You are on page 1of 21
EL BASILISCO bere i ae Los derechos humanos PSE ci da La Ideologia en Zeferino Gonzalez Sa Cofradias 5 guerreras pM ' Antropologia y Agresién cea Libertad, Igualdad, Fratemidad. Se El prestigio de a revolucion y el bicentenario de la francesa Presencia de Grecia y de ‘oma en la revolucion francesa Erte a a La Spatphilosophie de Schelling pee Ene Sobre los diarios de Malinowski Stiotca Cixi de Ahorras de Asturias EL BASILISCO Revista de Filosofia, Ciencias Humanas, Teoria de ta Ciencia y de ta Coltura EL BASILISCO. Segunda Epoca. Nimero 3. Enero-Febrero 1990 ARTICULOS Gustavo Bueno Sénchez El tratado de Ideologia de Fray Zeferino Gonzalez / 3 es ‘ousavo Bueno nar tn Stee Alfonso Ferninder Tresgu one ane Aniropologia y Agresin: notas para un andliis fioséfico / 17 st ning Rosen HISTORIA DEL PENSAMIENTO san No Meter Gustavo Bueno ‘io eo Libertad, Igualdad, Fraternidad / 29 ee ‘Waldo Merino I prestigio de la revoluciin y el bicentenario de la francesa / 35 Tomés Recio Garcia Presencia de Grecia y de Roma clasicas en la Revolucién francesa de 1789 / 41 TEATRO CRITICO Eduardo Peralta Labrador Cofrodias guerreras indoeuropeas en la Espa antigua / 49 CUESTIONES DE ETICA Y MORAL Pedro Belarmino Los «Derechos Humanos» / 61 ery oa CRITICA DE LIBROS / 89 Secundino Ferindez Garcia, El itimo libro de Gustavo Bueno’ Marcelino Luna ‘Amara, ‘La Spithilosophie de Scheling y el Materilsmo floséfico’ Carmen Batos Pino, ‘Sobre los Diatios de Malinowski? . NOTICIAS ee Concha Diosdado Ang ta EI 1 Congreso Internacional de la "Scheling Geselschaft” cp teu bc RESERAS / 97 grupo helicon EL BASILISCO SBtbistece saute 30 Giga de Ahorros de Asturias sts EL BASILISCO Autores en este numero rato de Tapia de Casarigo. Pedro Belarmino (1919) Abogado. Fun sionario internacional, Tras vivir mas de Suarenta anos fuera de Espana, ocupando diversos puestos de responsabilidad en ins tancias internacionales, est en In actual dad ultimando sus Memories, Gustavo Bueno Martinez (1924) Catedré tico emérito de la Universidad de Oviedo, autor de EF papel de la filosofia en ei conjunto del saber, Ensayo sobre fas cate- zorias de la economia politica, Ensayos ‘materialistas, Etmologia ¥ utopia, Idea de Cencla desde fa teorta del cierre catego: ial, La metafsica presocrética, El animal divino, Cuestionescuodlbetles sobre Dios 1 la religion, Materia, Nosotros y ellos. Gustavo Bueno Siincher (1988) Doctor en Filosofia, profesor en el Departamento de Filosofia’ de la Universidad de Oviedo. Secundino Ferninder Garela (1956) Pro- fesor agregado de filosofia del Instituto de Bachllerato «La Magdalena de Avs. Alfonso Fernndez Tresguerres (1957) Pro- fesor agregado de filosofia del Instituto de Bachllerato «Juan José Calvo Miguel» de Sotrondio. Marcelino Luna Almarza (1961) Profesor agregado de filosofia del Instituto de Ba- chillerato de Burela (Lugo) Waldo Merino (1911) Catedritico jubila- ddo de Filologia francesa ¢ inglesa de la Escuela Universitaria de Formacién del Profesorado de Leén, autor de Arguitec- ura hispano-flamenca en Lean (esis doc: toral) y Origenes de! régimen consttucio- hal y resistencia leonesa a Napoledn, La Junta del Reino 18031813. Eduardo Peralta Labrador (1987) Licen- ciado en Historia por la Universidad de Oviedo. Entre otros, ha publicado los si- ‘uientes articulos: «Las estelas discoides dde Cantabria y de la Mesetay y «La se- tunda estela de Barros y un caso de posi- ble pervivencia medieval y de su simbolo- cantabray (en Sautuela, n° 4, 1985). Tomis Recio Garcia (1914) Cateratco ju bilado de latin (en el Instituto «Alfonso Ty de Oviedo desde 1943 a 1984). Autor de diversos libros de texto. Traductor de las Buedicas y Gedraicas de Virgilio (Bi- bliteca Clisica Gredos), Traductor de fos textos latinos en In versién espatiola de EI nombre de la rosa de Eco. 2 Normas para la presentacién de originales EL BASILISCO, revista de Fasoia, Cen clas Humenas, Teoria de la Ciencia » de lo aquellos trabajos relacionados directamente con ‘i temion yous seciones, que le Sean remit. dos con ese fn Se ecuserd recibo de ofl de todes tos or fitard la adecuaion de fos isos, en (fos requsitor formate que se explictan (sn ‘que esto prepcave sobre su aceptacion fin), La revista informard a los autores, en ef me- hor plazo posible, acerca de le aceprcion 0 Ino de sus trabajos. una vet someldos a los Imecanismos de evaluacon presto, a como las previsones de ediion en funcion de las ‘rounstancias de propramacién de los ime as La revista se reserva el derecho de propo- ner a os autores modificaciones Jormales en Ss trabajos cuando 10 considere neesario, Los trabajos deberdn eter escrits on espa oly ser incites. En genera, no se aceparon trabajos publeades anterirmente, que hayan ‘do enviados af mimo tempo a otra revista Como indceion se recomionda gue los arte lo gue se preenton, sin haber so oa dios, mo tengan na extension superior a 12 Dplsnas (de 1800 caracers). Cade original deberé incur wo del ta ajo (ave trd concia e informant of lector ‘el contenido ence! de ertcalo); ef nombre fel tor 3 su reccion postal complet um ‘resumen informarvo del contenido (que no ex eda de 150 palabras: o ser posibie traducido Tambien a nee el texto principal: fas notas le bibhografio fon su Cae). Sif origin conten tabla, cuadros 0 iusrasiones, se pe- Sentarin por separado indcondo ent texto ugar donde debon incertae). Las nae le Surin na numeration correla » se presen- tardn Juntas a final del