You are on page 1of 21
DOCTRINA. EL DIVORCIO EN EL DERECHO COMPARADO DE AMERICA En el libro “Divorce in the Americas”, (1) del que somos coautores el Dr. Gordon Ireland y yo, hemos expuesto una sintesis completa de la legislacién, jurisprudencia y en su caso doctrina de cada uno de Jos distintos paises de América en materia de divorcio. Como el tema tiene un doble interés cientifico y practico, creo conveniente resumir en este trabajo una visién de conjunto, deteniéndome con mayor atencién en aquellos problemas que hoy dia se plantean con frecuen- cia en algunos paises de América, a causa del divorcio de sus naciona- Jes en el extranjero, o del divorcio de extranjeros ante los tribuna- les nacionales, (2). Todos los datos que utilizaré, constan con deta- le en nuestro libro, salvo algunas ligeras ampliaciones que he in- troducido para poner el material legislativo al dia, gracias a la cola- boracién del Instituto de Derecho Comparado de México. En la actualidad tan sélo existen seis legislaciones americanas que no admiten la institucién del divorcio vincular. Estos paises sot Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Paraguay y el Estado de Caroli- na del Sur en la Federacién Norteamericana. En ellos, tnicamente puede obtenerse la simple separacién de cuerpos, a mensa et thoro, sin ruptura del vinculo conyugal. Tampoco existe el divorcio vincular (1) Gordon Ireland and Jess de Galindez, Divorce in the Americas, Dennis and Co. 251 Main Street, Buffalo, N. Y, (U. 8. A.), 1947. La version espaiiola esté inédita ‘ain. (2) Traté algunos de estos problemas, en orden a los conflictos de leyes, en el capitulo quinto de mi libro Principales conflictos de leyes en la América actual, Editorial Ekin, Perd 175, Buenos Aires, 1945; y en la monografia Los problemas actuales del matrimonio y divorcio ante los conflictos de leyes, presentada en la Segunda Reunién Interamericana del Caribe, en 1940, publicada en la ‘‘Revista Juridica Dominicana’’, de Ciudad Trujiflo, Nos, 1 y 2 de 1941, y reproducida en la revista universitaria ‘‘Juridicas y Sociales’’, de Buenos Aires, No, VIL-2 de 1941, separata en Buenos Aires, 1942, 10 BOLETIN DEL INSTITUTO en alguna pequefia colonia britdnica (Belize, Islas Leeward, New- foundlan y las Islas Windward). Todos los demas Estados americanos, asi como el Dominio del Canada, las restantes colonias y otras posesiones norteamericanas, britanicas, francesas y holandesas, regulan en sus legislaciones la instituci6n del divorcio vincular. Pero debemos distinguirlas en dos grupos, segtin admitan exclusivamente el divorcio vincular, o admi- tan conjuntamente el divorcio vincular y la separacién de cuerpos, a eleccién de los interesados. Admiten solamente el divorcio vincular: Bolivia, Canadé, Repti- blica Dominicana, Ecuador, 26 Estados de la Federacién Norteameri- cana, Honduras, México, El Salvador y tres Posesiones Norteame- ricanas (Alaska, Zona del Canal de Panama y Puerto Rico). Admiten el divorcio vincular junto con la separacién de cuerpos: Costa Rica, Cuba, 21 Estados de la Federacién Norteamericana, Gua- temala, Haiti, Nicaragua, Panama Pert, Uruguay, Venezuela y en general las Posesiones britanicas (salvo las mencionadas antes), las francesas, las hclandesas y dos norteamericanas (Distrito de Colum- bia, e Islas Virgenes). Esta discrepancia radical es la que da origen a los conflictos de leyes mas dificiles de solucionar, especialmente en los paises que re- chazan la ruptura del vinculo conyugal. RESENA HISTORICA.—Las colonias inglesas surgieron a la vida independientes regidas por una legislacién que admitia el divorcio vincular y tan sélo tuvieron que modificar los aspectos procesales de Ja institucién (3). Algo semejante ocurriéd con el Dominio del Canada, la Repiblica de Haiti y las Posesiones europeas, en todas las cuales la instituci6n del divorcio procede de la metrépoli. £n cambio es interesante seguir la evolucion histérica del divor- cio vincular en las Reptblicas sudamericanas desgajadas de la mo- narquia espafiola, asi como en el Brasil, ya que el cardcter religioso del matrimonio en las legislaciones civiles de este origen provocé que (3) Asi, al independizarse las trece colonias inglesas que dieron origen a los Estados Unidos de Norteamérica, estaba vigente en ellts la ley inglesa, segan Ja cual los divoreios eran concedidos solamente por acuerdo parlamentario, tras una peticién dirigida a la Camara de los Lores; al no existir este cuerpo legislativo en los nuevos Estados, se otorgé la jurisdiceién primero a las legislaturas locales ¥ poco a poco fué pasando a los tribunales de justicia, DE DERECHO COMPARADO a durante muchos afios, practicamente hasta fines del siglo XIX, no hubiera en ellas divorcio vincular, y atin el matrimonio civil fué in- troducido en fechas recientes. Histéricamente, el primer pais hispanoamericano que implanta el divorcio vincular es Guatemala, que lo hace por el Decreto de 20 de agosto de 1830, a los pocos afios de la independencia; pero dura muy poco, y ocho afios mas tarde es derogado el Decreto y desaparece el divorcio vincular. Algo semejante ocurre en Colombia, que admite el divorcio vincular por la ley del 20 de junio de 1835, derogada en 1856; y que, bajo el régimen federal de la Constitucién de 1858, tiene varios Estados cuyas legislaciones civiles regulan el divorcio vincular, hasta la Constitucién unitaria de 1886. Uno de estos Estados es justamente la futura Reptblica de Panama, que implanta el divorcio vincular en el Cédigo Civil del 23 de octubre de 1860, en vigor hasta 1886. Otro pais que establece pronto el divorcio, con vida efimera, es El Salvador, que lo hace por la Ley del 4 de mayo de 1880, en vigor apenas un afio. En realidad el primer pais hispanomericano que implanta el di- vorcio vincular, por haberlo mantenido en lo sucesivo, es la Republica de Costa Rica, que lo hace en su Cédigo Civil del 26 de abril de 1886. A continuacién lo van haciendo otos paises: Guatemala nueva- mente por la Ley del 12 de febrero de 1894, El Salvador también de nuevo por la Ley del 24 de abril de 1894, la Reptiblica Dominicana por la Ley del 2 de junio de 1897, Honduras por el Cédigo Civil del 31 de diciembre de 1898, Ecuador por la Ley del 28 de octubre de 1902, Ni- caragua por el Cédigo Civil del 1° de febrero de 1904, Venezuela por el Cédigo Civil del 9 de abril de 1904, Uruguay por la Ley del 26 de octubre de 1907, Panama por la Ley del 17 de enero de 1911, México por el Decreto del 29 de diciembre de 1914, y Cuba por la Ley del 29 de julio de 1918. Los dos tiltimos paises que han admitido el divorcio, en fechas muy recientes, han sido Pert que lo hizo por Decreto-Ley del 8 de octubre de 1930, y Bolivia por la ley del 15 de abril de 1932. Como ya hemos dicho, siguen sin admitir el divorcio vincular cuatro Estados hispanoamericanos: Argentina, Colombia, Chile y Pa- raguay; Brasil, de origen portugues; un Estado sajén de la Federa- cién Norteamericana: Carolina del Sur; y algunas Posesiones in- glesas. 