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398.2 D298 parva: erarra de tradicin oral del viejo Deere ccangerin etapa Paz Tores y Mercedes Zavala Géme 5 aie raat dicién. — San Luis Poros San Luis Potost : El Colegio de s, el Campo. — : . Luis, AC. 2018. 428 pginas 23m. — (Coleccion Investigaciones) Incluye bibliografa al final de cada capftulo ISBN: 978-607-8500-91-8 so 2 Literatura follrica 3 Supersicion~ Folelore Pua Tones 1.- Tradici ez del Campo, Mercedes, editor IIIs. ‘Margarita, editor I.- Zavala Gom ote obra fue dictaminada por evaluadores externos 2 Fl Colegio de San Luis por el método de doble ciego Disefio de portada: Natalia Rojas Nieto © Por la edicién: Margarita Paz Torres y Mercedes Zavala Gémez del C lel Campo © Todos los textos son propiedad de sus autores D.R. © El Colegio de San Luis Parque de Macul 155 Fracc. Colinas del Parque, San Luis Potosi, $.L.P, 78299 wwvicolsan.edu.mx ISBN: 978-607-8500-91-8 Impreso y hecho en México BL TRICKSTER CONTRA EL yy MOTIVOS Y ARQUETIPOS EN Los teNO: DEL PUENTE DEL DIABLO ATS ADRIANA GumLLéN Oxaz (El Colegio de San Luis) Setiora mia, yo soy el diablo : Si, soy el diablo Pero no me tema ni se sobresalte. Fernando Pessoa Los puentes son la conexién entre dos mundos. Simbolizan el traspaso de un estado a otro en diversos niveles: épocas de la vida o estados de set. Personifican el cambio o el anhelo de cambio.' El puente satisface la primera necesidad del ser humano al escuchar un cuento: el viaje hacia otra realidad. Los puentes en sf son cuentos que guardan un enigma en hotra orilla. El presente estudio abarca una serie de aspectos espaciales, motivos Y personajes arquetipicos existentes en distintas versiones que circulan en la tradicién oral de Coatepec, Veracruz, sobre el Puente del Diablo. Ubicado entre las localidades del Grande y el Chico, este espacio se en- cuentra rodeado de vegetacién exuberante y es caracterizado como ua lugar donde ocurren varios accidentes. Dichos rasgos lo han eee enel referente espacial idéneo para la proliferaci6n de un sinntimero de telatos alrededor del mismo. __Las siguientes versiones forman parte del t bce en la ciudad de Coatepec durante diciembr clén de una versi6n extraida del Diccionario mitico-m Una versién de origen hondurefio. abajo de campo que rea- bre de 2014, con excep gico de Veracruzy : id, 2006. ‘Tuan Eduardo Cislos, Diccionario de stmbolos,Siruela Madrid, - Eltwickster conira el Maligno. La primera version del corpus relata la historia de un sastre muy pobre al que se le aparece el diablo para ofrecerle un traro: le daré mu- cho dinero si gana una apuesta contra él, pero de lo contrario tendra derecho a Ilevarse su alma:* Cuentan que hace muchos afios en un Puente que esté de Coatepec hacia las trancas, ahi, una vez, se estaba co el muro muy fresco y entonces (a] un sastre que era muy pobre y estaba pensando cdmo obtener dinero, se le apareci6 el diablo y le dijo que él le podia dar mucho dinero, mucho oro, pero tenfan que jugar una apuesta, Dijo el diablo: —Si yo la gano, yo me voy a dar mucho oro. Entonces el sastre dijo: — Bueno, esté bien. Mira, vamos a coser, y el que termine primero la nstruyendo el puente, estaba todavia quedo con tu alma, pero si ti la ganas, yo te costura, ése gana. Entonces el diablo, que es muy abusado, [se] dijo: “Para ganarle, voy utilizar un hilo largo largo largo, y as{ no voy a tener que estar ensartan- do la aguja a cada rato”. ¥ el sastre, que era muy habilidoso y que conocta su oficio, agarré un hilo cortivo y ensarté su aguja, y entonces los dos empezaron a coset y a coset Ya coset. Pero el diablo se empez6 a enfurecer porque el hilo se le hacfa coca, es decir que se le enredaba y se le enredaba, tenia un nudo y ya no podia pasar el hilo, entonces se le reventaba y tenia que volver a agarrar otro hilo grande grande, y lo volvia a ensartar y volvia a empezar. Y el sastt, mientras, terminaba ese hilo chiquito y ensartaba otro y ensartaba otro y ensartaba otro, y entonces terminé répido la costura y gané. Entonces el diablo estaba tan enojado de que habia perdido, agarré su manota grandota con sus ufias enormes y ya, ;pah! Y dio un manotazo __ 2 Con el fin de agilizar la lectura, en esta transcripcin se climinaron la mayorfa de las mu- leisy silencis, e agregaron guiones para los didlogos, se utilizaron comas para indicar la se- paracién que hacia el informante entre una frase y otra, y puntos cuando cambiaba totalmente de secuencia. Entre corchetes se agregan elementos que no aparecen en la nartacién oral, como pronombres y conjunciones. Aunue se busca plasmar un texto mds literario, primordialmente se ha intentado dejar los rasgos més significativos de oralidad, por ejemplo, la aglutinacién de las oraciones por medio de las conjunciones y la tepeticién de palabras. 