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| i VIVO POR MI MADRE Y MUERO POR MI BARRIO SIGNIFIGADOS DE LA VIOLENCIA Y LA MUERTE. EN EL BARRIO 18 Y LA MARA SALVATRUCHA. ALFREDO NATERAS DOMINGUEZ PROLOGO: JOSE MANUEL VALENZUELA ARCE oe Ak [+] 4 UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA Maa) [atYoro)’4 Bk) UNIDAD IZTAPALAPA sy it Division de Ciencias Sociales y Humanidades ‘Depariamento de Sociologia Indice Agradecimientos.. Marcajes de las juventudes violentadas, (Presentacién a la Segunda Edicién) Prélogo. Resumen Relatos iniciales Coordenadas para una cartografia de lectura.. 1. Los contextos/los textos: desigualdades (sociales)/diferencias (cul- turales): América Latina y sujetos (jévenes) transnacionales...um Los rostros del deterioro urbano: la juventud en Latinoamericana... ‘Los matices de la regién Centroamericana y la condicién social juve- nil salvadorefia Il. América Latina/La Region de Centroamérica: zel mercado de las violencias y de la muerte! E Claves interpretativas de las violencias en Centroamérica Las miradas y las voces de “los juras” —Ia policia— Aproximaciones a las violencias de la muerte ‘Tertitorios y fronteras disciplinares de las violencias Violencias/jévenes/género. Las juventudes y las realidades cutturales de las violencias sociale Lo simbélico de las violencias sociales y los jovenes Lo mas all de la cultura IIL. Adscripciones identitarias (juveniles): conflicto social y cultural; los cholos, los homies del B-18 y la MS-13 ‘De la descripcién de los “cholos” mexicanos, a los homies: del B-18 y Ja MS-13, centroamericanas. La mara (MS-13) y los homies del B-18 El poder y la violencia a través de la puesta en escena del cuerpo en Ios espacios habitado: 13 7 25 31 35 43 49 58 62 69 73 81 85 a 96 101 ul 17 121 127 131 136 10 vit. La ea de herramientas teérieas. [De estigmas y estigmatizados; una relaclon sci BMS nn ‘La construccin socal del tiempo: rupturas generacionales. (Cultura posfigurativa, acerca del pasado. 7 CCultora cofigurativ: acerca cel presente. Cultura prefiguratva: acerca del futur. a ‘Los neotrbalismos urbanos; mis alli del individu, el caso del -18 y De los mapas tebreos, a los territorios metodolé sgador: dato etnogeifico.. Tos epacios soils: la bjetirecén del yet de a ojetivacn Lasansledades y os miedos.. i posclonamiento: lo situado yo patel. ‘Pensar el acer: narrativas del dispositive metodoligico Elmovimmiento; conexiones ytrayectoras: proceditmieato, El Salvador. E Honduras. Guatemala. Le teora de a tenes les ‘Tipo de anise cinterpretaciOn de la informacion a construccién de narratives orales y visua~ Analisis einterpeetacion de los datos: as etnografls.. rs EISALVADOR.... ‘Las voces de la academia/de la lnvestigacion Los contestos: el Estado desdibujado esha as insumas de las volenclas. Le construcién de narratives medias los culpable y el enemnigo [BI Estado: sus discursos de represin y narrativas entipandils. ‘Las elecuciones exirajudiials:gexterminio identtae0? vem El enclerro —tascrceles—: jo mes lide fo huraano? Losmimeros: la 18y las letras: la MS... Tos reves mecanismes/desobrevivenca cultura velencas de En . Del “rentaremea, alas extorsones.. [BLB-18 y lo MS-13:gerimen onganizado?. Las fiminas también “rif? dice us us 155 158 160 16 165 179 130 138 198 208 208 208 210 a2 213 mai 278 280 2m 285 Ince Deta sobrevivenca material ala cutral (sbi). entidades juveniles alternas/desoentrAda8 soe Hlortzontes de prsente utr a fue. elas tntensdaes, alos posicionamtent0rnone Una agenda de investigactin etervenciin? Racin dindet. Los lugates, las presencias y las voces de las Organizaciones de lt Sociedad Civil (OSC). {81 des lavamiento de los Derechos Hamanos? “Los usos culturaes de etigma, - [ade idemilfcaciOnicl des tate... Lagestaci6n del mercado de las violencias de la muerte. {To burdo y lo absurdo de 188 met nnn {Lo mis allé de los Derechos Humanos.. “Bl dolor yl aufrimiento social an Las presencas y as ras vcs dela pana dt Barrio-18 (5-18) y dea Mara Selvatrucha (MS-13). Las interrelacones me Las adscripciones dentitaras,8-18/MS-13: dindinas logic