12 BOLETIN DEL INSTITUTO LEGISLACION VIGENTE.—En la actualidad, las leyes vigen- tes sobre divorcio o separacién en los distintos paises americanos son las siguientes: Argentina——Ley de Matrimonio Civil, del 12 de noviembre de 1888, reformada en 1889 (sélo separacié6n). Bolivia—Ley de Divorcio, del 15 de abril de 1932 (s6lo divoreio). Brasil—Cédigo Civil, del 1° de enero de 1916 (sélo separacién). Canadé.—Leyes de 1857, 1925 y 1930, con distintas modalidades segin las provincias (s6lo divorcio). Colombia.—Cédigo Civil, de 1878, vigente en todo el pais por la Ley del 15 de abril de 1887 (s6lo separacién). Costa Rica.—Cédigo Civil de 1886, reformado ligeramente en 1932 (divorcio y separacién). Cuba.—Decreto-Ley del 10 de mayo de 1934, reformado el mismo afio (para el divorcio) ; y Cédigo Civil espafiol de 1889, extendido a la colonia por Real decreto del 31 de julio (para la separacién). Chile.—Ley de Matrimonio Civil, del 10 de enero de 1884 (sélo separacié6n). Republica Dominicana—Ley de Divorcio, del 21 de mayo de 1937 (s6lo divorcio). Ecuador.—Decreto del 4 de diciembre de 1935, con sus reformas de 1936 y 1937, codificadas en la Ley de Matrimonio Civil y Divorcio del 6 de abril de 1948 (s6lo divorcio). . Estados Unidos.—Cada Estado tiene su legislacién distinta (de ellos, Carolina del Sur tiene sélo separaci6n; 21 Estados tienen divor- cio y separacién; y 26 Estados tienen sdlo divorcio) (4). Guatemala.—Cédigo Civil, del 18 de mayo de 1933 (divorcio y separacién). Haiti—Cédigo Civil, del 27 de marzo de 1825, reformado en 1920, 1940 y 1941 (divorcio y separacién), Honduras.—Cédigo Civil, del 8 de febrero de 1906, modificado por el Decreto de 3 de marzo de 1949, (sélo divorcio). (4) Entre las legislaciones mas recientes, cabe mencionar las reformas in- troducidas el afio 1931 por los Estados de Arkansas, Idaho y Nevada, el aiio de 1935 por los Estados de Florida y Wyoming y el aiio 1937 nuevamente por el Estado de Idaho; todas ellas para simplificar el plazo de residencia en el Estado para obte- ner en él un divorcio. DE DERECHO COMPARADO 13 México.—Cédigo Civil del Distrito y Territorios Federales del 30 de agosto de 1928, mds los Cédigos y Leyes de cada uno de los Esta- dos de la Federacién (sélo divorcio). (5). Nicaragua.—Cédigo Civil, del 19 de febrero de 1904 (divorcio y separacién). Panama4.—Cédigo Civil, del 22 de agosto de 1916, reformado en 1925, 1938 y 1841 (divorcio y separacién). (5) He aqui la legislacién vigente en los distintos Estados de la Federacién Mexicana: Aguascalientes—Cédigo Civil del 19 de abril de 1947, Campeche—Cédigo Civil del 13 de octubre de 1942, Coahuila.—Cédigo Civil del 6 de septiembre de 1941. Colima,—Cédigo Civil del 26 de junio de 1906, reformado de acuerdo con la Ley de Relaciones Familiares de 1917. Chiapas.—Cédigo Civil del 26 de enero de 1938, Chihuahua.—Cédigo Civil del 20 de diciembre de 1941. Durango.—C6digo Civil de 13 de diciembre de 1947, Guanajuate.—Cédigo Civil federal de 1884, adoptado el 13 de abril de 1894, y reformado de acuerdo con la Ley de Relaciones Familiares de 1917. Guerrero.—Cédigo Civil federal de 1928, adoptado el 13 de julio de 1937. Hidalgo—Cédigo Civil del 25 de mayo de 1940, Jalisco.—Cédigo Civil del 27 de febrero de 1935, México.—C6digo Civil federal de 1928, adoptado por Decreto del 9 de agosto de 1937. Michoaein.—C6digo Civil del 30 de julio de 1936. Morelos —Cédigo Civil del 27 de septiembre de 1945, Nayarit —Cédigo Civil federal de 1928, apodtado por Decreto del 31 de diciembre de 1937. Nuevo Le6n.—Cédigo Civil del 10 de junio de 1935, Oaxaca,—Cédigo Civil del 11 de diciembre de 1943 Puebla,—Oddigo Civil del 10 de junio de 1901, reformado de acuerdo con la Ley de Relaciones Familiares de 1917. Querétaro—Cédigo Civil federal de 1884, adoptado el 24 de agosto de 1911 y reformado de acuerdo con la Ley de Relaciones Familiares de 1917. San Luis Potosi—Cédigo Civil del 24 de marzo de 1946, Sinaloa.—Cédigo Civil del 18 de junio de 1940. Sonora.—Ley de Divoreio del 20 de abril de 1933, modificada por la de 16 de noviembre del mismo aio. Tabaseo—Cédigo Civil del le de junio de 1938, Tamaulipas.—Cédigo Civil del 29 de agosto de 1940. Tlaxeala—C6digo Civil del 15 de diciembre de 1928, Veraeruz.—Cédigo Civil del lo de septiembre de 1932, Yueatin.—Cédigo Civil del 18 de diciembre de 1941. Zacatecas—O6digo Civil federal de 1884, adoptado el 25 de marzo de 1890, y reformado de acuerdo con la Ley de Relaciones Familiares de 1917. De hecho, casi todos los Estados repiten las disposiciones del Cédigo Civil federal de 1928 en lo atinente al divorcio; salvo cineo (Colima, Guanajuato, Puebla, Querétaro y Zacatecas), que siguen rigiéndose por la Ley de Relaciones Familiares de 1917 y las modalidades que se van citando en el texto; los Estados de Tamau- lipas, Yueatén, Campeche y ligeramente Chihuahua, cambian también algo la estructura inicial del capitulo respectivo, Las diferencias fundamentales no residen en los preceptos sustantivos, sino que han derivado de las disposiciones especiales sobre competencia judicial, 14 BOLETIN DEL INSTITUTO Paraguay.—Ley de Matrimonio Civil, del 2 de diciembre de 1898 (s6lo separacién). Perti—Codigo Civil, del 80 de agosto de 1936 (divorcio y sepa- raci6n). El Salvador.—Ley del 24 de abril de 1894, reformada en 1902, 1906, 1907 y 1926 (sélo divorcio.) Uruguay.—Ley del 26 de octubre de 1907, reformada en 1910 y 1913, e indirectamente afectada por la Ley del 18 de agosto de 1946 (divorcio y separaci6n). Venezuela.—Cédigo Civil, del 13 de agosto de 1942 (divorcio y separacién). Posesiones Norteamericanas: Distrito de Columbia.—Ley del 3 de marzo de 1901, reformada en 1935 (divorcio y separacién). Alaska.—Leyes compiladas de Alaska, de 1933, titulo III, capi- tulo 113 (sélo divorcio) Canal de Panama.—Cédigo de la Zona, del 19 de junio de 1934, capitulo 667 (s6lo divorcio). Puerto Rico.—Cédigo Civil, del 1° de marzo de 1902, con las re- formas de 1933, 1937, 1938 y 1942 (sdlo divorcio). Islas Virgenes.—Ley del 18 de de diciembre de 1944 (divorcio y separaci6n). Posesiones francesas.—Cédigo Civil francés de 1804, reformado en 1884 y 1886 (divorcio y separacién). Posesiones holandesas.—Leyes de la metrépoli (divorcio y sepa- racién). Posesiones inglesas.—Diversas leyes en cada una (en general, divorcio y separacién; con la excepcién de Belize, Islas Leeward, Newfoundland, e Islas Windward). CAUSAS DE DIVORCIO.—Varian tanto las causas de divorcio vincular y de simple separacién de cuerpos entre unas legislaciones y otras, que tnicamente el adulterio es comtin a todas ellas, y atin esta causa se regula de dos maneras distintas. A continuacién hago una enu- meraci6n de las causas que aparecen en las distintas legislaciones ame- ricanas, con indicacién de los paises en que se encuentra cada una consignada. Advirtiendo que de los Estados Unidos de Norteamérica no se mencionan algunas causas que sélo existen en pocos Estados; ni en la Federacién Mexicana se agota el estudio de todas sus legis- laciones estatales, de modo que al referirme a México lo hago, en prin- DE DERECHO COMPARADO. 