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rernopveci6 esta relacién son evidentemente aquellas que diferencian, digamos, una hhoja de una pulgada de un mapa del Servicio Bstatal Inglés de Cartografia ‘ée vn mapa de condado isabelino. Las caracteriticas en cuestiéa marean el progreso de Ia ciencia aplicada en general y el auge de la Alosoffautilita- rig; también sefalan el tipo de aparato gubernamental necesario para pro- ducir grandes mapas a gran escala con la calidad del siglo x1. 6) Silencio, Este es el vehiculo del significado ms original y provocati- vo de todos. Los espacios vacios de un mapa son “declaraciones delinitivas y no sélo brechas pasivas del flujo del lenguaje”.° Aqui Harley establece la ‘oposictén entre los silencios y los espacios vactos. Hay que reconocer que estas dos caracteristicas aparentan ser iguales; sin embargo, la diferencta ‘entre elles parece sobradamente genuina y alentadoramente sujeta de set expresada en un lenguaje diferente al de Harley, Aqui parece haber tres tipos de propuesta. La primera es que el espacio se puede desoribir como un vacfo cuando un cartégrafo lo usa para registrar su ignorancia. La segunda es que existe lo que podemos llamar un espacio negative, que pue- de expresar, por ejemplo: “ésta no es una ciudad”, “éste no es un rio”, has ta acabar con el contenido temético det mapa, Finalmente, lo que Harley llama silencio implica un ocultamiento intencional de informacién y su reclamo al positivismo puede validarse si la omisi6n des se toma como que “x tiene eiertas propiedades que lo hacen inadecuado para ser incluido cen este mapa” Bi silencio también se encuentra en el subro del tamaiio cuando los simbilos mis pequefios de una serie gradvada se conclben reducidos hasta Ja invisibilidad; por ejemplo, al hacer de las ciudades en lugar de las villas (0 de as villas en lugar de las granjas) el nivel mds bajo de una jerarquéa de poblados; sin embargo, la mayoria de las veces el allencio forma una cate- oria propia con una enorme importancia ideoldgica, De este modo, los {rupos étnicos subordinados pueden ser silenciados al ignorarse sus monu- mentos representativos, y las religiones subordinadas pueden ser borradas niediante Ja imposicién del simbolismo de una rel sobre otra, como cuando 6e usa una eruz para representar una mezquita.© Un tipo de silen- clo todavia mas importante ocurre cuando los cartégrafos no toman en. ‘cuenta temas que no son del agrado de la clase gobernante, como la po: breva, la contaminacién y los embotellamientos de trénsito.® Las tarjetas 36 svrnonuecton, puieden ser tan maroadamente silenciosas como cualquier otra parte del smape, por ejemplo, cuando no se dibujan miembros de la clase trabajadora ‘en los mérgenes de aquéllas en los atlas de condado ingleses de la época del rey Jorge.$¢ La propuesta cartogréfica Hasta aqui, las opiniones de Harley en cuanto al significado intrinseco. Sin apoyar necesarlamente la terminologta panofsleyana, estamos de acuerdo en que tales significados existen. Que los mapas de Saxton son expresiones de orgullo territorial, por ejemplo, es una iden por lo menos tan vieja como al irremediablemente preposmodernista historiador, de mapas Edward Lynam, hecho que Harley, con su caracteristica perspicacia y honestidad, percibié y reconocié de inmediato.*? Lo que parece cuestionable es el método mediante el cual se validan las hip6tests de tercer nivel, y em este ribro existen dos problemas que requleren discusidn, Uno es e6mo identi- ficar los objetos de signifleado intrinseco y el otro eémo deetdir qué se est diclendo acerca de estos objetes. Las identifieciones de Harley son ffcllmente debatibles. Por ejemplo, Ja comunidad que se ve favorecida por estar ubicada en el centro de un ‘mapa no necesita ser un grupo étnico! SI se compara el centro de un mapa con la gente, éstas son personas relacionadas por su proximidad, no neoe- sariamente por sw raza o su cultura, Y desde un punto de vista cartesiano, ‘un mapa se puede considerar no etno, sino egoeéntrico, como aquellos en los que el Servicio Estatal de Cartografia ofrece ibicar e] hogar del mece- nas de un mapa en el centro aunque, a diferencia de los eartogralos de! argumento de Harley, el Servicio no diga a sus clientes que este arreglo sea ting asignacion divina.6® De manera similar, una'proyeceién ecuatorial de Mereator parses favorscens los norteamerianos del Artica y a los asiat- cos més que a cuslqwier europeo, aparte de los lapones. Cualauiera que ‘ea la proyeccin, Harley asocia el mundo de la Tustracién con el “destino manifiesto de la conguista y la colonizacién europea de ultramar”; sin embargo, este presunto vinculo de inmediato revelaria su debilidad si se 31 wiRonvecI6n identificata al eartégrafo como un mlembro de alguna nacién de mentali- dad no imperialista, como Suiza o Polonia.*° Durante el mismo perioda, no ‘std clara la ra26n por la ual los seres humanos o los animales de aparien- cia extraita de paises vemotos skmbolizaban Ia adguisleién de territorios de ultramar cuando estas rarezas eran igualmente comunes antes de la era del imperio en los mapamundis medievales.7° ¢Gémo puede transmitirse ‘un mensaje imperialista al hacer que los afrieanos se vean excesivamente europeos o'excesivamente no europeos y transmitirse también, a juzgar por la doctrina de los silencios de Harley, al omitirlos totalmente?” ¢En Buropa se puede decir realmente que los estados, los ros y las fronteras, polticas tipitican la cartogralta de los Rstados-naeién en eontraposiciéa a los imperios multinacionales?7? {No es extrafio que en Norteamérien la disponibilidad europea de asentamientos se sefiale mediante pruebas de ‘ivilizactén como eaminos y palacios municipales, o por largos espactos, de selva vacia?”9 En la escala topogratica hay problemas similares. Una jerarquia de simbolos de poblaciones