You are on page 1of 15
Las generaciones literarias espaftolas ante el cinematégrafo Rafael Utrera Universidad de Sevilla El desarrollo industrial y expresivo del Cinematégrafo espaol coincide con 1a actividad del grupo de esertores que la Historia de nuestra Literatura denomina _genoraciones “maderista" y “noventayochista". Lo que en principio fue especticulo para entretenimiento de piblico ingenuo e inculto, fue progresivamente aceptado por cscttores ¢ intlectuales y enjuiciado, desde multiples perspectivas, en su variada condicion anistica. La consideracion de un hecho, ajeno a la literatura, como es la presencia del Cinematégrafo en la sociedad, mostraré diverso comportamiento en Ios ‘grupos de literatos y generaciones posterires, en unos casos poniendo en tela de {ici las aportciones artisticas del nuevo especticulo y en otros reconociendo en él 1a posibilidad de especitions valores expresivos resuelios mediante nueva técnica y diferente estéica, Las opiniones y actividades de los escritores espafioles y sus relaciones con |i cinematografia nacional ofrecen, lo largo de cien afos, unos campos de estudio de singular relevancia tanto para la Historia de la Literatura Espaviota como para la Historia del Cine Espafol, Divers publicaciones han ido ofreciendo, en los iltimos fos, un repetorio de investigaciones que permiten modifcar supuestos generalmente ‘admitides, aunque de escasa consistenciacientifca, y vatiar el cardeter de los tépicos acuiados hasta fechas recientes. Un oportuno repaso & los autores mis significalivs, pertenecientes las generaciones de ayer © de hoy, que han opinado del tema tanto desde perspectivas literatias como cinematogrfess, nos permite comprobar fas mil- tiples rolaciones que, «To largo de un siglo, establecen ambos medios, asf como Tos -variados intereses des los que han atuado personas y enidades, MODERNISTAS ¥ NOVENTAYOCHISTAS Los axpectos industriales del cine primero, los artisticos y expresivos des pués, hicieron su penetracia en fa vida cultural por medio de la prensa; las secciones eenerales en un principio y las especializadas posterirmente fomentaron el mejor Moenia, 2 (1996), 243-257 4 RAFAEL UTRERA ‘onocimiento de los aatares cinematogréticos y la progresiva aceptacin entte todo ‘ipo de paleo EI interés de nuestos eseritores ¢ intelectuales por el cinematégrafo de su als supone, bien es cierto, un proceso lento pero innegable; la diversidad de sus plan- ‘vamientos opiniones y actividades evidencia, por otra parte, un hecho tan complejo ceamo diversoy, a veces tan enriquecedor como contradictoro. En el principio de nuestra cinematografi, las actitudes y opiniones de los Iteratos ¢ intelectuales no parecen diferir de las que pueden encontarse en paises europeos de cultura semejante; sin embargo, ciertos hechos vienen a demostar, eo terminologia de Menéndez Pidal, que Espafia es nacidn de “frutos tardios". Citas, xctividades cinematogrificas de nuestros esritores, certs actitudes y comportamien= ‘os de Ios intelectuales espafioles se han dado previamente en Francia, en Halia, en ‘Alemania, para evidenciatse pooa después, aos mis tarde, en nuesira cinematograta, cen nuestra iteratura ‘Sin embargo, Ia excepoién a fo anteriormente mencionado es que Espaiia ‘ta como adelantada en la valoracién intelectual del cine desde las perspectivas de 1s crftca cinematogritica. La revista Espana, dirigida por Ortega y Gasset, funda la rica intelectual espaiola en 1915. Federico de Onis, Martin Luis Guzmén ¥ Alfonso Reyes eligieron el Cinematdgrafo como tema de sus coluboraciones periodisticas. Un ‘sunio digno de las musas, un punto de partida en ta actualidad cinematogritica, se ‘esuelve en una aueva literatura donde no falta ni el juicio literario nila valoraciin ani La biisqueda de un prstigio con ef que stistacer a pibicos de mayor exi- sencia cultural es factor comin en las diversas etapas de nuestra