Capitulo 15
LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO
Abordamos ahora la cuestion cristologica estricta y formal acerca de
la relacién de Jestis con Dios y con los otros seres humanos. }Cémo
debemos entender constructivamente lo que se ha designado tradicio-
nalmente como la divinidad de Jestis? Este capitulo tiene como objeto
«explicar» o interpretar la divinidad de Jestis en unos términos que sean
fieles al testimonio del Nuevo Testamento y a las doctrinas conciliares
clasicas, presenten lo mejor posible esta doctrina de una manera creible e
inteligible para la cultura intelectual postmoderna actual y robustezcan el
seguimiento de Jestis. Ello implica reconocer que el pluralismo marca la
cristologia contemporanea tanto de hecho como de principio. De acuer-
do con este pluralismo delinearé dos tipos fundamentales de cristologia
que pueden responder a los criterios que acabamos de mencionar'.
Comienzo, pues, con una breve declaracién acerca del pluralismo
en la cristologia, en el Nuevo Testamento y hoy dia, y la tarea de la cris-
tologia al respecto. Luego bosquejaré brevemente una reinterpretacion
de la cristologia del Logos de Karl Rahner que ha tenido un impacto
excepcional a finales del siglo xx tanto dentro como fuera de la Iglesia
catélica. Esta interpretaci6n revisionista tendra en cuenta las caracteris-
ticas de la postmodernidad. Y finalmente, en contraste con la cristologia
del Logos, presentaré una cristologia del Espiritu. No tengo la intencién
de conceder el mismo espacio a estas dos cristologias; la de Rahner es
bien conocida y todavia disfruta de un prestigio que impera entre mu-
chos tedlogos. La defensa de una cristologia del Espiritu, aunque se haya
discutido sobre ella durante algiin tiempo, todavia tiene que hacerse en
la Iglesia en general. El interés en la presentacién de dos cristologias
diferentes es ilustrar cada cristologia como algo completo, autonomo
y razonable, y de este modo esclarecer las diferencias reales entre elas.
‘A su vez este ejercicio ejemplificard el pluralismo de la comprensién
cristolégica que afecta a la cuestién formal cristolégica.
447CRISTOLOGIA CONSTRUCTIVA
EL PLURALISMO EN LA CRISTOLOGIA
El pluralismo significa diferencias dentro de una amplia unidad. El plu-
ralismo, tal como lo entiendo, presupone una unidad superior. Algin
denominador comin, algunos elementos definitorios, el contexto o el
ambito de interaccion, constituyen una unidad diferenciada. El pluralis-
mo, por tanto, significa que entre las gentes prevalecen diferencias reales,
s6lidas y persistentes, divergencias entre sus concepciones, entre lo que
piensan que son como seres humanos, entre los modos como acta cada
uno, ¢ igualmente entre los pueblos. Pero estas diferencias no son todo
lo que caracteriza las relaciones entre las personas. Las divergencias no
son absolutas, sino que subsisten dentro de un marco mas amplio de
algo compartido, alguna identidad 0 unidad: la especie, la interaccién
histérica, la regién, la sociedad, la lealtad a un pais, una fe comtn re-
ligiosa. Esto significa que en algin nivel se pueden encontrar entre las
partes que difieren puntos comunes que los unen, aun cuando el término
«pluralismo» acentite las diferencias’.
En lo que sigue quiero demostrar por qué el pluralismo es necesario
y posible en la cristologia. Como modo de formular esta tesis apelaré a
los criterios de la teologia que hemos tratado en el capitulo 2, preguntan-
dome si tal pluralismo es fiel al testimonio de la Escritura y a la tradicién
doctrinal antigua, si es inteligible hoy y si impulsa la vida cristiana.
LA NECESIDAD DEL PLURALISMO EN LA CRISTOLOGIA
Cada uno de los tres canones que miden la suficiencia de una posicion
teolégica impulsa la necesidad del pluralismo en la cristologia. Comien-
zo considerando la Escritura. El analisis de las cristologias del Nuevo
Testamento en el capitulo 6 fue orientado por el deseo de mostrar la
amplia gama de interpretaciones diferentes de Jesiis en las comunidades
cristianas del siglo I. El Nuevo Testamento es pluralista en su cristologia.
