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Poe. ©... . 9 32 oe ® ® @ ® ® Lt Cuentos de La Media Lunita 4h 2 A & algaida ve) GUIA DE LECTURA DELOS CUENTOS DE LA MEDIA LUNITA (UNA COLECCION DE MULTIPLES LECTURAS) A. R. ALMODOVAR algaida INTRODUCCION ACERCA DE LAS VIRTUDES PEDAGOGICAS DEL CUENTO POPULAR Hace quince aftos que se inicié la publicacién de los Cuentos de la Media Lunita. Quince afios en los que la hemos: visto crecer y crecer, y procurarse un sitio en los espacios de la lectura infantil, tanto en la escuela como fuera de ella; mas alla, en todo caso, de lo que autor y edi- tor hubiéramos podido sonar. Cuando nos arrojamos a esta aventura, lo hicimos con esa mezcla un tanto compulsiva que caracteri- za a los grandes peligros: la de un objetivo apasionado, en el que crei- amos firmemente, pero con el temor a no acertar en la forma que habia que darle. Lo primero se puede resumir diciendo que queriamos, ni mas ni menos, que reimplantar la vieja tradicién de los cuen- tos orales espajtoles: restiruirles, en la medida de lo posible, el sitio de honor que siempre tuvieron en la formacién social 'y psicolgica de los nitos, cuando la pedagogia era tan natural como la Iluvia y el viento. Lo segundo era, si cabe, més pelia- gudo, pues no seria la primera vez que una ambicidn tan loable se perdiera por una deficiente adecuacién del modo, incluyendo en esto tanto la redaccién misma como la planificaci6n de la obra y, desde luego, el soporte grafico y la ilustra- cién. Se debe a una feliz ocurrencia del editor el que la letra se hiciese manuscrita, como la que utilizan los nifios cuando aprenden a leer y a escribir. Tan oportuno fue esto que ya tiene hasta imitadores... Que en alguna otra cosa debimos acertar, no nos corresponde decirlo a nosotros. Pero los sesenta titulos publica- dos creemos que son lo bastante elocuen- tes. En todo caso, con lo andado hasta aqui ya hay motivo suficiente para que se produzca la reflexién que hoy queremos desarrollar, y que mu- 2 chos profesionales nos # han pedido a lo largo de todos estos aos. No era intencién, desde un principio, ‘acompanar la pu- blicacion de estos cuentos ninguna muletilla més 0 menos didactica. La literatura oral lleva consigo su propia manera de aprenderse y gozarse, tal como ocurria en la calle o en la tertulia hogare- fia, y lo tinico que hace falta es un poco de sentido comtin para no marchitarla con con practicas esterilizantes. Ya sabéis a lo que nuestros y de otros autores’). Pero si sera me refiero: contar adjetivos, comentar lo conveniente hacer al menos un sefala- mala que es la bruja, identificar lo obvio..._ miento de los principales problemas y con- Pero es cierto que el volumen que va__clusiones en torno a los asuntos que aqui adquiriendo la coleccién y la complejidad _ interesan. interna de la misma aconsejan poner un cierto orden, aunque sea meramente ope- : r rativo: saber cudntos cuentos hay de cada YO, LOS OTROS, EL MUNDO clase —maravillosos, de costumbres, de animales—, a qué edades mas 0 menos se corresponden por su grado de dificultad comprensiva, y tam- bién recordar los conocimientos fundamentales segtin qué ‘aportaciones simbdlicas Ile- van consigo, como acompanan jal desarrollo grupo humano al que per- cognitivo y lenece; y en la adquisicién afective de una primera cosmogonia o vision del nifio; ‘del mundo. Naturalmente, las cosas ast tres rutas andan —andaban ‘§ i “= estrechamente asociadas, hasta No es que sean pocas si aes tee ni pequefias —por el contrario, opino que Punto Ce que solo un equilibrio adecuado de unas con otras puede producir una per- éstas son las que verdaderamente importa i P conocer al que trabaja con una materia tan SoPslidad a su vez equilibrada, Pues bien, delicada—, sino que deliberadamente elu- el cuento, por sus especiales caracteristicas, diremos las estrategias concretas de aplica- © —¥2 ¢s inevitable hablar en pasado— el nticleo © centro de gravedad de toda una cin al aula, pues ésas ha de derivarlas el : docente de todo lo anterior, asi como del Pedagogia natural, o informal, que aporta- ba el conjunto de juegos, canciones, leyen- conocimiento que slo él posee de sus “ : das, refranes, trabalenguas, retahilas, etcée alumnos y del medio en que éstos se 8 y tera, con los que el nifio aprendia a ser, a desenvuelven. ‘ ; ela Tampoco es éste el lugar para una Compartir y a entender. explicacién minuciosa de los avances te6ri- (1) 95 cuentos populares o lt tentatioa de un texto infin, cos y metodolégicos que se han producido (Universidad de Murcia, 1989), También pueden consul- en