5 cipio, hablando del Cédigo Civil federal, salvo que expresamente diga otra cosa (6). He aqui las causas, enunciadas de mds o menos frecuentes: Adulterio, existe en las 26 legislaciones estudiadas. Pero en unas es simple y comin al hombre y a la mujer; 17 paises: Argentina (separacién), Bolivia, Brasil (separacién), Canada, Cuba, Chile (se- paracién), Reptblica Dominicana, Ecuador, Estados Unidos (divorcio en todos los Estados, excepto Carolina del Sur donde es causa de separacién), Guatemala, México (7), Paraguay (separacién), Pert, Po- gesiones norteamericanas (todas), Posesiones francesas, ‘ Posesio- nes inglesas, y Posesiones holandesas. Y en otras es simple para la mujer; pero, si el adtiltero es el marido, debe ir agravado por el con- cubinato, el escdndalo, la ofensa a la esposa... ete; 9 paises: Colom- bia (separacién), Costa Rica, Haiti, Honduras, Nicaragua, Panama, El Salvador, Uruguay y Venezuela;.mas algunos Estados de la Fede- racién Mexicana (7 bis.). ' Abandeno, que varia de unas legislaciones 0 otras, pues algunas Jo califican exiguiendo que sea voluntario 0 malicioso, y otras requie- ren que perdure durante un plazo que oscila entre seis meses en Cu- ba y cinco afios en Rodhe Island (USA) ; 22 paises Argentina (sepa- racién), Bolivia, Brasil (separacién), Canadé, Costa Rica (separa- cién), Cuba, Chile (separacién), Reptiblica Dominicana, Estados Uni- (6) Aunque dedicaré una mencién especial a la simple separacién de cuerpos y de bienes, he preferido incluir también en esta relacién de causales las que dan jugar a esa simple separacién, tanto en los paises que no admiten el divorcio vineu- lar como en los que admiten ambas instituciones, a fin de ofrecer una visién de conjunto; en su caso, aclaro entre paréntesis que la causal es s6lo de separacién en el pais a que se refiere. Quiero Hamar la atencién sobre el caso de Chile, cuya legislacién distingue entre causales que dan lugar a una separacién perpetua y causales que sélo permiten una separacién temporal; aquellas son el adulterio, los ‘malos tratamientos de obra o de palabra, el delito contra el otro eényuge, la prostitucién de la mujer, el juego, em- briagner o disipacién, la enfermedad contagiosa, 1a condena penal y la corrupeién de los hijos; las temporales son la avaricia del marido, la negativa a seguir al marido, el abandono e incumplimiento de los deberes conyugales, la ausencia y los malos tratamientos a los hijos, Algo semejante ocurria en Colombia de acuerdo con el Concordato de 1887, que aplicaba a la separacién de los catélicos la legislacion eandnica, en la que s6lo existe una causa de separacién perpetua, el adulterio, y son de separacién temporal las restantes; pero este divorcio candnico desaparece en la reforma del Concordato, ratifieada por la Ley No. 50, de 1942. (7) Merece especial atencién el art. 87, n, II, del Cédigo Civil del Estado de Tamaulipas, en Ia Federacién Mexicana, segtin el cual son causa de divorcio: ‘Lag relaciones sexuales de cualquiera de los eényuges con otra persona”’, férmula vaga en vez del adulterio ordinario, que parece ir orientada a abarear posibles relaciones homosexuales. (7 bis) Al menos Campeche, Durango, Sonora y Tlaxcala, 16 BOLETIN DEL INSTITUTO dos (45 Estados), Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Pana- mé, Paraguay (separacién), Peri, El Salvador, Uruguay, Venezuela Posesiones norteameticanas ( todas), Posesiones inglesas y Posesio- nes holandesas. Existen tres causas semejantes al abandono, que aparecen en al- gunos paises, y son: No cumplimiento de los deberes matrimoniales; 6 paises: Colombia (separacién), Cuba, Chile (separacién), Estados Unidos (16 estados), Guatemala y dos Posesiones norteamericanas (Alaska y Canal de Panama). La negativa de alimentos; 3 paises: Costa Rica (separacién), México, y Nicaragua (separacién). Y la negativa a trasladarse cuando lo haga el otro cényuge; 2 paises: Chi- le (separacién) y México (algunos Estados) (8). Injurias, que por amplitud del concepto y posible confusién con otras causales, ha dado origen en muchos paises a una abundante jurisprudencia y a veces doctrina; 21 paises: Argentina (separacién) Bolivia, Brasil (separacién), Colombia (separacién), Costa Rica (se- paracién), Cuba, Chile (separacién), Republica Dominicana, Ecuador, Guatemala, Haiti, México, Nicaragua, Paraguay (separacién), Pert, E] Salvador, Uruguay, Venezuela, una Posesién norteamericana (Puer- to Rico), Posesiones francesas y Posesiones holandesas (separacién). Existen otras dos causas, semejantes a las injurias, que apare- cen a veces y son: Amenazas, en 2 paises: Ecuador y México. Y Ca- lumnias 0 acusaciones falsas, en 2 paises: Guatemala y México, Sevicias, que al igual que las injurias han solido dar lugar a ju- risprudencia y doctrina; 19 paises: Argentina (separacién), Bolivia, Brasil (separacién), Colombia (separacién), Costa Rica, Cuba, Chile, (separacién), Reptiblica Dominicana, Ecuador, Guatemala, Haiti, México, Nicaragua, Paraguay (separacién), Pert, Uruguay, Vene- zuela, Posesiones francesas y Posesiones holandesas (separacién). Existen otras dos causas semejantes a las sevicias, una de las cuales es muy frecuente y dificil de distinguir de aquellas; son: Malos tratamientos, en 11 paises: Argentina (separaci6n), Bolivia, Estados Unidos (41 Estados), Honduras, Panama, Paraguay (sepa- raci6n), El Salvador, Posesiones norteamericanas (todas, pero en el Distrito de Columbia sélo son causa de separacién), Posesiones ingle- sas, Posesiones francesas y Posesiones holandesas. Y Malos trata- mientos a los hijos, en un pais: Chile (separacién). (8) Al menos en los Estados de Campeche y Yucatan. DE DERECHO COMPARADO Ww Mutuo consentimiento, en 16 paises: Bolivia, Brasil (separaci6n), Costa Rica (separacién), Cuba, Republica Dominicana, Ecuador, Gua- temala, Haiti, Honduras, México, Nicaragua, Panamé, Pert, El Sal- vador, Uruguay y Venezuela (separacién) (9). Existe una causa semejante, que es el disenso unilateral de la mujer, en un pais: Uruguay (10). Condena penal, en 15 paises: Cuba, Chile (separacién), Republica Dominicana, Ecuador, Estados Unidos (40 Estados), Guatemala, Hai- ti, México, Peri, El Salvador, Uruguay, Venezuela, Posesiones nor- teamericanas (todas), Posesiones francesas y Posesiones holandesas. Existe otra causa semejante, que es la pérdida de los derechos civiles, en un pais: Haiti. Atentado contra la vida, en 14 paises: Argentina (separacién). Bolivia, Brasil (separacién), Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Hon- duras, Nicaragua, Panama, Paraguay (separacién), Pert, El Salva- dor, Uruguay y una Posesién norteamericana (Canal de Panama). Existe una causa mds amplia, cualquier delito contra el otro con- yuge, en 8 paises: Cuba, Chile (separacién) y México. Embriaguez, en 14 paises: Bolivia, Colombia (separacién), Cos- ta Rica (separacién), Cuba, Chile, (separacién), Reptiblica Domini- cana, Ecuador, Estados Unidos (37 Estados), Guatemala, México. Panama, El Salvador, Venezuela y cuatro Posesiones norteamerica- nas (Alaska, Canal de Panama, Puerto Rico e Islas Virgenes). Existen otras dos causas semejantes a la embriaguez en algunas legislaciones y son: Drogas enervantes, en 9 paises: Cuba, Republica Dominicana, Ecuador, Estados Unidos (algunos Estados), Guatema- la, México, Panama (separacién), Peri y una Posesién norteameri- (9) Esta causal, por su misma indole, suele exigir determinados lapsos de tiempo, tanto desde que se celebré el matrimonio, como desde que se inicia la peti- cién del divoreio hasta que éste se decreta definitivamente, a fin de impedir que sea efecto de una impresién pasajera, En algunos paises donde no se admite como causal, pricticamente existe cuando el eényuge demandado se allana, En los Estados Unidos de Norteamérica, especial- mente en el Estado de New York, donde sélo se admite el divoreio por causa de adulterio, ha dado lugar esta practiea a una serie de artimafias viciosas que en rea- lidad son divoreios por mutuo consentimiento, revestidas de apariencias legales; la més corriente es la de montar un aparente adulterio, que es sorprendido por detectives avisados previamente. (10) Ampliase el art. le de la Ley de 28 de octubre de 1907, con el siguiente inciso: “7. También proceder4 el divorcio por la sola voluntad de la mujer’? (art, lo de la Ley del 9 de septiembre de 1913, que reforma la de Divorcio). La doctrina uruguaya la explica como una delicadeza hacia la mujer, a quien resulta penoso detallar los hechos que motivan su divoreio, 18 BOLETIN DEL INSTITUTO cana (Puerto Rico). Y el Juego, en 5 paises: Cuba, Chile (separacién), Ecuador, Guatemala y México. Separacién judicial, convertible en divorcio vincular al cabo de cierto tiempo, en 11 paises: Bolivia (11), Costa Rica, Cuba, Haiti, Nicaragua, Peri, Uruguay, Venezuela, una Posesién norteamericana (Distrito de Columbia), Posesiones francesas y Posesiones holan- desas. Separacién de hecho, en 9 pafses: Bolivia, Costa Rica (separaci6n), Cuba, Estados Unidos (15 Estados), Guatemala, Nicaragua, Panama, El Salvador y dos Posesiones norteamericanas (Distrito de Colum- bia y Puerto Rico). Existe una causa semejante, que es la separacién justificada, cuando habia causa de divorcio, pero este no se ha pedido, en un pais: México (12). Prostituci6n de la mujer, en 10 paises: Bolivia, Costa Rica, Cuba, Chile (separaci6n), Honduras, México, Panamd, Uruguay, Venezue- la y una Posesi6n norteamericana (Puerto Rico). Corrupcién de los hijos, en 8 paises: Chile (separacién), Ecuador, Honduras, México, Panama, El Salvador, Uruguay y una Posesién norteamericana (Puerto Rico). Enfermedad contagiosa, en 8 paises: Bolivia, Cuba, Chile (sepa racién), Ecuador, Estados Unidos (algunos Estados), Guatemala, México y Pera. Enajenacién mental, en 8 paises: Bolivia, Cuba, Estados Unidos (24 Estados), Guatemala, México, Panama, tres Posesiones norteame- ricanas (Alaska, Puerto Rico e Islas Virgenes) y Posesiones in- glesas (13). Parto de hijo ajeno, cuya concepcién ignoraba el marido al con- traer matrimonio, en 7 paises: Ecuador, Estados Unidos (algunos Es- tados), Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y El Salvador. (11) Al no existir la simple separacién en la vigente Ley de Divorcio boli- viana, hay que entender que esta causal (art, 30 de la Ley), se refiere a las separa- ciones acordadas conforme a la legislacién’ anterior que no admitia el divoreio vineular, (12) ‘Son causas de divoreio: ...9. La separacién del hogar conyugal origi- nada por una causa que sea bastante para pedir el divoreio, si se prolonga por mis de un afio sin que el eényuge que se separé entable la demanda de divorcio’?” (art, 267, No. 9, del Cédigo Civil federal de 1928 (18) Por el contrario, en la legislacién de los paises de la Gran Colombia existia un precepto, segin el eual no podia obtenerse el divorcio, aunque existiese una causa legal, si el e6nyuge demandado estaba demente; s6lo terminaba la obligacién de cohabitar con él, Este precepto se mantiene atin en Ecuador y Colombia; pero ha desaparecido en Panama y Venezuela tltimamente. DE DERECHO COMPARADO 19 Ausencia, en 6 paises: Cuba, Chile (separacién), Republica Do- minicana, Guatemala, Honduras y México. Incompatibilidad de caracteres: en 5 paises: Cuba, Reptblica Dominicana, México (algunos Estados) (13 bis), una posesién norte- americana (Islas Virgenes) y las Posesiones holandesas (separacién). Existen tres causas semejantes, cada una en un solo pais, y son: mal caracter, en Florida (Estados Unidos) ; conducta intolerable, en Guatemala. Y las rifias y disputas continuas, en Uruguay. Impotencia, en 5 paises: Ecuador, Estados Unidos (33 Estados), Guatemala, México y tres Posesiones norteamericanas (Alaska, Puer- to Rico e Islas Virgenes). Existe una causa parecida, la No procreacién de hijos, en un pais: Reptblica Dominicana (14). Perversion sexual, en 4 paises: Canada, Estados Unidos (algunos Estados), Guatemala y Posesiones inglesas. Bigamia, en 4 paises: Canadé, Cuba, Estados Unidos (algunos Estados) y México (algtin Estado) (15). Incitacién a cometer un delito, en 4 paises: Argentina (separa- cién), Guatemala, México y Paraguay (separacién). Avaricia del marido, en un pais: Chile (separacién). Reconvencional, en un solo pais: México (16). Forzar el cambio de religion, en un solo pais: Cuba (separa- cién) (17). (13 bis) Al menos en los Estados de Campeche, Chihuahua y Yueatéin; y en Morelos, si llega a ‘‘crueldad mental’?. (14) ‘Las causas de divoreio son: ...a). La voluntad de uno de los cényuges, si los esposos no han procreado hijos durante los cinco afios siguientes a la celebra- eign del matrimonio, ni posteriormente’’ (art. 20, ¢), de la Ley de Divoreio de 1937). (25) Al menos en el Estado de Chihuahua. En general, la bigamia es sélo causa de nulidad del segundo matrimonio, en vez de ser también causa especial de divorcio, como sucede en los paises mencio- nados. (16) ‘Cuando un eényuge haya pedido el divoreio o la nulidad del matri- monio por causa que no haya justificado o que haya resultado insuficiente, el de- mandado tiene, a su vez, el derecho de pedir el divorcio; pero no podré hacerlo sino pasados tres meses de la notificacién de la fltima sentencia. Durante estos tres meses, los eOnynges no estén obligados a vivir juntos’? (art, 268, del Cédigo Civil federal, de 1928). (17) Causal que procede del matrimonio y separacién cat6licos, que regulaba el Cédigo Civil espaiiol