texto cen procesadores de texto hapon llegar la revista junto con fas copies impresas de su trabajo, un disco con le archivor que conten fun e! orginal (ndicando el tipo de maquina Pde programa’ de tratamiento de texto. que Se ha uttzado). Se sipere, en ete cas, para tina evental mejor alilaacion directa de estos textos, presetolos sin jsticar sin pola ‘yas pares. Todos tos wabajos se envirdn a a Sect sia de Redacsion, El Buslinc, Apartado 360, ‘3080 Oviedo (Expats, cn pica eiempler, Junto com una carta del autor principal en ‘que se ofezea ef orginal para su pubiacion (HEL BASILISCO 9 se express ef abajo & inddlito 0 se encuentra sometdo, simuié- hneamente,@ examen por otra revista 0 publ cm as como euanas circumstances ue ‘don norecer pertinent os ecto des eva Ihacién incvendo una breve referencia per sonal del autor, que inciuya el ato. de inacimiento y su datos bibogrficos » profe: Sionales mds relevant) DISTRIBUCIONES DE ENLAGE, S.A. Distribucion Disribuidor exclsivo para quiososy ibreias de todo Espata Enlace / rue, 49 / 08009 Barcelona Teleonos: (93) 3175266 (93) 3173382 (pedis) Fa: (3) 317981 Enlae/ Jot Celesino Muti, 4 / 2808 Madrid Teléfono: (81) 2558404 (9) 2459834 Primera Epoca [Nameros atrasados de la primera época de EL. BASILISCO (nimeros 1 a 16, 1978-1984) Disponbls en papel los mimeros 7 a 16 Disponbls en microfcha los mimeros 1 al 6, Precio mimeros sulios: 1000 Pus Colescién-mimero 7 al 16: 8000 Pras (Ge inluye como regalo la versién en microfi- cha de ls aimeros 1a 6) Suscripciones La tarifa de sseripcin por ses mimes (un aio) es de —Pantculaes: 2600 Pras. (IVA include) —lnsitucions: 4000 Pras. (nis IVA). Las susripcions se pueden hacer efetivas me- diame: —Ingreso/transferencia a la C.C. 3484012682 e la Caja de Ahorrs de Asturias, sucusa Rio San Paco. Oviedo. Cheque bancario nominatvo. Pedidos, suscripciones y_cortespondenia: EL BASILISCO Apariado 360 33080 OVIEDO (Espata) Telsfono: (985) 23364 EL BASILISCO % Ig TEATRO_CRITICO COFRADIAS GUERRERAS INDOEUROPEAS EN LA ESPANA ANTIGUA Eduardo Peralta Labrador Santander 1n Espaia no han sido muchos los autores que han estudiado el tema de los Manner Duinde («Sociedades de hombres»). Ortega y Gasset presté atencién en uno de sus fensayos a las bandas de jévenes solteros como origen de la ciudad y det estado!. Julio Caro Baroja ha investigado la pervi- vencia en el folklore y tradicién hispanas de las cofradias ‘masculinas de Anio Nuevo (zamarrones, guirrios, campanei- ros, ete.) esponsables de los tumultos, depredaciones, de- safios, cencerradas, mascaradas y ottos rituales de ARO Nuevo y Carnaval rural?, José M? Blizquez, especialista cen las religiones prerromanas, ya sefalé que muchas de Tas ideas de las bandas de j6venes y de la sacralidad guerre- ra del lobo, en base a lo tratado por Mircea Eliade entre los dacios, Son perfectamente aplicables a las gentes prerro- manas de’ Hispania’, Desde el campo de la filosofia, se- aiin ha propuesto Gustavo Bueno, estas sociedades corres- pponderian con la fase que denomina de religiosidad secun- daria, es decir, aquella en la que los mimenes tienen al ‘mismo tiempo aspecto humano y zoomérfico (Neolitico y Bronce), pero hundiendo sus raices en la religiosidad pri- ‘maria de los cazadores paleoliticos? ®. Por nuestra parte, consideramos fundamental para este tema el tratar compa: rativamente con los Mannerbunde estudiados por otros auto res entre los germanos, celtas, itlicos, iranios, griegos, tra cios, eslavos e indos, los datos fragmentarios que nos per- iten rastrear su presencia en la. Peninsula. (0), Ortega y Gasset, 3. «Bl igen deport del ead, Obras Com Pets, 1, Allanct Ed-Rey. de Ossiente, Madi, 198, pp. 607s. (2) Caro Baroja, Ju, EY Camavel, Taurus, Maid, 1988 (3). Blazguez, J. M., Primiths ReliionesIbécae.. Religiones pre rromenas, Cisiandad Madrid, 1983, p. 148 (3°bi5)" Bueno, G., ET ammal divio, Petals, Oviedo, 198, EL BASILISCO Sabemos por diversas fuentes del cardcter eminente- mente guerrero de pueblos como los cntabros, astures, arévacos, galaicos, celtiberos, vaceeos, lusitanos y vetones, y de la fama que adquirieron en el mundo antiguo por sus hechos de armas y por su cualificacién como mereena- ios y especalistas de la guerra al servicio de piinicos, ro- ‘manos 0 griegos. A este respecto hay un interesante estudio de Gabriel Sopetia en el que trata sobre algunos rituales de Jos celtiberos que muestran sus concepciones heroicas Y agonisticas de la existencia, como las ordalias, el afin aventurero y la busqueda de Ia gloria, los trofeos de manos y cabezas cortadas de enemigos, el relato de las gestas y, ‘especialmente, el caracterstico tito de dejar a los buitres (0 los cérvidos los cuerpos de los guerreros muertos va- lientemente en combate, que implica la existencia de la creencia en una especie de Walhalla celeste al que las sagra- das aves carroferas Ievaban las almas de los heroes, como sefialan varios autores clisicos y la arqueologia para los celiberos, vécceos y cdntabros’, Consideraban un honor caer en el campo de batalla, por lo que los cantabros se suicidaban con el veneno del tejo cuando la edad los hacia initiles para la guerra; mientras que los celtiberos tenian por indigno morit en la cama, aconsejando a los viejos que se diesen muerte con la diestra’, Ya Duméeil habia observado la semejanza de estas rigurosas costumbres con las de los jinetes iranios de las estepast, (Sto tic, 1, 34.383. lino, De nar. an. X, 