You are on page 1of 16
eee ae ie ~ a, a : J oD ri ™ B EI viaje i= , -) increible | oUt J de correo 815 Central 1000 Casilla de correo 14.982 Correo 21 ‘Santiago Chile Conéctate Apartado Aéreo 85178 Santafé de Bogota Colombia Activated! PO. Box 4307 ‘Orange, CA 92863-4307 USA Correo electrénico: conectate@conectate.org En Internet: ‘www.conectate.org Director: Gabriel Sarmiento Disefo: Giselle LeFavre llustraciones: Hugo Westphal, Max Belmont, Ana Fields Produccion: Francisco Lopez Fexeo 2001? (© 1999, Aurora Production AG, ‘Suiza. Es propiedad. ‘A menos que se incique lo contraro, todas las frases textuales do las Escrturas que aparecen en Cota provienen de la version Reina-Valera de la Biblia, © Sociedades Bibicas Unidas, 1960. 2d nuestros am (GOS Si te dijeran que tienes reservada a tu nombre une mansion pelaciega sin estrerar y sin costo alguro, ite lo creerias? Y si te lo demostraran por escrito, erterces isi te lo creerias? Supén gue si. EQué harits en ese case? iNo querrias averiquar dévde estd situada y céwo es? iNo querrias ver los plaros? iNo prequrtarias céwe es la vista, les veces, el clima en la zona y un sinnimero de detalles mas? iNo empezarias a sofar con el dia de la mudanza? iY ce qué modo piensas que esa adquisi- citn alteraria entretanto tu vida y tu orden de prioridades? La verdad es que alguien site ba prowetico una magnifica reorada —TSesvis— y ha dejado corstarcia de ello por escrito: «En la casa de MW Tadre, muchas woradas hay. (...] Vey, pues, a preparar lugar para vosetros, para que donde Yo estoy, voso- tros también estéism (Suan '4:2-3). Te interesa saber Como serd. la vida en tu nueva casa? El presente nimero de Caldas echa un vistazo a. la magnfica vida que res aguarda después de la actual. Si has aceptado a Testis, esa casa es toda tuye. No debes nada por ella, ro tieres que pagar mpuestes vi martermvento. EDenasiaclo atractivo para ser cierto? iEsto es apenas el principio! \| V Gabriel Sarmiento En nombre de Conédal «En realidad si le tengo miedo a Coréstile Nimero 7 onocimos a Robert hace dos | Habia salido de la carcel bajo fianza mientras esperaba que se resolviera su caso por tenen- cia de drogas. En los meses siguien- tes lo vimos varias veces y siempre tratamos de que acudiera al Sefior en busca de ayuda. Escuchaba todo lo que deciamos y por lo visto disfrutaba de nuestra compania; pero no nos parecfa que lograba- ‘mos calarle hondo, Mas tarde, lo declararon culpable de los cargos que se le imputaban y lo sentencia- ron a dos aos de prisi6n. A causa de las restricciones que le impusie~ ron en cuanto ala cantidad de visitas que podia recibir, perdimos contacto con él hasta hace poco. Cuando finalmente logramos entrar en la cércel para verlo, nos llevamos una grata sorpresa. EPAUL Y JO! (AUSTRAMEA —jUstedes tenfan razén! exclamé Robert—. ;Lo que todos necesitan es amor! Desde que estoy aqui me he dado cuenta de que lo que necesitan, aun los tipos mas rudos, es un poco de amor, alguien que los escuche, que se interese por ellos. Nos explicé que en la prisién de maxima seguridad en la que lo alojaron al principio emergfan muchas tensiones raciales. Cada uno de los grupos étnicos —chinos, negros, islefios, maories, asidticos, libaneses— se margina de los demas. De modo que él comia un dia con un grupo. Al otro dia cami- naba en el patio con otro grupo y asf sucesivamente. En todo mo- mento les hablaba del Senior. Habia un hombre llamado Tom, particularmente temido por los demés. Llevaba 18 afos en prisién, buena parte de ellos incomunicado en una celda individual, porque cada vez que lo ponfan con los demis presidiarios se metia en una pelea y alguien salfa herido. Robert empez6 a jugar al ajedrez. con Tom. Un dia le pregunté si le tenia miedo a algo. Tom le respondié que no habia nada que le inspirase temor, Unos dias después Tom buscé a Robert y le pregunts si podian conversar un rato. —En realidad sf le tengo miedo a algo —le confesé—: ja Dios! Robert aproveché la ocasién para hablarle del amor y el perdén divinos —Aunque un ser indigno s arrepienta con su tiltimo aliento de una vida entera de iniquidad, Jestis es tan amoroso que lo perdona y se lleva a ese pecador al Cielo. Conversaron largo rato acerca de Dios y de Jestis, hasta que Robert le pregunté: —4No crees que serfa mejor pedir el perdén de Dios y tratar de vivir una vida de bien ahora en vez de esperar hasta tiltimo momento? ‘Tom acepté el reto, recibié a Jestis y desde entonces se ha con- vertido en una nueva criatura. Cuando se llevaron a Robert