vigente en Cuba en ei momento de independizarse y que sigue estandolo en cuanto a la simple separacién de cuerpos y de bienes. ‘Esta causa, en sus dos formas, existia también en Colombia para la separacion ae los eatélieos, conforme al Concordato de 1887, hasta la reforma ratificada por la Ley No. 50, de 1942; segin el Derecho eanénieo vigente por aquel Concordato, es causa de divoreio vineular, cuando en un matrimonio pagano uno de los eén- yuges se convierte al catolicismo y el otro trata de impedirle el ejercicio de la 20 BOLETIN DEL INSTITUTO Falta de moralidad, en un solo pais: Cuba (18). Disipacién, en un solo pais: Chile (separacién) (19). Conducta bochornosa, en un solo pafs: Pert (19 bis.). Perversién moral, en un solo pais: México (algunos Estados) (20). Presuncién de adulterio, en un solo pais: México (algin Esta- do) (20 bis). Estas cinco tltimas causas constituyen casi la misma en esencia, pero varian en los detalles que pueden permitir distinta jurisprudencia. Como se ve, todas las tltimas causas, asi como otras citadas an- teriormente, por ser semejantes a causas m&s comunes y algunas mas que no recojo, por existir tan solo en ciertos Estados de la Fe- deracién Norteamericana o de la Mexicana, sin ofrecer especial in- terés, son verdaderas. excepciones Pero las he mencionado también a fin de dar un cuadro m4s completo de las causales de divorcio vineular y de separacién de cuerpos en la legislacién comparada de América. Esta disparidad de causales es fuente posible de conflictos de leyes, pero su frecuencia y gravedad suele ser menor que los origi- nados de la inadmisibildad del divorcio vincular. La causal que provoca conflictos mas serios suele ser el mutuo consentimiento. nueva religién (enon 1,120), y es causa de separacién temporal cuando en un matrimonio catélieo uno de los eényuges se adscribe a otra religién (canon 1,131). (18) ‘‘Cualquier vieio o falta de moralidad que perjudique la honra, el crédito © la fama de uno de los cényuges’? (art, 30, No. 16, del Decreto-Ley sobre Divoreio, del 10 de mayo de 1934), Una sentencia del Tribunal Supremo cubano, fechada ef 24 de abril de 1942, ha aclarado un poco el aleance de esta causal, al’ puntualizar un €aso en que se aprecié su existencia (‘‘La Jurisprudencia al Dia’”, Indice general de 1942, parte civil, pig. 261). (19) ‘*Vieio arraigado de juego, embriaguez y disipacién’? (art, 21, No. 9, de la Ley de Matrimonio Civil, del 16 de enero de 1884). Luis Claro del Solar, en sus ‘‘Explicaciones del Derecho Civil chileno y comparado’’, De las personas, tomo Il, pig. 33, Santiago, 1902, aclara que por ‘‘disipacién’’ se entiende la vida licenciosa, (19 bis) ‘La condueta deshonrosa que haga insoportable 1a vida comin’? (art. 247, No. 6, del Cédigo Civil de 1936). En el Cédigo de 1851, existia la causal de ‘‘disipacién’’, comin a la legislacién chilena. (20) Al menos en Chihuahua y Tlaxcala: ‘‘La perversién fisica o moral de cualquiera de los eényuges o su conducta deshonrosa’’, No. III del art. 3¢ de la Ley de Divorcio de Chihuahua, ‘‘La perversién moral de alguno de loa eényuges, de- mostrada por... (prostitueién, incitacién al delito, corrupcién de los hijos)... 0 por algin hecho inmoral tan grave como los anteriores’, No, III del art, 206 del Cédigo Civil de Tlaxcala, (20 bis) Al menos en Morelos: ‘El adulterio debidamente probado de uno de los cényuges, o los actos preparatorios que de manera necesaria y directa tienden al mismo; ademés, el habitual comportamiento de alguno de ellos, consistente en actos u omisiones contrarias a la fidelidad y respeto reefprocos entre los consortes, que fundadamente obligue a presumir la condueta adiiltera de uno de ellos, si ésta se prolonga por mAs de un afio’’, No, I del art. 360 del Cédigo Civil, DE DERECHO COMPARADO 21 PROCEDIMIENTO.—De ordinario, los distintos Cédigos civiles, Leyes de Matrimonio y Leyes de Divorcio que regulan esta institucién en los distintos paises americanos, no suelen referirse de una manera sistematica al procedimiento para obtenerlo, aspecto procesal que dejan para los respectivos Cédigos o Leyes procesales; la legislacién sustantiva suele limitarse a dictar algunos preceptos sobre la compe- tencia, la accién, la reconciliaci6én, y a veces la necesaria intervencién del ministerio fiscal. Sélo cuatro legislaciones dedican especiales apartados al proce- dimiento para obtener el divorcio: Cuba, Reptblica Dominicana, Haiti y Uruguay. La Ley de Divorcio cubana dedica su segundo capitulo a Ja acci6n de divorcio y el cuarto al procedimiento, mds otras disposi- ciones procesales que se incluyen en el capitulo quinto; tres son los procedimientos que regula, segin se trate de un divorcio por causa determinada, por recfiproco disenso, o por transformacién de una se- paraci6n legal previa. La Ley de Divorcio dominicana dedica, a su vez, el capitulo tercero, al procedimiento de divorcio por causa determinada y el capitulo cuarto al procedimiento en caso de mutuo consenti- miento. El Cédigo civil haitiano hace otro tanto, dedicando el capi- tulo segundo de su Ley VII al procedimiento de divorcio por causa determinada y el capitulo tercero al procedimiento de divorcio en caso de mutuo consentimiento; mas el sencillo tramite que establece el articulo 10 de la Ley del 10 de mayo de 1920, para transformar Ja separacién legal en divorcio vincular. Debiendo hacerse notar que si el Cédigo de Haiti es el francés con pequefios modificaciones, la Ley de Divorcio dominicana en su aspecto procesal sigue también al Cédigo civil francés, que en su traduccién espafiola esta todavia vigente, salvo las reformas introducidas por la legislacién local. Por tiltimo, el Cédigo civil uruguayo regula el procedimiento de una forma aparentemente extrafia, pues lo hace en las secciones primera a cuarta, dedicadas a la simple separacién de cuerpos y bienes; limiténdose en la secci6n quinta, que dedica al divorcio vincular, a hacer una refe- rencia en bloque al procedimiento regulado en las secciones anteriores ; esta extrafia sistematica se debe a que la redaccién.vigente del Cé- digo fué hecha en 1914, incorporando al texto original de 1868 las disposiciones, primero, de la Ley de Matrimonio civil que admitia sélo la separacién y después, de Ja Ley de Divorcio con sus modifica- ciones; la legislacién uruguaya regula cuatro distintos procedimientos, segtin se trate del divorcio por causa determinada, del divorcio por 22 BOLETIN DEL INSTITUTO mutuo consentimiento, de la transformacién en divorcio vincular de una previa separacién legal, y de ese especialisimo divorcio por simple peticién de la mujer, que existe sdlo en Uruguay. He de hacer notar que aquellas otras legislaciones que no regulan el aspecto procesal de Ja institucién, pero admiten el divorcio por mutuo consentimiento, suelen dedicar a este algunas disposiciones especiales, en realidad de cardcter procesal, que