y2e- alas internas, De las signifcaciones de la dermis dela calle/dl barrios alas ide Sel cuerpo: ls inscripeiones los placasos los tatuges.. Los imaginarios de las vilenciasy dela mete. HONDURAS. Ls conto sus texto pti el B18 rd de 1aMS.13, iOtre ex elBvtado desdibujado? a descompositn del teida socal. Presenciasy voces de las OSC: median del conficto social? {a apologia de ls volenetas sociales: zl juvenile? ‘Las trayecorias y los desplazamientos de la violencia: la call esindifeleuerporel encietT Penn anigulamientoidentitaro; ejeccionesextajudilals. Las voces de las/os venes: las identiicaciones juveniles descentta- ‘des de a pandilla y de la mat a Et dempo sella angered curl yas congraiones dela MS-13 7del B-18.. GUATEMALA, Contexios a esacn dete velnct saya construccién del 3-1 y a MS-13, {Las narrativas de controle represiOn, del nuevo orden mundial: de las torres gemelas de Nueva York, alas violencias de muerte en las calles de Guatemala, Losredisenos identitarios: el B-18 yla 3a 301 400 aun 423 26 430 433 47 453 458 476 12 Indice 493 501 Relaciones peligrosas: crimen organizado/ejecuciones extrajudicia- kes... 508 VIL Discusién (a manera de conclusiones).. 515 Acerca de lo teérico/metodolégico 524 Glosario VI. Pensar el hacer: narrativas del dispositive metodolégico (...) el observador y lo observado (...) la ciencia cldsica se habia propuesto como misidn investigar el mundo en su realidad objetiva, independiente de lo humano. Eso significaba (...) para legar a ese mundo sin sujeto (...) ser alejada de ese mundo, toda contaminacién subjetiva, por lo tanto también el observador. (...) La comprensiin de esa interdependencia de observador y mundo observado es el objetivo (...) del llamado constructivismo radical (Paul Watzlawick, 1995: 11) La estrategia metodolégica que emplee, apuntando a la recons- truccién de las representaciones (Moscovici, 1977) y de las atribu- ciones que algunos integrantes de la MS-13 y del B-18, hacen con respecto a las violencias y a la muerte, la fui edificando y ajustando sobre la marcha. En primera instancia, me di cuenta de la necesidad de llevar a cabo el trabajo de campo en diversas naciones (ir a donde estén los actores) y seguir la ruta del Tridngulo del Norte Centroa- mericano que incluye a los paises de El Salvador, Honduras y Gua- temala, en la cual estos agrupamientos se mueven y se desplazan. Al mismo tiempo, confirmé la complejidad de las situaciones sociales en que se encuentran estas adscripciones identitarias (“jévenes” tras- nacionales —Courtney, 2006—, e “invisibles”) y, por consiguiente, de las actuales particularidades matizadas por los répidos cambios en los procesos de identificacién y en las dindmicas grupales internas que estén viviendo y experimentando. Por estas razones, privilegie el uso de estrategias de la metodologfa comprensiva/cualitativa (la parte subjetiva de los actores), por sobre la metodologfa descriptiva/ 206 Ale Nateras Dominguez {Vo pormimadee y muro por mi bars 207 Cortjunciones o yuxtaposiciones de locaciones en las cuales el etndgrafo ‘establece alguna forma de presencia literal o fisica, con una ldgica ex- plicita de asociacién (...) entre sitios que de hecho definen el argumen- 10 de la etnografia (...)”. EL tipo de muestreo fue el que se conoce como esiralégico € in- tencional (Ruiz ¢ Ispizdia, 1989) que consistié en seleccionat y privi- legiar (en la medida de lo posible), los contextos, los escenatios y los, sujetos en los cuales encontré mAs fuerza de contenido y de sentido, UUceesas situaciones o hechos sociales que me interesaban reconstruir? harrar, o dar cuenta de sus representaciones, ‘A partir de aqui, uno de los ajustes que hice, al darme cuenta de {a gran dificultad de poder llevar a cabo la clasica observacién par- Aicipante, en tanto ir ¥ estar en los lugares ¥ en los sitios donde se encuentran y habitan la MS-13 y la pandiila del B-18 (la etnografia Lunilocal y @ profundidad), fue establecer una suerte de puentes (co- nexiones/articulaciones) que me llevaron a la decision de entrevistar 4 otros actores importantes de la trama social y