ADE QUE LADO ESTAS?
El mundo en el que hoy vivimos est4 repleto de
batallas que pasan delante de nuestros ojos sin darnos
cuenta. Por ejemplo: en el mundo del calzado hay una
disputa gigantesca por el coraz6n de los jévenes para que
compren zapatillas de marca. {Qué marca de zapatillas
deseas comprar? iEs muy probable que sea la que mas
conquiste tu coraz6n! Millones y millones de délares se
gastan en campafias publicitarias. Millares de personas
estan involucradas directamente con eso, procurando
manipular los gustos de las personas, tratando de
influenciar en los colegios mostrando las ventajas de
Escaneado con CamScannerc. Joven, (Puedes percibir que eres la meta
disputa? Sin duda, vivimos en medio de una guerra.
Tales disputas ocurren en el medio comercial.
En el reino espiritual tenemos algo semejante.
Grandes batallas se libran. La humanidad es el objetivo.
Dios quiere salvarla y Satanas destruirla. Pero, isabes
algo? En esta batalla no hay neutralidad. Puedes
“jPor qué no existe neutralidad?”. El
principio es el mismo con relacién a la salud: cuando
nos enfermamos, necesitamos tomar el remedio para ser
sanados, no existe neutralidad. O usas el medicamento
y tienes la posibilidad de ser sanado, o no lo tomas y
término medio.
preguntarte:
sufres las consecuencias. No existe
Espiritualmente hablando, o escoges y tomas a Dios
como tu vida y eres salvo y sanado, o mueres.
Muchas veces somos engafiados por el enemigo
ajenos a lo que sucede. Esta
muerte. Estamos
‘on el otro. Es |
y permanecemos pasivos,
pasividad seguramente nos levard a la
siempre involucrados con un lado o ci
importante estar involuctado con el lado correcto, el j
lado en que realmente existe alguien que se preocupa por
ti, Es importante estar del lado de Aquel que muri por
s para darnos vida. Cuando apoyas a un equipo de
bol, en cierta manera estas involuctado
Tu deseo es ver a aquel equipo ganar.
Escaneado con CamScanner5 y oftla en nuestro espiritu.
Veamos algunas porciones de la Biblia que
hablan con respecto a eso. Juan 15:16 dice: “No ae
elegisteis vosotros a mi, sino que Yo os elegi a vosotros,
y os he puesto para que vayais y llevéis fruto, y vuestro
fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre
en mi nombre, él os lo dé”. En 2 Timoteo 2:4 leemos:
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la
vida, a fin de agradar a aquel que lo tomé por soldado”.
En Efesios 4:1, el apdstol Pablo nos dice: “Yo pues,
preso en el Sefior, os ruego que andéis como es digno
de la vocacién con que fuisteis Ilamados”. Y Romanos
8:30 nos dice: “Y a los que predestind, a éstos también
Ilam6; y a los que llamé6, a éstos también justificd; y a los
que justificd, a éstos también glorificé”. Como podemos
ver, fuimos escogidos, llamados y tomados por el Seftor.
En el mundo del faitbol, el suefio de un jugador es
ser llamado a la seleccién de su pajs. Ser llamado a
la seleccién significa llegar a la ctispide de su carrera.
Muchos atletas suefian con ser llamadosa las olimpiadas.
Ellos saben que, para disputar una olimpiada, necesitan
luchar mucho para alcanzar ciertos patrones. Ya fuiste
escogido por Dios. Ahora, {Cémo esta compo! e
equipo? (Has intentado ayudar al equipo a gané
Escaneado con CamScannerta puede pensar: “Sino se pudo ganar la medalla esta
ez, puedo intentarlo de aqufa cuatro afios nuevamente”,
Pero nosotros, los cristianos, si no ganamos la medal
espiritual en esta era, sdlo la alcanzaremos después del
reino milenario (mil afios después de la era de la iglesia).
Es hora que despertemos. Todas las cosas a nuestro
alrededor nos muestran una realidad. (Qué tal si nos
involucramos de manera absoluta con las cosas del
Senor hoy y entregamos nuestra vida totalmente a El
Puedes estar seguro: es imposible quedarnos neutrales.
Todos saben que la juventud de una nacién es el bien
mas preciado que posee- De la misma manera, ti
joven, eres el bien mas preciado que Dios posee. Debes
darte el mismo valor que Dios te da. No desperdicies
tu vida, tu juventud con cosas temporales, pasajeras.
Que tus tiltimas palabras, en caso de que el Seftor no
yuelva antes, sean las mismas del apéstol Pablo al final
de su vida: “He peleado la buena batalla, he acabado
ra, he guardado la fe. Por lo demas, me est
ila corona de justicia, la cual me dard el Sefion
dia; y no sélo a mi, sino
venida” (2 Ti 4:7-8):
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