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SECCION II Dimensiones institucionales de la modernidad Antes he mencionado la tendencia de la mayoria de las perspec- tivas y enfoques teGricos sociolégicos a buscar en las sociedades modernas un tnico y dominante nexo institucional: son las insti- For otro lado, la caracteristica principal del industrialisno, es la uuilizacién de fuentes inanimadas de energia material en |» produc. cién de articulos, asociada al papel central de la ma Proceso de produccién. Una «miquina» puede definirse como un artefacto que efectéa determinadas series de tareas empleando e fuentes de energia como medio para su funcionamiento. u adr (ialismp presupone Ja organizacion social regularizada de | juc ci6n_que coordina Ta actividad humana, las maquinas y las entradas y.salidas de materias primas y productos. Pero el industnalismo no deberia entenderse de una manera restringida como su origen en la srevolucién industrial» nos Hevaria a pensar. Esa frase, «la revolu- cién industrials, conjura una serie de imagenes Ilenas de carbén, vapor y una enorme maquinaria pesada produciendo un sonido me- télico que retumba en sucios talleres y fabricas. No menos que a dichas situaciones, la nocién de industrialismo hace referencia a es- cenarios de alta tecnologia donde la electricidad es Ia nica fuente de energia y los microcircuitos electrénicos los inicos dispositivos mecanizados. E} industrialismo ademés, afecta no s6lo al centro >] quinaria en el trabajo sino también al transporte, las comunicaciones y Ja vida do: méstica. : ae : Podemos reconocer las sociedades capitalistas como un_subtipo distinto de las sociedades modernas en general. Una sociedad capi- muestra un numero de especificos rasgos institucionales, ya que, dadas sus caracteristicas expansioniscas, Is vida econémica capitalista s6lo en algunos aspectos esté circunseriea a las fronteras de especificos sistemas sociales. Desde sus mismos origenes, el capitalismo ha sido internacional en su esfera. Una so- ciedad capitalista es una «sociedad» sélo porque es un estado nacio~ inal, Las caracteristicas del estado nacional, en una parte substancial, Wan decipiens anleanetin independencia de la discusidn sobre la naturaleza tanto del capitalismo como del industrialismo. E! sistema administrativo del estado capitalista, y de los estados mo- dernos en general, debe interpretarse en términos del control coor- dinado que ejerce sobre delimitadas areas territoriales. Como dije antes, ningiin estado premoderno pudo aproximarse al nivel de coor- dinacidn administrativa desarrollada nacional. Tal concentracién administrativa depende a su vez del desarrollo de capacidades de vigilancia que sobrepasan con creces aquellas pro- pias de las civilizaciones tradicionales, y los aparatos de vigilancia constituyen una tercera dimensién, asociada como el capitalismo y el industriatismo, al nacimiento de la modernidad. La_vigilanc refi isidn de las actividades de la poblacién en la esfera politica, aunque su importancia como base del poder administrauvo no esté bajo ningtn concepto limitada a esa esfera. La vigilancia puede ser dices (como en muchos de los ejemplos discutidos por Foucault como prisiones, escuelas y centros de trabajo)”, pero mas caracteristicamente es indirecta y basada en el control de la informa- cién. Hay que resaltar una cuarta dimension institucional: ¢l control de los medios de violencia. El poder militar fue siempre un £2380 jas civilizaciones premodernas. No obstanis, en esas ¢i Tentral Nc anes, por mucho tiempo lizaciones el centro politico nunca pudo asegur * Michel Foucault, Discipline and Punish (Londees: Allen Lane, 1977). { del estado moderno como también lo es la existencia de especiales conexiones con el industrialismo, que penetran tanto la organizacion de las fuerzas armadas como el armamento a su disposicién. La sindustrializacién de la guerra» cambia radicalmente el caricter de la guerra, Ievindola a una era de «guerra totale y més tarde a la guerra nuclear. El intérprete clisico de Ja relacién entre la guerra y el cstado nacional, en el siglo diecinueve, fue Clausewitz; pero, para ser pre- cisos, su enfoque ya era substancialmente obsoleto cuando lo desa- rrollé. Para Clausewitz la guerra era la diplomacia por otros medios, es a lo que se llega cuando las negociaciones normales u otros modos de persuasién o coercién fracasan en las relaciones entre estados *?. La guerra total embota la ut i6n de la guerra como instrumento politico ya que el sufrimiento infligido a