se refieren a los plazos, ratificaciones, acuerdos escritos sobre guarda de los hijos y reparto de bienes, etc. Las legislaciones en que esto sucede son las de Bolivia, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panama y El Sal- vador; y algo semejante ocurre en Costa Rica, Pert y Venezuela, aun- que en estas legislaciones el mutuo consentimiento solo es causa de separacién. Los Cédigos de Brasil y Guatemala, por el contrario, guardan absoluto silencio sobre la materia; silencio que en el Brasil se debe a su organizacién federal (21). Para cerrar este aspecto procesal, adelantaré tan solo que las legislaciones estatales de la Federacién Norteamericana y de la Fe- deracién Mexicana, pese a no regular expresamente el procedimiento, han creado con sus escasas disposiciones al respecto algunos de los conflictos de leyes mas interesantes y frecuentes en el continente americano. En todas ellas los conflictos se derivan de sus normas sobre competencia judicial, liberalizadas en exceso para atraer turistas en busca de faciles divorcios. Mas adelante expondré estos conflictos y la jurisprudencia que estan provocando. EFECTOS.—No hay muchas diferencias entre unas legislaciones y otras a este respecto. Aquellas que regulan el procedimiento, y mas o menos las otras también, suelen enunciar unas primeras medidas provisionales a tomar tan pronto como se presenta una demanada de divorcio, entre las que ordinariamente se incluyen la separacién de los cényuges, el depésito de la mujer en un hogar honrado, el cuidado provisional de los hijos, la fijacién de alimentos para los hijos y, en su caso, para el otro cényuge y el inventario de los bienes (21) Clovis Bevilaqua, en sus comentarios al ‘‘Cédigo Civil dos Estados Unidos do Brasil’’, segunda edicién, volumen II, Rio de Janeiro, 1937, pag. 363, dice que el procedimiento esta reservado a la competencia de las legislaciones estatales, Pero que en general estas siguen un procedimiento semejantes al que se regulaba en el Decreto No, 181 del Gobierno Provisional de la Republica, sobre matrimonio civil, J. M. de Carvalho Santos, en su ‘‘Cédigo Civil Brasileiro interpretado"’, segunda edicién volumen V, Rio de Janeiro, 1937, pig. 210, es més explisito y resume como comin en todos los Estados un procedimiento semejante al regulado en la legislacién de otros paises americanos. DE DERECHO COMPARADO 23 matrimoniales. Pero los verdaderos efectos del divorcio son los que derivan de la sentencia definitiva. El principal efecto de esta es la ruptura del vinculo matrimonial, que deja a los cényuges en disposicién de contraer nuevo matrimonio; normalmente se fija un plazo antes de que la mujer pueda contraer segundas nupcias, a fin de evitar posibles confusiones en una paternidad subsiguiente (22); y en algunas legislaciones se fija otro plazo, con caracter punitivo, durante el cual el cényuge declarado culpable no puede contraer nuevo matrimonio, asi como en el divorcio por mutuo consentimiento (23). El segundo efecto del divorcio es la disolucién de la sociedad conyugal de bienes, aunque su ejecucién suele referirse a otras secciones del Cédigo civil (23 bis). Se rela- cionan con este aspecto pecuniario la fijacién de pensiones alimenti- cias para los hijos y a veces para el cényuge culpable; distinci6én entre el cényuge culpable y el cényuge inocente que a veces afecta también a la distribucién de los bienes, privando al culpable de cuanto le hubiese donado el inocente (24). Ultimo efecto del divorcio, comin a todas las legislaciones es la atribucién de la guarda y custodia de los hijos; materia en la que discrepan bastante, pero en la que suele predominar el interés de los hijos y un trato favorable para el cényuge inocente. Citaré sélo como casos especiales, el divorcio temporal de la le- gislacién chilena, que por su misma indole tiene efectos limitados al plazo que marque la sentencia o hasta que se produzca la reconcilia- cién y alcanzan tan sélo a la guarda de los hijos y a la suspensién de Ja vida en comtn, pero no suponen la divisién de los bienes matrimo- niales. Otro caso a mencionar es el de la legislaci6n salvadorefia, muy (22) El plazo suele ser de 300 dias o de 10 meses, asi lo dispone expresamente la legislacién de Bolivia, Cuba, RepGbliea Dominicana, El Salvador, Venezuela, Posesiones francesas y Posesiones holandesas; en Haiti, el plazo es de un afio. Otras legislaciones fijan el plazo en la legislacién sobre matrimonio. En Haiti se prohibe siempre un matrimonio con el cém) jel adulterio, un plazo de tres afios, comin a los dos ges en el divoreio per mutuo iento, En México se fija un plazo comin de un afio en el divoreio por mutuo consentimiento y de dos afios al cényuge culpable. En Panam se fi un plazo de seis meses para ambos e6nyuges. En la Zona del Canal de Panama (Poaesién norteamericana), el plazo comin es de un aio y de dos afios para el conyuge culpable. (23 bis) A esta disolucién de la sociedad conyugal de bienes afecta la reciente Ley uruguaya de 1946, cuyo art, 60, dispone: ‘En todo momento, cualquiera de los cényuges 0 ambos, de conformidad, podrén pedir, sin expresién de causa, la diso- Jucién o Tiquidacién de Ja sociedad conyugal”’ (24) Asi lo disponen expresamente las legislaciones de Argentina, Colombia, Guba, Chile, Repiblica Dominicana, Haiti, México, Panam4, Paraguay, Perd, Ei Salvador, Uruguay, Venezucla y Puerto Rico (Posesién norteamericana). 24 BOLETIN DEL INSTITUTO rigurosa para el cényuge culpable, que sélo puede contraer segundo matrimonio una vez transcurridos tres afios desde la sentencia de divorcio y al que se prohibe un tercer matrimonio; esta rigidez hace que se dicten disposiciones especiales para el caso de divorcio por mu- tuo consentimiento o por separacién de hecho sin declaracién de culpabilidad contra ninguno de los cényuges, en cuyo caso ambos tienen. efectos idénticos. No insistimos en este aspecto, porque la semejanza de las legisla- ciones hace que los conflictos de leyes no ocasionen problemas ma- yores en orden a los efectos del divorcio una vez obtenido valida- mente. SEPARACION.