considerarlos como fuentes directas en relacién a la riqueza de la informacién que po- sefan, Io cual me lev a ampliar tanto la poblacién como la mues- tra de estudio, es decir, bajo el espiritu metodolégico de seguir a los lems actores sociales (los académicos e investigadores, los gestores cculturales de las OSC y los lideres de la comunidad); me acerqué & ellos, conforme los iba encontrando , se me aparecian, en el tejido de los vinculos y de las redes sociales que estaba estableciendo. Los principales escenarios (o lugares) en los que Hlevé a cabo el trabajo de campo en los tres paises, fueron mailtiples y marcados por Jas circunstancias difusas, fragmentadas y de constante incertidum- bre en las que me encontraba como etnégrato y, sobre todo, por las Vicisitudes sociales y culturales de mis sujetos de la investigaciéns ya que por los niveles de represién que hay contra ellos y las ejecuiciones, cxtrajudiciales que cada ver-mis estin padeciendo, se han convertido en una especie de sujetos y de “identidades invisibles” en los espacios ppliblicos de la calle, e! barrio y en el trénsito por la ciudad, e incluso, ‘i sus propias comunidades, por lo que también les visitas a las cd cuantitativa (lo objetivado de las realidades sociales y culturales de esos sujetos)®. El tipo de estudio fue exploratorio y de corte etnografico: explo ratorio debido a las pocas investigaciones que se tienen en nuestro pais con respecto a los sujetos de la indagacién desde una perspec- ‘iva sociocultural y trasnacional®; de corte etnogrifico, en tanto ‘me interes6 llevar a cabo, a partir de los contextos, una narrativa construida desde adentro de estos micros mundos sociales, en una ‘rama cultural con personajes especificos y sus relatos (o, representa~ ciones), con respecto a las violencias y a la muerte, Asimismo, dentro del matiz, etnogratfico, parti de la denominada) ‘etnografia multilocal/multisituada (Marcus, 2001), en tanto su plas- ticidad y movilidad, Dicha etnografia se inserta dentro del sistema mundo (los contextos) y le interesa examinar/rastrear, la circulacion de los significados y de los objetos de los nuevos procesos o forma- ciones culturales emergentes en un tiempo y en un espacio difuso dentro de miltiples sitios de actividad, Se trata de una especie de ma- peo del terreno de la investigacidn y del objeto de estudio que va te- jigndose, através de establecer relaciones, asociaciones y conexiones, Estas etnografias multilocales se arman, o se alimentan a partir de varias técnicas 0 modalidades, cuyo hilo conductor son los mo- vvimientos y las pistas o huellas culturales en diversos escenatios, por ejemplo, seguir a las personas, los objetos, la metéfora, la trama, Ja biografia o el conflicto. En palabras de Marcus, (2001: 118): “La investigaciOn multilocal estd disefiada alrededor de cadenas, tramas, © Hie usado informacidn estaistica procedente de diversas bases de datos de en= ‘cuestasnacionalesmundiales de tepostes de invesigaciones ce infocmes delas Instituciones del Fstado y de Organizaciones de a Sociedad Civil (OSC) afin de reconstruir los aspectes mais signifcaivos de los contextos (politics, sociales, ‘econémicos y cultuales), en os cuales s han prodicido estos actores sociales (a MS-13 yclB-18), 1 _Dehecko,e texto que coordinamos con José Manuel Valonanea y Rossana Re- ull (2007), Ob. cit em el caso mexicano, €] primero que le da vor al discur= 0 acadiémico intrdgciplinaria con respecto a éstatemiten. 208 Alfiede Natoras Dominguez celes se convirtieron en un imposible dado el reerudecimiento de los niveles de control que el Estado y sus instituciones estin ejerciendo sobre las OSC, los gestores comunitarios y los investigadores que se traduce en que simplemente estin negando los accesos. EL MOVIMIENTO; CONEXIONES Y TRAYECTORIAS: PROCEDIMIENTO Bl trabajo de campo, lo eve a cabo en un perfodo de tres me ses (de octubre a diciembre de 2008): estuve como profesor huésped invitado por la Universidad Centroamericana, “José Simeén Caiins” (UCA), en El Salvador; por lo que la Universidad fue mi sede y mi casa, De ahi viaje en