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TEOR{A TRADICIONAL Y TEOR{A CRITICA! Santiago Castro Gomez? n su famoso articulo 1937, Horkheimer establecfa la distincién entre dos concepciones de “teorfa’* La primera de ellas hace referencia a un conjunto de proposiciones cuya validez radica en su correspondencia con un objeto yx constituido previamente al acto de su representacién. Esta separacién radical entre el sujeto y el objeto convierte a Ia teoria en una actividad pura del pensamiento, y al te6rico en un espectador desinteresado que se limita a describie el mundo tal como “es”. Tal idea es identificada como “tradicional”. ella opone un segundo tipo de conceptualizacién que denomina “teor‘a critica» que considera que tanto la ciencia como ka realidad estudiada por ésta, son producto de la praxis social, lo cual significa que el sujeto y el objeto se encuen- tran preformados socialmente. Niel objeto se encuentra “ahi”, sin mas, colocado frente a nosotros y esperahdo set aprehendido, ni el sujeto es un simple notario de la realidad, Defendré la tesis de que tales teorias pueden ser divididas en dos grandes grupos: aguellas que ven la cultura como una “factiidad natural”, yaquellas que, por el contrario, consideran la cultura como un Ambitoestruc- turado por la praxis. Al primer grupo le llamaré,siguiendo a Horkheimer, “teor‘a tradicional”, y al segundo “ora critica” de la cultura. 1 Ponendia presenta ene Simposio Internacional. Restructure de kas Ciencas Sociales en los Paes Annes, Instituto Pensa Santali de Bogots. Octubre 1999 2 Insta Pensar Universidad feriana 3M, Hrkheime, “Tesi iraicional y tora etca’ er i, ora rica. Buenos Aes: Amorrort tones 574, pp. 4 L a metafisica del sujeto y el concepto tradicional de cultura, Una consideracién de la teorta tradicional de la cultura debera comenz con la siguiente reflexion epstemol6gica: la cultura se converte en ‘objeto” de conocimiento Gnicamente a partir delomomento en que el “Homb se ha constituido como "sujeto” de la “historia”. Los conceptos de “cultura” “historia”, “sujeto” y “Hombre” se remiten a una misma cafe geneal6gica que, cronoldgicamente hablando, emerge ‘ye consolida entre los siglos XVI y XIX. ‘Antes de esta 6p0ca no era “pensable” algo asf como la cultura, sencillamente porque no se habfa configurado tndavia {a episteme que hizo posible la formacién del concepto. Si nos limitamos tinicamente al tipo de teorfas surgidas en Occidente, veremos que ni en Grecia, ni en Roma, nien Ia edad media cristiana fue posible el surgimiento de una teoria de la cultura en el sentido que aqui llamaré “tradicional”, y mucho menos en su sentido “critica”, Esta debido a que la moral, la politica y l conocimiento eran vistos como una simple prolongacién de las lees del cosmos, es decir, como un conjunto de instituciones ‘naturales que se encontraban ordenadas hacia el cumplimiento de un fin (telos) casmolégicamente predeterminado, Para Aristteles, la verdad, 1a bondad y la justicia se toman imposibles sin HUMANISTICA considerar los “primeros principios" que rigen el cosmos, puesto que a ciencia, la legislaciny la moral, cumplen el propésito de hacer manifesto al “ser en tanto que ser’, es decir, al onden natural tal como en realidad "es" y no como “aparece”, Laeefleidn sobre la vida social de los hombres no es vista por Aristételes como perteneciente a las “ciencias teéricas”, que versan ‘inicamente sobre los “primeros principios” de las cosas, sino a un tipo de saberes de menor dignidad llamados “ciencias prdcicas”, La filosofa primera oMeta ica se encventra en el pinéeulo de laescala de los saberes, puesto que a ella le corresponde establecer las rnociones mas universes. El objeto de la Metafisica som las lees inmutables que rigen el cosmos, y por eso es la ciencia nds abstracta, més exacta y més general de todas. En cambio, ciencias como la politica y la economia derivan sus conceptos generales de Ia metaisica porque, a nivel ontol6gico, su objeto de «studio (la vida humana) no posee auutonoméa ninguna frente a las leyes del cosmos. Igual ocurre en el campo de la moral y la legislacidn, Como las leyes de Ja vida socal tienen un fiandamento cosmol6gico, independiente de la voluntad humana, la sahidurfa de! buen gobemante consiste precisamente en reconocer ese fundamento y en hacer que las leyes de la polis e ordenen al ccumnplimiento de las “disposiciones naturales” de fos hombres 30 Con todo esto quiero decir que en un onlenamiento epistemoldgico en el cual Ja mora, la politica y el conocimiento som pensadas como dependientes de las leges que rigen el cosmos, no resulta posible el surgimiento de un objeto de conocimiento llamado la “cultura”, Sélo cuando la vida humana en su conjunto ¢s vista como un proceso dnémico regido por leyes creadas por el hombre mismo, ¥ queno son, por tanto, un simple corolario de las lees naturales, es cuando puede hablarse de “cultura” tanto en el