de la seccién de maxima seguridad, el carcelero se apené de que se fuera. Echaba de menos la influencia tan positiva que habfa tenido en los dems presos. Robert nos conté que la temporada en aquella sec- cidn habia sido muy tensa y que habia pasado miedo, pero se habfa sentido més titil allf que donde esta ahora. No obstante, el Seftor sigue valiéndose de él. Todas las noches celebra una reunién de oracién en su celda y siempre est conducien- do a otros a Jestis. or fin habfa llegado el fin de semana que Pedro esperaba con tantas ansias. Se levanté antes del alba y pas6 a recoger a su prometida, Marisa, para emprender una aventura aérea. Mientras se dirigian a toda prisa al pequefio aerddromo fuera de la ciudad, sus expectativas iban en aumento. El monomotor que Pedro habia alquilado para la ocasin estaba ya en la pista esperandolos. A excepcién del tono azul palido que se divisaba hacia el oriente, todavia estaba oscuro cuando el biplaza zumb6 por la pista y levanté vuelo. En cuestin de minutos habian alcanza- do gran altura. Sobrevolaban un exuberante paisaje. Ambos quedaron extaticos al ver que los primeros rayos del sol bafaban de esplen- dor los picos di ¢ inundaban la cabina de un célido Orioso, tal como Pedro gural con hasta apagarse,del itd la mano en arranque e intent6 tor. Pese a intentarlo ‘a a responder. = ay 1! Te rogé Marisa tentativas de Pedro por volver a vida al motor se tornaban mas eradas. Hago lo que puedo! —respondi¢ él—. arranca! ‘caemos! —grit6 ella—. ;Dios mio, E 10 para entonces se habia tornado i - Pedro lo recorrié con la mirada en busca de algtin claro, un camino, un campo abierto, hasta una via férrea, en la que pudiera intentar tn aterrizaje de emergencia. —iMaldita sea! Arboles, nada més que Arboles! —exclamé mientras el pequefio aparato se descolgaba del cielo matinal hacia una extensién interminable de follaje. * Al despertar Pedro de lo que parecia una pesadilla, exclamé de golpe: Jarisa, Marisal, sestés bien? —Creo que sf —respondié ella con voz apaga- day un poco aturdida— Lo diltimo que 1 cuerdo es que fbamos a chocar contra copas de los Arboles. Después debo de haberme desmayado. Abrumados por la sensacién de alivio y asombro de haber sobrevi- vido a semejante experiencia, se fundieron en un fuerte abrazo. Pero al abrazarse, ambos tuvieron una sensaci6n muy extrafia, muy peculiar. El aturdimiento dio paso a una extra- fa impresién de ligereza, casi de ingravidez. —;Qué nos est sucediendo? —pregunts de golpe Marisa—. Mira nuestros pies... ini siquie- ra rozan el suelo! Conidae Nomero 7 —No... no sé —repuso él procurando enten- der la situacion—. Jamas me habia sentido asi... ;Parece que nos estamos elevando! Al cobrar velocidad su ascenso, Maris sefalando la avioneta, grité: —jDios mio! ;No! ;Mira! jLa avioneta esta completamente destruida y en llamas! Y... jno, no pued ser! Esos dos cuerpos somos nosotro: —Dios mio — murmuré Pedro—. jDebemos de habe mu Toda- via oyendo eleco de aquellas fatidicas pala- bras, de repente, atrapados por a fuerza invisible, impulsados hacia arril de la escena del accidente y cada mayor velocidad. ;Al llegar a cierto punto percibieron que atravesaban un largo tinel oscuro, como un pasadizo por el cual se deslizaban vertiginosamente! A lo lejos vieron ap: una luz tenue, que a medida que avanzaban por el tiinel se hacia cada vez més deslumbrante. Aunque brillaba Conéctate Numero 7 « més que ninguna otra luminosidad que hubie- osamente no les hacia dano a los un} eyentleataata Ser de Luz. Cubiertos por aq. Getrag landor se sintieron invadi- dos’ bsa sensacién de amor y y el sobresalto que experimentaron al saberse muertos habja desaparecido por completo, Envueltos en aquella célida Luz, la paz.y el sosiego les embargo el alma. Nunca antes se habfan sentido tan bien, tan amados. Alli, en presencia de aquel Ser Luminoso, icieron un repaso detallado de toda su vida. No solo lo percibfan, sino que experimentaban una exhibici6n tridimensional y a todo color. Revivian todas sus experiencias, desde que eran -mnas criaturas hasta el momento del acciden- te aéreo, Con gran remordimiento, presenciaron y recapitular cada acto desconsiderado 0 egofsta que habfan tenido cuando nifios. Todos los detalles eran vividos. Con alivio, vieron tam- bién las cosas buenas que habfan hecho: las ocasiones en que habian compartido o regala- do un juguete a algtin companero de juegos, 0 cuando habjan ayudado a algtin amigo necesi- tado, ofrecido unas palabras de dnimo o tenido un gesto de bondad con