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DR, LUCIO MENDIETA Y NUNEZ El Derecho Precolonial SEXTA EDICION EDITORIAL PORRUA, S. A. ‘AV. REPUBLICA ARGENTINA, 15 MEXICO, 1992 Primera edici6n, 1987 Derechos reservados A la memoria de Copyright 1992 © por Lucio Menouta y NéRez Panto GonzAtez Casanova Providencia, $10. México, D. F Esta edicién y sus earacteristicas son propiedad de Ja EDITORIAL PORROA, S. A ‘Ax. Repiiblica Argentina, 15, 06020, México, D. & Queda hecho et depésito que marca la ley Ineraeso EN actxico ISBN 958—452—630-0 PROLOGO La Historia del Derecho Mexicano, hasta ahora, no ha sido objeto de un estudio siste matico en el cual se comprendan sus diversas fases y sobre todo, en cl que se haga un ensayo analitico de las instituciones juridicas de nuestro pais. El trabajo mas completo es, acaso, la His toria del derecho mexicano de don Jacinto Palla: res, publicada en 1904 como fragmentos de una obra titulada Curso completo de derecho mexi cano 0 exposicidn filosdfica y doctrinal de toda la legislacién mexicana; pero en esta obra no se comprende el Derecho Precolonial y a la fecha, resulta muy atrasada, aun cuando es, claro esti una fuente de informacién muy valiosa. En el mismo trabajo de don Jacinto Pallares, encontramos citada Historia del derecho mexicano, del licenciado Bernardo Ortiz de Montellano, obra agotada, que se refiere exclu- sivamente al derecho de la época Colonial 9 LUCIO MENDIETA Y NUREZ El Derecho Mexicano precolonial ha sido, par. ticularmente considerado, objeto de varios estu: dios. EI sefior licenciado don Miguel S, Mace do, en el prélogo a El derecho de los aztecas, de J. Kohler, traducido del alemén por el licen ciado Carlos Rovalo y Fernandez, edicién de la Revista Juridica de la Escuela Libre de Deve cho, publicada en 1924, dice a este respecto: “Como trabajos mexicanos especiales sobre el Derecho Azteca, sélo podemos citar tres, que mencionaremos en orden cronolgico: “El discurso sobre la legislacién de los anti- guos mexicanos, por don Francisco Len Car- bajal, pasante de abogado, leido en la Academia de Jurisprudencia Teérico Practica del Cole- gio de Abogados de México, en 1863.2 Es un optisculo redactado especialmente y tal vez ex clusivamente sobre la Historia de México, por don Francisco Carbajal Espinosa, a quien su- ponemos padre del autor del Discurso, sin ocurrir a las fuentes directas sino raras ocasio- 1 Impreso en México, 1864. Existen ejemplates en la Biblio teca de la Sociedad de Geogratia y Estadistca y en la del Musco Nacional de Historia y Arqueologia FL DERECHO PRECOLONIAL nes, El método seguido importa la pretension de encuadrar el derecho azteca en el marco del romano, conforme a la Instituta de Justiniano. Se concede muy escasa atencién al estado social de los aztecas y con frecuencia se hacen suposi ciones sin mas base que la interpretacién de textos de historiadores atin de segunda mano, © conjeturas formadas sobre ellos. Estas cir cunstancias impiden que el Discurso sea consi- derado obra de mérito y autoridad. ‘Trabajo menos extenso, pero de mayor valia es, sin duda, El derecho mexicano antes de la Conquista, del sefior licenciado don Lucio Men- dieta y Nusiiez, publicado en castellano, con un resumen en inglés, en Ethnos, revista para la vulgarizacién de estudios antropoldgicos sobre México y Gentro América, ditigida por el sefior don Manuel Gamio, advirtiendo ser fragmento de un estudio sobre el Origen y la Evolucion del Derecho en México. Las fuentes en que este trabajo se inspira son excelentes: Clavijero, Orozco y Berra, los Memoriales de Motolinta, la Historia eclesidstica de Mendieta y la Histo ria general de Sahagin. LUCIO MENDIETA Y NOREZ Por «iltimo, debemos citar el estudio del sciior licenciado don Ramén Prida, leido cl 22 de septiembre de 1921, en el Primer Congreso Juridico Nac y Procedimiento de los Pueblos de Anih onal, titulado Organizacion Judi. cia al llegar tos Conquistadores Espanoles. Este trabajo es muy breve, a pesar de la amplitud de su objeto, y no determina la fuente de sus notici por Io cual se debe tener como un mero resumen 0 sinopsis. Por nuestra parte podemos agregar los si- guientes datos sobre obras publicadas con pos- terioridad: El se blicd, en el aio de 193, una tesis denominada jor licenciado Manuel M, Moreno pu. olitica y social de los ecas, en la cual se encuentra un c a “Organizac ritulo que trata de 6n juridica” y de la “Organiza: cién de los Tribunales Judiciales En la Historia de la Suprema Corte de Justi. cia de la Nacién, tomo I, México, 1934, de que es autor el seiior licenciado Alfonso Toro, se dedica un capitulo a “Las instituciones judi ales de los pucblos indigenas civilizados, en EL DEREGHO PRECOLONIAL nuestro pais, antes de la Conquista”. Los pos p 1 P ulos se retieren al Derecho en la teriores capi época colonial, extensamente tratado. En su tesis profesional cl seiior licenciado Roque J. Cevallos Novelo, titulada Las Institu ciones Aztecas, publicada cn 1935, hace un estudio sintético de las instituciones juridicas Oua tesis sobre el mismo teu na, es la pu blicada el afio de 1937, por el seftor Salvador Foscano, que fuera nuestro alumno, de excep. cionales cualidades y denominado Derecho y Organizacién Social de los Aztecas Debemos mencionar también ¢! Estudio Com fae en el Derecho Azteca y el Derecho Positio Mexicano (i949) del Lic. Carlos H Alba que publicé en sus ediciones especiales el Instituto Indigenista Interamericano, con prdlogo del eminente doctor Manuel Gamio. Finalmente, es necesario referirnos a la obra monumental de Dn. Toribio Esquivel Obre. gon Apuntes para la Historia del Derecho en México que consta de varios tomos y que em pez a publicarse por la Editorial Polis, Méxi- co, D. F., en 1937, LUCIO MENDIET Y NOREZ Entre los trabajos extranjeros, es necesario no olvidar la obra de Herbert Spencer, Los antiguos mexicanos, en la cual se concede es pecial interés al aspecto juridico de la cultura de este gran pueblo y el libro del sefior Ramén F. Vézquer, Juez Letrado de Misiones, publi: cado en 1926, en Buenos Aires, bajo el titulo de Los aztecas, y en el que también se hace referencia a sus instituciones juridicas La indole de nuestro estudio nos impide hacer un juicio critico de cada una de estas obras que, por lo demds, han Megado al pii- blico avaloradas por el prestigio de sus autores. Sobre nuestro trabajo, necesitamos decir que fue objeto de modificaciones importantes, pues los apuntes publicados en Ethnos, a los que se refiere, bondadosamente, el sefior licenciado don Miguel $. Macedo, s6lo constituian un pequeiio ensayo que completamos mis tarde y que hasta hoy nos es dado ofrecer a la publi- cidad. La traduccién de la obra de Kohler, tan ati- nadamente hecha por el sefior licenciado Rovalo y Fernandez, que consideramos el estudio més s EL DERECHO PRECOLONIAL 15 completo sobre el derecho precolonial en Méxi co, al grado de que, en nuestro concepto, casi agota la materia, nos sirvié grandemente para completar nuestro estudio# Con esto esta dicho que la pequefia obra que se publica hoy, como parte primera de nuestra Historia del Derecho Mexicano, es, mas que obra de investigacién histérica, un trabajo de sintesis en el que se pretende llevar al lector una visién de conjunto sobre las ins tituciones juridicas mexicanas anteriores a la época colonial. y 2 Decimos que no agota Ia materia porque omitié referirse al aspecto juridico de la cultura maya. Es cierto que la obra de Kobler se refiere, de acuerdo con su titulo, a los aztecas pero no es menos cierto que en el texto se anotan las varlantes que corresponden 2 otros pueblos; y en caso alguno se trata de los mayas. INTRODU 1, Objeto y utilidad de la Historia det Derecho Mexicano. 2. Divisién de la His- toria del Derecho Mexicano 2CION 1, OBjeTo Y UTILIDAD DE LA HisToria pet. De- RECHO MEXICANO. El objeto de la Historia del Derecho Mexicano es hacer una resefia, tan exacta y tan clara como sea posible, de las instituciones juridicas me- xicanas desde la época pfehispanica hasta la actualidad, refiriéndolas én cada caso, a la or- ganizacién social del pafs en cuanto nos es co: nocida. Pretendemos también sefialar, siquiera sea someramente, las causas y efectos de esas instituciones, su origen y su evolucién. La necesidad de un estudio histérico del de- recho ha sido tratada ampliamente por diversos autores; nos bastard, por lo mismo, recordar sus ideas para ponderar su valor intrinseco en este caso particular, 8 LUCIO MENDIETA ¥ NOSEZ Es muy conocida y citada la frase de Montes quieu: “es necesario esclarecer la historia por las leyes y las-leyes por la historia”. Siguiendo este pensamiento, se descubre Ia utilidad de la Historia del Derecho en cuanto facilita la com prensién de nuestras instituciones actuales y atin s, si pensamos, con Picard, que el Derecho es una creacién continua. Si tal €s, se pregunta ese autor, “zeémo ha de com. previene las futur prenderse lo que se va a agregar a la serie, si no se conocen los eslabones anteriores?” “Mas si por el contrario, se tienen claramente a la vista, a lo que va a ocurrir! Es pre ciso poser el sentido evolutivo del Derecho; sin €50, no se sabe nada en limpio, no se funda nada durable, se obra al azar, en las tinieblas de Jo arbitrario, sobre el océano de las qui jeudnta luz pa meras En el caso especial de nuestro derecho, que Teconoce como el derecho de todos los paises, origenes sociolégicos comunes y que ha sufrido diversas influencias externas, es indispensable relacionar tales origenes ¢ influencias con los LE, Picand, EI derecho puro. Madrid, 1911, p. agi. sp DERECHO PRECOLONIAL 19 acontecimie#® histéricos y con nuestra evo. lucién social, Pt comprender los errores y los aciertos que ®isten cn nuestra vida juridica y las orientacia#®S que debemos seguir, de acuer- do con las cigttNstancias y las necesidades colec tivas, Desde © punto de vista, el estudio histérico del Derecho Mexicano, es de gran uti lidad para stiélogos y legisladores “Es pues inte, escribe Stammler, que el contenido coiteto de un determinado orden juridico sélo © Puede llegar a conocer y a defi- nir exactamest€ €n su ae peculiar por el estudio des¥s origenes histéricos.”* En Ia actutlidad se nota una bien definida tendencia a dit @ toda disciplina cientifica un sentido histosico. Las generaciones tratan de colocarse exact#mente en su tiempo para com- prender y realizar mejor su misién, Desde otro punto de vista, Ia historia es parte esencial de tol sentimiento nacional; la raiz de toda nacioMlidad, segiin Jellineck, est4 en la conciencia ¥€ adquiere un grupo humano de que tiene ! pasado histérico comin y ca- 2K Stammler, T7#lado de filosofia del derecho, p. 440 LUCIO MENDIETA Y NOREZ racteristicas culturales que lo hacen sentirse di ferente de los otros grupos. “Para la formacién de un pueblo y su alma nacional es necesario, escribe el licenciado Mi- guel S. Macedo, que conozca su historia. La comunidad de sentimientos y de aspiraciones es la que forma la patria comin para los que conviven en determinado territorio; pero si ig: noramos quiénes fueron nuestros antepasados, cémo pensaron, sintieron y obraron, nos senti- remos sobrepuestos cn nuestra propia patria y careceremos de la raigambre profunda que nos permita resistir los embates de pueblos mejor unidos, con aspiraciones mas homogéneas y mas conscientes de su historia “Por esto concedemos vital importancia a la historia de nuestro derecho y de nuestros ante- cesores, por mas que parezca ya desligado de nuestro presente, Pero es preciso que la historia sea toda verdad y no leyenda de poesia y de mentida grandeza; que tenga por base los he- chos reales, aunque por ello pueda parecer pobre y fea. Fso sera una mera apariencia, pues nada es mas bello que la verdad cuando se sabe EL DERECHO PREG LONIAL a comprenderla, El cielo descrito por los poetas no tiene tantos esplendores y bellevas como el que contemplamos después de habérnoslo ex. plicado Kepler y Newton y Einstein Tiene, por tiltimo, la historia del derecho, un doble aspecto cientifico y utilitario a la ve Para desentrafiar el sentido exacto de una re gla de derecho, o el verdadero espiritu de una institucién, es necesario, a menudo, remontarse a sus origenes.”* El simple litigante que no busca en el derecho otra cosa que un modus vivendi, encontrar en cl estudio histérico de éste una guia y a menudo la clave misma de un articulo legal cuyo verdadero sentido no se tras luce en su texto y en un concepto mis elevado, diremos, que la interpretacidn de las leyes, obra de gran utilidad social que corresponde tedrica mente a los jurisconsultos y practicamente a los dos de aplicarla, por humilde que sea Ia esfera de accidn de estos tiltimos, es imposi encarg: 2 Miguel , Macedo, prilogo a EI derecho de los axtecas, te Kobler, 4 Rene Foignet, Manual elem Francés. Paris, 1921, P. 4 a LUCIO MENDIETA ¥ NOREZ ble si no se tiene el conocimiento histérico del derecho. 