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Psicopatologta Praunied iin “2 ‘Coben: A bert © Caos Rodiguez Sui, 2002 (© Eso Bibotca Nueva. L. Made, 2002 ‘image, 38 28010 Madd (© Quip, Instituto de Formacin en PsicoterpiaPscounlfc y Scud Mental, 2002 Principe de Vergara 35, bajo detecha 28001'Madn| ISBN: 89742-1140 Dept Lapa M-3201-2002 Impreso ea Materoffict, S,L Impreso en Espana = Prine in Spain ‘Queda proba, slvo excep previ ea ey cslier frm de repre, t= ‘©incomunciin pba tro Carin cnc ais de Sons de lh cont is propia cal te 3909 ups Chg fea, EL eu Expat de Derechs Ropogcos (www eo) ea pore espet desc EL SUJETO DE LA PSICOPATOLOGIA ‘Cartrovo prio. —Ft, coNTExTO EPISTEMOLOGIOO DEL PSICOANALISIS LL. Antecedentes filosdficos en Freud .... 12, Contexto de la ciencia decimonénica 13. La energetica freudiana y la Teoria de ias pulsiones INDICE Pane painceRa 14. Energética frente a hermenéutica ‘Carfrovo IL. —Ex, syjeTo DESDE LA PERSPECTIVA EXTERNALISTA {Como represeMtACiON waren 21 22) Elsujeto como representacion 23. Los origenes del sujeto: el alma ‘Carfrovo IIL —Et mconscievre, Lo iNoonsciewre. Et Lencuase 3.1. El inconsciente cogntivo frente al psicoandlsis 3.2\ Elcontexto pragmatico 53. Reinterpretacin del inconsciente psicoanalitice ‘Canfruvo IV.—Las consrmucctons DEL «aParato PsiQuico> ‘4.1. El Yo: ¢diferenciacion o identificacion? 42. Adquisicin del lenguaje simbélico 43. Construcciones del aparato psiquico ‘Canfruto V-—La iwexripan sexual 3 Sociloyi del Ey 52, Col deca masculine y femenino 6 a 8 Indice ‘Castroto VI.—Una raonia ne 145 sMOCIONES 101 6.1. Teorias 103 62. Critica et 107 $5, Seplehcinienc polemics 10 Carfrovo VIL—Et peso vi wore 13 7.1. Deseo de nada ... 113 72, Deseo de muerte 5 Pare secunpa CONCEPTOS DE LA PSICOPATOLOGIA PSICOANALITICA Cartruvo pnustex0—Conezir0$ BAS1608 eens — ~ 1B VL. Un intento de definicién ee 13 12) Sintoma y sindrome 126 13. Hisncoma Salactn dé compromiboy soz 12 14 gusta BS 1 cle regia cma BE Captruvo T—Evowici6s DE 105 MECANISMOS DE DEFENSA i Rete ss 216. Recapitulacién de los mecanismos de defensa Carre Et opaouo sect 1 Esa mous yt Twlnncuan 135 51. Vinculo y desarrollo 32. Melanie Klein y su Teoria de las pesiciones 35. Las posicones dese a Picopatloga vinelar Captruvo IV.—Las ctastrcacionss : “LT Diagn y clasiacén cl psicopatlogia onimpordncs 16) 42, Nosografia psicoanaitca .. 168 Canfruto Vi—DescrirciOx DE LAs NEUROSIS .. 5 3. La histeria ans 15 5.2 La neurosis obsesiva 180 53. Las fobias 184 514. Los trastornos psicosomiticos 187 Carfrovo VIL—Las rstcosis G1 Faizoleniay pari 62, Ladepresién ..... Castruvo VIL_—Las ranvensiones Indice : Panes tence LAS ESTRUCTURAS DE LA PERSONALIDAD CCariruo rrawnro—Tronta rStCOANALITICA DE LA PERSONALIDAD 205 1.1." Una explicacén psicoanaltica dela patologia del cardcter 209 Carfruvo I —Ctastricacibx de Los rRoTories . 213 Carfruvo IIL—Dascmpciby Ds Los NUEVE pROTOrIIOS .. 3.1. Personalidad Fabiea (evtativa) 3.2. Personalidad Explosivo-Bloquesda 33. Personalidad Confusa 3.4. Personalidad Histéria thistrinica) 35. Personalidad Rigida (obsesivo-compulsiva) 3 Personalidad Suni (ependiete 3.7. Personalidad Esquizoide 38 Personalidad Ages ano 39. Personalidad Narcisista Canfruto IV.—Shyresis pst DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD 4.1. Enunciados bisicos “ 42. Enunciados derivades Arésotct—Ausnas VONsiDERAIONES FSICOANALIICA SOBRE A PERSONALIDAD LE easton de os cine por seinicnto decal snes dl desarollo mora st Brouoceaeta A Emilio, mi hermano En horas de desaliento La mayor parte dl pensar consciente de un filsofo est guiada de modo seereto por susintnts es forzada por esto a dscurit por determinados cates. Tambien detris de toda lopicay de 80 parent soberania de moximientos se encuentran valoriciones 0, hnablando ‘con mayor claridad, exigencias fsclglca orentadas & conservar una determinada especie de vida. Por cep, que lo ‘termina cs mas vallony qe lo inererinain lo aparencia, menos valosaquelaeverdad>’«pesar de toda suimporeancl rept Intiva para nosotros semeantes extimacones podrian ser, sn embar. Tada mas que estimaciones supeficiales, na determinada espe- ie de maven, quizd necesria para conserve sere tales como Nuerescae, Mas ald del bien y del mal Pua muchos de noose prendre de iment que keh evade sta gata rio cerdn ds unsoy ‘spicy sublimacin ica y del que debe esperase gue cudars ‘desu desarolo hata el supethombre, Mas, por mi pate, no de. comportamiento. Una discusién clisica, cuyos ecos atin se oyen, es {i de sil psicoaniliss pertenece a un grupo u otto. TFread parece utilizar los dos modelos alo largo de su obra, al principio ids explicativa y después mas comprensiva, aunque también parece que no Introduccisn B aceptaba que hubiera una diferencia nitida entre uno y otro. Comen26 pro- ‘una explicacién de la motivacién humana (la libido) que a veces se denomina «tcoria hidraulica» (también modelo entrépico o econémico) y gue sigue el esquema de