408 PAD SPAS POM. en clcemento fresco del puente y abh yuedl us saese, y wbete ve wale ver, 1 uno baja las escaleras y ve, abi esth a seer, y yom exes se be Dena A puente del diablo,’ Hemos catalogado este relate como cuenta de aonerdo wom la dcbe- nicidn que expone Mercedes Zavala del cuenta folbricn 0 tradichenval como “una obra en prova que —a diferencia de \a leyenda — ve cmside- 1a como ficeldn; es decir, no tiene valor de verdad. Come todo yore tradicional, vive en variantes y es4 sujeto al proceso de wonservacién y variacin de acuerdo con las tendencias esttricas y vwxioculturales de cada acervo comunitasio y de cada transmmivor”! 1 cuenta, 2 diferencia de la leyenda, se conforma de varios motives, tiene personajes tipo, como, en este caso, el trickster, y Ja version anterior entratte particalar- mente dentro del rubro de cucntos maravillows que relatan la ayaticién de un ser magico, quien permite librar exitosamente los obwécules 0 las carencias.’ En este caso, el ser magico est4 representado por 4 dizblo, quien ayuda al sastre a sobrepasar su pobreza. Segtin Aurelio GonvAlez,’ los cuentos maravillows abarcan los cucn- tos de hadas, de animales, y cabe destacar los relatos mitolégicos o topo- grificos, La magia en estos relatos no sobrepasa el mundo de lo natural ysu funcidn es la de entretener, pero al mismo tiempo ayudan al miem- bro de una comunidad a comprenderse a sf mismo y, corno vemos en este caso, también a comprender el espacio que lo rodea. De acuerdo con Ia clasificacién de Stith Thompson, dl motivo de este cuento se encuentra en el rubro de “Contests won by deception” y cortesponde al ntimero “K47.1: Sewing contest won by deception: the * Informante: Masta del Pilar Ortiz Lovilo, investigadora, A afios, Coatepec. Veracruz. Recoleccién: 26/10/2014, ‘Mercedes Zavala Gémez del Campo, “De coyotes, diablos, aventuras y princesss: cerca: lento a algunos personajes del cuento tradicional del noreste de Mexioc’, en Formas narratioa: ‘ela lseratura de adieiom oral de Mésico: Romance, corrido, décima, Leyenda y cuenta, Ei Colegio de San Luis, San Luis Potosi, 2009, p. 235, ° thid, p. 236, “ Autelio Gonzdler, “Cuentos y cuemtistas: cruce de tradiciones en Hispancamérica’, en a Beltrin y Marta Haro (eds.), EZ cwento folelirico em la literature y en la sradicién onal, ‘iversidad de Valencia, Valencia, 2006, p. 194, red Eltvickster contra el Maligno. long thread”.” Hans-Jorg Uther lo retoma igualmente, donde la ini variante es que el diablo, para hacer su primera puntada, y visto que su hilo es tan largo, debe correr alrededor de la casa del sastres y cuando is 8 regresa, este Ultimo ya ha terminado la tarea. ; El mismo motivo se encuentra en el indice de Stanley Robe, quien ‘folklore de San Pedro Piedra Gorda, de Vicente Mendoza y Virginia Rodriguez, y el cual es idéntico al relato recopila- do en Coatepec. No es el caso del que Robe cita de Howard Wheeler, encontrado en Jalisco, donde el diablo se disfraza de campesino para engafiar a un hombre y Ilevarse su alma, y es su esposa quien, para sal- varlo, propone un concurso de costura. Las mujeres también suelen ser los tricksters caracteristicos en los relatos que tratan sobre la lucha contra el diablo,’ y veremos algunos ejemplos més adelante. Con base en lo anterior, podemos observar que este motivo existe en la tradicién oral de diversas culturas y en distintas regiones. De he- cho, Uther cita este motivo recopilado en Finlandia, Suecia, Estonia, Litwania, Noruega, Inglaterra, Alemania, Austria, Italia, Hungria, Eslo- vaquia y, por supuesto, México, entre otros. Y, como vemos en el indice de Robe, dentro de la tradicién mexicana también se encuentra presen- te al oeste y este del pais (por ejemplo, en Guadalajara y Veracruz). La afinidad de la tradicién con este motivo puede deberse a que en el mismo encontramos a dos personajes estelares: el diablo y el trickster. Taylor Caldwell explica que los hombres siempre se han sentido atraidos por la figura del diablo: Perhaps because evil is always more dra- matic than God, more spectacular, more bloody, and more frightful, and cita como referencia El. 7 Stith Thompson, Motif-index of folk-literature: a clasification of narrative elements in folk- tales, ballads, mys, fables, mediaeval romances, exempla, fabliaux,jest-books, and local legend, Indiana University, Bloomington, 1955-58, vol. 5, p. 240. 