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| mensaje central de mi exposicién es que no deberiamos confor- mamos con un discurso exclusivamente ideolégico sobre lo here- dado y lo adquirido, porque si bien puede ser reconfortante, pue- de reaseguramos y satisfacernos dar preponderancia a lo adquirido por sobre Io heredado, para poder fundamentarlo necesitamos de la expe- riencia, de la evidencia empirica, del conocimiento y de los avances re- cientes de la biologia y de la genética. La historia personal me ensefid que no es bueno quedarse en el dis- curso ideolégico sobre este tema. Fui educado en la escuela publica so- cializante de los afios 60 y en una familia de clase media de izquierda, era para mi natural y obvio que todos los seres humanos nacian con to- das las capacidades como para llegar a los més altos niveles de la educa- cién superior, y que era el sistema econémico-social el que producta de- sigualdades y el que estigmatizaba.a los grupos sociales. Cuando crect y salf de ese Ambito me di cuenta de que la mayor parte de la gente era profundamente determinista y lamarckiana, en el sentido de que toma- ba por cierto la existencia de la herencia de caracteres adquiridos e hi- pervaloraba, sin conocimiento de causa, el poder de los genes. Tuve la suerte ~quizds no fue suerte sino consecuencia de aquella educaci6n pri- maria y familiar-de dedicarme a la biologta y de poder comprobar que la realidad cientifica se oponfa en gran parte a esa tendencia natural del pensamiento intuitivo; tendencia que queda reflejada, por ejemplo, en la expresién “Io que natura non da, Salamanca non presta”. Por lo tanto, creo que no debemos conformamos con el discurso ideol6gico, con lo politi- camente correcto, en funcién de oponemos al pensamiento neoliberal, sino buscar en todas las disciplinas cudles son los fundamentos reales que pueden poner a prueba nuestras creencias. Hay tres aspectos biolégicos que quisiera definir. Es muy importan- te diferenciar lo congénito de lo genético y de lo heredable, Lo congénito es aquello que le puede ocurrir al embrién o al feto durante la vida intrau- terina, y no tiene por qué ser causado por caracteristicas de los genes he- redados de los padres, sino, por ejemplo, por situaciones vividas por la madre durante el embarazo o simplemente por fenémenos mo controla- bles conocidos como “ruido” del desarrollo embrionario. Lo genético es- td condicionado por alteraciones en los genes, pero no es necesariamen- te heredable. Por ejemplo, un melanoma, un tumor de piel, tiene origen genético porque ests producido por mutaciones en los genes de alguna célula de la piel que con el tiempo comienza a proliferar anarquicamen- te y genera un tumor. Pero ese cambio en los genes de esa célula no es transmitido a la descendencia porque no afecta a las células germinales (Gvulos 0 espermatozoides). Es genético, pero no es heredable. Por ultimo Io heredable, que siempre es genético, es lo wnico que po- dria ser tenido en cuenta para avalar una teoria puramente determinista. Las alteraciones genéticas se transmiten mediante ciertas leyes de padres a hijos. En este contexto cabe preguntarse a qué se refieren las ciencias de la educacién y la antropologia social cuando hablan de irmatismo. Estamos hablando de cosas congénitas 0 de cosas heredadas? Es posible que exis- tan nifios més inteligentes, mas motivados o mas capaces que otros, y se- ria irresponsable de nuestra parte negar esas diferencias. La pregunta que cabe plantearse es a qué se atribuyen esas diferencias, Si las diferencias se atribuyen exclusivamente, y sin conocimiento de causa, a los genes que heredaron de sus padres y que a su ver estén establecidos de manera pre- dominante en la poblacién, etnia o grupo social al cual pertenecen, o si esas diferencias, que se pueden apreciar en el nivel individual, fueron ad- quiridas durante el desarrollo en el medio ambiente en el cual estos nifios nacieron o se criaron, en la vida intrauterina, y por lo tanto esas diferen- cias no seran transmitidas ni estén acufiadas estigmaticamente en los gru- pos de pertenencia. El problema es que cuando se atribuyen esas diferen- cias a los genes, y