alguien. jTodo! Presumiblemente aquel habia cop con ¢ falla acier™> B forma de negar nada. Todo irrefutab "famta)cierto, y las conclusiones ala que lleg nes y justas. Y aunque = ida, escena por al ale specie de da- ron presion de qq ado escasosmomentos. Habiendo visto sus vida delante de sus ojos, miraron rostro del Ser de Luz. Qué ali encontrarse sus miradas con la del y compro- bar que todavia era célida, amorosa, Ik piedad y comprensi6n. A pesar de si ‘ronsgresineesmuare Bbc! ar incondicional. El Ser les extendié una mano a modo de bienvenida y les sefialé una hermosa y relu- ciente luz dorada que se perfilaba a la distancia, més grande que cualquiera de las estrellas que la rodeaban. —No teman, pequefios —Ies dijo en tono alentador—, pues a Mi Padre le ha placido darles el Reino. En la casa de Mi Padre muchas moradas hay y les he preparado un lugar, para que donde Yo estoy, ustedes también estén. ° En ese momento Pedro y Marisa se dieron cuenta de que aquella persona tan tierna y amorosa era Jestis, y que les estaba dando la bienvenida al Cielo. Aunque EF! sabia de todos los errores, falencias, debilidades y fechorias en Jas que habfan incurrido, todavia los amaba y los recibié con las brazos abiertos. Lagrimas de gratitud les corrieron por las mejillas cuando los abraz6 y los consolé, pero EI se las enjug6 con ternura. —Por esto mori por ustedes, porque los amo —les aseguré—. Me hice cargo de sus pecados para que ustedes no tuvieran que sufrir a consecuencia de ellos. Por haber crefdo en Mi y aceptado el sacrificio que hice por ustedes, les perdono sus pecados y los limpio de ellos para siempre. Vengan, pues, ahora y entren en el reino que les he preparado. Habiendo dicho eso, los tomé a ambos de la mano y emprendieron vuelo nuevamente, como io habjan hecho en el tuinel. Su destino final —una hermosa ciudad celestial de oro didfano— aumentaba cada vez més de tamafio a medida que se aproximaban, hasta que los dos quedaron extasiados por su inmensidad y belleza. Cuando entraron por una de sus puertas de nécar, se emocionaron al ver que salfa a su encuentro un grupo de personas para darles la bienvenida. Pedro casi no podia creerlo cuando escuch6 una voz. que habia echado muchisimo de menos. Esta le dijo: —Bienvenido a casa, hijo mio. Se volvié para encontrarse con su madre, que habfa fallecido de una enfermedad siete aiios antes. Se vefa hermosa —joven, radiante y 6 E> ———————— << llena de vida—, tal como Pedro la recordaba de cuando era nifto. Se abrazaron fuertemente y lloraron de alegria, agradeciendo a Dios por aquel maravilloso reencuentro. Ni Pedro ni Marisa habian imaginado jamés que el Cielo podia ser tan extraordinario. Todas Jas personas con las que se cruzaban eran amables y amorosas; a nadie se lo vefa como un extraiio, Todo estaba increfblemente imbuido de energia y vida, desde los exquisitos jardines y parques llenos de flores hasta los magnificos Arboles y simpaticos animalitos de todo género. Los edificios y casas eran de diseftos fascinantes y de colores y materiales hermosos. No se podfan comparar con nada que hubieran visto antes. Toda la gente vestia relumbrantes ttinicas de luz que cafan ligeramente y revelaban la armo- nia de sus formas. Nadie andaba apurado ni afanoso. Daba la impresi6n de que se traslada- ban flotando por aceras doradas y el exuberante verdor del césped, con los pies apenas tocando el suelo, Otros volaban y planeaban gricilmente por el aire. ° Elrelato del viaje increfble de Pedro y Marisa no es pura fantasfa. Se basa en el recuento de miles de experiencias de muerte clinica documentadas en libros y estudios respetados. En todos estos casos, naturalmente, los sujetos —algunos de los cuales estuvieron clinicamente muertos durante veinte o treinta minutos— volvieron a la vida. Cada uno de ellos testifies que aquel Ser Lumino- so que les habfa hecho el repaso de su vida les dio la oportunidad de retornar a su cuerpo y a su existencia en la tierra. Esas, sin embargo, son las excepciones. Evidentemente la mayoria de la gente no regresa después de haber pasado a mejor vida. GEstas listo para ese viaje increfble? Habra un sitio para ti en la Ciudad Celestial de Dios descrita en los capitulos 21 y 22 del Apocalipsis? Pedro y Marisa estaban listos, porque antes de morir habfan crefdo en Jesuctisto y optado por aceptarlo en su coraz6n. «De tal manera am6 Dios al mundo que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16). Contetale Nomero 7 “RESFuestas atuS e temrogaintea, f £Qué estoy hacierdo mal? Cuando