4 Hansdog Uthes, Te types of international folktales: a clasifiation and bibliography, based an the stem of Antti Aarne and Stith Thompson, FE Communications No. 284-86, Academia Scientiarum Fennica, Helsinki, 2004, p. 37. ae 5 ‘ ’ Claudia Carranza Vera, “La lucha contra el diablo en algunos ejemplos de la narrativa fm licional mexicana”, en Claudia Carranza Vera y Mercedes Zavala Gémer del Campo (eds) Temas y motivos en formas narrativas de la literatura tradicional de México, E| Colegio de San Luis, San Luis Potosf, 2014, pp. 137-154. 410 ADRIANA GUILLEN ORTIZ when men are not comedians —though they never seem aware of the co- medy of their being— they are, at heart, dramatists and tragedians."° Hay algo acerca del diablo que nos atrae e intriga. Como describe Carranza Vera, son frecuentes los relatos en los cuales el hombre compi- te contra el diablo y lo mata, hiere, asusta o de alguna forma salva a las almas que ya estan en su poder." Por ejemplo, Javier Ayala habla sobre Jas marcas relacionadas con el pacto diabélico: ‘Aunque podfa tomar una gran cantidad de formas, desde la pequefia y redondeada de una picadura de pulga hasta la de una gran pata de liebre, esta matca 0 estigma aludida por Caro Baroja y entendida como efecto de un pacto expreso usualmente consistia en la garra del diablo seftalada en cualquier lugar del cuerpo, especialmente en el costado izquierdo.” En los relatos del Puente del Diablo, mas que una marca diabéli- ca, la garra representa una marca geogrdfica caracteristica de los relatos etiolégicos. Sin embargo, aunque la marca y el pacto con el diablo se refieren a motivos distintos, es importante notar aqui el simbolo de es- clavitud ante el Maligno; o bien, la marca vista como firma de un pacto. En la versién que hemos ejemplificado anteriormente, la “garra del diablo” queda expuesta como una marca de su ira y su condicién de vencido, al mismo tiempo que coloca un estigma diabélico sobre el espacio. EI diablo es visto en la literatura, desde la Edad Media, como un ente al que hay que temer, el signo puro del mal, y simult4neamente es tepresentado como un personaje cémico 0 caricaturesco: Aunque es bien cierto que los avances culturales y cientificos fueron des- Pojandole de credibilidad —y, por tanto, de capacidad de amedrenta- miento— a medida que la sociedad occidental se adentraba en la senda "Taylor Caldwell, Dialogues with the Devil, Fawcett Crest Books, Nueva York, 1967, p. 5. "'C. Carranza Vera, art. cit., p. 150. "Javier Ayala Calder6n, El diablo en la Nueva Expana, Universidad de Guanajuato, Gua- najuato, 2010, p. 293, 4 Eltwickster contra el Maligno... .ceso de trivializacin y de de la modernidad, también lo es que su pror en la Edad Media.'? caricaturizacién se habia iniciado con fuerza ya oral, el diablo tiene dos caras: las almas de horror y de mie- ca el desprecio y la Por tanto, a lo largo de la literatura ible, y lena “Como vencedor parece ter do, como vencido aparece slo vituperios y Prov? risa”."4 La ambivalencia del personaj bélico que permed la tradicién desde la Edad Media y Ia cual forjé su camino (puente) hacia la Nueva Espafia encontré ahi un terreno donde las divinidades de por si tenian cualidades de doble valor. Por ejemplo, Tezcatlipoca, “aunque fuera un hechicero maligno en su aspecto negativo, era también un guerrero va- Jeroso y leno de piedad hacia sus files; y si por us lado era capaz de mandar las peores desgracias cuando alguien le irritaba, por el otro con- cedia liberalmente prosperidades y riquezas sin cuento”.!° Robert Muchembeld indica que la historia del diablo engafiado tenido una importancia extraordinaria, pues producia un idad del hombre astuto y valiente sobre el Ma- las trovas y cuentos populares medievales nas ordinarias capaces de impo- je dial siempre ha sentimiento de superior ligno. Ademis, destaca que ponian muy a menudo en escena a perso! nerse al Principe de la Tinieblas. ni mucho menos. Burlado, nia la dltima palabra, nian de esta manera lizaba a aquellos que lo po dominado por el hombre era un antidoto do desaparecié de Ia culeura el contrario, recuperd su El Maligno no siempre te! yencido, engafiado, tranqui en escena. El tema del demonio poderoso contra Ia angustia. De ningtin mo europea después de la gran caza de brujass por fuerza en los cuentos y leyendas populares.’