Y como este corpus de escritos es normativo para toda la cristologia, sélo
este hecho parecer exigir el pluralismo. Pero esta conclusién sélo es
valida si la Escritura es normativa en este aspecto particular. {Es acaso
normativo el Nuevo Testamento precisamente en el pluralismo de sus
cristologias? Lo es. La conclusién es correcta no por una légica necesaria
a partir de las premisas, sino porque los motivos para el pluralismo en el
Nuevo Testamento son paradigmaticos y aplicables universalmente. Las
cristologias del Nuevo Testamento son diferentes porque son histéricas:
los textos que componen el Nuevo Testamento fueron escritos por auto-
res diferentes que representan a comunidades diversas, escriben para un
publico diferente y se enfrentan a problemas diversos. Estas comunida-
448LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO
des diferentes tenian culturas diversas, con tradiciones, intereses, modos
de hablar, comprensién y Escritura diferentes. El objeto del Nuevo Tes-
tamento, Jestis, muestra también un cierto nimero de facetas diversas
para la interpretacién religiosa’. Cada texto del Nuevo Testamento esta
situado y contextualizado histéricamente, pues es el producto de una in-
terpretacién y apropiacién de Jestis de Nazaret dependiente de la cultura
del entorno. La légica de la posicién es, pues, impecable: la cristologia
tiene que ser una disciplina pluralista hoy porque Jesucristo debe ser
interpretado y asumido como propio culturalmente por comunidades
particulares hoy dia al igual que lo fue en tiempos de la formacién del
Nuevo Testamento’. Para resumir este primer punto en una frase concisa,
el Nuevo Testamento no tolera meramente una situacién de pluralismo
en cristologia, sino que la prescribe.
La necesidad del pluralismo en la cristologia puede defenderse sobre
la base del criterio de inteligibilidad por un argumento negativo y otro
positivo. Por un lado, una comprensién uniforme de Jesucristo por todos
los cristianos en el mundo es histéricamente imposible, de modo que
—por otro— es facilmente inteligible que el pluralismo que caracteriza
toda comprensi6n histérica deba darse también en la cristologia.
El pluralismo es una consecuencia de la historicidad de todo cono-
cimiento humano, incluida la interpretacién de la realidad resultado
de la revelacién divina. Puesto que el espiritu humano esta vinculado
a la materia y a un mundo particular de espacio y tiempo, toda valora-
cién de la realidad est4 histéricamente mediada, por lo que participa
de un cierto grado de particularidad. Esta particularidad, tal como se
determina por la especificidad histérica, es la que da razon del plura-
lismo. La sociologia del conocimiento, la teoria critica y la filosofia del
lenguaje han analizado los determinantes sociales que prestan acentos
y tendencias particulares a todas las valoraciones humanas de la reali-
dad. La teologia, en sus métodos y en sus interpretaciones resultantes
de Jesucristo, no puede estar exenta de estos determinantes sociales, lo
que ademas es demostrable.
Pero esta situacién factica puede presentarse por medio de una re-
torica positiva y constructiva. Los seres humanos entienden la realidad
dentro del marco de su lengua, de su situacién en su sociedad y del
contexto de su cultura. El principio que establecié Tomas de Aquino
respecto a la apropiacién personal del conocimiento puede reformularse
en términos sociales: lo que se aprende o se conoce se valora segiin la
forma historica social de la comunidad que lo aprende*.
El tercer criterio de autenticidad de una posicién teolégica es su
capacidad de robustecer una vida moral en una situacién particular.
