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FEMINISMO, CULTURA Y POLITICA PRACTICAS IRREVERENTES Monica I. Cejas Coordinadora UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA ansteraatsene» UNIDAD XOCHIMILCO Divisién de Ciencias Sociales y Humanidades ITACA {NDICE Introduccién. Practicas irreverentes Monica I. Cejas Una historia de irreverencias: el feminismo en México Ana Lau Jaiven. Lo grotesco en lo doméstico. La figura de Dorotea en Remains of the Day de Daniela Edburg Daniela Villegus . . “Nunca regalé el llanto”. Silencio, lamento y re(ex)sistencia en la Llorona Maria Teresa Garzén Martinez ........02000. 00200 “Escritura recadera” de Gabriela Mistral. Estudio de sus alcances epistemol6gicos Claudia Soledad Gémez Carioles...... 0.6.00. 0.000 Cultura, poder y representacién en la disputa por la inclusién. Sexualidades en Sudafrica post apartheid MBNICG LE COB. 000 6 6 cass as cs ewenne see were ee ea names La Hoguera. Cuerpa, disidencia lesbofeminista y descolonizacién Luiza Rocha Rabello... 2.2.2.6... c eee eee 55 77 99 127 167 UNA HISTORIA DE IRREVERENCIAS: EL FEMINISMO EN MEXICO Ana Lau Jaiven! En este texto intento dar a conocer el activismo feminista y su posiciones discursivas a lo largo de mas de cuarenta afios. Parto de la premisa de que cuando las mujeres, aun las de clase media urbana, se levantan por demandas de género, dan inicio a una practica ciudadana que va a desple- garse desde la década de los ochenta en una multiplicidad de movimientos que tendrén como sujetos de accién a mujeres de diversos origenes y clases sociales. La lucha de estas feministas tomar un curso distinto al estar en contra de las instituciones y los partidos politicos en un primer momento y luego pasaran de un activismo comprometido a uno asalariado. Junto y cobijado por el feminismo aparecer4n algunas expresiones estéticas enca- bezadas por jévenes mujeres que daban cuenta de lo que pasaba utilizando otros lenguajes que buscaban cambiar las condiciones de subordinacién fe- meninas. Esgrimirdn un comportamiento irreverente, contestatario 0 sim- plemente “diferente”, ya veremos. El feminismo, o mas bien los feminismos considerados como movimien- tos sociales y también como disciplina que se ensefia, tienen una historia, unas ideas y un accionar propio, pero ninguna de las tres —historia, ideas y praxis— se muestran como un todo unitario, sino que constantemente se encuentran en construccién, en continuo debate y se manifiestan de diferen- tes maneras y corrientes. Definirlos es una tarea formidable, ya que existen miiltiples acercamientos y concepciones que no aprehenden en su totalidad la diversidad que los feminismos abarcan. También porque toda definicién 1 Profesora-investigadora en el Departamento de Politica y Cultura de la Universidad Auténoma Metropolitana, Xochimilco. 25 es restrictiva y excluyente. No obstante, me atrevo a decir —en una primera aproximacién— que el feminismo representa un abanico de puntos de vis- ta enfrertados a la dominacién patriarcal desde muchas posiciones. Sonia Alvarez, afirma que el feminismo puede ser pensado, mas que como un mo- vimiento unificado, como un campo discursivo de accién/actuacién, amplio y heterogéneo que no se limita a los grupos u organizaciones denominados feministas, sino que se extiende a otros grupos y espacios de actuacién (Al- varez, 1998). Eso me leva a sefialar que la teoria feminista es una teorfa critica de la sociedad, que permite ver cosas que otros no percibirian a primera vista, es decir, donde unos ven proteccién y deferencia hacia las mujeres, otras vemos explotacién y paternalismo, feminizacién de la pobreza, normalizacién, vio- lencia, explotacién y desigualdad (Freedman, 2004: 25). En efecto, se puede tomar como punto de partida la premisa de que los feminismos se ocupan de Ja situa mn de inferioridad que sufren las mujeres en la sociedad y de la dis- criminacién con que se enfrentan en razén de su sexo, Ademés, todas aque- las que nos identificamos como feministas exigimos un cambio en el orden social, econémico, politico y cultural para reducir y, finalmente, superar la diseriminacién y suhardinacién de que son objeto las mujeres can la finalidad de transformar las representaciones de poder tanto simbélico, social como en el nivel individual o personal. A pesar de lo mencionado, no existe un acuerdo o unidad feminista en las cuestiones por las que hay que luchar, a causa de la extremada fragmentacién de las vertientes feministas actuales. Por lo anterior, resulta dificil definir el término feminismo a partir de un conjunto de conceptos cerrados o estaticos. Lo que podemos hacer es ex- plicarlo a partir de su origen y desarrollo histéricos. Cito dos ejemplos: el término feminismo es relativamente moderno, Por largo tiempo se creyé que fue Charles Fourier quien lo acuiié, Genevieve Fraisse dice que al parecer se empleé por primera vez en 1871, en un texto médico francés, para designar la interrupcién del desarrollo de los érganos y caracteres sexuales en pacien- tes masculinos que aparentemente sufrian una “feminizacién” de su cuerpo (Fraisse, 1991: 193). Alejandro Dumas hijo, escritor francés republicano y ? Por su parte, Beatriz Preciado afiade que fue el médico francés Ferdinand Valére Faneau de La Cour quien escribié en 1871 un libro titulado Del feminismo y del infantilismo ferviente antifeminista, lo utilizé en un panfleto de 1872 intitulado “L’hom- me-femme”, sobre el tema del adulterio, para calificar a las mujeres que se comportan de manera masculina. Es decir se usé como feminizacién de los varones y/o para denotar virilizacién de las mujeres (Fraisse, 1991: 194). Este tipo de confusién de género subsiste hasta hoy ya que se piensa que las feministas contravienen las diferencias naturales entre hombres y mujeres. Hay que subrayar que el vocablo feminismo surgié después de que algu- nas mujeres comenzaran a cuestionar su situacién de inferioridad y a de- mandar mejores en su condicién. Este término no fue en un principio sefial de identificacién para quienes luchaban por los derechos de las mujeres, sino que poco a poco algunas fueron introyectdndolo y empezaron a utilizarlo y a autonombrarse feministas. Ello permite interrogarnos sobre los criterios para usar el término, asi como para distinguir como feminista a una persona, a un grupo o a una accidn. Por lo tanto me pregunto: jes necesario que exista un propésito de- terminado a fin de emprender la lucha feminista? Considero que sf, que el reconocimiento como feminista no es para todas las mujeres que luchan por reivindicaciones, por ejemplo de servicios como luz 0 agua, 0 por la paz, lo que serfan reivindicaciones inmediatas de género; hay quienes califican es- tas demandas como pertenecientes al movimiento amplio de mujeres, que en México se desarrollé en la década de los ochenta y que mediante la lucha se concientizaron y convirtieron en feministas sus reclamos (Lamas et al., spi). Sies asi, entonces debo complejizar mi pregunta desde otro lugar: ,qué distingue o identifica a las personas como feministas y qué términos tenemos que utilizar? En la actualidad resulta bastante complicado reconocer entre mujeres feministas y quienes se dicen feministas y/o solo se declaran ser seguidoras “del género”, ;querré esto decir que existen distintas maneras de ser feminista? Identificarse como feminista implica, entre otras cosas, asu- mir una conciencia y una praxis critica cuestionadora que luche por trans- formar las relaciones inequitativas de poder entre hombres y muteres o seres ‘en los tuberculosos, en él que aseguraba que numerosos hombres tubereulosos que padecian de esta enfermedad (en particular si la padecfan de forma hereditaria) presentaban rasgos “feministas” e infantiles: esto es, “eabello fino, pestasias largas, piel blanca y blanda, barba escasa, genitales pequefios, mamas voluminosas...” refiriéndose asi a los rasgos femeninos de estos varones, por cierto patolégicos, en . humanxs, entre éstxs y otros seres vivos en pro de la vida. El patriarcado se ha desplegado de multiples formas, lo que ha provocado relaciones de subor- dinacién que llevan a desequilibrios entre las relaciones entre ambos sexos, entre sexos y entre lo humano