2. Diviston pe La Historia pet Derecno Me- XICANO Hemos dividido la historia del derecho ientes periodos 0 épocas no, en Ios sigi 1? Periodo precolonial. 2° Periodo colonial 5° Periodo de Independencia Nacional, 4 Epoca actual Esta divisién es puramente convencional, obedece mis al método, a las necesidades de Ja exposicién, que a la realidad de las cosas. En toda evolucién social es imposible sefialar con exactitud los limites de las grandes etapas. EL PRIMER PER{ODO DERECHO PRECOLONIAT CUESTIONES PRELIMINARES 1, Importancia del Derecho Precolonial. 2, Extension de nuestro estudio sobre el De recho Mexicano, antes de la Conquista, 3. Extensin del periodo prehispinico 1, IMPORTANCIA DEL DERECHO PRECOLONIAL Cuando se trata del derecho mexicano, gene. ralmente se omite la época anterior a la Con quista porque se estima que no tiene relacién alguna con nuestro actual cuerpo de leyes. Si se considera al Derecho simplemente como un conjunto de reglas, como un cuerpo de cédi gos, indudablemente que no existe continuidad | ideoldgica alguna entre los preceptos que nor } maban las relaciones juridicas de los antiguos pobladores de México y nuestro derecho con temporineo, Como cuerpo de leyes, la historia del derecho patrio empieza con la primera cé dula real dictada para el Gobierno de las Indias; 6 LUCIO MENDIETA Y NOSEZ pero si tenemos en cuenta que el derecho es un fenémeno social, una resultante de los comple: jos factores que acttian en el desenvolvimiento de los grupos humanos constituidos, entonces si es indispensable ocuparse del Derecho obser- vado entre los indigenas antes de la Conquista, porque si nuestras leyes de ahora nada tienen de comiin con las antiguas leyes genuinamente mexicanas, en cambio la poblacién actual de la Reptiblica, en sus grupos aborigencs, si tiene muchos puntos de contacto culturales con los primitivos pobladores.* Es un gran error el estudiar el sistema juri. dico de un pueblo independientemente de éste, porque el Derecho, segtin el estado actual de Ia ciencia, no es otra cosa que una de las expre siones de la cultura de un pueblo determin do; se transforma a la par del pueblo que lo crea, siguiendo ficlmente sus contingencias histéricas y sociales. En la realidad de las cosas esta relacién inti 1 No obstante la afirmacién general que hac 8, debe de- cisse que en nuestro derecho escrito actual, pero sobre todo en Jas costumbres tegionales, perviven conceptos y mormas del de- recho prebispénico DERECHO PREGOLONIAL ma entre el Derecho y el pueblo en que rige, es a menudo estorbada y entonces, en vez de que el Derecho obre como fuerza organizadora, im- pide el progreso del pueblo y lesiona gravemente su vitalidad. Por esta razén nos proponemos hacer un estudio historico de nuestro derecho, considerindolo no simplemente como conjunto de leyes, sino en relacién con nuestro medio para ver si las modificaciones sufridas por éste, co- rresponden a la transformacién histérica y social de aquél 2. EXTENSION DE NUESTRO ESTUDIO SOBRE EL DERECHO MEXICANO ANTES DE LA CON QuisTa 1 territorio que actualmente forma uno de los elementos del Estado mexicano estuvo ocu. pado en la época prehispinica_por numerosas tribus indigenas; algunas de cllas formaban ca cicazgos, otras, verdaderos reinos més 0 menos extensos y otras, en estado némada y salvaje, recorrian determinadas regiones sin ofrecer una organizacién definida, Lo que sabemos de cier to sobre todos estos pueblos, es lo consignado 8 LUCIO MENDIETA Y NOSEZ en las crénicas antiguas, que no son sino el relato de sus tradiciones, o la descripcién del estado que guardaban en la época de la conquis. ta espaiiola Los cronistas e historiadores concedieron principal atencidn a los reinos de México, Tex coco y Tacuba, poryue cran los mds civilizados y los mas fuertes, pues en la época en que lle garon los conquistadores habian extendido ya sus dominios de tal modo, que la mayor parte de los pueblos que habitaban el territorio de lo que mis tarde se Hamé la “Nueva Espaiia”, esta ban sometidos a sus armas, También se conce- dié alguna atencién al estudio de las institu. ciones de los mayas Los reinos primeramente citados lograron extender sus dominios porque formaron una triple alianza defensiva y ofensiva que les dio gran fuerza militar. Al cfectuar sus conquistas, segtin escribe Orozco y Berra, “sujetaban a la tribu vencida tinicamente al pago del tributo yal contingente de armas, municiones y solda dos para la guerra; pero dejaban a los sefiores naturales su sefiorio, al pueblo sus usos y cos- EL DERECHO PRECOLONIAL : embargo, el contacto frecuente tumbres"? Sin que necesariamente se establecia entre los pue- blos conquistados y sus conquistadores, era cir- cunstancia favorable para cl intercambio cul- tural Las leyes que regian a los reinos de la triple alianza fueron bien pronto imitadas en su ma- yoria por todos los pueblos sometidos, o les fueron impuestas,? aun cuando como es natural, con las modificaciones propias del medio. Asi pues, lo que se dice en el curso de este capitulo sobre la vida juridica de los pueblos dominantes, corresponde también en sus lineamientos gene rales a la mayoria de los pueblos dominados por ellos. Por estas ravones, tratando sobre el derecho de los reinos de Texcoco, México y ‘Tacuba, creemos dar a nuestro estudio una extensién suficiente para comprender dentro de él a todos ia de la Conquista 2 Manuel Orozco y Herra, Historia Antig de México, México, 1880, 1, p. 568, 2 En el mismo sentido, J. Kohler, El derecho de tos aztecas, traduecién del aleman por el licenciado Catlos Rovalo y Fernin dex, prilogo del licenciado Miguel §. Macedo; dict Revista Juridica de la Escuela Libre de Derecho, México, 1 LUCIO MENDIETA Y NOSE. los grupos organizados que poblaron el territo: rio de Andhuac antes de la conquista espafiola Sin embargo, anotaremos las diferencias impor- tantes conocidas a este respecto en Jos otros reinos y cacicagos aborigenes, ION DEL PERIODO PREHISPANICO s. EXTEN Sobre la ex ensién del periodo prehispinico da a punto fijo, porque las tribus que formaron los reinos de la triple alian- no puede decirse n za, legaron a tierras de Aniluac ya organizadas bajo un derecho consuctudinario y es muy poco lo que se sabe acerca de la evolucién de sus ins- tituciones y menos atin sobre las fechas y aconte- cimientos a los cuales pueda referirse. Por las crénicas antiguas conocemos el dere cho de los mnexicanos aborigenes tal como exis tia al efectuarse la conquista; pero indudable. mente que entonces ya era el resultado de una larga evolucién cuyo principio es imposible de. terminar y que concluyé al ser rota la organiza: cidn indigena por la dominacién espaiiola; pero como esa ruptura se Hevé 2 cabo en el transcur: so de varios siglos, tampoco podemos limitar EL DERECHO PRECO} DNIAL 2 con fechas precisas la terminacién del derecho primitivo, Dividimos la Historia del Derecho Precolo. nial, en cuatro partes: I. Derecho Piiblico. 11 Derecho Privado. II. Derecho Procesal. IV. Consideraciones Generales. Esta divisién obedece a exigencias de méto- do, No pretendemos afirmar que los pueblos aborigenes a los que se refiere este estudio, tenian claro concepto sobre las divisiones juri dicas apuntadas. PRIMERA PARTE HISTORIA DEL DERECHO PUBLICO. | Cariruto I | f ALIANZA 1, Organizacién politic electorales. 3, Variantes, 4. Relaciones en: tre la Triple Alianza y los pueblos con quistados, 5, La organizacién judicial. 6. 2. Costumbres Organizacion de los Tribunales en el Reino de México. 7. 0 nales en el Reino de Texcoco. 8, Tribuna rganizacin de los Tribu. les especiales. g. Variantes. 10. Eleccién de los jueces. 11. Responsabilidad de los jue- ces, 12, Organizacién militar. 13, Organi: ' zacién religiosa. 14. Organ Hacienda Piiblica cién de la ORGANIZACION DE LA TRIPLE 1, ORGANIZACION POLITICA Los reinos de México, Texcoco y Tacuba, for- maban una triple alianza ofensiva y defensiva pero en cuanto al régimen interior de cada uno, conservaban una absoluta independencia. Por lo % 4 LUCIO MENDIETA Y NOSEZ que respecta a su gobierno, puede decirse que, de una oligarquia primitiva, evolucionaron ha- cia una monarquia absoluta? Estos reinos eran Estados mas 0 menos exten- sos constituidos por Ia fuerza de las armas. Cada uno de ellos se encontraba formado por un nticleo de poblacién de un mismo origen étnico (mexicanos, acolhuas, tecpanecas, respectiv mente), y de numerosos pueblos de distinta raza, que hablan sojuzgado. 2, COSTUMBRES ELEC ORALES Los reyes de México, Texcoco y Tacuba, eran nombrados por eleccién indirecta. El pueblo de cada una de estas ciudades nombraba, para ele: gira sus reyes, cuatro clectores de entre las perso. nas nobles, y en el voto de ellas “se comprome- tian todos los votos de la nacién’? Estos cuatro 1 En esta alianza el reino de Tacuba guardaba una situacién inferior, porque debia su existencia a los otros dos reinos y por su escaso valor como unidad ofensiva y defensiva, El botin de las conquistas, se repartia de este modo entre los aliados: una quinta parte al reino de Tacuba y el resto en partes iguales Chtie Mexico y Texeoco, En este sentido, véase roa y Berra, 0b, city to 1, P. 965 2 Francisco Javier Clavijero, Historia Antigua de México, FL DERECHO PRECOLONIAL ” electores unidos a los ancianos, 2 los soldados vie jos y a la nobleza, des par el trono en sustitucién del rey que hubiese muerto. La eleccidn no era completamente libre, deberfa recaer en alguna persona de la casa real y, segtin Orozco y Berra, la opinién més gla que seguian en México naban al que debia ocu autorizada sobre lar nada, que dice al elegir al rey, es la de Te “Fue costumbre entre los mexicanos en las elecciones que hacian que fuesen reinando suce sivamente los hermanos, uno después de otro, y acabando de reinar el tiltimo, entraba en su lu- gar el hijo del hermano mayor que primero habia reinado, que cra sobrino de los otros reyes, que a su padre habfan sucedido.” * Sin embargo, Kohler, en la obra citada,* de: muestra la inexactitud de este aserto recordando que “uno de los mas poderosos reyes mexicanos, Itzcéatl, era hijo ilegitimo y de igual manera fue elegido rey Moctezuma I, que s6lo era sobrino de su antecesor, a pesar de que cxistian hijos de que México, 1917, 41, p. $45: Toribio Motolinia, Memoriales, Méxi 0, 1003. p. 8 3 Orozco y Berra, ob. cit, 1, p. $64 4 Kohler, ob. ci, p. a3, 8 LUCIO MENDIETA Y NOREZ éste". Por tanto, la condicién tinica cra que el clegido fuese de la familia real. En los reinos de Texcoco y Tacuba la sucesién del trono era de padres a hijos, rigurosamente; pero no era necesario elegir al primogénito. La mayoria de las veces, recaia la eleccién en el hijo del rey a quien se creia més capacitado y, en todo caso, de preferencia en el habido con mujer de la casa real de México. Las cualidades que en si deberfa tener la per. sona propuesta para rey, eran las siguientes: ser noble de la casa real, valiente, justo, temperante y educado en el Calmecac® La eleccién no se hacia por escrutinio, sino que los electores y las personas a quienes hemos hecho referencia, se reunian en asamblea y, tras de discutir los méritos de los candidatos viables, legaban a ponerse de acuerdo. El electo debe- ria tener treinta afos de edad, y en caso con- trario, se nombraba un Regente que gobernaba hasta que alcanzaba esa edad el electo.* dos inica. 