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(A Very aie I nia Manda dnd san tn fr dng nia por an an er Sto pa nce tina, eats Ope 1 (Ain, Re rie 19S pASeegmdo fia de L. 1. Pais, iti univers Michel de Certeau LA ESCRITURA DE LA HISTORIA Traduccién de Jorge Lépez Moctezuma Fine L. bree = RSID AD -IBEROAMERICAN DEPARTAMENTO DE HISTORIA Titulo original en frances: LeBeriture de Phistire Gallimard, 1978, Pais UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA BIRLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO De Certeaul, Michel La excrtra dela historia |. Historografia, 1 Loper Mecteruma, Jorge. HA 1 1.C3818.2006 DAR © Editions Gallimard, 1975, 1a, eet en espanol, 1999) 2a. relmpresion, 2006 DRO Universidad iheraamericana, A.C. rol, Paseo de la Reforma 880 Col, Lomas de Santa Fe México, DLE, C.P.01210 D.R. © Instituto Tecnoldgico y de Estudios Supetiores de Occdente ITESO) Periférico Sur Manuel Gomez Morin 8585, Tlaguepaque, Jalisco, México, C.P 45090, ISBN 968-859-120-3, Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico “Prohibida la venta en Espaiia”” indice Prélogo a la segunda edicion Escrituras ¢ historias Primera parte Producciones del ugar Capitulo L. Hacer historia 1-Un indicador: el tratamiento de la ideologia religiosa cn la historia 2. Practicas histéricas y praxis social 3. La historia, discurso y realidad 4. La historia como mito Capitulo 11. La operacién historiogrifica 1, Un iugar social Lo no dicho La institueién historica Los historiadores en la sociedad El que permite y el que prohibe: el lugar 2, Una practica Laarticulacién naturaleza-cultura ul Is 33 36 45 31 60. 67 oo 69 1 16 81 82 84 El establecimiento de fas fuentes 0 la redistribu del espacio Hacer resaltar Ins diferencias: las desviaciones del modelo90 El trabajo sobre el limite Critica e historia 3. Una eseritura La inversion de la escritura La cronologia o la ley enmascarada La construccién desdoblada El lugar del mucrto y el lugar del lector Segunda parte Produccién del tiempo. Una arqueologfa religiosa Introduceién, Cuestiones de método Capitulo 11: La inversién des o pensable. La historia religiosa del siglo XVUL 1. La religiGn en la époes 2, La interpretacién histérica x Capitulo IV. La formalidad de las practicas. Del sistema religioso a la ética de las luces (siglos XVU-XVITN) 1. De la divisidn de fas iglesias a la “raz6n de Estado” (siglo xvil) 2. Una nueva formalidad de las practicas: la politizacin de los comportamientos. 3. La ligica del “practicante”: una alternativa entre el deber de estado y el profetismo ~ 4. Laética filos6fica: “legalidad” y “utilidad” en el siglo XVII 5. Las leyes propias del grupo religioso: reduccién al silencio y administracién cultural 85 93 98 101 101 104 108 6 129 130 144 149 152 Tercera parte Sistemas de sentido: Lo eserito y lo oral Capitulo V, Etno-grafia. La orali otro: Léry ad o el espacio del 1. La “leccion de eseritura” en Jean de Léry (1578) . La reproduecién escrituristica Una hermienéutica del otro Lapalabra erotizada Visto yt ofdo: el ojo y el ofdo Capitulo VI. Elenguaje alterado. La palabra de la posesa L Transgresién ¢ interdiccion 2. Documentos alteradgs: los textos de las posesas 3. Yo es otro: “la perversidn del lenguaje” 4, Construccién y deconstruceién de un lugar 5. El cuaclro de nombres propios: una toponimia “alterada” 6. La mentira de la interpretacién Capitule VIL. Una variante: la e¢ icacién hagio-gratica 1. Historia y sociolo 2. La estructura del discurso 3. Una geografia de lo sagrado Cuarta parte Escrituras freudianas Capitulo VIL: L 0 que Freud hace con la historia, 208 206 2 214 22 227 239 242 245 248 251 254 258 263 267 A propésito de Una neurosis demoniaca en el siglo XVI. 273 1. Lo histétieo, produceién de la “Autklirung” freudiana Para una historia del siglo XVIL Del pasado legible al presente oculto, ‘Ocultar, trabajo de Ia historia Las sustituciones del padre Elacto y la ley Capitulo 1X. La ficcion de la historia. La escritura de Mbisés y el monoteismo 1. El discurso de fragmentos o el cuerpo del texto 2, Bscribir en la lengua de otro, ola ficcion 3. La tradicién de la muerte, o la eseritura 4, EL quid pro quo 0 ta comedia de lo “propio” 5. La novela de la historia 278 280 283 286 288 293 294 302 309 315 329 Prélogo a la segunda edicién Amerigo Vespucci el Deseubridor llega del mar. De pie, y revestido con ora va, como un crizado, leva las armas europens del sentido y tiene dears de si los navios que tracran ak Occidente los tesoros de un paraiso. Frente a si. la india América, mujer acostada, desnuda, presencia innominada de la diforen- Cia, cuerpo que despierta en un espacio de vegetaciones y animales exsticos." Escena inaugural. Después de un momento de estupor en ¢se umbral flanqueado Por una columnata de érboles, el conquistador va a escribir el cuerpo se la otra y trazar en El su propia historia, Vaa hacer de ella ef cuerpo historiado ~el Blasén— de sus trabajos y de sus fantasmas. Ella seré América “latina” Esta imagen erética y guerrera tiene un valor casi mitico, pues representa el comienzo de un nuevo funcionamiento occidental de Ii es- critura, Ciertamente, Ia escena de Jan Van der Straet revela la sorpresa ante esta tierra que Vespucci capté claramente, el primero de todos, como luna nuova terra todavia inexistente en los mapas*-un euerpo descoroci Go destinado a llevar el nombre de su inventor (Amerigo). Pero lo que se eshoza de esta manera ¢s una colonizacién