22. Diodoeo Y, 34, 3. Sopena, G., Dioss, eee ) itor, Premas Univeritarias, Zaragoza, 1987 (5) Slio taco, 1,228; IM, 326-331. Valeo Maximo, Il 6, 11 Gieerony Tass. Disp, 65, (6 Dune, G., Romans de Scythie et d'Alentour, Payot, Pars, 1978, pp. 262.273, ° sel prersomana de Alita Teruel) con ecena bia que alude fla couumbve cetera de comar las manos a los venides como Irofeesy al rio funerario de dear lon bute los cuerpos de los heroes que cten en el combate para que leven sus alma al paraso Aral, En meio un lobo 0 un perro (Sepin F. Marco Simén) EI dios de Ia guerra: En un monumento ibérico de Binefar (Huesca) el bi ‘re que ataca al guerrero yacente es sustituido por un grifo, y-el tema se asocia a una inseripeién que menciona ai dios Neitin. En el mismo monumento y en la estela celtbe- ra de El Palao (Alcatz, Teruel), junto a los buitres andr fagos y despojos de guerreros se ven trofeos de manos cortadas’, Bajo la denominacidn de Mars Neto (del celta hnefo, «guerrero) Macrobio nos presenta al dios de la gue- fra hispano con un caricter solar y con multiples radios astrales', También se le menciona en la inseripeién celti- bbera de Botorrita (Zaragoza) y en aras de Conimbriga (Por- tugal) y Trujillo (Caceres), una de las cuales le Hama Neto- ni Deo Caelius, lo que explicaria la presencia de svisticas ¥ otros signos solares en las eerdmicas numantinas en las {ue tambien se representaron guerreros yacentes picoteados or cuervos y buitres?, En Irlanda el dios guerrero Ner fstaba igualmente asociado al cuervo, la corneja y otras carroferas del campo de batalla. Es bien sabido que el feuervo estaba vinculado al germano Odin, dios que forma su nocturno séquito celeste de einherjar con los caidos en ‘combate, que residen en el Walhalla (heroizaci6n del valr ‘0 montén de cadaveres de los muertos en el campo de batalla). También era el emblema de su homdlogo celta, () Marco Simin, F. y Raldellou, V., «El monumento tbéico de Binefar (Huesca), Pyrenae, a 11, 1976, pp. 81-16. Marco Simén, F., Nucor exelar tries de leat (Teruel, Pyrenae, n? 11,197, pp. 73390 @) Mazrobio, 1.19, 5 (9). Bldeguer, 1M. Op. ct, pp. 281, 308. Sobre cerdmicas de Nu- Imancia: Wattenberg, F Lar conimiasindignas de Numancia, Bi Dltheca Prahistoria’ Hispana IV, Madrid, 196, (G0) Le Rous, F. ¥ Guyonvareh, Ch. J, Mérrigan-Bodb- Macks, Calin ae XXV, ‘Rennes, 1983, — el dios solar Lug («EI brillante», «£1 luminoso», vencedor e las fuerzas de la oscuridad). Los textos escandinavos € irlandeses presentan a ambos como jefes guerreros que utilizan la magia paralizante en la batalla, comportamiento de furor extatico que era imitado mediante una serie de antificios por sus devotos iniciados en los Mannerbiinde. EI culto a Lug, representante entre otras cosas de ta soberania en su aspecto oscuro y militar, se documenta ‘en estelas de Lugo, Soria y, especialmente, en el santuario celbero de Pefalba de Villastar (Teruel), en cuya gran inscripcién del siglo 1 a. C. aparece citado dos veces y puede verse tambien su cuervo (este santuario, en la cima {de una montafa, es el mis importante y antiguo que se conace de Lug en todo el mundo ettico)". Estrabén se telirid al principal dios de los pueblos del norte, que era un dios de la guerra al que sacrificaban prisioneros de guerra, caballos y machos eabrios (estas he- ‘atombes se asemejan a las que conocemos por otras fuen- tes entre los esctas, galas y germanos en honor de sus doses de la guerra). El mismo gedgeafo griego describe ‘8 comtinuaciGn que esta clase guerrera de los pueblos det norte de la Peninsula celebraba juegos gimndsticos, hoplit ‘cos € hipicos, en los que se ejercitaban en el pugilato y la carrera y simulaban batallas campales. En estas celeb. ciones los hombres beblan y danzaban al son de flautas Y trompetas, saltando por alto y cayendo en genuflexin, En los demas mbitos indoeuropeos las fiestas de los doses guerreros se celebraban en el solsticio invernal, pe- riodo en el que precisamente se hacian sacrificios de caba- Ios blancos para revitalizar las fuerzas decadentes del Sol y de su representante terrestre: el monarca, cauilo de las cofradias iniciticas masculinas (Equus October romano del Campo de Marte, asvamedha hindi en honor de Indra, sacrficios germanos de Jul en honor de Odin, etc.). Los guerreros muertos de Odin y las divinidades que siguen al dios escandinavo combatian contra las fuerzas demonia- fas que se desencadenan en el periodo magico de solsticio de invierno para restablecer el orden, de la misma forma ‘que las violencias, cencerradas, depredaciones y tumultos de los Mannerbunde en esta ¢poca del afio desempefiaban lun papel fundamental para el equilibrio colectivo de la sociedad indoeuropea, conjurando a la muerte y a sus espi- ‘tus (decadencia de la Naturaleza al final de un ciclo anual) por la vida (renacer primaveral del Sol) mediante Ia promo- cidn a la edad adulta de los j6venes iniciados en la cofradia de hombres-lobo, los cuales aseguraban la continuidad de la cadena biolbgica de las generaciones. El equivalente celta cra la fiesta solsticial irlandesa de Samain («reunion») 0 el Samonias galo del calendario de Coligny, que se celebra- ba el 1 de noviembre. La saga irlandesa de «La borrachera de los Ulates» (Mesca Ulad) describe una fantéstica cabal- fgada nocturna a modo de caza salvaje emprendida por los guerteros irlandeses en medio de una borrachera colecti- va durante la fiesta de Samain en honor del dios celeste