y la vida, y hay que pugnar por desaparecerlas. La palabra feminismo, opina Yasmine Ergas, “no designa una realidad sustancial cuyas propiedades pueden establecerse con exactitud; por el con- trario, se podria decir que con el término feminismo se indica un conjunto de teorias y de practicas histéricamente variables en torno a la constitucién y ala capacitacién de los sujetos femeninos” (Ergas, 1998: 543). El feminismo tiene como objetivo interpretar, deconstruir y avanzar so- ‘bre la opresién de las mujeres y todas las personas en condicién de subal- ternidad a fin de proponer vias de solucién para su emaneipacién. Se define también como un conjunto de ideas y de practicas que las mujeres feminis- tas desarrollan cuando luchan por reivindicaciones de género. E] feminismo busca transformar las relaciones de poder en y entre los géneros, superar la desigualdad y cuestionar los papeles tradicionalmente asignados a ambos sexos y desaparecer las jerarquias. Celia Amorés dice que es “la lucha por la liberacién de la mujer” (Amorés, 1994: 26); Victoria Sendén de Leén por su parte, afiade que “es la toma de conciencia por la mujer de la opresin que padece, una opresién que no es s6lo econémica, juridica y sexual, sino sobre todo psicolégica” (Sendén, 2002: 46). Por iiltimo, Lola Luna (2004: 32) lo define como un proceso histérico inacabado en el que se da una toma de conciencia de la desigualdad de género por las mujeres, un movimiento politico y el desarrollo de un discurso teérico, critieo y renovador del conocimiento. Factores que han coincidido hasta ahora en dos momentos: el sufragismo y el feminismo de los sesenta. De lo anterior se infiere que los movimientos feministas son movimien- tos socicculturales? que cuestionan valores, creencias y normas arraigadas % Considero que el feminismo se integra a la nocién de “nuevas ciudadanias” ya que esgrime una lucha en contra de la exclusién, la exigencia de la no discriminacién, el derecho a la diversidad, el reconocimiento y la visibilidad. en la sociedad que asignan a las mujeres roles subordinados respecto a los varones. El principio basico en que descansé la lucha por la liberacién de las mujeres en un primer momento, era que todas ellas eran iguales, ya que sufrian de opresién. Esta aseveracién que por largo tiempo se ha puesto en discusién, ya no es procedente porque existen visibles diferencias entre las mujeres que se expresan en diversidad de reivindicaciones, en diferencias de clase social, étnicas, etarias, generacionales, de opcién sexual, todas varia- bles que cruzan las condiciones de género. A esto hay que sumarle que las mujeres por el espacio social que ocupan se encuentran en la interseccién de multiples identidades de clase, de género, de etnia, de edad. Los FEMINISMOS MEXICANOS* En un momento en el que el Estado y sus instituciones no eran capaces de solucionar los conflictos sociales y enmarcado en un proceso de transicién hacia la modernizacién de México, cuando los canales de participacién pa- reefan estar cerrados y la busqueda de una mayor democratizacién era la utopia a conseguir, aparecieron grupos de mujeres que rechazaban el orden prescrito, cuestionaban la subordinacién y proponian subvertir las costum- bres imperantes. El movimiento estudiantil de 1968 mexicano, al igual que el de otras partes del mundo, propicié que el descontento femenino tomara el camino de la organizacién y de la protesta y con ello las mujeres se conformaron, al igual que otros actores, en nuevos sujetos sociales. El feminismo mexicano fue el resultado del agotamiento del modelo de desa- rrollo estabilizador, el cual respondié a la ebullicién de nuevas ideas en el seno de las elites intelectuales e incluso de un importante crecimiento de la izquierda mexicana de donde algunas provenian (Tuiidn, 199%: 65). El feminismo mexicano de la nueva ola comparte puntos de coincidencia con los movimientos feministas del mundo occidental: un origen urbano, una cultura universitaria y un desencanto ante el escaso margen de parti- cipacién femenina en el émbito publico. Este proceso doté a los movimientos feministas surgidos entonces en el pais de un rasgo peculiar y especifico, ya 4 Hsta seccién se apoya en parte en mi texto: Lau (1987). que a diferencia de lo que acontecié en Estados Unidos y algunos paises de Europa, éste surgié conjuntamente con los partidos politicos y organizacio- nes sociales de izquierda y como desprendimiento de éstos. De inicio planted la democratizacién de la vida cotidiana y de las relaciones entre los géneros. Justa Montero afirma que “el movimiento feminista y los grupos que Jo van a conformar, surgen ante la necesidad de actuar sobre un arraigado conflicto, que atraviesa a la sociedad, determinado por el hecho de ser mujer o varén’, Es por ello que sobre esa diferencia biolégica inicial se articulan los procesos que otorgan poder a los hombres sobre las mujeres y generan discriminacién y desigualdad. Este conflicto responde a una de las carac- teristicas estructurales del modelo de organizacién social, que requiere y define a un nuevo sujeto social que son las mujeres, quienes protagonizan el discurso y la accién colectiva de denuncia a los limites que impone a su libertad la sociedad patriarcal (Montero, 2006: 167-169). El movimiento feminista aparece en México en 1970. La lucha de es- tas mujeres integrantes del “nuevo” movimiento tendr caracteristicas diferentes de la de sus antecesoras, ya que en primer lugar no giré alrede- dor del sufragio. Habian transcurrido 17 afios desde la obtencién del voto, por lo tanto ahora estaria encaminado a revolucionar la vida cotidiana y a cuestionar las relaciones entre hombres y mujeres més alla de las cues- tiones de igualdad legal. Para ello, estas jévenes mujeres se proponian mostrar y difundir los campos donde la dominacién era mas patente: el hogar (la doble jornada de trabajo), la actividad laboral (remuneracién menor), los medios de comunicaci6n masiva (mujer-objeto, consumista), Ja calle (violencia sexual), la discriminacién legal y el goce con el cuerpo como centro, Algunas de las condiciones que favorecieron la aparicién de esta nueva ola del movimiento feminista fueron, entre otras, una mayor insercién de las mujeres en el mercado laboral y en la educacién superior, el desarrollo de métodos anticonceptivos mas seguros y accesibles, mAs posibilidades de ac- ceso a la educacién y ciertos cambios en su situacién juridica. Ademas, entre los factores coyunturales de tipo sociopolitico que propiciaron el surgimiento estuvieron la recomposicién de fuerzas politicas y sociales surgidas de los recientes sucesos del 68 y una apertura politica fomentada como reaccién ante los sucesos de ese afio. A finales de la década de los sesenta en México, se gozaba de crecimiento econémico, solidez, monetaria y estabilidad politica. Hl modelo desarrollista intentaba implementarse con base en una politica que favoreciera a los sec- tores de la burguesia industrial en detrimento de la clase trabajadora y de las capas medias. Estas viltimas comenzaron a resentir la concentracin del poder politico y ahi fue donde el régimen comenzé a sentir la presién, Fue- ron precisamente los beneficiados por el sistema quienes se inconformaron y participaron en las manifestaciones publicas que en 1968 hicieron explo- sién contra el gobierno poniendo en duda la legitimidad de las instituciones vigentes. E] movimiento estudiantil revelé la inhabilidad del gobierno para responder a demandas de carécter limitado, que iban més en el sentido de una reforma que de un cuestionamiento global del sistema social, El movimiento feminista se va a configurar a partir de un doble proceso: el personal y el colectivo. Las mujeres que lo van a integrar, se rebelan con- tra aspectos particulares de su condicién y manifiestan las situaciones que viven y perciben, como injustas; y la dindmica colectiva genera la identifi- cacién de unas con otras y de las subordinaciones a las que estén sometidas (Montero, 2006: 169). El régimen 1970-1976 intentaré dar eabida a la participacién de nuevos sectores de la poblacién dentro del aparato estatal y para ello abriré algunos canales de comunicacién destinados a solventar tensiones