los tiltimos aos en tomo al cuento po- tare los prologos y apéndices de nuestros Cuentos a ular; algo que ha convulsionado no Poca ee eee oir ie one tandems teorias, més alla incluso de la lingiiistica y Vladimir Propp: Morflogia el cneto (Madrid, Funda. de la literatura; especialmente en los terri- _mentos, 1971) y Las raices hist6ricas del cuento (Ib., 1974), torios de la antropologia cultural, la psico- Bruno Bettelheim: Psicanish de los cuts de bade logia evolutiva, el psicoanilisis y la semio- (B"#!0n2, Critica, 1977), Marie-Louise von Franz BN vee y Stinbolos de redencién en los cuentos de hadas (Barcelona, logia. (Pueden consultarse otros trabajos Luciémaga, 1990) y Georges Jean: El poder de los cuentos En principio, los cuentos de tradicién oral acompaitan —més valdria decir acom- paftaban— al nifio en una triple vertiente: en los problemas psicoldgicos del creci- miento, a partir de una confu- sa identidad; en los de adap- tacién al medio social, al Lo mas interesante es que todo esto ocurria antes de la escuela, 0 al lado de la escuela, e incluso a pesar de la escuela. El clima de convivencia de las sociedades rurales esta- ba hecho en buena medida de esa pedago- gia de la transmisién oral, y en muchas oca- siones la escuela formal —sobre todo la que marcaba una sola direccién, doctrinaria y clasista— sélo vino a perturbar ese apren- dizaje gozoso, con el pretexto de que habia que instruir en disciplinas modernas y positivas. Ni que decir tiene que una parte con- siderable de nuestra tarea como educadores de hoy consiste en averiguar de qué mane- ra actuaba aquel maravilloso proceso, que conducia al nifto desde las canciones de cuna a las canciones de marcha 0 de las fiestas de primavera, del amor de la madre al otro amor, y del egoismo instintivo del nino a la solidaridad aprendida. Y en eso estamos, aprendiendo un poco mas cada dia de todo aquello, para tratar de que la escuela lo recupere y ella misma reconstruya los modelos de aprendi- zaje en la triple armonia del yo, los otros y el mundo. Ahi es nada. PROFUNDOS MENSAJES, COMO SI TAL COSA Pero no desesperemos. Para empezar, volvamos a nuestro asunto, el de los cuentos popula- res, mirandolos un poco mas de cerca. Mucha gente se sor- prende de que los auténticos cuentos populares no lleven moraleja, y que su contenido abstracto no aflore por parte alguna. Se cuentan y ya esta. La moraleja no es mas que un postizo de cuando la escuela se hizo doctrinaria, a remedo de los antiguos fabulistas, que no fueron sino unos primeros adaptadores a la ideologia oficial de su tiem- po. Por el contrario, el cuento, en su medio natural, discurre de manera tersa y fluida, es puro relato; no tiene ni siquiera adornos retdricos. Y eso es porque la efectividad de sus componentes reside en la eficacia directa del mensaje —que sdlo ha de ser descubier- to o asimiliado de forma intuitiva 0 deduc- tiva por la mente del destinatario—, la emotividad del acto comunicativo y, por encima de todo, la receptividad del oyente, que no ha de estar perturbada por attificio de ninguna clase. Es decir, el cuento oral transmitia sus mas complejos mensajes como si tal cosa —permitasenos esta expre- sién—, desde aquellos més profundos contra tra el incesto (todas las Blancanieves, Cenicientas, o Piel de Asno que han exis do; en nuestra coleccién con sus respectivos nombres populares hispanicos: Mariquilla rie perlas, Los tres toritos, Burrita de plata, etc.), hasta aquellos otros que combaten los complejos de inferioridad (Pulgarcitos y Garbancitos; en nuestro caso, Miguelin el Valiente o Periquin y la bruja Curuja); ense- nan el valor de la inteligencia sobre la fuer- za bruta (La zorra y el lobo); castigan el abuso del fuerte o del rico (Los doce ladro- nes); senalan la necesidad de ser solidarios (El medio pollito); la de superar las rivalida- des entre hermanos (Ln pobre rey); la virtud inequivoca de la honradez (EI dinero o la suerte), o la fuerza liberadora del amor (El principe des- memoriado), por ~* citar s6lo algunos casos, en adelanto de lo que luego haremos de manera mas sistematica. Es muy curioso que incluso las ideas mas modernas, como la ecologia (El pastor que entendia a los animales), o la igualdad de sexos, estan ya presentes en algunos cuen- tos populares. Casos como Blancaflor 0 El Principe encantado son cuentos cuya accién es conducida por una heroina muy activa, frente a un héroe abuilico, torpe 0 pasivo. Hora es de afirmar con rotundidad que ese cierto descrédito que a veces han padecido los cuentos populares por acoger ideolo- gias