inguietud-amamantamiento-disminucién de la inguietud tipico del bebé. Sin embargo, con posterioridad diferencié de forma més 0 menos nitida deseo (Wunsch) de necesidad (Bedtinfnis). La nece- sidad se puede satisfacer con terial, mientras que del deseo no pode- 1mos decir que se satisfaga con faciidad. Como advierte Wittgenstein -en su segunda época,, silo que deseo es una manzana y recibo una pera, que sacia igualmente mi hambre, gdiremos que se a satisfecho mi deseo? El porqué de comportamientos como ‘yo fui a la fiesta porque queria encontrarme con una amiga’ sigue una légica diferente de la causalidad; requiten una herent es dec, una inca de a intrprecaci (Haber mas, 1968; Ricoeur, 1965, Taylor, 1984). Aunque el método psicoanalitico permite realizar inferencias sobre las razones del comportamiento, Freud siempre pens6 estar haciendo ciencia natural, De hecho mostré cierta ambi- valencia respect asus explicacons pico, Ast estbié en to luc al Narcisismo ), donde se estaba apartando del est max biologics de trabajos anteriores Sermancra Fees habremos de recordar que todas nucstrs ideas provsorispsiolgicas iri der aria sg vex a stan ‘onplaicos, y envontraremet aonces weroimll que sean mates y proceesquimicos pecs lox que tgerean ln accion dela sexualidad yfacliten la continuacion de la vide ind Hite de hensc Porc pare, ten dmeranic nar fad, aunque sstinyenl a mattiasquimias especies por ene a prguicasexpecales (pag. 2020), No obstante, en 1895 habia abandonado el Proyecto de una Psicologia para [Neurélogos Unto einer Prychologie) que era un intento por explicae las neurosis siguiendo un modelo puramente fisioldgico y energetista, en la linea de sus maestros Helmholtz, Meynert y Briicke. Después la evidencia clinica kell, com el cambio de ig pres tora cua de a teria, la seduccién, que suponia que las pacientes histéricas habian sido tegularmenie objeto de abusos en le infance por una tcora mio compe, de ipo psicolégico, que se concreté en el comple de Eaipo, donde los fantasas inconscientes del individuo juegan un papel preponderante (véase is correspondencia con Fle) El abandono dee tote tums le par taba tambien de una forma de cxplicacion semcjanteala dels clencis nat tales dela pocs, Esta es una de las razones del rechazo del peicoandlisis por tina parte importante del penssmiento clentiico al no adecuatse plenamen- teal modelo dominante y hasta hace poco, no cuestionado: el emy al positvismo lgico. Frente a los modelos mecanicos de eausalidad que apica + Hedge (989, pg 10) se adie a timologa que ace deriva cermenftca> de cites ed nef de lane La hemnencuns presa eet ur meee 4 (Carlos Rodriguer Sui i a it Of el concepto le ciencia natural derivada del positivismo l6gico, Freud propone el concept Sebed-tminacn eal oposite dela omacoer dl nena Tle comprenstn eo ds pioplog pcounalice se ‘qui proponemes requiere una introduc epistemolica que sutente la version externalista, intersubjetiva, relacional y vincular del Psicoaniliss Ictoracass se spprenda de queen ess primers prt nos ocupemes ag tos momentos de alma. Ne cbstante a utizacion de dicho voeablo (ae [ESD pordl pop enor del pious orcad ss wade fe poner sobre la pista de lo justlicado de tal interés. ‘Sujeto’, ‘alma’, ‘yo' Y concen’ son conepis qu, in lear aa snoin lan aia: mente relacionados. En las siguientes pagines vamos a realizar una aproxi bain al oncepo de sto desde a pscloia, el picondlis , sobre todo, la filosofia, pues, como advertiamos, psicologia | psicoandlisis han si a Sempre dendres de algun foma de cntlogs H yo o precede de servi empiia de una realidad sino que es un construcisn, Se puede objetar, con raz6n, que ya nuestra observacién y representacién de la: "a (en tanto Darstellung) es una construccién. Pero la realidad —a la que d ‘manera provisional tendremos que seguir lamando Sobre Ia influencia de Goethe, autor que desborda Jos limites de Ia mers literatura, en Ja temiticafeudiana remitimos al interesante trabajo de Garcia dela Hoe (1997). 32 (Callos Rodriguez Sul totia, José Luis Etcheverry (1978), traductor de las Obras Completa. de Freud, que en el ensayo citado demuestra un gran conocimiento de la cultu- ra clasica alemana apuesta, sin embargo, por las ene entre el pensa- miento freudiano y la filosofia de Fichte’, dentro, indudablemente, del marco de referencia mas amplio del idealismo alemén. Asi, la expresién Trieb (pul- ‘si6n) es de linaje filoséfico en la tradicién alemana. Fichte la describe como. una fuerza interna, un querer alcanzar, y un mantenerse en su ser, como iner- cia (Tragheit). Este «mantenerse en su ser» nos trae resonancias espinozianas; Etcheverry ve en esta ineria el principio de inecia del Proyecto freudiano (1895 b), y de la pulsién de muerte (1920 a), que mas adelante analizaremos. ‘Mas en general, Henri F. Ellenberger (1970, pags. 240 yep ) destaca la influencia del pensamiento romantic con sus poltidades» dualismos:ns- tintos, sujeto-objeto, placer-displacer, activo-pasivo. La