puede dectr mAs acerca del carioter fisica de las constiueciones que del nivel social de sus ocupantes. Ast, Harley encuen- tra un favoritismo gocial al utilizar stmbolos mas grandes para los castillos que para los poblados, aun cuando estos siltimas abarean un espacio ‘mayor; sin embargo, los castillos se pueden ver e identificar desde més lejos y la visibiidad siempre ha sido una cuestion préotica importante para leg los detalles ce los mapas topogriticos 75 Bn las ciudades y otras areas de asentamientos cetrados esta paradoja del espacio que se ooupa pierde fancionalidad; por ejemplo, la decisién de un cartégrafo de no mavear las, calles pequetias y los vallejones"® puede deberse més @ limitaciones de la escala que a prejuicios sociales, y quizé incluso dependa de sus juicios, bjetivos acerca de Ta magnitud del fvjo de tien, Bntonces, en la diseu- sidu de Harley acerea'de fos marginalia resulta extrafo que el poder del Estado se simbolice tanto con el uso como con la auseneta de elementos combellecedoses. Pinaliueute, uv was las eataeteristioas de un mapa ropo- grifico modemo se pueden relacionar con una filosofia utilitaria; en oca- siones estas mapas han resultado mAs preoisos de lo que cualquier necest- ad préetica requiere.7” La doctrina del silencto ha dejado de ser olara, Incluso en el primer 38 iwononucexds nivel de Panofsky, relacivamente pooo problemtico, los espacios vacios y hegativos no siempre son {Acilmente distinguibles del silencio, o entre cllos mismo3, En el tetcer nivel, esta dificultad parece insuperable. Tome- mos como ejemplo el vaoio del Oocidente en los mapas de Norteamériea del sigio xvin. ¢Acaso el cart6grato quiere decir: “tsta es un dren de la cual no sé nada” 0 “Lo que descalifiea a esta rea para aparecer en mi mapa es el heoho de que sus habitantes son unos no europeos a quienes mis cote- seéneos estén a punto de despojar"? Obviamente, Harley elige la segunda Interpretacion, pero no dice por qué la prefiere sobre la primera.?* Detris, de este ejemplo hay una pregunta mas amplia: ,qué esta callando el ma- pa? En términos generales, sélo podems contestar que hace caso omiso de todo en el mundo, excepta de su propio centro de interés; sin embargo, esta respuesta no apoya el argumento de Harley. Tampoco se puede supe: rar la dificultad limitando los silencios en el discurso filossfico del mapa a Jos que el sentido comin puede romper ficil y 16gIcamente. Por ejemplo, las caballeriaas de princtpios del siglo xx se distinguisn con claridad en ‘cualquier mapa del Servicio Estatal de Cartografia de gran o mediana esca- la, donde sus caracteristicos limites de terreno Jas hacfan une marea itil para el viajero; sin embargo, su ausencia no se consideraba prueba de hipofobia por parte de los altos funcionarios del Servicio Estatal de Carto- {raffa, sobre todo porque lo mas probable era que estas personas disfrta- van las actividades hipions (tan comunes entre los altos mandos del ejérel- to britanico). sf No hay duda de que los mapas se pueden considerar seria y eensura- blemente mentirosos en su préotica de “cconomizar la verdad’, Un carté- frafo inglés que marea nueve de 10 iglesias, por ejemplo, puede ser ertioa- do por excluir al 10% faltante, Al mismo tiempo, un mapa topogritico puiede mostrar la ubicaoidn de Stonehenge sin prometer de manera impll- sita Ia cobertura total de las piedras antiguas en circulo, Se necesita poca relloxién sobre estos temas para confirmar que la.raz6n més abvia de to file parece un sllencio cartogrdftoo es It falta de espaciv. Tuctusy el mejor ceastografo y el mas académico enicontrastan dificil satisfacer In demanda fmplfetta de Harley en cuanto a que Ia historia del paisaje de alguna ma- nera debe exprimizse en todos los atlas de carreteras.7® Cualqvier carts- grafo-académico que trate de formular prineipios generales acerca de la 39 nernopugatoe pragmética de quedarse callado (tarea que, hasta ahora, ha reclbido poca atencién) tendré que preguntarse qué pueden esperar los eartégrafos de los leotores de mapas, y vieeversa; esto, a su ver, de lugar @ la pregunta de qué esperan realmente. El tratamiento que have Harley de los silencios rho hage ninguna aportaeién a este problema. Puede incluso resultar da- ‘ino, ya que oscurece atin més la Frontera entre la seleetividad y la impre- cisidn.8° Bn este punto podemas detenernos a enfatizar una diferencia fundamental para aclarar las ideas acerca de todas las formas de contu!- cacién. Bl proceso de seleceién del comunicador tiene su propia psivolo- fa, su propia sociologia y, sin duda, su propia’étiea; sin embargo, sigue vigente el hecho de-que no nos convertimos en mentirosos al no ofrecer un Informe exhaustivo del universo cada vez que abrimos la boca, Si se hace pensar a los historiadores de mapas que ningiin cartégrafo puede nunca decir Ia verdad, quiz4 ellos mismos abandonen su busqueda. De aqué s6lo hay un pequefio paso a la propagaci6n activa de la falsedad Bl segundo problema general que plantes la iconografia cartogréfica es, en algunos aspectos, més interesante. Una caracteristica general del si bolismo es que est dominado por conceptos que tienden a la exclisién de propuestas. La tabla de significados de la época Tudor de Harley no es cextrafia en este aspeoto, Bs similara las entradas de um diccionario de sim- bolismo en el que un arado significa fortilizacién, una botella salvacisa, ima cigitenia devocién filial, ete.5? Aquf radica una diferencia importante centre el tercer nivel de Panoisky y lo que Harley llama el aspecto euclidia- no de la comunicacién de los mapas. En Ia lectura tradicional de los ‘mapas, la tarea del cartégrafo es ofrecer hechos, no conceptos; sus simbo- Jos adquieren una forma propositiva mediante las relaciones de espacio sobre la superficie del mapa. Bl simbolismo de tercer nivel no cuenta con una red semejante de relaciones establecidas, lo que significa que se debe rechazar el elemento estructural del invisible paisaje de ideas de Harley, inchuso si aceptamos In existencia de las ideas como entidades individua- Jes.