reaccionarias, se debe a un anilisis superficial hecho exclusivamente sobre una ya larga tradicién de cuentos mutilados, ablandados, 0 sencillamente ignorados por a cultura pequentoburguesa. Por supuesto que, en nuestra coleccién, hemos dado cabida a las historias tal como eran —me refiero a sus componentes narrativos—, y asi nuestra bigotuda madrastra se hace pis en los zapatos para pudrirlos rapidamente, el medio pollito utiliza su medio culito para salir adelante en su proyecto de procurarse aliados para hacer justicia, y el padre dor- milén de Mariquilla se da muy sonoros pedos para destruir a la fantasma que viene a por su hijita. VARIEDAD, CUENTO Y CONTRACUENTO Junto a esa autenticidad formal, nues- tro proyecto incluye el de la mayor variedad posible de cuentos. Por una razén tambié fundamental: porque la tertulia campesina conseguia aquel objetivo de formacién psi quica, moral y social del nifio con una multi- plicidad enorme de cuentos, que entre si constitufan un sistema latente; lo que no estaba en uno aparecia en otro; lo que este insinuaba, lo completaba el de mas alla. El modelo tal se contrastaba con el modelo cual. Por cierto, una de las mas aquilatadas sabi- durfas que encierra esta tradicién esta en la simple sistematica de cuento y contracuento, y en la distribucién en tres grupos: los mara villosos, los de costumbres y los de animales, es decir, fantasticos, realistas y metaféricos; adelantandose asi —en en unos cuantos siglos y hasta milenios— al modelo de triple relacién con que hoy trabajan las tiltimas ten- dencias del psicoanilisis, entre lo simbélico, lo real y lo representativo. (Desde Freud a Lacan, ia relacién entre los cuentos maravi- llosos y la interpretacién de los suefios ocupa una parte muy importante de esta teoria.) UN MODELO DE INTERPRETACION DEL MUNDO Pero sin necesidad de ir tan lejos, el cuento popular construye algo esencial para cualquier pedagogia: un modelo de inter- pretacién del mundo. Y eso se basa en un descubrimiento ya clasico de la pedagogia, el que sefiala cémo el nifto aprende a pensar un poco antes que a hablar, y cémo ese barrunto primero del pensar es de tipo sim- bélico, es decir, no de las cosas mismas, sino, de una primera representa- cidn 0 atisbo de ellas. Que ese pensamiento en bruto. necesita de una primera ordenacién y concrecién, y que esa ordenacién requie- re a su vez de un esfuerzo memoristico y légico. Eso expli- ca que un cuento como El Gallo Kirico haya» sido tan universalmente utilizado como primer adiestramiento de los ninos de muchas culturas. Y que fuera acompanado de su contracuento, E! Medio Pollito, configu- randose asi el primer sistema mito-poético que demandaba esa imperiosa necesidad de la mente infantil. Lastima que las muy pu- dendas fuerzas de la pedagogia reaccionaria hace tiempo destierran el segundo de esos cuentos de los espacios educativos, dejando al primero, El Gallo Kirico, huérfano de su oponente, e indefenso en una tradicién ya de por si bastante debilitada. UN MODELO DUAL: Kirico y MEDIO POLLITO Se nos permitiré detenernos un poco ms en este ejemplo —con lo que vamos acabando Ia introduccién—, para que se pueda comprender un poco mejor hasta qué punto era delicado y trascendente aquel mecanismo que venimos Iamando de la pedagogia natural del cuento. Suponemos que se tienen bien presentes las dos histo- rias: la de El Gallo Kirico ensefia cémo un gallo presumido y calculador prescinde del desayuno una mafana en que se las prome- te felices porque ha sido invitado a las we bodas del Tio Perico. Pero nada mas salir de su casa se topa con un suculento grano de trigo. Lo malo es que éste se encuentra yen el centro de una caca de Ursce No pudiendo evitar la tentacién, acabaré comiéndose Yel grano y, naturalmente, man- ichandose el pico. Intenta después que los distintos elementos de una primera cosmogonia le resuelvan el problema, y asi se dirige sucesivamente (una malva, una ov¢ja, un lobo, un palo, iS » 2 -e~un fuego, un rio y un burro, para que le limpien el pico, sin lograrlo, y tratando de indisponer a todos ellos entre si, sin conse- guirlo tampoco. (En otra versi6n del cuento, en lugar de un grano de trigo, el gallo se ha comido a un pobre gusanito, que viene a complicar moralmente la cuestién un poco mis; pero sigamos con nuestro modelo mas sencillo). Dado que no consigue que nadie le limpie el pico, sera rechazado en la boda, © incluso un cocinero sin escriipulos acaba- r metiéndolo en la olla, para aumentar el banquete de los demas EI modelo contrario a éste lo aporta- ba, como hemos dicho, el cuento de