recibi a Jestis y fui lleno del Espiritu Santo pensé que mis familiares y mis amigos se alegrarian de ver el cambio operado en mi. Algunos estén contentos, pero otros no. Es més, ya no tengo una relacién tan estrecha con mis viejos amigos, porque ahora tenemos inquietudes diferentes y me dicen que les gustaba més como era yo antes. {Qué hago? Por lo que dices, el tuyo parece ser un caso tipico de «Si fuerais del mundo, el mundo amarfa lo suyo» (Juan 15:19). Ser un cristiano auténtico tiene su precio. A veces nos cuesta nuestros amigos, al menos en un principio. Esa es una de las primeras pruebas a la que se enfrenta un cristiano después de convertirse, y también una de las més frecuentes. Llegado el caso, soptard por Jestis y su nueva fe antes que por sus viejos amigos? Puede resultar una decisién muy dificil, pero si uno da preferencia a Jestis y no deja de manifestar el amor de Dios a los demas, tarde o temprano acabara con més amigos que antes, y quiz con algunos de los viejos también. Tomemos el caso de San Francisco de Asis (11822— 1226). Poco st ibe de su Conéetale Numero 7 juventud, excepto que fue un muchacho bastante mundano y frivolo, y es de suponer que tuviera muchos amigos de mentalidad parecida. No obstante, cuando conocié al Seftor, cambi6, Su familia lo deshered6 y muchos de sus viejos amigos no querfan tener nada mas que ver con él. Pese a ello, se ocups en vivir una vida a semejanza de Cristo y en transmitir a los demis el amor que recibié de El. Al poco tiempo, algunos de sus viejos amigos —ademds de otros jévenes— fueron a verlo con el affin de saber cémo podian tener el amor y la felicidad que vefan en él. El gruptisculo de Francisco crecié hasta convertirse en la orden de los franciscanos, que en sus casi ochocientos afios de existencia ha tenido cientos de miles de adherentes. ;Amigos? |Millo- nes de personas se sentirfan honradas de ser consideradas amigas de San Francisco! Sigue, pues, manifestando el amor de Jestis y resplande- ciendo para El, que sin duda ganards cantidad de amigos nuevos. «No hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, © mujer, o hijos, o tierras, por causa de M(y del Evangelio, que no reciba cien veces mas ahora en este tiempo; y en el siglo venidero la vida eterna» (Marcos 10:29-30). Mientras tanto, Jestis sera para ti el mejor amigo que puedas concebir. Promete no abandonarte jamas. Se compromete a estar a tu lado hasta el fin del mundo y ser un amigo mas unido que un hermano (Juan 15:4; Mateo 28:20; Proverbios 18:24). 7 El Cel ry veces en que lds pesares, los reveses y las desilusiones de la vida\nos abruman. Cuando Jas cosas no salen bien} o cuando sufrimos fracasos o pérdidas, el peso de todo ello nos leva a veces\a preguntarnos si lo que hacemos vale tealmente la pena. {Logrardn los hombres temetoso¢We Dios crear ma-sociedad mejor en mundo las. mids veces, Sfrcecen el mal, Se el ego{smo deVhombre? La erdad es que cuando estamos abatidos'y . ee todo se ve Pero es precisa- g en eps momentos dificiles cuando bemios seguir confiando en ora Ue Dios ts Sus promesas, porque si, onto arr sido mer. cierto que muy posse promesas sobs reel Ciclo qu de que estas catgas y_, elder qe ho Pau que sobrellevat no te, muy poco\ ~ mucho mejor ilusiones y las’expe-~ onto olvidadas y espuntar el de la gente —pasarse el dia tumbado sobre una nube tocando el arpa, sin otra ocupacién que: ser santo y bueno— para muchos carece de atractivo. {Gracias a/Dios que el Cielo no es = Jestis dijo: «En la'casa de Mi Pa moradas hay; vey a prepararlugaf pita voso- tros» (Juan 14:2,3). Pero hace ya dos mil afios que lo dijo. Crees que le ha llevada todo ese mullir suficientes nubes para que nos podamos — ‘reca{ar, 0 fabricar suficientes arpas para todos? iNo! Claro que no. Ese concepto del Cielo es totalmente ridiculo, Ademés no tiene ninguna base en la Bstritura|Si quieres hacefte una idea de c6mo es en realidad el Cielo, no tienes mas \, que leer los capitulos 21 y 22 del Apocalipsis. __ Tai Ciutiad Celestial, hogar de los ore las épocas, es tan extraordina- tacular, que resulta casi indeserip-— istalino y relumbrante, una fede 2100 kilometrox dealt de anshorrge7 |_largortas calles misinas sorrde oro. Tras sus relucientes puertas nacaradas s@ halla el para(? ee so de Dios; por,donde corre apaciblemente el Rfo dela Vide a Io largo de extensos y exubefan- is en log que juegan nifios risuenos y ,y donde nog esperan nues- f partieron de este mundo. io en el que ya no or, ni temores-ni-tristeza, ni N un mundo errel {OW seréalegria y pyc. (nn sociedad en TS que todos trabajarah urifdo$ y cooperaran unos on otros-en armonia y‘amor. Resulta,easiy” imposible imaginarse unr lugar asf, ino es cierto? Como dice Ia Bil sMaravilas Fe ojo del hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Corintios 2:9). ‘« Sin embargo, a pesar de que la vida enel > Gielo sera mucho mas estupenda que cualquier cosa que hayamos conocido en la Tierra, en. ‘muchos sentidos serd similar a la que llevamos ‘en este momento, s6lo que superiorisima, ‘Tendremos acceso a lo mejor de esta vida, sélo ‘sin dificultades, sin dolor, sin enfermeda- sin angustias y sin muerte. Serd un mundo de rosas sin espinas. En esta Tierra todavia no podemos disfrutar plenamente de todas las -alegrfas y placeres de la vida; en cambio, en el Cielo se haran realidad los deseos de nuestro -coraz6n. En el Cielo, cualquier cosa que desees, ‘cosa con que hayas sofia, ‘serd tuya. ives todas las cosas y que el que aes _heredard todas las cosas (Apocalipsis 21:5-7). -ese-que vence al mundo? El que cree que Jestis es el Hijo de Dios (1 Juan 5:5). En efecto, los que creen en Jestis heredaran todas las cosas, todo lo que quieras y hayas deseado.. Dios se deleita en concederte los deseos de tu «Deléitate en el Seftor, y El.te conce- ~ deré las peticiones de-tu.corazém» (Salmo 37:4). Jestis dijo: «A vuestro Padre le ha placida:daros el Reino» (Lucas 12:32). En eh Cielo experimentaras todos los place- res y émociones que hayas saboreado en la a ita, slo que en un grado mucho mayor: la belleza del amor, la alegria de los nifios, igual que mucha variedad, novedades, el /attactivo de nuevos horizontes, nuevos traba- 08, nuevas labores que habrés.de realizar y hasta aventuras que @mprenderis;como-por “J séiemplo explorar otros mundos. ‘Todos los (}deseos de tw-coraz6n se hardn realidad en Y aquella Ciudad Celestial. Todas las sensaciones, todas las emociones, tad6s los bellos amores 0 “ trabajos gratificadores que hayas eonocido’o -ado en esta vida —quizésin’conseguitlos—, drs @ tu aleance en ese mundo celestial. condicién es que ames a Jestis y creas en esta-vida. ;Creesen Fl? n SS Wi cristo viene» | a Juan na de las tiltimas sefiales del fin, a la que la Biblia dedica numerosos capitu los, es el surgimiento de un gobierno supranacional presidido por un perverso tirano al que se conoce como el Anticristo 0 la Bestia. El capitulo 13 del libro del Apocalipsis refiere que el mundo rendiré culto a Satands, personi cado éste por el vil dirigente mundial antes mencionado. «Adoraron al dragén (el Diablo} que habia dado autoridad a la bestia (el Anticristol, y adoraron a la bestia» (Apocalipsis 13:4). Rapidamente se esta creando el marco para que el mundo acepte una dirigencia de carécter mundialista. El célebre historiador britanico Arnold Toynbee (1889- 1975) afirm6 con gran acierto: «Las naciones estan prestas a entregar los reinos del mundo a un hombre que ofrezca una solucién a los problemas que aquejan al plane ta». Paul-Henri Spaak, que fue el primer presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, primer ministro de Bélgica, uno de los gestores del Mercado Comtin Europeo y secretario general de la OTAN, declaré en cierta ocasién: «No queremos una comisién ma ya contamos con demasiadas. Lo que buscamos es un hombre que tenga suficiente estatura moral para captar el apoyo de las masas y sacarnos del cenagal econémico en que nos estamos hundiendo. Cuando se presente tal individuo, sea dios 0 sea demonio, lo aceptare- mos.» El nuevo orden internacional Cada vez ofmos hablar con mas frecuencia del nuevo orden interna- cional y de la globalizacién. El presidente norteamericano George Bush populariz6 el concepto en un discurso pronunciado ante el congreso de su pais durante la guerra del Golfo: «Nos hallamos en un momento tinico y extraordina- rio. |...) De esta turbulenta época bien puede emerger un nuevo ordi internacional. |...) Hoy ese nuevo orden pugna por nacer.» El acuerdo de paz en torno a Jerusalén Es previsible que el llegue al poder en medio de una Anticristo euforia generalizada por haber sacado temporalmente al mundo de sus profundas crisis econémicas, militares y politicas, A la usanza del propio Satands, que con frecuencia se disfraza de angel de luz, este personaje deslumbraré a buena parte del mundo presentandose como un gran héroe y pacificador. El profeta Daniel, aludiendo al Anticristo, escribié: «En plena paz, destruira a muchos», y «se apoderara del reino a base de intrigas» (Daniel 8:25 y 