolongado, hasta el inicio del trabajo de parto. Por otra parte,
et al. (2002) informaron que la analgesia epidural prolonga una en un estudio con asignación al azar, Bakos y Bäckström (1987)
hora el trabajo de parto activo en comparación con la fase activa encontraron que la amniotomía sola o combinada con oxitocina
definida por Friedman (1955). La consideración de estos cam- era mejor que la oxitocina sola. Mercer et al. (1995) distribuye-
bios en el control del trabajo de parto, sobre todo en nulíparas, ron al azar a 209 mujeres con inducción mediante oxitocina
puede reducir de manera segura la tasa de cesáreas. para practicar amniotomía inmediata con dilatación de 1 o 2 cm,
Conforme se acumulan datos, los investigadores cuestionan o amniotomía tardía al llegar a 5 cm. La amniotomía inmediata
cada vez más los umbrales para determinar un trastorno por inte- se relacionó con una reducción significativa de 4 h en la dura-
rrupción del trabajo de parto establecidos por Friedman y otros ción del trabajo de parto, pero se elevó la incidencia de corioam-
en la década de 1960. En particular, los investigadores del Con- nionitis.
sortium on Safe Labor publicaron que la mitad de los casos de
distocia después de inducir el trabajo de parto ocurrían antes de Aumento con amniotomía
alcanzar los 6 cm de dilatación cervical (Boyle, 2013; Zhang, Es frecuente practicar la amniotomía cuando el trabajo de parto
2010c). Incluso en mujeres con trabajo de parto espontáneo, es demasiado lento. Rouse et al. (1994) observaron que en el
532 Trabajo de parto
CUADRO 26-4. Estudios clínicos con asignación al azar de amniotomía electiva en trabajo de parto espontáneo
al término del embarazo
Efectos de la amniotomía
SECCIÓN 7
Acortamiento
Dilatación media medio
al hacer la del trabajo Necesidad Tasa Trazo Efectos
Estudio Número amniotomía de parto de oxitocina de cesárea anormal neonatales
Fraser (1993) 925 <5 cm 125 min Ninguna Ningunaa Ninguno Ninguno
trabajo de parto detenido en la fase activa, la amniotomía con American College of Obstetricians and Gynecologists: Induction of labor.
aumento mediante oxitocina acortaba el tiempo hasta el parto Practice Bulletin No. 107, August 2009, Reaffirmed 2013b
American College of Obstetricians and Gynecologists: Intrapartum fetal heart
en 44 min, en comparación con el uso de oxitocina sola. Aun- rate monitoring: nomenclature, interpretation, and general management
que la amniotomía no alteró la vía del parto, una limitación es principles. Practice Bulletin No. 106, July 2009, Reaffirmed 2013c
que aumentó de manera significativa la incidencia de corioam- American College of Obstetricians and Gynecologists: Vaginal birth after previ-
ous cesarean delivery. Practice Bulletin 115, August 2010, Reaffirmed 2013d
nionitis. El American College of Obstetricians and Gynecologists Arulkumaran S, Koh CH, Ingemarsson I, et al: Augmentation of labour—
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536
CAPÍTULO 27
Parto vaginal
CAPÍTULO 27
para pujar varían. Sin embargo, para el parto, la más utilizada es
la posición dorsal de litotomía, que además es casi siempre la
más satisfactoria. Para mejorar la exposición se emplean estribos
para sostener las piernas. Corton et al. (2012) no observaron
mayor frecuencia de laceración perineal, con o sin estribos. Con
esta posición, las piernas no se separan demasiado ni debe colo-
carse una más arriba que la otra. En el estribo, la región poplítea
debe descansar cómodamente en posición proximal y el talón en
posición distal. Las piernas no se sujetan dentro de los estribos,
lo cual hace posible flexionar con rapidez los muslos hacia atrás
sobre el abdomen, en caso de una distocia de hombros (pág.
541). Algunas pacientes sufren calambres durante la segunda
fase, que son causados, en parte, por la presión que ejerce la
cabeza del feto sobre los nervios pélvicos. Estos calambres dismi-
nuyen al cambiar la posición de la pierna o con un masaje breve.
Durante la preparación para el parto también se limpia la
vulva y el perineo. Si se desea, se colocan campos estériles de FIGURA 27-1. Nacimiento de la cabeza. El occipucio se mantiene
manera que sólo se exponga la región inmediata alrededor de la cerca de la sínfisis del pubis y ejerce presión moderada sobre el men-
vulva. Con anterioridad se lavaba, vestía y enguantaba a la tón del feto en la punta del cóccix materno.
paciente y se colocaban cubrebocas y protectores oculares para
protegerla de microorganismos infecciosos. Si bien estas consi-
deraciones son aún válidas, tales inquietudes relacionadas con
esta técnica se toma el perineo en la línea media con ambas
las enfermedades infecciosas deben extenderse también a las
manos y se usan el pulgar y el dedo opuesto. A continuación se
personas que atienden el parto.
estira hacia fuera y hacia un lado varias veces. La evidencia que
demuestra ventajas de esta técnica es limitada y los resultados en
cuanto a protección perineal antes o durante el parto es incon-
POSICIÓN OCCIPITOANTERIOR sistente (Geranmayeh, 2012; Mei-dan, 2008; Stamp, 2001).
Cuando la cabeza distiende la vulva y el perineo lo suficiente
Una vez que el perineo se distiende casi siempre se conoce ya la
para abrir el introito vaginal hasta un diámetro de 5 cm o más,
posición del occipucio, pero algunas veces la formación de un
se puede emplear una mano enguantada para sostener el perineo
caput impide una identificación precisa. En este momento se
(fig. 27-2). La otra mano se utiliza para guiar y controlar la
realiza de nuevo una valoración detallada como se describe en el
cabeza del feto y evitar de esta manera un parto explosivo. Una
capítulo 22 (pág. 438). En la mayor parte de los casos, la presen-
tación es occipitoanterior o con discreta rotación oblicua. Quizá
en 5% de los casos se identifica una presentación occipitoposte-
rior persistente. En raras ocasiones, el vértice aparece en posi-
ción occipitotransversa cuando la cabeza sale por el perineo.
■ Nacimiento de la cabeza
Con cada contracción, la cabeza fetal dilata el orificio vulvova-
ginal, forma un óvalo y al final produce un orificio casi circular
(fig. 27-1). Cuando el anillo vulvar rodea el diámetro mayor de
la cabeza se conoce como coronación. A menos que se haya rea-
lizado una episiotomía, como ya se describió, el perineo se adel-
gaza y, en particular en las nulíparas, algunas veces se lacera de
modo espontáneo. El ano se distiende y se observa con facilidad
la pared anterior del recto.
Con anterioridad resultaba controversial la realización siste-
mática de una episiotomía. En realidad, ésta incrementa el
riesgo de lacerar el esfínter anal externo, el recto, o ambos. Por
el contrario, las laceraciones anteriores que abarcan la uretra y
los labios son frecuentes en las mujeres sin una episiotomía. La
mayoría, incluidos los autores, individualiza cada caso y no rea-
liza episiotomías sistemáticas.
Para prevenir una laceración vaginal espontánea, muchos
cirujanos aplican masaje perineal durante el parto para aumen- FIGURA 27-2. Nacimiento de la cabeza. La boca aparece sobre el
tar el tamaño del introito y facilitar la salida de la cabeza. Con perineo.
Parto vaginal 539
CAPÍTULO 27
pitalización prolongada para fototerapia neonatal (McDonald,
2008). Asimismo, el pinzamiento tardío del cordón dificulta la
reanimación neonatal oportuna y necesaria. Por fortuna, en
general, el pinzamiento tardío del cordón respecto del pinza-
miento temprano no repercute en la calificación de Apgar, el
pH del cordón umbilical o la dificultad respiratoria ocasionada
por policitemia. Pese a los resultados maternos, el índice de
hemorragia puerperal es similar con un pinzamiento precoz en
comparación con uno tardío (Andersson, 2013). Existe menos
información sobre la “ordeña” del cordón, en la cual el operador
A impele sangre a través del cordón hacia el recién nacido. Al pare-
cer, esta maniobra es segura y ofrece ciertas ventajas cuando está
indicado un pinzamiento rápido del cordón (Upadhyay, 2013).
Para el neonato de pretérmino, el pinzamiento tardío del
cordón ofrece diversos beneficios. Éstos comprenden un mayor
volumen de eritrocitos, menor necesidad de transfusiones, me-
jor estabilidad circulatoria y menor frecuencia de hemorragia
intraventricular y de enterocolitis necrosante (Rabe, 2012; Raju,
2013; Sommers, 2012).
El American College of Obstetricians and Gynecologists (2012c)
concluyó que no existe suficiente evidencia para apoyar o refutar
los beneficios que ofrece el pinzamiento tardío del cordón a los
neonatos de término en las instalaciones con grandes recursos.
Sin embargo, para los recién nacidos de pretérmino, la evidencia
apoya la recomendación de retrasar el pinzamiento del cordón
umbilical entre 30 y 60 s después del nacimiento. La American
Academy of Pediatrics (2013) también respalda esta opinión. La
B práctica de los autores consiste en pinzar el cordón después de
evaluar la necesidad de limpiar las vías respiratorias, lo cual
FIGURA 27-5. Nacimiento de los hombros. A. Tracción delicada hacia toma unos 30 s. El neonato no se eleva por arriba del introito
abajo para hacer descender el hombro anterior. B. Conclusión del durante el parto vaginal ni tampoco muy por arriba de la pared
parto anterior. Tracción delicada en sentido superior para el parto del abdominal de la madre en el momento de la cesárea.
hombro posterior.
En algunos casos existe una causa subyacente que provoca la sufrió alguna lesión. De nueva cuenta, la más frecuente fue la
posición occipitotransversa persistente y no se resuelve con faci- lesión del plexo braquial. Estas alteraciones específicas se descri-
lidad. Por ejemplo, la pelvis platipeloide es plana en sentido ben con mayor detalle en el capítulo 33 (pág. 648). De los fac-
CAPÍTULO 27
anteroposterior y la pelvis androide tiene forma de corazón. En tores predictivos, los más importantes son el mayor peso del
cualquiera de éstas no existe suficiente espacio para la rotación feto, el mayor índice de masa corporal en la madre y la segunda
del occipucio hacia la posición OA u OP (fig. 2-20, pág. 34). Es fase de trabajo de parto más prolongada y una distocia de hom-
por esta razón que es importante evitar una fuerza excesiva con bros previa; al parecer, éstos elevan el riesgo de lesión neonatal
el fórceps durante el parto. en caso de distocia de hombros (Bingham, 2010; Mehta, 2006).
del cordón umbilical, por lo que uno de los objetivos es reducir ocupan el plano oblicuo de la pelvis y es posible liberar el hom-
el intervalo entre el parto de la cabeza y el del cuerpo. Esta bro anterior.
medida se equipara con el segundo objetivo, que es evitar las Gonik et al. (1983) describieron la maniobra de McRoberts,
lesiones fetales y maternas por una manipulación radical. Por lo que toma su nombre de William A. McRoberts Jr., quien difun-
tanto, de forma inicial se recomienda intentar delicadamente dió su aplicación en la University of Texas en Houston. Esta
la tracción con ayuda del esfuerzo de expulsión por parte de la maniobra consiste en retirar las piernas de los estribos y flexio-
madre. Desde luego, resulta ideal contar con una analgesia ade- narlas sobre el abdomen (fig. 27-7). Gherman et al. (2000) ana-
cuada. Algunos médicos prefieren efectuar una episiotomía lizaron la maniobra de McRoberts con uso de una pelvimetría
grande para tener suficiente espacio para la manipulación. Es radiográfica y observaron que el procedimiento provoca rectifica-
importante señalar que Paris (2011) y Gurewitsch et al. (2004) ción del sacro en relación con las vértebras lumbares, rotación de
no identificaron cambios en la frecuencia de lesión del plexo la sínfisis del pubis hacia la cabeza materna y reducción del
braquial en los grupos en los que no se practicó una episiotomía ángulo de inclinación pélvica. A pesar de que estas medidas no
durante el tratamiento de la distocia de hombros. aumentan las dimensiones de la pelvis, la rotación pélvica en sen-
Después de la tracción delicada se pueden aplicar diversas tido cefálico tiende a liberar el hombro anterior incrustado.
técnicas para liberar al hombro anterior de su posición incrus- Gonik et al. (1989) probaron la posición de McRoberts en forma
tada detrás de la sínfisis del pubis. De éstas, el ayudante aplica objetiva con modelos de laboratorio y observaron que la manio-
presión suprapúbica mientras el clínico aplica tracción en sentido bra preduce las fuerzas necesarias para liberar el hombro fetal.
FIGURA 27-7. Maniobra de McRoberts. Consiste en retirar las piernas de los estribos al flexionar los muslos sobre el abdomen. El ayudante aplica
además presión suprapúbica al mismo tiempo (flecha).
Parto vaginal 543
CAPÍTULO 27
A
A B
FIGURA 27-10. Segunda maniobra de Rubin. A. El diámetro de hombro a hombro se alinea en sentido vertical. B. El hombro fetal más accesible
(aquí se muestra el anterior) se empuja hacia la pared torácica anterior del feto (flecha). Por lo general, el resultado es la abducción de ambos
hombros, lo que reduce el diámetro entre hombro y hombro y libera el hombro anterior incrustado.
Hibbard (1982) recomendó aplicar presión en la mandíbula Hernandez y Wendel (1990) sugirieron usar una simulación de
y el cuello del feto en dirección del recto materno, mientras el distocia de hombros para organizar mejor el tratamiento de urgencia:
asistente ejerce presión intensa sobre el fondo uterino al liberar
1. Pedir ayuda: organizar a los ayudantes, el personal de aneste-
el hombro anterior. Sin embargo, la presión intensa en el fondo,
sia y pediatría. Al principio se tracciona con delicadeza. En
mal aplicada, da lugar a que el hombro anterior se incruste aún
caso de distensión vesical, se coloca una sonda.
más. Gross et al. (1987) señalaron que la presión fúndica en
2. Muchas veces conviene llevar a cabo una episiotomía amplia
ausencia de otras maniobras “tiene como resultado un índice de
para tener suficiente espacio en la zona posterior.
complicaciones de 77% y se vincula con daños ortopédicos y
3. La mayoría de los médicos utiliza al principio presión supra-
neurológicos fetales”.
púbica por su sencillez. Sólo se necesita un ayudante que es
Sandberg (1985) informó la maniobra de Zavanelli para
el que ejerce la presión suprapúbica en tanto el médico tira
reposicionar la cabeza en la pelvis seguida de una cesárea. La
de la cabeza fetal hacia abajo.
primera parte de la maniobra consiste en regresar la cabeza a la
4. Para la maniobra de McRoberts se necesitan dos ayudantes.
posición occipitoanterior o posterior. Se administran 0.25 mg
Cada uno toma una pierna y flexiona el muslo de la madre
de terbutalina por vía subcutánea para provocar relajación ute-
contra el abdomen.
rina. El médico flexiona la cabeza y la empuja lentamente de
nueva cuenta dentro de la vagina. A continuación lleva a cabo Estas maniobras resuelven la mayor parte de los casos de dis-
una cesárea. Sandberg (1999) revisó 103 casos publicados en los tocia de hombros.
que se recurrió a la maniobra de Zavanelli. Tuvo éxito en 91% Si los pasos anteriores fracasan, se puede intentar lo siguiente
de los casos cefálicos y en todos los casos de atrapamiento de la y cualquiera de las maniobras se puede repetir:
cabeza pélvica, pese al reposicionamiento satisfactorio, se pro-
5. Se intenta el nacimiento del brazo posterior. Sin embargo,
dujeron diversas lesiones en el feto que también pudieron ser
cuando el brazo se encuentra por completo extendido esto es
resultado de las manipulaciones múltiples empleadas antes de la
difícil de conseguir.
maniobra de Zavanelli (Sandberg, 2007). Se describieron seis
6. Se aplica la maniobra del sacacorcho de Woods.
óbitos, ocho muertes neonatales y 10 recién nacidos con daño
7. Se intenta la maniobra de Rubin.
cerebral. También se observó un caso de rotura uterina.
La sinfisiotomía, en la cual se secciona el cartílago sinfisario Las demás técnicas se reservan casi siempre para los casos en
intermedio y gran parte de su soporte ligamentoso para ensanchar los que han fracasado las otras maniobras. Éstas comprenden la
la sínfisis del pubis, como se describe en la página 567, se ha uti- fractura intencional de la clavícula anterior y la maniobra de
lizado con éxito para la distocia de hombros (Hartfield, 1986). Zavanelli. El American College of Obstetricians and Gynecologists
Goodwin et al. (1997) publicaron tres casos en los que se practicó (2012b) concluyó que ninguna maniobra es mejor que otra para
una sinfisiotomía una vez que la maniobra de Zavanelli fracasó. liberar el hombro atorado o reducir la probabilidad de una
Los tres neonatos murieron y la morbilidad materna fue significa- lesión. Sin embargo, la de McRoberts se considera la maniobra
tiva por lesión de las vías urinarias. La cleidotomía consiste en sec- inicial más razonable. El American College of Obstetricians and
cionar la clavícula con tijera o algún otro instrumento cortante y Gynecologists (2012b) también creó una lista de seguridad de la
casi siempre se efectúa en un feto muerto (Schramm, 1983). paciente para guiar la documentación en la distocia de hombros.
Parto vaginal 545
CAPÍTULO 27
a seguir (Buerkle, 2012; Crofts, 2008; Grobman, 2011). Su
aplicación ha posibilitado un mejor resultado neonatal en algu-
nas investigaciones, mas no en todas (Draycott, 2008; Inglis,
2011; Walsh, 2011).
CASOS ESPECIALES
El parto vaginal típico es desafiante en las mujeres con limitacio-
nes perineales o con un feto anómalo grande. Aquí se describe el
parto con cirugías reconstructivas pélvicas previas y aquéllas con
cicatrices por mutilación genital femenina. Las necesidades
especiales de las mujeres con tabiques vaginales congénitos, con-
dilomas grandes, enfermedad de Crohn o conjuntivopatías se
describen en los capítulos que analizan esos temas.
■ Fetos anómalos
De modo ocasional, el parto se dificulta por una macrocefalia
excesiva secundaria a hidrocefalia o bien por un abdomen fetal
grande por una vejiga muy distendida, ascitis o grandes riñones
o hígado. En las variedades más leves de hidrocefalia, cuando el
diámetro biparietal es <10 cm o la circunferencia cefálica <36
cm, se puede intentar el parto vaginal (Anteby, 2003).
En los casos raros en que el feto ha muerto o seguramente lo
hará por las alteraciones que padece, también es razonable el
parto vaginal pero antes es importante reducir el tamaño de la
cabeza o el abdomen. Es posible eliminar el líquido por medio de
cefalocentesis o paracentesis con guía ecográfica durante el parto. FIGURA 27-12. Extracción de la placenta. Nótese que la mano no
Para los fetos hidrocefálicos que se encuentran en posición pél- intenta empujar el fondo uterino a través del canal de parto. A
vica se puede realizar una cefalocentesis suprapúbica cuando la medida que la placenta abandona el útero y penetra en la vagina, la
cabeza última penetra en la pelvis. En los casos que exigen una mano del abdomen eleva el útero mientras el cordón se sostiene en
cesárea, la eliminación de líquido antes de la histerotomía evita la su posición. La madre ayuda a la expulsión de la placenta al pujar.
Cuando la placenta alcanza el perineo, el cordón se eleva, lo que a su
necesidad de extender la incisión transversal baja o vertical.
vez levanta la placenta fuera de la vagina.
CAPÍTULO 27
expectante, supone esperar los signos de la separación placenta-
ria y permitir que la placenta salga de manera espontánea, con
ayuda del estímulo del pezón o la gravedad (Organización
Mundial de la Salud, 2012). Por el contrario, el manejo activo
de la tercera fase del trabajo de parto consiste en pinzar con
rapidez el cordón, traccionarlo en forma controlada durante el
alumbramiento de la placenta y administrar de inmediato ute-
rotónicos profilácticos. El objetivo de esta tríada es limitar la
hemorragia puerperal (Begley, 2011; Jangsten, 2011; Prendivi-
lle, 1988). Además, muchos especialistas recomiendan el masaje
uterino después del alumbramiento de la placenta para prevenir
la hemorragia puerperal. Los autores apoyan esta medida, aun-
que la evidencia no es suficiente (Abdel-Aleem, 2010). Como ya
se mencionó (pág. 539), el pinzamiento inmediato del cordón
no incrementa la frecuencia de hemorragia puerperal y por
tanto constituye un componente menos importante de esta
tríada. Asimismo, la tracción del cordón es menos crucial (Gül-
mezoglu, 2012).
Por consiguiente, los factores más importantes para reducir
FIGURA 27-13. La placenta se extrae de la vagina al levantar
el cordón.
la hemorragia puerperal son al parecer los uterotónicos. Algunos
ejemplos son oxitocina, misoprostol, carboprost y los derivados
del cornezuelo del centeno, sobre todo ergonovina y metilergo-
novina. Fuera de Estados Unidos se emplea una combinación
placenta se separe de modo espontáneo, a menos que la hemo- de oxitocina y ergonovina. También se dispone en otros países
rragia sea excesiva. Cuando se lleva a cabo la extracción manual, de carbetocina, que es un análogo de la oxitocina de acción pro-
muchos médicos administran una sola dosis de antibióticos longada y es efectiva para impedir la hemorragia durante la cesá-
intravenosos similares a los empleados en la profilaxis contra rea (Attilakos, 2010; Su, 2012). De éstos, la Organización
infecciones durante la cesárea (cap. 30 pág. 590). El American Mundial de la Salud (2012) recomienda administrar oxitocina
College of Obstetricians and Gynecologists (2011) ha concluido como fármaco de primera línea. Otras opciones cuando no está
que no existe información suficiente para apoyar u objetar esta disponible la oxitocina son las ergotaminas y el misoprostol.
práctica. Los uterotónicos se administran antes o después de la expul-
sión placentaria, sin aumentar la frecuencia de hemorragia puer-
peral o la retención placentaria o prolongar la tercera fase del
trabajo de parto (Soltani, 2010). Sin embargo, cuando se admi-
nistran antes de la salida de la placenta, muchas veces queda
atrapado un segundo gemelo no diagnosticado. En consecuen-
cia, es importante palpar el abdomen para confirmar que no
existen otros fetos.
su lugar, se debe suministrar en solución diluida en forma con- Estas sustancias están contraindicadas en pacientes con hiper-
tinua o como inyección intramuscular. tensión, enfermedades cardiacas u oclusión vascular, afecciones
Cuando se administra una dosis elevada de oxitocina en un hepáticas o renales graves y septicemia (Novartis, 2012; San-
gran volumen de solución, a base de dextrosa sin electrólitos, su ders-Bush, 2011). Este fármaco tampoco se administra de
SECCIÓN 8
acción antidiurética puede causar intoxicación hídrica (Wha- manera sistemática por vía intravenosa para no inducir un acci-
lley, 1963). En un caso publicado, Schwartz y Jones (1978) des- dente cerebrovascular hipertensivo repentino. No obstante,
cribieron convulsiones en la madre y el recién nacido después de cuando se la considera una medida para salvar la vida, la metil-
recibir 6.5 L de una solución de dextrosa al 5% y 36 unidades ergonovina intravenosa se debe administrar con lentitud a lo
de oxitocina antes del parto. La concentración plasmática de largo de 60 s y se vigila la presión arterial (American Regent,
sodio en el cordón era de 114 meq/L. Por lo tanto, si se admi- 2012b).
nistran dosis elevadas de oxitocina durante un periodo prolon- Los alcaloides de la ergotamina no protegen más contra la
gado, se debe aumentar su concentración en lugar de incremen- hemorragia puerperal que la oxitocina. Además, tanto la inocui-
tar la cantidad de solución (cap. 26, pág. 530). dad como la tolerabilidad son mayores con oxitocina (Liabsue-
Pese al uso sistemático de oxitocina, todavía no se establece trakul, 2007). Es por estas razones que los alcaloides de la ergo-
una dosis profiláctica estandarizada para el parto vaginal o la tamina se consideran fármacos de segunda línea para prevenir la
cesárea. En un análisis de estudios en el que se compara la dosis hemorragia durante la tercera fase del trabajo de parto.
de oxitocina, los investigadores encontraron que una dosis ele-
vada en solución es más efectiva que una dosis inferior o que Misoprostol
dosis fijas extendidas (Roach, 2013; Tita, 2012). Los autores Este análogo de la prostaglandina E1 es inferior a la oxitocina
acostumbran insertar un catéter intravenoso con una solución a para prevenir la hemorragia puerperal (Tunçalp, 2012). Aunque
la que se agregan 20 U (2 ml) de oxitocina por cada litro de se prefiere la oxitocina, en los casos de hospitales de bajos recur-
solución. Esta solución se administra después de la expulsión de sos en los que no hay oxitocina el misoprostol es adecuado como
la placenta a un ritmo de 10 a 20 ml/min (200 a 400 mU/min) profilaxis contra la hemorragia y se administra en una sola dosis
durante unos cuantos minutos hasta que el útero permanece bucal de 600 μg (Mobeen, 2011; Organización Mundial de la
firmemente contraído y se detiene la hemorragia. A continua- Salud, 2012). Sus efectos secundarios comprenden temblor en
ción, el ritmo de la solución se reduce a 1 a 2 ml/min hasta que 30% y fiebre en 5% de los casos. A diferencia de otras prosta-
la madre se transfiere de la sala de recuperación a su habitación. glandinas, rara vez produce náusea o diarrea (Derman, 2006;
Por lo general, en este momento se suspende la solución. En las Lumbiganon, 1999; Walraven, 2005).
mujeres que carecen de una vía intravenosa permeable, se admi-
nistran 10 U intramusculares de oxitocina.
“CUARTA FASE” DEL TRABAJO DE PARTO
Ergonovina y metilergonovina
Estos alcaloides de la ergotamina poseen una actividad similar La hora que transcurre inmediatamente después de la expulsión
en el miometrio; en Estados Unidos sólo se elabora en la actua- de la placenta es decisiva y algunos autores la llaman cuarta fase
lidad la metilergonovina. Estas sustancias tienen requisitos de del trabajo de parto. Durante este intervalo, las laceraciones se
almacenamiento muy específicos puesto que se deterioran con reparan. Aunque se administran uterotónicos, éste es el momento
rapidez cuando se exponen a la luz, el calor o la humedad. en el que es mucho más probable la hemorragia puerperal como
Ya sea por vía intramuscular o bucal, ambas son estimulantes resultado de atonía uterina. Muchos hematomas se expanden.
poderosos de la contracción del miometrio y ejercen un efecto Por lo tanto, es importante evaluar con cierta frecuencia el tono
que persiste durante varias horas. En la embarazada, la adminis- uterino y el perineo. La American Academy of Pediatrics y el
tración intramuscular o bucal de 0.2 mg produce contracciones American College of Obstetricians and Gynecologists (2012) reco-
uterinas tetánicas. Sus efectos aparecen minutos después de la miendan registrar la presión arterial y el pulso de la madre justo
administración intramuscular o bucal. Además, la respuesta es después del parto y cada 15 min durante las primeras 2 h. Tam-
sostenida con muy poca tendencia hacia la relajación. Los deri- bién es importante examinar la placenta, las membranas y el
vados de la ergotamina son peligrosos para el feto y la madre cuando cordón umbilical para evaluar su integridad y en busca de alte-
se administran antes del parto. Más aún, se han publicado varios raciones, como se describe en la página 117.
casos de daño grave y muerte al administrar metilergonovina de
manera accidental al recién nacido en la sala de partos, en lugar
de vitamina K, vacuna de la hepatitis B o naloxona (Aeby, 2003; ■ Laceraciones del canal del parto
American Regent, 2012a; Bangh, 2005). La Food and Drug Las laceraciones de la parte inferior del aparato reproductivo se
Administration (2012) agregó un aviso al inserto que contiene la localizan en cuello uterino, vagina o perineo. Las de cuello ute-
caja y recomendó un intervalo de 12 h entre la dosis de metiler- rino y vagina se describen en la página 788. Después de cual-
gonovina y la alimentación al seno materno. Sin embargo, no se quier parto vaginal puede haber laceraciones perineales que se
han notificado efectos adversos atribuibles a la presencia del fár- clasifican de acuerdo con su profundidad. En la figura 27-15
maco en la leche materna (Briggs, 2011). aparecen las definiciones completas y algunos ejemplos visuales.
Además de los problemas en el neonato, la administración Como ya se describió, las laceraciones de tercer y cuarto grados
parenteral de alcaloides de la ergotamina, sobre todo por vía se consideran lesiones de orden elevado. A corto plazo, éstas se
intravenosa, induce hipertensión transitoria en la madre. Otros acompañan de hemorragia más abundante, mayor dolor puer-
efectos secundarios publicados son náusea, vómito, acúfenos, peral, dehiscencias de la herida o riesgo de infección. A largo
cefalea y contracciones uterinas dolorosas. La hipertensión plazo se acompañan de una mayor frecuencia de incontinencia
tiende a ser mayor en las mujeres con hipertensión gestacional. anal y dispareunia. La frecuencia de laceraciones de alto grado
Parto vaginal 549
CAPÍTULO 27
M. bulbocavernoso
M. perineal
transverso
superficial
Esfínter
anal Esfínter
externo anal
interno
Mucosa
rectal
FIGURA 27-15. Clasificación de las laceraciones perineales. A. Las laceraciones de primer grado abarcan la horquilla, la piel perineal y la mucosa
vaginal, pero no la fascia y el músculo subyacente. Incluyen las laceraciones periuretrales, que sangran de forma abundante. B. Las laceraciones
de segundo grado abarcan, además, a la fascia y el músculo del cuerpo perineal pero no el esfínter anal. Estas laceraciones se encuentran algu-
nas veces en la línea media, pero a menudo se extienden en sentido superior hacia uno o ambos lados de la vagina, hasta formar un triángulo
irregular. C. Las laceraciones de tercer grado se extienden más y abarcan el esfínter anal externo. D. Las laceraciones de cuarto grado se extien-
den por completo a través de la mucosa rectal y exponen su luz, por lo que comprenden la laceración de los esfínteres anales externo e interno.
(Con autorización de los doctores Shayzreen Roshanravan y Marlene Corton).
varía de 0.25 a 6% (Garrett, 2014; Groutz, 2011; Melamed, Chames (2006) encontraron que el factor predictivo más pode-
2013; Stock, 2013). Algunos factores de riesgo para estas lacera- roso de dehiscencia de la herida es la episiotomía media lateral.
ciones más complejas son episiotomía en la línea media, nulipa- Goldaber et al. (1993) informaron que 21 de 390 o 5.4% de las
ridad, segunda fase de trabajo de parto prolongada, parto preci- mujeres con laceraciones de cuarto grado padecieron una mor-
pitado, posición occipitoposterior persistente, parto vaginal bilidad considerable. Hubo 1.8% de dehiscencias, 2.8% de
quirúrgico, raza asiática y mayor peso del feto al nacer (Landy, infecciones con dehiscencia y 0.8% de infecciones aisladas.
2011; Melamed, 2013). Se ha encontrado que la analgesia epi- La reparación de las laceraciones perineales es casi igual a la
dural es protectora (Jango, 2014). de las episiotomías, aunque en ocasiones menos satisfactoria por
La morbilidad se eleva conforme aumenta la gravedad de la las irregularidades de la laceración. En consecuencia, la técnica
laceración. Stock et al. (2013) indicaron que cerca de 7% de para reparar estas laceraciones se describe con la reparación de la
909 laceraciones de alto grado tuvo complicaciones. Williams y episiotomía.
550 Parto y cesárea
CAPÍTULO 27
Característica Media Mediolateral Reparación de la episiotomía o laceración perineal
Reparación quirúrgica Sencilla Más difícil Por lo general, la reparación de la episiotomía se difiere hasta
Cicatrización defectuosa Rara Más frecuente después de la expulsión de la placenta. Esta conducta posibilita
Dolor posoperatorio Mínimo Frecuente concentrarse de manera exclusiva en los signos de separación y
Resultados anatómicos Excelentes En ocasiones defectuosa alumbramiento placentario. Otra ventaja es que la reparación
Hemorragia Menor Mayor de la episiotomía no se interrumpe ni altera por la necesidad
Dispareunia Rara Poco frecuente evidente de recibir la placenta, en especial cuando la extracción
Extensión Frecuente Poco frecuente manual alteraría una episiotomía recién reparada. La mayor des-
ventaja es la hemorragia continua hasta concluir la reparación.
No obstante, la aplicación de presión directa con una gasa limita
el sangrado.
sión se extiende unos 3 o 4 cm hacia la tuberosidad isquiática Para una reparación adecuada es necesario conocer el soporte
ipsolateral. y la anatomía del perineo, lo cual se describe en la página 21.
En el cuadro 27-2 se resumen las diferencias entre ambos También es fundamental contar con una analgesia apropiada y
tipos de episiotomías. Con excepción de los problemas que Sanders et al. (2002) subrayaron que las mujeres sin anestesia
representa la extensión a lesiones de tercer o cuarto grado, la regional sufren dolor intenso durante la sutura del perineo. De
episiotomía media es mejor. Anthony et al. (1994) presentaron nueva cuenta, se puede utilizar lidocaína local sola o combinada
la información de la Dutch National Obstetric Database de más con un bloqueo bilateral de los nervios pudendos. En las pacien-
de 43 000 partos y encontraron una reducción cuatro veces tes con analgesia epidural muchas veces es necesario administrar
menor de laceraciones perineales graves después de una episio- dosis adicionales.
tomía media lateral frente al índice después de una incisión en Existen varios métodos para reparar la episiotomía, pero son
la línea media. La selección adecuada de los casos reduce esta fundamentales la hemostasia y el restablecimiento anatómico
única desventaja. Por ejemplo, si se necesita una episiotomía sin suturas excesivas. En la figura 27-17 se muestra una técnica
durante un parto vaginal quirúrgico, en varios estudios se ha que se utiliza con frecuencia para reparar la episiotomía de la
A B
FIGURA 27-17. Reparación de la episiotomía media. A. Se observa una laceración del himen y los músculos bulbocavernoso y perineal trans-
verso superficial con la incisión de episiotomía con forma de diamante. B. Se coloca un punto de fijación sobre el vértice de la herida para
empezar a cerrar en forma continua. Se utiliza material absorbible 2-0 o 3-0 para el cierre continuo de la mucosa vaginal y de la submucosa con
puntos anclados. (continúa)
552 Parto y cesárea
SECCIÓN 8
C D E
FIGURA 27-17 (continuación). C. Después de cerrar la incisión vaginal y aproximar los márgenes seccionados del himen, la aguja y el
material de sutura se colocan cerca de la incisión perineal. D. Se aplican puntos continuos con material absorbible de 2-0 o 3-0 para cerrar
la fascia y los músculos del perineo. De esta manera se favorece el restablecimiento del cuerpo perineal y proporciona soporte a largo plazo.
E. La sutura continua se lleva hacia arriba en forma de sutura subcutánea. El nudo final se amarra en posición proximal al himen.
La técnica superpuesta es otra opción para aproximar el esfín- Dolor después de la episiotomía
ter anal externo. La información proveniente de estudios clíni-
cos comparativos y aleatorizados no sustenta la superioridad de El bloqueo de los nervios pudendos ayuda a aliviar el dolor peri-
neal posoperatorio (Aissaoui, 2008). Asimismo, la aplicación
CAPÍTULO 27
este método en cuanto a resultados anatómicos o funcionales
frente a los que se obtienen con el método término-terminal local de hielo ayuda a reducir la inflamación y la molestia. La
regular (Farrell, 2012; Fitzpatrick, 2000). aplicación tópica de pomada de lidocaína al 5% no fue efectiva
Los autores, como muchos otros, recomiendan administrar para aliviar el dolor de la episiotomía o la laceración perineal en
profilaxis periquirúrgica con antimicrobianos para reducir la un estudio clínico aleatorizado (Minassian, 2002). Los analgési-
morbilidad por infecciones vinculada con la reparación de las cos como la codeína ofrecieron buen alivio. A veces, el dolor es
lesiones perineales de alto grado (Goldaber, 1993; Stock, 2013). signo de un hematoma grande vulvar, paravaginal o en la fosa
Basta con una sola dosis de una cefalosporina de segunda gene- isquiorrectal o bien de celulitis perineal, por lo que estos sitios se
ración o clindamicina para las mujeres alérgicas a la penicilina. deben examinar si hay dolor persistente o intenso. El trata-
Si bien esta profilaxis tiene apoyo basado en evidencias, el Ame- miento de estas complicaciones se describe en las páginas 689 y
rican College of Obstetricians and Gynecologists (2011) concluyó 790. Además de dolor, la recuperación de la episiotomía se
que tal práctica no se ha estudiado de manera extensa (Duggal, complica en ocasiones con retención urinaria (Mulder, 2012).
2008; Stock, 2013). Durante el posoperatorio es importante Su tratamiento se describe en la página 676.
prescribir algún ablandador de heces fecales durante una semana En las pacientes que han sufrido laceraciones de segundo
y evitar las enemas y supositorios. grado o mayor, se recomienda evitar el coito hasta después de la
Infortunadamente, no siempre es posible garantizar una fun- primera consulta puerperal a las cuatro o seis semanas. Signore-
ción normal, incluso después de una reparación quirúrgica correc- llo et al. (2001) realizaron encuestas a 615 mujeres seis meses
ta y completa. En algunas mujeres, la incontinencia fecal per- después del parto y encontraron que las que habían parido con
siste por lesión nerviosa de los músculos del piso pélvico un perineo íntegro manifestaron una mejor función sexual res-
(Roberts, 1990). pecto de las que habían sufrido algún traumatismo perineal. En
A B
FIGURA 27-19. Reparación en capas de una laceración perineal de cuarto grado. A. Aproximación de la mucosa anorrectal y la submucosa con
surgete continuo con puntos separados con material absorbible fino como crómico o Vicryl de 3-0 o 4-0. Durante la sutura se identifica la exten-
sión superior de la laceración anal anterior y los puntos se colocan a través de la submucosa de la región anorrectal aproximadamente a 0.5 cm
hasta el margen anal. B. Se coloca una segunda capa a través de la muscular rectal con Vicryl 3-0 en surgete continuo o puntos separados. Esta
“capa reforzadora” debe incorporar los extremos rotos del esfínter interno, que se identifica como el engrosamiento de la capa muscular lisa cir-
cular en los 2 a 3 cm distales del conducto anal. Se observa como una estructura fibrosa de color blanco brillante entre la submucosa del con-
ducto anal y las fibras del esfínter externo (EAS). En muchos casos, el esfínter interno se retrae hacia un lado y se debe buscar y extraer para
repararlo. (continúa)
554 Parto y cesárea
SECCIÓN 8
D
FIGURA 27-19 (continuación). C. En resumen, para la aproximación
término-terminal regular del EAS se colocan puntos a través del
músculo del EAS y entre cuatro y seis puntos simples y separados con
Vicryl 2-0 o 3-0 a las 3, 6, 9 y 12 del reloj a través de la cápsula de
tejido conjuntivo del esfínter. Primero se colocan los puntos a través
de las porciones inferior y posterior del esfínter como parte de la repa-
ración. Para empezar esta parte del cierre, se identifican los extremos
lacerados del músculo estriado del EAS y la cápsula y se toman con
pinzas de Allis. La sutura se coloca a través de la pared posterior de la
cápsula del EAS. D. Puntos a través del EAS (puntos azules) y pared de
la cápsula inferior. E. Suturas para aproximar las paredes anterior y
superior de la cápsula del EAS. El resto de la reparación es similar a la
E que se describió para la episiotomía media en la figura 27-17.
un seguimiento de 2 490 mujeres, Rådestad et al. (2008) iden- Alperin M, Krohn MA, Parviainen K: Episiotomy and increase in the risk
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558
CAPÍTULO 28
Parto de nalgas
CLASIFICACIÓN DE LAS PRESENTACIONES PÉLVICAS . . . 559 Los conceptos obstétricos actuales en cuanto al parto vaginal
del feto pélvico han recibido gran influencia de los resultados
DIAGNÓSTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 559 publicados por el Term Breech Trial Collaborative Group (Han-
nah, 2000). Este estudio clínico comprendió a 1 041 mujeres
TIPO DE PARTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 560 con asignación al azar a una cesárea electiva y 1 042 a un parto
Feto de nalgas de término y prematuros . . . . . . . 560 vaginal planeado. En el grupo del parto vaginal planeado, 57%
en realidad se sometió a este tipo de parto. La cesárea planeada
Complicaciones del parto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 561 se acompañó de menos riesgo de mortalidad perinatal frente al
parto planeado, 3 por 1 000 frente a 13 por 1 000. Asimismo, la
Técnicas imagenológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 561 cesárea se acompañó de menos riesgo de morbilidad neonatal
“grave”, 1.4 frente a 3.8%.
Resumen sobre la toma de decisiones . . . . . . . . . 562
La reacción del American College of Obstetricians and Gyneco-
MANEJO DEL TRABAJO DE PARTO Y EL PARTO . . . . . . . 562 logists (2001) a estos datos fue el descenso repentino de los par-
tos pélvicos vaginales. Sin embargo, desde entonces ya se ha
Extracción parcial de nalgas . . . . . . . . . . . . . . . . . 563 establecido un plan más moderado para el manejo del parto
pélvico.
Extracción completa de nalgas . . . . . . . . . . . . . . . 567 Los críticos del Term Breech Trial Collaborative Group subra-
yan que la mayoría de los resultados incluidos en la morbilidad
ANESTESIA Y ANALGESIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 570
neonatal “grave” en realidad no supone una discapacidad a largo
Versión cefálica externa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 570 plazo. Además, conforme se han ido obteniendo los datos de
países con una mortalidad perinatal reducida, se han observado
Versión podálica interna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 571 pocas muertes perinatales y la frecuencia no difiere en forma
significativa entre ambos grupos. Asimismo en el Term Breech
Trial únicamente participaron nulíparas y menos de 10% se
sometió a una pelvimetría radiográfica. Por último, los resulta-
dos a dos años de niños nacidos durante el estudio multicén-
Cerca del término, el feto casi siempre se voltea espontánea- trico original demostró que la cesárea planeada no se acompaña
mente hasta adquirir una presentación cefálica conforme el de una menor frecuencia de muertes por retraso del desarrollo
volumen creciente de los glúteos busca el fondo que es más (Whyte, 2004). En la página 561 se describen algunos de los
espacioso. Sin embargo, cuando los glúteos o piernas del feto estudios más grandes en los cuales se examinó la inocuidad y
entran en la pelvis antes que la cabeza, la presentación se deno- los riesgos del parto vaginal para fetos pélvicos únicos.
mina pélvica. Esta posición es más frecuente lejos del término, Todos estos datos provocaron que el American College of Obs-
puesto que ambos polos fetales tiene un volumen similar al tetricians and Gynecologists (2012b) modificara su criterio en rela-
principio del embarazo (fig. 28-1). La presentación pélvica per- ción a la presentación pélvica y actualmente recomienda que la
siste hasta el término en 3 a 4% de los partos únicos. Su frecuen- “decisión en cuanto al tipo de parto depende de la experiencia del
cia anual en el momento del parto en casi 270 000 recién naci- médico” y que “es posible atender un parto vaginal planeado
dos únicos en el Parkland Hospital ha variado solamente de 3.3 de un solo feto en presentación pélvica siguiendo el protocolo de
a 3.9% en los últimos 30 años. cada hospital”. Otras organizaciones obstétricas (Carbonne, 2001;
Parto de nalgas 559
CAPÍTULO 28
nan a nivel de la cadera y se extienden a
40
nivel de las rodillas y por lo tanto los pies
35
yacen cerca de la cabeza (fig. 28-2). La pre-
sentación pélvica completa difiere en que
una o ambas rodillas se encuentran flexio-
Presentación pélvica (%)
30
nadas (fig. 28-3). En la presentación pél-
25 vica incompleta, una o ambas caderas no se
flexionan y uno o ambos pies o rodillas
20
yacen debajo de la pelvis, de manera que un
15 pie o rodilla es la parte más inferior en el
canal del parto (fig. 28-4). La presentación
10 de pies es una presentación pélvica incom-
pleta con uno o ambos pies debajo de la
5 pelvis.
Quizá en 5 % de los fetos de término en
24 26 28 30 32 34 36 38 40 42
presentación pélvica la cabeza se encuentra
en hiperextensión extrema. Estas presenta-
Semanas de gestación
ciones se denominan “feto astrónomo” y en
FIGURA 28-1. Prevalencia de la presentación pélvica por edad gestacional en el momento Gran Bretaña “feto volador”. Con esta hi-
del parto en 58 842 embarazos de producto único en la Universidad de Alabama en los Hos- perextensión, el parto vaginal lesiona la
pitales Birmingham entre 1991 y 2006. (Por cortesía del Dr. John Hauth y la Sra. Sue Cliver.) médula espinal cervical. Por lo tanto, en
caso de existir una vez iniciado el trabajo de
parto, constituye una indicación para una
Kotaska, 2009; Royal College of Obstetricians and Gynecologists, cesárea (Svenningsen, 1985).
2009) han repetido estas medidas.
DIAGNÓSTICO
CLASIFICACIÓN
DE LAS PRESENTACIONES PÉLVICAS
■ Factores de riesgo
Las relaciones variables entre las extremidades inferiores y los Si se conoce el contexto clínico que predispone a la presentación
glúteos del feto en presentación pélvica forman categorías: pre- pélvica se facilita su diagnóstico precoz. Además de una edad
FIGURA 28-2. Presentación pélvica franca. FIGURA 28-3. Presentación pélvica completa.
560 Parto y cesárea
TIPO DE PARTO
FIGURA 28-4. Presentación pélvica incompleta. Existen factores múltiples que ayudan a decidir cuál es el mejor
tipo de parto para determinada madre y feto. Éstos comprenden
las características del feto, las dimensiones de la pelvis, las com-
plicaciones coexistentes del embarazo, la experiencia quirúrgica,
gestacional inmadura otros factores de riesgo son el volumen
la preferencia de la paciente y la infraestructura del hospital.
anormal de líquido amniótico, el embarazo múltiple, hidrocefa-
lia, anencefalia, anomalías uterinas, placenta previa, implanta-
ción fúndica de la placenta, tumores pélvicos, gran paridad con ■ Feto de nalgas de término y prematuros
relajación uterina y parto pélvico previo. Específicamente, des-
Si bien comparten la similitud de la presentación, los fetos pél-
pués de un parto pélvico, el índice de recurrencia de un segundo
vicos prematuros tienen ciertos riesgos en relación con su inma-
embarazo con presentación pélvica es casi de 10% y el de un
durez que no tienen sus contrapartes de término. Por lo tanto,
tercer embarazo ulterior es de 27% (Ford, 2010). Algunos auto-
conviene separar a los fetos de término de los prematuros para
res afirman que la cesárea previa aumenta la frecuencia de pre-
valorar con más precisión la información.
sentación pélvica al doble (Kalogiannidis, 2010; Vendittelli,
2008). Por último, el tabaquismo es una causa modificable de
esta presentación (Rayl, 1996; Witkop, 2008). Fetos de término en presentación pélvica
La información sobre el mejor desenlace perinatal obtenido con
una cesárea planeada de un feto de término, único en presenta-
■ Exploración física ción pélvica es contradictoria. Como ya se describió (pág. 558),
En la página 438 se describen las maniobras de Leopold para el Term Breech Trial publicó menor morbimortalidad neonatal
establecer la presentación fetal. Con la primera maniobra se con la cesárea planeada para la presentación pélvica. La informa-
encontrará la cabeza, redonda, dura y flotante del feto ocupando ción adicional que favorece a la cesárea proviene de la Organiza-
el fondo. Con la segunda maniobra se detecta la espalda hacia ción Mundial de la Salud (Lumbiganon, 2010). Con base en su
un lado del abdomen y las partes pequeñas en la otra. Con la valoración de más de 100 000 partos de nueve países asiáticos
tercera maniobra, si el feto no se ha encajado, las nalgas del feto participantes, encontraron un mejor desenlace perinatal con la
se pueden mover por arriba del estrecho superior de la pelvis. cesárea planeada frente al parto vaginal de los fetos de término
Una vez que se encaja, la cuarta maniobra demuestra que las en presentación pélvica. En otros estudios se ha revisado el des-
nalgas se encuentran bajo la sínfisis. La precisión de esta palpa- enlace neonatal con la cesárea y también se observó una menor
ción es variable (Lydon-Rochelle, 1993; Nassar, 2006). Por lo morbimortalidad neonatal (Hartnack Tharin, 2011; Mailàth-
tanto, cuando se sospecha de una presentación pélvica, o de Pokorny, 2009; Rietberg, 2005; Swedish Collaborative Breech
cualquier otra presentación fuera de la cefálica, está indicado Study Group, 2005).
realizar una valoración ecográfica. Por otro lado, en la Presentation et Mode d’Accouchement, que
En una presentación pélvica franca durante la exploración significa presentación y tipo de parto (PREMODA), no se
vaginal no se aprecian los pies, pero es posible palpar las tubero- encontraron diferencias en cuanto a la mortalidad neonatal
sidades isquiáticas, el sacro y el ano del feto. Una vez que el feto corregida y los desenlaces neonatales de acuerdo con el tipo de
desciende más, también se distinguen los genitales externos. parto (Goffinet, 2006). Este estudio francés observacional y
Parto de nalgas 561
prospectivo incluyó a más de 8 000 mujeres con embarazos úni- máticas. Con la cesárea, la distensión adicional del segmento
cos de término en presentación pélvica. Se utilizaron criterios uterino inferior por las pinzas o la cabeza fetal mal moldeada,
muy estrictos para seleccionar a 2 526 de éstas para someterse a extiende la incisión de la histerotomía. Con el parto vaginal,
CAPÍTULO 28
un parto vaginal planeado y 71% de este grupo parió de esta especialmente cuando el segmento uterino inferior se ha adelga-
manera. Asimismo, los resultados del Lille Breech Study Group zado, el parto de la cabeza a través de un cuello uterino con
de Francia no demostraron una morbimortalidad excesiva para dilatación incompleta o con la aplicación de fórceps, generan
los fetos únicos de término en presentación pélvica que nacieron laceraciones de la pared vaginal o cervical. Asimismo, las mani-
por vía vaginal siempre y cuando se aplicaran ciertos parámetros pulaciones extienden la episiotomía, generan laceraciones peri-
de pelvimetría materna y biométricos fetales estrictos (Michel, neales profundas y aumentan el riesgo de infección. La anestesia
2011). Otros estudios más pequeños también respaldan estos que es suficiente para inducir una relajación uterina apreciable
datos siempre y cuando existan guías para el proceso de selec- durante el parto vaginal provoca en ocasiones atonía uterina y
ción (Alarab, 2004; Albrechtsen, 1997; Giuliani, 2002; Toivo- ésta, a su vez, hemorragia puerperal. La muerte es una compli-
nen, 2012). La evidencia de largo plazo que favorece al parto cación muy poco frecuente, pero su índice es mayor en las que
pélvico vaginal proviene de Eide et al. (2005). Estos investiga- se someten a una cesárea planeada por presentación pélvica, con
dores analizaron pruebas de inteligencia de más de 8 000 varo- un índice de mortalidad de 0.47 muertes maternas por 1 000
nes que nacieron con presentación pélvica y no encontraron nacimientos (Schutte, 2007). Por último, como se describe en el
diferencias en cuanto a la función intelectual entre los que capítulo 30 (pág. 588), los riesgos del parto pélvico vaginal se
nacieron por parto vaginal o por cesárea. deben sopesar frente a los riesgos generales del parto por cesárea,
Pese a que existe evidencia en ambos lados del debate, cuando que comprenden los del nacimiento vaginal después de una
menos en ese país el índice de parto vaginal planeado sigue dis- cesárea (VBAC, vaginal birth after cesarean) o los de la histero-
minuyendo (Hehir, 2012) y como se pronosticó, el número de tomía iterativa por cesárea.
cirujanos experimentados que pueden seleccionar con certeza la
decisión de atender un parto pélvico por vía vaginal es cada vez Morbimortalidad y mortalidad perinatales
menor (Chinnock, 2007). Además, los problemas médico-lega- Un fenómeno concomitante frecuente es el parto prematuro y
les dificultan el entrenamiento de los médicos en este tipo de también aumenta la frecuencia de anomalías congénitas. Ade-
partos. Como respuesta, muchas instituciones han creado simu- más el parto traumático, aunque es poco frecuente, contribuye
ladores de parto para mejorar las habilidades de sus residentes en a la muerte del feto en presentación pélvica. Es importante seña-
el parto pélvico vaginal (Deering, 2006; Maslovitz, 2007). lar que éstas se observan con el parto tanto vaginal como por
cesárea. Algunas de las lesiones más frecuentes son fractura del
Fetos prematuros en presentación pélvica húmero, clavícula y fémur (Canpolat, 2010; Matsubara, 2008).