*° Enconces, para continuar con la analogfa grannatical, una vee idee fieado el tema de un mapa como, digamos, un imperio, atin tenemos que dar 4 este sujéto un predicado (tarea diffcil cuando el lenguaje de la icono- lraffa parece estar desprovisto de verbos) Bn respuesta a este argumento se puede establecer que en el tercer 40 rnopvecION nivel de significado el mapa no es enunoiado ni propuesta, sino un gesto de celebracién, glovificacin o preileceién. Sobre este tema, Harley habla con dos voces. En un punto, como hemos visto, niega que los mapas puedan, en términos de un tercer nivel, ser ciertos 0 falsos. Sin embargo, en otra formulacibn se dice que todes los mapas plantean un argumento acerca del ruindo y que son propositivos por naturaleza.58 En la segunda hipotesis, gaué propuesta expresa un mapa que simbolizi un imperio? ;Que existe limperio? ¢Que la idea de imperio es de eferta forma importante o tiene conseeuencias? ;Que el imperialismo, por o menos un imperio individual, es algo bueno? Bn la mayoria de los casos qué aborda, Harley sin duda ele- sini la Gleima de estas interpretactones: para 6), los mapas evan impliito tun statu quo y se puede hacer que foncionen en ambas modatidades,¢ tanto de actuacién como de declaracién; por lo tanto, evaden o posponen el tema de propuesta al de expresién, cuya importancja algunos relegan, sélo para los estudiantes de lengua y de logic. La debilidad de este enfoque de celebracion, 0 su equivalente de pro- puesta, es que parece tener demasiadas excepeiones. Consideremos, por ejemplo, el comentario de Harley en cuanto a que el mapa de carreteras de Carolina del Norte “convlerte nuestro enamoramiento del automévil en adoractén" 87 En el plano de un hospital, los diferentes pabellones y epartamentos pueden sex, por lo menos, tan importantes como las ca- rreteras en win mapa de earreteras, Butonces los planos de un hospital idealizan nuestro enamoramiento por las heridas y la enfermedad? Un ejemplo medlar para la historia de los mapas es la fuerte corriente de ear- togralfa temética eufopea del siglo xix dedicada, a menudo a costa del Bstado, al registro en mapas de la pobreza, la delinouencia, la fata de vi- vienda, el analfabetismo y la enfermedad.®® Quizé un teGrico ingenioso con intentciGn de celebrar encontraria alguna manera de presentar estas acciones tan ostensiblemente autocriticas como favorables para su statu ‘quo. Bn realidad, no vale la pena hacer este esfuerzo, ya que Harley se adelant al admit Ia principal oxcepoién cofialada con anterioridad en ‘este mismo ensayo, Muchos eartégrafos mostraron a Norteamética fal- samente vacfa, sefiala, no porque desearan perpetuar el estado contempo- neo de las cosas manteniéndola vaeta, sino més bien como una forma de anticipar con esperanzas la colonizacién europea La fuerza del ar- a ivrnopuecion gumento det statu quo depende, por lo tanto, del continente que se regi tra en el mapa. Si un mapa expresa ya sea aprobacién (para un Estado-nacién euro- peo) o bien desaprobacidn (para un continetite,amerieano east vacto), emo poclemos saber la diferencia? Esta pregunta volverd a surgir a su de- bido tiempo; mientras tanto, no nos podemos ayudar con métodos de des- cripeién de una realidad geogrética; por el contrario, una de las quejes de Harley acerca de los primeros mapas cle Norteamérica es que tratan el pai saje como si fuera parte de Buropa.% Quiza se pueda superar este dificul- tad siendo indnlgentes ante la “imagen total” ¢ incluso invistiéndola de un ‘estatus propositivo que establezea, aunque a primera vista no parezea de ‘ran utilidad, que es adecuado que tal o cual mapa sea acompafiado de les o cuales caracteristioas marginales. Por el bien del argumento, se puede aceptar la devoracién earente de sentido, pero cara y ostentosa, como una seal de aprobacién (de una cosa u otra), aunque inchiso esta hipétesis sea poco probable a menos que el ornamento aleance un determinado nivel de ‘ostentacién; pequeias eantidades de embellecimiento convencional pue- den acompatiar 4 un juicio moral negative, como en Ia arquiteotura de las prisiones victortanas, La desaprobsclén se puede demostrar de manera efectiva desplegando esqueletos, diablos, duendes, botellas de veneno instrumentos de tortura;®” sin embargo, dentro del euerpo del mapa hay pocos tipos de simbolismo geogratico que séan en si moralistas. Antes de la egada de la exactitud politica, el gris desvaneciéndose hasta negro en un ‘mapa de coropletas pudo haber sido una eombinacién de colores adecuada para representar los diferentes grados, por ejemplo, de analfabetismo. De otra snerte, el tinico signo abvio de un estatus de evaluacién es un rojo s- tivo. Ya se ha sefialado que este color tiene una carga positiva en los me- pas politicos, aunque su importancia no es evidente; en el Libro de Isaias, 1 escarlata no es sefial de virtud, sino de pecado y, dentro de un mismo ‘énero cartogratico, "las mejores rutas dibuyjadas con rojo” de un mapa son negadas por los “eaminos menores rojos” de otro.?® Bs dificil resistiva la conclusion de que cualquier moralista eon un mensaje muy emotive harta mejor expresindolo en palabras que en mapas. ‘Un elemento mal representado en el andlisis de Harley es el tipo de ccartografia que obtendria su aprobacién.% Si, por-ejemplo, én el siglo xv 42 rmropucaio Ilegara al poder una coalicién de mineros, niveladores y otros grupos radi- ales, zqué tipo de mapas fomentacian? ¢Habrian reducido el énfasis acas- tumbrado de los cartégrafos ingleses en las fronteras del gobierno local, eatando nsf de aenerdo con Marley en que estas caracteristicas expresan las ereencias de los nobles y los aristdcratas?