8 Establecimiento educativo en el que eran admit mente los nobles © Alonso de Zurita, Breve y sumaria relacién, En Ja nueva coleccidn de documentos para la historia de México, p. 91 EL DERECHO PRECOLON AL 39 Al mismo tiempo que el rey, eran electos cuatro consejeros para que le ayudasen en los asuntos del gobierno, “Escogian, dice Sahagiin, uno de los mds nobles de la linea de los sefiores antepasados, que fuese hombre valiente y ejer- citado en las cosas de guer que no supiese beber vino: que fuese prudente y sabio, y que fuese criado en el Calmecac, que supiese bien hablar y que fuese entendido, reca- osado, animoso, y tado y animoso, y cuando todos o los snas concu rrian en uno, luego le nombraban por sefior, No se hacia esta eleccién por escrutinio 0 por votos, sino todos juntos confiriendo los unos con los otros, venfan a concertarse en uno. Ele gido el sefior Iuego elegian otros cuatro que eran como senadores, que siempre habjan de estar al lado de él y entender en todos los nego. cios graves del reino (estos cuatro tenian en diversos lugares diversos nombres), y al tiempo de Ia eleccién muchos de los que tenian sos- pechas de que los eligieran, se “escondian” por no ser electos y no tomar tan gran carga. Nom brados los cinco, escogian un dia que por la astrologia judiciaria fuese bien afortunado, y © LUCIO MENDIETA ¥ NOSEZ Hegando aquel dia, sacabanlos a piblico, y Ie vabanlos a Ia casa de “Vitzilopuchtli El rey cra Ja autoridad suprema, el Jefe del Ejército, su poder no tenia limite legal; pero ba de él moderadamente, constrefiido por los intereses de las clases sociales més pode- us rosas. s Eran éstas la clase sacerdotal, la militar, la nobleza y cierta aristocracia fundada sobre la ri- quera agricola; en seguida estaba el comtin del pueblo, integrado por esclavos y por individuos sin patrimonio, Electo el rey, ni el pueblo ni los otros grupos sociales intervenian en la eleccién de la mayor parte de los funcionarios piiblicos, pues era el monarca quien los elegia escogiéndolos de entre los nobles del reino que hubiesen sido educados en el Calmeca ricos y de buenas costumbres. Los cargos piiblicos eran obligatorios y slo en condiciones excepcionales podia ser relevado de ellos el que los desempefiaba, en una cer mo- nia especial EL DERECHO PRECOLONIAL LUCIO MENDIETA ¥ NUSEZ 3. VARIANTES En Tlaxcala, Tepeaca, Cholula y Huejot go, el gobierno estaba encomendado a cuatro sefiores principes, que gobernaban a la vez. También en Atitln gobernaban varios prin cipes; pero uno de ellos era considerado como jefe supremo. En Matlazinco y Utlatan, gober- naban tres principes, uno como principal y los otros como sustitutos y consejeros. En Tlaxcala, la sucesién era de padres a hijos, salvo el caso de ineptitud del primogénito, pues entonces se nombraba a otro hijo y si no lo habfa a un hermano o a un sobrino o a algiin miembro de la casa real, siempre varén.* Entre los mayas parece que dominaba una organizacién politica derivada de la unién de diversos clanes. Cada uno de los clanes estaba gobernado por un consejo de ancianos que ele- gia a todos los funcionarios subalternos. El predominio de unos clanes sobre otros de- terminé que surgicran algunas jerarquias entre 1 Kobler, ob, city p. ag. ® Kohler, ob. cit, p. 24 EL DERECHO PRECOLONIAL 4 los jefes de grupos, que desplazaron a los conse- jos de ancianos y formaron ellos mismos otros consejos de cardcter politico y administrativo. Estos jefes trasmitian su poder politico de pa dres a hijos; pero también habia casos en que pasaba al hermano mayor Cuando se formé la liga de Mayapin, el érga- No politico de ésta quedé constituido por el Supremo Consejo de Ancianos, con sede en Mayapiin, Este Consejo estaba integrado por tres jefes de tribu y por diez delegados de los grupos integrantes de las tribus. “De esta mane ta, el areépago de trece miembros representaba a las trece fratrias yucatecas y, presidido por el jefe supremo de Mayapin, de la familia itzaco. cocome, regulaba la vida social, politica, interna y externa, 4. RELACIONES ENTRE LA TRIPLE ALIANZA Y LOS PUEBLOS CONQUISTADOS Aun cuando cada uno de los reinos de la triple alianza al conquistar a algin pueblo oa alguna tribu les dejaba sus autoridades y respetaba su ® Ramén F. Vizquer, Los meyas, Buenos Aites, 1997, pp. 72-8. LUCIO MENDIETA V NUSEZ organizacién, como les exigia el tributo y el contingente de guerreros y de armas para sus Tuchas con otros pucblos, quedaban en cierto or- modo ligados al reino conquistador por una ganizacién de cardcter militar y administrative. Iremos poniendo de manifiesto esta organiza- cién en cuanto nos es conocida, al hablar de la organizacién judicial y de la organizacién de la hacienda publica de los reinos coaligados. 5. ORGANIZACION JUDICIAL Habia en cada uno de los reinos de la tri- ple alianza, tribunales encargados de adminis- trar justicia, La organizacién de estos tribunales era diferente cn los reinos de México y Texcoco. 6. ORGANIZACION DE LOS TRIBDUNALES EN EL REI No pe MExico En México el rey nombraba a un magistrado supremo que ademas de tener atribuciones ad- ministrativas, tenia la facultad de fallar en defi ‘os criminales. nitiva las apelaciones en los ¢: das, lejanas de Mé En Jas ciudades muy pot y sujetas a él, habia un magistrado de esta cate- Representacién del palacio de los reyes attcat, La sala NP 9 cla ocupada por cl tibunal de apelacin Integrado. por cua Ttigantes que son ls custo figura wentadas, La figura que ene 1 nimero 10 acaba de walir del tibunal.”Las figuras tentadas dein palabra que uenen delane, Ena parte rope, a sala de apelacin. 1a sla N®'7 corespondla al Consejo de Gue rea, Lasslas 4 del segundo piso cstaban destinadas a cirtos Ispedes dl tey, Cidice Mendocino, 6 LUCIO MENDIETA ¥ NOREZ AL ” goria con idénticas atribuciones, Estos magistra- dos nombraban en sus respectivos territorios a los tribunales inferiores que eran colegiados, compuestos de tres o cuatro jucces, tribunales que conocfan en asuntos civiles y penales. En estos iiltimos sus fallos eran apelables ante el magistrado supremo de la ciudad de México; pero en los negocios civiles, su sentencia no admitia recurso alguno, En cada uno de los barrios de México, el pueblo se reunfa anualmente para nombrar a un juez de competencia judicial limitada, pues sélo conocta en los asuntos civiles y penales de poca importancia que se suscitaran entre los ve- cinos de su Distrito, Este juez tenia obligacién de dar noticia diaria al tribunal colegiado de la ciudad, sobre los negocios en que intervenia omo auxiliares de la administracién de jus- ticia habia en cada barrio un individu encar- gado de vigilar a algunas familias y de dar cuenta de lo que en ellas observase; estos em- pleados eran electos por el pueblo del propio modo que los jueces inferiores; pero no podfan conocer ni fallar en asunto alguno; por tiltimo, cierto mimero de policfas se encargaba de em- plazar a las partes y a los testigos en asuntos civiles y penales y de aprehender a los delin- cuentes. En resumen, el mecanismo judicial de los mexicanos era el siguiente en orden de juris. diccién; si en un barrio se suscitaba un asunto leve, civil 0 penal, conocia el juez del mismo barrio; si el asunto era grave, este juez podia practicar las primeras diligencias, pero el en- cargado de sentenciar era el tribunal colegiado; en auntos civiles de cuantia o de importan- cia, era competente este mismo tribunal, y su sentencia, inapelable. Sobre todos los jueces es- taba cl magistrado supremo cuya palabra en asuntos criminales era definitiva2® 7- ORGANIZACION DE LOS TRIBUNALES EN EL REL No DE TEXcoco En el Reino de Texcoco, el rey era el magis- trado supremo; él nombraba a los jueces y tenia en su palacio salas diversas destinadas especial- mente al ejercicio de la judicatura; una para 29 Clavijero, ob, cit, 1, p. gat 8 LUCIO MENDIETA Y NOSEZ EL DERECHO PRECOLONIAL 6 los jueces que conocian en asuntos civiles, otra para los que conocian en asuntos pena- les, otra para los que conocfan en asuntos de cardcter militar, En los mercados habia un tri- bunal dedicado exclusivamente a resolver las cuestioncs que surgiesen entre vendedores y compradores. En lugares alejados del centro (Texcoco), jueces de competencia limitada fa- Haban en asuntos de escaso interés Los jueces de las diferentes salas que hemos enumerado, eran en niimero de doce en con- junto y tenian bajo sus érdenes escribanos y ejecutores. Los fallos de estos jueces eran apelables ante el rey, quien, asistido de otros dos jueces, segt Motolinia, o de “trece nobles muy calificados”, como afirma Bernardino de Sahagtin, sentencia- ba en definitiva. Cada doce dias el rey celebraba una junta con los jueces de la capital para resolver los casos graves, y de ochenta en ochenta dias, los jueces 11 Motolinia, ob. cit, p. gos: Bernardino de Sahagiin, Histo. ria general de les cosas de Nueva Espaiie, México, 1829, 1830, 1M, pp. 805, $04 ¥ 35. de las provincias se reunian para acordar las sentencias en los asuntos que por su cuantia 0 delicadeza no estaban bajo su jurisdiccin. Es- tas juntas generales duraban veinte dias, 8. TRIBUNALES ESPECIALES Los militares y la nobleza eran jurgados por tribunales especiales, en los reinos de la triple alianza, Una sala del palacio real, escribe Sahagiin, estaba destinada para que en ella se juntaran los capitanes en consejo de guerra. En otra sala se reunian, segtin el mismo autor, los soldados nobles y hombres de guerra para juzgar de los delitos de que fuesen acusados” g. VARIANTES En Tlaxcala, conocia de los pleitos y los deci- dia, un consejo de ancianos, En Matlazinco, el primer rey conocia de los asuntos graves y los otros dos de los de poca importancia En Michoacdn habia un Tribunal Supremo para asuntos penales; pero en los casos graves conocia el rey.’? 12 Kohler, ob. city pp. 73-74 ° LUCIO MENDIETA Y NOREZ 10, ELECCION DE Los JuECES Ya tenemos dicho que en el Reino de Acol huacin (Texcoco), el rey nombraba a los jue: ces, y en el de México, solamente el magistrado supremo era electo por el rey; los demis jue. ces, unos eran nombrados por este magistrado y otros por el pueblo. Se tenia cuidado, al escoger a los jueces, de que fuesen ricos, educados en el Galmecac, de buenas costumbres, prudentes y sabios y que no fuesen afectos a embriagarse ni amigos de aceptar didivas, Para que sostuviesen su cargo con lucimiento, en los reins de México naban tierras y escla- ara que las cultivasen “También los sefiores, dice Sahagiir cuidado de Ja pacificacién del pueblo, y de sen- tenciar los litigios y pleitos que habia en la gente popular, y para esto elegian jueces, personas nobles y ricas, y ejercitadas en los trabajos de las conquistas, personas de buenas costumbres que fueron creadas en los monasterios de Calme- y Acolhuacin se les asi vo! tenian EL DERECHO PRECOLONIAL cac, prudentes y sabios, y también creadas en el Palacio. “A estos tales escogia el sefior para que fuesen jueces en la Republica: mirabase mucho en que estos tales no fuesen borrachos, ni amigos de tomar dadivas, ni fuesen aceptadores de per- sonas; encargabales mucho el sefior que hiciesen justicia en todo lo que a sus manos viniese 11, RESPONSAMILIDAD DE Los JUECES Los reyes castigaban severamente a los jue ces que no cumplian con su deber. “Los jueces, dice Mendieta, ninguna cosa recibian, ni toma- ban presente alguno, ni aceptaban persona, ni hacian diferencia del chico al grande en cosa de pleito, como lo deberian hacer los jueces cristianos; porque en verdad, los dones y dadi vas ciegan los ojos de los sabios y mudan las palabras y sentencias de los justos como lo dice Dios, y es muy gran verdad, Si se hallaba que algtin juez por respeto de alguna persona iba contra la verdad y rectitud de la justicia, o reci bia alguna cosa de los pleitantes, 0 si sabian s LUCIO MENDIETA Y NOREZ que se embeodaba, si la culpa era leve, una y dos veces, los otros jueces lo reprendian asperamen. te, y sino se enmen pa, a la tercera vez lo tras- quilaban (entre ellos era cosa de gran ignomi- nia), y lo privaban con gran confusién, del oficio. En Texcoco a tes de que los espafioles vinicsen, mandar el sefior ahorcar \ecid, poco a un juez porque por favorecer un principal con tra un plebeyo dio injusta sentencia, y habia informado siniestramente al mismo sefior sobre el caso; y después, sabida la verdad, mandé eje- cutar en él la pena de muerte.” También eran responsables de los retardos en los pleitos, de tal modo, que el negocio que ms duraba se resolvfa en la consulta de los ochenta dias, de que ya hemos hablado, 12, ORGANIZAGION MILITAR Los pueblos de la triple alianza eran esencial mente guerreros, La religin los obligaba a sostener luchas constantes para hacer prisione- ros al enemigo y sacrificarlos a los dioses. Por 18 Fr, Gerdnimo de Mendieta, Historia eclesidstica indiana, México, 1870, p. 301 FL DERECH ) PRECOLONIAL 58 esta circunstancia, Ia organizacién mifitar figu raba entre las principales atenciones de los reyes indigenas. La mayor parte de los nobles y plebeyos desde muy temprana edad se dedicaban al ejercicio Hacia los quince afios tomaban guerras al lado de los vete ranos y ganaban ascensos haciendo prisioneros al enemigo, Los grados se otorgaban segiin el niimero de prisioneros hechos y la calidad de los mismos. Clavijero sefiala tres grados militares bien definidos: jefe supremo del ejército, gene rales y capitanes. Entre los simples soldados y los capitanes, habia algunos grados intermedios. El ejército estaba dividido en secciones, cada una de las cuales tenia un jefe principal y varios subalternos. La organizacién militar de los reinos coali gados era relativamente complicada, pues el ejér- cito era numeroso y su sostenimiento demanda- de las arma participacién en ba una actividad administrativa muy exacta, Habia tierras especiales destinadas a cubrir los gastos del ejército, Estas tierras se daban en