El medio pollito. Aqui se trata de un medio ser, indefenso y nada presumido, que ha de recuperar la media moneda que le ha pres- tado a un principe para que se case. Al no cumplir éste con su promesa de devolu- cién, el medio pollito emprendera el cami- no de su particular justicia, ganando 3 adeptos (unas palomas, un zorro, unas Jopiedras, un toro, un rio...) para poder realizarla en el momento final, cuando el rey, que ha que- rido matar al indefenso protagonista, se rinda ante la evidencia persuasiva del toro, que ya va a comearlo, en ayuda del medio pollito Naturalmente, éste recupera su medio real. Como se ve, cuento y contracuento, Kirico y Medio Pollito, venfan a expresar mutuamente lo contrario: la presuncién fren- te a la humildad, la ambicién calculadora frente al deseo de simple justicia, el egoismo frente a la generosidad, la busqueda de com- pinches vengativos frente a la de acompa- fiantes solidarios, etcétera. Naturalmente, ni una sola de esta palabras aparecian en esos cuentos —ifaltaria ms!—, pero el nifio las entendia, a través de sus simbolos, antes de conocerlas. Esto es lo verdaderamente prodi- gioso. El cuento, de esta manera tan aparen- temente sencilla, adelantaba al nifto los cono- cimientos concretos que su mecanismo de captacién simbélica sélo le permitian ba- rruntar. Y todo ello con apoyos ritmicos y de logica secuencial que facilitaban el aprendi- zaje memoristico (la oveja come malva, el lo- bo come oveja...), ademas de los componen- tes ltidicos y afectivos que retienen la aten- ci6n del nifio en plena fase anal: pico frente a culito, caca o estercolero —donde se en- cuentra la moneda de oro— y, en fin, un cti- mulo de interacciones que hacen del cuento el modelo mds completo de aprendizaje mediante una gimnasia men- propio yo y de los demas, con apoyo| en la memorizaci6n; Jo que luego tantas' .pedagogias positivis-| ) tas se encar- garon de disociar, destruyendo lo que la humanidad habia tardado un pufado de siglos en construir paciente y maravillosamente. NIVELES DE LECTURA Con todas las precauciones que hay que tomar siempre a la hora de segmentar las lecturas por edades, proponemos hacerlo con Cuentos de la Media Lunita en tres gru- pos, que se corresponden principalmente con otros tantos grados de capacidad com- prensiva respecto a las historias en sf mis- mas, y a la dificultad para que éstas sean recordadas por el nifio. Esto tiltimo lo ten- dremos muy en cuenta, pues un objetivo comtin a la didactica de toda la serie seria la de practicar la conversién de unos cédigos en otros: del escrito al oral y viceversa; del icénico al verbal, y lo contrario, eteétera. Nivel INICIAL Se compone principalmente de los cuentos llamados encadenados 0 acumula- tivos, faciles de retener por la légica inter- na de los elementos narrativos —el lobo come la oveja, nunca al revés—, més el encadenamiento repetitivo. También se incluyen aqui cuentos de lenguaje facil y despertadores de sentimientos fundamentales, como el inefa- le La nifia del zurrén, uno de los cuentos més arraigados en la tra- dicin hispénica, injustamente desplazado por Caperucita Roja, que es cuento importado por via culta. 1. El mono caprichoso 2. La nifia del zurr6n 3. De penca en penca 4. El gallo Kirico 7. Los tres cochinitos 16. El medio pollito y el medio real 23. El ratoncito Pérez 26. Mas poderoso que el Sol 28. El gato de los pies de trapo 30. Garbancito 57. Cuentos cortitos para leer un poquito NIVEL MEDIO Se incluye aqui lo que podriamos considerar el grueso de de la coleccién, con cuentos de mayor complejidad en la anéc- dota y lenguaje un poco més elaborado. 5. La princesa muda 6. ;Yo, leon! 8. Los doce ladrones 9. Mariquilla rie perlas 10. La zorra y el lobo 11. Periquin y la bruja Curuja 13. Los animales miedosos 15. Los tres toritos 18. El hacha de oro 21. La zorra y el sapo 24, El Principe Encantado 27. Miguelin, el Valiente 29. El zorro y la garza 31. El conejo verde 34, El bello durmiente 36. jA por gallinas! 44, Tres cositas de nada 46. El pastor que entendia a los animales 48, El bicho hombre 49, Que el lobo se muere! 50. El bicho hojarascal 52, La media carita NIVEL SUPERIOR El tiltimo bloque lo componen ya his- torias muy completas y con miiltiples lec- turas posibles. El lenguaje es también més desarrollado. 