basqueda de los fendmenos originatios (Urpbanamene) como el complejo de Edipo el ase- sinato del pade primiivo, es de inspiacion romantics, Poco importa que el Ssesnato del padre primordial se haya perpetrado realmente, lo importante para Freud eran las telaciones que se podian deducir de ello para explicar la cultura humana y la psicologia individual. Con el romanticismo se mira de huevo al inconscent, alos sucios y alos simbolos. Este inonscient ya no cs el de los recuerdos olvidados de San Agustin o el de las «percepciones oscuras» de Leibniz sino, comenta Ellenberger en una forma semejante a lo que acabamos de ver en Schelling, el verdadero nexo de unién del ser huma- ‘no con la — i - ae oo P Son sorprendentes las coincidencias que Elleberger descubre con Jos Coannant del suefio descritos por én. von Schubert (1780-1860) (Che pigs, 242-283) o con la ailosoia del inconsclemtem de Eduard von Flat man (18421906) (ce pg 247), ent crs ares que Freud conece ¥ Cita, Sin embargo, son Schopenhauer y Nietsche (pags. 246y sigs pags. 320 sige) los pensedores que, a nuestro entender, prefiguran de manera més Teeide Jos descubrimientos del psicoandlisis, con su visién del hombre como un ser gobernado por fuerzas internas desconocidas, irracionales. Ambos conceden gran relevancia a los sistemas de impulsos, aunque, a diferencia del primer Freud, dieron mayor valor a ia agrean, ala desractvided fy 4 la Autodestructividad), que a la sexualidad. También expusieron concepciones cereanas alos mecanisnos de defense, epecament la repre: lavolstad engaiia a la inteligencia, no percibimos lo que es contrario a nuestro deseo; ese mecanismo abre cl camino dela enfermedad mental, Neseheutiza con. cierta frecuencia el término «sublimacién», y también habla de la vuelta hacia si mismo de los impulsos. Ellenberger sugiere la existencia de una misma idea de fondo, procedente de Diderot, en las obras de Freud, El Melestar en le Gada i329) y de Ntsc, Goal dele Mond consents en ela ‘Gvilizacién produce la enfermedad en ef ser humano, porque le impide satis 4 Lihvetystemite ala obra de Fiche Lorprincpor dele dot inde le cena (1794-1795). El contexto epistemoligic del prcoandlisis 33 face sus impulsos, Luggo nos descubre la presencia de un mismo juego de palabras en Duelo y Melancolia (1915e) —asus lamentos son en realidad demandas en el sesido ms antigo de la palabro— yen El Vijero ys Sor bra netascheano ~ Thre Klagen sind Anklagen ‘Todos estos autores que, como hemos visto, mantenian posturas en las jue, de forma mas 0 menos completa, se anuncian postulados de la doctrina feudiana, cabe suponer que se integraban de forma natural en el humus cul- tural del que ack el pscoanss Seyin Elenberge (1970, ig. 320) en Viena fin de siele no era necesario haber estudiado a Nietzsche para estar impregnado por su pensamiento, por lo mucho que era citado y comentado. Etcheverry (1978, pég. 53), por su parte, refiriéndose a los filésofos del idea lismo alemén, dic: que sus obras pueden ser entendidas como un «para texto» o texto virtual que guié la investigacién clinica de Freud, y que fueron estas observaciones y aplicaciones clinicas las que, en definitiva, pusieron a prueba los principios enunciados po los fldsofos. Aor bin, fene a esas pensadores a ls gue st puede audi como influencia «ambiental» en el descubrimiento psicoanalitico, esta suficiente- mente documentado que Freud tradujo algunos textos del posiivista britain co John Saat Mil y qu asst en su jventu alas cass de Franz Brent no, De éstetiltimo disponemos en castellano de su Psicologta desde un punto de vista empirico, de 1874, en una elegante traduccién de José Gaos, apareci- da en 1926. Brenteno desarrollé el concepto de intencionalidad que luego ha sido conocido, sobre todo, a través de Husserl, y que viene a decir que nues- tras representaciores mentales, o ideas, se refieren a algo. Los fenémenos psi- ‘quicos —un conocimiento, una alegria, un apetito— son los que existen real- mente, mientras gue un color, un sonido o una temperatura sélo existen fenoménica ¢ intencionalmente (1874, pag. 37). Todos los fendmenos fisicos tienen extensién —ya sean reales o imaginarios— mientras que los fenéme- ‘nos psiquicos carecen de esta cualidad (pag. 26). La tradicion cartesiana y kantiana de los dos espacios es evidente en estas afirmaciones, en cambio no «8 resaltada habitualmente, por ejemplo, por Ellenberger. Creemos que pot tratarse de ese fondo ontolégico incorporado al sentido comin al que antes sludiamos. Este fondo, que en otros lugares hemos denominado «perspecti- va egocéntrica» (Rodriguez Sutil, 1993, 1998 b) también domina el pensa- miento cientifico decimondnico que Freud asimil6. Schopenhauer y, sobre todo, Nietzsche, avanzaron en la superacién de la ontologia egocéntrica pero mis desde sus implicaciones morales que no epistemol6gicas, La concepcién de Herbart (1776-1841), fildsofo y psicdlogo, discipulo de Fichte, de que todos los hechos