ambas partes tiende a so- brepasar con creces cualquier ganancia diplomitica que pudiera al- canzarse a través de ella. Esto es obvio ante la posibilidad de guerra ee | Las cuatro dimensiones fundamentales de la modernidad y } sus interrelaciones pueden apreciarse en Ja figura 1. cae ell aA RA HnranrnanrinAar 2 6 mm « srancenimiento secular de nuevos cédigos de derecho penal, ademas del control supervisor de la «desviacién». El poder militar queda convertido en un apoyo relativamente remoto a la hegemonia interna de Jas autoridades civiles y las fuerzas armadas generalmente «apun- tan hacia afuera», hacia otros estados. Moviéndonos mis alrededor del circulo, observamos que existen relaciones directas entre el poder militar y el industrialismo, siendo la industrializacion de la guerra una de las principales expresiones de ello. De igual manera, se pueden establecer claras conexiones entre el industrialismo y el capitalismo, conexiones que son de todos conocidas y bien documentadas, pese a la disputa de Prioridades sobre su interpretzcién, anotada més arriba, En las condiciones de la modernidad, el industrialismo se convierte en el eje principal de Ja interaccién de los seres humanos con la naturaleza. En las culturas. premodernas, incluso en las Brandes civilizaciones, los seres huma- ia la disponibilidad de fuentes naturales de subsis- tencia; a la abundancia o escasez de cosechas y animales de pastoreo; y al impacto de los desastres naturales. La industria moderna, con- figurada por Ja alianza entre ciencia y tecnologia, transforma el mun- ‘edo de la naturaleza de manera inimaginable a generaciones passdss, En los sectores industrializados del planeta; y crecientemente en to- das partes, Jos seres humanos viven en un entorno creado, un entor- ro de accién que es desde luego fisico, pero que ka dejado de ser wa Consecuencias de la modemidad 6 natural. No sélo el entorno construido de las areas urbanas, también otros paisajes estan sujetos a la coordinaci6n y al control humano. Las lineas rectas de la figura 1, indican més conexiones de las que pueden ser analizadas aqui. Por ejemplo, el hecho de que la vigilancia ha estado estrechamente implicada en el desarrollo del in- rar dustrialismo, consolidando el poder administrativo sobre las insta bos laciones de produccién, las fabricas y los talleres. Sin embargo, en vez de proseguir tales consideraciones, volveré la atencién breve- mente, muy brevemente dado el vasto tema a discutir, sobre cémo los diferentes agrupamientos institucionales se enlazaron unos con : otros en el desarrollo de las instituciones modernas. oey ~oLa empresa capitalista, podemos afirmar con Marx, desempend : ‘un importante papel en separar la vida moderna de las instituciones del mundo tradicional. El cardcter enormemente dinémico del capi talismo viene dado como resultado de las conexiones establecidas entre la empresa econémica competitiva y el generalizado proceso de mercantilizacién. Marx diagnosticé que la economia capitalista, tanto interna como externamente (dentro y fuera del alcance del estado nacional), es intrinsecamente inestable y agitada. Toda !a re- produccién econémica capitalista es «reproduccién expansiva» por- que el orden econémico no puede permanecer en un equilibrio mas © menos estitico, como era el caso en la mayoria de los sistemas | tradicionales. El surgimiento del capitahsmo, como dice Marx, pre- cedié al desarrollo del industrialismo, y ciertamente suministré mu- cho del impetu de su surgimiento. La produccién industrial y la, constante revolucin tecnolégica asociada permitid que el proceso de produccién se hiciera mas eficiente y barato. La mercantilizacin de la mano de obra fue un eslabén particularmente importante, entre el capitalismo y el industrialismo, porque el «trabajo abstracto- pue- pate uespiega: Gu iuei ee a aves Uer atte uneeie a tus uieuiUD UC violencia, entre otras cosas, porque frecuentemente era una clase de guerreros. Pero con el surgimiento del capitalismo, la naturaleza de la dominacién de clase se hizo substancialmente diferente. El con- trato de trabajo capitalista, un punto clave del nuevo emergente sis- tema de clases, implicaba el empleo de fuerza de trabajo abstracta en lugar de la servidumbre del «total de la personas (esclavitud); de una proporcién de la semana laborable (criados al servicio personal del amo), o de productos (diezmos o tributos en especie). El contrato de trabajo capitalista no descansa sobre la posesién directa de los me- dios de violencia y el trabajo asalariado es