12. El castillo de irds y no volveras 14. El tonto de mi pueblo 17. Perico Malastrampas 19. Las tres preguntas del rey 20. El parlamento de los animales 22. El Principe Desmemoriado: 25, Juanillo el oso 32. Blancaflor 33. El caballito de siete colores 35. La olla de miel 37. Burrita de Plata 38. Un pobre rey 39, La nifia que salié de un huevo 40. El perro y las liebres 41, Juan Grillo, el adivino 42. Fusil retoz6n 43. Las alas del principe 45, El dinero o la suerte 47. El zorro confesor 51. El que me pega, se pega 58. La flor de Lililé 59, Soplin soplén I 60. Soplin soplén II TRES CLASES DE CUENTOS: MARAVILLOSOS, DE COSTUMBRES, DE ANIMALES Siguiendo la clasificaci6n clasica (curiosa- mente revalidada por los estudios mas recientes que —recordemos— relacionan cada una de esas categorias con lo simbéli- co, lo real y lo metaférico) nuestra coleccién contiene esos tres mismos grupos de cuen- tos, en proporciones semejantes y en distri- bucién aleatoria. De este modo, procura- mos un primer acercamiento a lo que es el conglomerado de los cuentos en la tradi- cién oral, de apariencia cadtica, pero com- puesto internamente de esos mismos tres factores sabiamente combinados y variados para adaptarse a la multiplicidad de las ocasiones comunicativas. CUENTOS MARAVILLOSOS También Hamados en Espaita «de en- cantamiento» y, convencio- nalmente, «de hadas». De forma muy resumida, de- finiremos los cuentos maravillosos como aquellos larmente el objeto » magi da al ) magico, que ayuda \~ néroe o heroina a resol 4 > ver el conflicto en ‘ el También se definen como cuentos de siete personajes: el héroe —o he- roina—, el falso héroe, el adversario, la victi- ma, el padre de la victima, los auxiliares del héroe y el donante del objeto magico. (Esta composicién se presta a muchas tareas de interpretaciGn y reparto de papeles.) EI contenido de estos cuentos es fundamentalmente simbélico. 3. De penca en penca 6. ;Yo, leon! 9. Mariquilla rie perlas 11. Periquin y la bruja Curuja 12. El castillo de irés y no volveras 15. Los tres toritos 18. El hacha de oro 24. El Principe Encantado 25. Juanillo el oso 31. El conejo verde 32, Blancaflor 33. El caballito de siete colores 34, El bello durmiente 37. Burrita de Plata 39, La nifia que salié de un huevo 43, Las alas del principe 46. E pastor que entendia a los animales 52. La media carita 58, La flor de Lilild 59, Soplin soplén I 60. Soplin soplén IL CUENTOS DE COSTUMBRES Con esta denominacién genérica, que ‘abarca en realidad a muchos subgrupos, incluimos todos aquellos cuentos que no son maravillosos ni de animales. Es decir, se trata, técnicamente, de una definicién referencial negativa, pero se pueden definir en positivo como aquellos en los que todo cuanto ocurre pertenenece a la realidad ac 9 realidad verosimil. S6lo algunas veces de auténticas metéforas de la condicién incluyen elementos fantasticos sueltos, humana pero suele ser como remedo o satira del cuento maravilloso. El contenido de estos cuentos es, pues, basicamente realista. 1. El mono caprichoso 4. El gallo Kirico 7. Los tres cochinitos SaiERnEasIeTaa 10. La zorra y el lobo Site princes naida 13, Los animales miedosos 2 16. El medio pollito y el medio real 4A Ronis ae puieb tb 20. El parlamento de los animales 21. La zorra y el sapo 23, El ratoncito Pérez 17. Perico Malastrampas 19. Las tres preguntas del rey 22. El Principe Desmemoriado 26. Mas poderoso que el Sol 30. Garbancito 28. El gato de los pies de trapo 41, Juan Grillo, el adivino 29. El zorro y la garza 35. La olla de miel 36. |A por gallinas! 40. El perro y las liebres 42. Fusil retozén 47. El zorro confesor 48. El bicho hombre CUENTOS DE ANIMALES 49. 1Que el lobo se muete! 50. El bicho hojarascal 44. Tres cositas de nada 45. El dinero o la suerte 51. El que me pega, se pega Pertenecen a esta clase aquellos cuen- tos en que animales hablan y se comportan como si fueran personas. No hay que con- fundirlos comiaqueliaacucntoseetaritloss AGRUPAMIENTOS TEMATICOS donde intervienen algunos animales —ser- ae areata kt "er" (LECTURAS TRANSVERSALES, das. En realidad, se trata | @® VW DE VALORES Y OTRAS) y miiltiples maneras se pueden reagrupar @) /) los cuentos de nuestra coleccién siguiendo el tema fundamental que guia el argumento o que se desprende de él. Fs muy intere- sante observar que la mayoria de los temas incluyen alguna cualidad moral relevante, por lo que es posible una lec- ; tura transversal de la colecci6n, aplica- ble a los valores sociales o individuales que la humanidad ha demandado de siem- prea los cuentos; hoy quizas mas que nunca, debido a la celeridad con que desaparecen 0 se cuestionan algunos de esos valores. Pero lo més peculiar de los cuentos de tradicion oral en esta perspectiva —a menu- do poco observada— es que todo ello, segiin veiamos en la introduccién, no aparece jams de forma explicita, sino