psicol6gicos, sin excepci6n, son representa -ciones, apartandose de la psicologia de las facultades,lleg6 a Freud, segura. ‘mente, através de Brentano (cfr. Assoun, 1981, pégs. 138 y sig.) El afecto ‘o es propamente le repreentacion pero es una cantidad, un guantu que ‘acompaia a la representacién (Vorstellung). Para Herbart las afecciones con- sisten en relaciones entre las representaciones, nacen de una relacién de fuer- 2as representacional, Assoun observa equivalencia entre los mecanismos de ccondensacin (Verdichtung) y desplazamiento (Verschiebung) que utiliza 34 Carls Rodrigues Sutil read pe efemplo en la Intrretacin de los Sues (19001— yl con ceptos de Herbar. as “Pifyeud se educd en esta separacin de dos sutancia y adopté, en linea con la pstura empirsta de la cenca de su 6p y posterior, solucién de nega realidad a a sustanciaespirtual. Sein la teoria unificade de la ciencia, fo psiquico es reducible a lo biolégico que, a su vez, es reducible a lo fisico, Sino ahora, acaso en un momento futuro la fisica explique toda Ia realidad completa, Esta concepcién basica es la que justificaria el intento freudiano por dotara las funciones psiquicas de una espacialidad y fundamento anat6- nico. Inteta rechazar la separacin mente-cuerpo, en pos de un monismo epistemoligicoriguroso (Assoun, 1981, pag. 46). Su idea del hombre se inser- tien la construccion tedrica de las ciencias naturales, Es el homo natura’ que coment Ludvig Binswanger (1936). Freud escuch al hombre con aoe vidad del cienifco, no propiamente en una comunicacién personal, recipro- ta, por decir asi, «entre nosotros». Esto, afiadimos por nuestra parte, con- suena con su defensa de un determinismo extremo”, Aunque conocia la Giscriminicin entre «explicam» y «omprender» introducida en la teoria de Ia ceneia por Johan Gustav Droysen (1808-1884), para él no existia tal dico- tema (fh. Assoun, 1981, pgs. 4 sigs); Pata no ay mis inci que le de la naturaleza (Natururssenschaft), de tipo explicativo, En eambio, si nos fencontramos expresada en repetidas ocasiones la posiilidad de aplica el ps- coanilisis las ciencias del espiritu 1.2. Conrexro De LA CIENCIA DECIMONONICA ‘Acaso la teorfa general de mayor influencia en la bjologia de los siglos xx 420% al igual que en psicologia yciencias sociales, sea la evolucin de las espe ties de Darwin, Practicamente no hay escuela de petsamiento que renuncie 4 las tendencias adaptativas como uno de los factores primordiales en la ‘explicacion del comportamiento humano, individual o en grupo. La impor- tancia de este autor para comprender el pensamiento freudiano ha sido pues td reve en ais ocasiones cl Rapaport, 190: Elearac, 1970, pi nas 28081), Freud arbuin «Ia libido el papel principal y slo después ino la apresivida, mientras que en Darvin cut al aves Ares ‘manejaban un concepto semejante de fijacién y regresién en el curso de la ‘ontogenia, que obedecen a leyes innatas —de forma semejante a los etdlogos J 2 algunos psiedlogos evolutivos, como Piaget. Por otra parte, segin la ‘ersion de Hackel del darvinismo, a la que Freud se adhiere, la ontogenia es una recapitulacion de la filogenia; y su corolario del paralelismo entre el pst uismo del nif y del hombre primitivo. Este enfoque se complementa con modelo de Huglings Jackson en neurologia sobre la jerarquia de las inte * Daa suaa I de su atcule ale Lo Sinatra (1918) Hapa Freud hablar del il sibs del ibe albedo. El contextoepistemolégico del psicoandisis 35 graciones, dominando las mas alts, que son las més resientemente adquiri das ¢ igualmente las primeras que se pierden en un proceso de deterioro. Finalmente, Darwin proporciona igualmente una reflexién sobre las existen- cia de una horda primitiva, origen de la humanidad, Sin embargo, como ten- demos ocasién de ven algunas indagaciones de Freud (y Ferenc) sobre la evolucién cultural del ser humano demandan modelos explicativos més pro ximos a Lamarck, por el mantenimiento de los caracteres adquiridos en una sgeneracién a las siguientes. Dentro de la ciencia del siglo xnx Freud se alinea conel reduccionismo de Helmholtz-Briicke- Du Bois-Reymond y su «juramento lisicalista», que viene ‘alitmar que toda ciencia —de la naturaleza, evidentemente— sera en algin ‘momento reductible a sus fundamentos fisico-quimicos (Assoun, 1981, pagi- nna 48). El principio de conservacidn de la energia parecia unificar todos los ‘campos. Freud pretendis, con denuedo, asimilar su nueva ciencia, el psicoa- nisi al ands quimio (bi, pps. 5358) La palabra sana spf ««descomposicin» (Zerlegung) 0 «desagregacién» (Zersetzung) como la que ptactica el quimico en su laboratorio®. No es una metéfora lo que se preten- de, sino una plena analogfa, pues las mociones pulsionales (Iriebregungen) constituyen los elementos que forman unos «complejos», los sintomas, cuya suma forma, a su vez, el «complejo» que es la enfermedid, No existe la «psi cosintesis» que propusiera Pierre Janet, pues los elemertos psicol6gicos