Aunque no existen estudios con asignación al azar en cuanto al En algunos casos se separan las epífisis escapular, humeral o
tipo de parto de un feto prematuro en presentación pélvica, femoral.
al aparecer la cesárea planeada confiere cierta ventaja en relación Otras lesiones traumáticas poco frecuentes son las de los teji-
con la supervivencia. Reddy et al. (2012) publicaron los datos de dos óseos o blandos. Se han observado laceraciones perineales
un estudio multicéntrico y retrospectivo de los National Institu- neonatales por los electrodos del cuero cabelludo (Freud, 1993).
tes of Health que comprendía 208 695 nacimientos entre 24 y 32 El estiramiento del plexo braquial tiene como resultado parálisis
semanas de gestación. Para los fetos en presentación pélvica den- de la extremidad superior, de Erb o de Duchenne (Al-Qattan,
tro de estas edades gestacionales, el intento de llevar a cabo un 2010). Cuando el feto se extrae a través de una pelvis estrecha,
parto vaginal tuvo como resultado un índice reducido de con- puede haber depresión con forma de cuchara o fracturas de crá-
clusión y aquellos que concluyeron tuvieron un índice mayor de neo. Otras veces, cuando se utiliza gran fuerza se lesiona la
mortalidad neonatal frente a la cesárea planeada. Otros estudios médula espinal o se fracturan las vértebras (Vialle, 2007). Des-
han publicado resultados similares (Demirci, 2012; Lee, 1988; pués del parto ocasionalmente se forman hematomas de los
Muhuri, 2006). No obstante, existen algunos estudios pequeños músculos esternocleidomastoideos y suelen desaparecer espon-
que describen una supervivencia similar para los fetos de una táneamente. Por último, después de un parto pélvico, es posible
edad gestacional más inmadura, de 24 a 29 semanas, que nacen observar lesiones testiculares (Mathews, 1999). Éstas se descri-
por cesárea planeada (Kayem, 2008; Stohl, 2011). ben con mayor detalle en el capítulo 33 (pág. 645).
La información sobre el tipo de parto preferido para los fetos Frente a la presentación cefálica, el prolapso del cordón es
prematuros en presentación pélvica entre las 32 y 37 semanas es más frecuente con los fetos en presentación pélvica. Huang et al.
muy limitada. En estos casos lo más probable es que sea más (2012) analizaron 40 casos de prolapso y encontraron que 50%
importante el peso fetal que la edad gestacional. El Maternal se acompañaba de una presentación anómala o parto vaginal de
Fetal Medicine Committee of the Society of Obstetricians and un segundo gemelo.
Gynaecologists of Canada (SOGC) recomienda que el parto vagi- Algunos desenlaces perinatales son inherentes a la presenta-
nal en presentación pélvica es razonable cuando se calcula que el ción pélvica y no al parto. Por ejemplo, la displasia de cadera es
peso fetal es >2 500 g (Kotaska, 2009). más frecuente en la presentación pélvica que en la cefálica y es
independiente del tipo de parto (de Hundt, 2012; Fox, 2010;
Ortiz-Neira, 2012).
■ Complicaciones del parto
Morbimortalidad materna
Con la presentación pélvica se puede anticipar un mayor índice ■ Técnicas imagenológicas
de morbilidad materna y perinatal. En la madre, ya sea con cesá- En muchos fetos, en especial los de pretérmino, la parte pélvica
rea o parto vaginal, las laceraciones genitales pueden ser proble- es más pequeña que la cabeza. Además, a diferencia de la presen-
562 Parto y cesárea
del parto vaginal. Asimismo, se debe identificar el tamaño del La paciente solicita una cesárea
feto, el tipo de presentación pélvica y el grado de flexión o Feto >3 800 a 4 000 g
extensión del cuello. Para valorar estos factores existen diversas Feto viable de pretérmino aparentemente sano con trabajo
técnicas imagenológicas. de parto activo o parto indicado
Retraso grave del crecimiento fetal
Ecografía Anomalía fetal incompatible con el parto vaginal
En la mayoría de los casos, se realiza una valoración ecográfica Muerte perinatal previa o parto previo con traumatismo
neonatal
fetal como parte de la atención prenatal. De lo contrario no es
Presentación pélvica incompleta o de pie
posible valorar rápidamente una serie de anomalías fetales a sim-
Cabeza hiperextendida
ple vista como hidrocefalia o anencefalia. Esto permite identifi-
Contracción pélvica o forma defectuosa de la pelvis
car a muchos fetos que no pueden nacer por vía vaginal y ayuda
diagnosticada por medio de la clínica o con pelvimetría
a no realizar una cesárea de urgencia por un feto anómalo sin Cesárea previa
posibilidades de sobrevivir.
La ecografía también permite establecer la flexión de la
cabeza y, para el parto vaginal, ésta no se debe encontrar exten-
dida (Fontenot, 1997; Rojansky, 1994). Cuando el resultado es cualquier presentación pélvica, cuando menos, el canal del parto
incierto se utiliza una radiografía simple de abdomen en dos debe ser lo suficientemente amplio como para que pase el feto
proyecciones para definir la inclinación de la cabeza. Al parecer sin traumatismo. El cuello uterino debe estar completamente
la precisión ecográfica para calcular el peso fetal no disminuye dilatado y de lo contrario lo mejor es recurrir a una cesárea
con la presentación pélvica (McNamara, 2012). Aunque es cuando se sospecha de algún problema fetal.
variable, muchos protocolos utilizan un peso fetal <2 500 g y
>3 800 a 4 000 g o la evidencia de retraso del crecimiento como MANEJO DEL TRABAJO DE PARTO Y EL PARTO
criterios de exclusión para un parto vaginal planeado (Azria,
2012; Kotaska, 2009). De igual forma, el diámetro biparietal ■ Métodos para el parto vaginal
(BPD, biparietal diameter) >90 a 100 mm suele considerarse
Existen diferencias fundamentales importantes entre el trabajo
criterio de exclusión (Giuliani, 2002; Roman, 2008).
de parto y parto para la presentación cefálica y pélvica. Con la
presentación cefálica, una vez que sale la cabeza, el resto del
Pelvimetría
cuerpo se expulsa fácilmente. Por el contrario, en la presenta-
Esta valoración de la pelvis ósea antes del parto vaginal se puede ción pélvica salen sucesivamente partes más grandes que se com-
llevar a cabo con una tomografía computarizada (CT), resonan- primen con más dificultad. Rara vez es posible lograr la expul-
cia magnética o radiografía simple. Pese a que no existen datos sión completa y espontánea del feto con presentación pélvica,
comparativos entre estas modalidades para la pelvimetría, se pre- como se describirá más adelante. Por lo tanto, como regla, el
fiere la tomografía por su precisión, dosis baja de radiación y parto vaginal requiere de una participación competente para
distribución amplia (Thomas, 1998). En el Parkland Hospital se obtener un resultado favorable.
utiliza la pelvimetría con CT siempre que es posible para valorar Existen tres métodos generales para atender el parto en pre-
las dimensiones críticas de la pelvis (cap. 2, pág. 32). Aunque son sentación pélvica por vía vaginal:
variables, muchos médicos sugieren tomar ciertas medidas para
planear el parto vaginal: diámetro anteroposterior del estrecho su- 1. Parto pélvico espontáneo. El feto se expulsa espontánea-
perior de la pelvis ≥105 mm; diámetro transverso del estrecho in- mente sin tracción ni manipulación alguna excepto el sostén
ferior de la pelvis ≥120 mm; y diámetro interespinoso a la mitad del recién nacido.
de la pelvis ≥100 mm (Azria, 2012; Vendittelli, 2006). Otros 2. Extracción pélvica parcial. El feto nace espontáneamente
utilizan una correlación con la biometría materno-fetal. Los hasta el ombligo, pero el resto del cuerpo es extraído por el
valores adecuados incluyen: la suma del conjugado obstétrico del médico por medio de tracción y otras maniobras, con o sin
estrecho superior de la pelvis menos el BPD sea ≥15 mm; el diá- esfuerzos expulsivos por parte de la madre.
metro transverso del estrecho superior de la pelvis menos el BPD 3. Extracción pélvica completa. El obstetra extrae todo el
sea ≥25 mm, y el diámetro interespinoso a la mitad de la pelvis cuerpo del feto.
menos el BPD sea ≥0 mm (Michel, 2011).
■ Inducción y conducción del trabajo de parto
■ Resumen sobre la toma de decisiones La inducción o conducción del trabajo de parto en las mujeres
Como lo dice el American College of Obstetricians and Gynecolo- con una presentación pélvica es controversial y la información
gists (2012b), se deben sopesar los riesgos frente a los beneficios es limitada. Marzouk et al. (2011) encontraron resultados neo-
y discutirlos con la paciente. Siempre que sea posible, se debe natales-perinatales similares con trabajo de parto espontáneo o
hacer antes del ingreso hospitalario. Es importante buscar otras con preparación cervical y trabajo de parto inducido. En muchos
complicaciones, reales o anticipadas que favorezcan la cesárea. estudios, el índice de partos vaginales exitosos y de desenlaces
En el cuadro 28-1 se enumeran algunas de las circunstancias neonatales satisfactorios está vinculado al avance ordenado del
más frecuentes. Para obtener un resultado más favorable con trabajo de parto. Por lo tanto, en muchos protocolos se evita la
Parto de nalgas 563
conducción, mientras que en otros se recomienda para las con- metros pélvicos oblicuos. Por lo general, la cadera anterior des-
tracciones hipotónicas (Alarab, 2004; Kotaska, 2009). En las ciende más rápidamente que la cadera posterior y, al toparse con
mujeres con un feto viable, en el Parkland Hospital, se intenta la la resistencia del piso pélvico se produce una rotación interna de
CAPÍTULO 28
inducción con amniotomía pero se prefiere la cesárea en lugar 45°, con lo que la cadera anterior se acerca al arco del pubis y
de la inducción o conducción con oxitocina. permite que el diámetro bitrocantéreo ocupe el diámetro ante-
roposterior del estrecho inferior de la pelvis. Sin embargo,
cuando la extremidad posterior se ha prolapsado, ésta, en lugar
■ Manejo del trabajo de parto de la cadera anterior, rota hacia la sínfisis del pubis.
Cuando la paciente llega, se realiza una valoración rápida para Después de la rotación, el descenso continúa hasta que la
establecer la integridad de las membranas, el trabajo de parto y el pelvis distiende el perineo y la cadera anterior se acerca a la
estado del feto. Desde el ingreso se empieza a vigilar la frecuencia vulva. Por medio de la flexión lateral del cuerpo fetal, la cadera
cardiaca fetal y las contracciones uterinas y el personal necesario posterior se impulsa sobre el perineo, que se retrae sobre los
incluye a: 1) un obstetra con experiencia en atención de partos glúteos del feto y permite que el neonato se estire cuando sale la
pélvicos, 2) un ayudante, 3) anestesiólogo que proporcione la cadera anterior. Después de la pelvis salen las piernas y pies de
analgesia o anestesia correspondiente cuando sea necesario y 4) manera espontánea o con ayuda.
una persona con experiencia en reanimación del recién nacido. Una vez que sale la pelvis, se produce una ligera rotación
Para la madre, se coloca un catéter intravenoso y se empieza externa y la espalda gira en sentido anterior conforme los hom-
la administración de solución fisiológica. Dos de las razones bros se posicionan en relación con uno de los diámetros oblicuos
numerosas por la que es fundamental un acceso intravenoso son de la pelvis. A continuación, los hombros descienden rápida-
la necesidad de inducir en forma urgente una anestesia o la mente y sufren rotación interna hasta que el diámetro bisacro-
reanimación materna después de una hemorragia por laceracio- mial ocupa el plano anteroposterior. Inmediatamente después
nes o por atonía uterina. del hombro, la cabeza, que normalmente se flexiona sobre el
Para planear el tipo de parto es esencial valorar la dilatación tórax, entra en la pelvis en uno de los diámetros oblicuos y luego
y borramiento del cuello uterino y valorar la altura de la presen- rota de manera que la cara posterior del cuello queda debajo de
tación. Cuando el trabajo de parto se halla demasiado avanzado la sínfisis del pubis. Enseguida sale la cabeza en flexión.
no siempre hay tiempo suficiente como para obtener una pelvi- En ocasiones la pelvis se incrusta en el diámetro transverso de
metría. No obstante, esto último no basta para realizar una cesá- la pelvis y el sacro se dirige en sentido anterior o posterior. El
rea. Por lo general, el avance satisfactorio del trabajo de parto mecanismo del trabajo de parto en la posición transversa difiere
constituye el mejor indicador de que la pelvis es adecuada únicamente en el sentido de que la rotación interna se realiza a lo
(Biswas, 1993; Nwosu, 1993). Posteriormente se realiza una largo de un arco de 90° en lugar de 45°. Pocas veces la rotación es
biometría fetal ecográfica y se valora la flexión de la cabeza. tal, que la espalda del feto se dirige en sentido posterior en lugar
También se valora la anatomía fetal en caso de que no se haya de hacerlo en sentido anterior. Siempre que sea posible es impor-
hecho antes como parte de la atención prenatal. Por último, la tante evitar este tipo de rotación. Si bien la cabeza puede salir al
elección entre una cesárea y un parto vaginal se basa en los fac- permitir que el mentón y la cara pasen por debajo de la sínfisis,
tores que ya se describieron y enumeraron en el cuadro 28-1. cualquier tracción del cuerpo provoca extensión de la cabeza, lo
Para el manejo del trabajo de parto y el parto de un feto en que aumenta el diámetro que debe atravesar la cabeza en la pelvis.
presentación pélvica, se necesita ayuda adicional. Durante el tra-
bajo de parto es ideal contar con una enfermera que permanezca
en la cabecera de la paciente por el riesgo de prolapso u obstruc- ■ Extracción parcial de nalgas
ción del cordón y el médico debe estar preparado para este tipo En todos los partos de nalgas, a menos que exista relajación con-
de urgencias. Los lineamientos para vigilar al feto de alto riesgo siderable del perineo, se debe hacer una episiotomía y ésta cons-
se aplican como se describe en la página 497. Durante la pri- tituye un complemento importante del parto. De manera ideal,
mera fase del trabajo de parto, la frecuencia cardiaca fetal se se permite que la pelvis salga espontáneamente hasta el ombligo.
anota cuando menos cada 15 min. La mayoría de los médicos El parto es más sencillo y la morbimortalidad es menor, cuando
prefiere la vigilancia electrónica continua. En caso de que apa- menos intuitivamente. La salida de la pelvis fetal desplaza al
rezca un patrón preocupante de la frecuencia cardiaca fetal se ombligo y el cordón hacia la pelvis materna, lo que estira y com-
deberá decidir si es necesario realizar una cesárea. prime al cordón. Por lo tanto, una vez que la pelvis ha salido del
Una vez que las membranas se rompen, ya sea de manera introito vaginal, es importante extraer con rapidez el abdomen,
espontánea o artificial, existe riesgo de prolapso de cordón, lo tórax, brazos y cabeza ya sea en forma espontánea o con ayuda,
que aumenta cuando el feto es pequeño o la presentación pél- como aquí se describe.
vica no es franca (Dilbaz, 2006; Erdemoglu, 2010). Por consi- La cadera posterior por lo general sale por la posición de las
guiente, se debe realizar una exploración vaginal después de la 6:00 del reloj y a menudo con suficiente presión como para
rotura para excluir el prolapso, con especial atención a la fre- provocar la salida de meconio espeso (fig. 28-5). Luego sale la
cuencia cardiaca fetal durante los primeros 5 a 10 min después cadera anterior, seguida de la rotación externa hasta adquirir
de la rotura de las membranas. una posición sacra anterior. Aquí la madre debe seguir pujando.
Conforme el feto sigue descendiendo, las piernas se extraen una
por una tomando la cara medial del fémur con los dedos coloca-
■ Movimientos principales dos paralelos a cada fémur y ejerciendo presión en sentido late-
en el parto de nalgas ral para alejar las piernas de la línea media.
El encajamiento y descenso de la pelvis fetal por lo general se Una vez que salen las piernas, la pelvis ósea del feto se toma
llevan a cabo con el diámetro bitrocantéreo en uno de los diá- con ambas manos y con la ayuda de una toalla humedecida con
564 Parto y cesárea
Brazo nucal
Como ya se mencionó, algunas veces uno o ambos brazos se
encuentran en la cara posterior del cuello (brazo nucal) y se
incrustan en el estrecho superior de la pelvis. En esta situación
el parto se dificulta. Cuando no es posible liberar el brazo del
cuello de la manera descrita se puede intentar rotar al feto a lo
largo de un medio círculo en dirección tal que la fricción ejer-
cida por el canal del parto deslice el codo hacia la cara (fig.
28-10). Si esta medida falla, muchas veces es necesario empujar
al feto hacia arriba para liberarlo. Si también esto fracasa, el
brazo nucal se extrae colocando un dedo sobre el mismo, luego
se jala sobre el hombro y por último a lo largo de la superficie
ventral. En estas circunstancias, con frecuencia se fractura el
húmero o la clavícula.
CAPÍTULO 28
A B
C D
FIGURA 28-7. La rotación de 90° de la pelvis y el abdomen fetal en el sentido de las manecillas del reloj coloca al sacro de posición anterior a
posición sacra transversa izquierda. Simultáneamente, la tracción delicada en sentido inferior extrae a la escápula (A) y el brazo (B-D).
pelvis ósea del feto. Si la pelvis permanece con orientación pos- Parto de la cabeza última
terior se utiliza la maniobra de Mauriceau, descrita a continua-
ción. Si también esto es imposible, el feto se extrae con la Maniobra de Mauriceau. De manera habitual, es posible
maniobra modificada de Praga, que se lleva a cabo en la actuali- extraer la cabeza fetal con un fórceps o con alguna de varias
dad y consiste en tomar con dos dedos de una mano los hom- maniobras. En la maniobra de Mauriceau, el índice y el dedo
bros del feto mientras que con la otra mano los pies se empujan medio de una mano se colocan sobre la axila para flexionar la
hacia arriba sobre el abdomen materno (fig. 28-11). cabeza mientras el cuerpo del feto descansa sobre la palma de la
566 Parto y cesárea
SECCIÓN 8
CAPÍTULO 28
pretérmino, el cuello que no se ha
dilatado por completo se contrae
alrededor del cuello e impide la
salida de la cabeza última. En este
punto se debe suponer que ya
existe compresión considerable o
incluso total del cordón y el tiempo
es crucial. Con una tracción deli-
cada al cuerpo fetal, muchas veces
es posible pasar el cuello uterino
con la mano sobre el occipucio.
Cuando esta técnica fracasa,
muchas veces es necesario hacer
incisiones de Dührssen como se
muestra en la figura 28-14. Otras
alternativas son la aplicación intra-
A B venosa de nitroglicerina, por lo
general 100 μg para relajar el cuello
FIGURA 28-12. A. Salida de la cabeza última por medio de la maniobra de Mauriceau. Nótese que uterino (Dufour, 1977; Wessen,
conforme sale la cabeza fetal el ayudante mantiene la flexión de la cabeza y ejerce presión suprapú- 1995). Sin embargo, no existe evi-
bica. B. El médico presiona al mismo tiempo el maxilar superior mientras ejerce tracción hacia arriba y dencia suficiente que compruebe
hacia afuera. su eficacia para este fin. Otra
opción es la anestesia general con
sustancias halogenadas.
ejercer tracción continua y delicada hacia abajo de manera El último recurso es colocar de nuevo al feto dentro del útero
simultánea en el cuello fetal y el maxilar. Al mismo tiempo el y vagina para realizar una cesárea y rescatar al feto atrapado que
ayudante ejerce presión suprapúbica (fig. 28-12). no puede salir por vía vaginal. Esta maniobra se describió para
la cabeza que empieza a salir y se acompaña de distocia intrata-
Fórceps para la cabeza última. También es posible utilizar ble de hombros y se denomina maniobra de Zavanelli, descrita
un fórceps especial para extraer la cabeza última. El fórceps de por Sandberg (1988). Después, Steyn y Pieper (1994) describie-
Piper, que se muestra en la figura 28-13, o el fórceps divergente ron cómo utilizarla para resolver la retención de la cabeza última
de Laufe, se utilizan en forma electiva o cuando no se puede en un feto en presentación pélvica de 2 590 gramos. Sandberg
realizar fácilmente la maniobra de Mauriceau. Las ramas del fór- (1999) revisó 11 partos pélvicos en los que se usó esta maniobra.
ceps no se colocan en la cabeza última hasta que ésta se ha lle- Para la retención de la cabeza última también se utiliza la
vado hasta la pelvis por medio de tracción delicada, combinada sinfisiotomía. Con anestesia local, esta cirugía divide el cartílago
con presión suprapúbica, y se encaja. La suspensión del cuerpo de la sínfisis y gran parte de su soporte ligamentoso para ampliar
del feto en una toalla permite sostener con eficacia al feto y la sínfisis del pubis hasta 2.5 cm (Basak, 2011). En Estados Uni-
ayuda a retirar los brazos y el cordón fuera del camino mientras dos esta técnica se utiliza muy rara vez por falta de entrena-
se colocan las ramas del fórceps. miento y por las lesiones graves que se pueden generar a la pelvis
Las ramas del fórceps se dirigen hacia arriba desde el nivel del y al aparato urinario de la madre. Dicho esto, cuando no es
perineo, por lo que algunos médicos prefieren colocarlas apoya- posible realizar una cesárea o no es segura para la madre, la sin-
dos en una rodilla. El fórceps de Piper tiene un arco en sentido fisiotomía puede salvar la vida tanto de una madre como de su
inferior en el mango para acomodar el cuerpo del feto y carece hijo (Hofmeyr, 2012).
de una curvatura pélvica. Esta forma permite aplicar directa-
mente la curva cefálica de la rama a lo largo de la vagina materna
y el hueso parietal del feto. El médico sostiene la rama que se ■ Extracción completa de nalgas
colocará en el lado izquierdo de la madre con la mano izquierda.
Luego desliza la mano derecha entre la cabeza del feto y la pared Presentación pélvica completa o incompleta
lateral izquierda de la vagina materna para guiar la rama hacia A veces es necesario recurrir a la extracción total de una presen-
adentro y alrededor del hueso parietal. La rama opuesta se tación pélvica completa o incompleta. Se introduce una mano a
coloca de la misma manera pero en espejo. Una vez en su sitio, través de la vagina y se toman ambos pies del feto. Los tobillos se
las ramas se articulan y el cuerpo del feto cruza sobre los man- sostienen con otro dedo entre ellos. Por medio de tracción deli-
gos. La cabeza se extrae al jalar con delicadeza y elevar el mango cada, los pies se llevan hasta el introito. En caso de que sea difícil
al mismo tiempo. De esta manera la cara se desliza sobre el peri- sujetar ambos pies, primero un pie se lleva hasta la vagina pero
neo mientras el occipucio permanece debajo de la sínfisis hasta no a través del introito y luego el otro se moviliza de manera
salir después de las cejas. La cabeza y el cuerpo deben moverse al similar. Ahora ambos pies se sujetan y extraen a través de la vulva
unísono para que el traumatismo sea menor. al mismo tiempo (fig. 28-15).
568 Parto y cesárea
SECCIÓN 8
A B
FIGURA 28-13. Fórceps de Piper para extraer la cabeza última. A. El cuerpo del feto se mantiene elevado con una toalla tibia y la rama
izquierda del fórceps se coloca sobre la cabeza última. B. Luego se introduce la rama derecha con el cuerpo aún elevado. C. Extracción de la
cabeza última con fórceps. Nótese la dirección de los movimientos que muestra la flecha.
Conforme las piernas salen por la vulva, se sigue traccio- Presentación pélvica franca
nando suavemente. Una vez que las piernas salen, se sujetan
porciones más superiores; primero las piernas y luego los mus- Durante el parto de una presentación pélvica franca se coloca un
los. Cuando la pelvis aparece en el estrecho inferior de la vagina, dedo en cada ingle y se aplica tracción moderada con ayuda de
se aplica tracción suave hasta que salen las caderas. Una vez que una episiotomía amplia (fig. 28-16). Una vez que la pelvis sale a
salen las nalgas, la espalda del feto por lo general rota hacia ade- través del introito se siguen los pasos descritos para el parto de
lante. A continuación se colocan los pulgares sobre el sacro y los la presentación pélvica parcial (pág. 564). Estas maniobras tam-
dedos sobre las caderas y se termina la extracción de la pelvis bién se utilizan durante la cesárea de una presentación pélvica
como ya se describió para el parto de la presentación pélvica franca a través de la histerotomía.
parcial (pág. 564). Durante la cesárea también se llevan a cabo Cuando la tracción moderada fracasa, el parto vaginal se
estas maniobras para una presentación pélvica completa, incom- logra únicamente por medio de descomposición pélvica. En este
pleta o de pies a través de la histerotomía. procedimiento es necesario manipular dentro del canal del parto
Parto de nalgas 569
CAPÍTULO 28
A
chocando con el dorso de la mano. A continuación se sujeta el preocupante del feto. Otras contraindicaciones son rotura de
pie y se jala. membranas, malformaciones uterinas conocidas, embarazo múl-
tiple y hemorragia uterina reciente. Como ya se describió en el
capítulo 31 (pág. 616), la incisión uterina previa también es una
SECCIÓN 8
CAPÍTULO 28
complicaciones son más frecuentes cuando se utiliza analgesia
conducida. La aplicación de óxido nitroso o analgesia condu-
cida provocó el doble de anormalidades en la frecuencia cardiaca
fetal. Asimismo, la hemorragia vaginal y las cesáreas de urgencia
por el procedimiento fueron tres veces más frecuentes. En estas
revisiones se concluyó que probablemente el dolor menos
intenso en estas mujeres permitió la aplicación exagerada de
fuerza durante la versión. No obstante, en otro estudio pequeño,
Suen et al. (2012) demostraron que la fuerza aplicada durante la
versión bajo analgesia raquídea es, de hecho, menor.
Otros métodos
Existen otros métodos poco convencionales que se han inten-
tado para ayudar a la versión. La moxibustión es una técnica de
medicina china tradicional en la que se quema una rama con
forma de cigarrillo de Artemisia vulgaris, también conocida-
como abrótano o en japonés moxa. En el punto de acupuntura
BL 67, la rama se coloca directamente sobre la piel o de manera
indirecta se calienta una aguja de acupuntura en el sitio para
aumentar los movimientos fetales y facilitar la versión espontá-
nea de la presentación pélvica. Casi siempre se realiza entre las
33 y 36 semanas de la gestación para permitir un intento de
FIGURA 28-18. Versión cefálica externa. Al intentar girar al feto en versión cefálica externa si no tiene éxito. Los resultados de los
sentido anterior, se ejerce presión en sentido de las manecillas del estudios clínicos con asignación al azar son contradictorios. Sin
reloj contra los polos fetales. embargo, en la revisión de la base de datos de Cochrane se
encontró evidencia que apoya a la moxibustión cuando se com-
bina con acupuntura (Cardini, 1998, 2005; Coyle, 2012; Guit-
Tocólisis
tier, 2009; Neri, 2004).
Existe evidencia que apoya el uso de tocolíticos durante la ver-
sión externa (American College of Obstetricians and Gynecologists,
2012a). Los fármacos que se han investigado comprenden a los
■ Versión podálica interna
betamiméticos como terbutalina, ritodrina o salbutamol; blo-
queadores de los conductos del calcio como nifedipina y donan- Esta maniobra se utiliza únicamente para el parto del segundo
tes de óxido nítrico como nitroglicerina. En la mayor parte de gemelo. Con las membranas de preferencia íntegras, se intro-
las investigaciones con asignación al azar se han valorado los duce una mano en la cavidad uterina para voltear al feto. El
betamiméticos. En uno de estos estudios, Fernandez et al. médico sujeta uno o ambos pies y los extrae por el cuello uterino
(1996) publicaron que el éxito con terbutalina subcutánea, en dilatación completa mientras que con la otra mano empuja
52%, es mucho mayor que sin ésta, 27%. Existen otros estudios la parte superior del cuerpo fetal por vía transabdominal en
de betamiméticos que apoyan su eficacia, pero no en forma uni- dirección opuesta como se muestra en el capítulo 45 (pág. 918).
versal (Marquette, 1996; Robertson, 1987; Vani, 2009). La evi- Por último se extrae la pelvis.
dencia que apoya el uso de nifedipina y nitroglicerina es menor
(Cluver, 2012; Wilcox, 2011). La política en el Parkland Hospi-
tal es administrar 250 μg de terbutalina por vía subcutánea a la BIBLIOGRAFÍA
mayoría de las mujeres antes de intentar una versión. Cuando
empieza la taquicardia materna, un efecto conocido de la terbu- Abenhaim HA, Varin J, Boucher M: External cephalic version among women
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(Mancuso, 2000; Schorr, 1997). Sin embargo, Sullivan et al. tion. Am J Obstet Gynecol 177:586, 1997
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574
CAPÍTULO 29
Parto vaginal
quirúrgico
CAPÍTULO 29
6 muestras de sangre del cuero cabelludo del feto recientemente.
Porcentaje
precoz del fórceps y si la madre deja de pujar durante la desarti- a estas hemorragias, distocia de hombros, fractura clavicular y
culación. Por último, estas lesiones son más frecuentes con el laceraciones del cuero cabelludo. El cefalohematoma y la hemo-
parto vaginal quirúrgico de una posición occipito-posterior rragia subgalea son lesiones extracraneales que se describen en el
(Damron, 2004). Por lo tanto, la rotación manual o con fórceps capítulo 33 (pág. 646).
SECCIÓN 8
de la posición occipito-posterior a occipito-anterior y a conti- En 1998, la Food and Drug Administration publicó una
nuación el parto vaginal asistido, puede reducir las lesiones en la advertencia de salud pública en cuanto a la posible relación exis-
parte inferior del aparato reproductor. tente entre el parto con ventosa y ciertas complicaciones fetales
graves, incluida la muerte. Como respuesta, el American College
Trastornos del piso pélvico of Obstetricians and Gynecologists (1998) publicó una Opinión
Este término comprende a la incontinencia urinaria, la inconti- del Comité, recomendando el uso de dispositivos con succión
nencia anal y el prolapso de los órganos pélvicos. Se ha dicho en el parto cuando resulte adecuado. En aquella época calcula-
que el parto vaginal quirúrgico constituye un posible riesgo para ron que había aproximadamente un evento adverso por cada
estos trastornos. Los mecanismos propuestos son deficiencia 45 455 extracciones con ventosa por año.
estructural, desnervación del piso pélvico (o ambas), secunda- Por el contrario, el parto vaginal asistido con fórceps tiene
rias al esfuerzo ejercido durante el parto. una mayor frecuencia de lesión del nervio facial, lesión del plexo
Dos efectos a corto plazo del parto con fórceps y ventosa son braquial, fractura de cráneo deprimida y abrasión corneal
la retención urinaria y la disfunción vesical (Mulder, 2012). Es (Demissie, 2004; Dupuis, 2005; American College of Obstetri-
importante señalar que la episiotomía y la analgesia epidural, cians and Gynecologists, 2012). A pesar de que en algunos estu-
que con frecuencia acompañan al parto vaginal quirúrgico, tam- dios se ha vinculado la extracción con ventosas con una mayor
bién constituyen riesgos de retención urinaria. Los síntomas son frecuencia de hemorragia intracraneal, en otros se demuestra
breves y desaparecen en 24 a 48 horas manteniendo un drenaje una frecuencia similar con cualquiera de ambos métodos (Tow-
pasivo con sonda vesical. ner, 1999; Wen, 2001; Werner, 2011).
En cuanto a la disfunción urinaria más sostenida, la paridad Como grupo, si se compara el parto vaginal quirúrgico con
y específicamente los partos vaginales constituyen factores de la cesárea, la frecuencia de hematoma extracraneal, fractura de
riesgo conocidos de incontinencia urinaria (Gyhagen, 2013; cráneo, lesión del nervio facial o del plexo braquial, hemorragia
Rortveit, 2003). Existen unos cuantos estudios demostrando un retiniana y laceraciones faciales o del cuero cabelludo, es menor
mayor riesgo con el parto vaginal quirúrgico (Baydock, 2009; con la cesárea y se elimina la distocia de hombros. Sin embargo,
Handa, 2011). Sin embargo, otros estudios no apoyan que es importante señalar que la frecuencia de acidemia fetal no
exista un mayor riesgo frente al parto vaginal no asistido (Handa, aumenta con el parto vaginal quirúrgico (Contag, 2010; Walsh,
2012; Leijonhufvud, 2011; MacArthur, 2006; Thom, 2011). 2013). Durante el trabajo de parto, la frecuencia de hemorragia
La evidencia relacionando la incontinencia anal con el parto intracraneal es similar en los lactantes que nacen por extracción
vaginal quirúrgico es contradictoria. En algunos estudios se con ventosas, fórceps o cesárea (Towner, 1999). No obstante,
demuestra que la rotura del esfínter anal por una episiotomía esta frecuencia es mayor que en los que nacen de manera espon-
extensa, mas no el tipo de parto, constituye el factor causal prin- tánea o por cesárea antes del trabajo de parto. Estos autores
cipal de la incontinencia anal (Baud, 2011; Bols, 2010; Evers, sugieren que el factor de riesgo común de hemorragia intracra-
2012; Nygaard, 1997). Por el contrario, otros autores han rela- neal es el trabajo de parto anormal. Werner et al. (2011), en su
cionado directamente el parto vaginal quirúrgico con esta com- evaluación de más de 150 000 partos de productos únicos,
plicación (MacArthur, 2005; Pretlove, 2008). No obstante, estos publicaron que el parto asistido con fórceps tiene menos com-
estudios no son incongruentes en cuanto a que el parto vaginal plicaciones neurológicas que el parto asistido con ventosas o la
quirúrgico, como ya se describió, se acompaña de una mayor cesárea. Sin embargo, en un subgrupo, la hemorragia subdural
frecuencia de episiotomías extensas. Es importante señalar que fue bastante más frecuente en el grupo que nació por cualquier
en varios estudios y revisiones no se ha encontrado que la cesá- procedimiento de parto vaginal quirúrgico que en el que nació
rea proteja contra la incontinencia anal (Nelson, 2010). por cesárea.
Por último, la evidencia que relaciona al prolapso de los órga- Los resultados de la morbilidad neonatal comparando al fór-
nos pélvicos con el parto vaginal quirúrgico también tiene resul- ceps medio y la cesárea, son contradictorios. En el estudio de
tados mixtos (Gyhagen, 2013; Handa, 2011). Es interesante Towner y colaboradores (1999), se encontraron riesgos similares
señalar que Glazener et al. (2013), por medio de un cuestiona- para hemorragia intracraneal. Bashore et al. (1990) observaron
rio sintomático y una exploración física, evaluaron a un grupo en ambos grupos calificaciones de Apgar similares, cifras ácido-
de mujeres 12 años después del parto. Los síntomas de prolapso base similares en sangre neonatal, ingresos a la Unidad de Cuida-
se vincularon con el parto vaginal quirúrgico, pero la medida dos Intensivos Neonatales y traumatismo neonatal. Sin embargo,
objetiva de prolapso demostró un efecto protector de este tipo de en otro estudio, Robertson y colaboradores (1990) encontraron
parto frente al parto vaginal no quirúrgico. una frecuencia bastante mayor de estos resultados adversos en el
grupo sometido a fórceps medio. Hagadorn-Freathy et al. (1991)
publicaron mayor riesgo de parálisis del nervio facial –9%– en el
■ Morbilidad perinatal parto con fórceps medio.
Lesiones perinatales agudas
Éstas son más comunes con el parto vaginal quirúrgico que con Mecanismos de lesión aguda
la cesárea o el parto vaginal espontáneo. Si bien se observan En general, con el parto vaginal quirúrgico, los tipos de lesión
con cualquier método, son mucho más frecuentes con la extrac- fetal se pueden explicar por las fuerzas ejercidas. En el caso de
ción con ventosas. Algunas lesiones son cefalohematomas, hemo- cefalohematoma y hemorragia subgalea, la succión y quizá la rota-
rragia subgalea, hemorragia retiniana, ictericia neonatal secundaria ción durante la extracción con ventosas, provoca laceraciones de
Parto vaginal quirúrgico 577
un vaso primario (fig. 33-1, pág. 647). La hemorragia intracra- PRUEBA DE PARTO VAGINAL QUIRÚRGICO
neal puede ser resultado de una fractura de cráneo y de una
laceración vascular o de una laceración vascular aislada por las Si se espera que un parto vaginal quirúrgico sea difícil, se debe
CAPÍTULO 29
fuerzas ejercidas. En la parálisis facial, una de las ramas del fór- considerar como una prueba. De preferencia, el parto se lleva a
ceps puede comprimir el nervio contra los huesos faciales cabo en un quirófano equipado para realizar una cesárea urgente
(Duval, 2009; Falco, 1990). La frecuencia más elevada de disto- y con el personal necesario. Cuando no es posible aplicar satis-
cia de hombros que se observa con la extracción asistida por factoriamente un fórceps, el procedimiento se suspende y se
ventosas suele ser resultado del ángulo de tracción. Con las ven- lleva a cabo una extracción con ventosa o una cesárea. Con la
tosas, este ángulo crea fuerzas vectoriales que jalan al hombro primera, en caso de que no haya descenso con la tracción, el
anterior dentro de la sínfisis del pubis (Caughey, 2005). Para proceso se abandona y se lleva a cabo una cesárea.
explicar la lesión del nervio braquial, Towner y Ciotti (2007) Tomando en cuenta estas advertencias, la cesárea después de
propusieron que conforme la cabeza del feto desciende a lo largo intentar un parto vaginal quirúrgico, no produjo resultados neo-
del canal del parto, los hombros permanecen por arriba del natales adversos siempre y cuando se contara con un trazo tran-
estrecho superior de la pelvis. De esta manera, similar a lo que quilizante de la frecuencia cardiaca fetal (Alexander, 2009). En
sucede en la distocia de hombros a nivel de la sínfisis del pubis, otro estudio similar, se evaluó a 122 mujeres sometidas a una
esta “distocia de hombros en el estrecho superior de la pelvis” es prueba de fórceps medio o extracción con ventosas, en un
superada por las fuerzas de tracción pero con estiramiento con- ambiente preparado para una cesárea (Lowe, 1987). Los investi-
comitante del plexo braquial. gadores no encontraron diferencias significativas en cuanto a la
morbilidad neonatal o materna inmediata frente a las 42 mujeres
Morbilidad infantil a largo plazo sometidas a cesárea por indicaciones similares pero sin esta
La evidencia en cuanto a los resultados del neurodesarrollo a prueba. Por el contrario, en 61 mujeres en quienes fracasó el
largo plazo en los niños que nacen por parto vaginal quirúrgico parto asistido con ventosas o fórceps, pero sin preparación previa
es bastante tranquilizadora. Seidman et al. (1991) evaluaron a para una cesárea inmediata, la morbilidad neonatal fue mayor.
más de 52 000 reclutas del ejército israelí a los 17 años de edad Los factores vinculados con el fracaso de un parto quirúrgico
y encontraron que sin importar el tipo de parto, la frecuencia de son la posición occipito-posterior persistente, ausencia de anes-
deficiencias físicas o cognitivas eran similares. Wesley et al. tesia regional o general y peso al nacer mayor de 4 000 gramos
(1992) encontraron puntuaciones similares de inteligencia entre (Ben-Haroush, 2007). En general, para evitar la morbilidad por
los niños de cinco años de edad que nacieron por parto espon- el parto fallido con fórceps o ventosas, el American College of
táneo, con fórceps o con ventosas. Murphy et al. (2004) no Obstetricians and Gynecologists (2012) advierte realizar estas
encontraron relación entre el parto con fórceps y la epilepsia en pruebas únicamente cuando la evaluación clínica es altamente
un grupo de 21 441 adultos. En su revisión epidemiológica, sugestiva de un resultado satisfactorio. Todos subrayamos el
O’Callaghan et al. (2011) tampoco encontraron relación entre entrenamiento adecuado.
la parálisis cerebral y el parto vaginal quirúrgico. El estudio La instrumentación secuencial comprende un intento de
prospectivo de Bahl et al. (2007) comprende hijos de 264 muje- extracción con ventosas seguido de uno con fórceps. Esto pro-
res sometidas a un parto quirúrgico. La frecuencia de morbili- bablemente proviene de la mayor frecuencia con que se con-
dad del neurodesarrollo fue similar entre los que nacieron de un cluye una extracción con fórceps, frente a la que utiliza ventosas
parto exitoso con fórceps, de uno con fórceps fallido seguido de como ya se dijo antes (pág. 574). No existe evidencia para justi-
cesárea o de cesárea sin fórceps. ficar esta práctica, puesto que aumenta significativamente el
Los datos sobre los partos con fórceps medios son también riesgo de traumatismo fetal (Dupuis, 2005; Murphy, 2001;
bastante tranquilizadores. Broman et al. (1975), publicaron que Gardella, 2001). En vista de estos resultados adversos, el Ameri-
los niños que nacen con fórceps medio tienen puntuaciones de can College of Obstetricians and Gynecologists (2012) no reco-
inteligencia ligeramente mayores a los cuatro años, que los niños mienda el uso secuencial de instrumentos a menos que exista
que nacieron en forma espontánea. Sin embargo, utilizando la una “razón convincente y justificable”.
misma base de datos, Friedman et al. (1977, 1984) analizaron
los estudios de inteligencia a los siete años de edad o después.
Concluyeron que los niños que nacieron con fórceps medio ENTRENAMIENTO
tenían cocientes de inteligencia promedio más bajos que los
niños que nacieron con fórceps bajos. En otro estudio que uti- Conforme ha disminuido la frecuencia del parto vaginal qui-
lizó la misma base de datos, Dierker et al. (1986) compararon rúrgico, también lo han hecho las oportunidades para recibir
los resultados a largo plazo de los niños que nacieron con fór- entrenamiento. Hace 15 años, Hankins et al. (1999) publica-
ceps medios y los que nacieron por cesárea después de una dis- ron que menos de 50% de los directores de residencias espera-
tocia. La fuerza de este estudio es lo apropiado del grupo testigo. ban que los estudiantes tuvieran habilidad para atender un
Estos investigadores observaron que el parto con fórceps medio parto con fórceps medio. Al observar la información que se pre-
no tiene relación con las discapacidades del neurodesarrollo. Por senta en la figura 29-1, esperaríamos que esa cifra fuera mucho
último, Nilsen (1984) evaluó a hombres de 18 años de edad menor hoy en día (Miller, 2014). En muchos programas, el
encontrando que los que habían nacido con fórceps Kielland entrenamiento incluso en extracciones con fórceps bajo y del
tenían coeficientes de inteligencia mayores que los que nacieron estrecho inferior, ha alcanzado un nivel bajo crítico. Para los
espontáneamente, con ayuda de ventosas o por cesárea. Como residentes que concluyeron su entrenamiento en el año 2012, el
se describe en la página 582, Burke et al. (2012) publicaron 144 Accreditation Council for Graduate Medical Education (2012)
casos de rotación con fórceps de Kielland encontrando una menciona una media de seis partos con fórceps y 16 partos con
morbilidad mínima. ventosas.
578 Parto y cesárea
FIGURA 29-3. Fórceps de Tucker-McLane. La rama no es fenestrada FIGURA 29-4. Fórceps de Kielland. Sus características son curvatura
y el mango es delgado. pélvica mínima (A), seguro deslizante (B) y peso ligero.
Parto vaginal quirúrgico 579
CAPÍTULO 29
FIGURA 29-7. Ahora el vértice se encuentra en occipito-anterior y el
fórceps se coloca y articula en forma simétrica.
A B
FIGURA 29-6. A. Inserción continua de la rama izquierda. La mano derecha, que no se muestra aquí, guía la rama durante su colocación.
Nótese el arco de los mangos conforme rotan al colocarse en el lado izquierdo de la madre. B. Primera rama en su lugar. El ayudante puede
sostener este mango con la mano mientras se coloca la segunda rama.
580 Parto y cesárea
SECCIÓN 8
A B
FIGURA 29-8. Colocación incorrecta de un fórceps. A. Una rama sobre el occipucio y otra sobre la ceja. No es posible articular el fórceps. B. Con
una colocación incorrecta, las ramas tienden a zafarse con la tracción.
Cuando es necesario, la cabeza se rota hacia la posición occi- nacimiento de la cabeza es necesario simular, lo mejor posible, el
pito-anterior antes de aplicar tracción (fig. 29-9). Una vez cer- parto espontáneo.
ciorada la colocación satisfactoria de las ramas, se tracciona con La fuerza producida por el fórceps en el cráneo del feto es
delicadeza, en forma intermitente y en sentido horizontal, al una función compleja de tracción y compresión por parte del
mismo tiempo que la madre puja hasta que el perineo se abulta fórceps, así como de la fricción producida por los tejidos mater-
(fig. 29-10). Durante la tracción, y conforme la vulva es disten- nos. Es imposible medir la fuerza que ejerce el fórceps en cada
dida por el occipucio, se realiza una episiotomía si es necesaria. paciente. Por lo tanto, la tracción debe ser intermitente y se
Se sigue traccionando en dirección horizontal y los mangos se debe permitir que la cabeza retroceda entre las contracciones,
elevan de manera gradual para que finalmente apunten hacia como sucede en el trabajo de parto espontáneo. Con excepción
arriba conforme emergen los huesos parietales (figs. 29-11 y de las situaciones en las que existe una indicación urgente, como
29-12). Al elevar los mangos, la cabeza se extiende. Durante el sucede en la bradicardia fetal acentuada, el parto debe ser lo
suficientemente lento, deliberado y delicado como para prevenir
una compresión excesiva de la cabeza. Es preferible ejercer trac-
ción únicamente con cada contracción uterina. Los pujidos de
la madre amplifican estos esfuerzos.
Una vez que la vulva ha sido distendida por la cabeza, el
parto puede continuar de varias formas. Algunos médicos dejan
el fórceps en su sitio para dirigir el avance de la cabeza. Sin
embargo, con esta medida el espesor de las ramas incrementa la
distensión vulvar, aumentando la probabilidad de una lacera-
ción o la necesidad de una episiotomía grande. Para prevenirlo,
el fórceps se retira y el parto concluye con los pujidos maternos
(fig. 29-13). Es importante señalar que si las ramas se desarticu-
lan y extraen demasiado pronto, la cabeza puede retraerse y el
parto se prolonga. En ciertos casos es posible ayudar a los puji-
dos maternos con la maniobra modificada de Ritgen.