* en Maria Tausict “EI diablo en la literatura de los Siglos de Oro”, 2004, pp +3 José Manuel Pedrosa, ‘blo en la Edad Moderna, Marcial Pons, Barcelona, y James $. Amelang (eds.), Et dial 69-70. ™ Ibid. p. 71. °5J, Ayala Calderdn, op. cit. p. 130. 16 Robere Muchembeld, Historia del diablo: sglos x-kx, Fondo de Cultura Econémica, México, 2002, pp. 26-27. 412 ADRIANA GUILLEN ORTIZ De ahi, es posible imaginar que la figura del diablo se mantuviera en [a tradicién oral representado como un ser mitico, engendro de mal- dad, y al mismo tiempo vadeable y, de hecho, ingenuo. Esto nos lleva al segundo personaje arquetipico de este cuento: el trickster. Una figura que es constituida como un puente en si mismo. Este personaje existe en la tradicién, al igual que el diablo, desde tiempos inmemorables y en diversas partes del mundo. Joseph Mauro- ne lo describe de la siguiente manera: There is a character called the Trickster who plays a crucial role in much of the world’s mythology and folklore, The Trickster has many incarnations; he is, in the words of Lewis Hyde, “the adept who can move between heaven and earth, and between the living and the dead... he is sometimes the messenger af the gods and sometimes the guide of souls, carrying the dead into the un- derworld or opening the tomb to release them when they must walk among us". The Trickster is usually found at boundaries or crossroads, sometimes na. vigating them, sometimes creating them. He is a mischievous troublemaker, simultaneously attempting to help and hinder. He is said to be both clever and a shameless fool. And he goes by many names, including the Coyote and Wakdjunkaga in Native American Stories, Loki in Norse mythology, Pro- metheus and Hermes in Greek mythology, Brer Rabbit in the folklore of the United States, Monkey in Asian stories, and Eshu, Thlokanyana, and Legha in African stories,” Entonces, el trickster en si mismo representa un enlace, una cone- xi6n, un puente. Es aquel que borra, atraviesa o cruza fronteras. Mau- tone lo describe como el cuerpo de la ambigiiedad y la ambivalencia, duplicidad y doblez, contradiccién y paradoja. Lewis Hyde, asimismo, define a esta figura por su naturaleza dual, la cual viene precisamente de ser ese vinculo entre dos mundos: un per- Sonaje marginal, contacto de todos y situado en la nada, casi obligado a Sngafiar, robar o mentir para conseguir lo que desea: The road between ,,, Joseph Maurone, “The Trickster Icon and Objectivism”, The Journal of Ayn Rand St “fol. 3, niim. 2 (primavera de 2002), pp. 229-258, disponible en hetp://wwvrjstororg/ stable/415601 [Acceso: 11/2014). 413 Elcrickster contra el Maligno... e Trickster travels not as a messenger but heaven and earth is not open, th the good things that humans need if asa thief, the one who steals from gods they are to survive.® Segtin este autor, el ser humano nes: por ejemplo entre lo correcto y | 1no, lo limpio y lo sucio, lo masculino y lo femenino, los vivos y los muertos; y en cada caso, el trickster cruzaré esa frontera y confundira dicha distincién. En la versién que hemos revisado, el trickster simboliza precisamen- te los elementos anteriores. El sastre vive cerca del puente, de alguna manera lo guarda, vive en sus fronteras; y al enfrentarse con un ser ma- gico (divino dentro de lo profano o angel caido), debe engafarlo para sobreponerse a las carencias que soporta por ser un personaje marginal. En la literatura popular existen varios relatos que retratan al sastre como un @ickster consumado. Tomemos como ejemplo la historia de The Valiant Little Tailor, recopilada por los hermanos Grimm. En esta historia, el sastre mata siete moscas con un solo golpe y muy orgulloso Jo marca en su cinturén y sale a presumirlo. A quien se encuentra pri- mero es a un gigante, al decirle que acaba de matar a siete de un solo golpe, el gigante decide competir contra él en distintos retos. El sastre utiliza su astucia e ingenio para vencerlo, y asi se gana su respeto y su miedo. Esta historia llega a ofdos del rey, quien convoca al sastre a en- trar en sus tropas, tras lo cual muchos de sus soldados renuncian, pues se creen intitiles al verse acompafiados por un hombre tan fuerte. El rey se arrepiente entonces de