arrendamiento a terrazgueros y colonos. cy LUCIO MENDIETA Y NUREZ Los antiguos mexicanos estimaban mucho la carrera milit pues los plebeyos sélo distin rigndose en ella podian obtener honores y dig- nidades que estaban reservados a los nobles. Casi todos los reyes, antes de serlo, habjan desempeiiado el puesto de generales supremos del ejército Los militares gozaban de fuero, pues cuando cometian delitos, se les juzgaba en un tribunal nes especiales. militar y con arreglo a dispo: 13. ORGANIZACION RELIGIOSA La clase sacerdotal, escribe Orozco y Berra, cra muy numerosa, No podemos fijar la canti dad precisa; pero si se atiende a que Torque- ada sube a cuarenta mil los teocalli en el nperio y que en relacién de la im portancia de mero de los ministros, clevindose a cinco mil en solo el templo mayor, las poblaciones era el no parecer exagerada la cifra de un millén adoptada por Clavijero. Este gran ntimero de sacerdotes estaba orga: nizado por categorias. Habia un gran sacerdote FL DERECHO PRECOLONIAL que era el jefe de la Iglesia. En Texcoco y en Tacuba, este gran sacerdote era el hermano del nds noble, virtuoso y entendido de los sacerdotes, aunque sin duda se escogti El sacerdocio era hereditario en la familia. El gran rey yen México era electo el 4 persona de la casa real cerdote era consejero del rey, inter: yenia en todos los negocios ptiblicos de impor: tancia y sin su consentimiento no se declaraba la guerra, Existia, por tanto, una intima rela cion entre la Iglesia y el Estado. Otro sacerdote que seguia en alcurnia al sumo pontifice, estaba encargado de los asuntos ritua- les y otro se encargaba de Ja organizacién del culto en los pueblos y en las provincias. Si guiendo un orden jerarquico establecido, otros sacerdotes tenian a su cargo diversos menesteres de la Iglesia. Entre la clase sacerdotal habia érdenes que se distinguian por el dios al que dedicaban su devocién y por el género de vida y de activida des que realizaban En general, segiin Clavijero, el sacerdocio M Kobler, ob. cit, pp. 25-26 LUCIO MENDIBTA Y NUSEZ no era perpetuo, aun cuando habia personas que se dedicaban a él durante toda su vida. Puede decirse que los sacerdotes ejercieron entre los pueblos de Ia triple alianza una in- fluencia decisiva, Intervenian en los principales actos de la existencia del hombre; eran los edu cadores de la juventud y los poseedores de la ciencia humana y de la voluntad divina 14. ORGANIZACION DE LA HACIENDA PUBLICA Los reinos de la triple alianza necesitaban grandes recursos para hacer frente a los gastos que ocasionaban el ejército, el clero y el soste- nimiento de las casas reales. Los pueblos vencidos eran los que soportaban la mayor parte de las exigencias pecuniarias de los vencedores. También el pueblo de los rei- nos coaligados contribufa al sostenimiento de su Estado respectivo Cuando un pueblo era vencido por la triple alianza, se le imponia un tributo de acuerdo con sus recursos. Consistia ese tributo en una cantidad de efectos que el pueblo o la provincia EL DERECHO PREGOLONIAL sometidos, entregaban periédicamente a sus con- quistadores (dos o tres veces al afio, 0 cada ochenta dias, segiin el pacto) Ademés de los tributos pagados por los pu blos y provincias sometidos habia, segiin el oi- dor Zurita, cuatro clases de tributarios.® 19 Los colonos de las propiedades de nobles y guerreros distinguidos. Estos colonos cultiva- ban las propiedades mencionadas y daban parte de los productos a sus propietarios en lugar de pagar el tributo al rey. 29 Los habitantes de los calpullis (barrios) pagaban tributos al jefe del barrio y al rey. 3° Los comerciantes e industriales 4° Los mayeques, especie de esclavos de la tierra, pagaban el tributo al duefio de las se menteras que sembraban. No pagaban tributo al rey, Los conquistadores, ademds del tributo que imponian a los vencidos, se apoderaban de algunas tierras del pueblo conquistado; el rey otorgaba la propicdad de esas tierras a los 15 Alonso de Zurita, Breve relacién. En Nuew coleccién de documentos para ta iistoria de México, Mexico, 1871 PP. 155, 159. 8 LUCIO MENDIETA Y NOREZ guerreros 0 a los nobles, como premio a sus servicios, con todo y los poseedores de las mismas que desde entonces eran una especie de esclavos de la tierra seneralmente los mismos tributarios estaban obligados a entregar el tributo en las capitales ada de los reinos; pero con objeto de hacer re ciones especiales y para obligar a los tributarios a cumplir exactamente lo prometido, habia re caudadores que exigian el tributo por cuenta y razén. Los recaudadores estaban organizados por categorias. Los pri nen Palacio y tenian bajo su mando a otros que ipales se reun recaudaba estaban los que cobraban a veinte f Los recaudadores de tributos tenian Ja facul: tad de vender a los insolventes como esclavos. Los efectos recaudados se almacenaban en edi ficios especiales en la capital del reino al cual correspondian, 0 en otro lugar designado al efecto, para atender a las necesidades adminis 1 tributos a cien familias, Bajo éstos, ilias. waativas. En cada almacén habia un mayordomo asis- tido de otros empleados que por medio de pintu- EL DERECHO PRECOLONIAL, 29 ras, levaban cuenta de las entradas y salidas que se efect pan por orden del rey El tributo no era personal. Pagaban los mer caderes € industriales por gremios, dando una cantidad determinada de sus mercaderias 0 de sus productos industriales; los pueblos, los ba- rrios y las provincias, cultivaban sementeras es pecialmente destinadas para el pago del tributo. En los afios en que se perdia la cosecha en alguna regién de los reinos 0 de los pueblos dominados, previo informe, se suspendia el co- bro del tributo, Estaban exentos del pago del tributo los sacer- dotes, los nobles, los menores, los huérfanos, los lisiados y los mendigos.%* 10 Zurita, ob. cit, pp. 158, 159- ruLo IL EL DERECHO PENAL 1, Los actos delictuosos. Aborto. Abuso de Adulterio, Alcahueterta, Asalto. Calumnia. Calumnia judicial. Dafio en pro- piedad ajena, Embriaguez. Estupro. Encu confia brimiento. Falso testimonio. Hechiceria. Homicidio. Incesto. Malversacién de fon: dos. Pederastia. Peculado. Rita. Robo. Sedicién, Traicién, 2. Otros delitos 1, Los ACTOS DELICTUOSOS Gronistas ¢ historiadores nos indican las cos- tumbres observadas en los reinos de Acolhua. cin, México y Tacuba, en materia criminal. Los actos considerados como delictuosos y Jas penas que les correspondian eran los siguientes Aborto, Pena de muerte para la mujer que tomaba con qué abortar y para quien le propor. cionaba el abortivo. LUCIO MENDIETA Y NOREZ, Las dos figuras que se ven en la parte superior, repre: sentan, segin el Cédice Men: docino, det cual han sido tomadas, a los mancebos que cometieron el delito de em Driagarse, delito al que ¢o- rrespondia Ia pe te. Las siguientes figuras representan, la primera, 2 un mujer joven con una jfcara de pulgue al frente pata in: dicar su estado de embria guer; también le correspon. “dia la pena de muerte. La figura que esta detrds de Ia mujer, representa aun indi Viduo rodeado de piedras; es tun ladrén a quien correspon. a pedradas, La ferior sepresenta a rs; el adulterio se castigaba con la muerte a pedradas, EL DERECHO PRECOLONIAL 63 Abuso de confianza. El que se apropiaba de un terreno ajeno que se le habia confiado o vendia la propiedad de otro, era hecho esclavo+ Adulterio, Pena de muerte para la mujer y el hombre, ya los tomasen en flagrante delito, 0 bien “habida muy violenta sospecha, prendianlos y sino confesaban dabanles tormento y después de confesado el delito, condenabanlos a muer- te”? Se consideraba adulterio tinicamente la unién de un hombre con una mujer casada; pero no la del hombre aun cuando fuese casado, con mujer soltera. Alcahueteria, Se consideraba delito. “La pena que daban a los alcahuetes era que, averiguado usar aquel ruin oficio, los sacaban a la vergiien zay en la plaza, delante de todos, les quemaban los cabellos con tea encendida hasta que se les calentase lo vivo de la cabeza, asi afrentada y conocida por los cabellos chamuscados se iba."? 1 Kohler, ob. cit, p. 68; Oroxo, Lib. de oro. Gerbnimo de Mendieta, Historia eclesis fo P- 186: Toribio Motolinia, Memoria 2 indiana, s, México. 1908, P. 307 3 Mendieta, ob. cit, p. 137 6 LUCIO MENDIETA Y NOREZ Las figuras superiores significan que los ancianos varones mayo: tenan permiso de embria te inferior, significan que arse. Las figuras colocadas en la fas mujeres mayores de eczenta permiso de embriagarse. Cédice Mendocino, EL DERECHO PRECOLONIAL 6 Asalto. Los salteadores de camino sufrian la pena de muerte, Calumnia, La calumnia en piblico y de caracter grave se castigaba con la muerte.* Calumnia judicial. Pena dei talion Dajio en propiedad ajena. El asesinato de es ud, pues clavo ajeno, se castigaba con la esc el asesino quedaba como esciavo del dueno del occiso.® La destruccién del maiz antes de que madurare se castigaba con la muerte.’ Embriaguez. “La pena que daban a los beodos y aun a los que comenzaban a sentir el calor del vino, cantando 0 dando voces, era que los trasquilaban afrentosamente en la plaza y luego ies iban a derribar la casa, dando a entender que quien tal hacia, no era digno de tener casa en el pueblo, ni contarse entre los vecinos, sino pues que se hacia bestia perdiendo la raz6n y el juicio, viviese en cl campo como bestia y era fauatedyoll cit, 1, p. 28) Chavijero, t 4 py gee. 4 Ley de Net 5 Mendieta, o 8 Clavijero, ¢. 1, p. 335. 1 Kobler, ob. cit, p. 6, cy LUCIO MENDIETA Y NOREZ Borssctos. Indica que el vicio de la embriaguer los conduce al robo, Cédice Mendocino, privado de todo oficio honroso de la Reptib! ca.” Solamente en las bodas y otras fiestas estaba permitido beber en abundancia. Estupro. Pena de muerte Encubrimiento, La venta de mercancias roba: das se castigaba con la muerte.” Falso testimonio. Pena del talién o sea el mismo castigo que mereceria el hecho denunciado. Falsificacidn de medidas, Pena de muerte."* 8 Mendieta, p. 139 2 Kohler, ob. it, p. 68; Oroxco, Lib. de oro, 10 Clavij EL, DERECHO PRECOLONIAL 6; Hechiceria, El que practicaba alguna hechice- ria era sacrificado abriéndolo por los pechos, si a consecuencia de la hechiceria algiin pueblo o ciudad cra victima de una calamidad publica. Homicidio. Pena de muerte. Esta pena se apli- caba aun al hombre que daba muerte a su mujer o al amante de ésta, hasta en el caso de que los sorprendiese en flagrante delito, pues era regla dé Derecho que nadie estaba facultado para hacerse justicia por si mismo, porque esto equi- valia a usurpar las facultades del rey. El que procuraba a otro la muerte por medio de vene- no, sufria la pena capital, que se aplicaba tam- bién a quien le habia proporcionado el veneno. Incesto. “Todos los que cometian incesto en primer grado de consanguinidad o afinidad, tenfan pena de muerte, salvo cufiados y cu- fiadas.” Malversacién de fondos. Esclavitud. 11 Mendieta, 08. cit, p. 137 oe LUCIO MENDIETA Y Peculado, Pena de muerte y confiscacién de bienes.” Pederastia. “‘Los que cometian el pecado ne- fando, agente y paciente, morian por ello. Y de cuando en cuando la justicia les mandaba bus car y hacian inquisicién sobre ellos para los matar y acabar, porque bien conocfan que tan nefando vicio era contra natura porque en Ios brutos animales no Io veian.”** En ese punto era tan estricta Ia ley, que castigaban con la pena de muerte al hombre que andaba vestido de mujer y a la mujer que andaba con ata- vios de hombre. Rifia, La rifia se castigaba con arresto en la cércel, y el heridor era condenado a pagar la cu- racién al herido y las ropas que le hubiese deteriorado, Cuando la rifia tenfa lugar en un mercado, el castigo era mayor. Cuando, a con- secuencia dela rifia, habia disturbios, se imponia la pena de muerte, pues se consideraba a los 12 Kohler, ob, cit, p. 68; Oroxo, Lib. de oro. 18 Mendieta, p. EL DERECHO PRECOLONIAL 6 que habfan r bk ido como excitadores del pue- Robo. Las penas que se aplicaban a les autores de este delito variaban segiin era la cosa robada, el valor de la misma y el lugar en donde se habia verificado el robo. El que hurtaba cosa de poco valor era condenado a restituirla o pagarla; en caso de que no pudiese restituirla, ni pagarla, quedaba como esclavo del duefio de Ia cosa que habia robado. El que robaba en un mercado era muerto a pedradas por los mismos mercade- res, El robo en un templo ameritaba la pena capital y sufria el mismo castigo quien robaba Lavrox, Cédice Mendocino, 14 Motolinia, 0d, cit,, p. 310. LUCIO MENDIETA ¥ NOREZ armas o insignias militares, El hurto de mazor- cas de maiz, en ntimero menor de yeinte, se castigaba con multa, y si eran més de veinte, con Ia pena de muerte, Sedicién. Pena de muerte. Traicion. Pena de muerte, Ornos DELITOs Muchos actos considerados como delitos que dan fuera de la enumeracién anterior, porque no corresponden al actual concepto de la pena- lidad y, por tanto, carecemos de palabras apro- piadas para clasificarlos. Mencionaremos los principales: EI que usaba en la guerra o en alguna cere- monia 0 fiesta puiblica las insignias del rey, su fria la pena capital y la confiscacién de sus dienes. El sacerdote que abusaba de una soltera su frla la pena de destierro y la privacién del sacerdocio. Se castigaba con penas severas la incontinen- EL DERECHO PRECOLONIAL 7 cia carnal en los jévenes que se educaban en algun colegio. EI que hacia esclavo a un nifio libre perdia a su vez Ia libertad, y con el precio que daban por él, se restituia al comprador del nifio lo que por él habia dado, y el resto se aplicaba a éste para su educacién La mentira se considerabi como delito y la pena era la muerte. La remocién de mohoneras se castigaba con la pena de muerte. La mala interpretacién del derecho se casti gaba con pena de muerte en casos graves y en los otros con la destitucién de empleo. Eran agravantes en algunos delitos la juven- tud, la nobleza y la profesién militar. Eran atenuantes en algunos casos Ja embria- guez y el perdén del ofendido o de los deudos de éste. En caso de homicidio, si los deudos del occiso perdonaban al homicida, quedaba ¢ste como esclavo de aquéllos.