autobsis y, de noche, a Honduras y, al cabo del tiempo, me regresé al Salvador, después fui a Guatemala. Estar en a UCA g, identificarme con “Tos otros’, como académico invitado, renegociando constantemente mi identidad profesional, me ayudé en la mayorfa de los casos, a establecer los vinculos sociales y en la construccién de a confianza para la realizacién de las diversas entre- vistas a profundidad, EL SALVADOR En los primeros dias de estar en Fl Salvador, confirmé —ya lo sospechaba—, que iba a ser muy complicado hacer los recorridos en los barrios, donde se asienta la MS-13 y la pandilla del B-18, por la situacién de “invisibilidad” en la que se encuentran, Motivo por el cual, fi ubicando a varios informantes claves en el émbito académi- co, de las OSC y lideres comunitarios, afin de entrevistatlos. Confor- ime realizaba los primeros contactos, tejf una red de telaciones que me abrié la posibitidad de moverme, desplazarme ¢ insertarme en ‘otros espacios sociales como asistir a reuniones con investigadores, participar en observatorios de violencia y eventualmente logre levar cabo algunos recorridos en las z0nas comunitarias donde estan tra~ ajado con la MS-13 y los homies del B-18. ‘Vivo por mi mate yao poe mi arto 209 En El Salvador, una de mis informantes y vinculos trascendentales fue Ia Mtra, Roxana Martel, investigadora del Instituto Universitario de Estudios de Opinién Publica (IUDOP) dela UCA y coordinadora de la Coalicién Centroamericana para la Prevencién de la Violencia Javenil (CCPVJ); quien me ayudé a que me aceptaran como profesor huésped invitado en la UCA, a tejer las redes y los vinculos (no sélo en EI Salvador, sino fundamentalmente en Honduras y en Guate- mala), con los colegas y los demas actores. Ademds, hicimos varios recorridos por las zonas més pobres y ricas de San Salvador: fangid todo el tiempo como mi interlocutora; a ella le expresaba mis preo- cupaciones de la investigacién, incluyendo los estados de énimo de ansiedad y de miedo que se me despertaban a cada rato. De igual manera, otro interlocutor e informante clave fue mi amigo y colega, Antonio Rodriguez, mejor conocido como el Padre “Tofo’, uno de los personajes més importantes en El Salvador, en relacién al trabajo comunitario con la MS-13 y los homies del B-18. Gracias aél, pude hacer varios recorridos en los territorios de ambos agrupamientos, realizar el levantamiento fotogréfico més significati- vo por la fuerza simbélica de las imagenes, tener contacto y estar una ‘mafiana y una tarde con toda una clica de ls pardilla del Bartio-18. Asimismo, a través de él, logré hacer varias vistas a a clinica asisten- cial “Padre Octavio Ortiz’, que alberga al programa Adiés ‘Latuajes, en la Colonia Buena Vista, Mejicanos, donde los remueven, en lo particular, a integrantes de la MS-13 y de la pandilla del B-18, si- tuacién que me posibilits conversar con ellos y entrevistar a varios miembros de estos agrupamientos y pensar en el hecho de des ta- uarse en su valor simbélico; una especie de des identificacién —des identificadotes del estigma, dice Goffman (1993), con respecto a la afiliacién con estos agrupamientos. ‘Todas las entrevistas las fui agendando en el trayecto: @ quienes me sugerfan, a los que localizaba y a los que se dejaban entrevistar. Dasicamente las contacté via telefGnica, por internet y—las menos—, cen conversaciones cara a cara: en tiempos, horarios y lugares muy isimbolos, inesperados y definidos por ellos. Mi desplazamiento en 210 Aledo Nateras Dominguer la ciudad, dada las condiciones de inseguridad y, més que nada, del imaginario del miedo que me habia construido, fueron por lo regular cen taxi, de tal suerte que a la larga, mi motorista (Don Carlos, el cho- fer), se convirtié en otro vinculo ¢ interlocutor muy importante, ya que adems de que me cuidaba en las zonas de mas riesgo, me llevé 2 los sitios mas inustales para hacer el levantamiento fotogrifico de! lugar (lotes baldios, caminos de terraceria, edificios abandonados y en la playa, entre los mas significativos). En Bl Salvador, en la zona metropolitana realicé (22) entrevistas a profundidad, a diferentes actores; a (seis) acadénricos e investigadores del IUDOP, en sus instalaciones y cubculos que se encuentran en la LUCA. Tales colegas son especialistas en temticas de violencias socia- les y su prevencién, seguridad publica, miedo social, comunicacién y, eno particular, en lo que corresponde a la MS-13 y al B-18. Ademés, es el equipo de investigacién que ha publicado la serie de libros —ya clésicos—, en cuatro tomos de Las Maras en Centroamérica; a (tres) Tideres comunitarios que hacen trabajo desde la perspectiva de preven ccién de la violencia con la MS-13 y con pandilleros del B-18, padres dle familia, ¢ incluso con las nifias y los nifios del lugar. Estés entre- ‘vistas las realice en las calles de la comunidad: platicando, conversan- do de pie y, constantemente observando alrededor, ya que me sentia intranquilo por los relatos de violencia y de muerte que me estaban contando (Ii presencia en el lugar era muy notoria, es mas, yo era cel més observado); a (seis) gestores de la comunidad, quienes vienen trabajando desde hace afios con los grupos de marasy de pandillas del B-18, son una especie de mediadores del conflicto social que hay entre estos agrupamientos y Tas instituciones del Estado, e inclusive, con la misma comunidad; a (cuatro) pandilleros del B-18 (tres hombres y ‘una mujer) ys (tres) miembros de la MS-13 (todos hombres). HONDURAS En el caso de Honduras, estuve en ‘Tegucigalpa y, en San Pedro Sula (importante ciudad industrial) y, procedi de similar manera: Vivo por im made y mero por i buco au través de varios contactos, consegui entrevistar a diversos actores estratégicos, tener conversaciones con académicos, investigadores e importantes funcionarios, visitas y recorridos en zonas de la MS-13 yde la pandilia del B-18, siempre a través de los salvoconductos que real y simbélicamente tenfa de los colegas, quienes ademds, siempre se preocupaban por mi seguridad fisica; méxime cuando me despla- zaba de un pais a otro y de una ciudad a la otra. En Tegucigalpa, mi interlocutor permanente, informante clave y estratégico, fue mi colega y amigo, Oscar Répalo (en su. momento, compariero de la maestria en Antropologta Social, UAM-1, México), quien me consiguié hospedaje a cuenta de la Universidad Pedagé- ggica Nacional, "Francisco Morazin’ y, ademds, me abrié el camino para llevar a cabo varias entrevistas @ profundidad con académicos e investigadores y me proporciono informacién muy valiosa: repor- tes de la situacién de violencia en la que se encuentra la MS-13 y el B-18; recortes de prensa acerca de las ejecuciones extrajudiciales que padecen estos agrupamientos y textos relacionadas con la temitica tratada. En San Pedzo Sula, mi contacto més significativo fue Ernesto Bar- dales, presidente de la Asociacién Civil, JHA JA, quien me vinculé con agrupamientos de culturas ¢ identidades juveniles emergentes 0 descentradas, como los hip-boperos, graffteros y break dance. Asi- ‘mismo, Jovel Miranda, pandillero del Barrio-18 y ex lider de una clea, integeante del equipo de trabajo Generacién X; me hizo un recorrido ‘muy interesante en una de las zonas més densas y riesgosas donde esté establecida tanto la MS-13, como la pandilla del B-18 (de hecho €lcontrolaba parte de ese lugar cuando era pandillero activo)*. En Honduras realieé (once) entrevistas a profundidad a: (cuatro) aacadémicos ¢ investigadores, en teméticas relacionadas con seguridad © Ta diferencia que se establece entre Ia denominacién de ser parler 0 de la ‘mara; pastvo/aciive, consste en le Implicaclén que todavia se tenga o no, con respecio alos actos de violencia‘a ls situaciones en los émbitos de fo iegal yal consazmo de sustsncine (dogs), piiblica, trasiego de armas, 18); a (cinco) gestores de orgatizact alas violaciones de los Derechos Humanos tanto a niiios, poblaci civil y en especial contra la MS-13 y la panda del B-18; a (1) dillero del Barrio-18; ya | integrante de la MS-13; ambas entrevista fueron muy reveladoras. GUATEMALA En Guatemala, fue en el pais en el que menos tiempo pude estar sélo me desplace en la zona