sociales. Aparece- ran sindicatos disidentes de maestros, electricistas, ferrocarrileros, y movi- mientos campesinos independientes. La nueva ola del feminismo mexicano aparecié ligada a la situacién del pais. Los grupos feministas activos de entonces aparecieron entre sectores urbanos, clasemedieros y universitarios, El surgimiento de los grupos de liberacién femenina fue el resultado de varios factores a través de los cuales algunas mujeres tomaron conciencia de la opresién de que eran objeto y la encauzaron como lucha politica, Destaca el cardcter plural del movimien- to, de su teoria, préctica y realidad organizativa, frente a cualquier vision dogmética, ya que no hubo una tinica manera de analizar y representar la subordinacién de las mujeres, de ahi que hablo de diversidad de los feminis- mos. El movimiento feminista va a dar cabida a los procesos y grupos que asumen explicitamente una postura critica ante las miltiples formas en que la categoria mujer se construye como subordinacién (Mouffe, 1993: 21). Alo largo de los afios han aparecido y desaparecido grupos, y organizacio- nes y colectivos feministas vinculados a diferentes reivindicaciones, aunque todos concuerdan con la demanda de lo que hoy se puede Iamar, democracia inclusiva. La creacién del pequefio grupo, sin determinacién de jerarquias en su seno y un profundo rechazo hacia las formas de organizacién tradicionales fue una caracteristica predominante en los primeros afios y tuvo un impacto en la formacién teérica de los feminismos asi como de sus reivindicaciones. Su lema: “lo personal es politico” daba cuenta de que los problemas considerados privados no son otra cosa que el resultado de relaciones sociales de poder en- carnadas en la intimidad (Serret, 2004: 38). Estas mujeres buscaban mostrar la dicotomia que existe entre el ambito publico y el Ambito privado. Lo lleva- ron a cabo atreviéndose a ser irreverentes frente a la tradicional manera de hacer politica masculina y de organizarse. La mayoria de los grupos se nucled, como ya lo sefialé, en torno a la re- flexién y andlisis de la condicién femenina: la maternidad, la doble jornada, la sexualidad, la domesticidad y sus relaciones de poder al interior de la familia. Al mismo tiempo que las feministas reclamaban su autonomia, cuestionaban el modelo de mujer imperante y la carencia de ejercicio ciudadano en el hogar. La legitimacién y visibilizacién de las mujeres en la sociedad es una cuestién cultural. La idea de que la democracia solo se cumplirfa con el voto serd de- batida por las feministas al esgrimir un ejercicio igualitario de las libertades que condujera a desaparecer dinamicas de desigualdad entre las personas. Desde Chile se dira; “democracia en el Estado, la calle y la cama”. Algunos eventos sociales y politicos acaecidos durante la década de los setenta, como la movilizacién popular, la celebracién del Afio Internacional de la Mujer (am) en 1975 y las Reformas Politicas de 1977 y luego las de 1986 que legalizaron a los partidos de oposicién, harén que las feministas cuestionen también su praxis al interior de los grupos. Por un lado, se abre la preocupacién por un mayor acercamiento a las “masas” de mujeres y por otro la necesidad de unirse entre si y de formar alianzas con los partidos a fin de consolidar y estructurar el movimiento.5 5 Los distintos acercamientos para impulsar los proyectos de despenalizacién del aborto, por ejemplo, mostraron el poco interés que los politicos de izquierda tenfan por las propuestas feministas. El establecimiento de coaliciones y frentes ha sido otra manera de in- tentar unir distintas corrientes de pensamiento buscando enarbolar de- mandas en conjunto, Esta forma de operacién ha tenido éxitos y fracasos. Aborto libre y gratuito, el combate a la violacion y todas las formas de vio- lencia hacia las mujeres han resultado ser los ejes comunes de lucha que si- guen vigentes y atin no estén resueltos. Actualmente se han aiiadido otros reclamos: la lucha contra la violencia hacia las mujeres (los feminicidios tipificados en la ley),6 los derechos sexuales y reproductivos y el respeto a la diversidad sexual. A pesar de que en los primeros afios los grupos esgrimieron su autono- mia frente al Estado y su rechazo a la doble militancia, esto se fue transfor- mando y poco a poco la accién piblica de algunas feministas logré adicionar entre algunos sectores y medios de comunicacién, no sélo su presencia, sino las ideas y propuestas que sostenian, mismas que todavia esperan permear alas distintas clases sociales, las esferas de gobierno, los partidos politicos, los sindicatos y las nuevas fuerzas sociales, De todos modos quiero sub- rayar que su presencia simbélica ha mantenido vivo al movimiento en la conciencia colectiva, Aunque definirse como feminista siga siendo motivo de desconfianza y peligro. El accionar de los grupos feministas mexicanos ha pasado por varias etapas antes de constituirse en lo que hoy conocemos. En un ensayo que escribi en el afio 2000 (Lau, 2002), dividi en tres décadas la accién de los feminismos y aqui afiado, una década mas:" -La primera de 1970 a 1982: “Organizacién, establecimiento y lucha” en la cual aparecieron entre 1970 y 1975 cuatro grupos: Mujeres en Accin Solidaria (As), Movimiento Nacional de Mujeres (atm), Movimiento de Liberacién de la Mujer (uM) y el Colectivo la Revuelta, que representa- ron sin proponérselo las corrientes dominantes del feminismo europeo y norteamericano: la feminista liberal, la socialista y la radical, pero bajo 5 Desde el 2007 existe la “Ley General de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia’. 7 Se trata de un andlisis centrado en su mayoria en las actividades Hevadas a cabo por las feministas en la Ciudad de México. Habria que agregar las multiples expresiones de los feminismos en los contextos por lo general més conservadores del interior del pats. una realidad sociopolitica distinta lo que resulté en multiples desencan tos. Hubo intentos de remontar el aislamiento en que se habia confinado nes constituyeron la Coalicién de Mujeres Feministas en 1976, que aco trabajar sobre tres ejes que desde entonces han sido prioritarios para practica feminista mexicana y que atin no se han alcanzado: la despenalizacién del aborto, al que denominaron “por un aborto libre y gratuito”.S Mientras se reunia la Coalicién y cobijadas por ella se constituyé tam bién en 1976 el Colectivo de Mujeres. Estas militantes pusieron en la mesa de discusién una problematica que las feministas no habfan acabado por analizar: la doble militancia. Provenientes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (Prt), desde donde estudiaban abiertamente la problemtica de las mujeres y analizaban la opresién femenina tratando de relacionarla con la lucha de clases, pero sin subordinarse a ella, entablaron relacién con militantes del mas y del mum, y ante la necesidad de integrarse al feminismo comenzaron a funcionar como grupo de concientizacién y se acercaron a participar en la Coalicién. Arropadas ¢ influenciadas por lo que estaba pasando con y en el mo: vimiento feminista, varias artistas soltaron su imaginacién y se formaron dentro de una generacién de mujeres que podemos considerar creadoras irreverentes; se dedicaron a la mtisica, la pintura, el videoarte y el happe- ning que luego se convertiria en perfomance. Sobresale, por ser de las pri- meras, Pola Weiss, videoartista, que desde 1975 y hasta su muerte en 1990 sé su cuerpo como texto, el sonido y la escritura en un proyecto radical * En agosto de 1976 se conformé el Grupo Interdisciplinazio sobre el Aborto (a1A) cuyo objetivo era plantear una propuesta en torno aborto que tomara en cuenta los puntos de vista de distintos sectores de la sociedad y del Estado. En el documento de conclusiones el GIA se pronunciaba por la supresién de toda sancién penal para el aborto voluntario y por la expedicién de normas téenicas sanitarias. Este documento no se hizo puiblico (véase ‘Marquez, 1998: 44) para leer y escribir el mundo como lo veia para crear poesia (max.globedia. com). En esta tonica en 1978, Magali Lara, Ménica Mayer y la misma Pola, participaron en una obra “explicitamente feminista” en el Salén 77-78 Nue- vas Tendencias