* 35 Kobler, ob. cit, p, 713 cit, Teaoxémoc 18 Ley 8 de Netzahualedyotl LUCIO MENDIETA Y NOSEZ También la edad se consideraba como ate- nuante y aun como excluyente, pues al menor de diez afios, se le tenfa como persona sin dis- cernimiento, sobre todo en casos de robo.7 La penalidad entre los mayas, segin noticias de Diego de Landa, era semejante a la de los reinos coaligados de México, en la mayorfa de Jos casos idéntica En la forma de castigar el adulterio se dite- reneiaba la accién punitiva en que se admitia el icto de adulterio era entregado al marido ofendido, que podia perdonarlo o matarlo. En este ultimo caso ef marido le arrojaba una gran piedra sobre Ia cabera desde una altura. Para la mujer era suficiente la vergiienza y la infamia que sobre ella cafa.”* perdén del ofendido: “El hombre conv: Mendieta, ob. ct. 1, m, p. 28; Clavijero, 1, 1, p. $22 14 Diego de Landa, Relacién de las cosas de Yucatdn, Madsid, 186g, p. 176: Erich ‘Thompson, La civitizacion de tos mayas, México, 1996, p. 69. Cariruto TIL DERECHO INTERNACIONAL 1. Causas de guerra, 2, Ceremonias para 3. Los prisioneros de guerra la declaracién d guerra, CAUSAS DE GUERRA EI derecho internacional se reducia a las cos- ra declarar la gue- rra, Segiin Ixtlixéchitl, citado por Orozco y Berra, la guerra solamente se declaraba cuando haba causas suficientes para ello y entre los actos de los pueblos enemigos o extrafios que motivaban la guerra, figuraban principalmente tumbres que se observaban el mal trato a los mercaderes 0 el asesinato o el robo de que eran victimas en tierras extrafias, a embajadores de alguno de los reinos coaligados. como la ofensa o la muerte inferida a los 2 ” LUCIO MENDIETA Y NOREZ 2, CEREMONIAS PARA LA DECLARACION DE GUERRA, Toda ver que se tenia noticia de cualquiera de los actos citados, se reunian los tres reyes y sus capitanes en Consejo de Guerra y por pri meras providencias, se enviaban algunos mensa. jeros mexicanos a la provincia culpable, Estos mensajeros reunian a los ancianos, hombres y mujeres y les decian que como personas de ex: periencia y puesto que por su edad serfan qui nes mayores penas habrian de sufrir en la gue- rra, procurasen que el rey enmendara el desacato cometido en contra de la triple alianza; les da ban en seguida un término de veinte dias, les repartian algunas rodelas y macanas para que no dijesen que habian sido tomados por sorpresa y se retiraban a un lugar cercano a esperar cl vencimiento del término concedido, Si durante ese término la provincia o el reino aseguraban sumisién a los reyes coaligados y en sefial de ello enviaban algunos presentes, se suspend! los preparativos bélicos; pero en caso contrario, fan EL DERECHO PRECOLONIAL fea Mendocino, LUCIO MENDIETA Y NOSEZ eran enviados otros mensajeros del Reino de Acolhuacin, quienes dab; mo rey o sefior de la provincia y a las personas de su casa y linaje, seitalandoles otro término de veinte dias y previniéndoles que de no someter- se en ese plazo, cl rey seria condenado a muerte y las personas de 1a casa real castigadas segtin lo dispusieran los reyes coaligados. Si durante aba la sumisidn de la provincia, se le admitia, siempre que rindiera anualmente un reconocimiento, moderado, a cada uno de los reyes de la triple al el sefior como los nobles eran perdonados, pero si insistian en su actitud rebelde, los embajado- res ungian al rey en el brazo derecho y en Ia cabeza con un licor que llevaban al efecto, le po- nian un penacho de plumas y Ie presentaban rodelas, macanas y otros titiles de guerra, Estos embajadores se unfan a los primeros y juntos esperaban a qu dias. Al vencimiento, Hegaban otros embajado- res del reino de Tlacopan, quienes se dirigfan a dar su embajada a los capitanes y soldados para n su embajada al mis- ese nuevo término se logs za, y tanto venciera cl término de veinte que imeryinieran en el caso, puesto que sobre ellos pesaban directamente los trabajos y peli 808 de} guerra, apercibiéndoles por iltima vez que deno renditse en el término de veinte dias, asolatian la prov an a sus habit durante este cia y convertirl tante’ en esclavos y tributarios. Ultimo término se rendfan, slo el rey ea cast gado y 1a provincia quedaba sujet a dar un tributo mis fuerte que en el caso anterior; pero Si No se Lograba un avenimiento, los embaja- dores tecpanecas distribuian entre los capitanes Y militares rodelas y macanas, se reunfan con los 0tf0S embajadores y juntos se despedian del rey ¥ de los guerreros, anunciindoles que dentro de OtTOS veinte dias Hegaria el ejército de la triple alianza 4 ejecutar lo que habia prometido, Al terminar el iiltimo plazo, el ejército, que ° Po: nia en marcha con anticipacion, daba la batalla Y €2 caso de victoria, se apoderaban de las tie TTS y sujetaban a Jas provincias o reinos venci- dos al pago de tributos en favor de los tres reinos coaligados. Stas cetemonias no se efectuaban en todos LUCIO MENDIETA Y NOSEZ Jos casos; algunas veces la guerra empezaba por medio de agresiones violentas, sin previo aviso 3. LOS PRISIONEROS DE GUERRA Los prisioneros de guerra eran sacrificados a los dioses. En casos especiales, los guerreros pri- sioneros antes de ser sacrificados, tenfan que combatir contra guerreros de la triple alianza en condiciones desventajosas, sujetos de un pie o contra varios enemigos al mismo tiempo y er caso de resultar vencedores obtenfan su Ibertad. Se cita el caso muy conocido de Tlahuicole. Las negociaciones de caricter internacional eran tratadas por medio de embajadores espe- ciales que se distingufan porque usaban vestidu- ras particulares y gozaban de grandes considera ciones. El uso generalmente admitido respecto de los embajadores, consistfa en respetar sus personas 1 Kohler, ob. cit. p. 30. EL DERECHO PRECOLONIAL 9 En la parte superior se presenta a un cacique a quien los jecutores del sefiorio de México ponen una soga en la garganta ‘como sefial de que morira ahorcado por un acto de rebelin y ‘su mujer y sus hijos serén trasladados a la Corte de México on calidad de cautivos, En la parte media de esta Kmina, se ve a un cacique sentado, el cual por haberse rebelado en contra el sefiorio de México, fue condenado a muerte juntamente con Jos vasallos de su puchlo que debe ser asolado; los ejecutores le notifican Ta sentenila que obedece al hecho de haber sido ata- fados unos mercaderes mexicanos por vasallos del cacique, segain fe ve representado por las figuras 8, 9 y 11. En la parte inte ior de la ldmina, se representa un acto de hostilidad de los vasallos del cacique sentenciado, en contra de los ejecutores Gel senorio de México, cuando étoe volvian a éte, en seal de rompimiento de hestilidades y declaracién de guerra, Cédice ‘Mendocino, SEGUNDA PARTE HISTORIA DEL DERECHO PRIVADO Cavituto I EL DERECHO CIVIL 1, Fuentes del Derecho Prehispénico. 2 Condicién de las personas. Los esclavos. 8. Condicién de las personas libres. 4. Or- ganizacién de la familia, 5. Patria potes tad. 6. Divorcio. | 1. FUENTES DEL DERECHO PREHISPANICO, Las fuentes del derecho en los reinos coaliga- dos eran: la costumbre y las sentencias del re y de los jueces. Los reyes y los jueces eran los legisladores; unos y otros, al castigar algiin delito o al fallar en algiin negocio, sentaban una especie de juris- prudencia, pues el castigo en materia penal se tenia como un ejemplo que era repetido més tarde en idénticas circunstancias y el fallo en cuestiones civiles, como una ley que se obser- vaba fielmente en posteriores ocasiones, 8s % LUCIO MENDIETA Y NOREZ EI pueblo, en esta jurisprudencia, desempe- fiaba un papel importantisimo: las penas que sefialaban el rey o los jueces eran del todo acor- des con cl sentimiento moral de aquél en Ia época, y las sentencias civiles no hacian otra cosa, la mayoria de las veces, que sancionar los habitos populares Las principales disposiciones penales y las més, importantes reglas que normaban los actos de la vida civil y ptiblica, estaban escritas en jero glificos; algunos de ellos se han conservado hasta nuestros dias, Estos jeroglificos no tenfan més fuerza que la de la costumbre, servian para conservar la tradicién juridica; pero eran exclu- sivamente para el conocimiento de los jueces y no para hacer del dominio publico las disposi ciones legislativas. El derecho, entre los anti guos mexicanos era, por tanto, consuetudinario. Siéndonos imposible referirnos al espfritu dominante en cada cuerpo de leyes, puesto que no habiendo cédigos escritos, las leyes indige- nas no ofrecfan unidades definidas, trataremos sobre las principales costumbres que se obser- vaban cn materia civil y mercantil, EL DERECHO PRECOLONIAL 85 En la Historia del derecho civil consideramos la condici n de las personas, la organizacién de la familia y la organizacién de Ja propiedad. 2, ConpICION DE LAS PERSONAS. Los ESCLAVOS La esclavitud. Como en la mayor parte de las sociedades primitivas, la esclavitud era en los pueblos mexicanos una institucién. En principio casi todos los hombres nacfan libres; pero podian perder su libertad, ya sea cayendo prisioneros en la guerra 0 cometiendo delitos penados por la ley con la pérdida de la libertad, o vendiéndose como esclavos.? Los prisioneros de guerra pertenecian a quien Jos habia apresado en el combate 0 en el campo de batalla; pero generalmente se les destinaba para el sacrificio y, en rigor, no se les trataba como esclavos, pues en tanto que Iegaba el dia de su inmolacién, lejos de ser obligados a traba- jar, recibfan muchas atenciones. Se reconocian numerosos casos de esclavitud. Ademés de los que ya hemos enumerado, exis tian los siguientes: el tahur que jugaba prome 1 Mendieta, ob. cit. p. 138. LUCIO MENDIETA Y NOREZ tiendo pagar y no pagaba, era vendido como esclavo y del precio que se obtuviera con su venta, quedaba satisfecha la deuda. El que pri- vaba de la vida a un hombre que tuviera mujer ¢ hijos, quedaba como esclavo de ésta. El hijo incorregible podia ser vendido por su padre con permiso de los jueces. Fl que robaba mazor- cas de un granero, perdia su libertad? El padre, ademas de que estaba facultado para vender a sus hijos cuando eran incorregi- bles, podia venderlos también en caso de que por su miscria le fuese imposible sostenerlos. Estos casos eran frecuentes lo mismo que el de personas que se vendian como esclavos para no morir de hambre Kohler asegura que en el juego, “cuando ya se habia perdido todo, se apostaba a los hijos, haciéndolos asi esclavos” y pretende apoyar esta afirmacién en la obra del padre Durdn; pero nosotros no encontramos que este autor se refie- raa semejante proceder. En efecto, Durin dice textualmente: “Lo que esta gente baja jugaba eran preseas de escaso valor y estima y como el Ororco y Berra, ob. cit, to, p. 279. EL DERECHO PRECOLONTAL 8 [Jugador de patol, juego parecido a los dados, Cédice Mendocino, que poco caudal tiene presto lo pierde, nece sit4banse jugar las casas, las sementeras, las trojes de maiz, los magueyes y vender sus hijos para jugar y atin a jugarse a s{ mismos y volverse esclavos para después ser sacrificados si con tiem- po no se rescataban.” Como se ve, una cosa es que los padres, abusando de su potestad sobre os hijos, los vendiesen y otra muy distinta que los apostaran en el juego* Habia, ademis, entre los mexicanos, un géne- ro de esclavitud muy especial, consistia en que una o més familias se obligaban con un sefior noble y rico a proporcionarle un esclavo a per- 8 Kohler, ob. cit, p. 33: Fray Diego Durdn, Historia de las Indias de Nucva Espana y Isles de Tierra Firme, México, s88o, tom, pp. 245-46. 