Para entender la demanda moral de pluralismo hay que comenzar re-
449CRISTOLOGIA CONSTRUCTIVA
flexionando sobre la comprensién global de la Iglesia como una. El
cristianismo es una religién particular, que no debe ser confundida con
la religion en si misma o con otras religiones. Supongo también que la
iglesia cristiana es una iglesia de 4mbito mundial, una iglesia que en
principio alberga a gentes de todos los lugares y culturas, incluidas las
subculturas que forman parte de las culturas étnicas. Actualmente, en
Occidente, la Iglesia como conjunto de personas esta en el umbral de
convertirse en una minoria por el mimero de sus fieles.
Desde la perspectiva de la universalidad 0 catolicidad de la Iglesia,
dos reflexiones apoyan la credibilidad moral del pluralismo en la cris-
tologia como doctrina que esta en el centro que define al cristianismo.
Primero: el pluralismo en la valoracién de Jesucristo ya existe. Ademas,
he argumentado antes que existe necesariamente y que es positivamente
saludable. De ello se sigue que la Iglesia en su aspecto publico e institu-
cional debe reflejar y promover esta dimensién necesaria de su existen-
cia histérica. Negativamente, los esfuerzos de las estructuras centrales
de las iglesias del mundo para impedir las apropiaciones indigenas de
Jesucristo en la periferia s6lo pueden aparecer, a la luz del ideal de la
inculturacién, como un uso imperialista y moralmente cuestionable o
un abuso de autoridad.
Segundo: el reconocimiento de la necesidad hist6rica del pluralismo
en toda comprensién humana ha ido socavando gradualmente una con-
cepcion de la autoridad como algo extrinseco y la esta substituyendo por
una concepcién mas intrinseca y abierta al didlogo. La unidad de la fe no
depende exclusivamente de una autoridad externa, intramundana e his-
torica. Incluso el vinculo mas comtin de todos los cristianos, la Escritura,
no une a los cristianos por estar interpretada de un modo monolitico.
Aunque los vinculos externos sean absolutamente necesarios, los cristia-
nos se mantienen unidos en diltima instancia por su fe comin apropiada
libremente en cada caso por el espiritu humano como proveniente de la
gracia de Dios. Dios como Espiritu une a los cristianos de cada época y
a través de los siglos con los que primero formaron las Escrituras. Den-
tro del contexto de esta conviccién creciente de libertad religiosa, las
iglesias institucionales no pueden dar la impresién de que la unidad de
los cristianos, y el cristianismo como tal, puede reducirse a la adhesi6n a
unos ritos externos, a la disciplina comun o a una formulaci6n doctrinal.
La credibilidad moral de la Iglesia como institucién en contextos cada
vez mas inculturados depende de su capacidad de impulsar la libertad
de una apropiacién particular de Jesucristo. En breves palabras, una
apertura explicita al pluralismo por parte de la Iglesia universal puede
servir como modelo para una moralidad creyente que sea creible en un
mundo postmoderno.
450LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO
LA POSIBILIDAD DEL PLURALISMO EN LA CRISTOLOGIA.
Por posibilidad del pluralismo en la cristologia entiendo la capacidad de
responder a las exigencias de verdad y fidelidad a las creencia cristianas
contra las amenazas negativas del historicismo: relativismo, sincretismo
y reduccionismo. Mi interés, pues, es mostrar que dentro de una situa-
cién en la cual reina el pluralismo se puede atin apelar a criterios teolé-
gicos para calibrar la suficiencia de una cristologia concreta. Podemos
explicitar lo dicho con una consideracién de cada uno de los criterios.
Aunque el Nuevo Testamento prescriba el pluralismo en la cristo-
logia, proporciona también normas para ella. Dos elementos de la pre-
sentacion de Jesus en el Nuevo Testamento funcionan como criterios: la
imagen de Jestis que puede reconstruirse de esta presentacion, y la serie
de las cristologias que la interpretan.
Toda cristologia debe ser fiel a Jesus. Jesis —en cuanto es posible
conocerlo por la investigacién histérica— ofrece un primer criterio para
una cristologia adecuada. Esta normatividad funciona de dos modos.