en el Museo de Arte Moderno (sam). Cada una presenté sus obras: Lara una serie de dibujos en torno a la intimidad, Weiss dos vi- deo-perfomances y Mayer un “tendedero rosa” donde colgaban papelitos del mismo color con las respuestas de mujeres diversas a la pregunta: “Como mujer, lo que més detesto de la ciudad es...” (Mayer, 2004: 18). Con estas manifestaciones se empezé a entablar un didlogo entre ar- tistas y feministas dentro del cual algunas creadoras se acerearon al femi- nismo y su obra lo empez6 a mostrar, No obstante, Ménica Mayer se que- ja precisamente de que “una de las grandes debilidades del arte feminista mexicano ha sido no encontrar en las feministas a su piblico natural. O las artistas feministas no hemos sabido responder a sus necesidades o ellas no han entendido que nuestros planteamientos son politicos, pero también artisticos” (Mayer, 2004: 36). En la misma ténica Eli Bartra aiadfa certe- ramente que “la creacién artistica y el feminismo no es un matrimonio bien avenido” (Bartra, 2008: 9). Desde la escritura y para dar enenta de lo que estaba pasando en el Ambito feminista en octubre de 1976 se fundé la revista Fem,9 editada colectivamente por un grupo proveniente del atta ¢ ideado por Alaide Fo- ppa”® y Margarita Garcia Flores,! quienes formaron el primer directorio colectivo. La idea era crear un espacio para la reflexién y ardlisis de la situacién de “la mujer”. Esta revista, que se edité ininterrumpidamente hasta 2005, es un referente imprescindible de los movimientos feministas y de la lucha por los derechos de las mujeres en México y América Latina. Atrajo, ademés, a feministas de todos los grupos y a académicas recono- cidas quienes participaron escribiendo articulos originales ademés de sus ® El nombre abreviado de feministas y feminismo. Un recuento pormenorizado de la fundacion de la revista se encuentra en Fem 10 arios de periodismo feminista, 1988. 1 Alaide Foppa, guatemalteca, doctora en Letras y profesora de la uNam Entre 1972 y 1980 tuvo un programa en Radio Universidad llamado Foro de la Mujer. Fundadora ademas dela primera cétedra de Sociologia de la Mujer en la Facultad de Ciencias Politicas y Sociales de la unam. En 1980 seria secuestrada, torturada y asesinada en Guatemala, 1 Precursora del voto de las mujeres, priista que fue regidora, diputada y senadora. Fallecié en septiembre de 2009. experiencias personales. Las cuestiones tratadas iban desde Ja historia de las mujeres hasta los temas que se debatian en el movimiento y que importaban a las mujeres. Hubo otras publicaciones de escasa difusién y duracién; entre 1990 y 2014 se publicaron 50 ntimeros semestralmente de debate feminista libro-revista con nimeros monograficos y traducciones de articulos académicos, Como se observa, las mujeres feministas no solo se organizaron y par- ticiparon en grupos de concientizacién y discusién, también hubo un movi- miento artistico cultural que abarcé varios escenarios. Rockeras, actrices, escritoras, cineastas, pintoras, grabadoras y performanceras van a ocupar espacios y a divulgar las premisas de los feminismos de otra manera y con lenguajes distintos. S: bien los grupos feministas organizados no permanecieron estables y circulaban entre si, abandonaban la militancia y/o volvian o se retiraban definitivamente, hay que subrayar que durante estos afios el trabajo reali- zado por quienes persistieron en su empeiio puso las bases de lo que en el futuro reivindicarfan las hoy dia jévenes feministas. El caso del MLM resulta ilustrativo ya que fue el grupo que més actividades impulsé, amén de haber interactuado con mujeres de otros grupos. Tras desaparecer, deié una estela de iniciativas que pusieron las bases de Propuestas importantes. Entre los intentos por hacerse notar y conseguir reconocimiento encon: tramos que del 7 al 9 de noviembre de 1977 tuvo lugar en la ciudad de Méxi- co, el “Primer Simposio Mexicano Centroamericano de Investigacién sobre 1a Mujer”, apoyado por el Colegio de México y 1a unam donde participaron investigadoras de México, América Latina y Estados Unidos. Fue impulsado Por feministas que buscaban que dentro de los circulos académicos se toma- ra en cuenta a las mujeres y su problematica en el marco de sus investiga- ciones y que se establecieran programas o centros de estudios de la mujer. A raiz del Simposio se organizé una exposicién de pintura paralela en el Museo Carrillo Gil, curada por Alaide Foppa, Sylvia Pandolfi y Raquel Tibol en donde participaron cerca de ochenta pintoras (Mayer, 2004: 22). Esta etapa también vio aparecer varios grupos y colectivos de mujeres con distintos perfiles profesionales. Entre 1975 y 1982 estuvieron activos el Colectivo Cine Mujer, Lucha Feminista, el Grupo Auténomo de Muje- res Universitarias (cmv), en 1977 aparece “Lesbos” el primer grupo de yianas feministas y Mujeres para el Didlogo grupo relacionado con la iglesia. En 1979 se constituy6 el Frente Nacional por la Liberacién y los Derechos de la Mujer (Fnalidm). Esta etapa la considero como fundacional y de aprendizaje de lo que en adelante funcionaré y se debatird dentro del movimiento. Con el fin de dar a conocer las premisas sobre el aborto de una manera irreverente, Marta Lamas formé el grupo musical de las “Leonas”; quienes compusieron y cantaron corridos mexicanos para parodiar las actitudes de la época frente al aborto y al feminismo. Hacia 1982 este trio de cantantes, que de por si actuaba esporddicamente, desaparece. Volverdn al escenario, yenombradas ahora como las “Moscas Muertas”, en cada presentacién de un nuevo mimero de la revista Debate Feminista. El caso del Colectivo Cine Mujer resulta ilustrativo, ya que muestra la relacién que se entablé entre igualdad y emancipacién desde el activismo para que mujeres artistas que entonces estudiaban en la escuela de cine el cugc (Centro Universitario de Estudios Cinematogréficos) de la uNaM!? dieran cuenta, a través de imagenes, de la subordinacién en que se encon- traban las mujeres y con esas imagenes contribuyeran a la concientizacién feminista. Este Colectivo, organizado en 1975 y conformado por cineastas dedicadas al documental, produjo varios titulos que exploraban las proble- maticas feministas que se discutian entre los diversos grupos. Rosa Martha Fernandez dirigié Cosas de mujeres (1978) que abordaba el problema del aborto clandestino; Beatriz Mira, Vicios de la cocina (1978) sobre el traba- jo doméstico; Rompiendo el silencio (1979) también de Fernandez y acerca de la prostitucién; No es por gusto (1981) de Maricarmen de Lara y Maria Eugenia Tamés. El grupo se disolvié a finales de los ochenta1® Algunas contintian trabajando, Asimismo, en 1983 se constituyé el primer grupo de arte feminista Polvo de Gallina Negra, sus integrantes Ménica Mayer, Herminia Dosal y Maris Bustamante buscaban analizar la imagen de la mujer en el arte y los me- 32 Después se unirdn las alumnas del Centro de Capacitacién Cinematogréfica (ccc). 18 Ademés de mi memoria véase, “La mujer en el arte”, en Fem, vol. 1x, ném. 33, abril- mayo, 1984. dios de comunicacién. Su primer perfomance tuvo lugar ante mil especta- dores, el 7 de octubre de 1983 en la marcha feminista contra la violacién."