nominalmente libre, por lo que las relaciones de clase quedan de esta manera incorporadas direc- tamente al marco capitalista de produccién, en vez de estar abiertas y sancionadas por la violencia. Este proceso se dio en conjuncién hist6- rica con la monopolizacién del control de los medios de violencia en manos del estado. De esta manera la violencia qued6 «extraida» del contraro de trabajo y concentrada en -manos de las autoridades estatales. Si el capitalismo fue uno de los grandes elementos institucionales que promovieron la aceleracién y expansién de las instituciones mo- dernas, el otro fue el estado nacional. Los estados nacionales y el sistema del estado nacional, no pueden explicarse a la luz del desa- rrolla de la empresa capitalista, por mis que los intereses del estado y la prosperidad, capitalista hayan sido a veces convergentes. El sis- tema del estado nacional fue forjado por una miriada de aconteci- mientos contingentes dentro del difuminado orden de reinos y prin- cipados postfeudales, cuya existencia diferencié a Europa de los im- perios agrarios. La difusién de las instituciones modernas a través del mundo fue en su origen un fenémeno occidental, que a su vez fue afectado por las cuatro dimensiones antes mencionadas. Los es- tados nacionales concentraron el poder administrativo mucho mas Detrs de los agrupamientos institucionales descansan las: res fuentes del dinamismo de la modernidad antes puestas de relieve, esto es, el distanciamiento entre tiempo y espacio, el desanclaje y la _reflexividad, Esas fuentes no son en si mismas instituciones sino condiciones que facilitaron las transiciones historicas a las ¢ ron las transiciones historicas a las que nos’ hemos referido en paginas precedentes. Sin ellas, el desprendimiento de la modernidad de los ordenes tradicionales, no habria sucedido en_manera tan radical, tan rapida o a través del escenario mundial. implicadas, a la vez que’ condicionadas, por ( . i Esas con eS [ las dimensiones institucionales de la modernidad. La mundializacién de la modernidad La modernidad es intrinsecamente globalizadora y esto resulta evidente en alguna de las caracteristicas mas esenciales de las insti- tuciones modernas, en las que particularmente se incluyen sus con- diciones de desanclaje ¢ indole reflexiva. Pero ¢qué es exactamente la mundializacién y cémo podriamos conceptualizar mejor este fe- némeno? Consideraré detenidamentce estos interrogantes dado que en la literatura sociolégica, la importancia crucial del actual proceso de mundializacién ha sido escasamente sefalada en las amplias dis- cusiones del mismo. Empezaremos por recordar algunas de las pun- tualizaciones ya hechas. La excesiva dependencia que los socidlogos han depositado en la nocién de «sociedad», cuando ésta significa un sistema delimitado, deberia ser reemplazada por un punto de partida en el que se concentre el anilisis de cémo est4 ordenada la vida social a través del tiempo y el espacio, es decir, en_la problematica del distanciamiento entre tiempo y espacio. El marco conceptual del distanciamiento espacio-temporal dirige nuestra atencion a las com- plejas relaciones entre la participacién local (circunstancias de co-pre- sencia) y la interaccién a través de la distancia. En la era moderna, el nivel de distanciamiento entre tiempo-espacio es muy superior al registrado en cualquier periodo precedente, y las relaciones entre formas sociales locales o distantes y acontecimientos, se’«dilatan», ' Gels ose eaten Nanri ananaann Hane feoeandnaoaea eau iupaico ijanius, UE tal Manera que Jos acontecimientos loca- les estén configurados por acontecimientos que ocurren a muchos kilémetros de distancia o viceversa. Este es un proceso dialéctico puesto.que esos acontecimientos locales pueden moverseé@h direc ci6n inversa a las distantes relaciones que les dieron forma. La trans- formacién local es parte de la mundializacién y de la extension lateral de las conexiones 2 través del tiempo y espacio. Asi, quien estudie las ciudades actuales en cualquier lugar del mundo, sabe que lo que sucede en un barrio local seguramente ha sido influenciado por otros factores —como pueden ser la economia mundial 0 los mercados de productos— que operan a una distancia indefinida lejos del barrio en cuestién. El resultado no es necesariamente, ni siquiera corrien- temente, un generalizado conjunto de cambios que actéan en direc- cién uniforme, al contrario, en muchas ocasiones, consiste en ten- dencias mutuamente opuestas. La creciente prosperidad del 4rea ur- bana de