haber llamado al sastre y quiere mandarlo Iejos. Le promete la mano de su hija y la mitad de su reino si pasa tres pruebas, las cuales supera nuevamente gracias a su ingenio. El rey, al fi- nal, no puede sino concederle lo prometido. [fhe had known that it was no warrior, but only a Tailor who stood before him, it would have grieved him still more.” constantemente establece oposicio- lo incorrecto, lo sagrado y lo profa- lo joven y lo viejo, °8 Lewis Hyde, Tiakster makes this world, en J. Maurone, op. cit, p. 230. \9 Wilhem y Jacob Grimm, Grimm Fairy Stores, libro de dominio péblico, 1922, nile en tp://wrw:gutenberg.org/fles/259 1/old/grimm|0.pdf (Acceso: 12/2014]. dispo- 414 ADRIANA GUILLEN ORTIZ Hemos resumido este relato brevemente para ejemplificar que el personaje del sastre logra vencer al gigante” y ganar riqueza gracias a su ingenio, més que asu fuerza fisica, Es decir, que este oficio est relacio- nado con la valentia y la astucia; y aun cuando el sastre es descrito como un cobarde, su caracter de srickster le permite lograr sus objetivos por medio de trampas y engafios.”! También hay que recordar otro simbolo que se asocia con el sas- tre: el hilo. Este elemento lo une igualmente con el trickster. Sabina Aguilera explica que los hilos son objetos “disefiados para comunicar; su fin es la interaccién entre conceptos ¢ ideas con patrones de ntime- ro, de espacio, de formas de la naturaleza”.” El sastre que utiliza estos abjetos de comunicacién se refleja en el trickster, quien también es un yinculo de didlogo entre dos mundos. Los hilos, entonces, también son puentes: “El tejido es un puente comunicativo con sus propias reglas de interaccién”.”? Pero el sastre no es el tinico que logra engaftar hdbilmente al Malig- no en el puente. De hecho, esta versién es nica en su tipo en cuanto a las historias que refieren el Puente del Diablo de Coatepec. Las demés versiones se centran en el conflicto amoroso y el pacto diabélico que nace a partir de la necesidad de crear un puente en poco tiempo para que los amantes puedan encontrarse. En la mayoria de los relatos, la figura del trickster se relaciona con los personajes femeninos, ya sea “la nana’, “la sirvienta” o una “viejeci- ta’, quienes salvan a los hombres del pacto diabélico. Dichas versiones corresponden al motivo: “K48: Contest in bridge building won by de- ception”. La siguiente version, extraida del Diccionario mitico-mdgi- co de Veracruz, tiene semejanzas con la versién sobre el pacto entre el ® Cabe hacer notar que, en los relatos de tradicién ora, el gigante puede ser sustituido por 1 ogto 0 el mismo diablo, José Manuel Pedrosa, “Peleas de ciegos, batallas de sastres, cédices iluminados y cancio- nes”, en Las dos sirenas y otros estudios de literatura tradicional: de la Edad Media al siglo xx, Siglo XXI, Madrid, 1995, pp. 103-161. ® Sabina Aguilera, “Tejiendo conocimiento y recreando el mundo. Un anilisis compara- tivo de los textiles tarahumaras”, en Arturo Gutiérrez del Angel (ed.), Hilando al norte: nudos, redes, vestidos, textiles, El Colegio de San Luis, San Luis Potosi, 2012, p. 14. ¥ Id. *S. Thompson, op. cif., p. 240. 415 Elivickster contra el Maligno... diablo y el sastre, ya que en ambas se incluye el trato con el diablo, el estigma sobre el puente, y sobre todo, la victoria del trickster, encarnado ahora por una mujer. El Puente del Diablo En el tiltimo lustro del siglo xv1 llegé a las fértiles tierras coatepecanas don José F de la Higuera, acompafado de sus esposa, dos hijos, tres hijas y una nana mulata. Al poco tiempo el padre se convirtié en el hacendado més poderoso. Cuando sus hijos, Juan y Pancho, se hicieron hombres, dividié la ha- cienda, por ello ahora conocemos ambos lugares como el Grande y el Chi- co. Las propiedades de Pancho limitaban con un rio que separaba sus fincas de las de los padres de Inés (hermosa joven de quien él estaba enamorado). Los ranchos sélo se comunicaban por un débil puente de madera. Un dia Inés mandé decir a Pancho que fuera por ella a las tres de la madrugada para huir juntos, puesto que estaba embarazada. Su plan de escaparse se frustré debido a que una terrible tormenta arrastré el puente que la lleva- ria al lindero, Pancho se desesperd ¢ invocé la ayuda del diablo, quien se hizo presente de inmediato. El pacto consistia en que “el sefior de negro” construiria un puente antes de que el gallo cantara anunciando las tres de Ja mafiana. Mientras