se supone que dichos genes estan distribuidos asimétri- camente en distintos grupos humanos, se terminan postulando hipétesis deterministas como, por ejemplo, que ciertos grupos tienen un techo inte- lectual y que no "vale la pena” invertir dinero en educacién para esos §Tupos porque estan “genéticamente” limitados. Exagerando, se atribuir a la constitucién genética la pobreza, la imposibilidad del acceso a la educacién superior, la predisposicién para el trabajo manual poco re- munerado, la vagancia, la desocupacién, etcétera. Con respecto al tema de la inteligencia, voy a comentar algunas co- sas superficiales. Acd se hablé del cociente intelectual (IQ) como de un parametro sobre el cual no se iba a discutir si tenia validez 9 no.! El tipo de preguntas de los test que evaldan cociente intelectual estd absoluta- mente sesgado por la sociedad donde se gener6 esa medicién, una socie- dad anglosajona con un determinado tipo educacién y manera de pen- sar. Si hoy se aplicara masivamente un test de cociente intelectual a los estudiantes de Ciencias Exactas de cualquier universidad, probablemen- te daria un promedio més alto que si se lo aplica a los estudiantes de otras facultades de la misma universidad. No obstante, seria impruden- te decir que los estudiantes de Ciencias Exactas son mAs inteligentes que los de Agronomia, por ejemplo; sélo que estan acostumbrados a pensar y razonar de un modo determinado que les permite resolver las pregun- tas de tal forma que los hace tener calificaciones mas altas en ese punto, Jo cual no quiere decir que sean mds inteligentes, porque la inteligencia no se mide de una sola manera. Ciertos estudios sobre el cociente intelectual en hijos adoptados, donde se ha seguido a los padres bioldgicos, indican que, en promedio, los padres adoptantes tienen un cociente intelectual mayor que el de los biolégicos, Esto muestra que en la sociedad norteamericana ~que es don- de se realizaron los estudios-, los adoptantes pertenecen a un nivel 30- cioeconémico mayor que los que entregan sus hijos en adopci6n y han tenido una educacién formal mucho més conectada al tipo de preguntas que se hacen en los test de inteligencia. Los padres que entregan a los hi- jos en adopcién probablemente tienen una situacién saciceconémica 0 cultural inferior que hace que no puedan afrontar la crianza de esos chi- cos, Pero también hay otros datos: el promedio del cociente intelectual de los chicos adoptados es mayor al de sus padres biologicos y similar al de sus padres adoptantes. Esto indicaria que en la adquisicién de inteli- gencia el factor ambiental es preponderante. Sin embargo, si uno anali- 2a .el orden creciente de los 1Q de los hijos adoptados va a ver que estos se correlacionan perfectamente con el orden creciente de los 1Q de los padres bioldgicos. ‘Aqui se podria concluir que hay un factor hereditario que est con- dicionando, no el valor exacto de IQ sino un rango con topes minimo y méximo posibles y que el ambiente generado por los padres adoptantes determina el valor dentro de ese rango. Puede criticar esto diciendo, zy cémo sé que el componente “hereditario” es realmente hereditario y no congénito? {Cémo sé que esto no es una consecuencia de efectos del am- biente durante la vida intrauterina? Porque indefectiblemente no existe hasta ahora, pese a las técnicas asistidas, ningin mam{fero que haya na- cido en un laboratorio y que no haya pasado por el titero de una madre. Por lo tanto, en el caso de los humanos, esos nueve meses de vida intrau- terina estén sujetos a una serie de variables ambientales, desde la alimen- taciGn de la madre, el estrés, los traumas, todo Io que pudo haber sufri- do esa madre en su medio ambiente social y econémico esta influencian- do sobre la vida del feto que se est generando dentro; si hubiera diferen- cias no podria distinguir fécilmente si son heredables o congénitas. En- tonces, lo que desearia transmitir con estos ejemplos es la importancia de reconocer la duda. La duda es parte fundamental de! razonamiento. Lef, en un periddico de gran cireulacién en la Argentina,? un articu- lo sobre el nuevo disco de Dante Spinetta -el hijo de Luis Alberto Spi- netta-, en