Negativamente, una cristologia no puede contradecir algo sobre Jesus
que esté bien establecido sobre la base de la investigacién histérica. El
docetismo es un buen ejemplo de una cristologia excluida por el Jestis
historico. Més positivamente, puesto que la cristologia es precisamente
una interpretacidn de la persona historica de Jestis de Nazaret, y porque
generalmente la interpretacién debe mantenerse cerca del objeto que
interpreta, la persona historica de Jesus tal como la presenta el consenso
general de los historiadores debe entrar en el imaginario de cualquier
representacién de Jesucristo. Una cristologia debe presentar el hecho
histérico de que Jestis era un ser humano como los demas y, en la medida
de lo posible, debe presentar la figura histérica misma.
La cristologia de hoy debe ser también compatible con el interés
central de las cristologias del Nuevo Testamento. Otro modo por el cual
este corpus proporciona un criterio para la cristologia se centra en las
cristologias que se hallan en él. Pero como hay muchas cristologias en el
Nuevo Testamento, esta funcion normativa no puede consistir en hacer
de una de ellas una norma para todas las demas. Mas bien las cristologias
de todas las épocas deben compararse con el interés central de todas
las cristologias del Nuevo Testamento, a saber, que la gente encontré a
Dios en Jess de tal modo que éste es el mediador de la salvacion divi-
na. Trataré de este punto mas adelante cuando hablemos del criterio de
inteligibilidad. Lo que es preciso subrayar respecto a las normas para la
cristologia hoy es que una cristologia adecuada debe considerar, inter-
pretar y hacer suyas las cristologias clasicas del Nuevo Testamento para
ser fiel a la proposicion fundamental de la fe cristiana.
451CRISTOLOGIA CONSTRUCTIVA
La cristologia de hoy tiene que ser congruente también con la cris-
tologia clasica. La expresién fundamental de la fe cristolégica no se
termin6é realmente con el Nuevo Testamento. Ciertas cuestiones que no
abord6 este corpus fueron tratadas en el periodo patristico. Las doctri-
nas formales de Nicea y Calcedonia, por ejemplo, fueron consideradas
expresiones clasicas de la fe cristiana por ja mayoria de las iglesias. A
causa de este estatus histérico, una cristologia adecuada debe entrar en
didlogo con este lenguaje clasico y permitir que estas doctrinas la confor-
men en el acto de interpretarlas y hacerlas propias®. Este didlogo con la
tradicién y la consiguiente tarea interpretativa representa el modo como
cada cristologia en cada comunidad debe entrar en didlogo con otras co-
munidades y con la Iglesia en general en cualquier tiempo. El pluralismo
de la cristologia no debe entenderse como un movimiento que lleva al
aislamiento de una comunidad particular 0 a quebrar la comunién con
la Iglesia en su conjunto. La comunién y el didlogo pueden constituirse
facilmente en criterio distintivo para la cristologia.
Una segunda norma para la suficiencia de la cristologia es su in-
teligibilidad. El criterio de la inteligibilidad explica la necesidad del
pluralismo cuando una cristologia concreta se entiende en relacién con
el contexto intelectual en el cual se profiere. Pero el criterio de inteligibi-
lidad protege la unidad de la cristologia cuando se aplica a la estructura
intrinseca de la creencia cristolégica, es decir a la ldgica interna de la fe
en Jestis como el Cristo.
Operando «desde abajo», prestando atencién a la epistemologia de
la fe, a la génesis histérica de la cristologia y a una concepcién de su
estructura 0 su légica, se puede descubrir la norma intrinseca de la cris-
tologia en el reconocimiento de lo que ésta debe expresar o explicar.
Ateniéndose a esta premisa, una cristologia debe «explicar» dos cosas:
cémo Jestis es el mediador de la salvacin de Dios y por qué él es objeto
del culto cristiano. Esta propuesta proporciona aquellos elementos que
en la experiencia de la comunidad cristiana son cristolégicos de un modo
particular. Estos dos elementos aislan también la experiencia cristolégica
basica, que proporciona la base para la gama completa de concepciones
de la salvacién y de la divinidad de Jess que encontramos en el Nuevo
Testamento.