del cuerpo por el discursi del poder, la escritura conquistadora que va a utilizar al Nuevo Mundo como una pagina en blanco (salvaje) donde escribird el querer occidental. Esta escritura transforma el espacio del otro en un campo de expansién para tun sistema de produccién, Partiendo de una ruptura entre un sujeto y ef "C8 La reproduce de I primera iin ® Cf, WIE. Washbumm, “El significado de descubrinventa en os silos XY. y XVV* en dere Hosvoricl Revies, 1962, ppd 38: Urs Biter, Dre Wile” und die "Zviliierten™ Grn la einer Geistes und Kulturgeschichte der exropischsibersecishen Begegnung, Machen, © Beck, 1976, yp. 19-80, objeto de su operacién, entre un querer escribir y un cuerpo escrito (0 por escribir), la escritura fabrica la historia oveidental. La escritura de la historia es el estudio de Ia escritura como préctica histérica, Si toda empresa cientifica tiene como caracteristicas, desde hace cuatro siglos, la producein de artefactos Lingilisticos auténomos (lenguas y discursos “propios”), y la capacidad de éstos para transformar las cosas y los cuerpos de los que ya se han separado (una reforma o revolucién del ‘mundo que los rodea segiin la Jey del texto), fa escritura de la historia nos remite a una historia “moderna” de Ia escritura, De hecho, este libro se con- cibi6 primeramente como una serie de estudios destinados a sefalar la eta- pas cronolégicas de esta practica: en el siglo XVI, la organizacién “etnogratica” dela escritura en su relacién con la oralidad “salvaje”, “primitiva”, “tradicio- nal” 0 “populat” a Ja que constituye como su otro (tercera parte de este libro); en los siglos XVII y XVII, la transformacién de las Eserituras cristia- nas, legibitidad de un cosmos religioso, en meras “representaciones" o en “supersticiones” marginadas por un sistema ético y téenico de pricticas ca- paces de construir una historia humana (segunda parte}; en los linderos del iglo XX, el regreso de la alteridad rechazada gracias ala pricticn escriturstica de Freud (cuarta parte); finalmente, el sistema actual de la “industria” historiogratica,? que sirve de base a tn lugar socioeconémica de produc: cién, a las reglas cientificas de una pericia, y a la construccién de un relato ‘o texto (primera parte), A estos estuidios se afiade el que se refiere, en el fin, del siglo XVIII, a la lucha de una racionatidad escrituristica “ilustrada”, revolucionatia y jacobina contra las fluctuaciones idiomiticas de las oralidades de los dialectos.* En lugar de proceder a una reconstruccidn cronolégica, demasiado ape~ gad a la ficcién de una concepeién lineal del tiempo,‘ hemos preferido hacer visibles el lugar presente, del que tom su forma estainterrogante, a particul rrdad del campo, del material y de los procesos (los de lahistoriografia “moder- nna”) que permitieron analizar la operacién escrituristica, junto con las diferen cias metodolégicas (semisticas, psicoanaliticas, etcétera) que inttoducen otras posibifidades tedricas y pricticas en el fimcionamiento occidental de la escritu- ra, Poresta razba sali6 un discurso ftagmentado por investigaciones ticticas que ‘obedecian cada una areglas propias:enfoxe socioepistemaligico (primera parte), segunda parte), semiético (tercera parte), psicoanalitico y freudiano La expresiin es de Marc "La india es el azo tniin rel bistro ene Ia naturaleza ‘vel hombee” y es "el fundamento de a ciencin humana. Acetea del insta histoiog fe M. de Certeny, "Esenturae histori, en Poliigne aujord” hui, diciembre 1975, pp. 65- * Michel de Certeau, Dominique Julia y Jacques Revel, Une poltigue dela langue La Revwition angaive te ptois, Galina Biblio des Histoites, 1875, 320 pp. infcap 83 {cuatta parte). Rehusar la ficcién de un metolenguaje que unifique el todo, es dejar aparecer Ia relacin entre procedimvientos cientificos limitados y to que les falta de lo “real” que estén tratando. Es evitar la ilusién, necesariamente dogmatizante, propia del discurso que pretende hacer creer que ests “ade cuado” a to real -ilusién filos6fica agazapada detris de las condiciones previas al trahajo historiogrifico y cuya ambicidn tenaz ha sido maravillo. samente expresada por Schelling: “EI relato de los hechos re nosotros doctrinal”. Este tipo de relato en en nombre de lo real La historiografia (es decit “historia” y “escritura”) Mleva inserita en su nombre propio la paradoja -y easi el oximoron- de la relacién de dos términos antinémicos: lo realy el discurso. Su trabajo es unirlos, y en las partes en que esa unién no puede ni pensarse, hacer coma si los uniera. Este bro nacié de tarelacion que el diseurso mamtiene con lo real del que tratan ® {Qué alianza existe entre la escritura y la historia? Ya era fundamental en la concepcida juddeo-cristiana de tas Escrituras. De agui se sigue el papel des. empetiado por esta arqueologia religiosa en la elaboracién moderna de lo historiografia que ha transformade los términos y el tipo misma de la rela. cidn pasada, para darie una figura de fabricacién y ya no de lectura o inter. pretacién. Desde este punto de vista, el nuevo examen de la opetatividad bistoriogrfica desemboca, por una parte, en un problema politico (los pio- cedimientos propios de un “hacer historia” nos remiten a ut “hacer la historia”), y por otra parte, en i palabra enunciadora), Por la fey de una escrituta “cientitiea ales es para gaia porque pretende hacer la ley 4 manera dle la cuestion del sujeto (el cuerpo y fa cuestion