sentido “tradicional” como en el sentido “crition” del concepto. La idea ‘moderna de "Hombre", entendido como ‘un ser que se hace a sf mismo en la historia, es decir, que crea valores culturales, solo puede aparecer en el ‘acio dejado por la desaparici6n de la cosmologia clasica Durante los siglos XVIII y XIX es cuando empieza a consolidarse la idea de que la cultura es un émbito devalores especificamente bumano, que se contrapone ala “naturaleza” Es, entonoes, durante los sighos XVII y ‘XIX cuando empieza a consolidarse la ‘idea de que la cultura es un émbito de valores espectficamente bumano, que se conteapone a la “naturaleza”, La cultura consttuye aquellaesfera de valores morales, religiosos, politicos, filos6ficos y tecnoldgieos que le permiten al hombre “humanizarse”,es decir, escapar ala tirana del “estado de naturaleza”. Si, como decfamos antes, fa metalisica del ‘cosmos hizo de la vida social un elemento puramente derivativa, cuyas dindinicas reflejaban las leyes sgenerales del universo, ahora el hombre se ve a sf mismo como: productor de sus propias formas de corganizacién politica y social. is decir, la naturaleza deja de ser vista como un émbito al cual el hombre podifa recurrir para extraer lecciones morales o para contemplar a gloria divina, y pasa a ser vista como un “objeto” que debe ser puesto al servicio de los intereses humanos. La metafisica del cosmos es sustituida por Ja metafisica de lo humano. El “mundo” del que hablan pensadores modernos como Bacon, Descartes y Kant ya no es el “cosmos” greco- romano-medieval, en donde la vida social era tenida como un simple “rellejo” de leyes predeterminadas, sino un munda creado por ef hombre a su imagen y semejanza, Pero si el mundo es una construcciéa, humana y no el reflejo inexorable de la lex aeterna, entonces la vida social queda revestida de una dimension hasta entonces impensada: la temporalidad. Ni Plat6n, ni Aristételes, ni Tomds de Aquino consideraron el tiempo como un eje a partir del cual la accién humana podsfa adquirir HUMANISTICA sentido, ya que éste venta predeterminado cosmolégicamente, Como en las manos del hombre no estaba la creacién de algo “nuevo”, el tiempo no eta otra cosa que la actualizacién de potencialidades establecidas de antemano y para siempre, Pero cuando el hombre es pensado como arquitecto tinico de su propio destino, entonces puede decirse que la humanidad esta en la capacidad de “humanizarse”, es decir, de ir constituyéndose a sf misma en el tiempo mediante la creacién de un mundo enteramente propio: la cultura La primera caracteristica del concepto tradicional de cultura es, entonces, la idea de la humanizacidn paulatina de la especie como un proceso que ocurre ‘en el tiempo, en fa historia, y que no viene ya determinado desde afuera por leyes cosmatégicas. Ahora bien, si mediante la cultura el hombre se va liberando paulatinamente de las cadenas que le impone la naturaleza, entonces las formas culturales adguirirén también un grado cada vez mayor de perfeccién, en la medida en que permitan el despliegue del “espititu”, es decir, el eercicto de la libertad humana. Para Hegel, las formas cculturales que se acerquen més a la naturaleza tiene un grado de dignidad 31 mucho menor que aquellas que hacen abstraccién de la misma. Esto debido a que la naturaleza pertenece a Ia esfera de 1a necesidad, mientras que et espiritu es el émbito propio de la libertad. asi, por ejemplo, las religiones que practican cultos naturalistas son inferiores al cristianismo, debido a que éste posee un concepto més abstracto de la divinidad (Dios es espiritu). Igual ocurre con las manifestaciones artisticas: aquellas que imitan a la naturaleza o que giran en torno a lo puramente figurativo son inferiores a aguellas que privilegian las formas puras, debido a que éstas dltimas han logrado escapar de la tiranfa de los contenidos 1 ateriales, que no son aptos para la libre expresi6a del espiritu, De la mano de Hegel enconteamos, entonces, una segunda caracter(stica del concepto tradicional de cultura; el privilegio de la Hamada ‘cultura alta” sobre fa “cultura popular”. Las formas propiaménte letradas e, como dirfa Weber, ‘actonalizadas” de Iacultura (codificacién musical, arte secularizado, literatura, filosoffa, historiograffa) son més elevadas desde el punto de vista fenomenolégico, puesto que a través de ellas el hombre puede volver sobre sf mismo y reconocer su propia vocacién Simon Mejia esp tual. Los grupos humanos que no han logeado acceder a fa reflexividad de Ia cultura alta permanecen anclados en Ia “ininor‘a de edad” y se hallan necesitados de la “jluminacién” proveniente de los letrados, y particularmente de los fil6sofos. lls, los letras yfldsofos, son los que pueden elevarse sobre todas Jas contingencias culturales y aprehender su objeto desde afuera, con Ta misma mirada de un Deus absconditus que se

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