Supremo en su aspecto oscuro y militar. Comienzo de la estacion sombria, como refiere Frangoise Le Roux, esta fiesta se situaba en el punto de unin de dos aftos consecu- (11) Marco Simm, F, «El dios cco Lug ye santuario de Pealba ‘de Villar», Estudion em homenaje of Pr'A. Belirdn Martine, Za 07a, 1986, pp. 931-959, (2) Eseabéa, UL, 3, 7. EL BASHLISCO tivos, en unos dias que no pertenecian ni a uno ni a otro, Y¥ que, por tanto, estaban fuera del tiempo. Era la fiesta de la clase guerrera, pretexto para borracheras y festnes, durante Ta cual los espiritus del Mas Allé podian invadie el tiempo humano. Esta misma autora ha recogido indicios bastante seguros de que estaba dedicada al aspecto terible del dios Lug”. EI mas importante estimonio arqueol6gico sobre un ritual guerrero de los pueblos del norte se encuentra magni- ficamente representado en la diadema durea de San Martin de Oscos (Asturias), territorio de los galaicos albiones. Esti formada por dos bandas superpuestas en las que el orfebre represent6 una procesién de guerreros armados con cactras, cascos empenachados y de triple cimera, lanzas, cuchillos con pomo circular, vainas al cinto rematadas en contera con tres discos y algo que parece un torque. Los guerreras van esgrimiendo en allo sus armas, unos a pie y otros Sobre sus monturas. Entre ellos van ppeces, aves, una cria de caballo y otros animales difiiles de idemtiicar, tal vez oseznos. Destacan varios personajes que transportan gran- des calderos con asas. La procesin termina ante dos cabe- zas cortadas con cuemos 0 torques rematados en bolas. G. Lopez Monteagudo la ha considerado obra de los siglo m ata. C., y la interpreta como la representacién de una eseena de sacrificio, sexiin parece indicar la presen- cia de una eria de caballo, un torque y calderos. Ha sefala- do que estos mismos elementos (caldero, torque y crias de animales) se representan en el bronce votivo del Insttu- to de Valencia de Don Juan, asociado al culto al Marte indigena que recibia ofrendas sangrientas de machos ca- brios, caballos y prisioneros. Las cabezas de uno de los ‘extremos de la banda las pone en relacion con el grupo Peninsular de wcabezas cortadas», de progenie céitica, que aparecen especialmente en tierras de galaicos, vacceos, Ve- tones y arévacos, cuyo caricter de trofeo rito de la clase guerrera esta claro Por nuestra parte, creemos que es bien significativo yy de sumo interés el hecho de que en esta pieza se asocien la procesién guercera, el sacrificio del caballo y el caldero, Recuerda a la ceremonia de una placa del famoso caldero de Gundestrup. Es posible que nos encontremos ante la fepresentacién del sacrifcio ritual del rey celta en un calde- +0 con los despojos del caballo blanco sacrificado a fin de ano para regenerar las fuerzas decadentes del monarca (la nert real), sin el cual el mundo y la sociedad no pueden prosperar. Era la fiesta durante la cual la clase guerrera entronizaba al rey por un periodo anual més, ritual deseri- to por Geraldo Cambrense en su Topographia Hibernica (siglo xn) entre una tribu celta de Kenelcunnil (Ulster, Ir Janda), cuyo monarca copulaba ante su pueblo con la ye- sua blanca destinada al sacrificio, simbolizando asi Ia hie- Togamia de la realeza con la tierra de su wibu!®. En nues- ‘ra Peninsula el caballo también era un animal solar, como se aprecia en las cerdmicas numantinas, en las fibulas 200- (03) Le Rous, Fy La religion de los celts, Les Relizines Ami tas, vol I, siglo 10, Madi, 1984, pp, ISH sed, «Recherches Sur les emets rues de detion royale andsite ct equen, Oz, BP 8S, CNY, pp. 12ST; ar MB/AT, LXV, 1963, pp. 345355 (14) Loper Monteagudo, G., aa diadems de San Marin de Ossoe» Homenaje « Garcia y Belido, vol. Il, Madrid, 1977, pp. 99 38. (13) Le Rous, F., aRecherches... OP. ci EL BASILISCO morfas de Celtiberia con discos solares y svésticas, 0 en el conocido caballo solar de Calaceite (Teruel. Es de supo- ner entonces que los sacrificios de caballos al Ares norteno se celebrasen igualmente en el solstcio invernal para infun- dir fuerzas al héroe divino o humano que ha de velar por Ja regeneracién del Universo 0 de la sociedad, como se documenta en las cofradias de hombres-lobo celtas, germa- nos, iranios y védicos. F. Benoit y F. Le Roux han estudia- do todas las tradiciones oéhicas reativas a los calderos sa- srificiales 0 de la «inmortalidad», de Ia eresurreccién» y de la wabundanciay. Se relacionan con las concepciones ‘elias del otro mundo, con la historia de los guerreros muertos en combate arfojados a un ealdero del que salian Fesucitados y mudos, 0 con el caldero donde se cocian las cares del caballo blanco que refuerza la potencia dente del rey al final de un ciclo anual. Este ritual celta, presente también en las fiestas de Ano Nuevo de getmanos ¢ indos, daria origen en la Edad Media a la leyenda artu- riana del Grial, la copa que regenera al rey enfermo impotente Procesin guerera con calderos para un posible sacrifcio de caballo, Diadema de oro preomana de San Martin de Osco, Asturias (Segin G. Lopee Monteagud). Mircea Eliade trat6 de las danzas con disfraces o simu- Jacros con cabezas de caballo en el extremo de un palo, {que representaban al caballo como vehiculo de la ascensién astral chamdnica. Es verosimil, como supone Otto Hole, ‘que Sleipnir, cl caballo funeratio que cabalgaba Odin, fue. se el arquetipo mitico de un «caballo con faldas» (de’ocho ppatas), que desempenaba un papel