El primer elemento de la inteligibilidad intrinseca de la cristologia
est en la conviccién comin, a pesar del pluralismo de soteriologias y
cristologias del Nuevo Testamento, de que Jesiis es el mediador de una
salvacién que viene de Dios. La génesis de todas las soteriologias y cris-
tologias del Nuevo Testamento procede de la experiencia primaria de
un encuentro con Dios en Jestis de tal manera que éste se convierte en
mediador de la salvacion de Dios. El reconocimiento de la divinidad de
452LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO
Jesus es la funcién de una experiencia segiin la cual él es el portador de
una salvacién que es de Dios y que no seria salvacién si no fuera asi. Un
segundo elemento esta en el culto a Jestis, que comenzé de inmediato
después de su muerte, y en la experiencia de su resurreccién o exaltacién.
Este culto a Jestis fue la razén principal que condujo a la afirmacién
clara y explicita de la divinidad de Jesus en el periodo patristico. Estos
dos elementos son comunes dentro del pluralismo de las cristologias del
Nuevo Testamento. Puesto que ellos representan los datos empiricos
sobre los cuales descansa la cristologia, representan igualmente la base
preliminar para la inteligibilidad de cualquier cristologia. Y puesto que
representan la base genética de la cual surge toda cristologia, ellos son
precisamente lo que se expresa y se explica en toda cristologia. Este
aspecto de la norma de inteligibilidad en la cristologia es empirico y,
como tal, intrinseco a la disciplina misma.
El criterio de inteligibilidad incluye una comprensién de la légica
y coherencia de la fe cristolégica. Intrinsecamente, la fe que genera la
cristologia es un encuentro con Dios mediado por Jestis de tal modo que
se reconoce a éste como el portador de la salvacién de Dios. Por tanto,
cualquier cristologia que explica dentro de un contexto dado como Jesus
media la salvacién de Dios y es por consiguiente objeto de la adoracién
cristiana, es ortodoxa, y cualquier cristologia que fracase en este come-
tido es inadecuada. Esta estructura explica también cémo la doctrina de
Calcedonia, que insiste en la humanidad y la divinidad de Jestis, puede
ser formalmente normativa sin que ello implique una normatividad ex-
trinseca que obligue a utilizar su terminologia concreta.
El tercer criterio de una cristologia adecuada es su credibilidad éti-
ca y su capacidad para impulsar y robustecer una vida moral cristiana.
La explicacién descriptiva de este criterio implica la formulacién de la
relacién entre teoria y practica. El objetivo de este capitulo me impide
tratar de esta relacion con detalle, por lo que tendré que contentarme
con una definicién de la practica como una forma de vida 0 modelo
de comportamiento al que un compromiso fundamental de fe lleva hasta
convertirse en una cierta vision de la realidad conformada por la teoria.
La practica integra asi la comprensién y el conocimiento por un lado, y
la accién o Ia praxis misma por otro.
A causa de la estrecha dependencia entre el saber y el obrar, y debido
a la estructura de la existencia humana en la cual estas dos cosas van
unidas, la accion —en el sentido de un comportamiento libre moral que
esta de acuerdo con la fe cristolégica— se convierte en otro criterio para
la suficiencia de una cristologia dada. Este criterio permite sospechar que
una cristologia que permita 0 genere consistentemente un comporta-
miento cominmente juzgado como poco ético es menos que adecuada’.
453CRISTOLOGIA CONSTRUCTIVA
A la inversa, probablemente no se puede afirmar que una cristologia
que genera un cierto comportamiento religioso y moral sea ortodoxa
s6lo por este criterio. Pero una cristologia que es consistente con ciertas
actitudes practicas, convicciones y con un modelo de unién religiosa
con Jestis, asi como con una preocupacién por la justicia por motivos
religiosos, y que impulse a todo ello, es al menos moralmente creible.