—Ya hemos mencionado anteriormente cuales son los paises que admiten s6lo la simple separacién de cuerpos y de bienes rechazando el divorcio vincular, y cudles son los que admiten ambas instituciones, a eleccién de los cényuges; asi como las distintas cau- sas de separacién reguladas en cada legislaci6n. Sélo quiero lamar Ja atencién, a fin de evitar posibles confusiones al lector que por vez primera coja el cédigo o ley de un pais que no admita la ruptura del vinculo conyugal, que en estos paises se llama “divorcio” a la simple separacién de cuerpos (25). La diferencia entre ambas instituciones estriba solamente en esa ruptura del vinculo, que no tiene efecto cuando se trata de una simple separacién de cuerpos y de bienes. Pero, en los paises que admiten ambas instituciones, se suele facilitar la transformacién de uno sen- tencia inicial de separacién en sentencia de divorcio vincular (26). Como casos especiales citaré tan sélo cuatro legislaciones. La de Colombia tiene interés porque hasta la reforma del concordato por la Ley No. 50, de 1942, referia a la jurisdiccién eclesidstica y al Derecho canénico el “divorcio”, es decir, la simple separacién de cuerpos y de bienes de los catdélicos. La de Cuba, porque en materia de simple separacién sigue vigente el Cédigo civil espafiol, influido por el Derecho canénico y bien distinto del Derecho civil cubano, que regula el divorcio vincular; doble legislacién que produce efectos cu- (25) Asi hacen las legislaciones de Argentina, Colombia, Chile y Paraguay. La de Brasil le Nama ‘‘desquite’’. (26) Asi lo disponen las legislaciones de Costa Rica, Cuba, Guatemala, Haiti, Nicaragua, Pert, Uruguay, Venezuela, Distrito de Columbia (Posesién norteame- ricana), Posesiones franeesas y Bolivia, para las separaciones acordadas conforme a la legislacién anterior. DE DERECHO COMPARADO 5 riosos al ser posible la transformacién en divorcio vincular de una previa sentencia de separacién de cuerpos y de bienes (27). La le gislacién de Costa Rica, que enumera tan solo cinco causas para obte- ner el divorcio vincular y agrega seis causas mas para obtener la separacién de cuerpos y de bienes; aunque de hecho todas son causas de divorcio vincular, por la posibilidad de transformar cualquier sen- tencia de separacién a los dos afios de ser dictada (28). ¥ por ultimo el Cédigo civil de Uruguay, que por razén de su actual redaccién ha conservado para la separacién de cuerpos el criterio algo reaccionario de la vieja Ley de Matrimonio Civil y se da el caso de que es posible obtener un divorcio vincular por mutuo disenso de los cényuges o por la mera voluntad unilateral de la mujer y en cambio la separacién tiene que ser siempre por causa determinada. Esta distincién entre paises que admiten sélo la separacién y pafses que admiten el divorcio vincular, es justamente Ja que provoca Jos més graves conflictos de leyes. De todos ellos trato a continuacién. CONFLICTOS DE LEYES.—La diversidad de legislacién entre unos paises y otros, especialmente ente los que admiten el divorcio vin- cular y los que lo rechazan, unida al desarrollo de las comunicaciones que facilita los matrimonios entre personas de distinta nacionalidad y Jos viajes al extranjero, hacen que se presenten en América conflictos de leyes en orden al divorcio con mayor frecuencia que la conocida hasta ahora en otras partes del mundo. Esta realidad ha hecho que se inten- te en repetidas ocasiones solucionar estos conflictos mediante la apro- bacién de tratados internacionales, de los cuales tienen vigencia actual los Tratados de Montevideo de 1889 y el Cédigo de La Habana de 1928; (29) pero ninguno de ellos ha resuelto definitivamente el pro- pblema, al no tener vigencia uniforme en todos los paises americanos. (27) En efecto, segin el art, 105 del Cédigo Civil cubano cabe obtener una sentencia de separacién cuando el marido violente a la mujer para obligarls, a cambiar de religion y segin el Decreto-Ley No. 740, del 4 de diciembre de 1934, cabe transformar esa sentencia previa de separacién en sentencia de divoreio vincular; easo que pareceri anémalo en la vida cubana cuotidiana, pero quo tedri- eamente cabe en la letra de la legislacion. (28) Art, 82 del Cédigo Civil costarricense. (29) Entre las muchas ediciones del Cédigo de Derecho Internacional Privado americano, eitaré la incluida en el volumen ‘Conferencias Internacionales Ame- Heanas, 1889-1936", editado por la Carnegie Endowment for International Peace, ‘Washington, 1938; 'y entre las ediciones de los Tratados sobre Derecho Civil y sobre Procedimiento Internacional, citaré la incluida en el ‘‘Recueil General de ‘Traités, Continuation du Grand Recueil de O. Fr. Martens et Felix Stoerk, deu- xiéme serie, tomo XVII, deuxiéme livraison, Goetingue, 1893, 26 BOLETIN DEL INSTITUTO Expondré pues, brevemente, los cuatro sistemas generales de so- lucién que estan vigentes y con un mayor detalle la solucién concreta dada por la jurisprudencia a los casos que periédicamente se presentan en algunos paises por diversas circunstancias locales. A). SISTEMAS DE SOLUCION DE ESTOS CONFLICTOS DE LEYES.—En la actualidad, quince paises americanos han rati- ficado el Cédigo de Derecho Internacional Privado, aprobado en la Sexta Conferencia Internacional Americana que tuvo lugar en La Habana el afio de 1928; cuatro paises siguen fieles a los Tratados de Montevideo, firmados en aquella ciudad el afio 1889; y seis paises 0 grupos de posesiones europeas siguen sin haber firmado ni ratificado ninguno de estos tratados. Los paises en los cuales est4 vigente el Cédigo de Derecho In- ternacional Privado, también llamado Cédigo Bustamante, por el au- tor cubano que lo preparé, son: Bolivia, Brasil (con reserva que afecta al divorcio), Costa Rica, Cuba, Chile (con reserva que afecta al divor- cio), Reptblica Dominicana (con reserva que afecta al divorcio), Ecuador, Guatemala, Haiti, Honduras, Nicaragua, Panama Pert, El Salvador y Venezuela. Los pafses en los cuales estén vigentes los Tratados de Montevi- deo son: Argentina, Colombia, Paraguay y Uruguay. En cuanto a los pafses que no han ratificado ningun tratado, po- demos dividirlos en dos grupos, segtin sigan en la solucién de los conflictos de leyes la ley nacional (solucién europea) o la ley terri- torial (solucién sajona). Entre los primeros se encuentran las Pose- siones francesas; y atin podemos agregar la reserva brasilefia yla dominicana. Entre los segundos se encuentran Canada, Estados Uni- dos, México, Posesiones norteamericanas, Posesiones inglesas y Po- sesiones holandesas. A fin de simplificar el andlisis, voy a exponer a continuacién la solucién que a los conflictos de leyes en materia de divorcio da cada uno de estos sistemas; sin perjuicio de que después detalle el desarro- Ilo jurisprudencial, y en su caso doctrinal, que han tenido en algunos paises mds frecuentemente afectados por estos problemas. I—Sistema del Cédigo de Derecho Internacional Privado.