rechazada ala zona dela fiecivin o del silencio * Sobre este punt, ft. ME de Certeau v Réxi Diatectiques. wizs, 14. verano 1976, pp. Al Cte inf ap en prepara, bin, “EL discus histnive y Yo weal", en M, de Cenean, La fable du set. Langages sti cu ste Escrituras e historias “s Estudioso y benévoto, iero como soy con todos los muertos, sigo mi cami- to, de edad en edad, siempre joven, nunca cansado, durante miles de aioe." El camino ~“tni camino”-me recuerda esta expresion de caminante: "Carni, naba, erraba... corria por mi camino... caminaba como un viajero atrevieo” Caminar y/o escribir, tal es el trabajo sin tregua “impuesto por la fuerza del deseo, porel aguijén de una curiosidad ardiente.a la que nada puede detener™ Michelet, con “indulgencia” y “temor filial” mukiplica las visitas alos muer. ‘es, beneficiatios de un “didlogo extrafio, con la seguridad de que "no se puede reavivar 1o abandonado por la vida”. En el sepulcro en que habits ef historiador solo se encuentra “el vacio”.' Asi pues, esta “intimidad con el eire mundo” no representa ningun peligro2“Esta seguridad me vuelve mas be. volo con los que no me pueden perjudicar” Eltrato con el mundo muerto, definitivamente distinto del nuestro, se convierte cada dia en algo mds “joven” y atractivo. Después de haber atravesado una por una la Historia de Franca, {as sombras “regresaron menos tristes a sus tumbas”, alla las lleva el discurso, las seputta y las separa, las honra con Jos ritos fimebres que faltaban. Las “Hora”, cumpliendo con un deber de piedad filial, tal coro Pedia un suefio freudiano, escrito en la pared de una estacidn: “Se supliza cerrar los ojos”.* La ternura de Michelet va de un lado para otro introxa les Michels," eran del Espsitu(1869, proyecto indie de Pefacioa la isuae de Fn e01 Are sit 82,1973, pp. 7.59 8 3} Michele Préfice d'Histoire de Francee8, Mota, A. Colin, 1962, 9.175 24. Michelet, Herofsme del Esprits ep cp. 8 “Cte, pp 305-307 ciendo las sombras en el tiempo, “el todopoderoso hermoseador de las nuinas: (© Time beautifying of things!”.* Nuestros queridos muertos entran en el texto Porque no pueden ni dafiarnos ni hablarnos. Los fantasmas se meten en le escritura, sélo cuando callan para siempre. Otro duelo, mas grave, se afiade al primero: Tambien el pueblo es el separado. “Naci pueblo, tenia al pueblo en el coraz6n, peto st lengua... Su lengua me fe siempre inaecesible, nunca pude hacerlo hablar» “El pueblo tam- bin es silencioso, como para ser et objeto de un poema que habla de este silen- cio, Es cierto que sélo el pueblo “autoriza’ la manera de escribir de! historiador, pero por esta misma razén se halla ausente. Es una voz que no habla, in-fars, sélo existe fuera ce ella misma, en el discurso de Michelet, pero le permite ser un eseritor “popular”, rechazar el orgulo; val volverlo “grosero y bétbaro” le hace pender todo To que le quedaba de sutileza literaria.” “£1 otro" es el fantasma de la historiografia, el objeto que busca, hhonra y entierra. Un trabajo de separacién se efectia en esta proximidad ih- quietantey Tascinadora, Michelet se coloca en fa frontera, donde desde Virgitio hasta Dante se han construido todas las ficciones que todavia no eran historia, Este lugar sefiala una cuestidn ordenada desde entonces por practicas cientifi- cas, y de la que se encarga ahora toda una disciplina. “La bitsqueda histérica del sentido’, no es sino la bisqueda del Otro” * pero esta accidn contradicto- ria trata de envolver y ocultar en el “sentido” Ia alteridad de este extrafio. 0,10 {que es lo mismo, trata de calmar a los muertos que todavia se aparecen y ofrecerles tumbas escrituristicas El diseurso de la separacién: la eseritura La historia modema occidental comienza efectivamente con la diferencia en- tre el presente y el pasado. Por esta diferencia se distingue también de la scion (eliiosa), We Va CURT muna Tlegn a SepararSe Sm pee, Y CON seiva con esta arqueologia una relacién de deuda y de rechazo. 7 a Finalmente, hay un tercer corte que organiza el contenido en lo que va del trabajo a la naturaleza'y que supone una separaciin entre el disGirrso yC eierpo (GocTAly, La historia hace hablar al cuerpo que calla Supowe un desfasamniento entre [Wopacidad silenciosa de a realidad” que desea expresar y el lngar donde produce su discurso, protegida por Tvs +5. Aishele "EL Home dl Exp op it 9.8 Cito por olan Barthes, Michelet hoy"sen Are. 9.26 11 Mishel, "Et Herofsme del Esp op opp 1213, * Alphonse Daron, “Lengua e historia", en kur Congrés ternational des sciences historgues, More, 1970 16 tancia que la separa de su objeto (Gegen-stand). La violencia del euerpo llega basta la pigina escrita por medio de la ausencia, por medio de los doctomentos que el historiador pudo ver en una playa donde ya no esté la presencia que los dejé alli, ya través de un murmullo que nos permite of, como venido de muy lejos, el Sonido de a inmensidad desconocida que seduce y amenaza al saber Gna estructura propia de la cultura occidental modema se indica sin duda en este tipo de historiografia: Lainreligibilidad se establece en relacign al “otro”, se desplaza (0 progresa" al modiicar 104 5 peer pa iio, elt ites, heternor a las -etnoogi, histori, Piqua, pedayo. aia, eteétera-, se desarrolla una problemstica que elabora un “saber decit”™ {odo to que el otro calla, y que garantiza el trabajo interpretativo de una eien- cia (humana) al establecer una frontera que la separa de Ia regidn donde