importante en el culto (1) Benoit, F Le monde de Auden dans les reprtsentations Eeliques», Ogam, n? 3, . Vil 1985, pp. 27-32. Le Roth, Fr «Des sharons ceiques & Varbre d'Esusr, Opam, a2 37, t. Vil 1955, pp. 33ST; Id, Recherches, Op. cl st [Aréeaos con armazones de cabeza o cuerpo de caballo y personae fubieto. om pie! de lobo, Cerdmiesspinadas de Numancia (Spin F. Watenberp, seereto de las sociedades masculinas. Durante la instruceion inicitica de los colindator! (los Mannerbiinde de Ano Nue~ ‘yo en Europa Oriental) éstos se cubrian con una cabeza dde caballo de madera y danzaban armados de mazas y ‘sales para expulsar a los espiitus malignos con sus eenee- rradas y bailes catirticos"". Sus origenes estaban en las cofradias de centauros estudiadas por Dumézil, similares 4 los gandharva de la India, misteriosas agrupaciones que se disfrazaban de caballos'*. En el folklore espattol del norte han quedado en muchos pucblos las llamadas «Dan- zas de caballitos», ritual masculino que consiste en una danza con armazones de caballos y sables en Ao Nuevo, ‘como ha recogido Caro Baroja en su estudio sobre el Carnaval”, A este respecto, el etnégrafo cintabro Fernan- do Gomarin nos ha sefalado un interesante dato sobre las danzas de cabalitos celebradas en Pamplona y Zuberoa (Navarra), pues los armazones de caballos utilizados en la fiesta Van decorados con una svéstica®, El tema enla- za con el mito indoeuropeo del caballo solar revitalizado (17) Bade, M., EF Chamanizmo 9 lax tenicasareics de! ua FCE, Merce, 1960, p. 349; Id Histone de lar creenclasy de ls ‘deat relists, vol IM, Cisiandad, Madrid, 1983, pp. 23136. Ho fer, 0. Kulache Gehcimbunde der Germanen, Verlag Mori Dies ferweg, Frankfurt del Main, 1934, pp. 46 sh, 52 ss (G8) Dames, Gy Le probleme det cenaures,Geuthner, Pais, 192, U9} Caro Baroja, 1, Op. ce (20) Caca, C. dela y Diez, C., £1 Cormoval Vaso, Ayuntamiento de Bilbao, 1986, pp. 448. st ‘mediante sacrficios equinos en Ano Nuevo, y ya en las cerdmicas numantinas tenemos los primeros testimonios pe- ninsulares de hombres disfrazados con armazones de eabezas de caballos, en algunos casos asociados 0 decorados con svisticas. Otro fragmento cerdmico de esta ciudad celtibera Fepresenta a un guerrero danzante con venablo que va den- tro de un armazén de caballo sujeto de su cintura2!. EL ‘galope del caballo,animal guerrero por excelencia, evocaba el retumbar de la tormenta y representaba al Marte Rudiano palo, Ademas de relacionarse con la Caza Salvaje del sost- tio invernal, como ha setalado Le Roux, era el simbolo 4e Sucelus, el infernal dios del martillo cubierto con piel de lobo, sindnimo de Dis Pater, dios de la vida y de la muerte del que creian descender todos los galos. Al ser juno de los emblemas del dios de la guerra y el animal con el que se acude al combate, era el principal animal {ue se le sacrificaba, Sabemos que los céntabros concanos bebian la sangre de estos caballos sacrificados, como tam- bign hacian los escitas, por ser este animal un intermediario con la divinidad, ereencia que se documenta igualmente en- ‘re germanos y’eslavos®. El culto a la diosa hipomorfa Epona, simbolo de la tierra a la que ha de unirse el rey celta en Ao Nuevo para alcanzar la soberania, se documen- {a en aras y representaciones de la misma encontradas en Monte Bernorio, Lara de los Infantes, Siguenza, Loncejares, “Marguinez y Albaine, localidades de Palencia, Burgos, Gua- alajara_y Alava que se corresponden con’ los teritorios de los céntabros, celiberos, turmogos, caristios y berones ‘Como ha sefialado Blizquez, su culto'se vincula con el de las mares, cuyas inscripciones han aparecido fundamental- ‘mente en Celtiberia, y con el rto de la covada que Estrabén documentaba entre’ los. cintabros J... Bermejo, uno de los primeros autores en aplicar las tesis de Dumézil al estudio de los hispanos galaicos pre- rromanos, ha planteado que el dios de Ia guerra ctado por Estrabén, denominado Corio, Corono 0 Coso en la epigra- fia del noroeste, se identifica plenamente con las earacterst- fas del arcaico Ares griego con el que le identificaba el sedgrafo heleno, es decir: Era la figura primitiva de un ‘guerrero que combate individualmente de una manera feroz Y salvaje; usa grandes armas y ataca a gritos, poseyendo fen ose instante un aspecto horcible, similar al de un animal salvaje, con una mirada insoportable y poseido por el bir- baro furor. Es salvaje, cruel y funesto, implacable destruc- tor de sus enemigos y cuya ocupacién exclusiva es a guerra, rechazando la agricultura y la ganaderia como ocupaciones indignas. Por lo que, al igual que su dios, Justino y Silio Itdlico testimonian cémo entre los pueblos det norte de la Peninsula los hombres de dedicaban s6lo a la guerra y a la caza™, cuestién que se documenta arqueoldgicamente en Ja economia casi exclusivamente depredatoria y de subsisten- cia de los castros céntabros excavados o en la dieta predo- ‘minantemente cinegética de los eeliberos™. Estrabén cuen- 2d) Wattenberg, Fa Op. cit, ms. 1, VI, VI (22) Le Roux, F teen, Ogam, ni 38, te Vil, 1955, pp. 101122 (33) Horacio, Il 4, 34 So Taio, I, 361. Sobre lox esas: Vig No, eon lil, 461. Herodoto, IV, 62'y el mismo Horacio Ml, BH. Genntnot: "Tact Germ, X. lavas, Herbord My 38. {26 “Eso, tt 17. Baer, 1M, Op lp. 383, 29830, 81 (G3). Jusinoy XLV, 3, 7. io ac, Ii 308, 355, (25), Garcia ‘unea,’M A. y Rincon, Ei asntaminto cdnabro tle Colada Marletes (Santander), Ins. Cut de Cantabria, Sande, 1970, p. 38. Salinas de Fri, My Conquista roantactn de Celie: ‘ro, Universi se Slane Meo Navan, Salamanca, 1986. 