® éConvivieron al mismo tiempo las expresiones artisticas y el movimien- to pdlitico? Pareciera que si, y al buscar la informacién es muy poco lo que Jas militantes feministas hablan de la cultura que gizaba a su alrededor. ~La segunda etapa durante los afios ochenta: “Estaneamionto y despegue” GI feminismo popular versus el feminismo histérico). En esta década no encontramos el auge de los grupos conformados en la década anterior. De hecho, hay un repliegue de los grupos. El movimiento se oxtionde hacia diversos Ambitos ya no clasemedieros. Hay autoras que denominan esta etapa como de feminismo popular y feminismo social (Espinosa, 2012). Al mismo tiempo, algunos grupos se institucionalizan y se convierten en Asociacién Civil en la biisqueda de financiamiento. En ciertos aspectos se vuelven asistencialistas, Ademés, se dieron algunos cambios en estos aiios. Por ejemplo, se aban- donaron los grupos de autoconciencia, que se transformaron a fin de llevar 8 cabo “trabajo hacia afuera”. Durante esta década la autonomia de que presumian las feministas se diluyé cuando el dinero de agencias internacio- nales comenz6 a fluir y a financiar proyectos académicos y productivos, lo que cre6 problemas al interior de los grupos y entre las mujeres; surgieron enfrentamientos y competencia por el protagonismo, ™ Me parece importante destacar lo que se concibe como performance Aunque en un Principio muchos/muchas hacian performance sin saberlo, pues no lo nombraban asi, para fines de ios setenta el término empezaba ya a circular. El performance surgia como un hibrido ue se nutria del arte tradicional como las artes plisticas, la miisica, la poesia, el teatro y Ja danza- del arte popular —como la carpa, el eabaret, l circo- y ds reves formas de arte , *® “Receta del grupo Polvo de Gallina Negra, para hacerle el mal de ojo a los violadores, 0 cl respeto al derecho del cuerpo ajeno es la paz” en fem, vol. 1%, nim. 33, abril-mayo de 1984, p53. Estos experimentos de enlace expresan el momento de los feminismos mexicanos, donde si bien la organizacién y presencia de las mujeres en el Ambito publico se intensifica, no existié la capacidad para enarbolar deman- das comunes, establecer ejes de lucha, ni ventilar adecuadamente las dife- tencias politicas, mismas que se venian planteando desde la década ante- rior y que atravesaban también las variables de edad, estado civil como de opcién sexual. Un hito importante en este proceso fueron los terremotos que sacudie- ron al pais en septiembre de 1985. De la tragedia y de los escombros de los sismos surgieron, tanto una conciencia y una solidaridad ciudadana que modificé la identidad politica y social de la gran urbe, como grupos de mu- jeres damnificadas que se incorporaron a la lucha democrética general a partir de sus condiciones concretas de vida, trabajo y género (por ejemplo, las costureras), La cineasta Maria del Carmen de Lara registré en un do- cumental llamado No les pedimos la luna (1985) la lucha y la conformacién del Sindicato 19 de septiembre. Cabe destacar también el trabajo de Ana Victoria Jiménez desde los afios setenta, quien ha documentado al movi- miento a trabajado al lado de Ménica Mayer.'® Por su parte Rotmi Enciso e Ina Riékov han registrado desde la década de los ochentas la trayectoria de los feminismos mexicanos. Enciso, fundadora en 1987 de Producciones y Milagros Agrupacién Feminista ha fotografiado y videograbado el hacer de Jas mujeres feministas.!” Otro aspecto poco tomado en cuenta es el de las mujeres moneras feministas. En esta esfera destacan Cecilia Pego y Cintia Bolio, quienes siguen trabajando en algunos medios impresos.!8 Entre 1986 y 1988, el pais fue escenario de una lucha donde el eje co- min de accién de las distintas fuerzas de oposicién fue la btisqueda de una alternativa democratica que estableciera limites al poder instituido y ejer- ciera un sistema de contrapesos (Lamas, et al.: 1995), Para las feministas y 16 El archivo de Ana Victoria Jiménez que abarca de 1970 a 1990 se encuentra custodiado por la Universidad Iberoamericana. 1 Su libro de zotografias Ni santas ni putas sélo mujeres. Imagenes del Movimiento feminista en la Ciudad de México, México, Inmujeres-vr / Producciones y Milagros. Agrupacién Femin‘sta, 2008, es una historia ilustrada del movimiento feminista y lésbico. * Agustin Sanchez Gonzélez (Investigacién y Seleccién), Las moneras, Wegaron ya... México, Instituto de las Mujeres del pr, 2003, para el Mam fue una oportunidad para definir un proyecto de accién politica e incorporarse a la politica, donde crefan poder cambiar las desigualdades entre los sexos en materia politica y legislativa. La discusién en esta etapa giré alrededor de la necesidad de hacer trabajo hacia fuera e incorporar la perspectiva de las mujeres a la lucha por la democracia. Hubo quienes no estuvieron de acuerdo y alegaron que debia prevalecer la autonomia por Jo que permanecieron fuera, mientras otras entraron de lleno a participar. Buscaron llevar a cabo acciones comunes a las cuales se integraron algunas feministas en varios organismos frentistas como: Mujeres en Lucha por la Democracia; Coordinadora Benita Galeana; Red contra la violencia y por los derechos de la mujer y Coordinadora Feminista de la Ciudad de México. Esta forma de accién va a ser comin a lo largo de los afios. Las mujeres feministas se congregan mediante redes y coordinadoras con un objetivo co- min de lucha. Resulta interesante sefialar que esta coyuntura politica am- plia y demoerética, colocé a las feministas de Ileno y de nueva cuenta ante la necesidad de definir su proyecto politico de manera més general, unida y a largo plazo. Los desacuerdos no se hicieron esperar y algunas se distan- ciaron, mientras que otras se iniciaron en la practica politica institucional. —“Alianzas y conversiones” en la década de los noventa, es la tercera etapa, cuando el feminismo se institucionaliza y aparecen feministas de elite y se establece una jerarquia al interior del movimiento porque hubo mujeres que entraron a participar en el gobierno, en la academia o en la sociedad civil. Se forja un débil acercamiento con las mujeres de los sectores po- pulares y se incorpora un contenido genérico a sus demandas de clase; al mismo tiempo los grupos feministas vinculados a ellas lograron incorporar su propia perspectiva a la dimensién de la realidad sociopolitica del pais. ‘Aparece, ademas, Ja urgencia de exigir, consolidar leyes y garantias para que el gobierno cumpliera con su responsabilidad de hacerse cargo de la exclusién y discriminacién de las mujeres. El alzamiento del e2un (Bjército Zapatista de Liberacién Nacional) en Chiapas impulsé no solo a la sociedad en general, sino a las feministas en particular a volver los ojos hacia las campesinas e indigenas. La revolucién indigena evidencié la intensa participacién de las mujeres a través de la Ley Revolucionaria de Mujeres aprobada el 8 de marzo de 1993, es decir, bastan- te antes del estallido de la revolucién el 1 de enero de 1994. Fue elaborada y redactada por las zapatistas y publicada en El Despertador Mexicano, medio informativo del xzix. Consta de diez articulos en donde se subraya que la revolucién es también asunto de mujeres y que ellas deben tener los mismos derechos que los hombres, las mismas oportunidades laborales, el mismo derecho a participar en su comunidad y en cargos politicos, a edu- carse y formarse y a escoger pareja con plena libertad. En otros lugares y regiones del pais el ejemplo de las zapatistas cundié y despert6 expectativas. Ensancharon sus perspectivas, expresaron su identidad, sus demandas y as- é comunicarse piraciones en un lenguaje de derechos. Este lenguaje les permit con otras mujeres organizadas a través de las barreras de etnia y de clase. En los iltimos tiempos forma un movimiento amplio de mujeres indigenas que escapa a los limites de las fronteras nacionales (Marcos, 2014). Desde el punto de vista de la creacién cultural, una mirada al sur de México ilustra sobre la emergencia de diversas iniciativas, colectivas y gru- pos de trabajo feministas que, a la par del movimiento de mujeres indigenas zapatistas, desde la década del noventa, empiezan a proponer anélisis e in- tervenciones sobre esta realidad desde prdcticas culturales. Aqui, es impor- tante decir que al ser Chiapas, en especial, una zona de transito, frontera, resistencia y convergencia, el paso de personas de muchas partes del mundo ha contribuido a enriquecer y diversificar la vida cultural de la region, ge- nerando condiciones para un intercambio rico y el ejercicio de una creativi- dad constante, aunque muchas veces estas iniciativas sean de corta vida. Entonces, colaborando en ocasiones con Asociaciones Civiles —nacionales e internacionales— o de manera auténoma y autogestionada o en articulacién con movimientos sociales propuestas feministas diferentes se expresan a través del performance, el graffiti, la misica, la literatura. A modo de ejem- plo, desde la plataforma arte-accién Doris Difarnecio,!