CAPÍTULO 29
terior, el occipucio rota espontáneamente hacia la por-
ción anterior, lo que indica que es fácil rotar en forma
manual la cabeza del feto.
Con la rotación manual, se introduce una mano
abierta en la vagina. La palma se coloca sobre la sutura
sagital de la cabeza fetal. Los dedos del médico envuel-
ven un lado de la cara del feto y el pulgar se extiende a
lo largo del otro lado. Cuando el occipucio se encuen-
tra en posición posterior derecha, la rotación se lleva a
cabo en el sentido de las manecillas del reloj, hasta
obtener una posición occipito-anterior derecha a una
posición occipito-anterior correcta. Con la posición
occipito-posterior izquierda, la rotación se lleva a cabo
en sentido contrario a las manecillas del reloj. En caso
FIGURA 29-10. Occipito-anterior. Parto con fórceps bajo. La flecha señala la de toparse con resistencia durante la rotación, la cabeza
dirección de la tracción delicada para el parto de la cabeza.
se eleva ligeramente sin soltarla, puesto que puede
haber prolapso del cordón. Una vez que el occipucio
alcanza la posición anterior se permite que el trabajo de
parto continúe o bien se utilizan fórceps. Le Ray et al.
(2007, 2013) publicaron un índice de éxitos mayor de
90% con la rotación manual.
La rotación manual es más fácil en las multíparas.
Cuando no es posible llevar a cabo fácilmente la rota-
ción manual, se colocan las ramas de un fórceps en la
cabeza en posición posterior y muchas veces el procedi-
miento menos peligroso es el parto en posición occi-
FIGURA 29-11. Conforme la cabeza sale se ejerce tracción hacia arriba (flecha).
CAPÍTULO 29
ceps puesto que el parto vaginal es imposible, excepto con fetos Tipo de copa Fabricante
muy pequeños. Copa blanda
GentleVac OB Scientific
Kiwi ProCup Clinical Innovations
EXTRACCIÓN CON VENTOSAS
Mityvac Mitysoft Bell CooperSurgical
Pearl Edge Bell Cup CooperSurgical
■ Diseño de la ventosa obstétrica
Secure Cup Utah Medical Products
En la técnica del parto con ventosa se genera succión colocando Soft Touch Utah Medical Products
una copa sobre el cuero cabelludo del feto, para que al aplicar Tender Touch Utah Medical Products
tracción en la misma, ayude a la expulsión fetal. En Estados Uni- Tender Touch Ultra Utah Medical Products
dos, el término que se prefiere para referirse a los dispositivos que Velvet Toucha Utah Medical Products
se muestran en la figura 29-15 es ventosa obstétrica, pero en Reusable vacuum delivery cupa CooperSurgical
Europa suele llamarse ventouse, del francés, literalmente “copa
blanda”. Las ventajas teóricas de este instrumento frente al fórceps Copa rígida con forma de hongo
son requisitos más sencillos para la colocación precisa en la cabeza Flex Cup Utah Medical Products
del feto y se prescinde de las ramas que ocupan espacio en la Mityvac M-Style CooperSurgical
vagina, lo que disminuye la frecuencia de traumatismos maternos. Super M-Style CooperSurgical
Como ya se dijo, la ventosa tiene una copa, asta, mango y Mityvac M-Selectb CooperSurgical
generador de succión. Las copas pueden ser de metal, plástico Kiwi OmniCupb Clinical Innovations
duro o plástico blando y también difieren en cuanto a su forma, Kiwi Omni-C Cupc Clinical Innovations
tamaño y posibilidad de usarlas de nuevo. En Estados Unidos a Campanas reutilizables.
por lo general se prefieren las copas que no son de metal y exis- b Adecuada para posición en occipito-posterior o asinclitismo.
c Para extracciones a través de una histerotomía durante una cesárea.
ten dos tipos principales: la copa blanda es una cúpula flexible
con forma de embudo o campana, mientras que la variedad
rígida tiene una forma de hongo aplanado y una cresta circular
alrededor del borde de la copa (cuadro 29-2). Si se comparan,
las copas rígidas con forma de hongo generan más fuerza de Varios investigadores han comparado los resultados con
tracción (Hofmeyr, 1990; Muise, 1993). En las cabezas con diversas copas rígidas y blandas. Las copas de metal tienen
posición occipito-posterior o con asinclitismo, la copa plana mayor índice de éxito, pero también mayor índice de lesiones
facilita su colocación en el punto de flexión, que es menos acce- de cuero cabelludo, incluido el cefalohematoma (O’Mahony,
sible con estas posiciones de la cabeza. El inconveniente es que 2010). En otro estudio, Kuit et al. (1993) observaron que la
las cabezas planas tienen mayor frecuencia de laceraciones del única ventaja de la copa blanda es una menor frecuencia de
cuero cabelludo. Es por esta razón que muchos fabricantes reco- lesión del cuero cabelludo. Publicaron una frecuencia de 14%
miendan las copas blandas en los partos en posición occipito- de extensión de la episiotomía con las copas tanto rígidas como
anterior. Las copas rígidas en forma de hongo se prefieren en flexibles. Las laceraciones perineales resultaron en 16% de las
caso de una posición occipito-posterior u occipito-transversa o extracciones con copa rígida y 10% con copa flexible. En otra
para asinclitismo. revisión, Vacca (2002) concluyó que con la copa blanda se pro-
ducen menos laceraciones del cuero cabelludo, pero la frecuen-
cia de cefalohematoma y hemorragia subgalea es similar con las
copas blandas y rígidas. Es importante señalar que la succión
poderosa genera una gran cantidad de fuerza no importando la
copa utilizada (Duchon, 1998).
Independientemente de la copa, el asta que la conecta con el
mango puede ser flexible o semiflexible. En caso de una posición
A occipito-posterior o asinclitismo, para colocar mejor la copa se
prefieren las astas flexibles como tubos (fig. 29-15A). Por último,
el generador de succión puede ser sostenido y manejado por el
operador o por un ayudante.
■ Técnica
B Un paso importante en la extracción con ventosa es la coloca-
ción precisa de la copa sobre el punto de flexión. Este punto
pivote mejora la tracción, disminuye el desprendimiento de la
FIGURA 29-15. Sistemas de ventosas con succión. A. La Kiwi Omni-
copa, flexiona pero no rota la cabeza fetal y extrae el menor
Cup contiene un generador manual de succión, que se conecta a tra-
vés de un tubo con la copa de plástico rígido con forma de hongo. diámetro cefálico a través del estrecho inferior de la pelvis. Esto
B. La Mityvac Mystic II MitySoft Bell Cup consta de una copa blanda aumenta el éxito, reduce la frecuencia de lesiones del cuero
que se une por medio de un tubo semirrígido a la bomba manual. cabelludo fetal y disminuye los traumatismos perineales, puesto
584 Parto y cesárea
Fontanela
+
posterior
SECCIÓN 8
3 cm
Punto
de flexión
Perímetro
6 cm
de la copa
Fontanela
+
anterior
FIGURA 29-16. Este dibujo muestra la colocación correcta de la copa FIGURA 29-17. Copa colocada antes de ejercer tracción.
en el punto de flexión. A lo largo de la sutura sagital, este punto yace
a 3 cm de la fontanela posterior y a 6 cm de la fontanela anterior.
que la vulva es distendida por el diámetro menor de la cabeza progresiva hacia arriba conforme sale la cabeza. Es importante
fetal (Baskett, 2008). evitar las torsiones manuales puesto que esto provoca la separa-
El punto de flexión se ubica a lo largo de la sutura sagital, ción de la copa o un cefalohematoma y con las copas de metal,
aproximadamente a 3 cm por delante de la fontanela posterior y laceraciones en el cuero cabelludo similares a las que genera un
a unos 6 cm de la fontanela anterior. Los diámetros de la copa “cortador de galletas”. Por lo tanto, la posición occipito-anterior
varían de 5 a 6 cm, de manera que cuando se coloca adecuada- oblicua se corrige no por medio de rotación, sino únicamente
mente su borde debe quedar a 3 cm de la fontanela anterior (fig. con tracción hacia abajo y hacia afuera. Al jalar, el operador
29-16). La colocación de las copas en una posición más anterior coloca la mano no dominante dentro de la vagina, con el pulgar
en el cráneo del feto –cerca de la fontanela anterior– debe evi- en la copa y uno o más dedos en el cuero cabelludo del feto. De
tarse, pues puede haber extensión de la columna cervical durante esta manera es posible evaluar el descenso de la parte que sale y
la tracción, a menos que el feto sea muy pequeño. Además, en ajustar el ángulo de la tracción con el descenso de la cabeza.
esta colocación sale por el orificio vaginal un diámetro de la Además, es posible valorar con precisión la relación entre el
cabeza fetal más grande. Por último, la colocación asimétrica en borde de la copa y el cuero cabelludo para detectar separación de
relación con la sutura sagital empeora el asinclitismo. Cuando la la misma.
copa se utiliza de manera electiva en una posición occipito-ante- Algunos médicos disminuyen la fuerza de la succión entre las
rior, rara vez presenta alguna dificultad. Por el contrario, cuando contracciones, para evitar lesionar el cuero cabelludo, mientras
la indicación para el parto es falla en el descenso por una posi- que otros mantienen la succión cuando la frecuencia cardiaca
ción occipital defectuosa, con o sin asinclitismo o deflexión, fetal es anormal y conviene un parto rápido. No fue posible
muchas veces es difícil colocar la copa. demostrar diferencias en los resultados maternos o fetales dismi-
Cuando se atrapa tejido materno al colocar la copa, existe nuyendo la fuerza de la succión entre las contracciones o
mayor riesgo de producir laceraciones en la madre y práctica- haciendo un esfuerzo por prevenir el cambio de estación del feto
mente garantiza la separación de la copa. Por lo tanto, es nece- (Bofill, 1997). Una vez que se extrae la cabeza, la succión se
sario palpar la circunferencia completa de la copa antes y des- suspende, la copa se retira y se siguen las técnicas habituales para
pués de aplicar succión y antes de ejercer tracción, para excluir concluir el parto vaginal.
la posibilidad de atrapamiento. Algunos médicos prefieren crear
la succión gradualmente, lo que se hace en incrementos de 0.2
kg/cm2 cada dos minutos, hasta alcanzar una presión negativa
total de 0.8 kg/cm2 (cuadro 29-3). En otros estudios se ha CUADRO 29-3. Conversión de la presión de succión
demostrado que la presión negativa se puede aumentar hasta 0.8 Pulgadas Libra/
kg/cm2 en menos de dos minutos, sin que exista una diferencia mmHg cmHg Hg pulgada2 kg/cm2
significativa en cuanto a la eficacia o el resultado en la madre o
100 10 3.9 1.9 0.13
en el feto (Suwannachat, 2011, 2012).
200 20 7.9 3.9 0.27
Una vez que se consigue la succión se toma el mango del
300 30 11.8 5.8 0.41
instrumento y se ejerce tracción (fig. 29-17). La tracción debe
400 40 15.7 7.7 0.54
ser intermitente y coordinada con los pujidos maternos. De
500 50 19.7 9.7 0.68
manera similar a lo que se hace con el fórceps, la tracción se
600 60 23.6 11.6 0.82
dirige al principio hacia abajo y luego se extiende de manera
Parto vaginal quirúrgico 585
La extracción con ventosa se debe considerar únicamente Cheong YC, Abdullahi H, Lashen H, et al: Can formal education and train-
una prueba. Sin evidencia clara y precoz de descenso y progre- ing improve the outcome of instrumental delivery? Eur J Obstet Gynecol
113:139, 2004
sión del parto, se debe considerar otra alternativa. Como regla Clinical Innovations, LLC: Kiwi complete vacuum delivery system instructions
CAPÍTULO 29
general, cada intento de tracción se debe acompañar de un des- for use. Available at: http://www.clinicalinnovations.com/site_files/files/
censo progresivo. No existe información ni consenso en cuanto Kiwi%20IFU%20Rev%20F.pdf. Accessed November 19, 2013
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número máximo de “separaciones” de la copa que se puede tole- CooperSurgical: Mityvac vacuum assist delivery system directions for use.
rar ni la duración total óptima del procedimiento. Algunos Trumbull, CooperSurgical, 2011
fabricantes han emitido recomendaciones en cuanto a estos fac- Damron DP, Capeless EL: Operative vaginal delivery: a comparison of forceps
and vacuum for success rate and risk of rectal sphincter injury. Am J Obstet
tores en sus instrucciones (Clinical Innovations, LLC 2013; Gynecol 191:907, 2004
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Durante una prueba de extracción con ventosa, la separación de the risk for anal sphincter injury during operative vaginal delivery. BJOG
115:104, 2008
la copa por una falla técnica o la colocación deficiente, no se de- Demissie K, Rhoads GG, Smulian JC, et al: Operative vaginal delivery and
ben comparar con la separación en una situación ideal habiendo neonatal and infant adverse outcomes: population based retrospective analy-
colocado bien la copa y manteniendo una buena succión. Estos sis. BMJ 329(7456):24, 2004
casos ameritan otros intentos adicionales de colocación o bien de Vogel J, van der Leeuw-van Beek A, Gietelink D, et al: The effect of a medio-
lateral episiotomy during operative vaginal delivery on the risk of develop-
intentar con fórceps (Ezenagu, 1999; Williams, 1991). Los ing obstetrical anal sphincter injuries. Am J Obstet Gynecol 206(5):404,
casos más indeseables son aquellos en los que la tracción no se 2012
acompaña de progreso o la copa se separa varias veces, a pesar de Dierker LJ, Rosen MG, Thompson K, et al: Midforceps deliveries: long-term
haber sido colocada adecuadamente y con una tracción apro- outcome of infants. Am J Obstet Gynecol 154:764, 1986
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587
CAPÍTULO 30
Operación cesárea
e histerectomía periparto
CUADRO 30-2. Complicaciones vinculadas con la cesárea cerebral en recién nacidos no ha disminuido conforme aumenta
planificada de bajo riesgoa en comparación con el parto la cifra de partos por cesárea (Miller, 2013; Miller, 2008).
vaginal programado en mujeres sanas en Canadá, 1991-2005
■ Elección de parto por cesárea
CAPÍTULO 30
Tipo de parto planeadob Conforme las mujeres han asumido una participación más
Por cesárea Vaginal activa en cuanto a su atención obstétrica, algunas solicitan dar a
Complicación n = 46 766 n = 2 292 420 luz por cesárea, de manera planeada. Los datos respecto a la
Morbilidad global 1 279 (2.73) 20 639 (0.9) incidencia real de nacimientos por cesárea por solicitud materna
Histerectomía 39 (0.09) 254 (0.01) (CDMR; cesarean delivery on maternal request) indican que en
Transfusión 11 (0.02) 1 500 (0.07) 2003 la cifra en Estados Unidos fue de 1 a 7% (Gossman, 2006;
Complicaciones de la 247 (0.53) 4 793 (0.21) Menacker, 2006).
anestesia Las razones por las que las mujeres solicitan que se les someta
Choque hipovolémico 3 (0.01) 435 (0.02)c
a una cesárea incluyen la disminución del daño al feto, la eva-
Paro cardiaco 89 (0.19) 887 (0.04)
Tromboembolia venosa 28 (0.06) 623 (0.03) sión de la incertidumbre y del dolor del periodo de dilatación,
Infección puerperal 281 (0.60) 4 833 (0.21) la protección del apoyo del suelo pélvico y la comodidad. Por
Dehiscencia de la herida 41 (0.09) 1 151 (0.05) todo lo expresado, el debate en cuanto a los CDMR incluye los
Hematoma de la herida 607 (1.3) 6 263 (0.27) razonamientos médicos desde el punto de vista materno y fetal-
Fallecimiento 0 41 (0.002) neonatal, el concepto de libertad de toma de decisiones infor-
intrahospitalario madas por parte de la mujer y la autonomía del médico para
a Las mujeres sanas con gestaciones de un solo feto, sin antecedentes brindar tal recurso.
de cesárea y que fueron sometidas a ella por presentación de nalgas, Para abordar dicha situación, en Estados Unidos los National
se incluyeron en un grupo sustituto indirecto de valoración para el Institutes of Health (2006) convocaron una conferencia para expo-
grupo de cesárea planeada de bajo riesgo. ner los avances científicos en el área de nacimientos por cesárea
b Los datos se señalan en cifras (%).
c Comparación no significativa. Los cotejos restantes tuvieron p <0.05. por solicitud materna. Un conjunto de expertos revisó con sen-
Modificado de Liu, 2007. tido crítico las publicaciones disponibles para plantear recomen-
daciones con base en riesgos y beneficios identificados. Es muy
importante destacar que gran parte de los resultados para la madre
Como ventaja, hay evidencias de que el parto por cesárea está y el neonato examinados incluyeron datos insuficientes como
relacionado con tasas menores de incontinencia urinaria y pro- para permitir dichas recomendaciones. Por consiguiente, una de
lapso de órganos pélvicos (Glazener, 2013; Gyhagen, 2013; las principales conclusiones de la conferencia fue que se necesitan
Handa, 2011; Leijonhufvud, 2011; Rortveit, 2003). Esta primacía más investigaciones de gran calidad para valorar en toda su
preventiva puede persistir en cierta medida con el paso del tiempo, extensión estos temas. El American College of Obstetricians and
pero el parto por cesárea no brinda protección total (Dolan, 2010; Gynecologists (2013) concluyó que eran mínimos los datos para la
MacArthur, 2011; Rortveit, 2001) ni protege a largo plazo contra comparación de nacimientos planeados por cesárea o por vía vagi-
la incontinencia fecal (MacArthur, 2011, 2013; Nelson, 2010). nal y que deben interpretarse con cautela.
El comité pudo formular unas cuantas conclusiones a partir
■ Morbidez neonatal de la información existente. Es necesario que el parto por cesá-
El parto por cesárea conlleva menor riesgo de traumatismo fetal, rea a solicitud de la madre no se realice antes de las 39 semanas
lo cual en muchos casos influye sobre la decisión de practicar de la gestación, salvo que haya pruebas de madurez de los pul-
dicho procedimiento a pesar de los riesgos maternos inherentes. mones del feto. Será mejor no practicarlo en mujeres que desean
Alexander et al. (2006) observaron en un estudio que las lesiones procrear varios hijos, ante el peligro de anormalidades de la
fetales complicaron 1% de los partos por cesárea analizados. El implantación placentaria e histerectomía por cesárea. Por último,
problema más frecuente fue el desgarro de la piel, pero también es importante que la decisión no sea motivada por la imposibili-
se observaron cefalohematoma, fractura de clavícula, plexopatía dad de manejar el dolor de manera eficaz.
braquial, fractura del cráneo y parálisis del nervio facial. La cifra
más alta de lesiones correspondió al parto por cesárea posterior a PREPARACIÓN DE LA PACIENTE
un intento fallido de nacimiento vaginal quirúrgico, en tanto
que la cifra menor (0.5%) se observó en el grupo de mujeres en ■ Disponibilidad de los medios para el parto
las que la cesárea fue planeada. Dicho lo anterior, Worley et al. No existe una norma sanitaria reconocida en el nivel nacional en
(2009) observaron que cerca de un tercio de las embarazadas que Estados Unidos que codifique un lapso aceptable para comenzar
parieron en el Parkland Hospital inició de manera espontánea la la realización de un parto por cesárea. Antes se recomendaba un
labor de parto al término de la gestación y 96% de ellas dio a luz intervalo de 30 minutos para decidir si se realizaba la incisión.
por vía vaginal sin resultados adversos para el recién nacido. Sin embargo, en muchos casos no es necesario el parto quirúr-
Aunque los riesgos de daño físico son menores, el parto por gico en términos de este marco cronológico. Bloom et al. (2001)
cesárea por sí mismo no guarda relación alguna con el pronóstico indicaron a la Maternal-Fetal Medicine Units Network que 69%
de desarrollo neurológico del producto. Lien et al. (1995) y de 7450 cesáreas realizadas durante la labor de parto comenzó
Scheller y Nelson (1994), en un estudio de los National Institutes en un lapso mayor de 30 minutos después de haber tomado la
of Health, presentaron datos que de manera específica refutaban decisión de operar. En un segundo estudio Bloom et al. (2006)
cualquier vínculo entre el parto por cesárea y cifras menores de valoraron los partos por cesárea realizados por indicaciones de
parálisis cerebral o convulsiones. Además, como se expondrá en emergencia. Comunicaron que el hecho de no llegar a un tiempo
el capítulo 33 (pág. 638), la incidencia de convulsiones o parálisis de decisión menor de 30 minutos para emprender la cesárea no
590 Parto y cesárea
se acompañó de resultados negativos para el recién nacido. Por cadera derecha generará una inclinación lateral hacia la izquierda
otro lado, cuando se enfrentan casos de deterioro catastrófico y para facilitar el retorno venoso y evitar eventos de hipotensión.
agudo en el estado del feto, el nacimiento por cesárea suele estar Según el American College of Obstetricians and Gynecologists
indicado con la mayor rapidez posible y estos retrasos “intencio- (2010), no hay datos suficientes para precisar el valor de la
SECCIÓN 8
nados” son inadecuados. La American Academy of Pediatrics y el monitorización fetal antes de la cesárea planeada en mujeres sin
American College of Obstetricians and Gynecologists (2012) reco- factores de riesgo; es decir, hay que documentar en el quirófano
miendan que las instalaciones que brindan asistencia obstétrica antes de la operación los ruidos cardiacos del feto.
deben ser capaces de emprender el parto por cesárea en un lapso Después, si la presencia de vello oscurece el campo operatorio
que incorpore de la manera más adecuada los riesgos y los bene- habrá que recortarlo el mismo día de la operación; tal maniobra
ficios para la madre y el feto. disminuye el número de infecciones en el sitio quirúrgico en com-
paración con el rasurado (Tanner, 2011). En el Parkland Hospital
■ Consentimiento informado por lo general se coloca una sonda vesical a permanencia para que
la vejiga esté vacía y lejos de la incisión de histerotomía. Esto
La obtención de un consentimiento informado es un proceso
impide la retención urinaria provocada por la analgesia regional y
complejo y no consiste sólo en llenar un documento de registro
permite una medición posoperatoria precisa de la orina. Estudios
médico (American College of Obstetricians and Gynecologists,
pequeños se pronuncian por no utilizar el sondeo en mujeres
2012a); la conversación entre el clínico y la paciente debe ampliar
hemodinámicamente estables, para llevar al mínimo la incidencia
la conciencia que ella tiene sobre su diagnóstico e incluir una
de infecciones del aparato urinario (Li, 2011; Nasr, 2009).
discusión enfocada a alternativas de asistencia médica y quirúr-
El riesgo de tromboembolia aumenta con el embarazo y casi se
gica, objetivos y limitaciones técnicos y riesgos operatorios. En
duplica en mujeres en quienes se practica cesárea (James, 2006).
casos de mujeres elegibles que hayan sido sometidas con anterio-
Por esa razón, para todas las mujeres que no se hayan sometido a
ridad a una cesárea, habrá que incluir la opción de una prueba de
tromboprofilaxis previa, el American College of Obstetricians and
trabajo de parto. Asimismo, se puede obtener consentimiento
Gynecologists (2011d) recomienda comenzar el uso de pantalones
para la ligadura de trompas de las mujeres que deseen la esteriliza-
con compresión neumática antes de la cesárea; maniobra que por
ción permanente, como se describe en el capítulo 39 (pág. 720).
lo común se interrumpe una vez que la mujer camina. A diferen-
cia de ello, los autores de este capítulo aceptan las recomendacio-
■ Programación de una cesárea planeada nes del American College of Chest Physicians para la ambulación
Es posible apreciar secuelas neonatales adversas por inmadurez temprana en mujeres que no tienen factores de riesgo y a quienes
en partos planeados antes de completar las 39 semanas de gesta- se les practica cesárea (Bates, 2012). Entre las que fueron someti-
ción (Clark, 2009; Tita, 2009a). Para evitarlas, es esencial tener das a medidas preventivas o aquellas con incrementos de los fac-
la seguridad absoluta de la madurez del feto antes de la cirugía, tores de riesgo, la profilaxis se incrementa como se expone en el
como lo han definido la American Academy of Pediatrics y el capítulo 52 y se señala en el cuadro 52-8 (pág. 1046).
American College of Obstetricians and Gynecologists (2012) y se Algunas mujeres a quienes se les realiza una cesárea progra-
expondrá en el capítulo 31 (pág. 615). Para auxiliar en este y mada tienen también otros cuadros patológicos que exigen tra-
otros aspectos de la planeación de una cesárea, el American tamiento específico antes de la cirugía; entre ellos están la diabe-
College of Obstetricians and Gynecologists (2011a,c) elaboró for- tes insulinodependiente o la diabetes gestacional, coagulopatías,
mularios para garantizar la seguridad de las pacientes, que deben trombofilia, corticoterapia prolongada y notables enfermedades
llenarse antes del procedimiento quirúrgico. reactivas de vías respiratorias. Los preparativos para la cirugía en
este grupo de pacientes se exponen en los capítulos respectivos
■ Cuidados perioperatorios de tales temas.
Si se programa un parto por cesárea, la noche anterior a la opera-
ción se puede dar a la paciente un sedante a la hora de acostarse. ■ Prevención de infecciones
En términos generales, no se administran otros fármacos sedan- Las complicaciones febriles son frecuentes después de las cesá-
tes, narcóticos o tranquilizantes hasta después del nacimiento del reas. Innumerables investigaciones de buena calidad han com-
feto. Se somete a ayuno a la mujer cuando menos unas ocho probado que una sola dosis de un agente antimicrobiano en el
horas antes del procedimiento. De forma típica las personas pro- momento de la cesárea disminuye de manera significativa la
gramadas para cesárea (que ya hayan experimentado el procedi- incidencia de infecciones. Dicha práctica, a pesar de ser más
miento) se internan el día de la cirugía para ser valoradas por el manifiesta en mujeres a quienes se hace cesárea no planeada,
personal obstétrico y de anestesia. Se deben revisar los valores de también disminuye de forma importante la cifra de infecciones
hematócrito y de la prueba de Coombs indirecta practicados posoperatorias en mujeres a quienes se practica cirugía planeada
de manera reciente. Si esta última es positiva, hay que asegurarse (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2011b).
de que se cuenta con suficiente sangre compatible. Dependiendo de las alergias a medicamentos, muchas autorida-
Como se expone en el capítulo 25 (pág. 509), para las opera- des recomiendan una sola dosis de algún antimicrobiano beta-
ciones cesáreas se prefiere la analgesia regional. Poco antes de lactámico, que sea una cefalosporina o un derivado penicilínico
aplicarla o de la inducción para la anestesia general se debe de amplio espectro. Una decisión eficaz y barata es aplicar una
administrar un antiácido, por ejemplo un fármaco compuesto dosis de 1 g de cefazolina. En los casos de mujeres obesas, con
por ácido cítrico y citrato de sodio administrado en dosis de 30 una dosis de 2 g se brinda protección adecuada, a pesar de que
ml por vía oral en una sola toma, lo cual disminuye al mínimo Pevzner et al. (2011) demostraron que tal cantidad podía ser
el riesgo de lesión pulmonar por broncoaspiración de ácido inadecuada en mujeres con un índice de masa corporal >40. En
estomacal. Una vez que la mujer está en decúbito dorsal, un personas con alergia intensa a la penicilina o a una cefalospo-
dispositivo de apoyo en forma de cuña colocado por detrás de la rina, una alternativa sería aplicar una sola dosis intravenosa de
Operación cesárea e histerectomía periparto 591
600 mg de clindamicina combinada con una dosis de aminoglu- conocimiento preciso de los aspectos anatómicos importantes
cósido basada en el peso corporal. A las pacientes obesas se les que se describen en el capítulo 2 (pág. 16).
administra una dosis de 900 mg de clindamicina.
■ Incisión abdominal
CAPÍTULO 30
Se ha demostrado que la administración de antimicrobianos
antes de la incisión operatoria disminuye la tasa de infección en En obstetricia se escoge para la laparotomía una incisión vertical
el periodo posoperatorio sin efectos adversos para el recién en la línea media o un corte transverso suprapúbico. La segunda
nacido, en comparación con la administración del fármaco des- opción se hace a través de incisiones de Pfannenstiel o de
pués de pinzar el cordón umbilical (Sullivan, 2007; Tita, 2009b; Maylard, de las cuales se escoge más a menudo la primera. Las
Witt, 2011). Por la razón anterior, el American College of incisiones transversas siguen las líneas de Langer de tensión cutá-
Obstetricians and Gynecologists (2011b) recomienda tomar nea y con ello se obtienen mejores resultados estéticos en compa-
medidas profilácticas en un lapso de 60 minutos antes del ración con las incisiones verticales. Además, en comparación con
comienzo de la cesárea planeada. En una situación de emergen- las incisiones verticales, entre los beneficios se encuentran tasas
cia, la profilaxis debe iniciarse lo antes posible. menores de dolor posoperatorio, de dehiscencias de la incisión de
La preparación preoperatoria de la piel de la pared abdomi- la fascia y de hernia quirúrgica o por eventración. Sin embargo,
nal es eficaz para evitar infecciones de la incisión. Es recomen- la incisión de Pfannenstiel no se recomienda cuando es esencial
dable utilizar soluciones de clorhexidina o de yodopovidona. contar con gran espacio quirúrgico o cuando es necesario el
Asimismo, se ha valorado la limpieza preoperatoria de la vagina acceso a la mitad superior del vientre. Ante la formación de capas
con hisopos humedecidos con yodopovidona para evitar la durante la incisión de las aponeurosis de los oblicuos menor y
metritis posoperatoria después de la cesárea en pequeñas inves- mayor con las incisiones transversas, es posible que se acumule
tigaciones con asignación al azar (Haas, 2013). Algunos indican líquido purulento entre tales planos. Por esta razón, los casos con
beneficios, y otros no (Reid, 2001; Starr, 2005; Yildirim, 2012). grandes riesgos de infección inclinan la balanza hacia una inci-
La limpieza de la vagina no es parte de la preparación preopera- sión en la línea media. Por último, a menudo cuando se realizan
toria en el Parkland Hospital. incisiones transversas hay posibilidad de dañar estructuras neuro-
En casi todos los trastornos cardiacos no se recomienda la vasculares que incluyen los nervios abdominogenitales mayor y
profilaxis con antibióticos contra endocarditis infecciosa (entre menor y los vasos epigástricos superficiales inferiores. De forma
las excepciones están las mujeres con cardiopatías cianóticas, lógica, cuando se realizan estos cortes los hematomas de las inci-
prótesis valvulares o ambas situaciones) (American College of siones y las complicaciones neurológicas aparecen con mayor
Obstetricians and Gynecologists, 2011b). Los regímenes escogi- frecuencia en comparación con las incisiones verticales. Al repetir
dos como profilaxis sistemática contra infecciones en cesáreas la cesárea, penetrar de nuevo a través de la incisión de Pfannenstiel
también brindan protección adecuada contra la endocarditis suele ser más lento y difícil, por la presencia de cicatrices.
(cap. 49, pág. 991). La incisión de Maylard difiere de la de Pfannenstiel en que el
cirujano secciona en sentido horizontal el vientre de los múscu-
■ Seguridad operatoria los rectos anteriores del abdomen para ensanchar el espacio ope-
En Estados Unidos la Joint Commission (2013) planteó un pro- ratorio. Es una técnica más difícil porque obliga a aislar y ligar
tocolo para evitar errores operatorios que incluía tres compo- las arterias epigástricas inferiores que están por fuera de estos
nentes: 1) verificación de todos los documentos importantes vientres musculares.
antes de la cesárea; 2) indicación del sitio por operar; 3) corro- Las incisiones infraumbilicales que se realizan en orientación
boración antes de comenzar la cesárea, es decir, pedir a todo el vertical permiten la penetración rápida y así se acorta el lapso que
personal involucrado que confirme la identidad precisa de la ocurre entre la incisión y el nacimiento (Wylie, 2010). Aún más,
paciente, el sitio operatorio y el método por seguir. En los con la incisión mencionada la pérdida hemática es mínima, es más
comentarios importantes también están la presentación del per- fácil el acceso a la mitad superior del abdomen, se obtiene un espa-
sonal a la paciente y viceversa, la verificación de antibióticos con cio quirúrgico amplio y hay flexibilidad para la extensión adecuada
fin profiláctico, el cálculo de la duración del método y la comu- de la incisión, si se necesitara más espacio o mejor acceso. Ninguna
nicación de complicaciones predecibles. Como aspecto adicio- estructura neurovascular importante está situada en el trayecto de
nal hay que resolver en el lapso preoperatorio situaciones de la incisión y se fusionan las aponeurosis de la línea blanca. Entre
instrumentación especial para evitar posibles escenarios lesivos las desventajas están resultados estéticos más insatisfactorios,
para la paciente y retrasos transoperatorios. mayor frecuencia de dehiscencia aponeurótica o hernia posquirúr-
Es crucial para la seguridad operatoria el recuento de instru- gica (eventración) y dolor posoperatorio de mayor intensidad. En
mentos, torundas y agujas antes y después de la cirugía o el la mujer con obesidad mórbida es preferible una incisión vertical
parto vaginal. Si no hay una conciliación de las cifras después de que se extienda hacia arriba y alrededor del ombligo, para no sec-
la exploración vaginal o abdominal, habrá que tomar radiogra- cionar el gran panículo adiposo (fig. 48-7, pág. 968).
fías en busca de objetos extraños olvidados (American College of
Obstetricians and Gynecologists, 2012b). Incisiones transversas
Cuando se realiza una incisión de Pfannenstiel el cirujano secciona
TÉCNICA PARA EL PARTO POR CESÁREA la piel y el tejido subcutáneo mediante una incisión un poco curvi-
línea, transversa y baja que se sitúa en el nivel de la línea de implan-
Con variaciones pequeñas, los aspectos técnicos de la cirugía de tación del vello púbico, por lo general 3 cm por arriba del borde
la cesárea son similares en todo el mundo. Casi todas las fases se superior de la sínfisis del pubis. La incisión se extiende un poco
basan en datos obtenidos de pruebas científicas, los cuales han más allá de los bordes externos del músculo recto anterior del
sido revisados por Dahlke (2013) y Hofmeyr (2009) et al. Al abdomen; debe tener la anchura adecuada para acomodar la
igual que ocurre con cualquier acto quirúrgico, es esencial el extracción del producto, es decir, de 12 a 15 cm de forma típica.
592 Parto y cesárea
La disección cortante se continúa a través de la capa subcutá- el nivel de la vaina del recto anterior del abdomen. Se hace un
nea hasta la fascia. Los vasos epigástricos superficiales por lo orificio pequeño con un instrumento cortante en la mitad supe-
común se identifican en un punto intermedio entre la piel y la rior de la línea blanca para evitar una posible cistotomía. Se
fascia, a varios centímetros de la línea media, y deben coagu- colocan los dedos índice y medio detrás de la fascia y se extiende
SECCIÓN 8
larse. En caso de desgarro pueden ligarse con catgut simple 3-0 la incisión hacia arriba y abajo con tijeras o bisturí. La separa-
o coagularse con una hoja electroquirúrgica. ción de los músculos rectos anteriores y piramidales en la línea
Como paso siguiente, la fascia se secciona con un instru- media y la penetración en el peritoneo son similares a las que se
mento cortante en la línea media. La fascia abdominal anterior realizan con la incisión de Pfannenstiel.
por lo general está compuesta de dos capas visibles, que son la
aponeurosis del músculo oblicuo mayor y una lámina fusionada ■ Histerotomía
que contiene aponeurosis que provienen de los músculos obli- En la mayoría de los casos, el segmento uterino inferior se corta
cuo menor y transverso del abdomen. En circunstancias ópti- en sentido transversal como describió Kerr en 1921. En ocasio-
mas, se seccionan por separado las dos capas durante la exten- nes es posible recurrir a una incisión vertical del segmento infe-
sión en sentido lateral de la incisión de la fascia. Por lo regular rior, como describió Krönig en 1912. La incisión clásica es la
los vasos epigástricos inferiores están fuera del borde externo del que se realiza en orientación vertical en el cuerpo del útero por
recto anterior del abdomen y detrás de las aponeurosis fusiona- arriba del segmento uterino inferior, hasta el fondo de la víscera.
das del oblicuo menor y del transverso abdominal. Por tal razón, Sin embargo, en la práctica, la incisión clásica es similar a la
a pesar de que pocas veces es necesario, la extensión de la inci- vertical en la zona baja que, de manera típica, se extiende hacia
sión de la fascia todavía más hacia afuera puede seccionar dichos arriba sólo hasta el punto necesario para la extracción del feto.
vasos. En consecuencia, si se necesita la amplificación mencio- En muchas cesáreas se prefiere la incisión transversa. En compa-
nada habrá que identificar tales vasos, coagularlos o ligarlos para ración con la incisión clásica, su reparación es más fácil, está
evitar hemorragias y retracción de los mismos. situada en un segmento inactivo por lo cual tiene pocas proba-
Una vez cortada la fascia, se toma con pinzas adecuadas el bilidades de romperse durante un embarazo ulterior, ocasiona
borde inferior de la misma y un asistente la eleva conforme el con menor frecuencia hemorragias en el sitio de la incisión e
cirujano separa la vaina aponeurótica de los músculos rectos impide que se desarrollen numerosas adherencias entre las asas
subyacentes por disección roma o cortante hasta llegar al borde intestinales o el epiplón y la incisión del endometrio.
superior de la sínfisis del pubis. El operador pinzará cualquier
vaso que transcurra entre la vaina y los músculos, y los ligará o Incisión transversa baja para operación cesárea
los coagulará con un dispositivo electroquirúrgico. Después Antes de cualquier histerotomía, el cirujano debe palpar el fondo y
tomará el borde superior de la fascia y una vez más completará los anexos para identificar los grados de rotación del útero. Dicha
la separación de la fascia de los músculos rectos anteriores. La víscera puede estar dextrorrotada de tal forma que el ligamento
hemostasia meticulosa es indispensable para disminuir los índi- redondo izquierdo se encuentre en sentido más anterior y más
ces de infección y de hemorragia. La separación de la fascia se cerca de la línea media. En tales casos, el sitio de la histerotomía se
realiza cerca del ombligo, lo suficiente para permitir que haya modifica de modo que la incisión quede centrada dentro del seg-
una incisión longitudinal media y adecuada del peritoneo. El mento inferior y así se evite lacerar la arteria uterina izquierda. En
paso siguiente es la separación de los músculos rectos anteriores caso de que haya meconio espeso o líquido amniótico infectado,
y el piramidal en la línea media por disección roma y cortante, algunos cirujanos prefieren colocar una esponja de laparotomía
para dejar al descubierto la fascia transversalis y el peritoneo. humedecida en cada acanaladura peritoneal lateral para absorber el
La fascia transversalis y la grasa preperitoneal se disecan con líquido y la sangre que salgan del útero abierto. También pueden
cuidado hasta llegar al peritoneo subyacente. Se abre con cui- utilizarse esponjas húmedas para cubrir asas intestinales que lle-
dado dicha capa cerca del extremo superior de la incisión por un guen a sobresalir y así alejarlas del campo operatorio.
instrumento romo o elevando con dos pinzas hemostáticas situa- Después se toma en la línea media con pinzas y se secciona
das con una diferencia de 2 cm. Se explora y palpa el pliegue en sentido transverso con tijeras la reflexión del peritoneo, por
elevado del peritoneo entre las pinzas para asegurar que no esté arriba del borde posterior de la vejiga y sobre el segmento ute-
junto al epiplón, los intestinos o la vejiga. Como paso siguiente rino inferior en su cara anterior (que se denomina colgajo vesi-
se corta el peritoneo. La incisión se extiende hasta el polo supe- cal) (fig. 30-1). La creación del colgajo mencionado desplaza de
rior de la misma y en sentido inferior a un punto por arriba de la manera eficaz la vejiga, la separa del sitio de histerotomía pla-
reflexión peritoneal sobre la vejiga. Es importante mencionar neada e impide desgarros de ella en caso de que se produzca de
que en mujeres que en lo pasado fueron sometidas a una cirugía forma involuntaria una extensión de la histerotomía hacia abajo
intraabdominal, incluido el parto por cesárea, el epiplón y los durante la extracción del feto.
intestinos pueden estar adheridos a la superficie posterior del Después de la incisión inicial, se insertan unas tijeras entre la
peritoneo. Además, en casos de obstrucción del parto, la vejiga serosa vesicouterina y el miometrio del segmento uterino infe-
puede desplazarse en sentido superior casi al nivel del ombligo. rior. Éstas se desplazan en sentido lateral desde la línea media a
cada lado para abrir todavía más el peritoneo visceral y dejar al
Incisión vertical descubierto el miometrio. Dicha incisión transversa del perito-
La incisión vertical media en el nivel infraumbilical comienza 2 neo se extiende a casi todo lo largo del segmento uterino inferior.
a 3 cm por arriba del borde superior de la sínfisis del pubis y Conforme el cirujano se aproxima más al margen lateral de cada
debe tener la longitud suficiente para poder extraer sin dificul- lado, las tijeras se deben orientar un poco más hacia arriba (fig.
tad al feto. En consecuencia, su extensión debe equivaler al 30-2). Se eleva el borde inferior del peritoneo y se separa con
tamaño calculado del producto y es típico que mida de 12 a suavidad la vejiga del miometrio subyacente, mediante disección
15 cm. Se realiza una disección cortante o electroquirúrgica en roma o cortante dentro del espacio vesicouterino (fig. 30-3).
Operación cesárea e histerectomía periparto 593
CAPÍTULO 30
Tuuli, 2012).
Se penetra al útero a través del seg-
mento uterino inferior, cerca de 1 cm
por debajo del borde superior de la
reflexión peritoneal. Es importante que
el sitio de la incisión uterina sea relati-
vamente alto en mujeres con dilatación
cervical avanzada o completa. El hecho
de no hacer ajustes agrava el riesgo de
extender la incisión hacia los lados y
abarcar las arterias uterinas. También
Serosa puede culminar en el corte del cuello
vesicouterina uterino o en la vagina en vez del seg-
mento uterino inferior. Las incisiones
Vejiga
que abarcan el cuello uterino pueden
deformar de manera notable la anatomía
cervicouterina en el lapso posoperatorio.
Para la ubicación precisa de la incisión,
se utiliza como punto de referencia la
reflexión de la serosa vesicouterina.
Incisión del útero. El útero se puede
FIGURA 30-1. Se toma con pinzas la serosa vesicouterina laxa por arriba de la reflexión de la seccionar con diversas técnicas. Cada
vejiga y se secciona con tijeras de Metzenbaum. una comienza con el uso de un bisturí
para cortar en forma transversa el seg-
mento uterino inferior descubierto, en
En términos generales, esta separación de la vejiga en sentido un tramo de 1 a 2 cm en la línea media (fig. 30-4). Esta manio-
caudal no debe exceder 5 cm y por lo común es menor. En la bra debe hacerse con gran cuidado para no desgarrar los tejidos
medida de lo posible, y en particular si el cuello uterino está del feto. Para la dehiscencia del músculo puede ser útil la pene-
borrado y dilatado, la disección descendente hacia un punto tración roma y cuidadosa con pinzas hemostáticas o con la yema
caudal puede descubrir de forma inadvertida la zona y penetrar de los dedos. Una vez abierto el útero, se puede extender la inci-
en la vagina subyacente y no en el segmento uterino inferior. A sión sólo aplicando presión en sentido lateral y un poco hacia
pesar de ello, en casos en que se planea o prevé la posibilidad de arriba con cada dedo índice (fig. 30-5). Si el segmento uterino
histerectomía por cesárea, se recomienda extender la disección inferior es grueso, otra posibilidad es ampliar la incisión seccio-
de la vejiga en sentido inferior para facilitar la histerectomía nando en sentido lateral un poco hacia arriba con tijeras oblicuas
total y aminorar el riesgo de cistotomía. para vendaje. Es importante mencionar que cuando se utilizan
Algunos cirujanos no crean un colgajo vesical. La ventaja tijeras es necesario insinuar los dedos índice y medio de la mano
principal de tal conducta es acortar el lapso entre la incisión cutá- no dominante por detrás del miometrio y sobre las partes fetales
para evitar desgarros en el producto. Al comparar las extensiones
de la incisión inicial del útero con instrumentos romos o cortan-
tes, los segundos se acompañan de una mayor pérdida de sangre,
sin embargo en el periodo posoperatorio no se observan diferen-
cias en el hematócrito, las necesidades de transfusión y los índi-
ces de infección entre ambos métodos (Xu, 2013).
La incisión del útero debe ser lo suficientemente grande para
Serosa
vesicouterina
que salgan el tronco y la cabeza del feto sin desgarrar, o tener que
seccionar, los vasos que transcurren en los bordes laterales del útero.
Si en la línea de incisión el cirujano se topa con la placenta, es nece-
sario despegarla o seccionarla. Cuando se corta la placenta la hemo-
rragia fetal puede ser copiosa. Por ello es necesario culminar el naci-
Miometrio
miento y pinzar el cordón umbilical con la mayor prontitud posible.
En ocasiones se escoge la histerotomía transversa baja, pero
no aporta espacio adecuado para el nacimiento del producto. En
tales situaciones se extiende una esquina de la incisión de histe-
rotomía en sentido superior al segmento contráctil del miome-
trio, procedimiento llamado incisión en J. Si se completa en
Vejiga
ambos lados se forma una incisión en U. Por último, algunos
FIGURA 30-2. Se eleva la serosa laxa por arriba del borde superior
operadores prefieren extender el corte en la línea media, lo cual
de la vejiga y se secciona en sentido lateral. da como resultado una incisión en T. Como cabría esperar, los
594 Parto y cesárea
Serosa
vesicouterina
Segmento
SECCIÓN 8
uterino
inferior
Vejiga
Miometrio
FIGURA 30-3. Corte transversal en el que se observa la disección FIGURA 30-4. El miometrio se secciona con gran cuidado para no
roma de la vejiga para separarla del útero y descubrir el segmento cortar la cabeza del feto.
uterino inferior.
procedimientos anteriores se han vinculado con mayor pérdida tráctil, hay gran posibilidad de que en futuros embarazos estén
hemática en el periodo transoperatorio (Boyle, 1996; Patterson, contraindicados una prueba de trabajo de parto y el intento de
2002). Además, cuando las incisiones abarcan la porción con- expulsión vaginal.
Saco
amniótico
FIGURA 30-5. Después de penetrar en la cavidad uterina, se extiende la incisión hacia los lados con los dedos o con tijeras oblicuas para ven-
daje (recuadro).
Operación cesárea e histerectomía periparto 595
Incisión en el segmento través del orificio de histerotomía. En esta situación el feto nace
uterino inferior por tracción como se completaría en una extracción con el pro-
ducto en posición de nalgas. Los datos que favorecen esta última
CAPÍTULO 30
técnica se han obtenido sólo de pequeños estudios con asigna-
ción al azar y de series de casos (Bastani, 2012; Shazly, 2013;
Veisi, 2012). Por último, se puede escoger una incisión vertical
baja de histerotomía, con la cual se contará con mayor espacio
para la técnica de “acercamiento”. Si se hizo ya una incisión
transversa, ésta podrá extenderse hasta que asuma forma de J, U
o T, para tener mayor espacio.
Por lo contrario, en la parturienta que no pasó por la segunda
fase es posible que la cabeza del feto no esté moldeada y no haya
un punto cefálico directriz; en ese caso puede ser difícil elevar la
cabeza redondeada a través de la incisión uterina en un seg-
mento inferior relativamente grueso que la fase de dilatación no
adelgazó. En tal situación, cabe recurrir al fórceps o a la ventosa
obstétrica para extraer la cabeza del feto, como se muestra en la
figura 30-7.
Cuando salió la cabeza, se pasa un dedo por el cuello del pro-
FIGURA 30-6. Nacimiento de la cabeza fetal. ducto para saber si está rodeado por una o más vueltas del cor-
dón umbilical. Si se palpa tal estructura, habrá que deslizarla
sobre la cabeza. La cabeza se rota para llevarla a una posición
occipitoiliaca transversa y así poder alinear en sentido vertical el
Extracción del feto. En la presentación cefálica el operador des- diámetro biacromial del feto. Se toman con ambas manos los
liza una mano al interior de la cavidad uterina dentro de la sínfisis lados de la cabeza del producto y se aplica tracción descendente
del pubis y la cabeza del producto. Con los dedos y la palma a suave hasta que el hombro anterior cruce la incisión de histero-
través de la incisión eleva con suavidad la cabeza y una vez que tomía (fig. 30-8). Después se saca el hombro posterior con un
está dentro de la abertura, podrá extraer el cuerpo con una movimiento ascendente. Durante la extracción se procura no
pequeña presión transabdominal en el fondo del útero (fig. 30-6). aplicar alguna fuerza repentina o excesiva y así evitar la lesión
Después de una segunda fase larga en caso de desproporción del plexo braquial. Con la tracción ascendente constante podrá
cefalopélvica, es posible que la cabeza del producto esté “enca- nacer el resto del cuerpo con facilidad. La presión suave en el
jada” íntimamente en el conducto vaginal; la situación suele fondo puede facilitar tal maniobra.
generar resultados desastrosos y existen tres consideraciones Excepto en algunos casos, las recomendaciones de reanimación
para la extracción. En primer lugar, cabe recurrir a un método neonatal planteadas por la American Heart Association no incluyen
de impulso, es decir, la presión ascendente que ejerce un asis- la aspiración justo después del nacimiento, incluso si existe meco-
tente con la mano en la vagina permitirá desalojar la cabeza y nio (Kattwinkel, 2010). Este punto y el momento de pinzar el
con ello se facilitará su extracción por arriba de la sínfisis. La cordón umbilical se comentan con mayor detalle en el capítulo 27
anulación de la impacción cefálica agrava los riesgos de exten- (pág. 539), puesto que se vincula con las consecuencias que afron-
sión de la histerotomía, pérdida hemática y fractura craneal del tará el neonato. El cordón umbilical se pinza y se entrega al recién
feto. Otra posibilidad es utilizar un método de “acercamiento” nacido al miembro del grupo que se encargará de las maniobras de
en que el operador toma las piernas del producto y las extrae a reanimación, según se necesiten (cap. 32, pág. 625).