88 LUCIO MENDIETA ¥ NONEZ petuidad. Cumplfan su contrato poniendo a uno de sus hijos al servicio del acreedor, durante algiin tiempo, sucesivamente. Esta servidum- bre y la de quienes vendian a sus hijos y a todos sus descendientes en épocas de escasez, eran las inicas formas de esclavitud perpetua y tras- ntiguos poblado- res de México. En la mayoria de los casos, los hijos de esclavos nacian libres. La venta de una persona como esclavo era un acto solemne; se verificaba indefectiblemente, para ser valida, ante cuatro testigos de cada parte y con ciertas formalidades. E] esclavo recibia buen trato de su amo si se portaba honradamente; pero si era reacio al trabajo y mal intencionado, el amo le ponfa collera y lo levaba al mercado de esclavos para venderlo ain contra su voluntad, pues la ley sélo exigla no se vendiese sin su voluntad al buen esclavo. El esclavo a quien se habia yen: dido en contra de su voluntad por incorregible, tres o mis veces, podia ser vendido para el sa- crificio. cendente practicadas por lo: 4 Clavijero, ob. city & 1, Pe 365 EL DERECHO PRECOLONIAL 8 Los esclavos que habfa en México eran mu. chos y se traficaba con ellos en dos mercados especiales: Atcapotzalco ¢ Itzocan. Cesaba la esclavitud cuando el esclavo pagaba el precio que por él se habia dado, antes de Ia segunda venta, lo que era posible porque el es clavo estaba capacitado para tener bienes por s{ mismo, para casarse y aiin para tener a su vez esclavos, Su mujer y sus hijos eran libres, excep- cidn hecha de los casos ya citados. Cesaba tam- Dién la esclavitud por el matrimonio del esclavo © esclava con quien los habia comprado, Habia otras formas curiosas de recobrar Ia libertad; pero las més usadas eran las descritas y la que se obtenia a la muerte del amo, cuando por esclavos, les otorgaba antes estimacién a su: de morir esa gracia." La esclavitud era, en hecho y en derecho, mucho més humana que la esclavitud usada en tre los romanos. En realidad no era sino un género especial de servidumbre que no inva- lidaba la personalidad juridica del individuo. 5 Orozco y Berra, ob. cit, 1p. 218. ” LUCIO MENDIETA Y NOREZ CONDICION DE LAS PERSONAS LIBRES No puede decirse que las personas libres fue- sen iguales ante Ja ley, porque si en lo que pudiéramos lamar derecho penal de los indt- genas, lejos de cxistir diferencias favorables a las personas de categoria las habia desfavorables, en cambio, en ciertas relaciones civiles muchas per sonas gozaban privilegios en relacién con su categoria. La nobleza era hereditaria, pero la adquirfan también los guerreros plebeyos distinguiéndose en las acciones de armas. Los nobles, segiin Zurita, no pagaban contri: buciones y ademis sélo ellos podian ocupar los mis altos cargos y las dignidades administrativas pero estas dignidades administrativas no eran hereditarias, sino personales. La nobleza estaba organizada de acucrdo con rangos y dignidades.* Los nobles de nacimicnto constituian la clase social mas poderosa 4 Zurita, ob. cit, pp. $1, 91, By 158. 1 Kohler, ob. cit, pp. 27-8 ) PRECOLONIAL 3 En todo cuanto se dice en este trabajo sobre derecho civil y penal y en el que trata de la organizacién de la propiedad, puede apreciarse la verdadera condicién de las personas libres entre los antiguos mexicanos. 4. ORGANIZACION DE LA FAMILIA EI matrimonio era la base de la familia y como tal, se le tenia en muy alto concepto, Era un acto exclusivamente religioso que carecta de validez alguna cuando no se celebraba de acuer- do con las ceremonias de ritual Los mexicanos acostumbraban Ja poligamia, principalmente los nobles y los ricos; pero entre todas las mujeres distinguian a Ia le; era aquella con quien se habfan casado segin las formalidades requeridas para el matrimonio.* Parece que en los reinos de Tacuba y Tex- coco, solamente los reyes y los nobles tenfan varias mujeres y este hecho era considerado por el pueblo como una corrupcién de las. cos- tumbres® ftima, qu ® Oromo y Berra, ob. cit, t 9 Mendieta, ob. cit, p. got. o LUCIO MENDIETA Y NOSEZ No estaba encomendada, propiamente, la ce- remonia del matrimonio ni a representantes del poder publico ni a los sacerdotes 0 ministros del culto; el matrimonio se levaba 4 cabo me diante una serie de actos, seguramente de origen religioso, en los que intervenian tinicamente los parientes y amigos de los contrayentes, aun cuando Gomara afirma que el sacerdote inter vena bendiciendo el lecho de los recién ca- sados. Refiere Sahagtin que cuando un mancebo legaba a la edad de contracr matrimonio, se reuntan sus padres y parientes y acordaban que era tiempo de que se casara, Este acuerdo se comunicaba a los maestros del mancebo, a quie- nes se ofrecia una comida y ademds un hacha para obtener su conformidad. Después de la ceremonia, los padres y parien- tes del interesado se reunian nuevamente para escogerle mujer y una ver que se ponfan de acuerdo, se rogaba a ciertas sefioras de edad, cuyo oficio era intervenir en los casamientos, que fuesen a pedir a la elegida, en nombre de los parientes del mancebo. EL DERECHO PRECOLONIAL 9s Las intermediarias pedian a la elegida a sus padres, y éstos se excusaban varias veces hasta que por fin accedian después de consultar el caso con los parientes, en una reunién que ha- cian al efecto. Los padres de la joven y los del mancebo se reunfan en seguida y acordaban el matrimonio de sus hijos. Ante todo, se consultaba a los I dia yaran cu adivinos para que éstos determ resultarfa mejor para la unién. El dia escogido para la celebracién del matri- monio, Iegaban los invitados, maestros y pa- rientes de los que iban a casarse a Ja casa de éstos y hacian una fiesta en la cual les ofrecian delante del fuego diversos presentes, segiin las posibilidades de cada quien. Por la tarde de este dia, “bafiaban a la novia y lavabanle los cabellos y componian los bra 208 y las piernas con pluma colorada y ponianle n seguida la sentaban en una estera o petate, cerca del hogar en el rostro margaritas pegadas”. y ahf pasaban a saludarla los viejos de parte del mozo, haciéndole advertencias y dandole consejos. o LUCIO MENDIETA Y NUSI A Ia puesta del sol, Megaban los parientes del novio, acompafiados de sefioras honradas y ma tronas; la novia se ponfa de rodillas sobre una manta grande y tomdndola a cuestas, encendian hachones de teas y la Hevaban a Ia casa del marido, en una especie de procesién. En segui da la colocaban junto al hogar a mano izquierda del vardn, y Ia suegra de la mujer le hacia al gunos presentes; a su ver la suegra del varén entregaba a éste varios regalos. Recibfan tam- bit n un sahumerio de copal. Unas mujeres lamadas casamenteras y a las que Sahagiin considera como “ministras” del matrimonio, ataban las vestiduras de los novios, les daban de comer “cuatro bocados” y los me tian en una cmara, los echaban en la cama y cerraban las puertas, dejindolos solos. Las casa- menteras cuidaban de noche y de dia, durante cuatro dias, la cimara nupcial. Al cuarto dia, sacaban el petate en que habian dormido los novios y lo sacudian con ciertas formalidades. Durante todo este tiempo los parientes de los novios permanecian en la casa comiendo y EL DERECHO PRECOLONIAL 9 Relacién jeroylifiea de las ceremo Gdice Mendocino, matvimoniales, durmiendo; pero terminada Ja iiltima ceremo- nia se iban a sus casas.2" Nos hemos detenido en esta descripeién del foe, feflere Fomss Tat ceremonies matsimoniales en on “ele don’ de Tescoca", Nueva coleccién de documentos pare la his- loria de México, México, 1891, p. LUCIO MENDIETA Y NOSEZ jnatrimonio, porque a pesar de que en él no Jntervenian ni las autoridades putblicas mi Tos tucerdotes, se le daba un valor legal indudable: solamente a quienes se unian siguiendo estas coatumbres, se les consideraba como marido y mujer. Cuando un hombre tenia relaciones con varias mujeres, solo aquella con quicn se habia tasado en Ia forma descrita, era la mujer legi tima. E cireunstancia, el pueblo bajo tenia por costum bre celebrar uniones conyugales sin otro requi ito, para el hombre, que pedir a los padres de matrimonio reportaba gastos y por esta Ja mujer con quien deseaba unirse, su consenti- mniento para ejecutar esa union, pero si tenia tun hijo con ella, se le obligaba a casarse con las formalidades debidas 0 a devolverla a su fa milia. La condicién de la mujer en cuanto al matri monio, era muy aceptable, pues se requeria su consentimiento para celebrarlo. Existia la dote en proporcién a la fortuna de la mujer." Los individuos que se unfan sin las ceremo: 11 Kohler, ob, cit, pp. 42 ¥ 44 FI, DERECHO PRECOLONIAL a nias acostumbradas eran sefialados por Ja socie- dad con nombres especiales Distingufan los grados de parentesco por con- sanguinidad y afinidad, y en ambos estaba pro hibido el matrimonio La edad para contraer matrimonio, era: para el hombre, entre los veinte y veintidés aiios para la mujer, entre los quince y dieciocho. f Las viudas podian casarse; pero se exigia que el segundo esposo no fuera de un rango infe- rior al primero. Si la viuda estaba amamantan- do a un hijo, no se le permitia que se casara durante el tiempo de crianza, que era de cua tro afios.* Las ceremonias matrimoniales eran semejan. tes en otros pueblos. Entre los mixtecas y tlax- caltecas se acostumbraba ademds el corte del cabello. Eran también ritos matrimoniales, ciertos sa- crificios tales como herirse con espinas de ma- guy la lengua y una oreja; la abstencién duan- te algunos dias y la presentacién de Ia sibana 18 Motlins, 00, et, p. 208 15 Kohler, ob. ct, p40 LUCIO MENDIETA Y NORE del lecho conyugal en el templo, nio de virginidad i TEntre los mayas, el sacerdote intervenia en el matrimonio, atando las vestiduras de los contra- ventes, El mancebo tenia que trabajar para él Jo hacfa, lo echa como testimo: suregto cinco 0 seis afios y si 20 ban de la casa ; ‘Los varones solo podian casarse a los veinte afios de edad y con la mujer escogida por sus jenes utilizaban los servicios de casa- es, El consentimiento de padres, qu menteras profesior EE : : : Jos novios era indispensa : Entre los mayas cra frecuente el Sea de hogar, que no era castigado ni aun en © caso de que hubiese hijos en el matrimonio. 5. PATRIA POTESTAD El hombre era el jefe de Ia familia, pero en derecho, estaba en igualdad de circunstan Gjas con la mujer, E! hombre educaba y cast 44 Kobler, ob. Gil» p- 43 35 Sahagin, ob. cil, p. 142. xe Landa, ob. eit EL DERECHO PREGOLONIAL 99 gaba a los hijos varones y la mujer tenia a su cargo a las hembras La patria potestad era un poder muy grande, pues e] padre podia vender a sus hijos como esclavos cuando a causa de su pobreza le era imposible mantenerlos. También estaba facul tado para casar a sus hijos y ¢l matrimonio que se celebraba sin el consentimiento del padre, era tenido como ignominioso. Para castigar a los hijos, los padres podian usar de Ia violencia, generalmente los herian con espinas de magucy; les cortaban el cabello y cuando cl hijo era tenido por incorregible, cl padre, con el permiso previo de las autori dades, podia venderlo como esclavo. Los hijos de los nobles, de los ricos y los de la clase media, vivian n la casa de sus padres hasta los quince aitos, recibjan Ia educacion del padre y de la madre, respectivamente, A los quince afios los entregaban al Calmecac 0 en el Telpuchcalli, segin la promesa que se hubiese hecho el dia de su bautismo. Estos lugares eran establecimicntos educativos en los que perma necian cuatro o cin 1co aiios, hasta que sus padres LUCIO MENDIETA Y NUREZ scertaban el matrimonio. Del colegio sallan, formar un hogar y a prestar sus vida priblica Tas hijas se educaban en su casa, generalmente, aun cuando también habia esta: b cspeciales para la educacién de las cor por tanto, servicios a Ja Parece que blecimientos mujeres y otros de reclusidn y educacién, especie de conventos bajo la autoridad de los sacer- dotes."* 6. Divorcio En derecho, propiamente, no existia el di vorcio, pero los jueces, cuando se presentaba aleuno de los conyuges solicitindolo, se resistian ‘a otorgarlo y solamente después de reiteradas testiones, autorizaban al peticionario para ha- cer Io que quisiera, El quejoso podia entonces separarse del otro cényuge, lo que de hecho equivalfa al divorcio, La autorizacién judicial de que hemos habla- do solamente se daba cuando tenia por funda- mento alguna causa de divorcio y se reconoc Sahagiin, 0b. eit, P. 29 EL DERECHO PRECOLONIAL 0 como tales: la diferencia de caracteres, Ia mala conducta de la mujer, Ia esterilidad.