™ Y ge6mo habrian hecho Justicia cartograficn alas viviendas pequedas aisladas de los pobres rurales sin hacer mas qué justicia « las grandes habitaciones de los rigos que ocu pan tanto espacio? Quiza habrian evitado dibujar mapas hasta que todas Jas casas grandes hubieran sido derribadas o quiz’! habria bastado oon es cribir el equivalente del siglo xvil de una casa de descanso para los futuros trabajadores controlados por el Bstado, al lado del s{mbolo antes usado para las casas y mansiones. Bl problema cartogrético que plantean los pobres a lo largo de la historia del trazado de mapas es, simplemente, que existen tantos que sus viviendas no se pueden mostrar de manera indivi dual a una escala que resultara itil para los lectores de mapas topogrificos (de cualquier nivel de ingresos). Harley cast nada hace para abordar este problema. Sélo insiste en que un mapa neutral es politicamence imposible, No obstante, si un mapa de este tipo es téonicamente imposible, su aficma- cidn pierde gran parte de su intenetén Conocimiento y poder uso que hace Harley de la palabra conacimienta requiere relativamente 1pocos comentarios. Su concepto de los mapas como una forma de eonoei- miento s6lo resulta satisfactoria en el nivel del sentido comti;?S no obs- ante, desde el punto de vista filos6fico, se podrfa definir mejor el eono- cimiento como wna opiniéa que es verdadera y se puede confirmar (las suposiciones no son conocimiento), ¥ esta opinién requiere de tn usuario del mapa, asf como de un mapa.% A algunos leetores quiz4 les ineomode la Idea de propuestas éticas que sean ciertas 0 falsas; sin embargo, desde el punto de vista de Harley, aqui no hay diffeultad alguna, Si un mapa af Inarque el static quo es bueno, pero en realidad es malo, entonoes el mapa ehincorreeto en esa medida, y quienes acepten sus jalctos morales no son 43 ernoDUccton informados sino ignorantes, a pesar de que aun ast aprendan algo de él en ‘un sentido eucligiano. En este sentido, resulta psioolégicamente mas importante la esencia geo- ‘réfica comiin de un mapa. Al revisar Ja obra de Harley del sleimo periodo se pereibe una corviente subyacente de ideslismo filoséiico o fenomenalismo aque east rompe la superficie en su impulso por distanciarse de la verdad, la redlidad y otvas ideas semnejantes, al segregar sus nombres mediante el uso 4 oomillas.%” Al deconstruir el mapa, él pretende “romper el supuesto vincu- lo entre la realidad y Ja representacién” 98 Bn este punto también es impor- tante el énfasis puesto en la historia del arte, la eritica literatia, la arqui- tectura y la musica respecto de los textos. Estas cuatro actividades tienen {que ver, en cierto sentido y en grados diferentes, con la ficeién. A pesar de su entusiasmo por las relaciones interdisoiplinarias, Harley en ocasiones establece analogias a partir de formas de comunicacién que abiertamente no pertenecen al eampo de la ficcién, como la historia directs, la biografia ‘y su propio tema dentro de la geogratia. Entonces, cuando describe de qué ‘manera la cartografia disciplina, normaliza o estructura el mundo, ¢*el mundo” debe interpretarse aqui en algiin sentido figurativo, o debemos suponer que los cartégrafos erean una realidad no cartografica al mismo tiempo que la vepresentan? Esta altima interpretacién ubicaria a Harley. en el grupo supuestamente pequeito de los historiadores de los mapas que consideran a California ua isla del siglo xvi que con el paso del tiempo se junté eon el continente. De hecho, su matiz idealista es quiaé s6lo un recurso retérico que hace pensar en las aplicaciones moderna y posmoderna de Ja palabra inventar para entidades como América o Shakespeare. Des- pués de todo, estd de acuerdo en que “serfa inaceptable que una historia social de la cartografia adoptara la perspectiva de que no hay nada fuera del texto”.30 No obstante, las comillas de desacuerdo con palabras como “verdad”, “hecho” y “realidad” siguen ayudando a formar un indice, sujeto de ser mejorado, de la capacidad de los eseritores para refutarse a sf mismos. Bn los wltimos textos de Harley, el €ufasis causbia del significado al poder, Un fragmento tipico es el siguiente: Los eartégrafas confecolonan poder; son los creadores de un panéptico espacial. Su:poder esta inserto en el texto cartogratico: podemos hablar de 44 rropucctox un “poder eartogeifico” asi como hablanios del poder de la palabra o del ie ‘bro como tna fuerza del cambio, En este sentido, existe una “politica de los mapas’, un poder que se entreyera con el conoeimiento y es inherente ‘6h ge trata de un poder universal 390 La'idea de que todo conocimiento confiere poder ep simplemente err6- nea: un hombre que es empujado al fondo de un barranco no obtiene poder del conocimiento de que pronto se estrellard contra la tierra. Asi como Harley no ha probado que todos los mapas pronunielen juicios mora- Jes, no se ha probado que todos Hleven a cabo avcioges. Como antes, se debe contemplar cada grupo de casos con base en sub propios méritos, y Harley por lo menos da un paso en la direccién correcta al-separar el poder extemo del interno.10? ‘Ahora se define la ubieacién del poder en relacién con la comunidad que traza el mapa; por lo tanto, en términos generates, externo se refieze al ‘poder de los no cartégrafos sobre los cart6graios, e nterns al poder de los ccartdgrafos sobre los no cartégrafos’ Es innegable la existencia de ambas svariedades de poder. No obstante, Harley preflere borrar su diferenciacién seflalando, respecto del periodo histérico elegido por él, que en el ejereicto del poder interno los cartégrafos respondian a los dictados del poder exter- 110.199 En otras palabras, se puede esperar que ambos tipos de poder pro- duzcan los mismuos resultados. ste no es un punto que se pueda desa- rrollar més porque, en general, Harley prefiere cambiar su