® actriz, directora teatral y militante feminista, creadora del grupo Fomma (Fortaleza de la Mujer Maya), desde 1999, viene interviniendo el espacio publico de la ciudad de San Cristébal de las Casas. A través del performance, propone acciones 1® Véase . urbanas, desde lo erético, lo pedagégico y lo decolonial, contra el feminicidio para contribuir al debate y, sobre todo, a la accién de las mujeres. Por otro lado, las mujeres urbanas que querfan participar en la esfera ptiblica para acceder a la toma de decisiones adoptaron algunas estrategias y empezaron a establecer alianzas con otras mujeres ajenas al feminismo, una de ellas fue la denominada Ganando Espacios por Acciones Positivas, lanzada con la idea de que la igualdad entre hombres y mujeres sancionada en el articulo cuarto de la Constitucién fuese un hecho. Otra estrategia fue Ja que desarrollé el Grupo Plural, compuesto por feministas y por militan- tes de partidos politicos, el cual trabajé en un proyecto de reforma a la ley sobre delitos sexuales que se concreté en 1999. También por estos afios se formé el grupo “De la A a la Z” A/Z, con el objeto de servir de enlace entre las feministas y las mujeres de partidos politicos. Estuvo integrado por 3 feministas independientes y 4 que pertenecian a partidos politicos 2 del Prt y dos del prp. Asimismo en 1999 se constituyé Diversa como agrupacién politica nacional, Tuvo como objetivo establecer alianzas ¢ intervenir en la agenda con demandas de equidad e igualdad. En 2006 al lado del Partido Social Demécrata, una mujer, Patricia Mercado, contendié por la presiden- cia de la reptiblica. Ademés, a partir de las recomendaciones emanadas de la Cuarta Confe- rencia de la Mujer en Beijing en 1995 —donde se llamé a los gobiernos a for- talecer el acceso igualitario de las mujeres al poder en condiciones de equi- dad-, se reclamé la visibilidad y se reforzaron las medidas para intensificar la participacién politica de las mujeres, a través de varias modificaciones al Cédigo Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe). Se crearon reglas y se incorporaron “acciones positivas” para alcanzar la igual- dad entre ambos sexos, a partir de cuotas”® a nivel politico (30 %). En la LIV Legislatura 1988-1991 se incorporaron 61 diputadas, en la Lv (1991-1994) bajé a 38. En la LIX (2006-2009) Legislatura hay 113 diputadas (22.6 %) de 500 y 23 Senadoras (18.1 %) de 128. En la LXI (2009-2011) subié a 140 dipu- *° Las cuotas de género tienen como objetivo garantizar la efectiva integracién de mujeres ‘en cargos electivos de los partidos politicos y del Estado. La reforma electoral 2007-2008 obliga a los partidos a registrar como minimo 40% de candidaturas ce un mismo género, de acuerdo con la Reforma Constitucional de febrero de 2014, que establecié la paridad de género come obligacién para partidos, autoridades y ciudadanos. tadas el 28% y 27 senadoras y 101 senadores. Actualmente a pesar de que se contempla la paridad encontramos en LXII Legislatura en la Camara de Diputados que el 37.4% (185) son mujeres contra el 62.6 % (313) de varones. En tanto que en el Senado 34.4% (44) son mujeres y 65.6 % hombres. El porcentaje de escafios legislativos obtenidos por mujeres en la CAma- ra de Diputados y el Senado ha crecido de forma casi continua entre 1991 y 2012. Mientras que en la cAmara baja esta cifra pasé de 8.4% en 1991 a 36.8% en 2012, en la cAmara alta el cambio fue de 4.7% en 1991 a 32.8% en 2012, Puesto de otra forma, en las tiltimas dos décadas el porcentaje de legisladoras crecié 338% y 598% en la Camara de Diputados y el Senado, respectivamente (Garrido, 2013). Por tiltimo, ea los primeros 16 afios del presente siglo, la relacién al inte- rior de los feminismos mexicanos se ha complejizado: encontramos algunas feministas levando a cabo acciones individuales y dejando de lado trabajos colectivos; hay algunas en los partidos politicos intentando poner en marcha una agenda de género; al mismo tiempo hay cada vez mAs jévenes y mujeres que exigen ser incorporadas al acervo de los derechos basicos, y aquellas que en ntimero creciente se profesionalizan, convirtiéndose cn cxpertas “gene- ristas”. Esta llamada por algunas como la “tercera ola feminist”, incorpora las diversidades femeninas, el ecologismo, el ciberfeminismo y la transexua- lidad, entre otras cuestiones. En el mismo sentido, las mujeres artistas han variado también sus representaciones y emergen como més visibles y dejan de estar relegadas y empiezan a ser conocidas. Es el caso de Jesusa Rodri- guez y Liliana Felipe, quienes recuperan el formato del cabaret en tanto expresién artistica popular y le dan un giro feminista y lésbico. Hacia 1980 compraron y remodelaron el teatro de la Capilla, que habia pertenecido a Salvador Novo y lo convirtieron en el cabaret “El Habito”, donde presenta- ron espectaculos de parodia y performace. Cansadas de administrarlo, en 2005 lo concesionaron a “Las reinas chulas” quienes desde entonces y me- diante la sdtira, la farsa y la musica hacen critica social feminista.2* 2! Véase , consultado el 3 de marzo de 2016, Encontramos a las perfomanceras con mayor presencia y haciendo arte accién muy relacionado con las problematicas feministas de estos momentos. Allo largo del segundo milenio, segiin nos dice Josefina Aledzar: La irmediatez y confrontacién directa con el piiblico permite a las artistas ex- presar libremente su discurso, sin estar sometidas a los tradicionales patrones culturales. [Una nueva generacién de artistas como]: Lorena Wolffer, Katia Ti- rado, Lorena Orozco, Elvira Santamaria, Rocio Boliver (La Congelada de Uva), Katnira Bello, Nifia Yhared, Gabriela Olivo de Alba, Elizabeth Romero, Marfa Eugenia Chellet, Andrea Ferreyra, Lorena Méndez, Edith Medina, Thereza L6pez y Diana Olalde (Toti).2” Al tiempo que se empieza a tomar en cuenta las expresiones creativas de mujeres pintoras, fotégrafas, cineastas, curadoras, escultoras y grabadoras (véase Bartra, 2008), se busca darlas a conocer desde otras formas en donde los elementos tecnolégicos se ponen en practica. Asi, por ejemplo, “para docu- mentar la memoria de las artistas mexicanas en artes visuales a partir del si- glo xx” se organiza el Museo de Mujeres, Artistas Mexicanas (Muma) un sitio on la web en 2008, un proyecto independiente y sin fines de lucro, ideado por la fotégrafa, videoasta y feminista Lucero Gon- zalez, donde se exhiben las obras y las exposiciones de variadas corrientes. En este escenario tan variopinto, también contintian grupos que desde los afios ochenta han orientado su actividad a la academia y a la difusién de la problematica especifica de la mujer en los medios masivos de comuni- cacién. Después de tanto tiempo, en la academia feminista florecen hoy dia programas docentes y centros de investigacién sobre el tema y ya adquieren presencia en las principales instituciones del pais: UNAM, UAM, Colegio de México y algunas universidades de provincia. Del mismo modo han apareci- do numerosos nticleos de mujeres en los estados de Chihuahua, Nuevo Leén, Sinaloa, Colima, Michoacan, Oaxaca, Guanajuato, Morelos, Puebla y Chia- pas. Estos impulsan el pensamiento feminista y han ganado legitimidad social a través del uso cada vez mas extendido de la categoria género. Esta categoria, surgida dentro de la academia, se ha esparcido hacia otros 4m- 22 . bitos perdienco y ocultando su contenido critico y politico. Se utiliza como sinénimo de mujeres y como dice Joan Scott, “se ha recuperado privandolo de su significado como un reto radical al estatus quo” (Scott, 2011: 97). Ha habido, ademés, un auge de afiejas demandas, tales como mayor pe- nalizacién para la violacién y despenalizacién del aborto, asi como el vinculo que éstos temas establecen con los derechos humanos. Con respecto al aborto hay que sefialar que aunque la cuestién tiene muchas aristas, las conferen- cias internacionales, la 1v sobre Poblacién y Desarrollo en el Cairo de 1994 y también la Cuarta de Mujeres, celebrada en Beijing en 1995, ofrecieron argumentos sobre cémo lograr que se reconociera la interrupeién del emba- vazo, como un problema de salud piiblica, ya que “se retomé el concepto de derechos reproductives y se establecié una relacién entre politicas piiblicas relacionadas con el control de la natalidad y la preocupacién por el bienestar de las mujeres” (Marquez, 2010: 188). Sin embargo, el debate continia y se enfrenta a la postura de los sectores conservadores (Pro-Vida y la alta jerar- quia eclesidstica). En el afio 2000 se consiguié despenalizar tres causales para abortar: por inseminacién artificial no consentida, por grave dafio a la salud de la mujer y cuando el producto presenta malformaciones congénitas 0 genéticas graves.?5 La insistencia y lucha persistente de muchas feminis- tas Ilevé a que el 24 de abril de 2007 se aprobara la ley que despenaliza la interrupcién del embarazo (112), pero solo en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México). E] 26 de abril aparecié publicada en la Gaceta Oficial el “De- creto por el que se reformaba el Cédigo Penal para el Distrito Federal y se adicionaba la Ley de Salud para el Distrito Federal” con las modificaciones relacionadas al aborto y servicios de salud. No obstante y por las presiones de grupos de interés conservadores aliados del pan (Partido Accién Nacional) y del prt (Partido Revolucionario Institucional) se modificaron 17 constitu- ciones estatales y echaron para atrés las leyes que despenalizaban algunas causales y se incluyé en algunas constituciones estatales el derecho a la vida desde el momento de la concepcién hasta la muerte natural.24 Hoy dia hay 25 Se conoce como la “Ley Robles”, en 2% No existe una cifra concreta, pues México carece de un registro nacional de las mujeres en prisién por abortar. Las estadisticas corresponden a cada procuradurfa (iscalia) estatal pero son pocas las que lo hacen, dicen las organizaciones. mujeres presas y criminalizadas por abortos esponténeos u “omisién en ra z6n de parentesco” en al menos 11 estados. Las iniciativas presentadas en Morelos y en Guerrero se han tenido que desechar. Mientras que en Nuevo Leén se avalé una ley anti-aborto.2® Los tiltimos sexenios —Zedillo, Fox y Calderén—26 dan entrada a la “ter- cera ola” que llega acompafiada por una diversidad de feminismos en la cual algunas mujeres participan como sociedad civil estimulanéo politicas puibli- cas en beneficio de las otras mujeres. Otras pretenden ingresar a la politica, y enarbolan la llamada “perspectiva de género” para alcanzar una curul, independientemente del color al que estan afiliadas. Hay una proliferacién de Organizaciones de la Sociedad Civil (osc) que planean y disefian estra- tegias encaminadas a conseguir el mejoramiento en la condicién femenina. ‘También encontramos a las jévenes radicales y auténomas que no acuerdan con las anteriores y cuya forma de lucha tiene su base en las redes sociales desde donde globalizan sus pretensiones. Estén aquellas que usan su cuerpo con contenido politico y como territorio de lucha (FeMEN/México) y las que buscan visibilizar las estructuras sexistas y luchan a través del arte contra la imposicién de narrativas androcentristas. También empiezan a surgir grupos quo rechazan la solemnidad y apuestan por un feminismo donde ponen en acci6n diversas practicas culturales (véanse varios de los capitulos de este libro) y estrategias novedosas en el feminismo. Como se puede observar, hoy en dia los feminismos conocen nuevas for- mas de expresién y de intervencién, entre lo que puede considerarse un fe- minismo institucional que reviste varias formas, las cuales van desde los pactos interclasistas, la formacién de cabildeos o grupos de presién, hasta la creacién de secretarias o institutos de las mujeres (en México se establecié el Inmujeres de la Ciudad de México desde 1998 y el nacional de 2001).27 25 Como sefial de protesta un grupo de mujeres registraron la propiedad de su cuerpo en el Registro catastral. 26'Todavia no es posible analizar las acciones de Pefia Nieto, aunque su actuacién en el caso de los feminicidios en el Estado de México sugieren que las mujeres no son su preocupacién. 21 Como una politica piblica y siguiendo las recomendaciones de Beijing, se conforms en 2001 el Instituto de las Mujeres (Inmujeres), que ha levado a cabo campaiias y acciones Timitadas, ya que sus atribuciones no le permiten mas que emitir recomendaciones, Algunas feministas han apostado por incluirse en el dmbito estatal al calor de las luchas por la paridad y por las politicas compensatorias 0 accio- nes afirmativas, buscando imponer puntos de la agenda del movimiento de mujeres. Esta postura ha traido como consecuencia el debilitamiento de los movimientos, y el desprendimiento y escisién de grupos que no consienten ser cooptados por el Estado; éste, por su parte, ha reajustado y reinterpre- tado las demandas feministas para adaptarlas a los proyectos estatales con un lenguaje de género. La Red de Mujeres en Plural, grupo constituido en 2009, a partir de la bitsqueda por la paridad en las CAmaras, por el respeto de la cuota del 40% de candidaturas para las mujeres y para conformar una amplia oferta legislativa para los electores/as, luego de mil peripecias logré la emisién de la sentencia SUP-JDC-12624 que entre otras cosas prevé: “Que de las formulas de candidatos de mayor‘a relativa al Senado, al menos 40%, 28 formulas, tendria que estar integrado por mujeres, propietarias y su- plentes” (Alcocer, 2013: 70). En este nuevo milenio, hay feministas decididas a dejar de estar fuera, incorporarse a la politica y buscar puestos en donde puedar incidir. Sin embargo, encontramos insuficiente representacién feminista en puestos de decision politica. La esperada masa critica que implique un numero sustan- tivo capaz de generar una situacién de fuerza y uni6n, no se ha alcanzado. Los feminismos estan viviendo modificaciones en sus dindmicas, estra- tegias y espacios de intervenci6n, complejizando y diversificando la orien- tacién de sus luchas. Han surgido tensiones al interior de los movimientos que tienen que ver con el rumbo que han tomado las acciones que esgrimen Jos feminismos y las feministas: el dilema sobre la relacién con el Estado se encuentra en la mesa de la discusién y no parece haber didlogo posible. Ade- més, se han agregado demandas por derechos de cuarta generacién como son los econémicos y por supuesto los sexuales y reproductivos, que por cier- to son los que mas resistencia enfrentan por parte no solo del Estado, sino de sectores pertenecientes a la derecha. Expresados en la creacién cultural, desde la literatura y especificamen- te en el sur del pais, se han hecho esfuerzos importantes entre los que se encuentra el seminario de escritura “Palabras para nuestras vidas”, facili- tado por La Colectiva “Lenguajes Feministas y Ginecotopias Feministas: La Editorial”, realizado en el afio 2014, en donde casi por diez meses mujeres diversas se reunieron para, por medio de ejercicios de escritura creativa, construir procesos de conocimiento, autonomias y solidaridades. En este mismo campo, pero sin adjudicarse para si mismas una identidad politica feminista, poetas indigenas, como Enriqueta Pérez Lunez (tzotzil) y Maria Concepcién Bautista (tzotzil), proponen un ejercicio creativo que construye visiones diferentes de lo que significa crecer en y ser parte de un mundo complejo como el indigena, reivindicando al mismo tiempo sus voces como mujeres que deconstruyen estereotipos, retan los deberes ser y se forjan desde las miltiples posibilidades de sus “yoes” y “nosotras”. Por su parte, las rockeras, hiphoperas y “mtisicas” en general del México contempordneo toman los espacios publicos que necesiten para visibilizar su posicién politica (la cual también es cotidiana) en contra de la subordi- nacién y la falta de reconocimiento que histéricamente han experimentado. Jévenes excéntricas que exhiben sus cuerpos en espacios considerados como “no propios” para ellas (Viera, 2015) son un ejemplo de cémo el feminismo ha impactado la realidad sociopolitica. Es asi que en las tltimas década, las mujeres en la miisica han tenido mayor presencia en el rock, pero no sélo esto, también han logrado generar espacios en los cuales reivindican su posicionamiento como rockeras: el colectivo Histeria Ferenina (Ciudad de México, 2013), integrado por bandas como “Bloody Benders”, “Las Navajas’, “Las Besty Punk”, entre otras, se crea con el objetivo de generar alianzas y sororidad entre rockeras, asi como espacios para presentar sus creaciones musicales; de igual manera, recientemente (2015), y desde el hip hop, el tour “Somos Guerreras”, integrado