A B
FIGURA 30-7. A. Se coloca la primera rama o pinza del fórceps para la cesárea. B. Se ejerce tracción ligera hacia arriba y afuera para elevar la
cabeza a través de la incisión.
596 Parto y cesárea
SECCIÓN 8
A B
La American Academy of Pediatrics y el American College of Expulsión de la placenta. Se debe observar la incisión del
Obstetricians and Gynecologists (2012) recomiendan “contar en útero en busca de puntos que sangren de manera profusa y
la sala de expulsión con una persona calificada experta en reani- obturarlos de inmediato con pinzas de Pennington o de anillos.
mación neonatal, que tenga el equipo necesario para tales Hecho lo anterior se extrae la placenta, salvo que se haya des-
maniobras y así atienda al recién nacido”. Jacob y Phenninger prendido de forma espontánea. Muchos cirujanos prefieren la
(1997) compararon los resultados de 834 partos por cesárea con expulsión manual, pero la salida no inducida (como se muestra
los del mismo número de partos vaginales de bajo riesgo; obser- en la figura 30-9) junto con moderada tracción del cordón,
varon que con la analgesia regional rara vez hubo necesidad de puede aminorar el riesgo de pérdida hemática e infección qui-
reanimar al producto después de una cesárea planeada repetida rúrgica (Anorlu, 2008; Baksu, 2005). Tan pronto nace el feto se
o una cesárea por distocia sin anormalidades de la frecuencia comenzará a dar masaje del fondo del útero para acelerar la sepa-
cardiaca del feto, y que podría no requerirse la participación de ración y la expulsión de la placenta.
un pediatra en los partos de este tipo. En el Parkland Hospital, Justo después de que ésta sale y de hacerle una inspección
enfermeras diplomadas en pediatría se ocupan de los partos por visual general, se aspira y se limpia la cavidad uterina con una
cesárea no complicados y programados. torunda de gasa para extraer restos de membranas, unto sebáceo
Una vez nacido el producto, se administra por goteo intrave- y coágulos. En épocas pasadas se usaban dedos con doble guante
noso el contenido de dos ampolletas (o 20 unidades) de oxito- o pinzas de anillos que se introducían a través de la histerotomía
cina por litro de solución de cristaloides, a una velocidad de 10 para dilatar el cuello netamente cerrado; tal práctica no dismi-
ml/min. Algunos especialistas prefieren mayores dosis de infu- nuyó la cifras de infección por hematómetra posible y no es
sión, sin embargo hay que evitar la aplicación en bolo porque recomendable (Güngördük, 2009; Liabsuetrakul, 2011).
ocasiona hipotensión (Roach, 2013). Una vez que se contrae el Reparación del útero. Una vez que se expulsó la placenta, se
útero de manera satisfactoria, se puede lentificar la velocidad de eleva el útero a través de la incisión para llevarlo a la pared abdo-
goteo. Otra posibilidad es usar carbetocina (un derivado de larga minal y se cubre el fondo con una torunda húmeda de laparoto-
acción de la oxitocina, no disponible en Estados Unidos) para la mía. Aunque algunos clínicos prefieren no exteriorizar el útero,
profilaxis idónea, aunque más cara, contra las hemorragias (Su, a menudo se obtienen más beneficios que desventajas. Por ejem-
2012). Los productos de segunda elección son los alcaloides del plo, es posible identificar y revisar de inmediato un útero ató-
cornezuelo, que tienen efectos adversos de hipertensión arterial, nico durante el lavado y emprender el masaje. También se visua-
y el misoprostol, con el cual es menor la protección contra la lizan y se reparan con mayor facilidad los puntos sangrantes y la
hemorragia puerperal en comparación con la acción de la oxito- incisión, en particular si han habido extensiones. La exposición
cina. Por último, en fecha reciente se ha descrito en unos cuantos de los anexos es superior y con ello se facilita la esterilización
estudios pequeños el uso de ácido tranexámico para frenar la pér- tubárica. Las desventajas principales son las molestias y los
dida hemática durante el parto por cesárea (Abdel-Aleem, 2013; vómitos causados por tracción en cesáreas realizadas con analge-
Güngördük, 2011). No hay certeza de su acción antifibrinolítica sia regional. Es importante mencionar que con la exteriorización
ni de los efectos en la tasa de tromboembolia en embarazadas del útero al parecer no aumentan las cifras de complicaciones
sometidas a técnicas operatorias, por lo que para usarlo en forma febriles o de pérdida hemática (Coutinho, 2008; Walsh, 2009).
amplia se necesitan datos provenientes de investigaciones a Antes de cerrar la histerotomía, se pueden ligar por separado
mayor escala. En los capítulos 27 (pág. 547) y 41 (pág. 785) se los grandes vasos que estaban pinzados o se les incorpora dentro
incluyen comentarios adicionales del uso de tales fármacos. del cierre de la incisión con sutura continua. El operador toma
Operación cesárea e histerectomía periparto 597
CAPÍTULO 30
Incisión en el útero el capítulo 39 (pág. 720).
Adherencias
Después del parto por cesárea se forman a menudo
adherencias dentro del espacio vesicouterino o
entre la pared anterior del abdomen y el útero; con
cada embarazo sucesivo se incrementa el porcen-
taje de mujeres afectadas y la gravedad de esta
complicación (Morales, 2007; Tulandi, 2009).
Las adherencias pueden alargar en gran medida los
lapsos que median entre la incisión y el nacimiento
del producto, así como el tiempo quirúrgico total
(Rossouw, 2013; Sikirica, 2012). También
aumentan las tasas de cistotomía y de lesión intes-
tinal, aunque dichos eventos ocurren con poca
Placenta frecuencia (Rahman, 2009; Silver, 2006).
De manera intuitiva, es posible aminorar la
aparición de cicatrices manejando con suavidad
los tejidos, logrando una hemostasia adecuada y
FIGURA 30-9. La placenta sobresale a través de la incisión uterina conforme se con-
reduciendo al mínimo eventos de isquemia hís-
trae el útero. Con una mano se da masaje suave al fondo uterino, para acelerar la
separación de la placenta. tica, infecciones y reacciones contra cuerpos
extraños. Hay datos antagónicos en cuanto al cie-
rre del colgajo vesical (peritoneo visceral) o de la
un ángulo de la incisión uterina para estabilizar y maniobrar el cavidad abdominal (peritoneo parietal) y su efecto sobre el desa-
corte y se cierra con una o dos hileras de material absorbible rrollo de nuevas adherencias. Algunos operadores destacan
número 0 o 1, en sutura continua (fig. 30-10). Muchos opera- beneficios con el cierre de sólo uno de los planos mencionados,
dores utilizan hilo crómico, pero otros prefieren suturas sintéti- pero no de ambos (grupo colaborador del estudio CAESAR
cas de absorción tardía. Por lo general es más rápido cerrar en 2010; Cheong, 2009; Kapustian, 2012; Lyell, 2005, 2012).
una sola hilera y no se observa incremento de infección o de Los beneficios de colocar una barrera adherente a la histero-
necesidad de transfusiones (grupo colaborador del estudio tomía una vez reparada se informan sólo en dos estudios sin asig-
CAESAR, 2010; Dodd, 2008; Hauth, 1992). Además, en
muchos estudios se observó que el tipo de cierre uterino no
modificaba en grado significativo la frecuencia de complicacio-
nes en el embarazo siguiente (Chapman, 1997; Durnwald,
2003; Roberge, 2011).
En el Parkland Hospital, los autores de este texto se inclinan
por cerrar el útero con una sola capa. El punto inicial se coloca
justo después de uno de los ángulos de la incisión uterina. A
continuación, con fines hemostáticos, se realiza una sutura de
forma continua y entreligada, de modo que cada punto penetre
todo el espesor del miometrio. A algunos clínicos les preocupa
que las suturas a través de la decidua puedan ocasionar endome-
triosis o adenomiosis en la cicatriz de histerectomía, pero es una
situación rara. Es importante escoger con gran cuidado el sitio
en que se colocará cada punto y no extraer la aguja una vez que
penetre en el miometrio; así, la perforación de vasos no ligados
y las hemorragias ulteriores serán mínimas. La sutura continua
entreligada se continúa más allá del ángulo contrario de la inci-
sión. Si la aproximación no es satisfactoria después del cierre
con una sola hilera de sutura continua, o si persisten sitios san-
grantes, se necesitarán más puntos de sutura. Se realiza otra
hilera de sutura continua para aproximar los bordes y lograr
hemostasia, o se ocluyen sitios hemorrágicos individuales con
puntos en forma de ocho o de colchonero.
Por costumbre, los bordes serosos que cubren el útero y la
vejiga se aproximan con sutura continua de catgut crómico 2-0. FIGURA 30-10. Los bordes de la incisión en el útero se aproximan
Datos de múltiples investigaciones con asignación al azar sugie- con sutura continua entreligada que se fija en los dos ángulos de la
ren que omitir este paso no origina complicaciones en el periodo incisión.
598 Parto y cesárea
nación al azar (Chapa 2011; Fushiki, 2005). En la actualidad Se le hace a ésta una pequeña incisión transversa y se inserta un
está en marcha un estudio multicéntrico con asignación al azar dedo de cada mano, a manera de gancho, en los ángulos laterales.
para valorar la efectividad de una barrera de adhesiones, hecha En este punto se distiende la incisión en dirección transversa.
de hialuronato de sodio y carboximetilcelulosa, en el momento Una vez que se abre la fascia y se identifican los vientres de los
SECCIÓN 8
del parto por cesárea (National Institutes of Health, 2012). músculos rectos anteriores del abdomen, se inserta entre ellos un
dedo índice de cada mano. Un dedo se desplaza hacia arriba y
Cierre del abdomen otro hacia abajo en oposición para separar todavía más los vien-
Es importante extraer todas las torundas de laparotomía y aspi- tres musculares. La disección con el dedo índice se utiliza para
rar con suavidad la sangre y el líquido amniótico de las acanala- penetrar en el peritoneo y una vez más se abre esta capa con dis-
duras paracólicas y del fondo de saco. Algunos cirujanos lavan tensión antagónica con los dedos índices, es decir, uno hacia
dichas regiones en especial en presencia de una infección o de arriba y otro hacia abajo. Después se distienden todas las capas de
meconio. Sin embargo, el lavado sistemático en mujeres con la pared abdominal en sentido lateral en oposición, para abrir
poco riesgo incrementa la frecuencia de náuseas en el transope- todavía más la incisión. Se secciona el peritoneo visceral en la
ratorio y no disminuye los índices de infecciones en el periodo línea media por arriba de la vejiga y este órgano se refleja en
posoperatorio (Harrigill, 2003; Viney, 2012). forma roma hacia abajo para separarlo del segmento uterino infe-
Una vez que se han contado todas las torundas y los instru- rior subyacente. Se hace una incisión transversa en la línea media
mentos utilizados, se cierra la incisión abdominal en hileras y por en el miometrio, que se abre y se extiende hacia los lados con un
capas. Muchos cirujanos omiten el cierre del peritoneo parietal. dedo anclado en cada esquina de la incisión de histerotomía.
Además de la ambigüedad en cuanto a impedir adherencias, los Para el cierre de la incisión se utilizan puntos separados. No se
datos también son antagónicos en cuanto a si no cerrar el perito- sutura el peritoneo visceral ni el parietal. La técnica de Misgav-
neo parietal disminuye las molestias posoperatorias y la necesidad Ladach es semejante; difiere en que el cierre de la incisión del
de analgésicos (Chanrachakul, 2002; Lyell, 2005; Rafique 2002). miometrio se completa con una sola hilera de sutura continua
Sin embargo, si en el sitio de la incisión hay distensión intestinal, entreligada (Hofmeyr, 2009; Holmgren, 1999).
según los autores de este texto, con el cierre peritoneal se puede El uso de las técnicas anteriores permitió acortar los lapsos
proteger al intestino cuando se colocan las suturas en la fascia. quirúrgicos y generar índices menores de pérdida transoperato-
Conforme se cierra cada capa, se identifican los sitios san- ria de sangre, y de dolor en el periodo posoperatorio (Hofmeyr,
grantes, se pinzan y se ligan o coagulan con una hoja electroqui- 2008). Sin embargo, puede ser difícil su realización en mujeres
rúrgica. Asimismo, se permite que retornen a su sitio los múscu- con fibrosis de los músculos rectos anteriores y adherencias peri-
los rectos anteriores del abdomen. Al haber diastasis notable, toneales (Bolze, 2013). Además, se desconocen los resultados a
pueden aproximarse los músculos rectos mencionados con uno largo plazo de estas técnicas, como la rotura uterina ulterior.
o dos puntos de sutura en forma de ocho con catgut crómico
número 0 o 1. A continuación, se cierra la fascia de los rectos Incisión clásica de cesárea
por una técnica de sutura continua sin entreligamiento, con Esta incisión por lo común no se usa porque abarca el segmento
material de absorción tardía. En mujeres con un gran peligro de uterino superior, que es activo y que en consecuencia se rompe
desarrollar una infección se prefiere usar sutura de monofilamento con facilidad en embarazos ulteriores.
y no material trenzado.
Indicaciones. En ocasiones se prefiere la incisión clásica para el
Por lo común no se necesita cerrar el tejido subcutáneo si éste
nacimiento. Algunas de las indicaciones provienen de la dificul-
tiene un espesor de 2 cm. Sin embargo, si tiene mayor grosor se
tad de descubrir y penetrar de forma inocua el segmento uterino
recomienda su cierre para minimizar la formación de seromas y
inferior. Por ejemplo, a veces el operador puede encontrar una
hematomas, que pueden ocasionar infección de la incisión,
vejiga con adherencias densas por operaciones anteriores, un leio-
dehiscencia o ambos problemas (Bohman, 1992; Chelmow,
mioma que ocupe el segmento uterino inferior, un cuello ute-
2004). La adición de un drenaje subcutáneo no impide compli-
rino invadido por cáncer u obesidad masiva materna que impida
caciones importantes de la incisión (Hellums, 2007; Ramsey,
que se acceda de forma segura al segmento uterino inferior.
2005). La piel se cierra con sutura continua subcuticular con
También se prefiere la incisión clásica en eventos de placenta
material de absorción tardía 4-0, o con grapas. En comparación,
previa con implantación anterior, en especial en los casos compli-
al parecer son similares los resultados estéticos y los índices de
cados por síndromes de placenta accreta.
infección finales. La sutura de la piel requiere mayor tiempo, sin
En otras situaciones las indicaciones fetales son las que rigen
embargo la dehiscencia de la herida es más frecuente con las gra-
las medidas necesarias. La posición transversa de un gran feto, en
pas (Basha, 2010; Figueroa, 2013; Mackeen, 2012; Tuuli, 2011).
particular si se rompen las membranas y está impactado el hom-
bro en el conducto del parto, obliga por lo común a recurrir a la
Técnicas de Joel-Cohen y Misgav-Ladach incisión clásica. Es muy difícil la extracción de un feto que está en
Durante decenios se ha utilizado la técnica de Pfannenstiel-Kerr. posición transversal con el dorso hacia abajo, a través de una inci-
En fecha reciente se describieron las modificaciones introducidas sión uterina transversa. A veces en las que el feto es muy pequeño,
por Joel-Cohen y Misgav-Ladach; éstas difieren de la incisión tra- en particular si está en presentación de nalgas, es preferible quizá
dicional mencionada más bien por el sitio en que se realiza la inci- una incisión clásica (Osmundson, 2013). En tales casos, el seg-
sión inicial y porque se usa en mayor medida la disección roma. mento uterino inferior poco desarrollado no aporta espacio sufi-
Con la técnica de Joel-Cohen se hace una incisión transversa ciente para las manipulaciones necesarias para el parto de nalgas.
recta de 10 cm en la piel, a 3 cm por debajo del nivel de las espi- O, con menor frecuencia, una cabeza fetal pequeña puede quedar
nas iliacas anterosuperiores. La capa de tejido subcutáneo se abre atrapada por el fondo del útero contraído después de que se rom-
con un instrumento cortante a 2 o 3 cm de la línea media, misma pen las membranas. Por último, si hay un embarazo múltiple, a
que se prolonga hacia abajo, sin extensión lateral, hasta la fascia. veces se necesita realizar una incisión clásica para contar con espa-
Operación cesárea e histerectomía periparto 599
cio suficiente para extraer a los fetos que estén en posiciones anor-
males o que no hayan llegado al término de la gestación.
Incisión y reparación uterinas. La incisión vertical del útero
CAPÍTULO 30
se comienza con un bisturí, en un punto lo más bajo posible y
de preferencia dentro del ámbito del segmento uterino inferior
(fig. 30-11). En caso de haber adherencias, descubrimiento
insuficiente, un tumor o placenta percreta que impidan la crea-
ción de un colgajo vesical, la incisión se hará por arriba del nivel
de la vejiga. Una vez que se penetra en el útero con el bisturí, se
extiende la incisión en sentido superior con tijeras oblicuas para
vendaje hasta lograr la longitud suficiente para que pueda
extraerse el feto. Con el uso de tales tijeras, el operador insinuará
los dedos de la mano no dominante entre el miometrio y el feto
para evitar desgarros en el cuerpo del producto. Conforme se A
abre la incisión, dentro del miometrio aparecen innumerables
vasos grandes que sangran profusamente. El resto de la extrac-
ción del feto y la placenta es igual a la que ocurre con la histerec-
tomía transversa baja.
Para el cierre de la incisión, en un método se utiliza una
hilera de sutura continua con catgut crómico calibre 0 o 1 para
aproximar a las mitades más profundas de la incisión (fig.
30-12). Después se cierra con una sutura semejante el plano
profundo externo del miometrio y también con una costura
continua o con puntos en forma de ocho. No se deben hacer
trayectos de agujas innecesarios pues así se evita perforar vasos
del miometrio, lo cual ocasionará más adelante hemorragias o
hematomas. Para lograr una aproximación satisfactoria y evitar
que el material de sutura desgarre el miometrio, es útil que el B
asistente comprima el útero en cada lado de la incisión hacia la
línea media cada vez que se coloca un punto de sutura. FIGURA 30-12. Cierre de la incisión clásica. Se cierran con sutura
continua la mitad más profunda (A) y la mitad superficial (B) de la
incisión.
HISTERECTOMÍA PERIPARTO
■ Indicaciones
La histerectomía suele practicarse durante un parto por cesárea
o después de realizado, aunque también puede ejecutarse en
seguida del nacimiento por vía vaginal. Si se considera el total de
los partos, la tasa varía de 0.4 a 2.5 por cada 1 000 neonatos,
cifra que ha aumentado de manera significativa en los últimos
decenios. En un lapso de 25 años, la tasa de histerectomías peri-
parto realizadas en el Parkland Hospital fue de 1.7 por cada
1 000 neonatos (Hernandez, 2012). Gran parte de tal incre-
mento se ha atribuido a la cantidad cada vez mayor de partos
por cesárea y a las complicaciones que conlleva en nuevos emba-
razos (Bateman, 2012; Bodelon, 2009; Flood, 2009; Orbach,
2011). De 50 a 66% de las histerectomías son totales, en pro-
medio, en tanto que el resto de los casos son supracervicales
(Rossi, 2010; Shellhaas, 2009).
Las histerectomías por cesárea suelen realizarse para cohibir
o evitar hemorragias por atonía uterina imposible de tratar o
placentación anormal (Bateman, 2012; Hernandez, 2012;
Owolabi, 2013). En el cuadro 30-3 se señalan estas indicaciones
y otras menos frecuentes. Por ejemplo, leiomiomas grandes pue-
FIGURA 30-11. Se hace una pequeña incisión inicial vertical de his-
den impedir el cierre satisfactorio de la histerotomía y obligar a
terotomía en el segmento uterino inferior. Se insinúan los dedos
entre el miometrio y el feto, para evitar desgarros en el producto. la extirpación del útero o complicaciones infecciosas después del
Con las tijeras se extiende la incisión en sentido superior según se parto por un útero necrótico infectado obligarán a extirpar la
necesite para la extracción. víscera para lograr recuperación de la paciente (fig. 37-4, pág.
600 Parto y cesárea
Placentación anormal
Hemorragia
Síndromes de placenta accreta
Extensión uterina
Rotura uterina
Desgarro cervicouterino
Infección uterina posparto
Leiomiomas
Cáncer cervicouterino invasor
Neoplasia ovárica
Trompa de Falopio
Ligamento redondo
688). Lógicamente, Los factores de riesgo de la histerectomía
periparto reflejan, y son similares a, los peligros de las complica-
ciones mencionadas, las cuales se describen en todo el texto.
Entre las complicaciones importantes de la histerectomía
periparto están pérdida hemática más profusa y mayor riesgo de
daño de vías urinarias. La primera suele ser apreciable porque se
realiza la histerectomía por hemorragia que a menudo es torren-
cial y el propio método conlleva notable pérdida de sangre. Es
FIGURA 30-13. El operador pinza, coloca ligaduras dobles y secciona
imposible prever muchas de las hemorragias mencionadas, pero en ambos lados los ligamentos redondos.
se pueden detectar en la fase anterior al parto los casos de
implantación anormal de la placenta. En el capítulo 41 (pág.
807) se señalan las medidas preoperatorias para tratar la pla- incisión de histerotomía sangra con intensidad se puede suturar
centa accreta, las cuales también definieron la Society for Maternal o aplicar pinzas para torundas o de Pennington para conseguir
Fetal Medicine (2010) y el American College of Obstetricians and hemostasia. Los ligamentos redondos se seccionan cerca del
Gynecologists (2012c). útero, entre dos pinzas de Kocher, y se ligan por duplicado (fig.
Un factor importante que condiciona las complicaciones de 30-13). Se puede utilizar catgut crómico o material de absor-
la histerectomía por cesárea, y su frecuencia, es si la operación se ción retardada de calibre 0 o 1. La incisión en la serosa vesico-
realizó de forma planeada o por situaciones de urgencia (Briery, uterina que se hizo para movilizar la vejiga, se extiende a ambos
2007). Después de una histerectomía por cesárea, planeada o lados y hacia arriba a través de la hoja anterior del ligamento
anticipada, son menores la frecuencia de pérdida hemática, la ancho, hasta llegar a los ligamentos redondos seccionados. La
necesidad de transfusiones de sangre y las complicaciones de hoja posterior del ligamento ancho junto al útero se perfora
vías urinarias, en comparación con técnicas hechas en situacio- justo por debajo de las trompas de Falopio, los ligamentos ute-
nes de suma urgencia (Briery, 2007; Glaze, 2008; Sakse, 2007). roováricos y los vasos ováricos (fig. 30-14). En este momento se
colocan dobles pinzas a las estructuras mencionadas cerca del
útero, se seccionan y también se liga por duplicado el pedículo
■ Técnica para la histerectomía periparto lateral (fig. 30-15). La hoja posterior del ligamento ancho se
La histerectomía supracervical o la total se realiza utilizando téc- secciona hacia los ligamentos uterosacros (fig. 30-16). Después
nicas quirúrgicas convencionales. Para este fin es esencial la se incrementa la deflexión de la vejiga y del colgajo peritoneal a
exposición adecuada. En el comienzo no se necesita colocar un ella unido, se diseca según se necesite desde el segmento uterino
separador autostático (p. ej., el de Balfour). En cambio, el des- inferior, y se retrae para despejar el campo operatorio. Si el col-
cubrimiento satisfactorio se logra por la tracción del útero que gajo mencionado está muy adherido, como pudiera ocurrir por
un asistente haga en sentido superior junto con los separadores incisiones de histerectomía previas, es posible que se requiera
manuales, los de Richardson o los de Deaver. El colgajo vesical hacer una disección cortante cuidadosa (fig. 30-17).
se refleja en sentido descendente hasta el nivel del cuello ute- Se necesita tener cuidado especial a partir de este punto para
rino, si es posible, para permitir la histerectomía total. En casos no lesionar los uréteres que pasan detrás de las arterias uterinas.
en los cuales se planea la histerectomía por cesárea, o es muy Para lograr tal objetivo, un asistente debe ejercer tracción cons-
probable que ésta se realice, lo ideal es que la disección exten- tante para tirar del útero lejos del lado en que se ligan los vasos
dida del colgajo vesical se complete antes de la histerotomía ini- uterinos. El operador identifica cerca de su punto de nacimiento
cial. Intentos posteriores para disecar la vejiga pueden dificul- a la arteria y las venas uterinas ascendentes; los pedículos se pin-
tarse por la presencia de sangre o es posible que ocurra una zan de inmediato por duplicado junto al útero, se seccionan y se
hemorragia profusa durante la disección. colocan dobles suturas. Como se muestra en la figura 30-18, los
Después del parto por cesárea, por lo regular se extrae la pla- autores de este texto prefieren utilizar tres pinzas pesadas
centa. En casos en los que ya se ha planeado la histerectomía y (Heaney o Ballantine) para seccionar el tejido entre las pinzas
se desarrolla el síndrome de placenta accreta, por lo común ésta se más internas y después ligar el pedículo en las pinzas que están
deja intacta e in situ. En cualesquiera de las situaciones, si la en sentido lateral al útero. En el caso de la histerectomía por
Operación cesárea e histerectomía periparto 601
CAPÍTULO 30
Cara
anterior
del útero
Vasos
uterinos
Hoja
Ligamentos posterior
uterosacros de ligamento
ancho
cesárea puede ser más provechoso en casos de hemorragia pro- Histerectomía total
fusa colocar con rapidez dos pinzas y seccionar todos los pedícu- Incluso si se planea con anticipación la histerectomía total, en
los vasculares entre ellas para cohibir la hemorragia. Hecho lo opinión de los autores en muchos casos técnicamente es más
anterior, el operador podrá volver a ligar todos los pedículos. fácil terminar la operación después de amputar el fondo uterino
y colocar pinzas de Ochsner o Kocher en el muñón cervical para
tracción y hemostasia. En este momento también se pueden
colocar separadores autostáticos. Para extraer el cuello uterino,
se moviliza todavía más la vejiga si es necesario; tal maniobra
desplaza los uréteres hacia abajo conforme se retrae la vejiga
detrás de la sínfisis y con ello se evitan desgarros o suturar la
Segmento
uterino
inferior
Cuello uterino
adelgazado y
zona superior
de la vagina
Tejido
conjuntivo
del espacio
vesicouterino
Vejiga
C A
FIGURA 30-18. A. Se colocan dobles pinzas en la arteria y las venas uterinas en cada lado, inmediatamente junto al ovario, y se seccionan. Con
una tercera pinza en sentido interno se evitará la “hemorragia retrógrada”. B y C. El pedículo vascular se liga con suturas dobles.
vejiga durante la extirpación del cuello uterino y el cierre del secciona el tejido por arriba del instrumento (fig. 30-20). Se colo-
manguito vaginal. can de manera simultánea ligaduras dobles en el fondo de saco
En caso de haber borramiento del cuello y dilatación consi- lateral vaginal extirpado y se sutura el muñón del ligamento car-
derable, el carácter blando de éste puede dificultar la identifica- dinal. Después se revisa el cuello uterino para asegurar que se
ción de la unión cervicovaginal por palpación. Es posible iden- extirpó por completo y en este momento se repara la vagina. Cada
tificar el sitio de unión por medio de una incisión uterina uno de los ángulos del fondo de saco lateral de ésta se fija a los
vertical hecha en sentido anterior en la línea media, a través de ligamentos cardinales y uterosacros para paliar cualquier prolapso
la incisión abierta de histerotomía o por una incisión realizada vaginal ulterior (fig. 30-21). Después de este paso, algunos ciruja-
en el nivel de los vasos uterinos ligados. El operador dirige un nos prefieren cerrar la vagina con puntos en forma de ocho. Otros
dedo hacia abajo a través de la incisión para identificar el borde logran hemostasia por medio de suturas continuas entreligadas a
libre del cuello borrado y dilatado y el fondo de saco anterior de través de la mucosa y la aponeurosis endopélvica adyacente, alre-
la vagina. Después debe cambiar su guante contaminado por dedor de la circunferencia del manguito vaginal (fig. 30-22).
otro estéril. Otro método útil para identificar los márgenes cer- En caso de no haber instalado con anterioridad un separador
vicales es colocar por vía transvaginal en los bordes cervicales, autostático, algunos de los clínicos prefieren colocarlo en este
cuatro clips metálicos para piel o suturas de colores vivos en las momento. El paso siguiente es quitar las torundas de los intesti-
posiciones 12, 3, 6 y 9 de la carátula de un reloj, en caso de una nos, liberar el campo y explorar con gran cuidado todos los
histerectomía planeada. sitios en busca de hemorragias. Una técnica es realizar una revi-
Se toman de forma sistemática con pinzas curvas o rectas de sión bilateral sistemática desde los pedículos de las trompas de
tipo Heaney (fig. 30-19) los ligamentos cardinales, los uterosa- Falopio y el ligamento ovárico hasta la bóveda vaginal y el col-
cros y los numerosos grandes vasos que contienen. Las pinzas se gajo de la vejiga. Se ligan con cuidado los puntos sangrantes
colocan lo más cerca del cuello uterino y se cuidará no incluir con para no lesionar los uréteres. Por lo general la pared abdominal
cada toma tejido en exceso. Se secciona el tejido entre cada par de se cierra en capas, como se describió antes para el parto por
pinzas y se sutura el pedículo lateral. Las maniobras anteriores se cesárea (pág. 597).
repiten en sentido caudal hasta que se llega al nivel del fondo de
saco lateral de la vagina. De ese modo se pinzan, seccionan y ligan Histerectomía supracervical
las ramas descendentes de los vasos del útero, conforme se diseca Para realizar la histerectomía subtotal, se amputa el cuerpo del
el cuello uterino y éste se separa de los ligamentos cardinales. útero justo por arriba del nivel de la ligadura de la arteria ute-
Justo por debajo del nivel del cuello uterino se coloca una rina. El muñón cervical puede cerrarse con sutura continua o
pinza curva que abarque el fondo de saco lateral de la vagina y se puntos separados de catgut calibre 0 o 1. La histerectomía total
Operación cesárea e histerectomía periparto 603
CAPÍTULO 30
Manguito vaginal Ligamento
uterosacro
Ligamento
cardinal
FIGURA 30-20. Se coloca una pinza curva que abarque el fondo del FIGURA 30-22. Con sutura continua entreligada se aproximan los
saco lateral de la vagina por debajo del nivel del cuello uterino y se bordes de la pared vaginal.
secciona el tejido en sentido interno a la punta de la pinza.
604 Parto y cesárea
SECCIÓN 8
Incisión
del útero
Vejiga
Cistotomía
A B
FIGURA 30-23. Reparación de cistotomía. A. La hilera primaria invierte la mucosa de la vejiga con puntos separados de sutura continua, con
material de absorción tardía o sutura absorbible de calibre 3-0. B. Con una segunda o tal vez una tercera hilera se aproxima la muscularis de la
vejiga para reforzar el cierre de la incisión.
Cistotomía se acerca a 1 000 ml. Una mujer de talla promedio con un valor
En contadas ocasiones, y por lo común en mujeres que ya expe- hematócrito de 30%, o más, y con un volumen extracelular y
rimentaron una cesárea, puede haber desgarro de la vejiga. Esta hemático expandido normalmente, muy a menudo tolerará
complicación a veces sucede durante dicho procedimiento, aun- pérdidas hemáticas incluso de 2 000 ml sin dificultad. La pre-
que es más común en la histerectomía por cesárea, en particular sencia de hemorragias vaginales no identificadas, sangrado ute-
si la implantación de la placenta fue anormal. rino oculto después del cierre o las dos situaciones, provocan
Por lo regular las lesiones de la vejiga se identifican en el cálculos erróneos.
momento de la operación y al principio se puede observar un En una histerectomía por cesárea planeada, la pérdida hemá-
chorro de líquido claro que llega al campo quirúrgico. Si se sos- tica es de 1 500 ml, aunque es una cifra variable (Pritchard,
pecha el corte de tal órgano (llamado cistotomía), éste se puede 1965). Muchas de las histerectomías periparto no son progra-
corroborar por la instilación retrógrada de fórmula estéril para madas y en estos casos la pérdida hemática es mayor. Por todo
lactantes a través de una sonda de Foley en la vejiga. La fuga de lo mencionado, además de la vigilancia minuciosa de los signos
la leche opaca facilita identificar el desgarro y definir sus bordes. vitales y la diuresis, también hay que cuantificar el hematócrito
En algunos casos conviene practicar una cistoscopia para definir durante la operación y después de ella (cap. 41, pág. 781).
con mayor detalle la lesión vesical. La reparación primaria es el
método preferido y con ella disminuye el riesgo de que se forme ■ Atención en la sala de recuperación
una fístula vesicovaginal en el lapso posoperatorio. Una vez con-
firmado el libre tránsito por los uréteres se puede cerrar la vejiga Es necesario vigilar y cuantificar de manera minuciosa el volu-
con hileras de sutura continua, en dos o tres capas, con material men de la sangre vaginal expulsada durante una hora, como
absorbible o de absorción retardada de calibre 3-0 (fig. 30-23). mínimo, en el periodo posoperatorio inmediato. El fondo del
La primera capa o hilera invierte la mucosa al interior de la útero también debe palparse con frecuencia para asegurar que
vejiga y las ulteriores reúnen la muscularis vesical. La atención dicho órgano permanezca contraído con firmeza. Por desgracia,
posoperatoria obliga a usar drenaje vesical continuo durante conforme disminuye la analgesia por conducción o la mujer
siete a 10 días. recupera la conciencia después de la anestesia general, es proba-
ble que la palpación del abdomen genere dolor. Puede ser eficaz
un analgésico aplicado por inyección intravenosa intermitente
ASISTENCIA PERIPARTO (cuadro 30-4). Basta con colocar un apósito estéril delgado
sobre la incisión abdominal. Por otra parte si la compresa es
■ Soluciones intravenosas gruesa y se coloca con abundantes cintas adhesivas, interferirá
Durante y después del parto por cesárea, son muy variables las en la palpación y el masaje del fondo del útero. Se recomienda a
necesidades de soluciones intravenosas. Los fluidos que se la paciente que respire profundamente y tosa. Una vez que
administran por dicha vía son Ringer con lactato o soluciones comienza a disminuir la analgesia regional o que la mujer recu-
similares de cristaloides con glucosa al 5%. Por lo regular pera por completo la conciencia después de la anestesia general,
durante la cirugía se introducen como mínimo dos a tres litros. entre los criterios para su transferencia a la sala de posparto están
La pérdida hemática en caso de una cesárea sin complicaciones hemorragia mínima, signos vitales estables y diuresis adecuada.
Operación cesárea e histerectomía periparto 605
CAPÍTULO 30
se caracteriza por excreción del líquido retenido durante el
Sala de recuperación: embarazo. Cuando menos en el caso del parto por cesárea pla-
25 mg de meperidina por vía IV cada 5 min hasta llegar a neada, no se produce secuestro significativo del líquido extrace-
100 mg lular en la pared y el interior del intestino, salvo que tal vez haya
o habido necesidad de colocar compresas en dicho órgano para
2 mg de morfina por vía IV cada 5 min hasta llegar a 10 mg despejar el campo operatorio. En consecuencia, las mujeres a las
cuales se les practica un parto por cesárea rutinario rara vez pre-
Sala posparto (primeras 24 horas después de la operación):a sentan secuestro de líquidos en el espacio extracelular. Por lo
50-75 mg de meperidina por vía IM cada 3-4 h según se contrario, en general comienzan el acto quirúrgico con un volu-
necesite men extracelular fisiológicamente mayor (adquirido durante el
o embarazo) que movilizan y excretan después del parto. Por lo
PCA, con un intervalo de 6 min entre cada dosis y una dosis común bastan tres litros de solución durante las primeras 24
máxima de 200 mg en 4 h según se necesite. Se permite horas de la operación. Sin embargo, si disminuye la diuresis a
una administración de refuerzo adicional de 25 mg con menos de 30 ml/hora habrá que valorar de nuevo a la paciente
un máximo de 2 dosis en forma inmediata. La oliguria puede provenir por causas que
o van desde una pérdida hemática no identificada hasta el efecto
10-15 mg de morfina por vía IM cada 3-4 h según se antidiurético de la oxitocina introducida en goteo.
necesite Las mujeres a quienes se practica parto por cesárea no pla-
o neada pueden mostrar retención patológica o constricción del
1 mg de morfina intravenosa PCA con un intervalo de 6 min compartimiento extracelular causadas por preeclampsia grave,
entre cada dosis y una dosis máxima de 30 mg en síndrome de septicemia, vómitos, segundo periodo del parto sin
cuestión de 4 h según se necesite. Se permite una
ingreso adecuado de líquidos y pérdida importante de sangre.
administración de refuerzo adicional de 2 mg con un
máximo de 2 dosis Funciones de la vejiga y los intestinos
a Cada régimen de sala posparto también incluyó 25 mg de prometa- Muy a menudo se extrae la sonda de Foley al cumplirse 12 horas
zina por vía intravenosa cada 6 h, según fuera necesario, para controlar después del parto o, para mayor comodidad, la mañana poste-
las náuseas. rior a la operación. La prevalencia de retención urinaria después
IM = intramuscular; IV = intravenosa; PCA = analgesia controlada por la
paciente.
de parto por cesárea es de 3 a 7%. Entre los riesgos identificados
Tomado de Yost, 2004, con autorización. están la analgesia regional y el hecho de no evolucionar en el
segundo periodo del parto (Chai, 2008; Liang, 2007). Por tal
razón, es necesario monitorizar a las pacientes en busca de dis-
tensión excesiva de la vejiga, como se hace en un parto vaginal.
■ Atención hospitalaria hasta el alta En casos sin complicaciones se pueden brindar a la persona
alimentos sólidos después de 8 h de su operación (Bar, 2008;
Analgesia, signos vitales Orji, 2009). Virtualmente después de casi todas las operaciones
y soluciones intravenosas de abdomen aparece cierto grado de íleo adinámico, pero en casi
Para el alivio del dolor posoperatorio son útiles diversos esque- todas las pacientes sometidas a parto por cesárea la incidencia de
mas. En el cuadro 30-4 se incluyen algunos de los regímenes dicha condición es insignificante. Las manifestaciones incluyen
básicos. En una investigación en el Parkland Hospital, Yost et al. distensión abdominal, meteorismo e incapacidad de expulsar
(2004) observaron que con la morfina se obtenía una mejor gases o heces. La fisiopatología del íleo posoperatorio es compleja
analgesia en comparación con la meperidina y que se acompa- y comprende factores inflamatorios y nerviosos cuya etiología se
ñaba con cifras mucho mayores de amamantamiento y conti- desconoce con detalle (van Bree, 2012). Si se presenta además
nuación de la estancia compartida con el recién nacido. La lac- fiebre de origen desconocido, quizá la causa sea una lesión intes-
tancia puede comenzar el mismo día de la operación. Si la madre tinal no detectada. El tratamiento del íleo adinámico ha cam-
decide no amamantar, por lo general una faja de soporte para los biado poco en los últimos decenios y comprende la administra-
senos sin compresión excesiva llevará al mínimo las molestias ción intravenosa de soluciones y electrólitos. En caso de que sea
(cap. 36, pág. 675). Una vez que la paciente es transferida a su grave, se necesita ejecutar descompresión por vía nasogástrica.
habitación, se le valorará cuando menos cada 60 minutos cuatro
veces y después en intervalos de cuatro horas. El personal eva- Ambulación y cuidados de la herida
luará los signos vitales, el tono uterino, la diuresis y signos de Como se expuso en la página 590, las personas que experimen-
hemorragia. El hematócrito se mide de manera sistemática la tan un parto por cesárea tienen mayor peligro de desarrollar
mañana después de la operación; se cuantifica antes si hubo tromboembolias venosas que aquellas que paren por vía vaginal.
hemorragia extraordinaria o surgen hipotensión, taquicardia, Entre los riesgos adicionales están tener más de 35 años de edad,
oliguria u otras manifestaciones que sugieran hipovolemia. Si el obesidad, haber procreado más de tres hijos, cesárea de emer-
hematócrito disminuye de manera significativa en relación con gencia, histerectomía por cesárea, infección coexistente, enfer-
el nivel que tenía antes de la operación, se repite la medición y medades graves, preeclampsia, grandes varices, inmovilidad
se comienza a buscar la causa. Si se estabiliza tal variable se per- reciente y trombosis o trombofilia previa de venas profundas
mitirá a la puérpera caminar, y si existe escasa posibilidad de (Marik, 2008). En el capítulo 52 (pág. 1045) se exponen las
606 Parto y cesárea
medidas profilácticas posoperatorias. La ambulación temprana Bar G, Scheiner E, Lezerovizt A, et al: Early maternal feeding following caesar-
disminuye el riesgo de desarrollar una tromboembolia venosa. ean delivery: a prospective randomized study. Acta Obstet Gynecol Scand
87(1):68, 2008
En casi todos los casos, el día siguiente de la operación la mujer Basha SL, Rochon ML, Quiñones JN, et al: Randomized controlled trial of
debe deambular con ayuda cuando menos dos veces al día. Las wound complication rates of subcuticular suture vs staples for skin closure
SECCIÓN 8
caminatas se pueden programar justo después de la administra- at cesarean delivery. Am J Obstet Gynecol 203(3):285.e1, 2010
Bastani P, Pourabolghasem S, Abbasalizadeh F, et al: Comparison of neona-
ción de analgésicos para disminuir al mínimo las molestias. El tal and maternal outcomes associated with head-pushing and head-pulling
segundo día podrá caminar sin auxilio. methods for impacted fetal head extraction during cesarean delivery. Int J
El personal debe revisar la incisión todas las jornadas y al Gynaecol Obstet 118(1):1, 2012
cuarto día de la cirugía es posible eliminar las suturas o las gra- Bateman BT, Mhyre JM, Callaghan WM, et al: Peripartum hysterectomy in
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609
CAPÍTULO 31
Cesárea previa
CUADRO 31-1. Algunos factores que repercuten en el trabajo de parto de una mujer con cesárea previa
Riesgo reducido Favorece el éxito Mayor índice de fracasos Riesgo elevadoa
CAPÍTULO 31
Incisión transversal Hospital de enseñanza Madre soltera Incisión clásica o en T
Parto vaginal previo Raza caucásica Madre añosa Ruptura previa
Asesoramiento adecuado Trabajo de parto espontáneo Feto macrosómico Rechazo de la paciente
Suficiente personal y Presentación fetal anormal previa Obesidad Cirugía fúndica
equipo 1 o 2 incisiones transversales Presentación pélvica Contraindicación
previas Embarazo múltiple obstétrica p. ej.,
Indicación no recurrente Preeclampsia placenta previa
Embarazo prematuro actual EGA >40 semanas Instalaciones inadecuadas
Incisión vertical inferior
Incisión desconocida
Inducción del trabajo de parto
Otras enfermedades
Cesáreas previas múltiples
Educación <12 años
Menor intervalo entre los partos
Cuestiones de responsabilidad civil
explica la mayor parte de la inquietud que rodea a la prueba del el cuadro 31-2, aunque el riesgo de ruptura uterina fue mayor
trabajo de parto. Sin embargo, algunos autores afirman que entre las mujeres sometidas a prueba de trabajo de parto, el
estos factores deben pesar muy poco en la decisión para intentar riesgo absoluto resultó ser pequeño (sólo siete por 1 000). Sin
la prueba de trabajo de parto puesto que el riesgo absoluto es embargo, no hubo rupturas en el grupo sometido a cesárea de
bajo. Uno de los estudios más grandes y completos diseñados repetición. No resulta sorprendente observar que el índice de
para examinar los riesgos del parto vaginal en las mujeres con mortinatos y encefalopatía isquémica hipóxica fueron bastante
una cesárea previa, fue el que llevó a cabo la Maternal-Fetal mayores en el grupo sometido a prueba de trabajo de parto.
Medicine Units (MFMU) (Landon, 2004). En este estudio pros- Otros autores han publicado resultados similares (Chauhan,
pectivo que se llevó a cabo en 19 centros médicos académicos, 2003; Mozurkewich, 2000). En un estudio de casi 25 000 muje-
se compararon los resultados de casi 18 000 mujeres sometidas a res con cesárea previa, el riesgo de muerte perinatal fue de 1.3
prueba de trabajo de parto con los de más de 15 000 mujeres por 1 000 entre 15 515 mujeres sometidas a prueba de trabajo
sometidas a cesárea de repetición electiva. Como se muestra en de parto (Smith, 2002). Si bien el riesgo absoluto es pequeño, es
CUADRO 31-2. Complicaciones en mujeres con cesárea previa inscritas en la Maternal-Fetal Medicine Units Network
del NICHD, 1999-2002
Grupo sometido a Grupo sometido
prueba de trabajo a cesárea electiva
de parto de repetición Cociente de
n = 17 898 n = 15 801 posibilidades
Complicación No. (%) No. (%) (CI 95%) Valor de p
Ruptura uterina 124 (0.7) 0 NA < .001
Dehiscencia uterina 119 (0.7) 76 (0.5) 1.38 (1.04–1.85) .03
Histerectomía 41 (0.2) 47 (0.3) 0.77 (0.51–1.17) .22
Enfermedad tromboembólica 7 (0.04) 10 (0.1) 0.62 (0.24–1.62) .32
Transfusión 304 (1.7) 158 (1.0) 1.71 (1.41–2.08) < .001
Infección uterina 517 (2.9) 285 (1.8) 1.62 (1.40–1.87) < .001
Muerte materna 3 (0.02) 7 (0.04) 0.38 (0.10–1.46) .21
Mortinato antes del partoa
37-38 semanas 18 (0.4) 8 (0.1) 2.93 (1.27–6.75) .008
≥39 semanas 16 (0.2) 5 (0.1) 2.70 (0.99–7.38) .07
Mortinato durante el partoa 2 0 NA NS
HIE de términoa 12 (0.08) 0 NA < .001
Muerte neonatal de términoa 13 (0.08) 7 (0.05) 1.82 (0.73–4.57) .19
a El denominador es de 15 338 para el grupo sometido a prueba de trabajo de parto y de 15 014 para el grupo sometido a cesárea electiva de
repetición.
CI, intervalo de confianza; HIE, encefalopatía isquémica hipóxica; NA, no aplicable; NICHD, National Institute of Child Health and Human Development;
NS, no significativo.
Adaptado de Landon, 2004.