11:21, EP). La Biblia nos indica que las pretensiones de liderazgo mundial «Las naciones estan prestas a entregar los reinos del mundo aun hombre que ofrezca una solucion alos problemas que aquejan al planeta» de ese dirigente se fundamentarén en un ingenioso pacto de paz de 7 aftos. Dicho acuerdo resolveré transitoriamente la crisis de Oriente Medio, logrando que arabes y judios accedan a ciertas concesiones relativas a Jerusalén y sus lugares sagrados. Uno de los puntos neural- gicos sera el Monte Moriah en Jerusalén, considerado sagrado por los judios dado que alli se encontra- ba su templo antes que fuera destrui- do por los romanos en el afio 70 d.C. Este monte es también sagrado para Jos musulmanes, dado que en él se levanta el santuario mas importante del Islam en la ciudad: la Mezquita de Omar. Las Escrituras indican que el acuerdo permitira a los judios reconstruir su templo, donde reanudardn sus antiguos ritos de sacrificios de animales. (V. Daniel 8:23-25; 9:27; 2 Tesalonicenses 2:1-4.) De Rusia El profeta Ezequiel hace referencia al Anticristo en términos de «Gog en tierra de Magog» (Ezequiel 38:2). Los exégetas coinciden en que la antigua tierra a la que se conocfa como Magog era un poderoso pais ubicado al norte de Israel. Muchos sostienen que Ros identifica al pueblo ruso. Por eso, un numero importante de estudiosos de la Biblia considera que el Anticristo bien podria surgir del ctual caos en que se encuentra la antigua Union Soviética. Seguin la Sagrada Escritura, las principales potencias europeas jugardn un importante papel en el gobierno mundialista del Anticristo. Los dirigentes de esos paises se unirdn a él y le dardn pleno apoyo. «Estos tienen un mismo propésito, y entregardn su poder y autoridad a la bestia» (Apocalipsis 17:13). Un agrio salvador Si bien la mayor parte del mundo: acogeré inicialmente al Anticristo como una especie de mesias politi- C0, tres aftos y medio después éste revocard el acuerdo de paz que él mismo firmara y que hubiera debido regir por siete afios. En ese momen- to invadira Israel y declarara a Jerusalén su capital internacio Aboliré todas las religiones, a excepcién del culto a su propia imagen, la cual estaré de algun modo habilitada para hablar y «hacer matar a todo el que no la adore» (Apocalipsis 13:14-15). Jestis dijo que cuando viéramos es imagen «en el lugar santo [el tem- plo], la abominacién desoladora de que habls el profeta Daniel |... habra gran tribulacién, cual no la ha habido desde el principio del mundo» (Mateo 24:15,21). Sera una época de feroz persecucién y represidn de los creyentes a manos de la Bestia y su régimen. (V. tam- bién Daniel 7:21,25; 8:23-24; 11:31- 35; 12:10; Apocalipsis 13:5 En ese momento el Anticristo instaurard su siniestro sistema de crédito internacional, que llevard el ntimero 666. Si quieres acceder a una explicacién detallada y clarifi cadora de este inminente suceso, no te pierdas el siguiente capitulo de Ya estaba escrito en el préximo nuimero de Conds (Extracto de Ya estaba escrito, de Michael Roy.) Jerry Johnston, The Last Days of Planet Earth, Eugene, Or.; Harvest House Publishers, 1991, pags.129-131 AGARRATE FUERTE. Estamos Por ABANDONAR LA MONOTONIA Y EL AMBITO RESTRICTIVO DEL PLANICOLA PARA SONDEAR LA Les oh nesta charla vamos a entrar de lleno al misterioso entorno de las realidades eternas, el mundo viviente de lo perpe- tuo en lugar de la dimensién agonizante del presente, el dominio imperecedero de la eternidad por oposici6n al espacio pasajero del tiempo, ese mundo fascinante y en gran medida imperceptible para nuestra visién mortal, tan terrena y temporal. La Biblia nos exhorta asf: «Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la Tierra, pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» (Colosenses 3:2), Desde los albores de la Historia, todos los que son hijos de Dios por la fe han buscado un mundo invisible, «una ciudad que tiene fund: mentos», cimientos eternos, «cuyo arquitecto y construc- tor es Dios. Sin haber recibido lo prometido, sino miréndolo de lejos |... Confesando que son extranjeros y peregrinos | ena Tierra que buscan una patria mejor, esto es, celestial. Por lo cual Dios no se aver- gilenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad»; nada menos que la Ciudad Celestial, la Nueva Jerusalén, que descenderd de lo alto, de Dios, para reposar sobre el planeta Tierra. (V. Hebreos 11:10,13-16, Apoca~ lipsis 21:2,3.) Esta es la esperanza de todos los tiempos: ese mundo eterno, que ahora mismo es invisible, donde