—Esta regulado en sus arts. 52 a 56, que forman la seccién V del capitulo IV del titulo I del libro I. DE DERECHO COMPARADO 27 El principio general, enunciado en el art. 52, (30) es el de que la legislacién aplicable al divorcio o a la separacién de cuerpos es la del domicilio conyugal. Es el tnico caso en que el Cédigo Bustamante adopta decididamente el sistema americano del domicilio, frente al criterio general eclectico de su art. 7. Los arts. 54 y 55 insisten en el mismo principio, aplicdndolo a los aspectos concretos de la institucién, en el sentido de que tanto las cau- sas como los efectos estan regulados por la ley de ese domicilio con- yugal. La tnica salvedad, que al propio tiempo es una garantia para evitar fraudes, consiste en que no puede alegarse una causa sucedida con anterioridad a la adquisicién del domicilo actual, si no esta admi- tida también por la ley personal de los cényuges (art. 52). Es decir, dos extranjeros domiciliados en un pais que admite el divorcio por incompatibilidad de car4cteres, podran conseguir un divorcio ante esa jurisdicci6n aunque en su ley nacional no exista tal causa, siempre que la incompatibilidad se haya mostrado con posterioridad a la ad- quisicién del domicilio. El divorcio, o en su caso la separacién, asi obtenidos, deben ser reconocidos como validos y producir todos sus efectos en cualquiera de los demas Estados contratantes (art. 56). Pero el Estado de origen se reserva el derecho de reconocer 0 no reconocer la validez del divor- cio por causas no admitidas en su propia legislacién (art. 53). Esta Ultima salvedad, sumamente importante en la practica, ha dado la garantia de aquellos Estados que, admitiendo el principio de la ley del domicilio, rechazan el divorcio vincular y no podian reco- nocer la disolubilidad del vinculo conyugal obtenida por sus naciona- Jes en el extranjero. Por si fuera poco, Brasil y Chile formularon re- servas expresas a fin de salvaguardar los principios de su ley nacio- nal, opuestos al divorcio vincular. Es decir, que si por ejemplo un matrimonio brasilefio 0 chileno esta domiciliado en Venezuela, podra obtener en este pais un divorcio vincular por causa de sevicia, pero ese divorcio no tendré mas efectos que los de una simple separacién de cuerpos en el pais respectivo de origen. De hecho estos son los casos graves que se dan en la practica, cuando el Estado de origen no admite el divorcio vincular. Pero teé- (30) ‘BI derecho a la separacién de euerpos y el divoreio se regula por la ley del domicilio conyugal, pero no puede fundarse en causas anteriores a la adqui- sieién de dicho domicilio, si no las autoriza con iguales efectos la ley personal de ambos cényuges,’? 28 BOLETIN DEL INSTITUTO Ticamente también puede darse el caso de que, admitiendo el divorcio vincular el pais del domicilio conyugal y el pais de origen, la causa alegada no exista en el ultimo y en virtud de la salvedad contenida en el articulo 53 del Codigo Bustamante se rechace la validez del divor- cio obtenido. Como ya se ha dicho, este sistema se aplica integramente en Bolivia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Haiti, Honduras, Nicaragua, Panama, Pert, El Salvador y Venezuela. No se aplica integramente, por haberse formulado reservas al respecto cuando se ratified el Cédigo, en Brasil, Repiblica Dominicana y Chile; de ellos, en los dos primeros se ha desenvuelto ya una impor- tante jurisprudencia y doctrina, basada en la excepcién de orden pu- blico, que expondré con todo detalle mas adelante. II.—Sistema de los Tratados de Montevideo.—Esté contenido en los arst. 8°, 13 y 62, del Tratado sobre Derecho civil, formado en Mon- tevideo el dia 12 de febrero de 1889. Hay que tener en cuenta también el art, 5° del Tratado sobre Procedimiento, firmado en Montevideo el dia 11 de enero de 1889. El principio esta enunciado en el art. 13 (31), segin el cual la Jey del domicilio conyugal rige la separacién y la disolubilidad del matrimonio; con respecto a la Ultima, se hace la misma salvedad que en el Cédigo Bustamante, es decir, se exige que la causa alegada esté admitida también por la ley del lugar donde se celebré el matrimonio, por la legislacién de origen. El art. 5°, a su vez, define como domicilio conyugal el que tiene constituido el matrimonio y, en su defecto, el domicilio del marido. Con respecto a la competencia, el art. 62 vuelve a referirse al juez del domicilio conyugal. Y en relacién con la ejecucién de la sentencia, el art. 5° del Tratado de Procedimiento exige que el tribunal haya sido competente, que la sentencia tenga el cardcter de ejecutoria, que la parte demandada haya sido debidamente citada y que el di- Vorcio no se oponga a las leyes de orden pliblico del pais donde pre- pretendan hacerse valer sus efectos, Como se ve, el sistema viene a ser idéntico al del Cédigo Busta- mante, la diferencia entre ambos tratados existe en el resto de las instituciones, no en el divorcio. (31) ‘La ley del domicilio conyugal rige: a). La separacién conyugal; b). La Gisolubilidad del matrimonio, siempre que la eausa alegada sea admitida: por 1 ley del lugar en el cual se celebre””, DE DERECHO COMPARADO 29 Estos Tratados de Montevideo, en la actualidad, tiene plena vi- gencia para Argentina, Paraguay y Uruguay, firmantes originales del documento, y para Colombia que se adhirié mds tarde a él, sin que haya ratificado todavia el Cédigo Bustamante firmado mas tarde. Con respecto a Bolivia, firmante originario del documento y mas tarde del Cédigo Bustamante, que ha ratificado, es preciso entender que los Tratados de Montevideo ser4n aplicables cuando se trata de un conflicto con las legislaciones argentina, paraguaya, uruguaya 0 colombiana. Los conflictos principales han surgido en relacién con los Ila- mados ‘‘divorcios de Montevideo”, es decir, de argentinos, y en menor ntmero de brasilefios, que marchan a la capital uruguaya con el exclu- sivo objeto de obtener el divorcio vincular que no pueden conseguir en su pais de origen; la frecuencia de estos casos ha dado lugar ya a una abundante jurisprudencia, dispar, como es natural, que merece ser expuesta con el detalle que la dedicaremos. JIL.—Sistema nacional de tipo europeo.—Es el aplicable sin com- plicaci6n alguna en las Posesiones francesas, donde rige el Cédigo civil francés; y con numerosas complicaciones que expondré mas adelante con detalle, en el Brasil y la Rept&blica Dominicana. E] principio general es el de que la jurisdiccién competente es la de la “lex fori”, pero Ja ley aplicable sera Ja nacional; entendiendo por ley nacional la de ambos cényuges 0 en su defecto Ia del marido. TV.—Sistema territorial de tipo sajon.—Entiende que la ley apli- cable al divorcio 0 a la separacién es la ley de la residencia del matri- monio, prescindiendo de su legislacién nacional y atin del domicilio legal. Esta ley de la residencia regula las causas, el procedimiento y los efectos del divorcio. Es el sistema aplicable en el Canada, los Estados Unidos, Mé- xico, las Posesiones norteamericanas, las Posesiones inglesas y las Posesiones holandesas, ninguno de los cuales ha ratificado tratado alguno de Derecho internacional privado, aunque México firmé el Cédigo Bustamante. ‘La soluci6n se parece muchisimo a la adoptada por el Cédigo Bus- tamante y los Tratados de Montevideo, pero, al simplificarla del modo expuesto, ha permitido facilmente el abuso y fraude, cuyo mejor exponente son los casos originados en algunos Estados de la Federa- cién Norteamericana y sobre todo de la Mexicana, que han dado lugar ya a la jurisprudencia que expondré con detalle.

You might also like