centro de atencién hacia un vinoulo posterior en Ta cadena de causa y efecto, de tal ‘manera que quien ejerce el poder ya no es quien traza el mapa, sino el ‘mapa mismo; tales la carga de la cita que da inicio al pérrafo anterior y también la de Ia protesta atribuida a un cartografo cientifico; "Yo slo trazo el mapa, No soy responsable del uso que se le dé o'de lo que el mapa haga” 29 Para este concepto de “mapas-en accién” serd mas conventente clasificar el poder de manera alternativa como instrumental, psicol6gico, moral y metulisiey, aunque estas eategorfas nunce han tenido una virwwd especial, fuera del maroo de la presente discusisn ‘A primera vista, el poder instrumental presenta pocas dificultades. Se admite universnlmente que los mapas ayudan a quienes efercen el poder por ejemplo, en la guerra— para subir impuestos, reforzar la ley y el 45 ivrnopucctéx orden, administrar Ia justicia y manejar la propiedad de la tierra, Bu los textos de Harley y de la mayoria de los historiadores de mapas abundan ejemplos de estas relaciones. Sélo se necesita discutir el grado de poderto. Cuando Harley dice ue “trazar mapas de la tierra era ser duefio de ella”, pooos lectares querrian inferir que todos y eada uno de los bienes rafces de los Estados Unidos pertenecen o veberian pertenecer a los descendientes de om topograto.%°S La mayorfa fampoco querria hacer de It oartogralfa un arma del imperialism, comparable con {a artilleria.t® Bn este punto, sin asi quererlo, Harley hace pensar en un hombre de Batado del siglo xx que clasitioa material estratégico antes de imponer snnciones comerciales a un cextranjero recaloitrante, Productos claramente distintos resultan estratéi- cos en diferentes grados: Ins armas mucleares en wn extremo y Jos comesti- bles en el otro, o cerca de él. Mientras que un mape se puede envollar y uusarse para lanzai dardos venenosos, no se le puede ubiear en el mismo nivel de destructividad que un eaiién 0 una ametralladora, Los mapas, al ‘gual que cualquier vehfculo no armada, ecupan un ugar intermedi en. este rango. Bn qué medida dentro de esta escala una sustancia se vuelve inhierentemente politica, es cuestién de gusto, No se puede setivar ningiin objeto inanimado para producir efectos materiales excepto dentro de un maroo causal, lo que en este caso debe incluir a alguien que lea el mapa y a alguien que jale el gatillo, Mientras m&s abajo en esta tabla de destmnetivi- dad, més complejo debe ser el elemento agregado causal y menos ceps- cidad de daiio.se puede atribuir de manera convincente a cualquiera de sus componentes estratégicos. Silos mapas ejercen un poder instrumental es sélo en um sentido tan peligrosamente laxo qué resulta aceptable entre lectores cuidadosos.107 ‘Antes de abandonar el tema del poder instrumental podemos mencio- nar que las opiniones de Harley sobre este tema pueden complementarse con la epinién de los historiadores acerca de experimentos de control con Jos que se investiga la habilidad humana para actnar sin ayuda eartogréti- ca. Bi trazndo de fronteras ea un case obvie. Como demucctra Harley, in dudablemente los mapas han sido usados con este fin;198 sin embargo, muchas fronteras se originaron antes de que se pudiera disponer de cllos.19 incluso antes de la Hegada de Ia cartogralia de preeisién a gran ‘eseala, Ia delimitacién en muchas ocaslones se desvirtué y termind eonii- 46 srponweciox riendo nuevas funciones a las antiguas fronteres, Los mapas tampoco son esenciales para gravar las propiedades, por mAs improbable que esto pparezea a quienes no son historiadores.1” Estas reflexiones dan lugar a la siguiente pregunta: zoudles son las clases mas complicadas de pensamien- to espacial logrado por individuos o comunidades analfubetas en eartogra- fia? Aqui hay una especie de silencio cartogrético que ningin historiador de mapas parece haber investigado.! Sin embargo, por lo menos queda claro que los mapas no son m4s una condicién neoesati de relorzamtiento del poder que una condicién snticiente. El término psicolégico puede ser correctamente aplicada al poder de los mapas en un sentido no afectivo, denotando, por ejemplo, la eapacidad, para mostrar que Halia tiene forma de bota. QuizA esto quieren decir los escritores tradic males enando describen los mapas como una “herrs- riienta muy poderosa’.? Sin entbargo, en el sistema harleiano la psicolo- {ia es cuestién de acticudes y emociones, Por ejemplo, al deshumanizar el paisaje los mapas facilitan que los comandantes militares o los funciona ros civiles escapen de los golpes de conciencia que pudieran sentir des- pués de un comportamiento de crueldad o sometimiento hacia los habitan- tes de esa drea.4? Harley podria haber agregado que en este contexta todos los simbolos cartograficas son un eufemismo y diferen de los eute- :nismos verbales en que son intradueibles al enguaje comiin, Un esericor puede elegir entre “sultir una fatal baja” y “volar en pedazos"; stn embar- 0, un retfingulo de color sobre un plano de batalla no puede representar tan ffcilmente a un grupo de soldados cle enmne y hueso, No obstante, esto tampoco es un punto sobre el oual se deba abuundar; ning historiador cattogrdfico positivista negaria que los mapas puecten ejercer parte del poder psicoldgioa acordado de manera undnime para libros, peliculas, ‘obras y progeamas de televisi6n, aunque puede ser diffel encontrar un ejent- plo més determinante que la Biblia o el Manifesto comunist. La tinica raz6n para ubicar al poder moral como una categoria inde- pendiente es busear un Ingar temporal para el eaneepto de "legitimacién" ie Harley.1™ Cualquiera puede pronunciar un juicio moral; sin embargo, imponer ef atributo de “correcta” a una situacién que anteriormente era Incorrecta o neutral, y que en otros aspectos permanece'sin cambios, es it poder que constituye materia de estudio mis de