el diablo hacfa su trabajo, Pancho le contaba a su nana lo ocurrido. Como la negrita lo queria tanto, se cubrié con una piel de jabali que adornaba la sala y se subié al tejado; estando arriba, sacudié la piel ¢ hizo una perfecta imitacién del canto de un gallo. Gracias al ingenio de la nana, todos los gallos de por alli comenzaron con su quiquiriqui. El inesperado canto enfadé al diablo, a quien sélo le faltaba colocar la Gltima piedra. Para descargar su ira, dio una fuerte patada sobre las rocas, dejando marcada su maligna pata de gallo. Desde ese dia hasta hoy, la gente lo llama el Puente del Diablo, por el que todos temen pasar, y sobre el cual nadie camina, sobre todo si es de madrugada.* ® Alberto Espejo, Thali Ramirez y Norma Cuevas, Diccionario mitico-mdgico de Veracrie, Editora del Gobierno de Veracruz-Llave, Xalapa 1994, p. 210. 416 ADRIANA GUILLEN ORTIZ Seguin este relato, el personaje femenino es quien demuestra la habi- lidad para superar al diablo, borra la oposicién entre hombre y mujer, y ademds entre razas, pues ella misma es caracterizada como una mujer de raza mulata. El siglo xv1, temporalidad en la cual se ubica este relato, es el mismo siglo de la Conquista, cuando se funds la primera ciudad espafiola en México, la Villa Rica de la Veracruz, y se dieron los primeros pasos del sincretismo entre la cosmovisién indigena y la espafola, en conjuncién con la cultura negra, gracias a los esclavos que los espafioles trafan origi- narios de Africa. Stanley Robe explica que en Veracruz one can identify four principal segments that have existed from colonial ti- mes until the present: Spanish, Indians, mestizos, and Negroes (or mulattoes). There is no way of determining accurately the numbers of each, yet all have contributed in a manner that is sometimes extremely subtle to the formation of the oral tradition of the areas, including language, belief, the narrative, the proverb, the riddle, and, in effect, the total body of popular knowledge that is transmitted oraly from one generation to another within the community. El personaje mulato también es en si un vinculo, un puente entre dos razas, dos continentes y dos cosmovisiones, ademas de que la raza negra también ha sido relacionada con lo diabélico. Basta con hojear algunos textos tardorromanos y medievales para darnos cuenta de que la demonizacién de los negros se habfa verificado en torno al Mediterraneo oriental desde hacfa por lo menos once siglos, y gene- ralmente no respondié al temor de, sino al desprecio por las formas alter- nativas de cultura, especialmente en sus aspectos religiosos, de lo cual las experiencias de Cartagena y la Nueva Espafia fueron una continuacién. De hecho, no tenemos por qué ir tan lejos, pues dentro de los textos espa- fioles y europeos de los sighos xvt y xvit encontramos informacién acerca de las apariciones del diablo con forma de negro 0 asociado a este color.” * Stanley L. Robe, Mexican Tales and Legends from Veracruz, University of California Press, Berkeley y Londres, 1971, p. 3. 7”). Ayala, op. cit, p. 170. 417 El teickster contra el Maligno... Tomando en cuenta lo anterior, podemos pensar que no es fortyj- to que el personaje salvador de este relato sea caracterizado como tal; mujer y mulata. Dos caracteristicas de personajes marginales que aqui encarnan a la salvadora del hombre. Igualmente, es importante destacar el se viste con una piel de jabali antes de cantar como gallo. Este aspecto es particular de este relato, pues no se encuentra en las demas versiones, Sin embargo, el motivo del disfraz es caracteristico en los relatos sobre tricksters, y ademas parece formar parte de la descripcién de un ritual. ‘Aunado a esto, encontramos de nueva cuenta la referencia a la mar- ca del diablo, lo cual establece el temor de los habitantes de cruzar el puente, especialmente “si es de madrugada”. La marca geogréfica es como un estigma diabélico que maldice el espacio. manda Martinez en la ciu- 1 aspecto del disfraz: la negrita vista también aqui En la siguiente versién, recogida por Fer dad de Gracias, departamento de Lempira, Honduras, hay un caso si- milar: La patada del diablo Pucs esta leyenda pasé en Talgua, Lempira. EI nombre del pueblo significa pueblo de brujos. Hace varios afios este pueblo estaba incomunicado, y al alcalde queria que tuvieran comunicacién con la Comunidad de las Flores, Pues en ese momento la tinica posibilidad era construir un