una ‘vez islados, a diferencia de lo que ocurre en la quimics, tienden a fusionar- se de manera inmediata en nuevas combinaciones. Pero, dice Assoun, Freud esté evocando la quimica analitica de Lavoisier que ya en el siglo xrx habia sido impugnada por la quimica orgénica. La teorias téxica de las neurosis, la que haremos referencia sobre todo en nuestra segunda parte, es deudora de esta concepcién quimica, El joven neurdlogo Sigmund Freud pertenecié al prestigioso laboratorio dc Briicke, y seguramente bajo su influjo asimil6 los principios de este «jura ‘mento fiscalista», que pretendia asentar la fisiologia en firmes fundamentos fisico-quimicos, y cuyo principal impulsor fue Hemminn von Helmholtz (1821-1894), De Helmholtz proceden postulados centrales de la ciencia psi- coanalitica, Rapaport (1960) enuncia los cuatro siguientes: 1) determinismo total; 2) principio de placer y dolor, junto con la diferenciacion entre «proce: 0 primatio> y «proceso secundario» retomada por Fechner, 3) principio la realidad; y 4) principio econémico, relacionado con su defensa de la ley de conservacién de la energia. Remitimos al lector, sobre todo, al libro de Paul Assour, de referencia, Intro- ducci6n a la Epistemologia Freudiana (1981), para una exposicién minuciosa de estos y otros cientiicos destacados de la época. A los tres citados Helmoltz, Brick y Dubois Reymond, haba que afar dos continundores, mas cereanos sgeneracionalmente a Freud, Mach y Ostwald (pags. 75-81 y 164 y sigs.). Est * Assoun remit al testo de Freud de 1918 Los caminos de a terapa pricoanalitcs donde se encuentran estas analogias entre el andlisisquimico yel peicounliste. 36 Carlos Rodrigues Sutil Mach (1838-1916), fisico y filésofo de la ciencia, buscando un punto de vista “que diera continuidad entre la fisica y la fisiologia postulé, en linea con los “empiristas ingles, la reduccién del universo a un complejo de sensaciones tne pesblara el Continuismo psicolsco”. Mach manfestaba un rechazo al ‘pais de lo trascendente>, significando con ello su poco aprecio por los siste- tmas fllosdficos aunque, como apuntamos, su enfoque parece descender del empirismo inglés. Las representaciones de las que parte el sabio, dice, son convenione, 20 importa que no concuerden con ningtn sistema flosdico, Jo importante es que le resulten de provecho en su indagacién. Por lo demés, el sabio considera que sus ideas son provisionaes y esti dispueso a cambiar” nuevas expeiencias. Para Wilhelm Ostwald (1853-1932), continuador de Mach en muchos aspectos, la mecanica no da cuenta de los fenémenos si no se recurre a la ener- fia que esté detras. Todo es energia: masa, volumen, peso, calor, quimica y..., como no? También existe la energia psicolégica. En 1910 Ostwald pidié un tro a Fel paca revista que publica, los Annaler der Nails pie. Freud acept, parece ser que halagado, pero no llegé nunca a escribir dicho articulo. La explicacién que suministra Assoun sobre este episodio nos paece bien encaminada. Fread no llega a identificarse con Ostwald porque Sefiende un mecanicismo energetista, no un energetismo puro, mas proximo & Helmholtz, La distincion entre energia libre y enerpaligada, que Freud atr- tage a Josef Breuer —-con quien escnibi los Estudios sobre la Histeria (1895, uunque la defendian también otros, y que se concreta en la separacion de fos procesos primario y secundatio, es rechazada por Ostwald. Pero el argu- ‘mento que nos parece definitivo es que Ostwald pretendia difundir por todo lorbe, como un apéstol, una concepcién general del mundo, y ya sabemos lo tii ue rad padre del picoundisis als Wltonchauungr aunque sets tara de la filosotia de la energia. Wilhelm Ostwald es el misme que en 1921 Bis cn x Anacapri, en alin, dl Tatra Lago hilosopbicus, de Wittgenstein, y de quien éste altimo opinaba que era un auténtico charlatan (cfr. Monk, 1990, pags. 203-205). Finalmente, debemos hacet referencia a Gustav Theodor Fechner (1801 1887), medio, isicoy fgeofo de Ia naturleza, citado con aprobacton y asi duidad por Freud (1895 b, 1900, 1915-17, 1920 a, y 1923, entre otros luge: res), Fechner es conocido pot la ley psicofisica fundamental, también llamada de Weber Fechner, que establece una relacién logaritmica entre la magnitud del estimulo y ‘a intensidad percibida de forma subjetiva. Ellenberger (1970, 125) dein los concepts de eneria mental y de oguizaci tpo- Fralica de la mente como antecedentes dela toriaplcoanalitia. A eos con {pos habria cue ahadit los prinipios de placer displacer, de constancia y de tendencia a la -epeti Pronto volveremos a estos asuntos. » read alade « Mach en su atiulo de 1919 sobre Lo Sines Por otra pare, Assoun (098, pg. 76) ve grandes semejancas entre la epstemologiafreudianay el ibro que Mach ‘public en 1905 Comacimionto y Error. El contexto epstemolgico del psicoandisis 13. La ENERGETICA FREUDIANA ¥ LA TeoniA DE LAS PULSIONES La obra esencial para comprender Ia adhesién de Freud a la tradicién energética