tedlogos que de flésofos, a raoDvEGION ‘ya.no se diga de cartégcafos. Legitimar, en los textos de Harley, invariable- tuente Neva consigo el significado de “esperar legitimar” 0 “parecer legi- timar", de manera que el poder aquf involucrado no es verdaderamente ioral sino psicol6gico. Como ya se dijo con anterioridad, an no se sabe si tos mapas son verdaderamente més persuasivos en este nivel que otros medios, De cualquier modo, no convencen a los filésofos de mapas, y su- poner que otros letores son ms ingenuos que nosotros se acerea peligro samente al elitismo, Finalmente, tenemos el poder que ejercen los mapas sobre el mundo real, sino sobre Ia costa de California, sf por lo menos sobre efertas carnc ‘eristioas inmateriales como las fronteras legales y los nombres de los Iuge- res, Aunque a menudo se consideran juntos, los dos casos antes menclons- dos sou obviamente distintos. Las fronteras de las que ahora hablamos no son las creadas por los politices 0 los funcionarios, como ex los ejemplos de Harley. Son las determinadas después de que esas antoridades han defi- nido una frontera mediante una decleracién verbalo una declaraeién con ‘un mapa en pequefia escala que el top6grafo préctico considera demasiado vaga para set traduclda en una linea especifica sobre el suelo. El top6- frafo entonces se ve forzado a actuar como su propio intérprete. Si su decisi6n satisface a las partes interesadas, el resultado puede contar como un genuino trazado cartogréfico del mundo, mucho més cuando su fronte- ra ge maroa lisicamente en la tierra ‘Los letreros y los nombres de las calles son “construcciones” menos convincentes que las fronteras, mientras que la nomenelatura hablada es la menos convincente de todas, ya que los nombres dan la impresién de ser “materializados” aélo si son muy conocids (aun en este caso, en o0a- siones no la dan), No obstante, Harley dice de Colén y de otros explorado- res de América que “sus accianes topontimicas significaban que los mun- dos que rozaban nunca serian los niismos”.126 Es iriportante el uso de la expresi6n comparativamente no violenta roxar, Sugiere cambios cansados por el propio acto de trazar el mapa més que por el proceso de conquista y ‘oupacién que pudieron seguir; también parece reconocer que gran parte de la asignacién de nombres hecha por viajeros y cartégrafos no tuvo efec- tos sobre el uso que preferian los indigenas. Roser definitivamente da una impresin diferente a la expresién més contundente de quitar el nombre, 48 erpODUCCION que Harley usa en otros momentos. Sin embargo, quitar ef nombre presen- taidificultades propias, ya que ignora la posibilidad de allas tapogratiicos y supone que el nombre nuevo de alguna manera debe destruir cualquier otro anterior. En realidad, hay bastante lugar para una coexistencta pacff- ca‘en este campo: Edinbourg en algunos mapas no impide que en otros aparezca como Edinburgh (Edimburgo] més que Germany [Alemania] y Deutschland {Alemania}? Por supuesto que a lo largo de esta discusi6n ‘igue siendo posible que un nombre con matices emotivos influya en la actitud de la persona que lee el mapa; sia embargo, ‘otros casos, el poder es psicolégico més que tnetafisice ‘Como tema de undlisis, el poder tiene mucho en comin eon el signifiea- do panolskyano, En ambos casos el mapa admite interpretaciones alternati- vyas pero nada hace, o hace muy poco, para ayudarnos a elegir entre ellas Gon al fin de reconsiderar algunas de las eategorias de poder antes men- clonadas, si un mapa puede aprobar 0 desaprobar; también puede invalidar tanto como legitimar. Un eufemismo cartogréfico puede funcionar en dmm- bos sentidos. Con un juicio lamentablemiente chauviniste, Jean-Jacques Rousseau conden6 a los fildsofos europeos, quienes “amarfan a los tirtaros para evitar amar a su vecino”, en realidad, algunos lectores de mapas (a diferencia de los comandantes militares Insensibilizados de Harley) pue- dden sentir més compasién por el objeto de un simbolismo remoto y anéni- mo que por la gente que consideran que ya conocen demasiado bien per- sonalmiente.2™* La cartogratia puede actuar contra los gobiemos, de Ja misma manera que en su favor. Un registro de puntos fuertes es también un registro de objetivos, y ent la interpretacién de un mapa politico el enemigo de mi enemigo se vuelve mi amigo. En principio, Harley estaria de acuerdo. Tmeluso reoonoce ebiertamente una “cartogratia de protesta”, aunque cita algonos mapas que caben en esta deseripetén desde antes de la década de Jos ochenta™? y, como tn hecho histérico, considera autoritario el mapa, mds que revulucionario 220 Tvazar un mapa requerfa reewrsns materiales que los gobiernos podian tener mis fécilmente que los rebeldes. Bata Idea puede ser vélida para levantamientos preeisos de un rea grande, realiza- dos por instrucciones de-una maquinaria de Estado posmedieval; sin embargo, a menudo las rebeliones han sido apoyadas por fuerzas externas tal que en muchos 49 istRonugaioN con eapacidad propia para trazar mapas. Los mapas de algunos potenciales Iuchadores por la libertad, por ejemplo los indigenas amerioanos, no han necesitado de una estructura elaborada de Estado. En Europa hay pocos ‘movimientos revolucionarios modernos cuyos lideres hayan sido tan po- ‘bres como para no poder comprar un mapa, Por ejemplo, parece que en los ‘disturbios iclandeses de 1918 a 1920 los insurgentes conoeieron los mapas oficiales de una pulgada y de media pulgada del Servicio Estatal de Carto- {raifa tan bien como el ejército inglés.12 La argumentacién de Harley se torna muy sélida con la afirmacién de,que los gobiernos a menudo operan, a distancia, mientras que los rebeldes lo hacen en su propio terreno, per ritiendo asf que los mapas contribuyan a inclinar la balanza en favor del poder centralizado, No obstante, nada hay de inherentemente absurdo en la idea de un