108, kL JASILISCO 1a que los vetones «no concebian otra actiud que la de cesiat tranguilamente sentados o la de combatir», comporta- ‘miento iéntico al de los germanos y tracios?. EI mismo Bermejo ha comprobado que esta divinidad, representacién imitica de la figura del combatiente puro de tipo indoeuro: peo y de su furor demencial y paraizante en el combate, ‘se encontraba asociado a las cofradias de guerreros profesio rales de los pueblos célticos del nororste, equiparables a los. équites galos®. Ahora bien, aunque s6lo_disponemos de algunas Fuentes epigrficas sobre este dios, hay que des- tacar que la religion céhica primitiva poseyé, segiin J. de Vries, «la misma estructura fundamental indoeuropea que, por ejemplo, la religion de la India, los Romanos 0 los Germanos», Io que nos permite suponer su identidad con Indra con Thor, y aventurar la hipdtesis de que el Marte cota hispano fuese un dios de la tormenta acompariado por lun Ménnerbund similar a los maruts 0 @ los einherjar. (Cabeza de guerrero galico de ia Citania de Sanfias(Pasos de Ferre 1, Porta, Como indica J. M. Blazquez, el dios de la guerra hispa- no es el gran dios indoeuropeo de! cielo, vinculado a ciertos ‘montes, como ef Teleno de Ledn, cerca del cual se enconted fen Quintana del Marco la insctipcién de Mars Tilenus™, Este autor ha comprobado que ef marte hispano, especial mente en Lusitania, se encontraba asociado al toro, emble- ma de la fuerza viril y de la potencia fecundante™. En (27) Esrabéo, I, 4, 16. Germanos y uacios: Taso, Germ, XIV XV. Heradoto, ¥, 6 (23) ene, JC, Le sociedad en to Galicia care, Follas Novas, Sunuiago de Compost, 197% pp. 396% Id, ala funn guerra 6 Ia miologin de Ta Cllacia tiga. Contibucisn a la scoloia & la clara caste, Zephas,n? 523, 198, Slamaca, pp. 269s. (29). Blizquez, J. ML. Imagen y Mio, Cian, Madrid, 1977, pp 378379, 422404, $84; Id, Primes, Op. i, pp. 2275, 260282, Hs, (GO) Blaguee, J.-M Sager, Op. cit, pps 368 6. EL Bas sco rhuestro trabajo sobre las cofradias indocuropeas hemos re- cogido otros testimonios sobre Ia relacién de esta. deidad de las tormentas con el culto al hacha, a semejanza de Indra 0 Thor. I dios céntabro Erudinus, al que se dedicé un ara cn la cima del monte Dobra (frente a Torrelavega, Canta- bria) en fechas tan como el 399 d. C., nos plantea el arraigo y la prolongada pervivencia de este dios prerroma- no de la guerra entre los eéntabros, dada su posible relacién on otras deidades indoeuropens (el tednimo se ha explicado por una e- protéica inicial sobre la raiz celta Rud). En celta niad es «rojo» y «fuerten. Rudiobros-Rudianus es uno de los epitetos del Marte galo adorado en Newvy-en-Sullians (Orleans, Francia), ancesiro mitico de la raza y dios de la ‘muerte, él cual, como han comprobado varios autores, tiene como simbolo un caballo celeste eténico y funeratio, y es ala vez una divinidad solar y de la guerra que se relaciona con Tarannis, Teutates y Dispater”®. También en sinscrito rudré-s significa «tojo» y «fuerten, En cuanto al dios Rudra (€1 «Rojo», el «Rujidors o el «Terrible», éste es una oscura y turbulenta divinidad de roja espalda que se viste con picles de animales y vive en las montahas o en. los bosaues, desde donde se dedica a aterrorizar a los hombres con st furor demoniaco y a proteger a quienes viven al margen de la sociedad, ES representado como un toro rojo 0 un jabali celeste, aunque también asume la forma de lobo y se rela ciona con la licantropia. Acaudilla a un negro ejétcto (las rubes oscuras de Ia tempestad), pues es el padre de los batallones de los maruts compatieros del dios de la guerra Indra, también lamados rudras © rudriyas, es decir, de las sociedades guerreras de la India aria. Lo mismo que la ma- nada salvaje de Odin, como dios de los muertos se alimenta- ba con su jauria de la carne de los cadaveres. Los maruts, hijos de Rudra y de Prigni (diosa de la estacidn oscura), antes de convertirse en genios del huracin y de la tempestad eran almas de muertos. Nacieron del rayo (vara) det peli- rojo Indra, que derroté al dragén Vritra en ARO Nuevo", Entre los itilicos Rudinus 0 Rudiae-Rudae era la ciudad 4e los Rutul, trib latina cuyo rey Pilumno («dios del mazo» 0 adios de la jabalinay, arma del Marte italic), relacionado con Picus (animal de Marte), acogié a Dauno («el lobo») © era su padre. Segin W. Borgeaud, la wibu ilriea de los Rudini baleénicos se relaciona con las itdlicas de los Daunil y de los Rutuli que se asentaron en el Lacio, asi como con los Ruteni del sudoeste de Francia. Este autor observa ‘que la ralz rud- corresponde exactamente al latino rutilus ¥ al sdnscrito rudhiram «sangre». También ha comprobado {que los Rudae y los Rudiae eran los. «perros pelirrojos» © los «lobos pelirrojos» del dioslobo de la guerra, el «Es. ‘rangulador de perros» (se le sacrificaban perrillas 0 lobez- G1) Bliguer, 1. ML, Diccionario de lt Reigones Prevromanas de “Hispania, isto, Madi, 178, pp. 96597. eles, J. Mey Eplraia ‘inabra, os. Cliral Cancabria, Santander, 197, n° 38 (G2) Lot, J ae de pauls Rudiobos, Rodianusy, Reme Archeo- logique,n? I, Pars, 1925, pp. 210227. Thevenot, Ea Sur fs traces des ers celtiques, De Tepe, Bras, 1988, pp. 138, 190 168 Ss. Hatt, J. Jr kes eroyances funerates dev gao-romains apes 1a decoration des tombesy, Reve Archeologique de Es, n? 21, 1970 pp. 189. 