612 Parto y cesárea
11 veces mayor que el riesgo observado en 9 014 mujeres someti- Apgar a los 5 min ni a los ingresos a las unidades de cuidados inten-
das a cesárea de repetición planeada. sivos neonatales para los lactantes que nacieron con TOLAC
La mayor parte de los estudios sugiere que la mortalidad frente a los que nacieron por ERCD. Los traumatismos durante
materna no difiere de manera considerable entre las mujeres el parto por laceraciones resultaron ser más frecuentes en los lac-
SECCIÓN 8
sometidas a una prueba de trabajo de parto frente a las que se tantes que nacieron por ERCD.
someten a una cesárea electiva de repetición (Landon, 2004;
Mozurkewich, 2000). Una excepción fue el estudio retrospec-
tivo de grupos de más de 300 000 mujeres canadienses con cesá- ■ Riesgos maternos frente a fetales
rea previa (Wen, 2005). En este estudio, la mortalidad materna Los riesgos relativos para la madre y el neonato difieren según el
para mujeres sometidas a una cesárea electiva de repetición fue método de parto. En cuanto a los riesgos globales, el Comité
de 5.6 por 100 000, frente a 1.6 por 100 000 entre las que (2010) concluyó que en un grupo hipotético de 100 000 mujeres
habían tenido un trabajo de parto. de cualquier edad gestacional sometidas a TOLAC, habrá cuatro
Los resultados de la morbilidad materna también exhiben muertes maternas, 468 casos de ruptura uterina y 133 muer-
resultados contradictorios. En el metaanálisis de Mozurkewich tes perinatales. Por el contrario, en un grupo hipotético de
y Hutton (2000) las mujeres sometidas a trabajo de parto tuvie- 100 000 mujeres de cualquier edad gestacional sometidas a
ron cerca de la mitad de posibilidades de necesitar una transfu- ERCD, habrá 13 muertes maternas, 26 roturas uterinas y 50
sión sanguínea o una histerectomía en comparación con aque- muertes perinatales.
llas que se sometieron a una cesárea de repetición. Por el A pesar del mayor índice de complicaciones, muchas mujeres
contrario, en el MFMU Network Study, Landon et al. (2004) prefieren la cesárea electiva de repetición a la prueba de trabajo
observaron que los riesgos de transfusión e infección son mucho de parto. Las razones más frecuentes son la conveniencia de un
mayores entre las mujeres que se someten a un trabajo de parto parto programado y el temor a un trabajo de parto prolongado
(cuadro 31-2). Rosi y D’Addario (2008) publicaron resultados y potencialmente peligroso. En un estudio anterior, Abitbol et
similares en su metaanálisis. McMahon et al. (1996), en un al. (1993) encontraron que estas preferencias persisten a pesar
estudio poblacional de 6 138 mujeres, encontraron casi el doble del exhaustivo asesoramiento antes del parto.
de complicaciones mayores (histerectomía, ruptura uterina o
lesión quirúrgica) entre las mujeres sometidas a prueba de tra-
bajo de parto frente a las que se sometían a una cesárea electiva. PACIENTES ELEGIBLES
Es importante señalar que, frente a un trabajo de parto exitoso, el PARA UNA PRUEBA DE TRABAJO DE PARTO
riesgo de estas complicaciones mayores fue cinco veces mayor entre
las mujeres en quienes el intento de un parto vaginal fracasó. El Existen muy pocos datos de calidad para guiar la selección de las
metaanálisis antes citado también encontró una mayor frecuen- candidatas para la prueba de trabajo de parto (Guise, 2004;
cia de complicaciones maternas en general cuando las mujeres Hashima, 2004). Dicho lo anterior, el hecho de tener menos
con un parto vaginal fallido se compararon con las que tuvieron factores de riesgo que compliquen la situación aumenta la pro-
un parto vaginal satisfactorio (17 frente a 3%, respectivamente) babilidad de éxito (Gregory, 2008). Se han diseñado diversos
(Rosi, 2008). La Network Cesarean Registry (Babbar, 2013) algoritmos y nomogramas para ayudar al pronóstico, pero nin-
publicó resultados similares. guno ha demostrado un valor pronóstico razonable (Grobman,
2007b, 2008, 2009; Macones, 2006; Metz, 2013; Srinivas,
2007). Sin embargo, se observó que al utilizar un modelo pre-
■ Riesgos fetales y neonatales dictivo de trabajo de parto fallido, se pronostica ligeramente
El Comité encontró evidencias nulas o mínimas en cuanto a los ruptura uterina o dehiscencia (Stanhope, 2013). A pesar de estas
resultados neonatales a corto y largo plazos después de una limitaciones en cuanto a precisión, varios puntos son pertinen-
TOLAC frente a una ERCD. La mayor parte de la evidencia dis- tes en la valoración de estas mujeres, mismos que se describirán
ponible describe diferencias que comparan el método real en lugar en las secciones siguientes. Las recomendaciones actuales del
del previsto que es de baja calidad. La prueba de trabajo de parto American College of Obstetricians and Gynecologists (2013a) son
tiene una mortalidad perinatal mucho más elevada que la ERCD, que la mayoría de las mujeres con una cesárea previa y una his-
de 0.13 frente a 0.05%; mortalidad neonatal de 0.11 frente a terotomía transversa inferior son elegibles y, si resulta adecuado,
0.06% (Guise, 2010). Además, la prueba de trabajo de parto tiene se les debe informar sobre la prueba de trabajo de parto frente a
mayor riesgo de encefalopatía isquémica-hipóxica (HIE, hypoxic la cesárea electiva de repetición.
ischemic encephalopathy) que la ERCD. El estudio de las Mater-
nal-Fetal Medicine Networks indicó una frecuencia de HIE al tér- ■ Incisión uterina previa
mino de 46 por 100 000 pruebas de trabajo de parto frente a cero
casos entre las mujeres sometidas a ERCD (Landon, 2004). Tipo de incisión uterina previa
El análisis del conjunto de datos sugiere que el riesgo abso- El tipo y número de cesáreas previas constituyen los factores
luto de taquipnea transitoria del recién nacido es ligeramente principales para recomendar una prueba de trabajo de parto. Las
mayor con la ERCD frente a la prueba de trabajo de parto des- mujeres con una histerotomía transversal inferior previa son las
pués de una cesárea (4.2 frente a 3.6%) (Guise, 2010). Sin que tienen el menor riesgo de sufrir dehiscencia sintomática de
embargo, se utilizó con mayor frecuencia la mascarilla neonatal la histerotomía (cuadro 31-3). El mayor riesgo lo tiene la inci-
y ventilación con mascarilla entre los lactantes que nacieron des- sión vertical previa que se extiende hasta el fondo, como lo es la
pués de un trabajo de parto tras una cesárea previa frente a los incisión clásica que se muestra en la figura 31-2 (Society for
que nacieron por ERCD (5.4 frente a 2.5%). Por último, no Maternal Fetal Medicine, 2013). Es importante señalar que en
existen diferencias significativas en cuanto a la calificación de algunas mujeres la cicatrización clásica se rompe antes de que
Cesárea previa 613
CAPÍTULO 31
Índice estimado que, si bien la evidencia es limitada, las mujeres con una inci-
Incisión previa de ruptura (%) sión vertical previa en el segmento uterino inferior sin extensión
Clásica 2–9 hasta el fondo, son candidatas en ocasiones a una prueba de
En forma de T 4–9 trabajo de parto. Esto contrasta con las incisiones uterinas clási-
cas previas o con forma de T, que la mayoría consideran contra-
Vertical inferiora 1–7
indicaciones para el trabajo de parto.
Una incisión transversal inferior 0.2–0.9 En la actualidad existen muy pocas indicaciones para una
Varias incisiones transversales 0.9–1.8 incisión vertical primaria (Osmundson, 2013). En estos casos,
inferiores p. ej., un feto pélvico prematuro con un segmento inferior poco
Cesárea previa prematura “incrementada” desarrollado, la incisión vertical inferior casi siempre se extiende
Ruptura uterina previa hasta el segmento activo. Sin embargo, no se sabe hasta dónde
Segmento inferior 2–6 se debe extender la incisión en sentido superior antes de que el
Segmento superior 9–32 riesgo se convierta en el de la incisión clásica verdadera. En la
nota quirúrgica vale la pena anotar hasta dónde se extiende.
a Véase el texto par la definición.
La cesárea previa en un embarazo prematuro algunas veces
Datos obtenidos del American College of Obstetricians and tiene mayor riesgo de romperse. Aunque no conocían el tipo de
Gynecologists, 2013a; Cahill, 2010b; Chauhan, 2002; Landon, 2006;
Macones, 2005; Martin, 1997; Miller, 1994; Sciscione, 2008; Society for la incisión previa, Scisione et al. (2008) indicaron que las muje-
Maternal-Fetal Medicine, 2012; Tahseen, 2010. res sometidas a una cesárea previa prematura tenían el doble de
posibilidades de sufrir una ruptura uterina frente a quienes
tenían una cesárea previa de término. Este fenómeno se puede
explicar en parte por la mayor probabilidad con un feto prema-
empiece el trabajo de parto y esto puede suceder varias semanas turo de extender la incisión uterina en la porción contráctil. Por
antes del término. En una revisión de 157 mujeres con una cesá- el contrario, Harper et al. (2009) no encontraron un mayor
rea clásica anterior, una mujer sufrió ruptura uterina completa índice de ruptura durante el parto vaginal después de una cesá-
antes de que empezara el trabajo de parto, mientras que 9% rea previa a las 34 semanas o antes.
sufrió dehiscencia uterina (Chauhan, 2002). En las mujeres con malformaciones uterinas sometidas a
El riesgo de ruptura uterina en una mujer con una incisión cesárea, existen varias consideraciones especiales. Las primeras
vertical previa que no se extendió hasta el fondo se desconoce. publicaciones sugieren que el riesgo de ruptura uterina en un
Martin (1997) y Shipp et al. (1999), publicaron que estas inci- embarazo ulterior es mayor frente al riesgo de las que han tenido
una histerotomía transversal inferior previa y un útero sano
(Ravasia, 1999). No obstante, en un estudio de 103 mujeres
con anomalías de los conductos de Müller y cesárea previa que
intentaron una prueba de trabajo de parto no se observaron
casos de ruptura uterina (Erez, 2007). En vista del rango tan
amplio de riesgo de ruptura uterina según el tipo de incisión
uterina, no resulta sorprendente observar que la mayoría de los
miembros del American College of Obstetricians and Gynecologists
consideran que el tipo de incisión previa constituye el factor
más importante al contemplar la posibilidad de una prueba de
trabajo de parto (Coleman, 2005).
Número de cesáreas previas riesgo tres veces mayor de ruptura sintomática durante la prueba
Existen cuando menos tres estudios clínicos que indican una de parto ulterior frente a intervalos >18 meses. Asimismo, Sta-
duplicación en el índice de ruptura (de aproximadamente 0.6 a milio et al. (2007) observaron un riesgo tres veces mayor de
1.85%) en las mujeres con dos frente a una histerotomía trans- sufrir ruptura uterina en mujeres con un intervalo entre los
SECCIÓN 8
versal (Macones, 2005a; Miller, 1994; Tahseen, 2010). Por el embarazos menor de seis meses frente a un intervalo ≥6 meses.
contrario, el análisis que realizaron Landon et al. (2006) sobre la Sin embargo, también publicaron que el intervalo de seis a 18
base de datos de la MFMU Network no confirma este fenó- meses no aumentó en forma significativa el riesgo.
meno. Encontraron una diferencia insignificante en el índice de
ruptura uterina entre 975 mujeres con cesáreas previas múltiples
■ Parto vaginal previo
frente a 16 915 mujeres con una sola cirugía previa, 0.9 frente a
0.7%, respectivamente. Como se describirá más adelante, otras El parto vaginal previo, ya sea antes o después de una cesárea,
morbilidades maternas graves aumentan con el número de cesá- mejora considerablemente el pronóstico de un parto vaginal con
reas previas (Marshall, 2011). trabajo de parto espontáneo o inducido (Grinstead, 2004; Hen-
dler, 2004; Mercer, 2008). Además, el parto vaginal previo
Imágenes de la incisión previa reduce el riesgo de ruptura uterina ulterior y otras morbilidades
Se ha utilizado la medida ecográfica de la histerotomía previa (Cahill, 2006; Hochler, 2014; Zelop, 2000). De hecho, el fac-
para pronosticar la probabilidad de ruptura durante una prueba tor más favorable para el pronóstico es el parto vaginal previo.
de trabajo de parto. La presencia de defectos grandes en la cica-
triz de la histerotomía en un útero no grávido pronostica mayor ■ Indicación para trabajo de parto
riesgo de ruptura (Osser, 2011). Naji et al. (2013a,b) encontra-
ron que el espesor miometrial residual disminuye conforme el
con una cesárea previa
embarazo avanza y que la ruptura es directamente proporcional Si se toma en consideración a todas las mujeres que eligen una
a la cicatriz más delgada. Sin embargo, a partir de su revisión, prueba de trabajo de parto, entre 60 y 80% tendrá un parto
Jastrow et al. (2010) encontraron que ningún espesor es ideal vaginal satisfactorio (American College of Obstetricians and Gyne-
como medida pronóstica. La medida óptima del segmento ute- cologists, 2013a). Las mujeres con una indicación no recurrente,
rino inferior en cuanto a grado de peligrosidad, es decir la p. ej., una presentación pélvica, tienen el mayor índice de éxito
medida menor desde el líquido amniótico hasta la vejiga, es de cercano a 90% (Wing, 1999). Las que tuvieron una cesárea pre-
2.0 a 3.5 mm. Para la capa miometrial (la medida menor de la via por problemas fetales mostraron una tasa aproximada de
porción hipoecoica del segmento inferior) ésta fue de 1.4 a 2.0 éxito de 80% y cuando la cesárea se llevó a cabo por interrup-
mm. Con un segmento inferior <2.0 mm, el riesgo de ruptura ción del trabajo de parto, el índice de éxito fue de aproximada-
uterina se incrementa 11 veces. Con un espesor miometrial mente 60% (Bujold, 2001; Peaceman, 2006). La cesárea previa
menor de 1.4 mm, la ruptura uterina aumenta cinco veces. Sin durante la segunda fase en ocasiones se acompaña de ruptura
embargo, estas medidas no son predictivas en cada mujer (Ber- uterina durante la segunda fase en un embarazo ulterior (Jas-
geron, 2009). trow, 2013).
encontraron una tasa de 45% de partos vaginales satisfactorios y figura 31-3 se ha publicado una morbilidad neonatal significa-
una frecuencia de ruptura de 0.9%. En estudios similares, Cahill tiva y apreciable con el parto electivo antes de las 39 semanas
(2005) y Varner et al. (2007), publicaron una tasa de ruptura de (Chiossi, 2013; Clark, 2009; Tita, 2009). La American Academy
CAPÍTULO 31
0.7 a 1.1%, y una tasa de partos vaginales de 75 a 85%. Según of Pediatrics y el American College of Obstetricians and Gynecolo-
el American College of Obstetricians and Gynecologists (2013a), gists (2012) establecieron las normas siguientes para programar
las mujeres con gemelos y una histerotomía transversal previa una cirugía electiva; es necesario documentar una de estas tres
que por lo demás son buenas candidatas para un parto vaginal cuando menos:
se pueden someter sin ningún peligro a una prueba de trabajo
1. La medida ecográfica realizada <20 semanas respalda una
de parto.
edad gestacional ≥39 semanas.
2. Se han detectado ruidos cardiacos fetales durante 30 semanas
■ Obesidad materna por medio de ecografía Doppler.
3. Se obtuvo una prueba positiva de β-hCG en suero u orina, y
La obesidad reduce el índice de éxito de la prueba de trabajo de
se documentó durante más de 36 semanas.
parto. Hibbard et al. (2006) publicaron los siguientes índices
después de un parto vaginal: 85% de éxito con un índice de Al utilizar cualesquiera de los criterios anteriores, es posible
masa corporal (BMI, body mass index) normal, 78% de éxito obtener fechas gestacionales precisas. Otras opciones son espe-
con un BMI de 25 a 30, 70% de éxito con un BMI de 30 a 40 rar el trabajo de parto espontáneo o documentar la madurez
y 61% de éxito con un BMI ≥40. Juhasz et al. (2005) obtuvie- pulmonar fetal por medio del análisis del líquido amniótico
ron resultados similares. (cap. 34, pág. 655).
con ≥1 500 partos anuales, 45% de los que tenían entre 500 y
10 1 499 partos y en 33% de aquellos que atendían <500 partos
anuales.
5
■ Maduración cervical e inducción
del trabajo de parto
0 Como ya se describió, es más probable que una prueba de tra-
37 38 39 40 41 42 bajo de parto fracase cuando éste se induce. Sin embargo, los
Edad gestacional (semanas) riesgos de ruptura uterina son menos claros con inducción o
conducción, con excepción del uso de la prostaglandina E1,
FIGURA 31-3. Morbimortalidad neonatal en 13 258 cesáreas electi-
misoprostol, que está contraindicado (American College of Obs-
vas de repetición. Los resultados adversos incluyen la muerte. La sep-
ticemia abarca los casos sospechosos y comprobados. RDS, síndrome tetricians and Gynecologists, 2013a; Ophir, 2012). La mayor
de insuficiencia respiratoria; TTN, taquipnea transitoria del recién parte de las instituciones no son demasiado conservadoras, sin
nacido. (Tomada de Tita, 2009.) embargo en el Parkland Hospital no se induce ni conduce el
616 Parto y cesárea
trabajo de parto por medios farmacológicos en estas mujeres. glandina solamente no se observaron roturas. Asimismo, no se
El método de inducción utilizado en dicha institución es la observó que las prostaglandinas intravaginales aumentaran el
amniotomía. Otras consideraciones son evitar la inducción o riesgo de ruptura uterina (Macones, 2005b). Estos últimos
conducción en las mujeres en quienes se desconoce el tipo de investigadores, al igual que Kayani et al. (2005) observaron que
SECCIÓN 8
incisión previa, ante un cuello uterino desfavorable o un emba- el uso secuencial de una prostaglandina y luego de oxitocina
razo >40 semanas. aumenta al triple el riesgo de ruptura uterina frente al trabajo de
parto espontáneo.
Después de revisar estas publicaciones más contemporáneas,
Oxitocina el American College of Obstetricians and Gynecologists (2013a)
Algunos estudios afirman que la oxitocina para inducir o condu- concluyó que la inducción del trabajo de parto en algunas muje-
cir un trabajo de parto aumenta la frecuencia de ruptura uterina res que se someten a una prueba de trabajo de parto constituye
(Zelop, 1999). En el estudio de la Network publicado por Lan- una opción razonable. También afirma que es razonable: 1) evi-
don et al. (2004), la ruptura uterina fue más frecuente en muje- tar el misoprostol; 2) seleccionar a las mujeres con más probabi-
res sometidas a inducción, 1.1%, que en las que tuvieron tra- lidades de éxito con una prueba de trabajo de parto, y 3) evitar
bajo de parto espontáneo, 0.4%. Entre las mujeres de este el uso secuencial de prostaglandinas y oxitocina.
estudio clínico que no habían tenido un parto vaginal previo, el
riesgo de ruptura uterina por inducción con oxitocina fue de
1.8%, riesgo cuatro veces mayor que el del trabajo de parto ■ Analgesia epidural
espontáneo (Grobman, 2007a). Por el contrario, en un estudio La posibilidad de que la analgesia epidural para el trabajo de
comparativo, la inducción no se acompañó de mayor riesgo de parto oculte el dolor de una ruptura uterina no ha sido verifi-
ruptura (Harper, 2012a). En otro estudio de observación, el cada. Menos de 10% de las mujeres con dehiscencia de la cica-
éxito de la inducción fue de 67% (Shatz, 2012). triz sufre dolor y hemorragia, y el signo más probable de ruptura
Cahill et al. (2008) publicaron que el riesgo de ruptura con son las desaceleraciones de la frecuencia cardiaca fetal (Kieser,
oxitocina es directamente proporcional a la dosis. Cuando la 2002). Cahill et al. (2010a) encontraron que la administración
dosis infundida es de 21 a 30 mU/min, el riesgo de ruptura más frecuente de analgesia epidural se acompaña de más episo-
uterina es cuatro veces mayor que en mujeres que no reciben dios de ruptura uterina. El éxito del VBAC después de una cesá-
oxitocina. Goetzl et al. (2001) describieron datos similares. Sin rea es similar, y en algunos casos incluso mayor, entre las muje-
embargo, concluyeron que las diferencias en las dosis o el patrón res con analgesia epidural durante el trabajo de parto y las que
de aplicación de oxitocina vinculado con ruptura uterina no son utilizan otro tipo de analgesia (Landon, 2005). Otra observa-
suficientes como para diseñar protocolos de inducción distintos. ción que quizá está relacionada es que casi 25% de los partos
vaginales después de una cesárea previa se llevó a cabo con ayuda
Prostaglandinas de fórceps o ventosa (Inbar, 2013). La American Academy of
Pediatrics y el American College of Obstetricians and Gynecologists
En la página 526 se describen diversas preparaciones de prosta- (2012) concluyeron que es posible aplicar analgesia epidural sin
glandinas que se utilizan con frecuencia para madurar el cuello peligro durante la prueba del trabajo de parto.
uterino o inducir el trabajo de parto. Su inocuidad en mujeres
con una cesárea previa se desconoce puesto que la información
es contradictoria. Por ejemplo, Wing et al. (1998) describieron ■ Exploración de la cicatriz uterina
un estudio comparativo de PGE1, misoprostol, frente a oxitocina
para inducir el trabajo de parto en mujeres con una cesárea pre- Algunos médicos examinan de forma sistemática la integridad
via. Suspendieron su estudio clínico una vez que dos de las pri- de la cicatriz previa pasando una mano por el cuello uterino
meras 17 mujeres asignadas al misoprostol sufrieron ruptura dilatado y sobre la superficie interna del segmento uterino infe-
uterina. Otros estudios confirman este fenómeno y la mayoría rior después de un parto vaginal. Sin embargo, otros consideran
considera que el misoprostol está contraindicado (American que esta exploración uterina sistemática es innecesaria. Actual-
College of Obstetricians and Gynecologists, 2013a). mente se desconocen los beneficios que ofrece la valoración de
Los estudios que valoran otras prostaglandinas para la la cicatriz en las mujeres asintomáticas. Sin embargo, existe un
inducción tienen resultados mixtos. Ravasia et al. (2000) com- acuerdo general que ratifica la necesidad de corregir la dehiscen-
pararon la ruptura uterina en 172 mujeres a quienes se aplicó cia de la cicatriz sólo cuando existe hemorragia abundante. En
gel de PGE2 frente a 1 544 mujeres con trabajo de parto espon- el Parkland Hospital se realizan exámenes de forma sistemática
táneo. La frecuencia de ruptura fue mucho mayor en las muje- de estas incisiones previas. Las decisiones en cuanto a una lapa-
res tratadas con gel de PGE2 (2.9%) que en las que tuvieron rotomía y reparación toman en consideración el grado de lace-
trabajo de parto espontáneo (0.9%). Lydon-Rochelle et al. ración, si ha penetrado en la cavidad peritoneal y la presencia de
(2001) también publicaron que la inducción con prostaglandi- hemorragia activa.
nas para una prueba de trabajo de parto incrementa el riesgo de
ruptura uterina.
No todos los estudios han encontrado un mayor riesgo de ■ Versión cefálica externa
ruptura uterina con prostaglandinas. En el estudio Network La versión cefálica externa para una presentación pélvica es
citado previamente, la frecuencia de ruptura uterina fue de aceptable en las mujeres con una cesárea previa que contemplan
1.4% al utilizar cualquier prostaglandina combinada con oxito- la posibilidad de una prueba de trabajo de parto (American
cina (Landon, 2004). No obstante, en el subgrupo de 227 College of Obstetricians and Gynecologists, 2013a). Este procedi-
mujeres en quienes el trabajo de parto se indujo con una prosta- miento se describe en el capítulo 28 (pág. 570).
Cesárea previa 617
RUPTURA UTERINA trado que el catéter para medir la presión intrauterina permita
diagnosticar con precisión este fenómeno (Rodriguez, 1989).
■ Clasificación En algunas mujeres, los signos de ruptura uterina son idénti-
CAPÍTULO 31
cos a los de desprendimiento prematuro de placenta. Sin embargo,
La ruptura uterina se clasifica por lo general en: 1) completa,
en la mayoría el dolor es mínimo. Asimismo, puesto que la
cuando se separan todas las capas de la pared uterina, o 2) in-
mayoría de las mujeres en trabajo de parto reciben algún fár-
completa, cuando se separa el músculo uterino pero el peritoneo
maco o analgesia epidural, el dolor y la hipersensibilidad no
visceral permanece íntegro. La ruptura incompleta también se
siempre se manifiestan. Este trastorno casi siempre se manifiesta
llama con frecuencia dehiscencia uterina. Como es de esperarse,
por signos de sufrimiento fetal y en ocasiones por hipovolemia
la morbimortalidad es mucho mayor cuando la ruptura uterina
materna a causa de una hemorragia oculta.
es completa. El mayor factor de riesgo para cualquiera de las
Cuando la presentación ha descendido en la pelvis con el
rupturas es la cesárea previa. En una revisión de los casos de
trabajo de parto, durante el examen pélvico es posible percibir
ruptura uterina en Nueva Escocia entre 1988 y 1997, Kieser y
pérdida de la estación. Si el feto ha sido expulsado parcial o
Baskett (2002) encontraron que 92% había ocurrido en muje-
completamente a través de la ruptura uterina, la palpación
res con una cesárea previa. Holmgren et al. (2012) describieron
abdominal o vaginal permite identificar la presentación, que se
42 casos de ruptura uterina en mujeres con histerotomía previa.
habrá alejado del estrecho inferior de la pelvis. Algunas veces es
De éstas, 36 se encontraban en trabajo de parto en el momento
posible palpar el útero contraído y duro a un lado del feto.
de la ruptura.
Histerectomía
En la ruptura completa durante una prueba de trabajo de parto, 6 Placenta accreta
a veces es necesario realizar una histerectomía. En las publica-
CUADRO 31-4. Algunas recomendaciones de asociaciones profesionales en relación con la prueba de trabajo
de parto para lograr un VBAC
CAPÍTULO 31
Asesoramiento Instalaciones Otros
American College of Se ofrece a la mayoría de las Es más segura si es posible realizar No está contraindicada por:
Obstetricians and mujeres con una incisión una cesárea de inmediato; se gemelos, macrosomía, incisión
Gynecologists transversal inferior previa; se debe permitir que la paciente vertical inferior previa o de tipo
(2013a) considera para dos incisiones acepte que existe mayor riesgo desconocido
transversales inferiores previas cuando no está disponible
Society of Obstetricians Se ofrece a mujeres con una El parto se debe realizar en un Es segura la inducción con
and Gynaecologists cesárea transversal inferior hospital donde se pueda realizar oxitocina o sonda de Foley,
of Canada (2005) previa; con >1 cesárea previa una cesárea de urgencia; pero no se deben usar
el parto vaginal después de intervalo aproximado de 30 min prostaglandinas; la macrosomía,
una cesárea probablemente diabetes, embarazo de
será satisfactorio pero con postérmino y los gemelos no
mayor riesgo son contraindicaciones
Royal College of Discutir la opción del VBAC en la Se puede llevar a cabo en una sala Cautela con gemelos y
Obstetricians and mujer que tiene una cesárea de partos con cuidados y macrosomía
Gynaecologists previa en el segmento monitoreo continuo; debe estar
(2007) inferior; la decisión debe ser equipado para realizar una
tomada entre el obstetra y la cesárea de urgencia
paciente
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SECCIÓN 8
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623
SECCIÓN 9
EL RECIÉN NACIDO
CAPÍTULO 32
624
CAPÍTULO 32
El recién nacido
INICIO DE LA VENTILACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 624 • Compresión torácica: esto ocurre durante el descenso por la
pelvis, después de lo cual el parto vaginal expulsa el líquido
ATENCIÓN EN LA SALA DE PARTOS . . . . . . . . . . . . . . . 625 de las vías respiratorias en un volumen equivalente a un
cuarto de la capacidad funcional residual final (Saunders,
VALORACIÓN DEL RECIÉN NACIDO . . . . . . . . . . . . . . . . 627
1978).
CUIDADOS PREVENTIVOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 631 • La aireación del pulmón del recién nacido no incluye la insu-
flación de una estructura colapsada, sino la sustitución rápida
CUIDADOS SISTEMÁTICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 632 del líquido bronquial y alveolar por aire. Después del naci-
miento, el líquido alveolar residual se elimina a través de la
circulación pulmonar y, en menor grado, por vía de los linfá-
ticos pulmonares (Chernick, 1978). Es probable que el
La American Academy of Pediatrics y el American College of Obs- retraso en el retiro del líquido de los alveolos contribuya al
tetricians and Gynecologists (2012) recomiendan que haya al síndrome de taquipnea transitoria del recién nacido (Guglani,
menos una persona en la atención del parto, cuya principal res- 2008). A medida que se reemplaza líquido por aire, la com-
ponsabilidad sea el recién nacido y que sea capaz de iniciar una presión de la vasculatura pulmonar se reduce de modo con-
reanimación que incluya intubación, acceso vascular y adminis- siderable y, a su vez, decrece la resistencia al flujo sanguíneo.
tración de fármacos. Por lo general, un pediatra, enfermera cer- Por lo general, con el decremento de la presión arterial pul-
tificada, anestesiólogo, enfermera anestesióloga o enfermera con monar, el conducto arterioso se cierra (fig. 7-8, pág. 136).
entrenamiento especial realizan esta función. Sin embargo, en
su ausencia, la responsabilidad de la reanimación neonatal recae Se requieren presiones intratorácicas negativas elevadas para
en el obstetra. En consecuencia, los obstetras deben conocer desencadenar la entrada inicial de aire hacia los alveolos llenos
bien las medidas para la atención inmediata del recién nacido. de líquido. En circunstancias normales, desde la primera venti-
lación después del nacimiento se acumula de forma progresiva
más aire residual en los pulmones y con cada respiración suce-
INICIO DE LA VENTILACIÓN siva se requiere presión de abertura pulmonar más baja. En el
recién nacido maduro normal, alrededor de la quinta respira-
Justo después de nacer, el recién nacido debe iniciar con rapidez
ción, los cambios de presión-volumen que se alcanzan con cada
la ventilación, cuando los alveolos llenos de líquido se expanden
respiración son muy similares a los del adulto. En consecuencia,
con aire y la perfusión pulmonar se establece. El recién nacido
el patrón ventilatorio cambia de las inspiraciones episódicas
empieza a respirar y llora casi de inmediato al nacer, lo que con-
poco profundas características del feto a las inhalaciones más
firma el establecimiento de la respiración activa. Algunos factores
profundas y regulares (pág. 337). El surfactante, sintetizado por
que parecen influir en la primera ventilación son los siguientes:
los neumocitos de tipo II y ya presente, reduce la tensión super-
• Estimulación física: un ejemplo es la manipulación del recién ficial de los alveolos y, por lo tanto, impide el colapso del pul-
nacido durante el parto. món con cada exhalación. La falta de suficiente surfactante, que
• Privación de oxígeno y acumulación de dióxido de carbono: suele observarse en recién nacidos de pretérmino, conduce a la
aumentan la frecuencia y magnitud de los movimientos res- pronta aparición del síndrome de dificultad respiratoria, el cual
piratorios antes y después de nacer (Dawes, 1974). se analiza en el capítulo 34 (pág. 653).
El recién nacido 625
CAPÍTULO 32
ble de la atención inmediata y de iniciar la reanimación aguda, con una declinación adicional de la frecuencia cardiaca, dismi-
si es necesaria. nución de la presión arterial y pérdida del tono neuromuscular.
Los recién nacidos con apnea secundaria no muestran una res-
puesta a la estimulación y no reanudan de manera espontánea
■ Cuidado inmediato los esfuerzos respiratorios. A menos que se asista la ventilación,
Antes y durante el parto deben considerarse de forma cuidadosa sobreviene la muerte. La apnea primaria y la secundaria son
diversos determinantes del bienestar neonatal: 1) estado de indistinguibles en clínica; por lo tanto, debe presuponerse que
salud maternal; 2) complicaciones prenatales, incluida cualquier la apnea es secundaria e iniciar de inmediato la reanimación del
sospecha de malformación fetal; 3) edad gestacional; 4) compli- recién nacido apneico.
caciones del trabajo de parto; 5) duración del trabajo de parto y
la rotura de membranas; 6) tipo y duración de la anestesia;
7) dificultades en el parto, y 8) fármacos administrados durante ■ Protocolo de reanimación
el trabajo de parto y sus dosis, vías de administración y tiempo El algoritmo actualizado para la reanimación neonatal recomen-
relativo de liberación. dado por ILCOR y el International Consensus on Cardiopulmo-
nary Resuscitation se muestra en la figura 32-2. Muchos de sus
principios se describen a continuación.
■ Reanimación del recién nacido
El International Liaison Committee on Resuscitation (ILCOR) Medidas básicas
actualizó sus lineamientos para reanimación neonatal sanciona- El recién nacido vigoroso se coloca primero en un ambiente
dos por la American Academy of Pediatrics y la American Heart tibio para reducir al mínimo la pérdida de calor, se limpia la vía
Association (Biban, 2011; Perlman, 2010). Estos lineamientos respiratoria y se seca. Está demostrado que la aspiración gástrica
sometidos a una revisión sustancial se incorporan en las siguien- habitual no es provechosa e incluso puede ser dañina (Kiremitci,
tes secciones. 2011). Aunque antes se recomendaba, no hay evidencia de que
Cerca del 10% de los recién nacidos requiere de cierto grado la aspiración con perilla para limpiar el líquido teñido con
de reanimación activa para estimular la respiración y 1% nece- meconio sea beneficiosa, incluso si el recién nacido está depri-
sita reanimación intensiva. Quizá no sea coincidencia que exista mido (pág. 638). Con la estimulación, el paciente saludable rea-
un riesgo de muerte dos o tres veces más alto para los recién liza una respiración unos cuantos segundos después de nacer y
nacidos nacidos en casa, en comparación con los que nacen en llora antes de medio minuto, después de lo cual se proporcionan
hospitales (American College of Obstetricians and Gynecologists, los cuidados de apoyo habituales.
2013b). Cuando carecen de oxígeno, ya sea antes o después de
nacer, los recién nacidos experimentan una secuencia bien defi- Valoración a los 30 s. La apnea, las respiraciones jadeantes o
nida de fenómenos que conducen a la apnea (fig. 32-1). Con la una frecuencia cardiaca <100 lpm por más de 30 s después del
privación de oxígeno existe un periodo transitorio de respira- nacimiento obligan a la aplicación de ventilación con presión
ción rápida; si persiste, la respiración se detiene y ello se conoce positiva con aire ambiental (fig. 32-3). A menudo se usan fre-
como apnea primaria. Esta etapa se acompaña de disminución cuencias de ventilación asistida de 30 a 60 respiraciones por
de la frecuencia cardiaca y pérdida del tono neuromuscular. Por minuto; la saturación porcentual de oxígeno se vigila mediante
lo regular, la estimulación simple y la exposición al oxígeno oximetría del pulso. En este momento puede suministrarse oxí-
geno complementario en porcentajes graduados ascendentes
para mantener los valores de la saturación de oxígeno (Spo2) en
el intervalo normal (Vento, 2011). La ventilación adecuada se
demuestra por la mejoría de la frecuencia cardiaca.
Respiración Jadeo
rápida irregular
Valoración a los 60 s. Si la frecuencia permanece <100 lpm,
Apnea Apnea significa que la ventilación es inadecuada. Se revisa la posición
primaria secundaria
de la cabeza, como se muestra en la figura 32-3, se limpian las
secreciones y, si es necesario, se aumenta la presión de insufla-
ción. Si persiste la frecuencia cardiaca <100 lpm por más de 60 s,
Frecuencia cardiaca (Ipm)
se considera la ventilación traqueal. Las causas posibles de la
respuesta inadecuada son diversas e incluyen las siguientes:
200
Presión arterial media (mmHg)
• Hipoxemia o acidosis por cualquier causa.
150
• Administración de fármacos a la madre antes del parto.
100
• Inmadurez.
50 • Obstrucción de vías respiratorias superiores.
0 • Neumotórax.
Tiempo
• Alteraciones pulmonares.
FIGURA 32-1. Cambios fisiológicos vinculados con la apnea primaria • Aspiración de meconio.
y la secundaria del recién nacido. lpm, latidos por minuto. (Adaptada • Desarrollo anormal del sistema nervioso central.
a partir de Kattwinkel, 2006.) • Síndrome de septicemia.
626 El recién nacido
Valoración continua
No
pio con suavidad hacia el espacio denomi-
nado valécula, entre la base de la lengua y la
epiglotis. La elevación suave de la punta del
Entibiar laringoscopio hace subir la epiglotis y exponer
Secar la glotis y las cuerdas vocales. Se introduce
Estimular No entonces la cánula a través de estas últimas.
Puede resultar útil una compresión cricoidea
suave. Los tamaños de las cánulas varían de
3.5 a 4.0 mm para los recién nacidos de tér-
HR <100 lpm No Respiración laboriosa
30 s
Cianosis
mino hasta 2.5 mm para los <28 semanas de
Jadeo, apnea
edad gestacional o con peso <1 000 g.
Se verifican varios pasos para asegurar que
Sí Sí
la cánula se halla en el interior de la tráquea y
no del esófago: observación de movimientos
Ventilación con presión positiva Considerar vigilancia de Spo2 simétricos de la pared torácica; auscultación
60 s Vigilancia de Spo2 Considerar CPAP
de ruidos respiratorios equivalentes a ambos
lados, en especial en el plano axilar, y auscul-
tación de ausencia de ruidos respiratorios o
No murmullo sobre el estómago. La aspiración
HR <100 lpm traqueal ya no se recomienda o desaconseja.
Mediante una bolsa de ventilación apropiada
Sí
adaptada a la cánula traqueal, se aplican cho-
rros de aire en ésta a intervalos de 1 a 2 s, con
Confirmar la ventilación adecuada Atención posterior
Considerar intubación de la reanimación
una fuerza suficiente para levantar con suavi-
dad la pared torácica. En neonatos de término,
las presiones entre 30 a 40 cmH2O expanden
los alveolos sin causar neumotórax, neumo-
No mediastino o cualquier otro tipo de baro-
HR <60 lpm
trauma. Para los recién nacidos de término se
Sí usan presiones de 20 a 25 cmH2O. El aumento
de la frecuencia cardiaca y del grado de Spo2
en intervalos aceptables refleja una respuesta
Compresiones torácicas
Ventilación con presión positiva positiva.
Epiglotis
Cuerda vocal
Glotis
CAPÍTULO 32
Esófago
Lengua
Hoja del laringoscopio
Valécula
Epiglotis
Tráquea
FIGURA 32-3. Uso correcto de la ventilación con bolsa y mascarilla. La Esófago
cabeza debe estar en una posición de olfateo con la punta de la nariz
en dirección del techo. Es necesario evitar la hiperextensión del cuello.
turos. Se concluyó que el sistema de calificaciones de Apgar es La sangre arterial se extrae a partir del segmento aislado del
tan relevante hoy día para la predicción de la supervivencia neo- cordón hacia una jeringa de plástico preparada en el comercio,
natal como lo fue hace casi 50 años. de 1 a 2 ml, que contiene heparina liofilizada, o una jeringa
Se han hecho intentos por emplear las calificaciones de Apgar similar lavada con una solución de heparina que contenga 1 000
SECCIÓN 9
para definir lesión por asfixia y predecir el resultado neurológico U/ml. Una vez que se completa el muestreo, la aguja se tapa y la
subsiguiente: usos para los cuales nunca se destinó la calificación jeringa se transporta en hielo al laboratorio. Aunque se realizan
de Apgar. Tales vínculos son difíciles de mensurar de manera esfuerzos por su rápido traslado, el pH y la Pco2 no cambian en
confiable, dado que las lesiones por asfixia y las calificaciones de grado significativo en la sangre mantenida a la temperatura
Apgar bajas son resultados infrecuentes. Por ejemplo, según ambiente hasta durante 60 min (Duerbeck, 1992). Se han desa-
registros de actas de nacimiento estadounidenses de 2010, sólo rrollado modelos matemáticos que permiten una predicción
1.8% de los recién nacidos tuvo una calificación <7 a los 5 min razonable del estado acidobásico al nacer en muestras sanguí-
(Martin, 2012). De modo similar, en un estudio basado en la neas del cordón recolectadas en forma correcta y analizadas
población de más de un millón de recién nacidos a término hasta 60 h después del nacimiento (Chauhan, 1994). Además,
nacidos en Suecia entre 1988 y 1997, la incidencia de califica- los investigadores suecos informaron variaciones significativas
ciones de Apgar de 3 o menos a los 5 min fue de casi 2 por 1 000 en las mediciones del estado acidobásico con distintos analiza-
(Thorngren-Jerneck, 2001). dores (Mokarami, 2012).
Pese a las inconsistencias metodológicas, muchos grupos
establecieron definiciones erróneas de asfixia con base tan sólo
en las calificaciones de Apgar bajas. Esto llevó al American ■ Fisiología del estado acidobásico fetal
College of Obstetricians and Gynecologists y a la American Aca- El feto produce ácido carbónico y ácidos orgánicos. El ácido
demy of Pediatrics (2010) a publicar una serie de opiniones con- carbónico (H2CO3) se forma por el metabolismo oxidativo del
juntas con advertencias importantes sobre las limitaciones del CO2. Por lo regular, el feto elimina con rapidez el CO2 a través
uso de la calificación de Apgar. Una establece, dado que ciertos de la circulación placentaria. Si la eliminación de CO2 dismi-
elementos de la calificación de Apgar dependen en parte de la nuye, la concentración de ácido carbónico se eleva. Cuando éste
madurez fisiológica del recién nacido, que un recién nacido pre- se acumula en la sangre fetal y no hay un incremento concu-
maturo sano puede recibir una calificación baja sólo por inma- rrente de los ácidos orgánicos, el resultado se conoce como aci-
durez (Catlin, 1986). Varios factores pueden modificar las cali- demia respiratoria. Muchas veces esto es resultado del intercam-
ficaciones de Apgar, incluidos entre otros las malformaciones bio placentario alterado.
fetales, fármacos maternos e infección. Por lo tanto, es inapro- En contraste, los ácidos orgánicos incluyen sobre todo al lác-
piado utilizar la calificación de Apgar sola para diagnosticar la tico y al hidroxibutírico β. Las cifras aumentadas de estos ácidos
asfixia. Una calificación de Apgar de 3 a los 5 min tiene escasa son consecutivas a una alteración persistente del intercambio
relación con los resultados neurológicos adversos futuros, por lo placentario y producto de la glucólisis anaerobia. Estos ácidos
que se calculan también las calificaciones a los 10, 15 y 20 min orgánicos se eliminan con lentitud de la sangre fetal y si se acu-
cuando el resultado persiste en 3 o menos (Freeman, 1988; Nel- mulan sin un incremento concomitante del H2CO3, el resul-
son, 1981). tado se denomina acidemia metabólica. Con la aparición de esta
Es importante señalar que la calificación de Apgar sola no pue- última, el bicarbonato (HCO3–) decrece porque se usa para
de establecer la hipoxia como causa de parálisis cerebral. Como amortiguar los ácidos orgánicos. Un incremento del H2CO3
se explica en la página. 638, un recién nacido que sufre asfixia acompañado por uno correspondiente de ácidos orgánicos refle-
próxima al nacimiento lo bastante grave para causar una lesión jado por la reducción del HCO3– causa acidemia mixta respira-
neurológica aguda manifiesta la mayor parte de los signos toria-metabólica.
siguientes: 1) acidemia marcada con pH <7 en la sangre del En el feto, lo más probable es que la acidemia respiratoria y
cordón y deficiencia de base ≥12 mmol/L; 2) calificación de metabólica, y al final la acidosis hística, formen parte de un con-
Apgar de 0 a 3 persistente por 10 min o más; 3) manifestaciones tinuo de empeoramiento progresivo. Esto difiere de la fisiopato-
neurológicas como convulsiones, coma o hipotonía, y 4) disfun- logía del adulto, en la cual padecimientos distintos tienen como
ción orgánica múltiple: cardiovascular, gastrointestinal, hemá- resultado acidosis respiratoria (p. ej., enfermedad pulmonar) o
tica, pulmonar o renal (American College of Obstetricians and acidosis metabólica (p. ej., diabetes). En el feto, la placenta sirve
Gynecologists y la American Academy of Pediatrics, 2003). como los pulmones y, hasta cierto grado, como los riñones. Una
causa principal de aparición de acidemia en el feto es un decre-
mento del riego uteroplacentario. Esto produce retención de
■ Estudios acidobásicos de sangre CO2 (acidemia respiratoria) y, si se prolonga y es intensa en
del cordón umbilical grado suficiente, una acidemia mixta o metabólica.
Si se asume que el pH y los gases arteriales de la madre son
La sangre tomada de los vasos umbilicales se puede usar para
normales, el pH real de la sangre fetal depende de la proporción
realizar estudios acidobásicos con la finalidad de valorar el
de los ácidos carbónico y orgánico, así como de la cantidad de
estado metabólico del recién nacido. La recolección de sangre se
bicarbonato, que es el principal amortiguador en la sangre. Esto
efectúa después del nacimiento al aislar de inmediato un seg-
se puede ilustrar mejor mediante la ecuación de Henderson-
mento de 10 a 20 cm del cordón umbilical con dos pinzas cerca
Hasselbalch:
del recién nacido y dos pinzas más cerca de la placenta. El hecho
[base] HCO3−
de que los retrasos de 20 a 30 s pueden alterar tanto la Pco2 pH = pK + log o, pH = pK + log
como el pH destaca la importancia de pinzar el cordón (Valero, [ácido] H2CO3
2012; White, 2012). El cordón se corta después entre las dos Con propósitos clínicos, el HCO3– representa el compo-
pinzas proximales y las dos pinzas distales. nente metabólico y se expresa en meq/L. La concentración de
El recién nacido 629
H2CO3 expresa el componente respiratorio y se registra como la de las cifras normales y hay exceso de base cuando la cifra de
Pco2 en mmHg. En consecuencia: HCO3– es mayor de lo normal. Un hecho importante es que la
acidemia respiratoria-metabólica con una gran deficiencia de
metabólico (HCO3− meq/L)
CAPÍTULO 32
pH = pK + log base y concentración baja de HCO3–, por ejemplo de 12
respiratorio (Pco2 mmHg) mmol/L, se observa más a menudo en el recién nacido depri-
El resultado de esta ecuación es una cifra de pH. Sin embargo, mido que tiene acidemia mixta con deficiencia mínima de base
se trata de una cifra logarítmica y no provee una medida lineal y una concentración de HCO3– casi normal.
de la acumulación de ácido. Por ejemplo, un cambio en la con-
centración de iones hidrógeno vinculado con un decremento ■ Importancia clínica de la acidemia
del pH de 7.0 a 6.9 es de casi el doble del relacionado con un Por lo general, la oxigenación y el pH del feto declinan en el
descenso del pH de 7.3 a 7.2. Por ese motivo, la base delta ofrece transcurso del trabajo de parto normal. En el cuadro 32-2 se
un parámetro más lineal del grado de acumulación de ácidos resumen los valores normales del pH y gases en sangre del cordón
metabólicos (Armstrong, 2007). La base delta es un número cal- umbilical en el momento del parto en recién nacidos de término.
culado que se usa como medida del cambio de la capacidad Se han cuantificado valores muy similares en recién nacidos de
amortiguadora del bicarbonato (HCO3–). La fórmula para cal- pretérmino (Dickinson, 1992; Ramin, 1989; Riley, 1993). Se ha
cular el exceso de base (BE, base excess) es la siguiente: encontrado que los límites normales inferiores del pH en el recién
BE = 0.02786 × Pco2 × 10(pH – 6.1) × 13.77 × pH – 124.58 nacido varían de 7.04 a 7.10 (Boylan, 1994). Por lo tanto, estos
valores deben considerarse para definir la acidemia neonatal.
En la figura 32-5 se muestra un nomograma para el cálculo Incluso así, la mayoría de los fetos tolera la acidemia intraparto
si se conocen sólo dos parámetros. Por ejemplo, la concentra- con un pH tan bajo como 7.00 sin sufrir deterioro neurológico
ción de HCO3– disminuye en una acidemia metabólica, ya que (Freeman, 1988; Gilstrap, 1989). Sin embargo, en un estudio de
se consume para mantener el pH normal. Ocurre un déficit de recién nacidos con pH <7.0 del Parkland Hospital se notificaron
base cuando la concentración de HCO3– decrece por debajo proporciones extraordinarias de muertes neonatales (8%), ingreso
a la unidad de cuidados intensivos
(39%), intubaciones (14%) y convul-
HCO3
– Pco
siones (13%) (Goldaber, 1991). En un
2
meq/L mmHg
estudio de Oxford con más de 51 000
Exceso de base, recién nacidos de término, la incidencia
25 25
meq/L
0
de encefalopatía neonatal con pH <7.0
fue de 3% (Yeh, 2012).
0 Otra consideración de importancia
30 para el pronóstico es la dirección del
20
–5
pH cambio del pH desde el nacimiento
7.4 hasta el periodo neonatal inmediato.
35
Por ejemplo, el riesgo de convulsiones
–10 durante las primeras 24 h de la vida dis-
7.3
15 40 minuía cinco tantos cuando un pH
7.2 menor de 7.2 en sangre de la arteria
–15
umbilical se normalizaba en las 2 h
siguientes al nacimiento (Casey, 2001a).
7.1
50
7.0
Acidemia respiratoria
–20 La interrupción aguda del intercambio
10 25 gaseoso placentario se acompaña de
6.9 60
20 retención subsecuente de CO2 y acide-
9 mia respiratoria. El factor antecedente
Hemoglobina g/100 ml
6.8
–25 15 70
más frecuente es la compresión transi-
8 toria del cordón umbilical. Por lo gene-
6.7 ral, la acidemia respiratoria no es dañina
10
7
80 para el feto (Low, 1994).
6.6 Puede calcularse el grado en el cual
5 90 el pH se modifica por la Pco2, el com-
6 ponente respiratorio de la acidosis. Pri-
100 mero, se resta la Pco2 neonatal normal
(49 mmHg) del valor de la Pco2 en la
110 sangre del cordón. Cada incremento
adicional de 10 mmHg en la Pco2
120 reduce el pH en 0.08 unidades (Eisen-
FIGURA 32-5. Nomograma para determinar la base delta. (Adaptada de Siggaard-Andersen,
berg, 1987). Por lo tanto, en la acide-
1963.) mia mixta (respiratoria y metabólica)
630 El recién nacido
CUADRO 32-2. Valores de pH y gases en sangre del cordón umbilical en recién nacidos de término normales
Ramin, 1989a Riley, 1993b Kotaska, 2010b Kotaska, 2010e
Partos espontáneos Partos espontáneos Partos espontáneos Cesárea
SECCIÓN 9
puede calcularse el componente respiratorio benigno. Por ejem- metabólica inducida por hipoxia puede ser tan severa como
plo, el prolapso agudo del cordón durante el trabajo de parto para causar deterioro neurológico subsiguiente: encefalopatía
obliga a la operación cesárea 20 min más tarde. El pH en los hipóxica-isquémica (pág. 639). En realidad, un feto sin ese tipo
gases sanguíneos de la arteria umbilical era de 6.95 y la Pco2 de de acidemia no pudo, por definición, sufrir lesión reciente indu-
89 mmHg. Para calcular el grado en que la compresión del cor- cida por hipoxia. Como ya se mencionó, incluso la acidosis
dón y la alteración subsiguiente del intercambio de CO2 afecta- metabólica grave es un débil factor de predicción de alteración
ron el pH, se aplica la relación indicada antes: 89 mmHg menos neurológica subsiguiente en el recién nacido de término. Si bien
49 mmHg = 40 mmHg de exceso de CO2. Para corregir el pH: la acidosis metabólica se vinculó con un aumento de las compli-
(40 ÷ 10) × 0.08 = 0.32; 6.95 + 0.32 = 7.27. Por consiguiente, caciones neonatales inmediatas en un grupo de recién nacidos
el pH antes del prolapso del cordón era cercano a 7.27, muy por con calificaciones de Apgar de depresión a los 5 min, no halla-
debajo de los límites normales, por lo que el pH bajo se debió a ron diferencias en las determinaciones de gases en sangre de
acidosis respiratoria. arteria umbilical entre recién nacidos que después presentaron
parálisis cerebral y aquellos con una evolución neurológica nor-
Acidemia metabólica mal a largo plazo (Socol, 1994).