cinematografia, La Historia ofrecia un anecdotario fascinante y la Literatura una temética tan rigurosa ‘como consagrada. Los factores econdmicos presionarin lo suficiente como para que el Cine se revista de Ia aureola de prestigio que por s solo no tenia. El que podia haber Sido un elemento autGaomo de expresisn pasa a convertirse en mero instrumento liza Baroja para hacer una sitiry de los “istmos”. Varios séncros irematogrificos estin presente en el desarollo de la obra; bajo el tono general de comedlia, se acuiian recursos de cine polciaco y de cine ross, Peto el recurso mis cinematogrifico que da tono a ta comedia es el uso abundante del “primer plano” como elemento sefalador y del “flash-hack” como evacador de algo ya eonocido para pesongje y espectador, LAS GENERACIONES ESPANOLAS ANTE EL CINEMATOGRAFO m9 En el texto lorquiano se orienta su autor por los detroteros surrealist; cies clementos simbolistas parecen sugerir la ersis de identidadl de un machacho en un ima de violencia y sexualidad, Eseribe Lorca este “gun einematogrtico” en un ‘momento crucial de su obra postica y dramstca: final de Ia etapa neopopulista y co- ‘mienzo de Ia sucrealista, La Hegada & Nueva York en 1929 le permite cultivar la amis- tad de Emilio Amero, diseiador grifico de origen mejicano y publieista en wna firma americana; a peticién de su amigo, Federico escribe Viaje a fa Luna, Ello convieste a Lorca en esritor para el cine; es agui donde Federico mas ampliamente ha manejado los elementos propios de este Ienguaje de imsigenes con los recursos especificos del cinematdgrafo mudo, Ocasionalmente fusiona To literario con lo téenico o aclara as pectos de la pletificacién y del monte; asi, abunda el uso del “fundido” 0 despari- cidn de la imagen hasta quedar Ia pantalla en blanco o negro total; de ta ‘sobreimpresin”, donde la progresiva desaparicion de una figura da paso ala pre cia de la siguiente Rafael Porkén Merlo desarroll en Sevilla una intensa actividad cultural tanto fiteraria como cinematogrica. Con et tulo El arpa y ef bebé publics un guioncito surralista significative por su construccin y sus acciones, Los documentos persona- Tes de Porkin nos descubren tres versiones del mismo. La actualizacion y puesta al dia de una situacidn histriea por medio de Jos recursos cinemarogriticos le permite ‘combinar elementos de muy acusado realismo con ottos migicos donde el arpa deja dle ser objeto definido para converte en fantasmal, resuelto como “recuerdo lumi- oso” 0 “esquemitico resplandor”. La terminologés relative a planificacion se usa con. St significado mis comin (gran plano, primer plano, vista desde abajo, desde ars, ce.) pero no se establecen diferencias entre unidades mayores,secuencias, y menos, planos; la separacién mediante guarismos s6lo ocasionalmente puede idetificarse con ‘unas u olros: Ia propia iniciativa del hipotético realizador terciatfa en la definitiva ‘esenca de To establecido por el escritor-guionst, El eseritor Dales autor de un puiado de libros que incluyen poesta y drama, novela y autobiografia. El interés por Ia literatura daliniana estriba tanto en ta evidens cia de le transgresin de las fronterasartisticas como en lz tendeneia a fa plasmacign te la escritura automitica. Baboouo cS un texto cinematogsatico cuyo subtitulo de= clara que “e’est un filme surealista’; fue publicado en Francia en 1932 poco despues Se las colaboraciones con Bufuel, El autor narra el itinerario vital de un personaje lametrallado en una flcticia guerra civil europea, expresado cllo con los recursos propios de la habitual pléstica del pintor, Los antecedentes de este guidn pertenecen fen su mayoria a la época surrealista del pintor y son de maniiesta clocuencia en ‘ua a la composicia plistca de sus tendenciss cinematogrificas. Los motivos de testos textos Itearios y expresion cinematografica repiten figuraciones habituales en la pintura del artista de Cadaqués. Dos