ta espera para darse a conocer. La medicina modema nos presenta un modelo de todo esto, a partir del momento en que el cuerpo se convicrte en un cuaidro legible, y por tanto iraducible en algo que puede eseribirse en un espacio de lenguaje. Gracias al despliegue del cuerpo ante la mirada, lo que se vey lo que se sabe pueden superponerse o cambiarse (tradtcitse). El cuerpo es una clave que espera ser descifrada, Lo que en los sigios XVII y XVIII hace posible la convertibilidad del cuerpo visto en cuerpo sabido, o de la organizacién espacial del cuerpo en organizacidn seméntica de un vocabu- lario -o fo contrario., es Ia transformacién del cuerpo en extensién, en interioridad abierta como un libro, en un cadaver mudo que se ofrece a las mmiradas. Se produce una mutacién andloga cuando la tradicién, cuerpo vivido, se despliega ante la curiosidad erudita en un grupo de textos, Una ‘medicina y-una historiografia modernas nacen casi simultineamente dé la separacién ete un sujeto que Se-TUpOTE sabe Teer y un objeto que se suponeeseri (BU. Ue HO coMDEE, peg lie debe ser descitia. fasion de una separacioi eiiire eT saber que provoca el discurs y el auei- po itude que To supone. fi oe HsToriografia separa en primer lugar sit propio presente de un pasado, pera repite siempre el gesto de dividiz. La cronologia se compone de eriodos™ (por ejemplo: edad media, historia thodema, historia contempo- "aiiea) wile Jos cuales se traza cada vez la decisin de ser giro 0 de no ser ‘mds lo dle se ha sido hasta entonces (Renacimienfo, Revolucién). Por tum, GBF Tempo "nievO" ha dado /ygara un discurso que trata com “muerto” todo lo que le precedia, pero que recibia un “pasado” ya marcado por rupturas anteriores E * Ctrenpaicular Miche Foucaul, Nousance de lclinigus. 1963, pp «=x Yalacdo, al 1461 UL M40 npn oy aWRY sp ounonnyn a 2ssanb, un 2p 0 ,32qes Jo¥anb,, uM ap opyiounuD 19 Uo9 optata odiono fap Fuprinaso v| msn 9p ‘opep vy as eusstu eff anb oxdedsa fa tejorio> ap edv9 pepo!oos eun ap ojoquiss 289 (opeyinsarns s9 anb ‘osinasip otwoa ou A) eonopid ovaeno ust “eanwoyrudts eo1}2eid vun xod sopezeydutaau opts tb ‘ureyue ap soy sof Sopor ood v e204 “exm1989 0] v axdUHaIS Baal SOU.,eI01 st 4990\,‘S0YBIS oxreno aay apsop ‘aiuapio0g ua ab avaavd ayy ieyeiBoyoysty e osvoe so ou? ‘ayuasaid jo ua uyzes Eun smMnstOD 2p UH ua as anb Asoniiuue soy 2p opestdos onan odutot un ap med v ‘ezuormo is anb peptatioe e| o19q "warded v|:ooueng ua auodns 2s nb rey un opmatss 984 2045 BU 4andyst09 S@.nquI9Sa YeIUaLID|9 Sp AUOY Ns “UoLdoNpOXd © Sefouasne o] o1oedsa omsn un te vjnomi anb oaneruosoidos ofeqea u 99 ayaasard ye ungezssone anb s2jeuoroypen souotoeiuasazdas sey v axtutisns ‘omgH9s9 of ‘O1oaya Uy “BaNLA98a BY :294 ¥| B OBL Ip & ont ap sOpeA auIaH an ©7898 un doo enyoaya 0s & ezzfoquus as oovfopered oywortampaooid as “Soni vj eniuoo ofeqen < axon wf ap ofeqeyy,zoqes un uo opesed Ip aeymnideoas op orSojtand (a ayuosaud ye opuaxpaouod “epmpiod yy vay anb ‘uaorapanead ‘osinosip [2 ua 69004 seyonut ayidas 9s an & azianun e] sod orb ousstiutpeoosd oyenxa un ap o1pout sod “opesed jo aspuarcuson ap zee © aonpoxd 28 apaop sen J2 anb seqoud ap vjex eyEAROHONSIy EY ono [9 anquios & wsuadiuoa anlywouatiodx ey pis9 oun ts UoroeuLe ts “osafoud jo ‘aseq ns 89 aapaocaad 07 qnonpau oi] un sezen ‘S0pt9 e1edesap so] woo eata popixpyos eun ap eprpsad e) sexdane ‘sand ‘sowaqap .uana ua SO}BUE, o}g]Sodtur £9 tA o1aey 0} 20d & ‘stuatUD souOLaRZITAID 9p Branouiadxo vy (ezzuvi0 n) opeziuv8i0 wy onb soxzanan soy ap viouasaid 2p od 9480 we 40029 afqrsodunt sa anb auodns pyoxBOUO3sty o| eyuoND Ns Jog ‘EDI P| Uo uproedionsed ap opoLL tm outod wIapistios ow eA puparsos exysontt orb ¥ ® auants 59 woo UotoeoyuOD wun uD —epeUO'sete UOKDOR & pep -1.tB]89~ soyynd jap ossnasip :oa:Sojoqud 69 seuwuny se!2u219 se] ap OSIMasip [2 8ISta 9p ound 21s9 apsaqq s1Hap1990 v wuoIsasqo ayant BT HHO aAfanA ) Ti2edes o awoueny setouge so uianu 9 aigo8 e014 wpoy anb 99 (ueuini ePID ¥]WaE 9 Oi s1q68 6 ono ap sogDs jo Ise OpuaieynstoD 365iantc0p soy 2p auarigo ab salioisastoa say te pepuNTas ne BituonoU9 ¢ (ox 4 Saher aitap grey BELTON OR TATA ob o| Ho pepione ey 3° (onpieNP 9.) odrud jo “anuop1o90 ug ‘auaNUA ¥| HOD BIUNSTpLUploeas ah 9p ‘ousia 0} 59 anb oo odon jo woo Huns Ugtoefor wun op ‘eyeIToLIONt son op sian “orsoums uyp anb sojdisafe Jeondnu gt sq ee epeurdueu o epesed ,camfou., wun v osaifau j9 ow09 PepHOpE e| 9p “aor soututiar sosno jeiUapra90 Uo!aP[al v| JeAzOstDD Ye & “opused au at sonst 3p opte9s ome “onsyresud ap emtenns, :(72-¢b1 “lsu ey ope 25g05°¢961 “PEATE SUOGHOS o Spear ting Pune peur agony ynun weINPeD DUN. 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Préctica ambiciosa, activa, incluso utépica, ligada al establecimiento continuo de campos “propios”, donde se inscribe una voluntad en términos de raz6n, Esta practica tiene el valor de un modelo cientifico, no le interesa una “verdad” oculta que sea preciso encontrar, se constituye en un simbolo por la relacién que existe entre un nuevo espacio entresacado del tiempo y un modus ‘operandi que fabrica “guiones” capaces de organizar précticamente un dis- curso que sea hoy comprensible a todo esto se le lama propiamente “hacer historia”. Hasta ahora inseparable del destino de la escritura en el Occidente ‘modeto y contemporéneo, la historiografia conserva, sin embargo, la parti- cularidad de captar Ia creacién escrituristica en su relacién con los elementos