es sin duda el Proyecto de una Psicologia para Neurdlogos de 1895, asi como la correspondencia simulténea con Flie8 (1887-1902), de donde se deduce que el proyecto fue comenzado con una actividad frenética pero que, al final, su completamiento se mostré irrealizable. No sélo no fue publicado ‘en vida del autor sino que éste no deseaba en absoluto que apareciera. El Pro- ‘ecto es su intento mas serio por senter la ciencia psicolopica en fundamentos ‘neuropsicolégicos firmes. Frente a la opinion extendida de que el fracaso se debi a que entonces la neurociencia no estaba suficientemente desarrollada, ppensamos que dicho fracaso es una prueba més de que munea se podei hacer tuna completa raducion de os concepos de In paolo l lengua newro- Jogicot. Freud se vo obligado por a naturaleza desu objeto de estudio aut lizat en adelante el lenguaje de la psicologia, aunque nunca se adapté por completo a ea situncin precar’ a razén de suincomodidad reside en que al abandonar la neurologia se apartaba de los caminos reconocidos pot la ciencia natural del momento, por mucho que manifestara que la psicologia cra una ciencia natural. En la correspondencia con Flie8’ descubrimos igual- mente otto fracaso relevante, y de consecuencias en alguna medida similares, cuando tuvo que desechar la primera teoria sobre el trauma, con la seduccién, cone factor etiolgico principal (carta de 21-IX-1897). Fs evident que la seduccidn podia aducirse como fenémeno diferenciado, tomado de una rea- lidad en principio comprobable y acorde con la ciencia natural, mientras que los deseos edlpicas y las Fantasias infantile, camo casi ‘nica factor etioloni- <0, debieron parecerle débiles. Detengimonos en el planteamiento teético del Proyecto, donde se nos oftece una explicacién energétice y cuantitativa del aparato psiquico. La Rotacisn Q se refiere a la cantidad (o cuanfum), que es To que dstingue a la getvidad del reposo, Cuando la cantidad es externa aparece indicada con esa letra sola, cuando es interna utiliza la notacién rf El sistema se compone de neuronas (N) —que se dividen en neuronas perceptivas (@), neuronas de ‘transmisién» (@) y neuronas psiquicas (y), con capacidad de memoria— * Una criti mis complet dean educionimes pede encore en abs cts sng nS 13 3 Se ene de profunda ino Jc etenderse por line fragmento de Jos Estudios sobte la bisteria (1895 a): press e Nt bier mores, sn gonad oo too ne s6logos en el ejercicio. to topopilicey del elecrodagndxico, ‘ido primero en mensarnesobromanos de que sr propias Reson Cine fe lem, en certo mod, como novelas, catezcan por at del, de la severa iri gue confere el cena. (piri cela io cline Se Haba 38 Carlos Rodsigues Sutil gs. 21 y sigs.). Por Q debemos entender el nivel de excitacién o de ener- _ga que, al menos como posibilidad, seria mensurable, de acuerdo con los Principios de las cencias naturales, cantided que puede aumentar o dismi- nit, er desplazada o descargada, sobre todo si se mueve por las neuronas Cuando una neurcna se llena de energia, deviene «catectizaday o carga esta, Besetzung), ¢ intenta descargarse. El afecto que acompafia la sensa- cin de descarga « el placer. La denominacién principio del placer no fue introducida hasta 1910-11 (Los dos princpios del furcionamiento mental) ‘ash de pringpio de dplacer ode evan del placer. La tendencin de lis neuronas a lbrarse de la excitacin es el principio de inercia neuronal, de gran importancia para entender elaboraciones posteriores del autor. El prindpo de ieri frendlano parece emparenado cone rip decom tancia de Fechner, segin el cual los sistemas tienden a la inercia,o a la regu- laridad en el movimiento hasta que actien otra fuerzas internas 0 externas, ya que Fechner distingue claramente entre sistemas organicos e inorgénicos, pues los primeros tienden a movimientos que sélo son regulares en parte. Treud toma de Helmholtz a distincin ente una energie libre yuna ener- 4a ligada. DistinciSn, dice Laplanche (1970, Cap. VD), realizada a partit de tna reflexin sobre cl principio de entropia de Carnot-Clausius y sobre la ddegradacion de le energia. La energia libre es utlizable, reconvertble en tr ba en tg qua ener ad cau degrada en forme de con? Energia libre y energia ligada —desligazon (Encbindung) y ligazén (Bin- ding) de la primera teoria pulsional hasta el xinterregno» del nacisismo, segin muestra cl gréfico de Laplanche (1970, pig. 211) definen proceso pri- mario y proceso secundario, respectivamente 3, en ese sentido, a pulsiones Sexuales y pulsiones del yo (autoconservacién). Sin embargo, la segunda teo- ria de ls pulsiones, como veremos después, produce una inversion de estas cadenas conceptuales, pues la pulsién de muerte pasa a ocupar el lugar de lo rimario —la tendencia a cero o nirvana— mientras que el Eros ocupa mas la cadena del proceso secundario, constructvo. ‘La descripcién del proceso primario se encuentra en La Interpretacién de los Sueios (1900, en especial caps. V y VID), y se