implicita, para que sea el oyente o lector quien extraiga la secre- ta sustancia de que son portadores y asi arraigue mejor en la conciencia, 0 en la sub- consciencia. No olvidemos que muchos de los contenidos sugeridos por los simbolos de los cuentos maravillosos pertenecen al inconsciente colective, y de ahi la fuerza social y psicolégica que emana de ellos. Pero no sélo en esta habil cualidad de contar una historia y alumbrar un mensaje, podriamos decir, radica el valor de los cuen- tos populares, sino también en la radicalidad de los planteamientos narrativos, refida por completo con la blandura y la sofisticacion de muchos cuentos infantiles de autores modernos. Una radicalidad hecha, por el contrario, de agudos contrastes, de finales concluyentes, de emociones muy pro=, fundas que se hacen inolvi- dables e invitan a la refle tiene el nifo hacia la justicia, la lealtad, la, honradez, la amistad Segtin ese paradig- ma, la maldad, la trai cién, el abuso} de poder, serai castigados sin! paliativos; el pobre listo se burlaré del bruto inteligente sin miramiento alguno, y el humor surgiré a raudales como envoltorio muchas veces de esta inteligente maquinaria de ensueitos y verdades, de premios y casti- 05, de lirismo y dramatismo, de amistad y desengaito... Se habra observado que abundan en nuestras descripciones los emparejamientos de términos contrarios; pues no de otra manera sucede en la sistematica del cuento popular. Y siguiendo, o persiguiendo, ese or- den a menudo secreto, es como vamos a pro- ceder en nuestros agrupamientos tematicos. CUENTOS DE INGENIO Y TORPEZA Uno de los ejes narrativos de esta tra- dici6n es el valor superior de la inteligencia, como instrumento para vencer al poderoso 0 al bruto, esto es, con renuncia expresa de la violencia. Asf, las divertidas andanzas del lobo y la zorra o las invenciones del picaro. mo 13. Los animales miedosos 17. Perico Malastrampas 19. Las tres preguntas del rey 27. Miguelin, el Valiente 30. Garbancito 35. La olla de miel 36. jA por gallinas! 40, El perro y las liebres 41. Juan Grillo, el adivino UENTOS DEL DEBIL Y EL FUERTE Se puede entender casi como ‘una variante de lo anterior, pero acen- tuando la posicién de debilidad del héroe o heroina: so 7. Los tres cochinitos 9. Mariquilla rie perlas 10. La zorra y el lobo 14. E] tonto de mi pueblo 16. El medio pollito y el medio real 17. Perico Malastrampas 21. La zorra y el sapo 28, El gato de los pies de trapo 36. jA por gallinas! 49, ;Que el lobo se muere! 50. El bicho hojarascal CUENTOS DE POBRES Y RICOS También se podria considerar una variante de los dos anteriores, pero aqui es la diferencia social, marcada por la carencia de lo més elemental frente a lo contrario, lo que articula un nuevo discurso. Ast: Pe a) 3. De penca en penca 8. Los doce ladrones 9. Mariquilla rie perlas 14. El tonto de mi pueblo 18, El hacha de oro 38, Un pobre rey 44, Tres cositas de nada 59, Soplin soplén I 60. Soplin soplén IL CUENTOS DE FAMILIA: CRISIS Y REGENERACION Bien estudiados estén desde hace tiempo los contenidos simbélicos del cuento maravilloso, y de algunos de cos- tumbres, atendiendo a la necesidad de constituir grupos humanos nucleados por el matrimonio exdgamo, y a la de preser- 12 var a estos mismos de innimeros peli- gros. Tal vez de ahi procedan algunas cri- ticas al principio de la «boda obligada» con el que numerosos de| estos cuentos| se constituyen. Ha de obser- varse que en estas historias estan codifica- dos algunos de los mensajes més antiguo: que la so, ciedad se ha dado a si misma, como el mensaje contra el incesto, contra el rapto o contra la viola- cién —no otra cosa significan los nume- rosos «encantamientos» de princesas y nifas que se alejan peligrosamente del hogar—. En esas claves profundas, que el nino capta de forma intuitiva pero necesa- ria, las palabras rey, princesa, principe, etc. dan a entender mucho mas que lo que se desprende de su significado inmediato; mas bien quieren decir: «padre con pro- blemas para casar a sus hijos» (rey); «don- cella casadera que hay que sacar del estre- cho circulo de sus parientes» (princesa); «esforzado y valiente muchacho que se entrega generosamente a la tarea de la liberacién» (principe, caballero, etc.). Ademas, todo eso viene servido en una at- mésfera sentimental proclive al descubri- miento del amor, como energia vital in- descriptible, que constituye al individuo mismo y, por ende, a la sociedad libre. 