Singapur podria estar causalmente relacionada, a través de una complicada red de conexiones econémicas mundiales, al empo- brecimiento de un barrio de Pittsburgh, cuyos productos locales no son,competitivos en los mercados mundiales. tro ejemplo de los muchos que podrian ofrecerse, es el auge™ de los nacionalismos locales; tanto en Europa como en muchos otros lugares del mundo. EI desarrollo de las relaciones sociales mundiales, probablemente sirve para disminuir algunos aspectos de los sent mientos nacionalistas vinculados a los estados nacionales (0 a algu- nos estados), pero también puede estar causalmente implicado en la Las teoras sobre relaciones internacionales normaimente centran su_atencidn sobre el desarrollo del sistema del estado nacional, ana- lizando su origen en Europa y su posterior extension a] mundo entero. Tratan a los estados nacionales como si fueran «actores» que sé telacionan entre si en el campo internacional o con otras organi- zaciones de indole transnacional (organizaciones irtergubernamen- tales 0 actores no estatales). Aunque distintas posiciones tedricas estin representadas en este cuerpo de literatura, la mayoria de los autores pintan un cuadro similar al analizar el crecimiento de la mundializacién *. Se asume que los estados soberanos surgieron en un comienzo como entidades separadas que ejercian dentro de sus fronteras un mis 0 menos completo control administrativo. A me- dida que el sistema de estados europeo va madurando y se convierte €n un sistema mundial de estados nacionales, las pautas de interde- pendencia, van desarrollindose crecientemente. Esto se expresa no s6lo en los vinculos que forman los estados entre si en el campo organismos en el campo internacional, ciones sociales que no se dan entre o fuera de To simplemente se entrecruzan a través de las divisiones estarales. Otra de las limitaciones de este tipo de planteamiento concierne a su representacién de la creciente ynificacion del sistema del estado nacional. El poder soberano de los estados modernos no se consti- twy6 con anterioridad a su implicacién en el sistema del estado na- cional, ni siquiera en el sistema estatal europeo, sino que se desa- rrollé en conjuncién con éste. Es cigrto que la soberania del estado moderno fue desde un principio dependiente de las relaciones entre estados, en el sentido de que cada estado (en principio, pero desde luego no siempre en Ia prictica) reconocia la autonomia de los otros dentro de sus propias fronteras. No obstante, ningin estado, no importa lo poderoso que fuera, mantuvo tanto control soberano en a practica como el que se veneraba en el principio legal. La historia de los dos ultimos Tigho¥ ne ey THEE GUE be progresive pérdida de la soberania del estado nacional. Aqui debemos de nuevo reconocer el caricter dialéctico de la mundializacién y también la influencia de procesos de desigual desarrollo. La pérdida de autonomia por parte Wallerstein del sistema munatai presenta suucias cornet iwucnunies cane to en el plano tedrico como en el anilisis empirico 4 No menos importante es el hecho de que esquiva la corriente preocupacién de Jos sociélogos por las «sociedades, en favor de wna concepcidn de mayor alcance sobre las relaciones mundiales: También hace una clara diferenciacién entre la era moderna y las edades precedentes en funcién del fenémeno que le preocupa. Lo que él llama «econo- mias mundiales», esto es, redes de conexiones econdmicas de carac- ter geogrificamente extensivo, existieron con anterioridad a los tiem- pos modernos, pero fueron notablemente diferentes del sistema mun- dial que se ha desarrollado a lo largo de los dltimos tres 0 cuatro siglos. Las anteriores economias mundiales estaban generalmente cen- tradas en grandes estados imperiales y nunca cubricron mis que ciertas regiones en las que se concentraba el poder de esos estados. +H La llegada del capitalismo, como analiza Wallerstein, conduce a un’ tipo de orden muy diferente, por primera vez auténticamente mun-> dial en su alcance y basado mis en el poder econdmico que en politico —«la economia capitalista mundial». La economia capitalista mundial que se origina en los siglos dieciséis y diecisiete, es integra- da a través de las conexiones comerciales y de produccién, no por un centro politico. Indudablemente que existen miltiplés centros eokucos, los estados nacionales. El sistema mundial moderno se di- vide en tres componentes, el nucleo, la semiperiferia iferi: aunaue el lugar en el que cada uno de ane se tee foe SSSR BHODHAHRDADAMDSA Pohucos. La