El feto empieza a desarrollar acidemia metabólica cuando la pri- En recién nacidos con peso muy bajo al nacer (<1 000 g), el
vación de oxígeno es de duración y magnitud suficientes para estado acidobásico del recién nacido quizás esté enlazado de
necesitar del metabolismo anaeróbico a fin de cubrir las necesi- manera más estrecha con el resultado neurológico de largo plazo
dades energéticas celulares. Low et al. (1997) definieron la acido- (Gaudier, 1994; Low, 1995). En el estudio antes citado, Casey
sis fetal como una deficiencia de base ≥12 mmol/L y la acidosis et al. (2001b) determinaron el vínculo entre acidemia metabó-
fetal grave como una deficiencia de base ≥16 mmol/L. En el estu- lica, bajas calificaciones de Apgar y muerte neonatal en recién
dio Parkland citado antes, con más de 150 000 recién nacidos, la nacidos de término y prematuros. Respecto de los recién naci-
acidemia metabólica se definió con límites en los gases sanguí- dos de término, como se muestra en la figura 32-6, en compa-
neos del cordón umbilical dos desviaciones estándar por debajo ración con los recién nacidos con calificación de Apgar de 7 o
de la media (Casey, 2001b). En consecuencia, la acidemia meta- más al minuto 5, el riesgo de muerte neonatal aumentó más de
bólica se refería a un pH en sangre arterial umbilical <7.00 3 200 veces en los recién nacidos de término con acidemia meta-
acompañado de Pco2 ≤76.3 mmHg; los valores más altos indica- bólica y calificaciones de 3 o menos a los 5 min.
ban un componente respiratorio, concentración de HCO3–
≤17.7 mmol/L y deficiencia de base ≥10.3 meq/L. En relación
con una posible causa de la parálisis cerebral, en la monografía ■ Recomendaciones para cuantificar
ampliamente respaldada del American College of Obstetricians los gases en sangre del cordón
and Gynecologists y la American Academy of Pediatrics (2003) se No se ha efectuado un análisis sobre la rentabilidad para las
definió la acidosis metabólica por la presencia de un pH de arte- mediciones universales de gases en sangre del cordón. En algu-
ria umbilical <7.0 y un déficit de base ≥12 mmol/L. nos centros hospitalarios, como el Parkland Hospital, se realiza
La acidemia metabólica se relaciona con una tasa elevada de un análisis de gases del cordón umbilical a todos los recién naci-
disfunción de múltiples órganos, y en casos raros dicha acidemia dos. En el American College of Obstetricians and Gynecologists
El recién nacido 631
3 500
3 204
intramuscular o intravenosa. Deben obtenerse pruebas en rela-
ción con gonorrea y clamidiasis antes del tratamiento.
3 000
CAPÍTULO 32
2 500 Infección clamidial
Riesgo relativo
CUADRO 32-3. Panel central para detección neonatal (el número calculado de niños identificados en Estados Unidos
en 2006 se indica entre paréntesis)
Trastornos de la acilcarnitinaa
SECCIÓN 9
Trastornos
Metabolismo de ácidos Metabolismo de ácidos Metabolismo de la
orgánicos grasos de aminoácidosa hemoglobina Otros
Isovalérico (32) Acil-CoA deshidrogenasa Fenilcetonuria Enfermedad SS Hipotiroidismo congénito
Glutárico de tipo I (38) de cadena media (239) (215) (1 128) (2 156)
3-hidroxi-3-metil-glutárico Acil-CoA deshidrogenasa Jarabe de arce Talasemia S-β Biotinidasa (62)
(3) de cadena muy larga (orina) (26) (163) Hiperplasia suprarrenal congénita
Carboxilasa múltiple (3) (69) Homocistinuria (11) Enfermedad SC (202)
Mutasa metilmalónica (50) 3-OH acil-CoA Citrulinemia (24) (484) Galactosemia (224)
Carboxilasa 3-metilcrotonil- deshidrogenasa de Arginosuccínico (7) Pérdida auditiva (5 073)
CoA (100) cadena larga (13) Tirosinemia I Fibrosis quística (1 248)
Ácido metilmalónico Proteína trifuncional (2) Cardiopatía congénita
(cobalamina A, B) (12) Captación de carnitina (85) críticab
Propiónica (15) Inmunodeficiencia combinada graveb
β-Cetotiolasa (7)
aDeterminada por espectrometría de masa en serie.
b Agregada después de 2006.
Tomado de Centers for Disease Control and Prevention, 2012b; Watson, 2006.
de pruebas de detección masiva relativamente sencillas para tras- recién nacidos que tienen riesgo de complicaciones (McIntire,
tornos neonatales, y muchas son obligatorias por diversas leyes 1999). Por ejemplo, los recién nacidos pequeños o grandes para
estatales (American College of Obstetricians and Gynecologists, la edad gestacional tienen riesgo aumentado de hipoglucemia y
2011b). Desde entonces se han agregado dos al panel central policitemia, y están indicadas las mediciones de la glucosa en
original de 29 trastornos congénitos y todos se muestran en el sangre y el hematócrito (American Academy of Pediatrics y Ame-
cuadro 32-3. rican College of Obstetricians and Gynecologists, 2012).
Según los Centers for Disease Control and Prevention (2012b),
los programas han tenido éxito y han resultado rentables. Por
ejemplo, en un estudio holandés se demostró que la detección ■ Cuidados de la piel y el cordón umbilical
neonatal de pérdida auditiva permitía diagnosticar problemas Todo el exceso de vérnix, sangre y meconio debe limpiarse con
una media de seis meses antes y mejorar los resultados de largo suavidad al momento del nacimiento, mientras se mantiene
plazo (Durieux-Smith, 2008). En un estudio danés (Anderson, tibio al recién nacido. Cualquier vérnix restante se absorbe con
2012) se describió un programa exitoso de detección para defi- facilidad y desaparece en 24 h. El primer baño debe posponerse
ciencia de deshidrogenasa para acil-CoA de cadena media. hasta que se estabilice la temperatura del recién nacido.
Thangaratinam (2012) revisó el uso de la oximetría del pulso Es preciso mantener precauciones asépticas para los cuidados
para detectar cardiopatía congénita grave. inmediatos del cordón. La American Academy of Pediatrics y el
En la mayor parte de los estados de la Unión Americana se American College of Obstetricians and Gynecologists (2012) con-
exige la detección de este grupo central. También se listan tras- cluyeron que es suficiente con mantener seco el cordón. El cor-
tornos complementarios, objetivos secundarios, en el portal de dón umbilical empieza a perder agua de la jalea de Wharton
internet del Maternal and Child Health Bureau. En ciertos esta- poco después del nacimiento. En 24 h, el muñón del cordón
dos se requiere la detección de algunos de estos 24, además del pierde su apariencia blanca azulada y húmeda, y pronto se vuelve
grupo central obligatorio. En Estados Unidos es necesario que seco y negro. Tras varios días a semanas, el muñón se desprende
cada médico conozca los requerimientos individuales de su y deja una pequeña herida con tejido de granulación que después
estado, disponibles en http://genes-r-us.uthscsa.edu/resourses/ de cicatrizar forma el ombligo. La separación casi siempre ocurre
consumer/statemap.htm y http://www.hrsa.gov/advisorycom en las primeras dos semanas, con un intervalo de tres a 45 días
mittee/mchbadvisory/heritabledis-orders/recommendedpanel/ (Novack, 1988). El cordón umbilical se seca con más rapidez y
index/html se separa con más facilidad cuando se expone al aire. Por lo
tanto, no se recomienda un vendaje.
En países con escasos recursos es razonable la profilaxis. Hay
CUIDADOS SISTEMÁTICOS reportes de que una tinción triple aplicada al cordón es mejor
que el cuidado con agua y jabón para prevenir la colonización y
■ Cálculo de la edad gestacional la formación de exudado (Janssen, 2003). En un estudio nepa-
El cálculo de la edad gestacional del recién nacido puede efec- lés, la limpieza del cordón umbilical con clorhexidina al 4%
tuarse muy pronto después del nacimiento. La relación entre redujo la onfalitis grave en 75%, en comparación con la lim-
edad gestacional y peso al nacer debe usarse para identificar a pieza con agua y jabón (Mullany, 2006). De igual manera, el
El recién nacido 633
polvo de clorhexidina al 0.1% fue superior al cuidado del cor- estos periodos sugiere un defecto congénito, como ano imperfo-
dón seco (Kapellen, 2009). rado o una válvula uretral. Después del tercer o cuarto día, como
A pesar de las precauciones, algunas veces se encontró una consecuencia de la ingestión de leche, el meconio se reemplaza
CAPÍTULO 32
infección umbilical grave (onfalitis). En un estudio alemán con por heces homogéneas de color amarillo claro, con una consis-
más de 750 recién nacidos con cuidados asépticos del cordón, tencia similar a la de la mantequilla de maní (cacahuate).
1.3% desarrolló onfalitis (Kapellen, 2009). Los organismos cau-
santes más frecuentes son Staphylococcus aureus, Escherichia coli
y estreptococos del grupo B. Por lo general, los signos típicos de ■ Ictericia neonatal
celulitis y secreción por el muñón favorecen el diagnóstico. Sin Entre el segundo y quinto días de vida, casi 33% de los recién
embargo, es frecuente que haya eritema leve y cierto sangrado nacidos presenta la llamada ictericia fisiológica del recién nacido.
en el sitio del muñón con el desprendimiento, y algunos casos Tiene una relevancia particular si se considera que la mayoría de
no se acompañan de signos externos. Por lo tanto, el diagnóstico los hospitales tiene directrices para el egreso temprano. Por lo
puede ser difícil. tanto, ha sido tema de varias revisiones recientes y se revisa con
más detalle en el capítulo 33 (pág. 644) (Dijk, 2012; Gazzin,
2011; Hansen, 2011; Lauer, 2011).
■ Alimentación y pérdida de peso
De acuerdo con el American College of Obstetricians and Gyneco-
logists (2013a), se prefiere la alimentación exclusiva al seno ■ Circuncisión del recién nacido
materno hasta los seis meses. En muchos hospitales, el amaman- La circuncisión neonatal ha sido un tema controversial en Esta-
tamiento se empieza en la sala de partos. La mayoría de los dos Unidos durante los últimos 25 años. Durante siglos, la cir-
recién nacidos de término progresa mejor cuando se los alimenta cuncisión masculina neonatal se ha realizado como ritual reli-
ocho a 12 veces al día durante alrededor de 15 min por episodio. gioso. Aun así, la evidencia científica respalda varios beneficios
Los lactantes prematuros con restricción del crecimiento necesi- médicos que incluyen prevención de fimosis, parafimosis y bala-
tan alimentaciones a intervalos más breves. nopostitis. La circuncisión también reduce la incidencia de cán-
Un objetivo de Healthy People 2020 de Estados Unidos del cer peniano y cáncer cervicouterino entre las parejas sexuales del
Department of Health and Human Services (2010) es aumentar el individuo. En 1999, la American Academy of Pediatrics concluyó
porcentaje de madres que amamantan a sus hijos. Se ha obser- que la evidencia existente era insuficiente para recomendar la
vado un avance sustancial hacia esa meta. En el año 2009, 77% circuncisión neonatal sistemática. En apariencia, esta disposi-
se amamantaba inicialmente y 47% de manera exclusiva durante ción sólo ha tenido un efecto insignificante en las prácticas en
al menos seis meses y 26% durante un año (Centers for Disease ese país. En particular, los Centers for Disease Control and Pre-
Control and Prevention, 2012a). El amamantamiento se analiza vention (2011) consideraron que la tasa de circuncisión mascu-
de forma adicional en la página 673. Dado que la mayoría de los lina neonatal se redujo durante un periodo de 12 años desde
lactantes recibe en realidad poca nutrición durante los primeros cerca del 60% en 2009 a sólo 55% en 2010.
tres o cuatro días de vida, pierden peso de manera progresiva Los estudios subsiguientes respaldaron de nueva cuenta los
mientras no se establezca el flujo de leche materna u otro tipo de beneficios para la salud de la circuncisión. En dos grandes estu-
alimentación. Los lactantes prematuros pierden relativamente dios aleatorizados de regiones de África con prevalencia elevada
más peso y recuperan su peso al nacer con mayor lentitud. Por de infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH), se
el contrario, los lactantes con restricción de crecimiento, pero observó que la circuncisión masculina reduce a la mitad el riesgo
por lo demás sanos, recuperan su peso al nacer con más rapidez de contraer el virus (Bailey, 2007; Gray, 2007). Además, se
que los prematuros. Con la nutrición adecuada, los lactantes de informó que la circuncisión masculina reduce la incidencia de
término casi siempre recuperan el peso que tenían al nacer para infecciones por VIH, HPV y herpes (Tobian, 2009). La Ameri-
el final del décimo día. can Academy of Pediatrics Task Force on Circumcision (2012) con-
sideró éstos y otros estudios. En su declaración de posición, este
panel concluyó que los beneficios para la salud de la circunci-
■ Heces y orina sión masculina neonatal rebasan los riesgos, por lo que el acceso
Durante los primeros dos o tres días después del nacimiento, el al procedimiento se justifica para las familias que optan por ella.
contenido del colon está compuesto de meconio blando, de Los beneficios citados incluyen prevención de infecciones urina-
color pardo verdusco. Éste consta de células epiteliales descama- rias, cáncer peniano y propagación de algunas infecciones de
das del tracto intestinal, moco y células epidérmicas y lanugo transmisión sexual, incluido el VIH. Dicho panel de expertos no
(pelo fetal) que se han deglutido junto con el líquido amniótico. recomendó la circuncisión para todos los recién nacidos. El Ame-
El color característico depende de pigmentos biliares. Durante rican College of Obstetricians and Gynecologists (2011a) apoya
la vida fetal y algunas horas después del nacimiento, el conte- estas opiniones.
nido intestinal es estéril, pero las bacterias colonizan con rapidez
el intestino. Anestesia para la circuncisión
Se observan defecaciones con meconio en 90% de los recién La American Academy of Pediatrics Task Force (2012) recomienda
nacidos en el transcurso de las primeras 24 h y la mayoría de los que, si se efectúa la circuncisión, se proporcione analgesia para
restantes lo hace en el transcurso de 36 h. Los recién nacidos el procedimiento. Se han descrito diversas técnicas para aliviar el
orinan por primera vez poco después de su nacimiento, pero tal dolor, entre ellas cremas por vía tópica con lidocaína-prilocaína,
vez no lo hagan hasta el segundo día. La expulsión de meconio y infiltración para anestesia local y bloqueos del nervio dorsal del
orina indica permeabilidad del tubo digestivo y las vías urinarias, pene o anular. Varios estudios confirman la eficacia del bloqueo
respectivamente. La falta de defecación o micción después de nervioso peniano dorsal (Arnett, 1990; Stang, 1988). Los estu-
634 El recién nacido
dios muestran que las técnicas de bloqueo nervioso peniano 3) el epitelio del prepucio interno debe separarse del epitelio del
dorsal o bloqueo anular son mejores que la anestesia tópica glande y 4) el dispositivo para la circuncisión debe dejarse colo-
(Hardwick-Smith, 1998; Lander, 1997; Taddio, 1997). El uso cado suficiente tiempo para producir hemostasia antes de extir-
de una tetina mojada con glucosa es una medida adjunta útil par el prepucio (Lerman, 2001). Para una descripción de las
SECCIÓN 9
para estos métodos (Kaufman, 2002). técnicas quirúrgicas véase la segunda edición de Operative Obs-
Después de la limpieza apropiada del pene, la técnica del blo- tetrics (Mastrobattista, 2002).
queo anular consiste en infiltrar lidocaína al 1% en la base del
pene hasta formar una roncha, y avanzar la aguja en un arco de Complicaciones de la circuncisión
180° alrededor de la base del pene, primero hacia un lado y des- Tal y como se observa con cualquier procedimiento quirúrgico,
pués hacia el otro, para lograr un anillo circunferencial de aneste- existe un riesgo de hemorragia, infección y formación de hema-
sia. La dosis máxima de lidocaína es de 1.0 ml. Nunca deben aña- toma. Sin embargo, estos riesgos son bajos (Christakis, 2000).
dirse compuestos vasoactivos, como adrenalina, al analgésico local. Las complicaciones infrecuentes comunicadas como casos aisla-
dos incluyen amputación distal del glande, adquisición de infec-
Técnica quirúrgica ción por virus de la inmunodeficiencia humana-1 (VIH-1) y
La circuncisión debe efectuarse sólo en los recién nacidos sanos. otras enfermedades de transmisión sexual, estenosis del meato,
Otras contraindicaciones incluyen cualquier anomalía genital, denudación peniana, destrucción del pene por coagulación elec-
como hipospadias, y el antecedente familiar de un trastorno troquirúrgica, quiste de inclusión epidérmica subsiguiente y fístula
hemorrágico, a menos que se descarte en el recién nacido. Los uretrocutánea, así como isquemia consecutiva al uso inapropiado
instrumentos utilizados con mayor frecuencia se muestran en la de lidocaína con adrenalina (Amukele, 2003; Berens, 1990; Gear-
figura 32-7 e incluyen las pinzas de Gomco y Mogen, y el dis- hart, 1989; Neulander, 1996; Nicoll, 1997; Pippi-Salle, 2013;
positivo Plastibell. En comparación con el procedimiento de Upadhyay, 1998).
Gomco, Kaufman et al. (2002) informaron que la técnica de
Mogen requirió menos tiempo y se relacionó con menos moles-
tias manifiestas para el recién nacido. Cualquiera que sea el ■ Alojamiento del recién nacido
método elegido, el objetivo es extirpar suficiente piel del cuerpo en el cuarto de la madre
del pene, y epitelio interno del prepucio, de tal modo que el Este modelo de cuidado de maternidad, en el que se coloca al
glande quede expuesto en grado suficiente para prevenir fimosis. recién nacido en el cuarto de su madre en lugar de la sala de
En todas las técnicas: 1) la cantidad de piel externa por extirpar cunas, apareció por vez primera en hospitales estadounidenses a
se debe calcular con exactitud, 2) el orificio del prepucio debe principios del decenio de 1940 (Temkin, 2002). En parte, el
dilatarse para visualizar el glande y asegurarse de que es normal, alojamiento del recién nacido en el cuarto de la madre se deriva
de una tendencia a hacer que todas las fases del parto sean tan
naturales como sea posible y promover las relaciones entre
madre e hijo a una fecha temprana. Para las 24 h, la madre ya
tiene por completo capacidad de deambulación. A partir de
entonces, con el alojamiento del recién nacido en el cuarto de la
madre, esta última puede proporcionar casi siempre cuidado sis-
temático por sí misma a su hijo. Una ventaja obvia es su habili-
dad aumentada para asumir cuidado completo del recién nacido
cuando llega a casa.
(2000) encontraron que la tasa de mortalidad a los 28 días Biban P, Filipovic-Grcic B, Biarent D, et al: New cardiopulmonary resusci-
aumentaba cuatro tantos y la de mortalidad a un año lo hacía al tation guidelines 2010: managing the newly born in delivery room. Early
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CAPÍTULO 32
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637
CAPÍTULO 33
Enfermedades y lesiones
del recién nacido a término
SÍNDROME DE INSUFICIENCIA RESPIRATORIA . . . . . . . . 637 sioactiva como causa de RDS. En un estudio realizado en Pekín
en que se describió a 125 lactantes de término con RDS, las
ENCEFALOPATÍA NEONATAL Y PARÁLISIS CEREBRAL. . . 638 causas más frecuentes fueron infección perinatal con síndrome
de septicemia en 50%, operación cesárea electiva en 27%, asfixia
TRASTORNOS HEMATOLÓGICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . 643
grave en 10% y aspiración de meconio en 7% (Liu, 2010).
LESIONES DEL RECIÉN NACIDO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 645
■ Deficiencia de sustancia tensioactiva
La secreción inadecuada de sustancia tensioactiva que origina
síndrome de insuficiencia respiratoria puede volverse menos fre-
cuente conforme aumenta la edad gestacional. Por lo demás,
Los recién nacidos a término son susceptibles a una amplia aun con una baja frecuencia de lactantes prematuros, el RDS
gama de enfermedades. En muchos casos, las manifestaciones por deficiencia de sustancia tensioactiva no es infrecuente (Ber-
clínicas de estos trastornos son extensiones de los efectos patoló- thelot-Ricou, 2012). El género masculino y la raza caucásica son
gicos ya sufridos por el feto. Un ejemplo común es el recién factores de riesgo independientes (Anadkat, 2012). Asimismo,
nacido que está deprimido y acidótico a consecuencia de septi- las mutaciones de genes que codifican la síntesis de proteína
cemia durante el parto. Debido a que muchos de estos trastor- tensioactiva pueden aumentar la deficiencia (Garmany, 2008;
nos se manifiestan de manera diferente, aquí se abordarán los Wambach, 2012). Sea cual sea la causa, cuando disminuye la
más frecuentes en recién nacidos a término, en tanto los más secreción de sustancia tensioactiva, la fisiopatología pulmonar,
frecuentes en los recién nacidos prematuros se describen en el la evolución clínica y el tratamiento son similares a los que se
capítulo 34. Los trastornos específicos que son consecuencia aplican en lactantes prematuros. El tratamiento comprende
directa de las enfermedades maternas se describen en los capítu- ventilación mecánica y reposición de sustancia tensioactiva me-
los pertinentes. diante insuflación (cap. 34, pág. 654). No hay datos indicativos
de que el tratamiento prenatal con corticosteroides intensifique
la síntesis de sustancia tensioactiva en fetos prematuros tardíos
SÍNDROME DE INSUFICIENCIA RESPIRATORIA (Gyamfi-Bannerman, 2012). El pronóstico en los recién naci-
dos de término en gran parte depende de la causa, la gravedad y
Al momento de nacer, el recién nacido debe comenzar rápida-
la respuesta al tratamiento.
mente a respirar aire según se describió en el capítulo 7 (pág.
142). Con la inspiración, ocurre expansión de los alveolos,
depuración del líquido y secreción de sustancia tensioactiva por ■ Síndrome de aspiración de meconio
los neumocitos de tipo II para evitar el colapso pulmonar. La En el capítulo 24 (pág. 493) se expone con detalle la fisiología de
interferencia en estas funciones puede crear insuficiencia respi- la expulsión de meconio y la contaminación de líquido amnió-
ratoria con hipoxemia y taquipnea compensadora, a lo que en tico. En ocasiones, la inhalación de líquido meconial durante el
general se designa como síndrome de insuficiencia respiratoria del parto o cerca del parto produce obstrucción aguda de las vías
recién nacido o simplemente RDS (respiratory distress syndrome). respiratorias, neumonitis química, disfunción de la sustancia
En los lactantes prematuros, esto se debe a la inmadurez del tensioactiva o inactivación e hipertensión pulmonar (Swarnam,
pulmón y a la cantidad insuficiente de sustancia tensioactiva, y 2012). Si la hipoxemia es grave, puede originar muerte neonatal
pueden presentarse variantes en niños mayores graves y en adul- o secuelas neurológicas a largo plazo en los sobrevivientes.
tos (cap. 47, pág. 943). Todos éstos tienen algún elemento de Dada la alta frecuencia de líquido amniótico meconial en las
deficiencia de sustancia tensioactiva debido a que el agente des- mujeres en parto a término (10 a 20%), es adecuado presuponer
encadenante lesiona al epitelio alveolar. A medida que los fetos que la aspiración de meconio debe ser relativamente frecuente.
se acercan al término, disminuye la deficiencia de sustancia ten- Por fortuna, la broncoaspiración grave que conduce a insufi-
638 El recién nacido
ciencia respiratoria manifiesta es mucho menos frecuente. Ade- bien, en los recién nacidos deprimidos, el tratamiento comprende
más, aunque se desconozca la frecuencia exacta de la broncoas- intubación y aspiración para extraer el meconio y otro material
piración de meconio, Singh et al. (2009) observaron que ocurría aspirado por debajo de la glotis (cap. 32, pág. 626).
en 1.8% de todos los partos. En un estudio francés de casi Se ha utilizado satisfactoriamente la amnioinfusión intraparto
SECCIÓN 9
133 000 recién nacidos a término, la prevalencia del síndrome en las mujeres en parto con disminución del volumen del líquido
de broncoaspiración grave fue 0.07%, y esta cifra aumentó pro- amniótico y desaceleraciones variables y frecuentes de la frecuen-
gresivamente desde las 37 hasta las 43 semanas de la gestación cia cardiaca fetal (cap. 24, pág. 494). Asimismo, se ha estudiado
(Fischer, 2012). Las tasas de mortalidad dependen de la grave- como una medida preventiva en los partos complicados con tin-
dad. En un estudio previo realizado en el Parkland Hospital, en ción meconial (Spong, 1994). Aunque la amnioinfusión al pare-
todos los pacientes, la broncoaspiración de meconio produjo cer plantea escaso o ningún incremento del riesgo, se observó
una muerte por 1 000 nacidos vivos (Nathan, 1994). que no era útil pues los fetos por lo general aspiraban el meconio
La morbilidad fetal más a menudo se relaciona con un conte- antes del parto (Bryne, 1987; Wenstrom, 1995). Para resolver
nido de meconio más espeso. Se presupone que en casi todos los esta cuestión, se llevó a cabo un estudio con casi 2 000 mujeres a
casos, el líquido amniótico es tan abundante que diluye el meco- las 36 semanas de la gestación o etapa más avanzada y en quienes
nio y permite la eliminación rápida por los mecanismos fisiológi- el parto se complicó con meconio espeso (Fraser, 2005). La tasa
cos normales del feto. El síndrome de broncoaspiración de meco- de muerte perinatal con y sin amnioinfusión fue de 0.05% en los
nio a veces se presenta con un contenido meconial escaso. dos grupos. Las tasas de broncoaspiración de meconio modera-
Muchos recién nacidos resultan afectados después de un parto das o graves tampoco mostraron diferencias significativas (4.4
normal y un parto sin complicaciones. Sin embargo, algunos fac- con y 3.1% sin amnioinfusión). Por último, las tasas de parto
tores obstétricos relacionados son el embarazo posmaduro y las por cesárea fueron similares, 32 frente a 29%, respectivamente.
restricciones del crecimiento fetal. Estos fetos tienen máximo En la actualidad, el American College of Obstetricians and Gyneco-
riesgo debido a que a menudo hay disminución del líquido logysts (2012c) no recomienda la amnioinfusión para disminuir
amniótico y parto con compresión del cordón o insuficiencia ute- el síndrome de broncoaspiración de meconio.
roplacentaria. Éstos pueden incrementar la probabilidad de
expulsión del meconio que es espeso y no diluido (Leveno, 1984). Tratamiento
El apoyo respiratorio se aplica si es necesario. Dado que algunos
Prevención aspectos del síndrome de broncoaspiración de meconio se deben
En un tiempo se consideraba en general que la broncoaspiración a la deficiencia de sustancia tensioactiva, en algunos estudios se
era estimulada por episodios de hipoxia fetal y se recurría a las ha aplicado tratamiento de reemplazo. El tratamiento a base de
anomalías en el trazado de la frecuencia cardiaca fetal para iden- oxigenación con membrana extracorporal (ECMO, extracorporeal
tificar a los fetos con máximo riesgo durante el parto. Por des- membrane oxygenation) se reserva para aquellos recién nacidos
gracia, se observó que éste era un indicador no fiable (Dooley, que se mantienen mal oxigenados pese a la ventilación mecánica
1985). Estudios preliminares informaron que la frecuencia y la máxima. En su análisis de estudios con asignación al azar de la
gravedad del síndrome se podrían mitigar mediante aspiración base de datos de Cochrane, El Shahed et al. (2007) observaron
orofaríngea después del alumbramiento de la cabeza fetal, pero que la reposición de sustancia tensioactiva disminuía considera-
antes del tórax. Por algún tiempo, éste fue el patrón de atención, blemente la necesidad de oxigenación con membrana extracor-
pero se abandonó cuando se demostró que el apego estricto a poral. Aunque descubrieron que la administración de sustancia
este protocolo no reducía la frecuencia o la gravedad del sín- tensioactiva no reducía la tasa de mortalidad, un estudio subsi-
drome (Davis, 1985; Wiswell, 1990). Al mismo tiempo, los guiente indicó que sí la reducía (Dargaville, 2011). La propor-
estudios describieron que la hipertensión pulmonar causada por ción de pacientes que precisan tratamiento con ECMO es varia-
el meconio aspirado se caracterizaba por una muscularización ble. En el estudio llevado a cabo por Singh et al. (2009), 1.4%
arterial anormal que comenzaba mucho antes del nacimiento. de 7 518 recién nacidos a término con el síndrome necesitó tal
Estos datos hicieron que algunos médicos llegaran a la conclu- tratamiento y tuvo una tasa de mortalidad de 5%. Ramachan-
sión de que sólo los fetos con asfixia crónica presentaban sín- drappa et al. (2011) informaron una mayor tasa de mortalidad
drome de broncoaspiración meconial (Katz, 1992). La prueba en lactantes prematuros tardíos en comparación con lactantes
de esto nunca se materializó y Richey (1995) y Bloom (1996) et de término. Por último, se está valorando el lavado pulmonar
al., no identificaron ninguna correlación entre la broncoaspira- con sustancia tensioactiva (Choi, 2012).
ción de meconio y los marcadores de asfixia aguda, por ejemplo,
acidosis de la arteria umbilical. Por el contrario, otros han infor- ENCEFALOPATÍA NEONATAL
mado que el meconio espeso es un factor de riesgo indepen- Y PARÁLISIS CEREBRAL
diente para la acidosis neonatal (Maisonneuve, 2011).
Los datos dispares con respecto a la aspiración motivaron que Pocas complicaciones despiertan más temor y aprensión en los
se llevase a cabo un estudio con asignación al azar en 11 centros, progenitores y en los obstetras que el fantasma del “daño cere-
el cual fue concebido para comparar la broncoaspiración con la bral”, que inmediatamente hace evocar imágenes de parálisis
no aspiración (Vain, 2004). Hubo una frecuencia idéntica de 4% cerebral discapacitante y discapacidad intelectual irremediable.
del síndrome de broncoaspiración de meconio en los dos grupos. Aunque la mayor parte de los trastornos o lesiones cerebrales
Después, un comité que representó a la American Heart Associa- son menos terribles, la historia ha ayudado a perpetuar la pers-
tion y a la American Academy of Pediatrics (Perlman, 2010), así pectiva más lúgubre. En la primera edición de su libro de tex-
como también al American College of Obstetricians and Gynecolo- to, J. Whitridge Williams (1903) limitó las descripciones de la
gists (2013b), recomendó no realizar la aspiración orofaríngea y lesión cerebral a las sufridas por un traumatismo obstétrico.
nasofaríngea sistemática durante el parto al alumbramiento. Más Cuando en las ediciones ulteriores se introdujo el concepto de
Enfermedades y lesiones del recién nacido a término 639
que la asfixia neonatal era otra causa de parálisis cerebral, esto durante el parto. Para identificar a los lactantes afectados es nece-
también se relacionó con el nacimiento traumático. Incluso a saria una valoración minuciosa, la cual comprende antecedentes
medida que el daño cerebral causado por el parto traumático se maternos, antecedentes obstétricos, factores intraparto, lesiones
CAPÍTULO 33
volvió infrecuente durante los decenios subsiguientes, la creen- placentarias y evolución del recién nacido junto con datos de labo-
cia, aunque errónea, era que las complicaciones durante el parto ratorio y signos en los estudios de diagnóstico por neuroimágenes.
causaban gran parte de la discapacidad neurológica. Éste fue un Existen tres niveles clínicamente definidos. La encefalopatía
motivo importante para intensificar la tasa de partos por cesárea leve se caracteriza por estado hiperalerta, irritabilidad, agitación
a partir de la década de 1970. Lamentablemente, dado que en la e hipertonía e hipotonía. La encefalopatía moderada se mani-
mayoría de los casos la génesis de la parálisis cerebral ocurría fiesta por letargia, hipertonía grave y convulsiones esporádicas.
mucho antes del parto, esto no sirvió de mucho para mitigar los La encefalopatía grave se manifiesta por coma, convulsiones
riesgos de parálisis cerebral (O’Callaghan, 2013). múltiples y apnea recidivante.
Estas situaciones estimularon investigaciones científicas para La Task Force de 2014 también llegó a la conclusión de que
determinar la etiopatogenia de los trastornos cerebrales fetales e de las diversas formas de parálisis cerebral, sólo el tipo cuadriplé-
incluir las que originaban parálisis cerebral. Las primeras obser- jico espástico puede deberse a isquemia periparto aguda. Otras
vaciones fueron las de Nelson y Ellenberg (1984, 1985, 1986a), formas (parálisis cerebral hemiparésica o hemipléjica, diplejía espás-
descritas después. A estos investigadores se les da el reconoci- tica y ataxia) es improbable que se deban a una complicación
miento apropiado por demostrar que estos trastornos neurológi- intraparto. La parálisis cerebral puramente discinética o atáxica,
cos son debidos a procesos multifactoriales complejos causados sobre todo cuando se acompaña de un trastorno del aprendizaje,
por una combinación entre factores genéticos, fisiológicos, por lo general tiene un origen genético (Nelson, 1998).
ambientales y obstétricos. Resulta importante que estos estudios
demostrasen que pocos trastornos neurológicos se relacionaban Criterios para encefalopatía hipóxica-isquémica
con complicaciones periparto. Se suscitó un continuado interés La Task Force del 2014 revisó radicalmente sus criterios del
internacional por codificar la función potencial de las complica- 2003 utilizados para definir una complicación periparto aguda
ciones durante el parto. En el año 2000, el presidente Frank que es compatible con un episodio hipóxico-isquémico y ence-
Miller del American College of Obstetricians and Gynecologists falopatía neonatal. Éstos se describen en el cuadro 33-1 y se
designó una comisión, llamada Task Force, para estudiar las vici- consideran con las siguientes advertencias.
situdes de la encefalopatía neonatal y la parálisis cerebral. A par- Calificaciones de Apgar. Las calificaciones de Apgar bajas a los 5
tir de esto, los datos de la comisión en 2003 fueron promulga- y a los 10 min se acompañan de un incremento en los riesgos de
dos por el American College of Obstetricians and Gynecologists y la alteración neurológica. Existen muchas causas para las calificacio-
American Academy of Pediatrics (2003). La coalición multiespe- nes de Apgar bajas y la mayoría de estos lactantes no presentará
cializada analizó datos contemporáneos y proporcionó criterios parálisis cerebral. Si la calificación de Apgar a los 5 min es ≥7, es
para definir diversos trastornos cerebrales del recién nacido. improbable que la HIE periparto hubiese causado parálisis cerebral.
En el 2010, 10 años después, el presidente Richard Wald-
man del American College of Obstetrician and Gynecologists asignó Estudios acidobásicos. Los valores de pH y de déficit de bases
una segunda comisión para actualizar estos datos. La Task Force bajos aumentan la probabilidad de que la encefalopatía neonatal
del 2014 ya ha publicado sus resultados (American College of fuese causada por HIE. Los valores decrecientes forman un pro-
Obstetricians and Gynecologists y American Academy of Pediatrics, ceso continuo de riesgo creciente, pero la mayoría de los recién
2014). Los datos de la comisión del 2014 son más circunspectos nacidos acidémicos estará neurológicamente normal (Wayock,
en contraste con los previos. En concreto, se citan más limitacio- 2013). Es improbable que un pH en sangre de arteria del cor-
nes en la identificación de la causa o causas de la encefalopatía dón >7.2 se relacione con HIE.
hipóxica-isquémica periparto en comparación con otras causas de
encefalopatía neonatal. La comisión de 2014 recomienda la
valoración multidimensional de cada lactante afectado. Añaden CUADRO 33-1. Signos compatibles con un episodio
la advertencia de que ninguna estrategia es infalible y, por con- periparto o intraparto agudo que conduce a encefalopatía
siguiente, ninguna estrategia individual logrará la certeza de hipóxica-isquémica
100% en atribuir una causa a la encefalopatía neonatal.
Signos neonatales
Calificación de Apgar: <5 a los 5 y 10 min
■ Encefalopatía neonatal
Acidemia arterial umbilical: pH <7.0 y déficit de base
La Task Force del 2014 definió la encefalopatía neonatal como un ≥12 mmol/L, o ambos
síndrome de disfunción neurológica identificada en los primeros Signos de lesión cerebral aguda en las neuroimágenes:
días de la vida de los recién nacidos a las 35 semanas de gestación MRI o MRS compatibles con HIE
o más. Se manifiesta por niveles subnormales de conciencia o por Afectación multiorgánica compatible con HIE
convulsiones y a menudo se acompaña de dificultad para iniciar y Tipo y etapa de factores contribuyentes
mantener la respiración y de tono y reflejos deprimidos. Se ha Episodio hipóxico o isquémico centinela que ocurre
citado que la frecuencia de encefalopatía es de 0.27 a 1.1 por inmediatamente antes o durante el parto
1 000 recién nacidos vivos a término, y es mucho más frecuente en Patrones en la cardiotocografía compatibles con un episodio
lactantes prematuros (Ensing, 2013; Plevani, 2013; Takenouchi, periparto o intraparto agudo
2012; Wu, 2011). Aunque la comisión del 2014 llegó a la conclu-
HIE = encefalopatía isquémica hipóxica; MRI = resonancia magnética;
sión de que hay muchas causas de encefalopatía y parálisis cere- MRS = espectroscopia por resonancia magnética.
bral, se enfocó en la denominada encefalopatía hipóxica-isquémica Tomado de American College of Obstetricians and Gynecologists y la
(HIE, hypoxic-ischemic encephalopathy) y se consideró que ocurría American Academy of Pediatrics, 2014.
640 El recién nacido
Estudios de diagnóstico por neuroimágenes. Las imágenes estos criterios, Phelan et al. (2011) aplicaron en forma retrospec-
de resonancia magnética (MR, magnetic resonance) o espectros- tiva los criterios de la comisión del 2003 a 39 lactantes de tér-
copia por resonancia magnética (MRS, magnetic resonance spec- mino con alteraciones permanentes del sistema nervioso central.
troscopy) constituyen las mejores modalidades con las cuales Determinaron que los criterios de la comisión y estos 39 casos se
SECCIÓN 9
visualizar signos compatibles con HIE. La Task Force del 2014 correlacionaban en grados variables. De los criterios esenciales,
llegó a la conclusión de que la ecografía craneal y la tomografía un pH <7.0 y un déficit de base ≥12 mmol/L mostraron una
computarizada (CT, computed tomography) carecen de sensibili- correlación de 97 y 100%, respectivamente; la encefalopatía
dad en el recién nacido de término. Los resultados normales de moderada a grave, una correlación de 97%; la cuadriplejía espás-
la resonancia magnética y de la espectroscopia de resonancia tica o forma discinética, 92%, y ninguna otra causa identifica-
magnética después de las primeras 24 h de vida, no obstante, ble, 100%. De los criterios inespecíficos, un episodio hipóxico
efectivamente descartan una causa hipóxica-isquémica de la centinela tuvo una correlación de 80%; los requisitos de la fre-
encefalopatía. Las imágenes de resonancia magnética entre las cuencia cardiaca fetal, 100%; la calificación de Apgar ≤3 des-
24 y las 96 h pueden tener más sensibilidad para determinar el pués de 5 min, 29%, y la afectación multiorgánica, 100%.
tiempo en que ocurrió la lesión cerebral periparto, y las imáge- Como se describió después, un episodio centinela por sí solo
nes de resonancia magnética a los siete a 21 días es la mejor tuvo únicamente un valor diagnóstico de un resultado positivo
técnica para definir todo el alcance de la lesión cerebral. de 10% para encefalopatía neonatal (Martinez-Biarge, 2012).
Afectación multiorgánica. Las manifestaciones neonatales de Prevención
la lesión multiorgánica son compatibles con HIE. Éstas com-
La mayor parte de las medidas profilácticas para la encefalopatía
prenden lesión renal, digestiva, hepática o cardiaca; anomalías
neonatal se ha valorado en lactantes prematuros (cap. 42, pág.
hematológicas o combinaciones de éstas. La gravedad de la
854). Una de éstas, la hipotermia, puede evitar la muerte y miti-
lesión neurológica no siempre se correlaciona con las lesiones de
gar la discapacidad neurológica moderada a grave en los lactan-
estos otros aparatos.
tes de término (Nelson, 2014; Pfister, 2010; Shankaran, 2005,
Factores contribuyentes 2012). Los estudios de imágenes de resonancia magnética han
La Task Force del 2014 también reveló que algunos factores demostrado una lentificación de las anomalías de difusión y
contribuyentes pueden ser compatibles con alguna complica- menos infartos con hipotermia (Bednarek, 2012; Shankaran,
ción periparto aguda. 2012). La mayor parte de los estudios con asignación al azar han
demostrado mejores resultados con la hipotermia en lactantes
Episodio centinela. Las complicaciones obstétricas secundarias nacidos a las 36 semanas o más (Azzopardi, 2009; Guillet, 2012;
que pueden originar desenlaces clínicos graves se designan episo- Jacobs, 2011). En un metaanalisis de más de 1 200 recién naci-
dios centinela. Ejemplos dados por la Task Force del 2014 com- dos, Tagin et al. (2012) concluyeron que la hipotermia mejora
prenden desgarro del útero, desprendimiento grave de la placenta, las tasas de sobrevida y desarrollo neurológico. En fecha reciente,
prolapso del cordón y embolia de líquido amniótico. Martinez se están realizando estudios clínicos para valorar el tratamiento
Biarge et al. (2012) estudiaron casi 58 000 partos e identificaron concomitante con eritropoyetina para neuroprofilaxis (Wu,
192 casos con uno de estos episodios centinela. De estos 192 lac- 2012). Datos preliminares de un estudio multicéntrico holan-
tantes, 6% falleció durante el parto o al inicio del periodo neona- dés sobre el tratamiento de la madre con alopurinol indican
tal, y 10% presentó encefalopatía neonatal. En un estudio de 307 cierta reducción del daño cerebral por la hipoxia y la isquemia
casos de prolapso del cordón, la tasa de muerte fetal fue de 6.8% (Kaandorp, 2013)
(Hartigan, 2013). Además de estos episodios centinela, otros fac-
tores de riesgo para la acidosis neonatal son parto por cesárea pre- ■ Parálisis cerebral
vio, edad materna ≥35 años, meconio espeso, corioamnionitis y
Este término designa un grupo de trastornos no progresivos del
anestesia general (Johnson, 2014; Maisonneuve, 2011).
movimiento o la postura causados por un desarrollo anormal o
Tipos de frecuencia cardiaca fetal. La Task Force de 2014 daño a los centros cerebrales del control motor. La parálisis cere-
resaltó la importancia de distinguir un trazado de frecuencia car- bral se clasifica además según el tipo de disfunción neurológica
diaca fetal (FHR, fetal heart rate) anormal en la presentación por (espástica, discinética o atáxica), así como el número y la distri-
contraposición a la que sobreviene después. Un trazado de FHR bución de las extremidades afectadas (cuadriplejía, diplejía,
de categoría 1 o 2 asociado a calificaciones de Apgar ≥7 a los 5 hemiplejía o monoplejía). En conjunto, los principales tipos son
min, gases en sangre de cordón normales (±1 SD), o ambos, no cuadriplejía espástica, la más frecuente, que tiene una fuerte rela-
es compatible con un episodio de HIE agudo (Anderson, 2013). ción con el retraso mental y los trastornos convulsivos; la diple-
Un trazado de FHR en el momento de la presentación con varia- jía, que es frecuente en lactantes prematuros o de bajo peso al
bilidad persistentemente mínima o nula y falta de aceleraciones nacer; hemiplejía; tipos coreoatetoides, y variedades mixtas. Aun-
con duración ≥60 min e incluso sin desaceleraciones, es indica- que la epilepsia y el retraso mental a menudo acompañan a la
tivo de un feto ya afectado. La Task Force además recomendó parálisis cerebral, estos dos trastornos raras veces se asocian a
que si no se puede establecer el bienestar fetal con estos datos, se asfixia perinatal cuando no hay parálisis cerebral.
debía valorar a la mujer en cuanto al método y la etapa de parto.
Incidencia y correlaciones epidemiológicas
Aplicación de los criterios de la Task Force del 2003 De acuerdo con los Centers for Disease Control and Prevention
Parecía probable que el cumplimiento estricto de todos los crite- (2011), la prevalencia de la parálisis cerebral se notifica de
rios establecidos por la Task Force de 2003 excluirían a algunos manera variable en Estados Unidos. En un programa de vigilan-
lactantes que evolucionan a la parálisis cerebral como resultado cia multicéntrico en 2006, la prevalencia promedio fue 2.9 por
de encefalopatía neonatal (Strijbis, 2006). Para poner a prueba 1 000 niños de ocho años de edad. Es decisivo resaltar que esta
Enfermedades y lesiones del recién nacido a término 641
CAPÍTULO 33
cidades del desarrollo informadas en la década de 1950 han per- Cocientes IC del
manecido básicamente sin cambios (Boyle, 2011). Los estudios Factores de riesgo de riesgo 95%
de seguimiento a largo plazo de más de 900 000 lactantes de
Hidramnios 6.9 1.0–49.3
término noruegos sin anomalías refieren una frecuencia de 1 por
Desprendimiento prematuro de la 7.6 2.7–21.1
1 000 (Moster, 2008). En contraste, la prevalencia fue de 91 placenta
por 1 000 para lactantes nacidos a las 23 a 27 semanas. En cifras Intervalo entre embarazos <3 meses 3.7 1.0–4.4
absolutas, los lactantes de término comprenden la mitad de los o >3 años
casos de parálisis cerebral, ya que hay proporcionalmente Parto prematuro espontáneo 3.4 1.7–6.7
muchos menos nacimientos prematuros. Se resalta una vez más Parto prematuro a las 23-27 78.9 56.5–110
que la mayor parte de los estudios no han hecho distinciones semanas
entre los lactantes de término y prematuros. Presentación de nalgas o de cara, 3.8 1.6–9.1
Como se señaló antes, Nelson y Ellenberg (1984, 1985, posición transversa
1986a) hicieron muchas observaciones fundamentales en torno a Malformación congénita grave 5.6 8.1–30.0
la parálisis cerebral. Sus estudios iniciales emanaron de datos del Malformación congénita no grave 6.1 3.1–11.8
Collaborative Perinatal Project. Éste incluyó niños de casi 54 000 Tiempo hasta el llanto >5 min 9.0 4.3–18.8
embarazos que fueron objeto de seguimiento hasta los siete años Peso placentario bajo 3.6 1.5–8.4
de edad. Determinaron que los factores de riesgo relacionados Infarto placentario 2.5 1.2–5.3
con más frecuencia con parálisis cerebral fueron: 1) signos de ano- Corioamnionitis
malías genéticas como retraso mental materno o malformaciones Clínica 2.4 1.5–3.8
congénitas fetales; 2) peso al nacer <2 000 g; 3) nacimiento antes Histológica 1.8 1.2–2.9
de las 32 semanas, y 4) infecciones perinatales. También observa- Otrosa — —
ron que las complicaciones obstétricas no tenían un gran valor a Incluye síndrome de insuficiencia respiratoria, broncoaspiración de
previsivo, y sólo una quinta parte de los niños afectados tenían meconio, parto por cesárea urgente o vaginal quirúrgico, hipoglucemia,
marcadores de asfixia perinatal. Por primera vez, hubo evidencia hipertensión gestacional, hipotensión, edad materna avanzada, parto
sólida de que se desconocía la causa de la mayoría de los casos de nocturno, convulsiones, restricción del crecimiento fetal, género mascu-
parálisis cerebral, y lo que es importante, sólo una pequeña propor- lino y nuliparidad.
De Ahlin, 2013; Blair, 2011; Livinec, 2005; McIntyre, 2013; Moster,
ción era causada por encefalopatía hipóxico-isquémica neonatal. 2008; Nelson, 1985, 1986a, 2012; O’Callaghan, 2011; Redline, 2005;
Igualmente importante, no hubo una sola intervención previsible Shatrov, 2010; Takenouchi, 2012; Torfs, 1990; Wu, 2012.
que posiblemente evitara una gran proporción de casos.
Múltiples estudios han confirmado desde entonces muchos
de estos datos y han identificado una lista impuesta de otros fac- incongruentes para asignar con exactitud la causa. La contribu-
tores de riesgo que se muestran en el cuadro 33-2. Como es de ción de la encefalopatía hipóxica-isquémica a los trastornos neu-
esperar, el nacimiento prematuro sigue siendo el factor de riesgo rológicos subsiguientes se describe con detalle en la página 639.
individual más importante (Goepfert, 1996; Thorngren-Jerneck, Por consiguiente, la comisión del 2003 aplicó estos criterios a
2006). Los lactantes pequeños para la edad gestacional también más resultados contemporáneos y determinó que sólo 1.6 casos
tienen un riesgo elevado. Stoknes et al. (2012) demostraron que de parálisis cerebral por 10 000 partos eran atribuibles a hipoxia
en más del 90% de los lactantes con restricción del crecimiento, durante el parto. Este dato está respaldado por un estudio reali-
la parálisis cerebral se debió a factores preparto. Otra infinidad zado en Australia Occidental que abarcó de 1975 a 1980 (Stan-
de factores de riesgo placentarios y neonatales se ha correlacio- ley, 1991). Estos últimos investigadores llegaron a la conclusión
nado con anomalías del desarrollo neurológico (Ahlin, 2013; de que las lesiones durante el parto como causa de parálisis cere-
Avagliano, 2010; Blair, 2011; Redline, 2005, 2008). Algunos bral eran improbables en 92% de los casos; en 3%, eran posi-
factores placentarios se describen con más detalle en el capítulo bles, y en sólo 5% eran probables. En otra revisión de 209 lac-
6, y en sólo un ejemplo, hay un incremento considerable del tantes con alteraciones neurológicas, 75% se clasificaron como
riesgo con corioamnionitis (Gilbert, 2010; Shatrov, 2010). Un no prevenibles (Phelan, 1996). Todavía en otro estudio de 213
ejemplo de una causa neonatal es el accidente vascular cerebral de estos niños, sólo 2% de los casos se pudieron atribuir a
por isquemia arterial, que puede presentarse en trombofilias feta- hipoxia intraparto (Strijbis, 2006).
les hereditarias (Gibson, 2005, Harteman, 2013; Kirton, 2011).