que recibe, de operar en el sitio donde to dado debe ser transformado en construido; de construir representaciones con material del pasado, de situar- se finalmente en la frontera del presente donde es necesario convertir sitnul- Lineamente la tradicién en un pasado (excluirla), y no perder nada de ella (explotarla con méiodos nuevas). Historia y politica: un lugar ‘Supuesto su distanciamiento de la tradici6n y del cuerpo social, la historiografia se apoya como iltimo recurso en un poder que se dstingue efectivamente del pasado y de la totalidad de la sociedad. El “hacer historia” se apoya en un poder politico que crea un lugar propio (chidad, nacion, etcetera) donde u SRicticas). AT constituirse espacialmente y al distinguirse con el titulo de un querer autonomo, el poder politico da lugar también a exigencias del pensa- miento en los siglos XVI y XVIL Dos tareas se imponen, particularmente importantes desde el punto de vista de la historiografia, a la cual van a trans- formar por medio de juristas y “politologos”. Por una parte, el poder debe legitimarse, otorgar a la fuerza que lo vuelve efectivo una antoridad que lo hnaga creible. Por otra pacte, la relacin entre un “querer hacer historia” (suje- (0 de una operacién politica) y el “medio ambiente" en el que se divide et poder de decision y de accin, exige un andlisis de todas las variables que actian por las intervenciones que modifican esta relacién de fuerzas: exige también un arte de manipular la complejidad en Funcién de objetivos, y por consigniente, tin “eélculo” de las relaciones posibles entre un querer (el del principe) y un cuadro (los datos de una situacién) 20 Fs posible reconover en todo esto dos rasgos de Ig “eiencia’ iencia" que ruyen los “historidgrafos" dal siglo XVI al XV t senha ‘el. magistados yjursos al servicio del principe, que ocupan catgospuivile- jdos en i corte'y que deben poner de acuerdo para “utldad del Estaiay a “bien publico”, la verdad de la Tetra y la eficacia del poder —“Ia primera 9 opesed 1 “odious ap sw uo eontfod 3p 2018 apondl apuop oayqnd ouatiay un wuo!aiodosd 2 Seuryuas04 sat “S19 SH] Uo a}qopno euateRs& upto 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eAns pj $a ou anb uoraisod eun ua eUIO) onb dyed vy eoIpUT Una racionalizaciin de las précticas, el gusto de contar leyendas de antafio (“el encanto de la historia”, dirfa Marbeau),” las téenicas que permi- ten manipuiar Ia complejidad del presente, y la curiosidad tierna que rodea a los muertos de la familia, se combina en ei mismo texto para realizar simul- tineamente la “reduccién” cientifica y la metaforizacién narrativa de las es- trategias de poder caracteristicas de una actualidad, Lo real que se inscribe en el diseurso historiogritico, proviene de determinaciones de un lugar. Las telaciones efectivas que parecen caracteri- zar a este lugar de escritura son las siguientes: dependencia de un poder esta blecido por otros, dominio de las téenicas que se refieren a las estrategias sociales, juego con los simbolos y las referencias que tienen autoridad ante el publico, La historiografia moderna francesa, colocada del Indo del poder y apoyada en él, pero a una distancia critica, tiene en la mano, copiados por Ia ‘misma eseritura, los instrumentos racionales de operaciones que modifican equilibrios de fuerzas en el nombre de una voluntad conquistadora, Esta historiografia se une a las masas de lejos (detras de la separacién politica y social que las “distingue"), al einterpretar las referencias tradicionales que Jas vivifican, y es casi totalmente burguesa y ~jcomo no admiramos?-racio- nalista.® Esta situacion de hecho, se escribe en el texto. La dedicacién, mas 0 menos discreta hay que mantener la fiecion del pasado para que “se realice”™ el juego erudito de Ia historia), confiere al discurso una condicién de dewda con respecto al poder, que ayer erael del principe, y hoy, pordelegacién, el de luna instituciOn eientifica del Estado, o de su eponimo: el patron. Esta “refe- rencia a otra cosa” nos indica et lugar que autoriza, et detector de una fuerza organizada, en cuyo interior y en funciOn de la cual se realiza el analisis, Pero el mismo relaro, cuerpo de la ficcién, marca también, por los métodos emplea- dos y por el contenido tratado, por una parte una distancia que lo separa de ta deuda, y por otra parte los dos puntos de apoyo que permiten esta separacién’ tin trabajo téenico y un interés piblico, El historiador recibe de Ia misma actualidad los medios para realizar su trabajo y los elementos de determina- cién de su interés, Partiendo de esta estructuracin triangular, la historiogvafia no puede pensarseen los términos de una oposicién o de una adecuacion entre un sujeto yun objeto; eso sdlo seria el juego de fa ficcidn que ha eonstruido. Tamupoco se podria suponer, comollahistoriografiaa veces trata de hacémosfo creer que tn “comten- 70" mésantiguo en el tiempo explicariae presente. Por lo dems, cada historiador ‘loca su Fecha inaugural en el lugar donde detiene su investigacién, es decir, en “Eugene Morbeas, Le Charme de histoire, Pica, 1902 Cf p.ch:absenates de Jean- Ves Guiomar Life mation, Chane, 1974 9p. 179 45-68 24 las fronteras que le fija la especialidad.a la que pertenece. De hecho, su punto dle partda lo constituyen determinaciones presentes, La actualidad es st vers ~dadlero comienzo, ‘YanoSTo decia Lucien Febvre en su estilo tan caracteristico: “El pasado -eseribja