puente. El alcalde era amigo de muchos brujos, y le dijeron que hiciera un pacto con el diablo para conseguir el pistio. Pues el alcalde hizo caso, y les pidié le ayudaran a pactar con el diablo. Una noche se le aparecié el diablo y le dijo: Me han dicho por ahi que querés pactar conmigo a cambio de que yo te construya un puente. {Sit —le contesta el alcalde—. {Quiero que Talgua se comunique con Las Flores por ese puente! —Bueno —le dijo el diablo—. Yo te lo puedo construir en una no- che. Pero, eso si, si querés que te lo construya, tenés que matar a todos los gallos de pueblo. Y si alguno canta, pues no te lo voy a construit. —jTrato hecho! —le dijo el alcalde. El diablo pensé: 418 ADRIANA GUILLEN ORTIZ Después de todo, este lugar lo voy a tomar bajo mi poder! El alcalde se encarg6, y dio la orden de que mataran a todos los gallos del pueblo. Pero solamente una viejita picara que tenia dos gallos sospe- chaba de lo que el alcalde habia pedido. Para no levantar sospechas, mat6 a.uno de sus gallos, y el otro lo escondié debajo de la tierra. Pues el alcalde le informé al diablo que ya estaban muertos todos los gallos Entonces el demonio revisé y, como no encontré ninguno, empezé a construir el puente. Cuando ya estaba por amanecer, ya sélo faltaba una piedra para terminarlo. Cuando, de repente, canté el gallo de la viejita. Sélo esto basté para que el diablo, enfurecido, dejara caer el puente. Y en la titima piedra que llevaba, marcé sus patas, dos pufios y en su frente, y lo tiré lo més lejos posible. Gracias a esa viejita y a sus sospechas, no quedé nuestro pueblo pac- tado.* Existen multiples motivos en el cuento anterior, pero nos enfocare- mos en el que hemos revisado hasta ahora: el concurso entre hombre y diablo. El personaje del srickster sigue presente, nuevamente encarnado por una mujer, y en este caso “una viejita”: puente no sélo entre lo masculino y femenino, sino también entre lo joven y lo viejo. Ademés, hacia el final de la historia, vuelve a aparecer la marca, esta vez en la ultima piedra. Este aspecto se repite en la siguiente versién, donde, una vez més, el trickster toma forma de mujer, quien en este caso no busca salvar al hombre, sino su propia alma: Hace afios me parece que habia unos novios que tenian que atravesar lo que era el Grande y el Chico. Estaban ahi, pero [el novio] tenia que pasar el arroyo, tenia que ir a ver a la muchacha, pero eso antes era una hacienda, ;sabia? En aquellos afios tenian unas sirvientas, y entonces el demonio hizo un contrato con el de la hacienda y [le] dice: “Yo te voy a poner el puente, pero me vas a dar una de tus sirvientas y antes de que cante el gallo, yo te compongo el puente”, y entonces el puente ese lo hi- ® Informante: Jestis Lopez, estudiante, 26 afios, ‘Talgua, Lempira. Recoleccién: 10/02/2011. a9 El wickster contra el Maligno.. i . Pero como oyé | i ( ana, aparecid el puente a cieron asi, De la noche a la sal oe a Pia abe cll todas, verdad? Que se empieza a nalguear y a cantar como gallos y cuando canté como gallo, todos los gallos se soltaron a can'ats Y {al diablo] ya le faltaba una piedra para terminar el puentes ¥ St ¢S2 piedra la ponen, se ca, y entonces da el manotén, y debajo del puente esta Ja mano pintada. Alli he habido muchos accidentes. Segdin dicen que van a ampliar el puente, pues consulten al mismo diablo.” sirvienta que se iba a llevar uni pero se tardan seis meses, y les digo, Al final, de nuevo el informante describe el espacio como un lugar donde ocurren muchos accidentes. Se renueva el motivo de la relacién amorosa como razén del pacto con el diablo y la marca es vista no sélo como un signo de cuidado, sino como firma de la creacién del diablo. Una variante con la versién anterior es esa “tltima piedra’. Mientras que en la versién hondurefa la tltima piedra es la que lleva la marca, aqui la tiltima piedra es un elemento mds que aporta caracteristicas ma- gicas al espacio. También el trickster puede tener una identidad difusa. En el relato que presentamos a continuacién aparece nuevamente como el perso- naje redentor del culpable del pacto diabélico pero la informante no se preocupa por describirlo. Sin embargo, si pone especial atencidn en la descripcién del diablo: Me parece que el sefior se Ilamaba Francisco de la Higuera. Y enton- ces tenfa una novia. Estaba enamorado de una chica, pero no queria decir de quin. Entonoss tenia que venir a Coatepec y no podia pasar porque dl rio estaba crecido, Dijo que le daba su alma al diablo por un puente. Entonces se le aparece el diablo, un catrin, ya ves que toda la vida han dicho que el diablo se metamorfosea con varios disfraces, y uno de esos es el famoso catrin, con sombrero y todo. ¥ le dijo: —Yo te puedo hacer el puente. Y dijo: —Si, es lo que estoy diciendo, que quiero el puente porque asi me ahorrarfa mucho tiempo. » Tnformante: Jorge Gonzilez Pia, bolero, 62 afios, Recoleccién: 21/12/2014. 