Asimismo, los recién nacidos con lesiones cardiacas congénitas Vigilancia de la frecuencia cardiaca
aisladas tienen un incremento del riesgo de microcefalia, posible- fetal durante el parto
mente debido a hipoxemia fetal crónica (Barbu, 2009). Otras
A pesar de las tentativas persistentes de validar la eficacia de la
causas diversas de parálisis cerebral son anemia fetal, síndrome
cardiotocografía continua durante el parto para evitar los resul-
de transfusión intergemelar, transfusiones intrauterinas y sín-
tados perinatales secundarios, la evidencia no respalda su capa-
drome de alcoholismo fetal (DeJong, 2012; Lindenburg, 2013;
cidad para prever o reducir el riesgo de parálisis cerebral (Clark,
O’Leary, 2012; Rossi, 2011; Spruijt, 2012).
2003; Devoe, 2011; MacDonald, 1985; Thacker, 1995). Lo que
Complicaciones durante el parto. El National Collaborative es importante, no hay patrones específicos de frecuencia car-
Perinatal Project reveló que la hipoxemia intraparto se vinculaba diaca fetal que eviten la parálisis cerebral y no se ha descubierto
a una minoría de casos de parálisis cerebral. Sin embargo, dado ninguna relación entre la respuesta clínica a los patrones anor-
que el estudio se realizó en la década de 1960, hubo criterios males y el desenlace neurológico (Melone, 1991; Nelson, 1996).
642 El recién nacido
De hecho, un patrón de frecuencia cardiaca anormal en fetos al. (2010) descubrieron que un pH bajo en sangre arterial del cor-
que tarde o temprano presentan parálisis cerebral puede reflejar dón se correlaciona con un aumento del riesgo de encefalopatía
una anomalía neurológica preexistente (Phelan, 1994). Debido neonatal y parálisis cerebral. Sin embargo, cuando se utilizan solas,
a estos estudios, el American College of Obstetricians and Gyneco- estas determinaciones no son exactas para pronosticar secuelas
SECCIÓN 9
logists (2013a) concluyó que la vigilancia fetal electrónica no neurológicas a largo plazo (Dijxhoorn, 1986; Yeh, 2012).
reduce la frecuencia de alteraciones neurológicas a largo plazo. Datos de varios estudios corroboran que un pH <7.0 es el
umbral para la acidemia clínicamente significativa (Gilstrap,
Calificaciones de Apgar 1989; Goldaber, 1991). La probabilidad de muerte neonatal
En general, las calificaciones de Apgar a 1 y a 5 min fueron indi- aumenta a medida que el pH de sangre arterial del cordón des-
cadores deficientes de alteraciones neurológicas. Sin embargo, ciende a 7.0 o menos. Casey et al. (2001) informaron que
cuando la calificación Apgar a los 5 min es <3, la muerte neona- cuando el pH era de 6.8 o menos la tasa de mortalidad neonatal
tal o el riesgo de una secuela neurológica se incrementan de aumentó 1 400 veces. Cuando el pH del cordón fue ≤7.0 y la
manera notable (Dijxhoorn, 1986; Nelson, 1984). En un estu- calificación de Apgar a los 5 min fue de 0 a 3, hubo un incre-
dio sueco, 5% de estos niños después necesitaron educación mento 3 200 veces en el riesgo de muerte neonatal.
especial (Stuart, 2011). En un estudio noruego, la frecuencia de En el estudio de Oxford, los resultados neurológicos secunda-
estas calificaciones de Apgar bajas fue 0.1% en más de 235 000 rios se presentaron con una frecuencia de 0.36% a un pH <7.1 y
recién nacidos. Casi una cuarta parte de ellos falleció y 10% de de 3% a un pH <7.0 (Yeh, 2012). Según se señaló, las complica-
los sobrevivientes presentó parálisis cerebral (Moster, 2001). ciones en el recién nacido aumentan al mismo tiempo conforme se
La persistencia de estas calificaciones extremadamente bajas incrementa la gravedad de la acidemia al nacer. Según el American
por más de 5 min se correlaciona bastante con un incremento del College of Obstetricians and Gynecologists (2012d), sobreviene ence-
riesgo de morbilidad neurológica y muerte (Grünebaum, 2013). falopatía en 10% de los recién nacidos cuyo déficit de base en
Desde luego esto no es absoluto, y la Task Force del 2003 citó un sangre arterial umbilical es de 12 a 16 mmol/L, y en 40% de aque-
riesgo de 10% para la parálisis cerebral en lactantes con calificacio- llos cuyo déficit es >16 mmol/L. En un estudio sueco, los investi-
nes de 0 a 3 a los 10 min. Para las calificaciones a los 15 min ≤2, gadores observaron que las concentraciones de lactato en sangre de
hubo una tasa de mortalidad de 53% y una tasa de parálisis cere- cordón umbilical pueden resultar superiores al déficit de base para
bral del 36%, y para las puntuaciones ≤2 a los 20 min, hubo una el pronóstico de trastornos neurológicos (Wiberg, 2010).
tasa de mortalidad de 60% y una tasa de parálisis cerebral de 57%.
En el cuadro 33-3 se muestran algunos resultados del estudio Eritrocitos nucleados y linfocitos
noruego de lactantes con estas bajas puntuaciones de Apgar a los Tanto eritrocitos como linfocitos inmaduros entran en la circula-
5 min. Los sobrevivientes con calificaciones de Apgar de 0 a los ción de lactantes de término en respuesta a la hipoxia o a la hemo-
10 min tienen aun peor pronóstico. En un análisis de 94 de estos rragia. En los últimos dos decenios se ha propuesto la cuantifica-
lactantes, 78 fallecieron y todos los supervivientes valorados tuvie- ción de estas células como una medida de la hipoxia, pero la mayor
ron discapacidades a largo plazo (Harrington, 2007). parte de los estudios no respalda esta premisa (Hankins, 2002;
Silva, 2006; Walsh, 2011, 2013). La comisión de 2003 llegó a la
Estudios de gases en sangre en cordón umbilical conclusión de que su utilización estaba en fase de investigación.
Según se señaló en la página 639, los signos objetivos de acidosis
metabólica (pH en sangre arterial de cordón <7.0 y déficit de base ■ Estudios de diagnóstico por neuroimágenes
≥12 mmol/L) representan un factor de riesgo para encefalopatía y en la encefalopatía y la parálisis cerebral
también para parálisis cerebral. El riesgo aumenta conforme se
Diversas técnicas de neuroimágenes han aclarado aspectos impor-
agrava la acidosis. A partir de esta revisión de 51 estudios, Malin et
tantes de la etiología y la evolución de la encefalopatía hipóxico-
isquémica perinatal y parálisis cerebral ulterior (pág. 639). Lo que
es importante, los datos dependen en alto grado de la edad fetal. El
CUADRO 33-3. Comparación de mortalidad y morbilidad cerebro neonatal del prematuro responde en forma muy diferente
en lactantes noruegos >2 500 g de peso según las a un episodio de isquemia en comparación con el de un lactante de
calificaciones de Apgar a los 5 min término. Otros factores comprenden la gravedad y la duración
de la lesión, así como el restablecimiento de la hipoperfusión cere-
Apgar Apgar Riesgo relativo brovascular. Por consiguiente, la sincronía precisa de una lesión con los
Desenlace 0-3 7-10 (IC del 95%) estudios de diagnóstico por neuroimágenes no es una meta realista. Los
Número 292 233, 500 estudios son de dos tipos: aquellos en los que se efectúan neuroimá-
Tasas de mortalidad genes durante el periodo neonatal y los que se realizan cuando a los
Neonatal 16.5% 0.05% 386 (270–552) niños mayores se les diagnostica parálisis cerebral.
Lactante 19.2% 0.3% 76 (56–103)
1-8 años 3% 0.2% 18 (8–39)
Estudios diagnósticos por neuroimágenes
durante el periodo neonatal
Tasas de morbilidad
Parálisis cerebral 6.8% 0.09% 81 (48–128) Con respecto al inicio de la utilización, la Task Force del 2014
Retraso mental 1.3% 0.1% 9 (3–29) llegó a la conclusión de que estas técnicas de imágenes propor-
Otras causas 4.2% 0.5% 9 (5–17) cionan la siguiente información:
neurológicas 1. Los estudios ecográficos por lo general son normales el día de
No neurológicas 3.4% 2.0% 2 (0.8–5.5) nacimiento. La ecogenicidad creciente en el tálamo y en los
ganglios basales comienza aproximadamente a las 24 h. Ésta
Datos de Moster, 2001
avanza durante dos a tres días y persiste por cinco a siete días.
Enfermedades y lesiones del recién nacido a término 643
2. Las pruebas de tomografía computarizada por lo general son es la causa (Nelson 1984, 1986a,b). El retraso mental grave
normales el primer día en los lactantes de término. La dismi- tiene una prevalencia de tres por 1 000 niños, y sus causas más
nución de la densidad en el tálamo o en los ganglios basales frecuentes son cromosómicas, mutaciones de genes y otras mal-
CAPÍTULO 33
se observa a partir de las 24 h, aproximadamente, y persiste formaciones congénitas. Por último, el nacimiento prematuro
durante cinco a siete días. es un problema que suele acompañar a éstos (Moster, 2008).
3. Las imágenes de resonancia magnética detectarán algunas Los principales indicadores para los trastornos convulsivos
anomalías en el primer día. Al cabo de 24 h, las pruebas de son las malformaciones fetales como las cerebrales y no cerebra-
resonancia magnética muestran una restricción de la difu- les; antecedente familiar de convulsiones, y convulsiones neona-
sión de agua que alcanza su máximo alrededor de los cinco tales (Nelson, 1986b). La encefalopatía neonatal produce una
días y desaparece al cabo de dos semanas. Las adquisiciones pequeña proporción de trastornos convulsivos. Los informes de
con imágenes potenciadas en T1 y T2 muestran anomalías la Neonatal Research Network y otros estudios llegaron a la con-
variables, que tienen un inicio de menos de 24 h a varios clusión de que la gravedad creciente de encefalopatía se correla-
días. En un estudio de 175 lactantes de término con encefa- ciona mejor con las convulsiones (Glass, 2011; Kwon, 2011).
lopatía aguda, se comunicó que las imágenes de resonancia
magnética que mostraban lesiones de ganglios basales pro- Trastornos de la gama del autismo
nosticaban con exactitud alteración motriz a los dos años de Según los Centers for Disease Control and Prevention (2012), la
edad (Martinez-Biarge, 2012). frecuencia de autismo es de casi 0.5%, y para los trastornos por
La Task Force del 2014 concluyó que en los lactantes de tér- déficit de atención con hiperactividad, es de 6.7%. Aunque
mino, los estudios de diagnóstico por imágenes son útiles para éstos pueden relacionarse con estados metabólicos maternos,
establecer la fecha de una lesión, pero sólo proporcionan un ninguno se ha vinculado de manera convincente con episodios
periodo que es impreciso. Los signos en los lactantes prematuros ocurridos durante el parto (Krakowiak, 2012).
se consideran en el capítulo 34 (pág. 656).
TRASTORNOS HEMATOLÓGICOS
Neuroimágenes en niños mayores El obstetra debe estar familiarizado con algunos trastornos neo-
con parálisis cerebral natales de los eritrocitos, las plaquetas y la coagulación. Como
Los estudios por imágenes efectuados en niños con diagnóstico es el caso de casi todos los demás trastornos manifestados por el
de parálisis cerebral a menudo muestran signos anormales. Wu recién nacido poco después de nacer, muchos de estos proble-
et al. (2006) utilizaron imágenes CT o MR para estudiar a 273 mas hematológicos fueron adquiridos por el feto y persisten en
niños que nacieron después de 36 semanas y a los que más tarde el recién nacido.
en la infancia se diagnosticó parálisis cerebral. Aunque un tercio
de estos estudios fue normal, se observó infarto arterial focal en ■ Anemia
22%; malformaciones cerebrales en 14%, y lesiones periventri- Después de las 35 semanas de la gestación, la media de la con-
culares de la sustancia blanca en 12%. En otro estudio de 351 centración de hemoglobina en sangre de cordón es de cerca de
niños con parálisis cerebral, alrededor de la mitad nació cerca 17 g/100 ml, y se consideran anormales los valores inferiores a
del término, los datos en las MRI fueron anormales en 88% 14 g/100 ml. Un análisis de casi 3 000 partos reveló que el pin-
(Bax, 2006). Se comunicaron resultados similares en un estudio zamiento tardío del cordón umbilical se asociaba con un incre-
australiano (Robinson, 2008). mento medio de hemoglobina de 2.2 g/100 ml (McDonald,
Asimismo, se han utilizado técnicas de imágenes de tomogra- 2008). Por desgracia, el procedimiento casi incrementó al doble
fía computarizada y resonancia magnética en niños mayores para la frecuencia de hiperbilirrubinemia que precisó fototerapia. El
tratar de definir la etapa en que ocurrió la lesión cerebral fetal o American College of Obstetricians and Gynecologists (2012b) llegó
perinatal. Wiklund et al. (1991a,b) estudiaron a 83 niños de a la conclusión de que se desconoce cuál es el momento óptimo
entre cinco y 16 años de edad que nacieron a término y que pre- del pinzamiento del cordón para los lactantes de término. Por el
sentaron parálisis cerebral hemipléjica. Casi 75% tuvo signos contrario, la concentración de hemoglobina en sangre de cor-
normales en la tomografía computarizada y estos investigadores dón puede estar anormalmente baja o puede descender después
llegaron a la conclusión de que más de la mitad tuvo signos indi- del parto. La anemia fetal se debe a muchas causas y se describe
cativos de una lesión prenatal en la tomografía computarizada. en el capítulo 15 (pág. 306).
Aproximadamente 20% se atribuyó a una lesión perinatal. En un La anemia aguda con hipovolemia se observa en partos en los
estudio similar, Robinson et al. (2008) utilizaron imágenes de cuales se secciona o se desgarra la placenta, cuando se perfora o
resonancia magnética. Comunicaron signos patológicos en 84% se lacera un vaso fetal, o cuando el lactante se mantiene muy por
de los niños con cuadriplejía espástica, lesión neurológica que la arriba del nivel de la placenta por algún tiempo antes del pinza-
Task Force del 2014 relacionó con encefalopatía neonatal. miento del cordón. La lesión intracraneal o extracraneal, o el
traumatismo de los órganos intraabdominales también puede
causar hemorragia con anemia aguda (Akin, 2011).
■ Discapacidad intelectual
y trastornos convulsivos ■ Policitemia e hiperviscosidad
El término discapacidad intelectual es el sustitutivo preferido La policitemia neonatal con hiperviscosidad puede relacionarse
para el término antiguo culturalmente insensible retraso mental con hipoxia crónica in utero, síndrome de transfusión interge-
(Centers for Disease Control and Prevention, 2012). Describe una melar, restricción del crecimiento placentario y fetal, macroso-
gama de discapacidades y trastornos convulsivos que a menudo mía fetal por diabetes materna y transfusión durante el parto.
acompañan a la parálisis cerebral. Sin embargo, cuando cual- Las recomendaciones actuales por el International Liaison Com-
quiera de éstos se manifiesta solo, raras veces la hipoxia perinatal mittee pon Resuscitation (ILCOR) consisten en retrasar el pinza-
644 El recién nacido
miento del cordón durante por lo menos un minuto después del emiten luz de la gama de 460 a 490 nm, que incrementa la oxi-
parto (Davis, 2012). Cuando el hematócrito aumenta por arriba dación de bilirrubina para intensificar su depuración renal y
de 65, la viscosidad sanguínea notablemente se incrementa y disminuir sus concentraciones séricas. La luz que penetra la piel
puede causar plétora neonatal, cianosis o anomalías neurológi- también aumenta el flujo sanguíneo periférico e incrementa la
SECCIÓN 9
cas. Dada la vida más corta de los eritrocitos fetales macrocíticos, fotooxidación. Es problemático que los dispositivos disponibles
la hiperbilirrubinemia se suele acompañar de policitemia según no estén normalizados (Bhutani, 2011). Otra ventaja es que las
se señala más adelante. Otros signos comprenden trombocitope- exsanguinotransfusiones raras veces se necesitan con la fototera-
nia, eritrocitos fragmentados e hipoglucemia. En algunos recién pia. Hay estudios en recién nacidos prematuros y de término
nacidos puede ser necesaria la exsanguinotransfusión parcial. que comprueban la eficacia de la fototerapia (Watchko, 2013).
En un estudio de la Neonatal Research Network se informó que
■ Hiperbilirrubinemia la fototerapia intensiva en recién nacidos de bajo peso al nacer
Aun en los fetos de término, la maduración hepática no es com- disminuía las tasas de alteraciones del desarrollo neurológico
pleta, y por consiguiente parte de la bilirrubina no conjugada, sea (Newman, 2006).
unida a albúmina o libre, se depura en el transporte placentario En los lactantes de término, la American Academy of Pedia-
para ser conjugada en el hígado materno (cap. 7, pág. 141). La trics y el American College of Obstetricians and Gynecologists
protección fetal por bilirrubina no conjugada se pierde después (2012b) resaltan la detección oportuna y la fototerapia inme-
del nacimiento si no se elimina con rapidez. Dado que la depura- diata para evitar la encefalopatía bilirrubínica. A pesar de estas
ción depende totalmente de la función hepática neonatal, sobre- medidas, persiste la encefalopatía por bilirrubina y esto en parte
vienen grados variables de hiperbilirrubinemia neonatal. Incluso se debe a las altas hospitalarias inmediatas (Gazzin, 2011;
en el recién nacido maduro, la bilirrubina sérica por lo general Kaplan, 2011; Sgro, 2011). De acuerdo con Burke et al. (2009),
aumenta durante tres a cuatro días hasta alcanzar concentracio- las hospitalizaciones por ictericia nuclear en los lactantes de tér-
nes de hasta 10 mg/100 ml. Después de esto, las concentraciones mino fueron de 5.1 por 100 000 en 1998. Sin embargo, desde
suelen descender con rapidez. En un estudio extenso, 1 a 2% de entonces, esta tasa ha disminuido a 0.4 a 2.7 casos por 100 000
los recién nacidos con alumbramiento a las 35 semanas de la nacimientos (Watchko, 2013).
gestación o después tuvo una concentración de bilirrubina sérica
máxima >20 mg/100 ml (Eggert, 2006). En aproximadamente ■ Enfermedades hemorrágicas
15% de los recién nacidos de término, las concentraciones de del recién nacido
bilirrubina producen cambios clínicamente visibles en el color Estos trastornos se caracterizan por hemorragia interna o externa
de la piel denominados ictericia fisiológica (Burke, 2009). Como espontánea que comienza en cualquier momento después del
es de esperar, en los lactantes prematuros, el aumento de la bili- nacimiento. La mayor parte de las enfermedades hemorrágicas
rrubina es mayor y más prolongado. se debe a concentraciones anormalmente bajas de los factores de
la coagulación dependientes de vitamina K: V, VII, IX, X, pro-
Encefalopatía aguda por bilirrubina trombina y proteínas C y S (Zipursky, 1999). Los lactantes
e ictericia nuclear cuyas madres tomaron fármacos anticonvulsivos tienen más
Las concentraciones séricas excesivas de bilirrubina pueden ser riesgo debido a que éstos suprimen la síntesis hepática materna
neurotóxicas en recién nacidos (Dijk, 2012; Watchako, 2013). La de algunos de estos factores (cap. 60, pág. 1190). La enfermedad
patogenia es compleja y la toxicidad tiene dos formas. La encefalo- hemorrágica característica suele ser evidente dos a cinco días des-
patía aguda por bilirrubina se presenta en los primeros días de vida pués del nacimiento en lactantes que no reciben profilaxis con
y se caracteriza por hipotonía, alimentación deficiente, letargia y vitamina K al nacer (Busfield, 2013). La hemorragia tardía
potenciales evocados auditivos anormales (Kaplan, 2011). El reco- puede ocurrir a las dos a 12 semanas en lactantes exclusivamente
nocimiento inmediato y el tratamiento por lo general mitigarán la amamantados en virtud de que la leche materna contiene escasa
neurotoxicidad progresiva. La forma crónica se denomina ker- vitamina K. Otras causas de hemorragia neonatal son hemofilia,
nícterus, del griego ictericia de los núcleos. La neurotoxicidad ocurre sífilis congénita, septicemia, púrpura trombocitopénica, hidro-
por el depósito de bilirrubina y la tinción de los ganglios basales y pesía fetal y hemorragia intracraneal.
el hipocampo, y se caracteriza además por degeneración neuronal La American Academy of Pediatrics y el American College of
intensa. Los sobrevivientes tienen espasticidad, incoordinación Obstetricians and Gynecologists (2012) recomiendan la preven-
muscular y grados variables de retraso mental. Aunque existe una ción sistemática de la enfermedad hemorrágica con una dosis de
correlación positiva entre la ictericia nuclear y las concentraciones 0.5 a 1 mg de vitamina K1 (fitonadiona) administrada por vía
de bilirrubina no conjugada superiores a 18 a 20 mg/100 ml, intramuscular. La administración oral no es eficaz y la adminis-
puede desarrollarse a concentraciones mucho más bajas, sobre tración de vitamina K a la madre produce muy escaso transporte
todo en recién nacidos muy prematuros (Sgro, 2011). La hemóli- al feto. Se inyecta vitamina K por vía intravenosa para el trata-
sis persistente representa un factor de riesgo para la ictericia nuclear miento de la hemorragia activa.
y según las experiencias del Collaborative Perinatal Project, las con-
centraciones de bilirrubina ≥25 mg/100 ml se correlacionaron con ■ Trombocitopenia
ictericia nuclear sólo cuando hubo una hemólisis Coombs-positiva Las concentraciones anormalmente bajas de plaquetas en recién
persistente (Kuzniewicz, 2009). Lo anterior se verificó reciente- nacidos de término pueden deberse a diversas causas, tales como
mente en un estudio efectuado por Vandborg et al. (2012). trastornos inmunitarios, infecciones, fármacos o defectos heredi-
tarios en las plaquetas, o pueden ser parte de un síndrome congé-
Prevención y tratamiento nito. En muchos casos, la trombocitopenia es una extensión de
Se utilizan diversas formas de fototerapia para evitar y tratar la un trastorno fetal como infección con parvovirus B19, citomega-
hiperbilirrubinemia neonatal (Hansen, 2011). Estas “bililuces” lovirus, toxoplasmosis y otros que se describen en los capítulos 64
Enfermedades y lesiones del recién nacido a término 645
CAPÍTULO 33
éstos, las transfusiones se realizan a veces (Sallmon, 2012). Traumatismo natal
(tasa por 1 000)
Trombocitopenia inmunitaria Tipo de parto (tasa de
En las mujeres con un trastorno autoinmunitario como el lupus traumatismo por 1 000) Número Gravea Leveb
eritematoso o la trombocitopenia inmunitaria, la IgG antiplaque- Espontáneo (14) 88 324 1.2 13
taria materna se transfiere al feto y puede causar una destrucción Asistido
acelerada de las plaquetas. Casi todos los casos son leves y las con- Con ventosa (71) 3 175 3.7 67
centraciones de plaquetas por lo general alcanzan un nadir a las 48 Fórceps (58) 10 478 5.2 53
a 72 h. El tratamiento materno con corticosteroides por lo general
Asistencia fallida
no tiene ningún efecto sobre las plaquetas fetales. La muestra de
sangre fetal para la determinación de plaquetas raras veces es nece- Ventosa (105) 609 8.3 100
saria y por lo general las plaquetas son adecuadas para evitar la Fórceps (56) 714 7.0 50
hemorragia fetal durante el parto (cap. 56, pág. 1115). Cesárea (8.6) 16 132 0.3 8.3
Parto (12) 10 731 0.4 11.9
Trombocitopenia aloinmunitaria Sin parto (1.2) 5401 0.2 1.1
La trombocitopenia aloinmunitaria (AIT, alloimmune thrombo-
Todos (19.5) 119 432 1.6 18
cytopenia) o trombocitopenia aloinmunitaria neonatal (NAIT,
neonatal alloimmune thrombocytopenia) se origina por la dispari- a Traumatismo grave = fractura craneal deprimida, hemorragia intracra-
Síndrome de preeclampsia
mayor parte de las lesiones traumáticas fueron leves y tuvieron
La función y la destrucción de las plaquetas maternas pueden una prevalencia de 18 por 1 000 partos.
verse gravemente afectadas en las mujeres con preeclampsia grave. Las lesiones relacionadas con el parto por cesárea de un estudio
Por lo demás, la trombocitopenia fetal y neonatal raras veces se de la Maternal-Fetal Medicine Units Network se describieron por
origina por el síndrome de preeclampsia aun cuando la madre Alexander et al. (2006). Se identificaron 400 lesiones de entre un
tenga trombocitopenia grave. El estudio extenso de pares madre- total de 37 100 operaciones, una tasa de 11 por 1 000 partos por
lactante que se atendieron en el Parkland Hospital disipó los estu- cesárea. Aunque las laceraciones de la piel predominaron (7 por
dios previos de una relación entre la trombocitopenia neonatal 1 000) las lesiones más graves en estos 400 lactantes fueron 88
con preeclampsia (Pritchard, 1987). En cambio, se observó que cefalohematomas, 11 fracturas claviculares, 11 parálisis de nervio
la trombocitopenia neonatal se relacionaba con nacimiento pre- facial, nueve plexopatías braquiales y seis fracturas craneales.
maturo y sus múltiples complicaciones (cap. 34, pág. 653).
■ Lesiones craneales
LESIONES DEL RECIÉN NACIDO
Las lesiones traumáticas craneales que se relacionan con el parto
Las lesiones durante el nacimiento pueden complicar cualquier o el alumbramiento pueden ser externas y evidentes, por ejemplo
parto. Por consiguiente, aunque algunas tienen más probabili- craneal o mandibular; pueden ser intracraneales, y en algunos
dades de relacionarse con parto “traumático” mediante fórceps casos, son encubiertas. La cabeza fetal tiene considerable plastici-
o vacío, otras se observan en parto vaginal o por cesárea por lo dad y puede experimentar un moldeamiento considerable. Raras
demás sin complicaciones. En esta sección, se describen algunas veces, el moldeamiento grave puede originar desgarro de las
lesiones en general, pero las lesiones específicas se describen en venas corticales conectoras que desembocan en el seno sagital,
otra parte en relación con sus complicaciones obstétricas asocia- las venas cerebrales internas, la vena de Galeno o en la tienda
das, por ejemplo, el parto de nalgas en el capítulo 28 o la gesta- misma. En consecuencia, se puede presentar hemorragia intra-
ción multifetal en el capítulo 45. craneal, subdural e incluso epidural después de un parto vaginal
al parecer sin complicaciones (Scheibl, 2012). La hemorragia
también puede ser asintomática. Por el contrario, las hemorra-
■ Prevalencia gias subgaleales que acompañan al parto quirúrgico pueden ser
En tres estudios de población que incluyeron más de ocho letales (Doumouchtsis, 2008; Swanson, 2012). En los casos
millones de lactantes de término, la frecuencia global de trau- infrecuentes de traumatismo craneal grave, hay embolización del
matismo natal fue de 20 a 26 por 1 000 partos (Baskett, 2007; tejido cerebral fetal hacia el corazón o los pulmones (Cox, 2009).
Linder, 2012; Moczygemba, 2010). De estos estudios, los datos
de Nueva Escocia se muestran en el cuadro 33-4 con un riesgo de Hemorragia intracraneal
traumatismo global de 19.5 por 1 000 partos. Sólo 1.6 por Casi todos los aspectos de la hemorragia intracraneal neonatal
1 000 se debieron a traumatismo mayor y estas tasas fueron más están relacionados con la edad gestacional. En concreto, la mayor
altas con el parto con instrumentación fallida y más bajas en el parte de la hemorragia en los recién nacidos prematuros se debe
parto por cesárea sin trabajo de parto. En consecuencia, la a hipoxia e isquemia, en tanto que en recién nacidos de término
646 El recién nacido
el traumatismo es la causa más frecuente. En el cuadro 33-5 se aproximadamente, cuando resultan evidentes somnolencia, apa-
muestran algunas variantes. Es importante que en algunos lactantes tía, llanto débil, palidez, incapacidad para amamantarse, disnea,
no se identifique una causa putativa. En muchos casos, la hemo- cianosis, vómito y convulsiones.
rragia intracraneal es asintomática. La frecuencia notificada es También se ha documentado la hemorragia intracraneal
variable, pero es máxima en los partos quirúrgicos, tanto vagina- espontánea en recién nacidos de término sanos (Huang, 2004;
les como por cesárea. En el estudio realizado por Moczygemba et Rutherford, 2012). En un estudio prospectivo de resonancia
al. (2010), en más de ocho millones de partos únicos, la hemo- magnética, Whitby et al. (2004) observaron que 6% de los naci-
rragia intracraneal grave tuvo una tasa cercana a 0.2 por 1 000 dos en forma espontánea y 28% de los nacidos con fórceps
nacimientos, 1 por 5 000. En un estudio de la ciudad de Nueva tuvieron una hemorragia subdural. Ninguno de éstos tuvo sig-
York, Werner et al. (2011) citaron una frecuencia combinada en nos clínicos y los hematomas se solucionaron hacia las cuatro
más de 120 000 partos quirúrgicos únicos en nulíparas de 0.12% semanas en todos los lactantes.
o casi 1 en 750 procedimientos. Las tasas de hemorragia intracra-
neal fueron 1:385 con el parto con ventosa, 1:515 con fórceps y Hematomas extracraneales
1:1 210 con parto por cesárea. En otro estudio, su frecuencia fue Estos derrames sanguíneos se acumulan fuera del cráneo y se
casi de 1% después de los partos con ventosa (Simonson, 2007). clasifican como cefalohematoma o hemorragia subgaleal (fig.
Según el American College of Obstetricians and Gynecologists 33-1). Desde su porción más superficial hacia dentro, el cuero
(2012a), la frecuencia de hemorragia intracraneal por trauma- cabelludo consta de piel, tejido subcutáneo, aponeurosis epicra-
tismo del parto ha disminuido considerablemente mediante la neal, espacio subgaleal y periostio del cráneo. La aponeurosis
eliminación de los partos vaginales quirúrgicos. Esto se verificó epicraneal es tejido fibroso denso, en tanto que el espacio subgaleal
en un estudio reciente de partos con fórceps de Kielland cuida- contiene tejido laxo fibroareolar. Cruzando el espacio subga-
dosamente realizados (Burke, 2012). leal están grandes venas emisarias sin válvulas, que conectan los
El pronóstico después de la hemorragia depende de su ubica- senos durales en el interior del cráneo con las venas superficiales
ción y magnitud, según se muestra en el cuadro 33-5. Por ejem- del cuero cabelludo. Tanto la aponeurosis epicraneal como el
plo, la hemorragia subdural y subaracnoidea raras veces origina espacio subgaleal abarcan los huesos occipital, parietal y frontal.
anomalías neurológicas, en tanto que los hematomas de gran En cambio, el periostio reviste cada hueso individual del cráneo
tamaño son graves. Cualquier hemorragia hacia el parénquima y no cruza las líneas de sutura.
por hemorragia intraventricular o intracerebelosa a menudo Los cefalohematomas son hematomas subperiósticos cra-
produce daño grave permanente o muerte. La hemorragia peri- neales. Se presentan por la fuerza de corte durante el parto y el
ventricular raras veces causa el tipo de secuelas que son frecuen- alumbramiento que laceran las venas emisarias o diploicas. Por
tes en los nacidos prematuros (cap. 34, pág. 656). fortuna, el periostio densamente adherido impide el crecimiento
Los lactantes que tienen desgarros subdurales o infratento- rápido y limita el tamaño final del hematoma. La hemorragia
riales con hemorragia tendrán anomalías neurológicas desde el puede ser sobre uno o ambos huesos parietales, pero se pueden
día de nacimiento (Volpe, 1995). Los afectados de más grave- apreciar bordes palpables a medida que la sangre llega a los lími-
dad tienen estupor o coma, rigidez de nuca y opistótonos que se tes del periostio. Estos hematomas se deben diferenciar del caput
agravan en el curso de minutos a horas. Algunos recién nacidos succedaneum (tumor del parto), que también se muestra en la
que nacen deprimidos parecen mejorar hasta las 12 h de edad, figura 33-1. Un cefalohematoma puede no ser evidente hasta
Enfermedades y lesiones del recién nacido a término 647
CAPÍTULO 33
Edema
Periostio antes. Volpe (1995) considera tres tipos de lesiones craneales
Hueso parietal como fracturas: fracturas lineales y deprimidas, y osteodiastasis
Duramadre occipital. En un estudio francés de casi 2 000 000 de partos
desde 1990 hasta el 2000, se informó que la frecuencia de frac-
turas del cráneo era de 3.7 por 100 000 nacimientos y 75% se
relacionó con partos vaginales quirúrgicos (Dupuis, 2005). En
Cuero cabelludo Aponeurosis epicraneal ocasiones éstas se observan con el parto espontáneo o por cesá-
Hemorragia
Espacio subgaleal
rea, como la fractura craneal deprimida que se muestra en la
subgaleal figura 33-2. Estas últimas fracturas son más frecuentes cuando
Periostio la cabeza está muy alojada en la pelvis. En tales casos, existen por
lo menos tres causas posibles. Una fractura puede ser resultado
de la compresión del cráneo sobre el promontorio del sacro, por
la presión de la mano utilizada para levantar la cabeza durante la
operación cesárea o por la presión transvaginal que ejerce un
asistente con la mano hacia arriba. Las fracturas se tratan
Aponeurosis epicraneal mediante descompresión quirúrgica, aunque puede ocurrir
Cefalohematoma Espacio subgaleal resolución espontánea (Basaldella, 2011).
Periostio
Hueso parietal
■ Lesiones de la médula espinal
El estiramiento excesivo de la médula espinal y la hemorragia y
el edema concomitantes son lesiones infrecuentes. Se suelen
deber a una tracción longitudinal o lateral excesiva de la columna o
FIGURA 33-1. Esquemas de lesiones extracraneales en el recién nacido. por la torsión durante el parto. En algunos casos, hay fractura
o luxación de las vértebras. Menticoglou et al. (1995) describie-
ron a 15 recién nacidos con este tipo de lesión de la médula
espinal de la porción cervical superior y descubrieron que todas
horas después del nacimiento, cuando ha ocurrido hemorragia las lesiones se asociaban a rotaciones por fórceps. La lesión de la
suficiente para elevar el periostio. Después que se identifica, a médula espinal también puede ocurrir durante el parto de nalgas.
menudo aumenta más de tamaño y persiste durante semanas o Ross et al. (2006) describieron la luxación vertebral de C5-6
incluso meses, y la hemorragia puede ser suficiente para causar asociada a una maniobra de Zavanelli realizada a causa de disto-
anemia. En cambio, en el tumor del parto, la hinchazón del cia del hombro (cap. 27, pág. 544).
cuero cabelludo produce edema superpuesto al periostio. Este
tumor es máximo al nacer, rápidamente disminuye de tamaño y
por lo general desaparece al cabo de horas o algunos días. A
veces se infecta y se forma un absceso (Kersten, 2008).
Los cefalohematomas son frecuentes y en el estudio de Nueva
Escocia que se muestra en el cuadro 33-3, éstos contribuyeron
con 80% a las lesiones traumáticas con una frecuencia de 16 por
1 000 (Baskett, 2007). Raras veces se presentan cuando no hay
traumatismo del parto y se comunicó una frecuencia de 11% en
913 lactantes de término nacidos mediante extracción con ven-
tosa (Simonson, 2007). En el estudio de la Network sobre los
resultados del parto por cesárea antes señalado, la frecuencia de
cefalohematoma fue 2.4 por 1 000 intervenciones quirúrgicas
(Alexander, 2006). Otros han informado frecuencias más bajas,
aunque el cefalohematoma es más frecuente en los partos con
ventosa en comparación con fórceps (0.8 frente a 2.7 por 1 000
partos quirúrgicos) (Werner, 2011).
La hemorragia subgaleal se debe a laceración de una de las
venas emisarias y ocurre hemorragia entre la aponeurosis epicra-
neal y el periostio del cráneo. Debido a su tejido areolar laxo y la
extensa área de superficie, los volúmenes de sangre significativos
FIGURA 33-2. Fractura deprimida del cráneo (flecha) evidente inme-
se pueden acumular en este espacio potencial y pueden exten-
diatamente después del parto por cesárea. El parto había evolucio-
derse desde el cuello hasta las órbitas y lateralmente hacia la fascia nado y la cabeza estaba situada profunda en la pelvis. El
temporal por arriba de las orejas. La hipotensión resultante desalojamiento de la cabeza del conducto del parto fue realizado por
puede originar una morbilidad significativa y las tasas de morta- un asistente que aplicó presión manual hacia arriba a través de la
lidad citadas son de 12 a 18% (Chang, 2007; Kilani, 2006). vagina.
648 El recién nacido
(Volpe, 1995).
Plexopatía braquial
Las lesiones del plexo braquial son relativamente frecuentes. Se
identifican en 1 a 3 por 1 000 nacidos a término (Baskett, 2007;
Joyner, 2006, Lindqvist, 2012). En el estudio de más de ocho
millones de nacimientos únicos comunicado por Moczygemba
et al. (2010), la frecuencia de lesión del nervio braquial fue 1.5
por 1 000 partos vaginales y 0.17 por 1 000 partos por cesárea.
El parto de nalgas y la distocia de hombro son riesgos para este
traumatismo. Sin embargo, la plexopatía grave también puede
presentarse sin factores de riesgo o distocia del hombro (Torki,
2012). FIGURA 33-3. Lesión del nervio facial izquierdo. Ésta casi se solu-
La lesión con plexopatía en realidad afecta a las raíces nervio- cionó por completo dos días después del nacimiento.
sas que inervan el plexo braquial, C5-8 y T1. Con la hemorragia
y el edema, se altera temporalmente la función axonal, pero las
posibilidades de restablecimiento resultan satisfactorias. Sin
embargo, con la evolución, el pronóstico es desfavorable. En paña al parto vaginal no complicado. Sin embargo, en una serie,
90% de los casos, hay lesión de las raíces nerviosas de C5-6 que una cuarta parte de los casos ocurrió tras la operación cesárea
producen parálisis de Erb o de Duchenne (Volpe, 1995). Las (Alexander, 2006; Al Tawil, 2010; Moczygemba, 2010). El
lesiones con el nacimiento de nalgas normalmente son de este daño al nervio facial probablemente es más frecuente con los
tipo, en tanto que las lesiones más extensas se presentan tras fórceps bajos (Hagadorn-Freathy, 1991; Levine, 1984). Es posi-
partos cefálicos difíciles (Ubachs, 1995). Las raíces de C5-6 se ble que el daño se origine por la presión ejercida por la hoja
unen para formar el tronco superior del plexo y la lesión con- posterior cuando el fórceps se ha colocado en dirección oblicua
duce a parálisis de los músculos deltoides, infraespinoso y flexo- sobre la cabeza fetal. En estos casos, las marcas del fórceps indi-
res del antebrazo. El brazo afectado se mantiene derecho y en can la causa de la lesión. El restablecimiento espontáneo al cabo
rotación interna, el codo está extendido y la muñeca y los dedos de unos días es la regla; no obstante, se ha descrito la parálisis
flexionados. Se suele conservar la función de los dedos. Debido permanente (Al Tawil, 2010; Duval, 2009).
a que la tracción lateral de la cabeza se suele utilizar para llevar a
cabo el alumbramiento de los hombros en las presentaciones de
vértice normales, la mayor parte de los casos de parálisis de Erb ■ Fracturas
se presentan después de partos que no parecen difíciles. El daño La mayor parte de las fracturas de huesos largos se presentan tras
a las raíces C8-T1 que inervan el plexo inferior dan lugar a pará- partos difíciles, aunque no siempre es el caso. Como mínimo, es
lisis de Klumpke, en la cual la mano esta flácida. La afectación necesaria la palpación de las clavículas y los huesos largos en
total de todas las raíces nerviosas del plexo braquial origina fla- todos los recién nacidos después de un parto difícil. La crepita-
cidez del brazo y la mano, y en caso de daño grave, puede haber ción o la irregularidad inusual deben ser motivo para valoración
síndrome de Horner. radiográfica.
Por desgracia, como se describe en el capítulo 27 (pág. 541), Las fracturas claviculares son complicaciones frecuentes,
la distocia del hombro puede no preverse con precisión. En la imprevisibles e inevitables del nacimiento normal. Su prevalen-
mayoría de los casos, no ocurre muerte axonal y el pronóstico es cia promedia 5 a 10 por 1 000 nacidos vivos (Linder, 2012;
satisfactorio. Lindqvist et al. (2012) observaron el restableci- Moczygemba, 2010). Aparte del género femenino, no se han
miento completo en 86% de niños con traumatismo de C5-6, identificado factores de riesgo específicos, tales como el peso al
que fue la lesión más frecuente, y en 38% de aquellos con daño nacer y el mecanismo del parto.
de C5-7. Sin embargo, los que tuvieron lesiones globales de Las fracturas humerales son infrecuentes y 70% se presenta
C5-8-T1 siempre tuvieron discapacidad permanente. La explo- tras un nacimiento sin complicaciones (Turpenny, 1993). Otras
ración quirúrgica y la posible reparación pueden mejorar la fun- se asocian a parto difícil de los hombros en los partos cefálicos y
ción si hay parálisis persistente (Malessy, 2009). de un brazo extendido en los partos de nalgas. En las radiogra-
fías a menudo son del tipo de tallo verde, aunque a veces se
Parálisis facial observa una fractura completa con cabalgamiento óseo. La eco-
El traumatismo del nervio facial suele ocurrir en su salida del grafía también se ha utilizado para confirmar el diagnóstico
agujero estilomastoideo, y esto puede causar parálisis facial (fig. (Sherr-Lurie, 2011).
33-3). La prevalencia, que fluctúa de 0.2 a 7.5 por 1 000 naci- Las fracturas del fémur son relativamente infrecuentes y por
dos a término, probablemente está influida por la vehemencia lo general se relacionan con el parto de nalgas vaginal. A veces
con que se busque el diagnóstico (Al Tawil, 2010; Moczygemba, ocurren después de operación cesárea, y en un informe fueron
2010). La parálisis facial puede ser evidente en el parto o puede bilaterales (Cebesoy, 2009). Puesto que la mayor parte de los
presentarse poco después del nacimiento. Muy a menudo acom- fetos con presentación de nalgas ahora nacen mediante parto
Enfermedades y lesiones del recién nacido a término 649
por cesárea, casi todas estas fracturas se relacionan con este BIBLIOGRAFÍA
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653
CAPÍTULO 34
semanas (pág. 657). En ese país, el American College of Obstetricians Gluck (1971) señaló que el riesgo de insuficiencia respirato-
and Gynecologists y la American Academy of Pediatrics (2012) consi- ria neonatal era bajo siempre que la concentración de lecitina
deran que las mujeres expuestas al riesgo de parto prematuro pue- fuese, como mínimo, el doble de la de esfingomielina, es decir,
CAPÍTULO 34
den someterse a tal tratamiento dentro de las semanas menciona- la proporción L/S. Por el contrario, aumenta el riesgo del sín-
das de la edad gestacional. La situación anterior se expone en drome cuando tal proporción es <2. La lecitina y la esfingomie-
mayor detalle en el capítulo 42 (pág. 850). Después de 34 semanas, lina aparecen en la sangre y el meconio, razón por la cual la
en promedio, 4% de los lactantes termina por mostrar síndrome de contaminación de la muestra con las dos sustancias puede dis-
insuficiencia respiratoria (Consortium on Safe Labor, 2010). minuir de manera errónea una proporción L/S de madurez.
Amniocentesis para valorar Fosfatidilglicerol. Con anterioridad, se consideraba que la
la madurez del pulmón fetal insuficiencia respiratoria se desarrollaba a pesar de que la pro-
porción L/S fuese >2 en hijos de mujeres diabéticas. Algunos
El nacimiento por indicaciones fetales se necesita cuando los ries-
autores recomendaron corroborar el nivel de fosfatidilglicerol en
gos para el feto por estar en un entorno intrauterino hostil son
el líquido amniótico de tales mujeres. Con base en las pruebas
mayores que el peligro de problemas neonatales graves, incluso si
actuales no hay certidumbre de que la diabetes en sí misma o el
el feto es prematuro. En caso de no existir tal grado de riesgo y
nivel de su control origine resultados positivos falsos en la medi-
si no se cumplen los criterios de parto electivo de término, cabe
ción de fosfolípidos para valorar la madurez de los pulmones del
recurrir a la amniocentesis y al análisis de líquido amniótico para
feto (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2008).
confirmar la madurez de los pulmones del feto. Para realizar lo
anterior, se conocen algunas técnicas para cuantificar la concentra- Polarización de fluorescencia. Esta es una técnica automati-
ción relativa de fosfolípidos con actividad tensioactiva en el líquido zada que mide la proporción de fosfolípidos tensioactivos/albú-
amniótico. La obtención del líquido es similar a la descrita en mina en líquido amniótico no centrifugado, genera los resulta-
la amniocentesis del segundo trimestre (cap. 16, pág. 297). Con dos en unos 30 min, en promedio. La proporción ≥50 anticipa
tales muestras, las complicaciones que obligan al parto urgente la madurez del pulmón fetal en 100% de los casos (Steinfeld,
surgen incluso en 1% de dichas técnicas (American College of Obs- 1992). Algunos investigadores observaron más adelante que los
tetricians and Gynecologists, 2008). Después del análisis del líquido, resultados de esta técnica eran iguales o mejores que los de la
la probabilidad de que se desarrolle el síndrome de insuficiencia proporción L/S, el índice de estabilidad de la espuma o la medi-
respiratoria en un producto particular depende del método utili- ción del fosfatidilglicerol, incluidos estudios en embarazos de
zado y de la edad gestacional del feto. Como aspecto importante, mujeres diabéticas (Eriksen, 1996; Karcher, 2005). La mencio-
en algunas de dichas pruebas la administración de corticosteroides nada técnica recién modificada se usa en muchos hospitales
para inducir la maduración pulmonar ejerce efectos variables. como método primario para valorar la madurez pulmonar con
una proporción límite de 55 mg/g.
Proporción de lecitina-esfingomielina (L/S). Aunque no se
usa tanto como en el pasado, la proporción L/S como elemento Otros estudios. La prueba de estabilidad de la espuma o de agi-
intensivo en el parto fue el tratamiento de referencia. Un com- tación depende de la capacidad de los fosfolípidos tensioactivos
ponente importante de la capa tensioactiva que impide el presentes en el líquido amniótico, cuando se mezclan de forma
colapso alveolar es la dipalmitoilfosfatidilcolina (DPPC, dipal- apropiada con etanol, de generar espuma estable en la división
mitoylphosphatidylcholine), es decir, la lecitina, junto con el fosfa- aire/líquido (Clements, 1972). Los problemas incluyen los erro-
tidilinositol y en particular el fosfatidilglicerol (PG, phosphatidyl- res causados por contaminación mínima y los resultados negati-
glycerol) (cap. 32, pág. 624). Antes de las 34 semanas, la lecitina vos falsos frecuentes. Como otra posibilidad, se han estudiado,
y la esfingomielina aparecen en el líquido amniótico en concen- con resultados variables, la prueba Lumadex-FSI, la polarización
traciones similares. Entre las 32 y las 34 semanas comienza a por fluorescencia (microviscometría) y la absorbancia de líquido
aumentar la concentración de lecitina en relación con la de amniótico con una longitud de onda de 650 nm. El recuento de
esfingomielina (fig. 34-1). cuerpos laminares es un método rápido, sencillo y preciso para
valorar la madurez de los pulmones fetales y es similar a la pola-
rización de fluorescencia y la proporción L/S (Karcher, 2005).
12
Concentración de fosfolípidos en
líquido amniótico (mg/100 ml)
10 ENTEROCOLITIS NECROSANTE
respuesta inflamatoria no controlada a la colonización bacteriana con el pronóstico adverso en el desarrollo neurológico. Locatelli et
en el intestino del producto prematuro (Grave, 2007). al. (2010) observaron un incremento extraordinario en la inciden-
El tratamiento de la enterocolitis necrosante genera contro- cia de daño neurológico en productos prematuros que mostraron
versias (van Vliet, 2013). En una investigación con asignación al hemorragia o leucomalacia periventricular, o las dos entidades.