* n caso de divorcio, los hijos_ pe al esposo y las ‘hijas a la esposa, y el tenecian publ perdia la mitad de sus bienes.”” Los divorciados no podian volver a casarse la infraccién se castigaba con la muerte Como habia separacién de bienes durante el matrimonio, pues se registraba lo que cada cbt yuge habia aportado, cn caso de divorcio, no siendo culpable ninguno de los consortes, se es devolvia lo que a cada quien le pertenecia. 7. SUCESIONES Somo regla general, heredaba el hijo primo génito del padre; particularmente los bienes de mayorago que le pertenectan por herencia con la dignidad que a é se le desposefa de sus biencs durante el tiempo los correspondia; pero que el rey determinaba, en caso de dar lugar Kohler, 0b. cit. pe 45: 30 Leyes de Nettahualedyotl, NO vy; en la taduecién de Kober, 2b. cit, pe 110. 20 Kohler, ob, eit, pe 45 ts LUCIO MENDIETA Y NUNEZ ello por su mala conducta y tales bienes que daban en poder de un depositario obligado a da r cuenta de su administracion Es necesario en materia de sucesiones, hacer 1 los grados 0 dones Jos distingos que impor sociales. La dignidad y los bienes, entre los nobles, se trasmitian al hijo primogénito habido con a esposa principal, 0 sca aquella que se ha- bia tomado en matrimonio con las formalidades acostumbradas, segiin tenemos explicado. Si no habia primogénito, heredaba un nieto y a falta de éste un nicto segundo; a falta de todos éstos heredaba el hermano que se consideraba mejor por sus dotes, entre varios, Las mujeres queda- ban excluidas de la herencia de las dignidades. Sin embargo de lo dicho, haba libertad de testar, pues el autor de la herencia podia elegir en vida a su sucesor; Entre los plebeyos el or- den de sucesién era’el siguiente: generalmente heredaba el primogénito de la legitima esposa, que deberia hacerse cargo de Ia familia Si moria alguna persona sin dejar hijos, su 21 Ley 16 de Netzahualedyotl Kohler, 0b, cit, p. 46. EL DERECHO PRECOLONIAL 105 he y 2 falta de uno y otro, heredaba al pueblo 0 cia correspondia al hermano 0 al sobrino, al rey Entre los mayas no se admitfa que heredaran las hijas, “sino por via de piedad o voluntad dabanles del montén algo, lo demé partian los hermanos igualmente, salvo que al que mis notablemente havia ayudado a IMegar a hazienda daban Ia equivalencia y si eran todas hijas, heredaban los hermanos o mds pro pinquos”’.** Si los herederos eran menores de edad, se entregaban los biencs a un tutor que tenia obligacién de rendir cuentas y entregar los bie nes cuando el o Jos herederos Hegaban a la ma- yor edad. y entonces ober, ob. cit. p. 47 24 Diego de Landa, ob. cit, p. 136, Cariruto IL ORGANIZACION DE LA PROPIEDAD. 1, Las diferentes clases de propiedad. 2. La propiedad del rey, de los nobles y de los guerreros. §. La propiedad de los pueblos. 4. Propiedad del ejércitoy de los dioses, Pro- piedad de instituciones. 5. La propiedad agraria entre los mayas 1, LAS DIFERENTES CLASES DE PROPIEDAD Las diferencias de clase, existentes entre el pue- blo de los reinos coaligados, se reflejaban fielmente en la distribucién de la propiedad inmueble: el monarca era el duefio absoluto de todos los territories sujetos a sus armas, y la ra conquista, el origen de su propiedad; cualqu otra forma de posesién y de propiedad territo rial dimanaba del rey. Cuando un pueblo enemigo era derrotado, el 106 LUCIO MENDIETA ¥ NOREZ monarca vencedor se apropiaba las tierras de los vencidos que mejor le parecian; de ellas, una parte la separaba para sf; otra la distribuia bajo ciertas condiciones, 0 sin ninguna, entre los gue- reros que se hubiesen distinguido en la con- quista y el resto, 0 lo daba a los nobles de la casa real 0 lo destinaba a los gastos del culto, a los de la guerra, 0 a otras erogaciones ptt blicas Independientemente de estos repartos y desde una época que se remonta. sin duda alguna, a la fundacién de los reinos,’ los pueblos que los constitufan estaban en posesin y disfrutaban de algunas extensiones de tierra, Esta propiedad territorial de los pueblos y las propiedades de nobles y guerreros, entre los cuales las condi ciones de la donacién establecian diferentes mo dalidades, dieron por resultado diversos géneros y clases de propiedad de Ia tierra; sin embargo, ¢s posible agruparlos en tres clasificaciones ge- nerales, teniendo en cuenta Ja afinidad de sus caracteristicat 1 Oroxco y Berra, ob. cit, 1, p. 368. EL DERECHO PRECOLONIAL, or Primer grupo: Propiedad del rey, de los no- bles y de los guerreros. Segundo grupo: Propiedad de los pueblos. Tercer grupo: Propiedad del ejército, de los dioses y de ciertas instituciones priblicas. Nos ocuparemos de cada uno de estos grupos en los pirrafos siguientes LA PROPIEDAD DEL RE DE LOS NOBLE: Y DE LOS GUERREROS Los ar iguos mexicanos no tuvieron de la propiedad individual el amplio concepto que de la misma Hegaron a formarse los romanos. El triple atributo de que éstos investfan el dere- cho de propiedad, o sca la facultad de usar, de gozar y de disponer de una cosa (uti, frui, abuti), la plena in re potestas, correspondia solamen- te al monarca. En efecto, al rey le era licito, segtin se ha dicho, disponer de sus propiedades sin limita cién alguna; podia trasmitirlas en todo o en parte por dona ién, 0 enajenarlas, 0 darlas en usufructo a quien mejor le pareciera, aun LUCIO MENDIETA Y NOSEZ cuando se ciones y costumbres en el caso, Podia también uuia, por propia voluntad, las tradi donarlas bajo condiciones especiales, de las que cra muy dificil desligar a la propiedad, pues dres a hijos como algo pasaban con ella de p inherente a su misma esencia Las personas a quienes el rey daba tierras y as condiciones que les imponfa eran general- mente las que en seguida enumeramos: En primer lugar, a los miembros de la fami- ia real, bajo condicién de trasmitirlas a sus hijos, con lo cual se formaron verdaderos ma yorazgos. Estos nobles, en cambio, rendian vasa Ilaje al rey, Ie prestaban servicios particulares y cuidaban de sus jardines y de sus palacios; al extinguirse la familia en la Linea directa o al abandonar el servicio del rey por cualquiera causa, volvian las propiedades a la corona y eran susceptibles de un nuevo reparto. Cuando el rey donaba alguna propicdad a un noble, en recompensa de servicios, sin Ia con- dicién de trasmitirla a sus descendientes, éste podia enajenarla 0 donarla; su derecho de pro- piedad no encontraba otro limite que la prohi- EL DERECHO PRECOLONIAL 109 bicién de trasmitirlo a los plebeyos, pues a éstos no les era permitido adquirir Ia propiedad in- mueble, En el mismo caso estaban las propie- dades de los nobles adquiridas por herencia de los primeros pobladores. ‘Ademds:de los nobles, los guerreros recibian propiedades del rey en recompensa de sus ha zafias, unas veces sin condicién y otras con Ja usual de trasmitirlas a sus descendientes. No todas las ticrras posefdas por nobles y guerteros, segiin tenemos dicho, provenian de Ta conquista; gran parte de sus posesiones se re- montan a la época en que fueron fundados los reinos. Estas tierras eran labradas en beneficio de los sefiores por macehuales 0 peones del campo, o bien por renteros que no tenian dere- cho alguno sobre las tierras que trabajaban. En cambio, las tierras de conquista-de que el mo- narca hacfa merced, se encontraban, como es de suponer, ocupadas por los vencidos; pero las donaciones del rey no implicaban, en este caso, un despojo absoluto para los primitivos propie- 2 Oroaco y Berra, ob, cit, ps $70; tlh P. 257+ 10 LUCIO MENDIETA Y NUSEZ tarios; éstos continuaban en la posesién y el goce de sus tierras conquistadas, bajo las condiciones ni S fi pro- que los nuevos dueiios les imponfan. De pro pietarios pasaban, al perder su libertad, a tuna especie de inquilinos 0 aparceros con pri- vilegios que les era Iicito trasmitir a sus descen dientes; no podian ser arrojados de las tierras que posefan, y de los frutos, una parte era para ellos y otra para el noble 0 guerrero propie: tario Estos aparceros se Hamaban mayeques y eran muy numerosos en la época de la conquista g. LA PROPIEDAD DE LOS PUEBLOS Los reinos de la triple alianza fueron funda- dos por tribus que vinieron del Norte ya orga nizadas, Cada tribu se componia de pequefios grupos emparentados, sujetos a la autoridad del individuo més anciano. Al ocupar el territorio clegido como residencia definitiva, los grupos 3 Alonso de Zurita, “Breve y sumaria relacién", en Nueva coleccién de documentos para la historia de México, México, gt, pe 106. EL DERECHO PRECOLONIAL nm descendientes de una misma cepa se reunieron en pequefias secciones, sobre las que edificaron sus hogares y se apropiaron de las tierras nece sarias para su subsistencia, A estas pequeias secciones o barrios se les dio el nombre de Chi. nancalli 0 Calpulli, palabra que, segin Alonso de Zurita, significa: “barrio de gente conocida © linaje antiguo”,* y las tierras que les pertene- can, calpullalli, que significa tierras del cal- pulli. En la época de Techotlala y con objeto de destruir la unidad de los calpulli, fundada en el parentesco o linaje, para evitar que sus habi- tantes se entendieran facilmente en un levanta- miento, se mandé que de cada pueblo saliera cierto mimero de habitantes y que fuesen a ha- bitar en otros pueblos de distinta raza, de los que, a su ver, salié igual ntimero de pobladores @ ocupar las tierras y hogares abandonados por aquéllos en acatamiento de la real orden.’ De- bido a este intercambio, en lo sucesivo los cal 4 Zurita, ob. cit, p. 93 5 Oroaco y Berra, ob, cit, t. m1, p. 178. LUCIG MENDIETA ¥ NOREZ pulli quedaron como propietarios de las tierras que cada uno comprendia en sus términos, rimitiva distribucién; pero los usu: segiin la p ma fructuarios ya no fueron gente de la mis cepa, sino simples vecinos del barrio, habiendo quedado por costumbre la designacién de calpu li con un significado puramente etimolégico, alguna con el nuevo estado sin correspondenc de cosas. La nuda propiedad de las tierras del calpullt pertenecia a éste: pero el usufructo de las mis- mas, a las familias que las poselan en lotes perfectamente bien delimitados con cerca de piedra o de magucyes. El usufructo era trasmi- Pople de padres a hijos, sin limitacién y sin tér- mino; pero estaba sujeto a dos condiciones esen- primera cultivar la tierra sin ciales: era la nterrupcién; si la familia dejaba de cultivarla Yos afios consecutivos, el jefe y sefior principal dde cada barrio la reconvenia por ello, y si en el siguiente afio no se enmendaba, perdia el usu- fructo irremisiblemente. Era Ia segunda condic barrio a que correspondia la parcela usufruc: wn permanecer en el EL DERECHO PRECOLONIAL ng tuada, pues el cambio de un barrio a otro, ntrnay onal ntachense teat accion eet caba la pérdida del usufructo. “ _ Como resultado de esta organizacién, en todo tiempo, tinicamente quienes descendion de los habitantes del calpulli estaban capacitados p: gozar de la propiedad comunal, Se Cuando alguna tierra del calpulli quedaba libre por cualquiera causa, el jefe o sefior prin- cial del mismo, con acuerdo de fs a aes inane entre las familias nuevamente for- Las tierras del calpulli constituian la pequenia propiedad de los indigenas. Carecemo de d tos sobre la extensién de las pa " cada barrio se asignaban a una familia; | Peake bint Svat cecol nay acveriae etree calidad de las tierras y la densidad AeEoEIS cién seguramente modificaron con el cea primitivas asignaciones em elas que en Segtin tenemos dicho, cada parcela estaba separada de las otras por cercas de piedra 0 d magueyes, lo que indica muy claramente q _ el goce y el cultivo de cada una eran ae 14 sacediéndose una misma familia desde ’poca inmemorial en Ta posesién y cultivo de reeka, Tegaba a formarse de hecho una verdadera propiedad privada, con la limitacin seen enajenaria, pues los derechos de! barrio solamente se ejercitaban sobre 13s ti tes o incultas. Ademas de y que, uw jerras yacan las tierras del calpulli divididas en fracciones entre las familias usufructuarias, habla otra clase, comin a todos Tos habitantes del pueblo o ciudad; carecian de cereas ¥ su goce Una parte de ellas se destinaba piiblicos del pueblo y al page del Dpradas por todos los trabajado Estos terrenos se jaban mucho cra general a los gastos tributo; eran Jal res en horas determinadas. lamaban altepellalli y se aseme a los ejidos y propios de los pueblos espafioles.