0) Cid, C., Mitolonta orienta dusrada, Vergara, Barcelona, 1962, Bp. 464%. 488, 527" lade, ML, Hato. Op. city vol ty 19 Bp. 228230, 452-453. Dumer, G.. Ato y Epopeva /, Sex Baral, Barcelona, 197, p. 79:11. Wikander, 8. Der srgche Mannerdund, Hakan Ohlsson; Buchdruckee, Lund, 193, pp. 73 8 ‘nos rojizos, como hacian Jos lupercos romenos en las Lupe tales de Ano Nuevo) tliriodaco-tracio Kanddon (también enominado Dauno-Fauno-Pico-Marte), y al que se consa- fraba la juventud guerrera que partia de su tribu por el tito del ver sacrum En Lugo hay una inscripcién incompleta dedicada al dios Erud-®. En Monroy (Céceres) se encontré una estela tonsagrada a Rudino Oeno en memoria de Ambato, al que se ha relacionado con el Ambadus de Barniedo (Cantabria Jeonesa) 0 el gentilicio de los Ambarigqum de Luriezo (Potes, Cantabria) y con los ambacti de la Galia e Hispania,clientes {que por la devorio estaban obligados a no abandonar jamés 4 su patrono (de amb—, walrededor» y 77g, «llevar>)%. El nombre de Oeno lo identifica con el dios guerrero Coso ‘Oenaeco de Torres de Nogueira (Seavia, La Coruna)”. En ly Meseta celtbera también esté ampliamente atestiguada la presencia del antcopsnimo Ambatus, cuya etimologia hace clara referencia al sistema de clientela de la sociedad céltica, Una estela burgalesa de Lara de los Infantes tle ‘va un escudero armado que conduce de las riendas el caba- Tig de un jinete; y en Borobia (Soria) aparecio otra estela con un escudero 0 cliente que sigue al jinete agarrindose fla cola de su caballo™. El tema del escudero que corre tras el jinete puede vincularse a la costumbre indigena de montar dos guerreros en un mismo caballo, uno de los cus- les bajaba en el momento de la lucha, como certfican Dio- ddoro entre los cetfberos y Estrabén entre los cantabros®. César sefal6 una costumbre semejante entre los germanos: Tos jinetes iban al combate acompanados por el infante que habian elegido de escudero, el cual corria con el jinete aga- srdndose a las crines del ‘caballo. I hecho de que el dios de la guerra se encontrase asociado a las cofradias guerreras y el que entre los indoeu- Topeos peninsulares se diesen abundantemente instituciones como las clientelas y, especialmente, la devorio, costumbre Feligioso-militar deserita por Plutarco entre otros autores ‘aos que forman el séquito de un caudillo deben perecer con él en ol caso de que este mucra. A esta fidelidad supre- ‘ma llaman consagracién 0 devocién, La mayor parte de Tos jefes solian tener unos cuantos amigos resueltos a este facto.» que al igual que el comitatus de los germanos, los soldurt palos, las fravashis iranias 0 los maruts de | India, no pudieron dejar de tener su proyeccién mitica alre- edit del dios de la guerra, al que podemos suponer acom- pafado de un batallon de divinidades menores de la guerra 64) Borgcaud, W., Les Hyrien en Grice et om Hale, Imp. S. Rost his Greetra, 1943, pp, 104, 123126. Sobve Pluto: Bumei, G, Troublde Phonme ef Phonneur des dieu, Caliasd, Pars, i985, pp. 102s. G5) ‘Dore, A, «Mtinecinen epgrdfcan, Emerta, if XXVIM, fase 2, 196, 9. 328 (G6) elas J.M. y Sinchea, J. L. «Nuevas estas det provinin de {Chesesn,Arhivo Fpl de Argo, 12 #051, 1977.18, p. DVDS G) Bliequee, 1. Mey Diccionario, Op. elt, p. 57 (G8) AlmagreCortea, Mey Lomo, A La expan. dca en a Pe hula There una aprximacioncatopafiean, 7 Sinpostum sobre los {etiberos, lnstiuion Femando et Cat, Zaragoza, 198, pp. 112, 120. ($3) “Abasolo, 1 Ax Eperfia romone dela repian de Lara de los Infenes,Dipstacion Regional, Boros, 1976, 2 121. Garcia Merino, Ce TEseas Tanerris Nspanocromanas provedents de Borobin (So Figo Dur, voy fas 2, Valladois, 1973, pp. 351-359. (40)" Drodoro, Vy 33, 5. Estrabda, ML, 4 18 ()) Clear, Be BG, 1, a8 (43). Phaaico, Ser, XIV. También: Servio, Ad Georg. IV. 218 Valeo Maino, Th, 6, 1 ss ——___ como representacién de aquellas cofradias o bandas, méxi- Ime si tenemos en cuenta el carter religioso y bélico de la devotio, eniendo que exstir por ello un dios que simbo- lizase a fidelidad de los batallones consagrados. Reconstruct hipoéea de miembros den “Monmerbund iniltco de jovenes citabros,astures 0 eaberos, Dentro de las clientelas militares de los indocuropeos hispanos los devotos eran una clase especial de guerreros: ave, no s6lo juraban fidelidad a su rex y Je seguian en Ta guerra, sind que por este pacto personal de dedicacién © devotio, de origen indoeuropeo y muy comin entre los Celtiberos, como ha visto Bldzque2, los clientes consagra ban sus vidas a una divinidad infernal para que se dignase aceptarlas en el combate a cambio de la salvacion de la vida del caueillo cuando éta se encontraba gravemente famenazada, Por ello, si el patrono moria en la batalla, sus devori estaban obligados a suicidarse por entender que hho habian sabido defenderle, que Ia divinidad no habia aceptado las suyas a cambio de la de su patrono y que, desde ese momento, sus vidas eran ilfetas porque estaban ligadas por lazos de fidelidad y de camaraderia al destino de su sefior. La relacién de dependencia respecto a un i der, ademas de su prestigio y de la grandeza de su persona- Tidad, también derivaba de la fe mistica en las relaciones. de sts caudillos con la divinidad, como se deduce de que después del ao 170 a, C. el jefe celtibero Olindico se ftrajese @ muchos guerreros mumantinos blandiendo una Fefulgente lanza de plata, que decia enviada del cielo por EL BASHLISCO un dios, y adoptando 1a postura de un profeta que augura: ba la derrota ‘de Roma con ella: lanza que Marco Si- mén relaciona con la Gai Bolga del dios Lug, el venablo argénteo que simboliza al rayo (sehala este autor que el propio nombre de Olindico presenta el radieal al—, ol— ‘arriba, encimay, que en antiguo irlandés da ol!