es una reeonstruccién de las Sociedades y de fos seres humanos de antailo, hecha por hombres y para hombres comprometidos en la complica red de las realidades humanas de hoy en dia." Que esta posicién niegue al historiador fa pretension de hablat en nombre de la humanidad, Febvre'no lo habia admitido porque ereia que la obra histérica estaba exenta de la ley que la somete ala ligica de un ugar de produccién, v no solamente ala "mentalidad” de tuna época en un “progreso” del tiempo, Febvre sabia, como todo historiador, que escribir es salir al encuentro de la muerte que habita un lugar determinado, ‘manifestarta por medio de una representaci6n de las relaciones del presente con su“‘olro", y comatirla con un trabajo que consiste en dominat intelectualmente ‘a artculacién de un querer particular con las fuerzas presentes. Por tacos estos aspectos, la historiografia echa a andar las condiciones de posibilidad de una Produceién, yes al mistno tiempo el sujeto de su propio discurso. La produccién y/o la arqueologia La produccidn es, efectivamente, su principio de explicacién cuasi universal, puesto que la investigacién histérica toma todo documento como sintoma de lo que la ba producido, A decir verdad, no es tan facil “aprender del mismo producto que tenemos que descitrar y leer, el encadenamiento de los actos productores”.” En un primer nivel de analisis, podemos decit gue la produccién da nombre a una cuestién aparecida en Occidente con la prdctica mitica de la escritura, Hasta entonces, la historia se introduciendo en todas pactes uta epavacion entre lammateria (las Heche [a simplex historia) y el ornamentum (In presentacion, la escenogratia, el comentario) Trata We Encontar una Verdad de Tos Reshos bape le prolife, 5 s “Teyendas™, Tnstaurando asi un discurso conforme al “orden natural” de 18s cosas, en el mismo sitio donde proliferaban las mezclis de aural’ d¢ ls cosas, en-el mismo sitio donde proliferaban las mezelys de ilusidn y de verdad.* El problema va no se presenta de fa misma manera "Lavine Fete “Pritogo” a Chris Morac, vi esuis sar Historie et cue. A. Calin, Cahiers es Anas, 198, Vil "Cth if. pp. 78-79 ® Jean T. Desant Les lal mathimatiues, Sil, 1968p “Cf pe Felix Thtlemin, Der htertche Dishes bei Gregor vo Tos, Topol und Wirkickelt, Frankf MU Peter Lang, 1974, pp 3672, “Einl siglo xv, Rod. Agricola ateribe: "Hitoria, cj prima auresverias, naturel tn Tre 0-19 do epeiig sana w3eonyog etuoud93 m2 epmE em 3p Suen, “AMY (or 666-4 119"7I) apuowuary. yaad rarteneyy to a9 8 Ge ‘nt Bt prgn aaos-ee nung ry eo wap 9] ah ex o> on aosanpond esp eoeee oegy 2p votousgp seu upotsodss et s21¢e te ‘pwiesy ron seanag U8 .sB1) tno mone oa aT m8 eee MOENPLANTS LY Se $5¢'¢ 'EsB1 Hauery y ‘wets inyspueT pa ‘our mun ta emp HAL Sd 96 SONS PA epLEe oFFoORPT TMH a KOO Fe S822 dry "9fe005 pe /19,p9 oud sp anda sig Susy 189) uRURReOIADONIRA Ip vue seu: suo, 4 Osos ee upQUN 9 SESE, oguMNAY ant Fo5a4) Np He spe ap sou si1¥ anb sosinasip so] & sopeuusarap sasniny anua assooajqeisa apand anb voroe las ef; sapepryeauan, se] 9p o ,seapt, su] ap epotae] eLsO)sIy 21 20 se1gey Je OpeAdoada oy atu onb oyteoxIa}Ur [9 Uorstoosd seu UEP onbrod ‘opnacias aq soy & soaispa Sorxar soso ua opruai9p 24 ayy 1c Teatdeo sonposd anb ofeqe.n [2 oananposd 59.0)98, souwrd op aymvaiqe; jap onsodosd v xszyy 201 ouwoD ‘apuop sapeI90s. Soucyonnsur v £ soueny e ‘seott991 souoronzieBio v ‘sapeptsazau e aajana SISHEUD Jo “ISY’ 9¢,[B100S OrAMMS UN ‘OpemTUUazap ferOoS odons Un axduo1s 89 ‘uooonpoid ¥] ap sex2ys0 ap 941 souaut o yu ‘apuEss souat o spt oF tun a09 un ua peplanoe ns oosol9 enb fa, ajuatueuty *,uoroanpord vy ap sen -juvd putes ean auduiois 69 uptoonposd v7] “opetrunoe ‘opesed ofeqen us ‘eun guru *ugyaonpoidl ap ojuouunatsar un uss afgisod se woroonpoud punta “ocala sod “-pepatoos ua waata anb sonpraspin ap ugisanposd vf ap-jetaos Uotonjoaa vj ap opeuruzarep orpersa un ua UgIoonpord ¥] ap axdatats eye 95 ‘vorsonpoud ap sourgiqey optens ‘sand ysy,, “,ug!Sounsqe wun sa ppzau98 v9 votoonpoud gy, 012d ‘sopey sopor 10d uproonpasd Aup{ ‘Seypaysties uEas an 19 satoraxpuos su] undos A aousp.oey soyoajshes ou 0 ueas sapeprsaratt seise anb unos vayistaatp 2s tuorsonpoxd wy ‘9seq eIS9 op opuatted «soe ap su 2084 owoD Koy tip sen BIp al}duuns somtagap anb “eHOIsIy BL pO ap (Bur Bupogpunan) rewwsurepury uoforpadd eun (ny ay>1p4>142828) oouCAStY ‘oyps4 1m woo soluesiwoot> Sou Ife A “}eHOIEU EPL MST EY op (uoMyApOLg a1p) uptsonpoud wy ‘sepepisaoau seso seanjsnes wowed onb sorpow ap (Bu Bnazia atp) uoroonpoxd by sand sa (ny ay>ypya14o508 ays. a1p) oouspAsIy yeu sowed (3 ‘seu ses09 suundye K asmsan ‘owuomuefoye Un sou9) “sou! -09 1999q Po} 2}U8 OLyBSadOU s9 ‘HALA BIEd,, :JeIUDUrEpLN Of v OsaiAas uP) se oed oU0D,,*,272,9109 DuDWnY popisoD oMI0D,, soptideD “os Uaqep +. afcysias opunat f ‘pepyean x ‘orafyo 2, s9qes W'yoogana 21908 s1s97 Ss ua e yeorput xxeWy anb of seiaprsuoaar ostoaid sa ‘stsipue fap oj9iqo Jo adn) 45809 ou an oxad oow9isiy osmastp Jap ase v] BULIOY anb O] ZvoKpU IDep 59 “soploowea souuua: anus “eproouoasap anbune euiesaa9u uoisejar wun s9IRU>s Uod SoudIUaqIOD Sou uoLzonpadd v| ua onb 4eNIAs ap UY Y s91 riot “sey nd ap suuaucrry uounnusrades ryan jeg amb, 19 S20 PT ANA HIDE (6d odo sanbeuppem Seno 27 "A059 BE, ors 942 py sepa ‘vaan aa $9 opev98 of eHosaud 2488009 20d on k‘agha #9 prpi8e and aNd oN [p:oagprtovoysey tuys 3629p ojsunepanyT np:que MH EoWRqaq‘ofulssOpeseagns (a (296 4 ‘ta m¢gst ‘amoeme woos prdonneg inuarigg Hota eyo, ranmoy soy un mfojoanbe,, ‘wun op ousis [9 ofeq suod as onb opuarureuonsons Je Oy ,uoronpoud,, wun ' myouasajou vy Jod s9peyos sesja an ‘9a0u0941 So [9 & OpLLOStY ap ofeq -on fo uo ayvatuenanuioa vaaasedeat sopezn|sa1 soys9 “1204 9¢“wioypuodsat «IS OWO9,, 1992] ap opIUaput ofeqes: [9 40d sepsezejdusaas Je OFISUOD BAD] anb saqueRoxsayar Sopqluia Sey ELEN|N00 SOUISIIU Is & BOUL as anb oY osopy OS -masip Uh ayUDUTU[Os vUIDS BEEABOLIO}STY 2] ‘ySLA op opund 9189 apsacy 1 4OdtU98 J Ho 9I69.9Nb 0} 2p osuozta}DOK. 