el que se hablaba del ambiente donde fue criado, de eémo des- de chiquitito estuvo influenciado por una serie de cosas distintas al res- to de los jévenes, respecto de la incentivaci6n por la musica, los instru- mentos a los cuales pudo tener acceso, las bandas de rock en las que par- ticip6, y uno podria decir que Dante es un gran miisico porque hereds Jos genes de su padre o porque fue educado en un ambiente en el cual la incentivacién a ese tipo de musica era muy fuerte. Lo mismo se pue- de pensar de los hijos de Bach. Juan Sebastian Bach tuvo hijos que tam- bién fueron misicos bastante famosos, como Carlos Felipe Manuel y Juan Cristidn. Uno podria decir que heredaron de Juan Sebastian los ge- nes del ofdo absoluto © los de la sensibilidad por la musica 0, en cambio, que fueron marcados desde chiquitos por la identificacién con un padre dominante, Quizds con Dante y Luis Alberto podriamos investigarlo, pero seguro que con Juan Sebastién, Carlos Felipe Manuel y Juan Cris- tin, no. Dado que sabemos que el fenotipo es indefectiblemente el re- sultado de la interaccién del genotipo con el ambiente, en el caso de Bach seria tan irresponsable decir que la “musicalidad” de sus hijos fue consecuencia de un factor ambiental (ambientalismo a ultranza), como que fue sélo consecuencia de los genes heredados (determinismo a ul- tranza). Supongo que en el caso de los hijos de Bach hubo una gran in- fluencia de identificacién con el padre, pero no lo puedo asegurar. Lo que sf esté comprobado es que el fenotipo es siempre la conjuncién de Jo que los genes mandan con la influencia del medio ambiente. Cual- quiera de los dos extremos es peligroso. En algunos casos -muy dificilmente en el ser humane y mds facil- mente en las plantas y los animales~, es posible determinar con certeza qué porcentaje de un fenotipo tiene origen genético y que porcentaje tie~ ne origen ambiental. En otros casos, y en los humanos esto es ms facti- ble, se puede determinar que un fenotipo tiene ambos componentes (ge- nético y ambiental), pero no qué porcentaje tiene de cada uno. ¥ esto es clave, porque la incertidumbre no afecta al hecho de saber si hay un com- Ponente genético o ambiental, sino a saber cual es la influencia relativa de cada uno. En el hombre, por ser una especie particularmente transforma- dora del medio ambiente, es muy dificil desarrollar herramientas preci- sas.que permitan dilucidar cual es el porcentaje de cada uno, El descifra- miento del genoma humano y de otros genomas demuestra de una ma- nera bastante contundente y directa que la especie humana es muy ho- moggnea genéticamente comparada con otras especies. La especie humana, por ejemplo, tiene una variabilidad intra-especi- fica de aproximadamente 0,037%. Los seres humanos, como especie, so- mos mucho mas parecidos entre nosotros que los chimpanoés entre ellos. Los chimpancés tienen una variabilidad genética cuatro veces ma- yor. Hay 150,000 chimpancés y 6.000 millones de humanos en el mundo, sin embargo, los 150.000 chimpancés son mucho més distintos entre ellos genéticamente que los 6.000 millones de humanos entre nosotros. Por otro lado, se confirmé recientemente, en concordancia con mucha evidencia genética previa producida por algunos genetistas, como Luca Cavalli-Sforza, que no existen las razas, esto es, que no existe una eleva- da homogeneidad genética en el seno de los grupos étnicos humanos que permita clasificarlos como razas y, por lo tanto, pueden darse situa- ciones en las que las diferencias genéticas se dan mas entre individuos que entre poblaciones. Esto quiere decir que puede haber dos individuos negros mds distantes entre si genéticamente que un negro y un blanco. Ahora bien, nos pone contentos ideolégicamente que la biologia moderna sea politicamente tan correcta? {Nos satisface, desde el punto de vista ideoldgico, que no existan las razas desde el punto de vista ge- nético? ¥ si, nos pone contentos, pero eso no tiene nada que ver con el racismo, El racismo, el determinismo, la exclusién, la discriminacién, la explotacién, la necesidad de establecer diferencias raciales, sociales, reli- giosas, de capacidades, tienen una base econémica y social que va