metropolitana de la ciudad, es més, todo el recorrido lo hice a pie: dos dias enteros, desde temprano hasta anochecer anduve transitando la ciudad. Me contacte con Gustavo Cifuentes, pandillero pasivo del Barrio-18, quien el primer dia me hizo el recorrido por el centro de la ciudad de Guatemala; parques, mercados, estaciones de autobuses, centros deportivos, comedores comunitarios y la zona conocida como La Lfnea de! Tren —donde se trafica con armas, drogas, carros robados, prostitucién—. Asimismo, a través de él, logré entrevistar a integrantes de la MS-13 y de la pa dilla del B-18, Si bien es cierto que consegui muy pocas entrevistas ‘en Guatemala, las que realieé fueron muy potentes en relacién a la informacion obtenida y al valor simbélico de los datos que me dieron. yas fotogeafias que me dejaron tomarles a sus cuerpos tatuados. En total logré hacer (cuatro) entrevistas: (una) al Director Gene- ral de la arganizacién de la sociedad civit llamada CEIBA; la cual la levé a cabo en las instalaciones de su institucién; a (dos) pandilleros del B-18; uno de ellos activo, en un cuarto habitacién, en la zona co- nocida como La Linen det Tren el otro, pasivofcalmado (y, al mismo tiempo es gestor comunitario), en un area de descanso en el hotel donde me hospedaba; y a un ex-lider, retirado de la Mara Salvatru- ‘cha (MS-13), en un restaurante (uuna especie de fonda), a la hora de la comida. “distribuidas de la siguiente manera: ‘Académicos ¢ investigadores: 10, Gestores de organizaciones de la sociedad civil: 12. Lideres comunitarios: 3. Pandilleros del Barrio-18 (B= La Mara Salvatrucha, MS-13:5. LA TEORIA DE LA TECNICA: LA CONSTRUCCION DE ‘NARRATIVAS ORALES Y VISUALES Los instrumentos y las herramientas que més me ayudaron y que fui utilizando de una manera alternada, a ritimos muy vatiados e in- dlefinidos, mazcados por las circunstancias difusas y ambiguas que se me iban presentando, fueron basicamente: a) Diario de campo, b) Entrevistas a profundidad/semi-estructuradas, c) La fotografia y, 4) Andtists de noticias. ‘Trataré de explicar de la manera més breve y didéectica posible, la forma en que fui utilizando cada una de Tas técnicas en el proceso de la investigacién socio cultural, Sirva la aclaracién que en ningdin ‘momento pretendo hacer (no es el espacio), una discusién profisn da con respecto a las bases epistémicas 0 a los fundamentos de los instrumentos y de los dispositivos metodolégicos en los cuales se sustentan, 8) Ef Diario de Campo, quizis sea una de las herramientas mas socortidas por los investigadores sociales y, no sélo por ellos, pién- sese por algiin instante en los bidlogos 0 en los quimicos quienes la emplean para anotar sus observaciones con respecto a los procedi- ‘mientos que llevan a cabo en sus respectivas investigaciones de labo ratorio, Para mi, la podria caracterizar como una técnica idénea en la descripcién de los contextos, las cualidades de los sujetos (actores) de la investigacién, las tramas sociales y la auto reflexin, o la auto 24 Alicad Netra Doms Vivo por mi mado y msero poem barsio 15 ras de andlisi, indices e indicadores y, posibles preguntas para cada tuna de las categorias con la finalidad de reconstruir las narrativas rales: el dispositivo adquirié la modalidad de un didlogo intersuibje- tivo y de un sistema de conversacién entre sujetos y actores sociales. Dadas las cualidades de mi trabajo de campo, de las vicisitudes le los miembros de la MS-13 y del Barrio-18, que regularmente se ‘encuentran en las légicas de la para legalidad o de lo ilegal, las entre- vistas a profundidad que realicé fueron porlo comtin may complica- das, en ese sentido, las eve a cabo de una manera flexible y plistica, ¢s decir, lo primero y urgente —me fui dando cuenta en el guehacer mismo—, era desmontar la tensién/la ansiedad que generaba y que hos provocaba la propia situacién de entrevista y, construir un me- ‘anismo de confianza que cireulara 0 se desplazara de ellos y de ellas hacia mis en virtud de que en la actualidad, es muy dificil y raro que (stds adscripeiones identitarias otorguen entrevistas por