—, «am: plio, grande». Ovlarhir u Ollopater, wel padre de todor © «el dios bueno» es un epiteto de Dagda, el dios druida dde la. maza; y en la Galia al dios de la guerra se le llama Oliodius, «muy poderoso»)*. Segiin Plutareo, a Sertorio los miles de hombres de sus comitivas le seguian como 4 un dios y consideraban que su cierva blanca le comunica- ba la voluntad de los dioses*. EI nombre del dios de la guerra del norte, Corio 0 Corono, deriva del indocuropeo +Koros, + Korios («gue rra, ejérciton), representado en celta por corio («tropas, ‘grupos»)*, lo’ que pudiera hacer alusion a los batallones que siguen a la divinidad. Borgeaud ha comprobado que dl dios de la guerra Coridn («Jefe de guerreros, Maestro de la guerra»), documentado entre ilrios y celts, era pri mitivamente el dios-toro 0 el dios-lobo-pajaro carpintero al que se consagraban los excedentes demograficos juveni les que habian de partir de la tribu en pie de guerra por dl rito del ver sacrum®. Se documenta tambien en el grie 180 Kéiranos («jete, rey») y koros («joven guerreran, deri vado de Koirdn). También aparece en la epigratia com los cpitetos de Suttunius, Bodo (de bodi, «victoria»), Sigidiaceo Y Segomo (de seghos, «sictorian y seghi, esujetar, vencet», que aude 4 la magia paralizante del dios de la guerra) y Rego («que dlirige, guia 0 conduce»)*. Esto ultimo pudiera relacionar- se con los sacrficios de machos cabrios en su honor, pues el carnero es el jefe del rebafo, que conduce a éste como el jefe militar conduce sus tropas a la batalla, de ahi la asociacién de este animal a Thor, Indra y otras divinida- des de la guerra. Una costumbre posiblemente relacionada con la magia paralizante que ha de amedrentar al enemigo era la de entrar en el campo de batalla danzando por es- cuadrones, cantando himnos terribles y golpeando ritmica- mente los escudos, tema cuyos testimonios ha estudiado Blazquez*. (3) Flo, 1,33, 14 (49) Marco Simon, F eha religion de los celibeross, J impos sobre los elites, Zaragoza, 1987, pp. 69-70 (45). Pluaco, Ser, XIV. Sobre devotio ycintlas: Ramos y Lor ets, JM. La devti iberica. Los solduriot» Anuaro de His. toria det Derecho Esponol ny 1924, pp. 3 si Td, «Hlospcio 4 chemtla en Ia Espada ethicas, Emeritay n? X, 1942, pp. 208 ss Rosriguee Adados, F.,oLa fies ibeicar, Emeria, 3 XIV, 1946, pp. 183 ss. Valdeavellano, L. G. De, Curso de itoria de las Insti ‘lone espaolas, Rev. de Ocidente, Made, 1975, pp. 116 8. Blie fquez, JM, Imagen... Op. cit, pp. 385s Salinas de Fis, Muy ‘TL Tuncion det hospi ia centeta en a conquiea de Cerin (46) Blizquez, J. M., Diccionario... Op. et, pp. 5657 (4) Borgeaud, W., Op. cit, pp. 127128 (48). Bermejo, J. C., La sociedad... Op. ct. pp. $45. Bldzqver, Fe Ma Iman... Op. elt. pp. 783795 Id, Prmiivas... Op. bp. 230282 G49) Blizquez 3. May Imagen... Op. ct pp. 332 ss. Sopen o, EL BASILISCO Bajo el signo de Ia piel de lobo: Las sociedades guerreras de los indocuropeos, que du- ante el solsticio invernal tenan un comportamiento depre- atorio inicidtico y que se transformaban ritualmente en fleras eubriéndose con pieles de lobos para adquirr el furor paralizante, han sido estudiadas por diferentes autores en- tre los germanos, iranios, védicos, itlicos y eslavos®, Se sabe que estos Mannerbunde de jOvenes solteros emigraban de sus terrtorios tribales para realizar un acto fundacional (nueva sociedad, tribu, ciudad © monarquia) y que su genio tutelar era un dios de Ia guerra identificado con el lobo © con un campeén divino vencedor del dragon. Mircea Eliade comprobé cémo una de estas bandas pudo organizar y dar nombre al pueblo dacio‘. Segtin Mallory, el origen de las mismas se remontaria a la cultura Proto-Indoeuropea esarroliada entre el 4500 y el 2500 a.C. en las estepas Péntico-Caspianas* Escena central deta etela de Zurita, Pilagos (Cantabria). En ela ‘unos auerreroscintabros se eubren con piles de lobo woo animal similar yrecben en el Mas Alla a caballo fneraio que transporta AU itunto, mientras queen el exergo se hace alsin arto preroma fo de dejar a los bulies w otras aves carroBeras lon cerpos de los {uereros culdos en combate (Actalmente en el Museo Regional de Prehisioria, en Santander) (60) Hote, 0., Op. ci. Wikander, 8. Op. cit Widensren, G., Les Felcions de Team, Payot. Pats 1965, pp. 39 se M. Der fouls ‘im alten fron, Wesdeuscher, Colonia Oplaen, 1969. Swi A, Kal {Babe Geteimisunde der apaner und Germanénn, Wiener erige ur Kultugeschiohe und Lingus, n° WV, SaabutzoLeii, 1936, po (618-768, Jeanmaie, H, Cour! er Cours, bibiteqve Universal LileParg, 1989. Prikl, J Les confi des lop-garous das les soc Inde europdennesn’ Revue de VHisiowe det Reeons, Dt, paris, 1940, pp 128-145. Duel, ., Le problime. Op. cit: 1a,” Horace et ler Curigcs, Gallimard, ast, 1942; 1d destino dei gurrer, siglo, Mexico, 1973. Ridley, R.A, Wait and Were ‘wif m Bale abd Slavic tation, Journal of Indo-European Studs, Nol. 4, n? 4, Halsbure (Mosisipp 1976, Dp 320-31 ($1) ‘Blade, Mt, De Zalmoxi @ GenticXhon, rilandady Madrid, 1985, pp. 17 98 (S1 bi)” Mallory, J. Ps, In Seorh of the Indo-Europeans, Thames © Hudson, Londres, 1989, pp. 110111

You might also like