Este criterio tiene raices en el Nuevo Testamento; el principio prag-
matico esta en los Evangelios. Axiomas como que el amor al préjimo
indica la medida del amor a Dios (Le 10,29-37), y principios como
«Por sus frutos los conoceréis (Me 7,16) son explicitos y formales. Aun-
que este criterio es bastante general, sin embargo es practicable y eficaz
en ciertas situaciones. Por ejemplo, el surgimiento del movimiento del
evangelio social a principios del siglo xx y su nueva emergencia como
teologia de la liberacion en el Ultimo tercio del mismo siglo muestran
que en las situaciones de sufrimiento social que caracterizan a nuestro
mundo una cristologia individualista es simplemente inadecuada. Una
cristologia adecuada en un mundo interdependiente no puede dejar de
presentar a Jesucristo de un modo moralmente creible que comprometa
la libertad de las gentes con el mundo social y politico en el tiempo y
lugar en el que se encuentren.
Tal es la exigencia en nuestro tiempo de un pluralismo en la cris-
tologia, un pluralismo que al mismo tiempo permite una critica de las
cristologias que no dan la talla de la légica intrinseca de la fe cristiana.
En lo que sigue delinearé dos cristologias diferentes, viables hoy.
LA CRISTOLOGIA DEL LOGOS
Aceptada la base tedrica racional de la necesidad y posibilidad de un plu-
ralismo de las cristologias, tengo la intencién de ejemplificar este plura-
lismo por medio de dos cristologias diferentes, una cristologia del Logos
y otra del Espiritu. Mi objetivo es presentar estas cristologias como dos
opciones viables en un contexto postmoderno. La presentacién de estas
cristologias sigue un modelo similar, u orden de temas, que permite la
comparacion y el contraste. Estas dos cristologias son considerablemente
diferentes; sin embargo, puede pensarse que responden a los criterios
para juzgar una cristologia como relativamente adecuada. Debe sefialar-
se, no obstante, que las descripciones que siguen se asemejan mas a tipos
de cristologia que a cristologias desarrolladas. Deben considerarse como
presentaciones esquematicas de los paradigmas cristolégicos abstraidos
de las propuestas especificas cristolégicas de los tedlogos de hoy dia.
Las veo como modelos operacionales abiertos a la critica, a una ulterior
454LA DIVINIDAD DE JESUCRISTO
discusién y desarrollo por la comunidad teoldgica. El espacio del que
disponemos no nos permite abordar otras cuestiones que suscitaran es-
tas presentaciones abreviadas. Pero a pesar de ello puede alcanzarse el
objetivo principal de este capitulo, a saber, ilustrar que el modo como
se experimenta y se concibe la divinidad de Jestis esta sujeto a represen-
taciones plurales.
Detras del sumario general de la cristologia del Logos que sigue a
continuacién esta el pensamiento de Karl Rahner. La cristologia de este
tedlogo se halla entre las mas acertadas a la hora de recuperar el lenguaje
y la doctrina tradicionales y responder a la cultura moderna occidental.
Puesto que su cristologia es «moderna», no se compagina totalmente con
un contexto postmoderno en varios aspectos. Por este motivo comienzo
esta seccidn sefialando algunos aspectos de la cristologia de Rahner sus-
ceptibles de critica en una situacién postmoderna. Ello dejara expedito
el camino a una recuperacién positiva de la cristologia del Logos.
ALGUNAS PREGUNTAS DE HOY
SOBRE EL LENGUAJE CRISTOLOGICO DE RAHNER
Quede claro que no es ésta la ocasién para un estudio critico de la cris-
tologia de Rahner. Presupondré una familiaridad general con el lenguaje
cristolégico rahneriano, y no desarrollaré en detalle las zonas en las que
su pensamiento se somete a critica. Muchas de las cuestiones que se
plantean a la cristologia de Rahner se refieren generalmente a la cristo-
logia del Logos. No supongo que estas criticas carezcan de réplicas. En
verdad, en algunos aspectos la segunda parte de esta seccién respondera
aellas. El objetivo de plantear estas cinco zonas problematicas es abrir un
hueco ante las nuevas exigencias para una recuperacién de la cristologia
del Logos en el espiritu de Karl Rahner.