administraci6n colonial de tierras lejanas, puede en al- {Banos casos haber ayudado a consolidar la expansién econémi pero nunca fue la base principal de la propagacion global de la e presa one A finales del siglo veinte cuando pricticamente ha desaparecido el colonialismo en su forma original, la econgmia ca- pitalista thundial continia implicando directamente los enormes de- sequilibrios que existen entre el nucleo, la semiperiferia y la periferia. Wallerstein supera con éxito algunas de las limitaciones de buena parte del pensamiento sociolégico ortodoxo, mas notablemente, la tendencia claramente definida a enfocar el andlisis sobre los «mode- Jos endégenos» del cambio social. Pero su trabajo tampoco esta libre de defectos. Por una parte insiste en ver un solo nexo institucional dominante (el capitalismo), como unico responsable de las transfor- maciones modernas. De esta manera, la teoria del sistema mundial se concentra fuertemente sobre las influencias econémicas y encuen- ua dificil considerar satisfactoriamente precisamente aquellos fend- menos que los tedricos de las relaciones internacionales han consi- derado centrales, esto es, el auge del estado nacional y el sistema del estado nacional. Ademis, las distinciones entre nucleo, semiperiferia y periferia (quizis ellas mismas de cuestionable valor) fundamenta- das sobre criterios econémicos, no permiten iluminar las concentra ciones de poderes politicos o militares que no se alinean de manera precisa con las diferenciaciones econémicas. Las dimensiones de la mundializacién En contraste con lo anterior, consideraré la econom(a capitalista mundial como una de las cuatro dimensiones de la globalizacién, ajustindome a la cuddruple clasificacién de las instiruciones de la modernidad nombradas mis arriba. (Ver figura 2) “*. El sistema de vestado nacional es la segunda dimensién, como la argumentaci6n ya Aa lndlnahs sunane canectadae de diversas formas. ninguna Sistema de estado nacional \ Orden militar mundial Divisién internacional del trabajo FIGURA 2. Las dimensiones de la globalizacién. gunta debemos incorporar a la discusién un mimero de considera- ciones relevantes. Los principales centros de poder en la economia mundial son estados capitalistas, estados en los que la empresa eco- némica capitalista (con la consiguiente relacién de clase social que conlleva) es la principal forma de producci6n. La politica econémica, tanto doméstica como internacional, en esos estados, involucra mu- chas formas de regulacién de la actividad econémica, pero, como ya hemos visto, su organizacién institucional mantiene un «aislamien- tor de lo econémico y de lo politico. Esto permite un amplio ambito para las actividades globales de las corporaciones financieras, que aunque siempre han estado domiciliadas en un determinado estado, no obstante pueden desarrollar muchos otros intereses en cualquier otro lugar del mundo. [Las empresas comerciales, especialmente las corporaciones trans nacionales, pueden ejercer un inmenso poder econémico y poseen la capacidad de influir en Ja politica bier. del pais de su sede, bien en otras partes. Las. mas grandes compafias transnacionales maneja en la actualidad presupuestos muy superiores a los de la mayoria de los estados; pero existen algunos aspectos clave en los que su poder \ no puede rivalizar con el de los estados, siendo especialmente im- portantes Jos factorés de territorialidad y control de los inedios de violencia. No existe ninguna area sobre la superficie terrestre, salvo, 51 los estados nacionales son «actores» deh politico, las corporaciones son los agentes dominantes dentro de y la economia mundial: En las relaciones comerciales entre ellas, y con los estados y consumidores, las compafias (corporaciones, agencias financieras y bancos) dependen de la produccién para el beneficio, Asi, la difusién de su influencia conileva la extensin global de los mercados de productos incluidos los-mercados monetarios. Sin em- bargo, incluso en sus.comienzos, la economia capitalista mundial nunca fue sélo un mercado para el intercambio de productos y ser- vicios; implicaba, y sigue implicando, la mercantilizacién de la fuer- za de trabajo en las relaciones de clase que separan a los trabajadores del control de sus medios de produccién, Este proceso, como es de suponer, esti repleto de connotaciones referentes a la desigualdad global. a Todos los estados nacionales, sean capitalistas 0 de socialismo estatal, pertenecientes a los sectores

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