moraremos con Dios para siempre, la Ciudad Celestial descrita en los tiltimos dos capitulos de la ia, Apocalipsis 21 y 22, y mencionada en muchos otros pasajes de la Escritura, En eso tenemos todos cifradas nuestras esperanzas; no se trata de castillos en el aire, sino de un paraiso terrenal. Sin embargo, en este momento ese invisible Reino Celestial existe y actia. No s6lo nos rodea, sino que esta dentro de nosotros. Jestis dijo: «EI Reino de Dios esté dentro de vosotros. Como todos sabemos, segtin la ciencia hay cuatro dimensiones inherentes a la existencia de la materia: para que sea posible su existencia, todos los objetos fisicos deben contar con longitud, anchura y altura, Estas tres dimensio- nes determinan el espa‘ Hay una mas llamada tiempo. En su teorfa de la relatividad, Einstein demostré claramente que tiempo y espacio estén estrechamente ligados. Segdin dicha teorfa, nada puede ocupar un espacio fisico sin que exista tiempo. Para que algo exista es esencial el tiempo. Tengo en las manos una tarjetita postal muy llamativa que presenta una bella escena submarina de la hermosa y colorida creacién de Dios. Lo curioso de esta tarjetita es que si la miro de perfil no veo sino dos dimensiones: la longitud ya anchura. Me ubico asf en el territorio del planicola, que s6lo comprende su reducido mundo bidireccional carente de profundidad. No ve nada més. Al observar esta tarjeta de costado, yo tampoco veo nada més. Si fuera un planicola insistirfa en que no hay ninguna dimensién aparte de las dos que yo veo, s6lo porque no las percibirfa visualmente. Sin embargo, si nos despla- zamos en una direccién nueva y desconocida para el planicola —la altura— y contemplamos la postal desde arriba, descubrimos un mundo sorprendente, pues se trata de una tarjetita tridimensional. De repente adquiere una dimensién totalmente nueva, llamada profundidad. De hecho, me da Ja impresién de que puedo penetrar en la imagen con la vista. Ciertos objetos apare- cen delante de otros. Hay un junco que crece delante de un precioso coral rojo; entre ellos nadan los peces, y el lecho sembrado de piedrecillas se desvanece en la distancia, mas alld de donde alcanzo a ver con mi nueva perspectiva tridimensional. Hemos penetrado en un nuevo mundo, fuera del aleance del pobre planicola —en el supuesto de que éste existiera—, que s6lo puede ver en dos i Miramos en una nueva direccién que aporta altura y profundidad, y nos presenta todo un mundo por explorar. Ahora somos como un dios a los ojos del planicola, un ser que escapa por completo a su comprensién Desde el punto focal en que ahora estamos situados, por encima de su plano inferior de apenas dos dimensione nos ha perdido por completo de vista, Eno ve ni hacia arriba ni hacia abajo, ya menos que buenamente tengamos la gentileza de descender hasta su nivel no podré vernos en absoluto y mucho menos entender nuestra nueva dimensién. Para ponernos a su nivel tenemos que situarnos en un plano exactamente igual al suyo, Pero en el instante en que variemos nuestra posi- cidn saliéndonos una pizca de su orbita, nos perderd de vista, La Biblia abunda en pruebas, relatos y declaraciones categoricas sobre la existencia de esa quinta dimension. Ahora nuestro mundo tridimensional adquiere unas proporciones espaciales casi infinitas. Es tanto mas vasto, profundo y elevado, que el planicola jamas podria entenderlo ni entendernos a nosotros. Es un mundo 14 enteramente nuevo, un mundo espléndido y grandio- so cuya existencia ignora, por la simple y sencilla razén de que no lo ve. Aun si fuera posible mos- trarselo, estarfa tan fuera del alcance de su percepcién bidimensional que probable- mente harfa como aquel campesino que, la primera vez que vio una jirafa, excla- m6: «Eso no existe!» La verdad es que a nuestro pobre planicola el orgullo le impide reconocer que puede haber un nivel superior al suyo. Pobre hombrecillo. (Qué limitada es su visi6n, qué estrecho su mundo, qué restringido su radio de accién! Como no puede ir a ningdn otro sitio, no quiere admitir que siquiera exista esa dimen- sién. Se indigna con cualquie- ra que le diga que en alguna ocasion fue elevado a ese otro mundo para echar un vistazo alo que hay més alld de su reducido plano. En todo caso, el hecho de que no crea en algo no anula la existencia de ello. Lo mismo pasa, segtin la Biblia, con el «hombre natu- rab», que se resiste a creer que exista lo que llamamos quinta dimensién, el mundo espiri- tual, por la sencilla razén de que nunca lo ha visto o no ha estado en él. «El hombre natural no percibe las cosas que son del Espiritu de Dios, porque para él son locuray (1 Corintios 2:14). Por eso afirma que ese mundo no existe, simplemente porque él no lo ha visto ni ha estado ahi. Negar por completo la existencia de la dimensién espiritual seria tan absurdo ‘como decir: «No creo en la existencia de Nueva York o de Londres porque nunca he estado en esas ciudades». 