completa con el articulo sobre Lo Inconsciente(1915¢); €8 el modo de funcionamiento de los procesos, inconscientes, que se caracterizan por: la presencia simulténea de impulsos ° Una defini eequbl del segundo principio del termodinimica nos a proporcio- Jager Monod (1970, pi. 29): en int eect iad tas poi eps eben ‘ender a alas espontaeamente Oy eto supone lo misma, & principio stip Ieque cnelseno de un recess; donde a temperatra sera nore es po bq aparenean cterecis de pencil temico ence cferentesrepones da is. tern De donde la necesiad de gitar ener part enti una ever, por empl. El cr vivo, sin embargo, parece espa de exe principio al conserva su estracta df. ‘rencads dent de un medio exterior menos organizad,teneentrpia negative. Fl contexto epistemelégico del psicoanlss 39 contradictorios, es decir, le no contradiccién o la ausencia de negacién, los ‘mecanismos de desplazamiento y condensacién, la ausencia del concepto de stempo x inalente la suaitcion dela realidad extern por a realidad ps quica (interna). El término «pulsién» (Trieb)", cardinal en la teoria psicoanalitica, fue introducido por Freud en una nota de 1915 afadida a su obra de 1905 Tres ensayos para una teoria sexcal, y supone su aproximacién més acabada al pro- blema psicofisco o, si se quiere, a la relacién entre mente y cuerpo. Pensamos aque la pulsion hace las veces, dentro del sistema freudiano, dea ley psicoft ssica de Weber-Fechner pero, mas en general, del concepto de conatus en el ‘idealismo alemén (Hegel) yen la filosofia de Spinoza. Esto es, la forma de sal- var la problemética separacién cartesiana de las dos sustancias sin recurtir @ Ja peregrina teoria de la glindula pineal. En la citada nota de 1915 leemos: Bajo el nombre de «instinto» [ y «autoerotismo» en dos Ths Enseyos para una Teoria Sexual (1503), toménolos de Paul Nicke y de Havelock Ellis, pero ya no como formas de perversion sexual, sino como ‘ecomplemento libidinoso del egoismo del instinto de conservacién». El articulo de 1914 comienza diferenciando la libido del yo de Ia libido objeta, como pulsiones del yo y pulsiones sexuales, que guardan entre si una cone: xin «hidréulicay: al aumentar una de las dos formas de la libido disminuye la otra, Freud niega que la libido sea una energfa indiferenciada, y recurre al concepto de apoyo o anéclisis (Anlebnung): «Las pulsicnes sexuales se apo- yan al principio en la saisfaccién de las pulsiones del yo, y s6lo ulteriormen- te se hacen independientes de estas iltimas» (pig. 2025). La division de dos tipos de libido encuentra su fundamento en argumentos ontogenéticos —el hambre y el amor— y filogenéticos —la autoconservacisn y la conservacién de la especie. Se podria afirmar que en cuanto el individuo se reproduce, pase «ser superfluo pata la especie, sin embargo parece conservarse pot la carga narcsistica de la que dispone. Laexperiencia, dice, nos muestra la existencia del narcisismo en la retrac- cién de la libido hacia el yo que se produce en: a) la escuizofrenia y la para- noja (las «parafrenias» o «neurosis narcisistas»), 4) la enfermedad orgénica, a hipocondria, d) a vida sexual, ye) en el suefio, El eafermo deja de amar mientras sufre. En la hipocondria la retraccién se produce por la erogenciza- cin de ciertas partes del cuerpo. Ademés, acepta slo el término de «intro- versidn» para la retraccién neurética a objetos imaginarios. Estos ejemplos parecen ser suficientes para sugerir la verosimilitud del narcisismo secunda- rio, como retraccién de la libido hacia el yo. Sin embargo, Freud sefiala la dificultad para captar cl narcisismo primatio por la obscrvacién directa, cs més facil comprobarlo por deduccién desde otros puntos (pig. 2027). Ese punto, en especial, viene dado por el delirio megalomaniaco del esquizofré nico, que es la intensificacién de un «tarcisismo primatio normab>, El narci- sismo generado para volver hacia sf mismo catexias objetales es secundario, superimpuesto a un narcisismo primario. Ahora bien, el narcisismo primario no es lo primero, sino que antes estan las pulsiones autoeréticas que son pri- ' Pero, como descubre Balint (1979) eto ocure en una nota al pie agegada en 1910, donde se describe la construccién de la inversién erdtica, ee {El contextoepstemolgico del psiconnisis B mordiales: «Para construir el narcisismo ha de venir a agregarse al autoero- tismo algtin otto elemento, un nuevo acto psiquico» (pég. 2.019)". En la nota de 1910 a los Tres Ensayos, se describe la construccién de la inversién erdtica en tres momentos, primero ha habido una fijacién a la sade, luego la identfcacion con una mujer, comdndose a st mismo como ‘bjeto (narcisismo) y» finalmente buscando a un joven que se le parezca (homoerotismo). La primera vez que Freud utiliz6 la palabra «narcisismo» en una publicacién debié de ser en el Caso Schreber (1909) donde plantea la -secuencia autoerotismo-narcisismo-relaciones objetales. Finalmente, termir tenes eon Los dos rns del funconanto