° gyhRCITO Y DE LOS DIOSES: rrTUCIONES 4. PROPIEDAD DEI PROPIEDAD DE INS 1e tierra estaban desti- Grandes extensiones 4 jército en campaiia, nadas al sostenimiento del ¢} ob. cit. tM, pet i P 6 Oroxo 5 Berea EL DERECHO PRECOLONIAL y otras, a sufragar los gastos del y 2 culto, Esta ta abo arene los que lo solctaban, @ bien eran labradas colet mente por los habitantes dl pueblo a que cs respon, Pune deci ge in piedad de instituciones: el eércitoy I Tle mo grupo deben colocarse las tierra que el monarca sei emcee n laba a ciertos em; ae os empleos Seg ae Spee onto ipeateieya duos particularmente designa- dos; pero no Ia propiedad nuda, que era d f ucion, aie Como eje sac leis, puede citarse el usufructo ue sobre algunas teres tenfan los jueces y peice ea objeto de que sostuviesen su cargo con lucimiento, dignidad e independen- sca) usufructuario dejaba el cargo por cualquiera caus, el goe de las tiers ae eee a a quien lo sustituia en el dee je sus funciones.* a Medida $4 Medidas agarias. Los indios no lege arse uN concepto abstracto sot ealaoee pre cada uno 7 Orozco y Berra, ob 6 LUCIO MENDIETA Y NOSEZ de Jos géneros de propiedad antes descritos: ‘alfanse, para diferenciarlos, de vocablos que sereferian a la calidad de los poseedores y no al gianero de propiedad segiim puede verse en se guida: Tlatocalalli: tierras del rey. Pillalli: tierras de los nobles. 4ltepetlalli: tierras del pueblo. Calprullalli: tierras de los barrios. Mitlchimalli: tierras para la guerra. Teotlalpan: tierras de los dioses. f En mapas especiales se encontraban estas tle- rras perfectamente delimitadas y diferenciadas, unas de otras, por colores escogidos al efecto: las ‘a los batrios estaban pin- tierras pertenecientes tadas de color amarillo claro; las de los nobles, de encarnado y las del rey, de pirpura.' Los Iimites de las heredades y su extensién se halla- ban indicados con signos jeroglificos, segdin puede verse en las figuras que insertamos como demostracion.® # oroxco y Berra, ob. cit, tm, pp. 3707 § Crore » ie, Lamina nimero. 6, figura 6s: De Leb ¥ cana Dieripién hstric y cronolégice de les dos piedres, ete» México, 1832, l4mina ¥ EL. DERECHO PRECOLONIAL it Ignoramos su sistema de medidas agrarias, pero sabemos que tenian una unidad para las medidas longitudinales, Hamada octéctl, que Orozco y Berra fija la correspondencia de esta medida con las modernas, va significa: vara de medir o dechado. ndose de una cita de Ixtlixdchitl, en tres varas de Burgos, 0 sean 2 metros 514 milimetros; considera que, siguien: do el sistema de numeracién de los indios, con sistente en subdividir cada unidad principal en cinco menores, la menor de éstas equivale 2 21.6 pulgadas, o scan 503 milimetros, y cree que ésta era la medida para unidades menores, usa- da en el comercio y que la mayor se usaba para fijar las grandes distancias y las extensiones de tierra. En cuanto las medidas agrarias, sabemos que marcaban en sus mapas las superficies de los terrenos con cifras referidas al perimetro de os mismos, 0 bien a lo que de sembradura eran capaces de contener. Los magistrados indigenas tomaban en cuen- 19 Alonso de Molina, Vocabulario de la lengua mexicana, Leipzig, 1880, 4 LUCIO MENDIETA ¥ NOE ehinamill Lerontliyacae ARSEa Ee Fic. 1. Planos prehispénicos de propiedad agraria, EL DERECHO PRECOLONTAL 19 ta estos mapas para fallar en los litigios que se suscitaban a propésito de tierras; pero el inte rés que representan no es puramente de care- ter histérico, pues més tarde los jueces espafioles Jos tuvieron en consideracién para decidir ne gocios de tierras, en virtud de que muchos pue- glos de indios fueron confirmados por los reyes jioles.en la propiedad de que disfrutaban, de la esp con arreglo a estos mapas, en la época conquista, Existia un verdadero derecho zeal, pucs cl propictario podia perseguir su propiedad raf y sus esclavos hasta el tercer adquirente, sin pa gar a éste el precio que hubiese dado por u u otros."* a 5. LA PROPIEDAD AGRARIA ENTRE LOS MAYAS Los historiadores de los mayas aseguran que la propiedad era comunal entre éstos, no silo por lo que respecta a la nuda propiedad, sino también por lo que se refiere al aprovechamien. to de la tierra. 11 Ley 19 de Netsahualeéyot! NDIETA Y NOREZ La nobleza era la clase social privilegiada Los nobles tenian sus solares y sus casas en la ciudad de Mayapdn y quienes vivian fuera de la ciudad eran los vasallos y tributarios, Estos individuos, que componfan Ia clase social pro- letaria, “no eran obligados, escribe Cogolludo, a vivir en pueblos sefialados, porque para vi- vir y casarse con quien querian, tenian licencia a que daban por causa la multiplicacién, di- ciendo que si los extrechaban, no podian dejar de venir en disminucidn. Las tierras eran co- munes, y casi entre los pueblos no habia térmi- nos mejores que las dividieran: aunque si entre una provincia y otra, por causa de las guerras, salvo algunas hoyas para sembrar arboles fruc- tlferos, y tierras que hubiesen sido compradas por algun respeto de mejoria”. “También eran comunes las salinas, que estin en las costas de la mar y los moradores mds cercanos a ellas debfan pagar su tributo a los sefiores de Mayapan, con alguna sal de la que cogian.” * 12 Diego Lépez Cogolludo, Historia de Yucatdn, Madu, fio 1688, lil. 1v, cap. Mt, pp. 178-80, EL DERECHO PRECOLONIAL ua Esta que pudiéramos lamar institucién co- munal, entre los mayas, parece que se debia a las condiciones agricolas especiales de la pent sula, que obligaban a los labradores a cambiar frecuentemente el lugar de sus cultivos, Asi era también en la época precolonial, segtin se desprende de la siguiente noticia que tomamos de Diego de Landa: “siembran en muchas par- tes, por si faltare una, supla la otra. En labrar la tierra, no hacen sin coger Ia basura y quemarla para después sembrar, y desde medio enero hasta abril labran y entonces con las Iuvias siembran, Jo cual hacen trayendo un taleguillo a cuestas, y con un palo puntiagudo hacen agujeros en la tierra y ponen ahi cinco 0 seis granos, lo cual cubren con el mismo palo”.® En el mismo sentido escribe Molina Solis: “En un pafs como Yucatin, privado de mi- nas, la tierra tenfa que ser la principal fuente de sustento para la poblacién, no habia propie- dad exclusiva en los terrenos: se conservaban en el dominio piblico; su uso era del primer 19 Diego de Landa, Relacién de las cosas de Yucatdn, Ma , 1864. LUCIO MENDIETA ¥ NOSEZ ocupante; y la ocupacién misma no daba sino io, que subsistia cuanto el un derecho preca cultivo y cosecha de la mies. Pasado el cultivo bienal la pradera volvia al uso piiblico para ser utilizada por otro cuando los afios le hubiesen restituido las condiciones necesarias para el cul- tivo. El uso comin de las tierras es tradicional entre los mayas, que, ain al presente, con ili. cultad se resignan a la propiedad particular y exclusiva de las tierras de labranza. Concurre a ello el cardcter especial de éstas, que no permi- ten cultivar més que dos aiios una misma faja de tierra, sin dejarla descansar para que recobre por si sus elementos de fertilidad No obstante lo anteriormente expuesto, de bieron haber seguido alguna regla para la dis- tribucién, aunque fuera temporal, de sus tic- rras, pues el mismo historiador Cogolludo, ya citado, dice: “Suelen de costumbre sembrar para cada cosecha con su mujer, medida de C. C. C. pies, lo cual Haman hum-uinic, medida con vara de xx pies de ancho y xx en largo.” ‘i juan Francisco Molina Soli, Historia del descubrimiento y conguiita de Yucatin, con una reeia de la Mstoria antigua Ae tate peninsula, Mérida de Yucatin, 1896. EL DERECHO PRECOLONIAL 125 En el mismo sentido afirma Landa: “que los indios tienen costumbre buena de ayudarse unos a otros en todos sus trabajos. En tiempos de sus sementeras, los que tienen gente suya para hazer, jiintanse de xx cn xxx 0 més o menos, y hacen todos juntos por su medida y taza, la labor de todos, y no lo dejan hasta cun- plir con todos, Las tierras por ahora es de co tin y asi el que primero las ocupa las posee”. Y agrega: “‘suelen sembrar para cada casado con su muper medida de C. C. C. pies. ..”.15 De estos textos se desprende que la explota cién comunal de la tierra se hacia solamente entre los individuos carentes de familia apta para los trabajos agricolas; pero los varones ca- sados podian poseer independientemente la se- fialada extensién de tierra. El mismo Landa, ya citado, asegura que entre los may: : s existia la tutela, con administracién le bienes, institucién que no se comprende sin Ia existencia del derecho de propiedad. 15 Landa, Relatién de choses de Yucatan, vett Lani Retin de Yucatan, Brasseur de Bour- 18 Landa, 0b. cit, p. 196. 24 LUCIO MENDIETA Y NCREZ Por lo que respecta a los nobles, es también seguro que debia existir algtin derecho de pro: piedad sobre los solares y casas y por ultimo, creemos que necesariamente Ilegaron a esta blecer una organizacién més precisa de Ia pro. piedad, pues, como afirma el licenciado Moreno Cora, refiriéndose a la propiedad comunal de Jos mayas: “este sistema no debié haber sido tan general, puesto que habia leyes que arreglaban las herencias, Jo cual indica un sistema més perfecto de la propiedad” ** ‘Asi afirma también un historiador autoriza- do: “En cuanto al sistema de propiedad, tenfan costumbres y leyes perfectas, pues como en otro lugar se ha dicho, estando la sociedad dividida en nobleza y sacerdocio, tributarios y esclavos, con excepcién de estos iiltimos, todos tenian propiedades y bienes raices 0 muebles, que podian enajenar conforme a las leyes, vendien do, donando, o dejando en herencia.” ** 1 Lic, Silvestre Moreno Cora, “Resefia histérica de 1a pro: piedad territorial en la Republica Mexicana”, en Las leyes Federales vigentes sobre tiervas, Dosgues, aguas, ejides, coloniza ‘idm, Herrero Hermanos Sucrs, México, 1910, p. 12. 16 Crescencio Carrillo y Ancona, Historia ‘antigua de Yuca- téa, Mérida, Yuc., 1883, Capiruto IIL OTRAS DISPOSICIONES DE DERECHO PRIVADO 1. Contratos. 2. El trabajo. 3, Los mer caderes 1. CoNTRATOs Los historiadores recogieron muy poco sobre las costumbres observadas por los indios en sus relaciones de derecho privado; por esta razén ignoramos muchos detalles respecto a la forma de sus contratos y la naturalera de ellos y por ende, los preceptos legales que normaban su interpretacién y valimiento. En Io que tenemos dicho sobre matrimonio, potestad y sucesiones, se consideran los puntos mds importantes de la ley civil en cuestiones familiares. En materia de contratos, se conoce lo siguiente LUCIO MENDIETA Y NOSEA La compraventa podia ser al contado y a pl 0s, aun cuando celebraba sin formulisi a coma la intervencidn de testigos; pero en todo caso podia probarse con el juramento Ia existencia del. contrato. Fl comprador te nia el derecho de réscindirlo, devolviendo la mercancia y recibiendo el precio que habia en: See se trasmitian a los ge ros y podian practicarse embargos tanto a los bienes del deudor mismo, cuanto en los de su sucesion.? ; El contrato de prenda era conocido, particu- larmente para garantizar el préstamo, pero “no se usaba entre cllos, dice Zurita, dar a logro, ex algo se prestaba era liberalmente sobre la pala- re prenda””. Os eo se admitia la prisién por deudas y la esclavitud por el mismo motivo, siempre que una y otra se hubiesen pactado al contraerse Ia obligacién, El deudor preso se libertaba pa- 1 Kohler, 0b. cit p 2 Kohler, ob. cit. p. 3 Zurita, ob. city p. 1 EL DERECHO PREGOLONIAL gando la deuda, o bien déndose por esclavo Estos contratos se celebraban en presencia de cuatro testigos para ser vilidos.® Era frecuente la fianza para avalorar los con. tratos, Gencralmente la fianza consistfa en que el fiado se volvfa esclavé"del acreedor si el con. rato no era cumplido. Se acostumbraba una especie de fianza colectiva que obligaba a una 0 varias familias. La fianza era hereditaria La publicidad que se daba a los contratos por medio de testigos, les otorgaba preferencia sobre los celebrados privadamente, Ademés, el pri mer compromiso tenia mayor fuerza que los posteriores. El primero en tiempo, mero en derecho.¢ cra el pri- En el parrafo en que nos ocupamos de la es- clavitud, hemos tratado de algunas otras moda. Iidades de las obligaciones que producfa aqué- lla y que al celebrarse el contrato no tenfan mas objeto que servir como garantia de su cumplimiento. § Netzalualcoyott. Ley 19, en la traduccion de Kohler, obs 8 Kohler, ob, cit © Kohler, ob, cit, ct, LUCIO MENDIETA Y NOREZ acticaba el contrato de m eae ra que hemes interetes, aunque parece, segincita que hemos hecho de Zurita, que este ultimo estaba h purita, hibido* oy Las transacciones mercantiles se cra = comuinmente en los mercados por medio ompraventa y de permuta. compravent Se conocia el contrato de comisién, pues cra e a ‘ostumbre entre algunos comerciantes dar a «i : {i Jas. vendiesen en otros sus mercancias para que diversos pueblos 0 regiones.” seater ve ele Los contratos de aparceria y alquiler se e

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