pequeiio y compacto Bstado soberano amenazado por una red internacional de criminales que utiligan mapas. Quiad en la prietice ‘no sea un escendrio muy probable; sin embargo, o importante aqut es pre- {untarse silos mapas de los criminales necesariamente serian distintos de los de cualquier otra persona, Texto y contesto Entre las carscterfsticas mas destneadas de los textos de Harley se encuen- tra su predileccién por palabras como todos, cada, no, nimea, inherente, esencial, universal, ubicuidad y vegla.12? Luego entonces, no sélo algu- nos, sino todos los mapas, contienen simbolos ccultos, ideas e incluso fic- ciones que trascienden lo meramente fisco 0 téonico. Bn otra diniensin de generalidad, estas ideas no sélo se relacionan con wn lugar en particn- Jay, sino con el mundo entero y, en realidad, con todo el universo. Asimis- :mo, se supone que todos Jos mapas son sociales'en la medida en que con- clernen a la gente en grupos més que como individues; se supone también {que son politicos en el sentido de que son sociales en un nivel en que se espeta que ls instituciones gubernamentales reconozcan de alguna mane- + sy existencia. Otra caracterfstice universal de la cartografia es que no sélo bxpresa conflotos sociales y politicos, sino que también toma partido 50 wrraoueciox cen ellos; luego entonees, todos los mapas son también ideolégioos, desplie- gan ideas como si fueran armas en una confromtacién que surge debido a ‘causas esencielmente no intelectuales. ¥ por supuesto, todos los mapas sou retéricos. Las leyes de Harley (cabe menclonar que éste es un término que él nunc® usa) son propuestas con demasiada frecuencia como para ser descartadas y calificadas como manifestaciones exageradas y descuidadas de-opiniones menos comprensivas. Por el contrarto, més de una ven se adelanta a esta lines de defensa contraponiendo explicitamente sus pro- plas opiniones universalistes « la posturn menos radical de que el com- promiso politico es una propiedad de algunos mapas, no de todos. 123 Un eseéptico pnede preguntar de qué manera se justifica este tipo de genetalizaciones si no se revisan todos los mapas producides y se demues- tra que no se ha pasado por alto ninggin ejemplo, Sin embargo, un aspec- to tranquilizedor, aunque problematico, de la obra de Hatley es que en sus momentos mas débiles refrenn estas eritioas limitando sus declaraciones al mayor mimero de ejemplos posibles, que son quia s6lo una minoria de los 2505.12" B] eambio fue desconcertantentente abrupto, En una Sola oracién puede haber avaness y retracesos, como cuando “todos los mapas” apare- cen como portadores de un significado que “en muchos e808” transiite algin valor o fin social,}26 aungue con mayor frecuencia Tes veglas y las excepciones se encuentran a cierta distancia, En una ocasién la general dad se colapsa a una particularidad irreducible al sugerir Harley, como una posible respuesta a la ortioa, que “nuestro mapa de la teoria se volveria a tazar para cada acontecimiento cartogriico”, declaracién que parece tomar el empirismo tan lejos como pueda legar.#* Bl principio que implican estas salvedades y cualidades es que onda mapa debe verse dentro de uno 0 mAs contextos especiticos.127 Entonces se puede encontrar que transmite significados distintos, que confi poder a intereses contratios © que ofrece pruebas de teorfas histéricas incompatibles.%28 Una ver que se abandona Ia universalided (ima pérdida mayor), Ia contextualiraoién parene contrapanerse a mnichos de los argu- mentos sefialados en secciones anteriores de este ensayo; sin embargo, st efectividad signe siendo tema de discusién. Para empezar, el context no puede reforirse simplemente a una adyacencia espacial y temporal dentro de i flujo tinteo de comunicacién, como el significado literario 0 linghis- 51 vrRonDECION tico original de le palabra parecerta ewig; en ese sentido, un mapa no ten- iia contexto a menos que formara parte de alguna eomposicién grfica 0 litevaria mas extensa. Los contextos de Harley son sociales o politicos més que lingiifsticos, lo que no hace més fécil definirlos. Ubicar un mapa en su ambiente hist6rico mis amplio puede aceptarse como un ejerccis itil. La amalgama resulante forma un objeto de contemplacién agradable que induce la misma respuesta mental que sna obra representada con vestas- tio escenograiia de periodo correspondiente, Algunos de los mentores de Harley patecen considerar que estas pereepeiones bastan para constituir ua acto de comprension, tl mismo se apropia dela frase “nuevas formas de ver’, asf como de varias metiforas que la acompaiian 1 En otras par- tes, su lenguaje es mis espectico: (Cualguier histovia respetable debe abaroar sistemsticamente las estructu- ras 0 los contextos dentro de los cuales los individuos actuaron para pro- uoir sus mapas. Bsta “contextualizactin de la representacién' es un bilo {que corre « través de sn amplio espeotra de investigacidn hist6riea. Por elemplo, la iconogralia pretende ubicar la imagen o el texto en la matriz, el pensamiento de Ia sociedad que lo eres; el realismo, como lo entien- ddeu los historiadores de Ia cleus, supone que existen fuerzas ocultas que finfluyen en, y son influldas por, las aoclones de los individuos; el interés prinelpal de la teorfa de Ia estructuracién es la interaccion reefproca de agentes y estructuras de la sociedad 19° Aqui, “matriz del pensamiento” claramente pertenece al conjunto de formas de ver, sin embargo, palabras como crear, fuerzas, anfluir, interac. cidn y agentes dan un togue més positivo, sin duda también positivista; sugieren que para entender el logro del cartégrafo éste debe vincularse con los acontecimientos adyacentes mediante relaciones que en el tltimo and- lisis s6lo pueden ser de causa-y efecto, En este punto, la cita anterior harfa de Hatley un simpatizante, por Jo menos en ese momento, tanto