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Me ha parecido que era posible transportar acé lo que Marx jlama “el trabajo productive en el sentido econdmico del término”: “el trabajo sélo es proxluctivo si produce su contratio”, es decir, el capital. Sin dda, el discurso es una forma de “capital”, invertido en simabolos, transmisi- ble, susceptible de ser desplazado, acrecentado o perdido. Es claro que esta perspectiva vale también para el “trabajo” del historiador que la utiliza como instrumento, y que la historiografia, desde este punto de vista, depende todavia de lo que debe tratar: la relacin entre un ugar, un crabajo y este “aumento de capital”, que puede ser el discurso, Que el discurso entra mis bien, sein Marx, en la categoria de lo que genera el “trabajo improductivo”, no nos impide considerar la posibilidad de {tatar en estos términos las cuestiones presentadas a Ia historiografia y la que ella mismia nos presenta, ‘Tal vez, todo esto sea dar ya un contenido particular esta “arqueo- logia a la que Michel Foucault ha rodeado de nuevos prestigios. Por una parte, habiendo yo mismo comenzado mi carrera de historiadoren la historia religiosa y estando determinado por el dialecto de esa especialidad, me pre- unio sobre el papel que han podido desempefiar en Ia organizacion de Ia sociedad “escrituristica” modema las producciones e instituciones religiosas cuyo lugar ha tomado la arqueologia al transformarlas. La arqueologia me parecia ser el modo con que buscaba dar precisién al regreso de un “rechaza- do", un sistema de Escrituras euya modernidad ha construido aun ausente, pero sin poder eliminaslo. Este “andlisis” permitia al mismo tiempo reconocer en el trabajo presente un “trabajo pasado acumulado” y todavia determinate, Usando este modo, que hacfa aparecer, en el sistema de priicticas, continuida- des y distorsiones, hacia yo mismo mi propio andlisis. Este andlisis no tiene interés autobiografico, pero al restaurar en otra forma la relacién de produc cidn que un higar mantiene con un producto, me Hlevé a un examen de Ja historiografia en si misma, Entrada del sujeto en el texto: no con la maravillo- sa libertad que permite a Martin Duberman convertirse, durante su discurso, ‘en el interlocutor de sus personajes ausentes y de explicarse a si mismo al contar sus historias,” sino mas bien ala manera de una infranqueable laguna, que en el texto muestra siempre una carencia y obliga sin cesar a caminar, 2 escribir todavia més, Esta laguna, marca del lugar en el texto y cuestionamiento del lugar por el texto, nos lleva finalmente a lo que la arquealogia designa sin poder decirlo: la relacién entre el logos y una arché, “principio” 0 “co- ‘mienzo™ que constituye su otto. La historiografia se apoya en este “otro” que fa vuelve posible y puede colocarlo siempre “antes”, remontarlo siers- Cf Matin berg, Black Mountain, explvaion in communi NewYork Dito, 1973, 28 pre més atrés, o bien designarlo como lo que autoriza la representacién de “lo real” sin serle jamas idéntico. La arché no es nada que se pueda decir, slo se insimia en el texto por el trabajo de divisién o com la evocacién de la muerte Asielhistoriador s6lo puede escribir uniend en la prictica al “otro” ue lo impulsa a andar, con to “real”, al. que solo representa en ficciones. Fs, pues, historidgrafo. Endeudado con la experiencia que he adquitido, yo qui ra rendir homenaje a la escritura de la historia, 29 JeBny Jap sauoronporg o}ed wasn Capitulo Hacer historia* Problemas de método y problemas de sentido Latistorareigiona eset ‘campo de una conftontacion entre Ia historiografia y la arqueofogia a la que ha reemplazado parcialmente. En segundo lugar, ‘permite analizar la relacién que mtantiene la historia com la ideologia, de laque debe dar cuenta en términos dle produccién, Las dos euestiones se entrecruzain ¥ pueden considerarse juntas en el sector estrechamente circunscrito del “tratamiento” de la Teologia por los métodos de la historia. De un solo golpe, elhistoriador considera a a teologia como una ideologia teligiosa que funcio- hha en un conjunto mas vasto y da por supuesto que explica mejor las cosas, {Puede acaso et historiador reducit la teologia al resultado de esta operacidn? No, sin duda alguna, Pero como objeto de trabajo, la teolopia sc le presenta bajo dos formalidades igualmente inciertas en Ia hitoriograffa: como tn he. cho religioso v como un hecho doctrinal Este breve esto tratard deere ‘minar, a través de este caso particular, el modo como los historiadores tratan hoy dia estos dos tipos de hechos, y precisar cuales son los problemas cpiste- ‘mol6gicos que nos presenta su consideracién. * Esnudio publicado en Recherches de science religheuse, 11H, 1970, pp 1-820 se Uwo.oonposd Ho soused 234 epea eared aa sasoprunsues °® oot, un & sonanduut 2 sopinginstp‘pepisouna ap o ses ap sevaigo ue tovatsaos 1s eBojoas