420 ADRIANA GUILLEN ORTIZ, —Bueno, pues yo te lo hago. Sélo que yo me tengo que llevar tu alma. Ydi —Si, ti hazlo, Pero yo exijo una cosa: este puente tiene que estar terminado antes de que cante el gallo. —Si, yo estoy seguro que eso sucede. Entonces se puso a trabajar, pero alguien que oyé eso, di —Pobre de don Francisco, no se va a condenar por eso. Entonces desperté al gallo una hora antes, y el gallo cant6. ¥ el diablo dijo: —Yo ya lo estoy terminando —y tan rabioso estaba que pegé en el puente casi terminado con una mano—. Bueno, es otro que se me escap6. El puente estaba terminado pero no totalmente, y el alma de Francis- co de la Higuera se salv6.° En este caso, el diablo aparece vestido de catrin. Una variante par- ticular ya que anteriormente el diablo no toma ninguna forma en es- pecial, pero el hecho de que aqui utilice este atavio es notable ya que indica un tema recurrente en la tradicién oral, donde se caracteriza al diablo disfrazado de esta manera. Ademés, el diablo aparece vestido de catrin no sélo en las narraciones sobre el puente, sino que hace apari- ciones azarosas de esta manera por todo el pueblo.” En la siguiente versién, el hombre es el encargado de salvar su pro- pia alma. Se repite el conflicto amoroso, la construccién del puente y el engafio mediante el canto del gallo, ademas de reiterar la mencién al puente como un lugar al que la poblacién teme acercarse. Hace afios, mi abuelito, mi tio, mi mama, no me acuerdo quién fue de ellos quien me contd, u otras personas, que segin porque era de unos % Informante: Elvia Contreras, profesora jubilada, 71 afios, Coatepec. Recoleccién: 22/12/2014. > Por ejemplo en este relato: “El catrin, le llaman, ese se les aparecié a unos sefiores (...] dicen que esos muchachos, a la hora que voltean para arriba, que escucharon un ruido, ven a ese hombre negro arriba en el poste de la luz, No, no, les agarré azticar. A los dos, a uno ya le amputaron la pierna...” Informante: Juana Hernindez Hernandez, labores del hogar, 52 afios, Xico. Recoleccién: 31/12/2014. 42 Eltrickster contra el Maligno. i fin se querian casar, i i dido, unos novios que seg : novios algo ai engy ea muchacha 0 el muchacho era del Chic, pero que uno Fase Joseph, “The Trickster Icon and Objectivisre 5 The Joornid of Ayn Rand Studies, vol. 3, asim. 2 (primavera de 2002), pp. 229- 258, disponible en https/vwwjstor.org/stable/415601 Acceso: ees Robert, Historia del diablo: sighs x1-Xx, Fondo de Culeu- ta Beonémica, Mévios “Pablo en Ia literacura de los siglos de oro” Peprosa, José Manuel, “El diablo en fa lt > en Nee Tausiet y James S. Amelang (eds.), El diablo en la Edad Moderna, Marcial Pons, Barcelona, 2004, pp. 67-98. Peprosa, José Manuel, “Peleas de ciegos, batallas de sastres, codices ilu- minados y canciones”, en Las dos sirenas y otros estudios de literatura tradicional: de la Edad Media al siglo xx, Siglo XX1, Madrid, 1995, pp. 103-161. Ross, Stanley, Index of Mexican Folktales. Including Narrative Texts from Mexico, Central America and the Hispanic United Sates, University of California, Berkeley, 1973 (Folklore Studies, 26). Tuomeson, Stith, Motif-index of folk-literature: a classification of narra- tive elements in folktales, ballads, myths, fables, mediaeval romances, exempla, fabliauc, jest-books, and lacal legends, 5 vols., Indiana Uni- versity, Bloomington, 1955-58. Urner, Hans-Jorg, The types of international folktales: a classification and bibliography, based on the system of Antti Aarne and Stith Thompson, FF Communications No. 284-86, Academia Scientiarum Fennica, Helsinki, 2004. ZAVALA Gomez pet Campo, Mercedes, “De coyotes, diablos, aventuras y princesas: acercamiento a algunos personajes del cuento tradicio- nal del noreste de México”, en Formas narrativas de la literatura de ae de México: Romance, corrido, décima, leyenda y cuento, legio de San Luis, San Luis Potosi, 2009, pp. 235-254. 426

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