los riesgos reales que esto implica para su seguridad fisica/afectiva, dado los ni- yeles de represién y de persecucién en el que se encuentran, ‘Tal mecanismo de desmonte y de edificacidn de la confianza, era ‘gctivado por lo que he nombrado, ef imprescindible lugar del media dor o del negociador (un colega, un conocido de ellos, o un actor reconocido de esa trama social), el cual, ofa cual, se encargaba de ha- blar bien de mf y de la importancia social que pudiese adquicir el re- Jato que me dieran. Zn la totalidad de las ocasiones funcioné, ya que sin dirigirse a mi, daban el si y, su visto bueno, aunque con algunas precisiones y matices: no tomar fotografias, ni revelar nombres, ni datos que los comprometieran. En ese instante intervenia y les expli ‘aba con mayor amplitud: ;Quign era yo? sDe dénde venia? ;L.0 que ‘stab investigando? 3Y el para qué dela informacién? Enseguida, les solicitaba permiso para grabarlos con la garantia y el énfasis de que no iba @ aparecer ninguna referencia de ellos que los identificaras les tseguraba el anonimato, no publicar nada en su pafs y sisentfan una pregunta inadecuada o inoportuna, simplemente tenian el dezecho de no contestarme (como me sucedié en varias ocasiones cuando exploraba los sucesos de las violencias/de la muerte, en particular, (en los “palabreros’, los "Lderes’, tanto del B-18 como dela MS-13). representacién permanente desde el lugar de Ia enunciacién 0 osicionamiento en el que uno se coloque como etnégrafo (Earawa 1991). La manera concreta en la que la Ilevé a cabo fue arritmica e irre gular, es decir, dependia de la fuerza o de la debilidad de lo que acon tecla y de mi particular representacién (Moscovici, 1977), de esa vivencia; por lo que a veces era muy descriptivo (detallaba a profun= didad Ia zona y el lugar, por ejemplo); otras tantas predorinabaa lay inferencias o borradores de interpretaciones de la trama social (se: me ocurrfan algunas reflexiones tebricas); 0 simplemente daba cuen- ta de mis estados de dnimo (mixime en aquellas entrevistas de alta’ tensiGn y ansiedad); de tal suerte que involuntariamente hice mlti- ples y diversas combinaciones. Eso si, todos Jos dias eseribia y lo fui haciendo en dos cohortes temporales; sno, lo mas rapido que podia despues de la observaciér realizada, de los recorridos en la comunidad, de las conversaciones informales, de las entrevistas, de las sesiones en la que participé, o simplemente de lo que pasaba y pensaba; ya sea en el taxi, en unt restaurante, en un jardin, en una cafeteria, o en la casa de huéspedes donde vivias das; del cuaderno a la computadora, lo cual me pertnitio. ampliar el relato ¢ ir reflexionando en algunas categorias de anélisis ¥, medio elaborar —hasta donde alcanzaba—, algunos aspectos afec- tivos y emocionales que se me despertaban ante las duras historias y sin concesiones que me platicaban, en particular la MS-13 y Tos ho- mies del B-18, con respecto a las narrativas de las violencias sociales, Ja muerte y sus absurdos. Considero que lo més valioso de las notas asentadas y escritas en el diario de campo, es su temporalidad social y el anclaje espacial, es decir, son datos construidos para ser re utilizados en la hechura de la narrativa y una interface o bisagra teérico/metodolégica, muy importante para la redaccién del texto, o de los relatos etnogréficos en formatos de reportes, articulos, tesiso libros. b) Las Entrevistas a Profundidad, fueron bajo la modalidad de semi-estructuradas, esto es, diserié un guidn con apartados, catego 216 Alfredo Nateras Dominguez Una ver. concluida la entrevista (y, ya con ciertos niveles de con- fianza) les pedia si me dejaban tomar fotografias a sus tatuajes y a sus cuerpas, aclaréndoles que no habria imagenes de sus rostros, alo cual también accedieron. Dichas entrevistas las efectué ex los lugares yen los sitios mas inesperados e inusuales; en vestidores, instalacio- nes deportivas, restaurantes, fondas, cuartos habitacién, cubiculos, pasillos, en cl barrio, la comunidad, la calle, la banqueta, en autos

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