a pre- tender seguir aplicandose y buscando diferencias donde la biologia no las encuentre. Porque jqué habria pasado si el estudio del genoma hu- mano nos hubiera dicho que existen las razas, que la distancia genética entre dos negros es siempre menor que entre un negro y un blanco? {Se justificaria el racismo? Se justificaria establecer techos mas bajos en los niveles de educacién de los campesinos indoamericanos comparados con los descendientes de europeos? No. Porque en definitiva pertenece- mos todos a la misma especie, somos todos seres humanos y sabemnos que el condicionante ambiental, aunque no podamos medir exactamen- te su proporcién, es fundamental. Un ejemplo de hipervaloracion del papel de los genes aparece a me- nudo en las discusiones sobre el clonado de humanos, tema en el que los medios estan siempre muy interesados y sobre el cual nos consultan a los bidlogos cada tanto para ver qué tenemos para decir ante la posibilidad de que nazca un bebé clonado, Un bebé clonado seria un bebé genética- tico a aquel que dons el nacieo para efectuar la transferencia nuclear. Ese bebé clonado seria como un gemelo univitelino desfasadoen + tiempo de aquel individuo que doné el niicleo somético, Desde el pun- to de vista de la tecnologia, no difiere mucho de la fecundacién asistida con la cual todos estamos familiarizados. Es un procedimiento de repro- duccién que genera un embrién en el tubo de ensayo, el cual, para dar un ser humano completo, tendria que pasar obligatoriamente por el «tero de una madre. Si nace normal, es decir, sin malformaciones evidentes, ese bebé tendré que ser alimentade (0 subalimentado), amado (u odiado), vacunado, abrigado (0 desabrigado), sometido a todos los vejamenes 0 cuidados a los que son sometidas todos los bebés, “culturalizado”, esco- larizado (o no), Ese ser humano seria un individuo dnico, sélo genética- ‘mente igual a quién doné el nticleo, lo cual es bastante poco, porque sa- ‘bemos que los gemelos univitelinos, a pesar de ser genéticamente idénti- ‘c0s, son individuos distintos, aun cuando la sociedad y la familia se es- fuercen por uniformar el factor ambiental. Los hermanos gemelos son ‘coeténeos, por ejemplo, lo cual incrementa la probabilidad de que estén ‘expuestos a un mismo ambiente socio-econémico, cultural y geogréfico. ‘Ademiés, los padres son los mismos, y habitualmente se los uniforma, se los trata de vestir igual, se los manda al mismo colegio, a veces incluso a la misma clase, El factor ambiental se vuelve muy uniforme. Entonces, si, aun con ese factor uniforme y con toda la carga genética idéntica, los dos individuos son distintos en gustos, ideas y capacidades, eso demuestra que un individuo clonado nunca seria una fotocopia exacta de su clon. No existen individuos donde todos sus destinos estén ya predetermina- dos por sus genes. Al igual que la inmensa mayoria de la comunidad cientifica, no estoy de acuerdo con la clonacién humana con fines reproductivos. Ademds de la existencia de riesgos técnicos y biolégicos que la hacen impracticable sin la ruptura de valores éticos profundamente arraigados en la mayoria de las sociedades, no hay razones ni médicas ni sociales para generar hu- manos por un método de reproduccién asexual como la clonacién. No obstante, quisiera dejar en claro que la fantasia determinista no es un ar- gumento vilido para prohibir la clonacién reproductiva. Si se invocara como argumento valido en contra de la clonacién reproductiva que los bebés clonados serfan fotocopias o robots, se estaria reafirmande la exis- tencia preponderante del determinismo genético y del lamarckismo, lo cual a la larga seria usado para justificar bases biolégicas para la discri- minacién, la explotacién, la desigualdad social y econémica. Solamente insisto en la cautela; parece contradictorio que seamos los genetistas o los bidlogos moleculares que trabajamos cotidianamente con genes y sus mutaciones, los que advertimos sobre su valor relativo. Pero advertir so- bre el valor relativo de los genes va de la mano de hacer un llamado a las ciencias sociales a advertir sobre el valor relativo del ambiente.

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