originalmente, y como base por Rebeca Lane (Guatemala), Nakury y Nativa (Costa Rica) y Audrey Funk (México), ha recorrido América Latina para fomentar el “empoderamiento” femenino a través del hip hop/rap. Es necesario mencionar que las mujeres que son parte de los escenarios rockeros y hiphoperos cuentan recientemente con espacios feministas donde presentar sus creaciones, como por ejemplo Casa Gomorra y la Gozadera (Ciudad de México). No es posible obviar en este apretado andlisis la violencia contra las mujeres, la cual se ha incrementado de manera escandalosa en los tiltimos afios. Si bien se cuenta con una Ley general de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia, nuestro pais fue entre 2011 y 2014 el quinto con el >), no mn mn sa mayor crecimiento en su tasa de feminicidios —pasé de 2.4 a 3.2-, solo detras de Honduras, El Salvador, Bahamas y Surinam.28 En este sentido destacan en México iniciativas contra la violencia como Jas de la Kolectiva Fronteriza, un grupo de mujeres que desde mediados de la década pasada “pretende desarrollar un movimiento desde las mujeres para resistir y transformar la cultura patriarcal y machista que existe en nuestra ciudad” (Documento de presentacién de la Kolectiva). Su propuesta de accién consiste en difundir quiénes son las mujeres de Judrez comba- tiendo esterectipos que vehiculizan una cultura del odio que llega hasta el feminicidio. Sin embargo la propuesta de la Kolectiva no se queda en un mero duelo de representaciones. De lo que se trata es de “transformar sus contextos y realidades a través de un compromiso hacia ellas mismas y hacia las dems para ir creando colectivamente sus propios espacios y he- rramientas alternativas desde el activismo callejero, el arte urbano y par- ticipacién con otras redes y colectivos” (idem.). En una sociedad en la que el contrato social que sustenta la condicién ciudadana y liga Estado a nacién se fisura por la espiral de violencia de la que el Estado es también parte por el ejercicio violento del poder y por negligencia para combatir la impu- nidad que lesiona las garantias individuales de sus ciudadanos, la Kolec- tiva propone reconstituir el tejido social reconfigurando el espacio publico mediante un activismo callejero que le devuelva a la cultura su dimensién politica y despliegue su potencial para el cambio social. Contesta asi a ca- nales tradicionales para hacer politica como los partidos politicos, propo- niendo en cambio al “stencil, el performance, la fotografia y el contacto con Ja gente en los espacios ptiblicos” para reclamar la ciudadania plena de las mujeres de Juarez, es decir para combatir no sélo la violencia fisica contra ellas sino las limitaciones a su condicién de sujetos politicos derivadas del orden de género imperante. En el proceso se propone y configura un nuevo tipo de sujeto ciudadano que, reconociéndose con cuerpo de mujer en ese contexto especifico, busca posicionarse mediante la denuncia, el reclamo, la propuesta colectiva y mediante formas no convencionales de hacer poli- tica y apropiarse del espacio piblico: el humor (ironfa) y la espontaneidad. 28 Véase , consultado el 21 de marzo de 2016. Virginia Vargas (2007) me ayuda a contextualizar lo que sucede hoy y a lo que nes enfrentamos. Esta autora afirma: _] que entre las dimensiones de lucha, la emprendida contra todos los fundamen- talismos, tiene funestas repercusiones para las mujeres ya que incide sobre sus cuerpos. Por ello en esta lucha contra los fundamentalismos, el cuerpo se convier- te en uno de esos “saberes impertinentes” como les ha llamado Diana Maffia. El cuerpo trae la huella de la ciudadania cuando esgrime sus derechos sexuales y re- productivos y por tanto, se ha convertido en territorio de disputa; el militarismo, coloca los cuerpos de las mujeres como botin de guerra de todos los bandos; el ra- cismo es discriminacién real y simbélica por el color de la piel y tiene expresiones perversas en los cuerpos sexuales de las mujeres; el hambre est quitando capaci- dades irrecuperables a los cuerpos de las nuevas generaciones (Vargas, 2007: 3). Lo anterior da cuenta de la pluralidad y estrategias de los feminismos que siguen vivos y muestran una variedad de posicionamientos de acuerdo con la realidad y el contexto en donde se desarrollan. Las mujeres, particu- larmente quienes se definen como feministas, han sido factor fundamental en la puesta en escena de la discusién académiea y politica de las diferencias como generadoras de derechos y, por ende, de ciudadania. Hoy dia es imprescindible que las feministas levanten la voz frente ala violencia, la corrupcién y la impunidad que atraviesan a nuestro pais. No pueden quedarse solo esperando participar en politica. La violencia hacia las mujeres se ha exacerbado, el cuerpo se ha vuelto botin de guerra. Los de- rechos basicos se han violentado y en algunas entidades no se respetan. En la actual situacién, las mujeres feministas no podemos quedar al margen; es necesario visibilizar nuestra presencia. Para coneluir, hay que dejar en claro que los asuntos pendientes para las mujeres siguen sin estar contemplados en las agendas gubernamentales que pretenden asumirse como democraticas e inclusivas. Ante ello, las femi- nistas tenemos que seguir insistiendo también para incluir esas cuestiones que relegan a las mujeres: la lucha contra la violencia hacia las mujeres y las nifias es una asignatura pendiente; la despenalizacién del aborto a nivel nacional, que no es otra cosa que el derecho que tenemos las mujeres para decidir sobre nuestro cuerpo; el derecho a la libre opcidn sexual; la igualdad ante la ley (que incluye el derecho al trabajo y a un salario en igualdad de condiciones); la lucha contra el racismo, por la autonomia, la de las mujeres indigenas y campesinas por la posesién de la tierra, en fin el ejercicio de la ciudadania, en tanto exigencia de justicia que eve a la satisfeccién de las necesidades y acceso a derechos sociales, econémicos, politicos y sexuales a todas y todos los miembros de la comunidad. No quiero dejar de mencionar que considero a los movimientos feminis- tas mexicanos como movimientos sociales que han transformado algunas presunciones y han logrado poner en la palestra tematicas antes inimagina- bles a partir de una trayectoria y desarrollo Ileno de escollos y limitaciones. A pesar de que las mujeres activistas que han participado comparten una relativa estabilidad organizativa y una comunidad de objetivos e intereses no siempre coincidentes, el compromiso por el cambio, el carécter moviliza- dor y disruptivo de sus demandas, el nivel de integracién simbélica entre sus miembros, aunado a su presencia casi constante en el escenario ptblico les ha permitido continuar y construir alianzas para cumplir algunos de sus objetivos. ¥ los feminismos siguen... incluso los que atin se muestran renuentes a reconocerse como tales y que resultan de ciertas précticas cul- turales Ilevadas a cabo por mujeres jévenes a lo largo del pais, como lo es la irrupcién femenina en el graffiti y el arte urbano, prdcticas que, por tener como soporte las calles y el mobiliario urbano, se asumen como masculinas y son, en efecto, androcéntricas. Entre estas mujeres puede observarse en afios recientes la aparicién de politicas claramente feministas aunque no se identifiquen como tales, fenémeno acompatiado por un auge de festivales de graffiti y arte urbano femenino en México y América Latina como Nosotras estamos en la calle (Perit), Mujer libre (México), Warmi Paint (Ecuador) 0 Feminem (México),?® ereados ex profeso por y para mujeres y que expresan un “hacer entre mujeres” que se propone la resignificacién del espacio publi- co como lugar de creacién y placer para las mujeres y no s6lo como lugar de trénsito (Hernindez Herse, 2013). 29 Algunos son feministas de origen, mientras que otros, debido al empuje de sus participantes, han virado hacia una politica més feminista que femenina. BIBLIOGRAFIA Aleocer, Jorge (coord.) (2013), Cuota de género. Una sentencia histérica, Ins- tituto Electoral y de Participacién Ciudadana del Estado de Jalisco / Mujeres en Plural / Nuevo Horizonte, México. 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