of & erni1q m “,uoroeaueriaa, ns us ‘rad ¥oidond sojoipsnoud fod septs ‘213 & snags rosed 3p enuej eves saoretisant se] :8Ro}ot ems a etary 1 U9 omste of sasenou> a5 oroezte8yea e| & toedisoNut | aihla sast9919 apiseondon cof fw wae ww oun Lp ‘ns ar ap alt of #4204 ap oanoe of 3p penton 4s € one [ep anique> € opus pe eBgo auoil09afenfta fp tyeand wom "Crgeone op P Ren soe HEMT, 2 nF |) Sse SxS Hw OD yp ‘apuaidutos as pypatoos wim owios opow: ja unas ‘sousfi0 “oy veo aqqescodo] eug.wo9 CHW OUST EPH UES ROTEL, _PEpIATHOnT ap Opou un waaro& waiuedio anb orxai j3-OpENDS SROSP Un so ‘eno 16e"FepTEAT EON y SURAT ION eae wan vat ~ WISH SOW "SURE eu 10g “Sojod Sop ama ‘sand ‘uposo eUOISIY T(E “Te100s stxead pun e eanejesduoyut vonopsd eun ezjua ‘nb owarumsoxs un wordt ‘suo3si | ap peptouorsiy wun dvqy (z ‘muisyut TOISHY P| 2 eptaIuoD Rk e1BoJORpI vI saD0tIODOH v LENIGO Sou eoupLodul9] 109 ugessonoysny e] sod esorStjau w1Fo}oopt wf ap onwonueyeD [3 (t soquamnais sauonsano se{ ‘ean 40d wun seurarexa oSuodosd 2 ‘soy psBouoysiy sosmosip ap & svonisesd ap ‘sand ‘opusnu, LEARY SHB Sp pepiear E[ e OUT | ap omMsIp ono uN oMIOS ToHOd o ME FEST|TT 9s Ou pjpaoo ould auatr Ou SfenBua][s aeey? org “SAID; Ws Hog oA on souorSejar Sef ap wzsy eine wy ToTdeS ap FOES =i uprowstiqey ns K osmDoy pe soustntay anb uaig spy “sudutote sod souutapred ap oBau [> sowo.z0o apuop & sejZojoapt sei uezayrfoud apuop vorstoaidun wou, wun 2p uo Bas “eLLO}SI] w] op uaditA vajas v| ua soursiout ©\ ered “Uy ua ‘e180}0—4 vf s9 anb reymonsed upfouy ef v sou of 10d © (eousgist eto. ep vioust9 ey v aruoxpuodsau9 ns ep , LOIS, eaquyed ¥1 9p odo f9 we uorsouso1 H89 onbiod ‘osmmosip um ua opras ns ua sep ~ti99je & sepeulsap tos o[9s 129% 0, 9p Uolsuosxe e|& peprsuap ef anbiod s:uo7Rs sesioaip sod eHraveu! 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Cuestiones particu Jarmente dificiles y discutidas, # no ser que nos contentemos con un puro anilisisliterario de los contenidos o de su erganizacién;* por otra parte, debe- mos rechazar la facilidad de considerar la ideologia como si fuera tinicamente tun epifendmeno social, quitando toda especificidad ata afirmacion doctrinal.> Por ejemplo, qué relaciones podemos establecer entre la espirituali- dad o la feologia jansenistas por un lado, y por otro las estructuras socio- culturales 0 la dindmica social de Ia época’? Hay todo un abanico de espuestas. Asi, para Orcibal, fo que se debe buscar es una experiencia radical en su estado primario y en el texto mas? Primitivo. Pero, aun ali, la experiencia-se enajena entre los apremios de un lenguaje contemporineo; fa historia desu difision seri, pues, la historia de una degradacion progresiva. Aun cuando el historiador pera remontar Ia co- | riente hasta las fuentes mis primitivas, escrutando sin cesar en los sistemas Lstricns y lingtistics hasta encontrar la experiencia que ovaltan al desarro- Hlarse, nunca capta el origen sino solamente los estadios sucesivos de su pérdi- da, Por el contrario, Goldmann lee en la doctrina jansenista el resultado y el signo de la situacién econémica en ta que se encuentra una categoria social; al perder su poder, los hombres de toga se vuelven hacia el cielo de la predestina- cién y del Dios escondido, revelando ast rina coyuntura politica nueva que es cierra el porvenir, aqui, la espirtualidad, sintoma de lo que no dice, nos lleva al nilisis de una mutacin econémica y a una sociologia del fracaso.* * Muchas de las Hamada test de teologn, ef preciso confesarla, som fnizameateaniisis {erarioe de vn ave no 38 eitingen de los demés estos leraon sna por st beste de tener us ceo religoso como hace lelogt” fra deer lt en clipes cates nie en wa on as : a * Asis por elmo, en su gran Witeo Critien sant Eplise La conscience religieuce oe lew £4 e¥HOI310) fo [FP oomoyea Jo 0 aqua.oro ow Jap esouarayip a8 aqua Jo :soanalgo wo ~vstgj9t 9p Sojund soy souresa0au spur a4jana “seoupSowoy aymaUiBsorSio1 2 9p utlap anb sopepatoos uo sefouoaio sey ap uproeiuaweg, ey “AIX {© u2 0 THX offs Jo uo souatt offer oposs tn a ear anb ugrauny eu MAX Offs uo ‘suainbpry ‘ettoriy e| ap Sopostad soimosoyip soy ap O80, ©) Popnus owsrur fo susuioyqeqoud auan ow vantetd v4 “0}90}9 UI, ‘uasaud 2989 ¥ euossosqo opesed tn“, euapoUn, pepe ve EyuoKIaZ 2+ onb eAanu uoroenys wun ‘oustavasisa op Sued Jod ‘Syuacapenst suodns © 9d “LLE6T) HOUMA @P 0 (OZEN) s942A AP “(Z16L) WOSI|DOH], ap svoLOM Setoradn se] ap exuoa ua 4 (euaigo¥9 ‘seisanoua) searfioqorsos seanaprd so] 23 soauy ua wsooueyj uoloonod bun sruasoid sou Uotseisidiarul ap ,o[opotn, 919 «fotusto]05 9p URLGLUED £ wyFo|OUND B| 9p “eIFOIO1908 €| ap ane fe op -e ie] sesortyas sean azul sap sistgae [9 “Seg 27 fuga woo “opemoy ey nb etoueriodan of 2yuaiceaefSojoanbre eon uprqarererodiooun os1031d 208 Ja € vanaped 24 :09189]0190s ojapou jy o1so¥s bf ap OdtspISHe Opudy Un 9p PAoJyOW vf UOLTHTAN WY UD zeOsNQ Byjog "P1008 ootjoquuts 0] ap 0 oLeUeuN o] 2p UOFas BUD oprpad pprouas> lw 8 soHaHUH of 9p owsHOxD Un eqEdH & ‘wBojoUa Bl 2p opel fap equRAIS 80; tounao “uapio oxo v eqeanas as opnuas ana sosortijar ,soUSt9U,,, so nd 9p odumwo un wymgsuoo tious1o Py atusAu0d osouuioy un esotBi[ax eft cist BY © BLQe ,of2poUL, 2189 “cejndod esmjna ¥| 2p 0 sajomypaudso soyuaLsI09 Sb| 9p olpnysa etoey equnsdsut anb seuoroesinsoaut sey sptu za4 epeo nBUIp te veg -assnolqey WILL OP 0 (OFEI-GESI) HOOIE HEY aP “(OE6I-PEGI) Wo. 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