1) En muchos aspectos, aunque no en todos ciertamente, la cristo-
logia de Rahner es una cristologia «desde arriba». Rahner admite meto-
dolégicamente las doctrinas principales de la Iglesia sobre la base de la
autoridad eclesidstica. Por ejemplo, Rahner acepta las doctrinas de Nicea
y Calcedonia como algo previamente dado. Luego procura «explicary
estas doctrinas por medio de una recuperacién hermenéutica creativa
del lenguaje tradicional. Otros aspectos de su concepcién y método le
dan también el toque de una argumentacién desde arriba. Uno de ellos
es el modo como su cristologia se desarrolla dentro del marco de una
aceptacién de la Trinidad inmanente a la vida divina. El Logos es la se-
gunda persona de la Trinidad, es la autoexpresién del Padre, y el ainico
que podria encarnarse. El cardcter metafisico del lenguaje que forma el
marco en el que Rahner sittia la cristologia contrasta con una cristologia
455CRISTOLOGIA CONSTRUCTIVA
que comience por una actitud de curiosidad hist6rica sobre Jestis de Na-
zaret. Rahner representa la version moderna de la cristologia metafisica
de los periodos patristico y medieval’.
2) La cristologia del Logos de Rahner suscita algunas preguntas so-
bre la consustancialidad de Jess con nosotros. No es ésta la intencién
de Rahner; su intencién explicitamente consciente es mostrar la conti-
nuidad, y no la diferencia, entre Jestis y nosotros. Pero a pesar de sus
intenciones y de sus rotundas afirmaciones sobre la humanidad real de
Jesiis, surgen sospechas en varios puntos. Jestis no es como nosotros en la
medida en que Dios esta presente en él como Logos, y Dios esta presente
en nosotros como Espiritu. En otras palabras, la presencia de Dios como
Logos en Jestis es un modo de presencia cualitativamente diferente a la
unién normal de Dios con los seres humanos. Parece metafisicamente
inconcebible que esta presencia diferente en Jestis no constituya una
diferencia sustancial, ontolégica en él, respecto a la presencia de Dios
en nosotros. Seria un absurdo metafisico que pudiera imaginarse que
Dios asume una naturaleza humana sin transformar ontolégicamente esa
naturaleza’. Aunque Rahner no se refiere por lo general a Jestis como
una persona humana, hace siempre referencia a su humanidad como una
naturaleza humana integral. En verdad, su descripcién de esta naturaleza
humana integral es realista. Pero la union hipostatica de Rahner parece
ser una «unidn enhipostatica», es decir, la humanidad integra de Jesus es
levada y sostenida por el ser divino que es el Logos. No es éste el caso
de los otros seres humanos, de modo que, una vez mas, Jestis parece
diferente de los demas seres hombres.
3) Otra cuestién suscitada por la cristologia de Rahner concierne a su
opinion de que Dios sélo puede encarnarse una vez". Esta teoria no es
intrinseca a la cristologia del Logos, ya que otras cristologias del Logos
discrepan de ello'!. Pero la opinion de Rahner es tipica. Su razonamiento
se refiere menos a una funcién de Jestis como revelador, y mas a una
funcidn de la teoria de que en el acontecimiento de Jestis el pacto de
Dios con la humanidad quedo cerrado y sellado de un modo definitivo e
irrevocable. La irrevocabilidad implica «s6lo una vez», porque una plu-
ralidad de encarnaciones pareceria indicar que una no es bastante. Pero
una conciencia historicista hace dificil sostener este punto de vista. La
posicién de Rahner descansa sobre la premisa especulativa de que Jests
realmente no slo representa y revela el amor salvifico de Dios, sino que
lo constituye y es la causa de esa salvacién para todos, incluso cuando no
haya ningiin contacto hist6rico con Jestis. Pero hay pruebas concluyentes
a través de la Biblia entera de que Dios como salvador muestra siempre
y desde el principio un amor irrevocable por los seres humanos. Rahner
insiste con contundencia en este amor salvifico universal de Dios, pero
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