SECCIÓN 9
azar en que se comparó la laparotomía con el drenaje peritoneal, La ecografía craneal sigue siendo la técnica preferida para
no se detectó diferencia alguna en las cifras de supervivencia de detectar las anormalidades encefálicas de aparición frecuente y de
productos prematuros (Moss, 2006). Sin embargo, en un estu- fenómenos agudos. Se le practica con frecuencia y es fiable para
dio por observación, Blakely (2006) observó que las cifras de detectar anormalidades comunes y vigilar el crecimiento encefá-
mortalidad y los puntos finales en el desarrollo neurológico lico. Se necesita a veces el transcurso de dos a cinco semanas para
valorados entre los 18 a 22 meses eran más favorables con el uso que evolucionen lesiones quísticas, razón por la cual es necesario
de la laparotomía que con el drenaje. practicar ecografías seriadas en ese lapso. En lactantes cuyos signos
son transitorios y muestran resolución en el periodo neonatal, el
RETINOPATÍA DE LA PREMADUREZ pronóstico mejora en comparación con aquellos cuyas lesiones son
persistentes y evolucionan. Sin embargo, al mismo tiempo, de 4 a
Conocida en el año de 1950 como fibroplasia retrolenticular, la 10% de los lactantes prematuros puede presentar parálisis cerebral
retinopatía de la premadurez se ha transformado en la única y incluso en ausencia de lesiones. Desde otra perspectiva, 90 a 96%
mayor causa de ceguera en Estados Unidos. Después de descu- de los productos prematuros con parálisis cerebral tiene lesiones
brir que la enfermedad era consecuencia de hiperoxemia, su fre- encefálicas detectables por medio de ecografía craneal.
cuencia disminuyó de manera extraordinaria. La retina del feto
se vasculariza en sentido centrífugo a partir del nervio óptico y ■ Hemorragia intracraneal
comienza, en promedio, en el cuarto mes de la gestación y con-
Se conocen cuatro grandes categorías de hemorragia intracra-
tinúa hasta poco después del nacimiento. Durante la vasculari-
neal en el neonato (Volpe, 1995). La hemorragia subdural por lo
zación, el exceso de oxígeno induce grave vasoconstricción reti-
común es resultado de traumatismo. Las hemorragias subarac-
niana, con daño endotelial y obliteración de vasos, especialmente
noidea e intracerebelosa suelen ser consecuencia de traumatismo
en el segmento temporal. La neovascularización se origina y los
en lactantes de término, y de hipoxia en lactantes prematuros.
nuevos vasos penetran la retina y se extienden al vítreo. En este
La hemorragia periventricular-intraventricular es resultado de un
órgano fácilmente se fugan proteínas o lo hacen con gran rapi-
traumatismo o asfixia en el 50% de los productos de término, y
dez y con hemorragia. En estos casos se forman adherencias que
en 25% más, no existe una causa discernible. En los recién naci-
terminan por desprender la retina.
dos prematuros, la patogenia de la hemorragia periventricular es
No se han precisado los niveles exactos de hiperoxemia que
multifactorial e incluye fenómenos hipóxicos/isquémicos, facto-
pueden persistir sin ocasionar retinopatía. El nacimiento prema-
res anatómicos, coagulopatías y otros más. El pronóstico des-
turo origina una hiperoxia “relativa” en comparación con el con-
tenido de oxígeno en el feto, incluso en productos no expuestos pués de la hemorragia depende de su sitio y magnitud. Por
a Fio2 mayores. En Estados Unidos, el National Institute of ejemplo, las hemorragias subdurales y aracnoideas por lo común
originan anormalidades neurológicas mínimas (en caso de oca-
Child Health and Human Development (NICHD) para conocer
sionarlas). Sin embargo, la hemorragia al interior del parén-
mejor el umbral de saturación de oxígeno necesario para llevar
quima ocasiona daño permanente grave.
al mínimo la posibilidad de retinopatía sin incrementar otros
resultados secundarios, llevó a la práctica una investigación con Hemorragia periventricular/intraventricular
asignación al azar de oxigenación en 1 316 lactantes que nacie-
Cuando se rompen los frágiles capilares de la matriz germinativa
ron entre las 24 y 27 semanas de gestación (SUPPORT Study
hay hemorragia de tejidos vecinos, que puede extenderse y llegar
Group, 2010). Los límites prefijados de saturación de oxígeno
al interior del sistema ventricular y el parénquima encefálico. La
fueron de 85 a 89% en un componente de la investigación y de
hemorragia del tipo mencionado es frecuente en recién nacidos
91 a 95% en el otro. El fallecimiento antes del alta se produjo
prematuros, en particular en los que nacen antes de las 32 sema-
con una frecuencia significativamente mayor en el grupo en que
nas. Sin embargo, también puede aparecer en edades gestacionales
fue menor la saturación con oxígeno (20 en comparación con
ulteriores e incluso en neonatos de término. Casi todas las hemo-
16%). Sin embargo, apareció con una frecuencia significativa-
rragias acaecen en término de 72 h del nacimiento, pero se han
mente menor retinopatía intensa en los supervivientes en el
observado incluso 24 días después (Perlman, 1986). La hemorra-
grupo en que la saturación de oxígeno fue menor (8.6 en com-
gia intraventricular por lo común se identifica después de tres días
paración con 17.9%). El estudio generó controversia considera-
del nacimiento; por tal razón, su génesis a menudo se atribuye
ble en cuanto a si el proceso de consenso era adecuado para una
erróneamente a problemas del nacimiento. Es importante perca-
investigación con los puntos finales en cuestión (Drazen, 2013).
tarse que la hemorragia intraventricular previa al parto también es
un problema que interviene (Achiron, 1993; Nores, 1996).
TRASTORNOS ENCEFÁLICOS Casi la mitad de los casos de hemorragia son asintomáticos y
muchas hemorragias pequeñas de la matriz germinativa y las cir-
La lesión del sistema nervioso central en productos prematuros
cunscritas a los ventrículos muestran resolución sin dejar deficien-
por lo común ocasiona secuelas neuroanatómicas diferentes, en
cias (Weindling, 1995). Las lesiones grandes ocasionan hidrocefalia
comparación con la que surge en productos de término (cap. 33.
o zonas quísticas degeneradas llamadas leucomalacia periventricular
pág. 639). En lactantes prematuros, las lesiones encefálicas detec-
(pág. 657). Como dato importante, la extensión de la leucomalacia
tadas mediante estudios neuroimagenológicos incluyen hemorra-
periventricular guarda relación con el riesgo de parálisis cerebral.
gia intraventricular, infarto hemorrágico periventricular, leuco-
malacia periventricular quística y daño difuso de sustancia blanca. Patología. El daño a la red capilar de la matriz germinativa pre-
Todos los trastornos anteriores guardan un vínculo importante dispone a la extravasación ulterior de sangre y su paso al tejido
El recién nacido prematuro 657
vecino. En productos prematuros, dicha red capilar es especial- mínimo, antes del parto, al parecer evitan o aplacan la inciden-
mente frágil, por varias causas. En primer lugar, la matriz germi- cia y gravedad de la hemorragia intraventricular. Los National
nativa subependimaria brinda poco apoyo a los vasos que trans- Institutes of Health (1994) en su Consensus Development Confe-
CAPÍTULO 34
curren por ella. En segundo lugar, la anatomía venosa de la rence concluyeron que el tratamiento disminuía las cifras de
región ocasiona estasis y congestión, y hace que los vasos sean mortalidad, dificultad respiratoria y hemorragia intraventricular
susceptibles de romperse cuando aumenta la presión intravascu- en productos prematuros nacidos entre las 24 y 32 semanas de
lar. En tercer lugar, hay deficiencia de la autorregulación vascular gestación y que los beneficios se añadían a los obtenidos con la
antes de las 32 semanas (Matsuda, 2006; Volpe, 1987). Incluso administración de fosfolípidos tensioactivos. El grupo de tra-
si la hemorragia extensa u otras complicaciones del nacimiento bajo para generar consenso también concluyó que los beneficios
prematuro no ocasionan la muerte, los supervivientes por lo de la corticoterapia prenatal probablemente se extendían a las
común tienen graves deficiencias en su desarrollo neurológico. mujeres con rotura prematura de membranas. La segunda decla-
DeVries et al. (1985) atribuyen muchas de las secuelas a largo ración de consenso por parte de los National Institutes of Health
plazo de la hemorragia intraventricular/periventricular, a la leuco- (2000) recomendó no repetir los ciclos de corticoterapia. Desta-
malacia periventricular. Dichas áreas quísticas degeneradas ter- caron que no había datos suficientes para corroborar el beneficio
minan por desarrollarse muy a menudo como resultado de isque- o la inocuidad de múltiples ciclos (cap. 42, pág. 850).
mia y, con menor frecuencia, como reacción directa a la hemorragia. Más adelante, la Maternal-Fetal Medicine Units Network señaló
Incidencia e intensidad. La incidencia de hemorragia ventricu- que la repetición de los ciclos de corticoterapia se acompañaba de
lar depende de la edad gestacional del producto al nacer. En pro- moderada mejoría en los puntos finales de neonatos prematuros,
medio, la mitad de todos los recién nacidos que nacen antes de las pero también con menor peso neonatal, y un mayor riesgo de
34 semanas mostrará algunas manifestaciones de hemorragia, pero restricción del crecimiento fetal (Wapner, 2006). La vigilancia de
se manifestará sólo en 4% de los que nacen en el término de la esta cohorte de pacientes hasta los dos a tres años de vida detectó
gestación (Hayden, 1985). Los lactantes con muy bajo peso neo- que los niños expuestos a ciclos repetidos de corticosteroides (en
natal tienen hemorragia de inicio inmediato, mayor posibilidad de comparación con una sola dosis), no mostraron resultados signi-
afectación del tejido del parénquima, en consecuencia, la cifra más ficativamente diferentes en los índices físicos o de capacidades
alta de mortalidad (Perlman, 1986). Los productos prematuros de cognitivas neurológicas (Wapner, 2007). Sin embargo, un aspecto
raza negra están expuestos a un riesgo dispar, es decir, demasiado preocupante es el relativo a parálisis cerebral no significativo 5.7
grande, de hemorragia intraventricular (Reddick, 2008). veces mayor en pequeños expuestos a ciclos múltiples de cortico-
La gravedad de la hemorragia intraventricular se valora por terapia. Al mismo tiempo, Crowther (2007) señaló los datos de su
medio de estudios neuroimagenológicos. Papile et al. (1978) Australasian Collaborative Trial, de vigilancia durante dos años.
elaboraron el esquema cuantitativo más utilizado para valorar la En más de 1 100 lactantes, la incidencia de parálisis cerebral fue
magnitud de una lesión y estimar el pronóstico. casi idéntica (4.2 en comparación con 4.8%) en lactantes cuya
madre fue sometida a repetidos ciclos de corticoterapia en compa-
Grado I: hemorragia limitada a la matriz germinativa. ración con otros que sólo recibieron un ciclo, respectivamente.
Grado II: hemorragia intraventricular.
Otros métodos profilácticos. No hay certeza en cuanto a la
Grado III: hemorragia con dilatación ventricular.
eficacia de fenobarbital, vitamina K o E, o de la indometacina,
Grado IV: extensión de la hemorragia al parénquima.
para disminuir la frecuencia e intensidad de la hemorragia intra-
Los datos de la Neonatal Research Network indican que 30% craneal cuando se utilizan en el neonato o se administran a la
de los lactantes que pesan al nacer entre 501 y 1 500 g termina madre en el transcurso del parto (Chiswick, 1991; Hanigan,
por mostrar hemorragia intracraneal, y 12% de tales casos son 1988; Thorp, 1995). Datos de diversos orígenes sugieren que el
de grado III o IV (Fanaroff, 2007). Jakobi et al. (1992) demos- sulfato de magnesio puede evitar las secuelas de la hemorragia
traron que los lactantes con hemorragia intraventricular de periventricular, como se expone en la página 659.
grado I o II tenían una cifra de supervivencia mayor de 90% y En términos generales, se acepta que es de importancia fun-
una cifra de 3% de deficiencias neurológicas, situación similar a damental evitar la hipoxia grave antes del parto prematuro y
la de los lactantes testigo sin hemorragia, de la misma edad. No después de realizado (Low, 1995). Sin embargo, en la actualidad
obstante, la cifra de supervivencia de lactantes con hemorragia no hay pruebas convincentes de que la cesárea sistemática para
de grado III o IV fue únicamente de 50%. Los lactantes de peso el nacimiento del producto prematuro que está en presentación
neonatal extraordinariamente bajo, con hemorragias de grado I cefálica disminuirá la incidencia de hemorragia periventricular.
o II, tienen puntos finales en el desarrollo neurológico más defi- Anderson et al. (1992) no detectaron diferencia significativa
cientes a los 20 meses, que los testigos (Patra, 2006). alguna en la frecuencia global de hemorragia en lactantes cuyo
Factores contribuyentes. Los fenómenos que predisponen a peso neonatal fue menor de 1 750 g y que nacieron sin la fase
hemorragia de la matriz germinativa y a leucomalacia periven- latente o activa del parto, en comparación con quienes nacieron
tricular ulterior son multifactoriales y complejos. Como se des- durante las dos fases. Sin embargo, los productos de madres que
tacó en párrafos anteriores, el feto prematuro tiene fragilidad de dieron a luz en la fase activa del parto tendieron a mostrar
sus vasos intracraneales, que lo tornan particularmente suscepti- hemorragias más bien de grado III o IV.
ble a tal problema. Por otro lado, el parto prematuro a menudo Leucomalacia periventricular
presenta infección, lo cual predispone todavía más a activación Esta entidad patológica denota la presencia de áreas quísticas en
endotelial, adherencia plaquetaria y trombos (Redline, 2008). planos profundos de la sustancia blanca cerebral que se desarrollan
Entre los factores vinculados a menudo se encuentran RDS y después de infarto hemorrágico o isquémico. La isquemia tisular
ventilación mecánica (Sarkar, 2009). ocasiona necrosis regional. Los tejidos encefálicos no se regeneran
Prevención a base de corticosteroides en fase prenatal. y el neonato prematuro tiene mínima gliosis, razones por las cua-
Los fármacos mencionados, que se administran por 24 h, como les las zonas lesionadas irreversiblemente asumen el aspecto de
658 El recién nacido
quistes ecolúcidos en los estudios neuroimagenológicos. En térmi- 32 semanas, la anatomía vascular del encéfalo está compuesta de
nos generales, se necesitan dos semanas, como mínimo, para for- dos sistemas. El primero penetra en la corteza (el sistema ventri-
marse, pero pueden aparecer incluso cuatro meses después del culopedal). El segundo alcanza los ventrículos, pero después des-
daño inicial. Por esas razones, su presencia en el neonato es útil cribe curvas hacia afuera (el sistema ventriculofugal) (Weindling,
SECCIÓN 9
para conocer la fecha en que ocurrió el trastorno hemorrágico. 1995). No se conocen anastomosis vasculares que conecten los
dos sistemas, y en consecuencia, el área que queda entre uno y
otro, a través de los cuales pasan los fascículos piramidales cerca
■ Parálisis cerebral de los ventrículos cerebrales laterales, es una zona limítrofe vul-
Este término señala a un grupo de cuadros que se caracterizan nerable de mostrar isquemia. La insuficiencia vascular antes de
por anormalidades crónicas en el movimiento o la postura de las 32 semanas de gestación originaría una isquemia que afecta-
origen cerebral, que se desarrollan en los comienzos de la vida ría en primer lugar a esa zona limítrofe. El daño resultante de los
extrauterina y que no son progresivas (Nelson, 2003). La epilep- fascículos piramidales puede ocasionar diplejía espástica. Des-
sia y el retardo psíquico acompañan frecuentemente a la paráli- pués de las 32 semanas, el flujo vascular se dirige hacia la cor-
sis cerebral. Las causas de esta última son diferentes en los pro- teza. Por tal razón, la lesión hipóxica después de tal fecha daña
ductos prematuros y de término (cap. 33, pág. 640). predominantemente la región cortical.
La parálisis cerebral se clasifica por lo regular de acuerdo con
el tipo de disfunción neurológica (espástica, discinética o Infección perinatal
atáxica), y también por el número y la distribución de extremi- La leucomalacia periventricular está ligada íntimamente a la
dades afectadas (cuadriplejía, hemiplejía o monoplejía). Los infección y la inflamación en mayor grado, que la hemorragia
tipos principales y su frecuencia de ataque incluyen: intraventricular. Zupan et al. (1996) estudiaron a 753 lactantes
nacidos entre las 24 y las 32 semanas de gestación y de ellos 9%
1. Cuadriplejía espástica, que se acompaña muy a menudo de
presentó leucomalacia periventricular. Aquellos que nacieron
retardo psíquico y cuadros convulsivos (20%).
antes de las 28 semanas, los que mostraron trastornos inflamato-
2. Diplejía, frecuente en productos prematuros o de bajo peso
rios en los últimos días o semanas antes de nacer, o quienes tenían
neonatal (30%).
las dos características mencionadas, estuvieron expuestos al riesgo
3. Hemiplejía (30%).
máximo. Perlman et al. (1996) observaron que la leucomalacia
4. Tipos coreoatetoides (15%).
periventricular estaba íntimamente vinculada con la rotura dura-
5. Variedades mixtas (Freeman, 1988; Rosen, 1992).
dera de membranas, la corioamnionitis y la hipotensión neonatal.
Incidencia y correlación epidemiológica Bailis et al. (2008) señalaron que la inflamación placentaria cró-
nica (pero no la aguda) estaba vinculada con la leucomalacia.
Según datos de los Centers for Disease Control and Prevention, la La infección del feto pudiera ser el elemento decisivo en la ruta
prevalencia de parálisis cerebral en Estados Unidos fue de 3.1 entre el nacimiento prematuro y la parálisis cerebral (Burd, 2012;
casos por 1 000 niños, en el año 2000 (Bhasin, 2006). Como Leviton, 2010). En la vía planteada en la figura 34-2, la infección
aspecto importante, dicha cifra prácticamente no ha cambiado prenatal del aparato reproductor desencadena la producción de
o incluso ha mostrado aumento desde el decenio de 1950 (Torfs, citocinas, el factor de necrosis tumoral y las interleucinas 1, 6 y 8;
1990; Winter, 2002). En algunos países, la incidencia de dicho todas ellas a su vez estimulan la producción de prostaglandinas y
problema ha aumentado gracias a los progresos en la atención de con ello el parto prematuro (cap. 42, pág. 838). Los vasos intra-
productos excesivamente prematuros, porque mejoró su super- craneales prematuros son susceptibles de romperse y lesionarse, y
vivencia, pero no su pronóstico neurológico. Por ejemplo, Mos-
ter et al. (2008) publicaron sus datos de vigilancia a largo plazo
en más 900 000 recién nacidos en Noruega. De los pequeños de
término no anómalos la cifra de parálisis cerebral fue de 0.1%, Infección
materna o
en comparación con 9.1% en aquellos nacidos entre las 23 y las intrauterina
27 semanas. De manera similar, O’Callaghan et al. (2011) estu-
diaron las correlaciones epidemiológicas de la parálisis cerebral y LPS
Citocinas
observaron que el máximo factor de riesgo era el nacimiento
prematuro.
PGF2α
PGE2
Hemorragia intraventricular
Diversos datos clínicos y patológicos vinculan la hemorragia intra- Nacimiento Leucomalacia
ventricular grave (grado III o IV) y la leucomalacia periventricular pretérmino periventricular
resultante, con la parálisis cerebral. Como se describió en párrafos
anteriores, las hemorragias de grado I o II por lo común muestran
resolución sin ocasionar daño tisular extenso. Luthy (1987) señaló
un riesgo 16 veces mayor de parálisis cerebral en lactantes de bajo
peso neonatal que tuvieron hemorragias de grado III o IV, en
Parálisis cerebral
comparación con el riesgo de aquellos que no tuvieron tal compli-
cación o en quienes la hemorragia fue de grado I o II.
las citocinas que estimulan el parto prematuro también tienen Anderson GD, Bada HS, Shaver DC, et al: The effect of cesarean section on
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CAPÍTULO 34
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2006
detectaron más a menudo el factor de necrosis tumoral y la inter- Blakely ML, Tyson JE, Lally KP, et al: Laparotomy versus peritoneal drainage
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661
CAPÍTULO 35
Muerte fetal
DEFINICIÓN DE MUERTE FETAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 661 y de que se haya inducido o no la terminación del embarazo.
El mortinato suele estar indicado por el hecho que después de la
CAUSAS DE MUERTE FETAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 662 expulsión o la extracción, el feto no respiró ni mostró otros sig-
nos de vida como el latido cardiaco, la pulsación del cordón
FACTORES DE RIESGO DE LA MUERTE FETAL . . . . . . . . . 662 umbilical o el movimiento definido de músculos voluntarios.
VALORACIÓN DEL MORTINATO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 664
Es importante diferenciar los latidos cardiacos, de las contrac-
ciones cardiacas transitorias; también hay que diferenciar las
ASPECTOS PSICOLÓGICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 665 respiraciones, de los esfuerzos respiratorios o jadeos transitorios.
TRATAMIENTO DE MUJERES CON ANTECEDENTE Las exigencias de notificación de mortinatos fetales cambian
DE MORTINATO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 665 en cada estado de Estados Unidos, y por lo tanto, difieren en
grado muy significativo (cap. 1, pág. 2). Muchos de los estados
exigen la notificación de muerte fetal a las 20 semanas de gesta-
ción o más, o cuando el producto al nacer tiene un peso mínimo
La muerte fetal, es decir, el mortinato intrauterino de un feto de de 350 g (que equivale aproximadamente a 20 semanas), o se
cualquier edad gestacional, se considera un grave problema observa alguna combinación de los dos factores. Siete estados
de salud pública al que se concede poca importancia. En Esta- norteamericanos exigen que deben notificarse los mortinatos feta-
dos Unidos se estima que cada año se pierden más de un millón les antes de las 20 semanas, y un estado planteó la cifra límite a
de fetos y que tal situación ocurre más a menudo antes de las 20 las 16 semanas. Otros tres estados exigen la notificación del
semanas de gestación. Los datos de mortalidad fetal obtenidos mortinato fetal cuando el peso neonatal es de 500 g o más (equi-
del National Vital Statistics System por lo común se exponen para valente en promedio a 22 semanas). Hay pruebas sustanciales de
la muerte fetal a las 20 semanas de gestación o fechas ulteriores que no se registran en realidad todos los mortinatos fetales en los
(MacDorman, 2012). Al usar tal definición, se advierte que es cuales es obligatoria la notificación (MacDorman, 2012); tal
casi igual el número de muertes fetales que las de lactantes (fig. situación es más probable en las gestaciones más tempranas,
35-1). Como se muestra en la figura 35-2, los índices de muerte entre las diversas exigencias de cada estado de aquel país.
fetal a las 20 semanas o más dependen de la edad gestacional y En Estados Unidos, la cifra de mortalidad fetal global a las
alcanzan su punto mínimo que se estabiliza aproximadamente 20 semanas o más ha disminuido de manera ininterrumpida
entre las 27 y 33 semanas. Después de esta etapa, hay un incre- desde 1985, de 7.8 a 6.1 casos por 1 000 nacimientos totales en
mento progresivo en la frecuencia mencionada. 2006 (MacDorman, 2012). Antes de dicha fecha las disminu-
ciones fueron todavía más impresionantes y quizá dependieron
DEFINICIÓN DE MUERTE FETAL de la eliminación de mortinatos fetales con anormalidad en
La definición de muerte fetal adoptada por los Centers for Disease edades gestacionales más tardías, que “se evitaron” por la termi-
Control and Prevention y el National Center for Health Statistics se nación más pronta del embarazo (Fretts, 1992).
basa en las definiciones recomendadas por la Organización Mun- La mortalidad fetal, en términos generales, se divide en tres
dial de la Salud (MacDorman, 2012) que se exponen enseguida: periodos: temprana o menor a 20 semanas completas; interme-
dia, 20-27 semanas, y tardía, 28 semanas o más. La cifra de
La muerte fetal denota el mortinato antes de la expulsión com- mortinato fetal después de las 28 semanas ha disminuido desde
pleta o la extracción de un producto de la concepción humana, 1990, en tanto que en gran medida no se ha modificado la cifra
de su madre, independientemente de la duración de la gestación de muertes entre las 20 y las 27 semanas (fig. 35-3).
662 El recién nacido
5
Muertes fetales Muertes de
lactantes
17.4% 0
1990 1995 2000 2005
2006
FIGURA 35-1. Distribución porcentual de mortinatos fetales a las 20
FIGURA 35-3. Índices de mortalidad fetal según periodos de gestación:
semanas de la gestación o más y fallecimiento de lactantes: Estados
Estados Unidos, 1990-2006. (Con autorización de MacDorman, 2012.)
Unidos, 2006. (Con autorización de MacDorman, 2012.)
0.9
0.8
0.7
0.6
0.5
Índice
0.4
0.3
0.2
FIGURA 35-2. Índice de mortali-
0.1
dad fetal por 1 000 nacimientos
0.0 por semanas completas de gesta-
20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 42 43 ción: Estados Unidos, 2006. (Con
Edad gestacional (semanas) autorización de MacDorman, 2012.)
Muerte fetal 663
CUADRO 35-1. Causas de 512 mortinatos fetales en el Stillbirth Collaborative Research Network Study
Causa Ejemplos Porcentaje
CAPÍTULO 35
Complicaciones obstétricas Desprendimiento prematuro de placenta, gestación multifetal, rotura prematura de 29
membranas entre las 20 y 24 semanas
Anormalidades placentarias Insuficiencia uteroplacentaria, trastornos vasculares de la madre 24
Malformaciones fetales Anormalidades estructurales mayores, anormalidades genéticas o ambos 14
problemas
Infección Cuadro que afecta el feto o la placenta 13
Anormalidades del cordón Prolapso; estenosis; trombosis 10
umbilical
Trastornos hipertensivos Preeclampsia; hipertensión crónica 9
Complicaciones médicas Diabetes; síndromes de anticuerpos antifosfolípidos 8
No identificada NA 24
NA, no aplicable.
Los porcentajes se redondearon y suman en total más de 100%, porque algunos mortinatos fetales tuvieron más de una causa. En forma global, en
76% de los mortinatos se identificó una causa.
Adaptado con autorización de Stillbirth Collaborative Research Network Writing Group, 2011b.
ilícitas; enfermedades médicas de la gestante (como diabetes El segundo análisis reciente de los factores de riesgo de muerte
franca o hipertensión crónica); tecnología de reproducción asis- fetal se incluyó en el estudio de la Stillbirth Collaborative Research
tida; nuliparidad; obesidad, y resultados adversos de embarazos Network descrito en párrafos anteriores. Los investigadores estu-
previos (como nacimiento prematuro en una ocasión anterior o diaron el conocimiento previo de la muerte fetal con base en ries-
el nacimiento de un producto con restricciones del crecimiento) gos identificados en la fase inicial del embarazo. Observaron que
(Reddy, 2010; Varner, 2014). Se han publicado resultados de los factores de embarazo que desde el comienzo fueron identifica-
dos grandes estudios recientemente en que los investigadores dos, explicaron una pequeña fracción del riesgo de mortinato
valoraron si era posible identificar los factores de riesgo de fetal. Salvo el hecho de que hubiera existido otro mortinato o una
muerte del feto antes o poco después de confirmar el embarazo. pérdida del embarazo, como nacimiento prematuro o restricción
Reddy et al. (2010) analizaron datos del NICHD Consortium on del crecimiento fetal, los demás riesgos tuvieron escaso valor pre-
Safe Labor. En resumen, se hizo un análisis de los resultados del dictivo (Stillbirth Collaborative Research Network Writing Group,
embarazo de 206 969 mujeres que dieron a luz entre 2002 y 2011a). Sharma et al. (2006) han destacado la importancia de que
2008 en 19 hospitales en Estados Unidos. En la figura 35-4 se en ocasión anterior hubiese otro mortinato fetal, como un riesgo
señala la distribución de las muertes fetales de acuerdo con la de que se repita tal contingencia. En forma específica, la cifra de
edad gestacional. Sin duda, la tragedia de la muerte fetal aparece riesgo de muerte fetal fue cinco veces mayor en mujeres cuyo feto
de forma predominante en embarazos de término. Reddy et al. falleció en un embarazo anterior, y este riesgo de recidiva casi se
(2010) analizaron que los factores individuales de riesgo, inclui- triplicó en las mujeres afroamericanas. Rasmussen (2009) analizó
dos el origen étnico, paridad, edad avanzada de la madre y obe- 864 531 nacimientos en Noruega entre 1967 y 2005, y observó
sidad, tuvieron muy poca fiabilidad como elementos predictivos que algunas situaciones anteriores como parto prematuro, restric-
de la muerte fetal en el término de la gestación. Los investigado- ción del crecimiento fetal, preeclampsia y desprendimiento pre-
res concluyeron que tales resultados no sirven de confirmación maturo de placenta, guardaban un mayor vínculo con la muerte
de que es necesaria la vigilancia prenatal sistemática en busca de de otro feto en un embarazo posterior. En el cuadro 35-2 se inclu-
cualquiera de los factores demográficos de riesgo mencionados. yen estimaciones del riesgo de muerte fetal de acuerdo con los
El tema se expone con mayor detalle en apartados siguientes. factores maternos, que incluyeron las pérdidas previas.
35
Porcentaje de productos vivos totales
30 Porcentaje de mortinatos totales
25
Porcentaje
20
15
10
0
23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43+
Edad gestacional (semanas)
FIGURA 35-4. Distribución de productos nacidos vivos y mortinatos en el estudio del National Institute of Child Health and Development Safe
Labor Consortium según edad gestacional. (Con autorización de Reddy, 2010.)
664 El recién nacido
a Razón de probabilidades del factor presente, en comparación con la ausencia del factor de riesgo.
VALORACIÓN DEL MORTINATO posible se harán fotografías y también una radiografía completa
del feto. Pueden tener importancia particular la resonancia mag-
La identificación de la causa de la muerte fetal auxilia en la nética (MR, magnetic resonance) y la ecografía, para que aporten
adaptación psicológica de la gestante a factores como pérdida información anatómica si los padres rechazan que se practique
significativa, alivio del sentimiento de culpa como una parte del una necropsia completa.
duelo, orientación más precisa en cuanto a riesgo de que reci-
dive el problema y ayuda en el tratamiento o en las intervencio-
nes destinadas a evitar resultados similares en el siguiente emba- ■ Valoración por medio
razo (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2012). de estudios de laboratorio
La identificación de los síndromes hereditarios también aporta Si se lleva a cabo necropsia y estudios cromosómicos se identi-
información útil para otros miembros de la familia. fica que incluso 35% de los mortinatos tiene graves anomalías
estructurales (Faye-Petersen, 1999). En promedio, 20% tiene
signos o rasgos dismórficos o anormalidades esqueléticas, y 8%,
■ Exploración clínica anomalías cromosómicas (Pauli, 1994; Saller, 1995). El Ameri-
Algunos métodos importantes en la valoración del mortinato can College of Obstetricians and Gynecologists (2012) recomienda
incluyen la necropsia neonatal, así como la identificación del practicar el cariotipo en todos los mortinatos. Reddy et al.
cariotipo y la exploración de la placenta, el cordón umbilical y (2012) en fecha reciente señalaron que el análisis con microma-
las membranas (Pinar, 2014). En la figura 35-5 se incluye un triz multigénica brinda mayores posibilidades, en comparación
algoritmo aportado por el American College of Obstetricians and con el análisis de cariotipo, de confirmar el diagnóstico genético
Gynecologists (2012). En el parto se recomienda la exploración más bien por sus buenos resultados con el uso de tejido no viable.
minuciosa del feto, la placenta y las membranas con documen- En caso de no haber anomalías morfológicas, incluso 5% de los
tación cuidadosa en el expediente clínico. Es importante señalar mortinatos mostrará alguna anormalidad cromosómica (Kor-
los detalles de problemas prenatales relevantes. Siempre que sea teweg, 2008).
Muerte fetal 665
CAPÍTULO 35
r'PUPHSBGÎBTEFMGFUPZMBQMBDFOUB
r'PUPHSBGÎBTGSPOUBMFTZEFQFSGJMEFMDVFSQPDPNQMFUP
MBDBSB
MBT
FYUSFNJEBEFT
MBTQBMNBTZEFDVBMRVJFSBOPSNBMJEBEQSFTFOUF
■ Necropsia
r%FKBSEPDVNFOUBDJÓOEFTJHOPTZBOPSNBMJEBEFT Hay que plantear a los padres la posibilidad de una necropsia
detenida y alentarlos a que la acepten. Sin embargo, se puede
obtener información útil incluso de estudios escasos. Pinar et al.
0CUFOFSFMDPOTFOUJNJFOUPEFMPTQBESFTQBSBSFDBCBSNVFTUSBT (2012) describieron el protocolo de necropsia utilizado por la
DJUPMÓHJDBT Stillbirth Collaborative Research Network. En caso de no practi-
r0CUFOFSNVFTUSBTDJUPMÓHJDBTDPOUÊDOJDBTFJOTUSVNFOUPTFTUÊSJMFT
r.VFTUSBTDJUPMÓHJDBTBDFQUBCMFT DVBOEPNFOPTVOB
car la necropsia, algunos elementos que suelen facilitar la iden-
-ÎRVJEPBNOJÓUJDPPCUFOJEPQPSBNOJPDFOUFTJTFOFMNPNFOUP tificación de la causa del mortinato son la exploración externa
EFRVFTFEJBHOPTUJDÓFMNPSUJOBUPFOGBTFQSFOBUBMFT macroscópica, en combinación con fotografía, radiografía, reso-
QBSUJDVMBSNFOUFÙUJMTJOPTFFTQFSBFMOBDJNJFOUPDPNPVO
QSPCMFNBJONJOFOUF
nancia magnética, cultivos bacterianos y uso selectivo de estu-
#MPRVFEFQMBDFOUB ×DN
UPNBEPEFVOTJUJPQPSEFCBKPEF dios cromosómicos e histopatológicos.
MBJOTFSDJÓOEFMDPSEÓOVNCJMJDBM
TJOGJKBS Hay mayor posibilidad de que la necropsia completa aporte
4FHNFOUPEFMDPSEÓOVNCJMJDBM DN
información útil. En un análisis de 400 mortinatos fetales con-
.VFTUSBEFUFKJEPGFUBMJOUFSOPDPNPMBVOJÓODPTUPDPOESBMPMB
SÓUVMBOPTFSFDPNJFOEBUPNBSQJFM secutivos en Gales, se observó que los datos de la necropsia
r$PMPDBSMBTNVFTUSBTFOVONFEJPFTUÊSJMQBSBDVMUJWPUJTVMBSDPNP modificaron la supuesta causa de muerte en 13% de los casos y
TPMVDJÓOEF3JOHFSDPOMBDUBUPZDPOTFSWBSMBNVFTUSBB en otro 26% aportaron información nueva (Cartlidge, 1995).
UFNQFSBUVSBBNCJFOUFDVBOEPTFUSBOTQPSUFBMMBCPSBUPSJP
EFDJUPMPHÎB Otros investigadores han señalado que los resultados de la ne-
cropsia cambiaron las estimaciones de riesgo de recidiva y la
orientación de los padres en 25 a 50% de los casos (Faye-Peter-
0CUFOFSFMDPOTFOUJNJFOUPQBSFOUBMQBSBMBOFDSPQTJBEFMGFUP sen, 1999; Silver, 2007).
Según el estudio de Goldenberg et al. (2013), muchos hospi-
tales no revisan o corroboran los casos de muerte fetal. Sin
/FDSPQTJBEFMGFUPZFTUVEJP 4JMPTQBESFTOPBDFQUBOMB embargo, en otros centros cada mes un comité sobre mortinatos
QBUPMÓHJDPEFMBQMBDFOUB OFDSPQTJB
FOWJBSMB
QVFEFJODMVJSVOBSBEJPHSBGÎB QMBDFOUBTPMBQBSBFTUVEJP integrado por obstetras, especialistas en medicina maternofetal,
EFMDVFSQPDPNQMFUPEFMGFUP
IJTUPQBUPMÓHJDP neonatólogos, genetistas clínicos y patólogos perinatales, revisan
los registros de la madre y los signos de necropsia. De ser posible,
FIGURA 35-5. Esquema de flujo para valoración fetal y placentaria. se asigna la causa de la muerte con base en las pruebas disponi-
(Con autorización de Management of stillbirth. ACOG Practice Bulletin bles. De mayor importancia, habrá entonces que dirigirse a los
No. 102. American College of Obstetricians and Gynecologists. Obstet padres y brindarles orientación en cuanto a la razón de la muerte,
Gynecol 2009;113:748-61.) el riesgo de que se repita tal problema en el futuro y posibles
estrategias para evitar tal situación en embarazos posteriores.
Es indispensable obtener el consentimiento apropiado para
separar muestras de tejido fetal que incluyen el líquido obtenido ASPECTOS PSICOLÓGICOS
después de la muerte, por aspiración con aguja. Se coloca un total
de 3 ml de sangre fetal obtenida del cordón umbilical o de pun- La muerte fetal es un hecho psicológico traumático para la
ción del corazón en un tubo estéril con heparina, para estudio madre y su familia. Se espera sobrecarga emocional por el trans-
citogenético. En caso de no obtener la sangre, el American College curso de más de 24 h entre el diagnóstico de muerte fetal y la
of Obstetricians and Gynecologists (2012) recomienda recolectar inducción del parto, del hecho de no convivir con su hijo el
como mínimo una de las muestras siguientes: 1) un bloque de tiempo que ella desea y no contar con objetos para recordarlo
placenta de aproximadamente 1 × 1 cm debajo del sitio de inser- (Radestad, 1996). Como se expondrá en el capítulo 61 (pág.
ción del cordón en una muestra sin fijar; 2) un segmento de cor- 1205), la mujer que afronta la pérdida de su feto o incluso un
dón umbilical de 1.5 cm, aproximadamente, de largo, y 3) una parto espontáneo precoz, está expuesta a un mayor riesgo de
muestra de tejido fetal interno como podría ser la unión costo- depresión puerperal y es necesario vigilarla con gran deteni-
condral o la rótula. Como dato importante, no se recomienda separar miento (Nelson, 2013). El problema anterior y otros hechos
piel como muestra tisular. El tejido se lava con solución salina esté- significativos de la vida agravan los riesgos de que otro embarazo
ril antes de colocarlo en una solución de Ringer con lactato o un también culmine en mortinato fetal (Hogue, 2013).
medio citogenético estéril. La colocación en formol o alcohol des-
truye células viables restantes e impide el análisis citogenético. TRATAMIENTO DE MUJERES
Quizá sea imposible practicar un cariotipo completo en casos CON ANTECEDENTE DE MORTINATO
en que el mortinato fetal duró tiempo indefinido. Por ejemplo,
Korteweg et al. (2008) indicaron que realizaron satisfactoria- En Estados Unidos, el American College of Obstetricians and
mente el análisis citogenético solamente en 33% de los fetos Gynecologists (2012) ha difundido guías de tratamiento de muje-
macerados. Se puede utilizar la hibridación con fluorescencia in res que perdieron previamente a un feto (cuadro 35-3). Como
situ para descartar anormalidades numéricas o corroborar algu- aspecto importante, tales recomendaciones se basan de forma
nas deleciones comunes como las que causan el síndrome de predominante en pruebas científicas escasas o incongruentes, o
DiGeorge. Es necesario obtener sangre materna para practicar la en opiniones de expertos. Por desgracia, son pocos los estudios
666 El recién nacido
Anamnesis personal y obstétrica detallada de que incrementa la cifra de partos prematuros yatrógenos.
Valoración y revisión del mortinato previo Se recomienda el nacimiento a las 39 semanas, y para ello se
Identificación de riesgo de recidiva recurre a la inducción o a la cesárea en caso de que haya contra-
Interrupción del tabaquismo indicación para la inducción; de esa manera, se llevan al mínimo
Pérdida de peso en mujeres obesas (únicamente en fase las cifras de mortalidad fetal, aunque el grado de disminución
preconcepcional) del riesgo posiblemente sea mayor en el caso de las mujeres de
Asesoramiento genético si existe un cuadro genético familiar mayor edad (Page, 2013).
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acompaña de restricción de crecimiento, se recomienda la valora- Sharma PP, Salihu HM, Oyelese Y, et al: Is race a determinant of stillbirth
ción anatómica fetal por medio de ecografía que comience en el recurrence? Obstet Gynecol 107(2 Pt 1):391, 2006
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Weeks et al. (1995) valoraron las pruebas biofísicas fetales en Stillbirth Collaborative Research Network Writing Group: Association
300 mujeres cuya única indicación para tal estudio era haber pro- between stillbirth and risk factors known at pregnancy confirmation. JAMA
306(22):2469, 2011a
creado un mortinato en un embarazo anterior. Se identificó úni- Stillbirth Collaborative Research Network Writing Group: Causes of death
camente un caso de mortinato fetal repetitivo y tres fetos mostra- among stillbirths. JAMA 306(22):2459, 2011b
ron resultados anormales de las pruebas antes de las 32 semanas. Varner JW, Silver RM, Rowland Hogue CJ, et al: Association between still-
No se definió relación alguna entre la edad gestacional del morti- birth and illicit drug use and smoking during pregnancy. Obstet Gynecol
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nato previo y la incidencia de resultados anormales de estudios o Weeks JW, Asrat T, Morgan MA, et al: Antepartum surveillance for a history of
de peligro fetal en un embarazo ulterior. Los investigadores con- stillbirth: when to begin? Am J Obstet Gynecol 172:486, 1995
668
CAPÍTULO 36
Puerperio
La palabra puerperio se deriva del latín puer, niño, y parus, dar a ■ Útero
luz. En la actualidad define al intervalo después del parto El riego sanguíneo muy aumentado del útero, necesario para
durante el cual los cambios anatómicos y fisiológicos maternos mantener el embarazo, es posible por la hipertrofia y la remode-
inducidos por el embarazo regresan al estado basal antes de la lación notoria de todos los vasos pélvicos; después del parto, su
gravidez. En consecuencia, su duración es poco precisa, pero se calibre disminuye hasta casi el anterior a la gestación. Dentro
le considera de cuatro a seis semanas. A pesar de ser mucho del útero puerperal, los grandes vasos sanguíneos se obliteran
menos complejo que el embarazo, el puerperio tiene una serie por cambios hialinos, con resorción gradual, y se sustituyen por
de cambios apreciables, algunos de los cuales son molestos o vasos más pequeños. Sin embargo, pueden persistir vestigios
preocupantes para la nueva madre. Es importante señalar que en menores de los vasos más grandes durante años.
ocasiones aparecen complicaciones, algunas de las cuales llegan Durante el trabajo de parto, el borde externo del cuello ute-
a ser graves. rino, que corresponde al orificio externo, se lacera, casi siempre en
El puerperio puede ser un momento de intensa ansiedad sus caras laterales. El orificio del cuello uterino se contrae lenta-
para muchas mujeres. Algunas pacientes pueden sentir cierto mente y durante varios días después del parto es permeable a dos
desamparo después del parto, dado que ahora la atención se dedos. Hacia el final de la primera semana el orificio se cierra, el
concentra en el lactante. Kanotra et al. (2007) analizaron datos cuello uterino aumenta de espesor y se forma de nueva cuenta el
para valorar los retos que enfrentaban las mujeres dos a nueve conducto endocervical. El orificio externo del cuello no recupera
meses después del parto. De estas madres, 33% sintió la necesi- en su totalidad el aspecto que tenía antes del embarazo. Es todavía
dad de apoyo social y 25% mostró inquietudes sobre la alimen- un poco más amplio y, de manera característica, las depresiones
tación al seno materno (cuadro 36-1). bilaterales correspondientes al sitio de las laceraciones se vuelven
Puerperio 669
CAPÍTULO 36
Preocupaciones Porcentaje
Necesidad de respaldo social 32
Aspectos del amamantamiento 24
Instrucción inadecuada acerca de los cuidados 21 A B
del recién nacido
Ayuda con la depresión posparto 10 FIGURA 36-1. Aspecto común del cuello uterino de la nulípara (A) y
Necesidad percibida de una mayor estancia 8 la mujer que ha parido (B).
hospitalaria
Necesidad de cobertura materna por un seguro 6
compara con el útero grávido hiperémico de color púrpura
en el puerperio
rojizo.
a Centers for Disease Control and Prevention (2012b). La involución del miometrio es un proceso en verdad noto-
Datos de Kanotra (2007). rio de fuerzas de destrucción o desestructuración. Dos días des-
pués del parto, el útero empieza a involucionar, como se mues-
tra en la figura 36-2.
permanentes. Estos cambios son típicos de un cuello uterino paro Como lo subraya Hytten (1995), los estudios que describen
(fig. 36-1). El segmento uterino inferior se contrae y retrae, pero la velocidad con la que disminuye de peso el útero en el puerpe-
no con tanta fuerza como el cuerpo uterino. Durante algunas rio son de mala calidad. El mejor cálculo es el que dice que a la
semanas, el segmento uterino inferior se transforma, de una sub- semana el útero pesa aproximadamente 500 g, a las dos semanas
estructura definida de dimensiones suficientes para permitir el cerca de 300 g y a las cuatro semanas la involución es completa
paso de la cabeza fetal a un istmo uterino casi imperceptible y el útero pesa cerca de 100 g. Después de cada parto sucesivo,
situado entre el cuerpo y el orificio interno del cuello uterino. el útero queda un poco más grande que antes del último emba-
El epitelio del cuello uterino se remodela en grado considera- razo. El número total de células musculares no disminuye de
ble con el parto y esto puede tener beneficios para la salud. manera notoria y, por el contrario, las células individuales decre-
Ahdoot et al. (1998) observaron que cerca de 50% de las muje- cen de forma evidente.
res con displasia de alto grado experimenta regresión después
del parto vaginal. Datos ecográficos
Kaneshiro et al. (2005), observaron una regresión similar El tamaño del útero se reduce de forma rápida en la primera
aproximadamente en 60%, no obstante el tipo de parto. semana (fig. 36-3). El útero y el endometrio regresan a su
Después del parto, el fondo del útero contraído se encuentra tamaño pregrávido hacia las ocho semanas después del parto
debajo del ombligo. En esencia, consiste en el miometrio cubierto (Belachew, 2012; Steinkeler, 2012). En un estudio de 42 puér-
de serosa y revestido por decidua basal. Las paredes anterior y peras sanas, Tekay y Jouppila (1993) identificaron líquido en la
posterior, que son adyacentes y se encuentran en contacto, miden cavidad endometrial en 78% a las dos semanas, 52% a las tres
entre 4 y 5 cm de espesor cada una (Buhimschi, 2003). Durante semanas, 30% a las cuatro semanas y 10% a las cinco semanas.
el puerperio inmediato, el útero pesa alrededor de 1 000 g. Hasta dos meses después del parto es posible identificar restos
Puesto que sus vasos se hallan comprimidos por el miometrio en la cavidad uterina. Belachew et al. (2012) utilizaron ecogra-
contraído, el aspecto de un corte de útero es isquémico si se lo fías tridimensionales y observaron tejido intracavitario en 33%
17 días p.p.
Durante el parto
8 días p.p.
24 días p.p.
FIGURA 36-2. Cortes transversales de úteros realizados en diferentes momentos después del parto en el sitio de inserción placentaria.
p.p. = posparto. (Rediseñada a partir del original de Williams, 1931.)
670 Puerperio
15 13
los primeros días después del parto, la sangre los tiñe de color
Centímetros
12 12.8
12.4 12 rojo y se conocen como lochia rubra. Sin embargo, después de
10 10
10 9 Longitud de la cavidad tres o cuatro días los loquios palidecen (lochia serosa) y luego del
8 7.6 décimo día, por una mezcla de leucocitos y reducción de los
7.3 7.0 8
6.7 6
5 Diámetro AP líquidos, los loquios adquieren una coloración blancuzca o ama-
6.4
rillenta (lochia alba). Los loquios duran en promedio entre 24 y
36 días (Fletcher, 2012).
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Días posparto
■ Involución del sitio placentario
La expulsión completa del sitio placentario tarda hasta seis
FIGURA 36-3. Medidas ecográficas de la involución uterina durante semanas (Williams, 1931). Inmediatamente después del parto,
los primeros nueve días del puerperio. AP = anteroposterior. (Datos
de Hytten, 1995.)
el sitio placentario es del tamaño de la palma de la mano. En las
primeras horas después del parto consta de numerosos vasos
trombosados que finalmente se organizan (fig. 36-2). Hacia el
de sus pacientes el primer día, 95% el día 7, 87% el día 14 y final de la segunda semana mide de 3 a 4 cm de diámetro.
28% el día 28. Hacia el día 56, la cavidad pequeña se encon- La involución del sitio placentario es un proceso exfoliativo
traba vacía. Por último, con el uso del ultrasonido Doppler, motivado en gran parte cuando la proliferación de endometrio
Sohn et al. (1988) describieron una resistencia vascular conti- nuevo debilita el sitio de la implantación (Williams, 1931). Por
nuamente creciente de la arteria uterina durante los primeros lo tanto, la involución no es solamente una absorción in situ. La
cinco días posparto. exfoliación consta tanto de extensión de endometrio desde los
bordes del sitio placentario, así como a la formación de tejido
Decidua y regeneración endometrial endometrial desde las glándulas y estroma que quedan en la parte
Puesto que la separación de la placenta y membranas abarca la profunda de la decidua basal después de la separación placentaria.
capa esponjosa, la decidua basal no se desprende. El espesor de Anderson y Davis (1968) concluyeron que la exfoliación del sitio
la decidua restante es muy variable, su aspecto es irregular y se placentario resulta del desprendimiento de tejidos superficiales
encuentra infiltrada de sangre, especialmente en el sitio placen- infartados y necrosados después del proceso de remodelación.
tario (fig. 36-2).
En los primeros dos o tres días después del parto, la decidua Subinvolución
restante se diferencia formando dos capas. La capa superficial se En la mayor parte de los casos, la involución uterina se detiene
necrosa y desprende en forma de loquios. La capa basal adya- por la presencia de