4Puede haber mayor ridiculez? La Biblia abunda en prue- bas, relatos y declaraciones categéricas sobre la existencia de esa quinta dimensién. Incluso hubo casos en que sus personajes inmortales, luego de trasponer el glorioso umbral de la muerte, regres ron para narrar su vivencia. Otros fueron elevados al mundo espiritual para ver un atisbo del mismo; muchos captaron mensajes del mas alla, Y otros han estado alli, entre ellos, yo mismo. Por eso sé que existe. Tui también puedes experi- mentarlo, Si realmente quieres conocer la verdad y estas dispuesto a admitir que hay alguien que tiene algo que atite falta y te gustaria tener, y si reconoces humildemente ius limitaciones y pides a los que son mis espirituales que te ayuden a dar con ese mundo nuevo, ti también podras conocer las emocio- nes indescriptibles, las hermosas vistas, los bellos sonidos y los sentimientos de éxtasis de esa increfble dimensién espiritual. Es un lugar extraordinariamente paradisfaco. Es algo del otro mundo. Te va a encantar. ;Por qué no te adentras en él? No tienes nada que perder. (Extracto del articulo original del ‘mismo titulo publicado en Atréeveto a ser diferente.) Conédale Numero 7 El mundo del espiritu La Biblia esta llena de colosales descripciones de! mundo de! espiritu. Hagamos un viaje espiri tual juntos con las selecciones de este mes de Lecturas suculentas Angelesal rescate Génesis 19:1-28 Jacob lucha con un angel Génesis 32:24-30 Las huestes del Cielo: zpuede uno verlas? 2 Reyes 6:8-23 Una carroza de fuego 2 Reyes, capitulo 2 Eltrono de Dios Ezequiel, capitulo 10 Selogracaptar el mensaje Daniel, capitulo 10 Laconferencia cumbrede Jestis Mateo 17:1-9 Viaje de Juan al mundo del Espiritu Apocalipsis 1:10-18 Una visién de la Ciudad Celestial Apocalipsis, capitulo 21 Corbett Nimero 7 Cnactén para toy ene OR: CMe Cun me cee Ot eR a ear) eee Ree ta ee oe as CoN Rie unk eee Ru ee me eed Dee et ee aed SOM Re ec eee cy a Hola. Quiero felicitarlos por la labor que hacen. Me gustan mucho Sus textos, que por dos ocasiones me egaron justo cuando me habia peleado con mi novio. Siento que Dios estaba conmigo en ese mo- mento dificil para mi. Espero que me escriban. aria Edith bia ° Mi més enhorabuena por su labor y su mensaje, que nos hace sentir al menos un poco humanitarios, sobre todo cuando nuestros minutos estan muy escasos por el quehacer cotidia- no; y no recordamos que el quehacer cotidiano deberia ser la preocupa- cidn por el bienestar «no material» de nuestras gentes y familias. Con mi més grande consideracién. ‘Andrés Fernindex ° Gracias por esas Palabras que nos inspiran y nos despiertan de un largo y profundo suefo, Tenemos que encontrar el camino de la salvacién y la clave para vivir una vida plena que ofrecen en sus publicaciones: el amor. ‘Muenda, Kenya ° ‘También nos gustarfa recibir noticias tuyas. Si deseas responder a cualquiera de los articulos de Conéctate o simplemente contarnos més sobre ti, no dejes de enviarnos unas lineas. 15 De Jestis, cow cariho 0 temas, Mi tesoro. Te quiero * ‘ con un amor inagotable. Mi amor es eterno. Nada de lo que digas o hagas alterara el amor que siento por ti ni me incitara a negartelo. Cuando caes, cuando cometes errores, cuando tu comportamiento te decepciona y también defraudas a los demas, @ cuando no das el ejemplo. que debieras y me sigues de lejos cuando no manifiestas el amor que debieras... en ninguno de esos casos merma el amor que albergo por ti. - Has pasado por épocas en las que es- tabas débil y por otras en las que esta- bas fuerte. Hay momentos en que estas de buen animo; en otros te deprimes. Unas veces tienes éxito, otras fracasas. Mas en todos esos momentos te amo por igual. Tus fracasos, defectos y debilidades no alteran el amor que siento por ti. No hacen menguar el amor que te profeso. Nada de lo que hagas, digas 0 pienses podria ser tan malo como para causar que te ame menos. No pongo condicio- nes para que puedas participar de Mi amor. No digo que debas ser de tal 0 cual manera para contar con él. jTe lo doy incondicionalmente! ‘Tomnade de ja revista Concrace 0008

You might also like