generaciones antistco-iterarias, Ia del 98, con Baroja, y Ia del 27, con Loves, Porkn y Dali reaccionan con una semejanteesertura que, 3 eectos cinemato- 250 RAFAEL UTRERA _sificos, se alinea en Ia esttica del cine modo cuando el sonoro es ya una realidad ‘omietcal y, a efectos literarios, evidencia Ia influencia del cinema en la expresin Terria de la vanguard, I cine, su vida profesional, atistica, industrial, la biografia covelada de sus figures populares, constituye igualmente un recurso que han prodigado escrtores como Blasco Ibiez, Gomez de la Serna, Diaz Ferninde2, Jamés, Espina, Ateonada, Ayala, Carranque de Rios, Neville y, més recientemente, Marsé y Suarez. Los aspee- "es fabulosos del primitive Hollywood, los entresijo de la industria espaola con sus mliples contradicciones, la biografa Sensacionalista 0 eariaturesca de la actriz 0 el actor “mito de Ta pantalla”, el entreeruzamiento de figuras lierarias con las cinemato- ificas constituyen un trenzado de posibilidades que se pueden leer en Cinematé- srafo, Cinelandia, Vida de Greta Garbo, Muerte de la madre de Charlot y tos ita Tes semejantes, Las novedades cinematograticas aportadas por la revista Espuria fueron con- ‘inuadas en Revista de Oceidente y La Gaceta Literaria que mantuvieron y potencia- ren el ensayismo y el comentario cinematogratico como rasgo eminente de la moder- nidad. La figura de Giménez Caballero se erige en apéstol de la nueva cultura y en reclutador de voeaciones literaria donde el cine gozaha de priotidades absolut. Los ‘nombres de Rafael Alberti, César M, Atconada, Julio Alvarez del Vayo, Miguel Pérez Ferrero, largo eteétera fueron firmas habituales en las revistas mencionadas. Unos y otros se sfanan en 1a bisqueda de nuevas perspectivas y ante la imposibilidad de reformar «structurs, incorporan nuevos simbolos. Estos hijs de la burguesa lust enue ven sus emblemas idenificativos: el culto a la maquina, la indusrializacié, el auto- ‘iv, Ia misica de jaz, el psiconnilisis, el cine. Giménez Caballero elucubra sobre ellos en sus libros, Carteles, Hercules jugando a los dados, Yo, inspector de aleanta- rilas y Julepe de menta, prosas relatos Vanguardistas donde se inscribe la concepeién tegrifico americano sino a adaptacin de sus obras para la pantalla, En tal sentido, el caso de Martinez Sieray la actriz Catalina Béroena fue uno de los mis sintomiticos, Ese intervencionismo del escritor espafil en una industria propia 0 ajena no es més ‘que una parte de la posible relacin existent entre literatura y cine Las generaciones coétaneas comenzaban a asimilar el influjo expresiva del revo medio. Pérez de Ayala acusaba el impacto de las téenicas cinematogrticas en sis novelas y el propio autor se convertia en eronista del cine soworo. Del mismo ‘mode, D’Ors ejercia como analista de la estétca cinematogritia y establecia sugeren- tes paralelismos ente cine y pintura LAS GENERACIONES DE POSTGUERRA. A medida que se avanza cronotégicamente en la Historia de la Cinematogea- fix Espafiola, se comprucbe la miltipleincidenciay la heterogénea interreacion entre bos medios, entre intelectuales, escritores y cinema, v, al misme tiempo, la eleeciéa ‘que va haciendo nuestra industria de la literatura precedent, priorizando unas obras schre otras, unos escritores sobre sus Coetincos. En tal sentido, el franquismo eligié preferentemente la pieza decimon6nica para oftecerla como ejemplo y modelo donde LAS GENERACIONES ESPANOLAS ANTE EL. CINEMATOGRARO 253 el espectador debia mirarse; no hace falta aclarar que de Ia mencionada literatura quedaban excluidos aquellos autores cuyo liberalismo era sobradamente conocido; Valera y Alarcén oftecerian unos arguetipos morales y costumbristas dignos de ser seguidos, rente a Gald6s y Clarin cuya novels no se repia por los mismos parimeteos éticos Del mismo modo, cuanto decimos de Ia navela podtia apicarse a lis adapt

You might also like