2. La nifa del zurrén 3. De penca en penca 9. Mariquilla rie perlas 11. Periquin y la bruja Curuja 12. El castillo de irés y no volverds 15. Los tres toritos 22. El Principe Desmemoriado 24, El Principe Encantado 25, Juanillo el oso 32. Blancaflor 34, El bello durmiente 37. Burrita de Plata 39. La nifta que salié de un huevo 42. Fusil retozén 52. La media carita yi CUENTOS DE HERMANOS: RIVALIDAD Y SUPERACION Bien sabido es que uno de los principa- les problemas de aquella sociedad exégama, nucleada en torno a la pareja, es la disputa por el espacio y las cosas que se da entre her- manos. Muchos cuentos populares con- templan esta delicada situaci6n. Penne) 12, El castillo de irds y no volveras 15. Los tres toritos 27. Miguelin, el Valiente 33. El caballito de siete colores 38. Un pobre rey 44, Tres cositas de nada 58. La flor de Lilild CUENTOS DE VALORES FUNDAMENTALES Los grandes valores que intuitiva- mente persigue todo nifio estan a menudo representados en estos cuentos. Citaremos algunos de los mas importantes casos: (EIT en ea eRe) 24, El Principe Encantado 25, Juanillo el oso 32, Blancaflor 39. La nifa que salié de un huevo 40. El perro y las liebres 46, El pastor que entendia a los animales SUIenner 16. El medio pollito y el medio real 23. El ratoncito Pérez 40. El perro y las liebres 3. De penca en penca 18. El hacha de oro 44. Tres cositas de nada 45. E] dinero o la suerte CUENTOS ROMANTICOS En la gama de los sentimientos positi- vos que también envuelven como valores a 13 estos cuentos, es de destacar la del amor, descubrimiento mas temprano en los ninos de lo que comtinmente se cree. Aunque ya hemos abordado este asunto, tal vez no sobre sefialar aquellos titulos de nuestra coleccién que més arraigan su argumento en un primer vislumbre del luminoso hallazgo. nemo 12. El castillo de irds y no volveras 22, El Principe Desmemoriado 24, El Principe Encantado 31, El conejo verde 32. Blancaflor 34, El bello durmiente 37. Burrita de Plata 43, Las alas del principe CUENTOS DE VALORES ACTUALIZADOS: ECOLOGIA, COEDUCACION, ETC La sociedad actual hag® redescubierto algunos valores! que la narrativa tradicional ya habfa tenido en cuenta, de forma mas 0 menos implicita. Asi, por ejemplo, la necesidad de preservar la natu- raleza, algo que esta como telén ff de fondo en muchos cuen- tos de ambiente’ rural o de anima- les. En nuestros Cuentos de la Media Lunita podrian sefalarse, a modo de ejemplo: La pasividad de la heroina en muchos cuentos de héroes masculinos ha 14 Naturaleza 29. El zorro y la garza 46. El pastor que entendia a los animales hecho creer a algunos sectores pedagégi- cos que en este arte predomina el senti- miento «machista», olvidando que esa impresién procede del analisis de los repertorios ya previamente banalizados y mutilados por la cultura pequefobur- guesa, El sistema inherente a esta narra- tiva, en su genuina manifestacién, incluia tantos cuentos de héroes como de heroi- nas activas, y en muchos cuentos de cos- tumbres se vapuleaba sin piedad a los hombres prepotentes, celosos 0 abusado- res, lo mismo que a la autoridad ejercida con despotismo. En nuestra coleccién vamos tenien- do muy en cuenta ese equilibrio interno entre cuentos de matiz masculino y cuen- tos de matiz femenino, lo que podriamos distinguir como «cuentos de héroe» y «cuentos de heroina»: 3. De penca en penca 6. iYo, leon! 8. Los doce ladrones 11. Periquin y la bruja Curuja 14. El tonto de mi pueblo 17. Perico Malastrampas 18. El hacha de oro 19. Las tres preguntas del rey 25. Juanillo el oso 27. Miguelin, el Valiente 30. Garbancito 38. Un pobre rey 39. La nifia que salié de un huevo 40. El perro y las liebres 41, Juan Grillo, el adivino 2. La nifia del zurrén 5. La princesa muda 9. Mariquilla rie perlas 15. Los tres toritos 23. El ratoncito Pérez 24, El Principe Encantado 26. Mas poderoso que el Sol 31. El conejo verde 32, Blancaflor 34, El bello durmiente 35. La olla de miel 37. Burrita de Plata 39. La nifia que salié de un huevo 52. La media carita CUENTOS HUMORISTICOS Por tiltimo, aunque el humor es ruibrica muy frecuente en esta colecciGn, tampoco esta- rf de ms indicar aquellos cuentos que pare- cen concebidos especialmente par hacer reir a los nifios —y muchas veces a los mayores—. Muy especialmente hay que subrayar a todos los de la subserie de la zorra y el lobo. Solamente con éstos se pueden emprender caminos muy jugosos en el aprovechamiento de la coleccién para fines de puro divertimento: léase aqui, represen- taciones teatrales, pongamos por caso. A los de estos dos sempiternos riva- les, podemos aiadir otros cuentos humo- risticos como: eres eo 10. La zorra y el lobo 21. La zorra y el sapo 29, El zorro y la garza 35. La olla de miel 36. |A por gallinas! 