de los ted- ricos realistas como de Jos estructuralistas. En otros ensayos define al con- texto como un conjunto de fuerzas interactivas (incluso subraya la palabra interactivas) y escribe sobre fuerzas causales que fluyen dentro y fuera del mapa. Esta interpretacién se mezcla sutilmente con el método gene- eropucctn sal de Harley, Ya se diseutlé Ia superposicton de eausalidad y poder. El con- texto de un mapa también forma parte de su significado en Ia medida en ‘que en lengugje ordinario wna causa puede significar sw efecto también (por ejemplo, cuando se dice “Esas nubes significan lluvia”), y vieever- sa (por ejemplo: *;Qué significa toda esa rabia?”), Le dificultad radica en ‘que casi nunca se puede contar eon los vinculos en evestién para poder analizarlos. No podemos entrar en la cabeza de'un cartografo muerto; tam- poco es probable que esta persona haya dejado una opinién tal manifesta- day firmada por escrito: “Este mapa esta destinado a promover Ia opre- sin de Ia clase trabajadora”. La mayorfa de las veces, la nica manera de interpretar un mapa es formulafido una hipétesis Pocos historiadores de mapas de generaciones anteriores estarfan en romundo desacuerds con el pérrafo anterior. Al describir las relactones externas de los mapas regresamios al terreno del debate. A primera vista, el contexto, segiin se acaba de definir, parecerfa ineluir una variedad east interminable de cireunstancias: por ejemplo, si hay mAs poblados de los ‘que un mapa puede acomodar a una.determinada escala, Exactamente, {aué hace que un cartégrafo incluya al poblado A y omita al B? Para un hhistoriador de mapas serfa interesante saber esta respuesta, por més trivial que le parezca al resto de la gente, Sin embrgo, os contextos de Harley resultan ser “universal” o “ubjcuamente” politicos.1%? Aunque también es cierto que no hace tna afirmacién absolutamente descalifioadora de la rnacuraleza exaota de la politica en enestién, si da la impresién de que en Ja historia de a riayorta de los mapas no més de dos grupos de personas se enfrentan en ua de "Jas ms grandes batallas que constituyen nuestro mundo” 13° Pueden set gobernantes (ya sea de Ja Iglesia 0 del Bstaclo) contra gobermades, europeos contra no europeds, colonizadores contra coloniza- dos, ricos contra pobres o, en términos generales, juertes contra débiles En todas estas confrontaciones se utilizan los mapas como instrumento de poder, por une u otfa parte. Entonces, éata es la hipétesis de Harley. 2Es Srelevante”?, y gla comprobé? Bs necesario reconacer que la brecha entre Jo-que ha sucedido y lo que ro forma parte de casi toda la historia del mundo, y la mayor parte de lo {que dive Harley acerea de los mapas podria aplicarse alas obras de arte en general a la palabra esorita. De hecho, Ia summa de sus contextos histérl- 53 | q i ernopuect6x 00s es un poco mids que usta desoripeién del predicamento humano; esto hace que tengan tan pooa utiidad, No cabe duda de que la mayoria de las personas disiruten ejeroer el poder sobre otro; sin embargo, se podrfe pe- dir a los historiadores recordar que Ia mayor‘a de los usuarios de mapas {goza de visi6n a colores y se le difioulta manejat hojas de papel de mas de lun metro y medio de ancho. Los antecedentes son demasiado extensos ¥ lejanos de su propio terreno como para lograr proyectar alguna fuerza explicativa real, Bl leetor, con su desauder intelectual, pide ropa y se le da tuna tienda de campatia, Las explicaciones de Harley comienzan ten afvera de] mapa que én ocasiones nunes aleanzan su objetivo.2™ Puede ser sélo mala suerte el hecho de que en el momento en que las teorfas de Harley tocan los fundamentos de la cartografia, los resultados & rienudo no son satisfactorios y en aeasiones resultan incorrectos, Lo que podrfamos haber hecho y nos habrfa sido itil ¢s proponer algén método {general para planteat preguntas, especialmente ante Ia difcultad de dedu- ir tal método a partir de los numerosos ejemplos que él elige. Se pueden ojemplificar estos problemas de manera esquemAtica usando wna HT para ‘una hipétesis acerca de las relaciones contextuales y una p para una pro- puesta de mapa. Supongamos que-H, y H son incompatibles y que P; ¥ Py son ojertas, Entonees no podriamos eitar a p, como evidencia de #1 sila relacién légiea de p, con H, es la misma que Ia dep, con H,. Aqui Hy podria ser la doctrina de Harley del state quo, mientras que p, cubrirfa el tipo de eartografia autoeritica relacionada con los movimientos victorianos de reforma, De nuevo, una propuesta p puede ser congruente con una lupétesis Hsin embargo, no podria hacer mucho para apoyar esa hipstesis si no-p es también congruente con H, que es To que sucede enanido canto la decoracién como la ausencia de decoracién se toman como prueba de un mapa recérico acreditado. De manera similar (y esto es quied Ia falacia mas comin con que nos encontramos), no trae consigo beneficio alguno el que pp sea eongruente con H, si es igualmente congruente oon H. Un ejemplo serfa interprotar les simbolas grandes de las manas aomo signas de supe- riorldad social, mas que de superioridad visual. La debilidad de todos estos ‘ens0s radiea en la ignorancla de las posibilidedes desfavorables para la teo- preconeebida por el autor. Bn conseoueneta, un aspecto dastacado de las explioaciones de Harley sTRODLOCION ‘es qué tanto peso tienen sus contextos y que tan poco (en ocasiones nin- uno) los propios mapas. Para variar la metéfora, Harley muesten alos his toriadores cartogréticos esencialmente como importadores de ideas, east runea como exportadores. Para volver a variarla, introduce la cartogratia en la corriente intelectual dominante de su época y se encuentra con que su esenein se diluye hasta hacerla irreconocible. Aigunos de sus colegas, hhan aoogido esta-tendencia,

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