mental (1910.11) para de -minar el pasaje del narcisismo primario al secundario. Son las necesidades internas las que provocan una devacién de la exctacin dentro del sistema, amenszando su equllibro. Esta exctaion primera logra su descarga median te la esatisfaccion alucinatoria». pero la persistente ausencia de satisfacci6n, real obliga al organismo a abandonar esa posicién. ‘Se afirma que el individuo tiene dos objetos sexuales primitivos: mismo y la mujer autiz (191%, pig 225), Pero no existe ningn dato clico que apoye esta idea de «él mismo» como objeto sexual primitivo, salvo la «nece- sidad tedrica» (dentro de un esquema cartesiano). El nifio, en esa concepcién, Solo se concbe con un yo ya formado, aunque seaimperfcto, que adviene al mundo. De aqui parte la presuposicién del narcisismo primario. Estamos fapuntando a una problematica con el concepto de narcisismo que ya fuc Berta por Laplanche (1970) El narisismo es la catectizacion libidinal de luno mismo, tesis, dice poco sorprendente. Pero esta catectizacién pasa por la catectizacién libidinal. dat yo, como instancia, proceso inseparable de la cons- ‘titucién misma del yo humano. La conclusién a ‘extraemos nosotros de esta ‘secuencia es la posible confusién en los textos freudianos entre el yo y la per- ‘ona, Sin embargo, la posible disyuntiva creemos que se resuelve si pensamos Shu Humes tence a nuenre peu tal sn yu ell yo se constraye, ‘narcisisticamente, sobre nuestra representacién. En consecuencia, el yo actual (Freud, 1923) deberd ser una representacin, por mucho que ocupe un lugar privilegiado. ‘Una vez introducida la nueva dualidad pulsional en 1920, con el Eros y ‘Thanatos (pulsién de muerte)'*, Freud fue utilizando cada vez menos el con- cepto de «narcisismo». Acaso la tinica forma de mantener la’ cia del con. sto, como han hecho André Green (1983) y Herbert Rosenfeld (1987), sea hablando de un narcisismo de vida y de un narcisismo de muerte (o libidinal ) destrutivo) Sin embargo, noha de confundirse el narisismo negativo con © Enea 91299 Ful 1873910 pace atti a inj sen cts el por Le acy Rc) eS a ee aie tbe 88) em FE So Fm U9 pe 2, no) dens oa ars pir sins bret a 44 Carlos Rodrigue Sutil , pues si no hay ninguna base material que sirva de anclaje, una interpretacién valdré lo mismo que otra, en definitiva, nada, Donde Freud se enfrent6 de manera mas nitida con este asunto fue en uno de sus trabajos tardios Construcciones en Psicoandlisis (1937 b) y dio la respuesta adecuada, esto es, no vale cualquier interpretacin, pues unas prodvcen los efectos esperados y otras no, aciertan con la realidad (Wirklichkeit) psiquica del paciente o fallan. Nos tocarfa a tal vez imposible tarea de mantener el edificio freudiano sin juerer conservar la energética. Sentimos que tampoco la podemos rechazat ae plano, pues aunque el sistema lingstico, el conjunto de los sigaficads, ¢s para nosotros el punto esencal de partida, definible en cuanto estructura, también percibimos cémo algunas unidades de signos y cadenas estén 10 del lengwaje y Canteen I Fl sujeto desde la perspectiva externalista Podemos resumir nuestra propuesta epistemol6gica en dos puntos: 1. La realidad es represen 6n (pero no en la cabeza) 2. El sujeto se halla impli fo en nuestra manera de representar = James (1892) stn in, diferencia dos usc paral 1a «yo>, 0 self, el uso como objeto y el uso como sujeto: a el self come conocido, o el mi (Me), el ‘yo empitico’,y b) el self como conocedor (Del ‘yo puro’. Opinaba que el yo puro es un objeto de conocimiento mucho mas difi- cil que el yo empitico. Alin y al cabo el mri de una persona no es més que la suma de todas las cosas que puede considerar suyas: cuerpo, poderes psiqui 08, ropas, casa, cényuge, hijos, antepasados, amigos, reputacién, obras, tie Cabalos, yate y Cuenta bancara (1892, pig. 43), Mientras que el yo pure Ral que podemos lamar también eel pensadot»— es aquel que es conscien te en todo momento dado, siendo el muna de las cosas de las que es cons ciente, y se considera siempre permanente e idéntico a sf mismo. El ‘alma’, el ‘yo trascendental’ el ‘espiritu’ son otros nombres por los que se ha conocide al ‘pensador’ (pag. 63). Esta concepcién se enfrenta a un grave problema: los estados cambiantes de conciencia. Los estados de conciencia de hoy y de ayer —comenta James— no tienen una identidad sustancial, sin embargo les con- cede una identidad furrcional, por cuanto ambos conocen los mismos objetos De alguna manera podemos hacer equivalente la distinciGn «yo empitico> y «jo puro» con la corriente en el psicoanaliss francés, desde Lacan, entre mo! ye. El moi corresponde al yo de la segunda t6pica freudiana, mientras que €. {je se constituye como una elaboracién teérica novedosa. Bien entendido, ¢ yo de Freud se diferencia del yo empirico de James porque es, en su mayor parte, inconsciente (El yo y ef ello, 1923) 0, en Lacan, es propiamente el yo

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