42. Fusil retozén 47. El zorro confesor 49, ;Que el lobo se muere! 50. El bicho hojarascal Estos dos primeros titulos, El Principe desmemoriado y Un pobre rey, son a su vez dos de los cuentos més originales de esta coleccién y, por multiples motivos, verda- deras estrellas con luz propia. ery 22, El Principe Desmemoriado 38. Un pobre rey 59. Soplin soplén I 60. Soplin soplén IT CLONE hice) bates eT Nivel medio ® Nivel superior ® Cuentos maravillo @ Cuentos de,costumbres @ Cuentos de animales 11. El mono caprichoso 2. La nina del zurrén 3. De penca en penca 4. El gallo Kirico 5. La princesa muda 16. ;Yo, leon! 7. Los tres cochinitos '8. Los doce ladrones ‘9. Mariquilla rie perlas 10. La zorra y el lobo 11, Periquin y la bruja Curuja 12. El castillo de irds y no volverds 13. Los animales miedosos /14. El tonto de mi pueblo 15. Los tres toritos 16. El medio pollito y el medio real 17. Perico Malastrampas | hacha de oro tres preguntas del rey 20. El parlamento de los animales |21. La zorra el sapo '22. El Principe Desmemoriado ratoncito Pérez \24, 25. Juanillo el oso Principe Encantado 26. Mas poderoso que el Sol 27. Miguelin, el Valiente js. 29, El zorro y la garza 30. Garbancito | gato de los pies de trapo CQOOLQHOOQOOLQLOQOOOHGOHOOOSGOCOOOS |31. El conejo verde | (32. Blancaflor 33. El caballito de siete colores 34. El bello durmiente | |35. La olla de miel OOO |36. ;A por gallinas! 37. Burrita de Plata | | 139. La nifia que salié de un huevo |40. El perro y las liebres (3) 3) Grillo, el adivino Q) Q Q @ OOOO | |38. Un pobre rey @! CO SS 42. | |43. Las alas del principe ‘usil retoz6n OO | |44. Tres cositas de nada y. @ |45. El dinero o la suerte (S @ POGOOOLQOCE’ COO COOPEOHOBOO o) 146. El pastor que entendia a los animales | |47. El zorro confesor 48. El bicho hombre | |49. ;Que el lobo se muere! 50. El bicho hojarascal 51, El que me pega, se pega 52. La media carita 153, Un castillo de mil pares de narices I '54. Un castillo de mil pares de narices II \55. Un bien con un mal se paga I 56. Un bien con un mal se paga II 57. Cuentos cortitos para leer un poquito@] 58, La flor de Lilila |59. Soplin soplon I (60. Soplin soplén II COO oC? 8 Ff 2 & «© DISTRIBUCION EXCLUSIVA: ANANYA 2960199 ® @ @ @ Antonio Rodriguez Almodovar (Alcala de Guadaira, Sevilla, 1941) Doctor en Filologia y Ca- tedratico de Lengua y Literatura Espafiola, es autor de una veinte- na de libros de diversos géneros, desde la novela Variaciones para un saxo (1986) y los poemarios A pesar de los dioses (1994) y Poe- mas del viajero (1999), hasta el ensayo literario (La estructura de la novela burguesa, Hacia una cri- tica dialéctica, Cuentos populares ™ 0 la tentativa de un texto infinito) y la investigacion filologica. Fue profesor de la Universidad de Sevilla y Wel Colegio Universitario de Cadiz (1969-1974), de las que fue apart do como consecuencia de su compromiso en la lucha antifranquista. Menci6n especial merecen sus estudios sobre literatura tradicional y cuen- tos hispénicos de tradicién oral, tanto por sus trabajos de campo como porel desarrollo de un nueva metodologia semiético-estructural, sobre los que ha impartido numerosos cursos y conferencias en universidades euro- peas y norteamericanas. Fruto de esa labor —y de su entusiamo por la lite- ratura infantil y juvenil— fueron sus Cuentos maravillosos esparioles (1982), y luego los Cuentos al amor de la lumbre y Cuentos de la Mada Lunita, que desde su aparicion hace mas de quince afios han cor continuas reediciones y traducciones en diversos formatos, conviritié dose asi en las colecciones de cuentos infantiles mas leidas en Espaiia. En ese tiempo su infatigable labor como autor juvenil e infantil no ha cesado (Animales de aventura, El sapo y la rana se saltan la evolucion, Un lugar parecido al paraiso...). Se han estrenado sus adaptaciones dramaticas de los cuentos La nifta que riega las albahacas. El parla- ‘mento de los animales y La princesa del lunar, y como guionista de television ha participado en tres miniseries draméticas (El principe encantado, La princesa que nunca se refa y Mariquilla rie perlas), tam- bién basadas en cuentos populares y emitidas por Canal Sur Televisi6n. Entre los galardones de los que se ha hecho merevedor destacan el Premio Intemacional Infanta Elena de Narrativa Juvenil con Un lugar parecido al paraiso, del que se han publicado cuatro ediciones, y el Premio Nacional de Literatura 1985 al conjunto de sus Cuentos al amor de la lumbre. algaida ® @ @ @ @

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